la regulaciÓn emocional

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LA REGULACIÓN EMOCIONAL APORTES AL TRABAJO PSICOTERAPÉUTICO DESDE LAS NEUROBIOLOGÍA Y LA TERAPIA COGNITIVA POSRACIONALISTA PROGRAMA DE ENTRENAMIENTO EN TERAPIA COGNITIVA POSRACIONALISTA PROMOCIÓN 2005 – 2008 ALUMNO: CLAUDIO NARANJO VILA DOCENTES: MATEO FERRER FARJI AUGUSTO ZAGMUTT CAHBAR OCTUBRE 2008 ÍNDICE INTRODUCCIÓN 4 LA REGULACIÓN EMOCIONAL DESDE LA NEUROBIOLOGÍA Definiciones 5 Neuroanatomía de las Emociones y Circuitos Centrales 5 La Amígdala 6 La Corteza Orbitofrontal 6 Formas de Regulación Emocional 7 Clasificación Esquemática de las Emociones (Esquema) 7 Estilos de Regulación Emocional a partir de la Supresión y la Reevaluación 8 Regulación Emocional y Psicopatología 8 Estilo Afectivo y Regulación Emocional 8 Investigaciones 9 Hallazgos Científicos de la Lateralización de los Hemisferios 9 Investigación en Desarrollo 11 El Modelo de Vulnerabilidad/Resiliencia para la Regulación Emocional 11 Otras Investigaciones 14 La Neurona Espejo: Intersubjetividad Neurobiológica 14

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LA REGULACIÓN EMOCIONAL

APORTES AL TRABAJO PSICOTERAPÉUTICO DESDE LAS NEUROBIOLOGÍA Y LA TERAPIA COGNITIVA POSRACIONALISTA

PROGRAMA DE ENTRENAMIENTO EN TERAPIA COGNITIVA POSRACIONALISTA

PROMOCIÓN 2005 – 2008

ALUMNO: CLAUDIO NARANJO VILA

DOCENTES: MATEO FERRER FARJIAUGUSTO ZAGMUTT CAHBAR

OCTUBRE 2008

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN 4

LA REGULACIÓN EMOCIONAL DESDE LA NEUROBIOLOGÍA

Definiciones 5Neuroanatomía de las Emociones y Circuitos Centrales 5La Amígdala 6La Corteza Orbitofrontal 6Formas de Regulación Emocional 7Clasificación Esquemática de las Emociones (Esquema) 7Estilos de Regulación Emocional a partir de la Supresión y la Reevaluación 8Regulación Emocional y Psicopatología 8 Estilo Afectivo y Regulación Emocional 8Investigaciones 9Hallazgos Científicos de la Lateralización de los Hemisferios 9Investigación en Desarrollo 11El Modelo de Vulnerabilidad/Resiliencia para la Regulación Emocional 11Otras Investigaciones 14La Neurona Espejo: Intersubjetividad Neurobiológica 14

LA AUTORREGULACIÓN DESDE LA TERAPIA COGNITIVA POSRACIONALISTA

El Estilo Emocional 16El Significado 18Mismidad e Ipseidad: Dimensiones del Sí Mismo 19Inward y Outward: Estilos de Construcción de la Identidad Personal 20

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Dependencia Independencia del Ambiente:Función Intersubjetiva del Sí Mismo 22La Identidad Narrativa 24Desregulación Emocional: Aparición de Sintomatología Psicopatológica 24

DISCUSIÓN 26CONCLUSIONES 32BIBLIOGRAFÍA 34

INTRODUCCIÓN

“Yo no hablo de venganzas ni de perdones; el olvido es la única venganza y el único perdón.”

Fragmentos de un Evangelio Apócrifo. Jorge Luis Borges

Muchos son los caminos posibles a seguir cuando se plantea una investigación. Con el tiempo, aprendemos a discriminar lo que buscamos y dejamos afuera la información que nos parece menos relevante. Así, luego de un proceso de decantación, las preguntas que finalmente guían este trabajo son: ¿qué permite que los seres humanos se regulen? ¿Es posible enseñar, entrenar o guiar en ese proceso como terapeutas, o es más bien un trabajo personal que no puede ser influenciado externamente?; ¿Existe algún punto intermedio, entre lo que podemos ayudar a cambiar, y aquellas condicionantes estructurales que no son susceptibles de variación en una persona?; ¿Qué fundamentos científicos tenemos para respaldar nuestros hallazgos, o sólo nos movemos entre las sombras de las especulaciones?Considerando también la cita de Borges, queremos saber si la única forma de curación y regulación personal de los hechos que pudieron habernos dañado son el tiempo y el olvido, o si es posible encontrar otras formas de sanarse de los acontecimientos dolorosos del pasado y de la vida.La desregulación emocional se debería a eventos en la vida que son imprevistos y que “ponen en jaque” la autorregulación; o bien, en determinado momento, las personas se ven incapacitadas para restablecer su estilo personal de ser, dada las exigencias propias del ciclo vital que atraviesan. Por otro lado, existirían predisposiciones biológicas que nos permitirían regularnos individualmente de mejor manera y que estarían a la base de los procesos psicológicos.Para el estudio en los seres humanos, la regulación emocional puede ser abordada desde distintos puntos de vista: en sus predisposiciones biológicas, en sus características psicológicas relevantes, en sus aspectos relacionales y en los sistemas y subsistemas en los cuales un organismo se desenvuelve. En esta revisión bibliográfica nos centraremos en los aspectos neurobiológicos y en las características psicológicas individuales que pueden predisponer hacia determinados estilos individuales de regulación emocional. La Terapia Posracionalista se torna un contexto de exploración de la experiencia del paciente, en la cual puede reordenar flexiblemente su experiencia de vivir, de manera que le permita recuperar su regulación emocional (Zagmutt, 2006, pág. 1).Posteriormente realizaremos una integración considerando los aspectos más relevantes del desarrollo neurobiológico actual y de la Psicoterapia Posracionalista en el estudio de la regulación emocional, para entregar algunos posibles caminos y pautas de

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intervención para el trabajo psicoterapéutico, a la luz de las Neurociencias. Tal vez con el tiempo pueda significar un posible camino de investigación, que lleve hacia pautas de intervención más eficaces y con mayor validación científica para el trabajo psicoterapéutico.

LA REGULACIÓN EMOCIONAL DESDE LA NEUROBIOLOGÍA

Definiciones

Las emociones son fenómenos psicofisiológicos que representarían modos eficaces de adaptación a ciertos cambios en las demandas ambientales. Psicológicamente, las emociones alterarían la atención del organismo, orientando hacia ciertas conductas por sobre otras en la jerarquía de respuestas del individuo y activarían redes asociativas relevantes en la memoria. Fisiológicamente, las emociones organizarían rápidamente las respuestas de distintos sistemas biológicos, incluyendo expresiones faciales, músculos, voz, actividad del sistema nervioso autónomo y el sistema endocrino, con el propósito de establecer un medio interno óptimo para el comportamiento más efectivo. En el aspecto conductual, las emociones permitirían establecer nuestra posición con respecto al entorno, impulsándonos hacia ciertas personas, objetos, acciones e ideas, alejándonos de otras. Las emociones actuarían también como depósito de influencias innatas y aprendidas, poseyendo ciertas características invariables y otras que muestran alguna variación entre grupos y culturas (Rosenzweig y Leiman, 1993, págs. 614-615).Para Izard (1991; en Ferrer Ducaud, 2008, págs. 89-90) una emoción sería un sistema complejo que emerge de las interacciones de constituyentes neurohormonales, motores y procesos experienciales. Aunque las emociones surgirían de una transacción con el ambiente, se autoorganizarían desde la filogenia, emergiendo como una adaptación evolutiva. Las emociones individuales cohabitarían con otras emociones para formar puntos contingentes que se estabilizarían por la reiteración en el tiempo. Las emociones serían el producto y el entramado de una organización sistémica.

Neuroanatomía de las Emociones y Circuitos Centrales de la Emoción

Las áreas más altas del cerebro, como la corteza cerebral, son indispensables para regular las emociones, pero éstas no surgirían de ellas sino de las estructuras más profundas y arcaicas del encéfalo, del sistema límbico. Las expresiones afectivas primordiales las compartiría el hombre con los animales. De las regiones periacueductales del tronco cerebral y desde el diencéfalo, emergerían impulsos neuroquímicos que en el ser humano se han de convertir en sofisticados sentimientos que regulan su vida social (Ferrer Ducaud, 2008, pág. 106 – 107).Sin embargo, la tendencia actual es a no admitir que la emoción radica como un todo en el sistema límbico, sino que en estructuras parciales de él, como módulos que se integran en nuevas actividades que representan subsistemas; de tal manera que no habría un solo sistema emocional, sino que muchos. Los principales circuitos son los que involucran a la amígdala y a la corteza orbitofrontal (Ferrer Ducaud, 2008, pág. 112).

La Amígdala

La amígdala de los primates contendría una población de neuronas especializadas en respuesta a diferentes expresiones faciales. En los primates los sistemas envueltos en la emoción despertada por los estímulos visuales derivarían del lóbulo temporal superior,

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quien analizaría la identidad de los objetos. En la corteza orbitofrontal y en la amígdala, conectadas con el lóbulo temporal, operarían neuronas implicadas en el reforzamiento emocional (Ferrer Ducaud, 2008, pág. 113 – 114).La amígdala monitorea los estímulos emocionales, en un proceso subliminal, sin explícita conciencia de tales estímulos. La emoción aumentaría la recolección de detalles y contextos en que se desenvuelve el organismo y ésta, a su vez, incrementaría la emoción (Ferrer Ducaud, 2008, pág. 118).Según Wilson y Rolls (1993; 1997; en Ferrer Ducaud, 2008, pág. 116), las descargas amigdalianas ocurrirían dado el interés del organismo por el estímulo. La respuesta afectiva dependería de la representación mantenida por el núcleo de Meynert o la corteza cerebral.

