latour, bruno- nunca fuimos modernos

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Nunca Fuimos Modernos – Apuntes La proliferación de los híbridos y su denegación (Pág. 11 a 13): Característica del “pensamiento moderno”: Presencia, extensión e inevitabilidad de los híbridos y su simultánea denegación (no se “niega” explícitamente su existencia sino que se hace “como si” no existieran). Red: la noción de traducción o de red (es) más moldeable que la noción de sistema, más histórica que la noción de estructura, más empírica que la noción de complejidad, la idea de red es el hilo de Ariadna de estas historias entretejidas. Pág. 14 Ahora bien, no podemos jugar con dos barajas. O bien las redes que con mis colegas de los Sciences Studies hemos diseñado en verdad no existen y los críticos tienen razón les marginan o les segmentan en tres conjuntos bien distintos hechos, poder y discurso; o bien las redes son tales como las hemos descrito y ciertamente cruzan las fronteras de los grandes señoríos de la crítica: no son ni objetivas ni sociales, ni son efectos de discurso a pesar de que son reales y colectivas y discursivas.(...)Si, en efecto, los hechos científicos son construcciones,

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Page 1: Latour, Bruno- Nunca Fuimos Modernos

Nunca Fuimos Modernos – Apuntes

La proliferación de los híbridos y su denegación (Pág. 11 a 13):

Característica del “pensamiento moderno”: Presencia, extensión e inevitabilidad

de los híbridos y su simultánea denegación (no se “niega” explícitamente su

existencia sino que se hace “como si” no existieran).

Red:

la noción de traducción o de red (es) más moldeable que la noción de

sistema, más histórica que la noción de estructura, más empírica que la

noción de complejidad, la idea de red es el hilo de Ariadna de estas

historias entretejidas. Pág. 14

Ahora bien, no podemos jugar con dos barajas. O bien las redes que con

mis colegas de los Sciences Studies hemos diseñado en verdad no

existen y los críticos tienen razón les marginan o les segmentan en tres

conjuntos bien distintos hechos, poder y discurso; o bien las redes son

tales como las hemos descrito y ciertamente cruzan las fronteras de los

grandes señoríos de la crítica: no son ni objetivas ni sociales, ni son

efectos de discurso a pesar de que son reales y colectivas y discursivas.

(...)Si, en efecto, los hechos científicos son construcciones, pero no

pueden reducirse a una dimensión social porque esta dimensión también

está poblada de objetos movilizados para su fabricación. (...)El agente

de esta doble construcción ciencia con sociedad y sociedad con ciencia,

surge de una serie de prácticas que la noción de deconstrucción capta

de la peor manera posible. El agujero de ozono es demasiado social y

demasiado narrado como para ser algo auténticamente natural; las

estrategias de las empresas y de los jefes de estado están demasiado

llenas de reacciones químicas como para que puedan ser reducidas a

poder y al interés; el discurso de la ecosfera es demasiado real y

demasiado social como para poder rebajarlo a simples efectos de

significado. ¿Es acaso nuestra culpa que las redes sean a la vez

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reales, como la naturaleza, y narradas, como los discursos, y

colectivas como la sociedad? Pág. 19

La complejidad no es abstracta sino justamente el reconocimiento de la

multidimensionalidad de lo “concreto”: La “tara epistemológica”. La crítica

aceptó (¡acriticamente!) las grandes casillas divisorias pero introdujo un signo

distinto a las concepciones aceptadas.

