la globalización y sus consecuencias

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Mucho se habló y mucho más dejó de decirse en toda la trayectoria de la pasada campaña política, respecto al apremiante tema de la inmi- gración. Parece ser que la fallida reforma inmigratoria fue comentario pasajero y de poca importancia para las plataformas de los candidatos presidenciales. Otros asuntos fueron obviamente mucho más impe- riosos. Aún ahora que ya esta gran nación norteamericana ha escogido un nuevo presidente, permanece por verse cuan urgente será toda la diligencia respecto a los cientos de miles de inmigrantes que de inmediato necesitan atención. Triste y desgraciada fue la postura de las autoridades gubernamen- tales en el pasado año, mostrando gran hostilidad en un fanatismo per- secutorio contra los indocumentados actualmente en el país. Se multi- plicaron las redadas en los lugares de trabajo, se detuvieron ilegalmente un sinnúmero de gente trabajadora, se separaron dolorosamente hijos nacidos aquí de papás y mamás cuyo único crimen fue tratar de ganarse un sustento adecuado para su familia. Más de dos mil hispanos están en este momento encarcelados en una prisión en Lumpkin, Georgia, sin re- curso legal alguno, solo por el hecho de que trabajaban sin documentos. Unos 70 mil inmigrantes son encarcelados cada año en ese lugar. (Nota: pueden buscar información en el Internet: (ICE Prison in Lumpkin, GA) Y es cierto, la ley hay que respetarla, pero también es cierto que hay que seguir cuestionando los motivos que llevan a los políticos a la legis- lación de tales leyes. Estudios y encuestas sobran que dan evidencia de cómo los inmigrantes, aún los que no tienen documentos para estar en el país, han contribuido y siguen contribuyendo a manera positiva, a la economía de la nación. Un factor posiblemente no tomado en cuenta que afecta toda la ex- periencia de inmigración en el mundo entero es el de la globalización (algunos prefieren el término “mundialización”). La Real Academia define el concepto como “la tendencia de los mercados y de las empre- sas a extenderse, alcanzando una dimensión mundial que sobrepasa fronteras nacionales”. Lo que es evidente por dondequiera, es la creciente integración de las distintas economías nacionales en una sola economía de mercado mundial. De ahí, los ya conocidos tratados de libre comercio, las industrias y corporaciones multinacionales y el impactante concepto de la “aldea global”. (A modo de broma, se dice que hoy en día, EEUU estornuda y a México le da catarro). La global- ización es promovida continuamente por la Bolsa de Valores, el avance tecnológico, y sobre todo los medios de transporte y los de comuni- cación, especialmente la televisión. Desde el punto de vista sociológi- co, este continuo intercambio entre los pueblos, impacta dramática- mente la cultura, la movilización de la gente y la calidad de vida. De acuerdo a la Organización Internacional de Migración, en el 2005 hubo alrededor de 200 millones de inmigrantes en el mundo entero. Por más que los países desarrollados quieran controlar el flujo de inmi- grantes, éstos continuarán su travesía, empujados por un sinnúmero de razones, siendo la sobre vivencia de la pobreza global, el factor princi- pal. La globalización y sus consecuencias en el movimiento de las masas, continuará cambiando la faz de la tierra, obligando a la redefini- ción de fronteras y demarcación de los grupos étnicos, (como ocurrió años atrás con Yugoslavia). El Sr. Stanley Kober, un investigador y perito en política extranjera con el Instituto CATO en Washington, DC argumenta que toda esta ex- periencia de movimiento en masa, eventualmente lleva a una crisis de identidad. ¿Con quién se identifica el mexicano, el centroamericano, el suramericano, el caribeño por mencionar algunos, cuando se establece Continúa en la pag. 2 Continúa en la pag. 2 Un periódico de la Arquidiócesis de Newark, NJ Enero-Febrero 2009 POR P. DOMINGO RODRIGUEZ ZAMBRANA, S.T. Parece oportuno dar una voz de alerta, lanzada sin estrépito, pero con pleno convencimiento, para despertar en el corazón de todas las personas que de- sean una sociedad mejor. Hay que estar alerta al con- formismo del que cree que nada puede cambiar. Hay que estar alerta a la comodidad enervante de quienes piensan que no hay que esforzarse, ya que piensan que la vida es una lotería. Hay que estar alerta para saber captar el mensaje de revolucionario de los que desean luchar por un mundo mejor. Siento un cierto temor al contemplar el mundo que estamos edificando entre todos cuando ya hemos abierto de par en par las puertas del 2.009. Quisiera ser capaz de despertar una gran ilusión en la mente de quienes miran con cierto recelo su futuro. Oyen hablar de crisis económica, de quiebra de val- ores, de terrorismo, de hambre, de desempleo, mien- tras ven atadas sus manos ya que ellos, de momento, se muestran incapaces de cambiar una sociedad que no les gusta. Lo que importa no es lanzar novedades espectac- ulares o saturar el ambiente de promesas hermosas. Es todo mucho más sencillo. Es preciso ir con- struyendo, poco a poco, una nueva sociedad desde la propia responsabilidad. Las pequeñas fidelidades generan los frutos más apetecibles. La globalización y sus consecuencias El Arzobispo Juan José Myers se asoma una vez más a nuestro periódico New Jersey Católico. Esta vez es una entrevista hecha por el diácono Asterio Velasco. Si desea conocer a nuestro arzobispo un poco mejor a nivel personal, si desea saber cuál es su opinión en una serie de puntos importanes, le invitamos a que lean el artículo en la página 6. Entiendo que nuestro mundo precisa una gran revolución que permita un cambio significativo en no pocos aspectos de la vida: las relaciones sociales, el trabajo, la justicia, la solidaridad, la paz... Con- viene tomar conciencia que la mejor revolución,, se inicia y desarrolla en nuestro interior. En forma al- guna cambiaremos la sociedad si no somos capaces de cambiarnos a nosotros mismos. El testimonio ejemplar de los creyentes en Cristo Jesús ha venido a ser hoy la mejor lección que se puede dar a las nuevas generaciones. Esta- mos hartos de palabras, apenas nos convencen los discursos, ha caído estrepitosamente la imagen sofisticada de una apariencia engañosa y sin compromiso. El talante existencial, hecho de fi- delidad, sencillez, trabajo, veracidad y justicia, va moldeando una vida con sentido e ilumina las zonas más oscuras de la existencia del ser hu- mano. Vale la pena ser personas, ser humildes, ser solidarios, ser fieles a la palabra dada, saber responder a la llamada interior con el mejor de los talantes. Sólo Dios logra llenar el vacío de una sociedad que, entre todos, queremos cambiar. ¿Soñamos en una tierra nueva con alma? A la juventud se le ofrecen muchas cosas: Placeres, diversiones, ropa de marca, bebidas alcohólicas, música estridente, sexo sin seso, subidas ganancias, Una voz de alerta P. GREGORIO MATEU

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Page 1: La globalización y sus consecuencias

Mucho se habló y mucho más dejó de decirse en toda la trayectoriade la pasada campaña política, respecto al apremiante tema de la inmi-gración. Parece ser que la fallida reforma inmigratoria fue comentariopasajero y de poca importancia para las plataformas de los candidatospresidenciales. Otros asuntos fueron obviamente mucho más impe-riosos. Aún ahora que ya esta gran nación norteamericana ha escogidoun nuevo presidente, permanece por verse cuan urgente será toda ladiligencia respecto a los cientos de miles de inmigrantes que deinmediato necesitan atención.

Triste y desgraciada fue la postura de las autoridades gubernamen-tales en el pasado año, mostrando gran hostilidad en un fanatismo per-secutorio contra los indocumentados actualmente en el país. Se multi-plicaron las redadas en los lugares de trabajo, se detuvieron ilegalmenteun sinnúmero de gente trabajadora, se separaron dolorosamente hijosnacidos aquí de papás y mamás cuyo único crimen fue tratar de ganarseun sustento adecuado para su familia. Más de dos mil hispanos están eneste momento encarcelados en una prisión en Lumpkin, Georgia, sin re-curso legal alguno, solo por el hecho de que trabajaban sin documentos.Unos 70 mil inmigrantes son encarcelados cada año en ese lugar. (Nota:pueden buscar información en el Internet: (ICE Prison in Lumpkin, GA)Y es cierto, la ley hay que respetarla, pero también es cierto que hay queseguir cuestionando los motivos que llevan a los políticos a la legis-lación de tales leyes. Estudios y encuestas sobran que dan evidencia decómo los inmigrantes, aún los que no tienen documentos para estar enel país, han contribuido y siguen contribuyendo a manera positiva, a laeconomía de la nación.

