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1 (retazos para un) Manual de ética legionaria

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Manual de Etica Legionaria

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    (retazos para un)

    Manual de tica legionaria

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    (retazos para un)

    Manual de tica legionaria

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    Copyleft, 2015, hekht, (retazos para un) Manual de tica legionaria.

    Usted puede copiar en todo o en parte el contenido de este libro siempre y cuando: 1) cite la fuente y 2) no tenga uso comercial. El copyleft es copia con cita de la fuente, copiar sin cita es vandalismo de mercado o como dice un amigo, choreo.

  • 5

    NDICE

    (retazos para un) Manual de tica Legionaria ......................................................................... 7

    Adendas legionarias ......................................................................................................................... 17

    Breve Manual para armar su propio libro (este o cualquier otro) ................................ 24

  • 6

  • 7

    (retazos para un) Manual de tica Legionaria

    Necesitamos una tica porque queremos vivir de otro modo. Ms manuales de uso

    y menos libros de autoayuda. El neoliberalismo, el capitalismo, el

    postfordismo, el semiocapitalismo, la biopoltica, la sociedad del espectculo,

    la globalizacin, la socialdemocracia, no son la produccin de bienes y

    servicios ni su intercambio: son modos de desear y temer, de pensar y

    calcular, de hacer mundo.

    Necesitamos una tica o una fe y esto hace rer a los idiotas; no es una necesidad de

    creer en otra cosa, sino una necesidad de creer en este mundo, del que los idiotas

    forman parte.

    Gilles Deleuze

    Desde hace casi un siglo los fsicos saben que: A no es igual a A, no es cierto que si A

    es igual a B, B sea igual a A, y que se puede ser A y no A a la vez. Usted se

    preguntar por qu seguimos pensando en un paradigma binario que ya no

    explica nada Bien, pregnteselo.

  • 8

    I. La especie que vamos siendo

    Somos la especie que suele resistirse a la maravilla: El hombre lo acepta todo menos

    que es un asombro, un monstruo que lanza preguntas sin respuesta. Se

    asombra de la incondicionalidad de la divinidad, pero se niega a aceptar que

    l mismo es un incondicionado igualmente asombroso. Lezama Lima, La

    cantidad hechizada.

    El tema es hablar, hablar, hablar, hablar. Se escribe, se postea, se charla, se cuenta,

    se analiza, se psicoanaliza, se despsicoanaliza. Mltiples dispositivos

    blablticos incitan cataratas de palabras. Una poca aparentemente

    extrovertida opaca el hecho de que la sensibilidad no suele discurrir en las

    palabras. Narcisos y anestesiados olvidamos tanto la escucha como la

    materia viviente. Somos tambin la especie sorda e indolente que no puede

    dejar de hablar de s misma.

    Seres que se horrorizan ante l*s hij*s de vnculos homoparentales: mam es el

    nombre que se le dio a quienes, teniendo vagina, cuidaban la vida incipiente;

    pap es el nombre que se le dio a quienes, teniendo pene, cuidaban la vida

    incipiente. Lo central, seres miedosos, es el cuidado. Somos la especie que

    privilegia los nombres por sobre la experiencia del amor.

    Sabemos que esta es una cultura calculista que pretende reducir la realidad al

    discurso. Sabemos que eso no es cierto. Sabemos que el amor y el dolor, las

    experiencias radicales de lo viviente, no se dicen. Sabemos de la desmesurada

    alegra y del dolor taladrante. Sabemos del cuerpo, sabemos que nunca es

    individual ni indiviso. Sabemos que intuimos. Sabemos del azar, de la historia

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    y de las fuerzas que entretejen el destino de hombres, mujeres, estrellas y

    migraciones en el ocano. Sabemos del silencio.

    Cera caliente sobre los genitales.

    Inoculacin de plstico en pmulos, senos, nalgas, labios.

    Camillas con polainas y pesas.

    Descargas elctricas para los msculos cuando las camillas fallan.

    Extraccin quirrgica de grasa.

    Injertos de grasa.

    Anfetaminas suprimiendo el hambre.

    Diurticos y fermentos en las vas digestivas.

    Inhibidores de la transpiracin.

    cidos para alisar el cabello.

    Rutinas fsicas interminables en recintos cerrados.

  • 10

    Viagra para aumentar el rendimiento.

