lde032 joe bennett - ha muerto la tierra

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Joe Bennett

HA MUERTO LA TIERRA

PERSONAJES

Profesor Varis - Gelogo terrestre.

Sankar, Gordens y Mcidon - Astrofsicos.

Jass Womeder - Tcnico electrnico.

Grace Discano - Bella muchacha terrquea.

Sabis (capitn) Ksep - Axoniano.

Zpack - Descendiente de selenitas.

Gola - Esposa de Zpack.

PRINTED IN SPAIN

CAPTULO PRIMERO

EL FIN DEL MUNDO TERRESTRE

La aterradora catstrofe ocurri mucho antes de lo que todos esperaban. En realidad, nadie tena derecho a sorprenderse, porque el profesor Varis, un neerlands famoso en el planeta, lo pronostic con 48 horas de anticipacin. Pero era tan irreal lo que aquel terrestre deca, tan fantstico y fuera de lugar, que apenas si se dignaron escucharle sin estallar en burlonas carcajadas.

Tal vez su mayor error fue presentarse ante la Cmara Universal confesando su calidad de gelogo. Un porcentaje elevadsimo de astrofsicos ocupaba los estrados. La Geologa y la Fsica Astral han cooperado a menudo en sus investigaciones desde que el ente terrqueo se lanz a sus primeras correras por el sistema solar. Sin embargo -y como era de suponer-, las teoras del profesor Varis no concordaban en absoluto con las de Sankar, Gordens y Mcidon, los lderes que movan el pensamiento de la masa predominante.

El apasionado debate dur varias horas sin que finalmente se llegase a una conclusin prctica. El-profesor Varis luch denodadamente contra la tenaz oposicin de los astrofsicos, sabios electrnicos, fsicos nucleares, oceangrafos y cientficos de todo gnero. Nadie pareca dar el menor crdito a sus aseveraciones. Desde los ms remotos lugares del Reino Solar, las naciones universales colonizadas por las expediciones terrestres haban enviado preclaros representantes y la Cmara se hallaba rebosante de humanos, especimenes y kotes, nombre con el que se distingua a los seres orgnicos de las concepciones mecnicas, robots pensantes y autmatas sujetos a la onda de control remoto que les enviaban desde los lejansimos planetas, asteroides y estrellas de origen.

El presidente de la Gran Asamblea -un arcnido triantenoide nacido en la constelacin de Sagitario que haba logrado fama de prudente en toda la galaxia solar- era el nico que pareca dudar ante la insistencia desesperada del profesor Varis. La duda no significaba que el terrestre le hubiese convencido con su inflamada disertacin; sin embargo, estaba dispuesto a admitir que las razones que aduca eran tan factibles como las de los mismos lideres de la oposicin.

Desde tiempos remotos, antes del ya pasado siglo XX, los tarrneos haban sustentado la creencia de que el fin de la Tierra se producira transcurridos millares de aos. Sus estudios, investigaciones y clculos previnieron la muerte del Tercer Planeta, en orden de aproximacin al Sol, por las ms extraordinarias circunstancias... ninguna de las cuales rozaba siquiera las causas que Varis pretenda imponer como nica definitivamente mortal. Entonces, en pleno siglo XXX, cuando los avances de la ciencia en todos sus campos haban llegado casi a alcanzar el cenit de la sabidura, un neerlands conocido slo por sus aportaciones geolgicas alzaba su voz rotunda para desvirtuar el fruto de siglos dedicados al anlisis del tema que ms ntimamente afectaba a la raza de seres orgnicos La muerte de la Tierra.

Inadmisible! Absurdo por todos conceptos! Falso! Aducido slo con fines terroristas para horrorizar a la Humanidad y sembrar el desconcierto!

sta era la opinin general de la masa, de aquella mayora aplastante contra la que Varis arremeta acaloradamente. Su actitud y el fuego que pona en las palabras pronunciadas con el conciso acento gercsmico -el lenguaje del espacio interestelar- merecan un adarme de respeto. El gelogo hablaba y hablaba, exaltndose. No todos los componentes de la Cmara le escuchaban con atencin. Prevaleca el escepticismo, la irona y esa falaz indiferencia que se otorga a los dementes con la esperanza de que el desahogo verbal acabe por calmar sus alteraciones psquicas. El presidente saba que muchos esperaban su opinin, contrapuesta a las teoras de Varis, por supuesto, y su orden de disolver la Asamblea ante el giro tragicmico que adquiran las discusiones.

El cardiocontrol Basdel, cuya aguja sealaba las alteraciones emocionales de los asistentes, denotaba una ausencia completa de inters por el dramtico final que auguraba Varis. Cuando el presidente se levant, mostrando a todos su impresionante y corva estatura, un silencio sepulcral se hizo en la Asamblea. Hasta el neerlands dej de hablar. Y el cardiocontrol y las bandas de percepcin electromagntica indicaron que aguardaban su determinacin con mal contenido anhelo.

Hermanos del espacio dijo el Presidente por el microelevador mltiple con su pastoso gercsmico: La controversia no siempre ha revelado luz. El profesor Varis, a quien estamos tomando por loco, es miembro destacado en el Grupo Humano de la Tierra. Una discusin generalizada nos aparta cada vez ms del propsito que perseguamos al convocar la Gran Asamblea. Propongo que dejemos a un lado las controversias y siga el debate de la Cmara por cauces sensatos, ordenadamente, animados por el sincero afn de encontrar la verdad. Estamos aqu reunidos no para polemizar, sino para llegar a una solucin. El profesor asegura que el fin de la Tierra se aproxima. Desde que nos dio la asombrosa noticia una ola de incredulidad ha convertido su programa explicatorio en algo semejante a una pugna verbal. Dejmosle hablar en paz, sin interrumpirle. Es el nico modo de lograr un entendimiento comn.

El desencanto se adue de los presentes. No esperaban aquello. El Presidente prestaba odos a los graznidos de un neurtico! Inaudito!

S lo que estis pensando sigui. Y eso, hermanos del espacio, no es cierto. Difiero de las creencias del profesor. Hay infinidad de lisuras en su teora de autodestruccin planetaria y mis palabras no os deben hacer creer en modo alguno que me adhiero a su causa. Como Presidente no me es lcito inclinarme abiertamente por uno de los bandos... hasta que la evidencia nos traiga un convencimiento pleno e irrefutable. Seguir comportndome con la imparcialidad que pidieron los ncleos espaciales en el docten votatorio. Fui elegido por mayora y jams defraudar ex profeso a esa mayora. Pido que el debate se individualice. Que dos o tres miembros de la Asamblea representen a la opinin y expongan sus reparos a la tesis mantenida por nuestro entraable gelogo y compaero.

El persuasivo gercsmico del arcnido acab por calmar los recelos y devolver la ecuanimidad a los delegados espaciales. Durante unos minutos el silencio persisti en la Cmara Universal. La aguja del Basdel denot conformidad. Tres humanos se incorporaron en sus estrados. Ni el Presidente ni el propio Varis se asombraron al comprobar de quines se trataba. Era el tro de elementos idneos que encabezaban la oposicin.

Sankar, grueso y rojizo, pareca el ms seguro de los tres. Gordens, un vejete dos veces centenario que haba agotado todos los recursos de la terapia de rejuvenecimiento, mantena una mano en el pecho, descansndola sobre el lugar donde lata su corazn de porcelanoplstico, igual que un filsofo pensador y sobrio. Mcidon, el ltimo del terceto, miraba a su alrededor con la verdosa faz desafiante, enhiesto su azulado unicornio, herencia fsica legada por la unin de su padre -un maddo de Jpiter- con su madre -una venusiana nacida en las llanuras gaseadas por nubes de asfixiante metano.

Estamos dispuestos, Su Prudencia dijo Sankar por los tres.

Conforme, profesor Varis? pregunt el Presidente.

Acepto el reto admiti el neerlands secamente.

Aprueba la Asamblea a estos representantes?

Todas las cabezas, testas infrahumanas y cascos relucientes de los kotes asintieron con gravedad. El debate poda comenzar con la entera aquiescencia de la Cmara. El Presidente tom asiento de nuevo en su trono gravitatorio y alz uno de los seis peludos miembros, indicando que tenan la aprobacin para dar principio al acto.

Pido al profesor Varis que nos explique de nuevo su fantstica teora sobre el fin de la Tierra sonri Sankar suspicazmente. No he podido asimilar bien cuanto dijo al iniciarse la sesin extraordinaria de la Gran Asamblea.

No tengo inconveniente contest el neerlands con voz segura. No pienso variar un pice cuanto dije. Hermanos del espacio: Ser para m un placer repetirlo un milln de veces si con ello logro llevar a vuestras conciencias la responsabilidad del horrible final que aguarda a los terrestres.

Varis recorri con la vista el inmenso crculo de tribunas y estrados. Luego, irguindose con valiente resolucin, empez pausadamente:

Vuelvo a pedir perdn a los astrofsicos que durante siglos han estudiado el fin de la Tierra... ya que sus descubrimientos y los mos difieren atrozmente. No es mi propsito extenderme en la exposicin de los hechos puesto que, a pesar de lo manifestado por el honorable Sankar, creo que todos, absolutamente todos, han comprendido mi explicacin anterior. Tampoco remachar sobre el tema inagotable de las rivalidades. Yo soy gelogo. No me avergenza confesarlo. Jams estudi el Universo como regin celeste, porque mis conocimientos astronmicos son limitados. Pero he estudiado la Tierra en todos sus procesos formativos, evolutivos y analticos. Conozco nuestro planeta. Y lo que es mejor, conozco sus entraas.

El profesor haba conseguido, al fin, captar la atencin general. Dio media docena de inciertos pasos por la plataforma que serva de base al estrado. Su dedo, huesudo y largo, apunt acusador a los tres hombres.

sos son los astrofsicos continu. No niego la vala de Sankar, Gordens y Mcidon. Su sabidura les coloca a la cabeza de la legin de superentendidos. Pero sus mismos conocimientos han acabado por envanecerles, convirtindoles en seres que creen en su propia infalibilidad, negndose a reconocer toda idea ajena que no se adapte a sus propios convencimientos. S, hermanos del espacio; sos son los astrofsicos. Desde que la Tierra gira en el espacio como mundo vivo, ellos estn convencidos de ser los nicos capaces de descifrar el incognoscible misterio de lo infinito. Su desmesurado egotismo ha originado una enfermedad privativa slo de los astrofsicos. Un clculo algebraico, trigonometral o racional no puede estar equivocado. Es imposible! Los estudios, las medidas y los pronsticos de la Fsica Astral son irrefutables. He aqu una razn que explica su obstinacin en dudar de lo que dice un simple gelogo. Por qu? Yo contestar a esa pregunta. Porque hace millones de aos, desde los perodos formativos primarios a nuestros das, siempre se ha admitido sin discusin que la muerte de la Tierra llegara desde fuera, del espacio, del vaco interestelar. Y esta apologa venenosa puede ser la causa de que el fin del planeta nos encuentre a todos indefensos, dormidos en los laureles de una confianza absurda... terriblemente sentenciados a morir sin remisin! Nosotros podemos impedir todava que la Humanidad se extinga a la par que el planeta que habitamos. Podemos y debemos impedirlo!

Algo electrizante y sobrecogedor flot en la Cmara cuando Varis pronunci las cuatro ltimas palabras. Ya nadie rea. El Presidente saba que no estaban convencidos. Ni l mismo daba crdito a una serie de frases bien dirigidas, pero faltas de pruebas. Sin embargo...