Un factor posiblemente no tomado en cuenta que afecta toda la ex-periencia de inmigración en el mundo entero es el de la globalización(algunos prefieren el término “mundialización”). La Real Academiadefine el concepto como “la tendencia de los mercados y de las empre-sas a extenderse, alcanzando una dimensión mundial que sobrepasafronteras nacionales”. Lo que es evidente por dondequiera, es lacreciente integración de las distintas economías nacionales en una solaeconomía de mercado mundial. De ahí, los ya conocidos tratados delibre comercio, las industrias y corporaciones multinacionales y elimpactante concepto de la “aldea global”. (A modo de broma, se diceque hoy en día, EEUU estornuda y a México le da catarro). La global-ización es promovida continuamente por la Bolsa de Valores, el avancetecnológico, y sobre todo los medios de transporte y los de comuni-cación, especialmente la televisión. Desde el punto de vista sociológi-co, este continuo intercambio entre los pueblos, impacta dramática-mente la cultura, la movilización de la gente y la calidad de vida.

De acuerdo a la Organización Internacional de Migración, en el 2005hubo alrededor de 200 millones de inmigrantes en el mundo entero. Pormás que los países desarrollados quieran controlar el flujo de inmi-grantes, éstos continuarán su travesía, empujados por un sinnúmero derazones, siendo la sobre vivencia de la pobreza global, el factor princi-pal. La globalización y sus consecuencias en el movimiento de lasmasas, continuará cambiando la faz de la tierra, obligando a la redefini-ción de fronteras y demarcación de los grupos étnicos, (como ocurrióaños atrás con Yugoslavia).

El Sr. Stanley Kober, un investigador y perito en política extranjeracon el Instituto CATO en Washington, DC argumenta que toda esta ex-periencia de movimiento en masa, eventualmente lleva a una crisis deidentidad. ¿Con quién se identifica el mexicano, el centroamericano, elsuramericano, el caribeño por mencionar algunos, cuando se establece

Continúa en la pag. 2Continúa en la pag. 2

Un periódico de la Arquidiócesis de Newark, NJ Enero-Febrero 2009

POR P. DOMINGO RODRIGUEZ ZAMBRANA, S.T.

Parece oportuno dar una voz de alerta, lanzadasin estrépito, pero con pleno convencimiento, paradespertar en el corazón de todas las personas que de-sean una sociedad mejor. Hay que estar alerta al con-formismo del que cree que nada puede cambiar. Hayque estar alerta a la comodidad enervante de quienespiensan que no hay que esforzarse, ya que piensanque la vida es una lotería. Hay que estar alerta parasaber captar el mensaje de revolucionario de los quedesean luchar por un mundo mejor.

Siento un cierto temor al contemplar el mundoque estamos edificando entre todos cuando yahemos abierto de par en par las puertas del 2.009.Quisiera ser capaz de despertar una gran ilusión en lamente de quienes miran con cierto recelo su futuro.Oyen hablar de crisis económica, de quiebra de val-ores, de terrorismo, de hambre, de desempleo, mien-tras ven atadas sus manos ya que ellos, de momento,se muestran incapaces de cambiar una sociedad queno les gusta.

Lo que importa no es lanzar novedades espectac-ulares o saturar el ambiente de promesas hermosas.Es todo mucho más sencillo. Es preciso ir con-struyendo, poco a poco, una nueva sociedad desde lapropia responsabilidad. Las pequeñas fidelidadesgeneran los frutos más apetecibles.

La globalización ysus consecuencias

El Arzobispo Juan José Myers se asoma una vez más a nuestro periódico New Jersey Católico. Estavez es una entrevista hecha por el diácono Asterio Velasco. Si desea conocer a nuestro arzobispo unpoco mejor a nivel personal, si desea saber cuál es su opinión en una serie de puntos importanes, leinvitamos a que lean el artículo en la página 6.

Entiendo que nuestro mundo precisa una granrevolución que permita un cambio significativo enno pocos aspectos de la vida: las relaciones sociales,el trabajo, la justicia, la solidaridad, la paz... Con-viene tomar conciencia que la mejor revolución,, seinicia y desarrolla en nuestro interior. En forma al-guna cambiaremos la sociedad si no somos capacesde cambiarnos a nosotros mismos.

El testimonio ejemplar de los creyentes enCristo Jesús ha venido a ser hoy la mejor lecciónque se puede dar a las nuevas generaciones. Esta-mos hartos de palabras, apenas nos convencen losdiscursos, ha caído estrepitosamente la imagensofisticada de una apariencia engañosa y sincompromiso. El talante existencial, hecho de fi-delidad, sencillez, trabajo, veracidad y justicia, vamoldeando una vida con sentido e ilumina laszonas más oscuras de la existencia del ser hu-mano. Vale la pena ser personas, ser humildes,ser solidarios, ser fieles a la palabra dada, saberresponder a la llamada interior con el mejor delos talantes. Sólo Dios logra llenar el vacío deuna sociedad que, entre todos, queremos cambiar.

¿Soñamos en una tierra nueva con alma?A la juventud se le ofrecen muchas cosas: Placeres,diversiones, ropa de marca, bebidas alcohólicas,música estridente, sexo sin seso, subidas ganancias,

Una voz de alertaP. GREGORIO MATEU

Page 2: La globalización y sus consecuencias

Página 2 Enero-Febrero 2009La Vida de la Iglesia

puestos relevantes... Casi todos los lideres sociales intentansatisfacer los instintos básicos de la gente, y, al final, semanifiestan en un consumismo feroz que poco a poco vaconsumiendo a la misma persona.

Ni los placeres, ni la saturación de cosas, ni los fácileshalagos recrearan una sociedad positiva, estimulante, va-liente. Difícilmente lograremos sociedad feliz y equilibradasi carece de bases morales y de espiritualidad. Los jóvenesdesean algo más que una confluencia de intereses creados.Necesitan fomentar una conciencia solidaria que les permi-

ta sentirse miembros útiles en una sociedad plural. Nada seconsigue sin esfuerzo. Cada ser humano es único e ir-repetible. La vida no es una lotería en la que se acierta porcausalidad. Es una tarea, una responsabilidad que se va lle-vando a cabo dia a dia. Nadie llenará el vacío que yo no hequerido llenar. Todos los seres humanos formamos una ca-dena y cuando falla un eslabón se rompe el equilibrio.Podemos conseguir todo lo que nos vamos proponiendo.La palabra imposible solo se encuentra en el diccionario delos cobardes.

Que mi voz de alerta llegue a todos los creyentes enCristo Jesús, que desde nuestra identidad católica, quere-mos conseguir un “cielo nuevo y una tierra nueva” donde,de verdad, es posible el amor a Dios y a los hermanos.

Presidente y Publisher: Su Excelencia Reverendísimo John J. Myers, J.C.D., D.D., Arzobispo

Coordinación: Diácono Asterio Velasco Junno Arocho, Oficina de ComunicacionesConsejo Editorial: Msgr. William J. Reilly

Rev. José GambaDiácono Asterio VelascoMarisa InclánMaría de los Angeles García

Publicación y distribución: Advocate Publishing Corporation

Advertising Director: Marge Pearson-McCue973-497-4201

New Jersey Católico171 Clifton Avenue

Newark, NJ 07104-0500Tel: (973) 497-4188 • Fax: (973) 497-4185

[email protected]

NEW JERSEY CATÓLICOEdición especial de Advocate Publishing Corp.

Un periódico de la Arquidiócesis de Newark, NJ

Una voz de alertaViene de la pag. 1

Viene de la pag. 1

llegado. Consecuencias de la experiencia de inmigraciónsin embargo, es el tocar a la puerta de una Iglesia Católicaacá en el norte, que es muy diferente a la Iglesia que se dejóallá atrás en el país de origen. Las estructuras, la pastoral,la liturgia, la mentalidad, los estilos y acercamientos, larelación humana, la comunicación, los entendidos co-munes, la piedad y espiritualidad… ¡todo ha cambiado!Poco a poco el desencanto, la decepción, la no atenciónpastoral, lo aleja de la Iglesia Católica. Posiblemente siguecon su altarcito en casa, con el rosario colgando al cuello,con la estampita de la Guadalupana en la billetera, pero seenajena de la Eucaristía y de la comunidad parroquialcomo tal.

