Arqueología

El diseño de unas puntas de lanza halladas en EE. UU. ha suscitado una audaz hipótesis según la cual los primeros humanos que pisaron el Nu Mundo podrían haber partido ce la península ibérica hace 22.000 año

Un reportaje de ÁNGELA POSADA-SWAFFORD. Ilustración: JosÉ LUIS CANO

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ow./ylcCtdu Este mapa muestra la posible ruta seguida desde Siberia por los primeros colonos de América. según la teoría más extendida.

ow./ylcCuwS Lapágina en la Red del Servicio de Parques Nacionales de EE. UU. cuenta con amplia información sobre el periodo paleoindio.

.. El desembarco. Los defensores de la hipótesis solutrense sostienen que hace 200 siglos un pueblo europeo. quizá de la zona vasco-cánta­bra o de la Aquitania francesa. bordeó los hielos que salpicaban el norte del océano Atlántico hasta alcanzar las costas de América.

ielo D

urante décadas, los ar­queólogos han estado convencidos de que los primeros pobladores de

América fueron cazadores nóma­das de mamuts. En teoría. estos se desplazaron a través de la estepa siberiana en pos de su presa du­rante la última glaciación, lo que los llevó a cruzar el puente de tie­rra que hace unos 15.000 años aún cubría el estrecho de Bering. Lue­go, caminaron hacia el sur ,:¡ lr3vés de Canada poI" un corredol" libre de hielo D . Cuando alcanzaron las grandes planicies norteamerica­nas, se toparon con un auténtico paraíso cinegético donde, entre otras muchas especies, abundaban los bisontes gigantes. Alli. desarro­llaron una nueva tecnología, una punta de lanza sabiamente tallada que hoy se conoce como dovis, en homenaje a la ciudad homónima de Nuevo México donde se encontró la primera de ellas, en 1929.

Algo que no debeña existir. Sin embargo, la mayoría de los exper­tos ha pasado por alto, a sabiendas o no, la existencia de otras pruebas que al menos sugieren que la pre­sencia humana en este continen­te podría ser bastante anterior. A principios de los años 70 se des­cubrió en la bahía de Chesapeake, frente a la costa este de EE. UU., un cuchillo de piedra de unos 20 cen­tímetro.. de largo junto a un colrni­110 de mastodonte de 22.760 años de antigüedad. Ahora, algunos in­vestigadores apuntan que ambas piezas podrím ser contemporá­neas' una controvertida hipótesis que parece apoyar el hallazgo de ot ros fragmentos de similar factura recuperados en Virginia, Pensilva­nia y Marylmd. Decididos a arrojar algo de luz so­bre este asunto, un batallón de arqueólogos, geólogos, etnógra­fos , lingüistas, paleodimatóLogos, oceanógrafos y especialistas en biología humana y genética de »

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Rac:reac:16n de la eubierta de hielo durante el último mixlmo glacial. hace 20.000 aftos

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Presencia de hielo hasta 6m_al afta Enc:Iavea toIutrenses

Posibles rutas migratorias

» poblaciones está peinando el terreno. Nuevos yacimientos han sido descubiertos y viejas exca­vaciones se reabren para volver a examinar su contenido . Y es que ciertas cuestiones traen de cabeza a los expertos. ¿De verdad existió en América una cultura tan anti ­gua? Si fue así, ¿qué ocurrió con ella? Y, sobre todo, ¿cómo y dónde se originó? En 1999, el antropó ­logo Dennis Stanford, responsa­ble de la División de Arqueología del Museo de Historia Natural en el Instituto Smithsonian, y Bruce Bradley, profesor de Arqueología de la Universidad de Exeter, en el Reino Unido, plantearon un alu­cinante supuesto al que reciente­mente han dado forma en su libro ACTOSS Atlantjc lee f) (A través del hielo atlántico).

