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JULIO C. TELEO

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JULIO C. T E t t .0

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-v■,.Heraos. ■ querido ■ :aspclar; . io s i nombres,' de. Julio,. C . _Teí íc^y.,E l i ; ; l i o Choy porque cada ubov4 t e l lo s f a su modo y en su ti^ n p c l'

■ representó:; e s a 'a c t itu c , .da.;/i1":pha :' • .du§;- nosotros-/. ápetós unos,, p r in c i . p ia n te s r . güera ¿abasaré i v in d ióá^ • pa ra l a A rq u eo lo g ía .ten p l :;?erf5 »'tTe l i o dem ostró,que, también l o s ^ps ruanos p od ían . hacer a rqu eo log ia , y rué cuando , 1 a hacían y con e l más á ltp , 'r ig o r t .p ^ ^ t í t i ^°,i^'®a'

. tían,' .poner 'en s ilo ,- ‘la;-.emoclói'; . -.y e l compromiso., que nadie puede ...g e l i g i r n i esperar -de- un invegci":’ qador ex tran je r o 0 i. , T e l lo nc.;: t e mía co laborar,,con la s in s t i lu c io .nes y ■loa-es:tudiospsr;cie. a fu era „ P e ro , imponía.,, sie-mprp-, susCreg l í s . ;. de ,. juego r.- preservando su indepen denciav Bstamos 'seguros, .que-- hoy

.' día,;:nGv.'Se;;hubierar-opueétp;;,p;.1as -exped ic iones arqueo ló g ic a s .; .qué: v ienen de Japón? BEolíüp^leñiáhid«

' Pero 'mot.hub-iéra,' consen tido ¿ ■ráé' adueñaran^Gor^letamenta.:,áe;^la cu ltu ra ; andina- :;y i ia , .^ en un campo de suv-oasl ■ ex c lu s ive

v / , ;q,

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..competencia * Desde lu ego que s i lo s peruanos tenemos a lqún .rd.ere chó’ ; su p e r io r a lo s e x t r an je ros para e s tu d ia r nuestra p ro p ia h is ­t o r i a ’ y nos id e n t ific a m o s con

. la s luchas d e l pueblo que h iz o ~ esa h is t o r ia . Mo creemos en. lo s

, h is t o r ia d o r e s n i . en lo s a rqu eó lo •gos puros o lo s a n trop ó logos

• p r o fe s io n a le s " , Quien se d is - ;-v t ra za con ésa n eu tra lid a d sé; a le '. ja de la razón de s e r de todo co /;.^ocimi^htó:;•. yé-idaderó-? e s ta r á l . s e r v ic io de lo s hombres',' Es ; .-raqui donde cobra v i gene iá ' 'e l / e jem plo m oral y re v o lu c io n a r io ; de- E m ilio Choyv Cbn'Choy;' é t xismo y la A rq u eo lo g ía se uhie -

. ron e d e fin it iv a m e n te eñ e l Perú en un s o lo combate por r e s c a ta r e l pasado y e l fu tu ro, de nuestra'' sociedad.. Ese (es '{ ese creemos - que debe ser> ese queremos que sea nu estro camino. La Promb - c ión E m ilio Choy compuesta por. lo s In g resa n tes de 1975 t ie n e la inmensa respohsáb i 1 idad d.e s e r r la prim era promoción de A rqu eó lo gas v in cu lad a á la fu n d ac ión ‘ dé ese Programa en la Universidad. ~ de San-Marcos.v ‘Ese p r i v i l e g i ó ^de la casu a lidad queremósQqüé sea un es tím u lo . No sn una con*

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deccr.- para y t a s a g a Xa d e l. /-Fr todo:- "• d o s'- v.-

•servio

c io n :7i en una excusain v e r t ir n o s en académ icas artadosÍ4e;X s u fr im ie n to yeneransa,- r e v o lu c io n a r ia . gb le peruano hermano da v'

io s pueb los clel mundo o ~.e- n id o r:a - . 'a p r e n d e r ' p a ra - h a J o r o -u ñ a : a r q u e o l o g í a a l : .ri;o:;cle - l a . : R e v o l u c i ó n . . •;

■,/. - u i y Comité E d i t o r ia l ■

Ferr ando H errera -.García. b ad i a .Carnero; A lb a rrá n Poé Jave CMderón-/ ■ A l f r e d o ■ A i‘tam irañev Bhcisp-

hdn.esta publicación nos \.an ayudado nuestros; compañeros V amigos,; .Ál-va-r o.-- Goicochea * Abra:

yánche¿ Salpica;jy, Jaime- '■'■'iaBtah ~ ; - Alvaro . Op i coche a di a- .ramo í n t e g r a m e n t e l a edición ion cuidadoV Inte licencia Xy. ca- ..'•iño o' ' Abracan .o ánche3- Halpica 'retrajo-horas de su, descanso y cara: Imprimirla,, Hosa Boccoli^ ai y, C h a r o "Jiménez nos animaron P o n oü consejo y buen humor o-

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• PROMOCIOtT ^EMILIO- OBÓY (INGRF :y;^-0^mTES. 1975).

:1; » - A ltam irano Encxso, A lfr e d o 2 * - f Bení te z G am blrazpC arm en« ;3 ■»-.■ bu rgos-T a ta le ,. Juan» ■ ■.-■■■■'■A- »r. CArnero;: Alfoarr.án, Hádia■«. . 51- Cas ave rde C e l i o , F e r í e la »€ Esquives U rc ia r Pedro!

"7 .6- F e r r a r i 'H erre ra , Norma»■, . ■ “8 v - Caray Sotómayor,. Ladxslao » 9 .Carola, Calderón^ Dino» , .

' 1 0 , .G iia rd i^ F p ia r^ d íia n » . . - 1 1 'GuarrS'PqrrasC/:EiMa.* \12 o- H errera - García, Fernando:,

' 13 Gtiairían.'Fendo.za? F e r io » , 14t- Hueraz Médico,.- A le ja n d ro » 15 »- Jave C a lderón f Moé»16e - Le i va vargas-,' R icardo» i - 1 7 Lédnardinic -Hérone,- Canda». . 1 B\ - Lozano V a ld iv ia zo > .4.1 fo n so ,

O rrego G u illé n , Franz» .2.0 »- P in i i l a .Blenke , José , ...21v""-HeY: Hoyánp; C arlos »22 »- -V ig i 1 Vásquez■> C arlos ¿ F .- :23-»“ ,^ u b la lb l ; -L6pé¿i'yA llq ia » .

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Advertencia Editorial,.. , . . . .. V Introducción a la Historia Antigua del Perú I C A P IT U L O P R IM E R O .— La teoría poHge-

nista sobre ln primitiva civilú-ración pe­ruana ...- . . . .......... .. ............................. . . . 3

C A P IT U LO SEGUNDO,— La teoría monóga­ma í-a sobre la primitiva civilización pe­ruana.............................................. . £

EXPLICACION DEL D IA G R AM A ... . . . . 9 ERA PRIM ORDIAL........... ........................... r;PR IM E R A EPO CA.— Era. Arcaica................... í 8SEG UN DA EPOCA.— Era del apogeo de las

culturas locales o prs-inkana............ 25■ TERCERA EPOCA.— Era Inkana.................... 36

CAPITULO TERCERO,— Las bases indíge­nas de la unidad nacional........... ................. 40

CAPITULO CUARTO.— El cataclismo oca-ó Bichado por la conquista española.............. 46ILUSTRAN! EL TEX TO 37 LAMINAS.

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A D V E R T E N C I A E D I T O R I A L

■MI presente volumen, noveno de rmesiré Biblioteca, que ofrecernos con .sincero ggmg do al público es en rigor un manúalo pro- grama de arqueología peruana destinado a orientar a los estudiantes de historia patria, entre el laberinto de encontradas y confusas teorías, acerca, de la génesis, evolución e iu- tetmñuencí&s, de las culturas indígenas, dtí Perú, anteriores a la Conquista hispánica.

Compuesto sobre la base de sólida y nue­va investigación científica, realizada durante- algunos años de constante labor, encierra va­lioso material arqueológico del más alto im ierés...

. AI redactarlo, el doctor Telia ha. querido sólo esbozar el plan de su “ARQUEOLOGIA PERUANA” obra de vastas proporciones queestá: preparando y en la que estudia con iodo

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detalle los aspectos capitules de- las culturas peruanas precolombinas, sintetizando ¡os re* cuitados de sus trabajos ci entíbeos de mucho tiempo.

$n la edición de este mammh dada su importancia cultural, hemos puesto el ma­yor cuidado y acopiado los mejores elemen­tos, así en lo que toca, a los- materiales de que está hecho el libro, como en lo relativo a su distribución' y armonía,-

Ilustran el texto cerca de 30 láminas áe preciosas reliquias perú tiñas y exorna la por- tuda una bella composición, basada e.u la or­namentación ée Chavín, obra del dibujante del Museo Arqueológico de la Universidad, señor don Pedro P„ IJÍloiu , .