La globalización no hay duda, abre horizontes y tieneconsecuencias no pensadas por nuestro pueblo inmigrante.Pero por ahí es que todos debemos ir enfocando nuestraatención y esfuerzos. ¿Cómo ayudar al recién llegado anuestro vecindario? ¿Cómo evangelizar en el lugar de tra-bajo? ¿Cómo asumir una actitud de apóstol? ¿Acaso no

soy yo responsable de mi hermano? (Génesis 4/9) No, noes cuestión de crear sentimientos de culpabilidad, pero sí demotivar mayor conciencia de una mentalidad misioneraque nos ayude a todos a convivir con mayor gracia en la“aldea global”.

Aquí hemos llegado todos por voluntad de Dio y suDivina Providencias, no por casualidad ninguna. Expandi-endo las fronteras de nuestra patria, arraigados con pasióna nuestra cultura, inmersos en la fe Católica de nuestrosabuelos y abuelas… ¿qué nos toca hacer ahora?

aquí en los Estados Unidos? ¿Acaso se considera norteam-ericano? ¿O no es más bien que el latinoamericano en estepaís, sigue identificándose con su país natal? Nótese comoen esta nación, el fuerte arraigo de su cultura y su identidadcontinúa siendo afirmado por los medios de comunicaciónque le informan, le entretienen, le venden de todo y lomantienen emocionalmente atado al país de su origen. Cri-sis de identidad ocurre cuando en las tendencias de la asim-ilación, el inmigrante se confunde queriendo ser fiel a suraíces, pero con empeño recién aprendido de ser “más deacá que de allá”.

Es en este dilema interno de fidelidades (la patria o larecién adoptada nación), que el inmigrante entonces tiendea buscar un factor común. La religión usualmente suple elelemento aglutinante que sostiene la identidad del recién

al escuchar la razones convincentes por la cuales lamayoría de la gente emigra. Tiene muy poco que ver conel sentido aventurero. Es cierto que, idealmente, la gentedebería emigrar legalmente. Pero ¿qué sucede cuando laventanilla donde dice “entre por aquí de forma legal” noestá casi nunca abierta y en un gran letrero a su lado conbonitos colores se lee “se busca mano de obra (y¡mucha!)” y apunta hacia una grieta en el muro? Eso esexactamente lo que ha estado sucediendo durante dé-cadas con nuestras leyes de inmigración, las cuales hanprobado ser inadecuadas a las demandas de mano deobra internas, y con las políticas de comercio interna-cional que liberalizaron el transporte de mercancías perono la circulación de mano de obra.

Las políticas migratorias restrictivas tienen el efecto

Casi me caigo de la silla. Finalmente alguien se atrevióa decirlo alto y claro: “La inmigración es la prueba más im-portante para los derechos civiles en nuestra gen-eración…Está muy cerca del derecho a la vida”. Y lo dijocon la autoridad que, en la Iglesia, confiere el oficio de sermaestro. Sucedió en una reunión de la Conferencia Católi-ca de Missouri donde el Arzobispo José H. Gómez de SanAntonio, Texas, ofreció un discurso sobre la necesidad decontinuar la lucha por una reforma migratoria integral tanpronto como el nuevo presidente y los miembros del nuevocongreso tomen posesión de sus cargos.

Lo sorprendente no fue tanto la parte de ser “una prue-ba para los derechos civiles” —acerca de lo cual la cam-paña Justicia para Inmigrantes de los Obispos Católicosestadounidenses lleva ya varios años creando conciencia—sino el hecho de que pusiera este tema a la par con el dere-cho a la vida. Y tiene toda la razón. La emigración,cualquiera que sea la forma que toma, siempre tiene quever con el derecho a la vida.

Ya sea que los inmigrantes vengan huyendo de lapersecución política o religiosa, del genocidio masivo odel hambre y la pobreza, el espíritu humano de super-vivencia y el sentido de responsabilidad por cuidar delos suyos—aunque sea al precio de no verlos nuncamás—todo tiene que ver con la búsqueda de la vida, conquerer conservar la vida y mejorarla. Tiene que ver conel derecho a existir y a hacerlo en condiciones humanasdignas.

No voy a hacer un resumen aquí de la conferencia delArzobispo. Para hacerle justicia debe leerse completa(una copia en inglés se puede obtener pidiéndola awww.originsonline.com).

En cierto punto de mi vida yo también fui inmi-grante. A lo largo de los años me he sentido conmovida

de encerrar adentro a los que ya están aquí, no de sacar-los. Han llevado a millones de personas a vivir en losmárgenes de nuestra sociedad y han puesto a los empre-sarios entre la espada y la pared. Mientras viví en Col-orado conocí a granjeros y agricultores, dueños derestaurantes, de negocios de construcción y otros em-presarios en dificultades. No conseguían atraer el interésde suficiente mano de obra nacional a su área de traba-jo (algunos ofrecían un sueldo más que decente) perotampoco podían obtener suficientes visados para traba-jadores extranjeros. El sistema actual claramente no fun-cionaba para ellos. El dilema estaba en si dejar lascosechas pudrirse, reducir el negocio a la meraeconomía de subsistencia o cerrarlo, o contratar la manode obra inmigrante, si bien ilegal, que abundaba alrede-dor.

Realmente nuestro sistema migratorio está en ruinas.Una reforma responsable es lo único que nos ofrece es-peranza como individuos y como nación. Personalmenteme sentiría más segura, y creo que nuestra nación tam-bién se beneficiaría, sabiendo quién forma parte de lafuerza laboral y el tejido social en nuestro país. Un in-cremento, casi de la noche a la mañana, de varios mil-lones en la base de personas que paga impuestos por in-gresos no le vendría mal tampoco a nuestra tesorería quetanto sufre estos días. Y dar oportunidad para que per-sonas que ahora se ven forzadas al anonimato se con-viertan en ciudadanos respetuosos de la ley no puedehacer otra cosa que beneficiar al país en su conjunto.

Somos una nación práctica a la que no le gustanlos sinsentidos. Pero en esta cuestión de la inmi-gración ilegal ya hemos escuchado suficientes deellos. No esperen que los católicos permanez-camos por más tiempo callados sobre esto.

¡Reforma migratoria, ya! Sí se puede, yes wecan! ¿Les suena familiar?

Sobre la inmigración ilegal y el derecho a la vidaPOR MAR MUÑOZ-VISOSO

Globalización

CNS foto

Page 3: La globalización y sus consecuencias

Enero-Febrero 2009 Página 3Comentario

Seguramente hemos oído y usado esta frasemuchas veces tratando de demostrar que lavida en sociedad y la vida en relación con

Dios son dos cosas separadas e independendientes;sin embarego, si leemos en los Evangelios el pasajerelacionado con el tributo al César (Mc. 12, 13-17;Lc. 20, 20-26; Mt. 22, 15-22) podremos comprenderlo que Jesús quiso decir : “lo que es del César de-vuélvanselo al César y lo que es de Dios, a Dios”.

Vivimos en sociedad porque fuimos creados paravivir unos con otros; no somos islas, y una sociedadbien organizada requiere gobernantes investidos delegítima autoridad que defiendan las instituciones yse dediquen a procurar el provecho común del país.Estos gobernantes tienen autoridad, entendiéndosepor “autoridad” la cualidad en virtud de la cual laspersonas e instituciones dan leyes y órdenes a losmiembros del grupo en cuestión y esperan de éstosla obediencia correspondiente. Sin embargo, nadietiene autoridad por sí mismo, toda autoridad vienede Dios. Esta es la respuesta que Jesús da a Pilato alser interrogado por éste ” no tendrías autoridad al-guna para actuar contra mí, si no la hubierasrecibido de Dios” (Jn. 18, 11).

El deber de obediencia nos impone a todos laobligación de dar a la autoridad los honores que le

son debidos, y de respetarr, según su mérito, a laspersonas que la ejercen.

