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2014. Vol 2, nº 1, 1-20 Low Threshold Journal 1 Low Threshold Journal Sumario Recomendaciones dirigidas a la prevención y abordaje del VIH y del sida en personas usuarias de drogas en situación de exclusión social. Documento de consenso Valencia 2011…. Pg 2 Presencia de adulterantes en el análisis de muestras de cocaína y heroína preparadas para ser consumidas. Revisión de la bibliografía.......................................................................Pg.14

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Consensus document, HIV, AIDS, adulterants in cocaine and heroine samples. Review

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2014. Vol 2, nº 1, 1-20

Low Threshold Journal

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Low Threshold Journal  Sumario   Recomendaciones dirigidas a  la prevención y abordaje del VIH y  del  sida  en  personas  usuarias  de  drogas  en  situación  de exclusión social. Documento de consenso Valencia 2011…. Pg 2   Presencia  de  adulterantes  en  el  análisis  de  muestras  de cocaína y heroína preparadas para ser consumidas. Revisión de la bibliografía.......................................................................Pg.14   

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Recomendaciones dirigidas a la prevención y abordaje del VIH y  del  sida  en  personas  usuarias  de  drogas  en  situación  de exclusión social. Documento de consenso Valencia 2011.   Autores: Julio C. Gómez Caballero1, MJ Oltra Navarro1, Jordi Delás

Amat2,3 y Olga Díaz Grau2 en representación del Grupo de Consenso. 1 Comité Ciudadano Anti-SIDA de la Comunidad Valenciana 2 SAPS. Creu Roja Barcelona 3 Hospital del Sagrat Cor. Departamento de Medicina. Universitat de

Barcelona.

Coautores y miembros del grupo de consenso: Ainara Muñoz Landeta4, Alessandro Bua5, Alexandra Pérez6, Ana Altabás

Reñe7, Ana Ángeles Gutierrez8, Ana Isabel Calleja Crespin9, Ángel Delicado

Torres, Beatriz Bernal Moya10, Begoña Gonzalvo Cirac11, Belén Amoraga

Bosch1, Carmen Martín8, Carme Fortea Busquets12, Carmen Ripoll

Alandés13, Cosme Sánchez Alber4, Eider Arroyo Martínez de la Cuadra5,

Esther Moral Ardid14, Eva Gutiérrez10, Francisca Fernández Fernández9,

Gloria Chumillas García15, Gloria Pérez Herrera16, Inma Galmés17,18, Isabel

Alarcón Piqueras19, Isabel Rodríguez García20, Isolina Garrido Novoa21,

Jaime Álvarez22, Javier Martínez Lombarte23, Javier Romero Guasch10, Joan

Carles March Cerdá24, Jorge Fernández López1, José Vicente Palomares

Alcoriza25, José Vicente Sanmartín Guerricabeytia19, Juan Pedro Rodríguez

García19, Leticia Gonzales Gonzales21, Lilián La Font Cantavella1, Loli

Herrera9, Luís Pradas Arnal26, Luz Egidos Tolosa27, María Segador5, María

José Calero28, Marta Giner Alventosa29, Marta Pastor de la Cal4, Marta

Requena Pozo10, Mª Dolores Herrera9, Montserrat Moledo Domínguez16, Nati

Delgado30, Nel.lo Monfort Lázaro19, Pau Blas Martínez1, Pablo Cabrera

García31, Patricia Torrado Silva32, Raquel Álvarez García19, Xavier S.

Pretel33, Xelo Vidal Alcaraz1 y Yolanda Polo Martínez1.

4 Comisión Ciudadana Anti-SIDA de Bizkaia.

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5 Munduko Medikuak / Médicos del Mundo País Vasco 6 Comité Anti-SIDA Campo de Gibraltar

7 Ambit Prevenció Barcelona

8 Colectivo La Huertecica 9 ADEAT. Centro de Encuentro y Acogida de Córdoba. 10 Fundación Atenea

11 CAS Vall d´Hebron. Hospital Universitari Vall d´Hebron 12 Departament Atenció Persones Vulnerables. Ajuntament de Barcelona 13 Unidad de Conductas Adictivas Campanar (Valencia) 14 CARD Las Barranquillas (Madrid). Fundación Salud y Comunidad

15 Hospital Dr. Peset de Valencia 16 Centro de Encuentro y Acogida La Línea de la Concepción 17 Fundación PATIM 18 ASECEDI (Asociación de Entidades de Centros de Día) 19 CIBE València. Fundació Salut i Comunitat. 20 Servicio Extremeño de Salud 21 Adoratrices Valencia

22 Univer-SIDA 23 AVANT

24 Escuela Andaluza de Salud Pública – Junta de Andalucía 25 Asociación Horta Sud de Prevención y Ayuda al Toxicómano

26 Comisión Ciudadana Anti-SIDA de Aragón 27 Ayuntamiento de Alboraya (Valencia) 28 CASDA 29 Fundación AEPA 30 Centro de Encuentro y Acogida ANTARIS. Sevilla 31 CEA Málaga

32 Médicos Do Mundo Galicia 33 ASAUPAM

Adhesiones institucionales ADEAT (Centro de Encuentro y Acogida de Córdoba); ASAUPAM; CEA La

Línea de la Concepción; CASDA; Comisión Ciudadana Anti-SIDA de Bizkaia;

Comisión Ciudadana Anti-SIDA de Aragón; Comité Anti-SIDA Campo de

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Gibraltar; Comité Ciudadano Anti-sida de la Comunidad Valenciana; CRUZ

ROJA ESPAÑOLA; FUNDACIÓN ATENEA; UNIVER-SIDA.

Dirección para correspondencia Julio C. Gómez Caballero

Correo electrónico: [email protected]

Teléfono: 91-472 56 48 Fax: 96-315 59 04

Agradecimientos A la Secretaría del Plan Nacional sobre el SIDA (Ministerio de Sanidad,

Política Social e Igualdad) por la subvención otorgada para la celebración de

las “Jornadas Nacionales de información sobre la prevención y el abordaje

del VIH en personas usuarias de drogas outreach”, marco en el que se

trabajaron las presentes recomendaciones.

Al Plan Nacional sobre Drogas (Ministerio de Sanidad, Política Social e

Igualdad), a la Dirección General de Drogodependencias (Consellería de

Sanitat – Generalitat Valenciana) y al Plan Municipal de Drogodependencias

(Consejería de Sanitat – Ayuntamiento de Valencia) por su colaboración con

la celebración de dichas Jornadas.