Nuestra vida intelectual está decididamente mal construida. La

epistemología, las ciencias sociales, las ciencias del texto tienen todas

un punto de mira reconocido, pero a condición de mantenerse

separadas. Si las criaturas tras las que vamos cruzan los tres espacios,

ya no se nos entiende. Presentad ante las disciplinas establecidas una

fina red sociotecnológica, unas bonitas traducciones, y el primer grupo

extraerá nuestros conceptos y arrancará las raíces que puedan

conectarlas a la sociedad o a la retórica; el segundo grupo borrará las

dimensiones sociales y políticas y purificará nuestra red de cualquier

objeto; y, finalmente, el tercer grupo retendrá de nuestro trabajo el

discurso y la retórica pero lo purgará de toda indebida adherencia a la

realidad _horresco referens_ o a los juegos de poder.(...) El hecho de

que una misma lanzadera haya tejido conjuntamente el cielo, la

industria, los textos, las almas y la ley moral es algo que resulta

insondable, impensable, indecoroso. (Pág. 17_18)

1989 bisagra, clara visibilización de la fisura. Reacciones a la pérdida de ilusión

moderna: modernos, antimodernos, posmodernos Pág. 23 ¿y si acaso nunca

fuimos modernos?

Esta falta de fe en que nuestras mejores intenciones estuvieran bien

fundadas ha impulsado a algunos de nosotros a convertirnos en

reaccionarios en una de estas dos formas: no hay que querer poner fin a

la explotación del hombre por el hombre, dicen los unos; no hay que

tratar de dominar la naturaleza, dicen los otros. Seamos resueltamente

Page 3: Latour, Bruno- Nunca Fuimos Modernos

antimodernos, dicen unos y otros. Por otro lado, una indefinida expresión

de posmodernismo resume de un modo claro el escepticismo incompleto

de aquellos que rechazan estas dos reacciones. Incapaces de creer las

dobles promesas del socialismo y del “naturalismo”, los posmodernos se

cuidan también muy bien de no rechazarlas plenamente. Permanecen

suspendidos entre la creencia y duda, en espera del fin del milenio.

Por último, aquellos que rechazan el oscurantismo ecológico o el

oscurantismo antisocialista, y que no se siente satisfechos con el

escepticismo de los posmodernos deciden continuar como si nada

hubiera cambiado: tratan de permanecer resueltamente modernos.

Continúan creyendo en las promesas de la ciencia o en la emancipación

o en ambas. Sin embargo, su fe en la modernización suena algo falsa

(...) La voluntad de ser moderno parece vacilante y, a veces, incluso,

estar fuera de moda.

Seamos antimodernos, modernos o posmodernos a todos se nos llama a

capítulo ante la debacle por partida doble del año 1989.

¿Qué es ser moderno?

Volviendo sobre nuestros pasos tenemos que repensar la

definición de la modernidad, interpretar los síntomas de la

posmodernidad y comprender porqué ya no nos comprometemos

en cuerpo y alma en la doble tarea dela dominación y la

emancipación. (...)

La hipótesis de este ensayo es que el término “Moderno” designa

dos conjuntos de prácticas completamente distintos que, para

poder seguir siendo eficaces, deben mantenerse diferenciados,

pero que hemos empezado últimamente a confundir. El primer

conjunto de prácticas crea, por “traducción”, mezclas de géneros

de seres enteramente nuevos, híbridos de naturaleza y de cultura.

El segundo crea por purificación, dos zonas ontológicas

completamente diferenciadas, la de los seres humanos por un

lado, la de los no-humanos por el otro. Sin el primer conjunto, las

Page 4: Latour, Bruno- Nunca Fuimos Modernos

prácticas de purificación serían improductivas o serían inútiles.

Sin el segundo, el trabajo de traducción quedaría ralentizado,

limitado o incluso descartado. El primer conjunto corresponde a lo

que he llamado redes, el segundo a lo que denominaré la postura

crítica moderna. El primero por ejemplo, enlazaría en una cadena

continua la química de la alta atmósfera, las estrategias científicas

e industriales, las preocupaciones de los jefes de estado, las

angustias de los ecologistas; el segundo fijaría la división entre el

mundo natural que siempre ha estado ahí, la sociedad con unos

intereses y apuestas previsibles y estables, y un discurso

independiente tanto del referente como de la sociedad. (Pág. 25).

