inequidad y miedo. las elecciones federales de 2006 vistas por televisión
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Investigación realizada por Propuesta Civica / Investigadores principales: Javier Treviño Rangel y Miguel Acosta Valverde con la colaboración de Pilar Tavera. Asesor: Sergio Aguayo Quezada / El vinculo entre los medios, las elecciones y los votantes se ha convertido en un elemento central de consolidación o retroceso de la democracia en el país. En esta investigación se hace un análisis sobre la inequidad durante las campañas y se indaga el posible impacto de la campañas negativas en la participación y percepción de los votantes. / Esta investigación ganó el primer lugar en la “Evaluación de las Actividades Editoriales de Educación y Capacitación Política y de Investigación Socioeconómica y Política para el Financiamiento Público a las Agrupaciones Políticas Nacionales durante el año 2007”, en el rubro de “Investigación socioeconómica y política 2007” del Instituto Federal Electoral.TRANSCRIPT
INEQUIDAD Y MIEDO LAS ELECCIONES FEDERALES DE 2006
VISTAS POR TELEVISIÓN
PROPUESTA CÍVICA APN
Investigación Socioeconómica y Política 2007 Investigadores principales: Javier Treviño Rangel y Miguel Acosta Valverde con la colaboración de Pilar Tavera Asesor: Sergio Aguayo Quezada 17 de Diciembre de 2007
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Proyecto de Investigación Socioeconómica y Política 2007: “Inequidad y miedo. Las elecciones federales de 2006 vistas por televisión”
1. Planteamiento: las insuficiencias en el control de las televisoras en contextos electorales
El 13 de noviembre de 2007 fue publicada la reforma constitucional en material
electoral en México. Estos arreglos a la legislación existente pueden ser vistos como una
de las consecuencias (acaso accidental) de las elecciones federales por la presidencia de
2006, que a un año de distancia siguen desestabilizando los equilibrios generales del
sistema político: por ejemplo, al disminuir la legitimidad e influencia del Instituto
Federal Electoral o al cuestionar la credibilidad de los mecanismos institucionales para
competir por el voto.
Desde esta perspectiva, esta reforma, como la mayoría de las transformaciones
electorales que se han sucedido en el país, es el producto de una crisis política1; y, en
consecuencia, contradice el argumento expresado por algunos líderes y académicos
sobre la idea de que las elecciones de 2006 fueron “las más transparentes y auténticas
que ha habido en México”.2 En última instancia, la reforma constitucional confirma
aquello que la contienda presidencial de 2006 puso en evidencia: que las irregularidades
(penalizadas o no)3 y el comportamiento “desviado”4 de algunos actores políticos
1 Sobre el estudio de las coyunturas políticas en la producción de leyes electorales y la transformación política en México véase a Soledad Loaeza, El Partido Acción Nacional: la larga marcha, 1939-1994. Oposición leal y partido de protesta, México, Fondo de Cultura Económica, 1999, pp. 17-104; Soledad Loaeza, “Uncertainty in Mexico's protracted transition: The national action party and its aversion to risk”, Democratization, 7 (3), 2000, pp. 93-116. 2 Roger Bartra, “El lodazal mexicano”, Letras libres, Octubre de 2006; Véanse también las declaraciones de Manuel Espino en La jornada, 3 de julio de 2007. 3 Es importante señalar que, durante la contienda presidencial, existieron eventos que fueron percibidos como “irregulares” por las autoridades electorales, quienes en última instancia son las encargadas de definir y delimitar aquello que puede ser permitido dentro de los cauces de la “normalidad” electoral. Sin embargo, no todos estos actos fueron considerados como ilegales, por lo que no siempre se les criminalizó o castigó. Por ejemplo, ello ocurrió con las “declaraciones” del expresidente Vicente Fox, quien en palabras del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) “se constituyeron en un riesgo para la validez de los comicios”, pero que, pese a ello, no tuvieron repercusiones jurídicas para validar la elección presidencial. De acuerdo al TEPJF no pudo determinarse si estas declaraciones
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(electorales o no)5 fueron posibles debido a las visibles insuficiencias en la actual
legislación electoral.
Es decir, la reforma pretende cubrir y corregir algunos de los vacíos o desfases
legales que durante los últimos años se fueron produciendo o reactivando en los
“mecanismos de control” encargados de regular la normalidad en el funcionamiento del
proceso electoral y, por ende, en el desarrollo y consolidación de la democracia.6 Así,
ajusta algunos de los desperfectos en el marco electoral diseñado en 1996, para
adaptarlo a los cambios en la manera de hacer proselitismo en el país.
Uno de los aspectos fundamentales que la reforma constitucional aborda es el de
la relación entre los medios de comunicación y los partidos políticos, tanto de aquellos
que cumplen funciones de gobierno como de los que se encuentran en la oposición. En
realidad, algunas de estas modificaciones impactarán inmediatamente en la vida política
mientras que otras tendrán efectos de mediano y largo plazo. 7 Ello es así porque el
despliegue de las campañas en los medios de comunicación y el innegable dominio de
tuvieron una “influencia decisiva en las campañas políticas o en el ejercicio del sufragio de los ciudadanos”. Inclusive, hay quienes argumentan que nada de lo que estableció el TEPJF tiene consecuencias jurídicas. Julio Scherer Ibarra, por ejemplo, sustenta que el dictamen del TEPJF es sólo de carácter “administrativo”, pues “al no haber dictado una sentencia… la declaración de validez de las elecciones y de presidente electo no produce efectos jurídicos”. Sobre lo anterior, véase, el Dictamen Relativo a al Cómputo Final de la Elección de Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Declaración de Validez de la Elección y de Presidente Electo, México, 5 de septiembre de 2006; José Antonio Crespo, “Dos escenarios, dos sentencias”, Milenio, 13 de septiembre de 2006; y Jenaro Villamil y Julio Scherer Ibarra, Los medios y los jueces. La guerra sucia de 2006, México, Grijalbo, 2007. 4 En este sentido, es necesario aclarar que por “desviaciones” debe entenderse todo aquello comportamiento o actividad que no estaba contemplado dentro la normatividad existente y que, por tanto, no era visto como “normal”, “regular” o “legal”. Martin Innes, Understanding Social Control, Berkshire, Open University Press, 2003; y Paul Rock y David Downes, Understanding Deviance, Oxford, Oxford University Press, 2003. 5 Es necesario tener en consideración que en 2006, la contienda no fue un dominio reservado para los actores electorales (autoridades y partidos políticos), sino que se vio influida por la participación de actores no electorales como algunos grupos empresariales, “organizaciones de la sociedad civil” o la Iglesia católica. 6 Sobre el concepto de “mecanismos de control” entendido como una serie de respuestas organizadas para generar cierto orden social o para conducir la conducta de distintos actores dentro de un determinado contexto político véase Nikolas Rose, “Government and Control”, The British Journal of Criminology, 40, (2000), pp. 321-339. 7 Ese es el caso, por ejemplo, de la prohibición expresa para que los gobiernos de cualquier nivel puedan transmitir publicidad durante las campañas electorales. Véase el análisis que al respecto realizó Lorenzo Córdova Vianello, “Gobierno y publicidad”, El Universal, 20 de noviembre de 2007.
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éstos sobre el proceso electoral fue un tema visiblemente controvertido, que generó un
denso debate, entre partidos políticos y especialistas, particularmente en los meses que
siguieron a la elección. En realidad, el tema de los medios de comunicación fue uno de
los que sobresalieron durante la contienda y que condicionaron la actuación posterior de
los actores involucrados.8
De ahí que, frente a la preocupación de estos problemas, y dado que está
constituida como una asociación ciudadana comprometida con el desarrollo de la vida
democrática, de la cultura política y de una opinión pública mejor informada, Propuesta
Cívica emprendiera este proyecto de investigación cuyo propósito principal es analizar
cómo fueron vistas las elecciones por televisión y cuál fue el impacto de ello en la
percepción del electorado. Con ello, podrán revisarse algunas de las insuficiencias en
los instrumentos empleados para regular la relación entre los partidos políticos y los
medios de comunicación en el contexto electoral.
La relación entre los partidos políticos y la televisión abarca distintos aspectos
que, en su mayoría, han sido contemplados por las normas electorales. Tratar de abordar
todos estos fenómenos está fuera del alcance de una investigación de este tipo. Después
de explorar los diferentes ámbitos de la relación entre medios y partidos, y habiendo
hecho un balance de sus implicaciones en el escenario electoral de 2006, Propuesta
Cívica decidió sustentar este proyecto de investigación en sólo dos de estos problemas:
8 Prueba de ello es que este debate ocupa gran parte del Juicio de Inconformidad interpuesto por la coalición electoral Por el Bien de Todos y, por ende, del Dictamen Relativo a al Cómputo Final de la Elección de Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Declaración de Validez de la Elección y de Presidente Electo. Además, pese al tiempo transcurrido desde la elección, ha dado pie a distintos análisis académicos y periodísticos al respecto. Véase, por ejemplo: Jorge Castañeda, “Error, reflexión y derrota”, Reforma, 13 de junio de 2007; Jenaro Villamil y Julio Scherer Ibarra, op. cit.; Salvador Camarena y Jorge Zepeda Patterson, El Presidente electo. Instructivo para sobrevivir a Calderón y su gobierno, México, Planeta, 2007; Jorge Gil Olmos y J. Jesús Esquivel, “Dick, el sucio”, Proceso, 1558, 10 de septiembre de 2006; Álvaro Delgado, “Castañeda: Yo propuse la estrategia del miedo”, Proceso, 1603, 22 de julio de 2007; Carlos Tello, 2 de Julio, México, Planeta, 2006; Marco V. Herrera, Los efectos de la comunicación en la elección del 2006 en México, México, Universidad de la Comunicación, 2007; Ricardo López León, La Construcción de verosimilitud a través de los spots en la campaña 2006: un microanálisis estético, MCYAD, UAM – Xochimilco, tesis de maestría, 2007.
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por un lado, el del acceso de los partidos a la televisión; por el otro, el de la influencia
de las campañas negativas.
El planteamiento del que parte este proyecto de investigación es que a siete
años de la “llegada de la democracia” en el imaginario colectivo de los mexicanos, y a
una década de las reformas que modernizaron y democratizaron el sistema electoral, el
vínculo entre los medios, las elecciones y los votantes se ha convertido en un elemento
central – quizá el más importante – para la consolidación o retroceso de la democracia
en el país. Primero, porque las campañas negativas se han implantado como la manera
preferida de proselitismo electoral y porque sus implicaciones en el avance de la
democracia son cuestionables9; y, segundo, porque la inequidad en el acceso de los
partidos de oposición a la televisión sigue siendo una práctica cotidiana en diversos
estados del país.10
Desde esta perspectiva, esta investigación revisa a los medios de comunicación y
a los partidos durante las campañas políticas en dos sentidos: por un lado, como
interlocutores visibles e influyentes durante la contienda, cuyo desempeño permite
inducir cierto (des)orden social y que, además, contribuyen a formar o distorsionar las
percepciones del electorado; por el otro, como actores que, en principio, debieran estar
sujetos a ciertos mecanismos de control (político, administrativo y jurídico) para evitar
que entorpezcan el desarrollo “normal” del proceso electoral. En particular, esta
distinción importa cuando se habla de la televisión, porque ésta puede ser analizada
como un canal para transmitir el mensaje de los partidos (sus spots), pero también como
9 Miguel Acosta V., “Resultados del monitoreo a la cobertura de cuatro noticiarios televisivos locales sobre las elecciones de Baja California”, Tijuana, Fundar y Comisión Ciudadana de Derechos Humanos del Noroeste, 2007; “Monitoreo de la cobertura de 3 televisoras locales de las elecciones de Yucatán, 2007”, Tijuana, Fundar y Frente Cívico Familiar, 2007; “Análisis cualitativo de las campañas proselitistas negativa en las elecciones de Baja California”, 2007, Tijuana, Baja California: Fundar y Comisión Ciudadana de Derechos Humanos del Noroeste. Véase, http://www.fundar.org.mx/monitoreo_televisivo.htm. 10 La explicación del porqué se eligieron estas dos variables se desarrolla más adelante en esta investigación.
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un actor que toma decisiones y se involucra en la lucha por el poder (otorgando un
mejor trato a ciertos partidos en detrimento de otros).
Esta investigación empezó a realizarse desde el inicio de 2007, es decir, mucho
antes de que la reforma constitucional estuviera en la agenda política de los legisladores.
La reforma toca (aunque sea de forma parcial) algunas de las ambigüedades que la
investigación de Propuesta Cívica evidenció sobre la relación de los medios y los
partidos en tiempos electorales. Así, este proyecto servirá de base para revisar la
conveniencia y profundidad de las recientes modificaciones constitucionales,
contribuirá a la discusión sobre la Ley de Medios que presumiblemente se aprobará en
el 2008 y enriquecerá las investigaciones académicas que abordan la relación entre
política y medios.
De acuerdo con las Bases para la Evaluación de la Calidad de las Actividades
Editoriales, de Educación y Capacitación Política y de Investigación Socioeconómica y
Política para el Financiamiento Público a las Agrupaciones Políticas Nacionales
durante el año 2007, este trabajo se enmarca en el rubro de “Investigación
Socioeconómica y Política”. Con el fin de explorar el planteamiento que sustenta este
proyecto, la investigación se ha desarrollado en dos grandes partes: primero, se hace un
análisis sobre la inequidad durante las campañas; después, se indaga el posible impacto
de las campañas negativas en la participación y percepción de los votantes.
2. Contexto y cuestionamientos específicos
El prolongado proceso de democratización de México ha estado acompañado de
cambios notables en la manera de hacer campañas políticas. Es posible que la
transformación más importante esté relacionada con el uso (o abuso) de la televisión
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como principal instrumento dentro de las contiendas. Prueba de ello es que el tema del
vínculo entre medios y partidos ha estado presente invariablemente en los procesos de
reformas electorales de los últimos 20 años y más recientemente en los análisis
académicos.
Durante la década de los noventa, la posición del PRI como partido en el poder y
el control del gobierno sobre los medios de comunicación influyeron para que las
transformaciones legales y los estudios académicos sobre las campañas políticas en la
televisión estuvieran dominados por los que se consideraron como principios básicos
para la institucionalización de la democracia: equidad, legalidad y confiabilidad.11 Así,
al rastrearse la genealogía de los análisis sobre “medios y campañas electorales” puede
comprobarse que éstos, primordialmente, se fundaron en el estudio de la equidad en el
trato y acceso de los partidos políticos en la televisión y/o el radio.12
El impulso reformista de los partidos de oposición y la visión de algunos
especialistas sobre los mecanismos de control para regular la relación entre televisoras y
contiendas fueron recogidos por las reformas electorales de 1996. A partir de entonces,
la preocupación por el tema de la equidad perdió cierta relevancia, ya que estaba
delimitado en normas específicas, cuya desviación suponía algún tipo de sanciones; y se
habían creado instituciones electorales, percibidas como confiables, que tenían entre sus
atribuciones vigilar su cumplimiento. A partir de 2000, se llegó a pensar que con la
alternancia en el poder ejecutivo y, por ende, con la llegada “formal” de la
“democracia”, se había logrado “el tránsito de un sistema de partido hegemónico a otro 11 Las publicaciones que en este contexto sirvieron de marco de referencia fueron las realizadas por Sergio Aguayo y Miguel Acosta, quienes serían los pioneros en el análisis de contenido de las televisoras en México durante procesos electorales. Véase por ejemplo su libro Urnas y pantallas. La batalla por la información, México, Océano, 1997. También, de los mismos autores, “The Media and the 1994 Federal Elections in Mexico. A Content Analysis of Television News Coverage of the Political Parties and Presidential Candidates”, Washington, D. C., WOLA, 1994. 12 Acerca de las implicaciones metodológicas y teóricas sobre el concepto de “genealogía” véase Michel Focault, “Nietzche, Genealogy, History” en Paul Raibow (ed), The Foucault Reader, 80, 1984. En genealogía política véase Wendy Brown, Politics out of History, Princeton, Princeton University Press, 2001, pp. 149-170.
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competitivo”, cuyo “equilibrio” está “a la vista”.13 En palabras de Córdova, se había
logrado “una serie de procedimientos y de instituciones electorales que garantizaran que
el derecho al voto de los ciudadanos fuera respetado, y que las reglas del juego
democrático efectivamente se cumplieran”, pues se habían creado las “condiciones
equitativas de la competencia para permitir que los partidos realmente contaran con
posibilidades de contender efectivamente por los cargos de elección popular en
disputa”.14
Durante el sexenio foxista, se acentuó el cambio en la relación entre medios, el
gobierno y los partidos políticos. Las televisoras recibieron un trato privilegiado del
poder ejecutivo, pero además se adecuaron a las transformaciones en los valores de los
votantes.15 Con la alternancia presidencial, los electores abandonaron el sesgo político
que había dominado su participación en las urnas durante el priismo: “la decisión
individual del voto…consideraba, en primera instancia, si votar o no por el PRI,
dejando en segundo término la decisión de votar por algún otro partido”.16 Desde el
2000, en contraste, los votos apelan más bien a “las ideologías y a los estilos de vida”:
es decir, “a los valores sociales liberales y conservadores, y a las preferencias de
redistribución económica estatista y de mercado”.17
Es posible que al adaptarse al cambio en los intereses de los votantes, las
televisoras contribuyeran a opacar la preponderancia del papel de las organizaciones
13 José Woldenberg, “Lo bueno, lo malo y lo peor”, en Jacqueline Peschard, 2 de Julio. Reflexiones y alternativas, México, UNAM, 2007. 14 Lorenzo Córdova Vianello, “La calificación de las elecciones presidenciales en 2006”, en Jacqueline Peschard, ibid. 15 Raúl Trejo, "Los medios en el gobierno de Fox: el presidente y el comediante", en Adolfo Sánchez Rebolledo (comp.) ¿Qué país nos deja Fox? Los claroscuros del gobierno del cambio, México, Norma, 2007; Alma Rosa Alva de la Selva, "La Televisión mexicana en 2006: La gran ganadora", Revista Mexicana de Comunicación, Núm. 103, febrero-marzo de 2007, pp. 15-23. 16 Alejandro Moreno, “Ideologías, estilos de vida y votos”, Foreign Affairs en Español, 6 (2), 2006, p. 55. 17 Loc. cit.
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partidistas, pues permitieron una “comunicación directa” entre candidatos y electores.18
Por ejemplo, crearon candidatos sin organizaciones partidistas19; visibilizaron el papel
de aquellos contendientes cuyo partido era prácticamente inexistente20; o bien,
desasociaron y destacaron la imagen de algunos candidatos exitosos de sus partidos.21
Asimismo, los anuncios políticos pagados en televisión se han convertido en una de las
formas de comunicación política más populares y en ellos se gasta más de la mitad de
los recursos públicos que en años electorales reciben los partidos.22
En este contexto, aparecieron y/o se intensificaron cambios en el tono del
discurso de los candidatos. Ante la marcada influencia de la televisión, el proceso
electoral pareciera recompensar a los candidatos con mayores habilidades retóricas más
que sustantivas; y cuya vida privada y viabilidad electoral, más que su posición política
o su experiencia de gobierno, resista al escrutinio de los medios.23 En 2006, el elemento
central que marcó las campañas fue el despliegue organizado de spots “negativos”, cuya
característica principal fue la creación y difusión de miedos. Su función, en última
instancia, era criticar o desacreditar a los oponentes; o bien, caricaturizar o magnificar
sus insuficiencias, oscureciendo con ello la promoción de ideas originales, argumentos
partidistas o programas políticos.
A once años de distancia de las reformas sobre las que se fundó el sistema
electoral contemporáneo y frente a la actual transformación de las estrategias para
18 Sobre este tema véase, Larry M. Bartels, Presidencial Primaries and the Dynamics of Public Choice, Princeton, Princeton University Press, 1988. 19 Jorge Castañeda en el 2000 o Víctor González Torres (Dr. Simi) en el 2006. 20 Gilberto Rincón Gallardo por el partido Democracia Social en el 2000 y Patricia Mercado, en el 2006, por el partido Alternativa Socialdemócrata. 21 Vicente Fox, por el Partido Acción Nacional en 2000 o Andrés Manuel López Obrador, por la Coalición por el Bien de Todos, en el 2006. Este último, todavía en 2007, un año después de las campañas electorales, tiene 8 puntos porcentuales más que su partido político, el PRD, en la preferencia de los encuestados. Véase, Roy Campos, “2 de Julio de 2006 en México, ¿Superado?”, Consulta Mitofsky, Junio 2007. 22 Sobre la percepción ciudadana del costo de los partidos políticos véase Javier Treviño Rangel, El costo de las elecciones federales de 2006 y la opinión ciudadana, México, Propuesta Cívica, APN, 2006. 23 Stephen Ansolabehere, Shanto Iyengar, Adam Simon y Nicholas Valentino, “Does Attack Advertising Demobilize the Electorate?”, The American Political Science Review, 88 (4), 1994, pp. 829-838.
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competir por el voto, Propuesta Cívica considera conveniente preguntarse cuánto se ha
avanzado en la institucionalización democrática en México con relación a la actuación
de los medios de comunicación en contextos electorales, y qué tan adecuados son los
mecanismos que regulan el vínculo entre la televisión y los partidos. Lo anterior
plantea, al menos, tres tipos de preguntas específicas relacionadas entre sí. En primer
lugar, ¿cuáles fueron las consecuencias del despliegue de las campañas en la televisión
para las elecciones presidenciales de 2006? Segundo, ¿cómo impactaron los medios y
los partidos en el poder sobre la equidad en el acceso de los partidos de oposición
durante la contienda de 2006? Finalmente, ¿cuál fue el impacto de las campañas
negativas en los comicios? ¿Cuál es la influencia de éstas en los electores? ¿Cuál es su
efecto en las instituciones democráticas y los partidos?
3. Objetivos generales y específicos
A unos días de celebrarse la elección, Alberto Aziz, especialista en materia electoral,
señaló que la campaña había “dejado saldos importantes en el país”, pues afloraron,
“como pocas veces, las divisiones y la polarización”.24 De manera similar, el escritor
Juan Villoro publicó que “lo mejor que se puede decir de las campañas es que se
acabaron”. 25 Ambas declaraciones capturan el ambiente que ha rodeado desde entonces
al proceso electoral de 2006. En realidad, todavía hoy cerca de un tercio de los
ciudadanos descalifica al proceso electoral y cerca de la mitad de los mexicanos no
creen o no saben con certeza si el actual presidente ganó en realidad en las urnas.26
24 Alberto Aziz, “Dentro de cinco días”, El Universal, 27 de junio de 2006. 25 Juan Villoro, “Pueblo en vilo”, Reforma, 30 de junio 2006. 26 Encuesta nacional Ipsos-Bimbsa/El Universal: “Saldos del 2 de Julio”, levantada del 21 al 26 de junio de 2007.
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Lo anterior ha encontrado explicaciones desde distintos ángulos. Algunas
interpretaciones ponen el acento en las características y costos de la elección de 2006.27
Otras basan sus análisis en visiones estereotipadas sobre la personalidad del
contendiente perdedor. Suponen así que tanto los resultados de los comicios como la
atmósfera poselectoral fueron la consecuencia del discurso y temperamento de éste.28
Lo cierto es que hasta ahora todas las aproximaciones al problema incluyen entre sus
argumentos o variables explicativas el papel desempeñado por la televisión durante la
contienda.
De ahí que Propuesta Cívica durante 2007 se haya planteado la necesidad de
abordar estos temas por su alta importancia para la consolidación de la democracia en el
país, pues han condicionado la actuación de los actores políticos involucrados, han
marcado la pauta de las reformas electorales, y han influido en la percepción de los
votantes. Así, Propuesta Cívica se planteó como objetivos generales de este proyecto los
siguientes: primero, analizar cómo se ha avanzado en la institucionalización de las
normas que regulan la participación de los medios en los comicios; segundo, explorar
las insuficiencias en los mecanismos de control que regulan la relación entre medios y
partidos para conocer las causas que hacen posibles las irregularidades; tercero,
observar los efectos del despliegue de la televisión durante procesos electorales; y,
finalmente, revisar sus posibles consecuencias en la consolidación de la democracia.
