lanzate al vacio

Download Lanzate al vacio

If you can't read please download the document

Upload: yaco63

Post on 30-Jun-2015

4.964 views

Category:

Documents


11 download

TRANSCRIPT

Julio Csar Payan de la Roche

Lnzate al vacoSe extendern tus alas

Dilogos sobre sociedad, salud y libertad

LNZATE AL VACO, se extendern tus alas

JULIO CSAR PAYN DE LA ROCHE

Revisin tcnica JAIME PARRA RODRGUEZ Doctor en Educacin Coordinador Lnea de Investigacin en Cognicin y Creatividad Maestra en Educacin Pontificia Universidad Javeriana

San Francisco San Luis Sidney Mngdjm

LNZATE AL VACO, SE EXTENDERN T U S ALAS

No est permitida la reproduccin total o parcial de este libro, ni su tratamiento informtico, ni la transmisin de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrnico, mecnico, por fotocopia, por registro u otros mtodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del Copyright.

DERECHOS RESERVADOS Copyright:...................2000 por JULIO CESAR PAYAN DE LA ROCHE DERECHOS RESERVADOS. Copyright 2000, por McCRAW-HILL INTERAMERICANA. S. A. Avenida de las Amricas, 4641.Santa Fe de Bogot. D.C., Colombia.

Editora: Emma Ariza Herrera Jefe de Produccin: Consuelo E. Ruiz M. 9123456780 ISBN: 958-41-0073-4 Impreso en Colombia Printed in Colombia 2134567890

Se imprimieron 4.600 ejemplares en el mes mayo de 2000 Impreso por: PANAMERICANA FORMAS E IMPRESOS S. A.

Mire lo que estas personas tienen que decir sobre Lnzate al vaci.

"Es una propuesta libertaria que apunta a romper las ataduras impuestas por falsas creencias cientficas que de tanto repetirlas se han convertido en verdades que aprisionan a la humanidad, a los mdicos y a los enfermos. Las concepciones fsicas, biolgicas y sociales se presentan en forma agradable y sencilla para respaldar la necesidad histrica de un cambio de paradigmas que haga del ser humano una fuente de luz y felicidad". Femando Gonzlez Mdico anestesilogo, acupuntor. fundador de las clnicas del dolor Colombia "Plantea que en la singularidad de la diferencia se encuentra la esencia de la libertad en busca de la convivencia social. Es un tratado de tica que se abre al encuentro del amor, donde la persona halla en la salud biolgica el fundamento de su ser en la construccin de su devenir humano". Germn Zabala Matemtico, asesor en educacin de varios gobiernos de Amrica Latina "Un libro que relaciona la medicina, la salud, la fsica, la teora de sistemas y las ciencias sociales, dando fundamentaciones cientficas y filosficas al alcance de todo el mundo. Es muy interesante su enfoque revolucionario de la concepcin de la enfermedad, la curacin y el acto mdico". Alberto Valencia Decano Facultad de Sociologa, Universidad del Valle, Colombia

"Estoy convencida de que el espritu de su obra poco o nada tiene que ver con los limitados espacios de la medicina, de las ciencias sociales, o de la poltica. Las fronteras se van haciendo borrosas a medida que va avanzando en el camino hacia su propia coherencia. Su esencia se resume en slo dos palabras: amor y fe". Sandra Isabel Payan Gmez Mdica, mster en sociologa, Colombia "Denuncia cualquier dogmatismo establecido e invita a romperlo sin caer en nuevos dogmas, llmense estos "alternativos" o "esotricos". El libro, libre de academicismos, fustiga los modelos mdicos y sociales, y propone otras posibilidades siempre teidas de un sano e inteligente anarquismo vital". Vicente Merlo Filsofo espaol, autor de varios libros, profesor universitario "Es un libro que invita a desobedecer las rigideces del viejo pero an vigente pensamiento lineal en el que se fundamenta lo cientfico y lo social, para que surjan redes humanas ms felices que acepten el asombro, la incertidumbre y el fluir de la vida". Oscar Milln G., psiclogo Director regional Fundacin Universitaria Luis Amig. Colombia "Irreverente, esperanzador, contestatario, propositivo, confrontador, anarquista, antiinstitucional, desestabilizador, amoroso, libertario. Invita al doloroso pero alegre ejercicio de pensar por uno mismo". Agustn Angarita Mdico terapeuta neural. politlogo, profesor universitario, Colombia "Esta obra es una afirmacin de la actitud tesonera del autor que con grandeza de corazn y gran dedicacin presenta el ms complejo escrito en su gnero, con una concepcin que honra y dignifica el ejercicio de las medicinas alternativas. Para los odontlogos constituye una visin que ampla nuevas fronteras del conocimiento". Yosette Osorio D., odontloga, Colombia

5

ContenidoPrlogo . 6 Introduccin

9

Captulo 1 - La enfermedad como un propsito vital .. 11 "Hacer" una enfermedad . 12 Encuentros cercanos a otras dimensiones .. 19 Gato por liebre . ...................................................................23 Captulo 2 - L a al te rnati va de l o al te rnati vo .

25

Falsas alternativas. El lobo disfrazado de oveja . 26 La revolucin alternativa 28 Indios, negros, chamanes . 31 Captulo 3 - Nuevos paradigmas

33 Para ver las cosas de otra manera .. 34 Las preguntas y las respuestas estn predeterminadas por nuestras formas de pensar ... 36 Siglo XX, ciencia y alternativas . 42 Feminismo, ecologa y sicologa . 48 Captulo 4 - Sistemas de alta complejidad

51

Lo complejo puede ser simple: aljese del equilibrio .. 52 El caleidoscopio de la complejidad............................................ 54Captulo 5 - Mdicos y enfermos: la quimera de la certidumbre ..

La manipulacin dirige .

la

60 orquesta 61

Captulo 6 - B a s e s d e l a t e r a p i a n e u r a l . 6 7 Aterrizando.............................................................................. ................................................................................................68 Odontologa neurofocal............................................................. ................................................................................................71

Y de la comida qu................................................................... ................................................................................................75 Homotoxicologa . 78 Un nuevo estilo de alimentacin: otra forma de desobediencia vital 79 Slo de pan vive el hombre?.................................................. ................................................................................................82

Ep l ogo: Hi stori a de una transformacin ........................................... 87

Glosario 90Bibliografa 92

7

PrlogoLa luna y el mar tienen una relacin extraa. La luna, cubierta de crteres y con una leve gravedad, envidia la textura del agua y de las estrellas de mar. A veces, los pescadores se quejan al mar por la turbulencia de las mareas, pero desde Galileo sabemos que no hay que clamar al mar sino al astro de la noche: la luna camina y trata de levantar al mar. Quiere llevarlo consigo pero slo lo arrastra por la tierra, en una danza de agua a la que a veces, injustamente, acusamos de las tragedias de los navegantes. Pero la luna no se esconde para evadir su responsabilidad: en las noches descubiertas se posa sobre el mar. acompaada de las estrellas, para que quienes vivimos en la tierra veamos el cielo retratado en el mar y de una sola mirada descubramos el universo entero, y aprendamos que a las estrellas de mar tambin se va en naves espaciales. "Provoca el aleteo de una mariposa en Brasil un tornado de Texas?", se pregunt Edward Lorenz, meteorlogo del MIT. haciendo eco al proverbio chino que dice que el poder de las alas de una mariposa se puede percibir en el otro lado del planeta. Los eventos del mundo, por distantes que sean, guardan relaciones maravillosas que los hacen parte de una unidad universal. A esto lo llaman "efecto mariposa": la luna se roba al mar, un rumor hace caer la bolsa de valores, un electrn se comunica con otro electrn lejano en un "enmaraamiento cuntico" perfecto, el recuerdo de un da en el parque con el abuelo forja nuestra adultez, un domingo de juego con una amante nos convierte en escritores: en fin, una palabra puede cambiar el mundo. Lorenz, a partir de un conjunto de ecuaciones matemticas no lineales, descubri en la atmsfera algo que se cumple con ms fuerza en los humanos: que el potencial para generar las mayores transformaciones posibles est en el detalle y no siempre sometido a las leyes de la obediencia. Una lluvia torrencial puede ser causada por las nfimas variaciones de un viento distante, as como nuestra alegra puede ser causada por el sonido de pasos descalzos en el jardn o por el salto de un pingino en Alaska. El filsofo y antroplogo Gregory Bateson dijo que la mente no est limitada por la piel. Para l, el mundo externo fsico no era ms que una prolongacin de nuestro cuerpo, de nuestro espritu. Bateson localiz la mente en un mundo ms amplio, en un universo ms ambicioso, ms trascendente:

La mente individual es inmanente, pero no slo en el cuerpo. Es inmanente tambin en las vas y mensajes que se dan fuera del cuerpo; y existe una mente ms amplia, de la que la mente individual es slo un subsistema. La mente ms amplia es comparable a Dios, y tal vez sea eso lo que algunas personas llaman "Dios", pero sigue siendo inmanente en el sistema total interconectado y en la ecologa planetaria. Una costumbre obsoleta del legado cartesiano es descuartizar el mundo en pedazos fsicos o en fragmentos mentales, afectivos o espirituales. Nos rompemos en tantos pedazos que es difcil encontrar uno para situar la conciencia. La podemos situar en el cerebro, pero este

tambin est separado en compartimentos y fragmentos de compartimentos. Segn Franz Gall. fundador de la frenologa, en la base del crneo est el rgano de la amorosidad; ms arriba, el rgano de la lucha; al frente, en el lado izquierdo, el rgano de la alegra y en un punto cercano, la risa. Pueden imaginar que el amor est en la base del crneo y no entre las personas? El universo est tan dividido y desconectado que es muy fcil ignorar dnde estamos. Bateson se queja de ese mundo roto en trozos. La neurocognicin modular y en redes, la matemtica de fractales y de turbulencias, las teoras de sistemas dinmicos en la biologa y en la sociedad, las teoras cunticas, con todas sus paradojas, tambin se quejan de la tosquedad del nfasis en la operacin aritmtica de la "divisin" y no en la operacin en teora de conjuntos de la "unin". No slo hemos olvidado nuestra relacin profunda con los astros o con las plantas sino tambin con los vecinos y el corazn. Separamos la mente del cuerpo: para la primera, los manicomios; para el segundo, los hospitales. Para Bateson: "Lo monstruoso es intentar separar el intelecto de las emociones, y considero que es igualmente monstruoso intentar separar la mente externa de la interna. O separar la mente del cuerpo". El poeta ingls William Blake, quien creo una mitologa habitada por seres divinos en extraas uniones msticas en las que el cielo y el infierno eran cercanos, deca: "una lgrima es una emocin intelectual". Con esa fragmentacin abusiva, con ese reduccionismo enfermo, el cuerpo y el espritu son lastimados por el modelo mdico ortodoxo. No solo somos ciegos a la belleza natural del universo sino que hacemos de nuestro cuerpo un planeta distante de nuestra conciencia. Entregamos cada parte de nuestro cuerpo y de nuestro espritu a alguien extrao que nos puede tocar y cortar, que nos observa en la materia fecal y en la sangre, y que predice la buena suerte -si hay droga para la curacin- y la mala, si no la hay. Fritjof Capra, en El punto crucial, deca: "Al concentrarse en fragmentos cada vez ms pequeos del cuerpo humano, la medicina moderna suele perder de vista la humanidad del paciente y, al reducir la salud a una funcin mecnica, pierde la capacidad de tratar con el fenmeno de la curacin". "Lo malo "el ojo es que siempre mira pa' afuera y nunca pa' dentro", me deca Jacinto, un campesino, cuando me hablaba de la violencia en su regin. Muchos enfoques cientficos y mdicos, con visiones desintegra-doras del ser humano, separaron al observador de sus observaciones para evitar la paradoja del observador que se observa a s mismo y al mismo tiempo, crearon problemas ticos humanos referidos a la responsabilidad social. Todos sabemos lo espantoso que es un tic nervioso, nos vemos impotentes, nuestra voluntad no funciona, nuestro cuerpo hace algo que no queremos que haga. Con la adiccin, nuestro cuerpo sucumbe a la necesidad de una sustancia, perdemos la voluntad, nos resignamos y avanzamos hacia la muerte creyendo reparar con el alcohol o la droga los conflictos que surgen en la sobriedad. Y as, como a veces estamos presos de un tic incontrolable o de una adiccin, nuestra conciencia, por obra de la institucionalizacin o de la estupidez, se escuda en la obediencia banal, y pierde la fuerza para darnos alegra o asumir con sabidura la tragedia.