Mientras se considere estas dos prácticas de traducción y

purificación por separado seguiremos siendo propiamente

modernos, es decir nos estaremos suscribiendo de todo corazón

al proyecto crítico, aunque este proyecto sólo se desarrolle

mediante la proliferación por debajo de híbridos. En cuanto

dirigimos nuestra atención simultáneamente al trabajo de

purificación y al de hibridación, cesamos inmediatamente de ser

enteramente modernos, y nuestro futuro empieza a modificarse.

Pero también cesamos inmediatamente de haber sido modernos,

puesto que retrospectivamente tomamos conciencia de que los

dos conjuntos de prácticas han estado siempre operando en el

período histórico que esta finalizando. Así nuestro pasado se

modifica también. En fin, si nunca hemos sido modernos de la

forma, al menos, que nos lo cuenta la crítica, las tortuosas

relaciones que hemos mantenido con las otras naturalezas-

culturas también se quedarán transformadas. El relativismo, la

dominación, el imperialismo, la falsa conciencia, el sincretismo,

todos los problemas recogidos en la expresión “la gran fractura”

tendrán que ser explicados de otro modo (...) (Pág. 26)

Este “bucle” temporal que nos lleva a reconsiderar y reconstruir el

pasado es fundamental puesto que tiñe toda tarea de pensamiento

contemporáneo que pretenda dar cuenta a la vez de las prácticas y los

Page 5: Latour, Bruno- Nunca Fuimos Modernos

discursos, de su autonomía ligada que exige una perspectiva

multidimensional y fluida. Al ubicarnos en otro nivel de “zoom cognitivo” y

al mismo tiempo ser conscientes de esto (de nuestra inevitable ubicación

en el espacio-tiempo) tenemos una doble exigencia: dar cuenta del

“pasado” desde la perspectiva en que este fue construido-narrado-vivido

dejando en claro que así es como resulta a partir de nuestra forma de

configurarlo.

No sólo nuestra cartografía no se corresponde con la del “pensamiento

moderno legitimado” sino que además nuestra forma de cartografiar y

nuestra teoría cartográfica son también diferentes (es más nosotros

admitimos una multiplicidad de cartografías válidas) por lo cual

construcción intelectual que pretenda ubicarse más allá de las fronteras

del pensamiento moderno (o entre, o abajo, o simplemente

atravesándolas) deberá dar cuenta simultáneamente de su nueva

cartografía y de cómo transforma el discurso sobre el pasado (o más

explícitamente como “crea” otro pasado) sin por ello “arrasar” con él y

borrarlo. Paradoja del “punto de vista”: diacrónicamente es la paradoja

del historiador, sincrónicamente es la paradoja de del etnógrafo y en el

pensamiento complejo la paradoja del punto de vista móvil.

Paradoja de los Modernos: cuanto más prohibimos la concepción

de los híbridos más se posibilita su proliferación. Esta es la

paradoja de los modernos.

Page 6: Latour, Bruno- Nunca Fuimos Modernos

Capítulo II:

La trampa del “Dualismo Moderno”: es completamente asimétrico, puesto que

prácticamente opera como un Monismo y si lo precisa recurre a la Trinidad para

fundamentarse “mejor”.

Se define a menudo la modernidad mediante el humanismo, sea para

saludar el nacimiento del “hombre”, sea para anunciar su muerte. Ahora

bien, esta costumbre es en sí misma moderna, ya que como tal es

asimétrica. Pasa por alto el nacimiento simultáneo de la “no-humanidad”

– las cosas, los objetos, los animales- y la no menos extraña aparición

de un Dios suprimido, fuera de juego. La modernidad surge de la

creación conjunta de estas tres entidades, y el posterior

enmascaramiento de este nacimiento conjunto y el tratamiento por

separado de estas tres comunidades mientras que, por debajo, los

híbridos continúan multiplicándose como resultado de este mismo

tratamiento conjunto.

