la biosfera, vladimir vernadsky

Upload: maria-villares

Post on 08-Jul-2015

1.027 views

Category:

Documents


41 download

TRANSCRIPT

  • 5/10/2018 La Biosfera, Vladimir Vernadsky

    1/56

    $. UJXQi$ll .Db

    La presente edici6n de L a B i o sf e ra de Vernadsky encaja plenamente e nel prop6sito de ~aserie Textos ba.sicos.de la Colecci6n Economfa yNaturaleza de mformar los trabajos pioneros de autores que trataronde conectar economia y naturaleza sin que su esfuerzo intelectual fue-ra debidamente apreciado en su momento, illdivulgado en elmundode la edici6n. EImero hecho de que esta sea la primera edici6n en cas-tellano de una obra que habia visto la luz en ruso y en frances haceya mas de medio siglo, evidencia elvado indicado. Sobre todo 'cuan-do ellibro pionero de Vernadsky L a b i os fe r a (1926) desempefio 'u n pa-pel de primer orden a la hora de historiar c6mo se acufio la noci6n debios fera , como objeto de reflexi6n sistemica y encruci jada de saberesparcelarios, y cuando tampoco encontr6 en su momento el eco quemerecia su caracter innovador en el terreno cientifico. Pero mas al lade la pertenencia de su autor a un periodo hist6rico determinado (Ul-timo tercio del siglo xtx-primera mitad del xx), la presente obra siguebrindando a quienes estell interesados en superar elactual oscurantis-mo de las especialidades cientfficas la posibilidad de beneficiarse delenorme valor formativo de sus razonamientos y aun de sus intuicio-nes (R . Margalef).La nocion de biosfera desempefia un papel fundamental en la conexi6nentre economia y ciencias de la naturaleza, al extender la reflexi6n sis-temica al oikos planetario, frente al de los Estados, empresas y hoga-res, desde el que viene razonando la economia ordinaria. Profundizaren la forma en que se gest6 esta nocion, a traves del mensaje de suprincipal formulador, resulta sugerente desde muchos puntos de vis-ta , incluido el de facili tar un mejor entendimiento entre las dos disci-plinas que razonan sobre cada uno de los dos oikos antes menciona-dos: la economia y la ecologia. Se trata, en suma, de avanzar en lalinea de pensamiento abierto y transdisciplinar que esta Colecci6n seha propuesto desbrozar. A ella espera contribuir la presente edici6n,notablemente enriquecida con el estudio preliminar, elaborado por elec6logo Ramon Margalef, y la cronologia bio-bibliografica sobre Ver-nadsky, realizada por el historiador de la ciencia Jacques Grinevald.

    ISBN 84-7774-9795I I I I I I9 788477 749790

    In tro du cc io n d e R am on Ma rg ale f

    L a B io sfe raVlad imir I. Vernadsky

    FUNDACIONARGENTARIA ~ (dis., s.a.)

  • 5/10/2018 La Biosfera, Vladimir Vernadsky

    2/56

    VLADIMIR I.VERNADSKY

    L A BIOSFERA

    INTRODUCCI6N DE RAM6N MARGALEF

    COLEccr6NE CO NO M IA Y N AT UR A L EZ A

    SERlE TEXTOS BAsICOS

  • 5/10/2018 La Biosfera, Vladimir Vernadsky

    3/56

    VLADIMIR 1 . VERNADSKY

    L A Br OSFERA

    FUNDACIONaARGENTARIA ~ (dis., s.a.)

  • 5/10/2018 La Biosfera, Vladimir Vernadsky

    4/56

    CRONOLOGIA BIO-B IBL IOGRAFICA DE V . 1. VER-NADSKY. Jacque s Grine vald. ..,....................................................................................................9

    - Biografia 21- Bibliografia 39

    LA BIOSFERA 43- Prologo a la edicion francesa 45- Prologo a la edicion rusa 47

    Colecci6n Economfa y Naturaleza, vol. IXS er ie " T exros Basicos

    - La Biosfera, envoltura terrestre ..- La mater ia viva de primer y segundo orden en la Biosfera ..- Los limites de la vida .- Los llmites de la vida en la Biosfera .- La vida en la Hidrosfera .- Ciclos geoqufmicos de las concentraciones y pellculas vitalesde la Hidrosfera .,. .,. ..

    - La materia viva en tierra firme .

    Cornite Cienuflco- Federico Aguilera Klink- Car los Cas rrodeza Ruiz- Luis Gutierrez Andres (secrerario)- Joan Martinez Alier- Jose Manue l Naredo Perez (di re ctor )- Fernando Par ra Supervia- Antonio Valero Capil la

    fNDICE

    INTRODUCCION. Ram on Marga le f ..

    PRIMERAPARTE.LA BIOSFERA EN EL COSMOS .

    Traducci6n: Maria Victoria Lopez PanosLuis Gutierrez Andres ( e l, a b i os f er a y la noosfera y Cronologfa)

    - La Biosfer a en el medio cosmico ..- La Biosfer a como region donde se transforma la ene rgia cos-mIca .

    - Generalizacion empfrica e hipotesis ..- La materia viva en la Biosfera ..- La mul tipl icacion de los organismos y la energia geoquimicade la materia viva ..

    - La materia viva verde ..- Algunas observaciones sobre la mater ia viva en el mecanismode la Biosfera ..

    Revisi6n: J . M. Naredo y 1.Gutierrez

    Disef io por tada : A itor Mendez y Raque l de la Fuente

    9

    515 3606469

    7491106

    SEGUNDAPARTE. EL CAMPO DE L A VIDA 111

    Fundaci6n Argenta ri a - V isor D is ., 1997ISBN: 84-7774-979-5Dep6sito Legal: M-38.156-1997Visor ForocomposicionImp res o e n E spana - Printed in SpainGraficas R6gar. Navalcarnero (Madrid)

    1 1312814014 515 516 4173

    7

  • 5/10/2018 La Biosfera, Vladimir Vernadsky

    5/56

    - La Biosfera .- La Noosfera .

    203205210

    INTRODUCCION

    - Conexion ent re las peHculas y las concent raciones vitales dela Hidrosfera con las de la t ierra f irme 17 9

    MENDICE. La evolucion de las especies y la materia viva 183LA BIOSFERA Y LA NOOSFERA .

    Ramon MargalefUniversidad de Barcelona

    La palabra biosfera ha pasado a ser de uso corriente para referirse a la por-cion de nuestro planera habitada por seres vivos y manif iestamente organi-zada por ellos. Coincide con la parte solida superficial , que sirve de soporte y,a la vez, esci arras trada, aunque sea parcialmente, en la dinamica de la vida,mas las envolruras liquida y gaseosa cuya composicion no se entiende si no esa t raves de la act iv idad de la propia vida. SegUn el propio Vernadsky, la vozbiosfera habria sido usada ya por Lamarck, a comienzos del siglo XIX, aunquesu difus ion viene mas propiamente despues de su empleo por elgeologo aus-t rfaco Eduard Suess (1831-1914) en su obra D ie E ns te hu ng d er A lp en ( 18 75 )y, posteriormente, en su gran libro D a s A n tl it zd er E rd e, del que hay una edi-cion espafiola, publicada dentro del presente siglo, bajo ~lti tulo La J a z de faTierra (Madrid , 3 vol . 1923-1928). Como todos los humanos , los geologosson parte de la biosfera y ademas esta les ha proporcionado los fos iles, queson un elemento esencial en su trabajo. AIparecer, Su~s no manifiesta mayorinteres por eltema que el asociable al deseo de caracterizar la condicion pecu-l iar que caracteriza a una buena parte de los lugares de 'encuentro ent re unal itosfera sol ida, una hidrosfera l fquida y una atmosfera gaseosa. No es unestrato mas, sino elresultado de una especial actividad dinamica que informaprogres ivamente la promesa de un mundo nuevo. Esta ser la una interpreta-cion probablemente correcta del punto de vis ta de Vernadsky, cuya forma-cion era bas icamenre qufrn ica (y mineralogica) . En 1926 produce este l ibroque titula La B ios /e ra , muy consciente de que maneja un punto de vis ta relat i-v amente sinte tizador que no es cormin, aunque usa y tra ta de combina rmateriales proporcionados por distintas ramas de la ciencia natural.

    Este punto de vis ta , por razones mas bien psicologicas, pudo interesarmas a unos cultivadores de la cienc ias de la Naturaleza que a otros. Pe rolos tiernpos cambian y ahora, con la conciencia del caracter global demuchos problemas ambientales , l a nocion de biosfera puede resul tar maspopular y aun experimenta el riesgo de trivializarse excesivamente. Estapuede se r una buena razon que justifique la e lecc ion de este libro para sutraduccion al espafiol. Claro que, al r it rno que ha ido la produccion cienti -

    8 9

  • 5/10/2018 La Biosfera, Vladimir Vernadsky

    6/56

    10

    que una fis io logia de la biosfera. Y,por otra par te , l a funcion mas aparentede la cubie rta viva de l plane ta , como maquina que extr ae organizacion deuna inevitable degradacion entropica de la ene rgfa que en dicha regionacontece, ya queda de manifiesto, como me sefiala el Dr. Martinez Alier,en otra obra anter ior del propio Verfiadsky, La Geocbimie , segun la edici6nfrancesa de .Fel ix Alcan, de 1924. Y conviene recordar que esta vision pre-cede en bastantes af ios a la forrnulacion de Schrodinge r en W hat is l ifo(1944) la cua l va lio a su auto r un rapapolvo de Linus Pauling, en, una obrapublicada preci samente para honrar el centenario del nacimiento del pro-pio Schrodinger ( S ch r ii d in g e r, C e n te n ar y c e le b ra ti o n o f a p o ly m a th , edit. C.W . Kilmisrer, Cambridge Univ, Press, pp. 225-233).

    E l punta de vista que introduce la nocion de biosfera viene a proponeruna aproximac ion que, en e l l imite , nos llevada a reconoce r en la biosfer aentera los rasgos esenciales de un organismo 0 a conside rar la como unsupe rorganismo. Este punto de vista nos conduce a una manera de ve rque es hoy fr ecuente, y que se asocia a un nive l divulga tivo con el nombrede Gaia, por la diosa 0 personificacion de la T ie rra (0 Gea, que es 10mismo , cuya grana se reencuentra en Ceo -logfa ). Aunque los da tos quemaneja Vernadsky pueden haber quedado anticuados , su manera de enfo-car las generalidades susdta cuestiones de indudable.acrualidad y antidpala vision global de la biosfe ra como una entidad func ionalunificada, conlas prop iedades y capaddades sinte ticas que ahora se propugnan y com-pendian ba jo la indicada imagen de Ga ia, en una forma divulgada princ i-pa lmente par ]. E. Lovelock (1982. G aia : A New Loo k a t L ife on E arth .Oxford Univ, Press) y sus seguidores . A semejante vis ion unif icada perte-necen la s noc iones de cambio globa l , aunque el uso frecuente de esta yotras nociones semejantes no presupone una adherencia formal a la nocionde entidad mas 0menos perfectamente uni ficada desde el punto de vis tafuncional.

    Otro texto poste rior (1945) y complementar io de Vernadsky, que seincluye en este mismo volumen, contr ibuye a poner al d ia su presentacionin icial y Hevala idea de s in tesi s un poco mas ali i, has ta inclu ir el desarro llode act iv idades mentales y espir ituales, en relacion con las cuales habla denoosfera. Es pos ib le ver detras de todo esto influencias filosoficas, que sepueden rebusca r desde Hegel y con posibles contribuciones de Spencer,con la me ta quiza en una sociedad socialista perfectible para Vernadsky, 0en la sodedad cristiana (Cristo en el mundo) para el padre Teilhard deChardin.

