la huella de la trinidad en el arje de la naturaleza

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    Pablo M Ozcoidi Garca-Falces

    La Huella de la Trinidad

    en el Arj de la Naturaleza(Una aproximacin filosfica)

    PamplonaESPAA

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    Copyright 2000 Pablo M Ozcoidi Garca-FalcesISBN: 84-607-1462-4Depsito Legal: NA-3327/2000

    Fotografa de cubierta: Larrin-Pimoulier. Archivo delServicio de Comunicacin del Gobierno de Navarra

    Impreso en la CE - Printed in the EC

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    ndice

    Prefacio

    .......................................................................................................... 7

    Introduccin

    ............................................................................................... 15

    Capitulo IDel Arj al Hilemorfismo

    ........................................................................ 311. El arj y los presocrticos ................................................................ 312. Incoacin de la teora hilemrfica en Platn ................................ 423. Aristteles y la teora hilemrfica .................................................. 47

    Captulo IIUn nuevo concepto de materia prima

    ................................................... 67

    1. Mtodo a seguir ................................................................................ 672. La materia prima es en s misma inteligible ................................. 693. La materia prima tiene naturaleza ................................................. 73

    a) Aristteles y la naturaleza de la materia prima ..................... 731. La materia prima concebida como substrato .................... 742. La Materia prima como (

    fsi$

    ) naturaleza. ...................... 753. La materia prima concebida como primera potencia ...... 784. La descripcin de la materia prima como substancia ...... 79

    b) Otros filsofos y la naturaleza de la materia prima .............. 82c) Argumentos que avalan que la materia prima est dotada

    de naturaleza ................................................................................... 851. La inteligibilidad de la materia prima ............................... 852. Las propiedades comunes de los entes materiales ........... 853. La fsica encuentra su fundamento ltimo en la materiaprima ........................................................................................... 874. El concepto de pura potencia es ininteligible e irreal .. 885. La tesis de la educcin de las formas a partir de lamateria prima confirma que sta tiene una naturaleza ....... 92

    4. Forma prima y formas substanciales ............................................. 975. La materia prima como forma de ser .......................................... 107

    6. La vida prima .................................................................................. 111

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    a) El dinamismo de los entes materiales ................................... 111b) El dinamismo de la materia prima ........................................ 119

    7. El principio de individuacin ....................................................... 1248. Sobre el modo de existir la materia prima .................................. 130

    a) El modo de existir la materia prima en el HilemorfismoAristotlico ..................................................................................... 130b) La existencia de la materia prima en las coordenadas deeste ensayo ..................................................................................... 134

    1. En la substancia corprea no existe la materia primaen estado puro ......................................................................... 1342. Lo que existe es la materia, respecto a la cual la materiaprima y la materia segunda no son mas que estadios ....... 1353. La materia prima pervive en la materia segundacomunicando al ente sus propiedades: carcter fundantede la materia prima ................................................................. 1364. La Naturaleza concebida como un organismo cuyoprimer estadio es la materia prima ....................................... 1385. Posibilidad de la existencia de una materia prima enestado puro .............................................................................. 1386. La materia prima es tambin prima en sentidocronolgico ............................................................................... 139

    9. El Universo tuvo un comienzo ..................................................... 14010. La Filosofa nos muestra una materia prima inteligible ......... 14411. Conclusiones acerca de la materia prima ................................. 146

    Captulo IIILas categoras

    ........................................................................................... 1511. Introduccin .................................................................................... 1512. Doctrina de Aristteles sobre las categoras ............................... 1533. Las categoras y la materia prima ................................................ 1714. Las categoras y la substancia ....................................................... 1765. Justificacin de la tesis mantenida en el n. 4 .............................. 179

    a) La categora cualidad ............................................................... 180

    b) La categora cantidad ............................................................... 181c) La categora ubi

    ......................................................................... 185d) La categora accin ................................................................... 186e) La categora pasin ................................................................... 187f) La categora quando

    ................................................................... 188g) La categora relacin ................................................................ 189

    6. Conclusin sobre las categoras ................................................... 192

    EplogoUn materialismo trascendente

    .............................................................. 195

    Bibliografa

    .............................................................................................. 203

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    Prefacio

    Antes de iniciar el estudio del tema enunciado en el t-tulo, quiero, en este prefacio, hacer algunas consideracio-nes que puedan servir al lector para comprender mejor elsentido de este ensayo.

    Al presentarlo al pblico lo hago con temor y audacia.Por una parte, con el temor de quien piensa que puede ha-berse equivocado. Al decir esto no me refiero a afirmacio-nes concretas en las que, con toda seguridad, habr errorescomo en cualquier trabajo filosfico, sino al enfoque ge-neral del mismo ensayo. Pero, por otra parte, lo hago tam-bin con la audacia de quien piensa que, despus de haberreflexionado durante largo tiempo sobre este tema, algotil podr aportar, o al menos, sugerir.

    Quien se asome a este ensayo es muy posible que de in-mediato lo considere descabellado. Ciertamente enmendarla plana a Aristteles ya es una verdadera osada, pero queeso lo haga un jurista podr parecer que raya en la locura.Una locura todava mayor si se considera que el ensayoversa sobre un tema tan abstruso como la materia prima.

    En cualquier caso, creo conveniente aclarar que nuncahe pretendido enmendar la plana a nadie, y menos aAristteles. Todo empez un da en que tuve una simpleocurrencia. Ocurrencia, o bien, una intuicin intelec-tual. En realidad fue un hilo del que empec a tirar hastaencontrarme con el ovillo en las manos. El ovillo sern lasideas que se desarrollarn ms adelante. Muy lejanas,como se ver, de las tesis aristotlicas.

    Aquella primera intuicin fue la siguiente: si la causa

    de las criaturas es Dios, Uno y Trino, no habr en la es-

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    tructura de los entes una huella divina que les haga ser, a lavez, unas y trinas?. Como se puede ver se trataba de una

    intuicin interesante, pero poco precisa y sin un contenidodeterminado. Pensando sobre ello, poco a poco, se me fueabriendo un panorama de investigacin que llegara a serexcesivamente amplio, si bien en aquel primer momentono fui consciente de ello. En este ensayo solamente voy aexponer parte de ese panorama.

    Si bien la intuicin citada tiene un origen teolgico, puesest basada en la fe en la Trinidad Creadora, sin embargo,lo que principalmente va a centrar mi atencin van a ser lasrepercusiones filosficas de tal intuicin. El ensayo, quepresento, es, pues, eminentemente filosfico, pero me haparecido conveniente dar a conocer la intuicin inicial,para revelar al lector el verdadero origen del proceso queme ha conducido a mis actuales convicciones filosficas.

    Este modo de proceder es Filosofa o Teologa? En pri-mer lugar, parece conveniente decir que lo importante noes sealar si tal o cual proceso pertenece a una u otra disci-plina, sino descubrir la verdad misma, que venga dedonde venga goza de la propiedad de la unidad. El ori-gen de la misma, o el casillero donde se la coloque, es untema ms bien secundario.

    Entiendo que este ensayo pertenece de alguna manera aambas disciplinas. De una parte, a la Filosofa, porque, in-dependiente de la intuicin original (invocacin de undato revelado), las tesis que voy a exponer se van a apoyarexclusivamente (al menos as lo deseo) en argumentosracionales. De otra, tambin pienso que pertenece a la teo-loga, porque, en el caso de encontrar una respuesta a

    aquella intuicin originaria, la operacin ad extra de laCreacin quedara enriquecida desde una nueva perspec-tiva trinitaria.

    En cualquier caso, conviene resaltar que, como voy atratar de profundizar en la estructura ntima de los entesmateriales respetando el rigor de la razn, se puede decirque se trata de un trabajo principalmente filosfico. El he-cho de que sus conclusiones puedan ser asumidas desde lateologa no lleva consigo una devaluacin filosfica del

    mismo. Hasta tal punto este estudio es filosfico que po-

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    dra haber silenciado la referencia a la intuicin inicial, deeste modo hubiera evitado presentar un flanco a la crtica,

    pero pienso que el haber obrado de tal manera me hubieraconducido a no ser sincero con los lectores, al no mostrar-les completa mi verdadera trayectoria intelectual.

    El dato central de la Revelacin cristiana es la existenciaen la Unidad de la Esencia divina de una Trinidad de Per-sonas. Por tanto, parece lgico que el verdadero conoci-miento de la realidad alcance su ltima perfeccin si logramostrar la relacin de las obras ad extra

    con la Trinidad. JH. Nicols, refirindose a la Teologa, afirma esta idea que

    acabo de apuntar:Decir que el sujeto de la teologa es Dios equivale a decir

    que el misterio de la Santa Trinidad est en el corazn de lateologa: no solamente que su estudio tiene en ella un lugarcentral, sino que todo lo que se estudia en teologa est enfuncin del l y se realiza a su luz

    1

    .

    Pienso que algo anlogo puede suceder con la Filosofa.Ciertamente el Misterio Trinitario es inalcanzable a la ra-zn, pero esto no tiene por qu impedir que, quien lo co-

    noce por fe y haya meditado en el misterio, puedadescubrir cierta huella trinitaria en el seno de los entes.

    De todos es bien conocido el enorme influjo que ha te-nido en el quehacer filosfico la revelacin que Dios hacede s mismo en el xodo. Cuando Moiss pregunta a Diospor su nombre recibe la siguiente respuesta:

    Yo soy el quesoy

    . De este texto sagrado los filsofos han extrado intere-santes conclusiones acerca de la naturaleza divina, ascomo de la inmensa distancia que hay entre Dios y las cria-

    turas. De un modo semejante, pienso que, tomando comopunto de referencia la Santsima Trinidad, se puede avan-zar en el progreso de la Filosofa. Al ser el Universo mate-rial una realidad creada por Dios nada tiene de particularque, analizando lo creado a la luz del Creador, podamosencontrar en la materia una huella del Dios Uno y Trino.

    Partiendo de estas premisas me pregunt sobre cul po-dra ser tal reflejo de la Trinidad en la obra creadora. Haba

    1. J. H. N

    ICOLAS

    , Synthse Dogmatique

    , Pars 1986, p. 27.

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    una respuesta sencilla: el hombre

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    . Pero, esta respuestano me serva porque donde buscaba la huella trinitaria era

    precisamente en la naturaleza no espiritual. Por lo que se-gu buscando y reflexionando. Me llamaba la atencin quelas tesis aristotelico-tomistas siempre se expresaban demodo binario y jams de modo trinario: materia yforma; substancia y accidente; esencia y acto de ser;potencia y acto.

