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SOCIOLOGIA CODIGO 100006 Fuente: Elaboración propia con imágenes libres

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Modulo de sociologia-unad

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SOCIOLOGIA CODIGO 100006

Fuente: Elaboración propia con imágenes libres

II

UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Y A DISTANCIA UNAD

ESCUELA DE CIENCIAS SOCIALES ARTES Y HUMANIDADES

AREA SOCIO HUMANISTICA

CURSO ACADÉMICO SOCIOLOGIA

CODIGO 100006

ELABORADO POR:

YENNY LEGIZAMON ORJUELA

ACTUALIZADO POR:

MARIA ADMERIS QUINTERO FERRO

Dosquebradas, octubre de 2010

III

TABLA DE CONTENIDO

INTRODUCCIÓN GENERAL .................................................................................. 1

UNIDAD 1: ¿QUÉ ES LA SOCIOLOGÍA? ............................................................... 2

INTRODUCCIÓN .................................................................................................... 2

OBJETIVOS DE LA UNIDAD .................................................................................. 3

COMPETENCIAS .................................................................................................... 3

CAPITULO 1: ¿QUE SIGNIFICA LA SOCIOLOGIA? .......................................................... 4

LECCIÓN 1. APROXIMACIONES A LA SOCIOLOGÍA ................................................................... 4

LECCIÓN 2. ETAPAS DE LA SOCIOLOGÍA ............................................................................... 7

LECCIÓN 3. PROPUESTAS CON ÉNFASIS EN LA ESTRUCTURA SOCIAL ................................... 14

LECCIÓN 4. CORRIENTES SUBJETIVISTAS ........................................................................... 25

LECCIÓN 5. ACTUALES PROPUESTAS DE SÍNTESIS: JURGEN HABERMAS (1929); ANTHONY

GIDDENS (1938); ALAINE TOURAINE (1925); PIERRE BOURDIEU (1930-2002). .................... 28

CAPITULO 2: MIRADAS DE LA SOCIOLOGÍA ................................................................ 33

LECCIÓN 6. MIRADAS DE LA SOCIOLOGÍA: CARLOS MARX Y EL MATERIALISMO HISTÓRICO

(1818-1883). .................................................................................................................... 34

LECCIÓN 7. MIRADAS DE LA SOCIOLOGÍA: NORBERT ELIAS (1897 A 1990) ......................... 41

LECCIÓN 8. MIRADAS DE LA SOCIOLOGÍA: PIERRE BOURDIEU ............................................... 46

LECCIÓN 9. MIRADAS DE LA SOCIOLOGÍA: ZYGMUNT BAUMMANT .......................................... 55

LECCIÓN 10. MIRADAS DE LA SOCIOLOGÍA: ¿DONDE ESTÁ LA FRANJA AMARILLA? ................. 64

CAPITULO 3: SOCIOLOGÍA COLOMBIANA Y NUEVOS TEMAS DE DISCUSIÓN ........ 112

LECCIÓN 11. LA SOCIOLOGÍA EN COLOMBIA ...................................................................... 112

LECCIÓN 12. CAMILO TORRES Y ORLANDO FALS BORDA ................................................... 115

LECCIÓN 13. SOCIOLOGÍA DEL DEPORTE .......................................................................... 119

LECCIÓN 14. SOCIOLOGÍA DE GÉNERO ............................................................................. 132

LECCIÓN 15. PREGUNTAS DE REVISIÓN ............................................................................ 148

UNIDAD 2: SOCIOLOGÍA DE LA CULTURA ...................................................... 149

INTRODUCCIÓN ................................................................................................ 149

OBJETIVOS DE LA UNIDAD .............................................................................. 150

COMPETENCIAS ................................................................................................ 151

IV

CAPITULO 4: ¿QUÉ ES LA SOCIOLOGÍA DE LA CULTURA? ...................................... 152

LECCIÓN 16. DEFINICIONES DE LA CULTURA ...................................................................... 152

LECCIÓN 17. DESARROLLO DE LOS ESTUDIOS DE LA SOCIOLOGÍA DE LA CULTURA ............... 155

LECCIÓN 18. ESTUDIO DE LA CULTURA DESDE AMÉRICA LATINA ....................................... 157

LECCIÓN 19. OTROS CONCEPTOS Y MANERAS DE ABORDAR EL TEMA DE CULTURA .............. 160

LECCIÓN 20. GLOBALIZACIÓN ACADÉMICA, ESTUDIOS CULTURALES Y CRÍTICA

LATINOAMERICANA .......................................................................................................... 162

CAPITULO 5: LAS CULTURAS POPULARES Y LA GLOBALIZACION ............................ 168

LECCIÓN 21. ¿QUÉ SE ENTIENDE POR CULTURA POPULAR? .............................................. 168

LECCIÓN 22. CULTURA DE MASAS ................................................................................... 173

LECCIÓN 23. CULTURA Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN ........................................................ 174

LECCIÓN 24. GLOBALIZACIÓN Y CONSUMO ........................................................................ 178

LECCIÓN 25. PARADOJAS DE LA GLOBALIZACIÓN .............................................................. 182

CAPITULO 6: GLOBALIZACIÓN, PARTICIPACIÓN Y DESARROLLO .......................... 186

LECCIÓN 26. GLOBALIZACIÓN Y DESARROLLO .................................................................. 186

LECCIÓN 27. GLOBALIZACIÓN, DESARROLLO Y MODERNIDAD (CONTINUACIÓN ARTÍCULO

ANTERIOR)………………………………………………………………………………………204

LECCIÓN 28. LA PARTICIPACIÓN COMO HERRAMIENTA PARA EL DESARROLLO ...................... 212

LECCIÓN 29: TÉCNICAS DE RECOLECCIÓN DE INFORMACIÓN SOCIOLÓGICA .......................... 223

LECCIÓN 30. PREGUNTAS DE REVISIÓN ............................................................................ 232

BIBLIOGRAFIA ................................................................................................... 233

1

INTRODUCCIÓN GENERAL

El Curso Académico de Sociología está dirigido a los estudiantes de la

Universidad Nacional Abierta y a Distancia, es un curso básico común, teórico, de

dos créditos, ofrecido por la Unidad Académica Socio humanística.

El módulo consta de dos unidades. En la primera se exponen los diferentes

enfoques de autores y escuelas de la Sociología desde sus inicios con el

Positivismo de Augusto Comte, hasta llegar a las actuales escuelas y autores.

Posteriormente en el capítulo tres se abordará la Sociología en Colombia y la

Sociología de Género.

En la segunda unidad se aborda el tema de la Sociología de la Cultura, sus

principales representantes y paradigmas. Se exponen las principales críticas que

se hacen a los llamados Estudios Culturales Latinoamericanos que no han tenido

en cuenta las especificidades de cada una de nuestras comunidades.

Posteriormente se expone la diferencia entre las culturas populares y la cultura de

masas para luego llegar al análisis de lo que son los diferentes paradigmas sobre

el desarrollo. Para finalizar toma el tema de participación y solidaridad como

elementos fundamentales del Proyecto Académico Pedagógico Solidario de la

Universidad, desde la perspectiva de sensibilizar a los estudiantes respecto al

compromiso que se tiene no solo como estudiante de la Universidad sino como

ciudadano, de ser actores activos de la solución de los problemas sociales que

aquejan a nuestras comunidades y se dan unas herramientas básicas para la

recolección de información en los estudios sociológicos de tipo cualitativo y critico

social.

En las últimas lecciones de cada una de las unidades los estudiantes encontraran

unos ejercicios de revisión que les permitirá dar cuenta de su proceso y también

2

como herramienta de complemento para la elaboración de sus trabajos de

transferencia.

UNIDAD 1: ¿QUÉ ES LA SOCIOLOGÍA?

INTRODUCCIÓN

¿Qué respondería usted como estudiante de la Universidad si su tutor le

preguntara que entiende por Sociología? Posiblemente después de pensar un

rato respondería: bueno, debe ser algo relacionado con el estudio de la sociedad,

las relaciones entre los individuos, los grupos y las instituciones. Sin embargo

usted no está seguro de haber dado la definición más adecuada. Su tutor le dice:

Efectivamente la Sociología es el estudio científico de los problemas sociales tales

como las etnias, el crimen, el divorcio, las clases sociales. Con dicha aclaración

posiblemente se ha acercado al concepto pero la Sociología va mucho más allá

del estudio de los problemas sociales. Como estudiante de Sociología usted

necesitará una definición exacta.

De ello nos ocuparemos en esta primera unidad del módulo. En primer lugar se

darán algunas aclaraciones en torno al concepto de la Sociología como Ciencia;

los conceptos más relevantes que son objeto de estudio de la Sociología y el

papel del Sociólogo en nuestra sociedad. Posteriormente se realizará un recorrido

histórico - cronológico de los diferentes autores y escuelas sociológicas desde su

inicio como disciplina científica hasta las actuales propuestas, con el fin de que el

estudiante se familiarice con los términos y conceptos propios de la misma.

Se profundizará en la forma como los autores analizan los problemas sociales

desde las propuestas positivistas, pasando luego por las propuestas del

Estructural Funcionalismo, los aportes de la Teoría Crítica y las corrientes

3

subjetivistas. Luego se expondrá el desarrollo de la Sociología en Colombia, sus

desarrollos y principales autores.

Posteriormente se enuncian los principales elementos de la sociología de género y

la sociología del deporte. Para finalizar encontrarán un ejercicio didáctico que les

permitirá revisar su aprendizaje.

OBJETIVOS DE LA UNIDAD

Comprender el objeto de estudio de la sociología, su evolución y los diferentes

conceptos surgidos en el proceso histórico de desarrollo de la disciplina.

Reconocer los principales conceptos, autores y escuelas sociológicas y su forma

de interpretar el mundo que los rodea.

Utilizar los principales conceptos que maneja la sociología para la interpretación

de los fenómenos sociales de su entorno.

Lograr la comprensión de los elementos teóricos de la Sociología que permitan

interpretar las organizaciones sociales como sistemas complejos, sus relaciones

con la sociedad global, sus estructuras y procesos básicos.

Interpretar con espíritu crítico las problemáticas de los diferentes entornos:

familiar, laboral, universitario, político, local, global.

COMPETENCIAS

Cognitiva: Los estudiantes comprenden la propuesta de Sociología, su

importancia en la explicación del contexto social, las formas como interpretamos la

4

realidad y cómo influyen las distintas luchas en la forma como entendemos el

mundo.

Comunicativa: Los estudiantes desarrollan la capacidad de argumentar sobre los

problemas objeto de estudio de la sociología.

Competencia contextual: Los estudiantes se sensibilizan respecto a las

problemáticas sociales de su entorno y la importancia de saber como interpretar

las realidades sociales, las relaciones de poder y la forma como estas influyen en

las comunidades.

CAPITULO 1: ¿QUE SIGNIFICA LA SOCIOLOGIA?

Lección 1. Aproximaciones a la sociología

El ser humano en la búsqueda de la verdad se ha apoyado en múltiples formas de

interpretar la realidad. Entre esas muchas se pueden encontrar: la intuición que se

podría definir como una especie de corazonada inexplicable pero que en

ocasiones responde positivamente a nuestras preguntas. También está lo que

dicen las autoridades, es decir, todo aquello que dicen las personas que se

consideran conocedoras del tema por su experiencia o por el cargo que ocupan.

Un ejemplo de ello podría ser cuando se cree en lo que dice un abogado sobre

una ley determinada considerando que sus estudios le permiten ser una persona

con autoridad para conceptuar. Otra forma de encontrar la verdad es lo que

comúnmente se llama tradición: se dice que aquí se acumula la sabiduría de

quienes han experimentado por muchos años, pero, también la tradición llamada

experiencia práctica puede solo ser repetición de los errores de los antepasados.

Por último se encuentra el sentido común, que en muchos casos es la

acumulación de los presentimientos y experiencias nacidas de los errores de un

grupo y que se siguen transmitiendo como códigos de verdad.

5

Ninguna de las cuatro anteriores formas descritas es conocimiento científico. Por

el contrario, son múltiples los ejemplos que podrían enunciarse al respecto que

demuestran que ni el sentido común, ni la intuición, ni lo que dicen las autoridades

podría catalogarse como saber científico.

La tradición y el sentido común dicen que el hombre es intelectualmente superior a

la mujer porque tiene más grande el cerebro. La ciencia en cambio ha demostrado

que tanto el hombre como la mujer tienen igual capacidad intelectual. La tradición

dice que la gripa y el catarro se producen por tener los pies fríos; la ciencia explica

que la causa de la gripa y el catarro son ciertos virus. Las madres aconsejan a sus

hijas tomar mucha leche y Pony Malta para que aumente la producción de leche

materna pero, la verdad es que lo que necesita una madre lactante para su

producción de leche es simplemente tomar mucho líquido y nutrirse muy bien con

frutas y verduras ya que el organismo en su sabiduría logrará producir lo que la

madre requiere para alimentar a su hijo.

La ciencia se puede definir como un conjunto de conocimientos debidamente

organizados y verificados que se adquieren a través de la investigación científica.

Para que un conocimiento sea científico se requiere que cumpla con unas

características que se describen a continuación:

Objetividad: Surge de explicar los hechos independientemente de las personas

que lo analizan, tratando de evitar que los valores y la cultura influyan en el

análisis.

Racionalidad: La razón y el discernimiento son los elementos que permiten que el

hombre pueda desarrollar un pensamiento científico.

Sistematicidad: El conocimiento científico es ordenado, la información que nos

proporciona es lógicamente construida e interconectada, congruente.

6

Metodicidad: Para llegar al conocimiento se requiere utilizar un camino

metódicamente diseñado y estructurado.

Temporalidad y espacialidad: Los resultados de una investigación deben estar

enmarcados en un tiempo y en un espacio concreto pues las verdades no son

absolutas y el conocimiento está en constante movimiento de tal suerte que lo que

hoy se puede afirmar como cierto, en otro tiempo y en otro espacio puede no

serlo.

Si se revisan las anteriores características se podría afirmar que la Sociología es

una ciencia que estudia los fenómenos sociales; su objeto de estudio son las

relaciones de los individuos; utiliza el método científico; enmarca sus estudios en

un espacio y un tiempo concreto.

Cabría entonces preguntarse: ¿Qué fenómenos sociales son los que estudian los

sociólogos?

Los sociólogos como investigadores estudian el comportamiento de los grupos.

Les interesa investigar sobre el desarrollo de los seres humanos; las normas y la

organización social; las instituciones como la familia; las comunidades; las

minorías étnicas; las clases sociales; el rol y el status; las relaciones de poder; los

cambios sociales y económicos; los movimientos sociales; lo rural y lo urbano.

La Sociología es diferente a la Filosofía porque esta se ocupa de organizar un

sistema de ideas respecto a cómo la gente debería comportarse y la primera se

ocupa de cómo se comporta la gente y las consecuencias de ese comportamiento.

Tampoco es Socialismo porque éste es un sistema político.

La Sociología es diferente de la Historia aunque están relacionadas:

"El historiador muestra lo variable, el sociólogo señala lo constante y

recurrente. La historia describe la multitud de las combinaciones

concretas en que se han encontrado los hombres interdependientes; la

7

sociología descompone las diferentes combinaciones en sus

relativamente pocos elementos básicos y formulan las leyes que las

gobiernan. El descubrimiento de esas leyes, o el enunciado de las

relaciones necesarias e invariables entre un limitado número de

elementos en que puede descomponerse la realidad social, es el

verdadero objetivo de la sociología, equivalente a los objetivos de la

física, la química, la biología y la psicología en sus campos respectivos"

(Timasheff N. , 2002)

La Sociología es diferente de la Antropología porque aunque su objeto de estudio

es el hombre, esta se ocupa de la evolución de la cultura a través de la historia.

Ahora bien: la Sociología como otras ciencias que se ocupan del individuo, tiene

también subdivisiones en campos especializados. Entre ellas se pueden enunciar:

Sociología de la Cultura; Sociología Jurídica o del Derecho; Sociología

Organizacional; Sociología de la Educación; Sociología Rural; Sociología Urbana;

Sociología del Deporte; Sociología de Género entre otras. De estas dimensiones

se hablará más adelante. Ahora nos ocuparemos del desarrollo histórico, sus

diferentes autores y corrientes.

Lección 2. Etapas de la Sociología

Como ya se dijo con anterioridad, las ciencias han surgido como producto de la

necesidad del hombre de responder a lo que se pregunta sobre la naturaleza, la

sociedad, el universo y el hombre mismo. La Sociología surgió entonces para

ocuparse de lo que encontramos en la siguiente definición:

―La sociología es la ciencia que se ocupa de los grupos sociales; sus

formas internas o modos de organización, los procesos que tienden que

mantener o a cambiar éstas formas de organización, y las relaciones

entre grupos. Un tema tan complejo como los grupos sociales requiere,

8

para su tratamiento científico, conceptos precisos y exactos; términos

técnicos cuidadosamente definidos‖. (Johnson, 2003).

La Sociología es considerada como la más joven de las Ciencias Sociales.

Aparece en unos momentos históricos trascendentales para la humanidad: La

revolución industrial estaba en Europa en su apogeo; los anteriores señores

feudales y aristócratas dueños de la tierra y de los medios de producción desde la

edad media y quienes detentaban el poder, estaban siendo reemplazados por la

burguesía naciente. La Iglesia Católica había perdido su hegemonía debido a las

reformas y a las ideas de la ilustración. Ello significaría que los hechos sociales

tendrían una realidad independiente de las tesis providencialistas que habían

marcado el pasado.

Hasta el siglo XIX el hecho social permaneció dominado por especulaciones

filosóficas y de tipo religioso. La revolución francesa también influyó en la

necesidad de establecer una disciplina que se ocupara de los fenómenos sociales.

Sumado a ello los viajes geográficos, los grandes descubrimientos, colonizaciones

y conquistas de los pueblos americanos, dieron a conocer diferentes formas de

vida por lo que se evidenció la relatividad de las instituciones y organizaciones

sociales.

Henri Rouvroy, conocido como Conde Saint Simon, a inicios del siglo XIX expuso

la necesidad de crear “una ciencia del hombre”, que con el mismo carácter

metodológico de las ciencias naturales, por ejemplo, buscara leyes que

explicasen los hechos sociales. Sin embargo su idea no pasó de ser una simple

proposición. Años después aparece el pensador Augusto Comte (Francia 1798-

1857) quien estuvo directamente vinculado al estudio de las matemáticas. Como

secretario y discípulo del conde Saint Simon, tomó conciencia de la necesidad de

desarrollar una ciencia que se dedicara a estudiar los fenómenos sociales de

9

manera sistemática basada en la clasificación y no en la especulación y la

autoridad. Inicialmente la llamó “Física Social” debido a que no se tenía un

método propio de análisis pero después consideró que debía construirse un

propio sistema teórico que permitiera la objetividad del análisis de los fenómenos

que ocurrían, por lo cual nace el concepto de Sociología como ciencia.

Para esta época esta era una idea nueva. Herbert Spencer (1820-1903) publicó

hacia 1876 su obra denominada “Principios de Sociología” en la que aplicó el

método de la evolución orgánica al estudio de la sociedad. Las instituciones

sociales como los organismos se caracterizan por el paso de la homogeneidad a

la heterogeneidad y que ese paso sería una ley universal de progreso tanto en lo

inorgánico como en lo orgánico y lo supe orgánico (la sociedad).

En 1859 publicó Charles Darwin su "Origen de las especies". Spencer asimiló

rápidamente los nuevos conceptos darvinianos. Tenían algún parentesco con sus

propias ideas y observó, muy característicamente, que había sido el primero en

descubrirlos refiriéndose a dos de sus artículos publicados en 1852 en la

Westminster Review.

Paralelo a dichos pensamientos aparecen los razonamientos de los

cooperativistas como Robert Owen (1771-1858) que, motivados por los

pensamientos humanitarios de rechazo a la explotación de la clase obrera que

sufría las consecuencias del desarrollo del capitalismo, sin seguridad social y con

extenuantes jornadas laborales, con el trabajo pesado de mujeres y niños,

intentaban mejorar el orden social sin lograrlo.

Estos pensadores fueron llamados posteriormente por Carlos Marx (1818-1883) y

Federico Engels (1820-1895) como los socialistas utópicos. De sus teorías

partieron para crear el Socialismo Científico cuyo fundamento era el de acabar con

10

el capitalismo a través de la revolución armada y crear un nuevo orden donde no

existiera la propiedad privada ni la diferencia de clases sociales ni la explotación

de los trabajadores llamados clase proletaria, por parte de la clase burguesa que

detentaba el poder. De sus fundamentos teóricos se hará una profundización mas

adelante.

Para continuar con la obra de Augusto Comte, aparece en escena Emilio

Durkheim (1858-1917) quien es considerado uno de los principales y reconocidos

científicos no solo en Francia sino dentro de todo el conjunto de pensadores de

Europa. Una de sus principales obras fue “Las reglas del método sociológico”

publicada en 1895, en la cual presenta un esbozo claro de su método. Su principal

argumento era el de que los hechos sociales se debían estudiar como cosas

independientes del sujeto que los estudia, con el fin de garantizar la objetividad del

análisis. Es importante anotar que toda su obra partió de los argumentos de

Comte. Para Durkheim, “los hechos sociológicos son formas de obrar, pensar y

sentir, exteriores al individuo y están dotados del poder de coacción en virtud del

cual se le imponen”. (Durkheim, 1982).

Posterior al trabajo de las Reglas del Método Sociológico, Emilio Durkheim

escribió “El Suicidio”, una de las obras más significativas y que todavía cobra

vigencia, en relación con el tema, en la que se logró demostrar como un

fenómeno tenido por puramente individual puede explicarse como hecho social

profundamente dependiente del grado de integración de las instituciones sociales

de religión, economía, familia.

Adolphe Quételet (1796 - 1874), estadístico belga, después de diversos estudios y

aplicaciones a fenómenos sociales llegó a la conclusión de que, en los fenómenos

sociales, por lo general prevalece una curva de distribución. El fue el primero en

revelar la posibilidad de usar estadística como instrumento para conocer los

11

fenómenos sociales. Hasta finales del siglo XIX no empezó la sociología a emplear

el método estadístico, y hasta el siglo XX no apareció el neopositivismo orientado

cuantitativamente.

Max Weber (1864-1920), también es considerado como uno de los iniciadores de

la Sociología en el mundo. Entre sus aportes más significativos a la teoría

sociológica está la obra “La Ética Protestante y el Espíritu del Capitalismo”, en la

que logra demostrar como la religión influye en el desarrollo económico de toda

Europa. Desarrolla conceptos tales como la clase, el status y las estructuras de

autoridad.

Las fundaciones norteamericanas tuvieron una gran importancia en la

institucionalización de la sociología en Europa y América Latina, a través del

patrocinio de estudiantes para que realizaran trabajos por fuera de las

Universidades, exportando las formas de hacer investigación y de interpretar los

procesos sociales, La emigración de intelectuales europeos a Estados Unidos en

las épocas de guerra y su posterior regreso en algunos casos después de

concluido el conflicto, “favoreció la importación de las técnicas de investigación y

teóricas, y la difusión de autores” (Angel, 2004, pág. 29).

