memoria mapa cobertura web
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Augusto Barrera GuarderasAlcalde del Distrito Metropolitano de Quito
Secretaría de ambiente
Ramiro MorejónSecretario de Ambiente
Equipo técnico:Daniela BalarezoNixon NarváezDiana Hernández
Coordinación general y producción:Cecilia Pacheco SempérteguiItziar OlmedoMishel Arcos
Los datos para elaborar la Memoria Técnica del Mapa de Cobertura Vegetal del Distrito Metropolitano de Quito (DMQ) provienen del informe “Elaboración del mapa de cobertura vegetal del Distrito Metropolitano de Quito (DMQ), escala 1:25 000” (2009-2010), cuyos autores son:Pablo LozanoRamiro EscobarJuan Carlos RonquilloVictoriano VillarruelJuan Carlos Romero
FotograFíaS
Murray Cooper, Ramiro Escobar, Pablo Lozano,
edición, diSeño gráFico e impreSión
Manthra Editores
Esta obra debe ser citada así: MDMQ-Secretaría de Ambiente. 2011. Memoria Técnica del Mapa de Cobertura Vegetal del Distrito Metropolitano de Quito (DMQ). Quito, 96 páginas.ISBN: 978-9978-353-52-3
Quito, noviembre 2011
índice
preSentación ..... ............................................................................................................................
1 marco HiStórico................ ..................................................................................................
1.1 Notas sobre los mapas de Ecuador y de Quito ......... ......................................
2 metodología .........................................................................................................................2.1 Etapa preliminar ..............................................................................................................
2.1.1 Coordinación interinstitucional ...............................................................2.1.2 Compilación de información ......................................................................
2.2 Generación de información ......................................................................................2.2.1 Análisis de vegetación natural ...................................................................
2.2.1.1 Sistemas de clasificación vegetal .............................................2.2.2 Interpretación de imágenes de satélite ..................................................2.2.3 Identificación y registro de áreas de entrenamiento ......................
3 reSultadoS ................ ...............................................................................................................3.1 Ortoimágenes ................ ....................................................................................................
3.2 Leyenda del mapa de cobertura vegetal del DMQ .................................3.2.1 Descripción de los niveles de agrupación del
Mapa de Cobertura Vegetal (clases y categorías) .........................•NivelI ....................................................................................................•NivelII ..................................................................................................•NivelIII .................................................................................................
4 aplicacioneS del mapa de cobertura vegetal ................ ................................4.1 Análisis de vegetación natural y áreas seminaturales
de las parroquias rurales del DMQ ...............................................................4.1.1 Presencia de vegetación natural y representatividad
de formaciones vegetales a nivel parroquial ..................................4.1.1.1 Presencia de bosques húmedos a nivel parroquial .......4.1.1.2 Presencia de bosques secos a nivel parroquial ...............4.1.1.3 Presencia de arbustos húmedos y secos
a nivel parroquial ....................................................................4.1.1.4 Presencia de herbazales húmedos y secos
a nivel parroquial ....................................................................4.1.2 Presencia de áreas seminaturales a nivel parroquial ...................
5 concluSioneS ................ ..........................................................................................................
6 bibliograFía ................................ .............................................................................................
7 anexoS ........... ..............................................................................................................................Anexo 1. Análisis florístico del Distrito Metropolitano de Quito ...........Anexo 2. Plantas endémicas del Distrito Metropolitano de Quito .........Anexo 3. Plantas amenazadas del Distrito Metropolitano de Quito .......Anexo 4. Lista de especies nativas, con potencial para reforestación, presentes en el Distrito Metropolitano de Quito ...............................................
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El Distrito Metropolitano de Quito, es un territorio diverso en lo cultural, his-tórico y natural. Desde antes de la llegada de los españoles la meseta donde se asienta nuestra ciudad, estaba conformada por lagunas como la de Iñaquito y las tierras anegadas de Turubamba, donde se observaba una gran diversidad de aves acuáticas. En el siglo XVI, Quito, limitada por el Atacazo, el Pichincha y la loma de Puengasí se presentaba ante los ojos de los historiadores y naturalistas con un enorme atractivo por su paisaje altamente diverso.
Hoy en día, la diversidad del Distrito se mantiene, en la vegetación natural que conforma más del 60% de su territorio. Aunque ya no se ven dentro de la meseta de Quito grandes humedales, éstos se encuentran representados, en un porcentaje en las zonas altoandinas, junto a las áreas de páramos. Los bosques secos y árboles de guabas aún podemos encontrar en quebradas, ríos y los valles aledaños a la ciudad.
El Mapa de Cobertura Vegetal que presentamos en esta edición, da cuenta de estos y otros importantes datos sobre la diversidad que guarda el Distrito Metropolitano de Quito, representada en sus 17 ecosistemas y en las 2 330 especies de plantas vasculares, de las cuales 254 son endémicas.
El primer mapa de la Real Audiencia de Quito fue elaborado en 1748 y publi-cado en París en 1751. Para ese entonces, se hacían simples triangulaciones y las curvas de nivel se sombreaban de manera artística para simular el relieve en las 150 hectáreas que constituían la ciudad de comienzos de siglo. La rea-lidad actual es diferente, los sistemas de información geográfica, sumado a las comprobaciones en el campo, nos permiten contar con un análisis detallado y preciso de las 424 062 hectáreas que constituyen actualmente el Distrito.
El Quito de entonces no ha perdido su diversidad; sin embargo, un proceso desordenado de crecimiento ha desembocado en cambios acelerados en su paisaje natural original.
El Mapa de Cobertura Vegetal nos permite visualizar la situación actual del Dis-trito y a partir de sus resultados, realizar comparaciones temporales y modelar sus tendencias. Se constituye, en ese sentido, en una herramienta fundamental para los procesos de planificación y la toma de decisiones en función de lograr un desarrollo armónico con el entorno.
Con este instrumento que ahora ponemos para el conocimiento y uso de qui-teños y ecuatorianos, desde el Municipio de Quito hemos identificado las áreas prioritarias de conservación, las zonas para recuperación de la cobertura vegetal, el avance de la frontera urbana y la disminución de importantes eco-sistemas como páramos y bosques tropicales.
La información descrita en la publicación, es una oportunidad para visualizar el territorio desde un enfoque regional. Un territorio cuyos límites ecológicos son compartidos con Municipios vecinos y que nos invita a repensar en un modelo de desarrollo y ordenamiento integral en función de salvaguardar nuestro importante Patrimonio Natural, y así conservar la riqueza y diversidad del Quito que queremos.
Augusto Barrera GuarderasAlcalde del Distrito Metropolitano de Quito
preSentación
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y correcciones. Al parecer, Velasco falleció al poco tiempo y no revisó dichas anotaciones. Por eso, la Corona Española jamás publicó la historia natural del Reino de Quito (Salazar, 2000).
La llegada del naturalista Alexander Von Humboldt, en enero de 1802, coadyuvó a las des-cripciones vegetales de la región y el país en general. Humboldt permaneció en Quito durante seis meses y se refirió a la ciudad donde inició sus investigaciones como “amable, pero fría y nublada”. En el último de los tres ascensos que realizó en el volcán Pichin-cha, registró 15 temblores durante 36 minutos. Esta observación lo fascinó y describió: “La garganta del volcán formaba un agujero circular de alrededor de dos kilómetros de circunferencia y sus toscos bordes negros se precipitaban hacia abajo en un impenetrable abismo” (Tufiño, 1999). Entonces se regó el rumor de que el “alemán hereje”, de forma deliberada, causó los temblores arrojando pólvora dentro del cráter.
Edward Whymper, otro célebre naturalista pos-terior a Humboldt, también describió la región: “La capital del Ecuador está situada en las faldas de las ver-tientes orientales del Pichincha, muy cerca de donde ellas confinan con la cadena de Puengasí; y, entre estas dos montañas, el desagüe de lo que en propiedad debe llamarse la hoya de Quito se efectúa a través de una hendidura en el plano de Tumbaco. La hoya se extiende desde la ciudad hasta la cadena de Tambillo, y está limitada al occidente por el Atacazo y parte del Pichincha, y al este por la loma de Puengasí. El norte está un poco más alto que la parte sur, el terreno en el que está sentada la ciudad está en declive. No tenía agua potable y la población estaba sujeta al uso del agua de las fuentes públicas. La mejor vista de la ciudad se obtenía de la cima del Panecillo” (Whymper, 2001). La Figura 1 muestra el mapa de la zona reali-zado en 1875 por J. B. Mentel, Londres (tomado de Ortiz Crespo et al. 2007).
Este sabio naturalista recorrió la región en varias ocasiones y la describió durante sus ascen-sos hacia la cumbre del Guagua Pichincha (15 918 pies) a través de los contornos del Panecillo hacia los pueblos de La Magdalena, Chillogallo y Lloa.
Durante sus expediciones observó una gran cantidad de líquenes (Gynophora sp., Lecidea sp., y Neuropogon melaxanthus) y, a menos de 50 pies del punto más elevado, notó una planta grande, de ho-jas gruesas y lanudas y flores casi blancas, colgantes y vellosas: la Culcitium sp. Esta llamó su atención pues reaparecía entre los 13 500 y los 16 000 pies de altura.
Whymper descubrió además 21 especies nue-vas de escarabajos entre los 12 000 y los 15 600 pies de altura. Asimismo, estudió los colibríes del volcán Pichincha.
1. marco HiStórico Las formaciones vegetales del Distrito Me-
tropolitano de Quito (DMQ) representan un ex-tenso mosaico de vegetación que integra cinturones florísticos desde los 500 hasta aproximadamente los 4 800 metros sobre el nivel del mar (msnm). Desde los bosques tropicales del piedemonte hasta los páramos andinos, la vegetación atrajo la aten-ción de varios exploradores y naturalistas a partir del siglo XVI.
Según estudios sobre el Período Formativo res-pecto a la presencia de restos arqueológicos de 10 000 años de antigüedad, la variedad de especies y ecosiste-mas benefició el desarrollo de la apreciada diversidad cultural que habitó en la región. Ejemplo de ello, son los restos de cerámicas que evidencian el intercambio del pueblo Yumbo con culturas de la Costa.
El material usual de trueque era la obsidiana, que circulaba por los pasos naturales de las cordille-ras y los valles interandinos (Buys & Domínguez, 1988). Según Salvador Lara (1959), la quebrada del Chiche es considerada como uno de los centros fosilíferos más notables del Ecuador. Arqueológica-mente existe un gran vacío en cuanto a los períodos subsiguientes, ocasionado con seguridad por un lahar producto de la erupción del Cotopaxi que afectó los valles de los Chillos y Tumbaco hace 450 años (a.C.). Los Caranquis dominaron la zona andina de esta región y fueron, sin duda, la etnia con el mayor desarrollo comercial así con el mejor uso y manejo de los recursos naturales de la zona.
Para conocer mejor las características del pai-saje de Quito, vale remitirse a Hidalgo Nistri (León-Yánez & Ayala, 2007) que describe la zona antes de la llegada de los españoles. Sostiene que la meseta estaba dominada por un sistema lacustre formado por la laguna de Iñaquito y las tierras anegadizas de Turubamba que eran visitadas por garzas y colonias de aves acuáticas. Las aguas cedían terreno a las pra-deras en las cuales se observaba manadas de venados. Grandes cedros, cubiertos de huaicundos barbudos y orquídeas “sombreaban” los bordes del río Machán-gara, en el sector de Chillogallo.
El extremo sur de la meseta era una prolonga-ción de los bosques de Uyumbicho y la vegetación de las vertientes orientales del Pichincha era muy similar al bosque del Pasochoa. Los árboles de guaba formaban bosques en el valle de los Chillos y daban paso a los matorrales secos en los valles de Cumbayá y Tumbaco (León-Yánez & Ayala, 2007).
El padre Juan Velasco, autor inédito, descri-bió la región. En 1789, envió el manuscrito de su obra completa a la Corona Española que pidió la opinión de la Academia de Historia la cual aprobó la publicación, aunque con sugerencias editoriales
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Memoria Técnica del Mapa de Cobertura Vegetal
Los suelos estaban formados de feldespato y hornblenda, con algo de piedra pómez y una mezcla de mica y partícu-las magnéticas. Los Illinizas, el Atacazo, el Corazón, el Pasochoa y el Rumiñahui rodean la hoya de Machachi”.
La elevación Corazón, ubicada al sur de Quito y situada actualmente fuera del Distrito, recibe este nombre por semejarse ligeramente a la víscera del mismo nombre. Whymper manifiesta que el terreno era herboso y de fácil acceso al pie de una roca de 243,84 m de altura sobre la cima de la montaña que la nieve cubría desde los 4196 msnm aproximada-mente. La parte superior del Corazón era una gran muralla, con la cima plana, no del todo rocosa; la superficie era de tierra vegetal y sobre ella crecía una flora diminuta, representada por líquenes, musgos y licopodios (Draba sp., Werneria sp., Arenaria sp.). Los bosques parecían meras zanjas y revelaban una infinidad de encañadas y escondrijos cubiertos de helechos y senderos que ocultaban quebradas festo-neadas con salvias, fucsias y verbenas. Se observa-ba zorras, comadrejas y zarigüeyas; los pumas y los ciervos vagaban por los terrenos altos y escabrosos (Whymper, 2001).
También describe el volcán Sincholagua, que se levanta al lado oriental del río Pita y representa el punto culminante de una larga cadena que corre hacia el norte, desde el Cotopaxi, y muere en la hoya de los Chillos. El Sincholagua estaba cubierto por una lujuriante vegetación de hierbas; el terreno era herboso e inaccesible por el lado sur y occidental. El único lugar por el que se podía ascender a la cumbre era por el norte a lo largo de una arista de nieve (Whymper, 2001).
1.1 Notas sobre los mapas de Ecuador y Quito
El siglo XVIII fue la “época de oro” de los cartógrafos. Se destacaron los franceses Sanson d’Abbeville, Guillaume Delisle, Robert de Vaugondy y Jean Baptiste D’Anville, maestro de todos, que trabajó con Charles-Marie de La Condamine y don Pedro Vicente Maldonado en el mapa de la Real Au-diencia de Quito en 1748 (Ortiz Crespo et al. 2007). Estos mapas fueron considerados los más modernos del Quito de aquel entonces. El primero, a escala de noventa millas geográficas por pulgada, se publicó en París en el año 1751 en la obra Journal du voyage fait par ordre du roi à la mesure de trois premiers degrés du méridien (Ortiz Crespo et al. 2007). El segundo, de cuatro folios y a escala de doce millas geográficas por pulgada, comprendía desde 2° de latitud norte hasta 6° de latitud sur. Se publicó en París en 1750, con el título Carta de la Provincia de Quito y de sus adyacentes. Fue la obra póstuma de don Pedro Vicente Maldonado. Estos dos mapas fueron delineados sobre
Respecto al Antisana, el naturalista inglés lo describió como una de las elevaciones más altas y extensas de los Andes ecuatorianos. Afirma que, en 1846, la temperatura oscilaba entre 5 y 18 °C en los alrededores. Además, registró, en un período de 375 días, 130 de niebla, 122 de lluvia, 36 de ne-vada y sólo 34 despejados. Según sus relatos, “las hendiduras del hielo en la parte superior del Antisana, alcanzaban grandes proporciones; algunas tenían hasta media milla de largo, 250 pies de profundidad y de 60 a 80 de anchura. La vegetación herbácea no era tan exuberante como en el Chimborazo. Sin embargo, la flora presentaba ejemplares andinos característicos, de otro atractivo: flores de Gentiana foliosa H.B.K., que eran abundantes; las felpudas cabezas de Culcitium sp., que no dejaban de tener su gracia, y los helechos Polypodium heteromorphum Hook. & Grev. Este es el único lugar alto donde estos helechos se desarrollaban. Los cóndores eran numerosos en los declives inferiores del Antisana” (Whymper, 2001).
Otro sitio aledaño al Distrito con una ve-getación similar, también descrita por Whymper, es Machachi, “situado en el fondo de una hoya que medía 33 km² de norte a sur y 17 km² de este a oeste aproximadamente. Limitado al norte por la cordillera de Tambillo, al sur por la cordillera Tiopullo, al este por el Rumiñahui y Pasochoa, y al oeste por los declives del noreste de los Illinizas y el Corazón, Machachi reposaba sobre una serie de capas de ceniza o polvo volcánico.
Figura 1. Plano de Quito 1875, J. B. Mentel 1875 (Tomado de Ortiz Crespo et al. 2007).
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Distrito Metropolitano de Quito
triangulación precisa que parte de una base larga y cuidadosamente medida y verificada. Toscas medi-ciones realizadas con métodos menos exactos cons-tituyen la segunda (Whymper, 2001).
En aquel entonces, varios inconvenientes se presentaron durante la triangulación del terreno por lo que se requirieron grandes esfuerzos para lograr precisión. Los geodésicos se enfrentaron al transpor-te de los instrumentos de gran peso por caminos y chaquiñanes y la falta de vehículos apropiados para trasladarlos de un sitio a otro, y asumieron la logísti-ca y los costos de la expedición. En aquel tiempo, no se consideraba el levantamiento altimétrico (curvas de nivel de la superficie) sino la planimetría, ya que todavía no existían medios para definir desniveles.
En cuanto al trazado artístico, se aplicó som-breados de distinto tipo que simulaban el relieve. Con este recurso se daba información sobre el te-rreno. Esto se puede apreciar, por ejemplo, en los planos de Quito realizados por Morainville en 1741 (Figura 2). La forma de las montañas que rodean la ciudad es difusa y el Itchimbía casi no se nota en ese plano. En cambio, en el trabajo de Jorge Juan y Antonio Ulloa (Figura 3), realizado en la misma época, las montañas dan la impresión de ser toscas plataformas superpuestas.
las mismas bases y, aunque difieren en algunos de-talles, son casi idénticos.
En Journal du Voyage, Charles-Marie de la Condamine se refiere con frecuencia a Maldonado y su participación en la delineación de los mapas. La parte central de la región se basa en el trabajo de los académicos, mientras que el resto se debe a las observaciones de Maldonado. La llegada de la misión de la Academia de Ciencias de París (1737) y dos jóvenes guardiamarinas: Jorge Juan y Antonio Ulloa, permitió el trazo de los planos y mapas más precisos y pertinentes (Ortiz Crespo et al. 2007). A inicios del siglo XVIII se empieza a utilizar la triangulación para la medición de grandes áreas. Esta técnica fue utiliza-da para medir el arco del meridiano en los dominios de la Audiencia de Quito. Los geodésicos debían escoger un lugar para medir la base de partida, y de-terminaron que la meseta de Tababela, en el centro del valle de Tumbaco, era la ubicación adecuada para realizar la triangulación. En esta planicie limitada por dos grandes quebradas, fue posible conseguir una alineación entre los sitios de Caraburo y Oyambaro, donde se construyeron sendas pirámides para marcar los extremos de la base (Ortiz Crespo et al. 2007).
Para la delineación se tomó en cuenta dos cla-ses y valores diferentes de trabajo. La primera es una
Figura 2. Academia de Ciencias de París, Jean de Morainville, 1741 (Tomado de Ortiz Crespo et al. 2007).
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Memoria Técnica del Mapa de Cobertura Vegetal
Esta forma de representación se repetirá en distintos planos posteriores de la ciudad y evidente-mente se usó como patrón de dibujo. Cabe destacar que el plano de Quito de 1914, por Antonio Gil, es el primero que incluye curvas de nivel (Ortiz Crespo et al. 2007).
El primer plano republicano de Quito apare-ció en el libro de geografía de Manuel Villavicencio (Nueva York, 1858). Sin embargo, fue el ingeniero Gualberto Pérez quien realizó el más preciso y ex-traordinario plano a escala 1:1 000. Además elaboró los planos de “todas las casas”, en 1887 (Figura 4).
Un año más tarde, se imprimió en París, con una escala más manejable (Ortiz Crespo et al. 2007). En general, el área ocupada por la ciudad no sufrió modificaciones significativas entre los años 1700 y 1900.
Una mirada al Quito colonial muestra que la llegada del ferrocarril demandó una serie de ne-cesidades energéticas y de construcción como la dotación de energía eléctrica, el agua entubada y a domicilio, la canalización de aguas servidas y la uti-lización del automóvil para nuevos requerimientos (Ortiz Crespo et al. 2007).
El gran crecimiento de la ciudad comienza a partir de 1970. En 1922, se extendía desde La Mag-dalena hasta la avenida Colón; buena parte de las avenidas Mariscal Sucre y Simón Bolívar eran te-rrenos baldíos. Actualmente, el DMQ, con algo más de 400 000 ha, soporta una población de más de dos millones de habitantes. Esto contrasta con las 150 ha de comienzos de siglo que soportaban una población probablemente menor a 80 000 habitantes (Ortiz Crespo et al. 2007).
Figura 3. Jorge Juan y Antonio de Ulloa, impreso en Madrid 1748 (Tomado de Ortiz Crespo et al. 2007).
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Distrito Metropolitano de Quito
Figura 4. J. Gualberto Pérez, 1887 (Tomado de Ortiz Crespo et al. 2007).
La fisonomía original del paisaje ha ido cam-biando por diversos factores, sobre todo la interven-ción humana que se intensificó dramáticamente a partir del siglo XVI con la colonización española (León-Yánez & Ayala, 2007).
El uso de los bosques como recurso energético demandó tanto especies valiosas como otras de menor interés con el mismo fin. La madera era necesaria para construir iglesias y casas cuyos portales aún de-muestran la bonanza de aquellos tiempos. Adicional-mente, las políticas ambientales de aquel entonces favorecieron la eliminación de los bosques andinos y tropicales del Distrito.
Posteriormente, los cultivos de verduras y tubér-culos, la introducción de pastos para ganado, eucalipto y coníferas y la consecuente conversión de uso del suelo cambiaron enormemente la fisonomía original
de los bosques. Gracias a los historiadores y natura-listas citados, conservamos la memoria de la riqueza y diversidad de los ecosistemas del DMQ del pasado.
Indudablemente, la cartografía ha evolucio-nado desde el inicio de las primeras mediciones y bo-cetos de la ciudad de Quito. En la actualidad, existen numerosas herramientas, como Google Earth que per-mite observar la ciudad en un plano tridimensional, en todas sus direcciones, desde un ordenador, vía In-ternet. Además, los avances tecnológicos permiten aplicar nuevas herramientas satelitales y mantener una mayor eficacia en la configuración de mapas te-máticos, aplicados al desarrollo, la planificación y la organización de la urbe.
Este brevísimo recorrido a través la historia de los mapas evidencia un trabajo arduo y todos los esfuerzos para concretarlos.
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Memoria Técnica del Mapa de Cobertura Vegetal
Cartografía base • Cartografía IGM, escala 1:50 000• Cartografía IGM, escala 1:5 000• Modelo digital del terreno NASA, 90 m
Cartografía temática• Límite oficial del DMQ, escala 1:50 000• Límite de la zona urbana y no urbanizable,
escala 1:50 000• Límite de bosques protectores, escala 1:50 000• Rangos de precipitación, escala 1:50 000• Rangos de temperatura, escala 1:50 000• Geomorfología, escala 1:50 000• Uso del suelo y cobertura vegetal de la hoya
de Quito, escala 1:50 000• Ejes viales mosaico, escala 1:50 000• Red hidrográfica mosaico, escala 1:50 000• Mapa de formaciones vegetales de Ecuador,
escala 1:250 000
Imágenes satelitales
2. metodología El proceso metodológico para la elaboración del
Mapa de Cobertura Vegetal del DMQ se representa en la Figura 5, cuyo marco teórico se basa en Baquero et al. (2004). Un extracto se incluye en el CD que se adjunta en la presente publicación.
