la salvaciÓn cristiana en edward schillebeeckx

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Page 1: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX
Page 2: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

1

LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX:

Aportes a las expectativas de salvación y liberación de los

hombres y mujeres de nuestro país.

MONOGRAFÍA

FRAY HERNÁN YESID RIVERA ROBERTO, O.P.

DIRECTOR: RODOLFO EDUARDO DE ROUX, S.J.

PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA FACULTAD DE TEOLOGÍA MAESTRÍA EN TEOLOGÍA

Page 3: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

2

FORMULARIO DE LA DESCRIPCIÓN DE LA TESIS DOCTORAL O DEL TRABAJO DE GRADO

TÍTULO COMPLETO DE LA MONOGRAFÍA: “LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX: Aportes a las expectativas de salvación y liberación de los hombres y mujeres de nuestro país”.

AUTOR

Apellidos Completos Nombres Completos

RIVERA ROBERTO

HERNÁN YESID

DIRECTOR DEL TRABAJO DE GRADO O MONOGRAFÍA

Apellidos Completos Nombres Completos

DE ROUX, SJ

RODOLFO EDUARDO

TRABAJO PARA OPTAR AL TÍTULO DE: Magister en Teología FACULTAD: TEOLOGÍA

PROGRAMA: Carrera ___ Licenciatura ___ Especialización ____ Maestría x Doctorado ____

NOMBRE DEL PROGRAMA: MAESTRÍA EN TEOLOGÍA NOMBRES Y APELLIDOS DEL DIRECTOR DEL PROGRAMA: P. ALBERTO PARRA, SJ. CIUDAD: BOGOTÁ, DC. AÑO DE PRESENTACIÓN DEL TRABAJO DE GRADO: 2011 NÚMERO DE PÁGINAS: 231

TIPO DE ILUSTRACIONES: Sin ilustraciones SOFTWARE requerido y/o especializado para la lectura del documento: Archivo PDF. MATERIAL ANEXO (Vídeo, audio, multimedia o producción electrónica): NO. PREMIO O DISTINCIÓN: “Magna cum laude”

Page 4: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

3

CONTENIDO

INTRODUCCIÓN

1. LA SALVACIÓN EN LA TRADICIÓN CRISTIANA, ECLESIAL Y TEOLÓGICA.

1.1. Algunas interpretaciones sobre la salvación en las tradiciones

Antigua y Moderna…………………………………….... …………………..18-25

1.2. Algunas interpretaciones sobre la salvación en las últimas décadas…. 25-28

1.3. La salvación cristiana según Edward Schillebeeckx……………………..28-32

1.4. Categorías fundamentales de la salvación cristiana……………………..32-33

1.4.1. Soteriología……………….…………………………………………………..33-34

1.4.2. Salvación cristiana …………………………………………………………..35-38

1.4.3. Redención …………………………………………………………...............38-41

1.4.4. Liberación……………………………………………………………………..41-43

1.4.5. Emancipación o autoliberación emancipadora……………………………43-45

1.4.6. Salvación escatológica………………………………………………………45-46

2. RELACIÓN Y ANALOGICIDAD DE LAS CATEGORÍAS PRINCIPALES DE LA

SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX.

2.1. El camino a seguir para una analogía de las categorías

de salvación cristiana………………………………………………………..47-48

2.1.1. La hermenéutica analógica………………………………………………….48-54

Page 5: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

4

2.1.2. Interpretación analógica de las categorías

de salvación cristiana………………………………………………………..54-56

2.1.2.1. Salvación, redención y liberación………………………………………57-60

2.1.2.2. Salvación, redención y autoliberación emancipadora………………..60-65

2.1.2.3. Redención y salvación escatológica…………………………………...65-67

2.2. Jesucristo nuestro salvador…………………………………………………67-74

2.3. La historia, lugar donde se realiza la salvación…………………………..75-76

2.3.1. El ser humano como ser histórico………………………………………….77-78

2.3.2. Fuera de la historia no se puede comprender la salvación cristiana…...79-80

2.3.3. El curso de la historia como historia de la salvación……………………..80-84

3. LA SALVACIÓN CRISTIANA, UN APORTE A LAS EXPECTATIVAS DE

SALVACIÓN Y LIBERACIÓN DE LOS COLOMBIANOS.

3.1. Salvación y sufrimiento humano……………………………………………85-87

3.1.1. Sufrimiento humano………………………………………………………….87-89

3.1.2. El sufrimiento humano según la fe cristiana………………………………89-95

3.1.3. ¿El sufrimiento humano puede dar sentido a la vida?............................95-97

3.1.4. El sufrimiento como realidad humana……………………………………97-101

3.1.5. Resistencia cristiana al mal y al sufrimiento de las víctimas

en Colombia, Algunas implicaciones……………………………………101-108

3.2. La salvación y redención incluyen al ser humano en su integridad…108-113

Page 6: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

5

3.3. Nuestro compromiso como iglesia: ser testigos y signos visibles

de salvación y liberación para las víctimas, los marginados

y los más pobres…………………………………………………………..113-117

3.3.1. La iglesia como comunidad de fe y amor salvíficos…………………...117-121

3.3.2. Una iglesia que vive la salvación que celebra…………………………121-128

4. CONCLUSIONES………………………....………………………………….129-133

BIBLIOGRAFIA……………………………………………………………………134-138

Page 7: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

6

DESCRIPTORES O PALABRAS CLAVES

ESPAÑOL INGLÉS SOTERIOLOGÍA SOTERIOLOGY SALVACIÓN CRISTIANA CHRISTIAN SALVATION REDENCIÓN REDEMPTION LIBERACIÓN LIBERATION EMANCIPACIÓN EMANCIPATION SALVACIÓN ESCATOLÓGICA ESCHATOLOGICAL SALVATION ANALOGÍA ANALOGY SUFRIMIENTO HUMANO HUMAN SUFFERING

RESUMEN ANALÍTICO

Este trabajo monográfico contiene una exposición sobre el tema de la salvación cristiana en el

teólogo dominico Edward Schillebeeckx, y los aportes que tal interpretación puede brindar a las

expectativas de salvación, liberación y emancipación de los colombianos. Schillebeeckx, para

hablar de salvación cristiana utiliza diferentes categorías teologales y antropológicas que,

considero, deben integrarse proporcionalmente para una aplicación conveniente y contextualizada

a la realidad colombiana. De esta manera, toda la exposición aquí desarrollada gira en torno a tres

ideas fundamentales que tienen que ver justamente con el tema de la salvación cristiana: 1) la

salvación como don gratuito de Dios para todo ser humano; 2) la salvación como propuesta

integradora para vencer el dolor, el sufrimiento y la violencia en el pueblo colombiano; y 3) la

salvación y algunas de las implicaciones eclesiales, sociales y culturales para nuestro país.

Asumiendo el presupuesto teológico de una resistencia explícita al sufrimiento y dolor de tantas

víctimas en nuestro país, el contenido de esta monografía plantea a nuestra iglesia colombiana la

responsabilidad de ser, entre nosotros, testigo y agente histórico de salvación cristiana y de

liberación socio-política de los hombres y mujeres de nuestro país, desde la perspectiva de las

víctimas.

Page 8: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

7

ABSTRACT

This monographic research Project deals with the presentation about the Topic of Christian

Salvation proposed by the Dominican priest Edward Schillebeeckx as well as in which way this

theological interpretation can contribute to the expectations of Salvation, liberation and

emancipation in Colombian People. Edward Schillebeeckx is used to use different theological and

anthropological categories to approach this topic which must be integrated in a holistic way in order

to be applied in a contextualized form in the Colombian reality. That way, the presentation

developed in here is given by keeping in mind three fundamental ideas which have to do with the

topic of Christian Salvation, such as: 1) Salvation as a gift given by God to every human being, 2)

Salvation as an integrated proposal to overcome pain, suffering, and violence in the Colombian

society and 3) Salvation and some ecclesiological, social and cultural implications in Colombia.

Keeping in mind the theological approach based on an explicit resistance to the continue suffering

and pain of some many victims around our country, the principal topic of this monographic proposal

has to do with a vision of a church understood as a historic agent of Christian salvation in terms of

witness, responsibility and participation in the process of socio politics liberation for all the Colombia

people from the victims view points.

Page 9: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

8

LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX: Aportes a las

expectativas de salvación y liberación de los hombres y mujeres de nuestro

país.

Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para

que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna.

Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al

mundo, sino para que el mundo se salve por él. (Jn 3, 16-17).

INTRODUCCIÓN

“Cada día al iniciar la consulta, trato de comprender las razones por las que desde hace

más de cinco décadas estamos inmersos en este mar de violencia en nuestro país. Hoy

después de casi tres años de trabajar en el programa de salud mental que ofrece Médicos

Sin Fronteras a la población afectada por el conflicto armado y el desplazamiento forzado,

me doy cuenta del sinsentido de esta violencia crónica. Las historias de vida que he

escuchado en mi consultorio son monotemáticas, son relatos de dolor, muerte,

desesperanza y miedo, son fragmentos de vida saturados de una violencia irracional, que

nos ponen en una condición deshumanizada y cruel ante nuestros congéneres.” Mario A.

Ibáñez Suárez, psiquiatra de Médicos Sin Fronteras en Florencia, Caquetá (Colombia).

Julio 2008.

Nuestra vida hoy en Colombia se sitúa entre la risa y el llanto, la esperanza y la

ceguera, el sufrimiento y las expectativas de liberación, justicia y salvación;

algunos días celebramos felizmente nuestros triunfos deportivos o nuestras fiestas

patrias, regionales o religiosas, y otros días lloramos por la desaparición, el

secuestro, la violencia y la muerte de tantas víctimas inocentes, en los campos y

ciudades de nuestro país. En algunos lugares de Colombia muchos van animados,

cada mañana, de su casa al trabajo, mientras que en otros lugares las personas

no saben qué rumbo tomar, pues, la violencia y la muerte, les han dejado sin

Page 10: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

9

vivienda, empleo, comida, y familia. Algunos días nos despertamos con la firme

esperanza de que el dolor, la marginación, la corrupción, la injusticia o la pobreza,

van a cambiar o a desaparecer, y otros días preferimos cerrar nuestros ojos

porque no vemos una salida clara a nuestro sufrimiento, ni un futuro promisorio

para nuestras vidas, ni para el desarrollo de nuestro país.

Vivimos inmersos entre la alegría y el horror, los gozos y los sufrimientos. Según

Luis Carlos Restrepo, en los últimos cincuenta años, tres generaciones de

colombianos nos hemos socializado en medio de la violencia.1 La muerte ha ido

cabalgando década tras década, con pasos agigantados, por los campos y

ciudades de Colombia. Algunos estudios sobre la realidad de nuestro país señalan

incluso que, “desde siempre Colombia ha vivido un clima de violencia, cada día

más agravado, que atropella desde la forma de pensamiento más abstracta hasta

las formas de vida más simples, dejando una semilla fecunda de dolor, odio,

venganza, impotencia y frustración”.2

Unida a esta realidad de violencia y muerte, los colombianos afrontamos además,

otros problemas de orden social, político y económico, que hacen que hombres y

mujeres padezcan una especie de escepticismo ante el sentido de la vida. La

corrupción unida a la impunidad, hace que los intereses particulares, en todos sus

niveles, primen sobre el bien común y el interés público. A la vez, que promueve

una lucha violenta por el poder, creando descomposición social y divisiones

clasistas.3

Por otra parte, la carencia de oportunidades y la desintegración social y cultural

que vivimos, golpean con más fuerza a nuestros jóvenes colombianos4, quienes

no ven con claridad que el futuro sea alentador, en el que ellos tengan cabida o

1 Restrepo, Más allá del terror, 14-110.

2 Amaya, Colombia un país por construir, 27.

3 En nuestro país se hace notorio que las divisiones entre personas, grupos o comunidades, ocasionadas por la

sed de poder político o económico, conducen equívocamente a pensar que quienes estén del lado de quien está

en el poder son los que “están bien”, “los que gozan de felicidad”, son los que están “salvados” de las

situaciones dolorosas que padecen los otros. 4 Amaya, Colombia un país por construir, 27-28.

Page 11: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

10

sean actores de nueva vida. Nuestra sociedad está fraccionada. Cada agente de

división: corrupción, impunidad, violencia, relativización de los valores humanos,

desintegración familiar, desconfianza por el futuro, hacen que la sociedad

colombiana se vea enfrentada ante grandes problemáticas de fraccionamiento. Así

mismo, la evidente concentración del poder en un grupo pequeño de personas, el

bajo capital social frente a la concentración de la riqueza y el ingreso en unos

pocos sectores; la ausencia de una real democracia, la baja competitividad del

sistema financiero, la economía subterránea y la desinformación5; son

problemáticas nacionales que contribuyen, notablemente, a que nuestra sociedad

se fraccione cada vez más.

Estas situaciones, así planteadas, no son deseables. Da la impresión de que la

corrupción, la muerte, la violencia, la injusticia, la marginación y la pobreza, fueran

los eternos acompañantes de nuestra vida diaria en Colombia, y que, por causa de

ellos, no existieran muchas esperanzas para los colombianos. El sufrimiento y el

dolor no deseados, han nublado las esperanzas de justicia, fraternidad, caridad,

paz y libertad de nuestros hermanos y hermanas compatriotas.

Sin embargo, por fortuna y bendición para nuestras vidas, aunque el panorama de

esperanza y cambio está nublado, no significa que haya desaparecido. Pues,

todos los signos indican que, así como en el pasado, también en la actualidad, la

presencia del Dios de la vida y de la paz, no ha dejado de existir en nuestro país.

Dios está presente, y se compadece cada día de las angustias y del sufrimiento de

su pueblo (Ex 3, 7-10; Dt 26, 7). La esperanza, que es don de Dios y virtud

humana, la salvación y la liberación obradas por Dios, tienen mucho que decir hoy

a nuestra realidad, y de manera especial, a quienes están padeciendo en su

propia vida y la de su familia, el sufrimiento y las consecuencias de la corrupción,

violencia, injusticia, y pobreza en nuestro país. Pues, estas personas son tal vez

las más expectantes a que estas situaciones dolorosas cambien. Luego, en medio

5 Para una comprensión más amplia de cada una de estas problemáticas véase, Cap 1, del proyecto “Colombia

un país por construir, Problemas y retos presentes y futuros”, en Amaya, Colombia un país por construir, 19-

75.

Page 12: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

11

del dolor y la angustia, nace o resurge la esperanza de “un cielo nuevo y una tierra

nueva”.

Algunos agentes equívocos y algunos agentes incluyentes de liberación,

justicia y salvación en el país

En los últimos sesenta años han ido apareciendo movimientos y grupos

liberadores que dicen luchar por los ideales de igualdad, justicia y paz, y además,

brindar oportunidades nuevas y equitativas para todos los colombianos. Dichos

movimientos, tienen como principio “combatir por los nobles ideales de una vida

digna, igual y verdaderamente humana” para cada colombiano; y a la vez,

presumen y dicen ser, los “verdaderos” salvadores y liberadores del pueblo. Pero,

en la práctica, estos aparentes ideales son en realidad un pretexto que oculta los

verdaderos e individuales intereses de unos pocos. Y, por el contrario de

pretender brindar paz, justicia y bienestar a los colombianos, los intereses

particulares de estos movimientos y grupos, son eslabones inquebrantables de la

cadena de violencia, injusticia, corrupción e impunidad que oprime a nuestro País.

Los movimientos subversivos de guerrillas, los grupos de autodefensas o

paramilitares, grupos de “paz” armada y “limpieza social”, las milicias urbanas, las

bandas criminales (Bacrim), quisieron y han pretendido establecer en Colombia

una paz a su manera, dando paso a una forma angustiante de mayor violencia y

sufrimiento. Fácilmente, a través de sus propios medios de comunicación, se

muestran como los “salvadores y liberadores” del país; pero, hasta el día de hoy,

por el contrario de brindar a los colombianos, alegría, confianza, armonía,

fraternidad y nueva vida, se han convertido en grandes fuerzas de mayor

violencia, sufrimiento y muerte.

La cuota de vidas humanas (campesinos, soldados, sindicalistas, policías, fiscales,

jueces, entre otros, asesinados o desaparecidos), y los daños ecológicos que ha

Page 13: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

12

cobrado la violencia en Colombia es inimaginable. El conflicto no ha desaparecido

como se esperaba, ni lo han sabido solucionar aquellos quienes dicen luchar por

el bien común de los colombianos. Las formas violentas y coercitivas por las

cuales han optado muchos grupos subversivos, han sido causa, hasta hoy, de un

mayor sufrimiento y dolor para muchas familias colombianas.

Por otra parte, desde una lógica y óptica distintas en la promoción y trabajo por el

desarrollo, la justicia, la paz y la reconciliación en Colombia, encontramos también,

a las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales. En las últimas dos

décadas los distintos gobiernos que han estado al frente de nuestro país, han

trabajado enfáticamente en el tema de la paz. Distintas opiniones se han dado, y a

la vez, diferentes acciones se han emprendido en la búsqueda de este ideal, pero,

hasta este momento, el tema de la salida del conflicto sigue siendo un proyecto

con muchas sombras, un proyecto que se sigue discutiendo, y que, por su parte,

en tiempo de elecciones todo candidato sigue proponiendo en su programa de

gobierno.

También, en la búsqueda de esa Colombia nueva que tanto anhelamos, han

surgido, en los últimos años, ONGs comprometidas con el tema de la paz y la

justicia. Muchas de estas incluso, han tenido infortunadamente que aportar sus

grandes cuotas de dolor y sangre, en medio de esta realidad opresiva y violenta

que está enquistada en el país, y de la cual se busca salir.

Algunas de estas organizaciones han ido desfalleciendo en su intento, y otras

hasta hoy se mantienen, especialmente las que han obtenido reconocimiento y

algunos logros en sus tareas. Pero, el trabajo realizado hasta este momento, no es

suficiente, hay que atender el antes, durante y después del conflicto y la violencia.

Esta es por lo menos la conclusión en la que coinciden algunos grupos de trabajo

social y humanitario. Hace ya algunos meses atrás -Julio 2010-, por citar un

Page 14: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

13

ejemplo, la Ong Internacional, “Médicos Sin Fronteras” (MSF)6, comunicó al

mundo que según recientes estudios realizados en Colombia, se encontró que el

calvario psicológico de los desplazados de la violencia no termina aún en las

zonas donde son acogidos, sino que continua y se refleja en signos claros como el

aislamiento, el sinsentido de la vida, estados severos de depresión, la violencia

intrafamiliar, sexual o social.

La población civil, dice el informe de la organización MSF, no sólo sufre la

violencia generada por el Conflicto Armado interno del país7, sino que está

sometida a otros dos niveles de violencia: el abandono y la inoperancia de las

instituciones que deberían atenderla, y el silencio y el estigma por parte de la

sociedad. “Estos tres niveles de violencia tienen efectos sobre la salud mental y

sobre la calidad de vida de los individuos y las comunidades, expuestos de una

manera u otra al conflicto”.8 Además, la atención a estos niveles de violencia no

tiene un tiempo determinado, ni mucho menos una manera única de ser tratados.

No es mi intención juzgar cuáles de las entidades gubernamentales o no

gubernamentales, lo han hecho bien o cuáles no. Tampoco pretendo lanzar un

juicio irresponsable, que diga cuáles deberían mantenerse o cuáles deberían

suprimirse, así sin más. Pero, lo que sí es claro para mí, es que por una parte, el

sufrimiento, la violencia, la corrupción, la marginación y la pobreza, al no estar

solucionados, continúan siendo los principales factores que atentan contra la

dignidad de los hombres y mujeres de nuestro país; y por otra parte, que a cada

uno de estos factores, los colombianos no podemos pretender solucionarlos sólo

con la ausencia del llamado “conflicto armado”, pues, la atención y solución a

estos problemas, van más allá de la anulación de este conflicto que seguimos

viviendo hasta hoy. El trabajo por la paz y la justicia debe integrar e involucrar, a

6 Médicos Sin Fronteras, Tres veces víctimas, Víctimas de la violencia, el silencio y el abandono. Informe,

Julio 2010. Este informe puede ser leído en Internet: http://www.msf.es/sites/default/files/adjuntos/Informe-

COLOMBIA-2010.pdf 7 Para conocer un análisis general sobre el conflicto armado del país véase, Gómez Buendía, Hernando (Dir)

Et alli, El conflicto, callejón con salida, Informe nacional de desarrollo humano para Colombia-2003.

Bogotá, DC: Ed. UNPD (PNUD, ONU), 2003. 8 Ibid, 4.

Page 15: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

14

todos los sectores de nuestra sociedad, y además, debe tener en cuenta distintos

aspectos de la vida humana (como por ejemplo, la cultura y las creencias

religiosas que nos son propias).

Colombia, un país al que la Salvación de parte de Dios tiene algo que decirle

Así como los habitantes de otras latitudes del mundo, muchos colombianos

estamos en una búsqueda incansable de una salida posible a este sinsentido de la

violencia, la corrupción, la muerte, la pobreza y la marginación; y tal vez, dada la

magnitud de dolor y sufrimiento que padecemos en el país, lo hacemos de una

manera mucho más enfática y con expectativas aún más grandes. Sin embargo, el

camino no es ni ha sido fácil, ni se soluciona con la mera ausencia de guerra o con

una paz “pactada” o forzada.

Según se nos dice, en nuestro país la mayor parte de los habitantes, un 97%,

profesamos la religión cristiana, y de este porcentaje, el 90% pertenecemos a la

iglesia católica.9 Esto quiere decir, dentro de otras cosas, que desde la religión

cristiana hay una oportunidad óptima para aportar y comunicar distintas

reflexiones teológicas, de forma argumentada, a las expectativas de justicia, paz,

caridad fraterna y liberación de muchos de los hombres y mujeres de nuestro país,

teniendo en cuenta, por supuesto, las disciplinas que integran a la teología y a la

sociedad. Desde el punto de vista soteriológico, en la religión cristiana y en la

teología existe por ejemplo, toda una reflexión en torno a la salvación como

fundamento de la vida del ser humano, la cual, tal vez, no se ha tomado en cuenta

con el énfasis que merece, y en el contexto de la búsqueda de sanar el sufrimiento

y desarrollar procesos de reparación de las víctimas, esta puede ser un excelente

aporte que se integre a dichos procesos. Más aún, en la realidad colombiana

dicho aporte no sólo puede ser importante, sino incluso fundamental, para las

9 Tomado de la enciclopedia virtual Wikipedia, Demografía de Colombia,

http://es.wikipedia.org/wiki/Demograf%C3%ADa_de_Colombia#Religi.C3.B3n. (Consultado el día 22 de

agosto de 2010).

Page 16: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

15

expectativas de nueva vida, de justicia, paz, liberación, fraternidad y felicidad de

los colombianos.

Somos seres humanos en camino, y muchos de nosotros confiados en las

palabras de fe y esperanza que el Dios de Jesús nos prometió, caminamos

teniendo como horizonte de nuestra vida, la plena realización de la existencia, o, lo

que es semejante, nuestra salvación. Frente a la situación de injusticia,

sufrimiento, dolor y muchas veces sin sentido de la vida, al ser humano creyente

se le presenta de frente la salvación obrada por Dios en Jesucristo, como

propuesta de sentido, liberación y redención. Y, aunque también en otras

religiones haya una perspectiva o propuesta de salvación10, o existan en el mundo

ideologías seculares de liberación y emancipación, tomo posición en este trabajo

desde la religión cristiana, para continuar expresándole a los hombres y mujeres

de hoy, que Dios tiene para toda la humanidad una propuesta de salvación con

sentido; que Él nos la regala como don infinito de su ser; y que, si asumimos en

nuestra vida el camino que conduce hacia dicha salvación, al mismo tiempo

tendremos, para nuestra vida, dichosas y grandiosas posibilidades de una

auténtica realización humana.

Salvación donde no se acepta o no se comprende su sentido

Hoy en nuestro país es oportuno hablar de salvación y liberación cristianas,

teniendo en cuenta también, a las distintas personas que en ambientes

intelectuales, sociales y culturales, comprenden la opción por la salvación cristiana

como algo superfluo y sin mayor sentido. El interrogante que algunos se plantean

es, ¿salvarse de qué?, si al parecer no existe “algo” o “alguien” que les impida

actuar “libremente” en este mundo; aún, cuando ellos en sus actuaciones o

10

En el diccionario de las religiones, Joseph Doré dice que, con independencia de la formulación concreta que

se haga, bien sea salvación o redención, “la pregunta sobre la salvación es probablemente una de las más

importantes dentro de todas las que invaden y ocupan tanto la existencia personal de cada ser humano como el

conjunto de la historia humana”. Del mismo modo –dice Doré-, “es en relación con el tema de la salvación

como se definen esas proposiciones sobre el sentido de la vida, las visiones del mundo y las concepciones del

sentido humano y de la historia que son o tratan de ser la mayor parte de las religiones”. Doré, “Salvación-

Redención”. En Poupard, Paul, Card (Dir). Diccionario de las religiones, 1587.

Page 17: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

16

transformaciones del planeta violenten, directa o indirectamente, la dignidad de los

demás seres humanos.

Por otra parte, hay personas que entienden la salvación como algo mágico o que

tiene mucho de mágico, es decir, que sucede de una manera extraña, ajena al ser

humano; una salvación dada por un Dios lejano a la humanidad, que dictamina a

quién darla o a quién no. Y, ¿qué decir de las víctimas de la violencia o de la

injusticia? Muchas de estas víctimas (especialmente quienes han sido mártires de

actos no humanos), esperan que se dé una explicación sobre el destino que

tendrán aquellos que optaron por violentar las vidas de sus familiares o amigos, es

decir, si éstos victimarios que han atentado contra su dignidad, tendrán posibilidad

de salvación o no; o si en verdad, ¿vale la pena esperar algo al ser buenos y

justos durante toda la vida?

De esta manera, en Colombia, la lucha por la justicia y la caridad pueden tener

sentido en o desde la fe, o sencillamente se puede obrar así, sin más (de una

manera altruista o filántropa), sin esperar la salvación de Dios, la cual, para

algunos resulta ser etérea o ficticia. Las consecuencias inhumanas del conflicto

armado que se vive en los campos, en los pueblos y en las ciudades del País, la

corrupción que ha invadido todos los ambientes de nuestra sociedad, o los

totalitarismos políticos, han motivado a que algunos hombres y mujeres

compatriotas, bien desde dentro del ambiente eclesial o incluso fuera de él (en el

ambiente secular), den gran importancia a la promoción de la justicia, la paz y el

bienestar común. Estas personas, sintiéndose responsables de contribuir al

progreso social, trabajan incesantemente por superar el hambre, las

enfermedades, la opresión y la ignorancia. Y aunque estos hechos, desde la

perspectiva cristiana, pueden ser interpretados como algunos de los resultados y

consecuencias de la salvación de Dios, no son la única comprensión, ni todo

aquello que se entiende por salvación. Por tanto, para nuestro tiempo, en los

distintos ambientes de nuestra cultura, de nuestra iglesia y de nuestro país, cabría

preguntarnos ¿qué es, entonces, aquello que aporta, o puede aportar, una

Page 18: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

17

comprensión cristiana integral de la salvación, a las expectativas de justicia, paz,

caridad fraterna y liberación de los hombres y mujeres de nuestro país?

En este orden de ideas presento este trabajo, el cual girará en torno a tres ideas

fundamentales que tienen que ver justamente con el tema de la salvación

cristiana: 1) la salvación como don gratuito de Dios para todo ser humano; 2) la

salvación como propuesta integradora para vencer el dolor, el sufrimiento y la

violencia en el pueblo colombiano; y 3) la salvación y algunas de las implicaciones

eclesiales, sociales y culturales para nuestro país. Es claro que el tema de la

salvación cristiana puede tomar en cuenta muchos otros temas, ideas o tópicos,

sin embargo, en esta oportunidad serán tratados, de manera especial, estos tres

ahora enunciados. Para tal efecto me valdré, principalmente, de los aportes y la

comprensión que el teólogo Edward Schillebeeckx, brinda y comunica a la

humanidad y a la teología contemporánea, a propósito del tema de la salvación,

redención y liberación cristianas.

Page 19: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

18

1. LA SALVACIÓN EN LA TRADICIÓN CRISTIANA, ECLESIAL Y

TEOLÓGICA

A lo largo de la historia de la teología se ha hablado de la salvación cristiana a

través de distintas tradiciones que, presentando una manera particular de

interpretar y comprender el tema, no se contradicen entre sí, sino que, por el

contrario, se van complementando la una con la otra. No es intención de este

trabajo hacer una reinterpretación sobre las distintas interpretaciones que del tema

de la salvación se han establecido a lo largo de la historia de la teología; pero, sí

considero oportuno, para este trabajo, echar una mirada sobre algunas de estas

interpretaciones que, sin lugar a dudas, han tenido mayor influencia a lo largo de

la historia de la tradición cristiana.

En el “Diccionario de Teología Fundamental”, el profesor Adolfo González Montes

presenta una síntesis histórica del término salvación a lo largo de la historia de la

teología.11 Elaboración que amplía mucho más el teólogo contemporáneo Rogert

Haight, en los capítulos 8 y 12 de su libro “Jesús, símbolo de Dios”.12 Para estos

dos autores el lugar tradicional donde se ha ubicado la salvación ha sido la

Soteriología, que los manuales incluyen en el tratado de cristología dogmática.

1.1. Algunas interpretaciones sobre la salvación en las tradiciones

Antigua y Moderna

Patrística

Históricamente Haight habla de soteriología oriental y de soteriología occidental.

En la soteriología oriental, afirma el autor, se nota un mayor interés por la

encarnación, la entrada de Dios en un mundo físico y humano para divinizarlos.

Para Ireneo de Lyón (S. II), por ejemplo, la salvación ocurre por la encarnación del

11

González Montes, “Salvación”. En Latourelle, Fisichella, y Pié-Ninot, Diccionario de teología

fundamental, 1302-1305. 12

Haight, Jesús, símbolo de Dios, Cap. VIII, 231-259, y Cap. XII, 353-372.

Page 20: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

19

Hijo o Lógos que asume completa y realmente la realidad humana. Esto sucede

gracias a toda la vida de Jesús, desde el nacimiento hasta la muerte (teniendo en

cuenta que Ireneo da un especial énfasis a la muerte de Jesús, interpretada por él

como vida salvífica); y además, por su obediencia completa a la voluntad de Dios,

que por un lado invierte la desobediencia de Adán y, por otro, derrota los impulsos

y tentaciones de Satán hacia la desobediencia. Pero, sobre todo obediencia

completa a Dios, que es salvífica y que se hace evidente en la muerte de Jesús en

la cruz.13 Por su parte para Atanasio de Alejandría, la salvación tiene sentido

desde el punto de vista de la caída (el pecado original) que provocó la muerte y la

corrupción, pero también, desde el amor de Dios para restaurar la existencia

humana a su estado primigenio. La salvación, es entonces, la renovación,

restauración o reconstrucción que el Hijo-Lógos trajo al mundo, respecto de

aquello que Dios desde un comienzo había pretendido que fuera la existencia

humana, una existencia perfecta e incorruptible.14

De otra parte, en la soteriología occidental, hay una inclinación más notoria por el

canje de los pecados de la humanidad y el sacrificio obrados por Jesús. Haight,

propone a San Agustín de Hipona como el representante de la reflexión teológica

en occidente sobre la salvación, en los siglos V y VI. Agustín entiende la salvación

como salvación del pecado y la caracteriza de modos diferentes: i) la salvación es

unión con Dios y vida victoriosa sobre la muerte; ii) consiste en ser limpiado del

pecado y perdonado; iii) es reconciliación; iv) es emanciparse de Satán y es la

restauración de la condición humana antes de la caída. Esta salvación de Dios

requiere de la mediación de Jesucristo, quien por la obra de su sacrificio en la cruz

actúa como redentor del ser humano rescatándolo del poder de Satanás.15 Jesús

con su muerte sacrificial paga el precio de nuestras culpas y nos salva.

13

Ibid, 234. 14

Ibid, 237-239. 15

Ibid, 241-243.

Page 21: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

20

Edad Media

Según Haight, la interpretación occidental de San Agustín de Hipona sobre la

salvación, continuó en la Edad Media; y se destaca de manera especial a San

Anselmo de Canterbury, quien precisamente continuará operando dentro de la

tradición agustiniana. Para San Anselmo, era necesario que Dios se hiciera

hombre para que con su muerte libre y voluntaria, salvara a los hombres de la

ofensa infinita del pecado original.16

No obstante, a partir del siglo XII, gracias al instrumental filosófico aristotélico, el

desarrollo de la epistemología de la fe se abriría camino dando lugar a una

compleja comprensión de la gracia, que activa la transformación ontológica del

cristiano. Según Mons. Marcelo Sánchez Orondo17, la reflexión teológica más

completa y equilibrada, más especulativa y más existencial en el Medioevo, sobre

el tratado de la gracia es la de Tomás de Aquino, en la cual confluyen dos

tradiciones de su momento, la Griega y la Latina.18

Para pensadores del siglo XIII como Santo Tomás de Aquino, Dios ha creado al

ser humano para un fin último: su felicidad o salvación19, y, es la gracia de Dios, el

primer presupuesto que integra dicha salvación. Dios salva al ser humano y

comunica a cada persona, mediante una revelación especial dirigida por Él (en

Jesucristo especialmente), aquello que es necesario para que pueda darse una fe

salvífica. En otras palabras, el ser humano posee una gracia sobrenatural que le

viene de Dios y que le permite abrirse por la fe, a la salvación.