    De manera que decid buscar el posible tercer ele-mento constitutivo de la estructura del ente reflexionandosobre el dualismo esencia-acto de ser. Entendiendo quela esencia est en particular relacin con el Hijo, y elacto de ser con el Padre, trat de buscar un tercer ele-mento que hiciera relacin al Espritu Santo. Me parecientender que este tercer elemento deba ir por la lnea delsentido, es decir, por la razn de ser que hay impresaen los entes, y que est ntimamente relacionada con lasubordinacin de unos entes respecto de otros. Precisa-mente los entes, para cumplir con ese sentido, estn do-tados de dinamismo, es decir, de capacidad de actuar.Respecto al sentido de los entes es menester decir que no es

    otro que su ordenacin remota o prxima a Dios. En estabsqueda no faltaron luces y sombras, claridades y esco-llos. Estando en esta tesitura se me ocurri que poda seroportuno abandonar, de momento, el estudio del tercerelemento en la relacin esencia-acto de ser y buscarlo enotra relacin no lejana a la que iba a abandonar. As pas aanalizar el dualismo materia y forma.

    Mencionar estos vaivenes de mi pensamiento me pareceoportuno porque expresan bien mi deseo de buscar un ri-

    gor puramente racional, evitando la conclusin sugestiva,pero ambigua, o el salto fcil sin justificacin suficiente.De esta manera, fijando la mirada en el dualismo mate-

    ria-forma, me pregunt si no habra un tercer elementoconstitutivo coprincipio que explicase la realidad. Y me

    2. Dice San Agustn: La memoria, la inteligencia y la voluntad noson tres vidas, sino una sola vida, ni tres mentes, sino una sola mente,por lo cual no son tres substancias, sino una sola substancia (...) Lastres son, pues, una sola cosa: una vida, una mente, una esencia, Sobre

    la Trinidad

    , IX, 4.

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    pareci que podra ser el movimiento. De manera quepara explicar el ente corpreo, tal vez, no fuera suficiente

    recurrir a los dos coprincipios del Hilemorfismo, sino quesera necesario acudir tambin a un tercero; as tendramos,en lugar de dos, tres coprincipios, saber, la materia, laforma y el movimiento, y cada uno de ellos estara en par-ticular relacin con una de las personas divinas. sta po-dra ser, as me pareci en un principio, la solucin, perocreo que debo dejar claro que tal solucin se me fue vi-niendo poco a poco abajo. Trataba de ser coherente y la teo-ra de los tres coprincipios no se me mantena de pi.

    Pronto comprend que el movimiento no poda ser con-cebido como co-principio. De manera que me encontr denuevo anclado en la teora hilemrfica. Pero esta situacindur poco tiempo porque pronto comenc a sospechar dela forma en cuanto a su condicin de coprincipio. Y lo queen un primer momento era duda, despus fue seguridad,pues acab por convencerme de que la forma tampoco eracoprincipio. Esto ya era ms problemtico, pues, suponacontradecir la tradicional teora hilemrfica. Descalificadala forma como coprincipio, no me qued mas que unnico principio de la Naturaleza, volviendo de esta ma-nera, al cabo de muchos siglos, al planteamiento del arj delos Jonios. Y este principio, rc

    , no era otro que la mate-ria prima.

    Cuando llegu a esta conclusin comprend que habafracasado en lo que haba sido el mvil de mi trabajo: elempeo de buscar una huella de la Trinidad en el ente ma-terial, y que mi investigacin, lo que era ms grave, me ha-ba llevado a una solucin materialista del Cosmos. Pero

    este estado de frustracin dur poco tiempo. Pues, prontome di cuenta de que, habiendo perdido la huella de la Tri-nidad donde la buscaba, la haba encontrado donde no labuscaba, y de un modo ms profundo. Veamos.

    Como ya he sealado haba llegado a la conclusin deque haba un nico principio constitutivo del ente material(prescindiendo del hombre), y ste era la materia prima.Pero, y esto es importante destacar, se trataba de una mate-ria prima concebida de un modo muy diverso al del Hile-

    morfismo. Pues, mientras segn esta teora la materia

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    prima es un coprincipio del ente material absolutamentepasivo y carente de naturaleza, en mis reflexiones haba lle-

    gado a una materia prima completamente diversa, pues yano era considerada como coprincipio (junto con la forma),sino como nico principio intrnseco de los entes materia-les, dotado adems de naturaleza y dinamismo.

    As, de una nica realidad (la materia prima) se pue-den predicar las tres afirmaciones siguientes: 1) que es, oque existe; 2) que tiene naturaleza, o modo de ser, y 3)que tal naturaleza es dinmica para que pueda cumplirsu sentido, es decir, el fin para el que fue creada por

    Dios. Lo que acabo de decir de la materia prima se puedepredicar de todo ente. De cualquiera de ellos se puede de-cir que es uno, pero, siendo uno, podemos distinguir enl tres aspectos: que es, que tiene un modo de ser, yque tiene un sentido. El sentido est ntimamente rela-cionado con la existencia de otros entes, de manera queunos son en funcin de los otros.

    De manera que todos los entes materiales tienen un sen-tido, existen para el hombre; y el hombre, que tambin

    tiene su sentido, existe para Dios. Por eso, en definitiva, elsentido de todo lo creado es la gloria de Dios. De todo loque acabo de exponer se deriva que en la definicin de losentes no se debe eludir mencionar el sentido de los mis-mos.

    Hecha esta observacin sobre los entes en general volva-mos a la materia prima. Tal como la he concebido se nosmanifiesta como una realidad que presenta cierta similitudcon la esencia divina; pues siendo una presenta una tri-

    ple perspectiva no tres realidades, ni tres coprincipios.Esas tres perspectivas de una misma realidad son las si-guientes: la materia prima es, en cuanto que tiene sertiene una particular relacin con el Padre; la materia tieneuna naturaleza,

    particularmente relacionada con el Hijo,pues a travs de l, Sabidura divina, Verdad infinita

    perIpsum

    han sido concebidas y hechas todas las cosas; y esanaturaleza es dinmica porque est dotada de sentido,es decir, que est ordenada a Dios. Por esto, est viva y ac-

    ta. Este dinamismo le hace estar en particular relacin con

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    el Espritu Santo, que en Dios es Vida y atrae a S a todaslas cosas.

    Sirvan estas ideas para comprender el trasfondo quehay debajo de este ensayo. A partir de ahora ya no mencio-nar a la Santsima Trinidad, pero conviene saber que, endefinitiva, todo el ensayo de modo implcito hace referen-cia a Ella. Por las razones apuntadas, me ha parecido opor-tuno comenzar el ttulo del mismo con las palabras:

    LaHuella de la Trinidad..

    ..He juzgado, por otra parte, conveniente decir en este

    prefacio, de modo sinttico, cul ha sido el alma de estetrabajo, as como el modo en que se va a concebir en l a lamateria prima. Con este aviso trato de evitar que el lectorse vea sorprendido por unas afirmaciones inesperadas yque en un contexto hilemrfico son inadmisibles.

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    Introduccin

    Me parece muy conveniente comenzar este ensayo deli-mitando lo mejor posible su objeto. Y tal objeto es, demodo principal, precisar el contenido del concepto de ma-teria prima; y digo, de modo principal, porque otros te-mas relacionados con este objeto quedarn de algunamanera afectados.

    Tambin es oportuno aclarar desde el primer momentoque, si bien el concepto de materia prima es de origen aris-totlico, este ensayo no tiene por objeto profundizar en elpensamiento de Aristteles sobre esta cuestin; sino, msbien, someter tal concepto a revisin, lo que me ir condu-ciendo a un progresivo apartamiento de las tesis del Esta-girita y, en consecuencia, a presentar un nuevo modo deconcebirla.

    El mtodo que voy a seguir en este ensayo va a ser el si-guiente. En primer lugar, tras sealar los precedentes hist-ricos de Aristteles, tratar de fijar su pensamiento acercadel tema que nos ocupa: tarea no fcil, como ya se ver. Acontinuacin, ir mostrando aquellos aspectos de la con-

    cepcin aristotlica, que a mi juicio no estn bien justifica-dos, y que, por lo tanto, no responden a la realidad. De estemodo, corrigiendo el aristotelismo, llegar a un nuevomodo de concebir la materia prima, en el cual, como ya seha dicho, no ser un coprincipio, sino el rc

    (funda-mento) en el sentido que usaban esta expresin los Jonios.Por lo tanto, aunque se conserva la expresin aristotlica,otro muy diverso ser el modo de concebirla.

    Antes de seguir adelante conviene hacer una aclaracin,

    que es la siguiente: aunque en este ensayo se trata del Cos-

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    mos; sin embargo, no es mi intencin incluir al hombre eneste estudio. Ciertamente el hombre es un ser material,

    pero parece que ah no acaba su esencia, pues, sus opera-ciones revelan la existencia en su seno de cierta realidadque no responde a las reglas de lo material. Por eso, dejo elestudio del hombre para la Antropologa. Incluirlo en esteensayo llevara a complicar ms todava un tema que notiene nada de sencillo.

    Una vez determinado el objeto del ensayo parece opor-tuno hacer alguna referencia al ttulo del mismo:

    La Huellade la Trinidad en el Arj de la Naturaleza

    . No ha sido ste el

    primero, ni el nico ttulo que ha tenido este escrito en eltiempo de su elaboracin. El primero de ellos fue msbreve y sencillo:

    Materialismo Trascendente

    . Pero comoeran excesivos los temas que all se trataban (todava lo si-guen siendo) decid seguir el consejo de un buen amigoque me dijo divide y vencers; as que decid reducir elcontenido a la mitad.

    Tal ensayo, en su origen, constaba de dos partes perfec-tamente diferenciadas; la primera de ellas trataba funda-mentalmente de la estructura interna del ente material,de ah que le llamara

    Materialismo

    ; la segunda, trataba delas vas de acceso a Dios, de ah que aadiera

    Trascen-dente

    . Para aligerar materia decid eliminar toda la se-gunda parte! Me apen hacerlo. Y es que me resultaba msatractivo tratar de Dios que de la estructura del ente mate-rial. Sin embargo, me pareci que, independientemente delo que me agradara, haba que empezar por el principio. Yel principio era detener la mirada en lo que se ve, es de-cir, en el ente material, para despus de repensar la Ontolo-

    ga pasar a la Teodicea, es decir, al estudio de Dios, al queno se ve.

