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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA UNIVERSIDAD DEL ZULIA FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACIÓN DIVISIÓN DE ESTUDIOS PARA GRADUADOS MAESTRÍA EN ORIENTACIÓN MENCIÓN EDUCATIVA LA MADUREZ VOCACIONAL EN ESTUDIANTES DE EDUCACIÓN MEDIA GENERAL Trabajo Especial de Grado presentado para optar al Título de Magíster Scientiarum en Orientación. PRESENTADO POR LICDA. ANA GALETH C.I.: 15.280.484 TUTORA DRA. MARHILDE SÁNCHEZ C.I.: 7.866.684 MARACAIBO, MARZO DE 2013.

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA UNIVERSIDAD DEL ZULIA

FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACIÓN DIVISIÓN DE ESTUDIOS PARA GRADUADOS

MAESTRÍA EN ORIENTACIÓN MENCIÓN EDUCATIVA

LA MADUREZ VOCACIONAL EN ESTUDIANTES DE EDUCACIÓN MEDIA GENERAL

Trabajo Especial de Grado presentado para optar al Título de Magíster

Scientiarum en Orientación.

PRESENTADO POR LICDA. ANA GALETH

C.I.: 15.280.484

TUTORA DRA. MARHILDE SÁNCHEZ

C.I.: 7.866.684

MARACAIBO, MARZO DE 2013.

2

LA MADUREZ VOCACIONAL EN ESTUDIANTES DE EDUCACIÓN MEDIA GENERAL

5

DEDICATORIA

A mis hijos Annia y Josué lo cual han sido mi empuje e inspiración de seguir

adelante para ser ejemplo de superación ante tantas adversidades; Que no

importa los obstáculos siempre que tengas a Dios contigo todo lo puedes. Los

amo.

A mi esposo gracias por todo, mil gracias por siempre estar ahí dándome

fuerzas. Te amo.

A mi madre gracias por enseñarme que cuando una puerta se cierra otras

se abre, a luchar por los principios y la dignidad. Te quiero.

A mi amiga Niover Villalobos gracias por tu inspiración; aún con tu

desaparición física, me sigues enseñando a través de tus obras.

A mis hermanos (as) pero sobre todo a Neidis no te alejes de Dios en la

adversidad es cuando más tiene que estar con el porque los problemas son

pequeños delante de él.

6

AGRADECIMIENTO

A ti mi Dios por no dejarme decaer nunca y siempre ser mi gran Amigo.

A mis Hijos por inspirarme a ser su ejemplo.

A mi esposo por ser un gran apoyo.

A mi madre por su crianza y enseñanza.

A mi amiga Lorena González. Gracias por tu amistad.

A mi hermana Neidis por siempre estar ahí.

A la Profesora Marhilde Sánchez gracias por su asesoría, apoyo y

colaboración.

A todos aquellos que de una u otra manera fueron parte de este hermoso

logro.

Gracias!

7

ÍNDICE GENERAL

APROBACIÓN DEL JURADO DEDICATORIA AGRADECIMIENTO TABLA DE CONTENIDO LISTA DE CUADROS LISTA DE FIGURAS LISTA DE TABLAS RESUMEN. ABSTRACT INTRODUCCIÓN. CAPÍTULO I: EL PROBLEMA Pág. 1. Planteamiento del Problema ……………………………..…………. 17

1.1. Formulación del problema……………………………………..….. 24 2. Objetivos de Investigación ………………………………………….. 24

2.1. Objetivo General………………………………………………..….. 24 2.2. Objetivos Específicos…………………………………………….… 24

3. Justificación de la Investigación …………………………………. 25 3.1. Justificación Teórica. ……………………………………………… 25 3.2. Justificación Práctico. ………………………………………. 26 3.3. Justificación Metodológica. ……………………………………… 26

4. Delimitación …………………………………………………………... 26 CAPITULO II: MARCO TEÓRICO 1. Antecedentes………………………………………………………….……. 28 2. Bases Teóricas…………………………………………………………….. 38

2.1 La Orientación vocacional …………………………………………. 38 2.2. Madurez Vocacional. …………..…………………………………… 46

Planificación ………………………………………………………… 84 Exploración ………………………………………………………….. 84 Información ………………………………………………………….. 84 Toma de Decisiones ………………………………………………… 84 Orientación Realista …………………………………………………. 84

3. Sistema de Variable……………………………………..……………….. 91 4. Operacionalización de las variables ………………………….………… 91

8

CAPÍTULO III: METODOLOGÍA 1. Tipo de Investigación……………………………………………………… 93 2. Diseño de la Investigación ………………………………………… 93 3. Sujetos de la Investigación ………………………………………………. 94

3.1. Población …………………………………………………………….. 94 3.2. Muestreo …………………………………………………………….. 95 3.3. Muestra ……………………………………………………………… 96

4. Técnicas de Recolección de Datos………….………………………..… 97 5. Validez y Confiabilidad del instrumento ……………………………….... 98 6. Técnicas de Análisis de la Información………………………………… 100 7. Procedimiento de la Investigación…………………………………..….. 100 CAPITULO IV. RESULTADOS Resultados…………………………………………………………………….. 102 Discusión de los resultados………………………………………………… 114 CONCLUSIONES…………………………………………………………. 126 RECOMENDACIONES……………………………………………………… 129 REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA………………………………………….. 132 ANEXOS

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ÍNDICE DE CUADROS

Cuadros Pág.

1 Etapas y Tareas de Desarrollo Vocacional según Super …………. 75

2 Operacionalización de las variables ………………………………… 92

3 Distribución de la Población de Estudiantes ………………………. 95

4 Conformación de la muestra …………………………………………. 97

5 Estructura de la Escala ………………………………………………… 98

6 Madurez Vocacional …………………………………………………. 98

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ÍNDICE DE FIGURAS

Figuras Pág.

1 Etapas del Desarrollo Vocacional …………………………………. 61

2 Etapas del Desarrollo Vocacional ………………………………… 63

3 El arco de los determinantes de la carrera ………………………… 86

11

ÍNDICE DE TABLAS

Tablas Pág.

1 Indicador Planificación …………………………………………………. 103

2 Indicador Exploración vocacional …………………………………….. 105

3 Indicador Información vocacional ……………………………………… 107

4 Toma de Decisiones Vocacionales ……………………………………. 109

5 Orientación Realista ……………………………………………………. 111

6 Factores de la Madurez Vocacional …………………………………… 113

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Galeth, Ana. LA MADUREZ VOCACIONAL EN ESTUDIANTES DE EDUCACIÓN MEDIA GENERAL. Universidad del Zulia. Facultad de Humanidades y Educación, División de Estudios para Graduados. Maestría en Orientación. Maracaibo, Venezuela, 2012, pp.139.

RESUMEN

El propósito de esta investigación fue establecer la madurez vocacional de los estudiantes de cuarto año de Educación Media General del Liceo Nacional Bolivariano La Villa, ubicado en el Municipio Rosario de Perijá, del estado Zulia. La investigación se enmarca dentro del paradigma epistemológico positivista cuantitativo, siendo de tipo descriptivo, bajo un diseño no experimental, transeccional, de campo. La población estuvo constituida por 228 estudiantes de cuarto año de Educación Media General del Liceo Nacional Bolivariano La Villa, ubicado en el Municipio Rosario de Perijá, del estado Zulia y con una muestra estratificada conformada por 72 estudiantes de la institución objeto de estudio. Conceptualmente fundamentó en las teorías de Super (1962) y de Busot (1989). Se asumió como población y unidades de información al conjunto de 63 estudiantes de las secciones A y B de cuarto año de la referida institución. Como instrumento de recolección de datos se empleo el inventario de madurez vocacional desarrollado por Busot (1989), cuya validez según la fórmula de Kuder Richardson 20, oscilan entre 0.46 y 0.86. Los datos fueron procesados en forma computadorizada, calculándose los estadísticos descriptivos. Los resultados indican que tanto el indicador planificación, información vocacional, toma de decisiones vocacionales y la orientación realista se determinaron moderadamente maduro, mientras la exploración vocacional se determino moderadamente inmadura. Palabras claves: Madurez Vocacional, Orientación Educativa, estudiantes de educación media general. Correo electrónico: [email protected]

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Galeth, Ana. VOCATIONAL MATURITY IN GENERAL SCHOOL STUDENTS. University of Zulia. Faculty of Humanities and Education, Division of Graduate Studies. Masters in Counseling. Maracaibo, Venezuela, 2012, pp.202.

ABSTRACT

The purpose of this research was to establish the vocational maturity of students in the fourth year of Secondary Education General National Bolivarian Liceo La Villa, located in the Rosario de Perijá, Zulia state. The research is part of the quantitative positivist epistemological paradigm, being descriptive, under a non-experimental design, transactional, field. The population consisted of 228 seniors General Education Lyceum Media Bolivarian “La Villa”, located in Rosario de Perijá, Zulia state and a stratified sample consists of 72 students of the institution under study. Conceptually was foundered in the theories of Super (1962), and Busot (1989). Population was assumed as units of information to all 63 students of Sections A and B of the fourth year of that institution. As data collection instrument was used inventory developed by Busot vocational maturity (1989), whose validity as Kuder Richardson formula 20, ranging between 0.46 and 0.86. The data were processed in computerized, calculated descriptive statistics. The results indicate that both the indicator planning, career information, vocational decisions and orientation were determined moderately realistic mature, career exploration while moderately immature was determined. Keywords: Vocational maturity, educational guidance, school students general. Email: [email protected]

14

INTRODUCCIÓN

En el periodo final de la adolescencia y dentro del proceso de elegir una

carrera es posible que los jóvenes estudiantes de los últimos años de educación

media general enfrenten miedos y ansiedades que pueden estar relacionadas con

el ingreso a una determinada carrera, un ambiente académico desconocido y por

ello probablemente amenazante, aunado a la separación de los amigos y

compañeros de estudios, que en algunos casos los acompañaron desde su niñez.

Dichas situaciones, se conjugan en el inicio de su incursión en el mundo adulto,

por lo que a veces se torna en una actividad difícil de manejar para estos jóvenes.

La inquietud que implica el proceso de la toma de decisión puede ser

fructífera si le da un cauce creativo. El conocimiento de las características

personales, tanto positivas como negativas, de las habilidades y limitaciones, los

valores, serán las herramientas con la que podrán enfrentar la mencionada

inquietud asociada con cualquier proceso de decisión, en los cuales resulta tan

importante el nivel de madurez vocacional de las personas.

En este sentido, la orientación vocacional es un proceso que debe ocurrir

desde los inicios de la educación media general, fomentando que los estudiantes

tengan suficiente tiempo para explorarse, conocerse, informarse de todas las

carreras que existen para efectuar una adecuada decisión, elegir mejor su

carrera y vida profesional; en consecuencia, un acertado proceso de orientación

vocacional facilitará que estos estudiantes descubran quienes son, qué quieren,

cuáles son sus gustos, sus habilidades, además se fomentará que se tome

conciencia de la forma como decide o elige, ya que elegir una carrera es

finalmente, tomar una decisión sobre los próximos años de vida.

Entre los principales errores que comenten los jóvenes que no saben cual

carrera elegir se destacan: postergar tal decisión y dejar que se resuelva sola;

esperar a que alguien les dé la respuesta; estudiar la carrera que sus padres les

dicen; elegir la carrera que sus amigos elijan; buscar una carrera que les sea fácil

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y no represente dificultad alguna; o, tomar la decisión de no estudiar. Estos errores

afectan no solamente la motivación y la propia estima de los estudiantes, sino

también se expresan en conflictos con los familiares, en especial con los padres,

quienes tienen cifradas sus esperanzas en la profesionalización universitaria de

sus hijos.

Por otra parte, un joven sin estudiar se diluye en el ocio no creativo, que al

unirse a la frustración de no saber qué hacer con su vida, lo puede hacer más

indefenso ante las presiones de un entorno, lo cual facilita el camino hacia actos

delictivos y de violencia o de consumo de sustancias, que al final pueden llevar a

adicciones letalmente peligrosas.

En este sentido, la elección de la futura carrera universitaria es un proceso

en el que intervienen múltiples factores. A los problemas económicos que tienen

muchos jóvenes para dar continuidad a la escolaridad, se suman otros elementos

tales como, el miedo a lo desconocido, la presión de los padres, las expectativas

familiares y la forzada elección de carreras, que más allá de su vocación, les

aseguren pronta salida laboral. Las malas elecciones pueden derivar en

consecuencias negativas como deserción, dificultades en el rendimiento

académico, sentimiento de fracaso, y reiterados cambios de carrera, entre otras.

Sobre estas consideraciones se desarrollará la presente investigación la

cual estará dirigida a caracterizar la madurez vocacional, de los estudiantes de

cuarto año del Liceo Nacional Bolivariano La Villa, ubicada en el Municipio Rosario

de Perijá, del estado Zulia. Para tales efectos este proyecto de investigación se

estructurará en cuatro capítulos cuyos contenidos se describen a continuación:

En el primero se analiza la situación problemática se formula el problema a

investigar, se plantean el objetivo general y los específicos a lograr, así como la

justificación de su realización y la delimitación del estudio.

16

En el segundo se presentan los resultados de la revisión de los estudios

antecedentes con sus respectivos aportes, así como la fundamentación teórica de

la investigación para finalmente definir conceptual y operativamente las variables

de estudio.

En el tercero, se determina el tipo de investigación y su diseño, así como la

información referida a la población y muestra; se hace referencia a las técnicas, el

instrumento de recolección de los datos del estudio, la confiabilidad y validez del

cuestionario aplicado, así como a las técnicas de análisis de los datos y

procedimientos seguidos para la realización de esta indagación.

El cuarto, incorpora en primer lugar la presentación y análisis de los datos,

para en segundo lugar ofrecer la discusión de los resultados a la luz de las

formulaciones teóricas presentadas en el capitulo II para sustentar la variable en

estudio, así como también confrontarlos con los obtenidos por los investigadores

reseñados en la revisión de estudios antecedentes.

Finalmente, se presentan las conclusiones y recomendaciones finales

derivadas de los resultados obtenidos, así como también las referencias

bibliográficas, y los anexos respectivos.

17

CAPÍTULO I

EL PROBLEMA

1. Planteamiento y formulación del problema de investigación

En la actualidad continuamente se hace referencia a la necesidad de

aprender a aprender. La dinámica del Siglo XXI exige la conformación de un

ciudadano reflexivo, analítico, autónomo, crítico, capaz de apropiarse de

conocimientos específicos y de verdaderas técnicas para aprender eficazmente,

que le permitan asimilar y gestionar sus propios aprendizajes a lo largo de toda la

vida.

Sin embargo, durante el ejercicio cotidiano de la labor docente, los

profesores se topan con estudiantes que se han planteado más de una vez qué

van a estudiar al culminar sus estudios medios generales, así como también se

formulan interrogantes sobre cuál va a ser su futuro profesional y qué puesto van a

encontrar en la sociedad actual donde desarrollarse y realizarse laboralmente.

Muchos de estos jóvenes estudiantes tienen estas inquietudes, pero antes,

mucho antes, aparecen diversos interrogantes acerca de ellos mismos, vinculados

con su madurez vocacional. Dicha madurez posiblemente facilite la reflexión hacia

dónde quieren dirigirse los mencionados adolescentes.

Los licenciados en Orientación de la mención Orientación Educativa

egresados de la Universidad del Zulia, según el diseño curricular vigente desde

2011, están formados para promover y gestionar el desarrollo de los sistemas

humanos; es decir, para propiciar el desarrollo del potencial, prevenir o remediar

situaciones en los espacios de vida del hombre y su ambiente, de lo cual se deriva

la implicación de que en todo espacio donde haya presencia de personas, el

orientador tiene un campo de acción posible.

Al respecto, es importante destacar que dichos licenciados en Educación,

mención Orientación, tienen el papel de asesorar y acompañar, pero no de decidir

18

por sus alumnos acerca de su futuro profesional. Por tales razones, la Orientación

debe ser contemplada como una ayuda verdaderamente educativa, con el fin de

capacitar al estudiante para que realice con responsabilidad y madurez su propia

toma de decisión vocacional.

En el área vocacional, los licenciados en Educación, mención Orientación,

según el diseño curricular de 2011 de la Universidad del Zulia, referido

previamente, está destinada a prestar el servicio de asesoría y consulta con la

finalidad de que cuando la persona tome decisiones inherentes a su vocación lo

haga bajo las mejores condiciones decisorias posibles.

Entre los procesos en esta área, se mencionan la preparación para el

trabajo y actitud positiva hacia el trabajo, la Información vocacional, proyecto de

vida, objetivos y metas de vida, información académica y ocupacional, diagnóstico

de tendencias y opciones de carreras disponibles a la comunidad, estudios

vocacionales y elección de carrera, diseño y desarrollo de matrices de opciones de

carrera individual, toma de decisiones vocacionales informadas y vocación de

servicios como parámetros de calidad, para de esta manera acatar las directrices

al respecto emanadas por el Ministerio del Poder Popular para la Educación

Superior (2009).

Por eso, la orientación vocacional forma parte del proceso educativo en

orden a lograr la mayor armonía posible entre las capacidades, actitudes, valores

e intereses del alumno y las exigencias derivadas de las opciones que ofrece el

mundo laboral, con objeto de encontrar la propia realización. Es, por tanto,

esencial capacitar al estudiante para que sea el protagonista de su decisión.

En este escenario escolar es importante que los estudiantes reflexionen

sobre sus peculiaridades individuales a partir del conocimiento de su madurez

vocacional, lo cual se vinculará con su futura elección ocupacional. Cuando estos

se encuentran en el proceso de maduración que les conducirá a elegir una

carrera, parece que se concentran sólo en las actividades que les refieren a

alguna profesión específica. No obstante, todas las actividades que efectúan

19

tienen relación con una tarea ocupacional, por lo cual requieren pensar en qué

actividades les gustaría seguir haciendo a lo largo de su vida; es decir, en el

futuro.

En este orden de ideas debe indicarse que, en la vida escolar, las diversas

actividades y contenidos enfocan en diferentes opciones a explorar, diversas

carreras a inclinarse, a qué valores adherirse, qué tipo de vida se quiere proyectar.

Sin embargo, a menudo, los niños, e incluso los adolescentes, no se plantean de

modo explícito estas expectativas. El adolescente adopta decisiones, meditadas o

irreflexivas, que contribuyen a marcar la dirección que toma la vida. Para ello

necesita un conocimiento de sí mismo y de la realidad, de las posibilidades y

restricciones que el contexto le ofrece, de sus propios límites y posibilidades, es

decir, requiere estar maduro vocacionalmente.

Asimismo, debe reconocerse que el estudiante suele tener una experiencia

limitada de sí mismo y del entorno laboral, y por ello necesita un acompañamiento

antes de realizar su elección, a fin de evitar el abandono prematuro de los estudios

emprendidos o tener la sensación de haber hecho una elección equivocada, con la

consiguiente insatisfacción personal.

En ocasiones, la influencia de determinados condicionantes externos de su

madurez vocacional, que actúan a lo largo de toda la vida, fuerzan a hacer una

elección mediatizada, con escaso análisis respecto a si el desempeño en la

alternativa elegida va a resultar satisfactoria en el futuro. Entre estos agentes

decisorios externos están la familia, el grupo de amigos, los medios de

comunicación, en fin el contexto social, que, a través de estereotipos sociales,

proponen, por ejemplo, la conveniencia de ciertas carreras para varones y de otras

para hembras, o estiman más aconsejables los trabajos con status profesional

mejor considerado.

En este sentido se considera que, una intervención educativa a la hora de

decidir, minimizaría que en la mayoría de los casos la decisión fuera tomada a

última hora, o que otras personas la tomaran en vez de los interesados; por eso,

20

se debe favorecer en los alumnos el desarrollo de la madurez que fomente la

toma de decisiones autónomas.

En este punto del análisis se hace necesario recordar que, la orientación

vocacional tiene carácter procesual y por tanto supone dar pasos diferenciados a

lo largo de las distintas etapas con el fin de alcanzar un alto índice de madurez

vocacional, considerada como el resultado de un proceso personal que el

individuo vive, y en el cual inciden factores y oportunidades que favorecen que

algunos jóvenes sean más maduros vocacionalmente, más seguros de sí mismos,

con un mayor autoconocimiento de sus potencialidades y haciéndoles mas

realistas en cuanto a la elección de carreras.

Visto de esta manera, la orientación vocacional se ha ido convirtiendo en uno

de los objetivos prioritarios de un sistema educativo que apuesta por la diversidad

y ofrece importantes cauces de atención individualizada en el desarrollo de los

procesos educativos lo cual convierte a los licenciados en educación, mención

orientación en importantes profesionales por encargarse de la implementación de

programas de orientación vocacional que optimicen en los estudiantes las

diferentes opciones académicas y profesionales.

Por otra parte, con frecuencia el adolescente se ve obligado a decidir entre

diversas opciones, en momentos en los que el conocimiento que posee sobre sí

mismo es incompleto y las informaciones que tiene sobre los distintos ámbitos

profesionales resultan igualmente limitados. Por ello, la aportación de información

y el desarrollo de estrategias para decidir son elementos fundamentales para

trabajar la capacidad de tomar decisión.

Es significativo destacar que según estudio desarrollado por Hernández

Franco (2001) en España, la mayoría de los jóvenes elige su carrera sin

información, a último momento, con datos equivocados e imágenes erróneas y

prejuiciosas sobre los contenidos de las carreras y sus posibilidades laborales.

Una decisión así tomada, impacta, por un lado, en el propio estudiante, por la

frustración y pérdida de tiempo que pudiese generarse de un primer fracaso; y

21

también en la institución universitaria, donde los presupuestos escasos deberían

obligar a extremar el cuidado en el uso de los recursos. Esta situación podría

extrapolarse a la realidad Latinoamericana y dentro de esta, la venezolana.

Así mismo, según datos referidos por Canessa (2006), del Departamento de

Orientación del Ciclo Básico Común de la Universidad de Buenos Aires, es

preocupante el número de cambios de carrera, que en algunas instituciones llega

al 12% de los inscriptos. Aunque no hay datos actualizados, los especialistas

estiman que la cifra continúa su curva ascendente. Los resultados del estudio

aportan una explicación al hecho de que el 50% de los universitarios argentinos

abandona la carrera en primer año.

Por otra parte, determina la referida autora que, constantemente los

orientadores tiene vivencias de situaciones de alumnos que han afirmado querer

estudiar medicina (o cualquier otra carrera), por motivos tales como "siempre me

gustó", pensando en trabajar "en mi consultorio o en gran hospital privado"; pero,

a poco de empezaren la facultad, los estudiantes piensan "las materias no tenían

nada que ver con la carrera" y que, en realidad, prefería "una carrera más corta,

que me permitiera trabajar rápidamente", algunos estudiantes optan cambiar de

carrera hacia el área de la educación o las humanidades.

En un ambiente sobresaturado de información de carreras y universidades, la

mayoría de los estudiantes se mantiene inmune a su influencia. "…..aparece

claramente la dificultad para buscar información. Tienen mucho temor en el

momento de tomar la decisión, pero no saben con quién hablar. Entonces,

demoran las consultas o recurren a lo que tienen cerca, como amigos, padres y

profesores del colegio", describe Canessa (2005, p. 210).

En efecto, el 84% afirmó haberse informado para elegir la carrera, la mayoría

a través de amigos (15,2%), docentes (14,8%) y guías del estudiante (14,2%); sin

embargo, el 24% cree que la mejor manera de informarse es ir a las universidades

22

y hablar con estudiantes y profesionales (13%). Es decir, la forma en que buscan

la información no es la que consideran la mejor manera de obtenerla. "…..si bien

la información recibida en un 42% es satisfactoria, son muy bajos los porcentajes

en que ayudó a confirmar la carrera o a orientar la decisión", concluyó el estudio.

Contra quienes proponen cupos de ingreso para no malgastar recursos,

Canessa (2006), sugiere orientar la elección de los estudiantes, con "…una acción

sistemática en conjunto con la escuela media". Para la aludida investigadora

(2006, p. 215), "…los estudiantes tienen serios obstáculos para buscar y procesar

la información lo cual les ayudaría a fortalecer sus intereses y en consecuencia, su

madurez vocacional, enfatizando en que si se implementa una intervención

profesional esto puede cambiar".

Con respecto a Venezuela, los datos aportados en una investigación

realizada por Fuenmayor y Vidal (2005), indicaron que en la década de los 90, el

crecimiento matricular en las universidades públicas creció en forma acelerada,

pero de manera inequitativa, pues la mayoría de los estudiantes procedían de los

estratos medios y altos, posiblemente relacionado con los resultados de las

pruebas de aptitud académica establecida como requisito de ingreso por el

Consejo Nacional de Universidades (CNU). Esta situación solo tuvo dos

excepciones: La Universidad Simón Bolívar, solicitada preferentemente por los

estudiantes de clase socioeconómica alta del Distrito Capital y la Universidad del

Zulia, que para resolver la inequidad acordó dar trato preferencial a los alumnos

con mejores notas de los colegios públicos, a los de procedencia indígena y a los

de mérito deportivo, sin necesidad de aprobar pruebas internas o recibir la

asignación oficial del Consejo Nacional de Universidades.

