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LA AGROINDUSTRIA BAJO SOSPECHA Gustavo Duch Guillot Fernando Fernández Such INTRODUCCIÓN ................................................................................................................ 1. LA POBREZA DEL CAMPESINO Y EL SISTEMA ALIMENTARIO GLOBAL ............ 2. LAS CORPORACIONES MULTINACIONALES DE LA ALIMENTACIÓN ........................ 3. LOS ESCENARIOS DE LAS AGROCORPORACIONES ............................................... 4. LA ALTERNATIVA DE LA SOBERANÍA ALIMENTARIA ............................................ NOTAS ............................................................................................................................... IDEAS CLAVE PARA LA REFLEXIÓN ............................................................................. 30 31 17 25 12 6 3

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LA AGROINDUSTRIA BAJO SOSPECHA

Gustavo Duch GuillotFernando Fernández Such

INTRODUCCIÓN ................................................................................................................

1. LA POBREZA DEL CAMPESINO Y EL SISTEMA ALIMENTARIO GLOBAL ............

2. LAS CORPORACIONES MULTINACIONALES DE LA ALIMENTACIÓN ........................

3. LOS ESCENARIOS DE LAS AGROCORPORACIONES ...............................................

4. LA ALTERNATIVA DE LA SOBERANÍA ALIMENTARIA ............................................

NOTAS ...............................................................................................................................

IDEAS CLAVE PARA LA REFLEXIÓN .............................................................................

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INTERNET: www.cristianismeijusticia.net • Dibujo de la portada: Roger Torres i Aguiló •Impreso en papel y cartulina ecológicos • Edita CRISTIANISME I JUSTÍCIA • Roger de Llúria,13 - 08010 Barcelona • Tel: 93 317 23 38 • Fax: 93 317 10 94 • [email protected] • Imprime:Edicions Rondas S.L. • ISSN: 0214-6509 • ISBN: 84-9730-254-0 • Depósito legal: B-30.732-2010 • Noviembre, 2010

La Fundación Lluís Espinal le comunica que sus datos proceden de nuestro archivo histórico perteneciente a nues-tro fichero de nombre BDGACIJ inscrito con el código 2061280639. Para ejercitar los derechos de acceso, rectifica-ción, cancelación y oposición pueden dirigirse a la calle Roger de Llúria, 13 de Barcelona.

Gustavo Duch Guillot, coordinador de la revista Soberanía Alimentaria, Biodiversidad y Culturas. Autor de Lo que hay que tragar (2010, Libros del Lince).

Fernando Fernández Such, agricultor y experto en Soberanía Alimentaria.

Cuaderno realizado con el apoyo del Departament d’Interior, Relacions Institucionals i Participació, Oficina de Promoció de la Pau i dels Drets Humans

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INTRODUCCIÓN

El 17 de abril de 1996, 250 dirigentes de La Vía Campesina, en repre-sentación de unas ochenta organizaciones de todo el planeta, celebrabansu segunda asamblea en Tlaxcala (México), cuando recibieron noticiasde Brasil. En el Estado amazónico de Pará, en Eldorado dos Carajás,más de 1.500 mujeres y hombres del MST (Movimiento de TrabajadoresRurales Sin Tierra) tomaron y bloquearon la carretera principal para exi-gir a los gobiernos federal y estatal que adoptaran medidas urgentes afavor de la reforma agraria. Todo esto en un país donde el 2% de los pro-pietarios es dueño de más de la mitad de la tierra fértil del país, mientrasmás de 100.000 familias duermen bajo carpas negras en campamentosde ocupación de tierras. Sobre las cuatro de la tarde, 155 miembros de laPolicía Estatal Militar atacaron sin piedad. Asesinaron a 19 personas, 69resultaron heridas y, de ellas, tres murieron unos días más tarde.

Catorce años después, la matanza or-questada por los grandes propietarios dela región con el consentimiento delEstado sigue sin respuesta. Los disparosen Pará retumbaron en la reunión deTlaxcala y, desde entonces, cada 17 deabril miles de campesinos y campesi-nas, y muchas otras personas que apo-yan al mundo rural, organizan acciones

y eventos para recordar la situación deopresión y marginación que parece queles tiene asignado el sistema capitalista.

Como explica La Vía Campesina ensu convocatoria de este año –y pone elejemplo de Honduras, donde varias personas del Movimiento Unificado deCampesinos del Aguán han sido ase-sinadas también por su defensa de la

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tierra que les permite cultivar sus ali-mentos–, la represión sobre las organi-zaciones campesinas no cesa y se repi-ten, idénticos, muchos «17 de abril» portodo el mundo. Pero al abuso del terra-teniente se ha sumado el poder hege-mónico de las empresas transnacionalessobre toda la cadena alimentaria. Con-trolan los mercados de las semillas, delos agrotóxicos, de los fertilizantes, delagua, de la genética animal y también,como una nueva tendencia, se están ha-ciendo –muchas veces de la mano deterceros países– con el control de mu-cha tierra productiva. Monsanto, Car-gill, Carrefour, Archer Daniels Midland,Nestlé, Syngenta, entre otras, son losnombres que La Vía Campesina cita co-mo «señores» de una agricultura globa-lizada responsable del tránsito de millo-nes de agricultores y agricultoras de suscampos a los suburbios de las ciudades,para engrosar las bolsas de la pobreza,mientras –con sus modelos intensivos–ahondan en la herida sobre la salud delplaneta.

La Vía Campesina y sus aliados cen-traron este 17 de abril de 2010 todas susacciones y reivindicaciones en señalarel inmenso daño que estas corporacio-nes ocasionan, rompiendo de paso elmito que suele situar en competencia ala agricultura de los países ricos con laagricultura de los países del Sur. Para re-forzar las energías en la ofensiva contralas transnacionales y a favor de «unmundo sin monsantos», La Vía Campe-sina recuerda algunas acciones que de-muestran que las cosas se pueden cam-biar y apunta hacia otras que se debencambiar. Frente al avance de los trans-génicos como tecnología de domina-

ción del campesinado y de pérdida debiodiversidad para la naturaleza, La VíaCampesina destaca cómo la presión dela sociedad civil de la India consiguiódetener el pasado enero la aprobaciónde una berenjena transgénica de la quees copropietaria Monsanto. O cómo laocupación que hicieron en 2006 de lasede de investigación de Syngenta enBrasil para alertar de que en Paraná es-ta transnacional estaba sembrando ile-galmente varias hectáreas de cultivostransgénicos, ha llevado a finales del2009 a conseguir que esos terrenos sehayan reconvertido en un centro para laenseñanza y la investigación de la agro-ecología.

En Europa, junto a las reivindica-ciones contra el reciente decreto deaprobación de nuevas variedades trans-génicas, se están coordinando muchasactividades para desvelar el poder quesobre nuestra agricultura ejercen losgrandes supermercados. Los datos quedesvelan son muy significativos, a lavez que preocupantes: en este momen-to, los grandes supermercados han ab-sorbido el 80% del mercado minoristaen Europa. En el Reino Unido, porejemplo, una de cada siete libras que segasta en el comercio se desembolsa enuna sola gran superficie, en Tesco, que,como sus compañeros de pódium, apro-vecha la desregulación del comercio in-ternacional para comprar sus mercancí-as en los mercados mundiales a preciosmás bajos, ocultando en el precio de lasetiquetas los costes sociales y ambien-tales. «Cuando un producto llega almercado –explica Susan George–, haperdido toda la memoria de los abusosde los cuales es la consecuencia, tanto

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en el plano humano como en el de la naturaleza».

El porqué y para qué de este cuadernoEste cuaderno es una llamada de aten-ción urgente y necesaria sobre la rea-lidad que vive más de la mitad de la po-blación del mundo. A pesar de que elmodo de vida urbano se nos impone co-mo paradigma del desarrollo, y que susvalores y cultura nos invaden. A pesarde que cada vez nos cuesta más pensarlo que hay detrás de un tomate, un po-llo, o una piña que hoy compramos ma-yoritariamente en el Carrefour, el Mer-cadona o cualquier gran cadena dedistribución, sin embargo 3.000 millo-nes de personas siguen produciendo losalimentos que consumen y siguen ali-mentando al 70% de la población mun-dial.

Este cuaderno pretende:– Ser conscientes de la realidad de laclase campesina a nivel mundial ylas causas estructurales que hacenque siga siendo el grupo social quemayoritariamente padece la pobreza.– Reconocer a las agroindustrias ymultinacionales de la alimentacióncomo las nuevas responsables direc-tas de la situación de opresión quevive el campesinado a nivel global yde cómo manejan los hilos del siste-ma agroalimentario mundial dondetodos y todas estamos inmersos.– Descubrir que a pesar de todas lasdificultades, los movimientos y or-ganizaciones campesinas de todo elmundo, tienen clara la situación yson capaces de plantear una alterna-tiva posible al sistema, siempre ycuando cuenten con la alianza de to-dos los movimientos sociales.

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La FAO en su Estudio de proyección dela situación de la agricultura hacia el20302 nos indica que en ese año, a pesarde que la mayor parte de la poblaciónmundial residirá en las ciudades, el 60%de las personas hambrientas seguirá re-sidiendo en el medio rural.