    Hutchinson, en un art fculo t itulado The Biosphere, que encabeza unmirnero de Sc i e nt i fi c Ame r i c an (vol. 223, n.? 3, pp. 45-53. 1970)1, consi-

    fica en su a rea , el contenido descr iptivo y expe rimenta l de su texto se caeahora de puro viejo, aunque el punto de v ista pe rmanece sorprendente -mente fr esco y puede servir inc luso de corr ec tivo a muchas de las divaga-dones al uso en los medios de difusion. Se supone que al lector actual Ie vaa in teresar mas la f ilosoffa de fondo que cualquier informacion rnetr ica 0experimental, que puede resultar ya anticuada, y mas contando con elritmo vivadsimo al que avanza la obtencion de datos sobre el ambienteglobal. Tampoco puede decirse que L a B i os fe r a fuera revolucionaria en sudia, 10 cua l da razon de que el rnerito se le ha reconoc ido mas tarde . En sudia apenas cause impacto apreciable. Y es s ilenc iado en la mayor pa rte delos libros de tema ecologico que se publica ron en la misma decada y en lainmediata pos terior . Sin embargo, actualmente el termino biosfera se pro-diga dentro del campo de la ecologia,

    Con 0 sin nombre especial, el ambito de conocimiento que hoy seconoce como ecologia habia experimentado un considerable desarro llo apartir de mediados del siglo pasado ; Darwin es autor de libros de conte-nido propiamente ecologico, como los que tra tan de las lombr ices de tie-rra, 0 de las planta s carnivoras. Recordemos, ademas, que ya se habianpublicado en Europa, entre otras, obras tan genuinamente de ecologiacomo D a s P Jl an ze nd le be n d er A lp en , de C. Schroter (1923-26), Grunn traka f d e n o k ol o gi sk a P l an t en g eo g ra f i, de Warming (1895), y T i e rge o g r a ph i e a u fo e k o lo g i sc h e r G r u n d l age , de Hesse (1924).

    Serb injus to no reconocer que L a B i os p he r e de Vernadskij 0Vernadsky,escrita originalmente en ruso y mejor conodda en su edicion francesapublicada por la editorial Felix Alcan , en 1929, plantea por p rimera vez laposibilidad de una vision plane tar ia que , natura lmente, pide un punto devista mas funcional que descriptivo. Es el punta de vista que tiende a coin-cidir con el que informa numerosas organizaciones y proyectos internacio-nales que ahora se preocupan y ocupan del Hamado cambio global, en elsentido de estudia r la re spuestade nuestro plane ta como una entidad uni-f icada, tal como se expresa especialmente en la dis tr ibucion y act iv idadesde los organismos, y a su respuesta a los camb io s de todo tipo, muchos deellos generados por las actividades humanas 0consecuenda indirecta de lasmismas. Ciencia biosferica vendria a ser , por tanto, un sinonimo de ecolo-gia global.

    Es inevitable que las tendencias ac tuales en la ecologia, tal como semani fies tan en la presentacion de los resul tados de los estudios, aparezcanmuy regidas 0 inf luidas, de una parte , por dive rsas propagandas y, porotra, por la disponibi lidad de tecnologias apropiadas, a veces generadasconternporaneamente para cubrir necesidades reales 0 ficticias, por ejem-plo en relacion con la indus tr ia 0 con proyectas mil it ares . Ent re los meri-tos de Vernadsky, esta el de que no .necesi ta hablar de ecologia, quiza por-que queda implicito que la ecologia de su tiempo era mas una anatomia IEl mirne ro e spec ia l ha s ido edi ta do en e spaf io l bajo el tftulo La b i o sf t ra , Madrid: Alianza Edito-rial,1972.

    11

  • 5/10/2018 La Biosfera, Vladimir Vernadsky

    7/56

    12

    inf luencia se ext iende a los propios alumnos de Hutchinson, por ejemplo ,a la vis ion expresada por Raymond Lindeman en relaci6n con la terrnodi-namica de los ecosi stemas, y que causaron considerables s insabores a men-tor y doctorando. El interes de Hutchinson por Vernadsky queda de mani-f ie sto en la introducci6n editor ia l" de l a rticulo The Biosphere and theNoosphere, de 1945, publicado pocos d fa s d e sp u es del fallecimiento deV . I.Vernadsky el6 de ene ro de 1945.

    La ampliaci6n de cualquier v is ion global a otros dominios de la cienciao de la f ilosoffa , en el sentido se superponer, al considerar la evoluci6n delmundo f fsico, una nueva esfe ra en la que podr ian tener cabida la mente, laintel igencia 0 el espfr itu , era cas i de preyer y tampoco puede ext rafiar queent re sus paladines se hallen los que cretan descubrir una orientaci6n masmanif iestamente espir itual en los terminos avanzados de la evoluci6n , en elsentido que adopta e l fil6sofo fr ances Henri Bergson (1859-1941) yeltambien frances y paleontologo Pierre Teilhard de Chardin (1881-1955),jesuita que fue considerado un tanto heterodoxo por sus correligionar ios ycuyas ideas alcanzaron considerable difus ion en Espafia , sefialadamente acraves del tambien paleonto16go Miguel Crusafont, del Museo de Sabadell.

    Es indudable que el renacido interes por esta vis i6n global de la Tierra,conseguida superponiendo esferas suces ivas , posee un atractivo especialpara c ier to grupo de publico. Ahora el foco de ta l intere s se centr a en Gaiay creo que el mismo colect ivo puede ser especialmente sensible a los escri-tos de Vernadsky, que son un ant icipo de otros textos mas recientes, comolos producidos por var ios autores , ent re enos Lovelock, y editados por M.B. Rambles, L. Margulis y R. Fes ter: 1989. G lo ba l E co lo gy : T ow ar ds aS c ie n c e o / th e B i o sp h e re . Academic Press. 204 pp. ,o Jacques Grinevald: Li-potesi Gaia: una geofi siologia de la Biosfera, en 3" mi len io , 1997, 7, pp.4-15. 0, tambien, lpor que no?, la serie editada por Encidopedia Cata-lana , bajo e l titulo de Bios fe ra , con e l pa trocinio, por 10 menos moral, deUNESCO y en cuyo primer volumen, aparecido en 1993, se induye 10que puede inte rpretar se como una visi6n globa l de la Biosfe ra 0 de Ga ia, sise quiere. Lynn Marguli s es bien conocida en Espana en relaci6n con estostemas, y colabor6 extensamente en la secci6n sobre el pasado de la bios-fe ra del volumen que se acaba de menc ionar. En esta misma obra se rindeel debido homenaje a la memoria de nuestro autor, cuya fotograf ia seinduye en' e l texto (vol. 1, p. 161) . Tanto Vernadsky como Love lock hanpodido servir como punto de pa rtida pa ra extrapolaciones menos funda -mentadas, de la s que enos no son responsables, porque ambos , como cien-tfficos serios, jarnas han abandonado terreno firme.

    De hecho, ambos encuentran una buena base en el hecho de que lavida, al sepa rar oxigeno libre en la corteza te rre stre, bajo la acc i6n de laluz, gene ra a l mismo tiempo ozono y protege asf a 'la biosfera de las noci-vas radiaciones de onda cor ta que nos vienen en todas las dir ecciones del

    dera a Vernadsky como fundador de la biogeoquimica .moderna, y 10caracte riza como un ruso libe ral que creci6 en el siglo XIX, que acept6 laRevoluci6n Rusa, que hizo una gran parte de su labor despues de 1918,aunque segun Hutchinson, sus numerosas referencias filos6ficas 10situan1ejos del marxismo. En realidad, Marx, en 10 concerniente a aspectosmenos dir ec tamente relacionados can la problematica social, recibe unaindudable influencia de Darwin, en relaci6n con la selecci6n natural, t an tode organismos como de a rtef actos -y este es unaspecto inter esante -, a laque quiso corresponder, en vano, porque, por 10 que se lee, parece queDarwin ni siquiera se dign6 cortar las paginas de E l C a pi ta l. Este librocontiene alusiones que se reconocen como muy ace rtadas en re laci6n cone l mecanismo de la se lecc i6n, que opera sobre ar te factos produc idos ense rie por el hombre y otros temas en los que Marx seguramente reconoc i6la idoneidad de la teorfa de la evoluci6n por selecci6n natural .

    Segun l a publicaci6n de Hutchinson citada antes , Vernadsky, antes desu muer te ocurrida el 6 de enero de 1945, esc ribi6 a su amigo yan tiguodisdpulo Alexander Petrunkevitch en los siguientes terminos: Veo elfuturo con opt imismo. P ienso que estamos experimentando un cambio nos610his torico , mas tambien planetario. Vivimos una t rans ici6n que nos hade llevar a la noosfera. A este concepto volveremos. Hutchinson no puededejar de no t ar que los afios t ranscurr idos desde que tales palabras se escri-bieron han servido s6lo para demost rar cuan i rracionales han s ido las ten-siones que la humanidad ha inf ligido a la biosfe ra . Sin embargo, afiadeque seria la iinica alternativa a 10 que puede abreviar la existencia de lahumanidad quiza por mil lones de afios,

    G. Evelyn Hutchinson, en su libro autobiografico T he K in dly F ru its o ft h e E a r th (Yale Univ. Press . New Haven y Londres, 1979) , sef iala los hilosque la relacionan con nuestro Vernadsky, y que pasan a traves del estu-dioso de los aracnidosfosiles y vivientes, Pete Petrunkevitch, que lleg6 aNorteamerica en 1903 y que a partir de 1919 fue profesor en la Universi-dad de Yale. Este Petrunkevitch habfa trabajado en la Universidad deMoscu con V. 1 . Vernadsky y el propio hijo de este, George Vernadsky, uneminente estudioso de la h istoria de Rusia , que emigr6 y form6 tarnbienpar te de 1a facultad de Yale. Refier e Hutchinson que Petrunkevitch,cuando era estudiante, estuvo a punto de perecer junto con nuestro V. 1.Vernadsky, mient ras eran conducidos hacia las profundidades de una rninapara estudiar un deposito minera l. Un obre ro ana rquista, pensando queera una buena oportunidad para liquidar a un oficial, cort6 el cable de lajaula. Afortunadamente , la jaula qued6 encallada de manera que sus ocu-pante s pudieron sa lir sin mas daf io. Hutchinson refie re que, a tr aves dePet runkevitch y de Vernadsky hijo, , seinteres6 mucho por las ideas de Vla-dimir Vernadsky en 10que serefiere a la presencia y contenido en los orga-nismos de elementos quimicos menos estudiados. Y posiblemente la

    13

  • 5/10/2018 La Biosfera, Vladimir Vernadsky

    8/56

    14

    puede anticipa r que e l e studio de los isotopes no va a decir g randes cosas.En esto se equivoco tota lmente, a pesa r de la ventaja que hubie ra podidodade su condicion de quimico.

    Su intento de const ru ir balances globales es jus ti fi cable y en algunas desus estimaciones se muestra correctamente cauteloso y crf ti co , por ejern-plo, al proponer que la masa de mate ria viva se ha debido mantene r apro-ximadamente consrante a traves de las diversas eras geo16gicas. Las cifrasque propone , sin embargo, pueden pecar de exageradas, por 1 0 menos sidamos fea las est imaciones que recientemente semanejan. Claro que s iguesiendo muy dificil hacer valoraciones fiable s de la cantidad de carbonoorganico que persi ste en suelos y en aguas .

    Es natural que, por su formacion y por la epoca en que escribe, hayamuchos parrafos poco de acuerdo con interpretaciones mas recientes . Exa-gera ciertamente la importancia de muchos-fenomenos, ext rapolando 0multiplicando. No se puede decir que una hembra de termes ponga86.400 huevos en 24 horas con la r egular idad de un re loj. Son exage radassus afi rmaciones relat ivas al poder de rnult ip licacion y ocupacion del espa-cio por las bacterias, aunque admite que su numero no podra rebasar elrnimero de moleculas con las que estan relacionadas ; pero las puede imagi-nar multip lic indose y cubriendo los mares primitivos, en forma de unamancha cuyo borde avanza rf a a la veloc idad de 330 metros por segundo,que, esc ribe , se podr ia conside ra r como la velocidad de transmisi6n de lav ida . Claro que c ie rtas estimac iones de auto res reciente s en 1 0 que con-cierne a la actividad de los mas pequefios organismos en el mar siguensiendo exage radas, a pesa r de que hace tiempo se hizo notar que si la ac ti-v idad estimada como posib le -en cul tivos- de las bacterias comadas fuerareal, pronto se agotarfa totalmente el oxfgeno de las aguas profundas ocei-nicas. Los calculos de la produccion total pueden pecar de ingenuos, aladrnitir que la productividad por unidad de superficie serla sensiblementeigual para el mar y para los continentes. (Sabemos que los continentes sonunas tre s veces mas produc tivo s, por unidad de supe rf ic ie, que el mar, yque los oceanos son defin itivamente hetero trof icos .) Tampoco se le puedecr iticar en relacion con e l fosforo, porque el c ie lo de este e lemento sigues iendo poco estudiado en relacion con su in teres, como Vemadsky acerta-damente destaca.