Conflictos de intereses Los autores declaran no tener ningún tipo de conflicto de intereses

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Recomendaciones dirigidas a la prevención y abordaje del VIH y del sida en personas usuarias de drogas en situación de exclusión social. Documento de consenso Valencia 2011.

Resumen Del 28 de Febrero al 2 de Marzo de 2011 se celebraron en Valencia las

“Jornadas Nacionales de información sobre la prevención y el abordaje del VIH

en personas usuarias de drogas outreach” con un doble objetivo: por un lado,

favorecer el encuentro e intercambio de experiencias entre diferentes agentes

implicados en este tema y, por otro, concienciar a éstos sobre las

repercusiones positivas que suponen la implantación de experiencias basadas

en la evidencia y por el contrario las limitaciones en su retraso, con el objetivo

de motivarles y capacitarles para su aplicación en sus respectivos ámbitos de

actuación”.

El programa se dividió en 13 apartados, con dinámicas diferentes en las que se

alternaron ponencias (4), mesas redondas (6) y grupos de trabajo (1 sesión de

4 grupos), además del acto de inauguración y el acto de clausura.

Se contó con la participación de 125 personas en calidad de expertas en el

ámbito del VIH y las drogodependencias.

Las Jornadas pusieron de relieve la necesidad de incorporar la evidencia

científica en las políticas de drogas ilícitas así como partir de un enfoque

multidisciplinar, coordinado y que incluya la reducción de daños en las acciones

de prevención del VIH con el colectivo de personas drogodependientes, con el

objeto de disminuir la transmisión de la infección, la morbi-mortalidad asociada

y minimizar el deterioro y la vulnerabilidad psico-social que afecta a este

colectivo.

Palabras clave: VIH, heroína, cocaína, áreas deprimidas, salas de consumo

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Recommendations aimed at preventing and tackling HIV and AIDS in drug users in social exclusion. Valencia 2011, consensus document. Abstract From February 28th until March 2th 2011 in Valencia (Spain) took place the

celebrations of ´National Seminar on preventing and addressing HIV in drug

users, outreach´ with the purpose to achieve a double objective: on one side,

stimulate the exchange and the meeting of experiences between different

experts involved in this subject, and on the other side, to push the awareness

related to the positive impact which is the implementation of this evidence-

based experiences and on the contrary the limitations on its delay, in order to

motivate and enable them for its implementation in their respective areas.

The program was divided into 13 sections, with different dynamics in which

alternated presentations (4), round tables (6) and working groups (1 session of

4 groups), plus the opening and the closing ceremony.

It was attended by 125 people as experts in the field of HIV and drug addiction.

The Conference emphasised the need to incorporate scientific evidence into

illicit drug policy and from a multidisciplinary, coordinated, and that includes

harm reduction in HIV prevention efforts with the group of drug addicts, with the

objective in reducing transmission of the infection, the associated morbidity-

mortality minimise deterioration and psychosocial vulnerability affecting this

group.

Keywords, HIV, heroin, cocaine, deprived areas, consumption rooms.

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NTRODUCCIÓN  

Este  Documento  de  Consenso  recoge  recomendaciones  para  la  prevención  y  el abordaje  del  VIH  y  el  sida  en  personas  drogodependientes  a  partir  de  la  evidencia científica  y  de  la  experiencia  de  125  personas  expertas  en  el  ámbito  del  VIH  y  las drogodependencias.  Se dirigen a administraciones públicas con competencias en políticas de Salud Pública y a profesionales sanitarios  en situación de atender a consumidores de drogas.  Las  recomendaciones  se  nutren  de  la  Declaración  de  Viena1  en  la  que  numerosos expertos solicitaron a gobiernos y organizaciones internacionales la incorporación de la evidencia científica y reforma de las políticas de drogas ilícitas para eliminar barreras, lograr una efectiva prevención del VIH y mejorar los tratamientos y cuidados. Aunque en dicha Declaración se reconocen las dificultades para eliminar el consumo de drogas o los problemas de su uso inyectado, se defiende que una reorientación podría reducir las  limitaciones  y  perjuicios  de  las  políticas  prohibicionistas  y  redirigir  los  recursos financieros a donde son más necesarios y de manera más respetuosa con los derechos humanos.  MÉTODO En Valencia, del 28 de  Febrero al 2 de Marzo de 2011,  tuvieron  lugar  las  “Jornadas Nacionales  de  información  sobre  la  prevención  y  el  abordaje  del  VIH  en  personas usuarias de drogas outreach”, donde 125 expertas propusieron recomendaciones que,  revisadas y consensuadas posteriormente, han dado lugar al presente documento.  A no ser que en el texto se exprese de manera diferente, con  los términos “personas drogodependientes”  o  “personas  consumidoras  de  drogas”  se  hace  referencia  a personas  consumidoras de drogas no  legales  ‐fundamentalmente heroína,  cocaína o crack‐, que se encuentran en situación de vulnerabilidad social.   RECOMENDACIONES El  objetivo  principal  de  la  prevención  del  VIH  entre  consumidores  de  drogas  es disminuir  la  transmisión de  la  infección,  la morbi‐mortalidad asociada y minimizar el deterioro y la vulnerabilidad psico‐social2.  La  prevención  y  la  atención  a  las  personas  con VIH  precisa  de  amplia  cobertura  de servicios y un enfoque multidisciplinar y coordinado. Es necesario que el abordaje del consumo de drogas trascienda el modelo prohibicionista y de la abstención mantenida, de manera que integre perspectivas de reducción de daños y riesgos y no se excluya a quienes no quieren o no se han planteado abandonar el consumo de drogas.   Facilitar  a  las  personas  drogodependientes  el  acceso  al  sistema  socio‐sanitario  en igualdad de condiciones que el resto de ciudadanos.  La  situación  deprimida  de  las  personas  drogodependientes  limita  el  acceso  a  los servicios  y  prestaciones  sanitarias,  sociales  y  económicas.  Sus  necesidades  no  son tratadas de manera igual al conjunto de la ciudadanía, llegando a producirse prácticas discriminatorias convenientes de erradicar3.  