En otro orden de ideas, a juicio de Fuenmayor y Vidal (2005), pareciera ser

que, muchos de los alumnos de nuevo ingreso en las universidades venezolanas

presentan un nivel funcional de instrucción deficiente, fallas en las asignaturas

básicas, promedios no superiores a los 13 puntos, escaso interés por aprender,

mínimo esfuerzo por mantener notas aceptables; y, de paso, las instituciones no

23

los capacitan en los aspectos técnicos que les permita incorporarse rápidamente

al mundo laboral.

Estos autores refieren como corolario de su diagnóstico que existe un

elevado número de alumnos que habiendo superado los escollos del proceso de

admisión logran ingresar a los institutos de educación universitaria, sin embargo,

se mantienen semestre tras semestre sin aprobar las asignaturas, asistiendo mas

por llenar el tiempo que para estudiar, trasladándose de una carrera a otra sin una

opción real, los cuales en gran porcentaje no alcanzan a culminar ninguna carrera

en especial, por lo cual reflejan además de baja madurez vocacional, falta de

asesoría y sobre todo, una elección vocacional-profesional inadecuada. Pero, lo

mas grave, es que limitan el acceso a otros estudiantes más interesados o con

mayor claridad en su proyecto de vida.

A partir de 2010, el mismo Consejo Nacional de Universidades (CNU),

decidió abolir tanto la Prueba de Aptitud como las pruebas de ingreso

determinadas por cada universidad, facultad o escuela, en aras de garantizar la

equidad de ingreso. Aún así, las condiciones anteriormente descritas por

Fuenmayor y Vidal (2005, p. 31), aún permanecen y la experiencia ha demostrado

que: “….muchas de las escogencias, hechas por los estudiantes, están

determinadas en función de las creencias acerca de las carreras o profesiones

que ofrecen prestigio social, En otros casos los padres ejercen presión y

obstaculizan las decisiones de los hijos”; lo cual ha dado sobresaturación de la

demanda en carreras como Medicina, Comunicación Social y Administración, las

cuales las mismas universidades no están en condiciones de satisfacer.

En el caso zuliano, no existen datos proporcionados por investigaciones

sobre el tema, no obstante la experiencia personal de la investigadora como

licenciada en Educación, mención Orientación, en sus funciones como orientadora

de plantel, de una importante institución educativa del municipio Rosario de

Perijá, del estado Zulia, en este caso el Liceo Nacional Bolivariano, no dista

mucho de lo reportado por Canessa (2005), en Argentina y por Fuenmayor y Vidal

24

(2005), en Venezuela: indecisión entre carreras a seguir; bajo rendimiento

académico; poco o nulo conocimiento de las opciones educativas en la zona y en

el estado; poca participación y asesoría de los padres en la selección de carrera;

así como la falta de campañas informativas para atraer nuevos estudiantes a las

instituciones de educación superior.

La situación anterior descrita no contribuye en alguna manera a que los

estudiantes al egresar del nivel de educación media general puedan asumir

decisiones vocacionales realistas; así como tampoco se fortalece su madurez

vocacional, lo cual limitaría en alguna manera, tanto la prosecución como el éxito

en sus estudios posteriores.

A partir de estos señalamientos, surge la siguiente interrogante:

¿Cuáles será el nivel de madurez vocacional, de los estudiantes de cuarto

año de Educación Media General del Liceo Nacional Bolivariano La Villa, ubicado

en el Municipio Rosario de Perijá, del estado Zulia?

2. Objetivos de la investigación

2.1. Objetivo general

Establecer la madurez vocacional de los estudiantes de cuarto año de

Educación Media General del Liceo Nacional Bolivariano La Villa, ubicado en el

Municipio Rosario de Perijá, del estado Zulia.

2.2. Objetivos específicos

- Describir la planificación en la escogencia de las opciones vocacionales-

profesionales de los estudiantes de cuarto año de Educación Media General del

Liceo Nacional Bolivariano La Villa, del estado Zulia.

25

- Caracterizar la exploración de las opciones vocacionales-profesionales en

los estudiantes de cuarto año de Educación Media General del Liceo Nacional

Bolivariano La Villa, del estado Zulia.

- Describir la adquisición de información referida a las opciones vocacionales-

profesionales de los estudiantes de cuarto año de Educación Media General del

Liceo Nacional Bolivariano La Villa, del estado Zulia.

- Describir el proceso de toma de decisiones sobre las opciones

vocacionales-profesionales en los estudiantes de cuarto año de Educación Media

General del Liceo Nacional Bolivariano La Villa, del estado Zulia.

- Determinar las características de la orientación realista en las opciones

vocacionales-profesionales de los estudiantes de cuarto año de Educación Media

General del Liceo Nacional Bolivariano La Villa, del estado Zulia.

3. Justificación de la investigación

Con la finalidad de contribuir, al desarrollo del conocimiento en cuanto a la

madurez vocacional, se plantea esta investigación que, se justifica plenamente

desde diversos puntos de vista. Desde la perspectiva teórica, el contrastar las

diferentes conceptualizaciones de la madurez vocacional efectuadas por diversos

investigadores, se contribuye a tener precisión de los efectos ocasionados en las

personas y en las consecuencias en sus vidas escolares y profesionales.

La información recopilada, desde el punto de vista práctico, podrá servir

como aporte a otros estudios en materia de madurez vocacional, al propiciar

estrategias para el manejo de los mismos, orientadas al mejoramiento de la

calidad de la orientación de cualquier institución educativa.

Del mismo modo, con base en los resultados de la investigación, obtenidos

de una muestra de alumnos de cuarto año, se plantean orientaciones que

26

contribuirán a reforzar factores claves de bienestar personal, y grupal, así como

generar propuestas de cambio efectivas, orientadas al beneficio de los jóvenes

estudiantes, las organizaciones educativas y la colectividad venezolana.

En cuanto a la justificación metodológica, en esta investigación se aplicó un

instrumento ya diseñado y validado para los fines del estudio, es decir, abordar la

madurez vocacional en estudiantes de cuarto año, lo cual permitió la verificación

de las características psicométricas del mismo en otro contexto de la realidad

nacional. Esto se plantea como un aporte para otras investigaciones, orientadas

al estudio de esta variable dentro de esta misma línea de trabajo, lo cual

contribuirá a generar conocimiento válido y confiable de la realidad venezolana, en

consecuencia, dicho instrumento podrá ser utilizado en el ámbito de las Ciencias

de la Educación, para ejecutar investigaciones similares y continuar ahondando en

la temática analizada.

Desde el punto de vista científico técnico, la investigación constituye un

producto de la asimilación tecnológica, al permitir generar, con base en las teorías

existentes, procesos para el bienestar de la humanidad.

4. Delimitación de la investigación

La investigación se llevó a cabo en el Liceo Nacional Bolivariano La Villa,

ubicado en el municipio Rosario de Perijá, del estado Zulia. Asumiendo como

sujetos a una muestra de estudiantes de cuarto año de educación media general.

La misma se realizará durante el año escolar comprendido entre septiembre 2011

y julio 2012, estando inserta dentro del campo de las Ciencias de la Educación,

específicamente en el área de la Orientación, asumiendo como línea de

investigación la Orientación Vocacional y como tema específico la madurez

vocacional. Así mismo, se ubica dentro del área vocacional, particularmente en el

contexto educativo.

27

Conceptualmente se fundamentó en las concepciones de importantes

autores dentro de los cuales destacan Super y Super (2008), Goldber (1999), y

Busot (1997), en lo referente a la madurez vocacional.

28

CAPÍTULO II

MARCO TEÓRICO

1. Antecedentes de la investigación

En cuanto a la Madurez Vocacional se revisaron las siguientes

investigaciones:

Flores (2007), de la Universidad Técnica de Oruro, Bolivia realizó su tesis de

Maestría de Pedagogía denominada “Programa de orientación vocacional y

profesional para el fortalecimiento de la madurez vocacional de los alumnos de 3er

año del nivel secundario del colegio “Vicente Donoso Torres”, distrito minero

Bolívar “, el cual tuvo como objetivo determinar el grado de madurez vocacional

de los alumnos para la elaboración del Programa de Orientación Vocacional

acorde a las necesidades de orientación vocacional presentes en los alumnos.

Como objetivos específicos se platearon: a) Establecer los fundamentos

teóricos y metodológicos de la orientación vocacional en el campo educativo; b)

Diagnosticar el grado de madurez vocacional de los alumnos para identificar las

necesidades de orientación vocacional; c) Caracterizar la metodología de las

acciones de orientación vocacional impartidas en el establecimiento; y, d) Elaborar

una propuesta de orientación vocacional destinada a fortalecer la madurez

vocacional de los alumnos.

La metodología aplicada fue cuantitativa-deductivo, descriptiva y empírica..

Los métodos de investigación son el psicométrico, no experimental; mientras, las

técnicas de recolección de datos utilizadas fueron la observación, la entrevista,

cuestionarios y la aplicación del inventario estandarizado. La hipótesis que guió el

trabajo de investigación fue la siguiente: “El diagnóstico de la madurez vocacional

29

de los alumnos permite detectar y jerarquizar las necesidades de orientación

vocacional pertinentes para la elaboración del programa de orientación

vocacional”

Los resultados obtenidos después de realizar el trabajo de investigación son

los siguientes: se llegó a establecer los fundamentos teóricos y metodológicos de

la orientación Vocacional en el campo educativo, mediante el enfoque de

orientación vocacional de Donald Super. El diagnóstico de los alumnos, indica que

estos presentan una madurez vocacional media baja. Toda la información lograda

permitió diseñar y ejecutar el programa de Orientación Vocacional para los

alumnos de tercero medio destinado a satisfacer y fortalecer la necesidad de

orientación vocacional que presentan

Bajo un pensamiento provisional y tentativo, la autora cree que mejorará la

situación actual de la orientación vocacional en la educación secundaria en el

colegio Nacional Mixto “Vicente Donoso Torres”, ya que representa una

intervención planificada de acuerdo con las necesidades de los estudiantes, dentro

de un marco de organización para desarrollar un trabajo de orientación

vocacional sistemático, procesual, y colaborativo entre los actores del proceso

educativo

Se derivó como recomendación el promover cursos de actualización sobre la

orientación vocacional en los centros educativos, para los maestros, pues ellos

son los que están en estrecha relación con los alumnos; así como incorporar en el

proyecto educativo objetivos y contenidos que desarrollen la orientación

vocacional en todos los niveles educativos.

Este trabajo aportó evidencias empíricas sobre la madurez vocacional el

ámbito suramericano, en especial en Bolivia, lo cual es una importante referencia

a la hora de comparar resultados de esta investigación.

30

Además se consideró la tesis titulada “Efectos de talleres de madurez

vocacional para estudiantes del primer año del ciclo diversificado”, realizado por

Castellano (2007), de la Universidad del Zulia. El objetivo de esta investigación fue

estudiar los efectos producidos por los talleres de madurez vocacional en los

puntajes de madurez vocacional de alumnos estudiantes del 1er año del Ciclo

Diversificado.

La muestra fue de 32 estudiantes pertenecientes al Liceo Coquivacoa

(institución oficial) y a las U.E. “Vicente Gerbasi” y “Santa María” (institutos

privados) del municipio Maracaibo durante los años escolares 2004 - 2005. La

teoría utilizada fue la de Donald Super. La investigación fue de tipo pre-

experimental de un solo grupo con pretest y pos test.

Entre los hallazgos más importantes se destacan: el aumento de los puntajes

de madurez vocacional después de la aplicación de los talleres; por lo que se

concluye en el aporte que hacen los talleres mencionados a la orientación

vocacional, ya que ofrecen al estudiante herramientas de trabajo que hacen

posible la profundización del conocimiento de sí mismos y de su realidad, frente a

una pronta elección de carrera; el trabajo de orientación vocacional establecido a

nivel grupal; la agilización del proceso exploratorio de cada joven y el rol del

orientador como facilitador y asesor del proceso de orientación vocacional.

Esta investigación fue muy importante, ya que fue realizada en el estado Zulia,

en el Municipio Maracaibo, por lo cual las características de los estudiantes están

estrechamente vinculadas con la realidad y las características del municipio

Rosario de Perijá, dejando además evidencias de la necesidad de desarrollar en

los liceos venezolanos, diferentes programas destinados a brindar orientación y a

fortalecer mediante diferentes estrategias la madurez vocacional de los

estudiantes.

31

Durán, Vargas y Sánchez (2008), efectuaron una indagación titulada

“Madurez vocacional en la población flotante” que tuvo como objetivo principal

describir la Madurez Vocacional de los bachilleres flotantes, que participaron del

proceso PRUEBA LUZ. La investigación fue de tipo descriptivo con un diseño de

tipo transversal. Se sustentó teóricamente en el modelo de Madurez Vocacional de

Donald Super; el cual concibe la madurez vocacional como una disposición para

enfrentar las tareas vocacionales o el desarrollo de la carrera con las que uno está

realmente confrontando o a punto de estarlo, comparado con otros que se hallan

en la misma época de la vida y frente a las mismas tareas de desarrollo. Para la

recolección de los datos se empleó la Escala de Madurez Vocacional de la Prueba

LUZ, versión 2002. Para el análisis de la información se utilizaron estadísticas

descriptivas básicas, tablas de distribución de frecuencia. Los hallazgos revelaron;

que existe una tendencia hacia un nivel medio de Madurez Vocacional.

Esta investigación aportó elementos a considerar a la hora de contrastar los

resultados de capital importancia, dado que fue realizada en el escenario del

estado Zulia, pero los datos fueron tomados con otro instrumento, lo cual

contribuye a verificar el constructo teórico de la madurez vocacional.

A continuación se reporta el estudio de Álvarez González (2008), de la

Universidad de Barcelona, titulada “La madurez para la carrera. Una prioridad en

la Educación Secundaria”, la cual tuvo por objeto presentar el estado actual del

constructo de la madurez para la carrera, la validación de unos instrumentos de

diagnóstico y evaluación para el contexto hispánico y una propuesta de

intervención para fortalecerla. Se basó fundamentalmente en las propuestas

conceptuales de Super (1974), Holland (1985) y Crites (1971).

Llevó a cabo un estudio de naturaleza analítico-descriptiva a partir de una

extensa revisión documental, concluyendo lo siguiente:

32

- No se han puesto de acuerdo los diferentes teóricos sobre el número de

variables y dimensiones que estructuran la madurez para la carrera.

- El proceso de desarrollo no se da de manera uniforme aunque si continuo,

y los factores que presentan mayor progresión con la edad y el nivel académico

son la información, la toma de decisiones, la planificación de carrera (Super) y las

competencias (Crites). En menor grado, la exploración de carrera (Super), y las

actitudes (Crites).

- El nivel educativo parece ser mejor predictor que la edad y en cuanto al

género no se evidenciaron diferencias significativas.

- Los cuestionarios evaluados las versiones del CDI de Super (1972) y el

CMI de Crites (1978), reportan índices de confiabilidad entre 0.57.3 y 0.57.7, en

muestras de 3052 estudiantes de diversas provincias españolas.

- El diseño, aplicación y mejora de un programa de mejora de la madurez de

la carrera requiere de un diagnóstico previo, que permita efectuar un análisis de

necesidades. Para ello se puede disponer, entre otros instrumentos, con las

versiones actualizadas y contextualizadas al medio español de los cuestionarios

de Super y Crites. Los resultados de su aplicación van a permitir detectar los

puntos fuertes y débiles, a partir de los cuales se pueda diseñar el plan de

intervención.

Esta tesis permitió conocer diversas posturas teóricas con respecto a la

madurez de la carrera, determinando sus convergencias y divergencias, así como

las características y bondades de dos instrumentos empleados comúnmente para

su medición.

De igual manera, se analizó también la tesis de Bortone Di Muro (2009), de

la Universidad Nacional Experimental del Táchira, denominada “Madurez

33

vocacional y perfil de valores humanos en estudiantes universitarios”, la cual tuvo

como objetivo determinar la relación entre estas variables en atención a los

indicadores demográficos edad, género, nivel educativo de los padres e índice

académico. La misma se sustentó principalmente en los conceptos de Super

(1997), Busot (1995) y Rivas (2003), sobre el desarrollo vocacional y en los de

Howe y Howe (1977), Allport, Vernon y Lindzey (1972) y Busot (1995).

A tal efecto, desarrolló una investigación descriptiva-correlacional en base a

un diseño de campo, no experimental y transeccional; asumiendo una muestra de

159 estudiantes en proceso de cambio de carreras, durante el lapso 2006-2007,

diferenciados en 92 de género masculino y los 67 restantes femeninos, con edad

promedio de 20 años. Se utilizaron como instrumentos la Escala de Madurez

Vocacional de Busot (1983), en la versión de Durán de 1992; así como el Estudio

de Allport, Vernon y Lindzey (1972), los cuales son instrumentos debidamente

estandarizados. Los datos fueron tratados en forma automatizada mediante el

programa Microsoft Excel con las aplicaciones estadísticas de las medidas de

tendencia central, desviación y correlación.

Los resultados reportaron que la madurez vocacional de los estudiantes se

ubicó en el nivel medio, no encontrándose correlación significativa con respecto a

los indicadores demográficos de edad, género e índice académico, así como en

relación al nivel educativo de la madre, no así con el del padre.

Esta tesis, realizada en el medio nacional específicamente en el estado

Táchira aportó elementos para la contrastación de los resultados, enfatizando en

el hecho de haber utilizado en mismo instrumento de medición para la madurez

vocacional, lo cual es un elemento significativo a la hora de comparar los

resultados.

34

Se consideró de igual manera el estudió del trabajo de De los Ríos (2009),

de la Universidad de Carabobo, realizado como Tesis Doctoral en Educación en la

Universidad Complutense de Madrid denominada “Variables motivacionales y

rasgos de personalidad en relación a la madurez vocacional”, la cual tuvo como

propósito establecer cuales serían las posibles relaciones entre las variables

motivacionales y las características de personalidad con la madurez vocacional.

Conceptualmente fundamentó la variable motivación en los constructos de la

motivaciones sociales formulados por Mc Clelland (1947) y Atkinson (1957);

mientras los rasgos de personalidad en la de Eysenck (1960) y la madurez

vocacional de Super (1970). Se realizó un trabajo de campo basado en un diseño

descriptivo-correlacional, no experimental, transversal; asumiendo como

informantes a 170 estudiantes varones de tercer año del Instituto Nacional de

Bachillerato “Cardenal Cisneros” de Madrid.

Los instrumentos utilizados en este trabajo fueron: el test LEPAM de

Castaño López-Mesa (1982), que contempla las siguientes subescalas: motivación

al logro por evitación del fracaso, expectativa de éxito, perseverancia, auto

estimación y madurez vocacional. También, el Cuestionario de Personalidad de

Eysenck (1960), para medir las dimensiones bipolares Neuroticismo- Estabilidad e

Introversión-Extraversión.

Estos instrumentos son estandarizados, en razón a lo cual no se llevo a

efecto un estudio para verificar sus especificaciones psicométricas, las cuales

según sus autores refieren correlaciones derivadas de la división por mitades de

0.89 para motivación al logro; 0.88 para expectativa de éxito; 0.88 para

perseverancia; 0.86 para autoestima, y, 0.76 para madurez vocacional (Castaño,

1982). En cuanto al Cuestionario de Personalidad Eysenck y Eysenck (1976),

reportaron coeficientes de confiabilidad de 0.82 para neuroticismo, 0.88 para

estabilidad, 0.90 para introversión y 0.98 para extraversión. Se empleó el método

de diferencias de medias y las correlaciones para discutir los resultados.

35

Los datos obtenidos permitieron concluir en primer lugar que se encontraron

correlaciones positivas aunque moderadas entre la madurez vocacional y la

motivación al logro por evitación al fracaso (0.40) y expectativa de éxito (0.37), lo

cual de alguna manera confirma la teoría de Super que hace referencia ala

vinculación a la motivación vocacional con el nivel de aspiraciones.

En segundo lugar, la madurez vocacional se correlaciona de manera positiva

pero moderadamente baja con la perseverancia como rasgo de personalidad

(0.36), lo cual le llevó a afirmar que las personas perseverantes tienden a ser

personas mas maduras vocacionalmente; es decir, de acuerdo con Super, serían

aquellas personas que se enfrentan a tareas apropiadas a la época de su vida, de

modo que van a producir los resultados deseados.

En tercer lugar, respecto a la relación entre la madurez vocacional y la auto

estimación, no se encontró una vinculación significativa entre ambas variables,

aunque llamó la tención que entre la segunda considerada y la motivación al logro

se determinó moderada y positiva (0.42) y en mas alto grado con expectativa de

éxito (0.82), y estas dos últimas se correlacionan significativamente con la

madurez vocacional (0.40 logro y 0.37 expectativa).

Por último, los resultados del análisis de significación de las medias, se

registró que la madurez vocacional no estaba influida ni por la extroversión ni por

la introversión, pues ambas orientaciones mostraron el mismo grado de madurez

vocacional.

Esta tesis aportó elementos empíricos para profundizar en el estudio de la

madurez vocacional.

Otra investigación fue la realizada por Antequera (2010), denominada

“Madurez Vocacional en los Estudiantes de Tercer Año del Nivel Educación Media

General”, que tuvo como propósito analizar el proceso de madurez vocacional de

36

los estudiantes del tercer año del subsistema de educación básica a nivel de la

educación media general de la Liceo Bolivariana Raúl Ruiz Rodríguez, ubicada en

el Municipio Miranda del Estado Falcón, y en consecuencia diseñar un programa

de fortalecimiento de la madurez vocacional de estos estudiantes

Para tal efecto se llevo a cabo una investigación del tipo proyecto factible

basada en una investigación descriptiva, de campo, y prospectiva, de diseño no

experimental-transversal. Conceptualmente se fundamentó en las teorías de

Super (1962) y de Busot (1989). Se asumió como población y unidades de

información al conjunto de 63 estudiantes de las secciones A y B de tercer año de

la referida institución. Como instrumento de recolección de datos se empleó el

inventario de madurez vocacional desarrollado por Busot (1989), cuya validez

según la fórmula de Kuder Richardson 20, oscilan entre 0.46 y 0.86.

Los datos fueron procesados en forma computadorizada, calculándose

estadísticos descriptivos. Se evidenció que los indicadores planificación,

información vocacional, toma de decisiones vocacionales y la orientación realista

se determinaron moderadamente maduras, mientras la exploración vocacional se

clasificó moderadamente inmadura. Las necesidades de recibir orientación para

conocerse mejor y programar sus metas de vida se considero alta, también se

encontró que han recibido muy poca orientación de los padres sobre los

problemas presentados en esta etapa de su vida, necesitando recibirla,

especialmente sobre métodos de estudio, orientación vocacional, noviazgos y

relaciones de pareja. A partir de estos resultados se diseño un programa de

fortalecimiento para ser aplicado a partir del próximo año escolar en esa

institución.

El aporte principal de este trabajo se centró en el aporte de evidencias sobre

la insuficiente madurez vocacional de los estudiantes de bachillerato, al momento

de hacer su transición al campo universitario y de cómo esta podría ser impulsada

a través de un adecuado programa de intervención.

37

Merece también ser mencionada la tesis desarrollada por Benítez (2010), de

la Universidad del Zulia, titulada “Madurez vocacional y satisfacción académica de

los estudiantes de Enfermería de la Universidad del Zulia”, la cual tuvo como

propósito establecer la relación entre la madurez vocacional y la satisfacción

académica de los estudiantes de la escuela de enfermería de LUZ, para lo cual se

fundamentó en las teorías de Super (1998) y Crites (1989).

Llevó a cabo un estudio descriptivo-correlacional y de campo, bajo un diseño

no experimental, transeccional-correlativo, empleando una muestra de 61

estudiantes de varios semestres, a los cuales se les aplicó el Inventario de

Madurez Vocacional de Busot (1995) y la Escala de Satisfacción Académica

contenida en la Prueba de Admisión de la Universidad del Zulia elaborada por la

Comisión Técnica que coordina el ingreso a esa universidad. Los datos fueron

analizados mediante los estadísticos descriptivos y el Coeficiente de Correlación

de Pearson.

Los resultados reflejaron que los estudiantes poseen un nivel medio de

madurez vocacional, encontrándose en las dimensiones Exploración e Información

los valores promedio más bajos. Así mismo concluyó que, casi la mitad de los

encuestados indicó estar satisfecho con la carrera cursada, mientras la otra no lo

está pues fueron asignados a esta escuela cuando en realidad aspiraban a

estudiar mayoritariamente Medicina. También reporto una correlación positiva y

significativa (0.72), en aquellos casos cuya primera opción fue enfermería, no así

entre los que aspiraban otra carrera quienes reportaron estar insatisfechos. Estos

hallazgos sugirieron la necesidad de redimensionar los lineamientos para la

asignación de cupos y cambios de carrera.

Esta tesis aportó datos relevantes para contrastar los resultados de este

trabajo, ya que fue realizado en el escenario de la ciudad de Maracaibo.