Lima, 7 de noviembre de iptiz.

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SiríviíM^RURAL

ARCHIVO

INTRODUCCIONA LA

HISTORIA ANTIGUA.de! PERU

La nueva teoría sobre las primitivas cul­turas del Perú, aquí esbozada, es el resulta­do, de las observaciones y estudios emprendi­dos por el autor, y llevados a cabo en su ma­yor parte en d propio terreno, durante los últimos años, con d propósito de continuar, aunque en esfera muy modestadlos 'trabajos realizados anteriormente por los peruanistae; principalmente por d doctor Max Uhle, que puede ser considerado, con razón, como el fundador de la ciencia arqueológica del Perú. Las bases sobre las que reposa esta teoría, la descripción detallada de los objetos aquí mencionados, y los nuevos hallazgos arqueo­lógicos que la confirman, sé expondrán con amplitud en una futura publicación.

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111i®*■::.::--:w:'V-"!v:'«íisaSftsí;

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CAPITULO PRIMERO

:. LA TEORÍA ROUGENíSTA SOBPxE LA PRvíMmVA CIVILIZACION PERUANA .

.. KLPSRÚ, LA TIERRA. DE. LOS COMT1UST3S8

Los trabajos arqueológicos efectuados por diversos investigadores, con el propósito de conocer la historia del hombre precolom­bino en el país, han establecido elementos to ­pográficos, étnicos .y culturales, que, aparente­mente, poseen individualidad y característica especiales, a veces tan distintas y opuestas, que han hecho pensar, con ratón, que el Perú es la tierra de los contrastes, considerado en

sus aspectos topográfico, racial y cultural,

XA YAB j EBAB d b b a t o p o g e a e ía y b e t a s h a ­

z a s ■■

: La Cordillera de los Andes origina va­riaciones en ía topografía, clima, altitud, fio-

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4

ra, fauna y condiciones de vida del hombre, que ha obligado a considerar regiones limi- dadas, geoétnieas, que determinan tipos ra­ciales y culturales diversos. Se supone que se ha perfilado un tipo especial en los pobla­dores de las florestas amasónicas; en los va­lles y quebradas andinas; en' las altiplanicies y punas; en los ancho» la Co^ui; y,por ultimo, en las playas del Pacífico. . Los propios indio® llamaron Antis a los poblado­res de las florestas; Keshuüs, a los de la Sie­rra; y Yung&S', a los de la Costa; como si con estos nombres hubieran querido designar tres tipos étnicos distintos, Tschudi señaló los tipos Wanka, Chincha y ÁÜmara; y los an­tropólogos modernos hasta Hrdlicka con­vienen en la existencia del tipo braquicefálieo de la Costa, y. dd doHcocefálico de la Sierra; a los que habría que agregar el no muy bien diferenciado de las florestas.

I N T E O B U C C 1 O N ,1 LA:-

■ LA YATEOBDAB SB LAS CLAQUEAS .

El estudio de los momime'ntos y objetos * de la antigüedad ha revelado la existencia de

múltiples y variadas estructuras culturales,. formas y estilos de ornamentación, que há hecho considerarlos como representaciones •le diversas civilisaciones que existieron si-

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rrm 11 á n ea ¡nen t e, o que sucediéronse en dife­rentes períodos, constituyendo diversas eta­pas históricas. Así se describen como entida­des distintas las culturas de Chimu, Chan­ca y, Rímae, lea, Nasca, Recuay, Cha vía, Tía- huanaco, Cuzco, etc., marcándose en las da- si 6 raciones sistemáticas las más salientes ca­racterísticas, como la tendencia escultórica o realista de la cerámica de Chima, la policro­mática y convenciocalizada de Nasca, etc.

UV YAKIEDA» DE EAS DEKGUAS

Antes de la propagación ele la lengua hes­itan, que, seg&n parece, tuvo lugar sólo du­rante la dominación incásica, las tribus de la confederación andina que los españoles lla­maron Imperio de los Incas, hablaban len­guas y dialectos especíales; los propios cro­nistas y escritores de la Conquista, y los que se ocuparon en la historia natural de los in­dios en los siglos XVI y XVII, hacen notar el carácter bilingüe de la población aborigen; la existencia de una lengua general, la del Cuzco, y otra especial de cada una de las tri­bus. Existen algunos vocabularios y gra­máticas de diversas lenguas extinguidas; y hasta hoy se hallan en diferentes partes del territorio rezagos lingüísticos, principalmea-

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te en loa nombres geográficos y los déla fiera y fauna, a la :manera de supervivencias de antiquísimas lenguas exóticas.

XvA VARIEDAD DE LAS CREENCIAS RELIGIOSAS

La base de la organización social y de la religión ha sido la creencia en ciertas divini­dades anímales, que la mente del indígena lo­calizaba por arte mágico en ios más conspi­cuos lugares del medio geográfico. En el pi­cacho fie una montaña, en un nevado, peñón, islote, lago o manantial, residía el. ente ances­tral del grupo o ayllü; esto es, de todos aque­llos. que, unidos por vínculos familiares, dis­frutaban de los productos de la misma por­ción de tierra, y que estaban animados de igual sentimiento religioso. Y. como cada grupo, tribu o confederación tuvo su p&earL isa, fue múltiple y. vario el conjunto de divim-

■ dades que formaron d Panteón aborigen; de aquí la práctica de la idolatría que. tánto re- pugnó. a los. conquistad ores españoles, y cuya. destrucción preocupó vivamente a los primi­tivos propagadores del Catolicismo en el Pe-

,rú; y de aquí también, las múltiples, agrupa­ciones sociales que, por lo general, tenían, nom­bres distintos, produciendo o aumentando la confusión caótica dé las instituciones aborí­genes. ■■■■ ' ■■■■■.

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SIMPEES ESTILOS COtTOKAEES CONSIDERADOS

COMO ENTIDADES INDEPENDIENTES

Topografía, tipo étnico, cultura, lengua, religión, todo aparece, como se ve, en un con­junto tniscelánico, como si el Perá hubiera re* cibido en distintas épocas poblaciones y civi* libaciones extrañas á su suelo, que hubieran seguida direcciones paralelas en su desenvol­vimiento. Se .ha supuesto que las culturas son exógenas, parcial o totalmente; que reci­bieron el impulso dé otras civiHah dones ade­lantadas; se ha hablado de culturas específi­cas, incásicas y preincásicas; de culturas Me- g&lítica, Chimu, Na sea, Chavín y Tía huana­co; se ha creído en la existencia de un gran imperio preincásico, atendiéndose sólo a cier­tas fases culturales; dándose en unos casos demasiada importancia a las peculiaridades de los estilos en las construcciones; y en o- tros, a" las simples formas y ornamentacio­nes de la alfarería; se ha confundido la carac­terística etnológica, que, por lo genera!, es producto del medio, para crear individuali­dades culturales específicas.

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CAPITULO SEGUNDO

LA TEORÍA MQNOGENiSTA SOBRE LA-PRiMiTiVA-.';;CÍVÍUZACÍON PERUANA • ,

. En el estado: actual de nuestros conoetc;, miéntos, conviene poner «. . b*do„ aunque-'

t'no fuera sino mientras se estudien y conozcan mejor los materiales arqueológico:;- U-~ téo~

■ tin q u e abogan por los orígenes ario,'chino, asiriófm aya, etc.»etc., d éla civilización pe- tuana, y limitarnos al mejor conocimiento d$^'que'existe' dentro dé:: nuestros 'propios linderos, esíudíáudoloeB conjuato'.y con cri­terio monista. "

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Con el propósito cíe dar mayor claridad & í« tesis naonog*- oiata que v» a exponerse» se i*a trazado el diagrama de la lámina adjunta cuya explicación va enseguida

; - EXPLICACIÓN' DEL BIAOllAMA

. . L e lamina se halladividida mediante lí­neas Verticales en tres secciones: Costa, Sierra y Floresta; y mediante líneas horizontales en c Iüc ü secciones, dení íminadas sucesivamente y cíe abajo para arriba': Era Primordial, Era Arcaica, Era del apogeó de las culturas lo­cales o ■ Pre-Ialcana, Era Indana o del Ta- wanti—Suyo y Era' Contemporánea o dé la CrriHs&ción Europea,

Con d carácter de simple hipótesis, y só­lo con el propósito de adarar en algo eípro- blenia referente a la sucesión cronológica de las culturas, se ha consignado las siguientes fechas aproximadas: 200. A> C., 200—800

C,, 800—1150 D. C», 1150—1530 í), C, y 1530—1921 D. C», que corresponden a cada «nade las épocas mencionad respectiva­mente»

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E3RA TRmOiVDlÁ'L

Una línea gruesa cruza oblicuamente la sectdón-'correspondiente de la Bra Primor-- dial: marca la dirección hipotética de las pri­mitivas inmigraciones: diurna ñas que, según toda probabilidad, aparecieron por el lado Norte o.Noroeste del:.Perú. Una línea puntea­da, que viene directamente de la región de las florestas, indica i& procedencia de las primiti­vas migraciones de hordas forestales, cuya supervivencia cultural .ha quedado en ciertas costumbres y pecttlíaridader lingüísticas ele los pueblos andinos.