Ruego al profesor Varis que nos muestre palpablemente en qu se funda para vociferar de ese modo propuso Mcidon tranquilo. Una teora ha de basarse en algo ms que palabras. Esperamos los hechos.

Antes quiero hacer un poco de historia aleg Varis.

Eso es eludir la cuestin pinch Gordens, distendiendo las arrugas de su recompuesto rostro al sonrer.

No eludo la cuestin, Gordens. Mis pruebas son pocas. Ms que resultados, me guo por las hiptesis que me estoy formulando desde hace meses.

Entonces... a qu tanto quejarse de incomprensin, Varis? se mof Sankar. Usted tiene hiptesis; nosotros datos bien cimentados, su pretensin es absurda de todo punto. Y por otra parte, no saba, hasta ahora, que el ser astrofsico era un grave pecado de vanidad profesional. Claro que si nadie se opone, podemos proponer un voto especial para que los gelogos sean deidificados de ahora en adelante.

Hermanos del espacio interrumpi la voz del arcnido: Sigamos el debate sin mordacidades. Todos deseamos escuchar al profesor Varis.

Pero l se ha metido injuriosamente con nosotros, Su Prudencia. Eso es ofensa hacia un miembro de la Cmara.

Y est penado con deportacin a las minas lunares o cadena perpetua en los correccionales subterrneos de la Base M record Gordens.

El Presidente movi las antenas disgustado.

No vuelva a zaherir a nadie, profesor recomend. Y ahora, demos por zanjado el incidente. Dijo que deseaba hacer un poco de historia. Silencio todos, por favor. Prosiga, Varis.

Agradezco la comprensin, Su Prudencia dijo Varis tras un lapso de silencio que se hizo agotador. Al decir que pretendo hacer un poco de historia me propongo simplemente recordar algunas de las teoras que los astrnomos y fsicos astrales han dejado sentadas de antiguo para justificar el trmino del planeta Tierra. Hasta ahora han sido las nicas lgicamente admitidas. Y todos los terrestres siguen autosugestionados por ellas, de tal forma, que la sola mencin de una causa distinta a las conocidas produce el efecto de una explosin nuclear.

Varis apunt otra vez con el ndice a los aburridos Sankar, Gordens y Mcidon.

Ellos y sus colegas han predicho que la Tierra morir dentro de un tiempo marcado por cualquiera de estos motivos, a saber: Por evaporacin de las aguas, quedando nuestro mundo inmensamente seco a causa de una peridica aproximacin del Sol, que ser tambin motivo de que los seres vivos mueran achicharrados por emisiones de rayos gama, partculas beta y protones. Hipotticamente, el diagrama del ciclo del carbono, como llaman a la cadena de reacciones nucleares de donde produce el Sol su aterradora energa, nos asar en medio de la ms espantosa graduacin calorfica que es posible concebir. Otra de sus teoras favoritas est representada por el choque contra la corteza terrestre de algn asteroide gigante escapado de su rbita astral, que destrozar la Tierra precipitndonos en el vaco y convirtiendo los fragmentos en cuerpos muertos, satlites probables de los restantes planetas prximos a la galaxia solar. La tercera, universalmente admitida, versa sobre el paso de un cometa errabundo, en estado de ignicin y provisto de una cola cuya constitucin gaseosa vendr saturada de radioactividad ionosfrica. Las emanaciones de estos gases, las nubes de chispas radioactivas y la rarificacin de nuestra propia atmsfera, crearn mareas, cuarteamientos, falta de gravedad, excentricidad de la rbita terrestre (tambin llamada eclptica), incendios devastadores, cataclismos insuperables y, como final, la asfixia y cremacin de cuantos organismos dotados de vida alientan en la Tierra.

El profesor esboz una sonrisita flemtica.

Mi bosquejo no acabara nunca si tuviese que enumerar cuantos horrores han sido previstos por los cientficos del Universo agreg. Calamidades sin cuento, azotes despiadados y horribles castigos han sido el tpico de sus profecas, ms o menos probables. Grandes diluvios en oposicin a intensas sequas. Muerte de la Tierra por asfixia, deshidratacin o explosiones, tal vez producidas en cadena por las armas blicas -cada vez ms terribles- que sin cesar creamos. No os voy a cansar con una explicacin prolfica de hechos conocidos. Slo har constar dos detalles importantes. Primero: Hasta el momento, los eminentes profetas de la ciencia han coincidido en que el fin del mundo es algo lejano, remotsimo, previsto para dentro de miles de aos. Segundo: Aceptacin total de que la causa o causas que motiven la destruccin de nuestro planeta provendr del espacio.

Varis movi negativamente la noble cabeza plateada por las canas.

Yo discrepo fundamentalmente en este terreno. Ni lluvias de fuego, ni tempestades de asoladoras cenizas csmicas, ni siquiera cuerpos celestes mayores que el nuestro capaces de provocar la destruccin fulminante. A sus dos puntos de coincidencia, tan slidamente confirmados por los astrofsicos, replico con otra pareja de negaciones. Primera: La muerte de la Tierra no es algo perdido en el futuro, sino inminentemente prximo. Segunda: Nada que venga del exterior nos amenaza porque... el propio corazn de la Tierra est a punto de estallar!

La aseveracin de Varis era algo que rebasaba los lmites de la paciencia. Loco! He ah la nica definicin aplicable al profesor. Tras sus palabras, un coro de protestas incontenibles se origin en la Cmara y ni la impresionante majestuosidad del Presidente logr dominar la situacin.

Gritos, ronquidos y exclamaciones insultantes acallaron la voz del gelogo hasta obligarla a enmudecer. Fue en vano que Varis esgrimiese los documentos que acreditaban lo fundado de sus estudios. Sankar, Gordens y. Mcidon se abalanzaron literalmente sobre l y deshicieron sus argumentos con punzante crueldad. La Gran Asamblea en pleno lo vapule de palabra, obsequindole con los ms hirientes eptetos. El debate dur casi seis horas, despus de las cuales, sobreexcitados, afnicos y tan desconcertados como antes de acudir a la Cmara, los representantes de todos los mundos galcticos conocidos solicitaron del Presidente el aplazamiento, que ste concedi en medio de resignada pesadumbre. Jams se haba producido un caso de tan irracional desacuerdo en toda la larga historia del Universo.

El profesor Varis abandon la Cmara en ltimo lugar. Pareca haber envejecido varios aos en aquellas aciagas horas, y caminaba con la espalda doblada, como abatido ante el enorme peso de una incomprensin sangrienta. Nunca ms volvi a reunirse la Asamblea. Tal vez muchos de los que entonces le vieron partir en su pequeo vehculo de radiorreaccin rumbo a Holanda, sintieran por l lstima y un poco de pena. La mayora -siempre aquella masa que encabezaban Sankar, Gordens y Mcidon- ri complacida ante sus tribulaciones, victoriosa, proclamando a gritos la estpida superchera de aquel gelogo visionario.

Se puede concebir algo ms anacrnico que la pretensin de Varis? exclamaba el centenario Gordens, mientras un robot-sirviente le echaba sobre los esculidos hombros la capa de tejido vegetal traslcido. Hace millones de aos que el centro de la Tierra se mantiene en ignicin. Pero slo a un ignorante se le ocurrira asegurar que vamos a volar en pedazos ahora, precisamente cuando la ciencia ha aprendido a dominar los tres elementos bsicos: aire, agua y fuego. Ser el hazmerrer de todas las sociedades cientficas terrestres y extraterrestres!

Acaso estemos nosotros equivocados, honorable Gordens. Puede que la ceguera sea nuestra y no del profesor Varis.

Todos los rostros se volvieron hacia el que tan reposadamente haba hablado. Era Taspachiense Garande, el arcnido triantenoide que presidi la Gran Asamblea.

No creo que Su Prudencia haya pronunciado esas palabras con conviccin repuso el astrofsico. Varis est equivocado. Yo, el sabio entre los sabios, lo afirmo. La Tierra no podr jams ser destruida por supercombustin interior. Esa teora repele a la razn menos cultivada.

Quin puede saberlo! suspir el arcnido. Eso creemos ahora. Es posible que el castigo divino que tantas veces habis ledo en las crnicas de vuestros antepasados llegue algn da. Los terrestres sois la raza ms fuerte, la que ms mundos ignorados ha colonizado y quienes mayores glorias atesoran. Pero sois tambin una estirpe de seres ensoberbecidos, orgullosos de vuestro poder y... ciegos. Yo no creo en Varis se encogi de hombros. Pero tampoco creo en que vosotros, los astrofsicos, seis los infalibles. Slo hay Uno infalible. El que nos cre a nosotros y cre el Infinito Espacial poblado de lunas, astros y planetas. Contra sus designios es imposible luchar, por mucha que sea la ciencia aprendida.

Cuarenta y ocho horas despus que fuera aplazada la reunin en la Cmara Universal, slo unos cuantos cientos de los millones y millones de habitantes que poblaban la Tierra haban escapado al terrible castigo advertido por el hombre a quien todos motejaban de loco. Aerocohetes, astronaves, proyectiles espaciales de todo gnero surcaron las rutas interestelares llevando en su interior seres humanos horrorizados por la apocalptica catstrofe que destrua la Tierra. De haber prestado crdito a la sincera advertencia del neerlands, casi toda la poblacin del planeta hubiese escapado a su atroz destino.

Se habra preparado un medio de salvacin movilizando las Fuerzas Areas Terrestres, improvisando estaciones de socorro y los hombres hubiesen hallado cobijo en la plyade de astros que poblaban el sistema solar. Pero el desastre se desarroll con tal rapidez y furia que slo aquellos cientos de supervivientes pudieron refugiarse en las ms cercanas colonias terrestres, narrando lo ocurrido y aceptando el monstruoso cataclismo que casi estuvo a punto de conseguir la extincin de la Humanidad.

All, en las colonias que antes fueran inmensos campos flotantes en el cielo de donde la Tierra extraa minerales, elementos radiactivos y riquezas, se reunieron los pocos que lograron salvarse del bestial estallido originado en las entraas del planeta -tal como avis Varis que sucedera- resignndose a perpetuar la raza humana, a vivir precariamente hasta que las comodidades pudiesen ser establecidas y rogando para que las iras de Dios no les alcanzasen en justo castigo a su soberbia desmedida.

An deban dar gracias por haberles permitido sobrevivir. Haba familias nativas de todas las partes del Globo terrqueo. Y entonces, animados por una voluntad de cooperacin nacida al calor del infortunio, hermanados como nunca, igual que componentes de cien aerodinmicas arcas de No, se hincaron de rodillas y volvieron los ojos al cielo, a un cielo que estaba muy por encima de aqul que ellos haban credo dominar sin tener en cuenta que slo Uno puede ser el absoluto dominador de todo.

CAPTULO II

DOS MUESTRAS HUMANAS

El caos haba avanzado tanto que ya no exista remedio posible. Hasta que la verdad fue tan evidente que les anonad, los cientficos terrestres se negaron a admitir que la Tierra -el inofensivo planeta materno- era el propio elemento autodestructor. Seguan aferrados a las antiqusimas creencias, tan seguros de que el espacio deba ser la va conductora del desastre letal, que los observatorios de Urania, Luna, Heideiberg, Sudfrica, Tibet y hasta el inmenso telescopio de Monte Wilson registraron la atmsfera en busca del misterio. Qu fracaso! La muerte de la Tierra no provena del exterior, sino del interior ms remoto... de su propio centro incandescente!

