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8/16/2019 MÃ¡s allÃ¡ del derrumbe. Socialismo y democracia en la crisis de civilizaciÃ³n contemporÃ¡nea

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MÁS ALLÁdel derrumbe

GABRIEL VARGAS LOZANO

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sociología

y política



MÁS ALLÁ DEL DERRUMBE

Socialismo y democracia en la crisis de civilización contemporánea

porGABRIEL VARGAS LOZANO

mSKÉOveintiuno



siglo veintiuno editores, s.a. de c.v.CERRO DEL AGUA 248, DELEGACION COYOACÁN. 04310 MÉXICO, DF

siglo veintiuno de españa editores, s.a.CALLE PLAZA 5, 29043 MADRID, ESPAÑA

portada de germán montalvo

primera edición, 1994© siglo xxi editores, s.a. de c.v.en coedición con la benem éritauniversidad autónoma de pueblaisbn 968-23-1935-8

derechos reservados conform e a la leyimpreso y hecho en m éxico /printed and made in mexieo



ÍNDICE

NO'i'A INTRODUCTORIA

PRESENTACIÓN: LA DIALÉCTICA DE LA HISTORIA

PRIMERA PARTE: PERSPECTIVAS DEL MARXISMOEN EL UMBRAL DEL SIGLO XXI

1. MARX FRENTE AL SIGLO XXI

2- MARXISMO Y FILOSOFÍA AL FINAL DEL SIGLO XX

3. REFLEXIONES SOBRE EL MARXISMO OCCIDENTAL

DESDE LATINOAMÉRIC A.UN COMENTARIO A LAS TESIS

DE PERRY ANDF.RSON

SEGUNDA PARTE: LA TEORÍA FRENTE A LA PRÁCTICA

4. EL DERRUMBE DEL SOCIALISMO REAL

LA PERES TR OIKA Y SUS CONSECUENCIAS

5. QUÉ SOCIALISMO ES POSIBLE DESPUÉS DEL

DERRUMBE

6. EL PENSAMIENTO DE LA IZQUIERDA EN AMÉRICA

LATINA DESPUÉS DE 1989

TERCERA PARTE: CONCLUSIONES PROVISIONALES

7. HACIA UNA RECONSTRUCCIÓN DEL PARADIGMA

CRÍTICO



NOTA INTRODUCTORIA

El presente volumen está integrado por una serie de ensayos íntimamente relacionados entre sí, cuya versión original fue escrita en losúltimos cuatro años (el más antiguo es de 1990) al calor de losacontecimientos internacionales y bajo un fuerte imperativo: el de

oponerse a la ola conservadora que sobrevino después del derrum be del llamado en form a eufemística socialismo realmente existente. Enefecto, a partir del derrum be del muro de Berlín y la desapariciónde la URSS, los medios masivos de información difundieron lanueva ideología de que la historia había terminado con el “triunfodefinitivo del liberalismo y la democracia”. Ésta era también larazón -se afirmaba- de que la teoría que había servido de base aaquellas sociedades (para ellos, el marxismo sin más) también había

muerto. En todos estos ensayos he querido demostrar una concepción radicalmente diferente que se concentra en las siguientes pro

posiciones: se requiere analizar, con toda objetividad, es decir, sin prejuicio alguno, las causas del surgimiento, desarrollo y caída deaquellos regímenes que se denominaron, a sí mismos, socialismo real. Este análisis nos llevará a concluir que aquellas sociedades tuvieron

poco que ver con el socialismo que había sido pensado por Marx ocon un socialismo democrático inspirado en su pensamiento aunque sí con una nueva versión de él, adecuada a la URSS de los añosveinte y modificada después, denominada “marxismo-leninismo”.El marxismo-leninismo debe ser analizado con detalle en su evolución, variantes y complejidad. Al caer aquellas sociedades por causasespecíficas que analizaremos con precisión, cayó también la ideología que las acompañaba pero no el pensamiento de Marx ni muchomenos un marxismo crítico que se desarrolló dentro o fuera de

aquellas sociedades; que no fue conocido con am plitud dentro deellas y que fue satanizado permanentem ente como “revisionismo”.Esta última acusación era infundada porque pretendía reducir todaslas variantes enloquecedoras del pensamiento de Marx a una mal-comprensión de él (como ocurrió con Bernstein) o simplemente auna tra ición de su espíritu. Pero hoy, los enemigos áe\socialismo real ,aprovechando el cataclismo, han querido bo rra r también al marxis-



10 NOTA INTRODUCTOR! A

mo crítico, es decir, aquel que sí procedería de las velas mas suge-rentes de Marx y que ha buscado continuarlas y profundizarlas. Ami juicio, ni el pensamiento de Marx ni las contribuciones auténticas

del marxismo pueden ser eliminadas de la historia porque constituyen un legado inestimable para la cultura humana. Sólo un pensamiento cerrado es incapaz de valorarlas con justicia. Ahora bien,¿ello significa que el marxismo permanezca inalterado por las desventuras de la práctica; por los nuevos hechos o por los nuevosdescubrimientos de otras teorías? Desde mi punto de vista, la res

puesta es negativa. Si el marxismo desea mantener su vigencia, se

requiere repensar sus alcances; sus problemáticas abiertas; sus posi bilidades; pero también sus límites. El análisis objetivo de la caída deaquellos regímenes nos permitirá extraer conclusiones correctasacerca de las sendas perdidas o de las vías equivocadas, pero tambiénacerca de otras posibilidades plausibles. La humanidad debe aprender de su propio pasado. El diálogo con otras teorías ha permitidoy permitirá enriquecer los planteamientos. El objetivo primordial

no es salvar a una teoría de sus críticos, sino llegar a un conocimientomás profundo de la realidad que sea cada vez más útil para lograruna transformación humanística de la sociedad. Por otro lado, elmundo se encuentra en una nueva etapa de su historia que requierede renovados esfuerzos y teorías. Una sola teoría, por más importante que sea, no será capaz de comprender todo lo existente. Laaparición de fenómenos como la crisis ecológica; el surgimiento deuna corriente como la teología de la liberación, que se opone a lautilización de las creencias religiosas como forma de legitimacióndel sistema capitalista; los efectos de las nuevas tecnologías en la

producción y comunicación; la extensión universal del capitalismoen su fase transnacional; las exigencias planteadas por los feminismos en torno a la igualdad y diferencia entre el hombre y la mujer;el devenir histórico mismo de una hum anidad dividida trágicamente entre unos cuantos países ricos y una mayoría de pobres y laexigencia de una nueva concepción de la democracia entendida deuna manera radical, apuntan hacia la construcción de un nuevo

paradigma social que busque, en la teoría y en la práctica, mejorescondiciones de justicia, democracia, fraternidad y libertad. En losensayos incluidos en este volumen, he intentado demostrar que elderrumbe del socialismo real no implica la desaparición del pensamiento crítico ni de la opción socialista; pero sí la exigencia de queéste incorpore en su reflexión los fracasos de la práctica y efectúe



NOTA INTRODUCTORIA 11

una reconsideración mas profunda del nuevo escenario en que nosencontramos; tampoco se trata de un hipotético fin de la historia, proposición ideológica que sólo busca legitimar lo existente y que es

hermana gemela de aquella lesis igualmente absurda del “fin de lasideologías", sino de una nueva etapa de la misma historia. De igualmanera, no se trata tampoco del triunfo del liberalismo, no sólo porque no se puede llamar triunfo a la crisis de civilización en quenos encontramos sino porque, en sentido estricto, esta crisis inclusocontradice proposiciones como las de un Stuart Mili cuando dijoque la sociedad burguesa debería representar el desarrollo de las

potencialidades humanas. Y en el caso de la democracia, ésta, además de no ser compatible con una de las vertientes del liberalismo,se ha convertido -como lo demostró hace décadas con crudo realismo-Joseph Schumpeter, en una competencia de élites de poder,legitimada por una manipulación masiva del demos. Naturalmente,esta versión de la democracia no es aceptable para los que deseamosuna sociedad en donde impere lajusticia. Es posible que durante un

tiempo exista un desencanto; un fuerte escepticismo; un pragmatismo que podrá re Lrasar la formación del nuevo paradigma; pero lasexigencias de una sociedad mundial atravesada por la desigualdad,la explotación y la deshumanización constituyen la premisa mayorde una etapa diferente de la historia. Las luchas protagonizadas porhombres y mujeres a lo largo de la evolución humana demuestranque existe una energía profunda dictada por sus necesidades y pasiones que los lleva a efectuar nuevas hazañas que representenmejoras para la especie, pero lo que hemos aprendido es que éstasson resultado de un proceso complejo, de larga duración; que im plica avances, retrocesos y sorpresas. La historia es como un barcoque navega en un mar, a menudo embravecido, pero cuyo destinodepende, finalmente, de los propios hombres.

Coyoacán, julio de 1993



PRESENTACIÓN:LA DIALÉCTICA DE LA HISTORIA

Nos encontramos a escasos años d e terminar e l siglo XX. Un sigloturbulento, pleno de utopías y disutopías, encantos y desencantos,crisis y esperanzas, tragedias monstruosas y deslumbrantes descu

brimientos. Este siglo ha visto desarrollarse la energía nuclear; laconquista del espacio; el prodigio de las nuevas tecnologías; la revolución de las comunicaciones; los descubrimientos de la genética yla biotecnología; pero también ha visto perecer a millones de personas por las guerras, los genocidios o el hambre. Hagamos un mínimo recuento: primera y segunda guerras mundiales; guerras en lazona árabe a partir de la decisión de crear el estado judío; la guerra

de Vietnam; las invasiones a Granada y Panamá; la guerra de Irak;los combates en las diversas naciones de la ex URSS y hoy la gu erraen el territorio de la ex Yugoslavia. Los genocidios del nazismo; deHiroshima y Nagasaki; del gulag y del Amazonas. La muerte porhambre y desnutrición en diversas zonas del llamado despectivamente “tercer mundo” o también “subdesarrollado”. En este sigloha reaparecido un mal antiguo, el cólera, que se llevara a la tumba

a Hegel, uno de los gigantes del pensamiento universal; y un malnuevo, el sida, que ha tendido una nube oscura sobre las relacionessexuales y las transfusiones sanguíneas. Nuestro mundo sufre lacrisis de los sistemas ecológicos; el resurgimiento del racismo; eldescuartizamiento de países que antes parecían inconmovibles como la URSS, Yugoslavia y Checoslovaquia, desaparecidos entre las

brumas de la historia. Me pregunto: ¿eran sólo una construcción

imaginaria?En el mundo del capitalismo transnacional, de la comunicaciónsimultánea y de la organización de bloques económicos (tigres asiáticos; comunidad económica europea y Estados Un ido s-Canadá-Mé-xico) surgen también los nacionalismos exacerbados. Arribamos alfin del siglo con 20 por ciento de países ricos y 80 por ciento de pobres.

Esta centuria ha presenciado la construcción de un inmensocastillo de utopías cifradas en e\ socialismo real. La utopía central era

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14 PRESENTACIÓN

la de una sociedad justa; el fin de la enajenación y el inicio de lanueva racionalidad. Marx había dicho en su célebre prólogo a laContribución a la crítica de la economía política que “con esta formaciónsocial [la sociedad de clases] terminaba la prehistoria de la humanidad y se iniciaba la historia”. La Revolución de octubre se presentóa sí misma como el inicio de esa nueva historia y no dudo que así lodesearan los revolucionarios bolcheviques; sin embargo, innum era

bles causas (que pretendo explicar en el ensayo “El derrumbe del socialismo real, la perestroika y sus consecuencias”) impidieron larealización de un verdadero y genuino socialismo. La triste y lamen

table verdad es que, pudiendo haberlo construido en la década delos sesenta -una vez superados el subdesarrollo y los estragos de laguerra-, las burocracias gobernantes o los pueblos mismos no pu dieron generar una nueva alternativa. El intento dejrushov se quedósólo en la marginación transitoria del grupo stalinista que luego lohizo víctima de un golpe de estado; el de Dubcek fue interrum pido por las tropas del Pacto de Varsovia; el de Gorbachov naufragó y se

llevó tras sí a la URSS y los países “socialistas" de Europa Oriental.Después de cuarenta y cinco años de haber mantenido un equilibriode poderes mundiales (aunque infortunadamente éste era tambiénun equilibrio del terror atómico), la URSS renunció incondicional-mente a todo poder, para dejar un vacío que afectó a todos los países.Su renuncia no constituyó un acto de bondad. Provenía de la profunda crisis económico-social en que habían desembocado aquellas

sociedades, pero la forma del armisticio podía haber sido diferente porque estaba enjuego un orden internacional y nacional que involucraba a millones de habitantes y a casi todos los países. El fenómeno que hemos visto aparecer ante nuestros ojos ha sido: por un lado,el manifiesto de la victoria: ¡la historia ha terminado!; iel marxismoy el socialismo han muerto!; ¡ha triunfado el libre mercado!; y, porotro, la manifestación de poderío militar de los Estados Unidos al

masacrar impunemente al pueblo iraquí (sin que ello me lleve a estarde acuerdo con Sadam Hussein, que ha sido también otra creaciónde los aliados). Otros fenómenos han sido: el derrumbe de losregímenes comunistas sin que, por ahora, se advierta una nuevaalternativa que apunte hacia la preservación de lajusticia o la democracia auténticas; se presenta una fragmentación y recomposicióngeográfica y política en Europa (las dos Alemanias quedan unidassin mediar el proceso necesario de ajuste; la URSS desintegrada;Yugoslavia hundida en sangrienta guerra; no vemos por ningún



I.A DTAI ÍCTICA DE LA HISTORIA 15

lado síntoma alguno de eliminación de las bombas atómicas (como pretendía ingenuamente Gorbachov); se observa una recomposi

ción de la política hacia América Latina que implica la sumisión detodos nuestros países al imperio del norte (Cuba es hoy no sólo unaexcepción sino un milagro que está costando un inmenso sacrificioal propio pueblo cubano en términos de resistencia); finalmente, elimperio del norte está cayendo bajo el impacto de otros capitalismos(europeos y asiáticos) así como de sus propias contradicciones (elinmenso gasto militar; el déficit estatal; la Iransnacionalización del

capital; el recorte del gasto público que deja en la pobreza a millonesde habitantes).Por otro lado, el “otro socialismo” también cayó en la crisis. La

autogestión yugoslava fracasó por la ausencia de democracia, elcentralismo neostalinista y el intento inútil de anular las diferenciasétnicas, culturales y nacionales que se encontraban dentro de aquelterritorio.

La rebelión popular que sobrevino en aquellos países fue causada por su fracaso económico y social, pero su desenlace fue consecuencia, entre otras cosas, de la despolitización, del encierro teórico y dela falta de alternativas creíbles. La gente dejó de creer en algo quese llamara socialismo (aunque éste fuera concebido en forma democrática) porque creía ya haber vivido un socialismo. Pero dejemos aun lado el nombre. Los movimientos opositores podían haber pro

puesto una nueva vía auténticamente democrática y hacia adelantey, en vez de ello, triunfan las tendencias que propugnan una “economía de mercado” sin más. Estas tendencias están, con frecuencia,comandadas por la antigua burocracia “comunista” que hoy muestra su verdadera faz: caudillismo y capitalismo. Es a la vez lógico yextraño. Lógico, porque aquellas sociedades vivieron un procesoque llamaron “socialismo”; pero que en realidad era una perversión

de él: un tipo de sociedad en donde una burocracia usurpó el podery se benefició de él. Y hoy, ante la quiebra de aquel sistema, ampliossectores del pueblo identifican, en su conciencia, al “socialismo” conaquel tipo de conformación social. Es por ello por lo que la sociedadantes satanizada, el capitalismo, aparece como la panacea, el paraísoterrenal, la solución de Lodos los males. Pero esto es también extrañodebido a que ellos tienen a la vista las consecuencias y los efectos del

capitalismo después de doscientos años de construcción intensivatanto en los países desarrollados (Alemania,Japón, Canadá, EstadosUnidos, Francia, Italia y Gran BreLaña) como en los países depen



16 PRESENTACIÓN

dientes y periféricos. ¿No se impondría, a la luz de la experienciahistórica, la búsqueda de un camino nuevo que no repita lo ya

plenamente probado? Desde luego que queda China, el coloso deOriente, que se ha mantenido en la idea de construir el socialismo pero ¿hasta dónde puede ser vista como un modelo a seguir pornuestros países? Mi opinión es que no debe haber ya más modelos.Tenemos que aprender de lo ajeno pero buscando soluciones enclavadas profundamente en nuestra realidad.

Durante más de setenta años vivimos en medio de una lucha amuerte entre el sistema capitalista y el denominado por Suslov

socialismo real Esta lucha fue interrumpida por la aparición delfascismo y del nazismo y reanudada después de su derrota. Luchaentre dos sistemas económicos; entre dos esferas de influencia mundial; entre dos teorías y dos concepciones de la vida y del mundo.Aquel socialismo produjo un nuevo tipo de sociedad que permitiósuperar las condiciones de atraso económico, social y cultural perono logró instaurar la democracia y la justicia social. La URSS se

convirtió en la segunda potencia industrial y militar y por ello setransformó en un modelo a seguir ante los ojos de muchos habitantes del planeta. Lo mismo ocurrió con China y con Yugoslavia. Se

presentaron entonces tres formas de desarrollo del socialismo que parecían representar una opción que permitiera superar las condiciones de desigualdad y explotación capitalistas. El capitalismo, porsu lado, tuvo que adoptar medidas que permitieran, con el Estado

benefactor, paliar las condiciones de las clases trabajadoras de sus propias sociedades. Lo que lograron, cuando más, fue la sociedadde dos tercios: un tercio mal y dos bien. Por su lado, los habitantesdel llamado “segundo mundo” vivieron el socialismo real en carne

propia. Después de restañar las heridas producidas por la segundaguerra mundial, aquellos países ingresaron en una etapa de relativa

prosperidad en la década de los sesenta que finalmente se vinoabajo. Había lo que se llamaba democracia social (otro Estado benefactor que otorgaba salud, educación, vivienda, recreación y traba

jo) pero no una democracia política que permitiera un cambio delos dirigentes, la necesaria autocrítica; pero, sobre todo, que permitiera al propio pueblo controlar, desde abajo, los procesos de producción, distribución, intercambio y consumo de todo tipo de bienes. En el Tercer Mundo, se vivía (y se vive) el ideal de salir de ladesigualdad capitalista; de las múltiples enajenaciones; del analfa

betismo y de las dictaduras. La fórmula que parecía plausible era la



LA DIALÉCTICA DE LA HISTORIA 17

del socialismo, que se identificaba con las sociedades que se construían en su nombre. La lucha fue política, ideológica, teórica. En la

política, cientos de miles de hombres y mujeres honestos sacrificaron su vida y su bienestar por ese ideal. En la ideología, en elimaginario social, se buscaba una sociedad más justa . En la teoría,se pretendía, a la par que explicar críticamente la sociedad circundante, apoyar los program as políticos yjustificar un a nueva concepción del mundo. Era la lucha por la hegemonía, como decía Grams-ci, un Gramsci que se leyó e interpretó tardíamente en la mayoría delos países de América Latina. No había, desde luego, una sola inter pretación de la teoría; ni tampoco un solo tipo de sociedad posible.Las contradicciones en el propio “campo socialista" implicaban

posiciones diversas: prosoviéticos; proyugoslavos; prochinos y luego procubanos; en la teoría dominó la concepción que llamaremos, porcomodidad, “soviética”: el marxismo-leninismo. Pero además esta

ba la propia realidad cruda de Latinoamérica pletórica de injusticias, capitalismo salvaje y antídemocracia. Una parte del sueñoterminó en 1989. Dream ¿sover como escribió Jo hn Lennon, refiriéndose a otros sueños. Pero al term inar ese sueño, ¿qué queda? ¿Losresiduos nocturnos?, ¿la vigilia?, ¿la realidad diurna?, ¿los ensueños?, ¿la desesperación?, ¿el crudo espectáculo del mundo? A mi

juicio, al disiparse el ensueño dogmático que provocó el socialismo real queda, por un lado, la reflexión analítica y crítica de lo queocurrió en aquellos países; el estudio equilibrado del devenir del pensamiento crítico (que según mi criterio hizo aportes fundamentales para el conocimiento humano); el aprendizaje de las leccionesde la historia y la búsqueda de nuevas alternativas. Pero quedatambién nuestra propia libertad para proponer nuevos caminos. Escierto que los acontecimientos en la ex URSS, Europa del Este y laex Yugoslavia han sido traumáticos, a pesar de todo. Se cifró en ellos,

durante mucho tiempo, la esperanza, pero una vez conocido eldesenlace, la situación que enfrentamos se vuelve más clara y losalcances y límites de teorías como el marxismo quedan mejor com prendidos. En los períodos de crisis se ponen de manifiesto lascontradicciones más agudas, pero luego tienden a oscurecerse. El

pensamiento crítico no puede renunciar a su función esencial: “lacrítica despiadada de todo lo existente”, pero tampoco a diseñar

programas de sociedades factibles o de utopías concretas en elsentido de Bloch. Nos encontramos hoy en una situación difícil: unmodelo de sociedad asumido como alternativa se ha derrum bado;



18 PRESENTACIÓN

una realidad concreta: el capitalismo periférico y dependiente seencuentra en crisis; y un momento peculiar: las teorías, las políticasy las ideologías existentes no han sido aún capaces de apun tar hacia

una alternativa posible y deseable. Es por ello por lo que se ha dichoque nos encontramos en una era caracterizada como de la incertidumbre, pero creo que no podemos ni debemos magnificar elhecho más allá de lo correcto. En cada era hay certidumbres eincertidumbres; en cada período dejan de ser vigentes teorías, concepciones y sistemas sociales para dar paso a otros nuevos. Hoy, aligual que en otras épocas, la frase de Rolland y de Gramsci viene a

definir nuestra situación: pesimismo de la inteligencia y optimismode la voluntad. Parece que la condición humana implica la condenade convivir esta lucha de la vida y la muerte de los sistemas; derealidad y ficción; de construcciones y destrucciones. Parece ser parte de la condición humana tejer y destejer como Penélope; esperar siempre sin que llegue nada o muy poco. Hoy estamos al pie delderrum be; de la destrucción y de la desesperanza. No es la primera

vez que la humanidad está ante la desesperanza y no es la primeravez que se levanta de nuevo. Una generación nueva llega sin la cargamoral del pasado. La juventud parte de lo inmediato anterior yempieza a construir un mundo nuevo con renovados ánimos. Senecesita el olvido pero también la memoria. No podemos hacertabla rasa del pasado pero tampoco podemos quedarnos en él.Estamos en medio de un dilema: o nos quedamos en medio delderrumbe espantados por el estruendo, o caminamos hacia unfuturo previsible e imprevisible a la vez, determ inado e indeterm inado; planificado y azaroso. El hombre no puede renunciar a la

pretensión de prever, a pesar de que, finalmente, el concurso decomplejas fuerzas, intereses, pasiones y aun azares, nos conduzcana un lugar inesperado. Ésa es la dialéctica de la historia. No hay una

predicción determ inista pero sí un destino previsible en caso de queno hagamos nada. Es por ello por lo que hoy, cuando la lucha entre

los titanes ha terminado y se inicia el aparente gobierno de uno,nuestro escenario aparece más claro que nunca: mayor margina-ción, miseria, contradicción o una permanente lucha hacia algonuevo que nos permita superar esta condición. Atrás quedó elderrumbe de una sociedad que representó la esperanza (aunquefuera en la imaginación) y delante queda la sociedad posmoderna ytodas sus teorías; sus ideologías; sus interpretaciones del mundo. El

dilema está planteado. No podemos quedarnos en el pasado, pero



LA DIALÉCTICA DE LA HISTORIA 19

el futuro será todavía mas negro en caso de permanecer inmóvilesante las alternativas.

Está por llegar un nuevo fin de siglo que ahora es también fin deun milenio. ¿Será que el nuevo siglo nos depara un m undo mejor?La respuesta es, por ahora, oscura e incierta. Si las actuales tendencias se mantienen, acabarán destruyendo al planeta o provocandonuevas rebeliones que sacudirán desde el primero hasta el cuartomundos. El momento es de búsqueda; de imaginación y de responsabilidad. Algunos quedarán abatidos en el camino; otros se hundirán en el escepticismo; otros más sólo llevarán el peso del tiempo,

pero el hombre, ser sujeto a necesidades radicales, está destinado ainventar constantemente su futuro pa ra poder sobrevivir al abandono; para sobreponerse a sus miserias; para no dejarse hundir en ladesesperanza o la desilusión y persistir insistentemente en algo quelleva impreso en su herencia genética: su propia supervivencia comoespecie.

Coyoacán, julio de 1993



PRIMERA PARTE

PERSPECTIVAS DEL MARXISMO EN ELUMBRAL DEL SIGLO XXI



1. MARX FRENTE AL SIGLO XXI

A raíz de la caída de los regímenes llamados socialistas, se declaró,urbi ei orbi, la muerte del marxismo. Esta declaración ha formado

parte de una ofensiva conservadora que ha buscado aprovechar elcolapso de un sistema social para eliminar, de paso, no sólo almarxismo sino a toda teoría que proponga una crítica de la sociedad

capitalista. Para que pueda sostenerse esa idea, se requeriría especificar de qué marxismo se está hablando: ¿del marxismo de Marx; deEngels; de Lenin; de Gramsci; de Lukács; del marxismo soviético;chino; europeo occidental; del latinoamericano? H abría que distinguir entre los aspectos políticos e ideológicos y los aspectos filosóficos o científicos; y finalmente, habría que demostrar en qué sentidoun cambio histórico como el derrumbe del llamado socialismo real

afecta en forma determinante a la teoría. Otra pregunta distintasería inquirir sobre la forma en que el colapso del socialismo real afecta al pensamiento marxista o bien preguntarse, ¿en qué sentidolos nuevos fenómenos o las nuevas teorías que se han desarrolladoen la actualidad producen una pérdida de vigencia del pensamientomarxista? Para responderá estas últimos interrogantes se requeriríadesarrollar otro procedimiento: distinguir entre el pensamiento de

Marx mismo y el complejo conjunto de corrientes y subcorrientesque se han desarrollado en la teoría y en la práctica y proceder aanalizar cada una de las tesis sostenidas. Ésta no es una tarea fácil yaque se trataría de revisar muchísimas obras. Por otro lado, Marx hasido uno de los autores mas deformados de la historia. Sus enemigoslo acusaron falsamente de mecanicUta, determinista, economicistay reduccionista. Sus seguidores lo han “interpretado” desde corrien

tes diversas o desde posiciones políticas, filosóficas y sociales que pretendieron legitimar, en un momento dado, situaciones concretas. En efecto, Marx fue “leído” (por cierto, muy creativamente)desde el historicismo por Gramsci; desde un politicismo y un cientificismo, por Lenin; desde el existencialismo y el freudismo,, porMarcuse; desde la fenomenología, por Kosik; desde el es truc tu ral is-mo, po r Althusser; y hace poco, desde el individualismo metodoló

gico, por Elster; y desde el funcionalismo, p or Cohén. De tal forma



24 EL MARXISMO EN EL SIGLO XXI

que lo que pensaba verdaderamente Marx ha quedado enterrado enel mundo de las interpretaciones. Por otro lado, el socialismo real inventó una nueva concepción que denominó “marxismo-leninis

mo” o bien “materialismo dialéctico” que llevaba a la teoría de Marx por sendas radicalmente distintas y lo convertía en parte de unalegitimación del Estado.

Una pregunta más seria y honesta que pretendiera realmentedescubrir las aportaciones o las equivocaciones del autor de El capital tendría que ser formulada tal vez así: a la luz de los acontecimientos, del desarrollo de nuevas teorías y la aparición de nuevos

fenómenos de la realidad ¿la concepción de Marx está vigente o no?Para responder a esta pregunta, deberían aclararse, desde mi

punto de vista, otros problemas previos. Son los siguientes: ¿quéentender por vigencia de una teoría?, ¿cuáles son finalmente losalcances y límites del programa abierto por Marx?, ¿hasta dóndedifieren las posiciones de Marx con respecto a las de Engels?, ¿cuálesson las problemáticas desarrolladas, las que fueron exclusivamente

planteadas, las insuficientes, las no vigentes?, ¿cuál es la relaciónentre Marx y el llamado socialismo real?, ¿cuáles son las principalescríticas y su pertinencia?, ¿cuáles son las problemáticas abiertas ycuáles son las posibilidades futuras del marxismo?

Empecemos por la primera interrogante: ¿qué entender por vigencia de una teoría?

Vigencia, de acuerdo con su acepción original, sería el estado que

guardan las leyes, preceptos, reglamentos o costumbres en vigor. Eneste caso, el análisis de la vigencia implicaría preguntarse si la concepción de Marx conserva su poder explicativo de la sociedad capitalista; si sus proposiciones filosóficas siguen valiendo o no y si suconcepción política se puede seguir manteniendo hoy, a finales delsiglo XX.

En breves palabras: ¿el pensamiento de Marx está vigente o no?,

¿nos sirve para responder a los problemas actuales o no?, ¿debe serabandonado? Y si la respuesta a esta última pregunta es afirmativa,se tendría que preguntar: ¿por completo o sólo algunas de sus tesis?

Antes de abordar estas preguntas se requiere hacer algunas precisiones:

En prim er lugar, de ningún filósofo o científico social se puededecir que todas sus ideas, pensamientos o concepciones desde que

dejó algún testimonio escrito están vigentes. En todo pensador sedebe considerar una evolución que se inicia con una deuda a teorías



MARX FRENTE AL SIGLO XXI 25

anteriores y desemboca en una serie de ideas originales que son producto de un largo esfuerzo. Es por ello por lo que se requieredistinguir dicho núcleo. Por otro lado, todo pensador de este tipodeja testimonio de una serie de condicionamientos culturales ehistóricos propios de su época, de la evolución de su pensamiento,de una serie de errores no corregidos y opiniones no meditadassuficientemente. No creo que exista ningún pensador que no tengaestos problemas y Marx no escapa a este condicionamiento.

En segundo lugar, en el caso de Marx habría que distinguir, a pesar de que en su pensamiento se inter relacionen, aspectos como:el contenido filosófico de su obra (ontológico, epistemológico, ético, estético, filosófico-político, la concepción de la historia, susreflexiones sobre la religión, sus ideas acerca de la sociedad futura);el contenido científico social de su planteamiento (económico, histórico, predicciones); y el contenido político (que comprende tantoanálisis de circunstancias, reflexiones sobre la organización delmovimiento obrero, reflexiones sobre la organización de la sociedad futura y aspectos de tipo ideológico).

La distinción es necesaria porque cada uno de los aspectos asumirá diversas formas de vigencia. Las reflexiones filosóficas tienenun valor diferente a lo que ocurre en otras formas del saber. Ninguna filosofía desplaza completamente a otra. A pesar de que unfilósofo pueda ofrecer nuevas respuestas a problemas antiguos omodernos, no es desplazado por oLro. Aristóteles no elimina a Platón por más que lo supere en ciertos aspectos; Hegcl no suprime aKant; Marx no elimina a Hegel; Wittgenstein no deja obsoletos a

Nietzsche o a Marx.Otra cosa ocurre en el caso de la ciencia. Aquí nuevas teorías y

nuevos conocimientos convierten a los anteriores en falsos o relativos. En el caso de la política habría que establecer hasta dónde sonadecuados ciertos planteamientos para su época o pa ra hoy.

Tanto en la ciencia como en la política habría que distinguirLambíén entre su vigencia relativa, es decir, para su época, con losdatos y teorías de que se disponía a finales del siglo XIX o su vigenciaactual.




PERSPECTIVAS DEL ANÁLISIS

A mí juicio, podrían ser consideradas (.res ópticas posibles en un

análisis cualquiera: en primer término, tendríamos aquellas personas que pudieran estar interesadas en tomar del pensamiento deMarx sólo algunos aportes que consideren útiles para una teoríadistinta, Así, se podría ser weberiano, habermasiano, foucaultianoo braudeliano y Lomar de aquí o allá algún aspecto que pudieracomplementar aquella perspectiva.

Se podría partir también desde el propio marxismo consideran

do que, a pesar de todo, existiría en esta concepción un núcleoválido que podría aceptar las críticas acerca de insuficiencias o problemas teóricos.

Finalmente, se podría llegar a la conclusión de que se requierecambiar de paradigma teórico. Esto ocurre cuando se ha llegado ala convicción de que el paradigma se ha agotado y tiene que sersustituido. Así por ejemplo, quienes fueron comteanos en alguna

época, tuvieron que llegar a la conclusión de que esa filosofía ya no podía ser útil para la reflexión sobre los problemas de un tiempo posterior.

las tres ópticas son posibles siempre y cuando se ofrezcan losargumentos correspondientes. Lo que interesaría es saber qué ocurre en el caso de Marx.

LA OBRA DE MARX

La pregunta sobre la vigencia del pensamiento de Marx puede sermotivo de un volumen grueso. Lo que haremos aquí será sólomencionar las problemáticas sin hacer un análisis amplio para que

se obtenga solamente una visión general. La idea es obtener sólo un punto de partida que sirva para una discusión más amplia. Partamosentonces de nuevo, desde el principio: ¿quién fue Marx?