El Mapa se desarrolló en tres fases. La primera contempla una etapa preliminar en la que se realizó una coordinación interinstitucional y se compiló información como cartografía base y temática, imá-genes satelitales y registros de flora.
Durante la segunda fase, se generó informa-ción a partir del análisis de la vegetación natural, la identificación y registro de áreas de entrenamiento para vegetación natural, sistemas productivos y otros usos, y la ortorectificación y clasificación de imágenes satelitales.
Finalmente, durante la tercera fase, se elabo-raron los resultados del estudio; es decir, las ortoi-mágenes, la descripción de áreas de entrenamiento, el Mapa de Cobertura Vegetal y la descripción de la leyenda. A continuación se resumen las etapas y actividades que se realizaron.
2.1 Etapa preliminar
2.1.1 Coordinación interinstitucionalSe desarrolló de manera transversal al proce-
so de elaboración del mapa. Para esto se generaron varios espacios de diálogo entre los diferentes usua-rios potenciales del estudio como la Secretaría de Planificación; la Secretaría de Territorio, Hábitat y Vivienda; la Dirección de Catastros; la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Sanea-miento (EPMAPS-Q); el Fondo para la Protección del Agua (FONAG); la Secretaría Nacional de Pla-nificación y Desarrollo; el Ministerio del Ambien-te; instituciones de investigación y organizaciones sociales. Estos espacios permitieron concertar el alcance temático, el método de clasificación y la escala de trabajo.
De esta manera, el estudio enfatiza el análisis de la cobertura vegetal acorde a los enfoques ecosistémico de NatureServe (2009) basado en el trabajo de Josse et al. (2003), y de formaciones vegetales de Sierra (1999). El método de clasificación para el establecimiento de la leyenda del Mapa de Co bertura Vegetal se tomó de la metodología aplicada del proyecto Corine Land Cover (EEA, 1999). La escala de trabajo es 1:25 000.
2.1.2 Compilación de informaciónLa información recolectada incluye cartogra-
fía base y temática, imágenes satelitales (Cuadro 1) y registros de flora.
Cuadro 1. Imágenes satelitales utilizadas para el estudio
Sensor Nombre de imagen Fecha
Aster ASTER_20040424_01 2004 04 24
Aster ASTER_20061117_01 2006 11 17
Aster ASTER_20070205_01 2007 02 05
Aster ASTER_20070410_01 2007 04 10
Aster ASTER_20090517_01 2009 05 17
Landsat L71010060_06020011103 2001 11 03
Landsat L72010060_06020011103 _B80 2001 11 03
Landsat L71010060_06020090906 2009 09 06
Landsat L72010060_06020090906 _B80 2009 09 06
Landsat L71010060_06020090922 2009 09 22
Landsat L72010060_06020090922 _B80 2009 09 22
Alos ALAV2A129033600-01B2G_U 2008 06 26
Alos ALPSMN129033605-01B2G_UN 2008 06 26
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Distrito Metropolitano de Quito
Figura 5. Elaboración del Mapa de Cobertura Vegetal
Formaciones vegetales y sistemas ecológicos
Sistemas productivos y uso del suelo
Teledetección, tratamiento digital de imágenes
Áreas de entrenamiento
Clasificación Corine Land Cover
Coordinación interinstitucional
Compilación de información
Cartografía base y temática
Análisis de vegetación natural
•Sistemas de clasificación de vegetación natural•Análisis florístico de plantas endémicas
y amenazadas
Áreas de entrenamiento
Identificación de áreas de entrenamiento
Trabajo de campo
Registro de áreas de entrenamiento vegetación natural, sistemas productivos y otros usos
Interpretación de imágenes satelitales
•Ortorectificación de imágenes satelitales•Clasificación digital de imágenes satelitales
Imágenes satelitales ALOS, ASTER y LANDSAT
Registro de flora
Etapa preliminar
Generación de información
Ortoimágenes
Descripción áreas de entrenamiento
Mapa de Cobertura Vegetal y descripción de leyenda
3. Resultados
1. Marco teórico
2. Metodología
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Memoria Técnica del Mapa de Cobertura Vegetal
conglomerados cuyos píxeles poseen un comporta-miento espectral homogéneo. Por lo tanto, represen-tarán estadísticamente una clase temática de interés o cluster. Este tipo de clasificación resulta idóneo para la detección de nubes, sombras, cuerpos de agua, roca, nieve o la identificación de cierto de tipo de bruma (humo generado por incendios forestales). La Figura 6 (ver pág. 57) presenta la clasificación no supervisada que permitió generar máscaras de nubes y sombras.
Clasificación supervisadaEste método consiste en el registro o muestreo
de campo de las unidades de vegetación establecidas por los integrantes del equipo técnico especialista botánico, forestal, agrónomo y ecólogo, quienes ca-racterizaron y fudamentaron el comportamiento es-pectral cluster de la imagen de satélite, denominado “área semilla” o “área de entrenamiento”.
Para la interpretación y clasificación de las imágenes satelitales se generó 175 registros toma-dos del campo, para lo que se determinó áreas de entrenamiento. En el caso de las imágenes ALOS se presentaron 246 áreas semillas y en cuanto a las imágenes LANDSAT, 118.
En la Figura 7 (ver pág. 58), se muestra áreas de entrenamiento y comportamiento espectral de las imágenes ALOS, ASTER y LANDSAT. La in-tegración de dichas áreas define 42. La Figura 8 (ver pág. 59), presenta el mosaico de las clasificaciones supervisadas ALOS y LANDSAT.
2.2.3 Identificación y registro de áreas de entrenamiento
Como ya se mencionó, el estudio incluyó 175 áreas de entrenamiento distribuidas por los diferen-tes pisos altitudinales del DMQ. En la Figura 9 de la pág. 60, que corresponde al mapa “Áreas de entre-namiento y ejes de intervención”, se visualizan las áreas mencionadas. Se consideró: tipo de paisajes, rangos de temperatura, precipitación y altitud.
En las Figuras 10-22 de las págs. 61-73, se observa un mosaico fotográfico de los paisajes, for-maciones vegetales, infraestructura, entre otros, pre-sentes en las áreas de entrenamiento.
Además, en el CD que se adjunta, se encuen-tra una descripción detallada de la identificación y registro de las áreas de entrenamiento y del trabajo de campo.
Registros de flora• Registros de flora, Museo Ecuatoriano de Cien-
cias Naturales (MECN)• Base de datos Trópicos, Missouri Botanical Gar-
den, Herbario QCNE y Herbario de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (QCA)
• Registros de estudios realizados por el MECN (Herbario QCNE) en el DMQ por Freire (2006a, b, c; 2007, 2008a, b, c), Toapanta (2007), y Toa-panta y Freire (2007 a y b).
• Actualización del Plan de Manejo del Bosque Protector Mashpi (Lozano, 2009), entre otros es-tudios de tipo ecológico-botánico que apoyaron a la mejor descripción del Distrito.
2.2 Generación de información
2.2.1. Análisis de vegetación natural
2.2.1.1. Sistemas de clasificación vegetalEn Ecuador se han realizado varias inves-
tigaciones y dedicado esfuerzos para construir un sistema de clasificación vegetal acorde a la realidad geográfica, geológica, ambiental y de diversidad flo-rística. En este contexto, la leyenda del presente estudio se ajusta tanto a la denominación ecosis-témica de NatureServe (2009) como a las deno-minaciones de formaciones vegetales del grupo de Sierra (1999), la cual ha sido ampliamente usada en el Ecuador durante la última década (ver texto “Análisis de vegetación natural”, pág. 13 y Cuadro No. 4 en el CD).
Inicialmente, en la elaboración del Mapa se realizó un análisis florístico (Anexo 1) para determi-nar la ubicación y distribución geográfica de las prin-cipales especies y formaciones vegetales del DMQ. Adicionalmente, este análisis florístico sirvió para determinar las especies endémicas (Anexo 2), ame-nazadas (Anexo 3) y un listado de plantas nativas con potencial para reforestación del Distrito (Anexo 4).
2.2.2 Interpretación de imágenes satelitales Para el tratamiento digital de imágenes se
aplicaron dos métodos:
Clasificación no supervisadaEste método de clasificación permite fijar un
número determinado de “clases espectrales” o “gru-pos de niveles digitales de la imagen” que forman
17
Distrito Metropolitano de Quito
3. reSultadoS
3.1 Ortoimágenes
Para la interpretación del Mapa de Cobertura Vegetal del DMQ, se empleó técnicas de teledetec-ción aplicadas a imágenes satelitales de los sensores ALOS, ASTER y LANDSAT. El Cuadro 2 presenta las características de cada una de las imágenes.
3.2 Leyenda del Mapa de Cobertura Vegetal del DMQ
El Mapa de Cobertura Vegetal establece tres niveles de agrupación jerárquica acorde al entorno. Estos corresponden a categorías, clases y subclases que caracterizan y describen los tipos de cobertura vegetal y el uso antropogénico del suelo (ver Cuadro 3).
El nivel I contempla seis categorías que corres-ponden a la cobertura del suelo. Estos son escenarios geográficos que delimitan la ubicación y tendencias de dominio de los diferentes tipos de cobertura. Así se diferencian categorías de vegetación natural, áreas seminaturales, áreas cultivadas, espacios abiertos, áreas artificiales y cuerpos de agua (ver Figura 23, pág. 74).
El nivel II abarca 16 clases que se despren-den de las categorías del nivel I y corresponde a un grado de semidetalle. En el caso de la vegetación natural, se visualizan las grandes divisiones florís-ticas en base a criterios fisonómicos y climáticos según NatureServe (2009), que diferencia los bos-ques, arbustos y herbazales tanto húmedos como secos. Con relación a las áreas seminaturales y cul-tivadas, los espacios abiertos y las áreas artificiales, se identifican tipos de asociación de vegetación y utilización del suelo, por ejemplo: vegetación en regeneración y vegetación cultivada de coníferas, cultivos y pastos e infraestructura, entre otros (ver Mapa nivel II, adjunto a esta publicación).
El nivel III constituye el mayor nivel de des-agregación y detalle de las categorías y clases ante-riormente descritas: engloba 42 subclases. Respecto a las subclases de vegetación natural, se incorpora criterios ecológicos, ambientales y fitogeográficos (NatureServe, 2009) que influyen sobre cada región florística de tal forma que se identificó 17 sistemas ecológicos en el DMQ (ver Mapa nivel III, adjunto a esta publicación).
Cuadro 2. Características de imágenes ALOS, ASTER y LANDSAT
Sensor Fecha Nombre Resolución espacial (m)
Resolución radiométrica (bits) Bandas
Aster2004 ABR 24
20040424_01 15 8 3
Aster 20040424_02 15 8 3
Aster2006 NOV 17
20061117_01 15 8 3
Aster 20061117_02 15 8 3
Aster2007 FEB 05
20070205_01 15 8 3
Aster 20070205_02 15 8 3
Aster2007 ABR 10
20070410_01 15 8 3
Aster 20070410_021 15 8 3
Aster2009 MAY 17
20090517_01 15 8 3
Aster 20090517_02 15 8 3
Landsat2001 NOV 03
L71010060_06020011103 30 8 6
Landsat L72010060_06020011103_B80 15 8 1
Landsat2009 SEP 06
L71010060_06020090906 30 8 6
Landsat L72010060_06020090906_B80 15 8 1
Landsat2009 SEP 22
L71010060_06020090922 30 8 6
Landsat L72010060_06020090922_B80 15 8 1
Alos2008 JUN 26
ALAV2A129033600-01B2G_U 10 8 4
Alos ALAV2A129033610-01B2G_U 10 8 4
Alos2008 JUN 26
ALPSMN129033605-01B2G_UN 2.5 8 1
Alos ALPSMN129033610-01B2G_UN 2.5 8 1
1 No se incorporó por presentar una alta cobertura de nubes.
18
Memoria Técnica del Mapa de Cobertura Vegetal
Cuadro 3. Leyenda del mapa de Cobertura Vegetal del DMQ
NIVEL I Categorías
NIVEL II Clases
NIVEL III Subclases
1. Vegetación natural
1. Bosques húmedos
1. Bosque altimontano norte-andino siempreverde2. Bosque bajo y arbustal altoandino paramuno3. Bosque altimontano norte andino de Polylepis4. Bosque montano pluvial de los Andes del Norte5. Bosque siempreverde estacional montano bajo de los Andes del Norte6. Bosque pluvial piemontano de los Andes del Norte
2. Bosques secos7. Bosque seco interandino8. Vegetación ribereña del piso montano xerofítico
3. Arbustos húmedos9. Arbustal bajo y matorral altoandino paramuno10. Arbustal montano de los Andes del Norte
4. Arbustos secos 11. Arbustal seco interandino
5. Herbazales húmedos
12. Vegetación geliturbada y edafoxerófila subnival paramuna13. Bofedal altoandino paramuno14. Pajonal altimontano y montano paramuno15. Pajonal edafoxerófilo altimontano
6. Herbazales secos16. Vegetación saxícola montana interandina de los Andes del Norte17. Herbazal montano
2. Áreas seminaturales
7. Vegetación en regeneración natural
18. Bosque secundario19. Matorral en regeneración20. Suro con árboles21. Suro con arbustos
8. Vegetación cultivada de latifoliadas
22. Eucalipto adulto23. Eucalipto joven y en regeneración
9. Vegetación cultivada de coníferas
24. Pino y ciprés
3. Áreas cultivadas
10. Cultivos25. Cultivo de ciclo corto26. Cultivo semipermanente y permanente27. Suelo en preparación
11. Pastos28. Pasto natural29. Pasto cultivado
4. Espacios abiertos
12. Suelos desnudos de origen natural
30. Arenal31. Roca32. Glaciar
13. Suelos desnudos por procesos antrópicos
33. Área quemada34. Cantera35. Suelo erosionado
5. Áreas artificiales 14. Infraestructura
36. Edificaciones37. Aeropuerto38. Relleno sanitario39. Invernadero
6. Cuerpos de agua
15. Agua en cauces naturales
40. Río y/o quebrada41. Laguna
16. Agua en cauces artificiales
42. Reservorio
19
Distrito Metropolitano de Quito
3.2.1 Descripción de los niveles de agrupación del Mapa de Cobertura Vegetal (clases y categorías)
En el Cuadro 4 se puede observar la superficie en hectáreas y los porcentajes de ocupación de las diferentes categorías, clases y subclases del Mapa de Cobertura Vegetal.
NIVEL I Este nivel incluye 6 categorías.
Categoría 1. Vegetación natural Constituye el 60,46% de toda la superficie del
DMQ lo que representa 256 407 ha. Incorpora la agrupación de formaciones vegetales arbóreas, arbus-tivas y herbáceas que se distribuyen aproximadamente a partir de los 500 msnm, en el sector de confluencia de los ríos Guayllabamba y Pachijal hasta una altura de 4 400 msnm correspondientes a las cumbres de las cordilleras oriental y occidental de los Andes.
Categoría 2. Áreas seminaturales Representa el 11,86% de toda la superficie
del DMQ, lo que equivale a 50 298 ha. Comprende los bosques secundarios, matorrales en regeneración y herbáceas pioneras como el suro en zonas abiertas de regeneración natural que se localizan en las es-tribaciones de la cordillera occidental hasta la zona de piedemonte. Esta categoría también involucra vegetación cultivada conífera y latifoliada que se encuentra en diferentes estados, sean estos adultos y/o en regeneración, a lo largo de los valles del DMQ y principalmente en los flancos occidental y oriental de la ciudad de Quito.
Categoría 3. Áreas cultivadas Comprende 20,54% del Distrito Metropo-
litano de Quito, que corresponde a 87 112 ha. Engloba los usos agropecuarios que se distribuyen aproximadamente desde los 500 msnm hasta los 3 600 msnm. Se localiza en todos los valles del DMQ y las proximidades de los páramos del Sincholagua, Antisana, Cayambe-Coca, Papallacta, Atacazo y Pi-chincha, y en las zonas subtropical y tropical de las parroquias noroccidentales del Distrito.
Categoría 4. Espacios abiertos Constituye el 1,12% del área del Distrito y
comprende una superficie de 4 757 ha. Abarca los suelos desnudos de origen tanto natural (arenales, roca y glaciares), como antropogénico (quemas, canteras y suelos erosionados).
Categoría 5. Áreas artificiales Comprende 5,83% de toda la superficie del
Distrito. Territorialmete representa 24 732 ha. Se refiere a todo tipo de infraestructura habitacional,
producción y servicios de las áreas pobladas conso-lidadas y no consolidadas. Esta categoría considera cuatro subclases: edificaciones, aeropuertos, relleno sanitario e invernaderos.
Categoría 6. Cuerpos de aguaRepresenta 0,18 % lo que equivale a 756 ha.
Incluye el agua de cauces naturales (subclases: ríos y lagunas) y artificiales (subclase: reservorios).
NIVEL IIAbarca 16 clases distribuidas entre las cate-
gorías del nivel I.
Categoría 1. Vegetación natural
Clase 1. Bosques húmedosConstituyen el 29,38% del Distrito, lo que
representa una extensión de 124 595 ha. Son parte de las formaciones vegetales arbóreas húmedas, que se localizan principalmente en el flanco izquierdo de la cordillera occidental. Los doseles se ubican desde 20 a 30 m de altura aproximadamente, en un rango altitudinal entre 600 y 4 100 msnm.
A esta clase corresponde la mayor cobertura de bosques protectores del DMQ, entre ellos, Bos-que y Vegetación Protectores de la Cuenca Alta del Río Guayllabamba (sectores 1, 2 y 3), Maquicupu-na, Cambugán, Mashpi y Mindo-Nambillo. Existen otras zonas de gran importancia como los bosques que se encuentran entre Mindo y Lloa y entre Chi-riboga y Chillogallo, que poseen un menor grado de protección y mejor nivel de conservación.
Lastimosamente, los bosques de las parroquias noroccidentales se encuentran altamente fragmen-tados, aunque todavía existen algunos remanentes valiosos en Lloa, Nanegal, Pacto, Nono, San José de Minas, Nanegalito, Calacalí y Gualea.
En la cordillera oriental, el paisaje arbóreo es distinto ya que el dosel es generalmente achaparrado y alcanza alturas entre 5 y 10 m. Estos bosques se localizan en zonas frías en un rango altitudinal entre los 2 800 y 4 000 msnm, como Papallacta, Antisana, Atacazo y Sincholagua, que a nivel parroquial se encuentran en Pifo, Píntag, Checa, entre otras.
Clase 2. Bosques secosRepresentan 0,17% del DMQ, equivalente a
una superficie de 722 ha. Corresponden a las for-maciones vegetales arbóreas secas que se localizan en los valles interandinos de clima seco como San Antonio, Guayllabamba, Calderón, Ilaló, Perucho y Tababela (sector del nuevo aeropuerto). Se caracte-rizan porque los doseles varían entre los 5 hasta los 10 m de altura y se ubican en un rango altitudinal de 1 300 a 2 200 msnm.
20
Memoria Técnica del Mapa de Cobertura Vegetal
Cuadro 4. Superficies de ocupación de las diferentes categorías, clases y subclases del Mapa de Cobertura Vegetal del DMQ
NIVEL IHa %
NIVEL IIHa %
NIVEL IIIHa %
Categoría Clase Subclase
1. V
eget
ació
n na
tura
l
256 407 60,46
1. Bosques húmedos 124 595 29,38
1. Bosque altimontano norte-andino siempreverde 36 993 8,72
2. Bosque bajo y arbustal altoandino pa ramuno 3 909 0,92
3. Bosque altimontano norte-andino de Polylepis 141 0,03
4. Bosque montano pluvial de los Andes del Norte 44 953 10,60
5. Bosque siempreverde estacional montano bajo 31 277 7,38
6. Bosque pluvial piemontano de los Andes del Norte 7 323 1,73
2. Bosques secos 722 0,17
7. Bosque seco interan dino 640 0,15
8. Vegetación ribereña del piso montano xerofí tico 82 0,02
3. Arbustos húmedos 46 525 10,97
9. Arbustal bajo y matorral altoandino paramuno 6 208 1,46
10. Arbustal montano de los Andes del Norte 40 317 9,51
4. Arbustos secos 36 690 8,65 11. Arbustal seco inter andino 36 690 8,65
5. Herbazales húmedos 45 211 10,66
12. Vegetación gelitur bada y edafoxerófila sub nival paramuna
43 0,01
13. Bofedal altoandino paramuno 257 0,06
14. Pajonal altimontano y montano paramu no 38 689 9,12
15. Pajonal edafoxerófilo altimontano 6 222 1,47
6. Herbazales secos 2 665 0,63
16. Vegetación saxícola montana interandina de los Andes del Norte
548 0,13
17. Herbazal montano 2 117 0,50
21
Distrito Metropolitano de Quito
Cuadro 4 (continuación). Superficies de ocupación de las diferentes categorías, clases y subclases del Mapa de Cobertura Vegetal del DMQ
NIVEL IHa %
NIVEL IIHa %
NIVEL IIIHa %
Categoría Clase Subclase
2. Á
reas
se m
i na t
u ra l
es
50 298 11,86
7. Vegetación en regeneración natural
41 031 9,68
18. Bosque secundario 15 505 3,66
19. Matorral en regenera ción 18 590 4,38
20. Suro con árboles 6 124 1,44
21. Suro con arbustos 812 0,19
8. Vegetación cultivada latifoliadas
7 743 1,8322. Eucalipto adulto 5 252 1,24
23. Eucalipto joven y en re generación 2 491 0,59
9. Vegetación cultivada coníferas
1 524 0,36 24. Pino y ciprés 1 524 0,36
3. Á
reas
cul
tiva
das
87 112 20,54
10. Cultivos 36 687 8,65
25. Cultivo ciclo corto 24 845 5,86
26. Cultivos semiperma-nente y permanente 10 040 2,37
27. Suelo en preparación 1 802 0,42
11. Pastos 50 425 11,8928. Pasto natural 33 467 7,89
29. Pasto cultivado 16 958 4,00
4. E
spac
ios a
bier
tos
4 757 1,12
12. Suelo desnudo de origen natural
2 547 0,60
30. Arenal 879 0,21
31. Roca 958 0,23
32. Glaciar 710 0,17
13. Suelo desnudo de procesos antropogénicos
2 210 0,52
33. Área quemada 0 0,00
34. Cantera 611 0,14
35. Suelo erosionado 1 599 0,38
5. Á
reas
ar
tifi c
iale
s
24 732 5,83 14. Infraestructura 24 732 5,83
36. Edificaciones 23 699 5,59
37. Aeropuerto 435 0,10
38. Relleno sanitario 30 0,01
39. Invernadero 568 0,13
6. C
uerp
os
de a
gua
756 0,00
15. Agua en cauces naturales 689 0,16
40. Río y/o quebrada 481 0,11
41. Laguna 208 0,05
16. Agua en cauces artificiales 67 0,02 42. Reservorio 67 0,02
Fuente: Secretaría de Ambiente DMQ - Mapa de Cobertura Vegetal - 2011/MAYO
22
Memoria Técnica del Mapa de Cobertura Vegetal
A nivel parroquial se localizan en Píntag, Pifo, Che-ca y Puembo.
