(hoja de aprobación) -...
TRANSCRIPT
1
Universidad San Francisco de Quito Colegio de Ciencias Biológicas y Ambientales
HOJA DE APROBACIÓN DE PROYECTO FINAL
Evaluación de la variabilidad genética del tomate de árbol (Solanum
betaceum Cav.) en los cultivos de tres provincias del Ecuador por medio de marcadores microsatélites.
Nicolás Peñafiel Loaiza
María de Lourdes Torres, Ph.D. Directora de Proyecto …………………………. María de Lourdes Torres, Ph.D. Miembro del Comité …………………………. Venancio Arahana, Ph.D. Miembro del Comité …………………………. Hugo Valdebenito, Ph.D. Miembro del Comité …………………………. Stella de la Torre, Ph.D. Decana del Colegio de Ciencias Biológicas y Ambientales …………………………..
Quito, diciembre de 2007
2
UNIVERSIDAD SAN FRANCISCO DE QUITO
Evaluación de la variabilidad genética del tomate de árbol (Solanum
betaceum Cav.) en los cultivos de tres provincias del Ecuador por medio de marcadores microsatélites.
Nicolás Peñafiel Loaiza
Proyecto Final presentado como requisito para la obtención del título de B.S. en Biotecnología y en Ecología Aplicada
Quito, Diciembre de 2007
ii
DERECHOS DE AUTOR
Derechos Reservados Nicolás Peñafiel Loaiza
2007
iii
DEDICATORIA
Dedico este trabajo a Espumoso, que fue el único que estuvo constantemente a mi lado mientras esta tesis era redactada.
iv
AGRADECIMIENTOS
Agradezco en primera instancia a María de Lourdes Torres por la confianza y la paciencia
depositadas en mí, y a todas las personas que fueron parte del Laboratorio de Biotecnología
Vegetal mientras realizaba este proyecto, en especial a Venancio Arahana, Andrés Torres,
Andrea Arias, Pedro González, Soledad Ordóñez y Nicolás Bastidas.
Un agradecimiento profundo a mis papás por haber estado siempre dispuestos a apoyarme con
los recursos que hubiesen sido necesarios para sacar adelante el proyecto.
Quiero también reconocer y agradecer la importante e incondicional ayuda de varias personas:
Teresa Ojeda (Teya), quien me ayudó en el proceso de extracción de semillas; Mónica
Reinoso (Monito), que estuvo conmigo en la recolección de frutos y para prestarme siempre
su atención; Mariana Peñafiel, quien me ayudó en la recolección de muestras en Tungurahua;
el señor Patricio de la Torre del Ministerio de Agricultura, cuya amabilidad fue una agradable
sorpresa dentro del ambiente ministerial; y a Cynthia Zorrilla, del CIP en Lima, cuya
asistencia técnica fue de gran valor para sacar adelante el proyecto.
v
RESUMEN El presente trabajo determina el nivel de diversidad genética en varios cultivos de tomate de árbol
(Solanum betaceum) de las provincias de Imbabura, Tungurahua y Pichincha, mediante el uso de
marcadores microsatélites. Conjuntamente, se evalúa el nivel de transferibilidad al tomate de árbol, de
53 pares de primers microsatélites desarrollados originalmente para papa (Solanum tuberosum).
Fueron visitadas un total de 18 plantaciones, en las cuales se colectaron accesiones de 50 individuos
en total, que fueron clasificados de acuerdo a las siguientes variedades: amarillo común, amarillo
gigante, amarillo bola, morado común, morado gigante y morado bola.
El porcentaje de pares de primers que amplificaron con éxito en las muestras de tomate de árbol fue de
28.3 %. En general, los loci amplificados mostraron un patrón monomórfico, constituyendo la
presencia de individuos heterocigotos la única forma de polimorfismo. El número de primers
polimórficos fue 4 de 53, lo que representa el 7.5%. El valor PIC para cada par de primers varió entre
0.077 y 0.514. En solo 5 de los 11 loci utilizados para el análisis se observaron individuos
heterocigotos. El porcentaje de individuos heterocigotos para estos loci varió entre 4 y 98 %. La
incidencia de alelos nulos en cada locus varió entre un mínimo de 0% y un máximo de 38% de los
individuos. El acervo genético de las accesiones analizadas parece ser estrecho y homogéneo. Se
detectaron valores altos de similitud genética entre las accesiones (80 - 100%), usando el coeficiente
de Jaccard. El método de agrupamiento UPGMA demostró que las accesiones no se asociaban ni por
lugar de origen, ni por variedad.
Estos resultados son congruentes con los obtenidos en estudios anteriores. El bajo porcentaje de
transferencia de primers indica que las secuencias que flanquean a los microsatélites no se han
conservado en el proceso de especiación de la papa y el tomate de árbol. La reducida diversidad
genética en los cultivos de tomate de árbol podría explicarse por un relativamente reciente proceso de
domesticación de la especie, y por una conjunción de factores geográficos/ecológicos, fenológicos y
culturales que fomentan la homogenización genética entre y dentro de los cultivos.
vi
ABSTRACT
The present work establishes the genetic diversity of cultivated tamarillo (Solanum betaceum) among
various orchards of Imbabura, Tungurahua and Pichincha using SSR markers. The success of cross-
species amplification in tamarillo of 53 SSR primer pairs originally developed in potato (Solanum
tuberosum) was also evaluated.
A total of 18 orchards were sampled and accessions of 50 individuals were selected for the analysis.
All the accessions were classified as belonging to one of the following varieties: amarillo común,
amarillo gigante, amarillo bola, morado común, morado gigante and morado bola.
The percentage of primer pairs that successfully amplified for the tamarillo was 28.3%. As a general
feature, those loci that did amplify showed a monomorphic pattern. The only evidence of
polymorphism appeared as heterozygous individuals. The number of polymorphic primers was 4 out
of 53, which represents 7.5%. The PIC value for each of the primer pairs varied between 0.077 and
0.514. Heterozygous individuals were reported for only 5 of the 11 primers used in the analysis. The
percentage of heterozygous individuals for each of these loci oscillated between 4 and 98 %. The
occurrence of null alleles for each locus varied between a minimum of 0% and a maximum of 38% of
the accessions. The genetic pool of the sample seem to be narrow and homogeneous. By using the
Jaccard coefficient, high values of genetic similarity among the accessions were recorded (80-100%).
The UPGMA clustering method revealed a clustering pattern that did not respond neither to accession
origin, nor to any morphological feature.
The results presented here correspond well with those of previous works. The low percentage of cross-
amplification implies that the flanking regions of the potato are no conserved in the tamarillo. The
reduced genetic diversity found to occur in the cultivated tamarillo could be explained by a relatively
recent domestication process of this species and by a conjunction of geographical/ecological,
phenological and cultural factors that enhance the homogenization within and among cultivated
populations.
vii
TABLA DE CONTENIDOS
DERECHOS DE AUTOR ................................................................................. II
DEDICATORIA ............................................................................................... III
AGRADECIMIENTOS .................................................................................... IV
RESUMEN .......................................................................................................... V
ABSTRACT ....................................................................................................... VI
1. INTRODUCCIÓN ......................................................................................... 10
1.1. MARCADORES MOLECULARES .................................................................................................................... 10 1.2. MICROSATÉLITES ....................................................................................................................................... 12
1.2.1. Características de los microsatélites ................................................................................................. 15 1.2.2. Comparación con otros marcadores moleculares ............................................................................. 17 1.2.3. Aplicabilidad de los microsatélites .................................................................................................... 18
1.3. IMPORTANCIA DE LA DIVERSIDAD GENÉTICA .............................................................................................. 20 1.3.1. Biodiversidad y conservación ............................................................................................................ 20 1.3.2. Fitomejoramiento .............................................................................................................................. 22
1.4. EL TOMATE DE ÁRBOL ................................................................................................................................ 23 1.4.1. Características generales .................................................................................................................. 23 1.4.2. Producción de tomate de árbol .......................................................................................................... 25
2. justificación .................................................................................................... 28
3. Objetivo general ............................................................................................ 31
4. Objetivos específicos ..................................................................................... 31
5. ÁREA DE TRABAJO ................................................................................... 32
6. MATERIALES .............................................................................................. 32
6.1. CULTIVO IN VITRO ...................................................................................................................................... 32 6.1.1. Esterilización de semillas y cultivo .................................................................................................... 32
6.2. EXTRACCIÓN DE ADN................................................................................................................................ 33 6.3. CUANTIFICACIÓN DE ADN ......................................................................................................................... 33 6.4. PCR ........................................................................................................................................................... 33 6.5. ELECTROFORESIS EN AGAROSA .................................................................................................................. 34 6.6. ELECTROFORESIS EN ACRILAMIDA ............................................................................................................. 34 6.7. TINCIÓN CON PLATA ................................................................................................................................... 35
7. MÉTODOS .................................................................................................... 35
7.1. MUESTREO ................................................................................................................................................. 35 7.2. GERMINACIÓN IN VITRO Y OBTENCIÓN DE HOJAS PARA LA EXTRACCIÓN DE ADN .................................... 36 7.3. EXTRACCIÓN DE ADN................................................................................................................................ 37 7.4. CUANTIFICACIÓN Y DILUCIÓN DEL ADN .................................................................................................... 38 7.5. PCR ........................................................................................................................................................... 38 7.6. ELECTROFORESIS EN AGAROSA .................................................................................................................. 39 7.7. ELECTROFORESIS EN ACRILAMIDA ............................................................................................................. 39 7.8. TINCIÓN ..................................................................................................................................................... 39 7.9. ANÁLISIS DE DATOS ................................................................................................................................... 40
8. RESULTADOS .............................................................................................. 41
8.1. PROTOCOLO ............................................................................................................................................... 41 8.2. TRANSFERIBILIDAD DEL SET DE PRIMERS ................................................................................................... 41 8.3. VARIABILIDAD GENÉTICA........................................................................................................................... 43
viii
9. DISCUSIÓN ................................................................................................... 44
9.1. TRANSFERIBILIDAD DE PRIMERS ................................................................................................................. 44 9.2. DIVERSIDAD GENÉTICA .............................................................................................................................. 49 9.3. CLASIFICACIÓN DE LAS VARIEDADES ......................................................................................................... 53
10. CONCLUSIONES ....................................................................................... 54
11. Recomendaciones ........................................................................................ 55
11.1. EN CUANTO AL PROTOCOLO ..................................................................................................................... 55 11.2. EN CUANTO AL FITOMEJORAMIENTO DEL CULTIVO ................................................................................... 56
12. Referencias ................................................................................................... 57
13. TABLAS ....................................................................................................... 71
14. FIGURAS ..................................................................................................... 86
14. ANEXOS ...................................................................................................... 93
ix
LISTA DE TABLAS, FIGURAS Y ANEXOS
Tabla 1. Variedades de tomate de árbol descritas por diversas fuentes. ................................. 71 Tabla 2. Sitios de colección de las accesiones de tomate de árbol. ......................................... 72 Tabla 3. Descripción de las características del fruto usadas para la clasificación de
variedades en el presente estudio. .................................................................................... 73 Tabla 4. Accesiones de tomate de árbol utilizadas en este estudio, agrupadas por provincia
de origen y la variedad a la que pertenecen. .................................................................... 73 Tabla 5. Accesiones de tomate de árbol analizadas y agrupadas por la variedad a la que
pertenecen. ........................................................................................................................ 74 Tabla 6. Reactivos y volúmenes utilizados para la amplificación por PCR de los SSRs. ...... 75 Tabla 7. Programa de PCR usado para la amplificación de los loci microsatélites. La
temperatura de annealing (T) varía para cada par de primers (ver Tabla 8). ................... 75 Tabla 8. Características de los pares de primers usados para el análisis de las accesiones
de tomate de árbol. ........................................................................................................... 76 Tabla 9. Protocolo de tinción con plata de los geles de acrilamida. ........................................ 77 Tabla 10. Valores de similitud genética entre todas las accesiones obtenidos utilizando el
coeficiente de Jaccard y agrupados por lugar de origen y por variedad de las muestras de tomate de árbol. ........................................................................................................... 77
Tabla 11. Promedio, valores máximos y mínimos y desviación estándar de los valores de similitud genética obtenidos con el coeficiente de Jaccard y agrupados por variedades y lugar de origen de las accesiones de tomate de árbol. ................................................... 84
Tabla 12. Ejemplos de transferencia de primers SSR en plantas, con el número de loci amplificados (A), el número de loci polimórficos (P) y el número total de loci muestreados (n). ............................................................................................................... 85
Figura 1. Vista externa del fruto y corte transversal de cada una de las variedades propuestas para el tomate de árbol en este estudio. .......................................................... 86
Figura 2. Geles de acrilamida en los que se muestra la separación por electroforesis de productos de amplificación por PCR de algunos de los pares de primers usados en el estudio para analizar las accesiones de tomate de árbol. .................................................. 89
Figura 3. Dendrograma generado por el método UPGMA, usando el coeficiente de similitud de Jaccard, a partir de los patrones de bandas generadas por 11 pares de primers de SSRs en 50 accesiones de tomate de árbol. .................................................... 92
Anexo 1. Comparación de características entre los marcadores moleculares más populares. . 93 Anexo 2. Plagas y enfermedades que afectan al tomate de árbol y su tratamiento. ................ 93
10
1. INTRODUCCIÓN
1.1. Marcadores moleculares
En los últimos 30 años, se ha producido un extenso desarrollo en el campo de los marcadores
moleculares, las herramientas genómicas que permiten analizar desde diversos ángulos y para
múltiples fines el ADN. Varían ellos desde la forma en que funcionan hasta su poder
informativo y sus aplicaciones. Se define a un marcador molecular como “cualquier diferencia
fenotípica controlada genéticamente y utilizada en el análisis genético” (Nuez y Carrillo
2000).
Antes del advenimiento de los marcadores moleculares, los únicos marcadores disponibles
para estudios de genética y para mejoramiento eran los marcadores morfológicos, que
presentan severas limitaciones en sus posibilidades de aplicación. Un marcador morfológico
es cualquier fenotipo, generalmente de fácil identificación visual, cuya expresión esté ligada a
un gen de interés. El principal limitante de este tipo de marcadores es la dificultad para
identificar su relación a genes de importancia económica (Ferreira y Gratapaglia 1998).
Además, la expresión de los marcadores morfológicos, especialmente en plantas, puede
depender de factores ambientales o fenológicos, y su evaluación con frecuencia solo es
posible a nivel de todo el organismo y cuando éste llega a estado adulto (Azofeifa-Delgado
2006). Por el contrario, los marcadores moleculares son fenotípicamente neutros, esto es que
las sustituciones alélicas no tienen otros efectos fenotípicos, son insensibles al ambiente, y si
éste tiene alguna influencia (proteínas), ésta es de tipo cuantitativo mas no cualitativo (Nuez y
Carrillo 2000); presentan mayor polimorfismo, pueden aplicarse desde muy temprano en el
desarrollo de las plántulas y en cualquier tipo de material vegetal , además de que no
dependen de la época del año en que se realice el análisis y están libres de efectos epistáticos
(Azofeifa-Delgado 2006, Ferreira y Gratapaglia 1998).
11
Los marcadores moleculares pueden ser aplicados en una serie de campos que incluye desde
la conservación de los recursos genéticos hasta la mejora de variedades de importancia
comercial (Nuez y Carrillo 2000). Han ayudado en la elaboración de colecciones núcleo ex
situ a partir de poblaciones, identificando genotipos representativos que incluyan alelos
diferenciados para cada población (Lanteri y Barcaccia 2006, Segarra-Moragués et al. 2005).
Estas colecciones núcleo proveen una introducción para posteriores estudios de diversidad de
las poblaciones in situ y son una fuente potencial para la identificación de genotipos de interés
para programas de mejoramiento de los cultivos (Lanteri y Barcaccia 2006).
Más aún, el uso de este tipo de análisis moleculares hace posible la elucidación de las
dinámicas del flujo génico entre poblaciones y el esclarecimiento de la relaciones
filogenéticas, que a su vez ayuda a resolver preguntas taxonómicas y evolutivas (De Vicente
et al. 2006). Han servido para identificar áreas de origen y patrones de domesticación de los
cultivos (Sanjur et al. 2002), y en cuanto se refiere al mejoramiento en plantas de interés
comercial, los marcadores moleculares son de utilidad en la introgresión de genes, el
desarrollo de líneas puras, la identificación varietal, entre otras aplicaciones (Nuez y Carrillo
2000).
Dentro de los marcadores moleculares se suele hacer una distinción entre aquellos que utilizan
proteínas (isoenzimas) y aquellos basados en el ADN. Los marcadores bioquímicos
(proteínas) se limitan a un grupo de enzimas funcionales y su polimorfismo se restringe a
variaciones en la secuencia de los genes que codifican para tales proteínas; por el contrario, el
polimorfismo en los marcadores de ADN puede ocurrir en cualquier parte del genoma, tanto
en secciones codificantes como no-codificantes y tanto en elementos simples como repetitivos
del ADN (Bachmann 1994).
Existe diferencia en el número de loci que analizan los distintos marcadores, lo que les
confiere diferentes características. Los marcadores que analizan un solo locus por vez (SSR,
12
RFLP) se caracterizan usualmente por ser co-dominantes (pueden diferenciar a individuos
homocigotos de los heterocigotos) y proveen datos más robustos y comparables que los
marcadores dominantes (AFLP, RAPD), cuyo complejo patrón multilocus limita hasta cierto
punto su comparabilidad entre estudios (Lanteri y Barcaccia 2006).
Los marcadores de ADN pueden ser agrupados en tres categorías por su modo de operación:
I. los que no utilizan la reacción en cadena de la polimerasa (PCR), como los RFLPs; II.
aquellos que se valen del PCR y que utilizan además primers no específicos, como los RAPDs
y; III. Los marcadores genéticos que utilizan PCR y que requieren primers específicos
(Azofeifa-Delgado 2006). Dentro de este último grupo se encuentran los microsatélites. Los
métodos basados en PCR requieren mucho menos ADN y por lo tanto son generalmente
preferidos (Bachmann 1994).
Ante la multitud de tipos marcadores disponibles en la actualidad, la decisión de cuál de ellos
es el más apropiado para cierto estudio en particular no siempre es fácil. Son varios los
parámetros a considerar y generalmente el uso de una combinación de técnicas resulta ser la
manera más adecuada de obtener la información requerida (Lanteri & Barcaccia). El sujeto de
análisis también debe ser considerado al momento de elegir, porque ciertos tipos de
marcadores han resultado de utilidad en unas especies, pero no en otras (Gupta et al. 1999).
1.2. Microsatélites
Reportados por primera vez por Hamada et al. (1982), los microsatélites o SSRs, por sus
siglas en inglés, son un tipo de marcador molecular que aprovecha la existencia de secuencias
repetitivas de nucleótidos distribuidas aleatoriamente a lo largo de todo el genoma. En
realidad el término “microsatélite” se refiere a esas secuencias específicas de ADN, solamente
que se usa por extensión para designar a toda la técnica que involucra a estas secuencias. Un
microsatélite es uno o varios conjuntos de 1 a 4 pares de bases adyacentes, denominados
también como motivos, que se repiten uno al lado del otro 2 o más veces (Powell et al. 1996).
13
Generalmente las repeticiones de dinucleótidos (GT, AT, GA, etc.) son más comunes, que las
repeticiones de tri- o tetranucleótidos (McPherson et al. 1992). Hace ya más de dos décadas se
descubrió y quedó bien establecido que los SSRs estaban bien representados en toda la gama
de organismos eucariotas (Hamada et al. 1982, Tautz y Renz 1984). Estas secuencias
repetitivas se pueden encontrar incluso en el material genético de los cloroplastos y son
análogas a las presentes en el genoma nuclear, solamente que están compuestos, de manera
característica, por motivos mononucleótidos (Bryan et al. 1999). Las secuencias de los
microsatélites de estos organelos (cpSSRs) son más conservadas que aquellas presentes en el
ADN nuclear, debido a una menor tasa de mutación (Provan et al. 1999) y presentan un nivel
de polimorfismo mayor que el de otros marcadores aplicados en cloroplastos (Provan et al.
2001).
