krampus (enigmas)

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OCULTISMO

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Figuras menos amables de la Navidad

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Page 1: Krampus (Enigmas)

OCULTISMO

Page 2: Krampus (Enigmas)

LA NAVIDAD NO ES SÓLO PROPIEDAD DE PAPÁ NOEL. EN MUCHOS PAÍSES, LA TRADICIÓN DICTA QUE JUNTO AL

GENEROSO PERSONAJE VIAJA UN DEMONIO PARA CASTIGAR A QUIENES NO SE HAN COMPORTADO CORRECTAMENTE

DURANTE EL AÑO. SU NOMBRE: KRAMPUS. TEXTO Ivan Mourin

Noche de Navidad. Tras

una copiosa cena y largas

conversaciones, regadas con

alcohol, la familia duerme plácidamen-

te. En mitad de la madrugada, uno de

los niños se despierta. Ha escuchado un

fuerte golpe en el tejado y lo que pare-

cen pasos sobre éste que no consigue

amortiguar la nieve. Entre la emoción

y la curiosidad, decide levantarse de la

cama y bajar hasta el salón. Mientras se

va acercando, escucha cómo algo se ha

deslizado por la chimenea, emitiendo

un sonido de cadenas y campanas que

le ha puesto la carne de gallina, y sabe

bien porqué. Sus temores quedan con-

firmados al ver proyectada en el suelo,

desde lo alto de la escalera, una gran

sombra con largos cuernos de carnero.

LA PESADILLA DE LOS NIÑOS MALOSEl Krampus ha pasado a convertirse en

el demonio oficial de la Navidad, lla-

mado también Krampusknown o “el

Diablo Cornudo”. Una bestia corpulenta

cubierta por completo por pelaje oscuro,

con grandes cuernos de carnero y pe-

zuñas por pies –en algunas versiones,

uno de éstos es en realidad una zarpa.

Precisamente, el nombre proviene del

alemán antiguo Krampen, que significa

garra–, y una lengua roja muy larga que

no duda en lucir con orgullo. Gruesas ca-

denas oxidadas, campanas y cascabeles

cuelgan de su cuerpo, mientras que en la

espalda porta un gran cesto de mimbre

con ramas de abedul con el que azotar

a los niños que se han portado mal a

lo largo del año, siempre y cuando no

decida comérselos, llevárselos al infra-

mundo con él, donde reside, o acercarse

hasta un río helado para ahogarlos

lentamente.

En otras descripciones, al Krampus se

le dota de un aspecto más humanizado,

conservando rasgos animales, como el

vello, o se le da el de un hombre hara-

piento, con un saco a la espalda para

secuestrar a los críos.

Con tal personaje, no es extraño que

innumerables chiquillos europeos, a lo

El demonio llega en Navidad

Page 3: Krampus (Enigmas)

OCULTISMO

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EN

IGM

AS

largo de siglos de tradición, traten

de portarse bien de cara a las fiestas

navideñas, pues la amenaza va más

allá de quedarse sin regalos. La visión

de ese monstruo apareciendo en el

dormitorio es suficiente para robarles

un estremecimiento.

Típico de zonas como Austria, el

norte de Italia, Alemania, Suiza o

Francia, la leyenda narra que San

Nicolás –el popular Santa Claus o

Papá Noel–, ante la alta tasa de niños

malos, invocó a un poderoso demonio

para que impartiera castigos sobre

éstos. Desde entonces, ambos viajan

juntos y, mientras el primero agasaja

con regalos y dulces, el segundo es la

pesadilla de los más traviesos.

LOS ORÍGENES DE LA BESTIAManteniéndonos en la condición

del Krampus como hombre-bestia,

habría que remitirse a los primeros

textos en donde se menciona a criatu-

ras de rasgos similares.

En la obra sumeria Epopeya de Gil-

gamesh, fechada entre los años 2.500

y 2.000 a.C, se habla de Enkidu,

un hombre con pezuñas y cuernos,

creado por la diosa Aruru a partir de

un pedazo de arcilla.

“Hirsuto de pelo es todo su cuerpo.

Posee cabello de cabeza como una

mujer. Los rizos de su pelo brotan

como Nisabal. No conoce gentes ni

tierra: vestido va como Sumuqan.

Con las gacelas pasta en las hierbas,

con las bestias salvajes se apretuja

en las aguadas, con las criaturas

pululantes su corazón se deleita en

el agua”. Pero su personalidad es

benévola, entablando amistad con el

protagonista, a pesar de haber sido

enviado para acabar con éste.

