lÓgicas de la reconciliaciÓn. un anÁlisis del debate

19
99 LÓGICAS DE LA RECONCILIACIÓN. UN ANÁLISIS DEL DEBATE PARLAMENTARIO SOBRE LA LEY DE AMNISTÍA DE 1977 Shingo Kato Universidad de Keio (Japón) Pedimos que se proceda a la excarcelación, a la vuelta, a la amnistía de todos los inculpados por delitos políticos, no solamente vascos. Lo pedimos […] para que efectivamente podamos comenzar una nueva época democrática, pueda haber un olvido de situaciones anteriores. Ninguno venimos con el puñal en la mano; ni venimos para rascar en el pasado. Venimos de cara al futuro a construir un nuevo país en el que valga la pena vivir y en el que todos podamos vivir. Xavier Arzalluz Antia primera sesión plenaria de Legislatura Constituyente, 27.7.1977 Se ha contado y se cuenta, en mayoría de los casos en un contexto positivo, que la reconciliación entre los vencedores y vencidos de la Guerra Civil Española (1936-39), cuya forma más concreta era la Ley de Amnistía de 1977 1 , se logró en la etapa de la transición del régimen político de la dictadura a la democracia. Muy al contrario, lo que observamos en estos años son las críticas a esa reconciliación, especialmente a partir de los años anteriores al debate y la entrada en vigor de la llamada Ley de Memoria Histórica 2 . ¿Qué fue, desde luego, la reconciliación? Puede que cuestionarlo todavía sea algo prematuro, pero el autor de este trabajo quiere aportar en respuesta a ella. Dicho de otra manera: en el presente texto no se busca la solución a otra pregunta: ¿fue real, o no, la reconciliación en la Transición?, sin renunciar en Profesor Colaborador de español en dicha Universidad tokiota. 1 Ley 46/1977, de 15 de octubre, de Amnistía. Publicada en Boletín Oficial del Estado (BOE), nº 248, 17 .10. 1977, pp. 22765-6. 2 Entre otros destacan: Francisco Espinosa, Contra el olvido. Historia y memoria de la Guerra Civil, Barcelona, Crítica, 2006, pp. 175-7; Juan Carlos Monedero, La transición contada a nuestros padres. Nocturno de la democracia española, Madrid, Catarata, 2011.

Upload: others

Post on 10-Nov-2021

2 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: LÓGICAS DE LA RECONCILIACIÓN. UN ANÁLISIS DEL DEBATE

  99  

LÓGICAS DE LA RECONCILIACIÓN.

UN ANÁLISIS DEL DEBATE PARLAMENTARIO

SOBRE LA LEY DE AMNISTÍA DE 1977

Shingo Kato✻

Universidad de Keio (Japón)

Pedimos que se proceda a la excarcelación, a la vuelta, a la amnistía de todos los inculpados por delitos políticos, no solamente vascos. Lo

pedimos […] para que efectivamente podamos comenzar una nueva época democrática, pueda haber un olvido de situaciones anteriores.

Ninguno venimos con el puñal en la mano; ni venimos para rascar en el pasado. Venimos de cara al futuro a construir un nuevo país en el que

valga la pena vivir y en el que todos podamos vivir. Xavier Arzalluz Antia

primera sesión plenaria de Legislatura Constituyente, 27.7.1977  

 

 

Se ha contado y se cuenta, en mayoría de los casos en un contexto

positivo, que la reconciliación entre los vencedores y vencidos de la Guerra

Civil Española (1936-39), cuya forma más concreta era la Ley de Amnistía de

19771, se logró en la etapa de la transición del régimen político de la dictadura a

la democracia. Muy al contrario, lo que observamos en estos años son las

críticas a esa reconciliación, especialmente a partir de los años anteriores al

debate y la entrada en vigor de la llamada Ley de Memoria Histórica2.

¿Qué fue, desde luego, la reconciliación? Puede que cuestionarlo todavía

sea algo prematuro, pero el autor de este trabajo quiere aportar en respuesta a

ella. Dicho de otra manera: en el presente texto no se busca la solución a otra

pregunta: ¿fue real, o no, la reconciliación en la Transición?, sin renunciar en

                                                                                                               ✻  Profesor Colaborador de español en dicha Universidad tokiota. 1 Ley 46/1977, de 15 de octubre, de Amnistía. Publicada en Boletín Oficial del Estado (BOE), nº 248, 17 .10. 1977, pp. 22765-6. 2 Entre otros destacan: Francisco Espinosa, Contra el olvido. Historia y memoria de la Guerra Civil, Barcelona, Crítica, 2006, pp. 175-7; Juan Carlos Monedero, La transición contada a nuestros padres. Nocturno de la democracia española, Madrid, Catarata, 2011.

Page 2: LÓGICAS DE LA RECONCILIACIÓN. UN ANÁLISIS DEL DEBATE

  100  

absoluto la transcendencia y la inevitabilidad que posee la cuestión.

En cambio, aquí, se intenta interpretar muy minuciosamente, a diferencia

de otros trabajos que abordan el tema de la memoria histórica en general3, la

reconciliación como lenguaje o discurso.

