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2016 Instituto Confucio 安第斯大学孔子学院 Departamento de Lenguas y Cultura Facultad de Ciencias Sociales Literatura, encuentros e historia 1

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2016

Instituto Confucio

安第斯大学孔子学院 Departamento de Lenguas y Cultura

Facultad de Ciencias Sociales

Literatura, encuentros e histor ia

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Literatura, encuentros e historia

Instituto Confucio安第斯大学孔子学院

Departamento de Lenguas y CulturaFacultad de Ciencias Sociales

2016

Rector de la Universidad de los AndesPablo Navas Sanz de Santamaría

Decano de la Facultad de Ciencias Sociales

Hugo Fazio Vengoa

Director del Departamento de Lenguas y Cultura

Hugo Hernán Ramírez Sierra

Directora china del Instituto ConfucioHuijing Zhang

Director local del Instituto ConfucioFelipe Castañeda Salamanca

Comité editorialFelipe Castañeda Salamanca

Huijing ZhangHugo Hernán Ramírez Sierra

Julio Paredes CastroMingjun Yuan

ISSN: 2500-5510

Editor: Felipe Castañeda SalamancaCoordinación editorial, Instituto Confucio: Juanita Pineda GalindoCorrección de estilo en español: Alejandra Muñoz SuárezCorrección de estilo en chino: Juanita Pineda Galindo y Mingjun YuanCorrección de estilo en inglés: María del Mar RavassaDiseño y diagramación: Neftalí VanegasImagen de cubierta: 87 personas celestiales, Wu Daozi (c. 685-758), Colección Memorial Xu Beihong. Tomada de https://commons.wikimedia.org/wiki/File:EightySevenCelestials3.jpg

Instituto ConfucioDepartamento de Lenguas y CulturaFacultad de Ciencias SocialesCalle 18 n.o 1-07, casita ÑnBogotá, ColombiaTeléfono: 3394949, ext. 5585http://confucio.uniandes.edu.co

Ediciones UniandesCalle 19 n.° 3–10, oficina 1401 Bogotá, D. C., ColombiaTeléfono: 3394949, ext. 2133http://[email protected]

Impresión: JavegrafCalle 46 A n.° 82-54, interior 2Parque industrial San CayetanoTeléfono: 4161600Bogotá, D. C., Colombia

Impreso en Colombia – Printed in Colombia

Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser repro-ducida ni en su todo ni en sus partes, ni registrada en o transmitida por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electro-óptico, por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo por escrito de la editorial.

Contenido

Presentación

Huijin Zhang y Felipe Castañeda (Universidad de los Andes, Colombia) | ix

Literatura | 1

El pasado y presente de la literatura femenina china

The History of Chinese Female Literature 中国女性文学创作的前世今生

Qiao Yigang (Universidad de Nankai, China) /乔以钢(中国南开大学)| 2

La imagen de China en tres piezas de teatro del Siglo de Oro español

西班牙黄金时代三部戏剧中的中国印象

Hugo Hernán Ramírez Sierra (Universidad de los Andes, Colombia) | 36

La imagen del negro, un aliado en la lucha ideológica de

la República Popular China 在新中国,黑人是意识形态斗争的同盟军

Ma Zhenghong (Universidad del Valle, Colombia) | 60

Studies on English Translation of The Four Books 四书的英译本研究

Yu Peiwen, Beijing Language and Culture University (北京语言大学) | 72

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Encuentros | 101

Los jesuitas astrónomos y matemáticos en China: de Matteo Ricci a Ferdinand Verbiest 在中国身兼天文学家和数学家的耶稣信徒:

从Matteo Ricci到Ferdinand Verbiest José Antonio Cervera (El Colegio de México, México) | 102

China, México y la Comintern: dos estrategias revolucionarias y sus resultados 中国、墨西哥和共产国际:两个革命战略及其结果

Marisela Connelly (El Colegio de México, México) | 128

Historia | 155

Los eventos que marcaron la China contemporánea 当代中国大事件

Gao Zhengyue (Universidad eafit, Colombia) | 156

China, entre el pasado y el futuro 过去与未来之间的中国

Hugo Fazio Vengoa (Universidad de los Andes, Colombia) | 170

Presentación

La cultura se puede entender como todo el quehacer humano que trasciende lo condi-cionado por las inmodificables y tozudas leyes de la naturaleza. Desde este punto de vista, dentro del ámbito de lo cultural, se incluyen las manifestaciones más básicas y determinantes de humanidad: desde el uso de lenguaje hasta los desarrollos cientí-ficos, pasando por las artes, los sistemas jurídicos, la literatura; pero también todo lo relacionado con el saber vivir, con la generación de imágenes del mundo, con el entra-mado de costumbres y de valores que dan cuenta de maneras de constituir sociedades y grupos humanos.

Si la cultura tiene que ver con todas estas cosas, su estudio difícilmente se puede agotar en una disciplina; necesariamente requerirá de un enfoque en el que colaboren múltiples ciencias y saberes. Adicionalmente, conviene advertir que no existe algo así como “la cultura”, sino más bien múltiples y diversas manifestaciones de lo cultural, en el sentido de culturas distintas. En efecto, hay muchas formas de hacer mundo, de concebir la realidad, de asumir formas de vida.

El Instituto Confucio de la Universidad de los Andes nació hace unos diez años. En pocas palabras su misión consiste en propiciar la divulgación de la cultura china y, en especial, del chino mandarín. Claramente, su tarea se representa como un reto mayor.

De alguna manera supone no solo tener una variada oferta de cursos sobre China y su

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idioma oficial, sino también, abrir esta nación en nuestro medio desde un punto de vista cultural, por decirlo así. Esto explica la conveniencia e importancia de que se inscriba en nuestra universidad, formando actualmente parte de la Facultad de Ciencias Sociales y de su Departamento de Lenguas y Cultura. En efecto, como parte integral de la universidad, el Instituto Confucio puede adelantar su función mediadora contando con el apoyo de disciplinas como la historia, la literatura, la ciencia política, la antropología, la geografía humana, la lingüística, entre otras.

Pero lo anterior tiene el riesgo de generar una falsa ilusión: se puede llegar a pensar que la aproximación a una cultura distinta a la propia se logra adecuadamente con el estudio de su idioma, así como con el de algunas de sus manifestaciones más notables. Con seguridad, lo uno y lo otro ayudan, pero no son suficientes. Y no lo son en la medida en que las culturas no son entes estáticos y de bordes claros y delimitados. Las culturas no solo se van haciendo continuamente a sí mismas, sino que lo hacen en su interre-lación con otras. Los vínculos interculturales son factores principales en el modo y la manera como cada una se va entendiendo a sí misma. Desde este ángulo el flujo de perso-nas, el comercio, la transmisión y difusión de información, los conflictos, etc., hacen prácticamente imposible pensar que la cultura es alguna suerte de entidad terminada o que tiene en sí misma las riendas de aquello en lo que se va convirtiendo.

Desbordaría con mucho a nuestro Instituto Confucio tratar de dar cuenta de toda la riqueza que está implícita en las continuas modificaciones recíprocas que se puedan ir dando en la infinita cantidad y variedad de contactos, encuentros y desencuentros que se dan entre China y los otros países, instituciones y grupos humanos del globo. Sin embargo, se le puede apuntar a algo mucho más modesto: tratar de entrar en esa dinámica de constitución continua de la realidad cultural a partir de la motivación y del registro de diálogos sobre aspectos puntuales de eventual interés tanto para China como para Colombia y nuestra región latinoamericana.

Con esta idea en mente se organizó en la Universidad de los Andes, a mediados del 2015, un primer encuentro de diferentes especialistas dedicado a los primeros encuen-tros entre China y Occidente, así como a diversos aspectos de su literatura e historia

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contemporánea. De este primer diálogo quedó un registro escrito, lo que da lugar a este primer número de la revista Diálogos con China: literatura, encuentros e historia.

El texto se abre con el artículo “El pasado y presente de la literatura femenina china” de Qiao Yigang de la Universidad de Nankai. La autora ofrece un panorama sobre el tema, especialmente centrado en el siglo xx. En sus conclusiones señala cómo “entre las crea-ciones no solo existen las que hablan sobre el destino femenino […] sino también existen las que observan la vida social y demuestran muy profundamente el progreso histórico”. Sin duda este texto representa una tentadora invitación para acercarse al devenir de la China a partir precisamente de su producción literaria femenina.

Ahora bien, la literatura no solo genera aportes desde el punto de vista de su perspectiva crítica y posibilitadora de nuevas realidades, sino que en ciertos momentos es un insumo particularmente interesante para entender cómo se ha concebido al otro en diferentes momentos históricos. Por esta agua navega el aporte de Hugo Hernán Ramírez de la Universidad de los Andes, bajo el título “La imagen de China en tres piezas de teatro del Siglo de Oro español”. Como afirma el autor “la imagen de China en […] en la literatura española del periodo áureo, no es estática sino que evoluciona de conformidad con la mayor cantidad de información que sobre la China va circulando entre los lectores”.

Pero el asunto no se queda acá. Muchas veces la literatura también se sirve de lo que se considera “lo otro” o “el otro” para adelantar sus propias justas ideológicas con el ánimo de transformar la realidad. Este es el tema que toca “La imagen del negro, un aliado en la lucha ideológica de la República Popular China” de Ma Zhenghong de la Universidad del Valle. En sus palabras “a través de la actividad teatral y la presentación de obras de agitación, los artistas pretendían sensibilizar e instruir el espíritu de la población agrícola y rural, cuyo atraso económico y cultural era ostensible respecto del resto del país”, resu-miendo el trabajo de los dramaturgos del periodo de 1937 a 1945.

Como sea, la realidad de las diversas manifestaciones literarias no solo se concreta por sus eventuales funciones sociales, sino también en la medida en que logra llegar a otros; en la medida en que se vuelca a otros idiomas. Por esta razón llama la atención el aporte de Yu Peiwen de la Universidad del Lenguaje y la Cultura de Beijing bajo el título

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“Studies on English Translation of The Four Books”. China nos llega a través de sus escritos y, de forma particularmente notable, a partir de las traducciones de sus obras maestras más representativas. Sin duda, este es el caso de Los cuatros libros que dan cuenta de los pensamientos de Confucio (551-479 a. C.) y de sus variadas empresas de estudio filoló-gico. Aunque se trata de una obra antigua, su vigencia se mantiene. Y, en consecuencia, asimismo la relevancia del trabajo investigativo sobre la obra. Como anota el autor, al cerrar su escrito, “a bright research prospect in this field waits for further efforts and expects much more achievements”.

Los espacios de encuentro entre China y Occidente han sido múltiples. El trabajo propio del traductor es uno de ellos. Sin embargo, ha habido otros y muy notables. José Anto-nio Cervera de El Colegio de México llama la atención sobre este particular en su texto “Los jesuitas astrónomos y matemáticos en China: de Matteo Ricci a Ferdinand Verbiest”. Sobre el tema señala: “es interesante conocer cómo lograron instalarse en China los miembros de la compañía de Jesús […]. Es una historia de diálogo, de tolerancia, de ‘acomodación’ a otra cultura, y también, a veces, de conflictos, donde la ciencia tuvo un papel importante”. En efecto, en un ambiente de grandes diferencias en los sistemas de valores y en las convicciones religiosas, el caso de los jesuitas en la China de los siglos xvi al xviii puede servir de inspiración para lidiar con los problemas actuales de choque entre culturas, precisamente cuando hay un innegable “movimiento de personas, tecnología y corrientes de pensamiento”, parafraseando al autor.

La segunda parte de este número continúa con el artículo “China, México y la Comin-tern: dos estrategias revolucionarias y sus resultados” de Marisela Connelly de El Colegio de México. La autora analiza “la línea seguida por la Comintern o Tercera Internacio-nal hacia China y México durante el periodo de 1919 a 1930”, teniendo en cuenta “la configuración del Partido Comunista Chino y del Partido Comunista Mexicano”. Connelly resalta cómo por diversas razones en China terminaría asumiendo el poder el pcch “reali-zando cambios en la estructura del país”, mientras que otro fue el destino del pcm.

Difícilmente se habrían podido abrir estos diálogos con China sin incluir expresamente temas de historia reciente y contemporánea. Los modos de ser se configuran en y con el

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tiempo. Aproximarse a China supone, por lo tanto, ir sobre su historia. En alguna medida

se habla sobre lo que se ha sido para poder dialogar, eventualmente, sobre lo que se

puede llegar a ser. Por lo anterior, la última parte de la revista se abre con el artículo

“Los eventos que marcaron la China contemporánea” de Gao Zhengyue, exembajador de

China en Colombia y director del Instituto Confucio de la Universidad eafit. Su artículo

ofrece una visión sucinta y sinóptica de algunos de los principales eventos que tuvie-

ron lugar desde la fundación de la nueva China en 1949 hasta los Juegos Olímpicos de

Beijing del 2008 y de Nankai en el 2014, en los que se muestra un país y una sociedad

optimistas enfocados en la superación exitosa de la pobreza y el atraso.

La revista se cierra con el texto de Hugo Fazio Vengoa de la Universidad de los Andes

“China, entre el pasado y el futuro”. El autor centra su análisis en la relación entre la

concepción del Estado, su entramado burocrático centralizado y la economía, mostrando

de qué manera China logra una versión propia de la modernidad. Concluye señalando de

manera sugestiva: “[…] lo que deja la experiencia china como una gran enseñanza es que

muestra que en un mundo globalizado siguen siendo numerosas las vías de desarrollo

posibles y que el occidental dejó de ser el único modelo viable”.

Para terminar queremos agradecer a todas y cada una de las personas e instituciones

que hicieron posible esta publicación: A la Oficina Central de los Institutos Confucio,

Hanban, al Departamento de Lenguas y Cultura y a la Facultad de Ciencias Sociales de

la Universidad de los Andes, a Ediciones Uniandes, a los autores y ponentes que con su

presencia y con sus escritos le dieron cuerpo a esa iniciativa y, finalmente, a todos los

colaboradores del Instituto Confucio de la Universidad de los Andes.

Huijin Zhang y Felipe Castañeda

Directores del Instituto Confucio de la Universidad de los Andes

Bogotá, abril del 2016

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1 | Traducción de Laura Victoria Pérez Meneses y Gang Qiang.

* | La profesora Qiao ha centrado su carrera académica en la literatura femenina china y en estudios de género y cultura en la literatura contemporánea china. Estudió su licenciatura en la Universidad de Wuhan, luego hizo sus estudios de maestría en la Universidad de Nankai. Actualmente es profesora en la Universidad de Nankai, tutoral doctoral y decana del Departamento de Literatura China de esta universidad. Es miembro de la China Women’s Studies Association y del Women and Development Research Center of Nankai University, entre otros centros. Ha publicado extensamente y es investigadora jefe en el programa de investigación en filosofía y ciencias sociales Pers-pectivas de Género en la Literatura y la Cultura China, del Ministerio de Educación de China. Su trabajo la ha hecho merecedora del reconocimiento por logros sobresalientes en investigación en humanidades y ciencias sociales por parte del Ministerio de Educación de China, así como en la ciudad de Tianjin.

El pasado y presente de la literatura femenina chinaThe History of Chinese Female Literature

中国女性文学创作的前世今生1

Qiao Yigang (Universidad de Nankai, China)

/乔以钢(中国南开大学)*

Abstract

Chinese culture has a long tradition of five thousand years, during which there were poems written by female writers as early as three thousand years ago. In spite of this, the word “female” only appeared in Chinese language about a hundred years ago. Before the twentieth century, females were referred as “women” (“妇人”). From this we can infer that in traditional ancient Chinese society women had no status but were regarded as subordinates to the male members of the family.

In the long history of Chinese literature, there were only a few female writers whose names are remembered. However, in the last century, this situation dramatically changed. During the course of the twentieth century, Chinese female literature was divided into three stages: from 1919 to 1949, from 1950 to 1979, and from 1980 until the present. During this time it was introduced abroad.

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中国有着十分悠久的文化传统,在三千年前编纂的诗歌总集《诗经》

里,已经收入了出自女子之手的创作。不过,汉语中“女性”(female)这个

词的出现,是最近一百多年的事。在20世纪之前,传统社会将女人称作妇人

(women)。就一个具体的女人来说,她可以是女儿、姐姐、妹妹,也可以

是妻子-媳妇或母亲-婆婆、祖母-外祖母,甚至可以是皇后、太后,只不过,

这些具体身份都是根据女人在家族中相对于男人的位置来确定。这与可以参

与社会生活的男人是不同的。男人在家庭身份之外,还可以有君、臣等社会

身份和相应的地位。也就是说,在传统中国社会,女人是从属于男性家长和

家族、家庭的,没有自己独立的位置。

在特定的生活环境中,只有极少数女性有机会接受文化教育,崭露自己

的文学才华。在中国几千年文学史上,仅仅记载了为数很少的女作家姓名和

作品,她们主要从事诗词创作。

19世纪末20世纪初,中国历史的发展进入新的阶段,开始向现代社会转

型。在此过程中,女性的生活和创作也出现了新的气象。从二十世纪初到

现在,中国女性文学分为三个阶段:第一阶段从1919到1949年;第二阶段从

1950年到1979年;第三阶段从1980年至今。特别是在最后这三十年中,大量

女性涌现文坛。一些作家的作品甚至翻译成外文远销海外。

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中国有着十分悠久的文化传统,在三千年前编纂的诗歌总集《诗经》

里,已经收入了出自女子之手的创作。不过,汉语中“女性”(female)这

个词的出现,是最近一百多年的事。在20世纪之前,传统社会将女人称

作妇人(women)。就一个具体的女人来说,她可以是女儿、姐姐、妹

妹,也可以是妻子-媳妇或母亲-婆婆、祖母-外祖母,甚至可以是皇后、

太后,只不过,这些具体身份都是根据女人在家族中相对于男人的位置

来确定。这与可以参与社会生活的男人是不同的。男人在家庭身份之

外,还可以有君、臣等社会身份和相应的地位。也就是说,在传统中国

社会,女人是从属于男性家长和家族、家庭的,没有自己独立的位置。

从中国最古老的象形文字中可以看到,早在几千年前文字出现的时

候,女人的角色分工就已经很明确了:“女” 字是一个女子跪在地上的图

形。由“女”字做偏旁,加上一把扫帚,组成“妇”字。意思是女人是和扫

地做家务联系在一起的。它表明,妇女在中国历史上地位很低,传统性

别文化的特点是男尊女卑。就在中国人口最多的汉族而言,从北宋时期

开始,在长达一千年的时间里,男性中心的社会文化以小脚女子为美。

于是,很多女子从幼年时代开始被缠足。她们足部变形,受到很多折

磨,影响终生。而这主要是为了有利于将女子牢牢束缚在家庭生活里。

这种情况直到20世纪初才逐渐得以改变。

在特定的生活环境中,只有极少数女性有机会接受文化教育,崭露自

己的文学才华。在中国几千年文学史上,记载了为数很少的女作家姓名

和作品,她们主要是从事诗词创作。

古代妇女创作的一个特点是思妇诗发达,爱情诗少见。也就是说,大

量作品是写女子结婚以后对丈夫的想念之情,而很少涉及两情相悦。女

子结婚以前的感情是不能随意表达的。社会上的事情也不是妇女所应该

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关心的。她们的生活天地就是在家庭里做女儿、做媳妇、做母亲或是婆

婆。这样的生活背景下,女性所写的诗歌常是表达看到季节不同景物变

换而产生的情绪:春天的花儿落了,想到春天就要过去了,自己的青春

也是这样容易消逝;秋天万木凋零,又引发对人生命运的悲叹。这样的

写作形成了一种传统,叫做“伤春悲秋”。

传统社会从事创作的女子大多出自女皇后妃、女官宫娥、名媛闺秀、

娼妓婢妾等阶层,其写作内容主要是表现封闭在宫墙、闺阁、庭院等

狭小生活圈子里的女性情感和生活,比如离别之恨、遭弃之怨、寡居之

悲、相思之情以及风花雪月引发的种种思绪等。

这些女作者的身份不同。一是宫中女子。皇帝从民间选美女做嫔妃宫

女,有时甚至达到数百人。她们进到宫中之后,终身与外界隔绝,少数

女子一时得到皇帝宠爱,但随时可能失宠;多数宫女一辈子也难以见到

皇帝一面。这样的人生自然非常悲苦。

二是家境比较优越的名媛闺秀。其中宋代词人李清照成就最高。她的

丈夫是宰相之子,官员、学者。前期生活优越,后来丈夫病故,政局动

荡,晚年充满哀愁。她的词作有很高的成就,是文学史上受到重视的少

数几位女作家之一。

三是民间才女。江南经济发达地区女子接受文化教育,出现了一家之

中拥有多位诗人(包括姐妹、母女)的情况,她们吟诗唱和,与文人交

往,不少人的作品还得到男性亲友帮助,结集印行。

四是艺妓道姑。艺妓主要是以歌舞陪伴官员以及文人墨客,道姑生活

在道观中。在这类诗人中,唐代女作家薛涛、李冶、鱼玄机最为著名。

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从整体上说,古代妇女创作视野比较狭隘,艺术表现偏于内倾,只是

作为男性本位文学传统的附庸存在,没有独立的地位。

19世纪末20世纪初,中国历史的发展进入新的阶段,开始向现代社会

转型。在此过程中,女性的生活和创作也出现了新的气象。

秋瑾(1875-1907)是著名的女英雄。她出身官吏家庭,20世纪初受

新思想影响,决心投身推翻清朝黑暗专制统治的革命。她曾去日本留

学,回国后创办了《中国女报》和学堂。秋瑾习文练武,喜穿男装,擅

长诗词创作。她的诗词和前边提到的传统女子多写感伤情怀有很大不

同,充满自我独立、以天下为己任的豪迈精神。她呼唤妇女觉醒,勇敢

地争取男女平权,直到被清政府抓捕,英勇就义。

秋瑾的创作成为20世纪女性文学的先声。此后在不同的历史时期,女

性文学创作两度出现繁荣景象,涌现了一批富于才华的女作家。她们的

创作产生了广泛影响。

第一个时期,从1919年到1949年(“五四”新文化运动到中华人民共和

国建立)。

冰心(1900-1999),秋瑾所写的作品是用中国传统的文言文表达

的,到冰心出现的1919年前后,文坛开始提倡白话文创作,冰心就是这

个时期出现的著名女作家。她出生在海军军官家庭。早年就读燕京大学

期间,在一个牧师家里接受了洗礼。毕业后,又到美国波士顿威尔斯利

学院攻读英国文学,专事文学研究。1926年获得文学硕士学位回国,在

大学任教。冰心享年99岁,她一生都在写作。她的不少诗歌和小说宣扬“爱的哲学”,给生活在黑暗、困顿中的人们送去温馨、希望和心灵慰藉。

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萧红(1911-1942),生长在中国东北的呼兰县,幼年丧母,一生在苦难

中挣扎、抗争。她的小说带有诗的气质,个人色彩鲜明,受到中国现代

最有影响力的思想家、文学家鲁迅先生的热情鼓励。1942年,日军占领

香港。当时在医院的萧红因庸医误诊而错动喉管手术,身体非常衰弱。

不久去世,年仅31岁。在短暂的生命中,萧红先后遇到几个男人,他们

有的伤害她,有的帮助她但不尊重或不理解她,给她的心灵带来很大痛

苦。她感慨说:“女人的天空是低的,羽翼是稀薄的,而身边的累赘又是

笨重的!”在中国,有多部传记电影、电视剧讲述萧红的故事。

萧红的作品主要表达了对乡土和女性的关怀。她写乡土民众的卑微、

愚昧和逆来顺受的韧性,透过风土人情的细微描写表达对乡土的挚爱;

她刻划女性的苦难命运、爱情以及生命力,写出了中国女性的悲哀与高

贵。小说《生死场》描写了二战时期日本侵入中国东北之后底层人民的

苦难。其中反映了乡村妇女的生活经验,特别是生育与死亡。她同情产

妇的遭遇,描写了女性任人摆布,命运无法自主,不得不服务于男性传

宗接代利益的痛苦。小说批评父权社会,指出国家是属于男人的,女性

不仅仅是侵略者的奴隶,同时也是本民族内部的男人的奴隶。长篇小说

《呼兰河传》是萧红的代表作,她对童年生活的回忆,对北方小城人民

不幸生活的描写细腻深入。女性命运的书写在其中也占有重要位置。

丁玲(1904-1986)的创作在20世纪上半叶女性文学的转向过程中具

有代表性。1928,年轻的丁玲以《莎菲女士的日记》蜚声文坛。那时

她深感社会对女子的欺凌、歧视和女子自身奋斗的孤立无援,心灵上负

着时代创伤,充满愤懑情绪,以一种近于偏执的女性独尊意识向社会挑

战,大胆张扬女性的性爱欲望以及精神上能够被男性理解的渴望。这在

当时具有很强的冲击力,在读者中引起很大反响。

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1930年以后,丁玲的创作发生重要变化,她关注社会,参与政治,投

身斗争,成为忠实的中国共产党党员。二战期间,她带领文艺工作者到

前线演出,创作了不少为宣传抗战服务的作品,主要是小说和散文。其

中一部分作品流露出她对女性命运的持续关注。延安时期,她在杂文《

三八节有感》中为女性的命运鸣不平。文章一开头就感叹道:“‘妇女’这两个字,将在什么时代才不被重视,不需要特别的被提出呢?”丁玲的创

作生涯持续到晚年,她后期的作品依然有着浓重的政治色彩。

张爱玲(1920-1995)是非常有名的女作家。她原名张煐,上中学时

取了英文“Eileen”的译音。她出身名门,早年受到很好的教育。10岁时

父母离婚,她受到继母的虐待。20世纪三四十年代,她生活在被日本侵

略者占领的上海,写了一系列中短篇小说发表在刊物上,产生了很大影

响。她还曾在天津、香港生活,50年代离开中国大陆,1960年以后定居

美国,直到晚年去世。

张爱玲对女性命运有着深切的同情,特别关注她们的心理。致力于

在“安稳”的生存状态中描写千疮百孔的人生。小说《倾城之恋》《沉香

屑》等,描绘了自卑而虚荣、深层意识仍未摆脱男性中心社会支配和控

制的女性。

张爱玲最有名的小说是《金锁记》,作品塑造了在金钱枷锁套封下变

态扭曲的女性曹七巧。七巧本是包办婚姻的受害者,被家人嫁给从小疯

瘫在床的姜家二少爷做媳妇,原始的生命欲求受到极度压抑,无形中滋

养起强烈的占有欲和疯狂的报复欲。当她熬成了家庭的掌权者之后,成

为一个非常毒辣的虐待狂。黄金锁住了曹七巧的人生,她又以之为枷锁

残酷毁灭了子女的人生。小说将人性遭受摧残而产生的变异,特别是母

性的沦丧表现得非常深入,令人不寒而栗。这部作品的封面是张爱玲自

己画的。

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前边提到的几位女作家,主要创作活动是在20世纪初到20世纪上半

叶。现在她们均已去世。在她们生活的时代,中国处于经济发展落后、

社会动荡、内战不断,又遭遇外敌入侵的战乱之中。与此相关,她们的

一部分创作涉及激烈的社会斗争场景,更多的是写底层民众特别是女性

的生活命运。其中不少创作带有一定的自叙传色彩。在中国妇女文学史

上,这些创作是具有突破性的,因为女性开始成为创作的主体,而不再

仅仅作为男人的附庸。这便具有了现代意义上的中国女性文学的内涵。

曾经被压在地平线之下黑暗中的女性文学创作,在这一时期如同朝阳浮

出了历史地表。

上述时期之后的1950年到1977年(中华人民共和国初建到改革开放之

前),在特定的时代政治导引下,中国社会占主导地位的性别理念是“男女都一样”。这里强调了男女在政治和社会功能上的平等,具有一定的积

极意义。但另一方面,它忽略了性别差异,带来了很大的问题。受此影

响,女性的文学创作长时间处于停滞状态。虽然一直有女作家参与写作

活动,但她们的思维方式和写作方式与同时代的男作家非常相近,性别

意识受到压抑,很少有自身的特色。这种状况直到中国走上改革开放道

路之后才有了根本的改变。

近百年来女性文学创作的第二个繁荣时期出现在20世纪80年代,延续

至今。在这30年间,涌现出许多优秀的女作家,她们的创作在当代中国

文坛上为人瞩目,产生了很大的影响。

张洁,是这一时期最早以自觉的性别意识从事创作的女作家之一。

她的小说《爱,是不能忘记的》发表后在全国产生很大影响。小说写出

了女性心灵在爱的追求与现存道德规范的矛盾中的痛苦,表达了对婚姻

与爱的观念,对理想的爱情的追求。揭示了婚姻必须以爱情为基础,否

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则,迟早会给人们带来痛苦。当时,这部作品显得非常大胆,引起很多

讨论,因为男女主人公是婚外恋。她还写有《方舟》《只有一个太阳》

《世界上最疼我的那个人去了》等多部长篇小说和散文,多次获创作大

奖。这位女作家后来成为中国作家协会副主席、北京市作协副主席,美

国文学艺术院荣誉院士。

张洁前期的写作深沉含蓄,用抒情性叙述与哲理性议论相结合的手法

来描绘人物的内心世界;中期以审丑为特色,喜欢采用调侃、反讽的手

法营造超现实的文本景观,抒发对世界荒诞性的体验;晚年又转而平淡

超脱,呈现出另一种美学风格。长篇小说《无字》以女作家吴为的人生

经历为主线,讲述了她及其家族几代女性的婚姻故事,描摹了社会大动

荡、大变革中各色人等的与世浮沉、坎坷人生,展现了中国近百年间的

风云际会,对二十世纪的中国进行了独特的记录与审视。

王安忆是中国当代著名女作家,现任中国作家协会副主席、复旦大学

中文系教授。她不仅在中国国内多次获得文学奖,2013年还获得了法兰

西文学艺术骑士勋章。她的母亲茹志鹃是一位知名女作家,父亲是一位

剧作家。王安忆善于思考,追求变化。她的小说涉及广泛的社会生活,

其中涉及男女、人性、生命本能等等。评论家说:“当你刚刚根据她的一

部新作用一个理论术语去概括它,并且自以为把握了它的时候,下一部

作品却完全是另一回事。她仿佛是一个淘气的孩子,不断地在跟你玩捉

迷藏。” 在描写上海和上海女人方面,人们常拿她与张爱玲加以比较。

王安忆的系列小说“三恋”探讨的是两性之间的关系:《荒山之恋》写

一个大提琴手和一个街巷女孩相识,引发了生命中最深层的欲望,性成

为完成自我的一种方式。他们无力承担自己的生命,最终走向悲剧。《

小城之恋》写出了“性行为”和“母性”的力量。性行为使人疯狂,而母性

的力量使人宁静。《锦绣谷之恋》 推崇女性的精神之恋,也就是“柏拉图

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式的恋爱”。它不需要肉体的接触,没有掺杂肉欲。这在现代社会的女性

中仍然是可以合理地存在的。

长篇小说《长恨歌》的标题,取自唐代诗人白居易一首有名的叙事

诗。全诗叙述了唐玄宗与杨贵妃的爱情悲剧。王安忆借用这个题目,在

小说里讲述了一个女人长达40年的情与爱,故事描写细腻,哀婉动人。

其中交织着上海这所大都市从20世纪40年代一直到90年代沧海桑田的变

迁。在对琐碎的生活细节的描绘中,展现了时代变迁中的人和城市。

铁凝是当代著名女作家,现为中国作家协会主席。她出生在艺术之

家。父亲是画家,母亲是声乐教授。铁凝著有小说、散文百余篇(部),

共300余万字。部分作品被译成英、法、德、日、俄、丹麦、西班牙等

文字。由她编剧的电影《哦,香雪》曾获第41届柏林国际电影节大奖。

她的小说《没有纽扣的红衬衫》翻译为西班牙文,在西班牙马德里教育

出版社出版。英文版小说集《麦秸垛》中国文学出版社出版。

铁凝的小说《大浴女》,书名取自法国后期印象派大师塞尚的名作《

大浴女》。这幅画作描绘了形态各异的女子在河边沐浴的场景。小说在

社会的大背景和家庭的小环境中,叙写了女主人公尹小跳备尝艰辛的成

长过程与情感历程。作者在故事中审视亲情、爱情与友情,揭示了女性

与男性、女性与时代之间的内在矛盾。她的另一部小说《玫瑰门》挖掘

女性心灵,考察人性中的卑琐和丑陋,写出了个体生命深层的真实。“玫

瑰门”是“女性之门”的象征。通过这扇门,可以看到女性在特定时空下所

受到的多重压迫——来自于男权制度,来自于文化传统,来自于男性甚

至来自于女性。另一方面,伴随时代的发展,经过痛苦的挣扎,女性的

自觉和主体意识正在进步。

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方方,当代著名女作家。武汉大学中文系毕业。现为湖北省作家协会

主席。她从大学时代就开始创作小说和诗歌。小说着重描写底层人物的

生存景状,善于刻画卑琐丑陋的病态人生,以冷峻的眼光剖析人性的弱

点,探索生命的本真意义。

方方出身于知识分子家庭,从小接受正统的知识分子教育。家族血统

和成长的氛围使她具有一种与生俱来的文人气质,对知识分子怀有认同

感和归属感。她的很大一部分作品是以知识分子为表现对象的,对知识

分子的历史际遇、人格命运、现世状态作了全面的考察。其中,描写三

代知识分子的小说《祖父在父亲心中》、《行云流水》、《无处遁逃》

、《定数》及长篇小说《乌泥湖年谱》写得都很精彩。与此同时,方方

也描写普通市民、农村妇女以及历史题材,代表作有:《风景》《桃花

灿烂》《武昌城》等。她的作品多次获得大奖,被改编为电影。

评论家说,在读者的心目中,方方至少有三副面孔:比较冷峻的,

如《风景》的揭示人生世相;比较深沉的,如《祖父在父亲心中》的透

视家族历史;比较轻松的,如《白驹》的玩笑世间物事。的确,方方给

人的印象是多面的,包括写作中和生活中的她,完全迥异。写小说的方

方,是个悲观主义者。因为她在写作过程中追问一些问题时,这些问题

经常是无底的,问不出结果的。问到最后,进入虚无状态。所以她笔

下的人物无论强弱,通常会对人生感到悲伤。但当她离开桌子面对生活

时,她是个乐观主义者。因为只能让自己这样,才能将生活带给你的一

切——无论悲伤还是欢乐都承受下来。

陈染是北京人,中国当代女性主义代表作家之一。曾在澳洲墨尔本、

英国伦敦大学、爱丁堡大学等旅居生活和讲学。重要作品集中在90年代。作品在中国大陆和港台地区以及美、英、德、意、日、韩、均有出版

和评介。 英文版《私人生活》2004年由美国哥伦比亚大学出版社出版。

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她的小说和散文呈现出浓厚的“边缘心理”和女性意识,多以现代女性

的生活为背景,表达人与世界的对抗关系。长篇小说《私人生活》在文

学界引起很大震动。这部小说以主人公自身的女性经验和隐秘的内心生

活为视角,讲述了一个女孩儿在成长为一个女人的过程中不寻常的经历

和体验。作品具有哲理思辩性,探索了中国现代女性意识深层的那些潜

在而微妙的演变,并折射出复杂的社会生活。

林白早年生活广西少数民族地区,曾在图书馆、电影厂工作,现在北

京定居。先后创作诗歌、小说。擅长描写女性身体欲望与感情憧憬,浓

烈阴郁,充满南国色彩。有的作品涉及同性恋生活。在中国,这样的写

作是大胆而独特的。她创作的《一个人的战争》是一部具有自传色彩的

长篇小说。借着这本小说,林白总结了自己早期的生活及创作经验,并

思索一个女性为写作所必须付出的代价。

陈染和林白的女性成长叙事倾向于从私人化的领域,通过对自我身体

经验的书写来追问作为个体的女性存在。独身女性幽居中的情绪感受、

精神臆想、隐秘的身体经验、大胆的性爱场面摹写,使她们的此类文本

颇为引人瞩目。

迟子建出生在中国最北方的小城,是具有广泛影响力的作家。现任黑

龙江省作家协会主席。她多次获得文学大奖,部分作品在英、法、日、

意等国出版。12年前,她和相爱的人组成了家庭,度过了4年的幸福时

光。不幸的是,丈夫因车祸去世。迟子建遭遇人生重创,但她没有在痛

苦中沉沦,而是把深厚的感情注入笔端,写就长篇力作《额尔古纳河右

岸》,以此告慰丈夫,寄托怀念。

《额尔古纳河右岸》是中国第一部描述东北少数民族鄂温克人生存现

状及百年沧桑的长篇小说。作品以一位年届九旬的鄂温克族最后一位酋

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长女人的自述口吻,讲述了这个古老部落从平和、浪漫、宁静的生活过

渡到现在下山定居的过程,从中看到文明的曙光和现代社会的缩影。其

文学主题具有史诗品格。在小说获奖时她说:“我还要感激一个远去的

人——我的爱人,感激他离世后在我的梦境中仍然送来亲切的嘱托,使

我获得别样的温暖……”

她的散文也写得很好,为许多读者所喜爱。《光明在低头的一瞬》

写她在俄罗斯一座教堂里,看到了一位自己喜爱的画家壁画,然而当她

从画上收回目光低下头来的一瞬,却看到一位正在安静地打扫祭坛烛油

的老妇人。她细写了老妇人的外形动作和对清扫烛油职责的虔敬,感慨

道:“她的劳作是安然的,而我从她身上,看到了另一种永恒的光明:光

明的获得不是在仰望的时刻,而是于低头的一瞬。”

舒婷是有名的女诗人,当代“朦胧诗派”的代表人物。她生长在中国东南

部美丽的海滨城市厦门,从小受到艺术的熏陶。她的诗擅长运用比喻、象

征、联想等艺术手法表达内心感受,在朦胧的氛围中流露出理性的思考。

她的诗歌名篇《致橡树》表达了对理想爱情的思考和对女性独立人格

和生命价值的追求。这首诗传播很广,被收入各种诗歌选集以及中学教

材。尤其受到女青年的喜爱,甚至有人在婚礼上朗诵它。诗中写道:“我如果爱你——绝不像攀援的凌霄花,借你的高枝炫耀自己;我如果爱

你——绝不学痴情的鸟儿,为绿荫重复单调的歌曲”;“我必须是你近旁

的一株木棉,做为树的形象和你站在一起。”“我们分担寒潮,风雷、霹

雳/我们共享雾霭、流岚、虹霓”。诗人借“木棉”向“橡树”的致辞表达了自

己对男女之间爱情观的看法:平等自由,相互尊重,相互支持。

另一首诗《惠安女子》所写的,是福建惠安沿海几个村镇妇女群体。

那里的男人长年漂泊在海上,“留守”几乎是所有女子的共同处境。她们

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勤劳、温良、孝顺,长时间里默默隐忍。《惠安女子》是唱给她们的一

首悲悯的歌。惠安女子独特的生活状态、她们奇异的装束以及生活习俗

成为人们口口相传的故事。人们把她们当做风景,歌颂她们的传统美

德,可是却忘记了她们生活中的苦难。舒婷在诗中融入了鲜明的女性意

识,表达了对世人以猎奇的心态关注惠安女子的不满。

近三十年来,在中国改革开放的背景下,不少女作家到海外交流或定

居。她们在跨文化的背景下重新认识中国,书写中国故事。在这之中,

严歌苓是最著名的一位。

严歌苓少年时学习舞蹈,20岁以后从事创作。1989年赴美留学。1990年入美国哥伦比亚大学艺术学院文学写作系,获硕士学位,成为好莱坞

专业编剧。她用中文、英文写作,作品被翻译成法、荷、西、日等多国

文字。小说里的故事多次被改编成电影。她几乎获得了所有华语文学类

的大奖。她写有电影剧本《扶桑》、《天浴》、《少女小渔》,主要表现

中国移民在美国的生活和命运。根据她的剧本改编的电影《天浴》获美

国影评人协会奖、金马奖的七项大奖。

严歌苓比较重要的小说有《一个女人的史诗》、《天浴》、《扶桑》

、《少女小渔》、《第九个寡妇》、《小姨多鹤》等。她的作品很多都

是以女性为主人公。这些女性人物有一个共性:都是处于边缘的弱势女

子。但正是这些女性,却如同一滴水一样折射出丰富复杂的现实和人

性。 作者在谈到自己的想法时说:“女人比男人有写头,因为她们更无定

数,更直觉,更性情化。”

《赴宴者》是她的英文长篇小说,最近又翻译为中文出版。严歌苓在

小说里通过一个荒诞的故事,讲述了一群特殊的社会群体——“宴会虫”骗吃骗喝的怪诞生活。《纽约时报周日书评》 写道:“这是一本描写中

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国北京奢华生活的黑色喜剧小说。内容看起来似乎有点夸张,但可都是

作者根据事实所写的。故事主角董丹假扮成记者参加公开举办的记者餐

会。……他在鱼翅与黑森林蛋糕里见到了社会的不公,进而想去为那些

可怜的老百姓争一口气。……故事里到处可见看似荒谬不可思议的事,

但另一方面又让人觉得这样的事或许也不是不可能。”《泰晤士报文学副

刊》评论说,这是一部充满情感与讽刺的精心杰作。

张翎在旅居加拿大的许多华人女作家中是最有影响的一位。她早年在

复旦大学读外语系,此后在北京做过科技翻译,在加拿大和美国分别获

得英国文学硕士和听力康复硕士。现定居于加拿大多伦多市,在一家诊

所任听力康复师。代表作有《余震》《金山》等。小说多次获得两岸三

地重大文学奖项,入选各式转载本和年度精选本。

《余震》讲述了一个在1976年唐山大地震中幸存下来的女孩的成长经

历。小说不仅写出大地震给唐山这座城市造成的破坏,更着力表现那场

灾难在经历者内心深处造成的强烈余震。《金山》记述了清末华工远赴

加拿大淘金修铁路的故事,描绘了一家四代人在异国他乡的奋斗历程。

从总体上看,古代女作家创作的视野比较狭隘,艺术才华受到压抑。

古代妇女创作只是作为男性本位文学传统的附庸存在。20世纪以来与时

代同步,与男性创作互补共荣。她们的创作天地非常宽广:既有书写女

性命运,表达女性体验,体现女性主义思想的创作,也有关注广阔社会

生活、深入表现历史进程的创作。

她们的创作蕴含着性别平等的精神,关心人类性别文化的健康发展。

在反对性别歧视的同时,不是要两性对抗、两性战争,而是要走向平

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等相待,和谐共处。她们意识到现在的社会存在很多问题,对此进行尖

锐的批评,但同时对未来是充满期待的。她们的优秀作品具有很强的艺

术创造性。一些作品不仅在当代中国文学中占有重要地位,而且跨越国

界,传播到世界各地,产生了广泛影响。这些创作丰富了人们的精神生

活,滋养着人们的心灵。

中国女作家们在不断努力,相信她们一定会取得更大的成就。

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China es un país con una civilización muy antigua y cinco mil años de historia conti-

nua. La compilación de poesía llamada Clásico de poesía, Libro de odas, o Shijing, fue

realizada hace más de tres mil años e incluye algunos escritos de autoría femenina. Sin

embargo, la aparición de la palabra contemporánea para denominar lo femenino (“女性”) fue hace unos cien años. Antes de siglo xx, en la sociedad tradicional, la palabra

para mujer era “妇人”, que significa “mujer casada” o “esposa”. Una mujer específica

podía ser hija, hermana mayor o menor, tal vez una esposa o madre, una suegra, abuela,

incluso la reina o la emperatriz madre, pero su posición siempre se determinaba de acuerdo

con la relación de la mujer con el hombre en la familia y a la posición de este. Los hombres

que podían participar en la vida social eran todos diferentes: la identidad de los hombres

fuera del hogar era muy distinta. Aparte de ser miembros de la familia, ellos también po-

dían tener identidades como rey o ministro. En otras palabras, las mujeres de la sociedad

tradicional china estaban subordinadas a las cabezas masculinas del hogar y a la familia,

sin posiciones propias.