■ ' . PHIMERA ÉPOCA

Estas primeras m ígrate s t~ie 11 mudas o seminómadas, que - p . o s e ' “l % ef ciertas artes rtidím entarísspastonks o t,c colas,siguieron erisn camino las líneas de me­nos resistencia, ocupando de esta manera los valles, quebradas y altiplanicies, de- cHma. y y condiciones topográficas más en armonía con los de aquellas reglones a que estuvieron

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originariamente habituados. Poblaron así, primero,el Area Norte, después, el Área Media y, por áltimo, el Área Suri por esto, en el dia­grama, de la línea que marca el Area Norte se desprende primero la línea del Area Medía y de ésta, a su vez, la del Area Sur.

En Ja'Era Arcaica andina puede distin­guirse dos períodos: un primer período en el cual aparece una cultura primitiva o embrio­naria y homogénea, y un segundo período, en el.cu'al la misma cultura precedente apare­ce diferenciada en otras parciales o locales que, al iniciarse la segunda época, adquieren j fisonomía individual. Las habitaciones-tum­bas subterráneas, la especial disposición de piedras en las construcciones, el uso délas cabezas humanas escultóricas y de felinos como adornos de las mismas, iá clase espe­cial de cerámica de carácter primitivo y ru­dimentario, son algunas de las ilustraciones del primer período, que aparecen con cierta uniformidad en toda la región propiamente andina y en apariencia en su más antiguo es­trato cultural. Los grandes templos piramí-

. dales del Callejón de Huaylas, la cerámica propia de tipo Recuay y Chavín y ciertas ma­nifestaciones culturales comunes a las cul­tura sdel Cuzeo y Tiahtmnaco on también algunas de las ilustraciones del segundo pe­riodo de la cultura andina.

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12 I N T K O B U C C 1 0 X ,4 L A

Ea línea q-ue en el diagrama corresponde a la Costa se desprende más arriba que la de la Sierra; porque en aquélla la primera etapa arcaica no se baila bien identificada; y es posible que 3á cultura sea más antigua en la Sierra que la Costa; sin embargo, ciertas tum­bas descubiertas por XJble en Arica y Taltal parecen tener características muy primitivas, y la disposición de los adobes oclontiformes en algunas de las construcciones d c 1" oo­ta recuerda la de hr.¿ construcciones de la Cie­rra* en la primera etapa; estos rezagos cultu­rales pudieran ser sólo supervivencias andi­nas.

En el supuesto de que la civilización co­menzó en la región andina, la primitiva cul­tura dé la Costa debió originarse medíante irradiaciones simultáneas o sucesivas que de­bieron realizarse desde la primera etapa de la Era Arcaica; sin duda, reducidos grupos hu­manos se establecieron en los lugares más favorables a su sostenimiento, como las pla­yas marinas' y los valles estrechos cisaadi­aos, más aparentes para el desarrollo de una incipiente agri-oñtura y menos malsanos que los anchos val‘es de las tierras bajas.'

En el segundo período de la Era Arcai­ca se forman cu ;uras locales que conservan relaciones de parentesco no sólo entre sí, sino con los de la Sierra. No son escasas las iíus-

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traciones de este período cultural; algunas de*t ■* *Has se mencionan más adelante. Las y ana»’

ojones culturales se designan en el diagrama í cími nombres meramente locales: Cultura :

• Pre-Tuíla. nes, Pre-Cbimui Pre-Chswca.y, jRre* iea, Pre~Na$ca, Pre- Tía wanako, Pre-Cttzco, Pre*€bavín y Pre-Pecuaj\

SBGüKBA ÉPOCA

Las culturas locales apenas diferenciadas en la época anterior, adquieren su más alto grado de desenvolvimiento y de diferencia­ción en la segunda época. Cada una de ellas, gracias a ciertas manifestaciones propias, constituyen paulatinamente culturas típicas, algunas bien especificadas, como la de Tía- huanaco y Chavín en la Sierra, y la de Chi- cama y Na sea en la Costa, que corresponden a dos tendencias en el arte: escultórica en el Norte y pictórica en el Sur, respectiva mente.El simultáneo desenvolvimiento de las cultu­ras y laé características de cada una de ellas se ven en el diagrama; lo primero, por la pro­longación de las líneas que vienen de la Era Arcaica, y que cruzan paralelamente toda la sección dé la segunda época, y por la somera explicadón que lleva cada una de ellas en el orden siguiente, de izquierda a derecha:

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Cultura de los cera mi os negros realis-- tas, Cultura de los ceramios coloreados es­cultóricos, Cultura de los ceramios bhincos de supervivencia arcaica, Cultura de los cera.- míos rojos con ornamentación geométrica, Cultura de los ceramios polícromos pictóri­cos, Cultura relacionada con ¡a portada mo­nolítica de Tiawanako, Cultura de los cera­mios atíbalos, Cultura de los Wankas?, Cul­tura Ótica de las representaciones mitológi­cas, Cintura de Jos ceramios coloreados de supervivencia arcaica,

TfcKCEftA ÉPOCA.

Al finalizar la segunda época, algunas d e . las culturas locales llegaron a predominar sobre las otras, debido quizás a conquistas o ¡a.alianzas o confederaciones tribales,algunas de la s cuales fueron notables durante la épo­ca de ios Incas, como las confederaciones deí Chima,.Chincha, etc. En la región andina, por causas hasta hoy ignoradas, quedó de­tenida en la segunda época la cultura deCha- vín, y las de'Cuzco y Tiawaúáko. se amalga­maron, formando así la cultura de los Incas. Estos, a su vez,mediante alianzas, confedera­ciones o conquistas, extendieron su dominio y cultura por todo el Perú formando elTatvan-

I N T R O D U C C I O N A L. Á 14

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ti S u y o o 1 m pe ri o de los I ;; e as, E í d ia g r a xna muestra i ti uiñori de las iracas eoncespoBCUem tes ís. k;$ cuítrfras del Cuzco y i ia\e¿í.BaKo y su prolonga eran íí. través ne toda la E¿ct cn- kaoa y bada la cual convergen las lineas co- rve s ij o n (i. i e n o; s a. las cu i turas ¿o cu ¡es cíe \& se-* granel a época.

'¿KjRA. .OIACIONXCS CULTO KABES AJÍ BINAS-

.Línea s o u otead as traza d as ot> nena me u te de derecha a Izquierda marcan las irr&dia.aqpjiessHCesivas.de las cuitaras andinas especi­fica sobre 3a. Costa. Hay dos irracUacití- ne s de Tia-wíi-mdíü; la primera que debe ha­berse efect uad o t\ 1 termina r 1 a .8rñ Areaiea y c iívo estrato a parece principalmente en primeras capas culturales del sur del Perú; la segunda, c-h í -se realiza en la segunda época y q ue es mucho siasv asta ■ q as. la &n ten o r, trae s ha dejado sus badías no solo en la región sur sino en las regiones media y norte cíe!

Ea cuitara de Cha vio ya especificada irradió tam&ién sóbrela región Norte de la ' Coata A esta irradiación pertenecen los her­mosos vasos últimamente encontrados en ios valles de Chicara a y Pirara.

También la cultura específica de Reouay ha irradiado en la segunda época sobre las

' culturas do los'vahes del Norte peruano..'

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Y por último, con las conquistasIncas la cultura propia del Cusco b& if %ks¡& do en todas direcciones,, ocupando már.:s*«fc mitad occidental del Continente no. ■ '

BKA PRIMOlSIflfi..

■ No habiéndose encontrado hasta hoy r-|p- to alguno arqueológico que pueda ser cogr® d era do como perteneciente a civilización* * especiales de éste o de. los otros con trien ^es indispensable suponer que el hombre líé§;¿>. al Perú en estado muy bajo de cultura; de-te .. penetrar por el Oriente o por el Norte; & , mentarse con los productos de la caza,, ctia; das raíces o frutos silvestres; habitar Ws emt vas, y llevar, en general, vida seminómada; Debió recorrer el territorio en diferentes ¿fe. reccioues, siguiendo las líneas de menor reasgj ten cía, y deteniéndose en los lugares que 2$ ■- ofrecían mayores facilidades para la vida; 'Im ¡ o vez si alcanzó así la costa del P&riúco. v r

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■ t í l S- T O R I A: D E L P B m ÍT

BKA PJRIMOIí DjíA L

(zm a , -c,~?>

Ko. habiéndose encontrado hasta hoy res­to alguno arqueológico que pueda ser consi­derado como perteneciente a civilizaciones especiales de éste o de los otros continentes, es indispensable suponer que el hombre llegó íú Perú en estado m ü y bajo de cultura; debió penetrar por el Oriente o por el Norte; ali­mentarse con los productos de la caxa» con las raíces o frutos silvestres; habitar las cue­vas, y llevar, en general, vida se mis orna d es Debió -recorrer el territorio en diferentes di­recciones, siguiendo las lineas de "menor resis­tencia, y deteniéndose en los lugares que le ofrecías mayores facilidades para la vida; tal ver si alca, seo así la Costa del Pacífico.