Una condición moral de la autoridad es que pro-mueva el bien legítimo de la comunidad que rige.Aquellos regímenes o personas cuya naturaleza oforma de autoridad es contraria a la ley natural, alorden público y a los derechos fundamentales de laspersonas no pueden catalogarse como justas. Si losdirigentes proclaman leyes injustas o toman medi-das contrarias al orden moral, estas disposiciones nopueden obligar en conciencia. La autoridad sólo seejerce legítimamente si busca el bien común delgrupo que rige y si para alcanzarlo emplea mediosmoralmente lícitos.

La Iglesia ha reconocido siempre la autoridadlegítima. La oración más antigua de la Iglesia por laautoridad política tiene como autor a San Clementede Roma en su carta a los corintios: “Concédeles,Señor, la salud, la paz, la concordia , la estabilidad,para que ejerzan sin tropiezo la soberania que Túles has entregado. Eres Tú, Señor,rey celestial de lossiglos, quien da a los hijos de los hombres gloria,honor y poder sobre las cosas de la tierra. Dirige ,Señor, su consejo según lo que es bueno, según loque es agradable a tus ojos, para que ejerciendocon piedad, en la paz y la mansedumbre el poderque les has dado, te encuentren propicio”.

SABES…

SABES…

PRINCIPIO DE FECREEMOS QUE LA AUTORIDADDEBE FAVORECER EL EJERCICIODE LAS VIRTUDES, NO SER UN

OBSTACULO PARA ELLAS.

Al César lo que es del César…Respuestas a las preguntas de nuestra ediciónanterioir

¿Quién fue el angel de la Anunciación?

Fue el arcángel Gabriel quien le anunció a Maríaque sería la madre de Jesús el HIjo de Dios.

¿Qué quiere decir que María es“Theotokos”?

La palabra “Theatokos” quiere decir que Mariaes verdaderamente la Madre de Dios.

¿Cuál fue el papel de San José en lavida de Jesús?

San José, con quien la Virgen María estabadesposada en el momento de la anunciación fueel padre “legal” de Jesús a quien éste le estabasometido cumpliendo a la perfección el cuartomandamiento. En los Evangelios de San Mateoy San Lucas se puede ver el cuidado que SanJosé tenía de Jesús desde antes de sunacimiento, pasando por la presentación en eltemplo, la huída y regreso de Egipto y labúsqueda de Jesús perdido y hallado en eltemplo

¿Qué es el principio de subsidariedad?

¿Qué es necesario para que laautoridad sobre un grupo se ejerzalegítimamente?

¿Qué es el “bien común”?

Responde a estas preguntas y compara tusrespuestas con las que aparecerán en nuestraproxima edición Hasta entonces…..

María de los Ángeles García

Conozca

la Fe

Católica

Empieza a hacer algo. EmpiezoLo importante es comenzar.Planta un árbol, siembra un hijo,suda un libro (es un cantar),.dale a una mujer tu nombre,dale a un hombre tu amistad,ponte de primera piedrade un algo que edificar.

Preocúpate de tu origen,fundamenta tu verdady da al hoy lo que es del hoyque mañana Dios dirá;comienza a hacer algo. Ahorano te importe el terminar.porque lo que un hombre empiezaotro lo terminará.

Todo en el hombre es sorpresa,asombros del caminar.todo en la vida es principioy ni aun la muerte es final.tú, primavera, a tus floresverano, a tu madurar.tú, campesino a tu tierra

hombre de mar a la mar.rubio otoño a tu vendimia.sacerdote, a tu rezar.viejo invierno, a tus nevadas: joven amante a tu amar.

Tú poeta a tu palabraque abre y labra eternidad.cada pájaro a su rama.

Ya el alba empieza,Empezad…

Antonio Murciano

Si toda autoridad viene de Dios y nos obliga aobedecer, ¿Qué actitud debemos tomar cuando laautoridad impone leyes u ordenanzas contrariasa nuestra fe?

La autoridsad se funda en la naturaleza humana yproviene de Dios aun cuando los gobernantes seanelegidos por los ciudadanos; pero cuando esa mismaautoridad, rebasando su competencia, oprime a losciudadanos, éstos deben defender sus derechos y losde sus conciudadanos contra el abuso de tal autoridad,guardando los límites de la ley natural y evangélica.

Ver Constitución apostólica “Gaudium et spes”número 74.

¿Tiene preguntas o dudas sobre la fe católica?Envíelas a nuestra dirección postal. Trataremos deresponderlas siempre que sea posible.

Canción paraempezar unaño nuevo

Preguntas Populares

Una invitación especialEstoy seguro que muchos de nosotros

conocemos algunas personas que acaban dellegar a nuestra ciudad provenientes deotros países o de otros estados. Con fre-cuencia se encuentran medio “perdidos”.Son católicos, asistían a misa los domingosen su país de origen, pero de pronto, en estemedio ambiente nuevo y desconocido, nosaben qué hacer o adónde ir. Una invitaciónespecial para los lectores de NJ Católico:vamos a ser nosotros los que los invitemosa nuestras parroquias para que se sientan bi-envenidos. Y si tienen niños de edad esco-lar, ayudémosles a encontrar orientaciónpara que asistan a los programas de Edu-cación Religiosa. Que no se quede ningúnhispano católico que llegue a nuestra Ar-quidiócesis sin saber dónde está su casa.

La Redacción

Page 4: La globalización y sus consecuencias

Página 4 Enero-Febrero 2009Reflexionemos

Por Mons. William J. Reilly

DoctrinaSocial de la Iglesia

Por el Padre Pedro Navarro

Al paso

de los días

Por Padre Juan Luis Calderón

Un año con San Pablo

Cinco palabras mágicasdenso y oscuro o, dicho con palabras de todos losdías, sencillamente pesado y aburrido. No conozco acasi nadie que se haya, de verdad, emocionado conesas declaraciones. (Respeto, por supuesto, laopinión de los que piensen que este juicio esexagerado. Tal vez tengan razón…)

Sin embargo hay excepciones a esa regla. Haceun tiempo los obispos de Bélgica publicaron una deesas “cartas” con motivo del Año Internacional delNiño. En ella, dirigiéndose a los niños, les dicen quees necesario acostumbrarse a usar cinco palabras,cinco expresiones, que a pesar de su sencillez,podrían tener un efecto casi mágico. Esas palabrasson: “Buenos días”, “Por favor”, “Gracias”,“Perdón”, y “Con mucho gusto”. Pocas veces heencontrado una “pastoral” tan pedagógica y de unasencillez tan evangélica.

Al releerla hoy pienso que esa carta no fue escritasólo para los niños sino para todos y, en especial,para nosotros los adultos.

El ambiente, sobre todo en las grandesaglomeraciones en las que la mayoría vivimos, nos havuelto duros y ásperos. Tanto en las ventanillas de losbancos como en los peajes; en el correo como en elautobús; en las tiendas, en las oficinas privadas y en lasdel gobierno; en las cajas contadoras de lossupermercados, en la recepción de las casasparroquiales (de las “rectorías” como las llamamos aquí,especialmente algunas de ellas), etc., nos encontramoscon demasiadas caras aburridas, avinagradas e incluso

Aparecida francamente hostiles. Y como cada acción engendra unareacción, terminamos mirándonos todos comoenemigos. Y todos salimos perdiendo.

En la ciudad de Omaha, en el estado deNebraska, se celebra desde hace años, el 21 denoviembre, lo que llaman “el día de los saludos”. Laidea es que ese día todo el mundo dé los “buenosdías “ por lo menos a diez personas desconocidas oa las que nunca haya saludado antes. A primera vistaesa idea puede parecer un poco infantil o superficial.Pero analizada con más atención no hay duda de queesa iniciativa tiene mucho de humana y dehumanizadora.

Dicho de corazón, ese saludo y esas palabras quelos obispos de Bélgica nos sugieren van mucho másallá de un simple gesto de cortesía. Dichas deverdad, podrían cambiar en alto grado nuestraconviviencia familiar y hasta nuestra malparadaconvivencia social. ¿Qué les parece si, por una vez,escuchamos a los obispos? Intuyo que, si lohacemos, todos vamos a salir ganando.

Las declaraciones oficiales del Papa, lo quellamamos “encíclicas” o las de los obispos, lasque llamamos “cartas pastorales”, tenemos

que reconocerlo, no suelen ser ni muy interesantes nimuy atractivas. Lo que dicen es muy importantepero la forma de decirlo, el estilo, es, en general,

Mantener con renovado esfuerzo nuestraopción preferencial y evangélica por los pobres.