    Suprimida una parte tan sustancial, el ttulo Materia-lismo Trascendente ya no resultaba vlido. Sobraba la pala-bra

    Trascendente

    . Entonces, por la solucin que daba altema de la materia prima, muy emparentado con el pensa-miento de los presocrticos, decid titularlo de esta ma-nera:

    Sobre el Arj

    . Finalmente, pensando que ese nuevottulo poda resultar poco comprensible, decid cambiarlo

    por el actual. Como ya he indicado en el prefacio, por bus-

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    car en la Naturaleza la Huella de la Trinidad y pensar, conrazn o sin ella, que la haba encontrado en mi concepcin

    filosfica de la materia prima, me pareci que el ttulo de-ba comenzar haciendo referencia a Ella, de ah que em-piece as:

    La Huella de la Trinidad

    .... Pero haba que aadiren donde se haba encontrado tal huella, a saber, en la ma-teria prima, pero entendida, no al modo aristotlico, sinoen el del arj de los Jonios, de ah la continuacin del ttulo:...

    en el Arj de la Naturaleza

    .Es evidente que cualquier persona que tenga unos ele-

    mentales conocimientos de Filosofa no pueda menos que

    sorprenderse ante semejante ttulo. Porque cuando digo

    La huella de la Trinidad en el arj

    ... con la palabra arj meestoy refiriendo a la materia prima; y la materia prima esun concepto elaborado por Aristteles, que ni conoci elmisterio de la Santsima Trinidad, ni tampoco concibi lamateria prima como principio o arj del Universo.

    Aristteles concibe la materia prima como un coprinci-pio eterno de todos los entes corpreos, carente de natura-leza y dinamismo, y que unido a otro coprincipio, llamadoforma substancial, constituyen la esencia del ente material.Entre ambos principios la forma disfruta de la prioridad, loque es bastante lgico en un discpulo de Platn si tenemosen cuenta el parentesco entre las formas aristotlicas y lasideas de su maestro.

    Con objeto de facilitar la lectura quiero sealar, ya desdeeste primer momento, que a lo que se va a llegar en este es-tudio es a afirmar que la estructura dualista de materiaprima y forma substancial entendidos como principios delente corpreo es artificiosa y que no responde a la realidad;que en realidad no hay mas que un nico principio intrn-seco al que llamamos materia prima, del que ademshay que decir que no solamente es causa material sinotambin formal del ente corpreo. Esto se comprende so-lamente si se acepta que la materia prima ha de tener natu-raleza. Y no solamente naturaleza, sino que tambin estdotada de dinamismo! Dicho esto es fcil comprenderhasta qu punto se acerca esta tesis sobre la materia primaa la doctrina de los jonios sobre el rc

    y, por lo tanto, lo

    que se aleja de Aristteles.

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    De lo que acabamos de exponer se deduce que quien leaeste ensayo ha tener en cuenta que debe distinguir dos mo-

    dos de concebir la materia prima; uno, el aristotlico; otro,fruto de la reflexin personal del autor, que se ir progresi-vamente desvelando y que se aparta del modelo del Esta-girita. Si se olvida este sencillo dato el lector puedeencontrar muchas dificultades en la comprensin de lo queen adelante se diga.

    A quienquiera que lea lo afirmado en el prrafo anteriorse le puede ocurrir una lgica objecin, que es la siguiente:si en el ensayo se exponen dos concepciones diferentes de

    la materia prima, la aristotlica y la del autor, por qu nousar trminos diferentes para cada una de las concepcio-nes? Este modo de proceder parece que simplificara mu-cho la cuestin y facilitara la lectura. Si hay un trminomateria prima acuado por Aristteles con un conte-nido conceptual preciso, mejor que cambiar el contenidoconceptual de dicho trmino sera dotar al nuevo modo deconcebir lo radical de un trmino diverso: de este modose evitaran confusionismos. Parece lo ms lgico: dos con-ceptos; luego, dos trminos.

    Pero en esto no estoy en absoluto de acuerdo, y la raznes que, segn mi parecer, el contenido conceptual queAristteles atribuye a la materia prima no se corres-ponde con la realidad, es insuficiente y, por lo tanto, no haypor qu mantenerlo. No existe tal materia prima, pura po-tencia, actualizada por las formas substanciales! El con-cepto de materia prima, en cuanto que es entendida comosubstrato por Aristteles, es una intuicin vlida y no haymotivos para suprimirla. Lo que a mi juicio no se puede

    mantener es el contenido que el Estagirita atribuye a talsubstrato. Por eso, no hay inconveniente en conservar laexpresin materia prima, en cuanto substrato ltimo de larealidad material, siempre que ese substrato se entienda deun modo nuevo.

    Si nos fijamos detenidamente vemos que el concepto demateria prima en Aristteles tiene dos sentidos. El primeroes el siguiente: materia prima es aquello de lo que estnhechas las cosas y en lo que en ltima instancia se resuel-

    ven; el segundo sera la respuesta al primero, a saber,

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    (aquello de lo que estn hechas las cosas es) un coprinci-pio (principio quo) carente de naturaleza y dinamismo

    que, en unin con la forma, constituye al ente material. Deacuerdo con el primer sentido, no puedo menos que discre-par del segundo.

    Estoy de acuerdo en llamar materia prima a aquello enque en ltima instancia se resuelven los entes materiales;con lo que no estoy de acuerdo es con el contenido queAristteles da a tal materia prima. Por eso precisamenteentiendo que no hay que crear trminos nuevos, sino dar altrmino viejo el contenido correcto. Y sta es la tarea que,en definitiva, me he planteado.

    Una vez sealado el objeto del ensayo y explicado el t-tulo del mismo, me parece que no se debe acabar esta in-troduccin sin hacer algunas observaciones en torno a larelacin entre la Fsica (experimental) y la Metafsica.

    Cuando, todava, no se conoca la ciencia experimental,Aristteles llam Fsica al estudio filosfico de la Natu-raleza. A continuacin de la Fsica aadi un tratado, alque denomin Filosofa Primera, y que sera llamadocon el tiempo Metafsica, que, teniendo por objeto losprimeros principios y causas del ente, se elevaba a la exis-tencia de realidades suprasensibles, es decir, al plano de lodivino.

    Esta distincin entre Fsica y Metafsica (ambas filosfi-cas) perdur muchos siglos, hasta que con la aparicin dela ciencia moderna se cambi este esquema. En la EdadModerna el trmino Fsica se desplaza del plano filos-fico al experimental. De este modo la Naturaleza ser es-tudiada por filsofos y cientficos. stos se apropiaron del

    trmino Fsica, y los filsofos que trataban de la Naturalezatuvieron que buscar otro nombre para su disciplina. Entreellos, el de Filosofa de la Naturaleza.

    La Naturaleza, por lo tanto, es estudiada, si bien conmtodos diversos, tanto por los filsofos como por loscientficos llegando unos y otros a conclusiones diversas.Estas conclusiones, aunque diferentes de ambas ciencias,deben, lgicamente, ser complementarias; debe haber unacontinuidad: otra cosa sera absurda. Si el conocimiento

    filosfico de la Naturaleza pretende alcanzar las ltimas

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    causas de sta, debe tomar como punto de partida el co-nocimiento que de la misma nos proporcionan los senti-

    dos. Pero, como es evidente que este conocimiento se vaenriqueciendo con el progreso de las ciencias, es necesarioque las diversas explicaciones filosficas del Cosmos de-ban revalidarse en contraste con tales progresos.

    Teniendo en cuenta esta premisa paso a contrastarla conel aristotelismo. En aquellos tiempos, siglo V (a. de C.), laciencia experimental apenas se puede decir que existieratal como hoy la concebimos. Aristteles, que cultiv congran acierto la Biologa, nos ha entregado la Teora hile-

    mrfica que sintoniza muy bien con tal disciplina. Pero,realmente, el conocimiento del Cosmos de Aristteles eramuy pobre, por cuanto careca de las aportaciones trascen-dentales de la Ciencia moderna. Ciertamente se puede de-cir que hay en el Estagirita una continuidad entre aquellaCiencia incipiente, especialmente la Biologa, y su Filoso-fa. Y es que la Biologa de Aristteles conecta muy biencon el Hilemorfismo, pero no parece improbable que, si elFilsofo hubiera conocido las ciencias en su desarrollo ac-tual, hubiera mantenido tesis filosficas diferentes. Hansido tales los avances de la ciencia que no tiene nada de ex-trao que su Filosofa de la Naturaleza pueda resultar ac-tualmente inadecuada para explicar la realidad. Hoy dano parece que se pueda hablar de continuidad entre la Filo-sofa de Aristteles y la Fsica moderna.

    La Fsica actual y la Filosofa de Aristteles llegan a unasconclusiones tan dispares que parecen ocuparse de reali-dades completamente diferentes. El objeto de ambas es elmismo, la Naturaleza; el mtodo diverso, y, como he dicho,

    las conclusiones extraas entre s. Son ciencias que parecenno tener puntos comunes. Son como dos lneas paralelasque se juntan en el infinito.

    A este respecto me parece oportuno traer a colacin unsuceso, ya lejano, que me dio mucho que pensar. Ciertoda, hace ya bastantes aos, tuve una conversacin con unestudiante que acababa de terminar los estudios de Fsica.ste, movido por sus inquietudes intelectuales, estaba ha-ciendo un curso de Filosofa. La conversacin discurri so-

    bre temas normales en un ambiente filosfico: la

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    sustancia y los accidentes; la materia y la forma; el princi-pio de individuacin, etc.

    Me llam poderosamente la atencin la actitud irnicaque aquel estudiante adoptaba ante tales cuestiones. Losconceptos filosficos eran para l curiosas construccionesintelectuales ajenas al mundo real

    flatus vocis

    y ademsintiles. Los discursos racionales le parecan un puro juegode palabras: primero se inventan los trminos con conteni-dos no siempre precisos, y, luego, se juega con ellos ha-cindoles decir lo que en cada caso nos interesa que digan.Me sorprendi que para un fsico, estudioso de la Natura-

    leza, la Naturaleza de los filsofos le resultara tan extraa.Su actitud ante aquellos temas era escptica. Todos esosconceptos filosficos no le decan nada. Era como hablarlede un mundo irreal, un mundo, tal vez, plagado de con-ceptos de razn muy bien relacionados entre s, pero sinninguna vinculacin con la realidad: sin ninguna relacincon su Fsica experimental.

