intervención psicoterapéutica en fases con adolescentes

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Intervención Psicoterapéutica en Fases con Adolescentes con Conductas Adictivas y sus Familias Carla M.ª Cabrejas 1 y Paula San Juan 2 1 Fundación Cuin – [email protected] 2 Clínica Cabal – [email protected] Resumen Se presenta un modelo de psicoterapia integrador en fases para trabajar con adolescentes y jóvenes con conductas adictivas y sus familias. Dicho modelo, está sustentado sobre terapias basadas en la evidencia que tienen su raíz en la Entrevista Motivacional, el Modelo Transteórico de cambio, la Terapia Familiar Sistémica, la Psicoterapia Integrada Cognitiva Analítica y la Terapia de la Mentalización, además de hacer especial hincapié en el desarrollo de una buena alianza terapéutica, integrando algunos de los conceptos y beneficios que aporta la práctica Mindfulness en todo ello. Este modelo de Psicoterapia se divide en 4 fases: bienvenida, profundización, cambio y desenlace. Para cada una de ellas se detallan las características esenciales establecidas en función de su cometido, el trabajo terapéutico que se lleva a cabo con los miembros de la familia y el adolescente, las técnicas que se pueden aplicar y los obstáculos que pueden surgir en cada momento. También se especifican los aspectos relativos al papel del terapeuta en todo el proceso de la intervención. La intervención psicoterapéutica en fases con adolescentes, pone el foco en la relación circular, favoreciendo que aunque originariamente acudieran al Programa de forma no voluntaria, vayan aceptándolo de forma progresiva, que se genere un vínculo seguro entre los diferentes miembros y se desarrolle una actitud proactiva hacia el cambio, mejorando su situación actual. Palabras clave: adolescencia, familias, conductas adictivas, psicoterapia integradora, fases Abstract A phase integrative psychotherapy model is hereby presented to work with teenagers and young people with addictive behaviours as well as with their families. This model is based on evidence-based therapies with the roots of the Motivational Interviewing, the Transtheoretical Model of changes, the Systemic Family Therapy, the Cognitive Analytical Integrated Psychotherapy and the Mentalization based therapy, in addition to placing special emphasis on developing a good therapeutic alliance, integrating some of the concepts and benefits that Mindfulness practice brings to all of this. The phases of Psychotherapy are divided into: welcome, deepening, change and outcome. Each phase is detailed describing the most important features of each task, the therapeutic work that is carried out with family members and the teenager, the techniques that can be applied and the obstacles that may arise eventually. Furthermore, some aspects of the therapist's

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Intervención Psicoterapéutica en Fases conAdolescentes con Conductas Adictivas y sus

Familias

Carla M.ª Cabrejas1 y Paula San Juan2

1Fundación Cuin – [email protected]ínica Cabal – [email protected]

ResumenSe presenta un modelo de psicoterapia integrador en fases para trabajar con adolescentes y jóvenes con conductasadictivas y sus familias. Dicho modelo, está sustentado sobre terapias basadas en la evidencia que tienen su raíz en laEntrevista Motivacional, el Modelo Transteórico de cambio, la Terapia Familiar Sistémica, la Psicoterapia Integrada CognitivaAnalítica y la Terapia de la Mentalización, además de hacer especial hincapié en el desarrollo de una buena alianzaterapéutica, integrando algunos de los conceptos y beneficios que aporta la práctica Mindfulness en todo ello. Este modelode Psicoterapia se divide en 4 fases: bienvenida, profundización, cambio y desenlace. Para cada una de ellas se detallan lascaracterísticas esenciales establecidas en función de su cometido, el trabajo terapéutico que se lleva a cabo con losmiembros de la familia y el adolescente, las técnicas que se pueden aplicar y los obstáculos que pueden surgir en cadamomento. También se especifican los aspectos relativos al papel del terapeuta en todo el proceso de la intervención. Laintervención psicoterapéutica en fases con adolescentes, pone el foco en la relación circular, favoreciendo que aunqueoriginariamente acudieran al Programa de forma no voluntaria, vayan aceptándolo de forma progresiva, que se genere unvínculo seguro entre los diferentes miembros y se desarrolle una actitud proactiva hacia el cambio, mejorando su situaciónactual.

Palabras clave: adolescencia, familias, conductas adictivas, psicoterapia integradora, fases

AbstractA phase integrative psychotherapy model is hereby presented to work with teenagers and young people with addictivebehaviours as well as with their families. This model is based on evidence-based therapies with the roots of theMotivational Interviewing, the Transtheoretical Model of changes, the Systemic Family Therapy, the Cognitive AnalyticalIntegrated Psychotherapy and the Mentalization based therapy, in addition to placing special emphasis on developing agood therapeutic alliance, integrating some of the concepts and benefits that Mindfulness practice brings to all of this. Thephases of Psychotherapy are divided into: welcome, deepening, change and outcome. Each phase is detailed describing themost important features of each task, the therapeutic work that is carried out with family members and the teenager, thetechniques that can be applied and the obstacles that may arise eventually. Furthermore, some aspects of the therapist's

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role in the entire intervention process are specified. The psychotherapeutic intervention in phases with teenagers focuseson the circular relationship, favouring that those teenagers who previously came to the Program unintentonally, theyprogressively accept it, generate a secure attachment bond between the different members and develop a proactiveattitude towards the change, thus improving their current situation.

Keywords: adolescence, families, addictive behaviours, integrative psychotherapy, phases

Programa Preventivo de ConductasAdictivas

El modelo de psicoterapia que se va adesarrollar a continuación se aplica en un programapreventivo de conductas adictivas para adolescentesde 12 a 20 años y sus familiares. Los adolescentesacuden a consulta para tratar conductas adictivas y/o comportamientos que ponen en riesgo su vida.

La inclusión de la familia en el proceso deintervención se considera fundamental, porentender que parte de la problemática y/o de losfactores de protección se encuentran en la dinámicafamiliar y que la implicación del sistema familiarfavorece el mantenimiento a largo plazo de losobjetivos conseguidos con el joven.

La clasificación que realiza J. A. Abeijón (2017)de L. Cancrini sobre las personas que tienen algúntipo de comportamiento adictivo, distingue tresgrandes grupos: los experimentadores, que“exploran” la conducta adictiva durante un tiempoconcreto, en ambientes lúdicos o relacionales, sinque aparezca dependencia; los que muestrandependencia, debido a que la sustancia o actividadadictiva conecta con necesidades íntimas deladolescente, desarrollándose patologías, y lostoxicómanos, que hacen de dicha sustancia ocomportamiento su forma de vida e identidad. Lagran mayoría de los adolescentes que acuden alprograma pertenecen a los dos primeros grupos, yacuden de forma no voluntaria.

El tratamiento se desarrolla en distintas fases,pero es la familia y sus circunstancias las que loguían, pudiendo pasar de una fase a otra, outilizando técnicas de cada fase según proceda. Seconsidera importante tener una “flexibilidadrazonable” pues no siempre es posible mantener elmétodo puro con una estructura predeterminadafija (Slade, 2008).