Karl Marx fue un hombre que vivió de 1818 a 1883. Nació enTréveris, Alemania. Estudió en las universidades de Bonn y Berlín yobtuvo el doctorado en 1841 con una tesis sobre la filosofía de lanaturaleza en Demócrito y Epicuro. Contrajo matrimonio en 1843y marchó a París. Conoció a Engels en 1844. Por conflictos políticostuvo que refugiarse en Bruselas en 1845. Más tarde vuelve a París y




luego se traslada a Colonia, con motivo de la Revolución de 1848.En 1849 emigra a Londres y vive allí hasta su muerte. Durante suvida participa en la Revolución de 1848 en Alemania. Participatambién en la fundación de la Primera Internacional en 1864 yapoya la Com una de París en 1871.

Como se sabe, las corrientes principales de su época y en cuyouniverso queda incluido son: el liberalismo (de Adam Smith y Ricardo a Stuart Mili); el positivismo (con Augusto Comte); el evolucionismo (con Spencer); el hegelianismo (de Bauer, Stirner y otros); el

antihegelianismo (con Feuerbach); el socialismo y comunismo utó picos (de Saint-Simon, Weitling, Owen, Fourier y otros) y el anarquismo de Bakunin.

Sus escritos más importantes fueron:11] La filosofía d-e la naturaleza según Demócrito y según Epicuro

(1841).2] “Crítica a la filosofía del derecho de Hegel” (1843).

3] “Sobre la cuestión ju día” (1843). *4] “Crítica a la filosofía hegeliana del derecho. Introducción”(1844).*

5] “Manuscritos económico-filosóficos” (1844).6] La sagrada familia o crítica de la crítica crítica (con Engels),

(1844).*7] “Tesis sobre Feuerbach” (1845).

8] La ideología alemana (con Engels), (1846).9] Miseria de la filosofía (1847).*10] Manifiesto del Partido Comunista (con Engels), (1848).*11 ] “Trabajo asalariado y capital” (1849).*12] La lucha de clases en Francia (1850).*13] El dieciocho brumario de Luis Bonaparte (1852). *14] “Grandes hombres en el exilio” (1852).

15] “Juicio de los comunistas en Colonia” (1852).16] “Palmerston”(1852).17] “El caballero de la noble conciencia” (1852).18] “Palmerston y Rusia” (1854)19] Revelaciones sobre la historia diplomática del siglo XVTll (1856).

1 Se coloca un asterisco en los textos publicados en vida. Se ponen cursivas en lostítulos de libros. Se entrecomillan los ensayos o manuscritos. Entre paréntesis se

ponen las fechas de redacción.




20] “Introducción general" (1857).21] “ Elementos fundamentales para la crítica de la economía políti

ca (borrador)” (1857-58). Se publican en Moscú en 1939-1941.

22] Prólogo (a la) Crítica de la economía política (1859).23] Herr Vogt (1860).24] Zurkritik derpolitischen Ókonomie. Manuscrito de 2 300 páginas

integrado por 21 cuadernos. Los cuadernos 6 al 15 fueron publicados bajo el título de Teorías sobre la plusvalía por KarlKautsky en 1906-1908 (fecha de redacción 1861-1863).

25] El capital, vol II (1864).

26] “Manuscritos sobre la cuestión polaca” (1863).27] El capital, vol.III (1864-1865).28] “Salario, precio y ganancia” (1864).*29] “Resultados del proceso inmediato de producción”, en El capi

tal cap. Vi (inédito) (1863). Editado en Moscú en 1933.30] “Programa del Prim er Congreso de la Internacional” (1866).*31] El capital, vol. I (1867).*

32] La guerra civil en Francia (1871). *33] “Notas marginales sobre estatismo y anarquismo de Bakunin”(1874).

34] “Crítica al programa de Gotha” (1875).*35] “Contribución al Anti-Dühring” de Engels (1877).*36] “Consideraciones sobre Wagner” (1880).37] “Carta a Vera Zasúlich” (1881).

Marx publicó también una gran cantidad de artículos en los periódicos o revistas siguientes: Gaceta Renana, Nueva Gaceta Renana, New York Herald Tribune, Nueva Gaceta del Oder , Periódico del

Pueblo, Prensa Libre, Neu> American Ciclopaedia, Das Volk y Die Presse.Su obra fue editada en diversas etapas por lo cual dio lugar a

diversas interpretaciones. Ediciones posteriores fueron: la MEGA,

Frankfurt, 1927; luego, los MEW (Marx-Engels Werke), Berlín, 1956,39 vols.; y más tarde, la nueva MEGA.

LA RELACIÓN ENTRE MARX Y ENGELS

La colaboración entre Marx y Engels fue muy intensa pero no debenconfundirse sus concepciones. Marx y Engels publican conjuntamente tres obras: La ideología alemana', Manifiesto del Partido Comu




nista y La sagradafamilia. Marx elabora un capítulo del Anti-Dühring. Engels edita los volúmenes II y III de El capital y redacta algunos

textos periodísticos que firma Marx. Finalmente, publica obras deMarx con nuevos prólogos.Por su parte Engels (1820-1895) publica las siguientes obras:1 ] “Bosquejo de una crítica de la economía política” (1844)2] La sagradafamilia o crítica de la crítica crítica (con Marx), (1844).3] La situación de la clase obrera en Inglaterra (1845)4] La ideología alemana (con Marx).

5] “Principios del comunismo.”6] Manifiesto del Partido Comunista (con Marx), (1848).7] “Contribución al problema de la vivienda” (1872).8] Dialéctica de la naturaleza (manuscrito de 1873-1883)9] Del socialismo utópico al socialismo científico (1880)

10] Ludwig Feuerbach y elfin de la filosofía clásica alemana (1886).11] “El papel de la violencia en la historia” (inconcluso) (1888).

12] El Anti-Dühring (Marx participa en la redacción de un capítulo).A mi juicio, Engels, a pesar de ser el fundador con Marx de lanueva concepción, va más allá de lo que pensaba este último en lossiguientes aspectos:

Acentuó el carácter cientificista y determinista de la teoría deMarx para colocarla al lado de los nuevos descubrimientos científicos de su tiempo. Quiso hacer una concepción del mundo en su libro

El Anti~Dühring. Consideró que la dialéctica debería de ampliarse alcampo de la ciencia natural. A pesar de no querer constituir unanueva filosofía dio origen a la primera versión del marxismo, esdecir, su primera interpretación.

APORTES; PROBLEMÁTICAS ABIERTAS; TESIS INSUFICIENTES.

En la obra en tera de Marx habría que destacar, en prim er lugar, susaportes más desarrollados. Éstos son, de acuerdo con mi criterio, lossiguientes:

La concepción del materialismo histórico.El método de Marx en El capital y El dieciocho brumario de Luis

Bonaparte.La teoría de la enajenación.Su concepción del hom bre.



30 EL MARXISMO EN EL SICLO XXI

La teoría del valor La tesis de la ciencia como fuerza productiva.Su Leo r í a d é l a e x p lo t a c ió n . Su t e o r í a d e l as c la s e s y l u c h a d e c la s e s.

Existen otras problemáticas abiertas por Marx pero no fueron suficientemente desarrolladas por él:

l.a teoría de las ideologías.La sociología del conocimiento.Las ideas estéticas.Teoría de los modos de apropiación del mundo.

Su concepto de partido.La dialéctica del todo social.Los modos de producción previos al capitalismo.El concepto de socialismo.I^a teoría del cambio social.Sus tesis finales sobre lo que después se ha llamado el capitalismo

periférico y dependiente en Irlanda, la India y América Latina.

TESIS INSUFICIENTES

La democracia directa

Marx sólo considera a la democracia directa, cuyo modelo lo encuentra en la Comuna de París. Las sociedades modernas se handesarrollado mediante la democracia representativa debido al tamaño que han adquirido. Esto no quiere decir que la democraciadirecta quede eliminada en todos los niveles, pero es síntoma de lacomplejidad con que nos enfrentamos en la situación actual.

El concepto de religión

Marx utilizó en toda su obra referencias a la teologíajudeo-cristianaque conocía por haberse formado en una familia de origen judío.En su período temprano, el autor de El capital , consideró a la religión misma en términos negativos, aunque se sabe que el análisis ola crítica a la religión no era el objetivo central de su obra. Su frasemás conocida ha sido: 1a religión es el opio de los pueblos. Marx




consideró a la religión como una forma de enajenación que seoponía a una concepción científica y materialista del mundo. PeroMarx iba mas allá de esto. En sus ensayos de los Anales franco-alema- nes2 se expresan las opiniones siguientes: en la “Contribución a lacrítica de la filosofía del derecho de Hegel”, dice: “la crítica de lareligión es la condición primera de cualquier crítica”.3El hombreencuentra en el cielo, el reflejo de sí mismo. “El fundamento de lacrítica religiosa es: el hombre hace la religión”,4 pero la religión estambién producto de las condiciones sociales. No es el más allá sinoel más acá lo que importa. Considera los aspectos históricos deAlemania: la reforma (Lutero) “liberó al hombre de la religiosidadexterna, porque erigió la religiosidad en el hombre interior”.5 El

protestantismo planteó el problema pero no le d io una verdaderasolución: el problema de la emancipación humana. La solución, para el Marx joven, era que “la filosofía se transform e en materialvinculándose con el proletariado”. En “La cuestión judía” dice: “El

problema estriba en saber cómo se articula una completa emancipación política en relación con la religión”.6 Su tesis es que al destruirlas contradicciones terrenales se acabará la base que da origen a lareligión, es decir, la desigualdad, la explotación y las condiciones deinjusticia; aunque menciona que en la Declaración Universal de losDerechos del Hombre se deja a salvo el derecho a la libertad decultos. También en el caso del judaismo: al terminarse las contradic

ciones que lo crean se acabará el judaismo.La óptica de Marx es la crítica a los aspectos sociales, políticos oideológicos de la religión que constituyen algunas de las causas desu surgimiento, pero no todas las que la producen. Si hoy nos

preguntáramos: ¿se acabarían las religiones al solucionarse las contradicciones sociales fundamentales?, la respuesta sería negativa,debido a que la religión responde también a otros problemas inso-

lubles y eternos como la incapacidad del hombre de prever su propiodestino aquí en la T ierra y su esperanza de supervivencia (así fueraespiritualmente) después de la muerte física. Estos dos elementos nolos puede eliminar ni la ciencia, ni la filosofía, ni una sociedad más

2 Anotes franco-alemanés, Barcelona, Ed. Martínez Roca, 1070.3 Ibid, p. 101.

4 Ibid.5 Ibid., p. 110.6 JbUL, p. 229.




justa. El hombre seguirá creyendo en la religión por su carácter deser limitado, finito y sufriente, independientemente de que existanhombres que puedan proporcionar otras respuestas a estos problemas. Marx tuvo razón en denunciar el carácter farisaico de la religión; su carácter enajenante; su carácter histórico; su función legitimadora de los regímenes políticos, pero todos estos aspectos noagotan al fenómeno religioso. Es por ello por lo que un avance

progresista ha sido, por parte de la teología de la liberación, elotorgarle a la religión un carácter emancipador del hombre. En estesentido habría una coincidencia entre los fines de una religión así

entendida y el marxismo.

TESIS QUE NUNCA FUERON VIGENTES

Sus ideas sobre América Latina

Marx y Engels escribieron sobre el descubrimiento y conquista deAmérica, sobre la independencia, sobre la invasión de Estados Unidos a México en 1847 (en el caso de Engels considerada en forma

positiva porque supuestamente permitiría un avance histórico); so bre la invasión francesa a México en 1861 (en el caso de Marx, enforma de censura); sobre Bolívar (considerado como una especie dedic tador salvaje) y sobre otros aspectos generales. Como lo ha demostrado Gustavo Vargas en su libro Marx y Bolívar, sus opinionesson equivocadas y extraña cómo un autor tan acucioso en sus fuentes se hubiera equivocado tan burdamente. Por su lado, José Aricó,en su libro Marx y América Latina, nos dice que el autor de El capital,

por una parte rectifica su idea optimista de que la imposición delcapitalismo en sociedades no-capitalistas pudiera traer en éstas unauténtico progreso a la luz de lo ocurrido en Irlanda, la India oAmérica Latina; y por otra, analiza lo ocurrido en ellas desde la ópticaestratégica de la revolución en las sociedades industríales más avanzadas y por tal motivo, no profundiza sobre lo que hoy se ha llamadocapitalismo dependiente y periférico. A pesar de lo anterior, SergioBagú, en su contribución al número especial de Dialéctica,7conside

7 “Marxismo y cultura política en la crisis actual", en Dialéctica, núm. 19, julide 1988.




ra que la importancia de Marx y Engels para América Latina no estáen sus opiniones circunstanciales, sino en la potencialidad explicativa del concepto de modo de producción para entender nuestras

sociedades en sus similitudes y en sus diferencias con otras. Por milado considero que no existe contradicción entre las tres opinionesmencionadas y que las tres son correctas.

Su concepción teleológica

La concepción teleológica de la historia que se desprende del jovenMarx -en el sentido de que mediante la revolución se accederá a larealización de una esencia verdaderamente hum ana- no se sostieneen el Marx maduro.

El modo dr. producción asiático

La tesis de que existió un modo de producción asiático refleja unconcepto muy general y se plantea en la obra de Marx a título dehipótesis.

La dictadura del proletariado

El concepto dictadura„aunque expresa una tesis realista -en el sentido de que si una mayoría toma el poder, lo ejerce autoritariamentesobre una minoría. No creo que este carácter autoritario puedaeliminarse en una sociedad que acabara con los fundamentos de unaestructura de clases; pero otra cosa es dictadura. El revolucionarioitaliano Antonio Gramsci sugirió una idea mejor: la de hegemonía,es decir, el dominio de un bloque histórico mediante la combinación

entre coerción y consenso en medio de un proceso de gradual ydemocrática absorción del Estado mediante la sociedad civil. Elconcepto de dictadura alude sólo al carácter coercitivo del poder.En un momento posterior abordaremos el tema en forma más amplia.




PREVISIONES UTÓPICAS

La idea de comunismo

La idea del comunismo como una sociedad transparente, racional,sin enajenación ni opresión, y que podrá ser conducida por loshombres a voluntad es una idea utópica, pero utopía a mi juicio noes un concepto negativo sino la definición de una sociedad deseable pero imposible, y que sirve de crítica a la realidad efectiva.

Extinción del Estado Eliminación de todo tipo de enajenación Fin de la política

ERRORES

Subestimación de las posibilidades de supervivencia del capitalismo.Extinción de las clases medias con la concentración capitalista.Subestimación de las consecuencias de un salto histórico de la

comuna rusa al socialismo.Apreciaciones sobre Simón Bolívar.

TEORÍA Y PRAXIS. MARX Y EL SOCIALISMO REAL

¿Se podría decir que Marx es el autor intelectual del llamado socialismo real como en su momento pretendieron los nuevos filósofosfranceses?

Desde mi punto de vista la respuesta es negativa debido a queMarx no desarrolló una teoría acabada sobre el socialismo; no vivió para poder ver la realización de su teoría; consideraba, en principio,que el socialismo se produciría como resultado final del desarrolloy finalmente, su concepción p rofunda era democrática aunque pensara en la democracia directa.

Desde la perspectiva de su realización práctica se debe aceptarque sus seguidores no han podido llevar a la realidad los idealesde una sociedad ju sta e igua litaria. El modelo desa rrollado en

Europa del Este y la URSS, en nom bre de los clásicos, sufrió una




profunda deformación y fracasó, como trataremos de explicar enotros trabajos incluidos en este libro.

Marx es un autor clásico. Esto quiere decir que así como existenen su obra una serie de planteamientos que ya han perdido vigencia,también podemos encontrar otros que se mantendrán. Su vigencia,en la actualidad, radica en que se trata de la crítica más profundaque se ha hecho al capitalismo al denunciarlo como una sociedad

basada en la explotación, la enajenación y la desigualdad social. Sumétodo de análisis puede y debe ser mejorado con los aportes de

otras teorías, pero en él existen indudables aportes. Marx propusocomo fin de su teoría la realización de una nueva sociedad queimplicara una nueva forma de racionalidad. Su aspiración siguesiendo válida independientemente de que la historia hubiera explorado un camino, el del llamado socialismo real, que no fructificó enel sentido democrático que Marx pensaba que debía tener el socialismo. Se requiere» entonces, reformular el concepto de socialismo

y repensar las relaciones entre teoría y praxis.

N'OTA. En México ha habido diversas interpretaciones del pensamiento de Marxrom o son las de Adolfo Sánchez Vázquez en toda su obra, pero en especial en Filosofía

de la praxis (1967); Las ideas estéticas de Marx (1965) y Economía y filosofía en el joven Marx (1978). Jaime Labastida, Producción, ñenday sociedad. De Descartes a Marx (1971)y Marx, hoy (1982). Bolívar Echeverría, El discurso crítico de Marx (1986); EnriqueDussel, La producción teórica de Marx (1985); Hacia un Marx desconocido (1988); El último Marx (1991). Óscar del Barco, Esencia y apariencia en El Capital (1977). JoséAricó, Marx y América Latina (1982). Juan David García Bacca, Humanismo teórico,

práctico y positivo según Marx (1965). Gabriel Vargas Lozano, Marx y su critica de la filosofía (1983). Juan Garzón, Marx: antología y revolución (1974). Jorge Juanes, Marx o

la crítica de la economía política (1982). Porfirio Miranda, Marx y la Biblia: crítica de la filosofía de la opresión (1971). Gustavo Vargas, Bolívar y Marx: otro debate sobre la ideología del libertador (1983), y otros autores más.



2. MARXISMO Y FILOSOFÍA AL FINAL DEL SIGLO XX

“Todo lo que surge es digno de perecer”, decía Mefistófeles en laobra clásica de Goethe. “Todo lo que un día fue real se torna irreal,

pierde su necesidad, su razón de ser”, escribía Engels comentandoa Hegel en su célebre obra Ludwig Feuerbach y el fin de Ja filosofía clásica alemana. Y hoy, cerca del final del siglo XX y a partir de los

cambios económico-sociales que ha experimentado el sistema capitalista, del desarrollo de nuevas formas filosóficas, de descubrimientos científico-técnicos y del derrumbe del llamado socialismo real, nos preguntamos ¿y esto es verdad también para el marxismoen general y para su filosofía en particular?

Si queremos ser coherentes, debemos responder afirmativamente. Toda concepción teórico-práctica, como es el caso del marxismo,

deviene, cambia, se transforma o pasa a formar parte de la historia.Pero cuando se tratan de explicar co i\toda objetividad dichos cam bios, se requiere hacer varias distinciones: en prim er término, ladistinción entre la vigencia de la prop ia teoría (y dentro de ella, a suvez, entre el contenido científico, el ideológico y el filosófico) y lascondiciones de recepción que propician eclipses cortos o largos,vinculados a los intereses dominantes en una sociedad dada. Enotros términos, se requiere distinguir entre las manipulaciones académicas y políticas que, con frecuencia, son un efecto de las tendencias dominantes en una sociedad dada y la pregunta auténtica yradical sobre la validez o invalidez de un pensamiento. En efecto,hoy, a partir de la crisis del llamado socialismo real , así como de unasobreacumulación de contradicciones teóricas y prácticas en el senode los movimientos prosocialistas, ha cobrado una nueva fuerza lavieja ideología extincionista de la muerte del marxismo. Es por ello

que intentar hacer una evaluación objetiva del marxismo, examinarlo que está vivo y lo que está muerto o caracterizar sus posibilidades presentes y futuras, es para algunos una tarea ím proba y fuera demoda. Lo dominante hoy es acabar con el pensamiento marxista;desgarrarse las vestiduras públicamente en el caso de aquellos quesostuvieron tesis dogmáticas y ahora expresan con vehemencia eldesencanto de su propio pasado; el considerar exclusivamente lo



MARXISMO Y FILOSOFÍA AL FINAL DEL SIGLO XXI 37

ausente en el pensamiento de los clásicos; el sustituir al marxismo por otras problemáticas y concepciones sin haber hecho el debidoajuste de cuentas y finalmente despedirse del marxismo como los

posmodernos se despiden de la modernidad; sin embargo, las cosasno son tan sencillas. Y no lo son p or las siguientes razones: primera,

porque el derrumbe del socialismo realmente existente requiere serexplicado y dicha explicación exige un conocimiento profundo delmismo marxismo; segunda, porque el marxismo que se desarrollódesde finales del siglo XIX hasta la fecha es múltiple y complejo y portanto exige un conjunto de precisiones; tercera, porque esta concepción realizó un sinnúm ero de aportaciones en los campos científico,cultural y filosófico y no basta barrerlas bajo la alfombra paradecretar su desaparición; cuarta, porque los problemas y las contra*dicciones que propiciaron el desarrollo de esta teoría no han desa

parecido (esto lo reconoce hasta Albrecht Wellmer) y en la medidaen que éstos subsistan y se agraven, tanto en los países desarrolladoscomo en la periferia -en la cual se está ubicando también el antiguo

socialismo real-, el marxismo adquirirá, si es que sigue desarrollándose creativamente, un nuevo significado; y finalmente, en quintolugar, porque las condiciones de evolución o incluso de desaparición de una teoría que involucra varias dimensiones implica, por asídecirlo, reglas de transformación diferenciadas. En otras palabras,si la concepción del marxismo implica contenidos ideológicos, científico-sociales, políticos y filosóficos, su forma de desaparición, siése fuera el caso, sería diferente. Se puede derrumbar una ideologíaque acompañó a los llamados regímenes del socialismo real pero ellono implica necesaria ni directamente la desaparición de los problemas filosóficos planteados por Marx. O bien, un conocimientocientífico puede ser superado por otro más profundo y valedero pero una proposición filosófica no es simplemente sustituida porotra. Lo que ocurre es que adquiere un carácter relativo pero nosiempre se vuelve caduca.

Es por ello por lo que hoy podemos y debemos preguntamos, sesea marxista o no, ¿qué est en efecto, lo que ha perdido vigencia tantoen la obra de Marx como en el marxismo y en qué sentido? ¿Se tratade toda la concepción en sus aspectos económico, político y filosófico?¿De un aspecto de ella? ¿Debemos hacer una distinción tajante entre lateoría, que permanecería intocada, y la práctica, que habría mostrado lafalibilidad de los hombres, como podría decir alguien que mantuvieraun optimismo heroico en tiempos de nihilismo posmoderno?




Un hecho es ya evidente. La esperanza de construir una sociedadnueva y distinta que parecía abrirse como una aurora en 1917, cayócomo una estatua de mármol que se rompe en pedazos. El colapso

se fue preparando, durante decenios, primero, con el stalinismo;luego, con la crisis del movimiento comunista internacional a raíz,entre otras cosas, de las revelaciones de Jrushov en el XX Congresodel PCUS; más tarde, con la represión de diversos movimientos reformistas o independentistas en Europa del Este; y finalmente, con lacrisis económica, social y política en que cae la URSS en los deceniosde los setenta y ochenta y el derrumbe de los regímenes del socialismo

real en Europa del Este en 1989. Este derrum be estrepitoso de todoun sistema social, económico, político e ideológico, no puede menosque afectar profundamente, en prim er lugar, a la realización práctica del ideal de una sociedad justa e igualitaria propuesta por Marx;en segundo lugar, al marxismo oficial, como concepción sustentadora de aquellos regímenes y con ella a la filosofía que la integraba;y en tercer lugar, al marxismo crítico que sin haber aceptado nuncalo que ocurría en dichas sociedades e incluso reprobando sus prácticas, modalidades y concepciones, también se ve afectado por losacontecimientos. Pero antes de caracterizar este efecto, definamoslo que entendemos por marxismo.

De acuerdo con mi opinión, el marxismo está (o estuvo) constituido:

1 ] Por un conjunto de corrientes teóricas que tienen su origen enMarx y Engels y que se desplazan en todas direcciones: ciencias

sociales, ciencias naturales, arte, literatura, filosofía y cultura. Setrató entonces de una concepción que tuvo una enorme influenciaen todos los terrenos del saber y de la acción durante el siglo XX. Asu vez, en este apartado debemos distinguir corrientes, escuelas,autores y problemáticas.

2] Por una serie de concepciones político-ideológicas sobre el partido, la lucha de clases y los movimientos que han buscado

acceder al poder.3] Y por diversas sociedades que se han reclamado como expre

sión del legado de Marx y Engels. Estos tipos de sociedad, aunquecompartían rasgos comunes, eran diferentes por las característicasnacionales en que surgían: URSS, China, hace poco tiempo los

países de Europa del Este, Vietnam, Yugoslavia, Cuba y otros.En la obra de Marx se planteaba una relación indisoluble entre

teoría y práctica; sin embargo, no siempre pudo realizarse debido a




diversas razones: bien fuera que la práctica desbordó con mucho ala teoría, sobre todo si ésta fue entendida de manera dogmática; bien porque en la teoría y en particular en la filosofía se desarrollanreflexiones que no siempre tienen un vínculo inmediato o directocon la práctica en alguno de sus sentidos y finalmente porque,muchas veces, no se hizo la debida recreación teórico-práctica de lastesis iniciales de Marx de cara a nuevas situaciones.

Ahora bien, lo que nos interesa aquí es ¿qué ocurrió en el caso dela filosofía? Mucho se ha escrito sobre la aportación filosófica deMarx y no lo repetiré aquí. Las posiciones se extendieron desdeaquellos que negaron la existencia o incluso pertinencia de unafilosofía en el autor de El capital , hasta aquellos que afirmaron quelo descubierto por Marx había sido un nuevo pensamiento revolucionario que sin dejar de ser filosófico superaba dicho estatus ynaturalmente aquellos que concibieron a la filosofía marxista dediferentes maneras.

La razón de que se hubiesen presentado tantas posiciones sedebió al carácter peculiar en la historia del saber con que se presentóla teoría de Marx como de intención práctica y, de igual manera, alsilencio del Marxm aduro sobre el contenido filosófico de una teoríaque principalmente asume una forma histórica, económica y política. Marx era un filósofo tanto por sus aportaciones en este campocomo por las consecuencias de su obra en la filosofía misma.

¿Cuáles fueron algunos de sus principales planteamientos?• La crítica del sistema capitalista como una forma que produce

enajenación, fetichismo, deshumanización.» Una concepción filosófica de la historia.• La propuesta de un racionalismo práctico.• El planteamiento y profundización del concepto de ideología.• El concepto de relación entre teoría y práctica.» Una serie de ideas de lo que podría ser la sociedad futura.• El condicionamiento social de la teoría.• El concepto de revolución.• La formulación de un nuevo método paralas ciencias sociales.• Una ontología del ser social.• Una nueva concepción del hombre.• Una teoría de los modos de apropiación del mundo.• La concepción de las ciencias naturales como ciencias produc

tivas.Marx no creó, ni tampoco se lo proponía, un sistema filosófico al



40 EL MARXISMO EN EL SIGT.O XXI

esülo de Kant o Hegel. Se trataba de fundar algo radicalmentenuevo. Pero al hacerlo, produjo una revolución en la filosofía. Estarevolución radica en haberla situado como parte integrante de laexplicación, legitimación o crítica del sistema social en oposición alas concepciones autónomas de la disciplina; el haber producido un pensamiento interdisciplinario transgrediendo la división del traba jo teórico; haber formulado una nueva concepción de la razón ensentido práctico; haber concebido a la filosofía como una autocon-ciencia de las clases subalternas en un sentido emancipatorio yfinalmente, haber ocasionado, con su silencio acerca del sentido dela nueva filosofía, una serie de interpretaciones que permitieronenriquecer al marxismo a pesar de que, con frecuencia, estas inter

pretaciones cayeran en contradicciones y antinomias.En relación con esto último, durante este siglo se desarrollaron

nuevas proposiciones filosóficas en los campos de la ética, la estética, la teoría del conocimiento, la filosofía de la ciencia, la filosofía política; la ontología, la filosofía de la historia y la historia de la

filosofía. Los nombres son bien conocidos y no se requiere haceruna lista que pudiera omitir alguno de ellos.

De igual forma, el marxismo fue interlocutor, o se interrelacionó,con una gran cantidad de concepciones como el existencialismo, elneokantismo, el positivismo lógico, el historicismo, la filosofía dellenguaje, el estructuralismo y la fenomenología.

En todo esto se deben hacer dos distinciones: entre la filosofía

oficial que se llamó materialismo dialéctico y entre el marxismo crítico, al que pertenecieron Lukács, Korsch, Gramsci, Rosa Luxemburg ytoda una serie de vertientes del llamado marxismo occidental. Dentro de la segunda, cabe señalar una serie de posiciones, con frecuencia antinómicas, que formaron parte de las polémicas en este campo.

Examinemos, en primer lugar, al materialismo dialéctico. ¿En quéconsistía esa concepción y cuáles eran sus rasgos más característicos?

Aunque, como es natural, existió una evolución de ésta en el socialismo real, tomaré como muestra significativa la ponencia delfilósofo búlgaro Nikolai Iribadzhakov intitulada “El materialismodialéctico: el alma viva del marxismo”, presentada en el coloquiointernacional realizado en 1983 en Madrid, como conmemoracióndel centenario de la muerte de Marx.1

1 Román Reyes (comp.), Cien aña? después de Marx. Ciencia y marxismo, Madrid,EcLAial, 1986.




Del análisis crítico relativo al trabajo del filósofo búlgaro se des prende que se trataba de una concepción acrítica de las obras deMarx, Engels y Lenin principalmente. Sus textos se convirtieron en

la última palabra. Es una verdadera escolástica: se sometieron a unaexégesis de la exégesis. Esta postura privó al marxismo de su elemento autocrítico y renovador. Marx, Engels y Lenin eran los científicos,los revolucionarios y los estrategas geniales incapaces de equivocarse. Sus obras y tesis fueron convertidas en legitimaciones ideo lógico-políticas de los regímenes autoritarios que dominaron duranteese período. Hoy, al modificarse la situación, se eliminan sus obras

en forma tan acrítica como la que dominó cuando se leían condevoción.

Se rechaza toda intervención ajena de otras concepciones filosóficas: Freud, YVeber, Sartre, Wittgenstein, Heidegger, Foucault. Comocontrapartida podemos decir que muchas de las mejores concepcionesdel marxismo han estado vinculadas a otras corrientes como en loscasos de Lukács, Bloch o Gramsci, para nombrar sólo algunos.

Se crean dos disciplinas: materialismo histórico y materialismodialéctico. La prim era como ciencia de la historia y la segunda comofilosofía. Esta división no se encontraba en la obra de Marx. Lafilosofía era concebida como ciencia de las ciencias. Ya muchosautores se han encargado de subrayar la tesis de que la filosofía noes una ciencia, en el sentido de las ciencias particulares y no puedeser sostenida como tal puesto que existen una serie de reflexionesfilosóficas que no se reducen a su relación con ella.

Se concibe al marxismo como expresión directa de la clase proletaria por lo que se cae en un sociologismo. Como es sabido, con eldesarrollo de la sociología del conocimiento y de la ciencia, el vínculo se hace mas complejo. Además, la filosofía por su naturalezatiende a plantear concepciones mas universales sin que ello signifique que se elimine su relación con las sociedades divididas en clases.

El marxismo así concebido se presenta como la única teoríacientífica. Se desconocen así explícitamente otras novedades científicas o se ubican bajo esta concepción omniabarcante.

Se concibe como opositores a todos los que no estuvieran deacuerdo con las tesis del materialismo dialéctico, en lugar de considerar a la teoría en forma compleja, debatible y corregible. Sonllamados revisionistas o neomarxistas y se mezclan opositores concríticos: Monod, Bunge, Timpanaro, Colletti, Cerrón i, Althusser,Comforth, Della Volpe, R. Williams, McLennan, McBrid e y natural




mente todos los existencialistas como Sartre, y francfurtianos comoMarcuse, Adorno y Horkheimer.

No se acepta la tesis de que Marx se concentró más en las ciencias

sociales y se le convierte en el verdadero autor de la dialéctica de lanaturaleza. Se trata de un intento de construir todo un sistemafilosófico autosubsis tente con una función cosmovisiva, lo que esantiutópico ya que la idea de construir una nueva sociedad tenía quederivar científicamente de la anterior. Se parte de la tesis de que esuna filosofía basada en la estrategia de partido y, por tanto, su críticaconduce a un ataque a la conducción estatal. El debate filosófico se

convierte, de hecho en un problema político.Esta concepción fue muy influyente en los ámbitos de la educación y la política en Latinoamérica y por supuesto en otras partesdel mundo. Todo el marxismo crítico se opuso a esa versión endiversos grados.