38

2. Bases teóricas

2.1 La Orientación vocacional

De acuerdo al Diseño curricular, de la escuela de educación en la mención

orientación (2011), el Orientador es un profesional de la docencia egresado con el

título de Licenciado en Educación Mención Orientación, cuyas funciones se

encuadran en la búsqueda de los objetivos y fines establecidos en la Ley Orgánica

de Educación de 2009, para cada uno de los niveles y modalidades del sistema,

según la clasificación señalada en el Art. 25 de esa Ley. De manera que podrá

atender diversas áreas del quehacer humano.

Las áreas están concebidas como las dimensiones de las personas o grupos

en las cuales se focaliza el abordaje de los procesos de consulta y asesoría;

planteándose las siguientes: Personal-social, académica, vocacional, laboral, y

recreativa.

El área vocacional, tiene como centro de interés el desarrollo vocacional del

individuo, entendiéndose la vocación como proyecto de vida que cada persona

asume ante sí mismo y ante la sociedad, definiendo un estilo de vida profesional,

cívico, ético, familiar y comportamental que caracteriza su personalidad y se

proyecta en su quehacer cotidiano.

La práctica en esta área está destinada a prestar el servicio de asesoría y

consulta con la finalidad de que cuando la persona tome decisiones inherentes a

su vocación lo haga bajo las mejores condiciones decisorias posibles. Entre los

procesos en esta área se tienen: Información académica y ocupacional,

diagnóstico de tendencias y opciones de carreras disponibles a la comunidad,

estudios vocacionales y elección de carrera, diseño y desarrollo de matrices de

opciones de carrera individual, planificación y opciones de desarrollo de carreras,

toma de decisiones vocacionales informadas, preparación para el trabajo y actitud

positiva hacia el trabajo, proyecto de vida, objetivos y metas de vida , desarrollo

de competencias ocupacionales y laborales y vocación de servicios como

39

parámetros de calidad (Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior,

2009).

Complementariamente, como lo establece López Rupérez (2007), es

necesario enfatizar en que en las sociedades avanzadas los sistemas educativos

han adquirido una notable complejidad: son mucho menos monolíticos que hace

medio siglo, ofrecen una mayor diversidad y opciones, que permiten que el

alumnado pueda circular por ellos siguiendo itinerarios no coincidentes para todos

los estudiantes. Pero ello conlleva también mayores dificultades para el propio

alumnado: el sistema le obliga a elegir entre posibilidades, a tener que tomar

decisiones, que irán afectando a su itinerario, en tanto las elecciones y decisiones

futuras van a ir dependiendo de las anteriores. Se une aquí a la necesidad de la

orientación vocacional con la orientación académica, entendida ésta, en este

contexto, como la necesidad de orientar al alumnado para el conocimiento del

propio sistema educativo, con sus posibilidades hay que preparar desde ahora.

Asimismo, para López Rupérez (2007), el individuo en las sociedades

actuales, puede cambiar varias veces de ocupación, lo que implicará la adopción

de un conjunto de decisiones que irán más allá de la mera transición de la

institución educativa al mundo del trabajo. Hoy las profesiones se han multiplicado

en número, presenta una fisonomía cambiante debido al avance científico y de los

medios tecnológicos; ello lleva también a la desaparición de determinadas

profesiones y a la aparición de nuevos campos profesionales. Elegir una profesión

no es ya hoy haber terminado un proceso, sino iniciar uno nuevo, cubrir una etapa

en el “desarrollo de la carrera” que hará que el sujeto tenga que optar y tomar

decisiones en el futuro.

Es por ello, que la orientación educativa deba abordar la orientación

vocacional desde esta perspectiva más amplia y ajustada a las necesidades

actuales, y así se recoge en el marco normativo vigente. La Ley Orgánica de

Educación de 2009 en sus Disposiciones Fundamentales en su Artículo 6, sobre

40

las Competencias del Estado Docente, establece dentro de sus responsabilidades

en su parágrafo f, el garantizar:

…..Los servicios de orientación, salud integral, deportes, recreación cultura y de bienestar a los y las estudiantes que participan en el proceso educativo en correspondencia con los órganos.

Debe indicarse además que, para Gibson y Mitchell (2001), la orientación

vocacional comprende las actuaciones cuya finalidad última es favorecer la

madurez vocacional de los alumnos y alumnas, su toma de decisiones coherentes

y realistas y su transición a otras etapas educativas y al mundo del trabajo,

realizando funciones como:

- Favorecer el autoconocimiento, para que valoren y conozcan sus propias

capacidades, motivaciones e intereses, de forma ajustada y realista.

- Potenciar competencias relevantes, tanto en el ámbito educativo como el

laboral, tales como la responsabilidad, la perseverancia, la toma de decisiones, la

resolución de problemas y el trabajo en equipo.

- Facilitar las estrategias para la toma de decisiones respecto a su futuro

profesional y a la elección de un itinerario académico.

- Ofrecer información académica y/o profesional sobre las estructura del

sistema educativo, itinerarios formativos de las diferentes etapas educativas,

enseñanzas universitarias, otros tipos de enseñanzas y salidas profesionales al

alumnado y a sus familias.

- Establecer mecanismos para que el alumnado acceda al conocimiento del

mundo del trabajo, las ocupaciones y los procesos que favorecen la transición a la

vida activa y la inserción laboral y la formación a lo largo de la vida.

41

- Educar en la igualdad de género, previniendo la futura elección de estudios

y profesiones en función de estereotipos sexistas, y concibiendo la igualdad de

oportunidades entre hombres y mujeres como un derecho en los diferentes

ámbitos vitales. Los destinatarios de la orientación educativa y profesional serán

todos los alumnos/as de las diferentes etapas educativas del sistema educativo

(obligatorias y post-obligatorias), sus familias, el profesorado, así como, todos los

miembros de la comunidad educativa.

Resulta imperioso señalar que en cada uno de los subsistemas (subsistema

de educación básica en sus niveles: Inicial; Primaria; Media (Media General y

media Técnica); y en el subsistema de educación universitaria ( pregrado y

postgrado) y modalidades Especial, educación de jóvenes, adultos y adultas,

educación en fronteras, rural, para las artes, Militar, intercultural, intercultural

bilingüe, de la Ley Orgánica de Educación (LOE), debe haber políticas y servicios

que permitan el logro de la teleología o finalidad de la educación establecida en la

Constitución y la Ley, razón por la cual, las tareas y funciones de los Orientadores

como especialistas de la conducta, nacen, se desarrollan y se dirigen hacia la

búsqueda de este fin; para lo cual el Artículo 6.1.f de la Ley Orgánica de Educación prevé los servicios de orientación a los alumnos y las alumnas que

participan en el proceso educativo (Asamblea Nacional, 2009).

Aunado a esto, en el contexto educativo más próximo, el diseño curricular del

Sistema Educativo Bolivariano (SEB)(2007), la orientación vocacional va ligada a

un proceso global que contempla el desarrollo integral de la persona con relación

a los aprendizajes realizados, de manera que partiendo de la naturaleza

multidimensional del ser humano, incite al desarrollo de la capacidad de

autodeterminación en la construcción y reestructuración de un proyecto de vida

basado en el conocimiento de los determinantes personales y situacionales.

Desde la concepción anterior, la orientación es un proceso integrado al

currículo, con énfasis en los principios de prevención, desarrollo y atención a la

42

diversidad y en las áreas afectiva-emocional, escolar y vocacional del educando,

con el objeto de que perciba sus reales y potenciales aptitudes para una mejor

comprensión de su situación socio-educativa y toma de decisiones pertinentes, en

aras de su desarrollo personal, social y profesional.

2.1.1. La orientación vocacional La orientación vocacional en la tarea que realizan los orientadores y

psicólogos especializados y cuyos destinatarios son las personas que en

determinado momento de su vida sienten la posibilidad y necesidad de ejecutar

decisiones. Esto hace de la elección un momento crítico de cambio en la vida de

los individuos. De cómo las personas enfrenten y elaboren este cambio dependerá

su desarrollo interior.

Estadísticas recientes muestran que de cada 100 alumnos que ingresan en

las universidades argentinas solo se reciben 20. Incluso, una parte de los

egresados declara su angustia ante la idea de que durante los próximos 40 o más

años de sus vidas deberán ejercer una profesión que no les interesa y que, recién

comprenden ahora, siguieron por falta de información. Se deduce entonces que, si

el joven no sabe quién es, que necesita, si no hay aunque sea un esencial

conocimiento de esto, como podría preguntarse qué quiero ser y aun mas, tomar

una decisión al respecto?

Ante las problemáticas vocacionales-ocupacionales y la actual diversificación

del mercado laboral, la propuesta es brindar un espacio donde poder reflexionar y

elaborar las distintas cuestiones que hacen a este difícil proceso de decisión. Se

considera la Orientación Vocacional como un espacio donde el sujeto pueda

pensar y pensarse en sus dimensiones actuales y futuras, un espacio para

escuchar su propio deseo.

43

Será la función del orientador o psicólogo acompañar dicho proceso,

propiciando el lugar para que esto ocurra, por ello creare un ambiente donde el

consultante se pueda expresar, intercambiar y elaborar dudas, expectativas e

intereses, que le permitan ir construyendo un proyecto personal. Así mismo,

facilitare información actualizada sobre las distintas carreras, oficios y ámbitos de

inserción laboral.

Aunque el término vocacional se ha empleado tradicionalmente apelando a

su sentido etimológico (vocare, llamar), expresando la idea de que cada persona

está llamada a desempeñar una ocupación-profesión determinada en la que

alcanzaría su máximo grado de realización, es obvio que tal planteamiento no

tiene sentido alguno en la actualidad, ya que desde mediados de nuestro siglo la

psicología ha empleado este término con un sentido menos "transcendente", para

referirlo al proceso interactivo entre la sociedad y los individuos y entre éstos y su

entorno socioeconómico. Una interacción en la que se busca el equilibrio entre las

necesidades sociales de atender a las demandas de empleo productivas y las

exigencias individuales de realización a través de la ocupación del tiempo personal

de forma útil.

Así entendido, lo vocacional se constituye en una faceta del desarrollo

psicosocial, un proceso psicológico (afectivo, cognitivo y comportamental) de

carácter gradual, que lleva al individuo a su plena socialización a través del

empleo del tiempo útil o productivo, por medio de su inserción en el mundo laboral

u ocupacional (Rivas, 1998). De acuerdo con la definición de Rivas podemos

atribuir al proceso vocacional los siguientes rasgos esenciales:

a) Es una dimensión básica del desarrollo.

b) Tiene una intensa relación con la propia estima, el autoconcepto y la

identidad.

44

c) Siempre se encuentra en equilibrio inestable.

En este sentido se explica que el apartado de actuación sobre la orientación

vocacional y profesional se haya tenido como prioritario en todos los modelos de

intervención (modelo de servicios, modelo de programas y modelo de consulta), y

que esté en el origen de la innovación educativa, que incorpora a finales del siglo

pasado a la escuela.

En referencia específica a la orientación vocacional, es necesario indicar

que, la conducta vocacional no siempre ha sido analizada desde la misma óptica,

sino que sobre ella, como sobre otras conductas humanas, han recaído

perspectivas teóricas diferentes, tal como se observa en el esquema 1 mostrado a

continuación:

a) Enfoques individualistas: desde los que se ha considerado que el

desarrollo vocacional es determinado, básicamente, por factores personales como

las aptitudes y las destrezas, los intereses y preferencias vocacionales, las

actitudes, la formación, etc. Dentro de esta perspectiva teórica podrían

considerarse los modelos psicodinámicos más puros y sobre todo los

pertenecientes a la Teoría del Rasgo.

b) Enfoques ambientalistas: desde estos enfoques se considera que la

conducta vocacional es el producto de factores estructurales, sociales y

económicos, que priman por encima de los factores personales. Algunos de estos

factores son: ambiente socio-familiar, presión ambiental, estatus profesional,

estructuras sociales y económicas,... En esta perspectiva teórica se encuentran

los modelos conductuales más puros.

45

Esquema Sinopsis de las Teorías del Desarrollo Vocacional

Fuente: Grañeras y Parras (2008).

46

c) Enfoque interactivo. Otros enfoques han planteado la conducta y el

desarrollo vocacional como consecuencia de la interacción de factores individuales

y ambientales. Desde este enfoque se consideran, además de los factores

señalados con anterioridad, otros como las relaciones sujeto-escuela, relaciones

entorno socio dinámico-escuela, entre otros. En esta perspectiva pueden situarse

buena parte de los enfoques evolutivos (Super, Ginzberg, Pelletier,...), así como

los modelos cognitivo-conductuales más recientes, como puede ser el planteado

por Rivas (1988).

Es en esta última perspectiva teórica donde concretamente se sitúa la

investigadora, por lo que podía concluirse que adopta una posición teórica

continua, al explicar la conducta vocacional, que por un lado se produce a lo largo

del tiempo y, por otro, es fruto de la combinación de factores personales y socio-

ambientales.

2.2. Madurez Vocacional. La gran tarea de la orientación vocacional es el fomento de la madurez

vocacional, entendida ésta, según Super (1986; citado por Super y Super, 2008),

como la disposición para hacer frente a las tareas vocacionales o al desarrollo de

la carrera, comparado con otros que están en las mismas etapas de la vida y

frente a las mismas tareas de desarrollo.

El concepto de madurez vocacional implica precisar la facilidad o dificultad

con que las/los jóvenes eligen su camino ocupacional/profesional así como

considerar su nivel de perseverancia en el área elegida. Para los fines de un

estudio como este, que se ocupa de estudiantes en el momento de su ingreso a la

universidad, el grado de madurez vocacional mediría principalmente la dificultad o

la indecisión que, según su propia declaración, experimentaron en el pasado al

elegir carrera.

47

Este enfoque desarrollista de lo vocacional es hoy una posición teórica

dominante en el mundo occidental entender la conducta vocacional como algo que

se establece a lo largo de la vida de los sujetos y que la misma discurre en etapas

o periodos evolutivos, en cada uno de los cuales adopta formas diferentes, según

la edad del sujeto.

Aunque uno de los autores pioneros en el establecimiento de etapas

evolutivas en la conducta vocacional fue Ginzberg en los años 50, sin duda

alguna, sus propuestas han sido superadas por otros autores posteriores, como

Super, Crites y Osipow en el ámbito anglosajón, Pelletier y su escuela en el ámbito

francófono.

Super en 1963 elaboró el concepto de madurez vocacional como una

extensión de su teoría (Super y colaboradores, 1957; 1960). Este concepto le

permite al observador medir el nivel del desarrollo del individuo con respecto a los

asuntos de su carrera. En esta óptica, se espera que el comportamiento

vocacional maduro tome diferentes formas que dependen del periodo de vida en

que se encuentra el individuo. El joven de 14 años, vocacionalmente maduro,

estará preocupado por evaluar sus intereses y habilidades para tomar una

decisión adecuada sobre su plan de estudios.

Por otra parte, una persona de 45 años estará preocupada por la forma cómo

lograr conservar su estatus profesional frente a la competencia que le presenta la

gente joven. Super (1963; citado por Super y Super, 2008), define el término

madurez vocacional normativamente y es la congruencia que existe entre el

comportamiento vocacional del individuo y la conducta que vocacionalmente se

espera de él a su edad. Mientras más cerca estén entre si estos aspectos, mayor

será la madurez vocacional.

Este es un constructo que surge del planteamiento evolutivo de la conducta

vocacional, definido por Super (1957; citado por Super y Super, 2008), como:

“……posición que ocupa un individuo dentro del continuo del desarrollo

48

vocacional, desde la etapa de exploración al declive” y, posteriormente, definido

por Hilton (1962; citado por Super y Super, 2008, p. 174 ) como: “…grado que un

individuo posee en comparación con sus iguales, de los conocimientos, actitudes y

habilidades requeridas para el enfrentamiento eficaz con la planificación e

implementación de carrera”.

En ambas concepciones se adivina el carácter evolutivo del desarrollo

vocacional al estar estrechamente vinculado al desarrollo personal. La vocación

como inclinación a la carrera se perfila a lo largo de un proceso madurativo que

supone recorrer itinerarios dar diferentes pasos a lo largo de las distintas etapas

de la formación del ser humano; a lo largo de toda la vida. Las opciones se irán

reforzando desde un mayor conocimiento de las propias posibilidades y de las

posibilidades del entorno con las que el individuo tiene que interactuar.

En este sentido, la madurez vocacional va a estar significativamente influida

por los contextos socioculturales que generan expectativas sobre los sistemas de

formación y sobre los individuos, a la vez que ofrece una amplia gama de

posibilidades de integración social desde el desarrollo de la carrera, lo cual hará

especialmente importante la oferta orientadora encaminada a optimizar las

elecciones de los individuos en consonancia con los intereses, las capacidades y

el rendimiento personal.

Bisquerra (2005), amplia esta idea, al apuntar que el término madurez

vocacional es la capacidad de decidirse en lo que respecta al rol que se desea

tener en la sociedad, a través de una determinada profesión incluyendo actitudes

hacia la toma de decisiones, comprensión de la demanda laboral, actividades de

planificación y desarrollo de capacidades vocacionales, además de la propia

elección vocacional.

Al respecto, es importante destacar que la madurez vocacional ha sido uno

de los elementos más estudiados por los investigadores, ya que indica el grado de

desarrollo vocacional alcanzado por un individuo en un momento preciso de su

vida. También permite conocer hasta qué punto un joven está cumpliendo con las

49

tareas evolutivas de su edad, al ser comparado con personas pertenecientes a su

misma etapa evolutiva. Un joven es maduro vocacionalmente si existe

congruencia entre la conducta vocacional que presenta con la que se espera.

En consonancia con los anteriores planteamientos, Hansen (1984), mostró

que la estabilidad de los intereses a escala individual, de grupos ocupacionales, y

de la sociedad en general estaba bien establecida, de acuerdo con las

investigaciones realizadas hasta el momento. La estabilidad de los intereses ha

sido examinada con métodos longitudinales y de corte transversal.

La estabilidad de los intereses individuales fue estudiada en diferentes

ocasiones por Strong (1943, 1955, citado por Bisquerra, 2005), usando un

sistema de cruce sectorial como método para comparar los intereses de grupos de

diferentes edades al mismo tiempo. La correlación entre los grupos de edades

entre 25 - 55 años es de 0.88; entre 15 - 25 años es de 0.82; entre 15 - 55 de 0.73.

De este modo, Strong concluyó que los intereses a partir de su cristalización no

dependían de la edad; los intereses en el sujeto tienden a estabilizarse en torno a

los veinticinco años y los intereses a partir de este momento apenas variarán tras

la experiencia de adulto.

Siendo un constructo multidimensional, los autores e investigaciones suelen

aceptar las dimensiones propuestas por Super (1981; citado por Super y Super,

2008): 1) Planificación; 2) Exploración de carrera; 3) Toma de decisiones; 4)

Información vocacional y 5) Conocimiento de la ocupación preferida, siendo la

Planificación la dimensión principal; lo sustantivo es que una madurez

experiencial, dispone adecuadamente, para la toma de decisiones vocacionales.

La madurez es un constructo multidimensional en la adolescencia, que

independientemente de la fase de edad considerada, prepara la adaptabilidad del

desarrollo de carrera profesional (adulto).

Lucas (1998) y Lucas y Carbonero, (2003) analizan y revisan ese constructo

vocacional y lo vinculan, decididamente, como una nota de calidad del desarrollo;

50

en esa línea, la madurez se relaciona con el autoconocimiento, la autoeficacia,

información vocacional y toma de decisiones.

2.2.1. Componentes de la madurez vocacional Tradicionalmente se ha entendido la madurez vocacional a una etapa en la

vida de los jóvenes estudiantes de educación secundaria, casi al final, en la cual

deben decidir que carrera estudiar al iniciarse en la educación universitaria para

capacitarse para a futuro, desempeñarse en una actividad profesional específica

para la cual sientan una determinada “inclinación” o presupongan tener

habilidades. En la actualidad, tiende según Carbonero (2000), a asumírsela como

una variable resultante; es decir; que sus efectos se dan a posterior, cuando el

egresado opta, consigue y se desarrolla en un puesto de trabajo. Si se ajusta a

cabalidad, se deduciría que vocacionalmente está maduro, si no lo logra, algo no

se completó en el proceso.

Desde esta visión más sistémica, pareciera que la madurez vocacional

pudiera concretarse en una forma de madurez para el trabajo o madurez laboral,

entendida como el pleno ajuste del individuo a las condiciones que determinan un

determinado rango de desempeño en el cumplimiento de sus tareas y funciones

en el trabajo. Este constructo ahora a cobrado vigencia y relevancia ante el

fenómeno cada vez mas creciente de estudiantes universitarios que cursan dos o

mas carreras a la vez, muchos de ellos con éxito, pero al final, no saben cual

ejercer, en razón a lo cual terminan por ejercer aquella en la cual consiguieron el

primer empleo.

Para Carbonero (2000), la situación descrita pudiera reflejar que a pesar de

haber tomado al final de la secundaria una decisión vocacional de manera segura

y precisa, estos estudiantes manifiestan más bien inmadurez vocacional, pues no

son capaces de elegir un camino claramente definido. En experiencia de muchos

orientadores se constata cada vez mas estudiantes que aspiran seguir carreras

51

con poca afinidad como medicina y diseño gráfico; medicina y abogacía; ingeniería

mecánica y educación integral; arquitectura y agronomía…… entre otras

combinaciones.

Un punto relevante en este análisis lo constituye la determinación de los

componentes de la madurez vocacional-laboral, entendiendo tal como lo expresa a

Carbonero (2000), que en primer lugar, en lo que respecta a las habilidades para

la elección, el abandono o terminación del sistema escolar implica la elección de

un itinerario académico-profesional y el seguimiento de un proyecto que mejore

las posibilidades de inserción socio-laboral de los adolescentes. Estas tareas

suponen ciertos conflictos comunes relacionados con la complejidad y amplitud de

alternativas académico-profesionales que el entorno ofrece y con la falta de

criterios relevantes para elegir una de esas alternativas.

El citado autor indica algunas razones adicionales que explican tal situación

son el desconocimiento de las propias habilidades, valores e intereses

profesionales; el desánimo en la búsqueda de un proyecto académico-profesional;

la falta de confianza en las posibilidades de éxito; y los problemas en la

planificación de estrategias de toma de decisiones y en la búsqueda de soluciones

vocacionales. En este sentido, los impedimentos que experimentan los jóvenes

para elegir una carrera y la falta de preparación para hacerlo pueden conducir a

situaciones poco deseables como son la inseguridad en la decisión profesional, la

prosecución o cambios de carrera, el abandono y la frustración profesional.

Por su parte Super ya en 1977 planteaba que, pese a estas dificultades

comunes a los adolescentes se ha encontrado que aquellos jóvenes que

participan de actividades educativas y ocupacionales presentan una mayor

tendencia a la exploración y por ende una elección vocacional más rápida. Este

hecho permite deducir que las habilidades para la elección pueden ser fomentadas

a través de acciones educativas. En este sentido, los diferentes programas cuyo

objetivo es facilitar la elección profesional, sorteando las dificultades expuestas en

52

párrafos anteriores, se centran en el auto-conocimiento, el conocimiento del

mundo laboral, la toma de decisiones y la planificación.

Será desde estos puntos centrales que se abordaran las habilidades de

elección. Sin embargo, es necesario aclarar que, las habilidades para la elección

incluyen no sólo la selección ocupacional inicial, dado que el desarrollo de la

carrera implica elecciones continuas de diferentes roles vocacionales. En este

sentido, Rumrill, Philip y Roessler (1999, citados por Rivas, 2008), resaltan que el

entrenamiento en estas habilidades es un elemento clave para que la persona

logre evolucionar hacia empleos más satisfactorios.

En segundo lugar, y en lo que se refiere a las habilidades para la obtención,

una vez realizada una elección ocupacional se debe dar respuesta a tareas

esenciales para la consecución de un empleo. En esta fase resultan prioritarios los

conocimientos y habilidades básicas para la adquisición de un puesto de trabajo

como son, presentarse a una entrevista, elaborar un currículum y utilizar los

recursos disponibles en la comunidad para detectar fuentes de empleo.

Son varios los criterios que supone una entrevista de trabajo exitosa y es

posible agruparlos en dos categorías: el contenido y el estilo. En primer lugar el

contenido incluye aspectos como exponer un resumen autobiográfico preciso,

describir las aptitudes para desempeñar un trabajo, detallar el entrenamiento

recibido, demostrar conocimiento acerca de las limitaciones y fortalezas

personales y formular preguntas relevantes acerca del trabajo. A su vez el estilo

comprende aspectos como el contacto visual, la gesticulación, el volumen y la

claridad en el habla, la fluidez, la postura y el grado de tranquilidad, entre otros. En

resumen, el objetivo de la entrevista de trabajo es promocionarse a sí mismo

identificando las principales cualidades y carencias personales, dando una primera

impresión positiva que transmita confianza, interés y motivación.

Por su parte la elaboración del currículum y la complementación de

documentos requieren el manejo de información general acerca de sí mismo, así

53

como la inclusión de datos de contacto, información personal, laboral y educativa.