De acuerdo a lo anterior, los objetivos particulares de esta investigación tendrán
como campo de aplicación el proceso electoral de 2006. Esto es, a un año de distancia,
este proyecto abordará algunos de los saldos que dejó la televisión en las pasadas
elecciones por la presidencia. De manera esquemática, estos objetivos son: revisar el
cumplimiento del principio democrático de la “equidad” en el acceso de los partidos a 27 Véase, por ejemplo, el análisis de Sergio Aguayo, “Regresiones mexicanas”, El País, 11 de julio de 2006. 28 Soledad Loaeza, “Mexico's Disappointment” Constellations 14 (3), 2007, pp. 409–425.
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los medios de comunicación durante las campañas electorales; explorar el uso del miedo
como estrategia para atraer votantes; y el impacto de las campañas negativas en la
percepción del electorado.
En suma, el espíritu de la investigación es explorar las elecciones federales de
2006 desde la percepción de los ciudadanos que las vieron por televisión. La
(in)equidad y el miedo serán los hilos conductores de este proyecto, con el fin de
conocer sus implicaciones en el proceso electoral, su huella en los mexicanos y su
influencia el funcionamiento de los arreglos generales del sistema político. La televisión
será el marco de referencia, tanto como una vía que sólo sirve para transmitir el mensaje
de los partidos o como un actor que se involucra para en la competencia política. Todo
lo cual tiene como fin último contribuir en la construcción de una opinión pública bien
informada, a la promoción de la cultura cívica y a la revisión crítica de las reformas
electorales.
4. Justificaciones: el porqué y el cómo de la investigación
a) Justificación de la investigación
El estudio del despliegue de las campañas electorales a través de la televisión y de la
relación entre los medios y los partidos encuentra su justificación en las siguientes
razones. Primero, porque dado su alcance en la población, la televisión es el método
preferido por los partidos para ejercer su derecho a “difundir sus principios ideológicos,
programas de acción y plataformas electorales”.29 Segundo, es en el ámbito en el que
los partidos políticos gastan más recursos públicos durante los comicios y, por ende, la
importancia de vigilar si las implicaciones y consecuencias de hacerlo se apegan a las
29 COFIPE art. 42.
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obligaciones que establecen las normas electorales. Tercero, porque es posible que los
efectos políticos de las campañas electorales en la televisión no estén contribuyendo a la
institucionalización de la democracia. Cuarto, porque las normas que rigen actualmente
este ámbito han sido pasadas por alto (por ejemplo, en el caso de la inequidad) o
simplemente no contemplan las nuevas formas de hacer proselitismo (por ejemplo, en el
caso de las campañas negativas) lo que hace necesaria una serie de reformas en este
sentido. Finalmente, porque se pone en evidencia las insuficiencias de las autoridades
electorales para hacer cumplir normas que de hecho existen o para reaccionar frente a
las desviaciones de los partidos políticos y los medios.
De manera particular, el estudio del acceso de los partidos a los medios de
comunicación se justifica porque la equidad en la competencia se ha considerado como
uno de los pilares de la democracia. La equidad fue una de las banderas que unificó a
intelectuales, periodistas y organizaciones sociales para impulsar la democratización en
México durante los años ochenta y noventa; y las reformas electorales de 1996 se
fundaron en este principio, el cual se ve reflejado en distintas disposiciones del Código
Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales.30 De este modo, el hecho de que
la inequidad – una práctica que se pensaba erradicada – siga existiendo pone en
entredicho el alcance de las normas electorales y el desempeño de las autoridades
electorales. Además, las consecuencias impactan sobre la credibilidad de los partidos
políticos, sobre las expectativas de los electores que dicen representar, sobre el poder de
las televisoras y, particularmente, sobre la necesidad de reformar los mecanismos de
control sobre los actores involucrados (medios y partidos). 30 Sobre la importancia del principio de la equidad en México véase, José Woldenberg, “Dinero para la democracia. El modelo de financiamiento a los partidos políticos en México”, ponencia presentada en el Primer Congreso Internacional de Derecho Electoral y Partidario. Paraná, Brasil, 1999; Mauricio Merino, La transición votada, México, FCE, 2003; Eduardo Guerrero, Fiscalización y Transparencia del Financiamiento a Partidos Políticos y Campañas Electorales, México, Auditoría Superior de la Federación, 2003; Manuel Barquín, Aspectos Jurídicos del financiamiento de los partidos políticos: Una propuesta razonada e imparcial en torno al financiamiento a los partidos políticos en México, México, UNAM, 1993.
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En esta misma lógica se justifica el estudio de las campañas negativas. El
elemento central que hace de las campañas negativas un fenómeno de estudio novedoso
e importante es que el despliegue organizado de este tipo de acciones para promover el
voto, cuya característica principal es la construcción y difusión de miedos, nació apenas
en la contienda electoral de 2006. En este caso, las autoridades y la sociedad fueron
tomadas por sorpresa y las normas electorales resultaron insuficientes.
Es posible que a lo largo del siglo priista hayan aparecido esporádicamente
campañas políticas cuyo contenido contribuyera al desasosiego de algunos electores. Lo
cierto es que nunca antes una campaña electoral, desplegada principalmente en los
medios de comunicación, fue tan virulenta y se basó esencialmente en la construcción o
reactivación de pánicos morales entre los electores de las clases medias. Tan es así, que
pocas contiendas por la presidencia hasta ahora han tenido el impacto desestabilizador
en los equilibrios generales del sistema político.
En suma, la justificación sobre la utilidad de este enfoque para la investigación
se basa en que las campañas están dirigidas a la ciudadanía y son financiadas casi
exclusivamente con recursos públicos. En consecuencia, lejos de distorsionar el proceso
electoral, socavar la estabilidad institucional o crispar el orden social, las campañas
debieran fortalecer la cultura democrática, para lo cual tendrían que apegarse a los
parámetros establecidos en la legislación sobre la materia.
b) Alcances y límites
Un análisis sobre las distintas variables que intervienen en la relación entre los medios y
los partidos supone una investigación de largo aliento que está fuera del alcance de un
trabajo de este tipo. En consecuencia, otros temas relacionados, e igualmente
importantes – la aparición del ejecutivo en la televisión, la publicidad de organismos
15
privados o la influencia de las televisoras en la vida interna del Congreso – podrán ser
apuntalados en investigaciones futuras.
Propuesta Cívica decidió para este proyecto enfocarse en dos aspectos
sobresalientes durante las pasadas elecciones: el problema de la inequidad en el acceso a
los medios y las “campañas negativas”. Las razones que sustentan este acercamiento
metodológico son de tipo histórico, político y práctico: a) histórico, porque el tema de la
equidad ha estado presente a lo largo de todo el proceso de transición a la democracia en
México. Propuesta Cívica optó por aprovechar las aportaciones metodológicas de los
estudios académicos que se hicieron sobre la imparcialidad de las televisoras en los
noventa, las cuales vuelven a cobrar relevancia en un nuevo contexto; b) político,
porque las “campañas negativas” condicionaron el comportamiento de los partidos,
autoridades electorales y grupos de ciudadanos durante casi todo el proceso y en los
meses posteriores a la elección; y c) práctico, porque los hallazgos podrán servir como
base para estudios posteriores a la luz de las nuevas reformas electorales.
Finalmente, es necesario hacer dos aclaraciones sobre cuestiones metodológicas.
Primero, la metodología empleada para el estudio sobre la equidad en el acceso de los
partidos a la televisión es bastante compleja. Por ello, en vez de tratarla aquí, se ha
decidido explicarla con detalle en la sección en la que se desarrolla este tema.
Segundo, es posible que las “campañas negativas” hayan influido de manera
desigual en distintos ámbitos del sistema político o electoral. No obstante, Propuesta
Cívica se enfocó sólo en el impacto de este tipo de proselitismo en la percepción de los
ciudadanos. Ello se justifica porque los partidos políticos reciben recursos públicos para
desarrollar sus campañas políticas en televisión. Y estos recursos públicos debieran
servir en última instancia, de acuerdo con lo establecido en el COFIPE, a “garantizar
16
que los partidos políticos promuevan la participación del pueblo en la vida
democrática”.31
5. Marco teórico: pantallas, “pánicos morales” y participación electoral
El despliegue de las campañas electorales en México es un tema de estudio reciente. El
desinterés académico que hasta hace poco tiempo se tenía sobre estos procesos políticos
se explica porque desde los años treinta y hasta finales de los setenta la continuidad en
el poder del Partido Revolucionario Institucional (PRI) era el rasgo dominante del
sistema político mexicano. Si bien periódicamente se celebraron elecciones – y en ellas
participaban ciudadanos que votaban y partidos políticos que postulaban candidatos y
realizaban campañas políticas – éstas estaban vaciadas de contenido. Servían en última
instancia para sostener la fachada democrática del régimen, pues los partidos políticos
de oposición, pese a que con su mera presencia fueran los receptores pasivos del
descontento de ciertos grupos, se caracterizaban más bien por ser un “club de notables”
o no tenían un apoyo social real.
Un buen número de las explicaciones que hay sobre las campañas electorales
suponen que éstas promueven que los ciudadanos, normalmente apáticos sobre temas
políticos, se involucren al aumentar su interés en la elección, pues tienden a prestar
mayor atención a la información revelada sobre eventos recientes, y porque perciben
que su opinión política cuenta. El presupuesto de estas interpretaciones es que el
despliegue de actividades dentro de las campañas y la ocurrencia de eventos electorales
contribuyen a que los partidos y candidatos movilicen a sus simpatizantes o votantes
31 COFIPE, art. 36.
17
potenciales y a que éstos “recarguen” sus “sentimientos” partidistas.32 Así, la
implicación más importante de las campañas políticas es que a mayor “estimulación”
que reciba el electorado, mayor será su presencia en las urnas.33
El problema de estas explicaciones es que se basan en premisas que pasan por
alto la existencia de coyunturas que son propias de todo sistema electoral en una
sociedad diversa. Descontextualizan las acciones de los participantes en el proceso
electoral, incluso cuando éstos son actores no electorales, como el Presidente o los
empresarios. Además, oscurecen el hecho de que en ocasiones los estímulos de algunos
ciudadanos para involucrarse en la contienda no son propiamente electorales, sino
producto de la manipulación o la coacción. También desestiman el escenario electoral
de las democracias no consolidadas, en donde la fragilidad institucional y la insuficiente
cultura democrática de la ciudadanía contribuyen a que los partidos políticos se desvíen
con cierta facilidad de los cauces institucionales. Finalmente, pasan por alto el hecho de
que la inequidad en la difusión de las plataformas políticas contribuye a que no todos
los simpatizantes partidarios estén expuestos con la misma intensidad a la publicidad
electoral.
Debido a lo anterior, este proyecto cuestiona las interpretaciones teóricas que
suponen que, invariablemente, las campañas electorales son un llamado a las urnas para
los ciudadanos y que, por ende, promueven su participación electoral. En realidad, es
posible que ello no ocurra así cuando las campañas se ven condicionadas por la
inequidad y el despliegue del miedo. Para explorar esta posibilidad, esta investigación
hará uso de distintas aproximaciones teóricas y marcos conceptuales. Así, más que un
32 Bernard Berelson, Paul Lazarsfeld y William McPhee, Voting: A Study of Opinion Formation in a Presidential Campaign, Chicago, Chicago University Press, 1954; Paul Lazarsfeld, Bernard Berelson y Hazel Gaudet, The People’s Choice, Nueva York, Columbia University Press, 1948. 33 Angus Campbell et al. Elecctions and the Political Order, Nueva York, Wiley, 1966, p. 42; Samuel Patterson and Gregory Caldeira, “Getting Out the Vote. Participation in Gubernatorial Campaigns”, American Political Science Review, 77, 1983, pp. 675-89.
18
aparato teórico limitado y estructurado sólo a partir de una línea interpretativa, el
proyecto se funda en diversas perspectivas para poder afianzar cada una de los
argumentos que en su conjunto permitan dar una explicación más acertada. Ello no
implica que se construirá un “muégano” teórico, sino que, debido a la complejidad de
este proyecto, apuntalaremos nuestras explicaciones con los instrumentos conceptuales
más adecuados para cada caso.34
Ahora bien, es importante aclarar que muchos de los conceptos con
implicaciones explicativas y teóricas no han sido desarrollados solamente en este
apartado. Cuando ha sido prudente se han insertado a lo largo del aparato de notas o a
través del texto. Aquí sólo muestra, de manera esquemática, el andamiaje teórico y
conceptual que sostiene a esta investigación.
a) Urnas y pantallas. El problema de la equidad
En primer lugar, se retomarán los estudios seminales de Sergio Aguayo y Miguel
Acosta sobre el tema de la equidad en el acceso a los medios de comunicación. En los
noventa, Aguayo y Acosta partieron del supuesto de que los mecanismos cómo se
practica la parcialidad debían ser corregidos. Advertían que en ese momento México no
era una democracia y que uno de los obstáculos para el desmantelamiento del
autoritarismo era el control en el “contenido de los medios”. Su argumento se fundaba
en la idea de que “en los países democráticos” los medios no eran tan influidos o
34 Este tipo de acercamiento teórico está plenamente justificado en las ciencias sociales con base en lo que Anselm Strauss y Juliet Corbin han denominado “grounded theory”. De acuerdo con esta postura, un marco teórico en un proyecto de investigación puede ser “derivado inductivamente del estudio de algún fenómeno”. Es decir, que un marco teórico de este tipo “es descubierto y desarrollado, y provisionalmente verificado a través de la recolección sistemática de datos o del análisis de las datos relativos al fenómeno estudiado” (Basics of Qualitative Research: Grounded Theory Procedures and Techniques, Londres, Sage, 1990).
19
gobernados por el Estado, sino que prevalecía “la libertad de expresión y el derecho a la
información”.35
Aguayo y Acosta reconocieron la tensión natural entre la libertad de expresión
que tienen los medios y el derecho del público a ser informado objetiva, veraz y
oportunamente. Para ellos, conciliar estos derechos es una de las claves para la
construcción de una vida democrática, digna y justa.
Actualmente, sus análisis han vuelto a cobrar importancia para explorar la
relación entre los partidos y los medios. Por ello, este proyecto toma muchos de sus
conceptos y acercamientos metodológicos.36
b) Pánicos morales. La manipulación del miedo y su influencia en los votantes
A diferencia de los estudios clásicos en ciencia política que suponen que las campañas
electorales atraen a los votantes, este proyecto analizará si tal premisa se cumple frente
al efecto de las “campañas negativas”. Se ha partido del supuesto de que éstas se
fundaron en la creación social de miedos (a la inestabilidad social, a la crisis económica,
al endeudamiento, etc.), que fueron magnificados y difundidos por la televisión y que
tocaron fibras sensibles del imaginario colectivo de los mexicanos. Ello, como se
mostrará posteriormente, no sólo contribuyó a que la preferencia del electorado diera un
vuelco, sino que además lejos de atraer al electorado contribuyó a su desmovilización.
Para sustentar cada uno de estos supuestos, se han tomado las siguientes
interpretaciones. Primero, se parte de que muchos de estos “problemas” o “peligros”
para México son básicamente hechos subjetivos que existen como tales porque un
35 Sergio Aguayo y Miguel Acosta, Urnas y pantallas. La batalla por la información, México, Océano, 1997. 36 Para ello, véase: Miguel Acosta Valverde y Luz Paula Parra Rosales, Los procesos electorales en los medios de comunicación. Guía para el análisis de contenido electoral en México, México, Universidad Iberoamericana-Academia Mexicana de Derechos Humanos, 1995; Miguel Acosta Valverde, “Un balance de las seis primeras semanas de campaña. Las elecciones federales de 1997 según Televisión Azteca y Televisa”, Revista Mexicana de Comunicación, 49, 1997, pp. 21-23.
20
amplio sector de la población lo cree así.37 Esto es, las campañas electorales de 2006
fueron un escenario propicio para la creación de “problemas” (i.e. economía,
inseguridad) y “maneras de resolverlos” (i.e. izquierda, derecha, estabilidad,
populismo).
Segundo, una peculiaridad de las campañas de 2006 era que algunos de los
“problemas” o las “estrategias” para hacerles frente eran “peligrosos” y, en última
instancia, su difusión en los medios de comunicación estaba encaminada para producir
cierto temor entre la población, principalmente en las clases medias. Así se dio pie a la
creación de “pánicos morales”, que supone que la extensión o significado de algunas
“cosas” (populismo, desempleo, crisis económica) ha sido exagerado (a) en sí misma y
(b) en comparación con otros problemas (i.e. inseguridad, medio ambiente, corrupción).
Estos pánicos morales, para quien los difunde y manipula, pueden ser resueltos
mediante una “agenda políticamente correcta” (i.e. estabilidad, continuidad, justicia). Y,
además, suponen una característica triple: a) un enemigo (López Obrador, Felipe
Calderón, el populismo, la derecha); b) una víctima (los ahorradores, familias, clase
media, los pobres o los mexicanos); c) y la idea de que de no detenerse el “peligro” las
consecuencias pueden ser graves y generalizadas (caos, crisis, dictadura, autoritarismo,
pauperización).38
Tercero, los pánicos morales, comúnmente, se crean a partir de hechos o eventos
preestablecidos en el imaginario colectivo de ciertos grupos. Es decir, retoma con
seriedad las “ansiedades públicas”.39 En este sentido, Samuel Popkin advierte que los
individuos no sólo reflejan información obtenida de última mano acerca de los
37 Para ello, véase la literatura sobre construcción social de problemas sociales, principalmente a Joel Best, Images of Issues. Typifying Contemporary Social Problems, Nueva York, Walter de Gruyter, 1995; y, Joel Best, Random Violence, Berkeley, University of California Press, 1999. 38 En este sentido, tomamos el trabajo de Stanley Cohen, Folk Devils and Moral Panics, Londres, Routledge, 2002. 39 Loc. cit.
21
fenómenos políticos, sino que aplican actitudes u orientaciones previas.40 En el contexto
de las elecciones de 2006, las ideas sobre “corrupción de la derecha” o el “peligro
populista” embonaron con los tradicionales temores de los sectores medios mexicanos a
la inestabilidad o deterioro de su situación (real o imaginaria) de status y de clase.41
En consecuencia, la investigación supone, como lo hacen Stephen Ansolabehere
y Shanto Iyengar, que las campañas movilizan o desmovilizan votantes dependiendo del
mensaje que prediquen.42 Así, la exposición a “pánicos morales” reduce el compromiso
de los votantes y su participación. De manera muy esquemática, las razones que
apuntalan lo anterior son: a) en el imaginario de las personas, la información negativa es
siempre más sobresaliente que los aspectos positivos43; b) las percepciones y eventos
negativos son más fácilmente recordables en el tiempo44; c) la información negativa
tiende a ser más creíble45; d) en contextos electorales, se ha demostrado que el efecto de
las campañas negativas perdura a través del tiempo y su impacto puede ser incluso
mayor.46
c) Control y desviaciones. Las insuficiencias en la regulación electoral
Finalmente, la teoría política que de manera convencional supone que las campañas
políticas atraen votantes pasan por alto las desviaciones que surgen durante el proceso y
cuyo resultado puede ser una disminución en el interés por participar en los comicios.
Suponen que las campañas y la participación electoral siguen una especie de carrera
40 Samuel Popkin, The Reasoning Voter: Communication and Persuasion in Presidential Campaigns, Chicago, Chicago University Press, 1991. 41 Véase, Soledad Loaeza, Clases medias y política en México, México, El Colegio de México, 1999. 42 Stephen Ansolabehere, Shanto Iyengar, Adam Simon y Nicholas Valentino, art. cit. 43 Robert Reyes, William C. Thompson y Gordon Bower, “Judgemental biases resulting from diferring availability of arguments”, Journal of Personality and Social Psychology, 39 (2), 1980, pp. 2-12; 44 George Gaskell, Daniel Wright y Colm A. O’Muircheartaigh, “Telescoping of Landmark Events: Implications for Survey Research”, The Public Opinion Quarterly, 64 (1), 2000, pp. 77-89. 45 Richard Lau, “Two Explanations for Negativity Effects in Political Behavior”, American Journal of Political Science, 29 (1), 1985, pp. 119-138. 46 Ruth Ann Weaver Lariscy y Spencer F. Tinkham, “The Sleeper Effect and Negative Political Advertising”, Journal of Advertising, 28 (4), 1999, pp. 13-30.
22
ascendente o al menos lineal. Ignoran, sin embargo, que los desfases o vacíos en los
instrumentos para controlar esta carrera contribuyen a la creación de “anormalidades”
que circulan de manera paralela.47
De ahí que se echará mano de las interpretaciones sobre control y desviaciones.
Éstas suponen, al menos en la vertiente aquí utilizada, que las desviaciones, actos
ilícitos, irregularidades, o eventos problemáticos fueron el resultado de la debilidad o
ausencia de mecanismos propicios para evitarlos (antes de que se produjeran),
controlarlos (encausándolos a la normalidad y creando cierta apariencia de orden) o
castigarlos (una vez cometidos).48
En otras palabras, se parte de la idea de que las irregularidades electorales (la
inequidad y las campañas negativas) fueron posibles por las insuficiencias en los
instrumentos de control (políticos, administrativos y legales) que actualmente existen en
el ámbito de las campañas electorales: políticos, por la asimetría de poder entre algunos
actores políticos, incluidas las televisoras49; administrativos, porque la omisión o
retraso de las autoridades encargadas de gobernar estos asuntos50; y, legales, porque las
leyes existentes no contemplaban las irregularidades.51
6. Hipótesis
47 Para profundizar en esta analogía puede verse a David F. Luckenbill y Joel Best, “Careers in Deviance and Respectability: The Analogy’s Limitation”, Social Problems, 29 (2), 1981, pp. 197-206. 48 Stanley Cohen, Visions of Social Control, Londres, Polity, 1985; Barbara Hudson, “Punishment and Control”, Mike Maguire, Rod Morgan y Robert Reiner, The Oxford Handbook of Criminology, Oxford, Oxford University Press, 2002. 49 Stanley Cohen, “Crime and Politics: Spot the Difference”, British Journal of Sociology, 47 (1), 1996. 50 Sobre la idea del gobierno y sus instituciones como la adecuada disposición de las cosas véase Michel Foucault, “Governmentality”, en Gram. Burchell, Colin Gordon y Meter Miller, Studies in Governmentality, Chicago, The University of Chicago Press. Véase también los análisis que sobre el contexto electoral mexicano hace José Antonio Crespo, “Entre la inacción y la represión”, Excelsior, 10 de mayo de 2006; “Sin árbitro”, Excelsior, 12 de julio de 2006. 51 Nicola Lacey, State Punishment. Political Principles and Community Values, Londres, Routledge, 1988.
23
Desde los años 30, periódicamente se han celebrado comicios en el país, en los que hay
ciudadanos que votan y partidos que realizan campañas y presentan candidatos a los
cargos de elección popular. Pese a que históricamente cada coyuntura electoral ha sido
potencialmente conflictiva, pocas veces se habían alcanzado dimensiones semejantes de
descontento y protesta poselectoral. Menos todavía, un resultado electoral había
deteriorado tan visiblemente la estabilidad de las instituciones, entorpecido el cauce
normal de los pactos entre las elites, obligado a algunos actores a conducir sus protestas
por vías no institucionales, o provocado la polarización social que llevó a un 13 por
ciento de la población a considerar el empleo de la violencia concreta (y su lenguaje)
para defender el voto.
Así, pese a que ya ha sido expresado anteriormente, de manera resumida y
esquemática, puede establecerse que el argumento que guía esta investigación es que la
conjunción de, por un lado, la reactivación de prácticas que debieran estar superadas
como la inequidad en el acceso de los partidos a la televisión y, por el otro, el uso de
pánicos morales como instrumentos de campaña han transformado la forma
convencional de hacer política electoral en México y han condicionado la actuación de
las instituciones, los partidos y los electores. Primero, porque distorsionan el proceso
electoral, ya que las campañas políticas pierden su razón de ser y porque la poca
claridad sobre la legalidad (o ilegalidad) de estos métodos afecta la legitimidad general
de la elección. Segundo, porque deterioran la autoridad de las instituciones electorales,
pues pone en entredicho una de sus principales funciones: su papel de árbitro, la
protección de la equidad en la contienda y la creación de cultura cívica. Finalmente,
porque contribuyen a crear un ambiente propicio para las manifestaciones políticas no
convencionales.