Respecto a hallazgos de investigación obtenidos en relación con la amigdala, Morris (1996; en Ferrer Ducaud, 2008, pág. 117) plantea que la expresión de temor activaría mucho más la amígdala que la expresión de alegría. La destrucción bilateral de la amígdala disminuiría los procesos que sustentan las reacciones a los estímulos afectivos necesarios para el aprendizaje de la reacción a estímulos negativos. La ansiedad y las fobias despertarían respuestas amigdalianas (Ferrer Ducaud, 2008, pág. 126). H. C. Abercombie y cols. (1996; en Ferrer Ducaud, 2008, pág. 128), empleando las Imágenes de Resonancia Magnética Funcional (IRNMf) y enfrentando a los pacientes con imágenes mentales negativas, informó que la disposición afectiva negativa se puede revelar con la mayor actividad de la amígdala derecha.Por otro lado, Davidson (1998; en Ferrer Ducaud, 2008, pág. 127) propuso que la mayor inhibición de la amígdala provenía del cingulum, siendo confirmada por estudios con la Técnica de Emisión de Positrones (PET). Davidson agrega que es probable que los individuos con mayor resiliencia sean los que poseen mayores activadores del cingulum y serán aquellos cuyo estilo afectivo pueda expresarse con una mayor conducta de aproximación.

La Corteza Orbitofrontal

La corteza prefrontal recibe las proyecciones del núcleo medio dorsal del tálamo y está situado frente a las cortezas motora y promotora (Ferrer Ducaud, 2008, pág. 120).La amígdala y la región orbitofrontal le imprimirían un valor emocional subliminal soterráneo a la conciencia, que evalúa la recompensa o el castigo de un modo en que tal vez la conciencia no percibe en la programación y desarrollo de un acto (Ferrer Ducaud, 2008, pág. 123).Además, las neuronas orbitales participan en contingencias de la vida social, donde es necesario evaluar permanentemente expresiones emocionales cambiantes. En personas con daño orbitofrontal existiría una notable incapacidad para reconocer expresiones emocionales faciales (Ferrer Ducaud, 2008, pág. 121 – 122).

Formas de Regulación Emocional

Habrían dos sistemas de la emoción. Uno subyace en las emociones de retirada y recibiría la denominación de emociones negativas. El otro subtiende a las emociones de aproximación y se llamaría emociones positivas. El sistema de retirada facilitaría que el organismo evite un estímulo agresivo y organice una respuesta adecuada a la amenaza. Este sistema generaría emociones negativas, como temor o disgusto. Los afectos positivos corresponderían a conductas de apetito por los cuales el organismo se mueve a

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sus fines deseados. Implicarían acción para satisfacer sus impulsos (Ferrer Ducaud, 2008, pág. 107 – 108).

Clasificación Esquemática de las Emociones según Adolphs (2002; en Ferrer Ducaud, 2008, pág. 108)

Gross (1999; en Silva, 2005, pág. 202) plantea que la regulación emocional podría definirse como toda estrategia dirigida a mantener, aumentar o suprimir un estado afectivo en curso. Por lo general en las investigaciones, la atención se habría centrado en el momento de la ocurrencia de las distintas formas de regulación a lo largo del proceso emocional. En este contexto se diferencian: a) estrategias de aparición temprana (enfocadas en los antecedentes), por ejemplo, aquellas que versan sobre el contexto, situación y significado atribuido a la fuente de activación; y b) estrategias de aparición más tardía (focalizadas en la respuesta), por ejemplo, sobre los cambios somáticos experimentados una vez que la emoción se inició completamente. Aunque se reconoce la existencia de variadas formas de estrategias de regulación, dos han sido estudiadas más ampliamente: la Reevaluación (asignar un significado “no emocional” a un evento) y la Supresión (controlar la respuesta somática de una emoción) (Gross, 1998; en Silva, 2005, pág. 202).

Estilos de Regulación Emocional a partir de la Supresión y la Reevaluación

Existirían diferentes consecuencias a partir de los distintos modos de regulación de la experiencia afectiva, de la expresión facial de las emociones, de la fisiología, de la memoria y de los procesos interpersonales. Los hallazgos obtenidos refieren que la Reevaluación Cognitiva disminuiría significativamente la experiencia subjetiva de desagrado frente a estímulos aversivos visuales, mientras que la Supresión fallaría en lograrlo. Asimismo, la Supresión Emocional reduciría considerablemente la expresividad afectiva, tanto en su rango positivo como negativo, generando una disminución de la comunicación de los estados internos del individuo. Desde el punto de vista fisiológico, los sujetos que utilizan la Supresión mostrarían una actividad del sistema simpático intensificada, tanto en índices cardíacos como en medidas de conductancia de la piel. Al contrario, las personas que utilizan la Reevaluación tendrían una actividad fisiológica bastante más reducida en los mismos índices cardíacos y de conductancia de la piel. Por otro lado, la Supresión involucra un gran esfuerzo cognitivo durante el proceso emocional, producto principalmente del automonitoreo y de la autocorrección que conlleva. Este esfuerzo reduciría los recursos cognitivos disponibles del sujeto, dificultando la retención de los sucesos en la memoria. La Reevaluación, como estrategia de aparición temprana, no incluiría un esfuerzo de autorregulación y, por lo tanto, los distintos recursos cognitivos como la memoria estarían disponibles.

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Además, desde el punto de vista interpersonal las personas que suprimen sus afectos, al disminuir notoriamente su expresividad emocional, generarían afectos negativos en los otros y resultarían menos “alentadores” en situaciones de adversidad (Gross, 1998; en Silva, 2005, pág. 202).

Regulación Emocional y Psicopatología

De acuerdo con Bradley (2000; en Silva, 2005, pág. 202 – 203), la Psicopatología surgiría en parte debido a “un proceso de regulación deficiente”, ya sea por el tipo de estrategia de regulación utilizada o como el producto de una diferenciación afectiva poco desarrollada.

Habrían aportes recientes que muestran que la regulación emocional como proceso dependería de un grado de diferenciación emocional previo, es decir, la habilidad para manejar experiencias afectivas estaría estrechamente relacionada con la capacidad para distinguir estados internos y diferenciarlos unos de otros. De este modo, en la medida en que las personas delimitaran más detalladamente su experiencia podrían conocer con mayor precisión sus estados afectivos (Feldman et al., 2001; en Silva, 2005, pág 203).

Estilo Afectivo y Regulación Emocional

Richard Davidson ha estudiado durante dos décadas la activación asimétrica de la región prefrontal y otras áreas implicadas en la emoción. Ha empleado el término Estilo Afectivo para referirse al amplio espectro de las reacciones afectivas y del humor (disposiciones anímicas) que afectan a los diferentes individuos. Exige conocer los subcomponentes del sistema emocional que están siendo explorados, es decir, cuál es el blanco (target) de esta exploración (Davidson, 2000; en Silva, 2005, pág. 203 – 204; en Ferrer Ducaud, 2008, pág. 125).

Diversas estructuras cerebrales se relacionarían con el estilo afectivo, siendo categorizadas en dos grandes sistemas que sustentarían la motivación y la emoción: 1) el Sistema de Aproximación: favorecedor de conductas apetitivas y generador de afectos positivos relacionados con el logro de metas; y 2) el Sistema de Inhibición: el cual facilitaría al organismo el distanciarse de una fuente aversiva de estimulación y también organizaría las respuestas apropiadas cuando es confrontado con estímulos amenazantes (Davidson, 1999; en Silva, 2005, pág. 203 – 204).También se ha encontrado que la lateralización de los hemisferios cerebrales, en las respuestas del sistema emocional, estaría presente en la activación de la corteza prefrontal. De este modo, la corteza prefrontal derecha estaría directamente implicada en el sistema de inhibición, mientras que la corteza prefrontal izquierda lo estaría en el sistema de aproximación. De un modo concordante con esta formulación, las diferencias en la actividad tónica de esas estructuras, así como su relación funcional, representarían el sustrato biológico del estilo afectivo. En otras palabras, los sujetos con asimetría derecha de la activación tónica de la corteza prefrontal tendrían una tendencia a experimentar mayor intensidad de afecto negativo en comparación con los sujetos con asimetría izquierda. Asimismo, los individuos con la corteza prefrontal derecha más activa estarían predispuestos a ser más sensitivos a los estímulos amenazantes, inhibiendo su conducta y experimentando más afecto negativo. Por otro lado, la importancia de los sectores derecho e izquierdo de la corteza cerebral en el procesamiento de la emoción ha sido muy estudiado en pacientes con daño unilateral. La interpretación más generalizada es que el circuito que envuelve la corteza

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prefrontal del lado izquierdo es la más relevante, por cuanto esta zona elabora las experiencias afectivas positivas. Esta hipótesis ha sido impugnada, entre otros, por el mismo Richard Davidson y cols., para quienes la reacción emocional depende del desafío de las contingencias del ambiente. La activación asimétrica representaría para Davidson una predisposición, una diátesis, esto es, que la asimetría frontal no sería suficiente para causar estados emocionales específicos, sino que predispondrían a responder bajo condiciones apropiadas de un modo u otro (Davidson, 2003; en Silva, 2005, pág. 203; en Ferrer Ducaud, 2008, pág. 124).

InvestigacionesHallazgos Científicos de la Lateralización de los Hemisferios

La separación de la madre del niño pequeño producía una activación mayor en el lóbulo frontal derecho. En niños mayores, la activación del lóbulo frontal derecho se observaba con mayor intensidad si el niño era retraído y pendenciero. En adultos, esas medidas permitían predecir la disposición hacia un determinado humor y se correlacionaba con resultados conductuales de activación o inhibición por self – report, de represión defensiva, de reactividad a “estímulos” emocionales positivos o negativos (Ferrer Ducaud, 2008, pág. 126 – 127).Buss et al. (2003; en Silva, 2005, pág. 204) también plantearon que en infantes la actividad cerebral en respuesta a estímulos positivos (figura de la madre) y negativos (alejamiento de la madre) parecía seguir los mismos principios que en los adultos. La actividad frontal derecha estaría asociada con respuestas y expresiones frente a estímulos negativos, mientras que la corteza frontal izquierda a los positivos. A través de estudios de laboratorio se ha develado que la regulación emocional toma lugar al mismo tiempo que la corteza prefrontal “controla” la activación de la amígdala. Específicamente, la disminución voluntaria de las emociones negativas se relaciona con cambios en la actividad neuronal en la amígdala. Oschner et al. (2002; en Silva, 2005, pág. 204), estudiando la actividad cerebral durante la Reevaluación, encontraron que la activación de ciertas zonas de la corteza prefrontal izquierda modularían la amígdala y la corteza orbitofrontal medial izquierda durante dicha estrategia de regulación emocional.S. L. Rauch, usando la técnica de PET y de IRNMf ha descrito el circuito de neuronas de la ansiedad. Se destaca la hiperactividad de la amígdala y la deficiente activación de la corteza dorsal del lóbulo prefrontal, preferentemente del lado derecho. En suma, lesiones pequeñas del lóbulo frontal derecho aumentarían los aspectos negativos y pacientes con ansiedad, activarían igualmente el lóbulo prefrontal derecho (Ferrer Ducaud, 2008, pág. 125).Por otro lado, los sujetos con activación tónica frontal asimétrica derecha presentarían dificultades para regular emociones negativas, en comparación con su contraparte asimétrica izquierda (Silva, 2005, pág. 205).Henríquez y Davidson (1990; en Silva, 2005, pág. 204) reportaron que personas depresivas tienen una hipoactivación tónica de la corteza frontal izquierda, denotando una hipofuncionalidad del sistema de activación. Además, este patrón de actividad cerebral no tendría una relación exclusiva con los períodos en que una persona presentaría síntomas depresivos (Ferrer Ducaud, 2008, pág. 122 – 123). Además, J. B. Henríquez y R. Davidson encontraron que individuos deprimidos o con historia de episodios depresivos mostraban menos activación eléctrica prefrontal derecha que los individuos que nunca habían tenido depresión (Ferrer Ducaud, 2008, pág. 126 – 127).