Base Teórica de la Psicoterapia conAdolescentes con Conductas Adictivas

y sus FamiliaresAntes de comenzar a detallar las distintas fases

propias del tratamiento con adolescentes conconductas adictivas, nos vamos a detener amencionar las bases psicoterapéuticas sobre las quese sustenta este modelo, cuya característicafundamental es el enfoque integrador que aporta.1. Uno de los principales elementos que se tienen

en cuenta a la hora de iniciar un proceso deterapia, es la importancia de la alianzaterapéutica. Es bien conocido el trabajo quedefiende el movimiento humanista, conrespecto a la alianza terapéutica y lascaracterísticas fundamentales que segúnRogers (1957) debía de tener el terapeuta:empatía, congruencia y aceptaciónincondicional hacia el cliente. Todas lasinvestigaciones posteriores acabaronconsiderando a la alianza terapéutica comoelemento esencial de cualquier psicoterapiaindependientemente de su enfoque.

En el caso concreto de las alianzas terapéuticasa establecer con adolescentes, lasinvestigaciones destacan como elementos clavepara que el vínculo relacional sea exitoso lossiguientes: que el terapeuta sea empático, quetrate al adolescente como persona madura ycapaz ( Martin, Romas et al. 2006), que explorelo que es interesante para el adolescente asícomo su propio motivo de consulta, que le tomeen serio, que le ayude a encontrar el significadoa su problemática y que use un lenguaje acordea su edad ( Binder, Holgersen y Nielsen, 2009). Y así como en cualquier terapia conindependencia de la edad las primeras sesionesson claves para establecer una buena relaciónterapeuta-paciente, en el caso de losadolescentes, el contacto inicial en psicoterapia

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es crítico y la relación posterior dependerá engran medida de lo que haya pasado en laprimera consulta (San Juan, P. y Cabrejas C.,2016). Por otra parte, hay estudios quedemuestran que la aceptación del tratamientoaumenta cuando el terapeuta coopera con elpaciente permitiéndole establecer sus propiosobjetivos de tratamiento y trabajanconjuntamente para alcanzarlos (Hester y Miller,1989).Otra de las claves de este modelo es laintervención con la familia que rodea aladolescente, gracias a la que se genera unvínculo terapéutico con el sistema y con cadauno de los miembros del mismo, estableciendoy manteniendo alianzas múltiples.

2. Se destaca la aplicabilidad del Mindfulness aeste modelo, no solo por los beneficios queaporta la práctica de mindfulness al terapeutapara desarrollar y potenciar sus habilidadesterapéuticas, sino también por la utilidad quetiene enseñar metodología mindfulness a losadolescentes y familiares, en tanto que lespermita fomentar su regulación emocional,aumentar la conciencia de sus estadosemocionales e impulsos adictivos y trabajar laaceptación y afrontamiento del malestar. Seobserva también su aplicación en el ámbito dela prevención de las recaídas, como en elconocido programa MBPR (Witkiewitz, Marlatt yWalker, 2005). Y resulta útil y efectivo alcontribuir al desarrollo de la aceptación de lassituaciones desagradables y la toma de mayorconciencia de los eventos, en vez de evitarlos através de los consumos de sustancias (San Juan,Saavedra y Cabrejas, 2017).El Programa no propone un entrenamientoestructurado de las habilidades mindfulnesspara los adolescentes, pero los terapeutas quepractican mindfulness se benefician con supráctica del cultivo de factores clave para unabuena psicoterapia y el desarrollo dehabilidades o actitudes terapéuticas que incidendirectamente en el reforzamiento y éxito de laalianza terapéutica (San Juan, Cabrejas et al,2016). La aplicación del mindfulness en laterapia favorece una relación más conscientecon el adolescente. La aportación por parte delterapeuta del aprendizaje de habilidades

mindfulness basadas en los principios deautocompasión, aceptación, no juicio, paciencia,confianza, y habilidades de autorregulaciónemocional es una valiosa herramienta para eladolescente para regular y controlar susreacciones ante los estímulos perjudiciales paraellos. La práctica de mindfulness y lasestrategias de regulación emocional, favorecenel logro de la atención y la toma de conciencia,reduciéndose la impulsividad, alcanzando unmayor control de pensamiento y la conducta yaumentando su capacidad para no recaer en elconsumo.

3. Otro de los factores relevantes a tener encuenta en las primeras sesiones de terapia,además del buen vínculo terapéutico que seestablezca entre el consultante y el terapeuta,es el enfoque que aporta la EntrevistaMotivacional (Miller y Rollnick, 1991); parapromover la motivación hacia el cambio de laspersonas que se encuentran en procesosadictivos. La Entrevista Motivacional es unenfoque de terapia breve, congruente con lostrabajos de Prochaska y Diclemente sobre elModelo transteórico de cambio y con la Terapiacentrada en el cliente de Rogers.La Entrevista Motivacional pretende hacer frentea las resistencias habituales que surgen en loscontextos de terapia no voluntaria conadolescentes. Es frecuente que en un inicio eladolescente no desee colaborar, que su actitudsea pasiva ante el terapeuta, que desconfíe delprograma y no tenga expectativas positivassobre su implicación en las sesiones. Una de lasresistencias más comunes es el rechazo acambiar su hábito de consumo. A menudo, losadolescentes se sienten orgullosos y/osatisfechos con su consumo de sustancias yvaloran la gran ventaja que les aporta lasustancia para “olvidarse de los problemas” o“relajarse”. Tener presente el enfoque de Millery Rollnick, ayuda a que todas estas resistencias,se afronten desde la escucha activa y empática;la psicoeducación y el diálogo para trabajar laambivalencia, ofreciendo al joven nuevas ideas ymaneras de ver su situación, con el objetivo deque acaben desencadenando un cambio dehábito.

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Con este enfoque, se rechazan las estrategiaspor parte del terapeuta de manipulación,persuasión y amenaza con la intención degenerar un cambio, que sólo conseguirían queel adolescente no colaborase y abandonara elPrograma lo antes posible. El terapeuta debeestar atento a la aparición de resistencia onegación por parte del joven, para comprobar siestá asumiendo más motivación de cambio quela que dispone el adolescente realmente ymodificar sus estrategias de motivación.