En los jeroglíficos más antiguos de China puede verse que desde hace varios miles de

años hay una clara división de roles: el carácter “女” (nǚ, mujer) es la representación

gráfica de una mujer arrodillada en el suelo. El carácter “妇” (mujeres) se construye

con el símbolo de femenino “女” como radical y una escoba a la izquierda. Esta pala-

bra representa cómo las mujeres y las labores domésticas (barrer) eran dos conceptos

vinculados, y demuestra la baja condición de la mujer en la historia china así como el

patriarcalismo que caracteriza la cultura tradicional. En la etnia Han, la más numerosa

de China, desde la dinastía Song del Norte (960 d. C.) y durante los siguientes mil años

se consideraron hermosos los pies pequeños en las mujeres. Por lo tanto, a muchas

mujeres se les empezaban a vendar los pies desde la infancia. La dolorosa deformación

que el vendado causaba a los pies afectaba la vida de la mujer. La práctica del vendado

de pies facilitaba controlar las actividades de las mujeres. Esta situación no cambió hasta

principios del siglo xx.

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1En este particular ambiente, muy pocas mujeres tenían la oportunidad de recibir educa-

ción y dejar ver su talento literario. En los miles de años de historia literaria china hay

muy pocos registros de nombres y obras de escritoras, quienes se dedicaron principal-

mente a la escritura de poesía.

Una característica de la escritura de las mujeres en la antigüedad es que aunque hay

numerosos poemas sobre sus maridos, es difícil encontrar poemas de amor. En otras

palabras, un gran número de obras se escribieron después del matrimonio y describían

cuánto extrañaba la esposa al esposo, pero las obras raramente involucraban amor mu-

tuo en la pareja. Hay muy pocas obras que hablen de otros temas. El romanticismo y el

amor femenino no podían expresarse antes del matrimonio. Los asuntos de la sociedad

tampoco concernían a las mujeres. Su mundo transcurría en el hogar, ejerciendo los ro-

les de hija, esposa, madre o abuela. En este entorno, los poemas escritos por las mujeres

expresaban sus emociones utilizando los cambios de las estaciones: en primavera las

flores caen y la estación pasa tan pronto que casi no hay tiempo de pensar en ella, igual

que la juventud. En otoño los árboles mueren, lo que nos lleva a lamentar el destino de

la vida. Esta tradición es llamada primavera y otoño.

En la sociedad tradicional, la mayoría de las escritoras eran emperatrices, concubinas,

funcionarias, damas aristocráticas o prostitutas. Sus creaciones mostraban principal-

mente las emociones y la vida femenina dentro de un pequeño entorno social, como el

palacio imperial, los harenes y los patios. Algunas de estas emociones eran, por ejemplo,

el odio a la separación de seres queridos, el resentimiento del abandono, la tristeza de

ser viuda, la emoción de añorar y distintos pensamientos románticos.

Estas escritoras tienen identidades diferentes. El primer tipo de identidad corresponde al

de las mujeres del palacio imperial. El emperador elegía a sus concubinas entre hermosas

damas elegidas por votación popular, alcanzando a veces a tener cientos de mujeres. Al

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entrar en el palacio eran aisladas, y muy pocas llegaban a recibir favores del empe-

rador. La mayoría no veían al emperador nunca en sus vidas. Llevaban una existencia

muy difícil.

La segunda clase son damas aristocráticas que venían de familias privilegiadas. De todas,

Li Qingzhao es la que alcanzó los logros más altos. Su esposo era hijo del primer ministro,

funcionario y académico. En sus primeros años tuvo una vida agradable. Más tarde su

marido murió y con la inestabilidad política su vejez quedó llena de tristeza. No obstan-

te, sus escritos son considerados una obra importante y hacen que ella sea una de las

escritoras más admiradas en la historia literaria china.

El tercer tipo de escritoras son las mujeres comunes talentosas. El desarrollo económico

de las regiones de Jiangnan permitió que las mujeres pudieran recibir una educación.

Entonces podía ocurrir que entre los miembros de una misma familia (incluyendo

hermanas, madre e hija) aparecía una serie de poetas. Ellas escribían poemas y se comu-

nicaban frecuentemente con literatos. Muchas de ellas recibieron ayuda de familiares

masculinos y amigos, tras lo cual publicaron los poemas juntos.

La cuarta clase son prostitutas y monjas. Las prostitutas acompañaron a los oficiales y

hombres de letras con canción y baile. Y las monjas vivieron en templos taoístas. De las

anteriores, las más conocidas son Xue Tao y Yu Xuanji de la dinastía Tang.

En general, las mujeres en la antigüedad tenían una visión creativa relativamente es-

trecha, la expresión artística era un poco cerrada, solo existían como un apéndice de la

literatura masculina y no tenían su propia posición.

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A finales de siglo xix y comienzos del xx, el desarrollo de la historia china entró en una

etapa nueva y comenzó la transición a una sociedad moderna. Durante este proceso

surgió una nueva atmósfera para la vida y las creaciones de las mujeres.

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Qiu Jin (1875-1907) fue una heroína famosa. Nació en una familia de oficiales del go-

bierno. Influenciada por las ideas nuevas de la China de principios del siglo xx, decidió

unirse al derrocamiento de la oscura dinastía Qing. Fue a Japón a estudiar y después de

regresar fundó el Periódico Femenino de China y un centro de estudios. Qiu Jin aprendió

tanto de literatura como de artes marciales y le gustaba llevar ropa de hombre. Mien-

tras tanto, se interesó por escribir poesía. Los poemas escritos por ella no eran iguales

a los de las mujeres antiguas que hemos mencionado, quienes siempre describieron

sentimientos tristes. Sus escritos estaban llenos de autonomía y de un espíritu heroico.

Además, ella hizo un llamado a las mujeres a que tuvieran el valor de luchar por la igual-

dad de género hasta que fue arrestada por el gobierno de la dinastía Qing. Murió como

mártir y se convirtió en una heroína muy famosa en China.

Las creaciones de Qiu Jin se convirtieron en los trabajos precursores de la literatura

de mujeres del siglo xx. En los siguientes periodos históricos, las mujeres tuvieron más

presencia en la literatura, así como prosperidad y riqueza, lo que permitió la aparición de

talentosas escritoras. Sus creaciones han tenido un amplio impacto.

El primer periodo, desde 1919 hasta 1949 (desde el movimiento del Cuatro de Mayo

hasta el establecimiento de la nueva República Popular China).

Bing Xin (1900-1999). Mientras que Qiu Jin escribió sus obras en estilo clásico chino,

Bing Xin fue la primera autora famosa que escribió en chino vernáculo en el año 1919.

Nació en la familia de un funcionario marítimo. Mientras estudiaba en la Universidad

Yenching fue bautizada por un sacerdote. Después de graduarse se fue a Boston a estu-

diar literatura inglesa en el Wellesley College, y se especializó en estudios literarios. En

1926 obtuvo su máster en literatura y regresó a China para dar clases en la universidad.

Dedicó su vida entera a la escritura. Predicaba una “filosofía del amor” en sus escritos,

lo que dejó a las personas que vivían en la oscuridad un alimento espiritual y optimista.

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Xiao Hong (1911-1942). Nació en Hu Lan, un condado en el noreste de China, y desde

niña perdió a su madre. Luchó toda su vida contra la miseria. Sus obras de ficción tenían

un estilo poético y un brillante color propio. Recibió apoyo del escritor y pensador más

influyente de la China contemporánea, Lu Xun. En 1942, bajo la ocupación japonesa de

Hong Kong, Xiao Hong recibió un mal diagnóstico y fue sometida a una cirugía de gar-

ganta. Quedó muy débil y murió poco después, a la edad de treinta y un años. Durante

su corta vida Xiao Hong tuvo la presencia de varios hombres. Algunos de ellos le hicieron

daño, algunos no la entendieron. Su corazón estaba muy adolorido y dijo con emoción:

“¡El cielo de una mujer es bajo, sus alas son delgadas y las cargas pesadas!”. En China

hay muchas películas de biografía y telenovelas que cuentan la historia de Xiao Hong.

Las obras de Xiao Hong expresan dos preocupaciones principales: la tierra natal y las

mujeres. A través de la descripción de la humildad, la ignorancia y la sumisión de la gen-

te local, expresó el amor por su patria. Ella también representa el destino de sufrimiento,

el amor y la vitalidad de las mujeres y por esta razón escribió el dolor y nobleza de las

mujeres chinas. El campo de la vida y la muerte muestra el sufrimiento de los subalternos

cuando Japón conquistó el noreste de China en la Segunda Guerra Mundial. En esta

obra se recoge la experiencia de vida de las mujeres rurales, en particular en relación

con la fertilidad y la muerte. Ella simpatiza mucho con el sufrimiento de la maternidad y

describe cómo las mujeres se encuentran a merced de su destino, sin poder ser indepen-

dientes y debiendo servir a los intereses masculinos en la familia. En la novela se critica

la sociedad patriarcal señalando que el país pertenece a los hombres, pues las mujeres

no solo son esclavas de los agresores sino también de los hombres dentro de la nación.

En El cuento a la orilla de río Hu Lan, que es el recuerdo de su infancia, ella describe los

infelices pueblos de norte. El destino de las mujeres también ocupa un lugar muy

importante en este libro.

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Ding Ling (1904-1986) es una representante del proceso de transformación de la lite-

ratura femenina en la primera mitad del siglo xx. En febrero de 1928, gracias a El diario

de la señorita Sofía, la autora se hizo famosa en todo el círculo literario del país. En ese

momento Ding Ling se concentraba en rechazar la intimidación social, la discriminación y

la lucha constante que enfrentaba la mujer. Se sostuvo en momentos de trauma, llena de

frustración, y propuso un sentido de dominación femenina casi paranoico a los desafíos

sociales. Se atrevió a reclamar el deseo sexual y el anhelo espiritual de los hombres. Esto

tuvo un fuerte impacto en el momento y causó una gran repercusión en los lectores.

Después de 1930, la obra de Ding Ling volvió la atención a la participación social y polí-

tica. Ella se convirtió en miembro leal del Partido Comunista Chino. Durante la Segunda

Guerra Mundial participó en la Segunda Guerra Sino-Japonesa y llevó a los artistas a línea

de fuego para representar actividades. Creó muchas obras para propagar la guerra y

la mayoría fueron novelas y ensayos. Una parte de su obra mantiene la atención a los

asuntos de la mujer. En El sentimiento del Día Internacional de la Mujer se queja del

destino de la mujer suspirando “¿Hasta cuándo la palabra ‘mujeres’, seguirá sin recibir

atención ni ser propuesta?”. Su carrera de escritora continuó hasta sus últimos años y las

últimas posteriores todavía tenían fuertes connotaciones políticas.

Eileen Chang (1920-1995) fue una escritora muy famosa en China. Al nacer le dieron el

nombre Zhāng Yīng. Cuando estaba en la escuela media lo cambió, adoptando el nombre

inglés de Eileen, transcrito en chino como Àilíng. Creció en una familia noble y recibió

buena educación. A los diez años de edad sus padres se divorciaron y desde entonces

fue maltratada por su madrastra. En 1930, mientras vivía en la Shanghái que estaba

ocupada por Japón, escribió una serie de cuentos y luego de publicarlos produjo un gran

impacto en toda la sociedad. Vivió también en Tianjin y Hong Kong hasta la década de

1950. Luego se instaló en los Estados Unidos después de 1960, en donde permaneció

hasta su muerte.

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Se compadeció mucho del destino de las mujeres y se preocupa por su psicología. Es-

cribió las novelas El amor que derriba una ciudad y Migas de incienso, entre otras, que

representan la autoestima, la vanidad y la profunda conciencia social aún sujetas a la

dominación masculina y el control de las mujeres.

El candado de oro es la novela más famosa de Eileen Chang. En ella crea un excelente

personaje: Cao Qiqiao, una mujer que, obsesionada por el dinero, se convierte en una

persona perturbada y malvada. Qiqiao es víctima de un matrimonio concertado. Desde

que era muy joven, su familia la casa con el segundo hijo de la familia Jiang, quien era

paralítico. Como sus sueños no pueden cumplirse junto a su esposo, sin darse cuenta

crece en ella una fuerte ansia de poseer y un loco deseo de venganza. Cuando se con-

vierte en la cabeza de la familia Jiang, se torna sádica y siniestra. Fue la obsesión por el

dinero la que encerró la vida de Qiqiao y destruyó la de sus hijos. En esta novela se explo-

ra muy profundamente el sentido de humanidad y su destrucción, así como la pérdida

del instinto materno. La portada de esta obra fue pintada por la autora.

Las escritoras mencionadas realizaron sus trabajos principales durante la primera mitad

del siglo xx. Actualmente todas ya fallecieron. Ellas vivieron en una época en la que

el desarrollo económico de China estaba atrasado, había malestar social y constantes

guerras civiles. Además, China estaba invadida por ejércitos extranjeros. En relación con

la lucha social, sus creaciones se concentran en el destino de la vida de las mujeres.

En consecuencia, la mayoría de las obras lleva un cierto componente de escritura au-

tobiográfica. Si revisamos la historia de la literatura femenina de China, encontramos

que estos escritos son muy creativos y cambian la posición pasiva de las mujeres. Ellas

empiezan a ser sujeto de las obras y no son apéndices de los hombres. Así que tienen

la connotación moderna de la literatura femenina china. Antes, la literatura femenina era

como un sol oscuro que siempre se quedaba aplastado bajo el horizonte, pero en este

periodo emerge finalmente de la superficie histórica

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En los años siguientes, desde 1950 hasta 1977 (desde el principio del establecimiento de

la República China hasta antes de la reforma y apertura), bajo cierta dirección política,

el concepto dominante de género de la sociedad china es “los hombres y las mujeres

son iguales”. Por un lado, esto subraya la igualdad de la función política y social entre

hombres y mujeres, lo que tiene un sentido positivo. Sin embargo, por otro lado, esto

ignora las diferencias de género y trae grandes problemas. Influida por esta política,

la creación de la literatura femenina queda en un punto muerto por un largo tiempo.

Aunque siempre hay escritoras que participan en actividades de escritura, su forma de

pensar y estilo al escribir son muy similares a los escritores masculinos contemporáneos,

son reprimidas con la conciencia de género y muy pocas tienen sus propias características.

Esta situación no tiene un cambio radical hasta que China se embarca en el camino de

la reforma y apertura.

El segundo auge de la creación de la literatura femenina en casi un siglo aparece en la

década de 1980 y continúa hasta el día de hoy. Durante los últimos treinta años han

surgido excelentes escritoras, sus creaciones han llamado la atención en la literatura

contemporánea china y han tenido un gran impacto.

Zhang Jie es una de las primeras escritoras que conscientemente se dedicó a la creación

de una conciencia de género. El amor no se puede olvidar tuvo un impacto significativo

en el país después de su publicación. La novela describe cómo sufren las mujeres en

contradicción con las normas éticas existentes para la búsqueda del amor, expresando

una idea del matrimonio y de la búsqueda del amor ideal. La autora revela que el ma-

trimonio debe basarse en el amor, de lo contrario, tarde o temprano traerá dolor. En el

momento, esta obra es considerada muy audaz y causa una gran polémica debido a que

el héroe y la heroína tenían una aventura extramatrimonial. También escribió muchas

novelas largas como The Ark, Solo un sol y A dónde va la persona que más me ama en el

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mundo, entre otras. Zhang Jie ha ganado varias veces los grandes premios de creación.

Más tarde, ella se convirtió en vicepresidente de la Asociación de Escritores de China, vice-

presidente de la Asociación de Escritores de Beijing y miembro honorario de la Academia

Americana de las Artes.

Su escritura pasa por varias etapas. La primera es profunda, sutil y reservada, representa

el mundo interior de los personajes con la técnica de la combinación de una narrativa

lírica y la discusión filosófica. La segunda se caracteriza por tomar la fealdad como un

objeto estético, le gusta usar la habilidad del ridículo y la ironía para crear un texto su-

rrealista, para expresar una experiencia absurda del mundo. En la vejez, cambia por un

estilo estético moderado y aparte de la realidad. Ni una palabra utiliza las experiencias de

la vida de la escritora Wu como hilo del relato. Habla de las historias de los matrimonios

de varias generaciones de mujeres de su familia, pintando las vidas de frustraciones de

todo tipo de personas en un periodo social lleno de grandes cambios y agitación. Explica

la situación de China durante casi cien años, llevando a cabo un registro y un escrutinio

único de la China del siglo xx.

Wang Anyi es una famosa escritora contemporánea, vicepresidente de la Asociación

de Escritores de China y profesora titular del Departamento de Lengua y Literatura de

la Universidad de Fudan. Recibió varios premios literarios en China y en el año 2013 fue

galardonada como miembro de la Orden de la Artes y las Letras (Ordre des Arts et des

Lettres) de la república francesa. Su madre era una escritora muy conocida en la gene-

ración pasada llamada Ru Zhijuan y su padre era un dramaturgo. Ella es una importante

pensadora, dedicada a la búsqueda del cambio. Sus novelas abarcan una amplia gama de

temas de la vida social, incluyendo las relaciones entre los hombres y las mujeres, el sexo

y el instinto de vida. Los críticos dicen: “Cuando se utiliza un término de teoría literatura

para resumir las características de su trabajo en su más reciente obra piensas que ya

captaste su esencia, pero su siguiente obra es otro asunto completamente distinto. Ella

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es como una niña traviesa, constantemente jugando a las escondidas con el lector”. En

términos de escritura sobre Shanghái y las mujeres en esta ciudad, se parece mucho a

Eileen Chang.

Su serie de novelas Tres amores explora la relación entre los sexos: en Amor en la montaña

baldía un violonchelista encuentra una niña de la calle, lo que le provoca profundos

deseos. El sexo se convierte en una forma de autorrealización. No pueden asumir sus

propias vidas y se encaminan finalmente a la tragedia. En Amor en pueblo pequeño la

autora desarrolla la adoración y rendición frente al sexo y el poder de la maternidad.

El sexo hace que la gente pierda la cordura, pero la fuerza de la maternidad pacifica. En

Amor en un valle encantado tiene en gran estima el amor de espíritu de la mujer, tam-

bién conocido como “amor platónico”, sin contacto físico, ni deseo sexual. Ella demuestra

que este amor aún puede existir razonablemente en las mujeres de la sociedad actual.

El título El arrepentimiento eterno fue tomado de un poema narrativo largo del poeta

Bai Juyi de la dinastía Tang. El poema describe la tragedia del amor entre el emperador y

la honorable concubina imperial Yang. Wang Anyi toma prestado este título para contar

en la novela la historia de amor y el sentimiento de una mujer durante cuarenta años, de

forma delicada, triste y conmovedora. Ellos se entrelazan con los grandes cambios de la

metrópoli de la Shanghái de los años cuarenta a los noventa. Muestra a las personas y a

la ciudad en los tiempos de cambio, usando la pintura de los detalles triviales de la vida.

Por lo tanto, es conocida como la “épica de Shanghái moderna”.

Tie Ning es una famosa escritora contemporánea, actual presidente de la Asociación de

Escritores de China. Nacida en una familia de artistas, su padre es un pintor y su madre

es profesora de música. Es autora de un centenar de novelas y ensayos que en total

contienen más de trescientos millones de palabras. Algunas obras han sido traducidas al

inglés, francés, alemán, japonés, ruso, danés y español, entre otros idiomas. La película

Oh, Hornsey en la que Tie Ning fue guionista ganó el premio más importante de cine para

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jóvenes en el 41 Festival Internacional de Berlín. La blusa roja sin botones fue traducida

al español y publicada en Madrid, España, por Ediciones sm. Su colección de novelas en

inglés Pila de paja salió a la luz gracias al Chinese Literature Press.

Su novela Los grandes bañistas toma el título de la obra famosa del maestro francés

posimpresionista Paul Cezanne. La pintura representa las formas en que las mujeres se

bañan en el río. La novela describe el proceso de crianza y el viaje emocional lleno de

dificultades de la heroína Yin Xiaotiao en su entorno social y familiar, examinando y

cuestionando la familia, el amor y la amistad. Revela que existen contradicciones inhe-

rentes que son difíciles de superar entre los hombres y las mujeres, entre las mujeres y

la época. Otra novela suya, Puerta rosa, explota los desprecios y la fealdad en la mente

femenina (incluida en la naturaleza humana) y describe la verdad más profunda de las

vidas individuales. Puerta rosa es un símbolo de la “puerta de la mujer”. A través de esta

puerta se puede ver que las mujeres sufren múltiples opresiones en un momento y un

espacio determinados: la del sistema patriarcal, de las tradiciones culturales, de los hom-

bres, incluso de las mujeres. Por otra parte, la conciencia de las mujeres está progresando

con el desarrollo de la época, después de una lucha dolorosa.

Fang Fang es otra escritora famosa contemporánea. Se graduó del Departamento de

Lengua y Literatura de la Universidad de Wuhan. Actualmente es la presidente de la Aso-

ciación de Escritores de la Provincia de Hubei. Desde la universidad comenzó a escribir

ficción y poesía. Sus novelas pusieron énfasis en describir las situaciones de superviven-

cia de las personas en condiciones de vida más bajas, fueron fuertes en retratar la vida

mórbida, desagradable y fea, analizando la debilidad humana con una visión tranquila y

seria y descubriendo el verdadero significado de la vida.

Fang Fang nació en una familia de intelectuales, recibió una educación intelectual or-

todoxa desde su infancia. Su origen familiar y el ambiente en el que creció hicieron que

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Fang Fang desarrollara un temperamento innato de literata, abrigando un sentido de

identidad y pertenencia hacia los intelectuales. Una gran parte de su trabajo representa

a los intelectuales, investiga completamente sus destinos históricos, sus personalidades,

sus estados de vida. El abuelo en el corazón del padre, Nubes flotantes y agua corriente,

Ningún lugar para escapar, Todo está destinado y La crónica del lago de barro negro son

novelas que describen tres generaciones de intelectuales. Sus obras ganaron importan-

tes premios y fueron adaptadas al cine.

Los críticos dicen que en la mente de los lectores, Fang Fang al menos tiene tres caras:

una relativamente solemne, como Paisaje, que revela la actitud en el trato social; otra re-

lativamente profunda, como El abuelo en el corazón del padre, que penetra en la esencia

de la historia de la familia; y una relativamente relajada, como El potro blanco, que toma

en broma las cosas del mundo. De hecho, Fang Fang nos da impresiones multifacéticas, en

la escritura y en la vida es totalmente diferente. Como autora de novelas, Fang Fang es

una pesimista. Debido a que ella se hace algunas preguntas en el proceso de escritura,

y estas cuestiones a menudo no tienen solución, sus personajes no pueden encontrar

respuestas. Aunque algo haya sido preguntado, en últimas, entra el estado de la nada.

Por lo tanto, independientemente de la fuerza de sus caracteres, estos por lo general se

sienten tristes en la vida. Sin embargo, cuando ella se levanta del escritorio para hacerle

frente a la vida se vuelve optimista, pues solo así es posible sobrellevar todas las cosas

que la vida nos trae, ya sean alegrías o tristezas.

Chen Ran nació en Beijing. Es una representante de las escritoras feministas contem-

poráneas de China. Ha vivido en Melbourne, Australia, y ha dado conferencias en la

Universidad de Londres y en la Universidad de Edimburgo. Sus obras más importantes

aparecieron en la década de 1990. Sus obras se han revisado y publicado en la China

continental, Hong Kong y Taiwán, así como en los Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania,

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Italia, Japón y Corea. La versión en inglés de Vida privada fue publicada por la casa edi-

torial de la Universidad de Columbia en el año 2004.

Sus novelas y ensayos muestran una fuerte “ventaja psicológica” y conciencia feminista.

La mayoría expresan la confrontación entre el hombre y el mundo usando la vida de las

mujeres modernas como fondo. La novela Vida privada causó gran conmoción en el mun-

do literario. Cuenta la historia y la experiencia inusual de una niña que está en el proceso

de convertirse en mujer, basándose en la experiencia y perspectiva de la vida interior

secreta femenina de la heroína. La naturaleza especulativa de estos trabajos filosóficos

ha explorado la evolución de la conciencia potencial y sutil de la mujer china contempo-

ránea y refleja la complejidad de la vida social.

Lin Bai vivía en las zonas de minorías de Guangxi cuando era joven. Trabajó en una biblioteca

y en una casa productora de películas para luego establecerse en Beijing. Ha escrito poesías y

novelas. Se caracteriza por la descripción de los deseos femeninos del cuerpo y los sentimientos

de añoranza, fuertes y sombríos, llenos de colores del sur. Algunos trabajos involucran la vida

homosexual. En China, este tipo de escritura es audaz y única. La guerra de una persona es una

novela de colorido autobiográfico. En esta novela, Lin Bai resume su vida temprana y la expe-

riencia creativa, y reflexiona sobre el costo que una mujer debe pagar por la creación literaria.

El crecimiento de la narrativa de las mujeres desde Chen Ran hasta Lin Bai tiende a cues-

tionar la existencia de la mujer como persona a través de la escritura de la experiencia

del cuerpo propio, partiendo del área privada, las emociones de reclusión, la imaginación

espiritual, la experiencia del cuerpo en secreto y atrevidas escenas de sexo de mujeres

solteras. Todo lo anterior hace que tales textos sean bastante impresionantes.

Chi Zijian nació en la ciudad más al norte de China, es una escritora con amplia influen-

cia. Ahora se desempeña como presidente de la Asociación de Escritores de la provincia

de Heilongjiang. Ganó varios premios literarios, incluso algunos de sus escritos fueron

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publicados en Gran Bretaña, Francia, Japón, Italia y otros países. Hace doce años formó

una familia junto a su marido y vivió cuatro años felices. Por desgracia, su marido mu-

rió en un accidente de coche, Chi Zijian tuvo una gran pérdida. No obstante, ella no se

hundió en el dolor, sino que vertió sus profundos sentimientos al oficio de escribir. Con

mucho esfuerzo terminó de crear la obra La costa derecha de Argun. Con este libro, ella

pudo sobrellevar la pérdida de su marido y manejar sus sentimientos de duelo.

La costa derecha de Argun es la primera obra que muestra la vida actual de China y cómo

sobrevivieron durante un siglo los evenkis, una minoría del noreste de China. A través

de la narración de una mujer de casi noventa años, quien era esposa del último cacique

Evenkii, cuenta que la antigua tribu se trasladó de la vida pacífica, romántica y tranquila

hasta el pie de monte. Con la aprobación de esta transmisión, se ve la civilización y la

sociedad moderna en miniatura. El estilo literario de la obra tiene calidad poética. Al

recibir un premio, Chi Zijian dijo: “También quiero agradecer a un hombre que se ha ido,

mi esposo. Agradezco que aun después de morir, sigue enviando exhortaciones cordiales

a mi sueño, hace que obtenga un tipo diferente de calidez…”.

Sus ensayos están muy bien escritos y son los favoritos de muchos lectores. En el ensayo

El brillo está en el instante de bajar la cabeza, narra que ha visto en una iglesia rusa una

pintura mural hecha por uno de sus pintores favoritos. Cuando terminó de mirar las pin-

turas, se fijó en una abuela que estaba limpiando uno de los altares silenciosamente. Ella

describió con mucho detalle la acción de la mujer y la responsabilidad de la limpieza,

entonces dijo lo siguiente: “Su trabajo es pacífico y vi en ella otra luz eterna: el brillo no

se consigue en el momento de mirar hacia arriba, sino al bajar la cabeza”.

Shu Ting es la poeta contemporánea más famosa de China. Ella creció en una bella

ciudad costera del sureste de China, llamada Xiamen. Tuvo muchas influencias artísticas

desde la infancia. Sobresale el buen uso de la metáfora, el simbolismo, su imaginación

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y otras expresiones artísticas para manifestar los sentimientos internos en sus poemas,

que muestran el pensamiento racional en la brumosa atmósfera.

En su famoso poema “Roble”, la autora reflexiona sobre las expresiones de amor en con-

traste con la personalidad y vida independiente de la mujer. Este poema hace parte de una

amplia variedad de antologías poéticas en textos escolares. Es especialmente apreciado

por las mujeres jóvenes, y algunas incluso lo recitan en sus bodas. Este poema dice: “Si te

quiero, no me voy a enrollar sobre ti como una enredadera, desvalorándome a mí misma

por la altura de tus ramas; si te quiero, nunca voy a seguir como un pájaro tontorrón,

repitiendo la canción monótona para la sombra verde”; “debo ser una ceiba a tu lado,

como un árbol de pie junto a ti”. Ting presenta sus puntos de vista sobre el concepto de

amor entre hombres y mujeres con la imagen de la ceiba y el roble: igualdad y libertad,

respeto y apoyo mutuos.

Mujer hui’an es un libro que habla sobre grupos de mujeres de pueblos situados a lo largo

de la costa de Hui’an en Fujian. En aquel lugar, los hombres salen al mar todo el año y

las mujeres tienen que sufrir por quedarse en casa solas. Durante mucho tiempo, ellas se

abstienen de quejarse y trabajan con mucho esfuerzo, se mantienen amables y obedien-

tes. El libro Mujer hui’an es una canción de compasión para ellas. La poeta transmite la

idea de que todo el mundo trata a la mujer hui’an como un fenómeno recién nacido. Se

habla de sus condiciones únicas de vida, su forma de vestir y sus hábitos. Las personas

las toman como escenario, cantan sus virtudes tradicionales, pero se olvidan de que

viven en la miseria. Shu Ting ha mostrado una fuerte conciencia feminista en su poesía.

Durante las tres décadas recientes, bajo la reforma y apertura, muchas escritoras chinas

se van de China a países extranjeros tanto de intercambio como para establecerse. Luego

regresan a conocer China desde su experiencia y comprensión intercultural, y escriben la

historia china. Entre todas estas autoras, Yan Geling es la más famosa.

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Yan Geling aprendió danza en su juventud y se dedicó a la creación después de los

veinte años. En 1989 se fue para los Estados Unidos a estudiar y en 1990 entró a la

Universidad de Columbia a estudiar escritura literaria en el Instituto de Arte. Obtuvo una

maestría y se convirtió en guionista profesional de Hollywood. Ella escribió en chino e inglés

pero muy pronto sus obras se tradujeron al francés, holandés, español, japonés y otros

idiomas. Varias de sus historias y novelas fueron adaptadas al cine. Ha ganado casi todos

los premios literarios del idioma chino. Su adaptación del guion para la película Xiu Xiu

ha tenido gran éxito: el premio de la Sociedad Nacional de Críticos de Cine de Estados

Unidos y los siete Premios Caballo Dorado.

Sus novelas más importantes incluyen La épica de una mujer, Xiu Xiu, Fuso, Siao Yu, Tía

Duohe y La novena viuda, entre otras. Muchas de estas obras tienen mujeres protagonistas.

Hay una cosa en común en los personajes femeninos: todas ellas se encuentran al borde y

son vulnerables. No obstante, también son mujeres que, como gotas de agua, reflejan

la realidad compleja y la humanidad. Cuando ella habla de sus ideas, dice: “Las mujeres

tienen más mente de escritoras que los hombres, porque son más flexibles, más intuitivas

y más instintivas naturalmente”.

El insecto de banquetes es una novela escrita en inglés que recientemente se tradujo al

chino para su publicación. Por medio de una historia absurda, ella relata un cuento en el

que hay una caravana de grupos sociales especiales (el insecto de banquetes) que viven

dependiendo de los engaños para comer. The New York Times Sunday Book Review dice

“Esta es una novela de comedia negra que trata de la vida lujosa en la capital de China,

Beijing. Aunque el contenido puede parecer un poco exagerado, todos los escritos se basan

en hechos. El protagonista, Dong Dan, se disfraza de periodista para asistir a una cena

organizada abiertamente para periodistas. […] Al ver la injusticia social entre el pastel de

bosque negro y el tiburón, él ha tomado la decisión de ir a luchar por esa pobre gente

[…] Los asuntos absurdos que aparecen en todas partes, por otro lado, permiten que los

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lectores piensen que sí existe la posibilidad de que estas cosas ocurran”. The Times Lite-

rary Supplement comenta que se trata de una obra maestra y llena de emoción e ironía.

Entre muchas escritoras chinas que se trasladaron a Canadá, Zhang Ling es la más in-

fluyente. Cuando era joven estudiaba en el Departamento de Lenguas Extranjeras de la

Universidad de Fudan. Luego trabajó como traductora científica en Beijing. Más tarde,

obtuvo un ma en literatura inglesa y una maestría en rehabilitación de audición en Ca-

nadá y los Estados Unidos, respectivamente. Ahora vive en Toronto, Canadá, y trabaja en

una clínica auditiva.

Tiene obras representativas, como Réplica y Golden Mountain Blue, entre otras. Estas

novelas han ganado varias veces algunos de los premios literarios más importantes de

los tres países en los que se mueve la autora. Además, fueron seleccionadas en diferentes

reproducciones y selecciones anuales. El libro Réplica trata de cómo crece una chica que

ha sobrevivido al terremoto de Tangshan de 1976. Acá la autora presta más atención a

describir los sentimientos y pensamientos que el terremoto dejó que a las destrucciones

físicas. Golden Mountain Blue narra la historia de unos trabajadores chinos que a finales

de la dinastía Qing fueron a Canadá a construir ferrocarriles para enriquecerse, repre-

sentando la lucha de cuatro generaciones de una misma familia en un país extranjero.

En general, la visión de las escritoras antiguas fue relativamente estrecha, entonces, su

talento artístico fue reprimido. Las creaciones de mujeres solo existieron secundaria-

mente frente al lugar principal que ocupó la literatura masculina en la tradición antigua.

Desde el siglo xx, las obras femeninas empezaron a ser iguales que las masculinas. Las

autoras empezaron a tener un espacio muy amplio para escribir. Entre las creaciones no

solo existen las que hablan sobre el destino femenino, expresan los sentimientos femeni-

nos o muestran las ideas femeninas, sino también existen las que observan la vida social

y demuestran muy profundamente el progreso histórico. Con un espíritu de igualdad de

género, sus creaciones dan mucha atención al desarrollo saludable de la cultura sexual

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humana. Contra la discriminación de género no se requiere ni la confrontación de géne-

ro ni la guerra entre los hombres y las mujeres, sino que los dos avancen hacia la igualdad

y la armonía. Las autoras se dan cuenta de que ahora existen muchos problemas sociales,

que fueron fuertemente criticadas, pero tienen grandes expectativas sobre el futuro. Se

destaca la creatividad artística en sus obras. Algunas de ellas no solo ocupan un lugar

muy importante en la literatura china contemporánea sino también fuera de China y

tienen un amplio impacto alrededor del mundo. Desde luego, estas obras enriquecen

nuestra vida mental y nutren el corazón de los lectores.

Si ellas continúan escribiendo, sin duda alguna van a cosechar éxitos cada vez mayores.

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La imagen de China en tres piezas de teatro del Siglo de Oro español

西班牙黄金时代三部戏剧中的中国印象

Hugo Hernán Ramírez Sierra (Universidad de los Andes, Colombia)*

Resumen

En esta ponencia se estudiarán tres comedias típicas del Siglo de Oro español en donde China aparece asociada con el exotismo, la predicación cristiana y el libro de viajes. De Lope de Vega se estudiará Angélica en el Catay (1599) en donde un personaje y su contexto se construyen a la sombra de la poesía de Ludovico Ariosto. En la obra Fernán Méndez Pinto (1640) de Antonio Enríquez Gómez se estudiará la manera en que un libro de viajes portugués impreso en 1614 sirvió de base para la elaboración de una comedia.

在报告中,我们研究西班牙黄金时代的三部喜剧,剧中的中国通过异国

情调、基督传教和游记呈现在读者面前。洛佩·德·维加(Lope de Vega)的作

品《契丹的当归》Angélica en el Catay (1599) ,主人公和剧情构成了阿里奥斯

托(Ludovico Ariosto) 诗歌的忧郁。安东尼奥·恩里克·戈麦斯(Antonio Enríquez

Gómez) 的《费尔南·门德斯·平托》Fernán Méndez Pinto (1640),一部1614年印刷

的葡萄牙文游记成为了喜剧作品的创作基础。

* | Estudió literatura en la Universidad Nacional de Colombia; es magíster en Literatura Hispanoamericana del Insti-tuto Caro y Cuervo; tiene un máster en Filología Hispánica en ile-csic (España) y un doctorado en Literatura Hispánica del Colegio de México. Entre el 2008 y el 2010 hizo su investigación posdoctoral en la Eberhard Karls Universität Tü-bingen (Alemania), en donde estudió las tradiciones discursivas de los siglos xvi y xvii. Desde el 2007 es profesor en la Universidad de los Andes (Colombia) y miembro del grupo de investigación Estudios Interdisciplinarios sobre Rena-cimiento y Barroco. Desde el 2015 es director del Departamento de Lenguas y Cultura en la Universidad de los Andes.

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Comienzo con un explícito ejercicio de captatio benevolentiae: no soy experto en China

y menos aún en su literatura, pero conozco sí algo de literatura del Siglo de Oro español

en donde China aparece referida en muchos tipos textuales de la época: novelas y re-

laciones de fiesta, crónicas de viajeros, poemas o comedias áureas. En algunos pasajes,

esos textos tienen a China como referente y seguramente ellos ayudaron a configurar

una imagen española de China que tenía su origen en textos medievales, que se afianzó

gracias a cronistas del siglo xvi y que, me parece, se sedimentó a lo largo del siglo xvii

gracias, por ejemplo, a su presencia en la comedia áurea. Desde esa perspectiva, autores

contemporáneos como Manel Ollé, advierten que la construcción de una imagen española

de China se produjo como un “proceso de sedimentación y de cristalización de una serie de

topoi que circulaban de una obra a otra y de una lengua a otra”1. En ese contexto, la apari-

ción o publicación de cartas de misioneros escritas en español o portugués, las múltiples

ediciones de obras como la Historia de las cosas más notables, ritos y costumbres del

gran reino de la China, de Juan González de Mendoza, o la afición que autores como Lope

de Vega mostraron por lo oriental, sirven de base para advertir no solo la frecuente pre-

sencia de lo chino en la España áurea, sino también y sobre todo la popularidad de esos

topoi. Nótese que fundamento mi argumentación en la difusión de literatura impresa

y que dejo de lado todo lo que tiene que ver, por ejemplo, con los intereses militares de

los que se ocupó José de Acosta o con la actividad comercial desarrollada a través de la

Nueva España, en general, y del puerto de Acapulco, en particular.

Quizá las referencias a China más recordadas son las incluidas por Cervantes en el se-

gundo tomo del Quijote publicado en 1615; en efecto, el éxito del primer volumen del

Quijote (publicado en 1605) se notaba en las sucesivas reimpresiones (al menos nueve

enumera Francisco Rico, su principal editor moderno), en las tempranas traducciones

(inglesa de 1612, francesa de 1614) e incluso en la aparición de un recién publicado

1 | Manel Ollé, La invención de China, Wiesbaden, Otto Harrassowitz, 2000.

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Quijote apócrifo que se imprimió en Tarragona en 1614, firmado por un tal Alonso Fer-

nández de Avellaneda. Cervantes no solo era consciente de la fama que ya tenía su libro,

sino que pronosticaba también que el segundo tomo llegaría aún más lejos y por eso en

la dedicatoria al Conde de Lemos, Cervantes inventa una correspondencia ficticia con el

emperador de China quien le pide que enseñe español en China usando el Quijote. Ha-

blando de la expectativa que ha generado entre los lectores la aparición de un segundo

tomo del Quijote, dice la dedicatoria:

Y el que más ha mostrado desearle ha sido el grande emperador de la China,

pues en lengua chinesca habrá un mes que me escribió una carta con un propio,

pidiéndome o por mejor decir suplicándome se le enviase, porque quería fundar

un colegio donde se leyese la lengua castellana y quería que el libro que se leyese

fuese el de la historia de don Quijote. Juntamente con esto me decía que fuese yo

a ser el rector del tal colegio. Pregúntele al portador si Su Majestad le había dado

para mí alguna ayuda de costa. Respondiome que ni por pienso.

—Pues, hermano —le respondí yo—, vos os podéis volver a vuestra China a las diez

o a las veinte o a las que venís despachado, porque yo no estoy con salud para po-

nerme en tan largo viaje; además que, sobre estar enfermo, estoy muy sin dineros,

y, emperador por emperador y monarca por monarca, en Nápoles tengo al grande

conde de Lemos, que, sin tantos titulillos de colegios ni rectorías, me sustenta, me

ampara y hace más merced que la que yo acierto a desear2.

Por supuesto que la tal correspondencia de Cervantes con el emperador de China es fic-

ticia y también lo son el ofrecimiento de enseñar español en China usando el Quijote o

regentar un colegio en China. Pero lo que sí merece la pena destacar en este escenario es

que para Cervantes en 1615 un sinónimo de tierras lejanas y exóticas es la China, y a la

2 | Miguel de Cervantes, “Dedicatoria”, en Don Quijote de la Mancha. Edición de Francisco Rico, Madrid, Real Acade-mia Española, Asociación de Academias de la Lengua Española, 2004.

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hora de pensar en un hombre poderoso (comparable a su benefactor, el conde de Lemos)

no encuentra mejor ejemplo que el emperador de China. Por otra parte, esta dedicatoria

de Cervantes ha sido interpretada como una posible respuesta al prólogo del Quijote de

Avellaneda, quien se burla de Cervantes por haber citado al Preste Juan de las Indias y al

Emperador de Trapisonda en el “Prólogo” de la primera parte. Cuando Cervantes refiere a

China, a su emperador, al ofrecimiento de leer en China el Quijote y regentar un colegio

en China, lo que hace es invocar en el segundo tomo un admirador todavía más lejano

y exótico que el emperador de Trapisonda, invocado en el primer tomo, de suerte que si

ya era objeto de burla por la alusión a este, le importa poco si sería objeto de burla por

la invocación de una falsa correspondencia escrita en Chino, un ofrecimiento de trabajo

en China, una relación directa de él como escritor con su lector que en este caso es el

emperador de China.

La percepción de China como lejana y exótica ya había aparecido en los sonetos que cierran la

primera parte del Quijote. En efecto, en el epitafio que se pone en la tumba del Quijote, pa-

rodia burlesca de los textos que se ponen en las tumbas de hombres ilustres, puede leerse:

El calvatrueno que adornó a la Mancha

de más despojos que Jasón de Creta;

el jüicio que tuvo la veleta

aguda donde fuera mejor ancha;

el brazo que su fuerza tanto ensancha,

que llegó del Catay hasta Gaeta;

la musa más horrenda y más discreta

que grabó versos en broncínea plancha […]3.

Estos dos cuartetos son buenos ejemplos de las burlas que solía hacer Cervantes a la

falsa erudición: Jasón no era de Creta sino de Tesalia, pero el nuevo topónimo acentúa el

3 | Miguel de Cervantes, Don Quijote, p. 52.

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ripio de los versos que aluden a la cabeza calva de caballero don Quijote, tan despistado

que no solo parecía veleta por su falta de juicio, sino que solo podría ser agudo en donde

contaba con espacios anchos. En la segunda estrofa es clara la comparación de las aven-

turas del Quijote con las del Orlando furioso de Ludovico Ariosto, una obvia exageración

pues sabemos que ninguna aventura del Quijote se desarrolló ni en China ni en Nápoles,

con lo cual la fuerza de su brazo no pudo haber sido tan ancha como para llegar a esas

zonas y menos aún inspirar a quien llama “la musa más horrenda y más discreta” que, en

el contexto de la obra de Ludovico Ariosto, no es otra más que Angélica, celebrada por

varios autores áureos como Angélica de Catay.