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Í8 I N T R O D U C C I O N A L A

i ' \PRIMERA EPOCA

.ERA ARCAICA©W. A. C,—800 D. C.)

3uAS pmMBBAS, ASOCIACIONES 3MS 3PASTOHBS Y

AGKSCÜtíXOlKES

Siguió después el desenvolvimiento d e la- ■cultura, que tuvo por base la domesticación de ciertos animales: como el llama .y Ja alpa­ca, y el cultivo, de, deltas plantas alimenticias •como las ¿rocas, camotes, papas, m%íz, ocas,, e tc. Á jmg&r por-la distribpdóri geográfica qué tuvieron, probablemente, las plastas y animales silvestres que dieron origen a las cultivadas j domesticados, aquella cultura debió comenzar a desarrollarse en las al tipia' nicles y quebradas, templadas déla región an­dina,donde, a su ven, el clima j las condicio-

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LAM i NA }

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LAMINA I

■ PRIMERA EPOCA

ERA ARCAICA

(200-800 D«C)

Estatua de piedra de un guerre­ro*. . Encontrado en Aija, Provin cia de, Huaraa, Expedición Ar­queológica Universitaria, 1919»

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LAMINA I I

PRIMERA EPOCA .

ERA ARCAICA

(200-000 L ,C )

de piedra de una mujer* En o entrada en Ai j ay PrawAnaie*de Huaraz5 Expedición Arqueólas gica Universitaria. 1919*

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H 1S T-Q R I A D E L P E. E U >3

nes físicas debieron estfmülar'élejerdciodeía? actividades de] hombre: donde lo s. esiben.a* desplegados para -lograr los'primeros éfoé debieron fortalecer las energías y aseguras'' m desenvolvimiento normal de la dvilizackc*. AH í de me ro n forra a r«$e la s prirn era s a so d a o i o - nes de pastores y agricultores, y allí debieruo producirse los elementos materiales de la cfo- tara que caracterizan esta época y que sos productos de la vida sedentaria * ■’ ■'

A SPE C TO S C P E T Ó K A T ^ S

Las primeras agrupaciones construyeron sus viviendas bajo él suelo/como puede Terse en ICá’tak (Rm iay) y otros lugares cM Callé- jón de Huaylas; enterraron los cadáveres en

. pozos y cuevas, cuyas paredes estaban rever­tidas con piedras,e hicieron corrales para m$ ganados. Sus construcciones se caracteriza::', por eí empleó de paredes dispuestas en hileras espadadas,' en' cuyos intervalos colocaros piedras'peqáeSas. o u <m¿»& I) Modelaron tos­camente en granito las estatuas de sus gue­rreros y divinidades; (Uftifoa» i y ii) y usa- ron a profusión caberas humanas como tro­feos. o 'atributos simbólicos. Emplearon la lana en la fabrica d ón ele sus vestidos, que. a juzgar por lo que se ve en las estatuas de

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sus guerreros, debieron estar orna mentadoscon diversas .figuras aoomodas convenció- na libadas. Su cerámica tuvo un carácter primitivo, (Lárama ni) predominando en ella los tipos antropomorfos y 20003 o rfGS, (L&mJnü IV) las ornamentaciones geométricas y el empleq constante de ana figura eootnor-' fá. quizás simbólica, (¡u^ina V)

HÓMOG'SJíEI&áLD E ZREAVIACIONES OB I,A C v l,-

'L 'V R & 'A m iJK A Á R C Á I C X ■

Ciertos aspectos culturales presentan marcarla homogeneidad y características e<>- mimes, como- si correspondieran a un perío­do determinado,- o a una etapa definida en la evolución del arte. Loe monolitos o esta­tuas, la peca fia miad de las. con sí raedores de los muros,: las onmmentaciones de las pie­dras con ca.ber.as humanes o defelisos, se." ■presentan con derla uniformidad de- técnica y de. ornamentación en todos los centros ar­queológicos, desde Yaya o esa. Pom abarnos * basta Tia-wanako. m

En 1 os ■ valles de Santrt, liitarmey y Chan- cay y en d del Ríame se han encontrado tes-

. tim opioa,que acreditan. la irradiación hacia esos lugares.de la cult ara;; audm a... Un corte vertíca I practicad o en 1912 en la banca de Jüa

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LAMINA I I I

Figuras

PRIMERA EPOGA

ERA ARCAICA •

(200 A.C« -800 D.C. )

tazas con mango corniforme.ollitas trípodes de boca estrecha y la_bios cortantes vueltos hacia afuera.

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PRIMERA EPOCA

ERA ARCAICA

(200 A,C. 800 D,C.)

A) cantáridos de cuello alto con mango Figuras ornitomorfo.

B ) o l l i t a s O T o id e s d e c u e l l o e s t r e c h o

a s a s p e q u e ñ a s l a t e r a l e s .

LMIRA IV

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PRIMERA EPOCA

ERA ARCAICA "■■o,' A

(200 A.C. a 800 D.C.)i L

A) oeramios antropomorfos representando guerreros Figuras provistos de escudo y porra, toscamente modela

dos* .B) Ceramios escenográficos; ornamentados con pic­

tografías mitológicas*

. - LAMBÍA V

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Centinela, en Tambo de Mora* coa el objeto de implantar una fábrica de' desmotar algo­dón y que seccionó trasversalmente el montí­culo, y fue hasta algunos metros más abajo del suelo sobre el cual se había construido la huaca, ha permitido estudiar la estructura y contenido de ésta, exponiendo al examen dos clases de tumbas de forma y' contenido dife­rentes, que corresponden, a su ver, a dos fases culturales distintas. Las tumbas de la hna­ca eran grandes mausoleos familiares que contenían muchos cadáveres y objetos de los estilos de Tiahuanaco y ele los Incas; las del subsuelo -eran individuales y contenían, por tanto, un s<'do cadáver; las criaturas habían sido enterradas dentro de urnas, al estilo de Nasca; y los cántaros eran semejantes, por ■un lado, con aquellos que .predominan en el primer estrato de Nasca y que caracterizan esta primera época; y, por otro, con el estilo propio del valle de lea, que, como se sabe, perduró hasta eí tiempo' de los Incas; lo que prueba .que en ciertos lugares esta clase de cántaros evolucionó independientemente, sín sufrir interrupción en su forma y ornamento; y que posiblemente la huaca incaica de La Centinela se construyó cuando hubo sido abandonado el cementerio primitivo por los autores de la cultura o del estilo propio de lea, '■ - - .

H I S T O R I A D E L P E R U ' 21

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22 I Ñ T R O D V C C I O N . A L A

Hay relación de parentesco evidente en los restes arqueológicos correspondientes a los más antiguos estratos del departamento . "jde loa, del Callejón de Huaylás y de las ver­

tientes ocrídental y oriental de las cordilleras .Negra y Blanca del departamento de Anca oh s.El uso de los adobes de tipo odontiforme en. la Costa parece, también haberse originado dorante esta época. ' ■ - \ -

l í íF O iiC Á C K iv i m i , AUTOS, A N D IN O

El área geográfica, de esta cultura debió comprender casi toda la región andina. Sin embargo, en el desarrollo del arte plástico se marcan ya desde esta época' dos, tendencias manifiestas? una, realista y escultórica, que predomina en d Norte; y la otra, de modela­do grosero y primitivo, pero de rica orna* menta ción pictórica y policromática, en el $urVEstas primitivas, diferenciaciones escultórica y pictórica del arte andino irradiaron hada la Costa,'formando en ella el primer estrato cultural que originó Sos diversos estilos pre­dominantes en está región.

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H I S T O R I A D EL, P E R ü 23

EOS PROGRESOS DEBIDOS A E DESAR&OEEO DE DA

A G ItICO ETU ííÁ Y A E A DOMESTICACIÓN DE

EOS ANIM ALES

El hombre de esta época* gracias a ios adelantos alcanzados en la agricultura y en la domesticación de algunos animales, a van* .«¿-rápidamente en civilización; construyó re­presas y canales de irrigación; pueblos, forta­lezas y templos; dominó el arte de labrarla piedra; transportó grandes moles de ella pa­ra construir sisa ediñcios; cortó y pulió el gra­nito, y grabó, sobre él las figuras de sus dio­ses, sacerdotes y jefes; alcanzo grandes pro­gresos en la alfarería; cruzó el territorio en diferentes direcciones; practicó empíricamen­te admirables intervenciones quirúrgicas cra­neanas; estableció tal ves cambios comercia- 'íes cEtic ¿cgícr*^ r1“ diferentes climas y pro­ductos y propagó su cultura Imcto Costa y quizás también hada las florestas amazóni­cas. Logró así a adaptarse al medio geo­gráfico, asegurar su conservación y progreso y echar tos fundamentos de una nacionali­dad, y una civilización típica; la civilización aborigen andina.