Conexión oceánica. "Estos pri­meros americanos salieron de la península ibérica", aseguraba Stanford durante la presentación de la obra en Washington D. C. En su opinión, procedían de la región vasco-cantábrica, aunque también podrían haber partido de la Aqui­tania francesa, a orilla del golfo de Vizcaya. "Se trataba de un gru­

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1Hasta el fin del mundo. Los expedicionarios prehistóricos quizá usaron embarcaciones y herramientas parecidas a las que tradicionalmente emplean los inuits -abajo-. En todo caso, semejante migración no fue un suceso puntual, sino que se prolongó durante generaciones e incluyó largas escalas en los puntos donde la banquisa conservaba su integridad.

f) Libro

Dennis J. Stanford y Bruce A. Bradley Across Atlantic Ice University o(

California Press. Berkeley, 2012.

po perteneciente a la denominada cultura solutrense. En sus embar­caciones, bordearon los hielos del Atlántico Norte y atracaron en la costa este del Nuevo Mundo, hace al menos 20.000 años. Son los an­cestros de los clO\'js , y se adelanta­ron decenas de siglos a los asiáticos que llegaron por el norte" . La supuesta existencia de estos prematuros colonos paleolíticos. lo que hoy se denomina hipótesis solutrense. comenzó siendo una especie de herejía . Cuando Stan­ford la propuso, la mayoría de sus colegas la rechazaron de plano. Algunos incluso le advirtieron que estaba tirando por la borda su ca­rrera. "Era un acrilegio mencio­nar siquiera esa po ibilidad". re­cuerda Staniord.

Yes que. en esencia. tal postura po ne en cuestión la identidad de bue na parte de los nativos norteame ricanos , que creen firmemente sus orígenes asiáticos y para los resulta inverosímil llevar en venas tan remota traza de europea. El asunto ha pues. un acalorado debate. El pasado julio. la revista publicó un exhaustivo estudio nético impulsado por la U College de Londres que parece firmar que los primeros habi de América llegaron a tra"és Alaska en tres grandes nes. Pero Staniord y Bradley acostumbrados a las <,,,n h·", ·"r., i ... ,

así que han seguido adelante sus propias investigaciones.

Parecidos más que "Hace quince años tuvo lugar descubrimiento sensacional en sitio arqueológico de Cactus en Virgirua. uno de los más guos de Norteamérica" , Stanford . .. En ese enclave se han recuperado muchas de lanza clO\'is . Pues bien. en capas inferiores se hallaron proyectiles algo distintos , con base más delgada. La datación radiocarbono determinó que nían unos 16.000 años , es eran más antiguos que los Poco después. este invest viajó a Europa para conocer d mera mano algunos de los por los que se había extendido cultura paleolítica solutrense. se remonta a unos 25.000 Cuando el arqueólogo tuvo en manos una herrarruenta niente del norte de España. dó iascinado por la extraorrn similitud entre aquel objeto y que acababan de aparecer en tus HilI. ¿Acaso era posible que ancestros de los clovis pr<)cedie:11 del Viejo Continente? "En ese tante, comprendí que la tenia futuro. La niversidad de lifomia nos ofreció la de escribir un libro y. con el del adelanto, Bruce y yo a España para "isitar las cueyilS Altamira y los museos del none país" . relata Stanford. "De las culturas de la Edad de que hemos estudiado. la

es la más innovadora, activa e in­ventiva", apunta Bradley. "Entre sus avances -continúa- destacan una nueva técnica de preparación del pedernal, que mediante la apli­cación de calor permitía tallarlo con mayor facilidad y precisión, y el desarrollo de las primeras agu­jas que contaban con un ojo. Los solutrenses idearon las herramien­tas más elegantes y coloridas del Paleolítico. Desde luego, eran más delgadas que las burdas puntas fa­bricadas por los pueblos anterio­res , y cien veces más afiladas que una cuchilla de acero moderna. Algunas parecen hojas de laurel de doble punta, y son tan perfectas que en principio se podrían ha­ber considerado objetos rituales. De hecho, resultan tan llamativas que, por desgracia, muchas fueron

Web

oW.ly/cvSRg El Museo Nacional de Prehistoria de Les Eyzies-de­Tayac-Sireuil, en Francia, atesora valiosas piezas de la época solutrense.

excavadas sin metodología alguna por coleccionistas particulares an­tes de la Primera Guerra Mundial" .