Acompañar a los jóvenes en su formación ybúsqueda de identidad, vocación y misión,renovando nuestra opción por ellos.

Uno de los grandes dones de nuestra Iglesia en elsiglo XX fue el desarrollo de la preocupación yde la teología, expresado en las palabras “opción

fundamental por los pobres”. Arrancó de la reunión delCELAM (Conferencia Episcopal Latinoamericana) enPuebla. México. Es un eco de la parábola del evangeliodel pobre Lázaro y del rico Epulón. El pecado de éste nofue sólo que no se ocupó de Lázaro, sino que ni siquierase dio cuenta de que estaba a la puerta. Cuando el papaJuan Pablo II habló desde el Parque Battery en NuevaYork y dirigió su mirada hacia la Estatua de la Libertad,nos recordó a todos los que vivimos en un país deabundancia, que Lázaro está a nuestra puerta. En nuestrallamada a vivir esta preferencia, se nos enseña quedebemos amar y defender a los pobres. No sólamentedebemos darles, sino que debemos aprender de ellos y,en cierto modo, obtener la salvación por medio de ellos.La reflexión que hace el teólogo Juan Sobrino sobre lasvidas de Romero y Ellacurría insiste en esto.

La mayoría de los católicos hispanos en los EstadosUnidos son jóvenes. Nuestra iglesia inmigrante esjóven y creciente. Como en América Latina y en elCaribe hay una necesidad apremiante de transmitir unafe viva a nuestros jóvenes. Don Bosco y sus seguidoreshan demostrado y continúan demostrando que ésta esuna prioridad y que todos nosotros debemosenfrentarnos a esta realidad. Aunque hay programasque se ofrecen para atraer a los jóvenes a la Iglesia, lallamada de una sociedad secular, consumista ymaterialista es mucho más fuerte. El documento de losobispos en Aparecida habla de estos retos y ofreceplanes para la acción. Cualquiera sean los pasos atomar o los programas ofrecidos, debemos brindar anuestros jóvenes un encuentro con el Cristo vivo y supresencia en la Iglesia. Sólo cuando el rostro de Cristoes revelado en la comunidad, los jóvenes sentirán lanecesidad de adherirse a la vida de la iglesia. Loslíderes eclesiales y familiares no pueden ignorar labúsqueda del sentido de sus vidas de nuestros jóvenes,y que sólo podrán encontrar en la persona de Cristo.

La iglesia de nuestros días debe ser una iglesiainclusiva y estas dos opciones son cruciales paranuestro futuro.

También el cuerpo cuentaEn el Centro Guadalupe, acabamos de terminar

una serie de cursos (86 participantes en total)repasando la vida de San Pablo y reflexionando

sobre nuestra realidad. Viendo cómo él respondió a lasnecesidades religiosas de su época, hemos buscadorespuestas a los retos pastorales de nuestro tiempo. Hasido una experiencia muy enriquecedora para todos.Una de las personas destacó que ella tenía la idea deSan Pablo como un gran predicador, muy preocupadopor las verdades dogmáticas, y que se habíasorprendido de la preocupación de San Pablo por lasnecesidades materiales de los cristianos, en especial dela Iglesia de Jerusalén.

Se refería a la colecta especial que San Pabloanimó a recaudar para ayudar a la primeracomunidad cristiana y la más perseguida, la deJerusalén. Esa preocupación por los pobres es unaconstante en el pensamiento del Apóstol. Loscapítulos 8 y 9 de la Segunda Carta a los Corintiosse centran en este asunto (ver también Rom 15).Destaco una frase: “No paséis apuros para que otrostengan abundancia, sino con igualdad. Hoy, vuestraabundancia remedia su necesidad, para que laabundancia de ellos pueda remediar también vuestranecesidad y reine la igualdad” (2Co 8:13-14).

Esta invitación a la caridad no se hace como un“dar limosna”, dando de lo superfluo, de lo que nossobra, sino invitando a dar de corazón al hermanoque necesita. El que pide, el que sufre, el pobre noes simplemente un necesitado al que se da limosnapara paliar su dolor. Es también nuestro hermano enla fe, es parte de nosotros. San Pablo nos cuenta quelos cristianos de Macedonia –a pesar de su extremapobreza- dieron mucho a los de Jerusalén en esacolecta. Quizás los de Macedonia era pobreeconómicamente, pero fueron ricos en amor de Dios,

como lo eran los de Jerusalén. Así se entiende lapobreza y la riqueza de unos y otros en el textocitado de San Pablo.

Nosotros, latinos, sabemos bien lo que significacrecer en países con carencias (económicas, sociales,políticas…). Nuestra presencia en Estados Unidostambién debería ayudar a tomar conciencia de estarealidad. Nosotros deberíamos ser más agentes detransformación del mundo, porque somos lasprimeras víctimas de las injusticias estructurales dela sociedad. Nuestra vivencia personal, nuestrafuerza para buscar un futuro nuevo (que nos trajo aeste país) se convertirán ahora en fuerza y esperanzapara construir un mundo nuevo.

Que bueno que el nuevo año 2009 fuera el año enque la conciencia hispana se encendiera, el año deque todos los católicos latinos nos unamosintensamente a la larga cadena de hermanos nuestrosque luchan por la justicia social, por construir elReino de Dios también aquí en la tierra. Ojalá sea elaño en que todos conozcamos las implicacionessociales de nuestra fe cristiana lo que llamamos laDoctrina Social de la Iglesia.

Page 5: La globalización y sus consecuencias

Enero-Febrero 2009 Página 5Noticias Locales

Hemos escuchado y escuchamos tanto la palabra paz querealmente no nos damos cuenta de lo que quiere decir. Larepetimos como algo que nos viene a los labios sin pensarlo.

Todos queremos la paz. Y nos deseamos la paz unos a otros.Los cristianos nos damos la paz…por lo menos todos losdomingos. Pero a veces la damos “de dientes para afuera”. Yrezamos el Padrenuestro sin pensar en lo que decimos.

Y ¿a qué viene todo esto? Pues a que definitivamente esta-mos en muchas guerras, grandes y chiquitas, personales y co-munitarias; en la familia, en el trabajo y hasta en las organiza-ciones religiosas. Todo el mundo quiere imponerse. Criticamoslo que hacen los demás o cómo lo hacen. Pero las críticas casinunca vienen con una solución o deseos de cooperar. Podemosdiscutir y exponer nuestra opinión con sentido común y sinofender. A veces se detecta cierto “terrorismo” solapado. Estas“guerritas”dejan un sabor amargo y no nos dejan vivir en paz.

Estamos en guerra cuando faltamos a la caridad, cuando ridi-culizamos a otros, cuando nos dejamos llevar por el mal genioe insultamos sin necesidad. O cuando, con disimulo, decimos oinsinuamos algo de otra persona que se puede interpreta endetrimento de ella, cuando podemos hacer el bien y no lo hace-mos. Es lo mismo en todas las escalas. La tentación es grande.Todos queremos rezar por la paz, pero la verad es que tal pareceque lo que deseamos es que los demás “descansen en paz”.

Jesús nos trajo la Paz. La paz del corazón primero, porquesin ésa, ni los educadores, ni la familia, ni los políticos, ni loscristianos podemos avanzar respetándonos unos a otros.

No todos tenemos que pensar igual, pero podemos respetarla opinión del otro “tratando de luchar contra el mal haciendo elbien”

Oremos porque terminen las guerras entre países, porque ter-mine la opresión y la falta de libertad , para que nos respetemoscomo hermanos, para que cese la violencia en la familia y portodas tantas cosas…

Que en nuestras familias, en nuestros grupos de oración, ennuestras tertulias, en nuestras llamadas telefónicas, en nuestroscorreos electrónicos y en cualquier relación con los demás, hag-amos una pausa para repetir con san Francisco de Asís: “Señor,hazme un instrumento de tu paz”.

