mindef argentina libro inteligencia

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Libro oficial del Ministerio de Defensa argentino sobre inteligencia estratégica. Contiene una recopilación de textos especializados sobre el tema, incluyendo autores de otros países.

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  • 5Inteligencia EstratgicaLatinoamericana

    Perspectivas y ejes predominantes para la toma de decisiones estratgicas

    ante un mundo en cambioAntologa

  • 6Informacin de la imagen de tapaAutor de la reproduccin: Hoempler, Carlos E. C., Jr.

    Ttulo: Amrica MeridionalisDescripcin: Dibujo reducido y copiado a pluma, de una reproduccin de una Carta del siglo XVI representativa de la America del Sur original elaborada

    por el cartografo Jodocus Hondius.Ao de la reproduccin: 1938, con motivo del Congreso Panamericano de

    Geografa e Historia reunido en Lima, Per. IMAGEN DEL MAPA GENTILEZA DEL INSTITUTO GEOGRFICO NACIONAL

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  • 8Ministerio de Defensa

    Inteligencia estratgica latinoamericana: Perspectivas y ejes predominantes para la toma de decisiones estratgicas ante un mundo en cambio, antologa.

    Compilado por Jos Gabriel Paz; Coordinacin general de Roberto Romn.1a ed . - Ciudad Autnoma de Buenos Aires. Ministerio de Defensa, 2015.400 p. ; 24 x 17 cm.

    ISBN 978-987-3689-31-4

    1. Defensa. 2. Inteligencia. 3. Estrategia Militar. I. Paz, Jos Gabriel, comp.II. Romn, Roberto, coord. CDD 355.4

    Se permite la reproduccin total o parcial, la distribucin, la comunicacin pblica de la pre-sente obra, o la transmisin por cualquier forma o por cualquier medio, ya sea electrnico, mecnico, por fotocopia u otros mtodos, siempre y cuando se reconozca la autora de la obra original, haciendo expresa referencia a la fuente.La responsabilidad sobre el contenido es exclusivamente de los autores y traductores. Todas las declaraciones de hecho, opinin, o anlisis expresado en cada artculo del presente libro, son exclusivamente atribuidos a su autor, y no representan la opinin oficial de su pas o de sus agencias, ni las del Gobierno o el Ministerio de Defensa de Argentina.

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    AUTORIDADES NACIONALES

    Dra. Cristina Fernndez de KirchnerPresidenta de la Nacin

    Ing Agustn O. RossiMinistro de Defensa de la Nacin

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    AUTORIDADES DEL MINISTERIO DE DEFENSA

    Agrim. Sergio A. RossiJefe de Gabinete

    Dr. Jorge FernndezSecretario de Estrategia y Asuntos Militares

    Lic. Santiago Juan RodrguezSecretario de Ciencia, Tecnologa y Produccin para la Defensa

    Lic. Roberto Pedro ContiSecretario de Coordinacin Militar de Asistencia en Emergencias

    Lic. Germn Pedro MartnezSubsecretario de Coordinacin Administrativa

    Mag. Javier AraujoSubsecretario de Formacin

    Dra. Mara Fernanda LlobetSubsecretaria de Planeamiento Estratgico y Poltica Militar

    Dr. Roberto De LuiseSubsecretario de Asuntos Internacionales de la Defensa

    Lic. Mara Julieta MarksSubsecretaria de Gestin de Medios y Planificacin Presupuestaria y Operativa para la Defensa

    Lic. Leandro NavarroSubsecretario de Investigacin y Desarrollo y Produccin para la Defensa

    Lic. Mara Agustina BreaSubsecretario de Coordinacin Ejecutiva en Emergencias

    Sr. Gustavo Luis CarantaSubsecretario de Planeamiento para a Asistencia en Emergencias

    Prof. Roberto Adrin RomnDirector Nacional de Inteligencia Estratgica Militar

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    AUTORIDADES 10

    NDICE 12

    PRESENTACIN 15

    ESTUDIO INTEGRADOR DEL COMPILADOR 19

    Jos Gabriel Paz Perspectivas de cooperacin en Inteligencia Estratgica. Un aporte para la consolidacin de la integracin regional. 21

    CARACTERSTICAS ESENCIALES EN LA INTELIGENCIA EN AMRICA LATINA 39

    Russell Swenson Comprendiendo la Cultura de Inteligencia en las Amricas y Su Utilidad Estratgica para la Seguridad Nacional 41 Russell Swenson Understanding Intelligence Culture in the Americas and Its Strategic Utility in National Security 59 Rafael Jimenez Villalonga Perspectivas de futuro de la inteligencia estratgica en Latinoamrica 77 Santiago Llop Meseguer La cultura de la inteligencia y su importancia en la era del conocimiento 91 Mrcia Stein Telemberg Formacin en Inteligencia 97 Mrcia Stein Telemberg Formacion em Inteligncia 105 Jos Robles Montoya Algunas reflexiones previendo escenarios de futuro: La importancia de la prospectiva en el marco de la Inteligencia Estratgica 113 Jorge Bergallo La inteligencia estratgica en la educacin superior argentina. Un caso particular 123 Marcos Pablo Moloeznik Apuntes sobre inteligencia e instrumentos estratgicos en Mxico: Tensin entre la legalidad y la realidad 133 Pedro Trujillo Alvarez Dbil institucionalizacin y problemas en el diseo de polticas pblicas: la inteligencia y su impacto en la seguridad en Guatemala 161 Andrs Gmez de la Torre Rotta y Arturo Medrano Carmona La reorganizacin de Inteligencia en el Per: aspectos jurdicos, polticos y comparativos en la regin 177 Manuel Balczar Villarreal Antecedentes del Sistema de Inteligencia Estratgica en Mxico 191

    NDICE

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    LA VIGENCIA DE LA PERSPECTIVA GEOESTRATGICA EN LA

    INTELIGENCIA ESTRATGICA 203 Boris Martynov El mundo, Rusia y Amrica Latina: Dnde buscar afinidades? 205 Karol Derwich El concepto de estado disfuncional y la inteligencia estratgica 219 Janiel David Melamed V Inteligencia estratgica y postconflicto en Colombia: Escenarios y Desafos 235 Carlos Wellington Leite de Almeida Presupuesto de Defensa del Brasil y el contexto Sudamericano 245 Carlos Wellington Leite de Almeida Oramento da Defesa do Brasil e o contexto Sul-americano 269 Severino Meja Mosquera La inteligencia estratgica en la operacin del Canal de Panam 293

    PERSPECTIVAS DE COOPERACIN REGIONAL EN MATERIA DE

    INTELIGENCIA ESTRATGICA 307 Carlos Maldonado Prieto y Carolina Sancho Hirane Cooperacin en inteligencia estratgica de la defensa en el CDS/UNASUR: Posibilidades, limitaciones y desafos 309 Jorge Jouroff Reflexiones en torno al problema de generacin de inteligencia estratgica en la integracin regional 329 Mario Ramos Desafos de la inteligencia estratgica frente a la situacin geoestratgica e intereses geopolticos de Nuestra Amrica 337 Antonio Romanelli La inteligencia estratgica y el inters atlntico del MERCOSUR 347

    RELACIN DE AUTORES 369

    CITAS BIBLIOGRFICAS 377

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    PRESENTACIN

    La Repblica Argentina lleva adelante un importante proceso de cambio para consolidar y democratizar las instituciones que tienen bajo su responsabilidad realizar actividades de inteligencia, en sus diferentes dimensiones y niveles. En este marco y en congruencia con las actividades regionales, nos pareci oportuno reunir en una publicacin experiencias, opiniones, ideas y reflexiones de especialistas en la materia.La Ley N 27.126 (de 2015) modificatoria de la Ley de Inteligencia Nacional N 25.520 (de 2001) y el Decreto 1311/15 suponen una reforma sustancial en la historia de nuestro pas, ya que establecen claramente el marco jurdico en el que desarrollarn sus actividades los organismos de inteligencia, conforme a la Constitucin Nacional, los Tratados de Derechos Humanos, y toda normativa que establezca derechos y garantas.Por primera vez en la legislacin argentina se hacen pblicos la doctrina de inteligencia na-cional, la estructura orgnica de su agencia ms importante, los mecanismos de reclutamien-to y rgimen de personal. Esta decisin supone un paso fundamental para la transparencia institucional de una de las reas ms sensibles de los estados modernos. Los organismos de inteligencia tienen la responsabilidad de producir y gestionar conocimiento sobre diversas problemticas relacionadas con procesos, riesgos y conflictos inscriptos en la defensa nacio-nal y la seguridad interior, siempre en funcin de la proteccin y promocin de los intereses polticos, institucionales, sociales, econmicos y culturales del pueblo argentino.El Sistema de Inteligencia de la Defensa mantiene la misin de asistir al Ministro de Defensa en todos los aspectos relacionados con la inteligencia necesarios para la conduccin de los asuntos de la Defensa Nacional. Las problemticas de las cuales se ocupa la Inteligencia Estratgica de la Defensa abarcan los eventuales riesgos o conflictos vinculados a agresiones de origen externo perpetradas por Fuerzas Armadas pertenecientes a otros Estados contra la soberana, la integridad territorial o la independencia poltica de nuestro pas, o en cual-quier otra forma que sea incompatible con la Carta de las Naciones Unidas.Se reafirma de este modo que nuestro pas sostiene un modelo de carcter defensivo, de rechazo y oposicin a polticas, actitudes y capacidades ofensivas de proyeccin de poder hacia terceros Estados, en el cual la concepcin y la disposicin estratgica, la poltica de defensa y su consecuente poltica militar, el diseo de fuerzas, la evolucin del instrumento militar y su previsin de empleo se encuentran estructuradas segn el principio de legtima defensa.La planificacin y produccin del Sistema de Inteligencia de la Defensa tiene como objetivo general fortalecer la prevencin respecto de potenciales riesgos y amenazas al Territorio Na-cional, como as tambin buscar e identificar aquellos espacios y situaciones de oportunidad que permitan fortalecer la actuacin de nuestro pas en los mbitos regional, continental y mundial.La capacitacin y actualizacin de los sistemas y actores vinculados a la inteligencia estratgi-ca de la defensa sern de fundamental importancia, tanto para prevenir o mitigar riesgos y amenazas como para aprovechar tendencias internacionales. Estos desafos incluyen pero no