4. En relación con la Entrevista Motivacional, comohemos mencionado, se destaca el trabajorealizado por Prochaska y Diclemente y suModelo Transteórico de cambio (1982). Segúneste modelo, se entiende que la persona conuna conducta adictiva o conducta no saludable,atraviesa por diferentes fases de cambio(precontemplación, contemplación, disposiciónal cambio, acción, mantenimiento y recaída),hasta que su motivación, decisión y actuaciónpara cambiar dicha conducta son más estables,firmes y se mantienen en el tiempo. Secontempla este modelo circular, tanto para laevolución de cambio en la conducta adictiva, encaso de haberlo, como para el avance oretroceso en la propia implicación deladolescente y la familia en la terapia y en laaproximación a los objetivos terapéuticosacordados tanto individuales como familiares.Reflexionar y trabajar sobre las “caídas” oretrocesos en el proceso de cambio esfundamental, para que los miembros de lafamilia aprendan de su propio proceso decambio, e identifiquen los factores de riesgoque les acompañan, sus resistencias yobstáculos y para fortalecer sus recursos ypotencialidades. Trabajar bajo el enfoque de este modelo, es útilpara que el terapeuta y paciente puedanconocer y valorar el estadio actual en el que seencuentra cada miembro de la familia y trabajarcon las estrategias acordes a dicha fase.Trabajar otras estrategias de otros estadiosdiferentes a aquél en el que se encuentran,podría provocar el desánimo, la resistencia alcambio, la no evolución o el abandono de laterapia por parte de los jóvenes, de la familia, ode ambos.

5. Las intervenciones terapéuticas del Programatienen de base la Terapia Sistémica Familiardesde el enfoque estructural- estratégico. Laadolescencia se relaciona con una crisis en elciclo vital familiar y la conducta adictiva puedegenerar que se queden anclados en ella. Eltratamiento pone el énfasis en las relaciones yen la interacción entre la familia y el terapeuta.El resultado del tratamiento depende tanto deladolescente, como de la familia y del terapeuta.Se esclarecen los patrones habituales y lasinterrelaciones que estaban funcionando comoparte del problema y se pone el foco en laspautas sanas y excepciones que ya existenentre ellos pero no se han reconocido.

Implicar a la familia en el proceso deintervención del Programa, es vivido por eladolescente como positivo en tanto que elproblema no se enfoca solo en el hijo/a, sinoque se sitúa dentro de la globalidad del sistemafamiliar, y por tanto, todos sus integrantes sonresponsables con su actuación de favorecer elcambio hacia dinámicas relacionales mássanas.

6. La Psicoterapia Integrada Cognitivo Analítica(PCA) ofrece una teoría general de psicoterapiaque se puede aplicar en contextos muydiferentes. Como recuerda Mirapeix (2014), laPCA cada vez cuenta con más soporte empíricoen el tratamiento de los trastornos depersonalidad, tanto en adultos como enadolescentes. El trabajo terapéutico estáorientado hacia la personalidad del paciente, esdecir, se comprende a la persona que acude a laterapia, desde su propia individualidad, con susprocesos de regulación cognitiva emocional, susdinámicas relacionales, recursos personales,que están determinados por sus propios rasgosde personalidad e historia de vida y aprendizaje.Sólo comprendiendo y atendiendo a todos estosaspectos se podrá acompañar verdaderamente alas personas que acuden al Programa. El self,de cada individuo, es entendido como unamultiplicidad de estados mentales, los cualesderivan de las distintas maneras de sentir,actuar y pensar que tiene la persona en cadamomento consigo mismo y con los demás.Estos estados mentales están influenciados ocondicionados en parte, por su propia historia

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de vida, relaciones interpersonales y rasgos depersonalidad. Es importante, detenerse aidentificar bien con el adolescente los diferentesestados mentales para que sea consciente deellos y reconducir aquellos que esténinfluyéndole para mantener conductasproblemáticas o adictivas que no le permiten eldesarrollo saludable para su edad. Debido también a la etapa evolutiva de losadolescentes, las relaciones interpersonales,son fundamentales y están más que nunca enconstante desarrollo e influencia. Por tanto,trabajar los estados mentales del self comodiadas relacionales, es decir, como rolesrecíprocos, es fundamental para que eladolescente se comprenda a sí mismo tambiéndesde la comprensión de los de su alrededor. Para todo este trabajo terapéutico deprofundización en la individualidad deladolescente, se requiere de una capacidad defunción reflexiva o mentalizaciónsuficientemente óptima, que ha de trabajarsepreviamente o en paralelo con el adolescente, yque se especifica con más detalle en el apartadosiguiente.

7. La terapia basada en la Mentalización (MBT) deBateman y Fonagy, se originó en un principiopara tratar a pacientes con trastorno límite de lapersonalidad en contextos de hospitalizaciónparcial, pero actualmente se trata de unenfoque más amplio que aborda los trastornosde personalidad en una variedad más amplia desituaciones clínicas, incluso para personas conabuso de sustancias (Bateman y Fonagy, 2010) ypara el trabajo con familias y adolescentes, encolegios, y para manejar grupos sociales (Asen yFonagy, 2012). El constructo de mentalización o funciónreflexiva se define como la capacidad paracomprender el comportamiento propio y ajenoen términos de estados mentales. Estacapacidad es un determinante clave para laorganización del self, la regulación emocional yel establecimiento de relaciones interpersonalessatisfactorias (Mirapeix, 2014). Es una funcióncognitiva esencial para la convivencia y lasinteracciones en un mundo social. Losindividuos con una buena capacidad dementalización logran comprender los

pensamientos de los otros y procesaradecuadamente los acontecimientos que lessirve para procesar sus experiencias. Seadquiere y desarrolla dentro de las relacionesde apego tempranas y es el resultado de unproceso evolutivo que, en determinadasocasiones puede torcerse (Bateman y Fonagy,2004), y se puede ver afectada y deterioradadebido a la presencia de algunos factores deriesgo como los relacionados con el ambientefamiliar y sistema de apego.En definitiva, una adecuada capacidad paramentalizar es fundamental para la regulación denuestras emociones (Bateman y Fonagy, 2006),si por el contrario la persona tiene una débilcapacidad de mentalización, será másvulnerable a los cambios y a las presiones quese produzcan en su entorno, siendo másvulnerable por ende al consumo de sustanciascon el consiguiente riesgo que esto supone. Elmodelo reflexivo o de mentalización estimulamás a pensar en las conductas que encambiarlas, aunque habitualmente los cambiosen el comportamiento siguen a cambios en elpensamiento y en las representaciones.

Fases de la Psicoterapia conAdolescentes con Conductas Adictivas

y sus Familiares A continuación, se presenta el modo de trabajo

psicoterapéutico desglosado en cuatro fases:bienvenida, profundización, cambio y desenlace.Asimismo, existen labores de coordinacióntransversal con los agentes que acompañan al joveny/o a la familia durante todo el proceso. Se contactacon frecuencia con los profesionales que trabajan yatienden a los adolescentes y a sus familias, con elobjetivo de coordinar las actuaciones necesarias ylograr objetivos comunes.

Realizar una atención individualizada de cadafamilia, actuar de manera conjunta con losdiferentes profesionales que rodean la familia ytrabajar de forma complementaria hacia los mismosobjetivos, aumenta las posibilidades de éxitofamiliar.

Las fases que desarrollamos a continuaciónsiguen la estructura de las fases de psicoterapiaindividual de Beitman (1987).