Si advertimos que la historia de Angélica en Catay sirve para cerrar el tomo del Quijote

publicado en 1605, la alusión a China o a Catay al comenzar el segundo tomo del

Quijote es ejemplo de la continuidad que Cervantes quiere dar al volumen publicado en

1615. En efecto, además de la ya comentada alusión a la correspondencia con China en la de-

dicatoria al conde de Lemos, el primer capítulo del segundo tomo del Quijote retoma la

historia de Angélica en Catay que, como advierte Cervantes, fue una historia que inspiró

a muchos poetas de su época. Cito en extenso un pasaje del segundo tomo del Quijote

para ilustrar la manera en que Cervantes alude a la fama de esa historia en su contexto

literario. Dice Cervantes:

—Si no fue Roldán más gentilhombre que vuestra merced ha dicho —replicó el

cura—, no fue maravilla que la señora Angélica la Bella le desdeñase y dejase por

la gala, brío y donaire que debía de tener el morillo barbiponiente a quien ella

se entregó; y anduvo discreta de adamar [amar locamente] antes la blandura de

Medoro que la aspereza de Roldán.

—Esa Angélica —respondió don Quijote—, señor cura, fue una doncella destraída,

andariega y algo antojadiza, y tan lleno dejó el mundo de sus impertinencias como

de la fama de su hermosura: despreció mil señores, mil valientes y mil discretos, y

contentóse con un pajecillo barbilucio, sin otra hacienda ni nombre que el que le

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pudo dar de agradecido la amistad que guardó a su amigo. El gran cantor de su

belleza, el famoso Ariosto, por no atreverse o por no querer cantar lo que a esta

señora le sucedió después de su ruin entrego, que no debieron ser cosas demasia-

damente honestas, la dejó donde dijo:

Y cómo del Catay recibió el cetro

quizá otro cantará con mejor plectro.

Y sin duda que esto fue como profecía, que los poetas también se llaman vates,

que quiere decir “adivinos”. Vese esta verdad clara, porque después acá un famoso

poeta andaluz lloró y cantó sus lágrimas, y otro famoso y único poeta castellano

cantó su hermosura.

—Dígame, señor don Quijote —dijo a esta sazón el barbero—, ¿no ha habido algún

poeta que haya hecho alguna sátira a esa señora Angélica, entre tantos como la

han alabado?

—Bien creo yo —respondió don Quijote— que si Sacripante o Roldán fueran poe-

tas, que ya me hubieran jabonado a la doncella, porque es propio y natural de los

poetas desdeñados y no admitidos de sus damas (fingidas, o fingidas en efecto

de aquellos), a quien ellos escogieron por señoras de sus pensamientos, vengarse

con sátiras y libelos, venganza por cierto indigna de pechos generosos; pero hasta

ahora no ha llegado a mi noticia ningún verso infamatorio contra la señora Angé-

lica, que trujo revuelto el mundo4.

En efecto, Angélica, la princesa de Catay, fue objeto del amor de Orlando pero esta

lo desdeñó y prefirió a un “pajecillo barbilucio” llamado Medoro. Orlando, furioso por el

desprecio de la dama, persigue a los amados y estos huyen a China. Entre los poetas del

periodo áureo que contaron esa historia, Cervantes alude implícitamente a Luis Bara-

hona de Soto en sus Lágrimas de Angélica de 1586 y Lope de Vega en su Hermosura de

Angélica de 1602. A la pregunta de si algún poeta ha cantado sátiras respecto de Angélica

4 | Miguel de Cervantes, Don Quijote, p. 1.

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en Catay, si bien la respuesta explícita es que Quijote no conoce “verso infamatorio

contra la señora Angélica”, lo cierto es que Cervantes en el comienzo del pasaje ya había

dejado mal plantada a la princesa de Catay a quien describe como “doncella destraída,

andariega y algo antojadiza”, calificativos que en el contexto del siglo xvii y de esta

historia tenían una clara connotación sexual, como bien lo han señalado las notas que

acompañan la edición del Quijote preparada por Francisco Rico en donde destraída se

usa para calificar a las mozas de la venta; andariega, está ligado al sentido obsceno de

andar o “fornicar” y antojadiza tiene el significado de “liviana” o “deshonesta”.

He querido extenderme en esta introducción para mostrar que hablar de China en la

literatura del Siglo de Oro español no solo fue cada vez menos raro sino que además

podríamos contar incluso con historias como la de Angélica en el Catay que, si bien

llegaban a España a través de la poesía italiana, eran muy conocidas en los albores del

siglo xvii y por tanto eran objeto de amplificaciones, frecuentes referencias e incluso sá-

tiras. Claro, alguien podría contraargumentar que amplificaciones, referencias o sátiras

estaban en realidad dirigidas a la poesía italiana, pero lo que quiero subrayar aquí es

que China aparece como referente exótico, como ámbito remoto pero propicio para el

encuentro amoroso.

Ya recordamos a grandes rasgos la historia de Angélica e incluso sabemos ya que China

y la princesa de Catay sirven de bisagra entre los dos tomos del Quijote, hablaré ahora sí

de la primera comedia que me interesa, Angélica en el Catay escrita por Félix de Lope de

Vega y Carpio. Si bien desde 1599 se tienen referencias a esta comedia, lo cierto es que

solo fue publicada en el tomo octavo de las obras completas de Lope, que fue impreso

en Madrid en 16175.

5 | Una edición crítica de esta comedia está siendo preparada por Marcela Trambaioli como parte de los trabajos del grupo Prolope de la Universidad de Barcelona. La profesora Trambaioli muy generosamente me suministró un pdf con la edición anotada que está preparando, junto con un muy erudito estudio que será publicado en los próximos meses.

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Todo parece indicar que Angélica en el Catay ha sido tenida por la crítica como una

comedia menor, propia de la juventud de Lope de Vega, carente de interés dramático y

quizá importante por la asociación con la poesía de Ariosto6.

Al centrar el análisis en la protagonista, conviene señalar que en el primer acto Car-

lomagno sabe de la rivalidad que hay entre dos de sus caballeros, Reinaldos y Roldán.

Carlomagno pregunta la razón de la pugna y le informan que el origen de la rivalidad

entre los caballeros radica en que están enamorados de Angélica, razón por la cual la

encierra pasando por encima de los sollozos de la princesa de Catay y negándose a es-

cuchar unas súplicas que tienen como base el hecho de que ella no es la culpable de que

ellos se enamoren. Al final del primer acto, Angélica logra escapar de la corte francesa

y aparece vestida de paje, pero descubren su identidad por una elocuente defensa que

hace de su honor.

En el segundo acto Angélica aparece secuestrada por otro enamorado, Sacripante, y

ella al ver su condición llama a Reinaldos, quien entra en combate y ella aprovecha la

distracción de los guerreros para huir por segunda vez. Mientras huye, en medio del

campo de batalla Angélica se topa con un soldado herido llamado Medoro y se enamora

perdidamente de él. Unos pastores le ayudan a Angélica a sacar a Medoro del campo de

batalla, lo esconden, ella lo cura con hierbas y poco después celebran unas bodas en me-

dio de un ambiente pastoril. Roldán entra en escena nuevamente, se entera de la boda

de Angélica y Medoro, los amantes tienen noticias de que el francés los está buscando,

Angélica propone que huyan hacia Catay, Roldán llega enfurecido y arrasa con pasto-

res, campos y aldea. En el tercer acto, mientras Angélica y Medoro se prometen amor

eterno, se encuentran con el enfurecido Roldán y al verse en peligro una sortija mágica

les permite desaparecer mientras Roldán la emprende contra todo lo que encuentra a

6 | Félix Lope de Vega y Carpio (1599). Angélica en el Catay, edición de Marcela Trambaioli (en prensa), p. 10.

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su paso. Al final de la comedia, Angélica y Medoro llegan por fin a Catay en donde son

recibidos en medio de celebraciones y festejos organizados por los súbditos de la prin-

cesa de Catay.

Ahora bien, si hacemos un repaso rápido de las escenas decisivas en donde aparece

Angélica o se describe su tierra, es fácil advertir que el Catay de Lope no dista mucho del

Catay de Cervantes, al menos porque para los dos ese topónimo es solo una alusión exó-

tica, útil para el uno como estrategia narrativa y para el otro como parte de la peripecia

dramática. La primera entrada de Angélica en escena señala:

Brandimarte: Esta es, señor, Angélica la Bella.

Reinaldos: No es más hermoso en el Oriente Apolo.

Roldán: Venus es fea cuando el alba sale,

que no hay lucero que a su luz iguale. 215

Carlos: Dime, ¡mujer para mí mal nacida

entre las hierbas frías de Tesalia!,

¡adelfa vil!, ¡veneno de mi vida!,

¡de España destruición, furia de Italia!,

¿fuiste acaso del bárbaro traída 220

a mi cristiano imperio, a nuestra Galia

para que el moro gane más despojos

que con sus armas con tus bellos ojos?

¿Fue industria de Agramante que tu hechizo

mis paladines como Ulises lleve? 225

Según lo muestran otros personajes de la comedia, en lo bueno y en lo malo, la aparición

de Angélica responde a tópicos: en lo bueno la asocia con Apolo, Venus o un lucero; en

lo malo es como adelfa, es un veneno, un basilisco que mata con la mirada, una bruja.

Cuando ella se presenta, tampoco es que ayude mucho porque igual la referencia a

Catay resulta vacía, salvo quizá por el hecho de que sostiene que por ser de Catay es de

religión musulmana:

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Angélica: […] Yo soy hija de rey y por mí ágora10 240

digna de serlo tuya, y no he venido

con Agramante a ser encantadora,

pues armas y no hechizos he traído.

Es el Catay mi patria, mi ley mora,

y, aunque lo soy, ningún mortal nacido 245

se alabará que amor le tuve o tengo;

hoy afrentarlos por tu lengua vengo.

Al finalizar la comedia, cuando los amantes llegan a Catay, también la descripción de

la provincia China se construye sobre la base de asociaciones con lo exótico, de suerte

que se la relaciona con el río Ganges, la Florida, México, la India. En esa descripción se

destaca un paisaje de torres coronadas por lunas blancas y la alusión a topónimos como

la provincia de Tangut, mencionada en los viajes de Marco Polo, o a la provincia india de

Manglí, topónimos que aparecen en las fuentes geográficas habitualmente usadas por

Lope de Vega para sacar nombres exóticos como son la Nomenclatura de Adriano Junio,

los Theatrum orbis Terrarum o la Synonymia geographyca de Ortelio7. Dice la comedia:

Angélica: Tras tantas varias fortunas,

al Catay, Medoro, llegas; 2685

ya las torres destas vegas

te muestran sus blancas lunas.

Este es el Gange famoso,

que del Paraíso nace,

en cuyas márgenes pace 2690

nuestro ganado abundoso.

Méjico cae hacia allí,

Tangut al setentrïón,

7 | Félix Lope de Vega, edición de Marcela Trambaioli, p. 110.

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estas las dos Indias son,

y aquí en medio está Manglí. 2695

Está la China a esta mano,

la Florida a aquella punta,

llámase el mar que las junta

Occidental Océano.

De todo aquesto que ves 2700

y deste alma eres señor.

Algo similar ocurre con los habitantes de Catay que reciben a los enamorados y que

son presentados en la comedia como indios con atuendos de plumajes que reciben a su

nuevo rey, Medoro.

Angélica: Ya el bello escuadrón se ve.

Medoro: Hombres, niños y mujeres

te salen a recebir. 2725

Angélica: Sus cantares has de oír

como rey, que su rey eres.

Medoro: ¡Bizarros los indios son!

¡Bravos vienen de vestidos,

de más plumas guarnecidos 2730

que el más vistoso pavón!

Unas andas veo allí.

Angélica: Así llevan a sus reyes

cuando entran o les dan leyes;

esas serán para ti. 2735

Salga toda la compañía de indios muy bien aderezados, con unas andas en que

puedan ir dos personas, y los músicos digan

Músicos: Pues que ya nos trujo a ver

nuestros reyes la Fortuna,

escóndase el sol y luna,

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que no serán menester. Allá en el celeste coro 2740

los podremos ver después,

que en la tierra es sol Medoro

y luna Angélica es,

y, pues los podemos ver

tras tanta nube importuna, 2745

escóndase el sol y luna, que ya no son menester.

[Vanse los músicos]

Si algún valor tiene esta comedia quizá es el hecho de que en ella se reúnen casi todos

los motivos con que aparecen los personajes femeninos en la comedia áurea pero aso-

ciados a una princesa china: la belleza de una dama que enloquece a varios caballeros, la

retórica femenina del llanto, la mujer vestida de hombre, la defensa del honor femenino,

el amor a primera vista, el matrimonio en un ámbito pastoril, la persecución por razón

de amor, la sortija mágica, la venganza del despechado y el baile final. Al ser una obra

que básicamente vuelve sobre tópicos sin mayor innovación, se entiende porqué la crí-

tica no suele reparar en ella. Para nosotros, sin embargo, en el contexto de un estudio

sobre la evolución de la imagen de China en la comedia áurea, Angélica en el Catay es

un primer ejemplo interesante precisamente porque no se asocia al conocimiento que

ya en la época se tiene de China, sino que obedece más a tópicos áureos. Así, a estas

alturas, podríamos preguntar: ¿Qué es China en Angélica en el Catay? Y la respuesta es

sencilla: China es simplemente un lugar lejano que sirve muy bien para ser asociado a

una belleza extraña que perturba a los caballeros, China es un referente que le permite

a un poeta joven, como era el Lope de ese periodo, exhibir el conocimiento que tiene de

referentes poéticos ariostescos y, en el mejor de los casos, China es la oportunidad para

desplegar un arsenal de versificaciones que incluye 1128 redondillas, 655 quintilla, casi

cien sonetos, etc.

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Me ocupo enseguida de una comedia titulada Fernán Méndez Pinto. Esta comedia apare-

ció en el segundo tomo de las obras completas de Antonio Enríquez Gómez que lleva por

título La torre de Babilonia, que se imprimió en Madrid en 1670. La comedia en principio

fue atribuida a Lope de Vega y Carpio, en parte porque entre las páginas 345 y 418 de La

torre de Babilonia aparece un inserto que dice “Fernán Méndez Pinto comedia famosa

primera parte de Lope de Vega Carpio”. El problema de la autoría es bien interesante por-

que trae a cuento varios matices sobre la producción de teatro en el siglo xvii8. Enumero

algunos de ellos: (1) Atribuir obras a Lope de Vega era una práctica relativamente común

en el siglo xvii y se hacía en buena medida porque esto garantizaba que la obra iba a ser

mejor acogida por el público y, en general, el comediante podría sacar más provecho

económico a la hora de ofrecérsela a un director que la llevara a escena. (2) La identidad

de Antonio Enríquez Gómez no se ha definido y hay quien considera que en realidad se

llamaba Fernando de Zárate quien se debió cambiar el nombre a raíz de un juicio que le

hicieron en la inquisición por una comedia. (3) La familia de Antonio Enríquez Gómez

era judío-portuguesa y eso obviamente era una piedra en el zapato para moverse con

comodidad en un mundo de supuestos cristianos viejos como era el de los teatreros

españoles. Más allá del problema de la atribución hay al menos dos cosas ciertas: (1)

Antonio Enríquez Gómez vivió durante la misma época que Pedro Calderón de la Barca

y quizá, por eso mismo, quedó un poco a su sombra y se le ha considerado siempre un

autor menor. (2) En un libro titulado Sansón nazareno (impreso en Ruan-Francia en

1656), Enríquez Gómez hace una lista de sus comedias y en esa lista incluye la obra que

nos interesa, Fernán Méndez Pinto. Además se ha encontrado un manuscrito firmado y

ese hallazgo quizá cancela la discusión sobre la autoría9.

8 | Sigo acá el muy interesante artículo de Luisa Trías Folch, “La traducción española de Peregrinação y la comedia española Fernán Méndez Pinto”, en Literatura portuguesa y literatura española: influencia y relaciones, ed. María Rosa Álvarez Sellers, Valencia, Universitat de Valencia, 1999.

9 | El manuscrito está disponible en http://www.memoriademadrid.es/buscador.php?accion=VerFicha&id=27296, consultado el 27 de marzo del 2015.

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Ahora bien, ¿de dónde viene el interés de la comedia titulada Fernán Méndez Pinto en el

contexto de un estudio sobre la evolución de la imagen de China en el teatro del Siglo

de Oro español? La respuesta es que el interés no surge en la comedia misma por cuanto

la comedia lo que hace en realidad es refundir y llevar a escena un relato de viajes muy

anterior. En efecto, en Lisboa, en 1614, el taller del impresor holandés Pedro Crasbeeck

publicó un volumen titulado Peregrinaçam de Fernam Mendez Pinto, en que da conta de

muytas e muyto estranhas cousas que vio & ouuio no reyno da China […], obra del via-

jero portugués Fernando Méndez Pinto. La fama de ese volumen puede estudiarse, por

ejemplo, en las reediciones de 1620, 1627, 1645 o en las traducciones. De estas últimas

conocemos la edición española publicada en Madrid por Melchor Sánchez en 1664 y la

edición inglesa publicada en Londres en 1653 por J. Macock, Henry Cripps y Lodowick

Lloyd y reditada en 1663, 1692. Además de las ediciones modernas, el libro de las Pere-

grinaciones de Méndez Pinto ha dado pie a estudios sobre la peregrinación como tipo

discursivo, sobre su contribución a la literatura de viajes, hay quien lo ha puesto como

precursor de los exotismos durante el siglo xvi o como sátira de las cruzadas.

Si bien el título “Peregrinaciones” tiene un dejo religioso, en realidad se trata de un li-

bro de aventuras que, por ejemplo, solo en lo que tiene que ver con China, habla de un

naufragio, un periodo de prisión en Pekín, la vinculación con un ejército llamado de los

manchúes e incluso de la cercanía del autor con San Francisco Javier en el periodo de

predicación en Oriente. A lo que voy es a que cuando un dramaturgo del Siglo de Oro

español leía las “peregrinaciones” de Fernán Méndez Pinto por China, encontraba allí mu-

cho material de eso que más arriba llamé tópicos, que a corto plazo serían muy útiles para

llevar a escena en una comedia en donde uno de los asuntos clave que entraba en juego

eran los vaivenes de la fortuna y las aventuras de un peninsular en un mundo exótico.

Exotismo, aventura, honor; los ingredientes estaban puestos para hacer una comedia

que arranca cuando el viajero Fernán Méndez Pinto narra sus aventuras en Japón ante el

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rey de China, su cercanía con los tártaros, los conflictos a los que llega por el amor de

una dama. Tras escuchar a Méndez Pinto, y convencido del heroísmo del portugués, el

rey de China lo hace su guardián, con tan mala suerte que recién asume el cargo matan

al rey de China en una trampa urdida entre el rey de Tartaria y una infanta extranjera

llamada Pantalisa. Méndez Pinto es acusado del asesinato y sin éxito intenta defender

su honor. El rey de Tartaria, ante la duda lo declara inocente y cuando Méndez cree que

ha salido del problema, la infanta Pantalisa le propone que, para defender el honor de la

muchacha y vengar la muerte de su padre, Méndez Pinto debe matar al rey de Tartaria.

Méndez Pinto se niega y como premio el rey de Tartaria lo hace gobernador. En la segun-

da parte el gran can de China y su canciller, por envidia y celos, urden una trampa contra

Méndez Pinto, lo acusan de asesinato y traición. Este se libra, demuestra su inocencia y

pide volver a su patria con lo que termina la comedia. Hasta ahí un resumen de la trama

de la comedia.

Si al hablar de Angélica en el Catay todo giraba en torno a los temas propios de los trián-

gulos amorosos, al hablar de Fernán Méndez Pinto todo girará en torno a los temas del

honor y la honra: traiciones, confabulaciones, trampas, ambición de poder, asesinatos,

juicios, favores, celos. Todos son temas universales tratados por el teatro del Siglo de Oro

pero puestos por el comediógrafo en el ámbito de la China del siglo xvi.

El héroe de la comedia es presentado primero como un valeroso caballero que sabrá muy

bien acompañar y cuidar del rey de China como se nota en el pasaje que dice:

Rey de China: De tu peregrina historia

Con razón quedo admirado,

Y pues el cielo sagrado

De ti ha tenido memoria,

Y por medio de la infanta

Quiso darte este favor;

Porque vea que mi amor

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A quererla se adelanta,

Hoy de mi guarda has de ser,

Que un hombre que se ha librado

De todo lo que has contado,

Muy bien puede defender

A mi persona real

En oficio tan honroso.

Pinto: Dame, monarca famoso,

Los pies, que si desigual

La fortuna se ha mostrado,

Hoy con tan alto favor

Dar a fin a su rigor.

Infanta: El cargo es bien empleado

Que a lástima me ha movido

Su persona.

Tituliana, dama: y más a mí

Que me ha llevado tras sí

El alma por el oído.

Nótese que en el pasaje el autor de la comedia logra poner en escena motivos claves de

la comedia áurea pero de una forma mucho más elaborada a como veíamos en Angélica

en el Catay. Acá el rey que toma decisiones aparece en escena y no es simplemente un

español trasplantado a un ámbito exótico, nótese también que estas decisiones son

saludadas por el vasallo que da por cerrado su ciclo de mala fortuna al llegar al servicio

del rey de China (aunque sabemos que esto es solo una calma transitoria) y nótese fi-

nalmente que los personajes femeninos ponen al protagonista en medio de suspicacias

con un sesgo amoroso que se enfatiza unas líneas más adelante cuando el protagonista se

presenta como galán que en China es capaz de transformarse en escena o acomodarse a

las necesidades de un nuevo ambiente para la aventura amorosa:

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Tituliana: Y dime, ¿tienen amor

A las damas extranjeras?

Duarte: Aman en burlas, y en veras,

Por no desechar favor:

Esta sin duda ha trocado

Lo chino en lo portugués.

Tituliana: Muy galán tu dueño es.

Duarte: Viene ahora mal tratado,

En vistiéndose veras

Maravillas en su talle.

Tituliana: A solas pretendo hablarle.

Duarte: Muy discretamente harás.

Tituliana: Toma estos rayos del sol,

Que tienes gracia en hablar.

Dale una sortija.

Duarte: Y tú la tienes en dar

Tituliana: Gracia tiene el Español.

El pasaje nos pone a la dama china en diálogo con un gracioso llamado Duarte que

acompaña todo el tiempo a Méndez Pinto y que tiene como función dramática servir

de mediador entre el mundo serio de los envites de la dama y el mundo cómico de la

necesidad de transformación en escena que seguramente tiene Méndez Pinto.

Como parte decisiva de la aventura de Méndez Pinto en la corte de China, el rey de Tarta-

ria, en asocio con un personaje llamado Elerio, planean la muerte de China en una larga

escena en la que se ponen de manifiesto varios problemas interesantes para el teatro

áureo: desde el punto de vista ideológico la comedia plantea el tema del vasallo infiel,

desde el punto de vista del texto llevado a escena la comparación de manuscrito e im-

preso muestra las variantes del texto teatral áureo, desde el punto de vista espectacular

se plantea el problema de la representación de la muerte en escena de un rey y desde

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el punto de vista de la función de los personajes llama la atención la manera en que el

gracioso enfatiza los cambios de fortuna del protagonista. Veamos rápidamente algunos

pasajes de la escena primero para ver el tema de la conjura contra el rey de China:

Rey de Tartaria: […] Yo juntaré la China con mi imperio,

Pues soy deidad a quien el sol presenta,

Por joya, o por lisonja, cuanto baña

Del oriente, y poniente la campaña.

Elerio: Repara, gran señor, que no es consejo

Justo para tu reino el ausentarse,

Que eres de Tartaria sol y espejo,

¿Cómo podrán sufrir el eclipsarte?

A ese rey de la China, loco, y viejo,

Castiga con la túnica de Marte,

Pon el arco a la flecha, y ciñe luego

El corbo alfanje, o la región del fuego […]

Ahora el pasaje en donde Méndez Pinto justifica su intervención en la pelea que traerá

como consecuencia la muerte del rey:

Pinto: Pues el rey me da licencia

Respondo como vasallo:

La causa yo no la sé,

Pero viendo al rey airado,

Tu atrevido, el reino en voces,

Turbado todo el palacio,

Alborotada la guarda,

Señal es que has enojado

A la corona del sol.

No me toca examinarlo,

El responderte me toca,

Y el prenderte aqueste rayo

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Corbo alfanje que tú dices,

Que causó al orbe desmayos

Es bueno para salir

Bizarramente a caballo

Por la ciudad de Pequín

De mil chinos rodeado,

Allí te asienta muy bien

Que eres galán, y bizarro […]

Terminamos con la muerte del can de China en escena, el dinamismo implícito en la

huida de la escena del crimen y, lo más interesante, el juego cómico del gracioso que

ante la evidencia de que su buena fortuna se está acabando plantea una progresión

mala, muy mala:

Can: ¿A mí, villano, te atreves?

Sacan espadas y Pinto da muerte al león

Pinto: Dadle la muerte, soldados,

Muere a mis manos, traidor.

Can: Muerto soy.

Duarte: Aquí acabamos.

[Dentro] Nobles chinos, al Gran Can ha muerto.

Duarte: Malo, muy malo.

[Dentro] Muera el Español.

Duarte: Peor.

Sale Pinto huyendo y Tituliana tras él.

Como nota final sobre esta comedia podría decirse que si comparamos el manuscrito con

el impreso podemos advertir con facilidad que el texto ha sido intervenido en uno de los

momentos decisivos de la obra y que esa intervención se da tanto en el nivel de las didas-

calias como en el nivel de la manera de enunciar el personaje que entra o sale de escena.

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La última comedia de la que quiero ocuparme brevemente es la Comedia de san Francis-

co Javier. El sol en Oriente, obra del jesuita Diego Calleja, que se imprimió hacia 1691. Hay

dos asuntos por los cuales esta comedia puede despertar cierto interés entre los espe-

cialistas: en primer lugar se trata de uno de los ejemplos más destacados del llamado

teatro “javeriano” o teatro del periodo áureo que tuvo como protagonista la vida y las

aventuras de san Francisco Javier; un teatro hagiográfico desarrollado desde el siglo xvi

pero que floreció, en particular, con ocasión del centenario de la Compañía de Jesús, la

beatificación y la canonización del santo. Según Ignacio Arellano, en un muy reciente es-

tudio, esta es “la comedia javeriana mejor estructurada dramáticamente y la más compleja

en efectos escenográficos, con una trama que teje tres hilos principales, amoroso, político

y religioso, todos ellos serios o de entidad lírica —en la trama amorosa— y doctrinal —en

la religiosa—. El contraste cómico lo proporcionan Chambina y Pequín, concebidos sobre

el modelo de la comedia nueva (pareja de criado gracioso y criada graciosa que suelen

enfrentarse en peleas risibles)”10. Por otra parte, en el contexto de un trabajo sobre China

en el teatro del Siglo de Oro, el interés de esta comedia radica básicamente en que el

cómico se llama precisamente “Pequín” y él será el encargado de describir, por ejemplo,

a san Francisco Javier usando una serie de juegos de palabras que entiende el público

del teatro áureo por el conocimiento que tiene de las referencias hagiográficas. Adi-

cionalmente, China aparece asociada a otras naciones enunciadas en las acotaciones

escénicas como genios que aparecen entre nubes, así, por ejemplo, una acotación seña-

la: “En cuatro nubes, que incluyan cada una su trono, bajarán en vuelo arrebatado los

cuatro Genios, vestidos del traje que corresponde a cada uno, quedándose en ala sobre

la cabeza del Santo. Traerán instrumentos músicos” y esta acotación es seguida por un

diálogo que dice:

10 | Diego Calleja (1691), Comedia de san Francisco Javier. El sol en Oriente, edición de Ignacio Arellano, Madrid, Iberoamericana, 2006, p. 13.

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Los cuatro genios: Obedientes

los Genios de los idiomas,

Francisco, a tu ruego tienes.

Genio India: Habla.

Genio China: Exhorta.

Genio Japón: Di.

Genio Portug.: Predica.

Los cuatro genios: Verás, que a un tiempo te entienden

hablando en solo tu idioma…

Genio India: Indios.

Genio China: Chinas.

Genio Japón: Japonés.

Genio Portug.: Portugueses.

Los cuatro genios: Indios, chinas, japonés, portugueses.

Genio India: Habla, y al indio, que solo

bozalidades aprende,

haré que tus elegancias

suenen a voces, cuando a rudezas suenen.

Genio China: Exhorta al chino, que afecta

ser retórico en ser breve,

y haré que aun en tu silencio

perciba frases de inteligible especie. […]11.

Y en otros momentos se reconstruyen diálogos entre el santo y el genio llamado China,

diálogos que si bien podrían contribuir en la construcción de la verosimilitud de la obra

llevada a escena, no por eso seguramente dejarían de tener algún efecto cómico en el

público español del periodo áureo, como consecuencia de la transcripción de los sonidos

de la lengua hablada por los interlocutores del santo que son chinos a quien este está

predicando. Veamos el siguiente pasaje que podría ilustrar el asunto:

11 | Diego Calleja, Comedia de san Francisco, versos 1093-1107.

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San Francisco Javier: Este el criador absoluto

de cuanto miras y entiendes.

Genio China: Zu xuen nem zao chu

so lan ulh nim che.

Maluco: Bien, en expresado china,

le oigo que decirnos quiere:

[El santo y los Genios cantando]

este el criador absoluto

de cuanto miras y entiendes12.

La imagen de China en el teatro del Siglo de Oro, o en general en la literatura española

del periodo áureo, no es estática sino que evoluciona de conformidad con la mayor

cantidad de información que sobre China va circulando entre los lectores. Al comenzar

el siglo tenemos una China que no llega por fuentes directas y que básicamente no se

explora más allá del tópico de la poesía italiana, a mediados del siglo los relatos de viaje-

ros y sus adaptaciones escénicas completan esa imagen y ponen en China los conflictos

propios de las cortes europeas, al final del siglo xvii, por una parte, el gracioso Pequín, en el

contexto de la predicación de san Francisco Javier, suprime por completo las alusiones

a lo exótico y es un gracioso con todos los atributos de los personajes de su género

(cumple una función claramente cómica no exenta de lo que hoy llamaríamos aclara-

ciones ideológicas), y también, por otra parte, China es escenario para la predicación

cristiana, de la misma manera que otras naciones ya lo habían sido, con lo cual China

aparece casi que incorporada a la misión que ideológicamente cumplía España en la

predicación de la fe.

12 | Diego Calleja, Comedia de san Francisco, versos 1134-1141.

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Bibliografía

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damentos que justifican la guerra contra China”. Obras del Padre José de Acosta. Madrid: bae,

1954.

Arellano, Ignacio, “La risa en las comedias jesuíticas sobre San Francisco Javier” en São Fran-

cisco Xavier. Porto: Centro Interuniversitario de Historia da Espiritualidades, 2007, pp. 7-26.

Calleja, Diego (1691), Comedia de san Francisco Javier. El sol en Oriente. Edición de Ignacio

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La imagen del negro, un aliado en la lucha ideológica de la República Popular China

在新中国,黑人是意识形态斗争的同盟军

Ma Zhenghong (Universidad del Valle, Colombia)*

Resumen

La presencia del “esclavo negro”, una figura curiosa en la literatura china desde la dinastía Tang. El suspiro del esclavo negro, de 1907, se considera la primera creación de teatro dramático; la imagen del negro se convierte en un aliado en la lucha ideológica de la República Popular China, que despierta la conciencia del pueblo frente la invasión extranjera, la lucha de clases y la liberación nacional.

“黑奴”在中国唐代文学中是一个新词汇。《黑奴吁天录》 El suspiro del

esclavo negro (1907) 是第一部戏剧。新中国成立后,黑人成为意识形态斗

争的同盟军,这唤醒了中国人民在西方侵略、阶级斗争和民族解放中的民

族意识。

* | Directora y pedagoga teatral, profesora titular del Departamento de Artes Escénicas de la Universidad del Valle, Cali. Egresada de la Academia Teatral Rusa (Gitis). Magíster y doctora de la Universidad de Valencia, España. Direc-tora del Laboratorio Escénico Univalle; ha dirigido, entre otras obras, La Gaviota, de Chéjov; El doble, de Dostoyevski; El canal del barba de dragón, de Lao She; El astrólogo fingido, de Calderón y El coloquio de los perros, de Cervantes.

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Mo Le y El esclavo de Kunlun

En la literatura clásica china, desde la dinastía Tang (618-907), surgió un género literario

muy particular llamado la novela Wuxia, de “caballeros de las artes marciales” o “héroes

de las artes marciales”. Wuxia se compone de dos caracteres: 武( wǔ ) significa todo

lo relacionado con artes marciales, guerra o el ejército;侠 (xiá ) se suele traducir como

“caballería”; sus aspectos están arraigados en el entorno social y cultural de la antigua

China. Xia es también un tipo de héroe, hombre de espada, aventurero, soldado de for-

tuna, guerrero o caballero errante. A diferencia del caballero medieval europeo, Xia podía

provenir tanto de orígenes nobles como humildes.

La novela Wuxia cuenta con la época antigua china como ambiente histórico de fondo,

donde surgen grandes héroes en la lucha por el cambio político de las dinastías, y en las

guerras contra los invasores bárbaros; también en las disputas entre diferentes escuelas

de artes marciales. La característica cultural de la novela Wuxia resalta el espíritu de ar-

tes marciales, que incluyen conocimientos sobre la medicina tradicional china, el estudio

del budismo y los taoístas, así como secretos de magia y los oráculos. “El Xia, aunque co-

múnmente se les veía buscando aventuras, no siempre se trataba de búsquedas para su

beneficio. Podían ser contratados para resolver conflictos con las armas y eran movidos

por un sentido de justicia y honor. El Xia es un inconformista que lucha por la justicia. Su

espada es inviolable y su reputación es más importante que su vida; es un maestro de las

artes marciales que no duda en utilizarlas para defender sus creencias”1.

En la dinastía Tang hubo cinco novelas Wuxia que se consideraron obras ejemplares de

dicho género literario. Curiosamente, hubo un caballero de artes marciales extranjero, un

esclavo, con tez oscura. La novela se llama El esclavo de Kunlun《昆仑奴》. Su autor

1 | Disponible en http://es.wikipedia.org/wiki/Wuxia, consultado el 10 de febrero del 2015.

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es Pei Xing (裴铏), aunque no tenemos fechas exactas de su nacimiento y fallecimiento,

vivió entre los años 830 y 878, y fue funcionario imperial en la corte de Xuan Zong y

Yi Zong.

El esclavo de Kunlun se considera una leyenda de la dinastía Tang y se publicó en la

edición de una gran colección de cuentos de la dinastía Sun, en el año 978, bajo el título

Extensos registros de la época pacífica《太平广记》. Kunlun es la definición territorial

de la península de la India y los archipiélagos del sur del mar de China, también se llama

a los emigrantes de este territorio Kunlun, quienes tienen el color de la piel oscuro; tam-

bién se llama así a los esclavos negros.

El esclavo de Kunlun cuenta la historia de amor entre un joven estudiante, Cui Sheng

y una cortesana (o ramera de calidad), Hong Xiao, cuyo nombre significa seda roja. Cui

Sheng reemplaza a su padre en la visita a un amigo enfermo, quien es funcionario del

emperador. Por casualidad encuentra a Hong Xiao, una cantante, quien se desempeña

como cortesana en la casa del funcionario. Los jóvenes se enamoran a primera vista y

después del “flechazo”, Cui Sheng cae enfermo. Para curar las penas de amor, el esclavo

negro llamado Mo Le, decide colaborarle a su joven amo y, a media noche, llega a la casa

del funcionario imperial. Mo Le elimina a todos los perros vigilantes en pocos minutos

con un martillo con cadena, una especie de arma de las artes marciales y después carga

a Cui Sheng sobre sus espaldas; salta varios muros de la casa y permite que el joven se

reencuentre con su amada. Al final de la cita, los jóvenes deciden unirse para siempre y,

otra vez, Mo Le carga a los dos enamorados, saltando todos los muros, y retornando a

la casa del joven.

Unos meses después, pensando que ya está más tranquilo el ambiente, la joven Hong

Xiao, sale de casa para dar un paseo en la calle, pero es descubierta por los espías del

funcionario, quien amenaza al joven estudiante y adicionalmente tiene la intención de

capturar al esclavo Mo Le y castigarlo. Una noche, los guardias imperiales entran

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secretamente a la casa donde se aloja Mo Le, pero él logra escapar de la persecución,

como un ser misterioso y vuela hacia su libertad. De repente, nadie vuelve a saber dónde

está el fiel servidor, Mo Le.

La novela describe la agilidad del esclavo negro comparándolo con la suavidad de un

pájaro emplumado, poseedor del impulso de un águila valiente. Las flechas con las que

los guardias lanzaron nunca alcanzaron al fugitivo2.

Mo Le quizás es la primera imagen de un esclavo extranjero de tez negra, que ha sido

registrada en la literatura clásica china; se le considera como una figura de caballero de

las artes marciales. En el género de novela Xia, se crearon personajes de caballeros con el

adiestramiento extremo en las artes marciales, capaces de volar y de ser casi inmortales.

Por lo tanto, Mo Le, y su simpático carácter, sedujeron a muchos literatos desde tiempos

remotos, convirtiéndose en una figura atractiva y legendaria para las nuevas creaciones.

En la dinastía Ming, el dramaturgo Liang Chenyu(梁辰鱼)(1521~1594), escribió

una ópera china denominada Hong Xiao, una adaptación de dicha novela, colocando el

nombre de la protagonista como título del drama. Otro dramaturgo, Mei Dingzuo (梅鼎

祚)3, también compuso otra ópera china con el título de El esclavo de Kunlun.

Actualmente, en China y en Asia, Mo Le, de El esclavo de Kunlun, es el héroe extranjero

más popular de los combatientes en artes marciales, y la novela ha sido adaptada a

diferentes expresiones artísticas como la ópera china, telenovelas, novelas en línea

y juegos digitales.

El historiador chino Ge Chengyong, considera que los esclavos negros de la literatura

Tang son grandes guerreros de las artes marciales, que poseen la capacidad de volar, son

2 | Pei Xing, El esclavo de Kunlun, disponible en http://qinghonghua.blog.163.com/blog/static/3563942006425021500/【唐人傳奇】裴鉶《昆仑奴》.

3 | Mei Dingzuo, El esclavo de Kunlun, disponible en http://wenku.baidu.com/view/bb1aad5f804d2b160b4ec036?-fr=prin.

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excelentes marineros con gran dominio en las aguas profundas capaces de rescatar las

pertenencias de los amos y subir al mástil más alto de los barcos. Aunque el historiador

considera que en la dinastía Tang no llegaron esclavos de África.

El suspiro del esclavo negro y el nacimiento del teatro dramático en China

Desde la dinastía Tang hasta el último día del último imperio Qing transcurrieron 1294

años. Después de más de un milenio, el esclavo negro, como figura curiosa, otra vez ha

despertado el interés de los chinos.

Las Guerras del Opio trajeron consigo la derrota militar del último imperio Qing en 1860

y convirtieron a China en una nación que se mantenía entre el atraso propio del régimen

feudal y un incipiente capitalismo que incursionaba en las ciudades costeras de la mano

de los países occidentales invasores. La sociedad china se vio obligada a plantearse una

serie de reformas y a adoptar los principios capitalistas de Occidente para intentar salvar

el destino de la nación. En los años sesenta, el gobierno propició el desarrollo del movi-

miento Yang Wu, que se prolongó hasta los años noventa y que tiene como propósito el

fortalecimiento de la industria nacional y la modernización de las fuerzas armadas con

la incorporación de tecnología occidental.

El proceso de reconstrucción nacional consideró como único camino posible el fortaleci-

miento de la formación científica y tecnológica y durante la segunda mitad del siglo xix,

cientos de estudiantes viajaron a estudiar al extranjero; primordialmente al Japón, país

donde las reformas políticas y económicas gozaban de un resonado éxito. A finales del

siglo xix, los abanderados del discurso reformista empezaron a incentivar la difusión de ideas

que promovían la civilización occidental y reivindicaban el sistema democrático con el

objetivo de debilitar y poner punto final a la dinastía de los manchúes. Los estudiantes

chinos radicados en Japón eran considerados como el motor que impulsaba esas reformas;

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conformaban diversas organizaciones políticas y editaban revistas que promovían las

ideas progresistas. Estos jóvenes entusiastas también entraron en contacto con las nue-

vas tendencias de la literatura occidental y encontraron en el teatro dramático un

vehículo eficaz para transmitir las ideas reformistas en China.

En Tokio, en el año 1907, los estudiantes chinos organizaron un grupo teatral denomi-

nado El sauce de primavera (春柳社), que presentó El suspiro del esclavo negro, una

adaptación de la novela La cabaña del tío Tom (Uncle Tom’s Cabin), de Harriet Beecher

Stowe, publicada en 1852.

En marzo de 1907, en Tokio, Ceng Xiaogu (曾孝谷), estudiante chino de Sichuan, leyó

el libro La cabaña del tío Tom; conmovido por la novela, consideró que la novela era muy

apropiada para despertar el espíritu independentista nacional para los chinos y se puso

en contacto con su compañero de estudio Li Shutong (李叔同), con quien decidieron

realizar una adaptación para teatro. Después de dos meses de ensayo, el 1.º de junio, en

Tokio, en el teatro Benxiangzuo, se estrenó la obra El suspiro del esclavo negro (黑奴吁

天录) en cinco actos; los actores fueron: Li Shutong, Ceng Xiaogu, Xie Kangbai (谢抗

白), Wu Wozun (吴我尊) y Ouyang Yuqian (欧阳予倩).

La adaptación es muy diferente a la novela, donde se resalta a un tío Tom cristiano con

mucha fe. En la adaptación, los estudiantes chinos modificaron el final y Tom mata a su

amo y huye buscando su libertad.

Cincuenta años después, Ouyan Yuqian, el actor principal de dicho montaje, quien du-

rante los primeros años de la República Popular China fue el director general del Teatro

Nacional de Beijing, en el artículo “El sauce de primavera”4 de sus memorias, una vez

4 | 《回忆春柳》,《欧阳予倩戏剧论文集》,上海文艺出版社,1984,上海,第142-174页。《Re-miniscing about the spring willow society》,《An anthology of essays on drama by Ouyang Yuqian 》. Shanghái, Editorial Shanghai Wen Yi, 1984, pp. 142-174.

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más resaltó el espíritu patriótico del montaje. El gran propósito del montaje fue, a través

del tema de la novela, realizar un llamado a los chinos, despertándolos para luchar por

la libertad, igualdad e independencia de la patria. El suspiro del esclavo negro, de 1907,

se considera la primera creación de teatro dramático, pese a que fue una adaptación.

El éxito de la puesta en escena de El suspiro del esclavo negro animó a los jóvenes a re-

presentarla en China, donde tuvo una gran resonancia y provocó la formación de otros

colectivos que emularon el camino de El sauce de primavera. Los expertos coinciden en

considerar que este montaje es fundacional del teatro dramático en China.

También se estrenó en Shanghái en 1907, con el grupo teatral El sol primaveral (春阳社),

el actor principal fue Wang Zhongsheng (王钟声), junto con los estudiantes del colegio

Tongjian, el cual solamente funcionó seis meses con un programa de formación teatral.

El momento más memorable del montaje es la última confrontación de Tom ante su

amo. Cuando el terrateniente interroga a Tom por la huida de las esclavas Lucy e Imery,

Tom niega obedecerle:

Tom: Antes, siempre creía que toda la gente se conmovía por la benevolencia, pero

ahora entiendo que los terratenientes americanos no son capaces de ser conmovi-

dos. Tú nos esclavizas, nos masacras. Ahora no podemos arreglar esta deuda, pero

vendrá un día que saldaremos esta cuenta.

El terrateniente: Tú, ¿qué vas a saldar la cuenta? Te quemaré ahora.

Tom: ¿Crees que desaparecerá la deuda si me matas? Nunca, nunca se quemará y

nunca se destruirá. Porque esta deuda, la que está sellada dentro del corazón de

los sufridos no será aniquilada por ti, jamás.

De El suspiro del esclavo negro solamente se presentaron dos funciones en Tokio, pero

su significado fue trascendental; se creó un modelo de teatro para China en correspon-

dencia con las necesidades de la nueva época: un teatro dramático con interés en los

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temas de los sentimientos vivos de la vida real, con una forma ágil y dinámica que le

transmitiera al público el contenido de la obra y que directamente expresara los pensa-

mientos del personaje a través de los diálogos. Por eso, en chino se escribe esta manera

de hacer teatro como Hua Ju, que significa el drama de palabras.