    D ice que la vida se habfa conside rado desde el punto de vista georne-trico, es decir, de la forma, pero que ahora hay que ser preciso, hay quecuantifica r y va loriza r el punto de vista a ritrne tico, como anticipando elauge de la aproximacion cuanti ta tiva que caracteriza la ecologfa moderna.Pone enfasis en su intento de no hacer uso del concepto de vida, que dicepe rtenece al re ino de la filosoff a, de l folklore y de la re ligion, y no va masalia del concepto de materia viva, que es el que prefiere. Y sigue: En eltranscur so del tiempo geologico, la ma te ria viva camb ia morfologica-

    Universo. La pantalla de ozono, a que se ref iere Vernadsky en la edicionq~e presentamos, es ~ora te rna de actualidad. Con R. Mayer, Vernadskydice que la hulla consiste en rayos sola res f6sile s, aunque no se extiendemas. ~acia ~ desa rrollo del concepto de ene rgfa exosomatica , 0 energiaauxiliar utilizada en cantidad creciente por la humanidad actual. Escorrecta su opini6n de que la migracion biogena de elementos qufrn icos seha a .celer ado despues de la apa ric ion de la humanidad, y espec ialmente apartir de hace ~nos 10.000 a fios: La evoluci6n de la s espec ie s que con-duce a la creacion de nuevas formas de vida estables debe moverse en elsentido de aumentar la migracion biogena de lo s aromos en la biosfer a yacepta e l papel ace le rador que sobre ta l flujo tiene la humanidad civili-zada.

    Pero, aunque pudo conocer sus act iv idades , no t iene ocasion de hablarde otros c ientfficos que, tarnbien en Europa Or iental, se hab fan preocu-pado, desde mucho antes, por la ene rge tica human a dentro de la Na tura-leza (Podolinsky y otros; vease L os p rin cip io s d e la E c on o mf a E coM gi ca , edi-tado por Joan Martinez Alier, en esta misma coleccion, 172 paginas1995). '

    El articulo ya mencionado, publicado en Estados Unidos en 1945 yque ~omplementa esta edicion , esde lectura obl igada, como posterior , masmeditado y que expresa muy atinadamente algunas relaciones y evaluacio-nes que ~eron presentadas de manera menos precisa en el texto original, yque son importantes para segui r el pensamiento del autor , Dicho art iculoes . inte:~sante t~bien porquenos ha dado ocasion de precisar la via demlgraclon de las Ideas de Vernadsky, que pasa por Estados Unidos y, con-cretarnente, por la YaleUniversity de New Haven.

    El deseo de Vernadsky de hacer evaluaciones y balances globales tienerasgos m~y mod.e:~os , induso cuando usa cifras que ahora aparecen muyd.udosas, Imprec~slOn que, e?- su caso, t iene mayor disculpa que muchoseJempl~s, en la hterat1~ra recrente, de fal ta de cri tica en evaluaciones y enpredicciones, Uno se siente facilmente tentado a afiadir diversos comenta-r ios. Vernadsky propone un Indice fol iar (ahora mas corrientemente des ig-na~o por LAl), aunque suma arnbas superf icies, el haz y el enves de cadahOJ.a separadamente. La superficie de las hojas en bosques y prados esvanas decenas de. veces mayor que la de las plantaciones (in terpretablecomo la superficie del suelo sobre la que se extiende la vegetacion), davalores muy altos para cul tivos herbaceos , para un hayedo sef iala 7 ,7 , quecorresponderfa al Indice foliar en su expresi6n actual (LAl) de 3 75 unvalor bien aceptable. ' ,

    Era casi de preyer que su estimac i6n de la seccion del espectro lumi-noso usable en la fotosfnte sis quedar fa excesivamente centrad a sobre elrojo~ s in extenderla suf icientemente hacia segmentos de onda mas corta . Apartlr de los pocos datos que encuentra a su disposicion, le parece que

    15

  • 5/10/2018 La Biosfera, Vladimir Vernadsky

    9/56

    16

    neta. No debemos busca r ahora en este libro de Vernadsky datos que seanval idos en su detaI le . Tambien hay que reconocer que la ciencia eco16gicapresente sigue arrast rando un gran mimero de in terrogantes y muchas ver-dades a medias. La vida cotidiana requier e un esfuerzo continuo de reco-nocimiento, interpretacion y hallazgo de soluciones, que presupone cono-cimientos correctos del esrado actual de la ciencia . La informaci6n que seposee es abundante , aunque siempre parece ra insu ficiente . El sentidocormin del cientff ico, que informa la c ienc ia , r esulta indispensable y a laeducaci6n del mismo puede contr ibui r este texto .

    Preci samente, en el texto complementar io pos terior , que cas i se podrfaconsiderar como un testamento , Vernadsky se muest ra mas circunspecto yacertado, y confronta ciertas ideas generalmente difundidas con las suyaspropias . Algunas de sus afi rmaciones estimulan y merecen una breve ref le-xi6n: ve en la vida la un idad funciona l y la capacidad reproduc tora, conuna relaci6n de dependencia respecto de la corteza terrest re . La qul rn ica dela vida se distingue por un gran mimero de diferentes moleculas, conmuchos enantiomorfos (predominantemente levogiros), unidad funcionaly capacidad reproductora y s is temas nervi osos que han aumentado s igni fi-cativamente su influencia hasta los tiempos geo16gicos mas recientes.

    Su texto contiene aseveraciones 0 intuiciones profundas : No hay cuer-pos vivos plenamente liquidos 0 gaseosos. La capa superficial de la Tierrasolida 0 lfquida refleja todo el cosmos. La masa de materia viva es ladimension de la biosfera y ha permanecido aproximadamente constante.Acepta que el tamafio de los cuerpos viv ientes in :dependientes queda l imi-tado por la re spir ac ion y se extiende entre 10-2 pm y 100 m. La diferenciacubre un rango de 1010 , que conside ra moderado. La composicion de losorganismos es funcion de sus propiedades y la de los cuerpos inertes esfuncion de las propiedades de l medio. Los procesos que se realizan en labiosfera t ienden a aumentar la energfa libre; los procesos iner tes, salvo lades in tegracion radiact iva, reducen la energia l ibre. La cornpos icion qui -mica de los cuerpos vivos , aunque no muest ra relaciones exactas y constan-te s, esta de te rminada de manera de finida y a pesar de todo se manifiestamas constante que la de las mezclas isom6rficas que const ituyen los mine-rales naturales. Las relaciones isotopicas pueden estar sensiblernente modi-ficadas por la vida, aunque aqui Vernadsky no acier ta cuando supone quelas relaciones i so topicas no varian en forma apreciable en los cuerpos iner-tes naturales presentes en la biosfera, pues preci samente el analis is i so to-pico de estos ma te ria le s ha hecho prog resa r hasta un nive1 asombroso lacapacidad de reconst ru ir las condiciones del entorno en el pasado.

    Los cuerpos vivos naturales modif ican sus formas a tasas muy diferen-tes, a 1 0 largo del proceso evolutivo , mient ras que los cuerpos inertes sonestables y carecen de variedad. Los procesos que se realizan en los cuerposViVOS n o s o n t em p o ra lm e n te r e ue rs ib le s (una observaci6n muy importante)

    mente , de acuerdo con las leyes de la Na tura leza . Su histo ria se expresa enla lenta modif icacion de las formas de los organismos vivos que genet ica-mente se encuent ran conectados de forma ininterrumpida, generacion t rasgeneracion. Esta idea fue fermentando has ta que adqui rio una base solidagracias a los grandes logros de Darwin (1809-1882) y Wallace (1822-1913). Es un proceso historico ca rac teristico de la ma te ria viva. no exis-t iendo manifes tacion alguna semejante en la mater ia inerte , En atenciona la func ion geologica de la humanidad, el geologo Pavlov (1854-1929)hablaba de era ant ropogenica, aunque no tuvo en cuenta la pos ib il idad dela destrucci6n de los valores espirituales a que asistirnos actualmente con labarbara invas ion de los alemanes y sus aliados. Sefiala que la pos ib il idadde una direccion categorica del proceso evolutivo es un tema ya ant iguo(Buffon, Agass iz , etc .) . Pero estos y otros aspectos de la dinamica del cam-bia sehal lan sometidos a continua revis ion y seguramente segenera confu-s ion ent re unas nociones aplicables a la evolucion biologica y otras der iva-das de la interpretacion de los cambios sociales. Recientemente sernanifiesta notab le d ispe rsion en las maneras de considerar el tema de l({progreso,y la caida del regimen comunis ta en Rusia ha inf lu ido proba-blemente en que algunos auto res se orienten mas hacia postula r un tipo decambio his torico global no necesar iamente relacionable con una nocionmuy humana de progreso, que ahora entrar la en un se rio proceso de revi-sion 0 de descredito, Pero esro ya queda fuera de los I lmi tes temporales denuest ro autor, que murio en 1945.

    No hay para que pre tende r seguir enmendando la plana a Vernadskyuna y otra vez , porque es segura que muchas de la s a firmac iones discuti-bles corresponden a temas especializados 0 a disquisiciones de especialistasy apenas pueden inte re sar allec tor cor riente, que no necesita gran prec i-s ion para ser consciente del valor permanente del mensaje de Vernadsky,que pasa un poco por fuera, 0 mejor dicho, por encima, de 1 0 que seriapropio de un tratado univers irar io de Ecologia. Y quede claro que su autores acreedor a la maxima a tencion y aprecio, prec isamente porque apunta aun nivel intelectual que suele exceder 0 quedar por fuera del conocimientoprofesional . Ste, mas a ras del suelo , puede ser necesar io para desarroIlarmodelos explicativos aceptablemente correctos 0, simplemente, para tomardecisiones en 1 0 que a tafie a una par te de nuestros cotidianos problemasambientales.

    ~Que opinion general podemos formarnos, pues de este libro? Es unl ibro de su epoca, que podria considerarse como considerablemente obso-leto en el detalle, dado el r itmo vivacfs imo que ha seguido la inves tigaci6nbiologica en genera l y la ecologica en particula r. Pe ro, a la vez, es pruebadel or igen y de la per sistenc ia de inqu ie tudes que ahora nos pueden pare-cer tradicionales, y de 1 0 mucho quefalta todavfa para tener una idea sat is -factoria y plenamente util izable del funcionamiento global de nuest ro pla-

    17

  • 5/10/2018 La Biosfera, Vladimir Vernadsky

    10/56

    18

    C RO N OL O GlA B IO -B IB L IO GR AF IC ADE V. I . V E R N AD S K Y

    mient ras que en los cuerpos inertes naturales S 1 son reversibles en relacioncon e1tiempo.