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    se agotan en el cambio climtico, las transformaciones demogrficas, las tendencias inmigra-torias, la emergencia de tecnologas disruptivas y la inestabilidad econmica global. Con cer-teza, estas tendencias afectarn a nuestras naciones y comunidades de formas inimaginables. Durante las prximas dcadas, sabemos que la velocidad de estos cambios se acelerar expo-nencialmente y que los desafos mundiales sern cada vez ms complejos abordar.La tarea sensible, difcil e imprescindible de forjar esa cultura de inteligencia estratgica en el mbito regional nos impone desafos para actualizar nuestra agenda, dando cuenta tanto de los cambios en el mundo como de la necesidad de construir un punto de vista comn sobre prospectivas, mtodos, riesgos y amenazas.Parece haber acuerdo sobre la necesidad de conceptualizar, tras la salida de la guerra fra, las dictaduras militares y el orden represivo, la emergencia de un nuevo contexto donde apa-rece la multidimensionalidad de la inteligencia, los riesgos de su privatizacin, las inercias culturales de las instituciones y la necesidad de organismos cuya tarea cuente con amplia legitimacin social. La necesidad de un mbito regional sudamericano cobra trascendencia si analizamos que el nico contexto de intercambio ha sido el sistema interamericano. Sin ser excluyentes, este nuevo mbito se impone relevante. La nueva relacin entre EEUU y Cuba puede enriquecer en mtodos y puntos de vista ese debate.Son comentados acontecimientos histricos en los que por dficit o exceso de informacin se cometieron gravsimos errores de conduccin estratgica. Suele comentarse sobre lderes que por no aceptar a sus asesores en inteligencia incurrieron en fracasos catastrficos. No se comenta tanto sobre casos en que organismos de inteligencia promovieron sus propios e interesados anlisis.La identificacin de amenazas debe ser resultado de nuestras propias exigencias y puntos de vista, y an aqullas cuya presencia y dimensin mundial es compartida deben ser analiza-das desde nuestra particular situacin estratgica.El terrorismo es una preocupacin mundial, aunque su foco parece alejado de la regin por el momento. Hay preocupaciones compartidas sobre narcotrfico, trata de personas, contra-bando y depredacin ilegal de recursos mineros y forestales. En Argentina esas temticas no son competencia de la defensa, y en cada pas de nuestra regin vara su abordaje segn su propio ordenamiento.Esas inquietudes han de enriquecerse o complementarse monitoreando la presencia de po-tencias extra regionales y el inters por la dotacin de recursos naturales de Sudamrica. No ha de obviarse a los EEUU como potencia extra regional, ni la larga historia padecida por el continente en materia de injerencia externa y balcanizacin.La creciente preocupacin por la seguridad ciberntica encontr en el espionaje develado en 2013 un punto que no debe quitar la atencin del diseo, control de las redes y vulnera-bilidades. Del mismo modo, y en orden a lo dictado por los presidentes en UNASUR, cada pas segn su asignacin de competencias, habr que prestar atencin al accionar de empre-

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    sas multinacionales y grupos financieros que, a veces con prcticas delictivas, interfieren el desarrollo tecnolgico y econmico, o promueven accin psicolgica buscando vulnerar el orden institucional.En este marco y en congruencia con la orientacin de la poltica exterior de nuestro pas, el Ministerio de Defensa ha promovido y protagonizado en la materia la construccin y consol-idacin de mecanismos de integracin regional. Por indicacin del Ministro Agustn Rossi, la Argentina ha planteado por primera vez la realizacin de un taller sobre temas de inteligencia estratgica de la defensa en el marco del Consejo de Defensa Suramericano (CDS).En su realizacin, el taller se plante como objetivo inicial la consolidacin de una agenda comn para alcanzar la conformacin de un curso de inteligencia estratgica suramericano. Sin embargo, qued evidenciada la necesidad de las naciones miembro de UNASUR de contar con un espacio de dilogo, cooperacin e intercambio de experiencias en la materia, reflejando la complejidad que presenta la agenda de la inteligencia estratgica regional. Sin duda, esto representa un desafo colectivo de importancia que slo puede ser abordado con el trabajo coordinado de los estados.El presente volumen condensa el aporte de 22 profesionales de 14 pases dedicados a la inves-tigacin de temas de Defensa y Seguridad. Mostraron inters en esta convocatoria especialis-tas y expertos provenientes de diferentes pases, entre los que se encuentran: Argentina, Bra-sil, Chile, Colombia, Ecuador, Espaa, Estados Unidos, Guatemala, Mxico, Panam, Per, Polonia, Rusia y Uruguay. Adems del inestimable valor acadmico de las contribuciones, la antologa permite plantear un paso decidido hacia el fortalecimiento regional de las capaci-dades de inteligencia estratgica de la defensa y hacia su jerarquizacin institucional.Esta publicacin se enmarca en una decisin poltico institucional del Ministerio de Defensa de la Repblica Argentina de consolidar las reas y capacidades de inteligencia estratgica, en conjunto con los pases que componen la regin suramericana. Como objetivos comple-mentarios, el volumen busca en primer trmino destacar la importancia de la inteligencia estratgica de la defensa en el diseo, implementacin y evaluacin de polticas pblicas. En segundo trmino, se propone ser una experiencia en donde el conocimiento acadmico y la accin estatal se retroalimenten y enriquezcan mutuamente, en lugar de constituirse como dos mbitos escindidos e inconexos. Finalmente, y gracias a la rigurosidad acadmica de las contribuciones, el presente ejemplar busca brindar un anlisis descriptivo y prospectivo de la inteligencia estratgica regional, lo que permitir entablar discusiones futuras en un marco de colaboracin y confianza mutua.En la medida que el presente volumen sirva como una contribucin a nuevos espacios de formacin, capacitacin y especializacin en el marco de la cooperacin y el fortalecimiento conjunto de las naciones suramericanas, su propsito estar cumplido.

    Prof. Roberto Adrin RomnDirector Nacional de Inteligencia Estratgica Militar

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    Estudio Integrador del Compilador

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    El aleteo de las alas de una mariposa puede provocar un tifn al otro lado del mundo.

    Edward Lorenz

    Perspectivas de cooperacin en Inteligencia Estratgica.

    Un aporte para la consolidacin de la integracin regional.

    Jos Gabriel Paz

    INTRODUCCIN

    La globalizacin ha permitido estrechar las distancias entre los pases, crear nuevos vn-culos, establecer procesos de integracin y en gran medida se han facilitado los caminos para la comprensin y el dilogo entre los pueblos. Pero correlativamente el mundo tam-bin se ha encaminado hacia un sistema dinmico, lquido, heterogneo y anrquicamente conectado, lo que ha ido destruyendo los lmites formales de la previsibilidad. En l los cambios se suceden vertiginosamente, la incertidumbre cada vez ms se torna en rutina, y la interdependencia global condiciona a los pases de tal forma, que junto a las transfor-maciones relativamente previsibles, coexisten eventos donde las minsculas variaciones en lejanas latitudes, pueden potencialmente desencadenar enormes e insospechados efectos en el otro extremo del orbe. Sin embargo, da la impresin que mucho de lo que sucede en el resto del mundo resulta ajeno y distante para Amrica Latina, la que con sus propios tiempos, con sus capacidades y limitaciones, avanza hacia la bsqueda de su destino de desarrollo, crecimiento y felici-dad para sus pueblos. Esa visin alejada del resto del mundo es percibida por Rafael Jimnez Villalonga, que en su mirada sobre la regin, expresa en cierto modo, pareciera que la globalizacin no

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    est influyendo en las distintas facetas del desarrollo de las sociedades latinoamericanas, a excepcin hecha de la correspondiente al ciberespacio y, no totalmente, a las influencias econmicas mundiales (Jimnez Villalonga, 2015).As, la perspectiva latinoamericana centra sus prioridades inicialmente en los temas de mayor relevancia interna para sus pases, y en segundo trmino acapara su atencin los aspectos regionales, quedando la mayor parte de las cuestiones de la globalizacin fuera de ese espectro introspectivo. Pero cierto es, que ni Amrica Latina ni cada uno de sus pases se pueden blindar, ni garan-tizar total inmunidad, frente a la posibilidad de verse afectados por los efectos negativos de la globalizacin, con sus secuelas de destruccin social, econmica y cultural. Frente a lo antes mencionado, surgen varias preguntas de difcil respuesta: Se est en con-diciones de prever las derivaciones de los cambios que se producen en el mundo, establecer sus efectos y saber en qu grado afectarn a la regin? Se pueden anticipar las consecuen-cias que producirn conflictos lejanos en el comercio, el campo laboral, la industria y el abastecimiento?, Es posible vaticinar el impacto de las oscilaciones de los mercados mun-diales que controlan el precio de las materias primas que se exportan, de carnes, de granos, de petrleo y de minerales, o de los insumos que se importan?, Se puede pronosticar sobre los complejos efectos de la irrupcin tecnolgica en los pases y en la regin? Estas son slo algunas de las tantas preguntas que necesitan respuestas, y representan temas de vital importancia a considerar, por cuanto muchas de ellas se encuentran imbricadas con la capacidad que se posee para evitar, enfrentar o aminorar los efectos nocivos de los cambios mundiales. Lo expresado, est directamente relacionado, a cuestiones que poten-cialmente pueden interferir en los intereses y objetivos nacionales de los pases, y a su vez, estrechamente vinculados a la subsistencia de los compromisos regionales que nos unen.Para develar estas preguntas, todos los pases poseen estructuras de inteligencia estratgica, que se orientan a la labor de dar previsibilidad y reducir la sorpresa, frente a interferencias reales o potenciales a sus intereses y objetivos nacionales. En su tarea, desde la considera-cin de un marco de referencia nacional, regional o mundial, buscan robustecer los proce-sos de toma de decisiones de cada pas, sin embargo, no es su misin producir inteligencia til para los esfuerzos de integracin y cooperacin de las regiones de pertenencia. En Latinoamrica a nivel regional o subregional, no existen las instancias comunes necesa-rias para identificar en forma oportuna los probables riesgos y amenazas en ciernes, o que permitan la definicin de escenarios de cooperacin y de conflicto, o que hagan posible la identificacin de oportunidades, todos ellos productos indispensables, para poseer la ca-pacidad de responder en tiempo oportuno, a las variables condiciones de los contextos de inters para la regin, o para cumplir de mejor manera con los fines cooperativos. Hacia eso se orienta este trabajo, a reflexionar sobre la posibilidad de conformar en el

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    marco de las estructuras regionales existentes, una instancia con capacidad de apoyo en inteligencia estratgica, que se constituya en una herramienta de importancia para conso-lidar los procesos de integracin. Por ello, en base a los aportes de los connotados autores participantes, es intencin explorar esa idea desde la consideracin de tres ejes: la revisin de algunas caractersticas de la inteligencia estratgica latinoamericana a fin de establecer rasgos comunes, la identificacin de algunos de los condicionantes del contexto geoes-tratgico global que pueden afectar en forma colectiva a los pases, y luego, se intentarn establecer las alternativas posibles en el marco de las estructuras de integracin de nivel regional, a partir de lo cual se arribarn a las conclusiones.