En el 2007 se cumplieron apenas cien años de la llegada del teatro dramático a China,

es un arte occidental de reciente implantación, pero desde aquel primer momento no se

consideró “como la flor del arte de la contemplación, tampoco como un objeto más en el

santuario de las musas para que el pueblo viniera a adorarlo”5. Al teatro dramático en

China tradicionalmente se le ha encargado una misión política y social para la transmi-

sión de nuevos pensamientos y de aspectos vanguardistas de la cultura occidental, así

como para despertar la conciencia del pueblo en la lucha contra la invasión extranjera,

la lucha de clases, la liberación nacional y la felicidad del pueblo. Como decía Shi Weijian,

director del Teatro Central Experimental de Beijing: “El teatro dramático chino nació en

el fuego de las revoluciones y creció en el humo de la pólvora de las guerras, las grandes

agitaciones sociales y reformas que han influido profundamente, en estos cien años, en

que ha alcanzado su madurez”6.

El odio del esclavo negro ante la ruptura con la Unión Soviética

La nueva República Popular China se funda en 1949, con grandes semejanzas con el

modelo del Estado soviético; esta influencia también llega al medio teatral y se intro-

duce la dramaturgia y la estética propias del repertorio de los bolcheviques, invitando a

5 | Wang Yusheng, “Reflexiones de los cien años del teatro dramático”, Revista del Teatro Nacional de Arte Dramá-tico de Beijing, núm. 2 (2006), Beijing, China. Disponible en http://www.bjry.com/main.asp?Url=Publication/content.asp?publicationId=329, consultado el 10 de octubre del 2008. [Traducción propia].

6 | 葛一虹,中国话剧通史,文化艺术出版社,北京,1990. 第9页. Ge Yihong, “Anexo del estatuto general y la declaración del Grupo Teatral de Pueblo de Shanghái”, en Historia general del teatro dramático chino, Editorial Cultura y Arte, Beijing, 1990, p. 9. [Traducción propia].

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directores enviados por Moscú para dictar talleres e instruir a los profesionales chinos

en el sistema de Stanislavski.

En 1961, la ruptura con la Unión Soviética provoca la partida de los asesores soviéticos y

los artistas chinos se ven en plena libertad de construir un teatro nacional propio: el Tea-

tro Central Experimental de Beijing, estrena una nueva versión de La cabaña del tío Tom,

pero con un nuevo título: El odio del esclavo negro; el director general del Teatro Central

Experimental, Ouyang Yuqian, fue uno de los actores de la primera versión, cincuenta

años atrás. El actor Shi Weijian (石维坚), intérprete del personaje principal y quien pos-

teriormente fue director del Teatro Central Experimental de Beijing en la década de los

ochenta, recuerda la peculiar atmósfera política que rodeó el reestreno:

Debido a que la nueva República Popular China era un país muy aislado del am-

biente político mundial a causa del bloqueo económico levantado por los Estados

Unidos y de la ruptura de relaciones diplomáticas con la Unión Soviética, y estre-

namos en un momento en que durante tres años seguidos ocurrieron una serie de

desastres naturales, se hizo manifiesta la necesidad de crear una obra que pudiese

despertar el ánimo nacional7.

El odio del esclavo negro cuenta la historia de los esclavos afros que cien años atrás

estaban en la otra orilla del océano; sin embargo, a los actores chinos no les resultaba

extraña la esclavitud de los negros, porque el sufrimiento de la invasión japonesa tras

la guerra durante catorce años, y la guerra civil en China, los acercó a comprender y

comparar la lucha del pueblo chino y los esclavos negros.

7 | Li tian, “El suspiro del esclavo negro, despertó el espíritu patriótico de la libertad”, la página digital del periódico Guang Ming es http://www.gmw.cn/content/2007-04/07/content_586344.htm, 1.º de octubre del 2008. [Traducción propia].

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Esta obra fue la última creación de Ouyan Yuqian, quien durante los primeros años de

la República Popular China fue el director general del Teatro Nacional de Beijing, y que

murió en el año siguiente al estreno.

La nueva puesta en escena de El odio del esclavo negro contó con gran éxito; el primer

ministro Zhou Enlai (周恩来) presenció la función. Y desde allí, en el territorio chino,

muchos teatros provinciales también estrenaron esta obra.

El suspiro y la celebración de los cien años del teatro dramático en China

En Xian, en 1962, la joven actriz Chen Xinyi, quien tenía veintitrés años, interpretaba una

joven esclava negra; cuarenta y cinco años después, en el año 2007, durante la celebra-

ción de los cien años del teatro dramático en China, se convertiría en la directora del

nuevo estreno de El suspiro, un oratorio dramático, en el que treinta actores veteranos

presentaban el recital de la obra El suspiro del esclavo negro. Esta vez, los personajes del

montaje no solamente fueron los esclavos, también los fundadores del teatro dramático

chino, quienes hace un siglo crearon la primera obra dramática china.

Una anécdota

Durante la ofensiva contra la invasión japonesa entre los años 1937 al 1945, la gran par-

te de los dramaturgos, actores, directores y agrupaciones teatrales entraron al servicio

de los intereses del Partido Comunista, como parte de la resistencia cultural que termi-

na, finalmente, con la llegada al poder. En el periodo descrito tenemos un movimiento

teatral cohesionado por la misión política que promueve un arte comprometido con la

defensa nacional. En la zona de dominio del ejército comunista, en Yan’an se funda el

Instituto de Arte Lu Xun, que tiene como misión formar a los líderes artísticos para todo

el país. En la declaración de la fundación del instituto, en el que hacen parte los dirigentes

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más importantes del Partido Comunista Chino: Mao Zedong, Zhou Enlai, Ling Boqu y

otros literatos, se anuncia firmemente que:

El papel de los líderes en la lucha es decisivo. […] El arte, —que incluye el teatro,

la música, las bellas artes y la literatura— es el arma más eficaz para divulgar

las ideas políticas, organizar y motivar el pueblo. Los trabajadores del arte son la

fuerza indispensable en la guerra contra la invasión japonesa. Es de gran urgencia

la formación de líderes que dirijan las actividades culturales y artísticas8.

A través de la actividad teatral y la presentación de obras de agitación, los artistas pre-

tendían sensibilizar e instruir el espíritu de la población agrícola y rural, cuyo atraso eco-

nómico y cultural era ostensible respecto del resto del país; poco a poco, esta población

se constituye en la fuerza principal del Partido Comunista en su disputa por el poder

contra el ejército del Partido Democrático.

Entre las diversas expresiones artísticas aplicadas para la movilidad del pueblo, la danza

ha sido muy efectiva, sin embargo, tiempo después de tener el mismo repertorio fol-

clórico, los artistas buscan la renovación. Ren Xianzheng, un profesor de música que

provenía de Shanghái, llevaba consigo un tubo de crema dental desde allí; la imagen era

una cara de un hombre africano con una gran sonrisa mostrando sus dientes blancos.

Era de marca Darle, que significa “black person”, es Darkie, la crema dental de Hawley &

Hazel Chemical Company, producida en Shanghái en 1933. A partir de esta imagen, la

camarada Ren creó una coreografía para veinte bailarines, mezclando los estilos tap y

Charleston, en la que presentaba la lucha de los esclavos negros. Como en China nunca

se habían visto estas imágenes, la presentación fue muy aplaudida y poco después mu-

chos otros grupos culturales imitaron este baile.

8 | 葛一虹,中国话剧通史,文化艺术出版社,北京,1990, 第459页. Ge Yihong, “Anexo del estatuto gene-ral y la declaración del Grupo Teatral de Popular de Shanghái”, Historia general del teatro dramático chino, Beijing, Editorial Cultura y Arte, 1990, p. 459. [Traducción propia].

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Studies on English Translation of The Four Books

四书的英译本研究

Yu Peiwen, Beijing Language and Culture University (北京语言大学)*

Abstract

The essay, after making a brief introduction to The Four Books, discusses the English translation studies on these Chinese classic and its four components, The Great Learning, The Analects, The Mencius, and The Doctrine of The Mean, in China and overseas, and then compares the characters of studies overseas and in China. The study finds that researchers’ study perspectives are multi-facet and these researches, analyzing and comparing diverse translations, review the strengths and weaknesses of different trans-lations. An imbalance between the translation studies is obvious: with respect to the three English translations of the complete text of The Four Books —by Collie David, James Legge and Cheng Lin—, only the last two still draw attention, while Collie David’s is no longer consulted by researchers either in China or overseas. Only a handful of researches focus on the complete text translation of The Four Books; most of the studies concen-trate on The Analects and The Mencius, and only a few on The Great Learning and The Doctrine of Mean. There are also some differences between the research groups overseas and those in China: the researchers overseas are mainly eminent scholars in this field, while more than half of the researchers in China are students working on their Master´s or PhD degrees.

* | About the Author: YU Peiwen, associate professor of Beijing Language and Culture University, PhD candidate. |Research Areas: Cross-Cultural Studies; Second Language Teaching. | Address: School of Continuing Education, Beijing Language and Culture University, Xueyuan Road 15, Haidian District, Beijing, 10083, China | E-mail: [email protected] (Cuba),[email protected] (China) | Tel.:0086-13718791650作者信息:于培文,女,1969年5月5日出生,江苏人,北京语言大学副教授、博士生。| 研究方向:跨文化研究,第二语言教学 | 通讯地址:北京市海淀区学院路15号北京语言大学培训学院,邮政编码为100083 | E-mail: [email protected](古巴邮箱),[email protected] (中国邮箱) | 电话:0086-13718791650Profesora asociada de la Escuela de Educación Continuada de la Universidad de Lengua y Cultura de Beijing. Estudió una licenciatura en idioma inglés (Universidad Normal de Nanking, 1994), y posteriormente realizó una maestría en

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The Four Books

Confucius (551–479 B.C.) is the founder of Confucianism. His thoughts are well reflected

in the canonical works The Four Books: The Great Learning, The Analects, The Works of

Mencius, and The Doctrine of the Mean. These four books are commonly known since

the Yuan dynasty as The Ssu-shu or The Four Books. Chu Hsi (1130−1200) published

an edition of The Ssu-tzu , or The Four Masters, in the winter of 1190. This was the first

time the four texts were published together as a collection. He viewed The Four Books as

the foundation of the Confucian teachings, and they should be read even before The Five

Classics. Chu Hsi maintained that “I want men first to read The Ta-hsüeh to fix upon

the pattern of the Confucian Way; next The Lun-yü to establish its foundations; next

The Meng-Tzu to observe its development; next The Chung-Yung to discover the subtle

mysteries of the ancients. As The Ta-hsüeh contains a series of steps and a precise order

in which they should be followed, and is easy to understand, it should be read first. The

sayings of Lun-yü are scattered about in fragments and are difficult on a first reading.

The Meng-tzu contains passages that inspire and arouse men’s minds. Among The Four

Books, The Chung-yung is difficult to understand; therefore, it should be read only after

the other three books” (Zhuzi yulei: 14.1a; Gardner, 1984: 70).

The Great Learning, or The Da Xue, or The Ta-hsüeh, was written by Zengzi (Zeng Shen,

505–435 B.C.), one of Confucius’s most important disciples. The book shows how the

Chinese ancients pursued learning and what their learning covered, which includes

three outlines for learning: “to illustrate illustrious virtue, to renovate the people and

lingüística y literatura inglesa (China University of Mining and Technology, 2001) y otra en educación y enseñanza del chino como segunda lengua (Universidad de Lengua y Cultura de Beijing, 2008). Es doctoranda en Literatura Comparada y Literatura Mundial de la Universidad de Wisconsin-Madison, en donde fue profesora visitante en el 2010 y el 2011. Ha publicado 19 artículos, 4 libros de idioma, 6 traducciones y 6 artículos traducidos. Actualmente se desempeña como directora china del Instituto Confucio de la Universidad de la Habana, en Cuba.

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to rest in the highest excellence” and eight steps for attaining learning, “apprehending

the principle in things,” and “extending knowledge to the utmost,” “setting the mind in the

right” and “making the thoughts true,” “self-cultivation” and “establishing harmony in

the household,” “governing the State well,” and “bringing tranquility to the empire.” It is the

pattern for cultivating the self and governing others and the most accurate interpreta-

tion of the political and moral views of Confucius (Gardner, 1984: 77).

The Analects or Lun-yü, also known as The Analects of Confucius or The Confucian Ana-

lects, are the writings of Confucius’s followers, their records of his sayings, and their

interpretations of his teachings. They consist of conversations between Confucius and

his disciples. The subjects are of a miscellaneous nature, relating, principally, to concrete

matters such as the duties of prince and minister, father and son, master and scholar.

The focus of Lun-yü is on the essentials of preserving the mind and cultivating its na-

ture. The book has been one of the most widely read and studied books in China for the

last 2,000 years, and continues to have a substantial influence on Chinese and East Asian

thought and values today.

The Book of Mencius is the production of Mencius (372-289 B.C.) and his disciples. In this

book, Mencius elaborates on his political and ethical doctrines: humans are good by

nature, and they only have to act on instinct to do good. Mencius advocates the

realization and development of this originally good nature. According to Mencius,

the most important Confucian values were kind-heartedness and justice. He em-

phasized the significance of the common citizens in the State. A considerable part of his

book consists of conversations held on various occasions with the petty princes of the day,

with whose system of government the sage was far from being satisfied.

The Doctrine of the Mean, or The Chung-yung, or Golden Medium was written around

420 B.C. by Zi Si (483-402 B.C.) or Kong Ji, the grandson and disciple of Confucius. The

Doctrine of the Mean emphasizes the three virtues of courage, knowledge, and humanity

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and teaches people to be in harmony with the universe and to have a sense of justice and

fairness. A person achieves this harmony through loyal relationships, such as those be-

tween rulers and officials, parents and children, and brothers and friends. This absolute

sincerity by which people are true to themselves and faithful to others is the basis of

Confucian philosophy.

“The Four Books are not the treasure of one nation or of one age only. They have a pe-

rennial appeal to men and women of all ages, and belong to the common heritage of

mankind” (Cheng Lin, 1948: v). The Four Books are the foundation of knowing Chinese

people. In view of their significance, these classics have been widely translated into

different languages since the seventeenth century and have had a great influence on

the world.

English Translation Studies on Complete Texts of The Four Books

The missionaries of the Society of Jesus were pioneers in translating The Four Books.

Matteo Ricci was the first to translate The Four Books, called Tetrabiblian Sinense de

Moribus, which he finished in 1593; unfortunately, the work was not published because

the manuscript was lost (Yang Ping, 2011: 11). After that, more and more missionaries

started translating The Four Books. According to Cheng Lin (1948: xxxv), there are twelve

translations of the complete texts of The Four Books: three English translations by David

Collie (Malacca, 1828), James Legge (Hongkong, 1861), and Cheng Lin (Shanghai, 1948),

respectively; three Latin versions by Francois Noel (Prague, 1711), Prospero Intorcetta

(Paris, 1761), and Seraphin Couvreur (Hokien, 1895); two in French by G. Pauthier (Paris, 1841)

and Seraphin Couvreur (Hokien, 1895); one in German by Johann Cramer (Crefeld, 1844); one

in Dutch by J. J. van Brederode (Haarlem, 1862); one in Russian by A. M. Leontieff (St. Peter-

burg, 1870); and one in Italian by Vincenzo di Giovanni (Palermo, 1873).

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The research focuses only on the English translations of The Four Books. Although some

new versions have appeared after Cheng Lin´s translation, they are only revised versions

based on James Legge’s translation. The three English translations, by David Collie, James

Legge and Cheng Lin, have encountered different fates. David Collie’s is almost in utter

neglect, for no reviews or comments are found in the study, while Cheng Lin’s caught

only the attention of a handful of scholars. By contrast, James Legge’s is a great success.

As the first English translator of the complete text of The Four Books, David Collie, a Brit-

ish missionary (1791?−1828), deserves our attention (Guo Lei, 2013: 122). He was princi-

pal of the Anglo-Chinese College, Malacca, from 1824−1828. His translation is known as

The Chinese Classical Work Commonly Called The Four Books, which was translated and

illustrated with notes and printed by the Mission Press in 1828. In its Preface, the author

explains the two purposes of the translation: “In the first instance, for the purpose of

acquiring some knowledge of the Chinese Language.” And because “it might perhaps

be of some use to the Chinese who study English in College, not only by assisting them

in acquiring the English language, but especially in leading them to reflect seriously

on some of the fatal errors propagated by their most celebrated sages.” His translation

consists of four separate pieces arranged by the Chinese in the following order: The Ta

Heǒ; The Chung Yung or Golden Medium; The Lun Yü (Dialogues), divided into two vol-

umes, The Shang Lun and Hea Lun; The Mung, also divided into two volumes, The Shang

Mung and Hea Mung. Unfortunately, Collie´s translation was unpopular owing to many

great misinterpretations of the original texts and errors in it. His fellowman James Legge

decided to retranslate the classics.

James Legge (1815−1897), a Scots missionary-scholar, one of the greatest sinologists

of the nineteenth century as well as the first professor of Chinese at Oxford University,

overcoming unimaginable difficulties and hardships, and with patience, persistence, and

sheer hard labour, spent over twenty years on his great translation The Chinese Classics:

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with a Translation, Critical and Exegetical Notes, Prolegomena, and Copious Indexes (first

published in 1861–1872 and revised in 1893–1895), which include The Four Books and

five other Chinese classics. Later, as first professor of Chinese at Oxford University, he

made valuable contributions to F. Max Müller’s Sacred Books of the East (1879–1910).

These works laid the foundation for Western understanding of the Chinese traditions.

The first volume of The Chinese Classics contains the first three of The Four Books, that

is, The Confucian Analects, The Great Learning, and The Doctrine of the Mean, with Pro-

legomena of one hundred and thirty-six pages, which, after a very brief general notice

of the Chinese classics, gives a scholarly introduction to each separate work, including

the history of the text, its authorship, and the scope and value of the work. In the fifth

chapter an account of the life of Confucius is given, followed by an account of his

principal disciples. The second volume is The Works of Mencius. The first chapter of the

Prolegomena contains the history of the text, and of its reception among the classical

books, with notices. The second chapter is the life of Mencius, with an essay on his in-

fluence and opinions, and a notice of some works written in opposition to his doctrine

of the goodness of human nature. (N.A.R., 1866: 549−557)

Since the appearance of The Chinese Classics, it was universally recognized as the mile-

stone in the academia and was reissued or revised many times in different countries.

Until now, it has been regarded as “insuperable” (D. C. T., 1962: 200). The translation as

well as its notes have been highly regarded: “The Chinese Classics are evidently closer

than most of those which have preceded it; and the notes, while they must be partic-

ularly valuable to students of the original, are also useful and important to the mere

English reader. The notes alone give the clew to what is quite obscure in the text.”

(Mirsky, 1962: 138) The quality of the reissued versions has been greatly improved.

The new edition, celebrating the centenary of the first volume’s publication by Hong

Kong University Press, in 1960, adds useful materials such as a biographical note on

Legge in Volume I by Lindsay Ride, vice-chancellor of Hong Kong University, and Arthur

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Waley’s “Notes on Mencius” in Volume II, which corrects some of Legge’s more obvious

over 100 errors. All the errors noted by Legge have been corrected in the new text, and

each volume is provided with a concordance table to more recent translations (D. C. T.,

1962). Nevertheless, the glibness and awkwardness of the translated text are criticized

by scholars. “Legge’s famous translation, excellent though it be, is somewhat stiff and

heavy, and no longer easily within everyone’s reach.” (Duyvendak, 1935: 362) “His trans-

lation might need bringing up to date.” “His modes of expression do not always seem

the happiest that might be chosen to convey the meaning evidently intended.” (Mirsky,

1962: 138) “Legge’s translation of The Analects was strongly influenced by his being a

missionary, and so it has inevitably strong influences from theology. In translating The

Analects, Legge aspired to maintain the same sentence structures and order as the orig-

inal text. In the end, the text had become fragmented, and is rather awkward to read.

Legge was overly attentive to the specific circumstances of each term, and did not use a

consistent translation.” (Chen Guoxing, 2010: 74)

Cheng Lin was unhappy about the translation of texts by missionaries. Due to their reli-

gious background and motivations, these translations were unavoidably saturated with

theology and strongly reeked of Western ethnocentrism. In any of the early versions, it

is easy to find familiar translation methods, with traces of Western intellectual traditions

everywhere. In the eyes of Western readers, Chinese philosophy was but a Chinese ver-

sion of Western thought, nothing to be nonplussed or perplexed about, leading to the

long-term misinterpretation of Chinese philosophy in the West (Chen Guoxing, 2010:

65). Cheng Lin was the first Chinese to translate the whole text of The Four Books. Based

on his good apprehension of the sense of the classics, his translation is much closer to

the essence of The Four Books. This translation, called The Four Books: Confucian Classics

Translated from the Chinese Texts Rectified and Edited with an Introduction, was pub-

lished by The World Publishers (the first edition in May, the second, in September, 1948).

In his preface to The Four Books, he pointed out that his translation differs from others in

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several respects: “The present translation is from the Chinese texts edited by the trans-

lator himself after a comparative study of the most authentic texts extant. Chapters

in each book are arranged according to subject matter, while all previous translations

are from the Chinese texts compiled by Zhu Hsi. In order not to overburden the reader

with foot-notes and commentaries, the necessary connectives to clarify a sentence or a

whole passage are put within brackets in the text proper. The translator has chosen one

name for one person throughout the whole translation” (Cheng Lin, 1948: viiii). Besides

his rearrangement of text by subjects, which is helpful to understand the classics, and

his clear and charming English, there are other highlights in the text: “There is a very

illuminating introduction on the historical background and about texts and authorship

and a list of European translations is given. A table of cross-references gives the corre-

sponding chapter and section numbers in the traditional edition of The Analects and The

Works of Mencius. Throughout the translation, the translator makes a special effort to

correct the misinterpretations of Chu Hsi that have dominated Chinese thought for the

last eight hundred years.” (Chan Wing-tsit, 1951: 79−80; Creel, 1950: 136−137)

However, there are also some drawbacks in Cheng’s translation: There are no notes

or bibliographical references in the translation to help the reader. Proper nouns are

spelled according to the system adopted by the Chinese government in 1918, according

to which Lun Yü becomes Luenn Yeu, and Ta Hsüeh becomes Dah Shyue; this makes it

difficult for the Western reader to recognize Ju Shi and Yau Shuenn. A certain amount

of interpretative rendering is unavoidable, and generally speaking, the translation is

correct, but this is a matter of interpretation. The rendering of certain basic Confucian

terms, however, is inconsistent and overlapping. Following the results of modern schol-

arship, the translator rejects the theory that Confucius ever edited any of The Six Classics

and considers a number of chapters of The Analects as spurious. These are grouped

under a special chapter, but the translator has not told his reader his own reasons (Chan

Wing-tsit, 1951: 79−80). Creel (1950: 136−137) also points out the unhappy translation

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of the version: Cheng Lin lists translations of The Four Books, but fails to mention the

translations of The Analects by Ku Hung-ming and Arthur Waley, of The Great Learning

by Ku Hung-ming and Lin Yutang, of The Doctrine of Harmony by Ku Hung-ming, Lyall,

and Ezra Pound, and of The Works of Mencius by Lyall. Cheng gives little if any justifica-

tion or authority for his emendations. There are numerous other instances, however, in

which his departure from the commonly accepted interpretation results in renderings

seemingly less happy. In some cases the translation is so free as to lose sense. The ar-

rangement of texts, though largely a matter of taste, results in the fact that “something

is gained, and something is lost, in any such alteration.” There are many false passages in

the Lun Yü, and it is not a bad idea to group them together. But there are very dubious

passages in that work which Mr. Cheng does not put in this category.

There is a treatise on the translation study of The Four Books. The Confucian Way: A New

and Systematic Study of the “Four Books” written by Lifu Chen. This book contains a

foreword by Joseph Needham, a preface by Li-fu Chen, another preface by the translator,

an introductory chapter, eight chapters arranged according to the eight subdivisions of

The Ta Hsüeh, a concluding chapter presented in the form of questions and answers, a

glossary, a bibliography (2 pages), and an index of proper names. These are based on the

most salient passages from The Four Books, and organized by topics (James Sellmann,

1987: 143). Shihshun Liu, the translator, has done a good job. He labors over correcting

Legge’s translations, and criticizes a number of other early ones, he defines several key

expressions (jen, i, etc.) in his preface, where he also compares various extant transla-

tions of The Ssu Shu. Although he largely follows Legge’s version, he does occasionally

improve Legge’s readings. Regretfully, Liu did not have access to the more contemporary

translations of D. C. Lau, B. Watson, et. al. The innumerable printing errors are most

regrettable. Roderich Ptak (1987: 823-825) regards it as a remarkable book, for “The

Confucian Way is designed to show to a ‘modern’ world how to achieve ‘peace under

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heaven’ with ‘old’ methods. This book must be considered both a philosophical and an

educational account.”

Nevertheless, this book has been largely criticized for not being worthy of the name.

James Sellmann (1987: 143−144) points out: “It is not new, for no work cited is more

recent than 1967 and it does not have access to the more contemporary translations of

D. C. Lau, B. Watson, et. al. Moreover, neither Chen nor Liu reveal which Chinese edition

of The Four Books they are following. The text, however, is lacking in critical historical

methodology and textual interpretation and criticism. The author’s insights are negli-

gible; the scholarly study is superficial, and often blindly follows tradition.” Robert G.

Henricks (1975: 277) believes Shihshun Liu has done a good job of the translation, but

several unhappy features disturbed him: “The frequent diversions from the study proper

to speculate on the modern relevance of some idea or its consistency with the scientific

spirit are annoying even though intentional. Throughout the book Liu indulges in uncrit-

ical traditionalism, the text is loaded with awkward generalities and oversimplifications;

the author glosses over any differences in ideas or emphases which might exist between

The Great Learning, The Doctrine of The Mean, The Confucian Analects, and The Works of

Mencius. The result of stringing together a variety of ideas from different texts is not

so much a systematic study of the Confucian way as a scissors-and-paste-creation of

‘Confucianism’ using The Four Books as the raw materials.”

English Translation Studies of Individual Texts of The Four Books Abroad

As for the translations of each text of The Four Books, Cheng Lin (1948: xxxiv) lists those

versions of European languages in the Introduction of his translation as follows: The Ana-

lects (17), The Works of Mencius (5), The Great Learning (14) and The Doctrine of the Mean

(7). According to recent statistics, there are fifty-two English translations of The Analects,

eighteen of them translated by Chinese scholars (Yang Ping, 2011: 11−23); fourteen

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English translations of The Works of Mencius (Ji Hongqin, 2011: 114−115); eight of The

Great Learning; six of The Doctrine of the Mean (Chen Mei & Wen Jun, 2013: 21).

English Translations of The Analects

Arthur Waley’s translation is famous for its detailed textual notes. Lionel Giles (1941:

161−163) praises the originality and helpful textual notes in Arthur Waley’s translation.

He thinks that in this version “there is no slavish adherence to outworn tradition, no

acceptance of other men’s opinions just because they have been crystallized by time

and generations of commentators. Mr. Waley’s judgments are always based on honest

thought and independent research.” “His textual notes clear up many difficulties which

have puzzled Chinese as well as foreign students.” Nevertheless, he disapproves of

the translator’s rigid consistency of some basic terms, for example “much depends

on the interpretation of certain basic terms such as jen and li, and in many places his

chosen equivalents do not seem to me to fit. He makes a fetish, I think, of rigid consis-

tency, as when he persists in translating li as ‘ritual’ in every context.”

In his “On the Philosophy of Roger Ames’s Translation of The Analects,” Chen Guoxing

(2010: 75) speaks highly of the fluidity of the translation text and maintains that Ames’s

translation of The Analects (with Henry Rosemont, Jr.) “shows the translator’s goal of

breaking down the hegemony of Western philosophy” and “treats The Analects as a

medium for dialogue between Chinese and Western philosophy, and as a channel for

expanding communication between Chinese and Western culture. His translation proj-

ects a field of communication between Chinese and Western culture in a contemporary

context.” To this end, in the process of translation, Ames mainly employs “a translation

strategy of using terms and phrases that are non-essentialist but rather event-oriented,

verbs and verb-noun structures that are processual and based on experience,” which

reflects the use of process philosophy to illustrate the event-oriented, dynamic and cor-

relative nature of early Chinese language and philosophy in a personalized and innovative

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way, and a strategy of “choosing terms that are multi-vocal and non-essentializing,”

which is neutral instead of highlighting Western culture.

Like Roger Ames, D. C. Lau also translates The Analects in a philosophical way and gets

high recognition. The translation text was reprinted in different publishing houses. Like

knows like. Roger T. Ames (1994: 170−173) speaks highly of D. C. Lau and his work: “There

is no translator of Chinese classics more preeminent than D. C. Lau. It is difficult to find a

publication in Chinese philosophy that does not acknowledge his work.” He thinks “his

version has substantially more cross-referencing, alerting the reader to both repetition

and association among various passages. In places, Lau is only trying to make his reso-

lutely literal translation even more literal.” In the article “On Translating Lun yü by D. C.

Lau”, Durrant (1981: 109−111) says that D. C. Lau approaches the task of translation from

quite different perspectives, and he believes that the translation “will long be used as a

standard source in philosophy and comparative literature courses.” Nevertheless, he also

finds some unhappy conversions in the translation such as “no extensive footnoting,

oversimplification of vocabulary, unnecessary verbiage, and conflicting interpretations.”

Edward Slingerland’s translation contains three parts: Part one consists of an introduc-

tion and a chronology that proffers some basic information on Confucius and his time.

Part two is a complete translation of The Analects. The translation, divided into twenty

books, presents Confucius’s thoughts in a simple and straightforward manner. Sling-

erland begins each book of The Analects with a brief summary, highlighting the book’s

main theme and linking it to other books. Immediately following his translation of each

statement, he inserts notes where he compares various interpretations put forward by

Chinese and Western commentators. These notes introduce readers to the voluminous Chi-

nese commentaries and the substantial current Western scholarship. Part three is composed

of five appendixes that offer detailed information on terms, Confucius’s disciples, histor-

ical figures, commentaries, and Chinese texts mentioned in the notes. These appendixes

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are particularly helpful to readers who are not familiar with the history and cultural

traditions of China.” (Tze-ki Hon, 2003: 337−338) Yuet Keung Lo believes that this new

translation is “highly readable and at times elegant” and “has successfully minimized the

‘cryptic’ quality of The Analects” (2004: 174). However, it has “a host of typographical

and grammatical errors” (2004: 178).

English Translations of The Works of Mencius

In the article “On Translating Mencius”, David S. Nivison (1980: 93−122) shows readers

nine translations of The Works of Mencius: translations by Legge (1861, 1893, 1895, and

so on), Dobson (1963), Chai (father and son) (1965), Lau (1970), Lyall (1932), the partial

translation of Lionel Giles (1942), and Ware (1960). Two currently in print and widely

used translations in other Western languages are: Couvreur (French and Latin, 1895,

1910, and so on) and Richard Wilhelm (German, 1913, 1921, and so on). The author

points out that these translations differ in readability, accuracy, supporting scholarship,

and editorial conveniences. The touchstone for them is accuracy. With it, readability is a

virtue; without it, a pleasingly written text is merely seductive. Supporting scholarship

refers both to accompanying analyses and to notes. Editorial conveniences mean not

just indices and glossaries, but also the arrangement and organization of the text, the

way in which notes are presented, and more. It also introduces some valuable research

literatures on translating Mencius: Dobson, W. A. C. H., Late Archaic Chinese: A Grammat-

ical Study (Toronto: University of Toronto Press, 1959); Graham, A. C., “The Background

of the Mencian Theory of Human Nature,” Ch’ing-hua Hsüeh-pao, new series, 6 (1−2)

(Dec. 1967): 215−271; Lau, D. C., “Some Notes on Mencius,” Asia Major, new series, 15

(1), (1969): 62−81; Waley, Arthur, “Notes on Mencius,” Asia Major, new series, I (1949):

99−108.

W. A. C. H. Dobson’s translation is under seven topics: Mencius at Court, Mencius in Public

Life, Mencius and His Disciples, Mencius and His Rivals, Comments on the Times, The

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Teachings of Mencius, and Maxims, all intended to help the reader obtain a more coher-

ent picture of Mencius’s thought. The translator states that the definitive translation of

Mencius is still that of James Legge and that while his own version is not intended to

supplant Legge’s, it is “a new translation made in the light of recent textual and philolog-

ical research, but with the general reader in mind.” Since Dobson has been reading The

Works of Mencius with university students for nearly twenty years and has used Men-

cius as a basic text for his study of late archaic Chinese, students of sinology naturally

may expect the new version to be both readable and authoritative (Yang Lien-sheng,

1964−1965: 292−293). D. R. Jonker (1967: 300−304) speaks highly of the text. He thinks

that the presentation must be attractive and the language must appeal to a modern

reader and not strike him by its un−English, “sinicized” character. In these respects this

book marks a decided advance over Legge’s. In addition, a number of mistakes in Leg-

ge’s translation, mostly as a consequence of his too close adherence to the orthodox

interpretation of Chu Hsi, have been corrected; for this the translator has especially

drawn on the explanations of the Han commentator Chao Chi and the Ching schol-

ar Chiao Hsün. Parts that are repetitious have been condensed or omitted. When too

lengthy explanations would have been required, the author has preferred to give a free

paraphrase of the text. Proper names have often been provided with some epithet, so as

to become more easily recognizable for the uninitiated reader. In addition, sometimes

information has been provided within the chapters, at the beginning of a subheading.

The translation of some chapters of the text is followed by a short comment by the

translator. Much useful information has especially been included in the Additional Notes

at the end of the book. Homer H. Dubs (1963: 520−522) criticized the shortcomings of

Dobson’s translation: “The present book contains a liberal and free translation, not a

literal one. The translation is moreover interspersed with comments, without warning

the reader that they are such. The translator changes the regular rhythm of passages

by shortening some lines without warning, and without any justification emends the

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text without giving any warning. Dobson attempts to express himself rather than to put

foremost what Mencius actually wrote. Instead of adding to our knowledge of Mencius,

this book confuses non-sinological readers, since it is only partly a translation and Dob-

son’s individual interpretations are not generally distinguished from his translation. It

is often unreliable, while beginners will find it misleading. In various places, there occur

unfortunate inaccuracies.” Arthur W. Hummel (1964: 463−464) believes that Dobson

has produced an excellent rendering, which in places corrects Legge and in parts sur-

passes him. At the head of each chapter or section, he provides instructive notes on the

historical setting and on Confucian moral ideals. When necessary, he is not adverse to

paraphrasing or to clarifying obscure names by adding appropriate epithets. It has the

distinction, too, of being included in the Chinese series of UNESCO. However, Dubs is un-

happy with the text, because the translator unavoidably leaves out shades of meaning,

which he would like to express. While the rearrangement of the whole text under seven

topics but still in seven chapters in no way affects the excellence of the translation, it

does not in fact add much to the book’s coherence.

D. C. Lau’s careful and compact translation is written in direct, contemporary language.

There is an Introduction of forty pages, in which after a short notice on Mencius’s

biography and dates, gathered from the Shih-chi and the work itself, his philosophy is

outlined, especially his views on human nature as contrasted with those of Hsuin-tzu;

five appendixes taking up almost 59 pages provide additional historical, biographi-

cal, and philosophical material (Jonker, 1973: 269). In addition, there is a glossary of

names and places, which lists each occurrence of the name or place by section number

and therefore doubles as an index (Gramlich, 1973: 209). The volume gains added value

by Lau’s introduction and a number of appendixes (Wilhelm, 1973: 489). Earle J. Coleman

(1972: 114) thinks that Lau’s writing is likely to be “more understandable to the general

reader.” His Introduction underscores the two-fold significance of Mencius’s text and is also

concerned with illuminating the relationship between Mencius and his famous philosophical

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adversary, Hsün Tzu. Hellmut Wilhelm (1973: 489) maintains that Lau’s translation can-

not be too highly praised owing to Lau’s good English and the understanding he brings

to the book as a philosopher and a historian of philosophy. Lau discreetly applies some

advanced philology, and his translation is always sober and cautious, so cautious, actu-

ally, that on occasion does not even give a translation of a Chinese term, but romanizes

it instead. Francis C. Gramlich (1973: 209) holds that “Lau’s introduction and appendices

are fascinating; his translation is of great interest and might be described as a ‘contex-

tual’ one, that is, in translating a given word in a given context, Lau has usually placed

more emphasis on rendering his impression of the context than on exactly translating

the word itself. The lack of footnotes is our loss.” Gramlich attributes the insufficient

footnotes to the translation in Lau’s otherwise very fine book to the limitations of the

Penguin edition.

As for Mencius by Leonard A. Lyall, J. J. L. Duyvendak (1935: 362) comments that “Mr.

Lyall has given a very spirited rendering, easy to read, and the publishers have given the

book a most attractive look. It is provided with excellent indexes, both of names and

subjects.” It also has some drawbacks: the translator shows little familiarity with what in

recent years has been written by sinologues. Homer H. Dubs (1933: 718) thinks that “this

translation is a great improvement upon the verbose one of Legge. Lyall has translated

Mencius into Anglo-Saxon, and attempted to reproduce the brilliant, concise style of his

author. Brief notes explaining names and places aid the reader greatly. (A few of the lon-

ger notes, containing quotations from Goethe and others, could well have been spared.)

However, the conciseness sometimes makes for difficulties.”

Lee Jung H. (2012: 409−410) believes that Van Norden’s translation warrants commen-

dation on several levels: First, in terms of readability, he manages to provide a very

idiomatic translation of the text without losing the philosophical sophistication and

literary genius of the original. Although the translation is not as literal as some others

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(e.g., Legge’s), Van Norden’s careful rendering does not sacrifice accuracy in the service

of accessibility. Second, by including the commentary of Zhu Xi in his annotation of

the text, Van Norden introduces the modern reader to a way of reading classical texts

common to the commentarial tradition of China. More specifically, the inclusion of Zhu

Xi’s commentary reveals to the reader the influence of neo-Confucianism and Buddhism

in the understanding of some of Mencius’s most important philosophical concepts and

how this interpretation came to eventually represent the “orthodox” or standard read-

ing of Mencius for later generations. Finally, Van Norden’s translation and commentary

masterfully contextualizes Mencius’s text in its social and historical contexts while also

adding a level of philosophical sophistication previously unseen. In sum, Van Norden’s

achievement represents the most authoritative, accessible, and philosophically nuanced

translation of The Works of Mencius available in any Western language.

English Translations of The Doctrine of the Mean

The translation of The Zhongyong by Roger T. Ames and David L. Hall interests Kenneth

W. Holloway (2004: 129). He admits the translation is elegant, makes good use of lan-

guage, and is faithful to the original. The translators’ concern is not simply the conversion

of a text into English, but avoiding the distortions that are common when ignoring the

broader implications of both the original text and the target language. The ideas they are

intent on preserving begin with The Zhongyong but extend to include other Confucian

texts and early Chinese philosophy in general. In addition, their work highlights issues

in the Western tradition that might cause misunderstanding. Because of their efforts,

readers will be able to appreciate the difference between older translations that employ

essentialized terminology and their translation that is process-oriented.

Although there are many translations of The Great Learning, regretfully, no article is

found concerning the translation study.

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English Translation Studies on The Four Books in China

The year 1985 saw the rise of English translation studies on Chinese classics in China.

More and more academic associations or research centers have been established, which

hold regular academic conferences or seminars for translation studies on Chinese classics.

The bilingual Library of Chinese Classics is a good case, which is a key state-sponsored

publishing project, approved by the General Administration of Press and Publication of

China and included in the State plan. This series is both a major cultural project which,

for the first time ever, presents to the world a systematic and complete set of selected

and translated Chinese classics, and a foundation project for showcasing the quintes-

sence of traditional Chinese culture. The library comprises more than 100 of the most

representative classic works, covering literature, history, philosophy, politics, economy,

military science, science and technology. Works in classical prose have been translated

first into modern Chinese, and then into English. It has issued over seventy Chinese clas-

sics. Two of The Four Books are included: The Analects by Arthur Waley and The Works of

Mencius by Zhao Zhentao.

In this research, all the Chinese articles on the translations of The Four Books are from

the website of www.cnki.net (which is called Zhongguo zhiwang, a famous Chinese aca-

demic corpus) between 1910−2014. There are six relevant articles on the translations of

the complete text of The Four Books, two of which are on the translation review, three

on the reception and influence of the translation, and one on interpretation of the text.

There is also a doctoral dissertation, which is on the translation reception.

As for the translation of The Analects, there are 215 relevant journal articles, which

include studies on translation text, translators, basic terminology of the texts, and com-

prehensive studies. These studies are from diverse perspectives: translation theory studies

such as theories approach, cultural translation, skopos theory, linguistic translation (text,

register, context, and figures of speech), deconstructionism translation, philosophical

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translation, religious translation, and interdisciplinary perspectives such as communi-

cation, comparative literature, hermeneutics, aesthetics, reception aesthetics, influence

study, power discourse, pedagogical philosophy, and ecology. The publication years are

as in Table 1, which shows that since 2005, more and more articles have been issued.

There are eight doctoral dissertations and 68 master theses on the translation of The

Analects (see Table 2). Among the eight doctoral dissertations, three of them focus

on linguistic translation study, three on translator study, one on hermeneutics and

one on translation text comparison study. The perspectives of those master theses are

diverse, similar to those of the journal articles.

Table 1. Statistics of Journal Articles on The Analects

Year 2013 2012 2011 2010 2009 2008 2007 2006 2005

Total 24 46 38 30 22 19 9 6 5

Year 2004 2003 2002 2001 2000 1999 1996 1985

Total 1 3 3 3 2 2 1 1

Table 2. Statistics of Doctoral Dissertations and Master Theses on The Analects

Year 2012 2011 2010 2009 2008 2007 2006 2005

Total 15 24 7 10 9 7 2 2

As for the translation of The Works of Mencius, there are seventeen journal articles, six

of which are on translation text study, four on translation reviews, three on linguistic

translation, two on comparative literature, and one on translation method. There is one

doctoral dissertation on translation text study and five master theses, all of which are

on Legge’s translation.

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Table 3. Statistics of Journal Articles on The Works of Mencius

Year 2013 2012 2011 2010 2009 2003 2002

Total 1 1 5 5 3 1 1

Table 4. Statistics of Doctoral Dissertation and Master Theses on The Works of Mencius

Year 2013 2012 2011 2008 2006 2001

Total 1 1 1 1 1 1

There are eighteen journal articles on the translation of The Doctrine of the Mean, six of

which are on translation theories, five on translation text study, four on reception study,

one on philosophy translation, and three on other subjects. There are eight master the-

ses, three of which are on comparative literature, two on translation text study, two on

translators and one on hermeneutics.

Table 5. Statistics of Journal Articles on The Doctrine of the Mean

Year 2013 2012 2011 2010 2009 2008 2007 2006 2005 1991

Total 3 3 2 2 2 2 1 1 1 1

Table 6. Statistics of Master Theses on The Doctrine of the Mean

Year 2012 2011 2010 2008

Total 3 2 2 1

There are only two journal articles on the translation of The Great Learning: one is on

translator study and the other on translation text comparison study, both issued in 2011.

There is only one master thesis issued in 2012, which is on translator study.