9

Sucumbe nuestro espritu, nos roban nuestro cuerpo y nuestro universo: entregamos nuestro cuerpo a la institucin mdica y farmacutica, nuestra mente a la escuela, nuestra dignidad a la empresa o al Estado, nuestro corazn a la esposa o al esposo. Si mi cuerpo no es mo, si entrego mi espritu, a quin voy a proteger?, cmo ser maestro, curandero, cuidador o mdico del otro, si mi alma no me pertenece? Tal vez peor que ser enfermo sea ser mdico. El poeta alejandrino Konstantino Kavafis nos hace una bella recomendacin:

Y si no puedes hacer tu vida como quieras al menos intenta esto tanto como puedas: no la envilezcas en demasiados contactos con la gente, en demasiados trajines y conversaciones. No la envilezcas llevndola y trayndola a menudo por todas partes y exponindola a la diaria locura de las compaas y las relaciones hasta que se vuelva fastidiosa como una extraa.

El libro del mdico Julio Csar Payn trata de un mono macaco, de un mico nmero cien que lav patatas y, en un acto armnico, en un acto coordinado con el universo, transmiti su sabidura a la comunidad de macacos del otro lado del mar; Payn nos habla de la comunicacin entre los rboles, nos llama la atencin sobre una ecologa de la naturaleza y de las ideas, nos muestra al hombre y a la mujer que en un acto universal y humano se hacen cmplices del universo, y entre ellos mismos. Este es un libro sobre la conciencia universal, sobre una quintaesencia, sobre una nueva dimensin. En l se habla sobre la salud, las agujas brillantes de la terapia neural, los conceptos y valores de la ciencia contempornea, la necesidad de asumir nuestra responsabilidad humana con nosotros mismos y con el otro, y, seguramente, por ello en algunas personas causar una necesaria incomodidad. Pero ojo, el autor tambin llama la atencin sobre los pseudocuradores que utilizan las esperanzas de la gente y el vocablo "alternativo" para alimentar su vanidad y sus almas bancarias. Porque el asunto no es simplemente de agujas y de hierbas, de nuevos vocablos, lo que est en juego es mucho ms: la conciencia de ser en el universo. Bohumil Hrabal, un novelista checo, escribi en su hermoso libro Quin soy yo:

Nunca ni en sueos se me hubiera ocurrido desear o intentar cambiar los acontecimientos polticos que me ha tocado vivir. Nunca he deseado cambiar ni el lenguaje ni el mundo, y si he citado a Marx, o a Rimbaud, o a Mallarm, fue siempre porque deseaba cambiar lo que tena a mi alcance, esto es a m mismo.

Si despus de leerlo somos los mismos, hemos recorrido en vano la historia. El libro del mdico Payn hay que tenerlo cerca, en la mesa de noche o en la almohada de quien ms queremos y, por supuesto, hay que llevarlo a un consultorio del servicio de la seguridad social para saber qu esperamos cuando buscamos atencin mdica. Las pginas del libro transitan

por la fsica, por la biologa, por la filosofa, por Bateson, por Morn, por Einstein, por Dosch, por Speransky, por Blake, por Juan Matus, por el indio, el brujo o el yerbatero, pero no importa quines sean, estn all para hacer cosquillas a nuestra conciencia universal y llenar de caricias nuestros cuerpos, que son preferibles a los antidepresivos o a las inyecciones. El libro de Payn me hizo recordar las palabras de Bohumil, el escritor obrero, que colocaba su mesita y su mquina de escribir sobre los techos de Praga para estar ms cerca de un ngel y recibir la inspiracin: "Quisiera alcanzar el cielo para, una vez all, poder decir algo de m mismo, soy aquel...". Jaime Parra Rodrguez

11

IntroduccinQuerido lector o lectora: Con este libro usted podr sonrer, subrayarlo, estar de acuerdo o disentir pero, especialmente, preguntarse por usted mismo: Hace usted su camino, o lo hacen por usted? Vive usted su propia realidad, ola

que otros le

muestran? En la calle le preguntan para dnde va, o para dnde lo llevan? Piensa usted, o piensan por usted? Vive para s mismo, o para los dems? Y as, muchos otros interrogantes. En fin, se trata de ser y pensar por s mismos. El libro estimula la accin libre, tica y moral que universal. Eso s. No espere recetarios para ser sano y libre, ni parmetros para encasillarlo o "normalizarlo"; sencillamente el libro ello ledar bases lo nos

permite vivir sanos y en comunidad terrenal y

llevar de la mano, a manera de dilogo, por los caminos de la indagacin crtica. Paray prejuicios,

que le permitan romper viejos paradigmase n f e r m e d a des

y poder as poner

en

duda las mal

llamadas leyes "naturales" o

incurables.

Con ayuda de los avances cientficos contemporneos alcanzados por la fsica cuntica, la termodinmica, la teora del caos, l a ciberntica, los sistemas complejos alejados del equilibrio y la neurobiologa, el libro pone en cuestin el paradigma cientfico y social que acuna y sostiene el modelo mdico ortodoxo actual. En sus pginas encontrar ideas no habituales que incluso cuestionarn su propia forma de ver la vida. En esos momentos usted podr sentirse incmodo, pero si no se deja amilanar, quiz encuentre la posibilidad de reencantar su realidad y, por supuesto, el mundo, su mundo. El libro lo introduce en el discurso de lo llamado alternativo (palabra que tambin cuestiona), en donde se topar con una realidad enorme, invisible, misteriosa, mgica, chamnica, llena de colores y matices que seguramente usted no haba sospechado. Tambin le muestra el mundo de la heterodoxia en lo social, lo poltico, lo vital, lo cotidiano y, obviamente, en lo mdico. Pero sus pginas lo alertarn, una y otra vez, sobre el peligro de simplemente trasladar de lugar el pensamiento ortodoxo, esto es, de ver en lo alternativo o heterodoxo nicamente las tcnicas y no verdaderas concepciones que pueden revolucionar su vida. Existe un pensamiento oficial disfrazado de rebelde, de alternativo, que nos venden todos los das. Pero lo que el libro propone es una verdadera posibilidad de transformacin que lo invita a preguntar, a ser libre, a la irreverencia y a la desobediencia vital. Entre estos retos, contradicciones y dudas que el libro propone tambin va sembrada una semilla de esperanza, que constantemente invoca nuestras posibilidades y potencialidades como seres integrales, constituyentes del universo, pero sin caer en el antropocentrismo tan en moda actualmente. Muestra que en todos nosotros, en cada una de nuestras clulas hay una memoria csmica que tambin puede encontrarse en todos los seres vivos de la naturaleza. As es como invita a crear una nueva tica universal en contra de la tica antropocntrica reinante en la actualidad. El libro promulga la idea de una conciencia universal que abre la posibilidad de concebir una unidad compleja y dialgica de todos los integrantes vivos del Universo, que hace que todos seamos a la vez ritmo y baile, cielo y suelo, mar, viento y velero, energa y materia, onda y partcula y, en fin, permite ser al mismo tiempo varias cosas aparentemente contradictorias: fenmeno que se explica si comprendemos que somos singularidades emergentes de una red creadora. De esta manera, en sus pgi-

12nas se reivindica la fe, la confianza, la autodeterminacin y la autogestin de los seres vivos dentrode

un aparente caos determinista universal. As pues, si usted est alerta, aprender a "enritmarse" (ser parte y todo a la vez, observador y observado en una sola unidad) con ese caos y a entender sus significados y dar nuevos significados a la vida misma. Por otras y estas razones, este no es un libro de crecimiento personal, como se han estilado casi siempre; ms bien lo impulsa a lanzarse al vaco para que le salgan alas mientras cae. Es un constante acicate al crecimiento personal, segn las libertades y posibilidades que se permita cada uno de ustedes. Tal como lo escribi el poeta Apollinaire:

Acercaos al abismo, les dijo. Tenemos miedo, respondieron. Acercaos al abismo, les dijo. Se acercaron. l los empuj... y salieron volando. Cuando el libro plantea la crisis del actual paradigma, crisis que se refleja en todos los campos, reta al lector o lectora a buscar y a hacer nuevos caminos. An ms, invita a seguir el camino que tiene corazn. As termina y as lo deja claro en sus ltimos renglones. En cuanto a los aspectos cientficos, el libro cuestiona la ciencia desde la ciencia (es cientficamente anticientfico) para estimularnos a pensar libremente. Y despus de una concienzuda crtica al actual modelo mdico, presenta todas las posibilidades de los mtodos y las medicinas alternativas, los relaciona con concepciones esotricas, prcticas indgenas y avances cientficos y demuestra que lo que hemos llamado "alternativo" y "creencias primitivas" tiene ahora, frente a los ltimos avances cientficos, toda la validez del mundo. Tambin muestra cmo principios hermticos continan presentes a lo largo de los siglos. Igualmente pone en evidencia las fracturas de la actual concepcin de lo humano en todos los campos, reta al lector a buscar y a hacer nuevos caminos. An ms, invita a seguir aquel camino que tiene corazn. En el aspecto de la salud abre todas las potencialidades de autocuracin que tenemos los humanos. Reivindica la fe y revive la importancia del mdico interior al mejor estilo hipocrtico. La ciencia, la salud y la libertad se mezclan en beneficio del ser humano y le permiten romper las barras de la celda en que lo sumen los conocimientos que lo llenan de prejuicios y de imposibilidades. El libro est escrito en forma de dilogo, ya que recopila muchas preguntas formuladas en varias conferencias por mdicos y pblico en general. Este dilogo fue dirigido en gran parte por la comunicadora social Adalgiza Charria Quintero, quien me impuls con su amor, buenos consejos y bravatas, siempre bienvenidas, a escribirlo. Quedaron muchas preguntas por hacer y 'an ms', muchas por contestar pues uno de los fines del libro es permitir que usted se haga muchas preguntas aunque no tenga las respuestas: as reivindica el doloroso derecho a pensar. El aporte del libro a cuestiones cientficas, sociales, biolgicas, polticas y mdicas es que invita, como es la caracterstica del pensamiento sistmico-complejo (que no es sinnimo de complicado), a hacer una relectura no slo de la parte mdica, sino a relacionar todo el pensamiento alternativo con las diferentes actividades del ser humano en la vida diaria. Su concepcin es producto de la experiencia de muchas personas en el campo mdico y tambin comunitario, poltico y social, que han permitido integrar una serie de actividades que tienen un comn

13denominador: el ser humano. Desde Colombia, con su realidad mgica, su biodiversidad y su fuerza se presenta al mundo una visin de relaciones y de posibilidades que permiten una lectura diferente de la vida y una recreacin de lo que hemos llamado realidad Julio Csar Payn

XV i

Captulo 1

Lo enfermedad como un propsito vital...Y si la enfermedad tuviese otros significados? Si mente y cuerpo fueran inseparables? Aceptar estas preguntas e intentar dar sus respuestas es el reto que se asume en este captulo. Las llamadas medicinas alternativas no son slo una tcnica sino que implican una propuesta filosfica que hace valer, desde enfoques cientficos alternativos, ideas que pueden modificar conceptos de salud y enfermedad y transformar las prcticas mdicas habituales.