Jass Womeder, un tcnico electrnico que hasta el ltimo momento se neg a aceptar el hecho consumado, comprendi tambin que la suerte estaba echada y que la Humanidad haba llegado al trmino de su perodo viviente. Al igual que millones de familias enloquecidas por el pnico, abandon la ciudad donde resida, huyendo del homrico derrumbarse de edificios, agrietarse de la corteza terrestre y negras nubes mortferas, abrasantes, apelotonadas en el aire, para buscar la salvacin en las altas cumbres montaosas.

Intil. Las cadenas orogrficas se desmoronaban, los ros desbordados corran por la tierra en medio de fragorosas cataratas y el fin del mundo -un eplogo enturbiado por giseres de humo, ondas magnticas y tempestades elctricas jams igualadas- era idntico en plena naturaleza que en las zonas habitadas.

Las envenenadas capas gaseosas que danzaban pegadas a la esfericidad del planeta emponzoaban cuanto hallaban a su paso. Hombres, bestias y vegetales languidecan, se marchitaban y acababan por morir presos de una asfixia alucinante. Los humanos huan despavoridos, cegados por las capas siniestras, iniciando un xodo frentico que no tena principio ni meta. La muerte les persegua donde quiera que fuesen y la Tierra toda apareca sembrada de cadveres igual que un ilimitado cementerio de cuerpos insepultos. La pestilencia nauseabunda de aquellas nubes imperaba sobre cualquier otro olor. Las naves con las que algunos tardos pretendieron escapar reposaban en los cohetdromos del pas rodeadas de muertos.

La gasificacin contaminadora era absoluta y slo los terrestres que primero se vieron posedos por el espanto y buscaron la liberacin alejndose del planeta lograron zafarse de la diablica sentencia dictada por las erupciones que sin cesar vomitaba el subsuelo. Nada poda subsistir en aquellas mortferas condiciones climatolgicas, tal vez porque desde que el primer estallido se produjo cesaron automticamente las benignidades de todos los climas terrqueos. La atmsfera se iba vaporizando progresivamente, descomponindose en cristalizaciones irrespirables.

Jass Womeder, exhausto y desfalleciente, se agarr al tronco hmedo de un rbol. Senta una angustia invencible y las bocanadas de aire que aspiraba apenas si contenan ya el suficiente oxgeno para mantenerse vivo. Como l, cientos y cientos de seres humanos que se alejaron de la ciudad, se desplomaban agonizantes, presintiendo la muerte, siempre envueltos en los nubarrones sombros que asesinaban a la Tierra. Era horrible morir en plena conciencia de sus actos y con la clara facultad mental de saberse impotente!

Poco a poco, incapaz de sostenerse asido al tronco, la asfixia le fue estrangulando y cay de rodillas. Junto a l, llorando y gritando de terror, con las pupilas agrandadas y sin sentir el dolor de las heridas, desfilaba la riada humana atropellndose, derribando a los dbiles, sin saber en realidad qu camino seguir. Jass apoy la cabeza en una roca basltica y entorn los ojos. Iba a expirar. Dios, qu extraa sensacin la de un moribundo mentalmente lcido!

Pens en su vida. En el pasado. Y tambin en el presente. Dos das antes, todas las radiotelevisoras de la nacin hablaron largamente del profesor Varis, un neurtico sin lugar a dudas. Aquel hombre anunci que la Tierra iba a estallar de un momento a otro. Nadie le hizo caso. Las carcajadas sacudieron al mundo casi con frenes de histeria. Luego sobrevino la hecatombe. Los primeros en dar la alarma fueron los ros, tumultuosamente desbordados, inundando kilmetros y kilmetros de tierras. Los grandes volcanes terrqueos, dormidos durante siglos, despertaron de su letargo en una erupcin pavorosa. Terremotos infernales llenaron de profundas heridas la corteza terrestre y nubes denssimas, de ignorada composicin gaseosa, fluyeron por los millones de grietas con hedor de podredumbre, flotando sobre los sembrados ttricos de cuerpos corruptos. Los pjaros, las aves, los animales, las plantas... Todo dejaba de existir a su contacto!

El Etna, en Sicilia, marc la pauta en la Confederacin de Estados Europeos. Humo, cenizas y metales fundidos, procedentes de las simas hondsimas de la Tierra en forma de arrolladora lava, cubrieron la isla. El Vesubio sepult a Npoles bajo una costra hirviente. Strmboli y Vulcano, al unsono, proyectaron lava pegajosa y destructora. El Teide, en Canarias, estall de forma tan sobrecogedora que sus salpicones derritieron ciudades del Norte de frica y llegaron hasta el centro de Espaa. El Hecla, en Islandia, inici una serie de vmitos que hicieron estremecer hasta las sedimentaciones jursicas y lisicas de la isla.

Sudfrica se hunda en el mar. El Este del bloque asitico (donde siglos antes se asentara el Imperio Japons) desapareci esparcido por las convulsiones del Fuji-Yama. El Orizaba, Jorulio, Popocatepetl y los crteres muertos -ahora redivivos- de Arizona y Colorado asolaron Amrica septentrional, mientras la faja de Centroamrica se resquebrajaba al empuje explosivo del agua. La Unidad de Estados Hispnicos (antigua Sudamrica) sufra la clera homicida del Pichincha, Cotopaxi y Chimborazo. Y la regin ocenica, compuesta por enjambres de islas todas ellas de naturaleza volcnica arda como una pavesa, transformada en surtidores de fuego que brotaban hasta del propio seno del Pacfico. El fin del mundo acababa de llegar!

Jass, agotado por la falta de oxgeno, inclin la cabeza y no pudo seguir recordando. Como en sueos not contra su cuerpo el choque de otra persona y el trueno desordenado creado por las pisadas de cuantos huan. El fragor de los destrozos resonaba en sus odos. Las montaas caan desmenuzadas y las violentas convulsiones ssmicas cuartearon la tierra. La tempestad elctrica azotaba sobre su cabeza. El cielo se haba tornado negro, oscurecindose el Sol y cayendo sobre el Tercer Planeta la noche eterna, inexorable, definitiva... La noche que perdurara para siempre en aquella Tierra que fue cuna de conquistadoras espaciales y que entonces slo era una escalofriante fosa comn!

* * *

Igual que millones de aos atrs, cuando el planeta Tierra giraba en el espacio iniciando sus primitivos perodos de formacin, la atmsfera haba desaparecido y los rayos del Sol, libres del filtro gaseoso, estaban empezando a completar la destruccin iniciada por aquella brbara explosin interna que volvi a convertirle en un cuerpo celeste sin vida. Vahos humosos escapaban del descuartizado suelo. Gases de amonaco, anhdrido carbnico, metano, bixido de carbono, helio, jirones sulfricos y agua en estado de vaporizacin era cuanto quedaba de la envoltura atmosfrica. La carencia de oxgeno representaba la causa primordial de la muerte. Todos los organismos vivos dejaron de existir al finalizar los terremotos, erupciones volcnicas y dantescos desrdenes.

Si acaso -contando con que existiese la ms nfima manifestacin de vida- podra encontrarse en los ferrorganismos y las sulfobacterias, capaces de existir sin la presencia de oxgeno, es decir, aprovechando los metabolismos ferrosulfricos.

Esto lo saban bien las diez criaturas extraterrestres que tripulaban la espacionave plateada. Pero no les importaba. Aunque cuanto alcanzasen a descubrir con los televisores electrnicos apareciese desolado y muerto, ellos no descansaran hasta encontrar lo que buscaban. Haban sido mandados hasta la Tierra desde un lugar distante millones de kilmetros. Deban realizar satisfactoriamente la misin. Y no les preocupaba que los bpedos orgnicos de aquel planeta autosacrificado estuviesen muertos. La muerte era un estado anmico que no contaba con factor de peso en sus propsitos.

La espacionave, volando suspendida slo a cinco metros de las altas cumbres sembradas de cadveres, atravesaba lentamente las zonas gaseosas registrando un sector donde se vean pequeos charcos de aguas nitrogenadas de las que escapaban emanaciones de helio. Los estallidos elctricos que se producan en las capas de nen y argn acompaaban el casi mgico vuelo. Los detectores sensoriales -algo semejante a la localizacin por radar que antes de la catstrofe tuvieron los terrestres- lanzaban y reciban ondas de comprobacin, aunque todas ellas rechazaban sistemticamente la posibilidad de hallar cuerpos humanos no deteriorados. La trrida influencia solar consuma los cadveres esparcidos por doquier, muchos de los cuales aparecas carbonizados porque sin la atenuante atmosfrica los tejidos orgnicos se desmenuzaban como bajo la accin de un supremo horno crematorio.

El pausado vuelo dur ms de una hora, aprecindose ligeras oscilaciones en la pantalla sensorial, aunque sin alcanzar un grado satisfactorio. Al fin, las ondas paralelas del instrumento se vieron citadas por una vibracin luminosa que las cruz tangencialmente. El operador oprimi un botn azul. Se dio la noticia por emisin psicoteleptica y la espacionave qued suspendida en el aire, semiborrada por las emanaciones gaseosas, tan inmvil en el vaco como mantenida por un gigantesco electroimn.

Si los miles de hombres muertos hubiesen podido contemplar lo que ocurri a continuacin habran quedado asombrados y privados de la facultad del habla por bastante tiempo. Por fortuna para ellos, nadie pareca poder acusar la menor reaccin anmica, no slo en razn de su muerte, sino porque la mayor parte se hallaban parcialmente desintegrados por la accin solar. La espacionave no recordaba en nada a las formas clsicas implantadas por los terrestres para la navegacin interestelar. Su lnea era ms bien geomtrica y no concordaba absolutamente con los modelos ahusados, punzantes o aplatillados usuales entre los aparatos voladores de la Tierra.

En realidad era la reproduccin exacta de un octaedro, con las polidricas aristas considerablemente alargadas. El centelleante color plata no deba estar producido por este elemento, sino por un metal de apariencia semejante, aunque infinitamente ms duro y apto para el vuelo en regiones espaciales. Las superficies del octaedro, formado por tringulos equilteros de tamao inmenso, no ofrecan a la observacin la menor fisura, irregularidad o abertura para respiracin. De hecho era imposible averiguar por dnde, cmo y en qu forma se introducan en la nave o salan de ella sus lgicos tripulantes. Slo en la parte superior, grabada con legibles caracteres grficos, se vea una inscripcin. Ningn humano, a pesar de conocer todos los idiomas hablados en el Reino del Sol, hubiese podido deletrear la complicada palabra, si es que era una palabra ciertamente.

De sbito, sin el menor sonido, se abri una rectangular porcin de la nave. Algo silb despus y las capas de nubes fueron disipadas en un amplio sector hasta dejar el octaedro libre de capas gaseosas, centelleando al recibir los efluvios solares en toda su potencia. Luego, un rayo rojo, ancho y rectilneo surgi milagrosamente por la abertura del rectngulo, formando una especie de pasarela desde el polidrico aparato a la corteza terrestre. Por aquella pasarela, enfundados en transparentes equipos que recordaban las vestiduras elasticoplsticas de los vagaespacios terrqueos del Servicio de Plataformas Aprovisionadoras, descendieron dos de los tripulantes. No eran humanos. Seguro. Pero estaban dotados de vida inteligente... y resistan las ondas solares sin experimentar el menor trastorno fsico!

