jagot, paul - la memoria. método práctico

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Obras de PAUL C JAGOTLA EDUCACION DE LA PALABRA El arte de hablar claramente y de persuasin en. la vida privada, en los negocios y en pblico. EL PODER DE LA VOLUNTAD Mtodo prctico de influencia personal sobre s mismo, sobre los otros y sobre el destino, LA TIMIDEZ VENCIDA Mtodo prctico para adquirir seguridad, firmeza y confianza en uno mismo. PSICOLOGA DEL AMOR El instinto, la sensibilidad y la imaginacin. E1 nacimiento, las evoluciones y la extincin del amor. LA MEMORIA Mtodo prctico para aprender, retener y recordar exactamente y con rapidez. LAS LEYES DEL EXITO Mtodo por el cual se obtiene del esfuerzo personal el mximo de la eficacia realizadora. LA EDUCACION DEL ESTILO Un mtodo simple y prctico para adquirir desenvoltura claridad en la correspondencia, en lo trabajos de redaccin y en la composicin literaria. EL DOMINIO DE SI MISMO Cmo adquirir energa, sobreponerse a la debilidad, dominar loe ifl5tintqs, dirigir el pensamiento, sobreponerse a las emociones y proceder con firmeza. EL INSOMNIO VENCIDO Mtodo prctico para calmar el sistema nervioso y terminar con el insomnio. HIPNOTISMO Reglas para practicar esta rama do las ciencias ocultas. LIBRO RENOVADOR DE LOS NERVIOSOS Sencillo mtodo, al alcance da todos, destinado a normalizar los nervios de los hipersensibles. MAGNETISMO Mtodo sumamente prctico para desarrollar las fuerzas magnticas del individuo. AUTOSUGESTION Reglas para evitar molestias y trastornos de ndole anmica. SUGESTION Extraordinaria obra que complemente en un todo la anterior.

ENCICLOPEDIA DEL HOMBRE QUE TRIUNFA

PAUL C. JAGOT

LA MEMORIAMtodo practico para aprender, retener y recordar exactamente y con rapidezTraduccin directa) por J. O. KROHN

EDITORIAL TORRio de Janeiro 760 BUENOS AIRES

NOCIONES PRELIMINARES 1. Importancia de la memoria. 2. Podemos modificar cada elemento de esta funcin. 3. En ciertas condiciones psquicas, la memoria ampla espontneamente los lmites de sus posibilidades habituales. 4. Cmo obtener una mejora rpida y definitiva. 1. IMPORTANCIA DE LA MEMORIA Jams se podr dedicar excesiva atencin a la educacin de esta misteriosa funcin, cuya incesante actividad cumple la triple funcin de registrar la multitud de nociones, que impresionan nuestros sentidos o solicitan nuestra inteligencia, de conservarlos y recordarlos en momento oportuno. Lograr que tal funcin realice su tarea de igual modo que un secretario dcil y ordenado, es asegurar las ms agradables, ventajosas y altas posibilidades. Entonces se transforma en el ntimo y precioso auxiliar de toda realizacin, en la evocadora mgica de las imgenes demasiado fugaces, en el apoyo de las ms diversas especulaciones intelectuales a donde el espritu gusta de elevarse. La mayor parte de los elementos de valor personal, de tos medios de conocimiento y de accin, se basan en la memoria: tales como la destreza, la rapidez y la seguridad de juicio, el discernimiento de los caracteres, el espritu de rplica, la facilidad de elocucin, la riqueza del estilo, la oportunidad de las resoluciones, la erudicin, la extensin y la multiplicidad del saber, la adaptabilidad, etctera. En las profesiones liberales a que se llega despus de un examen para cuya aprobacin es preciso asimilar antes una verdadera enciclopedia; en los negocios en que el recuerdo fiel del pasado debe guiar las decisiones del presente; en las Bellas Artes que, adems de facultades especiales, requieren una cultura basada en mil matices que la imaginacin debe recordar para impregnarse de ello ampliamente; en la industria, cuyo continuo progreso debe obtener sus directivas de las fuentes diversas, el que quiere lograr una posicin elevada y lucrativa, o, hasta ms modestamente, superar el promedio, no podr lograr sus propsitos si carece de memoria. Y cuntas pequeas ventajas conquistadas, cunto tiempo y dinero ahorrados, cuntas ocasiones frtiles aprovechadas, cuntos descontentos, dificultades y esfuerzos vanos evitados por las personas que, de esa manera, no cometen olvidos y en cualquier oportunidad sienten acudir a su memoria la sntesis de los recuerdos que pueden ser tiles para ellos!. El treinta por ciento de los individuos deploran su insuficiencia mnemnica y comprueban la inercia de su secretario interior, del que no saben lograr el menor servicio, sino a costa de largos y penosos esfuerzos. Mejor que otra cualquiera persona, aprecian la importancia de las ventajas que reporta su buena memoria, y su ms vehemente deseo es transformar la suya. Desde la antigedad, y en todos los tiempos, han existido hombres que se preocuparon de proveer a sus semejantes los medios necesarios para ello. !!Esta es una tarea noble, que el autor del presente volumen va a tratar de proseguir digna y eficazmente. 2. PODEMOS MODIFICAR CADA ELEMENTO DE ESTA FUNCION Pero, realmente puede una persona modificar su memoria, sobre todo despus de haber alcanzado ya una cierta edad? Sin duda alguna. Las consideraciones que exponemos lo establecen slidamente. Ante todo, permitidme que os diga que la aplicacin de los procedimientos descritos ms adelante me ha dado la certidumbre experimental. Dada la condicin actual de vuestra memoria, a priori, parece evidente que, manejndola con mtodo, obtendris un resultado sensiblemente superior! Desde Simonides hasta los recientes trabajos de Fenaigle, Pick, Carvalho, Aim Paris, Loisette Chavauty, Courdavault, Guyot-Daubs, Rollin, etc., todos los autores se han inspirado en el principio anterior para combinar sistemas ingeniosos, con el fin de ayudar a la retencin y recordacin. Esos sistemas han sido ensayados, y su utilizacin no ha obtenido la generalizacin que sus autores deseaban, ello se debe a que fueron concebidos nicamente para el estudio de textos literarios, histricos y filosficos y de cronologas (1).

(1) Los ltimos perfeccionamientos de la Mnemotecnia se deben al abate Chavauty, que ha sabido combinar un sistema capaz de soportar la universalidad de los conocimientos.

Aun cuando con ellos se facilitan tan slo un determinado nmero de operaciones mnemnicas, los mtodos de ese gnero constituan ya una educacin parcial de la memoria, una disciplina intelectual apropiada para favorecer la rectitud de esa funcin. Los resultados a que llegaron aquellos que los han puesto en prctica, demostraron que la memoria poda ser modificada. Adems, despus que se ha dejado de considerarla memoria como una facultad del alma para estudiar la funcin psiconerviosa implicada por su actividad, aparecieron nuevas posibilidades modificadoras, cada uno de cuyos elementos completos almacena y restituye el recuerdo, modificable a su vez. De cada uno de esos elementos depende una determinada caracterstica de la memoria: Ya veremos cmo puede influenciar separadamente todas sus caractersticas y llevarlas a un funcionamiento de conjunto satisfactorio y cuidadosamente acondicionado para el fin propuesto. Toda cualidad o caracterstica do la memoria depende de una causa accesible al esfuerzo voluntario. As, su extensin - a la cual, errneamente, se le asignaran lmites- se ampla por las costumbres metdicas, de orden en las ideas, de clasificacin desde el comienzo, despus de reflexionar y comparar. La rapidez de registro para una materia determinada, es- una cuestin de equilibrio general fsico y psquico, do apetencia intelectual y de entrenamiento. La persistencia del recuerdo es proporcional a la agudeza y a la duracin de la atencin puesta al recibirlo. La exactitud y la precisin de ese recuerdo son determinadas por nuestra capacidad de anlisis. En fin, la oportunidad - esa preciosa cualidad que consiste en que en el momento mismo en que es provechoso que nos inspiremos, vengan espontneamente a solicitar la conciencia todas las nociones tiles- necesita un sutil y juicioso mtodo de asociacin de ideas. La facilidad del recuerdo voluntario depende de las mismas condiciones unidas a una voluntad evocadora concentrada. La vida corriente ofrece a la observacin hechos de los que se deduce que lejos de mostrarse inmutable, la memoria es esencialmente variable en sus manifestaciones. Es as que, hasta la ms defectuosa organizacin mnemnica reproduce fcilmente, y con la mayor nitidez, ciertos hechos, por ejemplo, que impresionaron fuertemente al sujeto. A veces, nos acordamos con toda viveza y precisin de un detalle ntimo conexo a un suceso medio borrado ya de nuestra memoria, porque ese detalle presenta para nosotros un relieve que el suceso no posea. Los soadores, que son, casi todos, muy impresionables, sienten con agudeza, pero conciben sin precisin. Les agrada revivir imaginariamente aquello que les impresion. Poseen una rica coleccin de recuerdos y pueden, frecuentemente, (despus de veinte aos de un cierto accidente, volver a referirlo con una minuciosidad admirable; pero, en cambio, olvidan a menudo importantes utilidades inmediatas. Ciertos elementos de una minora son naturalmente excelentes cuando uno de los ms importantes se encuentra aniquilado por cualquier causa perturbadora. Para muchos sucede as porque cada cul, segn su temperamento, segn el gnero y el grado de su cultura, tiene memoria para ciertas cosas y carece casi totalmente de ella para otras. Nuestras predisposiciones generales nos crean una apetencia de espritu por tal o cual especie de conocimientos, e, inversamente, una indiferencia total, hasta una repugnancia respecto a tal o cual otra. Aunque comprendiendo perfectamente la oportunidad (de aprender, a veces se experimenta una invencible dificultad retentiva; pero si se aprecia esa oportunidad, si se experimenta la necesidad de saber, es posible asimilarse las ideas, las nociones y hasta las palabras, textuales, una por una, con gran facilidad. Como la voluntad, la memoria obtiene de sus motivos un vigor proporcional a su intensidad. Cuando estamos soando, no nos ocurre que revivamos una fase lejana de nuestra existencia, de la que acaso pudiramos acordarnos en estado de vigilia, aunque entonces con mucha menos precisin? Adems, en el transcurso del sueo, cuntos recuerdos que parecan enteramente borrados vienen a agitar nuestro espritu! El fondo ste: sus regiones profundas en que se hunden, faltas de un punto de asociacin, las miradas de sensaciones, de impresiones y de ideas a las que no concedimos sino una fugitiva atencin, toda esa olla podrida parece volver de nuevo a la superficie. Surgidos por no s qu capricho, una multitud disparatada de individuos ya olvidados, de palabras antao vagamente percibidas, de espectculos, que impresionaron nuestra mirada en un pasado a veces lejano de pensamientos cuyo resplandor nos deslumbr durante un segundo cierto da o un instante, manifiestan la huella que han dejado en nosotros.

