les hablaba del reino de los cielos 1

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1. Un camino de escucha de la Palabra

La llamada a un nuevo estilo de evangelizacin -"la nueva evangelizacin" proclamada tantas veces por el Papa Juan Pablo Il- ha sido recibida en la Iglesia con entusiasmo. Mltiples iniciativas . pastorales de signo diverso, nacidas como respuesta a esta llamada imperativa y urgente, revelan hasta qu punto ha ido creciendo la conciencia de que para una "nueva evangelizacin" es necesario un "nuevo sujeto evangelizador".

Los cristianos, comprometidos en la tarea evangelizadora desde distintas perspectivas y con metodologas diferentes, eXI)erimentan la necesidad de dejarse remodelar por la Palabra para recrear un nuevo sujeto evangelizador. As se explica el retorno a la Palabra de Dios que hoy experimenta la Iglesia.

Sabemos que cuando la Palabra no habita en nosotros, como en el caso de los discpulos de Emas, estamos en situacin de dimisin. Slo cuando dejamos que el Sef.or nos haga descubrir la Palabra, el corazn nos arde, la Eucarista adquiere para nosotros sentido y entramos de nuevo en la comunidad reunida en torno a Jess, disponibles para la misin que l nos confa. Con esta conviccin, proponemos el presente programa de lectura bblica:

Un camino que, aproximndonos ms profundamente a la Palabra de Dios, nos permita descubrir el gran proyecto que l tiene para sus hijos e hijas.

Descubrir este proyecto, sentimos parte del mismo y discernir cmo podemos hoy ponemos a su servicio, son condiciones indispensables para que esta "nueva evangelizacin" se vuelva realidad y se realice conforme al estilo de Jess.

2.Un Proyecto que nos ayuda a caminar

Puede ser que en algn lector surjan fundadas resistencias a "otro proyecto", en razn de lo excesivo que resulta el recurso a esta palabra. Pero nuestra intencin no es proponer les "un proyecto ms" sino invitados a discernir si todos estos proyectos -y la vida misionera que

ellos pretenden propiciar- se adecuan verdaderamente al Proyecto de Jess, que es el que vale.

Buscamos algo que no se aada a lo que ya se est haciendo, sino que se inserte como fuerza cuestionadora y dinamizadora en el ritmo normal de la vida cristiana personal y comunitaria y de su accin apostlica.

Al trazar un camino de lectura de la Palabra de Dios, pretendemos estimular:

a) Un compromiso de lectura cotidiana d~ la Biblia, que integra de modo sistemtico el encuentro con la Palabra en el ritmo diario de la vida.

b) Una lectura superadora del nivel crtico-textual, que se convierta en lectura "espiritual", que nos permita descubrir que el texto nos habla y nos revela nuestra identidad personal, nuestm vocacin a la misin.

c) Una lectura en clave de servicio, es decir, abierta al hallazgo del proyecto de Dios y dispuesta a su servicio, para poder ofrecerla a los otros.

Estos son algunos de los elementos fundamentales de la lectura propuesta: Tiene una centralidad crstolgicn.

. Est orientada misionemmente, es decir, pone de relieve a Jess que anuncia, al profeta, a los apstoles ... Ilumina la realidad histrica y ofrece un juicio sobre ella.

Los materiales que ofrecemos para realizar este recorrido a travs de la Biblia estn impregnados del estilo misionero y la experiencia que nos legara nuestro fundador, San Antonio Mara elaret (s.XIX). Los aspectos que caracterizaron su lectura bblica -elementos fundamentales de la lectura propuesta- han ejercido decisiva influencia sobre nosotros. Constituyen una clave de nuestra vocacin claretiana, vlida para el proceso de lectura vocacional de la Palabra que queremos compartir con la comunidad cristiana.

3. Los objetivos del Proyecto . Desde esta perspectiva hemos preparado un programa concreto pal~a hacer el"recorrido". Lo presentamos brevemente.

No se trata de un curso bblico, sino de un proceso que tiene la intencin de ayudar a reconstruir la propia identidad personal y comunitaria gracias a la Palabra. Se trata de volver a las races de nuestra identidad cristiana y misionera. Nos prefijamos, por tanto, los siguientes objetivos:

Objetivo general

En un contexto de nueva evangelizacin, frente a los mltiples desafos de nuestro tiempo, cualificar nuestra vida cristiana y misionera por medio de un proceso de lectura personal y comunitaria de la Biblia, atendiendo a:

La evangelizacin (no es un estudio para saber algo ms sobre la Biblia).

Los desafos de nuestro tiempo (para afrontarlos con una adecuada dimensin histrica).

Objetivos especficos

Alimentar nuestra espiritualidad personal de cristianos por medio del acercamiento a la lectura orante de la Biblia, en el surco de la propia historia personal y del mundo.

Poner la Palabra de Dios como fuente e inspiracin de nuestra vida comunitaria.

Dar nueva calidad a las diversas tareas que llevamOs a cab(l, como cristianos, en la sociedad y en la comunidad eclesizil.

Familiarizarse con la Palabra viva y eficaz de la Biblia, princil,j( I de interpretacin, de juicio y de transformacin del mUI1lI( l.

Tales son los objetivos que orientan la confeccin del PI'( 'Yl ' '111 las diversas propuestas que iremos sugiriendo. Quienes lo 11'11 en sus manos podrn aadir otros objetivos, si les p:) 1'\ '( '11'1 portunos. En todo caso, ser importante retornar a ell()/! 11I1

confirmacin, revisin o adecuacin a las nuevas situaciones personales o del grupo. 4.Estructura del Proyecto

La estructura del Proyecto intenta responder a los objetivos indicados.

Insistimos con especial nfasis en el hecho de que la Palabra sea siempre el centro de la dinmica propia de este Proyecto, para poder establecer con ella una relacin profunda a nivel personal y . comunitario. Intentamos hacer una lectura completa de la Sagrada Escritura

que nos permi ta: ../ captar en profundidad la Historia de Salvacin;

../ redescubrirn.os a nosotros mismos dentro de esa Historia, y ../ asumir la responsabilidad que nos corresponde cuand.o contemplamos el mundo y la historia l la luz de la Biblia.

Es obvio que no es posible leer materialmente todos los libros de la Biblia. Deberemos hacer una seleccin, teniendo en cuerlta que esta seleccin est en funcin de la totalidad.

En cada uno de estos volmenes se ponen a disposicin materiales que pretenden favorecer un mejor conocimiento de Dios y del gran don que l nos ha hecho: la vida; don que deseamos contemplar, reconocer, hacer crecer y compartir.

5.Cmo lo vamos a hacer?

Hemos visto cmo la lectura diaria de la Biblia redescubre y afianza la propia identidad vocacional. Igualmente, conocemos la experiencia positiva de algunas personas, comunidades religiosas, grupos parroquiales, ete., q-qe han vivido un proceso semejante de lectura de la Palabra de Dios. No somos originales. De todas esas experiencias eclesiales queremos aprender.

En el itinerario que aqu les presentamos, para este ejercicio de lectura se propone un momento de lectura personal, con un texto ampliado, 8ue puede ser

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ledo,

estudiado y

orado

durante un mes aproximadamente.

El segundo momento, previsto como organizador de dinmicas grupales, es el encuentro comunitario. Con un texto ms breve, recoge el mensaje nuclear del texto propuesto para la lectura personal y orienta el encuentro de la comunid.ad en torno a la Palabra de Dios, para compartir aquello que le suscite, aclarar el mensaje que le transmite y discernir su respuesta.

El material que ofreceil10s en cada volumen tiene como objetivo ayudar a vivir de un modo significativo cada uno de estos dos momentos -lectura personal y encuentro comunitario- aunque, sin duda, el compromiso personal es la condicin indispensable para el xito del Proyecto.

Gua para la lectura

Cada uno de los volmenes ofrece algunos temas con los aspectos ms significativos del grupo de textos cuya lectura se propone.

A su vez, cada captulo corresponde a uno de estos temas y se organiza alrededor de dos claves que procuran facilitar el acceso al texto bblico:

- situacional-existencial y - bblica.