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Como se ve, las-obras monumentales más estupendas comenzaron a levantarse en esta 'época, gracias al progreso de la agricultura* que suministró los recursos vitales de ía po­blación. Sólo un pueblo bien alimentado y fuerte, muy numeroso y organizado, pudo construir grandes represas y canales de irri­gación, cuya longitud, en no pocos casos, se mide por leguas; pudo preparar terrenos ar­tificiales de cultivo, mediante el sistema de terrazas; y dejarnos en todas sus obras prue­bas evidentes de su inteligencia, laboriosidad y bienestar individual y social. Aun las gue­rras debieron ser .poco frecuentes, porque e- 31as habrían imposibilitado el progreso de ía civilización y no se habrían formado pobla­ciones sedentarias tan numerosas y de cultu­ra tan'uniforme.

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SEGUNDA EPOCA

£RA DEL APOGEO DE LAS CULTURAS LOCALES O PBvE-iNKAMA

(800— M 50 O, c.)

CEECiMÍEHTO Y DIFERENCIACIÓN .DE LA CIVXU~ 2A.CIÓN ANDINA

B a la siguiente etapa parece debilitarse ei carácter homogéneo de la catara «dina? debido .a su mayor desarrollo v consiguiente diferenciación.; Sin. un poder político central unificad or y sujeta, cada provincia o agrupa* c í ó b humana a su propia suerte, fueron for­mándose secciones culturales diversas que e- volucioaaron.y se diferenciaron con cierta In­dependencia» siguiendo rumbos' divergentes, y adquiriendo caüa una de ellas fisonomía peculiar, En la Sierra, florecieron Cha vía, primero, y después» sucesivamente, Tiawa-

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- .y "ITnako, quizás ■ Yilcashuaman y el Cuaco, q*®t. deben ser consideradas como, las cuatro pirá* mides culturales levantadas en la región an-dma, que es determinados periodos hlstóri- eos faetón centros políticos y religiosas de gran importancia. '

En la Costa* las cuitaras que durante la etapa anterior se hallaban en estado incipien­te s continuaron desenvolviéndose,'adquirien­do algunas de ¿lias considerable progreso, y sujetando a su dominio‘porciones más o me­nos vastas del litoral, localizadas en uno o más valles. Así se. formaron las culturas de los vasos negros del territorio ocupado por los Tallarles; la de los vasos coloreados y rea­listas del ocupado por los Cfaimus, y cuyo centro parece haber sido Ch&nchán; la de Ios- vasos considerados como propios del valle de Chancay y la de los vasos de lea, Fisco, Chincha, Ha sea y Moquegua,

Las ruinas de Tiawanako y Chavín re­presentan el más alto grado de progreso al­canzado por el hombre en el Ferá; ¿sí en ar­quitectura como en el arte escultórica. Los grandes templos que existieron en estas dos metrópolis aborígenes demandaron segura­mente para su construcción el trabajo coope­rativo y simultáneo de muchos individuos. Las estatuas, altorrelieves (Lámina vi) y obelis­cos de Chavín son notables por la complejidad

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Vi

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l a m i n a vi

SEGUNDA EPOCA

■ ERA ■' PRS^INKANA

(800-1150 D.C#)

Piedra labrada en alto relieve, en

contrada en Cbavin^

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L4&ÍM4 vn

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SEGüHLA EPOCA

.■ E E A ,?R S -ltK M A ;■

Apogeo cíe las Cultura Lo— ■

caled

(800 a 1150 D.C.)

Obelisco descubierto en Chavin en 1919 . La figura del dios fe¿ lino aparece en relieve y repe_ . tida dos veces sobre su super­ficie . Museo Arqueológico, de la Universidad. .(jUscala.0.06=1 m.)

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u m if íA . Y í f T

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■¿mmmmwm

■M:

iLAMINA VIII ' . ■ ■

SEGUNDA EPOCA.

ERA ' ^RE-IMANA

(800 a 1150 D.0:

Cántaro ornao-entacionee an raiie^ ve oue figuran cabeza? do jaguar idealizadas. Valle de Chicama.

' (coi.; v . L arcobH .7

: ll l li m a llvffillMílBAliil

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SEGUFDX EVO CX

..... SR i ?ES-II|K¿NA

Cultura Irradiada de Chavin

(800 á 1150 D.C.)

LAMINA IX

Dios felino procedente de Chicama cultura irradiada de Cdavln*- (Col. V. Larcc H-)

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UftMiNA X

^ # « 1 ®

f-SYrí'.'

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\ pesGUUDA VPOGA

■ ■ ERA-". PHE-IlífKAJfA .

Piodra. labra-da, ©n a l t o r s — 7.1 ovo ¿ ohcontra& a en Cha,— v in .

■■ ■ LMI3STA. VI

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MíV!ííí& Xf

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LAMINA XI

SEGUNDA. EPOCA

S M PRS-INCXNA

Cultura Irradiada de Chaviñ

(800 a 1150'D.C, )■

Dioe felino procendente del valle de Cüicama, cultura ■ - - Irradiada de Chavín. (Col. V. Larco H»)

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LAMINA X II

SEGUNDA EPOC.

ERA P R M M K A N A

Galtura Irradiada do Chavin

(800 a 1150 D.C.)

Cántaro del estilo propio de Chayíni procedente de Chicama (Col. V. Laroo H.)

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SEGUNDA EPOCA.

ERA. pr e-i n k a n a

Cultura Irradiada de Tiawanako

(800 a 1150 D.C)

Cántaros del entilo propio de la cultura irradiada de Tiawanako, en contrades en la región Norte, Cos­ta y Sierra del Perú* Se caracte­rizan principalmente por la cabeza de felino que llevan como figura ^ emblemática y por el cuello con di_ bu^os en forma de damero* (Museo de la Universidad)*

l a min a X III

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ssG m nu. s p o c í ;

ERii.

(800 - 1150 D .c.)

Cerámio representativo de la

difusión Tiawanaco en la Costa*

LáMIM XIV

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M I E XV

SEGU2ÍDA EPOCA

ERA PB2-OKANA

Cultura de la primera ii-i-a¿ÍAeióíi da Tiawanako : ' (800 a 115 0 D. d* >.

Banda de tapicería con figuras zoomorfas convencionalizadas, usada como adorno de la cabeza. (Valle de Nasca.)

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de sus dibujos, por el carácter simbólico de sus representaciones y por 1a habilidad desplega­da por el artista, que ha grabado sobre la- dura piedra las complejas figuras extremada­mente idealizadas de sus dioses—anímales, sin descuidar la armonía del conjunto y délos de­talles y sin desperdiciar espacio, (UmiM Vil)

H J S T O R I Á D B h P - B X T T 3?

IRRADIACIÓN BE LA CULTURA. HACÍA XA COSTA

Durante el apogeo de las culturas de Cha- veo. y Tiawanako efectuáronse también nue­vas irradia dones hada la Costa, Vasos del estilo propio de Chavín, caracterizado por la representación de la cabeza de un felino, me­diante un sistema de líneas grabadas o en re­lieve, aparecen también en las tumbas del va­lle de Chicama, mezclados con los objetos pro­pios de esta última cultura, (jummas Vin, ix, X, Xí, XU,} Construcciones y objetos del esti­lo de Tiawaoako aparecen igualmente tn ca­si toda la región andina y forman en la Cos­ta un estrato cultural de fácil identificación. (Ut ti t tMXII I . X l V y X V ) ,

FIGURACIONES BE HISTORIA NATURAL

La cerámica de los vasos negros de los Tallanes y de los coloreados de Chima repre*

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2S 1 N T E Q D U C C I O N Á b A

senta el más ilustrativo y genuino docu­mento histórico de la antigüedad del Peni. Efectivamente, en dicha cerámica se ha. repre­sentado algunos-aspectos del medio geográ­fico y de la dora y fauna tstilizables; se ha re­presentado mediante la arcilla la historia ca­si completa del hombre; así la puramente biológica como la de sus variadas activida­des,, usos, costumbres, ocupaciones y creencias religiosas. El territorio montuoso .aparece cubierto de vegetación, labrado algunas ve­ces por el sistema de terrajas, con algunos cactus o arbustos, o animado por ciertas es-' cenas humanas, como danzas agrícolas, caza de venados, etc.; en otros, casos, aparecen hombres y mujeres ocupados en la recolec­ción de ciertos moluscos terrestres, que sin duda se utilizaron como alimento®. Diversas clases de rafees y frutos alimenticios, repre­sentados con notable realismo: cucúrbitas, ■ amonas,, pepinos, tumbos, lúcumas, ciruelas, higos, ají, arracachas, pinas, pacaes, lía* cones, camotes, yucas, (Lámina xvi) papas, (L&mmfc xvn) mitos y diversas clases de legu­minosas, sacrificándose casi siempre la utili­dad dd vaso a su representación fidedigna; como si el afán del artista'hubiera sido, lo­grar ante todo tma imitación perfecta de los objetos representados. Escorpiones, almejas,

diversas especies de conchas marinas, can-

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S3X3TOTH.Í. SPOCá

_g p ¿ ú k S —IX’IX ATT A-

(800 a 1 x50 D* C.)