Todo eso expresa la ductilidad de la funcin que nos ocupa: Ella se hace ms lenta o se acelera, conserva o restituye, o se reproduce ntida o confusamente, segn que tales o cuales palancas la accionen: Aprendamos a conocer y a manejar el mayor nmero posible de esas palancas, y la mquina se volver dcil en su funcionamiento. 3. EN CIERTAS CONDICIONES PSIQUICAS, LA MEMORIA AMPLA ESPONTANEAMENTE LOS LIMITES DE SUS POSIBILIDADES HABITUALES En ciertos estados de hipnosis (1), sobre todo en las fases frustradas y en el sonambulismo, la memoria adquiere una lucidez maravillosa. Los menores hechos del pasado son recordados por el sujeto hipnotizado, quien percibe igualmente las relaciones de causa a efecto que pudieron tener sobre su estado presente las impresiones ya lejanas. Esa posibilidad es utilizada en la psicoterapia para ciertos diagnsticos. He aqu tres casos de ese gnero: - Una extraa fobia: la de los viajes, incluso se manifiesta sbitamente en una mujer normal de unos cuarenta aos de edad, de los ms cortos trayectos y en cualquier vehculo. Esa repugnancia se hace muy pronto irresistible. Dormida por sugestin y por suave friccin del vrtex, se acuerda entonces de haber sido vctima en su infancia de un accidente de vehculo, accidente que tena absolutamente olvidado en estado de vigilia. - Un nio viva con su padre la plataforma del Arco de Triunfo de la Estrella en Pars. A fin de que pueda ver el panorama, su padre le toma en brazos y lo levanta. El nio, presa de vrtigo, comienza a lanzar gritos. Al da siguiente se le declara una ictericia. Veintin aos despus, aquejado de agorafobia, consulta a un mdico, que lo hipnotiza; y de este modo llega a saber que la causa de su actual estado, proceda de la supresin de vrtigo experimentada en su infancia. Otro ejemplo: - Una mujer joven y normal, afectada de una alucinacin visual intermitente, se presenta al doctor G. Durville para someterle su caso: Cada vez que ella se lavaba las manos, el agua que utilizaba le pareca teirse de sangre. El origen de tal trastorno se remontaba a tres aos apenas y la mujer no saba a qu atribuirlo. Dormida por el doctor Durville y sugestionada para que percibiera los elementos de la etiologa de su caso, ella se acord de que a la edad de cinco aos, haba asistido al acto de degollar a un ave cuya sangre salpic sus manos, que se lav inmediatamente. Muy impresionada, qued tan penosamente afectada por tal escena, que cay enferma, Aunque conserv una perturbacin mental generadora de su alucinacin. Los estados febriles que van acompaados de delirio, determinan a menudo una extraordinaria hipermnesia. A menudo hablan de cosas de las que no tenan ni la menor idea y de las que no vuelven a acordarse despus de su curacin. Casi siempre se trata de cosas muy antigua y cuya realidad queda a menudo confirmada por algn testigo. Coleridge cita el caso de una analfabeta que, durante un acceso de fiebre, se puso a disertar en hebreo y en griego. Gracias a la sagacidad de un mdico a quien esa rara manifestacin haba interesado extraordinariamente, se logr saber que la enferma haba sido cocinera de un clrigo que, durante horas enteras, iba y vena por una habitacin, a la que daba la cocina, recitando frases tomadas de los textos sagrados. Muchas de esas frases haban sido registradas inconscientemente por el sujeto y repetidas por ella, palabra por palabra, durante- la fiebre. A la edad de cuatro aos, un nio a consecuencia de una fractura del crneo, hubo de sufrir la trepanacin. Recobrada por l la salud, no conserv ningn recuerdo ni del accidente ni de la operacin. Pero a la edad de quince aos, presa de un delirio febril, describi a su madre la operacin, las personas que a ella asistieron, las ropas que vesta y otros pequeos detalles, todo con gran exactitud. Hasta entonces, jams haba hablado de ello ni haba odo a nadie dar todos esos pormenores (2). Como la trepanacin se efecta necesariamente con anestesia general, el ejemplo precedente muestra que la narcosis va acompaada de un estado psquico que permite registrar un cierto nmero de percepciones.(1) Vase, Mtodo Cientfico-Moderno de Magnetismo, Hipnotismo y Sugestin, del mismo autor. (2) Mathias Duval, citado por Ribot (Les Maladies de la Mmoire ).

El sueo clorofrmico o etrico ha dado lugar a menudo a la comprobacin del recuerdo de las nociones olvidadas, principalmente de dialectos aprendidos en la infancia y abandonados desde haca mucho tiempo. Un viejo forestal - refiere Mathias Duval haba vivido durante su juventud en las fronteras polacas y apenas haba hablado el polons. Despus no haba vivido (1) ms que en distritos alemanes, Sus hijos aseguraron que, desde haca treinta o cuarenta aos, no haba odo ni pronunciado una sola palabra de polaco. Durante una anestesia que dur cerca de dos horas, ese hombre slo habl, rog y cant en polaco. Un cirujano amigo mo me comunic una observacin del mismo gnero. Despus de haberle dormido mediante el ter, efectu una amputacin a un hombre que durante la operacin habl de un documento colocado entre la tapa y la sobrecubierta de un libro de su biblioteca. Se trataba de una carta que haba buscado largamente sin poder acordarse del lugar en que la haba puesto. Puede decirse que todos los modificadores del estado mental actan sobre la memoria de manera que exaltan algunas de sus modalidades poco activas en estado de vigilia, y a veces obnubilan ciertas categoras de recuerdos. Los estupefacientes determinan efectos anlogos a los de los anestsicos. La absorcin de opio, de morfina, de cocana, de haxix, modifica la memoria, y se ha recopilado en ese sentido un nmero considerable de casos de recuerdos de nociones olvidadas desde largo tiempo. Me parece - dice Th. de Quiucey, en sus Confessions dun mangeur dopium - haber vivido setenta aos o un siglo en una noche... Los ms pequeos sucesos de mi juventud, escenas olvidadas de mis primeros aos, eran reavivados a menudo. No puede decirse que las recordada, porque si me las hubiesen referido en estado de vigilia, yo no hubiera sido capaz de reconocerlas como formando parte de mi experiencia pasada. Pero colocadas ante m como lo estaban en sueos, como intuiciones; revestidas de las ms vagas circunstancias y de los sentimientos que las acompaaban, yo las reconoca instantneamente (2). 4. LOS ESTADOS AFECTIVOS EXCITADORES DEL RECUERDO La inminencia de un peligro mortal, una emocin intensa e imprevista, a veces mismo una circunstancia poco importante, a menudo han llevado a la conciencia acontecimientos de importancia profundamente escondidos en la imaginacin. He aqu algunos ejemplos clsicos: El primero lo cita Carpenter en su Mental Phisiology, y es sugestivo desde el doble punto de vista del registro automtico y de la restitucin espontnea de la impresin que se remontan a la primera infancia: Un hombre dotado de un temperamento artstico muy notable (este punto es de notar) fue con unos amigos en excursin a un castillo del Condado de Sussex, del que no tena ningn recuerdo haber visitado antes. Al acercarse a la puerta principal, experiment una viva impresin de haberla visto ya antes, y volva a ver no slo aquella puerta, sino muchas personas montadas en asnos o de pie al lado de stos, bajo el prtico. Esa conviccin singular se impuso en l, tanto, que interrog a su madre a fin de obtener algunas aclaraciones acerca de ese lugar. Supo de ella que, cuando tena diez y seis meses, haba sido llevado en una excursin a aquel lugar, que le haban llevado en un canasto a lomos de un asno, que le haban dejado abajo con los asnos y los criados, mientras que las personas de ms edad se haban instalado para comer encima de la puerta del castillo. El segundo caso proviene del Essay on intellectual power, de Abererombie. Presenta una analoga sorprendente con el precedente: Una seora en el ltimo perodo de una enfermedad crnica, fue conducida al campo desde Londres. Su hijita, que an no hablaba, le fue trada y, despus de una corta entrevista, fue llevada de nuevo a la ciudad. La seora muri algunos das despus. Su hija creci sin acordarse de su madre hasta la edad madura. Fue entonces cuando tuvo ocasin de ver la habitacin en que su madre haba muerto. Aunque ella lo ignoraba, al entrar en la habitacin se estremeci, y como le preguntaran la causa de su emocin, respondi: Tengo la impresin exacta de haber estado en otra poca en esta habitacin. En ese rincn estaba echada una seora que pareca muy enferma y que, indinndose sobre m, llor.(1) Abercronibie, citado por Ribot (Les Maladies de la Mmoire).

(2) Quincey, citado por Ribot (Les Maladies de la Mmoire ).

Es sabido que numerosos individuos llamados de nuevo a la vida despus de haber perdido el conocimiento como consecuencia de una inmersin accidental, han atestiguado la extraordinaria lucidez de los ltimos instantes que precedieron a su sncope. En algunos segundos haban tenido una visin, vertiginosa pero muy precisa, de su vida entera, desde su infancia hasta el momento del accidente. Semejante fenmeno tiene lugar a veces en el momento de la agona y hasta en un peligro muy grave: El hecho siguiente dar una idea de ello: Un hombre de imaginacin extraordinariamente viva, atraves una va frrea en momentos en que un tren llegaba a toda velocidad. No tuvo tiempo sino para tenderse entre los dos rieles. Mientras que el tren pasaba por encima de l, la sensacin del peligro le trajo a la memoria todos los incidentes de su vida, como si hubiera sido abierto ante sus ojos el libro del Juicio Final (1) . SI OBSERVA QUE TODO OCURRE COMO SI NINGUN ESTADO DE CONC1ENCIA, NINGUNA PERCEPCION, NINGUNA IMAGEN DESAPARECERA TOTALMENTE DE LA MEMORIA UNA VEZ REGISTRADA EN ELLA. 5. COMO OBTENER UNA MEMORIA RAPIDA Despus de haberse formado una clara idea de la, retencin mnemnica por el estudio de los datos contenidos en el presente -captulo y en los tres siguientes, el lector aplicar las instrucciones dadas a partir del captulo V. As se situar ante todo en las condiciones tpicas y mentales que favorecen el juego de los elementos de la memoria; despus se estudiar para desarrollar cada uno de ellos. Sucesivamente aprender a dirigir su pensamiento, a concebir una tabla que comporte jodas sus subdivisiones necesarias para clasificar gradualmente las nociones que quiera recordar, para registrar rpida y claramente, para usar sutiles asociaciones de ideas, para situarse en el estado psquico ms favorable al recuerdo, para utilizar los procedimientos mnemotcnicos en la retencin de las cosas difciles de asociar. Los primeros resultados, sern casi instantneos en los ms favorecidos, y no requerirn sino algunos das en las memorias ms rebeldes. Obtenidos esos resultados, los progresos se acentuarn cada vez ms rpidamente y, ayudados de la perseverancia, harn retroceder cada vez ms los lmites de la potencia mnemnica.

n Vislow, citado por Ribot (Les Maladies de la Mmoire ).

PARTE TEORICA * CAPITULO PRIMEROTEORIA ESQUEMTICA DEL FUNCIONAMIENTO DE LA MEMORIA1. Ideas de su automatismo perpetuamente activo. 2 Distribucin. 3. Conservacin. 4. El recuerdo espontneo 5. El recuerdo voluntario. 6. Las asociaciones internas.