Dichas claves sirven a la mejor captacin del mensaje, permiten releerlo en elm.omento histrico actual y discernir la respuesta que debemos ofrecer a la palabra que Dios nos dirige.

Veamos ahora, de forma ms detallada, las caractersticas de cada una de las claves.

a.Clave situacional-existencial

Se trata de colocar la lectura dentro de las situaciones concretas del mundo y de la vida personal.

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Para ello proponemos algunas pistas o sugerencias ("Portn de entrada"), que invitan a cada uno, y a todo el grupo, a tomar conciencia de caractersticas importantes que describen la historia social y personal del momento actual: pero ofrecemos la posibilidad de elegir otra(s) perspectiva(s) consignadas bajo el ttulo de "Otros accesos".

Formuladas a modo de constatacin o de pregunta, la finalidad de todas ellas es hacer converger la atencin sobre una dimensin necesaria para una lectura significativa de la Palabra de Dios hoy. La Palabra debe iluminar los diversos acontecimientos de la historia para que en ellos podamos advertir la llamada de Dios. Al mismo tiempo, las diversas situaciones histricas nos permiten descu brir la perenne actualidad del mensaje que Dios nos tiansmite y el sentido que tiene hoy para nosotros.

Por eso, tales sugerencias nos invitan a acoger en la vida personal el mensaje de la Palabra y nos exigen discernir los caminos a recorrer para dar una respuesta audaz y generosa.

Cada individuo y cada comunidad son invitados a buscar aquellos signos, acontecimientos o peculiaridades que con mayor fuerza expresen la propia situacin concreta, sin olvid.ar, naturalmente, los trazos universales que, positiva o negativamente, inciden sobre la historia actual.

La Biblia debe ayudarnos a descubrir nuestra identidad personal y grupal con)o cristian.os y a tomar posicin frente a los diversos acontecimientos y situaciones de nuestro mundo. b. Clave bblica

La clave bblica suministra ayuda para una mejor comprensin del mensaje. Los materiales ofrecidos estn organizados sobre tres niveles:

~ 00

- Nivel literario: lo que dice el texto. Ofrece algunas indicaciones sobre las caractersticas del texto tal como nos ha llegado y sobre algunos aspectos referidos a la forma en que el mensaje se expresa. 12 ~' ~ t

'"\Tr ~: ".,., .. , .. , , .. ,., ,.,.,.,',., ,., ,.,.,J.

- Nivel histrico: lo que deca el texto. Por medio de una informacin sobre las circunstancias histricas a las que el texto se refiere y sobre el contexto histrico en el que ha sido redactado, ayuda a conocer mejor el mensaje que el texto ha intentado transmitir. ~. G>; Lffij - Nivel teolgico: lo que dice Dios a travs del texto. Esboza algunos puntos que nos permiten descubrir el mensaje religioso del texto que leemos.

A veces el orden de los niveles podr ser cambiado para facilitar la comprensin de los temas. Ello depende de la naturaleza del libro de la Biblia que se est estudiando. El encuentro comunitario

El encuentro comunitario es parte fundamental del camino que proponemos. Dios nos habla a travs de la Palabra que el hermano ha escuchado y comparte.

Es importante tener presente que en el encuentro del grupo no hay un maestro que ensea ni alumnos que aprenden. El Maestro es el Espritu, que nos gua en la inteligencia de la Palabra con la mediacin de los hermanos y hermanas con los que nos reunimos. La interaccin entre los miembros del grupo -que supone capacidad de escucha, sinceridad en el expresar el propio pensamiento y los propios sentimientos, disponibilidad para la bsqueda comnconstituye la dinmica principal del encuentro. Puede organizarse de diversos modos en el seno de una comunidad cristiana, de un grupo parroquia!, de una comunidad religiosa que sigue el proyecto, etc. Ofrecemos a continuacin algunas sugerencias concretas. Preparar bien el encuentro

No se lo puede improvisar. El animador puede preparar una breve exposicin o algunas preguntas que reasuman las indicaciones dadas en el mbito de las diversas claves, y ofrecerlas a todos los participantes: ello tiene como finalidad el recoger 13

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con mayor claridad el tema del encuenho y evitar la dispersin, como acontece a menudo. Se puede tambin aprovechar la ocasin para introducir el tema siguiente.

Encontrar un montento adecuado

El encuentro debe desarrollarse sin prisas, y debe contar con un tiempo suficiente. Este depender del nmero de los componentes del grupo, pero requiere al menos hora y media. Se necesita tiempo para gue el dilogo tenga la posibilidad de profundizarse y se pueda as experimentar de verdad la presencia del Seor en medio de aquellos que se renen en Su nombre y hacen memoria de su Palabra.

Cuidar la ambientaci61l

Es importante crear, en la medidide lo posible, una ambientacin adecuada para el encuentro; dar relieve a la presencia de la Palabra; individual' algunos elementos que reclamel! atencin sobre la "clave situacional-existencial" del tema (fotos, frases, incluso la proyeccin de un video o de un film breve ... ). Adems, todo lo que ayuda a crear una atmsfera disten di da y fraterna ha de considerarse positivo para empujar a todos hacia una participacin activa. Por ello es til servirse de alguna dinmica al comienzo del encuentro: recordar algn momento gozoso vivido por la comunidad o el grupo en el ltimo mes o semana, poner brevemente en comn el momento que cada uno de los participantes est viviendo, etc.

Relacionar los diversos momentos del encuentro

1) Leer el texto indicado. Normalmente se tra ta de. un tex to breve que contiene el ncleo del mensaje. Debe darse importancia a este momento de escucha. Se lo puede acompaar con una aclamacin cantada.

2) Revisar el eco que la Palabra ha tenido en cada uno. Cada uno pone brevemente en comn lo que ms le ha impresionado de la lectura de la Palabra hecha en el mes (o en el tiempo asignado para

el trabajo personal sobre el tema), con ayuda de los subsidios y por medio de las diversas etapas indicadas para el trabajo personal. No es el momento de discutir sobre aspectos exegticos o histricos, y menos sobre conceptos teolgicos, sino de poner en comn el eco que la Palabra de Dios ha tenido en nueshos corazones: qu interrog~ntes me suscita, qu consuelo experimento, qu invitacin a asumir actitudes o comportanentos he sentido, qu oracin me sugiere, hacia qu horizontes nuevos m.e orienta, qu actitud de Jess me comnueve y transforma.

3) Dialogar sobre el tema. Es el momento en que se dialoga sobre los textos ledos durante el mes y sobre su sentido en el contexto histrico en que se est inserto: qu me dice el Espritu hoy, qu nos dice por medio de esta Palabra. Es el momento de discernir qu aspectos de la situacin actual ilumina, denuncia ... Es tambin el momento de precisar su mensaje para el hombre de hoy. Aqu se necesita colocar todo lo que ha sido objeto de reflexin y de plegaria respecto a la "clave situacional". Si el animador del encuentro ha preparado precedentemente algunas lneas, este pasaje puede resultar ms fcil de realizar. En nuestro dilogo esforcmonos en asumir la Palabra como principio de discernimiento y de juicio sobre la realidad, una de la caractersticas de la lectura que proponemos.

4) Discemir. Se comparte la bsqueda de la respuesta que est pidiendo el Seor por medio de su Palabra. Es el momento de tomar posicin frente a la Palabra que el Seior nos dirige. No podemos contentamos con el compartir, dejando que todo siga como antes. La Palabra se hace vida en nosotros cuando es acogida en un dilogo sincero con Dios, en el que nuestra respuesta es parte esencial. Es as como crecemos en la fidelidad a Jess y nos constituimos comunidad capaz de ofrecer alternativas. Ser bueno, de vez en cuando, rever la incidencia efectiva que el proceso de lectura de la Biblia tiene en nuestra vida y en el camino de nuestro grupo o comunidad.

5) Orar. Dar gracias al Seor por su Palabra. Compartir la accin de gracias con los hermanos, ya que el Seiior nos ha reunido

alrededor de su Palabra de vida y nos ha hecho sentir su fuerza a travs del eco suscitado en cada uno de nosotros. Pedir al Seor que nos conduzca en este camino mediante la accin de su Espritu. Es el momento de invocar a Mara, oyente atenta y fiel de la Palabra. Un canto final puede recoger esos sentimientos.