Casi dos milenios más tarde, en el

Libro de Daniel del Antiguo Testa-

mento, aparece otra criatura como

consecuencia a un castigo divino. Por

culpa de su orgullo, el rey Nabucodo-

nosor de Babilonia es convertido por

Dios en una bestia:

“fue echado de entre los hombres,

comía hierba como el ganado y su

cuerpo se empapó con el rocío del

Arriba, Santa Claus,

acompañante

bondadoso del

Krampus, a quien

vemos representado

en diversas postales

y fotografías muy de

moda en el siglo XIX.

cielo hasta que sus cabellos crecieron

como las plumas de las águilas y sus

uñas como las de las aves”.

Dentro la mitología griega también

son frecuentes los faunos, con el dios

Pan como máximo exponente, cuyas

piernas son las de un carnero, como

los cuernos, e incluso algunos rasgos

faciales, con conductas ligadas a las

fiestas, el sexo y el alcohol.

En 1250 aparece un texto noruego,

el Konungs Skuggsjá –Espejo del rey–,

con funciones educativas para el rey

Magnus Lagabøte, y en el que se deta-

lla al hombre-bestia así:

“Ocurrió una vez en ese país –y esto

parece extraño– que una criatura viva

fue capturada en el bosque. Ni uno

pudo decir definitivamente si se trata-

ba de un hombre o de algún otro ani-

mal, porque nadie podía sacarle una

palabra o asegurarse de que entendía

el lenguaje humano. Tenía forma hu-

mana, sin embargo, en cada detalle,

tanto en la cara y en las manos y en

los pies, todo el cuerpo estaba cubierto

de pelo tal como en los animales, y

en la espalda tenía una larga melena

gruesa como la de un caballo, que caía

a ambos lados y se arrastraba por el

suelo cuando la criatura se agachaba

para caminar”.

Una descripción así recuerda a los

casos de hombres salvajes, como Víc-

tor de Aveyron, hallado en los bosques

de Caune en 1799; el de Lyokha, un

niño ruso descubierto en 2007 con

una manada de lobos; o el del ni-

ño-lobo de Añora, Marcos Rodríguez

Pantoja, quien vivió doce años con

lobos de Sierra Morena a mediados

del siglo pasado. Aunque podría estar

más relacionado con la hipertricosis,

o síndrome del hombre lobo, una

enfermedad que se caracteriza por el

nacimiento excesivo de vello por todo

el cuerpo, siendo sólo unas decenas de

casos los documentados.

Con la llegada de la Santa Inqui-

sición, estos personajes pasaron a ser

demonios, castigando a los autores de

obras que no los mostrase como tales,

así como a todos aquellos que practi-

casen ritos. en donde aparecieran.

Page 4: Krampus (Enigmas)

tener conexión con la red de ríos que

circulan por este infierno, otro modo

de transporte de las almas a las que

tortura. Lo mismo sucede con el uso

de cadenas, que serían herramientas

de tortura heredadas de su madre

en el siglo XVII, la atribución de las

cadenas fue otra: la iglesia católica las

adjudicó como un modo de contener

y someter al demonio, dando así el

control absoluto a San Nicolás–.

Más de estos símbolos, y que se

conservaron tras la cristianización de

los pueblos germanos, son las varas

de abedul. Además de su significado

fálico, este tipo de ramas eran usadas

como útiles de flagelación en los ritos

de iniciación en los aquelarres.

Continuando con las costumbres

germánicas, hay cierto parecido entre

el monstruo y la diosa Perchta. La

primera comparación surge en la ana-

tomía de los pies: si el demonio–hom-

bre–bestia tiene una pezuña y una

garra, la diosa posee un pie de mujer

y otro desmesurado, llamado “pie de

cisne”. A diferencia de San Nicolás

se especula que su origen navideño

puede venir del dios nórdico Odín– y

el Krampus, que representan la perso-

nalidad bondadosa uno y la malvada

el otro, ella conserva ambas. Ante los

niños buenos, muestra la imagen de

una mujer hermosa y los premia con

bienes de todo tipo; con los malos, es

una bruja que los destripa y llena sus

cuerpos de paja. El aspecto del demo-

nio sería similar al de los Perchten,

seguidores de esta diosa.

Odín el Errante, dios de la mitología nórdica, era uno de los miembros que lideraban elÅsgårdsreia –la Gran Cacería Salvaje–, donde otros dioses y espectros surcaban loscielos en sus monturas, en una brutal persecución acompañada por tormentas. En los des-cansos de los días de solsticio invernal, aquellos niños que daban alimento a Sleipnir, elcaballo de ocho patas del dios, eran premiados por este último, mientras los que ignorabanla presencia del animal eran severamente castigados.De ahí la creencia de que la versión navideña de San Nicolás sea una derivación de Odín,así como la adquisición de la costumbre de dejar alimento para los animales que transpor-tan al santo, como sucede también con los camellos de los Reyes Magos.