    Caractersticas esenciales en la inteligencia en Amrica Latina

    Si bien no se pretende ahondar en la profundidad que merece este tema, se intentar iden-tificar ciertas notas bsicas, que permiten orientar sobre algunos rasgos que caracterizan a la inteligencia estratgica en Amrica Latina. Al inicio es importante advertir que la materia, en general, ha tenido un desarrollo desigual y una insuficiente valoracin en los distintos pases, aunque hay consenso en cuanto a que la inteligencia estratgica es una herramienta para satisfacer las necesidades de la conduc-cin poltica-estratgica en el proceso de toma de decisiones, que proporciona conoci-miento procesado y especializado, elaborado al ms alto nivel, conformando un servicio de naturaleza mayormente civil. En su falta de valoracin han influido aspectos derivados de coyunturas del pasado y una inadecuada relacin entre inteligencia y sociedad, lo que trasunta en recelo y desconoci-miento por el pblico en general, e incluso a veces, por parte de quienes desde el Estado la deberan utilizar como instrumento. Esta situacin de incomprensin, provoca secuelas que muchas veces se reflejan en la conformacin de las estructuras de inteligencia, en sus normas regulatorias y en las caractersticas de sus procesos educativos. Para lograr un cambio benfico es necesario que se permita a la sociedad percibir la uti-lidad, necesidad, funcin y finalidad de la inteligencia como sustancial tarea del Estado, resaltando que su buen funcionamiento, -enmarcados en criterios de legalidad y transpa-rencia- es vital, en la medida que sirve, resguarda y beneficia a la comunidad en su conjun-to. Pero tambin debe entenderse que este vnculo debe ser bidireccional, puesto junto al acercamiento y conocimiento por parte de la sociedad, debe haber correlativamente una actitud de mayor apertura en los organismos, que ayude a comprender la razn de su exis-tencia, siendo un imperativo para establecer una relacin ms estrecha, la construccin una cultura de inteligencia. En el intento de establecer el alcance de la expresin cultura de inteligencia, Llop, explica

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    que el trmino cultura viene de muchas discusiones, desde la conocida alta cultura rela-cionada con las bellas artes y la msica y el conjunto de saberes que debe tener una socie-dad respecto a un tema, es decir, que es sinnimo de conocimiento profundo. Si tomamos el segundo, la cultura de la inteligencia no es otra que el conocimiento de la Inteligencia como funcin principal del Estado en beneficio del desarrollo y la seguridad para lograr el bien comn (Llop, 2015).La falta de una cultura de inteligencia influye seriamente en la valoracin y consideracin pblica de la inteligencia, lo que es apreciado por Carlos Maldonado y Carolina Sancho, quienes indican que su ausencia denota un serio dficit en la comprensin de su significa-do por parte de la opinin pblica y de las lites nacionales. En ocasiones, es producto de experiencias pasadas asociadas al rol de la inteligencia en sistemas autoritarios, y el desco-nocimiento del rol y misin de la inteligencia en democracia (Maldonado-Sancho, 2015).Aunque tambin puede decirse la relacin inteligencia-sociedad lentamente est buscando su cauce, y en este sentido, Swenson observa una tendencia en cuanto a que los escritos sobre inteligencia en el mundo occidental reflejan un inters continuo en el mbito socio-lgico y en las caractersticas de comportamiento de los servicios de inteligencia nacionales y de sus empleados. A menudo, este inters se manifiesta en trabajos que intentan definir y explorar la cultura de inteligencia. (Swenson, 2015).Un aporte significativo a la relacin inteligencia-sociedad surge del mundo acadmico, y por ello, es importante la observacin de Rafael Jimnez Villalonga, cuando afirma que en el campo acadmico la cultura de inteligencia se ha materializado a travs de sus tres ejes esenciales: La docencia, cuyos elementos ms palpables son los cursos y msteres, cada vez ms extendidos entre las universidades y centros de enseanza especializada de postgrado. La divulgacin cientfica, manifestada cada vez con mayor nfasis en la proliferacin de artculos y revistas especializadas en seguridad, defensa e inteligencia. La investigacin, promovida por especialistas que trabajan en mbitos acadmicos y empresariales, funda-mentalmente (Jimnez Villalonga, 2005). Precisamente, por su relacin a lo antes sealado, son valiosas las consideraciones que rea-liza Bergallo, al referirse a experiencia educativa del Instituto de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (IIFA) de Argentina, puesto que es un caso en el que se conjuga la formacin del profesional de inteligencia y su notoria contribucin a la cultura de inteligencia, en la medida que su oferta educativa representa un aporte significativo para el cambio que se da con la apertura de la actividad de inteligencia en el mbito militar y adems un contunden-te impulso a la difusin y enseanza de la inteligencia estratgica, en su fase ms delicada como es la de anlisis, para su verdadero aprovechamiento en toda organizacin. Con la Especializacin en Anlisis de Inteligencia Estratgica el IIFA contribuye a desmitificar el concepto de inteligencia y es la nica que pone en manos de toda la sociedad la posibilidad

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    de adquirir un cmulo de conocimientos, habilidades y destrezas que redundarn en una mejor conduccin de las organizaciones e instituciones, pblicas y privadas, que en su seno actan (Bergallo, 2015).Es coincidente la perspectiva de Stein, al sostener que es necesaria la real integracin entre los profesionales militares y de la academia, si no nunca llegaremos a un consenso. Es pre-ciso que el militar tenga la nocin exacta de la ardua tarea de hacer la especializacin stric-to sensu en la academia, pero, los acadmicos de la misma forma deben buscar aproxima-cin a la realidad militar (Stein, 2015). Tambin, Marcos Moloeznik se refiere a necesidad de una saludable vinculacin con el mundo acadmico, al describir la situacin Escuela de Inteligencia para la Seguridad Nacional del Centro de Investigacin y Seguridad Nacional (ESISEN) de Mxico, expresando que: tal vez, en el futuro, convenga estrechar relaciones con instituciones de educacin superior y profesores universitarios a cargo de investigacio-nes sobre temas de seguridad nacional e inteligencia para evitar el incesto acadmico que suele caracterizar a instituciones de esa naturaleza (Moloeznik, 2015). La visin de los expertos antes expresada, pone de relieve la tarea benfica que le cabe a lo acadmico, y es contundente en cuanto al valor que adquiere su contribucin al estableci-miento de una cultura de inteligencia, la que se exhibe a travs de su aporte intelectual, incentivando los estudios sobre la materia, desmitificando la tarea profesional, generando doctrina y promoviendo un mayor vnculo con los organismos de inteligencia.Ciertamente hay otros caminos por los que se puede llegar a acercar la inteligencia a la sociedad. As, Swenson rescata el papel de las publicaciones, que a travs de memorias o novelas, muestran al pblico aspectos relativos al funcionamiento de la inteligencia, al decir: ms all de dar a los lectores una idea del detrs de escena de los desafos y oportunidades de trabajo de inteligencia, su obra publicada traduce los elementos que definen su anterior vida secreta en principios socialmente significativos para el consumo pblico. Sus memorias ofrecen una interpretacin de su vida dentro de la cultura de la inteligencia en una manera que promueva la socializacin de inteligencia para el pblico en general (Swenson, 2015).En cuanto a la calidad y profesionalismo de los miembros de las organizaciones de inte-ligencia, es esta otra cuestin trascendente, en consideracin al enorme valor del recurso humano necesario para cumplir con las complejas tareas profesionales. Por ello, se requie-ren rigurosos mtodos de seleccin de personal, y el desarrollo de los procesos educativos aptos para garantizar su calidad y profesionalismo, dotndolos de las capacidades necesa-rias para el funcionamiento de una comunidad eficiente. En tal sentido, Moloeznik expresa que conviene insistir en la necesidad de contar con una comunidad de inteligencia cuyos componentes se caractericen por el profesionalismo y la probidad en sus actuaciones y que respondan a los objetivos e intereses nacionales, al margen de los vaivenes de la poltica partidista (Moloeznik, 2015). Esto se vincula con la

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    perspectiva de Stein en cuanto al proceso de formacin, quien expresa que la planifica-cin del proceso de formacin y entrenamiento del profesional de Inteligencia debe dar posibilidades a la preparacin de los recursos humanos con requisitos previstos para las funciones, que permita atender, sin rupturas, una mayor demanda de conocimientos de interaccin creciente, con la consistencia, la naturaleza y la profundidad adecuadas a un proceso de decisin de alto nivel, que contemple hechos y situaciones de una coyuntura cada vez ms compleja en sus condicionantes (Stein, 2015).La institucionalidad, el respeto a las leyes por parte de las organizaciones de inteligencia, y la relacin entre la produccin y los consumidores, han sido otros de los tpicos que se han considerado importantes en los estudios sobre la materia.Como referencia a alguno de estos temas centrales, deben valorarse las expresiones de Tru-jillo, al opinar que: la institucionalidad, es decir, la consolidacin de cualquier organiza-cin de forma que proyecte valores y sus componentes se vean imbuidos de ellos, es un fac-tor clave en cualquier sociedad. Mucho ms importante en la medida que la organizacin responda al inters general o colectivo y sobre todo que afecten a las necesidades ms bsi-cas del ser humano, entre las que se encuentran la seguridad y la defensa (Trujillo, 2015).En ese orden de ideas, desde Colombia, Melamed plantea como trascendente para su pas, que la inteligencia asuma su papel, donde el gran desafo es lograr que las instituciones de seguridad con funciones de inteligencia puedan en su conjunto, asimilar una reorganiza-cin de sus funciones, garantizar que los servicios de inteligencia desarrollen sus activida-des de forma legtima, con apego a las garantas legales y constitucionales, en el marco de los lmites y restricciones del Estado de Derecho (Melamed, 2015).Por otra parte, se debe considerar lo advertido por Gmez de la Torre y Medrano Carmona, al referirse a la existencia de cierta tendencia en algunas organizaciones de inteligencia por privilegiar el mbito operativo, en perjuicio de lo estratgico, e incluso marcar sus propias agendas, efectuar todo el ciclo de Inteligencia y posiblemente convertirse en consumidores y tomadores de decisin empleando y explotando el producto de Inteligencia propio (G-mez de la Torre - Medrano Carmona, 2015). En cierta forma, esa autonoma, que permite al mbito operativo convertirse en toma-dores de decisiones empleando para s lo producido, puede tener complejas derivaciones, en la medida que acciones inconexas llevadas adelante en ese nivel, suelen traer impensa-das consecuencias en el nivel estratgico, convirtindose en graves problemas, -e incluso razn de explicaciones o disculpas de Presidentes y Ministros-, que terminan siendo con frecuencia, uno de los principales motivos de justificacin para la reorganizacin de los sistemas de inteligencia. La autonoma de facto a las que son proclives algunas organizaciones de inteligencia, per-mite que se generen dinmicas propias, que potenciadas por las siempre alegadas razones

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    de secreto y compartimentacin, producen una inadecuada funcionalidad y contribuyen a las actividades al margen de la ley. Esto favorece la falta de institucionalidad, conduciendo a la transgresin de los mecanismos de gestin y control dispuestos en el campo normativo, apartndose as de la teleologa propia de las polticas pblicas.Otro de los problemas a considerar, es la creencia en el nivel poltico-estratgico de algunos pases, en cuanto a que el conocimiento propio puede suplir el aporte de la inteligencia estratgica para la toma de decisiones, sin considerar su valor e importancia como resulta-do de un proceso lgico, analtico, sistemtico y profesional, lo que a veces se vincula a la falta de una cultura de inteligencia. Esto lo seala Manuel Balczar al referirse a Mxico, al decir que se percibe que el desarrollo de la cultura de inteligencia se encuentra an en ciernes, adems de tener un gran desafo en el contexto local, donde el concepto parece ser mal interpretado y poco regulado por el marco jurdico, generando en ocasiones concesio-nes basadas en la racionalidad poltica ms que institucional (Balczar, 2015). Los aspectos apreciados en este punto, muestran algunos comunes denominadores en ma-teria de inteligencia en la regin, los que evidencian que hay lasitudes que trascienden a las especificidades nacionales, y cuyo conocimiento es necesario al momento de pensar en un esfuerzo colectivo de nivel regional.