6.En la tradicin de la Iglesia

El camino que proponemos nos remite a la tradicin eclesial de la lectio divina, con algunas caractersticas que, precisamente, derivan de la orientacin misionera del Proyecto. Una explicacin de los diversos elementos de la lectio divina puede orientamos sobre el modo de realizar concretamente los diferentes pasos que se sugieren.

"Lectio" (Lectura)

Ante todo, leer la Palabra de Dios. Es el esfuerzo de buscar}o que el texto dice. Para este momento nos ayudan los subsidios que el Proyecto ofrece en la" clave bblica" en los niveles histrico, literario y teolgico. Habr que leer con calma, buscando comprender, abriendo el corazn para dejarse interpelar.

'IMeditatio" (Meditacin y reflexin)

Es el momento de preguntarse qu me dice el texto. Es el momento de acercarse al mensaje religioso del texto bblico y escucharlo en la situacin histrica en que vivimos. Nos pueden ayudar para esto los subsidios que el Proyecto ofrece en la "clave bblica" a nivel teolgico y en la "clave situacional-existencial". Es el momen to de la reflexin calma que recoge las situaciones del mundo, de la Iglesia, de nuestro grupo, comunidad o familia. Es un ejercicio al que debemos dedicar un tiempo suficiente. Se aconseja el tener la Biblia abierta y la Gua sobre la mesa y andar constantemente de un texto a otro. Sera conveniente disponer de un cuaderno para anotar las intuiciones que puedan surgir, los pensamientos que suscita la reflexin, los descubrimientos que vayamos haciendo. Estos apuntes podrn ser re tomados en el momento de la oracin para recoger los estmulos del Espritu.

"Oratio" (Oracin)

Es el momento de pedir al Seor que nos haga comprender en profundidad el mensaje de su Palabra, que nos la ofrezca como verdadero alimento. Es tambin el momento de presentar a Dios nuesh'a respuesta. Se trata de la cuestin: qu decimos a Dios, teniendo en cuenta que nos ha invitado a ID1 dilogo con l. Es el momento de comunicar al Seor cmo nos sentimos frente a su Palabra leda en el contexto actual; de presentarle la situacin de tantas personas y pueblos que se identifican con los gritos de alegra y dolor que la misma Palabra nos h'ansrnite; de ofrecer al Seor la oracin que nos inspira la misma Palabra. Es el momento de la alabanza, de la accin de gracias, del reconocimiento de su soberana, de la obediencia a su autoridad. Es, finalmente, el momento de pedir que enve sobre nosotros su Espritu, el mismo que ha inspirado la Palabra, para que nos habilite para su anuncio y nos vuelva capaces de ponernos con audacia y decisin al servicio del proyecto de fraternidad que l nos revela. Para todo ello puede semos de ayuda la "clave situ.acional-existencial" de cada uno de los temas. Se debe dedicar tiempo a la oratio. La Palabra de Dios debe hacerse presencia de Dios y portadora del Espritu. En la oratio la Palabra se vuelve verdaderamente palabra de Dios para nosoh'os.

11 e ontemp la tio 1/ (e ontemp lacin)

Es el momento de cerrar el libro y contemplar a Dios, que se ha manifestado a travs de su Palabra. Alimentados e inspirados por la Palabra, somos capacitados para descubrir y contemplar a Dios presente en el mundo y en la historia que personas y pueblos escriben cotidianamente. Cada uno puede revivir en lo ms ntimo de su corazn, saborendolos, los momentos ms significativos de su relacin con el Padre y sentirse de nuevo llamado con fuerza a la misin. Esta contemplacin nos compromete en la transformacin de la realidad segn el corazn de Dios.

7. Los autores de los temas

El Proyecto que presentamos, a partir de este volumen, ha nacido -corno se ha dicho- de la experiencia de una comunidad misionera.

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Hemos visto cmo se construye desde algunos objetivos y cmo se articula en una estructura bien definida. Hay una lnea de fondo que atraviesa todo el Proyecto. Pero debemos aadir que l asume y tambin revela la universalidad de la comunidad en que ha nacido. Siguiendo los diversos temas, uno puede darse cuenta de acentos particulares, aunque no se hagan explcitos. Dichos acentos provienen de la experiencia de quien ha escrito el tema y del contexto sociocultural y religioso en que l vive. Hemos decidido mantener esta diversidad en la unidad fundamental del Proyecto. Nos parece enriquecedor que el cristiano latinoamericano, preocupado, por ejemplo, por la dimensin liberadora del mensaje cristiano, no pierda de vista la creciente situacin de in creencia o de indiferencia religiosa tal como se experimenta en Europa o las preguntas que nacen del dilogo interreligioso en el cual se ha comprometido seriamente la Iglesia de Asia. Esta diversidad, que aparecer en los diversos temas, nos ayudar a ampliar el horizonte de nuestra visin cristiana. 8.Encamino

Slo nos queda recorrer el camino. Deseamos que sea provechoso. Busquemos el ritmo ms adaptado a las caractersticas de nuestro grupo, a las exigencias de nuestra vida cotidiana, a nuestro trabajo. No importa agotar rpidamente los temas, sino hacer un camino seriamente. No nos descorazonemos si quedan preguntas sin respuesta o si las propias dudas no desaparecen. Recordemos entonces la experiencia de los discpulos de Emas: a pesar de haber acompaado a Jess por los caminos de la Palestina, haber escuchado su Palabra, haber sido testigos de sus signos, no haban entendido. Fue su experiencia de caminar junto a Jess, de rever con l los grandes acontecimientos de la historia de salvacin, de invitado a entrar en su propia casa, de sentarse cerca de l junto a la mesa para compartir la cena, lo que les abri sus ojos a la fe y su corazn a la accin transformante del Espritu. Un camino atento cercano a Jess, compartido con los hermanos, es la verdadera clave que nos introduce en el redescubrimiento de la Palabra. 18 PRESENTACIN EV ANGELIOS SINPTlCOS y HECHOS DE LOS APSTOLES La lectura del Antiguo Testamento nos ha permi tido adentrarnos, con renovado vigor, en la Historia de la Salvacin. Iniciamos ahora la lectura de los Evangelios Sinpticos y Hechos de los Apstoles. La ptica de lectura en este volumen ser LES HABLABA DEL REINO DE DIOS (cf Hech 1,3). Jess nos ofrece la respuesta a una bsqueda que haba marcado la historia, llena de ambigedades, del pueblo del Antiguo Testamento. Al mismo tiempo, nos invita a participar en la comunidad que ha de encarnar esta nueva realidad, ya ser signo claro y transforman te de la misma en el mundo. Los tel/ws del presente volumen Desde esta perspectiva los temas se refieren a: - El punto de partida: Los comienzos (teJl1al) - La actividad de Jess: La prctica de la misericordia (tellla 2) El Reino en obras poderosas (tema 3) - La predicacin de Jess: Las Parbolas: La gracia del Reinado de Dios (tema 4) Las Parbolas frente a enemigos y seguidores (temaS) El programa del Reino (tema 6) La estructura de los temas Portn de entrada y otros accesos Se trata de pistas que nos ayudan a leer la Palabra desde la propia realidad personal y comunitaria y desde la realidad concreta 19