Dentro de este mismo periodo de la Guerra Fría, en el bloque de la URSS se inició

desde 1946 un proceso de difusión de manuales de materialismo dialéctico e

histórico, para difundir las premisas del marxismo, proceso que estuvo

acompañado de la consolidación del socialismo en cuanto a la ideología y política.

―Es en este contexto histórico social en el cual el estructural

funcionalismo y el marxismo se erigieron en paradigmas hegemónicos

de las Ciencias Sociales. Después de terminada la Guerra Fría, estos

dos paradigmas que se presentaban como contradictorios eran muy

parecidos en su metodología de hacer ciencia. El mundo social

12

aparecía visto como una dicotomía donde se contraponían: lo objetivo

vs. lo subjetivo, la estructura vs. el individuo, lo macro vs. lo micro, lo

material vs. lo ideal, la explicación casual vs. la interpretación, tomando

partido por lo objetivo, la estructura, lo marco, lo material y la

explicación basadas en las causas‖ (Angel, 2004, pág. 30).

Lo que se contrapone a lo que ha venido sucediendo desde las últimas dos

décadas donde los temas primordiales que se quedaron por fuera en el estructural

funcionalismo y el marxismo, como lo subjetivo, lo micro, lo individual, se toman

como aspectos fundamentales para entender lo que está pasando en las actuales

relaciones sociales. Se tiene en cuenta la importancia de lo que sucede en el

interior del sujeto estudiado y lo subjetivo cobra especial valor.

Esta es realmente la discusión en todas las ciencias: la separación entre el objeto

de estudio y el sujeto que investiga, desde las miradas tradicionales los científicos

deben estar alejados del objeto que estudian, pero en la actualidad este tema ha

sido muy cuestionado porque en las investigaciones sociales, no es fácil separar al

investigador de su objeto de estudio que, para el caso concreto de la sociología,

no es un objeto sino un sujeto que tiene sentimientos, deseos, valores, creencias

y, es precisamente la labor del investigador interpretar ese sentir desde la misma

subjetividad que no por ello deja de ser real. Esto se verá cuando se analice la

propuesta de Pierre Bordeau, quien dice que los sociólogos y sociólogas deben

cuestionar el punto de vista desde donde están analizando lo social, su postura

política, religiosa, cultural, de género, de sexo, todo lo que los rodea y en especial

como se va a presentar el resultado de un trabajo académico que se supone

objetivo.

En la actualidad, el paradigma que cobra vigencia es el denominado

Postmodernidad, que ha permitido el flujo interdisciplinario y ha propiciado el

13

rompimiento de las fronteras existentes entre los diferentes enfoques, diferentes

metodologías y diferentes formas de ver el mundo, lo que permite llegar a una

mejor interpretación de los hechos utilizando las mezclas en los abordajes de las

problemáticas.

Es por ello que no es extraño encontrar estudios sociológicos que se apropian de

herramientas e instrumentos que eran de utilización específica de uno u otro

paradigma, teniendo otros enfoques. Por ejemplo, las encuestas se consideraban

instrumentos específicos de las investigaciones de tipo cuantitativo perteneciente

a la escuela positivista y ahora es posible utilizarlas tanto en los enfoques

cualitativos como también dentro de las perspectivas crítico sociales.

En la siguiente tabla se exponen los principales enfoques que la sociología ha

utilizado para analizar las problemáticas sociales con sus principales autores:

1. Enfoques de la sociologia

ENFOQUES OBJETIVISTAS Y ESTRUCTURALISTAS

Escuela Positivista y Funcionalista Augusto Comte (1798-1842)

Emilio Durkheim (1854-1917)

Talcott Parsons (1902-1979)

Estructuralismo y Tradición Etnolingüística Ferdinand Saussure (1857-1913)

Marcel Mauss (1872-1950)

Claude Levi Strauss (1908-1990)

Michel Foucault (1926-1984)

Marxismo Clásico y Neo Marxistas Carlos Marx (1818-1883)

Antonio Gramsci (1891-1917)

Louis Althusser: Marxismo Estructuralista

(1918-1991)

Jurgüen Habermas: Marxismo y Teoría Crítica

(1929)

SOCIOLOGIA INTERPRETATIVA Y TRADICION FENOMENOLOGICA

Tradición Europea Edmund Hurseel (1850-1938)

14

Max Weber (1864-1920)

Martín Heidegger (1889-1976)

Alfred Schutz (1899-1953)

Etnometodología Harold Garfinkel (1917)

Interaccionismo Simbólico George Herbert Mead (1863-1931)

Herbert Blumer (1900-1987)

Ervin Goffman (1928-1982)

Otras Propuestas subjetivistas vigentes Pierre Bordieu (1930-2002)

Fuente: elaboración propia

En conclusión se puede afirmar que existen entonces 3 grandes grupos de

enfoques y autores respecto a la forma de analizar la sociedad: En el primer grupo

se encuentran todas las propuestas que le dan mayor énfasis a las estructuras

sociales o totalidades; en segundo lugar aquellos que privilegian el análisis desde

los sujetos o agentes sociales y en tercer lugar los autores que tratan de hacer un

propuesta que consolide aspectos de ambos enfoques para superar aquella

contradicción.

A continuación se expondrán los principales argumentos de cada uno de esos

grupos.

Lección 3. Propuestas con énfasis en la Estructura Social

En esta lección se presentan los principales autores y escuelas que dentro de los

3 grupos enunciados anteriormente, privilegian las estructuras sociales o

totalidades.

Hacen parte de esta línea epistemológica, el positivismo de Augusto Comte hasta

Emilio Durkheim; el estructural-funcionalismo de Talcott Parsons y Robert

15

Merton; el positivismo lógico del Círculo de Viena; la teoría crítica" de la primera

época y el estructuralismo francés.

El positivismo de Comte a Durkeim. Para Comte el Positivismo es una forma de

analizar la realidad: se pretende analizar los hechos tal como se presentan sin

dejarse influir por sentimientos, creencias u otros aspectos personales del

investigador. Este autor considera que para investigar adecuadamente se deben

utilizar la observación como punto de partida, la experimentación y la comparación

dividida en tres subtipos:

Comparar las sociedades humanas con los animales inferiores

Comparar sociedades en diferentes partes del mundo.

Comparar diferentes estados de sociedades en el transcurso de la historia.

El término positivismo se utilizó en contraposición al negativismo que imperaba en

ese momento en la sociedad. Lo negativo era el desorden y el caos moral que se

vivía en Francia en épocas de la Revolución Francesa. Lo positivo era lo medible,

lo concreto, lo empírico, lo real y objetivo.

Comte desarrolló una clasificación de las ciencias positivas: las matemáticas, la

astronomía, la física, la biología, la química y en la cúspide la sociología. Esta

última con el objetivo de descubrir las leyes que rigen las problemáticas sociales.

Considera que existe una ley denominada la ley de los tres estadios: Todas las

sociedades atraviesan por 3 etapas para llegar al progreso:

―Estado Teológico o ficticio. Todo humano debe pasar por los tres

estados. Éste es el primitivo. Se basa en la especulación. Ante las

preguntas esenciales del hombre da una respuesta mítica. Pretende

explicar las leyes naturales atribuyéndoles espíritu propio y fuerzas

especiales. La imaginación es un recurso importante. Ella otorga

16

designa a los seres sobrenaturales, los cuales condicionan la vida

humana. En este estado se dan tres momentos: fetichismo, politeísmo y

monoteísmo. Un ejemplo es el Génesis. Éste libro relata una creación

mágica.

Estado Metafísico o Abstracto. Es continuación del anterior con algunas

variaciones. En realidad es un momento que prepara el siguiente paso.

Es transitorio. Se pregunta por las primeras causas y los últimos

principios de las cosas. A diferencia del anterior momento éste

responde aplicando la lógica. Las abstracciones más elaboradas le

permiten formar conceptos más claros. El razonamiento toma mayor

consistencia. Un ejemplo son los filósofos griegos. Aristóteles es un

representante de la metafísica.

Estado Positivo o Real. Es último y definitivo. La racionalidad se

perfecciona. No es como los anteriores. Los supera. La imaginación se

hace ―esclava‖ de la observación. Tiene varias leyes. Por ejemplo:

―Toda proposición que no puede reducirse estrictamente al mero hecho,

particular o general, no puede ofrecer ningún sentido real e inteligible‖.

Otra trata de la Naturaleza relativa. Es decir, habla del progreso del

conocimiento hacia la exactitud. Otra es la Previsión racional. O sea,

estudia la realidad para preverla. Y por último, cree que las leyes de

naturales no presentan variabilidades‖. (Marin Maglio, 1998).

Durkheim estará fuertemente influido por Comte: i) la sociología deberá erigirse en

ciencia natural de la sociedad tratando a los hechos sociales como cosas, ii) la

secularización de los conceptos religiosos y metafísicos es contrapartida del

desarrollo científico, iii) el cambio social es progresivo y depende del orden, iv) la

17

revolución política no asegura la transformación social sino que testimonia la

impotencia de la sociedad para el cambio progresivo.

―Para Durkheim, los objetos sociales observados poseen características

naturales que determinan lo que hace el observador al describir y

clasificar; por tanto, el sociólogo construye teoría observando

sistemáticamente las características externas visibles en las conductas

humanas. Para ello, debe desterrar toda prenoción por una parte, y

desentenderse por otra de las ideas que los propios individuos

observados se hacen de sí mismos. La sociedad debe verse como una

totalidad orgánica, y las divergencias de los individuos respecto de la

conciencia colectiva deben atribuirse sea a impulsos egocéntricos

opuestos a las demandas morales de la sociedad, o a un desencuentro

anómico de sus propósitos respecto de la sociedad‖. (Vicente, 2010).

Entre las obras más representativas de Emilio Durkheim se encuentran: “La

división del trabajo social” (1893); “Las reglas del método sociológico” (1895) y “El

Suicidio” (1895).

En esta lección no se puede dejar de mencionar a Max Weber quien desarrolló su

teoría orientada a comprender las acciones sociales:

“Por acción debe entenderse la conducta humana siempre que el sujeto

o los sujetos de la acción enlacen a ella un sentido subjetivo. La acción

social por lo tanto es aquella en la cual, el sentido colocado por el sujeto

está referido a la conducta de otros, orientándose por esta en su

desarrollo”. (weber, Economía y Sociedad., 1973).

18

Weber hace grandes aportes a la administración con su teoría de la Burocracia.

Insiste en que todo está permeado por la cultura, ya que son las creencias las que

legitiman el ejercicio del poder y tales creencias existen tanto en la mente del

dominador como en la del dominado y determinan la relativa estabilidad de la

dominación. Así, Weber establece una tipología de autoridad basándose no en los

tipos de poder usados, sino en las fuentes y tipos de legitimidad aplicados.

Entonces, los tipos de autoridad para Weber son:

A) La autoridad tradicional: Cuando los subordinados aceptan las órdenes de sus

superiores porque siempre ha sido así. El poder tradicional no se basa en la

norma sino en las costumbres y en la transmisión del poder por herencia.

B) La autoridad carismática: Es aquella que se desprende del liderazgo y la

personalidad del superior. No existe una base racional.

C) La autoridad racional, legal o burocrática: Es aquella en la que se aceptan las

órdenes porque están de acuerdo con las normas y preceptos que se consideran

legítimos.

Los tres tipos de autoridad se dan en todas las sociedades sean estas estados u

organizaciones pero se considera que la autoridad racional es aquella a la que se

debe llegar en todas las organizaciones sociales.

Entre las obras más representativas están: “La Etica Protestante y el Espiritu del

Capitalismo” (1905), en la que logra demostrar que no es solo la base económica

la que influye en el desarrollo de las sociedades sino que también la religión y las

creencias cumplen un papel fundamental.

―Los católicos participan también en menor proporción en las capas

ilustradas del elemento trabajador de la moderna gran industria. Es un

hecho conocido que la fábrica nutre las filas de sus trabajadores más

preparados como elementos procedentes del pequeño taller, en el cual

19

se forman profesionalmente, y del que se apartan una vez formados;

pero esto se da en mucha mayor medida en el elemento protestante

que en el católico, porque los católicos demuestran una inclinación

mucho más fuerte a seguir en el oficio en el que suelen alcanzar el

grado de maestros mientras que los protestantes se lanzan en un

número mucho mayor a la fábrica, en la que escalan los puestos

superiores del proletariado ilustrado y de la burocracia industrial‖.

(weber, 1995)

2. El Estructural-funcionalismo de Talcott Parsons y Robert Merton: Talcott

Parsons fue un influyente sociólogo norteamericano, reconocido en la sociología

contemporánea, quien desarrolló parte de su teoría en Alemania por lo cual fue

muy influenciado por el pensamiento de Weber.

El problema básico de la sociedad para Talcott Parsons era el orden social.

Sostuvo que “los valores proporcionan a las personas un conjunto de criterios

comunes para efectuar habituales decisiones, criterios que se incorporan a sus

personalidades y toman parte de sus puntos de vista subjetivos. El orden es

posible sin una norma autocrática siempre que la gente se sienta comprometida

con un conjunto de valores”. (Benton, 1978, pág. 39).

Para el autor todo sistema social posee cuatro características fundamentales que

permiten el desarrollo de la Acción Social, obviamente desde la perspectiva de

que un sistema debe tener unos insumos (Input) que vienen del entorno, para a

través de los subsistemas transformarlos en resultados (output). Los diferentes

sistemas de la organización social están estructurados y por ello pueden generar

una función a través de la cual interactúan con los demás elementos del sistema.

1: El Sistema de Acción Social

SUBSISTEMAS DEL FUNCIONES DE LOS ORIENTACION

20

SISTEMA SOCIAL SUBSISTEMAS

Subsistema Económico Función de Adaptación Orientada a redistribuir recursos

Subsistema Político Función Instrumental Orientada al logro de fines

Subsistema de

Integración

Función de Integración Solidaridad social mediante control

social.

Subsistema de Cultura Función de Mantenimiento Orientada a valores relevantes del

modelo

Fuente: Elaboración propia

Robert Merton es un discípulo destacado y continuador de las orientaciones de

Parsons; entre 1945 y 1957 publica una serie de artículos donde formaliza el

método funcionalista y los cánones del procedimiento inductivo-deductivo en

sociología.

En su teoría el estableció como las estructuras sociales tienen dos clases de

funciones: unas son latentes y otras son manifiestas. Las funciones manifiestas

son aquellas que son exclusivas y pertenecientes a una determinada estructura.

Por ejemplo la familia tiene una función manifiesta que es la crianza de los hijos.

Funciones latentes son aquellas que contribuyen a la adaptación social pero que

no son las funciones específicas de dicha estructura. En el caso de la familia una

función latente es que los padres enseñen a sus hijos a trabajar.

3. El Círculo de Viena y K.Popper: Este grupo de científicos defienden que la

observación se realiza a través de los sentidos para captar hechos y realidades.

Estas observaciones se pueden registrar en vídeos, o cualquier otro soporte.

“El objetivo del círculo de Viena es unificar el conocimiento que se

consigue a partir de la reducción de todas las disciplinas del

conocimiento científico a fórmulas lógico-matemáticas y por ello

debemos crear un metalenguaje mediante el cual se puedan entender

entre ellas. Los enunciados pueden ser de dos tipos observacionales

21

(se obtienen a través de la observación neutral e inmediata de la

realidad) y universales. Los enunciados observacionales se convertirán

en los segundos gracias a la inducción (forma de razonamiento)”.

(Santos Delgado, 2005).

La principal característica de los postulados del Círculo de Viena (Positivismo

lógico) fue el rechazo a la metafísica; consideraban que el progreso científico era

acumulativo; el único medio para conseguir la verdad es la ciencia a través del

método inductivo.

Karl Popper (1902-1994) fue un gran crítico de los planteamientos del Círculo de

Viena a pesar de haberse formado intelectualmente en dicha escuela.

Popper rechazó del positivismo que dominó muchos campos de investigación a

comienzos del siglo XX, pues dicha doctrina suponía que el conocimiento se

limitaba a aquello que podía ser empíricamente verificado, por inducción. El

positivismo declaraba que sólo tenían sentido los conceptos verificables y pro el

contrario, el sostenía que lo que convertía a las teorías en científicas era la

falsabilidad, es decir, la posibilidad de ser refutadas. Su teoría fue denominada

falsacionismo o racionalismo crítico con el lema: “"Puedo estar equivocado y tú

puedes estar en lo cierto, y haciendo un esfuerzo, podemos acercarnos a la

verdad". (Popper, 1995).

Su método de análisis se basa en el aprendizaje a través del ensayo y error en un

esquema que se desarrolla en tres fases:

1. El problema: Surge cuando aparece en escena una perturbación.

2. Los intentos de solución: Es decir, los ensayos para tratar de solucionar el

problema.

3. La eliminación: Se suprimen los intentos de solución que no han tenido éxito.

Cuando se eliminan los intentos fallidos entonces el problema queda sin solución

22

por lo cual será necesario buscar nuevos intentos. Si el problema queda resuelto

entonces se da el aprendizaje.

4. La Teoría Crítica: En 1924, se crea como parte de la Universidad de Frankfurt,

el Instituto para la Investigación Social. Uno de sus fundadores fue Max

Horkheimer y su director desde 1930. Serán parte de este grupo también

pensadores de la talla de Adorno, Marcuse y Erich Fromm (que luego se

distanciará de la escuela). Surge con una clara orientación Marxista, aunque se

aleja de algunos de los postulados básicos del Materialismo Histórico (que se verá

más adelante), como el de concebir que la lucha de clases era el motor de la

historia.

La Escuela de Frankfurt se caracteriza por tener una visión interdisciplinar donde

se suman enfoques sociológicos, psicoanalíticos, económicos, psicológicos.

Otra de las características esenciales es la reflexividad y el pensamiento crítico:

Fuente: Especial de Boules. http://www.boulesis.com/especial/escueladefrankfurt/pensamiento/

GRAFICA N° 1: Interdisciplinariedad del Proyecto de la Escuela Crítica

23

“La sociedad misma señala los temas y las líneas de investigación en

aquello que reprime, en aquello que silencia, y una sociología a la altura

de su tiempo debe atender precisamente a estos mecanismos de

dominación de la sociedad, para rescatar la verdad de lo que oculta.

Por eso, el pensamiento debe ser crítico y reflexivo. Crítico no como

negación directa de la realidad, sino como renuncia a una aceptación

irreflexiva de la realidad (social) tal y como se nos presenta. La crítica

parte siempre de una sencilla proposición: ―otra sociedad es posible‖.

Sólo en la medida en que es crítico puede el pensamiento también ser

reflexivo. Sólo naciendo de la injusticia misma puede llegar a

modificarla, a transformarla, superando así la dicotomía teoría-práctica.

Un pensamiento materialista y práctico no es una pura especulación

teórica, sino una actividad de tipo práctico que contribuye también al

progreso de la sociedad. El ―télos‖ (fin) emancipatorio heredado del

marxismo continúa en el pensamiento de los frankfurtianos plenamente

vigente. (Boulesis.com).

Para ampliar la información sobre cada uno de los enfoques de la Escuela de

Frankfurt, su historia, autores, pensamiento y bibliografía especializada se puede

consultar la siguiente página:

http://www.boulesis.com/especial/escueladefrankfurt/citas/horkheimer-teoria-

critica/

5. El estructuralismo francés: La Escuela Francesa denominada

Estructuralismo, tiene sus bases en las teorías de Emilio Durkheim pero se dice

que su fundador es Ferdinand de Saussure con sus estudios de lingüística. Este

es un enfoque que no solo pertenece a la esfera sociológica sino que también

tiene sus grandes influencias en la psicología y la antropología.

24

Saussure distingue entre el habla (de carácter contextual y con empleo de signos

arbitrarios) y la lengua (totalidad de signos y fonemas de significado relacional);

para el lingüista suizo, los elementos constitutivos del lenguaje adquieren toda su

significación en su carácter relacional, en su diferenciación en el conjunto del

sistema de signos. Los estructuralistas son principalmente Roland Barthes, Lévy-

Strauss, Lacan, Althusser y Poulantzas, Foucault y Derrida. No hay un cuerpo

coherente que unifique a estos autores, aunque comparten el énfasis en la

centralidad de la lingüística en ciencias sociales.

En la actualidad la figura mas relevante del Estructuralismo Francés es Claude

Levi Strauss, nacido en Bélgica en 1908, quien realizó unos estudios muy

importantes relacionados con el parentesco y el matrimonio y demostró que éstos

son fenómenos sociales de comunicación, y por lo tanto, lingüísticos.

―Sin reducir la sociedad o la cultura a la lengua, cabe iniciar esta

―revolución‖ […] que consiste en interpretar la sociedad en su conjunto

en función de una teoría de la comunicación. Ya hoy, esta tentativa es

posible en tres niveles: porque las reglas del parentesco y del

matrimonio sirven para asegurar la comunicación de mujeres entre los

grupos, así como las reglas económicas sirven para asegurar la

comunicación de los bienes y los servicios, y las reglas lingüísticas, la

comunicación de mensajes.

Estas tres formas de comunicación son, al mismo tiempo, formas de

intercambio, entre las cuales, manifiestamente, existen relaciones

(puesto que las relaciones matrimoniales se acompañan de

prestaciones económicas, y el lenguaje interviene en todos los niveles).

Es entonces legítimo ver si entre ellos existen homologías, y cuáles son

las características formales de cada tipo tomado aisladamente y de las

25

transformaciones que permiten pasar de uno a otro‖. (Strauss, 1968,

pág. 76).

Con sus estudios, Levi Strauss quería demostrar que los sistemas de parentesco,

como los sistemas fonológicos, son elaborados según el estructuralismo, por el

espíritu humano en el plano inconsciente.

Lección 4. Corrientes Subjetivistas

Dentro de dichas corrientes se encuentran diversas orientaciones. En este módulo

se revisarán los enfoques fenomenológicos, los interaccionistas simbólicos, la

etnometodología y el individualismo metodológico.

La principal característica de estas corrientes y contrarias a las que tienen origen

positivista en las que el investigador debe analizar los hechos con objetividad

rechazando todo valor, creencia y cultura, estas corrientes defienden que la

realidad es creada por el individuo y que por lo tanto es importante el análisis

subjetivo. También se considera que debido a que la verdad está ligada a lo

subjetivo, existen factores externos que influyen en los hechos por lo cual es

relativa.

1. Fenomenología: De acuerdo con dicho enfoque se debe estudiar la relación

entre los hechos (fenómenos) y el ámbito en que se hace presente dicha realidad.

El método fenomenológico toma por real todo aquello que es pensado de manera

clara y distinta y puesto en perspectiva temporal. El iniciador de esta teoría fue

Edmund Gustav Albrecht Husserl (1859- 1938).