Un currículo adecuadamente elaborado ha de caracterizarse por la claridad y

legibilidad, la calidad de la escritura y el apropiado seguimiento de instrucciones.

En tercer y último lugar, para Super y Super (2008), es posible mencionar las

habilidades de mantenimiento. Para lograr un afianzamiento y evolución en el

trabajo la persona debe contar con habilidades básicas relacionadas con la ética

laboral. Desde finales de la década de los setenta se han realizado

investigaciones relacionadas con este tipo de habilidades. Tales habilidades han

sido denominadas habilidades de supervivencia (surviving skills), habilidades para

la retención del empleo (job holding skills), habilidades de empleabilidad

(employability skills) o habilidades blandas (soft skills). Más recientemente han

sido señaladas como habilidades de mercado (marketable skills).

Las habilidades de mantenimiento constituyen un grupo de capacidades

transferibles, esencialmente funcionales requeridas en los puestos de trabajos

actuales e imprescindibles para el éxito laboral en cualquier tipo de empleo y para

todas las personas, independiente de su nivel educativo. Por tanto, no dependen

de las capacidades para ejecutar las tareas de un oficio, sino que son de carácter

actitudinal y se relacionan con los valores, los intereses y la motivación. Otro rasgo

característico es que las habilidades de mantenimiento se pueden y deben formar

desde etapas tempranas; la edad escolar parece ser un período clave para la

consolidación de estas habilidades. Dichas habilidades tienen un carácter

permanente y se requieren a lo largo de todo el proceso de desarrollo vocacional.

Al revisar la literatura las habilidades de mantenimiento se podrían clasificar

en tres grupos: las habilidades de interacción social, las habilidades de

afrontamiento y los hábitos y actitudes laborales. Al hablar de las habilidades de

interacción social necesarias en el puesto de trabajo es preciso distinguir dos

conceptos: la competencia social y las habilidades sociales.

54

En primer lugar la competencia social alude al funcionamiento global del

trabajador y a su capacidad para impactar favorablemente en el entorno donde se

desempeña. En segundo término las habilidades sociales son un conjunto

específico de capacidades que incluyen comportamientos cognitivos, verbales y

no verbales requeridos para lograr un desempeño interpersonal efectivo. Diversos

autores recomiendan entrenar estas habilidades para favorecer la integración y, en

general, los resultados en entornos postescolares.

En suma, para tener éxito en el entorno laboral son claves la capacidad de

auto-presentarse y relacionarse con otras personas durante la jornada de trabajo.

La habilidad para interactuar en momentos de descanso es otra habilidad crítica.

Concretamente, Hill y Petty (1995; citados por Super y Super, 2008), destacan

características como la simpatía, la amabilidad, la cooperación y la cortesía.

Teniendo en cuenta lo anterior es posible agrupar las habilidades sociales en

cuatro dimensiones: presentación en el lugar de trabajo, relación con los

compañeros, relación con figuras de autoridad y comportamiento en momentos de

descanso dentro de la jornada laboral.

Además de una adecuada interacción social, el medio laboral exige contar

con ciertas habilidades de afrontamiento para sortear los retos y demandas del

entorno. Así algunos autores destacan la importancia de que el trabajador

identifique situaciones estresantes y desarrolle estrategias que prevengan o

mitiguen tales circunstancias. Uno de los momentos que demanda las habilidades

de afrontamiento es la incorporación a un lugar de trabajo. Dado que las fases

iniciales suponen situaciones estresantes, la persona ha de contar con ciertas

capacidades para sobrellevarlas. Dentro de las habilidades de afrontamiento

destacan la respuesta ante las agresiones de los compañeros, el ajuste al cambio,

el reconocimiento de errores y la aceptación de críticas en el trabajo. Por ejemplo,

Gelatt (1989, citado por Super y Super, 2008), subraya la importancia de

desarrollar tolerancia a la ambigüedad y capacidad de adaptación continua.

55

La madurez vocacional se expresa según indica Carbonero (2000), al final de

la etapa de estudios, al ser puesta a prueba en el ámbito de la vida en el trabajo

las habilidades para el mantenimiento del empleo comprenden también los hábitos

y actitudes laborales que incluyen una constelación de comportamientos y valores

como la asistencia, la puntualidad, la presentación personal, la habilidad para

seguir instrucciones, la cooperación y la aproximación a los supervisores. Los

hábitos laborales deseados por los empleadores son por ejemplo, la

independencia, la capacidad para trabajar en entornos diversos y para formar

parte de un equipo, la organización, la responsabilidad, la iniciativa y la adecuada

presentación e higiene personal.

Otro grupo de hábitos laborales crítico se relacionan con la productividad e

incluyen la calidad y el ritmo de trabajo. A la serie de hábitos ya mencionados Hill

y Petty (1995; citadas por Super y Super, 2008), añaden algunos atributos

esperables en un trabajador como son la honestidad y el cumplimiento de normas

e instrucciones. Varios autores han elaborado listados de hábitos y actitudes

laborales necesarias para desempeñarse efectivamente en el lugar de trabajo. Por

ejemplo, el Servicio Americano de Orientación (American Guidance Service, 1989;

citado por Super y Super, 2008), propone una serie de habilidades críticas

requeridas en la transición de la escuela al trabajo como son la higiene personal,

la puntualidad, la relación con figuras de autoridad, el comportamiento en

momentos de descanso, la responsabilidad, el manejo del horario, la explicación

de retrasos e inasistencias, la presentación en el lugar de trabajo o la capacidad

para pedir ayuda.

Por su parte Salzberg y cols., (1987; igualmente citados por Super y Super,

2008), exponen las habilidades más valoradas por los supervisores de un sector

específico de la economía, el manufacturero, como son la persistencia, la

puntualidad, la productividad, la solicitud de ayuda y el seguimiento de

instrucciones.

56

A partir de los planteamientos de los diversos autores referidos, se ha

seleccionado los doce hábitos y actitudes más frecuentes y relevantes, a saber: la

asistencia, la calidad, la constancia o persistencia, el cumplimiento de normas, la

independencia, la organización y métodos de trabajo, la presentación personal, la

puntualidad, la responsabilidad, el seguimiento de instrucciones, la capacidad para

solicitar ayuda y la competitividad para trabajar en equipo.

Resumiendo, la madurez vocacional está compuesta por tres grandes grupos

de habilidades: para la elección, para la obtención y para el mantenimiento de un

empleo. Cada grupo de habilidades consta de unos requisitos o sub-habilidades

que se constituyen como los pilares de la investigación. Una vez definido el

concepto de madurez vocacional y sus componentes se ofrece a continuación

una panorámica de las teorías que han explicado el proceso del desarrollo

vocacional. Este abordaje se hará enfatizando en los marcos explicativos dirigidos

a determinar cómo se alcanza la madurez vocacional.

2.2.2. Perspectivas y modelos explicativos de la madurez vocacional Son cuatro las corrientes teóricas principales desde las que se ha explicado

lo vocacional: la tipológica, la evolutiva, la cognitivo-conductual y la ecológica.

Tales perspectivas teóricas han sustentado la intervención educativa y han

orientado la investigación en el campo vocacional.

2.2.2.1. La Perspectiva Tipológica: centrada en el enfoque del rasgo, parte

de la existencia de unas características personales estables y cuantificables y

busca ajustar los atributos individuales a las exigencias del entorno laboral. Las

teorías de esta corriente explicativa se basan en el modelo de orientación

vocacional de Frank Parsons (1909), quien en su obra Choosing a Vocation fue la

primera persona en evidenciar interés científico y académico hacia el desarrollo

vocacional. Parsons identificó tres pasos para una óptima elección ocupacional

consistentes en: a) la adquisición de un claro conocimiento de los propios

57

intereses, aptitudes y habilidades, b) la obtención del conocimiento de la variedad

de ocupaciones disponibles, y c) la aplicación del razonamiento crítico sobre tales

conocimientos.

La clave de esta perspectiva radica en que los miembros de un grupo

ocupacional tendrán características de personalidad similares y seleccionarán

ambientes compatibles con esas cualidades. Además para lograr óptimos

resultados para el individuo y para la organización debe existir una congruencia

entre las características individuales y las demandas, requerimientos y

recompensas del entorno laboral.

Los postulados de la perspectiva tipológica se dirigen a un momento puntual

del desarrollo vocacional como es el de la elección. Desde este modelo han

surgido diversas teorías siendo las más representativas y difundidas la teoría

tipológica de John Holland y la teoría de Minnesota de ajuste al trabajo. En primer

lugar la teoría de la elección vocacional de Holland sugiere que existen seis tipos

de personalidad: realista, intelectual, artística, social, emprendedora y

convencional (Holland, 1975). Según este autor las ocupaciones representan un

modo de vida más que una serie de funciones o habilidades laborales aisladas,

por lo que es posible relacionar seis clases de ambientes laborales con los seis

tipos de personalidad antes mencionados.

Holland (1975) afirma que las personas tienden a buscar ambientes acordes

con sus rasgos de personalidad y que la satisfacción, la estabilidad y el logro

vocacional dependen de la congruencia entre la personalidad y el entorno laboral.

Conforme al modelo Parsoniano, Holland atribuye al conocimiento de sí mismo y

del mundo del trabajo la adecuación de las decisiones vocacionales. Las personas

vocacionalmente maduras son aquéllas que tienen perfiles consistentes y bien

diferenciados, lo que les lleva a realizar elecciones congruentes (Holland, 1973).

58

Los tres constructos centrales de la teoría de Holland son la congruencia, la

diferenciación y la consistencia. La congruencia se refiere al grado de relación

entre la personalidad individual y las características del entorno ocupacional

elegido. La diferenciación alude al grado en que un individuo tiende hacia un tipo

de personalidad excluyendo los otros. Por último, la consistencia es la medida en

que la tendencia de una persona hacia determinados tipos de personalidad le

conduce a patrones compatibles de intereses.

Esta teoría ha sido criticada por su carácter estático y por centrarse en la

personalidad excluyendo otras características individuales tales como el género o

la raza así como factores externos. Por su parte Goldberg (1992), señala que su

aplicabilidad se restringe a personas con altos logros académicos y elevado nivel

educativo. Estudios como el de Ohler y Levinson (1996; reportados por Gibson y

Mitchell, 2001), no han encontrado relación significativa entre los constructos

planteados por Holland y la madurez vocacional de alumnos universitarios con y

sin discapacidades en el aprendizaje. Pese a estas críticas, los postulados de

Holland han sido y continúan siendo referencia importante para la construcción de

instrumentos y el desarrollo de investigaciones en los campos de la elección

ocupacional y la satisfacción laboral

Por su parte, La teoría de Minnesota de ajuste laboral surge del trabajo

realizado por un grupo de investigadores que sistematizaron los principios de la

corriente tipológica en instrumentos de evaluación y modelos de orientación

vocacional. Son autores representativos de los inicios de esta corriente Darley,

Bingham, Patterson, Viteles y Williamson (Rivas, 2008).

Los supuestos teóricos principales se pueden resumir en cuatro puntos: las

personas necesitan ayuda vocacional, la ayuda va dirigida a la auto-comprensión y

a la auto-dirección, en el proceso se requieren medidas objetivas de las

características individuales y, la eficiencia profesional se basa en la comparación

del individuo con la profesión (Williamson, 1965; citado por Rivas, 2008). Esta

59

teoría señala que la personalidad laboral está compuesta por una estructura y un

estilo. La estructura de la personalidad laboral incluye las habilidades y los valores

individuales y el estilo define la forma de interacción de la persona con el ambiente

de trabajo.

Son seguidores de esta corriente Lofquist y Dawis quienes hacia 1972

postulaban la teoría de ajuste laboral centrada en personas que adquieren una

discapacidad a mitad de su carrera. De acuerdo con estos autores, el ajuste

vocacional está determinado por la concordancia entre las necesidades del

trabajador, las competencias personales, los reforzadores y demandas del trabajo

(Lofquist y Dawis, 1969; citados por Rivas, 2008). Desde esta perspectiva, las

necesidades y competencias individuales en personas que adquieren una

discapacidad se ven alteradas, lo que ocasiona un desajuste entre la persona y el

trabajo.

En general la principal crítica que han recibido las teorías de corte tipológico

es, en palabras de Rivas (2008), su excesivo instrumentalismo psicométrico y su

directividad. Además, al basarse en los rasgos de personalidad como principales

determinantes de la elección ocupacional y en el ajuste laboral no toman en

consideración la influencia de variables externas y contextuales diferentes a las

laborales.

2.2.2.2. La Perspectiva Psicodinámica: otra aproximación teórica que ha

explicado el desarrollo vocacional en lo relativo a la elección ocupacional es la

perspectiva psicodinámica. Sus raíces se sustentan en el psicoanálisis y en

conceptos como la satisfacción de necesidades básicas. Coherentemente con

esta corriente, se atribuye a la influencia temprana del entorno familiar la

formación de ciertas preferencias ocupacionales. Dentro de esta perspectiva

destaca la figura de Anne Roe quien en su teoría de la personalidad y tipología de

las carreras parte del emparejamiento entre las necesidades e intereses de la

persona con los diferentes trabajos.

60

Roe (1957; citada por Rivas, 2008), expone que variables como las

experiencias de la niñez y las actitudes paternas tienen una relación directa con la

elección vocacional. Esta autora señala que la orientación hacia una ocupación

está determinada por la socialización temprana con los padres, que genera una

tendencia a satisfacer necesidades de interacción específicas. Por ejemplo, las

personas cuyos progenitores han manifestado una actitud de aceptación se

inclinarán hacia ocupaciones que implican contacto con los demás. Por su parte

quienes en su niñez han percibido actitudes de evitación o negación optarán por

ocupaciones de carácter científico y técnico.

En el campo empírico son escasos los estudios que hayan probado los

supuestos de la teoría de Roe. Es así como Goldberg (1992; citado por Rivas,

2008), cuestiona su aplicabilidad dado que no se tienen en cuenta factores como

las experiencias escolares o la presencia de una discapacidad. Además, se

cuestiona que las experiencias de la infancia sean los principales determinantes

de la elección vocacional.

2.2.2.3. La Perspectiva Evolutiva: Los teóricos de esta corriente se basan

en la psicología del desarrollo y la teoría del auto-concepto aplicadas a lo largo del

ciclo vital. A juicio de Rivas (2008), el punto clave de este enfoque es la dimensión

temporal de la conducta vocacional. Así, existen etapas sucesivas que se

remontan a la infancia, transcurren a lo largo de la adolescencia y culminan en la

madurez. La corriente evolutiva defiende la existencia de tres etapas vocacionales

generales: la concienciación, la exploración y la experimentación. Dentro de esta

perspectiva diacrónica destacan las aportaciones de Ginzberg y cols. (1951) y

Donald Super (1977, 1979, 1992, 1997, 2004, 2008).

Una de las primeras teorías de corte evolutivo fue la desarrollada por

Ginzberg y cols., en 1951, la cual se centraba en la elección vocacional. En su

obra Occupational Choice defendían que la elección ocupacional no es una

61

decisión puntual sino un proceso que se desarrolla en tres periodos: el de fantasía

(desde el nacimiento hasta los 11 años), el tentativo (entre los 11 y los 17 años) y

el realista (a partir de los 18 años). Tres elementos caracterizaban la teoría

vocacional propuesta por Ginzberg y su equipo: 1) el carácter procesual-evolutivo

de la elección ocupacional, 2) la irreversibilidad del proceso, y 3) el compromiso

personal con la elección.

Figura 1 Etapas del Desarrollo Vocacional

Ginzberg y cols. 1951

Fuente: Rivas (2008)

En esta primera versión la teoría reducía el desarrollo vocacional a los

primeros 20 años de vida. Consideraba además que las decisiones tomadas por

un individuo tenían un impacto irreversible en etapas posteriores y desconocía el

influjo social en el proceso. Hacia 1972 Ginzberg reformuló esta teoría

manteniendo las etapas de desarrollo inicialmente propuestas. En su segunda

versión reconoce que el proceso vocacional es abierto y se da a lo largo de la

vida; revalúa el carácter irreversible de las elecciones ocupacionales y reconoce

62

que factores externos como la educación, el mundo laboral y la familia influyen

sobre el proceso de elección.

Las propuestas de Ginzberg a juicio de Rivas (2008), dieron paso a

modelos más estructurados como el planteado por Donald Super quien desde

mediados de los cincuenta hasta la actualidad ha sido el más difundido y

aceptado. Para Super, (1957) el desarrollo de la carrera es un proceso continuo

que evoluciona hacia unos resultados específicos y se centra en tres elementos

principales: las etapas de desarrollo de la carrera, la madurez vocacional y la

transferencia del auto-concepto al auto-concepto laboral. A continuación

abordaremos las etapas de desarrollo vocacional y el concepto de sí mismo, dado

que la madurez vocacional ya ha sido tratada en el apartado anterior.

Super (1977, 1992, 2008), plantea que el desarrollo vocacional se enmarca

dentro de cinco etapas que coinciden con las edades de desarrollo humano. La

etapa inicial, denominada Crecimiento, se extiende desde el nacimiento hasta los

12- 14 años de edad. Durante este período las ocupaciones no son un aspecto

central, es más, no son descubiertas de manera consciente sino que de modo

instintivo el niño explora el mundo circundante mientras adquiere información y los

adultos le suministran roles modelo. Es en esta primera fase cuando se empieza a

desarrollar el concepto de sí mismo y la auto-estima, se identifican las propias

capacidades y limitaciones y se consolidan los intereses a partir de experiencias

satisfactorias.

63

Figura 2 Etapas del Desarrollo Vocacional

Donald Super

Fuente: Super (1986; citado por Rivas, 2008).

La segunda etapa, conocida como Exploración, abarca de los 14 a los 25

años. Según Super (1992) la exploración continúa de manera sistemática o

espontánea y es estimulada por figuras de referencia para el adolescente como

son sus padres o familiares. Inicialmente se da una exploración amplia y abierta

que se va centrando en alternativas cada vez más específicas. Es en este período

cuando se suelen vivir las primeras experiencias en algunos campos

ocupacionales.

Dado que las primeras alternativas elegidas pueden generar insatisfacción

ocurren los conocidos cambios direccionales de carrera. Durante la etapa de

exploración se clarifican las oportunidades ocupacionales, los jóvenes realizan

64

elecciones vocacionales tentativas, se prueban a sí mismos, discuten,

experimentan y contemplan posibles roles de vida.

La tercera etapa, de Establecimiento, está caracterizada por la consolidación

y el avance y coincide con la edad adulta joven (25 a 45 años). En este periodo se

pueden experimentar cambios de trabajo en busca de un mejor estatus

socioeconómico y un mayor nivel educativo y ocupacional. También en esta etapa

se da una tendencia a la especialización y surge el interés por adquirir la

formación necesaria para avanzar en una dirección preconcebida. Super (1992)

subraya que la progresión durante la fase de establecimiento está determinada por

factores socio-económicos y políticos propios del entorno donde la persona se

desenvuelve.

Un cuarto periodo, conocido como etapa de Mantenimiento, ocurre entre los

45 y los 65 años aproximadamente y se centra en conservar el puesto de trabajo

y consolidar la posición lograda en el mundo laboral. Puede implicar la

competencia con personas jóvenes cuya formación sea más actualizada además

de la necesidad de dar respuesta a las demandas cambiantes del mercado

laboral.

Finalmente la etapa de Declive, a partir de los 65 años, comprende la

desaceleración, el plan de jubilación y la vida como jubilado. Las características de

esta fase van a depender de la ocupación que la persona haya desempeñado a lo

largo de su vida (Super, 1992).

Desde la perspectiva evolutiva de Super, resulta de vital importancia el

hecho de que a lo largo de las cinco etapas se van presentando tareas de

desarrollo vocacional que implican la solución de ciertas dificultades y que

imponen retos comunes a las personas que se enfrentan a idénticos momento.

65

2.3.2.4. La Perspectiva Cognitivo-Conductual: esta perspectiva asume los

postulados de las corrientes conductista y cognitiva y los sintetiza en los procesos

de análisis funcional y modificación de la conducta (Rivas, 2008). Se basa en los

principios de solución de problemas, procesos de aprendizaje y en la influencia del

ambiente en el proceso de elección y avance en el mundo ocupacional. Mientras

que desde el punto de vista tipológico y psicodinámico se defiende la existencia de

unos atributos estables, la perspectiva cognitivo-conductual defiende la posibilidad

de modificar las competencias y conductas del individuo.

Dentro de esta corriente destacan la teoría del aprendizaje social y la teoría

socio-cognitiva que parten de las aportaciones del aprendizaje social de Albert

Bandura y que contemplan la causalidad recíproca entre los atributos personales,

los factores ambientales y el comportamiento. La denominada teoría del

aprendizaje social para la toma de decisiones vocacionales fue planteada por

Krumboltz en 1979.

Asume como contexto el contenido y el proceso para la toma de decisiones

vocacionales y defiende que las creencias vocacionales acerca de sí mismo y del

mundo laboral son las encargadas de orientar el comportamiento. Cuando las

creencias vocacionales son precisas y constructivas, las acciones conducen al

logro de metas vocacionales, y cuando las creencias son inexactas o están

basadas en experiencias limitadas, el comportamiento interfiere con la

consecución de los objetivos trazados (Krumboltz, 1991; citado por Rivas, 2008).

Mitchell y Krumboltz (1990; citados por Rivas, 2008), sostienen que las

creencias vocacionales están influenciadas y se forman por la interacción de

cuatro factores: las características y habilidades innatas, las experiencias de

aprendizaje, los eventos y condiciones medioambientales y las habilidades de

aproximación a la tarea, que comprenden los valores, hábitos laborales y las

habilidades de afrontamiento.

66

La teoría de Krumboltz sugiere que las limitaciones en las experiencias de

aprendizaje inducen a la formación de apreciaciones inexactas acerca de sí mismo

y del mundo laboral y que estas afectan el desarrollo de las creencias

vocacionales y en última instancia distorsionan las elecciones vocacionales.

Aunque su teoría se dirige a las creencias vocacionales y a su influjo sobre las

elecciones vocacionales, incorpora elementos pertenecientes al proceso de

mantenimiento del puesto de trabajo, por ejemplo al destacar la importancia de los

hábitos y habilidades de afrontamiento a la hora de formar tales creencias.

Más recientemente la teoría del aprendizaje social ha generado nuevas

teorías como la de las oportunidades planeadas (planned happenstance theory),

consideradas por Mitchell, Levin y Krumboltz (1999; citados por Rivas, 2008), que

introduce habilidades como la curiosidad, la persistencia, la flexibilidad, el

optimismo y la toma de riesgos para que la persona convierta cualquier evento

experiencial en fuente de aprendizaje. A su vez se sigue acentuando el punto

clave de la aproximación cognitivo-conductual a lo vocacional: la modificación de

los intereses, creencias, valores y hábitos para alcanzar la realización personal en

el mundo laboral.

Aunque la aplicabilidad de la teoría del aprendizaje social ha sido

cuestionada en personas con inmadurez emocional, impulsividad, déficits

atencionales o dificultades en la toma de decisiones, sus fundamentos son

defendidos en publicaciones recientes acerca del desarrollo de la carrera que la

presentan como una teoría próspera en este campo del conocimiento.

Dentro de la perspectiva cognitivo-conductual la teoría socio-cognitiva del

desarrollo de la carrera desarrollada por Lent, Hackett y Brown (1996; citados por

Grañeras y Parras, 2008), destaca el peso de factores cognitivos (tales como las

creencias, las expectativas y las metas) en el proceso de desarrollo de los

intereses académicos y ocupacionales durante la elección de la carrera. Además

explica la variación individual del desempeño educacional y vocacional. De este

67

modo, aunque se centra en la elección vocacional va más allá de ésta abordando

el tema del comportamiento ocupacional en entornos educativos y laborales.

Para Lent y cols. (1996; citados por Grañeras y Parras, 2008), existen tres

variables socio-cognitivas responsables de regular el comportamiento: las

creencias de auto-eficacia, las expectativas de resultado y las metas personales,

que son a la vez los tres pilares de la teoría. Para Bandura (1999, p.21), “….la

auto-eficacia percibida se refiere a las creencias en las propias capacidades para

organizar y ejecutar los cursos de acción requeridos para manejar situaciones

futuras”; es decir, la convicción de que no puede ejecutar exitosamente el

comportamiento necesario para obtener ciertos resultados (Bandura, 1977). La

auto-eficacia surge y se modifica por cuatro fuentes de información: el desempeño

personal, el aprendizaje vicario, la persuasión social y las reacciones y estados

fisiológicos.

Por su parte las expectativas de resultado se refieren a la creencia de que un

comportamiento determinado lleva a ciertos resultados (Bandura, 1977); es decir,

las apreciaciones acerca de las consecuencias que se obtendrán tras una

conducta en particular. Las expectativas de resultado se originan a través de

experiencias de aprendizaje directo y vicario. Por último, las metas personales

aluden a la intención personal de involucrarse en cierta actividad o de conseguir

un resultado particular. Las metas ayudan a organizar, guiar y mantener un

comportamiento pese a la ausencia de refuerzo externo.