1. IDEA DE SU AUTOMATISMO PERPETUAMENTE ACTIVO Cmo se manifiesta esencialmente la memoria? Registra nuestras percepciones, recepciones y conceptos; los almacena desde que desaparecen de la conciencia, y los presenta de nuevo a sta, ya sea espontneamente, ya bajo la accin de la voluntad. El recuerdo recorre, pues, tres etapas: adquisicin, conservacin y recuerdo. Observemos que no son slo las cosas que tratamos de retener que se fijan en la reserva mental, en sta entran tambin nociones que no hemos hecho ningn esfuerzo para apropirnoslas; se infiltra asimismo una cantidad de imgenes y de ideas sobre las cuales nuestro entendimiento ni siquiera se ha detenido el tiempo suficiente para que tengamos conciencia de su

irrupcin. Observemos, por otra parte, que si el recuerdo es en principio, voluntario por definicin, la sucesin de los pensamientos que agitamos - o que nos agitan - a diario, tiende a volver a traer de las profundidades del subconsciente cosas relacionadas con su objeto. Observemos tambin este hecho caracterstico, establecido en el curso del captulo precedente: antes ya de hallarse en estado de comprender, el cerebro del nio puede almacenar recuerdos, de los que no tendr conciencia sino ms tarde. Debemos, pues concebir la funcin que nos ocupa como un automatismo cuya actividad contina siendo para nosotros casi por entero inconsciente. Que prestemos o no atencin, continuamente registramos nociones que se distribuyen ms o menos anrquicamente en el primer caso, ms o menos metdicamente en el segundo. Podemos, pues, definir la memoria como: un automatismo inconsciente. La fisiologa, base racional de la psicologa, no ha adquirido an ms que datos incompletos acerca de esta funcin. Ella ha admitido durante mucho tiempo un paralelismo estrecho entre cerebro y memoria. Actualmente se sabe que el dominio mental es considerablemente ms amplio que el dominio cerebral, Las teoras clsicas no podran dar cuenta de ciertos hechos, sobre todo del orden siempre invariable del olvido de las palabras en la afasia, cualesquiera que sean el punto del cerebro en que comience la leccin y el sentido en que ella evolucione. Un esquema muy sencillo, a falta de una demostracin ms material, nos da la idea general que necesitamos para orientar nuestro trabado. Comparemos la memoria a un cilindro que gira continuamente alrededor de un eje central. Ese cilindro se le supondr aislado del exterior y de la conciencia excepto por una superficie de contacto figurada por el sector OBC del disco de separacin D. Por la abertura OBC, la cara lateral del cilindro, continuando su movimiento de rotacin pone sucesivamente en relacin con la conciencia y con el sensorio todos los sectores que lo componen. Bien entendido que, por esa especie de ventana, nuestros estados anmicos, intelectuales o afectivos, as como nuestras percepciones sensoriales, se ponen en contacto con la mayora y la impresionan ms o menos, segn estemos atentos o distrados. Pero el registro no tiene lugar en los dos casos en forma parecida. 2. DISTRIBUCIN Se efecta automticamente, en el interior del cilindro, una distribucin de todo aquello que entra por el tringulo OBC y, a tal propsito, diremos que el cilindro puede ser considerado como dividido en dos regiones principales: la de los recuerdos asociados, de los, que vamos a ocuparnos, y de los recuerdos esparcidos. En esta ltima figuran aqullos que, sea por una falta de intensidad, sea por la de uno de los puntos de asociacin con una nocin definitiva adquirida, quedan aislados sin ningn punto que los ligue a una cadena ideolgica mediante la cual podamos volver a traerlos a la superficie consciente. La regin de los recuerdos asociados incluye todo aquello de que somos capaces de acordarnos en un estado psquico normal. Desde su entrada en el cilindro por la abertura OBC, toda nocin tiende a asociarse a alguna otra que figure ya en l y con la cual presenta la recin llegada alguna afinidad, es decir, una analoga directa o inversa. Existen centros de cristalizacin hacia los cuales convergen y con los cuales quedan inmediatamente ligados, segn su especie, los recuerdos de diferentes categoras. Por otra parte, tengamos en cuenta que las ideas y las impresiones registradas con continuidad quedan ligadas por un hilo que permite, cuando la primera vuelve a la imaginacin, encontrar sin dificultad todas las que siguen. Los escolares pueden, as, recitar una leccin de la cual no han comprendido absolutamente nada. La sucesin de sonidos que han repetido, en voz alta o mentalmente, ha sido registrada como impresin auditiva global, o bien el aspecto grfico de las palabras ha impresionado su visual como una especie de cadena mrfica continua. En el momento deseado, no tienen sino que pronunciar la primera palabra y recitan el resto sin ningn esfuerzo. En una memoria no cultivada, la iniciativa de la clasificacin es abandonada enteramente al inconsciente (1). Los centros de cristalizacin de que ya he hablado precedentemente, parecen desviar su origen de las profundas idiosincrasias del individuo; se condicionan bajo la influencia de las particularidades psicolgicas: temperamento, tendencia, aptitudes, etc... El individuo cuyo carcter manifiesta un relieve bien claro, el literato innato, el msico innato, el calculador innato, etc., consideran desde sus primeros aos, con un espritu especialmente atento todo lo que les parece tener alguna relacin con su mayor aptitud. Se asimilan fcilmente y recuerdan

slidamente numerosas series de observaciones, de imgenes, de palabras, que se asocian al centro de cristalizacin, representado por la tendencia principal. Las personas voluntariosas que, aun cuando no experimenten ningn agrado por una rama del saber tienden en absoluto a poseerla, sienten que su memoria les es reacia en los primeros esfuerzos que hacen para fijar en ella lo que tratan de aprender. Pero el motivo que acciona su voluntad: la ambicin, el deseo de evolucin o cualquier otro, crea rpidamente en ellas un centro de cristalizacin. A fuerza de repetirse: Es necesario que llegue a aprender esto: es indispensable para la satisfaccin de tal o cual de mis deseos, disminuye en ellas su inercia mnemnica. Pero, faltas de mtodo, a menudo les cuesta mucho ms trabajo del necesario.

3. CONSERVACIN Un clich mental se incrusta, si as puede decirse, slidamente en la imaginacin ya sea porque la impresione vivamente citando la percepcin inicial se acompaa de un estado emocional intenso; ya sea porque, tan agradablemente solicitada est la atencin, que queda absorbida; ya sea, tambin, porque, por un esfuerzo voluntario, se la ha sostenido firmemente en el momento de su registro. La intensidad y la duracin de la atencin desempea, pues, un papel notablemente primordial en el manejo de la funcin mnemnica. Veremos ms adelante, cmo ejercitarlas de manera que su grado normal permita, sin fatiga especial, fijar fcil y definitivamente nuestras adquisiciones intelectuales. Teniendo el recuerdo como sostn la fibra nerviosa y como rgano de recuerdo el cerebro, su conservacin y la oportunidad de su reviviscencia dependen ntimamente de la nutricin cerebral, es decir, de la circulacin. Los espiritualistas, para quienes los centros nerviosos son los instrumentos del alma, as como los materialistas, cuyas singulares teoras hacen urgir la inteligencia de la materia, estn de acuerdo, por lo menos, en un punto: que existe una higiene fsica de la memoria, a la que conviene tener en consideracin. Para volver a nuestra comparacin esquemtica la substancia del cilindro debe ser considerada como viviente. De su vitalidad depende la de los recuerdos que contiene. Adems, su docilidad para llevar de nuevo a la superficie del tringulo OBO las nociones que contiene, a fin de afectar la conciencia cuando ella las solicita, exige una flexibilidad que supone una potencia funcional Suficiente. 4. EL RECUERDO ESPONTANEO Supongamos ahora que en el disco de separacin D hay una segunda abertura triangular OEF, en contacto con la conciencia como el sector OBC. A medida que el hilo del pensamiento se desenvuelve, los diversos(1) vase Psicologa del Amor, del mismo autor

objetos de nuestras cogitaciones impresionan el cilindro por OBC y determinan en l una especie de reflejo ms o menos rpido que lleva a OEF las nociones conexas. Tal es el fenmeno del recuerdo. Su oportunidad depende evidentemente de la lgica habitualmente aportada al encadenamiento de nuestras ideas y de la distribucin ms o menos juiciosa de stas en el interior del cilindro. Tan pronto como la atencin se detiene, cautivada, en las primeras nociones de un recuerdo, el cilindro disminuye la velocidad de su movimiento y su actividad acta del interior al exterior para llevar al tringulo OEF nuevos elementos del recuerdo considerado. Durante el sueo, el cilindro oscila sobre su eje caprichosamente y alienta el ensueo de una manera frecuentemente desordenada. 5. EL RECUERDO VOLUNTARIO Toda tensin voluntaria del espritu inmovilizado sobre un orden de ideas cualquiera, suspende momentneamente el movimiento del cilindro o, por lo menos, disminuye considerablemente la velocidad de su rotacin. Esa tensin produce una abduccin de las nociones conexas al objeto del pensamiento. El recuerdo deliberado parece, pues, estar influenciado por la intensidad de la voluntad.

Si es exacto que una palabra escapa a veces a nuestra memoria en el momento en que nos esforzamos en recordarla, mientras que surgir sin ningn esfuerzo en otro instante, observemos que, en el primer caso, un estado excesivo afectivo o toda otra causa perturbadora de la voluntad disocia esta ltima de la memoria y suprime momentneamente su accin. Cuando estamos tranquilos, recogidos y tenemos sangre fra, sentimos con ms fuerza la oportunidad de recordar una nocin, y ms dcilmente vuelve a presentarse sta en nuestra conciencia. Toda mejora de la voluntad trae consigo una flexibilizacin de la restitucin automtica y, a la menor solicitacin, aporta conocimientos escondidos en nuestra reserva mental. Vuestros conocimientos, de toda naturaleza, estn a vuestra disposicin en esa misteriosa regin, designados aqu bajo la figura de un cilindro, y en ella se relegan as que cesis de prestarle atencin. Si estis muy bien dotados, al menor requerimiento, la palabra, el nmero, la imagen, la idea que os hace falta, instantneamente son hallados de nuevo. Si, al contrario, os ocurre con frecuencia, a pesar de vuestros enrgicos requerimientos, que no logris obtener al instante el documento mental que buscis, es posible que lo poseis sin embargo, tan perfectamente preciso como lo deseis. Propiamente hablando, no es l el que os falta. Es el mecanismo ntimo mediante el cual debiera acudir a vuestra memoria ese documento. Vuestro estado psquico actual no acciona tal mecanismo. Pero sin duda suceder que una hora despus, al da siguiente, o al cabo de ocho das, os encontraris en una condicin psquica que har posible que tenga lugar el accionamiento del mecanismo, que en vano tratis de lograr ahora. Supongamos que vuestro recuerdo carezca de precisin: entonces es que en el momento del registro no ha sido cumplida alguna de las tres condiciones expuestas en el apartado 3. El clis, demasiado plido, puede, empero, acentuarse mucho ms de lo que pudiera esperarse bajo el efecto de la tensin voluntaria, que entonces desempea el papel de un poderoso revelador. 6. LAS ASOCIACIONES INTERNAS No es preciso creer que las diversas nociones permanecen estticas en el interior del cilindro: de sus asociaciones resultan nuevas ideas que se imponen, tarde o temprano, a la conciencia, ya sea porque surjan bruscamente en la superficie del sector OEF, ya sea porque, al detenerse voluntariamente en un sujeto determinado que le es conexo, recordamos por l. Tal es el principio de la sugestin directa, de la que ya indiqu los procedimientos en mi Mtodo cientfico de Magnetismo, Hipnotismo y Sugestin. Inconscientemente, durante el sueo o en estado de vigilia, tiene lugar en la memoria un trabajo. La educacin de esta facultad en un sentido dado, proporciona una rectitud muy interesante a este trabajo criptoide. As se conocen numerosos casos en que la asociacin subconsciente de las ideas ha proporcionado como resultante una obra de valor. Un matemtico fue a dormir luego de haber buscado en vano largamente la solucin de un problema geomtrico. Se durmi y so con l. Al despertar haba obtenido la solucin: algunos de sus elementos, que en el curso de sus pesquisas haban permanecido ocultos en las profundidades del cilindro, haban vuelto de nuevo a la superficie mientras dorma y se haban juntado bajo la influencia generadora de su voluntad (1). Schopenhauer escribi: Mis postulados filosficos se produjeron en m sin mi intervencin, en momento en que mi voluntad estaba como dormida y mi imaginacin no se hallaba encaminada en una direccin prevista de antemano. As, mi persona era como extraa a mi obra. Desde un cierto punto de vista, la memoria parece una especie de alambique en el que nuestros pensamientos, nuestros estados afectivos y nuestras impresiones reaccionan unos sobre otros para dar lugar a las incitaciones ms o menos complejas. Ya lo he demostrado, a propsito de la gnesis de los sentimientos, en mi obra Psicolgica del Amor (2). Es por eso que el control de la memoria es indispensable para dominarse uno mismo, para tener el sueo tranquilo y para verse libre de las influencias de ambiente.