    La vigencia de la perspectiva geoestratgica en la inteligencia estratgica

    A pesar de la complejidad y volubilidad del contexto internacional, muchos de los fenme-nos que tienen influencia en los aspectos de inters para la inteligencia estratgica todava pueden percibirse a travs del anlisis de los factores tradicionales.As, los aspectos geopolticos an siguen siendo un tema central a considerar en el anlisis del mundo, en la bsqueda de dar explicacin a la ocurrencia de sucesos y en el intento por establecer comportamientos futuros de variables geoestratgicas o geoeconmicas. Hoy como ayer, asumen preponderancia crtica para los pases elementos tales como la posicin geogrfica, las relaciones internacionales, las cuestiones fronterizas, el respeto a las sobera-nas nacionales, la economa, los conflictos y las amenazas transnacionales, el transporte, el efectivo control de los recursos naturales y energticos, entre muchos otros aspectos que adems, frecuentemente se relacionan. Esto se demuestra por ejemplo, a travs de la relevancia que adquieren las regiones del mundo con mayores reservas de gas, petrleo y minerales estratgicos, que acaparan la atencin de las potencias, y tambin son el centro de los principales conflictos.Pero la labor de las organizaciones de inteligencia estratgica, no puede quedar sujeta a la consideracin de variables casi estticas, puesto que su marco de referencia se exhibe signado por la constante mutabilidad, dando por resultado una cotidiana falta de certeza.

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    Por ello, es necesario advertir sobre la inestabilidad de algunos factores -que conexos e interrelacionados-, resaltan por ser cada vez ms gravitantes para el escenario mundial, y que merecen especial atencin por sus efectos.El factor tecnolgico y sus profundas transformaciones, que influyen poderosamente sobre los pases, que si bien obra favoreciendo los vnculos internacionales y mejora la calidad de vida de las personas, constituye un factor de dependencia, sujeta a procesos de inves-tigacin e innovacin ajenos, a la que la mayor parte de los pases no pueden acceder por su alto costo, generndose as una brecha cada vez ms difcil de acortar. Esto se agrava por los efectos de la disrupcin tecnolgica, -expresada por la ley de fractura1-, donde la rpida obsolescencia de la tecnologa produce efectos inminentes y directos en los cambios mundiales, ya que mientras los sistemas sociales, polticos y econmicos cambian a travs del tiempo en forma incremental, la tecnologa cambia en forma exponencial. Por otra parte, desde la ptica de la inteligencia, es innegable que el crecimiento tecnol-gico ha multiplicado las capacidades, particularmente en materia de SIGINT, GEOINT, de inteligencia ciberntica, lo que tambin se ha reflejado en la automatizacin de los procesos de bsqueda, obtencin y anlisis de la informacin (BigData, Minera de Datos, etc.), donde la masividad trae consigo nuevos problemas, especialmente el de la infoxicacin, lo que impone nuevos paradigmas metodolgicos y exige mayor velocidad de procesa-miento, constreido por la acelerada degradacin y volubilidad de la informacin. El crecimiento de los recursos tcnicos para acceder a todo el espectro de comunicaciones e internet, le ha dado a los pases mayor aptitud para establecer con relativa certeza las ca-ractersticas, capacidades e intenciones de sus posibles oponentes, al acceder a informacin de naturaleza militar, diplomtica, cientfica o de los individuos en general. Pero la inmensa fragilidad de la seguridad de las tecnologas de informacin y comunicacin, es una grave li-mitacin para los pases con menor desarrollo tecnolgico, que se encuentran inermes frente al descomunal despliegue de medios para la interceptacin de las comunicaciones mundiales, o a la posibilidad ser blanco de acciones cibernticas ofensivas dirigidas a infraestructuras crticas, lo que obliga a la adopcin de complejas contramedidas. Esto hace indispensable la implementacin de slidas acciones en el campo de la seguridad de la informacin y de la se-guridad informtica, e impone la necesidad de realizar una profunda revisin sobre aspectos polticos, estratgicos y de cultura institucional, y determinar las vulnerabilidades y las capa-cidades, para as desarrollar todos los medios necesarios para enfrentar el potencial riesgo a la soberana poltica, militar, industrial, cientfica y tecnolgica de los Estados. El factor comunicacional estrechamente vinculado a la tecnologa-, que junto a la ilusin de la aldea global, los medios de comunicacin van generando una nueva forma de vin-culacin, que dan lugar a un mundo interrelacionado con innegable efecto benfico para la comunidad humana. Como contrapartida, el empleo monoplico, manipulador y direc-

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    cionado de los medios masivos de comunicacin, frecuentemente lleva a la desinforma-cin, o a la creacin de estereotipos en beneficio de sus intereses, produciendo un efecto distorsionador en la formacin de la opinin pblica, muchas veces cercano al contexto de las operaciones psicolgicas.Como fuente de insumos para la inteligencia estratgica, el problema se encuentra en el difcil cometido de poder discernir entre lo autntico y lo falaz, entre lo importante y lo superfluo, y resulta una ardua tarea la de lograr la eficacia necesaria a la hora de tamizar el maremgnum informativo, para encontrar el horizonte que conduzca a una inteligencia til. Si en el anlisis no hay capacidad de escapar de lo superficial, de desbrozar la informacin para desentraar la certeza, de ahondar en lo intrnseco de lo implcito para llegar a lo signi-ficativo de ella, de identificar con claridad el nivel en que se halla el contenido cognoscitivo y su contexto, de obtener una apropiada interrelacin entre eventos y situaciones, as como establecer su punto de conexin con el marco de referencia y su calidad para el uso del consumidor, no hay posibilidad de obtener conocimiento ni un producto til, y tal vez, slo habr una visin parcial de una realidad, que carece de valor como insumo de inteligencia. El factor econmico-financiero, donde se observa que los pases no slo se ven afectados por sus propias crisis econmicas, sino que como consecuencia de la marcada fragilidad e interdependencia mundial, son alcanzadas por cuestiones externas, tales como las varia-ciones del precio del petrleo, del oro, de los comodities, de los mercados accionarios, as como por los efectos generados por problemas de las economas de otros pases. Sobre este tpico, Mario Ramos, brinda una visin sobre lo complejo del escenario al se-alar: es indiscutible que hoy en da vivimos en un mundo fundamentalmente multipolar, esto es irrebatible desde el punto de vista econmico; el avance espectacular de la Repblica Popular China, la progresiva recuperacin de la Federacin Rusa, los avances de poderes regionales como Brasil, India y Sur frica y la existencia de la Unin Europea y Japn explican el heterogneo reparto del poder econmico mundial. El planeta es hoy formi-dablemente complicado y diverso, ningn Estado o imperio, por ms poderoso que sea, puede pretender alzarse con supremaca poltico-militar por mucho tiempo en la era de la aceleracin y desarrollo tecnolgico presente (Ramos, 2015). En el mismo contexto, Meja muestra un ejemplo de la innegable interrelacin entre eco-noma y estrategia, cuando al hablar de la trascendencia del Canal de Panam, se pregun-ta desde la inteligencia: Es el canal de Panam una infraestructura crtica de alto valor geoestratgico? Es susceptible a sufrir amenazas? Estas preguntas son elementos esen-ciales de informacin (EEI) a responder, que permiten prepararnos frente a contingencias que van, desde un incremento del flujo comercial que crece el doble del PIB mundial, hasta situaciones de amenazas que no dejan de estar latentes (Meja, 2015).Se suma a ese marco, la superlativa capacidad de influencia de las corporaciones trans-

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    nacionales, que centran su avance en la bsqueda de satisfacer con avidez sus intereses, y muchas veces se instalan actuando sin consideracin a los pases, sin respeto a sus leyes, sin responsabilidad social, sin reparo a su cultura ni a su medioambiente.El factor medioambiental, donde por una creciente degradacin ambiental, devastacin de los recursos naturales, contaminacin y el cambio climtico global, por sus catastrficos efectos, se pone en peligro la seguridad de los pases y la seguridad global, con perspectivas tales como la destruccin del hbitat, crecidas de mares y ros, cambios en las corrientes marinas, prdida de fertilidad de millones de hectreas y desertificacin, con un futuro posible de hambrunas y migraciones masivas.El factor militar, que a partir del proceso de cambio operado desde el fin de la Guerra Fra, ha comenzado a dar paso a un escenario complejo, donde las perspectivas tradi-cionales y estticas del conflicto han mutado hasta alcanzar una configuracin poco definida, ubicua y difusa. Esto es advertido por Derwich, quien observa la mutacin del conflicto clsico, al expresar que las amenazas tradicionales para los Estados-Nacin eran otros Estados-Nacin. Se trataba del fenmeno de las guerras interestatales o convencionales y los Estados-Nacin como los nicos actores de importancia en las relaciones internacionales. Actualmente, mucho ms frecuentemente, la prioridad de los Estados no es la competencia con otros Estados; lo que resulta un desafo son las nuevas amenazas constituidas por los actores no-estatales (Derwich, 2015). Hay una tendencia global por la que se trasunta de la materialidad del conflicto, -carac-terizado por el predominio de la disuasin armada y el empleo de la accin militar-, a su inmaterialidad, donde la contienda se desenvuelve en un campo de batalla que parece ms etreo y sutil, pero que no es menos letal, y hace comprensible que en los principales pases del mundo exista una tendencia a la reduccin del presupuesto militar, y correlativamente, un sostenido crecimiento del gasto en inteligencia. Y como bien expresa Almeida, la inten-sidad tecnolgica alter tanto la manera de luchar que, en ciertos casos, como en la Guerra del Golfo, las batallas clsicas de enfrentamiento de tropas, no ocurrieron. Las guerras pa-saron a ganarse, en gran parte, en las consolas de los modernsimos equipamientos de sen-sores remotos, inteligencia y direccin de sistemas de armas teleguiadas. (Almeida, 2015).Se debe tener en cuenta que con la globalizacin el mundo ha tomado una forma paradjica: existen los Estados, pero tambin coexiste superpuesto un no lugar, un espacio sin terri-torio, sin fronteras y con actores difusos, donde proliferan intensos fenmenos de transna-cionalidad que se constituyen en vas alternativas para afectar las soberanas nacionales y su seguridad, conformando amenazas y riesgos que tienen cada vez ms trascendencia entre las prioridades de las polticas de defensa y seguridad de los pases, trayendo consigo nuevos conceptos como el de ciberdefensa, guerra de la informacin o el de guerra hibrida.