    Algunos de los cornenrar ios concernientes a la natural y obvia perdidade actualidad de buena parte de los esc ritos de Vernadsky y a que el valorde los mismos no va mucho mas alla del s imp1emente his toricc no signif i-can dejar de reconocer el eno rme valor forma tivo de sus razonamientos yaun de su s intuic iones. Siempre educa leer 0 re leer los textos de los quenos precedie ron, aunque sea, como en este caso, con excesivo re tra so. Siesto se puede considerar como una cri ti ca, apl fquese especialmente hacia10retrasado y 10menguado del in teres de nuest ro presente espacio cul turalpor todo 10cient lf ico. Alrededor de 1930, desde pocos afios antes a pocosdespues , se edi taban en Espana (pr incipalmente por Espasa Calpe, Labor ,Revista de Occidente) t raducciones muy correctas de l ibros cient ff icos queen el momento e ran de actualidad, y recuerdo especialmentemuchos rex-tos de f isica y de biologia. Me parece una defic ienc ia considerable de laepoca que estamos a tr avesando que aquella politica de traducciones sehaya olvidado. Por supuesto no vale argumentar que la bazofia culturalque suele predominar en los medios de difus ionactuales puede reemplazarde manera efec tiva un contac to mas dir ec to con las mentes creadoras decada epoca, Tampoco es de recibo 1aexcusa de que ahara todos sabemos 0debemos sabe r ingles y que, adernas, e stamos en condiciones de amp lia r,de manera fantastica, la recepcion de informacion. Es posible que las inte-1igencias se amamanten ahora en Internet, en la que yo ya no me sientocapaz de abreva rme. A pesa r de todos lo s avances de la informatica , a iinquedamos a lgunos a los que nos gusta de jar tr aba jar a la imaginacion pro-pia con el estimulo de un buen libro sobre las rodillas. Y ciertamente nolamento que , tambien por r azon de edad, pueda sentir mayor simpa tf a porel condicionamiento y la s limitac iones que rodean a Vernadsky de la queprobablemente desarro llaran sus lectores . Que su lectura les mueva a ref le-x ion sobre la histor ia de las ideas , los confl ictos que nos t raen los t iemposy, sobre todo, la s inf luencia s redprocas que puede haber y que convienepropiciar entre las dos culturas,

    Jacques GrinevaldUniversidad de Ginebra

  • 5/10/2018 La Biosfera, Vladimir Vernadsky

    11/56

    B i o g r a Ha

    1863Viene al mundo el 12 de marzo (28 de febrero del calendario juliano)en San Petersburgo, en el sene de una familia acomodada y liberal delImperio zarista.1868

    La familia se instala en jarkov, Ucrania , y r ea liza f recuentes via jes alextranjero.1873

    Ingresa en el Liceo de Jarkov. Recibe una profunda influencia de sutio, el conde M. Korolenko (1810-80), autodidacta enciclopedista yamante de la Na turaleza ; mas tarde, Vernadsky recorda ra que le gustabadecir La Tierra esun ser vivo.1876

    Regreso de la familia a San Petersburgo. E1padre, Ivan Vasil ievich Ver-nadsky (nacido en Kiev en 1821) , intelectual reformista, amigo de Tols to iy profesor de economfa polftica educado en Occidente, se mostro muyactivo en el movimiento liberal , especialmente en su calidad de propietariode una libreria y de una editorial. A 10 largo de toda su vida, Vernadskyse ra un gran lector, prac ticamente en todas las lenguas europeas, tanto enlos campos de la f ilosofia , del arte, de .la religion, de la historia y de 1alite-ratura, como en los de las ciencias y de la historia natural. A muy tern-prana edad, habfa leido ya en su idioma original a los grandes natural is tas,como Darwin y A. von Humboldt.1881

    Se matr icula en la Facultad de Ffsica y de Matemat icas (Departamentode Ciencias Naturales) de la Univers idad de San Petersburgo. Es alumnode eminentes profesores, como lo s grandes qulmicos Dimitri Mendeleiev(1834-1907) y Alexande r Butlerov (1828-1886) , a sf como de l ge6gra foVasil i Vasil ievitch Dokuchaev (1846-1903), profesor de mineralogfa y cris-talografla, fundador de laedafologfa 0 ciencia de los suelos. Dokuchaev

    21

  • 5/10/2018 La Biosfera, Vladimir Vernadsky

    12/56

    1885Licenciatura en la Universidad de San Petersburgo.

    geo16gicointernacional de Londres y es elegido miembro correspondientede la British Association for the Advancement of Science. Durante unviaje al Pais de Gales, conoce a su compatriota Alexi P . Pavlov (1845-1929), profesor de geologiaen Moscii, quien Ieinvita a presentar su candi-datura a laUniversidad deMoscu. ~

    fue el padre de una extensa escuela naturalista que marc6 el desarrollo delmoderno pensamiento ecologista, destacando especialmente S. N. Vino-gradsky (1856-1946), V. Agafonov (1863-1955), G. F . Morozov (1867-1920), K.D. Glinka (1867-1927), B. B. Polynov (1867-1953). L. S. Berg(1876-1950) y V . Vernadsky (

  • 5/10/2018 La Biosfera, Vladimir Vernadsky

    13/56

    24

    ver tir a en uno de los mas eminentes geoquimicos sovie ticos, y autor de unmanual y de una obra de gran popularidad sobre la geoquimica , La G eo-q u im i ca r ec re a ti ua ; t raducida al Ingles y al frances . Fallecimiento de Doku-chaev.

    1894Cu r so d e c r is t al o g ra f ia . Viaja por numerosos paises de Europa, visitando

    los museos y las grandes bibliotecas.1895

    Descubrimiento de los rayos X por el ffs ico aleman Wilhelm C. Ront-gen (1845-1923) , primer premio Nobel de f ls ica en 1901. 1904P dg in as d e fa H is to ri a d e fa c ie nc ia d e l os s ue lo s: D ed ic ad o a fa Memor ia

    de V.V.Dokuchaev . Sergei F . Oldenburg (1863-1934) , f ie l amigo de Ver-nadsky, e s nombrado Sec reta rio permanen te de la Academia de Cienc iasde San Petersburgo (cargo que mantendra hasta comienzos de los afiostreinta).

    1896Descubrimiento de la radioactividad por Henri Becquerel (1852-

    1908), que compar ti6 el p remio Nobel de ffsica en 1903 can Pie rre Curie(1859-1906) y su esposa Marie Curie -polaca nacida Marja Sklodowska-(1867-1934).1897

    Tesis doctoral ( Lo s f tn om en os d e d es li za mie nto e n la s s u s ta n c ia s c r is t al i -nas) en la Univers idad de Mosci i. Par tic ipa en el VII Congreso geologicointernacional en San Petersburgo y Moscii.

    1905(9 de enero) Domingo rojo de San Petersburgo: mani festacion aho-gada en sangre. Miembro fundador (octubre) del Part ido de los Dernocra-ta s Constituc ionales (los Cade tes) y miembro de su Comite Centra l (de1908 a 1918). Con el Manifiesto de octubre, Nicolas II instituye losderechos civ iles fundamentales y crea el Consejo de Estado (camara alta) yla Duma (camara baja) .898

    Profesor no titula r. Nac imiento de su hija Nina (que acabada por e rni-g rar a los EE.UU.). Mi madre, ha esc rito recientemente Sof ia, la hija deTheodosius Dobzhansky, rnurio en febre ro de 1969 durante una visita aNina Vernadsky Toll, en Middletown, Connecticut. Fa llece su madreAnna Pe trovna Konstantinovich (nacida en 1837) , segunda esposa (en1862) de su padre , tra s el f allec imiento de la pr imera , la brillante MariaNikolaevna Shigaeva (1831-1860) , p ionera de la defensa de los derechosde igualdad para la mujer .

    1906Cu rs o d e M i n er a lo g i y d e C ri st al og ra fi a p ar a E st ud ia nt es d e M e di ci na .Director del Museo de Mineralogia de San Petersburgo. Es elegido miern-bro de l Consejo de Estado en representacion de la Academia de Cienc ias yde las Universidades.

    1900Participa en la Expos icion Universal de Pari s. Excursion geologica a las

    montafias del centro de Francia con Louis De Launay (1860-1938) , profe-sor de geologia y mineralogia en la Escuela de Minas .

    1907Es elegido para e l Cornite dir ec tivo de la Academia Imper ia l de Cien-eras.

    1902Profesor t itular. Imparte de forma no remunerada cursos de his toria de

    la ciencia , en especial sobre el desarro llo de la v is io n c ie n ti fi ca d e l m u n do s,poniendo de relieve la neces idad de una vis i6n uni ficada de la Naturaleza,s iguiendo las huellas de su maes tro Dokuchaev y de la tradicion holfsti cade Goethe y de la ciencia humboltiana,

    1908Miembro ext raordinario de la Academia de Ciencias . M i ne ra lo gi a d es -criptiva (primera pa rte de su manual en var io s vohimenes). Durante unareuni6n de la Bri ti sh Association , celebrada en Dublfn, se entus iasma canlas implicaciones geol6gicas de la radioactividad, tras una ponencia presen-tada par John Joly (1857-1933), autor de R ad io activity an d G eo lo gy[Radioactividad y Geo logia} (1909) . A par tir de entonces, Vernadsky va aser el pionero del estudio sistematico de los minerales radioactivos enRusia. Publ icacion de la controver tida pero muy influyente obra D ie E ne r-g ie [ L a E n er gi a] , de Wilhem Ostwald (1853-1932) , profesor de Hsico-quf-mica en la Universidad de Leipzig. La doctrina de Ostwald, el energe-t ismo, adoptada por los discipulos rusos de Mach, y especialmente por A.Bogdanov (1873-1928) , fue duramente atacada po r Lenin en su libro de

    1903F un da me nto s d e fa Cristalografia. Inicia su duradera colaboracion cien-

    tffica con su ayudante Aleksandr E. Fersman (1883-1945) , quien se con-25

  • 5/10/2018 La Biosfera, Vladimir Vernadsky

    14/56

    filosofia del conocimiento, Materi a l i smo y Empi rocri t i c i smo (1909, 2a ed.1921), futura biblia de la episternologfa del estalinismo.

    1913Publicacion de Sobre fa n ece sida d de estu dia r d e f orm a inm ed iata los

    d ep os ito s d e m in er ale s r ad io ac ti vo s d e R us ia , San Petersburgo, Academia deCiencias. Participa en el XIII Congreso geologico internacional celebradoen Canada. Viaja tambien a los EE:UU., r euniendose a llf con erninentesgeologos y mineralogistas y vis itando varios grandes laboratorios cient f-fico-industriales, en especial el Geophysical Laboratory de la Carnegie Ins-t itu tion en Washington. Publ icaci6n de T he F itn es s o f t he E nv iro nm en t. A nin qu ir y in to th e b io lo gic al s ig ni fic an ce o f th e p ro pe rtie s o f m a tte r [L a capaci -d a d d e l e n to r no . I nv e st ig ac io n d e l s ig ni fi ca d o b io 1 6g ic o d e la s p ro pi ed a de s d e famateri a} , por el f isiologo de Harvard Lawrence J. Henderson (1878-1942) . Jean Perr in (1870-1942) publica L es A to m es [ Lo s A to m os ]. ArthurHolmes (1890-1965), pionero en la utilizacion de los me todos de reduc -c ion radioactiva para medir la edad de las rocas, publica The Age of theE arth [L a ed ad de fa Tierra}.

    1909Lee apasionadamente, como sifuese una revelacion, la primera edicion

    (1908) de T he D ata o f G eo ch em is tr y [ Lo s D ato s d e L a G e o qu im ic a], del esra-dounidense Frank. W. Clarke (1847-1934), director qufrnico del U.S.Geological Survey, Washington. Decide entonces consagrarse al desarrollode la geoquimica, cienc ia del siglo xx que no podia apa recer mas quetr as e l desa rrollo de las ideas cienrf ficas modernas sobre los atomos y loselementos qul rn icos , pero (que) se encuent ra profundamente arraigada enel pasado de la ciencia.1910

    En la Unive rsidad de Pads, donde Marie Curie se encontraba todavfaluchando por irnponer su proyecto de Institute del Radio (creado en1914) , Vernadsky aboga por la organizacion de una radiograf la intern a-cional de la corteza terrestre. Publica la obra Sobre fa n e ce si da d d e e st ud ia rlo s m in er ale s r ad io ac tiv os d el Im pe rio r us o, San Petersburgo, Academia deCiencias. En la Junta General de la Academia, en San Pe te rsburgo, el 29de diciembre, declara (compartiendo las opiniones profericas del radioqui-mico Ingles Frederick Soddy [1877-1956]) que la radioactividad hapuesto frente a nosotros fuentes de energia que superan en millones deveces todas las que haya podido imaginar el hombre. .

    1914Comienza la Primera Guerra Mundial. Rus ia es atacada por Alemania.