Sorprendente! All, en un planeta abrasado, de metales en ebullicin y atmsfera descompuesta, sus trajes transparentes neutralizaban la potencia del astro rey. Inconcebible para la mentalidad terrquea! Sirvindose del rayo rojo igual que cualquier mortal podra hacer de una escala de descenso, la pareja de incognoscibles criaturas baj hasta tierra. Lo que ms poderosamente llamaba la atencin de ellos era su corta estatura y la extrema delgadez de su constitucin corprea.

Alcanzaran, a lo sumo, 50 centmetros de altura. La cabeza, excesivamente abultada, pareca una esfera cristalina, desprovista de cabello, cejas y nariz propiamente dichas. Dos orificios idnticos reemplazaban la nariz y la boca. Los ojos, o al menos lo que ocupaba el lugar destinado a los mismos, parecan ser dos bolas pticas giratorias, desprovistas de crnea, cristalino, humor vtreo y posiblemente de retina y nervio. El pigmento era afn en ambos seres, rojo sangre. Cualquiera que fuese la naturaleza de su composicin no poda negarse que vean exactamente igual que los humanos...

Su formacin fsica, aunque alejadsima de la habitual concepcin orgnica, alejaba la idea de autmatas o desconocidos kotes. Algo deba latir en su interior, bien fuese un corazn, una vlvula simple para el riego sanguneo o cualquier engendro biolgico. Respiraban, daban sensacin de vida... no eran mquinas aunque lo pareciesen! S. Sencillamente enloquecedor... pero cierto y real.

El cuerpo, como se adivinaba bajo la envoltura transparente, era delgadsimo, endeble, invertebrado. Posean seis extremidades (cuatro superiores y dos inferiores) y las que oficiaban de piernas eran tan cortas que los pies -una garra palmpeda- nacan casi en la iniciacin, sin que existiese muslo, rodilla, pantorrilla y tobillo. Los cuatro miembros superiores eran prensibles, superarticulados y levemente escamosos. Pese a ello su aspecto general no resultaba repulsivo ni aterrador.

La apariencia era, sin lugar a dudas, plcida, pacfica y tranquilizadora.

El que primero lleg a tierra sostena en una mano un minsculo aparato violceo. Algo semejante a un voltmetro. Se trataba de un sensitorio Arden, pero mejorado. Su onda perciba las oscilaciones que reflejaba la pantalla del detector de la espacionave y les serva de gua, conducindoles al punto sensis, igual que una piedra magntica atrae al metal. Caminaban con cierta torpeza a semejanza de un ganso bamboleante. Pegado al orificio bucal llevaban una especie de botn dorado del que partan dos terminales de alambre conductor, con las bananas ajustadas a los odos. Deba tratarse de un medio receptor-transmisor para conservar el contacto hablado con los tripulantes de la nave.

El sensitorio les condujo hasta un desmoronamiento de rocas. La avalancha se haba producido de tal suerte que formaba cobertizo sobre el suelo. En aquel hueco, erizado de aristas, yacan dos cuerpos humanos, uno tumbado sobre el otro. La sombra que proyectaban las rocas superiores impedan que los rayos de sol carbonizasen los restos mortales del par de terrqueos, aunque los gases dispersos invadan la oquedad en cantidad suficiente para explicar la causa de su muerte. La onda de sensitorio se inmoviliz cuando franquearon el radio de accin del ncleo sensis y un zumbador entr en funcionamiento, avisando que la localizacin estaba efectuada. Entonces, una de las extraas criaturas movi el orificio bucal y empez a hablar en una especie de guturales susurros que recordaban los ronroneos de una fiera selvtica.

Se trata de dos terrqueos, sabis Ksep dijo. Un desprendimiento ptreo les ha resguardado de la destruccin solar. Son de enorme tamao y la muerte debe haberles llegado por asfixia. Espero tus instrucciones.

Las bananas conectadas en los odos enrojecieron y una voz gangosa orden:

Examinadlos detenidamente. Slo los traeremos a bordo si su estado de conservacin es perfecto. Proceded enseguida al anlisis y dadme cuenta de los resultados.

S, sabis Ksep.

Los extraterrestres se inclinaron sobre el par de cadveres. Uno de ellos puls la parte inferior del sensitorio y un silbido idntico al de poco antes proyect una corriente area que disolvi las nubes gaseosas y permiti verificar el examen con excelente visibilidad. El otro recorri calmosamente los miembros, trax y cabeza de los terrestres, aplicndoles una ventosa plateada provista de dos rganos de escape por los que surgieron chorros nebulizados de un compuesto brillante. El resultado debi satisfacerle.

La sustancia episptica responde con ndice positivo, sabis Ksep. El tejido epitelial y las regiones de conglomerado muscular no se hallan deteriorados. Su masa formativa es sana y no perjudicada por los agentes atmosfricos venenosos, excepto en lo que ellos denominan sistema pulmonar, donde se aprecia atrofia. Pesan bastante ms que nosotros, aunque tal vez esto se deba a la influencia gravitatoria de su planeta. Acabo de hacer un descubrimiento sensacional, que nos facilita enormemente la labor.

Explcate.

Son de especie distinta, sabis. Es decir, de tipo regidor y tipo fecundador. La diferencia se advierte a simple vista, porque tal como estudiamos en el informe expedicionario ambos son opuestos fsicamente. No recuerdo cmo les llamaban en aquel informe, sabis.

Macho y hembra. Ellos dicen tambin hombre y mujer.

Exactamente. La masa corprea de la mujer es ms suave y tierna que la del hombre. Su delicadeza es aparente. Las mejillas del macho son speras y las del otro humano finsimas. Creo que el informe ser muy largo si he de efectuarlo por radiotransmisin.

Djalo estar. Volved a la nave.

Estamos tratando de sacarlos de aqu, pero son demasiado pesados para nosotros. Calculo que necesitaremos a toda la tripulacin de la espacionave para trasladarlos a bordo.

Bien. Os mandar ayuda. Voy a enviar un despacho ultrarrpido a la base secreta de la Galaxia Solar para que comuniquen en Axon el xito de la incursin.

Date prisa, sabis. El enorme calor reinante empieza a abrir poros en nuestros trajes aislantes.

Descuida. Esta elevada temperatura no es para nosotros. Parece imposible que los terrestres hayan podido vivir millones de aos en un planeta tan cercano al QUINTO SOL!

Desde luego, se hizo necesario el esfuerzo efectivo de todos los enanos especimenes para transportar los cuerpos humanos hasta el octaedro. Un aspirador magntico, envolvindoles en verdes halos luminosos, iz los cadveres hasta la abertura rectangular. La mujer fue llevada la primera a una habitacin circular a costa de grandes esfuerzos, y para dejar el hombre a su lado, las diez anormales criaturas se vieron obligadas a arrastrarle sobre el pulido suelo vidriado.

El ttrico acarreo les dej tan extenuados que tuvieron que retirarse a reponer fuerzas mediante corrientes vitalizadoras en la cmara de reactivacin elctrica. Luego, despegndose de la Tierra a velocidad superior a la luz, el geomtrico aparato hendi el espacio rumbo al infinito, perdindose de vista con erizante rapidez. Igual que borrado del aire por una descarga atomohidrognica!

CAPTULO III

MUERTOS RESUCITADOS

Fue una sensacin desconocida, imposible de describir y hasta cierto punto aterradora, la que se adue de l al despertar. Despertar? Un incontenible escalofro le recorri d espinazo, sacudindole igual que al recibir un recio contacto elctrico. La pregunta pareca carecer de respuesta. Aturda su siniestro significado. Era tan inverosmil! Y sin embargo, contra toda lgica, repeliendo las ideas que se agitaban en su cerebro, inexplicablemente... acababa de DESPERTAR! Poda moverse, sentir el latido de su corazn... VIVA!

Un confuso tropel de razonamientos -paradjicamente irrazonables- galopaba en su mente. Senta calor en las manos, un leve dolor en las sienes y respiraba casi normalmente. Cmo justificar tales hechos? El sudor, un sudor fro y pegajoso, empapaba su cuerpo. Estaba seguro, poda jurarlo, de que haba muerto asfixiado. l era un cadver... No poda estar vivo!

No te inquietes, Jass Womeder dijo entonces una voz gangosa. Te encontrars completamente bien cuando haya transcurrido un poco. Tu organismo atraviesa ahora por la ltima fase de recuperacin. Ests dejando atrs la crisis mortuoria.

De dnde proceda aquella voz? Quin estaba a su lado? Por qu hablaba de crisis mortuoria? Parpade. Sus pupilas fueron habitundose perceptiblemente a la semipenumbra que le envolva. Crisis?, se repiti. Era la muerte slo una crisis temporal? Poda un hombre resucitar horas, das o semanas despus de fallecido? Desconcertante... y absurdo! Pero... l muri y ahora estaba vivo!

Trat de incorporarse. No lo consigui por razn de su extrema debilidad y volvi a caer pesadamente, permaneciendo rgido, tenso, aterrado. Poco a poco respiraba ms desahogadamente y perciba una corriente de vitalidad penetrar en su cuerpo. Fue serenndose. Palp con las manos, descubriendo que se hallaba tendido boca arriba sobre una especie de tabla estrecha, pulimentada, ligeramente tibia. Un zumbido tenue como el producido por un generador de energa electromagntica se escuchaba por encima de l. La obligada pausa impuesta para recuperarse le permiti echar una ojeada a la habitacin. Pero el vistazo aport poca luz y aument, en cambio, su asombro. Ni l mismo se atreva a asegurar que aquello fuese una habitacin.

La cmara era ms bien un casquete esfrico, baado por una claridad azulada, irreal, que flua de las mismas paredes tornasoladas. Nada, ni el ms banal adorno, decoraba la brillante convexidad. Sobre su cabeza, pendiente del polo esfrico, colgaba una rizada parrilla, embarrada por ailes resistencias, de las que dimanaba el suave calor que entibiaba la tabla pulida. Ni una ventana, ni un orificio, profunda desnudez. Deba existir, al menos, algn conducto para renovacin de aire y expulsin de las capas viciadas, aunque le fue imposible descubrirlo. Lo que s descubri y result para l una brusca revelacin fue el menudo espcimen que le miraba fija y estudiosamente por medio de sus bolas pticas.

Ya ms repuesto, haciendo acopio de energas, se incorpor ayudndose con los codos. Sus ojos se encontraron frente a frente con las rojizas esferas visuales del sabis Ksep y tuvo el presentimiento de que un hipntico poder brotaba de ellas buceando hasta la ms recndita fibra de su ser. La enorme cabeza, el frgil cuerpo y los seis miembros prensiles le hicieron concebir la primera teora sensata. Pero era tan insensato aquello que l juzgaba probable sensatez!

Te encuentras mejor, Jass Womeder? dese saber la criatura extraterrestre haciendo gala de exquisita amabilidad.

Quin es usted? Dnde estoy? Qu significa...?

Por favor ataj su interlocutor. Te ruego que no contestes a mis preguntas del mismo modo. Tratar de explicarte lo mejor que pueda cunto ha ocurrido... pero eso hay que hacerlo paulatinamente. La impresin sera atroz para un terrestre como t. Respndeme, cmo te encuentras?

Jass frunci el ceo, perplejo. El tuteo pareca ser algo acostumbrado entre los exponentes de aquella estrambtica raza y por ello lo acept tcitamente. Sin duda habra muchas cosas desconocidas para l a partir de entonces y a las que por fuerza debera adaptarse echando a un lado sus prejuicios.