} ' '4 1 .. ■ 1 :

Ceramio encontrado en Chimú? repre;

sentación de raíz alimenticia,

■LAMINA XVI

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LAMBÍA : XVII

SSGURIÜ EPOCA ,

ERA ■ PEE-IHKA¥^

-Apogeo de las Culturas Locales

(800 a 1150 D’C.)

Representación realista de la papa; (solanum tuberosum) en el arte de Chimú* Valle de Chicama (Col. V.

Larco H.)

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.amina xvki

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LAMINA XVIII

SEGUNDA EPOCA

ERA PRE-INKXNA

Apogeo de las Culturas Locales

(800 a 1150 D.C.)

Representación realista de una rana. Valle de Chicama. (Col. V. Larco H.)

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iAfií

iNA

íílJÍ

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SSGUJVDA APOCA .

: Ü3ra Pre-inkana

Apogeo de las Cultura Locales

(800 a llpO I)oC.)

Representación realista del jaguar. Valle de Chicama. (Col V» Larco H.)

LAMINA XIX

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grejos, camarones, langostas, peces, reptiles anfibios, (Uraji»xvni) aves y mamíferos {L&mitm XIX) todos ellos representados coa tán ia fidelidad y en tan considerable numero y variedad, que en conjunto ofrecen una mag­nífica ilustración de la fauna del lugar, pu­diéndose identificar en muchos casos, dada la prolijidad y cuidado con que se ha hecho la representación de los detalles morfológi­cos, so sólo el género, sino la especie zooló­gica, Y no sólo aparecen los animales así mo­delados a 1a manera de retratos, sino en ac­titudes diversas y en muchos otros aspectos y detalles de su actividad biológica. Se ven pájaros empollando o volando alrededor del nido que contiene los hueveados; en actitud de pelea; picadores alimentándose; halcones, gavilanes, buhos, cóndores y otras aves de rapiña que llevan en el pico, unas un reptil, una rata o tro pez; otras, diferentes especies de pequeños mamíferos, Embriones y esque* letos de mamíferos; cráneos de llamas. Y, por dirimo, venados y llamas maniatados, cargados, enjaczados.de pie o echados, ru­miando o rascándose con una pata la oreja y en otras-muchas curiosas actitudes.

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30 I N T R O D U C C I O N A D A

masuiucxoNss im u l v id a h u ma n a

Todo lo referente a k historianatura] del hombre aparece allí, no sólo en lo que rcspec- ta al tipo físico, sino en lo tocante a su usos, costumbres, ocupaciones, afóraentadón, pla­cares, dolores y aún vicios. Cabesas y otras partes del cuerpo humano, modeladas escul­tóricamente y en las cuales resaltan dertbs detalles anatómicos y morfológicos, que per­miten. caracterizar el tipo étnico predómi-

■ nante en aquellos tiempos; 'representaciones, de casi todo eV proceso ontogenético del

..hombre, desde el rt&dmienio- hasta ía muer­te; el embarazo' 'y él parto- en 'sus' diversos estados; Ja lactancia* los rcsBaáas 3 mire- tejimientos que la madre prodiga a! .ais»; 1 . manera cómo ' lo crin y lo carga; ciertos aspectos de la infendá y de ¡&: sdokzcencm,

: de la edad adulta y ae la vejes;''escenas mn.~ tfímoníak'S, y aberraciones sesma íes. Tas

•(íi&rentes actitudes durante el sueno; los «3- termos, cojos, mancos, ciegos,'(u*aia« xx)'" jo- ■, robados. Los que hacen uso de la coca y de

kcal y otra dase de substancias, que pare­

cen extraer de tm envoltorio especial, y hasta

los que se peinan, quitándose y comiéndose

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L AMISTA XX

SEGUNDA EPOCA

ERA PRS~INKAIFX

Apogeo de’la^ Culturan Locales

(800 á 115 0 D.C.)

Ce ramio antropomorfo represe no­tando ‘una ciega que tiene mufi lado el labio superior« Valle le Chicaroa. (Col. V. Laroo )

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LAMINA XXI

SEGUIDA EPOCA

ERA PREINCANA

Apogeo de las Culturas Locales

(800 á 1150 D.C.)

.Dos platos superpuestos % en

la superior se ha representado

oon marcado realismo un guisa-;

do de cuyes. Cultura Chimu.

Valle de Chicama. (Col. V., La:r

co H.)

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1

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LU4IM XXII

s m j m k m o c x

sa i pr e- ib -cana

Apogeo de la* Cuitaras Lócale

; (800 - 1150 d . c . )

Un guerreros Valle de Chicama

(C o l , V. Larco H.)

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B I S T O M I A D B L. P E M O _ 31

Sos ¡piojos. L a preparación de los alimentos; platos, ollas y tazas que contienen mam, cho­clos, ají, cuyes, pichones, pescados, tan viva­mente representados, que parecen estar pre­parados y listos para comerlos, XX'ODiversos personajes, tal vez sacerdotes o je­fes, que ostentan un elegante y complica­do atavío, adornos personales, pinturas y tatuaje en el rostro y en el cuerpo; tembetas, orejeras y narigueras; cabezas que muestran diversas clases y estilos de tocados, coronas adornadas con plumas o piezas metálicas; gorros de pieles de ciertos mamíferos y aves; cascos, lla u io sy turbantes, llanos o adorna­dos. Mantos ornamentados con ¡6guras geo­métricas,, simbólicas o mitológicas; vestidos de plumas, etc. Guerreros que ostentan ele­gantes vestidos y llevan como trofeos cabe- gas y otros fragmentos del cuerpo humano; armados casi siempre con porras, hondas, estéticas y escudos; (¡imb.a XXH) músicos' que tocan diversos instrumentos; sonajas, cascabeles; pitos, diferentes tipos de quenas, antaras, trompetas, tambores y címbalos.

<, . Diferentes escenas de caga y pesca, danzas,batallas, etc., etc. Tipos de prisioneros des­nudos, amarrados y sometidos a crueles cas-

* tígos. Escenas de curaciones de enfermeda­des y de ceremonias funerarias, y multitud de dibujos escenográficos de carácter paramen-

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32 I N T R O D U C C I O N A

te ornamental. Cráneos humanos y , otra^' piezas esqueléticas aisladas; diferentes «ístj? - ñas fantásticas de esqueletos, etc.; todo esto- y mucho más ligara la cerámica de esta épo­ca,

*

3DEALX2ACÍÓK DB FKOTOS Y ÁXIMAEES Y SACííiv ,

F1CIOS K'OMANOS

Frutos idealizados pardal o totalm ente' ■;. y .convertidos así en divinidades semiantro- ' ■ pomor&s; animales en diversos grados de idealización; transformados también en divi­nidades semina tropom crías, tal vez tótem!» micas. Escenas diversas tn las cuales actúan , dichas divinidades. Representaciones de un personaje mitológico, dios felino que sobre­sale entre las otras deidades zooznorfas y al que casi siempre acompañan dos'grandes ser­pientes, (UaiaaXXíli) Diversas escenas, de sa­crificios humanos, realizados en presencia de ■ dicha divinidad. cUmin&xxiV) Individuos parcialmente sacrificados, que ostentan el - rostro y las extremidades mutiladas y que / llevan vida miserable, arrastrándose sobre el ‘ suelo, apoyándose sobre un bordón, monta­dos sobre un llama y en actitud de mendi­cantes, ■■■ . -

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SEGUNDA EPOCA.

■ERA PHE-INKANA

Apogeo de las culturas locales

(800D.C. a 1150 D.C.)

Dios felino que ostenta como atri lutos simbólicos una serpiente y una cabeza esqueletizada que coge con una de las garras^ lleva además consigo u un cadáver y en uno de los lados no vi_ sibles de la figura aparecen esquele-*" tos trasportando en andas una cabeza humana esqueletizada|hacia la parte su perior y en alto relieve se ve a un hombre que tiene la nariz, los labios y las extremidades superiores mutila­dos,, . Valle de Cfeicama, (Col•V.Larco.)