POR ESPERANZA LÓPEZ

Oremos por la paz

Reconocimiento a una estudiante hispanaEl pasado 13 de enero en el gran discurso anual

del Gobernador de New Jersey frente al gobierno ylas cámaras estatales, reconoció y aplaudió los éxi-tos académicos obtenidos por una estudiante decuarto año de Union City High School. El gober-nador dijo que Kamaris Loor, nacida en Ecuador, es“una de las grandes esperanzas para el futuro deNew Jersey”. Lo que el Gobernador no dijo fue queKamaris, al igual que su hermana Karina, es unajoven muy activa en su parroquia, San José y San

Miguel en Union City. Participa en el ministerio dela música en el Programa de Educación Religiosa,es miembro del grupo juvenil y reclutadora incans-able de amigos y compañeros de la escuela para elmismo grupo, y entre otras cosas ayuda en la dis-tribución de alimentos a los más necesitados. Ellay su familia han sido por años un buen ejemplopara todos. Kamaris ha sido aceptada para estudiarmedicina en la Universidad de Brown en Provi-dence, Rhode Island. ¡Felicidades!

En la foto, Karina Loor , Kamaris Loor, el Gobernador Corzine yNadia Makar, profesora de ciencias de UCHS.

ServirPOR MARGARITA GUTIÉRREZ

Sirve el viento, la nube, la semilla y el

surco…

y el agua siempre inquieta en su claro reir.

Y es que la Naturaleza tiene sólo un anhelo

Con que enjoya los mundos: Servir, Servir,

Servir.

Sé de aquellos que dan, que siempre dan!

Ya un consuelo oportuno, ya una frase

cordial.

O el pan claro y vital de tu alegría,

O el pan moreno y grato

del trigal.

El servir es faena de seres superiores

Y tú en cada momento te debes repetir:

¿A quien servir ahora?

¿Que puedo hacer por otro

Para darle más ánimo, para verlo contento y

evitarle sufrir?

Y así serás de aquellos que oyen la voz de

Dios.

Esa voz de silencio, que en la luz da cada día,

Perfuma el orbe entero viniéndote a decir:

“Aquí estoy, hijo mío. Apóyate en mis

fuerzas y ayúdame a servir!

Cuando hace algunos días reflex-ionaba sobre qué tema escribir, llegóa mis manos un hermoso poema dela poetisa chilena Gabriela Mistraltitulado “Servir”. Al leerlo, ademásde lágrimas a los ojos, me vino a lamente la Iglesia. Pensaba en los quedan su tiempo, esfuerzo y talentopara servir a otros; desde los coroshasta los que limpian los templos.Aquellos que visitan enfermos y en-carcelados, los que trabajan con losjóvenes y ancianos, los misioneros,los que dirijen grupos de oración, losque atienden a niños huérfanos, y lalista podria extenderse considerable-mente. Por todo eso estamos profun-damente agradecidos y jubilosos.

Sin embargo, la necesidad de ser-vicio continúa siendo enorme. Y esel mismo Cristo, bajo distintas apari-encias, que gime y espera. Cristovino a servir. Vease (Marcos 10:45).Nunca buscó ni esperó nada, sinoque dio todo lo que tenía: su amor,su compasión, su sabiduría y final-mente su vida. Por su entrega, hemossido salvados. De modo que seríajusto preguntarnos: ¿Qué estoy dis-puesto a hacer yo por los demás,para dar algo de lo mucho que herecibido, para llevar a Cristo aotros? Pongamos nuestro granito dearena en tiempos en que el calor hu-mano es tan escaso y tan necesario.

Page 6: La globalización y sus consecuencias

Página 6 Enero-Febrero 2009Entrevistas

Al habla con nuestro Arzobispo Juan José MyersPOR DIÁCONO ASTERIO VELASCO

• En un momento de tanta escasez de vocaciones alsacerdocio no podemos dejar de preguntarlecómo sintió usted esta llamada.

La toma de conciencia de una vocación al sacerdociosucede con el paso del tiempo. Había pensado en el sac-erdocio durante mis años de high school. Comencé misestudios universitarios en el Loras College en Dubuque,en Iowa. Al final del año escolar, durante un retiro, decidídar al Señor una mayor oportunidad de guiarme en estadirección. En mi ultimo año de universidad había decidi-do ser sacerdote. Entonces el obispo de Peoria me envióal Colegio Pontificio Norteamericano en Roma para con-tinuar mi preparación.

No nos dice, pero sabemos que obtuvo su licenciaturaen Teología en la Universidad Gregoriana de Roma ydespués su doctorado en Derecho Canónico en la Univer-sidad Católica de Washington, DC.

• En 1987 fue nombrado obispocoadjutor de la diócesis de Peoria.En 1990 sería el obispo titular dela misma. ¿Alguna anécdota deesos años?

Había sido Director Vocacional yposteriormente Vicario General en ladiócesis, así que conocía muy bien acasi todos los sacerdotes y casi todas lasparroquias. Una experiencia que nuncaolvidaré fue el tiempo que pasé en elcarro. La diócesis de Peoria es más ex-tensa que todo el estado de New Jersey.No tenía ningún obispo auxiliar, así queme pasaba casi todo el tiempo de parro-quia en parroquia, especialmente en elperíodo de confirmaciones.

• Lleva siete años sirviendo anuestra Arquidiócesis. ¿Cuálconsidera usted el principal reto alque se enfrenta nuestra iglesiadiocesana?

El principal reto que siempre hantenido y tenemos hoy día los católicoses ser auténticos discípulos de Jesu-

cristo. Profundizar nuestra vida espiritual ynuestra vida de oración. Naturalmente tam-bién tenemos el reto de acoger a todos losque llegan por primera vez a nuestra Ar-quidiócesis y tratar de ayudarles en la medi-da de nuestras posibilidades.

• ¿Y en el plano personal? Quizás el momento más difícil desde mi

ordenación episcopal fue cuando el NuncioApostólico, en nombre del Santo Padre, mepidió que dejara Illinois donde había pasadotoda mi vida, excepto mis años de estudio,para venir como Arzobispo de Newark. Fueun cambio muy grande. Atrás dejé familiaresy amigos, pero era la voluntad del Señor. Porotro lado, fue magnífica la acogida que medieron tanto la gente como los sacerdotes deesta diócesis.

• ¿Cuáles han sido los principalescambios que ha iniciado en estos sieteaños?

Desde mi llegada a la Arquidiócesis nohemos hecho cambios sólo por hacerlos.Hemos tratado de ser buenos admin-istradores de los dones que ofrecen los fielesy los sacerdotes de la arquidiócesis. He trata-

do de aumentar el número de seminaristas yde encontrar los medios económicos para su formación.Siempre estamos tratando de mejorar nuestros tres semi-narios y hemos tenido que, por razones económicas, ponernuestros hospitales en manos de Hope Ministries, una or-

ganización profundamente católica que continuará la mis-ión que nosotros comenzamos.

• En su primera homilía en Newark se dirigió anosotros en español y nos dijo: “Son ustedesparte de nuestra familia diocesana”. Ynaturalmente estas palabras suyas fueronrecibidas con un aplauso que llenó la catedral.¿Cuáles son los principales retos a los que ustedse enfrenta para servir a los hispanos queformamos el 40% de la Arquidiócesis?

El principal reto al que nos enfrentamos en el servicio alos hispanoparlantes es el tener suficientes programas ymateriales en español. Estamos mejorando significativa-mente en el número de sacerdotes que hablan español. Perotengo la esperanza de que todos los principales programasestén a su disposión en español.

Llegó a Newark el día 1 de octubrede 2001, cuando nuestra Ar-quidiócesis, al igual que el mundoentero, estaba aún sobrecogidapor los sucesos del 11 de septiem-

bre. Venía de las extensas llanuras del estadode Illinois. Aquí le esperaban casi millón ymedio de católicos en una diócesis, queaunque territorialmente la más pequeña de losEstados Unidos, es una de las más activas y ét-nicamente diversas del país. Tras asumir elcargo de arzobispo nos dice que pasó granparte de los tres primeros meses “visitando fa-milias y celebrando misas por las víctimas ysus familias”.

En estos siete años que lleva entre nosotroshemos tenido la oportunidad de verlo yescucharlo en las celebraciones de la catedral,en sus visitas a las parroquias, en encuentrosdiversos y hasta se ha asomado a nuestrohumilde periódico para guiarnos… Peroqueríamos conocerlo un poco más a nivelpersonal y nuestro arzobispo Juan José Myersha aceptado enseguida la propuesta deconversar un rato con nosotros.

• Usted es el mayor de siete hermanos y siempre hablade su familia con un cariño muy especial. ¿Nospuede contra algo?