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Silva et al. (2002; en Silva, 2005, pág. 204) reportaron que las personas que siguen una dieta en forma crónica y que además se sobrealimentan en situaciones de ansiedad, presentarían una asimetría tónica derecha de la corteza prefrontal.Otro aspecto importante se refiere al papel del lóbulo frontal izquierdo en regular el tiempo de respuesta a una emoción. El predominio izquierdo determina una recuperación más rápida de los estímulos negativos (Ferrer Ducaud, 2008, pág. 127).Respecto a la motivación y la lateralización de las respuestas de los hemisferios, Davidson et al. (2000; en Silva, 2005, pág. 204) encontraron que los fóbicos sociales presentaban una actividad de fase de mayor magnitud en zonas corticales derechas cuando se inducía ansiedad de anticipación. Una investigación realizada por Rubino et al. (2007, pág. 1), en la cual participa Giampiero Arciero, tuvo como objetivo evaluar cómo diferentes estilos de personalidad se asocian con distintas modulaciones cerebrales de la actividad cerebral, durante un reconocimiento explícito de expresiones de rostros temerosos y de enojo. Los sujetos fueron sometidos a IRNMf y, basados en un modelo cognitivo, fueron categorizados de acuerdo a la respuesta que le atribuían a un estímulo emocional y cómo regulaban su activación emocional. Se compararon 14 sujetos con tendencia fóbica, cuya identidad personal estaba más centrada en la experiencia interior (“inward”) y en el control de las amenazas ambientales, y a 14 sujetos con tendencia a los desórdenes alimentarios, cuya identidad estaba más orientada al contexto referencial externo (“outward”) y en mucho menor grado al control de los estímulos amenazantes (Rubino et al., 2007, pág. 1).Los resultados del IRNMf indicaron que los sujetos con tendencia fóbica tuvieron una mayor activación de la corteza prefrontal cuando fueron comparados con sujetos con tendencia a los desórdenes alimentarios, durante la clasificación cognitiva de los estímulos amenazantes. La actividad que presentaba la corteza prefrontal también correlacionaba con los estilos de personalidad. Estos resultados demostrarían que los sujetos con tendencia a un estilo de personalidad fóbico utilizarían mayores áreas neuronales de la corteza prefrontal, cuya actividad está asociada con aspectos cognitivos que están estrechamente relacionados con el procesamiento emocional. Estos hallazgos serían consistentes con la afirmación de que la evaluación cognitiva y la respuesta a los estímulos emocionales se asocian con los distintos estilos de personalidad (Rubino et al., 2007, pág. 2).

Investigación en DesarrolloEl Modelo de Vulnerabilidad / Resiliencia para la Regulación Emocional

Dentro de las líneas de investigación planteadas, cabe destacar la de Jaime Silva (2005), quien a través de la combinación de variables psicobiológicas (asimetrías cerebrales tónicas) y conductuales (habilidades de mentalización) propone un modelo aún en desarrollo, llamado “Modelo de Vulnerabilidad / Resiliencia” (Silva, 2005, pág. 202). Este modelo considera estilos de regulación emocional y los caminos que puede tomar la psicopatología de existir una regulación deficiente. Al ser de gran interés respecto a los aportes concretos de la Neurobiología al desarrollo del trabajo clínico en general y de la psicoterapia en particular, lo revisaremos con mayor profundidad. Silva (2005, pág. 205) ha integrado las investigaciones de la neurociencia afectiva respecto a la lateralización funcional de los hemisferios con los de la Función Reflexiva o Mentalización, para el desarrollo de un modelo predictivo de la psicopatología. Respecto a la Función Reflexiva, según Silva (2005) es un concepto de innegable heurística y con gran desarrollo empírico. “Técnicamente, la mentalización corresponde a un mecanismo que nos permite inferir o hipotetizar sobre los posibles estados

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mentales de los otros y de uno mismo. Esta habilidad permitiría comprender, predecir, anticipar (y muchas veces controlar) nuestra conducta y la de los demás. Además, existe una importante relación entre los niveles de función reflexiva que un individuo posee y el grado de psicopatología que éste padece” (Silva, 2005, pág. 205).Silva (2005) afirma que una parte importante de los trastornos psicopatológicos habrían surgido debido a dos fenómenos relacionados entre sí: por un lado, una “reactividad emocional exacerbada” y, en segundo término, un “proceso de regulación deficiente”. Las variables que debieran ser consideradas como determinantes de aquellos fenómenos serían: a) Las Disposiciones Anímicas Temperamentales, que involucran una reactividad emocional dada y, además, una habilidad para diferenciar y regular emociones.b) Las Habilidades de Mentalización alcanzadas en los vínculos tempranos, que permitirían desarrollar disposiciones emocionales dependientes de la experiencia, junto con estrategias de diferenciación emocional. La interacción de estas variables resultaría en cuatro formas o patrones de vulnerabilidad / resiliencia identificables. El objetivo sería la comprensión de la regulación emocional en el contexto de una formulación más abarcadora, no sujeta a un modelo teórico específico (Silva, 2005, pág. 205).

PATRONES DE VULNERABILIDAD / RESILIENCIA (Silva, 2005, pág. 206).

Sujetos Resilientes: Asimetría Frontal Izquierda con Alta Función Reflexiva (I – A)

Este grupo de sujetos presentaría una disposición emocional temperamental resiliente con un alto grado de mentalización de sí mismos y de los demás. Además tendrían una reactividad emocional moderada frente a estímulos negativos, pero una serie de estrategias mentales para regular dicha reactividad. En este contexto el modelo predice que estos sujetos tendrán grandes habilidades en modular sus emociones básicas y no básicas, con una baja probabilidad de desarrollar una psicopatología. Los niveles de diferenciación emocional de estos sujetos serán altos para las emociones no básicas y básicas. Así, este tipo de patrón resultará en personas altamente resilientes (Silva, 2005, pág. 206).

Sujetos con Resiliencia para Emociones Básicas y Vulnerabilidad para Emociones no Básicas: Asimetría Frontal Izquierda con Baja Función Reflexiva (I – B)

Estas personas tendrían una disposición emocional temperamental resiliente con niveles bajos de mentalización de sí mismos y de los demás. Presentarían una reactividad emocional moderada frente a estímulos negativos y con dificultades para regular dicha reactividad. El modelo explicita que estos sujetos tendrían mejores habilidades en modular sus emociones básicas y que tendrán una dificultad particular en regular sus emociones no básicas. Los niveles de diferenciación emocional de estos sujetos serán

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altos para las emociones básicas, pero bajos para las emociones no básicas. Así, este tipo de patrón resultará en personas resilientes en relación a emociones básicas, pero vulnerables en el manejo de sus emociones no básicas. En este caso la psicoterapia debiera ser más efectiva que el tratamiento farmacológico (Silva, 2005, pág. 206 – 207).

Sujetos Vulnerables a Emociones Básicas y Resilientes para Emociones no Básicas: Asimetría Frontal Derecha con Alta Función Reflexiva (D – A)

Este grupo serían personas con una vulnerabilidad emocional temperamental que han desarrollado mecanismos de organización mental que les permiten tener un alto grado de mentalización de sí mismos y de los demás. De este modo, tendrían una alta reactividad emocional frente a estímulos negativos, pero una serie de estrategias para regular y superar dicha reactividad. Si bien estas personas tendrían una dificultad disposicional a experimentar emociones negativas de alta intensidad, ello será cierto en particular respecto a las emociones básicas (aquellas con una alta determinación genética), como la tristeza, miedo, rabia, etc. Sin embargo, aquellas emociones determinadas culturalmente (emociones no básicas) podrían ser moduladas con una mayor facilidad por dichos sujetos (vergüenza, culpa, etc.)Los niveles de diferenciación emocional de estos sujetos serían altos para las emociones no básicas en comparación a las básicas. Así, este tipo de patrón resultaría en personas vulnerables en la administración de sus emociones básicas, pero resilientes en relación a las emociones no básicas. En este grupo se esperaría que el tratamiento farmacológico fuera mucho más efectivo que el psicoterapéutico (Silva, 2005, págs. 205 – 206 ).

Sujetos de Alta Vulnerabilidad: Asimetría Frontal Derecha con Baja Función Reflexiva (D – B)

Este grupo de personas tendría una vulnerabilidad emocional temperamental con un bajo nivel de mentalización de sí mismos y de los demás. Presentarían una alta reactividad emocional frente a estímulos negativos y una gran dificultad para modular dicha reactividad. Estas personas tendrán una dificultad disposicional para experimentar emociones negativas con alta intensidad, tanto para las emociones básicas como las no básicas. Sus niveles de diferenciación emocional serán bajos para ambas clases de emociones. Este tipo de patrón se presenta en personas vulnerables a sus emociones, siendo el grupo de más alto riesgo para desarrollar una psicopatología. En este grupo probablemente será más efectiva la interacción de psicofármacos y psicoterapia para un mejor resultado (Silva, 2005, pág. 206).“Tomando en cuenta esta clasificación gruesa sostenemos especulativamente que la psicopatología surge de un modo particular según el patrón de vulnerabilidad / Resiliencia del grupo al cual pertenece, y que aquel depende de la interacción de disposiciones temperamentales emocionales con capacidades desarrolladas en el vínculo temprano” (Silva, 2005, pág. 207).