Constitución: semeja la noción de Cosmovisión. Establece las distinciones y las

definiciones fundantes: lo humano y lo no humano, sus propiedades, relaciones

y agrupaciones.

Demarcación Ciencia/Política Pág. 33

No concebimos la política como algo exterior a la esfera científica y que podría,

de alguna forma, marcarse sobre ella. La comunidad experimental [creada por

Boyle] ha luchado, precisamente, por imponer dicho vocabulario de la

demarcación, y nosotros nos hemos escorzado en situar históricamente este

lenguaje así como en explicar el desarrollo de estas nuevas convenciones de

su discurso. (...)

Es precisamente el discurso que permite concebir la política como algo exterior

a la ciencia lo que buscamos comprender y explicar.

Esta cosa que se llama “ciencia" no tiene ninguna demarcación que se pueda

tomar como uña frontera natural (Pág. 342).

Page 7: Latour, Bruno- Nunca Fuimos Modernos

Lejos de situar los trabajos científicos de Boyle en su contexto social, o de

mostrar cómo la política “imprime su marca” a las doctrinas científicas,

examinan cómo Boyle y Hobbes han luchado por inventará una ciencia, un

contexto y una demarcación entre los dos ámbitos. No tratan de explicar el

contenido por el contexto, ya que ni uno ni el otro existían definidos de esta

nueva manera antes de que Boyle y Hobbes alcanzasen sus respectivos

objetivos y establecieran las diferencias.

Contexto histórico: el de las guerras civiles que condujeron a la instauración del

Estado Moderno. Era imprescindible llegar a la institución de una nueva

autoridad legítima y firme.

“Boyle y sus colegas abandonan la certidumbre del razonamiento apodíctico

por la doxa. Esta doxa ya no es la desatada imaginación de las masas

crédulas, sino un nuevo mecanismo para ganarse el apoyo de los colegas. En

lugar de fundamentar el trabajo en la lógica, las matemáticas o la retórica,

Boyle se basa en una metáfora parajurídica: testigos fiables. Reunidos en torno

a la escena del experimento pueden atestiguar la existencia de un hecho, the

matter of fact, incluso sin conocer su verdadera naturaleza. Boyle inventa, de

esta forma, el estilo empírico que nosotros utilizamos hasta hoy.

Irónicamente, la pregunta clave de los constructivistas –los hechos ¿están

completamente construidos en el laboratorio?- es precisamente la cuestión que

Boyle plantea y resuelve. Sí los hechos están realmente construidos en la

nueva instalación del laboratorio por el intermediario artificial de la bomba de

vacío (...) Pero ¿los hechos construidos por el hombre son, por ello

artefactuales? No, pues tanto Boyle como Hobbes amplían al hombre el

constructivismo de Dios. (...)Boyle transforma un defecto -no producimos más

que matters of fact creados en los laboratorios y que sólo tienen valor local – en

una ventaja decisiva_ nunca se modificarán estos hechos, pase lo que pase en

materia de teoría, metafísica, religión, política o lógica” (35-6)

Los contextualistas tienden a establecer puentes (más o menos directos o

complejos según las pertenencias) pero no se toman el trabajo de estudiar (no

tienen herramientas ni deseo de hacerlo) las “traducciones” e

“intermediaciones” que se ponen en juego para que pueda emerger un

significado en el interjuego “texto-contexto”. (Pág. 40). En cambio Shapin y

Denise Najmanovich, 03/01/-1,
Página: 7 Así se crea el experimento, que es completamente diferente a la experiencia, puesto que es artificial y controlado –aunque no determinado- por el hombre.
Page 8: Latour, Bruno- Nunca Fuimos Modernos

Schaffer y otros, (...) más que hablar de la realidad exterior out there anclan la

indiscutible realidad de la ciencia down there, sobre los entresijos de la mesa

del laboratorio.” (Pág. 41)

El testimonio de los no-humanos

Sprat y Boyle invocaban “la práctica de nuestros tribunales de justicia en

Inglaterra” para garantizar la certidumbre moral de sus conclusiones y para

hacer aún más legítimo su argumento de que la multiplicación de los testigos

suscitaba un incremento en las probabilidades de la veracidad de los mismos.