ESQUEMA DEL FUNCIONAMIENTO DE LA MEMORIA

A. Cilindro. 00. Eje. OBC. Comunicacin de la conciencia y de la memoria para la entrada de las nociones. OEF. Comunicacin de la conciencia y de la memoria para recordar. D. Disco aislador.

(1) Vase del mismo autor El Poder de la Voluntad sobre si mismo, sobre los dems, sobre el Destino. (2) Psicologa del Amor: los sentimientos, el corazn, la idea, la seduccin.

CAPITULO IILOS ELEMENTOS DE LA MEMORIA 1. Agudeza sensorial. 2. Agudeza motriz. 3. Agudeza emocional. 4. Sentido esttico. 5. Sentido analtico. 6, Espritu de sntesis. 7. Sentido analgico; 8. Nocin del tiempo. 9. Sentido topogrfico. 10. Cmo se establece el diagnstico de una memoria. 1. AGUDEZA SENSORIAL La agudeza auditiva y visual constituye un determinante de importancia del funcionamiento mnemnico. El nio que prueba a hablar, trata de reproducir sonidos que ha odo emitir y que ha retenido. Ms tarde, a menos de una cultura especial, su vocabulario se limitar a las expresiones de uso corriente en su medio, a pesar de que lea ms o menos, porque, salvo en el caso de una agudeza visual predispuesta a la retencin

de los grafismos, el estudiante tendr siempre ms trabajo para grabar en su memoria las palabras ledas que odas. Aquellos en quienes predomina la agudeza auditiva, ligan la mayor parte de sus recuerdos a sonoridades. Para acordarse de una persona tratan de figurarse la tonalidad de su voz, y, por poco que sta posea un timbre ligeramente especial, se hallan en condiciones de repetir exactamente las conversaciones tenidas con aquella persona en una poca ms o menos lejana. Cuando se trata de una palabra, el auditivo se tiene a la desinencia de tal palabra o a otras anlogas que se escucha pronunciar a fin de provocar un reflejo mnemnico. El visual tiende a basar la mayora de las operaciones de su memoria en su facilidad para registrar las imgenes. Vuelve a encontrar la fisonoma de las personas, el aspecto grfico de las palabras, el cuadro mental de los hechos, la forma y la composicin tipogrfica de la tapa del libro que necesita. 2. AGUDEZA MOTRIZ En aquellos en quienes el sentido muscular est. en su plenitud. El movimiento, la cinemtica, constituye un tercer elemento de la memoria. En el vocabulario, ese sentido condiciona ciertamente la memoria de los verbos y eso es as sin duda porque stos constituyen la ltima clase de palabras que olvidan los afsicos. El hombre dotado de un sentido muscular en alto grado, se acordar mejor de un individuo a quien haya visto actuar que de otros. El gesto, el movimiento, unidos a la frase o a la palabra que oye, le ayudan considerablemente a grabar sta en la imaginacin. Retiene con dificultad los aspectos estticos de la Naturaleza; pero desde que hay animacin en torno suyo, su memoria se activa. Suponemos, bien entendido, para la facilidad de nuestra exposicin, que existe una acentuada prominencia de uno de los elementos de percepcin. El orador que punta sus discursos, mediante los movimientos correlativos a sus palabras ayuda a la formacin de las expresiones. 3. AGUDEZA EMOCIONAL Las personas impresionables son, ante todo, receptivas para sus sensaciones. Para figurarse una persona, una cosa o hasta una idea, tratan de acordarse de la impresin que ella les caus. Convenientemente manejada, esa predisposicin es excelente desde el punto de vista que nos ocupa. Se ven nios absolutamente rebeldes al estudio. A pesar de sus esfuerzos, no llegan a recordar la gramtica o la aritmtica; pero son los nicos para darse cuenta de los actos y los gestos de las personas a quienes observan, de los ms nimios hechos cotidianos que por lo general pasan inadvertidos a todo el mundo. Se trata de nios emocionales a los cuales les es indispensable, para convertirlos en buenos alumnos, que se les exponga el inters subjetivo que para ellos tiene cada materia. Gran nmero de jvenes recuperan lo perdido tan pronto como salen de la adolescencia; pero si su impresionabilidad va unida a una manifiesta insuficiencia intelectual, el problema de su memoria me parece insoluble. En las personas normales, la emocin excita poderosamente la actividad interna y externa del cilindro. As, la msica provoca un aflujo de ideas y de recuerdos de toda naturaleza. Cuando la impresionabilidad se exagera, resn1ta de ello un desorden continuo del pensamiento, del cual se resiente la memoria. 4. SENTIDO ESTETICO Esta predisposicin lleva a acordarse de todas las cosas por comparacin con su modelo ideal. Un grave defecto de proporcin imprime, entonces, enrgicamente una imagen en el espritu. Un objeto, una persona, quedan registrados como presentando tal o cual defecto mrfico. Tal sentido pone en juego las facultades comparativas y ayuda considerablemente al desarrollo de la memoria visual. 5. SENTIDO ANALITICO

Es el ms precioso auxiliar de la memoria. Crea, en efecto, precisas y numerosas asociaciones. Incita al examen profundo de cada nocin, a la busca de las causalidades. Toda conexin presentada por el objeto examinado con otros ya adquiridos, es descubierta y crea un punto de ligazn en el cilindro. El analtico prctico obtiene una idea precisa de todo aquello que llama su atencin. La percepcin y la apreciacin de los menores matices le permiten una clasificacin distinta. Los recuerdos son siempre en l abundantes y seguros. Sus deducciones e inducciones asimismo estn afirmadas slidamente. Puede destacarse en el conocimiento del dominio concreto y adquirir una memoria extraordinaria para las ideas abstractas. Reconstruye fcilmente sus recuerdos con ayuda de la profusin de ideas secundarias que sabe sacar de cada sujeto. Sin embargo, el exceso de la tendencia analtica conduce a perder de vista el conjunto para extraviarse en los detalles. 6. ESPIRITU DE SINTESIS Si, en el estudio de una cuestin, os veis conducidos a buscar inicialmente la manera de condicionaros una idea general; si recordis con facilidad las nociones cuya sustancia lograsteis hacer entrar en una frmula compacta, estis dotados de espritu de sntesis. Esta calificacin, como la precedente, trae siempre consigo una notable facilidad de las operaciones mnemnicas. El sinttico utiliza inconscientemente un excelente mtodo retentivo. Crea ante todo un cuadro en el cual se ordenan y asocian sucesivamente todas las nociones susceptibles de entrar en ella. Y en tanto que le falte al conjunto algn detalle, el sinttico se da cuenta perfectamente de la falta de homogeneidad del contenido de su cuadro. Una vez que sta est completa, ninguno de los elementos que en ella figuran queda olvidado, porque cada uno de ellos forma con el conjunto un bloque slidamente construido. Los sinpticos, es decir, aquellos cuya mentalidad se destaca igualmente en el anlisis como en la sntesis son, a mi juicio, los que estn mejor dotados. 7. SENTIDO ANALOGICO La rpida percepcin de las analogas posible entre un orden de ideas por asimilar y otro ya adquirido, permite un rpido registro. El sentido analgico permite tambin resumir en forma esquemtica, grfica o mental toda clase de cosas que se desea recordar. Las figuras de aspecto extrao que se observan en las obras de ocultismo, provienen de la costumbre, en uso entre los antiguos iniciados, de condensar en dibujos simblicos ciertos puntos secretos de su saber. Las veintids primeras lminas de tarot (1), proveen otros tantos ejemplos de la aplicacin de la analoga a la representacin jeroglfica de las leyes metafsicas. Los mnemotcnicos, a los cuales no escap el valor de la analoga, han hecho de ella el principio de ciertos procedimientos que se hallarn en el captulo XI de sta obra.

(1) Vase mi Tratado de Ciencias Ocultes.

8. NOCION DEL TIEMPO La apreciacin mental de las duraciones ya sea para localizar un recuerdo en el pasado, ya para acordarse en el momento deseado de aquello que se tiene el propsito de llevar a cabo, corresponde a los espritus muy objetivos y bien equilibrados. Los astnicos dilatan, si as puede decirse, las duraciones reales en sus clculos. Los hiperestnicos por el contrario, tienden a acortarlas. A decir verdad, el sentido de las localizaciones en el tiempo no aparece como de utilidad esencial, aunque sea apreciable para concebir las decisiones rpidas y para ordenar la actividad de los das prximos. 9. SENTIDO TOPOGRFICO El sentido topogrfico predispone a esa forma curiosa de memoria que gua el hallazgo de un objeto material abandonado, en un instante de negligencia, entre un desordenado conjunto de otros objetos. Ese sentido facilita asimismo el recuerdo de las trayectorias. Un ejemplo de ello fue dado por un hombre que