16

Ibid, 244-245. 17

Sánchez Orondo, Marcelo. “La necesidad de la gracia en el humanismo de Santo Tomás de Aquino”.

Revista E-AQUINAS. Año 5 (Enero 2007), http://www.e-aquinas.net/epoca1/naturaleza-y-gracia-en-santo-

tomas. (Consultado el 29 de julio de 2009). 18

Resulta bastante extraño y llama mi atención que, este tiempo de la llamada Alta Edad Media, en el cual se

hicieron algunas interpretaciones a partir del pensamiento aristotélico y musulmán, no es tratado por Haight

en su texto. Es así, que, la interpretación en torno al tema de la salvación por parte de uno de los máximos

exponentes de la teología en aquel tiempo, como fue Tomás de Aquino, no aparece incluido en la síntesis

sobre la soteriología clásica que Haight presenta en su libro. 19

De Aquino, Opúsculos y cuestiones selectas, 114-120.

Page 22: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

21

La revelación que es entendida como libre y gratuita auto-comunicación de Dios al

ser humano, y en la cual, cada persona sólo puede encontrar su salvación y

perfección, implica, por una parte, la radical novedad e iniciativa de Dios que quiso

revelarse y salvar al ser humano en Jesucristo, y por otra parte, la capacidad

radical del ser humano de acoger la gracia, para que así logre alcanzar su fin

último o perfección.

Según Santo Tomás, la encarnación de Dios en Jesucristo y la muerte de Jesús

en la cruz, muestran el camino que el ser humano ha de elegir para lograr su fin

último. Sólo Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre, podía reparar el

pecado del ser humano, por tanto, era necesario que se encarnara en un ser

humano como nosotros y padeciera el sufrimiento corpóreo. Pero a la vez, puesto

que el ser humano se había alejado de las cosas espirituales y se había entregado

por entero a las corporales, desde las cuales no podía volver a Dios por sí mismo,

el creador divino se hizo hombre para llevar al ser humano a las cosas

espirituales, mediante los misterios de su cuerpo. Era también, motivo necesario

para el género humano que Dios se hiciera hombre para mostrar la dignidad de la

naturaleza humana, y para que, de esta manera, el ser humano no se sometiera (o

se someta) ni a los demonios ni a las debilidades personales. Dios muestra el

infinito amor que tiene por el ser humano encarnándose en la humanidad. Y estos,

según el Aquinate, son los mismos motivos por los cuales Cristo padece y muere

en una cruz.20

De esta manera, la Encarnación del Hijo de Dios y la Pasión y muerte de Jesús,

son entendidas por Santo Tomás, como salvadoras y como reconciliadoras de los

pecados de los seres humanos; entendiendo la categoría de pecado como una

ofensa a Dios de parte del hombre. Si el ser humano peca y se aparta de su

estado primigenio en que fue creado, significa que él debe reconciliarse con su

creador a quien ha ofendido, es decir, debe ser justificado por Dios, volviendo al

estado de justicia en el que Dios lo creó.

20

Ibid, 212-213; 264-271.

Page 23: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

22

Este movimiento de justificación (léase salvación), requiere en primer lugar, de la

moción divina o fuerza de Dios por la gracia que mueve al hombre a la conversión;

en segundo lugar, requiere la libertad o libre albedrio del ser humano, que implica

aceptar esta gracia; y en tercer lugar, la remisión de la culpa21, es decir, la vuelta

al estado de gracia en el que se estaba, pues, en ella se consuma la justificación.

De esta manera, la justificación del pecador implica la libre elección que él haga,

sin olvidar que Dios mueve el alma del ser humano orientándola a sí mismo. En

otras palabras, la justificación del pecador requiere un movimiento de la mente

humana hacía Dios, por el que se convierte a Él; pero, teniendo siempre presente

que la primera conversión a Dios se hace, no por mero raciocinio, sino por la fe, es

decir, por aquel movimiento de la fe que, se supone, debe tener el ser humano,

pues, “es preciso que quien se acerque a Dios, crea en su existencia” (Hb 11, 6).22

Según lo anterior, el pecado del ser humano es perdonado, entonces, cuando Dios

se pone en paz con él, y esta paz consiste en el amor gratuito con que Dios ama

al ser humano. Por consiguiente, no podría entenderse la remisión de la culpa si

no se diese en el ser humano la infusión amorosa de la gracia. Según el

pensamiento tomista, el perdón de Dios no depende de las solas fuerzas o

intenciones humanas, sino principalmente del amor misericordioso de Dios, el cual

tiene como efecto la gracia, mediante la cual el ser humano se hace digno de la

vida eterna.23

En este sentido, todo ser humano que está justificado y reconciliado con Dios

puede de manera auténtica llegar a su perfección. La perfección del hombre a la

cual se refiere Santo Tomás es la consecución del fin último, que es la perfecta

bienaventuranza o felicidad y consiste en la visión de Dios (visión beatífica).24 Dios

tiene y ofrece para todo ser humano una voluntad salvífica universal y

sobrenatural; y tal ofrecimiento significa que el ser humano tiene en la estructura

21

Sum. Theol., I-II. q. 113, a. 1-8. 22

Sum. Theol., I-II. q. 113, a. 4. 23

Ibid, a. 2. 24

De Aquino, Opúsculos y cuestiones selectas, 163.

Page 24: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

23

íntima de su esencia la posibilidad, mediante la gracia, de un acto libre salvífico; y

esta gracia salvífica, ofrecida a cada ser humano de manera íntima, y por él

libremente aceptada o rechazada, resulta ser una modificación interna de su

conciencia y de todo su ser. En otras palabras, la gracia, que es don gratuito de

Dios para todo ser humano, es el fundamento esencial para que el hombre logre

su perfección o justificación –entiéndase salvación-. Dicha gracia está en el ser

humano, pero, el ser humano puede libremente rechazarla o aceptarla (libre

albedrio), de tal manera que, si la acepta o la rechaza, la decisión que tome

modificará sus actitudes y acciones en el mundo para la virtud (el bien) o para el

mal (pecado). Sin desconocer nunca que, de todas maneras, la gracia que Dios le

ha dado le impulsa siempre al bien, a la perfección.

Tomando en cuenta la antigua tradición de la Escritura y de los Padres, Santo

Tomás de Aquino comprende la gracia como una ilustratio o una inspiratio.

Entendiendo estos dos términos no simplemente en el sentido de una elevación

sobrenatural óntica absolutamente inconsciente, sino como modificación de la

situación última del horizonte trascendental del ser humano. Dios ha dado su

gracia a todo ser humano para que se salve, y tal gracia no destruye la naturaleza

sino que la perfecciona, gratia non tollit naturam sed perficit.25 Dios concede al ser

humano la luz de la gracia sobre la facultad natural de la razón, y la gracia le

refuerza interiormente para las virtudes. Tanto para el conocimiento, ya que la

mente del ser humano es elevada mediante la luz de la gracia hasta conocer

cosas que exceden la razón, como para la acción y el afecto, pues con esta luz el

afecto del ser humano es elevado sobre todo lo creado para amar a Dios y esperar

en Él, y para llevar a cabo cuanto este amor requiere.26

25

Sum. Theol., I, q.1, 8 ad 2. 26

De Aquino, Opúsculos y cuestiones selectas, 157-158.

Page 25: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

24

Siglo XVI

Con la reforma protestante, en el siglo XVI, la comprensión del Aquinate, fue

replanteada y casi sustituida por la tradición occidental agustiniana, que fue

retomada en aquel tiempo. Según Roger Haight, las interpretaciones de los

reformadores Martín Lutero y Juan Calvino, ponen un cierto énfasis en los temas

de la sustitución y del castigo vicario. Somos salvados de la ira de Dios debida al

pecado. Por eso, la lógica fundamental de la obra de Cristo se resume en dos

palabras: sustitución y satisfacción. Para Lutero y Calvino el hombre se salva del

pecado por la gracia. Jesús salva como sustituto del resto del género humano, él

se echa sobre sus espaldas el castigo debido a nuestro pecado.27

Como respuesta al pensamiento protestante, y a esta manera de comprender el

tema de la salvación, el Concilio de Trento en dos de sus sesiones (Sesión V,

junio de 1546 y sesión VI, enero de 1547), habló de la salvación a partir de los

temas del pecado original y de la justificación consecutivamente. Vale la pena

anotar que la respuesta de Trento a este respecto, como dato particular no

aparece en el libro de Haight, Jesús, símbolo de Dios.

Para Trento, siguiendo las palabras del apóstol Pablo, por un hombre -Adán- entró

el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte; y de este modo pasó la muerte

a todos los hombres por aquel en quien todos pecaron. Así que, todos los seres

humanos han nacido con el pecado original, y esta verdad no se puede negar de

ningún modo (anathema sit).28 De esta manera, la única forma en que tal pecado

se borra o se limpia es a través de la pasión de Jesucristo, en la cual el ser

humano es justificado. En este sentido -dice Trento-, se insinúa la descripción de

la justificación del pecador: de suerte que es el tránsito del estado en que nace el

hombre, hijo del primer Adán, al estado de gracia y de adopción de los hijos de

Dios por el segundo Adán, Jesucristo nuestro Salvador. Sin embargo, un aspecto

27

Haight, Jesús, símbolo de Dios, 249-253. 28

Denzinger, Enrique, El magisterio de la Iglesia, 225.

Page 26: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

25

fundamental a tener en cuenta respecto de la justificación es que esta traslación, o

tránsito, no se puede lograr, después de promulgado el Evangelio, sin el bautismo,

o sin el deseo de él; sólo puede entrar en el reino de los cielos aquel que haya

renacido del agua, y del Espíritu Santo, es decir, quien se haya bautizado.29

1.2. Algunas interpretaciones de la salvación en las últimas décadas

Como pudimos apreciar, el énfasis que primó en la mayoría de las interpretaciones

sobre la salvación cristiana, en las tradiciones antigua y moderna, fue el de la

sustitución y satisfacción en la obra salvífica de Cristo, principalmente a través de

su muerte en la Cruz, y teniendo en cuenta, de manera especial, el lenguaje

sacrificial que aparece en el Nuevo Testamento.

Según los aportes de muchos teólogos de los últimos dos siglos, este énfasis por

sí solo, no es toda la comprensión del sentido de la salvación. Y por esta razón, es

en este sentido en el que algunas corrientes teológicas actuales se esfuerzan por

reinterpretar la salvación en el contexto de la cultura contemporánea.

Especialmente porque la comprensión de la obra salvífica de Dios, a través de la

muerte violenta de Jesús, que las interpretaciones de las tradiciones antigua y

moderna han hecho, no siempre permite entender el sentido del amor y del valor

redentor del sufrimiento de Jesucristo, en el misterio y voluntad salvífica de Dios

para toda la humanidad (René Girard, N. Leites, J. Pohier, F. Varonne). Por esta

razón, para algunos autores contemporáneos (G. Morel, Hans Küng, Torres

Queiruga), una reinterpretación del dogma de la redención como formulación de la

revelación, acorde con la modernidad, presenta el reto de no eludir la identidad

divino-humana de Cristo y de no ceder a nuevas formas de racionalismo.30

29

Ibid, 242. 30

González Montes, “Salvación”. En Latourelle, Fisichella, y Pié-Ninot, Diccionario de teología

fundamental, 1307.

Page 27: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

26

El teólogo español Adolfo González Montes al desarrollar la noción de salvación31,

hace explícito que, etimológicamente, la palabra salvación viene del latín salvus

(salvo, sano, bueno: intacto), origen de los verbos salveo (estar bueno, sano, tener

salud) y salvo (salvar); y de los sustantivos salus (salud) y salvatio (salvación).32

Para él, desde la teología sistemática, la salvación se comprende como libre oferta

de Dios por Jesucristo, en el Espíritu, al ser humano, para su vida y felicidad

eternas.

Por otra parte, desde el contexto cultural latinoamericano, Julio Lois, en un artículo

que lleva por nombre “Salvación”33, reflexiona sobre la necesidad irrenunciable de

esta categoría en el contexto cristiano. Este autor, citando al teólogo Gustavo

Gutiérrez, señala que una de las grandes carencias de la teología actual es la

ausencia de una reflexión profunda y lúcida sobre el tema de la salvación.34 De

esta manera, Lois, al ampliar su comprensión de la categoría salvación, afirma

que no sólo se debe tratar por ser una cuestión propia al cristianismo, sino

también porque en torno a la salvación, antropológicamente hablando, se juega la

realización de la existencia, y porque al ser una noción poco clarificada, está

necesitada de clarificación en la actualidad.

En estas últimas décadas, la reflexión en torno a la salvación cristiana ha hecho

un énfasis particular en la necesidad de recuperar, tanto, la dimensión histórica de

la salvación, como también, la dimensión de la gracia como propiciadora de la

salvación. Autores como Edward Schillebeeckx, Ermanno Ancilli, Ignacio Ellacuría

y el mismo Julio Lois, han hecho explícita la necesidad de recuperar la historia

como el único lugar en el que Dios actúa como salvador del género humano.35 La

salvación no se da fuera del mundo ni de la historia humana. La historia –dice

31

Ibid, 1301-1310. 32

Ibid, 1301. 33

Lois, “Salvación”. En Torres Queiruga, Andrés (Dir), 10 palabras clave en religión, 115-148. 34

Ibid, 118. 35

Ancilli, y Chiocchetta, P. Salvación. En Ancilli, Ermanno (Dir), Diccionario de espiritualidad. Tomo III.

Barcelona: Herder, 1984. pp. 338-344. Véase también, Ellacuría, Ignacio. “Salvación en la historia”. En

Floristán, Casiano y Tamayo, Juan José (Eds). Conceptos fundamentales del Cristianismo. Madrid: Trotta,

1993. pp. 1252-1274.

Page 28: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

27

Ellacuría- es ya en sí misma la posibilidad fundamental de salvación, porque como

tal ha sido querida por Dios. Posibilidad tan sólo, pues, el hecho de que haya

realmente salvación en la historia depende de la libertad de Dios y de la libertad

del ser humano. La historia es en sí misma manifestación y presencia siempre

abierta de Dios, y puede serlo de manera siempre creciente, a tal punto que se

llame y sea verdadero reino de Dios.36

En cuanto al tema de la recuperación e interpretación de la gracia en nuestra

época, son Edward Schillebeeckx (Cristo y los cristianos gracia y liberación),

Torres Queiruga (Recuperar la salvación)37, Gustavo Gutiérrez (Beber en su

propio pozo)38 y Leonardo Boff (Gracia y liberación del hombre) 39, quienes entre

otros, desde hace algunas décadas atrás, se han dado a la tarea de tratar las

implicaciones que tiene la gracia divina en la salvación del ser humano en el

mundo. Cada uno de ellos coincide en que la gracia que Dios da al ser humano

como don, es el presupuesto irrenunciable para hablar de la revelación, la fe y la

salvación.

De la misma manera, de lo dicho en las últimas décadas sobre las implicaciones

de la historia y la gracia en la salvación cristiana, merece especial atención, el

trabajo de Derek J. Simon “Salvación y liberación en la soteriología práctico-crítica

de Schillebeeckx”40, ya que, presenta una comprensión actual del tema, teniendo

en cuenta especialmente, las implicaciones sociopolíticas de la salvación, lo cual,

como dato particular, coincide con uno de los temas que expongo en este trabajo.

Derek presenta un interesante estudio sobre la estrecha relación que existe entre

salvación y liberación sociopolítica, según la comprensión de E. Schillebeeckx.

36

Ellacuría, “Salvación en la historia”. En Floristán, y Tamayo (Eds), Conceptos fundamentales del

Cristianismo, 1261. 37

Queiruga Torres, Andrés, Recuperar la salvación, Para un interpretación liberadora de la experiencia

cristiana. 2ª Edición. Santander: Sal Terrae, 2001. 38

Gutiérrez, Gustavo, Beber en su propio pozo, En el itinerario espiritual del pueblo. 2ª Edición. Lima: CEP,

1983. 39

Boff, Leonardo, Gracia y liberación del hombre. 2ª Edición. Madrid: Cristiandad, 1980. 40

Simon, Salvation and liberation in the practical-critical soteriology of Schillebeeckx, 494-520.

Page 29: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

28

Para Derek, una de las ideas fundamentales que conviene considerar seriamente

es que, desde la postura de Schillebeeckx, no hay verdadera salvación cristiana

sin un proceso emancipador o autoliberador del ser humano.41 Según Derek, la

soteriología interactiva de Schillebeeckx acentúa la interdependencia entre

salvación y liberación, tal y como ha sido propuesta en sus dos obras sobre

cristología, “Jesús, historia de un viviente” y “Cristo y los cristianos, Gracia y

liberación”, las cuales se ocupan de la relación entre Cristo y la humanidad.

Así, en la primera obra de Schillebeeckx, “Jesús, historia de un viviente”, se

establecen las bases bíblicas sobre el ministerio y la persona de Jesús, que,

refuerzan la interdependencia entre las categorías de salvación y liberación;

puestas en claro por Derek en su reflexión, hasta establecer entre ellas una amplia

visión. En la segunda obra, “Cristo y los cristianos, Gracia y liberación”, Edward

Schillebeeckx -dice Derek-, plantea una interesante reflexión entre las categorías

de redención y emancipación o autoliberación humana, y una idea principal, que

Derek deduce de esta reflexión, es que la liberación humana es intrínseca a la

experiencia e interpretación de la salvación cristiana. Por esta razón, una de las

conclusiones del artículo de Derek es que, la actividad humanizadora y los efectos

de la liberación sociopolítica, forman la base para experimentar e interpretar el don

de la gracia salvífica, que se origina divinamente.

1.3. La salvación cristiana según Edward Schillebeeckx

Son dos los lugares desde los cuales tomo posición para hablar del tema de la

salvación cristiana, según Schillebeeckx: el primero de ellos es el contexto eclesial

católico en el que he profesado mi fe hasta hoy; y el segundo es la tradición

religiosa y teológica a la cual pertenezco, es decir, la de la Orden de los frailes

predicadores.

41

Ibid, 497-499.

Page 30: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

29

Respecto de lo eclesial estoy seguro que, como bien afirma el Concilio Vaticano II,

en la convicción y exigencia de muchos seres humanos -especialmente los

oprimidos y menos favorecidos- de mejorar las situaciones que actualmente viven,

ya sean de orden económico, político, social, religioso, cultural o ecológico; se

encuentra de fondo una aspiración más profunda y universal: el individuo y el

grupo están sedientos de una vida plena y libre, digna del ser humano.42 La

Iglesia, pueblo de Dios, sea que reciba ayuda del mundo o ayude ella al mundo,

no tiene más que una aspiración: que venga el Reino de Dios y se realice la

salvación de todo el género humano.43

Respecto del carisma dominicano, conviene tener en cuenta que, el estudio asiduo

de la verdad, ordenado siempre al ministerio de la predicación, para la salvación

del ser humano, es un componente fundamental y un signo de identidad de

carismas eclesiales como el dominicano; pues, desde los orígenes hasta nuestros

días, la Orden de Predicadores ha reconocido el estudio de la teología en sus

distintas dimensiones como medio eficaz para desarrollar la misión apostólica en

medio de la humanidad sufriente con expectativas de salvación y liberación.44

Por mi parte, convencido de que la salvación cristiana, ofrece un horizonte de

comprensión incluyente respecto de la existencia humana, y una respuesta a las

aspiraciones y expectativas humanas de realización personal; considero oportuno

tratar este tema, de tal forma que la reflexión que aquí se desarrolle contribuya a

la autenticidad de los fieles cristianos de nuestro país, en quienes sin duda alguna,

hay expectativas de liberación y salvación, dada nuestra realidad social, política,

económica y cultural.

Para una mayor ampliación de horizontes sobre el tema de la salvación, tomo en

cuenta entonces, la comprensión que teólogos como el dominico Edward

42

Const. Pastoral Gaudium et Spes, Nº 9. Concilio Vaticano II. 43

Ibid, N° 45. 44

Orden de Predicadores, Actas del Capítulo General Electivo de Providence. Caps. II y III. Providence,

2001.

Page 31: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

30

Schillebeeckx, plantean y han puesto por escrito al servicio de toda la iglesia para

su conocimiento. De tal forma que esta comprensión, contribuya también, a la

autenticidad de la iglesia colombiana y pueda, además, ser un aporte a las

expectativas de justicia, paz, caridad fraterna y liberación de muchos de los

hombres y mujeres de nuestro país, de acuerdo a aquello que la misma iglesia nos

dice:

Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de

nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez

gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada

hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón. La

comunidad cristiana está integrada por hombres que, reunidos en Cristo,

son guiados por el Espíritu Santo en su peregrinar hacia el reino del Padre y

han recibido la buena nueva de la salvación para comunicarla a todos. La

Iglesia por ello se siente íntima y realmente solidaria del género humano y

de su historia (Gaudium et Spes, Nº 1).

Edward Schillebeeckx, nació el 12 de noviembre de 1914 en Amberes (Bélgica),

en 1934 ingresó a la Orden de los frailes predicadores, y se doctoró en teología en

1951, con la tesis “La economía sacramental de la salvación: reflexión teológica

sobre el contenido de los sacramentos en santo Tomás a la luz de la tradición y de

la problemática sacramental actual”.45 Fue profesor de teología en Lovaina y

desde 1956 en la Universidad Católica de Nimega. Aunque era belga, fue asesor

del Episcopado holandés durante el Concilio Vaticano II. Inspirador principal del

Catecismo Holandés y del Concilio Pastoral de Holanda. En 1965 fundó, con otros

teólogos, la revista Concilium. Hace dos años ya, el 23 de diciembre de 2009, los

dominicos de Holanda comunicaron al mundo la muerte de su hermano de

comunidad e iglesia, E. Schillebeeckx, a sus 95 años de edad. Cabe anotar que,

entre otros teólogos del siglo XX, Schillebeeckx es considerado como uno de los

45

Schillebeeckx, Soy un teólogo feliz, 21-35.

Page 32: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

31

mejores exponentes de aquello que significa estudiar en las fuentes de la teología

para desde allí tener una palabra de salvación para la humanidad.46

En la última parte de su segundo libro sobre la cristología, “Cristo y los cristianos,

Gracia y liberación”47, Schillebeeckx, presenta una elaboración bastante amplia

sobre la salvación desde la perspectiva cristiana y la manera como él la entiende.

Este texto comprensivo es precisamente la fuente principal de este trabajo

investigativo. Pero, tomo también, como referencia irrenunciable, el primer libro de

su cristología “Jesús, historia de un viviente”. Sin desconocer que la mayoría de

los escritos de Edward Schillebeeckx, tratan o hacen relación, al tema de la

salvación, pues, este teólogo dominico de origen flamenco, tiene muy presente

que, si bien el tema de la salvación es un tema común a muchas religiones48, para

la religión y teología cristianas no es un tema secundario en importancia -ni mucho

menos puede serlo-, sino que es, y ha de ser siempre, un tema fundamental en

sus reflexiones. Toda la teología está hecha y se hace justamente, para la

salvación del género humano.

Schillebeeckx, al establecer un diálogo entre la teología y el mundo ha elaborado

una comprensión de la salvación encarnada en nuestra realidad humana, una

“soteriología cristiana en clave moderna”49, que constituye un gran aporte para

nuestra actualidad mundial y colombiana. Pues, en el caso concreto de nuestro

país, situaciones no deseadas; como lo son la violencia, el sufrimiento, la

46

Hace ya tres décadas en el homenaje que la Revista Concilium hizo a E. Schillebeeckx, el Dr. Paul Brand

en la introducción de esa edición de la revista, decía desde su experiencia que nuestro teólogo dominico

“mezcla la antigua sabiduría de una tradición teológica clásica, sobre todo tomista, con una experiencia

intensa desde dentro del mundo de nuestros días; un mundo que a muchos, Schillebeeckx incluido, se les

presenta tan caótico que parece haber desaparecido toda coherencia; y ello no sólo a nivel de totalidad, sino

también al de la vida personal”. Siguiendo con su presentación, el Dr. Brand afirma: “El ideal de

Schillebeeckx como teólogo sigue siendo incluido en una síntesis totalizadora de la salvación a este mundo de

hoy que tantas veces parece perdido. En mi opinión, le preocupa en cuanto teólogo la reconciliación definitiva

de este mundo en Jesucristo; para mí, que no soy teólogo, el sentido práctico de semejante teología de la

reconciliación procede sobre todo del dolor de esos hombres a quienes, como a Schillebeeckx, no asustan los

conflictos”. Brand, Paul, “Para Edward Schillebeeckx de Paul Brand”. Revista Internacional de Teología,

Concilium. Traducción de Gilberto A. Gutiérrez. Nº especial en homenaje a Edward Schillebeeckx.

(noviembre 1974): 5-7. 47

Schillebeeckx, Cristo y los cristianos, Gracia y liberación, 727-821. 48

Ibid, 775. 49

Gibellini, La teología del siglo XX, 360-367.

Page 33: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

32

marginación, la injusticia, la pobreza, la carencia de reflexión, y la

deshumanización, entre otras, sin lugar a dudas, trazan retos inaplazables a

nuestro carisma profético cristiano en el campo de la reflexión teológica, a través

de la investigación, el discernimiento, el diálogo, el debate y la interpretación de la

realidad, para un adecuado servicio y praxis evangelizadora compartida a nuestros

hermanos y hermanas compatriotas con deseos de liberación y salvación.

1.4. Categorías fundamentales de la salvación cristiana

Desde la perspectiva cristiana, el punto de partida de la salvación es la gratuidad

divina que parte de la iniciativa de Dios y ha sido manifestada plenamente a la

humanidad en la persona de Jesucristo. De esta manera se nos permitió

comprenderla antes, al tratar, a grandes rasgos, el panorama sobre la

interpretación de la salvación en algunas tradiciones, a lo largo de la historia de la

teología, de manera especial, en la tradición denominada tomista, con su máximo

exponente, Santo Tomás de Aquino. Vale la pena decir desde ya, que esta misma

postura la encontramos en el pensamiento de Edward Schillebeeckx, quien sin

lugar a dudas, se sitúa dentro de la tradición tomista.

Sin embargo, es en primer lugar en las Sagradas Escrituras, donde aparece la

comprensión de la obra salvífica de Dios, realizada plenamente en Jesucristo,

como experiencia de gracia. En los escritos neotestamentarios, por ejemplo, se

encuentran en concreto dos términos: uno de origen hebreo, hesed, y otro de

origen griego, Charis. Siendo estos dos, categorías que significan la expresión “de

gozosa elección divina” (Rm 8, 28; 9,11; Ef 1, 11; 3,11; 2 Tim 2, 10-13; 1 Pe 1, 20;

Cf. Ex 33, 19). Proponiendo con ello, que la salvación depende fundamentalmente

de la buena voluntad de Dios (Ef 1, 5.9.11; Lc 2, 14; 12, 32; col 1, 19).50 Por tanto,

desde perspectivas como esta, y guiados por los escritos bíblicos, encontramos el

50

Schillebeeckx, Cristo y los cristianos, Gracia y liberación, 618. Ver también, 619-621.

Page 34: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

33

principio fundamental, de que la salvación es don gratuito del amor de Dios, y que

parte siempre de su iniciativa y voluntad (Jn 3, 16-17; 1 Tim 2, 3 -4).

En este orden de ideas, teniendo en cuenta el pensamiento orientador del teólogo

dominico E. Schillebeeckx, es conveniente explicitar ahora las distintas categorías

que se utilizan para hablar sobre la salvación cristiana, y que el mismo

Schillebeeckx precisa de manera análoga.51 Dichas categorías son: soteriología-

salvación, salvación cristiana, redención, liberación, autoliberación emancipadora

y salvación escatológica. De esta manera, presentaré a continuación una síntesis

de cada una, teniendo en cuenta que estas categorías, exceptuando la de

autoliberación emancipadora, son utilizadas y relacionadas, muchas veces

indistintamente, a lo largo de la obra de Schillebeeckx. Este mismo teólogo, hace

notar que, es ya incluso en las Escrituras (de manera particular en el Nuevo

Testamento), donde encontramos un rico vocabulario soteriológico, es decir,

distintas maneras de hablar sobre la salvación52:

A la hora de definir con mayor precisión la actividad redentora mediante la

cual Dios quiso reconciliar consigo al mundo en y por Jesús (como dice

literalmente 2 Cor 5, 19), hemos de admitir que una serie de conceptos

básicos, muy conocidos entonces que procedían de la experiencia e

interpretación de Israel y del primer judaísmo, proporcionaron al Nuevo

Testamento el oportuno material para expresar de una forma inteligible para

los creyentes (o lectores), la experiencia cristiana de la redención y

salvación en y por Jesucristo.53

51

Además de utilizar las categorías en sus dos libros cristológicos, Schillebeeckx presenta una definición de

las palabras soteriología, salvación, liberación, redención, escatológico, tomando como fuente algunos libros

de la Biblia, especialmente el Nuevo Testamento. Cfr. Schillebeeckx, Cristo y los cristianos, Gracia y

liberación, 466-501. 52

Ibid, 471. 53

Ibid, 615.

Page 35: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

34

1.4.1. Soteriología

En sentido general, el término salvación, desde su misma etimología, salus, está

relacionado con sanitas, salud, integridad54, es decir, con la curación o realización

total del ser humano en la sociedad.55 Junto a este concepto aparece la categoría

Soteriología – del griego soteria-, que integra todo el tema de la salvación y que es

definida también como redención. En este sentido, la soteriología es la doctrina

sobre la redención: las ideas y expectativas que tienen los seres humanos en

relación con el remedio para sus problemas, bienestar y salvación, salud y

liberación.56 En cuanto tal, el término soteriología tiene en su origen una carga

religiosa. Sin embargo, actualmente se habla de este término no sólo en singular,

sino también en plural, soteriologías: soteriología marxista, cristiana, humanista,

entre otras.

De esta manera, se pueden clasificar las soteriologías actuales en varios tipos,

aunque no siempre sean netamente diferenciables entre sí: a) movimientos de la

“contracultura”, que tienden a un “naturalismo” neomístico de huida de la sociedad

(retorno a la naturaleza pura); b) movimientos neorreligiosos: frente a la sociedad,

con su dicotomía (o ruptura) entre la esfera pública y la privada y frente a la

ruptura entre ser humano y naturaleza, tales movimientos pretenden encontrar una

salvación que supere todas esas rupturas en una dirección “ascendente”, hacia

una realidad totalmente distinta, ya sea de tipo personal o impersonal (meditación

trascendental, Jesús people, taoísmo, zen occidental, etc.); c) movimientos

pseudorreligiosos de liberación, que buscan su salvación en el ocultismo, la

magia, la astrología y los horóscopos; d) tendencia a una violencia místico-

sagrada, ritual: el “satanismo”; e) mística basada en la droga; f) soteriologías

políticas de liberación, de derechas y de izquierdas, todas normalmente

neodogmáticas (vae victis; quien no piense como nosotros ¡a la horca!); g)

tendencia político-religiosa: teologías políticas y de liberación.

54

Ibid, 729. 55

Cfr. Schillebeeckx, “Cuestiones sobre la salvación cristiana”. Revista Internacional de Teología,

Concilium, 164. 56

Schillebeeckx, Cristo y los cristianos, Gracia y liberación, 844-845.

Page 36: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

35

En síntesis se habla de: 1) soteriologías horizontales de signo futurista (que

pretenden cambiar totalmente las estructuras sociales); 2) soteriologías verticales

(normalmente apolíticas en su búsqueda de liberación religiosa); 3) soteriologías

político-religiosas (subrayan el significado político y progresista de lo religioso).57

Teniendo en cuenta lo anterior, vale la pena acercarnos ahora a los aportes que

brindan las Sagradas Escrituras, sobre la categoría de soteriología. A partir de la

referencia de los estudios bíblicos realizados por algunos exégetas, Schillebeeckx

constata que, en el Nuevo Testamento la salvación que los cristianos

experimentan en Jesús, se designa también constantemente con el sustantivo

griego soteria, o con el verbo sozein. Incluso se prefiere el verbo sozein al

sutantivo soteria.58 Sozein, en sus distintas formas verbales, está más cerca del

significado bíblico hebreo yasa (en hifil), que del helenista de salvación, soteria.

De esta manera, soteria o salvación puede tener el significado de perdón de los

pecados, triunfo sobre el mal (Satán) y vida eterna.

Ahora bien, es principalmente el apóstol Pablo quien da a este término un sentido

plenamente cristiano, interpretando la vida eterna como la salvación corporal. La

salvación es, entonces, para Pablo, como para los sinópticos, fundamentalmente

victoria sobre la muerte, y desde esta interpretación, la categoría salvación asume

un significado escatológico. Por su parte, para la tradición joánica, soteria o

salvación es también vida eterna y victoria sobre la muerte. En los escritos

joánicos, de manera particular se habla de la vida eterna como lo que acontece en

un tiempo escatológico, y también, en el tiempo histórico presente. El don del

Espíritu Santo hace que la vida eterna sea ya una realidad actual. La salvación se

relaciona con la nueva vida en Cristo, y ya desde ahora.