Pero agregaría que tampoco la cuestión es tan simple. Dentro delos países autodenominados socialistas (y con frecuencia bajo el

rótulo genérico de marxistas-leninistas, bien fuera por convencimiento propio o por obligación impuesta por las circunstancias)hubo también reflexiones y teorizaciones diferentes que, aunquetuvieron escasa difusión fuera de esos países, representaron aportaciones señaladas» como serían las obras de Lukács, Bloch, Kosik,Zeleny, Tran Duc Thao, Ilienkov, Schaff y muchos otros más. Parasólo poner un ejemplo, quisiera destacar aquí la aportación de unafilósofa cubana infortunadamente fallecida pero de la cual nos quedó, entre otros, su libro Filosofía,ciencia y valor? quien hizo unainterpretación del significado de la filosofía del marxismo en unsentido original y diferente de las tesis oficiales que he mencionado.Zaira Rodríguez sostiene, por ejemplo, que la filosofía “constituyeuna suerte de autoconciencia de la cultura de una época históricadeterminada, cuyos contenidos se plasman en las estructuras del

pensamiento teórico, a través de las cuáles esa época se piensa a símisma”.3 Para ella, la filosofía no sería ciencia en sentido estrecho pero tampoco una de las formas valorativas de la conciencia socialexclusivamente. El conocimiento filosófico sería de naturaleza diferente al conocimiento científico particular y a la ideología. En la

2 Zaira Rodríguez Ugidos, Filosofía, ciencia y valor, La Habana, Ed. CienciasSociales, 1985.

3 Ibid., p. 252.




filosofía se sintetizarían los aportes déla actividadpráctico-material,teórico-cognoscitiva y práctico-valorativa de la humanidad y portanto sería una form a peculiar de asimilación práctico-espiritual de

la realidad. Zaira se apoya en una serie de filósofos soviéticos ychecos no conocidos en otros idiomas.

Ahora bien, ¿hasta qué punto la concepción oficial del socialismo real podía fundarse en las obras de Marx y Engels? Esto nos lleva aun problema que también involucra al marxismo crítico y a diversasinterpretaciones poco cuidadosas o muy influidas por las versionesstalinistas, hechas por filósofos o científicos sociales desde Weber,

Popper, Russell, Schumpeter, Aron hasta Habermas.Las obras de Marx y Engels, por la riqueza que implican; por su

carácter original; porque constituyen pensamientos en movimientoy evolución, pero también por sus errores, equivocaciones y ambigüedades, son polisémicas y, por ello, abiertas a diversas lecturas.Desde luego que no todas las lecturas son posibles pero sí un con

junto de ellas. Sobre las obras de Marx y Engels, operaron una serie

de conflictos de interpretación que atañen no sólo al problema dela precisión conceptual o la modificación del sentido de sus textos a partir de los manuscritos no publicados durante mucho tiempo,sino también debido a los presupuestos ontológicos, epistemológicos o políticos desde los cuales se leyeron unos u otros textos. Peroademás, a diferencia de lo que ocurrió con un Aristóteles, un Kanto un Hegel, su dimensión práctica involucró necesariamente ele

mentos deformantes o conformantes que muchas veces dejaron sustextos ir reconocibles. De aquí que si bien, repito, no toda lectura es

posible, sí son posibles diversas lecturas que pueden prolongar susequívocos, sus contradicciones, sus aciertos o sus vacíos teóricos. Eneste sentido, considero que no hay un Marx esencial que nadiehubiera descubierto sino que hay nuevos sentidos en que puede serinterpretada su obra, a pa rtir de los presupuestos que se empleen y

de acuerdo con la forma en que se integren en una reflexión específica. Un ejemplo reciente de ello es la interesante y rica interpretación herm enéutica de Paul Ricoeur de La ideología alemana a propósito de los conceptos de ideología y utopía.

Por lo anterior, podemos decir que también hay una interpretación posible de Marx que se derrum ba con el materialismo dialéctico. Por ejemplo, esta concepción se basó en las tesis de: la división

dicotómica entre estructura y superestructura; las creaciones culturales e ideológicas como un puro efecto de la base material; la




división de la historia en dos épocas: una en la que operaría la luchade unos contra otros como en el caso de la naturaleza y otra en quese impondría como dice Marx en los Grundrisse, el reino de la

libertad; la sucesión lineal de las sociedades en la historia; el carácterideológico de la democracia en el capitalismo como ocultador de ladominación. Éstas y otras formulaciones se encuentran en textos deMarx y Engels que fueron partes integrantes de una ideología vulgarizada del marxismo y que fueron atacadas por un marxismo críticoa partir de otros textos de los propios Marx y Engels, como lainterrelación dialéctica de las estructuras sociales en el sistema; el

carácter dom inante que adquieren formas como la religión, la política y la propia ciencia natural como fuerza productiva; la no reduc-tibilidad del arte, la ciencia o la filosofía a la base económica; laevolución desigual y combinada de las sociedades; el carácter radicalmente democrático de la Comuna de París, etcétera.

La lectura del dia-mai* partió también de los vacíos teóricosexistentes en el pensamiento de los clásicos sobre el destino del

Estado en el socialismo; sobre la dictadura del proletariado y sobrela organización económica de la futura sociedad y los interpretócomo legitimación de las realidades fácticas.

Naturalmente, en todo esto se encuentra también la interpretación de Lenin que integra esta ideología con sus afirmaciones pre-marxistas en Materialismo y empiriocriticismo; su concepción de larelación partido e intelectuales portadores de la conciencia de clase

en ¿Qué hacer?, y su concepción, tan urgente como provisional, de laoposición entre democracia burguesa y democracia proletaria y delEstado en el capitalismo como mero instrumento de las clases dominantes en El estado y la revolución.

Todo un marxismo posterior en las obras de Miliband, Mandel,Poulantzas, Offe, Ollin Wright, Goran T herbom , James 0 ‘Connor,han profundizado y planteado diversas formas de entender la fun

ción del Estado en el capitalismo.Algunos ejemplos de una evolución teórica en el pensamiento deMarx, no sólo no tomada en cuenta por el materialismo dialécticosino tampoco por múltiples intérpretes que aún hoy siguen repitiendo, son las siguientes:

En el famoso prólogo a la Contribución a la crítica de la economía

* El diomat fue la concepción que predominó en la URSS y los llamados países

socialistas, considerando a la filosofía como ciencia de las ciencas.




política de 1859, que se trata de una formulación esquemática, provisional e incompleta pero que sin embargo, fue utilizada en formaindiscriminada. Marx dice:

A grandes rasgos, podemos designar como otras tantas épocas progresivasde la formación económica de la sociedad, el modo de producción asiático,el antiguo, el feudal y el moderno burgués. Las relaciones burguesas de

producción son la última forma antagónica del proceso social de producción; antagónica no en el sentido de un antagonismo individual sino de unantagonismo que proviene de las condiciones sociales de vida de los indivi

duos. Pero las fuerzas productivas que se desarrollan en el seno de lasociedad burguesa brindan, al mismo tiempo, las condiciones materiales

para la solución de este antagonismo. Con esta formación social se cierra, por tanto, la prehistoria de la sociedad humana.4

De esta cita pueden desprenderse -y de hecho así se hizo portirios y troyanos-, tanto una concepción lineal de la historia, que

Marx no sostiene en trabajos como los Grundrisse, como una concepción teleológica de la historia, que es matizable con otras citas deMarx pero que en todo caso no es sostenible.

En efecto, en una carta fechada a fines de 1877 y dirigida a laredacción del periódico ruso Anales de la Patria, dice:

A mi crítico le parece, sin embargo, poco. A todo trance quiere convertir miesbozo histórico sobre los orígenes del capitalismo en la Europa Occidentalen una teoría filosófica histórica sobre la trayectoria general a que se hallansometidos fatalmente todos los pueblos, cualesquiera que sean las circunstancias históricas que en ellos concurran [...]. Esto es hacerme demasiadohonor y al mismo tiempo, demasiado escarnio [...]. He aquí, pues, dos clasesde acontecimientos que aun presentando palmaria analogía, se desarrollanen diferentes medios históricos y conducen, por tanto, a resultados comple

tamente distintos. Estudiando cada uno de estos procesos históricos porseparado y comparándolos luego entre sí, encontramos fácilmente la clavede esos fenómenos, resultados que jamás lograríamos, en cambio, con laclave universal de una teoría general de filosofía de la historia, cuya mayorventaja reside precisamente en el hecho de ser una teoría suprahislórica.3

4 Karl Marx, Introducción general a la crítica de la economía política/1857. Y otros escritos sobre problemas metodológicos, Cuadernos de Pasado y Presente, niím. 1, Córdo

ba, 1974.3 Karl Marx y F. Engels, Escritos sobre Rusia, vol. II, México, Siglo XXI, 1980, pp.

64-65.




También podemos citar la diferencia existente entre lo formulado en el Manifiesto del Partido Comunista en 1848 y la crítica quehicieran en el prólogo a la edición rusa de ese mismo libro criticando su limitación eurocéntrica; los textos optimistas en lo que serefería a la implantación del capitalismo en la India o respecto de lainvasión norteam ericana a México y los textos posteriores en con trade la invasión francesa y su crítica a los resultados desastrosos de lamodernización capitalista impuesta.

Y también, la existencia de una aceptación del optimismo ilustrado del siglo XViii en el decenio de los cuarenta pero también una

notable crítica al carácter destructivo de las fuerzas productivas y alos efectos negativos del progreso.

Sin embargo, no fue tanto Marx, con algunas de sus formulaciones esquemáticas, quien promovió la concepción del materialismodialéctico sino diversas concepciones de Engels. Las tesis de Engels,al querer vincular los descubrimientos de Marx con los que serealizaban en el campo de la ciencia natural, propiciaron una inter

pretación naturalista, positivista y cientificista del marxismo, queha caducado indefectiblemente.A diferencia de este marxismo, se desarrolló, como hemos m en

cionado, lo que he denominado como marxismo crítico. Este marxismo llevó con frecuencia a confusiones al utilizar la terminologíadel marxismo-leninismo. Un ejemplo fue el uso, por parte de muchos marxistas del concepto materialismo dialéctico a pesar de otor

garle un sentido radicalmente distinto.En el marxismo crítico se desarrollaron diversas vertientes entrelas que sobresalen: la humanística, la epistemológica, la ontológica,la ideológico-política, la filosofía de la praxis en sus diferentes vertientes,6 la reflexión sobre el pensamiento utópico, la reflexiónsobre la filosofía de la cultura, y múltiples diálogos con el existencia-lismo (Sartre), los frarikfurtianos (Adorno, Marcuse, Horkheímer), losestructuralistas (Godelier), los analíticos y funcionalistas (Cohén, Els-ter), los posfrankfurtianos (Habermas), la teología de la liberación(I.EUacuría, Jon Sobrino y otros) y en últimas fechas la filosofía de laliberación (Enrique Dussel). En relación con estas últimas, no pocasveces se reclamaron como marxistas o al menos en el espíritu de Marx.

El marxismo crítico no es una unidad, implica no sólo variacio

& Véase mi ensayo “Los sentidos de la filosofía de la praxis”, en ¿Qué hacer con la

filosofía en América Latina?, México, F.d. UAM-UAT, 1990.




nes, sino complejas interpretaciones que, con frecuencia se oponenentre sí. Algunas de las causas por las cuales su b ie ro n contradicciones y aporías fueron las siguientes:

En primer lugar, los presupuestos de los cuales partían en suinterpretación del marxismo. Della Volpe partía de la tradiciónneopositivista; Althusser, de la interrelación de las corrientes desarrolladas por Bachelard, Canguilhem y Foucault. Otros, del histori-cismo absoluto, como decía Gramsci y otros más de la filosofía dellenguaje; Heidegger, etc. Estos presupuestos ontológicos, epistemológicos, metodológicos y políticos les llevaron por vías diversas.

En segundo lugar, interrelacionado con lo anterior, la interpretación sobre el sentido que tenían los conceptos utilizados por los clásicos. Esto ocurre con los conceptos de ciencia e ideología. A propósitodel concepto marxiano de ciencia, habrá que recordar el notable ensayo de Manuel Sacristán titulado “El trabajo científico de Marx y sunoción de ciencia”, en donde explica cómo el autor de El capital partíade una concepción peculiar que implicaba una inspiración y una críticade las nociones de Science, Kritik y Wissenschaft. Estas nociones nofueron explicadas en su sentido original por muchos intérpretes.

Con relación al concepto de ideología, Marx utiliza en formaexplícita un sentido negativo, pero se encuentran en su obra unaserie de presupuestos que exigían implícitamente uno positivo, como lo utilizó la tradición posterior.

La tercera razón fue la forma de entender la evolución del pensamiento de Marx. La forma de publicación de los manuscritos y eldominio de otras interpretaciones impidió, por mucho tiempo, lacorrecta apropiación, primero, de los Manuscritos económico-filosóficos, de 1844, y luego de los Grundrisse así como de otros inéditos. Enel caso de Latinoamérica, adicionalmente, se ocultaron durantemucho tiempo las incorrectas apreciaciones de Marx y Engels sobreBolívar o sobre la invasión norteamericana a México y posteriormente, su rechazo de la invasión francesa.

La cuarta razón fueron las tensiones originadas por la problemática originada. Antonio Gramsci, p or ejemplo, incidió en un vacíode Marx y del marxismo de su tiempo: el funcionamiento concretode la ideología, de la política, de los intelectuales, de la cultura, de lahegemonía en un bloque histórico. Esto lo llevó a crear nuevascategorías y a ampliar el significado de lo superestructura! conrespecto a la base económica.

Finalmente, la quinta razón fue el vínculo que se establecía entre




teoría y praxis. En algunas ocasiones se consideraba que esa relaciónse establecía espontáneamente; en otras, po r mediación de los intelectuales como conciencia de clase atribuida y, en otras más, el sujeto

portador del potencial revolucionario era cambiado de la claseobrera a otros sectores oprimidos como era el caso de Marcuse.

En el siglo XX, pero en especial en los últimos decenios, se presentaron innumerables debates sobre la relación entre teoría y práctica, ciencia e ideología, determinismo e indeterminismo en la historia, condicionamiento social del conocimiento, cientificidad o node la obra de Marx, el carácter del humanismo, el lugar del indivi

duo, la naturaleza.de la enajenación, la forma de entender el concepto de racionalidad, la noción de progreso y de modernidad, entremuchos otros.

Este marxismo crítico ha aportado extraordinariamente pero notodo en él es, según mi criterio, válido. Es por ello que se requierehacer una reconstrucción y una renovación creadora del marxismoen general y de su filosofía en particular. Esta reconstrucción impli

ca una lectura crítica de los clásicos a la luz de todas las transformaciones actuales. En este sentido, el filósofo polaco Adam Schaff, enun ensayo titulado “Qué es lo vivo y qué es lo muerto en el marxismo” considera que siguen siendo válidas: la teoría de la enajenación-que no sólo ha podido servir en el análisis del sistema capitalista,sino también en la crítica del llamado socialismo real-; una nuevaconcepción del individuo en su relación con la sociedad -aunque

Schaff le da una acepción peculiar (sostiene que el individuo es elconjunto de las relaciones sociales) a pesar de su larga discusión conLucien Seve-; un método para entender el proceso de desarrollo delas formaciones sociales que tendría un valor heurístico; su teoría delas clases y de la lucha de clases; su teoría del Estado y su función dedominación social; la concepción de la revolución social y los requisitos necesarios para que se opere una revolución socialista.

Pero a su vez, Schaff considera que Marx estaba equivocado enque: las clases medias desaparecerían, en que no pudo prever latransformación de las clases sociales por la robótica, en la economía

planificada como forma de la nueva sociedad. También cree queenvejece tanto la teoría de la plusvalía como la forma de entender larelación entre Estado y democracia.

Naturalm ente, cada una de estas tesis requieren un largo y detenido examen que no podemos hacer ahora. Se requiere mantener eincrementar un diálogo crítico con todas las corrientes filosóficas.




Muchas preocupaciones y problemáticas han sido ampliadas y desarrolladas por otras concepciones, de tal modo que, en mi opinión,el marxismo no puede pretender ser una concepción que tenga

respuesta para todo. Esta idea fue desarrollada por el materialismodialéctico sin éxito. Pero esto no quiere decir que en Marx o Engelsno puedan encontrarse elementos importantes que sean útiles paradiversas formas de conocer y valorar.

De igual manera, considero que se debe rechazar toda lecturaque pretenda insistir en aquellas malinterpretaciones del pensamiento de Marx que sólo pre tenden “crear" una imagen fácilmente

rebatible. Un ejemplo de esto es la interpretación que han hechotanto Habermas como sus discípulos del marxismo como un pro-ductivismo; la sustitución de los sujetos históricos a quienes estabadestinada la teoría marxista po r el “género hum ano”; la conversiónde lo que hoy se puede llamar “la utopía socialista” con un diálogolibre de dominio que no establece las condiciones políticas de surealización y el sostenimiento de un eurocentrismo inaceptable.

Esto no quiere decir que Haberm as no plantee propuestas interesantes para zanjar el debate entre las llamadas ciencias nomotéticas ylas ideográficas; en torno a la legitimación del capitalismo tardío;sobre el concepto de racionalidad; sobre el giro lingüístico de lafilosofía y sobre el denominado “mundo de la vida”.

Se requiere una recuperación minuciosa de lo desarrollado po rel marxismo. Por ejemplo, en nuestro medio, obras tan importantes

como la Ontología del sersoáal o el que fuera, tal vez, el último escritode Lukács “La democratización hoy y mañana” (publicado en 1985)y que constituyen reflexiones tanto sobre la dem ocracia en el capitalismo como sobre la naturaleza del sfalinismo, a raíz de la invasióna Checoslovaquia, no son conocidos ni han sido valorados. Y asíocurre con muchos otros textos como la importante obra de LMészáros, The power of ideology.

Se requiere repensar el lugar de la filosofía como reflexión críticaque se nutre de las ciencias y de los valores pero que no se reduce aellos. Marx propuso un pensamiento interdisciplinario, un ideal deconocimiento integrado a la práctica, que Manuel Sacristán consideraba en su texto “¿Qué Marx se leerá en el siglo xxi?”. que perduraría más allá de esta época.

En esta dirección, compartírnosla tesis de que si bien es cierto

que la metodología positivista lógica y sus variantes, propusieronuna serie de recursos conceptuales, mecanismos de prueba y formas



MARXISMO Y FILOSOFIA AL FINAL DEL SIGLO XXI 51

necesidad imprescindible para hoy y para mañana debido a queninguna de estas sociedades ha podido resolver problemas funda

mentales para el hombre. Este tertium datur involucra un nuevosocialismo; un nuevo humanismo y una nueva concepción de lademocracia.

En suma, cerca del final del siglo XX, un siglo intenso y conflictivo bajo todos los conceptos, el marxismo como filosofía, como visióndel mundo, como una forma de la teoría social y como metodología,se encuentran en crisis pero tanto en los clásicos como en el marxis

mo existen las condiciones para su renovación.



3. REFLEXIONES SOBRE EL MARXISMO OCCIDENTALDESDE LATINOAMÉRICA. UN COMENTARIO A LAS TESISDE PERRY ANDERSON

Hasta ahora ha habido algunos intentos globales por exponer latrayectoria del marxismo como son la Historia de la filosofía, deDinnik, desde el punto de vista soviético;1la Storia del marxismo,dirigida por Eric Hobsbawm2 que parte de una reflexión crítica; la

Historia del marxismo de Pedrag Vraniki;3 los tres tomos de Las principales corrientes del marxismo, de Leszek Kolakowsky, en contradel marxismo;4 o también Los dos marxismos de Alvin Gouldner3donde señala la oposición entre un marxismo cientificista y unohistoricista. Por último, en 1989 se publicó en México el libro dejoséGuilherme Merquior, El marxismo occidental ,6 promocionada con uncintillo que decía: “ante la muerte del marxismo, su historia”. Todoshan tenido diferente signo y diversas perspectivas e intenciones. Enalgunos casos se trata de dar el golpe “definitivo” al marxismo y enotros de explicar con la mayor objetividad, como en el caso de losvolúmenes coordinados por Hobsbawm, cuáles han sido sus características para propiciar su conocimiento correcto.

En 1976, el historiador inglés Perry Anderson publicó un librotitulado Considerations on Western Marxism7 y siete años más tarde,

1 Historia de lafilosofía (De la antigüedad a comienzos del siglomi), 6 1., trad. de AdolfoSánchez Vázquez, Academia de Ciencias de la URSS, bajo la redacción de M. A.Dynnik, M. T. Oivchuk, B. M. Kedrov, M. B. Mitin y O. V. Trajtenberg, México, Ed.Grijalbo, 1968. Ed. original en ruso, 1958.

2 Eric Hobsbawm (comp.), Historia del marxismo, 8 vol., Madrid, Ed. Bruguera,1979. EcL original en italiano por Einaudi, Turín, 1978.

3 Pedrag Vranicki, Historia del marxismo, México, Ediciones de Cultura Popular,1979- Ed. original en serviocroata, 1970.

4 L. Kolakowsky, Las principales corrientes del marxismo, Madrid, Alianza Editorial,1980. En polaco, 1970.

5 Alvin Gouldner, Los dos marxismos, Madrid, Alianza Editorial, 1983. (The two Tnarxisms'contmdictions and anomalies y The development oftheory, 1980.)

6 Guilherme Merquior, El marxismo occidental, México, Ed. Vuelta, 1989. Trad-inglesa de 1986.

7 Perry Anderson, Consideraciones sobre el marxismo occidental, Madrid, Siglo XXI, 1979.

[52]



REFLEXIONES SOBRE EL MARXISMO OCCIDENTAL 53

In the tracks ofhistorical materialism (1983).8 Estos dos libros constituyen un intento de explicación global de algunas de las característicasmás señaladas del desarrollo del marxismo en Europa y que denomina con el equívoco nombre de “marxismo occidental”. Se trata deun balance provisional en contraste con la práctica política. En esteensayo intentaré hacer una reflexión crítica sobre sus tesis con laaclaración de que considero que se trata de un importante esfuerzo

para repensar el marxismo desde Europa al que todavía no hemoscorrespondido concibiendo al marxismo desde Latinoamérica.¿Por qué insistir en el punto de partida de la perspectiva? La causaes el cada vez más insoportable eurocentrismo de muchos autoreseuropeos (y también nuestros), como se pone de manifiesto en la

perspectiva (posiblemente no intencional) de Anderson, ya que setrata de uno de los historiadores ingleses mas agudos y finos.

La reflexión de Anderson se inicia con una breve referencia a losfundadores del materialismo histórico, para señalar que Marx dejó

una teoría económica coherente en El capital pero "no dejó unateoría política semejante de las estructuras del Estado burgués o dela estrategia y táctica de la lucha socialista revolucionaria por un partido obrero para derrocarlo”. No elaboró tampoco una exposición extensa del materialismo histórico, tarea que asumiría mástarde su amigo y correligionario Engels.

Las cuatro figuras que continuaron el marxismo fueron: Labriola

(1843-1904); Mehring (1846-1919); Kautsky (1854-1938) y Plejánov(1856-1918). Los cuatro mantuvieron con Engels una correspondencia personal e intentaron sistematizar el materialismo históricoa través de obras como: Sobre el materialismo histórico; Ensayos sobre la concepción materialista de la historia; El desarrollo de la concepción monista de la historia y La concepción materialista de la historia. Kautsky,uno de los herederos de los clásicos, editó las Teorías de la plusvalía

y Mehring, La correspondencia Marx-Engels.A la segunda generación le tocó una etapa turbulenta. Fue integrada por Lenin (1870-1924) quien escribió El desarrollo del capitalismo en Rusia y en 1916 El imperialismo, fase superior d¿I capitalismo entre muchas otras; por Rosa Luxemburg (1871-1919) una de cuyasobras más relevantes fue La acumulación del capital , de 1913; porHilferding (1877-1941), diputado por el PSDA, su obra El capital

8Perry Anderson, Tras las huellas del -materialismo histórico, Madrid, Siglo XXI,1986.




financiero, es de 1910; por Trotski (1879-1940), de la socialdemocra-cia rusa, autor de Resultados y perspectivas', por Bauer (1881-1938), delPSD Austria, creador de La cuestión de las nacionalidades y la socialde-

mocraciaáe 1907; yporPreobrazhenski (1886-1937) y Bujarin( 1888-1938), quienes publicaron Im economía mundial y el imperialismo en1915.

La construcción sistemática de una teoría política marxista de lalucha de clases en el plano organizativo y táctico proviene de Lenin.Todas sus obras estaban vinculadas al atraso de la formación socialrusa y al Estado que la gobernaba: el imperio zarista. Aquí señala

Anderson -como lo hicieron en su oportunidad Kautsky o Gramsci-, desde diversas perspectivas, un primer conflicto con relación aAlemania en donde el marco estatal y las libertades cívicas estabanmás avanzados que en Rusia. Se explica así también la diferencia conRosa Luxemburg.

La primera guerra mundial genera una ruptura. Lenin, Trotski,Luxemburg y Bujarin en contra. Hilferding y Bauer en favor. Sobre

viene la Revolución de 1917; el bloqueo imperialista; la guerra civilde 1918 a 1922 y la intervención extranjera. Se desarrolla la teoríamarxista en la URSS con Lenin, Trotski, Bujarin, Preobrazhenski yRiazánov. De 1918 a 1921 es derrotada la revolución en EuropaCentral: Alemania, Hungría, Austria, Italia. En 1919 se funda laTercera Internacional pero se consolida enjulio de 1920 durante suII Congreso. La URSS no pudo ayudar a aquellos movimientos y sevio aislada. Lenin muere en 1924 y surge el stalinismo.

José Stalin, a partir de las condiciones nacionales e internacionales en que se encontraba la URSS en los años veinte y las que lesiguieron hasta su muerte, construyó un tipo de sociedad que fueresultado complejo de las condiciones étnicas, culturales, nacionales e históricas y diseñó un tipo específico de política propia parauna situación de guerra. Dentro de esta política estuvo contempladala eliminación de revolucionarios que por diversos motivos se opusieron a ella. Como es conocido, se envió al exilio a Trostki en 1929(y se le asesinó en 1940). Riazánov fue despojado de sus cargos en1931 y murió en un campo en 1939. Bujarin fue primero silenciadoen 1929 y luego fusilado en 1938. La revolución devoró a sus hijosen forma inexorable.

Mussolini se apoderó de Italia (aquí se inserta Gramsci, cuya obrafue desconocida durante años). En 1929 estalla una de las peores

crisis del capitalismo. Hitler llega al poder en 1933. Durante los años




de 1936-1939 se produce la guerra civil en España que culmina conel triunfo de la falange.

Anderson señala en su libro que el pensamiento leninista fueesterilizado y la Tercera Internacional subordinó la política de los

partidos a la política exterior del Estado soviético pero no aborda el problema de la liquidación de la Tercera Internacional que, comose sabe, fue abordado acuciosamente por Fernando Claudín en sulibro La crisis del movimiento comunista.

En 1923 fue fundado el Instituto de Investigación Social en

Frankfurt con fondos de un argentino-alemán. Su primer directorfue Karl Grünberg. Publica los archivos del movimiento obrero y el primer volumen del MEGA con la colaboración de Riazánov. En elInstituto también se publican: La ley de la acumulación y el derrumbe del sistema capitalista (1929), de Henryk Grossman -atacado porFritz Sternbergy, a su vez, ambos criticados por Natalie Moszkowskaen Sobre la dinámica del capitalismo tardío (1935). Luego Paul Sweezy

editó su Teoría del desarrollo capitalista (1942). (Sobre estas cuestiones L.Colletti publicó su libro El derrumbe del capitalismo.) Se trata de explicarel problema de la superación, por parte del capitalismo, de sus propiascrisis. Más tarde, economistas como Galbraith han explicado cómo elcapitalismo se salvó por el desarrollo del welfarestate que permitió unamejoría de la clase obrera en los países desarrollados.

En 1945 fue derrotado el fascismo en el mundo con la excepción

de España. Se constituye el campo socialista y en Francia e Italia, los partidos comunistas se convierten en fuerzas mayoritarias. La democracia parlamentaria se hizo estable en los países de desarrolloavanzado. El capitalismo gozó de un período de auge. En estascircunstancias se produjo lo que Anderson llama el “marxismooccidental”.

Este marxismo estuvo integrado por Lukács (Hungría, 1885-

1971), Historia y conciencia de clase (1923); Korsch (Sajonia, 1886-1961), Marxismo y filosofía; Gramsci (Italia, 1891-1937); Benjamín(Alemania, 1892-1940); Horkheimer (Alemania, 1895-1973); DellaVolpe (Italia, 1897-1968); Marcuse (Alemania, 1898-1979), Elhombre unidimensional; Eros y civilización (1954); Lefebvre (Francia, 1901-1991) El materialismo dialéctico; Adorno (Alemania, 1903-1969), M ínima moralia (1953); Sartre (Francia, 1905-1980), Crítica de la razón

dialéctica (1960); Goldmann (Rumania, 1913-1970), El dios escondido; Althusser (Francia, 1918*1990), Para leer El capital; pour Marx (1965); Golletti (Italia, 1924), U marxismo e Hegel.




Para Anderson “la primera y más fundamental de sus características fue el divorcio estructural entre marxismo y práctica política”.9

En apoyo a esta tesis considera, por un lado, que Lukács,

Korsch y Gramsci fueron dirigentes políticos pero los dos primeros fueron expulsados y en el último caso, encarcelado en 1926

por orden de Mussolini; y por otro, que el cambio se produjo enla Escuela de Frankfurt. Grünberg se retiró en 1929 y, en 1930,Horkheimer tomó su dirección. En vez de los Archivos para la

Historia del Socialismo y el Movimiento Obrero se editó la Revista de Investigación Social. Anderson no menciona que probablemente

esta política editorial estaba dictada por la reserva frente al nazismo que triunfó en 1933 y frente al hecho de que sus miembroseran judíos. Pero también es cierto que Horkheimer y Adorno notenían relación orgánica con los partidos. El Instituto emigró alos Estados Unidos (Universidad de Columbía, en 1934) y retornóa Frankfurt en 1949-1950.

Horkheimer y Adorno criticaron al capitalismo en su Dialéctica

de la ilustración. Horkheimer cayó en la apología a éste después.Adorno fue director en 1958. Marcuse, a su vez, criticó la integración de la clase obrera al capitalismo y buscó al sujeto histórico enlas minorías (raciales, juveniles, feministas) en la medida en queconsideraba que el sujeto clase obrera en los países de capitalismoavanzado había sido subordinado al sistema; criticó al régimensoviético y realizó una interrelación entre marxismo y freudismo. Su

tesis doctoral fue sobre Heidegger.En Francia se unen al partido, en 1928, Nizan, Lefebvre y Politzer.Luego Sartre estuvo vinculado a las posiciones del Partido Comunista de Francia. En 1946 funda Les Temps Modemes. En 1955 seempieza a publicar e! Marx-Engels de Comu. Anderson no se refiereal trabajo de Roger Garaudy, expuesto en obras como Marxismo y moral; Perspectivas del hombre; Dios ha muerto. Este notable filósofo

marxista se convertirá más tarde al islamismo.En Italia, las obras de Gramsci fueron publicadas entre 1947 y1949. La corriente dominante era el historicismo, a la cual se opusieron Calvan o della Volpe y sus discípulos, Pietr añera, Colletti,Rossi y Cerroni. Éstos fundaron la revistaSocietá. Colletti abandonará más tarde el Partido Comunista Italiano.

La segunda característica señalada por Anderson para el marxis

9 Perry Anderson, Consideraciones sobre el marxismo occidental , op. cit., p. 41.



REFUEXIONES SOBRE EL MARXISMO OCCIDENTAL 57

mo occidental es que surge como “producto de la derrota” de losmovimientos por el socialismo en Europa Central.10

Anderson señala el silencio sobre la economía del capitalismo yel análisis de la maquinaria política del Estado burgués. Una excepción fue Gramsci; otra, Sweezy y Baran; y otra más, Kalecki ( Estudios

sobre la teoría de los ciclos económicos, 1933).El abandono de la teoría económica y política contrastó con la

importancia de la filosofía. Un hecho importante que generó la polémica filosófica fue la edición de los Manuscritos económicos filo

sóficos de 1844, de Marx, publicados en 1932 en Moscú. Lefebvre fueuno de los primeros traductores al francés. Luego la publicación dela Crítica a la filosofía del estado, de Hegel, entre 1947 y 1950 en Italia, por Della Volpe.

Fruto de estas preocupaciones filosóficas fueron las obras deLukács (El joven Hegel); Marcuse ( Razón y revolución); y Lefebvre (El materialismo dialéctico), entre otros. Todo ello provocó una recupera

ción de la filosofía hegeliana. Sobre esta concepción hubo posiciones encontradas: Della Volpe y Althusser se opusieron. Collettirecupera a Kant. Della Volpe a Rousseau. Althusser a Spinoza. Gold-mann a Pascal- Horkheimer y Adorno a Hegel, pero también aSchelling.

Muchos de estos autores estuvieron influidos por filosofías idealistas: Lukács (por Weber, Simmel, Dilthey y Lask); Gramsci (por

Croce); Marcuse (por Freud, Husserl, Heidegger); Sartre (por Hus-serl, Heidegger) y Althusser (por Bachelard, Canguilhem y Fou-cault).