Lent y cols., (1996; citados por Grañeras y Parras, 2008), describen tres

procesos relativos al desarrollo vocacional: la formación de intereses

vocacionales, la elección ocupacional y el desempeño educativo/vocacional. En

primer lugar los intereses se gestan a través de la práctica de distintos tipos de

actividades y de la retroalimentación recibida durante la ejecución. Los individuos

desarrollan habilidades y establecen criterios personales de desempeño;

68

paralelamente forman un sentido de eficacia y desarrollan expectativas respecto a

la ejecución de cierto tipo de tareas.

De este modo se consolidan intereses por actividades en las que se detecta

competencia y se evitan tareas en las que se percibe una escasa cualificación y,

por ende, se esperan pobres resultados. Una vez consolidados los intereses en

un tipo de actividad se establecen metas y la práctica reiterada permite ir

revaluando la auto-eficacia, las expectativas de resultado y los intereses. La

teoría social cognitiva propone que las habilidades, más que determinar los

intereses, inciden sobre la auto-eficacia y sobre las expectativas y que estas dos

variables influencian los intereses. “De esta manera, los intereses son más una

realidad percibida que una realidad objetiva de la habilidad” (Lent y col., 1996, p.9;

citados por Grañeras y Parras, 2008).

En segundo lugar, el modelo de elección ocupacional planteado por Lent y

cols., (1996; citados por Grañeras y Parras, 2008), viene dado por la interacción

de factores de orden personal (género, etnia, salud) contextual (estatus socio-

económico) y experiencial (auto-eficacia y expectativas de resultado).

Para entender el desempeño ocupacional, la teoría social cognitiva se basa

en dos aspectos, el nivel de éxito alcanzado y la persistencia (reflejada en

variables como la estabilidad en el trabajo y la continuidad académica). El éxito y

la persistencia son influenciados por la habilidad, la auto-eficacia, las expectativas

de resultado y las metas de desempeño. La habilidad determina el desempeño de

dos maneras: de manera directa a través de su efecto sobre la auto-eficacia y de

manera indirecta al incidir sobre las expectativas de resultado. A su vez, la auto-

eficacia y las expectativas de resultado condicionan las metas que la persona

establece, y de este modo, una adecuada auto-eficacia y anticipación de los

resultados promueve metas oportunas que movilizan y sustentan el

comportamiento.

69

De esta manera se explica que personas con las mismas habilidades

alcancen diferentes resultados dependiendo del grado en que su auto-eficacia

permita desplegar o detenga el aprovechamiento de sus talentos. En palabras de

Lent y cols., (1996; citados por Grañeras y Parras, 2008):

"….cuando las personas subestiman en gran medida sus habilidades, establecen metas bajas, experimentan ansiedad, abandonan las actividades fácilmente y evitan retos que tendrían el potencial para asumir. Por el contrario quienes sobrevaloran sus habilidades intentan tareas que exceden sus capacidades reales, en las que fracasan y no obtienen los resultados esperados"(p.13).

La teoría socio-cognitiva se constituye como un amplio marco explicativo del

fenómeno vocacional. Existe suficiente evidencia empírica que sustenta sus

postulados y sus conceptos han sido retomados y validados por autores cuyo

interés es estudiar la toma de decisiones vocacionales e incrementar el desarrollo

vocacional en poblaciones con y sin discapacidad. Autores como Chartrand y

Rose (1996; citados por Grañeras y Parras, 2008, recomiendan ampliamente el

uso de esta teoría en poblaciones en riesgo de exclusión laboral.

2.3.2.5. La Perspectiva Ecológica:

La teoría del desarrollo vocacional se comenzó a encauzar, a principios de

los años ochenta, hacia perspectivas ecológicas que conceptúan el

comportamiento vocacional en función de variables individuales y ambientales.

Dentro de esta perspectiva sobresale el modelo del desarrollo de la carrera en el

ciclo vital “Life-Span Development Approach to career development” propuesto por

Vondracek, Lerner y Schulenberg en 1986. Para estos autores el desarrollo en su

más amplio sentido, surge de la fuerte interacción entre el organismo y el contexto,

entre lo hereditario y lo ambiental. Por tanto, el desarrollo vocacional es explicado

desde las relaciones persona-ambiente.

70

Las bases de esta propuesta explicativa radican en la teoría general de

sistemas, el modelo ecológico del desarrollo humano de Bronfenbrenner (1979) y

la perspectiva del ciclo vital “life-span”. Son dos los supuestos básicos de la

aproximación al desarrollo de la carrera desde el ciclo vital: 1) el desarrollo de un

rol vocacional es la expresión del desarrollo del individuo -a nivel de personalidad,

cognitivo, físico y social-, y 2) el desarrollo está influenciado por el contexto

familiar, escolar, social, comunitario y cultural (Vondracek y cols., 1986).

Vondracek y cols. (1986), proponen un modelo dinámico interactivo del

desarrollo de la carrera en el que se describen las relaciones persona-contexto en

las diferentes etapas y roles del ciclo vital (ver Figura 4). Su sentido diacrónico

contempla, aunque de manera tácita, el proceso de desarrollo vocacional en todas

sus tareas incluyendo las dirigidas a la elección, así como aquellas relativas a la

obtención y al mantenimiento del empleo.

Tras plantear este paradigma contextual, los autores destacan que:

“……..el desarrollo de un rol vocacional, y la progresión en la carrera, deben ser conceptuados como un rasgo del desarrollo de la persona que está influenciado por el desarrollo a nivel cognitivo, de la personalidad, físico y social. A la vez el desarrollo vocacional ejerce una influencia importante sobre estas áreas de desarrollo. Además los contextos familiar, escolar, laboral, que están en permanente cambio, inciden sobre el desarrollo vocacional y la persona con unas características propias afecta los contextos en los que se desempeña” (p.82).

García y Álvarez (1997), resumen los postulados de este enfoque como

sigue: 1) es imposible explicar el desarrollo vocacional sin manejar dos realidades:

el entorno/contexto/ambiente en que dicho desarrollo tiene lugar y el

organismo/persona/individuo que se desarrolla; 2) ambas realidades se

relacionan de forma interactiva con una posibilidad de transformación permanente;

3) el desarrollo es siempre un desarrollo contextual o contextualizado, 4) el

ambiente ofrece al sujeto oportunidades y recursos para su desarrollo que, para

71

poder ser aprovechados, han de ser percibidos como tales por la persona y, 5) el

desarrollo contextualizado exige transiciones ecológicas relativas al paso de unos

ambientes a otros y al cambio de roles. Tales transiciones exigen procesos de

acomodación del sujeto y del ambiente.

Las propuestas de Vondracek y cols. (1986) han tenido gran influencia en las

investigaciones dirigidas a estudiar la influencia de los contextos socio-culturales

sobre el desarrollo vocacional. Al probar la validez empírica del paradigma del

desarrollo contextual planteado por Vondracek y cols., Puffer (1999), recomienda

su utilización para analizar los factores contextuales que inciden sobre aspectos

como la identidad vocacional, el compromiso con la elección y la toma de

decisiones relativas a la carrera. En la misma línea Blustein (1997); afirma que

este es un marco teórico prometedor en el campo del desarrollo de la carrera.

Este modelo presenta una amplia visión de los factores que inciden sobre el

desarrollo de la carrera sin profundizar en la explicación de las tareas y procesos

que implica la progresión vocacional.

2.3.4. El modelo de Super, como soporte básico de esta investigación Desde la segunda mitad del siglo XX y superando a los modelos

individualistas aparecen los enfoques evolutivos que entienden el desarrollo

vocacional como la sucesión de períodos o fases a lo largo de la vida del individuo

y tienen como ideas comunes:

- El desarrollo vocacional es un proceso que se da a lo largo de la vida.

- Este desarrollo aumenta en función del avance global de la persona.

- Cada nivel alcanzado indica el grado de madurez vocacional en ese punto.

Donald Super (1957; citado por Super y Super, 2008), define el término

carrera como los diferentes papeles o posiciones que ocupa secuencialmente un

individuo. Algunos son de carácter fundamental como ser: estudiante, empleado,

72

pensionista u otros. Y de carácter complementario o alternativo: trabajar en el

hogar, ser miembro activo de la comunidad o simplemente tener un

comportamiento ocioso. Por otra parte el desarrollo vocacional lo concibe como la

sucesión de experiencias y decisiones a lo largo de la vida; es decir, está ligado al

desarrollo interno y global de la persona.

Propone una evolución de la vida como carrera que encierra una serie de

funciones (niño, estudiante, desocupado, ciudadano, trabajador, esposo, entre

otros que habitualmente se dan) en diferentes etapas de la existencia

(crecimiento, exploración, asentamiento, conservación y decadencia) y en distintos

contextos (la casa, los espacios educativos, la sociedad, el puesto de trabajo y el

hogar de jubilados). Sin embargo, no todas las personas cumplirán todas las

funciones, ni estarán en todos los escenarios, cada uno tendrá su propia

experiencia o extensión vital.

Super (1957; citado por Super y Super, 2008), acuñó varios conceptos para

explicar su modelo:

- El género de vida es la combinación y/o influencia entre las diferentes

funciones en un momento determinado (por ejemplo, trabajador-ciudadano-padre).

- El ciclo vital, o cómo se secuencian las funciones, así como cuándo

empiezan y terminan.

- La profundidad o implicación emocional en cada actuación y momento.

- La amplitud o el tiempo que ocupa a cada individuo las etapas

consideradas vitales.

73

Super elaboró en 1953 diez proposiciones, aumentadas a doce y

posteriormente a 14, que resumen de alguna manera sus posiciones en esta

cuestión (Super 1979):

1) Las personas difieren en sus habilidades, intereses y en su personalidad.

2) En virtud de estas características son aptas para un variado número de

ocupaciones.

3) Cada una de esas ocupaciones requiere un patrón típico de habilidades,

intereses y rasgos de personalidad, que permiten una amplia gama de

ocupaciones para cada individuo y una variedad de individuos para cada

ocupación.

4) Las competencias y las preferencias vocacionales, las situaciones en las

cuales la gente vive y trabaja así como el concepto que de sí mismo se tiene,

cambia con el tiempo y la experiencia. Esto hace que la adaptación y la toma de

decisiones sean un proceso continuo.

5) Este proceso se resume en una serie de periodos que se caracterizan por

el crecimiento, la exploración, el establecimiento y el retiro.

6) La naturaleza de los patrones de las carreras, esto es, el nivel ocupacional

de un trabajo, está determinada por el nivel socio-económico de los padres del

individuo, por la capacidad mental, por las características de la personalidad y por

las oportunidades a que cada persona esté expuesto.

7) El desarrollo en las etapas de la vida puede ser guiado para facilitar el

proceso de maduración de las habilidades e intereses, hacia la ayuda del

conocimiento de la realidad y al desarrollo del concepto de sí mismo.

74

8) El proceso de desarrollo vocacional es esencialmente el desarrollo del

concepto de sí mismo. Este concepto es el producto de la interacción de las

aptitudes, de la composición neural y endocrina, de la herencia, de las

oportunidades que se tengan en la vida y del nivel de aprobación manifestado por

superiores y compañeros en las tareas desempeñadas.

9) El compromiso entre el individuo y los factores sociales, entre el concepto

de sí mismo y la realidad, está presente en todos los papeles que el individuo

desempeñe.

10) La satisfacción en el trabajo y en la vida depende de la cantidad de

salidas adecuadas que el individuo encuentre para sus habilidades, intereses,

rasgos de personalidad y valores.

Para valorar la adecuación del desarrollo vocacional en cada uno de estos

periodos, más allá de la idea clásica del "ajuste vocacional" entendido como la

existencia de una opción vocacional idónea para cada sujeto, Super definió

inicialmente el concepto de madurez vocacional como la posición del sujeto en el

continuo del desarrollo vocacional que va desde la exploración de las posibilidades

hasta el periodo de declive profesional y que hoy día se entiende como "la

capacidad de manejar adecuadamente la información que se obtiene del propio

medio y la construcción de un concepto de sí mismo realista y ponderado con la

situación de que parte el adolescente" (Rocabert y otros, 1990).

Finalmente, según el mismo Super, la madurez vocacional, entendida como

madurez experiencial, precisa de los siguientes requisitos:

1) Planificación de la propia orientación vocacional.

2) Recursos movilizados para la exploración vocacional.

75

3) Información y toma de decisiones vocacionales.

4) Orientación a la realidad.

En su enfoque del ciclo vital o "life span" Super (1986; citado por Super y

Super, 2008), señala la existencia de cuatro grandes periodos evolutivos:

a) Periodo de crecimiento: hasta los 14 años.

b) Periodo de exploración: desde los 14 a 24 años.

- Etapa de tanteo: 15-17. En esta etapa el adolescente ya ha tenido

oportunidad de obtener, de su experiencia en el medio, información sobre las

posibilidades subjetivas de alcanzar lo que pretende, aunque carece de seguridad

en su propósito. El adolescente de estas edades busca información, pero sin

comprometerse aún seriamente con una opción.

Cuadro 1. Etapas y Tareas de Desarrollo Vocacional según Super

Etapa Tareas de Desarrollo Crecimiento Formación del auto-concepto

Constitución del concepto de trabajo Exploración Cristalizar, especificar e implementar una preferencia

ocupacional Establecimiento Establecimiento, consolidación y avance de la

ocupación elegida. Mantenimiento

Asegurar la posición alcanzada Actualización de la ocupación elegida.

Innovación en la ocupación seleccionada

Declive Reducción selectiva del ritmo y la cantidad de trabajo

Elaborar y seguir un plan de jubilación Asumir otros roles durante la jubilación

Fuente: sistematización de la investigadora

76

- Etapa de transición: 18-21. En estas edades se han tomado ya decisiones

impuestas por el sistema educativo, las presiones del entorno y la estructura

laboral que habrán de afectar a medio y largo plazo a su situación vocacional.

Igualmente empieza a ser más personal y matizada la valoración de las diferentes

actividades profesionales, produciéndose una identificación personal con, al

menos, una gran área vocacional.

- Etapa de ensayo: 22-24. Este tercer estadio o etapa supone el

enfrentamiento con la búsqueda del primer empleo o, en su caso, la decisión de

una mayor especialización en el área vocacional específica en donde el joven se

ha situado.

c) Periodo de afirmación: de los 24 a 44.

d) Periodo de mantenimiento: desde los 45 a la jubilación.

e) Periodo de declive: desde la jubilación.

Super elaboró en 1953 diez proposiciones, aumentadas a doce y

posteriormente a 14, que resumen de alguna manera sus posiciones en este

aspecto:

1) Las personas difieren en sus habilidades, intereses y en su personalidad.

2) En virtud de estas características son aptas para un variado número de

ocupaciones.

3) Cada una de esas ocupaciones requiere un patrón típico de habilidades,

intereses y rasgos de personalidad, que permiten una amplia gama de

ocupaciones para cada individuo y una variedad de individuos para cada

ocupación.

77

4) Las competencias y las preferencias vocacionales, las situaciones en las

cuales la gente vive y trabaja así como el concepto que de sí mismo se tiene,

cambia con el tiempo y la experiencia. Esto hace que la adaptación y la toma de

decisiones sean un proceso continuo.

5) Este proceso se resume en una serie de periodos que se caracterizan por

el crecimiento, la exploración, el establecimiento y el retiro.

6) La naturaleza de los patrones de las carreras, esto es, el nivel ocupacional

de un trabajo, está determinada por el nivel socio-económico de los padres del

individuo, por la capacidad mental, por las características de la personalidad y por

las oportunidades a que cada persona esté expuesto.

7) El desarrollo en las etapas de la vida puede ser guiado para facilitar el

proceso de maduración de las habilidades e intereses, hacia la ayuda del

conocimiento de la realidad y al desarrollo del concepto de sí mismo.

8) El proceso de desarrollo vocacional es esencialmente el desarrollo del

concepto de sí mismo. Este concepto es el producto de la interacción de las

aptitudes, de la composición neural y endocrina, de la herencia, de las

oportunidades que se tengan en la vida y del nivel de aprobación manifestado por

superiores y compañeros en las tareas desempeñadas.

9) El compromiso entre el individuo y los factores sociales, entre el concepto

de sí mismo y la realidad, está presente en todos los papeles que el individuo

desempeñe.

10) La satisfacción en el trabajo y en la vida depende de la cantidad de

salidas adecuadas que el individuo encuentre para sus habilidades, intereses,

rasgos de personalidad y valores.

78

Para Super (1979; citado por Super y Super, 2008), si bien siempre son

muchos los condicionantes, en lo que respecta a la toma de decisión que se hace

especialmente en los papeles de estudiante y trabajador, estos se multiplican. Son

la combinación de lo ambiental con lo personal.

Algunos condicionantes situacionales importantes asumidos por el citado

autor son:

- La posición social del sujeto, siendo el más destacado.

- Las posibilidades educativas del entorno cercano.

- La oferta-demanda del empleo.

- La remuneración salarial.

- El estado del mercado laboral general.

Entre los personales se encuentran de acuerdo con Super (1979; citado por

Super y Super, 2008):

- La madurez vocacional: La entiende como la relación entre el

comportamiento vocacional del individuo que presenta en un momento

determinado y la conducta vocacional que se espera de él. Si ambos conceptos

tienen coincidencias se produce mayor madurez vocacional y afecta a todas las

etapas de la vida de este. Rocabert (2005), lo interpreta como la información que

debe de tener la persona sobre el medio en que vive y un concepto de sí mismo

realista para hacer los ajustes oportunos.

- Inteligencia: es la capacidad de razonamiento y se reparte entre las

diferentes aptitudes (verbales, numéricas y otras), siendo estas las que

condicionan el nivel vocacional.

- Intereses: su influencia afecta a la tendencia del individuo hacia la

actividad.

79

- Valores: explican el porqué de los intereses. Si los valores son

intrínsecos se elegirán ocupaciones de mayor compromiso, por el contrario si

estos son extrínsecos este será menor.

- Necesidades: es fundamental para Super pues son impulsoras de la

actividad elegida y conducentes a producir satisfacción.

- Rasgos de personalidad: afectan poco la toma de decisión y más al cómo

se desempeña el individuo en la actividad.

- Concepto de sí mismo: lo considera como un sistema que es el resultado

de combinar todos los conceptos sobre sí que posee respecto de cada función que

desempeña. Es una meta condicionante que organiza la influencia que ejercen

todos los demás condicionantes en la toma de decisiones. Se desarrolla a lo largo

de la vida en dos sentidos: como auto diferenciador y como identificador.

No obstante, para valorar la adecuación del desarrollo vocacional en cada

uno de estos periodos, más allá de la idea clásica del "ajuste vocacional"

entendido como la existencia de una opción vocacional idónea para cada sujeto,

Super (1986; citado por Super y Super, 2008), definió inicialmente el concepto de

madurez vocacional como la posición del sujeto en el continuo del desarrollo

vocacional que va desde la exploración de las posibilidades hasta el periodo de

declive profesional y que hoy día se entiende como "la capacidad de manejar

adecuadamente la información que se obtiene del propio medio y la construcción

de un concepto de sí mismo realista y ponderado con la situación de que parte el

adolescente" Finalmente, según el mismo Super, la madurez vocacional,

entendida como madurez experiencial, precisa de los siguientes requisitos:

1) Planificación de la propia orientación vocacional.

2) Recursos movilizados para la exploración vocacional.

3) Información y toma de decisiones vocacionales.

80

4) Orientación a la realidad.

Así mismo, se considera que en la madurez vocacional intervienen tres tipos

de factores:

a) Actitudinales: aquellos que fomentan la sensibilización hacia el problema

vocacional, y buscan recursos que motiven al alumnado para plantearse su tarea

vocacional.

b) Cognitivos: se tratará del conocimiento, por una parte, del sistema

educativo –orientación académica-, con las distintas posibilidades que va abriendo

a medida que se circula por él, y por otro lado, del conocimiento del mundo socio

laboral – orientación profesional. En este sentido la tarea orientadora, no consiste

sólo en aportar información, sino en capacitar al alumnado de las habilidades

precisas para que pueda buscar información por su cuenta.

c) Relacionadas con la decisión: la motivación y la información terminan en el

acto de decisión. El sujeto ha de poner en juego el conocimiento de sí mismo y el

conocimiento del sistema educativo o del sistema profesional. Se mezclan aquí

aspectos cognitivos, actitudinales y afectivos. El principio que ha de regir este

momento decisorio es el del realismo y la consistencia: realismo en la valoración

de las propias posibilidades, realismo en el conocimiento del medio, y consistencia

de la decisión para no ser abandonada a la primera dificultad.

Hay que tener en cuenta que estos tres factores se insertan en un

determinado contexto familiar y social que condiciona el tipo de decisión, por lo

tanto habrá que contar con él en cualquier programa de intervención. Definido el

fomento de la madurez vocacional como el gran objetivo de la orientación

vocacional, los tres ámbitos concretos de actuación son los siguientes:

81

- El auto concepto: Sin un conocimiento realista de uno mismo y de sus

posibilidades es imposible la madurez vocacional. Ayudar al sujeto a descubrir sus

aptitudes, sus intereses y sus valores es ayudarlo a madurar vocacionalmente.

- El conocimiento del sistema educativo y del mundo ocupacional.

- El aprendizaje de la toma de decisiones. Las teorías evolutivas de la

orientación vocacional nos han enseñado, como ya se ha visto, que la elección

vocacional no es fruto de un momento, sino que pasa por varias fases, en gran

parte coincidentes con las etapas de la psicología evolutiva. Interesa destacar

cuatro fases, las centrales de la elección vocacional, a saber.

1. Exploración: El alumnado recoge información sobre las múltiples

posibilidades que el medio socio profesional le ofrece poniéndose en situación de

tener que elegir entre ellas.

2. Cristalización: El sujeto se hace una idea general de su elección

vocacional. Elige un campo profesional o de estudios superiores, en función de su

preferencia por un determinado campo de intereses. En función de este campo

seleccionado comenzará a hacer elecciones y a tomar decisiones intermedias que

le permitirán conseguir el nivel de formación necesario.

3. Especificación: En este momento el sujeto selecciona una meta o una

profesión concreta. Ello supone que ha explorado posibilidades, ha contratado el

conocimiento de sí mismo con el conocimiento del medio, ha jerarquizado

posibilidades, evaluado sus capacidades, examinado las posibilidades que su

entorno familiar y social le ofrecen..., y elige entre distintas alternativas la que

espera sea su opción vocacional.

4. Realización: En esta fase el sujeto comienza a poner en práctica su

decisión. Es el final del proceso y el comienzo, a su vez, de un nuevo proceso de

82

acomodación y revisión. Supone la capacidad de revisar toda la secuencia por la

que ha ido pasando, la capacidad de anticiparse a las dificultades y de proteger la

decisión tomada. También la de formular elecciones de recambio, si la elegida no

pudiera ser llevada a cabo.

Debe indicarse además que, el desarrollo o evolución profesional se puede

considerar como un aspecto del desarrollo general del ser humano. Al igual que el

desarrollo emocional, social o intelectual presenta características que lo

diferencian, así como características comunes que lo hacen parte del proceso de

evolución general del individuo. En este sentido, para Super (1962, p. 250; citado

por Super y Super, 2008):

“…la evolución profesional se puede concebir como algo que comienza muy pronto en la vida del individuo y prosigue, ajustándose a una curva, hasta muy tarde”.

Se deduce del anterior planteamiento que, el significado común de

madurez está asociado al completo desarrollo o condiciones óptimas. La persona

madura es la que demuestra juicio y prudencia al gobernarse, la que ha alcanzado

equilibrio emocional y sensatez.

De igual manera, el concepto de evolución o desarrollo profesional

conduce a la idea de madurez vocacional. Es decir, es producto de los avances

que se dan a lo largo de un continuo y que puede establecerse a través de etapas.

Así que, para entender por qué un individuo escogió la carrera adecuada, lo ideal

no es estudiar una etapa de su vida, la adolescencia, por ejemplo. Para

comprender el por qué de esa elección, es necesario entender todo el ciclo vital de

la persona ya que la herencia, la maduración y los factores ambientales influyen

en la configuración de la madurez vocacional.

Se hace necesario referir que, el estudio del desarrollo de la vida humana de

acuerdo con Osipow (1976, p. 147), llevó a Super en 1962, a determinar y

83

elaborar un concepto de madurez vocacional, basado en “….el nivel de desarrollo

de un individuo con respecto a los asuntos de su carrera”. En palabras de Super

(1962, p. 251; citado por Super y Super, 2008), se asume que:

……el concepto de madurez profesional se suele usar para describir el grado de desarrollo, es decir, la posición alcanzada dentro del continuo de evolución profesional que se inicia en la etapa de exploración y termina en la decadencia... Se puede interpretar como edad profesional del individuo.

Ahora bien, la etapa de la vida profesional en que se encuentra el

individuo no siempre coincide con su edad cronológica; en vista de ello se

introdujo el concepto de cociente de madurez vocacional, definido como la razón

existente entre la madurez profesional y la edad cronológica. El concepto sirve

para diferenciar dos aspectos importantes; por una parte, el comportamiento

enfocado en función de la edad y por la otra, la posición del individuo dentro de la

escala comportamental de desarrollo.