"Hacer" una enfermedadQu es la enfermedad para la medicina alternativa? Desde el punto de vista alternativo, la enfermedad no es un estado que se pueda separar del proceso vital total del individuo, as que para hablar de la enfermedad tenemos que referirnos a muchos componentes psquicos y culturales, entre ellos los mitos y las creencias. Por ejemplo, segn nuestras creencias religiosas nacemos con el pecado original, el cual no nos podemos quitar nosotros mismos; aparece entonces la Iglesia como un poder que, a travs de sus representantes nos lo quita, liberndonos. Desde ese momento quedamos signados con la maldicin del no poder, no poder hacer uno mismo las cosas ms vitales. Siempre, ante las dificultades de nuestro destino, tiene que llegar un poder, casi siempre institucionalizado para liberarnos de los peligros de un mundo que nos acecha y que est fuera de nosotros, que nos invade y que nos causa males y dolores. Le tememos al mundo, pero a pesar de esto nos insisten en que debemos cuidarlo y no destruirlo, lo cual es un contrasentido y una de las razones para que la ecologa motive a muy pocos. El ser humano va por la vida con un sello impuesto de incapacidad e impotencia: todos nos vamos convirtiendo en seres pasivos, pacientes, y cada da la sociedad y sus instituciones nos va tornando ms incapaces. Antes, por ejemplo, el nio aprenda sus primeras letras de la mano de la abuela, o de la ta o de sus padres; ahora la presin se dirige a llevar al chico desde muy pequeo al jardn escolar,

XV i

donde lo absorbe el poder de la educacin y el de la enseanza que lo domestica para ponerlo a su servicio y para que repita muy bien la leccin aprendida. El autoaprendizaje slo se acepta si es dirigido por un "video", de los que ya hay bastantes ejemplos en la calle.

Ahora veo. Es otra manera de entender la enfermedad... As es. La enfermedad puede tener diversos significados: el modelo mdico convencional por ejemplo, la reconoce desde un punto de vista meramente biolgico; para l la enfermedad representa una alteracin de un orden preestablecido, es salirse de un modelo o patrn, de una uniformidad. Enfermo es aquel que no es igual o que no se comporta como lo establece la norma estadstica. A esta desviacin de la norma se le buscan y se le atribuyen causas externas como microbios, contaminantes, virus, alteraciones genticas, etc.. que actan como causa inmediata. Se confunde as el estar en la norma con el estar sano, y no se aceptan estados individuales de salud. sta es la visin imperante en nuestra cultura y es la que justifica todo el accionar y la parafernalia mdica ortodoxa que se ensea en las escuelas oficiales de medicina; que adems considera secundarios los significados culturales, sociales, polticos o religiosos, es decir los ms humanos, los cuales deja en manos de otras disciplinas del saber. Pero la enfermedad es adems la forma como un organismo total (unin de mente y cuerpo, tundidos en un solo ser) expresa la necesidad de adaptarse flexiblemente a

circunstancias biolgicas, polticas, culturales, ambientales, emocionales, etctera. As pues, desde el punto de vista de lo que se ha llamado lo alternativo, la enfermedad es diferente. El organismo hace, l hace, un fenmeno llamado enfermedad, como parte de un proceso adaptativo frente a sus diferentes ambientes o medios (cultural, social, biolgico, etc.). No podemos seguir, como se ha hecho hasta ahora, escindiendo al ser humano; l es el que unifica o sintetiza todas las posibles causas o lecturas y es ese ser total el que hace una enfermedad. Enfermedad, entonces, no es lo contrario de la salud sino el proceso vital por el cual ese ser, compuesto de mente y cuerpo como unidad, busca y mantiene la armona con l mismo y con su entorno. Desde esta perspectiva la enfermedad se interpreta como un suceso vital, como un proceso adaptativo individual, y no como algo externo al organismo mismo; podramos afirmar que es la forma como un organismo soluciona sus conflictos en un momento dado. Lgicamente la funcin del mdico y la tarea del enfermo es buscar las causas del conflicto y de ninguna manera se pueden contentar con slo acallar la forma como el ser lo est expresando. Entonces las infecciones, las bacterias o los virus son expresiones de ese conflicto, no las causas de l.

Entonces, en el modelo mdico tradicional, es como si el mdico "supiera" de antemano cmo debe funcionar mi organismo y ante cualquier alteracin usa su poder para hacerme retomar a

XV i

la norma generalizada? Cuando una persona siente que algo no marcha bien, le entrega el cuerpo al poder mdico sanitario institucionalizado para que l lo "normalice" o normativice nuevamente con pastillas, bistur, agujas u otras medidas y trate de arreglar las diferentes partes, como en un juego mecnico de ajustes de piones, igual que en el caso del pecado original, depende de un poder externo para que lo reoriente, lo dirija y lo encajone en el modelo previamente establecido por el mismo poder. Cuando el individuo se enferma debe acudir al poder mdico, y as como antes el poder religioso lo liber del pecado original, ahora el poder mdico lo normativizar y lo liberar de sus males, a los cuales buscar explicaciones desde su propio punto de vista. Los mdicos seramos como viejos caballeros andantes rescatando enfermos para que vuelvan a la norma, a lo sano, a la uniformidad, para que encuadren en sus modelos y estadsticas. Actuamos como normativizadores del ser humano desde el punto de vista biolgico, y no tenemos en cuenta, insisto, las causas primarias; por eso cada vez la gente se enferma ms y de nuevas enfermedades, y cada vez sigue buscando soluciones meramente externas a sus conflictos.

Se presenta un juego de poderes? Claro, sanitario, todos esos poderes social, -religioso, familiar, escolar, poltico,

gregario profesional, de clase social etc.- se controlan y se manipulan entre s con peligrosa complicidad. ser humano. En este ejercicio de mutua manipulacin resulta una sola vctima: el propio

El poder mdico le dice al poder religioso cmo debe comportarse para considerarlo sano; el poder religioso le dice al mdico-sanitario cul es el Dios verdadero, la forma de comunicarse con l y las reglas que hay que seguir para alcanzarlo eternamente; a estos dos, el poder social poltico les da las reglas de la convivencia y les marca el verdadero camino de la gobernabilidad. A su vez, los poderes mdico y religioso le marcan pautas al poder poltico, y as indefinidamente en un juego que nos atrapa y nos convierte a todos en seres pasivos, esposa, paciente. Es como la metfora de la caverna de Platn, de gran utilidad recordarla, ya que all se toca la nocin de realidad. Es el dilogo entre Scrates y Glauco en el libro VII de La Repblica de los Dilogos de Platn. Scrates dice: Glauco, prstame tu odo, escucha lo que tengo para decirte: represntate a unos hombres encerrados en una especie de vivienda subterrnea en forma de caverna, cuya entrada, abierta a la luz, se extiende en toda su longitud. All, desde su infancia, los hombres estn encadenados por el cuello y por las piernas, de suerte que permanecen inmviles y slo pueden ver les objetos que tienen delante, pues las cadenas les impiden volver la cabeza. Detrs de ellos, a cierta distancia y altura, hay un fuego cuyo resplandor los alumbra, y entre ese fuego y los cautivos se alza una tapia. Figrate, adems, a lo largo de la tapia, a unos hombres que llevan objetos de manipuladores-manipulados: padre-hijo, jefe-empleado, esposomdico-

XV i

toda clase y que se elevan por encima de ella, objetos que representan, en piedra o madera, figuras de hombres y animales y de mil formas diferentes, podrn ver otra cosa que no sea su sombra? Qu ms pueden ver? Y si pudieran hablar entre s, no juzgas que consideraran objetos reales las sombras que vieran? Necesariamente. Considera ahora lo que naturalmente le sucedera si a uno de esos cautivos lo libran de sus cadenas y se le obliga a ponerse sbitamente de pie, volver la cabeza, caminar,mirar

la luz. Qu habra

de responder, entonces, si se le dijera que momentos antes slo vea vanas sombras y que ahora goza de una visin verdadera? No piensas que quedara perplejo y que aquello que antes vea habra de parecerle ms verdadero que lo que ahora se le muestra? Y en caso de que se lo arrancara por fuerza de la caverna y no se le soltara hasta sacarlo a la luz del sol necesitara acostumbrarse para ver los objetos de la regin superior. Por ltimo creo yo, podra fijar su vista en el sol y sera capaz de contemplarlo, no slo en las aguas o en otras superficies que lo reflejaran sino tal cual es, y all donde verdaderamente se encuentra. Necesariamente, dijo Glauco. Despus de lo cual, reflexionando sobre el sol, llegar a la conclusin de que ste gobierna todo en el mundo visible y que, de una manera u otra, es la causa de

cuanto vea en la caverna... Y ahora considera lo siguiente: Supongamos que ese hombre desciende a la caverna y va a sentarse en su antiguo lugar. Si cuando su vista se halla todava nublada, antes de que sus ojos se adapten a la oscuridad tuviera que competir con los que continuaron encadenados, dando su opinin sobre aquellas sombras, no se expondra a que se rieran de l? Si alguien ensayara libertarlos y conducirlos a la regin de la luz, y ellos pudieran apoderarse de l y matarlo, es que no lo mataran? Con toda seguridad, dijo Glauco.

Despus de leer este pasaje me pregunto: ser verdad que en la tierra de los ciegos el tuerto es rey, o ser que lo matan? Ser verdad que el ridculo que produce risa est tan alejado de otra realidad?