Agregaría al análisis de Anderson que también ocuparon la atención otros debates como los realizados en torno a las concepcionesde enajenación y humanismo, ambos rechazados por Althusser yreivindicados por Schaff. Así como el desarrollado en torno al

problema de las dos concepciones de Marx: cienciay revolución. Porsu parte, Adorno renuncia a todo discurso sobre las clases y la

política, lo que hace patente en su Dialéctica negativa, de 1966.Para Anderson, el marxismo occidental se concentra en la supe

restructura, con énfasis en la cultura y particularmente en el terrenodel arte y la estética. Ejemplos: la obra de Lukács; Benjamín (La obra de arte en la época de la reproductividad técnica); Brecht, Sartre, Della

Volpe (Crítica del gusto).

™¡bid., P . 57.




La Escuela de Frankfurt confiere a la concepción afirmativa deMarx del dominio del hombre sobre la naturaleza un sentido negativo. La ruptura del hombre con la naturaleza no llevó a la emanci

pación porque el precio fue la división social y psíquica del trabajoque produjo una mayor opresión. El avance de la tecnología llevó auna mayor subordinación, de la misma forma que la separaciónentre ego y ello, hizo posible el control racional de sus impulsosespontáneos. La ciencia y la razón instrumental convirtieron a loshombres en objetos cuantificados y la supresión de la naturaleza enel hombre hizo que apareciera un retorno de lo reprimido, que

adquirió la forma de ilustración; y la naturaleza fue identificada conesa razón, lo que alcanzó su forma política en el fascismo. La tecnología llevó al hombre a la posibilidad de autodestrucción por lo queuna sociedad liberada debería implicar la reconciliación con la naturaleza: buscar no su subyugación sino la afinidad con ella.

Para Marcuse lo que se reprime es el placer y se requiere lareconciliación con la realidad como liberación erótica. Althusser,

por su lado, aplica a Freud en el estudio de lo ideológico. Sartre, asu vez, propone la categoría de rareza o escasez como condición de posibilidad de la historia: la lucha contra la rareza engendró ladivisión del trabajo y la lucha de clases. Gramsci enuncia el conceptode hegemonía como una forma de lucha en el seno de la sociedadcapitalista. Como puede advertirse, múltiples y diversos son losenfoques y juicios, tal vez cual la realidad misma.

En conclusión, Anderson considera en este libro que: Se operóuna creciente escisión entre la teoría socialista y la práctica de la daseobrera, lo que trajo como consecuencia el que los teóricos se recluyan en las universidades. Hay también un desplazamiento de laeconomía y la política hacia la filosofía y, consecuentemente, un

predominio de lo epistemológico, de lo estético y de lo cultural. Deforma concomitante, los pensadores revelan un agudo pesimismosobre las expectativas de reali7ación del socialismo, aun cuando lamayoría de ellos permaneció en posiciones anticapitalistas. En suscampos, el marxismo alcanzó una mayor sutileza. En las conclusiones de este libro encontramos inusualmente una autocrítica, pues sele da importancia a los movimientos ocurridos en 1968 y a la recesión del capitalismo en 1974. Se reivindica la figura de Trotski y seseñala la importancia de su Historia de la revolución rusa (1930); haytambién un análisis del fascismo y una crítica al burocratismo en que

cayó la URSS.




Otros autores reivindicados por el inglés son: Isaac Deutscher(1907-1967), autor de El profeta armado (1954); El profeta desarmado (1959); El profeta desterrado (1963); Román Rosdolsky (Génesis y estructura de El capital de Marx (1968); Emest Mandel El capitalismo tardío (1972).

Por último, Anderson plantea también una serie de preguntasque son preocupaciones que él considera en la segunda mitad deldecenio de los setenta:

• naturaleza y estructura real de la democracia burguesa como

forma normal del capitalismo avanzado;• tipo de estrategia revolucionaria que pueda derrocar esta estructura si se toma en cuenta la diferencia con la Rusia zarista;

• formas institucionales de la democracia socialista en Occidente;

• significado del concepto de nación en un mundo dividido enclases;

• mecanismos del nacionalismo en los últimos dos siglos;• leyes contemporáneas del modo de producción capitalista;• verdadera configuración del imperialismo;• ¿hay nuevas formas de crisis?;« características de los estados burocráticos;• cómo fue posible que la destrucción de la democracia proleta

ria en Rusia fuera seguida por revoluciones sin democracia

como en China.Otras autobjeciones son: la importancia de debatir el lugar quetiene la historia dentro del materialismo histórico frente a las concepciones filosóficas. También, la necesidad de someter a crítica almarxismo clásico.

Para ello se requiere combinar erudición y honestidad. Su grandeza no debe llevar a omitir problemas, tales como:

• el tratamiento del Estado capitalista. Tendió a generalizar el“bonapartismo” en el análisis de la III República francesa ysubestimó la capacidad represiva del capitalismo inglés, holandés y norteamericano;

• Marx creía que el capitalismo atenuaría y anularía la nacionalidad, cosa que no ocurrió. Fue hostil al “resurgimento” y aBismarck; y también aduló a Lincoln;

• su formulación de la teoría del valor. La distinción entre trabajo productivo e improductivo no ha sido analizada empíricamente y hay un latente catastrofismo;




• Teoría del partido en Lenin. No delimita la autocracia feudalde la democracia burguesa. Su teoría del imperialismo es des

criptiva.* Debe haber una evaluación serena de Trotski: su teoría de larevolución permanente tiene que ser revisada; no elaboró unateoría de la democracia burguesa o proletaria.

Anderson concluye en que todo esto no debe ser motivo desorpresa, pues la talla de las realizaciones de los clásicos no quedadisminuida por errores u omisiones. Hasta aquí sus principales ideas.

El libro constituye un acercamiento global a algunos de los grandes problemas que surgieron en el marxismo, en ciertos países deEuropa. Como tal resulta interesante y coincidiría en que muchosde los autores mencionados reflexionan a partir de la derrota quesufrió el movimiento revolucionario en Europa Central (1918-1922)así como a partir de otros fenómenos como la derro ta de los frentes

populares a finales de los años treinta en España y Francia y laincapacidad de los partidos comunistas de transformarse en hege-mónicos después de la segunda guerra mundial.

El caso más significativo fue el de Antonio Gramsci, quien desdela cárcel fascista elaboró una serie de geniales reflexiones sobre laestrategia política a seguir por el movimiento revolucionario. Estamisma reflexión la encontramos en los miembros de la Escuela deFrankfurt, pero en ellos adquiere otro sentido: se trata del análisisdel nazismo; de la forma en que el sujeto clase obrera había perdido

en los países capitalistas altamente industrializados su potencialrevolucionario y de la decepción que les produjo la evolución de losacontecimientos en el stalinismo. En el caso de J. P. Sartre, se tratamás bien de un acercamiento al marxismo por razones éticas y elintento no tanto de complementación sino de refundamentaciónontológica desde el punto de vista existencialista. En el caso deLukács, se trata de un pensador antis talinista que trata de conciliar

sus reflexiones con la difícil situación política que se vivía en el posteriormente llamado socialismo real. Esta conciliación lo llevó a practicar innumerables autocríticas para poder seguir subsistiendocomo intelectual. Por lo anterior considero que todas estas posiciones requieren una diferenciación y no, como hace Anderson, deuna identificación.

Lo que nos preguntaríamos es si existe algo así como un “marxis

mo occidental”, es decir, si su caracterización es pertinente. Ladivisión entre Oriente y Occidente en el campo teórico y aún terri




torial no es precisa. Se trata de una caracterización ambigua. Losconceptos de Oriente y Occidente señalan diversos tipos de forma

ciones sociales y culturales. Más preciso podría haber sido considerar como marxismo europeo el que se desarrolla en Alemania,Francia e Italia porque España, y aun Inglaterra, están discriminados por su análisis. No se diga ya América Latina y los EstadosUnidos. Se trata entonces de examinar, más bien, el marxismo enalgunos países capitalistas europeos.

Anderson mezcla en un solo saco a autores como Gramsci y

Lukács con Adorno y Horkheimer. Los dos primeros fueron revolucionarios que actuaron en política cuando así lo permitieron lascircunstancias. En el caso de Gramsci, su pensamiento siempreestuvo vinculado a la praxis política y lo mismo ocurrió con Lukács,salvo en aspectos en que así lo exigió el problema examinado, comoen el caso de su ontología del ser social, pero aun así, ¿por quérazones un pensamiento revolucionario tendría que estar ligado a

la practica en forma inmediata? Sustentar esta tesis significaríadesconocerla necesidad de que en algunos aspectos la teoría se alejeen forma relativa de las necesidades inmediatas.

Anderson excluye de su análisis la importante obra de autorescomo Manuel Sacristán y Fernando Claudín (España); UmbertoCerroni y Mario Rossi (Italia); Adam Schaff (Polonia); Karel Kosik(Checoslovaquia); Michel Lówy y Roger Garaudy (Francia); no menciona a nadie de Inglaterra (!) y a ningún revolucionario latinoamericano como José Carlos Mariátegui, Aníbal Ponce, Ernesto CheGuevara u otros.

De igual forma, excluye el análisis del austromarxismo, que tam bién es una reacción frente a los problemas que surgen en aquelmomento y que se reclama marxista. Menosprecia el desarrollo dela filosofía que a pesar de constituir, en cierto modo, un alejamiento

de la práctica política, permitió brillantes aportes en los campos delesclarecimiento del legado filosófico de Marx; no hay suficiente profundización en conceptos como los de enajenación y fetichismo,que han constituido una de las armas fundamentales de crítica alcapitalismo y no hay la profundización pertinente de la estructuralógica de El capital y la metodología del marxismo y el examen de sucarácter de cientificidad por vías distintas y que vincularon al autor

clásico con las tradiciones de la filosofía de la ciencia. Además,Anderson no valora las aportaciones del marxismo en el terrenocultural* terreno al cual se desplazó la lucha ideológica.




Tampoco explica por qué el llamado por él “marxismo occiden-tal” no sólo es resultado de fenómenos tan terribles como el nazismo(situación que jamás había vivido la humanidad) sino también de la

aparición de un límite nunca sospechado: la posibilidad de unaautodestrucción nuclear cuya primera imagen presenció la humanidad en Hiroshima y Nagasaki. Y tampoco toma en cuenta que dichomarxismo se encontraba en una encrucijada: por un lado, la derrotade la Revolución en Europa Central -como lo señala-, pero por elotro, el desarrollo del stalinismo en tres dimensiones: 1] se suponíaque Stalin era la expresión más acabada de la Revolución de octubre

cuando en realidad se había operado, entre la mayoría de los revolucionarios, incluido el mismo Lenin, una ruptura con sus propias

prácticas; 2] la política stalinista dominó en los partidos comunistaseuropeos salvo en Yugoslavia e Italia y aun esto es discutible y 3] laconfrontación entre capitalismo y socialismo real generó, durante el período de la guerra fría, una situación compleja en la que se teníanque mover la mayoría de los pensadores mencionados.

En el caso de Lukács, éste fue obligado a autocriticarse en repetidas ocasiones para no ser excluido definitivamente de la vida pública; o en el caso de Schaff, tuvo que vivir prácticamente fuera de su país y publicar sus obras en el extranjero; y por lo que respecta a losmarxistas que vivían en Europa capitalista, estos tuvieron que luchar en contra de la política de exclusión de los propios partidos enque se encontraban.

Todo esto no quiere decir que sus tesis sean equivocadas en elsentido de que este marxismo fue producto de diversas derrotas yque se produjera un vacío de análisis económicos y políticos quefueron resultado del predominio de una concepción dogmática delmarxismo.

NUEVOS PROBLEMAS PLANTEADOS POR ANDERSON

En 1983, Anderson publica In the tracks ofhistorical materialism, comocontinuación de su estudio anterior. En este libro aborda otros problemas relacionados con el marxismo europeo.

Considera que la característica central del materialismo históricoes ser crítico, lo cual incluye una autocrítica capaz de explicar su

génesis y su metamorfosis. “La teoría marxista, empeñada en com




prender el mundo, ha aspirado siempre a una unidad asintótica conla práctica popular al tratar de transformarla. De esta forma, latrayectoria de la teoría ha estado siempre determinada, primordialmente, por el destino de dicha práctica”.11Hay una historia externa

pero también hay una interna que implica explicar los obstáculos,las aporías y los bloqueos en el intento de la autorreflexión. En estelibro reitera algunos tópicos anteriores que ya hemos abordado

pero llega a nuevas conclusiones a partir de lo observado con posterioridad a los setenta en el campo del marxismo. Algunas de sus

apreciaciones son: los sobrevivientes de la tradición que llama “marxismo occidental” no producirán nuevas obras. La reunificaciónentre teoría y práctica desplazará el centro de gravedad hacia laeconomía mundial, el Estado capitalista, las clases sociales y la nación, y en fin, la discusión de la estrategia del movimiento revolucionario para alcanzar la verdadera democracia socialista. Señala tam

bién la importancia creciente, a fines de los setenta y principios de

los ochenta, del materialismo histórico en Inglaterra y Estados Unidos. También se hace un reexamen de los clásicos y adaptación a losavances conseguidos por la historiografía marxista. Por tal motivo,concluye que la tradición del “marxista occidental” llegó a su fin yse produjo una renovación económica, política y social.

Mueren Della Volpe, Adorno, Goldmann, Lukács, Horkheimer, yluego Bloch, Marcuse y Sartre. Se publican nuevos libros: Mandel, The

secondslump (1978), Longwaves ofcapitalist developments (1978), Harr yBraverman, Labor and monopoly capital (1975); Michel Aglietta, Teoría de la regulación capitalista (1979); cinco libros de Poulantzas: Poder

político y clases sociales (1972), Fascismo y dictadura (1976), Las clases sociales en el capitalismo actual { 1977), La crisis de las dictaduras (1976), Estado, poder y socialismo (1979); Ralph Miliband, The State in capitalist society (1969); Marxism and Politics (1977); Capitalist democracy in

Britain (1982), Claus Offe; Góran Therborn, ¿Cómo domina la clase dominante? (1979); M. Morishima, M arx’s economics (1973).

Los nuevos tipos de estratificación en el capitalismo tardío sonabordados por Erik Olin Wright, Estable! y Baudelot. La naturalezade los estados poscapitalistas, por Rudolph Bahro. Otros aspectosculturales, por Raymond Williams, The country and the city, 1973;

Marxism and literature; Fredric Jameson, The political unconscious,

1981; y, finalmente, se ofrece una versión analítica del materialismo

11 Perry Anderson, Tras las huellas del materialismo histórico, op. cit ., pp. 10-11.




histórico por G.A. Cohén en su libro Karl Marx’s theory of history: a defense (1978).

En el campo de la historia sobresalen: Maurice Dobb, Estudios

sobre el desarrollo del capitalismo (1947); Christopher Hill, The worid tumed upside dcnm (1975); Milton and the English revolution (1977);Eric Hobsbawm, The age of capital; Edward Thompson; GeorgesRudé; Rodney Hilton; Victor Kieman; Geofrey de Ste-Croix.

En la sociología histórica destaca Immanuel Wallerstein, The modern world system (1974-1980); James O’Connor, Magdoff ySweezy, The deeping crisis o f US capitalism (1981). Las mismas obras

de Perry Anderson que no menciona por elegancia, como Transicio-nes de la antigüedad alfeudalismo (1979) y El estado absolutista (1979).

Anderson considera que a pesar de todo, no se dio un pensamiento estratégico de la izquierda en los países avanzados.

En los setenta se habló de la crisis del marxismo. Para Andersonera la crisis de un “cierto marxismo geográficamente confinado a laEuropa latina: Francia, Italia, España”.12

Síntomas de esta crisis fueron, para él, la renuncia al marxismode un grupo de pensadores (Colletti, Sartre, el grupo Tel Quel,Philippe Solers y Julia Kristeva, André Gluksmann) y el crecienteescepticismo frente a una ruptura revolucionaria con el capitalismo(Althusser, Poulantzas y la sombra de Foucault que proclamó “el finde la política”).

En noviembre de 1980, invité a Perry Anderson, a nombre de la

revista Dialéctica, a impartir una conferencia en la Universidad Autónoma de Puebla. Dicha conferencia fue publicada posteriormenteen la misma revista.13En ella hizo un análisis más complejo y cues-donador de la forma en que se planteaba la crisis del marxismo:

Se habla de “crisis del marxismo” -nos dice- cuando ha habidouna enorme y muy significativa producción teórica en la décadadel setenta en comparación con las precedentes. En esos decenios

no se produjeron análisis sobre la generalización de la democracia en el capitalismo; la diversificación de las estructuras sociales;de estrategia socialista en esos países o un análisis sobre las revoluciones socialistas; pero en los setenta cambió el panoram a conobras como las que mencioné anteriormente.

Se habla de crisis con relación al carácter burocrático y autorita

12 Ibid., p. 30.

13 Revista Dialéctua, núm. 9, diciembre de 1980.




rio del socialismo y a la incapacidad del movimiento obrero en los países capitalistas desarrollados de generar una alternativa socialis

ta. Se le atribuye también a la crisis del movimiento comunistainternacional (a pesar de que los partidos comunistas mismos no laconceptúen de esa manera). Y, finalmente, se habla de crisis delmarxismo como producto de la decepción de los intelectuales comunistas o excomunistas que primero confiaron en la URSS y se decepcionaron por las revelaciones del XX Congreso del PCUS y luego delfracaso de la Revolución cultural china.

Anderson buscaba, en aquella conferencia, relativizar el término“crisis” aplicado al marxismo. A mi juicio, el concepto “crisis delmarxismo” fue usado en forma múltiple y equívoca. Para la derechasignificaba que el marxismo estaba muerto. Son los que ahora, a raízde los acontecimientos en la URSS y Europa del Este proclamaron“el fin de la historia”. Para la izquierda, tenía diversos significados:había, evidentemente, una crisis del movimiento comunista interna

cional a raíz del XX Congreso del PCUS con la consecuente escisiónentre la URSS, China, Yugoslavia y los partidos comunistas de Euro pa Occidental.

En 1975 se generó el movimiento del eurocomunismo, es decir,la estrategia de los partidos comunistas español, francés e italiano

para acceder al poder a partir de una crítica al llamado socialismo realmente existente y una búsqueda del poder por la vía electoral. La

crisis del eurocomunismo provino, de una parte, debido ala pérdidade identidad ya que el espacio de la socialdemocracia estaba ocupado por los partidos socialistas y, por otra, el golpe de Estado aSalvador Allende en Chile, que impuso sangrientamente un límitea la vía democrática hacia el socialismo en aquel contexto histórico.

También existía una fuerte crisis de interpretación del paradigma marxista, debido a que diversos autores discrepaban sobre los

aspectos científico e ideológico. Lucio Colletti cuestionaba la inte-rrelación entre ciencia y revolución; Balibar hablaba de la falta deuna teoría del Estado; Christine Buci-Gluksmann, de la adopción deuna estrategia de larga duración como la gramsciana y algunos otros

planteaban el tema de la crisis del concepto de revolución. Finalmente se mencionaba la incapacidad de los marxistas para hacer unanálisis de lo que ocurría en el socialismo real.u

14 Véase L. Colletti, J. Semprún y otros, iCrisis del marxismo?, Barcelona, Ed. ElViejo Topo, 1984.




En el libro que comentamos, Anderson aborda tres grandes problemas: la relación entre estructura y sujeto; la relación entrenaturaleza e historia y finalmente la relación entre socialismo ymarxismo.

ESTRUCTURA Y SUJETO

Anderson considera que la crisis del marxismo revelaba un descensodel interés sobre éste en el área latina. ¿Cuáles eran sus causas?

Para él, se trata de una nueva derrota de los marxistas italianos,franceses y españoles; pero ahora en el campo teórico y en manosdel estructuralismo y postestructuralismo.

El problema era el de la naturaleza de las relaciones entre estructura y sujeto en la sociedad y la historia humanas. Marx hablaba dela contradicción entre fuerzas productivas y relaciones de produc

ción y lucha de clases. Pero no hay que olvidar los aspectos objetivosy subjetivos: “el marxismo clásico no ofreció, ni siquiera en su mejormomento, una respuesta coherente en este punto”.13La importanciade la acción humana en la composición y descomposición de lasclases sociales que se dio en la historiografía inglesa, en Francia seconsideró como una cuestión filosófica (más bien por la vía deSartre que por la de los Anuales). La respuesta a Sartre la dio Lévi-

Strauss, quien considera que las ciencias humanas deben disolver alhombre. Refrendo del estructural ismo fue Althusser con su antihumanismo.

Por mi parte, diría que el estructuralismo fue una corriente quetuvo un fuerte impacto en los decenios de los sesenta y setenta y quese presentó como la panacea del conocimiento. Como se sabe, se

pretendió hacer de Marx un estructuralista debido a que “sus con

cepciones se adecuaban, como anillo al dedo, a la revolución abierta por De Saussure” -se decía. Había una estructura binaria, una prioridad de lo estructural sobre lo histórico y una depuración del sujetoreal, entre otras características. Según mi apreciación, esta versiónestructuralista de Marx y el estructuralismo como método, encontró sus límites. En el caso de Marx, muchos autores consideraronfundadamente que había una dialéctica mas compleja entre infra y

13 Perry Anderson, Tras las huellas del materialismo histórico, op. cit., pp. 36-37.




supraestructura; que en El capital existía una prioridad de lo sincrónico sobre lo diacrónico apoyada en esta última y que existían otras

obras maestras, como El dieciocho brumario de Luis Bonaparte, endonde se invertía la relación; que no se podía sostener una nociónde sujeto trascendental como en Levi-Strauss y que, finalmente, enAlthusser se sostenía un teoricismo. Así que, a mi juicio, el estructu-ralismo no triunfó teóricamente sobre el marxismo. Ello no quieredecir que no abordara ciertos problemas y exigiera una reformulación de otros.36 Al estructuralismo sucedió el postestructuralismo,

con Lacan y Foucault; Derrida y Deleuze. Una exposición detalladade estas concepciones nos llevaría muy lejos. Baste decir que elespacio de los estructuralistas fue la absolutización del lenguaje. “Elinconsciente se estructura como lenguaje”, decía Levi-Strauss. Derrida: “no hay nada fuera del texto". Frente a esta preeminencia dellenguaje, Anderson argumenta correctamente que el lenguaje tieneun coeficiente bajo de movilidad respecto de otras estructuras. La

rigidez de la langue; libertad de la parole. El sujeto del habla esindividual; lo económico es colectivo. Es por ello que no se puedentrasponer los modelos lingüísticos a los históricos.

NATURALEZA E HISTORIA

Anderson considera que omitió el estudio de Habermas en Consideraciones por su actitud frente a los movimientos estudiantiles de lossesenta y por el carácter híbrido de su filosofía. La concepción deHabermas implicó un cambio radical: a] en lugar de interacción, lacomunicación. Anderson considera que es equivocada la tesis de

reducir toda interacción a comunicación porque hay formas de interacción que no son comunicación, como la guerra, pues ésta tendió aser identificada con el lenguaje, b] Se pretende subsumir la producción en la comunicación, c] Se otorga primacía a lo comunicativo enla definición de la humanidad y al desarrollo de la historia. La tesis dela reconstrucción del mat-hist , es que los homínidos ya practicaban eltrabajo, pero el homo sapiens construye el lenguaje. El lenguaje se

convierte en base del consenso y la vida buena.16 Abordé toda esta problemática en mi primer libro titulado Marx y su crttira de

l fil fí Mé ico Ed uam 1983 (edición agotada)




Habría que aclarar aquí que si bien Habermas se consideró al principio integrante de “el marxismo occidental” ya en lo referido

por Anderson implica un abandono explícito de esta perspectiva.Eli pensamiento de Habermas es muy rico e interesante. No es posible hacer aquí una evaluación. En otros momentos he dedicadoalgunos trabajos a reflexionar sobre su obra17 y en ellos he puestode manifiesto que Habermas está combatiendo más a la versiónsoviética del materialismo histórico que a Marx mismo; que Haber-mas descubre aspectos importantes en el proceso de legitimación

del capitalismo tardío pero que ello no puede llevar a eliminar todoslos presupuestos marxistas (así, la tesis marxista de que lo económico condiciona en forma compleja las demás estructuras y es condicionado por ellas, sigue valiendo) y que la tesis acerca del “diálogolibre de dominio” sólo vale en el mundo ideal o en los salones declases en donde se busca una pedagogía liberacionista pero no en elmundo real. Habermas ha formulado una ética pero también se

requiere una política, es decir, cómo llegar a realizar el ideal democrático. El tema de naturaleza e historiaba tomado otro camino y esel del equilibrio necesario de los sistemas ecológicos. Este problemasólo fue atisbado por Marx y fue poco tratado por el marxismo. Aquíse necesita toda una re formulación.

MARXISMO Y SOCIALISMO

¿Cuáles son las relaciones entre marxismo y socialismo?, se preguntaAnderson: se supondría que es una teoría que lleva a una sociedad

justa. Pero socialismo no es sólo un fin sino un movimiento, y ademáshubo socialistas antes de Marx.

Para Anderson, sólo Marx y Engels crearon un cuerpo teórico,un sistema intelectual. El marxismo es entonces una teoría del desarrollo histórico que implica una llamada política a las armas en luchacontra el capitalismo.

El marxismo ha tenido demasiadas ventajas y hoy es víctima deellas: el feminismo ha desarrollado discursos sobre la familia y lasexualidad que han escapado a la esfera tradicional del marxismo

17 Véase Gabriel Vargas Lozano, ¿Qué hacer con la filosofía en América Latina?, México, F.d. l ’AM-UAT, 1990.




aunque tenga antecedentes en concepciones de Engels. Otro puntoes el pacifismo. Según Thompson, el acento en la teoría de la luchaantagónica de clases ha llevado a una insensibilidad sobre la salva

ción de la humanidad como especie.18El problema del socialismo en concreto plantea aspectos como:la estructura política de la democracia socialista;el modelo de una economía socialista. Papel del mercado; formas

de la propiedad social; región y nación; remuneración de los diversos trabajos;

el modelo sociocultural. La educación;

el socialismo desigualmente desarrollado.Anderson termina diciendo que el marxismo no tiene que aban

donar la búsqueda de sujetos para la estrategia efectiva de la transformación de las estructuras objetivas, “si tiene un fin común desea

ble y digno de crédito para los millones de personas que ahoradudan o son indiferentes a él”.19

Los libros de Anderson son muy ricos en información y problemas. Sus análisis alcanzan registros muy finos cuando se trata deexaminar algunas problemáticas como las del estructuralismo o lafalta de una recuperación para la teoría y la práctica de los descubrimientos hechos por los propios historiadores marxistas que sonmuchos y muy importantes. Pero se requiere continuar, como hemos dicho, su reflexión. El teórico inglés entiende como “marxismooccidental” a ese conjunto de corrientes que se alejaron de la práctica política. Esa definición es débil y vaga. Primero, porque Occidente es muy amplio y debería haber incluido a América y, enespecial, a América Latina; segundo, porque la separación entreteoría y práctica es muy abstracta. No se puede decir que la obra deAlthusser y sus colegas estuviera separada de la práctica política,

por ejemplo. Lo que se puede discutir es el tipo de relación que se

da entre teoría y práctica. Es cierto que hubo un acento en losaspectos filosóficos o estéticos, pero fue porque o bien existía undéficit en este terreno porque la lucha se había desplazado engeneral al plano de la cultura; o porque había ciertos condicionamientos para el intelectual, como la recuperación de los estragos dela guerra, primero, y luego, de la guerra fría.

18 Véase “Notas sobre el exterminismo: la última etapa de la civilización”, enRevista Mientms Tanto, núm. 11, Barcelona, abril de 1982.19 Perry Anderson, Tras las huellas..., op. cit., p. 133.




Anderson no destaca tampoco la importancia de los estudiosespistemológicos, lógicos, metodológicos, de sociología de la ciencia que se desarrollaron, etcétera.

Finalmente, una reflexión sobre el marxismo en el área capitalista requiere necesariamente adoptar una actitud no eurocéntrica y

plantear problemas latinoamericanos, africanos y asiáticos.

EL MARXISMO EN AMÉRICA LATINA

En el caso de Latinoamérica ha existido una fuerte influencia delmarxismo occidental, pero no ha existido una reflexión global equivalente a la desarrollada por Anderson para lo que ha sido el marxismo en esta área. Éste es un hecho que me parece grave porquesignifica que no se ha efectuado un análisis general que permita un

balance de los aciertos o de los errores del marxismo en sus aspectos

teóricos y prácticos. Como se sabe, la problemática del marxismo enAmérica Latina se encuentra interrelacionada con los movimientos políticos de liberación que se han presentado desde fines del siglo XIX

hasta la fecha.Los estudios globales que se han publicado hasta el presente se

pueden contar con los dedos, aunque existen innumerables análisisen cada país: Michel Lówy, El marxismo en América Latina (antología);

La Internacional Comunista y la Revolución latinoamericana (ManuelCaballero); Comunisms in Latín America (Boris Woldeberg).

Los problemas que se requeriría abordar en esta reflexión global podrían ser los siguientes:

1] ¿Cuándo, cómo y en qué condiciones llega el marxismo aAmérica Latina;

2] ¿cómo se ha efectuado el vínculo entre teoría y praxis?;3] ¿qué tipo de marxismo llegó a América Latina en diferentes

etapas? ¿Cuál fue su relación con el marxismo europeo y cuál con elmarxismo soviético o chino?;

4] ¿cuál fue la concepción de Marx y Engels sobre América Latina?;

5] ¿cuáles han sido las aportaciones principales del marxismolatinoamericano en la filosofía, las ciencias naturales, las cienciassociales, el arte y la literatura?;

6] ¿cómo se ha dado la relación entre marxismo y cristianismo?



RF.FI F.XIONES SORRE F.I. MARXISMO OCCIDF.NTAL 71

Algunas respuestas a los anteriores interrogantes son:Las obras de Marx y Engels se conocieron desde la década del

ochenta del siglo pasado. Su influencia fue al principio limitada porrazones obvias: no existía una sociedad capitalista desarrollada y es por ello que la influencia principal la tienen concepciones como elliberalismo y el positivismo. Para que se tenga una idea, en 1895 se

publica, en Madrid, la prim era traducción al español del argentinoJuan B. Justo (1865-1928). Pero desde la década del veinte del presente siglo, se empieza a difundir un marxismo de factura soviética

(en especial leninista, stalinista o bujarinista) que viene respaldado por la Revolución de octubre y la Tercera Internacional, que es la primera que reflexiona sobre lo que se llama “la cuestión colonial osemicolonial”.

Durante la República española, Wenceslao Roces traduce algunos de los más importantes textos de los clásicos y esta labor se

prolonga en los cuarenta (El capital es editado en 1946 en México,

trad. W. Roces) y cincuenta en México. Los textos posteriores deMarx: Manuscritos económico-filosóficos, de 1844 (1962, trad. W. Roces); los Grundrisse (trad. J. Aricó, M. Murmis y P. Scarón, 1971) ysus textos sobre América Latina (1972, trad. Pedro Scarón) seránconocidos sólo en la década del ochenta.

Adolfo Sánchez Vázquez, en su trabajo “El marxismo en AméricaLatina”,20 considera que la concepción de Marx que se difundió en

nuestra área común, primero en clave socialdemócrata, y luego enclave leninista, a partir de la Tercera Internacional, estaba conformada por lo siguiente:

1] Existe una historia universal desde que la burguesía ha creadoun mercado mundial; 2] este desarrollo histórico universal, vinculado a la expansión mundial capitalista, tiene un carácter progresivono sólo por el inmenso incremento de las fuerzas productivas, sino

también porque crea las bases materiales de una sociedad superiory con ellas hace emerger al proletariado como sepulturero del capitalismo; 3] el desarrollo progresivo del capitalismo desemboca inevitablemente en la sujeción de los pueblos no occidentales, colonizados, cuya incorporación al progreso histórico dependerá endefinitiva del proceso de expansión capitalista; 4] aunque el capitalismo prepara las condiciones materiales para el socialismo, éste

sólo llegará como resultado de la acción del proletariado, converti

20 Véase Dialéctica, núm. 19, julio de 1988.




do en sujeto central y exclusivo del cambio revolucionario; y 5] laemancipación de los pueblos sojuzgados sólo vendrá, por tanto, dela acción del proletariado de las metrópolis como eje de la revolución mundial.21

Este paradigma lo aplica Marx a Oriente; pero también lo extiende a América Latina.

¿Cuál fue la posición de Marx y Engels sobre América Latina? Enespañol se publicaron algunos textos a mediados del siglo xx peroen forma completa en 1972: K. Marx y F. Engels, Materiales para la historia de América Latina, México, Cuadernos de Pasado y Presente,núm. 30. Hemos comentado estos materiales en el primer ensayo deeste libro.