Crecimos en una finca cerca de un pueblecito del cen-tro del estado de Illinois. Mi padre tenía un pequeño nego-cio de leche… Como vivíamos en el campo, pasamosmucho tiempo juntos y desarrollamos unas profundas rela-ciones entre nosotros. Tal vez la característica más particu-lar de mi familia es que todos tienen sentido del humor. Nodudamos en bromear con los otros, o en aceptar que lohagan con nosotros… incluyéndome a mí.

• ¿Algún recuerdo especial de sus padres?Tal vez el recuerdo más profundo es de mi padre. Cuan-

do mi madre estuvo durante su última enfermedad en unaresidencia de ancianos casi siete años, mi padre se pasabatodos los días tres o cuatro horas junto a ella. Sosteniéndolela mano, seguían juntos en la televisión los eventos de-portivos del día.

Page 7: La globalización y sus consecuencias

gado ya adultos a este país de adopción y sabemos losesfuerzos que hacen falta para aprender otra lengua.

Nos despedimos agradeciéndole el trabajo pastoralque desarrolla entre nosotros. Como inmigrantes quesomos muchos de nosotros, apreciamos su disposiciónde servir al Señor lejos de su tierra natal, allá donde Éllo necesite.

Enero-Febrero 2009 Página 7Entrevistas

• Usted ha escrito numerosas cartas pastorales yensayos sobre teología y moral, pero no muchossaben que usted ha escrito una novela de cienciaficción. ¿Qué nos cuenta de esto?

Siempre he sido aficionado a la ciencia ficción. Gary K.Wolf, el creador de Roger y Jessica Rabbit, y yo hemossido grandes amigos desde nuestra niñez en Illinois. Garyme sugirió que juntos escribiéramos una novela de cienciaficción. Durante unos cuatro años trabajamos en ella cuan-do podíamos estar juntos y si no, por correo electrónico,fax o teléfono. Finalmente la terminamos y encontramosuna editorial que la publicara. Lo pasé muy bien haciendoalgo nuevo y trabajando con mi gran amigo Gary.

• La fiesta de Epifanía es muy popular en nuestracultura hispana. ¿Qué pidió usted este año a losReyes Magos?

Le pedí al Señor que cuide de una manera especial atodos los que sufren por los problemas económicos queafectan en estos momentos a nuestro estado, a nuestro paísy al mundo entero. Estoy de manera particular preocupadopor las familias que sufren.

• Finalmente, algo aún más personal: ¿qué es lo queusted disfruta más cada día?

La Eucaristía es el momento principal de mi día.También puedo incluir muchos otros momentos deoración. Me encanta de modo particular el trabajar conla gente y encontrar que la mayoría son buenos y sin-ceros. Ese creo que es mi mayor gozo.

Hemos escuchado a nuestro arzobispo muchasveces dirigirse a nosotros en nuestra lengua. Y sabe-mos que por años, robándole tiempo al tiempo, haseguido recibiendo clases español. Un detalle quepodemos apreciar de modo especial los que hemos lle-

POR P. JUAN LUIS CALDERON, OAR

El Centro Guadalupe cumplió 10 añosEl día 13 un nutrido grupo –más de 200 personas-

acudió a celebrar 10 años de la inauguración solemne delCentro Guadalupe de pastoral hispana de la Arquidióce-sis de Newark. Se tuvo un animado almuerzo, ameniza-do con teatro y canciones. El Obispo auxiliar para los his-panos, Manuel Cruz, abrió el acto con unas emotivas pal-abras invitando al futuro en vez de sólo recordar el pasa-do, para continuar en la misión. Estuvieron varios sacer-dotes y diáconos, estudiantes actuales y graduados del In-stituto de Formación Pastoral, dirigentes de movimientoslaicales, y la presencia especial de Mons. Richard Arn-hols, vivario de pastoral de la Arquidiócesis de Newark

Los detalles de organización se repartió entre volun-

tarios muy involucrados con el día a día del ministeriodel Centro Guadalupe. Se decoró el salón como en lasgrandes ocasiones, con profusión de flores de Pascua.Josefa López y Sylvia Fossati escribieron una repre-sentación comparando las Bodas de Caná con el CentroGuadalupe, agradeciendo a la Arquidiócesis de Newarky a los Agustinos Recoletos el don del “vino nuevo ymejor” para los hispanos a través de los retiros y cursosdel Centro Guadalupe. Miembros de Luz de Dios, grupode jóvenes de la parroquia de San Agustín, fueron los ac-tores de las Bodas de Caná. La parte musical corrió acargo de Blas Ortega y Yamilka Genao, que interpretaroncanciones originales, llenas de fe y espiritualidad,

“Locuras por Cristo” (grupo de rock cristiano nacidoen la parroquia de San Agustín) e Inma Heredia, quehizo cantar y bailar a los asistentes con coplas es-pañolas llenas de alegría y salero.

Se invitó a los asistentes a formar parejas y grabarunos minutos de conversación en la que contarancómo el Centro Guadalupe ha influido en sus vidas.Agustín Arséndiga se ocupó de la asistencia técnica yde las fotografías de este apartado. También estu-vieron presentes dos reporteros del programa de Tele-visión Española (TVE) Españoles sin Fronteras, quehabían llegado de España para entrevistar al P. JuanLuis Calderón OAR.

Mons. Manuel Cruz se dirige a los los que asistieron a la celebración del décimo aniversario del Centro Guadalupe. Celebra los logros del pasado y augura mayores y mejoresempresas en el futuro.

Page 8: La globalización y sus consecuencias

Página 8 Enero-Febrero 2009Reflexionemos

Registraciones para Colegios de Secundaria Católicos ¡Reserve la fecha!

Febrero 7, 2009Los Colegios de Secundaria Católicos proveen una

educación que abre las puertas a un futuro brillante.

Por favor llame al 973-497-4258

El pasado 29 de Noviem-bre del año que ha termina-do, ocurrió un evento quenos invita a reflexionar sobrela gran importancia del ser-vicio pastoral a los enfermos

Vida ejemplar de servicioy necesitados, que ha sido miárea de trabajo durante granparte de mi ministerio sacer-dotal. Recibí la noticia de queun religioso de la Orden delos Hermanos Hospitalariosde San Juan de Dios fue beat-

de vida ejemplar y modestiainsuperable, llamado JoséOlallo Valdés, popularmenteconocido como el Padre Olal-lo, desarrolló una importantelabor hospitalaria en la regiónde Puerto Príncipe (actual Ca-maguey), donde fue un testi-monio vivo de la presencia deNuestro Señor junto a los quemás necesitan de su Amor.

El Padre Olallo nació el 12de febrero de 1820, de padresdesconocidos, fue abandona-do en la Casa Cuna de La Ha-bana. En 1853 profesó como

ificado. Un extraordinariohombre que dedicó toda suvida al servicio de los pobresy los enfermos, nacido en miquerida isla de Cuba, era ele-vado a los altares de nuestraIglesia Católica. Este hombre

Hermano de San Juan deDios, comenzando ese año suservicio en el Hospital SanJuan de Dios de PuertoPríncipe donde permaneceríahasta su muerte el 7 de Marzode 1889, trabajando incans-ablemente para los enfermos,pobres y necesitados de esaregión.

A consecuencia de lasLeyes de Exclaustración dis-puestas en el año 1857, laOrden de los Hermanos Hos-pitalarios perdió la adminis-tración del hospital que pasóa manos del gobierno civil yel hermano Olallo no pudoutilizar más el hábito en lospredios de la institución. Apesar de las circunstancias, elBeato Olallo continuó vivien-do su vida según las reglas delos Hermanos Hospitalarios

tar su procedencia o su ma-nera de pensar.

Vidas como la del padreOlallo, nos hacen reflexionaren los deberes que tenemoscomo cristianos insertados enmedio de nuestras comu-nidades. Estamos llamados apracticar la caridad con todoaquel que lo necesite, ya seaen un lecho de enfermo o ennuestro diario encuentro concualquier hermano. Apren-damos del Beato Olallo la vir-tud de entregarnos al Señor,confiando en el y amando alprójimo tal como nuestro Diosnos ama.

Reverendísimo Manuel A.Cruz, D.D.Obispo Auxiliar de NewarkVicario para los Hispanos

sin símbolos externos que loseñalaran como religioso,solo su entrega total a los en-fermos, su rosario y su librode oraciones.

