juan marino - alla en el fondo

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ALLÁ EN EL FONDO JUAN MARINO Corría el año 11.310 de la Era del Disco de Plata. En aquel mundo convulsionado por continuas reyertas entre príncipes, la vida tenía escaso valor. Día tras día, violentos enfrentamientos fratricidas fueron diezmando a la población. El moderno armamento y los sofisticados navíos aéreos fueron utilizados sólo para la destrucción. Una vez más, la tecnología servía para fines bélicos. No obstante, tarde o temprano todo debe concluir. Cuando la lucha concluyó, Kem, aún cubierto con restos de sangre verdosa sobre su indumentaria de combate, la sangre de los habitantes de aquél mundo, se arrodilló ante su padre: —¡Gloria al Rey! —dijo al momento de efectuar la tradicional inclinación. —¡Honor al vencedor! —respondió su padre y rey—. ¡Ven a mis brazos, hijo mío! Ambos se estrecharon en un fuerte abrazo y la satisfacción por el triunfo obtenido podía vislumbrarse claramente en sus rostros. Aquel mismo día, los vencedores celebraron el aplastamiento de la rebelión. Kem, comandante de la Flota Aérea del Reino, fue galardonado como correspondía por el valor demostrado en batalla. Acto seguido, se realizó un banquete y, cuando al fin logró desligarse de los formales aduladores que nunca faltan, el joven comandante se reunió en el jardín con su prometida: la princesa Aa. —Estoy orgulloso de ti, Kem —dijo la princesa. —No hice nada que otro en mi lugar no hubiese hecho, Aa. Sin embargo —agregó Kem—, mi padre y yo sabemos que este triunfo será totalmente inútil. Nuestra raza está predestinada, Aa. —¿Lo dices por... por las grietas? Siempre hubo temblores en aquel mundo. No obstante, durante los últimos años, estos fueron aumentando en número y fuerza hasta el punto de originar numerosas grietas tanto en la corteza como en la Gran Bóveda. Desde algunas de estas grietas comenzaron a manar diversos manantiales que, virtualmente, inundaron parte de los núcleos urbanos. Muchos culparon al moderno armamento empleado durante el conflicto, pero el daño ya estaba hecho y parecía irreversible. Kem no respondió. No obstante, ambos jóvenes contemplaron abrazados lo que parecía una hermosa catarata que, en realidad, el príncipe sabía muy bien que no lo era.

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Juan marino

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  • ALL EN EL FONDOJUAN MARINO

    Corra el ao 11.310 de la Era del Disco de Plata. En aquel mundo convulsionado por continuas reyertasentre prncipes, la vida tena escaso valor. Da tras da, violentos enfrentamientos fratricidas fuerondiezmando a la poblacin. El moderno armamento y los sofisticados navos areos fueron utilizados slopara la destruccin. Una vez ms, la tecnologa serva para fines blicos. No obstante, tarde o tempranotodo debe concluir.

    Cuando la lucha concluy, Kem, an cubierto con restos de sangre verdosa sobre su indumentaria decombate, la sangre de los habitantes de aqul mundo, se arrodill ante su padre:

    Gloria al Rey! dijo al momento de efectuar la tradicional inclinacin.

    Honor al vencedor! respondi su padre y rey. Ven a mis brazos, hijo mo!

    Ambos se estrecharon en un fuerte abrazo y la satisfaccin por el triunfo obtenido poda vislumbrarseclaramente en sus rostros.

    Aquel mismo da, los vencedores celebraron el aplastamiento de la rebelin. Kem, comandante de laFlota Area del Reino, fue galardonado como corresponda por el valor demostrado en batalla.

    Acto seguido, se realiz un banquete y, cuando al fin logr desligarse de los formales aduladores quenunca faltan, el joven comandante se reuni en el jardn con su prometida: la princesa Aa.

    Estoy orgulloso de ti, Kem dijo la princesa.