ODÍN¿EL PAPÁ NOEL ORIGINAL?

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El Krampus es todavía hoy protagonista de numerosos

desfiles tradicionales, como el que se celebra en la localidad

austriaca de Thumersbach todos los años durante el mes

de diciembre.

Pero la cuna del Krampus parece

formarse en las tradiciones paganas

nórdicas y germanas que lograron

mantenerse tras la cristianización de

estos pueblos, modificándolo para

adaptarlo a las nuevas costumbres.

Es en la festividad del Júl –co-

nocido también como Yuletide y

Yule– donde puede tener sus primeras

representaciones. Ésta, como parte

del solsticio de invierno, y cuya dura-

ción era de trece días, era una fiesta de

veneración familiar, entre los que se

incluían aquellos que habían fallecido,

con copiosos banquetes ante las

tumbas de éstos. La “Rueda Anual” se

encontraba en los días más oscuros,

y se preparaba para recibir a la luz.

Y era en esta penumbra en donde se

ocultaban los seres ancestrales malva-

dos, listos para arrastrar el mal para

preparar el inicio del nuevo año.

De esta oscuridad es de donde

proviene el Diablo Cornudo. Viejas

narraciones que lo atan con estos

orígenes del norte de Europa narran

un lazo familiar, como hijo, con la

diosa Hela, cuyo aspecto era el de

una mujer en la mitad superior de su

cuerpo, y el de un cadáver putrefacto

en la inferior. Hija de la hechicera

Angrboda, una gigante, y del dios

Loki, se encargaba del Helheim, el

inframundo, situado bajo las raíces

del Yggdrasil, el árbol de la vida donde

se encuentran los nueve mundos

de la mitología nórdica. Una de

las costumbres del demonio, la de

ahogar a los niños en el agua, podría

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lub

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uttersto

ck.com

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OTROS AYUDANTES

SINIESTROS

Pero también hay otras criaturas

navideñas diseñadas para dar miedo

en diversas regiones de Europa.

En Islandia rondan los Jólasveinar,

trece trolls –uno por cada día de sols-

ticio– diferentes entre sí, que se han

convertido en los famosos elfos que

ayudan a Papá Noel, aunque antes

eran criaturas traviesas y maliciosas.

También de este país es el Jólaköttu-

rinn, un gato feroz capaz de comerse

a quienes no cuidan o renuevan sus

prendas. Y la más peligrosa de todos

es la ogresa Grýla, ama del Jólaköt-

turin y madre de los Jólasveinar. Aso-

ciada con la Navidad desde el siglo

XVII, era célebre por comerse a los

niños malos, además de otorgársele el

don de la mala suerte, hasta el punto

de que la llegaron a culpar, en 2010,

de ser la responsable de la erupción

del volcán Eyja�allajökull.

En el caso de los Países Bajos, el

camarada de San Nicolás es Zwarte

Piet –Pedro el Negro–, que era, en sus

orígenes, un esclavo de color. Al consi-

derarse, con los años, un acto racista,

se cambió por un deshollinador para

así justificar la negrura de su rostro.

Pero si nos referimos a macabros,

Francia tiene a los individuos más

siniestros, en especial por basarse en

personas reales. Uno de éstos es Père

Fouettard, un carnicero que mató a

tres críos, los descuartizó, picó y pre-

paró la carne para ser cocinada. Aquí

es cuando entra en juego San Nicolás,

resucitando a los niños y sometiendo

a Père, quien lo sigue desde entonces

para repartir castigos. De la zona de

Lorena y Alsacia surge Hans Trapp,

un burgués satánico excomulgado por

la iglesia católica. Tras esto, fue exi-

liado al bosque, donde secuestraba a

los niños para comérselos. Cuando iba

a devorar a uno, un rayo lo fulminó,

castigo de Dios. En las procesiones,

pasea con ropajes harapientos, larga

barba oscura y cadenas.

Un par de representaciones del

hombre del saco, introducidas en una

festividad familiar.

LA POPULARIDAD

DEL MONSTRUO

Con la desaparición de la Inquisición,

el Krampus recuperó poder, superior

a cuando fue introducido en las tradi-

ciones navideñas en el siglo XI y XII,

no sólo en las procesiones, sino en la

literatura. Una muestra es su apa-

rición, en 1835, en la obra Deutsche

Mythologie, de Jacob Grimm.