Cmo afecta ese juego de poderes la visin de enfermedad? El poder mdico o conocimiento mdico tiene unas pautas y unos modelos especficos de lo que es ser sano. Para l, sano es aquel que se acomoda a dichos modelos ya establecidos, a esa uniformidad, a esas normas; a veces no importa que el paciente no se sienta mal, lo importante es la norma, y si no est dentro de ella se le clasifica como enfermo. Incluso, si la persona se siente mal pero en esas mismas pautas no encuentran clasificable la causa y mal, se le considera como un enfermo imaginario, un "histrico" como lo

XV i

llaman despectivamente. La medicina trata siempre no slo de llevar al enfermo a la norma, sino de mantenerlo dentro de ella; para esto hay tratamientos de por vida y mucha vigilancia del sistema sanitario. Pero como la normativizacin es forzada y externa, cada vez ser ms difcil mantener a la gente dentro de la norma, as que cada da harn falta ms vigilantesmdicos que sean guardianes de la perfecta salud, y cada vez la humanidad buscar formas ms sofisticadas para salirse de las normas impuestas. Aparecern entonces nuevas enfermedades que, dentro de esta lgica, conllevarn a la necesidad de nuevos mecanismos de control (ms drogas, ms mdicos, ms normatividad. aparataje ms sofisticado) para domesticar a los nuevos descarriados. Es un crculo vicioso de nunca acabar. Adems de las ganancias econmicas y las implicaciones sociopolticas que esta concepcin y el sistema han montado. Despus de someterlo a sus parmetros, el poder sanitario califica al individuo como sano; as que en este caso la medicina se convierte en juez, parte y poder: lleva todas las de ganar y eso sin hablar, repito, de los vnculos con la gran industria farmacutica que acta como ltigo de "adaptacin a las normas. Todo calza entonces perfectamente y se produce una sensacin de aparente armona, realidad y verdad.

Esto quiere decir que la enfermedad debe involucrar tambin lo religioso, lo social, lo cultural, lo econmico, lo poltico, hasta lo csmico? S. Desde los tiempos ms antiguos, los pueblos han utilizado la enfermedad como

simbologa de castigo a violaciones de leyes o preceptos. Desde el punto de vista biolgico, y teniendo en cuenta que vemos el entorno como una amenaza que nos invade, la medicina dice que a la persona "le da" cncer, gripa, sida, artritis, etc., es decir que las cosas vienen desde fuera hacia dentro, que somos receptores pasivos, pacientes de hechos o fenmenos externos a nosotros, por tanto siempre necesitaramos un poder que nos libere de todo mal y peligro... Desde el punto de vista alternativo, nosotros pensamos que el enfermo hace una enfermedad, lo cual cambia radicalmente la lectura de las cosas. Aqu de l. Todos y cada uno de los rganos, los tejidos y las clulas del ser humano tienen una forma de conciencia intrnseca, como partes y como todo. Esta forma de conciencia es la que en determinado momento hace que un rgano cualquiera sepa que tiene que hacer una inflamacin, o un fenmeno llamado enfermedad para que, de esa manera, como evento fundamental de un conjunto, genere un determinado tono y orden del todo. Nuevos descubrimientos en neurobiologa respaldan esta teora del conocimiento ya que se han encontrado receptores de informacin nerviosa, neuropptidos nerviosa y es neurorreceptores la que lleva (la el informacin aparece un concepto rector: el del conocimiento, ya que para, hacer algo se requiere

conocimiento de todo el organismo) en casi todos los rganos, hasta en la sangre, lo que conforma un gran tejido o red de informacin (complejidad), no slo de las partes del organismo entre s sino con el mundo exterior, pues el sistema nervioso es el que nos mantiene en intercambio e interaccin con

XV i

el mundo externo, tanto lejano como cercano. Como decan los antiguos, es el todo en la parte y la parte en el todo, siendo el todo algo ms que la suma de las partes. Tenemos que recordar que el todo no est tan solo en la parte de manera morfolgica, sino en forma de conocimiento, de conciencia o de principio formativo. As que, en un determinado momento, como fenmeno adaptativo y haciendo honor al conocimiento total, el ser humano puede optar por una posibilidad: la enfermedad. Por ella, con ella y a travs de ella podr mantener un orden propio que lo reoriente hacia su propia armona. Cuando un mdico comienza a trabajar sustentado en la lgica de que es el organismo el que hace una enfermedad, y comienza a verla ya no como un enemigo al que hay que atacar y destruir porque saca al hombre de la uniformidad, sino como una manifestacin adaptativa del ser humano vivo, el tratamiento no se dirige contra la enfermedad, sino a favor del ser humano como un todo (no hay enfermedades sino enfermos) para estimular sus funciones adaptativas y su elasticidad para que surja en l un orden diferente que no vuelva necesaria la enfermedad como una solucin a sus conflictos. Esto es lo que buscan los tratamientos realmente alternativos. De esta manera, en lo alternativo no hay diagnsticos de enfermedades sino procesos vitales con los cuales mdico y enfermo interactan, y el mdico no puede ejercer un poder vertical y uniformante sobre el paciente, sino que tendr que estimular procesos de autocuracin y de autoor-denamiento. Lo que para el ortodoxo es un paciente, para el alternativo es un ser humano que en ese momento se llama enfermo o enferma, con

el que hay que interactuar estimulando la aparicin o el surgimiento de un orden propio que ya no haga necesaria la presencia de la enfermedad. Lo que es alternativo no es la herramienta o el mtodo, sino la concepcin misma.

Esto es verdaderamente alternativo! Estas afirmaciones pueden sonar a blasfemia para !a ortodoxia, pero para nosotros es una realidad con la que nos encontramos todos los das en nuestro trabajo, al ver las cosas con otra racionalidad y con otra lgica. Dnde est la verdad es otro problema; creo que la verdad no est, ni la tiene, ni es propiedad de una u otra concepcin. No olvidemos la racionalidad del brujo, del tewalla, del chamn, del negro, del curandero, del homepata, etc. La verdad es tan profunda que va mucho ms all de la construccin de la "realidad", que al fin y al cabo no es ms que el producto de nuestras propias racionalidades, necesidades, fetiches, creaciones y lecturas de los fenmenos que ocurren a nuestro alrededor. Cuando decimos que el ser humano hace una enfermedad o incorpora a su proceso vital un aparente descarro que llamamos enfermedad, podemos pensar que. por una parte, une en s mismo, en un proceso de sntesis, todos los factores de enfermedad de que hemos hablado: culturales, biolgicos, sociales, csmicos, etc.: aqu ya tenemos un factor de integracin total, algo que nos acerca a lo holstico. a lo integral. Por otra parte, esta connotacin de hacer una enfermedad conlleva un poder. Volvemos a la importancia de recuperar el poder que tiene el organismo de ser activo. No es que la enfermedad

XV i

le d a alguien, que le llegue desde fuera; es que l tiene el conocimiento y el poder para hacerla, y as como tiene el poder para hacerla tiene desde luego, ej poder, la fuerza o el conocimiento para desaparecerla, modificarla o modularla cuando encuentre un nuevo orden que no la haga necesaria.

Entonces, en este contexto de lo alternativo, cmo sera la relacin mdico-enfermo? No es ni siquiera que el mdico transfiera al organismo el poder de curarse, es que tiene que reconocer ese poder y aprender a trabajar en solidaridad y de la mano con l; es la tica que debe acompaar el acto mdico. Mientras que el aparato sanitario ortodoxo ejerce un poder impositivo: "Yo s lo que usted necesita", en la visin alternativa se tiene que dialogar con ese otro poder inteligente que es el ser del paciente, que en este caso ya no es paciente sino actuante. As, la relacin mdico-enfermo pasa de ser una relacin de poder a una de solidaridad, de reconocimiento de saberes, de respeto; dira que es entonces una relacin profundamente amorosa. Mientras que en la objetividad del actuar ortodoxo reina el conocimiento cientfico preestablecido, el anlisis, el recetario que "normaliza" y el poder vertical, en lo alternativo, adems del necesario conocimiento, como es saber poner la aguja, los lmites de lo posible, etc., se impone tambin el sentimiento. Si pensamos otro poco, ya no hay mdico y paciente, objetividad o sea, y observador y observado, sino un sujeto objetivado,

interactuar de seres humanos. Es una relacin

solidaria, pero ms profunda an, sin objeto y sujeto; son ambos actuando. Se rompe esa dualidad o bipolaridad de la objetividad que es una de las bases de nuestra racionalidad actual: el mdico mira objetiva y analticamente al paciente, la ciencia a la hiptesis, el socilogo a la sociedad, el historiador a la vida, y as ad infinitum, prejuicio este que ya la misma fsica destruy -en el principio de incertidumbre de Heissenberg-, cuando demostr que el observador interacta con lo observado.

En trminos generales, usted est planteando un organismo o un ser con poder, con conocimiento, con capacidad de tomar su rumbo, de decidir, algo as como un organismo sabio? Claro que s; y an ms, la enfermedad vista as es un proceso de aprendizaje y de experiencia del ser. tanto del enfermo como del mdico, tambin es un ser humano que crece con el otro: es un crecimiento mutuo. Vemoslo as: con el proceso de enfermedad recuperacin el enfermo aprende, gana experiencia y conocimiento: y el que gana en experiencia y aprende, es ms sabio; y el que gana en sabidura trasciende. Cuando lo que se hace es ejercer un poder externo para quitar una enfermedad, como si fuera el pecado original, no se gana experiencia, no se gana sabidura, no trasciende, y a toda hora se tiene que andar con el bastn del vademcum o del recetario, se vuelve dependiente... as andamos casi todos.

Es, como decan los chinos, que si un hombre tiene hambre y uno le. regala un pescado le quita el hambre slo por un da, pero que si le ensea a

XV i

pescar se la quitar por toda la vida? Esa es la idea.

Usted dice que cuando un organismo hace una enfermedad sintetiza en ella todas las causas y los significados culturales, biolgicos, religiosos, etc. Qu impulsa al organismo a hacer una enfermedad? Qu habr detrs de esto, qu puede haber ms all de hacer una enfermedad? En los trabajos de muchos mdicos, socilogos, antroplogos, poetas, filsofos y humanistas en general, podemos encontrar pistas al respecto, ya que la solucin es bien compleja, es ms, creo que al final de cuentas no existe una nica respuesta. Heinz von Foster, en Las semillas de la ciberntica1, lo plantea y resume muy bien cuando dice que los sistemas vivos como el ser humano tienen una teleologa que es la creencia en que los fenmenos naturales estn determinados no solamente por causas mecnicas sino por un designio general presente en la naturaleza. Pues bien, esta teleologa o propsito, en el caso del ser humano, no se conoce. Uno sabe para qu sirve un vaso o un saco, incluso un portero de ftbol, pero nunca sabe cul es el propsito o la teleologa de un ser humano. Lo cierto es que la tiene y para cumplirla hace lo que se llama endocausalidad o sea que toma todas las cosas que lo perturban, bien sea desde el interior o desde el exterior, las modifica, hace sntesis, hace una endocausalidad y las utiliza para cumplir su teleologa o su propsito. Esto es algo que trabajan muy bien los investigadores en ciberntica social.