1.1. Un campesinado pobre y hambrientoLas razones que hay detrás de esta po-breza campesina son estructurales; la di-

ficultad de las familias campesinas en elacceso a los recursos es una de estas ra-zones.

1.1.1. Tierra en pocas manos A pesar de hacernos creer que la refor-ma agraria ya no es un tema central, sinembargo, la disponibilidad de tierra su-ficiente y de calidad es lo que separa alas familias campesinas de la miseria.La relación con la tierra determina mu-chas de estas situaciones de injusticia.

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1. LA POBREZA DEL CAMPESINO Y EL SISTEMA ALIMENTARIO GLOBAL

El FIDA (Fondo Internacional de Desarrollo Agrario), organismo depen-diente de la FAO, editó un informe en el año 2001 con el título de LaPobreza rural en el mundo1. Este informe resultó revelador de una rea-lidad que permanecía oculta en las grandes cifras y expuso –y así losostienen el resto de las organizaciones internacionales– que el 75%de las personas hambrientas en el mundo residen en el medio rural ycomo la mayoría de estas personas pertenecen a alguno de los gruposcampesinos.

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Un pequeño número de latifundistas po-see la mayoría de las tierras cultivables,mientras que una multitud de pequeñí-simos propietarios, arrendatarios y co-lonos cultiva el resto de las tierras, quea menudo son de peor calidad. La apro-piación indebida e impune de tierras porparte de grandes propietarios y empre-sas nacionales e internacionales, con ac-tividades económicas basadas en la uti-lización de los recursos naturales de lastierras, genera una injusticia intolerableal violar los derechos adquiridos de lasfamilias campesinas. La injusta distri-bución de la tierra está en la base de lapobreza campesina en la mayoría de lospaíses. En Guatemala por ejemplo, un2,56% de los propietarios (tamaño me-dio de las explotaciones de 200 Ha) po-see el 65,1% de la tierra. El 88% de loscampesinos sólo dispone del 16% de latierra cultivable. En Guatemala el 32%de la población pasa hambre3.

Así, un elemento clave para comba-tir la pobreza en el mundo pasa, por le-jano que parezca, por implementar unaverdadera reforma agraria. Pero en elcontexto actual, los procesos de reformaagraria fueron reemplazados por la im-plementación de lo que se conoce como«reforma agraria asistida por el merca-do» promovida por el Banco Mundial.Una propuesta que entiende la tierra cul-tivable como una mercancía más paraquien pueda comprarla. Estas políticasestán en la base de lo que hoy es un es-cándalo internacional que ha llevado ala FAO a convocar el mes pasado unaconferencia internacional para analizarel proceso de acaparamiento de tierraspor grandes compañías en África.

1.1.2. Mercantilización del aguaEl agua es otro de estos recursos quecondicionan las posibilidades de desa-rrollo de las familias campesinas. El ca-mino neoliberal que promueven la ma-yoría de gobiernos y de organismosmultilaterales es la privatización de re-cursos hídricos con la excusa de unamejor gestión y obras de acopio de aguaen embalses, pantanos, presas, etc. Ló-gicamente, la privatización del recursolo aleja del campesinado a favor de lasgrandes corporaciones, que lamentable-mente por sus intereses económicos ypoco control por parte de la sociedad,les dan un uso indebido4.

En Ghana, el Banco Mundial esta-bleció como condición crediticia en elaño 1995 la liberalización por el Estadode los precios del agua. En un año el precio de m3 se multiplicó por 15 impi-diendo a muchos pequeños campesinoscontinuar con sus explotaciones horto-frutícolas. En la India, en la región deAndhara Pradesh, las grandes explota-ciones se concentran en la cabecera delcanal construido en la orilla del río Tun-gabhadra, mientras que las pequeñas explotaciones se concentran en la de-sembocadura. El agua llega escasa ycontaminada a los pobres.

1.1.3. La Revolución VerdePero fue la apuesta de los gobiernos porel modelo de la Revolución Verde lo queterminó de condenar al campesinado detodo el mundo. La promoción consistióbásicamente en una inyección tecnoló-gica (fitosanitarios, abonos químicos,semillas mejoradas y maquinaria), unaespecialización productiva de varieda-

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des muy eficientes bajo ciertas condi-ciones técnicas y una localización de lasproducciones en función de una fuerteespecialización agroclimática. Lo queprovocó este modelo fue que poco a poco se eliminaran sus conocimientosancestrales y que se despreciaran por«primitivas y poco rentables» las agri-culturas campesinas hasta entoncesexistentes. Mediante paquetes tecnoló-gicos (en ocasiones subvencionados) yresultados inmediatos (altas produccio-nes, posibilidades competitivas,...), estemodelo agrario se abrió brecha en lasculturas campesinas, hasta ser hoy elmayoritario en los países industrializa-dos y progresar rápidamente en los paí-ses en desarrollo. La imposición del mo-delo, que en su día se presentaba comoaséptico y salvador, ha tenido muy gra-ves efectos económicos, sociales y am-bientales.

Las estrategias de disminución de lapobreza en el medio rural dependen depolíticas activas que favorezcan la agri-cultura familiar, el desarrollo rural o lareforma agraria, pero sin embargo losfondos destinados a estas tres líneas sehan ido reduciendo entre un 12 y un20% y la cooperación al desarrollo –queha aumentado en términos globales pa-sando de 4.000 millones a 100.000 mi-llones de dólares–, ha reducido su con-tribución a este sector, pasando derepresentar un 15% a tan sólo un 4% deltotal5.

1.1.4. Estrategias de resistenciaA pesar de las difíciles condiciones devida de las familias campesinas en todoel mundo, sus estrategias de resistenciapermanecen. Los hogares rurales obtie-

nen sus alimentos de su propia produc-ción agropecuaria o pesquera. En oca-siones combinan estas actividades jun-to con actividades recolectoras oagroforestales. Su excedente en vez deacumularse se intercambia por otrosbienes necesarios en mercados locales oen la propia comunidad. El dinero obte-nido del pequeño margen comercial segasta en bienes y servicios suministra-dos en entornos cercanos, también en lareparación de insumos o maquinaria, asícomo en la compra de aperos, etc. Lapequeña acumulación generada se rein-vierte en sectores cercanos territorial-mente. Una mejora de los sistemas pro-ductivos tradicionales genera grandesbeneficios en términos reales para todauna comunidad. Los datos tanto de laUNCTAD como de la FAO nos siguendiciendo que el 70% de la alimentacióndel mundo procede de estas unidadescampesinas.

1.2. Unas ciudades mal abastecidas

Los informes actuales nos dicen que el40% de la población vive en las ciuda-des y que en el año 2030 esta cifra ha-brá llegado al 60%. En América Latinael 75% de la población vive en la ciu-dad. Veinte ciudades del mundo tienenuna población de más de 10 millones dehabitantes. En las ciudades la poblaciónpobre gasta una media del 30% más desu renta en alimentos que en el mediorural.

La preocupación en torno a la segu-ridad alimentaria es especialmente im-portante en las grandes ciudades de lospaíses en desarrollo, donde los índices

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de pobreza superan en ocasiones el50%. Señalemos por ejemplo, Ciudadde Guatemala (80%), Chittagong o Ban-gladesh (78%). El problema es eviden-te, las familias urbanas pobres gastanentre un 60 a un 80% de los ingresos enalimentación, lo que les hace especial-mente vulnerables a los aumentos deprecios provocados por múltiples razo-nes que van desde los sabotajes en lostransportes a los monopolios de la dis-tribución y comercialización. Son el úl-timo eslabón de una larga cadena ali-menticia y disponen de posibilidadesreducidas a la hora de decidir qué com-prar y a quién comprarlo.

En las ciudades especialmente de lospaíses en vías de desarrollo son muchoslos problemas de abastecimiento, enparte debido a las deficientes infra-estructuras de transporte que provocanque entre un 10 y un 30% de los ali-mentos se echen a perder. También lasdeficiencias en los sistemas de refrige-ración y conservación hacen perder otro20% de los alimentos que llegan a lasciudades y hacen que las enfermedadesderivadas de la falta de higiene aumen-ten. La planificación de los mercadoslocales es muy escasa y se desaprove-cha una gran parte de los beneficios quepodrían generar para los habitantes delas ciudades. Un sistema eficaz de su-ministro y distribución de alimentos ga-rantiza un mejor acceso a los alimentos.Las fases fundamentales que van desdela información disponible para los agri-cultores interesados en vender en losmercados locales, hasta la posibilidadde instalación en puestos fijos disponi-bles, con instalaciones adecuadas decarga y descarga, exige una planifica-

ción de los ayuntamientos y municipa-lidades que actualmente no se produce.

1.3. Un sistema alimentario globalLa expansión de la Revolución Verdepuso las bases de un nuevo sistema ali-mentario a nivel mundial. El incremen-to de la producción en determinadascondiciones desarrolló las zonas de altaproductividad agrícola. La concentra-ción de las inversiones de capital en es-tas zonas y unas políticas agrarias cen-tradas en promover el incremento de laproducción llevaron en poco tiempo a ladeslocalización de la producción agro-pecuaria. Comenzó una carrera en laque grandes consorcios vieron favora-ble trasladar los cultivos de California ala baja California mexicana, o del sur deEspaña al Magreb. Fue entonces nece-sario comenzar a discutir las condicio-nes para la importación y exportaciónde los alimentos.