Alfred Schutz (1899- 1959), sociólogo y filósofo fuertemente inspirado en Husserl,

quien introdujo la fenomenología a las ciencias sociales considera que:

26

“Se considera, entonces, un mundo de la vida cotidiana que los sujetos

viven en una actitud natural, desde el sentido común. Esta actitud frente

a la realidad permite a los sujetos suponer un mundo social externo

regido por leyes, en el que cada sujeto vive experiencias significativas y

asume que otros también las viven, pues es posible ponerse en el lugar

de otros; desde esta actitud natural el sujeto asume que la realidad es

comprensible desde los conceptos del sentido común que maneja, y

que esa comprensión es correcta”. (Shutz, 1993, pág. 46).

―La investigación del significado de las acciones de los otros implica

suponer que quieren significar, dar sentido, a algo, y que podemos

interpretar las acciones de los otros. Esta interpretación no sólo se hace

a través de la observación de las acciones de otros, sino también

mediante la percepción de indicaciones, que son efectos que las

acciones dejan en el ambiente, como son ruidos, movimiento de

objetos, etc.‖. (Shutz, 1993, pág. 88).

2. El interaccionismo simbólico: Tiene sus antecedentes en la Escuela de

Chicago, fundada en la Universidad de Chicago a finales del siglo XX. Esa escuela

trató problemáticas muy sentidas debido a que por efectos de la migración, las

estructuras de la ciudad no eran suficientes para alojar a todos los migrantes por

lo cual surge una gran conflictividad social. Los estudios estaban orientados a las

familias de los migrantes, monografías sobre barrios y análisis de la delincuencia y

la marginalidad. Se inspiraron en la ecología para caracterizar las relaciones entre

grupos sociales y el espacio urbano.

Posteriormente Herbert Blumer (1900-1987) la define como una corriente de

pensamiento micro sociológica, relacionada con la antropología y la psicología

social que basa la comprensión de la sociedad en la comunicación.

27

Las tres principales ideas en las que reposa su teoría son:

- Las conductas de los individuos están sujetas al significado que le otorguen

a los objetos de su mundo de vida.

- lo que signifiquen las cosas para el sujeto depende de su interacción social

con otros actores de su entorno.

- Los significados dependen de la experiencia social del sujeto.

Se concibe entonces el interaccionismo como un método de estudio participante

capaz de dar cuenta del sujeto; lo social se considera como el marco de la

interacción simbólica y la comunicación como el proceso social a través del cual

se conforman los grupos y los individuos.

Esta corriente en los momentos actuales aporta excelentes herramientas

metodológicas para los estudios de corte cualitativo en los que prima el

comprender e interpretar las acciones de los sujetos.

3. La etnometodología: Es una corriente sociológica Norte Americana que surgió

con Harold Garfinkel (Studies in Ethnomethodology, 1967), quien exploró los

métodos y mecanismos empleados por las personas para dar significado a sus

prácticas sociales. Los investigadores sociales deben responder la manera como

las personas ven, describen, explican y sienten el mundo en que viven y como

crean sus reglas y formas de vida; es decir: se preocupan por analizar cómo las

personas construyen y mantienen el sentido de la realidad externa a través de sus

percepciones y acciones. El orden social es construido por los actores sociales y

los eventos sociales son producto de la interacción. Estos comparten con los

interaccionistas simbólicos el supuesto de que la experiencia humana está medida

por la interpretación.

Los etnometodólogos, se basan en diversos métodos para estudiar las acciones

de los sujetos en la vida cotidiana; en su trabajo de campo (que es extenso) hacen

28

uso de la observación directa, la observación participante, hasta el análisis

documental, entrevista, entre otros.

4. El individualismo metodológico: Comprende autores diversos, reunidos por el

presupuesto común de que los fenómenos sociales sólo pueden explicarse en

términos del análisis de la conducta de individuos, es decir: por las propiedades de

los individuos como metas, creencias y acciones. Se trata de demostrar que la

evolución de una sociedad es el agregado de las decisiones particulares. Se aplica

el principio de reduccionismo al pretender explicar las grandes instituciones a

través de la acción social individual.

El individualismo metodológico considera que la colectividad no es un organismo

autónomo y exige que las ciencias sociales fundamenten sus estudios en la

acción social individual.

Jon Elster, uno de los principales representantes de este enfoque en su libro

reciente Tuercas y Tornillos (Barcelona 1995, copyright Cambridge 1989) expresa

que:

―La unidad elemental de la vida social es la acción humana individual, y

explicar las instituciones y el cambio social es mostrar de qué manera

surgen como resultado de la acción y la interacción de los individuos",

"la elección racional se ocupa de hallar el mejor medio para fines

dados", "actuar racionalmente es hacer lo mejor posible por uno

mismo". (Elster, 1995, pág. 36).

Lección 5. Actuales propuestas de síntesis: Jurgen Habermas (1929); Anthony

Giddens (1938); Alaine Touraine (1925); Pierre Bourdieu (1930-2002).

29

En este apartado se hablará de las corrientes que sintetizan tanto las miradas

basadas en la estructura social como las que enfatizan el análisis subjetivo de los

autores y que actualmente son las más utilizadas para el análisis del hecho social.

Se privilegian los análisis cualitativos sin desconocer la importancia de lo

cualitativo buscando una relación dialéctica entre ambas miradas.

Jürgen Habermas hace parte de los pensadores actuales de la escuela de

Frankfurt. Habermas imprime a la teoría crítica un desarrollo sustancialmente

novedoso basado en una reflexión que incorpora elementos de la comprensión

hermenéutica, la fenomenología de Schutz, el pragmatismo de Chicago y el

análisis del lenguaje de Wittgenstein, todas ellas corrientes y autores a las que

Horkheimer y Adorno no disimulaban su hostilidad.

Sólo la comunicación lingüística garantiza a los individuos la reciprocidad en la

orientación y concepción de sus acciones, reciprocidad que hace posible la

reproducción social. Con sus argumentos se distancia de la teoría crítica en sus

inicios en cuanto a las implicaciones funcionalistas de un lado y en cuanto a la

teoría Marxista en relación con la explicación de la reproducción social con base

en la superestructura económica ya que le da vital importancia a la interacción

mediada por el lenguaje. Entiende que el cambio social debe darse más bien en

un ámbito simbólico, en el ámbito de la comunicación y el entendimiento entre los

sujetos. Defiende la democracia deliberativa y los principios del Estado de

Derecho.

Anthony Giddens, sociólogo británico, considera que las Ciencias Sociales en

tanto proyecto positivista deben considerarse un fracaso, debido a que lo que

diferencia la naturaleza de la sociedad, es precisamente la producción humana.

El funcionalismo de Durkheim y Parsons reduce la intervención humana a una

interiorización de valores, se niega a considerar la vida social como activamente

constituida, no concibe el carácter negociado de las normas sociales y por tanto

30

no hay lugar para interpretaciones diversas siguiendo intereses sociales

divergentes. El estructuralismo conduce igualmente a borrar todo sujeto activo del

escenario social.

También hace una crítica al interaccionismo simbólico y la etnometodología de

Garfinkel y el "mundo de la vida" de Schutz, porque estas corrientes interpretativas

no consiguen conciliar la producción diestra de la sociedad por sus miembros, con

el hecho de que las condiciones en que esta producción tiene lugar, no son

elegidas por los agentes sociales.

En su teoría de la estructuración social, Giddens concibe la estructura como dual,

puesto que es constituida por la actividad humana y es al tiempo el medio mismo

de esta constitución, lo cual significa que lo social es producto de los actores y los

actores también son un producto de lo social. La “Praxis” es la base fundamental

de la vida social y es entendida como el conjunto de prácticas producidas y

reproducidas por los actores sociales.

Alain Touraine por su parte se hizo famoso y reconocido por la utilización del

término de sociedad post industrial. Su trabajo está basado en la Sociología de la

acción. Cree que la sociedad organiza su futuro a través de mecanismos

estructurales y de sus propias luchas sociales. Muestra como al mundo

instrumental globalizado y manipulador se opone un mundo simbólico de

diversidad cultural. Esta contradicción entre economía y cultura debe enfrentarse

desde una afirmación del sujeto.

En el desarrollo de su carrera ha estado interesado en el estudio de los

movimientos sociales desde una visión en la que los actores sociales participan

activamente. Son los jóvenes, los inmigrantes, los ambientalistas, las minorías las

31

que con sus acciones se hacen más defensivos que negociadores, mas éticos que

políticos.

Una de sus principales obras fue “Solidaridad”, en la que analiza el movimiento

social sindical de Polonia. También ha realizado estudios importantes de la

situación latinoamericana. En diciembre de 2006 recibió por parte de la

Universidad Nacional de Colombia el grado de Doctor Honoris Causa, por sus

aportes a la investigación social.

A continuación se transcribe un texto publicado en el periódico el País de España

el pasado 26 de septiembre de 2010, escrito por Alain Touraine y traducido por

José Luís Sánchez Silva, en relación con la crisis económica actual:

―La única gran tendencia de la derecha es la xenofobia; la única gran

tendencia de la izquierda es la búsqueda de una vida de consumo sin

contratiempos.

No nos dejemos arrastrar a una renuncia general a la acción. Existen

fuerzas capaces de enderezar la situación. En el plano económico, la

ecología política denuncia nuestra tendencia al suicidio colectivo y nos

propone el retorno a los grandes equilibrios entre la naturaleza y la

cultura. En el plano social y cultural, el mundo feminista se opone a las

contradicciones mortales de un mundo que sigue dominado por los

hombres. En el terreno político, la idea novedosa es, más allá del

gobierno de la mayoría, la del respeto de las minorías.

Ni nos faltan ideas ni somos incapaces de aplicarlas. Pero estamos

atrapados en la trampa de las crisis. ¿Cómo hablar de futuro cuando el

suelo se abre a nuestros pies?

Pero nuestra impotencia económica, política y cultural no es

consecuencia de la crisis, es su causa general. Y si no tomamos

32

conciencia de esta realidad y si no encontramos las palabras que

rompan el silencio, la crisis se profundizará aún más y Occidente

perderá sus ventajas. Entonces será demasiado tarde para intentar

atenuar una crisis que ya se habrá convertido en destino. (Touraine,

2010)

Pierre Bourdieu fue un sociólogo que se dedicó a la política, el arte, la religión, el

trabajo, el deporte, el lenguaje y el Estado. El enfoque de Bourdieu se presenta

en la objetividad de primer orden determinada por la distribución y apropiación de

los bienes materiales y en la objetividad de segundo orden constituida por los

esquemas mentales que sustentan las conductas, pensamientos, sentimientos y

juicios de los agentes sociales.

Según el autor, la perspectiva "objetivista" (Durkheim, el funcionalismo) ha

concebido al mundo como una estructura susceptible de observación y medición

independientemente de las representaciones de quienes la habitan, y tiene como

principal peligro la reificación de las estructuras construidas por el observador,

como entidades autónomas que operan con sujetos que se muestran como

soportes pasivos. Por su parte, la perspectiva "subjetivista" o constructivista

(Sartre, la etnometodología, la "rational choice") propone una realidad social

siempre contingente construida por actores sociales competentes con actos de

conocimiento y decisiones conscientes en un mundo inmediatamente familiar y

significativo; esta perspectiva se revela incapaz de explicar la persistencia de las

estructuras sociales.

Considera Bourdieu que se deben transformar ambos paradigmas contradictorios

en espacios diferenciables del mismo análisis social. Propone entonces una

tercera vía de análisis denominada Constructivismo Estructuralista en el que se

reconoce la existencia de estructuras y relaciones objetivas que condicionan las

33

prácticas y representaciones sociales, aunque, al mismo tiempo se detecten los

efectos propios de lo vivido y de la acción individual sobre las estructuras.

Al superar la oposición entre individuo y estructura, libertad y determinismo,

interacciones y luchas sociales, Bourdieu logra sobrepasar las alternativas

objetivas del positivismo y la sociología subjetiva que solo percibía situaciones de

significación; en una relación dialéctica entre las dos miradas.

Involucra en su teoría nuevos conceptos: “Habitus”: las formas de obrar, pensar y

sentir que están originadas por la posición que una persona ocupa en la estructura

social. En cuanto al “campo”, es el espacio social que se crea en torno a la

valoración de hechos sociales tales como el arte, la ciencia, la religión, la política...

Esos espacios están ocupados por agentes con distintos habitus, y con capitales

distintos, que compiten tanto por los recursos materiales como simbólicos del

campo. Estos capitales, aparte del capital económico, están formados por el

capital cultural, el capital social, y por cualquier tipo de capital que sea percibido

como "natural", forma ésta del capital que denomina capital simbólico.

Otra preocupación constante y original de Bourdieu es la de la "vigilancia

epistemológica" que debe practicar el sociólogo, destinada a controlar su

parcialidad derivada de su propia condición social, de su posición en el campo

académico, y de su tendencia intelectualista a percibir el mundo como

espectáculo, como cúmulo de significados que lo esperan para ser descifrados y

no como problemas concretos que demandan propuestas de solución. Esta

vigilancia o reflexividad epistémica debe operar examinando críticamente las

categorías que delimitan el propio pensamiento, practicando la crítica mutua y el

debate público.

CAPITULO 2: MIRADAS DE LA SOCIOLOGÍA

34

Lección 6. Miradas de la Sociología: Carlos Marx y el Materialismo Histórico

(1818-1883).

―Ideólogo alemán nacido en Tréveris, en el seno de una familia

acomodada. Estudió derecho, historia y filosofía en la Universidades de

Bonn y Berlín, donde fue discípulo de Hegel y Feuerbach. Se doctoró

en 1841.

Muy influenciado por el pensamiento hegeliano, se aproximó al círculo

radical de Bruno Bauer, donde comenzó el tránsito desde las

concepciones idealistas al materialismo. En 1842 fue nombrado

redactor jefe del Reinische Zeitung, con una estancia breve en el cargo,

como consecuencia de las tensiones políticas que marcarían una vida

de exilios y extrañamientos. En 1844 conoce en París a Engels, que se

convertirá en su mejor compañero de ideas, producción de pensamiento

y activismo político. Con Engels redacta el Manifiesto Comunista de

1864, presentado en Londres en la constitución de la Primera

Internacional. Entre sus obras más destacadas, Contribuciones a la

crítica de la economía política (1859) y El capital (1867), Falleció en

1883.

Su pensamiento ha alcanzado una presencia significativa tanto en el

plano de las ideas políticas como en el metodológico. Las corrientes,

derivaciones e influencias marxistas aparecen en el pensamiento de la

comunicación a través de formulaciones y propuestas vinculadas a

desarrollos políticos concretos o mediante el empleo de las

herramientas de análisis del materialismo dialéctico. Buena parte del

pensamiento del siglo XX se basa, se mira o se contrasta en la

concepción marxista de la sociedad y de la historia.

En general, las corrientes marxistas y materialistas asignan un papel

35

instrumental a los medios, como altavoces del discurso dominante y

enmascaradores del control social a través de la difusión del

pensamiento y la inducción de pautas de comportamiento que se

atienen a los intereses que configuran la superestructura del sistema.

Del mismo modo, para el pensamiento marxista el desarrollo

tecnológico, en el que se conforman las nuevas extensiones de la

comunicación, tiene esa misma huella determinista, vinculada a los

intereses dominantes, que son matriz y pauta de la propia industria

tecnológica. Medios, tecnologías, industrias culturales, estructuras

sociales aparecen en las diferentes líneas tributarias del marxismo a lo

largo del siglo XX, desde las corrientes de pensamiento crítico europeas

y americanas, a vertientes estructuralistas y de estudios culturales,

economía política de la comunicación, etc‖1

El pensamiento de Carlos Marx y la Sociología: Se presentan algunos de los

conceptos de Marx que permitan hacer una relación con el estudio del desarrollo

social, no desde lo económico sino desde lo cultural, desde la super estructura

que él planteaba y que hoy en el desarrollo sociológico es muy importante para

entender los procesos de interpretación cultural, especialmente en la construcción

de la conciencia que es lo que determina la forma como vemos el mundo y a partir

de allí aceptamos o no las argumentaciones donde se sostiene el poder, la cultura,

la política etc.

El ser humano dentro del mundo capitalista necesariamente es un sujeto productor

y reproductor, pero este proceso no necesariamente es objetivo o productor de

objetos tangibles materiales, este sujeto también es productor y reproductor dentro

de su practica social, de objetos – subjetivados; que en ultimas son aquellos

objetos intangibles que están condicionados por su conciencia y determinados por

1 Tomada de : http://www.infoamerica.org/teoria/marx1.htm

36

su capacidad de asimilación del mundo y producto del análisis de ese mundo; en

otras palabras son ideas, pensamientos, conceptos, que en ultimas condicionan su

actuar o comportamiento dentro de la sociedad.

El análisis que aquí se presenta se basa en los textos de Marx: la Ideología

alemana y las tesis sobre Feuerbach, y se presentan los siguientes conceptos: La

construcción del materialismo histórico en Marx, lo objetivo y subjetivo, el concepto

de conciencia, la producción y la reproducción, fuerzas productivas y relaciones de

producción y El concepto de praxis en Marx.

El Marxismo o Materialismo Histórico no constituye una doctrina o un sistema

filosófico al estilo de Hegel. El Materialismo Histórico en el que se fundamenta el

Materialismo Dialéctico es una crítica aguda y metódica a las relaciones

económico productivas y socio políticas del siglo XIX, lapso en el cual el

Capitalismo se encuentra en su máximo apogeo y por sus obvias contradicciones

en la más grande crisis hasta la que se vive en la actualidad.

Para el Materialismo Histórico, la materia es la base fundamental sobre la cual se

erige el sistema social, la conciencia y lo espiritual. En tal sentido es el ser social

el que determina la conciencia social y no al contrario como lo planteaba el

idealismo alemán.

GRAFICA N° 2: Estructura Social Marxista

37

Fuente: producción propia

De acuerdo con el planteamiento del Materialismo Histórico, lo que económico es

la base de la estructura social. La infraestructura que es la base económica

determina la superestructura que son las formas de pensamiento, la política, la

cultura y la educación entre otros.

La dialéctica es el movimiento contradictorio de la materia que consta de tres leyes

básicas:

1. Ley de lucha de contrarios.

2. Ley del paso de lo cuantitativo a lo cualitativo.

3. Ley de negación de la negación.

Se explican las leyes de la dialéctica así: Toda realidad posee en si misma el

germen de su propia contradicción. No existe nada en la naturaleza que no tenga

su contrario. No hay negro sin blanco, no hay grande sin pequeño, no hay luz sin

oscuridad, no hay amor sin odio, no hay pobres sin ricos, no hay proletariado sin

burguesía.

La sal o cloruro de Sodio es un compuesto. Por separado el cloro y el sodio son

venenos que utilizados por separado pueden cobrar la vida. Sin embargo cuando

38

se unen forman la sal que es un elemento fundamental para la alimentación del

ser humano. La sal no puede ser separada en sus elementos constitutivos

después de creada por lo cual se da el paso de lo cuantitativo a lo cualitativo. La

sal niega al Sodio y al Cloro pero los asume y los supera. Se da entonces la

dialéctica de la tesis, la antítesis y la síntesis.

El ejemplo se puede trasladar al ser humano: cuando un hombre y una mujer se

unen, forman un hijo que niega a cada uno de sus padres por separado porque,

no es ni el papá ni la mamá sino alguien diferente que además los asume y los

supera y también se da el paso de lo cuantitativo a lo cualitativo porque ese nuevo

ser no se puede separar en sus partes constitutivas sino que es un ser diferente

con cualidades específicas distintas a las de sus antecesores.

En el campo social el Marxismo hace de su método (Materialismo Dialéctico) el

instrumento fundamental para analizar los fenómenos sociales.

Utiliza como variable independiente las relaciones sociales de producción

(economía). Se considera entonces que a la productividad humana (trabajo)

subyace el factor clave del proceso de humanización, culturización y aparición de

la conciencia o espíritu.

La conciencia para Marx es la manifestación del espíritu, la conciencia es la

concepción que tengo a partir de lo que me rodea, es lenguaje de símbolos,

trabajo e interacción con la sociedad. En la medida que el ser humano evoluciona

en su productividad, también lo hace su conciencia y también lo hacen sus

necesidades y el crecimiento de la población. De este proceso de crecimiento de

la sociedad nace la división social del trabajo, primero como acto sexual, (relación

reproductiva hombre – mujer) luego la división por las condiciones naturales entre

el hombre (cazador – recolector – cultivador) y la mujer (el hogar – la familia.) y

por ultimo la división del trabajo entre lo intelectual y lo manual. (En sociedades

39

sedentarias con un grado de desarrollo que permite la contemplación de la

naturaleza.).

―El hombre produce y esa producción tiene en si, la evolución del

trabajo y por lo tanto de la producción, pero esta no solo es material, si

no también es pensamientos, valores, religión, arte, literatura, etc. El ser

humano como ser social en su proceso de producción traduce el

pensamiento en lo practico necesariamente, por tanto el trabajo

intelectual necesariamente se debe realizar en la praxis o sea ser

llevado a la experiencia tangible‖.2

Desde la concepción del Materialismo Histórico, el trabajo es la razón de la

emancipación del hombre sobre lo puramente natural. Lo que hace humana a la

especie es el trabajo que le ha permitido transformar la naturaleza.

Trasladando su concepción a su metodología, el ser social es la tesis, el individuo

la antítesis y la persona libre y digna la síntesis.

Para el Marxismo la eterna lucha del hombre por la enajenación y la barbarie a la

que ha sido sometido en el proceso histórico. Dicha enajenación ha sido causada

por la propiedad de los medios de producción en manos de unos pocos que

controlan la vida de quienes lo único que tienen para ofrecer es su trabajo, que se

convierte en el factor de enriquecimiento para los dueños de los medios a través

de la explotación para generar lo que denominan Plusvalía que es el valor

excedente que le queda de ganancia al patrón.

2 Este concepto es desarrollado por Pierre Bourdieu, en lo que el llama concepto de “habitus”, que son las

formas de obrar, pensar, sentir, originadas por la posición que una persona ocupa en una estructura social.

40

Marx consideró que el Capitalismo generaría con sus contradicciones la causa de

su destrucción que era la alienación del trabajo. Dotando a la clase proletaria

(obreros) de una visión y acción sistemática (científica) se lograrían intervenir esas

leyes dialécticas para que se diera la revolución que llevaría a la clase obrera a

ejercer el poder de manera indelegable. Se debería ejercer entonces una

dictadura encaminada a borrar los restos del Capitalismo y de la democracia

liberal de la época. Esta dictadura sería temporal y transitoria mientras se daban

las bases para el desarrollo de una sociedad comunitaria. En la primera etapa

después de la revolución, el Estado controlaría la propiedad privada de todos los

bienes para ejercer una adecuada distribución. Posteriormente, cuando se dieran

las condiciones se pasaría al Comunismo como fase superior y definitiva donde

desaparecería la propiedad privada, se daría una sociedad completamente

humanizante, creativa, autónoma y libre y sin antagonismos de clase.