Los motivos microsatélites varían en abundancia entre los diferentes organismos. Así,
mientras que (CA)n es uno de los motivos más frecuentes en humanos y algunos mamíferos y
menos abundantes en plantas, lo contrario sucede con el motivo (AT)n. Los trinucleótidos que
ocurren con mayor frecuencia en plantas son (AAG)n y (AAT)n (Gupta et al. 1996, Powell et
al. 1996). Se ha estimado que aproximadamente una secuencia mayor a los 20 bps ocurre cada
33 Kb en los genomas nucleares de las plantas (Powell et al. 1996). El número de repeticiones
del motivo puede variar dando lugar a diferentes alelos, por ejemplo: (GA)8 y (GA)9 son dos
alelos del mismo microsatélite. De hecho, existe por lo general una relación directamente
proporcional entre la longitud del microsatélite y la cantidad de alelos detectados: a mayor
número de repeticiones del motivo del microsatélite, mayor es el número de alelos
encontrados (Gupta et al. 1996, FitzSimmons et al. 1995). En humanos, se ha encontrado que
un número de repeticiones menor a 12 usualmente coincide con niveles muy bajos de
polimorfismo (Gupta et al. 1996). A pesar de esto, en plantas, algunos microsatélites pueden
llegar a ser tanto o más variables e informativos que aquellos con repeticiones más largas
14
(Peakall et al. 1998). En ocasiones el número de repeticiones de un motivo microsatélite llega
a ser tan grande que el tamaño de los alelos puede superar las 300 bps (Kubis et al. 1998).
Las secuencias microsatélites pueden clasificarse en tres grupos de acuerdo a la forma en que
los motivos se repiten: perfectos (sin interrupción), por ejemplo (GT)n; imperfectos
(interrumpidos por secuencias que no se repiten), como (GT)n-GGT-(GT)m; y compuestos
(motivos que se repiten de forma adyacente), por ejemplo (GT)n(AT)m (McPherson et al.
1992, Gupta et al. 1996).
Los primers son secuencias de ADN complementarias a aquellas que flanquean los
microsatélites y permiten así su ubicación dentro del genoma. En los extremos 3’ del
microsatélite se hallan secuencias de ADN conservadas específicas para cada uno de ellos. De
este modo, para la amplificación exitosa de cada microsatélite se necesita en realidad de un
par de primers, llamados R y F (reverse y forward, en inglés), que se unan de manera
específica cada uno a una de las dos regiones aledañas al microsatélite – cada una de estas en
el extremo 3’ de cada cadena del ADN. Para la técnica de los SSRs tienen que diseñarse
secuencias de nucleótidos complementarias a las anteriores, que a modo de sondas detecten la
ubicación de los microsatélites en la cadena de ADN (Gupta el al. 1996). Es tan inusual que
secuencias de una longitud de entre 20 y 30 nucleótidos aparezcan independientemente por
azar, que el diseño de primers de esa longitud asegura que el ADN amplificado durante el
PCR a partir de ellos corresponda a las regiones específicas que se quiere analizar y no a otras
secuencias arbitrarias (Bachmann 1994).
La Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR por sus siglas en inglés) permite hacer
detectable y hasta visible la presencia de secuencias microsatélites dentro del ADN. El PCR
crea copias de ADN, pero centrándose en regiones de interés, en este caso las regiones SSRs.
La presencia de los primers permite esta amplificación selectiva del genoma. La técnica de
PCR consiste en la ejecución repetida de un ciclo que, mediante cambios de temperatura,
15
permite: 1) la desnaturalización de la cadena de ADN (~95 ºC), 2) la unión (o annealing) de
los primers a sus secuencias complementarias en la cadena denaturada (37-60 ºC,
dependiendo del contenido de GC), y 3) la síntesis de nuevas cadenas de ADN (elongación), a
partir de la región de los primers gracias a la acción la enzima ADN polimerasa (72 ºC)
(McPherson et al. 1992, Nicholl 2002). El resultado del PCR es una gran cantidad de copias
de las secuencias microsatélites, que puede ser detectada visualmente mediante electroforesis
en gel. Esta técnica permite la separación de cadenas de ADN por su peso molecular, usando
un campo eléctrico. Las secuencias de ADN sometidas a electroforesis migran a través de una
matriz tridimensional que puede estar formada por diversos compuestos como la agarosa o la
acrilamida (Nuez y Carrillo 2000).
La adición de bromuro de etidio en la preparación de geles de agarosa permite detectar
cantidades tan pequeñas como 1-5 ng de ADN (Nicholl 2002). Sin embargo, la electroforesis
en geles de acrilamida y su tinción con plata es preferida porque es una técnica hasta cinco
veces más sensible y menos tóxica y ha demostrado tener un alto grado de confiabilidad
(Yábar 2003, Caetano-Anollés y Gresshoff 1994).
1.2.1. Características de los microsatélites
Las secuencias microsatélites pueden considerarse como un gen cualquiera, esto es, que
cuentan con un par de copias en un organismo diploide, para el cual éste puede ser hetero- u
homocigoto (Sunnucks 2000). Los alelos de un organismo que fuera heterocigoto para una
secuencia microsatélite diferirían solamente en el número de repeticiones del motivo de dicho
microsatélite; las secuencias blanco de los primers que permiten identificar tal microsatélite
serían las mismas para todos los alelos (Gupta et al. 1996). En un gel de electroforesis los
alelos de un mismo locus microsatélite se evidencian como dos bandas de distintos peso
molecular, estando el número máximo de bandas determinado por la ploidía del organismo.
De esta manera, un análisis con SSRs, de una muestra de cierta población permite fácilmente
16
saber el número de alelos y el nivel de heterocigocidad de esa muestra para cada locus
microsatélite analizado.
El papel que cumplen los SSRs dentro del genoma es aún sujeto de debate. A pesar de que se
considera comúnmente a los microsatélites como marcadores genéticos neutros desde el punto
de vista evolutivo, varias son las funciones se especulan sobre la presencia de estas secuencias
(revisado en Li et al. 2002): organización cromosomal (al menos en ciertos taxones
específicos), participación en la estructura secundaria del ADN, por su capacidad de formar
múltiples estructuras de “asa”, que estarían también comprometidas en la regulación de la
expresión génica. Una mayor densidad de secuencias microsatélites en las regiones cercanas
al extremo 5’ de genes en plantas también se ha asociado con una posible implicación en la
regulación de la transcripción de dichos genes (Fujimori et al. 2003).
El valor de los microsatélites reside en su condición altamente polimórfica, su naturaleza
codominante, su abundancia dentro del genoma, su detección sencilla por PCR, cobertura
extensa del genoma y su requerimiento de una pequeña cantidad de ADN para el análisis
(Powell et al 1996, Ferreira y Gratapaglia 1998). Una de las fortalezas de esta técnica es que
los loci microsatélites pueden llegar a ser altamente polimórficos entre especies, y aún más
importante, entre individuos y poblaciones de una misma especie (Gupta el al. 1996). En
particular, resultan de gran utilidad para especies poco polimórficas, como lo son
comúnmente las plantas autógamas, para las cuales la probabilidad de encontrar otros
marcadores polimórficos de calidad es baja (Nuez y Carrillo 2000). Además, estos
marcadores pueden ser fácilmente distribuidos entre diferentes laboratorios a través de las
secuencias de los primers, lo que permite adicionalmente un alto grado de comparabilidad
entre resultados (Powell et al 1996).
Por sus características, los SSRs son marcadores genéticos poderosos, por lo que sus
limitaciones no se relacionan con su capacidad de brindar información, sino con cuestiones
17
prácticas. La primera de ellas y a la que generalmente se alude primero tiene que ver con el
laborioso y relativamente costoso proceso de desarrollo que conllevan, aunque la paulatina
disminución de costos y simplificación de los métodos de desarrollo han fomentado la
aparición de cada vez más microsatélites específicos para más especies (Nuez y Carrillo
2000). Los SSRs realizan un análisis de un locus por vez, lo cual los pone en desventaja ante
otros marcadores como los AFLPs por ejemplo, que con una misma combinación de primers
producen un espectro de análisis multilocus. Esto cobra relevancia en especial cuando se
considera que en un mismo gel de electroforesis de AFLPs se puede evidenciar el
polimorfismo de una multitud de locus, mientras que en uno de microsatélites solamente se
expresa el de un solo locus (Sunnucks 2000). Esto obviamente implica una mayor cantidad de
recursos. El grado de transferibilidad entre especies de los marcadores SSR puede presentar
una desventaja en algunos casos porque su espectro de aplicabilidad suele limitarse a grupos
de especies muy cercanas (Nuez y Carrillo 2000).
1.2.2. Comparación con otros marcadores moleculares
Existe una diversidad de estudios enfocados en comparar de manera práctica las virtudes y
falencias entre los distintos tipos de marcadores moleculares. En el Anexo 1 se resumen las
características principales de los tipos de marcadores moleculares más populares.
Ross et al. (1999) concluyen en su estudio que los microsatélites fueron los marcadores más
efectivos para detectar la estructura genética en poblaciones de hormigas, al compararlos con
otras 5 clases de marcadores moleculares. En un estudio comparativo para detectar
variabilidad genética en el maíz, García et al. (2004) encontraron que, frente a otros
marcadores genéticos (RFLPs, RAPDs y AFLPs), los SSRs ofrecían el segundo mayor
contenido de información de polimorfismo (PIC) – que es un índice de polimorfismo de un
marcador – y el cálculo de distancia genética obtenida con esta clase de marcador concordaba
con el de los otros marcadores. Los autores concluían que a pesar que los microsatélites
18
demostraron ser una herramienta de alto poder informativo, habría sido necesario analizar un
mayor número de loci para que los resultados obtenidos fueran significativos. Esto resultaría
en un incremento en los costos iniciales pues significaría el desarrollo de un mayor número de
primers. Lanteri y Barcaccia (2006) encontraron que los estimados de diversidad genética
arrojados por un set de 32 loci microsatélites y siete combinaciones de primers AFLP fueron
congruentes.
Los SSRs tradicionalmente han mostrado un mayor nivel de polimorfismo frente a otros
marcadores basados en PCR (Milbourne et al. 1997) y en general frente a la mayoría de
marcadores moleculares (Nybom 2004). Sin embargo, marcadores como los AFLPs, que
tienen la capacidad de analizar simultáneamente un mayor número de bandas por muestras,
exhiben mayor índice de diversidad o Índice de Marcador.
Los SSRs no son adecuados para estudios de relaciones genéticas aunque quizás esto dependa
del número de loci microsatélites que se usa (Russell 1997) que suele ser bajo – promedio de
8 por estudio (Nybom 2004). Los estimados de similaridad genética obtenidos usando SSRs
siempre han sido más bajos que al usar otros marcadores (Russell et al. 1997).
Los sistemas multilocus son técnicamente más prácticos pero albergan algunas desventajas.
Por un lado, no pueden brindar información sobre nivel de heterocigocidad, lo que puede
limitar sus aplicaciones. Además, una proporción importante de la variación detectada por
estos métodos podría ser no heredable y aún peor, no derivada del organismo. Por último,
como consecuencia de la visualización simultánea de una multitud de marcadores (múltiples
bandas en un mismo gel), los patrones producidos por sistemas multilocus difícilmente
pueden ser comparados con exactitud entre diferentes ensayos (Sunnucks 2000).
1.2.3. Aplicabilidad de los microsatélites
En las plantas, los microsatélites son ubicuos y evolucionan rápidamente por lo que son
valiosos como marcadores moleculares y para “fingerprinting” (Kubis et al. 1998). Es por esto
19
que su uso en plantas se halla de igual manera muy difundido, en una multitud de especies de
importancia económica como frutales (ver Azofeifa-Delgado 2006, para una revisión; Perera
et al. 2001), arroz (Zeng et al. 2004), papa (Sukhotu et al. 2005, Raker y Spooner 2002),
camote (Zhang et al. 2000), caña de azúcar (Cordeiro et al. 2003), rosa (Baydar et al. 2004),
soya (Choi et al. 1999), trigo (Gupta et al. 1999), maíz (Lanteri & Barcaccia 2006) entre
muchas otras, así como especies en vías de extinción (Segarra-Moragues et al. 2005). En
animales, los microsatélites son uno de los marcadores moleculares de mayor preferencia
para análisis de variabilidad genética en animales de granja (Simianer 2006) y su aplicación
en animales silvestres también es bastante común especialmente cuando se trata de especies
amenazadas (por ejemplo, Martínez-Cruz et al. 2002, Waits et al. 2007, Jehle & Arntzen
2002).
En plantas, los microsatélites han sido aplicados de diversas maneras y con diversos fines,
desde el fitomejoramiento hasta la evaluación de poblaciones orientada a la conservación.
Dentro del análisis de la estructura poblacional han sido de ayuda para la evaluación de la
diversidad genética intra- e interpoblacional, tanto en especies silvestres, cultivos e incluso
bancos de germoplasma. La naturaleza codominante de los SSRs permite su aplicación para
determinar niveles de hibridación dentro de los individuos de una especie (Provan et al. 1996
citado en Powell et al. 1996, Xu et al. 2004). Otros rasgos poblacionales como el flujo
genético y el origen y centros de diversidad (Pillon et al. 2006) han sido develados gracias al
uso de marcadores microsatélites. El carácter hipervariable de los SSRs permite discriminar
eficazmente entre individuos estrechamente relacionados (Powell et al. 1996), lo cual es de
utilidad para la identificación de cultivares. Se han identificado en varias especies cultivadas
secuencias microsatélites ligadas a genes que confieren características de interés comercial
(Zeng et al. 2004), lo que ha sido aplicado a la selección asistida por marcadores (MAS por
20
sus siglas en inglés) (Roy et al. 2006) y en la construcción de mapas de ligamiento, sobre
todo en cultivos mejor conocidos (Nuez y Carrillo 2000).
El proceso de desarrollo de los microsatélites constituye la principal desventaja de esta técnica
pues ha resultado laborioso y relativamente caro en comparación con otros marcadores. El
mayor reto consiste en identificar los microsatélites dentro del genoma. Su búsqueda se puede
realizar a través de la secuenciación del ADN o mediante la creación de bibliotecas
genómicas. Sin embargo, ambos métodos suponen una inversión adicional de recursos y son
relativamente pocas las especies vegetales para las que se ha generado bases de datos con
secuencias genéticas. Una vez que se han localizado los microsatélites dentro del genoma, se
identifican las secuencias que los flanquean, que servirán para la construcción de
primers, y finalmente es necesario un fase de experimentación para corroborar tanto la
amplificación exitosa de los microsatélites, como que éstos sean polimórficos (Nuez y
Carrillo 2000, Ferreira y Gratapaglia 1998).
1.3. Importancia de la diversidad genética
1.3.1. Biodiversidad y conservación
El papel de la diversidad genética como el ingrediente sustancial para la evolución es
indiscutible. La necesidad de cuantificar y de conservar la biodiversidad en general y la
biodiversidad de los recursos agropecuarios en particular, se hizo explícita y fue reconocida a
través de la ratificación de muchos países del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB
1992).
Se ha reconocido que las variedades vegetales desarrolladas local y tradicionalmente,
constituyen el material cultivado con la mayor diversidad genética y con la mejor adaptación
al ambiente particular en el que crecen. Desafortunadamente, algunas de estas variedades se
han perdido ante la difusión de sistemas de producción intensivos, basados en el monocultivo,
21
que promueven el uso de cultivares comerciales de reducida diversidad genética. Muchas de
las variedades locales han desaparecido antes de que pudieran haber sido reconocidas y
aprovechadas como fuentes importantes de germoplasma (Lanteri & Barcaccia).
La definición de estrategias de conservación de germoplasma depende del conocimiento de la
localización, distribución y extensión de la diversidad genética. Tal conocimiento permite
tomar decisiones sobre cuáles poblaciones tomar en cuenta (para un programa ex situ) o en
cuáles poner mayor énfasis para proteger esas poblaciones in situ (Vicente et al. 2006).
La conservación de la diversidad genética está directamente relacionada con el tema de
seguridad alimentaria. Esto se puso de manifiesto dentro del Tratado Internacional sobre los
Recursos Filogenéticos para la Alimentación y la Agricultura, que reconoce que los recursos
fitogenéticos son fundamentales para la alimentación mundial porque son la materia prima a
partir de la cual agricultores y científicos pueden promover la calidad y la productividad de
los cultivos, de modo que se pueda enfrentar el reto de alimentar a una población siempre
creciente (ITPGR 2001). La Región Andina ha sido contemplada como una región clave para
cumplir con estos objetivos, pues es centro de origen y diversidad de un significativo número
de especies importantes (entre ellas el tomate de árbol) y potencialmente claves para la
seguridad alimentaria, incluso a nivel mundial (Silva s.f.). La limitada diversidad genética de
las plantas cultivadas las hace especialmente vulnerables a la propagación rápida de plagas y
enfermedades (Tanksley y McCouch 1997), poniendo en riesgo la fuente de alimentación de
muchas personas que dependen de esos cultivos, como ha sucedido ya en el pasado (Ochoa
2000, Tanksley y McCouch 1997).
La introducción de nuevos cultivos en el mercado mundial es de interés tanto para
consumidores como para productores, pues ofrece múltiples ventajas desde diversos puntos de
vista para el sector productivo y el ambiente, y la investigación destinada a la exploración y
mejoramiento de nuevos cultivos es un negocio rentable, como lo demostró ser la
22
introducción y producción de tomate de árbol y de kiwi (Actinidia spp.) en Nueva Zelanda
(Prohens et al. 2003).
1.3.2. Fitomejoramiento
Si bien es importante preservar la diversidad de los recursos fitogenéticos, porque constituye
la base de todos los cultivos que sostienen la alimentación mundial, también es cierto que es
pertinente aprovechar todo el conocimiento fruto de ese esfuerzo de conservación, para el
mejoramiento de esos mismos cultivos. Se estima que cerca de la mitad del incremento total
en la producción de los cultivos logrado durante los últimos 50 años se debe al mejoramiento
genético de los cultivos, siendo la otra mitad resultado del avance en las técnicas de cultivo
(Suslow et al. 2002).
Actualmente, el papel de la biodiversidad en el mejoramiento de los cultivos cobra
importancia también porque es del acervo genético conformado por variedades, poblaciones
silvestres y especies relacionadas de una planta, que se seleccionan las características que se
desean introducir en las especies cultivadas. La hibridación mediante cruces inter- e intra-
específicos ha sido empleada para la introducción de genes de interés en cultivares de muchos
cultivos (Ashraf y Ahmad 1999). La introgresión (transferencia de un gen o carácter de un
individuo a otro por retrocruces repetidos con el mismo parental) de genes en variedades
domesticadas, provenientes de especies silvestres relacionadas, ha sido aprovechada sobre
todo para conferir algún tipo de resistencia. La identificación del así llamado “vigor híbrido”,
ayudó a los agricultores a conseguir cultivos más productivos y uniformes (Suslow et al.
2002).
Aunque, en general, el proceso de selección artificial llevado a cabo para mejorar los cultivos
ha conducido al estrechamiento progresivo de la base genética la diversidad de los mismos,
ésta no tiene que ser la tónica necesariamente. Los mismos programas de mejoramiento
pueden ser modificados para incluir especies silvestres, variedades y cultivares exóticos para,
23
a través de cruces introgresivos, introducir nuevo material genético en las poblaciones de los
cultivares modernos. De este modo, es posible una alta producción en los cultivos sin
disminuir peligrosamente su acervo genético (Reif et al. 2005).
1.4. El tomate de árbol
1.4.1. Características generales
En el ámbito de la agricultura, los Andes tropicales son de especial importancia por constituir
un centro importante de diversidad y de origen de una gran variedad de cultivos que encierran
un potencial nutritivo y económico en la mayoría de los casos, apenas explotados (Jacobsen et
al. 2003, Tapia s.f., NRC 1989). Dentro de las plantas de interés comercial, la familia de las
Solanáceas cobra una relevancia especial porque en la Región Andina se ha diversificado en
multitud de especies, como la papa (Solanum tuberosum), el tomate (S. lycopersicon), el
pimiento (Capsicum spp.), la berenjena (S. melongena), el tabaco (N. tabacum) y el tomate de
árbol, entre otras que han sido aprovechadas por el hombre desde hace mucho tiempo (SOL
2004, NRC 1989).
Es ya reconocido el potencial económico del cultivo de tomate de árbol, así como sus
limitaciones (FAO 1992, NRC 1989). El tomate de árbol se cultiva por sus frutos. Éstos se
usan crudos o cocinados en la preparación de jugos, dulces e incluso salsa de ají (Bohs 1989).
El tomate de árbol es una buena fuente de pro-vitamina A (caroteno), vitaminas B6, C, E y de
hierro (NRC 1989).
Solanum betaceum proviene de la Región Andina, en donde existe una larga tradición de su
cultivo (Bohs 1989). Se acepta la región del sur de Bolivia y el noroccidente de Argentina
como su centro de origen por la ocurrencia de poblaciones silvestres en esta zona (Meadows
2002). A pesar de su procedencia, el mayor productor de esta fruta es Nueva Zelanda, donde
su cultivo ha sido popular desde hace más de 60 años, hasta tal punto que la denominación de
24
“tamarillo”, acuñada en ese país, es el nombre con el que se lo conoce a nivel internacional
(NRC 1989) .