57

Ídem. 58

Schillebeeckx valiéndose de los estudios exegéticos pone las citas bíblicas en las que se puede confrontar

esta afirmación: soteria (Lc 1, 69.71.77, citas de los LXX; Hch 4, 12; Rom 1, 16; 10,1; 2 Cor 7, 10; Ef 1, 13;

Flp 2, 12; 1 Tes 5, 8-10; 2 Tes 2, 13; 2 Tim 2, 10; 3, 15; Heb 2, 10; 5,9; 1 Pe 1, 9-10; 2,2; 2 Pe 3, 15; Jds 3;

Ap 12, 10b; Tit 2, 11). Sozein (Mt 1, 21; 9, 21.22 par.; 27, 42 par.; Mc 5, 23; 16,16; Lc 8,12; 8,50; 19,10; Jn 3,

17; 5,34; 10, 9; 12, 47; Hch 2, 21.47; 4, 12; 11,14; 14,9; 15,11; 16,30; 27, 40; Rom 5, 8; 8,24; 10, 9-10; 1 Cor

1,21; 3, 15; 5,5; 15,2; ef 2, 6-7.8; 1Tes 2, 16; 1 Tim 1, 15; 2, 4; Heb 5, 7; 1 Pe 2, 24). Ibid, 466.

Page 37: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

36

En los escritos neotestamentarios posteriores, aparece también el sustantivo

griego soter, salvador o bienhechor. Término aplicado en primer lugar a Dios, y

luego también a Cristo (Lc 2, 11; Hch 5, 31; 12,23; 1 Jn 4, 14; Tit 1, 4; 2,13; 3,6; 2

Tim 1, 10; 2 Pe 1, 1.11; 2.20; 3, 2.18); palabra con la cual, se pretendía enfatizar

que el verdadero salvador y bienhechor de la humanidad no era el emperador,

sino Dios por medio de Jesucristo. De esta manera, el sustantivo soter da al

concepto soteria, o salvación, el significado de “salvación para el mundo entero” (a

la manera como el emperador recibía el nombre de “bienhechor de la humanidad o

del bien común universal”).59

1.4.2. Salvación cristiana

Schillebeeckx comprende la salvación cristiana como liberación y redención

definitiva y escatológica de Dios en Jesús.60 Sólo después de la muerte de Jesús

se inició formalmente la interpretación cristológica de su vida; y esto sucedió sobre

la base de una experiencia soteriológica: la experiencia de la salvación como dada

en Jesús.61

La experiencia que los primeros cristianos tuvieron de Jesús, les motivó a

comunicar a los demás, a través de distintas nociones, su manera de interpretar la

vivencia de este encuentro. Tomando en cuenta, por cierto, los acontecimientos de

la sociedad religiosa de entonces. Tales nociones matizaron el contenido de su

experiencia y le procuraron nuevas posibilidades de desarrollo. En este sentido, la

salvación de Dios en Jesucristo vivía de lo experimentado (Jesús de Nazareth),

pero también, de las expresiones interpretativas que se iban adquiriendo. Estas, a

su vez, se fueron profundizando en la experiencia de vida cotidiana y, basándose

siempre en ella, fueron describiendo de forma cada vez más precisa y concreta, al

59

Ibid, 467. 60

Schillebeeckx, “Cuestiones sobre la salvación cristiana”. Revista Internacional de Teología, Concilium,

164-183. 61

Schillebeeckx, “Jesús, la historia de un viviente”. En Lumiére et vie 26. N°. 134 (1977): 5-45.

Page 38: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

37

Jesús que experimentaban. Dichas maneras de interpretación, o contenidos de

experiencia previamente dados, y comprensibles a partir de unas vivencias

anteriores, fueron utilizadas para expresar las experiencias acontecidas con

Jesús.

Nociones fundamentales de las sociedades judía y grecorromana, sirvieron para

que la comunidad cristiana pudiera expresar las experiencias pasadas y

presentes, sucedidas en relación con Jesús, y especialmente con su muerte.62 Es

por esta razón, que en los escritos neotestamentarios, las distintas maneras de

denominar la salvación, redención o liberación, están unidas por un vínculo

interno: la correlación entre la predestinación divina, o iniciativa salvífica

absolutamente libre por parte de Dios, y la experiencia de haber encontrado un

sentido existencial y una plenitud de la vida en quienes creyeron en Jesús. Los

primeros cristianos hallaron su propia identidad, y la definición de su condición

humana, en una relación personal con Dios, tal como Jesús lo había revelado.63

En este orden de ideas, considero importante decir que, hoy al comunicar el

contenido de la salvación cristiana, si bien, deben tomarse en cuenta las

comprensiones neotestamentarias o interpretamentos –como les denomina

Schillebeeckx-, también, es necesario reconocer que la experiencia de salvación

cristiana para el ser humano contemporáneo, puede hacer surgir nuevas

comprensiones de ella, según las características de su entorno. Tal y como ha

sucedido a lo largo de la tradición cristiana. Comprensiones que al contrario de

eliminar las ya dadas y comunicadas, las enriquece y complementa.

Schillebeeckx, afirma que en nuestro tiempo, para que la salvación cristiana sea

verdaderamente auténtica, deberá ser universal y total. Debe implicar, entonces,

como requisito mínimo, que ningún grupo humano se realice a expensas del otro.

No es la simple construcción de una sociedad humana universalmente justa, sino

62

Schillebeeckx, Cristo y los cristianos, Gracia y liberación, 615. 63

Ibid, 618.

Page 39: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

38

la construcción de tal sociedad constituida por el ingrediente cristiano.64 La

salvación cristiana es salvación del hombre y para el hombre en las distintas

dimensiones que lo integran.65 Acontece en medio de la humanidad y no fuera de

ella, en medio de los sufrimientos, opresión, injusticia y violencia que muchos

hombres y mujeres de nuestro tiempo padecen.

La salvación del ser humano, y por el ser humano, que Dios da, debe ser

necesariamente una categoría vivencial. Ella debe ser, por lo menos, un reflejo

parcial y fragmentario de aquello que el ser humano experimenta como

autorrealización. Aquella salvación que no toque la historia del ser humano puede

perder toda razonabilidad:

(…) la salvación cristiana tiene que cumplir unos requisitos mínimos si

queremos impedir que el término salvación, y con él la salvación cristiana,

muera de manera irremediable. Presentando la salvación como un concepto

vivencial, podemos, por una parte, salvaguardar la libertad de Dios “para

ser Dios”, es decir, una realidad que no puede estar sujeta a nuestros

conceptos humanos de salvación, mientras que, por otra, el hombre recibe

la libertad “para ser humano”, es decir, una criatura que vive con su propia

opinión sobre si cierto tipo de salvación tendrá o no lugar.66

1.4.3. Redención

La redención es la salvación o liberación del ser humano otorgada por Dios en

Jesús a través de su vida, muerte y resurrección. La redención es uno de los

enunciados de fe más importantes para el creyente, es perfecta y universal para

todos y cada uno de los seres humanos, en su dimensión personal, corporal e

64

Cfr. Schillebeeckx, “Cuestiones sobre la salvación cristiana”. Revista Internacional de Teología,

Concilium, 179-180. 65

Ibid, 171. 66

Ibid, 180.

Page 40: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

39

interpersonal.67 Y es también, por supuesto, liberación, entendida en el sentido de

escapar a peligros y tribulaciones.

En algunos textos neotestamentarios, y de manera particular en los escritos

paulinos, la redención es entendida como reconciliación. San Pablo, da a la

redención el nombre de reconciliación, en el sentido específico de los términos

griegos: katallage (reconciliación), katallassein (reconciliar a alguien con uno) y

katallagenai (ser reconciliado).68 El apóstol Pablo, hace referencia con estos tres

términos a la reconciliación que sucede entre dos grupos que viven enemistados

(son enemigos o están alejados), pero también, a la reconciliación del ser humano

con Dios, pues, Dios reconcilia al ser humano consigo mismo (2 Cor 5, 18-21; Col

1,22; Ef 2, 16), y a los hombres entre sí. En los tres términos (katallage,

katallassein y katallagenai), está el contenido que expresa la manera como se

reconcilia y se supera por ejemplo, toda enemistad dentro de la iglesia, como era

el caso en su momento, de las probadas dificultades entre judíos y paganos (Ef 2,

16; 2, 14).

Según la comprensión paulina, el hecho de que el ser humano se reconcilie con

Dios, cambia radicalmente la relación entre Dios y él, y la relación de los seres

humanos entre sí mismos. Ya no se es enemigo, impío, o se está desamparado

(Rom 5, 6.10). Donde hay un cristiano, hay humanidad nueva, y todo ello es obra

de Dios, quien nos reconcilió consigo a través de Cristo, cancelando la deuda de

nuestros delitos humanos (2 Cor 5, 17-19). Así entendida, la reconciliación es,

entonces, más que pagar una deuda a alguien: de enemigos ella nos convierte en

amigos de Dios, en nueva humanidad. Estar reconciliados significa aparecer libres

de pecado ante el tribunal de Dios (Col 1, 22), vivir en paz (Col 1, 20: Ef 2, 15) y

ser nuevos seres humanos.69

67

Schillebeeckx, Cristo y los cristianos, Gracia y liberación, 787 y 828-829. 68

2 Cor 5, 18.19.20.21; Rm 5, 10.11; 11,15. Ibid, 471. 69

Schillebeeckx, Cristo y los cristianos, Gracia y liberación, 472.

Page 41: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

40

No obstante, en el Nuevo Testamento, la redención es también, satisfacción, y es

redención de los pecados.70 Según la teología neotestamentaria, el sacrificio

expiatorio de Cristo es al mismo tiempo, perdón de los pecados. Dios acepta el

sacrificio de Jesús y lo encuentra agradable. El Nuevo Testamento recoge el

semitismo nasa, cargar con los pecados (Lv 5, 1.17; 7, 18; 17,16; 19, 18.17; 22, 9;

Nm 5, 31; Ez 4, 4-6; 14,10; 18, 19-20; Is 53, 12), y le da el sentido de perdón de

los pecados en virtud del sacrificio expiatorio de la cruz (Jn 1, 29). Resulta muy

interesante la importancia que el Nuevo Testamento da al uso de diferentes

términos hebreos, para hablar de la redención. Pues, por ejemplo, en este caso,

con la utilización de la palabra nasa, el cargar con los pecados de otros, se integra

muy bien, y se analoga, a la muerte redentora de Jesús en la cruz, explicitando

con ello, que, el significado salvífico de la encarnación de Jesús en la humanidad,

es incompleto sin su muerte y resurrección.71

Dios acoge al pecador y lo perdona, y Jesucristo es el perdón de Dios. Él es la

verdadera vida, pues, en Jesucristo, se hace posible una vida nueva. Ahora, a

partir de la vida, pasión, muerte y resurrección de Jesús, el ser humano tiene

derecho a existir y a afianzar su existencia.72 Jesús, desde la experiencia

neotestamentaria, cumple su actividad salvífica como un abogado y defensor de la

causa humana ante Dios (Hb 7, 25; 7, 23-25; 9, 24; 4, 14-16; 2, 17). El Cristo

exaltado en el cielo es paráclito, intercesor y abogado ante Dios (1 Jn 2,1). Esta

última idea, por cierto, presenta rasgos forenses, cuyas raíces las encontramos

también, en algunos escritos veterotestamentarios: el juicio de Dios es presentado

como un proceso jurídico, en el cual, el pecador hace de acusado y el redentor

hace las veces de juez (Gn 18, 23-33; 20, 7.17; Jr 5, 28; Job 29, 16; 33,23). En

este sentido, el Jesús celeste, que tiene sus raíces en algunos personajes del

Antiguo Testamento, es ahora el abogado defensor (Ap 12, 10; Rm 8, 34; Jn 16,

26).73

70

Ibid, 472-478. 71

Ibid, 478. 72

Ídem. 73

Ibid, 479-480.

Page 42: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

41

Con lo dicho hasta aquí sobre la categoría de redención, vale la pena acotar que

con seguridad, las distintas comunidades y los distintos autores

neotestamentarios, tomaron especialmente, modelos interpretativos de los hechos

sencillos de su vida cotidiana, en los cuales encontraban energía para afrontar los

problemas de la vida, es decir, la experiencia de sentirse redimidos o reconciliados

en medio de la dificultad. La experiencia de redención, salvación y liberación, de

las primeras comunidades cristianas, tal como se narra en el Nuevo Testamento,

nos permiten comprender que fue sólo gracias a las vivencias que tuvieron con

Jesús -el Cristo redentor y reconciliador-, como estas personas pudieron afrontar

su vida cotidiana con mayor fortaleza y esperanza. Cristo Jesús era la mejor

experiencia de redención y reconciliación en medio de la dificultad.

1.4.4. Liberación

La categoría liberación, se interpreta desde la Biblia como una salida del ser

humano de las distintas formas de esclavitud, injusticia y angustia, y se deriva del

don de la gracia otorgada por Dios en Jesucristo.74 No se es libre en abstracto o

en frases elaboradas. La liberación o salvación se da en concreto, a partir del

testimonio de muchos seres humanos, y este testimonio se convierte en el mejor

argumento para hablar sobre esta categoría.

En las Sagradas Escrituras, es claro que Dios libera al ser humano del pecado, de

la muerte, de la culpa, y de cierto tipo de angustias existenciales que el mismo ser

humano interpretaba en la Antigüedad, como miedo a los demonios. Dios, libera

también de la tristeza y la desesperanza, de la enemistad con el prójimo y con

Dios mismo, de la servidumbre, las injusticias, las ataduras opresoras y alienantes,

la falta de amor y el egoísmo, el pánico y el desaliento (Gal 5, 1; Rm 6, 15-18; 8,

11; 1 Cor 10, 29; 2 Cor 3, 17; 1 Tes 4, 13).

74

Schillebeeckx, Cristo y los cristianos, Gracia y liberación, 500, y Schillebeeckx, Edward., Van Iersel, B,

“Jesucristo y la libertad humana”. Revista Internacional de Teología, Concilium. Traducción de Gilberto A.

Gutiérrez. Nº 93: 325-332.

Page 43: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

42

En este sentido, según los escritos neotestamentarios, gracias a la liberación dada

por Dios en Jesucristo, estamos liberados para la libertad, la justicia, la paz con los

seres humanos y con Dios, para tener confianza en la vida, para la felicidad, para

el amor y la esperanza, para la vida eterna y gloriosa, y para la santidad. En una

palabra -dice Schillebeeckx-, somos liberados para la salvación, para sanar y curar

a todos y a cada uno; para, como hijos e hijas queridos de Dios, procurar imitarlo a

Él (Ef 5, 1), viviendo en mutuo amor, al estilo en que Cristo nos ama (Ef 5, 2):

(…) la liberación no consiste sólo en liberar de la injusticia para el bien, sino

que su para qué –es decir, para qué hemos sido liberados- implica la tarea de

liberar a los hombres de la injusticia. Se trata de una redención dentro de un

mundo todavía deteriorado y enfermo. Por tanto, la redención y la liberación

son en el Nuevo Testamento un don y una tarea que es preciso realizar. 75

Una comprensión sobre la liberación, como la anterior, va más allá de las simples

intenciones humanas, y parte necesariamente de un presupuesto de fe. Sólo aquel

que cree en lo que Dios ha hecho por él, es capaz de ser libre y liberar. Esta idea,

como ya se dijo páginas atrás, es un principio fundamental que aparece en Santo

Tomás de Aquino, cuando habla de la gracia y la justificación de parte de Dios.76

La fe es el punto de partida, que permite que estemos convencidos de que la

salvación o liberación cristiana es un don gratuito que Dios da al ser humano, para

que éste, en su historia, pueda ser libre y liberar de toda forma de opresión, de tal

forma que, experimentando las distintas maneras de liberación (de la muerte, del

pecado, del egoísmo, de la violencia), el ser humano pueda degustar de la

salvación plena y total dada en Jesucristo; pues, “para ser libres nos liberó Cristo”

(Gal 5, 1). Y, esta comprensión no puede ser mera elucubración teórica, sino la

manera de ser del ser humano, hecha historia y relato.

75

Schillebeeckx, Cristo y los cristianos, Gracia y liberación, 500-501. 76

Sum. Theol., I-II. q. 113, a. 4.

Page 44: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

43

El cristianismo particularmente comprende la salvación por la fe: en sentido

concreto, fe en la salvación de Dios en Jesús. Fe que es un acto humano libre y, al

mismo tiempo, un don de Dios. La fe cristiana supone, entonces, la libertad y nos

abre a la libertad. La cuestión decisiva –dirá Schillebeeckx- es si, en las

condiciones sociales de hoy, la autoliberación y la emancipación no son un

presupuesto para una posible fe en el mensaje religioso de la redención, y un

signo parcial de salvación.77

Por esto último, considero importante tener en cuenta que, más allá de nuestras

intenciones y deseos humanos de un llamado a la humanidad, a la buena voluntad

y a la convivencia, es necesario recordar que aunque la esperanza de liberación

para todo ser humano tiene su cumplimiento en la vida muerte y resurrección de

Jesús, ella sigue siendo una tarea que se debe realizar en la dimensión de nuestra

historia humana, pues, la salvación es a la vez don y tarea. El mundo y todos los

seres humanos estamos capacitados para amar y liberar porque Dios nos salvó y

liberó primero (Gal 5, 1). Si afirmamos que somos creación de Dios, y esta obra

creadora tiene un sentido totalmente salvífico, quiere decir que nosotros estamos

capacitados y tenemos todas las condiciones para acceder a dicha salvación, y

por lo demás, significa que tenemos la responsabilidad de comunicarla y

compartirla a nuestros hermanos y hermanas con quienes convivimos a diario.

1.4.5. Emancipación o autoliberación emancipadora

El término emancipación, originariamente significó, en el derecho romano, la

liberación de la patria potestad al alcanzar la mayoría de edad; hoy por su parte,

se utiliza para designar especialmente, los intentos de la humanidad encaminados

a liberarse del dominio de las fuerzas naturales, sociales y culturales que le

77

Schillebeeckx, Cristo y los cristianos, Gracia y liberación, 728.

Page 45: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

44

alienan.78 Con este término, Schillebeeckx habla -según la traducción al español-

de autoliberación emancipadora.79

Una de las situaciones humanas, de la que toda persona busca liberarse, o lograr

una autoliberación emancipadora, es la del sufrimiento no querido ni buscado. Y

aunque los seres humanos han trabajado bastante, a lo largo de la historia, en la

búsqueda de remediar los problemas de su vida, y los dolores que padecen de

tipo corporal, psicosomático y social, hay otro tipo de sufrimiento humano,

causado por la falta de amor, la culpa, nuestra condición finita y mortal, el fracaso,

la alienación, frente al cual no existen fórmulas curativas exactas que eliminen

totalmente este dolor. Por tanto, un proceso verdaderamente salvador y

emancipador, desde el Evangelio, debe implicar para todo cristiano la liberación de

las dolencias físicas o psicológicas del individuo o de la comunidad, y a la vez, de

esas formas de sufrimiento que no son accesibles a ningún proceso de

autoliberación.80

Dicho proceso emancipador, cuando es posible, es una tarea que el Dios Creador

y Redentor ha confiado a todos los seres humanos. Además,

(…) aun no siendo un fenómeno específicamente cristiano, el proceso

emancipador de liberación puede tener una importancia fundamental para

el cristiano: puede ser una forma histórica necesaria del amor cristiano, de

su fe y de su esperanza. Más aún: en un momento determinado de la

historia puede representar un criterio de autenticidad cristiana,

concretamente como plasmación histórica de uno de los criterios básicos de

la religión cristiana: el amor fraterno (…)81

78

Ibid, 837. 79

Ibid, 749ss. 80

Ídem. 81

Ibid, 753-754.

Page 46: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

45

No obstante, es necesario aclarar, que, desde la perspectiva cristiana, aquello que

se comprende por emancipación es, en la vida de cada persona, esencialmente

parcial, no siempre universal, y, además, transitorio. Asimismo, debe saberse que

no se puede hacer una equivalencia total entre la historia de la emancipación

humana y la historia de la redención que viene de Dios, pero, tampoco se puede

separar esta última de los procesos de autoliberación del ser humano. La

redención cristiana, si bien asume e integra la autoliberación emancipatoria de los

seres humanos, va más allá de esta, y lo hace mostrándose críticamente solidaria.

Aunque existen muchas maneras e intentos de emancipación del sufrimiento, una

cuestión fundamental que permanece en la humanidad, y que se plantea también

la redención cristiana, es la pregunta por el sufrimiento humano, o la realidad de la

historia humana de sufrimientos; pues, dado que su existencia es real, la cuestión

radica en cómo responder a las distintas formas de sufrimiento que mantienen

alienados a muchos seres humanos, y más aún, cuando desde el punto de vista

cristiano, afirmamos que el sufrimiento o la historia humana de los sufrimientos, no

son de suyo, voluntad de Dios; pues, Dios desea para todos los seres humanos la

salvación, liberación y emancipación total. Más adelante volveré sobre este tema,

de manera un poco más amplia.

1.4.6. Salvación escatológica

Desde la palabra de Dios, la liberación absoluta y definitiva, formulada ya, en las

dos categorías anteriores (emancipación o autoliberación emancipadora), no se

dará por completo en la vida histórica de cada ser humano. Los deseos de

liberación absoluta, viven en una tensión entre la posible realización que esta tiene

en la historia de cada ser humano -que de todas maneras es incompleta-, y la

realización completa de esta, cuando Cristo sea todo en todos (Col 3, 11). Aquello

que realizamos aquí y ahora, en la historia, como búsqueda de la libertad y de la

liberación, se halla en tensión hacia su consumación escatológica: “para el

Page 47: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

46

creyente, cualquier liberación socio-política es sólo parcial, de modo que, si se

presentara como total, se convertiría de hecho en una nueva forma de

servidumbre y de esclavitud. Pero, esta visión cristiana no autoriza a minimizar

una liberación sociopolítica.”82

La salvación, liberación y emancipación apuntan al futuro, pero no a un futuro

evolutivo sino escatológico. La salvación escatológica es la salvación total que

Dios da al ser humano, es el sentido último (escatológico), que no sólo pertenece

al más allá, sino también, al sentido profundo y definitivo de la vida, y al tiempo

final, en cuanto tiempo de salvación. El contexto o la realidad humana, de cada

época, indican en cada caso, el matiz concreto que la salvación va tomando, sin

desconocer que el énfasis recae siempre en el carácter “definitivo” de lo que sólo

se manifiesta al final de los tiempos y después de la muerte, si bien ya actúa y se

decide en el presente.83

En otras palabras, la salvación escatológica es la salvación que comienza en el

presente, a través de la praxis, y se plenificará, totalmente, al final de los

tiempos.84 La salvación escatológica, dice Schillebeeckx, debe realizarse, a través

de formas parciales, históricamente superables, y superables de hecho, pero

visibles, en el curso de la historia humana: tanto en el interior del ser humano,

como en las estructuras sociales. Más adelante, en el momento de relacionar las

categorías de salvación, ampliaré un poco más este tema.

82

Ibid, 729. 83

Schillebeeckx, Jesús, historia de un viviente, 639. 84

Ibid, 776 y 838.

Page 48: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

47

2. RELACIÓN Y ANALOGICIDAD DE LAS CATEGORÍAS PRINCIPALES DE

LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

En el capítulo anterior fueron presentadas, a manera de síntesis, algunas de las

distintas interpretaciones sobre la salvación, a lo largo de la historia de la tradición

cristiana hasta nuestros días. Y se hizo énfasis particular en la comprensión que el

teólogo contemporáneo, Edward Schillebeeckx, tiene sobre el tema de la

salvación, como aporte a la teología, y las categorías que él utiliza al hablar de la

salvación cristiana. En este segundo capítulo trataré sobre las posibles relaciones

y diferencias entre las categorías de liberación, redención o salvación que

Schillebeeckx utiliza al tratar el tema de la salvación cristiana, y las implicaciones

profundas que tienen estas en la historia, lugar propicio para que la salvación

tenga su acción eficaz en el ser humano.

2.1. El camino a seguir para una analogía de las categorías de salvación

cristiana

Teniendo en cuenta que el objetivo de este texto es principalmente hermenéutico,

se dará a continuación una presentación sintética de la hermenéutica analógica85,

como comprensión hermenéutica que subyace a mi manera de relacionar la

comprensión de salvación cristiana en Schillebeeckx, y las distintas categorías que

él utiliza, es decir, una interpretación analógica.

Además, puesto que este trabajo se encuentra ubicado en el contexto de nuestra

fe cristiana, la analogía cobra aquí una gran importancia, ya que, desde la

85

En los últimos años, desde el contexto latinoamericano y del Caribe, el filósofo mexicano Mauricio

Beuchot, O.P., ha elaborado y comunicado una propuesta interpretativa de textos, a la cual él denomina

“Hermenéutica analógica”. Cfr. Beuchot, Mauricio. “La naturaleza de la hermenéutica analógica”. Revista

Cuadernos de filosofía Latinoamericana. Bogotá, D.C., USTA. N°s 82-83/84-85, (2002): 9-13., Beuchot,

Mauricio y Marquínez Argote, Germán, Hermenéutica analógica y filosofía latinoamericana. Bogotá D.C:

El Búho, 2003. pp. 31-47., Beuchot, Mauricio, Hermenéutica analógico-icónica y teología. Colección

Teología hoy, N° 67. Bogotá, D.C: PUJ, 2008. 190 pp., y, Beuchot, Mauricio, Hermenéutica analógica,

Educación y filosofía. Bogotá, D.C: USTA, 2010. 143 pp.

Page 49: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

48

tradición tomista, que es una tradición importante e irrenunciable para la teología,

se considera que, “nuestro lenguaje sobre Dios no es nunca unívoco, sino, a lo

sumo análogo, es decir, indirecto: partiendo del mundo y de nuestro ser humano,

decimos algo sobre Dios, pero en categorías y expresiones que sólo están

contrastados en nuestra realidad mundana”.86

Para hablar de este método interpretativo, tomo como referencia el pensamiento

del mexicano Mauricio Beuchot, O.P., quien se ha interesado, de manera especial,

por algunos temas del pensamiento tomista, y cuyos aportes en torno a la

interpretación analógica, o hermenéutica analógica, son de gran importancia en el

contexto de Latinoamérica y el Caribe. El pensamiento de Beuchot, ha sido

iluminador para mí, y sin duda, ha sido un gran aporte en el camino de este

trabajo.

2.1.1. La hermenéutica analógica

Según Beuchot87, la hermenéutica analógica, en cuanto hermenéutica, es un

instrumento interpretativo, una herramienta conceptual para la interpretación de

textos; y, en cuanto analógica, trata de superar la distinción que se da actualmente

entre las hermenéuticas unívocas y equívocas. Se trata de una disciplina que

tenderá hacia un equilibrio y una mediación, por la proporcionalidad.

Para Beuchot, la hermenéutica es la disciplina de la interpretación de textos

(escritos, hablados, pintados, etc); y en toda su historia ha sido jalonada por la

bipolaridad del univocismo y el equivocismo, de modo que puede hablarse de una

hermenéutica univocista, que restringe bastante las posibilidades de la

interpretación, y una hermenéutica equivocista, que abre demasiado dichas

86

Schillebeeckx, Jesús, Historia de un viviente, 589. 87

Beuchot, y Marquínez, Hermenéutica analógica y filosofía latinoamericana, 31-47.

Page 50: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

49

posibilidades, hasta el punto de que no se puede discernir entre una buena

interpretación y otra incorrecta.

Frente a este hecho, la propuesta de la hermenéutica analógica consiste en

buscar una interpretación de los textos que no quede atrapada en el ideal

univocista, de una interpretación única y sin complicaciones, ni en el caos

equivocista de muchos intérpretes o pensadores contemporáneos que pretenden

promulgar y defender la interpretación infinita (o al infinito), con lo cual todas las

interpretaciones son válidas y complementarias, pero de la misma manera todas

son subjetivas, sin poder ser verdaderas ni mucho menos falsas.

Según Beuchot, analogía es un término de origen griego que significa proporción,

proporcionalidad, equilibrio difícil, movedizo, pero seguro. La analogía resulta ser

la proporción indicada frente a realidades o aspectos que, por ejemplo, no se

pueden explicar por la ciencia o la razón instrumental. La hermenéutica analógica

por tanto, abre y amplia el espectro de las interpretaciones, de tal forma que no se

tome como válida una sola; pero, pone límites también, a ese grupo variado de

interpretaciones, de tal manera que no se vayan al infinito, en un regreso

relativista que resulta imposible de detener.88

Si la analogía es la conciencia de que una cosa tiene diferentes formas, de

que se dice de diversas maneras, la hermenéutica analógica es la

advertencia de que la interpretación tiene diversas maneras y grados. Es

plural. Permite varias interpretaciones pero, puede jerarquizarlas y además

permite ver la proporción que alcanzan de una verdad textual.89

En nuestra época ha habido más tendencia a la hermenéutica equívoca. Y, como

la analogía está semánticamente entre la univocidad y la equivocidad, por eso ha

habido necesidad de implementar una hermenéutica analógica, que, al ser una

88

Beuchot, Hermenéutica analógico-icónica y teología, 37. 89

Ibid, 33.

Page 51: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

50

hermenéutica de la proporción, del equilibrio difícil y no simplista, tiene

características de tipo estructural y funcional muy conectadas entre sí, guardando

estrecha dependencia la una con la otra.

Características de tipo estructural

En cuanto a lo estructural, la hermenéutica analógica tiene, como es natural, la

característica de ser mediación entre una hermenéutica unívoca y otra equívoca.

No tiene la rigidez de la primera (unívoca), pero tampoco incurre en las

extralimitaciones que cabrían en la segunda (equívoca); trata de situarse como

participando de ambas, aunque sin quedarse en un término medio equidistante,

sino más inclinado a la diferencia. Si se incorpora la analogía a la hermenéutica,

se tendrá una hermenéutica más amplia que la totalmente univocista y más

estricta que la totalmente equivocista. Esto ayudará a evaluar y evitar la

interpretación unívoca (propia del pensamiento moderno y positivista fundado en

la razón instrumental) y la interpretación equivocista (del pensamiento romántico y

posmoderno). Conservará la diferencia sin perder del todo la identidad, a través de

la semejanza y la proporcionalidad, que están contenidas en la analogía. Además,

tendrá los distintos modos de analogía (que se señalan en la tradición pitagórica,

aristotélica y tomista), a saber; abarcará la desigualdad, la atribución y la

proporcionalidad impropia o metafórica.

En la analogía se encuentran diversas clases, según se acerquen los términos a la

univocidad o a la equivocidad. Cercana a la univocidad está la analogía de simple

desigualdad, como la que se da en el término “vida”, pues se puede tratar de la

vida vegetativa, de la vida sensitiva o de la vida racional. Después se da la

analogía de atribución, la cual implica la atribución de un predicado a un grupo de

sujetos, pero según grados, de modo que se predica o atribuye con más propiedad

a uno y con menos propiedad a los restantes. Hay en ella un analogado principal y

analogados secundarios. Este tipo de analogía es útil cuando queremos

comprender un todo ordenado según diferencias jerarquizadas. La analogía de

Page 52: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

51

atribución corresponde por ejemplo, a términos como “sano”, el cual puede

predicarse de una persona, un organismo, un alimento, o de la medicina.

Sigue la analogía de proporcionalidad propia, que no exige distinción entre

analogado principal y secundarios, sino que todos los analogados son en ella más

iguales. Por ejemplo, al decir “el instinto es al animal lo que la razón al hombre”,

hay en esta frase una proporción compuesta entre una y otra cosa.90 Cercana a la

equivocidad está la analogía de proporcionalidad impropia o metafórica. Por

ejemplo, en: “las flores son al prado, lo que la risa al ser humano”, proporción por

la que se puede decir la metáfora “el prado ríe”. Esto indica que contiene la

metaforicidad. Pero la metáfora es sólo una de las formas de la analogía; ésta

contiene también la metonimia, con lo cual da un espectro más amplio que la

hermenéutica metafórica, por ejemplo, la de Ricoeur en cierto momento. En

efecto, hay una parte metafórica en la analogía, que es la proporción impropia;

pero, también hay analogías innegablemente metonímicas, como las de

desigualdad y, más propiamente, las de atribución y de proporcionalidad propia.

Si, como sostiene Roman Jakobson –dice Beuchot-, la metonimia es el origen de

la ciencia y la metáfora el de la poesía, en la analogía se tiene el espacio

suficiente para interpretar lo científico y lo poético respetando su especificidad, y

hasta para encontrar algunos puntos en los que se toquen o entrecrucen, de

manera que, en cierta medida y sin confusión, lo científico pueda interpretarse

poéticamente y lo poético científicamente.

Además, la oscilación entre la analogía de atribución y la de proporcionalidad dará

la posibilidad de contar por una parte, con una ampliación jerarquizada, como es la

atribución, pues esta implica un orden gradual de aproximación al texto o a la

verdad textual, y por otra parte, con una ampliación más lineal o igualitaria de la

proporcionalidad que permitirá una serie de interpretaciones más próximas entre

sí, y sólo diversas por la manera en que se complementan. Pero, en ninguno de

90

Beuchot, “La naturaleza de la hermenéutica analógica”. Revista Cuadernos de filosofía Latinoamericana,

10.

