invasiones inglesas

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Hace 208 años, entre el 5 y 7 de julio 1807 se produjo la histórica defensa de la ciudad de Buenos Aires frente al segundo intento de los ingleses de ocupar ambas márgenes del Río de la Plata, con un número muy superior de tropas al que habían utilizado en 1806. Recordemos que el 12 de agosto de 1806, los 1.600 soldados ingleses debieron rendirse con armamentos, banderas y estandartes, y sus bajas ascendieron a 300 hombres entre muertos y heridos; por su parte, las fuerzas de la reconquista perdieron unos 200 hombres. Después de este primer triunfo sobre los ingleses se produjeron hechos de trascendencia en el Río de la Plata. Acéfalo el gobierno por la ausencia del Virrey y desprestigiados muchos militares españoles por la actitud que habían tenido, era evidente que solo al pueblo le correspondía el triunfo. El Cabildo Abierto resolvió la práctica destitución del virrey Sobremonte (con la oposición del obispo Lué y los miembros de la Audiencia) y también la organización de cuerpos de milicia para defender Buenos Aires (ver recuadro). En octubre de 1806, las milicias contaban con unos 8.500 hombres, siendo de ellos más de 5.000 nativos americanos. Vuelven los ingleses No se equivocaban los porteños en prepararse militarmente. La flota inglesa a las órdenes de Popham continuaba merodeando en el Plata, a la espera de nuevas fuerzas británicas, las que sumarían 11.000 hombres colocados al mando del teniente general Whitelocke, a fines de 1806. En febrero de 1807, los ingleses recomenzaron su agresión ocupando Montevideo, tras vencer enconada resistencia. Presa de indignación el pueblo de Buenos Aires se reunió frente al Cabildo exigiendo la absoluta deposición del virrey Sobremonte, quien se había radicado en Montevideo después de lo ocurrido anteriormente en Buenos Aires, y allí tuvo tan desacertada conducta como la que había tenido antes frente a la primera invasión. En junio de 1807, dejando parte de sus efectivos para mantener el control de Montevideo, Whitelocke embarcó más de 7.000 hombres, desembarcando en la Ensenada de Barragán, el 28 y el 29 de junio. El 2 de julio, la avanzada del ejército inglés al mando de Gower llegó a los corrales de Miserere, eludiendo a las tropas de Liniers quien había salido de la ciudad con unos 7.000 hombres a esperarlos en el puente de Gálvez. Advertido de la maniobra inglesa, Liniers se dirigió con parte de su ejército hacia Miserere, donde libró un desordenado combate a cuyo término se desbandaron sus fuerzas. Desmoralizado, Liniers retrocedió a la Chacarita de los Colegiales con algunos efectivos. Por su parte, Gower se detuvo a esperar al grueso del ejército inglés. Todo el pueblo en pie de lucha Después de la derrota de Miserere todo parecía perdido; sin embargo, y a pesar de la crítica situación, el pueblo de Buenos Aires decidió defender la ciudad del ataque, encabezando la organización el alcalde de primer voto del Cabildo, Martín de Alzaga. La Plaza Mayor se convirtió en el

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Hace 208 aos, entre el 5 y 7 de julio 1807 se produjo la histrica defensa de la ciudad de Buenos Aires frente al segundo intento de los ingleses de ocupar ambas mrgenes del Ro de la Plata, con un nmero muy superior de tropas al que haban utilizado en 1806.Recordemos que el 12 de agosto de 1806, los 1.600 soldados ingleses debieron rendirse con armamentos, banderas y estandartes, y sus bajas ascendieron a 300 hombres entre muertos y heridos; por su parte, las fuerzas de la reconquista perdieron unos 200 hombres.Despus de este primer triunfo sobre los ingleses se produjeron hechos de trascendencia en el Ro de la Plata. Acfalo el gobierno por la ausencia del Virrey y desprestigiados muchos militares espaoles por la actitud que haban tenido, era evidente que solo al pueblo le corresponda el triunfo. El Cabildo Abierto resolvi la prctica destitucin del virrey Sobremonte (con la oposicin del obispo Lu y los miembros de la Audiencia) y tambin la organizacin de cuerpos de milicia para defender Buenos Aires (ver recuadro). En octubre de 1806, las milicias contaban con unos 8.500 hombres, siendo de ellos ms de 5.000 nativos americanos.Vuelven los inglesesNo se equivocaban los porteos en prepararse militarmente. La flota inglesa a las rdenes de Popham continuaba merodeando en el Plata, a la espera de nuevas fuerzas britnicas, las que sumaran 11.000 hombres colocados al mando del teniente general Whitelocke, a fines de 1806.En febrero de 1807, los