1.3.1.El comercio internacionalLa realidad del comercio internacionales muy compleja6 y por lo tanto es difí-cil hacer un análisis absolutamenteexacto de las cifras. Para hacer una va-loración correcta es necesario separarimportaciones de exportaciones puestoque cada uno de los movimientos im-plica una realidad. Es necesario separarcontinentes, pero en algunos casos co-mo el de China o México, es necesarioseparar países emblemáticos en el co-mercio internacional del resto del conti-nente donde se ubican. Es también ne-cesario separar productos básicos deproductos elaborados, pero además den-

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tro de éstos no es lo mismo comerciarcon petróleo que con café, o no tiene lamisma implicación ser un país exporta-dor de ropa y productos textiles, que serun país que exporta microchips infor-máticos.

El volumen en $ USA del comerciomundial, contabilizando tanto importa-ciones como exportaciones, está valo-rado aproximadamente en 6,19 billonesde $ USA. De los cuales África sólo par-ticipa con 145.000 millones de $USA(un 2,3%) y América Latina con359.000 millones (un 5,8%). Veintidóspaíses del mundo concentran el 75% delcomercio mundial. Estos países por or-den según su porcentaje de participa-ción son: EEUU (16%), Alemania(8,2%), Japón (7%), Reino Unido (5%),Francia (5%), Canadá, China, Italia,Hong Kong (4%), y después Holanda,Bélgica, Corea, México, Taiwan, Singa-pur, España, Malasia, Suecia, Rusia,Suiza, Australia, y Austria con alrede-dor del 2% cada uno. Es interesante des-tacar que son los mismos países menosBrasil y Argentina los que importan yexportan. El 45% del volumen del co-mercio internacional son flujos comer-ciales entre empresas filiales de gruposmultinacionales. Es decir comercio deproductos primarios, y de ensamblajeentre las mismas empresas multinacio-nales. Esto quiere decir que un 45% delcomercio internacional no tiene comodestino final el consumo directo, sino lapropia cadena de elaboración dentro dela misma empresa. Del total de las ex-portaciones de los países en desarrollo,el 70% del volumen son productos ma-nufacturados de baja cualificación, po-co tecnificados, o productos de ensam-

blaje (cuero, calzado, ropa, juguetes,productos de limpieza), el 10% son pro-ductos agrícolas, y el 20% del volumenson materias primas no renovables (pe-tróleo, gas, minerales, madera...). Encierta forma el comercio internacionalha venido a consolidar la división inter-nacional del trabajo y la producción.

1.3.2. El comercio agrario internacionalEl comercio agrario internacional re-presenta según datos del Comité de Pro-ductos básicos de la FAO sólo el 9% dela producción y comercialización mun-dial de productos agrarios, ganaderos ypesqueros en todo el mundo. Es un mer-cado cuya composición está formadapor: un 20% por productos excedenta-rios (de la Unión Europea, del G21 y delos EEUU) un tercio, por productos lla-mados internacionales (café, cacao, al-godón, azúcar...) y otro 40% por pro-ductos agroalimentarios transformados.Si tomamos la lista de los productosagrícolas más dinámicos7 en el mercadomundial, vemos cómo después de la se-da que ocupa el primer lugar y con unmercado que le corresponde sobre todoa China y la India con un 89% del mis-mo, aparecen en segundo lugar las be-bidas no alcohólicas cuyos principalespaíses exportadores con sus porcentajesde cuota de mercado son Francia (19%)Canadá (7%) EEUU (7%) Bélgica(7%). Un resultado similar obtendremossi analizamos el tercer lugar que se re-fiere a «preparados de cereales», elcuarto lugar «preparados alimenticiospara la producción», el quinto lugar queson los «preparados de azúcares parauso industrial». Y así hasta llegar al nú-

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mero 20 de la lista de productos agra-rios más dinámicos que son el queso y la cuajada en que Francia representael 19% del mercado mundial, Alemaniael 15%, Holanda el 13% y España el12%.

1.3.3. El papel de la OMCDesde hace varias décadas hemos teni-do sucesivos intentos de la comunidadinternacional de crear una organizaciónque sea la responsable de organizar es-te comercio mundial. La OMC se creóa raíz de un largo y complejo proceso denegociaciones conocido como «RondaUruguay» y que culminó, en enero de1995, en el marco del Protocolo deMarraquech. En esa Ronda de Uruguayse negoció también el Acuerdo sobreAgricultura (AsA). Este acuerdo pasó aformar parte desde el principio del cor-pus jurídico de la OMC. Desde ese mis-mo momento se manifestó la necesidad,desde los Países Desarrollados, de ini-ciar una nueva Ronda de negociacionesy se organizó ésta en 1999 en Seattle. Entotal han sido nueve cumbres y los es-fuerzos permanentes han estado con-centrados en avanzar en el programa li-beralizador si bien, cumbre tras cumbre,

el descrédito político y social de la organización y la crítica a sus recetaseconómicas procedentes de múltiples sectores, han puesto las cosas verda-deramente difíciles. La función princi-pal de la OMC es la liberalización delmercado. En el caso de la agricultura, seconsidera que los alimentos son un biende mercado más y el objetivo del AsAno es otro que eliminar las barreras co-merciales entre países, sean del tipo quesean, y construir un mercado mundialúnico de alimentos, libre de toda regu-lación nacional o regional.

No se puede entender el comerciomundial de alimentos sin el papel quejuegan las grandes empresas nacionalesy transnacionales. Romper la lógica deun sector productivo acostumbrado aproducir para consumir en entornos lo-cales lleva implícita una reordenaciónde la estructura empresarial consistenteen una gradual concentración y des-localización de las empresas agroali-mentarias. Este proceso de crecimiento,concentración y control de las multina-cionales de la alimentación de toda ca-dena, desde la producción hasta la dis-tribución, ha sido imparable sobre todoen los últimos veinte años.

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Millones de campesinas y campesinoshan sido reconvertidos en mano de obraasalariada de las grandes agroindustrias,o simplemente se han visto obligados aemigrar, repitiendo la historia. Muchasniñas y niños en el medio rural de todoel mundo están obligados a trabajar enfincas agrícolas de señores feudales. Ydesde siempre, junto a este panorama,empresas agrarias –como las famosasbananeras, que dieron el despectivonombre a según qué repúblicas– jugan-do un destacado papel en la pauperiza-ción del campesinado.

2.1. Un poder creciente A principios de los noventa, y gracias alpatrocinio y expansión de la RevoluciónVerde, las empresas agrarias (semille-ras, de fertilizantes, de pesticidas, de ma-quinaria, etc.) con una presencia cierta-mente significativa en el sector, eran yaconsideradas una amenaza latente porsu capacidad de influencia en las nego-ciaciones políticas impulsando confuerza el modelo industrial de agricul-tura que destruía la biodiversidad agrí-cola, mientras decía promover la pro-ducción y la abundancia de alimentos.

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2. LAS CORPORACIONES MULTINACIONALES DE LAALIMENTACIÓN8

La historia política del campesinado nos muestra la opresión y vulne-ración de derechos a la que ha sido sometida como clase social desdesiempre. Millones de esclavos y esclavas africanas fueron conducidosdesde sus tierras a América Latina para emplearlos como mano deobra en cultivos como el azúcar, el café o el cacao. Millones de cam-pesinos y campesinas han sido desplazados de sus tierras por los inte-reses de unos pocos negociantes que han sustituido los cultivos de ali-mentación básica y sustento de esas familias, por cultivos para laexportación y el lucro.

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Bajo la globalización económica ylas políticas neoliberales característicasde estos veinte años, el poder corporati-vo en el sistema alimentario ha crecidotanto, acapara tantas relaciones y seg-mentos de la cadena alimentaria, quehoy podemos decir sin miedo a equivo-carnos que son las corporaciones quie-nes fijan las reglas globales, mientraslos gobiernos y la investigación públicasiguen sus directrices. Las corporacio-nes utilizan todo su poder para expandirlos monocultivos; intentan acabar conlos sistemas campesinos de posesión,usos e intercambio de semillas; buscanel control de la genética animal; inte-gran los modelos de producción en to-

dos los segmentos; e incluso, las corpo-raciones situadas al final de la cadenaagroalimentaria, han logrado capturarcuotas muy altas en la distribución dealimentos en perjuicio de los mercadoslocales.

En todos los eslabones de la pro-ducción alimentaria se ha producido este hecho. En el año 2007 los datos dis-ponibles mostraban ya una imagen extremadamente peligrosa9. Las cincograndes transnacionales alimentariasgeneran el 75% del comercio mundialde cereales. Cargill controla el 42% y el 33% de las exportaciones en Es-tados Unidos de maíz y soja, respecti-vamente.

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PRODUCTO CONTROL DEL MERCADO COMPAÑÍAS

Trigo, Maíz y Soja 6 compañías controlan el 85% Cargill, Continental, Louis Dreyfus,Bunge et Born, Toepfer

Café 6 compañías representan el 85% Rothos, Cargill, Aron,Volkart, Socomex, ED&F Man

Azúcar 4 compañías representan el 60% ED&F Man, Sucden, Phibro,Tate and Lyle

Bananos 3 compañías representan el 80% United Brand, Castle&Coock, Del Monte

Cacao 3 compañías representan el 80% Gill et duffus, Berisford, Sucden

Te 3 compañías representan el 85% Unilever, Lyons-tetley, Ass. British food

2.2. Cercanas al sillón de la políticaEste papel hegemónico de las multina-cionales de la alimentación ha encon-trado un paraguas institucional y nor-mativo favorable en la propia OMC, sinembargo este proceso hubiera sido mu-cho más difícil de no haberse produci-do desde su inicio una confluencia de

intereses y actores entre los gobiernosde los países negociadores y las multi-nacionales.

