la invasión y conversión de los bárbaros

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La invasión y conversión de los bárbaros (siglos V, VI, VII) El término “bárbaro” Los bárbaros en los siglos I y II. Desde el siglo I antes de Cristo, los bárbaros significaban un problema para el Imperio Romano. Tanto griegos como romanos llamaban bárbaros a todos los pueblos extranjeros -que no hablaban griego ni latín y que tampoco estaban sometidos bajo sus leyes-. Semánticamente el vocablo parece provenir del sánscrito barbarah, que significatartamudo (todavía hoy, en francés, hablar mal se dice “bavarder”). “Bárbaro” sería entonces, el que habla una lengua ininteligible o extranjera. El término no era sinónimo de salvaje”, pero de hecho, comenzó a tener este sentido por la ferocidad de estos pueblos que desolaron la civilización occidental. Hoy, finalmente sirve para calificar a toda persona inculta, grosera, cruel o inhumana. Las tribus bárbaras, nunca dominadas Uno de los pueblos bárbaros más conocidos desde casi el inicio de la era cristiana, fueron los pueblos germanos, a quienes el emperador Julio César había prohibido su presencia en las Galias en el 57 a.C., llevando el mismo enfrentamiento al país del río Rin. Durante los siglos siguientes los enfrentamientos fueron frecuentes: por un lado, las tribus germanas intentaban invadir el Imperio y por el otro, Roma buscaba dominar el territorio germano. Marco Aurelio fue el último emperador en llevar una campaña a la Germania, pero sin demasiado éxito, ya que Roma jamás pudo ocuparla, como tampoco a Europa central, Escocia e Irlanda. La incorporación pacífica y gradual por medio del ejército Durante los siglos III y IV, debido a las grandes conquistas y la rápida propagación territorial del ejército las fronteras imperiales se ampliaron, con la consiguiente dificultad de que las tropas ya no podían ser exclusivamente romanas; esto obligó al reclutamiento general de los vencidos, ya sea como ciudadanos, ya como mercenarios, pero siempre como soldados rasos; fue de este modo que las tribus bárbaras comenzaron a controlar los límites territoriales bajo las órdenes de jefes latinos. La incorporación no era peligrosa; eran los mismos bárbaros quienes, gustosamente, se ponían al servicio de los ejércitos imperiales a cambio de algunos beneficios. Así, pacífica y gradualmente, fueron engrosando las tropas romanas como tribus “confederadas”. Al principio los romanos habían conservado los mandos superiores; pero luego, con el paso del tiempo, incluso estos cargos principales dentro del ejército pasaron a manos de los

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Los Bárbaros

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  • La invasin y conversin de los brbaros (siglos V, VI, VII)

    El trmino brbaro Los brbaros en los siglos I y II. Desde el siglo I antes de Cristo, los brbaros significaban un problema para el Imperio Romano. Tanto griegos como romanos llamaban brbaros a todos los pueblos extranjeros -que no hablaban griego ni latn y que tampoco estaban sometidos bajo sus leyes-. Semnticamente el vocablo parece provenir del snscrito barbarah, que significatartamudo (todava hoy, en francs, hablar mal se dice bavarder). Brbaro sera entonces, el que habla una lengua ininteligible o extranjera. El trmino no era sinnimo de salvaje, pero de hecho, comenz a tener este sentido por la ferocidad de estos pueblos que desolaron la civilizacin occidental.

    Hoy, finalmente sirve para calificar a toda persona inculta, grosera, cruel o inhumana.

    Las tribus brbaras, nunca dominadas

    Uno de los pueblos brbaros ms conocidos desde casi el inicio de la era cristiana, fueron los pueblos germanos, a quienes el emperador Julio Csar haba prohibido su presencia en las Galias en el 57 a.C., llevando el mismo enfrentamiento al pas del ro Rin. Durante los siglos siguientes los enfrentamientos fueron frecuentes: por un lado, las tribus germanas intentaban invadir el Imperio y por el otro, Roma buscaba dominar el territorio germano. Marco Aurelio fue el ltimo emperador en llevar una campaa a la Germania, pero sin demasiado xito, ya que Roma jams pudo ocuparla, como tampoco a Europa central, Escocia e Irlanda.

    La incorporacin pacfica y gradual por medio del ejrcito Durante los siglos III y IV, debido a las grandes conquistas y la rpida propagacin territorial del ejrcito las fronteras imperiales se ampliaron, con la consiguiente dificultad de que las tropas ya no podan ser exclusivamente romanas; esto oblig al reclutamiento general de los vencidos, ya sea como ciudadanos, ya como mercenarios, pero siempre como soldados rasos; fue de este modo que las tribus brbaras comenzaron a controlar los lmites territoriales bajo las rdenes de jefes latinos. La incorporacin no era peligrosa; eran los mismos brbaros quienes, gustosamente, se ponan al servicio de los ejrcitos imperiales a cambio de algunos beneficios. As, pacfica y gradualmente, fueron engrosando las tropas romanas como tribus confederadas.

    Al principio los romanos haban conservado los mandos superiores; pero luego, con el paso del tiempo, incluso estos cargos principales dentro del ejrcito pasaron a manos de los

  • brbaros, que se convirtieron en excelentes generales de legiones. Tribus enteras, bajo las rdenes de sus propios jefes, con su propia lengua y costumbres, sustituan a las legiones romanas en las fronteras del Imperio. Desde finales del siglo IV ya sern brbaros romanizados los protagonistas de la alta poltica: Estilicen, Aecio, Alarico, Teodorico

    Hilaire Belloc llama a esta nueva modalidad, la revolucin interna donde, con sangre y razas nuevas, el Imperio fue transformndose en sus cabezas, al punto que ya en los siglos V y VI, estos nuevos integrantes seran poco a poco cabezas de futuras naciones independientes (Espaa, Francia, Gran Bretaa, etc.).

    Al contacto con el mundo no-romano, el movimiento que se dio fue mutuo: el mundo romano se fue barbarizando progresivamente en ciertos aspectos, y los brbaros se fueron romanizando y civilizando.

    Invasiones guerreras a partir del siglo V, VI y VII A partir de este momento ms que invasiones, Belloc prefiere decir migraciones de pueblos enteros. Si bien hubo invasiones formales, ms bien se trat de simples migraciones en masa, ocasionando a veces un aluvin de aquellas hordas, principalmente asiticas. Vinieron, en efecto, y se presentaron no como soldados de un ejrcito regular, sino en grandes y anrquicos conglomerados, con mujeres y nios, con carretas llenas de brtulos domsticos, con caballos y rebaos, patos y gallinas En aquel tiempo dicen las crnicas rusas hablando de las invasiones monglicas- llegaron, para castigo de nuestros pecados, naciones desconocidas. Nadie saba su origen, ni su procedencia, ni la religin que profesaban. Quines eran y por qu invadan?

    En este acontecimiento fueron tres mundos los que se enfrentaron: el romano, instalado en torno a la cuenca del mediterrneo; el brbaro europeo asentado en Europa central (continental, septentrional y ocenica); y el brbaro asitico (en tierras monglicas).

    Brbaros europeos La diferencia entre los brbaros de la Europa central y los provenientes del Asia era que aqullos se mostraron asimilables. Si bien los primeros fueron al comienzo rapaces y destructores, acabaron por integrarse al mundo romano de los vencidos, en cuyos territorios se establecieron, y cuando llegaron a gobernar a los antiguos romanos, respetaron su idioma, su cultura, sus tradiciones y sus leyes, llegando incluso a entenderse con la Iglesia. Todos estos pueblos no eran simplemente salvajes. Los escritores contemporneos les reconocen virtudes: fidelidad, disciplina, castidad y cierta honradez.