Otras InvestigacionesLa Neurona Espejo: Intersubjetividad Neurobiológica

Se denominan Neuronas Espejo a cierta clase de neuronas que se activarían cuando un animal o persona desarrolla la misma actividad que está observando ejecutar por otro individuo, especialmente un congénere. Las neuronas del individuo imitarían como “reflejando” la acción del otro; el observador estaría él mismo realizando la acción del

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observado, de allí su nombre de “espejo”. Tales neuronas fueron primero observadas en primates, y luego se encontraron también en humanos y en algunas aves. En el ser humano se las encuentra en el área de Broca y en la corteza parietal (Gallese, 2007, pág.148; Kohler et al., 2002, pág. 846).En las Neurociencias se especula que estas neuronas juegan un rol importante en el desarrollo de las habilidades cognitivas ligadas a la vida social, tales como la empatía y la imitación. También se ha sugerido que las disfunciones del “sistema espejo” podría ser la causa subyacente de algunos desórdenes cognitivos, tales como el autismo (Gallese, 2007, pág. 150).El hallazgo de las neuronas espejo fue realizado por Rizzolati, Fogassi y Gallese estudiando el comportamiento de un mono macaco. En los seres humanos no se ha estudiado directamente esta actividad neuronal, sino a través de IRNMf, EEG y por Simulación Magnética Transcraneal (SMT), demostrando que la circunvolución frontal inferior y la corteza parietal inferior del cerebro humano se activan cuando la persona realiza una acción y también cuando observa a otro individuo realizar esa misma acción. Por lo tanto, es probable que estas regiones contengan neuronas espejo, y así han sido definidas como el “sistema de neuronas espejo humano” (Fogassi et al., 2005, pág. 662)..La corteza frontal inferior se encuentra próxima al área de Broca. A partir de esto se ha sugerido que el lenguaje humano habría evolucionado por el sistema de comprensión y realización de gestos implementado en las neuronas espejo. Sin embargo, existen pocas evidencias directas (Kohler et al., 2002, pág. 846 – 848). Los estudios también vinculan a las neuronas espejo con la comprensión de objetivos e intenciones. Desde hace tiempo se ha reconocido al lóbulo parietal inferior como la corteza de asociación, que integra la información sensorial. En estudios con macacos se ha inferido que las neuronas espejo podrían proporcionar una base neurológica para predecir las acciones subsecuentes, integrando la información de otro individuo para deducir su intención (Fogassi et al., 2005, pág. 662).Según Dumouchel (1995; en Gallese, 2007, pág. 148), un determinado estado emocional no sería una propiedad psicológica intrínseca de un sujeto, sino la propiedad relacional de un individuo en un contexto social determinado. La expresión de las emociones se constituiría en un sistema de comunicación social con el propósito fundamental de facilitar la coordinación social. Los movimientos faciales y corporales revelarían las opciones conductuales disponibles en ese contexto social. La importancia de las neuronas espejo radicaría entonces en la posibilidad de brindar un sustrato biológico al aprendizaje social, a través del aislamiento y medición experimental de las neuronas involucradas en las conductas de simulación, imitación y de reconocimiento de conductas, lo cual permitiría regular y coordinar la conducta social, sintonizando con los otros en un contexto determinado.

LA AUTORREGULACIÓN DESDE LA TERAPIA COGNITIVA POSRACIONALISTALa Terapia Cognitiva Posracionalista se adscribe al Enfoque Epistemológico conocido como el Constructivismo Crítico. Uno de los aspectos fundamentales en el cual los Constructivistas se diferenciarían de los modelos epistemológicos tradicionales es que el conocimiento sería autoorganizado, esto es, la construcción de una realidad personal estaría subordinada a la mantención de la continuidad de un organismo, en interacción permanente con el mundo externo. Ante los continuos desafíos de un mundo cambiante y perturbador, “...el sujeto, como ente epistémico, ordena y reordena su vivencia con el propósito fundamental de mantener su continuidad vital en un sentido de familiaridad

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experiencial” (Zagmutt y cols., 1999; en Ferrer y Zagmutt, 2003, pág. 1).

Arciero (2005) plantea que a partir de los significados que da el sujeto, más su Estilo Emocional, permitirían determinar su regulación interna. El Significado de la experiencia propia sería el resultado de un esfuerzo de interpretación, mediatizado por un lenguaje común y la praxis de vivir con otros seres humanos, ordenada a través de la narración. Los significados y el estilo emocional se organizarían en lo que Paul Ricouer denominó Identidad Narrativa, la cual buscaría la inteligibilidad de la experiencia, la permanencia en la multiplicidad, la continuidad en la variabilidad (Arciero, 2005, pág. 14). Con fines didácticos y explicativos, analizaremos por separado los conceptos fundamentales propuestos por el Posracionalismo que permiten la regulación de la Identidad Personal aunque, como veremos, conforman una unidad interrelacionada.

El Estilo Emocional

Uno de los respaldos más importantes al modelo de Guidano es la Teoría del Vínculo de Bowlby. Esta le da las bases para desarrollar el concepto de Organización de Significado Personal (OSP) que permite describir cómo una persona construye en forma gradual un sentido coherente de Self o Sí Mismo a través de la interacción con los demás. Las OSP son categorías recurrentes de organización que dan un significado personal a la experiencia de vivir (Guidano, 1994, pág. 85; Zagmutt, 2005, Pág. 5).Toda posible construcción personal estaría constreñida en sus posibilidades por las restricciones al conocimiento que se ha generado en el vínculo temprano en la búsqueda de la reciprocidad con la figura de apego (Zagmutt, 2006, pág. 5). En este interjuego de la reciprocidad, el niño construiría un dominio emotivo que le dará el sentido de sí mismo y de la realidad (Zagmutt, 2005, pág. 1).La noción de un mundo y de uno mismo surgiría en la praxis del vivir, sustentado en los esquemas emotivos adquiridos en el fluir de la dinámica y mantención de los lazos primarios del proceso vincular más elemental: el proceso de predecir las oscilaciones entre proximidad y alejamiento de la figura de apego (Zagmutt y Ferrer, 2003, pág. 2).“El modo específico de organizar de una manera idiosincrásica y apriorística las experiencias emotivas que surgen en el interjuego aproximación – evitación en referencia al cuidador es lo que Guidano define como una OSP”. Las OSP, entonces, podríamos entenderlas como sistemas de ordenamiento de la experiencia inmediata en un proceso idiosincrásico de organizar, agrupar y combinar las diferentes tonalidades emotivas básicas que se entrelazan con el sistema explicativo, haciendo consistente esta experiencia con una imagen explícita positiva de sí mismo, de modo de dar coherencia al sistema total y permitir su viabilidad. Esto permitiría un proceso continuo de autorregulación, basado en la comprensión de la experiencia y su reordenamiento interno en significados, que de por sí son intersubjetivos (Zagmutt y Ferrer, 2003, pág. 2).Las OSP serían una forma de conocimiento proactivo, un feedforward, que les darían a las personas un modo de sentirse en el mundo y apercibir cualquier situación desafiante, las que además constituirían un modo de restricción del conocimiento, al conocer siempre de un modo autodeterminado (Ferrer y Zagmutt, 2003, pág. 2).Según la calidad de la predicción de la disponibilidad de los padres ante las necesidades de los infantes, se pueden plantear dos tipos de enfrentamiento a sus desafíos: - Guiarse predominantemente por patrones externos, cuando la predictibilidad del cuidado paterno es baja. Las personas externamente guiadas tienden a privilegiar la

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conexión con los otros para operar con la realidad.- Guiarse mayoritariamente por patrones internos, cuando la predictibilidad de la figura de apego es alta. Los sujetos que se guían por patrones internos tienden a privilegiar la individualidad (Ferrer y Zagmutt, 2003, pág. 2).Por otro lado, se han planteado cuatro grandes estilos de OSP, las cuales definen a la persona más por los conflictos que intentan evitar, que por procurar mantener una imagen positiva de sí mismo:La OSP Depresiva se construiría alrededor de estrategias de evitación de las experiencias de desamparo e incontrolabilidad del mundo vividas ante la percepción de una pérdida. La OSP Fóbica construiría un significado personal a través de estrategias evitatorias de toda percepción de sentimientos de constricción y desprotección. La OSP de Desórdenes Alimentarios Psicógenos (DAP) lo haría respecto a sentirse desconfirmado o invadido, evitando los sentimientos de ineficacia personal y vacío. Finalmente, en la OSP Obsesiva se desplegarían estrategias evitatorias de toda experiencia emotiva que pueda gatillar sentimientos de ambivalencia e incontrolabilidad (Guidano, 1994, pág. 55; Zagmutt y Ferrer, 2003, pág. 3).Arciero (2005) también plantea que el sentido de continuidad personal estaría fuertemente influido por la Figura de Apego (Arciero, 2005, pág. 96). Sin embargo, respecto a las OSP considera que éstas, más que personales son impersonales, ya que tienden a encasillar a las personas y a dejar fuera muchos otros aspectos importantes, desarrollando un trabajo teórico que apunta a flexibilizar las categorías diagnósticas (Zagmutt, 2006, pág. 11).Lecannelier (2006) agrega que la principal función de la figura de apego sería permitir la “autorregulación” de los ciclos fisiológicos del infante, lo cual posteriormente permitiría estabilizar y dar continuidad a los estados emotivos del niño.