ingleses recomenzaron su agresin ocupando Montevideo, tras vencer enconada resistencia. Presa de indignacin el pueblo de Buenos Aires se reuni frente al Cabildo exigiendo la absoluta deposicin del virrey Sobremonte, quien se haba radicado en Montevideo despus de lo ocurrido anteriormente en Buenos Aires, y all tuvo tan desacertada conducta como la que haba tenido antes frente a la primera invasin.En junio de 1807, dejando parte de sus efectivos para mantener el control de Montevideo, Whitelocke embarc ms de 7.000 hombres, desembarcando en la Ensenada de Barragn, el 28 y el 29 de junio.El 2 de julio, la avanzada del ejrcito ingls al mando de Gower lleg a los corrales de Miserere, eludiendo a las tropas de Liniers quien haba salido de la ciudad con unos 7.000 hombres a esperarlos en el puente de Glvez. Advertido de la maniobra inglesa, Liniers se dirigi con parte de su ejrcito hacia Miserere, donde libr un desordenado combate a cuyo trmino se desbandaron sus fuerzas. Desmoralizado, Liniers retrocedi a la Chacarita de los Colegiales con algunos efectivos. Por su parte, Gower se detuvo a esperar al grueso del ejrcito ingls.Todo el pueblo en pie de luchaDespus de la derrota de Miserere todo pareca perdido; sin embargo, y a pesar de la crtica situacin, el pueblo de Buenos Aires decidi defender la ciudad del ataque, encabezando la organizacin el alcalde de primer voto del Cabildo, Martn de Alzaga. La Plaza Mayor se convirti en el ncleo de la resistencia y en las calles que convergan hacia ella se levantaron barricadas protegidas por caones.El 5 de julio, rechazada la intimacin por los defensores de la ciudad, Withelocke orden el avance de sus tropas divididas en 13 columnas. Estas deban avanzar sin utilizar las armas, convergiendo por el norte y el sur en un movimiento envolvente sobre la Plaza Mayor. El pueblo de Buenos Aires, favorecido por una diagramacin de sus calles en ngulo recto, resisti heroicamente. La mayora de los hombres en las calles y las mujeres, nios y ancianos en las azoteas y balcones, arrojando todo lo que tenan a mano; los esclavos negros contribuan activamente a hacer de cada casa una fortaleza.El combate se extendi casa por casa, siendo rechazados los ingleses de la mayora de sus objetivos. Mencin especial merece la accin de nuestras mujeres, destacndose en la historia los ejemplos de Martina Cspedes, quien con ayuda de sus tres hijas, y proveyndolos de una bebida alcohlica, redujo a 12 soldados ingleses, siendo nombrada luego por Liniers sargento mayor con sueldo y uniforme, y de Manuela Pedraza, la tucumana, quien pele junto a su marido y cuando ste cay tom el arma para seguir peleando, siendo nombrada alfrez por Liniers y citada en el parte de accin.As las cosas, al llegar la noche los ingleses haban fracasado, pues solo ocupaban los puntos extremos: al sur la Residencia y al norte la Plaza de Toros en el Retiro; el ncleo de la resistencia, la Plaza Mayor, permaneca intacto.Liniers intim a Whitelocke para que su ejrcito evacuara el Ro de la Plata, pero la negociacin fue rechazada al da siguiente (6 de julio). Sin embargo, debido a la actitud enrgica de los defensores, el da 7 el jefe ingls decidi firmar el tratado que pona fin a la lucha. En el transcurso de la Defensa, los ingleses haban perdido unos 2.500 hombres, entre muertos, heridos y prisioneros, y los defensores unos 1.600.Hacia la independenciaEl rechazo de las invasiones inglesas traera importantes consecuencias para las colonias espaolas y abrira el camino hacia la independencia.El levantamiento del pueblo de Buenos Aires contra el invasor, su organizacin en milicias armadas y la prctica imposicin de un gobierno propio en estas circunstancias, reflej por un lado la debilidad del sistema poltico vigente, y por el otro, permiti adquirir conciencia al pueblo de sus propias fuerzas.El poderoso y aguerrido ejrcito ingls haba sido derrotado por milicias en su mayora criollas, las que en su oportunidad estaran capacitadas tambin para enfrentar a los cuerpos espaoles.A pesar de que la direccin del proceso haba quedado en manos de sectores opositores a la independencia, como los que expresaban Alzaga y Liniers, nadie dudaba que tanto la reconquista como la heroica defensa haban sido victorias del esfuerzo popular y era evidente que la fuerza principal era criolla, habiendo hecho su bautismo de fuego quienes se destacaran para dirigir el futuro ejrcito patrio.(De: Eugenio Gastiazoro,Historia argentina, tomo I, Editorial Agora, Buenos Aires, 1986).firma:Escribe Eugenio GastiazoroEdicion:Noticias 2015