La Utopía Marxista se planteaba como una sociedad sin clases, sin estados, sin

consumismo, sin guerras, sin violencia, sin explotados ni explotadores. La idea era

la de regresar al Comunismo Primitivo pero con las herramientas y los desarrollos

actuales; infinitamente mejorado por el progreso de la ciencia y la tecnología al

servicio del hombre y no en su contra.

Lamentablemente la historia no le dio la razón a Marx y hemos visto como los

sistemas Socialistas también han tenido crisis similares a las experimentadas por

el bloque capitalista donde la corrupción y el afán de enriquecimiento resquebrajó

los más humanos principios.

A pesar de lo anterior, no se pueden desconocer los fundamentales aportes que el

Materialismo Histórico hizo a las ciencias sociales y especialmente de su método

el Materialismo Dialéctico que fueron posteriormente retomados por la Escuela

Crítica y por los grandes pensadores del momento.

41

Lección 7. Miradas de la sociología: Norbert Elias (1897 a 1990)

―Fue un sociólogo judío-alemán cuyo trabajo se concentró en la relación

entre poder, comportamiento, emoción y conocimiento del tiempo. Ha

dado forma a la llamada sociología figuracional. Fue poco conocido en

el campo académico hasta los años 70, cuando fue "redescubierto". Su

trabajo de una sociología histórica, puede explicar estructuras sociales

complejas sin menoscabo de agencias individuales.

Su obra más conocida es ―El proceso de la civilización‖, trabajo en el

cual hace un análisis de la evolución de las sociedades europeas desde

la época medieval y guerrera hasta el proyecto moderno e ilustrado.

Reflexiona sobre el carácter de lo público y lo privado, la represión, los

tabúes y la cultura desde un modelo que trabaja una triada entre Carlos

Marx, Sigmund Freud y Max Weber. Muchos de sus trabajos sobre el

deseo y la represión, de manera historiográfica, lo acercan en parte al

análisis de Michel Foucault.

Se puede ver un tributo en parte de su perfil disciplinario a cierta facción

del pensamiento judío cercano al sionismo clásico (Leo Löwhental,

Gershom Scholem) aunque con matices. Trabajo como asistente de

Karl Mannheim en Frankfurt, en el mismo edificio en que trabajaban

Adorno y Horkheimer. Debido a lo anterior, existe alguna confusión en

relación a la influencia que pudo ejercer la Escuela de Frankfurt en el

pensamiento de Elías.

Impartió clases en diversas universidades (vivió varios años en África),

y entre sus alumnos se cuenta al sociólogo inglés Anthony Giddens,

pero su principal heredero ha sido Erick Dunning. Escribió también

obras poéticas y narrativas entre las que se cuenta La balada del Jacob

pobre, inspirada en una experiencia real de persecución y desprecio, la

42

suya. De alguna manera, la "deconstrucción" que su pensamiento

supone para con las lógicas modernas -naturalizadas socialmente- tiene

que ver con la experiencia; al igual que como Hannah Arendt se

preguntó por las bases de la humanidad‖. 3

A continuación se revisarán algunos de los principales conceptos de Norbert Elías:

―Alguna vez leí la historia de un grupo de hombres que ascendían cada

vez más por una desconocida y ya de por si alta torre. Las primeras

generaciones lograron subir a la quinta planta, las segundas a la

séptima, las terceras hasta la décima. Con el tiempo, los descendientes

llegaron al centésimo piso. Y entonces se vino abajo la escalera. Los

hombres se instalaron en la centésima planta y con el tiempo se

olvidaron que sus antepasados habían vivido siempre en un piso inferior

y no recordaban más como habían llegado a esa altura. Se veían a sí

mismos y al mundo desde la perspectiva de esa planta, sin saber cómo

se había llegado hasta allí. Más aún, consideraban como simplemente

humanas las representaciones que se hacían desde la perspectiva de

su planta‖. (Elias, El proceso de Civilización. Investigaciones socio

genéticas y psico genéticas, 1989).

Elías fue un sociólogo que trabajó desde el concepto de larga duración,

señalando que el presente y lo que somos hoy viene de las culturas tradicionales,

de la mezcla de estas con otras y con las luchas internas en cada uno de los

momentos históricos; no se llega a ser lo que somos sin las construcciones

sociales históricas que se traducen en nuestras formas de comportamiento, que se

van solidificando como las hegemónicas, por ello los cambios culturales son tan

lentos porque deben romper con siglos de acumulación simbólica.

3 Consultado y tomado de: http://es.wikipedia.org/wiki/Norbert_Elias

43

Los conceptos más importantes que maneja este autor son: “larga duración”,

“socio génesis” y “psico génesis”. La larga duración hace referencia a que los

procesos sociales actuales tienen su origen en generaciones muy antiguas, por

ejemplo el uso de los cubiertos responde a una forma como los grupos

dominantes los crearon para diferenciarse de los grupos marginados o no

dominantes, esto se basa en el principio de diferenciación social que va

consolidándose a lo largo de la historia social.

―El individuo y la sociedad se manifiestan como "procesos" y no como

entidades abstractas, separadas, universales e invariables. De allí que

no sea posible entender la psico génesis de los hábitos de los adultos

en la sociedad civilizada, si se considera independientemente de la

socio génesis de nuestra civilización. Según una especie de 'ley

fundamental de la socio génesis, durante su vida, el individuo vuelve a

recorrer los procesos que ha recorrido su sociedad a lo largo de la suya.

Y esto último no significa que la historia del individuo civilizado

reprodujera cada una de las etapas de la historia social. Sino, que "...en

la sociedad civilizada, ningún ser humano viene civilizado al mundo y

que el proceso civilizatorio individual que se le impone es una función

del proceso civilizatorio social general". (Elias, El proceso de

Civilización. Investigaciones socio genéticas y psico genéticas, 1989,

pág. 45).

Para ilustrar mejor los conceptos de psico génesis, socio génesis y larga duración,

en su texto sobre el proceso de civilización, analiza varios comportamientos que a

lo largo de la historia han marcado formas de actuar que se han transmitido de

generación en generación pero que se han modificado por el significado

reprobatorio de hoy: tomar la comida con las manos, limpiarse los dientes con el

44

cuchillo, chuparse los dedos antes que limpiarlos con la servilleta, rascarse las

orejas o la nariz mientras se come, escupir, peerse o eructar delante de otros. Es

el desplazamiento de los umbrales de vergüenza y sensibilidad hacia los otros lo

que dispara el afán de los reformadores en prohibirlas, señalándolas como

inapropiadas e inaceptables, es decir como "incivilizadas". Con el tiempo, las

prohibiciones se fijarían sobre nuevos objetivos, habiéndose impuesto y extendido

socialmente las anteriores o cuando estas perdieran vigencia.

Cabe destacar que estos cambios no siempre se daban de manera racional, pues

obedecían más a reacciones emotivas.

En la obra sobre la génesis social del Estado, Elías habla de la competencia

(presión competitiva) entre unos y otros para explicar cómo funcionaba en la

época medieval, donde la tierra era algo importante para la sociedad:

―También hemos mostrado cómo esa presión para conseguir más

tierras opera entre los caballeros más pobres simplemente como el

deseo de conseguir una forma de mantenimiento acorde con su

condición y, entre los caballeros superiores más ricos, como una

invitación a exigir todavía más tierra; puesto que quien en una sociedad

sometida a esta presión competitiva, no consigue nada más, se hace

menos automáticamente, si es que consigue mantener lo que posee.

Podemos ver aquí de nuevo, el efecto de la presión que opera en toda

esta sociedad de arriba abajo. Es una presión que obliga a los señores

territoriales a enfrentarse y que de esta manera pone en marcha el

mecanismo del monopolio.‖ (Elias, El proceso de Civilización.

Investigaciones socio genéticas y psico genéticas, 1989) .

En la anterior cita se muestra cómo dentro de las formaciones sociales se van

fortaleciendo modos de actuar que van legitimando las acciones y que se

45

interiorizan en las y los individuos convirtiéndose en hábito, a través de la

repetición. También se está ilustrando la forma cómo funciona la presión

competitiva en la formación de los monopolios monárquicos que más adelante se

fueron conformando como Estados Nación. Afirma Elías que al estar la sociedad

sometida a esta presión por la competencia se tiende al engrandecimiento de unos

pocos y por fin a la construcción de monopolio, es una regla que se podría mirar

como fundamental en el proceso hacia la construcción del Estado industrializado.

En la construcción del Estado, dice Elías, ha actuado de forma análoga esta

presión por la competencia, se conformaron pequeños señoríos y luego se

convirtieron en más grandes, así se construyó el Estado, en unión de varios

grupos sociales bajo una misma identidad nacional y un Estado administrativo que

les permitía competir con unos y aliarse con otros.

Elías retoma esto cuando habla del proceso de desarrollo de las clases medias

industriales, cómo van avanzando eliminado a unos y aliándose con otros.

Es claro esto cuando habla del papel que fue teniendo la aristocracia, cómo fue

cediendo el paso a las clase medias y como se unieron para permanecer en el

poder o pasar a conformar las clases altas.

Este factor explicativo del proceso de evolución en la concentración del poder, en

el monopolio ha seguido históricamente y se fue transformando en una

construcción monopólica del poder a través de la construcción del Estado Nación,

un espacio donde confluye una organización social que como dice Elías, para

regular las disputas sociales, fundamentalmente las disputas por el poder, se

generaron mecanismos como la ciudadanía, donde se establecieron legalmente

las diferencias entre los estratos sociales, lo que fue conformando las clases

sociales “… una estratificación bajo la forma de clases sociales, cuyos miembros

eran iguales ante la legislación estatal y desiguales sólo social y económicamente”

(Elias, 1993, pág. 110).

46

Elías también analiza la diferencia entre Francia y Alemania en su proceso de

civilización debido al accionar de unas fuerzas por el denominadas centrífugas y

centrípetas y porqué Alemania tuvo un proceso tardío en relación con los demás

países de Europa, debido a que el imperio era una unidad de magnitud muy

distinta a la de los otros países, sus diferencias geográficas y sociales daba gran

ímpetu a las fuerzas localistas y centrífugas.

Podría decirse que un rasgo característico de superación para la construcción de

Estados Nacionales es que las fuerzas centrífugas desaparezcan y se concentre

el poder, pero, cómo bien lo señala Elías, en estos estados Nacionales donde hay

unas clases sociales, que luchan entre si por el monopolio del poder, gracias a la

“presión competitiva” el concepto de democracia y su sustento el de la

participación y el de la representación de los sectores sociales a través de los

partidos ha sido uno de los aspectos más importantes en la consolidación de estos

estados Nacionales.

Llama la atención trayendo este análisis a las discusiones actuales sobre la

terminación del Estado con el nuevo desarrollo del capitalismo, donde se dice que

el mercado ya no necesita estas fronteras pero en la práctica para generar fuerzas

centrífugas que anarquicen el globo, el papel centralizador del estado ha cobrado

más fuerza y por ello se les ha dejado el uso del monopolio de la fuerza y de la

justicia para contrarrestar brotes de tensiones y unificaciones sociales que

pudieran entrar a erosionar el poder central económico global, pero que necesita

al igual que en la conformación de los monopolios monárquicos, un control

territorial localizado que responda a las necesidades de la “familia” financiera que

se encuentra en este momento en el poder.

Lección 8. Miradas de la Sociología: Pierre Bourdieu

47

Aunque en la anterior lección se hizo referencia a este autor, se considera

pertinente volver a él teniendo en cuenta sus grandes aportes a la Sociología de

hoy.

―PERFIL BIOGRÁFICO PIERRE BOURDIEU: (1930 – 2002) ―Nacido en

1930 en Denguin (Pirineos Atlánticos), Francia. A los 25 años ejerce

como profesor en el Instituto de Moulins (Allier) y, más tarde, en Argelia,

París y Lille. Profesor en la École Normale Superiure (1964-1984). Entre

1964 y 1980 es director de la L’École Pratique de Hauts Études y

catedrático de Sociología en el College de France desde 1981. Director

del Centro de Sociología Europea, en sustitución de Raymond Aron,

con quien trabajó previamente, y de la Escuela Superior de Ciencias

Sociales (1985-2002). Director de la revista Actes de la Recherche en

Sciences Sociales (1975-2002). Doctor 'honoris causa' de las

universidades Libre de Berlín (1989), Johann-Wolfgang-Goethe de

Francfort (1996) y Atenas (1996).

A los 28 años aparece su libro Sociologie de l’Algérie (1958). Dos de

sus primeros textos, que publica junto a Jean-Claude Passeron en

1964, hacen referencia a la sociología de la educación, uno de los

ámbitos recurrentes de sus análisis: Les étudiants et leurs études y Les

héritiers. Les étudiants et la culture, publicadas el mismo año en el que

aparece Les fonctions sociales de la photographie. Un año después, en

1965, publica Un art moyen. Essais sur les usages sociaux de la

photographie y Rapport pédagogique et communication.

Su producción es muy extensa. Así, en 1973 aparece Fondements

d’une théorie de la violence symbolique. Reproduction culturelle et

reproduction sociale, escrita con Jean-Claude Passeron; tres años

después, en 1976, Le système des grandes écoles et la reproduction de

48

la classe dominante. Además, entre otras muchas obras, publica La

distinction. Critique sociale du jugement (1979), Ce que parler veut dire.

L'économie des échanges linguistiques (1982), Homo academicus

(1984), La Noblesse d'état. Grandes écoles et esprit de corps (1986),

Les règles de l'art. Genèse et structure du champ littéraire (1992), pero

alcanza su mayor éxito con La misére du monde (1993), donde

denuncia el sufrimiento social, que bebe en las fuentes marxistas y en

el pensamiento de Michel Foucault, y traza, en una combinación de

sociología y antropología social, la radiografía de la exclusión social, de

los desheredados de la modernización, del progreso tecnológico y de la

globalización.

El discurso de Bourdieu, que ya se había manifestado con matices

críticos antes de mayo del 68, se acentúa en los últimos años de su

vida con nuevas argumentaciones contra el neo-liberalismo y en favor

de la sociedad civil y del naciente foro social mundial, participando

cerca de los sindicatos, de las organizaciones no gubernamentales, de

los emigrantes y de las asociaciones cívicas contra las posiciones

neoliberales que nutrían el discurso de la sociedad llamada

postmoderna. Bourdieu fue uno de los fundadores de la editorial Liber-

Raisons d'agir, impulsora del movimiento Attac. Falleció, como

consecuencia de un cáncer, en 2002. Según el diario parisino Le

Monde, era el intelectual francés más citado en la prensa mundial‖.4

La Sociología como análisis: En el libro, Respuestas por una Antropología

Reflexiva, en la que se presenta una entrevista realizada al autor, se habla sobre

los dos conceptos fundamentales de su teoría “Campo” y Habitus” y como se

4 Tomada de: www.infoamerica.org/teoria/bourdieu1.htm

49

articulan en la sociología reflexiva, “una sociología encaminada a difundir medios

de defensa contra la dominación simbólica‖. (Bourdieu P. y., 1995, pág. 18)

Como ya se había expresado anteriormente, la propuesta de Bourdieu, articula

dos miradas: La estructuralista y la constructivista: en un primer movimiento las

estructuras objetivas las considera como espacio de posiciones, la distribución de

los recursos socialmente eficientes que definen las coerciones externas limitativas

de las interacciones y representaciones. Y en un segundo movimiento reintroduce

la experiencia inmediata de los agentes para explicar las categorías de percepción

y apreciación (disposiciones) que estructuran desde adentro sus acciones y

representaciones (tomas de posición). El mayor énfasis en la teoría de Bourdieu

esta no en la mirada objetivista sino en la mirada subjetiva “esto porque el enfoque

de los agentes también varía de manera sistemática en función del sitio que

ocupan en el espacio social objetivo‖. (Bourdieu P. y., 1995)

De esto se desprende que hay una ―correspondencia entre la estructura social y

las estructuras mentales, entre las divisiones objetivas del mundo social, sobre

todo dominantes y dominados en los diferentes campos y los principios de visión y

división que les aplican los agentes‖. (Bourdieu P. y., 1995, pág. 21)

Bourdieu toma de Durkheim y Mauss la propuesta que hacen en el estudio

“Algunas formas primitivas de clasificación según la cual “los sistemas cognitivos

vigentes en las sociedades primitivas se derivan de sus sistemas sociales: las

categorías del entendimiento que subyacen a las representaciones colectivas se

organizan con arreglo a la estructura social de grupo‖. (Bourdieu P. y., 1995, pág.

21)

Bourdieu toma este planteamiento y lo proyecta en cuatro direcciones:

La primera: la correspondencia entre estructuras cognoscitivas y estructuras

sociales que se observa en las sociedades pre capitalistas existe también en las

50

sociedades avanzadas donde su homología es producto en su mayor parte del

funcionamiento del sistema escolar.

La segunda: propone que las divisiones sociales y los esquemas mentales son

estructuralmente homólogos (análogos, equivalentes, no iguales) por estar

genéticamente ligados y que los esquemas mentales resultan de la incorporación

de las divisiones sociales.

La tercera: la correspondencia entre estructuras sociales y estructuras mentales

no se limita a definir nuestra percepción política del mundo social; también cumple

funciones eminentemente políticas. Los sistemas simbólicos no son meros

instrumentos de conocimiento; también son instrumentos de dominación (ideología

para Marx). En su calidad de operadores de integración cognoscitiva, promueven

por su propia lógica, la integración social de un orden arbitrario. Los sistemas

simbólicos son productos sociales que producen el mundo, que no solo reflejan las

condiciones sociales sino que también contribuyen a construirlas. Por lo anterior

entonces se podría afirmar que es posible, dentro de ciertos límites, transformar al

mundo transformando su representación.

La cuarta: los sistemas de clasificación constituyen la postura de las luchas que

oponen a los individuos y los grupos en las interacciones rutinarias de la vida

cotidiana, lo mismo que en las contiendas individuales y colectivas que se verifican

en los campos de la política y la producción cultural.

“Las estructuras sociales y cognoscitivas están ligadas recursiva y

estructuralmente, y la correspondencia que existe entre ellas ofrece una

de las garantías más sólidas de la dominación social‖. (Imponer la

interpretación del mundo más acorde a sus intereses particulares). ―La

sociología del conocimiento o de las formas culturales es una sociología

51

política, es decir una sociología del poder simbólico. La obra de

Bourdieu puede interpretarse en su conjunto, como una antropología

materialista de la contribución específica que la violencia simbólica

aporta, en sus diversas formas a la reproducción y transformación de

las estructuras de dominación‖. (Bourdieu P. y., 1995, pág. 21)

La metodología de Pierre Bourdieu está centrada en la articulación entre la

práctica y la teoría, tomando lo cotidiano como algo problemático, develando las

estructuras de dominación que allí se alojan y uno de los centros de la dominación

es la forma como analizamos el entorno. En el texto sobre la Dominación,

Bourdieu plantea que la incidencia del sistema educativo es tan profunda que no

nos deja ver en la realidad sino lo que es relevante para las formas hegemónicas

de educación, solo podemos identificar los problemas de la sociedad que se

acercan a las variables de investigación que nos son inculcadas desde el sistema

hegemónico de la educación. Este punto de vista es el que problematiza Bourdieu

cuando plantea el socio análisis, es decir, cuestionar el porqué investigamos

como investigamos, las categorías que utilizamos y las doxas (conjunto de

opiniones comunes, creencias establecidas, ideas recibidas que se aceptan sin

discusión. Se dice también del sentido común) que damos por sentadas de la

realidad son los principales objetos de estudio en la propuesta de Bourdieu.

En todos sus escritos Bourdieu considera que es tarea de la Sociología revelar las

estructuras ocultas de los diversos mundos sociales, así como también los

mecanismos que permiten su reproducción y transformación. Ese universo social

está conformado por unas estructuras que llevan doble vida: la primera es la

objetivación relacionada con la distribución de los recursos materiales, modos de

apropiación de bienes y valores escasos o no renovables, y, la segunda bajo la

52

forma de clasificación de los esquemas mentales y corporales que se traducen en

conductas, pensamientos y juicios de los actores sociales (agentes sociales). 5

Una de las bases de su cuestionamiento es el papel histórico de una institución

(la universidad) cuya misión socialmente reconocida es la de reivindicar la

objetividad y la universalidad de sus propias objetivaciones. El propósito de esta

investigación (Bourdieu), existía la intención de invertir la relación “natural” del

observador con el universo que él estudia, de volver exótico lo familiar y familiar lo

exótico, es decir reflexionar sobre lo que se considera natural lo evidente. y

demostrar en la práctica la posibilidad de una objetivación sociológica completa

tanto del objeto como de la relación del sujeto con el objeto (objetivación

participante). Objetivizar significa que en el proceso de investigación para

delimitar un tema se debe aislar para poder estudiarlo, pero, existe aquí una crítica

sobre la mirada de la ciencia que busca la objetividad, intentando separar al

investigador del objeto. Bourdieu explica que desde que se selecciona el objeto

para estudiar, está implícita la mirada del mundo de ese investigador, su

subjetividad, su formación, su posición de clase, su lugar de origen etc.

Uno de los errores de las ciencias sociales reside en la relación incontrolada con

el objeto, esta relación no analizada es proyectada en el objeto de análisis.

Muchos sociólogos que se dedican a objetivar el mundo social tienen que empezar

por aprender a objetivarse a si mismos porque con frecuencia ignoran que su

discurso que aparentemente es científico, trata menos del objeto estudiado que de

su relación con él.

5 Los agentes son activos y eficaces en la medida en que no se reducen a lo que se entiende ordinariamente

por noción de individuo y que, como organismos socializados, están dotados de un conjunto de disposiciones

que implican al mismo tiempo la propensión y la capacidad necesarias para entrar en el juego y participar.

53

¿Qué tipo de objetivación es la que pide Bourdieu?: La autentica objetivación

exige algo más que llamar la atención sobre los orígenes sociales, étnicos o

sexuales del productor cultural. Se trata de objetivar su posición en el universo de

la producción cultural; en este caso en el campo universitario o científico. Este

campo es un mundo social dentro del cual los agentes persiguen metas de una

clase muy particular y obedecen a intereses que pueden ser totalmente

desinteresados en otros sentidos.

Dentro del análisis social existe una “parcialidad” es decir que para estudiar,

hablar, tomar una parte del mundo social, es necesario abstraerlo de una forma

más o menos completa. Esta parcialidad consiste en que en el discurso científico

se olvida reconocer que las teorías son productos de enfoques.

Frente a la pregunta sobre la relación teoría práctica: Bourdieu dice que un modelo

exacto de la realidad debe tener en cuenta la distancia que separa al modelo de la

experiencia práctica de los agentes (quienes ignoran el modelo) y que hace que

los mecanismos descritos funcionen con la “complicidad” inconsciente de estos

agentes, como por ejemplo ocurre en la Universidad donde el modelo teoricista no

es cuestionado sino que se asume como una verdad.