24
7. Exploración: inequidad y miedo en las elecciones federales de 2006
a) El miedo: la televisión como canal de transmisión de la publicidad partidista
A partir de la reforma electoral de 1996, los recursos públicos de los partidos políticos
han experimentado un acelerado y constante crecimiento. Ello les ha permitido disponer
en cada elección de considerables recursos que, principalmente, se han destinado a la
compra de espacios en medios de comunicación. Según la Comisión de Fiscalización de
Partidos Políticos del Instituto Federal Electoral, en las elecciones presidenciales de
2006, los partidos políticos gastaron entre 65 y 75 por ciento de sus recursos en la
colocación de spots, particularmente en televisión.
De ahí que esta parte de esta investigación tenga como propósito explorar el
despliegue del proselitismo electoral a través de la televisión. Es decir, el análisis de la
televisión como un simple canal de transmisión de las imágenes partidistas. No sólo es
importante analizar cómo los partidos políticos fueron tratados por la televisión, sino
también estudiar cómo se presentaron ellos mismos ante el electorado y si su
comportamiento estuvo a la altura de los lineamientos legales que los rigen en este
terreno.
En Propuesta Cívica se considera que la “guerra sucia”, como se denominó al
empleo de spots negativos en la campaña, distorsiona el proceso electoral y entorpece la
consolidación de la democracia a través de los cauces institucionales preestablecidos.
Primero, porque no estimula la participación del electorado. Al contrario, desincentiva
el interés de los votantes para asistir a las urnas. Segundo, porque en una democracia
incipiente, en la que los acuerdos entre las elites son frágiles, la parte agraviada por los
ataques mediáticos puede no sentirse obligada a seguir respetando la institucionalidad o
25
los acuerdos políticos posteriores. Finalmente, porque la “guerra sucia” ocasionó “daños
colaterales”, que en este contexto impactaron en el sistema electoral y en los equilibrios
generales del sistema político: esto es, contribuyeron a crear un ambiente propicio para
las manifestaciones políticas no convencionales o a reactivar las fisuras en el orden
social; y produjo insatisfacción frente a uno de los pilares para el funcionamiento de la
democracia, las elecciones.
Spots y recursos públicos: el costo (conocido) de la campaña electoral por televisión El gasto en medios de comunicación para desplegar publicidad electoral es un ángulo a
través del cual puede analizare la relevancia de los medios electrónicos, particularmente
de la televisión, en la forma de hacer campañas políticas en México. El gasto es quizá el
indicador más firme del cambio en la forma de hacer campañas electorales, porque
muestra el enorme peso de la televisión en las estrategias electorales de los partidos,
pero además evidencia el empleo – legal e ilegal – de los medios de comunicación por
parte de actores no electorales que buscan influir en las preferencias de los votantes.
La coyuntura del 2006 demostró, por un lado, que las elecciones no son un
dominio reservado a la competencia de las organizaciones partidistas y, por el otro, que
los mecanismos de control en material electoral que habían sido la clave del éxito de la
transición política desde 1996 parecen insuficientes diez años después para ordenar el
comportamiento de otros actores que pueden intervenir y condicionar el proceso y su
resultado, como el Presidente, los grupos empresariales y las Iglesias.52
52 Se estima que la Oficina de la Presidencia gastó, durante el proceso electoral, cerca de 500 millones de pesos en promoción del gobierno y en apuntalar la idea de la continuidad. Por otro lado, grupos empresariales afines a la candidatura de Felipe Calderón invirtieron más de 300 millones en spots para apoyarlo. Sin embargo, como se aclaró en la introducción de este proyecto, tanto la intervención del ejecutivo federal y de grupos privados no será analizada en este proyecto. Véase, Egremy, Nydia. "Millonario apoyo a Calderón". Fortuna, Negocios y Finanzas, año IV, no. 43, 2006; también, Álvaro Delgado, "Desde Televisa, ataques gratis", Proceso 1554 (13 de agosto de 2006), pp. 18-23.
26
El siguiente cuadro resume los egresos que los partidos políticos y coaliciones reportan
haber realizado durante el proceso electoral 2005-2006 para cada una de las campañas y
que fueron fiscalizados por el IFE.
Tipo de elección Partido político o coalición Presidente Senadores Diputados
Total de gastos realizados
PAN $584,833,507.01 $320,629,758.47 $176,555,892.04 $1,082,019,157.52 Coalición
Alianza por México
$648,018,522.22 $281,845,673.66 $199,505,780.98 $1,129,369,976.86
Coalición Por el Bien de Todos $616,150,205.02 $280,833,023.85 $191,096,332.41 $1,088,079,561.28
PANAL $68,480,788.76 $30,480,558.21 $38,313,208.40 $137,274,555.37 PASC $61,338,620.37 $2,817,204.41 $9,906,937.38 $74,062,762.16
Total $1,978,821,643.38 $916,606,218.60 $615,378,151.21 $3,510,806,013.19 Fuente: IFE
GASTOS DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS Y COALICIONES
DURANTE LA CAMPAÑA ELECTORAL DE 2006 (MILLONES DE PESOS)
Total de gastos de campaña
Gastos en propaganda en radio
y televisión
(No se incluye el monto erogado en los 281 mil 26 spots pendientes de acreditar)
% de gastos de propaganda en radio y televisión con respecto
al total
PAN 1,082.0 620.2 57.3
CAPM 1,129.4 642.1 56.9
CPBT 1,088.8 575.8 52.9
PANAL 137.3 88.6 64.5
PASC 74.1 44.7 60.4
Total 3,510.8 1,971.5 56.2 Fuente: IFE
27
Gasto de los partidos políticos en televisión en las campañas electorales de
2006
Partido Gasto en
Televisión PAN 347,579,650.24CAPM 487,817,895.91CPBT 443,284,520.36PANAL 68,929,693.78PASC 35,351,322.04Total 1,382,963,082.33
Fuente: Elaboración propia con datos del IFE
La sombra del 2006: lo que se vio en televisión
El contexto en el que se dio el proceso electoral de 2006 estuvo dominado por el
despliegue de las campañas en los medios de comunicación. Durante el periodo
legalmente establecido para realizar actividades proselitistas, del 19 de enero al 28 de
junio de 2006, los partidos reportaron ante el Instituto Federal Electoral (IFE) cerca de
800 mil spots, de los cuales 155,883 fueron transmitidos en televisión. Un estudio
independiente de monitoreo de medios realizado por el propio IFE – estudio no exento
de cuestionamientos – reveló que, adicionalmente, existen por lo menos alrededor de
281 mil spots que aún no han sido acreditados.
Dado lo reciente de esta forma de hacer campaña en México, los lineamientos y
marcos normativos para analizar, contabilizar y fiscalizar los anuncios publicitarios de
los partidos políticos son todavía insuficientes. Es posible que nunca llegue a saberse
con certeza el número total de spots transmitidos por los partidos políticos en 2006, pero
al menos, con los datos disponibles hasta el momento, se puede tener una idea
aproximada de la creciente importancia de la televisión en los procesos electorales
contemporáneos.
28
SPOTS DE RADIO Y TELEVISIÓN TRANSMITIDOS Y MONITOREADOS DURANTE LA CAMPAÑA ELECTORAL DE 2006
PAN CAPM CPBT PANAL PASC TOTAL
RADIO
Transmitidos 209,559 234,787 132,068 20,570 4,705 601,689
Por acreditar 68,031 133,784 37,395 8,227 722 248,159
% de spots transmitidos por acreditar
32.5 57.0 28.3 40.0 15.3 41.2
TELEVISIÓN
Transmitidos 39,989 69,390 33,077 12,574 853 155,883
Por acreditar 7809 10,825 10,384 3611 238 32,867
% de spots transmitidos por acreditar
19.5 15.6 31.4 28.7 27.9 21.1
TOTAL
Transmitidos 249,548 304,177 165,145 33,144 5,558 757,572
Por acreditar 75,840 144,609 47,779 11,838 960 281,026
% de spots transmitidos por acreditar
30.4 47.5 28.9 35.7 17.3 37.1
Fuente: IFE
No obstante lo anterior, la principal diferencia que marca al 2006 con respecto
de otros años es el empleo de publicidad “negativa”. Para algunos analistas, los spots
negativos iniciaron como consecuencia de la aversión de “la derecha” a la democracia;
para otros, en cambio, eran una reacción “normal” dentro de las democracias frente las
izquierdas populistas y “mesías tropicales”. Lejos de estas visiones sin matices pueden
encontrarse explicaciones mucho más amplias, como la influencia estadunidense sobre
la forma de hacer campañas electorales o el temor del gobierno y de ciertos grupos del
colapso de las instituciones.
De cualquiera manera, para esta investigación, no importa tanto el impulso o
estrategia política detrás de este tipo de acciones para atraer el voto, sino sus
consecuencias para la consolidación de la democracia. Por ende, es importante recordar
29
que aquí no se busca escudriñar los argumentos de los actores involucrados en el uso del
miedo como estrategia partidista, sino analizar el impacto y transcendencia en la
estabilidad de las instituciones electorales y sus implicaciones en la percepción de los
votantes.
Para ello, se han considerado los spots promovidos por los partidos políticos (no
así por los grupos privados o el gobierno) y cuya principal característica haya sido la
difamación de los oponentes, ignorando de ese modo la promoción de plataformas
partidistas o programas políticos. En particular, en el contexto del proceso electoral de
2006, importan aquellos spots que difundieron cierto miedo entre los votantes, pues sus
repercusiones en el sistema político son visibles hasta el día de hoy.
Es evidente que no todos los spots políticos fueron negativos. En realidad,
durante enero y febrero los anuncios partidistas en la televisión, independientemente de
la calidad o sustento de las propuestas, no alteraban los cauces de la normalidad
electoral. La creación de “pánicos morales” inicia el día 12 de marzo, cuando se difunde
el primer spot negativo.53 A partir de entonces, distintos actores políticos – el senado,
grupos privados, los candidatos y sus partidos – se embarcaron en lo que se algunos
denominan la “guerra sucia”.
Los criterios para definir si un spot es negativo pueden variar dependiendo de la
visión de quien los observa. Lo cierto es que 16 spots fueron retirados del aire por las
autoridades electorales por considerarse que violaban la normatividad electoral.54 De
éstos, en esta investigación se han tomado en cuenta aquellos que generaron cierto
pánico moral entre los electores porque exageraron la evidencia y repercusiones de un
53 Se insiste en esa fecha por ser el primer spot que cumple con las características de un spot negativo cuya intención era la creación de pánicos morales. Véase para ello la explicación sobre “pánicos morales” dentro del marco teórico de este estudio. 54 Véase, por ejemplo, el Informe sobre los procedimientos especializados en materia de spots de campañas electorales durante el proceso electoral 2005 – 2006 del IFE o el expediente SUP-RAP-34/2006 del TEPJF.
30
supuesto “problema”, que además fue visto como “peligroso” y que suponía la
existencia de una “víctima”, un “enemigo” y “una consecuencia”.
Es cierto que no todos estos spots tuvieron la misma repercusión, tanto por la
verosimilitud de su contenido, como por su duración al aire. Sin embargo, es importante
resaltar que ha sido comprobado que son los primeros spots negativos en salir al público
durante una contienda electoral los que tienen mayor impacto y nivel de recordación
entre los votantes. Ruth Weaver Lariscy y Spencer Tinkham han demostrado que,
cuando el spot negativo es suficientemente persuasivo, el efecto de éste beneficia al
candidato o partido que lo produce. En contraste, también probaron que pese a que el
candidato o partido bajo ataque responda de manera similar, con otro spot negativo, el
efecto de éste es menor.55 De ahí la trascendencia de los primeros spots negativos en la
definición del resto del proceso electoral en 2006.
Bajo esta lógica, si bien todos los anuncios televisivos tuvieron cierto grado de
influencia, los spots más determinantes en la contienda fueron los que salieron al aire el
día 12 y 18 de marzo: el primero, conocido como “de los ladrillos”, en el que se
presenta al candidato de la CPBT como un “peligro para México”; el segundo,
denominado “intolerancia” o “cállate cháchalaca” y en el que se le muestra como un
personaje “intolerante”. En última instancia, el objetivo de los spots era resaltar la
imagen del candidato de la Coalición por el Bien de Todos como un personaje que
podía generar crisis económica, inestabilidad política y endeudamiento. Se presentaba
así al candidato de la CPBT como “un peligro” para el país y a quien de no detenerlo
generaría “crisis”, “deuda”, “desempleo”, “inflación”, “inestabilidad”, “populismo”.
Independientemente de cualquier filiación partidista, las afirmaciones de estos
spots carecían de pruebas. Se fundaban, en cambio, en la exageración de las
55 Ruth Anne Weaver Lariscy y Spencer F. Tinkham, art. cit.
31
características que algunos segmentos de la población habían percibido en el candidato
de la CPBT. De ahí que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación
(TEPJF) considerara que ninguno de estos spots satisfacía “los requisitos
constitucionales y legales de la propaganda electoral”.56
Pese a que la difusión posterior de los spots fue legalmente prohibida, el efecto
de éstos en el proceso electoral era irreversible. A diferencia de lo que ocurría con otro
tipo de anuncios electorales, los dos spots negativos eran mejor recordados por la
población. Como se muestra a continuación, si bien los votantes ignoraban en gran
medida la autoría de estos, su contenido era bien conocido por la mayoría. En
consecuencia, hubo un impacto significativo en la imagen y popularidad del candidato
“atacado”.
Conocimiento del spot:
Mensaje del spot Conocimiento
Cállate chachalaca 82 AMLO es un peligro para México 71
Identificación de autoría del spot:
Identificación de autoría Mensaje del spot
Del PAN De FCH
Cállate chachalaca 39 5 AMLO es un peligro para México 49 7
56 Véanse los expedientes SUP-RAP-34/2006 y SUP-RAP-34/2006.
32
Cambio de opinión sobre el candidato a partir del conocimiento del spot:
¿A partir de este anuncio su opinión sobre … cambió …?
AMLO FCH Mensaje del spot Cambió
(+) Cambió (-) Cambió (+) Cambió (-)
Cállate chachalaca 9 31 11 15 AMLO es un peligro para México 9 20 10 14
Efecto de las campañas: información concentrada
Identificación de autoría ¿A partir de este anuncio su opinión sobre … cambió …?
AMLO FCH Mensaje del spot Conocimiento Del PAN De FCH
Cambió (+) Cambió (-) Cambió (+) Cambió (-)
Cállate chachalaca 82 39 5 9 31 11 15 AMLO es un peligro para México 71 49 7 9 20 10 14
Identificación de autoría ¿A partir de este anuncio su opinión sobre … cambió …?
AMLO RMP Mensaje del spot Conocimiento Del PRI De RMP
Cambió (+) Cambió (-) Cambió (+) Cambió (-)
Retando a AMLO a un debate 75 36 43 8 22 9 24
Identificación de autoría ¿A partir de este anuncio su opinión sobre AMLO cambió...?
Mensaje del spot Conocimiento Del PRD De AMLO Cambió (+) Cambió (-)
Cumplir es mi fuerza 64 24 43 22 8
Fuente: Parametría. Felipe Calderón aventaja a López Obrador, mayo de 2006 <http://www.parametria.com.mx/es_cartaext.php?id_carta=134> (11 de mayo de 2006).
Clases medias y pánicos morales
33
Hasta el día de hoy, en la memoria colectiva de los mexicanos, el 2006 es recordado
como un año “peligroso” y “preocupante”.57 En particular, el proceso electoral
identifica al 2006 como el escenario de una sociedad crispada y de una situación política
conflictiva; y colorea, a posteriori, todos los eventos políticos de ese año. El 2 de julio
se ha convertido en una fecha que ha adquirido dimensiones míticas que evoca, por un
lado, la superioridad moral de las víctimas de un fraude; y, por el otro, el sacrificio de
quienes defienden la legalidad y el respeto a las instituciones, frente a la irracionalidad
de la violencia o las manifestaciones de protesta.
Un año después, cerca de la mitad de los mexicanos percibe que el conflicto
electoral aún no se resuelve.58 A este propósito, en Julio de 2007 se realizaron vistosas
ceremonias públicas, se publicaron libros que “revelan” la “verdadera historia” de lo
que “realmente” ocurrió, y se reactivan encuestas de opinión, para conmemorar fechas
que a partir de ahora quedarán marcadas en los calendarios cívicos.59 Lo cierto es que el
2006 simboliza, en palabras del escritor Jorge Volpi (2006), “el año que vivimos en
peligro”: mientras que para unos representan el triunfo de la democracia sobre el
populismo; para otros el robo de la democracia en manos de “la mafia”.
La creación de pánicos morales fue propicia durante las campañas negativas en
2006 porque apelaban a ciertas ansiedades públicas visiblemente arraigadas en los
valores de los mexicanos: crisis, endeudamiento, desempleo populismo. La opinión
pública de los ciudadanos no sólo reflejaba la información desplegada en la publicidad
electoral, sino el vínculo de ésta con valores previamente compartidos.60
57 En Noviembre de 2006, cerca del 80 por ciento de los mexicanos consideraban que la situación política del país era “preocupante” o “peligrosa”. Véase, Roy Campos, “Evaluación final de gobierno. Presidente Vicente Fox”, México, Noviembre de 2006. 58 Véase, Roy Campos, “2 de julio de 2006 en México. ¿Superado?”, Consulta Mitofsky, Julio de 2007. 59 Véase, por ejemplo, Carlos Tello, op. cit.; Salvador Camarena y Jorge Zepeda Patterson, op. cit.; Jenaro Villamil y Julio Scherer Ibarra, op. cit.; Guillermo Zamora, Democracia inconclusa. Diagnóstico de un fraude, México, Jorale editores-Orfila, 2007; Andrés Manuel López Obrador, La mafia nos robó la presidencia, México, Grijalbo, 2007. 60 Samuel Popkin, op. cit.
34
Los estudios que se han hecho sobre las clases medias en México demuestran
que éstas “se movilizan ante la amenaza de que desaparezcan los canales de movilidad
social”… de ahí que durante el autoritarismo priista, pocas veces “desafiaron” una
“estructura tan altamente concentradora de poder, sino que estuvieron dispuestas a
posponer sus demandas de participación política a cambio de disfrutar las ventajas del
desarrollo económico”.61 En realidad, las clases medias mexicanas se han manifestado
electoralmente condicionadas por el “miedo” o la percepción de sentirse “amenazadas”
frente a un gobierno que no parezca “capaz de garantizar la prosperidad”.62
El TEPJF consideró que las afirmaciones hechas en algunos de los spots
carecían de sustento. Sin embargo, la difusión de estos temas durante la campaña los
hacía parecer como “naturales”; la exageración de ciertos “peligros” los hacía
fácilmente imaginables, aunque difíciles de probar.63 Lo cierto era que en la campaña se
había hecho uso del lenguaje del miedo y el despliegue de la idea “inestabilidad
económica” se convirtió en un lugar común. Al finalizar el periodo de las campañas, el
escritor Juan Villoro retrató esta atmósfera de la siguiente manera: “Amigos míos, con
estudios, viajes y dominio de idiomas, piensan que López Obrador pretende
nacionalizar a lo loco y obligar a cada familia a hospedar a un becario cubano. En
medio de este delirio se pudo colar una certeza: las campañas del PRI y del PAN
distorsionaron la imagen de su principal adversario”.64
La construcción de la imagen del candidato de la CPBT como un enemigo
público capaz de reactivar el pánico moral de las clases medias tardó sólo unos días.
Bastó con la aparición de los dos primeros spots negativos para que el cauce del proceso
61 Soledad Loaeza, “Las clases medias mexicanas y la coyuntura económica actual”, en Pablo González Casanova y Héctor Aguilar Camín, México ante la crisis, México, Siglo 21, 1985, p. 231. 62 Véase, Soledad Loaeza, “Derecha y democracia en el cambio político mexicano. 1982-1988”, Foro Internacional, 30 (4), 1990. 63 Véase Stanley Cohen, Folk Devils and Moral Panics, op. cit. 64 Juan Villoro, “Pueblo en vilo”, op. cit..
35
electoral diera un vuelco. Ello confirmó así lo que algunos estudios académicos sobre
campañas negativas han demostrado: es suficiente con que el mensaje original sea
persuasivo para que favorezca a quien lo publicita (“el atacante”) sobre el objeto de
“ataque”.65
Para demostrar lo anterior, se presenta a continuación la forma como evolucionó
la imagen del candidato de la CBPT en el imaginario de las clases medias durante el
proceso electoral. Para ello, se han tomado las encuestas de opinión pública realizadas a
lo largo de la campaña por el periódico Reforma. El propósito es evidenciar el impacto
de las campañas negativas sobre la percepción de los encuestados. De aquí se desprende
la importancia de los dos primeros spots, primero, en el cambio tan brusco de la opinión
pública sobre un mismo candidato en un periodo relativamente breve; segundo, en el
condicionamiento posterior de la actuación de los actores involucrados en el proceso.
En la siguiente gráfica se muestra como en pocos días de diferencia, las
encuestas reflejaron el cambio en la opinión de las clases medias sobre el candidato de
la CPBT con relación al tema de la estabilidad económica. Las encuestas retratan, en
última instancia, el temor de ciertos grupos a perder su posición de privilegio (real o
imaginario). Así, el candidato que durante enero, febrero y mediados de marzo traería
estabilidad económica, inspiraría mayor confianza para intervenir y tendría mayor
prestigio en el extranjero, sería el mismo que en abril provocaría la entrada de México
en una crisis económica y en el desempleo.
i. Economía
65 Ruth Ann Weaver Lariscy y Spencer F. Tinkham, art. Cit.
36
Fuente: Construcción propia con base en Reforma. Encuesta: Elecciones 2006, marzo a mayo de 2006.
De igual forma, el candidato que en los primeros dos meses de la campaña
electoral era el más honesto y congruente, sería a partir de la difusión de los spots
negativos el más mentiroso.
ii. Honestidad
37
Fuente: Construcción propia con base en Reforma. Encuesta: Elecciones 2006, enero y junio de 2006.
La idea de los sindicatos como posible fuente de inestabilidad política y de
retraso económico ha estado presente en el imaginario de las clases medias. De ahí que
durante las campañas electorales se reactive la supuesta importancia de la “negociación”
con estos grupos. En los primeros meses de la campaña, ante los ojos de los votantes, el
candidato que parecía tener las características idóneas para lidiar con las organizaciones
sindicales era el mismo que quince días después de la aparición de los spots negativos
era el más inadecuado.
iii. Conflictos sociales
38
Fuente: Construcción propia con base en Reforma. Encuesta: Elecciones 2006, febrero, marzo y abril de
2006.
De manera similar, el hecho de que uno de los primeros spots de la campaña
negativa estuviera fundado sobre la idea de la intolerancia, contribuyó a reconstruir la
imagen del candidato de la CBPT como un personaje poco flexible. Así, el candidato
que de enero a marzo era considerado como el más receptivo y tolerante, a partir de
abril sería visto como el más agresivo.
iv. Tolerancia
39
Fuente: Construcción propia con base en Reforma. Encuesta: Elecciones 2006, enero, febrero, mayo y
junio de 2006.
Tradicionalmente, las protestas de las clases medias mexicanas se han expresado
a través de los canales establecidos, lo que demuestra su carácter conservador.66
De ahí la importancia de la percepción del electorado sobre el tema del orden social, el
respeto a las instituciones y el rechazo a la violencia. En este sentido, las encuestas
durante el proceso electoral de 2006 retrataron el cambio en la imagen que los votantes
construyeron acerca de los candidatos y su relación con el orden institucional. De enero
a marzo, el candidato de la CPBT sería el más respetuoso de las instituciones. A partir
de abril, en contraste, el mismo personaje sería la causa de la inestabilidad institucional.