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Fase 1: BienvenidaDurante esta fase se desarrolla la acogida de la

familia que acude al Programa. Se realiza laevaluación psicológica del caso y una aproximaciónen la que se examina el motivo de consulta, lasituación familiar, social, emocional, escolar, legal yde consumo. A la par que se va creando una alianzaterapéutica y se colabora con los distintos sistemasque engloban al adolescente, familia y técnicos deintervención (Servicios Sociales, Atención primaria,Salud Mental, Centro Escolar...).

En la Bienvenida, se dedica un gran esfuerzo agenerar una alianza terapéutica sana tanto con eladolescente como con cada miembro de la familiaque le acompañe. Se pone énfasis en las cuatrodimensiones de la alianza terapéutica según elSistema de Observación de la Alianza Terapéuticaen Intervención Familiar (SOATIF): enganche en elproceso terapéutico, conexión emocional con elterapeuta, seguridad en el sistema terapéutico ysentido de compartir el propósito de la propiaterapia.

Establecer una relación terapéutica segura conlos adolescentes conlleva tiempo y esfuerzo, y estafase de Bienvenida se torna imprescindible para eltratamiento terapéutico, si bien, la relaciónterapéutica se analiza y evalúa a lo largo de todaslas fases de la psicoterapia. A través de estarelación se produce el cambio en el joven y en lafamilia, de ahí la importancia de tenerla siemprepresente, de poder hablar sobre ella y de trabajarlasegún la fase y momento en que nos encontremos.Facilitar que el adolescente y la familia se permitanser en terapia tal como son, con sus miedos einseguridades, y comprobar que son aceptados sinjuicio y comprendidos por el terapeuta, facilita quelos miembros de la familia sientan el Programacomo su lugar seguro, lo que constituye una buenabase para el resto del tratamiento.

Las familias que inician un tratamiento, lo hacencon una amplia variedad de expectativas, miedos,esperanzas y preocupaciones. Por ejemplo, puedenesperar ser criticados, aconsejados, escuchados,culpabilizados… así que recoger a cada miembro,poner en palabras estas expectativas y miedos,estructurar previamente la primera sesión y laterapia en general (tiempo de la sesión, frecuencia,intensidad variable según el transcurso de lamisma…) tiende a tranquilizarlos y favorece una

mejor predisposición. Adolescente y terapeuta co-construyen una

conversación acorde a los tiempos, capacidad dementalización y deseos del joven. Las hipótesis secomparten y plantean con la familia y sirven paraguiar el proceso hacia una narrativa alternativa queofrezca una explicación válida para todos losmiembros familiares. No son aseveracionesirrefutables, sino comunicaciones dirigidas a lamente, que facilitan a las familias el pensar en símismas como personas y como grupo con mente,capaces de utilizar palabras y pensamientos demanera diferente para generar un cambio en ladinámica familiar.

Los principales objetivos de esta fase sonestablecer una alianza terapéutica con el joven ycon su familia, que facilite que el Programa sea unlugar seguro para cada uno de los miembrosfamiliares, y especialmente para el adolescente. Yfomentar una búsqueda de objetivos comunes quepromuevan el incremento de la motivación parareforzar el compromiso en la terapia.

TécnicasAunque parezcan técnicas básicas, son

imprescindibles y fundamentales. La empatía, lacalidez de la acogida, la congruencia del terapeutacon lo que es, transmite y expresa con su lenguajeverbal y no verbal, su capacidad de ser auténtico enterapia, de promover a utilizar lo mejor de cada unopara poder ofrecérselo al otro de forma natural yespontánea en la terapia, y la aceptaciónincondicional de la familia son básicos para podercomenzar a trabajar.

Es importante cuidar el espacio y el lugar en elque se sitúa el terapeuta físicamente, por lo que esbueno preguntar a la persona dónde quiere, que secoloque el terapeuta para sentirse cómodo. Siempreque sea posible, es adecuado ir variando el espaciosegún lo que intentemos transmitir, según lo quenos pida la persona y según el momento de laterapia.

En esta fase se utiliza alguna técnica de laEntrevista Motivacional como evitar la discusión conel adolescente que tiene una conducta adictiva, yaque defender un argumento puede provocaractitudes defensivas. La resistencia en eladolescente indica que se deben cambiar lasestrategias que se han utilizado. Para eso puede ser

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adecuado verbalizar estas impresiones, pedirdisculpas si ha habido dificultades de comprensióno explicitar que no se está en su contra.

La gran mayoría de los jóvenes que acuden, novienen por voluntad propia o al menos no vienenqueriendo dejar el consumo y/o la conductaadictiva. Es importante negociar objetivos comunespor los que les pueda interesar acudir a lassesiones. Comenzar por lo que el adolescenteconsidera importante, es fundamental para sentirseaceptado, escuchado y valorado.

En la sesión de Bienvenida es muy importanteanalizar las fortalezas del joven y de la familia. Enmuchas ocasiones el adolescente viene con laetiqueta familiar de “oveja negra”, y poder salir de laprimera sesión con otra visión sobre sí mismo,sobre la familia, así como valorar el esfuerzo, lapreocupación, el dolor y la frustración de cadamiembro del sistema, y también las fortalezas ymomentos positivos, el deseo de volver a estar bienentre todos, generan expectativas positivas hacia lafamilia y hacia la terapia en general. La familia,junto con el terapeuta, son los responsables delcambio y la consideración de se pueden realizarfomenta un cierto grado de alivio y esperanza.

Se analiza el estadio de motivación en que seencuentra el joven, y el nivel de mentalización, elestilo de apego y los rasgos de personalidad quetiene cada miembro de la familia, al objeto deestructurar las técnicas a utilizar en la sesión, que lafamilia sea capaz de integrarlas.

Primero se estudian las técnicas, luego sepractican y por último se integran y olvidan. Lameta es trascender lo técnico. Sólo alguien que hadominado la técnica y ha conseguido olvidarlapuede llegar a ser un terapeuta competente(Minuchin, 2012).

ContenidoEl principal contenido que se trata en esta fase

es el motivo por el cual acuden a terapia, evaluaciónde la historia evolutiva, de la conducta adictiva, deltipo de apego familiar y del conflicto intrapersonal einterpersonal que el comportamiento adictivo uotros problemas les ocasionan.

Asimismo, en la bienvenida se explora lainfluencia de tratamientos terapéuticos previos,sobre todo si en los mismos no se sintieroncomprendidos o aceptados.

ResistenciasEs habitual que algún miembro de la familia

acuda con actitudes de desconfianza y defensivas.Los miedos y ambivalencias hacia el procesoterapéutico y/o hacia hablar sobre algún problemaoculto salen a la luz en esta etapa de bienvenida y alo largo del proceso.