  • Las principales tribus de los brbaros europeos eran de raza germana: hombres recios y corpulentos, organizados en comunidades muy disciplinadas y sometidas fielmente a un caudillo popular.

    Su distribucin en grandes mosaicos o regiones brbaras era, aproximadamente, a fines del siglo V, la siguiente:

    los francos: que rodeaban a los sajones y a los lombardos, instalndose al norte de las Galias (la Francia actual), tenan por jefe a Clodoveo y eran de las pocas tribus paganas.

    los burgundios: estaban un poco ms al sur y se instalaron desde el sudeste de las Galias hasta los Alpes Suizos, su jefe era Segismundo; de religin arriana, lo mismo que sus vecinos los alamanes, que estaban sobre el Danubio.

    los anglos, jutos y sajones: salidos de Europa central llegaron hasta Dinamarca y pasaron por mar a la actual Gran Bretaa donde se asentaron definitivamente. Su rey pagano era Etelberto.

    los vndalos: eran los brbaros ms feroces y fanticos de Europa central, estaban asentados a lo largo del Danubio y formaban uno de los conglomerados ms poderosos, ocupando lo que hoy es Austria. Sus incursiones en Europa central los hicieron pasar por Francia y Espaa, hasta asentarse en el sur de Espaa (Vandaluca, la que ser Andaluca) y todo el norte del frica incluyendo las islas mediterrneas de Cerdea y Crcega, instaurando un verdadero rgimen del terror al mando del arriano Genserico.

    los godos: se asentaron un poco ms all de Austria, sobre el Mar Negro, eran todos arrianos y estaban divididos en dos grupos: los ostrogodos o godos brillantes, que eran dueos de Dacia e invadieron Italia, Sicilia, Dalmacia y parte de la Panonia (territorios de la Antigua Roma) con el caudillo Atalfo y luego Teodorico; y los visigodos o godos prudentes que invadieron parte de las Galias, toda Espaa y parte de Italia al mando de Alarico y luego, Leovigildo.

    Tambin invadieron el norte de Italia las tribus germanas de los lombardos; y los suevos que se asentaron en el noroeste de Espaa. Qu religin tenan? Fuera de los francos y los anglosajones, que siguieron siendo paganos, puede decirse que todos los pueblos brbaros que entraron en el Imperio en el siglo V profesaban el arrianismo. Su conversin a esta hereja se debi sobre todo a la predicacin de un extrao personaje llamado Wulfila, grecizado como Ulfilas, quien les dio una liturgia y un sistema moral adaptado a la mentalidad de los germanos, que exaltaba la fuerza, la energa y el herosmo, difundindose entre vndalos y burgundios antes de cruzar las fronteras. Lo poco que se sabe de l es que sus abuelos eran de Capadocia, fue sacerdote y acab por adherirse a los arrianos. Fue entonces cuando Eusebio de Nicomedia lo consagr a ser obispo de los godos, quizs en el transcurso del Snodo de Antioquia, en el 341. Destinado a Nicpolis, en la actual Bulgaria, se entreg por entero a la conversin de los brbaros, y naturalmente los convirti al arrianismo.

  • La hereja fue mantenida por los jefes godos, vndalos y burgundios con el peso de sus ejrcitos, sin embargo la gran masa de la poblacin, y las fuerzas espirituales y culturales eran catlicas.

    Brbaros asiticos: los hunos Otro grupo estaba ms al este, eran los terribles hunos, que estaban a la retaguardia de todas estas tribus, en las estepas de la Mongolia, y llegaron hasta Italia y Francia al mando de su jefe Atila (395-453), el azote de Dios. Desde haca varios siglos constituan el flagelo de China. Los hunos era un pueblo asitico, de raza mongola[1], que, al verse contenidos por la famosa gran muralla construida por la dinasta Han de los emperadores y arrojados de all por el ejrcito chino, se volvieron hacia el oeste, empujando a diversos grupos que encontraban a su paso (otros brbaros de Europa central). Es decir, que la entrada de los brbaros en el Imperio, a comienzos del siglo V, no fue sino el contragolpe del ataque mongol que, al ser rechazados militarmente por los chinos, provoc oleadas obligatorias hacia Europa occidental[2].

    Su podero lleg a extenderse por toda Europa central hasta las fronteras de Asia.

    Hubo otras razones para dicha migracin de pueblos enteros: el atractivo de aquellas tierras europeas que ocupaba el Imperio, zonas frtiles, soleadas y cultivadas, a diferencia de las que ellos posean en Asia, infecundas, ridas, fras y brumosas.

    Amn de la situacin climtica, debemos tener en cuenta el carcter nmada de aquellas tribus sin patria permanente, carentes de lazos histricos y espirituales que las atasen a ningn territorio determinado.

    Estos pueblos asiticos, llevaron a cabo una tarea de aniquilacin y devastacin completa de las poblaciones conquistadas, ya sea reducindolas a la esclavitud, expulsndolas o matando a todos, de modo que la fusin o asimilacin de estas razas se hizo imposible.

    Cada del Imperio occidental e invasin de Roma A fines del siglo IV, precisamente cuando durante el reinado de Teodosio el Imperio acababa de proclamarse oficialmente catlico (Edicto del ao 381), renovndose con las nuevas fuerzas que le aportaban la verdadera Fe y la unin poltica, sucedi este nuevo y terrible acontecimiento que erosion desde sus cimientos la vieja estructura imperial: las grandes migraciones de los brbaros[3]. A diferencia de lo que aconteca en la cristiana Bizancio, que permaneci inmune a dichas invasiones, el Imperio de Occidente se vio sofocado por los brbaros.

  • El siglo V se caracteriz por un poder romano debilitado y presa de tejemanejes polticos. Detrs de los emperadores, las intrigas manejaban los inciertos destinos del Imperio. El defensor de hoy era el agresor de maana. El rebelde se transformaba en protector. El absolutismo estatal manifestaba su propia debilidad. Y el poder de los condes y prefectos provinciales aumentaba.

    Ante la inseguridad que se viva en la pennsula italiana y ante las amenazas de las invasiones brbaras, el emperador Honorio, hijo de Teodosio, decidi trasladar la sede del gobierno a la ciudad de Ravena, resguardada por pantanos infestados de mosquitos; tales defensores indicaban hasta qu punto las fuerzas de la antigua Roma se haban extenuado, al punto de hacer ineludible la cada.

    Durante el reinado de Honorio[4] en Occidente, los generales magistri militum manejaban las riendas del Imperio. Los pueblos brbaros penetran en el Imperio

    La ltima noche del ao 406 esas fronteras fueron quebradas y los burgundios, vndalos y suevos invadieron el territorio de las Galias. Mientras los primeros saquearon la Galias, los vndalos y suevos siguieron camino a Espaa.

    Desde entonces no cesaron los golpes contra el Imperio. Los francos ocuparon la Galia del norte, los sajones, anglos y jutos invadieron Britania, los vndalos ocuparon frica del norte.