    No hice nada que otro en mi lugar no hubiese hecho, Aa. Sin embargo agreg Kem, mi padre yyo sabemos que este triunfo ser totalmente intil. Nuestra raza est predestinada, Aa.

    Lo dices por... por las grietas?

    Siempre hubo temblores en aquel mundo. No obstante, durante los ltimos aos, estos fueronaumentando en nmero y fuerza hasta el punto de originar numerosas grietas tanto en la corteza como en laGran Bveda. Desde algunas de estas grietas comenzaron a manar diversos manantiales que, virtualmente,inundaron parte de los ncleos urbanos. Muchos culparon al moderno armamento empleado durante elconflicto, pero el dao ya estaba hecho y pareca irreversible.

    Kem no respondi. No obstante, ambos jvenes contemplaron abrazados lo que pareca una hermosacatarata que, en realidad, el prncipe saba muy bien que no lo era.

  • Aquel asunto de las grietas haba sido incesantemente debatido por el Rey y sus ministros. Por su parte,los cientficos haban llegado a la conclusin que el mundo, donde ellos vivan, estaba condenado adesaparecer en un plazo relativamente breve.

    Por siglos hemos venido debilitando la corteza terrestre con explosiones de elementos blicos y deotra ndole; eso ha contribuido a lo que ser nuestro fin expuso el enjuto rostro del Profesor Tyw, jefe delos cientficos, a travs de la pantalla principal en el saln de reuniones. Llegar un momento en que lasparedes cedern a la presin de las aguas y seremos inundados!

    Infiere el Profesor Tyw que no deberamos habernos defendido del ataque de nuestros enemigos?Infiere tambin que no deberamos haber construido las poderosas armas que han servido para rechazaresos ataques? pregunt el Primer Ministro, con indescriptible pasin en sus palabras.

    Calma! Clama! sugiri el Rey. Comprendo perfectamente lo que el Profesor Tyw quiere decir.Lo que est sucediendo no fue previsto por nosotros, ministro.

    Y si lo fue... agreg en seguida, quisimos engaarnos a nosotros mismos pensando que jamsllegara esta autodestruccin. Prosiga, Profesor indic finalmente.

    Gracias, Su Majestad respondi el cientfico. Ahora les mostrar lo que es nuestro mundo y loque est sucediendo...

    Eso ya lo sabemos interrumpi el Primer Ministro. Lo ensean en nuestras escuelas desde losprimeros aos. Vayamos al grano.

    S, seor ministro respondi el Profesor, pero en las escuelas no nos ensearon a prevenir loque suceder.

    Acto seguido, la proyeccin de un recipiente cilndrico vertical, ubicado en medio del mundo conocido,reemplaz la imagen del rostro del Profesor Tyw.

    Nuestro mundo es una porcin de tierra, an no explorada del todo, que rodea parcialmente a un marsubterrneo explic el Profesor mientras la proyeccin se visualizaba desde diferentes ngulos. Ahorabien; la presin que ejerce este mar, cuyo volumen real tampoco conocemos, est destruyendo las paredesque lo aslan de nuestro mundo. Esta presin, disminuye con la altitud y eso es indicio de algo importante...

    Por eso, Majestad, Primer Ministro suplic el Profesor, es de imprescindible necesidad terminarde inmediato con todo tipo de explosiones, superficiales o subterrneas, especialmente las de armasbasadas en la fisin de ciertos tomos. Nos estamos suicidando!

    Cul es la propuesta a que ha llegado el Honorable Colegio Cientfico? pregunt el Rey.

    Buscar, ms all del mar que rodeamos, otro punto donde morar, Su Majestad.

    Esa es nuestra realidad, Aa querida explic Kem, mientras ambos jvenes an observaban lasingular catarata, en la revuelta recientemente sofocada, hemos debido usar proyectiles de alto poderque, de una u otra forma, han ensanchado todas esas grietas.