El autor también incluye un interesante concepto que denomina la violencia

simbólica: se refiere a esas cosas que son cotidianas; que no se cuestionan, pero

que, cuando se hacen visibles incrementan la violencia contra las y los que llaman

la atención sobre lo no natural de lo cotidiano. Es importante reconocer que lo

simbólico es lo menos cuestionado, el lenguaje es lo mas naturalizado, los

símbolos sociales se han institucionalizado gracias a los refuerzos de la Familia, la

Iglesia, la Escuela y los medios de comunicación; estos últimos son hoy en día el

eje articulador de los símbolos dominantes a nivel global, y regional, son los

máximos reforzadores de lo simbólico, de los gestos, las palabras, las puestas en

escena que ratifican los mensajes, las ediciones de la realidad.

54

Para Bourdieu, se debe llamar la atención sobre los actos cotidianos donde se

aloja la dominación:

―La violencia simbólica, violencia amortiguada, insensible e invisible

para sus propias víctimas, que se ejerce esencialmente a través de de

los caminos puramente simbólicos de la comunicación y del

conocimiento, o más exactamente del desconocimiento. Esta relación

social extraordinariamente común ofrece por tanto una ocasión

privilegiada de entender al lógica de la dominación ejercida en un

principio simbólico conocido y admitido tanto por el dominador como por

el dominado‖. (Bourdieu P. , 1998, pág. 12).

La capacidad de entender los mensajes de los medios de comunicación, están

determinadas por la capacidad que tiene cada individuo para entender lo que se

comunica en el espacio donde se desenvuelve, esto requiere que aceptemos las

formas legitimadas de interpretación, el ejemplo clásico es el cine, si no

conocemos los símbolos que utiliza el cine para narrar no entendemos la historia.

Para Pierre Bourdieu, esta “violencia simbólica responde a la desigual distribución

del capital lingüístico y cultural estableciendo un sistema de censuras que

reproduce la dominación en el campo simbólico, traduciendo la lucha de clases en

un sistema de intercambios comunicativos. El lenguaje como institución renueva la

estructura dominante de distribución desigual del capital cultural, legitima la

desigualdad, naturaliza la exclusión y participa en la reproducción del orden social,

imponiendo la violencia simbólica, induciendo códigos, pero otorgando, a la vez la

fantasía de la libertad, la creación y el mérito individual”6

6 Comentario que hace Luis Enrique Alonso sobre Pierre Bourdieu en relación con el texto: El Lenguaje y la

Comunicación en :www.unavarra.es/puresoc/es/c_textos.htm

55

Hablar de este habitus de interpretación es reconocer que hay una forma

hegemónica de interpretación de la realidad social, política, cultural de género etc,

que les es muy favorable para seguir tanto en el poder local, regional como ahora

global. Una vez reconocido se debe tratar de cuestionar esa naturalización de la

interpretación, buscando esas otras formas de interpretación simbólica que existen

y tratar de posicionarlas, como ha ocurrido con una subversión del lenguaje al

darle al lenguaje un espacio a las formas de denominación femenina que al

principio tuvo una gran resistencia pero poco a poco se ha ido imponiendo

ampliando los marcos de interpretación.

Dentro de la producción simbólica que atraviesan los procesos comunicativos,

mediados por distintos canales de transmisión, se conforman estructuras

simbólicas en la sociedad que permiten que los procesos hegemónicos de

dominación política, cultural, religiosa, de género etc, cuenten con la aceptación

del conglomerado social y que resulte difícil transformarlos con solo cambios de

poder, cuando las estructuras siguen inermes dentro del sujeto, pero sobre todo

encontrar las formas propias que la sociedad tiene para transformar y reinterpretar

las simbologías hegemónicas, y construir sus propias interpretaciones, pero esto

no es posible sin reconocer primero que se está inmerso en interpretaciones

dadas desde afuera desde unos intereses sociales, culturales, políticos,

económicos.

Lección 9. Miradas de la Sociología: Zygmunt Baummant

―Nacido en Poznan (Polonia), de familia judía, huyó a la Unión Soviética

tras la ocupación nazi. Estudió y se doctoró en la Universidad de

Varsovia, de la que fue profesor durante más de quince años. En 1968,

emigró a Israel, donde impartió docencia en la Universidad de Tel Aviv

y, más tarde, se trasladó al Reino Unido, como profesor de la

Universidad de Leeds (1971-90). Es profesor emérito de la Universidad

56

de Varsovia, premio europeo Amalfi de Sociología y Ciencias Sociales

(1992) y premio Theodor W. Adorno (1998).

El pensamiento crítico de Bauman parte del marxismo ortodoxo de su

primera etapa biográfica, posteriormente abierto por la especial

influencia de Antonio Gramsci. Sus análisis giran en torno a la vida

cotidiana y a la aceleración de los cambios sociales bajo las marcas de

la globalización y la posmodernidad. Transformaciones que acentúan la

disolución de las instituciones sociales, la inducción del individualismo

como debilitamiento de lo colectivo y la prevalencia del relativismo ético

de los intereses comerciales.

Modernidad líquida advierte que lo persistente, lo duradero, lo sólido

son valores del pasado. El tiempo de la modernidad líquida es fluido,

cambiante, diluyente... está desregulado, propende a la privatización del

espacio público, a la desaparición del público en estado sólido, que es

su dimensión social organizada, y a la fluidez del individuo. Conceptos

que Bauman traslada al plano de las relaciones personales, a la dilución

de los vínculos afectivos estables, víctimas de la esterilización afectiva

a la que conduce la comercialización de la vida, en Amor líquido.

Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos.

La lectura crítica de Bauman nos lleva a una sociedad sitiada por los

medios de comunicación y la construcción de un imaginario atomizado,

donde el individuo carece de fuerza. En el tiempo de la posmodernidad,

la ética tiene una naturaleza relativista, acomodaticia, que varía en

función de los valores dominantes de la economía, en la que

desaparecen conceptos como las obligaciones sociales, el compromiso

solidario, la noción de humanidad, en una especie de crepúsculo del

57

sentido del deber. Los medios de comunicación y, en especial, la

televisión, dependientes e integrados en las esferas del poder

económico, crean la nueva atmósfera, la hegemonía dictada por la

inducción del individualismo. Por ello, la crítica no es sobre la televisión

o los medios en sí, sino sobre la sociedad que produce ese sistema de

medios‖7.

A continuación y con el fin de que los y las estudiantes, se transcribe la entrevista

realizada por Juana Libedinsky y publicada en el periódico “La Nación” de

Argentina el 26 de diciembre de 2004:

―LONDRES.- Para muchas personas la jubilación es particularmente

traumática porque la ven como símbolo del fin de su vida útil

profesional. Esa gente haría bien en recordar a Zygmunt Bauman. Si

bien el eminente sociólogo polaco desarrolló una intensa carrera en

Europa durante varias décadas, fue a partir de 1990, después de su

alejamiento de las aulas de la Universidad de Leeds, cuando además

de hacerse cargo de toda la cocina en el hogar desplegó su más

prolífica producción intelectual.

Florecimiento tardío, lo llamaron algunos. Otros directamente se

refieren al "fenómeno Bauman". La realidad es que, al borde de los 80 y

sacando casi un libro por año, se ha convertido en el nuevo

protagonista del debate sociológico contemporáneo con conceptos

como "modernidad líquida", también título de uno de sus libros más

importantes, en el que desarrolla la idea de que cuando lo público ya no

existe como sólido, el peso de la construcción de pautas y la

7 Tomado textualmente de: www.infoamerica.org/teoria/bauman1.htm

58

responsabilidad del fracaso caen total y fatalmente sobre los hombros

del individuo.

"Nos gustan los nudos que atan fuerte, pero que se pueden deshacer

con facilidad en cualquier momento, lo cual suele ser fuente de

sufrimiento, auto recriminación y una conciencia muchas veces

intranquila -dice en diálogo con LA NACIÓN. El tema es parte de las

reflexiones de Liquid Love (Amor líquido), libro que acaba de salir en

inglés y en el que analiza cómo afecta a los vínculos amorosos la

sociedad líquida en la que vivimos. "Lo que nos gustaría, en realidad -

dice-, es poder poner en cada relación un cartel de que se trata de un

compromiso hasta nuevo aviso´".

No es una visión particularmente alegre, pero varios de sus colegas

aseguran que se trata de un pesimismo vinculado con su origen.

Bauman es un polaco judío que sobrevivió a la Segunda Guerra

refugiándose en la Unión Soviética; más tarde, en 1968, durante una

nueva oleada de antisemitismo en la Universidad de Varsovia, debió

abandonar nuevamente su país y, esa vez, recaló en Israel para irse

luego, en 1972 y, ya definitivamente, a Inglaterra.

El pesimismo de Bauman puede rastrearse en muchas de sus obras -

entre otras, Modernidad y Holocausto, La globalización: consecuencias

humanas, Comunidad, Etica posmoderna y La sociedad sitiada- en las

que se ocupa de temas como el Holocausto, los desafíos de la

globalización, las encrucijadas de la ética y la pérdida del sentimiento

comunitario.

Sin embargo, el de Bauman es también un mensaje de esperanza:

"¿Por qué escribo libros? ¿Por qué pienso? ¿Por qué soy apasionado?

59

Porque las cosas pueden ser distintas, pueden mejorar. Mi papel es el

de alertar a la gente sobre los peligros que acechan para que hagan

algo", dice este confeso fanático de Borges: "Aprendí de él, más que de

ningún sociólogo, sobre la condición humana, sobre la lealtad a la

vocación de conocimiento y sobre los límites de nuestra capacidad de

comprensión. Cuentos como "Tlön, Uqbar, Orbis Tertius", "Pierre

Menard", "La biblioteca de Babel", "El inmortal", entre tantísimos otros,

son para mí los ejemplos supremos de lo que la sociología podría llegar

a descubrir si pudiera (¿o se le permitiese, quizás?) admitir la

ambivalencia incurable del "ser humano en su mundo" y el exceso de

preguntas que nacen de este ser muy por encima de las respuestas que

él mismo puede dar."

Lo han llamado "el profeta de la posmodernidad" pero no es un título

que lo convenza demasiado. "Posmodernidad era un término

puramente negativo y, por lo mismo, un concepto interino, temporario.

Señalaba que nuestro mundo no era moderno en el sentido tradicional

del término y que era lo suficientemente distinto como para requerir una

nueva denominación, pero no nos decía de qué manera el mundo

nuevo era diferente de su predecesor. Modernidad líquida es un término

positivo: señala la diferencia que es la volatilidad. La característica

definitoria de los líquidos es la imposibilidad de mantener su forma y, a

la vez, su vulnerabilidad. Eso es precisamente lo que diferencia a la

sociedad actual de aquella de la modernidad en su fase sólida, que

buscaba ser duradera y resistente al cambio", explica.

¿Por qué sostiene en su libro que esta nueva sociedad está

sitiada?

60

Porque aquello que seguimos llamando sociedad, esa cualidad

imaginaria en la que política y poder confluyen, está siendo atacado por

dos frentes. Por un lado el poder se está evaporando hacia arriba, al

espacio planetario, que es el dominio de los negocios extraterritoriales.

Por el otro, la política se escapa hacia el espacio de las fuerzas del

mercado y de lo que llamo la "política de la vida": el espacio de los

individuos con alianzas tenues que tratan con esmero -pero con

resultados prácticamente nulos- de encontrar soluciones privadas a los

problemas públicos. Las instituciones políticas heredadas de los

tiempos en que el poder y la política estaban al nivel del Estado-nación

moderno se mantienen atadas a una localidad exactamente como

antes, sin la posibilidad de resistir -y ni qué hablar de controlar- las

presiones de los poderes globales. De esta manera están

imposibilitadas de desempeñar sus papeles tradicionales y los ceden a

las fuerzas del mercado o las dejan abiertas a la iniciativa y a la

responsabilidad individual. El resultado final es el sentimiento

generalizado de que cada uno de nosotros está por las suyas, de que

nada se gana uniendo las fuerzas y preocuparse por una buena

sociedad es una pérdida de tiempo: es el debilitamiento de la

solidaridad social con la consecuente fragilidad de los lazos humanos.

¿Cómo influye esto en nuestra búsqueda de la felicidad?

La nuestra es una sociedad crecientemente individualizada, en la cual

el ser competitivo, más que solidario y responsable, es considerado

clave para el éxito. Y dado que la felicidad de larga duración, la felicidad

que crece en el tiempo gracias a su cultivo cuidadoso y paciente, es

concebible sólo en un entorno predecible y en el que se respeten las

normas, la búsqueda de momentos felices o de éxtasis episódicos está

tendiendo a reemplazarla. La felicidad es vista como momentos, como

61

encuentros breves, más que como un derivado de la consistencia, la

cohesión, la lealtad y el esfuerzo a largo plazo que sostenían la mayor

parte de los filósofos modernos.

¿Y cómo afecta a las relaciones humanas, sobre todo al amor?

Hace que las relaciones entre las personas se vuelvan de una extrema

ambivalencia y ansiedad. Por un lado, en un ambiente líquido

necesitamos amigos más que en ningún otro momento del pasado. Por

otro lado, sin embargo, la amistad es un tango para dos y requiere de

un compromiso firme y permanente, que nos puede atar las manos en

caso de que la situación cambie y aparezcan nuevas oportunidades

más atractivas. El problema es que esas condiciones no son las ideales

para que florezcan la verdadera amistad, ni el amor.

¿Por qué considera que el eslogan "pensar globalmente, actuar

localmente" es hoy errado y peligroso?

Los problemas generados globalmente pueden ser resueltos solamente

por una acción global. Hay dos posibles repuestas a la dependencia

global. Una es la estrategia de atrincherarse: cerrar todas las puertas

con llave con la esperanza de poder crear para nosotros un pequeño

nicho de seguridad frente al territorio salvaje que hay afuera. Es la

estrategia equivocada, porque en el planeta globalizado la democracia,

la seguridad o el bienestar de un solo país es imposible. Nadie puede

sentirse seguro a menos que habite un planeta seguro. La segunda

alternativa, y para mí la única lógica, es la responsabilidad global, que

significa aceptar la responsabilidad que ya de hecho cargamos, a

sabiendas o no, del bienestar y la supervivencia de los demás, y actuar

de acuerdo con esa responsabilidad.

62

¿Pero es posible la convivencia pacífica en un contexto en el cual

un grupo (como el fundamentalismo islámico hoy) tiene capacidad

de actuar en cualquier lugar, y los países y ciudadanos están

temerosos de sus propias minorías?

Es que prácticamente no hay alternativa a intentar vivir juntos en paz y

respeto mutuo (es decir, la otra alternativa, la única, es morir juntos).

Para tomar un concepto de Claude Lévi-Strauss, podemos decir que en

la era de la modernidad clásica, "sólida", los problemas que menciona

eran atacados por una combinación de estrategias antropofágicas (es

decir que se "devoraba" a las minorías étnicas, culturales, religiosas o

lingüísticas a través de la asimilación forzosa) y antropoémicas (se las

forzaba a emigrar o directamente se las aniquilaba físicamente).

Ninguna de estas dos estrategias puede llevarse a cabo hoy sin una

condena global y, con un poco de suerte, con acción acorde, como

ocurrió en Bosnia y Kosovo pero no, para nuestra vergüenza, en

Ruanda y muchos otros lugares. La única ruta que está abierta es la de

aprender a respetar al otro y negociar un modus vivendi a través de un

diálogo que se mantenga en el tiempo. No digo que sea fácil, pero sí

insisto en que en nuestros tiempos, como nunca antes, las demandas

éticas y los intereses propios de la supervivencia apuntan en la misma

dirección y sugieren idénticas estrategias.

¿Cómo se evita afectar a la gente inocente de una cultura o

religión considerada una amenaza, al tiempo que se refuerzan las

medidas de seguridad?

Estereotipar a los otros, ponerlos en una categoría "culpable" y por lo

tanto convertirlos en sospechosos a priori es la peor y más ineficiente

manera que uno puede imaginar de reforzar la seguridad. Ningún

terrorista puede hacer tanto daño a nuestra seguridad como nosotros

63

mismos al responder a sus amenazas coartando los derechos humanos

de tal manera. La presencia de otros en nuestro ambiente implica, por

supuesto, un riesgo, pero significa también una gran oportunidad de

aprender el arte de la convivencia mutuamente beneficiosa. Es decir,

tratar al otro como nos tratamos a nosotros mismos: no como una

categoría predefinida sino como un conjunto de individuos, buenos o

malos, razonables o no, pero todos pertenecientes a la misma especie

humana, con lo mismos sueños y con las mismas cosas sin las cuales

no podemos vivir. Las lágrimas de las madres que perdieron a su hijo, o

las de los niños que quedaron huérfanos parten el corazón y son

igualmente amargas en cualquier cultura o religión.

Ya no nos sirve "posmodernidad". ¿Tampoco sirve un término

como "multiculturalismo"?

Repito: en un planeta globalizado no hay "afuera", no hay "tierra de

nadie" a la cual "los otros" puedan ser deportados. Las diferencias

culturales y todas las otras están aquí para quedarse. Pero

"multiculturalismo" puede entenderse de dos maneras muy distintas. La

manera incorrecta: toda idiosincrasia cultural es igualmente buena e

intocable sólo por ser idiosincrásica. Y está la manera correcta: aquí

estamos todos, tan diferentes como la historia nos ha hecho y, porque

somos diferentes pero todos humanos, cada uno de nosotros debe

enriquecer el contenido de nuestra común humanidad a través de la

convivencia. Esa convivencia debe incluir, claro, como es habitual entre

amigos, un debate continuo y serio sobre los valores y los méritos de

cada contribución. Porque inevitablemente algunas soluciones

culturales a problemas humanos compartidos son mejores que otras, y

son las mejores las que más van a contribuir a la causa de la felicidad

humana‖. (Libedinsky, 2004)

64

Lección 10. Miradas de la Sociología: ¿Donde está la Franja Amarilla?

Hasta ahora se ha realizado un recorrido por los enfoques y miradas de la

Sociología de una manera general pero es interesante que se conozca una visión

de lo que ha sido la historia política de nuestro País, desde la perspectiva de un

colombiano que sin ser sociólogo, ha incursionado en el análisis crítico y juicioso

de las principales problemáticas que nos aquejan.

En el siguiente ensayo hace un recuento de lo que ha sido la historia política

desde la colonia hasta la fecha y que permiten una explicación desde la visión de

la pisco génesis y la socio génesis que plantea Norbert Elías. Los invito a disfrutar

de este documento.

William Ospina (Padua, Tolima, 1954), poeta, ensayista y traductor. Premio

Nacional de Poesía Colcultura, 1992. Ha publicado entre otros libros "Esos

extraños prófugos de Occidente" (Norma, 1994), "Un álgebra embrujada" (Norma,

1995) y "¿Con quién habla Virginia caminando hacia el agua? (Norma, 1995).

―Hace poco tiempo una querida amiga norteamericana me confesó su

asombro por la situación de Colombia. "No entiendo -me decía-, con el

país que ustedes tienen, con el talento de sus gentes, por qué se ve

Colombia tan acorralada por la crisis social; por qué vive una situación

de violencia creciente tan dramática, por qué hay allí tanta injusticia,

tanta inequidad, tanta impunidad. ¿Cuál es la causa de todo eso?". Por

un momento me dispuse a intentar una respuesta, pero fueron tantas

las cosas que se agolparon en mí que ni siquiera supe cómo empezar.

Sentí que aunque hablara sin interrupción la noche entera, no lograría

transmitirle del todo las explicaciones que continuamente me doy a mí

mismo, tratando de entender el complejo país al que pertenezco. Por

otra parte, entendí que muchas de mis explicaciones no le habrían

65

gustado a mi amiga, o la habrían puesto en conflicto con su propia

versión de la realidad.

Es frecuente para nosotros oír de labios generosos la deploración de

esas desdichas y el asombro ante nuestra incapacidad para resolverlas.

El primer asunto es, pues, preguntarse si de verdad la sociedad

colombiana vive una situación excepcionalmente trágica, si es tan

distinta esta realidad de la del resto de los países, o al menos de los

países del llamado tercer mundo. Mi respuesta es que sí. Colombia es

hoy el país con mayor índice de criminalidad en el planeta, y la

inseguridad va convirtiendo sus calles en tierra de nadie. Tiene a la

mitad de su población en condiciones de extrema pobreza, y presenta

al mismo tiempo en su clase dirigente unos niveles de opulencia

difíciles de exagerar. Muestra uno de los cuadros de ineficiencia estatal

más inquietantes del continente, al lado de buenos índices de

crecimiento económico. Muestra fuertes niveles impositivos y altísimos

niveles de corrupción en la administración. Muestra unas condiciones

asombrosas de impunidad y de parálisis de la justicia y al mismo tiempo

una elevada inversión en seguridad, así como altísimos costos para la

ciudadanía en el mantenimiento del aparato militar. Muestra las más

deplorables condiciones de desamparo para casi todos los ciudadanos,

y sin embargo es un país donde no se escuchan quejas, donde

prácticamente no existen la protesta y la movilización ciudadana: una

suerte de dilatado desastre en cine mudo.

Esto último es pasmoso. La visible pasividad de la sociedad colombiana

alarma a los visitantes. En las recientes huelgas que conmocionaron a

Francia pudo verse cómo una sociedad que vive relativamente bien en

términos económicos y protegida por un Estado responsable, sabe

reaccionar en bloque ante todo lo que la lesione, no se deja pisotear en

sus derechos y se resiste a que se menoscaben los privilegios que ha

66

conquistado. Ver a los franceses marchando por las calles, armando

barricadas ante un gobierno cuya legitimidad no desconocen, y

haciendo temblar a las instituciones, nos confirma que Francia es el

país de la Revolución, que ese país es respetable porque tiene orgullo y

porque tiene dignidad, porque sabe de lo que es capaz cuando sus

gobernantes olvidan que son pagados por el pueblo y que son apenas

los representantes de su voluntad. Ante ese ejemplo se hace más

incomprensible que una sociedad como la colombiana (donde ni

siquiera los sectores fabulosamente ricos pueden sentirse satisfechos,

pues el Estado que sostienen ya ni siquiera les garantiza la vida, donde

nadie está protegido, donde el Estado no cumple sus más elementales

deberes y donde todos los días ocurren cosas indignantes) sea tan

incapaz de expresarse, de exigir, de imponer cambios, de colaborar

siquiera con su presión o con su cólera a las transformaciones que

todos necesitamos. ¿Qué es lo que hace que Colombia sea un país

capaz de soportar toda infamia, incapaz de reaccionar y de hacer sentir

su presencia, su grandeza?