Pero, además, las encuestas reflejaron que entre ciertos segmentos de la
población los spots negativos contribuyeron a crear una imagen estereotipada los
candidatos que parecía predeterminar sus acciones. Las acciones concretas de los
candidatos eran replicadas y magnificadas a la luz del discurso de los pánicos morales.
Los mítines, arengas y expresiones que antes del mes de marzo pudieron haberse
66 Véase Soledad Loaeza, “Derecha y democracia en el cambio político mexicano. 1982-1988”, op. cit.
40
considerado como situaciones “normales” dentro de una campaña electoral, serían
vistos a partir de entonces como los síntomas alarmantes de un desenlace predestinado:
el “fraude” de “la derecha” o el “caos” y la “violencia” de “los obradoristas”. En este
contexto, por ejemplo, ciertos grupos de las clases medias estaban convencidos de que
el candidato que poco antes tenía la capacidad de “encarar” a las “movilizaciones
sociales”, era el mismo que las encabezaría y que cuestionaría los resultados electorales.
v. Respeto a las instituciones
Fuente: Construcción propia con base en Reforma. Encuesta: Elecciones 2006, febrero y junio de 2006.
En suma, las campañas electorales de 2006, vistas por televisión, estuvieron
visiblemente influidas por la construcción social de pánicos morales que encontraron
cierta repercusión entre algunos segmentos de las clases medias. En particular, los spots
negativos que marcaron la contienda fueron los dos primeros en los que se exageraban,
sin sustento legal de acuerdo al TEPJF, algunas de las características del candidato de la
CPBT. El impacto de ambos spots es notorio en las encuestas de opinión pública
realizadas de enero a junio, ya que a partir de abril – un mes después de que comenzara
41
la campaña negativa – la percepción de los votantes dio un giro fácilmente identificable
que condicionó la imagen de los candidatos, el discurso de la contienda y algunas de las
acciones del conflicto poselectoral. Además, las encuestas confirmaron lo que algunos
estudios sobre campañas negativas han demostrado: que la información negativa es más
significativa que los aspectos positivos67; que las imágenes negativas son más
fácilmente recordables en el tiempo68; que la información negativa resulta más
creíble69; y que su efecto perdura a través del tiempo y su impacto puede ser mayor.70
Las repercusiones del miedo sobre la izquierda electoral
El despliegue de las campañas negativas y los pánicos morales que generaron no sólo
influyeron en la opinión pública de algunos segmentos de las clases medias. También
tuvieron un impacto visible en la evolución de los partidos políticos autodenominados
de izquierda durante el proceso electoral.
Analizar el efecto de los anuncios negativos en las organizaciones partidistas es
importante porque puede condicionar el comportamiento de los actores políticos durante
la elección y después de ésta. Ello interesa particularmente en las democracias en
proceso de consolidación, porque siempre existe la posibilidad de que la parte afectada
decida ignorar algunos de los inacabados arreglos institucionales o porque prefiera
incumplir con los pactos preestablecidos. Una organización partidista que tiene razones
(justificados o no) para discutir sobre la legitimidad del proceso, con sólo plantearlo
puede llegar a poner en entredicho la credibilidad de las elecciones y de las autoridades
encargadas de regularlas.
67 Robert Reyes, William C. Thompson y Gordon Bower, art. cit. 68 George Gaskell, Daniel Wright y Colm A. O’Muircheartaigh, art. cit. 69 Richard Lau, art. cit. 70 Ruth Ann Weaver Lariscy y Spencer F. Tinkham, art. cit.
42
A continuación se presenta una serie de gráficas construidas a partir de la
información hecha pública por diferentes casas encuestadoras durante el proceso
electoral. Como en las gráficas presentadas más arriba, en estas se ha tomado en
consideración que fueron los primeros anuncios negativos los que tuvieron un efecto
más visible en la opinión pública del electorado. La idea es presentar la influencia de los
anuncios negativos en la aceptación y/o rechazo de los partidos y sus candidatos, así
como mostrar el impacto del miedo en la popularidad de las organizaciones partidistas.
En todas las gráficas puede observarse lo siguiente: primero, que es después de los
spots negativos difundidos en marzo cuando desciende la popularidad del candidato
puntero; segundo, que el impacto de la campaña negativa afectó de manera más
significativa a la denominada izquierda electoral y su candidato, pues le hizo perder
cerca de diez puntos porcentuales en la aceptación de los electores en tan sólo 15 días;
tercero, que como lo advierten los estudios sobre “pánicos morales”, el rechazo a los
actores políticos considerados como “enemigos” tienden a ir en aumento mientras los
medios no se ocupen de otros asuntos.
Saldos en la opinión pública (Opiniones +) menos (opiniones –)
43
Fuente: Mitofsky. El conflicto postelectoral: saldos en la opinión pública, septiembre de 2006.
La popularidad de los candidatos
Fuente: Construida por el autor con base en Reforma. Encuesta: Elecciones 2006, enero a junio de 2006.
Rechazo a partidos / % de sí mención – PRD
44
2723
1821
26 26
31
0
5
10
15
20
25
30
35
Ene-06 Feb-06 Mar-06 Abr-06 May-06 Jun-06 (1) Jun-06 (2)
Fuente: Mitofsky. Así van…, segunda quincena de junio de 2006.
Saldo de opinión – PRD
17
457
3
2622
19
0
5
10
15
20
25
30
Nov
-05
Ene
-06
Feb-
06
Mar
-06
Abr
-06
May
-06
Jun-
06 (1
)
Jun-
06 (2
)
Fuente: Mitofsky. Así van…, segunda quincena de junio de 2006.
Rechazo a candidatos – AMLO
45
292624
30
1615
20
0
5
10
15
20
25
30
35
Ene-06 Feb-06 Mar-06 Abr-06 May-06 Jun-06(1)
Jun-06(2)
Fuente: Mitofsky. Así van…, segunda quincena de junio de 2006.
Los “daños colaterales” en la cultura cívica y la democracia
La lógica detrás de las campañas negativas es la de crear imágenes indeseables de los
oponentes políticos. El resultado de ello es, en última instancia, desestabilizar el apoyo
de los votantes, incrementando el número de indecisos que presumiblemente decidirán
votar y lo harán a favor de quien inicia la campaña negativa. Sin embargo, los spots
negativos también pueden influir en estos mismos indecisos para que salgan
definitivamente del proceso electoral.71
Con motivo de la reciente reforma constitucional en materia electoral en
noviembre de 2007, se ha reactivado el debate sobre la conveniencia de revisar la
utilidad y los fundamentos políticos y legales sobre los que se justificó el despliegue de
las campañas negativas durante el proceso electoral de 2006. Para algunos analistas, el
hecho de que se ajusten los instrumentos que regulan las campañas para prescribir o
71 Bruce E. Gronbeck, “Negative Political Ads and American Self Images”, en Bruce E. Gronbeck y Arthur Miller, Presidential Campaigns and American Self Images, Boulder West View Press, 1994.
46
limitar la publicidad negativa es un acto de “censura”, un “grave atentado a la libertad
de expresión”, “gravísimo retroceso”.72 Otras interpretaciones suponen, en cambio, que
la regulación más estricta de este tipo de publicidad sienta las bases para que “las
campañas basadas en la banalización y la ofensa” queden atrás, ya que, según
argumentan, “denigrar y calumniar” no son “conductas protegidas por la libertad de
expresión”.73
En Propuesta Cívica se cree que si bien las campañas electorales suponen el
debate de ideas que pueden contribuir a la competencia política, el hecho de influir para
que ciertos votantes abandonen la contienda va en contra de los principios sobre los que
se fundan mecanismos de control que regulan los procesos electorales en el país. De
acuerdo con éstos, los partidos (en la oposición y el poder) debieran “propiciar la
exposición, desarrollo y discusión ante el electorado de los programas y acciones fijados
por los partidos políticos en los documentos básicos y, particularmente, en la plataforma
electoral que para la elección en cuestión hubieran registrado”; y su límite debiera ser
“el respeto a la vida privada del candidato, a las instituciones y valores democráticos”.
Así, cuando los partidos se apartan de estos principios sabotean la naturaleza de su
existencia (y el motivo de su financiamiento), porque dejan de desempeñarse como
representantes de los intereses de la ciudadanía, abandonan su papel de intermediarios
entre el Estado y la sociedad, y entorpecen el fortalecimiento de la democracia y sus
instituciones.
Debido a ello, se hace necesario explorar los “daños colaterales” que las
campañas negativas tuvieron sobre la contienda y los equilibrios generales del sistema
político. El despliegue del miedo como estrategia para atraer votantes no sólo tuvo un
72 Véase, por ejemplo, Leo Zuckermann, “Un ejemplo de la absurda prohibición de las campañas políticas”, Juegos de Poder, 03 de octubre de 2007 y a Jesús Silva Hérzog, “Discernir”, Reforma, 10 de septiembre de 2007. . 73 Véase, por ejemplo, Jorge Alcocer, “Avanza”, Reforma, 11 de septiembre de 2007; y Lorenzo Córdova Vianello, “Reforma electoral: al rescate de la política”, El Universal, 11 de septiembre de 2007.
47
impacto directo y visible sobre uno de los candidatos y su partido, sino sobre la
institucionalización de la democracia en el campo electoral: a) porque contribuyó a la
desmovilización de votantes; b) porque influyó en la creación de una atmósfera crispada
propicia para las manifestaciones políticas no convencionales; c) y porque favoreció a
la creación o reactivación de la desconfianza frente a las instituciones y procedimientos
institucionales que encausan la normalización de la lucha por el poder político.
Uno de las consecuencias, acaso indirectas, del despliegue de las campañas
negativas y la polarización resultante del proceso electoral fue una sensible disminución
en la autoridad electoral.
Confianza en el IFE (con encuestas de julio y agosto de 2006 y marzo de 2007 de
Reforma)
66 64 64 67 68 67 68 68 6760
55
0
10
20
30
40
50
60
70
80
ene-06
feb-06
mar-06
abr-06
may-06 (1)
may-06 (2)
jun-06 (1)
jun-06 (2)
jul-06 ago-06
mar-07
Fuente: Reforma. Encuesta: Elecciones 2006, enero a agosto de 2006 y marzo de 2007.
48
Algunos estudios sobre publicidad negativas han probado que la exposición a
este tipo de campañas puede disminuir en 5 por ciento la intención de ir a votar.74
Durante los comicios de 2006, este supuesto pudo confirmarse. Como se observa en esta
gráfica, como resultado de las campañas políticas, cerca de 4 millones de votantes
decidieron abandonar la elección. Esto eso, se desmovilizó a 6 por ciento de electores
potenciales.75
6610810
131211
16
423738403937374036
05
101520
2530354045
Nov
-05
Dic
-05
Ene
-06
Feb-
06
Mar
-06
Abr
-06
May
-06
Jun-
06 (1
)
Jun-
06 (2
)Aún no sabe por quién votar No piensa ir a votar
Fuente: Mitofsky. Así van…, segunda quincena de junio de 2006.
También puede apreciarse que la atmósfera crispada a la que contribuyeron los spots
negativos durante 2006 tuvo entre sus consecuencias la aparición de manifestaciones
políticas no encausadas por los límites institucionales. En realidad, hubo un segmento
de la población que consideró el empleo de la violencia para expresar su protesta. Así,
74 Stephen Ansolabehere, Shanto Iyengar, Adam Simon y Nicholas Valentino, art. cit. 75 Javier Treviño, op. cit.
49
cerca de un 13 por ciento de los encuestados pensó en la posibilidad de participar en un
movimiento armado contra el gobierno.76
El TEPJF otorgó a FCH el triunfo de las elecciones. Está usted de acuerdo o en desacuerdo en que AMLO realice las siguientes acciones…
44.052.7
34.062.4
29.266.6
20.474.7
15.579.6
13.282.1
0.0 20.0 40.0 60.0 80.0 100.0
Pelear por que se limpie la elección
Hacer manifestaciones en el zócalo para declarar quehubo fraude en la elección
Mantener plantones en calles y avenidas como símbolode su resistencia ciudadana pacífica
Resistencia contra el gobierno mediante acciones másviolentas (toma de oficinas públicas)
Resistencia en la que simpatizantes se enfrenten conpolicías
Levantamiento armado contra el gobierno
Acuerdo Desacuerdo
Fuente: Mitofsky. La resistencia civil postelectoral ¿hasta dónde?, agosto de 2006.
Finalmente, las campañas negativas contribuyeron a reactivar la desconfianza
que tienen ciertos segmentos de la población sobre los procesos electorales. Como lo
han demostrado los estudios sobre la “recordación” de eventos negativos, éstos tienden
a permanecer durante largo tiempo en el imaginario de la población y, además, tienden a
recordarse como eventos que sucedieron de manera reciente.77 De manera similar, la
evocación del proceso electoral de 2006 a un año de distancia sigue generando
76 Loc. cit. 77 George Gaskell, Daniel Wright y Colm A. O’Muircheartaigh, art. cit.
50
descontento y sus resultados – pese a que fueron legitimados por el TEPJF – producen
todavía suspicacias.
De este modo, más de un 40 por ciento de la población está convencido de que
hubo “fraude”. La misma proporción considera que el proceso electoral fue “muy
malo”; y sólo un cincuenta por ciento cree, realmente, que el presidente electo fue legal
y legítimamente el ganador de la contienda.
¿Cómo calificaría el proceso electoral del 2 de julio pasado? Porcentaje
Fuente: Ipsos-Bimsa, Encuesta. Saldos del 2 de julio, junio de 2007.
¿Quién cree que ganó la elección de Presidente de la República del pasado 2 de julio de 2006?
Porcentaje
51
Fuente: Ipsos-Bimsa, Encuesta. Saldos del 2 de julio, junio de 2007.
Percepción de fraude
Porcentaje
Fuente: Ipsos-Bimsa, Encuesta. Saldos del 2 de julio, junio de 2007.
b) La inequidad: la televisión como actor involucrado en la lucha política
52
Esta sección de la investigación hará una revisión crítica de la cobertura que hicieron los
medios de comunicación – en particular los noticiarios de televisión – sobre la
contienda electoral, para detectar las posibles desviaciones en las que incurrieron los
actores involucrados durante el proceso. Para ello, se analizará la cobertura televisiva en
las entidades federativas desde dos perspectivas: una temporal, con base en la cual se
evidenciará si a nivel estatal la inequidad en el acceso de los partidos políticos a los
medios favoreció al partido que gobernaba en ese momento; otra valorativa, para
determinar si hubo un sesgo en la valoración (positiva o negativa) de la notas
informativas sobre los partidos y sus candidatos.78
Para desarrollar este apartado, esta investigación se basó en el informe sobre el
proceso federal electoral publicado por el IFE y que es de conocimiento público. En él
se establece que del 19 de enero al 28 de junio de 2006 se realizó un monitoreo sobre el
tratamiento de las campañas electorales en noticiarios y otros programas de radio y
televisión.79 El monitoreo se llevó a cabo en 35 ciudades de las 32 entidades federativas
y el seguimiento abarcó, en el caso de la televisión, 123 noticiarios y 17 programas.
No se trata aquí de reproducir los datos obtenidos por el monitoreo del IFE, sino
de revisarlos a la luz del marco teórico esbozado antes. En realidad, se busca determinar
el grado de equidad en el acceso de los partidos a la televisión y si ello arroja cierta
78 De acuerdo con el IFE: La principal característica de este tipo de unidades de análisis es que SE EMITEN JUICIOS DE VALOR NEGATIVOS, es decir, que el comentarista, conductor o reportero realiza especulaciones que DESFAVORECEN O MENOSPRECIAN a un candidato, partido o coalición SIN BASARSE EN HECHOS, sino que fundamenta sus afirmaciones en OPINIONES PERSONALES. Adicionalmente a la distinción de la presencia o ausencia de juicios de hecho o juicios de valor, se tomarán los siguientes elementos de apoyo o connotaciones: Expresión corporal, gesticulación, expresiones verbales, tono de voz, cintillo o “super” (texto lineal que recorre la pantalla). El principal, -y dominante-, elemento de valoración consiste en distinguir si se trata de un juicio de hecho, o si se trata de un juicio de valor. Las connotaciones son únicamente elementos de apoyo y no tienen un peso significativo en la asignación de la valoración final. Los criterios de valoración positivo y negativo se asignarán sólo cuando las piezas irrefutablemente contengan juicios de valor. 79 Instituto Federal Electoral. Elecciones federales 2006. Equidad y transparencia en la contienda electoral, México, IFE, 2006, pp. 75 y ss. -(Cuaderno núm. 2).
53
evidencia sobre el hecho de que los partidos en el gobierno continúan influyendo en los
medios de comunicación bajo su dominio en contextos electorales.
Tiempo total en televisión otorgado a partidos y coaliciones en las elecciones
federales de 2006
La equidad en el número de menciones de un partido en televisión es una variable que
puede ser analizada desde un punto de vista temporal. Es decir, no basta con conocer
cuántas veces se habló de un candidato, sino durante cuánto tiempo se le dio espacio en
los medios.80
La exploración de la cantidad de tiempo destinado a los partidos políticos es
importante porque es un ejercicio que demuestra que la inequidad en la televisión es una
práctica sostenida durante tiempos electorales. Ahora bien, sería necesario analizar estos
datos a la luz de una variable política: el beneficio de la inequidad para el partido que
gobierna.
Así, se decidió ubicar este estudio en el nivel de las entidades federativas, pues ello
ayudará a evidenciar si el desequilibrio en la cobertura informativa pudo haber influido
en el proceso electoral. De este modo, pudo determinarse si las desviaciones en el
ámbito de la equidad en las entidades federativas contribuían a privilegiar al partido que
en ese momento controlaba la gubernatura. Es importante aclarar que si bien
oficialmente las campañas electorales concluyeron el 28 de junio, se decidió incluir los
cinco días adicionales contenidos en el monitoreo que el IFE presenta en su página
mencionada líneas arriba; por lo anterior, salvo se indique lo contrario, el periodo de
análisis de esta investigación es del 19 de enero al 3 de julio de 2006.81
80 Véase anexo 1. 81 Un análisis más detallado de cada uno de los cuadros y gráficas que aquí se presentan puede encontrarse en el anexo 1.
54
Cuadro 1 Tiempo total dedicado a los partidos políticos o coaliciones y al proceso electoral federal
en televisión por entidad federativa, 2006
Lugar Entidad PAN APM PBT NA ASDyC Varios PEF Total Porcentaje
0 Nacional 864,723 1,118,701 903,175 111,347 117,764 691,546 789,754 4,597,010 100.001 DF 203,480 190,473 272,700 34,246 42,496 219,377 152,414 1,115,186 24.262 Nuevo León 32,980 33,838 40,228 7,155 7,476 55,558 73,046 250,281 5.443 Tabasco 36,331 85,785 43,316 7,352 13,086 13,083 22,059 221,012 4.814 Hidalgo 23,021 94,899 28,669 2,072 2,381 33,138 19,790 203,970 4.445 Durango 28,224 91,131 29,578 360 316 22,060 26,796 198,465 4.326 San Luis Potosí 29,014 36,916 24,272 4,102 5,208 28,448 42,585 170,545 3.717 Jalisco 30,265 30,578 30,356 3,479 7,292 26,934 31,187 160,091 3.488 Zacatecas 35,336 31,007 32,280 4,662 1,977 26,914 22,793 154,969 3.379 Colima 43,804 49,466 36,428 2,654 368 9,053 12,250 154,023 3.35
10 Veracruz 36,370 36,745 30,516 2,533 1,625 16,209 19,295 143,293 3.1211 Querétaro 26,791 30,532 26,208 2,313 977 28,709 21,500 137,030 2.9812 México 24,336 26,906 27,473 3,143 2,376 24,633 28,033 136,900 2.9813 Campeche 25,204 46,700 26,105 4,063 4,707 12,482 15,832 135,093 2.9414 Baja California 26,113 29,346 25,862 8,315 5,753 18,902 19,503 133,794 2.9115 Puebla 25,839 32,542 23,109 4,274 4,748 17,093 23,206 130,811 2.8516 Aguscalientes 25,847 24,788 22,995 3,353 3,705 16,705 24,918 122,311 2.6617 Guanajuato 27,177 14,793 21,001 205 1,454 16,761 34,680 116,071 2.5218 Tamaulipas 28,418 31,261 16,945 1,912 1,385 13,892 19,237 113,050 2.4619 Morelos 26,064 20,701 37,967 3,110 2,457 8,214 14,476 112,989 2.4620 Sonora 24,564 33,669 19,605 726 1,558 16,221 13,435 109,778 2.3921 Guerrero 15,646 22,336 20,568 2,686 234 9,689 22,882 94,041 2.0522 Coahuila 15,842 23,745 12,560 680 1,442 7,817 14,152 76,238 1.6623 Yucatán 11,064 11,768 6,669 2,278 1,482 5,218 24,365 62,844 1.3724 Sinaloa 11,414 10,848 6,061 894 322 10,049 18,375 57,963 1.2625 Chihuahua 10,844 13,134 6,769 515 801 11,334 9,220 52,617 1.1426 Chiapas 9,536 12,392 10,400 2,010 331 2,997 6,551 44,217 0.9627 Baja California Sur 3,225 25,006 5,846 636 559 2,052 6,275 43,599 0.9528 Nayarit 5,918 13,027 4,859 0 0 5,444 12,496 41,744 0.9129 Tlaxcala 11,865 4,644 3,964 1,030 568 1,764 12,063 35,898 0.7830 Michoacán 6,271 4,289 6,550 361 223 3,012 14,329 35,035 0.7631 Quintana Roo 3,357 4,010 2,751 172 263 5,431 3,570 19,554 0.4332 Oaxaca 563 1,426 565 56 194 2,353 8,441 13,598 0.30
Nota: Las entidades en color azul son aquellas en las cuales el PAN tuvo la mayor cobertura; en rojo, donde la APM recibió más tiempo, y en amarillo, la PBT; las entidades en color verde claro son aquellas en las cuales el tiempo de la variable “varios” fue mayor que todos los partidos, y el color gris indica las entidades en que la variable “proceso electoral federal” superó a las demás variables. Fuente: Elaboración propia a partir de los datos contenidos en la pagina del IFE Monitoreo Cobertura Campañas Electorales Federales que brindan los espacios noticiosos y otros programas de radio y televisión. http://www.ife.org.mx/portal/site/ife/menuitem.52500ee3b4b6fa8f2b2e8170241000a0/?vgnextoid=7297c787ce84b010VgnVCM1000002c01000aRCRD. Consultado el 26 de noviembre de 2007.
Algo interesante de resaltar es que en dos terceras partes de las entidades (22, para
ser exactos) la cobertura informativa fue mayor para los candidatos de la Alianza por
México (APM), y en las 10 restantes, la cobertura privilegió o bien a la coalición Por el
Bien de Todos o al Partido Acción Nacional (cinco entidades, en cado caso). En
ninguna entidad, los partidos Nueva Alianza y Alianza Socialdemócrata y Campesina
55
obtuvieron el mayor tiempo de cobertura y fue en el Distrito Federal donde tuvieron
parte significativa de su cobertura (alrededor de uno de cada tres minutos que recibieron
atención por parte de la televisión).
En el siguiente cuadro se presentan los porcentajes de la cobertura en tiempo de las
elecciones federales de 2006 y se indica la diferencia en puntos porcentuales entre el
primero y tercer lugares en cada entidad, como un indicador para entender si existió una
mayor o menor desigualdad en el tiempo otorgado a las tres principales fuerzas
políticas. La tabla se concentra en los partidos PRI, PAN y PRD debido a que fueron los
partidos que ocuparon gubernaturas en las elecciones federales de 2006.
El método para establecer si hubo inequidad en la cobertura, se tomó el porcentaje de
cada partido y coalición por entidad; a las cifras del primer lugar se le restaron las del
tercero, y la diferencia obtenida indica el grado de desequilibrio existente. Así, el
criterio utilizado es que a mayor diferencia entre el primer y tercer lugar, mayor
desequilibrio; a menor diferencia, más equidad. La lista de entidades se reagrupa de
mayor a menor desequilibrio.