El SignificadoEl significado podríamos definirlo como la búsqueda por una comprensión de la experiencia, siendo un proceso proactivo y apriorístico para interpretar la realidad, a partir de las emociones relevantes adquiridas en los vínculos tempranos de apego. La persona iría construyendo un significado personal coherente durante todo su ciclo vital, en un permanente esfuerzo por producir un mundo consistente con este significado emotivo, en un proceso continuo de construcción de un autoreconocimiento explícito positivo (Zagmutt y Ferrer, 2003, págs. 2-3).Para el Posracionalismo el significado, lejos de habitar en el lenguaje como sostiene el Constructivismo, existiría en una dimensión prelinguística, que pone al ser humano en una condición inescapable de ser el intérprete de sí mismo. A su vez, la persona humana estaría constreñida en esta tarea por la necesidad invariante de mantener una continuidad del sentido de sí mismo y de su historia personal en una identidad narrativa inescapable (Zagmutt, 2006, págs. 5-6)La conciencia reflexiva emergería con la aparición del lenguaje. El lenguaje nos permitiría ingresar a un mundo compartido con los otros. De esta manera nos podemos apropiar del sentido común implicado en el mundo compartido. Junto con esta apropiación, aparecería la facultad de apropiarnos de nuestra propia experiencia prerreflexiva. Y esta experiencia prerreflexiva tiene un sentido a partir del cual se constituiría una identidad personal. Este proceso sin fin lo denominamos Identidad Narrativa (Zagmutt, 2006, pág. 11).Guidano (1991), en su libro “El Sí Mismo en Proceso” se empieza a alejar de la noción primera de los procesos del Self centrados en los procesos de la experiencia inmediata (Yo) y los procesos de explicación (Mi) e introduce la noción de Comprensión. La

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comprensión será vista como un proceso de interpretación de la vivencia, con un fuerte componente narrativo y hermenéutico, proponiendo una estructura narrativa de la experiencia (Zagmutt, 2006, pág. 10). Este aspecto de la experiencia humana, de reformular su experiencia en un relato, en una historia unitaria y coherente, permitiría asimilar el sentido de continuidad y permanencia con la diversidad de Selves (Self en plural) en la discontinuidad de las experiencias de la vida, integrando la variabilidad y la continuidad en el relato (Guidano, 1994, págs. 87-88; Zagmutt, 2005, Pág. 6).La noción de Intersubjetividad amplía el papel central del vínculo de apego en el modelo de Guidano, abriéndose al tema de la alteridad, esto es, el papel del otro en la construcción de la identidad personal. Ya no se podría definir el significado como algo que ocurriría sólo al interior de una mente, sino que sería algo que toma lugar en el espacio de la intersubjetividad humana. En palabras de Arciero: “...la constitución de la Identidad es contemporánea al proceso de construcción de significado, en tensión entre el mundo intersubjetivo y la experiencia de vivir” (Arciero (2005); en Zagmutt, 2005, Pág. 7).Respecto al papel del lenguaje en la Autorregulación, Arciero (2005) plantea que se debe considerar tanto una actitud/relación hacia sí mismo, como una actitud/relación hacia el mundo y los otros, integrando tanto los aspectos subjetivos como intersubjetivos para una comprensión más abarcadora del problema. El lenguaje permitiría integrar las experiencias, la comunicación simbólica posibilitaría la “regulación afectiva” mediatizada por el sentido. El sí mismo serviría para “pertenecer a los otros” (comunicación intersubjetiva y preservación de la especie) y para “diferenciarse de los otros” (función de individualización, de unicidad) (Arciero, 2005, págs. 81 – 82)

Mismidad e Ipseidad: Dimensiones del Sí Mismo

El trabajo inicial de Guidano estuvo más centrado en el tema de la Continuidad, es decir, de explicar cómo se mantenía un sentido unitario de sí mismo en el tiempo, lo que llamó el Sameness (Mismidad). Sin embargo, ya había echado las bases para tomar en consideración el papel de la alteridad en el sentido de continuidad personal, lo que denominó el Selfhood (Ipseidad) (Zagmutt, 2005, Pág. 6).Arciero retomó el trabajo de Guidano y lo puso bajo un marco fenomenológico hermenéutico, lo que le permitió reformular el Modelo Posracionalista poniendo en primer plano las dos fuentes de mantención del sentido de continuidad personal del Self. De este modo integra las dos fuentes constitutivas de la experiencia humana: los procesos privados de continuidad cercanos al Modernismo y los procesos abiertos a la alteridad cercanos a la Posmodernidad, integrándolos en el concepto de Identidad Narrativa (Zagmutt, 2005, Pág. 6). En el enfoque Fenomenológico Hermenéutico de la experiencia humana, en los procesos de la Identidad Personal se reconocen dos modalidades de delinear la identidad en el tiempo, permitiendo distinguir dos modos de permanecer en el tiempo (Arciero, 2005, pág. 51; Zagmutt, 2005, Pág. 6).

1) Mismidad: el sentido de “Permanencia de Mí Mismo” en la multiplicidad de situaciones de mi acontecer. Es una modalidad de Sí Mismo que se mantiene sin alteración en el transcurso de la vida y que es un ente privado y anónimo, una estabilidad organizacional en el tiempo que permite la circunscripción en un sistema de categorías. “Resulta casi una carga no poder evitar ser uno mismo” (Arciero, 2005, pág. 51).

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2) Ipseidad: el sentido de “Constancia de Mí Mismo”, el “quién” que permanece presente en sí mismo ante la multiplicidad de situaciones, a través de ordenar las experiencias en una configuración narrativa coherente. Es una modalidad de Sí Mismo que es una suma de sí mismos múltiple, que cambia momento a momento en el fluir de los acontecimientos, pero que carece de intencionalidad. “... es una tarea el “quién” de aquel carácter que se muestra en su individualidad, en su estabilidad autónoma con respecto al fluir de la vida” (Arciero, 2005, pág. 51).

(Relato de Sí Mismo)       

Un aspecto importante que permite mostrar Arciero al incorporar el enfoque fenomenológico hermenéutico es que existiría otro modo de construir la identidad en la heterogeneidad de la experiencia, por medio de la narración, que sería un modo diferente de crear estabilidad (Zagmutt, 2005, pág. 4 – 5). Siguiendo los principios de la Teoría del Apego de Bowlby, Arciero (2005) plantea los caminos que puede seguir la formación del Sí Mismo. La previsibilidad por parte del niño de la respuesta parental regularía el sentido de sí mismo y el fluir de la experiencia del otro en un mundo. Por un lado, permitiría una diferenciación más marcada del flujo emocional interno, una mayor diferenciación de la propia experiencia respecto a la experiencia de los otros, constituyendo una construcción de la identidad personal más polarizada hacia la Mismidad. Por otro lado, la inconsistencia o la ambigüedad de la figura de apego crearía un polo más hacia la Ipseidad (Arciero, 2005, págs. 70-72).

Inward y Outward: Estilos de Construcción de la Identidad Personal

Arciero distingue dos modalidades distintas de construcción de la Identidad Personal, que permitirían una ampliación de la comprensión de cómo se constituye y organiza: las modalidades Inward y Outward (Zagmutt, 2005, Pág. 7).La experiencia de los Outward estaría anclada en la alteridad. En los Inward, en cambio, estaría más centrada en la experiencia encarnada, en su sentido de continuidad interna, visceral. Estas dos formas de vivir en el mundo intersubjetivo generarían dos maneras distintas de construir la identidad (Zagmutt, 2006, pág. 11).Se puede “rastrear” el origen de estos distintos estilos hasta la relación establecida con la Figura de Apego.

Estilo Inward

Sobre la base de la predictibilidad del acceso a la figura de apego, construirá la Identidad Personal sobre el polo de la interioridad, siendo más experto en decodificar los estados emotivos a partir de la activación visceral. Esto se asocia a una mayor y mejor diferenciación de la experiencia personal respecto de la experiencia de los cuidadores. Las emociones básicas serán entonces un componente fundamental de la Identidad Inward. Esta Identidad corresponde a los Estilos de Personalidad con

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Tendencia a la Depresión y con Tendencia a las Fobias, que prestan más atención a la interioridad. Es una identidad construida sobre la Mismidad o Sameness o la Permanencia de Sí Mismo (Zagmutt, 2005, Pág. 7).Ellos tenderán a excluir selectivamente las situaciones externas no asimilables a su experiencia que pongan en riesgo el sentido de estabilidad personal (Zagmutt, 2005, Pág. 8).

Estilo Outward

En base a la impredictibilidad del acceso a la figura apego, aquella relación de reciprocidad construida sobre la ambigüedad, inconsistencia y variabilidad de las respuestas a las demandas de atención, va a generar niños con una discriminación más débil de los estados internos, al estar primordialmente centrados en las actitudes de quien los cuida y de no poder prever la reacción de éstos ante sus necesidades. Tendrán una menor competencia para discriminar entre sus estados internos. Al estar “desconectados” de sus emociones viscerales básicas, su única posibilidad de decodificar la activación emocional indiferenciada es a través de emociones cognitivas y autoconcientes (Zagmutt, 2005, Pág. 7).La construcción de la identidad se focalizará sobre la variabilidad contextual y, por lo tanto, la activación emocional indiferenciada podrá ser ordenada en una experiencia conciente interpretándola con la ayuda de un referente externo al cual trata de sincronizarse emocionalmente. La construcción de la identidad se efectúa sobre la variabilidad de los acontecimientos o ipseidad (Selfhood). A esta dimensión corresponden los Estilos de Personalidad con Tendencia a la Obsesión y con Tendencia a los Trastornos Alimentarios (Zagmutt, 2005, Pág. 7-8).Los niños Outward, al desarrollar el lenguaje fundarán su Identidad Narrativa a través de una fuente externa de referencia. Para esto se centrarán primordialmente en los puntos de vista contextuales y excluirán selectivamente los aspectos internos de la experiencia. Esto implicará que los estados emotivos activados en una situación no serán distinguidos y, por lo tanto, no serán transformados en experiencia emocional. Predominarán las experiencias emocionales cognitivas, aun cuando no haya una activación visceral que las respalde (Zagmutt, 2005, Pág. 8).Ambas formas de construir la Identidad modelarán el dominio emotivo de diferentes maneras. En el caso de los Inward, los estados emocionales serán transformados en experiencia emocional. Por esto, para lograr una regulación del sentido de continuidad del Self ellos deberán mantener esta activación emocional en un rango de intensidad manejable. En el caso de los Outward, la experiencia emocional podrá ocurrir en ausencia de una activación emotiva básica. La experiencia dependerá primordialmente de la cognición. Como la estabilidad del Self está puesta en el contexto externo, la regulación emocional dependerá de la interpretación de estos eventos externos (Zagmutt, 2005, Pág. 8).

(Adaptación de Arciero, 2005, pág. 91).  