Este gran hombre, quepasó su vida tratando de imi-tar a Cristo por medio de laentrega a sus hermanos sinreparar en sus propias necesi-dades, fue un ejemplo demodestia y humildad, unejemplo de confianza infinitaen Dios y de fidelidad a lamisión de hacer el bien atodas las personas sin impor-

Page 9: La globalización y sus consecuencias

Enero-Febrero 2009 Página 9Reflexionemos

Thank you. ¡Gracias!POR P. ANTONIO CIORDIA

Es, sin duda alguna, la expresión más frecuenteentre nosotros.Y la usamos consciente e inconscien-temente. Nos va en ello la calificación de bien o de-ficientemente educados.

La expresión, bien pensada, arranca de un re-conocimiento. Un reconocimiento hacia quien, deuna manera u otra, inclina su libre voluntad en favornuestro. Y, aunque por derecho, exijamos algo,siempre la libre voluntad ajena, acapara nuestraatención y suscita nuestra simpatía. Quizás por esosurge espontánea la expresión, aunque teóricamentehablando no exista la obligación de agradecer nada.Con todo, decimos "Gracias", y quedamos bien.

De hecho, entramos con ello en relación positivacon las gentes que nos rodean. Reconocemos abier-tamente su buena voluntad y se nos reconoce lanuestra. Punto capital para una sociedad equilibra-da.

Es bueno saborear todo esto. Crece el aprecio yestimula la gratuidad. Porque damos más benevola-mente al que sabemos lo va a agradecer.

El cristiano lo proyecta sobre un fondo de la ex-trema gratuidad: Dios y sus dones. Más propia-mente hablando, Dios como un don. “Gracias aDios”, decimos. Y agradecemos su intervención.Quizás nos falta dar el paso decisivo hacia adelante:el don que Dios me da es expresión, limitada por el

La Iglesia y yoGroucho Marx decía que él no quería pertenecer

a ningún club que estuviera dispuesto a aceptarlo aél como miembro. Él fue capaz de reconocer suslimitaciones y al hacerlo, nos mostró una gran ver-dad: La integridad del todo depende de cada una delas partes que lo componen.

El siguiente cuento nos puede ayudar a entendermejor a Groucho. Había una vez un rey, quien quisorecompensar a sus trabajadores después de unabuena cosecha con una gran fiesta. El rey les dijoque el ponía la comida y las demás cosas necesarias.Lo único que les pidió a los invitados fue que ellostrajeran el vino. El rey colocó un recipiente grandeen la entrada y les dijo que depositaran el vino amedida que fueran llegando.

Uno de los invitados pensó que no era prudentellevar su mejor vino para no desperdiciarlo, ya queeste se iba a mezclar con los otros en la vasijacomún. Por lo tanto, llevó un garrafón de agua ylo vertió en la tinaja.

El rey quiso inaugurar la celebración con unbrindis. Se sirvieron las copas y brindaron. Sin em-bargo, al beber, no bebieron vino, sino, agua, ya quea todos se les había ocurrido lo mismo. El monarcase enfureció y los corrió del lugar.

Hay en este cuento mucha tela para cortar. Pode-mos, por ejemplo, aplicarlo a nuestra relación conla iglesia. Tengo la suerte de haber sido católicotoda mi vida, es más, si el cielo se ganara coleccio-nando misas, ya yo tuviera allá arriba un pedazo dereal estate más grande que el de Donald Trump enManhattan.

Con la Iglesia nos pasa como con nuestra famil-ia. Queremos recibir todos los beneficios, aportan-do a veces lo menos posible. No nos preocupamos

POR LA IGLESIA Y YO

objeto, del don de símismo, ilimitado ensí. Y, tratándose deDios, mientras nolleguemos a esepunto, todavía nohemos alcanzado elvolumen del don.Porque el sol quenos alumbra es man-ifestación de subenevolencia, de subuen querer hacia nosotros, y no puede ser ca-balmente entendido y apreciado si no es en eldon supremo que Dios hace de sí mismo enCristo Jesús. En él se nos da entero; garantíaahora de una posesión eterna.

Bajo esta visión cristiana, la creación entera,incluída especialmente la humanidad como fa-milia en Cristo, recibe una especial vitalidad yeficiencia cuya resonancia viene marcada porel pálpito del corazon de Dios.

Fuera de este marco, nuestro "gracias aDios", por muy cordial, entusiasta y conmove-dor que sea, se queda a medio camino. Y es unapena. De ahí proviene, en parte al menos, quenos quedemos mudos ante los grandes y ver-daderos dones de Dios. Con ello queda nuestroaprecio y, en sustancia nuestro amor, infantil y

raquítico.Pongamos, por ejemplo, Cristo, la Iglesia,

los sacramentos ... Si no se aprecian debida-mente los dones, difícilmente son cordialmentedeseados; y si no lo son, tampoco concedidos.Y así nos encontramos ern un círculo estrangu-lado por la estrechez y paralizado por el atrofi-amiento de los mejores anhelos.

Si yo no aprecio la eucaristía, por ejemplo,no la deseo; si no la deseo ardientemente, no lavoy a agradecer ni vivir con entusiasmo; y sino la vivo con entusiasmo, tampoco mi vida vaa crecer con robustez y belleza. Porque, en úl-timo término, tampoco me acercaré a recibirla.

Así como de cualquier cosa damos gracias- es nuestra educación -, debemos ejerci-tarnos en dárselas a Dios - sería nuestra edu-cación religiosa- y, centrándonos en la rev-elación en Cristo, elevar nuestro corazónagradecido en los bienes típicamente "cris-tianos". Pongamos por ejemplo la Iglesia.¿Quién da gracias a Dios por pertenecer a laIglesia Católica? ¿No es un don? ¿ No es ungran don? ¿No llegamos a Cristo por ella?¿No somos sus miembros?

¿Qué falta? El aprecio. Sin debido aprecio,no hay interés, ni estima. Sin estima, no hayagradecimiento. Sin agradecimiento no pros-pera la comunión con Dios y con lo hombres;nuestra fe y nuestro amor se quedan reduci-dos a lo superficial. El dar gracias nos une alos hombres. El dar gracias nos une a Dios.

mucho cuando lascosas andan bienporque son otros losque asumen su re-s p o n s a b i l i d a d .

Algunos católicos"profesionales", siestuviéramos aten-tos, nos daríamoscuenta que siempreson los mismos losque trabajan y losdemás nos echamosa un lado en cate-goría de obser-vadores.

Tomamos a veces los puestos reservados paralos críticos y somos expertos en señalar con eldedo, porque la culpa, por supuesto, es del otrosi algo no sale bien. Como siempre, reservamoslas palabras más agrias para los que están máscerca. Podemos decir cosas muy feas de nuestrafamilia, pero no les permitimos a otros que hablenmal de ella, y nos peleamos con cualquiera paradefenderla. A veces no actuamos así cuando setrata de la Iglesia. Nos quedamos callados cuandoestá sujeta a insultos e injurias. Esto no quieredecir que esté exenta a la crítica o que no reconoz-camos sus errores. De hecho, el reconocerlos lafortalece y la hace crecer más sana. En realidad,cuando hemos querido tapar el sol con un dedo opretender que no se ha equivocado, le hemos hechomucho mas daño.

La integridad de la Iglesia está sujeta a la cali-dad y responsabilidad de sus miembros, por lotanto, debemos ofrecer nuestro mejor vino para elbienestar común, siempre dispuestos a defenderlacon la misma valentía que nos permite reconocersus errores.

P. ANTONIO CIORDIA

DAMIAN DE ARMAS

Cena a beneficio del Hogar InfantilCorazón de JesúsComo en años anteriores, el pasado viernes 23 deenero se celebró en la parroquia del Santo Espíritude Union la cena a beneficio del Hogar InfantilCorazón de Jesús en Santo Domingo República Do-minicana, dirigido por las Hermanas Misioneras delCorazón de Jesús. Lo que tiene de especial y distinti-va esta cena es que se trata de un evento realmentediocesano. Feligreses de diferentes parroquias se re-unieron para colaborar con esta causa tan queridapara Mons. Reilly, sin duda el centro motor de estaactividad. Un ambiente fenomenal y una comida es-tupenda. Y de paso, y sobre todo, una ayuda paraestas niñas que lo necesitan más que nosotros.