    Lser quemando cada poro de la piel para que nunca ms

    crezca all el pelo.

    Como en cualquier programa de tortura, aquello que se promete es imposible.

    Qumicos, qumicos, qumicos y aparatologa. Nunca una cultura haba

    realizado de forma tan detallada el viejo sueo teraputico de la belleza. Sin

    olor, sin marcas, sin pelo, sin grasa, sin hambre un cuerpo que no sea un

    cuerpo. Un cuerpo vaciado de su memoria. Somos la especie que reniega de

    s misma hasta el punto de causarse enormes dolores para que la

    singularidad de los cuerpos sea eliminada.

    Declararle la guerra al neoliberalismo es declararle tambin la guerra a algo que

    somos cotidiana, esttica, mental, corporal, espiritual, poltica,

    afectivamente.

    Toda identidad es falaz.

    La risa cnica, la risa de quien no puede responder ante el dolor, de quien no puede

    intervenir sobre lo que ve (porque no sabe, no quiere, no cree que sea

    deseable, posible). La risa fascista del chiste cotidiano (tan en los huesos

    que no necesita ejemplos). La risa dolorida del chiste sobre nosotros

    mismos. La risa de cierto stand up y (cada vez ms) del sentido comn

    publicitario. La risa de la razn ilustrada que puede describir detalladamente

  • 11

    cualquier mecanismo de poder en el mundo, pero se queda muda en las

    conclusiones del paper.

    Hay otra risa, es cierto, una insolente, la risa que se niega a aceptar la seriedad de

    los discursos, el aparente consenso sobre el que se asientan, la comunidad de

    los sentidos publicitarios. Esta es la risa de quien ve las tristezas e idioteces

    de los edificios del poder. Mientras la risa cnica, autorreferencial y

    anestesiada, legitima la produccin del dolor humano; la risa insolente

    celebra lo viviente como viviente, lo que existe en tanto que existe segn las

    misteriosas leyes del devenir sin sostener que la produccin del dolor

    humano sea parte necesaria de ese devenir. Rernos de nosotros mismos

    puede ser tan cnico y fascista como cualquier otra cosa, si es que late ah la

    conciencia anestesiada, la impotencia de la mente, del cuerpo o de los afectos.

    Exageramos, dirn, y tendrn razn.

    No se trata del gesto cnico del que todo lo sabe, no se trata del gesto anestesiado del

    que nada ve, as como tampoco se trata del reclamo infantil de purezas. Se

    trata del gesto menos conveniente, ms desmesurado, que nos recuerda que

    somos esa especie extraa, capaz de amor.

    II. De un mundo imposible

    Es posible rerse y banalizar cualquier gesto, cualquier concepto, cualquier prctica.

    Lo complicado es sostener un gesto, una idea, una prctica, alegre y

    amorosamente en el tiempo. A esta situacin la llamamos intemperie.

  • 12

    Una jerga recorre un mundo: visibilizar, problematizar, subjetividad, pensable,

    posible, mirada, instituido, deseo, estrategia, espacialidades, diferencia,

    desde qu lugar, el otro, perspectiva, significante, discursos, atravesamiento,

    muchas eses, muchas equis (la lista se extiende con extraa cacofona).

    Pero no es suficiente cambiar las palabras para experimentar de otro modo.

    Tener la capacidad de describir-percibir el modo de funcionamiento del infierno al

    que llamamos a veces mundo y a veces capitalismo (competencia, crueldad,

    egosmo, espectculo) no exime a quien lo hace de la competencia, la

    crueldad, el egosmo ni el espectculo. La Cosa funciona a fuerza de banalizar

    lo que se dice.

    Prestemos atencin. Ser autogestivo, flexible e independiente son parte del

    problema. Un capitalismo sin patrn comienza a recorrer el mundo. Decirle

    que no al management (especialmente al del amor).

    En la sociedad del espectculo se comparte la sensacin de no ser lo suficientemente

    reconocidos. Democracia del resentimiento. Resistirse a competir puede ser

    sublevatorio.

    El capitalismo es afectivo o no es. O sea: examine con detenimiento sus deseos,

    probablemente muchos de ellos sean inoculaciones que disminuyen su

    potencia.