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Conclusion

Generally speaking, there is more research on English translations of the complete text

of The Four Books than on the individual texts. An imbalance between the translation

studies is obvious: Only a handful of researches focus on the complete text translation

of The Four Books. As for the three English translations of the complete text of The Four

Books (translated by David Collie, James Legge and Cheng Lin), only the last two are still

subject of attention, while David Collie’s is ignored by researchers both in China and

abroad. This might be attributed to the characters of The Four Books text. As a whole, it

is copious and difficult to understand by general Chinese readers, not to mention foreign

readers, because it is written in traditional ancient Chinese language. There are only a

few readers who are qualified to have a good comprehension of the whole text. The sit-

uation abroad is similar to that in China. In terms of translation studies on the individual

text of The Four Books, the studies on The Analects and The Works of Mencius are the

mainstream, with only a few on The Great Learning and The Doctrine of The Mean. The

Analects attract most of the attention both in China and abroad, while Mencius draws

more attention abroad than in China. The Doctrine of the Mean and The Great Learning

get little attention, although in China the attention paid to the former is nearly the

same as that paid to The Works of Mencius. The Great Learning calls little attention both

abroad and in China. There are also some differences between the researchers overseas

and those in China: the ones overseas are mainly eminent sinologists in this field, while

more than half of the researchers in China are students working on their master´s or

PhD degree. In view of the above mentioned, a bright research prospect in this field

waits for further efforts and expects much more achievements.

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Encuentros

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1 | Ponencia presentada en el I Congreso Internacional Diálogos con China, Universidad de los Andes (Bogotá, Colombia), octubre del 2014.

* | Licenciado en Ciencias Físicas de la Universidad de Zaragoza (1993), doctor en Ciencias Físicas de la misma uni-versidad (1999), y doctor en Estudios de Asia y África, especialidad China de El Colegio de México (2007). Además de sus periodos como investigador en España y México, ha realizado estancias de investigación en Chengdu, Beijing, Nueva York, Taipéi, Roma y Manila. Su línea fundamental de investigación es la introducción de la ciencia europea en China a través de los misioneros católicos en los siglos xvi y xvii, tema general donde se enmarcan sus dos tesis doctorales. Se ha centrado en algunos aspectos del trabajo matemático de los jesuitas en China y en las aporta-ciones científicas de los agustinos y dominicos entre la comunidad china de Manila en el siglo xvi. Ha publicado trabajos sobre ciencia, tecnología y sociedad, sobre historia de la astronomía y sobre historia premoderna de China. Actualmente es profesor-investigador de tiempo completo del Centro de Estudios de Asia y África de El Colegio de México, en el área de China.

Los jesuitas astrónomos y matemáticos en China: de Matteo Ricci a Ferdinand Verbiest1

在中国身兼天文学家和数学家的耶稣信徒:从Matteo Ricci到Ferdinand Verbiest

José Antonio Cervera (El Colegio de México, México)*

Resumen

Aunque el objetivo fundamental de los jesuitas que fueron a Asia Oriental era, como el del resto de los misioneros, la evangelización de China, encontraron en la ciencia, especialmente en la astronomía y las matemáticas, la clave para poder ser aceptados por los letrados chinos. En este artículo se hará un recorrido general sobre los principales jesuitas durante las dinastías Ming y Qing, se estudiarán sus esfuerzos en el acerca-miento a la cultura y su influencia en la introducción de la ciencia europea en China.

虽然耶稣信徒和其他传教士去中国都是为了传教,但是他们发现科学,

特别是天文和数学领域是让中国文人接受他们的关键。在这一报告中,我

们将了解中国明清时代重要的耶稣信徒,以及他们对欧洲科学引入中国的

影响。

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Introducción

Joseph Needham, el más famoso historiador de la ciencia china, comienza el apartado

dedicado a la aportación de los jesuitas a la astronomía china diciendo lo siguiente:

“En la historia de los intercambios entre las civilizaciones, no parece haber paralelo a

la llegada a China en el siglo xvii de un grupo de europeos tan inspirados por el fervor

religioso como eran los jesuitas, y al mismo tiempo tan expertos en la mayoría de las

ciencias que se habían desarrollado con el Renacimiento y la eclosión del capitalismo”2.

La historia de los jesuitas en China constituye uno de los ejemplos más claros de con-

tacto entre civilizaciones muy distintas. En nuestro mundo actual, donde cada vez hay

más relaciones entre personas provenientes de países y de culturas diferentes, es inte-

resante conocer cómo lograron instalarse en China los miembros de la Compañía de

Jesús, provenientes de un mundo cultural y religioso totalmente diferente del de Asia

Oriental. Es una historia de diálogo, de tolerancia, de “acomodación” a otra cultura,

y también, a veces, de conflictos, donde la ciencia tuvo un papel importante. En este

trabajo daré una idea general de esta fascinante historia de encuentros y desencuentros

entre las culturas, las religiones y las ciencias de Europa y Asia Oriental, mediante

los miembros de la Compañía de Jesús en China.

Los precursores: Francisco Javier y Valignano

La Compañía de Jesús fue fundada en 1540 por S. Ignacio de Loyola (1491-1566). Uno de

los primeros jesuitas, S. Francisco Javier (1506-1552), siguió desde el principio el exhorto

a extender el Evangelio por los nuevos mundos que estaban recorriendo los europeos.

Tomando la ruta de los portugueses hacia Asia Oriental, llegó a la India y después a

2 | J. Needham y Wang Ling, Science and Civilisation in China. Cambridge, U. K., Cambridge University Press, vol. 3, 1959, p. 437.

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Japón. Fue en el país nipón donde entró en contacto con la cultura china y llegó a con-

siderar a la gente de China como “muy aguda, de grandes ingenios, mucho más que los

japones, y hombres de mucho estudio”3. Desde la publicación del famoso libro de Marco

Polo, existía en el imaginario europeo una idea casi mítica de las riquezas y de la cultura

de China. El establecimiento de los españoles en las Filipinas fue considerado al principio

solo como una etapa intermedia antes de su llegada a China, que era el objetivo fun-

damental. El afán de dar el salto desde las Filipinas al continente fue constante durante

las últimas décadas del siglo xvi y primeras del xvii, sobre todo entre los misioneros, los

agustinos en primer lugar y, después, los franciscanos y los dominicos. Varios miem-

bros de esas órdenes religiosas cruzaron el espacio marítimo que separaba las Filipinas

de la costa china. Normalmente, eran expulsados del país y devueltos a las Filipinas. Solo

en los años treinta del siglo xvii, los dominicos y los franciscanos lograrían establecer una

misión permanente en el territorio chino4.

Los jesuitas se adelantaron al resto de las órdenes religiosas y lograron establecer una

misión permanente en el imperio chino ya desde finales del siglo xvi. ¿Cómo lo con-

siguieron? Gracias a su política de adaptación a otras culturas. Aunque ya Francisco

Javier se había dado cuenta de la importancia de conocer la base filosófica y social y

de adaptarse a la forma de vida de los pueblos asiáticos, el que realmente estableció las

pautas que llevarían al éxito a los jesuitas fue el italiano Alessandro Valignano (1539-

1606), nombrado en 1573 visitador de todas las misiones y los misioneros jesuitas en

3 | Carta de Francisco Javier escrita en Cochín el 29 de enero de 1552 a sus compañeros en Europa. Francisco Javier, S. J., Cartas y escritos de S. Francisco Javier, Madrid, La Editorial Católica, Biblioteca de Autores Cristianos, 1953, p. 418.

4 | La historia del establecimiento de los españoles en las Filipinas, su relación temprana con China y los intentos de los frailes mendicantes (agustinos, franciscanos y dominicos) para introducirse en el imperio chino está amplia-mente tratada en el libro de Cervera. José Antonio Cervera, Tras el sueño de China. Agustinos y dominicos en Asia Oriental a finales del siglo xvi, Madrid, Plaza y Valdés, 2013.

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el área comprendida entre Mozambique y Japón. Esas pautas son lo que comúnmente

se conoce como política de “acomodación”5. El propio Valignano utilizaba ese término

(acomodatio en latín) para mostrar cómo los jesuitas tendrían que comportarse en Ja-

pón y sobre todo en China para ser aceptados. Se trataba de conocer el ámbito cultural y

filosófico local, adoptar ciertos comportamientos y, desde luego, aprender bien la lengua

china. También el mensaje cristiano se tendría que adaptar o “acomodar”, lo cual llevaría,

décadas después, a la famosa Controversia de los ritos chinos.

Si Valignano fue el autor “intelectual” de la política de acomodación de los jesuitas en

China, a partir de sus directrices y sus escritos, el que lo llevó a la práctica fue, sin duda,

Matteo Ricci, quien se convertiría con el tiempo en el jesuita más famoso en China.

El fundador de la misión china: Matteo Ricci

Matteo Ricci (1552-1610) nació en Macerata, Italia, de noble familia, el 6 de octubre de

1552[6]. En 1568 se trasladó a Roma para estudiar derecho y allí ingresó como novicio

en la Compañía de Jesús en 1571. En 1572 fue a Florencia a estudiar y volvió al año si-

guiente a Roma, donde permaneció estudiando en el Colegio Romano, entre otras cosas

matemáticas y astronomía con Clavio, hasta 1577. En ese año se trasladó a Coimbra,

5 | Además del término “acomodación”, otra palabra que se suele utilizar para nombrar el proceso llevado a cabo por los jesuitas en China es el de “inculturación”, que es un término usado en teología y que supone una adaptación de la Iglesia a un nuevo medio y una nueva cultura. Este término es el más adecuado para describir la adaptación del cristianismo que hizo Ricci a la luz del confucianismo.

6 | La vida y la obra de Ricci han sido ampliamente estudiadas por los investigadores. Ya en la primera mitad del siglo xx, fueron editadas las obras de Ricci: T. Venturi, S. J. (ed.) (1911-1913), Opere storiche del P. Matteo Ricci S. J. Macerata (Italia) y P. D’Elia, S. J. (ed.) (1942-1949), Fonti Ricciane. Storia dell’Introduzione del Cristianesimo in Cina (textos y cartas originales de Matteo Ricci), Roma, La Libreria dello Stato. Entre los numerosos libros de los últimos años, destacan J. D. Spence, The memory palace of Matteo Ricci, New York, Viking, 1984; A. Ross, A Vision Betrayed. The Jesuits in Japan and China. 1542-1742, New York, Orbis Books, 1994; L. M. Brockey, Journey to the East. The Jesuit Mission to China, 1579-1724, Cambridge, Mass. & London, The Belknap Press of Harvard University Press, 2007; F. C. Hsia, Sojourners in a strange land: Jesuits and their scientific missions in late imperial China, Chicago, The University of Chicago Press, 2009; y R. P.-C. Hsia, A Jesuit in the Forbidden City: Matteo Ricci, 1552-1610, Oxford, Oxford University Press, 2011.

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donde estudió portugués y comenzó sus estudios de teología. El 24 de marzo de 1578

zarpó de Lisboa junto con otros trece jesuitas. Llegó a Goa en septiembre y allí siguió sus

estudios de teología mientras enseñaba latín y griego. En 1580 fue ordenado sacerdote

en Cochín. El 26 de abril de 1582 partió de Goa y llegó a Macao el 7 de agosto del mismo

año. Tras estudiar chino durante un año en esa ciudad, finalmente se instaló con Michele

Ruggieri (1543-1607) en Zhaoqing 肇庆 el 10 de septiembre de 1583.

A partir de entonces se inició un largo camino hacia el objetivo de instalarse en el centro

del imperio, la capital, Beijing. Ricci permaneció en Zhaoqing hasta agosto de 1589.

Durante ese tiempo, realizó la primera edición de su famoso Mapamundi. Tras Zhaoqing,

se estableció en Shaozhou 韶州7, donde inició la construcción de una nueva residencia

e iglesia y donde comenzó la traducción de los Cuatro libros clásicos confucianos. En

abril de 1595, Ricci abandonó Shaozhou y se estableció en Nanchang 南昌 en junio del

mismo año. Allí compuso su Tratado sobre la amistad y su Tratado sobre mnemotecnia,

en 1595 y 1596 respectivamente.

En el otoño de 1598, Ricci realizó su primer viaje a Beijing, pero no le fue permitido

establecerse allí. En febrero de 1599 llegó a Nanjing, donde estuvo algo menos de dos

años, hasta que el 24 de enero de 1601 entró en Beijing por segunda vez acompañado

por el jesuita español Diego de Pantoja (1571-1618). En esta ocasión, los jesuitas tuvie-

ron éxito y consiguieron fijar allí su residencia. En Beijing publicó nuevas versiones de

su Mapamundi, y en 1603 aparecía una de sus obras más famosas, el Tianzhu Shiyi o

Catecismo de Ricci. En 1607 fue publicada la traducción de los primeros seis libros de

Los elementos de Euclides. Ricci no abandonaría Beijing hasta su muerte, ocurrida el 11

de mayo de 1610.

7 | Actualmente, Shaozhou es llamada Shaoguan 韶关, ciudad situada en el norte de la provincia de Guangdong.

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La “acomodación” de Ricci se dio en una doble vertiente. Por una parte, desde un punto

de vista filosófico y teológico, el jesuita italiano se acercó a la corriente de pensamiento

hegemónica en el mundo chino: el confucianismo. Fruto de este acercamiento fue la

publicación del Tianzhu Shiyi 天主實義, tradicionalmente conocido como Catecismo

de Ricci, en 1603, una obra apologética en la que se intenta mostrar a los intelectuales

chinos que el cristianismo no se opone al confucianismo e, incluso, que ambas doctrinas

tienen muchos puntos en común. Ricci intentó realizar aquí una especie de “cristiani-

zación del confucianismo” o “confucianización del cristianismo”. ¿Era posible tener éxito

en este proyecto? En las últimas décadas ha habido un debate entre los especialistas

sobre este tema8. Sin entrar en la polémica, lo que parece claro es que el acercamiento

de Ricci a la filosofía confuciana constituye uno de los mayores ejemplos de “tolerancia”

y de valoración del “Otro”, en una época en la que muchos otros europeos se dedicaron

a imponer sus valores en las tierras a las que iban. El acercamiento al confucianismo por

parte de Ricci se puede considerar como la semilla de la famosa “Controversia de los

ritos chinos”, decisiva para el futuro de la misión jesuítica en China.

El otro aspecto importante de la “acomodación” de Ricci es la ciencia. El matemático y

astrónomo jesuita Christophoro Clavio (1538-1612) fue el maestro de matemáticas de

Ricci durante cuatro años en el Colegio Romano y, sin duda, influyó en el uso que el

jesuita de Macerata haría de la ciencia en China. De hecho, la que es considerada como

obra científica más importante de Ricci, la traducción al chino de los seis primeros libros

de Los elementos de Euclides, en realidad es una adaptación de la edición de Clavio de

8 | Algunos de los estudiosos que han opinado, y que tienen posturas encontradas, son J. Gernet, China and the Christian Impact. A Conflict of Cultures, Cambridge, Cambridge University Press y París, Éditions de la Maison des Sciences de l’Homme, 1985, para el cual el diálogo no era posible (según él, la diferencia entre la cultura china y las bases del cristianismo hacían imposible la creación de un “cristianismo confuciano”), y D. Mungello, Curious Land: Jesuit Accommodation and the Origins of Sinology, Honolulu, University of Hawaii Press, 1989, uno de los principales autores en utilizar el término “acomodación”, y para el que el intento de Ricci de “inculturación” tuvo éxito.

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esta obra matemática de la Antigüedad9. Esta traducción o adaptación, cuyo título en

chino es Jihe Yuanben 幾何原本 (Elementos de geometría), fue publicada en 1607. Se

trata de un trabajo conjunto entre Ricci y el letrado chino cristiano Xu Guangqi 徐光

啟 (1562-1633), una de las personas que más influyeron en las primeras décadas de la

misión jesuítica en Beijing, debido a los altos cargos de oficial que ocupó durante años

en la corte Ming.

La versión de Clavio de Los elementos introducida en China, era más práctica que la

original de Euclides, lo cual pudo facilitar la integración con las matemáticas chinas,

pero a la vez enmascaró las diferencias fundamentales entre las matemáticas griegas y

chinas10. Realmente, lo que tomaron los chinos de la obra fue sobre todo la parte prác-

tica, de medición de áreas, volúmenes, etc., dejando de lado muchas veces la parte más

teórica, tal como las demostraciones. Esto se corresponde totalmente con la tradición

matemática china, mucho más práctica que la tradición griega11. Igual que hizo con la

filosofía, Ricci intentó adaptar las matemáticas europeas al ambiente cultural chino12.

9 | Existe un estudio muy extenso de esta obra, llevada a cabo por Peter M. Engelfriet. Consta de tres partes: las circunstancias que llevaron a la traducción, la traducción en sí, y su recepción e influencia en China durante el siglo siguiente. P. M. Engelfriet, Euclid in China, Leiden, Boston & Köln, Brill, 1998.

10 | P. M. Engelfriet, Euclid in China, pp. 451-452.

11 | Los elementos de Euclides, considerado como el libro de matemáticas más influyente de la historia, se compara a veces con el Jiu Zhang Suanshu 九章算術 (Nueve capítulos sobre las artes matemáticas), la obra matemática más destacada de la larga tradición china, escrita durante la dinastía Han y que contó con numerosos comentarios de matemáticos chinos posteriores. El Jiu Zhang Suanshu se compone de una serie de problemas resueltos, sin duda de una gran sofisticación, pero muy diferentes de la forma axiomática en que se trata a la geometría en Los elementos de Euclides.

12 | Además del Jihe Yuanben, Ricci todavía escribió otra obra matemática. Se trata del Tongwen suanzhi 同文算指 (Indicador aritmético reuniendo las culturas), publicado en 1614 y que es en parte una adaptación china de la Epitome arithmeticae, también de Clavio y publicada en Europa en 1583. C. Jami, “L’histoire des mathématiques vue par les lettrés chinois (xviième et xviiième siècles): Tradition chinoise et contribution européene”, en L’Europe en Chine. Interactions scientifiques, religieuses et culturelles aux xviième et xviiième siècles, eds. C. Jami y H. Delahaye, París, Collège de France (Institut des Hautes Études Chinoises), 1993, p. 151. Con estas dos obras se introducen la geometría y la aritmética europeas en el mundo cultural chino.

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Sin embargo, para poder apreciar realmente en qué consiste la acomodación de la cien-

cia europea llevada a cabo por Ricci, el ejemplo perfecto es la otra gran obra científica de

este jesuita: el famoso Mapamundi, que le otorgó a su autor un enorme prestigio entre

los intelectuales chinos. Al principio de su estancia en China, cuando vivía en Zhaoqing,

Ricci tenía colgado en una pared un mapa del mundo que había llevado desde Europa.

Este mapa gustó tanto a los chinos que le visitaban, que le pidieron que compusiese

un mapa similar en chino, con todas las tierras conocidas en aquel tiempo. La primera

edición es de 1584, aunque los ejemplares más antiguos que se conservan actualmente

provienen de la tercera edición, de 160213.

Además de la representación de los países conocidos, en el mapa hay varios textos sobre

las regiones del mundo y también varios prefacios donde se presenta la obra, las motiva-

ciones para hacerla y una breve presentación del propio autor. Empero, la característica

que más llama la atención en el Mapamundi de Ricci, es que el “corte” de la esfera te-

rráquea no se hace en el océano Pacífico, sino en el Atlántico. Es decir, América aparece

a la derecha del mapa, Europa y África a la izquierda, y en el centro aparece Asia. Hoy en

día, los mapas del mundo que se hacen en China mantienen este esquema. Hace más de

cuatro siglos, Ricci se dio cuenta de que el país del centro (Zhongguo 中國), como sigue

llamándose hoy a China en su propio idioma, no podía estar en un extremo, como ocu-

rría (y sigue ocurriendo) en los mapamundis europeos. El poner al continente americano

a la derecha y no a la izquierda del mapa del mundo en chino es uno de los ejemplos más

claros de la acomodación que llevaron a cabo los jesuitas en Asia Oriental.

13 | El mapa de 1602 conservado en la Biblioteca Vaticana fue reproducido, traducido al italiano y ampliamente co-mentado por P. D’Elia, S. J. (ed.), Il mappamondo cinese del P. Matteo Ricci S.I. (Terza edizione, Pechino, 1602), Ciudad del Vaticano, Biblioteca Apostólica Vaticana, 1938.

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La astronomía europea llevada a China

Además de sus obras sobre ciencia y filosofía, una de las aportaciones de Ricci que

tendría relevancia en el futuro de la misión china fue el haberse dado cuenta de la gran

importancia de la astronomía en China y la necesidad de reformar el calendario que

existía a finales de la dinastía Ming.

Para entender el papel de la astronomía en China, hay que considerar que, cuando llega-

ron los jesuitas a China, la corriente de pensamiento dominante era lo que en Occidente

se conoce como “neoconfucianismo”, desarrollado en las dinastías Song y Ming. En esta

doctrina filosófica, se añadieron al confucianismo original elementos cosmológicos y

metafísicos, provenientes en gran parte del budismo y del daoísmo. Precisamente el pri-

mer gran autor neoconfuciano, Zhou Dunyi 周敦頤 (1017-1073), es el que desarrollaría

el sistema cosmológico según el cual el primer principio es el taiji 太極 (“Culmen supre-

mo”), que da lugar al yin y al yang y posteriormente a todo lo existente. A partir de este

autor, se establecerían como ortodoxas ideas mucho más antiguas de la cosmovisión

china, presentes por ejemplo en el daoísmo. A través del Dao se consiguió unir el estudio

del cielo (la cosmología) con la actuación en la tierra (la ética), mediante la relación en-

tre el Dao del cielo (Tiandao 天道) y el Dao del hombre (rendao 人道)14. Esta relación

entre el macrocosmos y el microcosmos, que ligaba lo que ocurría en los cielos con la

actuación del emperador (el Tianzi 天子 o “hijo del cielo”), llevaría a que la astronomía

fuera considerada como una disciplina “de alto valor estratégico” y, por tanto, su estudio

debía ser una tarea de la burocracia estatal. Durante la dinastía Ming, el departamento

14 | Algunas obras reputadas donde se puede encontrar información sobre el neoconfucianismo son B. Schwartz, The World of Thought in Ancient China, Cambridge, Mass., Harvard University Press, 1985; A. C. Graham, Disputers of the Tao. Philosophical Argument in Ancient China, La Salle, Illinois, Open Court, 1989; y Anne Cheng, Historia del pensamiento chino, Barcelona, Bellaterra, 2006. Específicamente sobre la cosmología de Zhou Dunyi, se puede consultar R. R. Wang, “Zhou Dunyi’s Diagram of the Supreme Ultimate Explained (Taijitu shuo): A Construction of the Confucian Metaphysics”, en Journal of the History of Ideas, vol. 66, núm. 3 (2005), pp. 307-323.

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imperial encargado de estudiar la astronomía y elaborar cada año el calendario chino

era el Qintianjian 欽天監.

Poco después de morir Ricci, el jesuita flamenco Nicolas Trigault (1577-1628) partió de

Beijing hacia Europa con varios objetivos, uno de los cuales era conseguir jesuitas con

buenos conocimientos sobre matemáticas y astronomía para la misión china. En abril de

1618, varios jesuitas se embarcaron hacia Goa, entre los que se encontraban el italiano

Giacomo Rho (1592-1638), el alemán Johann Adam Schall von Bell (1592-1666) y el

también alemán Johannes Schreck (Terrenz, también conocido por la latinización “Te-

rrentius”, 1576-1630)15. En 1622, se encontraban en Macao y entraron al imperio chino.

Serían estos hombres los que realizarían el trabajo para la reforma del calendario y los

responsables de que los jesuitas alcanzaran altos niveles de prestigio y estatus en las

cortes de las dinastías Ming y Qing.

De esos tres grandes astrónomos jesuitas, Rho, Schall y Terrenz, solo el último fue des-

tinado a la corte. El 21 de junio de 1629 ocurrió un eclipse solar y se constató que los

cálculos según los métodos europeos, llevados a cabo por Terrenz, resultaron más pre-

cisos que los de los astrónomos chinos. El emperador pidió una explicación y, tras un

examen minucioso, se vio que no había ningún error en los cálculos de los astrónomos

15 | Se puede encontrar información biográfica y bibliográfica de estos jesuitas en algunas obras antiguas, tales como H. Cordier, Essai d’une Bibliographie des Ouvrages Publiés en Chine par les Européens au xviie et au xviiie siècle, París, Ernest Leroux, 1883; C. Sommervogel, S. J., Bibliotheque de la Compagnie de Jesus, Bruselas, Oscar Schepens y París, Alphonse Picard (1890-1900), R. Streit, O. M. I., Bibliotheca Missionum, vol. v, Asiatische Missionsliteratur 1600-1699, Freiburg, Herder & Co, 1929; L. Pfister, S. J. Notices Biographiques et Bibliographiques sur les Jésuites de l”ancienne mission de Chine, 1552-1773, vol. i, siècles xvi et xvii. Shanghái, Imprimérie de la Mission Catholique, 1932; o J. Dehergne, S. J., Répertoire des Jésuites de Chine de 1552 à 1800, Roma, Institutum Historicum S. I. & París, Letouzey & Ane, 1973. En general, las obras más modernas se basan en esas fuentes clásicas y no representan mayores avances. La excepción es Adam Schall von Bell, que después de Ricci es el jesuita más famoso en China y sobre el cual hay estudios en profundidad más recientes, tales como la biografía de Attwater: R. Attwater, Adam Schall. A Jesuit at the Court of China. 1592-1666, Londres, Geoffrey Chapman, (1963); y sobre todo la impresionante compilación editada por Malek (1998), que contiene la participación de buena parte de los especialistas en los jesuitas en China de las últimas décadas.

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imperiales, lo que llevaba a la conclusión de que sus sistemas eran imprecisos. Había que

reformar de manera integral el sistema de efemérides y el calendario. Para ello, se creó

un nuevo departamento estatal el Liju 曆局 o “Departamento para el Calendario”, a

cargo de Xu Guangqi, el cual convenció al Tribunal de Ritos y al emperador de que él solo

no podía llevar a cabo la reforma y que necesitaba la ayuda de los jesuitas.

Antes de emprender la tarea de reformar el calendario chino, era necesario traducir las

obras científicas europeas al chino. Terrenz murió el 13 de mayo de 1630. Se solicitó

entonces el traslado a la corte de Rho y de Schall, que por entonces estaban ocupados en

labores pastorales lejos de la capital. Serían estos dos hombres los que llevarían a cabo

la mayor parte de las traducciones de obras científicas europeas al chino. Entre 1631 y

1635, los dos jesuitas fueron los autores de una enorme cantidad de tratados de mate-

máticas y astronomía, reunidos en una gran obra compuesta por 137 pequeños tratados

o juan 卷, el Chongzhen Lishu 崇禎曆書 (Libro para el calendario de la era Chongzhen).

Esta compilación se puede considerar como una enciclopedia en lengua china de mate-

máticas y astronomía de la Europa de su tiempo, y permaneció como una fuente impor-

tante de conocimiento astronómico occidental durante toda la posterior dinastía Qing.

Una nueva versión del Chongzhen Lishu fue publicada en 1645, titulada Xiyang Xinfa

Lishu 西洋新法曆書 (Libro para el calendario según los nuevos métodos occidentales).

Posteriormente, el texto fue conservado con el título Xinfa Lishu 新法曆書 (Libro para

el calendario según los nuevos métodos), eliminando la denominación “occidental”. A

finales del siglo xvii y durante el xviii, la obra cambió su título a Xinfa Suanshu 新法算

書 (Libro de cálculo según los nuevos métodos). En esta secuencia de ediciones sucesivas,

la enciclopedia de los jesuitas iba incorporando algunos cambios, por lo que no siempre

coinciden los títulos y los contenidos de los volúmenes de cada edición16.

16 | I. Iannaccone, “Scienziati Gesuiti nella Cina del xvii Secolo”, en Scienze tradizionali in Asia. Principi e applicazione, eds. L. Lanciotti, y B. Melasecchi, Perugia, 1996, p. 156.

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Aunque algunos de los tratados que forman parte del Chongzhen Lishu y sus edicio-

nes posteriores son matemáticos, la mayoría de los libros tratan específicamente sobre

astronomía, basada en el modelo cosmológico de Tycho Brahe (1546-1601). Este astró-

nomo, conocido por las excelentes observaciones que llevaron a Johannes Kepler (1571-

1630) a la formulación de sus leyes sobre el movimiento de los planetas alrededor del

sol, elaboró un sistema cosmológico propio, diferente del ptolemaico y el copernicano.

En ese sistema, la Tierra está quieta en el centro del universo, y a su alrededor giran la

luna y el sol, pero los otros planetas giran en torno al sol, no en torno a la Tierra. Desde

un punto de vista instrumental, para hallar las trayectorias del sol, la luna y los planetas

alrededor de la Tierra, el sistema de Tycho Brahe es equivalente al de Copérnico. Sin em-

bargo, al colocar a la Tierra fija en el centro del universo, no tuvo los problemas de tipo

religioso que sufrió el sistema copernicano. Seguramente, debido a esta última ventaja,

fue escogido por los jesuitas para ser introducido en China, y por esa razón los tratados

astronómicos del Chongzhen Lishu se basan en la cosmología de Tycho Brahe, y no en la

de Ptolomeo ni en la de Copérnico.

De los dos autores jesuitas que más contribuyeron al Chongzhen Lishu, el que elaboró

los libros más importantes y complejos fue Giacomo Rho. Por eso merece aquí un

apartado especial.

Giacomo Rho y su obra

Giacomo Rho nació en Milán en 159217. Procedía de una familia noble. Su padre era

un famoso magistrado milanés y tuvo varios hermanos que llegaron a ocupar cargos

importantes en Italia. Desde su juventud, Rho destacó más en los estudios matemáticos

17 | Además de las obras clásicas sobre la vida y las obras de los jesuitas citadas anteriormente, otras fuentes más recientes donde se puede encontrar información sobre Rho son L. Carrington, “rho, Giacomo”, en Dictionary of Ming Biography 1368-1644, vol. ii, eds. L. Carrington, y Fang Chaoying, Nueva York y Londres, Columbia University Press, 1976, pp. 1136-1137; S. Bedini, “rho (ro), Giacomo”, en Diccionario histórico de la Compañía de Jesús, biográfico-te-mático iv, eds. C. O’Neill, S. J. y J. Domínguez, S. J., Roma, Institutum Historicum S. I. y Madrid, Universidad Pontificia Comillas, 2001, p. 3342; y José Antonio Cervera, Las varillas de Napier en China. Giacomo Rho, S. J. (1592-1638) y su trabajo como matemático y astrónomo en Beijing, México D. F., El Colegio de México, 2011.

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que en los filosóficos y teológicos. Entró en la Compañía de Jesús en 1614 y fue orde-

nado sacerdote en 1617. En 1622, fue elegido para formar parte del grupo de jesuitas

destinados a China en la llamada “misión Trigault”. Rho partió de Lisboa en abril de 1618.

Permaneció un tiempo en Goa y después en la Cochinchina. A principios de 1622, llegó

a Macao. Allí tuvo lugar uno de los hechos más famosos de su vida, al ser protagonista

en la defensa del enclave portugués contra el ataque que los holandeses llevaron a cabo

el 24 de junio de 162218.

Giacomo Rho permaneció en Macao durante dos años y medio, durante los cuales es-

tudió chino para poder entrar en China. En 1624 ingresó al imperio. Su primer lugar de

residencia estuvo en Jiangzhou 絳州, en la provincia de Shanxi 山西. Allí permaneció

durante varios años. En ese tiempo, se dedicó principalmente a las labores pastorales. Tal

como ya he anotado, en 1630 fue llamado a Beijing. Entre ese año y su muerte, ocurrida

en 1638, se dedicó principalmente al trabajo científico.

En total, son cuarenta y cinco los volúmenes escritos por Giacomo Rho en chino sobre

astronomía y matemáticas. De ellos, tres obras son específicamente matemáticas, en

las que se introducen algunos métodos necesarios para realizar los largos cálculos as-

tronómicos para la reforma del calendario: Bili guijie 比例規解 [Comentarios de las

operaciones de proporciones], en un solo volumen o juan 卷; Celiang quanyi 測量全

義 [Tratado completo del arte de la medida], que consta de diez juan, y Chousuan 籌算

[Cálculo con varillas], de un solo juan. En cuanto a los libros propiamente astronómicos

escritos por Rho, estos son los siguientes:

18 | Todos los historiadores acreditan a Rho como el autor del disparo de un cañón que fue decisivo para la victoria de los portugueses sobre los holandeses. Véase, por ejemplo, C. R. Boxer, “A derrota dos Holandeses em Macau no Ano de 1622. Subsídios Inéditos. Pontos Controversos. Informaçŏes Novas”, Macao, Escola Tipográfica do Orfanato. Separata del Boletim Eclesiástico da Diocese de Macau, vol. 36, núm. 413, 1938, pp. 86-122 y M. Teixeira, Macau e a sua Diocese, vol. iii, As ordens e congregaçŏes religiosas em Macau, Macau, Tipografia Soi Sang, 1956.

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Ri chan li zhi 日躔曆指 [Teoría del sol], un juan.

Ri chan biao 日躔表 [Tabla del movimiento solar], dos juan.

Yue li li zhi 月離曆指 [Teoría de la luna], cuatro juan.

Yue li biao 月離表 [Tabla del movimiento lunar], cuatro juan.

Wu wei li zhi 五緯曆指 [Teoría de los cinco planetas], nueve juan.

Wu wei biao 五緯表 [Tabla de los cinco planetas], once juan.

Estas seis obras son, sin duda, las más importantes de Rho. Básicamente, introducen a

China el “corazón” de la astronomía occidental: la teoría y las tablas de los movimientos

en el cielo del sol, la luna y los cinco planetas, según la teoría cosmológica tychónica.

Aunque compuso otras obras astronómicas menores, solo por ser el autor de esos seis

tratados astronómicos, Rho puede ser considerado como uno de los más importantes

introductores de la ciencia europea en China a lo largo de todos los tiempos.

La época de Schall y de Verbiest

En 1635, ya había sido compilado el Chongzhen Lishu y, por tanto, existía ya en chino

todo el material astronómico y matemático para poder realizar la reforma del calendario.

Sin embargo, muchos intelectuales chinos se opusieron vivamente e impidieron que el

calendario llegara a ser calculado utilizando los nuevos métodos occidentales. No obs-

tante, poco después de la muerte de Rho, cayó la dinastía Ming y se instauró la nueva

dinastía Qing, en 1644. Al ser los gobernantes manchúes, y por tanto extranjeros, no

vieron con malos ojos que los “bárbaros llegados de Occidente” entraran de lleno en el

trabajo imperial relacionado con la astronomía. A partir de ese momento, los jesuitas

tuvieron la oportunidad que tanto habían buscado de entrar de lleno en el aparato bu-

rocrático chino.

El trabajo en el departamento imperial para la astronomía y el calendario, el Qintianjian,

sería lo que más prestigio y estatus les daría a los jesuitas en China durante las décadas

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siguientes. Desde el principio de la dinastía Qing y hasta la disolución de la Compañía de

Jesús en China en 1775 (dos años después del edicto papal de supresión), este departa-

mento gubernamental estuvo siempre dirigido por un jesuita, exceptuando los años de

1664 a 1669. Sin embargo, en 1644, de los tres grandes jesuitas astrónomos reclutados

por la “misión Trigault”, dos habían muerto: Terrenz y Rho. El único que quedaba vivo,

Adam Schall, pudo recoger los frutos de todo el trabajo anterior, y convertirse en funcio-

nario imperial de alto grado y presidente del Qintianjian. Él fue, realmente, el que llevó a

cabo la reforma del calendario chino19.

Schall, al final de su vida, tuvo muchos problemas, tanto con compañeros misioneros

como con los astrónomos chinos. Algunos jesuitas no estaban muy contentos de estar

trabajando en un calendario pagano, casi supersticioso. Schall recibió críticas de algu-

nos compañeros de orden, como el jesuita Gabriel de Magalhaes, y de otras órdenes,

como el franciscano Buenaventura Ibáñez. Sin embargo, los mayores problemas los tuvo

con sus compañeros chinos en las tareas astronómicas. Las constantes intrigas del

astrónomo chino Yang Guanxian 楊光先 llevaron finalmente a una persecución

del cristianismo en China y a la pérdida total del prestigio de los jesuitas en China. Es lo

que en la historiografía de los jesuitas en China se conoce como el “caso del calendario”

(1664-1670). Yang acusó a Schall de haber realizado cálculos astronómicos erróneos y de

traición, al haber propuesto una mala fecha para el funeral de uno de los hijos del em-

perador Shunzhi, lo que produjo, según Yang, la posterior muerte prematura del propio

emperador. Schall fue condenado a muerte y, aunque esta condena no llegó a hacerse

19 | El trabajo como astrónomos imperiales de Schall y Verbiest ha sido narrado con profusión en varios libros clásicos de los jesuitas en China, tales como G. H. Dunne, Generation of Giants. The Story of the Jesuits in the last Decades of the Ming Dynasty. Notre Dame, Indiana, University of Notre Dame, 1962 o A. H. Rowbotham, Missionary and Mandarin. The Jesuits at the Court of China, Nueva York, Russell & Russell, 1966; o, más recientemente, L. M. Brockey, Journey to the East o F. C. Hsia, Sojourners in a strange land.

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efectiva, Schall murió en la cárcel20. Poco después de su muerte, Yang Guanxian y su ca-

marilla perdieron poder, el cristianismo ganó de nuevo influencia y los jesuitas volvieron

a tener prestigio en la corte.

El sucesor de Schall, el flamenco Ferdinand Verbiest (1623-1688), también llegó a ser

presidente del Qintianjian y siguió trabajando en el calendario chino. Además de su

papel como teórico, su principal contribución a la astronomía tuvo que ver con la parte

tecnológica y observacional. Verbiest fue el constructor de buena parte de los instru-

mentos astronómicos del antiguo observatorio de Beijing21. Todo esto ocurría durante la

época del gran emperador Kangxi 康熙, que reinó entre 1662 y 1722. Verbiest llegó a ser

profesor particular de matemáticas y astronomía del emperador, lo cual aumentó mucho

su estatus y su prestigio en la corte.

Otro de los hechos fundamentales para la misión de China durante la era del emperador

Kangxi fue la llegada de la misión francesa. Verbiest le había pedido al rey de Francia que

enviara a Beijing a varios jesuitas franceses. Luis xiv accedió a la petición y poco des-

pués llegaron a China los conocidos como “cinco matemáticos del rey”: Joachim Bouvet

(1656-1730), Jean-François Gerbillon (1654-1707), Claude de Visdelou (1656-1737), Jean

de Fontaney (1643-1710) y Louis Le Comte (1655-1728). Todos ellos fueron importantes

intelectuales y sinólogos22. Estos misioneros franceses enviaron sus conocimientos a

20 | Específicamente sobre el “caso del calendario”, se pueden ver los textos de Dawei Zhang, “The “Calendar Case” in the early Qing Dynasty re-examined”, en Western Learning and Christianity in China. The Contribution and Impact of Johann Adam Schall von Bell, S. J. (1592-1666), ed. R. Malek. Nettetal, Steyler Verlag, Monumenta Serica, Monograph Series, 35, 1998, pp. 475-495 o T. Lippiello, “Astronomy and Astrology: Johann Adam Schall von Bell”, en Western Learning and Christianity in China. The Contribution and Impact of Johann Adam Schall von Bell, S. J. (1592-1666), ed. R. Malek. Nettetal, Steyler Verlag, Monumenta Serica, Monograph Series, 35, 1998, pp. 403-430.

21 | Todavía hoy se puede visitar el antiguo Observatorio de Beijing, con los instrumentos originales, situado en el cruce del Segundo Cinturón y la avenida Chang’an. Los aparatos astronómicos encima de un torreón, donde parece haberse detenido el tiempo, rodeados de las autopistas y rascacielos del nuevo Beijing, constituyen una de las es-tampas más inspiradoras de la capital china.

22 | A. H. Rowbotham, Missionary and Mandarin, p. 105.

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Europa dentro de la famosa colección de Cartas edificantes y curiosas, conjunto de mi-

sivas de misioneros de todo el mundo, que entre 1703 y 1776 llegaron a formar treinta

y cuatro volúmenes y ayudaron a estimular el interés popular sobre China en Europa y

la “sinofilia” que se desarrolló allí. Junto a los jesuitas franceses, los portugueses (es-

pecialmente Tomás Pereira, José Suares y Joao Mourao) dieron fama a Beijing, por su

correspondencia con la Royal Society de Londres, l’Académie des Sciences de París y la

Academia Imperial de Rusia.

El final de la historia

Las últimas décadas del siglo xvii suponen el momento más glorioso de la misión jesuítica

en China. El emperador Kangxi estaba fascinado con los jesuitas. Su interés personal por

las ciencias se vio colmado por Verbiest y por algunos de los misioneros franceses. Ese

clima de concordia entre el “hijo del cielo” y los jesuitas llegó a su punto culminante

cuando el emperador promulgó, en 1692, un “edicto de tolerancia”, por el cual se daba

libertad de predicación del cristianismo en todo el imperio y libertad para todos los

chinos que quisieran hacerse cristianos. Un siglo después de la época de Matteo Ricci,

los jesuitas habían conseguido su sueño y esperaban que China pudiera llegar a hacerse

mayoritariamente cristiana, al igual que el propio emperador. Sin embargo, a pesar de las

apariencias de éxito, ya desde la época de la composición del Chongzhen Lishu se habían

ido acumulando problemas que terminarían por destruir todo lo que habían conseguido

los jesuitas durante más de un siglo.

Para empezar, desde el punto de vista meramente científico, a pesar de dirigir el Qin-

tianjian durante décadas, los jesuitas nunca se pudieron quitar de encima las críticas

y la animadversión de sus colegas astrónomos chinos. En la dinastía Qing, se abrió un

fuerte debate sobre si la ciencia introducida por los jesuitas podía ser considerada como

“occidental” o simplemente como “nueva”. Durante la era Kangxi, la denominación de

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“occidental” empezó a tener una fuerte carga negativa en el imperio chino. Por eso se

consideró que sería mejor simplemente quitar esa palabra (xi 西) de las obras, dejando

la denominación de “nueva” (xin 新)23. Es por ello que, como ya he señalado antes, el

título de la gran obra matemática y enciclopédica de los jesuitas cambió de Xiyang Xin-

fa Lishu (Libro para el calendario según los nuevos métodos occidentales), a Xinfa Lishu

(Libro para el calendario según los nuevos métodos), y posteriormente a Xinfa Suanshu

(Libro de cálculo según los nuevos métodos). En esta última versión llegó a desaparecer

el nombre de los jesuitas como autores de los tratados de matemáticas y astronomía,

asignándose todas las obras a Xu Guangqi24.

Sin embargo, la razón principal del fracaso de la misión china de los jesuitas fue la fa-

mosa “Controversia de los ritos chinos”. Esta controversia había tenido sus raíces mucho

antes, desde la época de Ricci25. El punto central es la existencia en la civilización china

de ceremonias de culto a los ancestros y a Confucio. Desde el principio, los misioneros

se preguntaron si esos ritos se podían considerar de carácter religioso (y por tanto herético,

por lo que se debía prohibir a los chinos conversos al cristianismo) o de carácter meramente

civil (en cuyo caso no habría problema en que los realizaran los chinos conversos). Ricci, en

su acercamiento al confucianismo, fue de la idea de que los ritos chinos eran actos

23 | Sobre el debate que hubo en China respecto a si la ciencia de los jesuitas debía ser considerada como “occi-dental” (xi 西) o simplemente como “nueva” (xin 新), véase J. Needham y Wang Ling, Science and Civilisation in China, pp. 447-451.

24 | José Antonio Cervera, Las varillas de Napier en China, pp. 185-186.

25 | La historia de la “Controversia de los ritos chinos” está contada de manera más o menos detallada en casi todos los libros de los jesuitas en China, por ejemplo G. H. Dunne, Generation of Giants. Dos libros que tratan específi-camente el tema de toda la polémica y los decretos que se dieron a favor y en contra de los ritos chinos son el de Etiemble, Les Jesuits en Chine. La querelle des rites (1552-1773), París, Julliard, 1966, y el de G. Minamiki, S. J., The Chinese Rites Controversy from Its Beginning to Modern Times, Chicago, Loyola University Press, 1985. En general, estas historias están escritas desde el punto de vista de los jesuitas en la controversia. Hay también visiones que se sitúan más a favor de otros actores, en particular los frailes dominicos y franciscanos, como la obra de J. S. Cummins, Friar Domingo Navarrete and the Jesuits in China. Cambridge, Scholar Press, 1993, o de F. Villarroel, “The Chinese Rites Controversy –Dominican Viewpoint–”, Philippiniana Sacra, vol. xxviii, núm. 82, 1993, pp. 5-61.