    Pareca evidente que haba una absoluta falta de conti-nuidad entre ambas disciplinas. No era la Metafsica un fi-losofar a partir de la Fsica; sino ajeno a la misma. Lo quems me sorprendi fue que cuando aquel estudiante seexamin de Filosofa de la Naturaleza y de Metafsica es-tuvo brillante. No tena ningn problema para moversedentro de aquella (segn l) jerga filosfica.

    Todo aquello me dej bastante perplejo. A mi parecer nohaba un problema de ignorancia, ni de falta de compren-sin. Simplemente lo filosfico era algo completamenteextrao al mundo con el que estaba familiarizado por susestudios de Fsica; y, lo que es ms grave, la nueva perspec-tiva filosfica, segn afirmaba, ni aada nada a sus conoci-mientos, ni los enriqueca, ni los completaba. Ciertamenteme qued muy sorprendido por aquel suceso, pues, si bienla Filosofa es un modo de ver la Naturaleza diferente al dela Fsica; sin embargo, parece lgico que una disciplina seaprolongacin de la otra; la Metafsica prolongacin de laFsica. Ahora, despus de aos, pienso que a aquel jovenposiblemente no le deca nada la Metafsica, no solamentepor el mtodo filosfico (no experimental) de tratar las

    cuestiones, sino porque de algn modo captaba la falta de

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    continuidad, a que acabo de hacer mencin, entre ambasdisciplinas. Y no la captaba sencillamente porque no la ha-

    ba.Como voy a tener que profundizar en este tipo de cues-tiones me pregunto sobre el libro que debera leer para re-solver el problema del, o de los, rc

    . Es acaso la Fsica

    olaMetafsica

    de Aristteles?, el Timeo

    de Platn?, o los li-bros que sobre estos temas han escrito los Jonios, Descar-tes, o Bergson, etc. A esta pregunta hay que responder queuno es el libro que todos esos filsofos han ledo y quedebe leer quien quiera investigar en Filosofa! Se trata de

    las cosas mismas. Hemos de leer el libro de la Natura-leza; un libro que la ciencia experimental cada da se en-carga de enriquecer.

    Por eso, conviene que el filosofo de la Naturaleza tengaunos conocimientos lo ms profundo posibles sobre lasciencias experimentales. Sin que esto quiera decir que elcientfico, por el hecho de serlo, haya de ser un buen fil-sofo; ni que todo no cientfico quede descalificado paraesta tarea. Si fuera as, en este momento yo debera dejar deescribir, pues no soy cientfico. Es evidente que cualquierpersona con cierta cultura tiene un conocimiento delmundo que Aristteles no pudo ni siquiera sospechar. Poreso pienso que, sin tener que recurrir a frmulas matemti-cas, puedo presentar tesis filosficas nuevas, ms acordescon cosmovisin actual.

    Como he dicho ms arriba Aristteles cultiv especial-mente la Biologa y sta le condujo al Hilemorfismo. Si al-guien se pregunta qu tiene que ver la Biologa con elHilemorfismo la respuesta es clara: si en el mundo lo quehay es especies diferentes de seres vivos, la diferencia seexplica por la presencia en cada ser de una forma substan-cial diferente. Pero no basta con decir que hay muchasformas substanciales, porque, observamos tambin queunas se trasforman en otras, de donde se deduce que tieneque haber un substrato comn; es decir, algo que perma-nece en la transformacin. A este substrato le llam Arist-teles materia prima. De manera que el ente se explica porla recepcin por parte de la materia prima de una forma

    substancial, sea la forma de perro, o de mono, etc. Esta

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    doctrina, que explicar con ms detalle en su momento, re-cibe el nombre de Hilemorfismo, pues explica la realidad

    por la composicin de dos elementos: materia (

    hyle

    ) yforma (

    morfe

    ).Por estas razones se ve que la Metafsica de Aristteles

    est en sintona con su Fsica, y de un modo muy especialcon su Biologa. Y parece que este modo de proceder delEstagirita es el lgico: el de la continuidad entre Ciencia yFilosofa. Entiendo que actualmente esa sintona no se da,de ah el escepticismo de aquel joven licenciado! Cierta-mente la Fsica aristotlica se vino abajo estrepitosa-

    mente cuando brota con toda su fuerza la Fsica moderna.A partir del Renacimiento la visin del mundo va cam-biando de un modo rpido y sorprendente hasta llegar aconquistas que en otro tiempo no pudieron ser ni siquierasospechadas. La cada de la Fsica aristotlica arrastr con-sigo su Filosofa. Para los filsofos modernos Aristtelespierde autoridad: se impone elaborar una nueva Filosofa.Aristteles pasa a ser un hito en el quehacer filosfico, peroun hito ya trasnochado. Este es un dato de la vida real:

    Aristteles no es ya el filsofo por antonomasia.Pero podemos preguntarnos la cada de la Fsica aristo-tlica exiga, por su misma naturaleza, la cada de su Filo-sofa, o fue, mas bien, una consecuencia de carcteraccidental, de manera que el desprestigio derivado de laFsica involucrara injustamente a su Filosofa? Aunque hayfilsofos, evidentemente los aristotlicos, que mantienen lavigencia actual de la Filosofa de la Naturaleza de su maes-tro, sin embargo, me parece, y en este sentido se desarro-

    llar este ensayo, que la teora hilemrfica que constituyesu sustancia no es, hoy da, fcilmente mantenible.A partir de la conversacin con el recien licenciado em-

    pec a reflexionar con ms inters sobre estos temas. Meplante cuestiones como la siguiente: realmente es la teo-ra hilemrfica el marco adecuado para explicar la multi-plicidad de los entes o el cambio substancial? Me parecaimportante replantearme el tema de el (o los) los princi-pios intrnsecos del ente material. Pensando sobre estos

    temas mi pensamiento fue poco a poco evolucionando

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    hasta llegar a soluciones muy prximas a las hilozostas delos Jonios.

    Acaso no es lgico, que cuando en Filosofa alguien sereplantea un tema que tiene una larga tradicin, acuda aaquellos que lo plantearon por primera vez? Y es lgico,pues el hecho de captar un problema, que es lo que ha-cen los pioneros, supone que han profundizado de unmodo muy especial en l. Precisamente porque han fijadosu mirada detenidamente en la realidad es por lo que pue-den plantear un problema en quien nadie se haba fijadocon anterioridad. Por tal motivo, pienso que no puedo de-

    jar de lado las soluciones que dieron aquellos primeroscosmlogos al tema que nos ocupa.Esto no quiere decir que tal solucin la de los prime-

    ros sea necesariamente certera, pero s que quien quierapronunciarse sobre tales cuestiones debe antes impreg-narse de su pensamiento. Por ejemplo, el primer filsofoque se plante el problema de la composicin cuerpo yalma en el hombre, si lo hizo fue porque tuvo un conoci-miento del hombre ms profundo que sus predecesores.

    Despus de tantos siglos de Filosofa y tambin, por quno decirlo de escepticismo, me parece muy oportuno vol-ver a los orgenes y repensar aquellos grandes temasque abordaron los griegos a la luz de la modernidad. Entreellos, a mi juicio, el primero debe ser el problema del arj.Hay que abordarlo teniendo en cuenta las soluciones quehistricamente se le han ido dando, pero tratando de evitarprejuicios. Hay que dar prioridad de entre todos los librosal libro de la Naturaleza. Es necesario leer en las cosas mis-mas teniendo en cuenta el progreso de las ciencias. Muy in-teresante es lo que Tresmontant nos dice en este sentido:

    Pero hay otro peligro, mucho ms amenazador para laFilosofa moderna (...), a saber, volver la espalda a la reali-dad que las ciencias nos descubren, desinteresarse total-mente de las ciencias csmicas y naturales, y filosofar sinreferirse al mundo real, al universo fsico y a todo su conte-nido.

    Para la Filosofa contempornea, no se trata nicamentede un peligro, sino que de hecho se ha precipitado ya en este

    abismo. La Filosofa moderna est disociada de las ciencias

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    fsicas, qumicas y biolgicas. Varios filsofos contempor-neos particularmente ilustres, se han desinteresado total-mente de la aventura de la fsica moderna, de la cosmologamoderna, de la biologa y de la bioqumica. Filosofan de unmodo atemporal, como si vivieran en los das de Descartes ode Malebranche. Su secreto platonismo se satisface en esaindiferencia ante el universo, su contenido y su historia

    3

    .

    Y aade este autor:

    Si el mundo no es mas que mi representacin, para quuna Filosofa de la naturaleza, una cosmogona (...).

    Si el mundo es mi representacin, la Filosofa debe partir

    del sujeto y no del mundo. Ms an: la Filosofa se manten-dr cerrada en el sujeto cognoscente

    4

    .

    Frente a esta actitud inmanentista la Filosofa debe em-pezar resolviendo los problemas primarios, de modo espe-cial los referentes a la Naturaleza, y, para ello, debecontemplar la realidad tal como ella es. Esto, como ya hedicho, no quiere decir que quin se dedique a la Filosofade la Naturaleza tenga que ser un fsico experimentadoaunque el serlo no sea de despreciar , ni que los libros de

    Filosofa sobre tal materia tengan que estar plagados defrmulas matemticas. Lo que s es necesario es que el fil-sofo sepa discernir qu datos de la ciencia son importantesy deben afectar a la visin filosfica de la Naturaleza, y quotros datos, que pueden ser muy interesantes para la cien-cia, carecen de inters para el progreso de la Filosofa.

    La Fsica ha cambiado mucho desde los tiempos deAristteles. Ya no tiene sentido distinguir dos mundos:uno celeste con cualidades casi divinas; y otro terrestre,

    donde se da el devenir, la generacin, la corrupcin. Comodice Tresmontant:

    No estamos ya en un cosmos tal como lo conceba, porejemplo, Aristteles: cosmos que escape a la gnesis, a laduracin, al nacimiento y al envejecimiento. Para Aristteles,el universo no slo era increado y eterno, sino tambin, comoel ser de Parmnides, la Consistencia misma, la Solidez que

    3. C. T

    RESMONTANT

    , Cmo se plantea hoy el problema de la existencia deDios

    , ed. Pennula, Barcelona 1969, pp. 31-32.

    4. Ibid., p. 32.

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    no se deteriora porque no ha sido engendrada. El universoera divino. Los astros, a juicio de Aristteles, eran substanciasdivinas (...)