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Dependencia – Independencia del Ambiente: Función Intersubjetiva del Sí Mismo

El hallazgo de Witkin de la existencia de dos estilos cognitivos diferentes en el modo de organizar la relación con el mundo es tomado por Arciero para ampliar y complejizar la noción de Estilo de Personalidad. Los Independientes del Campo tienden a relacionarse con los demás de una manera más impersonal, menos sensible a los aspectos sociales de la realidad y más desapegada tanto física como psicológicamente de los otros. Confían más en sus criterios internos y son menos hábiles en el mundo interpersonal. Los Dependientes del Campo muestran una actitud más cercana física y emocionalmente a los demás y tienden a ser más competentes socialmente. Son más dependientes de los criterios de terceros y más pasivos en las iniciativas interpersonales (Arciero, 2005, pág. 89; Zagmutt, 2005, Pág. 7).

Dependientes del Campo: regulan el sentido de sí mismo en una relación constante con el otro. Se encuentran aquí los niños Evitantes con tendencia a los Trastornos Alimentarios que regulan el sentido de sí mismo a través de las actitudes de los otros. También se encuentran los niños Coercitivos con tendencia a la Fobia, que regulan la estabilidad del sí mismo manejando emocionalmente la cercanía con el otro.

Independientes del Campo: se relacionan con el mundo cognitivamente, ya que se han desarrollado en medios que no han estimulado o tolerado la comunicación emotiva o la evocación emotiva, basándose en modelos de procesamiento semántico de conocimiento. En este eje se encuentran los niños Evitantes/Coercitivos con tendencia a la Obsesión, que regulan un sentido estable de sí mismos guiándose por los principios generales y abstractos que regulan los contextos de vida en que se encuentran inmersos; y los niños con tendencia a la Depresión, que regulan a través de prevenir los rechazos.

Si consideramos las dimensiones Inward – Outward y las Dependiente – Independiente del Campo, se puede reconfigurar los Estilos de Personalidad en un cuadro unitario abarcativo con cuatro categorías de personalidad:

El Estilo A, tendiente a la Depresión, Inward, independiente del campo. Su sentido de sí mismo está regulado a través de la capacidad de prevenir y manejar los rechazos. Mantener la estabilidad está centrado en la regulación cognitiva autosuficiente y, por lo tanto, la atribución de desbalances será interna primordialmente, siendo independiente del contexto.

El Estilo C, tendiente a la Fobia, Inward y dependiente del campo, tiene un sentido de sí mismo centrado en el control. Es dependiente del contexto afectivo. Como la estabilidad depende primordialmente de la actitud emotiva de los padres, la atribución será primordialmente externa.

El Estilo A, tendiente a los Trastornos Alimentarios, Outward y dependiente del campo, se regula en relación a su capacidad para sintonizarse con el contexto de expectativas parentales. Como la estabilidad depende de terceros significativos, la atribución de los desbalances será dependiente de la actitud del otro. Oscilará entre interna y externa dependiendo del contexto interpersonal.

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El Estilo A/C, tendiente a la Obsesión, Outward e independiente del campo, regula el sentido de sí mismo por la capacidad cognitiva de asimilar los eventos a los principios y reglas abstractas que determinan las situaciones. Independientemente del contexto, tendrá una manera de atribuir centrada en la polaridad activada. Si está en el polo A hará una atribución principalmente interna. Si en el polo C una atribución externa será esperable (Zagmutt, 2005, Pág. 9).

(Adaptación de Arciero, 2005, pág. 91).  

La Identidad Narrativa A la noción de Estructura Narrativa de la experiencia planteada por Guidano, Arciero incorpora la noción de Identidad Narrativa de Ricoeur (Zagmutt, 2006, pág. 11).El fluir de la vida entre la Mismidad y la Ipseidad es lo que Ricoeur define como la Identidad Narrativa (Zagmutt, 2005, Pág. 6-7).La Identidad Narrativa, Arciero (2005) la plantea como un proceso que unifica en forma activa y mediante una Trama Narrativa los aspectos recurrentes del Self (Mismidad o Sameness) con los aspectos situacionales inmediatos del Self (Ipseidad o Selfhood) a través del significado. Los eventos impredecibles generarían un quiebre en el sentido de continuidad personal que es recuperado al reconfigurar la Trama Narrativa en curso, integrando los aspectos perturbadores, con el sentido de mantener una Identidad Narrativa estable. El factor crucial para mantener un sentido de continuidad y coherencia de la Trama Narrativa lo constituye la capacidad de regulación emocional (Zagmutt, 2005, Pág. 7).La Identidad Narrativa surge o es el producto de la relación entre la organización de rasgos emotivos recurrentes y las estructuras intersubjetivas de sentido (Arciero, 2005, pág. 92).Se va estructurando en una circularidad constitutiva, entre nuestro sentirnos en vida y, por otro lado, la recomposición simbólica de la experiencia por el lenguaje, que permite el ordenamiento estable de la experiencia (Arciero, 2005, pág. 58).La estructura reguladora central sería la Identidad Narrativa, por medio de la mediación simbólica (Arciero, 2005, pág. 62).Para concluir, a partir de la Identidad Narrativa podemos definir la Personalidad como las maneras idiosincrásicas de pensar, actuar y sentir que expresan el modo en que cada sujeto hace su personal coherencia interna al organizar su Self (Zagmutt, 2005, Pág. 6).

Desregulación Emocional: Aparición de Síntomatología Psicopatológica

Zagmutt y Ferrer (2003), a partir del planteamiento de la aparición de la sintomatología Psicopatológica, exponen como una persona se puede desregular tanto cognitiva como afectivamente. Los seres humanos vivimos de una manera experiencialmente dividida, en la que el conocimiento específicamente humano surgiría de una relación dialéctica entre modalidades diferentes de conocer: por un lado, un nivel de procesamiento emotivo – tácito, el que compartiríamos con el resto de los seres vivos y que nos daría

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momento a momento un modo tácito a priori de sentirnos en el mundo; y, por el otro, un nivel de procesamiento explícito de esta misma experiencia en curso, operación que se reformularía en una coherencia narrativa que estabilizaría y daría continuidad a la experiencia. El doble procesamiento de la información nos permitiría mantener un sentido de continuidad experiencial a pesar de la discontinuidad e impredictibilidad de las perturbaciones externas, manteniendo a la persona independiente del momento a momento y construyendo así un sentido de identidad personal que tendería a mantenerse coherente en el tiempo (Guidano, 1994, pág. 88; Zagmutt y Ferrer, 2003, pág. 3).Esta tensión esencial daría lugar a que el ser humano tenga una epigénesis que se caracterizaría por crisis y reorganizaciones, particularmente a partir de la adolescencia, y no por un desarrollo lineal que conduzca a un ideal madurativo. El desarrollo humano, en este modelo, es visto como una progresión ortogenética, en la que la persona alcanzaría un orden a través de las fluctuaciones, en un proceso en espiral que lo va haciendo cada vez más complejo internamente. Cada vez que se alcanza un punto de equilibrio nuevas discrepancias presionarían para reordenar la experiencia en curso, en un proceso sin fin en que el equilibrio alcanzado coexistiría con el nacimiento de un nuevo proceso de desequilibrio (Guidano, 1994, pág. 94; Zagmutt y Ferrer, 2003, pág. 3).El desarrollo personal estaría estructurado alrededor de evitar experimentar determinadas emociones que serían desafiantes, poniendo en riesgo el vínculo con quien lo cuida. Esta idea directriz se desprendería del Principio de lo Abstracto de Hayek, que entiende al ser humano como un sistema primariamente emotivo y comandado por reglas tácitas de funcionamiento que privilegiarían la evitación del dolor antes que la búsqueda de placer. Esta modalidad de funcionamiento organizaría toda la experiencia individual, de una manera tal que tenderíamos a ser ciegos a cómo operamos tácitamente en cada modalidad personal de organización del conocimiento (Hayek, 1952; en Zagmutt y Ferrer, 2003, pág. 3).El proceso ortogenético de desarrollo de la trama narrativa no tendría un carácter de normal ni patológico en sí mismo. Ante cualquier experiencia desafiante el sistema tendría dos opciones: a) integrar la experiencia desafiante y hacer un salto progresivo en su complejidad, asimilando y autorregulando la experiencia tácita discrepante, al poder operar con ella a nivel explícito; o bien, b) no ser capaz de integrar la experiencia y hacer un salto regresivo, donde la experiencia discrepante sería referida a lo externo, lo cual sería una condición necesaria para la aparición de la psicopatología (Zagmutt y Ferrer, 2003, pág. 3-4).Si las estrategias utilizadas por la persona para enfrentar las perturbaciones fueran capaces de permitir la regulación de los estados internos, la operación efectuada por el sistema derivaría en un salto progresivo. Si no fuera así, tendríamos un salto regresivo mediado por los procesos de autoengaño, en otras palabras, de exclusión o de distracción de los eventos amenazantes. Esta sería la dinámica básica de la aparición de la psicopatología (Guidano, 1997; en Ferrer y Zagmutt, 2003, pág. 4).La activación emocional no reconocida y que queda fuera de la trama narrativa personal, siendo vivida sin poder comprenderla, es lo que se consideraría como síntoma clínico. El síntoma sería entonces la expresión de la modalidad con la que el sistema haría la coherencia que le restablece el sentido de continuidad experiencial ante los procesos de interferencia de la autoconciencia (Zagmutt, 1999; en Zagmutt y Ferrer, 2003, pág. 4).Cuando la coherencia del sistema se ve amenazada, entonces se reduciría la discrepancia entre la experiencia en curso y la trama narrativa estructurada, interviniendo los procesos de autoengaño. Éstos excluirían aquella información que