    L a Primera Guerr a Mundial inf luyo de forma decisiva en mi propia obracienti fica, en el sentido de que modi fico radicalmente mi noc ion geolOgi cad el m u nd o (Vernadsky, A m er ic a n S ci en ti st , 1945) . Es nombrado directordel Museo de Mineralogia y Geologia de la Academia de Ciencias (SanPetersburgo se convierte en Petrogrado, hasta 1924).

    1911Junto a un importante grupo de profesores de la Universidad de

    Mosca, Vernadsky presenta su dirni sion en sef ial de protesta contra la poll -t ica represiva del Ministerio de Educacion. Abandona defin it ivamente laensef ianza universi taria y desde ese mornento se consagra por completo ala investigaci6n cientifica. Regresa a San Petersburgo. Publicaci6n de Apor-ta cion es d e Lom onosov en el cam po de la s c ie n c ia s n a tu r a le s , Academia deCiencias. Visita al gran geologo y pol it ico aus tr iaco Eduard Suess (1831-1914) , Pres idente de laAcademia imperial de Ciencias de Viena. Yadesde1909, se ha llaba comple ta la enorme obra de slntesis de Suess D a s A n tl it zde r E rde [La Faz de fa Tierra}, obra que inclu ia un capitu lo f inal t ituladoDas Leben [La Vida] que ponia de re lieve (en cursivas) la nocion deBiosf era (introduc ida en 1875 en el capitulo f inal de 1 0 opiisculo D ie E nt-s te hu ng d er A lp en [ La A pa ri cio n d e lo s Alp es }).

    1915Creador y Presidente de la Comision para el Estudio de las Fuerzas

    Productivas Naturales (CEFPN), dirigida a organizar las fuerzas cientlfi-cas, tecnicas y sociales para lograr una participacion mas eficaz en elesfuerzo belico, Como jefe de la CEFPN, Vernadsky se convierte en elempresario cient if ico mas importante en el campo mult id iscipl inar de losrecursos minerales y bioticos de Rusia.1916

    Presidente del Comite cientffico del Ministerio de Agricultura.

    1912Miembro ordinario de laAcademia de Ciencias, San Petersburgo.

    1917Revolucion de febrero. Desmonoramiento del regimen zar ista. Losl iberales y los socialis tas democraticos ocupan el poder . Los Cadetes man-

    t ienen la mayo ria en el nuevo gobierno provisional de Kerensky (duranteocho meses). Vernadsky es nombrado Adjunto al Ministro de Educaci6n,su amigo Sergei F . Oldenburg, secre ta rio pe rmanente de la Academia deCiencias. Su amigo y ant iguo colega de la Universidad de Mosca, NikolaiKol tsov (1872-1940) , fundador del nuevo Ins ti tu to de Biologia Experi-

    26 27

  • 5/10/2018 La Biosfera, Vladimir Vernadsky

    15/56

    28

    zar la evacuaci6n de los civiles y militates antibolcheviques, incluyendo losVernadsky, pero i in icamente su hijo George, li cenciado en his toria por laUniversidad de Moscu, acepta ser evacuado (emigra prirneramente aPraga, como profesor de la Universidad de Carlos) . Como escribe el histo-riador estadounidense K. Bai les en su biograf la de Vernadsky (1990), estewas clear ly fed up with pol iti cs (eestaba evidentemente har to de la pol l-tica). Con su muje r y su hija , Vernadsky esdetenido por la Cheka (poli-da polit ica de los bolcheviques), quien los traslada m a n u m i ii ta r i a Moscu,Grac ias a la intervenci6n de algunos amigos, como S. Oldenburg,N.Fedorovsky, antiguo a lumno conver tido en jefe del Conse jo Supremo deEconomfa Nacional (rnuerto en prision en 1937), e incluso de Lenin, losVernadsky son puestos en liber tad con toda rapidez . En Pe trogrado y conayuda de su asistente Vitalii G. Khlopin (1890-1950) , Vernadsky tr ans-forma su labora tor io de rninera logfa de la Academia en Instituto ruso de lRadio (creado formalmente en enero de 1922, con Vernadsky como direc-tor ). Organiza tambien una Comisi6n (que se conver tir a mas ta rde en elInstituto de l Artico) para el estudio y la utilizacion de l permafrost', Es elpromotor y primer presidente de la Comis i6n para la His toria del Conoci-miento Cient ff ico, creada en elseno de la Academia de Ciencias. Asociadaala CEFPN, dir ig ida por Vernadsky, se crea por el geneti sta Iur ii A. F il ip-chenko (1882-1930) la Agencia de Gene tica y de Eugenics. Entr e 1924 y1927, Dobzhansky colabora con Vernadsky. El naturalista Sergei Chetveri-kov (1880-1959)es nombrado miembro del Ins ti tu te de Kol tsov, inst itu-ci6n en la que trabaja tambien (hasta 1925) Nikolai V Timofeev-Resovsky(1899-1981).

    mental, es nombrado director de la secci6n de genetica (division deMosc ii) de la CEFPN. Vernadsky inic ia sus estudios de la composici6nqutmica de la materia viva en relaci6n con la quimica de la cortezaterres tre. Escribe un largo manuscr ito sobre L a M ate ria v iv a (que no sepublicara por vez primera has ta 1978) . Revoluci6n de octubre: los bolche-viques roman el poder y det ienen a los minis tros del gobierno provis ional.Sin embargo, los sovie ts no toean todavia a la instituc ion a risto cra tica yburguesa- que es l a Academia de Ciencia s. En su calidad de miembro de lPart ido Cadete y colaborador del gobierno de Kerensky, Vernadky formaparte de las personalidades que se encuentran en pel igro . En noviembre,afectado de tuberculosis y polft icamenre amenazado, Vernadsky se refugiacon su famil ia en Poltava, Ucrania, y pos teriormente en Yal ta .1918

    AI hallarse en desacuerdo tanto con los bolcheviques como con losCadetes, presenta su dimisi6n al pa rtido que habia contribuido a crear,sintiendose rnoralmente incapaz de participar en la guerra civil (autobio-grafia de Vernadsky, citada por K. Bailes). De caracter filosoficamente noviolento, condena tanto e l te rror de los blancos como el de los rojos.Junto a otros eminentes cient if icos , como el biologo evolucionista Ivan I.Schmalhausen (1884-1963) , Vernadsky funda en Kiev la Academia ucra-niana de Ciencias, s iendo su primer presidente. Como consecuencia de lainestabilidad polftica y de la insegur idad entonces dominantes en Kiev,trabaja y vive en la dandest in idad de la Estaci6n de invest igacion bio16gicade Starosele, a ori ll as de Dnieper , d ir ig ida por el microbi6logo Nikolai G.Holodny (1882-1953) . Vernadsky crea pioneramente su primer Iaborato-r io de biogeoquimica . Theodosius Dobzhansky (1900-1975) , futurofamoso generista y biologo evolucionista emigrado (en diciembre de 1927)a los Estados Unidos, era uno de sus ayudantes (1918-19) .1920

    Tras la toma de Kiev por el Ejercito Rojo , los Vernadsky se refugian enCrimea. AI igual que otros cientfficos antibolcheviques, Vernadsky se con-vierte en profesor de la nueva Universidad de Tauride, en Sinferopol, bajoadministracion del ejer cito de l general WrangeL En oc tubre , e s elegidorector de esa Universidad. Sin embargo, esta prestigiosa posici6n tiene vidaefimera. A continuaci6n, los Vernadsky se cuentan ent re los beneficiariosde la ayuda occidental, en especial de la famosa American Rel ief Adminis -tration (ARA).

    1922Aparecen E l O r ig en y l a E t e rn i da d de la V ida (un opusculo muy popu-

    lar) y sus famosos Em ay os y D i sc ur so s, publicados unicamente en ruso. Enel prefacio de este ult imo libro en dos volumenes , Vernadsky escribe: Nosaproximamos a una formidable revoluci6n en la vida de lahumanidad, sinpunto decomparacion con todo 1 0 que se ha experimentado hasta ahora.No esta lejos el momenta en que el hombre tendra a su disposicion laenergfa a t6mica como Fuente de poder que le permitira construir la vidacomo le plazca ... ~Seri e l hombre capaz de utiliza r este poder y dirigirlohacia su provecho y no hacia su autodes truccion] . Por invi tacion oficialdel Rector de la Sorbona, el matematico Paul Appell (1855-1930) -V Aga-fonov, que en 1920-21 era el encargado de las relaciones ent re la Univers i-dad Tauride de Sinferopol y la Universidad de Paris, fue uno de los pro-motores de esa invitacion-, Vernadsky y su esposa no vacilaron en

    1921Pese a la ayuda occidental, los ejercitos blancos se muestran incapaces

    de res is tir al Ejercito Rojo. El general Wrangel a duras penas puede organi- 1Subsuelo U otr a mater ia subtc rrdnea que se encuentr a a 10 largo de todo el planeta a temperaturainfer ior a OC, como sucede enla s r egione s a rt ic as ; t er cena per rnanente rnenre helado. N . del Ed.29

  • 5/10/2018 La Biosfera, Vladimir Vernadsky

    16/56

    abandonar Rusia y tras ladarse a Francia (en jul io), pasando previamenteun mes (junio) en Praga, donde res id ian entonces sus dos hijos. En calidadde profesor agregado de la Univers idad de Pari s , se invito a Vernadsky apronunciar una ser ie de conferencias sobre Geoquimica, mater ia conside-r ada en aquella epoca como nueva disc iplina c ientifica . In my lec ture a tthe Sorbonne in Paris in 1922-23, I accepted biogeochemical phenomenaas the basi s of the biosphere (

  • 5/10/2018 La Biosfera, Vladimir Vernadsky

    17/56

    1926Publicacion de Bios fe ra , Len ingrado, Nauchn. khim-.tekhn. Izda-te l'svo, 148 p. (Tirada de 2.000 e jemplares.) Vernadsky cumple 64 mos.La ausencia de apoyo financiero permanente para su proyecto de laborato-r io biogeoqufmico, un profundo patr io ti smo (por no decir cierto naciona-lismo) y una since ra lealtad tanto a su quer ida Academia como a sus ami-gos que seguian en Rusia, empezando por Oldenburg, impulsaron aVernadsky a regresar a Rusia, ya la URSS. No le acornpafio mas que suesposa, formando ya sus hijos defin it ivamente par te de la emigracion rusaal ext ranjero. Vuelto a Leningrado, Vernadsky ocupa de nuevo inmediata-mente su plaza en e l s eno de la Academia de Ciencias y reorgan iza su labo-ra torio de la mate ria viva. Vuelve a ocupa r la dir ecc i6n de la CEFPN(hasta su reorganizaci6n y su bolchevizacion- en 1930). Es elegido miem-bro correspondiente de las Academias de Ciencias de Serbia y de Checos-lovaqu ia . Envia una car ta (3 de junio) a Lac roix pa ra recomendar le albotanico Nicolai Vavilov (1887-1943) , joven inves tigador en quien adi -v ina un bri llante porveni r cient ff ico. Vavilov acababa de publicar su obraC en tr os d e lo ri ge n d e la s p la n ta s c u lt iv a d as , que cause inmediatamente sen-sacion, El celebre general surafricano Jan Chris ti aan Smuts (1870-1950)publica su obra f ilos6fica H olis m a nd E vo lu tio n [H olism o y Euo luc ion](Londres, Nueva York, 2.a ed. 1927) ; Vernadsky la lee y la c ita r apida -mente, manifestando su simpatfa hacia el holismo.1927Publicaci6n de I d ea s s a br e l a s ig n if ic a ci o n con t empo rdnea d e l a h is to ri ad e l c o n oc im i e nt o , primera entr ega de las publicac iones de la Comisi6nsobre la Histo ria del Conoc imiento de la Academia (en ruso) . Sur la dis-persion des elements chimiques (