A la hora del lenguaje en la etapa de la Transición política en España,

podemos contar con las obras de Santos Juliá, entre otros4. Primero, el

historiador distingue, refiriéndose a los trabajos teóricos de la transición política

en general como Przeworski, Moore, etc., los tres niveles de análisis, que son: a)

la estructura socioeconómica; b) la estrategia de los actores que actúan dentro

del marco de a); y c) su discurso o lenguaje5. Además, Juliá contrasta las dos

transiciones políticas experimentadas en la España del siglo XX, es decir, la que

antecedió a la Segunda República y la que desembocaría en el régimen

democrático actual. Hace hincapié en las diferencias que hay entre los dos casos

españoles, que pueden resumirse de la siguiente manera: en primer lugar,

duración del crecimiento económico en sendas dictaduras antecedentes a las

dos democracias; en segundo lugar, la diferencia, que devino de la primera, en

cambio social, es decir, en la composición de profesiones en la sociedad de los

años treinta y la de los años setenta; por último, las distintas estrategias

discursivas que adoptaron las clases políticas en sendas etapas, un reflejo de

esos dos cambios sociales: una estrategia beligerante característica en la víspera

de la Guerra Civil; y la otra más reconciliadora adoptada por prácticamente

todos los partidos políticos en la Transición democrática más reciente.

En otra obra, en que narra el desarrollo del lenguaje de las dos Españas,

Juliá se dedica al nivel de lenguaje. En su parte final se aborda la reconciliación

                                                                                                               3 Es imprescindible la mención, entre otros, a Paloma Aguilar Fernández, Políticas de la memoria y memorias de la política. El caso español en perspectiva comparada, Madrid, Alianza, 2008, especialmente pp. 284-304, en que sí se repasan los discursos en el debate en el Congreso del día de la aprobación de la Ley. También destaca por su comparación de los textos de los proyectos y de la efectuada Ley María García Yaregui, “Amnistía de la transición española: lucha por la libertad, reconciliación nacional e impunidad”, Ángeles Barrio Alonso, Jorge de Hoyos Puente y Rebeca Saavedra Arias (eds.), Nuevos horizontes del pasado: culturas políticas, identidades y formas de representación, Santander, Universidad de Cantabria. 4 En estas pocas líneas sólo cabe mencionar una obra pionera de Rafael del Águila y Ricardo Montoro, El discurso político de la transición, Madrid, CIS, 1984. 5 Santos Juliá Díaz, “Orígenes sociales de la democracia en España”, Ayer, 15, 1994, pp. 165-188.

Page 3: LÓGICAS DE LA RECONCILIACIÓN. UN ANÁLISIS DEL DEBATE

  101  

de ambas, representadas como los vencedores y vencidos de la Guerra Civil,

una estrategia que remonta a los años cuarenta, en que figuras como Américo

Castro e Indalecio Prieto comenzaron a referirse a la experiencia de la contienda

como un “dolor” sufrido no sólo por los vencedores sino por “todos los

españoles”, incluyendo a los vencidos de la misma, y que posteriormente

empezó a tomar forma, por ejemplo, en el manifiesto del Partido Comunista

Español en exilio el 1 de abril de 1956. Concluye la obra el historiador

aludiendo, no necesariamente entrando en detalle, al comienzo de otro

lenguaje, el de la democracia, que vendría después del lenguaje de la

reconciliación, es decir, en la Transición de los años setenta6.

Lo que queda por hacer después de los trabajos del historiador y se va a

efectuar en el presente trabajo es, en primer lugar, concentrarnos en el nivel

discursivo, más que otros dos, y exclusivamente en el caso español de

democratización más reciente, no en el lenguaje combativo en la Segunda

República. Es decir, aquí se presta la atención solamente a un lenguaje: el de la

reconciliación. En segundo lugar, a la hora de los textos que analizaremos, aquí

intentamos narrar dicho lenguaje con más detalle y en unos textos: en los del

debate parlamentario que desembocaría en la Ley de Amnistía de 1977, una

legislación con la que, según Santiago Carrillo, entonces diputado, secretario

general del Partido Comunista de España (PCE) y portavoz del grupo

parlamentario comunista, “culmin[a]n el proceso de la reconciliación de los

españoles”7, tanto para los que la efectuaban como para los que observaban el

proceso, es decir, los medios y los ciudadanos.

En las siguientes líneas, confirmaremos el frecuente uso de las palabras

como “superar” o “cerrar” el pasado, la voz que en aquel entonces se refería

inmediatamente a la Guerra Civil y al franquismo; además, observaremos las

lógicas de justificación de la “superación” o el “cierre” del pasado, entre las que

                                                                                                               6 Santos Juliá Díaz, Historia de las dos Españas, Madrid, Taurus, 2004, especialmente pp. 445-462. Carme Molinero también afirma que “las campañas pro-amnistía empezaron el mismo año 1939 y continuaron durante la posguerra”, en “La Ley de Amnistía de 1977: la reivindicación antifranquista y su lectura treinta años después”, Mª Jesús Espuny Tomás y Olga Paz Torres (coords.), 30 años de la Ley de Amnistía (1977-2007), 2009, pp. 44. 7 DSCD, nº 5, de 27.7.1977, p. 73.

Page 4: LÓGICAS DE LA RECONCILIACIÓN. UN ANÁLISIS DEL DEBATE

  102  

destacamos las siguientes dos: la reconciliación, que se plasmaría en aquel

entonces en una amnistía total que aseguraba la Ley, era necesaria para asentar

la democracia que acababa de comenzar su andadura; otra razón por la que se

consideraba necesario superar el pasado era que tuvieron que atender

problemas en el presente y que mirar hacia futuro.

Para mostrarlo, analizaremos en las siguientes páginas los textos de las

intervenciones realizadas por los diputados en el debate, citando como fuentes

primarias las escritas en Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados (DSCD).