    Eludir la competencia es sublevatorio (o sea, potente). Examine con frialdad sus

    odios recientes, pregntese cuntos de ellos provienen de la pasin

    competitiva (y sus miedos y sus inseguridades). No es necesario que comente

    el resultado de este ejercicio espiritual, pero sera muy hermoso que pueda

  • 13

    actuar en consecuencia con l (y por qu no, que pueda salirse de las arenas

    crueles de la mquina competitiva por un rato).

    III. De la afirmacin

    Lo que no exagera, no vive.

    Problema tico de esta intemperie. Afirmar algo, cualquier cosa (una idea, un afecto,

    un deseo) y sostenerlo inclume, mientras le pega el sol, la lluvia, el viento, la

    noche, el calor y el fro (mientras lo atraviesa la vida). Esta intemperie exige

    seres alegremente tenaces.

    Para los burcratas del saber, para los detectores de imposibilidad: "Criticar no

    significa ms que constatar que un concepto se desvanece, pierde sus

    componentes, o adquiere otros nuevos que lo transforman cuando se lo

    sumerge en un ambiente nuevo. Pero quienes critican sin cesar, quienes se

    limitan a defender lo que se ha desvanecido sin saber devolverle las fuerzas

    para que resucite, constituyen la autntica plaga de la filosofa. Es el

    resentimiento lo que anima a esos discutidores, a esos comunicadores, slo

    hablan de s mismos haciendo que se enfrenten unas realidades huecas."

    Basta de egotrip, estaran gritando Gilles y Flix mientras escriban estos

    renglones.

    Es posible evitar el binarismo si el pensamiento se concentra en una experiencia

    concreta, en prcticas especficas. Es posible evitar el binarismo cuando el

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    pensamiento (que es una prctica) persigue los modos (prcticos) en que se

    produce lo real. Puede darse cuenta del mundo explicando el modo en que se

    produce un libro cualquiera. Puede darse cuenta del capitalismo

    persiguiendo modos de hacer: una mujer utiliza cera caliente sobre su

    cuerpo, alguien calcula los beneficios/costos de su vnculo con alguien ms,

    los libros que leen les nies, los criterios antes las gndolas, largo etctera.

    Si el capitalismo tambin es un rgimen semitico es porque pretende reducir todo

    lo existente y todo lo que podra existir, al discurso. Implotar el discurso, he

    ah un lindo ejercicio para espritus nobles y sensibles.

    Alguna vez se pregunt por qu vale ms una red social que una multinacional

    petrolera? Bien, pregnteselo. Vincule su respuesta con su vida cotidiana.

    Obre en consecuencia.

    No se hacen/dicen ciertas cosas despus de haber hecho/dicho ciertas otras cosas.

    Si usted est demasiado psicoanalizado puede tener algn problema para

    comprenderlo, excntrese y descubrir que no se pueden hacer/decir ciertas

    cosas despus de haber hecho/dicho ciertas otras cosas.

    Alguna vez se pens como un objeto dentro del mercado del amor? Alguna vez

    calcul sus actos afectivos dentro de una trama de costo y beneficio? Alguna

    vez se pregunt por qu el derroche se considera una conducta patolgica?

    Alguna vez derroch?

    Una nueva inducacin emocional que expanda nuestras posibilidades sensibles, una

    que incite a desestabilizar los lmites del yo = cuerpo individual = clculo de

    pros y contras. Una que les diga a los vivientes que si el mundo no les agrada,

  • 15

    pueden hacerlo de otro modo. Una donde la inseguridad es la competencia.

    Una donde el placer est en el intento, en el camino, en la transformacin que

    entrelaza humanos, mariposas, tomos y fsforos.

    Otros modos de la afectividad y del cuerpo: iki japons. Un arte de la vida amorosa,

    donde se enlaza espiritualidad y valenta samuri, el bushido. Una forma

    ertica del habla que no engaa ni manipula, un desnudo que privilegia la

    nuca y no el escote, la bsqueda de la posibilidad por la posibilidad misma,

    un edificio de sutilezas e intensidades altsimas, en los pliegues de la ropa y

    en los movimientos del cuerpo. Queda lejos dirn y tendrn razn. Una

    comunidad especial lo hizo posible. Pero. El iki es otra de las muchas formas

    otras (recordatorio de la idiotez publicitaria con la que se nos incita a amar).

    Basta de egotrip.

    La norma tica nos permite decir que no y nos permite afirmar en la intemperie.