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meramente culturales, sin valor religioso ni supersticioso. No todos los jesuitas estu-

vieron de acuerdo con esa apreciación. Por ejemplo, el sucesor de Ricci al mando de la

misión, Nicolo Longobardi (1559-1654), era contrario a la postura de su predecesor. Sin

embargo, a pesar de la disensión inicial, los jesuitas llegaron a adoptar como grupo las

ideas de Matteo Ricci. Los auténticos problemas empezaron en la década de los treinta

del siglo xvii. Al mismo tiempo que Rho y Schall estaban traduciendo obras científicas

europeas al chino para dar lugar al Chongzhen Lishu, se establecieron en China los pri-

meros dominicos y franciscanos26. Y al ver las prácticas de los ritos chinos permitidas a

los neófitos chinos por los jesuitas, se quedaron escandalizados.

Ante el desacuerdo de los dominicos y franciscanos sobre las prácticas de sus compañe-

ros jesuitas, enviaron a Roma informes de lo que estaba pasando en China. Los miembros

de la Compañía de Jesús, por su parte, también dieron su propia versión de los hechos.

En los años cuarenta y cincuenta del siglo xvii, Roma promulgó dos decretos en los que

alternativamente se condenaban y se aceptaban los ritos chinos. La gran controversia

había comenzado. Durante la segunda mitad del siglo, mientras la misión jesuítica en

China vivía su momento culminante, los teólogos de la Santa Sede y de las universidades

europeas discutían agriamente sobre los ritos chinos. Finalmente, a principios del siglo xviii,

el Vaticano decidió a favor de las tesis de los dominicos y franciscanos, prohibiendo

totalmente los ritos chinos27.

26 | Respecto a la introducción en China de los dominicos y franciscanos, véanse, respectivamente, A. Busquets, “Primeros pasos de los dominicos en China: llegada e implantación”, Cauriensia, vol. viii, 2013, pp. 191-214, y José Antonio Cervera, “Los intentos de los franciscanos para establecerse en China, siglos xiii-xvii”, Sémata, Ciencias So-ciais e Humanidades, vol. 26, 2014, pp. 425-446.

27 | El papa Clemente xi promulgó un decreto en 1704 prohibiendo los ritos chinos a los cristianos. En 1715, ese decreto se formalizó más en una constitución apostólica. Finalmente, en 1742, se promulgó en Roma el decreto Ex Quo Singulari, que era el más largo y duro de todos los que se habían hecho hasta la fecha. Hacía una historia de los decretos anteriores y confirmaba plenamente la condena de los ritos del decreto de 1715. Además, en este decreto se prohibía cualquier otra discusión posterior. Con la bula de 1742, la controversia de los ritos chinos llegó a su fin y no se volvió a discutir el asunto durante dos siglos.

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La Controversia de los ritos chinos tuvo consecuencias muy negativas para la misión

cristiana en China, e incluso para la Compañía de Jesús en su conjunto28. Cuando el em-

perador Kangxi supo que la Santa Sede prohibía los ritos en honor de los antepasados y

de Confucio a los cristianos chinos, lo consideró como una arrogancia de los europeos

hacia su propia cultura. Tras varios años de intentos para acercar posturas, la separación

se mostró irreconciliable. En 1721, Kangxi promulgó un decreto prohibiendo las misiones

cristianas en China. Sus sucesores, los emperadores Yongzheng 雍正 (r. 1722-1735) y

Qianlong 乾隆 (r. 1736-1795), continuaron con la postura anticristiana. Tras la su-

presión de la Compañía de Jesús por el papa en 1773 (que se hizo efectiva en China en

1775), terminó la misión jesuítica en el “reino del centro”.

Conclusión

Durante los últimos años del siglo xvi y todo el xvii, los jesuitas constituyeron un verda-

dero puente cultural y científico entre China y Europa. Ellos, junto con los misioneros de

otras órdenes religiosas, hicieron que, durante los siglos xvii y xviii, en Europa se viviera

una especie de “sinofilia”. Aunque ese sentimiento de fascinación por China empezó mu-

cho antes, a partir de libros como Il Milione de Marco Polo o la Historia del gran reino de

la China del agustino español Juan González de Mendoza, serían los jesuitas los prin-

cipales responsables de que, durante el siglo xviii, China fuera vista por los ilustrados

europeos como un lugar del que Europa podía aprender. Una de las razones principales

de esta sinofilia es el hecho de que durante la Ilustración, y casi hasta el final del siglo xix,

el estudio de China estaba dominado por la propia interpretación china de su cultu-

ra, llevada a Europa por los jesuitas. La autoimagen china presentaba su tierra como

“central”, tanto geográfica como culturalmente (el “reino del centro”), autosuficiente

28 | Se considera a la Controversia de los ritos chinos como uno de los detonantes que llevarían a la pérdida de prestigio de la Compañía de Jesús en Europa, lo que conduciría posteriormente a la supresión de la orden.

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y esencialmente estable, y con una antigua sabiduría moral aplicable universalmente. Al

llegar a Europa, esa imagen idealizada de China se utilizó básicamente para analizar a la

propia Europa29.

Sin embargo, tras la Controversia de los ritos chinos y con la caída en desgracia de la

Compañía de Jesús en todo el mundo, esa sinofilia se transformó en “sinofobia”, senti-

miento que dominaría el panorama occidental durante los siglos xix y xx. Los misioneros

cristianos volverían a China tras las Guerras del Opio, pero serían principalmente protes-

tantes procedentes de países anglosajones. Solo en 1939, el papa Pío xii rectificaría los

decretos de la Santa Sede de principios del siglo xviii y proclamaría que los ritos chinos

a los antepasados y a Confucio no son de tipo religioso, sino profano, y por tanto per-

mitidos a los chinos cristianos. Pero tan solo diez años después, Mao Zedong ganaría la

guerra civil e impondría en China un modelo de Estado no muy proclive al proselitismo

religioso.

De cualquier modo, la historia de los jesuitas en China durante los siglos xvi, xvii y xviii

constituye un ejemplo magnífico de relaciones religiosas, científicas y culturales entre

civilizaciones muy diferentes. En nuestro mundo del siglo xxi, cuando los movimientos

de personas, de tecnología y de corrientes de pensamiento de todo tipo han llegado a

un volumen sin precedentes, es interesante el estudio de la obra de Matteo Ricci y sus

compañeros, que, en un tiempo en el que la intolerancia religiosa y cultural era la norma,

pudieron “acomodarse” al mundo chino y hacerlo suyo.

29 | J. Ching y W. G. Oxtoby (eds.), Discovering China. European Interpretations in the Enlightenment, Rochester, University of Rochester Press, 1992, pp. xxx-xxxi.

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China, México y la Comintern: dos estrategias revolucionarias y sus resultados

中国、墨西哥和共产国际:两个革命战略及其结果

Marisela Connelly (El Colegio de México, México)*

Resumen

Desde que se fundó la Tercera Internacional Comunista en 1919 en Moscú su obje-

tivo fue establecer partidos comunistas en el mayor número de países y explorar las

posibilidades de que se llevara a cabo en ellos un movimiento revolucionario. China y

México fueron dos candidatos idóneos pues dados los levantamientos en contra de sus

respectivos regímenes existía una situación que podía ser aprovechada para sembrar la

semilla del socialismo. En México, los levantamientos fueron dirigidos al derrocamiento

del gobierno de Porfirio Díaz que había logrado sostenerse en el poder por treinta años.

En China, la llamada revolución de 1911 había acabado con la dinastía Qing y había

establecido una república pero con bases endebles. Los enviados de la Comintern a estos

dos países, M. N. Roy y Borodin trabajaron precisamente para establecer partidos comu-

nistas y ver la posibilidad de que los levantamientos se encaminaran por la ruta marcada

por la Comintern.

* | Realizó sus estudios de doctorado en Columbia University, de maestría en El Colegio de México, ceaa y de licen-ciatura en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (unam). Es especialista en política exterior, economía e historia de China, Hong Kong y Taiwán. Imparte cursos de licenciatura y maestría, e igualmente ha enseñado cursos de doctorado. Es autora de múltiples libros y artículos académicos; ha realizado múltiples estancias de investigación en China, Taiwán y Hong Kong. Es miembro de la Association for Asian Studies, Conference Group for Taiwan Studies, la Asociación Latinoamericana de Estudios Afroasiáticos y la Asociación Mexi-cana de Estudios Internacionales. Desde el 2004 es miembro de la mesa directiva de la Asociación de Académicos Daniel Cosio Villegas y desde el 2010 es presidenta de esta asociación. En el 2010 obtuvo el reconocimiento por trayectoria académica de la Universidad de Colima. Actualmente es profesora investigadora de tiempo completo de El Colegio de México, en el Centro de Estudios de Asia y África, área China.

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chin

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méx

ico

y l

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inte

rn1919年莫斯科建立了共产国际,其目标是在大多数国家成立共产党,并

考察发起革命运动的可能性。在当时,中国和墨西哥是合适的候选国,因为

当时两国都在反对国内政体,共产国际可以利用该条件在两国播种社会主义

种子。墨西哥正处在想要推翻已经执政30年的波费里奥·迪亚斯(Porfirio Díaz)

政府起义中。1911年辛亥革命推翻了清王朝,建立了共和国,但根基薄弱。

共产国际派罗易(M. N. Roy)和鲍罗廷(Borodin)去中国和墨西哥成立共产党,同

时观察两国的起义能否沿着共产国际规划的路线前进。

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En este ensayo analizo la línea seguida por la Comintern o Tercera Internacional hacia

China y México durante el periodo de 1919 a 1930, en la que observamos la configura-

ción del Partido Comunista Chino y el Partido Comunista Mexicano.

Dentro de la Segunda Internacional Socialista se produjeron problemas por las diferen-

cias entre las tendencias preponderantes. El socialchovinismo se inclinaba por la “defensa

de la patria” y tenía como representantes a Ebert en Alemania y a Plehanov en Rusia,

ambos se solidarizaron con sus respectivas burguesías nacionales. La tendencia del cen-

tro, representada por Kautsky, Berstein, Haase y McDonald estaba en contra de la guerra

pero admitía que los trabajadores, puesto que no podían actuar de otra manera, tuvieran

que apoyar a sus respectivas burguesías. La tendencia de izquierda compuesta por los

grupos radicales, se mostraba contraria a la burguesía imperialista, al socialchovinismo

y al centrismo. Deseaba que se llevara a cabo una acción antiguerra rigurosa. Contaba

con miembros como Karl Liebknecht, Franz Merhing, Clara Zetkin, Rosa Luxemburgo

de Alemania y Lenin y Trotsky de Rusia. La mayoría de los socialistas de los países en

guerra, que todavía en julio de 1914 habían afirmado que esa guerra era una agresión

imperialista, en agosto, se unieron a ella en pro de la defensa nacional. A la Conferencia

de Zimmerwald celebrada en septiembre de 1915, asistieron delegados de Alema-

nia, Francia, Rusia, Polonia, Bulgaria, Rumania, Italia, Holanda, Suecia y Noruega. Por su

composición política, la conferencia era heterogénea. La izquierda estaba encabezada

por los bolcheviques y los de izquierda de Alemania, Suecia y Noruega. Los de izquierda

deseaban que la conferencia llamara a las masas a la revolución pero sus propuestas

fueron rechazadas. Lenin lanzó un ataque abierto contra los socialistas de derecha por

su fracaso al no poder detener la guerra. Por ello, propuso la creación de una nueva inter-

nacional, pero la mayoría de los delegados se opusieron a la idea. En abril de 1916 se llevó

a cabo la Conferencia de Kienthal en la que los grupos de izquierda lograron incluir en la

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rnresolución fórmulas que condenaban al socialpacifismo y al socialchovinismo. Los

bolcheviques encabezados por Lenin volvieron a insistir en la necesidad de fundar una

nueva internacional pero su propuesta fue rechazada una vez más.

Lenin atacó a los líderes de la Segunda Internacional Socialista e insistió en la necesidad

de fundar una tercera. En su escrito “Bancarrota de la Internacional Zimmerwaldiana y

necesidad de crear la Tercera Internacional” explicaba sus argumentos al respecto.

La Internacional Zimmerwaldiana adoptó desde el primer momento una actitud vacilante,

kautskiana, centrista lo que obligó a la izquierda zimmerwaldiana a separarse inme-

diatamente de ella, declarándose autónoma y definiendo su posición en un manifiesto

propio. Continuaba: “Nada de esperar sino proceder inmediatamente a la fundación de

la Tercera Internacional […]”1.

Lenin llevó sus planes a la acción. Mientras la guerra continuaba se realizó la revolución

de febrero (marzo), que derrumbó al régimen zarista, estableciendo un gobierno mode-

rado encabezado por Alejandro Kerensky. Posteriormente, los bolcheviques dirigidos por

Lenin y Trotsky organizaron la revolución de octubre de 1917 y lograron apoderarse del

control del país. Inmediatamente firmaron los Tratados de Brest-Litovsk para terminar la

participación rusa en la guerra.

Para finales de 1918 era un hecho la derrota de los alemanes quienes tuvieron que acep-

tar el Tratado de Versalles, firmado el 28 de junio de 1919. Se establecía un nuevo orden

internacional, creándose nuevas naciones, modificándose así el mapa político de Europa.

Alemania perdió parte de su territorio y sus colonias.

1 | V. I. Lenin, “Bancarrota de la Internacional Zimmerwaldiana y necesidad de crear la Tercera Internacional”, en La Revolución de 1917, desde la caída del zarismo hasta las Jornadas de julio, trad. Wenceslao Roces, Madrid, Editorial Cenit, 1932, 3 t, t. 1, p. 171.

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2 | V. I. Lenin, “De las respuestas a las preguntas de Carlos Vigaud corresponsal en Berlín de la agencia informativa Universal Service”, en El Despertar de Asia, recopilación de artículos, Moscú, (s. f.), p. 58.

Lenin decidió cambiar el nombre del partido socialdemócrata por el de Partido Comunis-

ta, pues según decía, ya habían sido muchos los socialdemócratas que habían traiciona-

do al socialismo. Y el nombre del partido era importante porque se estaba gestando algo

nuevo, diferente a los movimientos anteriores, de acuerdo con la etapa histórica que se

estaba viviendo.

En 1919, los bolcheviques hicieron pública una invitación para el Primer Congreso de la

Tercera Internacional o Comintern. El 2 de marzo de ese año inició el congreso al que

asistieron cincuenta y dos delegados que representaban a treinta y cinco partidos y

organizaciones de treinta países. Se decidió que el ruso Zinoviev lo presidiera. No hubo

una definición de tareas de la organización pero sí un establecimiento de sus principios,

formación de partidos políticos en diferentes países y apoyo a la lucha antiimperialista.

Por ese tiempo, la situación mundial era efervescente, se producían levantamientos en

varios países europeos. En América Latina había levantamientos obreros, se realizaban

huelgas y manifestaciones públicas. En China se producía el Movimiento del 4 de Mayo

organizado por intelectuales, estudiantes y académicos que protestaban por los resul-

tados en la Conferencia de Paz de Versalles que le otorgaban a Japón las concesiones

alemanas en la península de Shandong.

La Comintern les había dado prioridad a los acontecimientos revolucionarios en Europa,

pero a medida que observó la fortaleza de los gobiernos capitalistas y las derrotas de los

movimientos organizados por los comunistas, volteó a ver hacia Asia. Lenin decía que:

La guerra imperialista de 1914-1919, guerra de los capitalistas del grupo anglo-

francés contra los capitalistas del mundo, ha despertado a Asia y ha acentuado

allí, igual que en todas partes, el anhelo de libertad y de trabajo pacífico, la deci-

sión de no consentir las guerras en lo sucesivo2.

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rnY en efecto, en ese continente se producían movimientos revolucionarios como el de

Kemal en Turquía que logró establecer un régimen nacionalista; en India se luchaba por

lograr la independencia; en China, desde 1911, se había iniciado un movimiento que te-

nía como objetivo terminar con el régimen dinástico; en 1912, la dinastía Qing de origen

manchú, de vio obligada a dejar el poder, estableciéndose una república y quedando

como presidente Yuan Shikai, que poco entendía de los principios republicanos y que

poco a poco alienó al grupo de revolucionarios encabezado por Sun Yat-Sen. A la muerte

de Yuan, sobrevino un periodo de desintegración política en la que los caudillos militares

empezaron a establecer sus feudos en las diferentes provincias chinas. El grupo de Sun

Yat-Sen se refugió en el sur, en la ciudad de Guangzhou, tratando de buscar ayuda ex-

terna para organizar nuevamente su movimiento, esta vez contra los caudillos militares.

En cuanto a América, la Internacional Comunista llegó a interesarse por la Revolución

mexicana; por ello a fines de 1919 mandó a un emisario, Mikhail Borodin, que quiso

aprovechar el levantamiento contra el presidente Venustiano Carranza para fines comu-

nistas. Pero se percató de que la situación no era propicia.

En los congresos de la Comintern, en la década de 1920, se establecieron las reglas y

las estrategias que deberían seguir los partidos comunistas en sus respectivos países.

En el Segundo Congreso, en 1920, se aprobaron los estatutos de la Comintern y las

veintiún condiciones de ingreso que todos los partidos debían acatar, siendo las más

importantes: la lucha resuelta de los partidos comunistas contra el reformismo, las ten-

dencias del centro y pacifistas; evitar que los sindicatos se adhirieran a la Amsterdam

International of Trade Unions y lograr que se unieran al Profintern; hacer propaganda

entre las fuerzas armadas de sus países; ganar el apoyo del campesinado; apoyar la

emancipación de las colonias y naciones oprimidas, apoyar a las repúblicas soviéti-

cas en su lucha contrarrevolucionaria; el principio del centralismo democrático como

base de los partidos comunistas; realizar purgas periódicas en sus organizaciones para

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eliminar a los elementos pequeñoburgueses3. En este congreso, Lenin dio a conocer su

obra: La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo, en la cual afirmaba que

los partidos comunistas debían tener una disciplina férrea y centralización, así como

habilidad para penetrar entre los sindicatos reaccionarios y atraer a las masas obreras.

En este congreso participó M. N. Roy quien afirmaba que el destino de la revolución

en Europa dependía en gran medida de la revolución en Asia. Lenin opinaba lo contrario,

si la revolución no hubiera triunfado en Europa, no sería posible que se desarrollara en

Asia. Al final de los debates, Roy tuvo que aceptar como válida la posición de Lenin. A

nivel táctico, el problema central fue el relativo a la colaboración con la burguesía de las

naciones no europeas. Lenin hacía hincapié en la necesidad de apoyar al movimiento de

liberación democrático burgués en las colonias y países dependientes; aunque también

indicaba que los comunistas debían conservar intacta su organización y no fundirse con

la de la burguesía. Roy opinaba que desde un principio, los comunistas debían adueñarse

del poder y no permitir que permaneciera en manos de la burguesía.

El tercer congreso de la Comintern se efectuó del 22 de junio al 12 de julio de 1922. En

ese congreso se acordó crear un Frente Único Proletario, atraer a las masas semiproleta-

rias, pequeñoburguesas y a los campesinos. La consigna era “ir a las masas”. Se revisaron

también los problemas relativos a la estructura orgánica de los partidos y los métodos y

contenido de su trabajo4.

En el cuarto congreso de la Comintern de fines de 1922 se discutió sobre el papel de los

comunistas en las revoluciones asiáticas. Entre los representantes asiáticos se revelaron

dos tendencias: una moderada representada por Tom Malaka, quien demandaba el

3 | Watson Seton, From Lenin to Khrushchev, the History of World Communism, Nueva York, Frederck A. Praeger, 1960, pp. 73-74.

4 | Sovolev et al., La Internacional Comunista, ensayo histórico sucinto, trad. N. Kuznetsov, Moscú, Editorial Progreso, 1971, p. 125.

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rnapoyo para los movimientos nacionales, y la otra más radical representada por M. N. Roy,

quien pensaba que la burguesía nacional trataría de llegar a acuerdos con las potencias

imperialistas. Lenin propuso la creación de un frente unido con los partidos comu-

nistas y burgueses. M. N. Roy no estaba de acuerdo pues se les estaría dando a los

burgueses un papel de liderazgo y, además, los comunistas no podrían mantener su in-

dependencia. Prevaleció la posición de Lenin. En el Quinto Congreso de la Comintern en

1924, Lenin ya había fallecido y José Stalin ya tenía influencia considerable. Se enfren-

taron las tesis de la revolución permanente y mundial y la del socialismo consolidado en

un solo país, prevaleciendo esta última.

En 1928, en el sexto congreso de la Comintern, llegó al clímax la contienda entre Stalin

y Trotsky, predominando Stalin y expulsando de la urss a Trotsky. Se determinó formar

un frente unido desde abajo, es decir, colaborar con las masas sociales demócratas y

reformistas pero no con los dirigentes, luchar contra el imperialismo y defender a la urss.

Los líderes asiáticos salieron del congreso reprochándoles a los líderes de la Comintern

la línea hacia sus países, pues ellos detectaron en los programas una incomprensión a

su situación específica.

México

En 1919 gobernaba el presidente Venustiano Carranza y uno de los líderes más conoci-

dos por sus propuestas agrarias, Emiliano Zapata, era asesinado. El Partido Comunista

Mexicano (pcm) fue establecido contando con un número reducido de miembros que

poco sabían de la teoría marxista leninista y dentro de un medio poco propicio para el

desarrollo de estas ideas. En marzo de 1919 el Partido Socialista de México, organizado

por Linn A. Gale, convocó un congreso nacional socialista para el 15 de agosto de ese

mismo año, al que podrían asistir las agrupaciones obreras sindicalistas y socialistas. El

congreso no se llevó a cabo en la fecha fijada sino hasta septiembre de 1919 y asistió

M. N. Roy y Franz Seaman. A pesar de las discusiones y divisiones de las diferentes tendencias

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logró predominar la encabezada por Roy que finalmente fundó el Partido Comunista

Mexicano, cuya directiva estuvo encabezada por José Allen que quedó como secretario

general del partido. En sus primeros años de vida, el partido influyó poco en las masas

obreras. El proletariado mexicano estaba inmerso dentro de las ideas anarcosindicalistas

que tenían ya una tradición en el país. Esto constituyó un impedimento para la pene-

tración de las ideas y disciplina teórica de los comunistas. En el siguiente párrafo puede

observarse la crítica comunista hacia los anarquistas:

Negar la necesidad de un Partido Comunista, no solo es prueba de una ignorancia

completa sobre la composición ideológica verdadera de los organismos obreros,

sino sostener con nuevos puntales el edificio podrido de la burguesía. Y debemos

decirlo con toda franqueza, ese es el papel vergonzoso que nos presentan en

México los que se dicen anarquistas y que con una mezquindad digan de los pe-

queños burgueses, gritan en contra del Partido Comunista5.

Asimismo, el establecimiento de centrales sindicales manipuladas por líderes corruptos

que valoraban más los puestos políticos que la solidaridad de los obreros. No es de ex-

trañarse que uno de los enemigos más encarnizados del pcm fuera Luis N. Morones, quien

dirigió la Confederación Regional Obrera Mexicana (crom) desde su fundación en 1918.

Mikhail Borodin estuvo en México en 1919 contactando a los intelectuales y académicos

progresistas; después la Comintern envió a Sen Katayama en 1921, quien tenía un histo-

rial importante como dirigente del movimiento socialista en Japón y entre los japoneses

residentes en Estados Unidos. En suelo mexicano, Katayama estudió la situación del pcm,

propuso la fundación del Bureau Latinoamericano para poder tender redes con otros

partidos en el continente. Poco pudo hacerse. Sen también les aconsejó a los líderes

del pcm participar en los procesos electorales, lo hizo y, uno de sus miembros, Luis G.

5 | Rosendo Salazar y Escobedo, Las pugnas de la gleba, 1907-1922, México, Editorial Avante, 1923, p. 65.

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rnMonzón fue el senador electo. Los artistas mexicanos ingresaron al pcm: Diego Rivera,

David Alfaro Siqueiros y Xavier Guerrero.

El pcm desarrolló una gran actividad entre los obreros, principalmente entre los ferroca-

rrileros y entre los campesinos pero lo poco que logró se quedó al nivel de las reivindica-

ciones económicas; por falta de definición teórica no pudo realizar un cambio profundo

en la estructura económica política. En 1922, se desarrollaron movimientos huelguistas en

Veracruz, como el de los inquilinos de habitaciones en contra del pago de rentas dirigido

por Herón Proal. En la Ciudad de México, los obreros protestaron ante el edificio del po-

der judicial porque el gobierno obregonista no resolvía los conflictos laborales. Por otro

lado, continuaban las exageraciones de los diarios respecto a la intromisión “bolsheviki”

en México, que afirmaban que intentaban instaurar repúblicas soviéticas en Puebla y

Yucatán. Esto, por supuesto, no era verdad, le daban este cariz a los acontecimientos con

el fin de crear un ambiente adverso a las ideas de tipo marxista leninista6. Los líderes del

pcm recibían las instrucciones de la Comintern relativas a la organización del partido y

la manera de trabajar para obtener el apoyo de las masas, pero no sabían aplicarla en

circunstancias específicas.

Al finalizar el periodo presidencial de Álvaro Obregón fueron considerados como candi-

datos el ministro de Gobernación, Plutarco Elías Calles, el ministro de Hacienda, Adolfo

de la Huerta, y el gobernador de Sinaloa, Ángel Flores. Cuando Huerta se percató de

que tenía pocas posibilidades de triunfar, se rebeló en contra del gobierno, pero infruc-

tuosamente, pues su movimiento fue sofocado por las fuerzas obregonistas. El Partido

Comunista Mexicano había apoyado al gobierno de Obregón y a Calles como candidato

porque consideraba que la rebelión delahuertista “era reaccionaria”. Insistía en la necesidad

6 | Véase, Excelsior, 23 de diciembre de 1921, p. 3, Editorial; Excelsior, 24 de diciembre, primera plana, Excelsior, 22 de diciembre de 1921, primera plana; El Universal, 25 de febrero de 1922, p. 10.

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de crear un gobierno obrero campesino para evitar la contrarrevolución y de formar un

ejército proletario en sustitución del profesional7.

El gobierno mexicano estableció relaciones diplomáticas con la Unión Soviética el 4 de

agosto de 1924. El embajador soviético Stanislav Pestkowski llegó a México y Vasilio

Vadillo fue a Moscú como embajador de México.

Durante el régimen callista, Luis N. Morones ocupó la Secretaría de Industria y Tra-

bajo, con ello, los de la crom lograron consolidar su posición. Los afiliados a centrales

sindicales independientes, en cambio, fueron duramente reprimidos cuando realizaron

movimientos para obtener mejores condiciones de trabajo, como los efectuados por los

obreros petroleros en 1925 y los tranviarios en 1926. El Partido Comunista Mexicano

trató de extender su influencia en la crom y en la Confederación Ferrocarrilera, en los

sindicatos autónomos y en menor escala en la cgt, con el fin de ganarse adeptos, pero

con poco éxito. Bertrand Wolfe participó en el movimiento huelguista de los mecánicos

ferrocarrileros que poco a poco fue alcanzando proporciones nacionales; por ello, el 29

de junio de 1925 fue expulsado del país.

El Partido Comunista Mexicano se interesó en la situación del campesinado. Trazó un

plan para resolver el problema agrario. Consideraba que repartir tierras sin darle al

campesinado los implementos necesarios para cultivarla no era una solución. El plan

contenía los siguientes puntos: reparto provisional, derecho al agua y créditos para se-

millas e instrumentos; latifundios para grupos comunales, organización cooperativa para

compra y consumo; cuerpo de agrónomos y establecimiento de comunidades modelo8.

Úrsulo Galván fue el que más se interesó en el trabajo campesino. En Veracruz organizó

7 | El Machete, órgano del Partido Comunista Mexicano fundado en 1924. Primera quincena de marzo de 1924, núm. 1.

8 | El Machete, segunda quincena de marzo, 1924, núm. 2, p. 6.

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rnla primera comuna agrícola y en 1926, junto con el gobernador de ese estado, Adalberto

Tejeda formó la Liga Campesina que tenía presencia en quince estados de la república.

El Partido Comunista Mexicano también participó en las huelgas de los ferrocarrileros y

Hernán Laborde, líder comunista, fue encarcelado. Además, el partido trató de penetrar

entre los trabajadores textiles con poco éxito. En 1927 y 1928 Siqueiros organizó la

Unión Minera de Jalisco. El gobierno de Calles reprimió los movimientos obreros y las

huelgas. En un mensaje que le envió la Comintern al Partido Comunista Mexicano ana-

lizaba la situación del país:

[…] tan pronto como fue batida la reacción, y alejado el peligro inmediato,

la pequeña burguesía comenzó a deslizarse a la derecha y actualmente enfrenta la

reforma agraria, sabotea la legislación del trabajo y liga sus intereses cada vez

más con aquellos de las masas poseedoras. Sin embargo, este deslizamiento de la

pequeña burguesía no se realiza sobre una línea recta. Tratando de mantener el

papel dirigente hacia las exigencias cada vez más insolentes de la reacción y del

capital extranjero y empujada por otra parte por las masas obreras y campesinas,

el gobierno de la pequeña burguesía empeña de vez en cuando una lucha contra

ciertas formas de la reacción para estrechar sus vínculos con las masas po-

pulares con las cuales su política de conservación social tiende a separar de

dicho gobierno9.

Para esta época, la situación del país se encontraba en estado efervescente pues se

avecinaban las elecciones presidenciales. El candidato oficial era Álvaro Obregón, ex-

presidente que deseaba reelegirse. Para ello, se enmendó la constitución para que la

reelección fuera válida por una sola vez. Como contrincantes estaban Arnulfo R. Gómez

y el general Serrano.

9 | “Mensaje de la Internacional Comunista al Partido Comunista de México”, en El Machete, primera quincena de noviembre de 1926, núm. 55, p. 3.

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El Partido Comunista Mexicano también tenía su candidato, Pedro V. Rodríguez, quien

era un viejo revolucionario y estaba apoyado por el Bloque de Obreros y Campesinos

organizado por los comunistas y la Liga Agraria10. Pero al ver las pocas posibilidades

que tenía de ganar, el Partido Comunista Mexicano modificó su posición y decidió

apoyar a Álvaro Obregón, pero agregaba que era una medida defensiva, sin esperar que

resolviera los problemas de la clase obrera. Álvaro Obregón fue electo presidente pero no

llegó a tomar posesión de su cargo, fue asesinado por un fanático el 17 de julio de 1928.

Emilio Portes Gil fue nombrado presidente provisional.

En 1929 se produjo una rebelión de los generales Escobar y Aguirre en contra del go-

bierno de Portes Gil que con la ayuda de Calles logró sofocarla. El pcm, en esta ocasión,

apoyó al gobierno, consideraba que esta rebelión representaba la última fase de las

contradicciones internas de la burguesía mexicana y que después se daría una oportuni-

dad para tomar el poder. La táctica no tuvo éxito. Varios comunistas perdieron la vida. El

pcm fue criticado por la Comintern, pues a su criterio el partido no debió intervenir. Como

resultado de este desacuerdo entre el pcm y la Comintern, hubo una purga en el partido.

Tanto Diego Rivera como Úrsulo Galván salieron del partido. La campaña anticomunista

continuaría con mayor encono durante el gobierno de Pascual Ortiz Rubio, sucesor de

Portes Gil. Los líderes comunistas fueron encarcelados, las oficinas del partido fueron

clausuradas, las oficinas de El Machete fueron cerradas y las prensas destruidas. El go-

bierno inició una campaña contra la urss con la que rompió relaciones diplomáticas el

23 de enero de 1930 argumentando que usaba a los comunistas para subvertir el orden

en el país. A partir de ese momento, el pcm quedó en la clandestinidad y sus miembros

fueron perseguidos y encarcelados.

10 | Robert Alexander, Communism in Latin America, NY, Rutgers University Press, 1969, p. 327.

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rnEl movimiento obrero mexicano estaba bajo la tutela de los líderes que los usaban para

sus fines políticos personales. Los obreros, que oponían resistencia a los dictados del

gobierno, ya fuera bajo Álvaro Obregón o Plutarco Elías Calles, eran reprimidos. El pcm

no fue un partido de masas. Desde su nacimiento fue débil; en los años siguientes no pudo

superar esa debilidad, su participación en las luchas electorales fue casi nula, no pudo, por

tanto, lograr un cambio en el orden político.

China

En China, desde 1911, se había llevado a cabo un movimiento que trajo como conse-

cuencia la caída de la dinastía Qing (1644-1912) en el cual las élites urbanas desempe-

ñaron un papel importante en las Asambleas Provinciales, establecidas desde 1909 y que

vieron en Sun Yat-sen a un líder revolucionario pero con poca presencia en el territorio

chino, un posible presidente de la naciente república. Por estas mismas características

del liderazgo de Sun era poco probable que pudiera sostenerse en el poder y por ello se

vio obligado a ceder la presidencia la general Yuan Shikai que tenía tras de él al ejército

Beiyang.

Esta situación trajo inestabilidad debido a que Yuan se apoyó en sus subordinados a

los que puso como gobernadores militares en las diferentes provincias, que guardaban

lealtad para su líder mas no para las instituciones. Por ello, al morir Yuan sobrevino un

periodo de inestabilidad política y desintegración territorial que se conoce como el pe-

riodo de los caudillos militares.

Sun Yat-sen continuó con sus esfuerzos de establecer un gobierno liderado por el recién

creado Partido Nacionalista o Guomindang (abreviado como gmd), desde la ciudad su-

reña de Cantón. Buscó apoyo económico de las potencias como Gran Bretaña y Francia

sin resultado, y fue ese un momento propicio para que los emisarios de la Comintern se

acercaran a él.

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Ante los graves problemas que enfrentaba China, los intelectuales buscaron una solu-

ción. Li Dazhao fue el primero en estudiar el marxismo; le dio apoyo a la revolución rusa

de 1917. Pensó que si el pueblo estaba dirigido por una vanguardia disciplinada podía

llegar al comunismo aun en áreas atrasadas. En 1918, Li organiza la Sociedad de Inves-

tigación Marxista, en la que participó el joven Mao Zedong. Empezaron a constituirse

grupos de radicales en Tianjin y otras ciudades11.

Mientras tanto, en Rusia, en noviembre de 1918, se organizaba la Sección China en el

Departamento del Partido Comunista de Rusia de Pueblos del Este. Había entre cuarenta

y cincuenta mil chinos en Rusia. Para julio de 1920 se fundó el Departamento de Orga-

nización Central para los comunistas chinos en Rusia. En la primavera de 1920, Gregory

Voitinsky salió a China. En ese mismo año, más de sesenta chinos se fueron a estudiar a

Rusia, entre ellos Liu Shaoqi. Qu Qiubai ya estaba en Rusia.

En abril de 1920, Voitinsky se entrevistó con Li Dazhao y en mayo viajó a Shanghái para

entrevistarse con Chen Duxiu, intelectual de vanguardia que al igual que Li, después de

estudiar las ideas marxistas, estaba convencido de que el marxismo podría salvar a Chi-

na. Se empezaron a establecer células comunistas en Shanghái, Beijing, Wuhan, Changs-

ha, Cantón, Jinan. En el exterior, los chinos en París, Japón y Alemania también formaron

células comunistas12. Empezaron a desarrollar trabajo ideológico entre los trabajadores

industriales. Finalmente, en julio de 1921, se estableció el Partido Comunista de China (pcch)

en Shanghái, con la ayuda del enviado de la Comintern, Maring. Chen Duxiu, aunque no

asistió a esta reunión, fue nombrado secretario general del partido. Casi simultáneamente,

los estudiantes chinos en París, entre los que se encontraba Zhou Enlai, fundaron el grupo

11 | James P. Harrison, The Long March to Power. A History of the Chinese Communist Party, 1921-1972, Nueva York, Praeger, 1972. pp. 20 y 21.

12 | James P. Harrison, The Long March to Power, p. 30.

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rnjuvenil comunista13. Por este tiempo también se creó en Shanghái una Unión Sindical

China que fue el antecedente de la Federación China de Trabajadores, la cual se esta-

bleció en Guangzhou, en 1922, bajo la dirección de Zhang Guotao. Además, se fundó en

Hunan una rama del Partido Comunista, con Mao Zedong como secretario.

En agosto de 1922, Maring, el emisario de la Comintern, convocó un pleno especial

del Comité Central del Partido Comunista Chino en Hangzhou, en donde insistió en la

necesidad de vincularse con el Guomindang para ampliar el Frente Unido. Para Maring,

el Guomindang no era un partido burgués sino un partido que aglutinaba a todas las

clases y los proletarios debían entrar en sus filas para transformarlo desde adentro. Chen

Duxiu, Cai Heshen y Li Dazhao no estaban de acuerdo con esta posición.

El Partido Comunista de China continuó el trabajo entre los trabajadores de las compa-

ñías tabacaleras americanas y británicas en Shanghái. Hubo paros de labores en Wuhan,

en Hunan y en las minas de Anyuan. En 1922 se produjo una huelga del sindicato de

marineros en Hong Kong que recibieron apoyo de trabajadores de Cantón. Lograron

que los británicos reconocieran la existencia del sindicato y el aumento de salarios.

El 1.º de mayo de 1822 se celebró el primer congreso de obreros de Cantón. Asistieron

Zhang Guotao y Liu Shaoqi.

Peng Pai, aunque era hijo de un terrateniente y tenía estudios en Japón, trabajó entre los

campesinos de Heilufeng y formó un sindicato de campesinos con veinte mil miembros.

Siguiendo la línea establecida en el Segundo Congreso de la Comintern, se inició en

China el trabajo para convencer a Sun Yat-sen y su partido el Guomindang, de fundar

un Frente Unido con los comunistas chinos para lograr la derrota de los caudillos mili-

tares y la unificación del territorio con un gobierno central. Sun necesitaba ayuda para

13 | E. P. Fitzgerald, The Birth of Communist China, Londres, Penguin Books, 1973, p. 59.

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organizar un ejército y pertrechos militares; los soviéticos deseaban que los comunistas

entraran al Guomindang para que fortalecieran su posición. Borodin fue la pieza clave

de la Comintern para llevar a cabo estos planes. En octubre de 1923 Sun Yat-sen y Bo-

rodin hacen planes para reorganizar al gmd. La estrategia del Frente Unido se basaba en

la colaboración con la burguesía por parte del pcch que mantendría su identidad separada

aumentando su fuerza al poder organizar y entrenar al proletariado y prepararse para la

segunda etapa revolucionaria que derribaría a la burguesía.

El gmd, según la Comintern, era el líder del frente democrático y antiimperialista. El pcch

debería ejercer su influencia dentro del gmd fomentando la revolución agraria. Además,

debía evitar que Sun se aliara con los caudillos militares. El 20 de enero de 1924 se llevó

a cabo el primer congreso del gmd que Borodin ayudó a organizar siguiendo las pautas

y reglas del Partido Comunista de la Unión Soviética. Aunque los grupos conservadores

del gmd no ven con buenos ojos la entrada de comunistas al partido, diez de ellos son

nombrados como miembros regulares o alternos del Comité Ejecutivo Central. Dos de

los departamentos quedan en manos de comunistas: organización con Tan Pingshan y

de campesinos con Lin Zuhan.

El gmd toma su camino para convertirse en una organización de masas, con liderazgo

fuerte e ideología revolucionaria, con un plan para tomar el poder político. Los soviéticos

los ayudan a crear la Academia Militar de Huangpu, en mayo de 1924, en una isla al sur

de Cantón. En ella se entrenan oficiales y soldados con una ideología nacionalista. Chiang

Kai-shek fue nombrado comandante en la academia. Zhou Enlai estuvo a la cabeza del

departamento político. Los instructores militares habían estudiado en Japón. Había tam-

bién militares rusos. La academia se sostenía con fondos rusos y con los impuestos loca-

les. Rusia envió al general Pavlov como asesor militar de Sun, pero este murió ahogado al

mes de su llegada. Lo sustituyó Blyukher conocido como Galen y, a la vez, Rusia proveyó

también de armamento.

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rnLos comunistas lograron penetrar cada vez más en las organizaciones de masas del gmd.

Peng Pai, en 1924, dirigió el Instituto Campesino que preparaba a su primer grupo. Se

fueron al campo a organizar al campesinado y asociaciones campesinas. Todas estas

actividades crearon un clima hostil hacia los comunistas dentro del gmd.

En noviembre de 1924, Sun Yat-sen viajó a Beijing pensando que podía negociar con el

norte y obtener la presidencia. Pero el 12 de marzo Sun muere de cáncer. Eso dará pie a

la confrontación entre los líderes del gmd por lograr el predominio en el partido. La figura

de Chiang Kai-shek se va consolidando gracias a su trabajo dentro de la milicia.

El año de 1925 fue de gran actividad tanto para el gmd como para el pcch entre las masas

trabajadoras que se dedicaron a organizar sindicatos. Los dos partidos aprovecharon lo

sucedido en Shanghái donde se muere un trabajador de una fábrica japonesa, lo que

lleva a manifestaciones masivas y paros de labores que se extendieron a otras ciudades.

Este movimiento fue conocido como el del 30 de mayo de 1925, tanto el gmd como el

pcch lograron incrementar su membrecía.

El gmd, gracias a las derrotas infringidas a los caudillos del sur por parte del ejército

constituido por egresados de la Academia de Huangpu, logró establecer un gobierno

nacionalista en Cantón. Al mismo tiempo creció la oposición hacia la permanencia de

los comunistas dentro del gmd. El 20 de agosto de 1925 asesinaron a Liao Zhongkai que

estaba a favor de los comunistas. Chen Duxiu defendió los motivos por los cuales

los comunistas debían seguir unidos al gmd: su labor en el adoctrinamiento político

de los miembros del ejército a través del Departamento de Entrenamiento Político es-

tablecido en 1925. Zhou Enlai fue el segundo de ese departamento. Los representantes

del partido eran los que supervisaban el trabajo político en el ejército nacionalista. Los

comunistas estaban activos en las organizaciones de masas entre obreros y campesinos.

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En el segundo congreso del Guomindang en 1926, los comunistas lograron colocar a

siete representantes y a veinticuatro suplentes en el Comité Ejecutivo Central. Esto no

fue visto con buenos ojos por el ala derecha del Guomindang.

Rusia le dio apoyo al gmd y al caudillo militar del norte Feng Yuxiang. En marzo de 1926

se hicieron manifestaciones contra los tratados desiguales en Beijing. Hubo varios muer-

tos y heridos. Li Dazhao buscó refugio en la Embajada Rusa.

En 1926 hubo un incidente cuando Chiang Kaishek sospecha que lo quieren secuestrar

y mandar a Rusia en el barco Zhongshan estacionado en Guangdong. Entonces, mandó

tomar el barco e hizo acuerdos con los rusos para disminuir influencia de los comu-

nistas en el gmd. Continuó la cooperación con la urss porque Chiang todavía necesita-

ba su ayuda para llevar a cabo la expedición hacia el norte y derrotar a los caudillos

militares14.

La expedición al norte se inicia en julio de 1926 y Chiang es nombrado comandante en

jefe del Ejército Revolucionario Nacional. Para fines de ese año ya tienen en su poder

Guangdong, Guangxi, Hunan, Hubei, Jiangxi y Fujian. Los comunistas son la vanguardia

que va trabajando entre las masas para que se sumen al movimiento. Pero después, el

gmd se divide, el de ala izquierda con Wang Jingwei se va a Wuhan y el de derecha con

Chiang se va a Nanjing.

En abril de 1927, Chiang Kai-shek dio un golpe contra los comunistas en Shanghái. Zhou

Enlai, Qu Qiubai y Chen Duxiu estaban en Shanghái. Con este ataque prácticamente

queda destruido el frente unido, no obstante, la Comintern, siguiendo órdenes de Stalin

le dice al pcch que siga unido al gmd de izquierda en Wuhan15.