    Como decamos, haba brbaros y brbaros; salvo vndalos y hunos, el resto mostraba admiracin y respeto hacia lo romano. As, se cuenta que cuando Alarico, rey de los visigodos, conquist Atenas slo impuso el poder pasearse un da por la ciudad, conocer el Partenn, hacerse leer el dilogo platnico Timeo, y asistir a la representacin de Los persas de Esquilo. Cada de Roma El primer asedio a Roma Los visigodos (arrianos venidos de Europa central) estaban ya establecidos cerca de las fronteras en el siglo III[5]. En 395 Alarico[6] es elegido rey y siti Roma, mientras Honorio se ocultaba en Ravena. Poco vali que ofrecieran al brbaro el ttulo de magister utriusque militia -Alarico reclamaba retribuciones por sus ayudas en la guerra-, porque sus demandas no fueron escuchadas y la negociacin fracas. Tras un largo sitio, entr finalmente victorioso en la capital del Imperio, al son de trompetas y cantos de guerra, la noche del 24 de octubre del ao 410, en medio de una horrible tempestad. El jefe brbaro no incendi la ciudad, pero la entreg al saqueo[7] y dej cometer todo tipo de atrocidades durante cuatro das seguidos. Milagrosamente, Alarico siendo arriano, prohibi tocar los lugares sagrados, sobre todo las baslicas de San Pedro y San Pablo. Sin embargo al victoria fue vana y pronto debi abandonar la ciudad, acosada por

  • el hambre. Cuando se dispona a embarcarse hacia el sur de Italia en busca de un paso hacia el frica, lo sorprendi la muerte.[8] El saqueo de Roma fue uno de los eventos ms clamorosos de la antigedad. La Urbs era considerada imperecedera; poetas, oradores, y ciudadanos de todo el Imperio tenan esta conviccin. Sin embargo el hecho simblico de la cada de la Ciudad eterna se haba cumplido Y tanto paganos como cristianos creyeron que haba llegado el fin del mundo. En realidad no era el fin del mundo sino el fin de un mundo. Pero por aquel entonces era difcil considerarlo as.

    San Jernimo escriba consternado, desde Palestina:

    La mente tiembla cuando se piensa en la ruina de nuestros das. Por ms de veinte aos la sangre humana ha corrido incesantemente sobre una vasta extensin los godos, los hunos y los vndalos sembraron la desolacin y la muerte [] Cuntos nobles romanos han constituido su presa! Cuntas doncellas y cuntas matronas han cado vctimas de sus lbricos instintos! Los obispos viven en prisin. Los sacerdotes y clrigos son pasados a cuchillo. Las iglesias son profanadas y desvalijadas. Los altares de Cristo son convertidos en establos. Los restos de los mrtires son arrojados de sus tumbas. Por doquier pena, lamentacin por doquier; en todas partes la imagen de la muerte. () Mi voz se ahoga y los sollozos me interrumpen () Ha sido conquistada la ciudad que conquist el universo. La luz ms clara se ha extinguido, la cabeza del mundo ha sido abatida al caer esa ciudad el Imperio se ha derrumbado.

    Casi dos siglos ms tarde, San Gregorio Magno, deca algo similar:

    En todas partes vemos slo pena y lamentos, las ciudades y las villas estn destruidas, los campos devastados y la tierra vuelve a la soledad. No quedan campesinos para cultivar los campos, pocos habitantes permanecen en las ciudades, y aun esos escasos restos de humanidad siguen expuestos a sufrimientos incesantes () Algunos son llevados al cautiverio, otros mutilados, y otros, ms numerosos, degollados ante nuestros ojos.

    Y San Agustn, en uno de sus sermones:

    Cosas horrendas nos han contado: ruinas, incendios, saqueos, torturas, deshonras. Mil veces nos las han contado y otras tantas las hemos lamentado y llorado, y todava no nos hemos podido consolar. La Iglesia: responsable de la cada de Roma? Sobre la cada de Roma, mucho se ha dicho incluso en aquellos tiempos como en estos. Los paganos no perdieron la oportunidad de acusar a la Iglesia de Cristo: Desde que el cristianismo ha triunfado, todas las desgracias han cado sobre nosotros.

  • Los mismos cristianos no saban qu responder. Fue entonces que San Agustn hubo de escribir la Ciudad de Dios, su gran obra, mostrando que la cada de Roma deba ser considerada a la luz de la Providencia de Dios, que dirige todos los acontecimientos histricos. La historia oficial llama a este momento la cada de Occidente, la derrota de Roma, etc., acusando a la Iglesia de haber debilitado la romanidad. Es conocida la tesis del historiador Edward Gibbon que, en su Historia de la decadencia y cada del Imperio Romano afirma que fue a causa de la conversin al catolicismo del Imperio, que ste se debilit y cay, pues si hubiese seguido siendo pagano lo habra enfrentado

    El mismo hecho histrico es interpretado de distinta manera por otros historiadores.

    Belloc, en Europa y la Fe, demuestra que el Imperio Romano no pereci nunca sino que se transform: la Iglesia Catlica, aceptada por el organismo imperial en su madurez, fue la causa de su supervivencia dando as, origen a lo que hoy conocemos por Europa y siendo el alma de nuestra civilizacin. Es ms: fue gracias a la conversin al catolicismo que el Imperio perdur en la sangre brbara conversa.

    Nos parece atinada la opinin de Daniel-Rops, al comentar cmo Roma cay por su propio peso:

    Es intil insistir sobre las costumbres sexuales, pues el divorcio, la prostitucin, femenina o masculina, y las prcticas contra la natalidad llegaron al colmo del escndalo. A pesar de los intentos imperiales para disminuir su horror y su nmero, los sangrientos juegos del anfiteatro seguan ofreciendo a la muchedumbre su degradante eretismo, y San Agustn habl con tristeza de aquellos desdichados que se hartaban de bufonadas y de espectculos innobles, mientras el enemigo estaba a sus puertas y degollaba a sus hermanos. Y, por descontado, en el orden propiamente espiritual, la situacin era tambin aflictiva () En el pueblo, y por los elementos que todava se le adheran, una mezcla de supersticiones, de astrologa y de prcticas mgicas. Desde este punto de vista, la atmsfera del tiempo estaba tan cargada de miasmas que el mismo Cristianismo deba estar en guardia para no dejarse contaminar[9].

    Es imposible no pensar en la cada de nuestra civilizacin y la invasin de los musulmanes.

    Atila, Santa Genoveva y San Len magno En el ao 451 hordas amarillas invadieron las Galias dirigindose hasta Lutecia (actual Pars) donde Santa Genoveva[10] protegi milagrosamente la ciudad al hacerla invisible del ataque asitico. Esta mujer fue pastorcita y luego monja; cuando la mayora de los jefes de

  • su ciudad decidieron huir y abandonar el lugar para entregarlo a las hordas amarillas, Genoveva se opuso terminantemente y les dijo: Que los hombres huyan si ya no son capaces de pelear. Nosotras las mujeres, rezaremos tanto y tanto a Dios que l oir nuestras splicas.

    Atila, milagrosamente, no atac la ciudad, o mejor dicho no la encontr cuando pas muy cerca. A partir de este hecho extraordinario la santa pas a ser oficialmente la patrona y protectora de la ciudad.

    El segundo ataque brbaro a Roma lo intent Atila en el 452. Parcialmente recuperado de la derrota, Atila dirigi al ao siguiente su atencin hacia Italia. Arras Aquileya, Miln, Padua y otras ciudades. El terror cunda por todas partes al punto que el propio emperador Valentiniano III resolvi trasladarse con toda su corte a Ravena y pedirle como ltima salida que el propio Papa San Len Magno lo enfrente milagrosamente

    El rey de los hunos ya se dispona ya a cruzar el Mincio, afluente del Po, cuando cerca de Mantua, advirti que un extrao cortejo le sala al encuentro, entonando himnos y salmos. Eran varios sacerdotes revestidos con ornamentos, otro grupo de monjes y dos patricios a caballo, llevando cruces y estandartes. En medio de ellos cabalgaba un anciano de barba blanca. Atila, que estaba cruzando el ro, se detuvo en un islote de arena y le pregunt:

    Cmo te llamas?.

    El anciano le respondi

    Len, Papa.

    El brbaro vacil un instante, pero luego acab por atravesar el ro, saliendo al encuentro del santo Padre. Tras una misteriosa conversacin entre el Papa y Atila, ste ltimo opt por retirarse, limitndose a exigir un tributo. Este hecho inexplicable fue narrado luego y se lleg a afirmar que Atila haba visto detrs del Papa un personaje vestido de blanco, que crey un ngel, junto con San Pedro y San Pablo, quienes lo amenazaban con una espada.