 

Legislaciones antecedentes y proceso del debate hacia Ley de

Amnistía

Como es bien sabido, la Ley de Amnistía de 1977 no es la única legislación

que connota a la reconciliación de los españoles en la etapa de la Transición a la

democracia. Hubo otras dos anteriores: una es el indulto general con motivo de

la coronación de Juan Carlos de Borbón, realizado el 25 de noviembre de 1975;

la otra es la amnistía parcial que se aplicó a los hechos y delitos de

intencionalidad política antes del 1 de abril de 1939, es decir, sólo en la etapa de

la Guerra Civil. Resultando ésta insuficiente especialmente para la oposición, en

una reunión celebrada el 11 de enero entre el Gobierno de Adolfo Suárez y

cuatro miembros de la comisión negociadora de la oposición democrática, se

propuso, además de la legalización de los partidos políticos, una amnistía total

que cubriera la etapa de la dictadura8.

Legalizados los partidos, incluyendo a PCE, se celebraron las elecciones

generales, primeras después de la caída de la Segunda República, el penúltimo

régimen democrático. Constituidas posteriormente las Cortes, se abrió la

legislatura, se realizó el primer pleno del Congreso y, el 27 de julio, se

pronunciaron las declaraciones políticas de carácter general de todos los grupos

parlamentarios, la mayoría de los cuales volvieron a exigir una amnistía total y

el PCE y el Grupo de minorías catalana y vasca hicieron sendas propuestas de

                                                                                                               8 El País, 12.1.1977, http://elpais.com/diario/1977/01/12/portada/221871603_850215.html .

Page 5: LÓGICAS DE LA RECONCILIACIÓN. UN ANÁLISIS DEL DEBATE

  103  

una ley que realizaría una amnistía general. Después, hubo en el Congreso dos

ocasiones más en las que se debatió sobre la amnistía: una era la sesión del 14

de septiembre, donde se debatió, no exactamente la amnistía, sino un incidente,

que era la detención del diputado socialista por Santander, Jaime Blanco García,

la cual provocó, aparte de la moción socialista frustrada en que pedían la

dimisión del entonces ministro del Interior, Rodolfo Martín Villa, un gran

debate sobre el orden público en general y, en este contexto, prácticamente

todos los grupos parlamentarios aprovecharon la ocasión para insistir en una

amnistía total; otra ocasión fue la sesión del 14 de octubre, en que se aprobó la

Ley9.

A partir del siguiente párrafo, nos dedicamos al análisis de los textos que

se produjeron en estas tres fechas del debate parlamentario. Antes de adelantar

al análisis, confirmaremos la importancia que tienen. Es decir, los tres debates

eran abiertos al público. Cabe mencionar la existencia de otro lugar para el

debate en torno a la ley. Antes de la tercera ocasión plenaria del mes de octubre,

se debatió el contenido de la ley también en una comisión técnica que incluyó a

representantes de todos los grupos salvo Alianza Popular. Como apunta

Paloma Aguilar, no se encuentran actas de la comisión en el archivo del

Congreso y sus miembros tampoco se saben por el archivo sino por el diario El

País, del 5 de octubre de 1977, por lo cual resulta imposible el análisis del

debate10. Para ello, sería menester encontrar nuevas fuentes primarias que

contengan datos sobre la comisión técnica. Además, insistiría en que lo que se

intenta aquí es bucear los textos a la sazón públicos que constituyeron un

lenguaje político, lo que se debería distinguir del análisis de las estrategias de

cada uno de los partidos políticos y otros actores en la etapa de la transición,

recordando la distinción que propone Juliá.

                                                                                                               9 No cabe olvidar que el debate siguió hasta la actualización de la Ley en 1984 y, sobre todo, que los temas centrales posteriores a la aprobación era la aplicación a los casos de adulterio, aborto, uso de anticonceptivos y homosexualidad. 10 Paloma Aguilar Fernández, Políticas de la memoria…, op. cit., p. 293.

Page 6: LÓGICAS DE LA RECONCILIACIÓN. UN ANÁLISIS DEL DEBATE

  104  

Amnistía para “superar” o “cerrar” el pasado

Como hemos visto en las líneas anteriores citando a las palabras de

Santiago Carrillo, e indica también la historiadora Carme Molinero, “la amnistía

como medida política fue reclamada por todas las organizaciones”, puesto que

“la amnistía era imprescindible para una política de reconciliación nacional,

entendida como de superación –no de olvido11– de la dictadura”12.

Confirmemos el frecuente uso de las palabras “superar el pasado” o las

expresiones del idéntico sentido por parte de los diputados al debatir la

amnistía. En la primera sesión del pleno, efectuada el 27 de julio de 1977, en

unas declaraciones políticas de carácter general que se efectuaban, mientras a la

palabra “consenso” se le refirió dos veces, mencionaron “amnistía” más de diez

ocasiones. Además, no sólo Carrillo, sino numerosos otros hicieron eco a la idea

de la amnistía para superar el pasado, que significaba tanto la Guerra Civil

como la dictadura. Jordi Pujol, en nombre de la Minoría catalana, pidió la

eliminación de la base legal franquista que “en su día representó una voluntad

de discriminación, de opresión y de ofensa a Cataluña”.

Nosotros pedimos eso en esa línea que queremos de concordia, en esa línea de magnanimidad, en esa línea de colaboración profunda, en esa línea de superación de viejos prejuicios13.