    La cosmologa moderna ha desdivinizado el universo,porque ha descubierto su composicin fsica y qumica, ytambin su historia y su gnesis. Sabe calcular la juventud delos astros y captar los indicios de su envejecimiento.

    Desde el punto de vista de la ontologa, este hechoentraa consecuencias capitales.

    El universo de Maimnides, de Alberto Magno, de SantoToms, sigue siendo el universo de Aristteles, al que se hainyectado la idea juda y cristiana de la creacin, desdivini-

    zndolo, y del que se afirma tambin un comienzo. Pero eluniverso de los grandes escolsticos rabes, judos y cristia-nos sigue siendo un cosmos sin devenir constitutivo, sin evo-lucin interna, un cosmos enteramente hecho, un mundo singnesis histrica. De ah la dificultad de conciliar ese cosmosintemporal con la idea bblica de creacin, a la que se aco-moda muy imperfectamente

    5

    .

    La visin antigua de un mundo eterno es ms difcil decompaginar con el dogma cristiano que la cosmovisinms contingente del mundo tal como nos la presenta hoy laciencia. El mismo autor resume de un modo sinttico la ac-tual visin del Cosmos con las siguientes palabras:

    Examinemos primero el modelo ms comnmente admi-tido, aquel que goza de mayores posibilidades de ser adop-tado definitivamente (pero sin prejuzgar en este sentido): elmodelo del universo en expansin, universo limitado desdeel punto de vista espacial, desde el punto de vista de su masa,desde el punto de vista de la cantidad de partculas materia-les que lo constituyen, y desde el punto de vista temporal. El

    tiempo ha empezado con el universo, puesto que el tiempomide la gnesis misma del universo y su desarrollo histrico.Cuando el universo no exista, tampoco exista el tiempo. De-

    bemos pues desprendernos de la falaz representacin de untiempo infinito anterior a la gnesis del universo. El tiempono es un receptculo infinito y absoluto donde el universoest alojado. El tiempo no es mas que un concepto derivadodel universo real. Si el universo ha tenido un comienzo, tam-

    bin lo ha tenido el tiempo. Si el universo crece en el curso del

    5. Ibid., p. 11.

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    tiempo, el espacio crece a su vez. El espacio tampoco es un re-ceptculo infinito y absoluto donde el universo se aloje. An-tes del universo, tampoco existan el espacio y el tiempo. Elespacio crece con el tiempo

    6

    Hay que tener en cuenta que hasta tiempos muy recien-tes se han desconocido las leyes de la naturaleza. Hoy lateora del big-bang es una tesis que goza de un gran apoyoentre los cientficos. Tambin se sabe que las formas com-plejas (los diferentes tipos de entes materiales) han apare-cido segn un orden progresivo: no han existido siempre.Se ha formulado una tesis evolucionista que poco a poco

    va cogiendo mayor fuerza y que nos presenta un universoque ha ido autoevolucionando desde el big-bang hasta elmomento presente. Realmente ha habido una verdaderarevolucin cientfica, que Tresmontant resume del modo si-guiente:

    Una cosa es cierta, a saber, que el universo, en el lapso detiempo en que nosotros lo conocemos, algunos miles de mi-llones de aos, est en rgimen de evolucin, es decir, apare-cen constantemente seres nuevos, formas nuevas de materia

    y estructuras cada vez ms complejas. Se forman las galaxias,se aglomeran estrellas, se constituyen ncleos pesados. Sobrelos oscuros planetas, se organiza materia cada vez mscompleja: tal es el dato innegable e indiscutido sobre el quevamos a basarnos para emprender nuestro anlisis

    7

    .

    Si tanto ha cambiado nuestro conocimiento del Cosmosgracias a los avances de la Fsica, no ser lgico cuestio-narse la validez de aquella Filosofa que se construy apo-yada en una visin ya superada del mundo?, acaso no hay

    motivos para pensar que hay un desfase real que tantos fi-lsofos sealan entre la Filosofa de Aristteles y la reali-dad?

    En un tiempo en que la Fsica cientfica era desconocidano tiene nada de particular que la concepcin de la mate-ria prima fuera enormemente pobre San Agustn, en talsentido, la llamar casi nada (

    prope nihil

    )

    8

    , y esa concep-

    6. Ibid., p. 97.7. Ibid., pp. 32-33.

    8. S. A

    GUSTN

    ,

    Confesiones XII, 6

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    cin me temo que no responde a los datos de la ciencia ac-tual, que parece presentarla mas bien como una realidad

    apasionante y fecunda. Acaso los avances de la Fsica nonos hacen entrever que la materia prima es un elementocuya misin no se puede limitar a hacer posible que lasformas (ideas de Platn) existan en el mundo real?, nonos permite la Fsica vislumbrar que la materia prima,frente a la pobreza que le otorga el Hilemorfismo, es unarealidad de un riqueza ontolgica insospechada?

    A cualquier atento observador no se le escapar que te-niendo en cuenta las observaciones que acabo de hacer el

    concepto de materia prima posiblemente deba ser cam-biado de modo radical. Hoy en da no parece que la mate-ria prima se puede concebir como algo inerte, pasivo,amorfo, sino, ms bien, como una realidad dotada de unanaturaleza vivificante. Al decir dotada de naturaleza nopretendo decir que se trate de una sustancia concreta comoel agua, el aire o el fuego, sino simplemente que tiene uncierto modo de ser. Este tema de la naturaleza de la mate-ria prima es clave en este trabajo, y de ello se tratar exten-

    samente en su momento.Concebida as la materia prima se dara una verdaderaconciliacin de los filsofos con los fsicos, que tambin in-tentan buscar lo que los Jonios llamaban rc y lo hacenpor medio de experimentos. Esto es evidente. Qu buscanlos fsicos entre otros muchos temas sino aquello ms ra-dical en lo que en definitiva se resuelven todas las cosas?Buscan el rc o principio.Y hay que decir que, aunque nohayan llegado a su meta, y es previsible que nunca lo con-

    sigan, sin embargo, no son de despreciar los maravillososlogros alcanzados en ese intento.Y sobre ese rc que buscan los fsicos y apoyndose

    en los logros de estos es sobre el que debe investigar el fi-lsofo tratando de proporcionar aquellas respuestas quehoy da no nos puede dar la ciencia. Por lo tanto, siemprea mi parecer, el rc concebido como materia prima eneste ensayo de los filsofos es tambin objeto de estudiopara los fsicos, si bien unos y otros accedan a l por cami-

    nos diversos y lleguen, tambin, a conclusiones diferentes.

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    El filsofo debe continuar reflexionando all donde calla elfsico.

    Pienso, por lo tanto, que la materia prima de los filso-fos puede concebirse como cierta realidad dotada denaturaleza rcen consonancia con los fsicos quienessiempre trabajan con realidades dotadas de naturaleza. Yde esa materia prima estaran hechas todas las cosas de laNaturaleza.

    Recojo a continuacin un texto de Lorda, avalado con ci-tas de Gilson en el que se expone con gran acierto la tras-cendencia de la evolucin de la ciencia para la Filosofa. Y

    dice as:El segundo gran problema de la Filosofa escolstica ha

    sido su relacin con la ciencia. Lo explica muy bien Gilson:Santo Toms lo ha repetido a menudo: la Filosofa tiene porobjeto la naturaleza vista a la luz de la razn; pero, aadamosnosotros, la naturaleza sobre la que la Filosofa reflexionacambia a medida que cambia la ciencia que tenemos sobreella9. Y aada en otro lugar: Los escolsticos modernos su-fren una ilusin cuando se jactan de ensear la Filosofa se-

    gn el orden prescrito por Aristteles, yendo de las ciencias ala metafsica, pero hace ya tiempo que la enseanza de lasciencias no est en sus manos10. Todas las metafsicas enve-

    jecen por su fsica; la de Santo Toms (y la del mismo Arist-teles), por envejecimiento de la fsica aristotlica11. Espreciso un cierto conocimiento de la imagen cientfica delmundo y de los datos seguros que amplan el conocimientoque tenemos de la realidad. No se trata de pretender elaboraruna Filosofa con los ltimos datos o las ltimas hiptesis, ne-cesariamente transitorias y variables, sino de tener en cuentael relieve filosfico de los datos que se puedan considerar de-finitivamente asentados. Porque la ciencia proporciona unaparte muy importante de la imagen del mundo y tiene, poreso, relevancia filosfica12.

    9. E. GILSON, Les tribulations de Sophie, Vrin, Paris 1967, p. 50.10. E. GILSON, El filsofo y la teologa, Guadarrama, Madrid 1962, p.

    269.11. Ibid., p. 283.12. J.L. LORDA, Santo Toms, maestro, Scripta Thelogica, Vol XXIX.

    Pamplona 1997. pp. 562-563.

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    El progreso cientfico puede exigir la revisin de teorasfilosficas. Y tal revisin, como es lgico, puede postular el

    abandono de algunas de ellas, aunque gocen de una granautoridad. ste es a mi juicio el caso de la materia prima ala que hay que dar ms protagonismo del que ha disfru-tado en el mbito de la filosofa aristotlico-tomista.

    Al entender la materia prima como una realidad dotadade naturaleza y dinamismo y, al mismo tiempo, en sintonacon los fsicos, la acusacin que se me puede hacer desde elHilemorfismo es clara. Me podrn objetar lo que ustedllama materia prima no lo es, es materia segunda!; lo quesucede es que usted no capta la profundidad metafsica deesta teora. A lo que respondo: la distincin entre materiaprima y forma substancial no es otra cosa que una artifi-ciosa desmembracin del ente material, que no viene exi-gida por la naturaleza de las cosas. De ah que me parezcanecesario cambiar el contenido del concepto de la materiaprima.

    Tenemos, pues, frente a frente dos concepciones de lamateria prima, ambas, filosficas pero diversas, ya quemientras, segn unos, los aristotlicos, la materia prima es

    una realidad pobre y oscura, segn mi parecer se tratade una realidad de una gran riqueza ontolgica. Esperoque estas ideas que ahora se apuntan para introducir eltema, sean explicadas con detalle y claridad cuando trate-mos estos temas con ms profundidad en el captulo II.