    Pero en el ao 455 los vndalos al mando del arriano Genserico atacaron la Ciudad Eterna y esta vez no se salv. La saquearon durante catorce das y se llevaron sus tesoros.

    La conversin de los reinos brbaros en Occidente Para el ao 476 el Imperio Romano en Occidente haba sucumbido. En Oriente, durante mil aos quedara en pi el Imperio de Bizancio, pero Europa Occidental es ahora un mosaico de estados germnicos y brbaros, al principio un tanto dependientes de Constantinopla[11].

    La conciencia del ideal de la unidad poltica se mantena con una fuerza especial en la Iglesia, y ahora, era la nica capaz de llevar a cabo esa tarea. Para esto deba enfrentar, en

  • primer lugar un impedimento: la unidad religiosa. Los nuevos dueos de la poltica no eran catlicos, sino arrianos o paganos.

    La gran apuesta, y la nica solucin, para defender la civilizacin cristiana era la conversin de los brbaros.

    Sera posible que aquel Occidente volviese a profesar libremente la Fe? Caba esperar que los brbaros entrasen en el seno de la Iglesia?

    De la antigua dominacin romana no quedaba casi nada.

    Ante la embestida de los brbaros, ante la decadencia moral e institucional de la vieja Roma, slo la Iglesia conserva y sostiene todo (Lactancio). La Mater Ecclesia haba ya sembrado en las profundidades de la sociedad los elementos que habran de promover la resurreccin de la civilizacin despus del derrumbe producido en el siglo V. El Cristianismo prestara a los mejores hombres del momento la posibilidad de encontrar un sentido en el drama; el no hallarse abandonados en un abismo sin salida.

    No todos, claro, vean la gravedad de la situacin, pero s los ms perspicaces: San Jernimo, San Agustn y otros, saban que el fin estaba cerca, y trabajaban para dotar al futuro de los instrumentos necesarios para la reconstruccin. Es propio del cristiano no dejar de ver en los acontecimientos, aun terribles, la mano de Dios que los dirige; y no flaquear en la esperanza.

    En estos tiempos asumen tambin un papel significativo los monasterios, como bases espirituales, apoyo y semillero de obispos. El castigo haba llegado, como planteaba San Agustn, por la mundanidad en que se viva[12], y la evangelizacin no haba podido frenar la disgregacin de la sociedad romana, cuyas clases altas vivan en la ociosidad y refinamiento, y el pueblo sencillo desperdiciaba sus horas en circos y juegos. Los romanos, paganos o cristianos, no fueron vencidos por la fuerza, sino por su inferioridad moral.

    San Jernimo reflexionaba sobre este asunto:

    Son nuestros pecados los que dan fuerza a los brbaros; son nuestros vicios los que han hecho derrotar a nuestros ejrcitos!.

    Comprendieron algunos, entonces, que no se podra rehacer una sociedad arruinada, si primero no se rehaca al hombre.

    Pero para convertir a los brbaros no poda hacrselo de uno a uno, sino en sus cabezas. A esto apost la Iglesia.

  • 1. a) La conversin de los francos

    Los francos se haban instalado en Blgica a partir del 406 al mando del rey, Meroveo, quien particip en la coalicin contra los hunos, y haba sido educado en Ravena.

    La palabra franco significa atrevido, insolente, indomable. Esta tribu ocupaba slo una parte de la Francia actual, con bolsones en el norte y en el sur. El jefe de los francos, a fines del siglo V, era el nieto de Meroveo, el rey Clodoveo. Era ste un hombre cruel y vengativo, un germano de raza, de lengua y de costumbres, de temperamento guerrero y educado desde nio por sacerdotes paganos, lo cual era una excepcin pues la mayora de los otros caudillos eran arrianos. Pero Clodoveo al no ser hereje, era ms pasible de ser convertido con mayor facilidad. Mucho ms difcil es convertir a un hereje que a un pagano; y por eso la Iglesia decidi volcarse hacia los francos, y no a la masa sino a su jefe[13].

    San Remigio, obispo de Reims, que tena fama de taumaturgo, y perteneca a una de las familias aristocrticas de las Galias, le dirigi entonces una hermosa y larga carta no solamente para felicitarlo por sus victorias, sino para darle a entender que la gloria de su reinado dependera de su acercamiento a la Iglesia, es decir, lo invit a tomar en consideracin a los obispos y ponerse de acuerdo con ellos para el bien del pas.

    Hbilmente, ambos obispos lograron la unin matrimonial de Clodoveo con Clotilde, princesa burgundia y catlica ferviente, convencida de la necesidad de convertir a su marido[14]. Tan pronto como estuvo casada con el rey franco -en 493- comenz a trabajar por la conversin de su esposo[15]. Pasados los 6 aos, Clodoveo segua aferrado al paganismo, pero haba dejado bautizar a sus hijos.

    Sin embargo, su conversin no llegaba. Faltaba un hecho milagroso.

    La batalla de Tolbiac

    Sucedi algo similar con Constantino en la batalla de Puente Milvio.

    Sigamos el relato del obispo San Gregorio de Tours:

    Insistentemente trataba de persuadirle la reina a adherirse al Dios verdadero y a desechar a los dolos; pero no haba manera Hasta que un da estall una guerra con los alamanes(pueblos del Danubio); entonces la necesidad le hizo conocer lo que hasta ese momento se negaba a conocer su obstinacin. Sucedi que, al entrar en colisin ambos ejrcitos, se produjo una verdadera carnicera; el ejrcito de Clovis estaba a punto de declararse en franca derrota. Ante esto, alz el rey los ojos al cielo y dijo desde lo ms

  • ntimo de su corazn y con lgrimas en los ojos: Oh Cristo Jess, a quien Clotilde llama siempre el Hijo de Dios vivo, t que socorres a los afligidos, da victoria a los que en ti esperan; con toda humildad y fervor te ruego que demuestres la majestad de tu fuerza. Si me concedes la victoria sobre estos enemigos y experimento yo de este modo ese podero que todo pueblo dice experimentar cuando se consagra a tu nombre, entonces creer en ti y recibir el bautismo en tu nombre. He invocado ya a mis dioses; pero estn lejos de ayudarme a ti te invoco ahora, en ti confo de buen grado, a fin de que me vea libre de mis enemigos. Y cuando an no haba terminado de hablar los alamanes se volvieron y se dieron a la fuga. Entonces Clodoveo dio por terminada la batalla, areng al pueblo, volvi en paz a su palacio y cont a la reina cmo haba obtenido la victoria invocando el nombre de Cristo. Despus de lo cual la reina llam secretamente a Remigio, obispo de Reims, y le suplic que le fuese instruyendo al rey en el Evangelio del Salvador[16]. El Bautismo de Clodoveo y el destino de Francia En la Navidad de 496 se procedi al bautismo[17] y coronacin en la gran Catedral de Reims[18]. Junto con l se bautizaron 3000 francos ms. San Remigio se convirti en consejero del rey en materia de religin y se encarg de organizar el clero catlico entre los francos.

    A partir de su conversin los francos continuaron venciendo y sometiendo a otras tribus brbaras, como a los burgundios, a los visigodos y, por ltimo, a los alamanes; a todos ellos los convertiran al catolicismo. En poco tiempo fueron dueos de toda la franja que va desde Blgica y Suiza hasta los Pirineos, dado forma territorial a la futura Francia.

    Clodoveo tambin vio cul era su misin: la reunin de las Galias bajo su autoridad y levantar el yugo arriano de los pueblos catlicos. Quedaba abierto el camino para la reunin de los tres elementos: germano, romano y catlico; y con ello a la futura Cristiandad.

    As, la nacin franca recibira ms tarde el nombre de la primognita de la Iglesia.