Page 53: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

52

los dos casos se perderá la capacidad de juzgar y de evaluar cuáles de entre ellas

se acercan más a la verdad en cuestión, ya sea por la jerarquía de aproximación a

la verdad textual, ya sea por el carácter más rico y completo que tengan. Se evita

el relativismo: sólo se da cabida a un sano pluralismo.91

La hermenéutica analógica implica límite, un límite analógico, dado por el

predominio de la diferencia, pero también, por la presencia irrenunciable de la

identidad que obliga a cierta objetividad y no a la mera subjetividad. Asimismo, nos

permite guardar un equilibrio entre la interpretación literal y la alegórica. En efecto,

una hermenéutica unívoca buscará el sólo sentido literal, desechando el alegórico;

una hermenéutica equívoca buscará el sólo sentido alegórico; renunciando ya a

todo sentido literal, en cambio, una hermenéutica analógica destaca el sentido

alegórico que puedan tener algunos textos, pero sin perder todo sentido literal. Es

un equilibrio proporcional entre la búsqueda de la intencionalidad del autor (lo que

quiso decir) y la intencionalidad del lector (lo que de hecho interpreta éste) hasta el

punto de permitir una lectura simbólico-alegórica, inclinada al lado de la

proporcionalidad metafórica, sin perder por ello la capacidad de reducirla lo mejor

posible a la atribución de literalidad. Porque la tensión hacia la literalidad (sólo

tensión) es la que impide la caída en el mero subjetivismo interpretativo.

La hermenéutica analógica, asimismo nos ayudará a captar el sentido sin

renunciar a la referencia, inclusive a privilegiar al primero pero sin relegar la

segunda. Es muy notorio que la hermenéutica actual prefiere el sentido, que viene

por la coherencia o por la convención, y relega la referencia, que viene por la

correspondencia y la verificación. En la línea del sentido, hay una tendencia a la

equivocidad, pues, el sentido resulta de cada mente o sistema; en cambio, en la

línea de la referencia, hay una tendencia a la univocidad, pues pertenece a la

pretensión cientificista. Con todo, se puede adoptar una postura analógica, en la

que, sin pretender una relación referencial biunívoca entre las palabras y las

cosas, se evite caer en el rechazo de toda referencia, y se acepte una

91

Ídem.

Page 54: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

53

referencialidad más dinámica, incluso movediza, pero suficiente. No pretender que

la referencia sea inequívoca, pero tampoco negarle toda adecuación a lo real.

La hermenéutica analógica tiene como instrumento principal la distinción, y por ello

requiere del diálogo. Es eminentemente dialógica. En efecto, el diálogo es el que

obliga a distinguir, y la distinción hace encontrar con sutileza el medio entre dos

extremos que se presentan como cuernos de un dilema, pues la distinción tiene la

estructura de un silogismo dilemático o razonamiento alternativo. Se trata de la

reflexión compartida en el diálogo, o del diálogo sustentado en la reflexión. Hasta

aquí las características de tipo estructural.

Características de tipo funcional

Por otra parte, en cuanto a las características de tipo funcional, éstas resultan de

la estructuración que se ha señalado en la analogía. Al oscilar entre la univocidad

y la equivocidad, la hermenéutica analógica puede ejercer funciones de

integración, salvaguardando la diferencia pero sin perder completamente la

identidad. De esta manera, una función primordial que tiene la hermenéutica

analógica es la de evitar los inconvenientes de una hermenéutica unívoca y de

una hermenéutica equívoca. La primera es demasiado restrictiva, incluso

reduccionista; la segunda es demasiado abierta, incluso, como ya se había

anotado, emergente hasta el infinito. Se superará el reduccionismo de la sola

interpretación válida, pero también, el emergentismo desbocado de las infinitas

interpretaciones válidas y complementarias. Eso permite el juego de la

subjetividad y la objetividad; se reconoce el predominio de la subjetividad que

debe tener la interpretación.

De hecho, se superará la dificultad que ahora se ve en hermenéutica, por la

distensión de los dos extremos del universalismo y el relativismo. La hermenéutica

analógica ayuda a abrir los márgenes de la interpretación, pero sin que pierda su

carácter de fronteras o límites. Se amplía la diferencia sin perder la posibilidad de

Page 55: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

54

cierta identidad (por la semejanza), se abre la diversidad sin perder la

universalidad. Se universalizará a posterori, y a partir del diálogo. Inclusive se

puede afirmar que una hermenéutica analógica integra sin confundir y reduce

dicotomías sin que se mezclen en extremo.

Tal es la virtud de la analogía. Permitirá por ejemplo, interpretar correctamente el

Símbolo, que es muy propio de las religiones, evitando los extremos de

interpretarlo unívocamente, en pretensiones de encontrar los mismos símbolos en

las diferentes culturas, reduciéndolos a una interpretación positivista o traducción

cientificista de los mismos; y de interpretar el Símbolo equívocamente, es decir,

relegando su interpretación. Extremos tales a los que pueden llegar también la

teología positiva y la teología negativa; la primera pretendiendo comprenderlo

todo, la segunda prefiriendo no interpretar. Por esto, entre una y otra se establece

una postura analogista, que trata de decir sin decir, esto es, de decir lo más

posible sin pretender decirlo todo. Una hermenéutica analógica del Símbolo

respetaría lo inefable del mismo, reconocería su carácter de irreductible de

manera sólo aproximativa, proporcional, ya que proporción es lo que la misma

analogía significa.

2.1.2. Interpretación analógica de las categorías de salvación cristiana

De la misma forma que a través de la historia de la teología, los cristianos se

valieron de distintas categorías y del lenguaje cotidiano de cada cultura, para

hablar de la revelación de Dios en Jesucristo, también, hoy la cultura, el mundo y

su lenguaje, continúan siendo un aporte importante para hablar, a los seres

humanos contemporáneos, sobre revelación y salvación. Sin embargo, utilizar

dicho lenguaje y categorías, tal y como son interpretados por la sociedad o la

cultura en que nacieron, puede ocasionar incomprensiones y comparaciones

equívocas de aquello que, desde la fe cristiana, se pretende decir o predicar

sobre la revelación y salvación.

Page 56: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

55

Algunas categorías soteriológicas que la teología utiliza (salvación, liberación,

emancipación, liberación emancipadora), y que aparecen también en los escritos

Schillebeeckx cuando trata el tema de la salvación, tienen que ver con ciertos

términos propios de contextos seculares no religiosos, o de contextos religiosos

diferentes a la cultura y fe cristianas; pero, dichas categorías en el momento de

ser tratadas, se relacionan o analogan, unas con otras, siempre desde el punto de

vista de la fe cristiana. Por tanto, si no se quiere llegar a múltiples interpretaciones

que tiendan al infinito, y hagan totalmente equívoca la interpretación cristiana que

se hace de la salvación, cada categoría, sin que pierda su sentido, se debe

relacionar principalmente con la comprensión soteriológica cristiana.

El tema de la salvación, tiene para la teología una importancia vital: de la

comprensión que un creyente tenga sobre este respecto, radicará en gran parte, el

modo en que asuma su propia vida, la moral que viva, y la manera de relacionarse

con el mundo y con los demás. Por eso, dado que la salvación es una categoría

que siempre necesitará ser reflexionada, se propone aquí en este trabajo, en el

contexto de nuestra vida cristiana actual, teniendo en cuenta los aportes que

Edward Schillebeeckx, legó para la iglesia y la teología.

La razón fundamental por la cual este dominico flamenco hizo teología, fue

precisamente para interpretar, en un lenguaje actual, cómo o de qué manera, la

revelación de Dios en Jesucristo es el horizonte auténtico de salvación para los

seres humanos.92 Siendo fiel a la tradición teológica de cada época, afirma de

manera clara, que Dios tiene la voluntad infinita y gratuita de salvarnos; y esta

gracia salvífica debe ser para nosotros los seres humanos, en primer lugar,

entendible, y en segundo lugar, asumible en nuestro contexto cultural de una

manera prudente, sabia y responsable: la salvación deberá ser siempre, el sentido

primero y último por el cual, cada ser humano, reflexione y obre.

92

Esto se hace evidente de manera especial en las tres grandes obras de Schillebeeckx: Jesús, Historia de un

viviente, Cristo y los Cristianos, Gracia y liberación, y Los hombres relato de Dios.

Page 57: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

56

Schillebeeckx, utiliza la categoría salvación desde un punto de vista análogo, lo

cual se relaciona muy bien con la presentación sintética sobre la analogía y la

hermenéutica analógica, tratadas en el numeral anterior. Su reflexión es rica en

contenido, y tiene en cuenta la cultura y el lenguaje del mundo. De tal manera que,

cuando este teólogo contemporáneo habla de salvación, utiliza también, análoga o

proporcionalmente, otros términos. En sus dos libros de cristología (Jesús, historia

de un viviente y Cristo y los cristianos, gracia y liberación), y en otros de sus

escritos, Schillebeeckx, para hablar de salvación, se vale también, de categorías

como, salvación cristiana, redención, liberación, autoliberación emancipadora, y

salvación escatológica. Pero, estas categorías, aunque él no lo dice

explícitamente, son relacionadas proporcionalmente; pues, si se tomara cada una,

sólo desde el contexto donde surgió, no se podrían relacionar con aquello que la

salvación cristiana significa; resultarían siempre equívocas, no análogas.

Dichas categorías, ya sintetizadas en la primera parte de este escrito, son,

entonces, las más utilizadas de forma semejante o análoga, de tal manera que,

algunas veces se habla proporcionalmente, de soteriología, salvación y redención,

otras de salvación, redención y liberación, otras veces de salvación, redención y

autoliberación emancipadora, y otras de redención y salvación escatológica. Estas

categorías son incluyentes para Schillebeeckx, no se desmienten entre sí, cada

una tiene una proporcionalidad frente a la otra, pero a la vez, unas no son sin las

otras; como es el caso de la categoría autoliberación emancipadora, que debe

estar siempre integrada a las de redención y salvación. Veamos ahora, de una

manera un poco más detenida, la relación análoga que se propone entre unas

categorías y otras, y también, la diferencia específica que existe, entre las

categorías de liberación y emancipación autoliberadora, y las categorías de

salvación y redención cristianas.

Page 58: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

57

2.1.2.1. Salvación, redención y liberación

El término Salvación es el más utilizado por Schillebeeckx cuando habla de la

revelación y la soteriología. Pero, este término es interpretado por él, y tomado a

partir de la categoría cristiana de Redención, es decir, la salvación o liberación del

ser humano otorgada por Dios en Jesús a través de su vida, muerte y

resurrección. En este sentido, la Salvación, y también, la Liberación, que es a la

vez, una categoría utilizada para hablar de redención, están sustentadas

directamente desde la perspectiva cristiana. Es necesario comenzar con esta

acotación, puesto que, la salvación y la liberación, al no ser categorías exclusivas

de la religión cristiana, deben ser tratadas siempre de forma análoga con la

categoría Redención, propia del cristianismo, y de esta manera, se evitarán

comprensiones equivocas que terminen en meras ideologías.

Los cultos mistéricos, la religión de Osiris, las formas teístas de piedad en la India,

el Gnosticismo, el Budismo, el Islamismo, el Judaísmo, entre otras religiones y

prácticas religiosas, nos dan cuenta de la manera en que también en ellas, las

categorías de salvación y liberación, aparecen dentro de sus contenidos y

creencias. Como bien afirma Joseph Doré, es en relación con el tema de la

salvación como se especifican e interpretan las proposiciones sobre el sentido de

la vida, las visiones del mundo y las concepciones del sentido humano y de la

historia, que son o tratan de ser la mayor parte de las religiones. 93

La finitud humana, el hambre, la enfermedad y la muerte, son situaciones que han

acompañado incesantemente a los seres humanos desde siempre, y estas,

conllevan a considerar una pluralidad de reflexiones en torno a la salvación y la

liberación. Por ejemplo, según dice Étienne Cornélis, al parecer ya en los ritos y

mitos más primitivos hasta ahora investigados, se ha encontrado que el ser

humano ha estado animado de la idea de que ciertos gestos y palabras, más allá

de su utilidad inmediata, tienen el poder de conjurar ciertas amenazas que se

93

Doré, “Salvación-Redención”. En Poupard, Paul, Card (Dir). Diccionario de las religiones, 1587.

Page 59: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

58

levantan en el ambiente del mundo que le rodea. El ser humano, dado el

descubrimiento de su propia vulnerabilidad, en lo más profundo de su ser se siente

dependiente, bien de un grupo, de su buena salud, de la rica cosecha, o de la

victoria sobre el clan enemigo. Desde comienzos de la humanidad, el ser humano

de cara a la muerte, alcanzaba, a través de ritos de iniciación, una altura de

comprensión que le presentó la necesidad de salvación como un componente

explícito propio de su naturaleza.94

En este orden de ideas, se habla de salvación en otras culturas, cuando con sus

doctrinas, ritos y otras prescripciones sacralizadas, se proponen

fundamentalmente proporcionar al ser humano el medio y la explicación para

poder escapar de una situación desgraciada general que involucra a la existencia

de toda la humanidad, como lo es el mal y el problema del mal en el mundo y sus

repercusiones.95 Sin embargo, la categoría salvación es en este sentido, equivoca,

puesto que tiene maneras plurales de comprensión, según cada cultura.

Algo similar sucede con la categoría liberación. Según se aprecia en la amplia

historia de la humanidad, la categoría liberación, ha acompañado no sólo la

dimensión religiosa de cada ser humano y de cada pueblo, sino también, las

demás dimensiones (social, política, económica, cultural, etc). La opresión, la

injusticia, el maltrato físico o psicológico, el sufrimiento, la esclavitud, los gobiernos

totalitaristas, hacen que hombres y mujeres, víctimas de estas formas de vida no

deseadas ni queridas, busquen y deseen por muchos medios, la salida y liberación

de tales situaciones. Algunas veces, las acciones encaminadas a liberarse de

estas situaciones, se realizan de manera comunitaria, y otras sólo de forma

individual, incluso sin tener que depender necesariamente de lo religioso, ni

mucho menos vincularlo en los procesos humanos de liberación.

94

Cornélis, “Soteriología y religiones soteriológicas no cristianas”. En Feiner, y Löhrer Magnus (Dirs),

Mysterium salutis. Tomo II, 619-621. 95

Ibid, 622.

Page 60: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

59

Por tanto, hacer la equivalencia directa de la interpretación de las categorías de

salvación y liberación -en términos generales, no específicamente desde la fe

cristiana-, a la comprensión cristiana de salvación, resulta equívoco y no análogo.

Si bien, la salvación tiene repercusiones directas e inmediatas en la salud, la

liberación de las desgracias, el bienestar personal y común; desde la comprensión

cristiana, esta categoría es para el ser humano el sentido primero y último de toda

su vida, por el cual, obra en el mundo, y en el cual encuentra su total realización y

felicidad auténtica. La salvación cristiana, se fundamenta en un Dios que se ha

encarnado en la humanidad, y que tiene nombre propio: Jesucristo. Por su parte,

la liberación, tal y como Schillebeeckx la entiende, unida a la categoría de

salvación, es aquella que tiene sus bases en el Evangelio, y que la tradición

cristiana ha mantenido hasta nuestros días, es decir, la liberación que tiene en

cuenta la acción siempre fiel y redentora de Dios en la vida del ser humano, y que

implica, también, la tarea de liberar a los hombres y mujeres de toda forma de

injusticia. Se trata de una redención -que no se comprende todavía de manera

total- dentro de un mundo aún deteriorado y enfermo.

En consecuencia, teniendo en cuenta que salvación y liberación no son

específicamente cristianas, la categoría que nos va a permitir integrar, de manera

proporcional, estas dos categorías, es la de redención, según la compresión

cristiana. Salvación y liberación son términos equívocos, en cuanto nos lanzan a

una pluralidad de interpretaciones, teniendo en cuenta el contexto cultural de cada

momento y lugar. Por esta razón, deben comprenderse análogamente, a partir de

la categoría de redención, que podemos llamar unívoca, puesto que se refiere a

una cultura y fe determinadas.

Por tanto, hablar de redención significa también, hablar –análogamente- de

salvación y liberación desde el punto de vista cristiano: la redención es paz y

satisfacción, es liberación de los pecados. Al redimirnos Dios en su Hijo Jesucristo

nos ha salvado, y al salvarnos nos ha liberado del pecado, de la muerte, del

sufrimiento, de la injusticia, de la angustia y de la opresión. En otras palabras, Dios

Page 61: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

60

salva redimiendo y redime salvando, y en este proceso mutuo el ser humano

consigue su liberación.

La experiencia de las comunidades cristianas, según nos lo narran las distintas

tradiciones a lo largo de la historia de la teología, permiten comprender que

gracias a Jesús -el Cristo redentor y reconciliador-, el ser humano puede afrontar

la vida cotidiana con mayor fortaleza y esperanza. Cristo Jesús, es la mayor

experiencia de redención, salvación y reconciliación en medio de las dificultades.

De ello dan testimonio quienes han tenido experiencias salvíficas y liberadoras en

sus vidas. Esto es precisamente lo que narran, por ejemplo, los escritos

neotestamentarios.

En este sentido, la relación y analogía entre salvación, liberación y redención,

permiten comprender, de una forma más amplia e incluyente, el sentido de la

salvación cristiana. Y, especialmente, porque nuestra manera de comprender la

redención, se centra en una salvación que al ser profundamente divina es también

profundamente humana, es decir, que está encarnada en la humanidad, y que

además, no espera sólo un “más allá”, un futuro absolutamente inasequible en el

presente, o un estado fuera del mundo, para que se haga posible, sino que la

salvación, liberación y redención, dadas por el Dios de Jesucristo, son ya una

realidad que dan sentido a nuestro presente, y que nos permiten e invitan,

además, a asumir nuestra existencia con mucha más responsabilidad y

autenticidad, en el contexto y ambiente cultural donde vivamos.

2.1.2.2. Salvación, redención y autoliberación emancipadora

Según la manera como Schillebeeckx interpreta la soteriología, cuando se habla

de salvación y redención, las categorías de autoliberación emancipadora y

emancipación, están contenidas implícitamente en las primeras; pero, cuando se

utiliza alguna de estas dos últimas (autoliberación emancipadora o emancipación),

Page 62: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

61

no se pueden dar por supuestas las categorías de salvación y redención; pues, la

emancipación o la autoliberación emancipadora son sólo un componente integral

de la redención y la salvación, y no todo aquello que por salvación cristiana se

comprende.

La categoría emancipación es un término que podemos denominar unívoco o

equivoco, según la manera o el contexto en los que se utilice. Si se toma como

salida o liberación de la alienación política o económica, estaremos partiendo del

término en un sentido unívoco, pero si se toma en cuenta respecto de lo social,

cultural, religioso o moral, estaremos hablando del término en un sentido

equívoco.

El término emancipación es de origen secular y no depende estrictamente de la

religión. Los deseos humanos de liberación y sus nobles ideales de emancipación,

frente al dominio y la opresión, son sin lugar a dudas, proyectos posibles y loables

que algunos seres humanos realizan en favor de otros. Grandes acciones

filantrópicas políticas y sociales, en favor de la emancipación de grupos

minoritarios, de etnias, o de pueblos, se han realizado en el mundo en estos

últimos tres siglos: la industrialización, la revolución francesa, los grandes avances

de la ciencia y de la técnica, las revoluciones anticolonialistas, los movimientos

liberacionistas, los intentos de solucionar el hambre y la miseria de los pueblos en

vía de desarrollo; son entre otros, signos reales de aquello que algunos seres

humanos han hecho en favor de los demás.

Personas de distintas culturas se han visto beneficiados, y afectados de manera

positiva o incluso negativa, por estos ideales humanos que pretenden la liberación

y autoliberación de toda forma de alienación, opresión, esclavitud, o indignidad. No

obstante, la mayoría de estos proyectos; bien tienen que ver tan sólo con uno o

dos aspectos de la salvación y la redención obrada y deseada por el Dios vivo, o

no tienen ninguna relación con la fe cristiana. Proyectos de emancipación así

Page 63: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

62

entendidos y desarrollados, por supuesto, no se pueden relacionar exactamente

con las categorías de salvación, redención o liberación que aquí estamos tratando.

Si bien la humanidad ha hecho muchos intentos, a lo largo de la historia, para

remediar los problemas de su vida, y el sufrimiento causado por los dolores de tipo

corporal, psicosomático y social, estos intentos no han atendido a otros factores

que el sufrimiento humano integra o conlleva. Incluso, aunque existen muchas

formas de autoliberación (emancipadoras, interhumanas, médicas, individuales y

sociopolíticas) encargadas al ser humano en nombre de Dios, tales victorias sobre

el sufrimiento -en muchos casos pago de la culpa de nuestra historia humana- son

esencialmente parciales o limitadas.96

No es la intención de Schillebeeckx, afirmar que estos ideales e intentos de

emancipación sean un total fracaso. Claro que no! Pero, lo que sí pretende afirmar

-y vale la pena ratificarlo- es que la salvación, la redención y la liberación, desde el

punto de vista cristiano, dan como resultado procesos de emancipación humana

mucho más auténticos, y además, la salvación y redención cristianas,

complementan estos procesos de una forma más incluyente.

Las expectativas de salvación, liberación y emancipación, presentes en la mayoría

de los seres humanos, según nos lo muestra la historia de la humanidad, les han

acompañado y les continúan acompañando hasta nuestros días. Y, aunque la

constatación de estas expectativas, se hace más evidente en algunos contextos

mundiales que en otros (por ejemplo, Latinoamérica y el Caribe, África o la India);

deseos como gozar de buenas condiciones de salud, la justicia, el bienestar

comunitario e individual, la libertad, el respeto a la diferencia y a la dignidad de las

personas le son comunes a todos los pueblos del mundo. Las distintas guerras

entre pueblos y naciones, los colonialismos, los extremismos y fanatismos

religiosos, los problemas de ética y moral mundial, la manipulación extrema de la

ciencia y la técnica, el afán por tomar el poder y los abusos en el poder, los

96

Schillebeeckx, Cristo y los cristianos, Gracia y liberación, 749.

Page 64: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

63

extremismos políticos, el calentamiento global y los problemas medioambientales,

entre otros, hacen que el ser humano reflexione sobre el sentido de su existencia y

busque caminos de liberación y bienestar de estas situaciones alienantes y

deshumanizadoras.97

No obstante, en un mundo tan informado y lleno de información como el nuestro,

las distintas reflexiones, nociones e interpretaciones que aparecen en torno a

cómo emanciparse de las situaciones de dolor, opresión, esclavitud y

deshumanización son muy diversas, y en muchos casos equivocas o unívocas,

según la utilización que se haga de ellas. Muchas reflexiones e interpretaciones en

torno a la liberación, la emancipación, o la salvación, han llegado a convertirse en

cuasi doctrinas meramente subjetivistas que hay que escuchar y seguir,

convirtiéndose estas, a la vez, en nuevas maneras opresivas para su existencia,

casi siempre sin que sus mismos seguidores lo perciban. Cabe recordar aquí por

ejemplo, en el contexto de nuestro país, el grave problema del aumento del

sufrimiento, la marginación, la violencia y la miseria de muchos colombianos, del

cual han sido autores materiales e intelectuales los llamados “grupos de

liberación”: guerrilleros, paramilitares, grupos pequeños de autodefensas, milicias

urbanas, grupos de “limpieza social”, entre otros. Sus graves excesos en la toma

del poder y la “justicia” por sus propios medios, o de pretender lograr la paz a su

manera (unívocamente), han aumentado cada vez más, el dolor y sufrimiento en

todas sus formas en la mayoría de los hombres y mujeres de nuestro país, en vez

de extinguirlo.

Hablar hoy de liberación, emancipación o salvación en muchos contextos

mundiales puede llegar a hacerse de manera tan radicalmente univoca o por el

contrario, tan equivoca, que, dichas interpretaciones resultan reduciéndose a la

creación de un nuevo conflicto, un nuevo partido político, una nueva profesión de

97

Como ya antes en el capítulo anterior se había enunciado, el mismo Schillebeeckx sintetiza las maneras de

hablar de la salvación y liberación en: 1) soteriologías horizontales de signos futuristas que pretenden

cambiar totalmente las estructuras sociales; 2) soteriologías verticales que normalmente son apolíticas en su

búsqueda de liberación religiosa; y 3) soteriologías político-religiosas (subrayan el significado político y

progresista de lo religioso). Ibid, 845.

Page 65: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

64

fe, pseudoreligión o iglesia, o a nuevas maneras de tomar y ejercer el poder por la

fuerza, el miedo, el odio y la venganza:

(…) después de tantos siglos de ciencia y técnica –afirma Schillebeeckx-,

hemos tenido que aprender en los últimos decenios, por el daño y la

vergüenza, cómo esta autorrealización arbitraria y sin barreras de occidente

no ha traído a la humanidad salvación ni personal ni socio-política. Y hemos

aprendido también, que nuestra ilimitada expansión económica, basada en

el mito decimonónico del progreso, ha dejado de lado a los hombres de las

demás partes del mundo y amenaza, además, nuestro entorno vital natural,

hasta tal punto que la humanidad entera peligra por ello. El proyecto de una

total autoliberación del hombre por el hombre parece en este momento la

mayor amenaza para toda la humanidad.98

Por esta razón, desde la soteriología cristiana será posible hablar de

emancipación, o de autoliberación emancipadora, siempre y cuando esta

categoría vaya acompañada de las categorías de salvación y redención. Concluir

que la salvación de Dios en Jesús se limita a la esfera de un más allá de todas las

miserias, y que el resto corresponde a una autoliberación emancipadora es una

trampa muy peligrosa. Además, estaría en contradicción con aquello que la

Palabra de Dios nos muestra en el Nuevo Testamento, sobre los dos tipos de

acción salvífica de Jesús: Él, predicando la Buena Noticia cura, libera y salva a los

enfermos, y liberando a los hombres y mujeres poseídos por fuerzas alienantes o

demoníacas, predica la Buena Noticia.99

En este sentido, para buscar una proporcionalidad entre las categorías de

emancipación y de salvación o redención (en este caso proporcionalidad impropia,

según la hermenéutica analógica), cabe anotar que, no siendo un fenómeno

específicamente cristiano, el proceso emancipador de liberación puede tener una

98

Schillebeeckx, Los hombres relato de Dios, 24. 99

Schillebeeckx, Cristo y los cristianos, Gracia y liberación, 749.

Page 66: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

65

importancia fundamental para el cristiano, siendo una forma histórica necesaria del

amor cristiano, de su fe y de su esperanza. Pues, todo aquello que en el

cristianismo, o en la teología, vaya en contra de las exigencias de la liberación

humana, individual y colectiva, debe ser rechazado en nombre de la fe cristiana.

Más aún,

aquella teología actualizadora que pretenda quedar en una hermenéutica

puramente teórica sin entrar en correlación con la historia de la libertad

emancipadora, no jugará ningún papel en el gestarse de la historia del

futuro. Inevitablemente evolucionará hacia un “sistema de ideas” de una

minoría cada vez más reducida, que no tendrá ya ningún mensaje liberador

para el mundo.100

2.1.2.3. Redención y salvación escatológica

La redención de Dios es salvación para todo el ser humano, y ella implica una vida

auténticamente humana. No obstante, dicha salvación no se da de una forma

única y definitiva en el presente, aquí y ahora. Los deseos de liberación absoluta

viven en una tensión entre la posible realización que esta tiene en la historia de

cada ser humano, que es incompleta, y la realización completa de esta, cuando

Cristo sea todo en todos (Col 3, 11). Por tanto, la categoría de salvación integra

análogamente a la categoría de salvación escatológica. Estas dos van

íntimamente unidas, y, desde la comprensión cristiana, una no se entiende sin la

otra.

Schillebeeckx afirma que algunos teólogos -procedentes de tres distintas

confesiones de fe cristiana- han llegado a la conclusión de que la liberación

político-social forma parte de la salvación divina (Karl Rahner), o que es al menos

un presupuesto mínimo para poder hablar de salvación cristiana (H. Kuitert), o

100

Schillebeeckx, Interpretación de la fe, Aportes a una teología hermenéutica y crítica, 218.

Page 67: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

66

bien, que la autoliberación o salvación debe acontecer como apertura de un

horizonte futuro, y sólo así la salvación futura tendrá sentido para el ser humano

(Jürgen Moltmann). Estas conclusiones son un signo que muestra cómo, cada

vez, es mayor la conciencia de que no se puede hacer teología a partir de casos-

límite, sino que es preciso arrancar desde el fondo de la vida humana, “la cual se

manifiesta concretamente como una historia de libertad y emancipación”.101

Siempre que un ser humano promueve el bien y lucha contra el mal, está

reafirmando el ser de Dios mismo a través de esa praxis. Para el creyente, Dios es

fuente de inspiración de todo bien y, por tanto, origen de la oposición al mal en

todas sus formas. Cada aporte al bien humano –en el plano intersubjetivo o en lo

político-social- es para quien cree, una realización de la salvación divina a través

de la persona humana y del mundo. Pero, la libertad divina, base y fuente de la

libertad humana, no se agota en nuestra historia de libertad y emancipación, sino

que va mucho más allá. La libertad finita del ser humano debe respetar a Dios en

su libertad, de tal forma que nuestra idea de salvación no quede reducida a una

proyección de nuestros sueños y anhelos; por el contrario, debe quedar abierta a

la libertad absoluta y, por tanto, sorprendente de Dios, la cual, no obstante, es algo

evidente para la persona de fe y oración (aunque siempre supera sus

esquemas)102.

El mismo Jesús, “el exegeta de Dios” y experto en la praxis del Reino de Dios,

partió de un concepto delimitado de salvación escatológica o definitiva.103 Su

visión de una salvación perfecta y universal (el Reino de Dios) se fue configurando

en y por una praxis fragmentaria, histórica y, por tanto, limitada y finita, mientras

iba por los campos y pueblos haciendo el bien, curando, reconciliando y liberando

a los oprimidos por el mal o por las fuerzas demoniacas. Jesús no vivió de una

visión utópica y lejana, ni mucho menos de la convicción de que todas las cosas

habían alcanzado “idealmente” su consumación en Dios, sino que vio en su praxis

101

Schillebeeckx, Cristo y los cristianos, Gracia y liberación, 774-775. 102

Ibid, 775-776. 103

Para una mayor ampliación de este tema ver, Schillebeeckx, Jesús, Historia de un viviente, 442-480.

Page 68: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

67

concreta de hacer el bien, un anticipo práctico de una salvación todavía no

consumada.104

Esto no significó por supuesto que la salvación y redención dadas por Dios en

Jesucristo hayan sido incompletas, ni mucho menos que, por el hecho que no se

dieron, ni se den, de una manera total para nosotros en el tiempo histórico,

perdamos entonces, toda esperanza de futuro o nos desviemos de nuestro

horizonte de sentido. Por el contrario, las experiencias parciales de salvación

vividas por Jesús, y también, vividas aquí y ahora por nosotros, son la anticipación

o “pregustación” de una salvación escatológica y definitiva. Toda praxis humana

encaminada a hacer el bien y que sea hecha en favor de los demás, por

imperfecta que sea en razón de su limitación histórica, tiene perfecta validez, y es

un anticipo práctico de esa salvación todavía no consumada en el tiempo. La vida

de Jesús demuestra, por ejemplo, que el presente y el futuro, aunque distintos,

están íntimamente unidos. Jesús predica sobre la salvación futura, pero a la vez,

la hace presente con su praxis.

De esta manera, cada vez que se hable de redención o salvación, habrá no sólo

que pensar en su realización y acción en el presente histórico, sino también, en su

plena y absoluta realización en un futuro que no es histórico sino escatológico. Las

intuiciones de una salvación segura, definitiva, perfecta y válida para todos son

susceptibles de una formulación en cierta manera positiva sobre las bases de

unas experiencias parciales de sentido: pueden ser expresadas solamente en

parábolas y visiones; es decir, mirar hacia delante un mundo donde reine la

justicia y el amor, un mundo sin lágrimas, pero, ateniéndonos siempre a la historia

real de nuestros sufrimientos y los sufrimientos de los demás.

104

Ídem.

Page 69: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

68

2.2. Jesucristo nuestro Salvador

(…) sabed todos vosotros y todo el pueblo de Israel que ha sido por el nombre de

Jesucristo, el Nazoreo… Porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por

el que nosotros debamos salvarnos. (Hch 4,10a.12).

Jesucristo, es la persona en quien se configuran de manera total las distintas

categorías que ahora estamos utilizando y que hacen referencia a la salvación

dada por Dios a nosotros los seres humanos. Soteriología, salvación, redención,

liberación, autoliberación emancipadora y salvación escatológica, son -como ya

hemos dicho- categorías que Edward Schillebeeckx utiliza para hablar de la

salvación; y estas pueden ser comparadas y analogadas, si tomamos como

referencia a la persona de Jesucristo en quien, sin lugar a dudas, confluyen y se

configuran estas distintas categorías.

Pero, antes de continuar, vale la pena aclarar que la manera de analogar las

categorías de salvación, tomando como fundamento y núcleo a la persona de

Jesucristo, no es una idea que, Schillebeeckx, esté proponiendo directamente.

Con seguridad este teólogo, durante su vida, debió conocer muy poco sobre la

propuesta de una hermenéutica analógica, tal y como la comprende Mauricio

Beuchot. Esta idea es un camino personal e interpretativo, que propongo, tomando

en cuenta, claro está, las categorías utilizadas por Schillebeeckx para hablar de la

salvación cristiana, y teniendo como punto de partida a nuestro salvador, Jesús de

Nazareth, persona irrenunciable para hablar del tema.

Pensar en Jesús es pensar en salvación, liberación y redención. Jesús de

Nazareth es, en verdad, la oferta salvífica de Dios para los hombres y mujeres de

cualquier parte del mundo. Innumerables tratados de cristología, y de la teología

en general a lo largo de la historia, nos dan buena cuenta de ello. Edward

Schillebeeckx, por ejemplo, al escribir su primer libro de cristología, “Jesús, la

historia de un viviente”, dice que, en Jesús se cumplen perfectamente las

expectativas de salvación tanto para los hombres y mujeres del tiempo en que Él

Page 70: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

69

vivió, como también y por supuesto, para la humanidad actual. De hecho, una de

las razones más importantes que motivaron a Schillebeeckx a escribir esta primera

obra sobre cristología, fue precisamente la de mostrar a Jesús como la persona en

quien se cumplen totalmente las promesas salvadoras de Dios, y en quien se da

definitivamente la salvación para el género humano.105

La plenitud de nuestra vida e historia se da, entonces, en Jesús. Todo comenzó

con el encuentro de unos hombres con una persona, la persona de Jesús.