(...) Los testigos fiables pertenecían a una comunidad digna de fe: los papistas,

los ateos y los sectarios veían su testimonio cuestionado, el estatus social del

testigo contribuía a su credibilidad y la coincidencia de versiones de mucho

testigos permitía des-hacerse de los extremistas” El gran “invento” de Boyle fue

la creación de un nuevo “agente testificador” : “Hasta ese momento los

testimonios habían sido siempre humanos o divinos, nunca no-humanos. Sin

embargo, para Boyle los experimentos de laboratorio tendrían más autoridad

que las declaraciones no confirmadas por testigos honorables.”

He aquí un nuevo actor en la escena de la modernidad “el objeto” “el hecho” “el

resultado experimental” el “matter of fact”. Según la nueva Constitución es

mejor apelar al testimonio de los no-humanos que al de los humanos. Dotados

de sus nuevos poderes semióticos, éstos van a contribuir a una nueva forma de

texto_ el artículo de la ciencia experimental.

“Siguiendo la reproducción de cada prototipo de la bomba de aire a través de

Europa, y la transformación progresiva de este artefacto costoso, poco fiable y

aparatoso en una caja negra y barata que poco a poco llega a formar parte del

instrumental básico de todo laboratorio, los autores vuelven a llevar la

aplicación universal de una ley física al interior de una red de prácticas

normalizadas. Sin lugar a dudas, la interpretación de la compresibilidad del aire

que da Boyle se propaga, pero exactamente a la misma velocidad con que se

desarrolla la comunidad de experimentadores y sus equipamientos. Ninguna

ciencia puede salir de la red de su práctica. Sin duda, el peso del aire es un

universal, pero es un universal en una red. Gracias a la extensión de esta red,

las competencias y el equipamiento pueden llegar a ser lo suficientemente

Page 9: Latour, Bruno- Nunca Fuimos Modernos

rutinarios como para que la producción de vacío se transforme en algo tan

invisible como el aire que respiramos ¿pero en el sentido antiguo de lo

universal?: jamás.

La naturaleza de los híbridos:

“Si la ciencia se fundamente en formas de vida, las prácticas, los laboratorios y

las redes, entonces, ¿dónde situarla? Ciertamente no del lado de las cosas-en-

sí, ya que los hechos son fabricados, pero tampoco se la puede situar del lado

del sujeto, o como se le quiera llamar a este último lado: sociedad, cerebro,

espíritu, juegos lingüísticos, epistemoes o cultura. El pájaro asfixiándose, los

cilindros de mármol, el mercurio que desciende, no son creaciones nuestras, no

están hechas de aire ni de relaciones sociales, ni de categorías humanas.

Entonces, ¿es preciso colocar la práctica de la ciencia justo en medio de esta

línea que conecta el polo objeto con el polo sujeto? ¿O quizá sea necesario

inventarse un nuevo lugar para esta extraña producción tanto de contexto

político como de contenido social?