Solanum betaceum es un árbol pequeño de 2-3 m de alto, perenne, de tallo único, ramificado a
la altura de 1-1.5 m (FAO 1992). Sus flores son pentámeras, radialmente simétricas y
hermafroditas. Su diámetro es cercano a los 25 mm, y sus pétalos varían en color entre blanco
y rosa pálido, algunas veces con manchas moradas. Aunque es posible la autofecundación en
las flores, parece ser que el mecanismo más importante de fertilización es la polinización
mediada por abejas y moscardones (Lewis y Cosidine 1999). La planta tiene un período de
vida de 3-4 años, iniciándose la floración entre 8 y 10 meses después de la siembra en terreno
definitivo y manteniéndose continua a lo largo del año (FAO 1992).
Este cultivo se presenta en los Andes entre los 1800 m y los 2800 m de altitud donde la
temperatura promedio anual varíe entre 13 y 24 ºC (SICA s.f.). En el Ecuador por lo tanto, es
posible encontrarlo a lo largo de toda la Sierra desde Carchi hasta Loja (MAG 2001) sobre
todo en los valles interandinos temperados (Cadena 2001). Las provincias con mayor
representatividad en el cultivo de tomate de árbol son Tungurahua, Imbabura y Pichincha,
aunque también hay una producción importante en Azuay y Chimborazo (Cadena 2001).
El fruto puede variar considerablemente en su tamaño y aspecto: la piel es usualmente roja
pero oscila entre amarilla hasta púrpura, a veces con rayas longitudinales obscuras; el color
del mesocarpo varía entre amarillo cremoso a naranja pálido; el mucílago que rodea a las
semillas puede ser amarillento o morado obscuro; y la forma puede ser desde redonda hasta
“puntona” (Bohs 1989). Este grado de variabilidad en las características morfológicas es
predecible en especies sujetas a selección humana por sus frutos (Bohs 1989), y sin duda crea
dificultades para establecer cultivares definidos.
No existe un consenso en cuanto a las variedades existentes del tomate de árbol y las mismas
dependen del país de producción. Así, mientras en Colombia (el mayor productor americano
25
de esta fruta) se distinguen tres tipos, a nivel internacional son reconocidos varios cultivares,
algunos de ellos desarrollados en países fuera del área andina, especialmente Nueva Zelanda
(MAG 2001). Para el Ecuador, Albornoz (1992) describe con detalle cinco variedades
cultivadas. Morales (2001) sin embargo, en su diagnóstico del cultivo del tomate de árbol,
registra seis variedades, clasificación que coincide con la propuesta en este estudio a
excepción de la variedad “criollo”. Esta similitud se explica porque en ambas investigaciones
se consultó a los propios agricultores sobre la variedad cultivada en su plantación, es decir se
aplicó la nomenclatura manejada entre ellos. Además, el ámbito geográfico que cubrieron los
dos estudios coincide; quizás en otras regiones del país la clasificación de variedades para el
tomate de árbol sea diferente. Todas las variedades mencionadas constan en la Tabla 1.
1.4.2. Producción de tomate de árbol
La producción de tomate de árbol ha tenido históricamente severas limitaciones tanto por la
manera en que se manejan los cultivos como por las características de la planta (FAO 1992).
Aún en cultivares seleccionados suele presentarse inestabilidad en las características del fruto,
por lo cual, no puede asegurarse una producción uniforme en tamaño, color o acidez lote tras
lote, año tras año. Es frecuente además, la aparición de pequeñas calcificaciones en el fruto,
que si bien no representan un problema cuando se utiliza el fruto fresco (porque estos
“cálculos” aparecen en las capas más externas), sí presentan una desventaja para productos en
los que se procesa el fruto completo (NRC 1989). En los países andinos no ha existido una
caracterización clara y estandarizada de las variedades del tomate de árbol. A esto se suma
una ausencia de técnicas de cultivo a nivel comercial (técnicas de poda y regeneración de
plantas) y un cultivo restringido en extensión, muchas veces incluso limitado al huerto
familiar (FAO 1992). Quizás el mayor inconveniente sea la vulnerabilidad ante una multitud
de plagas (insectos y nemátodos) y enfermedades (virus, hongos y bacterias) (NRC 1989,
Barghchi 1997) (Anexo 2). El grado de susceptibilidad depende sin embargo de la densidad
26
de la plantación y del área geográfica donde se encuentra el cultivo (Bohs 1989).
Paradójicamente, el tomate de árbol parece mostrar resistencia al virus del mosaico del
tabaco, un virus que afecta a varias solanáceas, entre ellas, la papa, el tomate y el tabaco.
Probablemente se podría encontrar en el tomate de árbol una fuente de resistencia contra esta
enfermedad (NRC 1989).
Hace ya muchos años (NRC 1989) se reconocía que el tomate de árbol producido en los
países andinos estaba lejos de cumplir los estándares que lo harían un producto con calidad de
exportación. Muy poco ha cambiado en lo que respecta al Ecuador: no existe pureza varietal
en las plantaciones (existe mucha variabilidad en las características del fruto y hay mezcla de
cultivares en un mismo cultivo), ni material vegetal (semillas, frutos o plántulas) certificado
libre de virus o que garantice una productividad estable o la propagación de líneas puras
(Morales 2001). La variabilidad en la calidad de la fruta, que no siempre cumple con los
parámetros de tamaño y color adecuados, junto con las pérdidas provocadas por la
diseminación de enfermedades (propiciadas por la introducción de plantas sin certificación y
por malas prácticas de cultivo), han hecho mella en la producción de tomate de árbol (MAG
2001). De hecho, una parte del tomate de árbol que se consume en el país proviene de
Colombia, país que tiene en el Ecuador a su principal importador de esta fruta (Lascano s.f.).
La exportación de tomate de árbol en el Ecuador durante el período 1990 – 2007 ha sido
inestable con dramáticas caídas en los volúmenes exportados en varias ocasiones (fuente
Ecuadorexporta). Aunque en esta variabilidad inciden de manera directa circunstancias
sociales, políticas y económicas, es indudable que la calidad del producto ha sido un factor
determinante (Lascano s.f.).
Es clara la necesidad de emprender algunas líneas de acción y sobre todo de investigación que
apunten a solucionar los problemas fitosanitarios que enfrenta el cultivo de tomate de árbol y
que ayuden a aliviar la carga ambiental que éste supone (NRC 1989, FAO 1992). FAO (1992)
27
recomienda específicamente para este cultivo llevar a cabo investigaciones que permitan
esclarecer la amplitud de la variabilidad que se observa a nivel morfológico y las relaciones
genéticas con especies silvestres relacionadas, así como la experimentación con técnicas que
conduzcan a incrementar la producción en los cultivos. Se ha reconocido también la necesidad
de crear una colección de germoplasma dentro de la cual se pueda identificar material con
características superiores para emprender programas de fitomejoramiento enfocados en la
consecución de líneas puras y cultivares resistentes a enfermedades y a factores ambientales
(NRC 1989). La creación de híbridos se ha explotado tradicionalmente con éxito para este
último propósito, aunque para el caso del tomate de árbol parece haber sustanciales barreras
genéticas para la hibridización interespecífica (NRC 1989, Pringle y Murray 1991b).
Se han explorado varios acercamientos con el fin de mejorar el cultivo. La termoterapia in
vitro (incubación de retoños a altas temperaturas) ha demostrado que puede conseguir plantas
libres de virus (Barghchi 1997). Se ha probado que la transformación genética de plantas de
tomate de árbol es posible. Esto permitiría potencialmente la introducción de genes para
mejorar la calidad de la fruta o de resistencia contra factores tanto bióticos como abióticos, en
especial para generar resistencia contra enfermedades como aquellas causadas por virus
(Atkinson et al. 1993). En el Ecuador se ha tomado la iniciativa de crear un banco de
germoplasma de tomate de árbol (Gavilanes 1992). Además, se ha buscado de manera aislada
resistencia a nemátodos del género Meloidogyne con un éxito moderado (Pazmiño 1987,
1992) que no ha trascendido la frontera de la experimentación. Se ha evaluado también, con
resultados positivos, el injerto de tomate de árbol en especies resistentes a nemátodos, como
Nicotiana glauca, pero esta técnica resulta demasiado laboriosa para cultivos extensos
(Herrera 1998).
28
El presente trabajo busca determinar el grado de diversidad genética en los cultivos de tomate
de árbol de tres provincias del Ecuador mediante el uso de marcadores microsatélites. Las
provincias de Imbabura, Tungurahua y Pichincha fueron seleccionadas para la recolección de
accesiones porque actualmente son, junto con Azuay, las que mayor producción de tomate de
árbol registran, y las que tradicionalmente han sido importantes en la producción de la fruta.
Los microsatélites son marcadores moleculares con un alto nivel de polimorfismo, que pueden
brindar abundante información sobre la estructura poblacional de una especie, siempre y
cuando se trabaje con un número adecuado de ellos. Por esta razón y con el objetivo adicional
de determinar hasta qué punto es posible transferir con éxito primers desarrollados en otra
especie para el análisis en el tomate de árbol, la funcionalidad de 53 pares de primers de papa
(Solanum tuberosum) fue puesta a prueba en el presente estudio.
2. JUSTIFICACIÓN
Como se ha explicado anteriormente, el tomate de árbol es un fruto con un potencial
comercial todavía no aprovechado en su máxima capacidad en el Ecuador. Esto se debe a dos
problemas principales: la falta de pureza varietal en los cultivos y el ataque de plagas y
enfermedades, que afectan la producción. Sobre este último tema parece que el acercamiento
tradicional – el uso de agroquímicos – a parte de no erradicar el problema por completo,
parece generar problemas ambientales y de salud en los agricultores. Ante la difusión
generalizada de nemátodos en las plantaciones, la aplicación de nematicidas de alta toxicidad
se ha hecho popular (MAG 2001).
A pesar del uso generalizado de agroquímicos en las plantaciones de tomate de árbol, los
resultados, en el caso de algunas enfermedades como la antracnosis, considerada por los
agricultores como una de las tres enfermedades más importantes en el cultivo de esta fruta,
distan de ser satisfactorios (Morales 2001).
29
Adicionalmente, existe un inapropiado uso de pesticidas en los cultivos: son inadecuadas las
dosis, las mezclas y el número de aplicaciones; es muy difundida la práctica de combinar
productos con el mismo ingrediente activo pero diferente nombre comercial. Además la
aplicación de estos agroquímicos representa un riesgo para la salud del agricultor, aumentan
los costos de producción y afectan el ambiente (Morales 2001).
La aplicación de un programa de fitomejoramiento elevaría el estándar de las plantaciones, lo
que a su vez mejoraría la calidad del producto y disminuiría el impacto que las técnicas
actuales y tradicionales tienen sobre el ambiente. Para la formulación de un programa de
mejoramiento efectivo, es fundamental tener conocimiento de la amplitud y la naturaleza de
diversidad genética dentro del cultivo. Esta información es particularmente útil para la
caracterización de cultivares y de accesiones individuales así como una guía para la selección
de parentales para proyectos de hibridación
La variación genética “es la materia prima con la que se desarrollan nuevas variedades. Sin
ella no hay mejora genética” (Nuez y Carrillo 2000). Mientras más amplia sea la variabilidad
genética de una población, mayores son las opciones para que ésta enfrente con éxito los
desafíos bióticos o abióticos en el futuro. Todas las plantas domesticadas y sus diferentes
cultivares, que constituyen la base de nuestra agricultura, han surgido de la modificación
genética de sus parientes silvestres como resultado de un proceso de selección gradual de
miles de años. La diversidad genética ofrece así, mayores posibilidades de mejorar los
cultivos (Tanksley y McCouch 1997).
Los cruces interespecíficos han sido una de las maneras más populares para lograr
mejoramiento genético y muchas veces se han obtenido híbridos exitosos que incorporan en el
cultivo que se intenta mejorar, caracteres de importancia comercial adquiridos de especies
cercanas silvestres. A pesar de que se han reconocido caracteres que podrían ser de utilidad
comercial en especies cercanas al tomate de árbol (Pringle y Murray 1991b), los cruces
30
interespecíficos con estas especies en general son inviables. Los experimentos demuestran
que son pocas las especies con las que S. betaceum puede cruzarse exitosamente y producir
híbridos que produzcan semillas; además estos cruces nunca son recíprocos (Bohs 1991,
Pringle y Murray 1991b).
Adicional y desafortunadamente, en ninguna de las especies que puede hibridarse con el
tomate de árbol se ha reportado alguna característica de mayor importancia que pueda conferir
alguna ventaja para el cultivo del tomate de árbol (Pringle y Murray 1991b). Por otro lado,
los híbridos F1 reportados por Bohs (1991) mostraban una reducción en la estabilidad del
polen y la producción de semillas y su viabilidad fue baja comparada con la de los parentales
y con los retrocruces. Esta incompatibilidad interespecífica hace que la búsqueda de
resistencia a enfermedades y plagas en el tomate de árbol en individuos o poblaciones de la
misma especie cobre una mayor importancia.
La presente investigación, al intentar determinar el grado y la forma en que se distribuye la
variabilidad genética dentro de los cultivos del tomate de árbol, constituye una directriz hacia
futuros estudios moleculares o programas de mejoramiento o de conservación para esta
especie y sus variedades. La comprensión de la forma en que se distribuye la diversidad
genética en los cultivos permite evitar su erosión genética y es fundamental en la formulación
de estrategias encaminadas a ampliar la base genética de los mismos. El estudio genético de
las poblaciones cultivadas del tomate de árbol es un primer paso para emprender un programa
de fitomejoramiento. Uno de los objetivos de esta investigación consiste en poder identificar
molecularmente las diferentes variedades de tomate de árbol. Tal caracterización molecular
permite escoger de manera más eficiente y directa los genotipos – ligados a características
morfológicas o de resistencia a factores bióticos o abióticos – que se desean introducir en el
cultivo. Un producto mejorado facilita su comercialización al incrementar su competitividad
en el mercado.
31
Es también desde el punto de vista metodológico que cobra valor este estudio. Por un lado,
permitió comparar los resultados obtenidos por Ordoñez (2007), quien en una investigación
paralela a la presente determinó el grado de variabilidad genética entre variedades del tomate
de árbol usando AFLPs. Tal comparación permite evaluar el grado de eficacia entre las dos
técnicas y ayuda a complementar la información que se tiene sobre este cultivo. Por otro lado,
el presente proyecto también determina la efectividad con la que es posible transferir al
tomate de árbol un set de primers diseñados para distinguir entre variedades de papa. Dado
que es una práctica común en estudios que utilizan SSRs adoptar primers de especies
cercanas, los ensayos de transferibilidad realizados aportan datos valiosos sobre los límites de
la misma para futuros estudios.
3. OBJETIVO GENERAL
Determinar el grado de variabilidad genética que existe en los cultivos de tomate de árbol de
tres provincias del Ecuador.
4. OBJETIVOS ESPECÍFICOS
− Determinar el porcentaje de transferibilidad de 53 pares de primers de papa (Solanum
tuberosum) al tomate de árbol.
− Determinar el nivel de heterocigocidad en las accesiones de tomate de árbol incluidas
en el estudio.
− Establecer un protocolo para el análisis de variabilidad genética en el tomate de árbol
mediante microsatélites.
− Evaluar el nivel de correspondencia entre la clasificación morfológica de variedades y
su caracterización molecular.
32
− Comparar los resultados obtenidos en este estudio con los datos arrojados por un
análisis similar en el tomate de árbol con AFLPs conducido paralelamente al presente
estudio , en el Laboratorio de Biotecnología Vegetal de la USFQ.
5. ÁREA DE TRABAJO
El cultivo in vitro y el análisis molecular se llevaron a cabo en el Laboratorio de
Biotecnología Vegetal de la Universidad San Francisco de Quito, con sede en Cumbayá,
Ecuador.
6. MATERIALES
Todo el material vegetal fue colectado en varias plantaciones de tomate de árbol
seleccionadas al azar en Imbabura, Tungurahua y Pichincha (Tabla 2).
6.1. Cultivo in vitro
− Cámara de flujo Labconco
− Frascos de vidrio de boca ancha, con tapa, de apx. 400 cm3
− Medio MS modificado (30 g agarosa/L ; 8 g agar/L)
− Etanol al 96%
6.1.1. Esterilización de semillas y cultivo
o Agua destilada estéril
o Etanol al 70%
o Hipoclorito de sodio al 2.5%
o Tween 20
o Cernidor
33
6.2. Extracción de ADN
− Tubos eppendorf de 1.5 mL
− CTAB 2X
− ß-mercaptoetanol
− Cama de arena
− Centrífuga Eppendorf 5415D
− Isopropanol
− Cloroformo/alcohol isoamílico 25:1
− Solución de etanol al 76%/NH4OAc 10 mM
− TE (Tris-base 10 mM, EDTA 1 mM, pH 8.0) estéril
6.3. Cuantificación de ADN
− Espectrofotómetro Pharmacia Biotech Ultraspec 2000
− Celda de cuarzo
− Agua destilada
− TE
6.4. PCR
− Tubos eppendorf de 0.2 mL
− Termociclador Techne TC-142
− Taq DNA Polimerasa 5 U/uL de Invitrogen
− Buffer para PCR sin Mg 10X de Invitrogen
− MgCl2 50 mM de Invitrogen
− Agua destilada estéril libre de DNAsas y RNAsas de GIBCO
34
− Solución dNTPs 20 mM (a partir de soluciones stock Invitrogen 100 mM de cada uno
de los deoxynucleótidos)
− Set de primers donados por el Centro Internacional de la Papa (CIP) en Lima, Perú
6.5. Electroforesis en agarosa
− Agarosa de grado analítico Seakem
− TBE 1X (Tris-base 89 mM, ácido bórico 89 mM, EDTA 2 mM)
− Cámara de electroforesis MaxciCell EC360M
− Bromuro de etidio
− Cámara de fotos digital Kodak DC 290 Zoom
− Software Kodak 1D
− Fuente de luz UV
− Buffer de carga 6X (formamida, 940 uL/mL; EDTA 0.2M, 50 uL/mL; azul de
bromofenol, 0.5 mg/mL)
− Ladder de 100 bp
6.6. Electroforesis en acrilamida
− Acrilamida Invitrogen
− Bis-acrilamida Invitrogen
− TBE 10X
− Urea de grado analítico
− Persulfato de amonio al 10%
− TEMED (N-tetramethilethilenediamine)
− Cámara Vertical de electroforesis BIORAD Sequi-Gen GT
− Fuente de poder BIORAD PowerPac HV
35
− Bind-Silane (3-Methacryloxypropyltrimethoxysilane)
− “Lluviex”, repelente de lluvia, de Simoniz
− Solución de etanol 96%/ac. Acético 0.5%
− Etanol al 70%
− Marcador de peso de 100 bp
− Buffer de carga 6X
6.7. Tinción con plata
− Solución de etanol al 10% y ácido acético al 0.5%
− Solución de nitrato de plata (AgNO3) (1.5g/L)
− Formaldehído al 37%
− Solución de hidróxido de sodio (NaOH) (15g/L)
− Agua destilada
− Transiluminador
7. MÉTODOS
7.1. Muestreo
Un total de 106 accesiones de tomate de árbol fue colectado en 18 parcelas de cultivo en las
provincias de Imbabura, Tungurahua y Pichincha. Se visitó seis cultivos por provincia y en
cada uno de ellos se recolectó hojas jóvenes y un fruto maduro de por lo menos cinco plantas
cuyos frutos presentaran rasgos morfológicos diferentes y/o interesantes (Tabla 2).
El fruto de cada accesión (fruto entero y corte transversal) fue fotografiado (Figura 1) para
determinar la variedad de cada muestra, y sus semillas fueron extraídas y guardadas para su
posterior siembra in vitro.
36
Para diferenciar a cada individuo, a todas las muestras se les asignó un código de tres
caracteres. El primero de ellos denota la provincia a la que pertenecen: Imbabura (I),
Tungurahua (T) o Pichincha (P). El segundo corresponde al número de localidad en que la
muestra fue colectada. La última letra de la codificación sirve para distinguir a los individuos
dentro de una misma plantación. Así el código P7a corresponde al primer individuo de la
plantación del señor Simón Ojeda, en Cayambe, Pichincha (Tabla 2).
La clasificación por variedades usada en este estudio surgió a partir de la nomenclatura usada
por los agricultores de las plantaciones de tomate de árbol visitadas. En los cultivos, los frutos
eran distinguidos tanto por la forma como por el color del mucílago. Así, el fruto podía ser
gigante, común (o puntón) o redondo (o bola); y el color del endocarpo, amarillo o morado.