Categoría 2. Áreas seminaturales
Clase 7. Vegetación en regeneración naturalRepresenta el 9,68% del área distrital equi-
valente a una superficie de 41 031 ha. Constituye un nivel de sucesión natural en diferentes estratos de vegetación. Se presenta posterior a intervencio-nes o alteraciones del bosque. Este tipo de vegeta-ción está distribuida por todo el DMQ.
Clase 8. Vegetación cultivada de latifoliadas Comprende el 1,83% del Distrito Metropo-
litano, y corresponde a 7 743 ha. Incluye princi-palmente las plantaciones de eucalipto, en estado adulto y en regeneración, que se localizan en la zona periférica de la ciudad de Quito y los valles. Predo-mina en las laderas del Pichincha.
Clase 9. Vegetación cultivada de coníferas Representa el 0,36% del DMQ lo que equivale
a 1 524 ha. Engloba las plantaciones de pino y ciprés ubicadas en la zona periférica de la ciudad de Quito y los valles. Se ubica en los mismos lugares que la Clase 8, pero ocupa un menor porcentaje de superficie.
Categoría 3. Áreas cultivadas
Clase 10. CultivosComprenden 8,65% del DMQ y representa
36 687 ha. Esta clase involucra a todos los cultivos de ciclo corto, los semipermanentes y los permanen-tes, y a los suelos en preparación.
Los cultivos se localizan principalmente en todas las parroquias rurales del Distrito: los valles, las proximidades de los páramos del Sincholagua, Anti-sana, Papallacta, Atacazo y Pichincha, y las zonas sub-tropical y tropical de las parroquias del noroccidente.
Clase 11. Pastos Constituyen el 11,89% del Distrito, que equi-
vale a una superficie de 50 425 ha. Incluyen los pastos naturales y cultivados.
Así como los cultivos, se localizan sobre todo en las parroquias rurales del Distrito, desde las zonas altas junto a los páramos, a través de los valles, las laderas de montaña y las zonas subtropicales y tro-picales del DMQ.
Categoría 4. Espacios abiertos
Clase 12. Suelos desnudos de origen natural Constituyen el 0,60%, que corresponde a un
área de 2 547 ha. Abarca rocas, glaciares y arenales.
Los bosques secos constituyen los últimos remanentes de este tipo de vegetación, amenazada por la actividad minera, localizada especialmente en San Antonio, y el avance de la frontera urba-na, particularmente en las zonas de Calderón y Tababela. A nivel parroquial se encuentran, en su mayoría, en San Antonio, Guayllabamba, Puéllaro y Calderón.
Clase 3. Arbustos húmedosComprende 10,97% del Distrito lo que repre-
senta 46 525 ha. Constituyen típicas formaciones andinas de altura. La vegetación se encuentra acha-parrada y es menor a 5 m de altura. En la cordillera oriental, se ubican entre los 3 600 y 4 200 msnm y en la cordillera occidental, entre los 2 400 y 3 300 msnm.
Esta formación se encuentra principalmente en las cejas de montaña de los volcanes Atacazo, Antisana, Papallacta, Guagua y Rucu Pichincha, así como en quebradas y zonas de alta pendiente. A nivel parroquial, se encuentran en la mayoría de parroquias, destacándose las de Píntag, San Antonio de Pichincha, Pifo, Calderón y Calacalí.
Clase 4. Arbustos secosConstituyen 8,65% del DMQ, equivalente a
una superficie de 36 690 ha. Corresponden a típicas formaciones andinas de los valles secos, caracteriza-das por una vegetación dispersa. Alcanzan una altura entre 1 y 2 m; se encuentran en laderas de montañas y valles entre los 1 300 a 2 200 msnm. Se sitúan principalmente en las elevaciones que rodean San Antonio, Guayllabamba, Calderón, Perucho, Ilaló, Puembo y Tababela (sector del nuevo aeropuerto).
Clase 5. Herbazales húmedosRepresentan el 10,66% que corresponde a una
superficie de 45 211 ha. Este tipo de formación vegetal comprende los páramos andinos en zonas de montaña sobre los 3 600 msnm. La vegetación se caracteriza por ser menor a 1 m de altura, con algunas excepcio-nes de arbustos achaparrados propios de la formación. Se ubican en grandes extensiones del Guagua y Rucu Pichincha, Atacazo, Sincholagua, Antisana y Papalla-cta. A nivel parroquial se encuentran, sobre todo, en Píntag, Pifo, Lloa, Checa, Atahualpa y El Quinche.
Clase 6. Herbazales secosConstituyen el 0,63% del Distrito con una
superficie de 2 665 ha. Son frecuentes en las laderas de montaña y valles interandinos secos. Se localizan entre los 1 900 y 2 600 msnm y los 2 400 y 3 300 msnm sobre suelos pobres y erosionados.
Generalmente los herbazales secos se en-tremezclan con los arbustales secos. La mayoría de la vegetación alcanza menos de 1 m de altura.
23
Distrito Metropolitano de Quito
entre la vegetación montana y las zonas de páramo. Se ubica en un rango altitudinal entre los 2 600 y 4 000 msnm. Presenta precipitaciones entre 1 000 y 2 000 mm y una temperatura promedio entre 6 y 10 °C (en el Anexo 5, del CD, se observa la lista de especies de este ecosistema).
Importancia: Son bosques protectores de las cabeceras de los sistemas hídricos que discurren por las microcuencas del DMQ.
Poseen un enorme potencial genético, farma-céutico, paisajístico, regulador hídrico, de protección de cauces y taludes y de conservación de suelos, en-tre otros servicios ecosistémicos. Su conservación y manejo están ligados a la investigación, el ecoturis-mo y los bancos de germoplasma, entre otros.
Clase 13. Suelos desnudos por procesos antropogénicos Comprenden el 0,52% del DMQ y abarca
2 210 ha. Incluye suelos degradados por la ex-plotación agropecuaria y sistemas de producción agrícola intensiva que, junto con la aplicación de malas prácticas, como quemas y uso intensivo de pesticidas, deforestación, explotación minera y cier-tos factores climáticos intensifican el proceso de degradación y erosión.
Categoría 5. Áreas artificiales
Clase 14. Infraestructura Representa el 5,83% del DMQ equivalente
a 24 732 ha. Incluye cualquier tipo de construcción como edificaciones, relleno sanitario y aeropuertos.
Categoría 6. Cuerpos de agua
Clase 15. Agua en cauces naturales Abarca el 0,16% del DMQ que corresponde
a 689 ha. Comprende aguas superficiales de quebra-das y cauces naturales de ríos como el Chiche, Guay-llabamba, Pisque, Pachijal; lagunas como la de Secas, Muertepungo, entre otras.
Clase 16. Agua en cauces artificialesConstituye el 0,02% lo que representa una
extensión de 67 ha. Involucra espejos de agua de re-servorios, como Cumbayá, Bellavista y Guangopolo.
NIVEL IIIEstá representado por 42 subclases distribuidas
en seis categorías y 16 clases, ya descritas. A continua-ción se describe los 17 sistemas ecológicos registrados en el DMQ (ver Cuadro 5), el porcentaje de territorio en hectáreas con respecto al total de la superficie del Distrito, su localización a nivel parroquial, algunos datos ecológicos, la vegetación representativa y su importancia en términos de conservación.
Categoría 1. Vegetación natural
Clase 1. Bosques húmedos
Subclase 1. Bosque altimontano norte-andino siempreverde
Representa el 8,72% del Distrito que equivale a una superficie de 36 993 ha. Se localiza en las zonas altas de las parroquias Lloa, Nono, San José de Minas, Atahualpa, Calacalí, Puéllaro y San Antonio.
Datos ecológicos: Se extiende a manera de franja sobre todo por las estribaciones montañosas y quebradas. Es considerado como una zona de transición
Cuadro 5. Sistemas ecológicos del DMQ
Sistemas ecológicos presentes en el DMQ
Rangos altitudinales
1. Bosque altimontano norte-andino siempreverde 2 600 - 4 000
2. Bosque bajo y arbustal altoandino paramuno 3 600 - 4 100
3. Bosque altimontano norte-andino de Polylepis 3 600
4. Bosque montano pluvial de los Andes del Norte 1 500 - 2 600
5. Bosque siempreverde estacional montano bajo de los Andes del Norte
600 - 1 500
6. Bosque pluvial piemontano de los Andes del Norte <600
7. Bosque seco interandino 1 300 - 2 200
8. Vegetación ribereña del piso montano xerofítico 1 300 - 2 500
9. Arbustal bajo y matorral altoandino paramuno 3 600 - 4 200
10. Arbustal montano de los Andes del Norte 2 400 - 3 300
11. Arbustal seco interandino 1 300 - 2 200
12. Vegetación geliturbada y edafoxerófila subnival paramuna 4 200 - 4 400
13. Bofedal altoandino paramuno 3 900
14. Pajonal altimontano y montano paramuno >3 600
15. Pajonal edafoxerófilo altimontano >3 600
16. Vegetación saxícola montana interandina de los Andes del Norte
1 900 - 2 600
17. Herbazal montano 2 400 - 3 300
2 Ver fotos págs. 75-95. El número de cada foto corresponde al número de cada Subclase.
24
Memoria Técnica del Mapa de Cobertura Vegetal
cultural para las comunidades indígenas que habitan junto a estos ecosistemas y juegan un papel impor-tante en la regulación hídrica y en la estabilización de los taludes aluviales.
Debido a la tala y quema continuas, este ecosis-tema se ha visto reducido a espacios como remanen-tes, islas y/o pequeños manchones distribuidos entre los páramos. La principal amenaza es la fragmentación ocasionada por la expansión de la frontera agrícola.
Correspondencia con Sierra: Bosque siem-preverde montano alto.
Subclase 4. Bosque montano pluvial de los Andes del Norte
Constituye el 10,60%, equivalente a 44 953 ha. Se encuentra en la parte alta de Nono, Tandayapa y la parte posterior del Atacazo, vía hacia Chiriboga. A nivel parroquial estos bosques se localizan en Lloa, Na-negal, Nono, San José de Minas, Nanegalito y Calacalí.
Datos ecológicos: Se encuentra a partir de los 1 500 y 2 600 msnm. Presenta precipitaciones de 2 250 a 3 000 mm y una temperatura de 16 a 20 °C. Es frecuente en las estribaciones montañosas, en zonas con pendientes pronunciadas (ver Anexo 8, en el CD).
Importancia: Al estar ubicados, principal-mente, en las cuencas media y alta de los ríos que nacen en las estribaciones occidentales del Distrito, la provisión de agua, la estabilidad de los suelos y el equilibrio ecológico de toda la región dependen de su conservación. Estos bosques son importantes sitios de refugio que contribuyen a la reproducción de la flora y la fauna y son una fuente de alimento para numerosas especies, endémicas y en peligro.
Algunas actividades antrópicas como la ga-nadería en zonas de altas pendientes, las quemas para el establecimiento de cultivos, la extracción de madera, la construcción de infraestructura sin una adecuada planificación y la modificación del suelo, en general, fragmentan y deterioran este eco-sistema. Es necesario tomar acciones para conservar y restaurar estos islotes de vegetación desde una perspectiva integral, es decir, buscar la conectivi-dad mediante la creación de corredores biológicos y proteger los corredores naturales.
Estos bosques son utilizados por especies em-blemáticas para la conservación como el oso de an-teojos (Tremarctos ornatus), el puma (Puma concolor) y el soche (Mazama rufina).
Correspondencia con Sierra: Bosque siem-preverde montano bajo occidental, bosque de ne-blina montano.
Subclase 5. Bosque siempreverde estacional montano bajo de los Andes del Norte
Representa 7,38% del área total del Distrito y ocupa una extensión de 31 277 ha. Se localiza
Correspondencia con Sierra: Bosque siem-preverde montano alto.
Subclase 2. Bosque bajo y arbustal altoandino paramuno
Representa el 0,92% del Distrito Metropolita-no, lo que equivale a una superficie de 3 909 ha. Se ubica en las zonas del Atacazo, Pichincha, Sinchola-gua, en las vías hacia el Antisana, el Cerro Puntas, El Cinto y otras áreas cercanas a los páramos. A nivel parroquial, estos bosques se encuentran especialmente en Píntag, Pifo, Lloa, Amaguaña y Checa.
Datos ecológicos: Se extiende generalmente en forma de franjas por las estribaciones montaño-sas de la cordillera de los Andes. Se encuentra en un rango altitudinal entre los 3 600 y 4 100 msnm. Presenta precipitaciones de 1 000 a 1 500 mm y una temperatura promedio entre 4 y 8 °C. Esta formación es conocida también como “ceja de montaña” y es la zona de transición entre los bosques montanos altos y las zonas de páramo (ver Anexo 6, en el CD).
Importancia: La estructura original de este tipo de formación ha sido transformada en la mayor parte de las zonas andinas; sin embargo, es posible encontrar algunos remanentes que albergan un número impor-tante de especies florísticas y faunísticas endémicas. En muchos casos, corre un grave riesgo debido a la expan-sión de las fronteras agrícola y ganadera. Estos bosques brindan recursos alimenticios y nichos de reproducción a muchas especies de fauna, contribuyen a la estabili-zación de los suelos y juegan un papel importante en el balance hídrico de las microcuencas andinas.
Correspondencia con Sierra: Bosque siem-preverde montano alto.
Subclase 3. Bosque altimontano norte-andino de Polylepis
Constituye el 0,03% del Distrito y abarca 141 ha. Se localiza exclusivamente en la parroquia de Pifo, vía hacia Papallacta.
Datos ecológicos: Es común en las quebradas que se encuentran alrededor de las lagunas y en las laderas de las montañas. Está distribuida en forma de parches o islas de vegetación. La estructura de su ve-getación es muy similar a la de los bosques nublados aunque su fisonomía es diferente: presenta especies de árboles y arbustos bastante ramificados y abiertos (poco densos), con troncos retorcidos y cubiertos por abundantes epifitas como musgos, bromelias, líquenes y helechos. Se encuentra sobre los 3 600 msnm, presenta precipitaciones entre 1 250 y 1 500 mm y una tempera-tura promedio entre 4 y 8 °C (ver Anexo 7, en el CD).
Importancia: Estos bosques son considerados muy importantes en el entendimiento de la fitogeo-grafía, así como por su asociación con la fauna y flora propia de este ecosistema. Son de gran importancia
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Distrito Metropolitano de Quito
hídrico de toda la región y brindan servicios am-bientales, ecosistémicos, paisajísticos, de recreación y turismo a todos los habitantes del DMQ.
Son ecosistemas que presentan un alto grado de presión ambiental originada principalmente por actividades extractivas como la explotación forestal, la agricultura extensiva de palmito, el urbanismo desordenado, la minería de metales y las malas prác-ticas agrícolas, así como las quemas y la utilización indiscriminada de pesticidas.
Correspondencia con Sierra: No posee correspondencia.
Categoría 1. Vegetación natural
Clase 2. Bosques secos
Subclase 7. Bosque seco interandino Representa el 0,15% del Distrito, correspon-
diente a 640 ha. Estos bosques dominan algunos va-lles interandinos secos, especialmente en los sectores centro y norte. Se encuentra en las parroquias San Antonio, Guayllabamba, Calderón, Puéllaro y Yaruquí.
Datos ecológicos: Este tipo de vegetación se desarrolla en un clima muy seco; se encuentra a una altitud de 1 300 a 2 200 msnm. El promedio de preci-pitación es 500 mm aproximadamente y la tempera-tura varía entre 16 y 22 °C (ver Anexo 11, en el CD).
Importancia: Juegan un papel importante en la protección y estabilización de los bancos aluviales. Sostienen los suelos inestables de las altas pendien-tes de los valles interandinos y crean condiciones ambientales para la reproducción y nutrición, tanto de la fauna como de la flora.
Al encontrarse en suelos aptos para la pro-ducción agrícola y ser demandados por el desarrollo urbano, se encuentran altamente fragmentados y, en su mayoría, han desaparecido. Es necesario tomar medidas para la conservación de los pocos rema-nentes ya que son bancos de germoplasma, que en el futuro servirían para su restauración.
Correspondencia con Sierra: No posee co-rrespondencia.
Subclase 8. Vegetación ribereña del piso montano xerofítico
Representa 0,02% del Distrito con una ex-tensión de 82 ha. Se encuentra generalmente en las proximidades de las cuencas de los ríos. En el DMQ se identificó remanentes en las riberas de los ríos Chiche, Guayllabamba, San Pedro y Pisque. A nivel parroquial, este tipo de vegetación se encuentra en San Antonio, Guayllabamba, Puéllaro y Tumbaco.
Datos ecológicos: Este tipo de vegetación se desarrolla en las estribaciones montañosas y las riberas de las cuencas de algunos ríos andinos, en altitudes
principalmente en Nanegal, Pacto, Nanegalito, Gualea y Lloa, y también en las parroquias San José de Minas, Calacalí y Nono.
Datos ecológicos: Este tipo de vegetación se desarrolla en las estribaciones montañosas de la cordillera de los Andes, entre 600 y 1 500 msnm, presenta precipitaciones de 1 500 a 3 000 mm y una temperatura de 18 a 20 °C. Se caracteriza por registrar altos porcentajes de humedad relativa en el ambiente, ocasionada por la presencia constante de neblina. En el área de estudio se encuentran en pendientes cuya inclinación está entre 60 y 80%. Los suelos presentan una importante capa orgánica y abundante hojarasca (ver Anexo 9, en el CD).
Importancia: Alberga un alto endemismo. For-ma parte de la bioregión del Chocó Andino, uno de los Puntos Calientes (hotspots) más importantes del mundo en términos de biodiversidad. Estos bosques son ecosistemas vitales para la conservación del patri-monio natural en términos genéticos y usos asociados como: la medicina, la soberanía alimentaria o los re-cursos forestales. Contribuyen , entre otros, al balance hídrico y la fijación de carbono de todo el sector.
La deforestación, la ganadería en altas pen-dientes y la instalación de proyectos de producción porcina y avícola son sus principales amenazas. Impor-tantes cuerpos de este tipo de bosque se encuentran en zonas distantes a los centros poblados o en reservas privadas. Es necesario tomar medidas en cuanto a la conservación y el buen manejo de dichas áreas.
Correspondencia con Sierra: Bosque siem-preverde piemontano; bosque siempreverde mon-tano bajo.
Subclase 6. Bosque pluvial piemontano de los Andes del Norte
Constituye el 1,73% del Distrito lo que re-presenta 7 323 ha. Se encuentra al noroccidente del DMQ, principalmente en la parroquia de Pacto, y en menor extensión en Gualea.
Datos ecológicos: Se ubica en un rango altitu-dinal menor a los 600 msnm. Presenta precipitaciones entre 1 750 y 4 000 mm y una temperatura promedio de 20 a 24 °C. Se encuentra en zonas con colinas bajas. Aquí se produce una mezcla de especies de los bosques húmedos tropicales de colina y el bosque de montaña. Esta formación constituye una zona de transición entre las dos formaciones bajas de la Costa y el piso superior más adelante descrito; la humedad en el ambiente es bastante alta y en ocasiones se produce el descenso de neblina, particularidad que lo asemeja a los bosques de neblina montanos (ver Anexo 10, en el CD).
Importancia: Estos bosques se ubican en la bioregión del Chocó, reconocida por su alta biodi-versidad a nivel global, así como por su gran ende-mismo. Juegan un papel importante en el balance
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Memoria Técnica del Mapa de Cobertura Vegetal
entremezclan, pero se puede decir que sí se diferen-cian una de otra. Generalmente, se localiza entre los 2 400 y 3 300 msnm, presenta una precipitación entre 1 000 y 1 500 mm y una temperatura que va de 8 a 18 °C (ver Anexo 14, en el CD).
Importancia: Guarda diversos recursos gené-ticos que son útiles para repoblar el ecosistema. En su mayoría, este tipo de formaciones está relegado a pequeños espacios aledaños a quebradas y cercos. Contribuye a la estabilización del suelo y disminuye la velocidad de los cauces de agua. En los valles interan-dinos, la cobertura vegetal original de este tipo de for-mación fue reemplazada por plantaciones de eucalipto y pino, cultivos y pastizales. Actualmente, no existen políticas dirigidas a la conservación de este ecosistema vegetal, lo que redimensiona su importancia.
Correspondencia con Sierra: Matorral hú-medo montano.
Categoría 1. Vegetación natural
Clase 4. Arbustos secos
Subclase 11. Arbustal seco interandino Constituye el 8,65% que equivale a una ex-
tensión de 36 690 ha ubicadas en la mayoría de pa-rroquias del Distrito. Se destaca San Antonio, Calde-rón, Puéllaro, Guayllabamba, Tumbaco, La Merced, Pomasqui, Tababela, Píntag, Alangasí, Pifo y Nayón.
Datos ecológicos: Este tipo de vegetación se asocia a las estribaciones montañosas y las riberas de las cuencas de algunos ríos andinos. Se presenta en altitudes desde 1 300 a 2 700 msnm, registra una precipitación promedio de 500 a 1 000 mm y una temperatura promedio de 14 a 16 °C (ver Anexo 15, en el CD).
Importancia: Su importancia es similar a la de los bosques secos ya que ocupa sitios con pendientes pronunciadas y posee suelos fácilmente erosionables (calcáreos). Este tipo de formación se caracteriza por la predominancia de arbustos y especies herbáceas bajas que ayudan a estabilizar los suelos. Sus ame-nazas son el cambio del uso de suelo y las quemas.
Correspondencia con Sierra: Matorral seco montano.
Categoría 1. Vegetación natural
Clase 5. Herbazales húmedos
Subclase 12. Vegetación geliturbada y edafoxerófila subnival paramuna
Representa el 0,01% de la superficie del Dis-trito Metropolitano equivalente a una superficie de 43 ha, ubicadas en su totalidad en la parroquia de Píntag, en el sector de Sincholagua.
entre 1 300 y 2 500 msnm. La precipitación promedio oscila entre 500 y 1 000 mm y la temperatura prome-dio, entre 14 y 16 °C (ver Anexo 12, en el CD).
Importancia: Ya que son remanentes de ve-getación que se desarrolla en las márgenes de los cauces de los ríos, forman islas verdes en un mar de arbustos espinosos y xerofíticos, albergan fauna nativa, proveen alimento y estabilizan los cauces de los ríos y áreas susceptibles a erosión. Son corredores biológicos naturales que permiten un flujo genético pese al paisaje fragmentado. El establecimiento de cultivos de ciclo corto y las malas prácticas agrícolas amenazan este tipo de formación.
Correspondencia con Sierra: No posee co-rrespondencia.
Categoría 1. Vegetación natural
Clase 3. Arbustos húmedos
Subclase 9. Arbustal bajo y matorral altoandino paramuno
Representa el 1,46% de la superficie del Distri-to con una extensión de 6 208 ha. Se localiza en los páramos del Pichincha, Sincholagua, Atacazo, Papa-llacta, desde Checa hacia el Cerro Puntas y Antisa-na. A nivel de parroquias, se encuentra en Píntag, Pifo, Checa, El Quinche y Yaruquí, entre otras.