Los investigadores coinciden en que existen dos etapas: unasignada por un eurocentrismo y otra en que Marx, al analizar loscasos de Irlanda, India; la comuna rusa, llega a una conclusióndiferente. Un punto clave lo encontramos en la “Carta a la redacciónde Anales de la Patria”, en 1877; en la respuesta a Ver a Zasúlich, Marxhabría cambiado su concepción bajo el siguiente paradigma, enopinión de Sánchez Vázquez:

1] la historia universal se constituye no sólo con los “puebloshistóricos”, occidentales, sino también con los pueblos oprimidos“sin historia”; 2] el desarrollo histórico capitalista de Europa Occidental no se da inevitablemente en todos los países; 3] sus efectosnegativos para los pueblos sojuzgados ponen en cuestión su carácter

progresista; 4] el centro de la Revolución no se halla exclusivamenteen Occidente sino que, en determinadas condiciones históricas sehalla fuera; 5] la emancipación de los países colonizados o dependientes sería llevada a cabo no por el proletariado de las metrópolissino por las masas oprimidas de esos países; y 6] en las condicionesde “atraso” o de sojuzgamiento por las metrópolis, la liberaciónsocial se halla indisolublemente unida a la liberación nacional”.22

Este último paradigma tardará algunos decenios para ser com prendido por los marxistas latinoamericanos.

El marxismo que llega a América Latina a través de la SegundaInternacional es reformista y eurocéntrico. No respeta las cuestiones nacionales. La Revolución rusa primero y la fundación de laTercera Internacional implican un cambio. Se fundan en América

211.oc. cít., pp. 11-12.^ Loe. cit., p. 14.




latina partidos comunistas que son secciones de la Internacional.Parecía que se respetaría la lucha nacional, pero en el II Congresose propugna la subordinación de la lucha a los intereses de la Revolución mundial. Se pretendía un centro coordinador internacionaly se afirmaba la identidad del proletariado occidental con los pue blos oprimidos, pero persistía un eurocentrismo al subrayar la superioridad de dicho proletariado.

La Tercera Internacional no se ocupa, en sus primeros diez años,de Latinoamérica. Hubo que esperar hasta el VI Congreso en 1928.La lucha, antifeudal y antimperialista pasa por dos etapas: de libera

ción nacional y democráticoburguesa a otra de tendencia socialistacon el proletariado y su partido a la cabeza.

Los delegados latinoamericanos hablan de la no asimilación desus países a la condición de colonias, así como de la importancia dela correlación de clases y de la población indígena. Se les escapan,no obstante, las particularidades de México (Revolución mexicana), Nicaragua (Sandino), El Salvador o Brasil. La Internacional Comu

nista es disuelta en 1943 cuando ya hay una rusificación de su política.

Dentro de los marxistas latinoamericanos, será J.C. Mariáteguiquien planteará lo específico nacional. Localiza un desencuentroentre la política de la Tercera Internacional y la realidad latinoamericana. Su marxismo es antipositivista y antideterminista: se basa enLenin, pero también en Bergson, el pragmatismo y Sorel. Reivindi

ca lo indígena y lo nacional-popular. Tiene un espíritu crítico abiertoal psicoanálisis, así como al arte de vanguardia. Mariátegui representó una vía creadora cuyos inicios los encontramos en su libro 7ensayos de interpretación de la realidad peruana (lima, 1928). La otravía del marxismo fue la ensayada por Aníbal Ponce, quien a pesarde su inteligencia y cultura refleja en sus libros Humanismo burgués

y humanismo proletario (1936) y Educación y lucha de clases (1937) una

vertiente del marxismo más apegada a la difundida por la TerceraInternacional.

Más tarde, la Revolución cubana constituirá un importante viraje para el marxismo latinoamericano. Planteada primero como nacionalista y democrática, se declara socialista en 1961. La Revolucióncubana constituirá una gran esperanza para todos los pueblos deAmérica Latina, pues se trataba de la instauración de una sociedad

radicalmente distinta en nuestros países. Su novedad radicaba, primero, en la toma del poder por medio de la guerra de guerrillas;




luego, en la instauración de un régimen que implicó una granlibertad estética en los primeros años. Se establecieron también,como es sabido, los derechos al trabajo, la educación, la salud y el

deporte. Cuba, sin embargo, fue bloqueada inmediatamente por elgobierno de los Estados Unidos y se colocó en el vértice de laconfrontación entre los dos grandes bloques que se formaron des

pués de la segunda guerra mundial: el llamado bloque socialista yel bloque capitalista. Durante más de treinta años, el gobierno norteamericano ha querido matar a Cuba por hambre y en los últimosaños, mediante una nueva ley, ha intentado liquidar a la Revolución.

Los logros de Cuba en diversos campos han sido evidentes, pero elgobierno cubano cometió el error de trasladar acrílicamente elmodelo soviético que se derrumbó en 1989. En la parte final de estelibro abordaré las causas específicas del derrumbe y las opciones delfuturo, pero podría resumir, en lo que se refiere a Cuba, que existen,al menos, cuatro grandes problemas que hoy vuelven el panoramamás complejo: en primer término, su aislamiento en el escenario

internacional; en segundo lugar, su debilidad en lo que se refiere aenergéticos y otros recursos naturales; en tercer lugar, la estructuración de los bloques económicos (entre ellos el ya aprobado Tratadode Libre Comercio entre Canadá, Estados Unidos y México) y encuarto lugar, la falta de una reestructuración democrática del sistema político. Este último problema, el de la democracia, fue el talónde Aquiles del socialismo real Pero la historia no está escrita y lo quehay que admirar es el heroísmo extraordinario de su pueblo. Elejemplo de los revolucionarios cubanos fue seguido en AméricaLatina durante las décadas de los sesenta, setenta y ochenta. El textoclave fue Revolución en la revolución de Régis Debray (1967), peroDebray reduce todas las formas de lucha a la lucha armada y estaúltima a la guerra de guerrillas; disuelve la lucha política en laarmada y sustituye al partido por el núcleo guerrillero. La propia

práctica demostró que esta concepción era equivocada.

En los años setenta se buscó la vía pacífica al socialismo en Chilemediante la Unidad Popular, pero fue suprimida en forma sangrienta por un sector militar financiado por los Estados Unidos.

La revolución nicaragüense triunfa como popular, nacional, democrática, antimperialista y cristiana pero posteriormente tieneque ceder el poder a la derecha por sus propios errores y el nuevocontexto internacional debido al derrumbe del socialismo real y el

ascenso del neoliberalismo.



SEGUNDA PARTE

LA TEORÍA FRENTE A LA PRÁCTICA



4. EL DERRUMBE DEL SOCIALISMO REAL, LA PERESTROIKA Y SUS CONSECUENCIAS

IJNA BREVE CRONOLOGÍA

Abril de 1985. Mijail Gorbachov, secretario general del PCUS, declara en su informe al Comité Central, que su país está al borde de la

crisis y que urge acordar una serie de medidas para resolverla. Estasmedidas son conocidas universalmente con el nombre de perestroi-ka. Se trata tanto de una estrategia para la URSS como para susrelaciones internacionales, es decir, de alcance planetario. La perestroika suscita esperanzas entre muchos de los defensores de unsocialismo democrático pero también rechazo en otros sectores dela izquierda.

Agosto de 1989. Tadeusz Mazowiecki es electo primer ministroen Polonia con lo que se inicia formalmente la pérdida del poder delPOUP en beneficio de Solidaridad.

Septiembre de 1989. En Hungría se acuerda la transición alrégimen parlamentario democrático y se permite que los ciudadanos de la RDA viajen a Austria sin documentación. La RDA autorizael paso de un tren de asilados alemanes en las embajadas de la RFA

en Praga y Varsovia, a través de su territorio.Octubre de 1989. El CC del PSUA destituye a Erick Honecker y

coloca a Egon Krenz. Noviembre de 1989. Se derroca a Todor Zhivkov en Bulgaria.

Medio millón de personas exigen, en Berlín, libertad de expresióny de reunión. Se otorga la libertad irrestricta de los ciudadanos dela RDA para viajar a Occidente. Cae el muro de Berlín.

Diciembre de 1989. En Checoslovaquia se elige a Alexander Dub-cek como presidente de la Asamblea Federativa y a Vaclav Havelcomo presidente de la república. En Rumania, Ceausescu y su esposa son fusilados después de una serie de choques violentos que

producen un baño de sangre. El PCUS renuncia a su papel dirigenteen la sociedad soviética.

Marzo de 1990. En las elecciones generales de la RDA triunfa la

Alianza Democrática (democracia cristiana y conservadores) con

[79]



80 LA TEORÍA FRENTE A LA PRÁCTICA

48.15%. El Partido Socialdemócrata obtiene el 21.84%; el Partido delSocialismo Democrático, el 16.63% y otros partidos, menores votaciones. Éste será el principio de la absorción de la RDA por la RFA.

26 de julio de 1991. Ante la crisis económica, la pérdida de laidentidad socialista y la crisis de gobernabilidad que padece laURSS, precipitada por su propia política, Gorbachov propone elabandono del marxismo-leninismo como ideología de Estado y laadopción de la socialdemocracia como una forma de lograr confia-

bilidad para su política, por parte de los siete grandes. Sobrevieneentonces un intento de golpe de Estado organizado por las fuerzas

conservadoras del ejercito, del Estado y del PCUS. Este intento fracasa ante la multitudinaria resistencia del pueblo soviético que noquería ya volver al pasado, pero acaba fortaleciendo a Boris Yeltsin,antiguo miembro del aparato del partido que había propuesto abiertamente la vuelta al capitalismo y que había accedido al cargo de

presidente de la república rusa, mediante elecciones universales.Gorbachov declara entonces la disolución del PCUS y enfrenta un

estado de secesión de las repúblicas que conformaban la URSS.20 de diciembre de 1991. Once repúblicas de la antigua URSS

firman su declaración de independencia en Alma Ata, con la únicaexcepción de Georgia y con la inasistencia de Gorbachov. Ante estasituación, el todavía presidente de la URSS se ve obligado a presentarsu renuncia y Boris Yeltsin emerge como el triunfador de este proceso. En Georgia se inicia un enfrentamiento armado que todavía

dura hasta la fecha en que se escribe este ensayo.En Europa del Este, todos los regímenes comunistas son sustituidos por gobiernos opositores que se orientan hacia la “economía demercado”. Estos acontecimientos, de los cuales hemos sido informados a través de los medios masivos de comunicación, han ocasionado un verdadero terremoto político e ideológico entre las fuerzas

progresistas del mundo. Sus resultados objetivos serán, en prim er

término, la desaparición de toda una forma social, en la URSS y enEuropa del Este, que se había denominado socialista; en segundo,una solución conservadora cuyo destino no está claro aún pero queimplica el intento de constituir un capitalismo, bajo los términosgenéricos de “economía de mercado” y en tercer lugar, el inicio deuna reordenación global política y militar por parte de los EstadosUnidos y económica por parte de los siete países mas industrializados del mundo.

Ahora bien, ¿cuáles son las causas del derrumbe del llamado



El. DERRUMBE DEL SOCIALISMO REAL 81

socialismo real}, ¿cuáles son las consecuencias que tiene para la marcha del mundo en general y para Latinoamérica en especial?, y¿cuáles son las alternativas que hoy tiene un movimiento que aspire

a una sociedadjusta como la que implica, en su verdadera acepción,el término socialismo?

LA RESPUESTA DE FUKU YA M A

La respuesta a las anteriores interrogantes la ofrecieron, en formainmediata, las transnacionales de la comunicación: las causas delderrumbe se debían a que en aquellas sociedades no existía nilibertad ni democracia; su consecuencia es que ha terminadotanto la utopía comunista como la socialista y ha triunfado la“economía de mercado” y por tanto, no existe más opción que eldesarrollo capitalista que representa la verdadera libertad y democracia. En el caso de México y Latinoamérica, se podría agregar,las mismas transnacionales han insistido en que la vía del desarrollo o modernización, al igual que la solución para sus problemasancestrales, es su rápida incorporación económica (con todas susimplicaciones políticas, ideológicas y culturales) al bloque norteamericano.

Como un complemento a lo anterior, el Departamento de Estadonorteamericano hizo publicar, en 1989, un manifiesto más “teórico”en los periódicos más importantes del mundo. Se denomina “Entrando en la poshistoria” y fue firmado por Francis Fukuyama, unode sus funcionarios. En él, Fukuyama dice que la historia ha terminado con el triunfo del liberalismo político y económico y se iniciala poshistoria. El filósofo que habría predicho este fin en el temprano año de 1806 habría sido Hegel. El triunfo todavía no es completo

porque existen muchos países que se mantienen en la historia peroes ya una realidad en la conciencia de los pueblos. En el caso de losEstados Unidos, la contradicción principal entre trabajo y capital,señalada por Marx ha sido superada (sic). “El igualitarismo del moderno Estados Unidos representa un logro esencial de la sociedadsin clases que Marx ambicionaba.”1

1 Francis Fukuyama, “Entrando en la poshistoria", en Textual , revista de El Nacional, año 1, vol. 1, núm. 9, México, enero de 1990, p. 27.



82 LA TF.ORÍA FRENTE A LA PRÁCTICA

I a desigualdad económica subsiste -sigue escribiendo Fukuyama- pero noes atribuible tanto a la estructura legal o social subyacente sino a las características culturales y sociales que conforman ala sociedad norteamericana,

legado de la premodernidad. En el caso de la URSS, la política de Gorba-chov ha sido devastadora a tal grado que no hay regreso posible. El fin delmarxismo-leninismo en China y la URSS significará su extinción mundialcomo ideología viva aunque subsistan algunos creyentes en Managua,Pyongyang, o Cambridge, Massachusetts. Todo esto significará el fin delconflicto a gran escala pero no el fin de los conflictos internacionales yaque el mundo quedará dividido en una parte histórica y otra pos histórica.

Seria muy dilatado responder a todas y cada una de las afirmaciones anteriores. Se basan en un conjunto muy vasto de ambigüedades, vaguedades y falacias, a las que no valdría la pena referirse si noconstituyeran, por un lado, la moneda corriente del sistema ideológico actual y, por otro, si no fueran conceptos repetidos por algunosgrupos intelectuales conservadores.

Los conceptos de libertad y democracia expresan dos legítimasaspiraciones de la humanidad pero hay tantas interpretaciones deellos como pensadores y sociedades. Como se sabe, estos dos conceptos no son comprensibles de suyo. La larga discusión sobre ellos,desde Platón y Aristóteles hasta Bobbio, o bien, la cantidad desociedades que se han proclamado democráticas sin serlo, lo demuestran. A mi juicio, con la caída del socialismo real en la URSS yEuropa del Este, no triunfan ni la libertad ni la democracia, sino ladesigualdad entre los países ricos y pobres; el consumismo y laenajenación que implica una sociedad basada en la economía demercado; el dominio militar de una potencia y la ausencia de unaauténtica democracia.

Cuando se habla de “democracia” en la actualidad se habla básicamente de democracia política, es decir, de las reglas adoptadas para elegir a los representantes ante las cámaras y a los gobernantes,

pero poco se dice con respecto al hecho de que en Estados Unidosexisten sólo dos partidos que comparten el poder; los senadores se

pueden eternizar en sus puestos y existe todo un sistema de mercadotecnia que orienta el voto ciudadano por medio de un costosomecanismo de enajenación: la llamada democracia de mercado. Aeste respecto, el ex procurador de los Estados Unidos, RamseyClark, en su intervención en un coloquio dedicado a “los problemas

de la democracia en el mundo actual”, celebrado en Monterrey, dijo:



EL DERRUMBE DEL SOCIALISMO REAL 83

¿dónde está la democracia cuando el dinero manda? Actualmente el costode una campaña para un puesto público en los Estados Unidos es sorprendente, Para ser candidato a senador, en cualquier estado, se requieren

muchos millones de dólares y el dinero no sólo genera interés: el dinero es el interés. Ese dinero tiene un propósito y éste se transfiere directamente acosas corno la carrera armamentista.2

Pero además, la democracia no formaba parte inicial de la sociedad burguesa, que la veía con temor; y, por cierto, la democracia—en

tanto democracia directa—, también formó parte del proyecto de losclásicos del marxismo, así como la democracia representativa formó parte del austromarxismo.

La noción de “fin de la historia” es plenamente ideológica. Lahistoria sólo podría terminar con la extinción absoluta de la humanidad. Lo que se puede decir es que nos encontramos en el inicio deuna nueva etapa del desarrollo capitalista signada por la difusión

masiva de las nuevas tecnologías; las transnacionales y su reestructuración global como sistema pero no por un pretendido “fin de lahistoria”.

Fukuyama dice que el liberalismo ha triunfado en forma definitiva. Frente a ello podríamos decir que éste no ha triunfado sino,transitoriamente, el “neoliberaUsmo”, que implica la liquidación delEstado benefactor, la política de privatización, el individualismo

exacerbado y la profundización de la desigualdad entre los paísesricos y pobres. Con el derrumbe del llamado socialismo real nada hacambiado para bien en esta área del mundo. Pero, además, hoyasistimos a la reactivación de un neonazismo en Europa; de losfundamentalismos religiosos entre los países árabes y de los nacionalismos exacerbados.

La interpretación de Hegel es verdaderamente curiosa. Hegel es

el teórico de la legitimación del Estado absolutista, en donde no priva la democracia; pero además, para Hegel no hay fin de lahistoria, sino un proceso dialéctico de ascensión de lo inferior a losuperior (en el caso de su filosofía de la historia) o un proceso deautoconocimiento del espíritu (en su Fenomenología) que implicalanto la cancelación de la enajenación como de la forma de objetivi

2 Ramsey Clark, “Los problemas de la democracia en los Estados Unidos", en I j >$ problemas de la democracia en el mundo actual, Monterrey, Facultad de Filosofía y Letrasde l a U A N L , 1988, p. 117.



EL DF.RRITMRE DEL SOCIALISMO REAL 85

Millones de personas dentro y fuera de la URSS dieron sus vidas porese ideal. Los pueblos latinoamericanos y el mexicano en especial,se solidarizaron con la lucha del pueblo soviético por construir el

socialismo. Sin embargo, inmediatamente después de la Revolucióndel 17, surgirían una serie de dificultades que imposibilitarían larealización de un auténtico socialismo:

La primera de ellas fue la realidad de una sociedad atrasada,multiétnica y multinacional. Ya desde el decenio de los años veinte,los revolucionarios rusos habían debatido sobre el problema de sien esas condiciones era posible el socialismo. Su respuesta fue que

éste no sería posible sino a partir de la extensión de la revolución atodo el mundo.

La segunda dificultad fue la invasión que sufrió la URSS por parte de catorce países que pretendían apoderarse de sus riquezas yque le impusieron una guerra externa. Como se sabe, esta guerra

pudo contenerse, al menos en parte, con la cesión de amplios territorios a los alemanes mediante el Pacto de Brest-Litovsk, el 3 de

marzo de 1918.I.̂ a tercera dificultad surge de la falta de una tradición democrá

tica en Rusia que hace difícil la aceptación de la democracia política.En este sentido, ya en el primer año de la Revolución (enero de1918), los bolcheviques disuelven la Asamblea Const ituyente debidoa que no pueden mantener la mayoría.3

La cuarta dificultad que vino a complicar la situación fue que

apenas transcurridos escasos siete años del triunfo de la Revolución,sobrevino primero el aislamiento de Lenin por Stalin y luego, sumuerte el 21 de enero de 1924. Este suceso fue un duro golpe paralos revolucionarios de entonces no sólo por la importancia de sudirigente principal sino también porque representaba un equilibrioentre las diversas posiciones en el seno del Comité Central del PCUS.

La muerte de Lenin provocó una lucha encarnizada por el poder

que preocupó seriamente a los revolucionarios de entonces (recuérdese la carta enviada por Gramsci para procurar la conciliaciónentre los dirigentes del PCUS) y aunque Lenin expresamente escri

biera en su testamento que Stalin no debería, por su rudeza, ser elsecretario general del partido, a otros les pareció el heredero natural para continuar la obra del autor de El estado y la revolución. Stalin

3 Para este pasaje de la historia, véase M. Liebmann, La prueba del poder, 2 vols.,México, Ed. Grijalbo, 1979.




eliminaría uno a uno a todos sus opositores y entre ellos muchos quehabían dado todo por la revolución.

La quinta dificultad surge con la derrota de la revolución socia

lista en Europa Central, el asesinato de Karl Liebknecht y RosaLuxemburg así como el encarcelamiento de Antonio Gramsci. Sta-lin plantea entonces su tesis de “el socialismo en un solo país” que esaprobada por el partido en abril de 1925, lo que genera nuevosdesacuerdos entre los revolucionarios y en especial de Trotski, quien

propugnaba la “revolución perm anente”.La sexta dificultad apareció pronto: el surgimiento del fascismo

en Italia y del nazismo en Alemania y Japón. Ya en el temprano añode 1922, Mussolini se hace del poder mediante una combinación demedidas populistas, ideología fanatizante y violencia. Y al líderitaliano sucedió, con los mismos métodos, Adolfo Hitler, quien llegóal poder en 1933. Nadie podía prever entonces las terribles consecuencias de estos acontecimientos. Si a todo ello agregamos la guerracivil que provocara tanto la colectivización, como la industrialización a

marchas forzadas que produjera también millones de muertos o aislados en la terrible tortura del Gulag, en la propia URSS, se podíaconcluir lógicamente que no había habido ni tiempo ni paz para poder construir, al menos, la base de un auténtico socialismo.

Pero en 1941 se agregaría otra dificultad más, la séptima: lainvasión de Alemania contra la URSS y la generalización de lasegunda guerra mundial. En efecto, en agosto de 1939, al ver quefallaban sus intentos de lograr acuerdos con los aliados, firmó un

pacto de no agresión con Hitler. Este hecho sorprendió a los revolucionarios del mundo y a los propios soviéticos, ya que otorgó carta

blanca a Hitler para que invadiera a Polonia. A su vez, el EjércitoRojo atacó a Finlandia, pero fue derrotado. Este hecho constituyóun indicio de su debilidad y el 22 dejunio de 1941, Hitler lanzó sobrela URSS, un ejército conformado por tres millones de hombres:3 400 tanques y 7 000 cañones. Las heroicas luchas que siguieron

arrojaron una cantidad de 20 millones de muertos. En esas condiciones, ¿era posible hablar de socialismo?

Octava dificultad: la consolidación del stalinismo. A pesar detodo, si el triunfo de la Revolución rusa en 1917 fue esperanzador,también lo fue el triunfo contra la irracionalidad del nazismo que sehabía apoderado de millones de habitantes del planeta. En 1945, la

pesadilla parecía haber terminado. Esos triunfos, sin embargo, im

pidieron a muchos que los vivieron darse cuenta de las contradic



FL DERRUMBE DEL SOCIALISMO REAL 87

ciones que se habían gestado durante el gobierno de Stalin. Enefecto, durante este período accidentado en la historia de la URSS,se formó un tipo de sociedad muy peculiar, resultado del complejo

de circunstancias que hemos mencionado. Esta sociedad se basabaen: planificación total de la economía; un solo partido; una solaconcepción ideológica: una concepción del mundo denominadamarxismo-leninismo; la colectivización forzosa; el control absolutode los medios de comunicación; la ausencia de partidos auténticosde oposición y la suspensión de los derechos de libertad de expresión y movilidad. Los tres últimos puntos constituían medidas com

prensibles en tiempos de guerra pero lo absurdo fue mantenerlasen tiempos de paz. Todo ello tuvo como contrapartida la seguridaddel trabajo para todos, la educación, salud y deporte gratuitos y elenunciado de una igualdad social que se impediría, al menos enteoría, por la ausencia de propiedad privada de los medios de la

producción. Digo en teoría porque luego todo un estrato social, “la burocracia", encontró la forma de inventar de nuevo la desigualdad por la vía de apoderarse de los puestos políticos, el control de ladistribución, y el acaparamiento y venta ilegal de productos de

primera necesidad.Este modelo soviético de sociedad, surgido de necesidades pro

pias de la URSS y de las condiciones de guerra, se implantó, comoes sabido, al término de la segunda guerra mundial, en países deleste de Europa como Polonia, Checoslovaquia, RDA, Hungría, Rumania y Bulgaria, Con algunas modificaciones en cada uno de los

países mencionados, debido a la participación de luchadores antifascistas; pero sobrede terminada por la tensión originada por larepartición de zonas de influencia; por la hegemonía ideológica y

política de la URSS y por la guerra fría. Yugoslavia buscó una vía propia con su propuesta de autogestión (aunque estuvo presente

también el stalinismo) y China enfrentó el cambio con una civilización milenaria que también generó particularidades. Más tarde, elsistema se extendió a Cuba, VieLnam y otros países africanos y seestableció así lo que se llamó “el campo socialista”.

Con el surgimiento de este campo y de esta división del mundo,como se sabe, comenzó la lucha universal entre los dos sistemas, quese libró en todos los campos: la política, el arte, la literatura, la

filosofía, las ciencias sociales, las ciencias naturales, el deporte, lasconquistas del espacio, etcétera; y por todos los medios (pacíficos yarmados, teóricos e ideológicos).




I.OS INTENTOS DE REFORMA EN EL SOCIALISMO REAL

Hasta 1945, la URSS no había dejado de estar en guerra interna o

externa y ahora se enfrentaba a la reconstrucción pero surgía unelemento suplementario: la lucha por la supremacía armamentista.Los dos resultados más visibles de esta terrible competencia nuclearfueron: primero, el de generar una situación inédita en la historiade la humanidad como lo es la posibilidad efectiva de su aniquilación total; y segundo, la derivación de una enorme cantidad derecursos hacia aquel sector. Este último aspecto constituyó una

auténtica hipoteca para el desarrollo de las llamadas sociedadessocialistas y un verdadero alivio para las dos naciones derrotadas enla segunda guerra mundial y que hoy aparecen en el panoramamundial como las que concentrarán el máximo poder económico ytecnológico: Alemania yjapón.

A partir de los años cincuenta, gradualmente empiezan a descorrerse los velos en torno al tipo de sociedad construida en la URSSy se presentan una serie de movimientos que intentan reformar aaquella sociedad. Un paso en esta dirección fueron las revelacioneshechas por Nikitajrushov en su “Informe secreto” al XX Congresodel PCUS en 1956, Stalin había muerto en 1953, en olor de santidadcomo “el padre de los pueblos”. Su figura se había engrandecido

por su triunfo ante el nazismo y ante los aliados quienes no eran, nimucho menos, unas blancas palomas.4 Pero ahora, Jrushov lo denunciaba como el autor de la política de colectivización brutal en el

campo, la industrialización a marchas forzadas, la eliminación deverdaderos revolucionarios por haberse constituido en enemigossuyos y no del socialismo y el fundador de un culto a la personalidaddesmedido. Una narración de los sufrimientos de un amplio sectordel pueblo lo tenemos en Un día en la vida de Jván Denísovitch deSolzhenitzin. Por tal motivo, puso en marcha una serie de medidas

para el desarrollo de la agricultura, la conquista del espacio y la

coexistencia pacífica entre los estados. Esta política produce, por unlado, una crisis del movimiento comunista internacional y por otro,una escisión con China. Todos estos cambios tuvieron diversos efectos en los movimientos revolucionarios de América Latina pero engeneral no fueron evaluados como se debía bajo el argumento deque “no había que darle armas al enemigo”. Esta actitud fue, a la

4 W ase Ian Grey, Stalin, Barcelona, Salvat, 1986.




postre, muy peijudicial debido a que no se mantuvo, por lo general,una conciencia crítica y autocrítica sino que se sucumbió ante lasmodalidades de la guerra ideológica en turno. Ésta es la razón por

la cual nuestra literatura sobre toda esta problemática ha sidomuy escasa

El alegre y folklórico campesino Jrushov, sin embargo, fue eliminado mediante un golpe de estado, el 14 de octubre de 1964, ysustituido por el adusto e inescrutable Leonid Brezhnev. La viejaguardia stalinista volvía al poder. Termina así el prim er intento dereforma del régimen soviético. Los movimientos surgidos en Polo

nia, Hungría y la RDA en 1956 son reprimidos y enviados al expediente de movimientos anticomunistas. A todos ellos se agregótambién la “primavera de Praga” que terminó en 1968, con la invasión de las tropas del Pacto de Varsovia. Esta invasión produjo unfuerte conflicto entre diversos sectores de la izquierda latinoamericana. En México, a esta crisis se agregó la creciente oposición delmovimiento estudiantil a un marxismo dogmático difundido por los

manuales de la URSS y sus preferencias por posturas críticas provenientes de la contracultura; la lucha en contra de la guerra de Viet-nam; la Revolución cubana y las luchas revolucionarias latinoamericanas. Sin embargo, miembros de otras generaciones anterioressiguieron teniendo como referencia a la URSS como una forma desocialismo y luego a la China de Mao Tse tung.

Estos movimientos fallidos de reforma en diversos países del

bloque socialista sólo denotaban un fenómeno: la necesidad de uncambio en la forma que había seguido la sociedad soviética pero laviolenta reacción obtenida, indicaba su incapacidad para corregirlas contradicciones del sistema y lograr su renovación. En la décadadel sesenta ya se había logrado un restablecimiento de las condiciones sociales y podía iniciarse una nueva etapa de dicha sociedad quecondujera a un verdadero socialismo.

Durante los decenios de los setenta y ochenta, se publicaron enOccidente una serie de denuncias sobre la situación en la URSS por

parte de escritores y científicos como Andrei Zajarov. Pero tambiénse empezaron a conocer estudios más amplios y sistemáticos desdeun punto de vista socialista como los de Bettelheim, Sweezy, Baran,Bahro, Schaff, Liebmann, Sartre, Claudín, Mandel, Raya Dunayevs-kaya, Michel Lówy, Svetozar Stojanovic y muchos otros. Estos estudios no sólo no fueron conocidos en los países socialistas sino quese encarceló o aisló a autores como Bahro y Schaff. Todo esto




produjo una verdadera cascada de interpretaciones sobre lo quehabía pasado en aquellas sociedades. Se dijo que era un capitalismoestatalista, un socialismo burocrát ico, un colectivismo burocrático,

una vía no capitalista para la industrialización, una transición bloqueada al socialismo, politocracias, un estado obrero degenerado y un socialismo autoritario. El debate en México y Latinoaméricasobre esta problemática ya en los avanzados óchenla fue visto conrecelo por muchos militantes de izquierda. Se negaban a creer quefuera verdad todo esto: era el poder de una ideología. La verdad esque faltó una fuerte autocrítica y una posición radicalmente inde

pendiente. La crítica, como decía el viejo Marx, no debe retrocederante nada.Quedaban en el panorama, empero, tres formas sociales que se

reclamaban como socialistas: la soviética (basada en la planificaciónglobal); la yugoslava (basada en la autogestión y en las soluciones decompromiso entre las diversas nacionalidades que conformabanaquel país boy en desintegración) y la China (fundada en la comuna

y en el autoritarismo astático). Las dos primeras se han derrumbadoy la tercera está sometida a una serie de calladas transformaciones.

EL ÚLTIMO INTENTO DE REFORMA DEL “SOCIALISMO REAL”: LA

PERESTROIKA DE GORBACHOV

Una sucesión de muertes de líderes soviéticos permite que accedaal poder un nuevo grupo de dirigentes encabezados por MijailGorbachov y justamente en abril de 1985, en su intervención en lareunión plenaria del CC del PCUS, declara oficialmente que la URSSestaba, como hemos mencionado, al borde de la crisis económicay que urgía una nueva estrategia para resolverla. Éste fue el origende una palabra que se volvió famosa en el mundo entero: la

perestroika y de igual manera, el último intento fallido de reformaral sistema soviético. Dos años más tarde, se data a conocer un libro,dirigido a todos los ciudadanos del mundo -pero en especial allector norteamericano- titulado Perestroika. Nuevas ideas para mi país

y el mundo3 en donde concentra el núcleo central de la propuesta.

5 Mijail Gorbachov, Perestroika. Nuevas ideas para mi país y el mundo. México,

Diana, 1987.



EL DERRliMRE DEL SOCIALISMO REAL 91

¿En qué consistía ésta? Intentemos hacer una breve síntesis:El libro se refiere, en primer lugar, a las causas que llevaron a

Gorbachov a plantear la nueva política. Estas causas eran la crisis

económica, política e ideológica en que había caído la URSS en losaños setenta y que en 1985 se habían vuelto inocultables. A estascausas nos hemos referido más arriba. Sin embargo, la perestroika no

podía ser sólo una serie de medidas en el interior de la URSS ya que,dada la posición de superpotencia que ocupaba en el mundo a raízdel término de la segunda guerra mundial, requería también unadefinición de alcance planetario.

¿Por qué un país tan grande y rico en recursos como es la URSShabía caído en esta situación? Gorbachov considera que había sidoa causa de una forma social que surgió en el stalinismo y que se

basaba, en términos generales, en la planificación centralizada sinque permitiera la autogestión de las empresas; en la falLa de unsistema más ágil políticamente y una transparencia en la información; en el predominio de la autocomplacenciay falta de autocrítica;en la fosilización de las ciencias sociales y en la erosión de los valoressocialistas. Por lo anterior, el líder soviético proponía: volver a Lenin, considerar que socialismo y democracia eran indivisibles, unareconstrucción de la economía, una glasnost en los medios de comunicación, una descentralización, es decir, un mecanismo efectivo yconfiable que hiciera funcionar la economía y, finalmente, la reconsideración de ciertas ideas como la de la oposición al dinero-mercancía y la ley del valor en el socialismo. Se trataba de la adopcióndel modelo socialdemócrata.