La representación científica y la representación política:

Hobbes y Boyle “inventan nuestro mundo moderno, un mundo en el cual la

representación de las cosas por el intermediario del laboratorio queda para

siempre disociada de la representación de los ciudadanos por el intermediario

del contrato social. (49) ...”La apalabra “representación” es la misma, pero la

controversia entre Hobbes y Boyle hace impensable cualquier similitud entre

los dos sentidos de la palabra. Es hoy, cuando ya no somos del todo

modernos, cuando los sentidos se aproximan de nuevo.

a) Representación política: ¿Cómo se sostiene el Leviatán? Mediante el

cálculo de átomos humanos que tiene por consecuencia el contrato que

decide la irreversible composición de la fuerza de todos en la mano de

uno sólo ¿De qué está compuesta esta fuerza? De la autorización que

todos los ciudadanos desnudos otorgan al único que habla en su

nombre ¿quién actúa, entonces, cuando este único actúa? Nosotros,

que hemos delegado definitivamente en él nuestro poder. La república

Page 10: Latour, Bruno- Nunca Fuimos Modernos

es una criatura paradójica y artificial compuesta de ciudadanos unidos

exclusivamente por la autorización otorgada a uno de los para que los

represente a todos. El soberano es el que habla, pero los ciudadanos

son los que hablan a través suyo. Él se convierte en portavoz, su

persona, su personificación. Él los traduce y por lo tanto los puede

traicionar. Ellos le autorizan y por lo tanto puede procesarle.

b) Representación científica: Boyle crea una criatura aún más extraña “el

laboratorio dónde se producen los “hechos” como atestiguan los

“testigos entrenados y fiables”. Estos “hechos” representan a la

naturaleza tal cual es por intermediación del laboratorio y los testigos.

Los científicos son los escrupulosos representantes de los hechos.

¿Quién habla cuando los científicos hablan: la naturaleza o los

hombres? Cuestión insoluble para la filosofía moderna.

En el siglo XVII el origen común de la representación política y la científica aún

es visible, pero pronto será invisibilizada, rápidamente “representación”

adoptará dos significados diferentes. La epistemología y las ciencias políticas

irán por caminos opuestos. La modernidad es incapaz de pensar o tan siquiera

ver las mediaciones, intermediaciones, delegaciones, traducciones.

Las garantías constitucionales de los modernos:

1)Garantía “natural” (Boyle): “no son los hombres los que hacen la naturaleza,

ésta ha existido desde siempre y también desde siempre ha estado allí,

nosostros nos limitamos a descubrirla”

2) Garantía “política” (Hobbes): son los hombres y únicamente los hombres

quienes construyen la sociedad y quienes libremente deciden su destino.

La modernidad considera ambas garantías independientemente, haciendo caso

omiso de que fueron creadas conjuntamente y se refuerzan y sostienen entre

sí. No son más que dos ramas de un único y nuevo gobierno.

Consideradas conjuntamente (desde una perspectiva más amplia):

Page 11: Latour, Bruno- Nunca Fuimos Modernos

a) Mientras Boyle y sus muchachos nos dicen que las leyes de la

naturaleza están fuera de nuestro alcance, también las están fabricando

en el laboratorio. A pesar de la construcción artificial de la bomba de aire

en el laboratorio ( fase de traducción y mediación) los hechos escapan

enteramente a la fabricación humana (fase de purificación).

b) Por su lado Hobbes y Cía. No afirman sencillamente que los hombres

construyen la sociedad sino que a pesar de su construcción humana el

Leviatán es perdurable y sólido, inmenso y poderoso. Sobrepasa

infinitamente a los hombres que lo han creado. (54)

Las garantías son contradictorias porque participan simultáneamente de la

trascendencia y de la inmanencia. ¿Mienten? ¿Se engañan? ¿Nos

engañan?

No pues agregan una Tercera garantía: la naturaleza y la sociedad deben

permanecer distinguidas de forma absoluta: el trabajo de purificación debe

permanecer absolutamente separado del de mediación. (55)

La cuarta garantía: Dios suprimido

Los sucesores de Hobbes y Boyle se encargaron de vaciar a l naturaleza de

toda presencia divina y a la sociedad de todo origen divino. “Dios se

convirtió en el Dios suprimido de la metafísica tan diferente del Dios

premoderno de los cristianos como la naturaleza construida en los

laboratorios do es de la antigua physis, o como la sociedad inventada por

los sociólogos lo es de la antigua comunidad antropológica y sus multitudes

de no-humanos.