    Veamos cmo fue el da de su bautismo y coronacin.

    A media noche entrando los reyes y su squito en la Iglesia, convocados por San Remigio:

    sbitamente una luz ms brillante que el sol inund a Iglesia. El rostro del obispo se puso radiante, al mismo tiempo que reson una voz: LA PAZ SEA CON VOSOTROS, SOY YO. NO TEMIS. PERSEVERAD EN MI PREFERENCIA. Finalizada la voz, un perfume celeste embalsam la atmsfera. Los reyes y toda la asistencia espantados se arrojaron a los pies de San Remigio, quien los tranquiliz y les declar que es propio de Dios sorprender al comienzo de sus visitas y regocijar al final de las mismas[19].

  • Despus, sbitamente inspirado, el santo dirigi una alocucin proftica al rey, que tambin transcribe Hincmar, arzobispo de Pars e historiador del siglo IX:

    Aprended hijo mo, que el reino de Francia est predestinado por Dios, a la defensa de la Iglesia Romana, que es la nica verdadera Iglesia de Cristo. Este reino ser un da grande entre todos los reinos y abrazar todos los lmites del imperio romano. Someter todos los pueblos a su cetro. Durar hasta el fin de los tiempos. Ser victorioso y prspero en tanto sea fiel a la Iglesia romana, pero ser rudamente castigado toda vez que sea infiel a su vocacin.

    Entretanto, San Remigio y los reyes haban llegado al baptisterio, pero el clero que llevaba el Santo Crisma haba quedado separado por la multitud que se interpuso entre ellos, de modo que el obispo no tena el instrumento de la uncin.

    Sigamos a Hincmar:

    Sbitamente apareci revoloteando al alcance de su mano y a los ojos arrebatados y sorprendidos de la inmensa turba, una blanca paloma que tena en su pico una ampolla de leo santo, cuyo perfume, de inexpresable suavidad, embalsam a toda la asistencia. Cuando el prelado recibi la ampolla, desapareci la paloma.

    Desde antiguo se consider que el Espritu Santo haba aparecido en ese momento, bajo la forma de paloma, entregando el blsamo divino como una gracia nica, que distingue la ceremonia de la consagracin y coronacin de los reyes de Francia de la de cualquier otro rey de la tierra (es importante retener que la consagracin real hace del ungido un personaje eclesistico, es decir, casi como un prelado con una funcin santificadora).

    En ella se unge al rey con un oleo celestial empleado para Clodoveo y todos sus sucesores. Dicho leo est guardado en la Sainte Ampoule (Santa Ampolla) y con l se aseguraba la legitimidad del rey y de las virtudes indispensables para su buen gobierno.

    La infidelidad de Francia desde los borbones a la Revolucin Francesa, ha tenido sus castigos evidentes hasta el da de hoy.

    Este leo se us ininterrumpidamente hasta la coronacin de Luis XVI; guillotinado el rey, los revolucionarios conscientes del valor simblico y real de la Santa Ampolla, decidieron destruirla para indicar que el poder no viene de Dios, sino del pueblo. Con este fin, en 1793, enviaron a Reims una comisin presidida por un ateo alsaciano de origen protestante, llamado Ruhl, que sac la reliquia y con un martillo la hizo pedazos a la vista de todo el pblico, enviando los fragmentos a Pars.

  • Pero la Divina Providencia permiti que el contenido se salvase, pues un sacerdote pudo extraer previamente el leo santo y guardarlo hasta tiempos mejores. Despus de la restauracin se us por nica vez en la coronacin de Carlos X, en 1824.

    1. c) La conversin de los visigodos

    En Espaa fue diferente pues toda esta zona se haba romanizado totalmente y casi era un hecho la unidad religiosa bajo el signo del cristianismo. Pero irrumpi luego el invasor arriano y visigodo, y se fue adueando poco a poco de la Pennsula.

    1. c) La conversin de los anglo-sajones

    En las Islas Britnicas la conversin fue distinta. Debemos tener en cuenta que el Imperio Romano haba llegado hasta conquistar Inglaterra, sin poder tocar Irlanda. Ya en el siglo III los cristianos eran numerosos en las primeras dicesis como Londres, York y Lincoln; incluso en la persecucin de Diocleciano, hubo mrtires como San Albano y varios ms.

    En el bautismo de Inglaterra tuvo mucha influencia el Papa San Gregorio Magno[20]. En cierta ocasin cuando Gregorio era todava monje en el monte Celio, recorriendo los mercados de Roma, encontr a unos traficantes que vendan esclavos de todo tipo, entre ellos sobresalan tres esbeltos jvenes, rubios y de ojos azules, que llamaron la atencin del monje. Luego de dialogar con ellos y de preguntarles su origen, Gregorio adquiri los tres anglos y los introdujo entre los monjes para enviarlos luego a evangelizar a sus hermanos de raza. A penas fue elegido Papa, se consagr a la realizacin de dicho plan[21]. En el ao 596, el monje San Agustn, prior del convento del Celio, recibi la orden de partir, juntamente con cuarenta de los suyos, para la misteriosa Inglaterra. Cuando llegaron a la isla, alguien les haba preparado el terreno. Era la reina cristiana Berta (joven parisiense, hija del franco Cariberto y, por lo tanto, biznieta de Clodoveo) que se haba desposado con el rey de Kent, Etelberto. Enseguida San Agustn y los suyos se dirigieron a su encuentro. El rey estaba sentado bajo un rbol, rodeado de sus caballeros, cuando vio que venan lentamente hacia l los monjes romanos, mientras cantaban himnos sagrados en gregoriano y eran precedidos por una cruz procesional Como dice Bossuet, a propsito de esta escena: La historia de la Iglesia no tiene nada ms hermoso. Etelberto escuch atentamente la exposicin sumaria de la obra redentora de Cristo, luego de lo cual Agustn le pidi autorizacin para evangelizar toda la Gran Bretaa.

    Para la fiesta de Pentecosts de 597 el mismo rey Etelberto y gran parte de sus oficiales se hicieron bautizar. Adems, el rey de Kent tena gran influencia en los reinos vecinos de Essex y Anglia oriental, por eso, para la Navidad de ese mismo ao y gracias a ejemplo del rey, ms de 10.000 ingleses pidieron el bautismo a San Agustn. Poco despus el monje se dirigi

  • a la Galia para recibir, con el asentimiento del Papa, la consagracin episcopal, tras la cual regres a la isla, donde Etelberto le cedi su propio palacio de Cantorbery, que sera la sede episcopal ms antigua de Inglaterra. Pronto el Papa erigir otras dos metrpolis arzobispales: Londres y York con doce obispados cada una.

    El mtodo de evangelizacin usado por San Agustn se lo seal el Papa Gregorio Magno:

    No destruir los templos paganos sino bautizarlos con agua bendita, levantar en ellos altares y colocar reliquias. All donde haya costumbre de ofrecer sacrificios a los dolos, se permita celebrar en la misma fecha, festividades cristianas bajo forma distinta si les permiten las alegras exteriores ser mucho ms fcil que lleguen a lograr las alegras interiores. En estos feroces corazones no se puede eliminar de una vez todo el pasado. Una montaa no se sube a saltos, sino a paso lento.

    Desde Inglaterra haba de partir pronto la evangelizacin de Germania. En 690 el monje nortumbrio Willibrord, lleg a Frisia (norte de Holanda) como misionero.

    Tambin de esta isla partiran en poco tiempo, grandes misioneros para Europa, como por ejemplo, el monje San Bonifacio que convertira los Pases Bajos como Blgica y Alemania.