  • 5/10/2018 La Biosfera, Vladimir Vernadsky

    18/56

    34

    1933Ozeanographie und Geochemie {OceanograHa y Geoqulmica),

    M i ne ra lo gi e u nd P et ro lo gi e M it te il un g. Es invitado por la Unive rsidad dePar is: pronuncia dos confe rencias (19 y 22 de diciembre) sobre la r adio-geologia en e l Instituto de l Radio de Marie Cur ie . Por in ic iativa suya, laAcademia de Ciencias constituye una Cornision sobre los meteoritos,

    naturales), B ulle tin d e fa S oc ie te m in er al og iq ue d e F ra nc e. Sur les eauxnaturel les r iches en radium {Sobre las aguas naturales r icas en radio) ,C om p te s R en du s d e l 'A ca de m ie d es S ci en ce s. Consideraciones generales sobreeles tudio de lacomposicion qufrn ica de la mater ia ViVID), r ab a jo s d e l L a bo -r ato rio d e B io ge oq ui mic a d e fa A cadem ia de Ciencias de la U RSS, Lenin-grado. Letude de la vie et la nouvelle physique {Elestudio de lavida y lanueva flslca), R ev ue g en er al e d es S ci en ce s (21 de diciembre). Por iniciativasuya, la Academia crea una Cornision para el agua pesada. El ec6logo Vla-dimir V . Stanchinsky (1882-1942) , que desarro lla un enfoque energet ico yhol fs ti co de los s is temas naturales directamente inspi rado en la teorfa de laBiosfera de Vernadsky, se ve atacado por Isai I.Prezent (1902-67), bolche-vizador de la biologfa sovie tica y a liado de Tro fim D. Lysenko (1898-1976), futuro vencedor en la riva lidad con e l gran Vavilov (apoyado porVernadsky). A comienzo de los alios treinta, los ecologos y principalmentelos protectores de la Naturaleza son denunciados como contrarrevolucio-nar ios, saboteadores y t raidores, La CEFPN se sus ti tuye por el Consejopara el Estudio de las Fuerzas Product ivas (CEFP), bajo direcci6n cornu-nista. La Cornision sobre la Histor ia del Conoc imiento se transforma enIns ti tu te de Histor ia de las Ciencias y de las Tecnicas, Vernadsky es sus ti -tuido en la direcci6n del Ins ti tu to por Nikolai Bujar in (1888-1938) , una delas f iguras his toricas de la Revoluci6n de Octubre y uno de los mejores teo-ricos del Partido (y que acabaria siendo victima del terror estalinisra).

    1934H is to ri a d e la s agu a s n a t ur a le s (en ruso) . Su amigo y colaborador Boris

    L. Lickov (1888-1966) es detenido y deportado. Proseguira muchotiempo la correspondencia Vernadsky-Lickov (se publicaria, censurada, en1979-80) . Le probleme du temps dans la science conternpora ine (

  • 5/10/2018 La Biosfera, Vladimir Vernadsky

    19/56

    36

    1943Con motivo de su 800 cumpleafios , se r inden oficialmente honores a

    Vernadsky (pero rendir honores es una cosa y comprender la obra otramuy dis tinta) . Recibe especialmente el Premio Stalin. Escribe Algunaspa labras sobre la Noosfe ra, publicado en ru so en 1944 en una revista debiologia ( traducido por su hijo George y publicado -a instancias del profe-sor Hutchinson- en Am e ri ca n S c ie n ti st , en enero de 1945, pocos dia s des-pues del anuncio de su muerte), Tras el fallecimiento de su mujer Nataliaen Borovoe (en febrero), Vernadsky regresa a Moscu. Expresa la opinionde que, una vez flnalizada la guerra, los cientificos sovieticos deberfan rela-cionarse sabre todo con los estadounidenses.

    1939Comienza la Segunda Guerra Mundial . Por iniciat iva de Vernadsky, laComision sobre e l agua pesada se transforma en Cornision de isotopes.On some fundamental problems of biogeochemistry (

  • 5/10/2018 La Biosfera, Vladimir Vernadsky

    20/56

    Bibl i ogra f fa

    1960VERNADSKY, ios fera , Mosca, Obras escogidas , vol . 5 .VERNADSKY, i o s f e r a ; Belgrado: Kultura.

    1963Conmemoraci6n en la Academia de Ciencias de la URSS del 1000 ani-

    versario del nacimiento del Academico V . Vernadsky.1 9 6 5

    Puhl icaci6n pos tuma de L a e str uc tu ra q uim ic a d e fa B io sf er a d e l a T ie -r ra y d e s u e nto rn o, Academia de Ciencia s de la URSS, Mosca : Nauka (enruso).1 9 6 7

    Nueva edici6n de Bios fera , Moscu: MysI'.1 9 6 8

    UNESCO, Can fer e nc ia de fa Biosfera, Paris.1970

    G. E. HUTCHINSON e t a /. , T he B io sp he re [L a B io sfe ra }, A ScientificAmerican Book, San Francisco: Freeman.1 9 7 5

    VERNADSKY, es p e n s e e s d u n n a tu ra li st e [ Id e as d e u n n a tu ra li st a] , vol. 1:E esp ac e e t le te mp s d an s fa n atu re v iv an te e t in erte [E sp ac io y tie mp o e n faN a tu r al ez a v iv a e i ne rt e] , Mosca: Nauka.1976I.A. FEDOSEYEV,Vernadsky, Vladimir Ivanovich, D i ct io n ar y o f S ci en -t if ic B i o gr a p hy , ed. por Charles C. Gillispie, Nueva York: Charles Scrib-ner's Sons, pp. 616-620.

    39

  • 5/10/2018 La Biosfera, Vladimir Vernadsky

    21/56

    1990Kendall E. BAILES,S ci en ce a nd R us sia n C ul tu re in a n A ge o f R ev ol ut io ns :V.1. V e rn a ds ky a n d H is S ci en ti fi c S ch o ol ; 1863-1945 [Cienc ia y c u lt u ra r u sa s

    e n u n a e ra d e r ev o lu c io n es : V.I V e rn a ds ky y s u e sc u el a c ie nt if ic a , 1 8 63 -1 94 5 J,prefacio de Loren R. Graham, Bloomington: Indiana University Press.1977VERNADSKY, es pensees d 'u n n a tu ra li st e [ Id e as d e u n n a tu ra li st a] , vol. 2:

    La pensee s ci en tif iq ue e n ta nt q ue p bm o me ne p la ne ta ir e [ EI p en sa m ie nto c ie n-t if ic o c o m o f l n o m en o planetario], Moscu: Nauka (edicion incompleta). 1991VERNADSKY, E I p e n sa m i en t o rcientifico c o mo f en o me n o planetaria,

    Moscu: Nauka (en ruso) .1982R. BALANDINE, L a v ie e t l 'o eu ur e d e V la dim ir V em ad sk y [ Vid a y o bra d eV la d im i r V e m ad sk yJ , Moscii : Ediciones Mir , Grandes nombres de la cien-cia y de la tecnica- ( tambien en ingles) .

    1992VERNADSKY, T ra ba jos d e b iog eo qu im ic a y g eoq uim ica d e los sue los ,

    Moscu: Nauka (en ruso). Volumen I de la edici6n comple ta de la s obras deVernadsky.1986

    Se publica en Estados Unidos y en Gran Bre tafta una ver sion inglesamuy resumida de V . VERNADSKY,T h e B io sp h er e [ L a B io sf er a] (SynergeticPress).

    B. S. SOKOLOV,B i os p h er e : C o n ce p t, S t ru c tu r e, E v o lu t io n . V.1. Verdnaskye t n o tr e t em p s [ B io sf er a: C o nc ep to , E s tr uc tu r a; E o ol uc io n . V. I V ern ad sk y yn u e st ra e p o ca ] ,Moscu: Nauka.

    1993V. VERNADSKY,L a B io sf er a ( traduccion i taliana basada en la edici6n

    estadounidense de 1986, con una introducci6n de J. Grinevald), Como,Italia: Red edizioni.

    1988 'VERNADSKY,d e a s f il o so f ic a s d e u n naturalista; Moscti: Nauka (en ruso).

    125 Aniversario del nacimiento del Acadernico V. Vernadsky, Sirnpo-sium (4-12 de marzo de 1988) de la Academia de Ciencia s de la URSS, enLeningrado, Kiev y Moscu. En Rusia y en Ucrania, se celebra el Afio Ver-nadsky. Inflacion de publicaciones de y sobre Vernadsky. Todos loscomenta rios son muy e logiosos, pero en realidad contr adictor ies, y masideologicos que crlticos.

    James E. LOVELOCK,T he A ge s o f G aia [L as E ra s d e G aia ], Nueva York:Norton.

    N. POLUNIN y J. GRINEVALD,Vernadsky and Biospheral Ecology(

  • 5/10/2018 La Biosfera, Vladimir Vernadsky

    22/56

    LABIOSFERA

  • 5/10/2018 La Biosfera, Vladimir Vernadsky

    23/56

    Pr6logo a la edici6n francesa

    El presente l ibro fue publicado en lengua rusa en 1926. Su t raducci6nal frances ha permir ido su revis ion, asi como su reest ructuraci6n parcial ,con respecto a la edicion original.

    Marca una continuidad con relaci6n a nuestro ensayo sobre La G eo-quimica , publicado en esta misma coleccion (1924), del cual acaba de apa-rece r una traducc i6n a l ruso y de l que sa ldra a la luz, de forma inminente,una version alemana.

    Nos abstenemos prac ticamente de aportar da tos bib liograficos, a talefeeto remitimos a nuestra Geoquimica .

    Hemos abordado los mismosproblemas en varios arr iculos, los masrepresentatives de entre los cuales estan publicados en frances en la Revueg e ne r a le d e s S c ie n c es (1922-1928) yen los B ulle tin s d e l'A ca de mie d es S cie n-c e s d e L e n in g ra d (Petersburgo) (1926-1927).

    El prop6si to de esta obra consiste en recabar la atenci6n de los natura-l is tas, de los ge6logos y en especial de los bio logos, sobre la relevancia dele studio cuantita tivo de la vida en sus vfnculos indisoluble s con los fen6 -menos quimicos del plan eta.

    Hemos procurado mantenernos siempre en e l terr eno empfr ico, sinaventurar hip6 te sis; es un ter reno muy acotado aiin debido al redueidonumero de observaciones y de experiencias est rictamente cuanti ta tivas anuestro a lcance . A dia de hoy resulta primordial proceder, con la mayorceler idad pos ib le , al maximo acopio de datos empir icos formulados cuan-titativamente,

    Tal anhe lo sin duda se cumplira en cuanto se tome evidente la enormeinfluencia de la biosfera en los fen6menos de lavida.

    Confia rnos en que e l presente texto, cuyo objetivo radica en poner demaniflesto tamafia incidencia, no pasara inadvertido.

    Como apendice a la t raducci6n francesa, agregamos la comunicaci6n:L a E uo lu cio n d e la s especi esy fa m a te ri a v iv a que completa, a nuestro juicio,las tesis defendidas en La Biosfera.

    Diciembre 1928.45

  • 5/10/2018 La Biosfera, Vladimir Vernadsky

    24/56

    P r61o go a la e di ci6 n r us a

    . Entr e la s multiples obras geo logicas fa ltaba un estudio de conjuntosobre la biosfe ra , donde esta fuera expuesta en su ca lidad de bloque inte-gral, como la mani fesracion regular del mecanismo de fur icionamiento delplaneta, de su region superior, la corteza terrestre.

    Por 1 0 general no l lega a valorarse s iquiera el hecho de que la existenciade la biosfera se r ige POt leyes fijas,

    La vida sobre la Tie rra se contempla como un fenomeno acc identa l;consiguientemente, las concepciones cient f lcas al uso ignoran la accionde la vida sobre el cur so de los procesos terr estre s que se manif ie stan pordoquier . Nosotros abogamos, en cambio, POt la no-contingencia de ldesarro llo vital sobre la Tierra y por 1ano-contingencia de la formacion,en su superficie y en el limite con el medio c6smico, de una envolturaespecifica animada de vida, la biosfera.