    Podemos transgredirla porque no es una ley general a la que suceda un

    castigo. Pero a medida que se reitera el ejercicio espiritual en el tiempo, la

    subjetividad estrecha los lazos con esas fuerzas a las que quiere aliarse, que

    son y no son s mismo, se intensifica la construccin del s mismo tal y como

    se lo ha querido. La tica es un oficio, una iteracin, no es una ley.

    Pensamos en las posibilidades de parentescos que no son los de la sangre ni de la

    gentica, en linajes que no son los de las lneas. En las comunidades que se

    enredan cuidando, haciendo brotar maravilla.

  • 16

    Une de nosotres anoche escuch en sueos: No sea cosa que creamos que con decir

    potencia o alegra ya se resuelve la cosa, eso es precisamente lo que

    pretende la industria cultural-infantilizante. (Fin del sueo. ) Nota: invocar

    no se agotara en decir.

    Que en paz descanse el viejo Sup.

    Todo es desviacin del equilibrio, salvo la nada, es decir, salvo la identidad.

    Michel Serres.

    En Lucas 8-30 se dice que Jess, el monoltico, se acerc a un hombre posedo por

    muchos demonios y le pregunt su nombre. Mi nombre es Legin, contest

    el poseso. Legin, sonido latino para decir lo innmero, sean personas,

    espritus o animales. Sonido para decir lo impreciso, abundante y

    desmesurado de lo viviente.

  • 17

    Adendas legionarias

    Una.

    Necesitamos heterogeneidad de registros, de experiencias, de gneros. Necesitamos

    heterogeneidad que no se agota en los fragmentos (que siempre refieren a

    un Todo) porque es el nico modo de dar cuenta de una experiencia. No hay

    adentro-afuera entre lo que se dice y el modo en que se lo dice (contagio!

    contagio!)

    En el mundo hay mentiras y falsedades; derechos, verdades y casualidades; hay

    mentalidades horizontales, verticales y diagonales. Cantan y bailan porque

    no se subleva si no hay movimientos que potencien la alegra (Emma

    Goldman y Baruch de Spinoza estaran de acuerdo y bailaran. Decimos: si

    estuvieran realmente de acuerdo con lo que escriben, debieran bailar).

    Importante. Fijmonos que en algunos textos que nos gustan mucho la potencia

    aparece como excepcin, como recuerdo lejano o como expresin de deseo.

    Miradas europeas. Miradas sobre un mundo en decadencia. Pero ese no es

  • 18

    nuestro mundo, no es el mundo del que queremos tambin hablar. No es lo

    que vemos a nuestro alrededor ni lo que explica nuestras biografas ni

    nuestro presente. A espatulear esa mirada.

    Nuestro mundo es potente, catico, vital.

    Alguien tiene que decir alguna vez que hay sueldos obscenos. Este libro lo est

    diciendo en este mismo momento.

    Hay una alquimia en todo lo que hacemos. Coser un libro (que no es la aguja, el hilo

    ni la mano), una lectura en voz alta (que no es lo que se lee, ni quien lee, ni a

    quien se lee), celebrar algo (que no es a quin ni por qu), cocinar para

    compartir, reparar el territorio

    Las migas que quedan en el suelo, el papel metalizado que envuelve las agujas, el

    modo en que Amaranta abre las viandas, las sillas imposibles de seriar, las

    cosas que sostienen la mesa de trabajo (y la hacen mesa aunque sea puerta),

    el mismo disco que una tarde de 42 grados de calor escuchamos ms de 5

    veces. No hay detalles, todo nos hace.

    Otra.

    Palabras que ya no nos sirven para pensar los mundos que habitamos: dialctica,

    pueblo, individuo, ciudadano, estado, objeto, sujeto, representacin,

    revolucin, sexualidad, movimiento poltico, clase, dios, cultura,

    contracultura, teora, sistema, otro, nacin, binarismo, democracia,

  • 19

    trascendencia, inmanencia, historia, muerte de la historia, La contradiccin

    fundamental, La razn, post, ismos, anti, evolucin, edipo, progreso, lmite,

    devenir, filosofa, gneros, programa, libertad.