    1. d) La conversin de los celtas de Irlanda La isla de Irlanda[22] haba permanecido al margen de la dominacin imperial, de modo que la evangelizacin fue diferente a la de las otras tribus ya que los misioneros no contaban all con la tutela de Roma. Por lo cual, los evangelizadores se vieron completamente solos frente a los celtas paganos, entre ellos los escotos. Adems toda la Gran Bretaa estaba plagada dedruidas, que constituan la clase sacerdotal; los filid y los vates o adivinos de la poca; y losbardos o poetas.

    San Patricio, naci en el ao de 387 en lo que despus vino a llamarse Kilpatrick, prximo a Dumbarton, pueblecito de Escocia que hoy cuesta encontrar en los mapas, y fallecido en Saul, Irlanda, el 17 de Marzo de 493.

    Secuestrado a los 16 aos por un grupo de piratas de escotos irlandeses, que durante el siglo IV asolaban las costas de Bretaa, fue llevado al norte de Irlanda donde lo vendieron a unos druidas irlandeses que lo obligaron a custodiar una piara de cerdos; all aprendi muy bien la lengua cltica que lo ayudara posteriormente en la predicacin Se dice que fue ste el primer rasgo milagroso, pues los mismos irlandeses fueron a buscar al que sera su apstol y le dieron el oficio de pastor[23]. Cuando pudo escapar, luego de seis aos, se dirigi en el primer barco que sala hacia Francia; por entonces ya tena 20 aos. All pas tres aos en la isla de Lrins[24], frente a Canes, donde se hizo monje benedictino y recibi la formacin teolgica. Luego se radic en Auxerre durante ms de 15 aos.

  • Hacia el 432 senta que aquellos paganos de Irlanda lo llamaban a evangelizarlos, hasta que expuso a su maestro y amigo, San Germn de Auxerre, su deseo. Luego de un viaje a Roma para ofrecerse como misionero al Papa Celestino I, ste le otorg el permiso. San Germn lo consagrar obispo antes de partir para Irlanda.

    Entonces Patricio volvi a Irlanda[25], alrededor del ao 433, con 46 aos. Comienza entonces la prodigiosa aventura misionera[26], que durar treinta aos coronados de una fecundidad asombrosa: se dice de San Patricio que bautiz a Irlanda sin choques y sin violencias, ya que se impuso al druidismo[27] por la fuerza convincente de un poder superior espiritual y milagroso. Los aos de cautiverio le haban dado el conocimiento de la sociedad irlandesa. Se dio cuenta que deba ganarse a los jefes de las tribus. Patricio haca comprensible el Credo a los paganos; respetaba sus tradiciones y costumbres. La mayor resistencia la encontr en los druidas[28], pero en la confrontacin, venci Patricio movido por su santidad. Adems, no permiti que la hereja[29] se propagase en la isla.

    Si bien no logr bautizar al rey irlands, llamado Loegario, s lo hizo con sus dos hijas: Hete y Fedel, y mediante ellas a todo su pueblo. Tambin el santo procedi solemnemente a administrar el bautismo a Conall, hermano del rey, el 5 de Abril en Erin.

    Se registra en su vida que consagr a no menos de 350 obispos.[30] Irlanda, una tierra no pisada por las legiones romanas, se abri as al cristianismo; la cruz se plant all y alcanz una vitalidad tal que Irlanda recibi el nombre de isla de los santos. Cuando San Patricio muri en 461, la isla era completamente catlica. Dej monasterios por doquier, donde bulla el idealismo religioso[31]. La fusin entre el cristianismo y la cultura celta se realiz bajo el signo del monaquismo: los monasterios fueron los principales centros de vida eclesistica, llegando a constituir verdaderas ciudades, cuya poblacin alcanz a veces la cifra de 3000 monjes, siendo verdaderos focos de cultura cristiana. De los monasterios irlandeses saldran monjes-misioneros que llevaran el evangelio a los lugares ms recnditos: Escocia, las islas Feroe[32], Islandia, donde los vikingos encontrarn instalados a monjes irlandeses. La culminacin de los brbaros: Carlomagno

    Entre el bautismo de Clodoveo y la asuncin como emperador de Carlos, trascurrieron menos de cuatro siglos. El siglo VII fue crucial para la historia de la Iglesia. Lo que quedaba del antiguo Estado Romano eran escombros o mosaicos de las distintas tribus brbaras. En ese momento apareci en Europa Occidental un hombre providencial para la reconstruccin y unidad poltica y econmica del futuro Imperio Romano Germnico.

    Despus de la muerte de Clodoveo, en Francia, haban transcurrido dos siglos de agotamiento, con los reyes merovingios que la gente comenz a calificar de holgazanes porque pasaban su vida en la ociosidad y el desenfreno. Fue entonces cuando, junto a

  • aquellos reyes, aparecieron los llamados Mayordomos del Palacio, especie de Primeros Ministros, que eran en realidad los que gobernaban verdaderamente. Entre estos mayordomos se destac el bastado Carlos Martel, as denominado por la poderosa maza de armas martel que manejaba en el combate. Fue l quien en el 732 detuvo en Poitiers a los invasores musulmanes; adems de ganar esta significativa batalla, se convirti en un eficaz colaborador de los Papas para preparar la unidad de los pueblos occidentales que culminara con su nieto. El hijo de Martel, Pipino el Breve, depuso al ltimo rey de la dinasta merovingia, tomando su relevo. San Bonifacio, en nombre del Papa, lo ungi como nuevo monarca, segn el ritual de consagracin en el 751. Fue Pipino quien salv al Papa Esteba II del gran ataque bizantino-lombardo que acechaba sobre sus territorios; incluso el rey Astolfo logr apoderarse de la ciudad de Ravena y luego procedi a atacar Roma. Entonces, Esteban decidi dejar su ciudad y, cruzando los Alpes, se dirigi hacia donde estaba el rey. Pipino le sali al encuentro, baj del caballo, se prostern ante l, y tomando las riendas de su caballo, como si fuese un simple palafrenero, lo condujo hasta su palacio. El Papa lo nombr Patricio de los Romanos, con el compromiso de defender Roma, del inminente peligro lombardo. El 6 de enero del 754, el Papa y el rey firmaron, en la abada de Saint Denis, esta alianza en la que se obligaban a mutua amistad y sostn. Adems, los hijos de Pipino tambin prometieron defender militarmente a la Iglesia romana. Asimismo, se pusieron de acuerdo en que en adelante el Sumo Pontfice tendra tambin poder temporal sobre algunos territorios, de modo que pudiera ser ms independiente de las influencias extraas. Fue en este momento cuando nacieron los Estados Pontificios, que perduraran por once siglos, hasta el saqueo del pirata Garibaldi, en 1870.

    Pronto lleg la hora del hombre providencial que esperaba Occidente, para poner punto final a la crisis abierta por las invasiones de los brbaros. Al morir Pipino en el 768, dividi su reinado entre sus dos hijos Carlomn y Carlos; como el primero tambin muri, al poco tiempo el segundo asumira todo el control y sera llamado por el pueblo como Carlo-magno a causa de su grandeza.

    Mientras tanto, los lombardos seguan siendo un peligro latente para Roma. Entonces el Papa Adriano pidi auxilio a Carlomagno en el 781. ste, cruzando los Alpes, entabl combate y venci a los lombardos. Luego entr en Roma, siendo recibido triunfalmente en San Pedro, mientras los coros cantaban: Bendito el que viene en el nombre del Seor. Adriano confirm a Carlos el ttulo de Patricio de los romanos, y el rey corrobor al Papa la donacin de los Estados por parte de su padre. Despus Carlos se dirigi a Pava, donde tom para s la corona de hierro de los lombardos vencidos. Desde entonces comenz a llamarse Carlos por la gracia de Dios, rey de Francia y de los Lombardos, y Patricio de los Romanos. La Coronacin de Carlomagno

  • Al Papa Adriano, le sucedi Len III, hombre sencillo y muy santo. Una camarilla de romanos intrigantes le hacan la vida imposible hasta el punto de que, en cierta ocasin, mientras encabezaba una procesin, se apoderaron de l, lo despojaron de sus vestiduras pontificales, lo golpearon y luego lo encerraron en un convento. Era el ao 799. Pero, descolgndose por la ventana con una cuerda, logr escapar, y se encamin a Paderborn, donde se hallaba Carlos, para pedirle ayuda. Inmediatamente el rey le dio una escolta para regresar a Roma.