Desde la propia negociación de losacuerdos hasta la composición de losgrupos de trabajo y comisiones tenemoscientos de casos que muestran esta com-plicidad de intereses, lo que se conoceen el argot, como «puertas giratorias».

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Uno de los casos es el de M. DanielAmstuzt. En 1993 era un alto cargo deCargill, y abandonó el puesto para sernombrado Representante de los EstadosUnidos para el Comercio en el momen-to final del GATT y de creación de laOMC. Pasado un tiempo se reincorporóa Cargill. Arthur Dunkel, coordinadorgeneral del GATT entre 1980-1993 pa-só al consejo de administración deNestlé. Su sucesor, Peter Sutherland,acabó en BP. Michael Kantor, tambiénrealizó un viaje de ida y vuelta entreMonsanto y la Secretaria de Estado delComercio americana. El antiguo comi-sario europeo de comercio, Lord Brittanof Spennithorne, dejó sus funciones pú-blicas en 1999 y pasó al consejo de ad-ministración de Unilever10. Otro casodestacable ha sido el de Kraft la Señorade los chocolates Milka, las galletasOreo y los quesos Philadelphia y ElCaserío, entre muchas marcas más.Hasta la primera mitad de este año «crí-tico» 2009, Kraft había generado unasganancias de 1.487 millones de dólares,lo que supone un aumento del 10,6%respecto de 2008. Entre estos dueñosdestaca el mayor accionista, el Sr.Warren Buffet, uno de los tres hombresmás ricos del mundo y asesor «para ne-gocios y finanzas» de Mr. Obama, al queKraft apoyó económicamente en laselecciones presidenciales

La desregulación de mercados juntoa las indicaciones (y presiones) delFondo Monetario Internacional, BancoMundial y de la Organización Mundialde Comercio, ha conducido a muchospaíses a diseñar políticas agrarias enfo-cadas a la agroexportación, a la venta desus materias primas, como fórmula de

desarrollo del país. Y como se ha podidoconstatar, en definitiva, les ha llevado auna pérdida de su soberanía alimentaria,con la consecuente vulnerabilidad ali-mentaria de la población. Existe una re-gla que se cumple a la perfección: a másagroexportación, mayor participaciónde los agronegocios y menos oportuni-dades para el sector campesino.

2.3. Subidas al carro de laRevolución VerdeLa agricultura industrializada (la Revo-lución Verde) funciona como un paque-te único donde todo encaja y nada pue-de salir de él. Se utiliza una variedadmuy específica de semillas, con susagrotóxicos asociados, con unas pautasde riego y fertilización muy estrictas engrandes plantaciones donde apenas haypresencia de manos campesinas. Bajoesta horma sólo encaja la participaciónde grandes corporaciones, muchas ve-ces en varios eslabones, lo que ha favo-recido su expansión.

El caso más dramático e ilustrativoes el explosivo crecimiento en las ven-tas de semillas de soja transgénica deMonsanto que, desde 1996, acompañóla expansión masiva de las plantacionesde soja de exportación en Argentina,Brasil y otros países del cono Sur. Perotambién tenemos otros ejemplos comolos programas por parte de la China deintroducción de semillas de arroz híbri-do para potenciar su cultivo en tercerospaíses del área para luego de nuevo ex-portarlos hacia la misma China.

Si queremos observar la evolucióndel poder de las corporaciones en los últimos veinte años, podemos hacer un

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paralelismo con la expansión de las«plantaciones», es decir, de monoculti-vos industriales. Mientras que en 1995el cultivo de soja ocupaba 61 millonesde hectáreas en el año 2007 ascendierona 92. En el caso de la palma africana, laextensión pasó de 5,5 millones de hec-táreas a 13,2 millones. La caña de azú-car paso de ocupar 18,5 millones de hec-táreas de la tierra a 22,7 millones y losárboles de rápido crecimiento en su ma-yor parte destinados a la fabricación depasta de papel pasaron de 137 millonesa 185 millones. La conclusión es clara:este tipo de cultivos asociados a lasgrandes corporaciones, (y que por cier-to ninguno de los cuatro se dedica a laalimentación humana) ha aumentadohasta ocupar un 20% del total de áreascultivadas del planeta.

Es obvio, que todas estas circuns-tancias (y no las catástrofes naturales,como muchas veces nos quieren hacercreer) son la causa principal de las gran-des dificultades que tiene el pequeñocampesinado para mantenerse en sustierras.

2.4. Y ahora disfrazadas de solidaridad

En estos momentos, existe una serie deprogramas para desarrollar una segundavuelta a la Revolución Verde, ahora enÁfrica. Encabezado por un grupo degrandes corporaciones y fundacionescomo Gates o Rockefeller, se propaganuna serie de proyectos que favoreceránla instalación de dichas empresas enÁfrica, donde podrán ampliar sus nego-cios y su mercado, desplazando los sis-temas públicos nacionales.

Según explica GRAIN «el esquematípico que siguen es facilitar la ejecu-ción de proyectos de instalación de pe-queñas compañías semilleras, que esta-blecen canales de comercialización ymontan redes de productores de semi-llas. Tarde o temprano la mayoría de es-tas pequeñas semilleras será comprada(o aplastada) por las grandes transna-cionales». La presencia de estas empre-sas y este modelo agrícola en África vaacompañada de mucha información ypropaganda en la línea de «progreso ylucha contra el hambre». También dis-ponen de los mecanismos necesariospara contar con el respaldo de las admi-nistraciones locales que favoreceráncambios en las regulaciones de semillas,en las leyes de propiedad intelectual yen la legislación de bioseguridad, segúnconvenga a sus intereses.

Lo que la experiencia demuestra es que este proceso erosiona princi-palmente los sistemas semilleros del pequeño campesinado, aumenta su de-pendencia y aumentan sus costes deproducción. Y no necesariamente gene-rarán más beneficios económicos, perosí, seguro, habrán perdido suficienciaalimentaria. La participación de Funda-ciones solidarias como Gates11 no dejade ser preocupante y distorsionadora.Sólo en el mes de septiembre del 2010,Gates ha donado 8 millones de dólarespara favorecer la entrada de Cargill y susoja en África; y ha invertido 23,1 mi-llones de dólares en Monsanto. Lo máscurioso es que la puesta de largo de es-te plan fue durante la Conferencia deAlto Nivel celebrada en Madrid en elaño 2008 recién estallaba la crisis inter-nacional y cuando la crisis alimentaria

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había disparado el número de personashambrientas hasta la cifra de 1.000 mi-llones.

Otro ejemplo de solidaridad disfra-zada es la de la ya citada multinacionalMonsanto. La empresa estadounidensedonó semillas transgénicas a Haití. ElMinistro de Agricultura haitiano asegu-ró que las semillas donadas por Mon-santo no eran transgénicas y que eransólo semillas híbridas adaptadas a lascondiciones tropicales de Haití. La do-nación formó parte de una campaña delMinisterio para reactivar el sector agrí-cola después del terremoto del 12 deenero. Para ello, informó el Ministro,más de 65 mil hectáreas de tierra han si-do beneficiadas con tractores que pre-paran el suelo, fertilizantes, pesticidas yformación para los agricultores. Lo queno ha sido dicho ni por la Monsanto, nipor el Ministerio de la Agricultura hai-

tiano, es que esas semillas híbridas demaíz sólo podrán cumplir sus promesasde productividad y adaptación al climatropical haitiano si son tratadas con her-bicidas, fertilizantes y productos quími-cos específicos, que no por casualidadson producidos por la propia Monsanto.Eso significa que los agricultores hai-tianos que reciban las semillas híbridassólo conseguirán volverlas productivassi adquieren los herbicidas y fertilizan-tes de la Monsanto.

Además, las familias campesinas nopodrán reaprovechar las semillas quebroten de ese maíz, ya que una de las características de las semillas híbridas es que sólo su primera generación esadecuada para la siembra. Si quisierancontinuar produciendo en la próximasiembra, los campesinos tendrían quecomprar nuevas semillas de la Monsan-to12.

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3.1. Una historia incompleta yenvenenadaUna parte de la historia no se cuenta enlos libros de escuela. Las bibliotecas seolvidaron de ella y sólo llena las páginasde los registros de defunciones. Las cor-poraciones responsables de ellas –fábri-cas de agrotóxicos– están cómodas en ladistracción. Sus pócimas para el cultivode alimentos son irrespirables y… sinrespirar no se vive.

3.1.1. Guerra Civil en los EEUULa mayor suministradora de pólvora alejército de la Unión fue DuPont, coin-ventora de los CFC (sustancias dañinas

para la capa de ozono) hoy sigue en ne-gocios químicos: es dueña de Pionneruna de las impulsoras de semillas trans-génicas resistentes a agroquímicos, es-pecialmente el glifosato.