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    El factor cultural, que desde el fin de la Guerra Fra muestra un creciente protagonismo de movimientos de fanatismo religioso, de intolerancia poltica y de nacionalismo tnico, que generan violencia, inestabilidad institucional, miles de desplazados y refugiados, situacio-nes que en muchos casos afectan gravemente la seguridad nacional de diversos pases del planeta, y exponen como cierta la posibilidad de un choque de civilizaciones.Frente a este contexto complejo, Boris Martynov pregunta Qu se puede hacer para esca-par del choque de civilizaciones, con su riesgo para la paz mundial? Slo la cooperacin entre civilizaciones, dando crdito a una realidad que es todava vigente, signada por civi-lizaciones as lejanas -como la anglo-sajona y la rusa-, apostando preferiblemente por las ms cercanas, como la rusa y latinoamericana (culturas poliactivas) (Martynov, 2015), y como colofn afirma que el dilema funcional es el siguiente: o la civilizacin occidental se une con las civilizaciones ascendientes del mundo para elaborar juntos y con base cientfica los nuevos mtodos de la gobernanza global, o debemos prepararnos todava para los ms dramticos momentos en la vida humana de nuestro planeta (Martynov, 2015).La complejidad, -que se ve reflejada en todos y cada uno de los componentes descriptos desde la perspectiva geoestratgica-, representa una palabra-problema, que requiere para oponerse de una palabra-solucin: la accin. La necesidad de actuar para evitar, enfrentar o aminorar los efectos nocivos de la complejidad global, es una exigencia vital para los pases y para los procesos de integracin regional, pero impone como presupuesto correlativo, el disponer de las herramientas que proporcionen la mayor certidumbre frente a los azarosos escenarios, lo que constituye un desafo propio de la inteligencia estratgica.

    Perspectivas de cooperacin regional en materia de inteligencia estratgica

    La perspectiva geoestratgica deja en evidencia la necesidad de establecer nexos que per-mitan aunar esfuerzos para la cooperacin entre pases, en una materia donde a veces es difcil compatibilizar y coordinar las actividades dentro de la comunidad de inteligencia de un mismo Estado-nacin. Esto parece una tarea compleja, sin embargo, hay experien-cias en el mundo que muestran que es posible establecer una slida estructura de inteli-gencia multinacional, cuando hay decisin poltica, comunidad de intereses y confianza entre los participantes.Uno de los ejemplos donde se ha dado la conformacin de una comunidad integrada es la que se inicia con la firma del Acuerdo BRUSA2 el 17 de mayo de 1943 entre Estados Unidos y el Reino Unido, que establece la cooperacin en inteligencia durante la II Guerra Mundial. Inicialmente se acuerda el intercambio de informacin relativa a la localizacin, identificacin e interceptacin de seales, el desciframiento de los cdigos y claves, as como el manejo conjunto y distribucin del material secreto. El 5 de Marzo de 19463 fue

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    firmado el Acuerdo British-US Communication Intelligence Agreement4, que dispone el intercambio de informacin relacionado con operaciones de comunicaciones extranjeras en materia de coleccin de trfico, adquisicin de comunicaciones y equipamiento, an-lisis de trfico, criptoanlisis, desencriptacin y traduccin, y adquisicin de informacin respecto de organizaciones de comunicacin, prcticas, procedimientos y equipamiento, y fue readecuado en las reuniones del 15 al 26 de Julio de 1948.5 Posteriormente se incorpor como miembro a Canad, y ms tarde, en 1956 se incluy a Australia y Nueva Zelanda, quedando conformada la comunidad conocida como UKUSA, que an subsiste, y que fue la base para otros acuerdos en materia de inteligencia entre los pases participantes.Durante la Guerra Fra, los pases del bloque sovitico tambin conformaron una comuni-dad de inteligencia que tuvo como centro a la KGB (Comit para la Seguridad del Estado) de la Unin Sovitica junto a las estructuras de inteligencia de sus aliados del Pacto de Varsovia. De ella participaron la Stasi (Republica Democrtica de Alemania), Suba Be-zpieczestwa (Republica Popular de Polonia), Sttn Bezpenost o StB (Checoslovaquia) y en algn momento de su historia tambin se integraron la Departamentul Securitii Statulu o Securitatea (Republica Socialista de Rumania), la Drejtoria e Sigurimit t Shtetit o Sigurimi (Republica Popular de Albania) y la llamvdelmi Hatsg o VH (Republica Popular de Hungra). En la dcada de los 80 la comunidad se fue disgregando, marcando su fin la disolucin oficial del Pacto de Varsovia en 1991.En el marco de la Unin Europea, e inserto en Poltica Europea de Seguridad y Defensa (PESD), en el ao 1999 fue creado el Centro de Situacin Conjunto, que a partir de 2012 pas a denominarse Centro Conjunto de Situaciones para el Anlisis de Inteligencia (Sit-cen) y junto a la Direccin de Inteligencia del Estado Mayor de la Unin Europea, integran la Capacidad nica de Anlisis de Inteligencia (SIAC), siendo la tarea esencial la de produ-cir de inteligencia, proporcionar alerta temprana y brindar percepcin situacional. Estas estructuras conforman el servicio de inteligencia estratgica del Alto Representante de la Unin para Asuntos Exteriores y Poltica de Seguridad, colaborando tambin con otros rganos comunitarios e inclusive apoyan a los pases miembros, y se encuentran vin-culados orgnicamente al Servicio Europeo de Accin Exterior, cuyas funciones tienen injerencia especial en los asuntos de poltica exterior y de la defensa. Los elementos de inteligencia de la Unin Europea no poseen medios de adquisicin pro-pios, y en su tarea de anlisis dependen de la informacin proporcionada por sus delega-ciones diplomticas y otros organismos -como el Centro de Satlites de la UE- , as como el aporte de las embajadas y organismos de inteligencia civiles y militares de los pases miembros. La organizacin del Sitcen, se conforma por una Divisin de Anlisis, que se encarga de la elaboracin de los anlisis de inteligencia en base a la contribucin de infor-macin brindada principalmente por los servicios de los pases comunitarios, y la Divisin

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    Asuntos Generales y Exteriores, que realiza inteligencia de fuentes abiertas.En Latinoamrica no hay una comunidad construida en los trminos antes analizados, sin embargo, existe dilogo a travs de instancias bilaterales y multilaterales de cooperacin multinacional, que mayormente se hallan vinculadas al campo de la inteligencia criminal, donde con cierta frecuencia los pases comparten informacin de diferentes agencias, y se vinculan a travs de foros especializados que permiten dar seguimiento a situaciones relacionadas con riesgos y amenazas de inters comn.La idea de cooperacin que impuls al MERCOSUR, la CAN, el SICA y otras estructuras y acuerdos regionales, estimularon los procesos de complementacin en materia comercial, de intercambio de bienes y servicios, aduanera, y de circulacin de personas, pero tambin mostraron la necesidad de adoptar medidas en conjunto, para enfrentar los efectos pertur-badores de riesgos y amenazas que crecen favorecidos por la transnacionalidad. Ms tarde, la voluntad poltica de los pases, le ha dado a la cooperacin un sentido ms slido y trascendente, orientndose a la construccin de espacios de integracin y unin en lo cultural, social, econmico, poltico, energtico, de infraestructura y de defensa. En Sud-amrica, esa es la motivacin que anima al UNASUR, que junto al CDS -como instancia de consulta, cooperacin y coordinacin en materia de defensa-, se encaminan a instituir a la regin como una zona de paz, estabilidad democrtica y desarrollo integral, buscando construir una identidad en el mbito de la defensa.Sin embargo, es importante advertir que ms all de las motivaciones o deseos que movi-lizan a la conformacin de espacios de integracin, organizaciones o estructuras interna-cionales, y de la misma forma que en los pases, existe la necesidad de decidir sobre temas trascendentes que hacen a su objeto, fines e intereses, en la ineludible bsqueda de que sus postulados no se tornen ilusorios. Esto conlleva la permanente e importante tarea en los al-tos niveles de conduccin, de tener que elegir en un sentido y por una razn determinada, y donde muchas veces el problema central no es qu decidir, sino no poder decidir por falta de un asesoramiento idneo y oportuno. La situacin descripta afecta seriamente los procesos de toma de decisiones, puesto que quien decide muchas veces carece de los medios para visualizar o anticipar situaciones de conflicto, amenaza o riesgo, hacindose indispensable una instancia tcnica que propor-cione las herramientas para tener una opinin fundada en el conocimiento y no basada en la simple intuicin.En esto a la inteligencia estratgica le incumbe un trascendente rol, donde puede brindar un importante apoyo ante el complejo, contradictorio y lbil marco de referencia inter-nacional, resultando la herramienta tcnica capaz de proporcionar a los ms altos niveles de decisin, el aporte de conocimiento ms adecuado para evitar la crtica vacilacin en la toma de decisiones en los planos poltico y estratgico. Su tarea puede ser determi-