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Se  hace  necesario  eliminar  diferencias  que  no  estén  motivadas  por  las  distintas  necesidades  de  las  personas,    una  labor  de  sensibilización  hacia  los  profesionales sanitarios y sociales y preparar a las personas drogodependientes para que incorporen habilidades y actitudes normalizadas.  Hay que promover  la coordinación entre  los profesionales de  los  recursos sanitarios, sociales e institucionales (red de drogodependencias, salud mental, atención primaria, hospitales  y  servicios  sociales  entre  otros)  a  través  de  protocolos  que  optimicen recursos y eviten duplicidades en las intervenciones.  Completar  la atención sanitaria   con talleres de educación sanitaria y promoción de la salud Cabe  potenciar  la  realización  de  talleres  sobre  cuestiones  sanitarias,  psicológicas, sociales, culturales,  legales y de género. Pueden planificarse de  forma estructurada y continuada o puntualmente,  cuando  se detectan hábitos, prácticas o deficiencias de información en un grupo concreto de consumidores de drogas.  Los  talleres  individuales  permiten mejores  resultados  en  el  cambio  de  hábitos  y  de prácticas  de  consumo, mientras  que  los  grupales  favorecen  la  comunicación  y  las relaciones sociales.  La  utilización  de  refuerzos  aumenta  la  participación  y  efectividad  de  estos  talleres, siendo el refuerzo económico el más eficaz aunque, si no es posible, puede recurrirse a  refuerzos materiales o sociales. Hay que  favorecer  la  formación de agentes de salud comunitarios entre  las personas drogodependientes,  que  pueden  intervenir  donde  los  equipos  profesionales  tienen más  difícil  acceso.  Sin  olvidar  que  la  eficacia  de  la  educación  entre  iguales  está  ya suficientemente acreditada. Se hacen necesarias  investigaciones científicas dirigidas a  la creación y validación de instrumentos de evaluación específicos de la eficacia e impacto de estos talleres.   Promover  los programas de distribución de material para el  consumo de drogas  y sexo más seguro.    Los programas de distribución de material para el consumo y sexo más seguro tienen un  importante papel en  la prevención de enfermedades relacionadas con el consumo de drogas por vía  intravenosa.4 Su éxito se relaciona con el alcance de su cobertura, accesibilidad,  aplicación  de  programas  según  los  patrones  locales  de  consumo  y  el trabajo coordinado con  instituciones y  las  instancias encargadas de  la eliminación de residuos5. Es conveniente conseguir que no haya  interferencia en  la dispensación de material  preventivo  por  parte  de  las  fuerzas  de  seguridad  y  la  negociación    con  el conjunto de la comunidad 6. La distribución de este material se ha de realizar a través de dispositivos diversos como unidades móviles, programas de actuación en la calle, farmacias, hospitales, centros de atención primaria, máquinas expendedoras o personas consumidoras en su papel de agentes de salud. Ha de conseguirse el acceso a este material en todo momento, con especial énfasis  en el horario nocturno, fines de semanas y festivos. Ha de procurarse que estos programas se apliquen también en centros penitenciarios, donde personas consumidoras o que realizan tatuajes, tienen dificultades para acceder a material estéril.  

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Favorecer  el  diagnóstico  precoz  del  VIH,  VHB,  VHC  e  Infecciones  de  Transmisión Sexual (ITS) entre la población consumidora de drogas.  Los  centros de  atención  a  la drogodependencia han de  contribuir  a  la prevención  y diagnóstico de infecciones por vía parenteral y sexual7. Es recomendable que estén en disposición de  realizar pruebas de detección de VIH, hepatitis C y  sífilis con pruebas rápidas  a  cargo  de  personal  debidamente  entrenado,  ya  que  implican  una extraordinaria accesibilidad y la posibilidad de obtener el resultado en pocos minutos7. Hay que protocolizar  la asesoría  tras  la prueba y, en el caso de  resultados positivos,  cómo realizar la confirmación y el seguimiento por equipos especializados.   Promover  el  acceso  de  personas  drogodependientes  al  tratamiento  antirretroviral para el VIH y el VHC y  favorecer estrategias que permitan mantener una adecuada adherencia terapéutica  Un importante porcentaje de consumidores de drogas carecen de domicilio fijo, entre otras necesidades básicas no  cubiertas. Además del  importante deterioro  social que supone, dificulta realizar tratamiento frente al VIH o hepatitis C.8 Como consecuencia,  muchas de estas personas no  se benefician de  los  avances de  los  tratamientos  y el pronóstico es peor que en el resto de pacientes. Sería conveniente asegurar que todas las personas con VIH o con hepatitis C sin techo puedan  también  acceder  al  tratamiento  antirretroviral.  Medidas  que  mejoran  la adherencia  son  las  becas  para  alojamiento,  alimentación  y  otras  necesidades básicas9,10;  la  accesibilidad  a  los  recursos;  depósitos  de  medicación  en  centros asistenciales que habitualmente atienden  consumidores de drogas;  los Tratamientos Directamente  Observados11,12;  los  acompañamientos  a  visitas  médico‐sanitarias  y sociales y la dispensación del tratamiento junto a fármacos sustitutivos opiáceos13,14,15. Así mismo,  es  de  gran  apoyo  establecer  protocolos  de  seguimiento  y  coordinación entre  las  Unidades  Hospitalarias  y  los  recursos  que  trabajan  directamente  con consumidores de drogas.  

 Potenciar que el consumo de heroína y cocaína se realice en salas supervisadas por personal entrenado.  Las salas de consumo supervisado por vía fumada, inhalada o inyectada han permitido el contacto con población consumidora muy marginalizada16. Hay notable experiencia en  otros  países  europeos  17,18,  como  Suiza  (salas  en  8  ciudades),  Países  Bajos  (37 salas)19 o Alemania (26 salas en 16 ciudades).  Favorecen la disminución de conductas de riesgo y la morbilidad y mortalidad asociada al  consumo  20,  21,  22,  23,24,25.  Han mejorado  el  acceso  a  los  cuidados  de  salud  y  al tratamiento de la dependencia26 y han reducido situaciones de conflicto asociadas con el consumo de drogas en la calle16.  Las  evaluaciones  de  las  salas  de  consumo  supervisado muestran  que  son  recursos coste‐efectivos 27,28,29.     Por ello, la implementación de nuevas salas de consumo no ha de  ser un motivo de alarma  social, ya que no  incrementan el consumo,   ni atraen a nuevos vendedores, ni causan inseguridad en el entorno30, 31, 32, 33.  En las poblaciones donde hay consumo habría que potenciar su implantación y  en las cuatro  ciudades  donde  ya  existen  salas  ‐Madrid,  Bilbao,  Barcelona  y  Lleida‐  ha  de ampliarse el número de dispositivos y de plazas de consumo (especialmente fumado) para evitar aglomeraciones difíciles de manejar.   