La perestroika es considerada, por el líder soviético, como unaverdadera revolución, es decir, una transformación cualitativa ycuantitativa de la sociedad. ¿Hacia dónde? En el papel, y al pareceren la intención, hacia lo que consideraba como un socialismo democrático, cuyas características no estaban claramente delineadas.

Hasta aquí podemos decir que Gorbachov pretendía una reforma progresista aunque podrían discutirse cada una de sus afirmaciones. Reconoce los problemas de la realidad; busca explicar las causasde lo ocurrido aunque no asume todas las consecuencias y proponeuna reforma económica y política. Pero la estrategia empleada porél y su grupo para llevarla a cabo fue fallida. Su primer paso fue abrir

los medios de comunicación a la opinión libre de los ciudadanos.Durante 68 años, la única opinión que se escuchaba a través de losmedios de comunicación era la del partido o del Estado. Era la




verdad oficial a pesar de que la gente viviera y pensara otra cosa.Gorbachov ahora disponía que la gente dijera lo que pensaba y queno sería sancionada por ello. Esta súbita libertad después de tantos

años de mordaza genera una crisis profunda de identidad al grado deque la historia oficial de la URSS que se enseñaba en la escuela tuvoque ser eliminada a partir de las revelaciones de los historiadores.

El pueblo soviético ingresó en una verdadera catarsis, en unacura de la verdad. Pero la apertura de los medios de comunicación,como nunca se ha hecho en el capitalismo, tenía que ser complementada con una reforma política. Es por ello que Gorbachov propone,

y se aprueba, la renuncia del PCUS a ser el partido único del Estadoy se abre la posibilidad de constitución de nuevos partidos.

Pero junto a estas reformas tenía que operarse una transformación económica que sacara ala sociedad de la crisis. Esta reforma no

pudo ser llevada a cabo y después de seis años, el pueblo seguíasufriendo los estragos de la escasez. La solución que cobró viabilidad en las repúblicas que conformaban la URSS fue el “sálvese laque

pueda”, es decir, la reactivación délas subyacentes tendencias nacionalistas y la independencia. Es claro que la crisis económica no es elúnico factor del resurgimiento del nacionalismo porque entran adesempeñar su papel en aspectos históricos, políticos, étnicos, culturales y muchos otros pero el factor económico asume la funciónde detonante de la situación.

En lo que respecta a su estrategia internacional, Gorbachov tam bién se equivoca. Propone la tesis de un “nuevo pensamiento” que pretendidamente tendrían que compartir sus antiguos enemigos porque iban “más allá” (comillas de GVL) de los sistemas: la carreraarmamentista nuclear que podría desembocar en una hecatombe;las innovaciones científico-técnicas; la comunicación; la crisis de lossistemas ecológicos y la creciente interdependencia de todos los

países del mundo. Este "mas allá” merece una aclaración. Todosestos problemas que señala Gorbachov son reales y enormemente

preocupantes pero no constituyen, a mi juicio, conflictos que estén por encima de los sistemas, sino que son consecuencias lógicas desu desarrollo. El mantenimiento de la carrera armamentista surgecomo resultado del afán de dominio de ambos sistemas y el hechode que uno de ellos renuncie a proseguir esta carrera, por lasrazones que fueren, no garantiza que el otro también lo haga. Estatáctica política tuvo graves consecuencias. Una vez que Gorbachov

la pone en práctica, los Estados Unidos proceden a llenar el vacío de




Todas estas citas no tienen desperdicio y se confirman con loshechos. Su propuesta fue “América para los norteamericanos”.Me retiro de ese campo pero ¿a cambio de qué? La respuesta es: a

cambio de nada. Los pueblos latinoamericanos quedaron entonces solos frente al coloso del norte sin que pudieran aprovechar lascontradicciones entre las grandes potencias que permitieron,en años atrás constituir el movimiento de países no alineados. Esta

política ya no es posible en las actuales circunstancias. La única posibilidad de recuperar nuestra independencia se basa, porun lado, en nuestra propia fuerza y, por otro, en la crisis del

vecino poderoso.En lo que respecta a Europa del Este declara que (no olvidemos

que el libro es de 1985) los acontecimientos de Hungría, Polonia yChecoslovaquia son “crisis de desarrollo”. Esta afirmación es increíble. Gorbachov sabía ya en 1985, y lo supo mejor en 1989, enque escribió una opinión similar en su ensayo titulado “El mundofuturo y el socialismo”8 cuál era la situación en aquellos países y

pretende hacernos comulgar, a todos los lectores del mundo, conruedas de molino.En 1989 ocurre una verdadera insurrección en Europa del Este,

en contra del sistema neostalinista, en virtud de que dicho sistemano pudo resolver los problemas más urgentes de la población. Lascaracterísticas de esta insurrección son expuestas por Enrique Se-mo en su libro Crónica de un derrumbe9 y de alguna manera repiten

lo que ocurrió en la propia URSS: retraso tecnológico, incapacidad para reformarse, monolitismo político que no permitía la corrección hacia la democracia, constitución de una “clase social” llamada

burocracia, incapacidad para la creación de nuevas formas de legitimación, etc. Pero a todo ello agreguemos que la URSS, al entraren una profunda crisis, fue incapaz de articular un nuevo bloque

basado en la independencia de los antiguos países poscapitalistas.

Es por ello que Gorbachov sólo puede declarar en su libro que,desde ahora, “la totalidad de la estructura de las relaciones polít icasentre los países socialistas debe estar estrictamente basada en laindependencia absoluta”.10

8 El socialismo del futuro, vol. l,núm. 1, 1990.9 Enrique Semo, Crónica de un derrumbe. Las revoluciones, inconclusas del Este,

México, Proceso-Grijalbo, 1991.1!> Mijail Gorbachov, op. cit., p. 193.



EL DF.RRUMBE DEL SOCIALISMO RFAL 95

Después de seis años de perestroika, ¿cuáles fueron los resultadosobjeLivos?

Gorbachov no pudo sacar a la URSS de su crisis económica. La

URSS desapareció y en su lugar se integró la Comunidad de EstadosIndependientes. Los regímenes comunistas de Europa del Este seindependizaron y pusieron a funcionar una economía de mercadoque, en buen romance, es capitalismo. La RDA fue anexada a la RFAdebido a múltiples factores entre los que pueden mencionarse elhecho de que a pesar de no encontrarse en una severa crisis económica» como ocurría en los oLros países, el sistema no pudo ofrecer alos ciudadanos una alternativa mejor en sentido económico y político. La política exterior de Gorbachov dejó el campo libre a la reordenación global comandada por los Estados Unidos y los siete grandes. Se terminó asila bipolaridad y se inició la era de la unipolaridaden el aspecto político-militar. Se derrumbó todo un sistema que sehabía ostentado como socialista y que aún sin serlo, operaba, paramuchos, como la esperanza de un cambio, a pesar de todas suscontradicciones y dificultades. Quedaron en el panorama internacional sólo Cuba, China y Vietnam entre los que se siguen reclamando como socialistas.

Desde mi posición, el fracaso de Gorbachov se debió a que noestructuró una fuerza real que le permitiera una base de sustentación a su política, cometió una serie de errores en política internacional, le imprimió un ritmo demasiado rápido a una sociedad noacostumbrada a las reformas, no radicalizó su crítica al stalinismo yno pudo implementar una política económica que permitiera al pueblo soviético vislumbrar una salida económica a corto plazo.11

¿CÓMO PUEDE SER CARACTERIZADO AQUEL SISTEMA?

Para muchos de los que nacieron y vivieron en aquellos regímenes(no para todos), el tema no estaba en discusión: ése era el socialismoy en todo caso ése fue el socialismo que fracasó. Para el gobiernosoviético del período brezhneviano también lo era, pero con una

11 Una reflexión aguda y testimo nial sobre este proceso la en co ntrará el lectoren el libro De la perestroika al golpe de estado, de Kiva Maidanik, México, Ed. Nuestrotiempo/UNAM, 1992.



96 LA TEORÍA FRENTE A IA PRÁCTICA

variante: se trataba del socialismo realmente existente, es decir, el socialismo que había podido ser construido en aquellas circunstanciashistóricas y que difería del socialismo ideal. Para otros autores eransociedades socialistas desde el punto de vista económico pero conuna superestructura autoritaria y finalmente, para otros más, no setrataba de una sociedad que mereciera el nombre de socialista.

Por mi parte, considero que es necesario tomar una posición entorno a este problema, no para saber si el llamado socialismo real erao no compatible con lo que pensaban los clásicos, sino para definircuál puede ser el socialismo deseable y en qué medida encontramos,

tanto en los clásicos, como en la realidad misma, apoyos para laconstitución de un nuevo conjunto de principios que pudieranorientar la construcción de un socialismo democrático. Haré uncomentario más amplio de este problema en el siguiente capítulo,

pero por lo pronto considero que es necesario dar respuesta a lassiguientes preguntas: ¿cuáles son las características del socialismoque se derivan del pensamiento de Marx?, y ¿en qué sentido es

posible sostener como un modelo social deseable y factible, a undeterminado tipo de socialismo?En relación con la primera pregunta, diría que para los clásicos,

como hemos examinado anteriormente, el socialismo era la prim eraetapa de una nueva sociedad denominada comunismo. En estarespuesta damos por descontado que, hasta ahora, no ha existidoesta última sociedad y que constituyó una verdadera utopía no sólo

porque hoy aparece simplemente imposible de construir, sino porla forma en que los clásicos se referían a ella. Ahora bien, para mí,el concepto de utopía no es negativo bajo la condición de que no seconfunda su status de utópico con el de ideal realizable. Las utopíasexisten y deben existir en tanto que una de las capacidades delhombre es la de imaginar o prefigurar una situación deseada ydeseable; pero ello no equivale a confundirla con lo realizable. Laconfusión entre lo deseable y lo realizable ha tenido trágicas consecuencias para los movimientos sociales. Es por ello que junto a lautopía consciente debe haber ideales intermedios, éstos sí, factibles.

El socialismo, como primera etapa del comunismo, era, para losclásicos, un período conformado por los siguientes rasgos:

1. El socialismo surgiría como resultado de la maduración de lascontradicciones de la sociedad capitalista.

La realidad fue que el socialismo intentó desarrollarse en socie




obrera de los países desarrollados (Estado benefactor); creación deformas de represión abiertas o enmascaradas y todo un sistema deenajenación y subordinación ideológica y política, creado para pe

netrar las capas más ocultas del subconsciente.En la etapa actual, el desarrollo de las nuevas tecnologías, aplicadas al campo de la producción (con la robótica); y las comunicaciones, con las computadoras, las fibras ópticas y el fax, han generadoun nuevo período del capitalismo que tiene incalculables consecuencias sociales y que será fuente de nuevos problemas y contradicciones. De igual forma, la aparición de las grandes corporacionestransnacionales que permiten al capitalismo liberarse de las “ataduras” nacionales. Asimismo, la emergencia de bloques económicos

basados en el beneficio que les producen las nuevas tecnologíascomo en los casos de Japón, Taiwán, Hong Kong, Corea del Sur ySingapur. La capacidad del capitalismo para convivir con diferentesregímenes: monarquías, dictaduras, gobiernos autoritarios y go

biernos democráticos; y también, la creación constante de ideologías y formas de legitimación para mantener la cohesión del sistema.

El tema sobre cuáles razones han hecho posible que los movimientos revolucionarios en los países desarrollados no hayan logrado,hasta la fecha, implantar una sociedad socialista, nos llevaría muy lejosde los objetivos de este trabajo pero sí hay que decir que muchas delas reivindicaciones de este movimiento han podido ser plasmadas enlas constituciones y en las prácticas por sus propias luchas.

2. Marx decía que la etapa de transición del capitalismo al comun ismoestaría mediada por un período de transformación revolucionariaque se denominaría “dictadura revolucionaria del proletariado”.

Ahora bien, ¿qué significaba la frase dictadura revolucionaria del proletariado? El concepto dictadura tiene para nosotros hoy un significado negativo. Antonio Gramsci propuso uno mejor y mas acorde con la realidad: el concepto de hegemonía, con el cual quería decir

que un bloque histórico o conjunto de fuerzas, sólo podrán dominar políticamente si logran un consenso, una aceptación por parte deun sector mayoritario del pueblo de ir hacia una nueva situación.Éste era un proceso tanto ideológico y cultural como político.

En el caso de Marx, el uso del concepto dictadura es equívoco porque lo identificaba con la Comuna de París, en donde habíahabido una democracia directa para la elección de los cargos públi

cos. Como quiera que sea, no se puede sostener hoy el concepto de




dictadura, si po r él entendemos la imposición de una estructura de poder por encima de la voluntad de la mayoría. Por otro lado, hoyestá claro que las demandas democráticas fueron proposiciones populares que la burguesía no aceptó hasta que no aseguró unmecanismo de neutralización como lo expone C.B. Macpherson, ensu libro La democracia liberal y su época.

El problema teórico que surge de las obras de Marx y Engels esque no desarrollaron una teoría sistemática del Estado, de la demo-cracia o del socialismo. Esta teoría debería haber sido desarrollada por el marxismo, y en especial, en el llamado socialismo real. Pero noocurrió así. Lenin planteó una democracia diferente a la del capita-lismo, la democracia de los soviets, pero eliminó la democraciarepresentativa. Por su lado, la socialdemocracia planteó, de acuerdoa las circunstancias de Europa Occidental, el valor de la democracia

parlamentaria pero no vio las limitaciones de ésta como hoy lasexpone Norberto Bobbio y además cometió el erro r de adherirse,en la primera gu erra mundial, a las pretensiones imperialistas de países como Alemania.

3. La característica central señalada por Marx para la nueva etapa erala supresión de la propiedad privada de los medios de producción ysu sustitución por un Estado democrático.

Esta supresión sí se efectuó en la URSS y en los países llamados

socialistas lo cual los convirtió en nocapitalistas, pero la forma enque adoptó esa propiedad fue la de un estatalismo autoritario yabsoluto ajeno a la concepción de Marx. No hay razón para separaral Estado de la democracia porque aquél tenía que representar a lasociedad y, el no hacerlo, impidió que el pueblo ejerciera este poder.Se puede aducir que las causas de esta separación son históricas, pero ello no anula un hecho y, por otro lado, se podría decir que en

la obra de Marx no encontramos una explicación de cómo podríaobtenerse esa relación, con lo cual detectamos un problema que está presente en la obra del alemán, pero ello no quiere decir que éstehubiera tenido la obligación de resolver todos y cada uno de los problemas del futuro. La responsabilidad era de otros.

Hemos concluido más arriba en que históricamente no fue posible realizar un socialismo en sentido pleno pero que se habían

podido plasmar en aquellas sociedades ciertas características quecorrespondían al ideal del socialismo y éstas eran: propiedad estataldemocrática de los medios de producción en los inicios de la




Revolución de octubre; seguridad en el empleo; carácter gratuito dela educación, el deporte y la salud; pero que estos aspectos fueronanulados por el carácter antidemocrático de la sociedad; la creaciónde una burocracia que actuó como una verdadera clase social y latensión generada por la guerra fría, entre otros aspectos. De talmodo que, a mi modo de ver, tenían ciertos rasgos socialistas perono lograron avanzar hacia un socialismo deseable desde el punto devista económico, político e ideológico. Aquí nos encontramos conun problema propio de las relaciones entre teoría y realidad. Desdeel modelo ideal se puede decir que no eran socialistas, pero desde

el análisis empírico se puede decir que tenían algunos rasgos socia-listas. No hay manera de resolver la contradicción porque las cate-gorías congelan una realidad viva y actuante. Lo mismo ocurre conla democracia. Podemos definir idealmente a la democracia, peroal compararla con la realidad de algunos países que dicen ser demo-cráticos, podemos decir que ciertos rasgos pueden estar presentesy otros no. Tendencialmente pueden ser democráticos pero no

auténticamente democráticos.La tesis que niega el carácter socialista de aquellas sociedades, si

es sostenida desde posiciones progresistas, tiene el cometido dedeslindarse de aquellas experiencia que finalmente no pudo repre-sentar la concreción del ideal socialista en sentido pleno. La tesis queafirma este carácter y lo hace desde una posición crítica, desea preservar ciertos aspectos, movimientos e intenciones plasmados en

la realidad. Según mi criterio, no hay manera de salir del dilema. A pesar de ello, la idea de Schaff en el sentido de afirmar el caráctersocialista de estos regímenes, exclusivamente por el carácter estatalde la propiedad de los medios de producción, resuha insuficiente

por las razones antes dichas.

4. Finalmente, otra de las características señaladas por los clásicos era

el inicio de la extinción del Estado. Dada la situación en que se planteóla realización del socialismo en sus principios, y después, esto fue prácticamente imposible. Lo que ocurrió fue lo contrario, un fortale-cimiento del Estado al asumir no sólo una serie de funciones socialessino al enfrentar a los estados capitalistas.

A mi juicio, las características señaladas por los clásicos eran sólo un planteamiento inicial que requería una reelaboración creativa de cara

a nuevas realidades. Resulta abusivo e ilegítimo pretender una teoríacompleta sobre algo que no existía en la realidad y sobre un proceso (la




pias sociedades desarrolladas, sino una mayor desigualdad entre los países ricos y los países pobres.

Ante esta situación, la pregunta que ha surgido universalmente

es: ¿cuál es una alternativa que se funde en y busque la justicia? Lasrespuestas son múltiples y no podré desarrollarlas aquí: una de ellases la de eliminar el término socialismo y sustituirlo por el de democra

cia radical 13 (aunque este término ha recibido, a su vez, diversossentidos); otra posición es la de entender al socialismo en el sentidode la sociaIdemoerada (que en su dirección actual en la mayoría de los

países implica la gestión del capitalismo); otra más es la de entender

al socialismo preservándolos valores del liberalismo (social-liberalismo); y finalmente, una postura más es la del socialismo factible queimplica una mezcla de modelos. Desde luego aquí nos encontramoscon sistemas económicos, políticos y culturales. Pienso que el pro-

blema no es de nombres, sino de construir un nuevo modelo, unanueva síntesis que preserve, por un lado, los ideales humanistas delsocialismo, que extraiga los resultados objetivos de la experiencia

pasada, que proteja las libertades esenciales del hombre y la mujery que enfrente los inmensos problemas que resultarán de los nuevosdesarrollos de la ciencia y la tecnología. Hoy se requiere fundar denuevo el socialismo y la democracia en una estrategia a corto, me-diano y largo plazos. No se trata de fundar una nueva utopía sino deencontrar una salida a los desafíos de nuestro tiempo.

13 Ésta es la posición que asume J. Habermas en su reciente artículo titulado “El

futuro del socialismo occidental", Leviatán, núm. 4344, primavera/verano de 1991.



5. ¿QUÉ SOCIALISMO ES POSIBLE DESPUÉS DELDERRUMBE?

EL ESCENARIO HISTÓRICO DESPUÉS DEI. DERRUMBE

En los últimos años del decenio de los ochenta y primeros de losnoventa, hemos sido testigos de un conjunto de acontecimientos

históricos que han afectado seriamente la idea de que una sociedadde tipo socialista pudiera representar una alternativa real al capita-lismo. Algunos de ellos han sido: el derrum be de todo un sistemasocial en Europa del Este y la URSS que se había autodenom inado“socialista”; el fracaso del modelo de autogestión yugoslava; la im-

posibilidad por parte de los partidos comunistas europeos para poner en marcha una estrategia triunfante en las condiciones del

capitalismo desarrollado (incluso se ha observado un cambio deorientación en los partidos que, como el Partido Comunista Italia-no, habían avanzado más en una elaboración teórica independien-te) y finalmente, el desvanecimiento de una posición anticapitalista

por parte de los gobiernos socialdemócrata europeos, que tambiénse han seguido denom inando “socialistas” en un sentido no marxista del término. A estos fenómenos políticos, habrá que agregar todo

un clima ideológico neoliberal que capitalizó, desde el primer mo-mento, el derrumbe de las burocracias del Este, proclamando ya nosólo el fin del socialismo y del marxismo, sino incluso el fin de lahistoria.

En Latinoamérica, el derrumbe del socialismo real , ha tenidodiversas expresiones: en primer término, fue la derecha la quecapitalizó, en su beneficio, tanto el derrumbe como su desenlace

conservador, mientras que la izquierda, un tanto paralizada, eragolpeada por el desarrollo de los acontecimientos. La causa directade esta parálisis fue la cautela (en el mejor de los casos) y el dogma-tismo (en el peor) con que se reflexionó durante mucho tiempo,sobre estos fenómenos. A pesar de ello, hoy podem os observar, endiversos países y medios, el inicio de un movimiento más amplio dereflexión crítica. Lo anterior no quiere decir que en ciertos sectores

no hubiera habido, desde hace mucho tiempo, una crítica desde[103]




posiciones de una izquierda, abierta y antidogmática pero ésta fuevista con cierta reticencia desde la amplia base de simpatizantes del

socialismo. En el caso de las organizaciones políticas, el efecto fuediversificado: los partidos comunistas que siguieron la línea soviéti-ca en traron en una profunda crisis; algunos movimientos continúanatribuyendo el derrum be del socialismo real a la “traición" o “infide-lidad” a los clásicos, lo que denota la ausencia de un análisis más profundo; en algunos más, existe una actitud de aplazamiento deldebate con el objetivo de “no introducir elementos de discordia

entre sus militantes”; y por último, existen también los que hanabandonado, abierta o implícitamente, el ideal socialista.1Contrasta esta diversidad de opiniones con la unanimidad “ejem-

plar” que ha sostenido la derecha, desde sus portavoces más pedes-tres hasta sus intelectuales más eximios.

Todo lo anterior configura una fuerte crisis ideológicopolíticaque no sólo afecta a la concepción del socialismo en cualquiera de

sus versiones, sino a cualquier aspiración por realizar una socie-dad mejor. Esta crisis, sin embargo, contrasta con el estado dedescontento existente entre los sectores mayoritarios de la pobla-ción latinoam ericana, a causa de las difíciles condiciones econó-micosociales que han llevado en nuestros países las oligarquíasnacionales; de la política neoliberal impuesta po r el Fondo Mone-

1 Quisiera señalar que en México se han efectuado, en los últimos años, algunoscoloquios importantes que han tenido como objetivo reflexionar sobre los acontecimien-tos de Europa del Este: en primer lugar, el coloquio organizado porOctavio Paz: “El siglox x La experiencia de la libertad”, del 27 de agosto al 2 de septiembre de 1990. Estecoloquio fue organizado como show televisivo, teniendo como invitados principalesa disidentes de los países socialistas y como comentaristas a invitados nacionales. Fuedifundido por la televisión privada imernacionalmente, y salvo algunas intervencionesdignas, no tuvo b intención de hacer un análisis objetivo, En segundo lugar, se realizódel 10 al 21 de febrero de 1992, el Coloquio de Invierno: "Los grandes cambios de

nuestro tiempo" organizado por la revista Nexos, el Consejo Nacional para la Cultura ylas Artes y la u n a m . Este coloquio fue más plural; tuvo también una gran difusióndebido al patrocinio del Estado y en éste se hicieron algunas exclusiones notablesentre representantes de la izquierda, toda vez que la derecha ya había tenido su propiocoloquio. En tercer lugar, otro coloquio importante fue el celebrado en la UniversidadAutónoma Metropolitana, del 27 al 30 de noviembre de 1990, con el tema de “El socialismoen el umbral del siglo xxT. En cuarto lugar, el foro “El futuro de la izquierda', organizado por el Centro de Estudios para un Proyecto Nacional dd 22 al 24 de julio de 1992, y

finalmente, “Las luchas emandpatorias de fin de siglo”, que se llevó a cabo del 4 al 6 deseptiembre de 1992. Este último foro fue resultado de una iniciativa independiente.



106 LA TF.ORÍA FRENTE A LA PRÁCTICA

LAS PREGUNTAS DE HOY

Ahora bien, en virtud de que existe una sobreacumulación de pro-

blemas, considero que debemos hacernos prim ero , una preguntaradical: ¿existe la posibilidad real de construir hoy el socialismo? Sila respuesta es negativa, pero consideramos que debería de existiruna sociedad justa, tendríamos que definir en qué consistiría estetipo de sociedad; en qué diferiría de los ideales de igualdad, demo-cracia y fraternidad que formaron parte original del ideal socialistay cómo podría lograrse. Si la respuesta es afirmativa, tendríamos

que preguntarnos ¿qué tipo de socialismo es el que se requiereconstruir de acuerdo con las profundas transformaciones que estánocurriendo en la actualidad?

Las anteriores interrogantes nos llevan a muchas más: ¿es posibleseguir considerando al socialismo como un ideal posible y desea-

ble?, si es así, ¿de qué socialismo estamos hablando?, ¿del marxistaleninista, del llamado socialismo real , del anarquista, socialdemócra

ta, liberal, autogestionario, de mercado, cristiano o de una nuevamanera de entender el concepto?Si durante más de setenta años, la URSS se consideró como

socialista, ¿cuáles eran las características de este régimen?, ¿cuálesfueron las causas de su colapso?, ¿cuáles constituyeron los proble-mas centrales que enfrentó esta sociedad (al igual que las de Europadel Este, Cuba, Corea del Norte, China, Vietnam, en la medida en

que hubieran participado o participen del modelo) y que deberíanser evitados en la construcción de una sociedad que se pretendierasocialista?, ¿lo que se derrumbó era socialismo o una deformaciónde él? Ahora bien, ¿el colapso del llamado socialismo real (tanto porel hecho de que aquellas sociedades se autod en ominaron socialistascomo por la intensa propaganda que se ha difundido en su contra)impide, de una vez y para siempre, seguir pensando en una solución

socialista? Si la respuesta a esta pregunta es negativa, ¿qué caracte-rísticas debería tener la nueva concepción del socialismo a la luz delos fracasos históricos y de los nuevos problemas que han surgidoen la sociedad capitalista?; ¿las condiciones históricas actuales, per-miten seguir hablando de socialismo?, ¿cómo valorar la experienciadel “otro socialismo”, es decir, el sostenido por la socialdemocracia?; ¿cuáles son las diferencias fundamentales entre un socialismo

de inspiración marxista y otros tipos de socialismo?; ¿hablar de queexiste una relación intrínseca entre socialismo y democracia equiva-



«QUÉ SOCIALISMO ES POSIBIE DESPUÉS DEL DERRUMBE? 107

le a sostener las tesis de la socialdemocracia? Y finalmente, ¿quérazón tienen los teóricos del neoliberalismo en sus críticas al socia-lismo?

No es objetivo de este trabajo dar respuesta a todas y cada una deestas cuestiones. He intentado responder a algunas de ellas en lossegmentos anteriores, pero considero que es hoy urgente continuary ampliar el debate en los más diversos sectores de la izquierda, paradefinir cuáles son los consensos; cuáles son los problemas querequieren un mayor análisis y cuáles son las diferencias principales.Esta reflexión sólo puede hacerse si se adopta un espíritu crítico; si

priva una cultura del diálogo y no de la intolerancia como ha ocurri-do; si se tiene una voluntad autocrítica y, como consideraba Descar-tes en el siglo XVII, una posición de volver a pensar todo de nuevo

para examinar sus fundamentos. Su objetivo central es el de definirqué tipo de sociedad justa es, por un lado, la deseable y por otro, la

posible. Inquirir cómo puede ser lograda. Es cierto que el derrumbedel socialismo real en Europa del Este y la URSS así como los errores

y fracasos de la lucha socialista han representado duros golpes paralodo aquel que, en algún momento pensó en la posibilidad de unasociedad mejor, pero como dice Umberto Cerroni, nunca un estadode ánimo ha sido un argumento. Es por ello que se requiere plantearde nuevo el problema, insisto, con toda la libertad que nos sea

posible. En lo que sigue, expondré algunas reflexiones provisiona-les desde la óptica de una filosofía política, con la conciencia de que

éste es un problema que debe ser analizado en forma colectiva einterdisciplinaria.

CARACTERÍSTICAS DEL MODELO DESARROLLADO EN EL LLAMADO

SOCIALISMO REAL

Uno de los componentes centrales de la actual crisis ha sido elderrumbe del llamado socialismo real. El análisis, tanto de sus carac-terísticas como de las causas de su caída, constituyen una fuente muyimportante de reflexión sobre lo que debe y lo que no debe ser elsocialismo.

Apoyándonos en estudios procedentes de un pensamiento críti-

co, considero que podemos extraer las características esenciales deun modelo que intentó implantarse en muchos lugares del mundo




en nombre del socialismo. Este modelo se basaba en lo siguiente: —Supresión de la propiedad privada de los medios de produc-

ción y estatalización de ellos.

—Institución del unipartidismo que se fusionó con el aparato deEstado.

—Creación de un inmenso aparato militar como contrapartidade las fuerzas de la OTAN.

—Establecimiento de una concepción oficial: el marxismoleni-nismo que concentraba todo y que era opuesta a toda versión dife-rente del marxismo y con mayor fuerza en contra de todo pluralismo

político, filosófico o ideológico. Se consideraba a sí misma como laciencia de las ciencias. Era antiutópica y reduccionista.

—Establecimiento de medidas como: derecho al trabajo, educa-ción, salud y deporte a cargo del Estado.

—Carácter ateo del Estado socialista. —Subordinación de las naciones que conformaban la URSS al

centro ruso y de otras naciones o movimientos políticos a la política

de la URSS. —Supresión de los derechos de expresión, organización políticadiferente al PCUS, y movimiento.

—Intento de planificación total. —Supresión oficial del mercado. —Permanencia de los dirigentes más altos hasta su renovación

por muerte, golpe de Estado o movimientos políticos.

—Inexistencia de mecanismos que permitieran una autorreforma. —Proclamación de una democracia socialista opuesta a la demo-cracia burguesa o parlamentaria.

Si lo anterior es correcto, los problemas principales que enfren-taron estas sociedades fueron, entre otros:

—Contradicción entre planificación y supresión del mercado. Laexperiencia del socialismo real mostró que no puede suprimirse, sin

más, el mercado y que se requiere una solución técnica para eldesarrollo del proceso social. —Ausencia de una auténtica democracia que permitiera el control

democrático de los procesos sociales. En el socialismo real se hablabade una democracia social y existía un rechazo de la democracia repre-sentativa (denominada burguesa). La democracia social aludía a laexistencia de los derechos al trabajo, salud, educación y deporte, perono a la democratización del poder político. Hoy se requiere esta últimademocratización. Más adelante me referiré a ello.



'QUÉ SOCIALISMO ES POSIBLE DESPUÉS DEL DERRUMBE? 109

—Ausencia de una concepción correcta del fenómeno religioso.En el socialismo real se cometió el error de definir al Estado comoateo, es decir, establecer una disposición jurídica sobre un problemaque ya había recibido una solución en la Ilustración: separación dela Iglesia del poder del Estado y laicismo en el conocimiento. Porotro lado, el fenómeno religioso es, como se ha demostrado, muycomplejo e involucra problemas simplemente insolubles. El ateísmooficial lo único que logró fue reprimir lo religioso (que hoy emergede nuevo de las profundidades del subconsciente) o generar unareacción en contra más fuerte.

—El problema de las nacionalidades en lugar de resolverse sereprimió. En el caso de la URSS, se desarrolló un enorm e centralis-mo al igual que en el caso de Yugoslavia. Hoy los pueblos se desan-gran por razones étnicas, geográficas, culturales e históricas. El bloque del CAME no pudo organizar una política económica alterna-tiva a la desarrollada por el grupo de las siete naciones más indus-trializadas. Y muy importante, la ausencia de una reflexión crítica y

autocrítica del marxismo y de reconocimiento de aportes desarro-llados por otras corrientes filosóficas con relación a nuevos fenóme-nos de la realidad. Lo que predom inó fue una concepción única que

pretendía ser ciencia de las ciencias. El análisis de lo que fue el"marxismoleninismo" debe ser detenido y complejo, pero lo que

predominó como versión oficial del Estado sólo tenía por objetivosu legitimación.

Dejaré de lado, por ahora, la exposición de las causas económi-cas, políticas, ideológicas e históricas que generaron la caída delsocialismo. Esto lo he desarrollado en otro trabajo.5 Baste decir que,desde mi perspectiva, el retraso que existía en aquellas sociedades,las dificultades históricas que surgieron, la conformación de unaestructura burocrática que impedía la emergencia de iniciativasdesde abajo y el carácter dogmático e ideológico con que se asumió

la teoría marxista fue lo que impidió, entre otras causas, que esassociedades pudieran plasmar un socialismo auténtico y nuevo, deacuerdo con las necesidades de un mundo en profundo cambio.