Muchos aventuran la hipótesis de que esa aparente pobreza de espíritu

y esa debilidad de carácter se deben a las características biológicas y

genéticas de la población: sería, pues, la expresión de una fatalidad

ineluctable. Otros sostienen lo mismo con respecto a los índices de

criminalidad: revelarían una incurable enfermedad, y harían de nosotros

un pobre pueblo sin salvación y sin remedio. Pero la verdad es que

nuestros índices de violencia y nuestra actual ineptitud política son

hechos históricos susceptibles de explicación. Más aún, se diría que las

explicaciones son tan evidentes e incluso tan sencillas que se requiere

estupidez o malevolencia para aventurar dictámenes fatalistas. Ninguna

persona sensata sostendría que por el hecho de haber precipitado en

67

cinco años la muerte de 50 millones de seres en condiciones de

crueldad y de sevicia escandalosas, la sociedad europea revele una

patología siniestra e incurable. Ninguna persona sensata sostendría

que por el hecho de que la sociedad estadounidense haya sacrificado

medio millón de personas en tres años de guerra para impedir su propia

Secesión y haya alentado después la Secesión de Panamá para

hacerse al canal interoceánico más importante del mundo, de que haya

participado en las guerras de Nicaragua, haya arrojado bombas

atómicas sobre ciudades japonesas, haya invadido Vietnam, haya

apoyado a los peores dictadores del Caribe y de Centroamérica, y haya

bombardeado a Bagdad, eso signifique que los norteamericanos

padecen de alguna monomanía agresiva irremediable. Los historiadores

vendrán en nuestro auxilio para explicarnos las precisas condiciones

históricas que llevaron a aquellas sociedades y a sus gobiernos a

participar en esas realidades escabrosas.

Colombia vive momentos dramáticos, pero quien menos le ayuda es

quien declara, por impaciencia, por desesperación o por mala fe, que

esas circunstancias son definitivas, o que obedecen a causas

ingobernables. Más bien yo diría que lo que vivimos es el

desencadenamiento de numerosos problemas represados que nuestra

sociedad nunca afrontó con valentía y con sensatez; y la historia no

permite que las injusticias desaparezcan por el hecho de que no las

resolvamos. Cuando una sociedad no es capaz de realizar a tiempo las

reformas que el orden social le exige para su continuidad, la historia las

resuelve a su manera, a veces con altísimos costos para todos. Y lo

cierto es que Colombia ha pospuesto demasiado tiempo la reflexión

sobre su destino, la definición de su proyecto nacional, la decisión sobre

el lugar que quiere ocupar en el ámbito mundial; ha pospuesto

68

demasiado tiempo las reformas que reclamaron, uno tras otro, desde

los tiempos de la Independencia, los más destacados hijos de la nación.

Casi todos ellos fueron sacrificados por la mezquindad y por la codicia,

y hoy es larga y melancólica la lista de lúcidos y clarividentes

colombianos que soñaron un país grande y justo, un país afirmado en

su territorio, respetuoso de su diversidad, comprometido con un

proyecto verdaderamente democrático, capaz de ser digno de su

riqueza y de su singularidad, y que pagaron con su vida, con su soledad

o con su exilio el haber sido fieles a esos sueños.

Si hay algo que nadie ignora es que el país está en muy malas manos.

Quienes se dicen representantes de la voluntad nacional son para las

grandes mayorías de la población personas indignas de confianza,

meros negociantes, vividores que no se identifican con el país y que no

buscan su grandeza. Pero ello no es nuevo. Si algo caracterizó a

nuestra sociedad desde los tiempos de la Independencia, es que

sistemáticamente se frustró aquí la posibilidad de romper con los viejos

esquemas coloniales. Colombia siguió postrada en la veneración de

modelos culturales ilustres, siguió sintiéndose una provincia marginal de

la historia, siguió discriminando a sus indios y a sus negros,

avergonzándose de su complejidad racial, de su geografía, de su

naturaleza. Esto no fue una mera distracción, fue fruto del bloqueo de

quienes nunca estuvieron interesados en que esa labor se realizara.

Desde el comienzo hubo quien supo cuáles eran nuestros deberes si

queríamos construir una patria medianamente justa e impedir que a la

larga Colombia se convirtiera en el increíble nido de injusticias,

atrocidades y cinismos que ha llegado a ser. No podríamos decir que

fue por falta de perspectiva histórica que no advertimos cuan importante

es para una sociedad reconocerse en su territorio, explorar su

69

naturaleza, tomar conciencia de su composición social y cultural, y

desarrollar un proyecto que, sin confundirlos, agrupe a sus nacionales

en unas tareas comunes, en una empresa histórica solidaria.

Siempre pienso en eso que no hicimos a tiempo cuando recuerdo

aquellos hermosos versos que leyó Robert Frost en la posesión de John

Kennedy, donde declara la clave del destino de los Estados Unidos;

cómo ese país que es históricamente nuestro contemporáneo cumplió

una tarea que aún nosotros no hemos cumplido:

Esta tierra fue nuestra

antes de ser nosotros de esta tierra.

Fue nuestra más de un siglo

antes de convertirnos en su gente.

Fue nuestra en Massachusetts, en Virginia,

pero éramos colonos de Inglaterra,

poseyendo una cosas que aún no nos poseían,

poseídos de aquello que ya no poseíamos.

Algo que nos negábamos a dar gastaba nuestra fuerza,

hasta entender que ese algo fuimos nosotros mismos,

que no nos entregábamos al suelo en que vivíamos,

y desde aquel instante fue nuestra salvación el entregarnos.

La historia de Colombia es la historia de una prolongada postergación

de la única aventura digna de ser vivida, aquella por la cual los

colombianos tomemos verdaderamente posesión de nuestro territorio,

tomemos conciencia de nuestra naturaleza -una de las más hermosas y

privilegiadas del mundo-, tomemos conciencia de la magnífica

complejidad de nuestra composición étnica y cultural, creemos lazos

firmes que unan a la población en un orgullo común y en un proyecto

70

común, y nos comprometamos a ser un país, y no un nido de

exclusiones y discordias donde unos cuantos privilegiados,

profundamente avergonzados del país del que derivan su riqueza,

predican día y noche un discurso mezquino de desprecio o de

indiferencia por el pueblo al que nunca supieron honrar ni engrandecer,

que siempre les pareció "un país de cafres", una especie subalterna de

barbarie y de fealdad.

La primera traición a ese sueño nacional la obraron los viejos

comerciantes que, preocupados sólo por sus intereses privados, se

impusieron en el gobierno de la joven república para bloquear toda

posibilidad de una economía independiente, y permitieron que el país

siguiera siendo un mero productor de materias primas para la gran

industria mundial y un irrestricto consumidor de manufacturas

extranjeras. Así como nuestras sociedades coloniales habían provisto a

las metrópolis de la riqueza con la cual construyeron sus ciudades

fabulosas y desarrollaron su revolución industrial, así nuestro acceso a

la república no impidió que siguiéramos siendo los comparsas serviles

de esas economías hegemónicas, y siempre hubo entre nosotros

sectores poderosos interesados en que no dejáramos de serlo. Ello les

rendía beneficios: siempre hubo una aristocracia parroquial arrogante y

simuladora que procuraba vivir como en las metrópolis, disfrutando el

orgullo de ser mejores que el resto, de no parecerse a los demás, de no

identificarse con el necesario pero deplorado país en que vivían. Nunca

he dejado de preguntarme por qué los que más se lucran del país son

los que más se avergüenzan de él, y recuerdo con profunda perplejidad

el día en que uno de los hijos de un ex presidente de la república me

confesó que la primera canción en español la había oído a los 20 años.

Allí comprendí en manos de qué clase de gente ha estado por décadas

71

este país. Aquellos príncipes de aldea con vocación de virreyes sólo

salían a recorrerlo cuando era necesario recurrir a la infecta

muchedumbre para obtener o comprar los votos.

También desde el comienzo, a pesar de que han sido poquísimos los

casos de guerras entre naciones en este continente, se generó una

tradición de privilegios para el estamento militar, porque los gobiernos,

que casi siempre descuidaban la suerte de las muchedumbres

humildes, necesitaban brazo fuerte y pulso firme a la hora de conjurar

rebeliones. Y ello resulta a su modo razonable, porque cuando se

construye un régimen irresponsable y anti popular se hace

absolutamente necesaria la fuerza para mantener a cualquier precio un

orden o desorden social que el pueblo difícilmente defendería como

suyo. ¿Quién ignora aquí que las grandes mayorías de Colombia no

tienen nada que agradecerle al Estado tal como está constituido, y que

por ello no están tan dispuestas como en otros países a entregarle sus

jóvenes? Es triste recordar que durante mucho tiempo las clases

privilegiadas, las más defendidas por el Estado, pagaron para librar a

sus hijos del servicio militar que los pobres tenían que cumplir

irremediablemente. Y es verdad que los jóvenes deploran tener que ir a

un ejército cuya principal función es enfrentarse con su propio pueblo.

Todo Estado tiene que demostrar su legitimidad, su desvelo por la

gente, para merecer la adhesión y la lealtad de su pueblo, y es un

axioma que si el pueblo no es patriótico es porque el Estado no le da

buen ejemplo.

Grandes esfuerzos históricos intentaron cumplir la tarea imperiosa de

afirmarse en una tradición y construir una patria. De los primeros y más

valiosos fue la Expedición Botánica, que empezó a revelar al mundo la

72

exuberancia de nuestra flora tropical y que despertó en una generación

el sorpresivo orgullo de pertenecer a los inexplorados trópicos de

América. Una de las consecuencias de esa Expedición fue el

movimiento de Independencia, pero la Reconquista frustró la paciente

labor de tantos sabios y artistas, y dos siglos después la Expedición

Botánica sigue siendo una obra inconclusa. Colombia posee, según es

fama, la mayor diversidad de pájaros del mundo, pero es tan

inconsciente de sus riquezas que el libro más completo sobre las

variedades de aves colombianas, Birds of Colombiano está traducido al

español. En la segunda mitad del siglo XIX emprendió sus tareas la

Comisión Corográfica, y sin embargo aún hoy Colombia sigue siendo un

país sin un proyecto territorial, sin un plan de desarrollo sensato y

propio, sin un censo aprovechado de sus recursos. El Estado,

omnipotente a la hora de imponer tributos y de reprimir descontentos,

es la impotencia misma a la hora de impedir saqueos, de moderar

depredaciones y de proteger el patrimonio. Y ello porque en realidad no

es un Estado que represente una voluntad nacional, y que pueda

apoyarse en ella para esas grandes decisiones que exigen en nombre

de todos poner freno a la codicia de unos cuantos, sino que representa

sólo intereses mezquinos y está hecho para defenderlos, a veces,

incluso, con ferocidad.

Verdad es que grandes poderes externos estuvieron interesados desde

siempre en mantener nuestra economía en condiciones desventajosas,

que les permitieran realizar aquí sus negocios en los mejores términos.

Para la gran industria mundial fue una prioridad garantizar su provisión

de materias primas, y mantener aquí una clase privilegiada en

condiciones de consumir productos de importación. Una de las

verdades que no sabría explicar con claridad a mi amiga es por qué y

de qué manera el gobierno norteamericano apoyó siempre a los

73

partidarios colombianos del libre cambio, que abrían nuestras fronteras

a sus productos, e incluso patrocinó siempre a alguno de los bandos en

las guerras civiles que desgarraron a Colombia durante el siglo XIX. Ella

sentirá la extrañeza de que los colombianos seamos desventurados,

pero difícilmente entenderá que no hemos estado solos en la

construcción de nuestra penuria, que muchas veces su propio Estado

participó en la preparación y el diseño de nuestro caos actual. Cuando

se pensaba que el urgente canal interoceánico centroamericano pasaría

por Nicaragua, los Estados Unidos patrocinaron la aventura de William

Walker y se apresuraron a reconocer su increíble gobierno de

mercenarios. Sólo el clamor indignado del continente impidió que

Nicaragua se convirtiera, por la vía del zarpazo, en un estado más de la

Unión Norteamericana, y obligó a los Estados Unidos a desdecirse de

su apresurado reconocimiento diplomático. Pronto se decidió que el

canal sería panameño, y Estados Unidos, nuestro solícito hermano

mayor continental, que acababa de vivir una guerra gigantesca y terrible

para impedir una segregación en su sagrado territorio, financió la

segregación de Panamá y obtuvo a cambio la construcción y

administración del canal interoceánico por un siglo.

Con todo, ¿cómo reprochar a los otros países que defiendan sus

intereses y que piensen en primer lugar en sus conveniencias? A eso

es a lo que se llama pomposamente el mercado mundial, a un juego de

astucias y de rapiñas disfrazadas por un lenguaje almibarado, a veces

técnico y pragmático, a veces grandilocuente y cínico. Lo que es digno

de reproche es que haya gobiernos nacionales que en ese contexto

trabajen para favorecer los intereses de los otros y no los de su propio

país. Y desde los primeros tiempos de la república hubo aquí de esos

gobiernos, "muy respetados y queridos en el exterior", que le

74

entregaron nuestra economía a los intereses de las grandes potencias y

que no permitieron el surgimiento de una industria local, de un mercado

interno, y niveles de vida decentes para la población. Siempre el

discurso almibarado cifró nuestra felicidad en la capacidad de competir

libremente, lo que significaba entregar nuestra economía sin protección

y sin escrúpulos a los rigores y las rapacidades del mercado mundial. A

ese invento genial se lo ha llamado "apertura económica" desde los

tiempos del general Francisco de Paula Santander, miembro y

favorecedor de las grandes familias de comerciantes importadores de la

sabana.

Las guerras civiles del siglo XIX derrotaron el pensamiento liberal, el

radicalismo y la tradición ilustrada de los sectores democráticos, e

impusieron finalmente un régimen aristocrático clerical centralizado

cuya constitución, promulgada en 1886, gobernó al país durante más de

cien años. Este régimen convirtió a Colombia en uno de los países más

conservadores del continente. A pesar de los esfuerzos liberales de

Manuel Murillo Toro, de Tomás Cipriano de Mosquera, de José Hilario

López, quien había decretado la libertad de los esclavos en 1854, antes

que los Estados Unidos; a pesar de grandes luchas democráticas, la

sociedad colombiana se cerró bajo el poder de los terratenientes y del

clero; la Iglesia y el Estado se confundieron en una amalgama

indiferenciada y nefasta, el índice católico prohibió la lectura libre

durante buena parte del siglo, la educación estuvo manejada por la

Iglesia, y conquistas elementales de la sociedad liberal como el

matrimonio civil y el divorcio, conquistas que poseen todos los países

vecinos desde hace más de 60 años, son logros que la sociedad

colombiana vino a obtener a fines del siglo XX, mostrándose como uno

de los esquemas sociales más cerrados y oscuros de Occidente. Esto

75

dio origen a tremendos cuadros de violencia familiar y de intolerancia

social, a un enorme irrespeto por las creencias ajenas, y a la tendencia

persistente a considerar toda disidencia y toda rebeldía como un

fenómeno religioso. La guerra civil de mediados de siglo, conocida

como la Violencia, se configuró como una inmensa guerra religiosa,

hecha de fanatismo y de ceguera brutal, y llegó a extremos aberrantes,

con la reconocida presencia de la Iglesia como uno de sus principales

instigadores.

Hacia 1930, al cabo de 50 años, la hegemonía conservadora se vio

debilitada por la inconformidad popular, arreciaron las luchas sindicales,

hubo conatos de rebelión, y finalmente la escandalosa masacre de las

bananeras precipitó el descrédito del régimen conservador. Un sector

del liberalismo acaudillado por Alfonso López Pumarejo intentó una

reforma democrática que favoreciera la industrialización, que modificara

el régimen de propiedad sobre la tierra, que modificara las relaciones

entre el Estado y la Iglesia, y que abriera el camino para la adecuación

de la sociedad colombiana a algunas de las tendencias mundiales del

siglo. No era, por supuesto, la reforma estructural que el país

necesitaba, ni la vasta toma de conciencia de la necesidad de un orden

distinto, ni el gran esfuerzo por dignificar a una sociedad malformada

por la exclusión y la estratificación social; era una reforma moderada,

pero naturalmente desató una inmediata contrarreforma, que trajo

violencia antiliberal a los campos y empezó a sembrar el germen de

algunos males futuros. El intolerante país feudal se resistía al cambio y

su reacción despertó nuevas insatisfacciones.

Como respuesta a la violencia antiliberal, el sector popular del

liberalismo emprendió una defensa de los campesinos perseguidos, que

76

rápidamente fue configurándose como una enorme rebelión popular

bajo la orientación del caudillo Jorge Eliécer Gaitán comprendió muy

pronto que Colombia necesitaba con urgencia grandes reformas

sociales, y el proyecto nacional siempre postergado se convirtió en su

bandera. Pertenecía al partido liberal, pero entendió que el principal

enemigo de la sociedad colombiana era ese bipartidismo aristocrático

cuyos jefes formaban en realidad un solo partido de dos caras, hecho

para saquear el país y beneficiarse de él a espaldas de las mayorías; y

en sus discursos avanzó hacia una reformulación de la crisis política

como el conflicto entre las mayorías humildes y auténticas, y el

mezquino país de los privilegios. Hablando del "país político" y del "país

nacional", destacando el modo como los dirigentes gobernaban para

una minoría, conquistó un caudal electoral inesperado, y súbitamente la

vieja clase dirigente se vio ante un fenómeno de entusiasmo popular

desconocido en Colombia.

La campaña de calumnias y difamaciones desatada por la gran prensa

no logró debilitar al movimiento gaitanista, y la vieja casta comprendió

que, como el arco del legendario rey nórdico, "Noruega se iba a romper

entre sus manos". La clase dirigente, encabezada por los jefes políticos

y por los grandes diarios sostenedores del poder, confiaba ya sólo en la

ignorancia y la indisciplina de las huestes gaitanistas, el "país de cafres"

al que siempre habían despreciado. Fue entonces cuando Gaitán

convocó a la Marcha del Silencio, para protestar por la violencia en los

campos, y una impresionante multitud gaitanista sobrecogió a Bogotá al

marchar y concentrarse de un modo disciplinado y silencioso. Aquel

pueblo demostraba que no era una hidra vociferante, que podía ser una

fuerza poderosa y tranquila, y esto exasperó a los dueños del país. A

partir de ese momento Gaitán era el jefe de la mayor fuerza popular de

77

nuestra historia y, de acuerdo con el orden democrático, era el seguro

presidente de la república. Llegaría al poder no sólo con un gran

respaldo popular sino con una enorme claridad sobre las reformas que

requeríamos y sobre el país que Colombia debía llegar a ser para

impedir la perdición de millones de seres humanos.

Gaitán debió presentir que un modelo de desarrollo deshumanizado

sería capaz de sacrificar a los campesinos de Colombia, que eran la

mayoría de la población, para favorecer sin atenuantes los designios

ciegos de un capitalismo salvaje. Como alcalde de Bogotá había fijado

en los sitios públicos el valor oficial de la hora de trabajo, para dar a los

trabajadores una idea de su dignidad y de sus derechos. Como ministro

de Educación intentó abrirle paso infructuosamente a una reforma

educativa radical que respondiera a las necesidades del país que

crecía. Aún es posible oír en sus discursos su interés por impedir que

una economía de privilegios precipitara a Colombia en la pauperización

y el aplastamiento de las gentes más pobres. Sus enemigos

comprendieron entonces que la democracia llevaría a Gaitán al poder y

procedieron a ofrecerle su apoyo a cambio de que él aceptara su

asesoría, es decir, compartiera con ellos su triunfo y les permitiera

escoltarlo. Gaitán se negó, y arreciaron en su campaña difamatoria. La

última ráfaga de aquella oposición rabiosa debió armar la mano fanática

o mercenaria que le dio muerte. Y así comenzó la gigantesca

contrarrevolución (o anti revolución, ya que conjuraba algo que aún no

se había cumplido) que marcó de un modo trágico el destino de

Colombia en los 50 años siguientes.

Esta contrarrevolución tuvo tres etapas, cada una de ellas peor que la

anterior. La primera fue el asesinato del caudillo, que provocó el

78

incendio de la capital. La segunda fue la Violencia de los años

cincuenta, que despobló los campos de Colombia e hizo crecer

dramáticamente las ciudades con millones de desplazados arrojados a

la miseria. La tercera fue el pacto aristocrático del Frente Nacional,

mediante el cual los instigadores de la violencia se beneficiaron de ella

y se repartieron el poder durante 20 años, proscribiendo toda oposición,

cerrando el camino de acceso a la riqueza para las clases medias

emprendedoras, y manteniendo a los pobres en condiciones de extremo

desamparo mientras acrecentaban hasta lo obsceno sus propios

capitales.

El 9 de abril de 1948 fue la fecha más aciaga del siglo para Colombia.

No porque en ella, como lo pretenden los viejos poderes, se haya roto

la continuidad de nuestro orden social, sino porque ese día se confirmó

de un modo dramático. La estructura del movimiento gaitanista, con su

sujeción a la figura y el pensamiento del caudillo, permitió la

desmembración y la disolución de aquella aventura en la que se cifraba

el porvenir del país. Gaitán tenía clara la necesidad de un proyecto

nacional donde cupiera el país entero; una nación de blancos y de

mestizos, de negros y de inmigrantes que pudiera reconciliarse con el

espíritu de los pueblos nativos del territorio, y extraer de esa

complejidad una manera singular de estar en el mundo. Pero esa

claridad lo llevó a enfrentarse ingenuamente, es decir, de un modo

valeroso, sincero y desarmado, a esa clase dirigente que se lucraba de

la miseria nacional y que despreciaba profundamente todo lo que no

cupiera en su mezquina órbita de privilegios. Una casta de mestizos con

fortuna que nunca había intentado ser colombiana, ni identificarse con

nuestra geografía, con nuestra naturaleza, con nuestra población; que

continuamente se avergonzaba, como sigue haciéndolo hoy, de este

79

mundo tan poco parecido al idolatrado mundo europeo. Una élite

deplorable que viajaba a Europa y a Norteamérica, no a llevar con

orgullo el mensaje de un pueblo dignificado por el respeto y afirmado en

su territorio, sino a simular ser europea, y a procurar por los métodos

más serviles ser aceptada por un mundo que no ignoraba su condición

de rastacueros y su falta de carácter.

El discurso de Gaitán merece muchas reflexiones. Es singular que en

un país envanecido por la retórica de sus gramáticos y de sus

académicos haya sido un hombre de origen humilde quien ennobleció el

lenguaje de la política; quien, exhibiendo un gran refinamiento sintáctico

y una notable claridad de pensamiento, haya tenido eco en un pueblo

pretendidamente ignorante y salvaje. No podemos olvidar que también

la gran empresa de renovar la lengua castellana y de convertirla en una

lengua americana había sido liderada por un indio nicaragüense, Rubén

Darío; y que la gran poesía colombiana de entonces estaba siendo

escrita por un hijo de campesinos de Santa Rosa de Osos que

prácticamente nunca había estado en la escuela. Ello parece

asombroso pero es natural: la lengua, como el sentimiento religioso, es

hija de los pueblos; son ellos sus creadores y sus transformadores, y

las academias, como los eclesiásticos, no son más que los avaros

administradores de un tesoro que no siempre comprenden.