    El estado de conocimientos cient ff icos mencionado guarda una est re-cha correspondencia con el enfoque concreto, producto de la elaboraci6nhis t6rica, segun el cuallos fen6menos geologicos se interpretan como unconglomerado de manifes taciones de causas i rrelevantes, como un cumulode accidentes. Se pie rde de vista asi la nocion cientf fica de los fen6menosgeologicos como f enomenos planetar ios , cuyas regularidades no son unpatr imonio exclusivo de la Tie rra ; tambien se pie rde la comprensi6n de laest ructura terrest re como un mecanismo cuyas par te s conf iguran un con-junto arrnonico y cuyas par ticular idades es menes ter estudiar relacionan-dolas con la citada noc ion de mecan ismo; es decir, en func i6n de un todoindivisible.

    En geologia se tiende a restringir la investigacion a las particularidadesde los fen6menos re fe ridos a la vida . E1 estudio del mecan i smo donde lasmismas se imbr ican deja de plantear se como un problema c ientifico . Portanto , dado que tal aspecto no subyace como un problema, el invest igadorbordea las manifestaciones de su entorno sin detectarlas.

    En sus ensayos, el auror ha procurado adoptar un en foque distinto conrespecto a la importancia geologica de los fen6menos vitales,

    No formula hipotesis, Intenta permanecer entre los limites de unterreno sol ido y fir rne, el propio de las general izaciones empir icas . Basan-dose en hechos concretos e i rrefutab1es, t rata de exponer la manifesracion

    47

  • 5/10/2018 La Biosfera, Vladimir Vernadsky

    25/56

    48

    geologicos -en concreto, la exis tencia de un estado anter ior Igneo-I lquidoo gaseoso-, el autor proscribe tales premisas del campo de sus investigacio-nes. Puesto que no descubre impronta a lguna de su expresion en los da to sempfr icos al alcance del estudio , Ie compete tacharlas de const ruccionesinutiles, ya que restringen el alcance-de las generalizaciones cienrfficas con-sistentes y validas, Mediante el anali si s de estas ult imas , por tanto , y la s in-tes is teor ica que serelaciona con elias , renuncia en 1 0 sucesivo a las hip6te-sis filosoficas y cosmogonicas s in fundamenracion pos ib le en los hechos.Es menester buscar hipotesis distintas.

    Los dos ensayos que conforman el presente volumen: L a B io sfera e n elCosmos y EI c am po d e fa v id a son independientes entre si, pero compartenel enfoque descrito sobre esta s lfneas. El autor se ha sometido al impera-t ivo de elaborarlos como consecuencia de sus estudios acerca de los feno-menos vitales en la biosfera, a los que seconsagra desde 1917.

    geologica de la vida, de ofrecer un panorama del proceso planetario que sedespliega en derredor nuestro.

    Por 1 0 demas, desestima t r es i d e as p r e co n c e bi d a s cuya vigencia, histori-camente asentada en el pensamiento geologico, se contr apone -a su jui-cio- con las general izaciones empir icas de la ciencia , que marcan el mayorlogro de los naturalistas.

    La pr imera de tale s ideas estr iba en concebir, como ya se ha indicado,los fenomenos geologicos como c o in c id e nc ia s f lr tu it a s d e c a us a s, ciegas porsu propia esencia 0 revis tiendo dicho caracter debido a la complej idad y ala pluralidad de las mismas, inasequibles para el pensarnienro cientfficoactual.Esta idea preconcebida, difundida en la ciencia, enlaza en ciertamedida con determinadas cosmovisiones filosoficas y religiosas; suele apo-yarse en un anali si s logico insuficiente de los fundamentos de los conoci-mientos ernpiricos.

    El autor supone que la so tras dos ideas preconcebidas que se han in fil-trado en e l tr aba jo geol6gico se enraizan en unas construcc iones ajenas alos principios empiricos de la ciencia y sehan agregado desde campos fora-neos. En primer lugar, se considera logicamente necesar io el hecho d e q uee xist a 'u n co mien zo p ara la v id a, una genesis vital, en algunaetapa delpasado geologico de la T ie rr a. D icha idea ha pene trado en la c ienc ia con e lropaje de especulaciones religiosas y filosoficas. En segundo lugar, tambiense considera como una condicion Iogicamente necesar ia la repercusion ,sabre los fenomenos geologicos, de la s e t a pa s p r e geo 16g ic a s d e la euo luc iond e l p f a n et a , cuyo estado se diferenciaba claramente del que es actualmenteobjeto de estudio de la investigacion cientffica, En particular se propugna,con un grade de cer teza absoluta, l a existencia de la fase igneo-l iquida 0incandescente-gaseosa de la Tierra. Arnbas premisas han irrumpido en lageologia cuando se concib io una esfera de intuiciones y de busquedas f ilo-soficas -ante todo, cosmogonicas,

    El aucor se encuentra en la te situr a ineludible de califica r de vanas la sinferencias logicas de las ideas resefiadas por entender que su aplicac ion a ltrabajo geologico ordinario entrafia perjuicios y riesgos.

    S in conjeturar la exis tencia del meca n ismo p l a ne t a ri a que ensambia losdistintos componentes de l planeta en un conjunto indivisible, e l autorin tenta abarcar , al efecto, todos los datos empir icos con una base cientfficay aprecia la perfecta concordancia de tal idea con el concepto del impactogeologico de la vida. A su juicio, la exis tencia del mecanismo planetariodonde se inserta la vida y, especfficamente, la capa donde esta se manifiesta,la b iosfera, como un componente de aquel , secorresponde con la to talidadde los datos empfricos y deriva necesariamente de su analisis cientffico.

    AI no aceptar la necesidad logica de asumir un comienzo pa ra la vida,ni la repercusion de las etapas cosmicas del plane ta sabre los fenornenos

    49

  • 5/10/2018 La Biosfera, Vladimir Vernadsky

    26/56

    PRIMERA PARTE

    LABIOSFERA EN EL COSMOS

  • 5/10/2018 La Biosfera, Vladimir Vernadsky

    27/56

    La Biosfera en el medio c6smico1. La faz de la Tierra, suimagen en el Cosmos percibida desde el exte-rior, desde la lejania de los espacios celestesinfinitos, se nos antoja singu-

    lar, espedfica, diferente de las imagenes de los restantes cuerpos del Uni-verso.La faz de la Tierra revela la superficie de nuestro planeta, s u b io s fe ra ,sus regiones externas, unas regiones que la separan del medio cosmico. Lafaz terrestre se torna visible gracias a los rayos luminosos de los astros queinciden sobre ella -los rayos solares, prioritariamente-. Recibe, desde to-dos los puntosdel espacio, un sinmimero de radiaciones diversas, de entrelas cuales los rayos luminosos del espectro visible s610constituyen unaporci6n insignificante. Hasta la fecha tinicamente conocemos una peque-fia parte de la zona no-visible del espectro. Apenas estamos comenzando avislumbrar su variedad, a comprender cuan imperfectas e incompletas sonnuestras representaciones del universo de las radiaciones que nos circun-dan, que nos afectan en la biosfera. Apenas estamos comenzando a estimarsu importancia crucial en los procesos ambientales, una importancia a laque.accedecan dificultad nuestro pensamiento, amoldado a unas concep-ciones distintas del Universo.Las radiaciones de esemedia inmaterial afectan no solo a la biosfera,sino a cualquier espacio que podamos representarnos mentalmente ynos resulte imaginable. Las radiaciones, cuyas longitudes de onda fluc-nian de .diez millonesimas de millmetro hasta unas medidas expresadasen kilornetros, se propagan a nuestro alrededor, en nuestro interior, sincesar, par doquier;chocan entre sf, se suceden las unas a las otras, con-fluyen.Todo el espacio rebosa.de ellas.Nos resulta arduo, quiza impracticable,concebir con una imagen nitida e lm ed io c 6s mic o d el U niv er so , donde sedesenvuelve nuestra existencia y donde aprendemos, segun se perfeccionannuestros metodos de investigacion, a distinguir y a rnedir, en elmismo lu-gary en el mismo instante, radiaciones siempre nuevas.La alternancia constante de estas radiacionesque invaden el espacio di-ferencia claramente este medio cosmicovdesprovisto de materia, del espa-cioideal de la geometda.Son radiacionesde diversos6rdenes. Desvelan los cambios delmedio yla presencia de los cuerpos materiales que 1 0 ocupan. Una parte de tales ra-

    5 3

    j

  • 5/10/2018 La Biosfera, Vladimir Vernadsky

    28/56

    diaciones se manif iesta, como energfa, por la t ra n si ci on e n tr e lo s d if er en te sestados de la misma . Aho ra bien, para lela y simultaneamente, se produceen el mismo espacio cosrnico otra radiacion, que suele propagarse a unavelocidad similar, la radiaci6n de l as part i cu las que se desplazan rapidamen-te y entre las cuales, ademas de las particulas materiales, las mas estudiadasson los elect rones, unidades bas icas de la elect ricidad , componentes de lamateria y del atomo.

    Se trata de las dos caras del mismo fenorneno: existen niveles de ener-gfa diferentes. La transicion entre los estados se realiza mediante e 1 movi-miento de los conjuntos, quanta , e lec trones, cargas. El movimien to decada e1emento por sepa rado viene dictado po r los conjuntos, por sf rnis-mos pueden conservar su estado inicial .

    La radiac ion de la s pardculas es la manife stacion de la transmisionde los elementos separados de los conjuntos. Estas pardculas, as! comolas rad iaciones que vienen dete rminadas por la transicion entre los esta -dos, pueden a travesar los cue rpos materia les que conf igu ran e l Univer-so. A tales pardculas en movimiento cabe atr ibuir les los cambios de lo sfenomenos obse rvables en e l medio donde penetr an, convir tiendose enuna fuente de transformaciones tan potentes como las forrnas de laenergfa.

    2. Nuestros conoc imientos sobre el par ticular e still a iin en c iernes y,por ahora, pre scindiremos de la r adiacion de la spardcu la s en e l a rea de losfenomenos geoqufmicos de la biosfera. .Por el contrar io , tendremos s iempre presentes, en todos nuest ros plan-teamientos, las radiaciones producidas por la t rans icion ent re los estadosque , a nuestro en tender , son modalidades de ene rgfa. A tenor de la formade los rayos , especialmente de las longi tudes de onda, d ichas radiaciones sematerializaran ya como luz, ya como calor 0 como electricidad, y transmu-taran diversamente e 1 medio mater ial, nuest ro planeta y sus cuerpos inte-grantes. .

    Si tomamos como re fe rencia la longitud de onda , descub riremos unaregion inmensa de tales radiaciones . Dicha region abarcarfa en la actuali -d.ad un~s cuaren~a octavas. Nos haremos una idea exac ta de la magnitudc1t:da SI puntualizamos que la parte visible del espectro solar no representamas que una octava.

    Evidentemente, esta concepcion no bas ta aun para abrazar el universoente ro, pa ra conocer todas estas octavas. Merced alprogreso de la crea -ci.on .cient if ica, no deja de ampliarse incesantemente la region de tales ra-diac iones, Hasta la f echa solo un mimero exiguo de las cua renta octavascu!a exis~enci~ no ofrece lugar a dudas , esta regis trado en nuest ro pensa-rruento, inscnto en nuest ras representaciones cient ff icas habituales delCosmos.54

    Las radiacion~s cosmicas interceptadas por nuestro planeta (que, comoveremos, c rean su biosfe ra ) no cor re sponden mas que a cuatro octavas ymedia de las cuarenta conocidas. La ausencia de las res tantes en el espaciomundial es, a todas luces, improbable; su ausencia, a nuestro juicio, esapa rente y la explicamos por la absorc ion de la s r adiaciones en e l mediomaterial enrarecido de las capas altas de la atmosfera terrestre.

    Para las radiaciones cosmicas mas familiares (los rayos solares), calcula-mos una octava de rayos luminosos , t res octavas de rayos terrn icos y mediaoctava de rayos ult ravioletas. S in duda la Ult ima media octava esun peque-no remanente de los rayos que no ha fil trado la est ratosfera (cf 115).