    Palabras que nos sirven para pensar los mundos que habitamos: aventura, prcticas,

    cyborgs, impureza, mercado, subjetividades, consumo, clculo, desamor,

    miedo, narcosis, anestesia, cartografa, topografa, cuerpo, fluidos, tiempo,

    ebriedades, potencia, cuidado, intervencin, don, burocracia, precariedad,

    cognitariado, jovencitx, amistad, intensidad, porno, naturalezaycultura,

    deuda, economa, deseo, contingencia, cada de los grandes relatos, mito de

    la cada de los grandes relatos, tecnologa, sagrado, ritual, afectacin, silencio,

    anomal, ldica, careta, experiencia, produccin, trama, funcin, trans,

    limitacin, farmacologa, publicidad, capitalismo, mafia, asteriscos,

    inseguridad, hospitalidad, paisaje, reparar, sanar, alimentacin, juntxs,

    palabras, emociones, dolor, violencia.

    Advertencia: no tenemos palabras para nombrar tantas cosas (muchas de las cuales

    an no han sido).

    Una ms.

    Vamos llegando como se llega a los espacios sagrados, despacio. Y de pronto alguien

    dice: Hay que destruir los osciladores atmicos y el metro patrn que est

    en Francia alguien habla de los osciladores atmicos. El tiempo ya no es el

  • 20

    tiempo, el espacio ya no es el espacio, la grieta muestra las entraas del bicho

    sin ningn pudor.

    Donde parece que no hay tiempo ni espacio (dice quien tiene cuatro hijos

    aguardndola en algn lugar que parece lejano) puede hacerse el tiempo y el

    espacio. Pueden meterse los dedos y hacerse otros tiempos y espacios. Toda

    sublevacin altera tiempo y espacio, pero se trata de que nos demos cuenta

    de que ac y ahora, en esta sala, en este domingo, en este mismo momento,

    estamos sublevando. No es algo que habra que hacer algn da, algo extrao

    cuya frmula algn sabio podra darnos tras extraas peripecias es algo

    abierto ac noms, algo que podemos expandir, hacer crecer, hacer durar.

    Hay un mito de la continuidad del tiempo y del espacio, porque no se trata de la

    homogeneidad y las rupturas sino de que hay tecnologas polticas

    especficas que le dan continuidad a lo que en verdad es discontinuo.

    Smbolos, relatos, mitos.

    Unos seores muy entusiastas se fueron de ciudad en ciudad, midindolo todo de

    norte a sur (del mundo? de cul?) y ah naci el metro patrn. La Wikipedia

    intenta encubrir lo evidente: A lo largo de la historia se llevaron a cabo

    intentos de unificacin de las distintas medidas con el objeto de simplificar

    los intercambios, facilitar el comercio y el cobro justo de impuestos. En la

    Revolucin francesa de 1789, junto a otros desafos considerados necesarios

    para los nuevos tiempos, se nombraron Comisiones de Cientficos para

    uniformar los pesos y medidas, entre los que est la longitud. La tarea fue

    ardua y complicada; se baraj como patrn la longitud del pndulo en un

    segundo a la latitud de 45, pero acabara descartndose por no ser un

  • 21

    modelo completamente objetivo. Se acordara, por fin, medir un arco de

    meridiano para establecer, sobre l y por tanto sobre la propia Tierra, el

    patrn del metro. Los encargados de dicha medida fueron Jean Baptiste,

    Joseph Delambre y Pierre Mchain, quienes entre 1791 y 1798 y mediante un

    sistema de triangulacin desde Dunkerque a Barcelona establecieron la

    medida de dicho arco de meridiano sobre la que se estableci el metro. Y lo

    evidente es que el metro patrn es tan caprichoso como medir al mundo con

    el pie del rey o hacer copas de vino con los senos de Mara Antonieta. Toda

    creencia descansa sobre un acto de amor?

    Domingo en una librera independiente de San Telmo, sensacin trmica de 40

    grados, gotas cayendo de las frentes y espaldas de unos diez o quince

    legionarios que cosen y pegan y charlan bajito. Saben que de esos mnimos

    gestos depende un mundo. No hay otra manera de comprender el amor con

    el que se cose (que no es ni dedo, ni aguja, ni hilo) y se bebe el terer, que a

    partir de esa certeza silenciosa: en esos gestos habita un mundo, un mundo

    es habitado por esos gestos. Bien entrada la noche, se van yendo despacio,

    uno de ellos se pregunta a tres cuadras de la puerta, dnde estuve, dnde

    estuve

    Hay un pulso, un modo de respirar juntos, un modo de disolverse imposible solas,

    imposible solos. Y las ausencias pesan. Somos legin innmera y a la vez, cada

    singularidad es definitiva, preciosa, densa. Y ese cuerpo colectivo tambin es

    aorado cuando no se est en l.