Cuadro 2
Diferencia entre el primer y tercer lugares en la cobertura informativa dedicada a partidos y coaliciones en el proceso electoral federal de 2006 en televisión (porcentajes)
Lugar Estado PAN APM PBT NA ASDyC Varios PEF Porcentaje Total
Diferencia entre
1° y 3° lugares
0 Nacional 18.8 24.3 19.6 2.4 2.6 15.0 17.2 100.0 5.527 Baja California Sur 7.4 57.4 13.4 1.5 1.3 4.7 14.4 100.0 50.0 4 Hidalgo 11.3 46.5 14.1 1.0 1.2 16.2 9.7 100.0 35.2 5 Durango 14.2 45.9 14.9 0.2 0.2 11.1 13.5 100.0 31.7 3 Tabasco 16.4 38.8 19.6 3.3 5.9 5.9 10.0 100.0 22.4
29 Tlaxcala 33.1 12.9 11.0 2.9 1.6 4.9 33.6 100.0 22.0 28 Nayarit 14.2 31.2 11.6 0.0 0.0 13.0 29.9 100.0 19.6 13 Campeche 18.7 34.6 19.3 3.0 3.5 9.2 11.7 100.0 15.9 19 Morelos 23.1 18.3 33.6 2.8 2.2 7.3 12.8 100.0 15.3 22 Coahuila 20.8 31.1 16.5 0.9 1.9 10.3 18.6 100.0 14.7 20 Sonora 22.4 30.7 17.9 0.7 1.4 14.8 12.2 100.0 12.8 18 Tamaulipas 25.1 27.7 15.0 1.7 1.2 12.3 17.0 100.0 12.7 25 Chihuahua 20.6 25.0 12.9 1.0 1.5 21.5 17.5 100.0 12.1 13 Guanajuato 23.4 12.7 18.1 0.2 1.3 14.4 29.9 100.0 10.7 24 Sinaloa 19.7 18.7 10.5 1.5 0.6 17.3 31.7 100.0 9.2 9 Colima 28.4 32.1 23.7 1.7 0.2 5.9 8.0 100.0 8.5
23 Yucatán 17.6 18.7 10.6 3.6 2.4 8.3 38.8 100.0 8.1 6 San Luis Potosí 17.0 21.6 14.2 2.4 3.1 16.7 25.0 100.0 7.4 1 DF 18.2 17.1 24.5 3.1 3.8 19.7 13.7 100.0 7.4
56
15 Puebla 19.8 24.9 17.7 3.3 3.6 13.1 17.7 100.0 7.2 21 Guerrero 16.6 23.8 21.9 2.9 0.2 10.3 24.3 100.0 7.1 26 Chiapas 21.6 28.0 23.5 4.5 0.7 6.8 14.8 100.0 6.5 30 Michoacán 17.9 12.2 18.7 1.0 0.6 8.6 40.9 100.0 6.5 31 Quintana Roo 17.2 20.5 14.1 0.9 1.3 27.8 18.3 100.0 6.4 32 Oaxaca 4.1 10.5 4.2 0.4 1.4 17.3 62.1 100.0 6.3 10 Veracruz 25.4 25.6 21.3 1.8 1.1 11.3 13.5 100.0 4.3 11 Querétaro 19.6 22.3 19.1 1.7 0.7 21.0 15.7 100.0 3.2 2 Nuevo León 13.2 13.5 16.1 2.9 3.0 22.2 29.2 100.0 2.9 8 Zacatecas 22.8 20.0 20.8 3.0 1.3 17.4 14.7 100.0 2.8
14 Baja California 19.5 21.9 19.3 6.2 4.3 14.1 14.6 100.0 2.6 16 Aguascalientes 21.1 20.3 18.8 2.7 3.0 13.7 20.4 100.0 2.3 12 México 17.8 19.7 20.1 2.3 1.7 18.0 20.5 100.0 2.3 7 Jalisco 18.9 19.1 19.0 2.2 4.6 16.8 19.5 100.0 0.2
Nota: El color amarillo claro corresponde a los partidos y coaliciones que obtuvieron la mayor cobertura, mientras que el color verde claro, aquellos que ocuparon el tercer lugar. Asimismo, el color rosa indica aquellas entidades en las cuales la diferencia entre el primero y tercer lugares es mayor a 12 puntos porcentuales (el doble de la media nacional de 5.5 puntos porcentuales); el color azul claro (turquesa) indica las entidades en que la diferencia entre el primer y tercer lugares fue menor a la media nacional. Fuente: Elaboración propia a partir de los datos contenidos en la pagina del IFE Monitoreo Cobertura Campañas Electorales Federales que brindan los espacios noticiosos y otros programas de radio y televisión. http://www.ife.org.mx/portal/site/ife/menuitem.52500ee3b4b6fa8f2b2e8170241000a0/?vgnextoid=7297c787ce84b010VgnVCM1000002c01000aRCRD. Consultado el 26 de noviembre de 2007.
A nivel nacional, la coalición APM sumó 24.3% del total del tiempo total otorgado
por los noticiarios de televisión, frente a 19.6% de la coalición PBT, y 18.8% del PAN,
con lo que la diferencia entre el primer y tercer lugar es de 5.5 puntos porcentuales
(media nacional). De las 32 entidades, en doce se observó un desequilibrio mayor (entre
50.0 y 12.1 puntos porcentuales): Baja California Sur, Hidalgo, Durango, Tabasco,
Tlaxcala, Nayarit, Campeche, Morelos, Coahuila, Sonora, Tamaulipas y Chihuahua.
Desde otra perspectiva, puede verse que el PRI (coalición APM), solamente quedó
en tercer lugar en cinco entidades, mientras que el PAN ocupó el tercer lugar en tiempo
de cobertura en once entidades. En cambio, el PRD (coalición PBT), quedó detrás del
APM y PAN en 16 entidades, la mitad del país. Con estos resultados, se puede
considerar que en algunas partes del país sí existió inequidad en la cobertura
informativa en términos de tiempo, y que la principal afectada fue la coalición PBT.
Finalmente, en el siguiente cuadro se encuentra el listado de entidades federativas
(ordenadas por partido, principalmente) y se le compara con los tiempos absolutos
reportados por el monitoreo del IFE del PAN y las coaliciones APM y PBT; en una
57
columna adicional, se establece el partido gobernante en 2006. A partir de allí, se puede
conocer si el tiempo de los partidos en la televisión benefició a aquellos que se
encontraban en ese momento en el poder.
Cuadro 3
¿Se privilegió al partido gobernante en la variable tiempo de cobertura en televisión durante el proceso electoral federal de 2006?
Lugar Estado PAN APM PBT Partido
gobernante¿Se privilegió a partido en el
gobierno?
0 Nacional 864,723 1,118,701 903,175 PAN No 3 Tabasco 36,331 85,785 43,316 PRI Sí 4 Hidalgo 23,021 94,899 28,669 PRI Sí 5 Durango 28,224 91,131 29,578 PRI Sí 9 Colima 43,804 49,466 36,428 PRI Sí
10 Veracruz 36,370 36,745 30,516 PRI Sí 13 Campeche 25,204 46,700 26,105 PRI Sí 15 Puebla 25,839 32,542 23,109 PRI Sí 18 Tamaulipas 28,418 31,261 16,945 PRI Sí 20 Sonora 24,564 33,669 19,605 PRI Sí 22 Coahuila 15,842 23,745 12,560 PRI Sí 25 Chihuahua 10,844 13,134 6,769 PRI Sí 28 Nayarit 5,918 13,027 4,859 PRI Sí 31 Quintana Roo 3,357 4,010 2,751 PRI Sí 32 Oaxaca 563 1,426 565 PRI Sí 2 Nuevo León 32,980 33,838 40,228 PRI No
12 México 24,336 26,906 27,473 PRI No 24 Sinaloa 11,414 10,848 6,061 PRI No 1 DF 203,480 190,473 272,700 PRD Sí
30 Michoacán 6,271 4,289 6,550 PRD Sí 8 Zacatecas 35,336 31,007 32,280 PRD No
21 Guerrero 15,646 22,336 20,568 PRD No 26 Chiapas 9,536 12,392 10,400 PRD No 27 Baja California Sur 3,225 25,006 5,846 PRD No 16 Aguscalientes 25,847 24,788 22,995 PAN Sí 17 Guanajuato 27,177 14,793 21,001 PAN Sí 29 Tlaxcala 11,865 4,644 3,964 PAN Sí 6 San Luis Potosí 29,014 36,916 24,272 PAN No 7 Jalisco 30,265 30,578 30,356 PAN No
11 Querétaro 26,791 30,532 26,208 PAN No 14 Baja California 26,113 29,346 25,862 PAN No 19 Morelos 26,064 20,701 37,967 PAN No 23 Yucatán 11,064 11,768 6,669 PAN No
Nota: Las entidades en color azul son aquellas en las cuales el PAN tuvo la mayor cobertura; en rojo, donde la APM recibió más tiempo, y en amarillo, la PBT. El color oro indica que en una entidad el partido en el gobierno fue beneficiado en tiempo de cobertura, mientras que el color lavanda indica que un partido diferente del que ocupaba la gubernatura en 2006 recibió el mayor tiempo. Fuente: Elaboración propia a partir de los datos contenidos en la pagina del IFE Monitoreo Cobertura Campañas Electorales Federales que brindan los espacios noticiosos y otros programas de radio y televisión. http://www.ife.org.mx/portal/site/ife/menuitem.52500ee3b4b6fa8f2b2e8170241000a0/?vgnextoid=7297c787ce84b010VgnVCM1000002c01000aRCRD. Consultado el 26 de noviembre de 2007.
De lo anterior puede desprenderse que en 19 entidades federativas el partido en el
gobierno recibió el mayor tiempo en la cobertura de los medios; el PRI fue el partido
58
gubernamental que fue privilegiado en 14 ocasiones (y, por tanto, la coalición APM). El
PAN lo fue en tres ocasiones, y el PRD (y la PBT) en dos.
Finalmente, para ilustrar si la inequidad informativa privilegió de manera
conjunta a los tres partidos gobernantes, en el siguiente cuadro se muestra la cobertura
informativa acumulada en términos de tiempo en las elecciones federales de 2006,
según las entidades en las cuales cada partido detentaba en ese momento la
gubernatura.82
Cuadro 4
Tiempo total dedicado a los partidos políticos o coaliciones y al proceso electoral federal en televisión, según entidad federativa gobernada por PRI, PAN y PRD, 2006
Partido PAN APM PBT NA ASDyC Varios PEF Total Porcentaje
¿Se privilegió a partido
en el gobierno?
PRI (*) 377,029 629,132 355,537 38,561 43,048 275,850 339,233 2,058,390 44.78 Sí PRD (**) 273,494 285,503 348,344 44,601 45,820 264,041 225,244 1,487,047 32.35 Sí PAN (***) 214,200 204,066 199,294 28,185 28,896 151,655 225,277 1,051,573 22.88 Sí Total 864,723 1,118,701 903,175 111,347 117,764 691,546 789,754 4,597,010 100.00
Nota: (*) Las entidades gobernadas por el PRI en las elecciones federales de 2006 fueron 17, a saber: Campeche, Chihuahua, Coahuila, Colima, Durango, Hidalgo, México, Nayarit, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas y Veracruz. (**) El PRD gobernaba en julio de 2006 las siguientes seis entidades: Baja California Sur, Chiapas, Distrito Federal, Guerrero, Michoacán y Zacatecas. (***) El PAN en las elecciones federales de 2006 gobernaba a nueve entidades: Aguascalientes, Baja California, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Querétaro, San Luis Potosí, Tlaxcala y Yucatán Fuente: Elaboración propia a partir de los datos contenidos en la pagina del IFE Monitoreo Cobertura Campañas Electorales Federales que brindan los espacios noticiosos y otros programas de radio y televisión. http://www.ife.org.mx/portal/site/ife/menuitem.52500ee3b4b6fa8f2b2e8170241000a0/?vgnextoid=7297c787ce84b010VgnVCM1000002c01000aRCRD. Consultado el 26 de noviembre de 2007.
Valoración de la cobertura informativa en televisión Otra información incluida en la memoria sobre el proceso electoral 2006 elaborado por
el IFE, en el apartado de “Equidad y transparencia en la contienda electoral”, indica que
92% del total de menciones fueron sujetas de valoración dentro de los espacios
informativos, de acuerdo con la metodología aprobada por la Comisión de
82 Véase el análisis detallado del anexo 1.
59
Radiodifusión. Así, cada pieza se clasificó en positiva, negativa o neutra.83 De las 192
mil 008 menciones sujetas a valoración entre el 19 de enero y 28 de junio de 2006, 96%
fueron neutras, 3% negativas y 1% positivas.84
Este análisis, como en el apartado anterior, se concentrará no sólo en el número de
menciones, sino particularmente en la duración de éstas, tanto si fueron positivas como
negativas (recordando que el periodo se extiende hasta el 3 de julio).
• Tiempo valorado positivamente
Cuadro 5 Tiempo total en segundos por tipo de valoración positiva de partidos y coaliciones y al
proceso federal electoral de 2006 en televisión, por entidad federativa
Lugar Estado PAN APM PBT NA ASDyC Varios PEF Total Porcentaje
0 Nacional 4,507 6,844 4,026 1,629 2,194 0 2,675 21,875 100.001 DF 1,442 605 1,456 390 575 0 446 4,914 22.46 2 Hidalgo 475 1,994 56 74 63 0 25 2,687 12.28 3 Nuevo León 524 363 340 240 420 0 310 2,197 10.04 4 San Luis Potosí 296 446 646 0 362 0 330 2,080 9.51 5 Tabasco 113 954 82 0 52 0 0 1,201 5.49 6 Sonora 107 591 54 0 0 0 93 845 3.86 7 Morelos 0 0 42 352 393 0 0 787 3.60 8 Baja California Sur 0 669 74 0 0 0 0 743 3.40 9 Tamaulipas 290 0 0 0 233 0 166 689 3.15
10 Chihuahua 207 0 252 0 96 0 113 668 3.05 11 Nayarit 0 0 0 0 0 0 636 636 2.91 12 Campeche 510 0 0 0 0 0 108 618 2.83 13 Aguscalientes 267 0 292 0 0 0 0 559 2.56 14 Chiapas 0 0 0 535 0 0 0 535 2.45 15 Guanajuato 0 188 64 0 0 0 147 399 1.82 16 Puebla 124 0 142 38 0 0 0 304 1.39 17 Guerrero 0 266 0 0 0 0 0 266 1.22 18 Querétaro 77 157 0 0 0 0 19 253 1.16 19 Colima 0 121 129 0 0 0 0 250 1.14 20 Coahuila 0 0 223 0 0 0 0 223 1.02 21 Baja California 0 49 174 0 0 0 0 223 1.02 22 Oaxaca 0 213 0 0 0 0 0 213 0.97 23 México 0 110 0 0 0 0 42 152 0.69 24 Michoacán 0 0 0 0 0 0 134 134 0.61 25 Veracruz 75 0 0 0 0 0 0 75 0.34 26 Jalisco 0 59 0 0 0 0 13 72 0.33 27 Quintana Roo 0 59 0 0 0 0 0 59 0.27 28 Durango 0 0 0 0 0 0 53 53 0.24 29 Yucatán 0 0 0 0 0 0 40 40 0.18 30 Zacatecas 0 0 0 0 0 0 0 0 0.00
83 El 8% restante no fue sujeto a valoración debido a que se dio en espacios de opinión, que por metodología no fueron considerados para el análisis, como mesas de análisis, entrevistas, encuestas, sondeos y estudios de opinión, sátira política y debate. 84 IFE, Elecciones federales 2006. Equidad y transparencia en la contienda electoral, op. cit., p. 77.
60
31 Sinaloa 0 0 0 0 0 0 0 0 0.00 32 Tlaxcala 0 0 0 0 0 0 0 0 0.00
Nota: Las entidades en color azul son aquellas en las cuales el PAN obtuvo mayor tiempo valorado positivamente; en rojo, donde la APM recibió más tiempo positivo, y en amarillo, la PBT; el color rosa claro indica que ASDyC recibió más tiempo positivo y el azul pálido, Nueva Alianza; el color gris indica las entidades en que la variable “proceso electoral federal” superó a las demás variables. Fuente: Elaboración propia a partir de los datos contenidos en la pagina del IFE Monitoreo Cobertura Campañas Electorales Federales que brindan los espacios noticiosos y otros programas de radio y televisión. http://www.ife.org.mx/portal/site/ife/menuitem.52500ee3b4b6fa8f2b2e8170241000a0/?vgnextoid=7297c787ce84b010VgnVCM1000002c01000aRCRD. Consultado el 28 de noviembre de 2007.
Sólo en la tercera parte (11 entidades) fue mayor la cobertura valorada como positiva
para los candidatos de la Alianza por México. La cobertura positiva medida en tiempo
privilegió a la coalición Por el Bien de Todos en ocho entidades; y sólo en cuatro al
Partido Acción Nacional. Un rasgo que llama la atención es que, de acuerdo con la
información hecha pública por el IFE, en siete entidades (Nayarit, Michoacán, Durango,
Yucatán, Zacatecas, Sinaloa y Tlaxcala) ningún partido o coalición recibió cobertura de
tipo positivo.
Para conocer si en cada estado la valoración positiva está asociada al partido
gobernante, en el siguiente cuadro se presentan los porcentajes del tiempo positivo de
cobertura monitoreada y se indica la diferencia en puntos porcentuales entre el primer y
tercer lugar.
Cuadro 6
Diferencia entre el primer y tercer lugares en tiempos de cobertura positiva dedicada a partidos y coaliciones en el proceso electoral federal de 2006 en televisión (porcentajes)
Lugar Estado PAN APM PBT NA ASDyC Varios PEF Porcentaje total
Diferencia entre 1° y 3° lugares
0 Nacional 20.6 31.3 18.4 7.4 10.0 0.0 12.2 100.0 12.914 Chiapas 0.0 0.0 0.0 100.0 0.0 0.0 0.0 100.0 100.0 17 Guerrero 0.0 100.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 100.0 100.0 20 Coahuila 0.0 0.0 100.0 0.0 0.0 0.0 0.0 100.0 100.0 22 Oaxaca 0.0 100.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 100.0 100.0 25 Veracruz 100.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 100.0 100.0 27 Quintana Roo 0.0 100.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 100.0 100.0 8 Baja California Sur 0.0 90.0 10.0 0.0 0.0 0.0 0.0 100.0 90.0
12 Campeche 82.5 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 17.5 100.0 82.5 26 Jalisco 0.0 81.9 0.0 0.0 0.0 0.0 18.1 100.0 81.9 21 Baja California 0.0 22.0 78.0 0.0 0.0 0.0 0.0 100.0 78.0 5 Tabasco 9.4 79.4 6.8 0.0 4.3 0.0 0.0 100.0 72.6
23 México 0.0 72.4 0.0 0.0 0.0 0.0 27.6 100.0 72.4 2 Hidalgo 17.7 74.2 2.1 2.8 2.3 0.0 0.9 100.0 71.5
61
6 Sonora 12.7 69.9 6.4 0.0 0.0 0.0 11.0 100.0 63.6 18 Querétaro 30.4 62.1 0.0 0.0 0.0 0.0 7.5 100.0 62.1 13 Aguascalientes 47.8 0.0 52.2 0.0 0.0 0.0 0.0 100.0 52.2 19 Colima 0.0 48.4 51.6 0.0 0.0 0.0 0.0 100.0 51.6 15 Guanajuato 0.0 47.1 16.0 0.0 0.0 0.0 36.8 100.0 47.1 7 Morelos 0.0 0.0 5.3 44.7 49.9 0.0 0.0 100.0 44.6 9 Tamaulipas 42.1 0.0 0.0 0.0 33.8 0.0 24.1 100.0 42.1
16 Puebla 40.8 0.0 46.7 12.5 0.0 0.0 0.0 100.0 34.2 10 Chihuahua 31.0 0.0 37.7 0.0 14.4 0.0 16.9 100.0 23.4 1 DF 29.3 12.3 29.6 7.9 11.7 0.0 9.1 100.0 17.3 4 San Luis Potosí 14.2 21.4 31.1 0.0 17.4 0.0 15.9 100.0 13.7 3 Nuevo León 23.9 16.5 15.5 10.9 19.1 0.0 14.1 100.0 7.3
11 Nayarit 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 100.0 100.0 0.0 24 Michoacán 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 100.0 100.0 0.0 28 Durango 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 100.0 100.0 0.0 29 Yucatán 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 100.0 100.0 0.0 30 Zacatecas 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 31 Sinaloa 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 32 Tlaxcala 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0
Nota: El color amarillo claro corresponde a los partidos y coaliciones que obtuvieron la mayor cobertura, mientras que el color verde claro, aquellos que ocuparon el tercer lugar. Asimismo, el color naranja indica aquellas entidades en las cuales la diferencia entre el primero y tercer lugares es mayor a 25 puntos porcentuales (el doble de la media nacional de 12.9 puntos porcentuales); el color agua indica la entidad en que la diferencia entre el primero y tercer lugares fue menor a la media nacional. Fuente: Elaboración propia a partir de los datos contenidos en la pagina del IFE Monitoreo Cobertura Campañas Electorales Federales que brindan los espacios noticiosos y otros programas de radio y televisión. http://www.ife.org.mx/portal/site/ife/menuitem.52500ee3b4b6fa8f2b2e8170241000a0/?vgnextoid=7297c787ce84b010VgnVCM1000002c01000aRCRD. Consultado el 28 de noviembre de 2007.
En el cuadro anterior se indica que la APM acumuló 31.3% del tiempo total con
valoración positiva; el PAN sumó 20.6%; y la coalición PBT 18.4%. Así, la diferencia
general entre el primer y tercer lugar es de 12.9%, que puede tomarse como la media
nacional; en la tabla se observa que 21 entidades (dos terceras partes del total)
estuvieron dos veces por arriba de la media.
Como se hizo con la variable de tiempo total, se revisará si en cada estado el tiempo
positivo fue mayor para el partido en el poder en julio de 2006. En el siguiente cuadro
se encuentra el listado de entidades federativas y se les contrasta con los tiempos
positivos medidos en segundos reportados por el monitoreo del IFE.
Cuadro 7
¿Se privilegió al partido gobernante en la variable tiempo positivo de cobertura en televisión durante el proceso electoral federal de 2006?
Lugar Estado PAN APM PBT Partido gobernante
¿El partido gobernante recibió la
mayor valoración positiva?
62
0 Nacional 4,507 6,844 4,026 PAN No 2 Hidalgo 475 1,994 56 PRI Sí 5 Tabasco 113 954 82 PRI Sí 6 Sonora 107 591 54 PRI Sí
22 Oaxaca 0 213 0 PRI Sí 23 México 0 110 0 PRI Sí 27 Quintana Roo 0 59 0 PRI Sí 3 Nuevo León 524 363 340 PRI No 9 Tamaulipas 290 0 0 PRI No
10 Chihuahua 207 0 252 PRI No 12 Campeche 510 0 0 PRI No 16 Puebla 124 0 142 PRI No 19 Colima 0 121 129 PRI No 20 Coahuila 0 0 223 PRI No 25 Veracruz 75 0 0 PRI No 11 Nayarit 0 0 0 PRI 0 28 Durango 0 0 0 PRI 0 31 Sinaloa 0 0 0 PRI 0 1 DF 1,442 605 1,456 PRD Sí 8 Baja California Sur 0 669 74 PRD No
14 Chiapas 0 0 0 PRD No 17 Guerrero 0 266 0 PRD No 24 Michoacán 0 0 0 PRD No 30 Zacatecas 0 0 0 PRD No 4 San Luis Potosí 296 446 646 PAN No 7 Morelos 0 0 42 PAN No
13 Aguascalientes 267 0 292 PAN No 15 Guanajuato 0 188 64 PAN No 18 Querétaro 77 157 0 PAN No 21 Baja California 0 49 174 PAN No 26 Jalisco 0 59 0 PAN No 29 Yucatán 0 0 0 PAN 0 32 Tlaxcala 0 0 0 PAN 0
Nota: Las entidades en color azul son aquellas en las cuales el PAN tuvo la mayor cobertura positiva; en rojo, donde la APM recibió más tiempo positivo, y en amarillo, la PBT. El color oro indica que en una entidad el partido en el gobierno obtuvo mayor tiempo positivo en la cobertura, mientras que el color lavanda indica que otro partido diferente del que ocupaba la gubernatura recibió el mayor tiempo positivo. Fuente: Elaboración propia a partir de los datos contenidos en la pagina del IFE Monitoreo Cobertura Campañas Electorales Federales que brindan los espacios noticiosos y otros programas de radio y televisión. http://www.ife.org.mx/portal/site/ife/menuitem.52500ee3b4b6fa8f2b2e8170241000a0/?vgnextoid=7297c787ce84b010VgnVCM1000002c01000aRCRD. Consultado el 28 de noviembre de 2007.