3.1.2. Segunda Guerra MundialEl gas Zyklon B que se utilizaba en lascámaras de exterminio nazi era un in-secticida fabricado por IG Farben. Losupieron millones de seres humanos. Laherencia de IG Farben se repartió entreBayer, BASF y Hoechst. Todo, exceptolas responsabilidades penales (1945).Mientras la bomba atómica mutilabaHiroshima, un barco americano viajaba

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3. LOS ESCENARIOS DE LAS AGROCORPORACIONES

Las corporaciones alimentarias han aprendido que la catástrofe huma-nitaria forma parte de su negocio y que representa una oportunidadpara la expansión de sus mercados, de hecho esta enseñanza no esnueva, se remonta a la Segunda Guerra Mundial cuando la industria delos fitosanitarios y los agrotóxicos se alió con la industria armamentís-tica para hacer de la desgracia su felicidad.

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también hacia Japón. En sus bodegastransportaba agrotóxicos. La guerra para estrenarlos tuvo que esperar. El«agente naranja» destruyó millones dehectáreas de bosques y cultivos en laguerra del Vietnam (1956). Sólo los sol-dados americanos afectados por losefectos cancerígenos del veneno deDow Chemical o Monsanto recibieronindemnización.

3.1.3. Años setenta y ochenta En el año 19779, Estados Unidos prohi-bió el uso del agrotóxico Nemagón.Dow Chemical, su productora sabía desus efectos sobre la salud de las perso-nas que lo utilizaran. Pero alargaron laventa en las plantaciones de Centroamé-rica. Sólo en Nicaragua han muerto más de 1.400 trabajadores expuestos alveneno.

En 1984, la fábrica de pesticidas deUnión Carbide en Bhopal, India, escu-pió veneno y más de 10.000 personasmurieron en pocos días. Otras 15.000personas han fallecido en los años si-guientes y más de 100.000 continúancon problemas de salud. Dow Chemi-cal, que compró la Unión Carbide, teníaaprendido el negocio: la transacción noincluye responsabilidad sobre lo suce-dido.

3.1.4. Siglo XXI

En 2010 se cierra el círculo. Una revis-ta científica publica un estudio que de-muestra que malformaciones observa-das en humanos son compatibles con la exposición al glifosato durante el em-barazo. Pero sigue en expansión la soja

transgénica devota del glifosato de compañías como Monsanto, DuPont oBayer. Los banquillos de la justicia[des]esperan.

Desde entonces hasta ahora esta es-trategia se ha perfeccionado pasando aformar parte en la mayoría de los casosde los Planes de apoyo de la comunidadinternacional a los países que sufren laguerra. El caso de Irak fue paradigmáti-co en este proceso. Empresas comoHero, Ebro, Grupo SOS deben agrade-cer al Sr. José Maria Aznar que salieraen la famosa foto de las Azores puestoque esto nos permitió participar en elComité que gestionó la reconstruccióny así obtener para estas empresas im-portantes contratos de abastecimiento yinversión para la fase de emergenciapost-bélica.

3.2. El poder sobre el control delas semillasLa producción alimentaria empieza porlas semillas. Las semillas son reser-vorios de vida a la espera de cuidadospara renovar nuestras fuentes de ali-mentos. Pero también son, desde el pen-samiento de las corporaciones, el pilar acontrolar para asegurar su hegemoníaen el control del sistema alimentario.Corporaciones como Monsanto o Car-gill han crecido al aliento de la globali-zación, y de alguna forma se han con-vertido en las dianas emblemáticas delos movimientos sociales que luchancontra ella. Como hemos visto, la des-regulación y eliminación de muchosmecanismos de control, la liberaliza-ción de los mercados agrícolas y el fa-voritismo hacia todo lo que sea privati-

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zación de servicios y funciones delEstado, han sido el caldo de cultivoapropiado para que algunas empresas,como las mencionadas, hayan adquiri-do en las últimas décadas un tamaño es-pectacular engullendo, en este tránsito,a miles de pequeñas empresas.

Hoy, según las informaciones deGRAIN, «apenas diez corporacionescontrolan cerca de la mitad del merca-do global de semillas comerciales». Yhay que destacar que entre éstas predo-minan las corporaciones, en su origen,ligadas a la industria militar y produc-toras de agrotóxicos. Empresas dedica-das a la comercialización de pesticidasy herbicidas, han visto cómo sus ventaspodían crecer en base a la expansión desemillas híbridas y transgénicas prepa-radas para resistir a agrotóxicos especí-ficos.

Otra de las características del controlcorporativo sobre las semillas es su lógico interés por las más comerciales.Monsanto, Bayer y sus compañeras lan-zan sus tentáculos mayoritariamente so-bre las semillas de soja, colza y maíz.Para cada uno de estos cultivos las com-pañías ya cuentan con variedades co-merciales genéticamente modificadas.Su presencia se centra, lógicamente, en los países con mayor mercado de se-millas, y en aquellos donde está permi-tida la comercialización de variedadestransgénicas. En Estados Unidos, porejemplo, sólo la compañía Monsanto,controla más de 90% del mercado de se-millas de soja.

Junto con la disponibilidad de semi-llas transgénicas de los cultivos más co-merciales, el otro elemento estratégicode estas empresas ha sido la asociación,

absorción o compra de otras empresassemilleras. Estos 20 años de expansiónde las trasnacionales productoras de se-millas han coincidido en el tiempo conla supresión o adelgazamiento de losservicios públicos de los estados dedi-cados a la preservación, manejo y me-joramiento de semillas. También la in-vestigación desarrollada a nivel públicoen muchos centros y universidades haido disminuyendo progresivamente.Las grandes corporaciones han aprove-chado muchos vacios para ir agrandan-do su negocio e influencia.

De hecho, denuncia GRAIN, «aho-ra el sistema del Grupo consultivo deInvestigación Agrícola (CGIAR) estáfiscalizado por las transnacionales, emprende un número creciente de pro-yectos de investigación y desarrollo enfavor de los cultivos modificados gené-ticamente y cuenta con programas deasociación en sus centros experimenta-les que venden su material de reproduc-ción al mejor postor. Las institucionesnacionales de investigación y las uni-versidades parece que siguen el mismocamino comportándose más como com-pañías privadas que como institucionescon mandato público».

3.3. El control de la ganaderíaHemos visto cómo las multinacionalesse han hecho con el control de la agri-cultura a partir de acaparar las ventas delos insumos propios, básicamente semi-llas, fertilizantes y agrotóxicos. Tam-bién sabemos cómo es cada vez más fre-cuente que las corporaciones asumanuna integración vertical, es decir, que in-corporen en sus procesos grandes seg-

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mentos de la cadena alimentaria o todaella: el diseño y la experimentación para producir semillas, la producción deagroquímicos, la siembra, el cultivo, lacosecha, el transporte, la transforma-ción, el empaquetado, la refinación y laproducción de mercancías alimentariasprocesadas, hasta llegar a la distribucióny venta al detalle de productos muy dis-tantes del cultivo original. Pues en elsector agropecuario, en la ganadería, es-ta fórmula está también muy presente yes clave para entender el control realexistente en el sector. Algunos ejem-plos:

Más del 50% de la producción por-cina a nivel mundial y el 66% de lasaves de corral y de la producción dehuevo ocurre en granjas industriales,que por lo general son propiedad de lasenormes corporaciones de la carne o tie-nen contratos que las vincula directa-mente con ellas.

En sanidad animal, diez compañíascontrolan el 62% del mercado mundialde la sanidad animal (vacunas, anti-bióticos y aditivos alimentarios, prin-cipalmente), las tres primeras (Pfizer,Merial e Intervet) el 30%. Una únicacorporación ISA (Institut de SélectionAnimale), con sus adquisiciones, afilia-ciones y empresas filiales, suministramás del 65% del mercado de la genéti-ca del huevo marrón del mundo, el 35%del mercado de huevo blanco y el 15%por ciento del mercado de pollo.

En el sector de los piensos compues-tos para alimentación del ganado, cua-tro empresas controlan el 34% de la pro-ducción de todos los piensos animalesen los Estados Unidos. Mientras, en Es-paña una sola empresa controla el 25%

de la producción de piensos y las diezprimeras alcanzan el 60%.

Una de las razones de esta integra-ción vertical, en el caso de la ganadería,es que los minoristas globales (las gran-des superficies) exigen la adhesión es-tricta a ciertos estándares que ellos dic-tan. Pero, finalmente, lo que consigue la integración, es el total control de lasgrandes corporaciones de sus proveedo-res gracias a los contratos que les atan.Derivar la producción hacía terceros,hacía abajo de la cadena, también lespermite a estas compañías lucrarse sinnecesidad de preocuparse de leyes la-borales y de lidiar con sindicatos: dis-ponen de mano de obra, sin que sean di-rectamente empleados suyos.

3.4. El control de la producciónUna de las claves del proceso de exclu-sión que vive el campesinado es su proletarización. La pérdida de su auto-nomía, que fue una de las notas caracte-rísticas durante decenios, se ha produci-do precisamente en inversa proporciónal control de las agroindustrias sobre elsector. Este proceso de proletarizaciónes muy sutil y comienza en los prime-ros peldaños de la producción cuando elcampesino o campesina no controla nilas variedades que produce, ni la canti-dad que produce, ni el precio de sus producciones. Las agroindustrias handesarrollado una estrategia de integra-ción. Ofrecen las semillas y el paquetetecnológico a los campesinos de una zo-na, facilitan los créditos para producir,ofrecen el apoyo técnico y garantizan lacompra. Las agroindustrias asumen unaposición predominante en el mercado

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de un determinado producto controlan-do a los productores.