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' LAMINA: XXIV ■

SBGUNM'EFOCA-

■ SHA ■ PRE-INKAIÚ

Apogeo de las: culturaos looales

, (.800 a 1150 D* C o)

Escena dé sacrificio humano. A- parece1 en ella una divinidad que presencia o dirige el sacrificio que realiza un sacerdote, quien introduce en la garganta de : un -individuo', aprisionado de pies y manos mediante unas cuerdas, una especie de cánula o tubo a tra­vés del cual fluye la sangre que recibe el propio ejecutante en una taza que tiene en la mano de_ re cha. Val le: de Chi cana. (Co 1. V» Larco H,)'

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l a mi n a XXV

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LAMINA XXV

SEGUNDA EPOCA

; ' ' ' ERA PRS-INKANA

Apogeo de la s c u ltu r a s lo c a le s

(800 a 1150 D« C)

Manto a z u l con 63 f ig u r a s p o licro m as? m ito ló g ic a s , bordadas 3 X V a lle de P is c o . . .

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H 1 S T O R T A D E L P B R ü 33

"CERÁMICA y A R T E F A C T O S T E X T ILE S t>E NASCA

Diferentes representaciones pictóricas y escenográficas en la fina y elegante cerámica policromática de Na sea, donde, aparte de las puramente decorativas, aparecen las de sus divinidades totémieasj que ostentan vestidos primorosos y fantásticos,

Los textiles alcanzaron en esta época alto grado de: desenvolvimiento; los man» tos bordados, extraídos en el valle de Pisco, (LAiisina XXV) sobre todo los trabajos de tapi­cería de estilo Tiawanako, - son tan ricos en concepciones artísticas que se les ha compa­rado con los coptos y bizantinos y aun con. los tapices de seda de la China, El progreso que alcanzaron en Ja técnica, la variedad de los tintes, la naturaleza indeleble de ellos y la combinación armónica de los colores, ha superado a las adquisiciones más impor­tantes del arte y de la industria modernos.(U m ina X X V I) . •

En diferentes partes de la Costa del Perú se han formado colecciones de obje­tos de plata, oro y turquesas, que parecen haber sido extraídos y trabajados por los

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propios artistas indígenas; vasos, placas de oro, idolillos de turquesas admirablemente trabajados sirvieron tal vea como ofrendas sagradas a los dioses o como ornamentos de vestidos ceremoniales majestuosos.

34 I N T R O D U C C I O N A L A

DOMINIO GEOGRÁFICO DE L A S CU LTU RAS DE L ACOSTA

Poco antes de la conquista de la Costa por los Incas, algunas de las culturas de esa región debieron extender sus dominios más allá de m suelo nativo. La cultura represen­tada por los vasos negros debió extenderse no sólo por toda la sección Norte sino aun por gran parte del Perú central; en ciertos va­lles donde en un principio imperó la cultura de los vasos,coloreados escultóricos, se nota la diferente estratificación; la primera apare­ce sobrepuesta a la última. -.La cultura de Nasca,queparece haber comentado su desen­volvimiento en el valle de Pío Grande, debió, también, aunque en período muy anterior & la dominación incásica, extenderse por el Nor­te hasta el valle de Pisco, inclusive, y por el Sur hasta Camanár los mantos bordados con figuras mitológicas o de guerreros, de es­tilo Nasca, proceden casi todos ellos del valle de Pisco, y algunos ejemplares, también de

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SEGUNDA EPOCA

ERA PHE-INKANA

Apogeo de las..cultura locales

\000-llp0 D.C.)«fotografía de un vaso grande pra cedente del valle de Chicama, q.ue representa diferentes escenas de la fabricación de tapices.

LAMINA XXVI

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estilo Nasca, han sido extraídos iiltimamen- te de cementerios poco distantes de Cama­ná.

Eí progreso de las culturas de la Costa no parece haber afectado a las andinas; .el límite oriental de aquéllas se presenta bien de huido; en ninguna región de la Sierra se ha encontrado hasta hoy objeto alguno que co­rresponda al arte bien caracterm do de Chi­ca m a o de Na sea.

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36 I N T R O D U C C I O N A L A

' TERCERA EPOCA

■ ERA ¡N&ANA (Í150— Í53O D. C.)

L A CIVILIZACIÓN DE L O S INCAS R ESU LTA DE L A

FUSIÓN DE L A S CU LTU RAS ANDINAS

La cultura de los Incas, cuyo origen se ignora, íué desenvolviéndose* quizás desde los comienzos de la segunda época, en el valle de Urubátnba, formando una nueva pirámide cultural de la civilización andina» Mediante confederaciones o conquistas logró extender­se lenta y progresivamente;en.un período que no debió ser muy remoto se unió a la cultura de Tia-wanako, formando así el Imperio de los Incas; trascendental acontecimiento éste que inició la tercera época.

Las dos culturas andinas del Cuzco y Tiawanako se unieron cuando probablemen­te Chavín había ya declinado; los restos de

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esta última aparecen siempre en un estrato, independiente, Las dos culturas andinas, que crecieron casi independientes, la primera en el valle del Urubamba y la segunda quizás en algunos de los valles del centro o sur deí Pe* tú, y que allí adquirieron características pro­pias, se unieron y actuaron conjuntamente, irradiando más allá de las fronteras del ac­tual territorio del Peni, Bn el departamento de Ancachs y en casi todos los valles de la Costa-Norte se encuentran construcciones y objetos en los cuales predominan, sin lograr fusionarse, los dos estilos originales, En los cementerios incásicos de Na sea se hallan con gran frecuencia grandes sarcófagos que con­servan momias enfardeladas con cabezas ar­tificiales adornadísimas y multitud de ofren­das con ornamentos de ambos estilos, como si los cadáveres hubieran pertenecido a jefes o sacerdotes aimaras o tiawanáhenses del tiempo de los Incas; o como si éstos o sus go­bernadores u oficiales hubieran constituido tum clase superior dentro de la población pu­ramente incásica o cuzqueña, Tina momia de Coyungo, que formó parte de la colección Peí la míe de lea,'llevaba en la espalda un bul­to que contenía un canasto lleno de Id pus; la mayor parte de los tejidos que servían de a» domos, así como los vasos funerarios, eran del estilo propio del Cuzco.

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Grandes monumentos nacionales, com o. los caminos que, según se sabe, existían así en la Sierra como en la Costa, a lo largo de to- - do el Perú, y cuya magnífica construcción puede apreciarse todavía hasta hoy por susrestos hallados entre Huari y Piscobamba,...en una extensión de quince leguas, son o- bras de los Incas, así como también muchos de los edificios piramidales de la Sierra y de la Costa.' Las construcciones del valle del TJrubnmba, Huánuco el viejo, Cuzco y, entre todas ellas, la imponente y majestuosa forta­leza de Sacsahuamán, son productos que re­velan las grandes energías y el genio aborí­genes. Fueron los Incas quienes perfecciona­ron el admirable sistema de organización po­lítica, basado en el coñrani uno agrario y en la estadística, conservada cuidadosamente mediante loskipusjlos ¿pie estableciéronlos talleres de las mamaconas, que se dedicaban • a la confección de los vestidos {Lámina xxvn ) de los jefes, sacerdotes y gentes de guerraf los que crearon las instituciones de los miti­maes y de los amantas; los que propaga-

LA S OBÍÍAS INCASICAS .

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LAMIDA XXVII.

TERCERA EPOCA

ERA IMARA

Trabajo de tapicería» Cushma del estilo propio de los Incas del Cuaco» (Col* Cpaparo Munia)*

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ron la unidad religiosa y la unidad ’lingmstí- .ca; los que almacenaron vestidos, armas de guerra y alimentos para atender a las nece­sidades dd culto y dd gobierno; y, en fin, los que idearon toda esa urdimbre ejemplar de preceptos políticos y administrativos que tu­vo por propósito el acercamiento y la fusión de los elementos y factores heterogéneos, pa­ra echar las bases de una gran nacionalidad,

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CAPITULO TERCERO

LAS BASES INDIGENAS DE LA UNIDAD NACIONAL

UNIDAD (ÍEO-ÉTNICA

Como se ve por lo expuesto, las variacio­nes topográficas, étnicas y culturales en lo que atañe a la historia cid hombreen d Peni, son más aparentes que reales. Desde la épo­ca arcaica, d hombre, no encontró vallas in­vencibles que lo detuvieran en sus m igrado-' nes; el pastor de las panas llevaba sus pro­ductos a los valles templados o cálidos don­de encontraba los frutos que no le ofrecía su propia región. Las migraciones o excursio­nes andinas hada la Costa debieron verificar­se en todo tiempo: desde las primeras épocas aparecen en la Costa productos oriundos de la Sierra y aún dé las florestas. Las'variado- nes de clima, producciones, ñora o fauna, en

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lo que respecta a la influencia que debieron ejercer sobre la cultura humana, no son tan manifiestas como en las regiones aisladas. Los topos geográficos son tan limitados que no han permitido la formación de grupos hu­manos de cultura bien diferenciada.. Todo el Perú puede considerarse como una sola re­gión geo-étnica.