El primer aspecto está representado por las conductas típicas de las

personas que se encuentran en una misma etapa de la vida, que podría resumirse

como edad vocacional y que podría ser análoga con la edad mental. El segundo

aspecto, más específico, se fundamenta en las tareas evolutivas, no en la edad.

Para Busot, (1995, p. 204),

“….se determina el grado de desarrollo vocacional por la forma que la persona sabe manejar las tareas, al compararla con otras personas que bregan con tareas similares”.

En la práctica ambos aspectos convergen, pues el sujeto “normal” demuestra

un desarrollo y realiza tareas apropiadas a la edad y etapa de la vida. Sin

embargo, se da el caso de sujetos con conductas típicas de personas menores

que ejecutan bien las tareas o, el caso de sujetos con conductas de personas

mayores en edad, pero que no ejecutan en forma adecuada las tareas.

84

En torno a lo expuesto, alcanzar madurez vocacional es producto de etapas

secuenciales. Super citado por Busot, (1995, pp. 212-213), presentó cinco etapas

que él llamó “dimensiones”; la primera presentación de ellas la realizó en 1962 y,

la definitiva data de 1983. A continuación se mencionan:

a) Planificación: Para que esta dimensión pueda darse el sujeto necesita

autonomía de comportamiento (aceptación de responsabilidades), perspectivas de

tiempo (reflexión del pasado y anticipación del futuro) y, autoestima, esencial para

la autonomía y la anticipación del futuro.

b) Exploración: Se refiere a indagar sobre uno mismo y el mundo que lo

rodea; qué roles debe cumplir, conocer sobre la familia, escuela, amigos,

instituciones, organizaciones, y demás, conocer también de los recursos de que

dispone y qué participación o uso tiene de esos recursos.

c) Información: Es el conocimiento sobre el campo laboral características,

oferta de trabajo, tasa de desempleo; etapas de la vida, sus tareas y cómo

enfrentarse a ellas; intereses, valores y aptitudes y como canalizarlos y, las

ocupaciones.

d) Toma de decisiones: Se refiere a la habilidad de aplicar el proceso

decisorio y cómo hacerlo a los problemas vocacionales.

e) Orientación realista: Es la confluencia del conocimiento de sí mismo,

las percepciones personales y situacionales, consistencia de las preferencias

vocacionales, cristalización del auto concepto, de las metas y la estabilización de

los roles de vida.

Otro importante aporte realizado por Donald Super es el “concepto

arquitectónico de la carrera”, según el cual define los determinantes de la carrera

utilizando el símil de una puerta que mantiene su estructura gracias a las fuerzas e

interacción de varios elementos constitutivos (Ver Figura 3). Para Super (1992) la

85

carrera tiene una base biológica y geográfica sobre la cual se gesta el desarrollo

de toda persona. En el pilar izquierdo se encuentran las aptitudes y rasgos que

contribuyen a la formación de la personalidad. En la columna derecha están las

variables ambientales que determinan las políticas sociales y las prácticas en

materia de empleo.

El arco es el producto de la de la interacción de las variables personales y

sociales. En el centro del arco se encuentra la persona quien en su interacción con

el ambiente desarrolla auto-conceptos al desempeñar diferentes roles (estudiante,

trabajador, ciudadano, entre otras) a lo largo de las etapas de desarrollo (niñez,

adolescencia, edad adulta y senectud).

Al referirse al concepto de sí mismo Super (1992) afirma que no existe un

sólo auto-concepto sino que las personas tienen tantos conceptos de sí mismo

como roles desempeñan (Super 1992): De acuerdo con este autor para que la

persona desarrolle un auto-concepto vocacional existen dos requisitos. En primera

instancia debe adquirir una identidad propia al reconocerse como individuo,

detectar sus similitudes y diferencias con los demás.

Además debe suceder un proceso de identificación con adultos o con grupos

que suministren criterios para optar por ciertas decisiones (Super, 1979). Según

Super un concepto de sí mismo claro, realista y armónico se traducirá en

preferencias ocupacionales que conduzcan a elecciones adecuadas; el individuo

toma decisiones vocacionales en función de la situación y de cómo se perciba a sí

mismo y se procura encontrar la profesión que mejor incorpore o encaje con su

propio auto concepto (Rivas, 2008)

86

Figura 3

El arco de los determinantes de la carrera

Fuente: Super (1998.p.31

87

A diferencia de las anteriores teorías, esta es la primera interpretación de lo

vocacional que va más allá de la elección ocupacional dedicándose a los procesos

de obtención, mantenimiento y retiro del puesto de trabajo. Las principales críticas

que ha recibido la teoría de Super apuntan en dos direcciones. En primer lugar se

le atribuye una escasa atención a factores de índole socio-económico. En segundo

lugar se critica la estricta cronología asignada a cada etapa. Los hallazgos de

algunos autores han desvelado que a lo largo del ciclo vital la exploración, el

establecimiento y el mantenimiento pueden ocurrir en diferentes edades al pasar

por diferentes momentos y experiencias.

En respuesta a estas críticas el propio Super plantea, en sus trabajos más

recientes, que “las “etapas” y “subetapas” constituyen grupos de intereses y

tareas similares, que no tienen límites rígidos de edad. Así la exploración acaecida

a los 18 años, a los 35, a los 45 y a los 65 o a los 70 tiene un contenido diferente,

pero el proceso psicológico y el fenómeno social es básicamente el mismo.”

(Super, 1992 p. 60).

En la última década varios investigadores han tomado como punto de

partida los postulados de Super en los campos del consejo escolar, la orientación

profesional y para estudiar eventos como los cambios de carrera y la

transculturalidad de lo vocacional. Autores como Larry (1997; citado por Super y

Super, 2008), sugieren que Donald Super ha dejado abierto un gran campo de

acción y de investigación en el desarrollo vocacional.

Expertos coinciden en afirmar que las teorías pioneras del desarrollo

vocacional, como es el caso de la teoría de Super, tienen valor en la medida que

ayudan a entender patrones normativos de desarrollo vocacional. Hay quienes

defienden su aplicabilidad en el contexto de personas con discapacidad dado que

posibilita detectar el impacto de la condición discapacitante sobre el auto-concepto

y por ende sobre el desarrollo vocacional. A juicio de Rivas (2008), la teoría de

Super proporciona una visión integradora fruto de la combinación de variables

88

personales y situacionales en la que los roles y el auto-concepto juegan un papel

central; en consecuencia niega el determinismo que asigna ocupaciones concretas

a cierto tipo de personas.

2.3.5. Actitudes y comportamientos importantes en el desarrollo de las tareas vocacionales.

Para explicar aún más el proceso del desarrollo vocacional, Super (1963), se

extendió al análisis dé las etapas de la vida desde el punto de vista de la conducta

vocacional. Propuso la idea de que cada una de las dos etapas básicas en los

periodos vocacionalmente significativos tiene varias fases. Así, la etapa

exploratoria está compuesta por la fase tentativa, por la fase de transición y

finalmente por la fase de ensayo sin compromiso. A estas fases le sigue la etapa

del establecimiento, la cual está formada por la fase de ensayo comprometido y la

fase avanzada de decisión.

Estas etapas y fases no son exactamente las mismas que propuso Ginzberg,

aun cuando tienen una correspondencia general con ellas. Los nombres de las

etapas y fases sugieren la naturaleza de la preocupación vocacional en cada una

de ellas. Se inician con las interrogaciones y pruebas tentativas de la niñez tardía,

las cuales se vuelven muy fuertes al iniciarse la adolescencia, cuando aumenta la

importancia de tomar decisiones, y finalmente llevan a una decisión vocacional o

educacional preliminar. Estas decisiones son, a su turno, evaluadas para

modificarlas o cristalizarlas y guían hacia un estado maduro de elaboración y

embellecimiento del comportamiento vocacional.

El proceso ocurre a través de cinco actividades que Super ha denominado

tareas del desarrollo. La primera de ellas es la cristalización de una preferencia

vocacional, lo cual requiere que el individuo piense acerca de cuál es el trabajo

más apropiado para él. También requiere del desarrollo del concepto de si mismo

y del autoconcepto ocupacional, lo que le permite tomar decisiones educativas que

89

estén de acuerdo con la elección vocacional tentativa. Aun cuando la tarea de

cristalización puede ocurrir a cualquier edad, como sucede con todas las tareas

del desarrollo vocacional, lo más común es que se presente entre los 14 y los 18

años.

En la lista que a continuación se presenta, aparece el resumen de las

aptitudes y comportamientos que son necesarios para llegar a la cristalización de

un patrón vocacional. Estos requisitos reflejan la necesidad de que el individuo

haga explícito su plan, aprenda a identificar las variables pertinentes, aprenda a

recabar datos sobre esas variables importantes, y a interpretar esa información de

tal forma que el plan pase a la siguiente etapa de evaluación e implementación:

1. Cristalización (14 -18 años) a) Conciencia de la necesidad de cristalización.

b) Utilización de los recursos.

c) Conciencia de los factores importantes a considerar.

d) Conciencia de las contingencias que pueden afectar el logro de los

objetivos.

e) Diferenciación de los intereses y valores.

f) Conciencia de las relaciones presentes y futuras.

g) Formulación de una preferencia generalizada.

h) Consistencia en la preferencia.

i) Posesión de información concerniente a la ocupación preferida.

j) Planeación de la ocupación preferida.

k) Prudencia en la preferencia vocacional.

2. Especificación (18-21 años) a) Conciencia de la necesidad de especificación.

b) Empleo de los recursos en la especificación.

c) Conciencia de los factores importantes a considerar.

d) Conciencia de las contingencias que pueden afectar el logro de las metas.

90

e) Diferenciación de intereses y valores.

f) Conciencia de las relaciones presente-futuro.

g) Especificación de una preferencia vocacional.

h) Consistencia en la preferencia.

i) Posesión de información concerniente a la ocupación preferida.

j) Planeación de la ocupación preferida.

k) Prudencia en la preferencia vocacional.

l) Confianza en la preferencia especificada.

3. Implementación (21-24 años) a) Conciencia de la necesidad de implementar la preferencia.

b) Planeación de la implementación de la preferencia.

c) Ejecución de los planes para ingresar.

d) Obtención de un trabajo inicial.

4. Estabilización (25-35 años) a) Conciencia de la necesidad de estabilizarse.

b) Planeación de la estabilización.

c) Calificar para el desempeño de un trabajo estable o aceptación dé la

inestabilidad.

d) Obtención de un trabajo estable y regular o aceptación dé la inestabilidad.

5. Consolidación (35 años y más)

a) Conciencia de la necesidad de consolidación y avance.

b) Posesión de información de la forma cómo consolidarse y avanzar.

c) Planeación de la consolidación y el avance.

d) Ejecución de los planes de consolidación y avance.

A manera de síntesis de todos estos planteamientos pudiera indicarse que, la

conducta vocacional está ligada y se desarrolla desde el sistema escolar, pero no

se reduce o circunscribe a esas etapas de formación básica. Ciertamente es en la

adolescencia donde se concentran y acentúan las tomas de decisiones

91

vocacionales y donde el desarrollo toma rumbos más consistentes, pero el

asesoramiento se perfila como una ayuda técnica a la que el sujeto puede acudir a

lo largo de su vida productiva y laboral.

3. Sistematización de la Variable en estudio

Definición nominal: Madurez Vocacional

Definición Conceptual: Disposición del individuo para hacer frente a las

tareas vocacionales o al desarrollo de la carrera durante una etapa particular de la

vida. Esta habilidad se evalúa comparándose con otros individuos que se están

enfrentando a las mismas tareas en el mismo período vital. (Super y Super, 2008).

Definición Operacional: Respuestas dadas por los estudiantes de cuarto

año de educación media general del Liceo Nacional Bolivariano “La Villa” en el

Inventario de Madurez Vocacional, desarrollado por Busot (1995), referido a

enfrentar las tareas necesarias para optar por el estudio de una carrera profesional

en una determinada etapa de su vida. El instrumento presenta las siguientes

dimensiones e indicadores expuestos en el respectivo cuadro de

operacionalización de la variable, mostrado a continuación:

4 Operacionalización de las variables

La operacionalización es el proceso de llevar una variable desde un nivel

abstracto a un plano más concreto, su función básica es precisar al máximo el

significado que se le otorga a una variable en un determinado estudio, también

debemos entender el proceso como una forma de explicar cómo se miden las

variables que se han seleccionado. Las variables deben ser descompuestas en

dimensiones y estas a su vez traducidas en indicadores que permitan la

observación directa y la medición.

92

Cuadro 2 Operacionalización de las variables

Objetivo General: Establecer la madurez vocacional de los estudiantes de cuarto año de Educación Media General del Liceo Nacional Bolivariano La Villa, ubicado en el Municipio Rosario de Perijá, del estado Zulia.

Objetivo específico Variable Dimensiones Indicadores

Autonomía

Perspectiva temporal

Describir la planificación en la escogencia de las opciones vocacionales-profesionales de los estudiantes de cuarto año de Educación Media General del Liceo Nacional Bolivariano La Villa, del estado Zulia.

Planificación

Autoestima

Indagación

Uso de recursos

Caracterizar la exploración de las opciones vocacionales-profesionales en los estudiantes de cuarto año de Educación Media General del Liceo Nacional Bolivariano La Villa, del estado Zulia.

Exploración

Participación

Mundo de trabajo Grupo

ocupacional

Describir la adquisición de información referida a las opciones vocacionales-profesionales de los estudiantes de cuarto año de Educación Media General del Liceo Nacional Bolivariano La Villa, del estado Zulia.

Información

Roles ocupacionales

Principios

Aplicaciones

Describir el proceso de toma de decisiones sobre las opciones vocacionales-profesionales en los estudiantes de cuarto año de Educación Media General del Liceo Nacional Bolivariano La Villa, del estado Zulia.

Toma de Decisiones

Estilo

AutoconocimientoRealismo ante

alternativas Consistencia de

preferencias Cristalización de

intereses

Determinar las características de la orientación realista en las opciones vocacionales-profesionales de los estudiantes de cuarto año de Educación Media General del Liceo Nacional Bolivariano La Villa, del estado Zulia.

Madurez Vocacional

Orientación Realista

Experiencia de trabajo

Fuente: Galeth (2012).

93

CAPITULO III

MARCO METODOLÓGICO

1. Tipo y nivel de investigación

Esta investigación se clasificó de tipo descriptivo y de campo, ya que su

propósito general estuvo enfocado a establecer la madurez vocacional, de los

estudiantes de cuarto año del Liceo Nacional Bolivariano La Villa, ubicado en el

Municipio Rosario de Perijá, del estado Zulia, determinando así los aspectos o

características que poseen en esta población de acuerdo a las variables,

confirmando los planteamientos de Hernández, Fernández y Baptista (2006),

quienes indican que los estudios descriptivos son aquellos que buscan especificar

las propiedades importantes de personas, grupos, comunidades o cualquier otro

fenómeno que sea sometido a análisis.

Por otra parte, esta investigación se orientó como un estudio de campo, ya

que la recolección de datos se ejecutó en la propia sede de la institución educativa

objeto de estudio, donde estaban presentes la población asumida para este

trabajo. Los estudios de campo son definidos por Sabino (2007), como aquellos

que recopilan datos primarios o de primera mano en el contexto natural de los

sujetos evaluados. Este tipo de investigación se apoya en informaciones que

provienen entre otras, de entrevistas, cuestionarios, encuestas y observaciones.

2. Diseño de la investigación

En este estudio se utilizó un diseño no experimental, puesto que los

intereses y la madurez vocacional, de los estudiantes de cuarto año del Liceo

Nacional Bolivariano La Villa, ubicado en el Municipio Rosario de Perijá, del estado

Zulia, se describieron sin intervenir en el comportamiento de estas variables. Para

Hernández, Fernández y Baptista (2006), los diseños no experimentales se

aplican cuando no se realiza manipulación de las variables, sino se asumen estas

94

tal como se presentan en el contexto donde tiene a cabo su expresión o

manifestación.

Dentro de los diseños de investigación no experimentales se trabajó con el

diseño transeccional-descriptivo. Para Hernández, Fernández y Baptista (2006),

en los estudios de tipo transeccional o transversal la unidad de análisis es

observada en un solo punto en el tiempo. Se utilizan en investigaciones con

objetivos de tipo exploratorio o descriptivo para el análisis de la interacción de las

variables en un tiempo específico. En este mismo aspecto para Arnau (1990), en

este tipo de estudio se describen las variables objeto de estudio en un momento

único, sin considerar sus condiciones precedentes o posteriores, puesto lo que

interesa al investigador es conocer sus características en el momento en el cual se

recogen los datos. En este estudio, se estudiaron ambas variables, en un

momento específico.

3. Sujetos de la Investigación

3.1. Población

Para Kerlinger y Lee (2002), la población se describe como el conjunto de

todos los objetos o elementos que se están considerando en un determinado

estudio y al cual estarán referidos los resultados obtenidos; de igual forma Sabino

(2005), la define como todo conjunto de elementos, finito o infinito, definido por

una o más características, de las que gozan todos los elementos que lo

componen, y sólo ellos. Para Tamayo y Tamayo (2008), constituye la totalidad de

un grupo de elementos u objetos que se quiere investigar, es el conjunto de todos

los casos que concuerdan con lo que se pretende investigar.

En atención a estas definiciones para efectos de este estudio se asumió

como población al conjunto de los 228 alumnos de las seis secciones de cuarto

Año, de Educación Media General, distribuidos de la siguiente manera:

95

Cuadro 3 Distribución de la Población de Estudiantes

Género Masculino Femenino Subtotal

Sección casos % casos % casos % Cuarto A 15 39.47 23 60.53 38 100.00Cuarto B 16 42.11 22 57.89 38 100.00Cuarto C 17 44.74 21 55.26 38 100.00Cuarto D 15 39.47 23 60.53 38 100.00Cuarto E 18 47.37 20 52.63 38 100.00Cuarto F 14 36.84 24 63.160 38 100.00

Total 95 41.67 133 58.33 228 100 Fuente: Departamento de Apoyo Docente del Liceo Nacional Bolivariano La Villa.

3.2. Muestreo

El muestreo es una herramienta de la investigación científica. Su función

básica es determinar que parte de una realidad en estudio (población o universo)

debe examinarse con la finalidad de hacer inferencias sobre dicha población. Dado

el número de casos (228 sujetos) que conforman la población a estudiar, se

decidió aplicar un muestreo. Según Kerlinger y Lee (2002), los métodos de

muestreo probabilísticos son aquellos basados en el principio de equiprobabilidad;

es decir, aquellos en los que todos los individuos tienen la misma probabilidad de

ser elegidos para formar parte de una muestra y, consiguientemente, todas las

posibles unidades de tamaño no tienen la misma probabilidad de ser elegidas.

Sólo estos métodos de muestreo probabilísticos aseguran la representatividad de

la muestra extraída y son, por tanto, los más recomendables.

Para el proceso de selección de los estudiantes se utilizó un muestreo

probabilístico; ya que cada persona (estudiante) o elemento del universo tiene

una posibilidad igual de ser seleccionado en la muestra. Para tal efecto, se calculó

su tamaño con la formula propuesta por Sierra Bravo (2007), para poblaciones

finitas menores de 100 mil casos cuya fórmula es:

96

N = 4 x N x p x q / e2(N - 1) + 4 x p x q

Donde:

n = Tamaño de la muestra.

4 = Una constante.

N = Tamaño de la población = 228.

p = Probabilidad de éxito = 50% = 0.5.

q = Probabilidad de fracaso = 50% = 0.5.

e2 = Cuadrado del error dispuesto a admitir = 10%. = 0.01

Al realizar la sustitución de datos se obtiene:

n = 228 X 4 X 0.5 X 0.5 /0.01 (228 – 1) + 4 X 0.5 X 0.5 =70

n = 70 estudiantes de Educación Media General del Liceo Nacional

Bolivariano La Villa, los cuales representan el 30.70% de la población y por lo

tanto, según los criterios de Sierra Bravo (2007), es una muestra significativa y

representativa.

3.3. Muestra

Una vez determinado el número de estudiantes a encuestar se procedió a

establecer cuántos de éstos deberían ser abordados por sección objeto de

estudio, para así garantizar la participación equitativa de todos y cada uno de

ellos. Para tal fin, se calcularon los componentes de estratificación utilizando la

formula de Schiffer (1986; citado por Chávez, 2007), la cual establece una

constante obtenida de la división del tamaño de la muestra entre el tamaño de la

población y que multiplicada por el tamaño de cada estrato va a determinar los

componentes de ésta en forma proporcional.

Aplicando la formula se tiene que: K = n/N; K = 70/280; K = 0.307; si el

muestreo se estratificó de manera correcta, el número de sujetos por estratos

97

deben ser parecidos o similares en la población y la muestra, tal como se observa

en el cuadro 8, presentado a continuación:

Cuadro 4 Conformación de la muestra

Población Muestra Estrato

Casos

%

Constante

Casos

% Cuarto Año “A” 38 16.66 12 16.66 Cuarto Año “B” 38 16.66 12 16.66 Cuarto Año“ C” 38 16.66 12 16.66 Cuarto Año “D” 38 16.66 12 16.66 Cuarto Año “E” 38 16.66 12 16.66 Cuarto Año “F” 38 16.66 12 16.66

Total 280 100.00%

K = n/N

K = 70/228 K = 0.307

72 100.00% Fuente: Cálculos de la investigadora.

Dado el ajuste que se debió realizar para cuadrar la data, la muestra final se

constituirá con 72 estudiantes, representando estos el 31.58% de su grupo de

referencia.

4. Técnicas de Recolección de Datos

Instrumento: Inventario de Madurez Vocacional.

Para efectos de este estudio se empleó un instrumento estandarizado

diseñado por Busot (1995), a partir de los supuestos desarrollados por Super

(1963). El mismo está conformado por 60 ítems a través de los cuales es posible

determinar el nivel de madurez vocacional en jóvenes estudiantes; dichos

reactivos fueron diseñados para medir cada una de las dimensiones de este

constructo (ver anexo A). La estructura de la escala propuesta por Busot (1995),

está conformada de la siguiente manera:

98

Cuadro 5 Estructura de la Escala

.

Dimensiones Ítems Saturación

I Planificación 1-6-11-16-21- 26 -31-36-41-46-51-56 20%

II Exploración 2-7-12-17-22-27-32-37-42-34-52 y 57 20%

III Información 3-8-13-18-23-28-33-38-43-48-53 y 58 20%

IV Toma de decisión 4-9-14-19-24-29-34-39-44-49-54 y 59

20%

V Orientación realista 5-10-15-20-25-30-35-40-45-50-55 y 60 20%

Fuente: Busot (1995). Para categorizar los niveles de madurez vocacional se confeccionó el

siguiente baremo:

Cuadro 6 Madurez Vocacional

Baremo

Puntuación General

Rango Percentil

Categoría Madurez

Puntuación Indicador

0.00-15.00 Menor a 25 Inmaduro 1.00-3.00 15.05-30.00 Entre 25 y 50 Moderadamente inmaduro 3.01-6.00 30.01-45.00 Entre 50 y 75 Moderadamente Maduro 6.01-9.00 45.00-60.00 Mayor a 75 Maduro 9.01-12.00

Fuente: Busot (1995)

5. Validez y Confiabilidad del instrumento

Toda medición o instrumento de recolección de los datos debe reunir dos

requisitos esenciales: confiabilidad y validez. Cronbach en 1997(citado por Sabino,

2005), señalaba que la validación es el proceso por medio del cual el investigador

que desarrolla cuestionarios obtiene evidencia para sustentar sus inferencias. Este

proceso de validación requiere un estudio empírico dirigido a recolectar la

99

evidencia requerida. La confiabilidad de un instrumento de medición se refiere al

grado en que su aplicación repetida al mismo sujeto u objeto, produce iguales

resultados. La validez de un instrumento de acuerdo con Chávez (2007), alude a

que el mismo mida lo que pretende evaluar; es decir, sus ítems están en

consonancia con los supuestos teóricos de la variable considerada.

En cuanto a la validez de contenido del Inventario de Madurez Vocacional,

refiere Busot (1995), que por cuanto sus ítems representan definiciones

operacionales de la Teoría de Super (1964), se la estudió mediante comparación

entre las respuestas dadas por 10 expertos (psicólogos y orientadores), quienes

respondieron a la escala, de acuerdo a lo que ellos consideraban una respuesta

madura vocacionalmente. El grado de relación entre las respuestas de los jueces

fue del orden del 80 %.

Por su parte, la confiabilidad de un instrumento de medición para Chávez

(2007), se refiere al grado de precisión o exactitud de la medida, en el sentido de

que si se aplica repetidamente el instrumento al mismo sujeto u objeto produce

iguales resultados. Para su establecimiento, indica la citada autora, generalmente

todos los procedimientos utilizan fórmulas que producen “coeficientes de

confiabilidad”, los cuales pueden oscilar entre 0 y 1, donde 0 significa confiabilidad

nula y 1 representa el máximo de confianza.