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    Capitulo IDel Arj al Hilemorfismo

    1. El arj y los presocrticos

    Es parecer comn que la historia del pensamiento em-pez cuando Tales se pregunt por el problema del princi-pio (rc). Este fue el primer interrogante de carcterfilosfico que se plante el hombre. Aristteles comen-tando sobre el rc de Tales y de los otros pensadores de laJonia dice: (El rc) es aquello de lo cual proceden origi-

    nariamente y en lo cual acaban por resolverse todos los se-res13.Como Tales viva en Mileto, en las costas del Egeo,

    pens que todas las cosas en definitiva se resolvan enagua. La crtica que se le hace, siempre desde una pers-pectiva aristotlica, es que confundi la causa material conun elemento concreto de la naturaleza: con una sustancia.Parece que es muy opinable que la solucin de Tales fueratan simplista como algunos han pretendido, porque como

    nos encontramos en los albores de la Filosofa conviene noolvidar que, adems, de no disponer de una terminologaadecuada, en aquellos inicios tampoco se tena una ideaclara de lo que era filosofar.

    Por eso me parece oportuno el comentario que hacenReale y Altiseri cuando, con una observacin que me pa-rece muy probable, dicen que el agua de Tales no sera la

    13. G. REALEY D. ALTISERI,Historia del pensamiento filosfico y cient-

    fico, Tomo I, Herder, Barcelona 1995, p. 37.

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    natural, sino que se referira a algo ms profundo. Dicenas:

    No se debe creer, empero, que el agua de Tales consisteen el elemento fsico-qumico que bebemos. El agua de Taleshay que considerarla de una manera totalizante, como aque-lla physis lquida originaria, de la que todo se deriva y de laque el agua que bebemos no es mas que una de sus mltiplesmanifestaciones14.

    A esta agua originaria le atribuy un carcter divino,anunciando as lo que ser por parte de los filsofos unprogresivo apartamiento de las cosmogonas griegas. De

    ah que los autores citados aadan:En la prctica su agua llegaba a coincidir con lo divino.

    Dios, deca, es la cosa ms antigua, porque no es gene-rado, es decir, porque es principio. Se introduce as unanueva concepcin de Dios: se trata de una concepcin en laque predomina la razn y que se halla destinada como tal aeliminar muy pronto todos los dioses del politesmo fants-tico-potico de los griegos15.

    De todas formas se tratara de una divinidad inmanenteal Cosmos. Posiblemente lleg a ella por la observacin dela existencia en la Naturaleza de fuerzas inmanentes comose deduce de la famosa frase: todas las cosas estn llenasde dioses. En este punto del dinamismo intrnseco de larealidad material la ciencia actual le est dando la razn.En tal sentido Reale y Altiseri comentan:

    Puesto que el principio originario es vida, todo est vivoy todo tiene un alma (panpsiquismo). Adujo el ejemplo delimn que atrae el hierro como una prueba de la universal ani-macin de las cosas (la fuerza del imn es una manifestacinde su alma, de su vida)16.

    Estos comentaristas le llaman panpsquista, otros di-cen que es hilozosta. El primero de estos conceptos sig-nifica que todo tiene alma; el otro, que la materia tienevida. En definitiva, se trata de dos trminos a primera

    14. Ibid., p. 38.15. Ibid., pp. 38-39.

    16. Ibid., p. 39.

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    vista muy diversos, pero que en realidad tienen una signi-ficacin muy parecida.

    Aristteles, que dice que hay cuatro causas, incluye elagua de Tales en lo que llama causa material. La causamaterial se refiere a aquello de lo que estn hechas las co-sas. Pienso que con esta interpretacin empobrece el pen-samiento de Tales. Pues el agua de la que habla estefilsofo, es tanto causa material como formal. Acaso no leacusan de poner el arjen una sustancia concreta, elagua? Pero si lo pensamos con detenimiento veremos queel agua no es en el esquema aristotlico ms materia queforma. Por eso, entiendo que la pregunta sobre el arjde losJonios se refiere, tanto a la causa material como a la formal.

    Aquello que es principio (arj) explica, no solamente dequ estn hechas las cosas (causa material aristotlica);sino, tambin por qu las cosas son como son (causa for-mal aristotlica). Cuando se dice que el arjes agua nosencontramos no solamente en el plano de la causa mate-rial, sino tambin en el plano de la causa formal, ya que elagua tiene naturaleza, y la naturaleza, segn Aristteles,pertenece al plano de la forma. En definitiva, segn Taleshay un principio universal, que es como un agua, quepertenece al orden de lo divino y que es eminentemente di-nmico.

    Paisano y discpulo de Tales fue Anaximandro, de ma-nera que tambin l en su obra Sobre la Naturaleza seplante el tema del arj, pero no lo identific con una sus-tancia concreta, sino con algo ms profundo y radical a loque llam peiron apeiron: lo indeterminado. Luego el arjde Anaximandro es una realidad pre-substancial, que,

    dotada de un modo de ser indeterminado, puede llegar aser una gran multiplicidad de realidades. En tal sentido co-mentan Reale y Altiseri:

    Considera que el agua ya es algo derivado y que el prin-cipio (arkhe) consiste en cambio en lo infinito, es decir en unanaturaleza (physis) in-finita e in-definida, de la cual provienenabsolutamente todas las cosas que son.

    El trmino utilizado por Anaximandro es a-peiron signi-fica aquello que carece de lmites tanto externos (lo que es

    espacial y, por tanto, cuantitativamente infinito) como inter-

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    nos (lo que es cualitativamente indeterminado). Precisamenteporque no est limitado cuantitativamente y cualitativa-mente, el principio-apeiron puede dar origen a todas las cosas,de-limitndose en las diversas formas. Este principio abrazay circunda, gobierna y rige todo, porque en tanto que de-limi-tacin y de-terminacin suya, todas las cosas se generan del, consisten y son en l17.

    El peiron de Anaximandro, siguiendo las huellas de sumaestro, estar tambin dotado de dinamismo. Este dina-mismo es un punto en el que se le ha criticado, juzgandoque era una reminiscencia que debera haber superado. Se-gn mi parecer, por el contrario, este dinamismo del arj esuna genialidad del pensamiento de los Jonios sobre el quecomenta Cencillo:

    Exista en la especulacin de Anaximandro un principiode lo real indefinido por excelencia, t peiron, que no podasuperar el estado de pura indeterminacin sin la concurren-cia de un principio activo, substrato de la generacin y lacorrupcin (12 B 1) y en s mismo incorruptible e inmortal (12B 3).

    Precisamente por ello Anaximandro se hallaba en clara

    oposicin a Thales y a Anaxmenes, segn Burnet, que conZeller afirma categricamente fundndose en el testimoniode los antiguos del mismo Aristteles incluso que el infi-nito de Anaximandro no es ninguno de los cuatro elementos(Phys. III, 5, 204 b 22). Sin embargo, Anaximandro no podaabandonar la corriente hylozosta tan prematuramente; lamateria de Anaximandro, infinita e indeterminada, es eterna-mente viva, dotada de movimiento que constituye su ntimaesencia y que no trata de ilustrar con mayor explicacin18.

    En definitiva, Anaximandro, que continu reflexio-nando sobre el arj, no lo resolvi acudiendo a alguno delos cuatro principios (fuego, tierra, aire y agua); sino queseal de modo preciso la indeterminacin de lo radical.Aquello de lo que estn hechas las cosas, para l, no seidentifica con ninguna sustancia natural concreta; aunque,al mismo tiempo, lo es todas, porque stas no son mas

    17. Ibid., p. 39.18. L. CENCILLO,Hyle, Consejo Superior de Investigaciones Cientfi-

    cas, Instituto Luis Vives, Madrid 1958, p. 16.

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    que modos de presentarse el peiron. Este peiron dotadode dinamismo es la causa de todas las cosas.

    Adems hace una indicacin de gran inters pues diceque el apeiron es incorruptible e inmortal, de manera quepertenece al orden de lo divino. As comienza un modo depensar que tendr muchos seguidores a lo largo de la his-toria, a saber, la eternidad de la materia.

    Como Anaximandro fue discpulo de Tales, Anaxmeneslo fue de Anaximandro. El pensamiento de este filsofo ensustancia no se aparta del de sus predecesores, pues tam-bin trat sobre el arj, pero en lugar de decir que tal prin-

    cipio es el agua, o el apeiron, dijo que lo era el aire. Elcarcter dinmico de la naturaleza le llev a apartarse dela-peiron de Anaximandro y a buscar algo que tuviera unanaturaleza absolutamente mvil, y le pareci que esa reali-dad tena que ser el aire.

    La respuesta que dieron los jonios a la pregunta sobre elarj, ya en lnea de conclusiones, puede ser condensada encuatro tesis de gran importancia, que paso a enumerar. Laprimera fue afirmar la existencia de un substrato nico alque se atribuye una naturaleza. La palabra con la que sedesigna al substrato es arj; la segunda, atribuir a esesubstrato un carcter eterno; la tercera, considerar quetal substrato no era algo inerte, sino dotado de vida. Y fi-nalmente, atribuirle un carcter divino.

    Una vez analizado el pensamiento de los milesios espreciso que fijemos nuestra mirada en Herclito. Su activi-dad tendr lugar en Efeso entre los siglos VI y V a. de C.Tambin l escribir Sobre la naturaleza, y al plantearse eltema del arjlo resolver diciendo que es el fuego. Son

    palabras suyas las siguientes: Este mundo, el mismo para to-dos los seres, no lo ha creado ninguno de los dioses o de los hom-bres, sino que siempre fue, es y ser fuego eternamente vivo, quese enciende con medida y se apaga con medida (Fr. 30). En estetexto se ve cmo Herclito acenta aspectos del arjque yahaban sido puestos de relieve por los Jonios. Estos ya ha-ban afirmado que todas las cosas tienen vida (hilozosmo),que estn dotadas de dinamismo.

    Para Herclito la realidad es fuego, y es en este ser fuego

    donde hay que buscar la razn del devenir, la razn de su

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    constante cambio. As se acenta la importancia del movi-miento en la explicacin del Cosmos. Al concibir el arj

    como fuego posiblemente slo pretendiera, como Tales conel agua, hablar en sentido figurado. No se trata tanto deque la naturaleza sea fuego, sino que sea como un fuego.Tambin afirma con Anaximandro la eternidad del mundo.Sin embargo, lo ms significativo de su pensamiento fue laafirmacin del Logos; es decir, la existencia de una raznuniversal, o sabidura inmanente en las cosas. Las cosas noactan de un modo irracional, sino inteligentemente.