Todas las combinaciones entre estos dos grupos de características fueron observadas en algún
momento de la recolección, por lo que se clasificó a todas las accesiones como pertenecientes
a una de un total de seis variedades: Amarillo gigante (AG), Amarillo común (AC), Amarillo
bola (AB), Morado gigante (MG), Morado común (MC) y Morado bola (MB) (Figura 1). Las
características de cada variedad se detallan en la Tabla 3 y las accesiones agrupadas por
provincia de origen y por variedad se encuentran listadas en las Tablas 4 y 5 respectivamente.
7.2. Germinación in vitro y obtención de hojas para la extracción de ADN
Todo el procedimiento se llevó a cabo dentro de una cámara de flujo laminar.
Las semillas de tomate de árbol, extraídas previamente de los frutos colectados, fueron
sumergidas en alcohol al 70% y después de 3 minutos se las lavó con agua destilada estéril.
Luego fueron sumergidas en una solución de hipoclorito de sodio al 2.5% con 4 gotas de
tween 20 durante 20 minutos. A continuación, las semillas fueron lavadas varias veces con
agua destilada estéril. Con pinzas estériles, las semillas se sembraron colocándolas sobre la
superficie del medio de cultivo MS (Morashige y Skoog 1962) modificado: 30 g de agarosa y
37
8 g de agar por litro. Se sembró un promedio de 15 semillas por frasco. La boca del frasco fue
cubierta con dos capas de plástico adherente.
Los frascos fueron llevados al cuarto de cultivo, bajo un fotoperíodo de 16 horas luz/ 8 horas
obscuridad, a temperatura ambiente.
Luego de un tiempo promedio de un mes las plántulas obtenidas fueron subcultivadas en
medio MS (con las mismas modificaciones descritas anteriormente) y sus hojas fueron
mantenidas en refrigeración a -20 ºC hasta su utilización en la extracción de ADN.
7.3. Extracción de ADN
El ADN de cada muestra se extrajo a partir de hojas jóvenes de plantas cultivadas in vitro
mediante el método modificado de Shagai-Maroof (1984). Dentro de la sorbona y en un
mortero, fueron trituradas, en una solución de CTAB 2x (800 uL) y ß-mercaptoetanol (8 uL)
cinco hojas de tomate de árbol. El extracto fue vertido en un tubo eppendorff de 1.5 mL y
sometido a una temperatura de 62 ºC en una cama de arena durante 1 hora, agitando el tubo
cada 15 minutos.
Se añadió 500 uL de una solución 24:1 cloroformo/alcohol isoamílico y se agitó el tubo hasta
lograr una mezcla homogénea. Se dejó reposar la mezcla durante 20 minutos, luego de los
cuales fue sometido a centrifugación a 13 000 rpm por 20 minutos.
La centrifugación separó la mezcla en tres fases, de las cuales se extrajo y traspasó a un tubo
nuevo solamente la fase superior. Se añadió a ésta 800 uL de isopropanol y se mezcló
suavemente. El pellet de ADN precipitado fue aislado y lavado en 800 uL de acetato de
amonio 10 mM/etanol al 96%. Luego de extraer el acetato de amonio del tubo con una pipeta,
se hizo un lavado final del ADN con etanol al 70%. Se removió el etanol del tubo y se dejó
secar el pellet dentro de la cámara de flujo laminar, después de lo cual, fue resuspendido en
TE estéril 1X y conservado a -20 ºC hasta su utilización.
38
7.4. Cuantificación y dilución del ADN
La cuantificación de ADN se realizó utilizando un espectrofotómetro Pharmacia Biotech
Ultraspec 2000. Se realizó una dilución de 5 uL de TE en 3 mL de agua destilada y su valor
de absorbancia a 260 nm se usó como referencia para la cuantificación de las muestras. Para
calcular la concentración de ADN en cada muestra se usó la siguiente fórmula:
Concentración (ng/uL) = A x 50 ng/uL x F,
donde A es el valor de absorbancia determinado por el espectrofotómetro y F es el factor de
dilución de la muestra, que se calcula dividiendo el volumen en el que es diluída la muestra
(3000 uL) entre el volumen de la muestra (5 uL); en este caso el factor de dilución fue de 600.
Para cada muestra se prepararon 200 uL de una dilución de 20 ng/uL de ADN. Las diluciones
se realizaron con TE estéril y fueron mantenidas a -20 ºC. Las extracciones originales de
ADN fueron guardadas en caso de que fuera necesario realizar diluciones adicionales.
7.5. PCR
Los reactivos listados en la Tabla 6 fueron mezclados en tubos eppendorf de 0.2 mL. La
reacción se llevó a cabo en un termociclador Techne TC-142. El programa de PCR utilizado
(Tabla 7) consistió en una fase de denaturalización inicial a 94 ºC durante 3 minutos, 30 ciclos
de amplificación y una fase de elongación final de 5 minutos a 72 ºC. Cada ciclo consistió de
tres partes: denaturalización a 94 ºC por 1 min, annealing (diferente temperatura para cada
par de primers, ver Tabla 8), durante 2 min, y una fase de elongación a 72 ºC por 1.5 min.
Una vez finalizado el programa de PCR, los tubos fueron centrifugados durante 8 segundos
para recoger cualquier producto que pudiera haber quedado en las paredes de los tubos.
Finalmente, éstos fueron guardados a – 20 ºC.
39
7.6. Electroforesis en agarosa
Para una evaluación preliminar, el producto del PCR fue corrido en geles de agarosa al 1%
(m/v) con una concentración de bromuro de etidio de 1 uL/mL de gel. Al producto de cada
reacción de PCR (10 uL) se añadió 3 uL de buffer de carga 6X. En cada gel se incluyó 2 uL
de ladder 100 bp para confirmar el peso de banda esperado para cada primer. Se corrió la
electroforesis a 80 V durante por lo menos 2 horas. El resultado de la electroforesis se observó
con luz UV.
7.7. Electroforesis en acrilamida
Debido al poder resolutivo superior de los geles de poliacrilamida, éstos fueron usados
posteriormente para el análisis definitivo. Se siguió un protocolo modificado a partir del
descrito por el CIP (2000). Se preparó 100 mL de una solución de acrilamida al 6%
(acrilamida : bis-acrilamida, 19:1), urea 5 M. Se añadió 545 uL de persulfato de amonio al
10% y 109 uL de TEMED. La mezcla se vertió inmediatamente entre los vidrios de la cámara.
El tamaño del gel fue 38 x 50 cm, y su grosor de 0.4 mm. Se pre-corrió el gel a 85 W durante
un máximo de 30 minutos. La corrida del gel se realizó a 85 W, con una temperatura máxima
de 50 ºC, durante tres horas. El tamaño de las bandas fue determinado por comparación con el
marcador de 100 bps.
7.8. Tinción
La tinción de los geles de acrilamida se realizó siguiendo el protocolo desarrollado por
Benbouza et al. (2006). Luego de terminada la electroforesis se sumergió el gel en una
solución de etanol al 10% y ácido acético al 0.5% durante 5 minutos, para el proceso de
fijación. Para la tinción, se sumergió el gel en una solución de nitrato de plata (1.5 g/L), a la
que se añadió 1.5 mL de formaldehído al 37% por cada litro de solución. La tinción se llevó a
cabo en la obscuridad, durante 6-7 minutos y con agitación constante. Después se traspasó el
40
gel a otra bandeja para su inmersión en agua destilada por 15 segundos. A continuación, se
reveló el gel usando una solución de hidróxido de sodio (15 g/L), con 2 mL de formaldehído
al 37 % por cada litro de solución. El revelado se efectuó en la obscuridad y con agitación
constante hasta que se observaron las bandas en el gel. Para evitar que el gel se
sobreexpusiera se lo sumergió en la misma solución fijadora durante un par de minutos. Los
resultados fueron observados con la ayuda de un trans-iluminador de luz blanca. Los pasos de
la tinción se resumen en la Tabla 9.
7.9. Análisis de datos
A partir de los patrones de bandas obtenidos con los geles de acrilamida se elaboró una
matriz binaria que registrara la ausencia o presencia de amplificación en cada una de las
muestras con cada uno de los primers. Para el análisis de los datos se usó el programa
NTSYSpc 2.11. Usando el coeficiente de Jaccard se generó una matriz de similitud entre
todas las accesiones, comparadas de dos en dos. Esta matriz fue usada para, mediante el
método de agrupamiento UPGMA, producir un dendrograma.
El Contenido de Información Polimórfica (PIC por sus siglas en inglés) fue calculado para
cada par de primers con la siguiente fórmula:
PIC = 1 - Σpi2,
donde pi es la frecuencia del alelo i.
Se evaluó el nivel de heterocigosis determinando el porcentaje de individuos heterocigotos
para cada locus. De igual manera, se calculó la incidencia de alelos nulos para locus en forma
de porcentaje.
41
8. RESULTADOS
8.1. Protocolo
El uso de material vegetal cultivado in vitro para la extracción de ADN permitió obtener
material genético de calidad evidentemente superior a la del ADN proveniente de material
vegetal colectado en el campo.
Las condiciones y el programa de PCR permitieron la amplificación exitosa de regiones
microsatélites con los pares de primers seleccionados. Para algunos de los primers, la
temperatura de annealing tuvo que ser modificada (Tabla 8) para obtener mayor producto.
Los procedimientos de electroforesis y tinción demostraron también ser efectivos y confiables
para la detección de las secuencias microsatélites en tomate de árbol. Con el protocolo de
tinción usado, los geles de acrilamida adquirieron una tonalidad amarilla, que sin embargo, no
obstaculizó la lectura de los resultados.
La calidad del producto de PCR varió entre los distintos pares de primers, siendo la intensidad
y el grosor de las bandas mayores en algunos. Esto sin embargo, tiene que ver con la
aplicabilidad de dichos pares de primers en el tomate de árbol y no con el protocolo en sí.
8.2. Transferibilidad del set de primers
Se probaron 53 pares de primers en las muestras colectadas. De estos, 33 (apx. 62%)
mostraron algún producto de amplificación. De entre estos 33, más del 50% presentaba
patrones de amplificación inespecífica, en la mayoría de los casos con productos de muy
elevado peso molecular. Solamente 15 de esos 33 pares de primers (45.5 %; 28.3 % del total
de 53) produjeron bandas de microsatélite. Los “primers” S051 (STM1016) y S081
(STM1104) amplificaron las regiones microsatélites exitosamente hasta que el stock de
primers fue renovado; de ahí en adelante no mostraron productos de amplificación por lo que
se asumió que hubo algún error de manejo cuando se prepararon las nuevas alícuotas. Por esta
42
razón no fueron de utilidad y no fueron incluidos en el análisis definitivo de las accesiones.
Los “primers” S196 (STG0018) y S207 (STG0032) también produjeron un patrón de SSRs
pero fueron excluidos del análisis por motivos ajenos a su desempeño o a la investigación. Por
estas razones, solo 11 pares de primers, de entre los 15 originalmente seleccionados, fueron
usados en el análisis de las muestras (Tabla 8).
De entre los pares de primers utilizados, merece especial atención el producto obtenido con el
“primer” S114 (STM5114). En la papa, este “primer” produjo amplificación en un solo locus.
Por el contrario, para todas las muestras de tomate de árbol usadas en este estudio se
obtuvieron dos productos que distaban entre sí por 110 bp, lo que indica la presencia del
mismo microsatélite en dos posiciones del genoma. Sin embargo, por motivos prácticos, y
debido a que los dos loci amplificaron de manera monomórfica para todas las accesiones, se
consideró los dos alelos como variaciones del mismo locus.
La calidad del producto de amplificación varió entre los distintos primers (Figura 2). En
aquellos primers que produjeron un producto más definido (bandas más intensas y gruesas) la
proporción de alelos nulos fue marcadamente menor que en aquellos que produjeron bandas
más discretas. En los casos en los que se detectó heterocigotos, casi siempre el alelo de menor
peso molecular fue siempre más tenue que el otro.
Algunos de los microsatélites estuvieron fuera del rango de peso detectado en papa por el CIP
(Tabla 8); los primers S036, S114 y S140 produjeron alelos que excedían por mucho este
rango (65, 105 y 25 bps respectivamente), mientras que los primers S188, S209, S228 y S231
amplificaron alelos que superaban aquel rango por un corto margen (entre 2 y 8 bps). En
general, los loci amplificados mostraron un patrón monomórfico, constituyendo la presencia
de individuos heterocigotos la única forma de polimorfismo (Figura 2) de modo que no hubo
más que dos alelos por locus. El número de primers polimórficos fue 4 de 53, lo que
representa el 7.5%. El valor PIC para cada par de primers varió entre 0.077 y 0.514 (Tabla 8).
43
La incidencia de alelos nulos en cada locus varió también considerablemente entre un mínimo
de 0 y un máximo de 38% de los individuos (Tabla 8).
8.3. Variabilidad genética
El acervo genético de las accesiones analizadas parece ser estrecho y homogéneo. Se
detectaron valores altos de similitud genética entre las accesiones (80 - 100%) (Figura 3). Los
valores de similitud genética entre todas las accesiones se presentan en la Tabla 10. El
promedio de similitud genética fue similar entre provincias: 89% para Imbabura, 87% para
Tungurahua y 83% para Pichincha. Se evaluó también el valor promedio de similitud
agrupando a las muestras de acuerdo a sus características (Tabla 11). Entre los frutos de las
variedades Bola este valor fue de 87%; entre los de las variedades Gigante, de 89%; y entre
los de las variedades Común, de 83%. También se compararon los valores de similitud
genética entre todas las accesiones de variedad Amarillo y variedad Morado. El valor
promedio para las variedades Amarillo y Morado fue de 86% y 84%, respectivamente.
El dendrograma (Figura 3) mostró 23 genotipos distintos entre las 50 accesiones. Se formaron
seis grupos, identificados con letras (desde A hasta F) (Figura 3), de accesiones con
genotipos idénticos entre ellas. Ninguno de estos grupos está formado enteramente por
individuos de una misma variedad, o que tengan alguna característica (forma del fruto o color
del mucílago) en común, a excepción del grupo F, cuyos integrantes, todos son del tipo
Común. Dentro de estos grupos, solamente E y F contienen individuos de una sola provincia:
Pichincha y Tungurahua, respectivamente; el resto agrupa a individuos con el mismo genotipo
pero de diferente origen.
A nivel global, se distinguen 4 grandes agrupaciones, designadas con números en la Figura 3,
y dos accesiones ampliamente separadas del resto: I1a y P7b, ambas de la variedad Morado.
De igual manera que sucedió con los grupos de genotipos idénticos, en que ninguna de las
características de las accesiones determinó el tipo de agrupamiento observado, en general no
44
se discierne ningún patrón de agrupamiento en estos 4 grandes grupos, a excepción del grupo
4, que comprende únicamente individuos de Tungurahua y pertenecientes a la variedad
Común. En los grupos 1, 3 y 4 las proporciones entre individuos Amarillos y Morados es de o
es cercana a 50/50. En el grupo 2 esta proporción es diferente con un 70% de individuos
Amarillos. En los grupos 1 y 2 están bien representadas las variedades Gigante, Común y
Bola, mientras que en los grupos 3 y 4, predomina la variedad Común.
En todos los casos en los que aparecieron individuos heterocigotos, se contó con homocigotos
de uno de los alelos solamente. En solo 5 de los 11 loci amplificados se observaron individuos
heterocigotos. El porcentaje de individuos heterocigotos para estos loci varió entre 4 y 98 %.
9. DISCUSIÓN
9.1. Transferibilidad de primers
El desarrollo de nuevos primers siempre involucra un insumo de recursos y tiempo, que puede
estar más allá de las posibilidades de algunos laboratorios. En los casos en los que no se
puede disponer de primers desarrollados específicamente para la especie de estudio es
frecuente recurrir al uso de primers diseñados a partir de taxa cercanos (Kyndt et al. 2006,
Shepherd et al. 2002).
El uso de loci microsatélites entre taxa depende de la conservación de las secuencias a las que
se unen los primers y en el mantenimiento, durante largos períodos evolutivos, de secuencias
microsatélites lo suficientemente largas como para generar polimorfismo (Weber 1990, citado
en FritzSimmons et al. 1995, Powell et al. 1996). Los SSRs pueden ser modificados o
perderse entre géneros aunque las regiones que los flanquean se conserven y lo contrario
también es cierto: las secuencias que reconocen los primers pueden no conservarse pero los
microsatélites sí (Westman y Kresovich 1998). Sin embargo, la utilidad de la amplificación
entre especies depende no del porcentaje de primers que pueden ser transferidos, sino de la
45
cantidad de polimorfismo que estos muestren (Peakall et al. 1998). En este sentido, los
resultados obtenidos en esta investigación al amplificar loci microsatélites en el tomate de
árbol a partir de primers diseñados en papa no fueron los esperados.
El éxito en la transferibilidad de primers varía dependiendo en gran medida del grado en que
estén relacionadas las especies involucradas (Tabla 12). De manera general, en plantas la
amplificación exitosa y útil entre especies parece limitarse a congéneres, lo contrario que
sucede con animales, en los que se ha reportado transferencia entre taxa evolutivamente muy
distantes (FritzSimmons et al. 1995, Peakall et al. 1998). Así, en las plantas, se reportan
niveles medios a altos (50-100%) de transferibilidad de primers a especies del mismo género,
pero no todos ellos son polimórficos (20-100%) (revisado en Peakall et al. 1998). Aún cuando
un mismo set de primers se evalúa en especies cercanas del mismo género, tanto el número de
primers que amplifican, como el porcentaje de éstos que muestra polimorfismo varía
considerablemente entre dichas especies (Kyndt et al. 2006, Westman y Kresovich 1998). La
amplificación aún entre géneros estrechamente relacionados generalmente es mucho menor
que entre especies del mismo género (revisado en Peakall et al. 1998, Kyndt et al. 2006). De
esta manera, en plantas parece ser que la distancia genética y evolutiva existente entre dos
especies puede reflejarse en la cantidad de loci que pueden ser amplificados con éxito
(Shepherd et al. 2002), disminuyendo la claridad y el porcentaje de microsatélites
amplificados a medida que aumenta la distancia genética (Kyndt et al. 2006), aún entre
especies del mismo género (Escribano et al. 2004).
Peakall et al. (1998) encontraron que la transferencia de primers entre especies solo rindió
marcadores informativos a nivel de tribu. En las especies pertenecientes a otras tribus, la
amplificación de estos primers no produjo loci polimórficos. Aunque esta observación no es
en lo absoluto una regla, puede servir de guía para la aplicación de set de primers entre
especies. Para el caso que compete a este estudio, la relación entre la papa y el tomate de
46
árbol debe ser considerada. Las dos especies comparten el mismo género, aunque no ha sido
así siempre; el tomate de árbol pasó del género Cyphomandra a Solanum hace más de una
década (Bohs 1995). Dentro del género Solanum las dos especies han sido separadas en
clados, secciones (Pachyphylla para el tomate de árbol y Petota para la papa) y subgéneros
distintos (Cyphomandra y Potatoe, respectivamente) (Bohs 2005). Sin embargo, la
amplificación aún entre distintos géneros en algunos casos ha arrojado un mayor porcentaje
de loci polimórficos que el obtenido en este estudio (7.5%); el porcentaje de loci informativos
reportado aquí es inusualmente bajo para primers transferidos dentro del mismo género (Tabla
12). Kyndt et al. (2006) indica que es de esperar un alto porcentaje de transferibilidad entre
especies dentro del mismo género, cuando la especiación dentro de ese género ha sido
reciente, como sucede con Vasconcellea. Quizás sea éste un buen indicador del éxito en la
transferencia de primers entre especies vegetales, siendo más difícil conseguir una
amplificación adecuada y polimórfica a medida que la divergencia evolutiva entre las especies
sea mayor. En este respecto, no se cuenta con datos que relacionen a las especies involucradas
en este estudio. Sin embargo, ha quedado claro que dentro de la familia Solanaceae, el (ex)
género Cyphomandra se encuentra más estrechamente relacionado al género Solanum (Bohs
1989), lo que conduce a pensar que la distancia evolutiva entre la papa y el tomate de árbol no
es la responsable para el marcado monomorfismo observado en estos ensayos.