Por parte del grupo mayoritario, el de Partido Socialista Obrero Español

(PSOE), Felipe González utilizó el verbo “superar” en el siguiente debate

parlamentario, el del 14 de septiembre:

                                                                                                               11 Como se ve en la cita inicial de este texto, la voz “olvido” la usó Javier Arzalluz, entonces diputado de la Minoría vasca, de una manera bastante extensa, en sus intervenciones en el primer pleno democrático y en la explicación del voto afirmativo a la ley. El uso de la voz “olvido” es el foco del debate reciente en torno a la memoria histórica. Francisco Espinosa, Contra el olvido…, op.cit., y Santos Juliá, “Echar al olvido: memoria y amnistía en la transición a la democracia en España”, J. C. Davis y Isabel Burdiel (eds.), El otro, el mismo. Biografía y autobiografía en Europa (siglos XVII-XX), Valencia, Prensa de la Universidad de Valencia, pp. 347-70. 12 Las dos citas tomadas de Carme Molinero, “La Ley de Amnistía…”, op. cit., p. 44. 13 DSCD, nº 5, 27.7.1977, pp. 81-2. La cursiva, en ésta y las siguientes citas, es mía.

Page 7: LÓGICAS DE LA RECONCILIACIÓN. UN ANÁLISIS DEL DEBATE

  105  

En nuestra primera intervención ante la Cámara [referente a la que se realizó en 27 de julio] (…) llamábamos la atención, y lo reiteramos ahora, de que esa voluntad popular, pacíficamente demostrada [en las elecciones generales de 1977], tenía el significado profundo de querer superar la etapa histórica, dura y amarga que nos tocó vivir, y superarla definitivamente14.

Salvador Sánchez-Terán, en nombre del otro grupo mayoritario, el del

partido de Gobierno, Unión de Centro Democrática (UCD), el mismo día de

septiembre:

proclama públicamente que desea adaptar y promover todas las actitudes de reconciliación que nos permitan superar definitivamente la dialéctica política sobre la etapa anterior y avanzar hacia el futuro con fe y con ilusión15.

Podemos constatar que el debate parlamentario del siguiente mes de

octubre fue una ocasión en la que era más frecuente el uso de las palabras

“superar”, “superación”, etc. El mismo grupo, esta vez en la voz de Rafael

Arias-Salgado, también miembro de la comisión técnica, afirmó “no mira[r]

hacia atrás, sino que, fervientemente, [quería] superar y trascender las

divisiones que nos separaron y enfrentaron en el pasado”16.

Aquí nos toca mencionar otra intervención de Arzalluz, en que narró muy

vivamente una experiencia personal, teniendo muy en cuenta, quizá, la

distinción entre la clase política y la gente de la calle:

un joven que entraba en un juzgado de guardia en Bilbao, todavía recientemente (no hará más de dos años). Entraba a duras penas, porque casi no podía andar, venía de una comisaría. Era hijo de un militante de nuestro partido que murió a raíz de las torturas policiales a finales de los años cuarenta. Estos resentimientos, estos recuerdos que van de padres a hijos, son difíciles de superar […] Por lo tanto, la ley que nosotros estamos haciendo aquí hemos de procurar que efectivamente vaya bajando a la sociedad, […] porque es la única manera de que podamos darnos la mano sin rencor17.

                                                                                                               14 DSCD, nº 8, 14.11.1977, p. 165. 15 Ibid., p. 202. 16 DSCD, nº 24, 14.10.1977, p. 973. 17 Ibid., p. 969.

Page 8: LÓGICAS DE LA RECONCILIACIÓN. UN ANÁLISIS DEL DEBATE

  106  

Aparte del verbo “superar”, hubo también ocasiones en que se utilizaron

otras palabras que significan lo mismo. Para verlo podemos contar con los

textos de Enrique Tierno Galván, el representante del Partido Socialista

Popular, especialmente en la primera sesión del Congreso:

Es posible llegar entre todos a un convenio que nos permita salir de las dificultades, de las situaciones oscuras o de aquellas que, en principio, pudieran parecer insuperables. Esto es de por sí un buen augurio para el futuro, sobre todo en estas circunstancias, en circunstancias en que la Cámara lucha con el pasado y tiene que enfrentarse con un porvenir difícil18.

Dos lógicas de la reconciliación. Precondición de democracia y

crisis económica

La razón por la que estos textos del “viejo profesor” son significativos es

que en ellos puede reconocerse tanto la necesidad de la superación del pasado,

por un lado, como las posibilidades del porvenir o del futuro, por otro.

Además, podemos apreciar esta mirada al futuro también en las

intervenciones de otros oradores. Leopoldo Calvo-Sotelo, la voz de la UCD en

la primera sesión de la Cámara Baja, afirmó de una manera algo humilde:

Unión de Centro Democrático es sin duda la más reciente entre las formaciones políticas presentes en el Congreso. No puede invocar como otros partidos, un pasado lejano o brillante, pero tal vez por esa razón se siente más comprometida con el futuro, con ese futuro superador de enfrentamientos antiguos que tenemos la obligación, más aún, el mandato de construir19.

La expresión en cursiva es la más representativa de la lógica: superar el

pasado para construir el futuro20. El PCE, cuyo representante era Marcelino

                                                                                                               18 DSCD, nº 5, 27.7.1977, p. 85. 19 Ibid., p. 100. 20 Debemos distinguir otra lógica futurista con que justificaba su acción Alianza Popular, fundado y liderado por Manuel Fraga, que encontraba “de muy escasa utilidad para España el debatir lo ya pasado y, más aún, el abrir irresponsablemente las viejas heridas de un siglo largo de enfrentamientos civiles”. Ibid., p. 95. Cabría mencionar el hecho de que sea exactamente la misma lógica que empleó, más de tres décadas después, Mariano Rajoy para vetar la Ley de Memoria Histórica, de 2008, refiriéndose implícitamente al texto de Fraga arriba citado. “Rajoy:

Page 9: LÓGICAS DE LA RECONCILIACIÓN. UN ANÁLISIS DEL DEBATE

  107  

Camacho en el último debate antes de la aprobación de la Ley, coincidió con la

UCD en la etapa de la Transición en numerosos asuntos, incluyendo éste de la

amnistía, y dijo en el pleno en que se aprobó la Ley: “Nosotros considerábamos

que la pieza capital de esta política de reconciliación nacional tenía que ser la

amnistía” ya en 1956, el año en que se pronunció el manifiesto referido en líneas

anteriores. Además, tal

amnistía es una política nacional y democrática, la única consecuente que puede cerrar ese pasado de guerras civiles y de cruzadas. Queremos abrir la vía a la paz y a la libertad. Queremos cerrar una etapa; queremos abrir otra. Nosotros, precisamente, los comunistas, que tantas heridas tenemos, que tanto hemos sufrido, hemos enterrado nuestros muertos y nuestros rencores21.