Dada la particular distribución de tiempo considerado positivo, en la mayoría de las
entidades – dos de cada tres – el partido gobernante no se vio beneficiado por esta
variable; únicamente en siete estados el partido gobernante obtuvo el mayor tiempo de
cobertura positiva. La coalición APM alcanzó el mayor número de estados con
valoración positiva (seis), mientras que la coalición PBT sólo uno (Distrito Federal) y
ninguno del PAN.
63
A continuación, se explora si la cobertura informativa privilegió de manera global a
los tres partidos gobernantes; también aquí se reagruparon los tiempos de cobertura de
acuerdo al partido que ocupaba el Poder Ejecutivo estatal en ese momento.
Cuadro 8
Tiempo positivo total dedicado a los partidos políticos o coaliciones y al proceso electoral federal en televisión, según entidad federativa gobernada por PRI, PAN y PRD, 2006
Partido PAN APM PBT NA ASDyC Varios PEF Total Porcentaje
¿El partido gobernante recibió la
mayor valoración positiva?
PRI 2,973 3,619 2,891 1,555 2,035 0 1,580 14,653 66.99 Sí PAN 282 718 723 0 96 0 802 2,621 11.98 No PRD 1,252 2,507 412 74 63 0 293 4,601 21.03 No Total 4,507 6,844 4,026 1,629 2,194 0 2,675 21,875 100.00
Nota: Ver cuadro 4 para conocer las entidades agrupadas según partido que las gobernaba en 2006. Fuente: Elaboración propia a partir de los datos contenidos en la pagina del IFE Monitoreo Cobertura Campañas Electorales Federales que brindan los espacios noticiosos y otros programas de radio y televisión. http://www.ife.org.mx/portal/site/ife/menuitem.52500ee3b4b6fa8f2b2e8170241000a0/?vgnextoid=7297c787ce84b010VgnVCM1000002c01000aRCRD. Consultado el 28 de noviembre de 2007.
La Alianza por México tuvo el mayor tiempo con menciones positivas (6 mil 844
segundos), seguida por el PAN (4 mil 507 segundos); en tercer lugar quedó la coalición
PBT con 4 mil 26 segundos. En los estados que en 2006 había un gobierno emanado del
Partido de la Revolución Democrática, se acumuló 21% del total, y las entidades con
gobiernos del Partido Acción Nacional (PAN) sólo obtuvieron un 11.9%. Sin embargo,
se confirma que dos terceras partes del tiempo positivo corresponden a entidades
gobernadas por el Partido Revolucionario Institucional (PRI); en este sentido, puede
afirmarse que se reafirma la hipótesis de que en dos de cada tres estados la televisión
dio mayor y mejor espacio al partido que ocupa la gubernatura.
• Tiempo valorado negativamente
A diferencia de lo que ocurrió con la Alianza Por México (APM), que tuvo el mayor
tiempo calificado como positivo, la coalición Por el Bien de Todos (PBT) tuvo la mayor
64
cantidad de tiempo en que se encontraron menciones negativas: en total, 32 mil 317
segundos, cifra que, aproximadamente, significa el doble de tiempo negativo conjunto
de la APM y del Partido Acción Nacional (PAN): la APM sumó 19 mil 469 segundos y
el PAN, 14 mil 182. Los otros partidos, Nueva Alianza y Alternativa Socialdemócrata y
Campesina, no superaron los 2 mil segundos de tiempo negativo en todo el país.
Cuadro 9
Tiempo total en segundos por tipo de valoración negativa de partidos y coaliciones y al proceso federal electoral de 2006 en televisión, por entidad federativa
Lugar Estado PAN APM PBT NA ASDyC Varios PEF Total Porcentaje
0 EUM 14,182 19,469 32,317 1,893 1,269 65 19,035 88,230 100.001 DF 3,659 8,026 9,941 672 640 65 2,379 25,382 28.77 2 San Luis Potosí 1,623 2,403 1,022 52 0 0 7,741 12,841 14.55 3 Nuevo León 1,884 1,637 3,337 70 0 0 2,060 8,988 10.19 4 Hidalgo 1,237 0 4,175 158 0 0 0 5,570 6.31 5 Sonora 1,574 948 1,542 12 0 0 470 4,546 5.15 6 Tabasco 582 970 2,196 419 153 0 111 4,431 5.02 7 México 211 643 1,909 142 113 0 307 3,325 3.77 8 Durango 260 437 1,500 0 0 0 562 2,759 3.13 9 Querétaro 423 540 1,087 0 0 0 621 2,671 3.03
10 Guanajuato 210 372 1,030 0 0 0 818 2,430 2.75 11 Morelos 94 643 311 254 0 0 549 1,851 2.10 12 Zacatecas 0 178 1,423 0 0 0 0 1,601 1.81 13 Chihuahua 340 504 606 114 0 0 29 1,593 1.81 14 Puebla 224 203 1,067 0 0 0 48 1,542 1.75 15 Jalisco 371 0 15 0 0 0 921 1,307 1.48 16 Nayarit 171 170 0 0 0 0 681 1,022 1.16 17 Oaxaca 220 0 368 0 0 0 386 974 1.10 18 Tamaulipas 0 767 25 0 0 0 78 870 0.99 19 Yucatán 121 113 0 0 137 0 439 810 0.92 20 Aguascalientes 98 307 174 0 0 0 80 659 0.75 21 Michoacán 297 0 0 0 0 0 350 647 0.73 22 Coahuila 309 321 0 0 0 0 0 630 0.71 23 Campeche 0 213 0 0 226 0 136 575 0.65 24 Guerrero 0 0 471 0 0 0 0 471 0.53 25 Baja California 274 48 51 0 0 0 0 373 0.42 26 Veracruz 0 26 0 0 0 0 184 210 0.24 27 Quintana Roo 0 0 0 0 0 0 85 85 0.10 28 Chiapas 0 0 67 0 0 0 0 67 0.08 29 Colima 0 0 0 0 0 0 0 0 0.00 30 Sinaloa 0 0 0 0 0 0 0 0 0.00 31 Baja California Sur 0 0 0 0 0 0 0 0 0.00 32 Tlaxcala 0 0 0 0 0 0 0 0 0.00
Nota: Las entidades en color azul son aquellas en las cuales el PAN obtuvo mayor tiempo positivo; en rojo, donde la APM recibió más tiempo positivo, y en amarillo, la PBT; el color rosa claro indica que ASDyC recibió más tiempo positivo, y el color gris indica las entidades en que la variable “proceso electoral federal” superó a las demás variables. Fuente: Elaboración propia a partir de los datos contenidos en la pagina del IFE Monitoreo Cobertura Campañas Electorales Federales que brindan los espacios noticiosos y otros programas de radio y televisión. http://www.ife.org.mx/portal/site/ife/menuitem.52500ee3b4b6fa8f2b2e8170241000a0/?vgnextoid=7297c787ce84b010VgnVCM1000002c01000aRCRD. Consultado el 28 de noviembre de 2007.
65
En este rubro de tiempo valorado negativamente, la coalición PBT recibe el valor
más alto en casi la mitad de las entidades del país (14), mientras que el PAN, alcanza
los tiempos negativos más altos en seis, y la APM sólo en cinco. La ASDyC recibió el
mayor tiempo negativo en dos entidades.
En la siguiente tabla puede verse si la valoración temporal negativa tiene relación
con el partido gobernante de cada entidad federativa: se presentan los porcentajes de
valoración negativa observados en 2006 y se indica la diferencia en puntos porcentuales
entre el primer y tercer lugar.
Cuadro 10
Diferencia entre el primer y tercer lugares en tiempos de cobertura negativa dedicada a partidos y coaliciones en el proceso electoral federal de 2006 en televisión (porcentajes)
Lugar Estado PAN APM PBT NA ASDyC Varios PEF Total Diferencia entre 1° y 3° lugares
0 Nacional 16.1 22.1 36.6 2.1 1.4 0.1 21.6 100.0 20.624 Guerrero 0.0 0.0 100.0 0.0 0.0 0.0 0.0 100.0 100.0 28 Chiapas 0.0 0.0 100.0 0.0 0.0 0.0 0.0 100.0 100.0 12 Zacatecas 0.0 11.1 88.9 0.0 0.0 0.0 0.0 100.0 88.9 18 Tamaulipas 0.0 88.2 2.9 0.0 0.0 0.0 9.0 100.0 88.2 4 Hidalgo 22.2 0.0 75.0 2.8 0.0 0.0 0.0 100.0 72.1
25 Baja California 73.5 12.9 13.7 0.0 0.0 0.0 0.0 100.0 60.6 14 Puebla 14.5 13.2 69.2 0.0 0.0 0.0 3.1 100.0 56.0 7 México 6.3 19.3 57.4 4.3 3.4 0.0 9.2 100.0 51.1
22 Coahuila 49.0 51.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 100.0 51.0 21 Michoacán 45.9 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 54.1 100.0 45.9 8 Durango 9.4 15.8 54.4 0.0 0.0 0.0 20.4 100.0 44.9
23 Campeche 0.0 37.0 0.0 0.0 39.3 0.0 23.7 100.0 39.3 17 Oaxaca 22.6 0.0 37.8 0.0 0.0 0.0 39.6 100.0 37.8 6 Tabasco 13.1 21.9 49.6 9.5 3.5 0.0 2.5 100.0 36.4
10 Guanajuato 8.6 15.3 42.4 0.0 0.0 0.0 33.7 100.0 33.7 20 Aguascalientes 14.9 46.6 26.4 0.0 0.0 0.0 12.1 100.0 31.7 15 Jalisco 28.4 0.0 1.1 0.0 0.0 0.0 70.5 100.0 28.4 9 Querétaro 15.8 20.2 40.7 0.0 0.0 0.0 23.2 100.0 24.9 1 DF 14.4 31.6 39.2 2.6 2.5 0.3 9.4 100.0 24.7
11 Morelos 5.1 34.7 16.8 13.7 0.0 0.0 29.7 100.0 21.0 3 Nuevo León 21.0 18.2 37.1 0.8 0.0 0.0 22.9 100.0 18.9
16 Nayarit 16.7 16.6 0.0 0.0 0.0 0.0 66.6 100.0 16.7 13 Chihuahua 21.3 31.6 38.0 7.2 0.0 0.0 1.8 100.0 16.7 5 Sonora 34.6 20.9 33.9 0.3 0.0 0.0 10.3 100.0 13.8
26 Veracruz 0.0 12.4 0.0 0.0 0.0 0.0 87.6 100.0 12.4 2 San Luis Potosí 12.6 18.7 8.0 0.4 0.0 0.0 60.3 100.0 10.8
19 Yucatán 14.9 14.0 0.0 0.0 16.9 0.0 54.2 100.0 3.0 27 Quintana Roo 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 100.0 100.0 0.0 29 Colima 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 30 Sinaloa 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 31 Baja California Sur 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 32 Tlaxcala 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0
Nota: El color amarillo claro corresponde a los partidos y coaliciones que obtuvieron la mayor cobertura valorada negativamente, mientras que el color verde claro, aquellos que ocuparon el tercer lugar. Asimismo, el color azul cielo indica aquellas entidades en las cuales la diferencia entre el primero y tercer lugares es mayor a 40 puntos porcentuales (el doble de la media nacional de 20.6 puntos porcentuales); el
66
color lima indica la entidad en que la diferencia entre el primero y tercer lugares en tiempo negativo fue menor a la media nacional. Fuente: Elaboración propia a partir de los datos contenidos en la pagina del IFE Monitoreo Cobertura Campañas Electorales Federales que brindan los espacios noticiosos y otros programas de radio y televisión. http://www.ife.org.mx/portal/site/ife/menuitem.52500ee3b4b6fa8f2b2e8170241000a0/?vgnextoid=7297c787ce84b010VgnVCM1000002c01000aRCRD. Consultado el 28 de noviembre de 2007.
Acerca del porcentaje sobre el tiempo valorado negativamente, se tiene que la
coalición PBT sumó 36.6% del tiempo total, mientras que la APM tuvo 22.1% y el PAN
sólo un 16.1%. La diferencia entre el primer y tercer lugar fue de 20.6% (por redondeo
de cifras a un decimal), lo que se considera como la media nacional. Once entidades
quedaron arriba del doble de la media nacional. En la mayoría de estos estados – con
excepción de Tamaulipas, Coahuila y Michoacán – el tiempo valorado negativamente
correspondió a información de la coalición PBT.
En el siguiente cuadro se responde la pregunta si el partido gobernante recibió el
mayor tiempo negativo en televisión.
Cuadro 11
¿El partido gobernante recibió el mayor tiempo negativo de cobertura en televisión durante el proceso electoral federal de 2006?
Lugar Estado PAN APM PBT Partido gobernante
¿El partido gobernante recibió la
mayor valoración negativa?
0 Nacional 14,182 19,469 32,317 PAN No 18 Tamaulipas 0 767 25 PRI Sí 26 Veracruz 0 26 0 PRI Sí 4 Hidalgo 1,237 0 4,175 PRI No
14 Puebla 224 203 1,067 PRI No 7 México 211 643 1,909 PRI No
22 Coahuila 309 321 0 PRI No 8 Durango 260 437 1,500 PRI No
23 Campeche 0 213 0 PRI No 17 Oaxaca 220 0 368 PRI No 6 Tabasco 582 970 2,196 PRI No 3 Nuevo León 1,884 1,637 3,337 PRI No
16 Nayarit 171 170 0 PRI No 13 Chihuahua 340 504 606 PRI No 5 Sonora 1,574 948 1,542 PRI No
27 Quintana Roo 0 0 0 PRI 0 29 Colima 0 0 0 PRI 0 30 Sinaloa 0 0 0 PRI 0 1 DF 3,659 8,026 9,941 PRD Sí
24 Guerrero 0 0 471 PRD Sí 28 Chiapas 0 0 67 PRD Sí 12 Zacatecas 0 178 1,423 PRD Sí 21 Michoacán 297 0 0 PRD No
67
31 Baja California Sur 0 0 0 PRD 0 25 Baja California 274 48 51 PAN Sí 15 Jalisco 371 0 15 PAN Sí 10 Guanajuato 210 372 1,030 PAN No 20 Aguascalientes 98 307 174 PAN No 9 Querétaro 423 540 1,087 PAN No
11 Morelos 94 643 311 PAN No 2 San Luis Potosí 1,623 2,403 1,022 PAN No
19 Yucatán 121 113 0 PAN No 32 Tlaxcala 0 0 0 PAN 0
Nota: Las entidades en color azul son aquellas en las cuales el PAN tuvo la mayor cobertura de tiempo valorada negativamente; en rojo, donde la APM recibió más tiempo negativo, y en amarillo, la PBT. El color indica verde fuerte que en una entidad el partido en el gobierno obtuvo mayor tiempo negativo en la cobertura, mientras que el color canela indica que otro partido diferente del que ocupaba la gubernatura recibió el mayor tiempo negativo. Fuente: Elaboración propia a partir de los datos contenidos en la pagina del IFE Monitoreo Cobertura Campañas Electorales Federales que brindan los espacios noticiosos y otros programas de radio y televisión. http://www.ife.org.mx/portal/site/ife/menuitem.52500ee3b4b6fa8f2b2e8170241000a0/?vgnextoid=7297c787ce84b010VgnVCM1000002c01000aRCRD. Consultado el 28 de noviembre de 2007.
En dos de cada tres entidades, la valoración negativa mayor no fue contra el partido
gobernante. En realidad, sólo en ocho localidades el partido gobernante recibió el mayor
tiempo valorado negativamente: dos gobernadas por el PRI (Tamaulipas y Veracruz),
dos gobernadas por el PAN (Baja California y Jalisco), y cuatro por el PRD (Distrito
Federal, Guerrero, Chiapas y Zacatecas).
Ahora se verá si la cobertura informativa privilegió de manera global a los tres
partidos gobernantes. Como en las variables anteriores, se reagruparon los tiempos de
cobertura, según el partido que ocupaba el Poder Ejecutivo estatal en ese momento.
Cuadro 12
Tiempo negativo total dedicado a los partidos políticos o coaliciones y al proceso electoral federal en televisión, según entidad federativa gobernada por PRI, PAN y
PRD, 2006
Partido PAN APM PBT NA ASDyC Varios PEF Total %
¿El partido gobernante recibió la
mayor valoración negativa?
PRI 8,343 8,025 15,025 406 0 0 12,818 44,617 50.57 No PAN 1,623 2,955 5,851 815 629 0 2,657 14,530 16.47 No PRD 4,216 8,489 11,441 672 640 65 3,560 29,083 32.96 Sí Total 14,182 19,469 32,317 1,893 1,269 65 19,035 88,230 100.00 Nota: Ver cuadro 4 para conocer las entidades agrupadas según partido que las gobernaba en 2006. Fuente: Elaboración propia a partir de los datos contenidos en la pagina del IFE Monitoreo Cobertura Campañas Electorales Federales que brindan los espacios noticiosos y otros programas de radio y televisión.
68
http://www.ife.org.mx/portal/site/ife/menuitem.52500ee3b4b6fa8f2b2e8170241000a0/?vgnextoid=7297c787ce84b010VgnVCM1000002c01000aRCRD. Consultado el 28 de noviembre de 2007.
La coalición Por el Bien de Todos superó ampliamente el tiempo de cobertura
valorada negativamente (32 mil 317 segundos). En realidad, duplicó a la cobertura
negativa de la APM y el PAN. En el cuadro se observa que sin importar el partido que
gobierne una entidad, la coalición encabezada por el PRD recibió el mayor tiempo de
cobertura valorada negativamente en el proceso electoral federal de 2006. Así, vuelve a
confirmarse la idea de la inequidad en el acceso y trato de los partidos políticos en la
televisión durante las elecciones de 2006.
Campañas negativas e inequidad
Uno de los principales hallazgos de la investigación es que hay un punto en el que las
campañas negativas y la inequidad se cruzan. El trato de las televisoras a los candidatos
se vio influido también por el efecto de las campañas negativas. Como se muestra más
abajo, el tiempo negativo dedicado a los partidos políticos durante el proceso electoral
varió significativamente ante la aparición de los primeros spots negativos. Puede
observarse así que el número de segundos valorado negativamente enfocado a la CPBT
se incrementó casi tres veces, de 3,524 en febrero a 9,662 en marzo.
Tiempo valorado negativamente del PAN, APM y PBT en televisión durante el proceso federal electoral de 2006, del 19 de enero al 28 de junio (segundos mensuales)
PAN APM PBT Enero 1,788 1,386 655Febrero 500 1,843 3,524Marzo 3,733 6,194 9,662Abril 3,462 4,103 8,482Mayo 2,084 3,110 4,634Junio 2,553 2,551 5,322
69
Total 14,120 19,187 32,279
Tiempo valorado negativamente del PAN, APM y PBT en televisión durante las elecciones federales de 2006, del 19 de enero al 28 dejulio (segundos
mensuales)
0
2,000
4,000
6,000
8,000
10,000
12,000
Segu
ndos
PAN APM PBT
PAN 1,788 500 3,733 3,462 2,084 2,553
APM 1,386 1,843 6,194 4,103 3,110 2,551
PBT 655 3,524 9,662 8,482 4,634 5,322
Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio
Fuente para todos los cuadros: Elaboración propia a partir de los datos contenidos en la pagina del IFE Monitoreo Cobertura Campañas Electorales Federales que brindan los espacios noticiosos y otros programas de radio y televisión. http://www.ife.org.mx/portal/site/ife/menuitem.52500ee3b4b6fa8f2b2e8170241000a0/?vgnextoid=7297c787ce84b010VgnVCM1000002c01000aRCRD. Consultado el 6 de diciembre de 2007.
8. Resultados comprobables de los objetivos alcanzados Los objetivos y motivaciones de esta investigación, en general, pudieron ser cumplidos
sobradamente. Este proyecto hizo posible el análisis acerca de cómo fueron vistas las
elecciones por televisión y cuál fue el impacto de ello en la percepción del electorado.
Además, sirvió para abordar a la televisión como un canal para transmitir el mensaje de
los partidos (sus spots), pero también como un actor involucrado en la lucha por el
poder y que, por ende, otorga un mejor trato privilegiado a ciertos partidos, grupos o
gobiernos. Básicamente, pudo resaltarse el creciente poder de la televisión durante
70
procesos electorales: durante el proceso electoral de 2006 se sabe que los partidos
políticos gastaron 1,382,963,082.33, del 19 de enero al 28 de junio de 2006, en
televisión. De estos recursos, gran parte fue para pagar la transmisión de 155,883 spots.
Con ello en mente, la investigación exploró cómo se ha avanzado en la
institucionalización de las normas que regulan la participación de los medios en los
comicios, las insuficiencias en los mecanismos de control que regulan la relación entre
medios, los efectos del despliegue de la televisión durante procesos electorales, y sus
posibles consecuencias en la consolidación de la democracia. Y, de manera particular,
pudo revisar el cumplimiento del principio democrático de la “equidad” en el acceso de
los partidos a los medios de comunicación durante las campañas electorales y explorar
el uso del miedo como estrategia para atraer votantes.
Es decir, la investigación pudo probar que han sido reactivadas ciertas prácticas que
debieran estar superadas como la inequidad en el acceso de los partidos a la televisión.
Pero también evidenció que el uso de pánicos morales como instrumentos de campaña
han transformado la forma convencional de hacer política electoral en México y han
condicionado la actuación de las instituciones, los partidos y los electores.
Desde esta perspectiva, la investigación da algunas pistas sobre cómo se distorsionó
el proceso electoral de 2006, cuando las campañas políticas perdieron su razón de ser.
También, reveló el efecto de las campañas negativas y la inequidad en el acceso a los
medios ayudaron a deteriorar la autoridad de las instituciones electorales, al poner en
entredicho una de sus principales funciones: en su papel de árbitro y como promotor de
cultura cívica. Asimismo, la investigación esboza algunas de las razones que
contribuyen a crear un ambiente propicio para las manifestaciones políticas no
convencionales.
71
La investigación se desplegó a partir de los 16 spots que fueron retirados del aire
por las autoridades electorales por considerarse que violaban la normatividad electoral.
No obstante, fue evidente que los primeros spots negativos en salir al público durante la
contienda tuvieron un mayor impacto y nivel de recordación entre los votantes.
También fue posible conocer que, pese a que la difusión posterior de los spots fue
legalmente prohibida, el efecto de éstos en el proceso electoral fue irreversible. Si bien
los votantes ignoraban en gran medida la autoría de éstos, su contenido era bien
conocido por la mayoría. En consecuencia, hubo un impacto significativo en la imagen
y popularidad del candidato “atacado”.
Para demostrarlo, se presentó la manera en como evolucionó la imagen del
candidato de la CBPT (el candidato objeto de los primeros spots negativos) en el
imaginario de las clases medias durante el proceso electoral. Se tomaron las encuestas
de opinión pública realizadas a lo largo de la campaña por un mismo periódico
(Reforma) y se evidenció el impacto de los spots negativos sobre la percepción de los
encuestados. Resultó sorprendente constatar el cambio tan brusco de la opinión pública
sobre un mismo candidato en un periodo relativamente breve (15 días) en temas
relacionados con la economía, honestidad, conflictos sociales, tolerancia y respeto a las
instituciones.