La hibridación con sondas específicas y la secuenciación de los productos de amplificación
han permitido conocer la verdadera identidad de las secuencias amplificadas por primers
transferidos entre taxa (Peakall et al. 1998, Westman y Kresovich 1998). Los resultados
sugieren tener precaución al interpretar los productos de tales amplificaciones por varias
razones. La homoplasia suele ser un fenómeno que puede ser fácilmente pasado por alto:
productos del mismo tamaño pueden encerrar estructuras distintas tanto en las secuencias del
microsatélite, como en las secuencias que las flanquean, lo que puede llevar a
47
malinterpretaciones en la evaluación de relaciones genéticas (Peakall 1998). Por otro lado,
mutaciones y rearreglos genómicos y duplicaciones de los loci microsatélites o de las
secuencias complementarias a los primers pueden resultar en productos que en realidad no
contienen repeticiones, múltiples productos (fenómeno de múltiples bandas inespecíficas) o
en secuencias presentes en el genoma pero no amplificadas; entre otros problemas. Por estas
razones ni el tamaño del producto, ni la variación en su longitud aseguran que el producto de
la amplificación contenga secuencias repetitivas (Westman y Kresovich 1998). Ante esta
evidencia se torna difícil asegurar la exactitud de ésta o cualquier otra investigación que
incluya SSRs transferidos de otras especies y que no compruebe la identidad de los productos
amplificados.
En este estudio, varios pares de primers, que no fueron considerados para el análisis
definitivo, mostraron un patrón de bandas inespecíficas entre las cuales pudo haber estado
enmascarado un verdadero SSR. En los 11 loci cuya amplificación se consideró exitosa, se
observó productos que, o bien estaban dentro del rango de peso esperado, o que lo excedían
por un margen admisible. La naturaleza predominantemente monomórfica que mostraron los
microsatélites en este estudio podría llevar a la sospecha sobre si en realidad las regiones
amplificadas se tratan de secuencias repetidas, debido a su esperada hipervariabilidad. Sin
embargo, tal patrón de uniformidad en todos los primers supera la posibilidad de una
coincidencia, porque entonces, debería haber sucedido una sustitución de la secuencia
repetitiva por otra no variable para todos los primers. Más aún, se ha comprobado que los
productos monomórficos sí contienen SSRs (Broun y Tanksley 1996 citado por Westman y
Kresovich 1998). Por último, el nivel de diversidad genética es congruente con los valores
arrojados (73 – 100% de similaridad genética) por marcadores AFLPs (Ordoñez 2007), lo que
hace pensar que para el caso del tomate de árbol, la amplificación de microsatélites de S.
tuberosum sí refleja la diversidad genética del cultivo. Adicionalmente, la ausencia de
48
polimorfismo en ciertos loci que han sido transferidos entre especies se ha relacionado con la
disminución en la longitud de las secuencias repetidas y con la sustitución de bases dentro de
ellas (FritzSimmons et al. 1995).
Se ha reportado que el tamaño del genoma tiene incidencia en la eficiencia de la amplificación
de los loci microsatélites. La tendencia es que mientras más grande es el genoma de una
especie, mayor es la proporción de primers que no logran producir una amplificación exitosa
del ADN durante el PCR (Garner 2002). Los genomas del tomate de árbol y de sus especies
relacionadas sobresalen por su tamaño: incluso el menor de ellos tiene más ADN que otro
taxón de igual número cromosómico (24) dentro de las solanáceas (Pringle y Murray 1991).
Garner (2002) propone que el tamaño del genoma influye en el desempeño de la
amplificación de microsatélites de dos formas: 1) el incremento en tamaño del genoma sirve
como un factor de dilución para la proporción de secuencias que reconocen los primers dentro
de todo el ADN, y 2) al haber mayor cantidad de ADN las probabilidades de que haya
secuencias no-específicas para los primers se multiplican, disminuyendo así la cantidad de
primer disponible para una amplificación exitosa de los loci microsatélites. No deja de ser una
incógnita intrigante la posibilidad de que el tamaño llamativamente mayor del genoma del
tomate de árbol (al menos para las solanáceas), contribuya para el bajo porcentaje de
transferibilidad de los primers de papa observado en este estudio.
En los estudios en los que se transfieren primers entre especies, generalmente una
combinación de parámetros es requerida para aceptar como exitosa la amplificación:
intensidad de las bandas, rango de peso de los productos, desviación del rango del tamaño de
los alelos en la especie original y replicabilidad de la amplificación (Peakall et al. 1998,
Westman y Kresovich 1998). Los primers que fueron finalmente seleccionados para el
análisis de diversidad genética en tomate de árbol produjeron alelos que cumplieron con estos
requisitos porque el tamaño de todos ellos fue menor a las 400 bp, la definición de las bandas
49
en la mayoría de los productos fue moderada o superior, el tamaño de los productos se
encontraba dentro o se encontraba por no más de 105 bp fuera del rango de referencia
producido en papa y, finalmente, la amplificación se produjo en más del 80% de las muestras,
para todos los primers, todas las veces que fue necesario repetir un ensayo.
El número de loci finalmente analizados (11) es superior al promedio (8) que se maneja
comúnmente en los estudios de variabilidad genética intraespecífica en plantas usando
microsatélites (Nybom 2004). Sin embargo, es recomendable incrementar el número de
primers, para incluir al menos un locus por cromosoma y así tener una mejor cobertura del
genoma (Ghislain et al. 2004).
9.2. Diversidad genética
Los valores de distancia genética obtenidos con el coeficiente de Jaccard muestran que la
variabilidad genética dentro de las poblaciones de tomate de árbol cultivado en las tres
provincias muestreadas es reducida. A grosso modo, las accesiones de tomate de árbol son
semejantes entre sí en un 80 – 100%. No fue evidente ningún tipo de diferenciación ni por
lugar de origen, ni por variedad de las muestras (Tabla 11). En el dendrograma elaborado
tampoco hubo un patrón de agrupamiento que respondiera a dichas variables.
Un patrón de diversidad genética reducida se suele asociar con algún suceso debido al cual el
número de individuos de una población disminuyó, reduciendo así también la variedad de
genotipos o alelos presentes en esa población. Esta ha sido la regla para las especies vegetales
que han sido sujeto de domesticación: a través de la propagación selectiva de líneas vegetales
con caracteres deseados, las especies cultivadas han sido sometidas a sucesivos cuellos de
botella, que han estrechado el acervo genético de las poblaciones subsiguientes (Tanksley y
McCouch 1997, Reif et al. 2005). Esto se ha evidenciado en una reducción de la variación
genética tanto en genomas nucleares como en el ADN de los organelos (Xu y Gai 2003).
50
Son comunes los estudios en los que se cuantifica esta reducción, que varía mucho entre
especies y se debe a varias y distintas razones (Miller y Schaal 2006, Zhou et al. 2005 Baydar
et al. 2004). En algunos casos (Miller y Schaal 2006, De Vicente et al 2006), las poblaciones
mantenidas a nivel de huertos familiares, jardines y cercas vivas muestran un nivel de
variabilidad genética muy cercano al de las poblaciones silvestres, por lo que esas formas de
cultivo podrían representar una fuente de variación genética cada vez más importante para la
especie, a medida que el cultivo intensivo y a larga escala se extiende y las poblaciones
tiendan a disminuir (Miller y Schaal 2006).
De lo que se conoce, se han realizado dos estudios orientados a describir el grado de
diversidad genética del tomate de árbol cultivado. Mientras en el uno se utilizaron AFLPs
(Ordoñez 2007), en el otro la herramienta fueron los SSRs (Tapia et al. 2006). Ambas
investigaciones, ejecutadas casi paralelamente al presente estudio, concluyeron que la
varibilidad genética en S. betaceum en el Ecuador es estrecha. Tapia et al. (2006) utilizaron el
mismo set de primers de papa para evaluar accesiones de tomate de árbol y especies
relacionadas. Los resultados obtenidos son, hasta cierto punto, congruentes con los de este
estudio. Ellos sin embargo, determinaron que la diferenciación genética entre las accesiones
era casi nula. En este trabajo, por el contrario, a pesar de haber obtenido valores de similitud
genética altos, se consiguió un mayor grado de diferenciación entre accesiones como lo
muestra la Figura 3.
Ordoñez (2007) en su estudio analizó la diversidad genética entre 24 accesiones de tomate de
árbol que también están incluidas en la presente investigación. El análisis con marcadores
AFLPs arrojó valores de similitud genética entre las accesiones de tomate equiparables a los
obtenidos aquí. En su estudio, elabora un fenograma utilizando el coeficiente de Dice y
agrupando a las muestras mediante el método UPGMA y concluye que existe una ligera y
poco clara diferenciación entre los genotipos de las variedades Morado y Amarillo.
51
Se ha relacionado el grado de diversidad genética con el comportamiento reproductivo de las
especies (González-Astorga y Castillo-Campos 2004). S. betaceum, a diferencia de la mayoría
de especies relacionadas (perteneciente anteriormente al género Cyphomandra), es auto-
compatible, característica que se considera más evolucionada y que se originó de una
condición de auto-incompatibilidad (Bohs 1989). La auto-compatibilidad en el tomate de
árbol se debe seguramente a su domesticación y pudo haber sido seleccionada positivamente
para promover su establecimiento fuera de su área de origen, donde no es posible la exogamia
con con-específicos. La auto-fecundación pudo haber sido favorecida para asegurar la
uniformidad genética en el cultivo o para lograr un incremento en la producción, característica
que fue probablemente reforzada por la selección humana (Bohs 1991). Sin embargo, la
polinización abierta parece ser un medio más eficaz que la polinización artificial cruzada o la
auto-polinización para la producción de frutos en el tomate de árbol. Aún más, S. betaceum
no ha desarrollado caracteres propios de plantas predominantemente autógamas, lo que apunta
a que en el tomate de árbol, aunque es perfectamente posible la autofecundación, predomina
la exogamia a través de la polinización mediada por insectos (Bohs 1991, Lewis y Considine
1999).
El mayor grado de variabilidad genética encontrado en otros cultivos y especialmente dentro
de otras solanáceas cultivadas parece estar relacionado también con el proceso de
domesticación al que han estado sometidas. La reducción de diversidad genética en las
variedades de los cultivos en comparación con las especies silvestres se ha observado en casos
como el trigo (Triticum aestivum), debido a una domesticación relativamente reciente, una
población fundadora presumiblemente pequeña y una selección intensiva de caracteres de
importancia agronómica a largo plazo, todo esto provocando un severo cuello de botella en la
población cultivada (Reif et al. 2005). Aunque no queda claro todavía dónde ni cuando se
empezó a cultivar el tomate de árbol en Sudamérica, parece ser que su domesticación es más
52
bien relativamente reciente (Bohs 1989). Se ha relacionado el incremento en el tamaño del
genoma con procesos de domesticación y de selección artificial (Pringle & Murray 1991). El
proceso de domesticación del tomate ha sido reciente, lo que podría evidenciarse en el hecho
de que individuos poliploides de S. betaceum pueden encontrase en las plantaciones en una
frecuencia de tan solo 0.25% (Pringle & Murray 1991, 1992). Los frutos de plantas
poliploides son conocidos como “tomatillos” en el campo y son considerablemente menores
en tamaño a los frutos comunes. En este estudio fueron encontrados algunos de estos
individuos mezclados entre las plantas de los cultivos visitados. Lamentablemente, no
pudieron ser incluidos en el análisis porque las pocas semillas que contenían los frutos no
germinaron in vitro y no se pudo extraer el ADN de esas accesiones.
Resultados similares con una reducida diversidad genética se han reportado para sandía (Levi
et al. 2001), presumiblemente debido al uso de un relativamente bajo número de plantas en los
primeros estadíos de la domesticación de este cultivo fuera de su área de origen (Navot y
Zamir 1987, citado en Levi et al. 2001).
El factor geográfico puede jugar también un papel determinante en los patrones de diversidad
genética. En algunos casos (Xu y Gai 2003), el origen de una población ha dejado huella en su
ADN, a través de la adaptación a un ambiente en particular, un patrón genómico que la
diferencia de otras poblaciones. Para ciertas especies vegetales, el aislamiento geográfico
producido por la fragmentación del hábitat ha propiciado la diferenciación genética entre
poblaciones, diferenciación que ha sido reforzada por la floración asincrónica entre esas
poblaciones (González-Astorga y Castillo-Campos 2004). En este sentido, las características
geográficas donde se da el cultivo del tomate de árbol y la fenología de la planta parecen
contribuir a que todas las poblaciones en el Ecuador sean homogéneas entre sí. El tomate de
árbol en nuestro país se siembra en un continuo en todas las provincias de la Sierra, de modo
que quizás la división en poblaciones por provincia o localidad sea un artificio porque en
53
realidad las plantaciones de todo el Ecuador podrían constituir genéticamente una sola
población. Las condiciones climáticas en las que se produce este cultivo no difieren
mayormente entre sí, por lo que no se ha producido una adaptación local a un ambiente
específico. Esto, sumado a la naturaleza exogámica y a la propagación del mismo tipo de
semillas y/o plantas a varias partes del país, que, se sabe, ha ayudado también a la difusión de
enfermedades (Lascano s.f.), contribuiría a la homogeneización del acervo genético dentro del
tomate de árbol cultivado.
A pesar de observarse una limitada variabilidad genética en el tomate de árbol cultivado,
existe una gran variación morfológica en el fruto. Un fenómeno análogo detectado entre
cultivares de sandía (Levi et al. 2001) y en rosa (Baydar et al. 2004) parece deberse a que la
mayoría de características que distinguen a los cultivares son caracteres cualitativos
determinados por una o pocas mutaciones que no pudieron ser detectadas por el método
empleado para el análisis. Este tipo de plasticidad fenotípica también ocurre en especies del
género Panax; las dos formas de la especie P. stipuleanatus no pudieron ser distinguidas a
nivel genético a pesar de que pueden ser fácilmente diferenciadas por la morfología de sus
hojas. Se conjetura que esa característica es controlada por unos pocos genes, no detectados
por los marcadores moleculares, y por lo tanto no es un buen indicador de diversidad genética
o taxonomía (Zhou et al. 2005). Hasta qué punto estos escenarios se corresponden con la
situación del tomate de árbol es incierto.
9.3. Clasificación de las variedades
Aunque la clasificación de variedades usada haya surgido de las designaciones que los
agricultores tenían para los productos de sus propios cultivos, y a pesar de que coincide con la
propuesta por Morales (2001), podría resultar hasta cierto punto artificial porque dicha
clasificación solamente considera color del mucílago y forma del fruto a grandes rasgos.
54
Quizás otros parámetros como palatabilidad, número de semillas, composición química o
características físicas de la planta deberían ser tomados en cuenta. El uso de la clasificación
adoptada en este estudio es válido porque uno de los objetivos de esta investigación fue
determinar si la categorización que se hace a nivel del campo concuerda con una
diferenciación genética.
10. CONCLUSIONES
De acuerdo a esta investigación se concluye que existe una base estrecha de diversidad
genética dentro de los cultivos de tomate de árbol en el Ecuador. Algunos son los posibles
factores contribuyentes para tal fenómeno. Por un lado, parece ser que como muchas especies
vegetales cultivadas, S. betaceum fue establecida como un cultivo a partir de una población
relativamente pequeña, produciéndose así un cuello de botella poblacional. El proceso de
domesticación en esta especie parece ser relativamente reciente, lo que se evidencia en la baja
frecuencia de individuos poliploides. Esto quizás no ha permitido que se desarrollen
genotipos diferenciados adaptados a condiciones geográficas o climáticas especiales. Es
presumible que las mismas condiciones geográficas de la Sierra del Ecuador, en donde se
produce esta fruta, no propicien tal diferenciación porque son homogéneas. La uniformidad
genética reportada también se relaciona con el sistema reproducción de la planta, que parece
estar volcado hacia la exogamia mediada por insectos, a pesar de que la auto-fecundación es
posible.
Es en cierta medida sorprendente el bajo nivel de transferencia de primers obtenido, dado que
la relación entre la papa y el tomate de árbol no es tan distante, como entre otras especies en
otros ensayos, en los que contrariamente la amplificación aún entre distintos géneros produjo
un mayor número de productos polimórficos. Para el caso del tomate de árbol, el tamaño de
su genoma, extraordinariamente mayor, pudo haber influido en ese resultado. A pesar de este
55
inconveniente, los resultados generales son congruentes con los producidos por estudios
análogos en los que se usaron los mismos marcadores y AFLPs.
11. RECOMENDACIONES
11.1. En cuanto al protocolo
− La extracción de ADN de material vegetal cultivado in vitro resultó en muestras de
ADN notablemente más limpias que aquellas extraídas de hojas de plantas cultivadas
in vivo. Esto hace justificable y recomendable la inversión de tiempo necesaria para la
siembra in vitro de semillas. Sin embargo, el cultivo de semillas in vitro limitó hasta
cierto punto el tipo de accesiones que se pudo incluir en el análisis. Así, los individuos
poliploides (tomatillos) y algunas accesiones de especies cercanas al tomate de árbol
quedaron fuera del análisis porque el material genético extraído en primera instancia
estaba impregnado con gran cantidad de impurezas. Más importante aún, no se pudo
cultivar in vitro esos individuos, en el primer caso por contar los frutos con un
limitado (o incluso nulo) número de semillas, y todas ellas estériles; y en el segundo
por no disponer de frutos para extraer las semillas. A pesar de que la técnica de
microsatélites no requiere de ADN de gran calidad, la presencia de impurezas en las
muestras de ADN podría afectar la amplificación por PCR. Debido a que las hojas del
tomate de árbol son ricas en compuestos fenólicos (Pringle y Murray 1991) y con
miras a superar los problemas antes mencionados, sería apropiado adoptar un
protocolo de extracción de ADN como el propuesto por Shiran y Mahmood (s.f.), que
es una modificación del método del CTAB para plantas que producen metabolitos
secundarios.
56
11.2. En cuanto al fitomejoramiento del cultivo
− El análisis de variabilidad genética debería extenderse a especies cercanas poniendo
especial énfasis en aquellas que pueden formar híbridos viables con el tomate de
árbol.
− Los estudios de diversidad genética deberían ampliarse para incluir poblaciones
geográficamente más separadas porque se esperaría una mayor diferenciación
genética. Esto implicaría un muestreo a un nivel mayor, en el que se comparen
poblaciones de diferentes países o regiones.
− Sería recomendable complementar la búsqueda de resistencia con el conocimiento de
campo que tienen los agricultores. El saber empírico de quienes están día a día en
contacto con el cultivo puede abrir nuevas líneas de investigación. Un ejemplo es la
posible resistencia a plagas en variedad morada aducida por algunos agricultores
(Morales 2001).
− En ocasiones en las que los marcadores SSR mostraron un polimorfismo limitado
(Lanteri & Barcaccia) se utilizó otros marcadores (AFLP y RAPD) para diferenciar
poblaciones. Una combinación de técnicas es lo más adecuado. Tal combinación
podría incluir también cpSSRs, que, dada la característica haploide del genoma de los
cloroplastos y el modo uniparental de herencia de éstos, son buenos para detectar
cuellos de botella y deriva génica así como el flujo de polen dentro de las poblaciones.
Primers de este tipo desarrollados para N. tabacum han tenido éxito amplificando en
otras solanáceas (Provan et al. 2001).
− Otra línea que vaya en búsqueda del mejoramiento del tomate de árbol podría incluir
la investigación con plantas poliploides. En este caso debería darse un proceso de
mejoramiento en el que se seleccione las plantas buscando un incremento en el tamaño
y la fertilidad del fruto (Pringle y Murray 1992).
57
− Las observaciones hechas por Peakall et al. (1998) y Westman y Kresovich (1998)
demuestran que los productos de amplificación entre especies no siempre revelan el
verdadero patrón microsatélite en la especie de transferencia. Es por esto que cuando
tal procedimiento se lleve a cabo es altamente aconsejable acompañar el análisis con la
identificación de las secuencias de los productos amplificados, ya sea mediante
secuenciación o hibridación con sondas.
12. REFERENCIAS
1. ALBORNOZ, G. (1992). El tomate de árbol (Cyphomandra betacea Sendt.) en el
Ecuador. Universidad Central del Ecuador-Fundagro, Quito.
2. ASHRAF, M & AHMAD, S. (1999). Exploitation of intra-specific genetic variation for
improvement of salt (NaCl) tolerance in upland cotton (Gossypium hirsutum L.),
Brief Report. Hereditas 131: 253-256.
3. ATKINSON, R., EAGLES, M., FORSTER, R. & GARDNER, R. (1993). Genetic
transformation of Cyphomandra betacea (tamarillo) en Biotechnology in
agriculture and forestry, plant protoplasts and genetic engineering VI, Vol. 29.
Heidelberg, New York.
4. AZOFEIFA-DELGADO, A. (2006). Revisión Bibliográfica: Uso de marcadores
moleculares en plantas; aplicaciones en frutales del trópico. Agronomía
Mesoamericana 17(2): 221-242.
5. BACHMANN, K. (1994). Tanksley Review No. 63: Molecular markers in plant
ecology. New Phytol. 126: 403-418.