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 Expandir  y  diversificar  los  tratamientos  sustitutivos  y  alternativos  al  consumo garantizando el acceso a cualquier persona que lo pueda necesitar.  Es necesario procurar el rápido acceso a tratamiento cuando una persona consumidora de  drogas  lo  requiere34.  Es  particularmente  importante  que  no  exista  demora  para acceder  a  una  primera  visita  ante  la  demanda  de  tratamiento.  En  la  actualidad  es particularmente  importante  ampliar  las  plazas  de  desintoxicación  hospitalaria  o  en centros de media y larga estancia.  En nuestro país, la metadona es casi la única alternativa como tratamiento sustitutivo al  consumo  de  heroína.  Cabe  diversificar  la  oferta  con  otros  tratamientos  como buprenorfina,  buprenorfina‐naloxona,  heroína  sintética  o morfina,  para  lo  que  sería necesaria  la colaboración de las administraciones públicas, una ampliación del marco legal así como potenciar los tratamientos no farmacológicos.  Es  necesario  simplificar  los  requisitos  administrativos  y  legales  para  que  personas inmigrantes accedan a  los tratamientos. La actual exigencia de NIE/pasaporte, tarjeta sanitaria o certificado de empadronamiento limita el acceso.    Complementar  la  intervención médico‐sanitaria  con  una  intervención  psico‐social integral.  Las  intervenciones psicológicas son  fundamentales para una adecuada  intervención y  favorecen  la  adherencia  al  tratamiento.  Se  ha  de  procurar  el  seguimiento médico, psicológico y  social, así  como el acceso a un domicilio y  la  integración  socio‐laboral, dentro  del  proceso  de  normalización.  Se  hace  necesaria  una  mayor  inversión  en recursos nocturnos y centros de atención integral.   Incluir  la  perspectiva  de  género  en  el  diseño,  ejecución  y  evaluación  de  las intervenciones.   La perspectiva de género debería estar presente en  todas  las etapas de planificación de programas socio‐sanitarios (desde  la fase de  identificación de  las necesidades a  la fase de evaluación). Su inclusión supone la adaptación de las actividades a hombres y mujeres para la igualdad de oportunidades y de resultados. Hay que ampliar recursos destinados a mujeres consumidoras ya que en la actualidad no son admitidas, por ejemplo, en pisos de acogida para mujeres víctimas de violencia de género.      Garantizar, de forma específica, la atención e intervención con personas inmigrantes usuarias de drogas.  En  los  últimos  años,  ha  aumentado  el  número  de  personas  inmigrantes  en  los dispositivos  de  atención  a  personas  usuarias  de  drogas.  Muchas  de  ellas,  reciben únicamente  atención  sanitaria  urgente  que  no  permite  abordar  global  y específicamente la situación de la persona. Para  la cobertura de necesidades básicas como higiene o alimentación, el  idioma no supone  una  barrera  importante  pero  sí  lo  es  para  las  intervenciones  sociales, psicológicas y personales. Algunas estrategias para resolver la barrera del idioma son: 

‐ acceso  a  cursos  de  aprendizaje  de  alguno  de  los  idiomas  oficiales  del  estado español. 

‐ contar con intérpretes como mediadores. 

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‐ fomentar que otros consumidores actúen como mediadores o agentes de salud, de forma remunerada. 

‐ servicios de mediación cultural dentro de los programas.  ‐ información  disponible  en  varios  idiomas  a  través  de  fichas  o  programas 

informáticos de traducción.   Facilitar el acceso de personas  con  co‐morbilidad psiquiátrica  a  la  red de  recursos socio‐sanitarios.  Las personas consumidoras de drogas  suelen presentar complicaciones psiquiátricas, relacionadas  con  los  ejes  I  y  II  de DSM‐IV  (Manual Diagnóstico  y  Estadístico  de  los Trastornos Mentales).35   Las dificultades en el diagnóstico y la falta de una coordinación efectiva entre las redes asistenciales provocan una desatención de estos casos, por las derivaciones en ambos sentidos o  la  falta de una  intervención conjunta. Así, sería necesario que estos casos fueran abordados de  forma  integrada, mediante programas específicos desarrollados desde  la  red  pública  y  los  servicios  específicos  de  primera  línea36  y  mediante  la formación de los profesionales de la red de salud mental sobre las necesidades de las personas  consumidoras de drogas,  los  factores de  riesgo del VIH, el  tratamiento del consumo de sustancias y estrategias de reducción de daños.37,38   Garantizar el alcance de las intervenciones a las personas con privación de libertad.  Los centros penitenciarios tienen especial importancia en el control y la prevención del VIH en personas drogodependientes. Las intervenciones en salud en personas privadas de libertad revierten en la salud pública.  Resulta  prioritario  generalizar  los  programas  de  intercambio  de  jeringuillas,  de distribución  de material  de  sexo más  seguro  y  de  consumo  de  sustancias  por  vía inhalada  en  todos  los  centros  penitenciarios.  Y  también  clarificar  los  circuitos  de atención  entre  los  servicios médicos  y  sociales  de  los  centros  penitenciarios  y  los dispositivos de atención a drogas, para garantizar la continuidad del tratamiento en el ingreso o la salida de prisión.   Mejorar la repercusión pública de la labor realizada por los programas de prevención del VIH en personas drogodependientes.  Existe  escaso  reconocimiento  social  del  trabajo  de  los  dispositivos  de  atención  a personas drogodependientes. Esto  repercute en  la visión que  tiene  la sociedad, crea alarma  social  allí  donde  se  ubican  estos  dispositivos  e  influye  en  los  recursos económicos  disponibles,  cada  vez  más  reducidos,  provocando  la  disminución  de plantillas o la saturación de recursos. Por ello, es fundamental desarrollar acciones de información a la población general.  

1 Declaración de Viena. XVIII Conferencia Internacional sobre SIDA (SIDA 2010) Disponible en: http://www.ladeclaraciondeviena.com/index.html. [citado el 10 de Enero de 2012]. 2 Colegio Oficial de Médicos de Barcelona. Posición del Colegio Oficial de Médicos de Barcelona sobre Políticas de Reducción de daños en los drogoadictos. Disponible en: www.comb.cat/cat/actualitat/posicio_comb/posicio_14.htm. [citado el 10 de Enero de 2012].