También pudo constatarse el impacto de la campaña negativa en la evolución de los
partidos políticos autodenominados de izquierda durante el proceso electoral. En todas
las gráficas presentadas en la investigación pudo observarse lo siguiente: por un lado,
que es después de los spots negativos difundidos en marzo cuando desciende la
popularidad del candidato puntero; por el otro, que el impacto de la campaña negativa
afectó de manera más significativa a la denominada izquierda electoral y su candidato,
pues le hizo perder cerca de diez puntos porcentuales en la aceptación de los electores.
72
La investigación sirvió además para sustentar la idea de que si bien las campañas
electorales suponen el debate de ideas que pueden contribuir a la competencia política,
el uso de la campaña negativa influyó para que ciertos votantes abandonaran la
contienda, lo que va en contra de los principios sobre los que se fundan mecanismos de
control que regulan los procesos electorales en el país. Este proyecto puso en evidencia
que el despliegue de spots negativos contribuyó significativamente a la desmovilización
de votantes, a la creación de una atmósfera crispada propicia para las manifestaciones
políticas no convencionales, y a la reactivación de la desconfianza frente a las
instituciones y procedimientos institucionales que encausan la normalización de la lucha
por el poder político. Ejemplo de ello fue que 4 millones de votantes decidieron
abandonar la elección y 13 por ciento de los encuestados pensó en la posibilidad de
participar en un movimiento armado contra el gobierno durante el periodo poselectoral.
Y todavía hoy, más de un 40 por ciento de la población está convencido de que hubo
“fraude” y sólo un cincuenta por ciento cree que el presidente electo fue legal y
legítimamente el ganador de la contienda.
Sobre el tema del acceso de los partidos a los medios de comunicación fue evidente
la inequidad sigue existiendo como una práctica sostenida en el país, al menos durante
procesos electorales. La investigación mostró que la cobertura televisiva en contextos
electorales tiende a dar mayor espacio al partido que ocupa la gubernatura. Es decir, las
televisoras participan activamente en la definición del poder político y otorgan un trato
privilegiado a ciertos partidos políticos, principalmente aquellos que se encuentran en el
poder, no en la oposición.
En 19 entidades federativas el partido en el gobierno recibió el mayor tiempo en la
cobertura de los medios. Además, algo interesante de resaltar es que en dos terceras
73
partes de las entidades (22, para ser exactos) la cobertura informativa fue mayor para los
candidatos priistas.
Sobre la valoración del tiempo, en general, la APM acumuló 31.3% del tiempo
considerado como positivo; el PAN sumó 20.6%; y la coalición PBT 18.4%. Y sobre la
valoración del tiempo y su relación con el poder, se constató que dos terceras partes del
tiempo positivo corresponden a entidades gobernadas por el Partido Revolucionario
Institucional (PRI). Así, puede afirmarse que se reafirma la hipótesis de que en dos de
cada tres estados la televisión dio mayor y mejor espacio al partido que ocupa la
gubernatura.
A diferencia de lo que ocurrió con la Alianza Por México (APM), que tuvo el mayor
tiempo calificado como positivo, la coalición Por el Bien de Todos (PBT) tuvo la mayor
cantidad de tiempo en que se encontraron menciones negativas. Así, la coalición PBT
recibe el valor más alto en casi la mitad de las entidades del país (14).
Finalmente, un hallazgo importante tiene que ver con la influencia de las campañas
negativas y la equidad del proceso. El tiempo negativo dedicado a los partidos políticos
durante el proceso electoral varió significativamente ante la aparición de los primeros
spots negativos. En particular, el tiempo valorado negativamente sobre la CPBT
aumentó 3 veces.
Es posible que algunos puntos del proyecto requieran una exploración más
profunda, para alcanzar a conocer sus implicaciones a largo plazo o para matizar el
contenido de los hallazgos; o bien, que algunos resultados deban ser analizados por
separado, para verificar importancia o sus límites. También es cierto que quizá algunos
argumentos deban ser abordados desde otro punto de vista, sobre otras bases
metodológicas y a la luz de otro marco teórico.
74
Sin embargo, puede decirse que esta investigación, dentro de límites presupuestales
y temporales que constriñen a agrupaciones como Proupuesta Cívica, ha logrado
cumplir satisfactoriamente con su encomienda. Si bien hace falta profundizar en algunos
contenidos del proyecto, éste da algunas claves para entender la complejidad del
proceso electoral de 2006; y, por tanto, servirá como modelo para ejercicios
intelectuales que se realicen en el futuro.
9. Soluciones y propuestas al problema planteado
La prioridad de proyectos como éste no es el de brindar “soluciones” a los “problemas
encontrados”, sino el de realizar un análisis de ciertos fenómenos que pueden
considerarse importantes para la calidad de la democracia.
La búsqueda de “soluciones”, en todo caso, es responsabilidad de las autoridades
que en la materia están facultadas para ello y que, en principio, reciben recursos
públicos para vigilar que estos “problemas” no ocurran o para controlarlos. De cualquier
manera, a continuación, Propuesta Cívica esboza una serie de propuestas que pueden
contribuir a resolver algunas de las insuficiencias en los mecanismos que controlan la
relación entre los partidos políticos y la televisión.
Antes de continuar, sin embargo, es necesario hacer cuatro aclaraciones.
Primero, que estas propuestas hacen eco de aquellas que durante el periodo electoral y
poselectoral fueron planteadas por algunas organizaciones civiles especializadas en
procesos electorales. Segundo, dado que esta investigación se realizó antes de que se
llevara a cabo la reforma constitucional de noviembre de 2007 y la nueva legislación
electoral aprobada en diciembre del mismo año; algunas de las propuestas han sido ya
contempladas por éstas. Sin embargo, este estudio sirve en todo caso para repensar la
75
conveniencia de las medidas adoptadas y los mecanismos que pueden seguirse para su
implementación o regulación en normas secundarias. Tercero, aquí sólo se presenta un
listado breve de propuestas que no pretende ser exclusivo ni exhaustivo. Finalmente,
algunas de estas propuestas ya están contempladas en la legislación actual, pero
simplemente no se cumplen. Los partidos y los medios han aprendido a darle la vuelta a
algunas de las normas que los regulan. De ahí la importancia de resaltarlas.
La ley prohíbe las diatribas y calumnias entre partidos y candidatos. Por ende, el
IFE debe reglamentar claramente su proceso de sanción. La exposición del ciudadano a
estas prácticas no necesariamente lo conducen a elegir con libertad entre diferentes
plataformas políticas. Además, deben establecerse reglas claras en torno a la
propaganda electoral que los partidos políticos difunden en los medios de comunicación
y en particular en radio y televisión, con el fin de evitar que las contiendas electorales se
vuelvan agresivas, ofensivas y calumniosas.
Para que el voto sea verdaderamente libre, la información de las campañas
electorales debe ser veraz, completa, objetiva e imparcial.
A la luz de lo aquí descrito nos pareció particularmente acertada la prohibición
de compra de tiempo-aire por los partidos. Es positivo que el tiempo público –cuya
equidad debe garantizarse—debe servir para difundir las plataformas electorales. En ese
mismo sentido estaría que el IFE sea a partir de ahora la única instancia facultada para
contratar tiempos comerciales en radio y televisión, con la finalidad de mantener un
control más estricto sobre los recursos públicos que se destinan a estos rubros.
Es igualmente saludable la prohibición de que grupos privados y otros actores no
electorales intervengan en el proceso electoral contratando espacios en medios masivos
de comunicación con un claro contenido político, rompiendo la equidad de la contienda,
al realizar tareas de promoción del voto.
76
Por otro lado, es posible que ahora la inequidad se traslada a la compra
subrepticia de los contenidos de los noticieros. En ese terreno, El IFE debe asegurarse
de que los monitoreos tomen en cuenta esta posibilidad. En este terreno, el IFE debería
privilegiar la participación de organizaciones de la sociedad civil en el monitoreo de la
información electoral difundida por los medios de comunicación.
Un aspecto que no fue incluido en las reformas es una reducción sustancial del
presupuesto público asignado a los partidos políticos. ¿A qué rubros dedicarán lo que
antes gastaban en medios de comunicación? Esto último conduce a uno de los grandes
pendientes de las reformas electorales que quedaron claramente marcados en esta
investigación: el exceso de recursos recibidos por los partidos. Pero eso corresponderá
a otras investigaciones.
77
ANEXO 1
Número de menciones de partidos y coaliciones en televisión durante el proceso
electoral federal 2006
El informe del IFE se indica que hubo un total de 208 mil 649 menciones de los partidos
y coaliciones en contienda, información sobre el proceso electoral federal, así como
notas en las cuales se trataron dos o más partidos, que se agrupó en un rubro
denominado “varios”. De este universo, 52 mil 681 menciones (25%) correspondieron a
la televisión.85 De acuerdo con estos datos, los porcentajes con relación a las menciones
totales en todos los noticiarios de televisión en el periodo analizado son: Coalición
Alianza por México (APM), 23%; Coalición Por el Bien de Todos (PBT), 22%; Partido
Acción Nacional (PAN), 19%; los partidos Nueva Alianza (NA) y Alternativa
Socialdemócráta y Campesina (ASDyC), 4% cada uno; varios partidos, 10%, y notas
sobre el proceso electoral federal, 18%.86
En principio, puede considerarse que esta cobertura fue equitativa debido a que
no hubo una diferencia significativa entre las tres principales fuerzas, PAN, y las
coaliciones Alianza por México (APM) y Alianza por el Bien de Todos (PBT). Empero,
las actividades de los partidos Nueva Alianza (NA) y Alternativa Socialdemócrata y
Campesina (ASDyC) no fueron abordadas en la misma proporción. Estos partidos
recibieron una cobertura, al menos, cinco veces menor que la recibida por el PAN, APM
y PBT.
Gráfica 1
Menciones totales dedicadas a los partidos políticos o coaliciones y al proceso electoral federal en televisión, 2006 (19 de enero-28 de junio)
85 Instituto Federal Electoral. Elecciones federales 2006. Equidad y transparencia en la contienda electoral, op. cit., p. 76. 86 Ibid., p. 77.
78
Fuente: IFE. Monitoreo Cobertura Campañas Electorales Federales que brindan los espacios noticiosos y otros programas de radio y televisión. http://www.ife.org.mx/portal/site/ife/menuitem.52500ee3b4b6fa8f2b2e8170241000a0/?vgnextoid=7297c787ce84b010VgnVCM1000002c01000aRCRD. Consultado el 26 de noviembre de 2007. Tiempo total en televisión otorgado a partidos y coaliciones en las elecciones
federales de 2006
El IFE informa que durante las campañas electorales, en todos los noticiarios
monitoreados en el país hubo un total de 22 millones 120 mil 455 segundos (6 mil 145
horas), y que 20% del total del tiempo correspondió a la televisión.87 Los 4 millones
327 mil 840 segundos de tiempo monitoreados en televisión, entre el 19 de enero y 28
de junio de 2006, se distribuyeron de la siguiente manera: APM, 25.4%; PBT, 20.3%;
PAN, 19.3%; ASDyC, 2.7%; NA, 2.5%; varios partidos y coaliciones y proceso
electoral federal, 14.9%, cada uno.88
Hay una ligera modificación en la tendencia observada en la variable sobre el
número de menciones acerca de los partidos políticos en la televisión. En el caso de los
87 Ibid., p. 79. 88 Cálculo de los autores a partir de consultar la página del IFE. Monitoreo Cobertura Campañas Electorales Federales que brindan los espacios noticiosos y otros programas de radio y televisión. http://www.ife.org.mx/portal/site/ife/menuitem.52500ee3b4b6fa8f2b2e8170241000a0/?vgnextoid=7297c787ce84b010VgnVCM1000002c01000aRCRD. Consultado 26 de noviembre de 2007.
79
tres principales partidos, APM aumenta su participación, mientras que la alianza PBT
disminuye la suya y el PAN mantiene su porcentaje. Asimismo, aumenta la brecha que
separa a NA y ASDyC de la coalición que recibió más tiempo. Así, la diferencia en la
cobertura de APM respecto a ASDyC y NA, se incrementó aún más: la APM recibió
hasta 10 veces más cobertura que el Partido Nueva Alianza y ASDyC, nueve veces.89
Gráfica 2 Tiempo total dedicado a los partidos políticos o coaliciones en el proceso electoral federal
en televisión, 2006 (19 de enero-28 de junio)
Fuente: IFE. Monitoreo Cobertura Campañas Electorales Federales que brindan los espacios noticiosos y otros programas de radio y televisión. http://www.ife.org.mx/portal/site/ife/menuitem.52500ee3b4b6fa8f2b2e8170241000a0/?vgnextoid=7297c787ce84b010VgnVCM1000002c01000aRCRD. Consultado el 26 de noviembre de 2007.
Análisis adicional sobre el cuadro 1
Como se observa, el Distrito Federal fue la entidad que mayor tiempo aportó a todos los
partidos debido a que uno de cada cuatro segundos fue monitoreado en medios
89 Inclusive, antes de continuar, debe considerarse que las cifras de cada partido y coalición podrían ser diferentes, si fuera posible conocer la proporción que a cada partido o coalición le corresponde en la categoría “varios”, que representa la sexta parte del tiempo total.
80
televisivos del Distrito Federal; en este sentido, le siguen Nuevo León, Tabasco,
Hidalgo y Durango.
Las entidades en donde la APM logró mayor tiempo de cobertura fueron el Distrito
Federal, Hidalgo, Durango y Tabasco. La coalición PBT destacó en el Distrito Federal,
Tabasco y Nuevo León. El PAN tuvo los tiempos más altos de cobertura en el Distrito
Federal, Colima y Tabasco. En el caso de Nueva Alianza, las entidades en que recibió
mayor tiempo fueron Baja California, Tabasco y Nuevo León. ASDyC recibió más
atención también en Tabasco, Nuevo León y Jalisco.
Análisis adicional sobre el cuadro 2
Llama la atención que en Baja California Sur, una entidad gobernada por el PRD, la
coalición Alianza por México sumó 57.4% del tiempo total de la cobertura, quedando la
coalición Por el Bien de Todos (liderada por el PRD) con sólo 13.4%, y el PAN, 7.4%.
En cambio, en ocho entidades la diferencia entre el primer y tercer lugar fue menor a 5.5
puntos porcentuales; Jalisco fue la entidad con virtual empate entre APM, PAN y PBT;
otras entidades con diferencia menor a la media nacional fueron (en orden ascendente)
México, Aguascalientes, Baja California, Zacatecas, Nuevo León, Querétaro y
Veracruz.
Análisis adicional sobre el cuadro 3
En 13 entidades un partido diferente al que ocupaba la gubernatura recibió mayor
tiempo en la cobertura informativa. Hubo seis entidades gobernadas por el PAN en las
que éste no obtuvo el mayor tiempo en los medios: en San Luis Potosí, Jalisco,
Querétaro, Baja California y Yucatán la APM recibió más cobertura; y la coalición PBT
recibió más tiempo que el PAN en Morelos. En cuatro entidades con gobiernos
81
perredistas, la PBT no obtuvo la mayor atención mediática: en Guerrero, Chiapas y Baja
California Sur la cobertura mayor fue para la APM, y en Zacatecas para el PAN. En
contraste, la APM tuvo la mejor cobertura en la mayoría de los estados que gobernaba,
excepto Nuevo León, México y Sinaloa; en los dos primeros, la coalición PBT tuvo el
mayor tiempo, y el PAN en el tercero.
Además, debe resaltarse que, si bien los tres partidos en el poder estatal en México se
vieron beneficiados por la inequidad, las diferencias en el desequilibrio entre cada grupo
son notables. Al calcular la diferencia en puntos porcentuales que existe entre el primer
y el tercer lugares, se destaca que la diferencia en favor del PRI en las entidades que
gobernaba casi duplicó la media nacional de 5.5 puntos porcentuales; en las entidades
gobernadas por el PRD y PAN la cobertura les favoreció, pero el desequilibrio fue
menor, pues en ningún caso superó la media nacional.
Análisis adicional sobre el cuadro 4
De este modo, puede conocerse que 44.8 por ciento del tiempo total se observó en
aquellas entidades dirigidas por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), en donde
se registraron dos millones 58 mil 390 segundos. En las entidades que en 2006 cuyos
gobiernos eran perredistas acumularon 32.3% del total, lo que representa un millón 487
mil 47 segundos. Las entidades con gobiernos del Partido Acción Nacional tuvieron
22.9% del tiempo restante, esto es, un millón 51 mil 573 segundos. En suma, puede
probarse que la cobertura televisiva en contextos electorales tiende a dar mayor espacio
al partido que ocupa la gubernatura
Además, debe resaltarse que, si bien los tres partidos en el poder estatal en México se
vieron beneficiados por la inequidad, las diferencias en el desequilibrio entre cada grupo
son notables. Al calcular la diferencia en puntos porcentuales que existe entre el primer
82
y el tercer lugares, se destaca que la diferencia en favor del PRI en las entidades que
gobernaba casi duplicó la media nacional de 5.5 puntos porcentuales; en las entidades
gobernadas por el PRD y PAN la cobertura les favoreció, pero el desequilibrio fue
menor, pues en ningún caso superó la media nacional.
Diferencia entre el primer y tercer lugares en la cobertura informativa dedicada a partidos y coaliciones en el proceso electoral federal de 2006 en televisión, según entidad
federativa gobernada por PRI, PAN y PRD (porcentajes)
Partido PAN APM PBT NA ASDyC Varios PEF Porcentaje Total
Diferencia entre
1° y 3° lugares
PRI 18.3 30.6 17.3 1.9 2.1 13.4 16.5 100.0 13.3 PAN 20.4 19.4 19.0 2.7 2.7 14.4 21.4 100.0 1.4 PRD 18.4 19.2 23.4 3.0 3.1 17.8 15.1 100.0 5.0
Nota: El color rosa indica aquellas entidades en las cuales la diferencia entre el primero y tercer lugares es mayor a 12 puntos porcentuales (el doble de la media nacional de 5.5 puntos porcentuales); el color azul claro (turquesa) indica las entidades en que la diferencia entre el primero y segundo lugares fue menor a la media nacional. Fuente: Elaboración propia a partir de los datos contenidos en la pagina del IFE Monitoreo Cobertura Campañas Electorales Federales que brindan los espacios noticiosos y otros programas de radio y televisión. http://www.ife.org.mx/portal/site/ife/menuitem.52500ee3b4b6fa8f2b2e8170241000a0/?vgnextoid=7297c787ce84b010VgnVCM1000002c01000aRCRD. Consultado el 26 de noviembre de 2007. Valoración de la cobertura informativa en televisión
En términos de tiempo medido en segundos, se observa la proporción entre estos tres
tipos de valoración de una nota informativa.
Gráfica 3 Tiempo total en segundos por tipo de valoración de partidos y coaliciones y al proceso
federal electoral de 2006 en televisión (19 de enero al 28 de junio)
83
Fuente: IFE. Monitoreo Cobertura Campañas Electorales Federales que brindan los espacios noticiosos y otros programas de radio y televisión. http://www.ife.org.mx/portal/site/ife/menuitem.52500ee3b4b6fa8f2b2e8170241000a0/?vgnextoid=7297c787ce84b010VgnVCM1000002c01000aRCRD. Consultado el 28 de noviembre de 2007.
Pareciera que es poco relevante el tiempo valorado positiva o negativamente (sólo
3.6% del total de los 2 millones 999 mil 456 segundos valorados hasta el 28 de junio).
Sin embargo, un análisis detallado sobre el tiempo sujeto a valoración aportará nuevos
elementos de interpretación. Para ello, se ha recurrido nuevamente a información hecha
pública por el IFE sobre los resultados de la cobertura a informativos durante el proceso
federal electoral de 2006.
Análisis adicional sobre el cuadro 5 Nuevamente, el Distrito Federal fue la entidad que mayor tiempo de cobertura positiva
aportó a todos los partidos debido a que casi uno de cada cinco segundos fue
monitoreado en medios televisivos del Distrito Federal. Otras entidades con un peso
visible en el monitoreo fueron Hidalgo, Nuevo León y San Luis Potosí, en las cuales se
concentró un minuto de cada tres considerado positivo. Así, en estas entidades se
concentra la mitad del tiempo identificado como positivo.
84
Las entidades en donde la APM tuvo mayor tiempo de cobertura positiva fueron
Hidalgo Tabasco, Baja California Sur y Sonora. La coalición PBT obtuvo la mayor
cantidad de cobertura positiva en el Distrito Federal y San Luis Potosí. Finalmente, el
PAN tuvo los tiempos más altos de cobertura positiva en el Distrito Federal, Nuevo
León y Campeche. Llama la atención que ASDyC y Nueva Alianza obtuvieron mayor
tiempo positivo en Morelos y Chiapas, respectivamente.
Análisis adicional sobre el cuadro 8 Existen, además, diferencias en el desequilibrio entre cada grupo de entidades
gobernadas por PRI, PAN y PRD (esto es, hay grados de inequidad). Si se calcula la
diferencia del tiempo valorado positivamente en puntos porcentuales que existe entre el
primer y el tercer lugares por grupos de entidades gobernadas por cada partido, se
destaca que en aquellas gobernadas por el PRD hubo un mayor desequilibrio
informativo, desequilibrio que, paradójicamente, fue en su contra: casi cuadruplicó la
media nacional de 12.9 puntos porcentuales; al contrario, en las entidades gobernadas
por el PAN la cobertura positiva favoreció al PRD. Finalmente, en las entidades
gobernadas por el PRI, el desequilibrio de tiempo con valoración positiva fue de menor
proporción, pues no superó la media nacional.
Diferencia entre el primer y tercer lugares en la cobertura positiva dedicada a partidos y coaliciones en el proceso electoral federal de 2006 en televisión, según entidad federativa
gobernada por PRI, PAN y PRD (porcentajes)
Partido PAN APM PBT NA ASDyC Varios PEF Total Diferencia entre 1° y 3° lugares
PRI 20.3 24.7 19.7 10.6 13.9 0.0 10.8 100.0 5.0 PAN 10.8 27.4 27.6 0.0 3.7 0.0 30.6 100.0 16.8 PRD 27.2 54.5 9.0 1.6 1.4 0.0 6.4 100.0 45.5
Nota: El color amarillo claro corresponde a los partidos y coaliciones que obtuvieron la mayor cobertura, mientras que el color verde claro, aquellos que ocuparon el tercer lugar. Asimismo, el color naranja señala aquellas entidades en las cuales la diferencia entre el primero y tercer lugares es mayor a 25 puntos porcentuales (el doble de la media nacional de 12.9 puntos porcentuales); el color agua indica la entidad en que la diferencia entre el primero y tercer lugares fue menor a la media nacional. Fuente: Elaboración propia a partir de los datos contenidos en la pagina del IFE Monitoreo Cobertura Campañas Electorales Federales que brindan los espacios noticiosos y otros programas de radio y
85
televisión. http://www.ife.org.mx/portal/site/ife/menuitem.52500ee3b4b6fa8f2b2e8170241000a0/?vgnextoid=7297c787ce84b010VgnVCM1000002c01000aRCRD. Consultado el 28 de noviembre de 2007. Análisis adicional sobre el cuadro 9
El Distrito Federal fue la entidad en la que se acumuló casi un 29% de las menciones
negativas; otras entidades en las cuales hubo una cantidad considerable de tiempo
negativo en 2006 fueron San Luis Potosí, Nuevo León e Hidalgo.
Para los tres grandes partidos y coaliciones, el Distrito Federal se caracterizó por ser
el lugar en que se dedicó mayor tiempo a cobertura negativa. Las entidades en que la
APM tuvo mayor tiempo negativo fueron San Luis Potosí y Nuevo León. El PAN
padeció cobertura negativa en Tabasco y Sonora, principalmente. La coalición PBT
tuvo un amplio trato de este tipo en Hidalgo, Nuevo León, Tabasco, México Sonora,
Durango, Zacatecas, Querétaro, Puebla, Guanajuato y San Luis Potosí.
Llama la atención que, según la información del IFE, en cuatro entidades no hubo ni
un solo segundo valorado en sentido negativo: Chiapas, Sinaloa, Baja California Sur y
Tlaxcala.