El Inventario de Madurez Vocacional de Busot demostró inicialmente una

consistencia interna estimada por el método Kuder – Richardson 20, entre 0.38 y

0.86 para diferentes grados en una muestra de 1254 alumnos de los estados Zulia

y Trujillo según lo reportado por su autor. Estos coeficientes reflejaron de acuerdo

a Busot (1995), el grado de heterogeneidad de la escala, la cual fue diseñada para

medir diferentes actitudes relacionadas con la elección vocacional, denotando al

mismo tiempo un nivel aceptable de confiabilidad el cual garantiza su uso.

100

6. Técnicas de análisis de los datos Para llevar a cabo el análisis de la información se levantaron las respectivas

bases de datos que permitieron la realización en forma computadorizada los

estadísticos descriptivos en términos de medidas de tendencia central y de

dispersión, tales como valores porcentuales absolutos y relativos, la media, la

desviación estándar y los puntajes mínimos y máximos, desviación estándar,

recurriéndose para tales efectos al paquete estadístico SPSS en su versión 17.0,

bajo ambiente Windows XP

7. Procedimiento de la investigación

- Se solicitó la autorización a la dirección del Liceo Nacional Bolivariano La

Villa, para realizar la investigación.

- Una vez aprobada la autorización se ubicarán las respectivas unidades de

información seleccionas dentro de las secciones.

- Se precisó la reproducción del material para la aplicación de los

instrumentos.

- El investigador realizó la aplicación en forma colectiva el instrumento

atendiendo a la disponibilidad. El tiempo promedio de la aplicación de los

instrumentos es de 60 minutos aproximadamente.

- Se corrigieron los cuestionarios utilizados mediante el paquete estadístico

SPSS 17.0.

- Considerando los estadísticos aplicados, en este caso las medidas de

tendencia central y dispersión, se analizaron los resultados obtenidos.

101

- Se establecieron las conclusiones y recomendaciones pertinentes al

estudio.

- Se elaboraron, corregirá y reprodujo el trabajo de grado del estudio para su

consideración por el jurado calificador designado por el Departamento de

Estudios para Graduados de la Facultad de Humanidades y Educación

102

CAPÍTULO IV

ANÁLISIS Y DISCUSIÓN DE LOS RESULTADOS

1. Presentación y análisis de los datos

En este capítulo se presentan los resultados recogidos a través del

instrumento aplicado en esta investigación al conjunto de 72 estudiantes

seleccionados como población para estudiar la variable a considerar en este

trabajo. Los datos obtenidos y utilizados para describir la madurez vocacional de

los estudiantes de cuarto año de Educación Media General del Liceo Nacional

Bolivariano La Villa, ubicado en el Municipio Rosario de Perijá, del estado Zulia,

fueron identificados, y medidos, a través de los descriptores estadísticos básicos:

sumatorias, medidas de tendencia central y dispersión, índices de rendimiento,

rango y, categoría promedio.

Estos resultados fueron analizados en forma descriptiva partiendo del

diseño de tablas de doble entrada (estadístico y valor), en las cuales se presentó

el estudio y la interpretación de la variable para definir sus características y todos

los aspectos relacionados con la investigación. Éstos también se presentan en

forma gráfica, utilizando tablas divididas por columnas y líneas.

Una vez aplicados los instrumentos, y procesada la data respectiva, a

continuación se presentan y analizan los resultados, discriminados éstos por

objetivos. Posteriormente se discuten los mismos a la luz de las formulaciones

teóricas y la contrastación con estudios antecedentes. A continuación se

presentan, analizan y discuten los resultados obtenidos luego del procesamiento

103

de los datos según los objetivos de la investigación, en primer lugar según los

objetivos específicos y posteriormente considerando el objetivo general.

Objetivo específico: Describir la planificación en la escogencia de las

opciones vocacionales-profesionales de los estudiantes de cuarto año de

Educación Media General del Liceo Nacional Bolivariano La Villa, del estado Zulia.

Tabla 1 Indicador Planificación

Comportamiento general

Estadístico Notación Valor

Sumatoria Σ 532

Media aritmética X 7.39

Mediana Xd 8

Moda Xo 8

Puntaje menor alcanzado Mín 4

Puntaje mayor alcanzado Máx 12

Desviación estándar S 2.6

Varianza S2 6.76

Coeficiente de variación Cvar 35.18%

Coeficiente de asimetría Ast 1.10

Índice Rendimiento IRto 61.58 %

Índice de Fortalecimiento IFto 38.42 %

Rango promedio Rpro II

Categoría promedio Cpro Moderadamente

Maduro Casos n 72

La información presentada en la tabla 1, permite establecer lo siguiente:

104

La sumatoria de las puntuaciones obtenidas en la sub escala planificación

del cuestionario aplicado a los 72 estudiantes arrojó un valor de 532, siendo la

menor 4 y la mayor 12; la desviación estándar se estimó en 2.6; la varianza en

6.76 y el coeficiente de variación en 35.18%, el cual refiere una muy alta

dispersión de la data en torno al valor promedio (7.39), debido a la muy baja

concordancia entre los sujetos al emitir sus valoraciones.

El punto intermedio o mediana de la distribución se ubicó en 8; mientras el

valor más repetido o moda se señaló en 8. El coeficiente de asimetría se señaló

en 1.10, indicando así una moderada inclinación de la curva de datos hacia el lado

izquierdo, debido a una mayor concentración de éstos por encima de la media

(7.39). Dado que los valores de la media, mediana y la moda son muy cercanos

se puede inferir que los datos se agruparon confirmando una curva muy parecida

a la distribución normal.

El índice de rendimiento de los sujetos en la prueba se calculó en 61.58 %,

indicador así de la necesidad de potenciar la planificación referida a la madurez

vocacional de estos estudiantes en un 38.42%. El promedio obtenido 7.39, al ser

comparado con los referentes del baremo respectivo, permiten ubicar la

planificación vocacional en un rango II; categoría moderadamente madura.

Objetivo específico: Caracterizar la exploración de las opciones

vocacionales-profesionales en los estudiantes de cuarto año de Educación Media

General del Liceo Nacional Bolivariano La Villa, del estado Zulia.

105

Tabla 2 Indicador Exploración vocacional

Comportamiento general

Estadístico Notación Valor

Sumatoria Σ 344

Media aritmética X 4.78

Mediana Xd 4

Moda Xo 4

Puntuación menor Mín 2

Puntuación mayor Máx 10

Desviación estándar S 2.16

Varianza S2 4.67

Coeficiente de variación Cvar 45.18%

Coeficiente de asimetría Ast 0.7

Índice Rendimiento IRto 39.83 %

Índice de Fortalecimiento IFto 60.17 %

Rango promedio Rpro III

Categoría promedio Cpro Moderadamente

inmaduro Casos n 72

La información presentada en la tabla 2, permite establecer lo siguiente:

La sumatoria de las puntuaciones obtenidas en la sub escala exploración vocacional del cuestionario aplicado a los 72 estudiantes arrojó un valor de 344,

siendo la menor 2 y la mayor 10; la desviación estándar se estimó en 2.16; la

varianza en 4.67 y el coeficiente de variación en 43.93%, el cual refiere una muy

106

alta dispersión de la data en torno al valor promedio (4.78), debido a la muy baja

concordancia entre los sujetos al emitir sus valoraciones.

El punto intermedio o mediana de la distribución se ubicó en 4; mientras el

valor más repetido o moda se señaló en 4. El coeficiente de asimetría se señaló

en 0.7, indicando así una moderada inclinación de la curva de datos hacia el lado

derecho, debido a una mayor concentración de éstos por debajo de la media

(4.78). Dado que los valores de la media, mediana y la moda son muy cercanos

se puede inferir que los datos se agruparon confirmando una curva muy parecida

a la distribución normal.

El índice de rendimiento de los sujetos en la prueba se calculó en 39.83 %,

indicador así de la necesidad de potenciar la exploración referida a la madurez

vocacional de estos estudiantes en un 60.17 %. El promedio obtenido 4.78, al ser

comparado con los referentes del baremo respectivo, permiten ubicar la

exploración vocacional en un rango III; categoría moderadamente inmadura.

Objetivo específico: Describir la adquisición de información referida a las

opciones vocacionales-profesionales de los estudiantes de cuarto año de

Educación Media General del Liceo Nacional Bolivariano La Villa, del estado Zulia.

107

Tabla 3 Indicador Información vocacional

Comportamiento general

Estadístico Notación Valor

Sumatoria Σ 483

Media aritmética X 6.71

Mediana Xd 7

Moda Xo 7

Puntuación menor Mín 4

Puntuación mayor Máx 10

Desviación estándar S 3.16

Varianza S2 9.99

Coeficiente de variación Cvar 47.09%

Coeficiente de asimetría Ast - 0.8

Índice Rendimiento IRto 55.92 %

Índice de Fortalecimiento IFto 44.08 %

Rango promedio Rpro II

Categoría promedio Cpro Moderadamente

Maduro

Casos n 72

La información presentada en la tabla 3 permite establecer lo siguiente:

La sumatoria de las puntuaciones obtenidas en la sub escala información vocacional en el cuestionario aplicado a los 72 estudiantes arrojó un valor de 483,

siendo la menor 4 y la mayor 10; la desviación estándar se estimó en 3.16; la

varianza en 9.99 y el coeficiente de variación en 47.09%, el cual refiere una muy

108

alta dispersión de la data en torno al valor promedio (6.71), debido a la muy baja

concordancia entre los sujetos al emitir sus valoraciones.

El punto intermedio o mediana de la distribución se ubicó en 7; mientras el

valor más repetido o moda se señaló en 7. El coeficiente de asimetría se señaló

en – 0.8, indicando así una moderada inclinación de la curva de datos hacia el

lado izquierdo, debido a una mayor concentración de éstos por encima de la

media (6.71). Dado que los valores de la media, mediana y la moda son muy

cercanos se puede inferir que los datos se agruparon confirmando una curva muy

parecida a la distribución normal.

El índice de rendimiento de los sujetos en la sub escala se calculó en 55.92

%, indicador así de la necesidad de potenciar la información sobre las carreras

referida a la madurez vocacional de estos estudiantes en un 44.08%. El promedio

obtenido 6.71, al ser comparado con los referentes del baremo respectivo,

permiten ubica la información vocacional en un rango II; categoría

moderadamente madura.

Objetivo específico: Describir el proceso de toma de decisiones sobre las

opciones vocacionales-profesionales en los estudiantes de cuarto año de

Educación Media General del Liceo Nacional Bolivariano La Villa, del estado Zulia.

109

Tabla 4 Indicador Toma de Decisiones Vocacionales

Comportamiento general

Estadístico Notación Valor Sumatoria Σ 570

Media aritmética X 7.92 Mediana Xd 8

Moda Xo 9 Puntuación menor Mín 5 Puntuación mayor Máx 11

Desviación estándar S 2.44 Varianza S2 5.95

Coeficiente de variación Cvar 30.80% Coeficiente de asimetría Ast - 0.33

Índice Rendimiento IRto 66.00 % Índice de Fortalecimiento IFto 34.00 %

Rango promedio Rpro II

Categoría promedio Cpro Moderadamente Maduro

Casos N 72

La información presentada en la tabla 4, permite establecer lo siguiente:

La sumatoria de las puntuaciones obtenidas en la sub escala toma de decisiones vocacionales del cuestionario aplicado a los 63 estudiantes arrojó un

valor de 570, siendo la menor 5 y la mayor 11; la desviación estándar se estimó en

2,44; la varianza en 5.95 y el coeficiente de variación en 30.80%, el cual refiere

una muy alta dispersión de la data en torno al valor promedio (7.92), debido a la

muy baja concordancia entre los sujetos al emitir sus valoraciones.

110

El punto intermedio o mediana de la distribución se ubicó en 8; mientras el

valor más repetido o moda se señaló en 9. El coeficiente de asimetría se señaló

en – 0.33, indicando así una leve inclinación de la curva de datos hacia el lado

izquierdo, debido a una mayor concentración de éstos por encima de la media

(7.92).

El índice de rendimiento de los sujetos en la prueba se calculó en 66.00 %,

indicador así de la necesidad de potenciar la toma de decisiones referida a la madurez vocacional de estos estudiantes en un 34.00 %. El promedio obtenido

7.92, al ser comparado con los referentes del baremo respectivo, permiten ubicar

la Toma de Decisiones Vocacionales en un rango II; categoría moderadamente

madura.

Objetivo específico: Determinar las características de la orientación realista

en las opciones vocacionales-profesionales de los estudiantes de cuarto año de

Educación Media General del Liceo Nacional Bolivariano La Villa, del estado Zulia.

111

Tabla 5 Indicador Orientación Realista

Comportamiento general

Estadístico Notación Valor Sumatoria Σ 546

Media aritmética X 7.58 Mediana Xd 8

Moda Xo 8 Puntuación menor Mín 6 Puntuación mayor Máx 11

Desviación estándar S 1.77 Varianza S2 3.13

Coeficiente de variación Cvar 23.35% Coeficiente de asimetría Ast - 0.56

Índice Rendimiento IRto 63.17% Índice de Fortalecimiento IFto 36.83%

Rango promedio Rpro II

Categoría promedio Cpro Moderadamente Maduro

Casos n 72

La información presentada en la tabla 5, permite establecer lo siguiente:

La sumatoria de las puntuaciones obtenidas en la sub escala orientación realista del cuestionario aplicado a los 72 estudiantes arrojó un valor de 546,

siendo la menor 6 y la mayor 11; la desviación estándar se estimó en 1.77; la

varianza en 3.13 y el coeficiente de variación en 23.35%, el cual refiere una muy

alta dispersión de la data en torno al valor promedio (7.58), debido a la muy baja

concordancia entre los sujetos al emitir sus valoraciones.

112

El punto intermedio o mediana de la distribución se ubicó en 8; mientras el

valor más repetido o moda se señaló en 8. El coeficiente de asimetría se señaló

en – 0.56, indicando así una moderada inclinación de la curva de datos hacia el

lado izquierdo, debido a una mayor concentración de éstos por encima de la

media (7.58). Dado que los valores de la media, mediana y la moda son muy

cercanos se puede inferir que los datos se agruparon confirmando una curva muy

parecida a la distribución normal.

El índice de rendimiento de los sujetos en la prueba se calculó en 63.17 %,

indicador así de la necesidad de potenciar la orientación realista referida a la

madurez vocacional de estos estudiantes en un 36.83 %. El promedio obtenido

7.58, al ser comparado con los referentes del baremo respectivo, permiten ubicar

la orientación realista en un rango II; categoría moderadamente madura.

Objetivo general: Establecer la madurez vocacional de los estudiantes de

cuarto año de Educación Media General del Liceo Nacional Bolivariano La Villa,

ubicado en el Municipio Rosario de Perijá, del estado Zulia.

113

Tabla 6 Dimensión Factores de la Madurez Vocacional

Comportamiento general

Estadístico Notación Valor Sumatoria Σ 2475

Media aritmética X 34.38 Mediana Xd 36

Moda Xo 32 Puntuación menor Mín 21 Puntuación mayor Máx 48

Desviación estándar S 14.16 Varianza S2 204.75

Coeficiente de variación Cvar 41.19% Coeficiente de asimetría Ast 1.08

Índice Rendimiento IRto 57.30 % Índice de Fortalecimiento IFto 42.70 %

Rango promedio Rpro II

Categoría promedio Cpro Moderadamente Maduro

Casos n 72

La información presentada en la tabla 6, permite establecer lo siguiente:

La sumatoria de las puntuaciones obtenidas en el cuestionario aplicado a los

72 estudiantes arrojó un valor de 2475, siendo la menor 21 y la mayor 48; la

desviación estándar se estimó en 14.16; la varianza en 204.75 y el coeficiente de

variación en 41.19%, el cual refiere una muy alta dispersión de la data en torno al

valor promedio (34.38), debido a la muy baja concordancia entre los sujetos al

emitir sus valoraciones.

114

El punto intermedio o mediana de la distribución se ubicó en 36; mientras el

valor más repetido o moda se señaló en 32. El coeficiente de asimetría se señaló

en 1.08, indicando así una muy leve inclinación de la curva de datos hacia el lado

izquierdo, debido a una mayor concentración de éstos por encima de la media

(34.38).

El índice de rendimiento de los sujetos en la prueba se calculó en 57.30 %,

indicando así la necesidad de potenciar los factores referidos a la madurez

vocacional de estos estudiantes en un 42.70 %. El promedio obtenido 32.81, al

ser comparado con los referentes del baremo respectivo, permiten ubicar en un

rango II, categoría moderadamente maduros desde el punto de vista vocacional

a los alumnos asumidos en este estudio.

2. Discusión de los resultados

En el campo del desarrollo vocacional cobra un papel protagonista el

concepto de madurez vocacional. Se han propuesto diferentes definiciones de

este concepto, siendo la más difundida la planteada por Donald Super (1977),

quien expone que este constructo alude a la disposición para hacer frente a las

tareas vocacionales con las que uno está confrontado o está a punto de estarlo,

comparado con otros que se hallan en la misma época de la vida y frente a las

mismas tareas de desarrollo.

Según el mismo autor, la madurez es prospectiva pues se compone de

comportamientos y actitudes manifestadas en el presente ante tareas a las cuales

se ha de dar respuesta en ese momento o en un probable futuro. Por tal razón, la

persona vocacionalmente madura es la que se enfrenta a las tareas propias a la

etapa de su vida de un modo tal que sea probable obtener los resultados

deseados. En suma, la madurez vocacional puede ser entendida como el grado en

que una persona ha adquirido el conocimiento y las habilidades necesarias para

tomar decisiones vocacionales realistas y apropiadas.

115

Así, este concepto se basa en una serie de comprobaciones empíricas que

se podrían resumir como sigue: la madurez vocacional es una variable psicológica

multifactorial, medible o verificable y que tiene carácter predictivo tal como lo

establece Rivas (2008). Se destaca este último aspecto dado que el grado de

madurez vocacional se ha relacionado con el éxito académico en la formación

profesional y posteriormente con el éxito laboral.

Otro atributo importante es la multicausalidad de la madurez vocacional,

pues existen varios factores de carácter personal y ambiental que la condicionan.

Estos son, entre otros, la motivación, las aptitudes, los sistemas educativo, social y

familiar, el estatus socio-económico, el género, la edad y la experiencia laboral.

Super (1977), en su modelo de madurez profesional en la adolescencia propone

que esta, está constituida por cinco dimensiones: la planificación, la exploración, la

información educativa y laboral, la toma de decisiones y la orientación a la

realidad. Este autor resalta que tales dimensiones son de carácter actitudinal o

cognoscitivo.

Así, al tratarse de un constructo multidimensional y complejo algunos autores

afirman que, aunque se han realizado esfuerzos para definirlo, aún falta concretar

ciertos aspectos teóricos así como obtener mayor evidencia empírica. Tal es el

caso de Grañeras y Parras (2008), quienes plantean que el constructo de madurez

vocacional no está totalmente clarificado y que no existe un acuerdo en el número

de variables y factores que lo componen. En la misma línea Lucas (1998), le

otorga un carácter de ambigüedad. Otros autores como Rocabert (2005), se

centran en un periodo concreto del ciclo vital, como es el de los jóvenes a puertas

del mundo laboral, para describir la estructura de la madurez vocacional.

Este ha sido un concepto tradicionalmente asociado al desarrollo vocacional

tal como lo indicó Crites (1978). Según las primeras aportaciones, la madurez

vocacional fue concebida como el lugar que le correspondía a un individuo dentro

de un proceso continúo de desarrollo vocacional que iba desde la exploración al

116

declive tal como lo planteó Super en 1957. Sin embargo, En nuestro país existen

estudios recientes que señalan la importancia de la madurez vocacional en el

asesoramiento, algunos de los cuales fueron analizados en la revisión de

antecedentes

Recientemente se han llevado a cabo algunas investigaciones que pretenden

profundizar en la relación entre la madurez vocacional y otros conceptos

vinculados a la orientación, como por ejemplo la auto eficacia vocacional,

mencionada previamente. Aunque los resultados encontrados en esta

investigación acerca de la relación existente entre ambas variables no parecen ser

muy concluyentes, algunas revisiones sí han señalado la relación entre la madurez

vocacional y otros conceptos como la capacidad de decisión, el logro de la carrera

y la búsqueda activa en la toma de decisiones, de acuerdo con las referencias

dadas por Rocabert (2005).

De igual manera, en mayor o menor medida, buena parte de los programas

existentes en el campo de la orientación pretenden mejorar la madurez vocacional

de los adolescentes mediante la mejora del conocimiento de los intereses y

preferencias, la mejora de la información vocacional, la toma de decisiones, y

demás. Algunas intervenciones para el desarrollo de la carrera también van

encaminadas a mejorar el autoconocimiento y el auto concepto de los

adolescentes, coincidiendo así con las argumentaciones de Rivas (2008).

En referencia a estos planteamientos iniciales pueden considerarse

significativos los resultados obtenidos en este estudio, el cual se orientó al

análisis de la madurez vocacional de un grupo de estudiantes de cuarto año de

educación media general en un Liceo Nacional Bolivariano del municipio Perijá del

estado Zulia, para lo cual se asumió el criterio de Super y Super (2008), al

reconocer que la madurez vocacional está referida a la habilidad para enfrentar las

tareas necesarias para una carrera profesional durante una etapa particular de la

vida, evaluándose mediante la comparación con otros individuos que se enfrentan

117

a las mismas tareas en el mismo período vital.

De igual manera, Busot (1995), coincide con los señalamientos de Super y

Super (2008), y reconoce que el grado de desarrollo o madurez vocacional puede

determinarse por la forma en la cual un individuo sabe manejar las tareas al

compararlo con otras personas ejecutan actividades similares. Esta comparación

se efectuó en este caso a través del Inventario de Madurez Vocacional

desarrollado por este autor para tal fin.

Estas declaraciones permiten deducir el carácter evolutivo del desarrollo

hacia la madurez vocacional, la cual a su vez está inmersa dentro del desarrollo y

madurez personal de cada quien, la cual se adquiere en forma paulatina como

consecuencia de la actualización de las potencialidades biopsicosociales, así

como por las oportunidades ofrecidas y las posibilidades de interactuar con el

entorno donde se vive.

Derivado de los anteriores planteamientos, Super y Super (2008), describen

varias etapas sucesivas que van desde la etapa de crecimiento entre el nacimiento

y los 14 años, seguida por la de exploración entre los 15 y 24 años, para avanzar

hacia la de establecimiento entre los 25 y 44 años, continuando por la de

mantenimiento entre los 45 y 64 años y, finalmente llegar a la declinación posterior

a los 65 años.

En este caso los sujetos asumidos como unidades de estudio en términos

generales no superaban los 16 años, por lo cual pueden considerarse en la fase

inicial o de crecimiento y dentro de ella en la su etapa de capacidad, en la cual se

da más importancia a las habilidades y se consideran los requisitos para el trabajo

incluyendo el entrenamiento; razón por la cual se convierte en la antesala de la

etapa de exploración, específicamente en lo concerniente a la exploración en la

cual se van considerando, afinando y descartando las opciones de carrera en

atención a los gustos y preferencias personales, como a las oportunidades para

118

cristalizarlas que brinda tanto el entorno como las peculiaridades familiares y

sociales de cada día.

Consideran tanto Super y Super (2008) como Busot (1995), que la madurez

vocacional puede ser evaluada por medio de cinco indicadores operacionalmente

definidos, cuyo comportamiento en el caso de los estudiantes abordados en esta

investigación se describen a continuación:

Con referencia al primero, la planificación, esta presupone que el

interesado asuma su necesidad de otorgarle auto dirección a su vida a mediano

plazo, aceptando sus responsabilidades y reflexionando sobre su futuro en

términos de metas concretas a alcanzar, anticipando el futuro y previendo rutas y

actividades que le conducirán exitosamente hacia estas.. En el caso en estudio

este indicador en términos generales se categorizó moderadamente maduro,

requiriendo ser reforzado en un 38.49 % para alcanzar su expresión cabal.

Se concuerda con lo ya señalado por Super en 1983, la planificación consiste

en la capacidad que tiene el individuo de analizarse personalmente y proyectar su

imagen hacia el futuro, tomando como base los descubrimientos pasados y el

desempeño de un oficio en el presente o a futuro, Así, la aceptación de la

responsabilidad, la capacidad de creer en si mismo, la autoestima y la creencia de

que se desenvolverá exitosamente en varias carreras u oficios son claves en esta

dimensión.

Para que se lleve a cabo esta planificación deben interactuar tres procesos

principales, tal como refiere Busot (1995); en primer lugar, implica cierto grado de

control o autonomía del comportamiento por parte del sujeto; es decir, la

aceptación de responsabilidades. El segundo componente a tomar en cuenta es la

perspectiva temporal, la reflexión sobre el pasado y la anticipación del futuro.

Finalmente, el tercer componente es la autoestima, la cual es fundamental para la

autonomía y la previsión o anticipación del futuro.

119

A juicio de la investigadora estos resultados pudieran deberse entre otros

factores a los siguientes: los estudiantes no han superado del todo el período

fantasías profesionales bien sea por el impacto de las imágenes idealizadas

reforzadas por los medios de comunicación masiva, o por las limitadas

orientaciones suministradas por los padres al respecto, así como la carencia de un

efectivo programa de orientación vocacional ofrecido en la institución donde

cursan sus estudios, lo cual ha dificultado la estructuración de un adecuado y

realista concepto de sí mismo (self).