I.i. de nuestro mundo, para poder, a su vez, iluminarlas desde la Palabra. Insistimos: son pistas, sugerencias. Cada comunidad ver cmo acomodarlas o cmo aportar otras nuevas que reflejen mejor su momento histrico. Hay que asumir esta clave en el momento de reflexin personal: tomar conciencia del nuevo contexto en que la Palabra se hace portadora de vida. Precisamente, por ello, se ha insistido tanto en clarificar el contexto originario, ya que ello permite releer con mayor facilidad el mensaje en otras situaciones. Adems, hay que ver qu aspectos del nuevo contexto toman un relieve particular a la luz del Evangelio. Ser bueno apuntar las intuiciones que se nos ocurren, los pensamientos que nos suscita esta reflexin, los descubrimientos a los que nos va conduciendo. Luego habr que retomar estos apuntes en el momento de la oracin para poder recoger las mociones del Espritu. Clave bblica Constar de los tres niveles (histrico, literio y teolgico), ordenados segn convenga ms para la comprensin de cada uno de los temas. Se procura buscar una clave hermenutica que lleve a la inteligencia correcta del texto evanglico y que propicie una lectura verdaderamente misionera, vocncionnl. Para ir ms lejos De all que la lectura y comprensin del texto no agotan nuestra tarea, sino que se despliegan en la oracin personal y comunitaria. En sta, la Palabra se hace vida dentro de nosotros y, si somos fieles, nos va configurando como seguidores de Jess. Es un momento fundamental en el proceso. De lo contrario, la confrontacin con la Palabra de Dios se queda en estudio y no llega a nuestros corazones con toda la fuerza vivifican te y transforman te que ella posee. Privilegiar este momento de gratuidad es tomar en serio la palabra como Palabra de Dios y abrirse a la accin del Espritu. 20 EL ENCUENTRO COMUNITARIO El encuentro comunitario es ante todo un acto de fe en la palabra del Seor que nos ha prometido su presencia cuando dos o tres nos encontramos reunidos en su nombre. El encuentro debe permitirnos percibir esa presencia. Lo haremos mediante la palabra del hermano ohermana que ilumina nuestra vida, abre el corazn a la esperanza

opone en discusin nuestras actitudes egostas: es el Seor que nos purifica e invita a crecer.

Otra manifestacin de la presencia del Seor la descubriremos en el crecimiento del grupo y en su compromiso de evangelizacin. Si estamos atentos, nos daremos cuenta de muchos signos que revelan la verdad de la promesa de Cristo. Recordamos los diversos momentos de la reunin: Preparar bien la reunin, buscar un momento conveniente para la misma es crear un clima clido en el que todos se sientan bien. C01nenzar leyendo el texto ureve que se indica en la gua del encuentro comurtitario para cada uno de los temas. POller en comn, en un primer momento, las resonancias que la Palabra de Dios ha tenido en cada miembro del grupo mediante los textos del tema que se est tratando. Dialogar sobre el mensaje que descubrimos en la Palabra partiel,do de las diversas situaciones personales, sociales, culturales, religiosas, etc. Discemir las actitudes que pide la Palabra y ver cmo podemos asumirla en nuestra vida y plasmada en nuestra actividad. Terminar siempre con un momento de oracin. COMPROMISO POR PARTE DE TODOS Una actitud positiva por parte de cada uno de los miembros de la comunidad o del grupo es necesaria para que el proceso de 21

lectura vocacional de la Biblia, que se propone en el proyecto, llegue a ser algo significativo para la comunidad. sta ha sido nuestra experiencia dentro del equipo encargado de preparar los materiales. Hemos visto cmo una lectura compartida de la Palabra, que tenga en cuenta el contexto actual y que se esfuerce por conectar con el talante misionero, es capaz de descubrimos con mayor claridad y profundidad el Mensaje de la Biblia. Enriquece la lectura de cada uno, nos abre a nuevos horizontes, despierta el deseo de seguir profundizando y libera el corazn para asumir la tarea misionera. Hacer memoria de Jess, de la accin salvadora de Dios a lo largo de la historia, encontrarnos en torno a la Palabra que nos transmite estos hechos y nos introduce en el Misterio de Amor que contienen, es una aventura maravillosa, trans,formante. Hacerlo en comunidad significa acoger al Seor en nuestra casa, y dejar que sea l quien vaya modelando nuestra vida y nuestra proyeccin misionera. Nuestro deseo es que este proyecto siga siendo camino de habilitacin misionera. Ojal sea un estmulo para todos nosotros en orden a encontrar, con audacia y creatividad, nuevos caminos de evangelizacin! . 22 "Les hablaba del Reino de Dios" Introduccin Contenido

INTRODUCCIN 1. ENTRANDO EN EL NUEVO TESTAMENTO La Biblia se divide en dos grandes bloques Tradicionalmente los cristianos dividen su Biblia en dos grandes bloques: Antiguo y Nuevo Testamento (AT y NT). El primer bloque lo tendramos en comn con los judos; el segundo sera el especficamente cristiano, compuesto por personas que creen explcitamente en el Mesas enviado por Yahv. Quizs esta presentacin no sea del todo exacta, ya que, en cierto modo, cuando los cristianos asumieron el AT lo hicieron propio, lo "releyeron" a la luz de Cristo, podra decirse que lo compusieron. de nuevo, convirtindose a s mismos en sus autores. Juzgando las cosas con pleno rigor, habra que decir que, para el cristiarto, no hay AT, sino que toda la Biblia es Nuevo Testamento, ya que toda le llega "reescrita" por quienes confiesan explcitamente a Cristo como Seor. Lo que para antiguos lectores Gudos) era simplemente promesa, para el nuevo lector ( cristiano) es testimonio de la realizacin. An as, la divisin en AT y NT es indiscutiblemente prctica, ayuda a percibir el ritmo de la pedagoga divina y la progresiva explicitacin de lo inicialmente oscuro: la vida prometida (A T) se convierte en vida realizada o perceptible llegada del Reino (NT). Slo a la luz del NT adquiere el AT pleno sentido; y el AT, en cuanto antigua promesa, presta las claves para la comprensin del acontecimiento salvfico acaecido en Jess. Los libros del llamado Antiguo Testamento resultan cristianos mediante una re lectura y re-situacin. Los del Nuevo Testamento se refieren directa y explcitamente al hecho cristiano. Por ello ha dicho el Concilio Vaticano II: "A otras edades no fue revelado este misterio como lo ha revelado ahora el Espritu 25 ,_.,,,",~ , tF , " -. ~ - - --- -----

Santo a los apstoles y profetas (cf Ef 3,4-6) para que prediquerl el Evangelio, susciten la fe en Jess Mesas y Seor, y congreguen la Iglesia. De esto dan testimonio divino y perenne los escritos del Nuevo Testamento" (DV 17). Complejidad del Nuevo Testamento Es indiscutible que todos los libros del Nuevo Testamento tienen un mismo origen y contexto (la fe en el Sefior Resucitado) y una misma finalidad (catequizacin progresiva de las comunidades). Pero al mismo tiempo manifiestan una notable heterogeneidad en cuanto a gnero literario, medio social de origen, finalidad ms especfica, etc. Tradicionalmente se han clasificado los 27 libros del Nuevo Testamento en tres grupos o categoras: libros histricos (Evangelios y Hechos de los Apstoles), libros didcticos (cartas u obras semejantes a cartas) y libros profticos (aqu slo se inclua el Apocalipsis). Esa clasificacin responda slo (y .no del todo) al gnero literario empleado en cada obra. Cuando se presta atencin al contenido de cada libro y al medio en que parece haberse originado, las cosas son menos claras. En realidad todo libro del Nuevo Testamento es histrico, en cuanto que hace referencia al acontecilniento Jess y a la vida de su iglesia; pero, al mismo tiempo, ninguno es meramente histrico. Igualmente hay que reconocer que todo libro del Nuevo Testamento es didctico, en cuanto que pretende ayudar a una comunidad a profundizar en su fe; es obra catequtica. Y en la mayor parte de los libros hay tambin elementos profticos, tanto en el sentido de prediccin del futuro como en el de amonestacin actual a los creyentes. Por ello, en la actualidad se prefiere agrupar los libros del Nuevo Testamento por campos de pensamiento, parentesco teolgico, influjos mutuos o derivaciones, posibles comunidades destinatarias, etc. Desde este punto de vista se constituyen tres grupos, que podemos designar como corpus sinptico, corpus paulino y corpus jonico. Algunos libros ms rebeldes a un encasillamiento (Sant, Jds, Ap ... ) deben situarse en la periferia de alguno de los crculos mencionados. 26 Dentro de esta vaTiedad, los evangelios han ocupado siempre un hlgar preeminente en la liturgia y en la espiritualidad de la iglesia. 11( n recurrir a la teora de la Reforma acerca del "canon dentro del ',mon", el Vaticano II afirma: "Todos saben que entre los escritos del N Llevo Testamento sobresalen los evangelios, por ser el testimonio principal de la vida y doctrina de la Palabra hecha carne, nuestro Salvador" (DV 18a). 2. EVANGELIOS SINPTICOS y HECHOS Grupo homogneo o heterogneo? Salta a la vista que, agrupando as, juntamos dos obras de un volumen cada una (Mt y Mc) con otra escrita en dos volmenes (Lc-Hech). Pero la diferencia no es tan radical como pudiera parecer a primera vista; Lucas dedica su segundo volumen (Hech) a explicitar en detalle cmo la obra de Jess es llevada adelante por los suyos, especialmente por Pedro y Pablo. Pero Mt y Lc no ignoran esa prolongacin de la obra de Jess. Mt concluye con el mandato de evangelizar al mundo entero y con la promesa de la presencia de Jess entre los suyos hasta el final de los tiempos (Mt 28,19s). Mc, por su parte, en su final originario (16,8), deja la historia abierta al encuentro de Jess con los suyos y a lo que de all pueda seguirse (previamente ha hablado de la predicacin del Evangelio en todo el mundo, cf 13,10); Y en el final afiadido ("cannico") se sintetiza la obra misionera de la iglesia: "Ellos fueron a predicar por todas partes, y el Sefior los asista y confirmaba su palabra con los milagros que la acompafiaban" (Mc 16,20). La mayor coincidencia se encuentra, naturalmente, en el esquema comn (muy distinto del de Juan) con que los tres primeros evangelistas presentan la obra de Jess. Esa coincidencia de esquema es la que ha dado lugar a que se los llame 11 sinpticos". La palabra griega 11 syn-opsis" significa mirada de conjunto. Las numerosas sinopsis editadas muestran cmo Mt, Mc y Lc pueden disponerse en tres columnas paralelas y ser ledos conjuntamente. 27