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    nante para brindar una considerable capacidad de adaptabilidad frente a los procesos de cambio, proporcionar la mayor certidumbre y previsibilidad para anticipar las acciones, permitiendo a quienes deciden responder en tiempo oportuno a las verstiles condiciones del ambiente internacional, definir escenarios de cooperacin y de conflicto, e identificar oportunidades. Por lo expresado, el aporte de la inteligencia estratgica para la toma de decisiones en los espacios de integracin y concurrencia regional, debe ser considerada como una im-portante herramienta para fortalecer sus capacidades, en pos de un mejor logro de sus objetivos y fines. Desde diferentes perspectivas, los autores participantes han observado las posibilidades ciertas de establecer vas de cooperacin en materia de inteligencia a nivel regional, quie-nes dando fundadas razones y proponiendo diversos caminos, muestran que existen bases suficientes como para avanzar hacia una iniciativa encaminada a consolidar un mecanismo permanente, continuo e institucionalizado.Lo antes expresado, es precisado por Carlos Maldonado y Carolina Sancho, al sealar que la cooperacin en inteligencia, actualmente es una necesidad para los pases dadas sus limitaciones en la produccin de inteligencia como tambin, por la existencia de amenazas transnacionales a la seguridad de los pases. En el marco de UNASUR no hay impedimen-tos estructurales para efectuarlo, debido a que se constata la existencia de una explicitacin de riesgos y amenazas comunes; instituciones de inteligencia homlogas en los pases del subcontinente suramericano; y experiencia en la cooperacin en inteligencia a nivel inter-nacional multilateral en diferentes mbitos (Maldonado-Sancho, 2015)En igual sentido, Romanelli observa las potencialidades de UNASUR y MERCOSUR, al considerar que ese inters comn de los pases suramericanos atlnticos y particularmente los integrantes de la UNASUR y del MERCOSUR, permite organizar este necesario esfuer-zo con la produccin de inteligencia estratgica en una primera instancia. Esa produc-cin convendra focalizarla sobre todos los actores estatales y no estatales involucrados, los factores geogrficos, recursos vivos, energticos y minerales, a fin de que resulte en la elaboracin de una estrategia coordinada. Una va de elaboracin de estas formulaciones es a travs del Consejo de Defensa Suramericano que ya est constituido y funcionando, procurando definir esta lnea estratgica atlntica como un inters suramericano. Otra va podra ser la creacin de un organismo especfico a nivel de la UNASUR o dentro del es-pacio MERCOSUR que se dedique a la produccin de inteligencia estratgica y a la formu-lacin de un concepto estratgico atlntico que materialice el inters comn suramericano mediante un concepto estratgico comn (Romanelli, 2015).Congruente con las anteriores perspectivas, Ramos ve posible la posibilidad de coope-racin en la rbita de UNASUR al expresar la necesidad de creacin de un centro de

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    pensamiento o anlisis estratgico en el marco de la UNASUR se vuelve necesario para contribuir a la soberana de nuestras democracias, la defensa de nuestros recursos natu-rales y energticos, identificando actores e intereses que puedan afectar negativamente los objetivos de nuestra regin, generando conocimientos para los tomadores de decisiones (Ramos, 2015) y reconoce las dificultades que conlleva al considerar que la situacin ins-titucional y doctrinaria de los servicios de inteligencia es diversa en cada uno de nuestros pases, y tomar desigual tiempo la superacin de los problemas o debilidades que tienen cada una de nuestras organizaciones, pero esto no debera ser impedimento para dejar a un lado el escenario domstico y proponerse un esfuerzo conjunto de identificacin de ame-nazas comunes y de anlisis de dinmicas en el enredado entorno actual (Ramos, 2015).Mientras que a criterio de Robles, se hace necesario en el marco regional la realizacin de estudios prospectivos y avanzar con la construccin de escenarios futuros de manera prospectiva, brindando una necesaria previsibilidad, y para ello propone que la UNASUR a travs de sus diferentes Consejos que se encargan de los temas de Seguridad pueda tra-bajar un Estudio Prospectivo Regional empleando para ello las instancias del Consejo de Defensa Suramericano, a travs de su Centro de Estudios Estratgicos, buscando establecer lineamientos para la elaboracin de estudios prospectivos nacionales a fin de consolidar en un Estudio Prospectivo Regional los escenarios de futuro en la regin al 2030 que haga frente a las amenazas, preocupaciones y desafos a su desarrollo (Ramos, 2015).Es importante considerar la observacin que realiza Jouroff, en cuanto a la relacin de la cooperacin regional y el valor de la cultura de inteligencia, al decir que la generacin de inteligencia estratgica no es cooperacin entre los diversos organismos de los diversos pases, sino que supone una similar cultura de inteligencia en los pases con vistas a la gestin del conocimiento a nivel estratgico. En rigor, as como la inteligencia supone la reunin de informacin pero no se limita a ella, la inteligencia estratgica no slo gestiona sino genera conocimiento (Jouroff, 2015).

    CONCLUSIONES

    Como se ha visto, algunos pases de Amrica Latina, an tienen cuestiones por robustecer en materia de inteligencia, como aquellos aspectos vinculados con la cultura de inteligen-cia, la institucionalidad, el respeto a las leyes y el profesionalismo. Pero se destacan avances, como los producidos en el campo acadmico, donde en toda Latinoamrica se tejen redes entre los autores dedicados al estudio de la inteligencia, con una produccin que cada vez asume mayor importancia. Esta participacin es cada vez ms creciente, donde las actividades en las aulas y los trabajos de investigacin contribuyen

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    con nuevas perspectivas sustentadas en el rigor acadmico, las que adems de proporcionar visiones ms amplias, van generando doctrina til para el campo institucional. Lo expre-sado constituye un importante avance en la consolidacin de vnculos y el establecimiento de criterios comunes, que fortalece la cultura de inteligencia a nivel latinoamericano, colaborando en reducir la brecha entre la sociedad y la inteligencia.Los pasos dados en lo acadmico, permiten pensar en que es posible establecer, una enti-dad educativa comn en inteligencia estratgica, o al menos, organizar en forma regular cursos orientados a los intereses comunitarios.Por otra parte, es evidente que el panorama del mundo de hoy es un inmenso desafo para los pases, pero tambin lo es para las regiones y los procesos de integracin. Es por ello, que frente al contexto geoestratgico que nos constrie, es indispensable contar con solidas respuestas y posibilidades ciertas de avizorar los cambios, para as evitar tener que reaccio-nar inermes frente a inesperadas coyunturas. Cierto es que independientemente del poder de las naciones, ninguna por si sola se encuentra en condiciones de anticipar y/o neutrali-zar el resultado de complejas situaciones globales, o el accionar de actores transnacionales, que no respetan fronteras ni soberanas nacionales.Para comprender las ambiguas seales del escenario mundial, es indispensable contar, no slo con los recursos que poseen los pases en inteligencia estratgica, sino tambin se debe contar con nuevos medios, que a nivel regional, fortalezcan la capacidad de reaccin, frente a los sucesos nocivos propios de la globalizacin. Es claro, por tanto, que en el marco de los espacios de integracin de nivel regional, -y es-pecialmente en los relacionados al campo de la Defensa-, se hace necesaria la construccin una herramienta que permita una mejor toma de decisiones. Esto justifica asumir la nece-sidad del desarrollo de un sistema de informaciones cooperativo, que una vez establecido el mbito apropiado, sus caractersticas, misiones, forma y organizacin, posea capacidades suficientes en materia de gestin del conocimiento, brinde los elementos necesarios para una mayor comprensin del entorno, que produzca inteligencia oportuna y fiable, y permi-ta establecer una estrategia ms precisa para el fortalecimiento de los intereses comunes, para enfrentar as de mejor manera, los desafos de importancia para la regin. Pero la particular situacin de los pases en la materia, no debe influir en la conformacin de un elemento de inteligencia estratgica de naturaleza regional, puesto que no se trata de traer los viejos problemas de cada uno de los pases, sino de conformar algo nuevo, distin-to, y con una dinmica apropiada a una perspectiva comn.Por ello, es hora de comenzar a avanzar en los aspectos esenciales, y como seala Jouroff, no es esta una cuestin del nivel operacional, sino que debemos pasar al estratgico, y por tratarse de la integracin, es decir, de Amrica latina inserta en un mundo global, necesa-riamente debemos pensar a nivel de problemas continentales, comunes a todos nosotros,

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    Aviso legal: todas las declaraciones de hecho, opinin, o el anlisis expresado en este artculo son las del autor y no representan las de su pas o sus agencias.

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    que nos comprenden, pero que no son la suma de los problemas individuales de cada pas, sino los problemas globales frente a un proceso que viene de tiempo. De la misma forma que varias tcticas no hacen una estrategia, la inteligencia estratgica piensa desde arriba, e integra los problemas de cada pas en un destino comn (Jouroff, 2015).En un proceso slido de integracin, la posibilidad de conformar un sistema de contribu-cin o una estructura regional en inteligencia, requiere de una importante decisin y volun-tad poltica que desde cada pas conduzca a ese fin, para materializar una necesidad comn. Esto implica un esfuerzo que aporta a la aspiracin de fortalecer una identidad regional, que consolida los fines de la cooperacin y la integracin, y que sostenido en aquello que nos une, y en simtricos intereses, permite avanzar hacia el bienestar y desarrollo de los pueblos, para contribuir a enfrentar en conjunto los problemas comunes que afectan a la regin. Es a su vez, una inmensa medida de confianza mutua, que mostrar claramente que muchos de los recelos y temores que opacaron la relacin de nuestros pases en el pasado, hoy definitivamente han quedado en el olvido.

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    Caractersticas esenciales en la inteligencia en Amrica Latina

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    Comprendiendo la Cultura de Inteligencia en las Amricas

    y Su Utilidad Estratgica para la Seguridad Nacional

    Russell G. Swenson

    INTRODUCCIN

    La elaboracin de una estrategia para garantizar la seguridad pblica exige el desarrollo y la difusin de un fundamento democrtico de amplia aceptacin, para anticipar y evitar ataques letales contra el pueblo y las instituciones de cada pas del hemisferio. Dicho fun-damento ya existe, pero sigue siendo poca comprendido y por lo tanto poco utilizado. Se lo denomina: Cultura de Inteligencia.Cuando la cultura de inteligencia se conoce o es reconocida por el pblico, los valores de la anticipacin y la prevencin pueden inyectarse ms fcilmente en las discusiones sobre la seguridad pblica y la defensa interior. A medida que los principios de anticipacin y prevencin se instalan en la conciencia pblica, una cultura expansiva de la inteligencia puede empezar a traducirse en una estrategia para contrarrestar la estrategia del oponente para ocasionar dao a travs de la constante amenaza o realidad de asalto a nivel interno, ya sea mediante el terrorismo, el crimen organizado, u otros medios. A raz de su propia experiencia con los ataques terroristas en los atentados de Madrid de 2004, Espaa ha adoptado una poltica de expandir en forma explcita la cultura anticipatoria y preventiva de su aparato de inteligencia gubernamental en todos los sectores clave de la sociedad.6 Incluso, unidades de inteligencia financiera en muchos pases ya apuntan a la actividad del crimen organizado, e ilustran el valor de la anticipacin y la prevencin.7Este ensayo reconoce los inicios de la toma de conciencia por parte de la sociedad de la cultura de inteligencia en las Amricas, y explica cmo los aspectos decisivos de la cultura pueden expandirse, a travs del discurso pblico y poltico, ms all de su lugar de origen en las agencias de inteligencia.