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3 Martínez-Luna N, Majó X. Bases médico-científicas, filosóficas y humanísticas de los Programas de Reducción de Daños. Manual de Trastornos Adictivos. 2ª Edición. Enfoque Editorial S.C., 2011; 11.4: 338-346. 4 National Institute for Health and Clinical Excellence (2009). Needle and syringe programmes: providing people who inject drugs with injecting equipment. Disponible en: http://www.nice.org.uk/nicemedia/pdf/PH18Guidance.pdf. [citado el 10 de Enero de 2012]. 5 Department for Environment, Food and Rural Affairs (1995), Tackling Drug Related Litter (London: HMSO). Disponible en: http://www.defra.gov.uk/environment/quality/local/litter/documents/drugrelatedlitter.pdf. [citado el 10 de Enero de 2012]. 6 Downing M, Riess TH, Vernon K. et al (2006). What's community got to do with it? Implementation models of syringe exchange programs. AIDS Education and Prevention 2005; 17:68-78. 7 Ministerio de Sanidad y Consumo. (2008). Plan Multisectorial frente a la infección por VIH y el sida. España 2008-2012. 168 p. 8 Daley DC, Zuckoff A. Cómo mejorar el cumplimiento terapéutico en la patología dual y pacientes drogodependientes. Barcelona: Editorial Glosa; 2004. 228 p. 9 Malotte CK, Hollingshead JR, Larro M. Incentives vs outreach workers for latent tuberculosis treatment in drug users. Am J Prev Med. 2001; 20: 103-07. 10 Barnett PG, Sorensen JL, Wong W. Effect of incentives for medication adherence on health care use and costs in methadone patients with HIV. Drug Alcohol Depend 2009; 100: 115-21. 11 Altice FL, Metzger J, Hodges J, et al. Developing a Directly Administered Antiretroviral Therapy Intervention for HIV Infected Drug Users: Implications for Program Replication. Clinical Infectious Diseases 2004; 38:S376-87. 12 Altice FL, Mari DS, Bruce RD et al. Superiority of directly administered antiretroviral therapy over self-administrated therapy among HIV-infected drug users: a prospective, randomized, controlled trial. Clinical Infectious Diseases 2007; 45: 770-8. 13 Altice FL, Buitrago M, Hunt D, et al. Pilot Study to enhance HIV care using needle exchange-based health services for out-of-treatment injecting drug users. J Urban Health 2003; 80: 416-27. 14 Mamedova E, Lezhentsev K. Effective integration of ARV treatment and substitution treatment in managing patients with AIDS. 5th IAS Conference on HIV Pathogenesis, Treatment and Prevention. Cape Town, South Africa: July, 19, 2009. Abstract MODPED057. 15 Tsemberis S, Gulcur L, Nakae M. Housing First, consumer choice, and harm reduction for homeless individuals with a dual diagnosis. Am J Public Health. 2004; 94:651-6. 16 Hedrich, D. European report on drug consumption rooms. EMCDDA (European Monitoring Centre for Drugs and Drug Addiction). Febrero 2004. Disponible en: http://www.emcdda.europa.eu/attachements.cfm/att_2944_EN_consumption_rooms_report.pdf. [citado el 10 de Enero de 2012]. 17 Red Internacional de Salas de Consumo de Drogas (INDRC -International network of drug consumption rooms-). Disponible en: www.indcr.org. [citado el 10 de Enero de 2012] 18 European Monitoring Centre for Drugs and Drug Addiction. Disponible en: www.emcdda.europa.eu. [citado el 10 de Enero de 2012]. 19 Trimbos Institut.Disponible en: www.trimbos.nl/webwinkel/productoverzicht-webwinkel/alcohol-en-drugs/af/af1051-gebruiksruimten-in-nederland. [citado el 10 de Enero de 2012]. 20 Benninghoff F, Geense R, Dubois-Arber F. (2001). Resultats de l’étude ‘La clientèle des structures à bas seuil d’accessibilité en Suisse. Institut universitaire de médecine sociale et preventive. Lausanne. 21 Solai S, Benninghoff B, Meystre-Agustoni G, et al. (2004). Evaluation de l’espace d’accueil et d’injection “Quai 9” à Genève: deuxième phase 2003. Institut universitaire de médecine sociale et preventive. Lausanne. Disponible en: http://www.iumsp.ch/Unites/uepp/files/Quai9GE_2.pdf. [citado el 10 de Enero de 2012]. 22 Bravo MJ, Royuela L, De la Fuente L, et al. Use of supervised injection facilities and injection risk behaviours among young drug injectors. Addiction 2009; 104: 614–9. 23 Kerr T, Tyndall M, Li K, et al. Safer injecting facility use and syringe sharing in IDUs. Lancet 2005; 366: 316–18.

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24 NCHECR (National Centre in HIV Epidemiology and Clinical Research). (ed.) (2007a). Sydney Medically Supervised Injecting Centre evaluation report no. 3: evaluation of client referral and health issues. University of New South Wales. Sydney. Disponible en: http://www.med.unsw.edu.au/NCHECRweb.nsf/resources/Interim_eval_rep_2/$file/IntEvalReport3SMSIC+.pdf. [citado el 10 de Enero de 2012]. 25 Stoltz JA, Wood E, Small W, et al. Changes in injecting practices associated with the use of a medically supervised safer injection facility. Journal of Public Health 2007; 29: 35–9. 26 Dubois-Arber F, Benninghoff F, Jeannin A. Typology of injection profiles of clients of a supervised drug consumption facility in Geneva, Switzerland. European Addiction Research 2008; 14:1–10. 27 Bayoumi AM, Zaric GS. The cost-effectiveness of Vancouver's supervised injection facility. CMAJ 2008; 179: 1143-51. 28 Andresen MA, Boyd N. A cost-benefit and cost-effectiveness analysis of Vancouver's supervised injection facility. Int J Drug Policy 2010; 21: 70-6. 29 Pinkerton SD. Is Vancouver Canada's supervised injection facility cost-saving?. Addiction 2010; 105: 1429-36. 30 Zurhold H, Degkwitz P, Verthein U, et al. Drug consumption rooms in Hamburg, Germany: Evaluation of the effects on harm reduction and the reduction of public nuisance. Journal of Drug Issues 2003; 33: 663-688. 31 Wood E, Kerr T, Small W, et al. Changes in public order after the opening of a medically supervised safer injecting facility for illicit injection drug users. CMAJ 2004; 28; 171: 731-4. 32 Green T, Hankins C, Palmer D, et al. Ascertanining the need for a supervised injecting facility (SIF): The burden of public injecting in Montreal, Canada. Journal of Drug Issues 2003; 33, 3: 713-732 33 Wodak A, Symonds A, Richmond R. The role of civil disobedience in drug policy reform: how an illegal safer injection room led to a sanctioned. Medically supervised injection center. Journal of Drug Issues 2003; 33, 3: 609-624. 34 Daigre C, Comín M, Rodríguez-Cintas L, et al. Valoración de los usuarios de un programa de reducción de daños integrado en un ambulatorio de drogodependencias. Gac. Sanit. 2010; 24: 446-452. 35 Little J, Franskoviak P. So glad you came! Harm reduction therapy in community settings. J Clin Psychol 2010; 66: 175-88. 36 Phillips P, Labrow J. Dual diagnosis - does harm reduction have a role?. Int J Drug Policy 2000; 11: 279-283. 37 Krakow DS, Galanter M, Dermatis H, et al. HIV risk factors in dually diagnosed patients. Am J Addict 1998; 7: 74-80. 38 Rosenberg SD, Drake RE, Brunette MF, et al. Hepatitis C virus and HIV co-infection in people with severe mental illness and substance use disorders. AIDS 2005; 19 Suppl 3: S26-33.