Con respecto al segundo indicador, la exploración vocacional, esta

requiere la indagación sobre si mismo y el mundo inmediato, visualizando los

diversos roles a cumplir, alineándolos con los recursos y oportunidades reales

disponibles, resultando en este caso en cuestión los estudiantes moderadamente

inmaduros, requiriendo ser fortalecido en un 60.17 %, lo cual a juicio de la

investigadora es significativo.

Explorar significa asumir una postura activa ante lo que se pretende dilucidar,

moverse en múltiples direcciones para despejar incógnitas, descubrir nuevas

opciones, contrastar realidades, buscar salidas, ampliar horizontes, sopesar

oportunidades para de esta manera seleccionar con un mayor nivel de certeza lo

que más se ajusta a nuestros deseos y posibilidades. Este no es un proceso

sencillo, es multidireccional, por lo cual se requiere en muchos casos de la ayuda

de especialistas en el área, para de esta manera el estudiante pueda realizar una

aproximación lo más exacta posible a su futuro profesional a partir de la

negociación entre lo que quiere y sus posibilidades de alcanzar dichas metas.

Se concuerda aquí con los señalamientos de Busot (1995), para quien la

exploración es la actitud que tiene el estudiante de mirarse a si mismo, para

conocerse mas, para entrar en su interior y preguntarse qué quiere ser en la vida,

qué ocupación desea ejercer, y con qué recursos cuenta para logarlo. Para este

autor, este aspecto es mucho mas amplio que el anterior porque barca todas las

120

áreas del joven como lo son la escuela, el trabajo, la familia, su propia persona, la

comunidad. A todas ellas debe de llegar e indagar cómo es y en cuánto y en qué

lo afecta.

El tercer indicador considera el manejo de la información sobre los

requisitos de formación como sobre el campo laboral y las características del

trabajo y como estas se ajustan a sus aptitudes, intereses y realidades

socioeconómicas. En el caso de este estudio, los estudiantes encuestados

refirieron una moderada madurez al respecto, requiriendo ser fortalecidos en un

44.08 % al respecto. Un joven que ya haya tomado consciencia de la inmediatez

de su futuro, el cual dependerá de la elección de una determinada ocupación,

buscará información sobre sus áreas de interés, para de esta manera aclarar sus

dudas y estar en mejor disposición de asumir una decisión clave para su

desempeño personal y social a posterior.

Para Busot (1995), al analizar lo señalado por Super (1983), esta dimensión

es de índole cognoscitiva, pues constituye toda la gama se saberes acerca de la

carrera y del mundo del trabajo, definición de carreras, programas y pensum de

estudios, duración de la carrea, universidades que la ofrecen, campo de trabajo,

requisitos y políticas de ingreso, ocupaciones requeridas en el escenario laboral

pero de poca demanda, y demás. La característica básica de esta dimensión es

las conductas dirigidas a obtener información ocupacional.

A juicio de la investigadora, lamentablemente no en todos los liceos se

ofrecen actividades que promuevan o incentiven la búsqueda de información

ocupacional relevante como sería el caso de las ferias de las carreras, las visitas a

empresas y otros ambientes laborales, los paneles de expertos y similares; pero

aún así, los estudiantes evaluados presentan un moderado nivel de madurez en

este tópico.

121

El cuarto indicador refiere la toma de decisión vocacional propiamente,

para lo cual debe mostrar experticia en la aplicación de este proceso: reconocer e

identificar el problema, precisar sus causas, plantearse y analizar opciones,

escoger una alternativa principal y otras a asumir si no se puede aplicar la primera,

para posteriormente ponerla en práctica y finalmente evaluar las consecuencias

derivadas de tal decisión y de ser necesario redefinir las metas y reorientar la

decisión original. En este caso, los resultados pusieron en evidencia una

moderada madurez, que requiere ser fortalecida en un 34.00 %

Siguiendo la reflexiones de Busot (1995), sobre los postulados de Super

(1983), señala que esta dimensión puede ser definida como la capacidad que

presenta el estudiante para integrar en su interior toda la información tanto

personal como ocupacional o de las carreras, evaluarlas y compararlas con el fin

de seleccionar aquella en la cual aspire a obtener éxito. También estudia qué

hacer en el caso de no resultar lo planificado; es decir, prever posibles resultados

y tener una respuesta alternativa frente a lo eventual. Esta dimensión no sólo por

los conocimientos que condicionan el proceso decisorio sino fundamentalmente

por la habilidad de los sujetos para aplicarlos a los problemas vocacionales.

En cuanto al quinto indicador, la orientación realista, para Super y Super

(2008), esta denota la confluencia del conocimiento de sí mismo, las percepciones

personales y situacionales, así como la consistencia y solidez de sus preferencias

vocacionales que van a confluir en la estabilización del rol profesional. La lectura

adecuada de la realidad presupone el manejo eficiente de los procesos cognitivos,

en especial los procesos de análisis y síntesis, integrando la visión de la realidad

personal con las demandas y recursos del entorno: lo que soy y puedo con los

recursos y oportunidades que dispongo, lo cual fue determinado con madurez

moderada en el caso de los estudiantes asumidos en este estudio, y de acuerdo

con los datos debe fortalecerse en un 36.83 % para alcanzar su completa

efectividad.

122

Siguiendo los comentarios de Busot (1995), sobre los señalamientos de

Super (1983), se asume que esta es la dimensión mas compleja, consistiendo en

agregar a la toma de decisiones el aspecto de la factibilidad de los proyectos y

planes. Implica entonces el darse cuenta hasta qué punto todo lo pensado en

relación al futuro y a una carrera en especial es racional y realizable, así si posee

la fuerza interior necesaria para no paralizarse ante circunstancias imprevistas,

pues se ha pensado qué hacer en el caso de no resultar favorecedora la

alternativa asumida como primera opción.

Además, según el citado autor, comprende la combinación de los diversos

componentes como el conocimiento de sí mismo, las percepciones personales y

situacionales, la consistencia de las preferencias vocacionales, la cristalización del

auto concepto, las metas y la estabilización de los roles de vida.

Al integrar el comportamiento de estos cinco indicadores de manera global,

se establece una madurez vocacional moderada, que requiere ser fortalecida a

través de estrategias de intervención específicas debidamente estructuradas, dado

que para Super (1963), la selección de una ocupación es uno de los momentos

de la vida el cual se exige a las personas, en este caso jóvenes estudiantes de

tercer año de educación media general, expresan de manera explícita su

concepto de sí mismo por medio de un rol profesional – laboral a desempeñar en

los próximos años.

Toda esta información permite concordar con Rivas (2005), al reconocer la

orientación vocacional como una necesidad esencialmente humana, con un fuerte

contenido educativo, por medio del cual los jóvenes deciden su proyecto de vida

formativo y profesional, realizando por medio de una secuencia de opciones o

selecciones planteadas ante la necesidad de dar respuestas a cuestiones

fundamentales de su vida.

123

Ahora bien al comparar estos resultados con los reportados por otros

investigadores, los cuales fueron analizados en el segundo capítulo, se tiene que

en alguna manera coincidieron con los de Flores (2007), en alumnos de tercer año

de secundaria al determinar una baja madurez vocacional en función a lo cual

diseñó e implementó un programa de intervención cuyos resultados fueron

significativos, al mismo tiempo que recomendó promover cursos de actualización

sobre la orientación vocacional en los centros educativos, para los maestros, pues

ellos son los que están en estrecha relación con los alumnos; así como incorporar

en el proyecto educativo objetivos y contenidos que desarrollen la orientación

vocacional en todos los niveles educativos.

Situación similar se dio con los resultados encontrados por Castellano

(2007), en estudiantes de primer año del ciclo diversificado el cual es equiparable

con el cuarto año de la actual educación media general, pudiendo concluir que el

aporte que hacen los talleres mencionados a la orientación vocacional, ya que

ofrecen al estudiante herramientas de trabajo que hacen posible la profundización

del conocimiento de sí mismos y de su realidad, frente a una pronta elección de

carrera; el trabajo de orientación vocacional establecido a nivel grupal; la

agilización del proceso exploratorio de cada joven y el rol del orientador como

facilitador y asesor del proceso de orientación vocacional.

Con respecto a los hallazgos de Durán, Vargas y Sánchez (2008),

igualmente soportados en la teoría de Super, para describir la Madurez Vocacional

de los bachilleres flotantes, que participaron del proceso de la Prueba LUZ,

también se encontraron coincidencias dado que revelaron que existe una

tendencia hacia un nivel medio de Madurez Vocacional.

En referencia a los datos aportados por Álvarez González (2008), de la

Universidad de Barcelona, basado fundamentalmente en las propuestas

conceptuales de Super (1974), Holland (1985) y Crites (1971), igualmente en

alguna medida resultaron coincidentes, dado que revelaron que el diseño,

124

aplicación y mejora de un programa de mejora de la madurez de la carrera

requiere de un diagnóstico previo, que permita efectuar un análisis de

necesidades. Para ello se puede disponer, entre otros instrumentos, con las

versiones actualizadas y contextualizadas al medio español de los cuestionarios

de Super y Crites.

De igual manera guardan relación con los de Bortone Di Muro (2009), de la

Universidad Nacional Experimental del Táchira, la cual tuvo como objetivo

determinar la relación entre estas variables en atención a los indicadores

demográficos edad, género, nivel educativo de los padres e índice académico. La

misma se sustentó principalmente en los conceptos de Super (1997), Busot (1995)

y Rivas (2003), sobre el desarrollo vocacional y en los de Howe y Howe (1977),

Allport, Vernon y Lindzey (1972). En este caso se encontraron grandes

coincidencias dado que, los resultados reportaron que la madurez vocacional de

los estudiantes se ubicó en el nivel medio, no encontrándose correlación

significativa con respecto a los indicadores demográficos de edad, género e índice

académico, así como en relación al nivel educativo de la madre, no así con el del

padre.

Con respecto al trabajo de De los Ríos (2009), de la Universidad de

Carabobo, el cual tuvo como propósito establecer cuales serían las posibles

relaciones entre las variables motivacionales y las características de personalidad

con la madurez vocacional, se encontraron evidencias similares, pues los datos

obtenidos permitieron concluir en primer lugar que se encontraron correlaciones

positivas aunque moderadas entre la madurez vocacional y la motivación al logro

por evitación al fracaso y expectativa de éxito, lo cual de alguna manera confirma

la teoría de Super que hace referencia a la vinculación a la motivación vocacional

con el nivel de aspiraciones.

Al analizar los datos de Antequera (2010), el cual tuvo como propósito

analizar el proceso de madurez vocacional de los estudiantes del tercer año del

125

subsistema de educación básica a nivel de la educación media general de la Liceo

Bolivariana “Raúl Ruiz Rodríguez”, ubicada en el Municipio Miranda del Estado

Falcón, y en consecuencia diseñar un programa de fortalecimiento de la madurez

vocacional de estos estudiantes, los resultados fueron altamente coincidentes,

dado que se evidenció que los indicadores planificación, información vocacional,

toma de decisiones vocacionales y la orientación realista se determinaron

moderadamente maduras, mientras la exploración vocacional se clasificó

moderadamente inmadura, como lo fue también en el Liceo Nacional Bolivariano

“La Villa”.

Finalmente, con respecto a los resultados de Benítez (2010), de la

Universidad del Zulia, siendo su propósito establecer la relación entre la madurez

vocacional y la satisfacción académica de los estudiantes de la Escuela de

Enfermería de LUZ, para lo cual se fundamentó en las teorías de Super (1998) y

Crites (1989). En este caso, se encontraron altas coincidencias en los resultados

ya que los estudiantes poseían un nivel medio de madurez vocacional, hallándose

en las dimensiones Exploración e Información los valores promedio más bajos.

126

CONCLUSIONES

- Derivadas del primer objetivo específico orientado a describir la

planificación en la escogencia de las opciones vocacionales-profesionales de los

estudiantes de cuarto año de Educación Media General del Liceo Nacional

Bolivariano La Villa, del estado Zulia, se concluye lo siguiente:

Con respecto a las actividades de planificación de las opciones vocacionales-

profesionales de los estudiantes, estas se determinaron como moderadamente

maduras, lo cual presupone que los estudiantes asumen su necesidad de

otorgarle auto dirección a su vida a mediano plazo, aceptando sus

responsabilidades y reflexionando sobre su futuro en términos de metas concretas

a alcanzar.

- Devenidas del segundo objetivo específico encaminado a caracterizar la

exploración de las opciones vocacionales-profesionales en los estudiantes de

cuarto año de Educación Media General del Liceo Nacional Bolivariano La Villa,

del estado Zulia, se concluye lo siguiente:

El promedio obtenido al ser comparado con los referentes del baremo

respectivo, permiten ubicar la exploración vocacional en un rango III; categoría

moderadamente inmadura, refiriendo esto que los estudiantes requiere fortalecer

en grado significativo las actividades para la indagación sobre si mismo y el

mundo inmediato, visualizando los diversos roles a cumplir, alineándolos con los

recursos y oportunidades reales disponibles.

- Deducidas del tercer objetivo específico encauzado a describir la

adquisición de información referida a las opciones vocacionales-profesionales de

los estudiantes de cuarto año de Educación Media General del Liceo Nacional

Bolivariano La Villa, del estado Zulia, se concluye lo siguiente:

127

En referencia a la adquisición de información relevante a las opciones

vocacionales-profesionales, el promedio obtenido, al ser comparado con los

referentes del baremo respectivo, permiten ubicarla en un rango II; categoría

moderadamente madura, lo cual indica la presencia de interés por realizar

actividades que permitan a los estudiantes conocer de manera mas realista

aspectos sustantivos de aquellas carreras que despiertan su interés profesional a

mediano plazo.

- Resultados del cuarto objetivo específico canalizado a describir el proceso

de toma de decisiones sobre las opciones vocacionales-profesionales en los

estudiantes de cuarto año de Educación Media General del Liceo Nacional

Bolivariano La Villa, del estado Zulia, del estado Zulia, se concluye lo siguiente:

La toma de decisión vocacional en los estudiantes encuestados se determinó

moderadamente madura, lo cual indica que éstos de alguna manera muestran

experticia en la aplicación de este proceso al reconocer e identificar el problema,

precisar sus causas, plantearse y analizar opciones, escoger una alternativa

principal y otras a asumir si no se puede aplicar la primera, para posteriormente

ponerla en práctica y finalmente evaluar las consecuencias derivadas de tal

decisión y de ser necesario redefinir las metas y reorientar la decisión original.

- Reflejadas del quinto objetivo específico canalizado a determinar las

características de la orientación realista en las opciones vocacionales-

profesionales de los estudiantes de cuarto año de Educación Media General del

Liceo Nacional Bolivariano La Villa, del estado Zulia, se concluye lo siguiente:

La orientación realista de los estudiantes encuestados se consideró

moderadamente madura, permitiendo así dilucidar que la confluencia del

conocimiento de sí mismo, las percepciones personales y situacionales, así como

la consistencia y solidez de sus preferencias vocacionales que van a converger en

la estabilización de su futuro rol profesional.

128

- Manifestadas del objetivo general encaminado a establecer la madurez

vocacional de los estudiantes de cuarto año de Educación Media General del

Liceo Nacional Bolivariano La Villa, ubicado en el Municipio Rosario de Perijá, del

estado Zulia, se concluye lo siguiente:

Se estableció en los estudiantes objeto de estudio un nivel de madurez

vocacional moderada, la cual requiere ser fortalecida a través de estrategias de

intervención específicas debidamente estructuradas, dado que la selección de

una ocupación es uno de los momentos de la vida el cual se exige a las personas,

en este caso jóvenes alumnos de cuarto año de educación media general,

expresar de manera explícita su concepto de sí mismo por medio de un rol

profesional – laboral a desempeñar en los próximos años.

129

RECOMENDACIONES

A partir de las conclusiones derivadas del análisis empírico de los resultados,

se emiten las siguientes recomendaciones:

- Informar a las autoridades del Liceo Nacional Bolivariano “La Villa” los

resultados del estudio, para que estos sean debatidos en los consejos de

docentes y en consecuencia asuman las decisiones consideradas como

procedentes en este caso y se designen las comisiones de trabajo necesarias

para programar, diseñar, organizar e implantar una propuesta de intervención para

el fortalecimiento de la madurez vocacional de los alumnos de Educación Media

General.

- Brindar apoyo institucional a los docentes que cumplen funciones de

orientación, para que puedan ampliar significativamente su radio de influencia a

través del desarrollo de diversos programas de atención individual y grupal, en las

áreas personal, social, educativa, métodos de estudio y desarrollo vocacional.

- Involucrar a las autoridades de la Zona Educativa como uno de los

principales actores y autores necesarios para poner en marcha la propuesta de

intervención.

- Suscribir acuerdos interinstitucionales con centros de educación superior

públicos y privados de la región, así como los diferentes Colegios Profesionales

asentados en la zona, Cámaras de Comerciantes e Industriales y fuerzas vivas del

estado Zulia, para la organización de las jornadas de información sobre las

carreras y oportunidades de trabajo a corto, mediano y largo plazo, de acuerdo

con los planes nacionales y sectoriales de desarrollo propuestos por el Ejecutivo

en el Proyecto Nacional Simón Bolívar 2013-2021.

130

- Designar a la mayor brevedad posible la Comisión Central organizadora del

programa de intervención, para gerenciar todo lo concerniente a su planificación y

organización previa, y concretar aspectos tales como la factibilidad económica y la

obtención de los recursos necesarios para su desarrollo.

- Incorporar a los padres y representantes en las diversas comisiones de

trabajo como estrategia de integración con los recursos comunitarios y también

para que se apropien de sus responsabilidades de orientación académica y

profesional integral a sus hijos.

- Diligenciar ante las autoridades de la Zona Educativa la designación de

otros miembros para integrar el equipo técnico de orientación, el cual debe incluir

además de orientadores, trabajadores sociales, psicólogos, psicopedagogos y

personal de apoyo como secretarias. Además, proveer los recursos materiales

necesarios para la aplicación del programa y desarrollar las tareas inherentes a la

función orientadora, tales como pruebas psicológicas, medios audiovisuales,

espacios confortables para el trabajo individual y en pequeños grupos.

- Una vez realizada las actividad de fortalecimiento de la madurez vocacional,

estas deberán ser evaluadas acogiéndose a las pautas cuantitativas y cualitativas

consideraras en la propuesta a fin de establecer su impacto y la relación costo –

beneficios, clarificando además las fallas operativas a corregir para las sucesivas

oportunidades de aplicación.

- Asumir del Liceo Nacional Bolivariano “La Villa“ como institución piloto para

la aplicación del programa de intervención que se diseñe para fortalecer la

madurez vocacional de los estudiantes y posterior a su ejecución y evaluación

pueda ser replicado en otras instituciones educativas del estado Zulia que

presenten sus estudiantes situaciones similares.

- Llevar a cabo una segunda evaluación sobre la madurez vocacional a los

131

estudiantes asumidos como unidades de estudio en esta investigación una vez

aplicado el programa de fortalecimiento vocacional, para constatar si se dieron

cambios significativos en esta variable como consecuencia de la intervención

realizada.

132

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135

ANEXOS

136

INVENTARIO DE MADUREZ VOCACIONAL I.M.V. – BUSOT

Instrucciones:

El presente cuestionario ha sido elaborado para determinar el

nivel de tu desarrollo vocacional. Si en algún momento aparece algo

que no entiendas, levanta tu mano y acudiremos para ayudarte. No

hay tiempo límite para finalizar el cuestionario, pero sí respondes con

cierta rapidez, las respuestas serán espontáneas y valederas.

Lee con atención cada una de las proposiciones.

• Si estas de acuerdo con lo que se dice, o es cierto en tu caso,

escribe la letra “C” en el espacio correspondiente.

• Si no estas de acuerdo con lo que se dice, o es falso en tu caso, escribe la letra F.

• Si tienes dudas deja el espacio en blanco.

Ya puedes empezar

Gracias por tu colaboración

137

N° ASUNTO C F 1 Mis padres saben mejor que nadie lo que yo tengo que estudiar 2 Me pregunto con frecuencia para cuál carrera podría servir.

3 Tengo muy poca información acerca de las ocupaciones que existen en Venezuela.

4 Para escoger bien, hay que pensar en las cosas buenas y malas que tiene cada carrera.

5 Si yo tuviera mucho dinero, no trabajaría. 6 Yo pienso escoger la carrera que me recomienden las personas que

saben.

7 He asistido a charlas donde dan información vocacional.

8 Conozco los requisitos que se exigen para entrar en las carreras que me llaman la atención.

9 . Hay que escoger una carrera en la que uno pueda llegar a ser famoso

10 Una persona puede lograr cualquier cosa que desee si en verdad lucha por conseguirla.

11 Al momento de escoger una carrera, uno debe tomar en cuenta el trabajo o la profesión que desempeñan sus padres.

12 He preguntado a otras personas para que me aclaren dudas que tengo sobre las carreras.

13 Conozco bastante acerca de las carreras que se estudian en la región. 14 Es mejor no pensar mucho, y decidirse de una vez. 15 Lo mejor es probar varias ocupaciones y después escoger la que más

me gusta

16 La experiencia que uno ha tenido en la escuela o el liceo, tiene mucho que ver con las carreras que debería escoger

17 He leído artículos que hablan sobre las profesiones.

18 El trabajo es una actividad desagradable que tenemos que realizar por obligación

19 Solo hay una ocupación adecuada para cada persona.

20 Tan fácil es triunfar en una profesión como en otra.

21 Con frecuencia me pongo a pensar como me iría si yo escogiera un trabajo o una carrera determinada.

22 He visitado sitios de trabajo para aprender más sobre las profesiones. 23 Los buenos profesionales siempre encuentran trabajo.

24 Después de uno decidirse por una carrera, no debería cambiarse para otra.

25 Quiero un trabajo fácil que me deje bastante tiempo para divertirme.

26 Cuando llegue el momento, yo decidiré, ahora no tengo por que pensar en el futuro.

27 He recibido la ayuda de un orientador, psicólogo o profesor. En asuntos vocacionales.

138

N° ASUNTO C F 28 Estoy enterado de lo que significa índice académico. 29 No sé qué factores hay que tomar en cuenta para llegar a tomar una

buena decisión.

30 Tengo dudas acerca de cuales son mis verdaderas habilidades.

31 Yo creo que la universidad va a ser muy difícil para mí.

32 He consultado con mis padres acerca de la carrera que me conviene. 33 No sé cuales son las ocupaciones que están haciendo más falta.

34 Ya decidí la carrera que voy a escoger.

35 Me gustan carreras muy diferentes 36 Yo ya he pensado cual es la institución que más me conviene para

estudiar.

37 Yo he consultado con mis profesores, acerca de lo que me conviene. 38 Yo conozco las actividades que realizan los ingenieros, los

economistas, y los sociólogos. (Para responder C debes conocer las tres.)

39 La mejor decisión es escoger aquella ocupación que produzca más dinero.

40 Si una persona no puede estudiar lo que quiere, se frustra para toda la vida.

41 Me siento bastante seguro de que el día de mañana, triunfaré en mi trabajo

42 He intercambiado con compañeros o amigos, acerca de lo que pienso hacer, después que termine mis estudios

43 Tengo bien claro cuáles son mis gustos y mis intereses vocacionales. 44 He aprendido a tomar decisiones de una forma sistemática y racional. 45 Estoy confuso acerca de lo que soy y de lo que debo hacer en el

futuro.

46 Mis intereses vocacionales son contradictorios.

47 He procurado participar en experiencias de trabajo o en otras actividades, con el fin de explorar mis intereses y aptitudes

vocacionales.

48 Estoy informado acerca de los salarios y beneficios que proporcionan las carreras que me interesan.

49 Para decidirse por una carrera o un trabajo, uno debe sentirse totalmente seguro de que le gusta y de que tendrá éxito.

50 Necesito hacer varios tests para saber que carreras y ocupaciones se ajustan a mi manera de ser.

51 Me cuesta mucho decidir por mí mismo, ojala que hubiera alguien que me dijera lo que debo escoger.

52 He visto documentales o videos que tratan acerca de las profesiones. 53 Para tener éxito en el trabajo, hay que olvidar un poco los

compromisos familiares y los de amistad.

54 Antes de decidir, trato de imaginarme como será el futuro y como me sentiré después de haber elegido

55 He cambiado mucho de opinión, con relación a la carrera que me gusta.

139

N° ASUNTO C F 56 Tengo la impresión de que sirvo para muy pocas cosas.

57 He solicitado catálogos, programas de estudio, o bien programas de becas a una o más instituciones. (Contesta “C” únicamente si fuiste tú

quien tomó la decisión.)

58 Conozco las limitaciones, riesgos o desventajas de las carreras u ocupaciones que me interesan.

59 El temor a fracasar no me deja decidir con tranquilidad. 60 No me gusta ninguna de las carreras que conozco.

Escribe tu nombre y los otros datos que se te piden Gracias

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