Cerrar el pasado para abrir un futuro; y la amnistía total, medida

imprescindible para cerrar el pasado y, por ello, también para abrir el futuro: la

misma lógica que la de Tierno y de Calvo-Sotelo puede apreciarse en este texto.

Amnistía, como una medida necesaria para “la normalización democrática”

Otro punto que destacar en esta cita es que, para Camacho y para el PCE,

la amnistía se define como una política democrática. Dicho de otra manera: la

amnistía forma parte tanto de un futuro que se iba a abrir, como de la

democracia que se estaba instalando. Aquí se entenderá con facilidad que la

democracia tenía una connotación al futuro. Tenían los diputados la obligación

de construir un futuro democrático, superando, cerrando, o enterrando el

pasado, se creía.

Otro ejemplo de esta misma línea puede tomarse en la intervención de

Arzalluz, realizada en el pleno del 14 de septiembre:

Entendemos que es ya hora de que pensemos que tal medida, imprescindible para ir olvidando los conflictos pasados y poder restablecer la mínima concordia necesaria para una convivencia y hasta una credibilidad democrática, es absolutamente ineludible.

                                                                                                               ‘Abrir heridas del pasado no conduce a nada’” El País, 2.11.2008, consultable en: http://elpais.com/elpais/2008/09/02/actualidad/1220343425_850215.html 21 DSCD, nº 24, 14.10.1977, p. 960.

Page 10: LÓGICAS DE LA RECONCILIACIÓN. UN ANÁLISIS DEL DEBATE

  108  

Sin embargo, debería introducir una matización al leer este texto. Para él,

la amnistía era necesaria para restablecer la democracia. Nos llama la atención

que el verbo no es “establecer”, sino “restablecer”: dos conceptos cuya

diferencia radica, en principio, en que había existido o no una situación

deseable o ideal antes de la acción que cada verbo indica. Es decir: por una

parte, tanto para el líder vasco como para otros, la democracia llevaba, sin

duda, una connotación al futuro; por otra parte, la democracia era algo que se

había perdido y que tenían obligación de recuperar o reanudar. El verbo

“restablecer” era adecuado también porque se refiere, al mismo tiempo, según

el Diccionario de la lengua española (DRAE), a “una dolencia, enfermedad u otro

daño o menoscabo”22, cuya forma concreta sería, para el propio Arzalluz y los

demás que estaban presentes en el hemiciclo, unas experiencias que no nos

resultaría difícil de precisar.

A esta misma línea sumaría Joan Reventós, del Partit Socialiste de

Catalunya-Congrés, quien afirmó en el primer pleno que la amnistía total era la

primera de las medidas de una “normalización democrática”:

el proceso actual de normalización democrática exige de inmediato la acción de medidas legislativas y de gobierno […] La primera, es la promulgación de una ley de amnistía total, política y laboral que sitúe definitivamente en la historia de nuestro pasado más reciente la Guerra Civil y los cuarenta años de dictadura23.

Lo que puede leerse comúnmente en estos textos es la experiencia de la

Segunda República, aunque sea explícita o implícita la alusión. Arzalluz dijo

“restablecer” y no “establecer”; Reventós insistió en la normalización, a la cual

debía anteceder una situación anormal. Una anormalidad requiere, en general y

cronológicamente, definición de una normalidad, que era, en nuestro caso, otra

experiencia de la democracia, que se deduciría que fuera la Segunda República,

como la más inmediata del siglo XX. Otra connotación al pasado, que esta vez

no es un objeto para superar, sino muy implícitamente indicado como un

                                                                                                               22 DRAE (decimonovena edición), Madrid, Espasa-Calpe, 1970, p. 1140. 23 DSCD, nº 5, 27.7.1977, p. 97.

Page 11: LÓGICAS DE LA RECONCILIACIÓN. UN ANÁLISIS DEL DEBATE

  109  

objetivo24.

De hecho, en su Declaración política, pronunciada el 27 de julio, esto es,

con más anterioridad, Arzalluz había sido más explícito al referirse a la

República como una experiencia de la democracia:

buscamos una democracia en profundidad y repitiendo aquellas palabras de José Antonio de Aguirre en las Cortes Constituyentes del 31, tengo que decir que al Partido Nacionalista Vasco en su camino hacia una democracia auténtica no sólo no le asusta ninguna transformación social, ningún cambio de estructura, sino que estamos dispuestos a llegar -decía él, dirigiéndose precisamente al sector de izquierdas de aquellas Cortes- en este camino de la transformación y del cambio de estructuras allá donde ni siquiera vosotros estáis dispuesto a llegar25.