Encuentro que les produjo una experiencia única, la cual poco a poco se fue

acrecentando, pasó a ser totalmente radical en sus vidas, y transformó su manera

de comprender a Dios y al mundo. Aquel encuentro sorprendente e imprevisto de

aquellos hombres judíos de lengua aramea, y quizá también griega, con el hombre

Jesús, se convirtió en el punto de partida de la concepción neotestamentaria de la

salvación.106

En este sentido, Jesús de Nazareth, respecto a la salvación definitiva del ser

humano, tuvo que aparecer históricamente al menos como un interrogante

catalizador y como una invitación; y los cristianos de aquel tiempo, por su parte,

interpretaron este interrogante y esta invitación, de una manera muy concreta:

descubrieron en Jesús la promesa definitiva de la salvación y liberación por parte

de Dios, y eso les bastó para anunciarlo a otros, y dar así testimonio de

Jesucristo.107 Esta comprensión se mantiene hasta hoy, y puede ser constatada

en la historia de la teología y en la historia de la iglesia: a lo largo de más de dos

mil años, hasta nuestros días, Jesús de Nazareth, se ha convertido en una figura

atrayente y en el modelo a seguir de todo cristiano. Él, es sinónimo de amor,

esperanza, justicia, paz y libertad para los creyentes.

Principalmente son los evangelios la fuente que nos da razón de la comprensión y

experiencia narrada sobre un hombre, Jesús de Nazareth, quien vivió y predicó la

105

Cfr. Schillebeeckx, Jesús, Historia de un viviente, 13-103. 106

Schillebeeckx, Cristo y los cristianos, Gracia y liberación, 13. 107

Schillebeeckx, Jesús, Historia de un viviente, 598.

Page 71: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

70

soberanía salvadora de Dios para los seres humanos, la misericordia de Dios, la

venida e instauración del Reino de Dios en la tierra (Mc 1, 14-15; Mt 6, 10; Lc 11,

2.20), y con ellas, la idea de que Dios es Padre de toda la humanidad.108 Al

acercarnos a los primeros cuatro libros del Nuevo Testamento, y estudiarlos

valiéndonos de los exegetas, se puede apreciar que cada Evangelio nació no

como un documento preocupado prioritariamente por narrar con meticulosidad

unos acontecimientos históricos, habidos en aquel tiempo, sino

fundamentalmente, para confesar y testimoniar el significado e importancia de la

experiencia salvífica vivida con Jesús de Nazareth (la cualidad y prioridad del

amor fraterno, la solidaridad y la justicia, la caridad y la compasión).

Gracias, entonces, a las narraciones del Nuevo Testamento los creyentes

tenemos un acercamiento mejor a la persona de Jesús: un ser humano que, por

su vivencia personal del Padre (Abba), nos anuncia un futuro feliz de parte del

Dios salvador, y lo presenta con su propia vida; Jesús es la luz del mundo (Jn 12,

36-36.46), y hablando con total confianza de su Padre (Jn 12, 49-50), nos da un

mensaje de vida (Jn 12, 44-50; Cfr. 1, 12-13). Jesús debió comprender y

experimentar muy bien, en su propia existencia, la misma salvación dada por su

padre Dios a Él y al mundo; es decir, la salvación que hace al ser humano

verdaderamente humano, y que es un proyecto humanizador del creador para

nosotros. De hecho, dicha salvación, en Jesús, se verifica perfectamente a lo largo

de su vida: pasó haciendo el bien, curando enfermos y combatiendo el mal. Todos

los textos neotestamentarios en los que se habla de Él, dejan claro que Jesús

salvaba humanizando. Para Él, ningún hombre o mujer deben ser injustamente

manipulados o maltratados (Mc 8, 36; Mt 12, 1-12; Jn 8, 1-11).

La vida entera de Jesús es, por tanto, portadora de la salvación de Dios y

salvadora, y se manifiesta en acciones salvíficas a lo largo de toda su vida. Él

108

Schillebeeckx, Cristo y los cristianos, Gracia y liberación, 338. “Si Jesús tiene una vivencia tan intensa de

Dios como Padre y ve en Él una figura paterna –cosa que atestiguan los sinópticos y el paulinismo no menos

que el joanismo-, difícilmente se podrá negar que (dentro de este esquema experiencial) Jesús tuvo que

experimentarse como el Hijo…”.

Page 72: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

71

salva con sus palabras, con sus acciones, con sus gestos, con su misericordia y

con su amor. De esta manera, todo el mensaje salvador de Jesús procede de Dios

y está centrado en Dios; Jesús mantuvo siempre vivo este mensaje, tanto en los

éxitos como en los fracasos de su vida, incluso en medio de su agonía y en el

trágico desenlace de su muerte en una cruz.

Según las narraciones neotestamentarias, la muerte de Jesús en la cruz no hizo

vacilar su certeza de la venida del reinado y Reino de Dios para la humanidad.

Jesús, ante la inminencia de su propio sufrimiento y muerte, mantuvo firme su

oferta de salvación de parte de Dios. Esta firmeza, convicción y libertad, en

nuestra situación actual puede tener un efecto sorprendente en la vida del ser

humano: suceda lo que suceda se debe continuar confiando en Dios, entonces se

realizará la liberación, la plena salvación escatológica de los seres humanos.109

Como complemento esencial a tantos proyectos actuales que buscan, casi

siempre, de manera equivoca, la emancipación por medio de la autoliberación

inmediata del ser humano, aparece toda la vida de Jesús, como paradigma

auténtico de verdadera salvación y liberación. Incluyendo por supuesto, el fracaso

histórico de su pasión y muerte, las cuales tienen también, una vigencia total para

nuestros días (de manera especial en lo que atañe al sufrimiento humano, a la

justicia y a la libertad).

Esto –dirá Schillebeeckx- es lo desafiante del mensaje de Jesús, el cual por una

parte, admite y estimula el proceso humano de liberación y emancipación, y por

otra, lo trasciende a una confianza inquebrantable en una salvación total que sólo

Dios puede dar, y que es una respuesta trascendente (por ser divina) a la finitud

de nuestra humanidad. Por la finitud (fisura de la esencia humana) cada persona

es un ser cuya salvación, integridad y plenitud, dependen de la gracia y de la

misericordia de su Creador.110

109

Schillebeeckx, Jesús, Historia de un viviente, 599. 110

Ibid, 599-600.

Page 73: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

72

Por tanto, hoy, la presencia de Jesús en la vida de cada ser humano, nos debe

plantear el interrogante de si la realidad de Dios no será la cuestión más

importante de la vida humana, una cuestión que, de resultar positiva, nos exige

una radical metanoia, una radical reorientación de nuestra vida. De ahí que el

interrogante que Jesús nos sigue planteando sobre la manera como los seres

humanos comprendemos a Dios, sea absolutamente desorientador.111

Conversión, Salvación y Reino de Dios

La salvación que Jesús experimenta, es comunicada al ser humano

fundamentalmente como invitación a la conversión (metanoia) al Reino de Dios. La

salvación y la liberación, de las cuales Jesús tiene experiencia directa, están

íntimamente ligadas a su predicación sobre el reinado de Dios. En este sentido,

convertirse al Reino de Dios, significará por una parte, salir de los falsos ideales

del tener y del poder (idolatría), que mantienen siempre alienado u oprimido al ser

humano, y que tantas veces los busca y persigue a toda costa; y por otra parte,

significará entrar en un proceso que genere nueva vida para todos (que haga

nacer nuevamente “del agua y del Espíritu”. Jn 3, 5), es decir, que genere

liberación y salvación.

Las enseñanzas de Jesús dejan claro que la salvación sólo tiene lugar cuando el

corazón del ser humano se abre a la buena noticia, es decir, cuando comienzan a

hacer parte de la existencia humana, la solidaridad, el perdón, la caridad, la

justicia, la compasión por el otro (al igual que el buen samaritano) y el

descubrimiento del amor aun en los más pecadores (Cfr. La mujer adúltera a quien

Jesús perdona, Jn 8, 1-11). Ser cristiano significa estar expuesto a todos,

convertirse en favor del otro, salir del círculo del “yo” para entrar en relación con el

prójimo.

111

Ídem.

Page 74: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

73

Jesús enseñó con parábolas y acciones que el ser humano se realiza en cuanto

ama con un amor fraterno (Mc 8-35), en cuanto va hacia el otro, es decir, en

cuanto acumula para Dios (Lc 12, 21). Jesús se convierte así, en el cuerpo

espiritual que crea comunidad (1 Cor 15, 45-49), pues, el proyecto del Reino no se

entiende cuando el ser humano vive solitario, alejado de los otros y totalmente

desinteresado por el dolor y sufrimiento del prójimo. Gracias a Jesús, una de las

mayores enseñanzas que se pueden sacar del proyecto salvador de Dios, es su

carácter humanizador. El ser humano se realiza, no dominando al otro, sino

afirmando al otro, dando vida al otro, es decir, dándole alimento, hospitalidad,

compasión, libertad y respeto. Es liberar al otro como búsqueda y resultado de la

propia liberación.

Uno de los aspectos fundamentales de la originalidad del mensaje de Jesús, es

precisamente, que Él vive a plenitud su libertad, e introduce a Dios en la liberación

de los seres humanos, pues Dios está siempre con Él. Incluso su libertad es casi

insoportable e incomprensible y crea muchos conflictos con los maestros del

templo. Las enseñanzas de Jesús son de un sentido de libertad tan

profundamente humano y divino a la vez, que van más allá de los preceptos

formales de la ley judía. Para Jesús es claro que el Padre Dios queda más

satisfecho con todo aquello que potencie y propicie la vida del ser humano, que

con el simple hecho de guardar una norma o prescripción de la ley (Mt 12, 1-12).

Con Jesús llega, por tanto, el mundo nuevo de libertad, justicia y fraternidad; hay

que alegrarse y confiar sin reservas. Las promesas se hacen realidad. El Reino de

Dios que él predicó con su testimonio, consiste en la convivencia fraterna, en la

conversión al amor. Jesús acoge a los pecadores y come con ellos, y manifiesta

además, su especial opción e inclinación por los marginados (Lc 14, 15-24; Mt 5,

43). Expresa que tiene mayor mérito amar a los enemigos, y recuperar la dignidad

del ser humano. Ahora el ser humano vale por sí mismo, por lo que es y no tanto

por lo que tiene o por los preceptos que cumple. El ser humano vale ahora por sus

sentimientos y las prácticas de misericordia. Sólo de esta manera la salvación es

Page 75: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

74

liberación de la libertad. Una libertad liberada para amar y rescatar, tanto de las

carencias humanas como de las idolatrías. Este es precisamente el mensaje y

enseñanza que hay, por ejemplo, en el diálogo de Jesús con el joven rico (Mt 19,

20-22): la única condición que le pide Jesús al joven es que sea capaz de

desprenderse de aquello que lo mantiene atado, la riqueza material; Jesús no

condena al joven por el hecho de poseer riquezas, sino por carecer de libertad en

el momento en que se le pide desprenderse de dichos bienes que, como falsa

seguridad del tener, lo siguieron manteniendo atado y dependiente.

Jesús enseña, entonces, con sus palabras y acciones, que en la conversión al

Reino de Dios el ser humano puede hallar su salvación. Enseña, en el fondo, que

la salvación es dada por Dios a la humanidad, día a día, minuto a minuto, y que

obviamente, esto implica en nosotros acciones humanas, responsables y libres,

coherentes al don gratuito de la salvación que nos es dada.

Como personas de fe, es conveniente que continuemos afirmando, de forma clara,

directa y oportuna, que la vida de Jesús, sus hechos, palabras y sus acciones (su

ortopraxis), su sufrimiento, muerte y resurrección, siguen teniendo total validez y

mucho que decir a nuestros hermanos y hermanas de Colombia. El mensaje

salvador de Jesús está vigente para todos, y de manera especial para aquellas

personas que están hoy padeciendo en su propia vida y en la de su familia, el

sufrimiento y las consecuencias de la corrupción, la violencia, la muerte, la

injusticia, la marginación y la pobreza.

Page 76: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

75

2.3. La historia, lugar donde se realiza la salvación

“Hoy más que nunca resulta claro que la historia humana es el ámbito en el cual se

decide la liberación o la salvación del hombre; de ello se tiene conciencia explícita”. E.

Schillebeeckx.112

Dios actúa en la historia humana. La voluntad gratuita por parte de Dios de salvar

a la humanidad, y la respuesta que el ser humano da a esta oferta salvadora, sólo

se hacen posibles en la historia humana y no fuera de ella. Es así, que por

ejemplo, las categorías de redención, salvación, liberación, autoliberación

emancipadora y salvación escatológica, ya tratadas, tienen que ver con un

lenguaje humano e histórico, que se comunica como mensaje del Dios Jesucristo

a cada ser humano histórico, según los matices de la historia.

El fundamento para hablar de la acción de Dios en el mundo, en términos de

evocación o de analogía, es su acción trascendente por inmanencia: nuestro

propio mundo y su historia. Dios actúa en la historia humana con toda su divinidad,

y al estar en el mundo, incluso al hacerse uno de nosotros (en Jesucristo), nunca

deja de ser Dios. Toda persona que cree en el Dios creador y salvador y articula

esta realidad en lenguaje de fe, puede legítimamente, en términos evocativos y

análogos, hablar de una relación especial de Dios con respecto al ser humano en

su integridad y, también, de una inmanencia especial del Dios trascendente, la

cual puede hacerse para el ser humano verdadera presencia y acercamiento de

Dios a su realidad y a su historia.113

La historia no es simplemente un mero desarrollo de las cosas o de los seres. En

la historia no sólo se producen actos, sino que, además, anterior a ellos, se

producen las propias posibilidades que condicionan la realidad. Y, por esta razón,

existe la gran proximidad de la historia al acto creador. El ser humano produce

posibilidades de nuevos comienzos, no al estilo de una nueva creación de la nada,

112

Schillebeeckx, Cristo y los cristianos, Gracia y liberación, 775. 113

Schillebeeckx, Jesús, Historia de un viviente, 595.

Page 77: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

76

sino que en su dinámica de la vida, muchas veces da inicio a nuevas maneras de

ser y estar en el mundo.

2.3.1. El ser humano como ser histórico

Ser hombre o mujer en el mundo conlleva un proceso histórico evolutivo. La

historicidad del ser humano reúne o integra el tiempo y la realidad. En estos dos,

toda persona adquiere conciencia de su pasado y de su futuro, de su principio y de

su fin. Todo ser humano hace historia como realización y búsqueda de su propia

identidad (o esencia) y de su autenticidad. Y puesto que la historia misma influye

en ellas, estas dos no son tan sólo una estructura previa de su acción, sino que

son consecuencia de la acción misma.

El ser humano es, por tanto, un ser histórico, y su autocomprensión o la

comprensión que hace de sí mismo, en cada una de las situaciones actuales y

existenciales de su vida, incluye siempre una mirada retrospectiva hacia un

pasado temporal y una mirada hacia un futuro que también es temporal. En la

realización existencial, específicamente humana, entra el situarse en el presente

mediante una determinada relación con el futuro y con el pasado.114

Como bien afirma Bernard Lonergan, el sujeto –léase en este caso ser humano-

en el tiempo es idéntico, siempre el mismo. Son sus actos conscientes e

intencionales los que cambian de un modo u otro, para hacer que su “ahora” salga

del pasado y entre en el futuro. El presente psicológico del ser humano no es

solamente un instante, sino un lapso de tiempo en el que el ser humano puede

penetrar en el pasado ya sea por las memorias, los relatos o la historia; y en el

futuro por las anticipaciones, las estimaciones y los cálculos.115

114

Haeffner, Antropología filosófica, 92. 115

Lonergan, Método en teología, 174.

Page 78: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

77

Según, Adolf Darlap, el conocimiento que el ser humano tiene de sí mismo como

ser histórico (autocomprensión), es siempre una interpretación de la relación

existente entre su historicidad y su conocimiento del ser, es decir, entre la

historicidad y la metafísica como ontología. Sí bien es cierto -dice Darlap- que el

acontecer histórico, interpretado por una previa comprensión metafísica, se

presenta en el horizonte de un conocimiento anterior a él, también es cierto a la

inversa, es decir, que el horizonte de la comprensión metafísica, por ser histórico,

viene asimismo determinado por los hechos históricos y convertido en historia.116

En el proceso de autocomprensión que hace el ser humano en su presente

histórico, están implicadas las distintas acciones del pasado y las decisiones o

proyectos que se tomarán para el futuro. Este proceso le permite analizar y

evaluar los factores, circunstancias, acontecimientos, valores, actitudes o

situaciones, que estuvieron y están implicados en la realidad histórica ya vivida, o

que vive en el presente. En otras palabras, cuando el ser humano realiza su

proceso de autocomprensión, ya sea de manera particular o colectiva, cae en la

cuenta de lo histórico de su pasado y de su presente, evalúa su situación actual

respecto de todo su pasado, ya vivido en libertad, y a la vez, dependiendo de la

evaluación que haga, proyecta, reorienta, o incluso vuelve a retomar el camino

que haya elegido, y que lo conduce al futuro.

De esta manera, el presente del ser humano se forma y experimenta como el

acontecer de la libertad en la unidad del pasado, sustraído y conservado, y del

futuro que le sobreviene y que está por hacer. Pero, como el pasado y el presente

son determinantes en su existencia, en la dimensión abierta del futuro -próximo o

lejano- entra en juego por supuesto también la libertad; pues, dependiendo de las

decisiones que el ser humano vaya tomando, también su futuro en gran medida se

irá construyendo y moldeando, sin obviar u olvidar, desde luego, lo ya vivido en el

pasado.

116

Darlap, “El concepto de historia de la salvación”. En Feiner, y Löhrer Magnus (Dirs), Mysterium salutis.

Tomo I, 74-76.

Page 79: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

78

2.3.2. Fuera de la historia no se puede comprender la salvación cristiana

En la realidad histórica del ser humano y en su proceso de autocomprensión, tiene

lugar la salvación. Según Ignacio Ellacuría, la historia es lo trascendentalmente

abierto porque engloba en sí, por una parte, la apertura de la realidad, y por otra,

la doble apertura unificada de la inteligencia y la voluntad, de la aprehensión y de

la opción.117 Tal apertura es, en cada ser humano, la apertura trascendental

elevada de un “existencial sobrenatural” -como lo denomina Karl Rahner-, y es en

la totalidad de la historia, la apertura trascendental elevada de una historicidad

gratuita, querida por Dios. Le es propio a la historia ser trascedentalmente abierta,

y en esta trascedentalidad está ya la presencia, al menos iniciada, de Dios y su

designio salvífico.118

De esta manera, la aceptación de tal historicidad trascendental gratuita, querida

por Dios desde el principio de la creación, y por tanto, principio ella misma de

historia, es algo que se va imponiendo necesariamente, si se quiere afirmar al

mismo tiempo, que la elevación de la historia a historia de Dios, no es algo que

extrínsecamente se le añade, y que, sin embargo, esa elevación va mucho más

allá de lo que una pura historia puede dar de sí.119 En este sentido, el sujeto de tal

historia, como historia de salvación, viene a ser la humanidad entera, es decir,

todos los seres humanos entendidos en su complejidad y unidad; y este sujeto -

colectivo e individual-, junto con los acontecimientos históricos, es el portador de

tal historia trascendentalmente abierta.120

La revelación de Dios en la persona de su Hijo Jesús, nos enseña que Dios ha

destinado a todos los seres humanos a la salvación, y nos dice también, que esta

salvación no es una mera posibilidad, sino que Jesucristo la ha traído realmente

para todos. Sin embargo, la oferta salvífica de Dios, no prescinde de la libertad

117

Ellacuría, “Salvación en la historia”. En Floristán, y Tamayo (Eds). Conceptos fundamentales del

Cristianismo, 1256-1261. 118

Ibid, 1257. 119

Ídem. 120

Ídem.

Page 80: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

79

humana. Pues, el ser humano, por libre elección, puede aceptarla o rechazarla. En

este orden de ideas, cuando el ser humano hace historia, está realizando la

historia de su salvación o de su perdición.121 El sentido que cada ser humano dé a

su propia historia, constituye una respuesta de aceptación o de rechazo a la

gracia, o sea, a la oferta de salvación que hace Dios al género humano.

A partir de la tradición teológica de Santo Tomás de Aquino, Edward

Schillebeeckx, afirma que la historia es, según su centro o núcleo, una historia

elaborada por la libertad humana. Tal libertad, puesta en presencia de la voluntad

salvífica general y activa de Dios en Jesucristo, suscita necesariamente una

historia que salva o que pierde. Y, en relación con la gracia, la misma historia

profana, gracias a la respuesta positiva o negativa de la libertad humana -que

hace la historia-, procura siempre la salvación o la perdición. Es así, que cuando

un individuo entra en este mundo, y por consiguiente en una historia ya hecha, es

una historia que salva o que pierde, la que se ofrece a su libertad.122

Desde el punto de vista cristiano, la situación del ser humano, o su ubicación en el

mundo, se caracteriza igualmente por el dinamismo de la llamada a la salvación: el

mundo que el Dios salvador le ha entregado al ser humano, le ha sido dado para

que, situado en este mundo, el ser humano logre su autenticidad, o, lo que es

semejante, su salvación. De esta manera, el ser humano atraído interiormente por

la gracia que Dios mismo le da, se siente de nuevo enviado por la creación, y

sobre todo por el prójimo, hacia su Dios creador, el Dios vivo, el Dios de la

salvación.

En este orden de ideas, la voluntad salvífica de Dios le da al mundo como

creación, historia y encuentro entre los seres humanos, una significación particular

que no tiene en sí mismo ni por sí mismo: el mundo se nos presenta en un primer

momento, como una traducción, muy vaga todavía, de la llamada interior de la

121

Schillebeeckx, Revelación y teología, 13-16. 122

Ibid, 13.

Page 81: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

80

gracia a la salvación; después, como un medio para hacer al ser humano

explícitamente más atento a esta invitación de la gracia; y finalmente, como el

espacio en donde, el ser humano, por su aceptación o por su rechazo, responde

vitalmente a esta oferta divina.

La historia de la salvación o de la perdición de los seres humanos tiene, por tanto,

las mismas dimensiones que el mundo humano; y además, como ya se dijo, no se

realiza exclusivamente en la religión judía y en la cristiana, sino que gracias a

Cristo, es un acontecimiento que atañe a la humanidad entera.123 Por esta razón,

la autenticidad de la voluntad salvífica universal de Dios incluye, también, la

posibilidad real, para todos los seres humanos, de aceptar en la fe (anónima), la

salvación, y de ponerse de una manera “anónima” en presencia de la revelación

divina. Esto, concluye Schillebeeckx, en otras palabras es aquello que afirma el

libro de los Hechos de los Apóstoles, “en las generaciones pasadas permitió que

todas la generaciones siguieran sus propios caminos, si bien no dejó de dar

testimonio de sí mismo, derramando bienes” (Hch 14, 16-17). Lo cual se dice del

Dios viviente, concreto.124

2.3.3. El curso de la historia como historia de la salvación

La historia de la salvación, entendida desde el punto de vista de la religión

cristiana, tiene que ver con la manera en que Dios se revela a su pueblo y le

muestra su voluntad salvífica. Esta experiencia de la revelación de Dios en la

historia, el creyente la ha ido comunicando generación tras generación, e

identificándola, además, con la historia humana o “profana”. De esta manera, la

historia que se denomina “profana”, llega a ser verdadera historia de salvación,

cuando en la historia diaria del mundo, el ser humano, a partir de sus expectativas

123

Ibid, 15. 124

Ibid. 16.

Page 82: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

81

de salvación y liberación, descubre la presencia constante de Dios en su vida, y

con ella, la revelación de su oferta salvadora.

En el Antiguo Testamento, podemos apreciar, por ejemplo, que frente a las

expectativas humanas e históricas de salvación y liberación que el pueblo tenía,

Dios responde, guiándole y acompañándole por el camino que le conducirá a su

liberación y salvación. Dios actúa en la propia historia del pueblo. Los hombres y

mujeres de Israel, al sufrir opresión y esclavitud en Egipto, quisieron salir de tal

situación, y se pusieron en camino por el desierto hacia su libertad. Y en este

camino, descubrieron y comprendieron la presencia y protección de Yahvéh, el

Dios vivo y salvador (Ex 3, 7-10, Dt 26, 7).

Dios es comprendido, entonces, como aquel que hace historia con el pueblo, una

historia de salvación obrada por Él. Según el Antiguo Testamento, Dios se

presenta como “el que Es...” El Dios de nuestros padres: el Dios de Abraham, el

Dios de Isaac, el Dios de Jacob (Ex 3, 14-15). Dios es Señor, Padre y protector de

todos los seres humanos. Él es quien ha acompañado y acompaña a la

humanidad guiándola siempre a un mejor porvenir, mostrándole el camino hacia el

bienestar, hacia su salvación y liberación.

El Nuevo Testamento en continuidad con el Antiguo, presenta también, la acción

salvadora de Dios en la historia. La historia salvífica de Dios tiene su culmen en

Jesús de Nazareth. Dios y su Palabra son comprendidos ahora como encarnados

en toda la historia de la humanidad (Jn 1,14). En la plenitud de los tiempos, dice el

Evangelista, Dios en su infinito amor y voluntad, envió a su Hijo Jesucristo para

dar al mundo salvación, paz y una liberación definitiva, de tal forma que toda la

humanidad se salve por Él (Jn 3, 16-17). Salvación que, según dice San Pablo, en

verdad hace libre al ser humano, pues, para ser libres, Cristo nos liberó primero

(Gal 5, 1).

Page 83: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

82

Jesús es, entonces, la presencia humana del Dios salvador en nuestra historia y

nuestro mundo. A partir de la venida de Dios al mundo como ser humano, se da a

la historia profana un toque particular. No sólo es una historia en evolución, en la

cual Dios se hace presente para salvar a su pueblo, sino que, a la vez, es la

historia que continúa su curso sin violentar la libertad o autonomía humanas. El

Dios de Jesucristo se revela en la historia humana, y sólo en esta historia, el ser

humano descubre y opta libremente por su salvación.

Historia de la salvación y Libertad humana

Desde la fe cristiana, la dimensión trascendente del ser humano se comprende

como aquella que está fundamentada en la comunicación y diálogo libres, con

Dios.125 En este sentido, el ser humano dotado de una “trascendencia divinizante”

-como la denomina Darlap-, es un ser histórico, y la historia en la que opera, es

historia de la revelación y de la salvación de Dios, ejercida y asumida siempre

desde la libertad humana.

La historia de la salvación es por parte de Dios historia, y las estructuras

trascendentales de esta historia única, de cada ser humano y de la humanidad,

también son históricas por el hecho de que en su permanencia e inevitabilidad, se

fundamentan como una comunicación libre de Dios, siendo así acontecer de la

libertad comunicativa de Dios. Pero a su vez, esta historia de salvación es también

historia por parte del ser humano, ya que Dios se comunica directamente con él: la

comunicación de Dios se dirige a la criatura humana libre, para que en libertad,

ella opte.

En este orden de ideas, un principio básico de la soteriología, que tiene que ver

con la oferta de salvación de parte de Dios y con la libertad humana, es que la

comunicación libre de Dios, por medio de la cual, Él ofrece su salvación al ser

125

Darlap, “El concepto de historia de la salvación”. En Feiner, y Löhrer Magnus (Dirs), Mysterium salutis.

Tomo I, 176.

Page 84: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

83

humano, para que también libremente el ser humano la acepte o la rechace; es

directamente una historia de la salvación o de la condenación humanas.126 En

otras palabras,

la historia es ya en sí misma la posibilidad fundamental de salvación,

porque como tal ha sido querida por Dios. Posibilidad tan sólo, pues el que

sea realmente salvada depende de la libertad de Dios y de la libertad de los

hombres. Es en sí misma manifestación y presencia siempre abierta de

Dios y puede serlo de manera siempre creciente hasta poderse llamar y ser

reino de Dios.127

La marcha que el ser humano, individual y colectivamente, dé a la historia

constituye la naturaleza y marcha de la gracia salvífica de Dios. De esta manera,

en la medida en que la historia avance hacia una mayor humanización,

simultáneamente se hará posible la salvación, pues, se estarán favoreciendo

signos vivibles de liberación, en medio de las situaciones de deshumanización

individual y social que son el resultado de acciones humanas no correctas (el

pecado). Pero también, a mayor grado de situaciones de deshumanización del ser

humano en la historia, es probable tener menos signos visibles de salvación, pues,

los actos deshumanizantes eclipsan la gratuidad de la salvación querida por Dios

para todos. En otras palabras, construir una historia humana y humanizadora, será

posibilitar simultáneamente, por una parte, la salvación del ser humano, y por otra,

la realización del proyecto salvífico de Dios.

Jesús en su paso por este mundo, al predicar el Reino de Dios, pedía, a hombres

y mujeres, una actitud convencida de conversión o metánoia: todos tienen que

salir de sí mismos y ponerse en marcha, comprometerse para crear la nueva

humanidad. El ser humano creado como sujeto libre, no se salva sin su aceptación

consciente del llamado a la salvación, el cual, sólo tienen lugar en la historia. Pero,

126

Ibid, 176-177. 127

Ellacuría, “Salvación en la historia”. En Floristán, y Tamayo (Eds). Conceptos fundamentales del

Cristianismo, 1261.

Page 85: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

84

esta aceptación libre, le implica un estilo de vida y unas acciones coherentes a la

salvación que ha recibido y aceptado en libertad. Por ello, el designio de Dios

sobre la nueva humanidad queda sometido en cierta medida al proceso de la

historia. “La salvación tiene que ver con el bienestar y la felicidad del ser humano,

y esto se halla en estrecha relación con la solidaridad del ser humano con el Dios

vivo que se vuelca hacia la humanidad. En esto consiste la historia de Dios con el

ser humano”.128

En este sentido, para hablar de la salvación y liberación que Dios da al ser

humano, y del lugar donde se da tal salvación, no hay que esperar a que la muerte

nos muestre un “más allá” fuera de este mundo y de esta historia, pues, ese “más

allá” no es otro que la plenitud del amor al prójimo, es la compasión con las

víctimas, la fraternidad, la solidaridad, la justicia y el derecho que Jesús predicó,

los cuales debemos practicar los seres humanos todos los días de nuestra vida.

Esta práctica asumida con libertad, deberá incluir, por supuesto, todo un proceso

de liberación, de humildad y de comunión, en el cual cada persona tiene algo que

decir en la historia, pues es en la historia donde Dios se manifiesta. Por tanto, la

llegada del Reino de Dios y de la salvación, comienza a hacerse visible en el

mundo, en la medida en que hombres y mujeres vivamos de acuerdo a la

proximidad, exigencia y esperanza de una nueva humanidad en comunión, una

“nueva Jerusalén”, que tiene por su único Señor y Rey al Dios de Jesucristo.

128

Schillebeeckx, Cristo y los cristianos, Gracia y liberación, 622.

Page 86: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

85

3. LA SALVACIÓN CRISTIANA, UN APORTE A LAS EXPECTATIVAS DE

SALVACIÓN Y LIBERACIÓN DE LOS COLOMBIANOS

En el segundo capítulo de este trabajo presenté la relación y diferencias que

existen entre las categorías de salvación, liberación, redención, autoliberación

emancipadora y salvación escatológica, utilizadas por Edward Schillebeeckx para

hablar sobre la salvación cristiana. En este mismo contexto, presenté también la

analogicidad que debe existir entre estas categorías, y la pertinencia de tal

analogicidad como lenguaje necesario para hablar de la acción salvadora de Dios

a la humanidad. Además, se puso en evidencia que la historia es el lugar donde

comienza a realizase la salvación, y la manera en que la acción de Dios en la

historia humana, es verdadera historia de salvación.

En este tercer capítulo, desde mi posición como creyente pretendo hacer una

aplicación del tema de la salvación cristiana a nuestra realidad colombiana, según

la interpretación que se ha desarrollado en este trabajo. Entendiendo tal aplicación

como un aporte iluminador a las expectativas de salvación y liberación de las

víctimas colombianas que a diario padecen distintas formas de sufrimiento,

violencia, corrupción, pobreza y marginación.

3.1. Salvación y sufrimiento humano

La salvación que Dios ha dado al mundo en su Hijo Jesucristo atañe a cada

persona humana en su integridad, y es liberación y redención de toda forma de

dolor y sufrimiento. Esta es una máxima que, seguramente, todos los creyentes

podemos compartir desde nuestra experiencia de fe. No obstante, cuando una

afirmación así es pronunciada, leída o dicha a un grupo de personas que a diario

están en medio del dolor, la muerte, el sufrimiento y la desesperanza, en nuestro

país, tal contenido puede resultar de difícil comprensión y poco asimilable para

ellas. Especialmente porque la experiencia del sufrimiento no deseado, ocasiona

Page 87: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

86

escepticismo y desconfianza en las víctimas que lo padecen, de tal forma que los

mensajes de esperanza, consuelo y aliento, se pueden tornar sospechosos y de

difícil convencimiento.