...los modernos aplican al Dios Suprimido el mismo desdoblamiento que

habían aplicado a la naturaleza y a la sociedad. Su trascendencia lo alejaba

infinitamente, de manera que no molestaba ni al libre juego de la naturaleza

ni al de la sociedad, pero, al mismo tiempo, existe el derecho a apelar a

esta trascendencia en caso de conflicto entre las leyes de la naturaleza y

las de la sociedad.

...Se reinventó la espiritualidad, es decir el descenso del Dios todopoderoso

en el fuero interno sin que interviniese para nada en el fuero externo.

Page 12: Latour, Bruno- Nunca Fuimos Modernos

Una triple trascendencia y una triple inmanencia en una cuadrícula que deja

encerradas a cal y canto en su interior todas las posibilidades, aquí es

donde se situó la fuerza de los modernos.

“El punto esencial de esta Constitución Moderna es hacer invisible,

impensable e irrepresentable el trabajo de mediación que reúne los

híbridos. ... La constitución moderna permite la proliferación expansiva de

los híbridos al mismo tiempo que niega su existencia e incluso su

posibilidad. Los modernos movilizan la naturaleza, cosifican lo social y

sienten la presencia espiritual de Dios, aún cuando mantienen firmemente

que la naturaleza se nos escapa, que la sociedad es obra muestra y que

Dios no interviene en ella. ¿Quién se hubiera resistido a semejante

construcción? Verdaderamente ha sido preciso que grandes

acontecimientos hayan debilitado este potente mecanismo para que pueda

describirlo hoy en día con esta distancia y esta simpatía de etnólogo por un

mundo en vías de desaparición” 59

Page 13: Latour, Bruno- Nunca Fuimos Modernos

Capítulo III Revolución

De los objetos y sujetos, Naturaleza y cultura completamente separados a

los cuasi-objetos o híbridos.

Figura 5 página 84

A)

a.1) La gente común cree que las cosas tienen propiedades en si,

suponen una “naturaleza” independiente completamente de nuestro

forma de conocerla. Los sociólogos críticos (Bourdieu) bautizan a esta

creencia “naturalismo”.

a.2) La “realidad” es muy distinta a la figurada por el sentido común: los

objetos son pantallas para las proyecciones humanas (nosotros

podemos bautizar esta postura como sociologismo)

B)

B.1) La gente común cree que es libre de pensamiento y acción.

B. 2) La “realidad” es muy distinta a la figurada por el sentido común: los

hombres no son libres sino que estan sujetos a leyes y constricciones

sociales, biológicas, etc.

C)

Para salir del atolladero creado en A y B se recurre al dualismo que

“simplemente” duplica la apuesta dividiendo los polos naturaleza y

sociedad en “hard” y “soft” y nuevamente procede a la oposición entre

“creencia” y “ciencia” (denuncia). La solución esquizofrénica lleva a

maravillas como: “Los dioses son meros ídolos configurados por la

sociedad, al mismo tiempo que la sociedad está biológicamente

determinada”.

D)

Los Science Studies hacen saltar la paradoja al “equivocar” el target de

su investigación. La Escuela de Edimburgo (Bloor, Barnes, Shapin. -

producciones del 70 en adelante-) ha utilizado el repertorio crítico, hasta

el momento reservado para las partes “blandas” de la naturaleza, para

desmontar las partes “duras” ¡las propias ciencias! En una palabra, han

Page 14: Latour, Bruno- Nunca Fuimos Modernos

pretendido hacer respecto a la ciencia lo que Durkheim hizo respecto a

la religión, o Bordieu respecto a la moda y el gusto, y han pensado

ingenuamente que las ciencias sociales permanecerían intanctas

tragándose la ciencia con la misma faciliadad con que se habían

engullido la religión y las artes. Sin embargo, había una gran diferencia

que no se había hecho visible hasta el momento. Los ciencitíficos

sociales, en relaidad, no creían en la religión o en el consumo. Creían,

sin embargo, en la ciencia desde lo más profundo de sus corazones

científicos.(86)