En muchos países este tipo de em-presas son nacionales y están ligadas aimportantes familias hacendadas o in-dustriales pero a su vez mantienen rela-ciones con otras corporaciones de la ali-mentación que facilitan la importacióno exportación y en otras ocasiones for-man parte del entramado de grupos mul-tinacionales como es el caso de EbroAzúcares que controla el 97% del mer-cado del azúcar13 en España, pero ade-más influye en la estructuración del sec-tor productivo a través de la propiedadde las azucareras y estableciendo losprecios de compra. Ebro por su parte fueadquirida por Bristish Sugar que con-trola el 98% del mercado del azúcar enReino Unido. La relación de estas em-presas de la alimentación con el sectorproductivo se establece a través de con-tratos de producción o suministro quecontienen claúsulas draconianas paralos campesinos que terminan asfixiandoa la parte más débil. Este mismo ejem-plo sirve si analizamos la realidad de laproducción en los países de sur.

3.5. El control de la distribuciónLa distribución de alimentos ha sufridouna fuerte reestructuración que tieneefectos sobre toda la cadena agroali-mentaria. La distribución actual se basaen la cooperación capitalista con todossus proveedores que básicamente es laproducción intensiva. La distribuciónmoderna se caracteriza por la generali-zación del autoservicio, la irrupción dela tecnología de la información, la lo-gística avanzada, la psicología social y

una fuerte concentración oligopólica. Elincremento de la cuota de mercado porparte de la gran distribución se ha pro-ducido a una velocidad de vértigo pa-sando de representar hace una década el20% al 80% actualmente, mientras enEspaña cierran 11 comercios minoristasal día. Cinco empresas controlan el 55%de las ventas de alimentos en España, sia ello le sumamos los datos de las dosprincipales centrales de compras el por-centaje se eleva al 75. Sólo Carrefourconcentra el 23% de todas las comprasde alimentos que se hacen, seguido deMercadona que representa el 16%.

La propia distribución moderna par-ticipa en las fases de producción y trans-formación de alimentos. Para conseguirsiempre bajos precios se basa justamen-te en la cooperación con sus proveedo-res, los llamados interproveedores, quesirven en exclusiva. Muchas veces laspropias cadenas son las propietarias deestas empresas interproveedoras quehan logrado hacerse con el control de laoferta de un determinado producto enuna zona y en ocasiones son las que ela-boran las marcas blancas que ocupan latercera parte de las ventas. Estas inter-proveedoras son las que marcan losmárgenes comerciales con los agricul-tores de una zona.

Por ejemplo, la carne de Mercadonala elabora la empresa Martinez Lorien-te, de la que es principal accionistaMercadona. Esta empresa que opera enÁvila dispone de mataderos, salas dedespiece, fábricas de embutidos y con-centra el 76% de la oferta de carne devacuno de la zona imponiendo los pre-cios más convenientes. La empresaDafsa ha sido creada recientemente gra-

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cias a la ayuda de Mercadona para su-ministrar al supermercado los zumos ygazpachos. Este modelo de distribuciónse ha comenzado a extender también enel resto de los continentes. Si hace unadécada, en América Latina el 90% de lacomercialización de los alimentos se ha-cía por vías minoristas, poco a poco enlas zonas residenciales y de clase mediade las grandes urbes comenzó a exten-derse el modelo con un desarrollo inte-grado mucho más salvaje14.

3.5.1. Considerando…Considerando que en el conjunto de laUE la venta al por menor está cada vezmás dominada por un número reducidode cadenas de supermercados; conside-rando que estos minoristas se están con-virtiendo en controladores del accesoreal de agricultores y otros proveedoresa los consumidores de la UE; conside-rando que existen elementos de juicioen el conjunto de la UE que indican quelas grandes cadenas de supermercadosabusan de su poder de compra para pre-sionar a la baja los precios pagados a losproveedores (establecidos tanto en laUE como en el extranjero) hasta nivelesinsostenibles e imponerles condicionesinjustas; considerando que tales presio-nes sobre los proveedores tienen efectosnegativos para la calidad de los puestosde trabajo y la protección del medio am-biente; considerando que los consu-midores se enfrentan a una posible pér-dida de diversidad de productos, depatrimonio cultural y de tiendas de mi-noristas; considerando que algunosEstados de la UE han introducido dis-posiciones nacionales con el objetivo delimitar tal abuso, pero considerando que

los grandes supermercados operan cadavez más a través de las fronteras na-cionales, lo que hace conveniente unalegislación de la UE armonizada.

Considerando todas estas cuestionesdetectadas y hechas públicas por un grupo de organizaciones ecologistas,campesinas, de consumidores y de coo-peración internacional, el ParlamentoEuropeo ha dictaminado, en primer lu-gar, instar a la Dirección General deCompetencia a que investigue los im-pactos que la concentración del sectorde los supermercados tiene en las pe-queñas empresas, los proveedores, lostrabajadores y los consumidores y, ensegundo lugar, solicitar a la ComisiónEuropea que proponga medidas adecua-das, incluidas las de carácter regulador,para proteger a los consumidores, a lostrabajadores y a los productores, de losabusos constatados en esa investigación.

Considerando que es una buena no-ticia el resultado alcanzado, consideran-do que se demuestra que el trabajo enred es factible, considerando todos losconsiderandos, consideramos que la so-ciedad civil debe estar atenta al correc-to seguimiento de la resolución delParlamento. Para no ser desconsidera-dos en un futuro.

3.6. Los verdaderos amos de lascorporaciones

En los últimos años una serie de facto-res, como la crisis financiera en el sec-tor hipotecario o la desconfianza en losmercados han llevado a nuevos escena-rios. Por un lado tenemos un aumentode las inversiones puras de capital en losmercados de futuro de los cereales.

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Muchos fondos de inversión, colocadosen fondos hipotecarios cotizan ahora enla Bolsa en base a las próximas cosechasde cereales, siendo los responsables dela volatilidad de precios de los alimen-tos, más allá de problemas de abundan-cia o escasez de granos.

La crisis alimentaria del 2007-2008favoreció que muchos inversionistas fi-nancieros (en busca de ganancias de lar-go plazo) y ciertos gobiernos, que re-pensaron su relación con el sistemaalimentario corporativo a nivel global (yque buscaban garantizar la seguridadalimentaria), se lanzaran a la compra detierras fértiles por todo el planeta. Estefenómeno, conocido como «acapara-miento de tierras» hay que seguirlo conatención por las graves consecuenciasque puede deparar en el campesinado.

En ese mismo sentido muchos fon-dos financieros están dirigiéndose a res-paldar empresas semilleras, de fertili-zantes, de agrotóxicos o de maquinariaagrícola. La maquinaria de las corpora-ciones agropecuarias se ha vuelto inse-parable del sector financiero global.Estos últimos veinte años de globali-zación han sido, sobre todo, años deconcentración de riqueza y poder enmanos de Wall Street y otros centros fi-nancieros. El acceso a grandes capitalesimpulsa la expansión de las agroempre-sas, pues le brinda a las compañías losrecursos financieros para apoderarse defirmas más pequeñas o para instalarnuevas operaciones, y al mismo tiempolas amarra con más firmeza que nunca,a las altas ganancias rápidas, logradas acosta de los trabajadores, los consumi-dores y el ambiente.

Por otro lado también podemos ob-servar una nueva categoría: los inver-sionistas especializados en agriculturaestrechando lazos con las agroindus-trias. Les podríamos denominar «los agricultores empresariales». Se trata deempresas, a veces de capital familiar,otras veces una mezcla de inversionis-tas y accionistas, dedicadas a operacio-nes agrarias a gran escala, por lo gene-ral en diferentes partes del país y enocasiones en más de un país. En Argen-tina, donde la aparición de estas empre-sas es especialmente llamativa, sólo 30de éstas controlan más de 2,4 millonesde hectáreas de tierras agrícolas. EnUcrania, sólo 25 controlan alrededor de3 millones de hectáreas, un 10% del to-tal de tierras agrícolas del país.

Por último, la reciente aparición decombustibles a partir de materias primascomo la soja, la caña de azúcar, la pal-ma africana, etc., –los mal llamados bio-combustibles– introdujo a otros actoresen el mundo de la agricultura. Hay aho-ra legislaciones que le garantizan unmercado al etanol y el biodiesel en laseconomías industriales o en las (así lla-madas) emergentes, por lo que los in-versionistas financieros y las corpo-raciones del sector energético estáninvirtiendo para emprender operacionesagrícolas dedicadas a producir insumospara combustibles agroindustriales. Elefecto global de estos desarrollos es lamasiva expansión de los monocultivos.Tan sólo la soja es responsable de másde una cuarta parte del incremento delmonocultivo en el área agrícola globalentre 1990 y 2007.

En definitiva, el monto de capital es-peculativo que mueve mercancías agrí-

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colas, que controla las agroempresas oque se apodera de tierras, se ha dispara-do y, combinado con el control corpo-rativo a todos los niveles de la cadenaalimentaria, significa que hoy los pre-cios poco tienen que ver con la oferta yla demanda y que la distribución de la

comida ya se desconectó totalmente dela necesidad.