Para cumplir su propsito es que el ser humano hace la enfermedad? Si. Estamos acostumbrados a ver las causas de las cosas de una manera de pasado a presente: A es causa de B: B a su vez, de C; C de D: D de E, y as ms o menos en hechos sucesivos: esto es, segn Aristteles, una causa eficiente. Pero hay la llamada causa final aristotlica, que implicaun

propsito, que sera una causa que acta desde el futuro (yo hago esto porque busco o voy para...), es un nivel diferente a la causa desde el pasado. El problema es que la teleologa en el ser humano es desconocida, es decir, no sabemos nada de su futuro, de su destino o propsito y la verdad, tampoco sabemos nada de su pasado... Por esto algo importante es aceptar tambin nuestra ignorancia y hacer a un lado la soberbia del que cree que tiene o debe tener una explicacin para todo. Las abuelas decan que "la ignorancia es atrevida"... fjese que a veces se pone una bata de ciencia y se pasea por todos los lugares. Es algo as como un determinismo? Las teleologas en el caso de los seres del universo no son individuales sino que estn todas relacionadas entre s. Por eso no se trata de un determinismo individual; pues dentro de ese1 Heinz von Foster, Las semillas de la ciberntica, Barcelona, Gedisa, 1991.

aparente

determinismo donde

se

juega

una

gran

complejidad

aparecen

propiedades

emergentes, as como ocurre con los sistemas de alta complejidad. Se podra decir que todos estamos unidos por una teleologa universal. Tal vez los poetas lo vean ms claro, pues cuando la racionalidad se torna insuficiente, la metfora es el camino. No puedo dar una respuesta ms precisa,

XV i

estamos ante el misterio del ser humano.

Qu pasa con las epidemias? Lo colectivo es ms que la suma de las individualidades, as que una epidemia es un fenmeno colectivo de enfermedad en el que un grupo social reclama atencin social, poltica, econmica, del Estado, o de cualquier otra ndole. Si el sistema sanitario convencional lo supiera interpretar, vera la epidemia como un indicador o una forma social de encarar un conflicto. No es el vibrin colrico el que produce el clera y la diarrea, son las condiciones sociales las que le dan validez, as como son las condiciones sociales, polticasy filosficas las que dan validez al modelo mdico. En el tratamiento individual del enfermo de una epidemia tambin son vlidas las medicinas alternativas, acompaadas de medidas sociales y polticas; pero con visiones tambin alternativas, pues recordemos que en la sociologa y en las dems ciencias humanas tambin se estn dando visiones diferentes al a romper las planteadas tradicionalmente clasificaciones,

objetividades, diagnsticos y causalidades lineales o la tendencia a biologizar lo social.

Parece lgico lo que dice, pero romper el dualismo observador-observado es muy difcil de llevar a la prctica... S, los cambios no son fciles, y adems de lo planteado, de aqu se desprende otra ruptura ms fuerte como es terminar con la divisin de mente y cuerpo que es una invencin de Descartes

para tratar de entender al ser. El ser es un todo, no es mente y cuerpo por separado, o los dos interactuando; es mente y cuerpo al mismo tiempo y en todo momento, como parte integral del universo. Aqu est el concepto holstico ecolgico de las medicinas alternativas. Solo cuando uno lleva esta concepcin a la prctica tiene la fuerza para hacer cosas alternativas, de resto no hace ms que caer en la misma trampa de la racionalidad lineal objetiva del esquema deductivo causaefecto. Muchas corrientes actuales sustentan, por

ejemplo, que uno hace un cncer porque tiene un resentimiento, o porque es vengativo o envidioso, y se dan, desde lo emocional o lo mental, una serie de causalidades lineales y hasta, objetivas por las cuales se pudo haber hecho la gente. Cul es su opinin al respecto? Mientras sigamos pensando en mente y cuerpo por separado y en causalidades lineales, no se cambia nada; as aceptemos que las enfermedades tambin se producen en la mente. La ortodoxia ha hablado de enfermedades psicosomticas, es decir, reconoce que la mente acta sobre el cuerpo. Poco a poco se ha ido reconociendo que toda enfermedad tiene ambos componentes y que a raz de estados de estrs, tristezas, tensiones, alegras extremas, cambios de hbitos y una larga lista de estados emocionales, se alteran los mecanismos de defensa y se pueden producir gran cantidad de alteraciones en la persona. Surge entonces la idea de encarar las enfermedades tambin desde lo emocional o lo mental, pero se sigue sin ver al ser total, holstico. la enfermdedad, esto genera mucha culpabilidad en

XV i

Se contina en la linealidad de buscar el binomio causa-efecto, en la objetividad ramplona y en la bsqueda de causas culpabilizadoras; al fin y al cabo la culpa es otra manera de manipular y dominar; ahora la culpa ya no es slo de la bacteria o el virus, sino tambin de la mente. Una visin alternativa de la medicina no sigue este tipo de raciocinios, ya que la enfermedad adquiere otros significados. En el caso del cncer hay investigadores como los esposos Simonton que han trabajado la parte mental y corporal o somtica. Ellos someten al paciente a tratamientos tradicionales de ciruga, radioterapia o quimioterapia pero tambin a ejercicios mentales; sin embargo, ellos han observado que: Algo muy frecuente entre mis pacientes es que estn aterrorizados cuando despus de un tratamiento acertado y reuniones de visualizacin (mental) se les dice que no queda resto de su enfermedad. Esto es muy comn, pacientes estn aterrorizados! que Cuando haban exploramos esta situacin con nuestros descubrimos reconocido haber desarrollado el tumor por alguna razn y lo utilizaban como muletas en la vida. Ahora, de pronto, se les comunica que el tumor haba desaparecido sin que lo hubieran reemplazado por otro instrumento. Eso supone una gran prdida. Sufren una recada y ste es un episodio2 Citado por R Capra, Sabidura inslita 2a. ed., Barcelona, Kairos, 1994.

sumamente tras-tornador. Se han repetido a s mismos: si me libero del cncer estar bien. Ahora lo han logrado y se sienten peor que antes. De modo que no hay

ninguna esperanza. Eran desgraciados con el cncer y lo son an ms sin l. No les gustaba vivir con el cncer y todava les gusta menos vivir despus de deshacerse de l2.

Esto ocurre, creo yo, porque adems de pensar en tratamientos para la mente y el cuerpo separadamente, estn tratando la enfermedad, el cncer, el diagnstico y sus factores causales segn ellos mentales y corporales, y no al enfermo, como tal. No se debe tratar el cncer sino al enfermo, para que encuentre su propio orden y camino y, como consecuencia de este nuevo orden, pueda que el cncer ya no sea necesario para l.

No se puede seguir pensando en luchas contra la enfermedad, o contra el cncer, o contra la muerte, se tiene que pensar en luchas por procesos vitales. La muerte tambin es un proceso vital, para m la muerte no es el fin ni la derrota. Los Simonton dicen que a sus pacientes no les gustaba vivir, ni con ni sin el cncer, lo hicieron porque precisamente no les gustaba vivir. Esto muestra que hay casos en que la persona no se muere porque se enferma, sino que se enferma para poder morirse; eso puede ser parte de la teleologa. Volviendo a la pregunta, si yo me siento culpable o derrotado, el bastn que utiliza mi ser total para sobrellevar esa derrota es el cncer; y no se me debe culpabilizar, pues es mi manera particular de adaptarme a esa misma culpabilizacin, es mi manera de encarar ese conflicto; hay que ir ms all y permitir el

XV i

autoperdn, la automisericordia. Pero como esa no es la nica causa, pues ya sabemos que el proceso es holstico, total, universal, acausal -caractersticas de los sistemas de alta complejidad y el ser humano es de alta complejidad-, tenemos que retomar la idea de interactuar con el ser y darle nimo y fuerza para que l retome un nuevo orden particular, singular pero interdependiente, con todo el universo, en el que a lo mejor no sea necesario el cncer o cualquier enfermedad, llmese como se llame. As de simple puede ser la cuestin.

Entonces, hay esperanzas? S, muchas. Incluso, yo he visto que los enfermos graves que ms se curan son los incrdulos los que no tienen fe... no tienen fe en los diagnsticos catastrficos que les ha impuesto el sistema mdico! Tambin he visto que los mdicos que mas curan son aquellos que no se dejan amedrentar por ese mismo diagnstico. Tengo un amigo en Mxico que se llama Armin Reimers, dos largos metros de ternura mide l. Hace muchos aos comenz a trabajar con acupuntura, no era mdico; me cuenta que le llegaban enfermas con diagnsticos catastrficos como lupus. Como l no saba qu significaba ese nombre, les pona sus agujas y la gente se curaba o se mejoraba. Pero ante la persecucin de que fue objeto por parte de la institucin mdica, Armin tuvo que estudiar medicina y sacar su ttulo de mdico. Y ocurri que cuando las enfermas le decan que tenan lupus, como ya saba que eso era catastrfico, se asustaba, y perdi entonces la alegra de ver las curaciones que antes vea; alegra que recuper cuando perdi la fe en lo que le haban enseado en la academia. Recordemos que si

uno no est alerta, los smbolos y los ritos tambin enferman y matan. Esto no quiere decir que curamos con ignorancia y con desconocimiento; ya he dicho que conocimiento y sentimiento van de la mano.

Encuentros cercanos a otras dimensionesCmo es esto de la sabidura y la trascendencia de que usted habla? Podemos estar seguros de sus afirmaciones o son nicamente teoras y ejercicios del pensamiento? Comencemos por la segunda pregunta. No tenemos en estos momentos una mquina, un examen, una estadstica que apoye desde el positivismo (el positivismo cartesiano acepta como real slo lo que se puede medir y pesar) mis afirmaciones, adems, no es necesario, ya que forma parte del cambio de paradigmas, pero no se puede negar que es un pensamiento con bases y es muy coherente. En la visin clsica, la ciencia se basa en la certeza, la busca y se la cree, algo es verdadero o falso, pero no puede ser verdadero y falso al mismo tiempo pues se desconocera el principio de no contradiccin o del tercero excluso y se llegara a una paradoja (algo que es verdadero y falso simultneamente). Este ha sido uno de los postulados bsicos cartesianos. Pero cuando llega la fsica de las partculas atmicas y subatmicas, que es la llamada fsica cuntica, encontramos que uno de sus postulados bsicos es el "principio de la incertidumbre'', mejor llamado de indeterminismo de Heisenberg. en el cual se plantea la imposibilidad de realizar mediciones simultaneas

XV i

de la posicin y la velocidad en el momento de una partcula. En otras palabras, de realizar mediciones exactas de un fenme-no fsico atmico, ya que el observador afecta lo observado con sus regis-tros e instrumentos. Hay interaccin entre lo observado y el observador. Por otro lado, la dualidad ondapartcula, postulada en un primer momento por el Licenciado en historia Louis de Broglie y complementada por otros fsicos como Bohr, Schrndinger, Thomson y Davisson, plantea que el electrn es partcula (materia) y onda (energa) al mismo tiempo. Es una de las cuestiones ms revolucionarias de este siglo, hace tambalear el principio de certeza del que ha querido hacer gala el paradigma racional cientfico. La dualidad onda-partcula apoya el principio de que se es mente y cuerpo al mismo tiempo, o sea que se es ser total. Nuestros compo-nentes ms ntimos o primarios son los tomos y sistemas cunticos. As que s es un ejercicio de pensamiento no comprobable con los mtodos actuales, pero que yo lo veo funcionar todos los das con los enfermos y muchos otros lo han visto desde hace siglos.