  • Por eso he solicitado la autorizacin de mi padre, el Rey, y del Supremo Consejo de Ministros, paraencabezar una expedicin mar arriba, en busca de nuestra salvacin agreg.

    Es por eso que han apresurado la construccin del navo subanfibio? pregunt Aa.

    S! Ven, te lo mostrar.

    Ambos jvenes ingresaron a la cmara del ascensor-desintegrador y Kem oprimi uno de los botonesde la consola. En el acto, ambas figuras se desvanecieron dejando tan slo algn residuo vaporoso dentrode la cmara y, apenas una fraccin de segundo ms tarde, ambos se materializaron en una cmara delascensor situada trescientos metros ms abajo. Aqul era un astillero.

    Ante ellos se perfilaba un gigantesco navo de lneas aerodinmicas, dotado de diferentes medios depropulsin y una slida estructura. Muy diferente, por cierto, de los usuales vehculos terrestres o areos.

    Ah lo tienes indic Kem. Es lo ms moderno que nuestro mundo ha construido. Slo con estevehculo podremos remontar el mar, venciendo su presin. Puede deslizarse a travs de tierra, mar yatmsfera concluy finalmente.

    En aquel momento, el jefe de Ingenieros se acerc a ellos:

    Oh, Kem, Prncipe! Oh, Aa, Princesa! salud con cortesa. No nos fue advertida vuestravisita.

    No te preocupes, Wax respondi Kem. Es una visita extraoficial.

    Wax asinti con un gesto.

    Cundo estar terminado? pregunt Kem.

    Dentro de dos meses, Prncipe indic el ingeniero. Quedars plenamente satisfecho con l!

    Dos meses! Oh! Tan corto tiempo? exclam Aa.

    Para nuestra salvacin, es un tiempo largo, Aa dijo Kem.

    Los dos jvenes abandonaron el astillero, subiendo hasta la sala de esparcimiento real, donde el lujopara una estancia placentera casi no tena lmites. Aa haba cado en un mutismo que llam la atencin delPrncipe y le preocup.

    Qu te sucede? pregunt.

    Algo me dice que si partes para ese viaje hacia la superficie del mar, jams te volver a ver dijo lajoven Princesa.

    Por qu? tranquiliz Kem. Regresar y sers mi esposa.

    Y... Si no regresas? se angusti Aa. Oh, Kem, Kem! Llvame contigo! Despsame yllvame contigo!

  • Aa! Eso es imposible! Sabes que no puede ser... comprndelo, Aa, mi amor.

    Ella no respondi y, cuando se besaban, sus lgrimas humedecieron los labios del Prncipe Kem.

    Pasaron los dos meses estipulados y la expedicin al mando del Prncipe estaba a punto de zarpar. Dosdas antes de la partida, el Rey y todos sus ministros se reunieron para investir a Kem con el cargo degeneral-almirante de la expedicin. La ceremonia fue breve pero emotiva.

    Al da siguiente, el ingeniero Wax compareca ante la Princesa Aa, despus que ella lo cit. Lo queambos hablaron en dicha oportunidad asombr a Wax y, a juzgar por el severo tono de palidez quedomin su rostro, aquello deba ser grave. Finalmente, ambos se despidieron.

    Promtemelo y tu porvenir, junto al de tus descendientes, estar asegurado, Wax inst la Princesa.

    Lo prometo, Princesa!

    Finalmente, lleg el momento del zarpe. Dada la importancia futura de tal misin, el recinto del astilleroestaba repleto de personas. El Prncipe Kem estaba a bordo junto a su tripulacin y, mientras resonabanlos ltimos acordes del himno real, Kem salud por ltima vez a la concurrencia. No obstante, el herederodel trono estaba contrito pues, entre la multitud, no distingui a la Princesa Aa. Slo estaban sus parientes.

    Esto har menos dura la despedida, pens el Prncipe al momento de ordenar el cierre de todas lasescotillas.

    Cuando lo ordenes zarpamos, Prncipe indic Wax.

    Ahora mismo, Wax.