Tec:noIogia punta. Pero, para esta­blecer el enlace entre aquellos solu­trenses y los primeros americanos. no bastaba la mera similitud entre unas puntas de lanza. Había que de­terminar si se había usado la misma técnica para tallarlas. "Buscamos hasta en colecciones que contenían materiales deteriorados, en las tras­tiendas de los museos. Así, encon­tramos que todas las piezas habían sido hechas de tal modo que los gol­pes que se daban en la piedra produ­cían escamas que iban de un lado al otro de la hoja", señala Bradley, que es experto en la elaboración de pun­tas de Hecha según los modelos pre­históricos. La tecnología empleada

parecidos entre diversas herramientas paleolíticas halladas en EE. UU. y las de los yacimientos solutrenses europeos. de más de 15.000 años de antigüedad (2). Las de diseño clovis, fabricadas por indígenas americanos (foto 3: a, by cl, difieren de las hechas en Francia (d yel. que semejan hojas de laurel.

para producir las annas solutrenses era la más avanzada que había desa­rrollado el hombre hasta entonces. "Con las herramientas de piedra sucede algo parecido que con la música. Solo hay unas pocas notas, pero con ellas es posible crear des­de acordes clásicos hasta el rock. En este caso, podemos ver que la música más antigua de l\orteamé­rica viene de Europa, no de Sibe­ria", apunta Bradley. Y añade; "De hecho, no se ha encontrado en la ruta del estrecho de Bering ningu­na evidencia arqueológica de que ni los clovis ni nadie antes que ellos cruzaran los glaciares desde Asia hasta América. Ahora bien, nues­tra hipótesis no niega que hubiera gentes que lo hicieran. Desde lue­go que las hubo. Pero ocurrió hace apenas 15.000 años" . Para estos expertos, el hallazgo de Cactus Hill supone, además, una especie de puente que cubre los mi­les de años que separan como una grieta a los solutrenses de los clovis. "Ese proyectil no solo es práctica­mente idéntico a los europeos, sino que data de hace 16.000 años, por lo que está cronológicamente situado entre ambas culturas", indica Stan­ford. "Los solutrenses no se desva­necieron en la historia sin más" .

Dudas Y dudas. No todos los científicos comparten esta pro­puesta. Sus detractores destacan, sobre todo, que los europeos de la Edad de Piedra simplemente ha­brían sido incapaces de sobrevivir al cruce del Atlántico. El arqueó­logo de la Universidad Estatal de Texas Michael Collins no está de acuerdo ... Esa postura retleja lo que he venido a denominar como CfO ­

norracismo: la denigración que se hace en la actualidad de las capaci­dades intelectuales y tecnológicas que tenían nuestros ancestros", escribe en el prólogo de Across At­lantic Ice. "Cuando explico seme­jante migración en Escandinavia, no se cuestiona la idea". apostilla Bradley. "Los nórdicos son gente de mar y ven el océano como una carretera, no como un impedi­mento" . El mayor obstáculo que encara la hipótesis solu:rense es que, por el momento, no se han hallado res­tos de embarcaciones. Al final de la última glaciación, los hielos poJares llegaban hasta el sur de Francia, »

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El experto en ADN mitocondrial Dou­glas Wallace descu­brió una huella gené­tica prehistórica característicamente europea en algunas poblaciones amerin­dias del noreste de Estados Unidos.

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1\ada de esto sorprende al fotógrafo e historiador navarro Xabier Otero, responsable de la asociación Jaun­rrea, que busca estudiar y difundir

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Genográfico. que estudia la historia migratoria de la

la cultura vasca. El pasado mayo Otero citó a un grupo de recono­cidos investigadores en lrún, entre los que se encontraban Stanford v Bradlev, durante el Co íntemaci~nal Atbntiar D . "Reu­nimos expertos en arqueología, genética, lingüística y otras disci· plinas para escuchar sus exposicio· nes y construir un corpus histórico de interés global" . explica Otero a MUY. Nos pareció que el nombre Atlantiar, que significa 'del Atlán­tico' , era muy adecuado. porque no establece una frontera defini­da y nos abre hacia el océano. El pueblo \'asco ha permanecido aqw desde hace 45.000 años. La gené­t ica ha demostrado que hay iami lías que no se han movido en 1 siglos. Nos sentimos orgullosos descender de unas gentes de hacer semejantes travesías".