En aquellos meses de julio-septiembre de 1977, la democracia ya había

sido realizada y todavía estaba en su proceso de (r)estabilización. La Cámara

que salió legitimada por las elecciones generales del mismo año, según las

palabras de Tierno, “tiene como principio fundamental que el trabajo es hoy su

destino, su presente y su futuro”26. Por otra parte, como hacían no pocos como

el propio Tierno, Camacho, Arzalluz, etc., estaba en pleno proceso de efectuarse

esa “superación” o el “cierre” del pasado, lo que fue comenzado y estaba por

terminar. La connotación que lleva la palabra “democracia” era múltiple, es

decir, era al pasado, al presente y al futuro; la que lleva la voz “amnistía”, sin

embargo, era, sin duda, exclusivamente al pasado, ésta era una precondición de

la realización de aquélla, la democracia.

                                                                                                               24 Esta interpretación nuestra sería una prueba sutil en contra de la idea de que, en la etapa de la transición, “no se pudo instrumentalizar como ejemplo porque la mayoría de la gente asociaba la memoria del fracaso de la República con el trauma de la Guerra Civil”. Carsten Humlebæk, “La memoria de la Segunda República durante la transición a la democracia”, Ángeles Egido León (ed.), Memoria de la Segunda República, Madrid, Biblioteca Nueva, p. 159. Otra cosa es al Grupo vasco y catalán la democracia le era la realización de las autonomías. Dijo Jordi Pujol, de Pacte Democràtic per Catalunya (PDC), en su Declaración política: “Sabemos por la Historia, y algunos de los aquí presentes lo saben por haberlo vivido, hasta qué punto la discusión del Estatuto de 1932 fue difícil, hasta el punto incluso de que llegó a poner en peligro el régimen constitucional. […] Yo quiero pedirles que reflexionen sobre un hecho que nos parece incontrovertible, y es que autonomía y democracia en España son inseparables”, Ibid., p. 77. 25 DSCD, nº 5, 27.7.1977, p. 82. 26 Ibid., p. 94.

Page 12: LÓGICAS DE LA RECONCILIACIÓN. UN ANÁLISIS DEL DEBATE

  110  

Urgencia de las medidas contra la crisis económica

En el primer pleno, el del 27 de julio de 1977, todos los grupos

parlamentarios mencionaron, además de la amnistía, la economía española a la

sazón, a lo que acompaña la voz “crisis”, en sendas declaraciones políticas de

carácter general, en las que también exigieron de manera inmediata una

Constitución. A estos cruciales asuntos debemos añadir el tema de la

autonomía, que también estaba omnipresente en casi todas las intervenciones.

Es decir: amnistía, crisis económica, constitución y autonomía eran cuatro temas

que tenían que abordar los parlamentarios recién elegidos y así legitimados.

De ellos, si una amnistía en aquel entonces era imprescindible para

restablecer la democracia, lo era también para establecerla, la que acababa de

iniciar la andadura. Veamos aquí otra lógica, que no directamente vinculaba la

amnistía a la democracia, pero estaba en paralelo: la urgencia de las medidas de

afrontar la crisis económica estaba omnipresente en las tres ocasiones de debate

sobre la Ley de Amnistía.

Todos los oradores del primer pleno, Felipe González, Carrillo, Pujol,

Arzalluz, Tierno, Fraga, Reventós y Calvo-Sotelo, se refirieron, como era

natural, a la coyuntura económica española e insistieron en la necesidad de

tomar medidas urgentes, sin excepción, con mayor o menor diferencia de

matices. Santiago Carrillo afirmó:

hoy, sin duda, los problemas más acuciantes son aquellos que se derivan de la crisis económica que atraviesa el mundo capitalista y que en España adquieren una agudeza critica a causa de las deformaciones y debilidad de las estructuras económicas heredadas del régimen anterior. En primer lugar, hay que afirmar que de la crisis no es culpable la naciente democracia española.27 En la parte posterior de su discurso, entra Carrillo en unas medidas más

concretas, que son la reforma fiscal y la de impuesto:

la falta de transparencia […] hace que la pequeña y mediana empresa, hoy en situación crítica, no vean en ellas garantías específicas que preserven sus

                                                                                                               27 Ibid., p. 74.

Page 13: LÓGICAS DE LA RECONCILIACIÓN. UN ANÁLISIS DEL DEBATE

  111  

intereses, puede agravar la crisis […] Por ese lado hay que temer incluso una política de boicot que explote el descontento social y ponga en peligro los logros democráticos28.

En el otro extremo del espectro ideológico, Fraga dijo:

España vive su crisis económica más grave desde hace medio siglo […] O damos soluciones reales y no verbales o utópicas al problema, o incumpliremos la más grave de nuestras obligaciones, pues la primera función del Estado actual, después de asegurar la paz, la ley y el orden, es garantizar un buen funcionamiento en la economía y un alto nivel de empleo29.

Nos llaman la atención las líneas en cursiva en contraste: mientras el líder

conservador atribuye al Estado la obligación de afrontar a la crisis y la

responsabilidad de cumplirla, el discurso del portavoz comunista intenta

enlazar la supervivencia de la democracia naciente y la urgencia de las medidas

económicas del Gobierno.

Jordi Pujol, por su parte, dijo:

[…] conceder una especial atención a todo cuanto signifique luchar contra la situación de insuficiente desarrollo económico y social […]. A través de este […] punto, creemos que nosotros los catalanes podemos hacer una contribución específica a esta consolidación democrática de España30.

La presuposición en esta línea es bien clara: una ayuda catalana al

desarrollo económico y social contribuye a la consolidación española, la lógica

que Calvo-Sotelo en su turno demostró de una manera todavía más clara:

En segundo lugar, el problema económico, muy ligado al primero [que es la Constitución], porque no habrá consolidación de la democracia si la economía española no encuentra una nueva vía de estabilidad y crecimiento31.