Los objetos no son el receptáculo informe de categorías sociales, ni de

las duras ni de las blandas. Al trastocar la baraja dualista, los sociólogos

del a ciencia pusieron en descubierto la ocmpleta asimetría de la primera

y la segunda crítica, y revelaron (al menos negativamente) lo

pobremente que estaban construidas tanto la teoría social como la

epistemología que acompañaba esas denuncias. La sociedad ni estan

fuerte ni tan débil, los objetos ni son tan débiles ni tan fuertes. La doble

posición debe ser repensada por completo.

E)

El recurso dialéctico no es una salida al dualismo (...) bien al contrario,

hace más profunda que el paradigma dualista la ignorancia el locus, ya

que finge superarlo por medio de lazos y espirales y otras figuras

acrobáticas complejas.

Los cuasi-objetos están entre medias y debajo de los dos polos,

justamente en el sitio alrededor del cual el dualismo y la dialéctica giran

incesantemente sin jamás llegar a acoplarse con ellos.

Page 15: Latour, Bruno- Nunca Fuimos Modernos

26. El principio del pasado.

Como rechazamos ir “despues” de los posmos, no podemos proponer l

avuelta a un mundo no moderno que nunca hemos abandonado sin

modificar el propio transcurrir del tiempo.(105)

El tiempo calendario puede muy bien situar los acontecimientos en con

respecto a una serie reglada de fechas, pero la historicidad situa los mismos

en relación a su intensidad.

Los modernos tienen un a peculiar propensión a comprender el tiempo que

transcurre como si éste aboliese realmente el pasado detrás de sí. Todos

ellos se creen Atila, tras cuyo paso no volvía a crecer la hierba. No se

sienten alejados del medioevo por un cierto número de siglos, sino

separados de él por revoluciones copernicanas, por rupturas

epistemológicas, que son tan radicales que nadda de ese pasado sobrevive

a ellas, que nada de ese pasado debería sobrevivir. (106)

Al mismo tiempo los modernos “padecen la enfermedad del historicismo”.

Quieren guardarlo todo, fecharlo todo, porque piensan que han roto

definitivamente con su pasado. La destrucción maníaca se equilibra con una

conservación igualmente maníaca.

Al explicar que las revoluciones tratan de abolir el pasado pero que no pueden

hacerlo, corro el riego una vez más de pasar por reaccionario. Porque para los

modernos, como para sus enemigos antimodernos, así como sus falsos

enemigos posmodernos, la flecha del tiempo carece de ambigüedad, se puede

ir hacia delante, pero enontces es preciso romper con el pasado, se puede

escoger volver hacia atrás, pero en ese caso es preciso romper con las

vanguardias modernizadoras que ha roto radicalemnte con su propio pasado.

Este diktat venía organizando el pensamiento moderno hasta estos últimos

años, sin que por supuesto, tuviese efecto sobre la práctica de la mediación,

una práctica que siempre ha mezclado épocas, géneros, e ideas heterogéneas

como los de los premodernos. Si hay algo que somos incapaces de hacer es

una revolución, ya sea en la ciencia, en la tecnología, en la política o en la

Page 16: Latour, Bruno- Nunca Fuimos Modernos

filosofía. Pero seguimos siendo modernos cuando interpretamos este hecho

como una decepción, como si el arcaísmo lo hubiese invadido todo, como si ya

no existiera ningún vertedero público en el que amontonar y dejar atrás todo lo

reprimido. Seguimos siendo posmodernos cuando tratamos de sobreponernos

a esta decepción yuxtaponiendo en un collage los elementos de todas las

épocas, elemntos que está todos ellos por igual anticuados y demodés.