    En aquel momento, todos ocuparon sus puestos dentro del navo y, poco a poco, las compuertas deacceso hacia una de las cmaras intermedias, fue abierta electrnicamente.

    Con vtores de la multitud y lgrimas en el rostro de los reyes y familiares de la tripulacin, la naveremont la primera compuerta en demanda de la segunda y, de esta forma, el subanfibio se lanz hacia sudestino.

    Despus de unas diez horas de navegacin, el navo se portaba a la perfeccin y una ola de optimismoinund a toda la tripulacin. El objetivo estaba cada vez mucho ms cerca.

    Mientras el Prncipe Kem almorzaba un breve refrigerio, su asombro no tuvo lmite cuando se abri lapuerta de acceso al puente de mando y, en el umbral, apareci Aa.

    T! exclam.

    Oh, cario! Amor mo! suaviz la Princesa mientras lo abrazaba con pasin. Ya estamosjuntos otra vez.

  • Pero, Aa, cmo es posible? Luego, dirigindose a Wax, pregunt. Wax, tienes t algo quever en esto?

    S, Prncipe respondi Wax. Acced a los ruegos de m seora, la Princesa Aa.

    Esto ha de costarte caro, Wax increp Kem.

    No! intercedi la Princesa. l no tiene la culpa. Yo se lo ped; se lo exig.

    Es que no comprendes? dijo Kem. No puedes permanecer aqu. No somos marido y mujer.

    Pero Wax es el capitn de la nave, Kem indic la Princesa, y l puede desposarnos.

    Vaya! He cado en una trampa! admiti el Prncipe y reflexion al respecto. Que as sea!

    Ahora s que este viaje ser todo un xito dijo Wax, al observar la felicidad de la pareja.

    La navegacin se realizaba sin contratiempo alguno. El subanfibio responda perfectamente a lascontinuas y relativas exigencias de la ruta, siempre ascendente.

    Kem y Wax perciban el mar que su mundo rodeaba como si se tratara de un pozo, por lo menos en eltrayecto recorrido.

    A qu distancia llegaremos a la superficie, capitn? pregunt Kem mientras observaba eldesplazamiento de algunas extraas criaturas marinas, a travs de los gruesos cristales frontales del navo.

    A unos treinta mil wasts, segn los instrumentos.

    Comenzamos a ver monstruos que no existen en nuestros mares, Profesor dijo Kem.

    En efecto asinti el Profesor Tyw, y creo que veremos cosas an ms horribles.

    En aquel instante, una monstruosa criatura de colosales dimensiones, incluso para apreciar sus difusoscontornos, se aproxim en actitud hostil hacia el subanfibio. Acto seguido, la criatura extendi algoparecido a un tentculo e intent atrapar al navio.

    Oh! Miren eso! se horroriz la Princesa.

    Dioses del Disco de Plata! exclam el capitn del navo. Maniobra evasiva! De inmediato!

    Felizmente, la criatura no insisti en persecucin alguna hacia el navo. Quizs era un objetivo demasiadoinsignificante para una entidad de tal tamao.

    Qu fue eso, Kem? pregunt Aa.

    Realmente lo ignoro respondi con sinceridad. Lo sabes, Tyw?

    Tyw observ a los prncipes, pensativo.

  • Altezas: vamos rumbo a un mundo desconocido para nosotros que, por lo visto hasta ahora, es unmundo habitado por seres enormes...

    Mejor dicho, es un Universo poblado de mundos mviles, mundos que en s mismos son comonosotros complement en seguida. Es lo que he odo de nuestras antiguas leyendas y mitos y, por lovisto, su interpretacin no carece de fundamento.

    Ambos prncipes no comprendieron, en su real magnitud, las palabras del Profesor Tyw. Quiz l mismono se formaba an una idea concreta al respecto. Sin embargo, nada ms pudo agregar.