En las víctimas del dolor, el sufrimiento, la violencia, la corrupción, la marginación

y la pobreza, de nuestro País, hay interrogantes, cuestionamientos y preguntas sin

respuestas, hay sentimientos encontrados de impotencia, venganza y tristeza, hay

deseos de liberación, pero también, pretensiones de hacer justicia por las propias

manos, hay fe, pero a la vez, un deseo exaltado de que, el Dios en el que creen,

tome venganza, y acabe de una vez para siempre con todos sus victimarios.

El sufrimiento y el dolor tienen, distintos rostros en Colombia, y esos rostros se

encarnan a diario, en cada persona que sufre las distintas maneras de injusticia,

muerte, pobreza y marginación. Violencia, corrupción, opresión y carencia de

oportunidades para todos, al no estar solucionados, continúan siendo factores

principales que atentan contra la dignidad de los hombres y mujeres de nuestro

país. Y hasta este momento, la historia de violencia y las víctimas, nos han

enseñado de manera explícita, que cada uno de estos factores no se soluciona de

forma inmediata, ni tiene una única manera de tratarse, pues, la atención y

solución a estos problemas –especialmente al del sufrimiento- involucran

contenidos, comprensiones y actores, que deben integrarse e interactuar en un

proceso armónico y permanente, y con el mismo fin común.

Por esta razón, especialmente a quienes son víctimas, a los causantes y autores

de sufrimiento (los victimarios), y a toda persona que en su vida tiene grandes

expectativas de salvación y liberación, es conveniente, necesario y urgente

recordarles, una vez más, que desde la fe cristiana, existe una propuesta de

salvación incluyente, capaz de luchar contra el dolor, el mal y el sufrimiento, y que

puede brindar a la vez, una nueva forma de comprender nuestra existencia y

nuestra misión en el mundo.

Page 88: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

87

En medio de la desesperanza y el espanto, deben aparecer signos visibles de

nueva esperanza. En medio de los horrores causados por los victimarios, y del

sufrimiento inexpresable e inexplicable de las víctimas, continua siempre vigente la

voluntad explícita del Dios de Jesucristo, de salvarles y liberarles de sus ataduras

y dolencias, y por tanto, impulsarles a triunfar sobre cualquier adversidad.

3.1.1. El sufrimiento humano

Según afirma, E. Schillebeeckx, aunque la humanidad, a lo largo de su

emocionante y deplorable historia, ha buscado y encontrado distintas prácticas

encaminadas a superar el sufrimiento, hasta hoy, no ha podido ofrecer una buena

teorización racional de todos los sufrimientos, y cuando se ha intentado llevar a

cabo tal teorización, el sufrimiento se ha minimizado o reducido a ciertas

manifestaciones del mismo.

El ser humano ha buscado superar el sufrimiento valiéndose de muchos medios,

pero a lo sumo, hasta hoy, lo que en verdad se ha producido son interpretaciones

particulares del sufrimiento, pero no soluciones exactas al mismo. En la historia de

la humanidad, vemos por ejemplo, que las religiones del mundo se han esforzado

por descubrir las causas del sufrimiento humano y hallar una praxis adecuada

para eliminar tales causas: si ven la causa de sufrimiento humano en el pecado (el

Judaísmo y el Islam), la praxis lógica para superarlo es no pecar; si lo consideran

producido por los deseos y las pasiones del ser humano, como en el caso del

Budismo, o por la avidez, el egoísmo y las bajas tendencias (Estoicismo, Cínicos),

la praxis correspondiente consistirá en triunfar sobre la avidez y los deseos

desordenados.129

129

Para una comprensión más amplia del tema del sufrimiento humano en algunas de las religiones del

mundo, en el pensamiento griego, en los romanos y en el marxismo, ver la síntesis que Schillebeeckx

presenta en, Cristo y los cristianos, Gracia y liberación, de la página 653 a la página 697., o puede verse

también, en la revista Concilium el artículo escrito por John Browker, “Cruz de Cristo y Sufrimiento

humano”. Revista Internacional de Teología, Concilium. Traducción de J. L. Zubizarreta. Madrid,

Cristiandad. N° 119, (1976): 414-422.

Page 89: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

88

Otro tanto ha hecho el marxismo, y algunas otras ideologías históricas de

emancipación sociopolítica. Marx y otros pensadores racionales, ven en el

sufrimiento social y en el sistema económico del Capitalismo, la causa principal de

los sufrimientos del ser humano. En su manera de comprender las relaciones

humanas, Marx encuentra que hay un desequilibrio e injusticia económica entre

burguesía y proletariado, y este desequilibrio es el productor principal de

sufrimiento del ser humano. En este sentido, la manera lógica y racional de

eliminar el sufrimiento, será, para él y otros pensadores, la emancipación de toda

forma de alienación sociopolítica y económica, a través de la lucha de clases, de

tal manera que, gracias a este tipo de revolución sociopolítica, el ser humano logre

para todos una igualdad de las condiciones de vida, e igualdad de relaciones

económicas.

A causas distintas de sufrimiento corresponden, entonces, praxis distintas para

remediarlo, bien de tipo ascético y personal (desde la dimensión religiosa

humana), o bien de tipo sociopolítico. Sin embargo, aunque formas prácticas como

estas, se proponen vencer el sufrimiento humano, no es posible que las causas

del sufrimiento y la correspondiente praxis redentora y salvífica, se limiten o

reduzcan a una acción meramente histórica y personal o, por el contrario,

exclusivamente sociopolítica.130 Si bien, la salvación significa también remedio y

solución a los dolores e igualdad de condiciones de vida, exclusivamente así

entendida corre el riesgo de quedar reducida a una o dos dimensiones del ser

humano, sea sociopolítica o personal, con todo lo que esto lleva consigo, es decir,

de no incluir al ser humano es su integridad y por tanto, ser una salvación a

medias, y eso va absolutamente en contra de la salvación que Dios ofrece al ser

humano.

Mientras junto a la felicidad personal de algunos siga habiendo, de cerca o de

lejos, sufrimiento, opresión, y marginación en otros; o mientras el precio del

bienestar de unos sea el dolor de los demás, no se puede hablar, en sentido

130

Schillebeeckx, Cristo y los cristianos, Gracia y liberación, 698-699.

Page 90: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

89

estricto, de condiciones humanas que posibiliten coherente y visiblemente la

salvación, o por lo menos no, si nos referimos a la salvación cristiana.

3.1.2. El sufrimiento humano según la fe cristiana

Frente al sufrimiento humano, la fe cristiana no tiene, ni pretende tener, una

respuesta exacta, que dé soluciones inmediatas o lo elimine totalmente. Frente a

esta situación el cristianismo no tiene una explicación racionalmente perfecta. Ante

el sufrimiento el creyente no argumenta, sino que narra un hecho y comenta las

propias experiencias, sin dar de ellas una explicación exacta.

Sin embargo, hay algo claro para la fe cristiana: Dios no quiere el sufrimiento del

ser humano, y tampoco el sufrimiento en cuanto resulta de nuestra criaturalidad –y

la del cosmos total- tiene su fundamento en Dios. De esto tenemos consciencia,

gracias al testimonio y enseñanzas de Jesús. La opción radical y preferente de

Jesús por los pobres y los que sufren (Mt 6, 33; 11, 4-5; Jn 8, 1-11), da cuenta

explícita de la oposición directa que Dios tiene ante el sufrimiento humano.

Por otra parte, desde la comprensión cristiana de la vida, tampoco se puede

afirmar que, todo sufrimiento sea consecuencia del pecado o de la fragilidad

humana. Esta es otra de las grandes enseñanzas que, también, hemos recibido

gracias al Evangelio de Jesús. Según las narraciones de los evangelios, Jesús

rechaza la idea religiosa y moral de que el sufrimiento va unido forzosamente al

pecado. En el texto del ciego de nacimiento (Jn 9, 1-7) y en otro, en el cual

aparece Jesús, una de tantas veces, enseñando a sus discípulos (Lc 13, 1-5), se

indica claramente que del pecado se puede inferir un sufrimiento, pero no al

contrario, que del sufrimiento se suponga de suyo un pecado. Por una parte, el

sufrimiento derivado del pecado debe mover a la conversión (metanoia) (Lc 13, 3-

5); y por otra, el sufrimiento, al margen de su relación eventual con el pecado, es

algo que Dios quiere eliminar (Jn 9, 3-4): el sufrimiento manifiesta las obras de

Page 91: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

90

Dios, porque Dios remedia y elimina el sufrimiento, y manifiesta también la gloria

de Dios, porque Jesús mismo carga libremente con el sufrimiento de los demás en

beneficio de ellos.131

Como vamos viendo con lo dicho hasta ahora, la interpretación cristiana del

sufrimiento, tiene algunas diferencias, incluso respecto de la manera en que

muchos de nosotros, creyentes, lo asumimos o lo aceptamos. La interpretación del

sufrimiento humano, que desde la fe cristiana se hace, está fundamentado en el

Evangelio, y directamente, en la persona de Jesús. Él, es el prototipo y la

interpretación encarnada de la manera en que se ha de entender y asumir el

sufrimiento.

De esta manera, la interpretación que Jesús hace del sufrimiento va a estar, en

primer lugar, relacionada directamente con el trato íntimo y personal que tiene con

Dios. Para Jesús, Dios y el sufrimiento son diametralmente opuestos: en cada

momento y lugar en los que Dios aparece, el mal y el sufrimiento no caben y

sencillamente deben retirarse. La esperanza futura y escatológica que comienza a

hacerse visible y presente, de forma parcial, en este mundo y en su historia, es

que en el reinado de Dios, o reinado mesiánico, no tienen cabida el sufrimiento y

las lágrimas, y tampoco la muerte. Se trata de una profunda vivencia de comunión

que tiene la actitud de sanar (Hch 2, 42-43; 3,1-10), hasta que al fin desaparezcan

los males, sufrimientos y lágrimas (Ap 21, 3-4).

La venida mesiánica de Dios –vencedor del mal- en la persona de Jesucristo es

una venida destinada a destruir el mal, no con las armas de un mesianismo

nacionalista, sino con la conversión (metanoia), categoría que tiene, por cierto,

una fuerza especial para Jesús y para los evangelistas. La victoria sobre el mal se

consigue mediante la obediencia a Dios, y no con las simples fuerzas humanas.

Por esta razón, incluso además de los evangelios, para los otros escritos

neotestamentarios, es claro que todo creyente deberá asumir en su vida, no sus

131

Ibid, 677.

Page 92: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

91

unívocas maneras de pensar y actuar, sino la postura de Jesús, es decir, amar sin

límites ni restricciones al prójimo (Mt 5, 43-48), incluso aunque ello implique el

sufrimiento de y por los demás.

Relacionarse íntimamente con Dios, y amar a los demás sin límites, hasta las

últimas consecuencias, es entonces, la manera más cercana y adecuada de

comprender el sufrimiento, según el propio mensaje y testimonio de Jesús. Amar

al prójimo puede llevarnos a sufrir por él, y a asumir una vida llena de obstáculos y

dificultades en beneficio de él; pero, una vida así, de entrega generosa por el otro,

aunque cueste lágrimas y dolor, vale la pena que sea asumida, pues, de esta

manera se podrá vivir más auténticamente, la opción salvífica y liberadora de

Jesús por nosotros (en el siguiente numeral trataré nuevamente esta idea).

El camino de liberación recorrido por Jesús es el sufrimiento, como consecuencia

afectiva de su compromiso total con la causa de la justicia y con la denuncia de la

injusticia. Pero, Jesús, a diferencia de otros personajes y grupos humanos de su

tiempo, mantendrá siempre esa credibilidad de salvación y liberación, sin

necesidad de recurrir a las armas de la injusticia. Y, es tal la fuerza de ese

convencimiento y testimonio, que el sufrimiento se va entender en adelante, como

los dolores de parto que anuncian una nueva era de verdadera paz y justicia (Mc

13, 8; Mt 24, 8; Rom 8). En este sentido, al asumir Jesús, de esta forma, su

compromiso por los demás, cabe anotar que, no sólo será un “liberador” de aquel

tiempo, sino más aún, el redentor del sufrimiento, que mueve (metanoia) a quienes

le escuchan a cumplir la tarea de liberar del sufrimiento a los demás:

el valor redentor y, en definitiva, realmente liberador del sufrimiento consiste

precisamente en asumir personalmente ese sufrimiento con un esfuerzo

responsable por superarlo. En cambio, el sufrimiento causado a los demás

cae bajo el anatema de la Biblia cristiana. Nunca podrá separarnos de Dios

el sufrimiento de y por los demás (Rom 8, 35-39); así, el Nuevo Testamento

puede hablar incluso de una alegría en el sufrimiento (Col 1, 24; Rom 5, 2-

Page 93: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

92

5; Sant 1, 2-3), no en un sentido masoquista, sino debido a la fuerza

redentora y a la convicción de que Dios tiene secretamente en sus manos a

ese hombre como partícipe del sufrimiento redentor de Jesús (Flp 3, 10).132

El sufrimiento que vive y asume Jesús es, entonces, un sufrimiento redentor no

buscado ni deseado por sí mismo. Por esta razón, es ilógico e incoherente que,

hoy, un cristiano sostenga la idea de que Dios mismo exigió o quiso la muerte de

su Hijo, como compensación al pecado de la humanidad de aquel tiempo, o por

los pecados y maldades que, Él “sabía”, nosotros cometeríamos en nuestra

historia. Un pensamiento que concibe la muerte y el sufrimiento de Jesús como

queridos por Dios, es un pensamiento de cierta mística sádica que invita a buscar

en Dios el fundamento del sufrimiento, y tal pensamiento no tiene nada que ver

con la tradición cristiana.

Un creyente puede dedicarse a contemplar la pasión y muerte de Jesús, y afirmar

que estas deben tener un sentido, aunque nadie sepa cómo y por qué razón

suceden, y aunque se admita el presupuesto fundamental de que no se puede

minimizar el sufrimiento. La fe en Jesucristo es una respuesta sin argumentos: “un

a pesar de todo” – dirá Schillebeeckx-133, un “a pesar de” incluso la misma cruz en

la que murió Jesús. El cristianismo no da una explicación del sufrimiento, pero

muestra un camino: “el sufrimiento es trágicamente real, pero no tiene la última

palabra. El cristianismo no mantiene, ni pretende mantener dualismos o

dolorismos, ni teorías ilusorias –sufrir es sufrir y es inhumano-; pero hay más: está

Dios tal y como se manifiesta en Jesucristo.”134

En lo no divino del dolor y la muerte inmerecida, en el misterio inescrutable,

es donde Jesús “sostuvo” y mantuvo su identificación personal con el

misterio del reino de Dios. La revelación suprema y definitiva de Dios tiene

lugar en una cercanía de Dios, silenciosa pero extremadamente íntima, con

132

Ibid, 678. 133

Ibid, 680. 134

Ídem.

Page 94: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

93

el Jesús que sufre y muere, y que, así, vive hasta el fondo la “condición

humana” a la par que su inviolable pertenencia a Dios. Esto no se puede

integrar teóricamente a un sistema racional. Aquí sólo cabe un testimonio

de fe. Aquí comienza nuestra historia. Y, además, esta conciencia nos hace

ser más cautelosos al intentar precisar teóricamente el significado

soteriológico de la muerte de Jesús.135

Como bien afirma Christian Duquoc, la cruz no se reduce a un símbolo de

reparación o de expiación en una abstracción cuasi geométrica de la relación del

ser humano pecador con Dios, sino que es un acontecimiento histórico,

consecuencia de los conflictos provocados por la acción y la predicación de Jesús

frente a los intereses religiosos, económicos, políticos o mesiánicos de los

dirigentes del pueblo judío en aquel tiempo. La cruz, en otras palabras, no es una

necesidad impuesta desde fuera por una divinidad ansiosa de una compensación

a su honor ofendido, sino que es la consecuencia de la predicación y acción de

Jesús contra los opresores.136 Este es otro de los sentidos que son el fundamento

y la base para una comprensión cristiana del sufrimiento, a partir de Jesús y el

Evangelio.

¡Dios no quiere que sus hijas e hijos sufran!

La mayoría de los colombianos tenemos puesta nuestra fe y esperanza en el Dios

de Jesucristo. Es en el hombre llamado Jesús en quien seguimos creyendo, y es a

partir de Él, y en Él, que encontramos la respuesta salvadora de Dios frente al

sufrimiento y dolor extremos e inexpresables de las víctimas. La cercanía de la

misericordia de Dios tiene en Jesús su manifestación más densa. Para Jesús hay

algo claro: el Padre Dios no quiere el sufrimiento de los seres humanos. Por eso,

diremos nosotros: Dios tampoco quiere el sufrimiento de los hombres y mujeres

colombianos.

135

Schillebeeckx, Jesús, historia de un viviente, 611. 136

Duquoc, “Cruz de Cristo y Sufrimiento humano”. Revista Internacional de Teología, Concilium, 412.

Page 95: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

94

Dios quiere que la humanidad se salve. La Escrituras nos enseñan que Jesús tuvo

especial predilección por los marginados y sufrientes: pobres, pecadores,

enfermos, estos son los que más necesitaban la salvación de Dios en su propia

vida. Por tanto, también hoy, es precisamente a las víctimas del sufrimiento, la

muerte, el dolor, la violencia, la corrupción, la marginación y la pobreza, de nuestro

país, a quienes va en primer lugar, y de manera especial, el mensaje de Salvación

de Jesús, y por tanto, el consuelo y la esperanza de parte de Dios, en medio de la

dificultad, el dolor y la desesperanza.

Las voces de tantas víctimas del sufrimiento, de la violencia, y el dolor en nuestro

país, continúan clamando cada día al cielo, pidiendo liberación y salvación. Esta

voz afligida, para bendición nuestra, ¡Dios la escucha siempre! Dios no permanece

inmóvil ni callado ante el dolor y sufrimiento de su pueblo. Él está presente y se

compadece cada día, de las angustias y el sufrimiento que padece su pueblo (Ex

3, 7-10; Dt 26, 7).

Uno de los aspectos más claros en los evangelios es que Jesús tiene compasión

precisamente con los más frágiles y sufrientes. Él estuvo siempre atento al clamor

de las víctimas del sufrimiento y de la marginación. Incluso, Jesús mismo en la

cruz, asume compasivamente el dolor de los otros y clama también al Padre Dios

para que no se vaya de su lado. Dios está ahí, solidario con Jesús y con la

humanidad, y muestra que en medio de la dificultad, el dolor y el sufrimiento, Él no

desaparece, sino que se hace presente, sin violentar nunca la libertad humana.

No obstante, en algunos ambientes religiosos y sociales de nuestro país y en otros

lugares del mundo, se continua afirmando que los sufrimientos y dolores que

padece el ser humano, y las distintas formas en que tales sufrimientos se

manifiestan, son una manera de vivir, e incluso una manera de unirse a los

dolores, la pasión y la muerte de Jesús en la cruz. En consecuencia, tal

comprensión literal del sufrimiento ha permitido, dentro de otras cosas, que por

una parte, las víctimas y los sufrientes se mantengan en una actitud de vida

Page 96: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

95

resignada, y, por otra parte, que muchos cristianos permanezcamos indiferentes

ante el dolor y sufrimiento de los demás; pues, si el dolor y el sufrimiento no

buscados ni queridos, son la manera de asumir la Pasión del Señor, entonces -

como algunas personas afirman- hay que “aceptarlos” en la vida, tal y como

llegan.

Por tanto, es necesario y urgente enfatizarlo una vez más: nada más alejado a la

voluntad salvífica de Dios, y a la manera como Jesús comprendió el Reino de

Dios, que una interpretación literal del sufrimiento y del dolor como esta.

Nuevamente es necesario afirmar que Dios no quiere el sufrimiento del ser

humano. Y mucho menos a la Pasión de Jesús hay algo nuevo que añadirle. Todo

lo que sucedió con Jesús en su pasión y muerte, fue contrapuesto por el Dios de

la vida, resucitándolo. Dios nos permite comprender que nada, ni la muerte, ni el

dolor, nos alejan o separan de la vida y del amor en Él: el sufrimiento del prójimo

causado por los demás, cae bajo el anatema de la salvación cristiana. Nunca

podrá separarnos de Dios el sufrimiento en favor de los demás (Rom 8, 35-39).

Dios salva en la historia, y esa historia se resignifica por la salvación. De tal forma

que ante cualquier manera histórica de sufrimiento y dolor excesivos (como los

producidos en Colombia por las muertes violentas, la maldad, la corrupción, la

marginación, la pobreza, los asesinatos, entre otras), Dios, por su voluntad

salvífica y liberadora, actúa siempre para cambiar y resignificar dicha historia de

deshumanización.

3.1.3. ¿El sufrimiento puede dar sentido a la vida?

Aunque hemos dicho ya que, Dios no quiere el sufrimiento del ser humano y es

una responsabilidad del creyente prevenir y evitar el dolor y el sufrimiento del

prójimo, también vale la pena reafirmar ahora que, existen determinadas formas

de sufrimiento que pueden enriquecer positivamente al ser humano e incluso

pueden ayudarle, de una mejor manera, en el proceso de madurez de su

Page 97: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

96

personalidad. Incluso, como bien afirma Schillebeeckx, cierta dosis de sufrimiento

nos transforma a nosotros mismos y a los demás, no sólo en aquello que

concierne a cosas pequeñas, sino especialmente cuando se sufre por una causa

buena y noble, justa o santa, que llega al fondo del corazón.

Por ejemplo, un ser humano puede padecer en su vida el sufrimiento “por” o “en

beneficio de los demás”, como el caso del sufrimiento de Jesús en su pasión y en

la cruz, o también, del sufrimiento de los mártires cristianos o de tantas personas

que en la actualidad, luchando por la vida, dignidad y bienestar de otras, son

silenciadas, secuestradas, torturadas o asesinadas. Aunque esta forma de

sufrimiento no es deseada ni buscada para nadie, desde este otro sentido puede

ayudar a reorientar el horizonte y sentido de vida de los hombres y mujeres

quienes por desgracia, en distintas ocasiones con nuestras actitudes y acciones

inauténticas, conducimos el mundo a la decadencia y deshumanización. Desde

esta otra comprensión, se habla entonces, de un sufrimiento “por” o “en beneficio

de los demás”.

Por otra parte, también se puede hablar del sufrimiento que se padece “de los

demás”, es decir, el causado por otros, pero que a nosotros nos duele, pues, no

queremos que ellos sufran (la enfermedad, el pecado, los errores, etc.): la

compasión y sufrimiento de Jesús por los enfermos, los niños, las mujeres o los

pecadores; un papá o una mamá que sufren por los dolores o enfermedad de sus

hijos; el creyente que sufre por la deshumanización y decadencia del mundo; el

hijo o la hija que sufre cuando ve a sus papás hundirse en el alcohol, y no puede

hacer algo para evitarlo. Este tipo de sufrimientos son los que se pueden padecer

“de los demás” y que, desde el testimonio compasivo de Jesús, dan también

sentido reorientador a nuestra vida.

Si analizamos nuestra realidad humana, especialmente en los contextos de los

países en vía de desarrollo, notaremos que las cosas grandes e importantes van

acompañadas de cierto grado de sufrimiento, y, en consecuencia, este sufrimiento

Page 98: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

97

muchas veces permite que nuestra vida adquiera un mayor sentido, y que demos

más valor a cada cosa realizada en beneficio personal y en beneficio de los

demás. Cuando una persona sufre por el bienestar y supervivencia de los

miembros de su familia, o cuando alguien trabaja asiduamente para que sus

familiares no sufran ni padezcan hambre, en esas personas se hace visible de qué

manera el sacrificio que hacen por otros da sentido a su existencia, aunque ese

esfuerzo y sacrificio les demande el sufrimiento y las lágrimas.

Sufrir entonces, significa también, una implicación práctica de la vocación y una

dedicación asidua a alguna causa que sea buena y justa (Dios y el prójimo). De

esta manera, el sufrimiento será algo positivo no buscado, y además, algo

asumido voluntariamente como posible consecuencia de un compromiso concreto.

Este es el sentido del sufrimiento redentor de Jesús, y de los sufrimientos del

apóstol Pablo (Col 1, 24). En este tipo de sufrimiento el ser humano no se centra

en su sufrimiento o en sí mismo, sino en la causa por la cual se comprometió (la

misma que le implica incluso el sufrimiento). Este es el verdadero sentido del

compromiso de todo cristiano: entregar la vida como ofrenda de amor,

desgastarse en favor del prójimo, ser el buen samaritano del que sufre (Lc 10, 29-

37), sufrir con el que sufre, teniendo que participar al mismo tiempo, la mayoría de

las veces, en los sufrimientos de Jesucristo, los cuales no se reducen simplemente

al momento histórico y puntual de la cruz, sino a los distintos momentos de su vida

en los cuales sufre por los demás (Mt 9, 12-13.35-36; 14, 14; 15, 32; Mc 1, 41-42;

10, 21; Lc 7, 13; 10, 33; Jn 11, 33-35).

3.1.4. El sufrimiento como realidad humana

Yendo un poco más al fondo de la vida humana, al tratar el tema del sufrimiento,

una de las conclusiones a la que, en términos generales, algunos teólogos,

filósofos y psicólogos, han llegado, es que el sufrimiento, en definitiva, ha recorrido

Page 99: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

98

y recorre de principio a fin la historia; y particularmente, es el hilo rojo que permite

reconocer cada fragmento histórico precisamente como historia humana.137

J.-B. Metz, en uno de sus ensayos, “Redención y emancipación”138, argumenta

que por una parte, la redención liberadora en y por Jesucristo, también llamada

historia de la liberación soteriológica, y por otra parte, la autoliberación

emancipadora, revolucionaria y acrítica del ser humano, llamada historia de la

liberación emancipadora, deben entenderse como historia del sufrimiento humano,

teniendo en cuenta que esta historia redentora y emancipadora, sólo se da en

plural, es decir, como historias del sufrimiento que súbitamente se interrumpen y

se derrumban, que cada persona a lo sumo puede narrar consternada, pero nunca

sistematizar en forma de verdadera argumentación.139

Esta línea de pensamiento de Metz, también es compartida por Schillebeeckx,

pues, para él, el sufrimiento y el mal son en definitiva, “un misterio insondable y

teóricamente inexpresable.”140 Frente al sufrimiento, el dolor y el mal, la razón

humana se queda corta en sus apreciaciones: fracasa el logos humano, pues, el

ser humano no encuentra explicación alguna a estas realidades.

Schillebeeckx, argumenta además, que las ideas y expectativas de salvación y de

felicidad humana hacen que un creyente, en el momento en que padece una

realidad concreta de calamidad, dolor, miseria, y alienación, reviva, por ejemplo,

imágenes de personajes como Job y Jesús: cuando una persona creyente padece

algún tipo de sufrimiento en su vida, o cuando analiza las diversas experiencias

negativas de su vida, personajes como Job y Jesús, se le presentan como los

paradigmas y testimonios de fe y esperanza para su salvación, redención y

liberación.

137

Schillebeeckx, Cristo y los cristianos, Gracia y liberación, 707. 138

Metz, La fe en la historia y la sociedad, 129-145. 139

Ibid, 134. 140

Schillebeeckx, Cristo y los cristianos, Gracia y liberación, 707.

Page 100: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

99

Las ideas y expectativas de salvación y liberación de un pueblo están marcadas

por una larga historia de dolor, con breves momentos de esperanzadora felicidad,

y por pequeñas experiencias de salvación en una multisecular historia de

esperanzas frustradas, de pecado y de maldad. En este proceso humano de

experiencias de dolor, sufrimiento y calamidad y, en parte, de salvación, es

interesante cómo las ideas de una comunidad sobre la salvación, quieren explicar

e interpretar, no sólo la profundidad e inmensidad de la desgracia pasada y

presente, del dolor, el mal y la muerte, sino también sus causas, origen y

consecuencias. Este es el caso concreto de Job.

Job nos enseña que también las personas justas, fieles y buenas sufren, y que el

sufrimiento es, por tanto, una realidad que acompaña al ser humano,

independientemente de su pecado. Job no tiene maldad, él es un hombre de fe,

bueno, piadoso y justo, y sin embargo, sufre, y su sufrimiento es real. Por tanto, a

partir de la narración de la vida de Job, se comprende que el sufrimiento no

depende exclusivamente de la maldad, sino que es parte de nuestra vida, y hay

que asumirlo como tal y combatirlo. Por otra parte, algo claro que encontramos

también, en el sufrimiento de Job, es que sus dolores y angustias no son, ni han

de ser motivo de rechazo a Dios, sino todo lo contrario, motivo de total confianza y

cercanía a Él. El justo sufre, pero, el origen del sufrimiento de Job es intención no

de Dios sino del mal (demonio). Dios admite el sufrimiento, pero no lo causa ni se

lo añade al justo Job.

En su sufrimiento inmerecido, Job, va descubriendo que el pecado de sus amigos

e incluso de su familia, está caracterizado por la tentación de rechazar a Dios en

los momentos de mayor dificultad, y aunque sin lugar a dudas, esto es también

una tentación para Job, la narración de su vida y sufrimiento nos enseña que la

fidelidad y el servicio del ser humano a Dios, dependen claramente del amor y la

confianza a Él, no del bienestar material o corporal que se tenga. Job, a partir de

su sufrimiento comprende el sentido de su existencia y de la de su familia, en

Page 101: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

100

relación con Dios y con los demás seres de la tierra.141 De esta manera, en Job,

encontramos un prototipo importante en la historia de salvación. De ahí va

surgiendo un proyecto antropológico, una imagen de lo que se considera una

existencia humana auténtica, feliz y buena.142

En este orden de ideas, la historia humana comprende, entonces, una historia

efectiva y universal del sufrimiento, que está presente en la memoria cristiana de

la redención, y que incluye, también, sufrimientos por la finitud y la muerte. El

mensaje cristiano de redención, como mensaje liberador que da sentido a la vida

del creyente, se articula ante el sufrimiento, y esta dimensión de la historia

humana del sufrimiento no es un elemento agregado o sobrepuesto a las historias

concretas de sufrimiento, ni algo simplemente teorizado, como desde fuera, por la

soteriología cristiana. La historia de la libertad humana es siempre historia del

sufrimiento, y por ende, agrega Metz, “…cualquier historia emancipadora de la

libertad que elimine o reprima esta forma de la historia de sufrimiento, no pasa de

ser una historia de la libertad abstracta y a medias; su “progreso” termina siendo

una entrada triunfal en la inhumanidad.”143

Sin embargo, aunque la realidad del sufrimiento es un componente más de la

historia humana, y no se puede dar una explicación racional o argumentativa

sobre esta realidad, no significa que el creyente deba vivir en la desesperanza o

en una actitud de vida simplemente pasiva frente al sufrimiento. Continuando con

la reflexión que Schillebeeckx, y también Metz, proponen sobre este respecto,

diremos que, si no somos capaces de justificar el mal y la inconmensurable

cantidad de sufrimiento inmerecido, ni mucho menos de explicarlos como reverso

inevitable del proyecto fundamental de un Dios que quiere el bien y la salvación,

entonces lo único que cabe, frente a esta realidad e historia de sufrimiento, es una

141

Para un acercamiento más amplio a estas ideas sobre el sufrimiento de Job, puede tenerse en cuenta el libro

de Gustavo Gutiérrez, “Hablar de Dios desde el sufrimiento del inocente, Una reflexión sobre el libro de

Job”. Ver referencia bibliográfica al final. 142

Schillebeeckx, Jesús, historia de un viviente, 16 143

Metz, La fe en la historia y la sociedad, 140.

Page 102: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

101

“praxis de resistencia”, es decir, una acción empeñada en dirigir la historia siempre

hacia el bien.144

Para el caso nuestro, en Colombia muchos hombres y mujeres experimentan en

sus vidas un sufrimiento inexpresable que no puede soportarse ni siquiera “por

una buena causa”, y en el cual estas personas, sin razón alguna, son simplemente

víctimas de la brutalidad de una causa malvada que beneficia a unos pocos.

Existe en el mundo, y en nuestro país, un exceso de sufrimiento y de maldad, una

exuberancia salvaje de dolor, que se resisten a cualquier explicación e

interpretación. Este tipo de sufrimiento es precisamente el que Dios reprocha y no

desea para el ser humano, y es justamente frente al cual, como creyentes

debemos ejercer una incesante praxis de resistencia.

3.1.5. Resistencia cristiana al mal y al sufrimiento de las víctimas en

Colombia, Algunas implicaciones

Todos los cristianos tenemos la tarea de resistir, combatir, y vencer el mal y el

sufrimiento (Rom 12, 21), todo aquel que profese la fe en el Dios de Jesucristo

está incluido en esta tarea. Si bien no podemos dar una explicación concreta al

problema del mal y del sufrimiento en el mundo, hemos de asumir y realizar en

nuestra existencia, acciones empeñadas en resistir al exceso de dolor y

sufrimiento que hay en el mundo y en nuestro país.

En este sentido, una primera tarea que conviene, como inicio de una praxis de

resistencia al sufrimiento, es la escucha atenta y comprensiva a las narraciones de

sufrimiento que las víctimas padecen o han padecido. El sufrimiento humano se

narra, más no se explica ni se teoriza. Por esta razón, el hecho de que cada

víctima tenga la oportunidad de narrar su historia personal de dolor y desventuras,

puede ser para nosotros, la principal fuente de comprensión de su sufrimiento, y

144

Schillebeeckx, Cristo y los cristianos, Gracia y liberación, 708.