Hoy, el sistema corporativo alimen-tario global está organizado en torno aun solo principio: las ganancias de losdueños de las corporaciones y de sus in-versionistas.

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Si el capital puja por apoderarse de laagricultura, es sólo porque mucho deella sigue funcionado por fuera de lascadenas corporativas de producción; essólo porque se mantiene en manos dehombres y mujeres, campesinos, pesca-dores, recolectores, cazadores, y pasto-res, dentro de los pueblos indios, las cul-turas locales y los circuitos mercantileslocales.

4.1. Un movimiento en marcha

El aumento de la violencia estructuralen el campo sin embargo no ha frenado

tampoco el proceso de estructuracióncreciente del movimiento campesino,indígena y sin tierra a nivel internacio-nal sino más bien lo ha fortalecido. Lasorganizaciones campesinas e indígenaspopulares de todo el mundo, siendomuy conscientes de su realidad y de lascausas que la originan, han sido capacesde articular una alianza global basada enel derecho a vivir en el medio rural, elderecho a producir alimentos y a la de-fensa de un modelo de vida digno en elcampo. En el año 1992 varios líderescampesinos de Centro América, NorteAmérica y Europa se reunieron en

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4. LA ALTERNATIVA DE LA SOBERANÍA ALIMENTARIA

Pese a todo lo dicho, todavía la mayor parte de las semillas no se siem-bra en aras de los objetivos empresariales. La mayoría de los campe-sinos y las campesinas no son parte de este sistema corporativo. Lamayor parte de la gente no se alimenta de ese sistema. Por todo elmundo siguen ahí los fundamentos de sistemas alimentarios totalmen-te diferentes, por todas partes emergen y cobran fuerza movimientosque buscan revitalizar los vastos sistemas alimentarios tradicionales ysalir del «orden alimentario» de las corporaciones.

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Managua en el marco del Congreso dela Unión Nacional de Agricultores yGanaderos (UNAG) ante la urgencia deuna acción política global, desde las ma-sas de empobrecidos y empobrecidas,que sufrían las consecuencias de un mo-delo destructor de su forma de vida y desus derechos. En mayo de 1993, se rea-lizó la Primera Conferencia de La VíaCampesina en Mons, Bélgica, donde se constituyó como Organización Mun-dial y se definieron los primeros alinea-mientos estratégicos de trabajo, así co-mo sus estructuras. Han sido muchosaños de creación y lucha: en septiembrede 2008 se celebró la V ConferenciaMundial de la Vía Campesina con laparticipación de más de 600 delegadosde 140 organizaciones miembros y deotras 100 organizaciones invitadas quehan iniciado el proceso de acercamien-to e incorporación. En este momento laVía Campesina reúne a 180 millones decampesinos y campesinas afiliados a lasorganizaciones miembros.

La Vía Campesina lanzó en el año1996 el grito de la lucha por la Sobera-nía Alimentaria. La defensa de este ob-jetivo como derecho político de los pue-blos campesinos está siendo dura nosólo frente a los gobiernos, corporacio-nes e instituciones multilaterales, sinoen ocasiones frente a grandes organiza-ciones sociales y organizaciones no gu-bernamentales de desarrollo que practi-can un modelo de cogestión de laspolíticas de desarrollo insuficiente paramodificar las estructuras generadoras depobreza.

La soberanía alimentaria es el dere-cho de cada pueblo a definir sus propias

políticas agropecuarias y en materia dealimentación, a proteger y reglamentarla producción agropecuaria nacional yel mercado doméstico, a fin de alcanzarmetas de desarrollo sostenible, a decidiren qué medida quieren ser autodepen-dientes, a impedir que sus mercados sevean inundados por productos exceden-tarios de otros países que los vuelcan almercado internacional mediante la prác-tica del dumping y, a darle preferencia alas comunidades locales pescadoras res-pecto al control del uso y los derechossobre los recursos acuáticos.

La lucha por la soberanía alimen-taria implica un cambio radical en laspolíticas agrarias y alimentarias de losgobiernos invirtiendo las prioridades.Entre sus luchas destaca entonces unaclara oposición a las grandes corpora-ciones que se señalan constantementecomo las principales vulneradoras delos derechos campesinos al acceso a losrecursos naturales, al control propio delos mercados locales y a la conquista deprecios suficientes y remuneradores.

4.2. ¿Qué reclama la soberanía alimentaria?4.2.1. Hacer efectivo el derecho a unaalimentación adecuadaEste derecho implica la obligación delos Estados de respetar, proteger y rea-lizar el derecho de todos los habitantesde sus territorios respectivos a disponerde una alimentación adecuada. El dere-cho a una alimentación adecuada formaparte de los derechos humanos genera-les, lo que permite a la población pedirresponsabilidades a sus gobiernos y de-

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mandar los cambios políticos necesa-rios.

4.2.2. Acceso a los recursos productivosSigue siendo prioritario el acceso a latierra y al resto de los recursos produc-tivos. Los gobiernos nacionales hanabandonado la prioridad de la reformaagraria y cuando la impulsan siguen losdictados mercantilistas del Banco Mun-dial discriminando a determinados gru-pos sociales. Las mujeres no tienen ac-ceso a créditos o están excluidas de laley de sucesión. El acceso a variedadestradicionales de semillas se está com-plicando cada vez más debido a que losmercados son crecientemente monopo-lizados. Cada vez son más numerosaslas sociedades en las que el acceso alagua constituye un elemento clave de lacapacidad para producir bienes agríco-las.

4.2.3. Derechos de los trabajadores ytrabajadoras agrícolasGran parte de la población rural vive deltrabajo agrícola, frecuentemente sinempleo regular, como trabajadores tem-porales o jornaleros. Su vulnerabilidadestá vinculada a sus problemas para or-ganizarse como personas trabajadorasen sindicatos o asociaciones a fin de me-jorar sus propias condiciones de trabajoy de vida. Suelen trabajar en condicio-nes de explotación con salarios muy ba-jos, sin prestaciones sociales y expues-tos a peligros para la salud, como losplaguicidas. La mejora de la situaciónde estos grupos debe ser un elemento

central de todas las estrategias paracombatir el hambre y la malnutrición.

4.2.4. Derechos indígenas campesinosEn muchas partes del mundo, las comu-nidades indígenas afrontan enormesproblemas para lograr que se reconoz-can sus derechos a los territorios, de-bido a conflictos relacionados con latierra, como las enajenaciones o los desahucios forzosos, así como a la di-versidad de políticas que afectan a lagestión autónoma de sus territorios tra-dicionales. Las comunidades indígenasnecesitan que la sociedad reconozcaplenamente su identidad y estatus cul-tural, económico, político y social. Elreconocimiento de los derechos, la au-tonomía y la cultura de las poblacionesindígenas de todos los países constitu-ye un requisito previo indispensable para combatir el hambre y la malnutri-ción, así como para garantizar el dere-cho de la población a una alimentaciónadecuada.

4.2.5. Una nueva gobernanza mundialpara la alimentaciónSe considera a la FAO (Organizaciónpara la Alimentación y la Agricultura deNaciones Unidas) la organización legi-timada para marcar políticas internacio-nales en este asunto, que deberán serasumidas en el trabajo del resto de lasorganizaciones multilaterales cuandoactúen sobre estos temas. Es necesarioavanzar en un mecanismo interno de laFAO que permita debatir los avances oproblemas de los gobiernos nacionalescon una mayor implicación y espacio delos propios movimientos campesinos.

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4.2.6. La agroecología como opciónimportanteEl modelo actual de agricultura indus-trial no es sostenible. Los índices relati-vos al consumo de agua, la destruccióny erosión de los suelos y el deterioro dela diversidad biológica en la actualidadson muy altos. Irónicamente, en el sis-tema actual las formas más destructivasde agricultura son las que reciben mássubvenciones y atención en la investi-gación agrícola, la enseñanza y los ser-vicios de extensión. Falta una evalua-ción de los costos ambientales y socialesde la agricultura industrial, que deberíarealizarse de forma periódica en el sis-tema de las Naciones Unidas. Este cam-bio de paradigma en el modelo agrícolaexige nuevas prioridades en los progra-mas de investigación y enseñanza a es-cala nacional e internacional, en los quese incorpore la investigación de los agri-cultores como parte ineludible del pro-ceso.

4.2.7. Una agricultura libre de transgénicosLa cantidad actual de recursos genéticosdisponibles se debe en su mayor parte alos miles de años de selección y desa-rrollo cuidadosos por parte de las y lospequeños agricultores y las comunida-des indígenas. Por ello, las semillas de-ben considerarse patrimonio de toda lahumanidad. El acceso a los recursos ge-néticos es esencial para garantizar la se-guridad alimentaria. Todas las formasde protección mediante patentes supo-nen un grave obstáculo para el accesode los grupos marginales al punto de

partida de la agricultura. Los organis-mos modificados genéticamente (OMG)representan una amenaza no sólo para la agricultura familiar y los campesinospobres, que no pueden permitirse estacostosa alternativa, sino también para laagricultura en general.