La evasión de los conflictos suele manifestarse através de las conductas adictivas que utilizan losadolescentes: fumar cannabis, jugar a diferentesjuegos on line, no estar en casa de manera habitual,conductas hipersexualizadas, etc. y tienden agenerar multiproblemas en diferentes contextos(familiar, escolar, social, legal)

Los adolescentes muestran una baja tolerancia ala frustración, impulsividad, búsqueda desensaciones y dificultades para aceptar las normas.Es fundamental tener en cuenta todos estosaspectos y trabajar en ellos.

Para disminuir las resistencias familiares hayque trabajar en función del grado de mentalizaciónque tenga la familia y del tipo de apego.

Aspecto RelacionalEn esta primera fase, se trabaja para establecer

la confianza. Se busca que la familia perciba alterapeuta como una persona en la que se puedeconfiar, que no intenta intencionadamente herirla oexplotarla, y que posee el conocimiento, lacapacidad y la experiencia necesarias paraayudarles a resolver las dificultades que les hanllevado a consulta. A medida que avanza la terapia,seguirán aflorando los problemas planteados por laconfianza, así que no se debe suponer que una vezestablecida, se mantiene inalterada para siempre.

Fase 2: ProfundizaciónEn la segunda etapa se desarrollan dos aspectos

paralelos: por un lado se continúa con laevaluación, la cual se realiza a lo largo de todo eltratamiento, pero es especialmente en esta fasecuando se hace más hincapié para tener una ideaglobal y profundizar en las características del caso.Y por otro, se interviene en la disminución de lassituaciones y conductas de riesgo.

a) En la evaluación se tienen en cuenta lahistoria biográfica del joven (historia familiar,escolar, social, legal y de salud), los rasgos depersonalidad, estados del self, el tipo de apego de

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cada miembro familiar y los roles recíprocospresentes. Se analiza el funcionamiento y lasdinámicas familiares existentes (o las producidas enel lugar donde el joven convive), la capacidad dementalización de cada miembro y la posibilidad deque exista alguna patología concurrente.

En la fase de profundización se exploraespecíficamente la conducta adictiva, con especialatención a la conciencia del problema, la motivacióny disposición al cambio, los factores de riesgo y losfactores de protección presentes (tanto a nivelindividual, social como familiar). Dicha exploraciónpuede servirnos para decidir el abordaje idóneo opara orientar hacia el recurso más adecuado en elcaso de existir una patología concomitanteentendida como severa y no manejable desde elPrograma. En ese momento, se orienta y guía a lafamilia con el triple objetivo de tranquilizar, ofreceralternativas y motivar para el futuro tratamiento.

Es fundamental entender la naturaleza yseveridad de los problemas, el desarrollo de losfactores causales y los de mantenimiento yconsiderar la repercusión de los mismos, identificary resaltar las fortalezas familiares y ajustar lasmetas del tratamiento.

b) Una vez que el adolescente siente elPrograma como un lugar seguro, donde poderconfiar y reconstruir sus problemas, el siguientepaso es realizar un Plan de Crisis, para atender ygestionar las conductas problemáticas más graves einmediatas, en el caso de que existan, como puedenser: consumos problemáticos, conductas delictivas,violencia filiopaternal, autolesiones, etc.

Este plan de crisis es individualizado para cadajoven y cuenta con el apoyo de los sistemas que lerodean: familia y profesionales. De forma que cadamiembro implicado tenga sus propias pautas parafavorecer la meta común de que el joven esté asalvo y/o seguro. Durante la co-construcción deeste plan de crisis, se trabaja en el primer bloque dela mentalización: se focaliza la atención en laregulación, especialmente de los adolescentes, peroen general de todos los miembros del sistema y enlas estrategias de autocuidado que tiene cada uno.Se presta atención a las diferentes reaccionescorporales y a sus conductas, de forma que lafamilia vaya aprendiendo a observarse de formamás aguda y desarrolle nuevos recursos deregulación emocional y autocuidado.

Los objetivos de esta fase consisten en explorarel caso en profundidad, a la vez que se trabaja conla familia para disminuir las conductas de riesgo.Mediante la intervención se fomenta que losfamiliares se hagan conscientes de que existenproblemas, acepten que éstos les causan malestar yse motiven para generar nuevas dinámicas. De estamanera se favorece un avance en la escala deestadio del cambio de Prochaska y Diclemente.

TécnicasSe practica la escucha activa y los genogramas

familiares para identificar los temas depreocupación recurrentes, las pautas de interacciónredundantes, el afloramiento de conflictos repetidosy el tono afectivo predominante en la familia(Bagarozzi, D. A. y Anderson, S. A.,1996).

Mediante los mapas de estados mentales setrabaja la multiplicidad del self y con ello laintegración de la identidad. Esta herramienta ayudaa activar y explicar los distintos estados mentalescon coherencia, estabilidad, continuidad a lo largodel tiempo; promoviendo una capacidad dedescribirse a sí mismo y una visión de los demás,multifacética y compleja; implicando unacomprensión de los aspectos positivos y negativosde uno mismo y de los otros en un contexto social ytemporal determinado. Los mapas mentales en lafase de profundización ofrecen un importanteconocimiento sobre la situación- problema.

Se tiene en cuenta la capacidad dementalización de cada miembro de la familia, parafavorecer su desarrollo y que sean capaces de vermás allá de la “conducta problema” de su hijo/a. Seles acompaña en el proceso de ser más conscientesde sus afectos, conductas y en especial en losmomentos de conflictos, que es cuando puedehaber un déficit mayor en la capacidad dementalización, de autorregulación y de ayudar amentalizar a su hijo/a. De esta forma se favorecenlas interacciones padres- hijo/a en las que el/lajoven se sienta seguro y comprendido (Midgley, N.,Ensink, K., Lindqvist, K., Malberg, N., Muller, N.,2019). En estos casos, resulta de gran utilidadintroducir las enseñanzas propias del mindfulness,con la intención de favorecer su autorregulación,pues pueden llevar a cabo la atención plena encualquier momento a través de ejercicios simples yes el paso necesario y previo a cualquier actuaciónmás meditada o controlada. De esta manera,

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eliminan patrones impulsivos y automáticos,propios de estrategias disfuncionales aprendidas enel pasado.

En esta fase se utiliza también alguna técnica dela entrevista motivacional. Para motivar al cambio,son útiles las preguntas abiertas, las afirmacionesterapéuticas o reflejos de lo que la persona narra,los reconocimientos de sus fortalezas y de losesfuerzos que hace el joven. Los resúmenes,favorecen la síntesis para que se sienta escuchado yvalidado. Se trabajan las resistencias ydiscrepancias para aumentar su autoconocimiento ypara que pueda darse cuenta de la discrepanciaentre sus metas futuras y sus comportamientosactuales.

Se proporciona psicoeducación sobre el efectode las sustancias y las consecuencias de las mismasy se refutan los mitos adyacentes a las sustancias oconductas adictivas, si el adolescente está en unestadio de cambio óptimo para aceptar dichosargumentos.