Datos ecológicos: Este tipo de vegetación está asociada a las formaciones de pajonales. Gene-ralmente forma islas o franjas dispersas. Se registra algunas especies nativas de zonas altoandinas. Se en-cuentra sobre los 3 600 msnm, la precipitación oscila entre 1 250 y 1 500 mm, y existe una temperatura promedio de 4 a 6 °C. (ver Anexo 13,en el CD).
Importancia: Se lo considera importante por ser la última franja de vegetación leñosa previa al páramo. Brinda refugio y alimento a varias especies de fauna y flora paramuna. La chuquiragua, la vale-riana, la achicoria y los licopodios son ejemplo de la flora que albergan. El cambio del uso del suelo y la ampliación de la frontera agrícola en el área, son las amenazas de este ecosistema.
Correspondencia con Sierra: No posee co-rrespondencia.
Subclase 10. Arbustal montano de los Andes del Norte
Representa el 9,51 % de la superficie del Distrito y corresponde a 40 317 ha, distribuidas en la mayoría de parroquias rurales. Se destacan Lloa, Pifo, Calacalí, Amaguaña, Checa, San José de Minas, Nono, El Quinche y Yaruquí.
Datos ecológicos: Este ecosistema contie-ne dos clases de formaciones vegetales claramente definidas: arbustales y herbáceas. Algunas veces se
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Distrito Metropolitano de Quito
destaca en Píntag, Pifo, Lloa, Checa y Atahualpa. En menor proporción, se encuentra en Nono, El Quinche, Yaruquí, Amaguaña, San José de Minas y Puéllaro.
Datos ecológicos: Este tipo de formación vegetal es frecuente en las zonas montañosas altas sobre los 3 600 msnm. Presenta precipitaciones entre 1 000 y 1 250 mm y una temperatura de 2 a 6 °C (ver Anexo 18, en el CD).
Importancia: La importancia del pajonal al-timontano y montano paramuno es estratégica ya que este tipo de vegetación aporta al ciclo hídrico de las cuencas andinas, debido a que actúa como una esponja que almacena el agua y luego, la libera poco a poco, evitando la erosión. Este ecosistema alberga a fauna paramuna, constituye una fuente de recursos alimenticios para la fauna nativa y protege los suelos altamente productivos.
Son áreas frágiles debido a las actividades an-trópicas que se desarrollan.
Correspondencia con Sierra: Páramo herbá-ceo occidental.
Subclase 15. Pajonal edafoxerófilo altimontano Representa el 1,47% de la superficie del Dis-
trito Metropolitano que corresponde a una super-ficie de 6 222 ha. Se localiza en las zonas altas del Pichincha, Antisana, Sincholagua, Cerro Puntas, Atacazo y Papallacta; a nivel parroquial, su presencia se destaca en Píntag y aparece en menor cantidad en Pifo, Checa, Atahualpa, El Quinche, Nono y San José de Minas, entre otras.
Datos ecológicos: Este ecosistema se desarro-lla en los mismos sitios que el pajonal altimontano y montano paramuno en la vía hacia el Antisana, Sincholagua, Papallacta; sin embargo, debido a las condiciones de pendientes y vientos se ven más secos.
Se encuentra en las estribaciones en zonas con pendientes fuertes y en crestas montañosas, sobre los 3 500 msnm. El promedio de precipitación oscila entre 1 000 y 1 750 mm y la temperatura, entre 2 y 4 °C (ver Anexo 19, en el CD).
Importancia: Al igual que otras formaciones vegetales de páramo que se han descrito anterior-mente, los pajonales edafoxerófilos altimontanos tienen una importancia estratégica debido a los ser-vicios ecosistémicos que brindan, por su capacidad de retención de agua, así como también, los usos medicinales y a que son fuente de alimento.
A pesar de que los pajonales son predominan-tes en este tipo de formación, en su interior crece una gran variedad de plantas herbáceas, de musgos y de líquenes.
Algunas actividades artrópicas como el pasto-reo y las quemas afectan su funcionalidad.
Correspondencia con Sierra: Páramo seco.
Datos ecológicos: Este tipo de formación se localiza entre los 4 200 y 4 400 msnm. Registra pre-cipitaciones entre 1 500 y 1 750 mm y una tempe-ratura promedio de 2 a 4 °C, en zonas montañosas altas. El área de estudio se asocia a zonas rocosas y suelos arenosos (ver Anexo 16, en el CD).
Importancia: La vegetación geliturbada y edafoxerófila subnival paramuna es, sin duda, el lí-mite vegetal de los Andes. Tiene la característica de adaptarse a climas adversos (heladas, nieve, graniza-das). Se asocia con escarabajos, entre otros insectos, y con colibríes, que actúan como polinizadores.
Debido a los fuertes vientos que se presentan en esta zona, al sobrepastoreo y a las quemas periódi-cas, este tipo de formación ha experimentado fuertes procesos de pérdida de cobertura vegetal y erosión. En general, es un ecosistema vegetal vulnerable y poco estudiado.
Correspondencia con Sierra: Gelidofitia.
Subclase 13. Bofedal altoandino paramuno Representa el 0,06% del Distrito y represen-
ta una superficie de 257 h, restringidas únicamente a las parroquias de Píntag y Checa.
Datos ecológicos: Este tipo de formación vegetal se encuentra en los márgenes, las orillas y alrededor de las lagunas, en las depresiones de los valles donde se forman grandes extensiones de almohadillas, a altitudes superiores a 3 900 msnm. Presenta precipitaciones que oscilan entre 1 250 y 1 500 mm. La temperatura promedio oscila entre 2 y 4 °C. Este ecosistema es único por la formación vegetal encontrada sobre las áreas cenagosas donde se distribuye (ver Anexo 17, en el CD).
Importancia: Los bofedales altoandinos para-munos son un ecosistema vegetal frágil que se desa-rrolla sobre suelos anegados. Son considerados como humedales andinos que brindan alimento y refugio a numerosas aves, entre ellas especies migratorias. Juegan un papel importante en el balance hídrico de las cuencas andinas y evitan la erosión de los suelos por efecto del agua y el viento.
Lamentablemente, los bofedales altoandinos paramunos en el DMQ se encuentran muy fragmen-tados y desaparecen rápidamente debido a la activi-dad ganadera extensiva.
Correspondencia con Sierra: Páramo de almohadillas.
Subclase 14. Pajonal altimontano y montano paramuno
Constituye el 9,12% de la superficie total del Distrito y abarca una extensión de 38 689 ha. Se localiza especialmente en las zonas altas del Pichin-cha, Antisana, Sincholagua, Cerro Puntas, Atacazo y Papallacta. A nivel parroquial, su presencia se
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Memoria Técnica del Mapa de Cobertura Vegetal
Categoría 2. Áreas seminaturales
Clase 7. Vegetación en regeneración natural
Subclase 18. Bosque secundario Constituye el 3,66% del Distrito y abarca una
superficie de 15 505 ha. Esta vegetación se localiza principalmente en el bosque húmedo del occidente del DMQ, ubicado especialmente en las parroquias de Pacto, Nanegal, Gualea, Nanegalito, Lloa, San José de Minas, Calacalí y Nono.
Datos ecológicos: Este tipo de vegetación ha alcanzado un proceso de regeneración arbórea; sin embargo, la intervención humana (explotación o quema) todavía es evidente. Actualmente se ha recu-perado casi por completo (ver Anexo 22, en el CD).
Importancia: Aunque han sido zonas afec-tadas e intervenidas, ya sea de forma natural o an-tropogénica, su importancia radica en que alcanzan una sucesión arbórea natural importante, que brinda servicios ecosistémicos como hábitat para avifauna significativa a nivel mundial por su alto endemismo. Además contribuyen a la protección de suelos, son fuente de recursos alimenticios, medicinales y cons-tituyen bancos de germoplasma de la bioregión del Chocó. Son ecosistemas que aportan en la calidad y cantidad del agua de toda la región.
El manejo del bosque secundario está aso-ciado con prácticas agroforestales y silvopastoriles que permiten aprovechar los recursos del bosque de manera sustentable. El establecimiento de planta-ciones de café orgánico de altura en el noroccidente del Distrito y la incorporación de especies arbóreas o arbustivas de múltiple propósito en el manejo de los pastos son algunos ejemplos. Este tipo de vege-tación está amenazado principalmente por la am-pliación de la frontera agrícola, los monocultivos (en especial de palmito), la ganadería extensiva, y la extracción maderera.
Subclase 19. Matorral en regeneración Representa el 4,38% del Distrito equivalen-
te a una superficie de 18 590 ha. Se localiza en lo que fueron los bosques de transición húmedos en el occidente del DMQ, en los sectores de Yunguilla, Tandayapa, en la vía hacia Nono y alrededor de la ciudad de Quito. Está distribuido por 24 parroquias rurales del Distrito, sobre todo, Píntag, Pifo, Ata-hualpa, Puéllaro, San José de Minas y Lloa.
Datos ecológicos: Se refiere a la vegetación de tipo arbustiva o matorral, que corresponde a una segunda fase de sucesión, posterior a la vegetación herbácea y previa a la fase de regeneración arbórea. Este tipo de vegetación arbustiva se mezcla con al-gunos árboles aislados, especies pioneras de rápido crecimiento (ver Anexo 23, en el CD).
Categoría 1. Vegetación natural
Clase 6. Herbazales secos
Subclase 16. Vegetación saxícola montana interandina de los Andes del Norte
Constituye el 0,13% de la superficie del Dis-trito lo que representa una extensión de 548 ha. Se localiza especialmente en los cañones de los ríos Chiche, Pisque y Guayllabamba. A nivel parro-quial, se encuentra en Puembo, Calderón, Yaruquí, El Quinche, Checa y Tumbaco, entre otras.
Datos ecológicos: Se ubica sobre todo en lade-ras abruptas erosionadas o pedregosas y afloramientos rocosos, en altitudes entre los 1 900 y 2 600 msnm. Presenta precipitaciones entre 500 y 1 000 mm y una temperatura promedio que fluctúa entre 14 y 16 °C (ver Anexo 20, en el CD).
Importancia: Este tipo de vegetación estabili-za suelos y taludes. Corresponde a las pendientes de los cañones de los ríos mencionados. Se desconoce sus cualidades ecológicas y de asociación con fauna nativa por la falta de estudios. Su principal amenaza son las quemas continuas.
Correspondencia con Sierra: Espinar seco montano.
Subclase 17. Herbazal montanoRepresenta el 0,50% del Distrito Metropo-
litano con una superficie de 2 117 ha. Este tipo de formación es bastante frecuente en los valles inte-randinos. Se distribuye generalmente en las quebra-das y en remanentes de zonas montañosas formando una franja de la llamada ceja andina.
Se encuentra específicamente en la vía hacia Papallacta, en donde se presenta con un fuerte nivel de intervención que ha reducido su extensión con-siderablemente. A nivel parroquial, los herbazales montanos se encuentran principalmente en Píntag, Pifo, Checa, El Quinche, Yaruquí y Amaguaña.
Datos ecológicos: Los herbazales montanos generalmente se localizan entre los 2 400 y 3 300 msnm. La precipitación promedio oscila entre 1 000 y 1 500 mm y la temperatura promedio, entre 8 y 18 °C (ver Anexo 21, en el CD).
Importancia: Corresponde a un tipo de ve-getación secundaria dominada por herbazales no mayores a un metro. Su mantenimiento y cuidado se relacionan por sus aportes a la recuperación na-tural de los bosques originales; es decir los bosques montanos. Es así que este ecosistema actúa como banco de germoplasma y permite el crecimiento de especies pioneras, que son parte del proceso de su-cesión natural.
Correspondencia con Sierra: No posee correspondencia.
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Distrito Metropolitano de Quito
para la confección de diversos objetos, como canas-tas. Ecológicamente se desconoce si la dominancia de esta especie perjudica la diversidad de especies pioneras que contribuyen a la restauración del eco-sistema. No obstante, sostiene fuertemente los suelos y proporciona estabilidad a los taludes.
Categoría 2. Áreas seminaturales
Clase 8. Vegetación cultivada latifoliada
Subclase 22. Eucalipto adulto Representa el 1,24% del Distrito y abarca
una superficie de 5 252 ha. Constituye plantacio-nes forestales ampliamente distribuidas por los al-rededores de la ciudad de Quito y en 28 parroquias rurales del DMQ, como Píntag, Nono, Conocoto, Alangasí, Amaguaña, La Merced, Pifo, Calacalí, El Quinche y Yaruquí, especialmente en los valles interandinos. Se la puede encontrar en menor pro-porción en zonas bajas.
Datos ecológicos: Las plantaciones de euca-lipto se distribuyen ampliamente por todo el Distrito Metropolitano. El Eucaliptus saligna se desarrolla a partir de los 850 msnm y el E. globulus, sobre los 2 000 msnm. Este último domina el paisaje andino; los árboles alcanzan una altura de 25 a 35 m y de 35 hasta 85 cm de diámetro a la altura del pecho (DAP). No presenta enfermedades ni posee manejo silvicultural.
Importancia: El eucalipto es la principal fuen-te de madera de los habitantes del DMQ. Debido a su rápido crecimiento, requiere abundante agua y nutrientes, lo que afecta los suelos donde se desa-rrolla, limitando el crecimiento de otras especies a su alrededor. Por tal razón es importante el manejo silvicultural de estas plantaciones.
Subclase 23. Eucalipto joven y en regeneración Representa el 0,59% del Distrito lo que equi-
vale a una extensión de 2 491 ha. Así como el eu-calipto adulto, las plantaciones de eucalipto joven y su regeneración se distribuyen ampliamente por los alrededores de Quito, en especial en los valles interandinos y las parroquias ya mencionadas.
Datos ecológicos: El E. globulus y E. saligna, se encuentran en los mismos pisos altitudinales ya descritos, en estado de regeneración. Presenta diá-metros menores a 15 cm de DAP y una altura me-nor a 8 m. Se caracterizan por poseer hojas jóvenes azuladas y rebrotes.
Importancia: Esta latifoliada se introdujo ampliamente desde la época del presidente Gabriel García Moreno. Debido a su rápido crecimiento y re-brote, se aprovecha su madera; sin embargo, requiere un manejo silvicultural que garantice un crecimiento
Importancia: Estas formaciones correspon-den a la segunda fase en la sucesión natural de ve-getación. Son un banco de germoplasma que aporta en los procesos biológicos naturales de restaura-ción de lugares que han sido totalmente interve-nidos. Por tanto, constituyen refugio y fuente de alimento para la fauna nativa. Además aportan en los procesos de conservación de los suelos ya que proveen estabilidad de taludes en pendientes en las microcuencas.
Subclase 20. Suro con árboles Comprende el 1,44% del área total del Dis-
trito con una extensión de 6 124 ha, localizadas principalmente en la vía hacia Tandayapa, bajando a Chiriboga, y en el interior del Pululahua, entre otros. En las parroquias rurales del Distrito, este tipo de asociación se encuentra especialmente en Nanegal, Calacalí, Nono y Lloa.
Datos ecológicos: El suro (Chusquea sp.) es considerado una planta pionera en zonas de deslaves y alteración antrópica o natural, que tiene la posibi-lidad de dispersarse ampliamente en zonas abiertas. Consigue ocupar todos los terrenos abiertos, por lo que dificulta que la vegetación arbustiva o arbórea se recupere; para hacerlo, el suro debería desaparecer primero, lo que ocurre normalmente luego de 13 o 15 años, tiempo de floración de este tipo de bambú.
La presencia del suro Chusquea sp. entre árbo-les se observa en lugares donde el bosque fue talado o desmontado. En el DMQ, se encuentra entre 800 y 3 000 msnm aproximadamente, en los ecosistemas vegetales ya descritos.
Importancia: Algunas comunidades aledañas usan los tallos leñosos y blandos del suro cuando está joven, para confeccionar cestas y otros utensilios que aportan a la economía familiar. Adicionalmente, los tallos tiernos son fuente de alimento para los osos de anteojos y para otros mamíferos. Los surales aportan en la estabilización de taludes y son, muchas veces, la vegetación pionera después de las quemas en pendientes.
Subclase 21. Suro con arbustos Representa el 0,19% del área del DMQ, con
una superficie de 812 ha, ubicadas particularmente en el interior del volcán Pululahua y en las vías hacia Chi-riboga, Papallacta y Sincholagua. A nivel parroquial, se encuentra ampliamente en Calacalí, Nono y Lloa.
Datos ecológicos: Lo podemos encontrar en áreas degradadas, en recuperación natural, sobre los 2 000 msnm.
Importancia: Ya que es una especie nativa, este tipo de bambú cumple con funciones propias de esta familia en la cadena alimenticia de la fauna na-tiva. Como se señaló anteriormente, también se usa
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Memoria Técnica del Mapa de Cobertura Vegetal
(chocho), Chenopodium quinoa (quinua), Hordeum vulgare (cebada), Triticum vulgare (trigo) y Avena sativa (avena), entre otros.
Importancia: Debido al amplio rango altitu-dinal en el que se enmarca el DMQ, existe una gran diversidad de cultivos de ciclo corto propios de los valles interandinos , así como de cultivos de produc-tos tropicales. Constituyen un ingreso económico para la población. Sin embargo, las malas prácti-cas agrícolas, como el uso intensivo de fertilizantes, agroquímicos y las quemas, disminuyen la producti-vidad de los suelos, contaminan el suelo, agua y aire y amenazan la salud de la población.
Subclase 26. Cultivo semipermanente y permanente Constituye el 2,37% de la superficie del DMQ
lo que abarca 10 040 ha. Estos agroecosistemas do-minan los valles de Guayllabamba, Tumbaco y el no-roccidente del Distrito.
Principales cultivos: Se registra la presencia de árboles frutales como Persea americana (aguacate), Annona cherimola (chirimoya), Prunus persica (duraz-no), Citrus limetta (lima), Citrus limonum (limón), Musa paradisiaca (banano), Psidium guajava (guaya-ba), Saccharum officinarum (caña de azúcar), Bactris gasipaes (palmito), Coffea arabica (café), Theobroma cacao (cacao), entre otros.
Importancia: Los suelos del DMQ favore-cen una gran diversidad de cultivos permanentes y semipermanentes ubicados desde las franjas tropi-cales, a través de las estribaciones, hasta los valles interandinos. Representan una fuente de ingresos para la población dedicada a la agricultura y apun-talan la seguridad alimentaria. Según el sistema de producción, este tipo de cultivos es utilizado para establecer sistemas agroforestales, que privilegian la diversidad de especies por sobre el monocultivo, y propician el uso sustentable del agroecosistema. Estos cultivos se ven amenazados por la dependen-cia de los agricultores al uso de fertilizantes, pesti-cidas, herbicidas y otros químicos, que deterioran los recursos naturales, suelo, agua y aire, y afectan la salud de la población.
Subclase 27. Suelo en preparación (cultivos) Representa el 0,42% del Distrito con una su-
perficie de 1 802 ha. Corresponde a los suelos de tipo orgánico de textura areno-arcillosa, con gran presen-cia de materia orgánica y pH poco ácido, pero de gran riqueza para el desarrollo de cultivos andinos.
Importancia: Durante el inicio del proceso de siembra, es importante promover buenas prácticas agrícolas para evitar la pérdida del suelo por erosión, y apoyar el manejo integrado de plagas y enfermeda-des para disminuir la dependencia de los productores a los agroquímicos.
adecuado y optimice su producción. Las plantacio-nes del DMQ están constantemente amenazadas por las quemas alrededor de la ciudad de Quito.
Categoría 2. Áreas seminaturales
Clase 9. Vegetación cultivada conífera
Subclase 24. Pino y ciprés Comprenden el 0,36% del Distrito lo que
representa una superficie de 1 524 ha. Se ubican en las zonas montañosas andinas, vía hacia el Ata-cazo por ejemplo. Al igual que los eucaliptos, están ampliamente distribuidos a nivel parroquial aunque en menor escala. Se localizan sobre todo en Píntag, Pifo, Atahualpa, Puéllaro y San José de Minas.
Datos ecológicos: Las principales especies de coníferas existentes en el Distrito Metropolitano de Quito son Pinus patula y P. radiata (pino), Cupressus macrocarpa y C. pyramidalis (ciprés). Presentan de 20 a 35 cm de DAP y alcanzan alturas que fluctúan entre 15 a 30 m, respectivamente. Se los encuen-tra en zonas sobre los 2 000, hasta los 3 000 msnm aproximadamente.
Importancia: Al igual que las plantaciones de latifoliadas (eucalipto), suplen los requerimientos de madera de la población y, de alguna forma, mitigan el continuo impacto que sufren los bosques nativos. Desde el punto de vista ecológico, las coníferas no son muy amigables ya que acidifican los suelos; no obstante, se requiere de esta y otras especies en si-tios apropiados para cubrir la demanda de madera del DMQ y del país. Entre los beneficios de estas plantaciones, se encuentra el asocio con el hongo Boletus sp., que ha sido fuente de alimento e ingreso económico para algunas poblaciones andinas, como en el caso de Salinas de Guaranda.
Categoría 3. Áreas cultivadas
Clase 10. Cultivos
Subclase 25. Cultivo de ciclo corto Representa el 5,86 % del área del DMQ equi-
valente a una superficie de 24 845 ha. Las princi-pales áreas de cultivos se encuentran en los valles interandinos, cerca a zonas pobladas y a lo largo de las carreteras y caminos vecinales. En general, están presentes en todas las parroquias rurales.
Principales cultivos: Podemos encontrar So-lanum tuberosum (papa), Allium cepa (cebolla), Zea mays (maíz), Cyphomandra betacea (tomate de árbol), Lycopersicum sculentum (tomate riñón), Phaeolus communis (fréjol), Pisum sativum (arveja), Ullucos tuberosus (mellocos), Vicia faba (haba), Brassica sp., (brócoli), Brassica oleracea (col), Lupinus mutabilis
31
Distrito Metropolitano de Quito
Categoría 4. Espacios abiertos
Clase 12. Suelos desnudos de origen natural
Subclase 30. Arenal Representa el 0,21% del Distrito Metropo-
litano con una superficie de 879 ha. Constituyen suelos desnudos de arenas y rocas. Se encuentra en los flancos de las cumbres del Sincholagua, Pichin-cha, Antisana y Atacazo, entre otros.
Subclase 31. Roca (derrame laharítico) Comprende 0,23% del DMQ y abarca una
superficie de 958 ha. La presencia de rocas se loca-liza principalmente en Píntag, en el derrame laha-rítico del sector Antisanillas, que se encuentra en la vía hacia el volcán Antisana.
Subclase 32. Glaciar Abarca 0,17% del Distrito lo que equivale
una superficie de 710 ha que corresponden a las cumbres del Sincholagua, el Guagua Pichincha, el Ruco Pichincha y el Atacazo.
Categoría 4. Espacios abiertos
Clase 13. Suelos desnudos por procesos antropogénicos
Subclase 33. Área quemada Durante la elaboración del presente Mapa de
Cobertura Vegetal (2009) no se evidenciaron que-mas; sin embargo, metodológicamente se consideró importante visualizar, en la categoría de espacios abiertos, una subclase de áreas quemadas3.