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Presencia  de  adulterantes  en  el  análisis  de  muestras  de cocaína y heroína preparadas para ser consumidas. Revisión de la bibliografía.  Adulterants  in  the  analysis  of  cocaine  and  heroin  samples ready for consumption. Literature review.  Sara Serraa; Noelia Furqueta; María José Sánchezb; Davide Iannelloc, Jordi Delásd a Facultat de Medicina. Universitat de Barcelona. b Biblioteca. Hospital Universitari Sagrat Cor. Barcelona. c Antropólogo d Servicio de Medicina Interna. Hospital Universitari Sagrat Cor. Departamento de Medicina Universitat de Barcelona. SAPS, Creu Roja de Barcelona. Para correspondencia: Jordi Delás Servicio de Medicina Interna. Hospital Universitari Sagrat Cor c/ Viladomat 288 08029 Barcelona [email protected]

Resumen El presente estudio plantea una revisión de la bibliografía existente sobre adulterantes en muestras de heroína y cocaína preparadas para el consumo. Para ello se realizó una búsqueda bibliográfica en bases de datos de Pubmed, Medline y CINAHL sobre cocaína, heroína y adulterantes, limitada a humanos, entre 1995 y 2011 inclusive, y a originales en inglés, francés, italiano, español y catalán. Los criterios de elegibilidad exigían que los estudios hubiesen obtenido muestras de heroína o cocaína del consumidor final y las hubiesen analizado con el fin de identificar los adulterantes que contenían. Se obtuvieron 295 registros que, tras aplicar los criterios de elegibilidad quedaron reducidos a 10 estudios. Los adulterantes más frecuentes son analgésicos (paracetamol y fenacetina), anestésicos (lidocaína y procaína) y un grupo heterogéneo de fármacos. Muchos usuarios de drogas desconocen los efectos, consecuencias y riesgos reales de las sustancias que consumen. Ello provoca una exposición innecesaria a riesgos que se podrían evitar. La compleja interacción entre suministro, demanda y control de substancias ilícitas tiene un impacto tangible en su adulteración. La obtención y difusión de información objetiva debe ser considerada como parte fundamental de la política preventiva, incluyendo todas las sustancias y todos los patrones y contextos de consumo. Como parte de esta estrategia deben potenciarse las intervenciones de análisis de substancias que, actualmente, representan escasas actuaciones. Palabras clave: heroína, cocaína, drogas ilícitas, impurezas en drogas

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Abstract The present study is a systematic review of literature about the study of adulterants in samples of street heroin and cocaine prepared for consumption. We performed a search in Pubmed, Medline and CINAHL about cocaine, heroin and adulterants, limited to humans, 1995-2011 inclusive, and English, French, Italian, Spanish or catalan as original language. Eligibility criteria required that studies had obtained samples of street heroin or cocaine from the consumer and that they analysed those samples in order to detect the adulterants. 295 studies were returned and 10 studies met all inclusion criteria. The most frequent adulterants were analgesics (paracetamol and fenacetin), anaesthetics (lidocaine and procaine) and a heterogeneous group of different drugs. The majority of drug consumers did not know the effects, consequences and real health risks of the substances they consumed. That causes an unnecessary exposition to preventable risks. The complex interactions of supply, demand and control of illicit drugs have a tangible impact on their adulteration. Provide and disseminate objective information should be considered as fundamental part of any preventive policy, and it should include all substances and all patterns and ways of consumption. As part of that strategy, analyses performed for adulterants needs to be encouraged, which are considerably limited in number and scope at the moment. Keywords: heroine, cocaine, street drugs, drug contamination

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Introducción En España, al igual que sucede en la mayor parte de países europeos, el consumo de drogas ilegales se ha visto incrementado de forma significativa en los últimos años (Observatorio Español de la Droga, 2011). La extensión del consumo se refleja en las urgencias hospitalarias, donde se identifican no sólo reacciones y efectos provocados por las propias drogas, sino también por las sustancias que se añaden a ellas (Brunt et al., 2009; Risser et al., 2000; Risser et al., 2007).

Los efectos que produce una droga varían en función de las características personales, pero no menos importante es la composición y riqueza del producto. La adulteración de las drogas ilegales es un fenómeno habitual y conocido desde el inicio de los programas de fiscalización de drogas, si bien su finalidad es controvertida. Lo que denominamos alteración incluye: la sustitución de un fármaco por otro con un efecto similar, la dilución de sustancias inertes que permiten reducir el contenido activo de droga sin provocar efecto alguno en el organismo, la contaminación o inclusión no intencional de una sustancia extraña y la adulteración propiamente dicha, que sería aquella sustancia añadida, por su efecto farmacológico similar o por sus propiedades, para aumentar la cantidad del producto, producir un efecto más potente y/o hacer el producto más atractivo a los ojos del consumidor. De hecho, dadas las características farmacológicas de las sustancias más habituales y la enorme extensión del fenómeno de la adulteración, la misma se hallaría en el origen de una gran parte, si no la mayoría, de riesgos sanitarios a los que se enfrentan la mayoría de personas usuarias (Barriuso, 2000).

En los últimos años (Hung, Tien y Truong, 2005) y sobretodo en Europa, se han afianzado los programas de reducción de daños, a la vez que se ha redefinido y ampliado dicho concepto (Cesoni, 2005; Romaní, 2005). Muchos usuarios de drogas desconocen los efectos, consecuencias y riesgos reales de las sustancias que consumen. Ello provoca una exposición innecesaria a riesgos que se podrían evitar. La obtención y difusión de información objetiva debe ser considerada como parte fundamental de la política preventiva, incluyendo todas las sustancias y todos los patrones y contextos de consumo.

