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Ps. Rodolfo A. Martínez Ochoa

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1. MINISTERIO DE LOS PADRES

CON LOS HIJOS COLOSENSES 3:20-21, 23-24

Familia

Ps. RODOLFO MARTÍNEZ OCHOA

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MENSAJE:

“MINISTERIO DE LOS PADRES CON LOS HIJOS” Colosenses 3:20-21, 23-24

I. INTRODUCCION

1. Necesidad de mayor responsabilidad de los padres para con los hijos.

2. En un mundo donde nuestros hijos están recibiendo continuamente la influencia negativa del mundo, la responsabilidad de los padres de proveerles una educación cristiana se convierte en una obligación de la cuál Dios nos ha de pedir cuentas.

3. Los padres deben ser un ejemplo para sus hijos en todo. La mejor enseñanza y el mejor discurso educativo que existe es el del ejemplo de padres que aman, temen y sirven al Señor.

4. Los padres deben, además de ser un ejemplo en cuanto a sus propias vidas, estar profundamente interesados y activamente ocupados en la salvación de sus hijos. La salvación de nuestros hijos es más importante que nuestro trabajo secular o que nuestro ministerio en la Iglesia. ¿De qué nos servirá que trabajemos mucho para el Señor, si no somos instrumentos de Dios para salvación de nuestros hijos? Salmo 127:3.

II. LA ENSEÑANZA I. La Enseñanza Bíblica acerca de la responsabilidad de los

padres para con sus hijos

1. Hay muchos textos bíblicos a través de los cuáles Dios revela cuál es la responsabilidad de los padres de preparar a sus hijos para vivir una vida que pueda agradar a Dios:

Génesis 18:19, Dios llamó a Abraham no sólo para que fuese un ejemplo de fe y para hacer un pacto con él, sino también para ser el guía espiritual en el hogar y para que le enseñara a sus hijos el camino del Señor. Esto es lo mismo que Dios espera de todo padre cristiano: que instruya a sus hijos para que “guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio”.

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Deuteronomio 6:6-7, El amor a Dios se revela también en el interés por la salvación de los hijos y en tratar de guiarlos a que establezcan una relación de fe con Dios por medio de Jesucristo. La instrucción espiritual tiene en el hogar su principal agencia, siendo el padre y la madre igualmente responsables por ella.

Salmo 78:5-8, No es una opción el enseñar a los hijos los principios bíblicos: es un mandamiento que Dios ha dado a su pueblo.

Proverbios 4:1-4, De su padre David, Salomón había aprendido a caminar con Dios y ahora estaba transmitiendo la instrucción a sus hijos. Dios quiere que nuestros hijos sean consagrados a Dios, pero que lo aprendan por el ejemplo de sus padres en el hogar. Esa responsabilidad no se puede delegar enteramente en los programas de educación cristiana de la Iglesia local.

2. La esencia de la educación cristiana es esta: “El corazón del padre

debe volverse al corazón del hijo, a fin de llevar el corazón del hijo al corazón del Salvador” (Lucas 1:17). Uno de los peores pecados de Israel fue el no enseñarle a sus hijos suficientemente a amar a Dios y a caminar con Él: Malaquías 4:6. Uno de los resultados del Evangelio de Jesucristo es que el corazón de los padres se volverá a los hijos. Uno de los propósitos del Evangelio es restablecer buenas relaciones entre padres e hijos.

II. Quince pasos en el Ministerio de los padres para con sus hijos

1. Dedica a tus hijos al Señor desde el comienzo de su vida: 1 Samuel 1:28; Lucas 2:22.

2. Enseña a tus hijos a temer al Señor, a apartarse de la maldad, a amar la justicia y a odiar el pecado. Incúlcales la actitud de humillación ante Dios y la conciencia del juicio de Dios hacia el pecado: Hebreos 1:9.

3. Enseña a tus hijos a obedecerte. Haz un uso sabio y responsable de la disciplina: Deuteronomio 8:5; Proverbios 3:11-12; 13:24; 23:13-14; 29:15, 17; Hebreos 12:7.

4. Protege a tus hijos de influencias mundanas. Debes estar consciente que Satanás no escatimará esfuerzos por destruirlos espiritualmente, infundiéndoles atracción por el mundo o rodeándolos de compañías no convenientes: Proverbios 13:20;




28:7; 1 Juan 2:15-17. 5. Hazle saber a tus hijos que Dios siempre los observa y evalúa lo que

hacen, piensan y dicen: Salmo 139:1-12. 6. Lleva a tus hijos, desde los primeros años de su vida, a una fe

personal, al arrepentimiento y al bautismo con agua en Cristo: Mateo 19:14.

7. Provéele a tus hijos de una Iglesia donde se proclame la Palabra de Dios sin contaminación y donde se priorice la obra del Espíritu Santo. Enséñales este lema: “Compañero soy yo de todos los que te temen” (Salmo 119:63).

8. Anima a tus hijos a que se conserven separados del mundo y que allí testifiquen y trabajen para Dios: 2 Corintios 6:14-7:1; Santiago 4:4.

9. Instruye a tus hijos en cuanto a la importancia del bautismo con el Espíritu Santo: Hechos 1:4, 5, 8; 2:4, 39.

10. Enséñale a tus hijos que Dios los ama y que tiene un propósito hermoso para con sus vidas: Lucas 1:13-17; Romanos 8:30; 1 Pedro 1:3-9.

11. Instruye a tus hijos diariamente en la Palabra de Dios y anímalos a tener su propia vida devocional: Deuteronomio 4:9; 6:5-7; 1 Timoteo 4:6; 2 Timoteo 3:15.

12. Mediante tu ejemplo y tu exhortación, alienta a tus hijos a la vida de oración: Hechos 6:4; Romanos 12:12; Efesios 6:18; Santiago 5:16.

13. Prepara a tus hijos para sufrir por causa de Cristo y aún para padecer persecución y muerte si fuere necesario: Mateo 5:10-12. Deben saber que “todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución” (2 Timoteo 3:12).

14. Encomienda diariamente a tus hijos a Dios en intercesión constante e intensa: Efesios 6:18; Santiago 5:16-18.

15. Demuestra que amas a tus hijos y que estás verdaderamente interesado en su salvación, de tal manera que, cuando ellos lleguen a ser padres, también estén dispuestos a hacer por sus hijos lo que tú hiciste por ellos: Filipenses 2:17.




APLICACIÓN PERSONAL


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