Pero existe alguna forma de dimensionar estas realidades? Se las puede dimensionar, pero no dentro de las cuatro dimensiones que manejamos actualmente. Por ejemplo, si usted ve algunos grabados de la Edad Media, notar que se dibujaba ms grande al seor feudal o al dueo del castillo y al siervo ms pequeo: era la perspectiva de esa poca, mientras ms importante, ms grande en el dibujo. Luego, cuando los artistas, la esttica,

descubren la dimensin de la perspectiva, de la profundidad, la visin no representa ms grande al amo y ms pequeo al subdito, pues ya todo depende del lugar que ocupen en el espacio y en la profundidad; cuando apareci otra dimensin, la perspectiva -no se la inventaron los artistas, sencillamente all estaba, pero polticamente no interesaba que se viera pues era mejor que los amos aparecieran ms grandes que los subditos-, se volvi patente una manera diferente de ver las cosas y de restarles preponderancia a los amos. Como deca el mstico y poeta William Blake: "Yo no veo con mis ojos sino a travs de ellos". No se cree porque se ve, se ve porque se cree. Actualmente manejamos o aceptamos tres dimensiones espaciales y una cuarta que es el tiempo. Einstein postul un continuo espaciotemporal en el que estas cuatro dimensiones hacen parte indiferenciada del todo de un fenmeno. Manejamos cuatro dimensiones, pero el movimiento del electrn se describe en trminos de una multiplicidad de dimensiones referidas al espacio, al tiempo, a la energa etc. Vemos pues que esto de slo cuatro dimensiones no es tan absoluto: compararse las restantes mundos dimensiones paralelos pueden o con con

"realidades aparte", como deca el indio don Juan Matus, el maestro en los relatos de Carlos Castaeda. Planteamos que tenemos que abrir paso a una quinta dimensin que se puede llamar la dimensin de la conciencia universal. Tendramos, entonces, largo, ancho, profundidad. tiempo y conciencia que originan una concepcin diferente de la relacin mente-cuerpo.

XV i

Cmo es esa dimensin de la conciencia? Es algo como la fuerza, el principio o la posibilidad que integra, permite o produce la integracin y la interaccin en un mbito muy especial, inteligente, armnico, coordinado de todos los seres del universo, tanto en su propia singularidad como en lo colectivo. Esta conciencia la vemos o sentimos a travs de sus manifestaciones, an no la conocemos en su esencia, es inmanente a los seres vitales. Hay muchos experimentos que apoyan esta idea de una conciencia universal como el relatado por Edgard Morin1 en el artculo "La nocin de sujeto": Hace poco se descubri que hay una comunicacin entre los rboles de una misma conviene especie. que En sea una un experiencia cientfico realizada por cientficos sdicos (como experimentador) se quitaron todas las hojas a un rbol para ver cmo se comportaba. El rbol reaccion de un modo previsible, es decir, empez a segregar savia ms intensamente para reemplazar rpidamente las hojas que le haban sacado; y tambin segreg una sustancia que lo protega contra los parsitos. El rbol haba comprendido muy bien que un parsito lo haba atacado, slo que crea, pobre!, que se trataba de un insecto. No saba que era el mayor de los parsitos, el ser humano. Pero lo interesante es que los rboles vecinos de la misma especie empezaron a segregar la misma sustancia

antiparasitaria que el rbol agredido. Tambin es conocido el experimento relatado en "El centesimo mono", de Ken Keyes Jr. aparecido en la obra del bilogo Lyan Watson, Lifetide, publicada en 1979: El mono macaca fuscata fue observado en su estado salvaje durante un perodo de ms de treinta aos. En 1952, en la isla Koshima, los cient-fieos empezaron a proporcionarles a los monos patatas dulces, que dejaban caer en la arena. A los monos les gust el sabor de aquellas patatas dulces y crudas, pero hallaban poco grata la arena. Una hembra de 18 meses de edad, llamada Imo, vio que poda solucionar el problema lavando las patatas en el ocano. Le ense el truco a su madre. Sus compaeros de juego tambin aprendieron este nuevo mtodo y tambin se lo ensearon Esta a sus respectivas madres. innovacin

cultural fue aprendida gradualmente por varios monos ante la mirada de los cientficos. Entre 1952 y 1958, todos los monos jvenes aprendieron a lavar las patatas dulces para que fuesen ms sabrosas. Slo los adultos que imitaron a sus hijos aprendieron esta mejora social. Otros adultos continuaron comiendo las patatas dulces sucias de arena. Entonces, sucedi algo asombroso. En el otoo de 1958, cierto nmero de monos lavaba sus patatas dulces... si bien se desconoce el nmero exacto de ellos. Supongamos que cuando el sol sali una maana, haba 99

XV i

monos en la isla Koshima que ya haban aprendido a lavar las patatas dulces. Supongamos tambin que aquella maana, el mono nmero 100 aprendi a lavar las patatas. y entonces sucedi! Aquella tarde, todos los monos de la tribu lavaron sus patatas antes de comerlas. La suma de energa de aquel centesimo mono cre, en cierto modo, una masa crtica y a travs de ella, una eclosin ideolgica!

Pero, lo ms sorprendente observado por los cientficos es que la costumbre de lavar las patatas dulces cruz espontneamente el mar... Las colonias de monos de otras islas y el grupo continental de monos de Takasakiyama empezaron tambin a lavar sus patatas dulces! Aunque el nmero exacto puede variar, el fenmeno del centesimo mono significa que cuando un nmero limitado de personas conoce un nuevo mtodo, slo es propiedad consciente de tales personas; pero existe un punto en el que con una persona ms que se sintonice con el nuevo conocimiento, ste llega a todo el mundo!4.

Podramos decir que el mono nmero cien permiti que aflorara la quinta dimensin. El experimento mental de Einstein Podosky Rosen, complementado con los resultados empricos de los experimentos de Clauser y Aspect, que tambin ilustran este asunto de la quinta dimensin, consiste en que dos electrones que han sido gemelos en un tomo se aceleran y en el momento en que se cambia el giro (spin) de

uno. simultneamente se altera el giro del otro, no importa a cuntos aos luz de distancia est; en trminos de la teora cuntica se dice que las dos partculas estn en un estado de enmaraamiento mutuo. Hay una especie de conciencia universal que une a los electrones o los comunica simultneamente, como ocurre con los arboles y monos, y con otras muchas cosas: es la quinta dimensin planteada, ni ms ni menos importante que las cuatro conocidas o acepta-das hasta ahora. En las culturas indgenas se aprecia mucho esto, yo no creo que sea conocimiento primitivo o 'mgico", creo que es una realidad que nosotros no queremos ver, como no queran ver los seores feudales la dimensin de la perspectiva. Aristteles clasific; Galileo. Descartes, Newton, Bacon y Comte cuan-tificaron y dijeron que slo era real lo cuantificable; Einstein y la termodi-nmica aadieron la flecha del tiempo; la fsica cuntica y la teora de sistemas integraron.3

Fried Schniyman, Nuevos paradigmas, cultura y subjetividad, Buenos Aires, Paidos.

Pienso que el siguiente paso es la cualificacin, el valor de lo no rnedible, de lo subjetivo; eso sera el puesto de la quinta dimensin. Morris Berman en El reencantamiento del mundo habla de una conciencia participativa.

En la prctica diaria, cmo siente o vive esa conciencia universal? En la mejora de los enfermos. A la ortodoxia le interesa que al enfermo se le quite eso que llaman enfermedad, que para nosotros no es ms que un sntoma. Nosotros buscamos ver no slo la desaparicin de esos sntomas sino tambin cambios en el aspecto mental; el enfermo se torna ms optimista, de mejor nimo. Para m eso es un

XV i

reflejo tanto de la trascendencia como de la conciencia a la que me refiero. Sin embargo, en un orden social y econmico establecido, la enfermedad tambin tiene una dimensin poltica, no es bienvenida y hay que quitarla, borrarla, hay que solucionarla de alguna manera porque la persona o el ser total, como usted dice, debe producir. Hay un rgimen, un modelo de produccin donde no se permite la enfermedad; estamos atrapados en un modelo social y de desarrollo que casi no permite la lectura que usted plantea. Esto tiene que ver con lo que llamamos el modelo mdico. Como he dicho, se requieren cambios en lo poltico, lo social y lo cultural para que esta visin tenga acogida. Por eso es riesgoso comparar sistemas mdicos de diferentes culturas, pues todo sistema mdico es producto de una historia y slo puede existir en cierto contexto ambiental, poltico y cultural, muchas veces al servicio de intereses econmicos y, en fin. dentro de un sistema total que lo valida. En la medida en que cambien esos contextos tambin lo har el modelo mdico, que se modificar como consecuencia del cambio de esas influencias econmicas, polticas o filosficas. No nos hagamos ilusiones, el modelo mdico se adapta a las condiciones imperantes, est al servicio de estos intereses, no es una parte aislada de lo dems. La verdad triste y dolorosa es que el antiguo grito "Slo cambiando el sistema habr salud para el pueblo" tiene toda su validez, Pero no est nada claro a qu otro sistema se quiere llegar; puede ser ms inhumano y hegemnico que el actual. En los siglos XVII, XVIII y XIX se realiz

una gran revolucin del pensamiento, era la poca de Descartes. Newton, Hume y Comte y todos aquellos pensadores que sentaron las bases del paradigma del pensamiento cientfico y social del momento. Pero fue slo en el siglo XX con la revolucin industrial capitalista que ese pensamiento tuvo aplicabilidad prctica, que se pudo ejecutar, y se encontr que comparar al hombre con una mquina era rentable. Cuando se vio que el pensamiento s serva a intereses econmicos, tom fuerza y validez el modelo cartesiano y all lleg el modelo mdico actual, como resultado, acomodndose a esos cambios econmicos, polticos y del pensamiento, ponindose adems al servicio de ellos. El modelo mdico no es ni tan puro ni tan casto, ni est aislado de las realidades polticas. Esto lo deberan analizar los mdicos y todo el personal de salud; si ellos no lo saben, no lo piensan y no lo vuelven consciente y de discusin diaria, la blusa blanca se convierte en la encubridora y justificadora de las injusticias sociales; yo creo que sta es una de las realidades ms tristes en estos tiempos. El sistema sanitario actual est hecho para un modelo especfico de desarrollo, para que el ser produzca para una sociedad de consumo. Como deca el yerno de Marx, las cosas estn hechas para que los trabajadores laboren horas extras haciendo cosas que los mismos trabajadores comprarn con lo que ganarn laborando horas extras. As mismo, con ese modelo de desarrollo se hacen vas y transportes ms rpidos para que el trabajador vaya ms rpido a vender su plusvala. Y aun ms triste, muchas de esas obras las paga el mismo obrero en forma de impuestos, y l mismo las aplaude como "progreso"; es otra

XV i

cara de lo que es ser manipulador-manipulado. Por eso la visin que planteamos tiene connotaciones polticas, sociales, econmicas, culturales; es un planteamiento comprometido con4 Tomado de "Actualidades administrativas". No. 37, Ecopetrol, dirigida por Alberto Merlano Alcocer, .dministrador vicepresidente, Bogot, julio de 1992.

la lucha social. El sistema de seguridad social est hecho para mantener al trabajador a un nivel de produccin, por eso el afiliado nunca estar contento con l, por eso tampoco estos planteamientos pueden tener mucha divulgacin, pues se vuelven subversivos, por eso an nos falta mucho camino por recorrer para llegar al mono nmero cien.