14 | James P. Harrison, The Long March to Power, pp. 77-78.

15 | James P. Harrison, The Long March to Power, pp. 92-96.

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rnStalin insistía en que esta línea era la correcta en su obra: Problemas de la revolución

China. Según su análisis, la primera etapa de desarrollo de la revolución china fue la del

frente único nacional, pero con el golpe de cks, la revolución entró en su segunda etapa:

la revolución agraria.

Esto significa que el Guomintang revolucionario en Wuhan, se iría convirtiendo, de he-

cho, con una lucha energética contra el militarismo y el imperialismo, en el órgano de

la dictadura democrática revolucionaria del proletariado y del campesinado, mientras

que el grupo contrarrevolucionario de Chiang Kai-shek en Nanjing, apartándose de

los obreros y los campesinos y acercándose al imperialismo, compartirá la suerte de los

militaristas16.

Stalin criticó a la oposición y trató de justificar su posición tendiente a la permanencia

de los comunistas dentro del ala izquierda del Guomindang:

La oposición no estima conveniente la participación de los comunistas en el Guo-

mindang. La oposición estima conveniente por tanto, que el Partido Comu-

nista se retire del Guomindang. ¿Pero qué significa la retirada del Partido

Comunista del Guomindang, ahora, cuando toda la jauría imperialista y todos

sus secuaces exigen que se expulse a los comunistas del Guomindang? Significa

abandonar el campo de batalla y desamparar a los aliados del partido en el Guo-

mindang, con gran contento de los enemigos de la revolución. Significa debilitar

al Partido Comunista, torpedear al Guomindang revolucionario, facilitar la obra de

los Cavaignac de Shanghái y poner la bandera del Guomindang, la más popular en

China, en manos de los guomintangistas de derecha17.

16 | J. V. Stalin, Problemas de la Revolución China, Moscú, Editorial Lenguas Extranjeras, 1954, en Obras, t. 9, pp. 232-233.

17 | J. V. Stalin, Problemas de la Revolución China, p. 236.

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Señalaba que la derrota temporal del pch no se debía a la política de la Comintern pues:

Una política acertada no debe, ni mucho menos, conducir siempre ni obligato-

riamente a la victoria inmediata sobre el enemigo. Esta victoria no la determina

únicamente una política acertada, sino ante todo y sobre todo, la correlación de

las fuerzas de clase, la evidente superioridad de fuerzas por parte de la revolución,

la disgregación del campo enemigo, una situación internacional favorable18.

Obviamente Stalin trataba de demostrar que los lineamientos de la Comintern eran los

adecuados para la situación china. Trotsky criticó severamente la línea seguida por la

Comintern en China, acusándola de ser la responsable de los fracasos sufridos por los

comunistas:

[…] la política stalinista del Partido Comunista Chino consistió en una serie de

capitulaciones frente a la burguesía y habituó a la vanguardia obrera a soportar

el yugo del Guomindang. En marzo de 1926 el partido capituló frente a Chiang

Kai-shek, y por tanto consolidó su posición debilitando la suya propia; compro-

metió la bandera del marxismo y se transformó en su instrumento secundario de

la dirección de la burguesía. El partido ahogó al movimiento agrario y las huelgas

obreras, aplicando las directivas del Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista

(Comintern) sobre el bloque de las cuatro clases. El partido renunció a la organiza-

ción de los soviets para no perturbar la situación de los generales chinos; de esta

forma entregó a Chiang Kai-shek, maniatados a los obreros de Shanghái. Después

del aplastamiento de Shanghái, y conforme a las directrices del Comité ejecutivo de la

Internacional Comunista, el partido confió totalmente sus esperanzas en el Guo-

mindang de izquierda, en el pretendido centro de la revolución agraria19.

18 | J. V. Stalin, Problemas de la Revolución China, p. 354.

19 | León Trotsky, La Revolución China, trad. Jorge Marfa, México, Grijalbo, 1970, p. 97.

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rn M. N. Roy también explicó lo sucedido:

En esto la responsabilidad incumbe también a la dirección de la Internacional Co-munista (Comintern), porque en sus instrucciones introdujo un cambio anticuado de política. Hacia fines de 1926 los errores gravemente oportunistas de los jefes comunistas chinos y sus consejeros rusos acabaron por suscitar la atención de la Internacional, la cual votó una resolución recomendando un cambio radical de polí-tica. El autor del presente libro, miembro en aquel entonces de la mesa de la secre-taría política del Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista (Comintern), fue a China para poner en ejecución la nueva política de sacar al Partido Comunista del cenagal del oportunismo (que) no partió solamente de los jefes comunistas chi-nos, sino en primer lugar de Borodin, quien había sido durante los últimos años el representante en China de la Internacional Comunista. De suerte que no se pudo llevar a la práctica tal nueva resolución. Por su parte, la dirección de la In-ternacional Comunista no apoyó con el mayor empeño mis esfuerzos en pro de la aplicación de la nueva política, revelando con ello que aún no se había desprendido del todo del antiguo oportunismo. Hasta que no se produjo la catastrófica derrota no fue llamado Borodin; pero antes que él había sido llamado yo […]20.

En julio de 1927, los del gmd de izquierda también rompieron con los comunistas. Des-

armaron a las guardias obreras, asaltaron los sindicatos, prohibieron las reuniones y las

manifestaciones y declararon el estado de guerra. Centenares de comunistas fueron

arrestados y ejecutados.

Después de lo ocurrido, Stalin se percató de lo desastroso de la situación que deman-

daba un nuevo programa. Según su razonamiento, los obreros y campesinos chinos ya

estaban listos para hacer la revolución y atacar a los contrarrevolucionarios. Envió a dos

emisarios: Besso Lominadse y Heinz Neumann. Stalin ordenó que se siguiera una línea

que enfatizaba en la organización de levantamientos de obreros y campesinos liderados

por el pcch. Iniciaron con el levantamiento de Nanchang que logró la toma de esta

20 | M. N. Roy, Revolución, Contrarrevolución en China, trad. Alberto Ferrer, México, Roca, S. A, 1972, pp. 90-91.

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ciudad por los comunistas quienes publicaron una declaración que decía que el Guomin-

dang se había convertido en un instrumento de la contrarrevolución21. El levantamiento

fracasó después de una toma efímera de la ciudad.

En agosto de 1927 se llevó a cabo una conferencia de emergencia del pcch en donde se

culpó a Chen Duxiu de lo sucedido, fue suspendido de su cargo como secretario general

y en su lugar fue nombrado Qu Qiubai, quien tenía veintiocho años pero con una for-

mación leninista y una sofisticación teórica, además de saber ruso. Apenas nombrado

como secretario general del partido se puso a trabajar para lograr el fortalecimiento de

la ideología entre los miembros.

Continuaron los levantamientos; en Hunan, Mao organizó el levantamiento de la Cose-

cha de Otoño. Mao estableció un gobierno revolucionario en el condado de Tongshan.

Hubo dos insurrecciones espontáneas en áreas cerca de Changsha. El 12 de septiembre,

un ejército de obreros, campesinos y mineros de Anyuan, Jiangxi, tomaron Liling al su-

reste y establecieron un programa revolucionario único, llamando a la restauración de

las asociaciones campesinas y sindicatos, y a la confiscación de tierra. Pero para el 15 de

septiembre, las unidades mejor armadas desertaron o abandonaron los planes de ataque.

Solo el grupo que tomó Liling continuó y tomó dos pueblos más, pero el 17 de septiem-

bre fueron derrotados y alrededor de mil sobrevivientes se fueron a Liuyang, cerca de la

frontera con Jiangxi. Mao se unió a este grupo y se dirigieron a las montañas de Jing-

gangshan en la frontera Hunan-Jiangxi. Mao incrementó el control del partido sobre el

ejército, desarrolló principios igualitarios de comando e hizo énfasis en el buen compor-

tamiento hacia la población local. Empezó a experimentar con la guerra de guerrillas22.

Al llevarse a cabo una sesión del pleno del partido en noviembre de 1927 se adjudicó la

derrota del levantamiento a la poca organización y errores de estrategia.

21 | Benjamin Schwartz, Chinese Communism and the Rise of Mao, Nueva York, Harper Torchbooks, 1967, p. 113.

22 | James P. Harrison, The Long March to Power, p. 132.

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rnMao Zedong se dio a la tarea de establecer áreas base como la de Jing-Gang-Shan en

donde puso en práctica las políticas agrarias que combatían a los terratenientes y forta-

lecían el reparto de tierras, lo mismo que organización de asociaciones campesinas. Mao,

con la ayuda de Zhu De y después de Peng Dehuai fue organizando el llamado Ejército

Rojo en el que se enfatizó el trabajo político.

Para diciembre de ese año se organizó un levantamiento en Cantón que estableció, por

pocos días, un gobierno obrero campesino. Fuerzas leales a Zhang Fakui tomaron Cantón

y el Departamento Político de Shanghái decidió promover la insurrección en Cantón. El

Comité de Guangdong aceptó la propuesta y nombró un comité revolucionario presidido

por Zhang Tailei. Heinz Neumann, enviado de la Comitern, se dirigió a Cantón. Junto

con Zhang dirigió el levantamiento. Los comunistas crearon un consejo soviético, libe-

raron a los presos políticos, proclamaron un programa radical llamando a la nacionali-

zación de los bancos, fábricas, tierra y propiedades burguesas en general. Las fuerzas de

Zhang Fakuei contraatacaron y los barcos de guerra de los extranjeros lanzaron sus dis-

paros contra la ciudad. El levantamiento fue aplastado el 13 de diciembre con miles de

muertos. Los líderes huyeron a Hong Kong; Zhang Tailei fue muerto el 12 de diciembre.

El partido culpó del fracaso a la mala organización, fuerza del enemigo y vacilaciones

del liderazgo. Nuevamente la Comintern puso la responsabilidad del fracaso a Qu Qiubai

y en su lugar quedó Li Lisan en el liderazgo y Xiang Zhongfa como secretario general del

Partido Comunista Chino.

En 1929 se fue delineando lo que se conocería como la Línea de Li Lisan en la que se

vincularía el movimiento campesino con el débil movimiento obrero. La idea era usar al

Ejército Rojo para tomar las grandes ciudades; se organizarían paros que se unificarían

en uno nacional. La guerra de guerrillas se vincularía con los paros urbanos. El Ejército

Rojo debía de concentrarse en las vías de comunicación y ciudades clave. En julio de

1929 trataron de tomar Changsha con las fuerzas encabezadas por Peng Dehuai pero

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fueron repelidos por el ejército del gobierno nacionalista. Según M. N. Roy este levanta-

miento fracasó porque todavía no maduraba y porque el campesinado no estaba dirigido

por el proletariado23.

Después del fracaso de Changsha, la Comintern buscó nuevamente un chivo expiatorio

en Li Lisan. Se le acusó de no haber sabido aprovechar las circunstancias para lanzarse al

ataque. La Comintern envió a China a Qu Qiubai una vez reivindicado ante el estalinismo

para que informara sobre la situación en que estaba el Partido Comunista Chino. Ya desde

mayo de 1930 había llegado a China Mif Pavel, un nuevo emisario de la Comintern. En

noviembre, la Comintern ordenó a Li Lisan que viajara a Moscú.

A la caída de Li Lisan, Qu Qiubai pensaba obtener nuevamente el liderazgo, pero Mif

había llevado a estudiantes egresados de la Universidad Sun Yat-sen de Moscú, quienes

ocuparon los puestos en el partido. Eran los llamados veintiocho bolcheviques con Wang

Ming a la cabeza, quien fue nombrado secretario general.

Durante la década de los años treinta el Partido Comunista Chino fue desarrollando cada

vez más su carácter campesino y fue fortaleciendo su posición Mao Zedong, quien logró

guiar al partido hacia el triunfo definitivo sobre el imperialismo europeo y japonés y

sobre las fuerzas de Chiang Kai-shek.

Consideraciones finales

El pcch a diferencia del pcm logró su objetivo final de toma del poder político realizando

cambios en la estructura de su país aunque no dentro del periodo analizado en este

ensayo. La Comintern, por su parte, concedió más importancia a los acontecimientos

revolucionarios en Asia que en América. Esta tendencia ya se aprecia desde el segundo

congreso de la Comintern de 1920.

23 | M. N. Roy, Revolución, p. 151.

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rnSi observamos la situación en China, resulta evidente que no era la misma de México,

aunque compartían algunos aspectos: la presencia de las potencias extranjeras que exa-

cerbaban los problemas internos. No obstante, los líderes que fundaron el pcch, Li Dazhao

y Chen Duxiu, estudiaron la doctrina marxista leninista, observando que podría ser usada

para aplicarla en China, tomando en cuenta las características específicas del país. Es

cierto que a los revolucionarios chinos les faltaba conocimiento acerca de la organiza-

ción de un partido pero aprendieron pronto de los emisarios de la Comintern y a partir

de su propia experiencia.

La Comintern pensaba que el pcch era débil para actuar solo, que aún le faltaba contar

con un mayor apoyo de las masas proletarias y campesinas. Por ello, aconsejó la adhe-

sión de los miembros del pcch al Partido Nacionalista o gmd fundado por los revolucio-

narios seguidores de Sun Yat-sen. La labor conjunta tenía como objetivo acabar con la

presencia imperialista en China y con los caudillos militares que impedían la unificación

del país.

El pcch siguió lo trazado por la Comintern aunque hubo opiniones en contra de algunos

líderes chinos que no confiaban en las buenas intenciones del gmd, además de impedirles

un desarrollo independiente. No obstante, los comunistas chinos aprovecharon para in-

crementar su número de seguidores entre el proletariado y después entre el campesina-

do, lo que se vio con recelo por parte de los líderes nacionalistas, que aún los aceptaban

pues necesitaban la ayuda que les daba la Comintern. Esta situación llegó a un punto

crítico cuando murió Sun Yat-sen en 1925, lo que propició el ascenso del liderazgo de

Chiang Kai-shek. Los antagonismos existentes en el gmd culminaron con la división en

dos tendencias: izquierda y derecha y con el primer golpe contra los comunistas en 1926.

La Comintern dominada por José Stalin, pensando más en los intereses de la Rusia So-

viética que en los comunistas chinos seguía insistiendo en continuar el Frente Unido

con el gmd. Siguiendo esta línea, los comunistas sufrieron un segundo golpe en marzo

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de 1927 en Shanghái, el cual causó muchas muertes y enormes pérdidas en el campo

comunista. Y todavía Stalin continuó insistiendo en que siguieran dentro del gmd de

izquierda en Wuhan.

Durante todos estos años el pcch, guiado por dirigentes entrenados en Moscú, siguió lo

ordenado por la Comintern y sufrió una serie de purgas de sus principales líderes a los

que se les acusó de errores de línea que causaron los fracasos del partido. Stalin seguía

aferrado a la idea de que era necesario conservar como aliada a la burguesía china, y

Trotsky en la importancia del proletariado urbano industrial, que entre el campesinado

que debía ser guiado por el primero.

No obstante todos los fracasos, el pcch fue reafirmando su posición sobre todo en el

campo. Contaba con algo que el pcm no tenía: sabía formular sus objetivos, el primero

entre ellos, la obtención del poder político para tener una base que sustentara las rei-

vindicaciones económicas. Además, en China, se estaba creando una conciencia de clase

entre el proletariado, en gran parte, gracias a los escritos de Mao, bien arraigados en la

realidad actual e histórica de China. Por ello, en 1949 lograron constituir un gobierno

encabezado por el pcch.

Historia

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Los eventos que marcaron la China contemporánea

当代中国大事件

Gao Zhengyue (Universidad eafit, Colombia)*

Resumen

Después de la fundación de la nueva China, en el año 1949, han transcurrido sesenta y cinco años; durante este tiempo en China han sucedido importantes eventos tales como la formación del Gobierno Central, bajo la dirección del Partido Comunista de China, la política de reforma y apertura hacia el exterior, los Juegos Olímpicos en Beijing, la exposición mundial de Shanghái, etc. Gracias a la dirección correcta del Partido Comu-nista de China y a los grandes eventos, China se ha convertido de un país pobre a un país relativamente rico y de un país atrasado a uno moderno.

自1949年新中国成立65年以来,国内发生了许多重大事件:中国共产党

领导的中央政府的形成、改革开放、北京奥运会、上海世博会等。在中国共

产党的正确领导下,以及经历了这些重要事件后,中国已经从贫穷走向相对

富裕,从落后走向现代化。

* | Director chino del Instituto Confucio de Medellín, graduado de la Universidad de Lenguas Extranjeras de Beijing, trabajó en el Ministerio de Relaciones Internacionales de la República Popular China. Fue cónsul general de China en Barcelona, España y embajador de China en Perú y Colombia.

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Información general

Geografía de China

El territorio de la República Popular China se extiende en gran parte de Asia Oriental.

Es el segundo país más grande del mundo por área territorial, después de Rusia, y es el

tercero por área total, luego de Rusia y Canadá. Usualmente se estima el área total de

China en alrededor de 9 600 000 km².

Este es el mapa ejecutivo de China. China tiene la frontera terrestre más larga del mundo

que mide 22 117 km desde la desembocadura del río Yalu en la frontera con Corea del

Norte, hasta el golfo de Tonkín en el límite con Vietnam. China comparte fronteras con

catorce naciones, más que ningún otro país. Limita con Vietnam, Laos y Birmania en el

Sudeste Asiático; con India, Bután, Nepal y Pakistán en Asia del Sur; con Afganistán,

Tayikistán, Kirguistán y Kazajistán en Asia Central; y con Rusia, Mongolia y Corea del

Norte en Asia Oriental. Además, comparte fronteras marítimas con Corea del Sur, Japón,

Vietnam y Filipinas.

En el oriente de China, se encuentran las extensas llanuras aluviales densamente pobladas,

mientras que más al norte, en los bordes de la meseta de Mongolia interior, predominan

los amplios pastizales. Las colinas y las cordilleras bajas cubren el sur de China, mientras

que los deltas de los dos principales ríos chinos —el río Amarillo y el Yangtsé— se ubican

en la región centro-este. Al occidente se asientan las cordilleras grandes, más notable-

mente, los Himalayas. Las mesetas altas abarcan los lugares más áridos del norte, como

los desiertos de Taklamakan y de Gobi. El punto más alto del mundo, el monte Everest,

se encuentra en la frontera chino-nepalesa. El punto más bajo del país, y el tercero más

bajo del mundo, es el lecho lacustre seco del lago Ayding en la depresión de Turfán.

La República Popular China mantiene el control administrativo sobre veintitrés provin-

cias. China también cuenta con cinco subdivisiones llamadas oficialmente regiones

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autónomas (Xinjiang, Mongolia interior, Tíbet, Ningxia y Guangxi) en las que existe una

minoría étnica y que tienen una autonomía mayor; cuatro municipios bajo jurisdicción

central (Beijing, Tianjin, Shanghái y Chongqing); dos regiones administrativas especiales

Hong Kong y Macao; y Taiwán también es una provincia de China.

Idiomas en China

El idioma oficial de China es el putonghua (普通话), lo que conoce la gente como chino

mandarín, basado en el dialecto de Beijing. Las minorías étnicas utilizan ampliamente

algunas lenguas de un diferente sistema como el zhuang, el mongol, el tibetano, el uy-

ghur y el coreano, etc.

Historia: fundación del gobierno

El 1.º de octubre de 1949, el presidente Mao Zedong subió a la tribuna de la grandiosa

torre Tian’anmen, en Beijing, y declaró solemnemente al mundo entero: ¡Se ha fundado

la República Popular China! ¡El pueblo chino se ha puesto de pie!

El 1.º de octubre se convirtió en el día de la Fiesta Nacional de China y fue el inicio de la

historia contemporánea del país.

Historia: primera generación

Luego de la proclamación de la Nueva China, bajo la dirección del Partido Comunista

de China y Mao Zedong, dirigente de la primera generación de la Nueva China, el país

recuperó la economía nacional, estableció el sistema socialista, mejoró las condiciones

de vida del pueblo, fortaleció la unidad de las etnias, desarrolló relaciones con el exterior,

recuperó su puesto legítimo en la Organización de las Naciones Unidas y de miembro

del Consejo de Seguridad. La fisonomía política y económica registró enormes cambios.

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Historia: segunda generación

En 1978, dirigida por el Partido Comunista de China y Deng Xiaoping, dirigente de la

segunda generación de la Nueva China, impulsada por la Tercera Revolución Científica

y Tecnológica, China entró en una nueva etapa, la de reforma y apertura y de moderni-

zación socialista; aceleró en gran medida el ritmo de desarrollo económico, experimentó

avances constantes de las ciencias y técnicas, la educación, la cultura, el deporte y los

servicios sanitarios, y su posición en la esfera internacional se elevó considerablemente.

Valiéndose de la política “un país, dos sistemas” logró resolver exitosamente los pro-

blemas de Hong Kong y Macao y en el futuro seguramente solucionará también el

problema de Taiwán.

Historia: tercera generación

El colectivo dirigente de la tercera generación, con Jiang Zemin como máxima figura,

persistió en la política de apertura al exterior. En el 2001, China ingresó en la Organiza-

ción Mundial del Comercio (omc), paso que ha impactado positivamente en la moderni-

zación socialista de China.

Historia: cuarta generación

El colectivo dirigente de la cuarta generación, bajo la dirección del Comité Central del

Partido Comunista de China, cuyo secretario general era Hu Jintao, se esforzó por cons-

truir una sociedad armoniosa socialista y aceleró el proceso de construcción de una

sociedad con un nivel de vida modestamente acomodado en todos los aspectos.

Historia: quinta generación

Desde el 2012, China, luego del xviii Congreso Nacional del Partido Comunista de China,

entró en una etapa totalmente nueva, liderada por el presidente Xi Jinping, bajo cuya

dirección China está caminando hacia un futuro más esplendoroso.

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Acontecimientos importantes

Mao Zedong y el establecimiento de la Nueva China

Mao Zedong (1893-1976). Nació en Shaoshan, Hunan. Fue el máximo dirigente del Par-

tido Comunista de China (pcch) y de la República Popular China. Bajo su liderazgo, el

Partido Comunista se hizo con el poder en la China continental en 1949, cuando se

proclamó la nueva República Popular, tras la victoria en la Guerra Civil contra las fuerzas

de la República de China. La victoria comunista provocó la huida de Chiang Kai-shek y

sus seguidores del Kuomintang a Taiwán y convirtió a Mao en el líder máximo de China

hasta su fallecimiento en 1976.

En septiembre de 1949 se convocó la i Sesión Plenaria de la Conferencia Consultiva

Política del Pueblo Chino, la cual decidió fundar la República Popular China, eligió a Mao

Zedong como presidente del Gobierno Popular Central de la República Popular China

y decidió adoptar Beijing como la capital del país y la bandera roja con cinco estrellas

como bandera nacional.

El 1.º de octubre a las dos de la tarde los dirigentes del Estado juramentaron tomar po-

sesión de los cargos, nombrado a Zhou Enlai primer ministro del Consejo Administrativo

del Gobierno Popular Central. Una hora más tarde, en la plaza de Tian’anmen, Mao Ze-

dong declaró solemnemente la fundación de la República Popular China y su Gobierno

central.

La fundación de la República Popular China marcó el fin de la historia de la vieja China

semifeudal y semicolonial que había imperado en el país durante más de un siglo y abrió

un nuevo capítulo en la historia china. Un gran país cuya población representa la cuarta

parte de la mundial se convirtió en una nación unificada e independiente. El pueblo se

convirtió en verdadero dueño del país.

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Zhou Enlai y la diplomacia de la Nueva China

Zhou Enlai (1898-1976). Nació en Huai’an de la provincia Jiangsu y fue un sobresaliente

estadista, diplomático e importante dirigente de la República Popular China, miembro

del Partido Comunista Chino desde su juventud y primer ministro de China desde la

fundación de dicho país en 1949 hasta su fallecimiento. Poseía un gran dominio de las

artes diplomáticas y probada dignidad personal. Cada vez que aparecía en el escenario

diplomático, transmitía esperanza a los amantes de la paz. Era un símbolo del éxito y la

victoria.

De abril a julio de 1954, Estados Unidos, la Unión Soviética, China y Francia, además

de las diversas partes contrincantes en la guerra de Corea y la guerra de Indochina,

celebraron las conferencias de Ginebra (Suiza) para discutir problemas referentes al ar-

misticio. Fue la primera vez que la Nueva China, en calidad de presencia, participaba en

eventos internacionales de máxima importancia. Zhou Enlai, al frente de la delegación

china, cumplió de manera destacada con su misión y realizó enormes contribuciones a

la restauración de la paz.

Zhou Enlai hizo destacados aportes al mejoramiento de las relaciones entre China y

Estados Unidos. El 21 de febrero de 1972, cuando ambos países aún no tenían relaciones

diplomáticas bilaterales, el presidente estadounidense Richard Nixon llegó a Beijing para

efectuar una visita amistosa a China. Zhou Enlai acudió al aeropuerto de Beijing para re-

cibirlo. Al saludarse, Zhou Enlai dijo con sonrisas: “Usted ha tendido la mano para apretar

la mía sobrepasando el más extenso océano del mundo”. Desde entonces, las relaciones

chino-norteamericanas emprendieron el camino de la normalización. Zhou Enlai desem-

peñó un papel clave como ningún otro. Manifestó extremo carácter creador y flexible

en la elaboración y ejecución de las políticas de China hacia Estados Unidos, así como

excelentes artes diplomáticas.

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Deng Xiaoping y la reforma y apertura

Deng Xiaoping (1904-1997). Nació en Guang’an de la provincia Sichuan y fue un político

chino, máximo líder de la República Popular China desde 1978 hasta los últimos años de

su vida. Fue el principal dirigente de esta reforma y arquitecto general de la reforma y

apertura de China. Bajo su liderazgo, la República Popular China emprendió las reformas

económicas de liberalización de la economía socialista que le permitieron al país alcan-

zar unas impresionantes cotas de crecimiento económico.

Deng Xiaoping formuló la teoría de la construcción del socialismo con peculiaridades

chinas: teniendo como centro la construcción económica, la ampliación de la moderni-

zación, se practica el sistema de contrata según el rendimiento de la producción sobre

la base de los hogares en las zonas rurales; en las ciudades se promueve el régimen de

responsabilidad económica bajo formas distintas rompiendo el concepto de “olla gran-

de”, se establece la estructura de economía de mercado socialista sobre la base de la

propiedad pública, como la separación de los poderes del Partido Comunista de los gu-

bernamentales, ceder los poderes a los niveles inferiores, simplificar la composición de

los órganos, aplicar la democracia, entre otros.

Combinó la reforma con la apertura y fundó zonas económicas especiales. Durante su

inspección a Shenzhen, Zhuhai, Shanghái y otras zonas, sostuvo importantes charlas,

entre las cuales destacó que a la reforma y apertura había que imprimirles mayor coraje

y debían aprovecharse las oportunidades. La clave radica en desarrollar la economía,

señaló enfáticamente. En agosto del 2013, el Gobierno Central de China aprobó esta-

blecer zona de comercio libre de Shanghái para fortalecer la reforma y apertura. Es la

primera zona de comercio libre en China continental.

Deng Xiaoping planteó que “la ciencia y tecnología constituyen las primeras fuerzas

productivas”, hay que respetar el saber, respetar a los hombres de valía, desarrollar obras

de educación y reforzar el fomento de la civilización espiritual socialista.

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En cuanto a los problemas del retorno de Hong Kong y Macao a los brazos de la patria,

Deng Xiaoping planteó el uso de la política de “un país, dos sistemas” para hacer realidad

la unificación de la patria, lo que ha sido un rotundo éxito.

Gracias a la reforma y apertura durante más de treinta años, China ha conquistado enor-

mes éxitos en lo político, económico, cultural y otros dominios; su poderío nacional ha

registrado notable refuerzo y el nivel de vida del pueblo aumenta diariamente.

Retorno de Hong Kong a los brazos de la patria

En junio de 1840 estalló la Primera Guerra del Opio. El 26 de enero de 1841, el Reino

Unido ocupó Hong Kong. El 29 de agosto de 1842, el Gobierno Qing de China se vio

obligado a firmar el Tratado de Nanjing, un pacto humillante con el Reino Unido en el

que se cede Hong Kong.

El 19 de diciembre de 1984 Deng Xiaoping planteó, durante el encuentro con la primera

ministra británica Thatcher, el método de “un país, dos sistemas” para solucionar el pro-

blema de Hong Kong. El plan consistía en practicar “un país, dos sistemas”, “Hong Kong

gobernado por la gente de Hong Kong” y “alto grado de autonomía”, mantener inaltera-

do por cincuenta años el sistema capitalista y el modo de vida originalmente existente.

Mediante consultas en varias ocasiones, China y el Reino Unido firmaron la Declaración

Conjunta de la República Popular China y Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del

Norte acera del Problema de Hong Kong, proclamando que el Gobierno chino recupera-

ría el ejercicio de la soberanía sobre Hong Kong el 1.º de julio de 1997 y al mismo tiempo

Inglaterra le devolvería Hong Kong a China.

El 30 de junio de 1997, a la medianoche, el acto de entrega y aceptación del poder

de Hong Kong entre los Gobiernos de China y Reino Unido se celebró solemnemente en

Hong Kong. El 1.º de julio de 1997, a las cero horas, la bandera nacional y la de la región

administrativa especial de Hong Kong de la República Popular China fueron izadas en

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Hong Kong. Jiang Zemin, presidente de la República Popular China declaró con toda

solemnidad:

Según la Declaración Conjunta Chino-Británica sobre el Problema de Hong Kong,

los Gobiernos de ambos países han celebrado la transmisión del poder de Hong

Kong, con lo cual se proclama la recuperación del ejercicio de la soberanía so-

bre Hong Kong por China y la Región Administrativa Especial de Hong Kong de

la República Popular China queda oficialmente establecida. Luego Dong Jianhua,

primer jefe ejecutivo de la Región Administrativa Especial de Hong Kong, tomó

juramento del cargo […]. Después de siglo y medio de dominación británica, Hong

Kong retornó finalmente a los brazos de la patria.

El día 31 de agosto de este año, el comité permanente de la Asamblea Nacional Popular

de China aceptó el principio de que el próximo líder de Hong Kong sea elegido por su-

fragio universal en el 2017. Así, Hong Kong dará un paso más hacia su futuro brillante.

Retorno de Macao a los brazos de la patria

En 1553, los colonialistas portugueses comenzaron a usurpar Macao, que se transformó en

la primera base de agresión fundada por los invasores occidentales en el territorio chino.

A finales de la década de los setenta del siglo pasado, China y Portugal llegaron a un

acuerdo de principios sobre el problema de Macao. De 1986 a 1987 tuvieron lugar una

serie de negociaciones amistosas y de paz, que concluyeron el 13 de abril de 1987 con

la firma de la Declaración Conjunta del Gobierno de la República Popular China y el

Gobierno de la República de Portugal sobre el Problema de Macao, reconociendo que

la región de Macao es territorio de China. El Gobierno chino recuperaría el ejercicio de la

soberanía sobre Macao el 20 de diciembre de 1999.

El 19 de diciembre de 1999 a las 23:42, el acto de entrega y aceptación del poder de Macao

se inició oficialmente. El presidente de Portugal, Jorge Sampaio, y otras personalidades

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gubernamentales estuvieron presentes en el acto. El 20 de diciembre a las cero horas,

Jiang Zemin, presidente de la República Popular China, declaró que el Gobierno chino

recuperaba el ejercicio de la soberanía sobre Macao. Luego He Houhua, primer jefe eje-

cutivo de la región administrativa especial de Macao, de la República Popular China,

juramentó la toma de posesión.

La bandera regional de la región administrativa especial de Hong Kong de la República

Popular China es un árbol Bauhinia blakeana blanco, estilizado, de cinco pétalos en el

centro de un campo rojo. El color rojo en esta bandera regional es igual que el de la

bandera de la República Popular China. La bandera de Macao es de color verde con una

flor de loto de color blanco sobre la silueta del puente del gobernador Nobre de Carvalho

y el mar, también de color blanco, y bajo un arco de cinco estrellas amarillas de cinco

puntas, siendo la central más grande que las otras cuatro, como las de la bandera

nacional de China.

Enormes éxitos de la navegación espacial tripulada

El espacio limitadamente extenso constituye una riqueza común de la humanidad y las

exploraciones del espacio forman parte de su búsqueda conjunta. El proyecto chino de

navegación espacial se inició oficialmente en 1992. Se trata de una gran obra que parte

de objetivos totalmente pacíficos. Los chinos dedican esfuerzos a desplegar pruebas

científicas y estudios técnicos espaciales y a través de ello hacen contribuciones a las

causas científicas y de paz de la humanidad.

Luego de lanzar sucesivamente cuatro naves no tripuladas, el 15 de octubre del 2003, la

nave Shenzhou-v transportó al astronauta Yang Liwei, primer chino en visitar el espacio

exterior. Luego de catorce vueltas alrededor de la Tierra, la nave aterrizó con toda se-

guridad. El éxito del viaje de la nave espacial tripulada Shenzhou-v demostró que China

había superado y controlado las técnicas básicas de la navegación espacial tripulada, y

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coronó y cumplió con los planes y metas de la primera etapa dentro del proyecto de la

navegación espacial tripulada. El vuelo convirtió a China en el tercer país capaz de des-

plegar de manera autonómica la navegación espacial tripulada, después de la ex Unión

Soviética y Estados Unidos. En junio del 2013 otros nueve astronautas chinos habían

repetido esta hazaña.

El 12 de octubre del 2005 la nave espacial tripulada Shenzhou-vi, construida por China,

arribó el espacio exterior. Los dos astronautas, Fei Junlong y Nie Haisheng, luego de

coronar con éxito varias pruebas espaciales, retornaron con toda seguridad a la Tierra

cinco días después.

En el 2011 lanzaron el primer módulo de la estación espacial china, Tiangong-1, el primer

paso para completar su propia estación para principios del 2020.

Los deportes chinos marchan hacia el mundo

China cuenta con una de las culturas deportivas más antiguas en el mundo. Ha hecho

parte de los Juegos Olímpicos desde 1932, pero no comenzó a participar bajo el nombre

de la República Popular China hasta 1952. En 1979, el Comité Olímpico Internacional

restituyó su puesto legítimo a la República Popular China.

En los xxiii Juegos Olímpicos celebrados en Los Ángeles, en 1984, el tirador Xu Haifeng

ganó la primera presea de oro olímpica en la historia de China. La delegación china

ocupó el cuarto puesto en el total de títulos conseguidos. La selección femenina de vo-

leibol se adjudicó el cetro, que también alcanzó en la copa del mundo y el campeonato

mundial.

China asistió sucesivamente a los xxiv Juegos Olímpicos en Seúl, los xxv Juegos Olímpicos

en Barcelona y los xxvi Juegos Olímpicos en Atlanta (Estados Unidos). En septiembre del

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2000, durante los xxvii Juegos Olímpicos en Sídney, los chinos se adjudicaron en total

cincuenta y nueve medallas, colocándose en el tercer puesto en cuanto al número global

de medallas. En agosto del 2004, durante los xxviii Juegos Olímpicos en Atenas, los chinos

conquistaron al adjudicarse sesenta y tres medallas, treinta y dos de oro. En agosto del

2008, durante los xxix Juegos Olímpicos en Beijing, los chinos conquistaron nuevos éxitos

al adjudicarse cien medallas, cincuenta y una de oro. Hasta entonces participaron en

quince ediciones de los Juegos Olímpicos.

El 13 de julio del 2001 China fue seleccionada sede de los Juegos Olímpicos del 2008,

lo que constituye un hito para el país en la elevación de su posición en la arena in-

ternacional y un acontecimiento grandioso de la nación china en el curso de su gran

rehabilitación.

Entre el 8 y el 24 de agosto del 2008, los xxix Juegos Olímpicos se celebraron exitosamente

en Beijing. Voy a explicar un poco sobre el emblema y diseño gráfico de este grandioso

evento. El logotipo de los Juegos Olímpicos del 2008 fue conocido como “Beijing dan-

zante”. Se trata de la representación de un atleta o bailarín en un fondo rojo, diseñado

a manera de sello tradicional de la cultura china. La forma del personaje recuerda al

ideograma chino (jing), cuyo significado es “capital”, en referencia a Beijing, la capital de

la República Popular China y sede de los Juegos Olímpicos del 2008. Debajo del dibujo se

encuentran la frase “Beijing 2008” y los cinco anillos olímpicos. Las cinco mascotas ofi-

ciales de los juegos son denominadas en conjunto como Fuwa, que literalmente significa

“niños de la suerte”. Las cinco mascotas se llaman Beibei, Jingjing, Huanhuan, Yingying

y Nini; cada nombre representa la duplicación de una de las sílabas de la frase Běijīng

huānyíng nǐ, que en chino mandarín significa “Beijing les da la bienvenida”. La elección

de las cinco mascotas representa diversos conceptos: por un lado, cada uno representa

a uno de los cinco elementos del taoísmo (agua, madera, fuego, tierra y metal), a las

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principales cinco ramas deportivas (deportes acuáticos, de lucha y combate, de bola,

gimnasia y atletismo), y, por el otro, a los cinco anillos olímpicos.

Entre el 16 al 28 de agosto del 2014, en Nankín, se llevaron a cabo los Juegos Olímpicos

de la Juventud de Nankín 2014 con todo éxito. Su mascota se llama Lele, que fonética-

mente significa felicidad en chino mandarín.

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China, entre el pasado y el futuro

过去与未来之间的中国

Hugo Fazio Vengoa (Universidad de los Andes, Colombia)*

Resumen

En las últimas cuatro décadas el mundo ha experimentado transformaciones tan profundas que han llevado a numerosos autores a argumentar el comienzo de una nueva era en la historia del mundo. En el desarrollo de este proceso a China le ha correspondido un papel de primer orden. El artículo, por tanto, se propone evaluar la manera en que una China integrada en el mundo ha incidido en la definición del mundo en los inicios del siglo xxi.

近四十年来,全世界经历了巨大转变,大量作者提出世界正进入一个全

新的时代。而中国成为了这一过程的领头国。本文将针对中国是如何参与

世界并在二十一世纪初期走向全世界做出评论。

* | Profesor titular y decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de los Andes. Historiador y profesor de historia de la Universidad Rusa de la Amistad de Los Pueblos (1982), magíster en Historia en la Universidad Na-cional de Colombia (1988) y doctor en Sciences Politiques de la Université Catholique de Louvain, Bélgica (1991). Sus áreas de investigación son la globalización y las relaciones internacionales contemporáneas.

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El científico social inglés Martin Jacques1 sostuvo hace pocos años que había tres errores

recurrentes en la visión convencional que desde Occidente se ha desarrollado sobre el

impresionante crecimiento de China: primero, que el reto chino se va a expresar única-

mente en términos económicos, suponiéndose que nada parecido podrá ocurrir en el

plano de la política y de la cultura; segundo, que China avanza en la dirección de conver-

tirse en un país occidentalizado, porque se presume que la modernización se realiza con

base en dicha experiencia histórica y que arroja resultados idénticos en cualquier parte

del planeta; tercero, que no obstante el crecimiento de este país, el sistema internacional

forjado por Occidente seguirá siendo el mismo. En este ensayo haré unas consideracio-

nes que comparten grosso modo las inquietudes planteadas por Jacques y que pretenden

resaltar de “entendimiento” del desarrollo de China dentro de su propia historicidad.

De entrada, considero que dos elementos deben servir de fundamento para el análisis de

la China actual. El primero recuerda la persistencia histórica de un entramado político

estatal bastante centralizado y, el segundo, que el vertiginoso ritmo que ha adquirido

la modernización del país constituye una constatación de que “Occidente ha perdido el

monopolio de la modernidad”2, lo cual se traduce en que uno de los rasgos más carac-

terísticos de nuestra contemporaneidad consiste en que distintas trayectorias moderni-

zantes han entrado en competencia. Como señalara la analista india Shalini Randeria “La

idea de una modernidad occidental homogénea que se desplaza, más o menos imperfec-

tamente, al resto del mundo debe ser reemplazada por un cuadro más complejo que he

denominado modernidades entramadas y desiguales”3.

1 | Martin Jacques, When China Rules the World, Nueva York, The Penguin Press, 2009.

2 | Daniel Cohen, Homo economicus, prophète (égaré) des temps nouveux, París, Albin Michel, 2012, p. 99.

3 | Shalini Randeria, “Entangled Histories of Uneven Modernities. Civil society, Caste Councils, and Legal Pluralism in Postcolonial India”, en Heinz-Gerhard Haupt y Jürgen Kocka, editores, Comparative and Transnational History. Central European Approaches and New Perspectives, Nueva York, Berghahn Books, 2009, p. 80.

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En efecto, en solo un puñado de décadas, China, el país más poblado del mundo, se ha

convertido principalmente en una sociedad urbana, es decir, en un corto periodo de

tiempo cientos de millones de personas han migrado del campo a las ciudades. Pocas

veces en la historia se había visto un fenómeno análogo, pero nunca había involucrado

a tantos millones de personas al mismo tiempo. Esta modernización acelerada, que cada

siete u ocho años duplica su producto interno bruto, significa que el peso del pasado

sigue siendo fuerte y que las tradiciones, las constantes históricas y la idiosincrasia se

han convertido en parte consustancial de la misma modernidad que se está forjando.

En esto radica una de las grandes diferencias entre la experiencia histórica contempo-

ránea de China y las occidentales. Estas últimas sobrellevaron sus modernizaciones en

unos intervalos de tiempo más extendido, con lo cual numerosos elementos del pasado

quedaron definitivamente atrás, y hoy tienen que ser evocados como “lugares de me-

moria”4. El pasado en China, de esta manera, sigue latente en el presente y eso hace que

su modernidad sea un fenómeno particular. Esta acelerada modernización ha transfor-

mado también la manera de asumir el futuro. Mientras las sociedades occidentales, con

sus magras tasas de crecimiento, se han volcado sobre el presente y a lo sumo pueden

anhelar la realización de sus expectativas dentro de la misma condición presente, más

como riesgo que como esperanza, la celeridad del cambio chino potencia un sentimiento

de estar frente a una transformación permanente que realza la importancia del futuro,

un mañana siempre nuevo y promisorio. En síntesis, la singularidad de la modernidad

china consiste en que el pasado y el futuro confluyen y materializan el presente, lo que

hace que su condición histórica contemporánea sea particular.

La tesis que acaba de ser presentada puede ser abordada desde dos perspectivas: a partir

de un enfoque de larga duración, o sea, inscribiendo la China actual dentro de las largas

4 | Pierre Nora, Les lieux de la memoire, París, Gallimard, varios años.

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tendencias pluriseculares de la historia de esta vasta civilización, o con un análisis más

corto en el tiempo, que se extienda por las últimas siete décadas: desde la reunificación

comunista a la actualidad. Debido a que el primer procedimiento requeriría de un conoci-

miento de primera mano de la milenaria historia china, experiencia de la que carezco,

intentaré demostrar la tesis anterior por medio del reconocimiento de elementos de

continuidad con el pasado cercano5.

Continuidad y ruptura con el pasado comunista

Desde los inicios de la China comunista, en 1949, el estatismo fue un proceso que avan-

zó de la mano con el nacionalismo. El propósito en ese entonces consistía en dejar atrás

los “cien años de frustraciones acumuladas”, ubicar a China entre las naciones ricas y

poderosas y construir una nación progresista y fuerte.

Tanto la revolución republicana como la comunista adquirieron ímpetu por su

promesa de producir un renacimiento y una grandeza nacionales, y es este hecho,

más que cualquier elemento de una tradición “despótica oriental” o tendencia

totalitaria comunista, lo que explica el predominio de una variante específica de

estatismo en el orden político contemporáneo de China6.

El nacionalismo no era de aquellos que simplemente pretendían preservar la vieja cultu-

ra y las tradiciones, sino que era uno que se planteaba como fenómeno moderno que

debía propiciar la renovación de la política y de la sociedad. Esta deseabilidad sin duda

explica que la primera etapa revolucionaria tuviera propósitos más nacionales que sociales.