El diablo fue tomado como un

elemento importante en la Navidad,

a la altura de San Nicolás, y así se

mostró en los desfiles que se llevaban

a cabo como si tratasen de fiestas de

Halloween, con personas disfrazas

de Krampus –o de la personificación

tomada en cada ciudad o país– y

caramelos para los pequeños.

Los ciudadanos se felicitaban las

fiestas con Krampuskarten, postales

navideñas en donde se ilustraba al

Krampus, pero aun así no lograban

ocultar parte de ese temor atávico

hacia las fuerzas de la oscuridad. En

los hogares se utilizaban –y aún se

hace– para ahuyentar a los malos es-

Este peculiar demonio

tenía la costumbre de

felicitar las fiestas mediante postales

además de

protagonizar foto-

montajes con los más

pequeños de la casa.

Fascistas contra el KrampusEl Krampus sufrió el ataque del fascismo. En 1934, el Vater-ländische Front –Frente Patriótico– austríaco, así como el Partido Social Cristiano, vedaron la celebración del Krampus por con-siderarlo elemento de malignidad socialista. La represión continuó durante la Segunda Guerra Mundial y los años cincuenta, en donde se repartían octavillas para perpe-tuar la prohibición.

Page 6: Krampus (Enigmas)

píritus abetos decorados y coronas de

pino o acebo en las puertas, quedando

como único punto desprotegido la

chimenea. Como opción a esto, se

dejaba una pequeña vianda para

satisfacer al visitante nocturno. En

Estiria, Austria, la superstición iba

más allá y se conservaban las varas

de abedul dejadas por el Krampus el

año anterior, pintadas de oro, como

recordatorio para los niños.

Con la inmigración de holandeses

y alemanes en el siglo XIX a los Esta-

dos Unidos, la figura de San Nicolás

se transformó y suavizó, convirtién-

dolo en Santa Claus. Se mantuvo la

barba blanca, y los ropajes de obispo

se cambiaron por los que todos cono-

cemos, conservándose fieles a los co-

lores rojo y blanco. El Krampus pasó

a llamarse Belsnickel o Pelznickel ,

establecido en Indiana y Pennsylva-

nia, siendo un hombre andrajoso que

advierte a los más pequeños para que

se porten bien, dándoles caramelos.

La llegada de la Segunda Guerra

Mundial, y los partidos fascistas de

Alemania, Austria e Italia, volvieron a

prohibir esta práctica.

LA NOCHE DEL KRAMPUS

Desde finales del siglo pasado, la

festividad del Krampus ha vuelto a

renacer, celebrándose la víspera de

San Nicolás, el cinco de diciembre. En

esta fiesta, la Krampusnacht Noche

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KRAMPUSKARTENA principios del siglo XIX, en Austria y Alemania se adquirió la costumbre de regalar postalesnavideñas cuyo protagonista era el Krampus, encargado de felicitar las fiestas firmándolas conun Gruß vom Krampus –”Saludos del Krampus”–. Existían de varios tipos: humorísticas, endonde el diablo podía aparecer bailando o compartiendo vehículo con San Nicolás; picantes, conmujeres en enaguas, subidas en escobas o secuestradas; y las amenazantes, con el Krampusempujando a niños al interior del cesto de mimbre o cocinándolos. Los padres más “graciosos”hacían fotomontajes de sus hijos junto a la criatura.

> PARA SABER MÁSSi quieres conocer las leyendas que sustentan la festividad más familiar, puedes profundizar en ellas con el libro Mitos y tradiciones de la Navidad, de Pepe Rodríguez, editado por Ediciones B.

del Krampus–, en municipios como

Tarvisio, en Italia, o en Salzburgo,

Austria, se hacen pasacalles donde

cientos de jóvenes se disfrazan de

demonios peludos, chasqueando

cadenas y agitando campanas para

asustar a los niños, mientras a los

adultos se les sirve cerveza y

aguardiente.

En los hogares, las familias con

niños invitan a actores disfrazados de

San Nicolás para que les entreguen

los regalos, y de Krampus para que los

amedrente, mientras padres, abuelos

y tíos graban y fotografían la escena.

La aparición más reciente del

Diablo Cornudo ha sido, desde hace

pocos días, en las salas de cine.

Michael Dougherty, director de Truco

o traco –otra película centrada en

una fiesta, pero en este caso en la de

Halloween– es el encargado de llevar

a la gran pantalla Krampus: Maldita

Navidad, que aún ensalzará más a

este ser mitológico, tal vez popula-

rizando la fiesta en países donde se

desconoce, como en el nuestro.

Pe

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Con la desaparición de la Inquisición, el Krampus recuperó poder tanto en las procesiones como en la literatura