Esto no quiere decir que un sinptico sea fcilmente intercambiable o confundible con otro. La lectura comparada y atenta permite reconocer la originalidad de cada evangelista y la diversidad de comunidades destinatarias, a pesar de utilizar muchos materiales comunes, seguramente prestados. Significado del trmino "evangelio": de la predicacin al escrito El significado de la palabra evnngeliojevfl11gelizar es primordialmente el de proclamacin de una buena noticia. Se usaba ya en el Antiguo Testam~nto para el anuncio de la victoria militar (2 Sam 19,19), y a partir del Deuteroisaas (Is 40-55) tendr el matiz de anuncio de que Dios es rey (cf Is 41,27; 52,7); desde ese trasfondo se entiende la repetida afirmacin de que Jess "les anunciaba el evangelio del Reino" (Mt 4,23; 9,35). El predicador Pablo, en cambio, cuando habla de que "Dios juzgar lo oculto de los corazones, segn mi evangelio" (Rom 2,16), usa la palabra para designar el contenido o mensaje de su predicacin. Los escritos dePablo, ms antiguos que los evangelios, dan a entender constantemente que la buena noticia tiene forma oral. Incluso el evangelio de Marcos intenta presentarse no como buena noticia en s mismo, sino como presentacin de cul es el "origen de la Buena Noticia de que Jess es el Cristo, el Hijo de Dios" (Mc 1,1), tal como se predica en una comunidad concreta. La clara conciencia eclesial de que los escritos evanglicos estn en continuidad con la predicacin apostlica Guntamente quiz con una des acertada lectura de Mc 1,1) hace que, ya en el siglo segundo, la palabra" evangelio", utilizada incluso en plural, designe un escrito. El gnero literario" evangelio" A pesar de la impresin que deja una primera lectura superficial, un evangelio se parece muy poco a una biografa; decididamente, no es una vida de Jess. En una biografa no se puede descuidar tanto la cronologa, la topografa, la ambientacin histrico-cultural del personaje, y sobre todo, la concatenacin entre los diversos 28 -----! 'pisodios. En nuestras biblias impresas suele ofrecerse siempre un Illapa con los viajes de san Pablo; en cambio nunca se nos ofrece llno con los viajes de Jess; sencillamente es imposible, con la informacin que tenemos, trazar su itinerario. Parece que los materiales han sido recogidos por bloques: controversias (Mc 2,1-3,6), Jess y los suyos (Mc 3,13-35), parbolas (Mc 4,1:\1\.), milagros (Mc 4,35-5,43), ... Pero no es probable que esos bloques describan perodos sucesivos en la actividad de Jess. Gran parte de los episodios concretos no se nos indica en qu lugar sucedieron; y el orden entre los mismos vara frecuentemente de evangelio a evangelio, tanto que personas muy familiarizadas con estos escritos no seran 'apaces de recordar el orden en que se suceden. Una experiencia comn es que la escucha de un pasaje evanglico en la liturgia no suele dejar abierta la curiosidad por la continuacin de la trama (curiosidad que s se despierta en la lectura de un fragmento de biografa). Dado, pues, que la biografa no es el modelo seguido por los evangelistas, se ha pensado en otros modelos o influjos: a)Teora del encuadramiento: Los esquemas doctrinales, frmulas de fe, etc., habran recibido un revestimiento posterior seudobiogrfico. No es verosmil; ms bien, esos esquemas y sumarios parecen derivarse, por abreviacin, del resto del material.

b)Teora de la imitacin: El modelo seran las presentaciones biogrficas de grandes taumaturgos, existentes en el mundo helenista para celebrar a los "hombres divinos" (theio nlldres). La objecin radica en que hoy se sabe que las obras clsicas aducidas como posibles modelos son cronolgicamente posteriores a los evangelios.

c)Teora del redactor: Se tratara de la recopilacin de tradiciones aisladas al servicio de una idea Jeolgica que gua la "creacin" redaccional. Aunque en esta propuesta hay mucho de verdad, en ningn caso puede olvidarse que los evangelios siguen teniendo un esquema cuasi-biogrfico, al cual los redactores se han sometido a la hora de realizar sus magistrales composiciones teolgicas.

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En realidad se trata de una tal combinacin entre historia y doctrina teolgica que no se encuentran modelos previos ni imitaciones posteriores a su altura (los apcrifos son otra cosa). El gnero literario "evangelio" es nico, sin precedentes cercanos y sin pervivencia en escritos posteriores. 3. ORIGEN DE LOS EVANGELIOS: UNA GNESIS COMPLEJA "El evangelio" es anterior a "los evangelios" Hemos visto que Pablo llama evangelio a su actividad y al objeto de la misma. l no conoce redacciones evanglicas, pero s una gran difusin del evangelio. Uno de los evangelistas, que sin duda tuvo algn contacto con la escuela paulina, nos ofrece un elemental esquema de la vida del evangelio hasta cristalizarse en nuestros evangelios escritos: "Muchos han tratado de relatar ordenadamente los acontecimientos que se cumplieron entre nosotros, tal como fueron transmitidos por aquellos que han sido desde el comienzo testigos oculares y servidores de la Palabra. Por eso, despus de informarme cuidadosamente de todo desde los orgenes, yo tambin he decidido escribir para ti, excelentsimo Tefilo, un relato ordenado ... " (Lc 1,1-3). El autor del tercer evangelio es, pues, muy consciente de que el evangelio no comienza con l, sino que tiene una compleja historia previa. En conjunto, Lucas considera su obra como un escrito sistellltico: " ... investigado todo diligentemente ... escribrtelo por su orden". Para el tercer evangelista esto es un cierto punto final, un logro de madurez eclesial; sin duda no cuenta con lo que supondr incluir su obra en el canon. Previamente se'ala tres etapas: a) Los acontecinzientos que se cumplieron ,entre nosotros. Su prlogo es a los dos volmenes, y, dado que el segundo (Hech) es una panormica de la vida de la iglesia naciente, puede usar un "nosotros" eclesial. Para lo referente a Jess, l ciertamente no se presenta como testigo ocular, sino como deudor de los que lo fueron. 30 b) El servicio de la Palabra, que cre una tradicin ("fueron ~ransmitidos"). Alude a un ambiente de predicacin semejante al que podemos rastrear en las cartas paulinas. Lucas no se cuenta enbre esos predicadores. c) Intentos narrativos previos a la narracin actual. Parece aludir a relatos parciales que l ha podido aprovechar para componer su obra; su afirmacin de que han sido "muchos" nos permite entrever algo de la complejidad de la vida eclesial en esa poca que, impropiamente, podemos llamar" preevanglica". La investigacin crtica sobre la formacin de los evangelios ha intentado describir ms de cerca cada una de esas fases. De los resultados ms ciertos de esa investigacin se hace eco el Concilio Vaticano II en DV 19: " ... lo q1;1e Jess, el Hijo de Dios, viviendo entre los hombres hizo y ense realmente para la eterna salvacin de los mismos hasta el da de su ascensin a los cielos. Despus de este da los Apstoles comunicaron a sus oyentes esos dichos y hechos con la mayor comprensin que les daba la resurreccin gloriosa de Cristo y la ense'lanza del Espritu de la verdad. Los autores sagrados compusieron los cuatro evangelios escogiendo datos de la tradicin oral o escrita, reducindolos a sntesis, adaptndolos ... " En este prrafo conciliar se recogen junto a la obra de redaccin los tres momentos previos de que habla el tercer evangelista, hacindolos extensivos a los dems evangelios: a)Palabras y acciones de Jess.