Me encuentro restablecido...

Del todo?

Un poco dbil.

Tus visores... es decir, tus ojos... giran sin dificultad?

Te veo exactamente como antes de morir... Jass acab por sentarse sobre la tabla. Porque yo haba muerto, verdad?

S, terrestre. Estabas muerto cuando te subimos a bordo.

A bordo?

Ests en la sala Wick, una de las muchas que contiene la espacionave. Volamos en direccin a Axon.

Una espacionave! Eso significa que me recogisteis de la Tierra y que tal vez ahora nos hallamos muy lejos de ella.

Cierto. Calculo que habremos sobrepasado ya los doscientos aos-luz, como decs vosotros.

Cunto tiempo hace que abandonamos la Tierra?

Tiempo...? No s concretamente qu es lo que entendis por tiempo, Jass Womeder.

Es una medida para designar el transcurso de la vida.

Comprendo. Quiz unos cuantos dobes.

Das?

No importa. Lo sabrs cuando aprendas nuestro sistema quntuplorracional. Lo importante es que te encuentres restablecido y que tu materia orgnica vuelve a funcionar. Me llamo Ksep y soy el sabis de esta espacionave. Sabis significa algo as como... capitn en idioma terrestre. T te llamas Jass Womeder, eras tcnico electrnico y los Divinis te han sealado para que seas el primer terrestre que pise nuestro mundo. Deberas sentirte muy orgulloso de tu suerte.

Me siento confuso, Ksep, terriblemente confuso. Hay una infinidad de cosas que deseo conocer... y al mismo tiempo temo. T, en cambio, creo que sabes todo lo relativo a m. Por qu?

Lo he extrado de tu razn fue la contundente respuesta.

El sabis anduvo torpemente por la cmara. Oprimi algo invisible y el emparrillado azul se apag. Luego, moviendo uno de los miembros de arriba abajo, igual que ordenando algo a un ser animado, mir a lo alto del casquete. En el acto, la semipenumbra fue sustituida por una clara iluminacin que pareca de procedencia solar.

El indicador dice que ya ests fuerte y en disposicin de reintegrarte al mundo de los vivos. Ahora puedes hacerme cuantas preguntas desees. Contestar a todas con sumo gusto.

Jass se hallaba efectivamente tan sano como antes de ocurrir la catstrofe. Haban desaparecido los dolores, la sensacin de nuseas y poda accionar sin impedimentos sus articulaciones. Pos los pies en el suelo y anduvo unos pasos.

Te aconsejo que no camines an seal el sabis Ksep. Sintate. Como t dices... ser cuestin de poco tiempo, Jass Womeder.

El terrqueo asinti. Fue entonces cuando advirti que el sabis haba vuelto a sentarse... en el vaco!

No lo comprendes, verdad? dijo l. La cmara proyecta rayos invisibles en torno a la base de la semiesfera. Estos rayos son consistentes. Prueba a sentarte. Vers cmo te mantienen.

Ante la desorientacin de Jass, aadi:

Acrcate a la pared. As. Djate caer ahora con la espalda pegada a la superficie. Qu tal?

Maravilloso! Aunque Jass se haba dejado caer con cierta prevencin, dudando que pudiese existir un rayo invisible capaz de servirle de silla, tuvo que darse por vencido al comprobar que sus muslos reposaban sobre un mullido asiento impalpable y no obstante, consistente. Prefiri no devanarse el cerebro buscando la explicacin. l, como tcnico electrnico, saba que el campo elctrico ocultaba an muchos secretos en su seno; tal vez llegase a incrementar sus conocimientos al lado de aquella raza espectacular. Se acomod a placer. El sabis le miraba atentamente, aguardando sus preguntas.

Qu ha sido del planeta Tierra? empez.

Lo ignoro, Jass Womeder. Eso slo vosotros los terrestres podis explicarlo. Cuando nosotros llegamos haca ya varios dobes que se inici la destruccin. Como todos los mundos viejos, la Tierra se cans de seguir viviendo y muri. sa es la nica explicacin que puedo ofrecerte.

Ignoras, pues, si ha habido otros supervivientes?

Vimos despegar cohetes y astronaves antes de que las nubes mortferas arrasasen todo resto de vida. Eso me hace suponer que muchos terrestres escaparon indemnes del desastre. Deben haberse refugiado en los planetas y satlites prximos a vuestro sistema solar.

Por qu vinisteis a mi mundo?

El orificio bucal del sabis Ksep se frunci.

Tenamos una misin que cumplir replic. Y la cumplimos.

Qu clase de misin?

Recuperar cuerpos humanos no daados por la destruccin.

Con qu fin?

Lo sabrs cuando lleguemos a Axon, Jass Womeder. Opino que eso es lo que menos importa. T ests vivo... qu puedes reprocharnos?

Nada, lo admito. Pero veo mucha oscuridad en torno a vosotros, sabis Ksep. No s si estoy siendo vctima de una pesadilla. Es tan fantstico lo que me ocurre!

Estoy a tu lado para disipar esas dudas. Pregunta.

A qu raza perteneces? Cmo sabes mi lengua? Qu significa Axon y por qu hablas del Sistema Solar como una cosa separada en el espacio?

Pertenezco a la raza axoniana, una de las ms antiguas en las regiones interestelares. Axon es nuestro mundo. Un mundo libre, comprendes? La humanidad jams ha llegado hasta nosotros y vivimos a salvo de esclavitudes colonizadoras. Nosotros conocamos la existencia de la Tierra, el planeta desptico por excelencia, conquistador, imperialista absoluto del Universo. Pero vosotros, pobres terrestres envanecidos, jams pudisteis llegar a ms de un milln de aos-luz de Axon. Ni siquiera la potencia de vuestras naves espaciales permita sobrepasar el lmite de lo que llamis Galaxia Solar. Nuestros cerebrlogos saban muy bien que estbamos a salvo. La Galaxia conocida, con sus constelaciones, asteroides y estrellas eran cuanto podais dominar con la garra terrestre. Nosotros, por fortuna, estbamos fuera de vuestro alcance y as hemos vivido grandes siglos de paz, al margen de los odios que las conquistas despiertan en los pueblos y las guerras que se desencadenan para romper los yugos de servidumbres.

Cmo es posible que desde Axon se pueda llegar a la Tierra? Si existe un medio, nuestros sabios lo conoceran.

se es nuestro secreto inviolable, Jass Womeder. Existe un medio, desde luego; pero que no te dir. Adems, los detalles tcnicos del mismo te aturdiran. Slo cerebros electrnicos superclaros pueden asimilar los clculos y resolver los intrincados problemas fisicomatemticos. Axon es el centro de una enorme nebulosa extragalctica. La nebulosa planetaria axoniana se halla casi en los confines del Universo. Vuestro sol es apenas visible desde all, aun con la ayuda de electrotelescopios. Quiz esto te haga comprender la escasa importancia que para los axonianos tiene el ponderado Sistema Solar. Por suerte, la atmsfera que rodea a la nebulosa est formada de oxgeno. T sers uno de los ejemplares que conservaremos vivos, a diferencia de los otros cientos que hay que mantener en congelacin permanente...

Ejemplar? Explcame eso, sabis Ksep.

Tambin me preguntabas por qu conozco tu lengua aadi Ksep haciendo caso omiso de la interrupcin. Has odo hablar de la proyeccin teleptica?

Jass enarc las cejas. He ah una observacin que derramaba algo de luz! Debi comprenderlo antes, porque el raro espcimen no perteneca a ninguna de las razas conocidas que poblaban la galaxia estelar. Aquello justificaba sobradamente el conocimiento que el sabis Ksep posea del ingls. Eran telpatas!

S perfectamente en qu consiste contest.

Entonces sobran las explicaciones, Jass Womeder continu Ksep. No, no somos telpatas agreg rpido. Pero poseemos un dispositivo teleptico-cerebral que nos permite registrar los pensamientos y aprender el idioma de cualquier extranjero conectndolo en su mente.

Ahora recuerdo un leve dolor que me aquejaba al despertar.

S. Tenas introducida una sonda. La sacamos nada ms completar la educacin idiomtica. La herida te ha sido cauterizada y no queda ni rastro de ella.

Debe ser muy amplia vuestra asimilacin de estudios desde el momento en que podis aprender una lengua en pocos instantes.

No s lo que son instantes.

Otra medida de tiempo muy breve.

Ayudamos a la comprensin con el empleo de una droga psquica que fija en la memoria cuanto escuchamos, leemos o contemplamos por vez primera, imprimindolo indeleblemente. Si llegado el caso t tomases esa droga y yo te explicase el proceso de fabricacin de un proyectil disolvente, pongo por ejemplo, sabras tanto sobre el mismo que no te sera difcil construir uno igual. Comprendes?

S, Ksep. Comprendo... y no doy crdito a lo que oigo. Cmo se llama esa droga?

Las intenciones que te animan a preguntarlo no son pacficas, Jass Womeder. Lamento tener que negarme a responder.

Est bien. No lo hagas. Pero hay algo que no comprendo, sabis Ksep.

Qu es ello?

Cmo pudiste aprender mi lengua aun empleando la droga milagrosa, si yo estaba muerto?

Por eso fue preciso alejar la muerte de tu cuerpo. Fue una experiencia interesante... y que jams habamos realizado con xito fuera de organismos axonianos. El alejamiento result coronado por el xito. Por boca tuya vamos a saber muchas cosas de la Tierra, convertida para siempre en cuerpo sin vida, girando en el espacio hasta que un cataclismo mayor la reduzca a polvo csmico.

Alejar la muerte de mi cuerpo! Esperas que crea esa estupidez? No hay nadie que pueda ser resucitado cuando le llega su hora... ni empleando medios cientficos!

T lo has dicho, Jass Womeder. Cuando la muerte llega es imposible salvarnos. Pero no en tu caso. El fallecimiento no fue natural. Se produjo por circunstancias anormales. Entiendes?

No. No te entiendo.

Es bien sencillo! T no estabas enfermo ni eras viejo. Tu organismo se mantena en perfecto estado. Padecas alguna dolencia incurable? No. Acaso sufriste anteriormente un proceso de rejuvenecimiento? No. Fsica y moralmente t eres un hombre joven, sano, destinado a vivir por espacio de nanes y nanes. La muerte no te haba sealado... La asfixia producida por la descomposicin de tu planeta fue quien paraliz momentneamente la vida orgnica. Eliminando la parlisis mortal, tu cuerpo seguira gozando de los mismos reflejos vitales que antes de fallecer. Esto ha sido, en sntesis, lo que hemos hecho por ti. El experimento ha respondido favorablemente.

Jass se haba quedado mudo de asombro.

La mesilla recoge las ondas que genera el viviens superior aclar Ksep. Todo se reduce a un proceso electrocalorfico magnetizante, capaz de infundir vitalidad a un cuerpo no deteriorado interiormente. Despus de la expulsin neumtica de los gases venenosos, iniciamos el tratamiento al mximo voltaje, con reduccin gradual del mismo. Tus tejidos no son como los nuestros y corramos el riesgo de incinerarte. Pero una cama de grasa de microneutralizadores profilcticos te puso a cubierto de las quemaduras. El resto ya lo conoces. Has vuelto a la vida.

Y tal vez hubiese sido mejor estar muerto murmur Jass al reponerse de la sorpresa.

Por qu dices eso?