De car.. 31 mar. Gracias al trabajo especialistas como el Lawrence Straus, de la de Nuevo México, y de sus en España, María Dolores da, del Departamento de LlAIIU¡;¡OO ,

y Antropología Física de la sidad Complutense de Madrid. y paleontólogo vasco Jesús Altuna. ha podido reconstruir algo de la \; ­da de los solutrenses en el norte España. Aun así. no es mucho lo qut se sabe de ellos. Aunque no conta­mos con muestras de su AD1'\ poder estudiarlo, sí dejaron tras de sí su impactante arte rupestre, en que, por ejemplo, muestran focas arponeadas y lo que parece ser UI

hipogloso. un pez que vÍ\'e todo en mares abiertos y a una cier ta profundidad. En las cuevas Altamira y La Riera , que se encuen­tra cerca de LIanes, se han haIla además, caparazones de huesos de foca y restos de peces a\'es marinas. "No hemos dado botes porque estaban hechos materiales perecederos". av~en[UII

Bradley. "Pensemos en los in Estos obtienen todo su mar y se desplazan en nes hechas de madera, piel de y tendones de caribú que más eficaces que las naves nas para moverse en el gélido Que se hayan desintegrado con

Popere, el neandertal

En la península ibérica, la cultura soIu­trense se extendió sobre todo por una lengua de tierra próxima a las costas, lo que ha llevado a algunos expertos a especular sobre sus habilidades como marineros.Ahora, un estudio de la Uni­versidad de Patras, en Grecia. sugiere que los neandertales ya sabían cómo navegar hace 100.000 años, mucho antes de que los primeros humanos lo hicieran para llegar aAustralia. ¡Rema, rema! Solo as! parece expli­carse el hallazgo de herramientas de estos homínidos en algunas islas del Mediterráneo que ya lo eran en aquella época. Por entonces, el nivel del mar estaba 120 metros más ~o que en la actualidad. Aun as!, para desplazarse hasta ellas, los neandertales debieron atravesar kilómetros de mar abierto.

» pero no se habían extendido del todo entre Europa y Norteamérica. Existían grandes espacios de mar abierto, en parte salpicados por témpanos, que los viajeros habrían tenido que salvar a bordo de algún tipo de nave. "Sabemos que este pueblo era capaz de fabricar ro­pa impermeable y construir botes, porque tenían todas las herramien­tas para hacerlo D . Estas, casual­mente, son casi idénticas a las de los inuits", dice Stanford. "Además, vivían cerca del mar. Eso sí, habría que buscar las evidencias directas en las zonas que ocuparon, que hoy se encuentran sumergidas a unos ISO metros de profundidad, en la plataforma continental" . No hay que olvidar que, durante la Edad de Hielo , aquella estaba ex­puesta debido al menor nivel del mar. "Es preciso investigar los acantilados del norte de España y explorar el golfo de Vizcaya" .

ow.ly/cxqIP El documental de Díscovery Channel Ice Age Columbus recrea el posible viaje de un grupo de europeos prehistóricos hasta la costa este de EE.UU.

OAtlantiar

I

ow.ly/cxjcb Programa de este congreso en el que se dieron cita algunos

especie humana.

de los mayores especialistas en las culturas del Paleolítico de la zona allántica.

ow.ly/cxODV Portal del Proyecto

t Algunos estudios sugieren que los nellndertales, aquí. en un hipotético encuentro con nuestra especie, sabían manejar pequeñas embarcaciones .