fue secuestrado y subido a un automvil por sus agresores, conducido en ste y con los ojos vendados a muchos kilmetros de su residencia y devuelto de igual modo al lugar de donde partiera. Al da siguiente el mismo hombre logr volver a encontrar el inmueble al que haba sido llevado. Para ello se sent en un auto al lado del chofer y, cerrando los ojos, le fue indicando el camino recorrido la vspera. Prcticamente, en la vida, el sentido topogrfico tiene su utilidad cotidiana para aquellos que deben realizar toda clase de recorridos y orientarse rpidamente en lugares siempre nuevos. En el estudio de la Geografa fsica, ese sentido facilita igualmente la tarea. 10. COMO SE ESTABLECE EL DIAGNOSTICO DE UNA MEMORIA Se realizan con el sujeto a examinar las siguientes pruebas: - Prueba de la agudeza auditiva: Repetir lo que se haya retenido de un verso declamado o simplemente ledo delante del sujeto. - Prueba de la agudeza visual: Dar a leer en silencio un texto en prosa. Esta lectura durar un cuarto de hora para cincuenta lneas. El sujeto se esforzar en reconstruirlo por escrito. - Prueba de la agudeza motriz: La declamacin acompaada de gestos; el relato de un combate de boxeo con mmica ante el sujeto o, ms sencillamente, el pasar ante sus ojos un lbum mostrando figuras de baile o posturas gimnsticas, pueden ser utilizados. El sujeto, seguidamente, tratar de enumerar los movimientos que le han sido mostrados. - Prueba de agudeza emocional: Lectura de un relato trgico o emocionante desconocido del sujeto. (Cuentos de Edgard Poe, de De Lorde o alguna cosa anloga). Esa lectura ser rpida e ir seguida inmediatamente de un ensayo de recordacin. Pdase en seguida al sujeto que exponga en su exacta forma literaria un trozo de la novela ms emocionante que haya ledo. - Prueba del sentido esttico: Despus de haber dado a examinar muchos dibujos o fotografas de rostros, unos de proporciones defectuosas, otros de facciones impecables, se solicita una descripcin de ellos. - Prueba del sentido analtico: Propngase un aforismo de una concepcin apropiada a la mentalidad del sujeto, rogndole comentarlo en voz alta o por escritor despus de un corto instante de reflexin. - Prueba del espritu de sntesis: Una cuestin bien conocida del sujeto, su profesin por ejemplo, ser resumida por l en forma de cuadro grfico. Vase cules son sus ideas generales, su amplitud y su homogeneidad. - Prueba del sentido analgico: Tratar de obtener la representacin simblica, bajo la forma de un esquema claramente expresivo de una nocin cualquiera perfectamente asimilada por el sujeto. Esta prueba debe variar segn las mentalidades. Si el examinado fuera inexperto en el arte grfico, se limitar a describir su composicin. - Prueba del tiempo: Apreciacin de tres duraciones distintas: la de leer un texto, la de copiarlo y la de un momento de inaccin. - Prueba del sentido topogrfico: El sujeto describir un trayecto establecido de antemano por el examinador y del que se complicar los detalles de una manera inversamente proporcional a la extensin de sus lmites. Seguidamente, reconstitucin del trayecto. Damos aqu la indicacin general de esas pruebas; su proceso exacto vara necesariamente segn los casos. Por este mtodo sern conocidos aquellos elementos de la memoria cuya debilidad reclama una reeducacin particularmente atenta. Una prctica especial podr ser combinada para cada cual teniendo en cuenta que el sujeto compense sus puntos dbiles mediante el apoyo de stos en sus mejores recursos mnemnicos. Por ejemplo, compensar el defecto de agudeza auditiva con la agudeza emocional, rectificar el exceso de anlisis por ejercicios de sntesis, etc.

CAPITULO IIIDIRECTIVAS DE LA EDUCACION RAZONADA DE LA MEMORIA 1. Aprender a manejar el propio pensamiento. 2. Observar la higiene psicofsica. 3. Crear sus centros de cristalizacin. 4. Poner remedio a las insuficiencias funcionales. 5. Apelar a la potencia de los motivos. 6. Determinarse al esfuerzo. 1. APRENDER A MANEJAR EL PROPIO PENSAMIENTO La primera condicin necesaria al desarrollo de la memoria es la de mantener en el espritu el deseo de mejorarla. Es preciso tomar la determinacin de trabajar diariamente a diversos ejercicios, de esforzarse en pensar de cierta manera, de adoptar a la tendencia anrquica de la actividad intelectual el correctivo de los principios de orden de que hablaremos ms adelante. El papel de la atencin, ya puesto en claro por lo que antecede, exige esfuerzos para acrecentar el dominio de la voluntad sobre la ideacin. Las primeras prcticas que propondr a mis lectores tendrn, pues, como objetivo el hacerle adquirir la posibilidad de pensar detenidamente en un tema elegido y de cesar voluntariamente de pensar en l en un momento previsto. La disciplina mental bastar por s sola, tan poderoso es su efecto directo sobre la memoria. Ella permite, en efecto, disociarse, en el momento del estudio, de todas las impresiones exteriores y de los mltiples incidentes que nos solicitan. Cuando todo el campo de la conciencia est acaparado, el registro se produce con fuerza y sin omisin ni error. La atencin es el buril que graba el recuerdo en la memoria: el manejarlo sin distraccin asegura la formacin de cliss con relieves precisos e inalterables. Para repartir juiciosamente las nociones registradas de manera que se creen excelentes asociaciones, es preciso adquirir la costumbre de regir los propios pensamientos; porque es indispensable analizarlos, apreciar sus relaciones y los diversos rdenes a los cuales conviene unirlo en nuestro espritu. La recordacin literal de un texto descansa enteramente en la continuidad de la atencin. Los extravos de sta tienen como consecuencia lagunas en el recuerdo de un texto y vuelven penoso su estudio, porque cuesta esfuerzos fatigosos cuando, separndose veinte veces del tema estudiado, debe llevarse de nuevo hacia l la conciencia, distrada con cualquier incidente. Con el ejercicio se llega a concentrarse tan bien sobre un trabajo, que se contina aplicado a l durante horas, sin fatiga, desde que son vencidos los primeros impulsos disociadores. En el recuerdo, la concentracin espiritual acelera la actividad mnemnica. Adems, sin ella, la afluencia de los elementos de un recuerdo queda frecuentemente incompleta, lo cual da lugar a errores. Una modalidad de la memoria, para la cual es intil toda demanda, tan defectuoso es en ese caso el dominio del pensamiento, es el olvido voluntario. Nada hay ms irritante, ms penoso, ms avasallador, que el sentirse constreido a ceder a la obsesin del recuerdo de cosas o personas que nos es desagradable ver reaparecer en nuestra imaginacin. La cultura psquica solamente es la que proporciona la libertad interior. El olvido, es decir, el destierro voluntario de los cliss desagradables a la regin de los recuerdos esparcidos (captulo II), se obtiene con la costumbre de manejar el propio pensamiento. Del mismo modo como se crean asociaciones para retener, pueden determinarse disociaciones para olvidar. 2. OBSERVAR LA HIGIENE PSICOFISICA El enorme desgaste de clulas nerviosas efectuado por el trabajo mental, involucra la necesidad absoluta de una nutricin cerebral suficiente. La higiene de la memoria consiste, pues, en asegurar esa nutricin, as como en evitar los excesos de todo orden que agotan las energas orgnicas.

En nuestra poca, existe el artritismo, cuyas primeras manifestaciones afectan el juego de las funciones intelectuales y en especial de la memoria. Esta ditesis se desarrolla con la misma frecuencia entre los hombres que llevan una vida tranquila, metdica, sin intemperaciones aparentes ni desvos de ninguna clase, que se la considera como normal, como inseparable de la edad, cuando no se atribuye a predisposiciones fatales. En realidad, la vida moderna engendra necesariamente el artritismo, porque comporta una alimentacin demasiado copiosa y una atona funcional de los rganos de eliminacin. Entre los alimentos que a diario ingerimos, hay un gran nmero a los cuales se recurre de continuo como fortificantes indispensables y otros que se relegan como accesorios porque su composicin parece dar un aporte menos rico al organismo. Se olvida un aspecto importante de la cuestin, la del desgaste interno ocasionado: 1 por la elaboracin en el seno de los rganos digestivos de los productos tiles procedentes de un alimento cualquiera, y 2 por la eliminacin de los residuos que dicho alimento desprende. No se tienen en cuenta las toxinas resultantes de la fermentacin intestinal implicada por la composicin de nuestros mens. Tambin, insensiblemente, nuestros tejidos se impregnan de toxinas que los desorganizan, que ponen trabas a las funciones, que debilitan la resistencia de los rganos y disminuyen as todas nuestras potencialidades. Por su alimentaci6n deplorable, escribe con razn, el doctor Gastn Durville (1), el hombre ha dilatado e inflamado su estmago, fatigado su hgado y sus riones e irritado su intestino; ha hecho ms lenta su circulacin e intoxicado su sistema nervioso; ha gastado sus reservas vitales, y ha falseado sus resistencias a la enfermedad. Sus taras las ha transmitido a su descendencia en forma de debilidad congnita, fsica y moral, de anemia o de ese terreno mrbido que se llama temperamento. Como ya lo demostr en mi obra El poder de la Voluntad (2), nadie se fortalece ni fsica ni moralmente sobrealimentndose, sino ms bien equilibrando la asimilacin y la eliminacin de los residuos mediante una composicin juiciosa de la alimentacin, por medio de una actividad respiratoria suficiente mediante el frecuente uso de reacciones circulatorias, especialmente de la hidroterapia. Un estado gastrointestinal perfecto que engendre sangre rica y abundantemente oxigenada, por una respiracin activa son, junto con una circulacin homognea, las primeras condiciones de la potencia mnemnica. 3. CREAR SUS CENTROS DE CRISTALIZACION Despus de haber tenido en cuenta lo que precede, se tiene lcida y clara la imaginacin para emprender la clasificacin de la propia memoria, ya hemos visto cmo tiene lugar la distribucin espontnea de los recuerdos en el interior del cilindro y, especialmente, su asociacin respectiva a aquel de nuestros centros de cristalizacin a que pertenecen. Para continuar usando mi comparacin del captulo primero, dir: fabricad con vuestro cilindro discos, cada uno de los cuales represente una seccin de vuestros conocimientos y que gire en derredor de un centro de cristalizacin que figure uno de los motivos que animen vuestra vida mental. Por artificial que sea, esta comparacin se ajusta exactamente a la realidad. En el captulo VII veremos cmo hay que proceder exactamente para lograr la constitucin de una especie de fichero intelectual tan bien clasificado y de un empleo tan sencillo como el de un repertorio material. Los dos grandes principios de la conservacin del recuerdo son, segn la opinin unnime de todos los autores: la asociacin anloga y la repeticin mental. Siguiendo mi sistema, aplicaris automticamente esas dos leyes. As, en el momento en que concentris vuestra atencin en cualquier cosa que queris fijar en vuestro espritu, deberis: 1 Apreciar rpidamente a qu orden general de ideas pertenece esa cosa (operacin preliminar en toda clasificacin); 2 Buscar aquello que ya sabis sobre el mismo sujeto, a fin de encontrar la nocin ms anloga a aquello que deseis fijar (dicho en otras palabras: descubrir en vuestras fichas mentales aquellas entre las cuales debe colocarse la nueva)

(1) La Cura naturalista. Para conservar el vigor y sanar sin medicamentos , por el doctor G. Durville. (2) De esta Editorial.