Se comparten microreformulaciones positivaspara cambiar el foco del problema, y en vez defocalizarlo exclusivamente en el adolescente, seamplía el foco a todos los integrantes del sistemafamiliar de modo que la responsabilidad de laresolución del problema dependerá de laimplicación de todos.

Por último, pero no menos importante, serealiza un plan de crisis familiar para prevenir lasconductas de riesgo más graves donde se detallelos pasos y acciones a realizar.

ContenidoEl principal contenido de esta fase es la

profundización en la historia del adolescente,reconocer las excepciones a la situación problema,la búsqueda y reconocimiento de fortalezasfamiliares, y que el adolescente vaya adquiriendomayor autoconocimiento sobre sí mismo y sobresus conductas y mayor reflexividad

ResistenciasAl profundizar en la historia familiar, en muchas

ocasiones se produce un alto nivel de emociónexpresada que suscita una disminución de lacapacidad de mentalización. Parar, tomarconciencia, contener la emoción y dar una respuesta

que favorezca la autorregulación y el autocontrolfavorece la mentalización.

La ambivalencia de la familia sigue presente amedida que avanza la terapia, percatarse de lamisma y ponerla en palabras, facilita que disminuyaesta resistencia.

Aspecto RelacionalEn la fase de profundización salen a la luz las

capacidades para contener, validar y acompañar lasemociones y momentos difíciles familiares.

Asimismo, otros aspectos relacionales básicosson las interacciones familiares asociadas a lasexpectativas del hijo o hija según su género y losroles recíprocos enquistados. El terapeuta seposiciona en un rol recíproco diferente a la díadarelacional donde se suele situar la familia, y esofacilita que se modifiquen las percepciones yatribuciones de los miembros de la familia y porello la forma de actuar de la misma.

Fase 3: CambioSe considera que el proceso de cambio ya se da

desde las primeras fases donde la familia permiteque alguien ajeno entre en su sistema. Una vezestablecida la confianza, es en la fase de cambiodonde el terapeuta hace más hincapié en estimulary desarrollar los siguientes bloques de lamentalización: la regulación emocional y el trabajoespecífico con la capacidad de mentalización. Setrabaja la capacidad reflexiva en relación a lostemas que llevaron al joven a terapia y sobre susconductas adictivas. Este trabajo favorece que sepromuevan comportamientos más adaptativos, y esnecesario seguir acompañando a la familia en elproceso de individualización- separación en la quese encuentran.

Se trabaja con la familia para que el adolescentecree una identidad diferenciada respecto a sufamilia de origen, para liberarse de las proyeccionespaternas, para desarrollar sus propios valores ypara consolidar su propia identidad distintiva.También es importante alentar a los padres areflexionar sobre su ambivalencia respecto a lalibertad del hijo, negociar nuevos pactos conyugalesque traten cuestiones relativas a su propia relacióny reforzar las fronteras del subsistema paterno.

Cuando ambos padres comparten ideales yexpectativas similares o congruentes con respecto a

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su hijo, habrá menos patología. Trabajar con lospadres sobre la imagen del hijo ideal, consciente einconsciente, que cada uno de ellos tiene y sobre lafunción familiar que asumen algunos hijos, enocasiones como chivos expiatorios, así comomodificar estas dinámicas son parte de la labor deesta fase.

Otra labor de este momento es hacer conscientea los miembros familiares de patrones recíprocos derol negativos, para comenzar a ampliarlos a otrasformas más sanas y menos encorsetadas derelacionarse con el otro.

Cuando el joven está estabilizado en lasconductas más disruptivas, la intervención se dirigea contener y validar las emociones enseñando aexpresarlas de forma más adaptativa, a tratar deotra forma aquellos conflictos que surgen yresurgen, a pensar juntos, a mentalizar y utilizarotras narrativas más positivas sobre cada miembrofamiliar utilizando enfoques más creativos yflexibles frente a los desafíos que se encuentranpara poder manejarlos mejor. Así mismo, se haceespecial hincapié en la neutralización de losfactores de riesgo detectados, y en fomentar losfactores de protección. De esta forma se comienzana abandonar conductas anteriores poco adaptativas,y se inician otras nuevas más sanas y saludables.

Se incrementan habilidades que favorezcan elestar presentes aquí y ahora, centrados en elmomento, se favorecen estrategias de regulaciónemocional, se recalcan las situaciones en las que lafamilia muestra autocontrol y/o excepciones a lasituación- problema. Se estimula, a través depreguntas, sobre los diferentes estados mentales dela narrativa de la familia, se ponen en palabras lashipótesis que guían la intervención, para matizarlas,refutarlas o validarlas, y así, se ayuda a incrementarla capacidad de mentalización.

Trabajar las metas de la persona, volver arepensar lo que querían hacer y que no han hecho,reconocer el camino que realmente les satisface,favorecer con ejemplos de su historia qué necesitany cómo se sienten cuando consiguen pensar, sentiry actuar acorde a sus valores; esto generará quevean la discrepancia entre lo que desean y lo queestán haciendo actualmente y podrá favorecer uncambio de estadio en la conducta adictiva. Parareducir la necesidad de evadir los problemas através de la conducta adictiva, se trabaja con ellos

para que se enfrenten a los problemas de formaactiva, para que mejoren su capacidad de actuar ysean congruentes consigo mismos, y para queaprendan a afrontar el aburrimiento, la ira, elmiedo, la tristeza y la sensación de vacío de unamanera más adaptativa. De este modo,progresivamente irán dándose cuenta de cómoestos cambios mejoran las relaciones familiares ydisminuyen los conflictos a su alrededor

Como dice Abeijón (2017), poder interferir enlos mecanismos relacionales modifica de forma muyimportante el significado y la evolución de laconducta del joven hacia el comportamientoadictivo.

Las recaídas, tanto si se refieren a la recaída enel consumo, como a volver a asumir el mismo rol enconflictos recurrentes, se afrontan comoposibilidades para hacer cambios y oportunidadespara aprender. Hay que estar atento a cómointerpreta la familia estas situaciones de recaídas oretrocesos, reformularlas de forma positiva yproactiva, y aportar herramientas a las familias paracontinuar el proceso.

Los principales objetivos de esta fase se centranen facilitar el abandono de hábitos poco saludables,promover una identidad integrada y sanacongruente con unos valores prosociales comoestrategias alternativas a la conducta adictiva,favorecer relaciones familiares reflexivas quepermitan el desarrollo adecuado de cada uno de susmiembros y promover actividades afines a losintereses del adolescente de manera responsable.

TécnicasLas técnicas específicas que se detallan en esta

fase de cambio, no excluyen que se sigan utilizandolas anteriores si el caso lo requiere, ya que losmateriales y/o las técnicas se emplean en funciónde los gustos, momento y características deladolescente que está en sesión y de la familia.