I x> anterior no quiere decir que en el período de posguerra, estassociedades no hubieran experimentado un importante desarrolloeconómico y social lo que permitió, como dice Enrique Semo en suCrónica de un derrumbe, la superación del subdesarrollo, pero a fines

3 Véase el an terior ensayo de este lihro.




de los sesenta requerían una radical transformación que perm itierahacer frente a sus propias necesidades, a la revolución científicotéc-nica en marcha y a las nuevas condiciones del capitalismo en su fase

transnacional. Esta transformación fue frustrada, mediante la vio-lencia, por la burocracia neostalinista en H ungría, Checoslovaquia,Polonia, la RDA y en la propia URSS.

POSICIONES EN TORNO AL SOCIALISMO REAL

Ahora bien, ¿aquella sociedad era socialista?Sobre este punto se han vertido diversas interpretaciones encon-

tradas. Existen, desde luego, los que consideran sin dificultades queaquellas sociedades eran, sin más, socialistas. Esta posición es soste-nida tanto por la derecha, como por una izquierda que no hanreflexionado sobre la complejidad del problema. La última posición

se apoyó en la tesis oficial inventada por Suslov, de que ése era el socialismo realmente existente y no la idea que tenían los críticos eurocomunistas. Al definir así aquella sociedad, Suslov aceptaba implí-citamente que existían problemas para identificar al socialismo conla formación social que ostentaba tal nombre pero, al mismo tiem-

po, afirmaba que, bien o mal, esta sociedad era “la única que había podido ser construida”. Esta idea me parece tan determinista como

cínica. Otra variante es la idea de que, a pesar de los problemas,errores, contradicciones, desvíos y autoritarismos, de todas formasexistía el socialismo —si nos atenemos a la definición de Marx en elsentido de que se trataba de una nueva “formación económica de lasociedad”. Esta es la tesis de Adam Schaff en su libro Perspectivas del

socialismo moderno,4 quien considera que en aquellas sociedadesexistió:

a] una abolición de la propiedad privada de los medios de la producción. Este hecho, ajuicio de diversos investigadores, las con-virtió en nocapitalistas;

b] una apropiación estatal. En mi opinión a esta circunstanciatendría que haberse agregado el carácter democrático del Estado;

c] existieron una serie de derechos al trabajo, educación, salud,

4 Adam Schaff, Perspectivas del socialismo moderno, Barcelona, Ed. Sistema Crítica,1988.



¿QUÉ SOCIALISMO ES POSIBLE DESPUÉS DEL DERRUMBE? 111

deporte, a cargo de la sociedad. Estas características son parte inte-grante de un legado socialista;

d] finalmente, Schaff considera que la posición de negar el carác

ter socialista a aquellas sociedades, desmoviliza a quienes querríanluchar por una mejor sociedad. “Sencillamente dice Schaff hay(jue asumir lo que hay de socialismo en esos países y atacar lo que esincompatible con el ideal del socialismo.”3

Por su lado, Adolfo Sánchez Vázquez, con quien polemiza Schaff,se ha negado a aceptar que aquellas sociedades fueran socialistas;considera que constituyen una formación específica nocapitalista y

cree necesario que se realice un deslinde crítico con respecto deaquellas sociedades.6 No obstante lo anterior, Sánchez Vázquez con-sidera que debe seguirse reivindicando al socialismo en sentidodemocrático y en la orientación abierta por Marx.

¿Quién tiene razón? A mi juicio, Schaff está atribuyendo a Marxuna definición estrictamente económica. Suponiendo, sin conceder, que así fuera, antes hemos considerado que si bien aceptamos

rom o elementos del socialismo la abolición de la propiedad privadade los medios de producción y su organización para beneficio del pueblo, en realidad ésta no es una definición suficiente. Se requiereagregar un carácter democrático que también está en Marx pero enel sentido de una democracia directa, difícil de pensar en las gran-des y complejas urbes de hoy. Por tal motivo, para juzgar si el

socialismo real era un auténtico socialismo se requiere, como rasgo

esencial, que esas sociedades hubieran tenido un carácter plena-mente democrático. En consecuencia, puede decirse, como lo haceSánchez Vázquez, que no eran socialistas en sentido estricto. Ahora bien, ¿esto acaba el problema? En mi opinión, no. Aquellas socieda yles tenían rasgos socialistas como lo eran los derechos que hemosmencionado: de ahí que éstos tendrán que ser considerados en elanálisis.

Por otro lado, el negar el carácter socialista de aquella formación

5 Op. cit.t p. 410.6 En efecto, Adolfo Sánche2 Vázquez en su trabajo titulado “Ideal socialista y

socialismo real” de 1981, e incluido en su libro Ensayos marxistas sobre historiay política, México, Océano, 1985, dice: “En suma, el socialismo real es una formación social«■specífica poscapitalista, con su peculiar base económica y superestructura políticaespecífica, que bloquea hoy por hoy el tránsito al socialismo” (p. 110). El autor hace

radicar el carácter socialista no tanto en la abolición de la propiedad privada sobrelos medios de producción sino en el carácter democrático de esta apropiación.




histórica no es desmovilizados sino desmitificador pero a condi-ción de que se haga desde una crítica al capitalismo y se propongaalgo a cambio. La razón última de la negación tendría, a mijuicio,

el siguiente sentido: 1] deslindarse de esa experiencia y de ese tipode sociedad tal y como se dio en la URSS y 2] afirmar el carácterdemocrático de todo posible socialismo.

Con todo, seguramente tendrá que pasar un buen tiempo paraque se haga un juicio más frío sobre lo que eran en realidad aquellassociedades.

EL SOCIALISMO Y LA CONCIENCIA SOCIAL

Otro problema es el de la vigencia o caducidad de los conceptos enla conciencia social. En efecto, durante mucho tiempo, a los ciuda-danos de la URSS y Europa del Este, se les educó en la creencia deque estaban construyendo el socialismo. Así se lo hicieron creer enla escuela, en sus casas, a través de los medios de difusión, etc. Estosciudadanos, en general, se han vuelto hoy en contra de aquellasociedad que identificaron como el único socialismo posible.

En el caso de América Latina, los medios de comunicación con-trolados por las agencias norteamericanas, las Iglesias y los partidosde derecha bombardearon durante mucho tiempo la conciencia dela población civil, con lo que generaron una identificación entre el

socialismo en general y el llamado socialismo real y cargaron designificados negativos al concepto (sociedad totalitaria, cerrada,dictatorial, contra la familia, contra la religión, contra las libertades,etc., etc.). La pregunta que surge entonces es: ¿lograron cambiar elsignificado genuino del sociaüsmo como una sociedad en donde

privaría la igualdad de oportunidades; la fraternidad y la distribu-ción equitativa de los recursos, convirtiéndolo en su contrario?

Los únicos que podrán responder a esta pregunta son los ciuda-danos mismos. En mi opinión, lo que puede ocurrir en el futuro esque los habitantes de los países en que imperó el llamado socialismo real y que hoy rechazan su propio pasado, analizarán más objetiva-mente a su sociedad, en cuanto el capitalismo salvaje y el neolíberalismo generen las contradicciones que conocemos. Y en el caso deAmérica Latina, el asunto podría resolverse, si es que existe una

labor intensiva por parte de la izquierda, mediante una amplia e



¿QUÉ SOCIALISMO ES POSIBL E DESPUÉS DEL DERRUMBE? 113

intensiva discusión. Esta discusión tendría que tomar en cuenta lasexperiencias vividas por diferentes generaciones: la generación quefue contemporánea de la crisis de la segunda guerra mundial y el

surgimiento de los bloques» recordará posiblemente a la sociedadsocialista no sólo por sus rasgos negativos sino también por la luchaantifascista y el antimperialismo; los de la generación del 68, expe-rimentarán, como de hecho ha ocurrido, una crisis entre dos formasde ser y de pensar: por un lado, la que emerge de la confrontaciónentre socialismo y capitalismo y, por otra, la que surge de la recom-

posición actual. Esta crisis tendrá que ser resuelta existencial y

teóricamente de algún modo. Finalmente, los miembros jóvenes dela generación actual seguramente accederán a convicciones diferen-tes y tal vez, si somos capaces de explicar las cosas objetivamente,estarán dispuestos a aceptar análisis menos cargados de conviccio-nes perdidas o crisis de identidad de las generaciones anteriores.Estarán entonces mejor dispuestos para asimilar una nueva idea desocialismo.

OPCIONES DESPUÉS DEL DERRUMBE

Ante el derrumbe de estas sociedades, ha surgido la pregunta de sitodavía es posible el socialismo. Las respuestas pueden ser dos: si se

reduce el socialismo a lo que fue el socialismo real , entonces la aspi-ración socialista queda sepultada con aquella sociedad; si el socialis-mo no se reduce a esa experiencia, entonces se requiere explicar quétipo de socialismo es deseable y posible.

Las respuestas posibles: el socialismo “dentro ” del capitalismo

En la actualidad se han ensayado varias respuestas al tema de la posibilidad del socialismo.

La primera de ellas la han ofrecido teóricos de la socialdemocracia, quienes consideran que ya no se puede hablar de socialismocomo una sociedad alternativa y que el legado de Marx y del marxis-mo están liquidados.

En este sentido se han expresado teóricos como Alee Nove en sulibro 1 m economía del socialismo factible. Hace poco tiempo, aquí en




México, Rolando Cordera consideró, en su intervención en el colo-quio “Los grandes cambios de nuestro tiempo”, organizado por

Nexos; el CNCA y la UNAM, lo siguiente:

Hoy esta historia insiste en decir no a realidades alternativas, en el sentidode cualitativamente diferentes de las que hoy conforman el escenario mun-dial, y no sólo ello, sino que se empeña en sugerir que la búsqueda de loalternativo, en el sentido aludido, puede contener, predominantemente, posibilidades de perversión y reversión que despojan a la idea de todadeseabilidad racional.7

A mí me parece que esta primera idea contiene una filosofía dela historia difícil de aceptar a la luz de los acontecimientos. Podemosafirmar que el intento de construir una sociedad alternativa fracasó; podemos explicar por qué razones ocurrió pero ¿estamos en condi-ciones de prever el futuro? A mi juicio, no. Las ciencias sociales hanmostrado lamentablemente su incapacidad para hacerlo. Lo que ha

mostrado la historia, por el contrario, es que existe una enormecomplejidad de variantes que hacen imposible prever su decurso ysobre éste sólo caben algunas conjeturas. Cordera no puede dotarde sentido a la historia, ni siquiera para afirm ar que no es posibleuna vía u otra. ¿Quién pudo prever el trágico desarrollo del nazis-mo?, ¿quién previo el advenimiento de la Revolución cubana y su posterior destino?, ¿quién previó la caída del socialismo real ? Me

atrevo a decir que nadie. Lo que ha mostrado la historia es sucapacidad de sorprendemos positiva o negativamente. Las únicas previsiones de carácter probabilístico son las de corto plazo.

La segunda parte de la tesis de Cordera es que la búsqueda de unasociedad alternativa “puede” implicar la perversión del ideal. Estehecho también es parte de la historia: podemos afirmar que todoslos ideales, desde el cristiano hasta el socialista, pasando por eldemocrático y el liberal, no se han realizado en los términos en quese habían imaginado e incluso, en ciertos períodos, se han corrom-

pido hasta llegar a niveles extremos, pero hoy, tal vez más que nunca,a partir de una reflexión sobre este aspecto no intencional delacontecer histórico, estamos en posición de examinar las condicio-nes que hacen posible la perversión y establecer medidas preventi-

7 Rolando Cordera, “Socialismo y liberalismo ¿química o alquimia?”, en Varios, La situación mundial y la democracia, México, u n a m , c n c a , f c e , 1992, p. 70.




vas que pudieran impedir su desenlace trágico. ¿Por qué razoneslógicas buscar una sociedad alternativa? El capitalismo tendría quedegeneraren perversión?, me pregunto. Lo mismo podríamos decir

que sucedería al no buscarla. Lo que, según pienso, podemos hacer,es otorgarles un valor preventivo a las lecciones de la historia comoserían las de no confundir lo deseable con lo posible; reflexionarsobre lo deseable incorporando concepciones que se han mostradocomo indispensables en la realidad histórica (por ejemplo la necesi-dad de pensar democracia y socialismo en conjunto); la de estable-cer programas factibles a corto, mediano y largo plazos; definirclaramente el papel de las utopías, etcétera.

La negación de una sociedad alternativa, sin embargo, conllevala tesis de que el socialismo debe concebirse, dice Cordera “sobretodo como un movimiento dentro del capitalismo, como una críticay una acción colectivas que, en su despliegue, cambia o puedecambiar los términos de intercambio entre agentes económicos ysociales y la morfología de las clases mismas”.8 Aquí nuevamente nosencontramos con dos temas vinculados. Es claro que hoy el movi-miento socialista debe concebirse como un movimiento dentro delcapitalismo en nuestras sociedades, pero lo que Cordera está impli-cando con ello es más bien un juicio de valor: un socialismo queacepte las condiciones del capitalismo. Quien nos aclara mejor esta posición es el español Manuel Escudero, quien dice en su artículo

“El debate sobre los nuevos objetivos del socialismo democrático”:

Parto de la hipótesis de que el socialismo democrático, habiéndose despren-dido de la herencia hegeliana (que se recibió a través de Marx) ya no sedefine por la construcción de un modo de producción alternativo que seala negación del modo de producción capitalista, ni por la creación de unsistema de asignación de recursos y fijación de precios que no tenga como

base el mercado.Despojado de estos falsos espejismos, la definición del socialismo debeser buscada en sus hechos, en su trayectoria pasada. Desde este punto devista, el socialismo democrático es un movimiento político que ha trabajado por

transformar la inhumanidad originaria del capitalismo y por limitar social y

económicamente los excesos incontrolados ocasionados por tos mecanismos de libre

mercado.9

8 Ibid., p. 71.® El socialismo del futuro , núm. 3, Madrid, 1991, p. 121.




Esta tesis, por cierto, ya la había planteado Stuart Mili en el siglo pasado. La función del socialismo sería no la de combatir al capita-lismo, sino la de intentar convertirlo de salvaje en civilizado. Éstasería la línea de un “socialismo” fijado desde la socialdemocraciaactual. Quisiera reconocer que, si bien esta concepción ha contribui-do al desarrollo de una democracia representativa o de un Estadosocial en el capitalismo desarrollado y que en el periférico tendríacomo objetivo programático mejorar las condiciones del capitalis-mo salvaje, la verdad es que no ha logrado resolver los principales problemas de desigualdad e injusticia. Esto no quiere decir que una

socialdemocracia que se ajuste a los principios mencionados no pudiera acompañar al capitalismo “limitando sus excesos”, perocon ello define tanto su virtud como sus propios límites. En el casode Latinoamérica observamos un doble carácter en lo que se refierea la política real de la socialdemocracia: por un lado, ha contribuidoal restablecimiento de la democracia política en algunos países pero por otro, como ocurre en los casos de Venezuela y Perú, ha adoptado

las posiciones del FMI, con graves consecuencias para sus propios pueblos.

En consecuencia, ese socialismo, al aceptar al capitalismo, sólo selimita a atenuar, si le es posible, las contradicciones más duras sintocar los problemas de explotación, injusticia y desigualdad quegeneran las estructuras de dicho sistema. Pienso que, sea posible ono, a corto plazo, una sociedad alternativa, ésta puede ser planteada

tanto como base de una crítica a la sociedad existente como parte deuna intensa búsqueda de vías nuevas. Dos ejemplos de signo contra-rio nos pueden ilustrar al respecto: uno de ellos es el dejeanjacquesRousseau, quien diseñó en su Contrato social una sociedad democrá-tica en medio del absolutismo, permitiendo su crítica; otro es el deRawls, quien en su Teoría de la justicia nos propone las condicionesde una sociedad ideal justa. No se trata, en ambos casos, de un

análisis de la sociedad existente, sino el diseño de un ideal contrafáctico muy útil para examinarlas características de lo real existente.

EL SOCIALISMO LIBERAL

Una segunda posición es la del socialismo liberal. Esta tesis tienerepresentantes de diverso tipo como Macpherson, Held o Bobbio. No




puedo hacer ahora un análisis de todos ellos. Se trata, como se puedededucir, de una recuperación del valor del liberalismo relacionándolocon el socialismo. Por ahora sólo me referiré a Bobbio, por la extensa

difusión que han tenido sus obras en México y por la importancia desus planteamientos. Para Bobbio, en su libro Liberalismo y democracia,los conceptos de liberalismo, democracia y socialismo tienen un ori-gen desigual: el liberalismo nace en los siglos XVII y xvm vinculado alindiv ¡dualismo, la teoría de los derechos naturales y el contrato social.La democracia tiene su origen en el mundo griego y el socialismosurge en el siglo XIX. Bobbio distingue entre liberalismo político y

liberismo (que sería la defensa del mercado). Para Bobbio no habríauna relación de necesidad entre liberalismo y democracia. Existe unliberalismo conservador que es antagónico a la democracia y unliberalismo que acepta la democracia. La democracia en el capitalis-mo se ha enfrentado con las paradojas de la sociedad contemporáneay con la dificultad de no poder cumplir sus promesas. A pesar de ello,la democracia como procedimiento es un valor que debe ser sostenido

para ev itar soluciones violentas. ¿Cuál es la relación entre liberalismo,democracia y socialismo? Para Bobbio, el verdadero liberalismo ha dadoorigen a instituciones como el estado de derecho y las libertades indi-viduales que son base de la democracia y que deben preservarse. Elsocialismo ha tenido, a su juicio, una relación de complementariedadcon la democracia, pero históricamente no ha podido realizarse. Por talmotivo, la única salida que Bobbio ve posible para realizar los valores de

igualdad y solidaridad del socialismo es la de ampliar la democracia (delquién vota a dónde se vota) a otros sectores en donde se ejerce el poder yampliar los derechos. Bobbio dice en una entrevista reciente:

Hoy están en primer plano no sólo los derechos de libertad o el derecho altrabajo y a la seguridad social, sino también, por poner un ejemplo, el

derecho de la humanidad actual, y aun de las generaciones futuras, a viviren un ambiente no contaminado, el derecho a la procreación autor regula-da, el derecho a la privacidad frente a la posibilidad que hoy tiene el Estadode saber exactamente todo lo que hacemos. Además, quisiera señalar lagravísima amenaza a la conservación del patrimonio genético generada porel progreso técnico de la biología, amenaza a la que no podrá respondersesi no es estableciendo nuevos derechos.10

10 Norberto Bobbio, “Nuevas fronteras de la izquierda”, en Leviatán, núm. 47,Madrid, 1992,p. 69.




¿Quién hoy, desde una posición humanista, podría estar en contrade la realización de una auténtica democracia y la extensión de losderechos tal como lo expresa Bobbio? A mi juicio, muy pocos. Sinembargo, quisiera anotar que la postura del filósofo italiano tiene lossiguientes problemas: 1] mantiene una aceptación tácita del capitalis-mo. Esto es señalado por Perry Anderson en su trabajo “Liberalismoy socialismo en Norberto Bobbio”.11cuando considera que “La per-manencia del capitalismo como orden social, se convierte en Bobbioen premisa de cualquier participación efectiva dentro del Estadorepresentativo o también lo que le importa a Bobbio no es quién

gobierna (que clase domina) sino cómo gobierna”; 2] mantiene la tesisde un liberalismo fundado en el individualismo; 3] parte de una visión

politicista de los fenómenos sociales que incurre en la misma unilateralidad del economicismo; 4] Bobbio no extrae las conclusiones co-rrespondientes de su propio análisis de la democracia. En efecto, ensu libro Elfuturo de la democracia ha expuesto que tras las urnas existen poderes que tienden a nulificarla: las oligarquías; los medios de comu-

nicación; la mano invisible; los arcana imperii; las decisiones de lostécnicos; el clientelismo, etc. Puede haber un respeto al voto, pero allíestán siempre los poderes reales. 5] No aparece nunca el mundocapitalista dependiente (hoy las dos terceras partes de la humanidad)en análisis que se pretenden universalistas.

A mi juicio Bobbio hizo, en su momento, una crítica correcta delmarxismo en tanto que subestimó a la democracia política y los

derechos civiles, pero su reflexión se ha topado con un muro: los poderes reales.12 Por otro lado, debemos separar los auténticosaportes de los pensadores del liberalismo, de sus presupuestos ideo-lógicos y filosóficos. En otras palabras, yo puedo aceptar y defenderlos derechos humanos pero no tengo por qué mantener el individua-lismo, ni volverme ciego con respecto de los aportes de otros clásicoscomo Marx. De ahí entonces la necesidad de buscar una nueva

11 Norberto Bobbio, Cuadernos Políticos, mirn. 56, eneroabril de 1989, México,Era, pp. 5960.

12 1.a difusión en México de las obras de Bobbio ha sido importante porque a pesar de que la demanda de una democracia política en nuestro país es remota, hasido apenas en los últimos decenios en que difícilmente empieza a transitarse hacialo que podría llamarse una democracia política “normal". Este hecho ha requeridouna reflexión intensiva sobre el tema de la democracia desde las ciencias sociales y

la filosofía política. Sin embargo, existe la necesidad, también aquí, de generariniciativas propias.




forma de interrelación entre democracia y derechos humanos den-tro de un nuevo concepto de socialismo.

¿CUAl.ES SON LAS LECCIONES DE LA HISTORIA?

Se requiere entonces hacer un ajuste de cuentas. Éste debe tomar encuenta, desde mi criterio, los siguientes aspectos: ¿qué lecciones

extraemos de la experiencia del llamado socialismo real}; ¿cuáles sonios aportes de Marx y del marxismo y cuáles son los puntos críticos?;¿cuáles son los problemas objetivos que enfrenta hoy el proyectosocialista?; y, finalmente, ¿cuáles serían las características de un.socialismo del futuro?

Ya nos hemos referido a algunas de las lecciones que se puedenextraer en el llamado socialismo real, pero ¿qué ocurre con el legado

de Marx?En la obra de Marx no existe una teoría sistemática del socialismosimilar a la de El capital debido a que en su tiempo no existía ningunasociedad que pretendiera ser socialista. En los textos de los clásicosexisten una serie de señalamientos muy ricos junto a problemas noresueltos. Algunas afirmaciones son válidas hoy; otras son insufi-cientes y otras han pasado a formar parte de la utopía revoluciona-

ria. Un ejemplo de ello es lo siguiente:Marx pensaba al socialismo como la primera fase del comunis-mo. Si el socialismo está hoy en cuestión, el comunismo se ha vuelto

parte de la utopía. Planteaba también la abolición de la propiedad privada de los medios de producción y la propiedad social de ellos.Sobre este punto hemos dicho que es condición necesaria pero nosuficiente. Planteó la sustitución del Estado capitalista por un Esta-

do nuevo que sería administración de las cosas. Esta sustitución es problemática hoy. Así como lo es la extinción del Estado. Resultautópica hoy también la instauración de la dictadura del proletaria-do, que era pensada por Marx y Engels como plenamente democrá-tica. Hoy el concepto dictadura, por más realista que sea y aunquese le conciba como “dictadura de las mayorías” tiene resonanciasnegativas y no incluye el derecho de las minorías. Gramsci desarro-

lló el concepto, mejor y más plausible, de hegemonía. Habría autogeslión de los productores. Esta tesis amerita una reflexión más dete-nida, debido a que un tipo de autogestión como la llevada a cabo en



120 LA TEORÍA FRENTE A I.A PRACTICA

Yugoslavia, generó enormes contradicciones. El planteamiento dela distribución equitativa de los recursos estaba relacionado con una

democracia real.En sus formulaciones había una búsqueda de regulación de lasrelaciones sociales mediante la planificación. El problema que yahemos planteado es el que surge de la transformación del mercadocapitalista.

La instauración de una nueva racionalidad de la historia es un punto que forma parte de una filosofía de la historia que equivale a

un control de los procesos sociales que a partir de las experienciasdel siglo XX, aparece punto menos que imposible de realizar. Porotra parte, la abolición de la explotación del hombre por el hom brey el fin de la enajenación, constituyen aspectos de la utopía revolu-cionaria.

No hay que olvidar el fin de las clases sociales y, por tanto, de ladesigualdad social. En la sociedad actual han surgido nuevas desi-

gualdades que no se reducen a las clases y nuevas modalidades delas clases.Según entiendo, hoy todo esto tiene que ser reexaminado a la luz

de la teoría y de la práctica, pero ello no equivale, en mi opinión, ala eliminación completa del legado teórico, ético y utópico de Marx,como pretende, por ejemplo, Jürgen Habermas en su ensayo “Elfuturo del socialismo occiden tar donde llega a decir que: “si obser-

vamos estas diferencias y errores, presentes de manera más o menosrelevante en la tradición teórica que de Marx y Engels llega hastaKautsky, se com prende mejor cómo el marxismo pudo degenerar,en la forma codificada por Stalin, en una ideología que legitimabauna praxis claramente inhumana”.13Lo que no se puede com pren-der es cómo Habermas introduce tantas aseveraciones en un párra-fo. Una cosa es Marx; otra, Engels; otra, cada uno de los marxistas

(y existe, por ejemplo, una vía que arranca de Rosa Luxemburg yAntonio Gramsci que no puede ser metida en ese cajón de sastre; ytampoco se comprende cómo de los errores de Marx (que los tuvo) pueda deducirse la codificación de Stalin. Curiosamente, a renglónseguido, Habermas se cura en salud diciendo ambiguamente queno se puede justificar desde la teoría el cambio al marxismo soviéti-co pero dice que las insuficiencias de Marx son “premisas” de 1a

13 Véase Leviaián, núm. 4344, Madrid, 1991, p. 49.



'QUÉ SOCIALISMO ES POSIBLE DESPUÉS DEL DERRUMBE? 121

perversión de su teoría. Yo no creo que esa interpretación sea co-rrecta y por el contrario, creo que en el marxismo crítico puedenencontrarse numerosos textos importantes de análisis objetivo dellegado de Marx y sobre la comprensión crítica de lo que fue elllamado socialismo realmente existente.

EL SOCIALISMO ORIGINAL Y LOS OBSTÁCULOS DE LA ACTUALIDAD

El problem a teórico, entonces, es diseñar un tipo de sociedad justay democrática a partir tanto de la reflexión de los clásicos como delas enseñanzas de la práctica. Sin embargo, la situación históricaactual plantea nuevos problemas.

En efecto, el ideal socialista surgió, en su forma originaria, comorespuesta a las consecuencias de la industrialización y de las prome-

sas incumplidas de la Revolución francesa. Frente a una sociedaddesigual y basada en la explotación, se propuso una sociedad igua-litaria y sin explotación; frente a la industrialización que generabala polarización entre obreros y capitalistas, la organización de laclase obrera como palanca fundamental del cambio histórico; frentea las enajenaciones producidas por el sistema (entre ellas la religiosa,la del fetichismo de la mercancía, la política) un m undo sin enajena-

ción. Agreguemos a ello que el socialismo original fue un arm a encontra de los colonialismos y neocolonialismos.Esta situación que generó la alternativa socialista original, ¿ha

cambiado?Goran Therborn, en su trabajo titulado “Vida y tiempos del

socialismo: esbozo de un retrato histórico” (presentado en el Colo-quio denominado El socialismo en el um bral del siglo XXI) conside-

ra que a lo largo del presente siglo se han efectuado una serie decambios que han afectado a la viabilidad del socialismo:1. fin del colonialismo y de los regímenes racistas (el último que

queda es Sudáfrica). El liberalismo primero, y el socialismo después,fueron parte de esa lucha anticolonialista;

2. advenimiento de la sociedad posLindustrial. El modelo de unaamplia clase industrial y un grupo pequeño de capitalistas no se

universal izó. La sociedad posindustrial ha generado una heteroge-neidad estructural y cultural. En esta sociedad se opera un cambiode relación entre empresa y mercado diferente al esperado por la



122 LA TEORÍA FRENTE A I .A PRÁCTICA

teoría socialista debido a que ésta fundó sus proyecciones en ladominación de la industria. “La desindustrialización, el poder cre-ciente de las finanzas, la tecnología computan zada y el rápido crecimienio de los servicios personales y empresariales, realizados por

pequeñas firmas aisladas unas de otras, siguen contribuyendo afortalecer el peso del mercado en relación con la empresa.”14

Además, “el Occidente sigue diciendo Th erbom logró demo-cratizar las instituciones capitalistas, amortiguar las crisis cíclicas

por medio de un amplio sistema de seguridad social y establecermecanismos para la redistribución masiva del ingreso. Creó así unasociedad en la que las demandas clásicas del movimiento obrero sevieron realizadas y se llegaron a considerar como obvias”;13

3. rúes t ion amiento global de la cultura de la modernidad. Losconceptos clave de progreso, desarrollo, iluminismo, emancipa-ción, están cuestionados por el posmodernismo. El socialismo estárelacionado con la modernidad. Las consecuencias que extrae elautor es que se requiere una nueva fundam entadón de la izquierda

basada en sus propias fuentes.A mí me parece que el diagnóstico deTherbom tiene las virtudes

y los defectos de quien analiza la situación desde una perspectiva quesólo toma en cuenta las sociedades capitalistas desarrolladas, esdecir, las condiciones de vida del 20% de la humanidad. Su visión,independientemente de su interés, requiere ser confrontada con laexperiencia de las sociedades latinoamericanas.

Debemos coincidir, desde luego, en que existen cambios profun-dos no sólo en el capitalismo actual, sino en el desarrollo mismo de lacivilización que exigen una refundamentación de la idea de socialis-mo, pero las causas que generaron la idea de socialismo, en un prin-cipio, se han mantenido y profundizado en el capitalismo actual. Escierto que el welfarestate ha permitido disminuir tensiones y distribuir

beneficios en ciertas zonas del capitalismo desarrollado pero esto no

ha ocurrido, de igual manera, en el capitalismo periférico.Por otro lado, aunque los regímenes racistas están po r desapare-

cer, el racismo es una ideología que se ha revitalizado en Europa yen Estados Unidos.

Es cierto que las formas de dominio han cambiado, pero no el

u Góran Therbom, “Vida y tiempos del socialismo: eshozo de un retrato histórico”, en

Arturo Anguiano(coord.), El socudismo en el umbral del siglo XXI, México, vam, 1991, p. 29.15 Idem, p.34.




dominio mismo. Ahora ya no se requiere necesariamente la ocupa-ción física de un territorio (salvo en casos extremos) sino basta conel dominio de mercados, proceso que naturalmente implica unsoport e ideológico y político. Uno de los efectos de esta nueva formade dominio lo encontramos en los tres grandes núcleos globales quese están integrando en la actualidad: la comunidad europea; lostigres asiáticos y América del Norte. En el caso de México, la caídadel socialismo real ; el fracaso de nuestro modelo de desarrollo y elcfeclo de la nueva forma del capitalismo mercantil y financiero han precipitado de forma violenta el proceso de integración de nuestro país al polo del norte, uno de cuyos capítulos es el Tratado de UbreComercio con Estados Unidos y Canadá.

1.a transformación de la industria por obra de las nuevas tecno-logías, el capital financiero y el dominio del mercado son elementosconstituyentes de la situación actual. Estos hechos implican unatransformación de la clase obrera tradicional, el surgimiento de

nuevos grupos sociales, de nuevos sectores marginales y una modi-ficación de las luchas tradicionales.Es por lo anterior por lo que ya no es posible privilegiar a la clase

obrera industrial como sujeto de la historia, sino que también tienenque ser considerados otros sujetos como son los movimientos indí-genas, de colonos, de ciudadanos, de economía informal, feminis-tas, ecologistas, etcétera.