6. BARGHCHI, M. (1997). In vitro regeneration of tamarillo [Cyphomandra betacea
(Cav.) Sendt.], plant improvement and virus elimination, en: MR. Davey, PG
Alderson, KC Lowe, JB Power (Eds), Tree Biotechnology: Towards the
Millennium, Nottingham University Press.
58
7. BAYDAR, N.G., BAYDAR H., DEBENER, T. (2004). Analysis of genetic
relationships among Rosa damascena plants grown in Turkey by using AFLP and
microsatellite markers. Journal of Biotechnology 111: 263-267.
8. BENBOUZA, H., JACQUEMIN, J.M., BAUDOIN, J.P. & MERGEAI, G. (2006).
Optimization of a reliable, fast, cheap and sensitive silver staining method to detect
SSR markers in polyacrylamide gels. Biotechnol. Agron. Soc. Environ. 10 (2): 77-
81.
9. BHAT, K.V. (s.f.). DNA fingerprinting techniques and cultivar identification.
Disponible en
http://www.iasri.res.in/iasriwebsite/DESIGNOFEXPAPPLICATION/Electronic-
Book/module5/28DNA-Fingerprinting.pdf.
10. BOHS, L. (1989). Ethnobotany of the Genus Cyphomandra (Solanaceae). Economic
Botany, 43(2): 143-163.
11. BOHS. L. (1991). Crossing Studies in Cyphomandra (Solanaceae) and Their
Systematic and Evolutionary Significance. American Journal of Botany 78(12):
1683-1693.
12. BOHS, L. (1995). Transfer of Cyphomandra (Solanaceae) and its species to Solanum.
Taxon, 44(4): 583-587.
13. BOHS, L. (2005). Major clades in Solanum based on ndhF sequence data.
Monographs in Systematic Botany, 104: 27-50.
14. BROUN, P. & TANKSLEY, S.D. (1996) Characterization and genetic mapping of
simple repeat sequences in the tomato genome. Mol Gen Genet 250 : 39-49
15. BRYAN, G.J., McNICOLL, J., RAMSAY, G., MEYER, R.C., De JONG, W.S.
(1999). Polymorphic simple sequence repeat markers in chloroplast genomes of
Solanaceous plants. Theor Appl Genet 99: 859-867.
59
16. CADENA, E. (2001). Estudio de Prefactibilidad para el Tomate de Árbol. SICA-
Ministerio de Agricultura y Ganadería del Ecuador. Disponible en
http://www.sica.gov.ec/agronegocios
17. CAETANO-ANOLLÉS, G Y GRESSHOFF, P. (1994). Staining Nucleic Acids with
Silver: An Alternative to Radioisotopic and Fluorescent Labeling. Promega Notes
Magazine 45: 13 – 20.
18. CDB – CONVENIO SOBRE LA DIVERSIDAD BIOLÓGICA. (1992). Disponible en
www.cbd.int
19. CHOI, I.Y., KANG, J.H., SONG, H.S. & KIM, N.S. (1999). Genetic diversity
measured by simple sequence repeat variations among the wild soybean, Glycene
soja, collected along the riverside of five major rivers in Korea. Genes Genet. Syst.
74: 169-177
20. CIP – CENTRO INTERNACIONAL DE LA PAPA. (2000). Molecular Biology
Laboratory Protocols: Plant Genotyping. Ma. del R. Herrera, M. Ghislain, D.
Zhang (eds.), Crop Improvement and Genetic Resources Department Training
Manual. Tercera edición, Lima, Perú.
21. CORDEIRO, G.M., PAN, Y.B. & HENRY, R.J. (2003). Sugarcane microsatellites for
the assessment of genetic diversity in sugarcane germplasm. Plant Science 165:
181-189.
22. CRFG – CALIFORNIA RARE FRUIT GROWERS. (1996). Tamarillo fruit facts.
Consultado en http://www.crfg.org/pubs/ff/tamarillo.html
23. DE VICENTE, C., GUZMÁN, F.A., ENGELS, J. & RAO, V.R. (2006). Genetic
characterization and its use in decision-making for the conservation of crop
germplasm en The role of biotechnology in exploring and protecting agricultural
genetic resources, Ruane, J. & Sonnino, A. (eds.), FAO, Roma, Italia.
60
24. SICA. (s.f.). Tomate de Árbol –Ficha Técnica del Proyecto SICA-Banco Mundial.
Disponible en:
http://www.sica.gov.ec/agronegocios/productos%20para%20invertir/frutas/tomate
%20arbol/principal.htm
25. ESCRIBANO, P., VIRUEL, M.A. & HORMAZA, J.I. (2004). Characterization and
cross-species amplification of microsatellite markers in cherimoya (Annona
cherimola Mill., Annonaceae), Primer Note. Molecular Ecology Notes 4: 746–748.
26. FAO. (1992). Cultivos marginados, otra perspectiva de 1492. Colección FAO:
producción y protección vegetal № 26. Roma, Italia.
27. FERREIRA, M. E. & GRATAPAGLIA D. (1998). Introducción al uso de marcadores
moleculares en el análisis genético. EMBRAPA, Brasília, DF.
28. FITZSIMMONS, N.N., MORITZ, C. & MOORE, S.S. (1995). Conservation and
dynamics of microsatellite loci over 300 million years of marine turtle evolution.
Mol. Biol. Evol 12(3): 432-440.
29. FUJIMORI, S., WASHIO, T., HIGO, K., OHTOMO, Y., MURAKAMI, K.,
MATSUBARA, K., KAWAI, J., CARNINCI, P., HAYASHIZAKI, Y., KIKUCHI,
S. & TOMITA, M. (2005). A novel feature of microsatellites in plants: a
distribution gradient along the direction of transcription. FEBS Letters 554: 17-22.
30. GARCÍA, A., BENCHIMOL, L.L., BARBOSA, A., GERALDI, I.O., SOUZA, C.Jr.
& DE SOUZA, A. (2004). Comparison of RAPD, RFLP, AFLP and SSR for
diversity studies in tropical maize inbred lines. Genetics and Molecular Biology 27
(4): 579-588.
31. GARNER, T.W.J. (2002). Genome size and microsatellites: the effect of nuclear size
on amplification potential. Genome 45: 212-215.
61
32. GAVILANES, I. (1992). Recolección germoplásmica y establecimiento de la
colección viva de tomate de árbol (Cyphomandra betacea Sendt) en Ecuador. Tesis
para título de Ingeniero en Ciencias Agrícolas, Universidad Central del Ecuador,
Quito.
33. GHISLAIN, M., SPOONER, D.M., RODRÍGUEZ, F., VILLAMÓN, F., NÚÑEZ, J.,
VÁSQUEZ, C., WAUGH, R. & BONIERBALE, M. (2004). Selection of highly
informative and user-friendly microsatellites (SSRs) for genotyping of cultivated
potato. Theor Appl Genet 108: 881-890.
34. GONZÁLEZ-ASTORGA, J. & CASTILLO-CAMPOS, G. (2004). Genetic Variability
of the Narrow Endemic Tree Antirhea aromatica Castillo-Campos & Lorence,
(Rubiaceae, Guettardeae) in a Tropical Forest of Mexico. Annals of Botany 93:
521-528.
35. GUPTA, P.K., BALYAN, H.S., SHARMA, P.C. & RAMESH, B. (1996).
Microsatellites in plants: A new class of molecular markers. Current Science, 70:
45-54.
36. GUPTA, P.K., VARSHNEY, R.K., SHARMA, P.C. & RAMESH, B. (1999). Review:
Molecular markers and their applications in wheat breeding. Plant Breeding 118:
369-390.
37. HAMADA, H., PETRINO, M.G. & KAKUNAGA, T. (1982). A novel repeated
element with Z-DNA-forming potential is widely found in evolutionary diverse
eukaryotic genomes. Proc. Natl. Acad. Sci. USA 79: 6465-6469.
38. HERRERA, J. (1998). Evaluación de tres métodos de injertación de dos variedades de
tomate de árbol (Cyphomandra betacea Cav. Send.) en Ecuador. Tesis para título
de Ingeniero en Ciencias Agrícolas, Universidad Central del Ecuador, Quito.
62
39. ITPGR – INTERNATIONAL TREATY ON PLANT GENETIC RESOURCES FOR
FOOD AND AGRICULTURE. (2001). Disponible en
http://www.fao.org/AG/cgrfa/
40. JACOBSEN, S.E., MUJICA, A. & ORTIZ, R. (2003). La Importancia de los Cultivos
Andinos. Fermentum 13(36): 14-24. Disponible en
http://www.rlc.fao.org/proyecto/163nze/documentos/productos/4.pdf
41. JEHLE, R. & ARNTZEN, J.W. (2002). Review: Microsatellite markers in amphibian
conservation genetics. Herpetological Journal 12: 1-9.
42. KUBIS, S., SCHMIDT, T. & HESLOP-HARRISON, J.S. (1998). Repetitive DNA
elements as a major element of plant genomes. Annals of Botany 82 (Supplement
A): 45-55.
43. KYNDT, T., VAN DROOGENBROECK, B., HAEGEMAN, A., ROLDÁN-RUIZ, I.
& GHEYSEN, G. (2006). Cross-species microsatellite amplification in
Vasconcellea and related genera and their use in germplasm classification. Genome
49: 786-798.
44. LANTERI, S & BARCACCIA, G. (2006). Molecular marker based analysis for crop
germplasm preservation en The role of biotechnology in exploring and protecting
agricultural genetic resources, Ruane, J. & Sonnino, A. (eds.), FAO, Roma, Italia.
45. LASCANO, V.(s.f.). Estudio de competitividad del tomate de árbol. Disponible en
http://www.sica.gov.ec/agronegocios/productos%20para%20invertir/frutas/tomate
%20arbol/Estudio%20de%20Competitividad%20Tomate%20de%20Arbol.pdf
46. LEVI, A., THOMAS, C.E., WHENER, T.C. & ZHANG, X. (2001). Low genetic
diversity indicates the need to broaden the genetic base of cultivated watermelon.
HortSience 36 (6): 1096-1101.
63
47. LEWIS, D.H. & CONSIDINE, J.A. (1999). Pollination and fruit set in the tamarillo
(Cyphomandra betacea (Cav.) Sendt.) 1. Floral biology. New Zealand Journal of
Crop and Horticultural Science 27: 101-112.
48. LI, Y.C., KOROL, A.B., FAHIMA, T., BEILES, A. & NEVO, E. (2002).
Microsatellites: genomic distribution, putative functions and mutational
mechanisms: a review. Molecular Ecology 11: 2453-2465.
49. MAG – MINISTERIO DE AGRICULTURA Y GANADERÍA DEL ECUADOR.
(2001). Identificación de mercados y tecnología para productos agrícolas
tradicionales de exportación: tomate de árbol. Disponible en
http://www.sica.gov.ec/agronegocios/biblioteca/Convenio%20MAG%20IICA/productos/tomate_ar
bol_mag.pdf.
50. MARTÍNEZ-CRUZ, B. DAVID, V.A., GODOY, J.A., NEGRO, J.J., O’BRIEN, S.J.
& JOHNSON, W.E. (2002). Eighteen polymorphic microsatellite markers for the
highly endangered Spanish imperial eagle (Aquila adalberti) and related species,
Primer Note. Molecular Ecology Notes 2: 323-326.
51. MCPHERSON, M.J., OLIVER, R.J. & GURR, S.J. (1992) The polymerase chain
reaction en Molecular plant pathology: a practical approach, Vol. I. Oxford
University Press.
52. MEADOWS, L.R. (2002). Rare Cyphomandra germplasm in New Zealand: an
endangered resource and its importance. Consultado en
http://www.naturalhub.com/grow_fruit_type_tamarillo_relative_new_zealand.htm
53. MILBOURNE, D., MEYER, R., BRADSHAW, J.E., BAIRD, E., BONAR, N.,
PROVAN, J., POWELL, W. & WAUGH, R. (1997). Comparison of PCR-based
marker systems for the analysis of genetic relationships in cultivated potato.
Molecular Breeding 3: 127-136.
64
54. MILLER, A.J. & SCHAAL, B.A. (2006). Domestication and the distribution of
genetic variation in wild and cultivated populations of the Mesoamerican fruit tree
Spondias purpurea L. (Anacardiaceae). Molecular Ecology 15: 1467-1480.
55. MONTOYA, J.E., ESCOBAR, R.H. & DEBOUCK, D.G. (s.f.). Development of a
freezing methodology in liquid nitrogen of tree tomato (Cyphomandra betacea
(Cav.) Sendt) seeds. Disponible en:
http://www.ciat.cgiar.org/biotechnology/pdf/texto.pdf
56. MORALES, J.O. (2001). Diagnóstico agro-socio-económico del cultivo de tomate de
árbol (Cyphomandra betacea Sendt.) en cuatro provincias de la sierra ecuatoriana
(Imbabura, Pichincha, Tungurahua y Azuay). Tesis de grado previa a la obtención
de título de Ingeniero Agrónomo de la Universidad Central del Ecuador, Quito.
57. MURASHIGE, T Y SKOOG, F. (1962) A revised medium for rapid growth and
bioassays with tobacco tissue cultures. Physiol Plant. 15: 473-497
58. NAVOT, N. & ZAMIR, D. (1987). Isozyme and seed protein phylogeny of the genus
Citrullus (Cucurbitaceae). Plant Syst. Evol. 156: 61-67.
59. NICHOLL, D. (2002). An introduction to genetic engineering. Segunda Edicióm.
Cambridge University Press, Cambridge, RU.
60. NRC - NATIONAL RESEARCH COUNCIL. (1989). Lost crops of the Incas.
National Academy Press, Washington, DC.
61. NUEZ, F. & CARRILLO, J.M. Editores. (2000). Los marcadores genéticos en la
mejora vegetal. Editorial Universidad Politécnica de Valencia. Valencia, España.
62. NYBOM, H. (2004). Comparison of different nuclear DNA markers for estimating
intraspecific genetic diversity in plants. Molecular Ecology 13: 1143-1155.
63. NZTGA – NEW ZEALAND TAMARILLO GROWERS ASSOCIATION. (2006).
Tamarillo varieties. Consultado en http://www.tamarillo.com/Tamarillo
65
64. OCHOA, C. (2002). Un Don Universal en La Papa, Tesoro de los Andes – De la
Agricultura a la Cultura, Graves, C. (Ed.). Centro Internacional de la Papa (CIP),
Lima, Perú.
65. ORDÓÑEZ, S. (2007). Diferenciación de variedades en cultivos de tomate de árbol,
Solanum betaceum, mediante la técnica molecular de AFLP. Tesis de grado
presentada como requisito para la obtención de título de B.S. en Biotecnología de
la Universidad San Francisco de Quito. Quito, Ecuador.
66. PAZMIÑO, C. (1987) Evaluación de la resistencia a Meloidogyne incognita en
ecotipos cultivados y silvestres de tomate de árbol (Cyphomandra betacea). Tesis
para la Obtención del Título de Ingeniero Agrónomo. Universidad Central del
Ecuador, Quito.
67. PAZMIÑO, C. (1992). Resistencia de ocho entradas de tomate de árbol silvestre a
Meloidogyne sp. Tesis para título de Ingeniero en Ciencias Agrícolas, Universidad
Central del Ecuador, Quito.
68. PEAKALL, R., GILMORE, S., KEYS, W., MORGANTE, M. & RAFALSKI, A.
(1998). Cross-species amplification of soybean (Glycine max) Simple Sequence
Repeats (SSRs) within the genus and other legume genera: implications for the
transferability of SSRs in plants. Mol. Biol Evol 15(10): 1275-1287.
69. PERERA, L., RUSSELL, J.R., PROVAN, J. & POWELL, W. (2001). Levels and
distribution of genetic diversity of coconut (Cocos nucifera L., var. Typica, form
typica) from Sri Lanka assessed by microsatellite markers. Euphytica 122: 381-
389.
70. PILLON, Y., FAY, M.F., SHIPUNOV, A.B. & CHASE, M.W. (2006). Species
diversity versus phylogenetic diversity: A practical study in the taxonomically
difficult genus Dactylorhiza (Orchidaceae). Biological Conservation 129: 4-13.
66
71. POWELL, W., MACHRAY, G.C. & PROVAN, J. (1996). Polymorphism revealed by
simple sequence repeats. Trends in Plant Science 1(7): 215-222.
72. PRINGLE, G.J. & MURRAY, B.G. (1991). Karyotype Diversity and Nuclear DNA
Variation in Cyphomandra en Solanaceae III: Taxonomy, Chemistry, Evolution;
ed. Hawkes, Lester, Nee & Estrada; Royal Botanic Gardens Kew and Linnean
Society of London.
73. PRINGLE, G.J. & MURRAY, B.G. (1991b). Interspecific hybridization involving the
tamarillo Cyphomandra betacea (Cav.) Sendt. (Solanaceae). New Zealand Journal
of Crop and Horticultural Science 19: 103-111.
74. PRINGLE, G.J. & MURRAY, B.G. (1992). Polyploidy and Aneuploidy in the
Tamarillo Cyphomandra betacea (Cav.) Sendt. (Solanaceae). I. Spontaneous
Polyploidy and Features of the Euploids. Plant Breeding 108: 132-138.
75. PROHENS, J., RODRÍGUEZ-BURRUEZO, A. & NUEZ, F. (2003). New crops: an
alternative for the development of horticulture. Food, Agriculture & Environment
1(1): 75-79.
76. PROVAN, J. , SORANZO, N., WILSON, N.J., GOLDSTEIN, D.B. & POWELL, W.
(1999). A low mutation rate for chloroplast microsatellites. Genetics 153: 943-947.
77. PROVAN, J., KUMAR, A., SHEPHERD, L., POWELL, W. & WAUGH, R. (1996).
Analysis of intra-specific somatic hybrids of potato (Solanum tuberosum) using
simple sequence repeats. Plan Cell Rep. 16: 196-199.
78. PROVAN, J., POWELL, W. & HOLLINGSWORTH, P.M. (2001). Chloroplast
microsatellites: new tools for studies in plant ecology and evolution. Trends in
Ecology & Evolution 16(3): 142-147.
67
79. RAKER, C.M. & SPOONER, D.M. (2002). Chilean tetraploid cultivated potato,
Solanum tuberosum, is distinct from the Andean populations: microsatellite data.
Crop Science 42: 1451-1458.
80. REIF, J.C., ZHANG, P., DREISIGACKER, S., WARBURTON, M.L., VAN
GINKEL, M., HOISINGTON, D., BOHN, M. & MELCHINGER, A.E. (2005).
THeor Appl Genet 110: 859-864.
81. ROSS, K.G., SHOEMAKER, D.D., KRIEGER, M.J., DEHEER, C.J. & KELLER, L.
(1999). Assessing genetic structure with multiple classes of molecular markers: a
case study involving the introduced fire ant Solenopsis invicta. Mol. Biol. Evol. 16
(4): 525-543.
82. ROY, J.K., BANDOPADHYAY, R., RUSTGI, S., BALYAN, H.S. & GUPTA, P.K.
(2006). Association analysis of agronomically important traits using SSR, SAMPL
and AFLP markers in bread wheat. Current Science 90 (5): 683-689.
83. RUSSELL, J.R., FULLER, J.D., MACAULAY, M., HATZ, B.G., JAHOOR, A.,
POWELL, W. & WAUGH, R. (1997). Direct comparison of levels of genetic
variation among barley accessions detected by RFLPs, AFLPs, SSRs and RAPDs.
Theor Appl Genet. 95: 714-722.
84. SAGHAI MAROOF, M.A., K.M. SOLIMA, R.A. JORGENSON AND R.W.
ALLARD. (1984). Ribosomal DNA spacer-length polymorphisms in barley:
Mendelian inheritance, chromosomal location, and population dynamics. Proc.
Nac. Acad. Sci. USA 81: 8014-8018.
85. SANJUR, O.I., PIPERNO, D.R., ANDRES, T.C. & WESSEL-BEAVER, L. (2002).
Phylogenetic relationships among domesticated and wild species of Cucurbita
(Cucurbitaceae) inferred from a mitochondrial gene: Implications for crop plant
evolution and areas of origin. PNAS 99 (1): 535-540.
68
86. SEGARRA-MORAGUES, J.G., IRIONDO, J.M. & CATALÁN, P. (2005). Genetic
fingerprinting of germplasm accessions as an aid for species conservation: a case
study with Borderea chouardii (Dioscoraceae), one of the most critically
endangered Iberian plants. Annals of Botany 96: 1283-1292.
87. SHEPHERD, M., CROSS, M. MAGUIRE, T.L., DIETERS, M.J., WILLIAMS, C.G.
& HENRY, R.J. (2002). Transpecific microsatellites for hard pines. Theor Appl
Genet 104: 819-827.