b)Predicacin apostlica.

c)Escritos provisionales ("tradicin oral o escrita").

Igual que Lucas, el Vaticano II distingue entre predicadores ("los Apstoles") y evangelistas escritores ("los autores sagrados"), sin entrar en la cuestin histrica de la identidad o diferencia entre unos y otros. Una tradicin que parte ya del siglo segundo, y que quiz nace con una preocupacin apologtica frente a las producciones apcrifas, identifica a los evangelistas con dos apstoles (Mateo y Juan) y dos supuestos discpulos de apstoles (Marcos y Lucas). El Vaticano II la menciona, sin pronunciarse sobre ella, en DV 18. 31

Antes de las amplias composiciones escritas Dejando de lado para el volumen siguiente el estudio de la tarea realizada por los redactores finales dirigimos nuestra mirada al proceso previo que es fruto, segn nos lo dice Lc 1,3 y la DV 19, de la transmisin por medio de la palabra hablada ("servidores de la Palabra", "comunicaron a sus oyentes"). La lectura atenta de cualquier pgina sinptica nos permite observar que no se trata de una narracin o exposicin compacta, sino de mltiples unidades autnomas, unidas actualmente mediante pequeas notaciones de tiempo (e inmediatamente, despus de esto, de nuevo, en sbado ... ) o de lugar (en casa, yendo de camino, en el monte, junto al lago, en una aldea ... ). A veces las unidades as empalmadas presentan alguna palabra o tema "grampa" (publicanopublicanos: Mc 2,14-15; tema del sbado: Mc 2,23-28 + 3,1-6). En otras ocasiones lo que tienen es una estructura comn; es el caso del vestido nuevo y los odres nuevos (Mc 2,21s), o del tesoro escondido y de la piedra preciosa (Mt 13,44-46). En esas pequeas unidades (dichos de Jess, ancdotas ... ) se observa que constantemente se repiten esquemas semejantes o idnticos. Puede compararse con utilidad la vocacin de Pedro y Andrs con la de Santiago y Juan (Mc 1,16-20), o las recomendaciones de Jess acerca de cmo dar limosna, orar y ayunar (Mt 6,2-4; 6,5-6; 6,16-18). La investigacin moderna ha realizado en muchos casos la retrotraduccin de estas pequeas unidades a la lengua aramea, lengua de Jess y de la iglesia naciente, y ha encontrado muchos elementos de ritmo, rima, asonancias, etc. El conjunto de estas observaciones da a entender que durante la transmisin oral de las palabras y hechos de Jess se arbitraron pequeos recursos que ayudasen a retener de memoria; probablemente ya Jess mismo, buen maestro popular, utiliz recursos mnemotcnkos. Algunos dichos de Jess aparecen en contexto distinto en cada evangelio; es frecuente que el dicho de Jess se ambiente en un contexto significativo; ser con motivo del rechazo en Nazaret donde Jess diga que" slo en su patria y entre sus allegados el profeta carece de prestigio" (Mc 6,4); pero Juan transmite el mismo dicho privado de esa ambientacin local (Jn 4,44). Lo ms probable es 32 que la mayor parte de los recuerdos de Jess se haya transmitido de manera atomizada, como nosotros mismos hacemos en el culto: leemos un milagro, o una parbola, o una ancdota, y le encontramos sentido completo sin preguntamos qu es lo que precede o sigue en '1 relato evanglico. No cabe duda: la predicacin y catequesis cristiana que precedi a las redacciones evanglicas se centraba en textos muy breves, independientes entre s, concentrados en lo esencial del mensaje ("reducindolos a sntesis": DV 19), y dotados de una forma que favoreciese su memorizacin. La eleccin de un recuerdo u otro de Jess es de suponer que no era casual, sino que obedeca bien a un ritmo progresivo en el catecumenado o en la ulterior ensei'\anza cristiana, bien a iluminar cuestiones abiertas en una determinada comunidad, bien a ambientar determinadas celebraciones cultuales de la iglesia. A todo esto han llamado los estudiosos" contextos sociolgicos" (Sitz im Leben) de la transmisin de un recuerdo de Jess. Lo ms probable es que se intentase que ese recuerdo se adecuara lo mejor posible ala situacin de que se trataba, incluso introduciendo en l algunos elementos que originariamente no tena; as es como se lleg a narrar la multiplicacin de los panes (y de los peces) en los mismos trminos que la institucin de la eucarista (Mc 6,41); es la "adaptacin a la situacin de las diversas iglesias" (DV 19). Con ello la tradicin evanglica va adquiriendo progresivamente el colorido de la vida de las comunidades y se convierte para nosotros en una informacin histrica sobre las mismas; los evangelios en su estado actual no son solamente informacin sobre Jess, sino tambin historia de la iglesia primitiva y testimonio de su "pastoral de la palabra hablada". Las unidades o "formas" ms frecuentes En tomo al ao 1920 algunos estudiosos de renombre (M. Dibelius, R. Bultmam1, etc.) realizaron diversas clasificaciones de las unidades que encontramos en nuestros evangelios sinpticos. Siguiendo lo iniciado por ellos y completado por trabajos posteriores, cabe destacar ante todo dos grandes tipos de tradiciones: palabras 33

de Jess y narraciones sobre Jess, adems de un gnero mixto en que palabra y narracin se combinan (apotegmas). Dichos de Jess a)Destacan en primer lugar las sentencias o logia propiamente dichas. De gran tradicin en el judasmo y en toda literatura popular; el Antiguo Testamento tiene libros enteros en que colecciona estos materiales. Jess emplea bastantes refranes: "a cada da le basta su afliccin" (Mt 6,34), "si un ciego gua a otro, los dos caern en un pozo" (Mt 15,14), "donde est el cadver se reunirn los buItres" (Mt 24,28), "el que trabaja merece su salario" (Lc 10,7), etc.

b)Palabras pro/ticas y apocalpticas. Mediante ellas Jess anuncia la venida del Reino (Mc 1,15), la hora de la salvacin (Mc 13,28), con bienaventuranza s o amenazas (Lc 6,20-23), segn que el hombre se abra o se cierre a la accin de Dios; aqu tienen importancia las llamadas a la vigilancia (Mc 13,3337). En algunos casos Jess se vale del estilo imaginativo de la apocalptica juda de la poca: "no quedar piedra sobre piedra" (Mc 13,2), las seales en el sol, luna y estrellas (Mc 13,24s), "los pueblos sern presa de la angustia ante el rugido del mar y la violenda de las olas" (Lc 21,25), "se ver al Hijo del Hombre, venir sobre las nubes" (Mc 13,26; 14,62).

c)Sentencias legales y reglas de comunidad. Jess frecuentemente habla sobre la observancia juda del sbado (Mc 3,4) o sobre la normativa de pureza ritual: "ninguna cosa externa que entra en el hombre puede manchado; lo que lo hace impuro es aquello que sale del hombre" (Mc 7,15). Particularmente crtico se muestra Jess con aspectos cultuales, como la prctica del "korbn" (Mc 7,11); igualmente con la arbitrariedad con que se repudia a la mujer o se la instrumentaliza en favor del varn (Mt 5,28.32).