Porque no s lo que me espera a vuestro lado. La muerte era una solucin. La vida, esta nueva vida ficticia, abre una incgnita trgica en mi futuro.

Te hemos causado algn mal, Jass Womeder? Ninguno. Y tampoco deseamos sacrificarte. Vivirs una existencia distinta a la que llevabas en la Tierra... eso es innegable. Pero exenta de peligros, preocupaciones y enfermedades. En Axon no existen virus malficos y prcticamente se desconocen las dolencias que aquejan a tantos otros pueblos de galaxias ms prximas que la nuestra.

Ser libre? Responde a esto, sabis Ksep.

El axoniano tard un minuto en contestar. Sus bolas pticas miraban tan rectamente a los ojos de Jass que ste temi un buceo teleptico. Al parecer haba puesto el dedo en la llaga con aquella pregunta y dio en el nico punto vulnerable de sus captores.

Te hemos procurado una compaera dijo al fin Ksep variando de tpico. La mujer har que olvides tu situacin en Axon. Por lo que he extrado de tu mente s que ella es indispensable para la continuacin de la raza humana. Sin mujer no hay reproduccin. Seris felices. Y tendris continuadores orgnicos que nacern en una tierra ms fecunda y pacfica que el turbulento planeta que fue vuestra cuna.

Crees que puedo unirme a una hembra... de tu especie? Ignoro cmo sern, pero juzgando por tu presencia creo que nunca conseguira amarla lo suficiente para resignarme.

Debes haber olvidado a la mujer que te acompaaba en la huida. La encontramos a tu lado, tambin muerta, y decidimos subirla a bordo.

El nuevo giro dado a la conversacin signific tanto para Jass que hasta se olvid del eludido problema de su libertad.

A qu mujer te refieres?

A la terrestre que huy contigo, Jass Womeder.

Creo que en este caso habis sufrido un error. Nadie me acompaaba cuando escap de la ciudad para buscar la salvacin en las montaas. En mi subconsciente queda un pequeo recuerdo. Algo semejante al golpe propinado por alguien. Por cuanto me has dicho, deduzco que esa mujer debi chocar conmigo antes de caer desvanecida. Quedaramos juntos. Quiz eso os indujo a creer que ambos ramos personas allegadas.

Es eso cierto?

Completamente, sabis. Desconozco a la mujer de que me hablas.

Ksep medit un instante.

De todas formas replic, en Axon tendris ocasin de conoceros. Ella no encontrar otro terrestre en el DILIUM RESTATORUM y aceptar de buen grado tu amor cuando empiece a sentirse sola.

Qu es el DILIUM RESTATORUM?

El lugar donde viviris en Axon.

Alguna crcel?

No s lo que es crcel.

A las crceles de la Tierra llevan los prisioneros capturados. No cabe duda de que para vosotros soy un prisionero, sea cual sea la forma que tengis de llamarme.

T no eres un prisionero, Jass Womeder. Siempre hacemos prisioneros a los enemigos, pero se no es tu caso. En realidad podra decir que representas al gnero humano en mi mundo.

Ksep call y Jass no hizo la menor objecin. En vista del silencio, el sabis se permiti agregar:

El Gobierno axoniano nos envi a la Tierra para conseguir muestras de sus habitantes... con destino al DILIUM RESTATORUM. No me preguntes ms sobre ello. Puesto que has de vivir all, sabrs bien pronto en qu consiste.

Jass abandon el cmodo asiento sobre el rayo y pase por la cmara. Ksep le vea hacer encerrado en un mutismo contemplativo.

Bien admiti por ltimo Jass. No har ms preguntas. La cabeza me da vueltas, porque son demasiadas emociones juntas en tan poco tiempo. Ya ir averiguando vuestros propsitos, sabis Ksep. Aunque me agradara aclarar ahora todo lo relativo a la mujer terrestre.

Quieres conocerla?

Me encantara.

Es bella, joven y tan sana como t.

Puede que tu concepto de la belleza difiera bastante del mo propio.

Sgueme. La hemos sometido al mismo proceso electrocalorfico que a ti. Se encuentra en la sala Derw, otra de las cmaras vitalizadoras de la nave, y debe estar empezando la recuperacin orgnica. Cuando vuelva a la vida deber explicarle lo mismo que a ti... y eso resultar ms difcil, porque en su cerebro hay secciones afectadas por el terror. Seguramente la catstrofe de la Tierra la impresion rotundamente. O tal vez se deba a su inferior constitucin fsica. Sus masas musculosas son menos consistentes que las tuyas.

Las mujeres son ms dbiles que los hombres, sabis Ksep.

Eso he podido averiguar. En Axon, a diferencia de la Tierra, las hembras de la especie son idnticas a nosotros, salvo en la propiedad fecundadora de polinizacin. Acompame. An la vers dormida.

A un ademn del axoniano, la pared esfrica se distendi como si estuviese compuesta de material plstico, dejando una regular abertura por la que salieron a un largusimo pasillo. Ksep alarg uno de sus miembros superiores y se agarr a una de las muchas anillas doradas que colgaban del techo, indicando a Jass que le imitase. Asidos a ella, sin que aparentemente pareciesen moverse del mismo sitio, fueron arrastrados hasta el final del pasillo.

Aquel extrao medio de locomocin ces cuando llegaron a otra semiesfera exacta a la de la sala Wick, correspondiente a la cmara Derw. Una vez dentro, atnito hasta el anonadamiento, Jass tuvo ocasin de contemplar a la terrestre, que iniciaba la fase de cadver resucitado. Hasta entonces se limit a aceptar los hechos como algo irremediable e imposible de solucin. Cuando vio a la mujer, que lentamente empezaba a abrir los ojos, un chispazo de rebelda alumbr su corazn.

Deban la vida a los dos axonianos, desde luego. Pero si lo que se proponan hacer con ellos era lo mismo que Jass estaba pensando, intua que muy pronto iban a lamentar haber resucitado a los dos terrestres. Jams seran reducidos sin lucha.

CAPTULO IV

CEREBROTECA, ALIADO PROVIDENCIAL

Se llamaba Grace Discano y haba sido sub-directora de una fbrica de robots domsticos en la Tierra. Su reaccin al volver a la vida fue diametralmente opuesta a la de Jass. La presencia del sabis Ksep la horroriz, hacindola prorrumpir en gritos y amargos sollozos. Su razn, como Ksep advirti, estaba resentida por los terrores que la sacudieron en su fuga hacia las montaas. No poda concebir su resurreccin y hasta que lograron calmarla, se hall presa de frecuentes crisis de histeria, seguidas de desvanecimientos, shocks nerviosos y alteraciones cardacas.

Jass tuvo que poner en juego sus pacientes dotes de persuasin y hablarle largamente de lo ocurrido, mientras el sabis Ksep adoptaba un discreto segundo trmino. Entre tanto dur la fase de pnico, le fueron administradas cpsulas tranquilizadoras y hasta una pequea dosis de la droga milagrosa que permita retener en la memoria cualquier explicacin. De aquella forma, la evidente verdad de su situacin llev al nimo de Grace Discano el convencimiento de que no exista escapatoria momentnea y la desesperacin inicial cedi paso a la resignacin.

Los das subsiguientes, dobes como calificaban los axonianos al transcurso de cada jornada, acabaron por tranquilizarla. Jass no la abandon ni un segundo, pero siempre bajo la vigilante mirada del sabis Ksep. Hasta cierto punto, Jass se senta dichoso con la compaera que el destino le haba deparado, porque Grace Discano era una muchacha capaz de infundir gozo en el ms glido de los terrestres. Todava se hallaba en su vida ntegra, es decir que, como l, no sufri terapias de rejuvenecimiento. Era bonita, decididamente bonita, y su cultura extensa aada un atractivo ms a los muchos de orden fsico que posea. El ajustado vestido verde que cea su cuerpo de acuerdo con la ltima moda femenina, armonizaba maravillosamente con la esplndida cabellera rubia y los grandes ojos claros. Saba sonrer de un modo encantador y cuando lograba alejar la sombra que recordaba los momentos tan cruciales que atravesaban, era una delicia permanecer junto a ella.

Desde el primer momento hizo partcipe a Jass de sus propsitos. No, no se dejara amilanar por la adversidad y luchara con todas sus fuerzas para escapar de los axonianos. Prefera mil veces la muerte a vivir esclavizada, puesto que slo esclavitud poda aguardarles en Axon. Su alegra fue estruendosa al advertir que su compaero pensaba de igual forma. Ambos conseguiran su empeo o pereceran en la empresa, porque la muerte era preferible a la dominacin de aquellos especimenes de seis miembros y enorme cabeza globular. Animados por esta intencin, ntimamente reconfortados, decidieron mostrarse ante el sabis Ksep bajo una falsa capa de complacencia al objeto de ir ganndose gradualmente su confianza.

No fue difcil. Los axonianos posean un carcter familiar y abierto. Con una simple sonrisa se ganaba su simpata. Perseveraron en el sistema y pronto obtuvieron autorizacin para desplazarse a capricho por el interior de la inmensa nave. Justamente a los veinte dobes de navegacin, Jass se reuni para almorzar con ella siendo portador de una prometedora noticia.

Durante las comidas, a base de aminocidos y protenas en estado de licuefaccin, gozaban de una relativa libertad, puesto que el sabis Ksep les permita estar solos. Los alimentos les eran directamente teleportados desde los hornillos de coccin atmica y bastaba oprimir un pulsador para que apareciesen en la plataforma que oficiaba de mesa. As pues, gozaban de absoluta soledad y tal circunstancia les permita enfrascarse en consideraciones encaminadas a labrar su libertad una vez aterrizasen en el planeta de la nebulosa extragalctica.

Cmo van esos progresos, Jass? inquiri ella con fraternal avidez.

Magnficamente. Esta maana he conseguido permiso del sabis Ksep para visitar la cerebroteca de la nave. En las dos horas que ha durado mi visita aprend un montn de cosas nuevas sobre Axon y sus pobladores. Al parecer, los seres de esta extica raza ignoran lo que es desconfianza. Todos me trataron cordialmente y se ofrecieron para ayudarme en cuanto necesitase. Estoy empezando a creer que si el sabis Ksep nos segua a todos lados no era obedeciendo a un preconcebido plan de vigilancia, sino en previsin de que un descuido por nuestra parte pudiera causarnos dao. Desean entregarnos intactos en Axon; as debieron sentir nuestros antepasados terrqueos al descubrir fsiles prehistricos, momias egipcias o restos de civilizaciones que el paso del tiempo extingui de la faz del mundo.

Grace le escuchaba con atencin, saboreando la sopa de aminocidos condimentada con sabores aptos para ser percibidos por los paladares terrestres.

Es curioso. Desde que volv a la vida, la impresin de que desean conservarnos como reliquias de algo memorable no se ha apartado de mi imaginacin.

Tal vez esa sea la razn de sus extremadas precauciones.

Qu es una cerebroteca, Jass? En la Tierra tenemos bibliotecas del pasado, discotecas, pinacotecas... pero creo que jams escuch esa palabra. Es un lugar donde se conservan cerebros?