88. SHIRAN, B. & MAHMOOD, S.M. (s.f.). A modified CTAB method for isolation of
DNA from mint plants (Mentha spp)
89. SILVA, M.A. (s.f.). El rol de los cultivos marginales en la seguridad alimentaria local
de la Región Andina y su potencial contribución a nivel mundial a través de la
biotecnología. Disponible en:
http://cehap.bellinux.net/IMG/pdf/Cultivos_marginales.pdf.
90. SIMIANER, H. (2006). Use of molecular markers and other information for sampling
germplasm to create an animal gene bank en The role of biotechnology in exploring
and protecting agricultural genetic resources., Ruane, J. & Sonnino, A. (eds.),
FAO, Roma, Italia.
91. SOL – The International Solanaceae Genome Project. (2004). SOL: Systems
Approach to Diversity and Adaptation-Draft 2.0. Disponible en:
http://www.sgn.cornell.edu/solanaceae-project/ .
92. SUKHOTU, T., KAMIJIMA, O. & HOSAKA, K. (2005). Genetic diversity of the
Andean tetraploid cultivated potato (Solanum tuberosum L. subsp. andigena
Hawkes) evaluated by chloroplast and nuclear DNA markers. Genome 48: 55-64.
93. SUNNUCKS, P. (2000). Efficient genetic markers for population biology. TREE
15(5): 199-203.
69
94. SUSLOW, T.V., THOMAS, B.R. & BRAFORD, K.J. (2002). Biotechnology Provides
New Tools for Plant Breeding; Publicación 8043 de Agricultural Biotechnology
California Series. Producido por Seed Biotechnology Center, UC
Davis/Biotechnology Workgroup of the UC Division of Agriculture and Natural
Resources, University of California at Davis. Disponible en http://anrcatalog.ucdavis.edu.
95. TANKSLEY, S.D. & McCOUCH, S.R. (1997). Seed Banks and Molecular Maps:
Unlocking Genetic Potential from the Wild. Science 277: 1063-1066.
96. TAPIA, C., ZAMBRANO, E. & MORILLO, E. (2006). Tomate de árbol
(Cyphomanra betacea Sendt.), frutal promisorio para la diversificación del agro
andino. Informe de Proyecto ejecutado por INIAP/DENAREF.
97. TAPIA, M.E. (s.f.). The role of under-utilized plant species with regard to increased
food security and improved health of poor people, in mountain regions.
IIAP/PNUD, Perú. Disponible en http://www.underutilized-
species.org/Documents/PUBLICATIONS/m_t.pdf
98. TAUTZ, D. & RENZ, M. (1984). Simple sequences are ubiquitous repetitive
components of eukaryotic genomes. Nucl.Acids Res. 12: 4127-4138.
99. VELASTEGUI, J.R. (1988). Enfermedades del tomate de árbol. Publicación Técnica
de la Universidad Técnica de Ambato, Ambato, Ecuador.
100. WAITS, L.P. BUCKLEY-BEASON, V.A., JOHNSON, W.E., ONORATO, D. &
MACCARTHY, T. (2007). A select panel of polymorphic microsatellite loci for
individual identification of snow leopards (Panthera uncia). Molecular Ecology
Notes 7(2): 311- 314.
101. WEBER. J.L. (1990). Informativeness of human (dC-dA)n-(dG-dT)n
polymorphisms. Genomics 7: 524-530.
70
102. WESTMAN, A.L. & KRESOVICH, S. (1998). The potential for cross-taxa simple
sequence repeat (SSR) amplification between Arabidopsis thaliana L. and crop
brassicas. Theor Appl Genet 96: 272-281.
103. XU, D.H. & GAI, J.Y. (2003). Genetic diversity of wild and cultivated soybeans
growing in China revealed by RAPD analysis. Plant Breeding 123: 503-506.
104. XU, S.-X, LIU, J. and LIU, G.S. (2004). The use of SSRs for predicting the hybrid
yield and yield heterosis in 15 key inbred lines of Chinese maize. Hereditas 141:
207-215.
105. YÁBAR, C.A. (2003). Manual de procedimientos de electroforesis para proteínas y
ADN, Serie de Normas Técnicas No. 38. Instituto Nacional De Salud (INS), Lima,
Perú.
106. ZENG, L., KWON, T.R., LIU, X., WILSON, C., GRIEVE, C.M. & GREGORIO,
C.B. (2004). Genetic diversity analyzed by microsatellite markers among rice
(Oriza sativa L.) genotypes with different adaptations to saline soils. Plant Science
166: 1275-1285.
107. ZHANG, D.P., CARBAJULCA, D., OJEDA, L., ROSSEL, G., MILLA, S.,
HERRERA, C. & GHISLAIN, M. (2000). Microsatellite analysis of genetic
diversity in sweetpotato varieties from Latin America, CIP Program Report 1999-
2000.
108. ZHOU, S.L., XIONG, G.M., LI, Z.Y. & WEN, J. (2005). Loss of genetic diversity
of domesticated Panax notoginseng F H Chen as evidenced by ITS sequence and
AFLP polymorphism: a comparative study with P. stipuleanatus H T Tsai et K M
Feng. Journal of Integrative Plant Biology 47(1): 107-115.
71
13. TABLAS Tabla 1. Variedades de tomate de árbol descritas por diversas fuentes. Lugar Variedades Fuente Colombia 1. Común,
2. Mora, 3. Amarillo
Montoya et al. S.f.
Internacional 1. Ecuadorian Orange, 2. Goldmine, 3. Inca Gold, 4. Oratia Red, 5. Rothamer, 6. Ruby Red, 7. Solid Gold, 8. Yellow, entre otras (ver NZTGA 2006)
CRFG 1996, NZTGA 2006
Ecuador a) 1.Amarillo o Inca Gold, 2.Negro o tomate de altura, 3.Puntón, 4.Redondo, y 5.Rojo o mora
a) Albornoz 1992; b) Morales 2001
b) 1. Amarillo puntón 2. Amarillo redondo 3. Amarillo gigante 4. Mora común 5. Mora gigante 6. Criollo
Presente estudio 1. Morado Gigante 2. Amarillo Gigante 3. Morado Común 4. Amarillo Común 5. Morado Bola (o redondo) 6. Amarillo Bola (o redondo
Términos que se manejan en los cultivos visitados.
72
Tabla 2. Sitios de colección de las accesiones de tomate de árbol en este estudio. Provincia (No. de muestras)
Localidad Superficie No. Muestras
Dueño ó Administrador
Imbabura (33)
1 Carabuela, Otavalo
1 ha. 5 Carlos Guandinango
2 Carabuela, Otavalo
1.5 ha 6 Segundo Ramírez
3 Agualongo, Atuntaqui
3 ha 7 Vladimir Pita
4 Atuntaqui, Atuntaqui
1.5 ha 5 Julio Armas
5 Chaltura, Antonio Ante
0.5 ha 5 n/d
6 Chaltura, Antonio Ante
2 ha 5 Jimmy Jaramillo
Tungurahua (38)
1 La Libertad, Pelileo
0.5 ha 6 Alfredo Rivera
2 La Libertad, Pelileo
1 ha 6 Teresa Villagrán
3 Valle Hermoso, Pelileo
800 m2 6 Abelardo Ojeda
4 Artesón, Pelileo
250 m2 7 Abelardo Ojeda
5 El Obraje, Pelileo
600 m2 6 n/d
6 García Moreno, Pelileo
450 m2 7 Carlos Suárez
Pichincha (35)
1 San José de Puembo, Quito
0.5 ha 5 Jorge Garzón
2 San José de Puembo, Quito
40 000 m2 7 Jorge Vásconez
3 Yaruquí, 3000 m2 5 Manuel Acuña 4 San
Agustín 2000 m2 5 Víctor Cóndor
6 Entrada a Getsemaní
4000 m2 5 Berta Domínguez
7 Sector Merapec, Cayambe
2 ha 8 Simón Ojeda
73
Tabla 3. Descripción de las características del fruto usadas para la clasificación de variedades en el presente estudio. Forma del fruto Color endocarpo Gigante: fruto de mayor tamaño que los otros, tanto a lo largo como a lo ancho. El largo generalmente supera los 8 cm.
Morado: mucílago de color morado obscuro
Común: fruto de tamaño mediano, más largo que ancho y generalmente con el ápice pronunciado.
Amarillo: mucílago de este color.
Bola: fruto de tamaño mediano, de forma redonda, sin ápice o éste muy redondeado.
Tabla 4. Accesiones de tomate de árbol utilizadas en este estudio, agrupadas por provincia de origen y la variedad a la que pertenecen. Imbabura Tungurahua Pichincha
Muestra Variedad Muestra Variedad Muestra Variedad 1 I1a MG T1a MC P1a AB 2 I1b AG T1b MC P1d AC 3 I1d MG T1c MG P2a AB 4 I1e MC T1f MG P2d AB? 5 I2b AG T2a AB P2k MC 6 I2d AC T2b MG P3b AB 7 I3a AG T2e MG P3d AC 8 I3g AB T3b MG P4b MB 9 I4a AG T3c MC P4d AC 10 I4d AB T3d AG P6a AG 11 I5b AG T3e MB P6e AC 12 I5e AC T3f MC P7b MC 13 I6d AC T4b MG P7c MC 14 T4c MG P7d MB 15 T4f MC P7e MB 16 T5a AB P7g MB 17 T5c AC P7h MC 18 T5e AC 19 T6a AG 20 T6g MB Para una explicación del código usado para la identificación de las accesiones remitirse al texto, sección Muestreo (página 36).
74
Tabla 5. Accesiones de tomate de árbol analizadas y agrupadas por la variedad a la que pertenecen. Amarillo
Común Amarillo Gigante
Amarillo Bola
1 I2d I1b I3g 2 I5e I2b I4d 3 I6d I3a T2a 4 T5c I4a T5a 5 T5e I5b P1a 6 P1d T3d P2a 7 P3d T6a P2d 8 P4d P6a P3b 9 P6e
Total amarillos: 25 Morado
Común Morado Gigante
Morado Bola
1 I1e I1a T3e 2 T1a I1d T6g 3 T1b T1c P4b 4 T3c T1f P7d 5 T3f T2b P7e 6 T4f T2e P7g 7 P2k T3b 8 P7b T4b 9 P7c T4c
10 P7h Total morados: 25 Totales forma
19 17 12
Para una explicación del código usado para la identificación de las accesiones remitirse al texto, sección Muestreo (página 36).
75
Tabla 6. Reactivos y volúmenes utilizados para la amplificación por PCR de los SSRs. Reactivo Concentración Volumen Buffer para PCR 10X 1.0 uL MgCl2 50 mM 0.3 uL dNTPs (100 mM c/u) 20 mM 0.1 uL Primer 10 uM 0.4 uL Taq (1-2 U por reacción) 0.2 uL ADN 5 ng/uL 2.0 uL Agua 6.0 uL Total 10.0 uL Tabla 7. Programa de PCR usado para la amplificación de los loci microsatélites. La temperatura de annealing (T) varía para cada par de primers (ver Tabla 8). Paso Temperatura Duración Denaturalización inicial 94 ºC 3 min 30 ciclos de amplificación
Denaturalización 94 ºC 1 min Annealing T ºC 2 min Elongación 72 ºC 1.5 min
Elongación final 72 ºC 5 min
76Tabla 8. Características de los pares de primers usados para el análisis de las accesiones de tomate de árbol. Código Primer
Nombre Primera
Secuencias del primer (5’-3’) Motivo microsatélite
Peso molecular (bp)b
Temperatura annealing (ºC)c
Cromosomad PICe % Individuos heterocigotos
Incidencia de alelos nulos (%)
S036 STM1053 TCTCCCCATCTTAATGTTTC CAACACAGCATSCAGATCATC
(TA)4(ATC)5 ~ 249
(168-184) 53 (53) III 0.211 - 12
S089 STM3012 CAACTCAAACCAGAAGGCAAA GAGAAATGGGCACAAAAAACA
(CT)4, (CT)8 ~ 186
(153-213) 57 (57) IX 0.147 - 8
S114 STM5114 AATGGCTCTCTCTGTATGCT GCTGTCCCAACTATCTTTGA
(ACC)7 a: ~183 b: ~ 293
(288-308) 57 (57) II 0.5 98 0
S140 STM5140 GCTATTGTTGCAGATAATACG GCCATGCACTAATCTTTGATTC
(AAT)9 a: ~ 177 b: ~ 175 (~200)
50 (57) IV 0.255 32 0
S182 STG0004 TGAAAGCCAATCTCACTGGA TATAATTGGCTTGCGAGTGC
(GT)6 ~ 199 (~200)
55 (55) XI 0.18 - 10
S188 STG0010 CGATCTCTGCTTTGCAGGTA GTTCATCACTACCGCCGACT
(TG)6 ~ 173
(150-170) 54 (55) III 0.32 - 20
S208 STG0033 GCTCATTTGACTGCTAAACCC GAAAGAATTGTGCCGTCGAT
(CGG)6 ~ 157
(148-162) 55 (55) II 0.077 - 4
S209 STI0001 CAGCAAAATCAGAACCCGAT GGATCATCAAATTCACCGCT
(ATT)n a: ~ 187 b: ~ 181
(186-208) 55 (55) IV 0.078 4 2
S221 STI0023 GCGAATGACAGGACAAGAGG TGCCACTGCTACCATAACCA
(CAG)n a: ~ 187 b: ~ 184
(130-205) 50 (60) X 0.449 68 0
S228 STI0035 ACCTTTGAGGAATTGCAGGA CATTGAAGGAGTTCCAGTCC
(TTC)n a y b : <
100 (102-115)
50 (57) - 0.514 6 38
S231 STI0038 CCAAATGAGGCTAAGGGTGA GGCCAAGAAAATCAAGAACG
(CTG)n ~ 102
(110-115) 50 (58) V 0.241 - 14
a Este el nombre con el que se conoce el primer a nivel internacional, mientras que el código es el nombre que se le fue asignado para esta investigación
b El primer número es el peso aproximado del microsatélite conforme se determinó en este estudio; entre paréntesis consta el rango de peso esperado establecido en papa; las letras designan los distintos alelos. c El primer número corresponde a la temperatura usada en este estudio; el segundo, entre paréntesis, es la temperatura de annealing recomendada para papa. dEl número corresponde al cromosoma de papa. Se asume que el cromosoma en el que se encuentra cada microsatélite se corresponde en el tomate de árbol.
.ePara el cálculo del PIC se consideraron también los alelos nulos.
77
Tabla 9. Protocolo de tinción con plata de los geles de acrilamida. Paso Solución Tiempo Observaciones Fijación Etanol absoluto al 10%, Ácido
acético al 0.5% 5 min. 10 usos.
Tinción Nitrato de plata (1.5 g/L), formaldehído 37% (1.5 mL/L)
6-7 min. En obscuridad. Agitación constante.
Lavado Agua destilada 15 s. Revelado Hidróxido de sodio (15 g/L),
formaldehído 37% (2 mL/L), 3-5 min. Realizar en la obscuridad. 4
usos. Parada Solución de fijación 2 min.
Tabla 10. Valores de similitud genética entre todas las accesiones utilizando el coeficiente de Jaccard y agrupados por lugar de origen y por variedad de las muestras de tomate de árbol. Se indican el respectivo tamaño de la muestra (n), promedio (P), desviación estándar (SD) y valor mínimo (M). a) Comparación de valores entre todas las muestras de Imbabura. n = 13, P = 0.89, SD = 0.098, M = 0.64 I1a I1d I1e I3g I3a I4a I2b I1b I2d I4d I5b I5e I6d I1a 1,00 I1d 0,82 1,00 I1e 0,75 1,00 1,00 I3g 0,75 1,00 1,00 1,00 I3a 0,75 1,00 1,00 1,00 1,00 I4a 0,67 0,92 0,92 0,92 0,92 1,00 I2b 0,82 1,00 0,92 0,92 0,92 0,85 1,00 I1b 0,67 0,92 0,92 0,92 0,92 1,00 0,85 1,00 I2d 0,73 0,92 0,92 0,92 0,92 0,83 1,00 0,83 1,00 I4d 0,78 0,90 0,82 0,82 0,82 0,82 1,00 0,82 1,00 1,00 I5b 0,64 0,86 0,87 0,87 0,87 0,80 0,92 0,80 0,92 0,83 1,00 I5e 0,69 0,92 0,93 0,93 0,93 0,86 0,92 0,86 1,00 0,91 1,00 1,00 I6d 0,80 0,83 0,77 0,77 0,77 0,83 0,83 0,83 0,75 0,80 0,67 0,71 1,00
78 b) Comparación de valores entre todas las muestras de Tungurahua. n = 20, P = 0.87, SD = 0.090, M = 0.64 T2b T4c T3e T6g T5a T3d T5c T6a T5e T1a T1b T1f T2e T3b T1c T3c T3f T4b T4f T2a T2b 1,00 T4c 1,00 1,00 T3e 1,00 1,00 1,00 T6g 1,00 1,00 1,00 1,00 T5a 0,83 0,83 0,83 0,83 1,00 T3d 0,92 0,92 0,92 0,92 0,91 1,00 T5c 0,83 0,83 0,83 0,83 0,82 0,75 1,00 T6a 0,92 0,92 0,92 0,92 0,91 0,83 0,91 1,00 T5e 0,83 0,83 0,83 0,83 0,82 0,75 1,00 0,91 1,00 T1a 0,82 0,82 0,82 0,82 0,80 0,80 1,00 0,90 1,00 1,00 T1b 0,75 0,75 0,75 0,75 0,80 0,73 1,00 0,90 1,00 1,00 1,00 T1f 1,00 1,00 1,00 1,00 0,83 0,92 0,83 0,92 0,83 0,82 0,75 1,00 T2e 0,93 0,93 0,93 0,93 0,77 0,85 0,77 0,85 0,77 0,82 0,75 0,93 1,00 T3b 0,86 0,86 0,86 0,86 0,69 0,77 0,83 0,77 0,83 0,90 0,82 0,86 0,93 1,00 T1c 0,86 0,86 0,86 0,86 0,69 0,77 0,69 0,77 0,69 0,82 0,75 0,86 0,93 0,86 1,00 T3c 0,93 0,93 0,93 0,93 0,77 0,85 0,77 0,85 0,77 0,82 0,75 0,93 1,00 0,93 0,93 1,00 T3f 0,93 0,93 0,93 0,93 0,77 0,85 0,77 0,85 0,77 0,82 0,75 0,93 1,00 0,93 0,93 1,00 1,00 T4b 0,86 0,86 0,86 0,86 0,77 0,85 0,77 0,85 0,77 0,90 0,82 0,86 0,93 0,86 0,86 0,93 0,93 1,00 T4f 0,79 0,79 0,79 0,79 0,75 0,69 0,75 0,83 0,75 0,82 0,82 0,79 0,86 0,79 0,92 0,86 0,86 0,79 1,00 T2a 1,00 1,00 1,00 1,00 0,89 1,00 0,78 0,89 0,78 0,86 0,75 1,00 1,00 0,64 0,89 1,00 1,00 1,00 0,78 1,00
79 c) Comparación de valores entre todas las muestras de Pichincha. n = 17, P = 0.83, SD = 0.111, M = 0.50 P2k P4b P7g P7b P7c P1a P3b P1d P3d P7d P7e P7h P2a P6a P6e P4d P2d P2k 1,00 P4b 0,83 1,00 P7g 0,85 0,83 1,00 P7b 0,67 0,73 0,75 1,00 P7c 0,83 0,82 0,92 0,82 1,00 P1a 0,91 0,82 0,91 0,64 0,82 1,00 P3b 0,83 0,82 0,92 0,67 0,83 0,82 1,00 P1d 0,85 0,83 1,00 0,75 0,92 0,91 0,92 1,00 P3d 0,83 0,82 0,92 0,82 1,00 0,82 0,83 0,92 1,00 P7d 0,73 0,71 0,86 0,64 0,79 0,77 0,79 0,86 0,79 1,00 P7e 0,73 0,71 0,86 0,64 0,79 0,77 0,79 0,86 0,79 1,00 1,00 P7h 0,71 0,57 0,71 0,50 0,64 0,75 0,64 0,71 0,64 0,86 0,86 1,00 P2a 0,73 0,71 0,86 0,64 0,79 0,77 0,79 0,86 0,79 0,87 0,87 0,73 1,00 P6a 0,77 0,75 0,92 0,67 0,83 0,82 0,83 0,92 0,83 0,92 0,92 0,77 1,00 1,00 P6e 0,71 0,69 0,85 0,75 0,92 0,75 0,77 0,85 0,92 0,86 0,86 0,71 0,86 0,92 1,00 P4d 0,79 0,77 0,92 0,69 0,85 0,83 0,85 0,92 0,85 0,93 0,93 0,79 0,93 1,00 0,92 1,00 P2d 0,73 0,60 0,73 0,53 0,67 0,77 0,67 0,73 0,67 0,87 0,87 0,86 0,87 0,85 0,73 0,80 1,00
80 d) Comparación de valores entre todas las muestras de la variedad Morado. n = 25, P = 0.84, SD = 0.114, M = 0.50
I1a I1d I1e T2b T4c T3e T6g P2k P4b P7g P7b P7c T1a T1b T1f T2e T3b T1c T3c T3f T4b T4f P7d P7e P7h I1a 1,00 I1d 0,82 1,00 I1e 0,75 1,00 1,00 T2b 0,75 1,00 1,00 1,00 T4c 0,75 1,00 1,00 1,00 1,00 T3e 0,75 1,00 1,00 1,00 1,00 1,00 T6g 0,75 1,00 1,00 1,00 1,00 1,00 1,00 P2k 0,58 0,77 0,79 0,79 0,79 0,79 0,79 1,00 P4b 0,64 0,75 0,77 0,77 0,77 0,77 0,77 0,83 1,00 P7g 0,67 0,92 0,92 0,92 0,92 0,92 0,92 0,85 0,83 1,00 P7b 0,80 0,67 0,69 0,69 0,69 0,69 0,69 0,67 0,73 0,75 1,00 P7c 0,73 0,83 0,85 0,85 0,85 0,85 0,85 0,83 0,82 0,92 0,82 1,00 T1a 0,78 0,90 0,82 0,82 0,82 0,82 0,82 0,67 0,64 0,82 0,64 0,82 1,00 T1b 0,70 0,82 0,75 0,75 0,75 0,75 0,75 0,67 0,64 0,82 0,64 0,82 1,00 1,00 T1f 0,75 1,00 1,00 1,00 1,00 1,00 1,00 0,79 0,77 0,92 0,69 0,85 0,82 0,75 1,00 T2e 0,69 0,92 0,93 0,93 0,93 0,93 0,93 0,73 0,71 0,86 0,64 0,79 0,82 0,75 0,93 1,00 T3b 0,62 0,85 0,86 0,86 0,86 0,86 0,86 0,67 0,64 0,79 0,57 0,71 0,90 0,82 0,86 0,93 1,00 T1c 0,75 0,85 0,86 0,86 0,86 0,86 0,86 0,67 0,64 0,79 0,69 0,85 0,82 0,75 0,86 0,93 0,86 1,00 T3c 0,69 0,92 0,93 0,93 0,93 0,93 0,93 0,73 0,71 0,86 0,64 0,79 0,82 0,75 0,93 1,00 0,93 0,93 1,00 T3f 0,69 0,92 0,93 0,93 0,93 0,93 0,93 0,73 0,71 0,86 0,64 0,79 0,82 0,75 0,93 1,00 0,93 0,93 1,00 1,00 T4b 0,75 0,92 0,86 0,86 0,86 0,86 0,86 0,67 0,64 0,79 0,57 0,71 0,90 0,82 0,86 0,93 0,86 0,86 0,93 0,93 1,00 T4f 0,67 0,77 0,79 0,79 0,79 0,79 0,79 0,71 0,69 0,85 0,75 0,92 0,82 0,82 0,79 0,86 0,79 0,92 0,86 0,86 0,79 1,00 P7d 0,69 0,92 0,93 0,93 0,93 0,93 0,93 0,73 0,71 0,86 0,64 0,79 0,82 0,75 0,93 1,00 0,93 0,93 1,00 1,00 0,93 0,86 1,00 P7e 0,69 0,92 0,93 0,93 0,93 0,93 0,93 0,73 0,71 0,86 0,64 0,79 0,82 0,75 0,93 1,00 0,93 0,93 1,00 1,00 0,93 0,86 1,00 1,00 P7h 0,54 0,77 0,79 0,79 0,79 0,79 0,79 0,71 0,57 0,71 0,50 0,64 0,80 0,73 0,79 0,86 0,92 0,79 0,86 0,86 0,79 0,71 0,86 0,86 1,00
81 e) Comparación de valores entre todas las muestras de la variedad Amarillo. n = 25, P = 0.86, SD = 0.089, M = 0.60.