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pudiera activar emociones que estuvieran fuera del rango de control o reconocimiento, o bien, desarrollando actividades distractivas que pudieran aplanar el efecto disruptivo de los gatillamientos emotivos que no pudieron ser eludidos. Ambos procesos interferirían con las habilidades de autoconciencia, estructurándose entonces el aspecto nuclear de la psicopatología, el cual consistiría en la externalización de la experiencia perturbadora en curso (Guidano, 1994, pág. 90; Zagmutt y Ferrer, 2003, pág. 4).La descompensación o crisis ocurriría cuando la presión de las vivencias no reconocidas sobrepasarían la barrera de los mecanismos de mantención de la coherencia, desafiando directamente el mundo explícito construido en la trama narrativa, amenazando el sentido de continuidad vital, dado que el no reconocimiento de uno mismo implicaría el riesgo de desintegración (Zagmutt y Ferrer, 2003, pág. 4).La trama narrativa perdería su capacidad para regular la afectividad, disparándose ésta de una manera global e indiferenciada, produciendo una intensa turbulencia emotiva. Cuando la rigidez del procesamiento es extrema, el sujeto quedaría adherido al momento, viviendo la experiencia discrepante como algo absoluto e inescapable, completamente extraño e incomprensible, con la consecuente percepción de extrema vulnerabilidad. La persona viviría en ese momento una experiencia de objetividad casi absoluta. Lo que experimenta es la realidad misma (sin intermediación de la trama narrativa). Ningún otro punto de vista sería admisible (Guidano, 1997; en Zagmutt y Ferrer, 2003, pág. 4). Adicionalmente, Arciero refiere que en la desregulación lo discrepante no resuelto aflorará en la conciencia de manera discontinua (Arciero, 2005, pág. 104), poniendo en jaque la identidad (Arciero, 2005, pág. 97).Cuanto más discrepante sea la experiencia inmediata, más importancia cobrarán los procesos de reelaboración (Arciero, 2005, pág. 101).A cada etapa de transformación ortogenética corresponderá la generación de nuevas dimensiones de experiencia (momentos de crisis) (Arciero, 2005, pág. 102); asimismo, a cada nivel de conciencia corresponderá un nivel de autoengaño (Arciero, 2005, pág. 103-104).En los estilos de personalidad Inward, la no integración activará temas emotivos básicos, para elaborar una nueva identidad. En los estilos Outward, la discrepancia activará la búsqueda de nuevas estructuras externas de referencia (Arciero, 2005, pág. 105). La modificación de los códigos externos de la experiencia cambiará la experiencia misma (Arciero, 2005, pág. 100).La aparición de la experiencia inesperada requerirá de una reordenación, de un reensamblaje, con proyectos de vida coherentes con la historia personal (Arciero, 2005, pág. 97). El éxito en la regulación dependerá de la capacidad de modificar el equilibrio para obtener uno nuevo (Arciero, 2005, pág. 105).

DISCUSIÓN Respecto al aporte de las Neurociencias al estudio de la regulación emocional, podemos afirmar que la Neurociencia Afectiva señala que determinadas estructuras cerebrales están relacionadas con distintas formas de regulación. Una zona de gran importancia sería la corteza prefrontal, la que por medio de la regulación, principalmente de la amígdala, permitiría que las emociones negativas pudieran ser modificadas. La actividad tónica de aquella área cerebral predispondría el estilo afectivo individual, es decir, la reactividad emocional y las disposiciones anímicas de una persona. Estas diferencias individuales se superpondrían a la reactividad emocional particular, donde se actualizarían mecanismos específicos de regulación (Silva, 2005, pág. 207).Según Silva (2005, pág. 207), la regulación emocional sería un aspecto del proceso

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afectivo que tendría importantes implicancias para la psicopatología. Los estilos de regulación como la Reevaluación y la Supresión de las emociones, como modos de afrontamiento de situaciones, tendrían efectos en la experiencia de los afectos, la expresión facial de las emociones, la fisiología, la memoria y la interacción interpersonal de los sujetos que las utilizan. “Los estudios de laboratorio han mostrado que la Reevaluación es una forma de regulación más efectiva que el resto de las estudiadas y que tiene menos consecuencias adversas para las personas que las emplean. Por otro lado, existe evidencia de que la psicopatología estaría relacionada con la habilidad de regular los afectos, y que esta habilidad a su vez dependería de la capacidad de diferenciar emociones que un individuo posee” (Silva, 2005, pág. 207).A través de una investigación aún en desarrollo, Silva (2005) indaga acerca de cómo variables del desarrollo temprano y de fuerte determinación genética (asimetrías funcionales de la corteza prefrontal) pueden interactuar con fenómenos determinados por la experiencia personal (función reflexiva o mentalización) en la actualización de diferencias individuales en la regulación emocional, el estilo afectivo y en el desarrollo de la psicopatología (Silva, 2005, pág. 9). El objetivo – bastante ambicioso – propuesto por Silva sería la “... modificación de las categorías diagnósticas ( CIE – 10, DSM – IV, etc.) a partir del avance de la Neurociencia, es el camino natural a seguir (Silva, 2005, pág. 2070).“Tal como predice el modelo, cuando las variables constitucionales son las relevantes (asimetrías de activación de la corteza prefrontal) en la generación de psicopatología, el tratamiento farmacológico debiera ser la elección. Asimismo, debido a la participación de la corteza prefrontal en la generación de psicopatología, la modulación de la activación de ésta debe ser el objetivo tanto de los tratamientos farmacológicos como conductuales. Finalmente, la psicoterapia como disciplina requiere de modelos como el presentado para lograr especificar claramente sus alcances y límites, y desarrollar procedimientos de intervención confiables, y así verdaderamente transformarse en una ciencia del comportamiento” (Silva, 2005, pág. 208).Por otro lado, el hallazgo de las Neuronas Espejo es plenamente consistente con el concepto Posracionalista de Intersubjetividad, ligado a la conformación del Self y del lenguaje. Como señalan Zagmutt y Ferrer (2003, pág. 2), vivir en un mundo intersubjetivo implicaría que todo conocimiento de uno mismo sería inseparable de la capacidad de simular la conciencia del otro. En un mundo intersubjetivo, percibir una imagen aceptable de uno mismo ante los demás sería la única viabilidad de un organismo cuyo mundo real no sería el mundo físico sino el mundo intersubjetivo.En referencia también a las Neuronas Espejo y en contraste con los postulados básicos del Posracionalismo acerca del Apego, Gallese (2007, pág. 150) señala que el desarrollo de un Apego seguro no puede explicar ni garantizar por sí mismo un desarrollo individual e interpersonal adecuado, al cotejarlo con investigaciones con niños que padecen Autismo. La mayoría de los niños que presentan algún tipo de desorden en el espectro autístico, a pesar de sus impedimentos en la interacción social, la comunicación y la falta de respuestas empáticas hacia los otros, desarrollan un apego seguro y muestran un comportamiento de apego típico, tales como la búsqueda de proximidad y la mantención del contacto. Por ende, plantea que no se debe poner un énfasis tan marcado en el Apego, viéndolo siempre como la mejor respuesta para explicar el comportamiento empático, abogando por una explicación de mayor carácter biológico para explicar, al menos, parte del desarrollo social.En cuanto a la lateralización de los hemisferios y los estilos de personalidad propuestos por el modelo Posracionalista, podemos plantear que cualquier OSP puede presentar una predominancia de lateralización derecha o izquierda pero, sin embargo, existen

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investigaciones que avalan una mayor activación del hemisferio derecho para aquellas personas con una desregulación activa de su OSP: los Fóbicos (Rauch, 1997) y para los DAP (Silva, 2005). En tanto que los depresivos clínicamente diagnosticados, presentarían una hipoactivación general de la corteza prefrontal (Henríquez y Davidson, 1990).Considerando las variables psicológicas utilizadas por Silva (2005), también podemos plantear que los estilos de personalidad Outward tendrían una mayor habilidad para la Reevaluación, al estar más orientados hacia la interpretación de las claves de contexto, otorgándole un significado no emocional a los eventos, pero una mayor vulnerabilidad hacia las emociones no básicas, al no poder autorreferírselas. El objetivo de las diversas investigaciones en salud mental debiera ser el buscar desarrollar mejores formas de entendimiento del comportamiento humano, que permitieran plantear estrategias de intervención más eficientes y efectivas. Al poder discriminar con mayor claridad las variables individuales que dan lugar al comportamiento patológico, se podrían elaborar estrategias y procedimientos de mayor impacto para intervenir en ellas.Bajo este lema, planteo como aporte la integración de los hallazgos de Davidson (1999) en cuanto a la asimetría funcional de la corteza cerebral, con los estilos de personalidad propuestos por la Terapia Posracionalista. Tentativamente se podría plantear un modelo adaptado al Posracionalismo, sustituyendo el constructo de Función Reflexiva propuesto por Silva (2005) en su Modelo de Vulnerabilidad/Resiliencia, por las predisposiciones psicológicas desarrolladas por el Posracionalismo (estilos de personalidad Inward y Outward), en combinación con las predisposiciones temperamentales (biológicas). Esto permitiría clasificar el estilo de regulación emocional en base al manejo de las emociones básicas y no básicas (Adolphs, 2002).Con el propósito de definir las variables a utilizar, plantearemos que de acuerdo a las investigaciones de Davidson (1999), la lateralización de los hemisferios cerebrales, en las respuestas del sistema emocional, estaría presente en la activación de la corteza prefrontal. Mientras que la corteza prefrontal derecha estaría implicada en el sistema de inhibición, la corteza prefrontal izquierda lo estaría en el sistema de aproximación, siendo la actividad tónica de esas estructuras el sustrato biológico del estilo afectivo. También hemos visto que los sujetos con asimetría derecha de la activación tónica de la corteza prefrontal tendrían una tendencia a experimentar mayor intensidad de afecto negativo en comparación con los sujetos con asimetría izquierda. Además, los individuos con la corteza prefrontal derecha más activa estarían predispuestos a ser más sensitivos a los estímulos amenazantes, inhibiendo su conducta y experimentando más afecto negativo. Por otro lado, el circuito que envuelve la corteza prefrontal del lado izquierdo sería la más relevante, ya que elaboraría las experiencias afectivas positivas. Sin embargo, debemos considerar que una mayor o menor activación tónica cerebral es una predisposición a reaccionar con determinados estados emocionales, siendo también de gran importancia el contexto ambiental y las predisposiciones psicológicas (Davidson, 2003).Respecto a las predisposiciones psicológicas, se consideran los distintos estilos de construcción de la Identidad Personal. El estilo Inward se plantea como un tipo de identidad con mejor manejo y regulación de las emociones básicas, en base a la construcción sobre la Permanencia del Sí Mismo, tendiendo a excluir selectivamente las situaciones externas no asimilables a su experiencia que pongan en riesgo el sentido de estabilidad personal (Zagmutt, 2005, Pág. 8). El estilo Outward tendrá un mejor manejo y regulación de las emociones no básicas, basados en la construcción de la identidad sobre la Constancia del Sí Mismo, es decir,

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sobre la variabilidad de los acontecimientos, tendiendo a dejar de lado sus estados internos para construir sus experiencias, y privilegiando las emociones cognitivas y autoconcientes para autorreferírselas (Zagmutt, 2005, Pág. 7).Las Emociones Básicas serán definidas como un reacción subjetiva al ambiente, que viene acompañada de cambios orgánicos (fisiológicos y endocrinos) de origen innato e influidos por la experiencia. Tendrán una función adaptativa para nuestro organismo al ambiente, siendo un estado que sobreviene súbita y bruscamente. Las Emociones No Básicas, también conocidas como secundarias, derivadas o complejas, surgirán de las emociones básicas. Serán más complejas, porque requerirán del desarrollo previo de ciertas habilidades cognitivas, del desarrollo de cierta noción del Yo como algo distinto y separado de los demás y de una cierta autoconciencia, siendo ejemplos de ellas la culpa, la vergüenza y el orgullo (Rosenzweig y Leiman, 1993, págs. 614-615).