Lo que parecía insinuarse en el horizonte del gaitanismo era una suerte

de revolución nacional, de transformación de la ideología que reinaba

por el poder de los partidos en el alma del pueblo; y la conformación de

una gran franja de opinión capaz de llevar no sólo a Gaitán a la

presidencia sino al país a un nuevo comienzo. Lo que parcialmente

habían conquistado países como México, cuya identificación consigo

80

mismos, cuyo respeto por las raíces nativas, cuya afirmación en su

propio pueblo, en su música, en su gastronomía, en su indumentaria, en

sus tradiciones, eran un ejemplo para el desconcertado continente

mestizo, y cuya revolución, sin duda llena de errores y de hechos

dolorosos y trágicos, había conferido sin embargo un profundo

sentimiento de orgullo y de dignidad a sus gentes.

Como suele ocurrir con los magnicidios, el asesinato de Gaitán nos ha

sido presentado como el crimen solitario de un enajenado o de un

fanático. Lo que no podemos ignorar es el clima social y político en que

se cumplió el hecho, los sectores visiblemente interesados en la

desaparición del líder, y los que se benefician con ella. Si la mano que

lo mató fue fanática o fue mercenaria, es algo indiferente: la causa

evidente del crimen fue la campaña de difamación realizada contra él

por la gran prensa, que lo mostraba como un peligro para la sociedad,

como alguien que venía a destruir el país, y que lo caricaturizaba como

un salvaje a la cabeza de una banda de caníbales. El crimen produjo en

todo el país un espontáneo levantamiento hecho de frustración y de

desesperanza, pero incapaz de grandes propósitos y aun de trazarse

nobles tareas inmediatas. Entre incendios y rapiña y estragos, el pueblo

comprendió que una vez más sus esperanzas habían muerto, y tal vez

comprendió también que el poder imperante jamás permitiría una

transformación de la sociedad por las vías democráticas y pacíficas que

Gaitán había escogido. Pero allí comenzó también la segunda fase de

esa poderosa contrarrevolución, porque advertidos del peligro de un

movimiento popular, los partidos políticos tradicionales se lanzaron a la

reconquista de sus huestes y se esforzaron por contrarrestar los efectos

del discurso de Gaitán. Para ello radicalizaron su lenguaje partidista,

magnificaron una maraña de diferencias retóricas entre los dos partidos,

81

y utilizando todos los recursos y todos los medios de influencia,

fanatizaron a la ingenua población campesina.

Tal vez no se proponían desatar una oleada de violencia, pero el modo

criminal e irresponsable como atizaron las hogueras del odio para ganar

la fidelidad de sus prosélitos condena para siempre a los jefes de

ambos partidos que precipitaron a Colombia en la más siniestra época

de su historia. Gentes humildes que se habían conocido toda la vida,

que se habían criado juntas, se vieron de pronto conminadas a

responder a viejos odios insepultos, y sin saber cómo, sin saber por

qué, sin el menor beneficio, se dejaron arrastrar por el increíble poder

de la retórica facciosa que los bombardeaba desde las tribunas, desde

los púlpitos y desde los grandes medios de comunicación, y la

carnicería comenzó. Entre 1945 y 1965 Colombia vivió una verdadera

orgía de sangre que marcó desalentadoramente su futuro. Más

asombroso aún es que quienes precipitaron al país en ese horror sean

los mismos que siguen dirigiéndolo, aquellos cuyo discurso es el único

que impera en la sociedad, aquellos que se resisten a entender que si

bien se han enriquecido hasta lo indecible, han fracasado ante la

historia; que tuvieron el país en sus manos durante más de un siglo y

que el resultado de su manera de pensar y de obrar es esto que

tenemos ante nosotros: violencia, caos, corrupción, inseguridad,

cobardía, miseria y la desdicha de millones de seres humanos.

Afortunadamente ya no es necesario agotarse en argumentos para

demostrar el fracaso de los dos partidos y de sus élites: basta mostrar

el país que tenemos.

Alguna vez, con triste ironía, el historiador inglés Eric Hobsbawm

escribió que la presencia de hombres armados forma parte natural del

82

paisaje colombiano, como las colinas y los ríos. Es difícil, ciertamente,

encontrar épocas de la historia en que nuestros campos no hayan sido

escenario de hombres en armas, y el mismo Hobsbawm ha dicho que la

Violencia colombiana de los años cincuenta representó una de las

mayores movilizaciones de civiles armados del hemisferio occidental en

el siglo XX. Las huestes de los revolucionarios mexicanos recorrieron

su país luchando por la Tierra y la Libertad que les predicaba Emiliano

Zapata. Es triste comprobar que los hombres en armas de mediados de

siglo en Colombia no luchaban por ninguna reivindicación popular, sino

instigados por poderes que siempre los habían despreciado, y cuando

empezaron a luchar por algo propio, fue por espíritu de venganza, para

cobrarse las injurias que esa misma guerra les había hecho. El gobierno

conservador había politizado la policía, había soltado la siniestra

"chulavita" a hostilizar liberales. Éstos a su vez reaccionaron

armándose, y empezaron a ver en todo conservador un enemigo. La

causa de aquello estaba en el poder y en los predicadores del odio,

pero muy pronto cada quien tuvo argumentos propios para proseguir la

retaliación. Para las cadenas del rencor basta con comenzar, todo lo

demás se dará por su propio impulso. Diez años después de aquellas

primeras hostilidades y agresiones, la Violencia ya se había fabricado

sus propios monstruos, y un clima generalizado de terror y de

impunidad daba los frutos más demenciales. Los nombres de Chispas,

de Desquite, de Tarzán, del Capitán Veneno, de Sangré negra, todavía

nos congelan la sangre, y sólo muy recientemente las sierras eléctricas

de Trujillo han venido a igualar las cumbres de horror y de depravación

humana que se vivieron entonces en Colombia.

Siempre nos dijeron que la Violencia de los años cincuenta fue una

violencia entre liberales y conservadores. Eso no es cierto. Fue una

83

violencia entre liberales pobres y conservadores pobres, mientras los

ricos y los poderosos de ambos partidos los azuzaban y financiaban su

rencor, dando muestras de una irresponsabilidad social infinita. La

Violencia no podía ser una iniciativa popular, pues no iba dirigida contra

quienes se lucraron siempre del pueblo. Era más bien la antigua historia

de los pobres matándose unos a otros con el discurso del patrón en los

labios. Una persistente y venenosa fuente de odio fluía de alguna parte

y alimentaba la miseria moral del país. Los dirigentes, esos que todavía

le dictan por la noche a la opinión pública lo que ésta responderá

mañana en las encuestas, simulaban no advertir cuál era la causa de

ese desangre generalizado, y sin dejar de predicar el odio al godo y al

rojo se quejaban del salvajismo del pueblo. La verdad es que bastó que

Alberto Lleras y Laureano Gómez se abrazaran y pactaran la alianza

para que la vasta Violencia colombiana dejara de ser un caos

generalizado y se redujera a la persecución final de unas bandas de

asesinos envilecidos. Ahora bien: si la Violencia había sido una guerra,

¿quién la ganó? Aparentemente nadie. Pero si juzgamos por la

siguiente fase del drama, el resultado es indudable: sobre 300 mil

campesinos muertos, el bipartidismo había triunfado.

Como ocurre al final de todas las guerras, sobre los campos todavía

humeantes de la Violencia se firmó un pacto, y ese pacto fue el llamado

Frente Nacional, por el cual los dos partidos irreconciliables se

convertían en uno solo con dos colores y la misma ideología, y se

repartían el poder durante 20 años. En nombre del bipartidismo el

pueblo se había hecho la guerra a sí mismo: ahora se sucederían en el

poder precisamente los representantes de la vieja clase dirigente que

había sido la principal promotora de la violencia. Así se consumó la

tercera fase de aquella implacable contrarrevolución. El liberalismo y el

84

conservatismo no tendrían problemas para compartir el poder, y las

reformas que Gaitán había prometido podían posponerse hasta el fin

del mundo. Después de una guerra y de 300 mil muertos, Colombia

debía seguir siendo el país inauténtico, mezquino, anti popular y

excluyente que era 20 años atrás, y la clase dirigente amenazada por el

gaitanismo se había salvado.

El país que surgía de aquella catástrofe no era sin embargo el mismo.

Millones de campesinos expulsados por la Violencia llegaban a las

ciudades buscando escapar al terror y a la ruina. Lo que Gaitán había

procurado impedir se cumplía ante la indiferencia de los poderosos y la

frialdad de los eruditos. Había cambiado el cuadro de la propiedad

sobre la tierra, los terratenientes habían pescado en río revuelto, se

habían invertido los índices de población urbana y de población

campesina, las ciudades crecían inconteniblemente, Colombia tenía

muchos menos propietarios que antes, y un oscuro porvenir de miseria

y de desempleo se cernía sobre las nuevas muchedumbres urbanas.

En ese panorama el Frente Nacional mostró al país sus innovaciones.

Como si el peligro para Colombia no fueran los partidos tradicionales

que la habían desangrado, y blandiendo abiertamente la amenaza de

un posible retorno de la Violencia que sólo ellos podían provocar,

repartió el poder entre liberales y conservadores y prohibió en el marco

legal toda oposición política. Confirmó al Estado, previsiblemente, como

un instrumento para garantizar privilegios; sólo permitió la iniciativa

económica en el ámbito de las clases, familias y empresas

tradicionalmente emparentadas con el poder, y cerró las posibilidades

de acceso a la riqueza a las clases medias emprendedoras,

persistiendo en la política de negar el crédito y la capitalización a las

clases humildes. Finalmente, fue incapaz de garantizar fuentes de

85

trabajo para las multitudes que seguían llegando a los grandes centros

urbanos, les cerró a los pobres la posibilidad de acceso a niveles

mínimos de vida y condiciones mínimas de dignidad, permitió el

crecimiento y la proliferación de cinturones de miseria alrededor de las

ciudades, y persistió en la vieja actitud señorial de no considerar que el

Estado tuviera deberes frente a los pobres, de modo que le bastó con

estimular campañas privadas de caridad. Nadie podía advertir entonces

que en el auge de campañas como El Minuto de Dios, las granjas de

beneficencia y las "teletones", con enorme despliegue y difusión, lo que

se ocultaba era la incapacidad o la indiferencia del Estado para cumplir

prioritarios deberes sociales, y su creciente hábito de dejar en manos

de los particulares no la solución, sino el esfuerzo por mitigar los

dramas de la pobreza y del desorden social.

Todo lo que somos socialmente desde entonces es fruto del Frente

Nacional. Los sectores sensibles lo deploraron en su hora como una

gran derrota. Un sector del liberalismo, el MRL, lo combatió

vigorosamente, lo mismo que el movimiento literario de los Nadaístas.

Hay páginas memorables de Gonzalo Arango en las que cuenta que el

Nadaísmo existió porque había muerto Gaitán, que un movimiento

rebelde y excéntrico como el Nadaísmo había sido necesario porque se

había destruido la esperanza de un pueblo, y que si Gaitán hubiera

triunfado los Nadaístas habrían sido jóvenes normales dedicados a

construir a su lado un gran país. Pero en su momento los colombianos

no advirtieron el terrible mal que representaba para Colombia el pacto

aristocrático, por el cual se sepultaba de un modo oficial el derecho

popular a expresarse políticamente. Ahora nos resulta increíble que se

pudiera hablar de democracia mientras se prohibía expresamente la

existencia de partidos políticos distintos de los oficiales. Mientras se

86

condenaba al país a un bipartidismo que además era puramente

aparente, pues desde hacía mucho tiempo las palabras liberal y

conservador habían perdido en Colombia todo contenido programático,

toda huella de un pensamiento o de una idea, y se habían envilecido

hasta ser tan sólo dos maneras hereditarias de odiar a los semejantes.

Después de la revolución cubana, la política hemisférica exigió que los

ejércitos de América Latina cambiaran sus prioridades de defensa de

las fronteras por lo que llamaron "seguridad interna". Así se

institucionalizó uno de los fenómenos más aberrantes del siglo. Cuando

nuestros países requerían acceder a la democracia real y madurar

políticamente, una teoría perversa según la cual los latinoamericanos

no estábamos maduros para la democracia, culpablemente apoyada

por los gobiernos norteamericanos, permitió que la América Latina

viviera una de sus épocas más sombrías. Una progresión de dictaduras

militares anti populares se abrió camino para garantizar en el continente

la aplicación de las políticas económicas y acallar los reclamos de

justicia social y el libre ejercicio de la oposición, sin la cual la

democracia es inconcebible. Curiosamente, Colombia había vivido el

fenómeno de una dictadura militar casi accidental que, impuesta a

mediados de los años cincuenta por una coalición de los partidos

tradicionales como una suerte de ensayo de lo que sería el Frente

Nacional, se fue desviando de su propósito inicial cuando el dictador,

general Gustavo Rojas Pinilla, comprendió que el Estado, hecho para

defender determinados privilegios desde siempre, podía servir a otros

fines. Allí se dio una curiosa amalgama de obras benéficas para el

pueblo y aprovechamiento del poder para beneficio propio que, por

supuesto, provocó una rápida reacción de la clase política que había

sido la inspiradora del experimento. No sobra recordar que las

87

principales obras de modernización que emprendió Colombia a

mediados de siglo fueron fruto de esa pauta casi involuntaria en la

mezquina dominación de las élites, y que en una atmósfera tan

enrarecida por el egoísmo de los poderosos ni siquiera el ejército

resultó un aliado seguro. A tal punto el general se les salió de las

manos, que diez años después fue el protagonista de una aventura

electoral que puso en peligro la dominación bipartidista, y obligó al

democrático gobierno del Frente Nacional a modificar a última hora los

resultados electorales, con cifras llegadas de remotas provincias.

También en tiempos de Gaitán se había dado el fenómeno de que la

policía, compuesta por gentes del pueblo, terminara volviéndose

gaitanista, para desconsuelo de los dueños del poder. Estas

experiencias despertaron una gran desconfianza de los poderosos en la

iniciativa de sus fuerzas armadas, y con gran inteligencia se procuró

que los jefes militares amasaran grandes fortunas, manejaran inmensos

presupuestos, tuvieran el control de la ciudadanía y aun de la justicia, y

gozaran de excesivos privilegios, pero no se les soltó el timón del

Estado ni siquiera en los tiempos en que Colombia era una de las

poquísimas barcas con apariencia democrática en un océano de sables.

Esos 20 años de Frente Nacional trajeron algunos de los males

mayores de la sociedad colombiana actual, males que se sumaron a los

muchos que ya arrastrábamos desde los viejos tiempos, para conformar

el cuadro de impotencia y de desesperación que ahora tenemos ante

los ojos. Como se prohibió toda oposición legal, cosa que sólo puede

ocurrir en las dictaduras más cerriles, surgió y se fortaleció la oposición

ilegal, la oposición armada, que ha crecido hasta ser dueña de la mitad

del país. Durante mucho tiempo los ideólogos del poder explicaron la

existencia de las guerrillas como un producto de la infiltración de

88

ideologías foráneas, en particular del movimiento comunista

internacional. Lo explicaban así a pesar de saber que en Colombia,

como lo ha dicho Hobsbawm, siempre hubo en los campos hombres en

armas y es una tradición la práctica de la rebelión focalizada en

pequeña escala y el bandidaje rural. Pero muchas de las guerrillas

colombianas no fueron en rigor comunistas, o sólo se revistieron de ese

ropaje mientras duró el auge mundial de aquella ideología, y en cambio

todos hemos podido comprobar que el acallamiento del discurso

castrista y la caída abrumadora de la Unión Soviética y la gradual

incorporación de la China a la economía de mercado no sólo no

precipitaron el fin de la guerrilla colombiana sino que fueron simultáneos

con su auge inusitado en nuestro territorio. A pesar de su bandidaje y

de su falta de comunicación con la sociedad, la guerrilla no es un caso

de policía, no es un problema militar sino un problema político y por ello

salta a la vista que cuanto más se la combate y cuanto más se invierte

dinero en recursos militares contra ella, más fuerte se hace. ¿Quién

ignora que el campo colombiano está arruinado? ¿Que el país no les

ofrece ninguna alternativa, ningún futuro, a los habitantes del campo?

¿Con qué cara nos viene a decir este Estado que los campesinos no

tienen motivos para rebelarse, cuando hasta los profesionales en

Colombia tienen que meterse a taxistas, y todo reclamo, por justo que

sea, está prohibido en la práctica? Prohibamos en Francia los reclamos

de la ciudadanía, el derecho a la indignación, y el derecho soberano de

los trabajadores franceses a hacer temblar a sus instituciones, y no sólo

harán guerrillas sino otra Revolución Corta cabezas, porque en Francia

sí saben que ser ciudadano es fundamentalmente no dejarse pisotear

de nadie, y menos si es uno el que les paga el sueldo. Yo sostengo que

es el Estado colombiano imperante, con su ineficiencia y su irrespeto

por los reclamos de la ciudadanía, el que fuerza a los campesinos a

89

adherir a esos movimientos armados que no tienen ningún futuro, pero

que por lo menos tienen presente.

Frente Nacional cerró además el acceso a la riqueza para las clases

medias emprendedoras, y éstas se vieron empujadas por ello hacia

actividades ilícitas como el contrabando y el narcotráfico, ya que si una

sociedad niega las posibilidades legales en el marco de la democracia

económica, quienes aspiran a la riqueza sólo tienen el camino de la

ilegalidad. Cierto rey babilónico, en un relato de Voltaire, consulta

desesperado al oráculo porque su hija la princesa se ha fugado con un

vagabundo, y el oráculo le responde con estas palabras: "Cuando uno

no casa a las muchachas, majestad, las muchachas se casan solas".

Fue esto lo que ocurrió en Colombia desde comienzos de los años

setenta. La vieja ideología señorial había impuesto aquí la absurda

lógica de que cualquier concesión a los pobres es un escándalo. Para

ser rico, la única condición era haber tenido la precaución de serlo

desde la cuna, y todo lo demás era pretensión descabellada y ridícula.

Ello es aún más extraño si pensamos que nuestra clase dirigente, por

una voltereta tramposa, abandonó la vieja teoría medieval de la nobleza

de sangre y fingió adoptar los principios de la democracia liberal

debidos a la Revolución francesa. Todo ello era muy bien visto en la

letra, pero que la servidumbre no buscara propasarse, ni intentar

escenas bochornosas. Es muy difícil sostener una sociedad señorial,

racista, excluyente y mezquina, en la que sobreviven términos como

"gente bien", "gente de buena familia", y al mismo tiempo barnizarla con

un discurso liberal aureolado por la pretensión de que todos son iguales

ante la ley y viven bajo el imperio de la Declaración de los Derechos del

Hombre y del Ciudadano. La gente terminará creyendo que de verdad

tiene derechos y hasta puede intentar hacerlos valer. Y ello se agrava si

90

el modelo económico expone a las gentes al discurso de las metrópolis,

pues lentamente empezarán a percibir que el modelo que se les predica

se parece muy poco al que se les ofrece.

Allá al norte estaban los Estados Unidos, con su respeto por el

ciudadano, su igualdad de derechos, sus salarios decentes, sus

oportunidades de empleo y consumo; y aquí vivíamos en una

disparatada sociedad de consumo en la cual hasta las clases medias

tenían que pensarlo muchas veces para comprar lo que veían en las

vitrinas. Se puede jugar así con la gente, pero no con toda. Tarde o

temprano alguien sentirá que le están haciendo trampa en el juego y

descubrirá que él también puede hacer trampa. Ya se sabe que la única

pedagogía es la pedagogía del ejemplo, y un Estado no puede exigir

que se respete la ley si él mismo no la respeta. Gobernar en función de

unos cuantos privilegiados, saquear el tesoro público, abusar de la

autoridad, es violar la ley de manera grave, y puede generar en la

conciencia de algunos la sensación de que si los encargados de

aplicarla violan la ley, no puede ser tan grave que la violen los

particulares. Pero se da además el caso de que el discurso público de

la sociedad industrial, es decir, la publicidad, pregona en todos los

tonos posibles que la única condición digna de admiración y de respeto

es la riqueza. Los mensajes de autos y perfumes y cigarrillos y tarjetas

de crédito exhiben esa refinada vulgaridad como la condición necesaria

de todo éxito y de toda felicidad. Y el pobre espectador descubre que le

están vendiendo el suplicio de Tántalo; que, ávido por ser rico para

obedecer las órdenes melodiosas de los medios y para merecer el

respeto de su condición humana, la sociedad no se lo permite porque

está organizada para impedir toda promoción, para perpetuar a los ricos

en su riqueza y dejar que los pobres se mueran a las puertas de los

91

hospitales. Y descubre además que los únicos en el vasto mundo que

parecen tener la obligación de mostrarse ejemplares y virtuosos son los

que están condenados a vivir en las sentinas, a padecer como buenos

pobres los laberintos de la burocracia y los tacones de la ley en la nuca.

Realmente no se me hace extraño que en una situación como esa,

algún hombre sea víctima de malos pensamientos y empiece a

fantasear con fortunas menos virtuosas pero más posibles.

Si el Estado no le brinda garantías al ciudadano, ¿cómo puede

reprocharle que recurra a métodos irregulares para garantizar la

subsistencia? El Frente Nacional excluyó a las gentes humildes, y

hemos visto crecer de un modo colosal la miseria material y moral del

país. Cuando el Estado se esfuerza por hacer cosas en beneficio de los

pobres, todo lo hace de un modo limosnero y exterior, porque los

pobres no están representados en el Estado, y éste procura malamente

mitigar las condiciones de pobreza, pero no es una instancia

comprometida con soluciones reales para esa población. Y no se trata

de una minoría importante: se trata, según dicen las cifras, de la mitad

de la población nacional. Uno se pregunta: ¿En función de quién

gobierna el Estado si su primera prioridad no es el problema de la

pobreza, a través de la cual la sociedad entera se ha precipitado en el

caos? De esa gigantesca masa de seres humanos desterrados,

excluidos, de esa infrahumanidad, muchos se han visto forzados a la

delincuencia. Hoy la principal fuente de delitos en la sociedad

colombiana es la delincuencia común; no la delincuencia guerrillera ni la

delincuencia del narcotráfico sino la delincuencia común, hija de la

ignorancia, del resentimiento, de la pobreza, de las condiciones

infrahumanas de vida y, por supuesto, fortalecida y perpetuada por la

impunidad.