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    Cada vez es ms frecuente sugerir que los trabajos acadmicos incor poren modelos de informacin para la Inteligencia basados en estudios culturales y antropolgicos de las comunidades que conforman los distintos sistemas de Inteligencia. Esta idea surge del hecho que aparecen varios resultados aun cuando se aplicaron procedimientos similares en un estudio de orga-nismos de inteligencia. Estos resultados diversos provienen de la diversi-dad de la composicin humana de los servicios que obedecen a distintos smbolos, lenguajes y prcticas culturales con respecto al secreto, la eficien-cia, la prevencin, el riesgo, la lealtad y aquello que es considerado sagrado. Este enfoque antropolgico y psicolgico, si bien es considerado como ms necesario que nunca en los estudios de Inteligencia, an no aparece en for-ma regular en los estudios publicados. Es probable que la causa radique en que su difusin aumentara la vulne-rabilidad de las comunidades estudiadas. A pesar de ello, establecer una lgica social interna e identificar una cultura de inteligencia podra ser muy til para los servicios, y les permitira lograr mejores resultados en el manejo de la inteligencia.

    Varios autores se han ocupado de la inteligencia en el contexto de las culturas estratgicas nacionales, pero su anlisis omite cualquier consideracin de la esfera de la cultura de inteligencia misma.8 Otros, en el intento de comprender y describir la composicin de una cultura de inteligencia, han identificado las orientaciones y tendencias nacionales que pue-dan afectar la labor de los organismos de inteligencia de un pas o imperio determinado.9 Adems, un autor ha examinado la cuestin de cmo los elementos fundamentales de una cultura de inteligencia determinada, puede afectar la integridad de los productos de inte-ligencia estimativos: Philip Davies utilizaba condiciones adecuadas para un experimento natural para probar los efectos de estos variables culturales en los Estados Unidos y en el Reino Unido, donde los factores experimentales, tales como la informacin disponible y los intereses de seguridad nacional, son bastante similares.10

    Desarrollo del Concepto Cultura de Inteligencia

    Los escritos sobre inteligencia en el mundo occidental reflejan un inters continuo en el mbito sociolgico y en las caractersticas de comportamiento de los servicios de inteli-gencia nacionales y de sus empleados. A menudo, este inters se manifiesta en trabajos que intentan definir y explorar la cultura de inteligencia. Un ensayo realizado por observado-res ecuatorianos resume la trayectoria de esta literatura y solicita exploracin adicional de la dinmica interna de la actividad de inteligencia del gobierno:

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    Incluso, otros han incursionado en el interior de agencias de inteligencia e identificado la ex-presin de perspectivas, comportamientos y valores que conforman la cultura de inteligen-cia como variable e independiente respecto de la eficacia y eficiencia de determinados servi-cios de inteligencia (sic).11 En esta literatura, Charles Cogan seala dos caractersticas clave de los operadores de inteligencia: su compulsin a manipular a los dems y un pragmatismo implacable. El autor annimo del ensayo sobre la cultura del analista de inteligencia, por el contrario, encuentra que la honestidad intelectual, expresada a travs de escepticismo, persuasivas habilidades de comunicacin oral y escrita, y la adaptabilidad a la burocracia son esenciales para que uno est cmodo en esta cultura. Cogan observa que aunque los operadores y analistas de inteligencia pueden continuar sintiendo desdn por el trabajo del otro, cada uno es la fuerza del otro.12 Esto significa que la coherencia de estas dos culturas dentro de cualquier organizacin o comunidad de inteligencia obedece al principio de los vasos comunicantes (vases communicants): como diferentes partes de una estructura cor-porativa, los operadores y analistas tienen xito o fracasan juntos, no por separado.Tambin de este grupo de autores, Alberto Bolvar considera que los servicios de inteligencia del Per, en lugar de desarrollar su propia cultura de trabajo en la dcada de 1980, eran de-masiado porosos y abiertos a ser influenciados por la fcil informalidad de la cultura chicha en la sociedaden lo que puede ser considerado como una negacin del tono conservador que caracteriza la cultura de inteligencia de las agencias.13 En trminos generales, el conser-vadurismo de los funcionarios de inteligencia se debe a la adopcin de una actitud preventiva para evitar el fracaso. Personalmente lo que refleja Bolvar como un antiguo miembro de los servicios de inteligencia de Per, sera que la ausencia de un enfoque sobre amenazas ha contribuido al fracaso de los servicios para alertar a los lderes polticos de la poderosa in-fluencia de los grupos subversivos. La perspectiva privilegiada igualmente perspicaz de Juan Manuel Reyes-Alonso, quien desert de Cuba a los EE.UU. en el ao 2000 despus de pasar aos en el servicio de inteligencia del Ministerio del Interior, sugiere que la gestin directa y detallada de Fidel Castro de la inteligencia cubana cre una cultura de inteligencia nacional orientada a la eficiencia, producto de la fusin de sus objetivos con los de los organismos y sus funcionarios. Esta cultura de inteligencia penetrante se extendi a travs de sectores polticos y econmicos: A diferencia de otros servicios de inteligencia existentes en otros pases la DGI [Direccin General de Inteligencia] tiene presencia fsica en los sectores ms importantes de la economa y de la vida poltica de los cubanos.14 Otro ex funcionario de la inteligencia cubana, Juan Antonio Rodrguez Menier, explica que los efectivos HUMINT adoctrinados en esta cultura actuaron con la pasin de los sacerdotes en sus interacciones con sus fuentes de informacinlos agentes.15 Su experiencia en la inteligencia del Ministerio del Interior ampla nuestra visin de la cultura de inteligencia cubana, donde los funcionarios de inteli-gencia dicen la verdad al poder, cuando, como era comn, hablaban directamente con Fidel:

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    Esto comienza a esbozar un esquema para la identificacin de los elementos ms destacados de una cultura de inteligencia nacional. Bastantes similitudes de actitud y comportamiento parecen existir entre el personal operacional y analtico de los servicios de inteligencia del hemisferio para garantizar la continua produccin de estudios de caso de la cultura de inteli-gencia y su potencial valor para mejorar las capacidades estratgicas de determinados pases.El tratamiento ms explcito de la cultura de inteligencia como un fenmeno importante proviene de una autora rumana, Irena Dumitru.17 Su visin se extiende ms all de la de otros autores porque no expone cmo las preferencias de una sociedad influyen en sus servicios de inteligencia, sino que explica cmo la percepcin pblica de la funcin puede cambiarse deliberadamente mediante la participacin concertada del gobierno. El Gobierno rumano considera que la sociedad estar mejor preparada para hacer frente a las amenazas si los ciudadanos entienden por qu los servicios de inteligencia deben ser operacionalmente eficientes, a pesar del carcter inevitable de los errores de inteligencia y de los fracasos de inteligencia.18 Servicios de inteligencia rumanos durante la Guerra Fra ganaron prominencia como lderes percibidos de un aparato estatal represivo. Al hacer que los archivos del antiguo servicio de inteligencia (SRI) estuviesen a disposicin del pblico, y al crear una institucin de educacin superiorla Academia Nacional de Inteligenciay la publicacin de una revista profesionalEstudios de Inteligencia Rumanael Gobierno se ha movido para rehacer la percepcin de la cultura de inteligencia. Dumitru ve el marco de la cultura de inteligencia como si fuera una caja negraocupada por un conjunto de actitudes y comportamientos de los funcionarios y ciudadanos con respecto a esta funcin del gobierno, y actuando como puente entre, de un lado, una coalicin de la academia ru-mana, la comunidad de inteligencia del pas, y las empresas privadas, y del otro lado, donde se encuentran los consumidores: los que toman decisiones, los medios de comunicacin y los ciudadanos del pas.19 Sin embargo, la autora no define la cultura de inteligencia en si mismalas perspectivas, comportamientos y valores de los profesionales de inteligencia que se encontraran dentro de esa caja negra. Sobre la base de la literatura antes analizada, el presente ensayo ahora comienza a explicar cmo el espritu y los contenidos de una cultura de inteligencia, segn fueran desarrolla-dos y probados por los profesionales puede ser definida, comunicada y formar parte de la conciencia de las sociedades ms amplias de las que forman parte.

    Los oficiales de Inteligencia de la Seguridad a menudo mienten acerca de lo que ellos realmente piensan, pero siempre le dicen la verdad a Fidel sobre la situacin del pas, incluso cuando la informacin es muy negativa. Ellos son conscientes de que si Fidel comete un error por causa de una mala informa-cin suministrada lo pagarn muy caro.16

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    Cultura 1. f. Cultivo [crecimiento, en sentido biolgico o medicinal].2. f. Conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crtico.3. f. Conjunto de modos de vida y costumbres, [creencias,] conocimientos y grado de desarrollo artstico, cientfico, industrial, en una poca, grupo social, etc.20

    Una Definicin de Cultura de Inteligencia

    Aunque los etngrafos, los aficionados de bellas artes, y los estudiosos de la administracin pblica pueden tener puntos de vista distintivos sobre el concepto de cultura como un trmino que describe las perspectivas, comportamientos y valores de los diferentes grupos humanos, el uso del trmino se corresponde con una o ms de tres definiciones que se encuentran en la Diccionario de la Real Academia Espaola:

    Las personas se convierten en aculturadas a un grupo, a partir del nacimiento, a medida que adquieren o absorben creencias y comportamientos aceptables. Esta experiencia temprana equivale a un entrenamiento. A medida que maduran, los mismos individuos deciden ad-quirir y absorber la cultura de un lugar de trabajo u otro grupo social. Este paso equivale a la educacin de adultos, porque el individuo inicia la interaccin y determina su propio grado de aceptacin o confianza en la cultura.21 La educacin lleva crecimiento personal a los miem-bros de la cultura de inteligencia, reflejando el aspecto biolgico de la definicin de cultura.En el discurso popular y acadmico, los de afuera destacan y critican que la cultura del secreto de inteligencia gubernamental evita que cierta informacin se de a conocer, a pe-sar de la existencia de leyes de informacin pblica.22 Sin embargo, una cultura legtima abarca ms de un caracterstica estereotpicams que simplemente una predileccin por el secreto. Existe una cultura viable cuando los rasgos distintivosperspectivas, comporta-mientos y valorespermanecen reconocibles y perduran de una generacin de empleados a la siguiente. Un vocabulario constantemente cambiante y especializado refuerza la identifi-cacin de un individuo con otros miembros de la cultura de inteligencia.Cualquier ciudadano puede tener acceso a la cultura de inteligencia al hacer contacto con sus miembros. Ese contacto puede ser especialmente til y revelador cuando los efectivos de inteligencia se atreven a reflexionar sobre sus experiencias de trabajosus vivenciasen una publicacin de memorias verdaderas o memorias noveladas.