Los incendios son el producto de la combina-ción de varios factores. Uno de ellos son los intensos y prolongados veranos. Otro está relacionado con la cultura ancestral de algunas poblaciones que queman la chamiza (residuos orgánicos producto de las cose-chas realizadas durante junio y julio). Finalmente, las malas prácticas de los habitantes que depositan algunos desechos como plásticos, papel y restos de cigarrillo en áreas cubiertas con vegetación.
Subclase 34. Cantera Comprende 0,14% del Distrito lo que re-
presenta 611 ha. Incluyen las excavaciones a cielo abierto destinadas a la extracción de material pé-treo. Las canteras se encuentran especialmente en las parroquias de Pomasqui, San Antonio y Píntag, entre otras.
Categoría 3. Áreas cultivadas
Clase 11. Pastos
Subclase 28. Pasto natural Comprende el 7,89% de la superficie del DMQ
con una extensión de 33 467 ha. Esta formación in-cluye una vegetación herbácea dominante. Se loca-liza frecuentemente en zonas altas del Pichincha, el Antisana, el Sincholagua y el Atacazo, entre otras. Se encuentra también entre los páramos y pajonales.
Las especies dominantes en este ecosistema-son Holcus lanatus, Aristida spp., Cortaderia sp., Tri-phyllum repens (trébol) y Vicia sp., entre otras.
Importancia: Este tipo de pasto juega un pa-pel muy importante en las laderas de la accidentada geografía del valle interandino, pues evita la pérdida de suelo por erosión y disminuye la escorrentía su-perficial. Es refugio de algunas especies propias de las regiones altas y se encuentra, en muchos casos, amenazado por el sobrepastoreo.
Subclase 29. Pasto cultivado Representa el 4% del Distrito equivalente a
una extensión de 16 958 ha. Se ubica especialmente en las parroquias rurales como Nanegalito, Pacto y Píntag, entre otras.
Esta formación de tipo antrópica ha reemplaza-do las zonas originales de vegetación nativa. Entre las especies más comunes se encuentra Pennisetum clan-destinum (kikuyo), Dactylis glomeratus (pasto azul), Vicia sp., Medicago sativa (alfalfa), Anthoxanthum odo-ratum y Lolium perenne (raygrass), entre otros.
Importancia: El establecimiento de pasturas en zonas de altas pendientes erosiona y degrada los suelos; sin embargo, los pastos cultivados son im-portantes para la población que se dedica a las acti-vidades ganaderas. La ganadería extensiva en áreas vulnerables como el Chocó ecuatoriano y los pá-ramos del Distrito Metropolitano de Quito, puede tener impactos irreversibles sobre los ecosistemas.
A pesar de esto, la actividad ganadera puede ser una oportunidad para generar sistemas produc-tivos más sustentables si se apoya una transición a prácticas más amigables con el ambiente como: los sistemas silvopastoriles, la producción ganadera semiestabulada y estabulada, y el fomento de valor agregado a nivel local en el procesamiento de los productos lácteos. El caso de los sistemas silvopas-toriles, impulsa la asociación de pasto con árboles y arbustos multipropósito, que aportan suplementos alimenticios y dan sombra para el ganado.
3 En el año 2009 se registró 2 700 ha quemadas (Secretaría de Ambiente, 2009).
32
Memoria Técnica del Mapa de Cobertura Vegetal
Subclase 39. Invernadero Comprende 0,13% del área del Distrito lo que
corresponde a una superficie de 568 ha. Los principa-les cultivos de invernadero son las flores, especialmen-te diferentes variedades de rosas, y el tomate riñón. Están ubicados en las parroquias rurales de Píntag, Yaruquí, Perucho y Nono, entre otras.
Categoría 6. Cuerpos de agua
Clase 15. Agua en cauces naturales
Subclase 40. Río y/o quebrada Representa el 0,11% del DMQ con una su-
perficie de 481 ha. Corresponde a los ríos y quebra-das que atraviesan el Distrito, como por ejemplo el Pisque, el Chiche, el Alambi, el Pichán, el Mashpi y el Pachijal, entre otros.
Subclase 41. Laguna Abarca el 0,05% del Distrito equivalente a
una extensión de 208 ha. Son aquellas reservas de agua natural como la laguna de Secas y Muertepungo.
Categoría 6. Cuerpos de agua
Clase 16. Agua en cauces artificiales
Subclase 42. Reservorio Representa el 0,02% con una superficie de 67
ha. Los principales cuerpos de almacenamiento y tra-tamiento de aguas para consumo humano son Cum-bayá, El Placer, Guangopolo y Bellavista, entre otros.
Subclase 35. Suelo erosionado Representa el 0,38 % del área total del DMQ
con una superficie de 1 599 ha. Son suelos desnu-dos que han sufrido deterioro por las actividades agropecuarias que se realizan en suelos pobres y con pendientes mayores al 70%, en los cuales aflora con frecuencia la cangagua4. Están ubicados a lo largo del cañón del Guayllabamba hasta Perucho y en los alrededores del Ilaló y el Sincholagua.
Categoría 5. Áreas artificiales
Clase 14. Infraestructura
Subclase 36. Edificaciones Constituyen 5,59% de la superficie lo que re-
presentan 23 699 ha. A esta subclase pertenece todo tipo de edificaciones como casas, edificios, fábricas, vías y galpones, entre otras.
Subclase 37. Aeropuerto Representa el 0,10% del Distrito Metropo-
litano con una extensión de 435 ha. A esta sub-clase corresponde el aeropuerto Mariscal Sucre y el Nuevo Aeropuerto Internacional de Quito–NAIQ, en Tababela.
Subclase 38. Relleno sanitario Constituye el 0,01% del DMQ lo que equiva-
le a una superficie de 30 ha. Corresponde al relleno sanitario de El Inga, ubicado en la parroquia de Pifo al suroeste de Quito.
4 Suelo volcánico ocre, que cubre buena parte del subsuelo de algunas regiones de la Sierra.
33
Distrito Metropolitano de Quito
5 El capítulo 4 fue elaborado por Daniela Balarezo.
mayor número de hectáreas con vegetación natural (46 992 ha), seguida de las parroquias de Píntag, Nanegal, Pifo, Pacto, Nono, San José de Minas y Calacalí. Las parroquias que tienen menos de 1 000 ha de vegetación natural son Cumbayá, Nayón, Co-nocoto, Guangopolo, Zámbiza, Llano Chico, Peru-cho y Chavezpamba que posee apenas 166 hectáreas de arbustos.
Es importante, además, considerar que, de los 17 sistemas ecológicos evidenciados en el Dis-trito Metropolitano de Quito, ocho corresponden a formaciones de bosques, tres a arbustos, y seis a herbazales. De ahí que Checa posee 11 de las 17 formaciones vegetales encontradas en el Dis-trito Metropolitano; El Quinche, Pifo y Yaruquí, tienen 10; Lloa, Píntag, Nono y San José de Mi-nas, 9; Atahualpa, 8; y Puéllaro, 7. Las parroquias Pacto y Gualea únicamente contienen dos tipos de ecosistemas vegetales, que corresponden a los últimos fragmentos de los bosques húmedos del no-roccidente. En cambio, parroquias como Pomasqui, Conocoto, Guangopolo, Llano Chico, Perucho y Chavezpamba albergan solamente dos formaciones vegetales arbustivas.
El Mapa de Cobertura Vegetal permite desa-gregar información tanto a nivel parroquial, como a nivel zonal. A continuación, se presenta la distribu-ción tanto de la vegetación natural como seminatu-ral en las parroquias rurales del DMQ.
4.1 Análisis de vegetación natural y áreas seminaturales de las parroquias rurales del DMQ
El siguiente análisis evidencia la presencia de vegetación natural y áreas seminaturales en las 33 parroquias del DMQ, con el fin de enmarcar es-trategias mancomunadas de intervención por cada gobierno parroquial en favor de la conservación de los ecosistemas representativos que se encuentran en el territorio, y transitar hacia un manejo integral del Patrimonio Natural, que se traduzca en mayores y mejores alternativas para el buen vivir.
4.1.1 Presencia de vegetación natural y representa-tividad de formaciones vegetales a nivel parroquial
Según se puede observar claramente en la Figura 24, Lloa es la parroquia rural que posee un
Figura 24. Hectáreas de vegetación natural en las parroquias rurales del DMQ
ChavezpambaPerucho
Llano ChicoZámbiza
GuangopoloConocoto
NayónCumbayá
PuemboTababela
PomasquiAlangasí
La MercedAmaguaña
YaruquíGuayllabamba
El QuincheTumbaco
GualeaPuéllaro
AtahualpaCheca
CalderónNanegalito
San AntonioCalacalí
San José de MinasNonoPacto
PifoNanegal
PíntagLloa
50 00040 00030 00020 00010 000 45 00035 00025 00015 0005 0000
Par
roqu
ias
No de hectáreas
4. aplicacioneS del mapa de cobertura vegetal5
34
Memoria Técnica del Mapa de Cobertura Vegetal
Figura 26. Bosques húmedos en las parroquias rurales del DMQ
40 10032 10028 10020 1008 1004 100 36 10024 10016 10012 100
donde se encuentran tres tipos de formaciones vege-tales boscosas. Por otro lado, Nanegal, Pacto, Nane-galito y Pifo poseen dos (Ver Figura 26).
También existen sistemas ecológicos tan frag-mentados que sólo están presentes en una o dos pa-rroquias con extensiones superiores a 1 500 ha, como los bosques bajos y arbustales altoandinos paramu-nos de Píntag y Pifo, que también están presentes en Amaguaña, Checa, el Quinche y Yaruquí, pero con superficies menores a 60 hectáreas.
Por otro lado, los últimos remanentes de Bos-ques pluviales piemontanos de los Andes del Norte se encuentran únicamente en Pacto (7 200 ha) y en pequeños fragmentos en Gualea (55 ha).
4.4.1.1 Presencia de bosques húmedos a nivel parroquial
Según la Figura 25, existen remanentes de bosques húmedos en 17 de las 33 parroquias rurales del Distrito. El mayor número de hectáreas se en-cuentra en Lloa (38 622 ha), seguida por Nanegal, Pacto, Nono, San José de Minas, Nanegalito y Ca-lacalí (5 660 ha). Las parroquias que poseen menos de 1 000 ha de bosques húmedos son Puéllaro (735 ha), San Antonio, Amaguaña, Checa, El Quinche y Yaruquí (14 ha).
Con respecto a la representatividad de bosques en las parroquias con mayor número de hectáreas, se destacan Lloa, Nono, San José de Minas y Calacalí,
Figura 25. Hectáreas de bosques húmedos en las parroquias rurales del DMQ
San José de Minas9 577
Puéllaro735
San Antonio600
Amaguaña60
El Quinche43
Checa50
Yaruquí14
Nono11 147
Pacto15 168
Lloa38 622
otros1 502
Nanegalito7146
Calacalí5 660
Gualea3 429
Atahualpa3 160
Píntag1 948
Pifo1 689
Nanegal25 047
Par
roqu
ias
100
No de hectáreas
01 Bosques altimontanos norte-andinos siempreverdes
02 Bosques bajos y arbustales altoandinos paramunos
03 Bosques altimontanos norteandinos de Polylepis
04 Bosques montanos pluviales de los Andes del Norte
05 Bosques siempreverdes estacionales montano bajos
06 Bosques pluviales piemontanos de los Andes del Norte
San Antonio
Puéllaro
Pifo
Píntag
Atahualpa
Gualea
Calacalí
Nanegalito
San José de Minas
Nono
Pacto
Nanegal
Lloa
35
Distrito Metropolitano de Quito
Figura 30. Bosques secos en parroquias rurales del DMQFigura 28. Bosques secos en parroquias rurales del DMQ
4.1.1.2 Presencia de bosques secos a nivel parroquial
A diferencia de los bosques húmedos, los bosques secos del Distrito Metropolitano de Quito se encuentran restringidos a 10 parroquias con ex-tensiones menores a 350 hectáreas. San Antonio con 350 ha y Guayllabamba con 234 ha, se des-tacan como las parroquias con un mayor núme-ro de hectáreas de este tipo de formación vegetal seca. Puéllaro, Calderón, Tumbaco y Yaruquí, entre otras, poseen fragmentos de menos 42 hectáreas, como se puede observar en la Figura 27.
La Figura 28 muestra que el bosque seco inte-randino, especialmente la vegetación ribereña del piso montano xerofítico, es el sistema ecológico más frag-mentado del DMQ. Aunque ambos tipos de bosques se encuentran en ocho parroquias, con excepción de Tumbaco (12 ha) y Nayón (3 ha), que sólo poseen vegetación ribereña, las extensiones presentes en las diferentes parroquias son tan pequeñas que evidencian la necesidad urgente de conservación y restauración, y así lograr que la representatividad y los servicios ecosis-témicos asociados a este tipo de formaciones vegetales aumenten y no desaparezcan del Distrito.
Figura 27. Hectáreas de bosques secos en parroquias rurales del DMQ
Checa7
Puembo5
El Quinche4
Nayón3
Guayllabamba234
San Antonio350
Otros18
Yaruquí10
Tumbaco12
Puéllaro42
Calderón35
Nayón
El Quinche
Puembo
Checa
Yaruquí
Tumbaco
Calderón
Puéllaro
Guayllabamba
San Antonio
Par
roqu
ias
300200100 350250150500
No de hectáreas
07 Bosque seco interandino 08 Vegetación ribereña del piso montano xerofítico
36
Memoria Técnica del Mapa de Cobertura Vegetal
4.1.1.3 Presencia de arbustos húmedos y secos a nivel parroquial
A diferencia de la cobertura vegetal de los bosques del DMQ, los arbustos tanto húmedos como secos están ampliamente distribuidos en 30 parroquias rurales, excepto Pacto, Nanegalito y Gualea. Las pa-rroquias con mayor extensión de arbustos son Píntag (11 481 ha), San Antonio (8 442 ha), Pifo (6 512 ha), Calacalí (6 123 ha) y Calderón (4 224 ha); a di-ferencia de Perucho, Chavezpamba y Nanegal (19 ha) que poseen menos de 300 hectáreas (ver Figura 29).
Como ya se mencionó anteriormente, la pre-sencia de arbustos en el Distrito se evidencia en tres formaciones vegetales arbustivas que corresponden a una segunda fase de sucesión natural. Píntag, Pifo, Checa, El Quinche y Yaruquí poseen los tres tipos: arbustales bajos y matorrales altoandinos paramunos; arbustos montanos de los Andes del Norte y arbustos secos interandinos (ver Figura 30).
En cuanto a este análisis, es importante subra-yar que, si bien los bosques bajos y arbustales altoan-dinos paramunos y los bosques secos del Distrito se encuentran muy fragmentados, es evidente que hay una extensión significativa de arbustales bajos y ma-torrales altoandinos paramunos en las parroquias de Píntag, Pifo, Checa, El Quinche, Yaruquí y Lloa, que supera las 100 ha. Paralelamente, los arbustales secos interandinos se concentran en San Antonio, Cal-derón, Puéllaro, Calacalí, Guayllabamba, Tumbaco, Pomasqui, Píntag, Tababela, La Merced y Pifo, donde se registran extensiones superiores a 1 000 hectáreas.
Ante esto se infiere que los procesos de suce-sión natural son clave para conservar la representati-vidad de los ecosistemas del Distrito, estos arbustales pueden convertirse en bosques a mediano y largo plazo, siempre y cuando se limite la influencia an-trópica que permita que estos procesos continúen de manera natural.
Figura 29. Presencia de arbustos secos y húmedos en las parroquias rurales del DMQ
12 3008 3004 300 10 3006 3002 300300
Perucho
Otras <300
Zámbiza
Cumbayá
Nayón
Guangopolo
Conocoto
Atahualpa
Alangasí
Puembo
Tababela
Pomasqui
La Merced
Nono
Yaruquí
El Quinche
Amaguaña
San José de Minas
Checa
Guayllabamba
Tumbaco
Puéllaro
Lloa
Calderón
Calacalí
Pifo
San Antonio
Píntag
Par
roqu
ias
No de hectáreas
37
Distrito Metropolitano de Quito
Figura 30. Arbustos húmedos y secos en las parroquias rurales del DMQ
4.1.1.4 Presencia de herbazales húmedos y secos a nivel parroquial
Los herbazales se encuentran en 22 parroquias rurales (ver Figura 31). Píntag (21 255 ha) y Pifo (10 970) son las parroquias que poseen el mayor número de hectáreas. Otras parroquias como Lloa, Checa, Atahualpa, El Quinche y Nono poseen áreas superiores a 1 000 ha. San José de Minas y Puéllaro tienen 152 y 119 ha respectivamente. Con fines prác-ticos se agrupó 10 parroquias que poseen fragmentos de herbazales menores a 100 ha, entre ellas Calderón, Tumbaco, Calacalí, Zámbiza, Tababela, La Merced, Nayón, Alangasí, Guayllabamba y San Antonio, en la categoría “otras parroquias”.
Según este estudio, los herbazales del Distrito, están representados por seis formaciones vegetales, ya descritas en el capítulo anterior. En este sentido, Píntag posee la mayor representatividad en herbaza-les por cuanto alberga cinco de las seis formaciones vegetales registradas incluyendo la vegetación geli-
turbada y edafoxerófila subnival paramuna que no aparece en el gráfico debido a su pequeño tamaño (43 ha). Le siguen Pifo, Checa, Nono y Yaruquí que poseen tres formaciones (ver Figura 32).
De acuerdo al análisis, existen formaciones ve-getales restringidas a una o dos parroquias. Es el caso de la vegetación geliturbada y edafoxerófila subnival paramuna, en Píntag con apenas 43 ha. Otro caso es el de los bofedales altoandinos paramunos, en Píntag y Checa, a diferencia de los pajonales altimontanos y edafoxerófilos altimontanos que se encuentran en ocho parroquias: Píntag, Pifo, Checa, Nono, Yaruquí, Lloa, Atahualpa y El Quinche. En ambos casos, la conserva-ción de este tipo de sistemas ecológicos es estratégica.
Finalmente, a pesar de estar distribuida en cinco parroquias, la fragmentación de la vegetación saxícola montana interandina es significativa. Solo en Puembo se registran 189 hectáreas. En el resto de parroquias como Yaruquí, Calderón, Nono y Tumba-co, se registran superficies menores a 80 hectáreas.
10 1006 1004 100 12 1008 1002 100100
Chavezpamba
Lloa
Nono
Perucho
Conocoto
Guangopolo
Llano Chico
El Quinche
Yaruquí
Checa
Alangasí
Cumbayá
Nayón
San José de Minas
Puembo
Pifo
La Merced
Tababela
Píntag
Pomasqui
Tumbaco
Guayllabamba
Calacalí
Puéllaro
Calderón
San Antonio
Par
roqu
ias
No de hectáreas
09 Arbustales bajos y matorrales altoandinos paramunos
10 Arbustal montano de los Andes del Norte
11 Arbustales secos interandinos
Amaguaña
Atahualpa
Zámbiza
38
Memoria Técnica del Mapa de Cobertura Vegetal
Figura 31. Hectáreas de herbazales húmedos y secos en parroquias rurales del DMQ
Figura 32. Presencia de herbazales en las parroquias rurales del DMQ
4.1.2. Presencia de áreas seminaturales a nivel parroquial
Para este análisis se separó la vegetación en regeneración natural de la vegetación cultivada de latifoliadas y coníferas.
Según la leyenda del Mapa de Cobertura Vege-tal del Distrito Metropolitano de Quito, la vegetación en regeneración natural incluye el bosque secundario, el matorral en regeneración y las asociaciones del suro con árboles y arbustos. A partir de esta información, se comprueba que solo nueve de las 33 parroquias rurales del DMQ poseen vegetación con regeneración natural en grandes superficies (ver Figura 33).
La mayor superficie de regeneración natural se encuentra en las parroquias de Pacto (14 795 ha), Nanegal (7 521 ha) y Gualea (5 037 ha); mien-tras que superficies menores a 3 626 hectáreas se en-cuentran en Nanegalito, Lloa, Calacalí, Nono, San José de Minas y Atahualpa (380 ha). La Figura 34 muestra la distribución de las diferentes subclases (el bosque secundario, el matorral en regeneración
y las asociaciones de suro) respecto al territorio de cada parroquia.
En la mayoría de las parroquias mencionadas hay superficies considerables tanto de bosque secunda-rio como de matorral en regeneración. Esto es impor-tante en términos de conservación, ya que estos pro-cesos responden a una sucesión natural que, si no fuera interrumpida por procesos antrópicos, coadyuvaría a la restauración y la conectividad de ecosistemas fragmen-tados, como los bosques pluviales piemontanos.
Con respecto a la presencia de plantaciones de eucalipto, pino y ciprés en el Distrito, se regis-tra superficies variables en las 33 parroquias rurales, excepto en Pacto, Gualea y Nanegal, donde no se registran plantaciones de especies exóticas.
De acuerdo a la Figura 35, las parroquias con una mayor extensión de plantaciones de eucalipto, pino y ciprés son Píntag con 1 190 ha, Conocoto con 561 ha y Pifo con 512 ha, Zámbiza, Guangopolo, Llano Chico, San Antonio, Guayllabamba, Cha-vezpamba y Perucho poseen menos de 50 hectáreas.
San José de MinasPuembo
Puéllaro
Puembo
AmaguañaOtras parroquias
El Quinche
YaruquíNono
Lloa
El QuincheAtahualpa
Checa
Checa
Lloa
Pifo
Pifo
Píntag
Píntag
Par
roqu
ias
Par
roqu
ias
6 055 12 055 18 055 21 0553 055
5 000 15 00010 000 20 000 25 000
9 055 15 05555
0
No de hectáreas
No de hectáreas
12 Vegetación geliturbada y edafoxerófila subnival paramuna
13 Bofedales altoandinos paramunos
14 Pajonales altimontanos y montanos paramunos
15 Pajonales edafoxerófilos altimontanos
16 Vegetación saxícola montana interandina de los Andes del Norte
17 Herbazal montano
Puéllaro
TumbacoCalderón
San José de Minas
Amaguaña
Atahualpa
YaruquíNono
39
Distrito Metropolitano de Quito
Figura 34. Presencia de vegetación en regeneración natural en las parroquias rurales del DMQ
Figura 33. Hectáreas de vegetación en regeneración natural en las parroquias rurales del DMQ
Gualea5 037
Nanegal7 521
Pacto14 795
Nanegalito3 626
Lloa2 931
Calacalí2 799
Otros4 089
Nono2 401
Atahualpa380
San José de Minas1 308
Figura 35. Presencia de vegetación cultivada, latifoliadas y coníferas en las parroquias rurales del DMQ
1 050550 1 30080030050
CalderónTababela
PomasquiNayón
PuemboSan José de Minas
AtahualpaPuéllaro
CumbayáOtras < 50 ha
ChecaLloa
TumbacoCalacalíYaruquí
AlangasíLa Merced
El QuincheNono
AmaguañaPifo
ConocotoPíntag
Par
roqu
ias
No de hectáreas
Atahualpa
San José de Minas
Nono
Calacalí
Lloa
Nanegalito
Gualea
Nanegal
Pacto
Par
roqu
ias
10 000 12 0004 0002 000 6 000 14 0008 0000
No de hectáreas
18 Bosque secundario
19 Matorral en regeneración
20 Suro con árboles
21 Suro con arbustos
40
Memoria Técnica del Mapa de Cobertura Vegetal
Distrito Metropolitano biodiversoEl estudio realizado permitió sacar a la luz
la enorme biodiversidad del Distrito Metropo-litano de Quito. Sus 306 705 ha (72,3% del to-tal del territorio), guardan una amplia gama de ecosistemas vegetales boscosos, arbustivos y her-báceos, en altitudes que van desde los 500 a los 4 800 msnm. La variedad de mosaicos paisajísticos andinos y tropicales, distribuidos en zonas de alta montaña, valles interandinos, estribaciones altas y medias de los flancos occidental y oriental de la cordillera occidental de los Andes, da cuenta de su riqueza florística (con 2 330 especies de plantas vasculares) a pesar de encontrarse altamente frag-mentado por los procesos de crecimiento urbano, agropecuario y minero, que ocupan las 117 357 ha restantes (27,7%).