I3g I3a I4a T5a T3d T5c T6a T5e P1a P3b P1d P3d I2b I1b I2d I4d I5b I5e I6d T2a P2a P6a P6e P4d P2d I3g 1,00 I3a 1,00 1,00 I4a 0,92 0,92 1,00 T5a 0,83 0,83 0,91 1,00 T3d 0,92 0,92 0,83 0,91 1,00 T5c 0,83 0,83 0,91 0,82 0,75 1,00 T6a 0,92 0,92 1,00 0,91 0,83 0,91 1,00 T5e 0,83 0,83 0,91 0,82 0,75 1,00 0,91 1,00 P1a 0,83 0,83 0,91 0,90 0,82 0,80 0,90 0,80 1,00 P3b 0,85 0,85 0,92 0,82 0,75 0,82 0,91 0,82 0,82 1,00 P1d 0,92 0,92 1,00 0,91 0,83 0,91 1,00 0,91 0,91 0,92 1,00 P3d 0,85 0,85 0,92 0,82 0,75 0,82 0,91 0,82 0,82 0,83 0,92 1,00 I2b 0,92 0,92 0,85 0,83 0,92 0,83 0,92 0,83 0,75 0,77 0,85 0,77 1,00 I1b 0,92 0,92 1,00 0,91 0,83 0,91 1,00 0,91 0,91 0,92 1,00 0,92 0,85 1,00 I2d 0,92 0,92 0,83 0,83 0,92 0,75 0,83 0,75 0,75 0,75 0,83 0,75 1,00 0,83 1,00 I4d 0,82 0,82 0,82 0,90 0,90 0,80 0,90 0,80 0,73 0,73 0,82 0,73 1,00 0,82 1,00 1,00 I5b 0,87 0,87 0,80 0,71 0,79 0,71 0,79 0,71 0,71 0,73 0,80 0,73 0,92 0,80 0,92 0,83 1,00 I5e 0,93 0,93 0,86 0,77 0,85 0,77 0,85 0,77 0,77 0,79 0,86 0,79 0,92 0,86 1,00 0,91 1,00 1,00 I6d 0,77 0,77 0,83 0,82 0,75 0,82 0,91 0,82 0,73 0,75 0,83 0,91 0,83 0,83 0,75 0,80 0,67 0,71 1,00 T2a 1,00 1,00 0,89 0,89 1,00 0,78 0,89 0,78 0,78 0,78 0,89 0,78 1,00 0,89 1,00 1,00 0,90 1,00 0,78 1,00 P2a 0,93 0,93 0,86 0,77 0,85 0,77 0,85 0,77 0,77 0,79 0,86 0,79 0,92 0,86 0,85 0,75 0,93 0,93 0,71 0,90 1,00 P6a 1,00 1,00 0,92 0,83 0,92 0,83 0,92 0,83 0,82 0,83 0,92 0,83 1,00 0,92 0,92 0,90 0,92 0,92 0,83 1,00 1,00 1,00 P6e 0,92 0,92 0,85 0,75 0,83 0,75 0,83 0,75 0,75 0,77 0,85 0,92 0,85 0,85 0,83 0,73 0,80 0,86 0,83 0,89 0,86 0,92 1,00 P4d 1,00 1,00 0,92 0,83 0,92 0,83 0,92 0,83 0,83 0,85 0,92 0,85 0,92 0,92 0,92 0,82 0,87 0,93 0,77 1,00 0,93 1,00 0,92 1,00 P2d 0,80 0,80 0,73 0,64 0,71 0,64 0,71 0,64 0,77 0,67 0,73 0,67 0,85 0,73 0,85 0,75 0,93 0,93 0,60 0,80 0,87 0,85 0,73 0,80 1,00
82 f) Comparación de valores entre todas las muestras de la variedad Común. n = 19, P = 0.83, SD = 0.109, M = 0.50. I1e T5c T5e P2k P7b P7c P1d P3d T1a T1b T3c T3f T4f P7h I2d I5e I6d P6e P4d I1e 1,00 T5c 0,83 1,00 T5e 0,83 1,00 1,00 P2k 0,79 0,75 0,75 1,00 P7b 0,69 0,64 0,64 0,67 1,00 P7c 0,85 0,82 0,82 0,83 0,82 1,00 P1d 0,92 0,91 0,91 0,85 0,75 0,92 1,00 P3d 0,85 0,82 0,82 0,83 0,82 1,00 0,92 1,00 T1a 0,82 1,00 1,00 0,67 0,64 0,82 0,82 0,82 1,00 T1b 0,75 1,00 1,00 0,67 0,64 0,82 0,82 0,82 1,00 1,00 T3c 0,93 0,77 0,77 0,73 0,64 0,79 0,86 0,79 0,82 0,75 1,00 T3f 0,93 0,77 0,77 0,73 0,64 0,79 0,86 0,79 0,82 0,75 1,00 1,00 T4f 0,79 0,75 0,75 0,71 0,75 0,92 0,85 0,92 0,82 0,82 0,86 0,86 1,00 P7h 0,79 0,75 0,75 0,71 0,50 0,64 0,71 0,64 0,80 0,73 0,86 0,86 0,71 1,00 I2d 0,92 0,75 0,75 0,69 0,58 0,75 0,83 0,75 0,89 0,80 1,00 1,00 0,83 0,83 1,00 I5e 0,93 0,77 0,77 0,73 0,64 0,79 0,86 0,79 0,82 0,75 1,00 1,00 0,86 0,86 1,00 1,00 I6d 0,77 0,82 0,82 0,69 0,73 0,91 0,83 0,91 0,90 0,90 0,71 0,71 0,83 0,57 0,75 0,71 1,00 P6e 0,92 0,75 0,75 0,71 0,75 0,92 0,85 0,92 0,82 0,75 0,86 0,86 0,85 0,71 0,83 0,86 0,83 1,00 P4d 1,00 0,83 0,83 0,79 0,69 0,85 0,92 0,85 0,82 0,75 0,93 0,93 0,79 0,79 0,92 0,93 0,77 0,92 1,00
83 g) Comparación de valores entre todas las muestras de la variedad Gigante. n = 17, P = 0.89, SD = 0.088, M = 0.62. I1a I1d I3a I4a T2b T4c T3d T6a T1f T2e T3b T1c T4b I2b I1b I5b P6a I1a 1,00 I1d 0,82 1,00 I3a 0,75 1,00 1,00 I4a 0,67 0,92 0,92 1,00 T2b 0,75 1,00 1,00 0,92 1,00 T4c 0,75 1,00 1,00 0,92 1,00 1,00 T3d 0,73 0,92 0,92 0,83 0,92 0,92 1,00 T6a 0,73 0,92 0,92 1,00 0,92 0,92 0,83 1,00 T1f 0,75 1,00 1,00 0,92 1,00 1,00 0,92 0,92 1,00 T2e 0,69 0,92 0,93 0,86 0,93 0,93 0,85 0,85 0,93 1,00 T3b 0,62 0,85 0,86 0,79 0,86 0,86 0,77 0,77 0,86 0,93 1,00 T1c 0,75 0,85 0,86 0,79 0,86 0,86 0,77 0,77 0,86 0,93 0,86 1,00 T4b 0,75 0,92 0,86 0,79 0,86 0,86 0,85 0,85 0,86 0,93 0,86 0,86 1,00 I2b 0,82 1,00 0,92 0,85 0,92 0,92 0,92 0,92 0,92 0,92 0,92 0,85 1,00 1,00 I1b 0,67 0,92 0,92 1,00 0,92 0,92 0,83 1,00 0,92 0,86 0,85 0,79 0,79 0,85 1,00 I5b 0,64 0,86 0,87 0,80 0,87 0,87 0,79 0,79 0,87 0,93 0,82 0,87 0,87 0,92 0,80 1,00 P6a 0,82 1,00 1,00 0,92 1,00 1,00 0,92 0,92 1,00 0,92 0,80 0,85 0,92 1,00 0,92 0,92 1,00
84 h) Comparación de valores entre todas las muestras de la variedad Bola. n = 12, P = 0.87, SD = 0.098, M = 0.60. I3g T3e T6g T5a P4b P7g P1a P3b P7d P7e T2a P2a P2d I3g 1,00 T3e 1,00 1,00 T6g 1,00 1,00 1,00 T5a 0,83 0,83 0,83 1,00 P4b 0,77 0,77 0,77 0,90 1,00 P7g 0,92 0,92 0,92 0,91 0,83 1,00 P1a 0,83 0,83 0,83 0,90 0,82 0,91 1,00 P3b 0,85 0,85 0,85 0,82 0,82 0,92 0,82 1,00 P7d 0,93 0,93 0,93 0,77 0,71 0,86 0,77 0,79 1,00 P7e 0,93 0,93 0,93 0,77 0,71 0,86 0,77 0,79 1,00 1,00 T2a 1,00 1,00 1,00 0,89 0,80 0,89 0,78 0,78 1,00 1,00 1,00 P2a 0,93 0,93 0,93 0,77 0,71 0,86 0,77 0,79 0,87 0,87 0,90 1,00 P2d 0,80 0,80 0,80 0,64 0,60 0,73 0,77 0,67 0,87 0,87 0,80 0,87 1,00
Tabla 11. Promedio, valores máximos y mínimos y desviación estándar de los valores de similitud genética obtenidos con el coeficiente de Jaccard y agrupados por variedades y lugar de origen de las accesiones de tomate de árbol. Criterio de agrupación Promedio Desviación
estándar Máximo Mínimo
Lugar de origen Imbabura 0,8855 0,0988 1,000 0,6429
Tungurahua 0,8738 0,0904 1,000 0,6429
Pichincha 0,8253 0,1109 1,000 0,5000
Variedades Amarillos 0,8634 0,0888 1,000 0,6000
Morados 0,8392 0,1142 1,000 0,5000
Comunes 0,8303 0,1089 1,000 0,5000
Gigantes 0,8910 0,0883 1,000 0,6154
Bola 0,8712 0,0980 1,000 0,6000
85 Tabla 12. Ejemplos de transferencia de primers SSR en plantas, con el número de loci amplificados (A), el número de loci polimórficos (P) y el número total de loci muestreados (n). Fuente de SSRs Transferidos a: A (%) P (%)* n Referencia Glycine max (soya) G. microphylla
G. clandestina
G. falcata
Kennedia rubicunda
Vicia faba
Vigna unguiculata
19 (61) 19 (61) 15 (48) 3 (15) 1 (5) 4 (20)
n.d. 17 (55) n.d. 1 (5) 0 1 (5)
31 20
Peakall et al. 1998
Vasconcellea x heilbornii
(babaco) V. chilensis
V.monoica
V.stipulata
V. quecifolia
V. parviflora
Jacaratia digitata
Carica papaya
6 (67) 7 (78) 9 (100) 6 (67) 7 (78) 6 (67) 5 (56)
2 (22) 3 (33) 7 (78) 1 (11) 4 (44) 0 1 (11)
9 Kyndt et al. 2006
Arabidopsis thaliana Brassica napus
B. rapa
B. carinata
B. nigra
15 (88) 16 (94) 17 (100) 16 (94)
8 (47) 7 (41) 1 (5.8) 10 (59)
17 Westman y Kresovich 1998
Pinus radiata y P. taeda P. elliottii var. elliottii y P. caribaea var. hondurensis
29 (58) 23 (46) 50 Sheperd et al. 2002
Annona cherimola (chirimoya)
A. squamosa
Rollinia emarginata
14 (93) 12 (80)
n.d. n.d.
15 Escribano et al. 2004
Solanum tuberosum S. betaceum 15 (28) 4 (7.5) 53 Presente estudio Modificado a partir de Peakall et al. 1998. * Se consideró a un SSR polimórfico cuando presentaba por lo menos dos alelos. El porcentaje de loci polimórficos se calculó en relación al total de loci muestreados (n).
8614. FIGURAS Figura 1. Vista externa del fruto y corte transversal de cada una de las variedades propuestas para el tomate de árbol en este estudio.
a) Amarillo Gigante
b) Morado Gigante
87
c) Amarillo Común
d) Morado Común
88
e) Amarillo Bola
f) Morado Bola
89
Figura 2. Geles de acrilamida en los que se muestra la separación por electroforesis de productos de amplificación por PCR de algunos de los pares de primers usados en el estudio para analizar las accesiones de tomate de árbol.
a) Gel de acrilamida de amplificaciones con el primer S140. Se hace evidente el monomorfismo y la presencia de individuos heterocigotos
90
b) Gel de acrilamida de amplificaciones con el primer S208, en el que se hace evidente un patrón monomórfico.
91
c) Gel de acrilamida de amplificaciones con el primer S228, en el que se hace evidente el patrón monomórfico, la presencia individuos heterocigotos y la presencia de alelos nulos.
92Figura 3. Dendrograma generado por el método UPGMA, usando el coeficiente de similitud de Jaccard, a partir de los patrones de bandas generadas por 11 pares de primers de SSRs en 50 accesiones de tomate de árbol.
Junto a cada accesión y entre paréntesis se especifica la variedad a la que pertenece. Se distinguen 6 grupos de genotipos idénticos, identificados con letras. A nivel de valor de similitud de aproximadamente 0.82 se distinguen 4 grupos grandes, identificados con números, y un par de muestras (I1a y P7b) separadas del resto.
1
2
3
4
A
B
D
C
E
F
93
14. ANEXOS Anexo 1. Comparación de características entre los marcadores moleculares más populares. Característica Isoenzimas RFLPs RAPDs SSRs AFLPs Costo de desarrollo
bajo medio bajo alto bajo
Nivel de polimorfismo
Bajo Medio Medio Alto medio
Automatización No No Sí/no Sí/no Sí/no Confiabilidad Alto Alto Bajo Alto Medio Grado de pericia requerido
Bajo Bajo Bajo Bajo/Medio Medio
Naturaleza del marcador
Codominante Codominante Dominante Codominante Dominante
Control genético Unilocus Uni-/multilocusMultilocus Unilocus Multilocus Cobertura del genoma
Pobre Media Alta Alta Alta
Localización dentro del genoma
Loci que se expresan, agrupados
Agrupados Ubicuito Ubicuito Ubicuito
Tomado de Bhat (s.f.). Anexo 2. Plagas y enfermedades que afectan al tomate de árbol y su tratamiento. Artrópodos: Nombre común Nombre científico Tratamiento Chinche de las Leptoglossus zonatus Permetrina flores y del fruto. Cipermetrina Diazinon Chinche de encaje Corythueasp. Acidos grasos Azadirachtina Cochinillas Iceria purchasi Aceite agrícola
Verticillium lecanii Dienocloro Pulgón Myzus sp., Aphissp. Verticillium lecanii Pirimifos – metil Aphidius colemani
Gusano trozador Spodoptera sp. Bacillus thuringiensis Alfacipermetrina Extracto ajo-ají
94
Nemátodos: Nombre común Nombre científico Tratamiento Nemátodo Meloidogyne spp. Acidos grasos nodulador Azadirachtina Carbofuran Fenamiphos Nemátodo de la Tylencorrhynchussp. Acidos grasos Lesión Azadirachtina Ethoprophos Hongos: Nombre común Nombre científico Tratamiento Tizón de la hoja o lancha
Phytophthora
infestans Trichoderma
lignorum T. viride.
Cobre pentahidratado
Oxadixyl + Mancozeb Tizón menor de la
Alternaria solani Cobre pentahidratado
hoja o alternariosis
Mancozeb
Oidio o mildiu polvoriento
Oidiumsp. Pyrazophos
Tridemorph Azufre Antracnosis Colletotrichumsp. Bacillus subtilis Gloeosporiumsp. Oxicloruro de Cobre Muerte de plántulas
Fusarium oxysporum.
Rhizoctonia solani Gliocladium roseum
Trichoderma spp. Iprodione Muerte Verticillium sp. Benomyl descendente Imazalil. Muerte de los Diplodia sp. Carbendazin ápices Oxadixyl + Mancozeb
95
Bacterias: Nombre común
Nombre científico Tratamiento
Pudrición de la base
Pseudomonas solanacearum
Burkholderia
cepacia Bacillus spp. Cobre
pentahidratado Cobre (+) Mancozeb
Bacteriosis Xanthomonas
michiganensis Burkholderia
cepacia Bacillus spp. Oxicloruro de Cobre Virus: Nombre común Tratamiento Mosaico del tamarillo (TaMV), mosaico rugoso, mosaico del pepino (CMV), mosaico de la alfalfa (AlMV), mosaico arábico (AMV) entre otros.
Erradicación de vectores y de las plantas afectadas.
Tomado de MAG (2001) y modificado a partir de Velastegui 1988 y de Eagles et al. 1994.
96