    Descubrir y Propagar los Elementos Tpicos de la Cultura de Inteligencia en las Amricas

    Como hemos visto, los acadmicospara incluir ex oficiales de inteligenciahan intentado de diversas maneras de lograr una comprensin de los aspectos sociales y psicolgicos del

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    trabajo del servicio de inteligencia. El secreto apreciado por los miembros activos de inteli-gencia del gobierno a menudo les impide transmitir al pblico un relato de sus experiencias diarias. La presin de los pares, incluso de los ya retirados del servicio de inteligencia del gobierno, aumenta la resistencia de los actuales y ex miembros a describir y explicar su rol en el detrs de la escena para garantizar la seguridad pblica, fomentar el xito empresarial con inteligencia competitiva, o proteger la seguridad nacional a una escala internacional.No obstante, algunos ex practicantes han producido memorias o recuerdos novelados que presentan una interpretacin aparentemente autntica de su trabajo como empleado de inteligencia del gobierno o del sector privado. Ms all de dar a los lectores una idea del de-trs de escena de los desafos y oportunidades de trabajo de inteligencia, su obra publicada traduce los elementos que definen su anterior vida secreta en principios socialmente sig-nificativos para el consumo pblico. Sus memorias ofrecen una interpretacin de su vida dentro de la cultura de la inteligencia en una manera que promueva la socializacin de inteligencia para el pblico en general. Cada una de las seis secciones subsiguientes desta-ca un principio que los lectores pueden deducir de un examen de memorias particulares.

    1. xitos operacionales otorgan legitimidad pblica a la inteligencia gubernamental

    La inteligencia colombiana ha encabezado xitos operacionales notables contra los grupos subversivos y secuestradores.23 Un relato en primera persona sobre la Operacin Jaque, de un coronel colombiano que supervis la operacin, mantiene la promesa de revelaciones tiles acerca de la actividad de inteligencia que rodea a la operacin, pero en el estilo tpico solamente proporciona detalles dispersos.24 Por el contrario, Germn Castro Caycedo, un periodista colombiano, ha reconstruido en detalle las experiencias de 24 funcionarios de la polica nacional de Colombia y de inteligencia de la polica en el seguimiento y, finalmente, la captura de cuatro importantes narcotraficantes.25 La historia de cada ejercicio se cuenta en la voz de los agentes encubiertos de inteligencia de la polica, analistas y sus superviso-res. El lector no puede ignorar la determinacin feroz de personal de campo quien, aislado, tiene un conocimiento limitado de la situacin de la misin bajo circunstancias difciles.A pesar de los repetidos fracasos para capturar un objetivo, los funcionarios se abstienen de duros interrogatorios a los informantes, porque No es bueno exigir que las personas cola-boren con nosotros, ya que afecta a la seguridad y la calidad de la informacin.26 La frus-tracin por no ser capaz de capturar un objetivo incluso despus de varios intentos tambin trae una apreciacin de mayor camaradera entre el personal de campo, entre otras cosas porque cualquier alternativa al trabajo en equipo trae estancamiento. Incluso un analista de campo que prefiere trabajar solo, admite las ventajas de un enfoque de equipo:

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    el jefe entr a orientarme y me envi a Carlos, otro analista para que trabaja-ra conmigo. Bienvenido. Es un hombre de gran experiencia. Es que El tra-bajo de inteligencia no puede tener el menor gesto de egosmo y hay momentos en los cuales uno debe aceptar que, hasta cierto punto, trabajar solo tiene sus lmites debido a que uno se estanca y no ve lo que est por venir.27

    Los supervisores encuentran que, a medida que las relaciones profesionales se convierten en personales, dicha familiaridad da lugar preguntas, dudas y sugerencias de cualquier persona, de cualquier rango.28 Un analista de inteligencia da a entender por qu el per-sonal de inteligencia tiende a desarrollar la confianza entre sus colegas cuando ella dice al Castro Caycedo que un solo operador de inteligencia en el campo produjo una mayor cantidad de datos precisos con respecto al objetivo que la docena de informantes utiliza-dos durante toda la misin.29 El relato deja claro que una definicin del problema inicial slida, da lugar a la inteligencia y al planeamiento operacional para el eventual xito de la campaa contra estos cuatro objetivos difciles.Las ideas de este libro, sobre las tendencias psicolgicas de funcionarios de inteligencia y sus comportamientos profesionales, tienen el potencial de educar a los ciudadanos acerca de la dedicacin personal y la perseverancia detrs de las acciones que de otra forma se-guiran siendo annimas, pero que subyacen en las operaciones de inteligencia exitosas.

    2. La corrupcin de los funcionarios pblicos lamentada por sus colegas

    En su tercer libro sobre la larga contienda de Mxico con las redes del crimen organizado, ex agente de la polica Tomas Borges argumenta a favor de una desencadenada contrao-fensiva basada en inteligencia para nivelar un campo de juego desigual.30 El primer tercio del libro documenta el desarrollo profesional de un funcionario de inteligencia a medida que aprende acerca del alcance clandestino del servicio civil de inteligencia nacional (el Centro de Investigacin y Seguridad NacionalCISEN) de Mxico, pero tambin presagia la desilusin de sus experiencias de campo posteriores por lo que los servicios de inteli-gencia dispensan medicamentos para el enfermo llamado Mxico, no para curar, sino para prolongar la agona por la causa de diversos intereses.31 Despus de que l ingres a la Federal Preventiva Polica (PFP) y pasa a las tareas de campo, l ofrece un punto de vista sin precedentes, a pesar de su desencanto, en la difcil relacin laboral entre los policas con especialidad de inteligencia, y la corta cadena de supervisores encabezada por funcionarios de seguridad nacional de renombre. Su libro de memorias se basa en un diario personal que cubre de 1997 a 2008, pero se abstiene de profunda reflexin sobre su propio trabajo.32En su opinin, la PFP coordinaba las actividades de vigilancia de campo con xito contra

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    separatistas vascos (ETA) expatriados en Mxico a finales de la dcada de 1990, un logro que l atribuye al espritu de cuerpo alentado por presupuestos casi ilimitados respaldados por EEUU, junto con la responsabilidad no slo por operaciones eficientes sino por los re-sultados. Sin embargo, critica el abandono del gobierno de Fox de este enfoque exitoso de inteligencia en el 2000, ya que se alej de la prevencin a un enfoque ms reactivo ante la contrainsurgencia interna y el narcotrfico.33 l expresa su angustia metafricamente: No cabe duda, empleados de seguridad del gobierno son como un pez en corrientes turbulentas, fciles de captar (por polticos y criminales).34 En una despedida, apela a los burcratas mexicanos, los de bajo nivel, en particular, a que resistan a ser cooptados por un sistema en el que un rey sin peones, al igual que en un juego de ajedrez, no puede ganar, y a los que manejan la inteligencia, que deben Apostar ms por la inteligencia humana (como lo hace el servicio secreto cubano), que por la inteligencia tcnica (como lo hace Estados Unidos) para evitar convertirse en dependiente de una inteligencia tcnica menos adaptativa.35Con la divulgacin de Borges de los costos de la devaluacin de las labores de inteligencia preventiva en Mxico se pretende mejorar la imagen pblica y la propia imagen de los servicios de inteligencia. Su voz, una vez unida a relatos similares de otros pases, puede construir la confianza pblica de que la motivacin de un oficial de inteligencia para el ejer-cicio de las funciones pblicas de cualquier sociedad puede acercarse al ideal weberiano.

    3. Acciones de Unidades de inteligencia en instituciones policiales legitiman una filosofa preventiva para la sociedad

    Basndose en sus experiencias laborales, dos ex miembros del Batalho de Operaes Po-liciais Especiais (BOPE) del estado de Ro de Janeiro prepararon un libro en colaboracin con un experto en ciencias polticas que haba sido secretario nacional de Seguridad P-blica de Brasil.36 La historia se desarrolla en dos formatos: la primera mitad del libro es un diario de guerra reflexivo narrado por uno de los oficiales del BOPE, la segunda mitad son una serie de escenas de guin cinematogrfico que representan intrigas nefastas para la ventaja de las fuerzas de seguridad del Estado corruptas. Con algunas alteraciones en la trama, la primera se convirti en la pelcula Tropa de Elite (2007) y la segunda en Tropa de Elite 2 (2010), ambas muy populares y aclamadas por la crtica en Brasil y el exterior.37La primera mitad de la narracin seala el esprit de corps de BOPE y racionaliza sus operaciones en el terreno spero a travs del dilogo interior. En el eplogo, el narrador reflexiona sobre su lealtad a BOPE: Eu esteja cravado na polcia como ela esta em mim. O resultado uma espcie de tatuagem. Fica gravado no corpo e grudado na alma-Soy tan parte de la polica como ella de mEl resultado es una especie de tatuaje en el cuerpo y en el alma. No hay como removerlo.38

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    El narrador utiliza metforas aptas para transmitir los sentimientos de los analistas sobre su trabajo. Por ejemplo: De la misma manera que uno siente cuando come alimentos en mal estado, se sufre cuando realmente no puede digerir alguna informacin.39 Adems, revela los motivos por los cuales los funcionarios de inteligencia mantienen el anonimato con un perfil bajo cuando seala que los operadores solamente muestran el nivel de com-petencia que la situacin requiere.40Como parte de su crecimiento personal, el narrador llega a entender que BOPE logra la justicia no a travs de aplicacin de la ley, sino a travs de sus propias acciones. Cuando se convierte en un estudiante de la Pontificia Universidad Catlica de Ro de Janeiro, confiesa al lector que por fin entiende cmo funciona la poltica, y cmo ha penetrado por igual en las fuerzas policiales y en la actividad criminal.41 Una gran irona de las actividades de BOPE surge de la historia: aun cuando su independencia conserva su condicin de ltimo bastin de servicio pblico libre de corrupcin, la Secretara de Seguridad Pblica (novelada) a nivel estatal declara que no est en el inters de ningn jefe de la polica civil instalar o mantener una unidad de inteligencia independiente que cause dolores de cabeza y le bloquee sus acciones.42Las virtudes de las operaciones de inteligencia de la polica independientes, libres de co-rrupcin, ilustradas en este trabajo abogan por la adopcin de un enfoque preventivo para lograr la seguridad en el mbito pblico. El carcter distintivo de prevencin que