El endemismo encontrado en el DMQ, regis-tra un total de 254 especies de plantas, distribuidas en 121 géneros que corresponden a 58 familias en-démicas. La familia con mayor número de especies endémicas es Melastomataceae (18 especies) seguida por Orchidaceae (15 especies) y Asteraceae (14 es-pecies). Estas especies requieren particular atención por su limitada distribución lo que las hace más pro-pensas a estar en peligro de extinción. La mayor can-tidad de registros de especies endémicas se localizan en bosques de las estribaciones occidentales, aunque también en zonas de matorral interandino, como los alrededores de los volcanes Pichincha y Atacazo, alrededores del Pululahua, Yanacocha, Tandayapa, Maquipucuna y la vía a Chiriboga.
Las cinco especies con mayor preocupación de conservación y en estado crítico de amenaza son: Burmeistera rubrosepala localizada en Pahuma, Ela-phoglossum christii (Pululahua); E. sprucei (Estación Biológica de Maquipucuna); Columnea asteroloma (Pacto Nuevo, vía río Guayllabamba); y Miconia be-noistii (alrededor del Pichincha). Otras especies im-portantes y en peligro de extinción son: Phaedranassa viridiflora y Passiflora subpurpurea (Pululahua); Blech-num floresii (camino El Paraíso - Sanguangal); Draba aretioides, Eudema nubigena, Oreopanax corazonensis y Cynanchum intricatum (volcán Pichincha, Atacazo); Draba extensa (Ruco Pichincha); Tillandsia polyantha, Miconia corazonica (Lloa, volcán Pichincha); Cen-tropogon aequatorialis (Niebli); Guzmania roseiflora (Yunguilla); Centropogon parviflora, Anthopterus ver-ticillatus y Psammisia oreogenes (Chiriboga); Lysipomia aretioides y Siphocampylus lucidus (páramo Papallac-ta); Uncinia lacustris (páramo de Guamaní); Elapho-glossum isophyllum, Gentianella jamesonii, Monopyle sodiroana y Siphocampylus rupestris (Yanacocha); Ma-cleania coccoloboides y Nasa aequatoriana (Tandayapa);
Croton pavonis, Inga carinata, Zapoteca aculeata, Banara regia, Geissanthus fallenae, Blakea eriocalyx, Cleistocactus leonensis, Anthurium saccardoi (No-roccidente); Piper brachystylum (Maquipucuna).
Metodología y clasificación de ecosistemas
El empleo de la metodología de Corine Land Cover, permitió estructurar la leyenda del Mapa de Cobertura Vegetal a tres niveles (Categorías, Clases y Subclases) los cuales se encuentran íntimamente relacionados con sus respectivas unidades y pueden ser integrados en los procesos de planificación como el Plan General de Desarrollo Territorial y el Plan de Uso y Ocupación del Suelo.
La metodología empleada, al fusionar elemen-tos constitutivos de dos metodologías previas oficial-mente aceptadas pero ajustadas a escala 1:25 000 y la respectiva comprobación de campo, ratificó la presencia de los 17 ecosistemas identificados para el Distrito por NatureServe. Presenta un mayor nivel de detalle al haber trabajado con el referente eco-sistémico señalado pero considerando las 14 forma-ciones vegetales reconocidas por Sierra y Baquero.
La agrupación de las unidades resultantes por formas de vida y unidades gruesas de naturalidad o intervención de acuerdo a la metodología de Corine Land Cover facilitan la lectura y comprensión del mapa para llegar a una mayor diversidad de lectores.
La utilización del formato raster para el aná-lisis de las unidades resultantes, permite mantener mayor exactitud en el tamaño y forma de las mismas sin las generalizaciones propias del formato vector.
Las limitaciones de la nomenclatura resultan-te por ser una fusión de dos propuestas previas, pre-senta ciertos elementos nuevos que podrían causar desconcierto con los seguidores de las mismas si no conocen el proceso seguido.
Es importante recomendar, para la interpreta-ción de imágenes de satélite, el empleo de técnicas de teledetección en el tratamiento digital de imáge-nes que permitan apoyar los procesos de monitoreo y detección de cambios de uso del suelo a diferentes niveles de detalle. En ese sentido, el Mapa de Cober-tura Vegetal, escala 1:25 000, debería ser actualizado con imágenes de alta (menor a un metro) y mediana resolución (5 a 10 metros).
La elaboración del mapa ha permitido apren-dizajes y aportes importantes que deberían ser con-siderados por el Ministerio del Ambiente (MAE) y SENPLADES para contar con un sistema oficial de clasificación de ecosistemas o leyenda nacional. Los resultados se constituyen en un insumo a nivel de país y contribuye a la construcción o correlación
5. concluSioneS
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Distrito Metropolitano de Quito
de alto endemismo en aves y especies vegetales, se encuentran seriamente amenazados por la defores-tación y el establecimiento de monocultivos, como el palmito.
Adicionalmente citamos los Bofedales altoan-dinos paramunos, humedales andinos con presencia de vegetación tipo “almohadillas” que requieren de suelos cenagosos para formarse, poseen una super-ficie de 257 ha (0,06%) y se ubican en las zonas altas junto a los páramos. Su amenaza principal es el pastoreo con ganado vacuno y el avance de la frontera agrícola, así como las quemas constantes en los páramos. En este mismo sentido están los Bosques secos interandinos con 640 ha (0,15%), los cuales están relegados a pequeñas áreas en San Antonio, Guayllabamba, Calderón y Puéllaro, con presiones de tala y quema por expansión urbana y agrícola.
En suma, existen argumentos válidos para priorizar todos los ecosistemas del DMQ, conside-rando que los actuales remanentes poseen un alto endemismo, son fuente primaria de recursos que pueden aportar a la ciencia así como a la economía familiar y constituyen una fuente de material gené-tico, que puede ser aprovechado para procesos de reforestación o restauración forestal. A pesar de ello, están sujetos a altas presiones con fines energéticos, ampliación de la frontera agrícola, ganadera y cam-bio de uso del suelo en general.
Nivel parroquial
En las parroquias de Lloa, Píntag, Nanegal, Pifo, Pacto, Nono, San José de Minas, Calacalí, San Antonio, Nanegalito, Calderón y Checa, cuyas su-perficies de vegetación natural oscilan entre 46 992 a 5 436 hectáreas, se deben priorizar procesos de con-servación de ecosistemas y producción sustentable, de manera inmediata.
En tanto que, en las parroquias de Atahualpa, Puéllaro, Gualea, Tumbaco, El Quinche, Guaylla-bamba, Yaruquí, Amaguaña, La Merced, Alangasí, Pomasqui, Tababela, Puembo, Cumbayá, Nayón, Conocoto, Guangopolo, Zámbiza, Llano Chico, Perucho y Chavezpamba, cuyas superficies de vege-tación natural se encuentran entre 4 559 a 166 hec-táreas, se deberán impulsar procesos de recuperación de la vegetación natural a través de la forestación y reforestación, el establecimiento de sistemas agrofo-restales, agricultura agroecológica, entre otros.
Paralelo a lo anterior se resalta que en parro-quias como Pacto, Gualea, Nanegalito, Nanegal, Nono, Calacalí, Lloa, San José de Minas y Atahualpa, cuyas superficies de regeneración natural se hallan entre 14 795 a 381 hectáreas se deben fomentar, de manera urgente, estrategias mancomunadas que con-serven las áreas seminaturales (bosque secundario,
con la leyenda nacional. En ese sentido, se deberían unir esfuerzos a través del MAE y SENPLADES, con el fin de orientar la nueva leyenda a nivel nacional.
El mapa revela que la vegetación natural al-canza el 60,46% del DMQ. A continuación se en-cuentra la categoría de áreas cultivadas (20,54%). Otra cifra alta se refiere a las áreas seminaturales con el 11,86%, en donde se agrupan las zonas de vegetación en regeneración natural, así como los cultivos de eucalipto y pino.
Se da cuenta además, de la presencia de 17 ecosistemas vegetales, acorde al sistema de clasifi-cación realizado por NatureServe, siendo aquellos remanentes vegetales con mayor cobertura los que se encuentran en el noroccidente del Distrito y co-rresponden a los Bosques montanos pluviales de los andes del norte con 44 953 ha (10,60%) y los Bosques altimontanos norte-andinos siempreverdes con 36 993 ha (8,72%); mientras que en los valles interandinos se encuentran los Arbustales monta-nos de los Andes del Norte con 40 317 ha (9,51%) y los Arbustales secos interandinos con 36 690 ha (8,65%), y finalmente, en las zonas de alta montaña existe una predominancia de los Pajonales altimon-tanos y montanos con 38 689 ha (9,12%).
El mapa hace visible las alteraciones o cambios importantes en la ocupación agrícola del suelo, subs-tituyéndose muchos cultivos de ciclo corto y frutales por cultivos de flores en invernadero. En los sectores más planos y de mayor aptitud para usos agrícolas y pecuarios es donde se han expandido, principalmen-te, los asentamientos humanos, lo que ha obligado a que la ocupación de cultivos y pastos se incremente en áreas de pendientes fuertes y suelos superficiales, inclusive en áreas bajo protección como las laderas del Pichincha y bosques protectores declarados.
Prioridades de conservación
Si damos una mirada a los ecosistemas ve-getales presentes en el Distrito y su prioridad de conservación, algunos criterios a tomarse en cuenta deben estar vinculados con la superficie (remanen-cia), presión, importancia ecológica (endemismo, diversidad) y ubicación, entre otros. La vegetación geliturbada y edafoxerófila subnival paramuna posee una superficie de 43 ha (0,01%) y se ubica en las crestas de los cerros Pichincha, Sincholagua y Ata-cazo. Su prioridad de conservación es alta porque se encuentra en un espacio limitado con una vegeta-ción abierta, que soporta las condiciones adversas y es constantemente amenazada por las quemas. En tanto los Bosques pluviales piemontanos de los An-des del Norte con 7 323 ha (1,73%), que se ubican en la zona más occidental del Distrito, dentro de la denominada área del Chocó, que es considerada
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Memoria Técnica del Mapa de Cobertura Vegetal
manera que se establezcan en lugares con vocación forestal, sin perjudicar aquellas áreas cuya vocación es de protección ecológica.
Los 17 ecosistemas descritos son vulnerables y se encuentran amenazados por actividades lícitas e ilícitas desarrolladas en áreas urbanas y rurales; entre ellas la construcción en zonas periféricas de la ciudad de Quito, la expansión de cultivos y ganadería en áreas de páramo y tropicales, la tala de bosques pri-marios y quemas de cultivos en forma descontrolada. Se requiere por lo tanto, repensar la forma de plani-ficación actual y no sectorizarla, de manera de poder conjugar los intereses de desarrollo especialmente los urbanísticos, los ámbitos agrícolas, y pecuarios, con la conservación, tomando en cuenta además las poten-ciales amenazas como la minería y el monocultivo.
El MDMQ debe cuidar los ecosistemas rema-nentes y por ende los servicios ambientales que pro-porcionan a través de diferentes mecanismos como la consolidación del Subsistema Metropolitano de Áreas Naturales Protegidas (SMANP), la identifi-cación de posibles alianzas estratégicas con la auto-ridad ambiental nacional, los gobiernos autónomos descentralizados, las instituciones y organizaciones presentes en su territorio, con el fin de planificar y tomar decisiones de manera conjunta.
Es importante, además, que el municipio rede-fina el área de expansión de la ciudad, precautelando no solo las áreas frágiles como los páramos, priori-tarios para mantener el régimen hídrico y para la provisión de agua, sino también, las de uso agrícola y pecuario como un mecanismo de precautelar la seguridad alimentaria para la ciudad y el país.
A un nivel más específico, se requiere aunar esfuerzos interinstitucionales para detener la explota-ción de la madera que actualmente llega a Quito, la misma que proviene de las vías a Chiriboga y Mashpi noroccidente de Pichincha.
Los programas de control de quemas e incen-dios forestales deben ser continuos y deben estar en-lazados a campañas de comunicación que permitan sensibilizar a la población acerca de la importancia vital de conservar las áreas naturales.
Los programas de restauración ambiental y reforestación también son una opción para la con-servación y recuperación de los remanentes de vege-tación. Así como los programas integrales de manejo de las cuencas hidrográficas son de vital importancia para el manejo del recurso agua.
matorral en regeneración, y las asociaciones del suro con árboles y arbustos) como potenciales co-rredores naturales entre los fragmentos de bosques y áreas agroproductivas.
En referencia a las plantaciones de pino, eu-calipto y ciprés presentes en la mayoría de las parro-quias del Distrito no existe un manejo silvicultural adecuado (podas, raleos) y sobre todo un aprove-chamiento forestal sostenible que cumpla con la normativa forestal vigente. Por otro lado, existen plantaciones que por su ubicación no pueden ser aprovechadas totalmente (laderas del Pichincha). Es importante enriquecer las plantaciones con es-pecies nativas de rápido crecimiento, o especies multipropósito para el establecimiento de sistemas más diversos.
Reflexiones finales
La vegetación natural, aún presente en el Dis-trito, es una oportunidad para delinear procesos de ordenamiento del territorio. La información base generada permite establecer políticas de conserva-ción para páramos, bosques y arbustales húmedos y secos. Se cuenta además, con información clave sobre especies endémicas como un aporte para la toma de decisiones.
En las áreas cultivadas se deberían establecer lineamientos y normativas claras que promuevan el manejo de fincas de manera sustentable con proyec-ción a dirigirse hacia un modelo diferente en donde coexistan la conservación y el desarrollo, con el fin de evitar la desaparición de los ecosistemas.
Las áreas seminaturales son de gran importan-cia para promover procesos de restauración de eco-sistemas a largo plazo; así como las plantaciones fo-restales son una alternativa de ingresos económicos para la población. Es importante además, establecer acciones de protección de las microcuencas y sus cauces especialmente por su cercanía a poblaciones.
Dado que es de interés estratégico la conser-vación de los bosques presentes en el territorio, y que, por otro lado, existe demanda de madera a ni-vel de todo el país, se requiere que el Municipio del Distrito Metropolitano de Quito, promueva el esta-blecimiento y/o consolidación de viveros forestales en los diferentes pisos altitudinales del Distrito. Las plantaciones forestales con fines de producción de-ben aplicar técnicas silviculturales existentes, de tal
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Distrito Metropolitano de Quito
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6. bibliograFía
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Memoria Técnica del Mapa de Cobertura Vegetal
Las formaciones vegetales que presentan un mayor número de registros se ubican en gradientes entre 2 200 y 2 900 msnm, que corresponden a las formaciones de bosques siempreverdes estacionales montano bajos de los Andes del Norte y de bosques altimontanos húmedos de los Andes del Norte. Estos bosques se encuentran en las estribaciones monta-ñosas y constituyen remanentes de vegetación pre-sentes en zonas distantes a centros poblados, como áreas protegidas, en los que se ha registrado alrededor de 126 familias de plantas.
El segundo nivel importante, de acuerdo al nú-mero de registros, corresponde a las formaciones que se encuentran entre 1 200 y 2 000 msnm: la forma-ción de arbustales montanos de los Andes del Norte (matorral húmedo montano), bosques montanos pluviales de los Andes del Norte y bosques y arbus-tales xéricos interandinos montanos bajos de los Andes del Norte.
Para este rango se establecieron 5 601 re-gistros y 126 familias de plantas. Esta formación
El análisis florístico se realizó a partir de una base de datos de 18 918 registros de colecciones (herbario) de plantas de diferentes zonas del DMQ. La base de datos se clasificó inicialmente en ocho rangos altitudinales, que guardan relación con el sistema de clasificación, según NatureServe (2009). Las unidades de clasificación presentan un sistema transversal de clasificación altitudinal, en el que una misma formación comparte hasta tres rangos altitudinales, por lo que se consideró realizar una primera clasificación (ver Cuadro 1).
comprende zonas de bosques que se encuentran en áreas montañosas y de matorrales, que van desde los valles interandinos hasta las zonas que limitan con los páramos.
En tercer lugar, las formaciones entre 3 100 y 4 100 msnm corresponden a los bosques altimon-tanos norte-andinos de Polylepis, los pajonales al-timontanos y montanos paramunos, los pajonales arbustivos altimontanos paramunos, los arbustales bajos, los matorrales altoandinos paramunos y otras formaciones de páramos. Se registró 3 372 formacio-nes y 83 familias.
Por encontrarse en zonas montañosas altas, estas formaciones conservan algunos elementos de flora nativa; además han sido objeto de investigacio-nes e inventarios florísticos.
Las formaciones adicionales, que se encuentran entre 4 100 y 4 300 msnm, presentan un número me-nor de registros (522), pertenecientes a 44 familias, en su mayoría, herbáceas. Estas formaciones altoan-dinas corresponden a las formaciones de matorrales edafoxerófilos en cojín altoandinos paramunos, que no fueron catalogadas en esta clasificación, y que se entremezclan con los arbustales bajos paramunos.
En cuarto lugar se encuentran las formaciones ubicadas entre 1 700 y 1 800 msnm, con 1 166 espe-cies y 109 familias, en los bosques pluviales montano bajos de los Andes del Norte, que también se distri-buyen en las zonas de las estribaciones montañosas.
Otra categoría con resultados importantes corresponde a las formaciones que se encuentran entre 2 900 y 3 100 msnm, con 977 registros y 96 familias, en los bosques montanos pluviales de los Andes del Norte.
Los bosques pluviales piemontanos de los An-des del Norte, que se encuentran entre los 500 y 1 200 msnm, presentan 672 registros que están distri-buidos en 87 familias. Estos bosques están en zonas de transición entre los bosques montanos y los bosques tropicales, y aunque no existen suficientes investiga-ciones presentan gran importancia por su diversidad.
Finalmente, el menor número de registros co-rresponde a aquellas formaciones que se encuentran sobre los 4 300 msnm, y corresponde a la formación de vegetación geliturbada y edafoxerófila subnival paramuna, con 156 registros correspondientes a 22 familias. La mayoría de ellas son especies herbáceas y pajonales.
La Figura 1 presenta los rangos altitudinales en los que se encontró el mayor número de registros y número de familias.
Cuadro 1. Registros de plantas y número de familias por rangos altitudinales
Rangos altitudinales No. registros Familias
500 - 1 200 672 87
1 200 - 2 200 5 601 126
1 700 - 1 800 1 166 109
2 200 - 2 900 6 452 198
2 900 - 3 100 977 96
3 100 - 4 100 3 372 84
4 100 - 4 300 522 44
4 300 - 4 900 156 22
anexo 1. análiSiS FloríStico del diStrito metropolitano de Quito
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Distrito Metropolitano de Quito
Figura 1. Distribución altitudinal de registros y familias
6 000
7 000
5 000
4 000
3 000
2 000
500 - 1 200
Número de registros Familias
1 200 - 2 200 2 200 - 2 900 3 100 - 4 1001 700 - 1 800 2 900 - 3 100 4 100 - 4 300 4 300 - 4 900
1 000
0
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Memoria Técnica del Mapa de Cobertura Vegetal
El término “endemismo” se refiere a la presen-cia exclusiva de una especie en un lugar geográfico determinado. Las especies pueden ser endémicas de un hábitat, un ecosistema, una región, un país o un conti-nente (Sarmiento, 1987). En el Cuadro 1 se presenta el listado de especies endémicas del Distrito Metro-politano de Quito, donde se registró un total de 224 especies y 121 géneros, que corresponden a 58 familias.
La familia con mayor número de especies en-démicas fue Melastomataceae (18 spp.), seguida por Orchidaceae (15 spp.) y Asteraceae (14 spp.).
En el Cuadro 2 y la Figura 1 se observan las 10 familias con mayor número de especies endémicas del Ecuador que presentan registros dentro en el DMQ.
En cuanto a los géneros con mayor núme-ro de especies endémicas, Elaphoglossum es el más representativo con 10 especies, seguido de Anthu-rium (Araceae), Epidendrum (Orchidaceae) y Mico-nia (Melastomataceae) con ocho especies, Diplazium con seis registros, Blakea y Centropogon con cinco registros, Festuca, Croton y Burmeistera con cuatro registros (ver Cuadro 3 y Figura 2).