Gato por liebreAhora est de moda hablar del autocuidado de la salud; dira que hay un culto a la salud al cuerpo Qu opina usted? Que el autocuidado, la autorreceta, las promotoras de salud, las citologas, el control prenatal, las vacunaciones masivas, etc., no son ms que parte del mismo discurso; es el discurso reciclndose. A la gente ya le entregaron el modelo mdico de salud preestablecido, y ahora tiene que mirarlo como el ideal y autodomesticarse; como el esclavo que se coloca sus propias cadenas, ahora la gente misma se ha convertido en su propia carcelera. Por desgracia las seudomedicinas alternativas tambin han cado en el mismo juego, hay agujas y brebajes milagrosos para todo: para tener un buen cuerpo, para tener buenos pensamientos, para alejar las malas energas, para limpiar el aura, para airear el cuerpo astral, para hacerle el quite al karma. Como se ve, en la seudoalternativa tambin

hay un mercado persa de estupideces y un neoliberalismo del alma. Yo dira que sos no son heterodoxos o alternativos, son sencillamente ortodoxos camuflados de heterodoxos, pues su concepcin no ha cambiado. Como decan los abuelos: "la mona aunque la vistan de seda, mona se queda". Qu es lo realmente alternativo que se le puede brindar a la gente para que piense o trabaje por su salud? Debemos aprender a pensar, a no dejarnos meter gato por liebre; hay que estimular cambios en el pensamiento, darle a la gente herramientas para que entienda que todos cabemos en este universo, para que no se deje manipular, para que respete al diferente y no caiga en dogmas, para que no busque quin le llene las expectativas malsanas. Hay que hacer un trabajo educativo desde el sentipensar. Esto no es fcil, pero si se mira alrededor se nota que poco a poco se estn dando cambios, a veces sin que nos demos cuenta y a veces a pesar de nosotros mismos. No es slo el qu hacer sino tambin el cmo ser. Hay grandes escritores que durante sus perodos de fiebre escribieron sus grandes obras, Thomas Mann por ejemplo; como si la enfermedad hubiera sido un momento de reposo y de autoencuentro... No solo Thomas Mann; nuestros abuelos, nuestros padres, los indgenas, los negros tienen otras miradas de la enfermedad, como una forma de socializarse, o de reencontrarse consigo mismo. Recuerde los sudores, los remedios de aquella ta media bruja, cuya foto est en el viejo lbum familiar, y que a veces mostramos con orgullo.

XV i

Ellos se curaban, trascendan, se reencontraban; porque trascender es tambin autoencontrarse. Actualmente a la persona la curan y la ponen a producir rpidamente. Si uno es capaz de mirar las cosas desde otro ngulo comienza a ver diferente y ms claramente la sabidura; entiende que los abuelos vivan mejor su proceso de enfermedad. Quiero aclarar que trascender no es como escalar las gradas del xito; tampoco la nica forma de trascender es enfermndose. No hay que caer en dogmas ni verdades inamovibles. Cuando se habla de enfermedad aparece la sombra de la muerte, por tanto todos queremos curamos para vivir bien y no morirnos... Es cierto, y volvemos la enfermedad como un fenmeno cultural. En nuestra cultura la muerte representa ruptura, dolor, juicio; adems todos quisiramos ser inmortales, es ms, hay gente que se ha suicidado en busca de la inmortalidad. Goethe planteaba que la diferencia entre una muerte plcida y tranquila y una muerte horrible, como de perros, estaba en encontrarse con un buen mdico. Lgicamente no comparto esa muestra de veneracin casi religiosa por el sistema sanitario, lo cual refleja el fetiche de los mdicos a la hora de la muerte. Creo que a esa hora puede ser ms til una mano amiga que un fonendoscopio examinndonos las entraas. Por eso tambin se cae la razn de ser de esos feos calabozos llamados unidades de cuidados intensivos, cuya funcin se ha magnificado, y que son los peores lugares para morir. En el imaginario popular, el mdico abraza a una chica con una mano y con la otra rechaza la

muerte; en los pueblos an se ve ese cuadro; es la lucha constante contra la muerte, lucha que de entrada est perdida, pero que siempre est presente en todas las enfermedades. En nuestra cultura nos hemos acostumbrado a ver la enfermedad como un paso hacia la muerte; pero podemos cambiar el cuadro y pensar que uno no se muere porque se enferma, sino que se enferma porque se tiene que morir; recordemos las observaciones de los Simonton. Muchos de los enfermos que van a una consulta van enfermos de miedo y llenos de culpas; a veces basta con explicarles la enfermedad como un hecho vital y se producen muy buenos cambios, pues es el miedo mismo el que les impide curarse.

Qu

piensa

la

gente

sobre

su

propia

enfermedad? Cul es su experiencia al respecto? Aunque parezca mentira -y paradjicamente con la moda del autocuidado de la salud-, la gente ya ni en su enfermedad piensa. El aparato mdico ha enajenado el cuerpo; hace muchos aos que el cuerpo ya no nos pertenece, se apropi de l la ciencia mdica y cada rgano lo tiene algn especialista; la gente ya en vez de hablar de su tero o de su prstata, habla de su gineclogo o de su urlogo. Cada vez que yo le pregunto a un enfermo qu opina de su enfermedad, no responde lo que l cree, sino: "el mdico me ha dicho...". Lo primero que se debe hacer es que la gente rescate su cuerpo, pues cuando lo hace y es consciente de l, comienza un verdadero proceso de curacin.

Pero la muerte tambin est enajenada, quien se

XV i

estar apropiando de ella? Ahora abundan mdicos especialistas en enfermedades terminales y en ayudar al buen morir, lo cual me parece que debe ser funcin de toda la raza humana; ya le deca que puede ayudar a un buen morir ms un beso que un aparato de cuidados intensivos. Adems, ese mercado de la muerte no es accesible a todo el mundo; en algunos casos despide ese olorcito a dinero que al fin, no deja morir tranquilo a nadie.

Captulo 2

La alternativa de lo alternativoAntiguos saberes no solamente griegos-, como los esenios, los rabes, los egipcios, los chinos, los hindes, y culturas como las de los indios americanos, negros africanos o lamas tibetanos, han hablado siempre de la indivisibilidad del hombre mismo y de ste con su entorno. Los occidentales tomamos el camino de dividir, escindir, disecar o especializar no slo al ser humano, sino a todo el universo. Al optar por ese camino no aceptamos el universo de la unidad, que sigue existiendo como un mundo paralelo, aunque no lo reconozcamos sino que lo negamos y definimos como irracional, primitivo o esotrico, y a las culturas y saberes que asi lo conciben las llamamos primitivas, atrasadas o mgicas. De esta manera, defendemos nuestros conceptos de desarrollo y progreso. Cuando se plantea la necesidad de ver al ser humano de otra manera, necesariamente tenemos que volver los ojos a esas otras visiones, a esas "realidades aparte", como las llam Don Juan Matus.

XV i

Falsas alternativas. El lobo disfrazado de ovejaPor qu usted es tan crtico frente a la medicina ortodoxa? Cuando yo era ortodoxo miraba la ortodoxia con ojos muy crticos; ejerca como mdico ortodoxo, pero ya tena compromisos sociales y polticos. Pienso que cualquier accionar mdico debe ir unido a compromisos sociales y polticos, pues la medicina tiene que ver con el hombre mismo; por eso. para m, debe ser un ejercicio humanstico por excelencia. Pero muchos mdicos cubren su conciencia con la bata blanca, as que, de una u otra manera, conscientemente o no, se tornan en ejecutores de polticas sociales y sanitarias que golpean inmisericordemente al hombre; ejercen su poder omnmodo, domestican, deciden quin puede o no vender paletas, quin puede o no manejar un coche, quin puede o no vivir en comunidad: restringen las libertades. Piense por ejemplo en los hospitales, las crceles psiquitricas, etc., y todo esto con frecuencia lo ponen al servicio de polticas inhumanas. A veces puede uno caer en utopas. Soy consciente de eso, pero lo que hoy es utpico, es decir, u (sin), topos (lugar), maana puede tener su lugar. Entonces las medicinas alternativas seran la opcin? En la dcada de los aos setenta se reuni en Alma Ata, antigua Unin de Repblicas Socialistas Soviticas, la Organizacin Mundial de la Salud (OMS), rectora de los sistemas mdicos oficialmente aceptados, o sea, los que se llaman ortodoxos. All se dieron cuenta de que

aproximadamente 60% de la poblacin mundial, al sentirse enferma, se haca atender en primera instancia se haca atender por medios no oficiales o heterodoxos. Cuando la gente se enferma acude ms al boticario, al curandero, al acupuntor, al homepata, al terapista neural, a las hierbas, a los vecinos, a la abuela, a la bruja o a cualquier otra posibilidad, antes que a la medicina oficial; ste es el ltimo recurso. Como desde esa poca se planteaba: "Salud para todos en el ao 2000" no se poda desconocer a esa gran masa de gente que no se acoga a lo ortodoxo y tampoco, lgicamente, se podan desconocer los mtodos que esa gran masa utilizaba. Qu hacer entonces para aproximarse a la meta de salud para todos en el 2000? La respuesta fue sencilla: haba que reconocer esos mtodos no oficiales y los llamaron "alternativos". Fue una jugada poltica coyuntural y no una decisin a conciencia; porque adems de reconocer la tcnica, tambin han debido reconocer esas otras racionalidades, sus conocimientos, sus cosmovisiones, su parte humanstica; pero esto, que es lo ms importante, no lo hicieron. Sencillamente quisieron absorber y coptar esas medicinas y conocimientos diferentes; son actos de soberbia y de utilitarismo, no de reconocimiento. De manera que el nombre de "alternativas" no es el mejor, ya naci viciado. Yo creo que no se debera hablar de medicinas o mtodos ortodoxos y alternativos, sino de culturas mdicas diferentes a la racionalidad imperante en Occidente, pues ya hemos visto que los modelos mdicos corresponden a modelos culturales, a situaciones polticas, sociales y econmicas y a concepciones de pensamiento; tienen pues, as, bases humansticas. Usted muestra tambin una visin muy crtica frente a las medicinas alternativas. Por qu esa actitud siendo uno de sus pioneros? Precisamente por ser un pionero las veo desde un punto de vista no slo mdico sino tambin desde su compromiso social, poltico y humanstico. La gran mayora de los mdicos que optamos por lo alternativo (heterodoxo) seguimos teniendo una racionalidad lineal y mecanicista, ortodoxa. Algunos de nosotros fuimos a China,