El conocimiento de los posibles adulterantes y de sus efectos es fundamental para el tratamiento de las posibles reacciones adversas que producen en los consumidores finales. Para poder actuar desde una perspectiva preventiva en relación a drogas, con objetividad y rigurosidad, resulta imprescindible conocer la realidad del mercado ilícito de sustancias psicoestimulantes y una de las mejores vías es conseguir acceso a muestras preparadas para el consumo a fin de proceder al análisis de las mismas. Además el testado de sustancias permite entrar en contacto con poblaciones difíciles de contactar y atraer su interés hacia los mensajes preventivos y de reducción de daños (Barriuso, 2003; Kriener, 2001). Las intervenciones de análisis de sustancias e información personalizada in situ constituyen una herramienta privilegiada cuya extensión podría suponer, a medio y largo plazo, una sensible disminución de ciertos factores de riesgo asociados con el consumo y una progresiva modificación de los patrones de consumo actualmente existentes (Barat y Abdel-Rahman, 1996; Bedingfield, King y Holloway, 1998; Bernardo, Siqueira, de Paiva y Maia, 2003; Dams, Benijits, Lambert, Massart y Leenheer, 2001).

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Con este propósito, en el centro SAPS Creu Roja de Barcelona se llevó a cabo un estudio piloto durante el periodo comprendido entre el 17 de enero y el 31 de mayo de 2011 (Iannello et al., 2012), en el que se recogieron muestras de heroína y cocaína preparadas para su inmediato consumo por el usuario, se analizó su contenido y se identificaron los adulterantes presentes.

El presente estudio plantea una revisión de la bibliografía existente sobre adulterantes en muestras de heroína y cocaína preparadas para el consumo, con el objetivo de conocer los principales adulterantes de heroína y cocaína descritos por la bibliografía científica, identificar los posibles efectos y reacciones adversas que puede ocasionar su utilización y comparar los resultados con los obtenidos en nuestro estudio piloto.

Método

Criterios de elegibilidad Los criterios de elegibilidad se basaron en el objetivo del trabajo y por lo tanto la revisión se restringió a los estudios que habían obtenido muestras de heroína y cocaína del consumidor final y las habían analizado con la finalidad de conocer las sustancias adulterantes que contenían.

Fuentes de información y estrategia de búsqueda En febrero de 2012 se realizó una búsqueda bibliográfica en las bases de datos Pubmed, Medline y CINAHL, utilizando los siguientes descriptores normalizados (Descriptores en Ciencias de la Salud (DeCS) http://decs.bvs.br ): “cocaína” [cocaine], o “heroína” [heroine], o “diamorfina” [diamorphine] o “diacetilmorfina” [diacetylmorphine] o “drogas ilícitas” [street drugs] todos ellos combinados con los descriptores: “impurezas en drogas” [drug impurity], o “contaminación de medicamentos” [drug contamination] o “adulteración de medicamentos” [drug alteration].

La búsqueda se limitó a humanos [Species: humans], por año de publicación –desde 1995 a 2011 inclusive- a fin de que la revisión fuera reciente, y por idioma: artículos cuyo original estuviera en inglés, francés, italiano, español y catalán, que eran los de conocimiento de los autores del estudio.

Los dos primeros autores del estudio, Sara Serra y Noelia Furquet, fueron los que revisaron los estudios recuperados a través de la inspección de los resúmenes. También se comprobó la bibliografía de los artículos seleccionados para cualquier publicación adicional que pudiera considerarse dentro de los criterios de elegibilidad.

Resultados En total, se obtuvieron 295 registros de publicaciones que cumplían con los criterios de elegibilidad para ser revisados. Tras la inspección de los estudios, se desestimaron 252 por las razones que se especifican en la figura 1 y se consideraron 43 para su inclusión en la revisión sistemática. Finalmente, y tras la atenta lectura de los trabajos originales, se desestimaron 34 debido a que los mismos se centraban en los efectos adversos de los diferentes adulterantes sobre el organismo. Finalmente, 9

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estudios fueron seleccionados para la revisión sistemática por cumplir con todos los criterios de elegibilidad. Figura 1.

Los trabajos seleccionados se centran el análisis de una sola droga: heroína (Brunt et al., 2009; De la Fuente, Saavedra, Barrio, Royuela y Vicente, 1996; Hung et al., 2008; Risser et al., 2000; Risser et al., 2007) o cocaína (Evrard, Legleye y Cadet-Taïrou, 2010; Fucci y Giovanni, 1998; Fucci, 2007), a excepción del de Schneider y Meys (2011), en el que se analizan simultáneamente las dos y el de Iannello et al. (2012) que no distingue entre ellas. La Tabla I nos muestra el tipo de substancia analizada, la cantidad de droga sobre la que se ha realizado el trabajo, el origen de las muestras y el porcentaje de substancias, efectivamente encontrado en las muestras analizadas.

Las muestras de las drogas provenían básicamente de dos fuentes: de los propios usuarios o consumidores de drogas o de decomisos efectuados por la policía. Las diferencias entre el origen de la droga analizada resulta acorde con los objetivos que pretende cada estudio. En unos, el objetivo es el conocimiento de las sustancias adulterantes con la finalidad de estudiar su repercusión en la salud de los consumidores y en las políticas de salud pública, mientras que en el caso de los estudios que buscan las muestras a partir de los propios consumidores (Brunt et al., 2009; Evrard et al., 2010; Iannello et al., 2012) lo que se pretende es evaluar el conocimiento de los propios consumidores sobre la pureza de la droga. Estos estudios se inscriben en la política de los programas de reducción de daños e introducen como nuevo objetivo conocer qué saben los consumidores acerca de la composición de la droga que consumen, a fin de que este conocimiento pueda utilizarse como una nueva estrategia de prevención de la drogadicción.

Adulterantes encontrados Con el fin de comparar los adulterantes encontrados presentamos dos tablas resumen, una de la cocaína (Tabla II) y otra de la heroína (Tabla III), que muestran los adulterantes identificados.

Se observan dos grupos importantes de adulterantes que serían los analgésicos –sobretodo paracetamol y fenacetina- y los anestésicos –lidocaína y procaína-, junto con un grupo heterogéneo de fármacos entre los que encontramos, principalmente, anticolinérgicos, simpaticomiméticos y barbitúricos.

El uso de paracetamol y cafeína como adulterantes de la heroína es generalizado y constante a lo largo de los años, mientras que el resto de los adulterantes varía en el tiempo y espacio.

A diferencia de la heroína, los adulterantes de la cocaína son muchos y diversos y cambian significativamente con el tiempo, si bien se ha mantenido de forma estable la presencia de fenacetina, lidocaína, cafeína y, más recientemente, levamisol. Se observa un aumento de muestras que contienen levamisol y, correlativamente, una disminución de la concentración de fenatecina.

Se observa, asimismo, la tendencia a que la cocaína consumida en los últimos años esté cada vez más adulterada en comparación con la de los años 90. Ello se aprecia claramente en el estudio de los Países Bajos que abarca un periodo de 8 años (Brunt et al., 2009).