    El viaje continu durante das, siempre en idntica monotona, muy raras veces interrumpida por algunanueva criatura de indefinible silueta. No obstante, al cumplirse el octavo mes de viaje, segn el tiempomedido por aquellos seres dentro del navo, las condiciones exteriores comenzaron a diferenciarse de lasprecedentes.

    Estamos llegando al lmite de presin, Su Alteza inform Wax. De ahora en adelante,deberemos vestir los trajes especiales pues, a medida que emergemos, la presin disminuye...

    Por supuesto asinti Kem, eso lo experimentamos antes en nuestro mundo, pero nunca a talmagnitud como ahora, capitn.

    Acto seguido, todos los tripulantes se vistieron con los trajes especiales. Incmodos, pero necesarios.

    Estamos a mil wasts de la superficie del ocano inform el capitn Wax.

    En seguida, Tyw habl por el intercomunicador de su casco que, momentos previos, fue recubierto poruna pelcula protectora que neutralizara la intensa luz proveniente del astro que los expedicionariosdesconocan:

    Esa luz que percibimos corresponde a un cuerpo clido, generador del calor necesario para alimentara cada uno de esos mundos.

    Comandante Kem, Prncipe Real, vamos a emerger! inform Wax.

    Un momento, capitn Wax! indic el Prncipe. Primero exploraremos la costa con elmegascopio.

    Los oficiales pusieron en funcionamiento uno de los megascopios; un aparato semejante a una antena deradar o televisin capaz de captar imgenes ntidas hasta a una distancia de diez kilmetros, incluso sinemerger completamente. Kem fue el primero en observar la imagen desplegada en los binoculares delmegascopio.

    Ah! Hemos triunfado! Veo la costa con claridad dijo Kem y luego se dirigi a su esposa.Observa t, Aa; deseo que seas la segunda en admirar nuestro nuevo mundo.

    Acto seguido, la ansiosa joven aplic sus ojos al aparato escudriador y grit:

    Oh, no! Noooo!

    Qu sucede? preguntaron los dems, casi al unsono.

  • Tyw se precipit hacia el megascopio y observ a travs de l. Una exclamacin escap de su pecho altiempo que todo su cuerpo se estremeca con verdadero pavor.

    Son ellos! Son ellos! grit Tyw cuando dos gigantescos ojos observaban directamente hacia loslentes del megascopio. Dos ojos insertos en el rostro ms horrible y grotesco, no tanto por la aparienciacomo lo fue por la dimensin real del mismo. Por los Dioses! Todo era verdad! Maldicin! Losseres-mundo son tan reales como nuestra propia y singular existencia!

    Capitn! orden Kem con rapidez despus de observar los ojos del ser gigantesco que losescrutaba con insistencia, en actitud de acecho. D orden de sumergirnos! De inmediato o estaremosperdidos!

    Acto seguido, mientras Aa, recuperando la compostura, miraba con insaciable curiosidad a travs delmegascopio, la alarma fue dada y el subanfibio inclin su proa y comenz a sumergirse con rapidez. Nohaba tiempo que perder.

    Mientras tanto, en la superficie se escuch una voz:

    Mam! Mam! Vimos un submarino metlico que sala desde el fondo del pozo! avis lapequea nia que corri en direccin a la casa acompaada por su hermano.

    Vamos, Antonia! respondi la mam. Cmo vas a ver salir un submarino de este pozo? Nosera un alfiler?

    Un alfiler? se pregunt el nio. Pueden flotar los alfileres, mam?

    La mujer mir perpleja a sus dos hijos, pero no supo qu responder. No obstante, en el nterin, Kem ylos suyos regresaban en el subanfibio en direccin al fondo. El destino para el Mundo del Fondo del Pozoestaba predeterminado y nada lo cambiara.

    F I N

    Ttulo Original: All en el Fondo.Adaptado por Arcnido del Script de la Revista del Siniestro Doctor Mortis.

    Digitalizacin, Revisin y Edicin Electrnica de Arcnido.Revisin 4.