    Poco despus el mismo Carlos se dirigi a dicha ciudad y en medio de un inmenso squito en que se mezclaban francos y romanos, ingres en la Baslica de San Pedro entre cantos de triunfo, acercndose luego a la Confesin, donde se arrodill y or un rato. Cuando iba a levantarse, Len III se le acerc y le coloc una corona sobre su cabeza, mientras la gran multitud clamaba por tres veces: Larga vida y victoria al piadossimo Carlos, Augusto, coronado por Dios, grande y pacfico Emperador de los Romanos!. Luego el Papa lo ungi con leo, mezclando el rito bblico con el ceremonial impuesto desde Diocleciano para la coronacin de los emperadores de Roma. Era la noche de la Navidad del ao 800. Desde entonces el Occidente tena un nuevo Emperador.

    Posteriormente, en el 812, el rey bizantino Basileus Miguel, envi una embajada a Aquisgrn (sede germana de Carlomagno) para saludar y reconocer a su hermano, el Basileus Carlos. A partir de ese momento hubo legalmente dos Imperios: uno en Oriente y otro en Occidente.

    Otro problema fue en el sur de Francia; a pesar de la victoria lograda en Poitiers, el peligro del Islam perduraba. De ah que la mirada de Carlos se volvi a Espaa, ahora ocupada por los moros. Cruzando los pirineos, las tropas francas se lanzaron as a travs de Aragn, Navarra y Catalua, pero al volver a Francia acaeci la sorpresa y derrota de Roncesvalles, que fue el tema de la clebre obra potica: La Chanson de Roland. Sin embargo los francos lograron establecer una slida lnea de plazas fuertes, que inclua Lrida, Barcelona, Pamplona, Tarragona y Tortosa. Era una nueva frontera, la Marca hispnica, que coadyuv luego a la Reconquista de Espaa. El Renacimiento Carolingio

    Luego de tantas guerras y batallas, la cultura europea estaba por el suelo cuando Carlos asumi el poder, pero en poco tiempo renacera para la Cristiandad una verdadera cultura en todos sus aspectos.

    El influjo de la capital carolingia, Aquisgrn, no slo se manifest en el terreno poltico, econmico, filosfico y teolgico, sino tambin en las bellas artes. En esta ciudad, el Emperador hizo funcionar la Escuela Palatina, donde se congreg el pensamiento cristiano ms importante de la poca: Agobardo, Teodulfo, Alcuino, Pablo dicono y

  • Paulino de Aquilea, Clemente y Dungal, San Isidoro de Sevilla, entre otros muchos. Por doquier floreci la buena msica, no habiendo catedral ni convento que no tuviese su propia schola cantorum. Lo mismo la arquitectura, el mosaico, la iluminacin y la miniatura. Ya haba comenzado el renacimiento medieval.

    P. Javier Olivera Ravasi

    [1] Antes de que diera comienzo su historia europea conocida, exista en China occidental una tribu, posiblemente relacionada con los hunos, conocida con el nombre de xiongnu. [2] En la segunda mitad del siglo IV avanzaron hacia los territorios de los alanos, un poderoso pueblo asentado entre los ros Volga y Don (Rusia) y los derrotaron. Conquistaron luego el territorio de los ostrogodos y despus amenazaron a los visigodos. [3] Tan slo transcurrieron 18 aos entre el cierre de los templos paganos que decret Teodosio y el primer saqueo de la ciudad eterna. [4] Como su hermano, era dbil de carcter. Su reinado estuvo marcado por invasiones de brbaros y rebeldas internas, donde los usurpadores aparecan en todos los rincones del Imperio. Honorio muri sin dejar descendencia, cuando la Galia, Hispania y Britania estaban ya perdidas definitivamente. [5] Los pueblos godos proceden de Escandinavia; desde los cursos del Vstula y Oder inician una migracin en el s. II hacia el mar Negro, comenzando los choques con el Imperio romano, que se hacen cada vez ms frecuentes a lo largo del s. III. [6] Alarico, perteneciente a la familia de los Baltos (Lituania), hacia el 394 lucha al lado de Teodosio el Grande. [7] El saqueo dur cuatro das. Alarico, aunque arriano, consigui librar del asalto las baslicas de san Pedro y de san Pablo, en las que se refugiaron muchos romanos. Tampoco permiti que la ciudad fuese incendiada. [8] Atalfo, su cuado y sucesor, ms prudente, se retir hacia Aquitania[8] como confederado de Roma. Tom por esposa a Gala Placidia, hermana del emperador, que permaneca prisionera desde el saqueo de Roma. Atalfo se enemista con Honorio y pasa a Espaa, donde se asientan los visigodos. [9] Daniel-Rops, Historia de la Iglesia de Cristo, t. 3, Luis de Caralt-Librairie Artheme Fayard, Barcelona 1972, 55. [10] Santa Genoveva es la gua espiritual de Pars; salv la ciudad, no solamente de los hunos, sino tambin de los francos. Luego, ser amiga tutelar de Clodoveo y Clotilde. [11] Los mismos jefes brbaros (salvo vndalos y anglos) se honraban con ttulos de funcionarios romanos: Teodorico deca reinar en Italia en nombre del emperador; Clodoveo recibi feliz del Emperador de Oriente el ttulo de cnsul. La idea de unidad no estaba totalmente perdida. [12] Esta es la tesis del sacerdote marsells Salviano, en De gubernatione.

  • [13] Pues la adhesin masiva de un pueblo suele formalizarse por decisin de su cabeza poltica. Es en el genio poltico donde debe darse el asentimiento decisivo y voluntario de la inteligencia al contenido de la verdad religiosa. Si bien en un primer momento parecera irracional la conversin, en cuanto dependi del xito de una batalla, enseguida el caudillo y su pueblo fueron evangelizados y profundizaron su nueva doctrina. Con acierto el santo Avito le dijo a Clovis el da de su conversin:Cuando t optas, optas por todos Tu eres nuestra victoria [14] El San Gregorio de Tours lo cuenta as: Gondebaudo asesin a su hermano Chilperico haciendo tirar al agua a la mujer, con una piedra al cuello, y exili a las dos hijas; la mayor, que tom el velo, se llamaba Crona; la menor, Clotilde. Con ocasin de una de las numerosas embajadas enviadas por Clodoveo a los burgundios, sus enviados encontraron a la joven Clotilde. Informaron a Clodoveo de la gracia y de la sabidura que haban constatado en ella y de los informes que haban recibido acerca de su origen regio. Sin tardar, la pidi en matrimonio a Gondebaudo. Este, considerando las consecuencias de una negativa, la remiti a los enviados que se apresuraron en llevarla ante Clodoveo. Al verla el rey qued encantado y la despos, a pesar de que una concubina le haba dado ya un hijo, Thierry. [15] Cuando naci el primer hijo, Ingomer, Clodoveo permiti que lo bautizaran, pero el nio muri. Ella debi soportar el reproche de Clodoveo: Mis dioses lo habran curado y el tuyo no lo ha sanado!. El segundo hijo, Clodomir, tambin fue bautizado e inmediatamente se enferm. Y dice San Gregorio: y el rey, todava escptico dijo: No le poda pasar sino lo que a su hermano, es decir, morir tan pronto como hubiese sido bautizado en el nombre de vuestro Cristo. Pero gracias a las oraciones de su madre, el nio se restableci bajo la orden del Seor y al rey se le terminaron los argumentos para resistirse. Clodoveo qued impresionado por el increble poder curativo de la oracin. [16] Antes de entrar en batalla, su esposa Clotilde, recibi de un ngel la orden de cambiar el estandarte con ranas de su esposo, por uno de fondo blanco con tres flores de lis de oro; inmediatamente lo bord y lo envi al campo de batalla, y desde que Clovis enarbol el estandarte, el resultado se volc a favor de los francos, reconociendo el rey que haban ganado por el Dios de Clotilde. [17] San Gregorio de Tours refiere que Clodoveo antes del bautismo pona una objecin a la divinidad de Jesucristo, y era el haber sido crucificado. [18] Concluye Rgine Pernoud: Tanto para los eruditos ms escrupulosos como para los cronistas ms divulgadores, el bautismo de Clodoveo es el primer hito de nuestra historia, y su representacin en la cpula de la catedral de Reims ha atravesado los siglos. Ese bautismo es el logro de una mujer santa. Decisin esencial en la medida en que el conjunto del pueblo sobre el cual, gracias a sus sucesivas victorias, Clodoveo ejercer gradualmente una supremaca tal vez ms nominal que real, pero que le otorgar unidad por primera vez, es un pueblo cristiano. De manera que esta conversin tiene a la vez un carcter religioso y poltico. [19] As cuenta Hincmar, obispo de Reims, en el 845, en su Vita Sancti Remigii, cap. 36 del t. 125 de la Patrologa Latina de Migne. Hincmar consult el gran testamento de Saint-Remy y