3 Mantener durante un corto instante vuestro pensamiento fijo en la nocin a registrar y en sus anlogas contiguas ya clasificadas (dicho de otro modo: poner la nueva ficha en su lugar). Del mismo modo, las diferentes secciones de vuestros diversos rdenes de conocimientos van desfilando sucesivamente ante vuestra conciencia, lo cual hace ms y ms firme su incrustacin. As cmo para una biblioteca o un fichero, cada cual adopta un orden combinado segn los giros de su imaginacin, la clasificacin de las ideas debe ser concebida por cada persona segn su naturaleza. Sin embargo, en el captulo VIII daremos un ejemplo que podr servir para inspirarse. 4. PONER REMEDIO A LAS INSUFICIENCIAS FUNCIONALES Ya hemos visto cmo reaccionan sobre la memoria los condicionamientos orgnicos. El diagnstico de las insuficiencias puede establecerse metdicamente segn los principios indicados en el captulo III. En seguida se eligen aquellos ejercicios, que damos en la parte prctica, que parezcan convenir, y se llevan a cabo puntualmente. Otros muchos anlogos sern combinados por la iniciativa del lector. Segn el caso, se ejecutan prcticas que ejercitan la agudeza auditiva, la agudeza visual, el espritu analtico, el sentido de las duraciones, etc. En la mayora de los casos, no ser siquiera necesario recurrir a los ejercicios: las insuficiencias desaparecern por s mismas por la aplicacin de los principios generales de mi mtodo que lleva consigo, homogneamente, todos los elementos de la memoria. 5. APELAR A LA POTENCIA DE LOS MOTIVOS PENSAMIENTO El inters que se pone en una cuestin anima la actividad intelectual y crea una condicin receptiva que facilita en el ms alto grado la asimilacin y la retencin. Tambin conviene, antes de emprender el estudio de una materia, meditar sobre todos los motivos susceptibles de hacrnosla agradable. Esta meditacin constituye la mejor forma de autosugestin para desarrollar la memoria (1). No existe en el conjunto de los conocimientos humanos tericos o prcticos, rama alguna tan rida que no pueda hallarse en ella algn placer directo. Pero a falta de este ltimo, recurrid a la oportunidad personal de vuestros estudios. Examinad largamente este estudio. Representaos las ventajas del medio, si no podis considerarlo como objetivo inmediato. As asociaris tan estrechamente la cuestin a vuestra ambicin, a vuestro inters, a vuestro deseo de progreso, de superioridad o de beneficio, que no tardaris en experimentar un deseo de asimilacin que ayudarn considerablemente vuestro trabajo. La objetivacin mental, esa prctica de cultura psquica recomendada en una de mis obras precedentes (2) como fuente de energa de resultados sorprendentes. Consiste en representarse mentalmente, bajo una forma concreta, todas las consecuencias de una accin o de una omisin, del control de s mismo o de la negligencia, de la actividad aplicada y metdica o de la ociosidad. Observad que cuando falta la energa de la voluntad, invariablemente se descubre la causa, y que reside, ya sea en una mala higiene que intoxica el cerebro o en una insuficiencia de las operaciones del juicio. Esta ltima consiste esencialmente en que todos los elementos (los motivos) del juicio escapan en parte a la conciencia y no despiertan una atencin lo bastante sostenida. Alguien ha dicho El hombre que no acta de acuerdo con lo que piensa, piensa incompletamente. La objetivacin obliga al espritu a que piense completamente. Ella impone poco a poco sus conclusiones a la inercia. 6. DETERMINARSE AL ESFUERZO Las obras sobre la educacin mental, que eran casi desconocidas hace un cuarto de siglo, han adquirido un lugar cada vez ms importante en el ramo editorial. Las primeras; traducidas del ingls, procedan de Norteamrica o de Inglaterra. Su xito fue inmenso. Despus se escribieron ya en el Continente europeo en nmero considerable que ha vulgarizado la cultura psquica y ha encontrado adeptos para ella en todas

(1) La autosugestin convenientemente ejecutada permite obtener todas las modificaciones posibles del carcter. Se podr, en caso deseado poseer a fondo la teora y la prctica de ese medio de accin, recurriendo para ello al Mtodo Cientfico Moderno de Magnetismo Hipnotismo y Sugestin y al tratado El poder de la Voluntad, del mismo autor. (2) El Poder de la Voluntad, sobre si mismo, sobre los dems, sobre el Destino, del mismo autor.

las clases de la sociedad. Hasta en las regiones agrarias ms alejadas, se han interesado profundamente en el desarrollo de la personalidad. Ese progreso, del que los psiquistas de las diferentes escuelas pueden mostrarse sinceramente satisfechos, sin embargo deja lamentar, en el mayor nmero de los casos, la insuficiencia de aplicacin prctica de los principios cuya difusin viene asegurada por el libro. Por lo general, el lector seducido por las posibilidades prometidas, compra la obra, la estudia, se adhiere sin restricciones a la tesis que en ella encuentra, comprende perfectamente la necesidad y la eficacia de los principios que de ella se desprenden, y se decidea procurarse otro tratado para conseguir nuevas nociones. As se constituye una interesante biblioteca, a cuyas diversas unidades consagran a veces algn momento de ocio; pero raramente sabe librarse del vampirismo o tirana de las costumbres arraigadas en l, para aplicar prcticamente las instrucciones de autocultura psquica. Y a pesar de eso, cada cual se imagina que est algo transformado. Algunos hasta creen sinceramente haber obtenido resultados. En efecto, la autosugestin inconsciente operada por la lectura pura y simple del gnero de literatura de que estoy ocupndome, trae consigo a veces, automticamente, algunas modificaciones ms o menos importantes en la manera de actuar. Pero la totalidad y la plenitud de los resultados que preconizan los apstoles del poder modificador del hombre sobre s mismo, no podrn gratificar espontneamente a nadie. Vosotros, los que me leis, cuidaos de no caer en la trampa del engranaje rutinario. Determinaos a poner en prctica las indicaciones que seguirn,. Empezad as que las hayis ledo. Juzgad, mediante una experiencia propia leal, la eficacia de mi mtodo, y obtendris rpidamente una perfecta memoria, flexible, rpida y exacta.

PARTE PRCTICA CAPITULO IV1. Ejercicio fundamental indispensable. 2. Ejercicios que desarrollan a la vez la agudeza sensorial y la atencin. 3, Cultivo de la agudeza emocional. 4. Algunas palabras sobre el sentido esttico. 5. Ejercicios de anlisis. 6. Ejercicios de sntesis. 7. Cmo se reeducan la nocin del tiempo y el sentido topogrfico. 1. EJERCICIO FUNDAMENTAL INDISPENSABLE Elegid tres temas de meditacin bien distintos: por ejemplo, una cuestin personal, un asunto profesional y un tema filosfico. Colocad ante vosotros vuestro reloj y mirad la hora. Aplicaos inmediatamente a pensar tan slo en la primera de vuestras tres cuestiones. Concededle toda vuestra atencin. Si no sois ya, en cierta medida, dueos de vuestra ideacin, bien pronto os sorprenderis al veros metidos en un incidente que os alejar ms o menos del tema. No os desanimis: conducid de nuevo una, dos, veinte veces vuestra conciencia a la cuestin elegida y continuad as durante diez minutos. Pasad en seguida, bruscamente, a la segunda cuestin y, en fin, diez minutos despus, a la tercera. Cuanto ms dificultoso encontris ese trabajo, ms os convendr obstinaros en l. Cuando hayis logrado la perfeccin, elegid temas ridos totalmente ausentes hasta entonces de vuestras preocupaciones y buscad ideas que se relacionen con ellos, Os quedaris sorprendidos del gran nmero de ellas que encontrareis. He aqu una variante del ejercicio precedente, la denominada Ejercicio de los ficheros cerebrales. Slo con ste se modifica seriamente la memoria. Es debido al doctor Gastn Durville, quien lo expone as en su obra La cure naturiste: Durante cinco minutos, reloj en mano, pensad en un tema dado, por ejemplo, en vuestro ltimo paseo; en esos cinco minutos, y sin tolerar un pensamiento extrao, reved, mentalmente, lo que hayis visto, observado, hecho...; no dejis que se entremezclen los recuerdos de una manera desordenada: en vuestra

exposicin mental debe haber orden, mtodo; cada hecho deber estar en su lugar y con su verdadero valor. Despus de cinco minutos, cerrad bruscamente el fichero Paseo, es decir, arrojad de pronto lejos de vosotros todo pensamiento concerniente al paseo y echad mano de otro fichero; pensad, por ejemplo, en vuestro ltimo trabajo intelectual o manual; durante cinco minutos exactamente, reloj en mano, repetos bruscamente lo que habis logrado en ese ltimo trabajo, en qu ha consistido, cmo lo habis llevado a cabo, etc... Despus, cerrad el fichero Trabajo bruscamente y recurrid a otro; por ejemplo, el de la mejora de vuestro carcter, y durante cinco minutos no pensis ms que en los progresos adquiridos, en los que os quedan por hacer, en las resoluciones tomadas y por tomar, etctera. Despus, interrumpid la experiencia. Quince minutos en total, por da, son suficientes. Cuando os hayis habituado a manejar los ficheros cerebrales, inmediatamente sabris pensar en lo qu os gusta, en lo que os es intil, en lo que os es agradable. Seris vosotros los que ordenaris vuestro pensamiento en vez de ser gobernado ste por las circunstancias: sabris evitar el ser invadido por ideas parsitas, obsesionantes o por lo menos intiles. Sabris librar vuestro pensamiento de las trabas que conturban la vida de tantas personas: habris adquirido el arte de saber trabajar cuando queris hacerlo, el arte de descansar cuando deseis detener vuestra mquina cerebral, el arte de dormir por la noche a pesar de vuestras preocupaciones, y el arte de arreglar las cuestiones difciles cuando sea necesario. 2. EJERCICIOS QUE DESARROLLAN A LA VEZ LA AGUDEZA SENSORIAL Y LA ATENCION Ejercicio N 1 (Vista). Tomad un objeto usual por ejemplo, una llave, colocadla ante vosotros sobre una mesa. Recorred con la mirada sus diferentes contornos, y, despus de haber repetido atentamente esa operacin varias veces, cerrad los ojos y tratad de acordaros mentalmente, con precisin, de la forma exacta de la llave. Probablemente muchos detalles de ella sern omitidos en esta primera tentativa de recordacin. Entonces har falta mirar nuevamente el objeto y estudiar sus detalles; despus, volved a cerrar los ojos y completad vuestra imagen mental hasta que sea perfecta, aunque, para ello, os sea preciso recurrir muchas veces, al modelo. Cuando creis haber retenido por entero la forma de la llave, dibujadla, de memoria, en un papel y comparad vuestro croquis con el original. Acaso descubriris entonces olvidos que necesitarn una nueva contemplacin, seguida de otro dibujo. Para llegar tan rpidamente como sea posible a la perfeccin, sed metdicos. Fijad vuestra atencin en las proporciones generales del objeto. Comparad su longitud (despus de haberla calculado) con la anchura de la parte superior y con la de la inferior. Estudiad en seguida por separado esas dos partes aquilatando sus respectivas superficies, y, finalmente, ocupaos de los pormenores de la parte inferior. No es indispensable llegar a dibujar el modelo en su dimensin, pero por lo menos hay que ejecutar un boceto de proporciones exactas. Ejercicio N 2 (Odo). Para este ejercicio, a menos de poseer un gramfono, es preciso contar con el concurso benvolo de un msico cualquiera o de un cantor, a fin de que sea posible or muchas veces un aire o un tema musical. Durante la primera audicin deberis abandonaros por entero a la impresin sin hacer ningn esfuerzo para analizar o para retenerla. Algunos minutos despus del fin de la ejecucin, tratad de repetiros vocalmente o mentalmente algunos pequeos trozos. Escuchad una segunda ejecucin, esta vez con el fin de retener las primeras y las ltimas notas, y, despus, tratad de recordarlas. Procurad encontrarlas. Una tercera audicin os permitir comprobar la exactitud de vuestro recuerdo y recordar una nueva serie de sonidos; unos, a continuacin de los primeros compases ya retenidos; otros, precediendo a los ltimos igualmente registrados. Continuando de ese modo, lograris fijar en vuestra mente el conjunto del trozo musical; os haris cargo de sus matices, de los diversos movimientos de las pausas, etc. Entonces ser necesario encontrar la manera de procuraros la ilusin de que estis oyendo una nueva ejecucin en vuestro interior, recordando el sonido exacto del instrumento o de la voz del ejecutante. A falta de los medios necesarios para practicar el ejercicio que precede, ejercitaos simplemente en recordar diversos sonidos: el tintineo de una moneda, el grito de un animal, la voz de una persona oda con frecuencia u otras cosas anlogas. Todo eso puede ser reemplazado por el ensayo de repeticin de una