No sonri Jass. Vers. Resulta un poco difcil de explicar. Tratar de darte una idea. La cerebroteca es, en realidad, una biblioteca corriente... pero en donde los libros son delgadsimas lminas de un metal parecido al platino. T sabes que en la Tierra hace muchos aos que fueron desechadas las bibliotecas, tan en boga durante los siglos XX, XXI y XXII. Las pocas que se conservaban no funcionaban oficialmente, puesto que ya nadie necesitaba leer un libro para enterarse de su contenido. Haban quedado reducidas a monumentos nacionales del pasado, donde la gente acuda para comprobar lo muy atrasados que vivan los tatarabuelos de nuestros bisabuelos. Nosotros emplebamos como medio comn las tele-visotecas. Los libros se haban convertido en pequeos cilindros que adaptbamos a los televisores y la lectura pas a convertirse en visin, sucedindose en las pantallas la cadena de imgenes que superaba en mucho el poder informativo de la lectura ocular.

As es.

La cerebroteca viene a ser lo mismo, pero encauzando el estudio de los libros por medios mentales. Me explicar. Cada volumen, debidamente clasificado por materias, gneros y grados de enseanza, es, como te dije, una finsima plaquita de platino. De los bordes de esta placa surgen dos hilos casi impalpables, rematados cada uno por agujas. Cuando alguien desea informarse debidamente toma la placa, la aprieta contra la frente y pincha sus sienes con las agujas. No se experimenta dolor alguno. Un desvanecimiento delicioso se aduea de tu voluntad. Hablando en trminos vulgares, puedo decirte que es como si un sueo placentero te dominase. Sin ruidos, sin fatigas, sin el menor esfuerzo, el texto del libro va pasando directamente a tu cerebro, enriquecindolo con los conocimientos que contiene, como traspasando toda la sabidura encerrada en l a tu mente. El sueo termina al mismo tiempo que la lectura total. Desclavas las agujas, dejas la placa en su lugar... Y recuerdas minuciosamente cuanto fue depositndose en tu mente! Es inconcebible, Grace! Lo he experimentado personalmente. Aunque me advirtieron que existe una limitacin para nosotros, los terrestres inform. La capacidad de asimilacin cerebral no permite ms que la lectura de tres o cuatro placas por da. Ahora he comprendido por qu tienen los axonianos tan desarrollada la esfera craneana. Posiblemente cualquiera de ellos podra aprender una especialidad cientfica con slo estar cerebro-estudiando varios das sin interrupcin.

Grace se mordi los carnosos labios, aturdida.

Es todo demasiado irreal... incluso para nosotros que pertenecamos a una clase culta de da Tierra. Hay ocasiones en que me siento igual que un nio empeado en resolver los problemas que ni su propio profesor puede solucionar. Esos engendros cabezudos son tan inteligentes!

Pienso emplear todo mi tiempo til en la cerebroteca, Grace. Cuanto pueda aprender sobre ellos nos ayudar grandemente. No aspiro a equiparar mi mentalidad a la suya, pero necesitamos conocer sus puntos dbiles y todo lo relativo a Axon si queremos escabullirnos nada ms poner el pie en su planeta. De mis conocimientos depender una buena parte de nuestra libertad. Ellos son numerosos, estarn armados y dispondrn de eficaces controles en todo el reino de la nebulosa extragalctica. Nosotros no contamos ni con la ms rudimentaria arma defensiva. Slo con inteligencia podremos derrotarles. Necesito estudiar, Grace. Sin descanso. Cuando aterricemos en Axon he de poseer un conocimiento exacto del pas y de los habitantes.

Consciente de que ste deba ser el objeto bsico, Jass Womeder se dedic a almacenar en su cerebro el mayor nmero posible de placas.

As lleg a poseer un rico manantial de cultura axoniana. Durante las comidas, aprovechando aquel gentil privilegio otorgado por Ksep en atencin a su soledad, pona a Grace al corriente de los ltimos progresos logrados. Sus revelaciones animaban extraordinariamente a la muchacha, pero tambin le hacan ver claro cun insignificante eran las probabilidades a su favor comparadas con las de los axonianos para mantenerles prisioneros.

Hoy he completado mi estudio geogrfico sobre Axon dijo Jass varias noches despus. Conozco los principales puntos de referencia en el Planeta Central, llamado Ldovex, donde reside el Gobierno y al cual nos llevarn casi con seguridad. Podra orientarme sin equivocaciones en ese Planeta, a pesar de no haber estado jams en l. S la situacin de sus grandes lagos salados, las cadenas montaosas, ciudades ms importantes y, lo que es mejor que todo, sus zonas.

Hblame de ello, Jass. Tu fe en el triunfo aleja de m cualquier pesimismo.

Axon es un conjunto de planetoides ms o menos habitables, la totalidad de los cuales forma lo que se ha dado en llamar nebulosa extragalctica. Ldovex, o Planeta Central, es el de mayor tamao y cuenta con condiciones climatolgicas aptas para la habitabilidad. Bosquejndolo a rasgos generales, Ldovex constituye un mundo muy parecido a nuestra arruinada Tierra. Es de forma ovoide, o sea aovado, posee atmsfera de oxgeno y se halla bajo la influencia solar de Damy, una estrella de magnitud alfa que rige los perodos diurnos y nocturnos casi idnticamente como nuestro Sol. Te aburro?

No. Al contrario.

Axon se encuentra dividido en tres zonas climatolgicas, las cuales se manifiestan en todo el grupo de planetoides y con especial intensidad en Ldovex. La Zona Media, que nosotros llamaramos templada, donde se encuentra el ncleo ms elevado de poblacin. En los polos, igual que ocurra en la Tierra, existen amplias extensiones heladas, apenas si hay seales de vegetacin y las montaas aparecen en su mayor parte cristalizadas. Los axonianos llaman a esta parte la Zona Blanca. Sera un buen lugar para encaminar nuestros pasos... si contsemos con elementos para combatir las bajsimas temperaturas, tan frgidas que comparados con ella nuestros casquetes rticos y antrticos son verdaderos parasos. La ltima zona, designada con el nombre de Reino Verde, es una franja tropical, lujuriante, que recibe toda la potencia solar de Damy, donde el avance de la civilizacin es imposible porque la Naturaleza virgen impera en ella de forma avasalladora. Temo que sa ser nuestra nica salvacin. Los axonianos son muy sensibles al calor y nosotros podremos soportar mejor una temperatura tropical que el clima polar de la Zona Blanca.

Ir donde t me lleves, Jass. Tengo plena confianza en ti.

Lo s, Grace, y me alegro de ello.

Durante el tiempo que haban permanecido juntos, nunca se les ocurri pensar que pudiese existir otro impulso distinto al de la libertad. Entonces, sin saber por qu causa, ambos quedaron mudos mirndose dulcemente a los ojos, extasiados en la mutua contemplacin de sus rostros.

Ella haba respondido con cariosa ternura y Jass, por vez primera, se dijo que algo podra complicarse a ltima hora. Trat de no pensar en ello y le cost un gran esfuerzo desviar los ojos.

La Zona Verde es un lugar casi remoto en Ldovex aadi. Nadie se atreve a adentrarse en su territorio. Creo que la bsqueda se hara intrincada si nos ocultsemos en las inmensas selvas. All estaramos a salvo por una temporada. Luego, ya decidiramos.

He pensado en ello, Jass. Hay posibilidades de volver a la Tierra?

Temo que ninguna. Adems, nuestro planeta ya no es habitable. Aunque pudisemos regresar, sera un viaje intil.

As pues... estamos condenados a vivir siempre en Axon o a vagar errantes por el espacio.

S.

Volvi el silencio y ella busc sus pupilas con la mirada.

Nunca me abandonars, verdad, Jass? musit muy bajo.

El terrestre sonri. Una emocin honda y embriagadora le hizo temblar de pasin.

Nunca replic. Te sacar de aqu... y ser tu compaero toda la vida.

Era algo ms que una persona. Un verdadero pacto indestructible.

Y constituy tambin el gran estmulo que le anim en las penosas jornadas de indagar en la cerebroteca de la nave. Aquel recinto donde se renda verdadero culto a la sabidura, engalanada por la sepulcral quietud de un camposanto, fue un providencial aliado para los terrestres. Gracias a las placas, Jass recogi inapreciables informes y pudo ir esbozando su plan operativo. Cuantos puntos oscuros se presentaban respecto a Axon eran aclarados instantneamente con una sesin cerebroestudiosa. No poda anotar nada, pero su bien desarrollada memoria, reforzada por el prodigioso mtodo de enseanza mental, acab por convertirle en un portentoso tcnico en cuestiones axonianas. Sus descubrimientos eran mayores cada da. Siempre que exista oportunidad, Jass pona en antecedentes a Grace de los adelantos conseguidos.

He averiguado algo muy prometedor para nosotros manifest en otra ocasin. He meditado y creo que vamos a poder librarnos del sabis Ksep y sus hombres nada ms lo deseemos.

Oh, Jass! Eso sera estupendo! En qu consiste?

Escucha pidi l. En Axon, concretamente en la Zona Media del Planeta Central, se desconocen las enfermedades. Los axonianos son las concepciones dotadas de vida ms sanas del Universo, porque todos los virus malficos fueron aislados de sus tierras habitadas hace siglos. No s si habrs cado en la cuenta de que nosotros hemos sufrido un proceso intenso de profilaxis y que nuestros organismos funcionan tan maravillosamente como los de una mquina perfecta.

Ahora que me lo haces notar, estoy dispuesta a confesar que jams en mi vida me he sentido mejor.

No contenemos germen alguno que pueda daarnos. Nuestras ropas, a pesar de que las llevamos puestas varias semanas, no estn sucias ni polvorientas. Aunque aparentemente todo sigue igual, nos hallamos tan puros como despus de haber sufrido una portentosa desinfeccin. Fjate. Nosotros estamos desinfectados. Ellos, son as. Esto que a cualquier terrestre puede parecerle raro, es lo corriente entre los axonianos. Desconocen las dolencias epidmicas, las enfermedades bacteriolgicas y las contaminaciones microbicidas. Sus cuerpos, a fuerza de ser superesterilizados, no estn preparados para resistir la ms leve afeccin. Te pondr un ejemplo. Si t y yo padecisemos un resfriado, aun con ser una dolencia benigna, les contagiaramos de tal modo que a las veinticuatro horas de pisar Ldovex todos los habitantes del planeta enfermaran, ya que la transmisin de grmenes sera algo relampagueante.

Qu te propones hacer?

Busco, sencillamente, el medio de inutilizarles temporalmente para que no puedan impedir nuestra fuga.

Cmo, Jass?

Muy sencillo. He estado dndole vueltas al asunto desde que conoc esta caracterstica de la raza. Ahora tengo la solucin.

Cul es?

Tabaco!

Ta... tabaco repiti ella.

Exacto. Nada de medios cientficos ni aparatosos. Un arma tan simple que casi todos los hombres de la Tierra empleaban para deleitarse.

Grace le mir sin comprender, aunque enervada por la triunfal excitacin de Jass.

Desde que fuimos resucitados no se me ocurri fumar ni un solo pitillo dijo l. Por qu? Es fcil de explicar. Yo haba muerto y al dejar de existir se extingui el hbito vicioso de fumar. Ayer, casualmente, advert que an tena un paquete de cigarrillos en el bolsillo de mi camisa. Encend uno y a la primera bocanada estuve a punto de desmayarme. Mi pura naturaleza actual no poda resistir el tabaco! Ya no era un placer inhalar humo aromtico... Era un autntico veneno! Esto me hizo reflexionar. Comprend que un simple cigarrillo bastara para envenenar momentneamente al sabis Ksep... proporcionndonos tiempo para escapar!

Y cmo te las arreglars para hacerle fumar?