Cuadro 1. Familias endémicas del DMQ
No. Familia Especies Géneros No. Familia Especies Géneros
1 Melastomataceae 18 7 30 Asclepiadaceae 2 1
2 Orchidaceae 15 5 31 Berberidaceae 2 1
3 Asteraceae 14 12 32 Passifloraceae 2 1
4 Ericaceae 13 9 33 Scrophulariaceae 2 1
5 Poaceae 13 8 34 Alstroemeriaceae 1 1
6 Campanulaceae 12 4 35 Amaryllidaceae 1 1
7 Bromeliaceae 10 6 36 Aspleniaceae 1 1
8 Elaphoglossaceae 10 1 37 Caricaceae 1 1
9 Araceae 9 2 38 Clusiaceae 1 1
10 Fabaceae (Faboideae) 7 5 39 Dennstaedtiaceae 1 1
11 Euphorbiaceae 6 3 40 Dioscoreaceae 1 1
12 Gentianaceae 6 2 41 Dryopteridaceae 1 1
13 Gesneriaceae 6 5 42 Flacourtiaceae 1 1
14 Woodsiaceae 6 1 43 Geraniaceae 1 1
15 Brassicaceae 4 2 44 Gunneraceae 1 1
16 Heliconiaceae 4 1 45 Hymenophyllaceae 1 1
17 Rubiaceae 4 3 46 Loasaceae 1 1
18 Begoniaceae 3 1 47 Malvaceae 1 1
19 Blechnaceae 3 1 48 Marantaceae 1 1
20 Cactaceae 3 2 49 Monimiaceae 1 1
21 Cyperaceae 3 1 50 Moraceae 1 1
22 Fabaceae (Mimosoideae) 3 2 51 Onagraceae 1 1
23 Lamiaceae 3 2 52 Rosaceae 1 1
24 Lycopodiaceae 3 1 53 Selaginellaceae 1 1
25 Myrsinaceae 3 2 54 Solanaceae 1 1
26 Piperaceae 3 1 55 Thelypteridaceae 1 1
27 Polypodiaceae 3 1 56 Urticaceae 1 1
28 Actinidiaceae 2 1 57 Verbenaceae 1 1
29 Araliaceae 2 1 58 Zingiberaceae 1 1
Total 224 spp. 121 géneros
anexo 2. plantaS endémicaS del diStrito metropolitano de Quito
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Distrito Metropolitano de Quito
Cuadro 2. Familias con mayor número de especies endémicas en el DMQ
Familia # Especies # Géneros
Melastomataceae 18 7
Orchidaceae 15 5
Asteraceae 14 12
Ericaceae 13 9
Poaceae 13 8
Campanulaceae 12 4
Bromeliaceae 10 6
Elaphoglossaceae 10 1
Araceae 9 2
Fabaceae (Faboideae) 7 5
Cuadro 3. Principales géneros de especies endémicas en el DMQ
Género # Especies
Elaphoglossum 10
Anthurium 8
Epidendrum 8
Miconia 8
Diplazium 6
Blakea 5
Centropogon 5
Burmeistera 4
Croton 4
Festuca 4
Figura 1. Familias con mayor número de especies endémicas en el DMQ
Géneros Especies
14
12
20
18
16
10
8
6
4
Melastomataceae Asteraceae Poaceae Bromeliaceae AraceaeOrchidaceae Ericaceae Campanulaceae Elaphoglossaceae Fabaceae
2
0
Figura 2. Principales géneros de plantas endémicas del DMQ
Elaphoglossum Anthurium Epidendrum Miconia Diplazium Blakea Centropogon Burmeistera Croton Festuca
Número de especies
12
10
8
6
4
2
0
48
Memoria Técnica del Mapa de Cobertura Vegetal
Las categorías y criterios de la Lista Roja de la UICN tienen como objetivo clasificar especies con alto riesgo de extinción global, como las endémicas (Valencia et al., 2000). Una especie es considerada endémica cuando su distribución se limita a un área geográfica particular. Esta área puede estar definida por límites de administración política o ecológica. El grupo de los organismos endémicos requiere de particular atención porque su distribución limitada los hace más propensos a correr peligro y, posteriormente, desapare-cer (Young, 2007). Para asignar el estado de conserva-ción de una especie, la UICN evalúa su distribución, abundancia, historia y dinámica de poblaciones en base a criterios ya establecidos (Pitman et al., 2002 ).
De acuerdo al Libro Rojo de las Plantas Endémi-cas del Ecuador 2000, se ordenó las especies endémi-cas del DMQ según los criterios de la UICN.
Para poder visualizar el estado de amenaza de cada una de ellas (ver Cuadro 1), también fue necesario ordenar las especies endémicas acorde a su distribución (ver Cuadro 2), separando aquellas que están en peligro crítico de aquellas que están en
peligro de extinción (ver Cuadros 3 y 4). En este sentido, es fácil orientar las directrices de conserva-ción de los ecosistemas frágiles, de acuerdo al estado de conservación y donde habitan las especies con mayor amenaza (ver Cuadro 5).
De las siete categorías de amenaza considera-das por la UICN, el mayor porcentaje de especies se encuentra en la categoría “Vulnerable” (VU) con 74 especies, seguidas por las que corresponden a la categoría “Preocupación Menor” (LC) con 53 es-pecies En la categoría “Casi Amenazadas” (NT) se encuentra 47 especies; mientras que en la categoría “En Peligro” (EN), 34 especies, que constituyen un valor alto. Las categorías restantes “Datos Insufi-cientes” (DD) y “Peligro Crítico” (CR) presentan siete especies cada una. Si se analiza de forma ge-neral el número de especies en peligro crítico, se puede inferir que es un valor relativamente bajo; sin embargo, alerta sobre el peligro que corren algunas especies debido a la pérdida de hábitat. En la Figura 1, se presenta el resumen del estado de amenaza de las especies endémicas del DMQ.
Figura 1. Especies amenazadas del DMQ
En peligro crítico
No evaluadaEn peligro VulnerableDatos insuficientes
Casi amenazada
Preocupación menor
60
80
50
70
40
30
20
10
0
anexo 3. plantaS amenazadaS del diStrito metropolitano de Quito
49
Distrito Metropolitano de Quito
Familia Especie UICN 2000
Actinidiaceae Saurauia crassisepala LC
Actinidiaceae Saurauia pseudostrigillosa LC
Alstroemeriaceae Bomarea lutea VU B1ab(iii); D2
Amaryllidaceae Phaedranassa viridiflora EN B1ab(iii)
Araceae Anthurium aristatum NT
Araceae Anthurium balslevii VU B1ab(iii)
Araceae Anthurium cordiforme LC
Araceae Anthurium gualeanum VU B1ab(iii)
Araceae Anthurium holm-nielsenii NT
Araceae Anthurium maculosum NT
Araceae Anthurium ochreatum LC
Araceae Anthurium saccardoi EN A4c
Araceae Philodendron musifolium VU B1ab(iii)
Araliaceae Oreopanax corazonensis
EN A4c; B1ab(iii)
Araliaceae Oreopanax ecuadorensis LC
Asclepiadaceae Cynanchum intricatum EN B1ab(iii)
Asclepiadaceae Cynanchum stenospira VU B1ab(iii)
Aspleniaceae Asplenium congestum DD
Asteraceae Ageratina rhypodes NT
Asteraceae Ageratina sodiroi LC
Asteraceae Aphanactis jamesoniana LC
Asteraceae Aristeguietia glutinosa LC
Asteraceae Baccharis arbutifolia NT
Asteraceae Critoniopsis sodiroi NT
Asteraceae Cronquistianthus niveus VU B1ab(iii)
Asteraceae Dendrophorbium tipocochensis NT
Asteraceae Diplostephium antisanense LC
Asteraceae Gnaphalium sodiroi CR A4c
Asteraceae Gynoxys acostae LC
Asteraceae Gynoxys hallii LC
Asteraceae Hypochaeris sonchoides LC
Familia Especie UICN 2000
Asteraceae Monticalia rosmarinifolia VU D2
Begoniaceae Begonia brandbygeana VU D2
Begoniaceae Begonia geminiflora VU B1ab(iii); D2
Begoniaceae Begonia ynesiae VU A4c; D2
Berberidaceae Berberis farinosa DD
Berberidaceae Berberis minzaensis NT
Blechnaceae Blechnum dendrophilum DD
Blechnaceae Blechnum floresii EN B1ab(iii)
Blechnaceae Blechnum sociale DD
Brassicaceae Draba aretioides EN B2ab(iii)
Brassicaceae Draba extensa EN B2ab(iii)
Brassicaceae Draba obovata NT
Brassicaceae Eudema nubigena EN B2ab(iii)
Bromeliaceae Greigia atrobrunnea VU B1ab(iii)
Bromeliaceae Guzmania jaramilloi NT
Bromeliaceae Guzmania roseiflora EN A2a; B1ab(iii)
Bromeliaceae Pitcairnia fusca LC
Bromeliaceae Pitcairnia sodiroi NT
Bromeliaceae Pitcairnia stevensonii VU B1ab(iii)
Bromeliaceae Puya aequatorialis LC
Bromeliaceae Racinaea tandapiana VU B1ab(iii)
Bromeliaceae Tillandsia polyantha EN A2a
Bromeliaceae Tillandsia sodiroi VU A2a
Cactaceae Cleistocactus leonensis EN B1ab(iii)
Cactaceae Opuntia bakeri NT
Cactaceae Opuntia soederstromiana VU B1ab(iii)
Campanulaceae Burmeistera crispiloba
VU A4c; B1ab(iii)
Campanulaceae Burmeistera cylindrocarpa VU D2
Cuadro 1. Estado de amenaza de la flora endémica
Simbología
En peligro crítico CR
Datos insuficientes DD
En peligro EN
Preocupación menor LC
No evaluada NE
Casi amenazada NT
Vulnerable VU
50
Memoria Técnica del Mapa de Cobertura Vegetal
Familia Especie UICN 2000
Campanulaceae Burmeistera rubrosepala
CR A4c
Campanulaceae Burmeistera sodiroana LC
Campanulaceae Centropogon aequatorialis
EN B1ab(iii)
Campanulaceae Centropogon dissectus NT
Campanulaceae Centropogon parviflorus
EN B1ab(iii)
Campanulaceae Centropogon sodiroanus
NT
Campanulaceae Centropogon subandinus
NT
Campanulaceae Lysipomia aretioides EN B1ab(iii)
Campanulaceae Siphocampylus lucidus EN B1ab(iii)
Campanulaceae Siphocampylus rupestris
EN B1ab(iii)
Caricaceae Vasconcellea pulchra NT
Clusiaceae Hypericum llanganaticum
LC
Cyperaceae Uncinia ecuadorensis VU D2
Cyperaceae Uncinia lacustris EN B2ab(iii)
Cyperaceae Uncinia subsacculata VU D2
Dennstaedtiaceae Dennstaedtia tryoniana
VU B1ab(iii)
Dioscoreaceae Dioscorea rimbachii NT
Dryopteridaceae Polystichum bonapartii
VU B1ab(iii)
Elaphoglossaceae Elaphoglossum antisanae
VU B1ab(iii)
Elaphoglossaceae Elaphoglossum christii CR B1ab(iii)
Elaphoglossaceae Elaphoglossum heliconiifolium
VU D2
Elaphoglossaceae Elaphoglossum hieronymi
VU B1ab(iii)
Elaphoglossaceae Elaphoglossum isophyllum
EN B1ab(iii)
Elaphoglossaceae Elaphoglossum molle VU B1ab(iii)
Elaphoglossaceae Elaphoglossum oleandropsis
VU D2
Elaphoglossaceae Elaphoglossum pteropodum
CR B1ab(iii)
Elaphoglossaceae Elaphoglossum sprucei CR B1ab(iii)
Familia Especie UICN 2000
Elaphoglossaceae Elaphoglossum yatesii VU B1ab(iii)
Ericaceae Anthopterus verticillatus EN B1ab(iii)
Ericaceae Cavendishia grandifolia NT
Ericaceae Ceratostema alatum LC
Ericaceae Diogenesia amplectens VU B2ab(iii)
Ericaceae Disterigma rimbachii LC
Ericaceae Macleania coccoloboides EN B1ab(iii)
Ericaceae Macleania ericae NT
Ericaceae Macleania loeseneriana LC
Ericaceae Psammisia aurantiaca VU B1ab(iii); D2
Ericaceae Psammisia oreogenes EN B1ab(iii)
Ericaceae Sphyrospermum sodiroi VU B1ab(iii)
Ericaceae Thibaudia albiflora VU A4c; B1ab(iii)
Ericaceae Thibaudia martiniana LC
Euphorbiaceae Acalypha andina VU A4c
Euphorbiaceae Chamaesyce jamesonii VU D2
Euphorbiaceae Croton elegans VU D2
Euphorbiaceae Croton menthodorus NT
Euphorbiaceae Croton pavonis EN B1ab(iii)
Euphorbiaceae Croton wagneri NT
Fabaceae (Faboideae) Astragalus geminiflorus LC
Fabaceae (Faboideae) Coursetia dubia NT
Fabaceae (Faboideae) Coursetia gracilis VU B1ab(iii)
Fabaceae (Faboideae) Dalea humifusa NT
Fabaceae (Faboideae)
Erythrina megistophylla LR nt
Fabaceae (Faboideae) Lupinus kunthii DD
Fabaceae (Faboideae) Lupinus rupestris DD
Fabaceae (Mimosoideae) Inga carinata EN A4c
Fabaceae (Mimosoideae) Inga silanchensis VU B1ab(iii)
Fabaceae (Mimosoideae) Zapoteca aculeata EN B1ab(iii)
Cuadro 1 (continuación). Estado de amenaza de la flora endémica
51
Distrito Metropolitano de Quito
Familia Especie UICN 2000
Flacourtiaceae Banara regia EN A4c; B1ab(iii)
Gentianaceae Gentianella foliosa LC
Gentianaceae Gentianella jamesonii EN A4c; B1ab(iii)
Gentianaceae Gentianella limoselloides LC
Gentianaceae Gentianella rupicola LC
Gentianaceae Halenia minima NT
Gentianaceae Halenia pulchella LC
Geraniaceae Geranium guamanense VU D2
Gesneriaceae Besleria modica NT
Gesneriaceae Columnea asteroloma CR A4c; B1ab(iii)
Gesneriaceae Columnea rileyi VU D2
Gesneriaceae Gasteranthus lateralis VU B1ab(iii)
Gesneriaceae Monopyle sodiroana EN A4c
Gesneriaceae Paradrymonia splendens NE
Gunneraceae Gunnera aequatoriensis VU D2
Heliconiaceae Heliconia gaiboriana VU D2
Heliconiaceae Heliconia sclerotricha NT
Heliconiaceae Heliconia virginalis VU B1ab(iii)
Hymenophyllaceae Hymenophyllum brachypus DD
Lamiaceae Clinopodium fasciculatum LC
Lamiaceae Salvia humboldtiana NT
Lamiaceae Salvia quitensis LC
Loasaceae Nasa aequatoriana EN B1ab(iii)
Lycopodiaceae Huperzia compacta VU B1ab(iii)
Lycopodiaceae Huperzia cumingii LC
Lycopodiaceae Huperzia talpiphila VU D2
Malvaceae Nototriche ecuadoriensis
VU B1ab(iii)
Marantaceae Calathea roseobracteata
EN A4c
Melastomataceae Axinaea quitensis NT
Melastomataceae Blakea eriocalyx EN B1ab(iii)
Melastomataceae Blakea oldemanii VU B1ab(iii)
Familia Especie UICN 2000
Melastomataceae Blakea pichinchensis VU D2
Melastomataceae Blakea rotundifolia VU B1ab(iii)
Melastomataceae Blakea subvaginata LC
Melastomataceae Brachyotum gleasonii
VU B1ab(iii)
Melastomataceae Conostegia centronioides
LC
Melastomataceae Meriania drakei LC
Melastomataceae Miconia benoistii CR B1ab(iii)
Melastomataceae Miconia corazonica EN B1ab(iii)
Melastomataceae Miconia dapsiliflora VU B1ab(iii)
Melastomataceae Miconia explicitaVU A4c; B1ab(iii)
Melastomataceae Miconia papillosa LC
Melastomataceae Miconia renneri VU B1ab(iii)
Melastomataceae Miconia rivetii LC
Melastomataceae Miconia sodiroi VU B1ab(iii)
Melastomataceae Ossaea sparrei VU A4c
Monimiaceae Siparuna piloso-lepidota
NT
Moraceae Naucleopsis chiguila VU B1ab(iii)
Myrsinaceae Ardisia websteri VU D2
Myrsinaceae Geissanthus fallenaeEN A4c; B1ab(iii)
Myrsinaceae Geissanthus pichinchae
NT
Onagraceae Fuchsia sylvatica LC
Orchidaceae Dracula sodiroi VU A1d
Orchidaceae Elleanthus asplundii VU B1+2c
Cuadro 1 (continuación). Estado de amenaza de la flora endémica
Simbología
En peligro crítico CR
Datos insuficientes DD
En peligro EN
Preocupación menor LC
No evaluada NE
Casi amenazada NT
Vulnerable VU
52
Memoria Técnica del Mapa de Cobertura Vegetal
Familia Especie UICN 2000
Orchidaceae Elleanthus petrogeiton LR lc
Orchidaceae Elleanthus sodiroi LR nt
Orchidaceae Epidendrum atacazoicum LR lc
Orchidaceae Epidendrum diothonaeoides LR lc
Orchidaceae Epidendrum imitans VU D2
Orchidaceae Epidendrum jaramilloii LR nt
Orchidaceae Epidendrum marsupiale LR lc
Orchidaceae Epidendrum pallatangae LR lc
Orchidaceae Epidendrum pichinchae LR nt
Orchidaceae Epidendrum quisayanum LR nt
Passifloraceae Passiflora jamesonii VU B2ab(iii)
Passifloraceae Passiflora subpurpurea EN A4c; B1ab(iii)
Piperaceae Piper brachystylum EN B1ab(iii)
Piperaceae Piper hylebates VU D2
Piperaceae Piper sodiroi VU B1ab(iii)
Poaceae Aristida guayllabambensis
VU B1ab(iii); D2
Poaceae Calamagrostis aurea VU B2ab(iii)
Poaceae Chusquea maclurei VU B1ab(iii)
Poaceae Eragrostis condensata LC
Poaceae Festuca chimborazensis LC
Poaceae Festuca flacca NT
Poaceae Festuca sodiroana LC
Poaceae Poa leioclada LC
Poaceae Poa mulalensis NE
Poaceae Poa paramoensis LC
Poaceae Stipa milleana LC
Polypodiaceae Polypodium mindense LC
Polypodiaceae Polypodium scutulatum DD
Polypodiaceae Polypodium segregatum LC
Familia Especie UICN 2000
Rosaceae Lachemilla rupestris VU A4ac; B2ab(iii)
Rubiaceae Ladenbergia pavonii NT
Rubiaceae Manettia pichinchensis NT
Rubiaceae Palicourea asplundii VU D2
Rubiaceae Palicourea sodiroi VU B1ab(iii)
Scrophulariaceae Calceolaria hyssopifolia LC
Scrophulariaceae Calceolaria pedunculata VU B1ab(iii)
Orchidaceae Maxillaria molitor LR nt
Orchidaceae Maxillaria squarrosa LR nt
Orchidaceae Pleurothallis truncata LR nt
Selaginellaceae Selaginella sericea NT
Solanaceae Markea spruceana VU B1ab(iii)
Thelypteridaceae Thelypteris semilunata LC
Urticaceae Pilea napoana VU D2
Verbenaceae Aegiphila ferruginea NT
Woodsiaceae Diplazium chimborazense LC
Woodsiaceae Diplazium divisissimum VU B1ab(iii)
Woodsiaceae Diplazium leptogrammoides VU B1ab(iii)
Woodsiaceae Diplazium melanosorum NT
Woodsiaceae Diplazium pulicosum NT
Woodsiaceae Diplazium rivale VU A4c
Zingiberaceae Renealmia sessilifolia NT
Cuadro 1 (continuación). Estado de amenaza de la flora endémica
Simbología
En peligro crítico CR
Datos insuficientes DD
En peligro EN
Preocupación menor LC
No evaluada NE
Casi amenazada NT
Vulnerable VU
53
Distrito Metropolitano de Quito
Cuadro 2. Distribución de la flora endémica
Familia Especie Altura Forma de vida Coordenadas Categoría UICN
Ulmaceae Ampelocera longissima 400 Casi amena zada (NT)
Araceae Anthurium lingua 1419 Epifita Casi amena zada (NT)
Campanulaceae Burmeistera refracta 2200 Subarbusto Casi amena zada (NT)
Bromeliaceae Guzmania foetida 1280 Epifita 02.57.58S 78.23.39W Casi amena zada (NT)
Bromeliaceae Pitcairnia cosangaensis 2400 Herbácea 03.01S 78.32W Casi amena zada (NT)
Bromeliaceae Pitcairnia dodsonii 2385 Herbácea 03.00.30S 78.31.12W Casi amena zada (NT)
Elaeocarpaceae Vallea ecuadorensis 1871 Arbusto Casi amena zada (NT)
Campanulaceae Centropogon chontalensis Herbácea 03.00S 78.35W En peligro (EN)
Campanulaceae Centropogon ursinus 3450 Subarbusto En peligro (EN)
Bromeliaceae Guzmania henniae 1240 Epifita 02.54.26S 78.19.22W En peligro (EN)
Campanulaceae Lysipomia sparrei 3300 Subarbusto 03.01S 78.37W En peligro (EN)
Araliaceae Oreopanax impolitus 2850 Árbol 03.02S 078.34W En peligro (EN)
Bromeliaceae Pepinia alexanderi 1340 Epifita 02.57.18S 78.22.53W En peligro (EN)
Ericaceae Ceratostema reginaldii 2925 Subarbusto 03.01S 078.37W Preocupación menor (LC)
Poaceae Festuca sodiroana 2814 Herbácea Preocupación menor (LC)
Onagraceae Fuchsia orientalis 1871 Subarbusto Preocupación menor (LC)
Bromeliaceae Guzmania asplundii 1154 Epifita Preocupación menor (LC)
Apiaceae Hydrocotyle hitchcockii 1200 Herbácea 02.58S 78.27W Preocupación menor (LC)
Melastomataceae Meriania drakei 3307 Arbusto Preocupación menor (LC)
Melastomataceae Miconia glandulistyla 1918 Arbusto Preocupación menor (LC)
Ericaceae Orthaea fimbriata 2680 Subarbusto 03.00.18S 078.38.25W Preocupación menor (LC)
Ericaceae Psammisia sclerantha 1000 Arbusto Preocupación menor (LC)
Campanulaceae Siphocampylus scandens 2200 Arbusto 03.02S 78.33W Preocupación menor (LC)
Bromeliaceae Aechmea aculeatosepala 1240 Epifita 02.54.26S 78.19.22W Vulnerable (VU)
Marantaceae Calathea pluriplicata 1815 Herbácea Vulnerable (VU)
Campanulaceae Centropogon arcuatus 1900 Herbácea 03.00S 78.30W Vulnerable (VU)
Campanulaceae Centropogon quebradanus 1900 Herbácea 03.00S 78.30W Vulnerable (VU)
Pteridophyta Elaphoglossum yatesii 2270 Herbácea 03.01.38S 078.35.27W Vulnerable (VU)
Orchidaceae Epidendrum imitans 1500 Epifita 02.58S 78.27W Vulnerable (VU)
Bromeliaceae Guzmania atrocastanea 2400 Herbácea 03.01S 78.32W Vulnerable (VU)
Bromeliaceae Mezobromelia brownii 2700 Herbácea 03.00S 78.41W Vulnerable (VU)
Orchidaceae Oncidium harlingii 2200 Herbácea 03.00S 78.35W Vulnerable (VU)
Araliaceae Oreopanax obscurus 3000 Árbol Vulnerable (VU)
Bromeliaceae Pitcairnia hirtzii 2002 Herbácea 03.00.28S 78.29.55W Vulnerable (VU)
Bromeliaceae Racinaea euryelytra 2110 Epifita 02.56S 78.31W Vulnerable (VU)
Ericaceae Sphyrospermum lanceolatum 1340 Herbácea 02.59S 078.25W Vulnerable (VU)
Bromeliaceae Tillandsia rhodosticta 1240 Epifita 02.54.26S 78.19.22W Vulnerable (VU)
Tropaeolaceae Tropaeolum papillosum 2200 Trepadora 03.00S 78.30W Vulnerable (VU)
Bromeliaceae Vriesea limonensis 900 Herbácea 03.01S 78.28W Vulnerable (VU)
54
Memoria Técnica del Mapa de Cobertura Vegetal
Cuadro 3. Especies endémicas en Peligro Crítico y sus áreas de distribución
Familia Especie Coordenadas Altura Distribución
Campanulaceae Burmeistera rubrosepala -78.63 0.0 2 300 Pahuma
Dryopteridaceae Elaphoglossum christii -78.5 0.1 2 300Quito, parroquia Calacalí. Reserva Geobotánica Pululahua, Sector La Reventazón
Dryopteridaceae Elaphoglossum pteropodum -78.63 0.1 1 500-2 000 Noroccidente (Pahuma, Sa guangal,
Nane gal, Maquipu cuna)
Dryopteridaceae Elaphoglossum sprucei -78.62 0.1 1 300-1 301 Reserva Maquipucuna
Gesneriaceae Columnea asteroloma -78.75 0.2 1 000-1 150 Vía Pacto Nuevo Azuay, río Guaylla bamba.