composicin potica de versos muy musicales que se le har previamente a un amigo. Las poesas de Alberto Samain son muy apropiadas para este ejercicio (1). Ejercicio N 3 (Tacto). Disponed delante de vosotros, sobre una mesa, diferentes objetos constituidos de diversas materias madera, metal, piedra, papel, tela, etc. Cerrad los ojos y palpad sucesivamente cada objeto sostenindole en vuestras manos. Poned toda vuestra atencin en la impresin tctil que conservaris de cada contacto. En seguida, tratad de recordar las sensaciones experimentadas por vuestro tacto en lo que se refiere a cada objeto por separado. Volved a efectuar muchas veces esa doble operacin, procurando que vuestro recuerdo se halle cada vez ms cerca de la realidad. Despus de haber operado con substancias muy distintas, utilizad una serie de objetos menos dispares. Por ejemplo, diferentes muestras de tejidos de lana, algodn, hilo, seda, crep, sarga, pao, etc. Proceded como en el caso anterior. Finalmente podris tratar de distinguir pasando vuestros dedos sobre la superficie impresa de un juego de naipes, el pequeo relieve que queda al ser impreso cada uno de ellos. Ciertos ilusionistas han llegado as a poder distinguir instantneamente las cartas sacadas de una baraja. Para ello hacen que numerosas personas elijan sucesivamente en sta varias cartas, y en el momento en que se les da cada naipe para volver a colocarlo entre los dems, pasan los dedos sobre la superficie de l y dicen a cada cual la carta que eligi. La agudeza tctil tiene utilidad directa en numerosas profesiones. Ejercicio N 4 (Olfato). Como para los ejercicios anteriores relativos al odo, ser conveniente en este caso preparar un pequeo dispositivo: una docena de frasquitos, que contengan substancias de diverso olor y una segunda serie conteniendo productos de aroma semejante pero de intensidad variable (por ejemplo, muchas cualidades de agua de Colonia). Como es natural conviene empezar por la serie de perfumes variados despus de haber aspirado largo tiempo cada frasquito se repite la operacin mentalmente y luego se colocan los frascos en lnea, acercando muchas veces las narices a sus bocas, del primero al ltimo, despus de lo cual se trata de recordar los aromas de toda la serie. Hay que procurar no limitarse a la adquisicin de la diferencia de los perfumes, sino procurar revivir ntegramente, la impresin obtenida al aspirar cada uno de ellos. La segunda serie de frasquitos se estudia de la misma manera.(1) Albert Samain es un autor francs. En castellano podra utilizarse las poesas de un escritor espaol. N. del T.

Para terminar pueden numerarse los frasquitos o pegarles una etiqueta; y, tomando uno a azar, pasar algunos minutos tratando de acordarse de la sensacin olfativa producida por su contenido, constatar inmediatamente a otro para proceder con l de igual modo. Todos estos ejercicios tienen la doble ventaja de habituar las diversas modalidades de la atencin y de acrecentar la agudeza sensorial. Ejercicio N 5 (Gusto). Lo mismo que para los otros cuatro sentidos, ser conveniente ejercitar el gusto, porque la agudeza sensorial debe ser homognea. Por otra parte, al concentrar la atencin sobre diferentes sujetos u objetos, a sta se le da flexibilidad. En este caso no se precisa utilizar modelos, porque frecuentemente se tiene ocasin de comprobar el sabor de diversos comestibles. Basta con redactar algunas listas de manjares muy diferentes, o anlogos pero de cualidades diversas. Segn el mtodo ya empleado, se trabaja primero con la serie ms diferente, para terminar con la menos diferenciada. Ejercicio acumulativo. Este ejercicio consiste en buscar todas las percepciones que es posible obtener de un objeto dado. As, la llave que hemos estudiado visualmente mirada, palpada, olida, arrojada al suelo o sobre el mrmol o una superf1cie metlica, y llevada por ltimo a la boca. Si se experimentara alguna repugnancia en este ltimo contacto, ser conveniente recordar que el dominio de los sentidos ayuda al desarrollo de su agudeza. Despus de haber visto as, tocado, olido, odo y gustado el mismo objeto, se busca el recuerdo de las diversas sensaciones experimentadas y se repite todo el ejercicio hasta lograr una exacta coincidencia entre la realidad y la imaginacin. 3. CULTIVO DE LA AGUDEZA EMOCIONAL

Cuando la impresionabilidad es exagerada, enfermiza, su influencia altera el juego del sistema nervioso, falsea el juicio, dispersa la atencin y desorganiza la memoria. El remedio ms eficaz para ese estado lo constituye la gimnasia respiratoria. Esa palabra gimnasia no debe atemorizar a los dbiles: la prctica de la respiracin profunda, asequible a todos, fortifica el fsico y como asimismo a la moral. Qu proporcin de personas robustas se ha1la, por otra parte, en esos salones sobrecalentados en que la costumbre impulsa en la actualidad a las parejas a agotarse durante largas horas en bailes ms o menos grotescos? He aqu cmo deben comenzar los dbiles: Tenderse en el suelo, provisto, si as se desea, de una alfombra o de un colchn. Sacarse las ropas susceptibles de poner obstculos a los movimientos. Dejar que entre el aire por el balcn o ventana abierto de par en par. Aguardar inmvil algunos instantes - La posicin decbito supina, con la cabeza a nivel del cuerpo, regulariza por s misma la respiracin y proporciona una sensacin de bienestar muy propicia al ligero esfuerzo que sigue: Levantar los brazos perpendicularmente al cuerpo tenindolos muy derechos y rigurosamente paralelos; proseguir ese movimiento hasta que las manos, extendidas sin rigidez, toquen el suelo por detrs de la cabeza. Gradualmente, repetir, dos, cuatro, diez, treinta veces ese mismo ejercicio, que sin forzar la capacidad respiratoria tiende a acrecentarla poco a poco. Si, contrariamente al caso anterior, se trata de aumentar la agudeza emocional, se recurrir a la msica y a los espectculos. Recordemos que la falta de sensibilidad perjudica siempre al intelecto. La receptividad emocional es un medio de conocimiento sin el cual se est incompleto. La naturaleza de las impresiones que estimula con mayor actividad y ms sanamente a pensamiento, es la que ms conviene. 4. ALGUNAS PALABRAS SOBRE EL SENTIDO ESTETICO Ya hemos visto que este sentido sirve a veces de punto de referencia para la memoria. Unido a la agudeza visual y a la agudeza emocional, su educacin otorgar siempre algunas ventajas a la memoria. La extensin de esta obra no me permite explayarme ms acerca de ese punto secundario que, sin embargo, me he visto obligado a sealar.

5. EJERCICIOS DE ANLISIS El entendimiento del sentido analtico no podra efectuarse de un modo semejante para todos los grados de cultura. Cada cual debe elegir entre los ejercicios que siguen: Ejercicio N 1. A propsito de un objeto de uso corriente, formulaos las siguientes preguntas: Qu era primitivamente la substancia de que est compuesto? Por qu causa esa materia ha cambiado de estado? Qu transformaciones sucesivas ha sufrido el objeto Qu relaciones presenta con otros objetos? En qu puede ser empleado? De qu conocimientos depende y cules son los que puede ayudar a adquirir? En qu se convertir con el correr del tiempo? Cul es vuestra opinin sobre tal objeto? Justificad esa opinin. Ejercicio N 2. Observad a un individuo cualquiera y procurad sacar de esa inspeccin el mayor nmero posible de indicaciones sobre su personalidad, su carcter (1), su profesin, su objetivo inmediato, etc. Ejercicio N 3. Tomad al azar una palabra en vuestro diccionario y, reflexionando sobre su significado y sobre las ideas inmediatamente relacionadas con ste, redactad en cien lneas vuestras consideraciones. Nada de fraseologa: ideas.

Ejercicio N 4. Leed diez lneas de filosofa o de metafsica y estudiad su sentido durante media hora de atencin solamente. 6. EJERCICIOS DE SINTESIS Ejercicio N 1. Elegid un libro, una cuestin, una ciencia que conozcis bien y resumid, ordenndolas convenientemente, todas las nociones que poseis sobre el tema elegido. Ejercicio N 2. Dadas muchas proposiciones, de las que habris analizado suficientemente el sentido mediante meditacin analtica, ensayad de combinar otra tan concisa como sea posible y de la cual puedan desprenderse las tres primeras. Ejercicio N 3. De una serie de hechos de la misma naturaleza deducid una ley general. La meditacin de los smbolos de toda especie ejercita a la vez el anlisis, la sntesis y la analoga. Los lectores de mi Tratado de las ciencias ocultas se dedicarn con ventaja al ensayo siguiente: dado el significado de uno de los jeroglficos del tarot, tratad de expresarlo por una imagen distinta, de la que figura en el juego. 7. COMO SE REEDUCAN LA NOCION DEL TIEMPO Y EL SENTIDO TOPOGRAFICO El ejercicio de los ficheros cerebrales efectuado con muchos acontecimientos en diversas pocas del pasado est muy indicado en este caso. Despus de haber detenido el pensamiento cada suceso, recordad brevemente los principales hechos de vuestra vida hasta la poca presente, esforzndoos en precisar la fecha. Esos rpidos anlisis retrospectivos, esas vistas de conjunto tomadas del tiempo pasado, aunque secundarias, no deben ser descuidadas. Cuantos mejores elementos posea la memoria ms fcil es su funcionamiento. Mientras trabajis, o recorris un trayecto, acordaos alguna vez de apreciar el tiempo que en ello tardis y de comprobarlo. Poco a poco, los errores de vuestras evaluaciones se irn rectificando. Observad que un mismo espacio de tiempo parece ms largo cuando esperarnos ms o menos impacientemente alguna cosa y ms corto cuando vuestra atmsfera moral es armoniosa.

(1) Vase mi sistema de lectura del carcter por el rostro.