Una serie de enseanzas prcticas estn orientadas a regular la vida comn entre los discpulos seguidores; aqu entra la invitacin a ser el servidor y esclavo en vez del grande o el primero (Mc 34 10,43s), a no aspirar a ser el rab del grupo (Mt 23,8), a perdonar s.:: indefinidamente (Lc 17,4), a la correccin fraterna (Mt 18,17), etc. d)Dichos de autorrevelacin. En ellos Jess habla en primera persona manifestando su misin y sus pretensiones: "no he venido a llamar a los justos sino a los pecadores" (Mc 2,17), "el Hijo del Hombre vino a buscar y salvar lo que estaba perdido" (Lc 19,10); "el que no est conmigo est contra m" (Lc 11,23), "Vengan a m todos los que estn afligidos y agobiados, y yo

, los aliviar" (Mt 11,28). Es un material mucho ms abundante en el cuarto evangelio, debido a su profwlda concentracin cristolgica. e)Parbolas y material semejante. Son los dichos ms amplios que conservamos de Jess, y se caracterizan por su forma potico-didctica; en cuanto a contenido pueden ser tambin sapienciales, profticas, de crtica allegalismo, etc. Junto con las parbolas aparecen en boca de Jess otras muchas formas de lenguaje figurado, como metforas (Mt 17,13: "la puerta estrecha"), comparaciones (Mt 24,27: "como el relmpago que sale del oriente, as..."), narracin de ejemplos, etc.

Narraciones sobre Jess Son muy variadas en forma y extensin, y no fciles de catalogar. Se han destacado cuatro tipos principales: a)Narraciones de milagros. Se narran en total unos treinta, y son de cuatro tipos: de curacin fsica (Mc 5,25ss: h.emorrosa), de curacin psquica o exorcismo (Mc 5,1-20: endemoniado de Gerasa), de resurreccin (Lc 7,11-17: el joven de Nan), y sobre la naturaleza (Mc 4,35-41: calmar una tempestad). La valoracin histrica vara mucho de tipo a tipo, y de investigador a investigador; hoy nadie puede negar seriamente que Jess realiz milagros, sobre todo curaciones; pero hay que admitir igualmente que la iglesia primitiva en algunos casos magnific el hecho (se nota, a veces, de evangelio a evangelio un crecimiento numrico, v.gr. se pasa de un ciego -Mc 10,46- a dos ciegos -Mt 20,30- en Jeric) y

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tendi a asemejar los milagros de Jess a los de personajes clebres del Antiguo Testamento y del helenismo; es el normal proceso de interpretacin de la tradicin. b)Hechos edificantes e ilustrativos (Dibelius les llamaba "Legenden", pero no principalmente en el sentido de que no fuesen histricos, sino en el etimolgico: deben leerse para dar sentido a determinadas celebraciones y conmemoraciones). Es un gnero muy amplio, que abarca desde la circuncisin de Juan o de Jess (Lc 1,59ss; 2,21) hasta la entrada de ste en Jerusaln (Mc 11,1-11), pasando por la confesin de Pedro (Mt 8,27-30) o la uncin en Betania (Mt 14,3ss).

c)Hechos de ndole sobrenatural (los "mitos" de M. Dibelius).

Aqu se enumeran aquellos pasajes en los que intervienen personajes extramundanos: bautismo de Jess, tentaciones, transfiguracin, anunciaciones y aparicin de ngeles en los evangelios de la infancia, apariciones del Resucitado. Se trata de relatos teolgicamente muy elaborados, especialmente desde el recurso al Antiguo Testamento, y en los que la confesin de fe de la Iglesia ocupa el lugar principal. d)Relatos de la pasin. Son los pasajes ms concatenados que se encuentran en el evangelio; pero tampoco se trata aqu de una historia continuada: bastantes unidades podran sacarse de su contexto sin que perdiesen su significado propio y sin privar de sentido al conjunto (de hecho en Jn no hay "oracin del huerto", ni en Mt y Mc una comparecencia de Jess ante Herodes). Ello indica que tambin la pasin se compone de piezas autnomas. El conjunto de la narracin ha crecido constantemente con referencias interpretativas a los poemas del Siervo de Yahv, al Salmo 22 y a otros pasajes veterotestamentarios.

Unidades mixtas Son los apotegmas, segn Bultmann; y los paradigmas, segn Dibelius. Es el gnero que ms abunda en los sinpticos; se trata de 36 1111 ti kho de Jess enmarcado en un pequeo relato, o -expresado dI' 011"0 modo- de un relato que culmina en un dicho de Jess; el dldH) ser sapiencial, proftico, legal, de autorrevelacin, segn lo Vl/lll) ms arriba. Se distinguen tres tipos principales de apotegma: (f) Apotegmas de conflicto. Una accin de Jess o de los discpulos provoca un dilogo con enemigos que permite a Jess pronunciar una mxima de peso. Es el caso de la curacin con perdn de pecados (Mc 2,1-12), o de las espigas arrancadas en sbado (Mc 2,23-28); ambos dan lugar a un dicho de autorrevelacin: "el Hijo del Hombre tiene poder. .. , es sear..." b)Apotegmas instructivos o dilogos de escuela. En ellos Jess no combate a enemigos, sino que ense'1a a sus discpulos o a gente de buena volurltad que se le acerca. En ellos la narracin est reducida al mnimo. Es el caso de la instruccin sobre el mandamiento ms importante (Mc 12,28-34), o sobre el reparto de la herencia y el peligro de la avaricia (Lc 12,3s).

c)Apotegmas biogrficos. No siempre claramente separables de los dos tipos anteriores, en ellos, sin embargo, suele haber ms escena. A esta clase pertenecen las vocaciones de los cuatro primeros discpulos (Mc 1,16-20), las ancdotas sobre Jess y su familia (Mc 3,20s; 3,31-35), su no aceptacin en la sinagoga de Nazaret (Mc 6,1-6).

Evolucin posterior En los apotegmas el suceso y el dicho de Jess no siempre estn ntimamente soldados, de modo que a veces pudiera tratarse de una fusin secundaria de unidades originariamente independientes. Eso puede sospecharse de la curacin y perdn de pecados en Mc 2,112, donde la admiracin final (" se quedaron admirados y alababan a Dios ... ") se adecua a los que han acercado al tullido, pero no a los derrotados escribas. La redondez de cualquiera de los dichos o narraciones enumeradas hace entrever que han tenido vida independiente, sin lazos cronolgicos o topogrficos con un contexto ms amplio; el fenmeno 37