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Las pruebas de esta migración podrían hallarse sumergidas en el golfo de Vizcaya

Enclaves más importantes

Asentamientos

1. Vale Comprido 2. Casa da Moura 3. Cueva de la Pileta 4. El Parpalló 5. Cueva del Moro Chufín 6. lsturitz 7. le Roe de Sers 8. Cueva de Placard 9. Fourneau-du-Diable 10. Combe Sauniere 11. Les Maitreaux 12. Solutré 13. 0ulon 14. la Salpetriere

paso de los siglos no significa que no existieran. Por ejemplo, nadie ha descubierto el asta de una lan­za solutrense y, sin embargo, no se cuestiona que era el sostén de las puntas de piedra. También sabe­mos que los esquimales prehistó ­ricos iban y venían a Groenlandia varias veces, para lo que recorrían 2.400 km hasta Barrow, en Alaska. Aún viven en el mismo borde del h ielo y se refugian en los témpanos cuando hay mal tiempo".

De ida y vuelta. Por eso, Bruce Bradley prefiere darle la vuelta a la pregunta. "No se trata de si los solutrenses hubieran -podido o no hacer el viaje. La cuestión, más bien, seria: ¿por qué no habrían de hacerlo? E tamos hablando de gente que vivía en un entorno que

El hogar de los solutrenses Principales zonas de presencia

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1

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Los genios del Paleolítico. La estaba volviéndose cada vez más cultura solutrense como un desierto. Las estaciones se (1) nos ha legado acortaban y la calidad de los pasti­notables obras de zales empeoraba. Probablemente, arte rupestre. como aprendieron a expandir su territo­este friso de Le Roc rio hacia ese otro ambiente increí­de Sers.en Francia blemente rico que era el Atlántico (2).Un estudio del

norte. Esto es. convirtieron el marlitoral ibérico (3. en su jardín. Generación tras ge-acantilados en

Barrica. Vizcaya). neración se fueron adaptando a podría aportar una economía oceamca. siguieron Imás datos sobre a los animales que iban migrando su tecnología. I y, como no podía ser de otro mo ­

do, acabaron encontrando tierra al I otro lado del hielo. Quizá incluso e

desplazaron a í. de un extremo del mar al otro, durante miles de años. Al final . cuando acabó la glaciación y las masas de agua quedaron libres de hielo, permanecieron en el que sería el Nuevo Mundo, Creemos que fue un proceso que habría to­

mado miles de años , no un suceso concreto" . Otro de los aspectos con los que tiene que lidiar la hipótesis solutrense está relacionado con el ADN. Algunos es­tudios. como el ~-ecto Genogr:i­beo D , que tiene en cuenta cientos de miles de muestras de poblacio­nes modernas de todo el mundo; o las investigaciones impulsadas por la University College de Londres, cuyos analistas han muestrea ­do decenas de grupos indígenas americanos y siberianos. parecen confirmar las tesis de quienes sos ­tienen que los primeros pobladores de América penetraron en ella a través del paso de Bering. "El pro ­blema con esos estudios es que se centran en el ADN moderno. Per­miten saber de dónde provienen las personas que se están obser­vando, pero en realidad no aportan mucho sobre quienes vivieron en el

il , pasado remoto", expone Bradley. "El 80 % de la población de Arné ­

E rica -continúa- pereció por enfer­~ medades. conflictos o hambrunas

tras la llegada de los europeos hace cinco siglos. Habría que buscar el rastro genético en momias o hue ­sos anteriores a esa colonización".

Con mitocondrias. El genetista Dou­glas Wallace, de la Universidad de Irvine, en California, estudia desde hace años los linajes de los nativos norteamericanos. En general. su ADN mitocondrial los retrotrae a Asia. 1\0 obstante, la población oji ­bwa. del noreste, posee una varian­te que se encuentra predominante­mente en el Viejo Continente cuyo origen puede rastrearse hasta hace al menos 15.000 años. .. Hemos dado con nuevos sitios don­de excavar en Chesape-ake", indica Stanford. y añade: "Lamentable­mente, al igual que en Europ-a. lo que hace veinte milenios era la costa este de Norteamérica hoy se encuentra baj el agua. Nos encantaría además buscar en el golfo de \rucaya. Tene­mos la tecnología, pero no el dine­ro". El objetivo de Bradley. por su parte, es reivindicar las capacidades de los antiguos: "Debemos tener en cuenta su destreza para adaptarse a nuevos ambientes. Al ignorar esa posibilidad, ignoramos a la humani ­dad de hace 20.000 años" . •

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