4.2.8. Política en apoyo a la agricultura campesina y localLas normas internacionales sobre el co-mercio agrícola, institucionalizadas porla OMC y otros acuerdos comercialesde carácter regional, han minado grave-mente la soberanía alimentaria y los me-dios de subsistencia de los pequeñosagricultores, sobre todo en los países endesarrollo. Los países se ven obligadosa eliminar los apoyos a la agricultura fa-miliar que sustenta una parte importan-te de la estructura económica y social ypor otra parte, la mayor parte de las sub-venciones en los países desarrollados vaa parar a los grandes productores, lasgrandes empresas y las empresas trans-nacionales, que aplican prácticas agrí-colas y comerciales insostenibles, en lugar de beneficiar a la agricultura fa-miliar en pequeña escala. En muchaszonas rurales se ha obstaculizado engran medida la producción local de ali-mentos, y la población rural dispone deescasas alternativas para generar ingre-sos a fin de comprar alimentos impor-tados «baratos». Con la expresión «so-beranía alimentaria» manifestamos lademanda de las organizaciones de la so-ciedad civil del derecho a definir suspropias políticas y estrategias para unaproducción, una distribución y un con-sumo sostenibles de los alimentos.

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4.2.9. Una agricultura femenina ycon mujeres La sociedad patriarcal ha dejado en elcampo unos patrones que marginan claramente a la mujer. Sin el reconoci-miento de su trabajo en la casa o en lahuerta, sin sus espacios sociales, sin susesferas de poder, está siempre sometidaal control de sus esposos o padres. Nopuede existir soberanía alimentaria sinuna igualdad de género, enriquecida conla sabiduría de las mujeres y sus formasde relacionarse con la tierra y la natura-leza

4.3. Conclusión«Los campesinos y campesinas delmundo somos conscientes de la gravecrisis que amenaza nuestra forma de vi-da. Somos testigos de este proceso y dequienes son los responsables. El proce-so de descampesinización del medio ru-ral es un hecho que vivimos cotidiana-mente y cada familia campesina queemigra a la ciudad o cada granja o uni-dad campesina que se cierra es como si

el corazón se achicara y, como clase, nossentimos amenazados y amenazadas.Por eso somos conscientes de que la lu-cha por la soberanía alimentaria no po-demos hacerla en solitario y de quenuestra lucha es una lucha global por ladignidad y la justicia en la que debemosinvolucrar y construir, junto a movi-mientos ecologistas de jóvenes, de fe-ministas, y por supuesto de consumo. Elconsumo crítico y responsable se con-vierte en una cuña que acabará por rom-per la piedra puesto que el modelo económico depende de esta acción coti-diana que todos y todas realizamos. Esen la sensibilización sobre el cómo y elqué consumir, como podemos llegar alas ciudades para hacer sonar nuestros reclamos. El consumo de alimentos pro-ducidos con métodos sostenibles, pro-ducidos en el ámbito local, consumien-do alimentos de temporada, buscandoformas de compra que garanticen unprecio justo al campesinado y favore-ciendo toda la red de comercio a peque-ña escala y cercano, incide directamen-te en las posibilidades de una vida dignapara los campesinos y campesinas».

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1. Informe «Pobreza rural. Retos y desafíos en unmundo globalizado», FIDA – FAO, Roma,2001.

2. Informe «La agricultura mundial en el horizon-te del año 2030», FAO, Roma, 2005.

3. Informe. «Sistemas campesinos y pobreza»,Banco Mundial – FAO, Roma, 2006.

4. Para más información ver el cuaderno de PedroARROJO, Crisis global del agua: valores y de-rechos en juego, Barcelona, Cristianisme iJustícia, n. 168 (junio 2010).

5. Informe presentado a la FAO por el ComitéInternacional de Planificación. Campaña «Másy mejor por una cooperación internacionalpara el desarrollo de la agricultura». Comitéde Seguridad Alimentaria. Periodo de sesionesaño 2007.

6. Datos obtenidos del anuario estadístico de laOMC 2007.

7. La UNCTAD en su informe anual del año 2005ha elaborado tablas estadísticas entresacandoproductos agrícolas más dinámicos en el mer-cado mundial y viendo a quién le correspondeel mayor porcentaje en el comercio mundial(pág. 65 y ss del Informe anual).

8. Ofrecemos en este apartado un resumen de laexpansión de las agroempresas (en sus divi-siones o «negocios», como se expresa en supropio argot), en el sistema alimentario globaldurante los últimos veinte años. La informa-ción de base para la elaboración de este apar-tado corresponde a documentos elaboradospor GRAIN y publicados en algunas de susrevistas como Biodiversidad, sustento y cultu-ras y Seedlings. GRAIN es una pequeña or-ganización, con un gran trabajo en los países

del Sur. En sus, también, veinte años de histo-ria, se ha encontrado siempre en frente de es-tas grandes industrias alimentarias, revisandosu trabajo, cuestionando su poder y descu-briendo ante la opinión pública muchas de sus‘maniobras’. GRAIN trabaja ofreciendo apo-yo a las organizaciones campesinas que de-fienden la Soberanía Alimentaria y la agro-biodiversidad.

9. Datos obtenidos del anuario estadístico de laOMC, Ginebra, 2007.

10. Las trampas del libre comercio y la OMC, dossier informativo, Fundación HEGOA,Bilbao, 2004.

11. Los datos acerca de las donaciones de la Fun-dación Bill Gates se ofrecieron públicamenteen el seno de la Conferencia de Alto nivelcelebrada en Madrid, Octubre 2006 para lacreación de un grupo de trabajo especial paraabordar la crisis alimentaria. La Fundaciónapoyada por otras ONGDs internacionales,fundaciones y gobiernos africanos plantearonun programa especial para extender la Revolu-ción Verde en África.

12. La generosidad de Monsanto con Haití,Thalles Gomes, periodista brasileño de laAgencia lationamericana de información

13. Informe. «Azúcar amargo. Las consecuenciasde la PAC para los pequeños campesinos ycampesinas». Fernando FERNÁNDEZ. Campaña«No te comas el mundo», VSF – Xarxa deConsum Solidari y Entrepueblos. 2006.

14. Xavier MONTAGUT y Ester VIVAS (coords),Supermercados, no gracias. Grandes cadenasde distribución: Impactos y alternativas. Bar-celona, Icaria, 2007.

NOTAS

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IDEAS CLAVE PARA LA REFLEXIÓN

El cuaderno ha tratado de hacer un análisis global de la realidad que vive el cam-pesinado enfocando el análisis desde el crecimiento de las agroindustrias y las mul-tinacionales de la alimentación que ha tenido lugar en los últimos veinte años.

1. El 75% de la población hambrienta del mundo son pequeños campesinos, pue-blos indígenas o comunidades pescadoras artesanales… lo paradójico es quela pequeña y mediana agricultura sigue alimentando al 70% de la poblaciónmundial.

2. Las causas de la pobreza campesina son diversas, pero todas ellas consus-tanciales al desarrollo del capitalismo a nivel global; la concentración de la tie-rra, del agua, de los recursos marítimos y forestales; la imposición de mode-los productivos con fuerte inversión de capital ajenos a la cultura campesina,las políticas agrarias que han favorecido a la gran agricultura.

3. Sin embargo el desarrollo del neoliberalismo, como una nueva etapa del ca-pitalismo global, ha dado una nueva vuelta de tuerca. La Revolución Verdecreó las condiciones para la superproducción; la liberalización comercial aus-piciada por la OMC puso las condiciones para la mercantilización de la ali-mentación y en este contexto un nuevo actor surge con fuerza: la multina-cional de la alimentación.

4. Las multinacionales de la agroindustria han crecido extendiendo su poder entoda la cadena desde la producción hasta la distribución. Controlan las semi-llas y las especies animales, controlan todos los insumos, controlan la trans-formación de alimentos y el comercio mundial y controlan también la distri-bución de los alimentos.

5. Estas multinacionales han iniciado un nuevo proceso de acumulación capita-lista extendiendo su acción a nuevos ámbitos de la agricultura; a través delcontrol y la patente sobre la misma base de la vida; a través de la expansiónde los cultivos industriales incluyendo aquellos utilizados para la producciónde agrocombustibles y por último han creados lazos con el sistema financie-ro controlando las cosechas futuras y creando una carrera especulativa paraseguir aumentando el negocio a base de incrementar el número de personashambrientas en el mundo.

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6. Las agroindustrias están en el ojo de la crítica y la acusación de cada vez másmovimientos sociales del mundo, entre ellos del propio movimiento campesi-no e indígena internacional que, estructurado en torno a La Vía Campesinay sus aliados, ha lanzado una batalla contra estas empresas y defiende su lu-cha por la soberanía alimentaria.

7. Todos tenemos que jugar nuestro papel en esta batalla, pero como consumi-dores y consumidoras tenemos mucho que decir. El consumo responsable yaustero frente al despilfarro de esta sociedad es un paso, pero el saber dón-de y qué compramos es el siguiente.

Por un momento, y al menos durante el tiempo que tardemos en leer este cuader-no, pensemos en nuestro abuelo, abuela, tío, madre o padre que dejamos en el pue-blo… recuperemos nuestras raíces. Los conocimientos y valores del campo siguenestando en nuestra memoria como pueblo para así conectar con campesinos deEcuador, Ghana, Filipinas, Brasil…