Melastomataceae Miconia benoistii -78.55 -0.1 3 700 Base del Pichincha
Cuadro 4. Especies endémicas En Peligro y área de distribución
Familia Nombre Coordenadas Altura Distribución
Amaryllidaceae Phaedranassa viridiflora 778276 9990817 1 800-2 600 -3 350 Reserva Geo botánica Pulu lahua
Araceae Anthurium saccardoi Noroccidente
Araliaceae Oreopanax corazonensis 755999 9970575 1 900–2 100 Pichincha
Asclepiadaceae Cynanchum intricatum 765352 9961281 1 900-4 000 Pichincha
Blechnaceae Blechnum floresii -78.77 0 1 500-1 500 Vía El Paraíso-Saguangal
Brassicaceae Draba aretioides -78.57 0 2 800-4 600 Volcán Pichincha, Atacazo
Brassicaceae Draba extensa -78.57 0 4 500 Alrededores de Quito, Rucu Pichincha
Brassicaceae Eudema nubigena 4 500 Volcán Pichincha, Atacazo
Bromeliaceae Guzmania roseiflora 772706 10020246 1 725
Quito, Maquipu cuna, Reserva Maquipucuna, camino de Yun guilla hacia El Auca, sector El Auca
Bromeliaceae Tillandsia polyantha 778276 10009183 3 101–3 200 Noroccidente: Lloa, volcán Pichincha
Cactaceae Cleistocactus leonensis -0.016 -78.416 1 850 Noroccidente
Campanulaceae Centropogon aequatorialis 752327 10005641 1 890-2 400 Noroccidente: Nie blí, Calacalí,
Nono, Nanegal
Campanulaceae Centropogon parviflorus -78.67 0 2 461 Chiriboga
Campanulaceae Lysipomia aretioides -78.2 0 4 050 Laguna de Hoyas, páramo de Papa llacta
Campanulaceae Siphocampylus lucidus -78.22 0 4.000 Páramo de la Vir gen, margen del camino hacia Papa llacta
Campanulaceae Siphocampylus rupestris 772707 9990818 3 200-3 700 Camino Yanaco cha en faldas norte del Pichincha
55
Distrito Metropolitano de Quito
Cuadro 4 (continuación). Especies endémicas En Peligro y área de distribución
Familia Nombre Coordenadas Altura Distribución
Cyperaceae Uncinia lacustris -78.23 0 3 900 Páramo de Guamaní
Elaphoglossaceae Elaphoglossum isophyllum 772707 9990818 3 700 Camino a Yanaco cha en faldas
norte del Pichincha
Ericaceae Anthopterus verticillatus -78.67 0 1 800-2 101 Carretera antigua Sto. Domingo de los Colorados, km 51-74
Ericaceae Macleania coccoloboides -78.7 0 1 780-2 430 Tandayapa, Lloa, río Guajalito, es tribaciones volcán Pichincha
Ericaceae Psammisia oreogenes -78.72 0 1 800-1 901 Quito-Santo Do mingo (camino viejo), Las Palmeras, SO Quito
Euphorbiaceae Croton pavonis 759788 10009182 1 201–1 500 Noroccidente
*Fabaceae (Mimosoideae) Inga carinata Noroccidente
*Fabaceae (Mimosoideae) Zapoteca aculeata Noroccidente
*Flacourtiaceae Banara regia Noroccidente
Gentianaceae Gentianella jamesonii 772707 9990818 2 800-3 700 Camino a Yanaco cha en faldas norte del Pichincha.
*Gesneriaceae Monopyle sodiroana Camino a Yanaco cha en faldas norte del Pichincha.
Loasaceae Nasa aequatoriana -78.7 0 2 300 Reserva Bellavista, Tandayapa
*Marantaceae Calathea roseobracteata
Melastomataceae Blakea eriocalyx -78.63 0 1 000-2 001 Noroccidente Pacto, Nanegal
Melastomataceae Miconia corazonica -78.65 0 2 980-2 981Valle de Lloa y Palmira, faldas SO del volcán Pichin cha, carretero Quito-Lloa-Mindo, km 20-29
Myrsinaceae Geissanthus fallenae 768534 10006939 1 195- 2 779 Noroccidente
Passifloraceae Passiflora subpurpurea -78.46 0 1 800-2 701 Reserva Geobotánica Pululahua, 4 km de San Antonio de Pichincha.
Piperaceae Piper brachystylum -78.63 0 1 400-1 501 Reserva Maquipu cuna
*No posee coordenadas.
Cuadro No.5. Especies amenazadas registradas en el DMQ
Categoría UICN 2000 Número de especies
En peligro crítico CR 7
Datos insuficientes DD 7
En peligro EN 34
Preocupación menor LC 53
No evaluada NE 2
Casi amenazada NT 47
Vulnerable VU 74
56
Memoria Técnica del Mapa de Cobertura Vegetal
anexo 4. liSta de eSpecieS nativaS, con potencial para reForeStación, preSenteS en el diStrito metropolitano de Quito
Sectores de Sincholagua, Pichincha, Atacazo Páramos y Bosques altimontanos en general
Asteraceae Gynoxys hallii
Asteraceae Baccharis arbutifolia
Asteraceae Gynoxys stuebelii
Asteraceae Hieracium frigidum
Asteraceae Oritrophium peruvianum
Asteraceae Pentacalia andicola
Clusiaceae Hypericum lancioides
Clusiaceae Hypericum laricifolium
Ericaceae Gaultheria glomerata
Ericaceae Gaultheria insipida
Ericaceae Macleania macrantha
Ericaceae Macleania rupestris
Rosaceae Polylepis incana
Rosaceae Polylepis incana x pauta
Rosaceae Polylepis pauta
Rosaceae Polylepis reticulata
Adoxaceae Viburnum pichinchense
Parroquias de Nayón, Llano Chico, Cumbayá, Tumbaco, Calderón y alrededores de Quito
Chloranthaceae Hedyosmum sp.
Ericaceae Macleania sp.
Solanaceae Solanum dasyphyllum
Solanaceae Solanum incanum
Verbenaceae Duranta dombeyana
Capparidaceae Cleome anomala
Juglandaceae Juglans neotropica
Sectores de Casitagua vía San Antonio Parroquias de Puéllaro, Perucho, San José de Minas
Ericaceae Macleania sp.
Asteraceae Barnadesia sp.
Myricaceae Myrica pubescens
Myrsinaceae Myrsine dependens
Euphorbiaceae Crotton wagnerii
Fabaceae Dalea coerule
Anacardiaceae Schinus molle
Mimosaceae Acacia macracantha
Bignoniaceae Jacaranda mimosifolia
Agavaceae Furcraea sp.
Agavaceae Agave americana
Cactaceae Opuntia ficus-indica
Poaceae Arundo donax
Sectores de Chiriboga, Mashpi, Pachijal Parroquias Pacto, Nono, Nanegalito, Nanegal
Myristicaceae Virola dixonii
Boraginaceae Cordia alliodora
Leguminosae Brownea herthae
Leguminosae Erythrina edulis
Leguminosae Inga densiflora
Rutaceae Zanthoxylum quinduense
Bombacaceae Ochroma pyramidale
Polygonaceae Triplaris cumingiana
Meliaceae Guarea kunthiana
Sectores del Ilaló y Bosques secos interandinos Parroquias de Tababela, Yaruqui, Checa, El Quinche
Bignoniaceae Jacaranda mimosifolia
Boraginaceae Tournefortia sp.
Juglandaceae Juglans neotropica
Mimosaceae Acacia macracantha
Mimosaceae Mimosa quitensis
Boraginaceae Tournefortia scabrida
Adoxaceae Sambucus peruviana
Bignoniaceae Pyrostegia venusta
Asteraceae Gynoxys acostae
Fabaceae Coursetia dubia
Salicaceae Salix humboldtiana
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Figura 6. Clasificación no supervisada LANDSAT y ALOS detección de nubes y sombras
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Imagen LANDSAT, comportamiento espectral bandas: azul, verde, rojo, infrarrojo cercano, infrarrojo lejano.
Imagen ASTER, comportamiento espectral bandas: verde, rojo, infrarrojo cercano, infrarrojo lejano.
Imagen ALOS, comportamiento espectral bandas: verde, rojo, infrarrojo cercano y medio, componente principal e índice de vegetación.
Figura 7. Comportamiento espectral en LANDSAT, ASTER y ALOS
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Figura 8. Mosaico de clasificación supervisada ALOS y LANDSAT.
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Figura 9. Áreas de entrenamiento y ejes de intervención.
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A B C
G H I
D E F
J K L
M N
Figura 10. Descripción faldas del Pichincha I. Corresponde a: Vegetación de bosque bajo y arbustal altoandino paramuno (3 600-4 100 m); Pajonal altimontano y montano paramuno, Arbustal bajo y matorral altoandino paramuno (3 600-4 200 m); Pajonal edafoxerófilo altimontano paramuno (> 3600 m); Bofedal altoandino paramuno (> 3900 m) Fotos: A. Panorámica de los páramos secos del Pichincha; B. Panorámica de los páramos húmedos hacia el oriente del Pichincha; C. Formaciones rocosas en la cresta del Pichincha D. Ranunculus sp. E. Salvia sp. F. Halenia weddelliana G. Chuquiraga jussieui H. Panorámica del páramo I. Páramo con Calamagrostis intermedia J. Páramo herbáceo K. Eucaliptus globulus y remanentes arbustivos L. Vegetación arbustiva secundaria y plantación de eucalipto M. Panorámica de plantaciones de Eucaliptus globulus y la ciudad N. Licopodios (Huperzia sp.).
A B C
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A B C
H I J
D FE G
N O
K L M
Figura 11. Descripción Sincholagua. Corresponde a: Vegetación geliturbada y edafoxerófila subnival paramuna (4 200-4 400 m); Arbustal bajo y matorral altoandino paramuno (3 600-4 200 m) Fotos: A. Vegetación arbustiva de ribera B. Área rocosa sin vegetación C. Lupinus sp. D. Culcitium canescens E. Acaena sp. F. Hypochaeris sonchoides G. Diplostephium sp. H e I. Panorámica del Sincholagua J. Vista del volcán Antisana K. Gynoxys sp. L. Werneria nubigena M. Gentianella cerastioides N y O. Roca volcánica.
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D E
F G
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I
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JH
Figura 12. Descripción Eje Pomasqui, Pululahua – Golán. Corresponde a: Vegetación arbustal montano de los Andes del Norte (2 400-3 300 m); Bosque seco interandino (1 300-2 200 m); Vegetación ribereña del piso montano xerofítico (1 300-2 500 m); Bosque montano pluvial de los Andes del Norte (1 500-2 600 m) Fotos: A. Liabum igniarum B. Elaphoglossum sp. C. Mimosa quitensis D. Panorámica de un área desértica por actividades antrópicas, vía hacia Calacalí E. Panorámica del cráter Pululahua F y G. Mosaico de pastos y vegetación remanente en la vía hacia Yunguilla H y J. Vegetación árida seca del Casitahua, vía hacia Pomasqui I. Lupinus sp. K. Plantaciones de pino, cultivos y pastos en la vía a Yunguilla L. Vegetación arbustiva seca de Calacalí M. Vegetación secundaria al interior del Pululahua, vía Golán N. Cortaderia sp.
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Figura 13. Descripción Eje San Antonio-Pomasqui-Guayllabamba. Corresponde a: Vegetación saxícola montana interandina de los Andes del Norte (1 900-2 600 m); Bosque seco interandino (1 300-2 200 m); Vegetación ribereña del piso montano xerofítico (1 300-2 500 m)Fotos: A. Arcytophyllum sp. B. Baccharis latifolia C. Bidens sp. D y E. Panorámica de áreas antrópicas y áridas de Pomasqui y San Antonio F y G. Vegetación de ribera del Guayllabamba H. Presencia de florícolas en el límite norte del DMQ I. Vegetación herbácea seca de las laderas de los ríos Guayllabamba y Pisque J. Croton sp. K. Agave americana L. Mimosa quitensis
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Figura 14 Descripción Eje Ilaló. Corresponde a: Arbustal montano de los Andes del Norte (2 400-3 300 m), Bosque montano pluvial de los Andes del Norte (1 500-2 600 m); Vegetación saxícola montana interandina de los Andes del Norte (1 900 - 2 600 m) Fotos: A. Ruta la Merced-Arenales, vegetación herbácea seca B. Remanentes de vegetación arbustiva seca C. Croton sp. D, E y F. Afloramientos de cangahua con vegetación aislada seca G. Dodonaea viscosa H y J. Baccharis latifolia I. y O. Durantha dombeyana K y S. Arcytophyllum sp. L. Panorama antrópico común en toda el área M. Croton sp.; N. Panorama antrópico común en toda el área P. Plantación de Eucaliptus globulus Q. Mimosa albida R. Agave americana T. Paspalum sp.
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G H I
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Figura 15. Descripción del Eje Quito - Papallacta - Tambo - Antisana. La vegetación corresponde a: Arbustal montano de los Andes del Norte (2 400-3 300 m); Bosque altimontano norte-andino siempreverde (2 600 - 4 000 m); Bosque bajo y arbustal altoandino paramuno (3 600 - 4 100 m); Bosque altimontano norte-andino de Polylepis (3 600 m). Fotos: A. Geranium sp. B. Passiflora mixta C. Duranta dombeyana D. Hypochaeris sonchoides E. Taraxacum officinale F. Meriania sp. G. Peperomia galioides H. Dalea coerulea I. Cañón del río Chiche vegetación xerofítica J. Zona alta con Barnadesia sp. K y L. Remanentes de Polylepis incana sobre Tambo y Papallacta
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N O P
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D FE
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Figura 16. Guamaní - Atacazo - Chiriboga. La vegetación natural corresponde a: Arbustal bajo y matorral altoandino paramuno (3 600-4 200 m); Bosque bajo y arbustal altoandino paramuno (3 600-4 100 m); Bosque altimontano norte-andino siempreverde (2 600 - 4 000 m) Fotos: A. Campo de Pennisetum clandestinum (kikuyo) en Guamaní B. Pennisetum clandestinum (kikuyo) al pie del Atacazo C. Ceroxylon alpinum D, E y F. Camino a Chiriboga, parte posterior del Atacazo, bosques montanos G. Brachyotum ledifolium H. Ageratina cutervensisa I. Gnaphalium sp. J. Bomarea cf. hirsuta K. Asteraceae L. Elleanthus sp. M. Dioscorea sp. N. Hypericum sp. O. Barnadesia sp. P. Acaena sp.
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A B C
D E F
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J K
Figura 17. Mashpi - Pachijal - Nanegalito. Corresponde a: Bosque montano pluvial de los Andes del Norte (1 500-2 600 m); Bosque siempreverde estacional montano bajo de los Andes del Norte (600-1 500 m) Fotos: A. Monnina sp. B. Heisteria sp. C. Gesneria sp. D, H y J. Panorámica del bosque de estribaciones tropicales E. Centropogon sp. F. Gesneriaceae G. Deslaves por la pendiente I. Saurauia sp. K. Tibouchina sp.
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L M N
F G H
C D E
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A B
Figura 18. Eje Quito - Nono - Tandayapa - Nanegalito - Pacto - Mashpi - Pachijal. Arbustal montano de los Andes del Norte (2 400-3 300 m); Bosque altimontano norte-andino siempreverde (2 600-4 000 m); Bosque pluvial piemontano de los Andes del Norte (<600 m); Bosque siempreverde estacional montano bajo de los Andes del Norte (600-1 500 m) Fotos: A: Cleome anomala B. Psammisia sp. C, D y E. Panorámica de la vegetación antrópica de cultivos, plantaciones y pastos con remanentes de arbustos en cercos y quebradas F. Bosque pluvial G. Cecropia sp. H. Saurauia sp. I. Bosques de Crotton sp. J. Remanentes de Guadua angustifolia K. Quema del bosque sector Pacto L. Río Pachijal M. Brugmansia sanguinea N. Triplaris guayaquilensis
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JI
BA
FE
DC
HG
Figura 19. Eje Atacazo-Chiriboga Fotos A, B, C y J: Panorámica de la actividad agropecuaria en laderas D, E, G, H e I. Panorámica que evidencia la mezcla de usos que se dan en zonas periurbanas: remanentes de vegetación arbustiva, edificaciones y actividades agropecuarias F. Suelos en preparación
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A B
E F
C D
G
Figura 20. Eje La Merced-Alangasí-Píntag-La VirgenFotos: A y C. Paisaje típico de la región internandina: plantaciones de pino (Pinus radiata) y eucalipto (Eucalyptus globulus) en linderos, pastos, cultivos de ciclo corto, edificaciones y suelos en preparación B. Suelos en barbecho F. Labores agrícolas mecanizadas y panorámica de cultivo de papa (Solanum tuberosum) y haba (Vicia faba) D, E y G. Panorámica de pastos que crecen naturalmente: Festuca arundinacea, Poa annua, Lolium perenne, Bromus catharticus
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D E F
G H I
J K
Figura 21. Eje San Antonio de Pichincha-Nanegalito-NonoFotos: A. Panorámica del cráter de la Reserva Geobotánica Pululahua - zona de amortiguamiento con cultivos de ciclo corto y barbecho B y E. Panorámica de laderas intervenidas por actividades agropecuarias C. Panorámica de remanentes de vegetación y plantaciones de eucalipto (Eucalyptus globulus) D. Plantación de palmito (Bactris gasipaes) F. Plantaciones forestales de pino (Pinus radiata) y pasto cultivado (Trifolium repens, Lolium perenne, Trifolium incarnatum) G. Primer plano de pasto cultivado (Panicum maximun) H. Sistema agroforestal tradicional: remanentes de vegetación natural y pasto cultivado I. Paisaje típico del noroccidente del Distrito Metropolitano: arboricultura tropical entre manchas de caña brava (Gynerium sagittatum), frutales de limón (Citrus limonum) y guayaba (Psidium guayaba) J. Panorámica de usos agropecuarios K. Cultivos semipermanentes del subtrópico del DMQ: caña de azúcar (Saccharum officinarum) y plátano (Musa paradisiaca)
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Figura 22. Edificaciones y áreas antrópicasFotos: A. Panorámica de cultivos y edificaciones vía hacia Papallacta B. Plantaciones de eucalipto (Eucalyptus globulus) en la faldas del Pichincha C. Edificaciones y remanentes de vegetación, en Pachijal D. Vista aérea de cultivos al sur del DMQ E. Vista aérea del Ilaló y vía intervalles F. Panorámica de fábricas e invernaderos al sur de Quito G. Construcciones al pie del Atacazo sobre los 3 300 msnm H. Panorámica del noroccidente I. Panorámica de los valles J. Panorámica del Ilaló K. Quebrada del Machángara L. Meseta de Quito, edificaciones y plantaciones de eucalipto M. Quemas en el Sincholagua N. Suelos calcáreos en Ilaló O. Relleno sanitario del Inga, en Pifo
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Figura 23. Mapa de cobertura vegetal del DMQ, nivel I
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Foto 1. Bosque altimontano norteandino siempreverde, Yanacocha.
Foto 2. Bosque bajo y arbustal altoandino paramuno. Primer plano desde la vía hacia el Antisana, Píntag.
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Foto 3. Bosque altimontano norteandino de Polylepis. Primer plano de troncos de yagual, Pifo.
Foto 4. Bosque montano pluvial de los Andes del Norte. Panorámica desde la vía hacia Bellavista, Nono - Nanegalito.
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Foto 5. Bosque siempreverde estacional montano bajo de los Andes del Norte. Panorámica desde Nanegalito.
Foto 6. Bosque pluvial piemontano de los Andes del Norte. Panorámica del Bosque Protector Mashpi.
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Foto 7. Bosque seco interandino, Guayllabamba.
Foto 8. Vegetación ribereña del piso montano xerofítico. Panorámica del cañon del río Guayllabamba.
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Foto 9. Arbustal bajo y matorral altoandino paramuno. Panorámica desde la vía hacia el Sincholagua.
Foto 10. Arbustal montano de los Andes del Norte. Imagen tomada desde el puente de Guápulo.
Memoria Técnica del Mapa de Cobertura Vegetal
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Foto 11. Arbustal seco interandino, Guayllabamba.
Foto 12. Vegetación geliturbada y edafoxerófila subnival paramuna, Sincholagua.
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Foto 13. Bofedal altoandino paramuno. Primer plano de almohadillas, sector suroriental del Distrito Metropolitano de Quito.
Foto 14. Pajonal altimontano y montano paramuno, sector suroriental del Distrito Metropolitano de Quito.
Memoria Técnica del Mapa de Cobertura Vegetal
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Foto 15. Pajonal edafoxerófilo altimontano, sector suroriental del Distrito Metropolitano de Quito.
Foto 16. Vegetación saxícola montana interandina de los Andes del Norte, vía hacia Guayllabamba.
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Foto 17. Herbazal montano, vía hacia el Sincholagua.
Foto 18. Bosque secundario. Primer plano desde la vía a Pacto.
Memoria Técnica del Mapa de Cobertura Vegetal
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Foto 19. Matorral en regeneración. Vía hacia la Reserva Geobotánica Pululahua, Calacalí.
Foto 20. Suro con árboles, vía a Nanegalito.
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Foto 21. Suro con arbustos, vía a Nono.
Foto 22. Eucalipto adulto, Píntag.
Memoria Técnica del Mapa de Cobertura Vegetal
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Foto 23. Eucalipto joven y en regeneración, vía a Nono.
Foto 24. Pino y ciprés, en el valle interandino, Guayllabamba.
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Foto 25. Cultivo de ciclo corto (habas y papas), Píntag.
Foto 26. Cultivo semipermanente y permanente. Cultivo de frutales, Guayllabamba.
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Foto 27. Suelo en preparación, Píntag.
Foto 28. Pasto natural, sector suroriental del Distrito Metropolitano de Quito.
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Foto 29. Pasto cultivado, vía hacia el Sincholagua.
Foto 30. Arenal. Primer plano del Sincholagua.
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Foto 31. Roca, vía hacia el Antisana, Píntag.
Foto 32. Glaciar. Primer plano del Sincholagua.
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Foto 33. Quemas, sector Sincholagua.
Foto 34. Cantera. Cantera San José, Mitad del Mundo, San Antonio de Pichincha.
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Foto 35. Suelo erosionado, vía hacia Píntag.
Foto 36. Edificaciones, toma aérea sector centro de Quito.
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Foto 37. Aeropuerto. Panorámica de la ciudad de Quito y su aeropuerto.
Foto 38. Relleno sanitario, Pifo.
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Foto 39. Invernadero. Panorámica de invernaderos, El Quinche.
Foto 40. Río y/o quebrada. Primer plano de cascada en el río Mashpi, Pacto.
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Foto 41. Laguna. Panorámica de la Laguna de Secas, Píntag.
Foto 42. Reservorio, primer plano del Reservorio de Cumbayá.