5 | Este artículo retoma las tesis y la información desarrollada en mi libro Rusia y China. De la disimilitud comunista a la divergencia poscomunista: contraste de experiencias, Bogotá, Ediciones Uniandes, 2012.

6 | Lin Chun, La transformación del socialismo chino, Madrid, El Viejo Topo, p. 55.

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El Partido Comunista Chino (pcch) proclamó en 1949 que las tareas de la revolución

burguesa y la preparación de las condiciones del socialismo se realizarían bajo la égida

del proletariado. Sin embargo, la realidad histórica había determinado que el proceso

revolucionario en China se realizara con el concurso mayoritario del campesinado, más

que con la actuación de la clase obrera. En efecto, en 1949, cuando los comunistas

tomaron control del poder, apenas el 3 % de los miembros del pcch eran obreros. Con el

paso del tiempo la situación mejoró, pero no de manera sustancial: en 1957 los obreros

representaban solo el 14 % del total de miembros de la colectividad. Además de su nú-

mero es menester reconocer que las clases trabajadoras urbanas no habían hecho gala

de un gran fervor revolucionario y que su compromiso con el ideal del comunismo era

relativamente escaso.

Con esta composición social bastante particular y debido a esta inversión de funciones

entre las dos grandes clases trabajadoras, los comunistas chinos, haciendo gala de una

gran fidelidad con el leninismo, se apoderaron de la idea de que la única organización

que podía asumir la realización de las tareas de la revolución burguesa y conducir a

China por la senda del socialismo y del comunismo era el mismo partido que cumplía en

ese momento la función dirigente. De tal suerte, fue en medio de esta situación bastante

particular que el partido se colocó por encima de la sociedad, utilizó las reformas econó-

micas, sociales y políticas para ampliar el radio de acción y decisión de su organización,

lo cual lo convirtió de hecho en el primer partido de gravitación nacional que asumió la

dirección de todas las instituciones administrativas del Estado.

El partido, en calidad de organización que “define desde un punto de vista doctrina y

vislumbra la concreción de la línea correcta”, quedó encargado de la realización de la ac-

ción del poder y tuvo que sustituir a todas las clases y organizaciones sociales y políticas

en la construcción de la nueva sociedad. El partido ejercía un dominio completo sobre la

sociedad, controlaba todas las organizaciones económicas, administrativas y civiles más

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importantes, incluido el poderoso Ejército, y se valió de las transformaciones en curso

para incrementar su presencia. Como ha sostenido Tang Tsou, desde los mismos orígenes

de la revolución se fue construyendo un “estado dentro del Estado” compuesto por las

redes comunistas en los distintos niveles7.

Una peculiaridad que comportó el monopolio político ejercido por el partido en el caso

chino consistió en que el aspecto doctrinal y organizativo de esta concentración del

poder se combinó con una tradición confuciana, convergencia que, a la postre, permitió

fortalecer aún más su protagonismo en la sociedad, además de permitir su representa-

ción como una organización que se identifica con tendencias propias de la cultura china.

Como señalara la sinóloga francesa Marie-Claire Bergère:

Los principios de la ortodoxia estalinista se conciliaron en esto con la tradición

confuciana, que hacía de una élite culta el intérprete y el árbitro de los intereses

comunes, al que debían subordinarse todos los demás intereses. A través del par-

tido, único habilitado para formular e interpretar la línea correcta, se realizaba la

fusión entre la ideología y la organización. Para los comunistas chinos, como para

sus precedentes soviéticos, era esta fusión la que permitía a los aparatos ejercitar

el propio poder al servicio de la causa socialista, y era lo que distinguía los regí-

menes revolucionarios de los simples regímenes autoritarios8.

En general, el monopolio del poder político se iniciaba en las altas esferas con la fusión y

mimetización de los órganos del partido con los correspondientes del Estado y desde ese

nivel el esquema se reproducía a lo largo y ancho de todo el organigrama institucional.

Por ello fue bastante común que, una vez en el poder, el partido se dotara de una insti-

tucionalidad análoga a la del Estado para reproducir adecuadamente el mismo tipo de

interrelación en los ámbitos intermedios e inferiores del Estado.

7 | Tang Tsou, “Interpreting the Revolution in China”, en Modern China, vol. 26, núm. 2, abril del 2000.

8 | Marie-Claire Bergère, La Cina dal 1949 ai giorni nostri, Boloña, Il Mulino, 2000, pp. 28-29.

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Otro componente de esta ascendencia política se llevó a cabo a través de la nomenkla-

tura. El departamento central para la organización del pcch ha sido el encargado de la

designación del personal en el ámbito nacional. En sus instancias superiores conformaba

una lista compuesta por 2500 altos funcionarios del partido que ocupaban la posición

de ministros de gobierno a nivel central o provincial y secretarios del partido en las

provincias y en las cuatro municipalidades especiales chinas (Pekín, Tianjin, Shanghái

y Chongqing). En cuanto al rango intermedio, la nominación abarcaba a otros 3900

funcionarios.

En síntesis, desde un punto de vista organizacional, el monopolio ejercido por el partido

consistía en la estructuración de este como una organización que de manera jerárquica

iba englobando horizontalmente en cada instancia a los representantes de las distintas

dependencias estatales y, de esa forma, se superponía a la organización ramificada y

vertical del Estado. La superposición en todos los niveles hizo que el Estado deviniera

simplemente en la institución encargada de realizar las tareas definidas y encomendadas

por el partido. Este último, por su parte, se transformó en una organización donde se

dirimían y resolvían las posibles tensiones y los eventuales choques de intereses.

Desde la década de los setenta, particularmente luego de la desaparición del “Gran Ti-

monel”, se asistió a un fortalecimiento del monopolio del poder político en manos del

partido. Incluso un dirigente tan influyente en los ochenta y los noventa como Deng

Xiaoping ocupó puestos estratégicos, pero nunca aspiró a emular a su directo antecesor.

Las instituciones que en ciertos momentos gozaron de una relativa autonomía y de una

relativa ascendencia sobre el partido y el Estado, como el Ejército durante el periodo

conocido como la Revolución Cultural, sus alas les fueron cortadas y perdieron buena

parte de las atribuciones que antes tuvieran.

El monopolio del poder en el partido fue un atributo esencial que le dio coherencia,

solidez y proyección al sistema en su conjunto. En China, el centralismo burocrático ha

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oscilado entre la modalidad unipersonal y la oligárquica. En la historia de China es posi-

ble detectar ciertas coyunturas en las que se propendió por una forma de organización

oligárquica, como por ejemplo, cuando en el Octavo Congreso del pcch, convocado en

septiembre de 1956, Liu Shaoqui y Deng Xiaoping insistieron en el principio leninista de

la “dirección colectiva” para impedir que Mao concentrara todo el poder en sus manos.

Sin embargo, el centralismo oligárquico adquirió un perfil propio y se convirtió en una

dinámica estable y durable solo luego de la desaparición del Gran Timonel. El tránsito de

un esquema a otro se inició durante el Tercer Pleno del xx Comité Central, en diciembre

de 1979. Se puede sostener que este pleno del partido constituyó el símil chino de lo

que el xx Congreso del pcus de 1956 fue para la Unión Soviética: el desmonte del sistema

autocrático por medio de la crítica al “culto a la personalidad”. La desmaoización fue

profunda, aun cuando se llevó a cabo de manera controlada, para no poner en duda los

fundamentos del régimen.

Fue controlada porque mientras que en la Unión Soviética la crítica a Stalin podía cir-

cunscribirse a la figura del viejo dictador georgiano, con las denuncias de sus abusos,

excesos, crímenes y errores, es decir, se podía constreñir a una dimensión estrictamente

personal, que solo subsidiariamente aludía al modelo económico y social en funciona-

miento y al partido, en China la desmaoización se enlazaba de manera muy estrecha con

el problema de la modernización. Y es que mientras la urss a mediados de los cincuenta

ya era una sociedad que contaba con un grueso de atributos genuinamente modernos,

la China de los setenta seguía siendo una sociedad rural que se debatía entre el atraso y

el subdesarrollo, razón por la cual urgía emprender grandes reformas que refundaran el

sistema. Esta fue la razón de porqué la desmaoización no pudo ser imaginada al margen

de la modernización: ambas eran las dos caras de la misma moneda. El proceso no fue

fácil; significó ser un camino largo y tortuoso, plagado de avances, giros y retrocesos.

Los inicios del tránsito de un centralismo a otro se remontan a aquella coyuntura en

la que se decidió desmantelar la llamada “Banda de los cuatro”, aquel grupo que tan

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funesto papel había desempeñado durante la Revolución Cultural. El principal sostén

de este grupo residía en la figura y en la anuencia de Mao a sus políticas. Cuando Mao

murió el grupo perdió su principal asidero. El encarcelamiento de los miembros de la

banda acabó con la posibilidad de mantener vivo el maoísmo sin Mao. La transmisión

del juicio público por la televisión central permitió a la dirección del partido acabar con

los últimos estertores que quedaban del viejo modelo y clausurar la posibilidad de su

eventual resurrección.

A continuación se diseñaron otras medidas encaminadas al mismo fin, entre las cuales

se encontraban la promulgación de una nueva Constitución (1978), la abrogación de

una serie de dispositivos y políticas que se identificaban con el viejo curso y la adop-

ción de una resolución en la cual se revisaba la historia del partido. Empero, para evitar

cambios bruscos que pudieran poner a tambalear el sistema, la resolución recordaba

que Mao había sido un gran revolucionario y que su papel político no tenía parangón en

el país. Esta ambigüedad entre la crítica y la inmortalización obedecía a otra constante

propia del desarrollo del comunismo chino. A diferencia de la Unión Soviética, donde el

partido podía refutar el culto a Stalin y buscar apoyo en la figura de Lenin, en China, Mao

representaba la encarnación de ambos: era el principal arquitecto de la revolución y del

Estado (Lenin) y el forjador del sistema (Stalin). Como adecuadamente expresara Deng

Xiaoping: mancillar a Mao significaba desacreditar al partido, al Estado y a la revolución,

es decir, una ruptura radical con Mao hubiera podido entrañar el cuestionamiento de

la legitimidad del partido y de la revolución y de esa manera los comunistas hubieran

quedado huérfanos de origen.

La postura ambigua frente a la figura de Mao era también el resultado de profundas

tensiones que emanaban desde la elite dirigente. Para resolver estas fricciones se requi-

rió de un espacio de tiempo que permitiera poner en funcionamiento los nuevos meca-

nismos de negociación dentro de los órganos del partido y que se diseñaran acciones

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para emprender un parcial marginamiento de aquellos funcionarios y dirigentes que se

ubicaban en posiciones extremas e inhibían las condiciones para la negociación. Sobre

todo se requirió de tiempo para arrebatarle la anterior ascendencia política de que había

gozado el Ejército, con el importante papel que había desempeñado durante la Revolu-

ción Cultural. En las nuevas circunstancias el Ejército se había convertido en un bastión

del conservadurismo, debido a su oposición en el apoyo a la modernización económica

y su rechazo a que estas preocupaciones predominaran por encima de las necesidades

de defensa y de seguridad.

Por eso, lo que ocurrió fue la transmutación del anterior régimen fuerte en un régimen

autoritario de control y de gestión del cambio. Como ha sostenido Marie-Claire Bergère:

Aquello que (por el momento) se ha logrado es la transformación del régimen

totalitario en un régimen autoritario. Desde la represión antiderechista de 1957, el

carácter totalitario del régimen se fundamentaba en la omnipresencia y en la omni-

potencia del Partido Comunista (o de la facción, o del dictador que encarnaba). Si el

partido permanece todavía, a los ojos de Deng Xiaoping, como el “núcleo dirigente”,

su autoridad y su competencia deben, sin embargo, ser limitadas, pues no deben

sofocar más el juego de las instituciones ni el desarrollo de la vida personal y de

las actividades culturales ni el progreso de las nuevas fuerzas económicas9.

Esta transformación experimentada por China en los primeros lustros posteriores a la

desaparición del Gran Timonel dio lugar a que se fortalecieran las referencias al mar-

xismo-leninismo, se afirmara la plena adhesión al binomio socialismo/comunismo y se

potenciara el papel dirigente del partido. Todas las instituciones volvieron nuevamente a

quedar bajo el control del partido, y este, a su vez, volvió a reunirse de manera periódica

y a sancionar las directrices principales.

9 | Marie-Claire Bergère, La Cina dal 1949, p. 241.

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Las instancias supremas del partido quedaron encomendadas de aprobar la línea política

general y ratificar los nombramientos. Los comités del partido, en los distintos niveles,

volvieron a gozar del derecho a nominar, promover, remover y transferir los cuadros de

relativa importancia política. De esta manera, el Comité Central quedó encargado

de nombrar a los líderes provinciales, mientras que los comités provinciales del par-

tido designaban a los dirigentes de los distritos y los comités distritales escogían a los

dirigentes de las unidades del partido en la base.

A medida que el siglo iba llegando a su fin este esquema de organización política fue ex-

perimentando ciertos correctivos. Uno de los más importantes ocurrió en 1995, cuando

se introdujeron modificaciones en la selección de los candidatos a puestos de respon-

sabilidad. Este procedimiento fue perfeccionado en el 2002. El elemento más novedoso

consistió en que la recomendación democrática se convirtió en un requisito fundamen-

tal dentro del proceso de nominación y elección. La indicación recordaba ciertos com-

ponentes y orientaciones del legendario centralismo democrático, por cuanto preveía

solicitar a los miembros la opinión que tuvieran sobre los candidatos. También se ins-

tituyó un nuevo sistema de responsabilidad de los cuadros que ha reforzado el control

y el monitoreo de los líderes locales. La reforma no era cosmética. En realidad, con la

introducción de estas enmiendas, el sistema de nomenklatura experimentó una gran

transformación porque se dotó de un marco más adecuado de legalidad y legitimidad.

El centralismo democrático oligárquico encontró un nuevo cauce en China cuando

se instituyó el proceso de renovación y rotación de los funcionarios en los cargos. La

regla establece que el mandato de un funcionario se puede extender como máximo a

dos quinquenios10.

10 | Guido Samanari, Cina, ventunesimo secolo, Turín, Einaudi, 2010, p. 94.

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Finalmente, se ha observado que el centralismo democrático se encuentra en el trasfon-

do que permite explicar otro par de situaciones habituales de este régimen. El centralismo

burocrático en cualquiera de sus dos vertientes, la oligárquica y la unipersonal, devino

también en uno de los principales mecanismos de movilidad social. Ingresar en el parti-

do, obedecer y ejecutar las directrices, asimilar los referentes ideológicos y doctrinarios y

cumplir a cabalidad con las normas, fueron etapas imprescindibles para el ingreso dentro

del selecto grupo de la nomenklatura. La segunda ha consistido en la difusión de lo que

podríamos denominar la “legitimidad inversa”, es decir, el hecho de que la fuente real

del poder no se realizara en y desde el pueblo, sino que por el contrario, emanara de la

élite, del cuerpo colegiado o, en su defecto, del máximo líder. Esta constante ha sido un

elemento muy importante porque se constituyó en una de las circunstancias que más

ayuda a entender la larga vida del régimen comunista en China.

El otro indicador distintivo, pero que permite presagiar la actitud de los líderes chinos

frente a las situaciones de disidencia, se encuentra en la represión de la revuelta ju-

venil y estudiantil en la plaza Tiananmen, en junio de 1989, que demostró con gran

claridad hasta dónde estaba dispuesta a llegar la dirigencia comunista en sus políticas

de reformas.

Este episodio con trágicos saldos en la historia china contemporánea constituyó una

situación revolucionaria abortada, pues finalizó con el fortalecimiento de los sectores

conservadores, supuso una radicalización del reformismo económico y sembró la con-

fusión entre los intelectuales y los estudiantes, quienes ante el desencanto político y la

intransigencia del régimen se encaminaron en dirección de una transmutación de los

valores y expectativas: para estos grupos de la población la mejora en las condiciones

de vida solo se podían realizar en la esfera económica por medio del consumo; es decir,

el descontento llevó a que se privilegiaran aquellos valores nuevos fomentados por el

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partido y el Estado11, en detrimento de las demandas políticas. Tiananmen implicó tam-

bién un cambio en el programa de reformas, ya que se comenzó a avanzar en dirección

contraria a los intereses de los asalariados.

En el fondo, la represión de los jóvenes y de los estudiantes en la plaza de Tiananmen

fue el recurso utilizado por la clase dirigente del partido y del Estado para conservar el

centralismo burocrático y posponer las reformas políticas. Fue la acción más decidida

que identificó a la clase dirigente con el neoautoritarismo y representó el envión que

aceleró el curso de las transformaciones económicas, dejando en suspenso las reformas

políticas. De hecho, en el plano político significó una involución, porque con los sucesos

de Tiananmen se abandonó la separación partido-Estado, proceso que se había iniciado

tímidamente un par de años antes.

La modernización económica

La reproducción de este Estado no solo concordaba con los parámetros históricos chinos,

sino que también respondía al tipo de combinación modernizante frecuente y exitosa de

los países de Asia oriental como Taiwán, Singapur y Corea del Sur. Esta experiencia, a su

manera, recordaba de manera lejana la concepción maoísta de que era posible quemar

etapas en el desarrollo, pues los países exitosos de Asia habían demostrado que era viable

una rápida industrialización mediante el aprendizaje y la importación de manufacturas

y tecnologías.

Esta disposición política, que algunos autores han denominado neoautoritarismo, se ha

caracterizado por la proclamación de que la experiencia histórica de los exitosos países

modernizadores de Asia oriental —el Japón Meiji, Taiwán, Singapur y Corea del Sur— ha-

bía demostrado que “los imperativos del desarrollo económico moderno, especialmente

11 | Jean-Philippe Béja, “Chine: la vie difficile des censeurs”, en Esprit, núm. 336, París, 2007.

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la necesidad de domesticar a las masas y disciplinar a la población trabajadora, deman-

daba un Estado fuerte y un dirigente poderoso (e ilustrado)”12.

La historia enseña que a los grandes momentos de radicalismo (v. gr., el Gran Salto

Adelante), les sucede un periodo de reflujo, calma y reconstitución de los mecanismos

económicos. En China, luego del desastre económico y social del Gran Salto Adelante y

de la Revolución Cultural, el poder de la burocracia fue nuevamente restablecido, lo que

entrañó de inmediato la recomposición de las instituciones económicas anteriores. El

elemento de novedad consistió en el diseño de una nueva política económica para sacar

a China de la crisis, que conjugaba plan con mercado. Se autorizó ampliar la cobertura del

trabajo individual en el campo, en la industria el papel de los directivos de las empresas fue

reforzado y el criterio de rentabilidad como forma de incentivo empresarial fue restituido.

La puesta en marcha de este programa no significó que se estuviera abandonando el

sistema comunista ya que la mayor parte de la tierra se mantuvo colectivizada, las in-

dustrias siguieron siendo propiedad estatal, el comercio quedó bajo control del Gobierno

y la planificación central fue nuevamente restablecida. Con pequeños altibajos estas

instituciones y sus respectivas prácticas permanecieron en pie hasta cuando sobrevino

el ciclo reformista de finales de los años setenta.

No se debe, empero, perder de vista que pese a las sucesivas reorientaciones políticas

el desarrollo económico chino durante la etapa comunista fue significativo: creció en

promedio a un 6,2 % entre 1952 y 1978 y construyó un capital humano y educativo que

fue fundamental para el acelerado crecimiento que se logró en la época de las reformas.

El gran esfuerzo transformador de la economía se produjo a partir de 1979, aunque

algunos elementos nuevos emergieron en las postrimerías de la Revolución Cultural,

12 | Maurice Meisner, Mao’s China and after. History of the People’s Republic, Nueva York, The Free, 1999, p. 493.

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debido a que en esos agitados años se produjo el desmonte parcial del sistema planifi-

cador. Cinco novedades económicas comenzaron a ser aplicadas en los años finales de

la época maoísta: una producción agrícola mercantil por fuera del sistema planificador;

talleres y pequeñas fábricas que operaban por sus propios medios; un sistema de crédito

entre las unidades; grandes empresas que se dedicaron a la importación de tecnología

y unidades que establecieron contactos legales y extralegales para la exportación de su

producción13. Es interesante anotar que muchos de estos cambios se produjeron de ma-

nera espontánea y no contaron con el concurso decidido de las autoridades centrales.

A finales de los setenta, al tiempo que se restablecía la hegemonía del Partido Comu-

nista, se puso en marcha un conjunto de radicales reformas que modificaron aún más

el rígido sistema centralizado de planificación anterior. Se eliminó gran parte de la es-

tructura de subsidios y garantías salariales, se suprimieron las comunas populares, se

autorizó el funcionamiento de algunos circuitos mercantiles, se aumentó la tolerancia

con las empresas individuales, se crearon las zonas económicas especiales, se buscó

fomentar la inversión extranjera, se sanearon las finanzas públicas, se estimuló el aho-

rro y se promocionaron las exportaciones, sector en el cual se depositaba el peso del

nuevo modelo económico.

Varios elementos de la nueva política merecen ser destacados. El primero tiene que ver

con el papel que le fue asignado a las zonas especiales en la reconversión hacia un es-

quema que abriera espacios para el funcionamiento del mercado, que señala además la

gran disimilitud que ha existido entre el modelo chino y el de los tigres asiáticos. Estas

zonas, preferentemente costeras, que contaban con excepciones en derechos de adua-

na, exenciones fiscales y financiación de las infraestructuras, debían cumplir un papel

experimental, ya que podían ser suprimidas en caso de que no se alcanzaran los objetivos.

13 | Odd Arne Westad, “The Great Transformation. China in the long 1970s”, en Niall Ferguson, The Shock of the Global. The 1970s in perspective, Massachusets, Harvard University, 2010, p. 68.

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De más está decir que una situación tal tenía como propósito la medición y el control

del impacto de las reformas. Fueron, igualmente, regiones que debían desempeñar un

importante papel en la generación de las condiciones para la acumulación.

Los chinos, por su parte, que históricamente han manejado otra relación con el tiempo,

entendido como de larguísima duración, preservaron su propio ritmo, se tomaron el

tiempo necesario para evaluar el impacto de las reformas y solo cuando tuvieron con-

ciencia de los beneficios que estas reformas podían deparar las convirtieron en políticas

de Estado. El gradualismo se convirtió en una de las claves del éxito.

Estas zonas francas sirvieron de principal punto de atracción para la inversión extranjera.

Antes de la masiva llegada de capitales japoneses, estadounidenses y europeos, que

descollaron a partir de los noventa, en los ochenta se asistió a un fuerte incremento de

las inversiones provenientes de Hong Kong, Taiwán y otros lugares donde se encontraba

asentada la diáspora china. El gradualismo fue lo que permitió que el Gobierno conser-

vara su poder, actuara como fuerza estabilizadora, facilitara la construcción de un orden

legal e institucional y les dio el tiempo necesario a los funcionarios y al conjunto de la

población para que se mentalizaran con el funcionamiento de la economía de mercado

y se estimularan políticas de ahorro privado.

Fue propio de este modelo extravertido de desarrollo el hecho de que la modernización

fuera comprendida en sus dos dimensiones: la externa y la interna, ambas fuertemente

interrelacionadas. Las zonas especiales fueron el núcleo experimental que permitió la

espectacular apertura al comercio mundial. Los intercambios, en poco más de un lustro

—de 1978 a 1984— pasaron de 20 000 a 50 000 millones de dólares. Claro está que su

participación en el comercio mundial en ese momento siguió siendo relativamente mar-

ginal (poco más del 1,4 %), pero para el curso de las reformas este incremento ocupaba

un lugar especial: representaba en 1984 el 10 % del producto interno bruto. El compro-

miso con esta estrategia doble —la modernización interna y la inserción internacional—

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se visualiza también en el hecho de que en 1980 China se adhirió al Fondo Monetario

Internacional y a la Banca Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo, en 1983

a la Organización Internacional del Trabajo y a la Agencia Internacional para la Energía

Atómica, en 1985 al Banco Asiático de Desarrollo, hasta culminar en el 2001 su ingreso

a la Organización Mundial del Comercio.

Estas zonas de procesamiento para las exportaciones se caracterizaron por el desarrollo

de empresas intensivas en conocimiento y tecnología, distintas a las del interior, que se

inclinaban por ser intensivas en mano de obra. Aquí se observa que los dirigentes chinos

sí encontraron una salida a una disyuntiva al tránsito entre la economía extensiva y la

intensiva: por una parte, la conservación de un esquema de desarrollo extensivo en el in-

terior, con escasos niveles de exposición a la competencia, y, por la otra, el estímulo inicial

a un desarrollo industrial intensivo en las zonas costeras, que se benefició del abundante

capital extranjero y de la transferencia de conocimiento y de tecnología.

El esquema dio sus frutos y permitió el desarrollo y la modernización del mercado nacio-

nal, incentivó la competencia entre empresas, pero no tanto con base en la explotación

de los trabajadores o en la privatización, sino en la intensificación de la competencia.

Además, esta política hizo posible el establecimiento de un sólido puente con los chinos

de ultramar, los mayores inversores, que proveyeron los capitales para el proceso de acu-

mulación originaria. Por medio de contactos con la diáspora china el gobierno de Pekín

buscó la inserción del país en los flujos transnacionales regionales. Fue tan importante

esta interacción con la diáspora que ello explica que en cuanto a su origen la inversión

extranjera directa entre 1979 y 1995 proviniera básicamente de Maicao y Hong Kong

(58,8 %), Taiwán (8,7 %) Estados Unidos (8,1 %), Japón (7,8 %) y Corea del Sur (1,3 %).

Tal y como concluí hace varios años en un trabajo que realicé sobre las diversas expe-

riencias de globalización en el mundo, la filosofía que se escondía detrás de este esquema

era compartida por los dirigentes de los países vecinos, pues ellos veían en las zonas

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especiales buenas oportunidades de negocios porque eran regiones de acumulación que

entraban a participar de los flujos transnacionales a nivel regional pero preservaban el

grueso del territorio y de la población china ajenos al proceso de reconversión a una

economía de mercado, de modo que seguían inmersos en un esquema socialista.

Nada suscitaba más temor que toda la inmensa China reconvertida de la noche a la

mañana a la economía de mercado, que con el control del cual disponía el Estado hu-

biera podido desestabilizar las relaciones regionales y alterar los flujos transnacionales,

que ya desde la década de los setenta estaban convirtiendo al Asia-Pacífico en una de

las regiones más dinámicas de la economía mundial14.

La experimentación de esta fuerte interrelación con países y agentes extranjeros implicó

también que con las políticas de fomento de la inversión extranjera se tuvo que asu-

mir un saber (foráneo), aprender a asimilar ciertas habilidades (extranjeras) y cultivar la

interacción con empresarios y técnicos de otros países (gestión internacional). Es decir,

mediante las inversiones se aumentó fuertemente la interacción con los países extran-

jeros; se importaron saberes, nuevas formas de gestión y de producción y modernas

tecnologías; se asumieron nuevas formas de interpenetración, conductos por los cuales

se ha promovido la interdependencia económica.

Todo esto implicaba que la economía no podía seguir siendo vista como un asunto estáti-

co o controlable, pues con la participación en estas corrientes de interdependencia hubo

que asumirla como un movimiento que desarrolla sus propias lógicas, que se encuentra

en constante cambio y que debe actualizarse de manera permanente. Un problema no

tardó en aflorar: si bien el Estado siguió siendo el protagonista por excelencia, estas me-

didas le asignaron un amplio margen de autonomía a las regiones costeras en la definición

de sus relaciones económicas externas, la creación de empresas mixtas y la cooperación

14 | Hugo Fazio Vengoa, El mundo frente a la globalización. Diferentes maneras de asumirla, Bogotá, Alfaomega- Iepri-Universidad de los Andes, 2002, p. 83.

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técnica. El problema ha sido sorteado con la conservación de un poderoso Estado cen-

tral, pero cierta ambigüedad permanece, por ser regiones que gozan de importantes

grados de autonomía.

Una segunda innovación consistió en los cambios a las formas de propiedad. La Consti-

tución reconocía a las empresas individuales (menos de ocho empleados) como un com-

plemento del sector estatal. La enmienda constitucional de 1999 dio un paso adelante

al reconocer a las empresas privadas como componentes importantes de la economía

y las disposiciones del 2004 aseguraron la inviolabilidad de la propiedad privada. En

1984, la descolectivización prácticamente se había cumplido y las empresas del Estado

gozaron de mayor autonomía en el aprovisionamiento de los insumos y en el volumen y

la comercialización de sus artículos.

En 1979 las empresas de capital mixto fueron autorizadas a funcionar y a inicios de los

ochenta las empresas privadas ingresaron en la esfera del artesanado, del comercio,

los servicios y las pequeñas industrias. Ello dio lugar a un esquema de coexistencia de

distintos tipos de empresas: las estatales (bajo la autoridad de los ministerios centrales);

las empresas colectivas, bajo la dirección de las autoridades locales; las empresas de

capitales mixtos (desde 1986, las empresas de capital ciento por ciento extranjero) y las

empresas privadas chinas. Claro está que cuanto estaba en juego no era solo la propie-

dad. Las industrias estatales habían servido como pilares del sistema de seguridad social

y las nuevas empresas introdujeron nuevas relaciones laborales y alteraron el sentido

del trabajo en China15. La medida hizo también que las empresas estatales aprendieran a

adaptarse a un entorno competitivo, no obstante su dependencia estatal.

15 | Doug Guthrie, China and Globalization. The Social, Economic and Political Transformation of Chinese Society, Nueva York, Routledge, 2009, p. 51.

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En el campo se introdujo inicialmente el sistema de responsabilidad familiar en 1978,

orientado a motivar a los campesinos en la producción. Al cabo de poco tiempo este sis-

tema se transformó en un contrato de explotación integral, determinado a quince años,

y hacía a las familias responsables de las ganancias y de las pérdidas pero no las eximía

de tener que cumplir con sus obligaciones tributarias y con las entregas obligatorias de

cereales a precios fijados por el Estado. La producción, empero, podía diversificarse y

los excedentes ser vendidos en los mercados libres. La descolectivización, finalizada a

mediados de los ochenta, significó que ochenta millones de hectáreas, propiedad co-

lectiva de las aldeas, fueran distribuidas en más de ciento cincuenta millones de fami-

lias campesinas. Con ello cambió la composición social en el campo, caracterizada por

grupos sociales diferenciados: una élite “burguesa” propietaria, de hecho, de empresas

industriales y comerciales; campesinos enriquecidos y funcionarios locales y regionales;

el campesinado dedicado a la agricultura familiar; trabajadores agrícolas; y, por último,

los trabajadores migrantes16.

El otro elemento que conviene destacar ha consistido en un largo proceso iniciado en

1978 con la introducción del sistema de responsabilidad familiar, que trasladaba a los

hogares el control de los excedentes agrícolas, la expansión de la frontera de comercia-

lización de sus productos y la creación de empresas de pueblo y ciudad, de propiedad

colectiva. Estas empresas, intensivas en mano de obra, debían servir para absorber el ex-

cedente de fuerza de trabajo rural y eran responsables de la asignación de los excedentes

que generaba la producción agrícola.

Como ha sostenido Giovanni Arrighi, las empresas de pueblo y ciudad desempeñaron

un papel decisivo en el ascenso económico chino, porque “su orientación intensiva en

trabajo les permitió absorber el excedente de mano de obra rural y elevar los ingresos

16 | Maurice Meisner, Mao’s China and After, p. 469.

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en el campo sin un incremento de la emigración hacia las áreas urbanas”; aumentaron

la presión competitiva, obligando a todas las empresas a mejorar su rendimiento; fue-

ron una importante fuente de ingresos para el Estado, “reduciendo la carga fiscal a los

campesinos y mejorando la estabilidad social, y ampliaron el mercado interno y crea-

ron las condiciones para nuevas rondas de inversión, creación de empleo y división del

trabajo”17. Como se sabe, gran parte del crecimiento económico de los años ochenta se

produjo gracias a estas empresas.

Esta organización de una economía con base en el desarrollo de estas empresas consti-

tuye una de las innovaciones más interesantes del modelo reformista chino, por cuanto

permitió que en las regiones se relegitimaran los sectores dirigentes, que además empe-

zaron a educarse en actividades empresariales; hizo posible que se mantuviera la combi-

nación de formas de trabajo agrícola y no agrícola (“abandonar el campo pero sin salir de

las aldeas”); facultó la utilización de técnicas que emplean trabajo calificado barato en

sustitución de máquinas caras, lo que redujo la presión laboral y disminuyó los costos

productivos. Entre 1978 y el 2003 la fuerza de trabajo rural que laboraba en activida-

des no agrícolas pasó de 28 a 173 millones de personas, aportando cuatro veces más

puestos de trabajo de los que se perdieron en el sector estatal y urbano colectivo. A fina-

les de la primera década del siglo xxi las empresas de ciudad y aldea empleaban el doble

de trabajadores que todas las empresas urbanas, fueran extranjeras, privadas o mixtas18.

Este esquema era peculiar porque comportaba una gran ambigüedad en lo referente a

la propiedad, ya que no había propietarios claramente identificables, lo cual hacía que

las responsabilidades, los beneficios y los riesgos se repartieran entre los miembros de las

cooperativas, los gerentes y las autoridades locales.

17 | Giovanni Arrighi, Adam Smith en Pekín. Orígenes y fundamentos del siglo xxi, Madrid, Akal, 2008, pp. 377-378.

18 | Giovanni Arrighi, “China’s Market Economy in the Long Run”, en Ho-Fung Hung, China and the Transformation of Global Capitalism, Baltimore, The John Hopkins University, 2009, p. 39.

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El reformismo chino dio importantes pasos en una dirección diferente a la neoliberal.

Esto se puede visualizar en varios elementos: el Estado ha fortalecido sus capacidades

fiscales y administrativas e incrementado sus niveles de intervención en la economía

y desempeña una función central en el desarrollo de la infraestructura y en las con-

diciones básicas de reproducción de las ciudades. Además, desde el 2006 se elaboró la

estrategia de construir un nuevo agro socialista, se determinó la asistencia al estándar

mínimo de vida en el campo y se ha comenzado a abogar por una “sociedad armoniosa”,

lo que presupone un incremento del desarrollo social.

Con el concepto de sociedad armoniosa se ha querido expresar un modelo ideal de so-

ciedad en la cual se procura reducir los conflictos y los desequilibrios sociales. Además

se refiere a la deseabilidad de nuevas relaciones entre las ciudades y el campo, entre

las zonas costeras y el interior y entre las zonas de poblamiento han y las de las otras

minorías. Y es que estas diferenciaciones son muy marcadas; para evaluar la magnitud

de ellas se puede recordar que la región costera de China, con un 38 % de la población,

tenía en el 2004 el 45 % de la producción agrícola de todo el país; el 63 % de la industrial,

de la construcción y de los servicios; el 93 % de las exportaciones; y recibía el 82 % de

la inversión extranjera directa, lo cual significa que representaba el 60 % del producto

interior bruto. Ello se ha traducido en un crecimiento exponencial de la brecha en cuanto

a ingresos, entre el interior y la costa. La diferencia entre Shanghái y Guizhou, una de las

provincias más pobres, es de diez a uno.

Otro frente de acción del Estado que marca una diferencia con el liberalismo ha sido el

esfuerzo por mejorar la cobertura y la calidad de la educación, particularmente la supe-

rior, tal y como se observa en las clasificaciones internacionales, donde las universidades

chinas tienen una presencia cada vez más sólida19.

19 | Christer Pursuiaien, At the Crossroads of Post-Communist Modernization. Russia and China in Comparative Perspective, Nueva York, Palgrave Macmillan, 2012.

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Igualmente importante es el hecho de que la clase capitalista en China no es autóno-

ma, sino que se mantiene débil porque depende del Estado para su sobrevivencia. “En

China la clase capitalista ha respondido a los desafíos de la globalización y la creciente

intensidad del conflicto de clases reinventándose como una clase de empresarios nacio-

nalistas y avanzando en la incorporación política dentro del Estado”20. Recordemos que

los grupos “progresistas” de los sectores acaudalados pueden incorporarse a las filas del

partido. Por último, otro elemento que diferencia a China del liberalismo es la preocupa-

ción del Estado por la defensa de la soberanía nacional.

Mucho se habla de la intensificación de la explotación de los trabajadores, que raya

en condiciones serviles o esclavistas, pero el Banco Mundial reconoce que durante el

periodo de las reformas el número de personas que vive con menos de un dólar al día ha

disminuido dramáticamente y lo mismo ha ocurrido con el número de familias pobres. Sin

embargo, no se puede desconocer que los talleres clandestinos y las horrorosas jornadas

laborales que vulneran las leyes más elementales han sido tolerados por las autoridades

locales, porque se han convertido en fuente de corrupción, y que se está produciendo un

desliz en apoyo del capital en lugar de la defensa de los trabajadores.

No obstante la aparición de nuevas formas de propiedad, en China las empresas estata-

les siguen desempeñando un papel de primer orden. A inicios del siglo xxi, el sector estatal

representaba la mitad de la industria china, aportaba un tercio de la producción nacional y

generaba la mitad de los ingresos gubernamentales y un tercio del empleo urbano.

Para concluir este apartado sobre China, quisiera retomar una larga reflexión que se

planteó Lin Chun cuando comparó los “logros” socialistas de las épocas de Mao y Deng.

Como se verá, ninguna conclusión puede ser concluyente:

20 | Alvin Y. So, “Rethinking the Chinese Developmental Miracle”, en Ho-Fung Hung, China and the Transformation of Global Capitalism, Baltimore, The John Hopkins University, 2009, p. 56.

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En el marco de un debate centrado en las clases, algunos se preguntan cuál de los

dos modelos, el de Mao o el de Deng, ha sido más significativo para el socialismo.

Si el socialismo implica ausencia de explotación de clases, entonces ambos mo-

delos resultan inadecuados por razones distintas. En el caso de los experimentos

maoístas […] convirtió en víctimas a los enemigos arbitrariamente designados. En

el caso de las reformas de Deng, la economía de mercado recreó las clases eco-

nómicas y los intereses encontrados de las clases sin que fueran contenidos por

políticas públicas socialmente más justificables. Si el socialismo consiste en elimi-

nar las “tres grandes diferencias”, el esfuerzo maoísta fue más pronunciado, pero

se contradecía abiertamente con la institucionalización de los privilegios de las

ciudades. La reforma arremetió contra esas diferencias, solo para verse de pronto

derrotada por su enérgica resurrección […] Si el socialismo consiste, por último,

en todas las formas de opresión y explotación, y del hambre, del analfabetismo y

la alienación, entonces ambos modelos sostienen una reñida competencia, porque

ambos muestran resultados mezclados y contradictorios en su movimiento prác-

tico hacia la consecución o la pérdida de esos ideales. Si se admite que la moder-

nidad socialista es una alternativa de desarrollo a la injusticia y a la desigualdad

capitalista y al burocratismo estatista, la tortuosa era de Mao merece crédito,

sobre todo por su inversión en capital humano y su aspiración a lograr una de-

mocracia popular. Las reformas deben, a su vez, ser evaluadas por su capacidad

o incapacidad, no solo para superar viejos errores y fracasos, sino también para

alcanzar la modernización socialista en un medio diferente, en el cual muchas

de las limitaciones que enfrentaba el desarrollo en el pasado han desaparecido21.

El gran reformismo económico chino ha concentrado sus energías en la apuesta por la

modernización, para lo cual se benefició de un contexto regional internacional favorable

y un ritmo acompasado de las medidas económicas, lo que ha permitido evitar situa-

ciones socialmente explosivas. El carácter de esta modernización ha sido relativamente

uniforme: pasar de una sociedad agraria a una altamente industrializada, mantener en

21 | Lin Chun, La transformación, pp. 117-118.

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equilibrio las actividades intensivas en trabajo (interior) con las intensivas en capital y

tecnología (zonas costeras); el repliegue regulado del sistema planificador y el avance

controlado del mercado; todo ello acompañado de una tibia “democratización” que, más

que política, ha sido jurídica, en la medida en que han surgido numerosos dispositivos que

constriñen la actuación del Estado en determinados campos y amplían el radio de acción

de los individuos y las asociaciones.

Implicaciones de la modernización china para el mundo

Se ha vuelto habitual encontrar en los medios de comunicaciones artículos en los que

se señala que China se está convirtiendo en la principal potencia del mundo. Su creci-

miento ha sido impresionante y en dos momentos recientes —la crisis financiera asiática

de finales del siglo pasado y en la crisis que se inició en el 2008— China y su actuación

fueron importantes factores de estabilización que permitieron contener parcialmente el

impacto de estas crisis.

China se ha convertido en una pieza clave del comercio internacional. Se ha convertido

en uno de los países que más ha logrado atraer capital extranjero por un largo periodo

de tiempo, con lo cual ha financiado su crecimiento y su industrialización. A partir del

2000 sus empresas fueron autorizadas a invertir en el extranjero. Las inversiones guber-

namentales y aquellas provenientes de las empresas han convertido a China en el tercer

inversor a nivel mundial, detrás de Estados Unidos y Japón. Actualmente realiza más o

menos el 6 % del total mundial de inversiones, pero se avizoran grandes posibilidades de

crecimiento porque las actuales representan un monto pequeño del pib (5 %). En algunas

regiones —África y América Latina— sus capitales han sido mayores que el total de cré-

ditos que ha otorgado el Banco Mundial. China cuenta con una de las reservas de divisas

más grandes del mundo: 3300 millardos en el 2012, lo que es síntoma de fortaleza pero

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chin

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futu

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aumenta al mismo tiempo el nivel de vulnerabilidad financiera del país frente a situacio-

nes provenientes del exterior.

Con el ánimo de reducir esta acumulación de reservas se han empleado dos estrategias:

por una parte, la creación de un fondo soberano (China Investment Corporation) para

diversificar el uso de estos gigantescos recursos y, por la otra, las empresas han co-

menzado a implantarse en el exterior con el fin de asegurarse el suministro de recursos,

desarrollar actividades con valor agregado, adquirir patentes y tecnologías y extender

sus redes de distribución, para lo cual cuentan el apoyo del Estado y del sistema bancario

nacional22.

Otro ámbito que ha concitado la atención de las autoridades guarda relación con la

convertibilidad del yuan (renminbi). Poco a poco se ha comenzado a utilizar en acuerdos

de préstamos y en los intercambios comerciales, lo que apunta a reducir la dependencia

frente a la divisa norteamericana. La liberalización completa de la moneda está prevista

de ser alcanzada en el 203023.

En otros aspectos, a China le falta un gran trecho por recorrer. El ingreso promedio por

habitante no alcanza los siete mil dólares anuales, muy por detrás de Rusia, país cuyo

desempeño económico ha sido muy mediocre en las últimas décadas. Tampoco se prevé

que puedan mantenerse las altas tasas de crecimiento de las últimas décadas, más aún

cuando se prevé un rápido envejecimiento de la población sobre todo a raíz de la política

del “único hijo” establecida en 1980.

En otro plano, a medida en que se intensifican los vínculos con el resto del mundo, la

capacidad China para controlar su desarrollo se verá limitada y su apuesta por promover

22 | François Lemoine, “La Chine en route vers la prosperité”, en Alternatives économiques, núm. 56, 2014, p. 17.

23 | Claude Meyer, “La Chine. Banquier du monde?”, en Études, núm. 11, 2014.

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diá

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con

ch

ina

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un mundo multipolar mediante el fortalecimiento de organismos de concertación, como

los brics, dependen de que sus socios puedan seguir su impresionante ritmo, que no es

muy evidente en el caso de Rusia ni en el de Brasil.

Pero lo que deja la experiencia china como una gran enseñanza es que muestra que en

un mundo globalizado siguen siendo numerosas las vías de desarrollo posibles y que el

occidental dejó de ser el único modelo viable.

Esta publicación se compuso en caracteres Whitney htf, Rotis sans serif y Simsun{ abril del 2016 }

本出版物由Whitney htf字体,Rotis sansserif字体和中

易宋体字符组成。

(2016年4月)

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