                                                                                                               28 Ibid. 29 Ibid., pp. 95-96. 30 Ibid., p. 80. 31 Ibid., p. 100.

Page 14: LÓGICAS DE LA RECONCILIACIÓN. UN ANÁLISIS DEL DEBATE

  112  

Con lo cual, estaba de acuerdo Felipe González al decir:

Los socialistas somos conscientes de que de la superación de la crisis económica depende en gran parte la estabilidad y el reforzamiento del sistema democrático32.

Parece no haber cambios, por menos sustanciales, en los debates

posteriores. Citamos a Arzalluz para añadir a la lista de los representantes en la

misma línea:

Huelga recalcar la urgencia de las medidas económicas y fiscales, la decisión en afrontar el problema del paro, grave peligro para la convivencia […] Porque si es verdad que no sólo de pan vive el hombre, no menos cierto es el viejo axioma de “primum vivere, deinde philosophare [sic]”33.

Por otra parte, el discurso de Tierno es interesante ya que, además de la

coincidencia en la necesidad de las medidas económicas, especialmente en la

reforma fiscal, tanto con su propio discurso hacía dos meses como con los

demás grupos parlamentarios, se presentó como una propuesta de cómo llevar

a cabo las medidas:

Creemos que en la actual coyuntura española hay grandes y graves problemas que no son sólo los del orden público [que se debaten en la sesión de ese día], sino también, y sobre todo, graves y profundos problemas sociales y económicas: paro, inflación, desequilibrio económico exterior, autonomías, que tal vez, en su caso, podrían conducir a un Gobierno de coalición entre las dos formaciones políticas más numerosas de esta Cámara […], o también a una integración más amplia en la que estuviesen representados los diferentes grupos políticos que constituyen lo que se podría llamar el nuevo arca constitucional español democrático34.

Por último, confirmemos que la misma lógica, la apelación a la necesidad

de las medidas económicas, se empleó en la tercera ocasión en que se debatió la

                                                                                                               32 Ibid., p. 71. 33 DSCD, nº 8, de 14.11.1977, p. 201. 34 DSCD, nº 8, de 14.11.1977, p. 191. El que propuso un gobierno de coalición que abordase no sólo los problemas económicos sino otros como la Constitución, etc., por vez primera en el Congreso era el PCE. Véase: DSCD, nº 5, p. 75.

Page 15: LÓGICAS DE LA RECONCILIACIÓN. UN ANÁLISIS DEL DEBATE

  113  

Ley de Amnistía antes de su aprobación por Marcelino Camacho; sería

inimaginable si se hubiese afirmado en la actualidad por el mismo partido:

Salimos de una dictadura en medio de una grave crisis económica, y que todos estamos de acuerdo en que hay que ir al saneamiento de la economía y a la reconversión nacional también, que esto no es posible sin el concurso de los trabajadores, que hay que llevar por ello este espíritu de la Moncloa35.

Cabe mencionar que tan sólo once días después de la aprobación de la Ley

se firmaron los Pactos de la Moncloa.

En resumen: en estas intervenciones puede observarse que, además de la

coincidencia en materia de economía y la urgencia de medidas contra la crisis,

excepto Fraga, se basaban en una lógica común: la andadura de la democracia,

que a la sazón acababa de salir de las urnas, dependía de la economía.

Inclinación al asunto económico de la opinión pública

Esta preferencia de la economía, entre otros asuntos como amnistía,

Constitución y autonomía, no fue algo que preocupó sólo a los representantes

de la Cámara, sino a los que eran representados por ellos: la mayoría de los

españoles. Esto lo demuestran los resultados de las encuestas que se realizaron

con anterioridad de las primeras elecciones generales. En la revista El Europeo, a

fecha de 16 de diciembre de 1976, se preguntó:

¿Con cuál de estas tres frases está usted más de acuerdo?: A) El Gobierno debe tratar de solucionar los problemas económicos antes de abordar la reforma política; B) Sin que haya reforma política no se puede solucionar la crisis económica; C) Los problemas económicos y la reforma política deben ser abordados por el Gobierno conjuntamente36.

El porcentaje de los que eligieron la frase A) era del 32%; la B), 17%; la C),

43%; y el de los que contestaron “No sé” y “No opino”, 7 y 1% respectivamente.

                                                                                                               35 DSCD, nº 24, 14.10.1977, p. 961. 36 El Europeo, 16.10.1976, que se recoge en Comentario Sociológico. Estructura social de España, nº 16, octubre-diciembre, Madrid, Confederación española de Cajas de Ahorro, p. 409.

Page 16: LÓGICAS DE LA RECONCILIACIÓN. UN ANÁLISIS DEL DEBATE

  114  

Esto es: un 75% de los españoles tenía una preferencia por la economía igual o

mayor a la reforma política.

Otra encuesta que nos llama la atención fue realizada en la revista

Cuadernos para el diálogo un mes antes de las elecciones generales, cuyos

resultados se encuentran en el cuadro 1. Nos parecería sorprendente el

porcentaje conseguido por el objetivo de una amnistía total, tomando en cuenta

los anhelos de los representantes en aquella Cámara del año 1977.

Tabla 1: Objetivos políticos (en porcentaje)

Objetivos políticos citados en… 1º lugar 2º lugar

Que se evite el paro 35 24

Que se haga una Constitución democrática 26 12

Que se haga una amnistía total 11 12

Que España se incorpore al Mercado Común 9 16

Que se reconozca el derecho de autodeterminación de las

nacionalidades y regiones 4 7

Que se nacionalicen la Banca y las grandes industrias 3 5

Ninguno de estos 1 2

No sabe y no contesta 11 21

Fuente: Cuadernos para el diálogo, 14-20.5.1977, pp. 40-41.