En la vida prctica, cada vez que resolvemos efectuar una tarea en un da prximo, o tener una cita, debiramos calcular mentalmente su duracin, ver del mismo modo las otras ocupaciones proyectadas para ese da y anotar las hojas aun disponibles en aquella fecha. La agenda de bolsillo tambin sirve para ello, pero no ejerce ella la nocin del tiempo. En El Poder de la Voluntad ya he indicado los mtodos de control del empleo de la jornada, que tambin sirven ventajosamente para el cultivo de la memoria. El principio de las representaciones grficas por abcisas y ordenadas tiene su aplicacin en la educacin del sentido topogrfico. Para orientarse en una ciudad desconocida, es conveniente examinar primero el plano de dicha poblacin, en el que se trazan dos ejes perpendiculares uno a otro. Comparando la posicin respectiva de las arterias principales, monumentos, lugares pblicos de la ciudad, con la interseccin de los dos ejes citados, se crea una serie de puntos de referencia cuya retencin mental pocas veces ser considerada como difcil. Para orientarse es preciso, contrariamente a lo que hacen los que siguen el nombre de las calles en su Baedeeker, esforzarse en retener en la memoria grandes subdivisiones y despus subdividir, adems, cada una de stas ltimas basndose siempre en perpendiculares y paralelas. Para conocer rpidamente una localidad, primero se recorren las dos lneas perpendiculares, cada una de las cuales divide la superficie de la poblacin en dos partes casi iguales. Cada una de las cuartas partes as delimitadas se estudia, enseguida, separadamente, mediante el recorrido de los dos ejes y la exploracin sumaria de las dieciseisavas partes resultantes. El registro contiguo de los principales puntos de referencia y de los nombres de las vas secundarias que se encuentran, predispone a su recuerdo en igual orden. Lo

que en esa atrayente exploracin ejercita sobre todo el sentido topogrfico es la apreciacin mental de cada punto de referencia frente a los dems. Se recuerda, as, la forma de tringulo determinado por tres puntos de referencia, del cuadriltero formado por otro punto y los tres primeros, etc. Cuando se ha convertido el plano de la ciudad en una serie de figuras geomtricas cuyos ngulos indican lugares especiales (estaciones, plazas, Intendencia Municipal, museos, usinas, estatuas, edificios, etc.), puede emplearse el sistema de las tablas de recordacin (captulo X para retener el nombre de las calles de cada seccin.

CAPITULO VHIGIENE DE LA MEMORIA 1. Alimentacin racional. 2. Cultura fsica. 3. No debern usarse txicos. 4. El descanso. 1. ALIMENTACION RACIONAL La mayora de los que deploran alguna insuficiencia intelectual o, hasta un trastorno cerebral de importancia ms o menos grave, experimentan pura y simplemente la resultante de una intoxicacin alimenticia. Aunque en ciertos casos el estado general parece perfecto, (lo que demuestra una mejor resistencia de los principales rganos de la vida vegetativa que de los aparatos de relacin), las alteraciones de la memoria estn casi siempre relacionadas con un desequilibrio nutritivo. Segn eso, prohibamos el empleo de comestibles que producen detritos nocivos y embarazosos, disminuyamos la cantidad de las comidas y compensemos la atona eliminatriz determinada por el sedentarismo imponindonos un ejercicio suficiente. En El Poder de la Voluntad he expuesto en detalle los principios de la alimentacin racional. He demostrado all claramente que un manjar fortalece, no en la medida que como alimento nutritivo indica su composicin qumica, sino en la diferencia que exista entre lo que aporta al organismo y lo que gasta de energa interna en el curso de la digestin y de la desintegracin. No queriendo efectuar repeticiones intiles, voy a limitarme aqu a recordar la lista de los alimentos entre los cuales debe limitarse estrictamente a elegir quien quiera tener en cuenta la higiene de la memoria. Todos los comestibles que no se mencionan a continuacin, deben ser descartados, sin ninguna excepcin. Lista de los alimentos que aportan al organismo un mximo do confortacin y que no exigen de l sino un mnimo de elaboracin. Son los que producen menos toxinas (1). Vaca (filet, falso-filet, rumsteak, beafteack). Carnero (costillas y paleta). Conejo. Paloma. Pollo. Jamn. Pescados de ro muy frescos. Pescados de mar: arenques frescos, raya, merluza. Cuzanse con agua, sense o franse con aceite. Pescadilla asada. Ostras (ningn otro crustceo, sea el que fuere). Pastas. Harinas de trigo, alforfn, avena, cebada y maz. Pan con mucha corteza. Grasas vegetales: aceite blanco, de oliva, de nuez. Manteca vegetal. Frituras al aceite. Salsa blanca. (Todas las dems grasas, incluso la manteca cocida y la manteca de cerdo, quedan especialmente prohibidas). Sal. Legumbres frescas exclusivamente: Chauchas verdes. Arvejas. Lentejas. Papas. Zanahorias. Salsifes. Crosno del Japn. Apio. Col-rbano. Rutabaga. Colinabo. Nabo. Remolacha. Espinacas, ensaladas crudas, o cocidas. Cebolla asada. Berros en aceite. Esprragos. Alcauciles. Escarola. Perejil. Huevos frescos en pequea cantidad. Manteca cruda. Leche cocida, Kfir, yogurt. Quesos de gruyre, Portsalud, petit-suisse, doble crema, blanco, de Brie, de Coulommiers. Potajes de legumbres, de pastas, de cereales o con leche. Tortas de frutas. Cremas. Pasteles de almendra. Pan de especias. Pastelillos al aceite. Bizcochos secos. Medias lunas, pan de Viena. Pasteles de arroz. Merengues. Panqueques al aceite. Todas las frutas, crudas bien maduras o cocidas sin azcar. (Ni frutas confitadas ni confitura). Agua. Cerveza liviana. Vino con agua. Ts. Caf poco cargado. Malta Kneipp.

(1) Segn los trabajos del doctor G. Durville.

Ms de un lector pensar que aquellos que poseen la mejor memoria no siempre son los ms sobrios y que, no en todos los casos han limitado la composicin de sus mens. Ciertamente, un hombre dotado de potencia eliminadora, que arroja lejos de s infatigablemente las toxinas alimenticias, puede conservar durante ms o menos tiempo la integridad de su intelecto, a pesar de una intensa gastrologa. Sus riones o su hgado se resentirn quizs antes que su cerebro. Pero el individuo desconforme de su memoria, de su actividad mental en general, debe considerarse como elaborando ms detritos de los que elimina. Por consiguiente debe restablecer el equilibrio tal como lo indico aqu. Si la calidad de las substancias de que uno se nutre tiene importancia, su cantidad debe asimismo controlarse. No es posible establecer un reglamento cuantitativo que convenga a todos los temperamentos y a todas las profesiones; pero existe una seal infalible para conocer cuando es excesiva una comida, y es la pesadez corporal, la fatiga del estmago y la somnolencia que sigue a ella. Al levantarse de la mesa hay que sentirse tan dispuesto a todo y tan gil como al sentarse en ella. 2. CULTURA FISICA Por muy bien regulada que pueda estar la alimentacin, es necesario el movimiento, ejercicio, para asegurar la actividad funcional del intestino y del hgado, de los pulmones y del sistema vascular. Los que comen mucho, que viven al aire libre, hacen uso de sus msculos, caminan mucho, resisten a la intoxicacin porque eliminan vigorosamente bajo el estmulo de su esfuerzo fsico. Cuanto ms sedentaria sea vuestra existencia, ms importante ser que compensis vuestra insuficiencia respiratoria y muscular mediante una sesin diaria de cultura fsica prolongada y completa, y los das de descanso en forma de excursiones, natacin, remo, etc. Los manuales de gimnasia sueca, para efectuar en habitaciones, no faltan. Procuraos uno y practicad todas las maanas, durante veinte minutos, algunos ejercicios, de acuerdo con las instrucciones que en l hallis. A menos de poseer una constitucin atltica, los deportes violentos no favorecen mucho el cultivo de la memoria. Un desarrollo muscular desproporcionado con la potencia vital del organismo, acapara para su nutricin una cantidad excesivamente grande de elementos. 3. NO DEBERAN USARSE TOXICOS Entre stos, son los peores los estupefacientes: morfina, opio, cocana, haxix, etc. No nos extenderemos sobre este tema; slo diremos que todo aficionado a esas substancias deber abandonar su uso completamente antes de comenzar a practicar la cultura fsica: En segundo lugar figura el alcohol, que es el desorganizador cerebral por excelencia. Se llega a ser un alcoholista; dicho en otras palabras: se toma el camino de las formas graves del artritismo (del que la tuberculosis parece constituir una etapa y el cncer un epifenmeno) por el uso habitual no digo frecuente de cantidades incluso mnimas de bebidas ms o menos alcoholizadas. El organismo resiste con frecuencia durante largo tiempo cuando el atavismo es bueno; pero, aun en este caso, la descendencia del alcohlico tendr taras con toda seguridad: los hijos de los alcoholistas poseen una memoria, de las ms defectuosas; son los que ms tardan en reeducarse y los ms difciles de reeducar. Los licores y los vinos en principio, contrariamente a la opinin vulgar; no son menos nefastos que el champaa fino o el ron. Los trabajos publicados en estos ltimos aos acerca de esta cuestin, hacen obvio todo comentario aqu. Los excitantes, tales como el caf o el t, mucho menos peligrosos que los anteriores, intoxican sin embargo el sistema nervioso de una manera muy apreciable. Debern ser tomados, pues, con la mayor moderacin.

Su absorcin, al dejar en libertad una cierta cantidad de la fuerza nerviosa acumulada en los plexos, acrecienta por momentos la claridad intelectual. Pero, inmediatamente despus, sobreviene un perodo de depresin durante el cual el potencial de la actividad mental desciende por debajo de lo normal. Por fin, el uso excesivo del tabaco anula la sutileza de imaginacin. El exceso comienza tan pronto como el fumar se hace habitual y procede de una necesidad incoercible. La absorcin intratraqueal del humo y el uso de los tabacos llamados ingleses, tratados qumicamente, son en gran manera peligrosos. Al mismo tiempo que se tienda, en forma gradual, a la rigurosa observancia de las indicaciones, dadas en este captulo porque los esfuerzos bruscos y definitivos no son posibles para todos, se har uso del sistema de las compensaciones. As, cuando bebis una bebida alcohlica y, sobre todo, con alcohol destilado, ayudad por lo menos a vuestros rganos de eliminacin. Haced que a esa ingestin de una bebida de esa clase siga la de un vaso de agua mineral, especial para la gota y enfermedades del estmago, y, si es posible, media hora de ejercicio, una marcha rpida, por ejemplo. Al da siguiente de una abundante comida y cargada de manjares txicos, lavad vuestro organismo ingiriendo agua y frutas frescas, renunciando casi por completo a otros alimentos. Y lo mismo que cuando slo bebis una copita, haced que trabajen vuestros msculos al aire libre. 4. EL DESCANSO Cuando falta el descanso, aparece la falta excesiva y con ella el debilitamiento gradual del sistema nervioso. No siempre se reposa, porque se deje de trabajar momentneamente. Por el contrario, contina uno fatigndose si los cuidados, las preocupaciones, las tareas en curso, siguen obsesionando la atencin. Considero, pues, como indispensable desde ese punto de vista, la interrupcin voluntaria del acto de pensar, que ya hemos practicado en el prrafo 1 del captulo anterior. He aqu un nico ejercicio, excelente contra la agitacin y la fatiga cerebrales. Nadie ha logrado jams ejecutarlo impecablemente en un da, ni siquiera en un mes. Lleva a la posibilidad de llegar al vaco total del campo de la conciencia con rapidez si a la primera tentativa siguen otras. Desde el da en que se empieza a practicar ese ejercicio, tiene una influencia calmante y reparadora que acrecienta con rapidez si a la primera tentativa siguen otras a diario y puntualmente. El momento que separa el acto de acostarse de la llegada del sueo, conviene a todo el mundo pero para alcanzar la perfeccin es preferible practicarlo en plena actividad mental. Segn eso, adoptad una posicin tan cmoda como os sea posible, por ejemplo, acostado de espaldas en un lecho o en un divn. Buscad para todos vuestros miembros la posicin en que se encuentren ms cmodos. Acto continuo, comp