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UNIDA D É T N IC A

Sí desde la época arcaica el hombre pudo moverse en todas direcciones; si su civiliza­ción parece ser única o monogenética, es de suponer qué predomine en todo el territorio y en las diferentes etapas culturales un solo tipo étnico. Efectivamente, cuando se exa­mina vastas colecciones craneales, no se notaesa poiküotipia de.otras - agrupaciones- drama--*ñas de América; por todas partes aparece el tipo oblongo mesocefálíco andino, entre la gran variedad de formas cefálicas, deforma­das artificialmente. E s , muy posible que se deba en mucho a las dificultades que ofrece la separación de los ejemplares deformados artificialmente de los normales, cuando . se practican los estudios y mediciones, la creen­cia dé los tipos dominantes braqtticefálico de la Costa y dolicocefálieo de la Sierra;

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UNIDAD' CULTORA!.

Mientras no se estudien mejor las di ver-; sas manifestaciones de la civilización y sus limites geográficos, para poder relacionarlos genéticamente* - no se debe considerar simples estilos o diferenciaciones de una misma cultu­ra como otras tantas culturas independientes y exóticas; y mientras no se.fijen mejor los estratos culturales, no se puede tampoco es­tablecer una sucesión cronológica precisa. Las culturas hijas de una misma madre, al­gunas veces melHzas o desprendidas en la mis­ma época, pueden mezclarse y amalgamarse; la una superponerse por un tiempo a las ■. otras y originar asi confusiones y errores en la interpretación cronológica de las culturas. El primer estrato de Nascá, esto es,- el más antiguo del valle, donde se originó por la im­plantación de la cultura irradiada de la Sie­rra y antecedió a la llamada cultura propia: de Nasea, tiene, sin embargo, marcado paren­tesco con la cultura epigonal de irradiación, que v-.no con los Incas; entre ambas culturas emparentadas se interpola, sin embargo, co­mo se ve, , el grueso.: estrato cultural de Ñusca.

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UNIDAD DE LENG U AS

Aunque hubo diversidad de .lenguas en el antiguo Perú, ha predominado desde muy remotos tiempos en la región andina una lengua que parece ser la matriz de las keshua y aimara; la lengua kauki, que todavía exis­te en la provincia de Yauyos, llamada con' ra­zón por Barranca paleo-aimara, que tiene ca­racteres léxicos y gramaticales arcaicos y es probablemente una supervivencia' de aquella primitiva lengua matriz. La puquína, que hablaban los primitivos pobladores de la provincia de Moquegua y tal vez los autores de la cultura de Nasca, y la misma moemca,

lIinjrdair-efm ásrT^cales con algunas de las forestales de tipo Arawak. Aun las lenguas keshua, aímara y uro tienen ciertas relaciones de parentesco con algunas del mismo grupo forestal Por lo expuesto puede decirse que desde el punto de vista lingüístico o del arqueológico, no hay: tampoco barreras invencibles que aíslen o particularicen a las antiguas agrupaciones humanas andinas-

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UN IBAP B S RBLXGIÓN

El pretendido panteísmo indígena que tanto repugnó a los españoles, también pare­ce más aparente que real 'Entre todas las divinidades representadas en Ío$ objetos co­rrespondientes a las diferentes etapas cidttt». rales, aparece siempre, con notable constan­cia, la de tm días animal, un felino, que parece ser el poderoso jaguar de las florestas. Se ha identificado este felino en sus diversas fases de idealización y a.xitropomorfkación en la cerámica del Cr-üejón de Huaylas, en ios al­tos relieves bailados en Yauva, Ai ja, Hm- ras y Pomahamba y en la cerámica negra de Lamfoayeq-ue, El arte decorativo de Cbavln tiene como radical o motivo., arquetipo la ca­beza del jaguar. ' Las más complejas repre-’; estaciones de esta divinidad, el aparente ■vnbrollo de lincas y figuras es el resultado del. uatamieato deí mismo y dnico motivo í-m- ó;-mea-al'

W l a s mo m -O ele Tíawsnako se debe én mv. áo Y tratamiento del jaguar o Tití, que ap: roe aquí, como en Cbavm, en sus distin­ta::. /ases de antropomorfización e idealiza­ción. El personaje principal de la portada

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monolítica es el dios Jaguar. Tití ’Wirakocha, , la misma divinidad o héroe cultural que ■ aparece como el principal protagonista en las.leyendas relativas a las génesis de los in­dios que desde los primeros años de la Con­quista recogieron los cronistas e historiado­res de Indias, es el dios Jaguar, cuyas esta­tuas existieron en llave y Cacha, el que toda­vía puede verse hoy' en uno de los grandes templos de Chavín; el mismo dios que apare­ce representado en la cerámica de Chinama, sentado o de pie en la falda de una montaña;]: sobre la cual suben dos grandes serpientes, es, por último, la divinidad más importante representada en Nasca y a quien, como en Chicama, se le sacrificaron víctimas huma­nas. Tal vea la cabeza de este felino idealiza­do, con los cabellos transformados en ser­pientes o en cabezas de cóndores, ha simbo­lizado el sol; el dios Jaguar ha identificado sus poderes con los de aquél y ha originado así el culto de esta divinidad; verificándose esta asociación o identificación, notada ya en la-evolución de otras creencias religiosas, cle una divinidad animal con un fenómeno o poder natural. El culto general de esta divi­nidad aboga, pues, en pro del monogenismo de las culturas y, por ende, confirma las ob-

;servaciones antecedentes.

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. CAPITULO CUARTO

EL CATACLISMO OCASIONADO PQR LA CONQUISTA ESPAÑOLA

LA PO LÍTICA N A C IO N A LISTA D E LOS INCAS

Los Incas echaron las bases de la nueva nacionalidad; frente a elementos materiales dispersos o independientes se propusieron íor- mar con ellos una gran Nación; para esto de­jaron que las instituciones seculares existen­tes, las artes, las industrias y todas las con­quistas de la civilización continuaran sin in­terrupción en su marcha ascendente; procu­raron así, mediante la cooperación de tan di­versas agrupaciones, formar una organiza­ción superior-provista de un poder central de control y unificación. Ke aquí lo notable de la sabia política de los Incas.

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CHOQUE DE DOS CIVILIZACION ES

En este estado encontraron a los . indíge­nas del Perú los conquistadores españoles. Estos trajeron usos, costumbres, hábitos, en­fermedades, religión, lengua, ideales y civili­zación en general, completamente distintos de los de aquéllos. Con la conquista se produjo algo así corno un gran cataclismo que de­rrumbó casi desde sus cimientos el edificio nacional que durante muchos siglos había formado el genio indígena; los grandes ca­nales y represas destinados a la irrigación fueron abandonados, los caminos destruidos, los templos saqueados y derrumbados, la re­ligión perseguida, las artes olvidadas, la po­blación humillada y esclavizada. La miscege- nación resultante de iridio y español creó dos clases: una que, manteniéndose en los reduc­tos : andinos y nutriéndose pobremente, va degenerando bajo-la acción del alcohol, la co­ca, las enfermedades y el fanatismo religioso; viviendo aletargada e ignorante de su pasado,

■ recorre año tras año, siglo tras siglo, el mismo camino tenebroso, sin una lu z ' suficientemen-

:■ te tuerte que la despierte y guíe hacía la cfvi-

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lizacíón; la otra que, adaptándose a los idea­les, sentimientos, aspiraciones, usos, costum­bres, etc., de la civilización europea, se esfuer­za por formar nacionalidad, a base española o latina, poniendo de lado las bases dejadas por la civilización aborigen, imitando las ca­racterísticas de otras tierras y nacionalida­des, sin utilizar debidamente los conorimien - tos y métodos de la Ciencia, que nos permiti­ría conocer nuestro suelo y nuestra historia subyugar el egoísmo de los hombres, estable­cer el equilibrio económico de las ealses socia­les y afianzar así la nacionalidad.

Nuestra actual civilización hispan o-pe- ruana no puede levantarse sino sobre el pe­destal indígena; y no puede mantenerse firme y perdurar, si no se adapta completamente al medio, si los hombres no procuran utilizar nuestros propios recursos, descubrir los secre­tos y maravillas de nuestra propia naturale­za, admirar la labor de nuestros anteceso­res, glorificar a las generaciones que vivieron ■en nuestro propio suelo, donde se guardan sus cenizas, y del que sacaron sus alimentos' y lo defendieron y utilizaron durante muchos si­glos. La .generación actual está obligada ■ a hacer revivir el pasado y recoger todo aque­llo que pueda glorificarlo.

4$ I N T R O B U C G I O N A L A

Sanmartl y Cía., Impresores—''77742

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Erratas 0

■' e y v la l á m i n a 10 d e b e . a

d e c i r ■; ■

. S e g u n d a 1 E p o c a ..

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C u l t u r a i r r a d i a d a d e C h a v a n

( . s n o - i . i s c ^ d.c«) . ..

Cabes a. del Dios felino le .Cna

vín encontrado.en el valle de

Chi cania? cultura irradiada ee

Chavin (C.I.V, Larco Hoylo)v

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