Estilo de Personalidad Inward

Corresponden a los Estilos de Personalidad con Tendencia a la Depresión y con Tendencia a las Fobias, los cuales prestan más atención a la interioridad.

Estilo Inward con Predominancia de Lateralización Izquierda

Construirá su identidad personal en base a la interioridad, siendo de fácil manejo decodificar y reevaluar las emociones básicas, manteniendo la activación emocional en un rango de intensidad manejable. Sin embargo, tendrán dificultades en decodificar y, por ende, regular las emociones no básicas. Tenderán a excluir selectivamente las situaciones externas no asimilables a su experiencia que pongan en riesgo el sentido de estabilidad personal. Se beneficiarán de mejor manera de la psicoterapia para regular su estilo emocional, que del apoyo con psicofármacos.

Estilo Inward con Predominancia de Lateralización Derecha

También regularán su identidad personal en base a la interioridad, pero tenderán a manejar con mayor dificultad la decodificación de sus emociones básicas. Además, tendrán mayores dificultades en decodificar las emociones no básicas. Tendrán mayor dificultad para excluir selectivamente las situaciones externas no asimilables a su experiencia que pongan en riesgo el sentido de estabilidad personal. Se beneficiarán de mejor manera de la psicoterapia acompañada de psicofármacos para regular su estilo emocional.

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Estilo de Personalidad Outward

Corresponde a los Estilos de Personalidad con Tendencia a la Obsesión y con Tendencia a los Trastornos Alimentarios.

Estilo Outward con Predominancia de Lateralización Izquierda

Tenderán a focalizarse en la variabilidad contextual, regulando de buena manera su identidad personal sobre la interpretación y reevaluación variable de los acontecimientos. Tendrán una menor competencia para discriminar y regular sus emociones básicas, pero una capacidad muy desarrollada para decodificar sus emociones no básicas, es decir, sus emociones cognitivas y autoconcientes. Se centrarán primordialmente en los puntos de vista contextuales y excluirán selectivamente los aspectos internos de la experiencia. Esto es, los estados emotivos básicos activados en una situación no serán distinguidos y, por lo tanto, no serán transformados en experiencia emocional, predominando las experiencias emocionales cognitivas, aun cuando no haya una activación emocional que las respalde. La regulación de la experiencia dependerá primordialmente de la cognición, dependiendo ésta de la interpretación de los eventos externos. Se beneficiarán de mejor manera de la psicoterapia, con un terapeuta como referente externo que consideren significativo, que de una terapia farmacológica.

Estilo Outward con Predominancia de Lateralización Derecha

Probablemente se constituirá en el grupo de mayor vulnerabilidad, con un significado de identidad personal frágil y oscilante. Si bien estarán focalizados en la variabilidad contextual, tendrán dificultades en interpretar los acontecimientos del medio, teniendo una construcción de identidad poco estable. Tendrán muy pocas competencias para discriminar sus emociones básicas, y una capacidad poco desarrollada para decodificar sus emociones no básicas, sostenidas en las emociones cognitivas y autoconcientes. Al presentar un menoscabo para centrarse en los puntos de vista contextuales, tendrán dificultades para discriminar tanto los aspectos internos como los externos de su experiencia. Se beneficiarán de la terapia farmacológica como de la psicoterapia, con un terapeuta como referente externo que se tornará una figura muy significativa.

Los estilos de personalidad Outward y Inward significan un modo distinto de vivenciar la realidad para las personas. Estos estilos en interacción con las diferentes predisposiciones anímicas aportadas por los estudios de las Neurociencias, pueden ser orientadores para elegir el tipo de intervención a seguir con las personas que buscan ayuda terapéutica, brindando un marco referencial más adecuado a la persona, integrando además su motivo de consulta y su historia vital.

CONCLUSIONES

El modelo científico utilizado por las Neurociencias se adscribe a un paradigma objetivista, al estilo de los modelos conductistas clásicos de estímulo – respuesta, donde no se consideran mayormente otras variables. Es decir, se presta mayor importancia al organismo frente al estímulo presentado, la mayor parte de las veces, en el contexto artificial en que se desenvuelve el organismo evaluado. Esto permite aislar variables significativas, pero que luego deben ser aplicadas a contextos con un menor control de

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las variables, para confirmar su viabilidad. Es el caso de las investigaciones propuestas por Davidson (2000), donde él mismo postula que el estudio de la lateralización de los hemisferios cerebrales es una predisposición, manteniéndose alejado de asumir una postura determinista.De este modo, el conocimiento científico aportado por las Neurociencias pueden contribuir con orientaciones respecto al trabajo clínico, pero de ningún modo pueden convertirse en fórmulas de mayor éxito, con manuales a seguir al pie de la letra, como lo propuesto por ejemplo por la “Medicina Basada en la Evidencia”.Si bien debemos considerar el conocimiento aportado por el Posracionalismo, debemos ampliar nuestro modelo, considerando también aquellos hallazgos que permitan cuestionar nuestros conceptos e incorporar nuevas investigaciones en curso. Es así como las Neurociencias aportan información valiosa a integrar al modelo y poder mantenerlo vivo en su desarrollo, manteniendo el espíritu de búsqueda, desarrollo y permanente vigencia que propiciaba Vittorio Guidano.Interesado en la validación científica del modelo Posracionalista, Arciero ha incluido a las Neurociencias, iniciando la validación de la noción de estilo de personalidad. Los resultados de aquella investigación muestran que, al comparar a un grupo de estilo fóbico con otro de estilo de trastornos alimentarios, las estructuras cerebrales relacionadas con el miedo (amígdala) muestran una mayor activación en el estilo fóbico, lo cual apuntaría a confirmar empíricamente los distintos estilos emocionales en las OSP. Arciero está desarrollando otras investigaciones utilizando la técnica de la Resonancia Magnética Funcional, en relación al hallazgo hecho por Gallese, Fogassi y Rizzolati acerca de las Neuronas Espejo (Zagmutt, 2006, pág. 11 – 12).

Como orientaciones que nos entregan las Neurociencias podemos incluir:

La Reevaluación como estrategia de afrontamiento es más eficaz como forma de regulación que la Supresión de estados afectivos displacenteros, teniendo efectos más positivos para una mejor interacción interpersonal, en la utilización del conocimiento adquirido y la memoria, en la fisiología, pudiendo la persona integrar mayor información y tener un mejor manejo de sus emociones.Por otro lado, la Psicopatología estaría relacionada con la habilidad de regular los afectos, y esta habilidad a su vez dependería de la capacidad de diferenciar las emociones que un individuo vivencia (Silva, 2005, pág. 207).También la lateralización de los hemisferios cerebrales, en las respuestas del sistema emocional, es un hallazgo de gran importancia, ya que sería el fundamento biológico de los distintos estilos afectivos. Así, los sujetos con asimetría derecha de la activación tónica de la corteza prefrontal tendrían una tendencia a experimentar mayor intensidad de afecto negativo en comparación con los sujetos con asimetría izquierda. Además, los individuos con la corteza prefrontal derecha más activa estarían predispuestos a ser más sensitivos a los estímulos amenazantes, inhibiendo su conducta y experimentando más afecto negativo.

Como orientaciones técnicas aportadas por el Posracionalismo para el trabajo psicoterapéutico podemos considerar:

En el caso de las identidades Inward, es posible postular que será más fácil efectuar una psicoterapia centrada en la emoción. Serán terapias con un fuerte componente experiencial. Las identidades Outward, en cambio, se postula que son más propensas a

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ser modificadas a través de terapias centradas en la cognición, de mayor carácter lingüístico (Zagmutt, 2005, Pág. 9).Es así como se proponen cambios en la psicoterapia, planteando que esté menos centrada en la corporalidad y en la emoción para los Outward y más centrada en la interpretación, dada la preponderancia de las emociones cognitivas en la constitución y regulación de su identidad. Guidano habría advertido esta dificultad cuando creó para los DAP la estrategia heterorreferencial (Zagmutt, 2006, pág. 12).En tanto que para los Inward, se propone una intervención más centrada en la experiencia emocional, dada la relevancia para éstos de las emociones básicas en la constitución y regulación de su identidad.En cuanto a la relación con el ambiente, los pacientes dependientes del ambiente son más proclives a delegar en el terapeuta la reconstrucción de los contextos y de las situaciones de examen. En tanto que los Pacientes independientes del ambiente tienen un rol más protagónico en la reconstrucción de sus experiencias personales (Arciero, 2005, pág. 90).Respecto a la interacción con los otros, los dependientes del ambiente son más eficientes en la mediación de conflictos interpersonales. Mientras que los Independientes del ambiente tienden a centrarse menos en las informaciones sociales y más en las ideas e hipótesis (Arciero, 2005, pág. 91).De este modo, el éxito de la regulación emocional dependerá de ciertas variables biológicas a considerar, aportando el temperamento, en interacción con el estilo de personalidad que presente la persona. La psicoterapia no podrá ser de modo alguno un tratamiento prescrito y uniformizado, sino que ha de considerar las variables individuales aportadas por la teoría, en un diálogo permanente con la historia personal de la persona.

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Augusto Zagmutt CahbarSociedad de Terapia Cognitiva Posracionalista

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