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Discusión El objetivo principal del estudio del SAPS Barcelona de Ionnello et al. (2012), del cual parte la presente revisión, era identificar los adulterantes que contienen la cocaína y heroína preparada para su consumo y recabar información sobre distribución, precio y adulterantes en función de los diferentes barrios de compra.

Este objetivo es compartido por algunos de los estudios revisados (Brunt et al., 2009; Evrard et al., 2010) mientras que otros pretenden conocer, además, las principales vías de tráfico de las drogas (Scheneider et al., 2011), establecer la relación existente entre la calidad de la droga y las muertes producidas por ésta (Brunt et al., 2009, Risser et al., 2007), así como observar la evolución de la adulteración durante un período de tiempo en un mismo territorio a fin de señalar las nuevas tendencias y actualizar los datos (Brunt et al., 2009; De la Fuente et al., 1996; Fucci et al., 1998; Fucci, 2007).

Los resultados obtenidos en nuestro estudio de Barcelona (Ionnello et al., 2012) coinciden con los hallazgos recogidos en la bibliografía, si bien debe indicarse que en el caso de la cocaína se encontraron únicamente lidocaína, procaína, fenacetina, tetracaína y levamisol, lo cual puede explicarse por el menor número de muestras que fueron recogidas respecto el resto de estudios analizados.

En la bibliografía analizada se apuntan posibles explicaciones al uso de adulterantes. Una de ellas es hacer frente al incremento de demanda de cocaína en Europa, diluyendo el producto original para obtener mayores beneficios (Brunt et al., 2009). Por otro lado, los adulterantes constituyen una firma o marca del proceso de producción, de manera que la presencia de adulterantes en los distintos países en años parecidos nos permite deducir el origen de su corte y establecer las “rutas comerciales” de la fabricación y distribución de la cocaína (Fucci, 2007). Lo mismo ocurre en el caso de la heroína, en la que debido a su proceso de síntesis, la concentración y sus derivados cambian significativamente según su proveniencia geográfica y la presencia de diluyentes y adulterantes proporciona una fuente de información relevante para conocer su origen (Dams et al., 2001).

Por otro lado, algunos adulterantes son conocidos por sus propiedades concretas y así, al parecer, el paracetamol potencia el sabor amargo de la heroína y permite mimetizar los efectos analgésicos de la heroína (Fucci et al., 1998); la cafeína tiene propiedades estimulantes similares a la cocaína y se añade con este fin. En la heroína la cafeína permite disminuir la temperatura de vaporización y por lo tanto facilita que sea fumada (Fucci et al., 1998). La fenacetina se añade como adulterante para potenciar el sabor amargo de la cocaína y mejorar su aspecto. La fenacetina hace que la coca brille y simula el aspecto de "alita de mosca". Su utilización como adulterante puede provocar un aumento de los efectos cardiacos, así como de alucinaciones (Brunt et al., 2009) y puede producir la muerte del consumidor (Fucci, 2004). En la última década, la fenacetina se ha visto desplazada por el levamisol, detectado en 2003 por la DEA (Drug Enforcement Administration) en la cocaína (Valentino y Fuentecilla, 2005). Entre julio y setiembre de 2008 contaminaba el 30% de las muestras analizadas por la DEA en Estados Unidos (Zhu, LeGatt y Turner, 2009), porcentaje que aumentó al 69% en julio de 2009 (Karch, Mari, Bartolini y Bertol, 2012) y hasta el 79% en octubre de 2010 (Bertol et al., 2011).

Los afectos adversos de los anestésicos locales son proporcionales a la concentración alcanzada en sangre. Sobre el sistema nervioso central pueden causar náuseas,

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vómitos, vértigo, temblores y convulsiones. Las convulsiones son el efecto tóxico más común resultante de la ingestión conjunta de cocaína y otros anestésicos locales (Barat et al., 1996; Bernardo et al., 2003). La presencia de lidocaína aumenta la cardiotoxicidad de la cocaína de forma sinérgica cuando se administran conjuntamente, lo que representa un riesgo adicional para el usuario (Bernardo et al., 2003).

Los resultados de esta revisión apuntan a la importancia de conocer de primera mano la composición de la droga que se consume, con el objetivo de poder aplicar políticas preventivas tanto en cuanto a los posibles efectos adversos y como en campañas educativas de prevención de la drogadicción.

Esta revisión sistemática plantea una serie de desafíos y refleja serias limitaciones. En primer lugar, el escaso número de estudios que analizan las muestras preparadas para el consumo. Ello se debe sobretodo a la dificultad para conseguir muestras de los consumidores finales. Otra limitación es que la calidad de los trabajos recopilados no es alta, aunque ello es una característica típica en el campo del tratamiento de las dependencias (Prendergast, Podus, Chang y Urada, 2002) y que, además, casi todos los estudios analizan cantidades pequeñas, lo cual dificulta la obtención de datos cualitativos extrapolables.

Sería deseable la elaboración de estudios de mayor calidad, con un diseño más riguroso y supervisados a fin de disponer de información relevante y precisa que sirva de referente en las programas de prevención y rehabilitación de la drogadicción.

La bibliografía encontrada sugiere que el uso de los adulterantes en la cocaína y heroína está en aumento, no sólo en cuanto al número utilizado, sino también en su proporción, de manera que la droga consumida está cada vez más adulterada.

Las sustancias utilizadas como adulterantes son fármacos, algunos legales en España e incluso fácilmente disponibles, que no resultan tóxicos para el organismo a dosis pequeñas, si bien, asociados con las drogas, provocan efectos altamente peligrosos para la salud de los consumidores sobre los que es preciso alertar.

El uso de diferentes adulterantes a lo largo de los años parece estar relacionado con la época de la adulteración, introduciéndose nuevos fármacos a medida que han ido apareciendo en el uso clínico general y desapareciendo según han ido cayendo en desuso, como por ejemplo, el levamisol.

A pesar del aumento del consumo de drogas y su importancia en los efectos de la salud, son pocos los estudios efectuados sobre detección de adulterantes en cocaína y heroína, probablemente por las dificultades para la obtención de muestras preparada para el consumo. Entre los estudios analizados, destaca los relativos a Francia y Países Bajos que, como objetivo novedoso, intentan evaluar qué saben los consumidores acerca de la composición de la droga que consumen y ponen de manifiesto la ignorancia que tienen los consumidores acerca de la pureza de la heroína y cocaína que consumen, lo que se traduce en un aumento de las prácticas de riesgo, que bien podría prevenirse facilitándoles una adecuada información.

Conflicto de intereses Los autores no tienen conflictos de intereses que declarar.

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