Se realizan reformulaciones positivas de lafamilia, se aceptan los errores de todos y todascomo parte del aprendizaje, se analizan los posiblesestereotipos que existen en función del género parapermitir la identidad de cada miembro. Y endefinitiva, se reflexiona con la familia sobre lafunción que tiene el comportamiento adictivo en larelación familiar.

Se plantean preguntas circulares según la

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capacidad de mentalización de cada miembrofamiliar, se instruye a poner límites claros ycoherentes entre los subsistemas, practicando unacomunicación y gestión emocional familiaradecuada. Se validan los estados mentales de cadauno, favoreciendo un cambio en el comportamientode todos y se analizan los valores y mitosfamiliares, esclareciendo también los secretosfamiliares. También, es importante promoveractividades placenteras familiares para una mayorcohesión familiar.

Además se proporcionan técnicas demindfulness para focalizar en el aquí y el ahora, seacompaña a aceptar que existe un malestar, y seenseña a no utilizar estrategias de evitación delproblema.

Además se proporcionan técnicas demindfulness para focalizar en el aquí y el ahora, seacompaña a aceptar que existe un malestar, y seenseña a no utilizar estrategias de evitación delproblema.

Se utilizan las metáforas, la externalización delsíntoma, las esculturas, las sillas vacías y losbalances personales. Se analizan las diferencias queexisten entre la persona cuando consume y lapersona cuando no lo hace, se favorece el verse a símismos sin la conducta adictiva y se reflexionasobre las dificultades y oportunidades observadas.Se trabaja con fotos, música y otros materialessignificativos que sirvan para reconstruir la historiafamiliar, darles consistencia y referenciassignificativas. Se realizan role-playings, cartasterapéuticas y juegos para tratar aquellassituaciones complicadas para los adolescentes.

Se realiza orientación en áreas escolares,laborales y de ocio y tiempo libre. En muchos casoslos jóvenes han abandonado los estudios, handejado de realizar deporte o las actividades de ocioque en el pasado eran placenteras para ellos. Esimportante que vuelvan a sentirse eficaces respectoa estas áreas, y ponerse metas pequeñas yconcretas, que les motiven hacia un destino propio.

ContenidoSe analiza la estructura y dinámica familiar, el

tipo de vínculo, los roles recíprocosadaptados/desadaptados y la co-responsabilizaciónde cada uno de los miembros de la familia son parteimportante de los contenidos de la fase de cambio.

Se tienen en cuenta los esquemasfuncionales/disfuncionales, la coherencia en lareformulación, en las percepciones y consecuenciasdel cambio; y los estereotipos de género a fin deidentificarlos y desmitificarlos en conceptos másadaptativos e integrados en la persona.

ResistenciasEl miedo al cambio o a la propia conciencia de

la identidad, el no permitirse el autocuidado o eldesempeño de otro rol más funcional dentro de lafamilia son propios en esta etapa.

Aspecto Relacional Cuando el terapeuta responde de manera

adecuada a las necesidades familiares y no desdeun rol recíproco desajustado, proporciona unarespuesta diferente en la familia que provoca unaumento de la confianza y un cambio en ladinámica familiar. Se da una “experiencia emocionalcorrectiva” (Alexander y French, 1946; Beck, 1987).Esta experiencia prepara el camino para una nuevaforma de vincularse y de pensar juntos sobre laspercepciones, atribuciones, interpretación de losacontecimientos y esquemas cognitivos de los y lasadolescentes.

Fase 4: DesenlaceLa decisión de finalizar la terapia se lleva a cabo

de manera conjunta con todos los miembrosfamiliares. Si se ha conseguido alcanzar un buennivel de implicación de todas las partes, la familiavalorará si se ha logrado con éxito o no la misma.En este momento se analiza el proceso terapéuticoque se ha llevado a cabo, la integración de loabordado en las distintas sesiones, los beneficiosconseguidos, el nivel de satisfacción alcanzado y elprocedimiento a seguir si ocurre una recaída.

Decidir cuándo finalizar un tratamiento escomplicado para el papel del terapeuta. En muchasocasiones, por la necesidad del propio terapeuta deofrecer apoyo y ayuda, se suele creer que siemprese puede hacer algo más (Fragkiadaki & Strauss,2012); pero dar el alta en el momento adecuado, espositivo, necesario y fundamental para el fomentode la autonomía de los adolescentes y sus familias.

A pesar de que el objetivo ideal del tratamientosería conseguir una abstinencia total de lasdiferentes conductas adictivas del adolescente, enocasiones no se consigue la abstinencia total, o una

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abstinencia de todas las conductas adictivas quetiene. No podemos olvidar que los adolescentes sonpersonas con capacidad para decidir si es sumomento o no para relacionarse de otra forma conla sustancia o con la actividad que les provocaadicción. Se puede lograr un cambio en esta formade relacionarse con ella, disminuirse la dependenciahacia la misma, o un cambio de sustancia; porejemplo, hay jóvenes que dejan de fumar cannabis,pero comienzan a tener una dependencia deltabaco. También se encuentran mejorías en otrospuntos tratados en las sesiones, como los objetivosrelacionales, los objetivos de reincorporarse alámbito escolar y/o laboral y los objetivos sobremantener actividades de ocio y de relación coniguales más sanos y saludables. Los casos seanalizan de manera global poniendo el foco en ladisminución del sufrimiento de los distintosmiembros familiares y en la adaptabilidad deladolescente a su vida.

En otros casos, el abandono de la conductaadictiva se produce rápido, pero el tratamientocontinúa hasta que el resto de objetivos se cumplanpara poder mantener dicho cambio a largo plazo:saber relacionarse de forma constructiva en familia,acudir a actividades escolares y/o laborales, ampliarlas actividades de ocio...

Para analizar si la terapia ha tenido éxito o no,se fijan diferentes niveles de cambio teniendo encuenta los fijados por Cunillera i Forns (2006) yampliados acordes a las características delprograma que se está desarrollando. Se observanlos siguientes cambios:• Percepción que el adolescente tiene de sí

mismo: sensación de bienestar interior,integración de las diferentes partes del self,aumento de la capacidad de mentalización, dela capacidad de regulación emocional y deautocontrol, se relaciona mediante rolesrecíprocos introyectados más sanos ysaludables y se relaciona acorde a sus valores.

• Dinámica y estructura familiar: cada miembrofamiliar desarrolla el rol que le correspondesegún la etapa que vive la familia, sinmiembros desprestigiados; los límites entre lossubsistemas son claros y flexibles, existe unaadecuada resolución de conflictosintrafamiliares, se facilita el autoconocimiento yla capacidad de mentalización en las

interacciones familiares, y los padres soncapaces de verse como agentes de cambio parasí mismos y para su hijo/a estableciendo suspropias fortalezas de forma realista ymanteniendo una sensación de control frente afuturos desafíos.

• Salud física y mental del adolescente y sufamilia: Ha disminuido el sufrimiento y portanto las somatizaciones y/o la necesidad delos miembros para continuar con untratamiento farmacológico o psicológico.