  • otros documentos que no conocemos. ltimamente se ha encontrado un texto litrgico del s. VII, de una de las fiestas de Saint-Remy, con referencia a los dos milagros. [20] Su infinita labor apostlica como Pontfice no le impidi escribir numerosas obras de exgesis escriturstica y pastoral, as como influir notablemente en la liturgia, de donde proviene el famoso canto gregoriano. [21] Se cuenta que un da el Papa Gregorio pas frente a un puesto en el que estaban expuestos para su venta un grupo de jvenes esclavos anglos. Eran hermosos, con largos cabellos rubios. El Papa se interes por ellos, y pregunt de donde procedan. Son anglos, le respondieron, a lo que l replic, Non Angli, sed angeli; Gregorio adquiri algunos esclavos y se hicieron monjes en el monasterio del monte Celio en Roma, que luego enviara en la misin a Bretaa. [22] Los griegos la conocieron con el nombre de Ierne, y en obras clsicas es conocida comoHibernia. [23] Los piratas lo vendieron a unos druidas que lo pusieron a cuidar cerdos. En tal oficio aprendi a rezar y a hablar el idioma de la isla. [24] No lejos de Marsella, en la isla de Lrins, san Honorato fund un monasterio del que sali una oleada monstica y muchos obispos en la Galia: el propio Honorato lo fue de Arles, Hilario de Arles, Euquerio de Lyon, Lupo de Troyes, Salonio de Ginebra, Fausto de Riez, y en el siglo VI el ms famoso de todos, Cesreo de Arles. Estos obispos difundieron en la Iglesia el ideal monstico. [25] Algunos historiadores sostienen que estuvo tambin en Roma y que el papa Celestino I lo envi a Irlanda. Anteriormente el papa haba enviado a san Paladio, pero no encontr a Irlanda dispuesta a recibir la fe. [26] Milagros, ordalas en las que sale triunfador. Ciertamente con una ascesis severa que heredar el monacato irlands. [27] El 26 de Marzo, Domingo de Pascua, en 433, segn la tradicin, Patricio venci con la oracin a los druidas reunidos en Tara. As fue el ltimo golpe infringido al paganismo en la presencia de toda la asamblea de caciques. Fue, de hecho, un trascendental da para la raza irlandesa. Dos veces Patricio abog por la fe frente al rey Leoghaire. El monarca haba dado rdenes que no se rindieran signos de respeto a los extranjeros, pero durante la primera reunin el joven Erc, un paje real, se incorpor para mostrarle reverencia; y en la segunda, cuando todos los caciques estaban reunidos, el bardo en jefe Dubhtach mostr los mismos honores al santo. Estos heroicos hombres se volvieron discpulos de la fe. Se dice que durante esta segunda solemne ocasin San Patricio arranc un trbol del pasto, para explicar usando su hoja triple y nico pecolo, en forma algo simple, la doctrina de la Trinidad. El Ard-Righ otorg permiso a Patricio de predicar la fe a lo largo y ancho de Erin. [28] Los druidas ejercan las funciones de sacerdotes, de jueces, la ejecucin de sacrificios y la direccin de rituales en festivales religiosos. Estaban muy instruidos en temas como la astrologa, la magia y las misteriosas cualidades de las plantas y los animales. [29] Las tierras britnicas estaban amenazadas por el pelagianismo. Precisamente para contrarrestarlo haba enviado el Papa al antecesor de Patricio, el obispo Paladio.

  • [30] Asign a San Loman en Trim, que rivaliz al mismo Armagh en abundantes cosechas de devocin. San Guasch, hijo del su antiguo amo, Milcu, se convirti en Obispo de Granard, mientras que las dos hijas del mismo cacique pagano fundaron ah cerca, en Clonbroney, un convento de vrgenes, recibiendo la aureola de santidad. San Mel, sobrino de nuestro apstol, tuvo el cargo de Ardagh; San MacCarthem, que al parecer fue particularmente querido por San Patricio, fue nombrado Obispo de Clogher. Hay muchas y buenas razones para creer que Patricio convoc a un snodo, seguramente en Armagh, pero no sabemos con certeza el sitio. [31] En confesin del mismo santo: donde jams se haba tenido conocimiento de Dios; all, en Irlanda, donde se adoraba a los dolos y se cometan toda suerte de abominaciones, cmo ha sido posible formar un pueblo del Seor, donde las gentes puedan llamarse hijos de Dios? Ah se ha visto que hijos e hijas de los reyezuelos escoceses, se transformen en monjes y en vrgenes de Cristo. [32] La legendaria Thule.

    ULa invasin y conversin de los brbaros(siglos V, VI, VII)Al Papa Adriano, le sucedi Len III, hombre sencillo y muy santo. Una camarilla de romanos intrigantes le hacan la vida imposible hasta el punto de que, en cierta ocasin, mientras encabezaba una procesin, se apoderaron de l, lo despojaron de sus ...Poco despus el mismo Carlos se dirigi a dicha ciudad y en medio de un inmenso squito en que se mezclaban francos y romanos, ingres en la Baslica de San Pedro entre cantos de triunfo, acercndose luego a la Confesin, donde se arrodill y or un...Posteriormente, en el 812, el rey bizantino Basileus Miguel, envi una embajada a Aquisgrn (sede germana de Carlomagno) para saludar y reconocer a su hermano, el Basileus Carlos. A partir de ese momento hubo legalmente dos Imperios: uno en Oriente ...Otro problema fue en el sur de Francia; a pesar de la victoria lograda en Poitiers, el peligro del Islam perduraba. De ah que la mirada de Carlos se volvi a Espaa, ahora ocupada por los moros. Cruzando los pirineos, las tropas francas se lanzaron a...El Renacimiento CarolingioLuego de tantas guerras y batallas, la cultura europea estaba por el suelo cuando Carlos asumi el poder, pero en poco tiempo renacera para la Cristiandad una verdadera cultura en todos sus aspectos.El influjo de la capital carolingia, Aquisgrn, no slo se manifest en el terreno poltico, econmico, filosfico y teolgico, sino tambin en las bellas artes. En esta ciudad, el Emperador hizo funcionar la Escuela Palatina, donde se congreg el pen...