    Este fuego, leemos en Reale y Altiseri, es como un rayo

    que gobierna todas las cosas; y lo que gobierna todas las co-sas es inteligencia, es razn, es logos, ley racional. As, al prin-cipio de Herclito se vincula la idea de inteligencia, que enlos milesios slo quedaba implcita. Un fragmento particular-mente significativo confirma la nueva posicin de Herclito:El Uno, el nico sabio, no quiere y quiere ser llamado Zeus.No quiere ser llamado Zeus, si por Zeus se entiende al dioscon forma humana caracterstico de los griegos; quiere ser lla-mado Zeus, si por este nombre se entiende el Dios y el ser su-premo19.

    Y de los hombres dice que, aunque participan de esa ra-zn universal, normalmente actan de espaldas a ella. Poreso dice:

    Aunque el Logos es comn, la mayora vive como si po-seyese su propia inteligencia. Aunque escuchan no entien-den. A ellos se les aplica el proverbio: Presentes, peroausentes. El Logos, que es eterno, no lo entienden los hom-

    bres al escucharlo por primera vez ni despus de que lo hanodo. Los que velan tienen un cosmos nico y comn; los queduermen retornan al suyo propio y particular (Fr. 2, 34, 1,89)20.

    Como se puede ver por el texto que acabo de citar conHerclito hace aparicin el Logos del que ya no podrprescindir jams la Filosofa. Un logos, que, unas veces,

    19. G. REALEY D. ALTISERI,Historia del pensamiento filosfico y cient-fico, cit., p. 44.

    20. C. TEJEDOR CAMPOMANES,Historia de la Filosofa en su marco cul-

    tural, ed. S.M., Madrid 1993, p. 25.

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    ser concebido como inmanente al mundo y otras, tam-bin, como trascendente. La racionalidad del universo, su

    orden, se presenta como algo evidente. Una racionalidadque el paso de los siglos ha ido progresivamente, y sor-prendentemente, desvelando.

    Otro filsofo de gran trascendencia es Pitgoras. Con lla Filosofa, no solamente se desplaza geogrficamente,sino que tambin se orienta en otra direccin. Ahora el pro-blema del arjadquirir un claro perfil formal (dentro delesquema Aristotlico de las causas). Pitgoras, aunquetambin naci en la Jonia, se instal en la Magna Greciadonde se desarroll su escuela. A la importante aportacinde Herclito sobre la existencia de un Logos inmerso en elarj, Pitgoras aadir un dato de trascendental importan-cia, a saber, que el universo no se puede explicar sin lasmatemticas. Aunque los pitagricos prescindan de otrosaspectos de la materia para fijarse principalmente en logeomtrico y matemtico de la misma, su aportacin fueverdaderamente genial. Pero como las matemticas y lageometra funcionan con conceptos universales nos encon-tramos a un paso de Platn. Aristteles comenta:

    Los llamados pitagricos se dedicaron a las matemticasy fueron los primeros en hacerlas progresar; absortos en susestudios, creyeron que sus principios eran los principios (ar-chen plural) de todas las cosas (...) y en los nmeros creancontemplar muchas semejanzas con los seres existentes (...)puesto que vean que los atributos y las relaciones de las esca-las musicales eran expresables en nmeros y que pareca quetodas las dems cosas se asemejaban en naturaleza (physis) alos nmeros (...)21.

    Ciertamente el Universo funciona de modo matemtico,y sta es la genial aportacin pitagrica, si bien incurrieronen error al pensar que las matemticas coinciden con laesencia de los entes. Esto es confundir un aspecto con todala realidad.

    La Filosofa dar un giro radical cuando en el siglo Vaparece la figura de Parmnides. Aquella filosofa de losJonios tan pegada al terreno es desplazada por un modo de

    21. ARISTTELES,Metafsica, I, 5.

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    pensar absolutamente original, pues ahora la pregunta nova a versar sobre el arj, sino sobre el ser. Qu es el ser?

    Esta va a ser la pregunta clave. A la que contestar, en con-tra de la evidencia de lo mltiple, que el Ser es uno e inmuta-ble. Dice Cencillo a este respecto:

    Parmnides ve en todas las paradojas que se originabande las distintas soluciones al problema del primer principio,especialmente del Fuego de Herclito, un fracaso de la ten-dencia a la unificacin armnica, que preside la mente hel-nica, y adopta una actitud definitiva bajo el influjo de

    Jenfanes: el mundo de la experiencia es pura apariencia, larealidad verdadera es trascendente a los sentidos, el principioes eterno, uno e inmutable.

    Las virtualidades contenidas en los predicados primiti-vos del principio csmico milesio, se llevaban a trmino refle-

    jamente y en una teora de grandes vuelos metafsicos porvez primera. Se haba verificado, sin embargo, una trasposi-cin al plano ultrasensible del objeto de la ciencia: se habadescubierto el Ser a costa de negarle realidad a la Materia. Louno, inmutable y eterno era aqul y no sta22

    Este nuevo modo de concebir la realidad la ha recibido

    de los pitagricos pues estos afirmaban la existencia del or-den metaemprico y el orden sensible. Parmnides recono-cer ambos rdenes, pero minusvalorar el orden sensible.En tal sentido dice tambin Cencillo:

    Admitir s, la existencia de ambos rdenes, pero degra-dar de tal forma el sensible que, como contradistinto del in-teligible y metaemprico, ya no participa del ser, el cual noadmite trminos medios y al que es irreductible el mundo dela experiencia, pura apariencia, debida a los sentidos que in-

    troducen apariencialmente la discontinuidad en el mundo yde este modo su mensurabilidad, pero tambin su irracionali-dad o ininteligibilidad. Es el otro aspecto de la Materia quedesde entonces comienza a caracterizarse por esta nota ycuya consistencia ontolgica desde ahora y, por lo mismo, co-mienza a ser problema atormentador de la especulacinmetafsica: Platn, Aristteles, Plotino, Ibn Sin, San Buena-ventura, Santo Toms, Cayetano, Surez, Hegel (...)23.

    22. L. CENCILLO,Hyle, cit., pp. 16-17.

    23. Ibid.,Hyle, cit., p. 18.

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    As como Anaximandro haba introducido en el ordende la materia lo indeterminado, ahora Parmnides introduce

    lo ininteligible.Con Parmnides la Filosofa se plantea nuevos proble-mas y ms profundos. Pero, a mi parecer, en lo que se re-fiere al tema del arj, que aqu nos interesa, sufre unretroceso. Aunque para Parmnides el ser no se diferenciadel Cosmos; sin embargo, le atribuye unas propiedades di-vinas, que hacen que su doctrina aparezca profundamentedesligada de lo real. El Ser de Parmnides no tiene nadaque ver como los seres que observamos en la realidad!

    Analizando el concepto ser llega a las siguientes conclusio-nes:

    El ser es, en primer lugar no engendrado e incorrupti-ble. No es engendrado porque, si lo fuese, o procedera deun no-ser lo cual es absurdo, ya que el no-ser no es o bienprocedera del ser, cosa igualmente absurda, porque entoncesya sera. Por estas misma razones es imposible que secorrompa (...).

    El ser, pues, no tiene un pasado, porque el pasado es

    aquello que ya no es, y tampoco un futuro, que todava noes. El ser es un presente eterno, sin comienzo ni final. (...)Como consecuencia, el ser es inmutable e inmvil, por-

    que tanto la movilidad como la mutacin supone un no-serhacia el cual tendra que moverse el ser o en el cual deberatransmutarse...24.

    Con Parmnides el problema del arj aparentementedesaparece. Digo aparentemente porque el problema vol-ver a aparecer con sus discpulos que se vern precisadosa adaptar el rigor del pensamiento de su maestro con unarealidad que aparece tan constantemente cambiante.Cmo hacer compatible el ser inmutable de Parmnidescon una realidad en constante devenir? Los nuevos filso-fos buscarn la explicacin del cambio en la multiplicidadde elementos. Por eso a estos filsofos se les llamar plu-ralistas. Los ms importantes son Empdocles de Agri-

    24. G. REALEY D. ALTISERI,Historia del pensamiento filosfico y cient-

    fico, cit., pp. 56-58.

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    gento, Anaxgoras de Clazomene y Demcrito de Abdera.Dicen, sobre Empdocles, Reale y Altiseri:

    Son imposibles el nacer y el perecer, entendidos como unprovenir de la nada y un ir hacia la nada, porque el ser es, y elno-ser no es. No existen pues nacimiento y muerte, y lo quelos hombres han calificado con esos nombres no son mas quemezclas y disoluciones de determinadas substancias, quepermanecen eternamente iguales e indestructibles. Talessubstancias son el agua, el aire, la tierra y el fuego, que Emp-docles llam races de todas las cosas25.

    Esta tesis de los cuatro elementos (tierra, fuego, aire y

    agua) tendr mucho predicamento durante siglos. Loscambios se explicarn por la interaccin mecnica de taleselementos. Y todo cambio se explica por la accin de dosfuerzas csmicas, el Amor y el Odio.

    Ms interesante, dentro de las soluciones pluralistas, pa-rece la explicacin que da Anaxgoras. Afirma que el deve-nir viene explicado por la mezcla de unos principios a losque llama semillas(Aristteles les da el nombre deHomeo-meras). Las homeomeras son cualitativamente distintas e in-

    finitamente divisibles. Como seguidor de Parmnidesmantiene la inmutabilidad del ser, en este caso las homeo-meras. Nada viene a la existencia ni es destrudo, sino que todoes resultado de la mezcla y la divisin (Fr. 17). La naturalezade un cuerpo depende de las homeomeras que dominen.Podemos decir que nos encontramos aqu con un prece-dente de lo que sern las rationes seminales, doctrina mante-nida por los estoicos, S. Agustn y S. Buenaventura entreotros.

    De Anaxgoras parece importante destacar que para ex-plicar el Cosmos se encuentra en la necesidad de recurrir ala existencia de una Inteligencia Ordenadora (Nous). ste esun salto cualitativo muy importante. Ya Herclito haba ha-blado de un logos inmanente en el mundo. Pero no era sufi-ciente para explicar la realidad, haca falta una mente, unainteligencia, que explicara la sabidura inmersa en elmundo: una inteligencia trascendente causa de la inteli-gencia inmanente.

    25. Ibid., p. 63.

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    Tambin pluralista ser la explicacin de Demcrito.Como Empdocles y Anaxgoras busca el ser inmutable y

    lo encuentra en los tomos. Por eso su Filosofa ser lla-mada atomismo. Para explicar la realidad introduce el va-co o no ser, tambin negar todo tipo de fuerzasdiferentes de las que proceden de la materia misma (Amor-Odio, Espritu).