No ser necesario. Bastar con que yo lo haga y le arroje las bocanadas en su propia cara. No has visto nunca un nio toser, lagrimear y hasta amodorrarse a causa del cigarrillo que su padre dej encendido en el cenicero? Los axonianos quedarn envenenados por las emanaciones humosas del tabaco. El efecto ser el mismo que si aspirasen una dosis de nicotina gasificada.

Bravo, Jass! sta es una gran noticia!

Escaparemos, te lo aseguro. Yo tambin he encontrado el medio de alejarnos de la espacionave. Utilizaremos uno de los pequeos trineos areos que emplean para efectuar incursiones a poca distancia de la nave. Los he visto y s cmo manejarlos. Volaremos en l mientras dure el combustible o la onda generadora que les impulse. Espero llegar a las proximidades del Reino Verde antes de que el sabis Ksep y sus hombres hayan dado la alarma en el cinturn de planetoides axonianos.

En los siguientes das, Jass sigui madurando su proyectada fuga hasta subsanar las lgicas deficiencias que continuamente aparecan. Lo hizo, naturalmente, sin abandonar el estudio. Costumbres, flora, fauna y caractersticas de toda ndole, siempre relacionadas con Axon y sus pequeos mundos, quedaron grabadas en su mente, preparndole con amplitud en aquella materia poco antes desconocida -e ignorada- para cualquier terrestre.

Sus avances seguan en orden ascendente. Sin embargo, el sabis Ksep, que hasta entonces le haba dejado actuar libremente creyendo que slo trataba de aplacar una curiosidad muy propia del gnero humano al que perteneca el prisionero, empez a preocuparse al verle corretear por los pasillos de la nave investigando y haciendo preguntas sobre el armamento, aparatos de control remoto y especialmente familiarizndose con el manejo de los diminutos trineos areos, utilizados como medio de exploracin y aprovisionamiento por los axonianos. Aquello le oblig a adoptar una decisin que pill a Jass desprevenido. Sus palabras textuales fueron stas:

Nos hallamos a cinco dobes de Axon, Jass Womeder. Te vengo observando y creo que tus visitas a la cerebroteca fatigan el compuesto mental de tu esfera pensadora. He de rogarte te abstengas de seguir por ese camino. Si mis jefes advierten el desmejoramiento en que te encuentras podran acusarme de negligencia.

No hay tal desmejoramiento, sabis Ksep.

Lo hay, Jass Womeder. Ests nervioso, sobreexcitado, alterado por ese afn investigador que te domina. En lo sucesivo se te prohibir la entrada. Tendrs tiempo de estudiar cuanto quieras en Axon. Los dobes restantes los emplears para reponerte y conseguir que tu aspecto sea lo ms saludable posible. No quisiera tener que convertir este consejo en una orden tajante. Deseo que sigamos siendo amigos y si he decidido suprimir tus sesiones en la cerebroteca es slo con miras a evitar un quebrantamiento de tu organismo carnal.

Era un burdo pretexto para impedirle ampliar sus conocimientos y as lo expuso Jass ante Grace cuando se encontraron en el comedor aquella noche.

Crees que sospecha algo, Jass?

Posiblemente. En concreto no puede acusarme de nada, pero su prohibicin entraa un deseo patente de desviar mis intenciones. No importa. Trataremos de comportarnos tranquilamente el tiempo que nos queda de viajar por el espacio, Grace. De todas formas, ya s lo suficiente para arriesgarme a intentar a fuga. Recuerdas lo que te dije respecto al DILIUM RESTATORUM?

S.

Esta maana he averiguado en la cerebroteca en qu consiste. Tenas razn. Seremos esclavos de los axonianos el resto de nuestra vida.

Qu es el DILIUM RESTATORUM, Jass?

Resulta un poco difcil de hallar la traduccin literal de esas dos palabras en nuestro idioma, aunque su significacin es terriblemente clara. En la Tierra nosotros poseamos recintos parecidos, donde guardbamos especies vivas de animales cuyas razas se haban ido extinguiendo con el tiempo. El DILIUM RESTATORUM viene a ser algo semejante. All pretenden llevarnos para unirnos a los ejemplares vivos capturados en los ms diversos lugares de las galaxias.

Un zoolgico!

Exactamente. El DILIUM RESTATORUM de Ldovex es el ms nutrido de esta parte del Universo, hasta ahora ignorada por los habitantes del Reino Solar. Existen en l restos raciales de especies que vivieron en mundos astrales que, como a Tierra, fueron destruidos un da en virtud de horribles cataclismos. Si el sabis Ksep no me hubiese prohibido visitar la cerebroteca podra ampliar mi informacin. No obstante, creo que ya tenemos suficiente con esto para imaginar lo que nos reservan, por muy corteses que sean en su trato estos pigmeos humanoides.

Hay que impedirlo a toda costa, Jass! suplic ella.

El terrestre asinti gravemente.

Lo impediremos. Te prometo que esos cinco dobes es todo cuanto nos queda de cautiverio.

Grace no replic pero le mir con amorosa gratitud, firmemente persuadida de que l realizara imposibles para cumplir lo prometido. No se equivocaba, porque la decisin de Jass Womeder era irreductible. La cerebroteca haba servido para ponerle al corriente de cuanto deseaba saber. Reconoca que intentar la fuga era un proyecto temerario y plagado de dificultades. El Reino Verde esconda una gran cantidad de peligros que slo cerrando la razn a toda lgica podan darse por ignorados.

Pero Jass Womeder perteneca al gnero humano. A la raza intrpida por excelencia. Y esa raza jams se da por vencida, por muy aviesas que sean las opresiones extraas, mientras subsiste un adarme de esperanza.

CAPTULO V

LA FUGA

La astronave se hallaba a dos segundos-luz del planetoide ms alejado del ncleo galctico de Axon. A travs de las pantallas y visores era posible descubrir su color anaranjado y el tamao, no mucho mayor que una aceituna. Chorros tangenciales de gas, proyectados formando masa en torno a la nave, crearon un coeficiente sinttico de gravedad artificial para mantenerle inmvil en el espacio. Al mismo tiempo, los deceleradores entraron en funcionamiento, frenando el impulso de traslacin hasta dejarles parados en medio de aquel cielo opalescente tan distinto al negro firmamento que dejaron atrs, donde la luz, por carencia de reflexin, era a los ojos humanos oscuridad completa.

El planetoide se llamaba Byzz y Jass Womeder explic a Grace que perteneca a la clasificacin de los deshabitados. La vida era imposible en l por ser el ms prximo a Damy, la estrella que constitua el sistema solar de la galaxia axoniana. La gigantesca nave se haba detenido al fin y a travs de los telecomunicadores interiores se cruzaban ininterrumpidos mensajes en lengua natal, todos ellos patentizando el jbilo que produca a los hombrecillos el regreso a su patria. Valindose de las nociones que Jass tena del idioma axoniano, capt en ms de una ocasin frases alusivas a ellos, siempre refirindose a ambos con la denominacin comn de los ejemplares.

Me escalofra la sola mencin de esa palabra manifest Grace cuando l le puso en antecedentes.

Pronto dejars de orla.

Qu te hace pensar eso, Jass?

Nos hemos detenido, no? Presumo que esto no obedece a razones de mero trmite. Apostara algo a que el sabis Ksep nos hace comparecer ante l. Forma parte del ritual, segn un libro de costumbrismos que asimil en la cerebroteca.

Con qu propsito?

Seguramente...

Jass dej de hablar y ella supo inmediatamente a razn. La vtrea transparencia convexa de la pared se distendi en aquel momento y un axoniano de segunda categora -constitucionalmente inferior a la oficialidad de la astronave- entr en la estancia que les serva de habitacin. Su orificio bucal improvis la mueca caracterstica que equivala a la sonrisa humana y con uno de los cuatro miembros superiores se roz la abombada frente a modo de saludo.

El sabis Ksep os ruega que me sigis dijo empleando un ingls meloso y fonticamente deformado. Desea hablaros.

Con mucho gusto replic Jass tomando a Grace del brazo. Condcenos.

Jass... tengo un poco de miedo musit ella junto a su odo.

Tranquilzate sonri Jass palpndose el paquete de cigarrillos que abultaba en el bolsillo de su camisa de fibra vegetal. Vamos a enfrentarnos con la oportunidad tan deseada. Y no pienses en ello, por favor. Si nos proyectaran una onda teleptica estaramos perdidos!

Asidos a las anillas doradas se trasladaron velozmente por el ddalo de acristalados pasillos. Jass se senta sereno, resuelto, dueo de s mismo. Ella, aunque se esforzaba en aparentar tranquilidad, temblaba levemente y cuando sus ojos se encontraban con los de su compaero de infortunio, una sombra de zozobra descubra su ntima alteracin. Precedidos por el enviado devoraron las distancias. Las anillas se detuvieron ante una cmara equivalente a la sala de asamblea y soltndose volvieron a pisar el firme suelo. El axoniano habl y la pared abri paso a los recin llegados.

Rodeando un plano de fosforescente luminosidad presidido por el sabis Ksep, vieron a cuatro especimenes ms. Jass los conoca a todos superficialmente. Eran los cuatro madis o lugartenientes de Ksep. La reunin posea, pues, carcter oficial.

Retrate orden el sabis a su subordinado. Acomodaos, por favor aadi en ingls, dirigindose a los terrestres.

stos con desenvuelta familiaridad se sentaron en los invisibles rayos que fluan de las paredes y aguardaron sus palabras. No llegaron hasta que la oficialidad axoniana y los terrqueos quedaron solos. Deba ser aqulla una representacin trascendente. Los madis les miraban con tanta fijeza que las mejillas de Grace acusaron un creciente rubor.

Creo que ya conoces a mis ayudantes en el mando de la nave, Jass Womeder.

En efecto, sabis Ksep. Los he visto muchas veces por los pasillos.

Entonces, los presentar a Grace Discano.

Por qu tantas formalidades?

Es elemental esta cortesa en presencia de una hembra humana replic el sabis.

No creo que ella tenga inters en conocerles. Adems, olvidara sus nombres con facilidad. Opino que es mejor ir directamente al asunto. Si t no tienes nada que oponer, te lo agradeceramos. Ambos estamos impacientes por conocer tus propsitos.

Sigues siendo impulsivo, terrestre advirti Ksep. Y osado.

Es defecto de mi raza, sabis. Te lo ruego, di lo que tengas que comunicarnos.

Los cinco axonianos miraron a Grace como esperando su personal aprobacin.

Soy de la misma opinin que Jass musit ella insegura.

Bien asinti Ksep. En tal caso sobran las presentaciones.

Por qu nos han mandado llamar? apremi Womeder.

Merecis una explicacin contest el jefe. T me la has pedido ms de una vez. Entonces no estaba autorizado para drtela.

Oigmosla ahora.

Supongo sabris que hemos llegado a Axon.

S. Hemos visto el planetoide Byzz a travs de las pantallas.

Ksep arrug la abombada frente.

Aprendiste mucho en la cerebroteca seal.

Pero s que an queda otro tanto que ignoro, sabis. Quiz t desees ensermelo.

Quiz. Deca que hemos entrado en la zona espacial de la galaxia axoniana. Ocho minutos de luz nos separan de Ldovex, corazn de la patria. Antes de que aterricemos en el navehdromo quiero contestar a las preguntas que un da me formulaste. Te dir por qu os llambamos ejemplares.

Adelante.

Seris destinados al DILIUM RESTATORUM...