    Hay un registro del tiempo, dice alguien, que es utpico, es del tiempo

    cronometrado, el del mito de la continuidad. Pero hay otro al que no sabemos

  • 22

    cmo llamar, lo haremos a travs de un sorteo (bolsita y papelitos). El tiempo

    no se agota en el psiquis individual (usamos la palabra como sin ganas, como

    renegando de ella)

    Nos ponemos seri*s porque alguien dice que hay una tecnologa que vincula tiempo,

    espacio y cuerpo de una manera especfica. Esa tecnologa tiene una historia

    y es la historia de la utopa de la unidad. Irrupcin musical, algunos

    comienzan a cantar Todos los domingos, todos los domingos y se escucha

    decir: mientras ustedes cantan ac se estn diciendo cosas muy importantes.

    Donde est Cariaim, se pregunta por segunda vez.

    Hacer el tiempo de los dioses en el tiempo de los hombres. Y para eso es

    necesario un ritual: haceres, pasos, procedimientos. Una tecnologa para

    discontinuar.

    Una de nosotr*s dice que acaba de darse cuenta que viene de un lugar donde el

    tiempo se experimenta de un modo muy diferente al de esta ciudad con once

    millones de cuerpos. All la gente se ensiesta, dice, que es como un fiesta con

    uno mismo (siesta viene de la sexta romana, la hora solar sexta

    correspondiente a las doce del medioda con respecto al sol, o sea, alrededor

    de las dos de la tarde, momento en el cual se haca una pausa para descansar

    y reponer fuerzas).

  • 23

    El tiempo de los viejos, de los sabios, de los que ya se han entregado al tiempo y lo

    han atravesado.

    Mientras se habla del tiempo y del espacio, los legionarios vamos acomodando los

    muebles para el ritual de los panes y los vinos. Hierofana casi sin querer. La

    msica va subiendo. Y hay incandescencias en el aire. Hay un dragn

    cambiando de pieles, un gato suicida y un cobayo en una cajita. Hay una danza

    amable no slo en los cuerpos.

    El potlach no basta pero sin altas dosis de potlach no se puede.

  • 24

    Breve Manual para armar su propio libro

    (este o cualquier otro)

    1. Abrimos el archivo e imprimimos desde el Adobe Acrobat Professional:

    Archivo > Imprimir > Propiedades > Acabado > Imprimir en ambas caras /

    Impresin de folletos: A4 (encuadernacin por la izquierda)

  • 25

    2. El documento se imprimir directamente en forma de cuadernillos, listo para

    encuadernar, as que simplemente doblamos lo ms prolijo posible todas las

    hojas al medio.

    3. Si imprimimos en A4, la medida de la hoja es 21 cm de ancho x 29,7 cm de

    alto aproximadamente. Por lo cual, tomamos en cuenta la medida del alto y

    la dividimos en 4. Lo que nos da una medida de 7,4 cm. Esta es la distancia

    que vamos a usar para marcar sobre el doblez de las hojas para luego

    agujerear con punzn para coser. En la imagen se indica con cruces:

    4. Cosemos de la siguiente forma:

  • 26

    5. Terminamos haciendo un nudo entre los dos hilos sobrantes que contenga al

    hilo central, y terminamos.

    6. En caso de querer reciclar papel ya usado, se tendr que imprimir el

    documento en una sola cara de la siguiente forma. Se puede abrochar todo el

    Manual en la esquina superior izquierda, como un apunte.

  • 27

    Colofn

    No sabemos cundo ni dnde se imprimi este libro.

  • 28

    Necesitamos una tica porque queremos vivir de otro modo. Ms manuales de uso

    y menos libros de autoayuda. El neoliberalismo, el capitalismo, el postfordismo, el

    semiocapitalismo, la biopoltica, la sociedad del espectculo, la globalizacin, la

    socialdemocracia, no es la produccin de bienes y servicios ni su intercambio: es un

    modo de desear y temer, de pensar y calcular, de hacer mundo