Therborn no matízala relación entre socialismo y modernidad y loconsidera como una de las variantes de ésta. La relación entre socia-lismo y modernidad es compleja. La razón de fondo es que los con-ceptos de modernidad o socialismo no son unívocos sino multívocos.Por un lado, el socialismo surgió como impugnación crítica de lamodernidad capitalista. No compartió con ella ni el individualismo,ni la propiedad privada sobre los medios de producción. El socialismo

quiso prolongar críticamente la vertiente democrática de Rousseau;sin embargo, estuvo a favor de ciertos rasgos constituyentes de lamodernidad como la secularización del Estado, el carácter laico delconocimiento (que radicalizó hasta el ateísmo) y el avance ilimitadode las fuerzas productivas a partir del desarrollo de las ciencias. Enconsecuencia, el socialismo pardcipó de algunas concepciones de lamodernidad pero criticó otras. Hoy nos encontramos con límites de

algunos de los postulados de la modernidad como la existencia de unlímite del desarrollo; el doble carácter productivo y destructivo de lasfuerzas productivas señalado por Marx; la crisis de los sistemas ecoló-



6. EL PENSAMIENTO DE LA IZQUIERDA EN AMÉRICALATINA DESPUÉS DE 1989

El derrumbe del llamado socialismo real en Europa del Este y laURSS representó para la izquierda latinoamericana, en general,una fuerte crisis ideológica, política y existencial. Una crisis queafectó uno de los aspectos fundam entales de su identidad y ocasio-nó una transitoria pérdida de sentido. Desde luego que habría queaclarar que el socialismo (real o ideal) no era el único elementoque había conformado aquella identidad, ya que también la ha-

bían integrado la lucha en contra de los regímenes autoritarios oabiertamente dictatoriales, el rechazo del intervencionismo nor-teamericano y la crítica a la desigualdad y enajenación producidas

por el capitalismo; sin embargo, las formas sociales que se habíandesarrollado en la URSS, China, Yugoslavia, Europa del Este o

Cuba, de alguna manera se habían propuesto como solución, enforma alternativa o combinada, ante los graves problemas queaquejaban y aquejan al capitalismo dependiente latinoamericano.Es por ello por lo que el derrumbe de la mayoría de aquellosregímenes constituyó un auténtico sacudimiento; un despertar delsueño dogmático o una confirmación de las reflexiones que algu-nos intelectuales u organizaciones habían venido haciendo desde

hacía algunos años. Ahora bien, el efecto del derrum be fue dife-rente en cada sujeto; grupo o movimiento político. La diferenciaradicó en el grado de elaboración teórica y política que se hubierahecho no sólo de los acontecimientos recientes sino también acer-ca de la crisis misma del movimiento com unista internacional; sinembargo, los conflictos entre las diferentes interpretaciones sobrelo que ocurría en el llamado socialismo real cobraron una mayor

tensión en un proceso en el cual pueden distinguirse tres fases: prim era , el inicio de la aplicación de la perestroika en 1985; segun-da, el derrum be de los regímenes de Europa del Este, simbolizados

por la caída del muro de Berlín en 1989; y tercero, la pérdida de poder por parte de Mijail Gorbachov y la desaparición de la UniónSoviética en 1991. Sobre todos estos conmocionantes procesos seobservaron en Latinoamérica diversas reacciones:

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EL PENSAMIENTO DF. LA IZQUIERDA EN AMÉRICA LATINA 127

Para un grupo de personas o agrupaciones políticas, la estrategiade Gorbachov fue vista con desconfianza y rechazo. El derrumbe del

socialismo real parecía confirmar su tesis de que se había empleado

una táctica contraria al socialismo y por tanto, los acontecimientos produjeron en ellos una inmensa decepción. Si desde su perspecti-va, aquellos regímenes habían representado, durante largos años,un verdadero socialismo, hoy se podía deducir una gran equivoca-ción o una gran traición. La perestroika era concebida, por muchosmilitantes sinceros, como un intento de volver al capitalismo, hechoque parecía ser confirmado por el tratamiento de héroe otorgado a

Mijail Gorbachov por los medios de comunicación controlados porlas grandes agencias capitalistas. Si no era así, ¿cuál era la razón porla cual los medios masivos de comunicación elogiaban a Gorbachovsi en otros tiempos se había hecho una campaña intensiva en contrade todo lo que proviniera de la URSS o tuviera alguna relación conel comunismo?

Para otros grupos, en cambio, la estrategia de Gorbachov repre-

sentaba un intento realista y saludable de renovar el socialismo haciauna forma mas viable debido al callejón sin salida en que habíadesembocado el modelo neostalinista y, por fin, la instauración deun socialismo democrático que respetara los derechos políticos delos ciudadanos al permitir su participación efectiva en la conduc-ción de la sociedad; sin embargo, estos últimos observaban condesesperación cómo Gorbachov perdía vertiginosamente el control

no sólo en el campo internacional sino también en la propia URSS.Todo se desmoronaba en sus manos, incluyendo su propio poder de jefe de Estado.

Entre estas dos posturas existían, como es lógico, una serie devariantes. En nuestro país, una serie de militantes y teóricos deizquierda habían iniciado ya desde los sesenta una reflexión profun-da sobre la crisis del movimiento comunista; sobre el carácter auto-

ritario de las sociedades llamadas socialistas y, en general, en contrade una política represiva aplicada contra países como Checoslova-quia o Polonia. Incluso algunos de los intelectuales mas incisivosllegaron a la conclusión de que aquellos regímenes llamados socia

listas tenían poco que ver con los clásicos del marxismo o con unauténtico socialismo democrático y que representaban una vía equi-vocada; una deformación del intento de realizar una sociedad socia-

lista debido a razones históricas y teóricas. Este sector había llegadoa la conclusión, a inicios de la década del ochenta, de que se asistía




a una profunda crisis del socialismo real y que había que extraer lasconsecuencias políticas, ideológicas y teóricas de ella. A este grupo

pertenecieron, en nuestro país, los políticos mas avanzados que

transformaron el PCM en PSUM en México; un núcleo intelectual dela izquierda académica y otros sectores partidarios, en especial, losafiliados al trotskismo. Pero, la verdad sea dicha, estas posiciones nofueron compartidas por un amplio sector de socialistas que veían lascríticas al socialismo real con una fuerte dosis de escepticismo o defranco rechazo. Aún hoy, después del derrumbe que mostró elfracaso de aquellos regímenes, hay quien considera que fue resulta-do de errores en la conducción política de las burocracias gobernan-tes en aquellos países, sin advertir que se tra ta de algo mas profundo:el fracaso de todo un modelo de realización del socialismo en con-diciones adversas. Fue y ha sido muy difícil, e incluso doloroso paramuchos militantes de la izquierda socialista y comunista, hacer unacrítica de este conjunto de creencias sostenidas por tanto tiempo yque fueron acompañadas de cuotas de sufrimiento y esperanza.

A pesar de todo, los intelectuales más perspicaces del mundo, de

derecha o de izquierda, no pudieron prever ni los acontecimientosni su desenlace posterior. La esperanza de que, después de unafuerte lucha cívica po r parte del pueblo en contra de los regímenesque los oprimían, triunfara una izquierda democrática de nuevocuño, o por lo menos una posición socialdemócrata, rodó también

por los suelos. Lo que triunfó fueron las fuerzas más conservadoras(en el sentido clásico del término) que han buscado implantar un

capitalismo salvaje (a menudo dirigidas por los antiguos burócratasya reconvertidos en “demócratas”) junto a las creencias milenaristasque habían sido reprimidas durante decenios. El período 19851991representó, entonces, un parteaguas; una división histórica, políti-ca, cultural y teórica que ha abierto toda una compleja etapa derecomposición; de refundación, de reflexión radical tanto sobre lascausas objetivas de lo que aconteció, como sobre las lecciones nece-

sarias que hay que extraer para la teoría y para la práctica. No cabeduda de que cualquier texto escrito desde la izquierda debe serreferido a un antes o un después de aquel período.

Lo que me interesa, por ahora, responder, dada mi condición delatinoamericano es, ¿cuál es o puede ser el pensamiento de la izquier-da en América Latina después de 1989? Pero, antes de proseguirhabría que preguntarnos, ¿qué estamos entendiendo por izquierda a

estas alturas de la historia? En forma breve diría, por un lado, que el



EL PENSAMIENTO DE LA IZQUIERDA EN AMÉRICA LATINA 129

concepto de izquierda involucra un conjunto de teorías pero tambiénde creencias, actitudes y valores que no pueden mantenerse inmóvilessino que varían históricamente a partir déla comprensión que se tenga

acerca de los referentes reales a que aluden; por otro, diría que si bienes cierto que existen ciertos valores universales que la izquierda puedecompartir (lucha contra la crisis ecológica, contra la desigualdadextrema nortesur, contra el racismo, la xenofobia, a favor de la igual-dad yla diferencia sexual, de una sociedadjustaylibre, délos derechoshumanos, de la disputa pacífica de los conflictos entre naciones; po runa tolerancia hacia las creencias religiosas y por la soberanía popular

democrática) a pesar de que, por supuesto, cada uno de estos puntosimplicaría una serie de problemas en cada enclavegeográficopolíticolos referentes cambian. Por ejemplo, entiendo que llamen en Rusia alas fuerzas que abogan por el antiguo régimen, conservadoras; perono puedo aceptar que llamen de derecha a los auténticos partidariosde un socialismo democrático y de izquierda a los defensores delcapitalismo salvaje y del gobierno norteamericano. En todo caso, estos

signos de identidad pertenecen a una lucha política específica enRusia y a ellos corresponde mantenerlos o modificarlos pero de nin-guna manera pueden ser trasladados acríticamente a otras latitudes.

Tendríamos también que sostener una definición amplia de laizquierda. Desde mi punto de vista, pertenecen a la izquierda todasaquellas personas que en la teoría y en la práctica buscan una sociedad justa en lo económico, político y social en los ámbitos nacionales e

internacionales y que están conscientes de que es necesario mantener bajo control la relación entre los fines perseguidos y los medios utili-zados; entre una ética de convicciones y una ética de responsabilida-des, entre el proyecto y el proceso de consecución, para lograr gradualo aceleradamente dicha sociedad, según las condiciones, en un marcohistórico dado. Retomando a la pregunta sobre los efectos del de-rrumbe del socialismo real y el pensamiento de la izquierda latinoame-

ricana, diría que habría que distinguir cuatro aspectos fundamentales:el ideológico, el teórico, el político y el existencial.

ASPECTOS IDEOLÓGICOS

Desde el punto de vista ideológico e independientemente de lacrítica que se hubiera efectuado al socialismo real , la izquierda latí




noamericana se quedó, como hemos dicho, después del derrum be,sin un referente real. Esta izquierda había propuesto al imaginariosocial una sociedad justa, en buena parte ejemplificada con lo reali-

zado en el llamado socialismo real. Como sabemos, en el decenio delos ochenta esa propuesta había sido ya minada por los hechos y, alcaer aquellos regímenes, se hizo evidente que aquel tipo de sociedadno podía seguir siendo presentada como una solución para nuestros problemas. ¿Cuál es entonces la salida? Es necesario extraer lasconsecuencias de toda aquella experiencia e iniciar la reelaboraciónde un nuevo modo de entender el socialismo pensando no sólo en

un ideal lejano, sino en un conjunto de medidas concretas que pudieran ir acercándonos a aquel ideal. Estas medidas tienen queconsiderar cuál debe ser la relación entre Estado y sociedad civil;entre los derechos civiles y los derechos politicos; cuál puede ser el papel del mercado y cuál es el sentido preciso de una democracia política así como de otras formas de democracia. Abundaré sobreeste punto más adelante.

Junto con los regímenes del llamado socialismo real también cayóla concepción ideológica que los legitimaba: el marxismoleninismo. Sobre esta concepción avanzaría la idea de que, como se sabe,no sólo fue una ideología legitimadora de Estado, sino toda unaconcepción filosófica y científica que había surgido de una reelabo-ración inicial de las tesis de Marx, Engels y Lenin. La combinacióndeformó muchas de las tesis originales de los autores mencionados.Amplios estudios han mostrado que el marxismoleninismo no pue-de ser sostenido ni como una concepción globalizadora, ni comouna ciencia de las ciencias, ni en su división dicotómica entre mate-rialismo dialéctico y materialismo histórico. Estas tesis no sólo soninsostenibles sino que tampoco tienen su fundamento en el pensa-miento de Marx. He analizado este tema en mi ensayo “Marxismo yfilosofía al final del siglo XX” (incluido en este libro) y sólo agregaríaque se trató de un cientificismo que dejó fuera todo lo relativo a lasubjetividad del hombre, entre otras cosas. A pesar de lo anterior,considero que no todo lo que se escribió bajo el rótulo “marxismoleninismo” pertenecía estrictamente a la ortodoxia y por tanto, enun futuro, se requerirá hacer una evaluación mas objetiva y porme-norizada de las obras que se escribieron bajo ese rótulo; sin embar-go, lo que ha caído en forma definitiva es la mezcla políticoideoló-gica que sirvió de legitimación del sistema y que por la forma

doctrinaria en que se enseñó, en muchas partes del mundo llevó a



EL PENSAMIENTO DE LA IZQUIERDA EN AMÉRICA LATINA 131

una esquematización y esterilización del pensamiento. La sustitu-ción de un auténtico marxismo por aquellas formas esquemáticas,difundidas a través de los manuales en amplios sectores populares

de América Latina, ha sido el mejor pretexto de la derecha paraeliminar no sólo al marxismoleninismo sino a todo pensamientocrítico.

El derrum be del socialismo produjo, en un sector de la izquierdaintelectual, un profundo desencanto que se agregó al ya existente entorno al destino de la modernidad. Se adoptó entonces el diagnós-tico weberiano: el proceso de modernización conduce a una jaula

de hierro, a la noche polar del dominio burocrático. El diagnósticode esta crisis global, más allá de los sistemas específicos, ha llevadoa estos intelectuales a adoptar posiciones nihilistas o posmodernis-tas. Con relación a este último concepto quisiera distinguir dos

problemas: uno de ellos es el diagnóstico o análisis que podemoshacer de la modernidad en su última etapa y, otro, las conclusionesque podemos extraer de este análisis. Así podríamos decir que

existen, en efecto, una crisis de las grandes formas sociales como fueel socialismo real y el mismo capitalismo liberal, una relativización delos grandes paradigmas teóricos que ya no satisfacen completamen-te las exigencias de conocimiento del mundo actual, la emergenciade nuevos fenómenos como los producidos por la informática, elsurgimiento de nuevos sujetos, la crisis de los sistemas ecológicos y,en suma, el agotamiento de muchos de los rasgos de la modernidad

capitalista. Ahora bien, a partir de este reconocimiento, como diceJameson, han surgido dos tipos de respuestas: el posmodemismoconservador y el de reacción. El posmodernismo conservador, cu-yos ejemplos son las obras recientes de Lyotard o Baudrillard, semanifiesta en contra de los grandes relatos y en contra de la demo-cracia. Este posmodernismo conservador no constituye, según micriterio, ni una solución teórica correcta a las patologías de la mo-

dernidad, ni una opción ideológica para los 183 millones de latinoa-mericanos que se encuentran en la pobreza o en la extrema pobreza.En cambio, el posmodernismo de reacción implica el reconocimien-to de que estamos en el inicio de una nueva etapa de la historia perono renuncia a la crítica de la modernidad capitalista. A mijuicio, estaúltima es la posición correcta. Se requiere entonces elaborar nuevasrespuestas para una nueva problemática con el objetivo de articular

condiciones globales de justicia social, desarrollo equilibrado y de-mocracia participativa. Esta nueva concepción puede encontrar en




un pensamiento crítico (marxista y no marxista) elementos gnoseológicos, críticos y utópicos necesarios para su elaboración.

LA TEORÍA

Desde el punto de vista teórico, la izquierda también requiere unatransformación. Habría que decir, de antemano, que el derrumbedel socialismo real no implica necesariamente el derrumbe de lateoría, ya que ésta tiene su propia historia y sus propios modos de

transformación. El agotamiento de los paradigmas vigentes en esecampo provienen, o bien de que existen nuevos hechos que ponenen crisis las afirmaciones de un paradigma anterior, o bien existeotro paradigma que viene a sustituirlo. Hoy se requiere una seriarevisión de los alcances y límites del paradigma marxista que debearrancar del propio pensamiento de Marx. ¿Qué elementos de suconcepción mantienen su vigencia?, ¿qué aspectos nunca la tuvie-

ron?, ¿qué conceptos han perdido su utilidad teórica? Ésta es laúnica manera de hacer frente a la ola neoconservadora que aprove-chándose del uso dogmático o doctrinario del marxismo, o preten-diendo identificar acráticamente la teoría con las desventuras de la práctica, pretenden extinguir todo pensamiento crítico. Se requiereun serio y objetivo ajuste de cuentas que considere en forma equili-

brada, el auténtico legado teórico universal de Marx y del marxismo

y examine sus alcances y /o límites frente a nuevos problemas de larealidad. El derrumbe del socialismo real no líquida su potencialgnoseológico y emancipatorio. Lo relativiza y exige su reconstruc-ción y su renovación. Sin embargo, hoy, debido al amplio desarrollode diversas teorías, no podemos asumir al marxismo como únicarespuesta posible sino a un amplio juego de teorías que reflexionandesde una posición crítica en los campos de la filosofía, la teoría

política, la semiología, la psicología, las ciencias sociales y las cien-cias naturales.

CONSECUENCIAS POLÍTICAS

En el plano político habría que distinguir varios aspectos. El prime-




diversas posiciones. En México, un sector mayoritario optó porencontrarse al lado de aquellos movimientos populares, no comouna fuer/a externa sino como un sector que siempre ha luchadoen esa gran corriente, sin embargo, esta fuerza ha dejado ensuspenso, en el caso de la que se integró al PRD, dos cuestiones

pendientes: una de ellas es si el concepto de socialismo seguiríaintegrando una parte de sus objetivos y si es así, ¿cuál sería estesocialismo?, ¿de qué tipo?, ¿con cuáles características?; o tra es la

profundización sobre el concepto de democracia. La situación podría ser caracterizada así: frente a la crisis de un modelo desociedad en la URSS y en Europa del Este; en Yugoslavia, en donde

se pretendió aplicar un modelo sui generis de autogestión econó-mica pero no política; frente a una opción autoritaria no aceptable

para nuestros países como la del modelo chino; una parte impor-tante de la izquierda socialista adoptó la lucha por la democracia

política. Esta lucha es, hoy en México y Latinoamérica, fundamen-tal porque constituye un freno para el indiscriminado poder deque han gozado las burocracias gobernantes; pero además, ha sido

una de las demandas más largamente sostenida por la izquierda.Recordemos la gesta heroica de la Unidad Popular en Chile y desu conductor Salvador Allende o las luchas del Frente Sandinistaen Nicaragua y del fm ln en El Salvador. En nuestro país, para noir más lejos, fueron las luchas de la izquierda, entre ellas las delmovimiento estudiantilpopular del 68, las que propiciaron el ad-venimiento de algunos de los rasgos de un sistema que Bobbio y

Matteucci califican elegantemente en su Diccionario de política de“democracia con baja autonomía de subsistemas”, para no señalarcon claridad que se trata de un sistema de presidencialismo auto-ritario con algunos rasgos democráticos. Sin embargo, consideroque existen tres grandes problemas que no han sido cabalmenteaclarados:

Primero: ¿qué entender por democracia? En el panoram a actual

de la filosofía y la teoría política existen diversas formas de concebirla democracia: la democracia como desarrollo, de Stuart Mili, quese mantuvo hasta la década de los cuarenta de este siglo; la democra-cia de élites, de Weber y Schumpeter; la pluralista, de Dahl; la demercado, de Buchanan; la socialista liberal, de Macpherson; la procedimental, de Bobbio; la autonomía democrática, de Held o lademocracia radical, de Mouffe y Laclau, entre otras. La izquierdadebería emprender una aclaración teórica sobre el tipo de democra-




l a generación que tenía 20 años en 1945 vivió como un aconteci-miento decisivo la segunda g uerra mundial; la lucha contra el nazis-mo y la victoria de los aliados sobre Hitler. Este acontecimiento

marcó parte de sus valores y referentes principales. La generaciónde los sesenta vive ya en un mundo bipolar y la lucha entre capitalis-mo y el llamado socialismo forma parte de su existencia. Esta gene-ración vive las contradicciones de su época: por un lado, la guerrade Vietnam y, por otro, la crisis del movimiento comunista interna-cional; de una parte, los primeros efectos de la tercera revolucióncientíficotécnica y, de otra, el surgimiento de los movimientos paci-

fistas, ecologistas y feministas. En cambio, la actual generación estáformándose hoy justamente en el momento del derrum be de lasantiguas creencias, paradigmas y bipolaridades aunque se mantie-nen como elementos fuertes la crisis de los sistemas ecológicos y ladesigualdad nortesur; el resurgimiento de los nacionalismos; losfundamentalismos; la xenofobia y el racismo. El derrumbe delsorialismo real afectó de manera distinta a cada generación. A riesgo dehacer una consideración excesivamente general diría que la prime-ra (salvo excepciones, claro está) se resiste a considerar que el comu-nismo o el socialismo han desaparecido del panorama, la segundase encuentra en crisis y la tercera ve con profundo escepticismo elmundo de sus padres y está por adoptar nuevas posiciones con lagenerosidad o el pragmatismo que le permitan sus propios valoresasumidos y las posibilidades del presente. Se requiere establecervasos comunicantes entre cada generación para buscar apuntalarlos

viejos valores de igualdad, libertad, justicia, solidaridad y democra-cia en la nueva situación del mundo.

En suma, ¿cuáles son las lecciones que podemos extraer delderrumbe?

En Latinoamérica hemos padecido un mal ancestral: la adopciónacrítica de modelos del pensar y del hacer social. Con el derrumbedel socialismo realha desaparecido también un límite del pensamien-

to. Ya no es posible entender nuestras realidades a partir de la luchauniversal de los dos grandes sistemas como se hizo después deltérmino de la segunda guerra mundial, pero ello no quiere decirque tengamos que refugiamos en el unilateral ismo. Habrá querepensar los problemas universales y particulares con cabeza propia.

Se requiere una amplia y dilatada reflexión de lo que fue el socialismo real en Europa del Este y la URSS, así como lo que sigue

siendo en Cuba, China, Vietnam y Corea del Norte, exenta de todo



7. HACIA UNA RECONSTRUCCIÓN DEL PARADIGMACRÍTICO

Hemos hecho en este libro una serie de reflexiones críticas en tornoa la vigencia teórica del marxismo, pero también sobre sus comple-

jos intentos de realización práctica. El marxismo, es decir, el pensa-miento de Marx y toda la inmensa gama de investigaciones desarro-

lladas a partir de su proyecto revolucionario, mantiene su vigenciaen una serie de aspectos y la ha perdido en otros. Hemos intentadoexplicar que no es fácil analizar el tema ya que habría que estudiarcada una de las obras de los autores mas relevantes empezando porsus fundadores. Sin embargo, las razones por las cuales podríamosdecir que mantiene su vigencia son dos: por un lado, porque se tra tade la única teoría que realiza una crítica radical de las consecuencias

negativas del capitalismo (desigualdad nacional y global, injusticia,enajenación, explotación de la naturaleza y del hombre y deshuma-nización) y, por otro, porque mediante una explicación con preten-siones de objetividad, explicación que puede y debe ser cada vez másfina y compleja, propone la realización de una sociedad distinta quesupere las contradicciones de la anterior Ahora bien, desde lamuerte de Marx hasta la fecha, han aparecido, en el plano de la

teoría, una serie de innovaciones (dentro o fuera del marxismo) quehan planteado el reto de una renovación de la teoría marxista en elsentido de una reformulación y enriquecimiento de sus instrum en-tos metodológicos, y, en el plano de la práctica, una serie de comple-

jos problemas han impedido, hasta ahora, su realización histórica.Aquellas innovaciones y estas dificultades han sido intensiva y exten-sivamente explotadas por el sistema, como era de esperarse, para

lograr su extinción como pensamiento, pero sobre todo como fuer-za material transformadora. Hemos rechazado ese juicio interesa-do, pero ello no puede llevarnos a dejar de reconocer los obstáculosque han generado su crisis.

¿Qué es entonces lo que se debe hacer?Lo primero sería una operación dentro del marxismo que permi-

ta, por un lado, depurarse de los enfoques teóricamente inconsisten-

tes o que han probado su inoperancia práctica. Para ello se requie

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142 CONCLUSIONES PROVISIONALES

ren nuevas invesLigaciones científicas o filosóficas que sigan demos-trando su eficacia metodológica. Se requiere también mantener unaya larga tradición de diálogo crítico entre el marxismo y otrascorrientes de pensamiento (recordemos las relaciones de Lukácscon Weber. de Marcuse con Heidegger y Freud, de Gramsci conCroce, de Althusser con Foucault, entre otros). Y también se requie-re replantear problemáticas que han quedado sin resolver, perotambién nuevas que aún no han sido estudiadas desde esta perspec-tiva y que Adam Schaff ha llamado “zonas inexploradas”.

Sobre la primera cuestión diría que existe la crítica de que en el

marxismo hay una contradicción que se revelaría en la existencia delo que Alvin Gouldner ha denominado “los dos marxismos”. Sobreeste punto yo diría que la clave se encuentra en los criterios utiliza-dos para leer la obra de Marx. L? diferencia se observa con todaclaridad en la contraposición entre una lectura soviética en donde, por ejemplo, predominó la tesis de que la filosofía era una cienciade las ciencias; una lectura althusseriana, en que la filosofía marxista

era considerada como una “teoría de la práctica teórica” pero tam - bién como una intervención política de la lucha de clases en el senode la teoría, o bien, la tesis gramsciana que considera a la filosofíacomo una concepción teórica, ideológica y política. Las tres lecturasse inspiran en Marx y en ciertos momentos devienen antagónicas, pero ello ocurre por la influencia de los enfoques provenientes del positivismo, el estructuralismo o el historicismo respectivamente.

Leer a Marx bajo esos criterios implica una ambigüedad que debióser aclarada: en los tres casos no se trataba de dar cuenta del proyec-to original del autor de El capital (aunque así lo pretendieran) sinode reflexionar sobre nuevos problemas puestos por la realidad a

partir de nuevas categorías. No es en la obra de Marx que debeencontrarse, pues, una supuesta contradicción entre un cientificis-mo y un practicismo, sino en los criterios empleados. La teoría de

Marx, desde sus propios criterios, tiene una coherencia internasobre la cual se podrá o no estar de acuerdo.

Pero existen grandes problemas teóricos que han surgido de suintento de realización práctica. Algunos de ellos son:

¿Qué entender por socialismo después de las experiencias históri-cas transcurridas? La respuesta a esta pregunta implica el examende los tipos de socialismo que pretendieron implantarse (soviético,

chino, yugoslavo, socialdemócrata sueco); problemas como los delcarácter de la propiedad; planificación; papel del mercado; demo




el colectivismo burocrático. Se trata de una racionalidad prácticaque debe ser profundizada en un sentido democrático y en unsentido ecológico.

En la URSS, y luego en todos los demás países que conformaronel sistema, se quiso hacer una sociedad nueva y mejor. La vía en laURSS, China, Cuba, Vietnam, fue revolucionaria. La vía en Polonia,Checoslovaquia, Hungría, República Democrática Alemana, Ruma-nia y otros países fue por medio de la confrontación con el nazismo.Lo que se logró fue superar el subdesarrollo, pero toda esta expe-riencia demostró que los cambios profundos íio ocurren por decre-

to. Una nueva sociedad no surge, decía Marx y tenía razón, mientrasla anterior no ha agotado todas sus posibilidades, pero éstas no seagotan mecánicamente sino mediante una combinación complejade elementos objetivos y subjetivos. Pero además, la experienciahistórica ha demostrado que los cambios profundos, cualitativos,trascendentes, no son los que provienen de una coyuntura, por másimportante y trascendental que ésta sea, sino los de larga duración,

que no sólo impliquen transformaciones en la economía o la políti-ca, sino también en lo que Hegel llamaba el mundo de la eticidad,es decir, de las costumbres, las creencias, de los sujetos o las institu-ciones sociales. Gramsci decía que para que una nueva sociedadsurgiera debería operarse una reforma intelectual y moral; la con-quista de una hegemonía gradual y silenciosa po r parte de un nuevo

bloque histórico en formación y que se desplaza en todos los niveleshasta llegar al convencimiento de todos los ciudadanos de la necesi-dad de un cambio y de una nueva orientación. Esto no quiere decirque no se vayan a efectuar o se sigan efectuando alzamientos arma-dos en contra de la injusticia, revoluciones o cambios violentos, peroéstos no podrán constituir una sociedad cualitativamente distintamientras no cambien los valores, la conciencia, la conformacióníntima de la subjetividad humana.

Las reflexiones sobre éste y otros temas implicarían una pode-

rosa revitalización del marxismo, pero aun así debemos llegar a laconclusión de que una sola teoría no puede dar cuenta de unmundo complejo y contradictorio. Es por ello po r lo que se requie-re la conjunción de un juego de teorías que conform en el nuevo

paradigma emancipatorio. Así el marxismo puede y debe marchar junto con teorías como las del ecologismo crítico; el psicoanálisis;la teoría de la acción comunicativa; los feminismos; la teología de

la liberación; las teorías socialistas no marxistas y muchas otras.



HACIA UNA RECONSTRUCCIÓN DEL PARADIGMA CRÍTICO 145

No se trata de construir una nueva teoría unificada porque eseintento ya fracasó desde el positivismo lógico o desde el marxismosoviético. Se tra ta de establecer los vasos comunicantes entre todas

estas corrientes que buscan, desde sus perspectivas, una nuevaconcepción liberadora.

Abora bien, ante el fracaso del llamado socialismo real se ha con-siderado que lo único que queda en pie es el capitalismo y po r tanto,el socialismo tendría que reducirse a la transformación del capitalis-mo salvaje en otro con rostro humano. Esta posición me parece

positiva como un intento transitorio de control de un capitalismo

transnacional cada vez más incontrolable y, desde luego, es mejorun capitalismo “civilizado” a uno “salvaje”, pero la verdad es que noresuelve los problemas mayores que hoy enfrenta el sistema mun-dial. En efecto, Giovanni Arrighi, en su trabajo titulado “Las desi-gualdades en la renta mundial y el futuro del socialismo” (en El

socialismo delfuturo, núm. 4,1991) demuestra con datos estadísticosque el mayor crecimiento del producto nacional bruto, así como el

índice de concentración de la riqueza mundial, en un período queva de 1938 a 1988, se encontró en un conjunto muy pequeño de países (el núcleo orgánico) conformado esencialmente por el ReinoUnido, los países escandinavos, Alemania Occidental, Austria, Sui-za, Francia, Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda.Europa Occidental tuvo, en 1988, un crecimiento de 91.4%, Améri-ca del Norte, 109.7%; Australia y Nueva Zelanda 67.0%. MientrasLatinoamérica (excluido Brasil, cuyo milagro económico llegó al12%) tuvo en conjunto un 10.6%; África meridional y del norte,7.1%; África oriental y occidental, 1.6%; sur de Asia, 1.8%, conexcepción de Japón, que creció en 1988 hasta un 117.9% debido alas innovaciones tecnológicas aplicadas a la producción y la informa-ción así como a las nuevas características que asumió el capitalismoen aquella latitud. ¿Cuál es la razón de que esto hubiera sucedidoasí? La razón ha sido un modelo de desarrollo que ha implicado laconcentración de la riqueza en unos cuantos países o en unas cuan-tas manos frente a una creciente subordinación y dependencia delos demás por la vía militar o económica. A ello habría que agregaruna aceleración de ese proceso debido a la implantación mundialdel neoliberalismo y los problemas propios de sociedades a las

cuales se ha mantenido en el subdesarrollo por las oligarquías do-minantes. Primero esto se llamó colonialismo, luego neocolonialismo, más tarde imperialismo y hoy capitalismo transnacional.




¿Qué consecuencia podemos extraer de estos datos objetivos?Simple y llanamente que el modelo de desarrollo adoptado durantemás de cincuenta años ha reproducido, en el nivel global, una

situación de desequilibrio económico, ecológico y humano inacep-table y que la situación debe cambiar hacia un modelo más justo.¿Cómo y en qué condiciones? Esto lo tendrán que resolver los movi-mientos políticos que tanto en los países ricos como en los pobrescomprendan que no es posible mantener esa lógica. Se podrá enton-ces “civilizar” al capitalismo en algunos países y hasta cierto punto,

pero lo que no puede detenerse es su lógica de consumismo, mer-

cantil ización, destrucción de recursos naturales no renovables, con-taminación catastrófica de las ciudades y deshumanización.

Todo ello apunta nuevamente hacia la necesidad de transform arel paradigma crítico en un sentido democrático y ecológico, inte-grarlo con varias teorías, enriquecerlo con nuevas reflexiones yampliar su eficacia teórica y práctica.



¿El marxismo ha muerto o sigue siendo vigente?; el llamado socia lismo real ¿era un a uténtico socialismo? ¿Al derrumbarseya no es posible hablar más de socialismo?; ¿ha triunfado elcapitalismo? ; ¿debemos identificar el cap italism o con la eco-nomía de mercado sin más?; ¿existe un solo tipo de socialis-mo?; ¿son com patib les socialismo y democracia?, ¿socialismoy un aspecto del liberalismo?; ¿hay una sola forma de entender

la democracia?; ¿la historia ha terminado como dicen los posmodernos?; ¿la nueva época im plica el rechazo tajante dela modernidad?; ¿ya no existe la esperanza?; ¿lo único quequeda es la razón cínica?

Gabriel Vargas Lozano, filósofo, ensayista, profesor e in-vestigador titu lar de filosofía política en la UAM y fundador ycodirector de la prestigiada revista Dialéctica de la BUAP,

responde a estas interrogan tes cruciales de la actualidad opo -niéndose, por un lado, a una interpretación acrítica del mar-xismo que predominó por mucho tiempo y, por otro, a lasversiones extincionistas del neoconservadurismo. Sobre elmarxism o se requiere, a su juic io, practicar un aná lisis críticoy objetivo para examinar sus propuestas vigentes; caducas outópicas. Sobre el llamado socia lismo real que predominó enEu rop a del Este y la URSS se requiere ana lizar, con el mayor

rigor posible, las causas de su derrumbe, pa ra extraer correc-tamente las lecciones históricas. Una de ellas es la ausencia enaquellas sociedades de una democracia política, pero esteconcepto es polisémico; hay una democracia de élites; una

mÃ¡s allÃ¡ del derrumbe. socialismo y democracia en la crisis de civilizaciÃ³n...

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