Análisis adicional sobre el cuadro 10
Once entidades quedaron arriba del doble de la media nacional. Por otro lado, sólo siete
entidades quedaron por debajo la media: Yucatán, San Luis Potosí, Veracruz, Sonora,
Chihuahua, Nayarit y Nuevo León. En Quintana Roo, Colima, Sinaloa, Baja California
Sur y Tlaxcala no hubo tiempo alguno con valoración negativa.
Análisis adicional sobre el cuadro 12
86
En el siguiente cuadro se calcula la diferencia de tiempo valorado negativamente en
puntos porcentuales que existe entre el primer y el tercer lugares por grupos de
entidades gobernadas por el PRI, PAN y PRD. De ahí se desprende que no hubo un
mayor desequilibrio informativo, y que la diferencia estuvo por debajo del promedio
nacional en las entidades gobernadas por el PRI (20.6%).
Diferencia entre el primer y tercer lugares en la cobertura negativa dedicada a partidos y coaliciones en el proceso electoral federal de 2006 en televisión, según entidad federativa
gobernada por PRI, PAN y PRD (porcentaje)
Partido PAN APM PBT NA ASDyC Varios PEF Total Diferencia entre 1° y 3° lugares
PRI 18.7 18.0 33.7 0.9 0.0 0.0 28.7 100.0 15.7 PAN 11.2 20.3 40.3 5.6 4.3 0.0 18.3 100.0 29.1 PRD 14.5 29.2 39.3 2.3 2.2 0.2 12.2 100.0 24.8
Nota: El color amarillo claro corresponde a los partidos y coaliciones que obtuvieron la mayor cobertura negativa, mientras que el color verde claro, aquellos que ocuparon el tercer lugar. Asimismo, el color lima representa a las entidades en que la diferencia entre el primero y tercer lugares fue menor a la media nacional. Fuente: Elaboración propia a partir de los datos contenidos en la pagina del IFE Monitoreo Cobertura Campañas Electorales Federales que brindan los espacios noticiosos y otros programas de radio y televisión. http://www.ife.org.mx/portal/site/ife/menuitem.52500ee3b4b6fa8f2b2e8170241000a0/?vgnextoid=7297c787ce84b010VgnVCM1000002c01000aRCRD. Consultado el 28 de noviembre de 2007.
87
ANEXO 2: Análisis cualitativo La última parte del desarrollo de esta investigación consiste en la realización de un
análisis de contenido de los anuncios proselitistas que no respetaron los términos
establecidos en la legislación electoral de abstenerse de difamar a otros candidatos.
De manera esquemática, puede decirse que el análisis de contenido se interesa
por examinar aquellos aspectos del mensaje que proporcionan al receptor de un
conocimiento de hechos, sucesos o fenómenos que no fueron directamente observados
por la persona: esto es, se interesa por las comunicaciones simbólicas o “vicarias” que
subyacen en ellos. La esencia de esta metodología radica en que el analista sólo conoce
una parte del fenómeno que le interesa interpretar y, a partir de las referencias
percibidas, deberá interpretar y darle sentido.
Es decir, el objeto del análisis de contenido es la investigación del significado
simbólico o “vicario” de los mensajes. La naturaleza de los mensajes y las
comunicaciones simbólicas radica en que “tratan, en general, de fenómenos distintos de
aquellos que son directamente observados” (cursivas en el original).90 Este carácter de
los fenómenos simbólicos es lo que hace que el receptor deba formular inferencias a
partir de los datos proporciona el medio empírico en el cual se encuentra. Ahora bien,
las inferencias o elucidaciones (declaraciones o explicaciones) realizadas, solamente
tienen un significado dentro del contexto de la realidad que los hacen pertinentes.
Existen varios mecanismos lógicos empleados para relacionar los datos con su
contexto.91 Esta investigación se centró sólo en uno de ellos: el que usa la variable de
índices y síntomas. Un índice (o síntoma) es un indicio o correlato de que sucede un
90 Klaus Krippendorff, Metodología de análisis de contenido: teoría y práctica, Barcelona, Paidós, 1990, p. 31. 91 Las formas de inferencia, según Krippendroff son: sistemas; normas; índices y síntomas; representaciones lingüisticas; comunicaciones y, finalmente, procesos institucionales. (Krippendorff, ibid., pp. 47-48).
88
fenómeno, que se cree está causalmente relacionado con el suceso que se quiere
interpretar. Desde esta óptica, el instrumento de análisis a ser aplicado conduce al
siguiente procedimiento: a) definir los símbolos, ideas y temas al interior de los
promocionales seleccionados; b) establecer qué tipo de atributos (favorables o
desfavorables) son aplicados a esos indicadores identificados; c) precisar las
asociaciones o calificaciones manifestadas en los promocionales respecto a los
indicadores analizados.
La idea es explorar cómo en esta campaña se partió de la identificación de
ciertos “problemas” y las “estrategias” expuestas para “resolverlos”. El objetivo es
analizar cómo se exageraron ciertos problemas (desempleo y inestabilidad económica),
pero también cómo se planteó su “solución”, mediante una agenda supuestamente
correcta (estabilidad, continuidad, justicia). En tales mensajes puede observarse la
existencia de un enemigo (López Obrador, Calderón, el populismo o la derecha), una
víctima (ahorradores, las familias, la clase media, los pobres o los mexicanos), y las
consecuencias por no actuar a tiempo para evitar el triunfo de una opción inconveniente
(crisis, dictadura, autoritarismo, pauperización).
Por lo anterior, se han seleccionado algunos de los spots que contribuyeron a
crear un ambiente de miedo durante el proceso electoral de 2006. El punto de partida lo
constituyen aquellos promocionales que fueron considerados negativos por los partidos.
El IFE informó que su Consejo General, junto con la Junta General Ejecutiva, sustanció
y resolvió 22 procedimientos especializados y un incidente de inejecución que llevaron
a retirar del aire alrededor de 20 spots que violaban las normas de la contienda
electoral.92 La coalición PBT presentó 14 procedimientos especializados, de los cuales
el IFE estimó fundados ocho. El TEPJF, sin embargo, modificó a favor de la misma
92 IFE, Informe sobre los procedimientos especializados en materia de spots de campañas electorales durante el proceso electoral 2005-2006, op. cit.
89
coalición cuatro de ellos. EL PAN presentó nueve escritos de demanda, de los cuales
siete fueron declarados fundados por el IFE. Finalmente, la coalición APM presentó
cinco procedimientos especializados, en los que el IFE le dio la razón en dos casos. Así,
de los 29 spots presentados ante el IFE por los partidos, 23 se consideraron violatorios
de las normas de la contienda electoral.
Dado que esta investigación se interesa por la campaña presidencial y la
televisión, se excluyeron aquellos spots que estaban enfocados en los candidatos a otros
puestos (como los senadores), 93 así como aquellos que denunciaban propaganda
electoral en otro tipo de programas o en internet. A partir de los anteriores criterios, el
número de spots susceptibles de ser analizados es de 20, y se distribuyen de la siguiente
manera: 13 promocionales fueron difundidos por el PAN; cinco son de la PBT; y dos
corresponden a la autoría del PRI.
Es necesario considerar que hubo otros spots difundidos por televisión durante
las campañas, pero no todos fueron presentados por los partidos políticos ante las
autoridades electorales. Además, de aquellos que sí fueron explorados por las
autoridades electorales, no todos fueron considerados violatorios de la normatividad en
la materia. En realidad, de los 20 promocionales seleccionados, sólo 16 fueron
sancionados por la autoridad electoral (IFE o TEPJF).
La siguiente es la relación de los spots que fueron analizados. Entre paréntesis se
indica si fueron o no considerados violatorios de la legislación por la autoridad
electoral.
APM vs. PBT 1) “¿Por qué trabajas con Bejarano, el de las ligas...?” (No-IFE) 93 Por ejemplo, se dejaron fuera promocionales negativos en contra de candidatos al Senado como Fernando Castro Trento, candidato del PRI por Baja California, de Melquíades Morales y Mario Montero, candidatos del PRI por Puebla o de Arturo Núñez, candidato por la PBT, entre otros.
90
2) “Mentir es un hábito para ti” (Sí-TEPJF) PAN vs. PBT 3) “Hugo Chávez” (Sí-TEPJF) 4) “Los ladrillos” (Sí-TEPJF) 5) “Obrador permitió estos delitos” / Elenita (Sí-IFE) 6) “Maletas de dinero” / “Ya salió el peine” (Sí-TEPJF) 7) ‘El Verdadero Mensaje a la Nación de AMLO’ (Sí-IFE) 8) ‘López Obrador miente nuevamente sobre el IVA’ (No-IFE) 9) López Obrador miente (único cargo de Calderón en Energía) (No-IFE) 10) Lopez Obrador miente (Calderón niega acusaciones cuñado en debate) (Sí-IFE) 11) La estrategia del avestruz (No-IFE) 12) ‘López Obrador te miente’- “Las tres cajas” (Sí-IFE) 13) López Obrador miente- Los diputados del PAN salvaron tus ahorros (Sí-IFE) 14) “No votes por una nueva crisis” (Sí-IFE) 15) Linchamiento (Sí-IFE) PBT vs. PAN 16) “Con tus manos sucias…firmaste el Fobaproa” / Fobaproa 1 (Sí-IFE) 17) “Calderón es muy mentiroso”/ Fobaproa 2 (Sí-IFE) 18) “Se robaron el dinero y siguen en la impunidad / Informativa 9” (Sí-IFE) 19) Flujogramas (Sí-IFE) 20) “El cuñado lo puso en evidencia” / Informativa 13 (Sí-IFE)
En primer lugar, se definen los símbolos, ideas y temas al interior de los
promocionales seleccionados, con el fin de conocer medida de importancia, atención o
énfasis que se quiso transmitir a los electores de los dos principales candidatos en las
elecciones federales de 2006: Andrés Manuel López Obrador, candidato de la coalición
PBT, y Felipe Calderón Hinojosa, candidato del PAN. Posteriormente, se dedica a cada
candidato un apartado particular en el cual se realiza un análisis de contenido de los
promocionales que consideramos contribuyeron a la inequidad en el proceso electoral.
a) Las ideas, valores y símbolos que se manejan en torno de Felipe Calderón son las
siguientes:
91
• Complicidad: “Calderón, cómplice del PRI” (16). “Calderón, con tus manos sucias firmaste junto al PRI el fraude más grande de la historia: el Fobaproa” (16 y 17).
• Corrupción: “Se comprueba que siendo presidente del PAN era también
abogado defensor de Inverlat” (18); “Estas son las triangulaciones de los Zavala que iniciaron el sexenio como empresa familiar de provincia, que ha crecido al ritmo del avance político de Calderón, transformándose en un gran conglomerado con 18 empresas satélite y una compleja estructura que diluye impuestos de los múltiples contratos con el gobierno de los que se favorece” y “Mientras más ingresos tienen, menos impuestos pagan. ¡Qué suerte tienen los Zavala y qué mala suerte tienen los empresarios que no son parientes de Calderón!” (19).
• Culpable: Daño: más de un millón de empleos perdidos… y de trabajadores
despedidos sin piedad” (16), “Y no te importaron los más de un millón de trabajadores despedidos sin piedad” (17). “Calderón: Manos sucias, cero empleos” (18 y 20).
• Defensa: “Los diputados del PAN salvaron tus ahorros” (13).
• Desafío: “Verá usted, Felipe Calderón lo retó [a López Obrador] (12).
• Encubridor: Calderón “encubriste a los que nos robaron” (16) y “sigues
encubriendo a los culpables” (17).
• Engaño: “Nos traes el cuento del empleo cuando tienes cero en empleos creados” (16); Calderón, “Ciento veinte mil millones de dólares de deuda. Nos prometiste justicia” (17); “30 mil millones de dólares al Fobaproa y prometió: 'Hemos preparado una solución responsable e integral al problema de Fobaproa' " (18), y “Calderón afirma que nunca benefició a ningún pariente… Calderón lo trató de ocultar; el cuñado incómodo lo puso en evidencia” (20).
• Impunidad: “Se robaron el dinero y siguen en la impunidad” (18).
• Integridad: Felipe Calderón “jamás otorgó ningún contrato a algún pariente
suyo” (9).
• Mentira: “Calderón, eres muy mentiroso” (17).
• Verdad: “Lo que realmente propuso Felipe Calderón [en torno al IVA]…” (8); “Un notario público confirmó que efectivamente no se entregaba ningún documento firmado por el señor Felipe Calderón” (12).
En el análisis de la orientación y tendencia de las ideas asociadas al candidato del
PAN, se encuentra que en los promocionales se intentó dar gran importancia a aquellos
rasgos que lo descalificaran ante los electores. Para ello, se enfatizaron aspectos
92
negativos de su personalidad, su responsabilidad en el caso Fobaproa, y en la acusación
del enriquecimiento del hermano de su esposa.
En los promocionales que la coalición PBT lanzó al aire sobre el candidato del PAN
se encuentran los siguientes temas y símbolos empleados para calificarlo:
“complicidad”, “encubridor”, “impunidad”, “mentira”, pero sobre todo, “corrupción”
“culpable” y “engaño”. Los temas centrales que sirvieron de marco de estos atributos, se
basaron en el papel desempeñado por el candidato del PAN en el “caso Fobaproa” y en
los supuestos contratos que la familia de su esposa obtuvo indebidamente con el
gobierno federal.
En contraste con los promocionales del PAN en los que intenta evidenciar las
“manos limpias” de su candidato, la estrategia del PRD se basó en denunciar la
“complicidad” de Calderón, quien “con tus manos sucias” firmó “junto al PRI el fraude
más grande de la historia: el Fobaproa”. Así, este candidato se convirtió en “cómplice
del PRI”. Esta afirmación lleva a considerar al candidato del PAN como “culpable”
porque el Fobaproa significó la perdida de “más de un millón de empleos perdidos… y
de trabajadores despedidos sin piedad”, que “no te importaron”. En esta tónica, el
candidato del PAN también tenía el atributo del engaño pues frente al “cuento del
empleo… tienes cero en empleos creados”.
La “impunidad” (“se robaron el dinero y siguen en la impunidad”) y la “mentira”
“Calderón, eres muy mentiroso” fueron otro atributo aplicado al candidato del PAN.
Fue llamado “encubridor” debido a que “encubriste a los que nos robaron” y “sigues
encubriendo a los culpables”, no identificados por su nombre, pero representados por
tres hombres muy contentos que se felicitan por el Fobaproa. Además, se le culpó de
tratar de ocultar los beneficios que recibieron sus familiares, que fueron develados
cuando “el cuñado incómodo lo puso en evidencia”.
93
Así, el presunto enriquecimiento al amparo de Calderón fue el segundo gran tema de
la campaña negativa de la CPBT. Llama la atención que en este contexto aparece el
atributo “corrupción”, ya que en un spot se presentaron las supuestas pruebas de la
complicidad del candidato del PAN en el Fobaproa. Además, en el tema del vínculo del
candidato del PAN con la familia de su esposa, la CPBT insistió en develar las
supuestas “triangulaciones de los Zavala que iniciaron el sexenio como empresa
familiar de provincia, que ha crecido al ritmo del avance político de Calderón”. De
acuerdo con estos spots, estos familiares políticos de candidato del PAN “mientras más
ingresos tienen, menos impuestos pagan”. Así, en un afán de extender el agravio por lo
denunciado, afirman en uno de los spots “¡qué suerte tienen los Zavala y qué mala
suerte tienen los empresarios que no son parientes de Calderón!”.
Simultáneamente, en los spots que el PAN desplegó para atacar al candidato de la
CPBT, pueden observarse una serie de atributos positivos que fueron utilizados para
resaltar la imagen positiva de Calderón. Los atributos favorables mencionados fueron
“defensa”, “estabilidad”, integridad”, “paz”, “progreso”, y “verdad”.
Entre los atributos específicamente aplicados a Calderón están: la “integridad”
(“jamás otorgó ningún contrato a algún pariente suyo”), “desafío” (“verá usted, Felipe
Calderón lo retó” refiriéndose a López Obrador), “verdad” (ante las acusaciones de
López Obrador en torno al IVA, “lo que realmente propuso Felipe Calderón…”) y
“progreso” ( “Yo sé cómo [se logra el progreso]: con empleos y no con deudas; con
inversiones y no con crisis económicas”).
b) Ideas, valores y símbolos que se manejan en torno de la figura de López Obrador, su
candidatura y las consecuencias si ganara las elecciones:
94
• Burla: “Ahora resulta que los segundos pisos y las pensiones de López Obrador
‘se hicieron con buen gobierno, ahorro y honradez’ ” (5), “Ya salió el peine (pregunta destino de los “fajos de dólares de Bejarano)”, “¡Ja! Resulta que no hay videos… (AMLO: ‘es la época de los portafolios, nada más que no hay videos’)” (6) “¡Ah! Y se me acaba de ocurrir que nadie pague impuestos”, (7), “Complot, complot, complot…” (11).
• Cobardía: “Andrés Manuel, te niegas a debatir” (1); “La estrategia del
avestruz”, el spot íntegro, en particular, la idea “ante los problemas, López Obrador sencillamente se esconde” (11).
• Complicidad: “López Obrador permitió esos delitos” (de Bejarano y Ponce) (5);
“López Obrador no hizo nada (en la crisis económica de 1995)” y “López Obrador acepta la barbarie y que se rompa la ley (linchamientos), cuando afirma “la lección es con las tradiciones del pueblo, con sus creencias, vale no meterse…” (15).
• Crisis económica: “En el 95, México entró en su peor crisis” (13), “El culpable
de la crisis fue Salinas por la irresponsable política de endeudamiento que López Obrador pretende de nuevo implantar” (13); “López Portillo hizo la misma propuesta- El resultado fue la peor crisis económica. Carlos Salinas también propuso lo mismo. El resultado, la peor crisis económica en la historia de México. Hoy López Obrador las presenta como un nuevo modelo económico.” (14).
• Desconfianza: No es puede confiar en él (5 y 9). • Despilfarrador: “El despilfarro de López Obrador lo pagaríamos muy caro
todos los mexicanos” (7). • Endeudador: “Triplicó la deuda del DF” y “López, el endeudador” (4); “¿En
efectivo o en crédito? [propuestas de políticas de López Obrador]- No en deuda que pague el pueblo” (7); “López Obrador nomás (sic) sabe endeudarnos”.
• Engaño: ¿A quién quieren engañar?” (5); López Obrador te quiere ver la cara”
(8); “A López Obrador se le cayó el teatrito con esto de las acusaciones al cuñado de Felipe”, “Y llegaron muy valientes con tres cajas supuestamente llenas de evidencias, pero estaban prácticamente vacías. No tiene pruebas” (12), Hoy, López Obrador las presenta como un nuevo modelo económico [las políticas económicas de López Portillo y Salinas] (14).
• Incongruencia: Madrazo refiriéndose a López Obrador: “Tú has dicho que
tienen que actuar con rectitud, con honradez, no queremos políticos corruptos. ¿Por qué trabajas con Bejarano, el de las ligas, Ponce, el de Las Vegas, Imaz, el de las bolsas?” y “Dices una cosa y haces otra” (1), “Ahora resulta que de esos 10 debates que prometiste, sólo quieres tener uno” y “Cumplir no es tu fuerte” (2).
95
• Intolerancia: “Presidente Fox: No se meta conmigo caballero, porque sale espinado”, “Cállese ciudadano presidente” y “Cállate Chachalaca” (3).
• Mentira: Todas las siguientes afirmaciones se refieren a López Obrador:
Madrazo le dice: “Mentir es un hábito para ti y ya es tiempo que la gente lo sepa”. (2) “López Obrador miente” (8, 12 y 13) en IVA en alimentos y medicinas (8 y 10), Fobaproa y debate (10). “López Obrador miente con descaro a México”, “López Obrador es el candidato de la mentiras”, “su fuerza es mentir” (10), “Miente… Miente” (13).
• Miedo: “Si llega a presidente [López Obrador] nos va a endeudar más y más y
llegará un momento en que vendrá una crisis económica, devaluación, desempleo” (4); “No votes por otra crisis (generada por López Obrador si gana)”, (7 y 14); ¿Quieres otra crisis? (13); “Propuestas [de López Obrador] que endeudan, que provocan inflación y desempleo. Podrías perder la casa que compraste a crédito con tanto esfuerzo; podrías perder tu trabajo”; (14); “López Obrador, un peligro para México” (4, 5, 6 y 15).
Acerca de la orientación y tendencia de las ideas asociadas al candidato de la
coalición PBT, encontramos que se dio gran importancia y atención a aquellos rasgos
que lo descalificaban ante los electores, enfatizando aspectos negativos de su
personalidad, sino también de su gestión al frente del gobierno del Distrito Federal, así
como de las consecuencias que tendría para la vida cotidiana de los electores si votaban
en favor de su candidatura.
Uno de los puntos iniciales consistió en atacar y descalificar la personalidad de
López Obrador. Los promocionales analizados del PAN y el PRI se enfocaron en
solidificar una asociación de López Obrador con atributos como “cobardía”,
“complicidad”, “desconfianza”, “engaño”, “incongruencia” e “intolerancia”, pero sobre
todo con la “mentira”. Se puede observar que los spots negativos en contra del
candidato de la CPBT construyeron una imagen de un candidato en el cual no se podía
confiar. También se resaltó su supuesta incongruencia (pregona valores de honestidad,
pero funcionarios suyos estuvieron involucrados en ilícitos), e intolerancia (reflejo del
promocional en que es asociado al presidente Hugo Chávez y en el que se muestran sus
afirmaciones de “cállese ciudadano presidente” “cállate chachalaca”).
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La vinculación del candidato de la CPBT con la “mentira” fue uno de los aspectos
centrales de la campaña de desprestigio. La pauta puede haber sido establecida cuando
el PRI lo acusó de que “mentir es un hábito para ti y ya es tiempo que la gente lo sepa”.
Ello pudo haber llevado al PAN a insistir en varios promocionales en que el candidato
de la CPBT “miente con descaro”, “es el candidato de las mentiras”.
Asimismo, en otro nivel, fue descalificada la gestión del candidato de la CPBT al
frente del Gobierno del Distrito Federal. Este candidato fue presentado como
“despilfarrador”, “endeudador” y hasta cómplice de delitos cometidos por funcionarios
que laboraron en su administración. Están incluidas también las críticas por su actuación
en la toma de pozos petroleros en Tabasco a mediados de los años noventa y por sus
declaraciones en torno al linchamiento de agentes federales en Tláhuac.
En el mismo sentido, una vez descalificados sus resultados en su gestión
gubernamental, se asoció a López Obrador y sus propuestas de política económica con
crisis económicas. Y se le asoció con políticas seguidas por las administraciones de
José López Portillo y Carlos Salinas de Gortari, ambas descalificadas en el ánimo
social.
También se intentó generar inseguridad en el futuro de los votantes si el candidato de
la CPBT ganaba la presidencia. De ahí que el símbolo en esta campaña fuera la idea de
“López Obrador, un peligro para México”. Las afirmaciones realizadas en este sentido
se presentaban como contundentes; mostraban un escenario caracterizado por la crisis
económica y sus efectos (devaluación, inflación y desempleo) al consumarse su victoria.
De este modo, se ha realizado un análisis de contenido siguiendo el tipo de análisis
centrado en variables de índices, a partir de la cual se identificaron los atributos
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principales de las campañas negativas de los dos principales candidatos de las
elecciones presidenciales de 2006.
Siguiendo los índices de importancia, tipo de atributos y su intensidad, se han
elaborado una serie de inferencias que dan un sentido diferente a las campañas
negativas. Se optó en este proyecto por no realizar un análisis de contenido basado en la
verificación de normas (en qué grado los promocionales seleccionados se apartaron o no
de lo establecido en la legislación electoral), para darle un enfoque novedoso al tema.
El análisis de contenido realizado a partir de los promocionales negativos
seleccionados permite llegar a la conclusión de que este tipo de propaganda negativa
efectivamente desempeñó un papel que contribuyó a generar condiciones
desquilibrantes que afectaron al desarrollo del proceso electoral.