XV i

vimos un viejito de ojos rasgados, con su racionalidad, su delicadeza, su cosmovisin y su relacin con el mundo poniendo agujas, y mejorando gente, e inmediatamente le arrebatamos las agujas, el instrumento, y con la soberbia cientfica que nos caracteriza, abandonamos al viejito y su verdadero saber; es decir, confundimos la herramienta con el trabajador; despus, ms soberbios an, nos atrevimos a autoliamarnos acupuntores y, seguramente, ya estamos convencidos de que sabemos ms que el viejito aquel. Lo mismo hemos hecho con el chamn, el iwishin, el indgena, el tewala; y peor an, hablamos de mdicos indgenas, lo cual es un grave error, pues el sentido del chamn indgena o del curandero o del brujo no es el sentido del mdico occidental. A nadie, por ejemplo, se le ocurre pensar en un brujo con oficina, con consultorio o con sala de espera y cobrando, y viviendo de su profesin. Todo esto es un grave y criticable error, pues nuevamente castramos y separamos estos mtodos de su cultura y de su propia alma. Es decir, camos nuevamente en el ms rampln de los mecanicismos. Por eso se encuentran libros de acupuntura con recetarios al estilo ortodoxo. Pero no nos quedamos all, continuamos con la depredacin, ya que una vez apropiados de las agujas, de las hierbas o de las ceremonias, es decir con slo la tcnica en nuestras manos, estos saberes los subyugamos y los encarcelamos en nuestra racionalidad y los queremos meter ahora en el mtodo cientfico. Los mtodos de curacin de los negros, los chinos, los egipcios, los rabes, los indios, y tantos otros, ya existan antes del mtodo cientfico, pero all estamos con nuestra soberbia querindoles poner esa camisa de fuerza. Si no cambiamos de concepcin, de racionalidad, no seremos ms que otros depredadores del saber y del conocimiento. Por eso creo que incrustar de una manera mecnica estos saberes en una universidad ortodoxa sera otro acto de depredacin. El da que los estudios universitarios recuperen los valores humansticos, otras racionalidades encontrarn su lugar en ellas. Los mdicos que hacen cualquier ceremonia

o/ritual utilizan hipotticos y falsos poderes para querer aparecer como enviados de dioses, como intermediarios de Dios; es el antiguo "Yo te toco. Dios te cura" de la Edad Media, no hacen ms que ejercer otro tipo de poder. Pero, recuerde que medicina, poder y religin fue el tro perseguidor en la caza de brujas; millones de muertos produjo ese amancebamiento. Esto es lo que deja la unin de soberbia, ignorancia y poder. A propsito, qu opina del poder del dinero en la medicina? Como ya todos estos conocimientos diferentes los habamos vuelto meras tcnicas, el paso siguiente fue el negocio; todo lo volvimos mercanca de negocio; los dlares, los euros y los pesos entraron en la danza y nos llenamos de ms soberbia: aparatos costosos que tiene que pagar el paciente, equipos con luces que encandilan y obnubilan, aparatos especiales para deslumbrar al enfermo y que nos permiten deslumbrarnos a nosotros mismos. Es decir, seguimos pensando que la realidad, para ser aceptada como tal, tiene que medirse y comprobarse con aparatos cada vez ms costosos. De aqu en adelante aparecen consultas en dlares, clnicas alternativas donde lo primero que uno encuentra es la caja registradora, la sonrisa del mdico tiene un costo, el pasar la mano y tocar al enfermo tiene otro, el mirar al paciente con otros ojos deja a este ltimo sin posibilidades econmicas y sin ojos, y esto muchas veces cubierto con un manto de falso misticismo e inmoral apariencia de pureza. Por otra parte, como no hay control de ningn tipo, en lo alternativo abundan los mercachifles, que han aprendido su oficio en cursos rpidos de tres o cuatro das; ya hay cursos de terapia neural por correspondencia con videos, con pura tcnica. As, se encuentran centros y mdicos que hacen a la vez homeopata mal hecha, naturismo mal hecho, acupuntura peor hecha, imposicin de manos etc., como parte de la charlatanera; auriculoterapia mediocremente hecha, terapia neural o dietas psimamente hechas. Tambin le limpian el aura, le cierran unos agujeros en los cuerpos energticos, agujeros y negruras que slo ellos ven y diagnostican, le ayudan a arreglar el karma, le dicen cmo pensar,

XV i

cmo comer, qu color de ropa ponerse, qu color de velas prender, y todo lo que se les ocurra. Esta gente cree que uniendo una cantidad de mediocridades se logra hacer algo bueno; es como si pensramos que un burro detrs de un burro y detrs de otro burro hasta completar treinta o cuarenta burros pueden formar una locomotora o un avin. Soy muy crtico de eso, son slo corsarios que cambiaron de espada. Pero, puesto que usted cree en lo alternativo y lo ejerce, debe tener su lado rescatable. Claro. Tambin hay muchos y muchas que son honestos, que s respetan las otras racionalidades y las otras culturas, que no asaltan; pueden ser ortodoxos o alternativos, enfermeros, enfermeras, quiroprcticos, yerbateros, etc. A ellos los recuerdo cuando hablo de estas cosas, ellos y ellas, muchos mdicos, periodistas, historiadores, profesores son honestos, gente comn que nos ha impulsado en todo momento; de ellos siempre uno tiene un grato recuerdo, de ellos saca uno la fuerza para creer en la vida y para mantenerse en las utopas... Por eso creo que a lo alternativo debemos ponerle rigurosidad, humanismo, ciencia y conciencia, senti-pensar. Poco a poco va apareciendo la importancia de nuevos paradigmas no slo en el campo cientfico, sino tambin en el social, el econmico, el poltico, para poder as relacionarnos de otra manera con nosotros mismos, con la naturaleza y con la vida; y para enfrentar las dificultades que nos agobian. Recuerdo aqu una sentencia de Einstein: "La complejidad de los problemas actuales no se puede resolver con el mismo nivel de pensamiento que lo gener... Nuestra forma de pensar tradicional nos tiene aprisionados en esquemas que explican nuestra incapacidad para encontrar nuevos caminos".

La revolucin

alternativaSi yo fuera mdica le preguntara pragmticamente: por qu tanto inters en lo

conceptual, realmente para qu sirve? La realidad es una construccin que surge de nuestra mente, de nes-tra capacidad de indagacin conceptual inserta en el corazn de una cultura; as que, para hacer una medicina diferente hay que mirar al enfermo con otros ojos y con otras miradas y eso lo permite nicamente el cambio de racionalidades; no slo para ver al enfermo sino especialmente para relacionarnos con la vida. En sntesis, lo mal llamado alternativo, tomndolo en serio, conlleva cambios sustanciales en nuestra relacin no slo con los dems y con la naturaleza sino con nosotros mismos, pues produce serios desgarros y alteraciones en lo ms profundo de nuestro ser. Por eso, al construir una nueva realidad, muchas personas se ven confrontadas con la realidad misma, y se sienten duramente atacadas. Este discurso puede aparecer entonces agresivo para algunos, puede producir bien sea parlisis o bien sea un duro rechazo que puede llegar hasta a generar violencia. Es una confrontacin con uno mismo, con su yo y con la realidad que uno ha creado. A veces se revalan o se desmontan muchas creencias y prejuicios, dando incluso la falsa sensacin de quedar sin bases; es, pues, una construccin que se tiene que hacer diariamente pero sin caer nunca en dogmas ni en principios inamovibles. Recuerde el verso de Apollinaire: Acercaos al abismo les dijo. Tenemos miedo, respondieron. Acercaos al abismo, les dijo. Se acercaron. El los empuj... y salieron volando. Ilustra esto un pasaje muy hermoso del libro El reencantamiento del mundo, de Morris

Berman5: Cuando el indio hace la danza de la lluvia, por ejemplo, no est asumiendo una respuesta automtica. Aqu no hay ninguna tecnologa fallida, ms bien, est invitando a las nubes a que se le unan, para que respondan a la invocacin. En efecto, les est pidiendo que hagan el amor con l, y como cualquier amante normal, puede que estn

XV i

o no dispuestas a ello. Esto es fruto de una concepcin de la realidad y su relacin con la vida. Nuestra tcnica, basada en la nacionalidad occidental, prefiere bombardear las nubes para que llueva, no importa los despropsitos ecolgicos que cometamos. Nos interesa dominar la naturaleza, como pregonaba Bacon; la pregunta es entonces: quin sabe ms de la naturaleza, el que la trata como amante solcito o el que la bombardea y la quiere domear? Quin sobrevivir en mejores condiciones? Einsten deca: "La naturaleza esconde sus secretos porque es sublime y no por embaucadora"6. Pienso en este momento en lo que hacen los mdicos y la ortodoxia con sus bombas de cobalto, con sus purgas para los parsitos, con su droga para matar grmenes, con sus cirugas, con sus concepciones de autodefensas, etc., realmente hay que repensar muchas cosas. Puede ahora definir lo alternativo? Podemos tratar de entender lo alternativo, desde el punto de vista mdico, como nativo, pensamiento y una prctica de tipo mdico social sanitario, contestatario y propositivo a la vez, holstico en su concepcin, no hegemnico, intuitivo y cientfico, dialctico, dialgico, revoluciona-rio, humanista, individual e irrepetible, que devuelve al ser humano, sus potencialidades y capacidades de autocuracin y ordenamiento propio en su todo, y le permite una relacin ms armnica ensu-intirokiad, con su comunidad social y con el universo. El tema de lo "alternativo"se ha ligado mucho al esoterismo. quenseanzas le ha dejado esa relacin? Lo esotrico se refiere a doctrinas y conocimientos profesados por sabios de la Antigedad que exigan iniciaciones especiales para acceder a ella. Pero tambin es la denominacin que la creencia ortodoxa le ha puesto, para descalificar los conocimientos y teoras que explican hechos histricos desde otros puntos de vista. Pascal deca: "Lo contrario de una verdad profunda no es un error, sino una verdad contraria".

Siempre las preguntas sin respuesta estn presentes en nuestra vida, pues poco sabemos de ella. Un pensador deca que cuando nos inventamos las respuestas, con gran frecuencia caemos en los fetiches. Fernando Savater se pregunta para qu preocuparnos por lo que hay despus de la vida si el misterio est aqu mismo y en ella. Esos conocimientos esotricos, que hay que filtrar muy bien como todo conocimiento, me ensearon mucho; aprend, por ejemplo, que nuestros sabios ms antiguos tambin manejaban un discurso y a travs de ese discurso construan una realidad. El esoterismo me ense que muchas veces nuestros modernos conocimientos y nuestras modernas investigaciones se asemejan a seguir unas huellas en una playa, de pronto nos damos cuenta de que esas huellas que seguimos no son ms que las dejadas anteriormente por nosotros mismos, es como caminar en un eterno crculo. E