Page 103: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

102

para la víctima, la mejor posibilidad liberadora que dé inicio a una salida del dolor y

sufrimientos inmerecidos e inexpresables. Teniendo en cuenta que, frente a los

grandes excesos de sufrimiento que una víctima de la violencia, la pobreza o la

marginación en Colombia, pueda narrar, al no haber en notros una expresión

exacta que dé total consuelo, ni comprendamos la magnitud que tienen esos

sufrimientos para quien los padece, la mayoría de la veces, sólo podremos decir:

¡Eres mi prójimo, aquí estoy contigo!

La narración que una víctima haga sobre sus sufrimientos padecidos es, pues,

significativa. A través de la narración del sufrimiento, la víctima puede iniciar un

proceso de liberación y alivio a muchos de sus dolores. Además, a través del

recuerdo y memoria que debe hacer, para poder narrar los acontecimientos de

dolor padecidos, la víctima podrá, por sí misma, descubrir cómo en ese sufrimiento

inexplicable encuentra o encontró la acción salvadora y redentora de Dios. De esta

manera, a partir de la narración de las experiencias personales de dolor, angustia

u opresión, incluidas las experiencias de fe del narrador, tendremos nosotros el

lugar principal desde donde se puede comenzar a hablar de resistencia al

sufrimiento y redención del sufrimiento.

En la memoria o recuerdo del dolor y el sufrimiento que cada víctima puede narrar,

está también, la memoria o recuerdo que un pueblo tiene y debe tener sobre sus

historias de sufrimiento u opresión. Y en este recuerdo -que, según J.-B. Metz es

memoria passionis145 o evocación del sufrimiento-, está la base principal desde la

cual debemos partir para hablar del sentido de la salvación y liberación cristianas,

a las víctimas de la violencia, pobreza y marginación de nuestro país.

145

En la tercera parte de su libro “La fe en la historia y la sociedad”, el teólogo contemporáneo J.-B. Metz,

presenta la explicitación de algunas categorías tratadas por él en ese texto. Ahí precisamente habla del

“recuerdo” y “la memoria” como categorías que integran los temas de salvación, redención, y liberación

emancipadora. Cfr. Metz, La fe en la historia y la sociedad, 192-227. Estas ideas las aborda años más

adelante en otro libro suyo que lleva por título, según la traducción al español, “Memoria passionis, Una

evocación provocadora en una sociedad pluralista”. Ver referencia en la Bibliografía.

Page 104: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

103

Se trata, entonces, de permitirle narrar a la víctima la experiencia personal o

comunitaria que ha tenido y tiene del sufrimiento vivido, sin desconocer, claro está,

el contexto y ambiente que le rodea. La memoria y el recuerdo permitirán

comunicar a cada víctima, a través de un lenguaje existencial, la acción o no

acción del Dios salvador en su vida e historia concretas. De tal forma que, este

tipo de narración, más cercana al lenguaje literario que al científico146, le ayuden a

descubrir que dichas experiencias límite vividas, se oponen totalmente a los

ideales de una nueva humanidad que la salvación y redención cristiana propone y

promueve.

Una segunda actitud del cristiano, que se desprende, lógicamente, de esta

anterior, es el rechazo directo y explícito a los dolores y sufrimientos excesivos de

cualquier ser humano. Como bien afirma Schillebeeckx, oponerse y resistirse al

mal o sufrimiento -no queridos para el ser humano-, sea cual sea la modalidad que

adopten, constituye el presupuesto –si no la cara oculta- de una auténtica fe en

Dios y una confesión sincera de Cristo.147

Sin embargo, tal oposición directa y explícita a todo exceso de sufrimiento y dolor

humanos, no deberá realizase a través de la violencia física o de las armas. Dios,

no nos ha dado armas para liberarnos o salvarnos, ni -para bendición nuestra- nos

las dará nunca. Este es el mensaje vivo y el testimonio que encontramos en

Jesús. La justicia salvadora y liberadora de Dios, no tiene que ver nada en

absoluto, con la búsqueda de la justicia a través de la violencia armada, que los

seres humanos proponemos o realizamos la mayoría de veces (Jn 18, 1-11; Lc 9,

54-55). Jesucristo no nos salvó ni liberó con armas o con violencia física. Esto

tiene mucho que decirnos a los colombianos, y de manera especial a cada uno de

los actores armados del conflicto y la violencia en nuestro país.

146

En su Método en teología, Lonergan describe al lenguaje literario como un medio de significación, en este

caso de la experiencia de fe, que oscila entre la lógica y el símbolo (p. 76). Y el símbolo, es ese medio

significativo que, en palabras del jesuita canadiense, “satisface una necesidad” humana que la lógica no

alcanza, esto es, la existencia de tensiones internas en el ser humano (p. 70). Lonergan, Bernard, Método en

teología, 70-76. 147

Schillebeeckx, Jesús, historia de un viviente, 580.

Page 105: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

104

Dios, para salvar al mundo, dio a su Hijo -y también a nosotros- el don y la fuerza

del amor irrestricto, sin límites ni condiciones (Mt 5, 43-48). Esta es la verdadera y

única “arma” de la cual disponemos los cristianos. Y, aunque la aparición histórica

de Jesús y su oposición apasionada y combativa, no violenta, a todo tipo de mal y

sufrimiento, suscitó a su vez una oposición violenta sin armas, porque contradecía

los intereses de individuos o grupos poderosos, las consecuencias del rechazo y

asesinato violentos a Jesús, son resultado, no de la voluntad de un Dios de

violencia, sino de la acción y ejecución violentas de algunos líderes políticos y

religiosos contra Jesús.

El mismo mensajero de la Buena Nueva de salvación, de la llegada del reinado de

Dios al mundo, y de la paz universal, termina siendo violentamente asesinado.

Pero, la reacción del Padre Dios, no es violenta, ni vengativa. Dios enseña al

mundo que es sólo con el bien y la vida en el amor, como se manifiesta la

salvación. Esto es lo que significa el amor sin límites ni restricciones, y por tanto,

aquello que significa el carácter no teorizable de la redención cristiana, en el

misterio de la pasión, muerte y resurrección de Jesús.

La respuesta de Dios al mal y al sufrimiento extremo, es la resurrección de Jesús

(Rm 8, 35-39). El rechazo de Jesús por los seres humanos tiene su contrapeso en

la pertenencia de Jesús a Dios. La resurrección que es acción de Dios en y con

Jesús, no sólo corrobora su vida y mensaje de salvación, sino que también revela

que su persona está inseparablemente unida a Dios y a su palabra. “En la muerte

y la resurrección de Jesús confluyen el extremo rechazo del ser humano a la

salvación que Dios le ofrece, y la permanente oferta de tal salvación en Jesús

resucitado.”148

En este orden de ideas, se comprende que es justamente en esta lógica, la lógica

del amor, en la que todo cristiano debe fundamentar su vida para combatir y

resistir el mal y el sufrimiento. Esta es la lógica del amor cristiano, que no consiste

148

Ibid, 602.

Page 106: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

105

en meras pretensiones de bondad humana, sino que le es dado directamente

como don infinito y gratuito de Dios; y que le ayuda además, a oponerse siempre,

a todo intento, teórico o práctico, de establecer prematuramente un sentido

totalizante de todo; es decir, a todo sistema unitario, y a todo programa totalitario

de acción, que pretenda poder realizar “el” sentido de la historia:

pues, el sentido de la historia de que habla el cristianismo partiendo de

Jesús de Nazareth, es no sólo promesa de sentido total, por lo cual el

cristianismo no identifica lo ya alcanzado con el sentido escatológico

prometido ni se deja descorazonar por fallos ni fracasos, sino también y al

mismo tiempo “instancia de juicio profético” o “crítico” frente a todas la

totalizaciones prematuras (en el mundo o en las iglesias).149

En síntesis, para todo cristiano y de manera específica para nosotros los

colombianos, el compromiso en contra del sufrimiento de las víctimas y la

oposición práctica a toda forma de sufrimiento, pobreza o marginación, como

caminos de salvación, liberación y emancipación desde el Evangelio, deben

implicar por una parte, la escucha atenta y compasiva, del recuerdo y las

narraciones personales de las víctimas del sufrimiento y el dolor; y por otra, la

liberación de las dolencias físicas o psicológicas del individuo o de la comunidad.

Teniendo en cuenta a la vez, que no se pueden asumir los esfuerzos humanos

como el único sentido total y salvífico de la historia, desentendiéndose del sentido

cristiano y escatológico del “cielo nuevo y una tierra nueva” (Ap 21, 1-4), que es

sentido total de la historia y existencia humanas, y que, sólo en y desde Dios

puede ser pleno. En otras palabras, como creyentes debemos tener siempre

presente que, no se pueden desligar las dos dimensiones de nuestra salvación:

histórico mundana y transhistórico-celestial. Estas siempre se articulan y se

complementan. Toda resistencia u oposición directa al sufrimiento, opresión o

marginación del ser humano, todo cuanto hagamos en la historia y en el mundo en

149

Ibid, 580-581.

Page 107: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

106

favor de los demás, el amor que tengamos por el prójimo, sin límites ni

restricciones, en cuanto propios de nuestra humanidad, son siempre acciones y

signos parciales de la salvación y liberación cristianas. No podemos comprender

estas acciones histórico-mundanas como el sentido total y perfecto de la

salvación, pues, el sentido pleno y total de nuestra salvación y liberación sólo se

da en Dios, esta es nuestra esperanza escatológica:

La figura de este mundo, afeada por el pecado, pasa, pero Dios nos enseña

que nos prepara una nueva morada y una nueva tierra donde habita la

justicia, y cuya bienaventuranza es capaz de saciar y rebasar todos los

anhelos de paz que surgen en el corazón humano… Se nos advierte que de

nada le sirve al hombre ganar todo el mundo si se pierde a sí mismo. No

obstante, la espera de una tierra nueva no debe amortiguar, sino más bien

aliviar, la preocupación de perfeccionar esta tierra… Por ello, aunque hay

que distinguir cuidadosamente progreso temporal y crecimiento del reino de

Cristo, sin embargo, el primero, en cuanto puede contribuir a ordenar mejor

la sociedad humana, interesa en gran medida al reino de Dios. Pues, los

bienes de la dignidad humana, la unión fraterna y la libertad; en una

palabra, todos los frutos excelentes de la naturaleza y de nuestro esfuerzo,

después de haberlos propagado por la tierra en el Espíritu del Señor y de

acuerdo con su mandato, volveremos a encontrarlos limpios de toda

mancha, iluminados y trasfigurados, cuando Cristo entregue al Padre el

reino eterno y universal: "reino de verdad y de vida; reino de santidad y

gracia; reino de justicia, de amor y de paz".150

Resistencia al mal y al sufrimiento: una actitud incluyente

Si bien la reflexión sobre el sufrimiento humano y la salvación cristiana, expuesta

aquí, está orientada especialmente a las víctimas de la maldad, la marginación, la

corrupción, el dolor y el sufrimiento en nuestro país, no queda de ningún modo,

150

Constitución Dogmática Gaudium et Spes. Cap III. N° 39. Concilio vaticano II.

Page 108: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

107

reducida sólo a ellas; esta reflexión incluye también un segundo grupo de sujetos

(los victimarios) que, paradójicamente, pueden pasar de ser los agentes autores

de dolor y sufrimiento, a padecer, ellos mismos, tales situaciones en su propia

vida. Por ejemplo, en algunas regiones del país muchos de los que han sido o son

victimarios de la violencia, desean salvarse y liberarse de tantas maldades

cometidas o vivenciadas en la clandestinidad. Ellos, aunque no sean tan

explícitos, dada su realidad y el confrontamiento con su humanidad (incluso como

los creyentes que algún día fueron), desean también, ser liberados de sus

maldades, sufrimientos y dolores.

Decenas de los llamados “desmovilizados(as) de la violencia” padecen en su vida

un terror muy grande por el futuro, y el sinsentido que encuentran a su existencia:

¿Qué es la vida humana en medio de las tantas muertes y sufrimientos causados?

¿Existirá para ellos alguna manera de reparación y de redención? ¿Vale la pena

seguir viviendo? Sufren porque no saben cómo reparar tanto daño hecho. La

mayoría de ellos o ellas han sido promotores y agentes de sufrimiento, y como

paradoja ahora son los que sufren y padecen una terrible angustia: no viven

tranquilos, sueñan con espantos, tienen alucinaciones, y son propensos a adquirir

trastornos de doble personalidad, psicosis, y delirios de persecución.151

En este orden de ideas, a hombres y mujeres como ellos hay que decirles

también, que la salvación de Dios no es excluyente, que el mensaje de salvación,

si lo aceptan en su vida, también los incluye (Mt 5, 45). Todos los seres humanos

por voluntad divina tenemos derecho y acceso a la salvación que Dios da

gratuitamente a la humanidad. Tanto la víctima como el victimario pueden en

verdad lograr su salvación, siempre y cuando haya en su vida un proceso de

conversión (metanoia), coherente a aquella gracia salvadora que Dios ha dado a

sus creaturas sin exclusivismos ni contraprestación alguna. Esto lo hacen en total

libertad y en la medida en que estén dispuestos a abrirse a la gracia.

151

González Uribe, Los niños de la guerra, 54; y en Internet, Artículo de la revista Cambio.

http://www.cambio.com.co/salud_cambio/770/ARTICULO-PRINTER_FRIENDLY-

PRINTER_FRIENDLY_CAMBIO-4067312.html. (consultado el día 22 de agosto de 2010).

Page 109: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

108

De manera especial el victimario necesita reparar sus faltas, no sólo consigo

mismo, sino también, de manera principal, con las víctimas. Y esto no se logra

simplemente con el hecho de que el victimario sea privado de su libertad, estando

como recluso en una penitenciaría; sino con la convicción personal de su

conversión, y con una nueva actitud de vida, que le muevan a dejarse orientar en

su proceso cambio, siendo consciente de que, él no lo hace sólo con sus propios

deseos y fuerzas, sino de manera especial por la gracia de Dios, que lo acompaña

y lo conduce.

La salvación de Dios puede liberar al victimario de los males que lo acechan y lo

oprimen; y una vez experimentada tal liberación, podrá además, reparar el daño

causado a las víctimas, siendo en adelante, testimonio de paz, caridad, justicia,

vida y esperanza en medio de los suyos.

3.2. La salvación y redención incluyen al ser humano en su integridad

La salvación de Dios, y la correspondiente resistencia al mal y al sufrimiento, no

tienen que ver sólo con la dimensión religiosa o espiritual del ser humano, sino

que integra todas sus dimensiones. El valor redentor y salvador de Jesucristo

involucra a toda la persona humana. Aquí tenemos nosotros una idea fundamental

que enriquece y da identidad a nuestra existencia. Según Roger Haight, “la

salvación ha de ser completa; no puede tocar una denominada dimensión

espiritual de la vida de una persona y no incluir su actividad en este mundo.”152 Es

en la historia de vida de cada persona, y en su humanidad íntegra, donde sucede

la salvación.

Para todo cristiano, el compromiso en contra del sufrimiento de las víctimas y la

oposición práctica a toda forma de sufrimiento, como caminos de salvación,

liberación y emancipación desde el Evangelio, deben implicar siempre la liberación

152

Haight, Jesús, símbolo de Dios, 374.

Page 110: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

109

de las dolencias físicas, psicológicas o morales, teniendo en cuenta las

condiciones específicas de cada contexto cultural y social. La misión y la tarea que

de esto se deriva deben hallar su inspiración y orientación, para cada cristiano,

tanto en el evangelio de la salvación de Dios, como en la idea o comprensión que

actualmente se tiene del ser humano y de los procesos humanizadores que

realiza.

No es mi intención, ni el objetivo de este trabajo, proponer ahora toda una

reflexión sobre antropología filosófica o teológica (ya en otros textos que se

quieran elegir, el lector podrá abordar estos dos temas de una forma más

amplia.153). Sólo quiero subrayar que, en el momento de reflexionar algún tema

que tenga que ver con la persona humana, es necesario saber desde qué tipo de

antropología nos posicionamos para tratarlo, pues, según la noción y comprensión

que tengamos del ser humano, así mismo serán las ideas y conclusiones a las que

lleguemos sobre el tema que nos hemos propuesto tratar.

En consecuencia, respecto del tema sobre la salvación cristiana, la opción que

tomo personalmente es la de una antropología fundamentada en la tradición

cristiano-tomista, que comprende al ser humano como hijo de Dios, y que integra

en su ser: cuerpo, alma, espíritu, razón y sentimientos. Hemos dicho en repetidas

ocasiones que la salvación y redención cristianas son entendidas como el don

amoroso y gratuito de Dios en Jesucristo para todo ser humano, y a esta

comprensión hay que enfatizarle además, que es para el ser humano en su

153

Entre los autores que abordan los temas sobre Antropología filosófica y Antropología teológica, están:

Ponce Cuellar, Miguel. El misterio del hombre. Barcelona: Herder, 1997; Coreth, Emerich. ¿Qué es el

hombre? Barcelona: Herder, 1980; Maritain, Jacques, Humanismo integral. Traducción de Alfredo

Mendizábal. Madrid: Palabra, 1999; Ruiz de la Peña, José L. Imagen de Dios, Antropología teológica

fundamental. 3ª Edición. Bilbao-Santander: Sal Terrae, 1996; Yepes, Ricardo. Fundamentos de antropología,

Un ideal de la excelencia humana. Pamplona (España): EUNSA, 1996; Cervera, Espinosa A. ¿Quién es el

hombre? Antropología filosófica. Madrid: FAX, 1969; Valverde, Carlos. Antropología Filosófica. Valencia

(España): EDICEP, 1994; Jolif, J.–V. Comprender al hombre. Salamanca: Sígueme, 1969. Haeffner, Gerd.

Antropología filosófica. Barcelona: Herder, 1986.

Page 111: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

110

integridad. Dios, según la comprensión antropológica tomista, salva al hombre en

su unidad e integridad de cuerpo y alma.154

La comprensión tomista del ser humano tiene sus bases, en las Sagradas

Escrituras. El ser humano, según la interpretación de los autores bíblicos, es

creación de Dios, y por ende, hijo suyo. Tanto el hombre como la mujer, creación

de Dios, son una unidad e integridad de cuerpo y espíritu, y no una dualidad (Gn

1, 26-2, 4a; Gn 2, 4b-25). Por tanto, cuando se habla del hombre, imagen de Dios,

se hace referencia directa al cuerpo, al alma y al espíritu en su integridad, nunca

separados, ni sólo uno de ellos.

Una de las ideas principales de la comprensión antropológica de las Sagradas

Escrituras es que el hombre, como creación e imagen de Dios, tiene su

fundamento y punto culmen en la persona de Jesucristo. Él, según cita San Pablo,

“no hizo alarde de su categoría de Dios, y al pasar por uno de tantos, tomó la

condición de ser humano como nosotros” (Flp 2, 6-11). Todo el mensaje del

Génesis es ahora interpretado a la luz de Cristo. Jesucristo, verdadero Dios y

verdadero hombre, es la imagen perfecta y auténtica de Dios, y el paradigma

salvífico para nosotros los seres humanos.

Los escritos neotestamentarios para hablar del ser humano y de la acción

misericordiosa y salvadora de Dios en él, no hacen separación alguna entre alma

y cuerpo. La salvación de Dios es salvación para la persona humana en su

totalidad. El amor, la misericordia, el perdón, la salvación y redención, son

acciones de Dios para toda la persona humana. Un ejemplo claro de esto lo

encontramos en los milagros realizados por Jesús: cada milagro obrado por Él,

permite entender que el sufrimiento humano se vence no sólo salvando el espíritu,

154

Santo Tomás de Aquino, logra una síntesis entre la noción de hombre platónica y la noción de hombre

aristotélica. El hombre es unidad irreductible de alma y cuerpo, donde el alma es la forma del cuerpo. El alma

separada del cuerpo no está en su estado perfecto. El cuerpo identifica al hombre y lo hace capaz de relación

con los otros, con el mundo y con Dios. El hombre es imagen de Dios por su mente. La imagen perfecta es

sólo Jesucristo, pero el hombre, por su mente, se asemeja a Dios, pues puede conocerlo y amarlo.

De Aquino, Summa Theologiae, I. q. 90-93.

Page 112: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

111

sino también la carne -el cuerpo- (Mc, 2, 1-11; Lc 17, 11-19). Así obra el Dios de

Jesucristo: salva, sana y libera al ser humano en su integridad. Sabe que el ser

humano necesita ser bueno, pero que también necesita amar, compartir, caminar,

ver, comprender y comer (Mt 9, 12-13.35-36; 14, 14; 15, 32; Mc 1, 41-42; 10, 21;

Lc 7, 13; 10, 33; Jn 11, 33-35).

En este orden de ideas, cada ser humano ha de comprenderse a sí mismo como

unidad en la pluralidad, de lo cual se deduce que, nuestra experiencia testifica que

toda acción, pasión o vivencia humana es corpóreo-espiritual, y esto implica que

nuestro espíritu y nuestra corporalidad van unidos y se condicionan mutuamente.

Cada ser humano en el ejercicio de su libertad y por la opción que libremente

tome, bien se salva todo (cuerpo y espíritu), o bien se condena todo. Aquel

cambio de corazón del cual hablan los evangelios es un cambio de actitudes

prácticas (metanoia), que involucra al cuerpo y al espíritu.

Por otra parte, una comprensión integral e incluyente de la salvación que parte de

una concepción antropológica, también integral, es otro aspecto irrenunciable para

hablar sobre la acción salvadora de Dios en medio de este mundo sufriente y

enfermo. De hecho, para el caso concreto de la iglesia colombiana, en el momento

en que ella elabore sus reflexiones teológicas sobre nuestra realidad, puede

encontrar en esta comprensión un aporte significativo, que le permita ayudar, de

una forma más oportuna y eficaz, a tantas víctimas del sufrimiento, la violencia y la

marginación. Sobre todo, si tenemos en cuenta dos, de las muchas otras

problemáticas actuales, de nuestra nación: por una parte, los ideales equívocos de

“salvación” personal, o de emancipación individual, que han surgido en Colombia y

Latinoamérica en las últimas décadas, por parte de los distintos movimientos

revolucionarios y armados; y por otra parte, aquel pensamiento subjetivo de

algunos sectores sociales y políticos del país, que supone que la paz y el

bienestar para las víctimas del sufrimiento y la violencia, serán solucionados

únicamente con la eliminación del “Conflicto armado”, a través de la fuerza de las

armas y de la violencia.

Page 113: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

112

Gracias a las distintas reflexiones filosóficas, antropológicas, bíblicas y teológicas,

que en estos últimos tres siglos se han dado sobre el ser humano, hoy sabemos

que las realidades humanas deben ser tratadas desde distintos ángulos y

respetando los diferentes puntos de vista que se tengan sobre cada realidad. Esto

es claro en algunas tradiciones de pensamiento contemporáneas (por lo menos de

manera teórica) y en la mayoría de las disciplinas que tienen que ver con el ser

humano, o que hacen referencia a él (Antropología, psicología, religión, Ética,

política, sociología, historia, cultura, ecología, entre otras).

La búsqueda de posibles soluciones a las problemáticas humanas, o los aportes

que se hagan a las expectativas de liberación, justicia, paz y salvación de un

grupo humano determinado, deben integrar las distintas disciplinas humanas,

porque el ser humano no es sólo religioso, o político, o económico, sino una

unidad integral.155 Se hace necesario, entonces, recurrir a una opción

interdisciplinar que nos ayude en estas tareas, puesto que es al ser a quien

hacemos referencia, que vive en una sociedad y cultura determinadas.

La teología, al igual que otras ciencias que tienen que ver con el ser humano,

necesita mantener un diálogo incluyente con las otras, pues, es en la persona

humana, en quien se integra lo político, social, ecológico, económico, cultural,

corpóreo, físico, psicológico, trascendente.156 Por eso, un sabe como el teológico,

debe tener unas herramientas discursivas y metodológicas de diálogo con las

ciencias naturales y las ciencias sociales.

De esta manera, el diálogo de la teología soteriológica con las demás ciencias

humanas nos ayudará a posibilitar una comprensión interdisciplinaria y

transdisciplinaria de la salvación humana y cristiana. Es decir, a esclarecer las

155

Cfr. Maritain, Humanismo integral, 21-129. 156

Edward Schillebeeckx, a cada una de estas dimensiones las denomina “coordenadas o constantes

antropológicas”, y las agrupa en seis: 1. Corporalidad humana, naturaleza y entorno ecológico; 2.

Convivencia humana; 3. Relación con las estructuras sociales e institucionales (política y sociedad); 4.

Estructura espacio-temporal de la persona y de la cultura; 5. Teoría y praxis humana; y, 6. Conciencia

religiosa y “parareligiosa” del hombre. Cfr. Schillebeeckx, Cristo y los cristianos, Gracia y liberación, 716-

724.

Page 114: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

113

reflexiones que cada disciplina aporta, integrando estos aportes y puntualizando

las acciones a las cuales nos han de conducir tales comprensiones. Desde el

punto de vista de teológico, la comprensión de salvación cristiana que se tiene, es

ya una forma amplia e incluyente de comprender la vida humana en relación con

el Dios de Jesucristo, pero a la vez, para que esta comprensión adquiera un

lenguaje amplio que se adapte a los contextos culturales de nuestro mundo actual,

y pueda por tanto, tener acciones más eficaces en realidades humanas como las

de nuestro país, debe también escuchar aquello que las ciencias humanas y

sociales cada día van analizando y comprendiendo.

3.3. Nuestro compromiso como iglesia: ser testigos y signos visibles

de salvación y liberación para las víctimas, los sufrientes, los

marginados y los más pobres

“Ser iglesia implica siempre un movimiento: es “ser llamado” a salir, “Éxodo”, “alzar la

cabeza”, “conversión del corazón”, “seguimiento”, “aceptación” de la vida y su historia

dolorosa a la luz de una gran promesa.” J.-B. Metz.157

La iglesia es la primera responsable de que las reflexiones teológicas que se

hacen, no se queden sólo en teoría, sino que tengan una acción práctica en la

realidad que vive el pueblo de Dios. Todo cuanto hemos reflexionado en este

trabajo nos debe recordar que, es justamente a nosotros miembros de la iglesia, a

quienes nos corresponde vivir, comunicar y compartir el mensaje de salvación

dado por Dios a la humanidad. Por esta razón, este trabajo ha sido pensado

principalmente para aportar a la autenticidad de la iglesia colombiana, en su tarea

y compromiso, de ser signo y testimonio de salvación para nuestros hermanos y

hermanas compatriotas, especialmente los sufrientes, marginados y desprotegidos

de las distintas regiones del país.

157

Metz, La fe en la historia y la sociedad, 149.

Page 115: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

114

La persona que sufre en su cuerpo o en su espíritu, necesita de un mensaje

sanador y liberador de nuestra parte, y además, como comunidad eclesial hemos

de mostrarle signos visibles de compasión, paz y caridad fraterna. No sólo hemos

de dar palabras, sino también testimonio de fraternidad, solidaridad, caridad y

misericordia entre nosotros mismos. La iglesia tiene como misión el compromiso

profético de anunciar la salvación y la esperanza de parte de Dios a todo ser

humano, especialmente al que sufre, y a la vez, debe denunciar todo aquello que

margina, oprime y violenta la dignidad humana. Los anhelos humanos de

liberación y sus grandes expectativas de emancipación, frente al dominio, la

marginación y la opresión, deben merecer siempre la atención de nosotros los

cristianos; pues, la desesperanza, el sufrimiento, la marginación y la pobreza, muy

evidentes, de manera especial en los contextos latinoamericano y colombiano,

impiden cada día, el progreso y la promoción de la dignidad de miles de hombres y

mujeres.

Gracias al don de la fe y a la gracia que habita en nuestros corazones, los

cristianos creemos que Dios desea la salvación de todos los hombres y mujeres

del mundo. Dios, por su infinito amor, da al género humano una oferta gratuita de

salvación y liberación, y en este amor y oferta salvífica, los creyentes tenemos

cimentada nuestra fe. De esta manera, quien asume en su existencia el camino

que conduce hacia la salvación, tendrá al mismo tiempo, la ruta trazada para una

auténtica realización humana.

La salvación, redención y liberación cristianas, según hemos venido considerando

en este trabajo, no parten de un proyecto humano, o de solas intenciones de

emancipación y liberación humanas, sino que se entienden, en primer lugar, como

iniciativa del amor infinito de Dios al ser humano, y a la vez, como don gratuito,

expresado en gracia y liberación para la humanidad. Por tanto, la iglesia y todo

cristiano, tenemos en el amor infinito de Dios (caritas), la fuerza impulsora y

verdadera que nos permite dar testimonio de salvación, justicia y fraternidad a los

seres humanos de nuestro tiempo, especialmente a los menos favorecidos de la

Page 116: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

115

sociedad. Así lo entiende el Papa Benedicto XVI, en su encíclica Caritas in

veritate:

La caridad es la vía maestra de la doctrina social de la Iglesia. Todas las

responsabilidades y compromisos trazados por esta doctrina provienen de

la caridad que, según la enseñanza de Jesús, es la síntesis de toda la Ley

(Mt 22,36-40). Ella da verdadera sustancia a la relación personal con Dios y

con el prójimo; no es sólo el principio de las micro-relaciones, como en las

amistades, la familia, el pequeño grupo, sino también de las macro-

relaciones, como las relaciones sociales, económicas y políticas. Para la

Iglesia -aleccionada por el Evangelio-, la caridad es todo porque, como

enseña San Juan (1 Jn 4,8.16) y como he recordado en mi primera Carta

encíclica «Dios es caridad» (Deus caritas est): todo proviene de la caridad

de Dios, todo adquiere forma por ella, y a ella tiende todo. La caridad es el

don más grande que Dios ha dado a los hombres, es su promesa y nuestra

esperanza.158

La aceptación de la oferta salvífica de Dios en nuestra vida nos está invitando,

cada día, a no permanecer en una actitud pasiva o egoísta, como si el amor y la

salvación de Dios fueran un hecho que no mereciera una actitud activa de vida.

Aceptar a Dios, aceptar su amor (caritas) y su oferta de salvación, implica, en

nosotros como creyentes, una actitud permanente de caridad y servicio a nuestro

prójimo, así como a nosotros mismos. Quien acepta en su vida al Dios de

Jesucristo, no puede permanecer inmóvil. El dolor, el sufrimiento, los problemas

propios, y los de los demás, se convierten para cada creyente, en una tarea a

solucionar cada día.

La oferta salvífica de Dios para los seres humanos de todos los tiempos, lleva

siempre consigo, la liberación de todo aquello que ata o aliena a la persona, y que

le produce sufrimiento. Cuando un ser humano experimenta en su vida que la

158

Benedicto XVI, Carta encíclica “Caritas in veritate”. N° 2.

Page 117: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

116

salvación o redención que Dios le da gratuitamente, es una realidad en su vida, y

comprende que dicha salvación le va haciendo libre cada vez más, lo más lógico

es que por la experiencia que vive, comunique a los demás, aquello que en su

existencia está sucediendo. Todo ser humano que tenga sed de liberación, con

grandes expectativas de salvación y sanación, busca salir de toda forma opresiva

de dolor, angustia, injusticia, esclavitud, miseria o indiferencia, camina en este

sentido y en la búsqueda de este objetivo, e incluso puede, a la vez, reflexionar,

acompañar y apoyar procesos de salvación y liberación de otras personas.

Según dice el Concilio Vaticano II,

(…) Es, pues, completamente claro que todos los fieles, de cualquier estado

o condición, están llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la

perfección de la caridad, y esta santidad suscita un nivel de vida más

humano incluso en la sociedad terrena. En el logro de esta perfección

empeñen los fieles las fuerzas recibidas según la medida de la donación de

Cristo, a fin de que, siguiendo sus huellas y hechos conformes a su imagen,

obedeciendo en todo a la voluntad del Padre, se entreguen con toda su

alma a la gloria de Dios y al servicio del prójimo. Así, la santidad del Pueblo

de Dios producirá abundantes frutos, como brillantemente lo demuestra la

historia de la Iglesia con la vida de tantos santos.159

Como podemos apreciar en esta cita tomada de la “Lumen gentium”, hay un

aspecto que debe ser claro para todos aquellos quienes hemos decidido optar por

Jesucristo: cada creyente que camine hacia su santidad o autenticidad de vida,

tiene la tarea y la responsabilidad de amar y servir al prójimo, sin límites ni

restricciones, sin condiciones ni reservas. Como creyentes en el Dios de la vida,

tenemos un compromiso libre y responsable de ser generadores de vida,

salvación, comunión, paz y justicia, denunciando todo aquello que va en contra de

estos principios y valores del Reino de Dios.

159

Const. Dogmática Lumen Gentium, Cap V, Nº. 40. Concilio Vaticano II.

Page 118: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

117

E. Schillebeeckx afirma que, para captar aquello que en la vida cristiana se

comprende como redención (salvación), se requiere de la experiencia de algún

tipo de liberación y amor humanos. Pero a su vez, plantea la cuestión de ¿qué

podrá significar una categoría como “el amor de Dios” para alguien que, como ser

humano, nunca ha experimentado el amor?160 Si la salvación de Dios obrada por

Jesucristo es consecuencia de su gracia, es decir, del don de su amor ilimitado e

irrestricto, necesariamente el ser humano debe primero experimentar ese amor de

o en otro ser humano, para que proporcionalmente pueda degustar la experiencia

amorosa de la salvación.