    El mundo consta de infinitas partculas indivisibles(por eso reciben el nombre de tomos), slidas y llenas,inmutables, de tal manera que cada tomo posee las caracte-rsticas del ser de Parmnides. Con esta diferencia: los to-

    mos son infinitos en nmero. Adems, los tomos carecende cualidades sensibles y slo se distinguen entre s por lafigura (como A difiere de N, segn el ejemplo que aduceAristteles), el orden (como AN difiere de NA) y la posi-cin (como N difiere de Z)...Los tomos poseen movi-miento propio y espontneo en todas direcciones (algo ascomo las partculas de polvo en un rayo de sol), y chocanentre s. El choque puede tener dos consecuencias diversas: o

    bien los tomos rebotan y se separan, o bien se enganchanentre s, gracias a sus figuras diversas. As se producen torbe-

    llinos de tomos y se originan mundos infinitos, engendradosy perecederos.Los tomos explican, por tanto, la multiplicidad de los

    seres, el movimiento y la generacindestruccin. Pero serequiere un segundo principio: el vaco, o no ser. Elvaco explica la multiplicidad, ya que es lo que separa los to-mos; y explica el movimiento, porque si no hay vaco nopuede haber choques ni desplazamientos.

    Todo se explica, pues, exclusivamente, por lo lleno ylo vaco, sin necesidad de recurrir a fuerzas ajenas a la

    misma materia. Los choque son fortuitos, debidos a un puroazar: nada obedece a una ordenacin inteligente hacia un findeterminado. Materia, vaco y movimiento eso es todo26.

    Esta teora alcanzar un gran xito a partir del inicio dela Ciencia moderna hasta finales del siglo XIX en que en-trar en crisis como consecuencia de los progresos de lamisma ciencia.

    26. C. TEJEDOR CAMPOMANES,Historia de la Filosofa en su marco cul-

    tural, cit., p. 33.

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    2. Incoacin de la teora hilemrfica en Platn

    A continuacin deseo detener mi atencin, no en el pen-samiento de Platn considerado en su conjunto, sino sola-mente en lo que de l pudo recibir Aristteles acerca deltema que nos ocupa, es decir, de la materia prima en parti-cular y del Hilemorfismo en general. El Estagirita en LaMetafsica se refiere a su maestro con las siguientes pala-bras:

    Platn, en general, est de acuerdo con las teoras de lospitagricos, aunque tambin tiene cosas propias. En efecto,

    desde su juventud se haba familiarizado con Cratilo y con laopinin de Herclito de que todas las cosas sensibles estn enflujo permanente, por lo que no hay ciencia (epistme) posiblede estos objetos, y l mismo sostuvo esta doctrina ms tarde.Por otra parte fue discpulo de Scrates, quien desenten-dindose de la Naturaleza en su conjunto se consagr exclu-sivamente a los problemas morales, proponindose lo univer-sal como objeto de sus indagaciones y siendo el primero queaplic el pensamiento a dar definiciones. Por ello, Platn, he-redero de esta doctrina y habituado a la investigacin de lo

    universal, pens que las definiciones no podan referirse a lascosas sensibles ya que no es posible dar una definicin co-mn de objetos que cambian continuamente, sino a otro tipode seres. A estos seres los llam ideas (ideas). Y aadi quelas cosas sensibles existen separadas de las ideas, pero que deellas reciben su nombre, ya que todas las cosas, en virtud desu participacin en las Ideas, reciben el mismo nombre quelas Ideas. En cuanto a la participacin, Platn no hizo sinocambiar el nombre, ya que los pitagricos afirman que los en-tes son por imitacin (mmesis) de los nmeros, y Platn, que

    son por participacin (mthexis), pero ni aqullos ni ste sepreocuparon de indagar que era la participacin o la imita-cin de las ideas27.

    En este texto Aristteles quiere marcar bien las diferen-cias que le separan de su maestro. Y seala dos:

    a) la primera, fruto de la influencia pitagrica, consisteen afirmar que para Platn lo verdaderamente real es elmundo eterno de las Ideas. Por lo tanto, la verdadera

    27. ARISTTELES,Metafsica, I, 6, 987 a 30-b 15.

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    sustancia son las ideas. Es cierto que existe, tambin, enparalelo otro mundo, el mundo sensible, pero ste no es

    mas que un reflejo fugaz del mundo de las ideas. Estacuestin la desarrolla con sencillez y brevedad Tejedorcuando, despus de sealar que para Platn lo que existeson las ideas separadas ellas son substancias (ousa) dice:

    La teora (de Platn) implica, pues, una duplicacin delmundo, existiendo una separacin (chorisms) entre ambos.Por un lado, el mundo visible (ksmos horats) de las cosasparticulares; por otro, el mundo inteligible (ksmos noets)de las ideas. Esta duplicidad es alegorizada bellamente en el

    famoso mito de la caverna (Repblica, VII): el mundo irrealde las sombras, el mundo real de la luz solar. El mundo visi-ble es un mundo fugaz, dominado por el cambio continuo(Herclito); y las cosas particulares al no tener en s su pro-pia esencia carecen prcticamente de realidad. En cambio, elMundo inteligible es el mundo verdaderamente real: cadaIdea en cuanto que existe en s es una substancia (ousa,realidad)28.

    Negar Aristteles la existencia del mundo de las Ideassubsistentes y elaborar una teora en la que tales ideas yano concebidas como substancias separadas pasarn a serun constitutivo intrnseco del ente material al que llamarforma. Las cosas, sustancias materiales, sern entoncesformas materializadas.

    b) La segunda idea que conviene destacar del citadotexto aristotlico se refiere a la configuracin del ente sen-sible. Por lo que se refiere a este ensayo esta segunda con-sideracin tiene mayor inters. Platn ensea que lascosas sensibles existen separadas de las ideas y que de ellasreciben su nombre, ya que todas las cosas, en virtud de suparticipacin (mthexis) en las Ideas, reciben el mismo nombreque las ideas. Se aade en el texto de Aristteles que nadanos dice Platn sobre qu entiende por participacin (delas ideas).

    Voy a procurar explicar con ms detalle el pensamientode Platn. ste afirma que existe una materia eterna que

    28. C. TEJEDOR CAMPOMANES,Historia de la Filosofa en su marco cul-

    tural, cit., pp 46-47.

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    es una realidad en s misma catica y, que, por otra parte,existe un Demiurgo, o artfice, que realiza en la materia

    lo que ser el tercer elemento de la explicacin, la partici-pacin de las ideas. Es evidente que trata, de un modoms o menos desarrollado, lo que en Aristteles sern tresde las cuatro causas: la causa material (materia); la causaeficiente (Demiurgo); la causa formal (la participacin delas Ideas en la materia). El Hilemorfismo, verdaderamente,est ya apuntado. Cencillo pone especial empeo en expli-car lo que Platn entiende por materia cuando dice:

    Despus de distinguir en el Timeo (49 a) dos clases de

    Ser: edoj nohtn ka e kat tata n y su copia sensible,sujeta a gnesis: mimhma ka paradegmato$ gnesin con, se veforzado por el raciocinio a considerar un tercer plano derealidad difcil y oscura en s misma, soporte y comonodriza de toda generacin. Se le suscita entonces el mismoproblema incoado en los cosmlogos y recogido por Aristte-les de cul de los elementos conocidos pudiese ostentar estecarcter de substrato comn y ltimo, y no halla razn paradecidirse por ninguno, pues todos se encuentran en perpetuocambio (49 e-50 b).

    Pero este ltimo substrato de toda cualidad (podoc)subsistente, al que se refiere como a fsi$ y receptculo detodos los cuerpos, no adopta jams la forma o figura dealguno de ellos, pues su naturaleza es ser como cera paratodas las especies, movida y parcelada por las especies que lapenetran de modo que, gracias a esta accin, aparece tanpronto de un aspecto, tan pronto de otro (50 c). Estas especiesque se integran en la materia y se liberan de ella, son imge-nes y participacin de realidades eternas e ideales. La materiaes, en cambio, cierta realidad invisible y amorfa, receptculo

    universal y participante de lo inteligible de una manera muyembarazosa y difcil de expresar (51 a)29.

    Como se puede ver por el texto citado la concepcin dePlatn sobre la materia presenta una importante similitudcon Aristteles. Dice que para explicar la realidad es nece-sario acudir a un substrato, podoc, (nodriza), que perma-nece en los cambios, pero que es como una cera en la quese plasman las ideas. La materia es, pues, cierta realidad

    29. L. Cencillo,Hyle, cit., pp. 22-23.

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    La Huella de la Trinidad en el Arj de la Naturaleza 45

    invisible y amorfa, receptculo universal y participante delo inteligible de una manera como hemos visto muy emba-

    razosa y difcil de expresar.Esta idea de la materia concebida como substrato eraantigua. El arj, como ya se ha visto, era uno de los temasms importantes de la Filosofa presocrtica. Por tal mo-tivo, en la concepcin platnica de la materia vemos lahuella clara de Anaximandro. Dice a este respecto Cencillo:

    La tradicin cosmolgica, ntica y atomistica no haba deinfluir positiva o negativamente, sin embargo, en Aristte-les, en cuanto a la concepcin de la Materia, sino asimilada a

    travs de Platn en su dimensin ms profunda, que encon-tr en el concepto antesocrtico de principio primario inde-terminado y catico el elemento de degradacin fctica de lasIdeas, opaco a la inteligencia y en continua mutacin poroposicin a la estaticidad ideal, oscuramente asociado alvaco de los Atomistas.

    Y aunque segn Aristteles los antiguos filsofos noconocieron la nocin de materia y de potencia (MA 4, 985 a13-14; b 18-20; cfr. Bonitz, Met. 473), Bonitz afirma: si quiseorum placita diligentius excuserit (cfr. A 8, 989 a 30 ss.)

    posse in iis obscura queaedam eorum vestigia inveniri. Ita-que probabile non est, Ar. ipsum dunmew$ nomen apudDemocritum invenisse, sed quae eius est consuetudo, suumvocabulum ad explicanda aliena placita adhibuisse (cfr.Zeller, Ph. d Gr., I, 205, Jahrb. d. Gegenw. (1843), 132 (ibid.). Apropsito de Demcrito en particular, Lange, citado porDyroff en Philologus (1904), 42, ha dado lugar a la sospe-cha de que Aristteles ha aprendido mucho de l, aunque nolo cita, como suele, segn observacin de Mullach y de Euc-ken30.

    En este texto se dice que Aristteles mantena