    3. La s radiaciones cosmicas vierten permanentemente sobre la superfi-cie terrestre una corriente de fuerzas que confieren un caracter absolu ta-mente nuevo y singular a las zonas del planeta que lindan con el espaciocosmico,

    Como consecuenc ia de tales rad iaciones, la e structura de la biosfer aasume propiedades nuevas, especff icas , desconocidas para la mater ia te-rre stre . La faz de la Tie rra corr espondiente en e l medio cosmico muestraun panorama nuevo de la supe rf ic ie te rr estre , modificada por la s fue rzascosmicas,

    La m ateria d e fa biosf era penetrada por la energfa transmitida s e t or n aact i va: almacena y distr ibuye en la biosfe ra la ene rgfa que recibe bajo laforma de radiaciones y termina por transmutarla en energia libre, aptapara desarrollar trabajo en el medio terrestre.Asf, esta epidermis terrest re no debe contemplarse escuetamente comola sede de la ma teria ; es una region de ene rgfa, una Fuente de transforma-cion planetaria gracias a las fuerzas cosmicas externas.

    Dichas fuerzas alteran Ia faz de la Tierra; en gran medida, la moldean.Esta faz s igni fica algo mas que el reflejo de nuestro planeta, la manifesta-cion de su mater ia y su energia: tarnbien esuna creacion de las fuerzas cos-micas externas.

    En virtud de 1 0 expuesto , la his toria de la biosfera se dis tingue clara-mente de la h istor ia de la s r estan te s capas del planeta, desempefiando laprimera un papel excepcional en el mecanismo de este,

    La biosfe ra es ( como minima) tan to fa cr eac idn d el S ol como la mani-fes tacion de procesos terrest res. Las intuiciones rel ig iosas de antaf io queequip araban a las criaturas terrest res (en particular , a los hombres) con hi-jo s d el So l se aproximaban mucho mas a la verdad de 1 0 que sospechan hoyquienes yen exclusivamente en los seres de la Tierra el producto de unacreacion efimera, el juego ciego yfortui to de la t ransformacion de la mate-ria y de las fuerzas terrestres,

    Las criaturas terrest res representan el fruto de un proceso cosmico dila-tado y comple jo. Constituyen una pa rte necesar ia , sometida a unas leyes

    55

  • 5/10/2018 La Biosfera, Vladimir Vernadsky

    29/56

    determinadas, de un mecanismo cosmico a rmonioso donde, como ya sa-bemos, el azar esta excluido.

    4 . A la conclus ion anter ior nos conducen tambien nuest ras concepcio-nes de la materia que configura la biosfera, unas concepciones que, en losult imos afios , estan var iando sus tancialmente. S i las tomamos como refe-rencia, descubriremos en ellas, inequivocamente, la manifestacion del me-canismo cosmico.

    No pre tendemos af irmar que esto se deba al hecho de que una par te dela mater ia de la biosfera, la mayor quiza, de origen no te rre stre, h aya pe -net rado desde afuera, desde los espacios cosrnicos . Pues en 1 0 que a taf ie asu estructura interna, SOmOSincapaces de diferenciar esta materia foranea(polvo cosmico y meteoritos) de la materia terrestre.

    El caracter sorprendente de la mater ia terrest re , que comenzamos aho-r a a descubr ir , sigue resultandonos en gran medida oscuro e insondable.Aun carecernos de nociones claras y globales; no obs tante, nuest ros cono-cimientos sobre el tema experimentan tamafios cambios y cuestionan hastatales ext remos toda nuest ra cornprens ion de los fenomenos geologicos quees meneste r nos detengamos sobre e l pa rticula r y abordemos este campode los fenomenos terrestres.

    La identidad estructura l de la ma teria cosmica -que llega hasta nos-otros- con relacion a la terres tre no afecta exdus ivamente a los confines dela biosfera, la delgada epidermis del p laneta . Dicha estructura permaneceidentica en toda la cor teza , en e lmanto de la litosfer a, cuyo espesor suma60 kilometres y cuya capa externa, la biosfera, va confundiendose, insepa-rable y gradualmente, con aquel la (cf 89) .

    La mate ria de las zonas mas profundas de l plane ta sin duda se caracte -riza tambien por el mismo rasgo, aun cuando difier a su co rnposicion qu i-mica. Ahora bien, como nunca parece aflorar en masas suficientemente re-presenta tivas hasta la corteza, podemos obviada a la hora de estudiar losfenornenos observados en la biosfera.

    5. Durante mucho tiempo se ha tenido por cierto el hecho de que lacornpos icion qulmica de la corteza terres tre dependfa de causas est ricta-mente geologicas, que era el resul tado de la accion reciproca de mul tiples yvariados fenornenos geologicos, grandiosos los unos, ins igni ficantes losotros.

    Se intentaba explicar su cornpos icion mediante la accion convergentede los fenomenos geolog icos que observamos todavia hoy en el entorno:por la accion qufrn ica y disolvente de las aguas , la atmosfera, los organis -mos , las erupciones volcanicas , etc . La cornpos icion qufmica actual de lacorteza terrestre, cuantitativa y cualitativamente, pareceria deberse a la ac-cion conjunta de los procesos geologicos inalterados a 1 0 l argo de todos los56

    tiempos geologicos, ademas de a la pe rsistenc ia de las propiedades de loselementos qufrnicos en el curso completo de dichos tiempos.

    Una teorfa semejante entrafiaba muchos problemas; simultaneamentese difundfan ideas, aun mas complicadas, sobre alteraciones en la cornposi-c ion de la corteza causadas por diver so s fenomenos geologicos duranteesos mismos pe riodos. Se intento explicar dicha composic ion como unvestigio de las primeras e ras de la historia de la Tier ra, sin parangon conlos per lodos actuales. Seempezo a considerar la cor teza terrest re como unaescoria transformada de la masa antafio incandescente de nuest ro planeta ,una escor ia que se deposito en la supe rfic ie conforme a las leyes de la dis-tr ibucion de los e lementos qufmicos por las que se r igen las masas incan-descentes cuando, t ras bajar la temperatura, empiezan a consolidarse. Paraargtiir el predominio de elementos qufrn icos comparativamente ligeros enla corteza, se aludia a la s e ra s aiin mas remotas de la historia de la Tierr a,previas a la formacion de la corteza, a los per iodos cosmicos. Se est imabaque, en la e ra de fo rrnacion de la masa incandescente de la Tier ra, nacidade una nebulosa, los elementos quirnico s mas pesados se acumulaban entorno al nucleo.

    En las representac iones en cuestion se relaciona la cornposic ion de lacorteza con los fenornenos geologicos, La participacion de los elementosqufrn icos se efecnia por sus propiedades cuando dan lugar a compues tos;por su peso aromico en e 1 ease l de temperaturas a lta s, cuando todos lo scompuestos se tornan inestables.

    6. Las leyes sobre la cornposicion qufmica de la cor teza terr estre queestan estableciendose contradicen, de modo radical, las explicaciones pre-cedentes. AI mismo t iernpo, la apreciacicn general de la composicion qul -mica de todos los res tantes ast ros desvela una complej idad , una diversidady una regularidad en tal cornposicion previamente inimaginables.

    En la composicion de nuestro planeta, de la corteza en par ticular, ha-llamos sefiales de la existencia de unos fenornenos que t rascienden amplia-mente sus limite s. Para captar los, es menester que nos distanc iemos de lambito de los fenomenos terrestres , incluso de los planetarios , y atenda-mos a la composicion de toda la mate ria cosmica , a sus a tomos, a la modi-f icacion de los mismos en los procesos cosmicos, Varios indicios, apenasentrevistos por e l pensamiento teorico, se acumulan en nuestra s mentescon celer idad . Estamos vis lumbrando su importancia . No siempre resul tafactible formularlos con nitidez y precision y generalmente no extraemosde ellos las deducciones que comportan.

    No podr famos, sin embargo , desestimar la enorme impor tancia de es-tos fenomenos . Hay que valorar las consecuencias imprevistas que se der i-van de los nuevos datos. Ya estamos facul tados para des tacar t res ordenesde dichos fenomenos: Lol a si tuacion particular que ocupan los elementos

    57

  • 5/10/2018 La Biosfera, Vladimir Vernadsky

    30/56

    quimicos de la corteza te rre str e en e l sistema periodico de Mende le iev;2.0 la comple jidad de los mismos; 3. la fa lta de uniformidad en su distri-bucion. Asi, en primer lugar , los elementos qufrn icos que corresponden alos mimeros atornicos pares prevalecen elaramente en la materia de la cor-teza (M. Oddo, 1914) . Nos resulta imposib le explicar este fenomeno recu-rriendo a las causas geologicas conocidas. Por 1 0 d ema s, d es pue s ha adqui-r ido evidencia la manifes tacion aun mas contundente del mismo hecho enel caso de los unicos cuerpos cosmicos extraterrestres accesibles al estudiocientffico inrnediato, los meteoritos (M. Harkins, 1917).

    Los otros dos ordenes de hechos quiza sean mas impenetrables toda -via . Los esfue rzos realizados pa ra da rles una explicacion geologica a .Thomson, 1921) incurren en contradiccion con los hechos establecidos.No a lcanzamos a comprender la inmutable complejidad de los e lemen-tos qulmicos terres tres , las relaciones f ijas y constantes que existen , ade-mas de la cantidad de isotopes que inte rvienen. El estudio de los isoto-pos en los elementos quimicos que constituyen los meteoritos hademostrado la identidad de su mezcla en estos cuerpos, unos cuerpostota lmente distintos de los te rre stres por su historia y por su posicion enel Cosmos.

    Se hace patente la imposibi lidad de explicar la composicion de la cor-teza terrest re y de nuestro planeta , una cornpos icion somet ida a unas leyesfijas, recur riendo a los fenomenos geologicos, a las fa ses cosmicas de suhis toria, ta l como se habia venido creyendo. Estos fenomenos no explicanni la similitud de estas partes mas profundas con la cornposicion de losmeteoritos , n i la supremada relativa observada de elementos quimicos maslige ros y de elemento s de hie rro -comparativamente pesado- al mismotiempo. La hipote sis de que los e lementos se distribuirfan conforme a supeso -los mas pesados , mas proximos al nucleo, cuando seformo la Tierraa partir de la nebulosa- no se corresponde con los hechos. No es ni en losfenornenos geologicos 0 quimicos ni en la historia de la Tierra, sin mas,donde nos compete buscar las causas.

    Las rakes de l fenomeno son mas profundas: hay que rastrearla s en lahis toria del Cosmos , probablemente en la est ructura de los elementos qui -rrucos,

    Dicho enfoque acaba de confi rmarse, bajo aspectos novedosos e ines-perados, con el descubrimiento de la analogfa entr e la composicion de la spar te s extern as de la Tier ra (e sto es, de su corteza) y la de l Sol y la s estre -Has.Ya en 1914, M. Russel habia sef ialado las afin idades entre la composi-cion de la corteza terres tre y la de la superficie solar , a l alcance de nuest roestudio . Tales s imi li tudes logran una evidencia aiin mayor en los t rabajosrecientes sobre el espectro de las estrellas. Las investigaciones de C. Payne(1925) brindan el s iguiente cuadro de la sucesion de los elementos qulmi-cos estelares en orden decreciente:58

    5i - Na - Mg - AI - C - Ca - Fe(mas de 1 por 100; primera decada)

    Zn - Ti - Mn - Cr - K(mas de 0,1 por 100; segunda decada) ,

    Se de tecta una c lara analogfa con la sucesi6n, sujeta al mismo orden,de los elementos quimicos de la corteza terrestre:

    0, 5i, AI, Fe, Ca, Na, K, Mg.Los trabajos resefiados recogen unos primeros resul tados obtenidos en

    un nuevo campo ampliado de fen6menos; a pa rtir de ahora, sin embargo,no podremos sos layarlos , n i ignorar el dato de que esos primeros resulta-dos corroboran, de manera aun mas consistente , l a analogia observada enla cornposicion de las capas externas de unos cuerpos celes tes tan disparescomo la Tierra, el Sol y las estrellas.

    Las zonas exter iores de los cuerpos celes tes mantienen una relacion decontacto con el medio c6smico y se influyen mutuamente mediante susrespectivas radiaciones.

    Probablemente seimponga buscar la explicacion de tal fenomeno en elintercambio material que se produce entre estos cuerpos y que, segtin to-dos los indi