En este sentido, la consecuencia de una experiencia concreta del amor de Dios y

del Jesús salvador, en la vida de una persona, ha de ser, necesariamente, el

sentirse salvado y liberado en medio de su historia y contexto. Es la experiencia

que debe hacerse experiencia de gracia y praxis de liberación del hombre y la

mujer cristianos.161 Sin embargo, difícilmente puede haber una autentica

experiencia de salvación y liberación en la vida del ser humano, si no hay

experiencia y encuentro personal con Dios en la vida y testimonio de los

hermanos.

3.3.1. La iglesia como comunidad de fe y amor salvíficos

Nuestra iglesia y nuestra religión no están integradas por “superhéroes”

salvadores de historias asombrosas, no somos los redentores del mundo, ni

hemos de pretender serlo nunca. Somos tan sólo testigos humildes de la

esperanza, la misericordia y la salvación del Dios de la vida, y este testimonio

humilde es justamente el que debe identificarnos frente a los victimarios,

opresores y poderosos de nuestro país (alguno líderes políticos corruptos, bandas

criminales, grupos guerrilleros, paramilitares, narcotraficantes, entre otros).

160

Schillebeeckx, Cristo y los cristianos, Gracia y liberación, 728. 161

Gibellini, La teología del siglo XX, 361.

Page 119: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

118

La oferta salvadora y redentora de Dios, tiene en cuenta principalmente a los que

sufren injustamente, pues, la redención, liberación y salvación que Jesucristo nos

dio, va dirigida con especial predilección, a todo aquel que es víctima del

sufrimiento y el dolor inmerecidos (Lc 5, 31). Pero, a la vez, se dirige a toda

persona que la acepte libremente en su vida. La salvación incluye a la persona

individual y al mismo tiempo a la comunidad o sociedad con la cual vive y

comparte. Este es un aspecto fundamental cuando se habla de la iglesia como

comunidad de fe y amor en la que deben hacerse visibles verdaderos signos de

salvación.

El mundo y todos los seres humanos estamos capacitados para amar y liberar,

porque Dios nos salvó y liberó primero. Si afirmamos que somos obra de la mano

y palabras creadoras de Dios, y esta obra creadora tiene un sentido plenamente

salvífico, quiere decir que nosotros tenemos todas las condiciones y la

responsabilidad de vivir y comunicar a los demás la salvación. Además, si nuestra

iglesia es sacramento universal de salvación (LG, 1), esto significa también que

todos quienes estamos posicionados en la fe cristiana y pertenecemos a la iglesia

universal, estamos libremente movidos y motivados, a ser signo eficaz de

salvación para los demás, especialmente los sufrientes, desprotegidos y

marginados de nuestras regiones, independientemente de su credo, raza, lengua

o condición social.

La iglesia, al ser sacramento de salvación, debe significar en su propia estructura

interna, la salvación cuya realización anuncia. Signo y símbolo de liberación del

ser humano y de la historia, ella misma debe ser en su existencia concreta un

lugar de liberación. Concebir a la iglesia como sacramento de la salvación del

mundo, hace más exigente la obligación de transparentar en sus estructuras

visibles (jerarquía, magisterio, sacramentos, liturgia, entre otras) el mensaje de

que es portadora.162

162

Gutiérrez, Teología de la liberación, Perspectivas, 323.

Page 120: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

119

El significado universal único de Jesús que, según nuestra fe cristiana, afecta a

todos los seres humanos en la determinación de su destino, tiene una mediación

histórica: la asamblea escatológica de los fieles, la “Iglesia de Cristo”. La

mediación entre el significado histórico de Jesús y su significado universal consiste

en la misión histórica de la iglesia en el mundo. La universalidad de Jesucristo, “la

catolicidad” de su iglesia y la misión testimonial (especialmente mediante la praxis

del Reino de Dios), son otros tantos aspectos de una misma realidad de fe, sujeta

siempre a una mediación histórica: nuestro servicio fiel y esperanzador bajo la

guía del espíritu de Cristo. De esta manera, la iglesia, por la fuerza del espíritu de

Jesús, expresa el modo como Dios se ocupa de los seres humanos. La

universalidad del mensaje salvador de Jesús es un quehacer histórico de los

cristianos, gracias a la praxis del Reino de Dios realizada en la iglesia (Jn 17, 3).163

Así entendida, la verdadera Iglesia pueblo de Dios, por su fidelidad al Evangelio de

Jesucristo, debe ser el signo visible de la presencia del Señor en la aspiración por

la liberación, y en la lucha por una sociedad más humana y más justa. Sólo así la

iglesia hará creíble y eficaz el mensaje de amor del que es portadora.164 Por esta

razón, nuestra iglesia colombiana ha de ser la iglesia de los signos proféticos de

amor, humildad, liberación y fraternidad, y en este sentido será fiel a Jesucristo,

pues, ¿qué tenemos que no hayamos recibido de Él? (1 Cor 4, 7). Los pobres, los

marginados, los sufrientes, son pueblo de Dios, y el colectivo necesitado de

liberación (de la corrupción, del dinero, del alcohol, de la injusticia, de la

marginación, del odio, del rencor, del miedo, de la opresión).

Nuestra iglesia, como comunidad integrada por hombres y mujeres de distintos

contextos culturales, debe estar siempre atenta al clamor de las víctimas en cada

lugar. La iglesia no está -ni puede estar- alejada de la realidad, porque la

conformamos hombres y mujeres, pueblo de Dios, que vivimos inmersos en este

mundo y en esta historia, en ambientes y contextos vitales reales. En Colombia

cada región, y por ende, cada iglesia local, tienen determinados contextos de

163

Schillebeeckx, Jesús, historia de un viviente, 629-630. 164

Gutiérrez, Teología de la liberación, Perspectivas, 324.

Page 121: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

120

sufrimiento. Los fieles que viven en los diferentes lugares de nuestro país, no sólo

sufren por causa de la violencia o por el conflicto armado, sino también, por los

problemas medioambientales, explotación a los trabajadores, la corrupción

política, la violencia intrafamiliar, el olvido de las instituciones gubernamentales, la

carencia de condiciones básicas de vida, entre otros. Cada uno de estos factores

de sufrimiento merece la atención especial de la iglesia, y ella debe realizar

acciones eficaces frente a los mismos, de tal forma que sea visiblemente, un

verdadero signo de salvación, caridad y liberación para nuestros hermanos y

hermanas compatriotas.

La iglesia como comunidad de fe y caridad, no puede permanecer callada ante la

opresión, marginación y sufrimiento de tantas víctimas en Colombia. Cada

creyente ha de rechazar y denunciar toda estructura política, social, económica, o

incluso religiosa, que vaya en contra de la dignidad de los colombianos. Frente a

las diferentes formas en que la corrupción se hace visible, en las diferentes

instituciones de nuestro país, los miembros de la iglesia debemos tener una

postura clara que, paralelamente rechace y denuncie a los corruptos, y también se

muestre como un signo de caridad, justicia y liberación. Si bien,

la Iglesia no puede ni debe emprender por cuenta propia la empresa política

de realizar la sociedad más justa posible. No puede ni debe sustituir al

Estado. Tampoco puede ni debe quedarse al margen en la lucha por la

justicia. Debe insertarse en ella a través de la argumentación racional y

debe despertar las fuerzas espirituales, sin las cuales la justicia, que

siempre exige también renuncias, no puede afirmarse ni prosperar. La

sociedad justa no puede ser obra de la Iglesia, sino de la política. No

obstante, le interesa sobremanera trabajar por la justicia esforzándose por

abrir la inteligencia y la voluntad a las exigencias del bien.165

165

Benedicto XVI, Carta encíclica “Deus caritas est”. N° 28a.

Page 122: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

121

En otras palabras, aunque,

la Iglesia no tiene soluciones técnicas que ofrecer y no pretende «de

ninguna manera mezclarse en la política de los Estados». No obstante,

tiene una misión de verdad que cumplir en todo tiempo y circunstancia en

favor de una sociedad a medida del hombre, de su dignidad y de su

vocación…La fidelidad al hombre exige la fidelidad a la verdad, que es la

única garantía de libertad (cf. Jn 8,32) y de la posibilidad de un desarrollo

humano integral.166

Si como iglesia perdemos de vista a las víctimas reales, no aquellas que desde la

teoría intentemos comprender, sino las de carne y hueso de nuestros campos,

pueblos y ciudades de Colombia, si no es por ellas por quienes sentimos

compasión, correremos el riesgo de teorizar de una manera lógica y

gramaticalmente correcta temas como el sufrimiento, la pobreza o la marginación,

pero no el sentimiento y dolor de las víctimas reales, los cuales, por lo demás, son

una experiencia tan particular, extrema y límite, que tal vez no llegaremos nunca a

comprender totalmente, ni siquiera a expresar con palabras exactas aquello que

tal experiencia ha significado, o ha dejado como marca, en cada una de las

víctimas de nuestro país.

3.3.2. Una iglesia que vive la salvación que celebra

Quienes de alguna manera somos representantes de iglesia, los agentes de

pastoral, y fieles cristianos comprometidos, tenemos principalmente la

responsabilidad, y el compromiso libre y voluntario, de entregar nuestro amor,

nuestro servicio y nuestra vida entera, a las demás personas. 167 El Dios de la vida

166

Benedicto XVI, Carta encíclica “Caritas in veritate”. N° 9. 167

Hace cuatro décadas, a propósito de nuestra responsabilidad como evangelizadores, y como responsables

del pastoreo de nuestras comunidades, la Iglesia Latinoamericana había dicho explícitamente que, “a

nosotros, pastores de la Iglesia, nos corresponde educar las conciencias, inspirar, estimular y ayudar a orientar

Page 123: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

122

nos ha dado gratuitamente dones y carismas para comunicar su mensaje de

salvación y liberación, por tanto, es deber nuestro dar a nuestro prójimo de aquello

que hemos recibido, pues, “a quien se le dio mucho, se le reclamará mucho; y a

quien se confió mucho, se le pedirá más” (Lc 12, 48).

Si nos quedamos hablando siempre de la “iglesia” en su término general, y en

abstracto, corremos el riesgo de no situarla y encarnarla en cada uno de nosotros;

y, por tanto, las responsabilidades y las tareas que se pidan en favor del prójimo,

quedarán siempre asignadas a una palabra denominada “iglesia”, en abstracto, y

no a la iglesia que se encarna y se hace visible en cada uno de nosotros con

nombre propio: comunidad de fieles cristianos, diáconos, presbíteros y obispos.

En este sentido, los aportes que brindemos a las víctimas expectantes de

salvación y liberación, la escucha atenta a sus dolores y angustias, la resistencia

cristiana al sufrimiento inmerecido de tantas personas, son tarea y

responsabilidad, principalmente, de quienes de forma libre, hemos optado por ser

guías espirituales y servidores de las comunidades cristianas. Gratis recibimos del

Señor, su amor y la vocación al servicio, y por tanto, nos corresponde dar también

gratis, ese amor y ese servicio a los demás, especialmente a los más necesitados

de ellos (Mt 10, 8).

Creer que Dios existe, no sólo es creer en un Ser superior a nosotros, sino

especialmente creer, por una parte, que Él es el único Señor y Rey de la historia

humana, y por otra parte, afirmar siempre que la existencia de su reinado en la

tierra, y nuestra profesión de fe en Él, significan el rechazo directo y explícito de

toda forma de violencia, injusticia, sufrimiento, miseria o marginación, en cualquier

campo, vereda, pueblo, hogar, familia o región colombianos.

Para tal efecto, la iglesia universal cuenta con diferentes signos y símbolos

salvíficos que se hallan, de manera especial, en los sacramentos y la liturgia, y en

todas las iniciativas que contribuyen a la formación del hombre. Nos corresponde también denunciar todo

aquello que, al ir contra la justicia, destruye la paz.” II Conferencia general del Episcopado Latinoamericano,

Documentos finales de Medellín. Cap. III, N° 20. Septiembre de 1968.

Page 124: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

123

la predicación de la Palabra. La iglesia se vale de la pedagogía litúrgica y

sacramental para mostrar de una forma visible y análoga, aquello que significa la

salvación de Dios en la vida de sus hijos e hijas, y el culto que ellos le rinden y

celebran, como agradecimiento a su amor salvífico. 168 Cada vez que un creyente

recibe un sacramento, o participa en la liturgia, no sólo está celebrando la

presencia de Dios en su vida y en la de sus hermanos(as), sino que además, el

sacramento o el acto litúrgico, le invitan y estimulan a comprometerse

voluntariamente, con el llamado que Dios le está haciendo a asumir una vida más

auténtica en favor del prójimo.

Los diferentes signos, palabras y gestos que contiene un sacramento o una

celebración litúrgica, muestran al creyente, de una manera pedagógica, la acción

salvífica de Dios en su vida, y a la vez, las implicaciones cotidianas que tal acción

le invitan a asumir diariamente consigo mismo y con su comunidad. Los

sacramentos y la liturgia son signos visibles de la acción salvadora y santificadora

de Dios en cada persona que los recibe y celebra, y a la vez, están llenos de

enseñanza, para que el creyente comprenda la respuesta coherente que debe dar

cada día, al haberlos recibido o participar en ellos.

Cristo inspira y promueve la unión, la fraternidad, la misericordia, la caridad y el

servicio, entre la comunidad que se reúne (esta es la fe de la iglesia que está

contenida en los sacramentos, de un modo especial el bautismo y la eucaristía).

Cada celebración litúrgica y sacramental de la iglesia no se realiza como un acto

aislado, apartado de los demás, sino como un contacto íntimo y muy personal

entre Dios y la humanidad, que encierra toda la vida del sujeto, y que se realiza

dentro de una comunidad concreta.

168

Medellín, Cap. IX, N° 2: “La presencia del Misterio de Salvación, mientras la humanidad peregrina hacia

su plena realización en la Parusía del Señor, culmina en la celebración de la liturgia eclesial (SC 8, 12). La

liturgia es acción de Cristo Cabeza y de su Cuerpo que es la Iglesia (SC 7). Contiene, por tanto, la iniciativa

salvadora que viene del Padre por el Verbo y en el Espíritu Santo, y la respuesta de la humanidad en los que

se injertan por la fe y la caridad en el Cristo recapitulador de todas las cosas (Cf. Ef 1, 10). Como quiera que

no vivimos aún en la plenitud del Reino (LG 3, 5), toda celebración litúrgica está esencialmente marcada por

la tensión entre lo que ya es una realidad y lo que aún no se verifica plenamente (SC 8); es imagen de la

Iglesia a la vez santa y necesitada de purificación (LG 8; SC 2); tiene un sentido de gozo y una dolorosa

conciencia del pecado. En una palabra, vive en la esperanza (LG 48; SC 8).”

Page 125: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

124

Diariamente, algunas veces por semana, los domingos, o en algunas ocasiones

especiales, como creyentes nos reunimos para celebrar nuestra fe en comunidad.

No de manera solitaria, sino con los hermanos y hermanas; y esta comunidad, se

supone, debe transparentar la salvación, el perdón, la caridad, la justicia y la paz,

que Dios nos da a manos llenas. La expresión social del culto es para el grupo que

se reúne, movido por la misma fe, principio de unidad del mismo. El uso de los

mismos gestos y de iguales símbolos, como manifestación de los mismos

sentimientos, supone unidad. Los sacramentos son signos y símbolos en los que

se expresa y se comunica la misma acción salvadora de Dios a todos los seres

humanos; aquí no hay distinción, Dios da su gracia y amor salvíficos a todos, sin

exclusividad.

En este orden de ideas, la iglesia tiene en su liturgia y sacramentos, dos maneras

pedagógicas adecuadas para hacer posible y visible la salvación de Dios, y con

ellas, la posibilidad más indicada para luchar contra el sufrimiento y dolor de las

víctimas de nuestros pueblos. Frente a la marginación y la exclusión que sufren

muchas personas, por citar un ejemplo, la iglesia contiene signos comunitarios de

inclusión e igualdad, como sucede con el sacramento de la eucaristía: “la iglesia

vive de la eucaristía” y tiene un fundamento primordial en ella169. Personas de

razas y edades distintas, de estratos sociales o ideologías políticas diferentes, del

campo o de la ciudad, nos reunimos en un mismo lugar, para que todos sin

distinción, comamos de un solo pan, y podamos alabar y dar gracias a nuestro

único Dios y Señor.

En efecto, la Iglesia es ante todo un misterio de comunión católica, pues en

el seno de su comunidad visible por el llamamiento de la Palabra de Dios y

por la gracia de sus sacramentos, particularmente de la Eucaristía, todos

los hombres pueden participar fraternalmente de la común dignidad de hijos

de Dios (LG 9, 32), y todos también, compartir la responsabilidad y el

169

Juan Pablo II, Carta encíclica “Ecclesia de eucharistia”. N° 1.

Page 126: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

125

trabajo para realizar la común misión de dar testimonio del Dios que los

salvó y los hizo hermanos en Cristo (LG 17; AA 3).170

A través de nuestras celebraciones o reuniones comunitarias, podemos mostrar y

pregustar la voluntad salvífica de Dios: Dios quiere un pueblo unido por el amor,

que viva en búsqueda asidua de una nueva humanidad, una comunidad de

hermanos y hermanas, donde cada uno se siente partícipe y miembro verdadero

de una nueva forma de vida en la caridad y en el servicio. La participación en la

fuente del amor une a los cristianos al interior de la iglesia, y por tanto, ha de

encontrar su expresión máxima en la puesta de los dones y carismas recibidos al

servicio de los demás, y en la solidaridad y colaboración de los unos con los otros.

El don de Cristo y de su Espíritu que recibimos en la comunión eucarística

colma con sobrada plenitud los anhelos de unidad fraterna que alberga el

corazón humano y, al mismo tiempo, eleva la experiencia de fraternidad,

propia de la participación común en la misma mesa eucarística, a niveles

que están muy por encima de la simple experiencia convival humana.171

Cuando, por ejemplo, en la eucaristía nos acercamos a una persona a darle la

paz, aun sin conocerla, le estamos expresando con ese gesto simbólico, que ella

es nuestro hermano o hermana, no un enemigo, y que además, le estamos

deseando lo mejor, es decir, “la paz de Dios”. Este gesto sencillo que no haríamos

–ni hacemos- cotidianamente en la calle, en el estudio o en el lugar de trabajo, es

uno de los tantos signos con los cuales puedo mostrar la salvación y el amor real

de Dios a los demás. “A los gérmenes de disgregación entre los hombres, que la

experiencia cotidiana muestra tan arraigada en la humanidad a causa del pecado,

se contrapone la fuerza generadora de unidad del cuerpo de Cristo. La Eucaristía,

construyendo la Iglesia, crea precisamente por ello comunidad entre los

hombres.”172

170

Medellín, Cap. XV, N° 6. 171

Juan Pablo II, Carta encíclica “Ecclesia de eucharistia”, N° 24. 172

Ídem.

Page 127: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

126

Por otra parte, según dijimos, otro medio que tiene la iglesia para comunicar la

salvación y liberación de Dios es la predicación de la Palabra. Como creyentes

nos vemos enfrentados hoy al reto y compromiso de la proclamación de la Palabra

de Dios en medio de una humanidad que va transformándose a diario, y en la que

cada día que pasa, se hace más grande su brecha entre los ricos y los pobres,

una humanidad que afronta no sólo el dolor y horror de la guerra, sino también, las

distintas formas de violencia en el hogar, los colegios, en las pequeñas

comunidades, en los pueblos, las veredas, las regiones y los países.

Como iglesia necesitamos predicar palabras de esperanza, vida y amor que se

encarnen en esta Colombia que sufre. Palabras de vida que trasciendan los límites

de una predicación moralizante, o de una catequesis que se enfoque al

aprendizaje memorístico de las doctrinas de fe que contiene el catecismo. Nuestra

palabra ha de ser un “anuncio real y alegre del Reino de Dios y una denuncia

profética de cuanto contradice las exigencias del Reino.”173 Al respecto, al hablar

de la necesidad de una renovación de la catequesis, las Conclusiones de la II

Conferencia Episcopal Latinoamericana celebrada en Medellín, dicen:

De acuerdo con la teología de la revelación, la catequesis actual debe

asumir totalmente las angustias y esperanzas del hombre de hoy, a fin de

ofrecerle las posibilidades de una liberación plena, las riquezas de una

salvación integral en Cristo, el Señor. Por ello debe ser fiel a la transmisión

del Mensaje bíblico, no solamente en su contenido intelectual, sino también

en su realidad vital encarnada en los hechos de la vida del hombre de

hoy.174

Al dolor y sufrimiento físico y psicológico de las víctimas, o de los victimarios, no

podemos aumentarle un dolor moral con sentimientos de culpa. La resurrección

debe motivarnos a optar por la comunión, la vida y la misericordia. Esto nos

173

Martínez, Domingo de Guzmán, Evangelio viviente, Tomo II, 183. 174

Medellín, Cap. VIII, N° 3, §6.

Page 128: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

127

implica estar estar siempre atentos al clamor de las víctimas, siendo compasivos

con aquellos hermanos y hermanas nuestros que sufren; aun cuando no

comprendamos ni lleguemos a dimensionar por completo los alcances que en la

vida de cada víctima puede tener tal sufrimiento. Nuestra existencia en este país

no puede ser ajena al dolor y sufrimiento de los otros, la vida para cada ser

humano ha de tener y cobrar un sentido que le permita caminar y realizarse como

persona. Existir implica ser responsable de los otros con quienes compartimos el

mismo ambiente y territorio. Por esta razón, predicar una palabra de vida significa

mirar hacia una esperanza nueva, hacia un nuevo horizonte, significa enfrentar y

denunciar la injusticia, incluso con sufrimiento y dolor.

La humanidad actual no necesita predicaciones moralizantes o predictores de

castigo y desgracias, por el contrario, necesita hombres y mujeres seguidores de

Jesús, testigos de Dios y profetas de esperanza (Puebla, 1979). Este es, por

ejemplo, el fundamento principal de todos aquellos que, llamados y elegidos por

Dios (especialmente los patriarcas, los profetas y los apóstoles), tuvieron palabras

de vida para su pueblo, según nos lo atestiguan las Sagradas Escrituras.

La presencia cotidiana y esperanzada de incontables peregrinos nos ha

recordado a los primeros seguidores de Jesucristo que fueron al Jordán,

donde Juan bautizaba, con la esperanza de encontrar al Mesías (cf. Mc 1,

5). Quienes se sintieron atraídos por la sabiduría de sus palabras, por la

bondad de su trato y por el poder de sus milagros, por el asombro inusitado

que despertaba su persona, acogieron el don de la fe y llegaron a ser

discípulos de Jesús. Al salir de las tinieblas y de las sombras de muerte (cf.

Lc 1, 79) su vida adquirió una plenitud extraordinaria: la de haber sido

enriquecida con el don del Padre. Vivieron la historia de su pueblo y de su

tiempo y pasaron por los caminos del Imperio Romano, sin olvidar nunca el

encuentro más importante y decisivo de su vida que los había llenado de

Page 129: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

128

luz, de fuerza y de esperanza: el encuentro con Jesús, su roca, su paz, su

vida.175

Necesitamos por tanto, comunicar el mensaje salvador de Jesucristo, expresado

en palabras inteligibles a los hombres y mujeres de hoy. Pero es necesario,

también, ir más allá de la simple pronunciación de frases con sustantivos, verbos y

adjetivos, gramaticalmente correctas. Nuestras palabras deben ir impregnadas de

vida, a tal punto que, por una parte, muestren nuestra opción personal y radical

por el Reino de Dios, reino de justicia, amor, misericordia y perdón; y por otra,

hagan conscientes a las personas a quienes nos dirijamos, que el hecho de seguir

a Jesucristo implica en nosotros un compromiso por amor, y una responsabilidad

muy grande con aquellos que más lo necesitan -diremos desde el Evangelio, con

nuestro prójimo.

No obstante, no podemos perder de vista que, la salvación cristiana es una oferta

de libre opción: no obliga, invita; no coacciona, promueve. Por esta razón, el

sentido que demos a la predicación de la Palabra, tendrá siempre que ir enfocado

a proclamarla, sin pretender que sea nuestro discurso el que haga “convertir” a

todas aquellas personas a quienes se les predica. Puesto que la salvación es una

obra de Dios, es precisamente Él, a través de su Espíritu, quien moverá el corazón

humano para convertirlo a su Reino.

175

V Conferencia general del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, Documento conclusivo de

Aparecida. Cap I, N° 21. Mayo de 2007.

Page 130: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

129

4. CONCLUSIONES

1. La salvación, redención y liberación cristianas, no parten de un proyecto

humano, o de solas intenciones de emancipación y liberación humanas, sino

que se entienden, en primer lugar, como iniciativa del amor infinito de Dios al

ser humano, y a la vez, como don gratuito, expresado en gracia y liberación

para la humanidad.

En consecuencia, la salvación tampoco es algo que se va “comprando” por

anticipado, por lo menos no en la fe cristiana. La salvación es un don irrestricto

de Dios al ser humano. Por esta razón, cada persona debe responder a Dios, y

a la salvación que Él le regala. El amor de Dios y su iniciativa salvífica

necesariamente han de tener una respuesta de parte del ser humano

coherente a ese amor y don gratuito de la salvación. Cada persona debe amar

a los demás y comunicar la salvación que Dios le ha dado, puesto que Dios le

ha amado primero (1 Jn 4, 10-11), y le ha amado salvándola.

2. La salvación cristiana es salvación del hombre y para el hombre en las distintas

dimensiones que lo integran. Acontece en medio de la humanidad y no fuera

de ella, en medio de los sufrimientos, opresión, injusticia y violencia que

muchos hombres y mujeres de nuestro tiempo padecen. Por esta razón, para

que comience a hacerse visible dicha salvación y liberación de parte de Dios,

todos los creyentes debemos oponernos rotunda y permanentemente a

cualquier signo que vaya en contra de ellas, y además, hemos de buscar

continuamente estrategias que nos permitan vencer el sufrimiento, la

corrupción, la marginación, la pobreza y la opresión que padecen a diario

tantas víctimas en Colombia. Parafraseando a Schillebeeckx, diremos que,

oponerse y resistirse al mal o sufrimiento -no queridos para el ser humano-,

sea cual sea la modalidad que adopten, constituye el presupuesto –si no la

cara oculta- de una auténtica fe en Dios y una confesión sincera de Cristo.176

176

Schillebeeckx, Jesús, historia de un viviente, 580.

Page 131: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

130

Sin embargo, es necesario recordar también, que, desde la perspectiva

cristiana, aquello que se comprende por salvación, liberación y emancipación

del ser humano se da, en la vida histórica y temporal de cada persona,

parcialmente y no en su totalidad, pues, la salvación plena y total sólo tendrá

lugar en un futuro que no es temporal sino escatológico. Asimismo, debe

saberse que no se puede hacer una equivalencia total entre la historia de la

emancipación humana y la historia de la redención que viene de Dios, pero,

tampoco se puede separar esta última de los procesos de autoliberación del

ser humano. La redención cristiana, si bien asume e integra la autoliberación

emancipatoria de los seres humanos, va más allá de esta.

3. Una crítica directa que normalmente se nos hace a los hombres y mujeres

colombianos, es que no hemos asumido de forma responsable nuestra propia

historia, bien porque no la conocemos, o bien, porque nuestra memoria y

conciencia históricas son demasiado reducidas y de fácil olvido para

nosotros.177 Ignoramos nuestra historia, y además, por pretender, algunas

veces, olvidarla u obviarla, no asumimos fácilmente las responsabilidades

históricas de nuestra vida, y de la vida del País.

Muchos de los acontecimientos de dolor y sufrimiento del pueblo colombiano,

las causas y las formas de la violencia o de la corrupción, se pretende

comprender y solucionar sólo en y a partir del presente inmediato. La mayoría

de las veces, al parecer no indagamos la historia que está contenida en cada

acontecimiento y preferimos obviarla, y en el momento de intentar darles

solución, se parte tan sólo del presente inmediato, para que de forma rápida y

también inmediata, se obtengan unos resultados.

La historia de sufrimiento del pueblo colombiano sigue avanzando, y nosotros

al parecer seguimos ignorando que nuestra historia debe ser conocida y

177

Se podría pensar, por ejemplo, en la obra del escritor y literato colombiano Gabriel García Marquéz “Cien

años de soledad”.

Page 132: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

131

asumida. Valga la oportunidad, entonces, para llamar la atención, sobre la

importancia que tiene para el ser humano recordar su propia historia y la de su

comunidad, haciendo memoria de los hechos positivos y negativos que ella

contiene. Pues, en esta historia, con sus luces y sus sombras, Dios actúa y

quiere siempre seguir actuando, según su manera de proceder, es decir, sin

violentar la libertad humana.

4. Nuestra historia colombiana es también historia de salvación, por tanto, ella no

puede continuar siendo una narración de tragedias diarias que camine hacia el

sinsentido, ni tampoco puede ser, por causa de los victimarios, una historia de

condenación. Por el contrario, la memoria histórica y la narración del

sufrimiento de las víctimas deben ser el principio fundamental que muestre

explícitamente que una historia así, con sucesos degradantes e inexpresables,

no es voluntad querida por Dios.

En los acontecimientos diarios de dolor y sufrimiento de las víctimas, son las

voluntades humanas de los victimarios las que actúan y no la acción salvadora

de Dios. Dios no quiere el sufrimiento del ser humano, y tampoco el sufrimiento

en cuanto resulta de nuestra criaturalidad –y la del cosmos total- tiene su

fundamento en Dios. Este es el testimonio de Jesús: su opción radical y

preferente por los pobres, los marginados y los que sufren (Mt 6, 33; 11, 4-5;

Jn 8, 1-11), da cuenta explícita de la oposición directa que Dios tiene ante el

sufrimiento humano.

¡Dios está con el que sufre! La historia de salvación nos enseña que Dios actuó

y actúa en la historia humana liberando del sufrimiento, la marginación y de la

opresión. Por tanto, si hay algo verdaderamente esperanzador para el pueblo

colombiano es que la historia de tantas víctimas, en nuestro país, ha sido

acompañada por Dios deseando siempre que nadie sufra, aunque el dolor y el

sufrimiento no les permitan ver con claridad la acción de Dios en su vida

personal o comunitaria. En esta historia, en este mundo, y en estas realidades

Page 133: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

132

terrenas, comienza, de manera parcial no total, a hacerse presente la salvación

definitiva.

5. La redención cristiana es salvación integral e incluye a toda la persona

humana. Por esto, aunque nos posicionemos aquí, desde una profesión de fe

que es cristiana, es necesario tener presente que no hay salvación para el ser

humano sólo desde su dimensión religiosa. La salvación, como se ha

apreciado en este trabajo, involucra a todas las dimensiones de la persona

humana (política, económica, social, cultural, ecológica).178 Que Jesús sea

nuestro redentor o que él nos haya redimido significa también, análogamente,

que nos salvó y liberó, y esta liberación trae consigo procesos de

emancipación y autoemancipación para los seres humanos, la cual, como ya

he afirmado, tendrá su plenitud en la consumación de los tiempos cuando

Cristo se manifieste, le veamos tal cual es, y sea todo en todos (Col 3, 4.11; 1

Cor 13,12).

6. Cada una de las categorías sobre la salvación cristiana (redención, salvación,

liberación, emancipación y autoliberación emancipadora), analogables entre sí,

son un todo íntegro que permite ser comunicado o compartido a cualquier ser

humano que habite nuestro planeta. Pero, dados los contextos concretos de

cada lugar y cada cultura, es decir, teniendo en cuenta las expectativas y las

experiencias salvíficas de las personas, pues, “las ideas y expectativas de

salvación del hombre están siempre determinadas por la cultura”179; es

necesario que, o bien se haga una explicitación más amplia de algunas más

que de otras, o bien se haga especial énfasis en aquellas que pueden ser más

necesarias de tratar. Siempre y cuando ninguna sea excluida, y al tratar el

tema de la salvación, sean consideradas en su proporción.

178

Schillebeeckx, Los hombres relato de Dios, 27. “Allí donde se pone como absoluto no a Dios mismo sino

a la religión, la ciencia o cualquier otra potencia mundanal, se ensucia, junto con el hombre, también la

“imagen de Dios”: el ecce homo en la cruz y en las muchas cruces que los hombres han levantado hasta ahora

y siguen levantando; así como también el ecce natura en tanto que creación contaminada (en los animales, en

las plantas y en los elementos de la vida).”. 179

Schillebeeckx, Jesús, historia de un viviente, 18.

Page 134: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

133

7. El hecho de que un ser humano (colombiano o latinoamericano) pase de su

condición de marginación, maltrato, injusticia, exclusión, miseria, violencia o

desempleo, a una condición de dignidad humana, justa, incluyente, pacífica,

llena de oportunidades y con la satisfacción y acceso completo a sus

necesidades básicas, puede ser para quien lo viva, una auténtica experiencia

de salvación y redención. Pero, también este tipo de experiencia o hecho

crucial y liberador en su vida, no reduce, ni agota la salvación cristiana. Pues,

si bien ella implica tales procesos de dignificación de la vida humana, también

es cierto que es mucho más que esto; pues, por una parte, toda experiencia

humana de salvación y liberación en la tierra, y en la historia, se da de forma

parcial y no total (sólo en Dios, “cuando le veamos tal cual es” será total); y por

otra parte, los contextos históricos humanos y las realidades varían muchas

veces, en cuanto los seres humanos somos distintos, y como la salvación de

Dios no es voluntad exclusiva sólo para algunos seres humanos, también es

cierto que ella debe apuntar a otras expectativas distintas, de seres humanos

distintos, en otras culturas y realidades humanas del contexto mundial.

Page 135: LA SALVACIÓN CRISTIANA EN EDWARD SCHILLEBEECKX

134

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