• La percepción sobre el adolescente de laspersonas externas a la familia: se produce unavalidación del o la joven tanto en su grupo deiguales, como en los profesores, los técnicosde servicios sociales y/o en los diferentesambientes en los que se relaciona la persona.

• La relación entre el adolescente y la conductaadictiva: Ha cesado y se mantiene laabstinencia de la conducta adictiva. Enocasiones, los adolescentes siguen teniendopresente la conducta adictiva, pero esta deja deser el centro de su vida, su refugio o salida.

• Actividades escolares y/o laborales: eladolescente ha vuelto a acudir a clase, a tenermotivación respecto a los estudios o haencontrado metas laborales que secorresponden a sus gustos y necesidades.

• Las actividades de ocio: el adolescente haencontrado otras actividades de ocio que secorresponden con sus valores y necesidades.Los miembros familiares pueden estar incluidosen las mismas.

En la medida en que el proceso terapéuticopermita profundizar en la personalidad delindividuo, en los conflictos que van más allá delsíntoma visible y se ahonde en los distintos nivelesde cambio, la posibilidad de que los avances semantengan en el tiempo será mayor. No en todoslos casos se consigue profundizar lo que sedesearía, de ahí que esos éxitos no sean definitivosy sí transitorios.

Los principales objetivos para la fase dedesenlace consisten en la generalización ymantenimiento de los cambios realizados, elfomento de la autonomía del adolescente, larecapitulación del proceso llevado a cabo, enfatizarsobre los puntos fuertes y los que debe tener en

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cuenta para prevenir adecuadamente las recaídas, yreconocer el programa como un lugar seguro al quepoder volver si fuese necesario.

TécnicasEn este momento se refuerzan los acuerdos

terapéuticos alcanzados, se piensa con la familia encómo era su situación al inicio, los procesos quehan seguido y cómo mantenerlos. Se establece unplan de recaídas que posibilite, tanto al o laadolescente, como a su familia, saber cómo actuar yno retroalimentarse en la misma.

Durante las últimas sesiones, que suelen sermás espaciadas en el tiempo, se trabaja “teniendo lamente en el final”. Esto es muy adecuado parapoder abordar los miedos y temores de losdiferentes miembros familiares y así poderproporcionar estrategias hacia los mismos.

La orientación hacia el ocio y tiempo libre, sibien se ha ido dando a lo largo de todo el proceso,aquí se torna fundamental valorando lascaracterísticas positivas que se consiguen con lamisma.

Se recapitula y reformula el proceso terapéutico.Bien con cartas de despedida, bien con fotos outilizando recuerdos, se traslada de maneraconjunta los objetivos trabajados y habilidadesadquiridas.

ContenidoEn la fase de despedida se enfatizan los logros

de la familia, empoderando al adolescente y a sufamilia. Se integran las diferentes partes de laidentidad individual, de la identidad familiar y delproceso terapéutico.

Por otro lado, se abordan los miedos e ilusionespoco realistas y se trabaja el duelo y la despedidadel propio proceso terapéutico.

ResistenciasEn ocasiones las familias muestran en este

momento un agravamiento de los síntomas, onuevos síntomas, por lo que se reevalúa el caso y seanalizan los motivos del mismo.

Los miedos al cambio y a continuar sin el apoyodel terapeuta son tratados durante las últimassesiones para poder fomentar que la familiacontinúe funcionando de forma autónoma.

Aspecto Relacional

La dependencia y contradependencia hacia laterapia es el aspecto relacional clave. Esta fase esuna oportunidad para acompañar a la familia arealizar procesos de duelo sanos y para revisarcomo terapeuta estos mismos procesos.

La Actitud del TerapeutaEl terapeuta adquiere una actitud de no juicio,

de estar presente en el proceso, de tener pacienciay de tener y generar confianza en la familia. Tal ycomo decía Rogers, debe integrar estas actitudescomo una expresión genuina de su forma de ser yfilosofía de vida.

Para facilitar estas características, los terapeutasmantienen una práctica activa de mindfulness queles permite focalizar en el aquí y en el ahora,aumentar la capacidad de concentración, y mejorarla atención, facilitando los desarrollos implicados enla autoobservación y en la regulación emocional(Mirapeix, C., 2015).

La actitud mentalizadora del terapeuta esfundamental en todas las fases. El terapeuta partede una orientación básica de ayuda, deautenticidad, libre de juicios, genuina y tolerante,un interés por la mente y no solo por la conducta,una curiosidad de no saber (indagadora) y unacapacidad para saber gestionar los malentendidos(Midgley, N., Ensink, K., Lindqvist, K., Malberg, N.,Muller, N., 2019). Perder la capacidad dementalización en determinados momentos, porejemplo, en momentos ansiosos, bajo presión o enun estado elevado de activación, es normal einevitable. Darse cuenta de esta actitud nomentalizadora es importante porque facilita dar lospasos necesarios para recuperar la posiciónmentalizadora.

Hay que mencionar la importancia que tienetener presente el autocuidado del terapeuta en todoel proceso de intervención. Ejercer la psicoterapiasupone un gasto emocional importante al estartrabajando directamente con personas, sostener susemociones y conectar con su sufrimiento individualy relacional. El terapeuta también tiene una vidapersonal, fuera del trabajo y atraviesa por otrossufrimientos con iguales o diferentescaracterísticas. Es por esto, que es necesario que elprofesional haga su propio proceso de terapia paraprocurar que sus propios procesos no seinterpongan en el buen quehacer de la terapia.

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Además de esto, es fundamental que el terapeutatenga presente qué necesita para estar en lasmejores condiciones para trabajar con las familias.Para esto, es necesario que tenga un buenautoconocimiento sobre sí mismo para saber quéaspectos le pueden llevar al agotamiento físico ymental, a la sobrecarga de trabajo, a lasobreexigencia, etc. Y qué estrategias de regulaciónemocional le ayudarán a mantenerse en el aquí y enel ahora.

A modo de resumen, en la intervenciónpsicoterapéutica en fases con adolescentes y susfamilias se trabajan los siguientes procesos a lolargo del tratamiento: en la fase de bienvenida, setorna importante la labor de la espontaneidad,curiosidad y aceptación sin juicio, se busca la

mimetización con la familia y se intenta entrar en elsistema para comprenderlo. En la fase deprofundización, el proceso importante es la mentedel principiante, se experimenta la narrativa de lafamilia sin dejarse influenciar o contaminar por loscasos de otras familias con las que se trabaja,observando con “los ojos de un niño”. En la decambio, se activan roles recíprocos o diadasrelacionales con sus respuestas emocionales en lafamilia y en el terapeuta, y es labor de este últimotenerlo en cuenta para poder intervenir acorde a losobjetivos de la terapia. En la fase de desenlace seponen en juego los duelos y afrontamiento de losdiferentes miembros del sistema: familia yterapeuta.

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