Estas dos encuestas se realizaron con anterioridad al debate parlamentario

sobre la Ley de Amnistía. En la etapa posterior al mismo, puede contarse con el

que se efectuó por la revista Cambio 16 (Tabla 2).

Hemos de destacar que los obstáculos de índole económica, el paro y la

crisis, obtuvieron un alto porcentaje, sin renunciar la trascendencia del

terrorismo como obstáculo, un tema que se alargaba su sombra sobre el debate

parlamentario37.

                                                                                                               37 Era foco del debate, claro está, en la comisión técnica a quien se aplicaría la amnistía. Después

Page 17: LÓGICAS DE LA RECONCILIACIÓN. UN ANÁLISIS DEL DEBATE

  115  

Puede afirmarse que los parlamentarios, elegidos democráticamente por

vez primera desde la caída de la Segunda República, actuaban, como era

natural, según lo que exigían los ciudadanos.

Tabla 2: Principales obstáculos que la democracia tendrá que salvar si se

quiere implantar definitivamente en España (%)

Obstáculos Porcentaje

La falta de preocupación de los españoles 39

La carencia de líderes políticos 12

El que los Sindicatos que existen son débiles 13

El paro 35

El terrorismo 32

La posible actitud de algunos militares 11

Los intereses de otros países 12

La crisis económica 33

La extrema derecha 18

La extrema izquierda 7

Ninguno 3

N/C 18

Fuente: Cambio 16, 316, 1.1.1978, pp. 122-123.

Conclusión

Hemos visto que la Ley de Amnistía estaba interpretada como una

realización de la reconciliación entre los vencedores y los vencidos por la

mayoría de los diputados y, así, llevaba inevitablemente una connotación al

pasado, más concretamente a las experiencias de la Guerra Civil y la dictadura.

                                                                                                               de que la oposición consiguiera la amnistía laboral, los militares democráticos y a los presos etarras se convirtieron en un punto de negociación. Carme Molinero, “La ley de Amnistía…”, op. cit., pp. 48-49, y Paloma Aguilar Fernández, Políticas de la memoria…, op. cit., pp. 293-294.

Page 18: LÓGICAS DE LA RECONCILIACIÓN. UN ANÁLISIS DEL DEBATE

  116  

También hemos observado que eran una precondición para el naciente régimen

democrático en su totalidad, y para llevar a cabo en especial y específicamente,

las medidas económicas que ya estaban en el pleno proceso de negociación y

que llevaban así una connotación al presente y al futuro. Los representantes

acertadamente pensaban que esas medidas requerían un amplio consenso y la

urgencia de las mismas y la inminencia de la crisis económica eran evidentes

para todos ellos. Superar el pasado para afrontar al presente y al futuro: ésa es

la lógica relativamente simple que compartían 296 diputados que emitieron sus

votos afirmativos a la Ley, a la cual, no cabe olvidar, se opusieron dos y se

abstuvieron los otros 1838.

Podría confirmarse también que esas voces de minorías, especialmente las

que criticaban la insuficiencia, no la demasía, dieron origen a las críticas

actuales hacia la reconciliación en la Transición. Nos resultaría sorprendente,

tomando en cuenta el debate sobre la memoria histórica, más de dos décadas

después de la Ley, el discurso de Donato Fuejo Lago, quien, en el último debate

antes de la aprobación de la Ley de 1977, expuso:

Hubiera sido necesario que esta proposición de ley contemplara una reparación moral que saldara de una vez y para siempre el abismo que rompió en dos a nuestra sociedad. Nuestro deseo hubiera sido que esta amnistía fuera la última; que la amnistía política dejase de ser una aspiración innecesaria, pero los condicionantes que los poderes fácticos al parecer han establecido nos han perturbado y nos hacen sospechar que hemos dejado banderas que pueden ser recogidas y esgrimidas en el futuro.

Lo que puede decirse de los textos analizados, del debate parlamentario

en aquel entonces, es esta dualidad: la mayoría, de cara al pasado, estaba de

acuerdo con la amnistía, realizada por la Ley y, como se ve en la cita de

Arzalluz en el inicio del presente texto, el uso de la actualmente polémica

                                                                                                               38 Los dieciocho votos de abstención, como es bien sabido, se les atribuyen a los de AP, a Francisco Letamendia Belzunce (Euskadiko Ezkerra) y a Hipólito Gómez de las Roces (Candidatura Aragonesa Independiente de Centro). Los dos negativos procedieron también del AP, según lo que cuenta un artículo, sin aclarar la fuente de la información, firmado por Mónica Ceberio Belaza, “Alianza Popular sostuvo que la amnistía de 1977 no era ‘buena medicina’”, El País, 10.4.2010, http://elpais.com/diario/2010/04/18/espana/1271541610_850215.html .

Page 19: LÓGICAS DE LA RECONCILIACIÓN. UN ANÁLISIS DEL DEBATE

  117  

palabra “olvido” tampoco era tan provocador como en la actualidad; también

era amplio el consenso en torno a la inminencia de la crisis económica, de cara

al futuro: pasar la página era, a los ojos de la mayoría, necesario; sin embargo,

había una minoría que no estaba totalmente satisfecha y que pensaba que el

debate seguiría abierto. Queda fuera de nuestro alcance, aquí en este texto al

menos, determinar que es nuestro, o no, el trabajo de leer y calificar todo esto y

juzgar cuál es más justa las dos posiciones, una mayoritaria y otra minoritaria,

pero igualmente existentes.