II~ no es distinto del actual uso litrgico o catequtico, en el que la comunidad cristiana reflexiona u ora en torno a un pasaje sin excesiva preocupacin por lo que le precede o le sigue en la actual trama redaccional. Segn el tema, cada recuerdo de Jess habr sido utilizado predominantemente en un contexto sociolgico u otro de la iglesia primitiva, intentando que ilustrase interrogantes, solucionase problemas, iluminase situaciones; con ello fcilmente esa misma situacin termina influyendo sobre lo narrado, que adquirir el colorido de esa misma situacin. Seguramente que la multiplicacin de los panes se recordaba preferentemente en la eucarista; y termin por narrarse ella misma como una eucarista (Mc 6,41). Por este procedimiento, la tradicin sobre Jess acabar convirtindose tambin en tradicin sobre la Iglesia; los evangelios ofrecen una valiosa informacin sobre la vida de las primeras comunidades. La Constitucin Dei Ver bu m dice que los evangelistas" adaptaban a la situacin de las diversas iglesias" la tradicin a la que tuvieron acceso (DV 19). Todo aconseja suponer otro tanto para la predicacin que los precedi. Por un normal progreso de la tradicin, lo semejante se habr ido atrayendo con lo semejante, dando lugar a pequeas colecciones basadas en la unidad de tema o en la semejanza formal. Es el caso de las parbolas del vestido nuevo y vino nuevo (Mc 2,21s), o el de las ms amplias colecciones de controversias (Mc 2,1-3,6), de parbolas (Mc 4,1-34), o de milagros (Mc 4,35-5,43), que muy probablemente exis-tieron ya como cuerpo antes de ser incluidas en un evangelio seguido (seran los "fragmentos" de que hemos hablado ms arriba). Con la redaccin de estas colecciones se pone en marcha el largo proceso literario que desembocar en nuestros evangelios. La tradicin sobre Jess es anterior a la Iglesia Una corriente crtica respecto del origen de los evangelios postulaba una gran capacidad creadora para las primeras comunidades cristianas, las cuales daran origen y desarrollo a una predicacin sobre Jess prcticamente desvinculada de su vida y actividad proftico-mesinica. 38 Actualmente se matiza mucho esa propuesta; ciertamente las comunidades cristianas van seleccionando e interpretando, mediante nuevas formulaciones, sus recuerdos de Jess, hacindolos lo ms tiles posible a su espiritualidad y predicacin (" adaptndolo a la situacin de las diversas iglesias" deca la DV 19). Pero hay que contar con dos observaciones muy importantes: el grupo, o la "masa", como tal no crea, sino que proporciona el medio sociolgico-cultural adecuado y el medio receptivo para las creaciones de los genios o "excelencias". por lo que se refiere a las primeras comunidades cristianas, no se las puede separar de los grupos de seguidores histricos de Jess, sino que entre unas y otros se da una continuidad sociolgica. Las comunidades postpascuales son las mismas prepascuales o, al menos, estn reunidas en torno a quienes conocieron y siguieron a Jess, lo cual supone un notable freno o control frente a la libre" creacin" de materiales cristo lgicos independientes de la historia vivida. Pero hay que contar incluso con que ya en tiempo de Jess se form h"adicin sobre l. En torno a l se formaron grupos de seguidores y de simpatizantes, actitud que los hace especialmente receptivos para con su mensaje y con los rasgos furldamentales de su persona. Incluso gentes que no estn integradas en su grupo se cuestionan si no ser el Mesas esperado (Mt 11,3), o alguno de sus precursores: Elas, o el Bautista redivivo, o uno de los antiguos grandes profetas (Mc 6,14-16; 8,27s). Cuando se nos habla de uno que viene a pedirle la curacin de su hijo (Mc 9,17), se est indicando que existen rumores sobre sus milagros; cuando alguien viene a hacerIe preguntas de tipo religioso, incluso con la confesin previa de que" sabemos que eres veraz" (Mc 12,14), es porque se tiene noticia de su doctrina. Los discpulos seguidores, con el paso de los das, van acumulando datos en sus mentes y en sus corazones; aun sin formularIo, tienen que preguntarse una y otra vez por los motivos para continuar en su extrao gnero de vida, en itinerancia, seguimiento y desarraigo. Los maestros orientales, incluidos los rabinos, solan repetir mucho algunas sentencias o criterios, que los discpulos van 39

reteniendo aun sin quererlo. Se impone admitir algo semejante para Jess y sus discpulos. Jess, por otro lado, en ms de una ocasin enva a sus discpulos en misin por pueblos y aldeas; es indispensable que les proporcione un bagaje, siquiera elemental, de contenidos: quiz llamadas a la conversin, pequeas parbolas, alguna sentencia tica, etc. Estos enviados se hospedarn en casas de simpatizantes de Jess (por eso no llevan equipamiento; cf Lc 9,3), quienes tendrn su normal curiosidad acerca de lo que hace y dice el maestro cuya predicacin en algn momento los ha cautivado. Los enviados tendrn que narrar sobre Jess. . Los oyentes nuevos preguntarn a los misioneros quin los enva y es garante de su predicacin; inesperadamente se encontrarn los discpulos haciendo una elemental" cristologa", explicando rasgos del Maestro, temas de su predicacin, signos de su autoridad y motivos que justifiquen el seguimiento. Es la ocasin de verbalizar y explicitar lo mucho que llevan implcito. Cuando los discpulos estn con Jess, es l quien dirime las posibles diferencias o tensiones entre ellos, sin duda mediante mximas referentes a la convivencia y fraternidad, a no tener pretensiones de superioridad, etc (cf Mt 23,8). Cuando Jess no est con ellos, sern ellos mismos quienes traigan a colacin lo que el Maestro ms de una vez les ha dicho. Se da ahora forma verbal, la misma que daba el Maestro u otra semejante, a lo que ha ido calando en sus mentes y corazones. Se puede afirmar con seguridad que, ya en vida de Jess se va formando un amplio acervo de tradicin sobre l y su mensaje, tradicin un tanto amorfa, dispersa y asistemtica, pero rica y slida. En continuidad con ella crecer la tradicin jesuana postpascual, los testigos oculares -y con ellos quiz otros muchos- se convierten en "servidores de la Palabra" (Lc 1,2), transmitiendo hechos y dichos de Jess" con la mayor comprensin que les da la resurreccin gloriosa de Cristo y la enseanza del Espritu de la verdad" (DV 19), con lo que se pone en marcha el complejo proceso de tradicin oral y escrita que desembocar en nuestros evangelios. El ministerio de la Palabra es, por tanto, el rasgo esencial de la iglesia naciente, tanto 40 'lile el libro de los Hechos identifica el crecimiento de la Iglesia con ,,1 crecimiento de la Palabra: "la Palabra de Dios creca y el nmero 1Il' discpulos se multiplicaba" (Hech 6,7; cf 12,24). . 4. SON LOS EVANGELIOS HISTRICAMENTE FIABLES? Despus del recorrido que hemos realizado la pregunta resulta insoslayable: nos servirn todava los evangelios para conocer la historia de Jess? La respuesta tiene que ser muy matizada, sin soluciones simplistas. Ms arriba hemos visto que los evangelios son una originalsima combinacin de historia y doctrina teolgica, que n.o pued~ reducirse a uno slo de esos elementos; siempre seguirn siendo historia, pero nunca pura historia; y siempre teologa, pero nunca pura especulacin. Las "vidas de Jess" ya se terminaron En otros tiempos se compusieron pretendidas biografas de Jess basndose en los evangelios (en realidad, las nicas fuentes en que podan basarse, pues las informaciones no cristianas son irrelevantes). Actualmente es firme la conviccin de que eso es imposible. Los evangelios no nos proporcionan la :nprescindible cronologa, ni topografa, ni ambientacin histrico-cultural, ni la ms elemental concatenacin entre los diversos episodios, como para poder elaborar, a partir de ellos, la biografa de Jess segn las exigencias actualeS del gnero. Enhoe los evangelistas hay contradicciones respecto de tiempos y lugares. La uncin de Jess por una mujer mienhoas est a la mesa en casa de Simn sucede segn Mc y Mt en Betania (Judea), hacia el final del ministerio de Jess; en cambio Lc la sita en Calilea, relativamente pronto dentro del ministerio de Jess. Ya hemos visto tambin cmo diversos elementos de la predicacin de Jess tienen una ubicacin notablemente distinta en los distintos evangelistas, lo cual lleva-a muy diversas interpretaciones del material en cuestin sin que, en muchos casos, podamos dilucidar cul sea la ms primitiva. 41

11 111, 11111 El marco de la actividad de Jess que ha quedado en la tradicin sinptica, seguramente creacin de Mc en alguna de sus redacciones, est lllUY simplificado, y no concuerda con el que se impuso en la lTad ici6n jonica. Hoy por hoy carecemos de criterios para aceptar uno dc.' ~'lIoH como vlido (si bien hay una cierta preferencia por el de Jn). I I )ada la complejidad del proceso de transmisin de la tradicin \'vanglica, no puede ya utilizarse el viejo criterio apologtico de que .los autores de los evangelios fueron testigos directos o casi directos de lo que narran y que dieron su vida por defenderlo. Los