92

Aún sin realizar los cambios que Colombia requiere con urgencia para

llegar a ser el país digno que queremos, aún sin esa gran revolución de

la dignidad, contra la miseria y contra la exclusión, sería un avance que

el Estado curara las tres gravísimas heridas que le infligió a la sociedad

con el esquema del Frente Nacional: la prohibición de una oposición

legal, la falta de democracia económica, la falta de un verdadero

compromiso con las clases más pobres. Sólo una oposición legal

verdaderamente actuante y eficaz puede hacer inútil e injustificada la

dañina oposición armada, con su capacidad de extorsión y de

terrorismo. Sólo el acceso a la iniciativa económica y a la promoción

social puede permitir que se supere la terrible situación de las clases

medias, día a día forzadas a persistir en la nada fácil acumulación de

riquezas ilegales. Sólo una política encaminada a la capitalización de

los pobres, a garantizarles condiciones de dignidad y niveles decorosos

de vida, sólo su acceso a una relación viva con el lenguaje y la cultura,

puede disminuir considerablemente los niveles de criminalidad y de

delincuencia común en Colombia. La guerrilla, el narcotráfico y la

delincuencia común no pueden ser conjurados con meras soluciones

policivas, su desaparición no depende de una costosísima política de

guerra. La guerra puede servir para justificar presupuestos gigantescos,

pero no para alcanzar la reconciliación ni la superación efectiva de esos

conflictos. El caso de la sociedad colombiana en los últimos 50 años es

el caso de un Estado criminal que criminalizó al país.

Porque la consecuencia principal del Frente Nacional es que, abolida

toda oposición, toda vigilancia ciudadana, el Estado se convirtió en un

nido de corrupciones, en una madriguera de apetitos sin control entre

dos partidos cómplices que no admitieron fiscalización alguna. Por un

93

camino muy distinto, curiosamente, México llegó a una situación

semejante. Así como allá la existencia de un solo partido, sin oposición

posible, fue corrompiendo al Estado hasta convertirlo en un nido de

burócratas sin entrañas y de ambiciosos sin escrúpulos, así también

nuestra dictadura de un solo partido (con dos cabezas y con dos

colores) convirtió al Estado en una eficiente mole de corrupción,

continuamente enfrentada consigo misma, a la que ningún presupuesto

le alcanza, donde cada pequeño funcionario manipula la ley a su antojo

con toda impunidad, y donde una vasta red de compadres y amigos

parásita del caos y exprime a todo el que cae en sus manos. Desde las

más altas hasta las más bajas esferas el tráfico de influencias es la

norma.

Ahora bien, ¿puede esta larga enumeración de causas explicar por qué

nuestra sociedad es incapaz de reaccionar y de modificar una situación

que se ha vuelto intolerable? "Ser maltratado no es un mérito", dijo

Bernard Shaw a un visitante que le enumeraba sus males. He referido

los precedentes de nuestra situación, pero el propósito de estas

páginas es pensar en el porvenir y atrever reflexiones sobre la Nueva

República, como la llamaba Gaitán, que estamos en el deber de

construir. Una república capaz de superar una larga historia de

negligencias y de crímenes, capaz de ofrecer al mundo algo mejor que

un recurrente memorial de agravios. El Proyecto Nacional tantas veces

postergado tiene que volver a alzarse, hasta que la cordura y la nobleza

de corazón se impongan en el mismo escenario donde hoy persisten los

negadores del país y los destructores de su esperanza. "Todo recuerdo

es triste y todo presentimiento es alegre", dijo Novalis. El más inmediato

deber de Colombia es presentir ese futuro y adueñarse de él con pasión

y con convicción. Las viejas castas dominantes se han destituido a sí

94

mismas, se han hecho indignas de respeto y no creo que merezcan un

lugar en la historia. Es hora de que nos preguntemos cuál es nuestro

lugar, cuál es nuestro papel y nuestro destino.

En todo este tiempo se han visto crecer la pasividad ciudadana, la

indiferencia y el miedo. Pero en los últimos 50 años también se vieron

grandes procesos de iniciativa social, de lucha por los derechos de la

comunidad, expresiones orgullosas y dignas. ¿Qué fue del movimiento

sindical colombiano? ¿Qué fue de los valerosos reclamos de los

campesinos? ¿Qué fue de las movilizaciones de los estudiantes?

Estremece pensar que mientras en todo país democrático el derecho al

reclamo, la indignación, y la resistencia a la opresión son pilares de la

vida social, aquí toda indignación popular es causa de feroces

persecuciones. Impedido en la práctica el acceso legal a la riqueza,

todo enriquecimiento es ilícito, así como toda resistencia y todo reclamo

son automáticamente ilegales. Estamos hablando de tiempos innobles.

Una cosa es lanzarse a las calles, como en Francia, sabiendo que el

Estado respeta a la población y responde por su legitimidad, sabiendo

que si la fuerza oficial fuera utilizada ilegalmente contra el pueblo sería

severamente sancionada, y otra salir a las calles a reclamar sabiendo

que después de las marchas pacíficas, cuando los manifestantes

dispersos vuelven solos a sus hogares, hay desapariciones silenciosas

y ejecuciones anónimas.

Un pueblo incapaz de darle la cara a los males se merece su postración

y su angustia. Pero cuando uno se pregunta dónde están los que

protestaron, los que se rebelaron, los que exigieron, los que se creyeron

con derecho a reclamar un país más justo, más respetuoso, el

pensamiento se ensombrece. Los héroes están en los cementerios, nos

95

dice una voz al oído. Y entonces recordamos aquella pieza teatral en la

que un personaje exclama: "¡Desgraciado el país que no tiene héroes!",

y otro le responde: "¡No, desgraciado el país que los necesita!".

Colombia ha tenido ya muchos héroes, pero lo triste es que los

necesita, porque siendo evidente la injusticia, siendo evidente el

monstruoso contraste entre los que tienen mucho y los que no tienen

nada, siendo evidentes la corrupción y el delito, el increíble exterminio

de todo un partido político de oposición, las calles populosas de

indigentes que bandas de muchachos ricos salen a asesinar en la

noche, siendo evidente el abandono de los campos, la quiebra de las

empresas nacionales en nombre de la modernización, siendo evidente

que la mitad del país no parece merecer respeto ni futuro, decirlo es

ilegal y combatirlo puede ser mortal. Los dueños del poder en Colombia

parecen dispuestos a sacrificar lo que sea con tal de conservar sus

privilegios. No les tembló la mano para hacer que el viejo país

campesino se desgarrara a sí mismo en un conflicto que ellos habrían

podido impedir con un poco de conciencia patriótica, de generosidad y

de previsión. El surgimiento de las guerrillas comunistas a comienzos

de los años sesenta los hizo pensar que cualquier concesión significaría

sacrificar sus riquezas, y la guerra a muerte contra la izquierda

revolucionaria fue desde entonces la única consigna de los gobiernos y

de los orientadores de la opinión pública. La ideología comunista puso a

toda una generación de jóvenes a pensar que se trataba de derribar

violentamente a las élites para transformar a la sociedad en una

dictadura a la manera soviética o cubana, y subordinó los esfuerzos de

transformación de la sociedad a la repetición de esas fórmulas con las

cuales la sociedad rusa pasó de la autocracia zarista a la dictadura

estatista de José Stalin. Ello impidió que nuestro país pudiera seguir el

96

camino que le había trazado sabiamente Gaitán, la búsqueda de un

destino propio que consultara su naturaleza, su singularidad, su riqueza

de matices y de culturas. Las sectas comunistas se alimentaron aquí de

la vieja tradición escolástica, parasitaria, dependiente, y también

cuando buscaba soluciones a su drama Colombia persistió en el culto

dogmático de modelos ilustres y de fórmulas prestadas.

Es innegable nuestra pertenencia al orden mental europeo. Un país

cuya lengua es hija del latín y del griego; que ha profesado por siglos

una religión de origen hebreo, griego y romano; que se ha propuesto el

modelo democrático debido a la Revolución francesa y que se reclama

defensor de la Declaración de los Derechos del Hombre; una sociedad

que se ha formado instituciones siguiendo el modelo liberal europeo, no

puede pretender encontrar soluciones ignorando esa tradición. La

democracia sigue siendo para nosotros una promesa y aún

necesitamos en Colombia una crítica lúcida, vigorosa, implacable, de

las iniquidades del poder imperante, como la que emprendió Voltaire en

su día, y una propuesta seria de sensatez, de lógica, de generosidad y

de valor civil. Lo que requerimos es comprender que una cosa es ser

hijos de Europa y otra confundirnos con ella, cuando pertenecemos a

un territorio tan distinto, cuando les debemos respeto profundo a los

viejos padres que poblaron este territorio por siglos y de los cuales

también descendemos, cuando sabemos que la diversidad de nuestra

composición natural, étnica y cultural es un privilegio, y no permite la

arbitraria imposición de un solo modelo, de una sola verdad, de una

sola estética. Ningún país podrá construir jamás un orden social justo y

equilibrado si no es capaz de reconocerse a sí mismo y de diseñar su

proyecto económico, político y cultural a partir de esa conciencia de sus

posibilidades y sus limitaciones.

97

Un chiste común dice que en Colombia los ricos quieren ser ingleses,

los intelectuales quieren ser franceses, la clase media quiere ser

norteamericana y los pobres quieren ser mexicanos. Después de siglos

de un esfuerzo vergonzoso y esnob por fingir ser lo que no somos, es

urgente descubrir qué es Colombia; que surja entre nosotros un

pensamiento, una interpretación de nosotros mismos, una alternativa de

orden social, de desarrollo, un sueño que se parezca a lo que somos. El

principal enemigo de ese sueño es el paradójico clamor de los

defensores del caos existente que pretenden negar el charco de sangre

en que vivimos y el absoluto fracaso de este modelo en su deber de

brindar, ya que no felicidad, siquiera mínima dignidad a la población.

Esos incomprensibles que editorial tras editorial nos muestran cuatro

cifras abstractas de prosperidad para demostrarnos que vivimos en el

paraíso. ¿Quién negará que muchos viven en condiciones de opulencia

difíciles de imaginar? ¿Quién negará que los que se esfuerzan por

acallar la insatisfacción y la indignación de los colombianos

conscientes, tienen razones sobradas para defender lo que existe? Si

algo no podemos proponernos es convencer a tres millones de

personas que viven espléndidamente de que el país está mal. Muros

fortificados y puertas con claves electrónicas y ejércitos privados de

guardianes y de mastines casi los autorizan a decir que este es un país

seguro. Y tampoco podemos hacer que los cinco millones que se

desvelan luchando por acceder a ese círculo exquisito acepten que el

modelo social excluyente ha fracasado, aunque cada día sientan más

cerca las lenguas del caos. Altos ingresos y cartas de crédito y clubes y

lujosos centros comerciales donde se puede vivir por un rato como en

Nueva York, y a donde no llega todavía la violencia de los miserables y

la brutalidad de las mafias les garantizan la conveniencia del modelo.

98

No se preguntan por qué las gentes acomodadas de otros países no

tienen que conformarse con pequeños guetos residenciales y

comerciales sino que pueden andar por sus ciudades y por sus campos

disfrutando plenamente del mundo. Se han resignado a vivir tras los

muros y no ignoran que algo está podrido en el mundo que tan

celosamente defienden.

Pero gradualmente el país se ha hecho inhóspito y difícil aun para los

que siempre se lucraron de él; la postergación de las reformas y la

renuncia al Proyecto Nacional han vulnerado tanto a la población, que

ya hasta los dueños del poder se quejan del país que hicieron. Existen

hoy en el territorio más de 400 personas secuestradas, y los

presentadores de noticias nos despiertan en las mañanas a la pesadilla

de recordar que vivimos en un país sitiado por guerrilleros,

narcotraficantes, paramilitares, autodefensas, milicias populares y

delincuentes comunes. Los dueños del país tienen que sentir alarma

ante esto que no han sabido evitar con su poder. Esos millones y

millones de pesos que nunca fueron capaces de invertir en evitar los

males de la pobreza, los tienen que gastar en armas para reprimir a los

hijos del resentimiento y de la miseria. Como es su costumbre, olvidan

que ellos tuvieron siempre el derecho y el poder de hacer y deshacer a

su antojo, y acusan al pueblo de ser el causante del caos. Leemos en

los grandes diarios, cuyo esfuerzo persistente por disimular el horror y

cuya renuncia culpable a ser la conciencia crítica de la sociedad han

sido por décadas el sedante de la opinión pública, que el país ha

perdido sus valores, que se han deteriorado la moral y las buenas

costumbres. Pero, como decía Bernard Shaw, hay momentos en que el

pueblo no necesita más moral sino más dinero. Tener con qué comer

no garantiza que alguien se porte bien, pero no tenerlo francamente

99

exige que uno se porte mal. Los responsables del drama empiezan a

exigir que sean las víctimas quienes arreglen lo que la codicia ha

dañado, exactamente a la manera como ahora los fabricantes de

basuras no biodegradables proponen que en vez de ellos detener la

producción, los pueblos realicen periódicas cruzadas de limpieza por

campos, playas y ríos del planeta. La vieja estrategia consiste en

privatizar bien las ganancias, y socializar vastamente las pérdidas.

A veces admiten que las cosas están mal, pero inmediatamente les

indigna que se pretenda buscar responsables. ¿Por qué buscar un

culpable?, se preguntan. ¿Por qué no asumir que la historia nos ha

traído a esto y que ahora lo tenemos que resolver entre todos? La

verdad es que la corrección de los males exige descubrir dónde están

las causas, ya que todo proyecto histórico que pretenda erradicar los

males sin conocer su fuente está condenado al fracaso. Nuestro

insensato modelo mental es en eso de una siniestra comicidad. El mejor

crítico de ese modelo, Estanislao Zuleta, solía decir que no hay que

confundir las causas de las cosas con las condiciones que las hacen

posibles. "Por ejemplo -decía-, si a uno le cuentan que alguien se

suicidó arrojándose de un octavo piso, y le preguntan cuál fue la causa

de esa muerte, uno no responde que la ley de la gravedad". Pues bien,

en Colombia continuamente confundimos las causas de las cosas con

las condiciones que las hacen posibles. Si un par de sicarios asesina a

alguien desde una moto, al día siguiente prohibimos las motos. De la

misma manera, confundimos las causas con los efectos, creemos que

alterando los efectos corregimos las causas. La delincuencia común

generalizada es hija de la miseria y de la exclusión, pero siempre hay

alguien interesado en acabar con la delincuencia sin alterar para nada

esas condiciones de injusticia. El narcotráfico es fruto de una situación

100

en la cual el trabajo honrado no permite siquiera sobrevivir, mientras el

trabajo ilegal es pagado copiosamente por un imperio opulento.

Siempre hay alguien que quiere disipar el efecto sin modificar para nada

la causa. La proliferación de vendedores ambulantes es fruto de la falta

de alternativas formales de supervivencia. Siempre hay alguien que

cree que la solución es echarles la policía o encerrarlos en sótanos

donde no puedan competir. Y es tan grave la miseria mental de

algunos, que se llega a pensar seriamente que la causa de la pobreza

es que haya pobres, y que por lo tanto la solución es acabar con ellos,

eso sí, a medianoche y en la oscuridad.

Curiosamente, ahí sí hay culpables. Quienes se empeñan todo el día en

negar que la responsabilidad de los males sociales le pueda ser

imputada a los privilegiados (los únicos que tuvieron en sus manos la

posibilidad de humanizar un poco el modelo), siempre están dispuestos

a vociferar que la culpa de la pobreza está en los pobres, la culpa de la

delincuencia en los delincuentes y la culpa de los sicarios en las motos

que los llevan a cumplir sus crímenes. Y no aceptarán nunca que si una

sociedad tiene 35 millones de habitantes y toda su riqueza está en

manos de cinco, los otros 30 han sido expropiados. Está bien, así es la

vida. Pero si esos cinco que son dueños de todo no se esfuerzan por

garantizar que su sociedad sea mínimamente viable para los otros, y se

encierran en un egoísmo enfermizo y fascista, ¿con qué derecho

podrán protestar cuando les llegue el turno de ser expropiados, en la

hora inmisericorde de los resentidos y de sus machetes? Mi humilde

opinión, pero hay quienes aseguran que no es así, es que esa hora

espantosa está más cerca de lo que muchos imaginan, y que, como

diría Shakespeare, el egoísmo está afilando un cuchillo destinado a su

propio cuello. El mal está andando, nadie hace nada por detenerlo,

101

Colombia tiene cada año más crímenes que el anterior, más

secuestros, más extorsiones, más corrupción, más desigualdad, y las

voces oficiales parecen estar de acuerdo en que, si alguien está

insatisfecho, pues que se encargue de arreglar las cosas.

Tal vez tienen razón. Tal vez ha llegado el momento en que sean las

comunidades, y no los causantes del mal, quienes se apliquen a la

tarea de resolverlo. Incluso, tal vez ha llegado el momento en que, a

pesar de estos largos y necesarios análisis de las causas de nuestra

crisis, la sociedad deba asumirse como responsable de lo que ocurre y

emprender la tarea de cambiarlo. Hasta ahora, la aceptación de que

había una clase dirigente, conocedora de los rumbos de la nación,

capaz de diseñar las políticas económicas, los modelos de desarrollo,

los planes culturales, ha permitido que la sociedad se adormeciera en la

indiferencia o asumiera el papel igualmente lastimoso de reclamar

soluciones o recibir limosnas. Pero demostrado el catastrófico fracaso

de esas élites, de sus partidos y de sus discursos, ¿no debe la sociedad

asumir que su deber es dar soluciones en lugar de estar reclamándolas

o implorándolas? Cada ciudadano debe ser capaz de decirse a sí

mismo: "Lo que yo no resuelva, no tengo derecho a esperar que otro lo

resuelva por mí". Y asumir en consecuencia que el mero reclamo y la

mera petición son maneras tan sumisas de estar en el mundo como la

indiferencia o el silencio cobarde. ¿No estará llegando la hora de no

pedir ni esperar nada, de construir un modelo distinto? ¿No estará

empezando a tener su sentido y su función la propuesta de

desobediencia civil que Thoreau razonó hace un siglo y medio?

¿Supone esto abandonar al Estado en manos de los políticos corruptos,

la economía en manos del mercado mundial, las calles en manos del

hampa?

102

Ante esto hay varias alternativas. O uno acepta al Estado, cree en su

legitimidad, y en esa medida confía en él, respeta sus reglas, participa

en elecciones, sostiene en ese marco sus puntos de vista y lucha por

imponerlos; o uno no acepta la legitimidad del Estado, se organiza por

fuera de él o contra él, y lucha por la instauración de un Estado en el

que pueda creer y confiar; o uno no cree en la validez de ningún

Estado, y se organiza para sobrevivir en la selva del mundo sin dar por

supuesto un contrato social y unas normas de convivencia. Yo

sinceramente no creo que la sociedad colombiana pueda sobrevivir en

su diversidad y su complejidad, con expectativas de una vida digna, en

el ámbito del Estado actual, con sus supuestos mezquinos, su mole

burocrática, su legalismo irresponsable y su corrupción; y a la vez no

creo que podamos renunciar a la existencia de un Estado que

mínimamente reglamente la convivencia social y garantice condiciones

para la iniciativa privada, la regulación económica, la aplicación de la

ley, la primacía del interés común sobre los intereses privados, la

protección del ámbito inviolable de la libertad individual.

¿Qué hace que nuestra sociedad no reaccione? Tal vez lo mismo que

hizo que dos hombres del pueblo alzaran sus hachas contra Rafael

Uribe Uribe, que un hombre del pueblo asesinara a Jorge Eliécer

Gaitán, que durante la Violencia los pobres del partido azul fueran

enemigos de los pobres del partido rojo y se degollaran por el color del

pañuelo. Lo que nos paraliza es que en nuestra sociedad siempre

imperó un solo lenguaje, el que Gaitán intentó erradicar del alma del

pueblo, ese discurso excluyente y señorial que repite que unos cuantos

son legítimamente dueños y voceros del país, y que todos los demás

son la turba insignificante, la chusma. Es el discurso disociador que

103

excluye a todo lo que no forme parte del círculo de privilegios. El

discurso económico que pretende que la situación del país se mide por

las cifras de la inflación, del crecimiento económico, del producto

interno bruto o de la tasa de cambio, y no por las verdaderas

condiciones de vida de los individuos concretos. El discurso que sigue

sosteniendo, como durante los dos siglos previos, que los únicos

modelos válidos son los que nos dictan las metrópolis, y que no

tenemos derecho a proponer alternativas, porque nuestro deber es ser

dóciles réplicas de lo que inventan otros. Ese discurso ha remplazado la

realidad de hambre y de sangre por un espectro de cifras, sondeos y

promedios. Ese discurso se autoproclama feliz porque este fin de año

hubo 297 crímenes "y no 302 como el año pasado". Ese discurso nos

repite sin fin que vivimos en el mejor de los mundos, que Colombia es

una de las democracias más perfectas que existen. Ciertos periódicos

están concebidos para hacernos sentir que todo está bien, que la

economía es pujante, que el crecimiento económico fue considerable,

que las autoridades reportan normalidad, que Colombia es un país de

seres abnegados pero felices, que le hacen frente a la inexplicable

adversidad con optimismo y con fe en el futuro, y que en realidad

nuestros males consisten en que hay unos cuantos bandidos de los que

ya se encargará la policía. Se considera alarmismo decir que en Bogotá

la gente tiene miedo de subirse en los buses ante la posibilidad de un

atraco, que nadie quiere salir de noche a las calles porque la

ciudadanía perdió el derecho a los espacios públicos, que tener auto es

tan peligroso como andar a pie por los callejones, que todos los días

oímos historias de familias que han sido saqueadas y amordazadas por

el hampa en condiciones extremas de impunidad, que hay personas

trabajando turnos de 24 horas por el salario mínimo, que hay capitales

de departamento sin agua potable, que nadie se siente convocado por

104

un proyecto de sociedad, que los jóvenes se aturden por gozar el

presente sin preguntas y sin pensamientos porque nadie cree en el

futuro, salvo cuatro caballeros de industria y sus voceros en los medios

de comunicación. Éstos tienen que esforzarse por combinar la

información objetiva, a menudo escabrosa, con espectáculos

entretenidos que atenúen el efecto desolador del verdadero país que

nos cerca y para el que nadie parece tener soluciones; y hemos llegado

al extremo de que ver cosas alarmantes es pesimismo; el optimismo

consiste en decir por obligación que todo va bien e irá mejor, y

mencionar los males se ha vuelto más censurable que los males

mismos.

Es urgente decirle adiós en Colombia al doble partido liberal

conservador, cuyas dos cabezas siempre están en desacuerdo en las

minucias mezquinas del reparto y siempre de acuerdo en la lógica

general de la ambición y del saqueo. Después de haber arruinado al

país, siguen barajando los nombres de las mediocridades que nos

gobernarán en el próximo siglo. No construyeron una nación, una

industria, una cultura, un arte, una ciencia, una filosofía: hasta los bellos

ejemplos de su arquitectura los demolieron ellos mismos por codicia,

para vender los lotes al mejor postor; gastaron su momento histórico en

simulacros estériles y despreciaron todo lo grande que Colombia tenía

para ofrecerle al mundo. Nos convirtieron en un pobre país subalterno

de ganapanes y de imitadores, pero algo profundo y sagrado impidió

que ese proceso fuera completo: tal vez este territorio cuya riqueza

natural sigue pasmando a los visitantes, esta riqueza cultural criolla y

auténtica que cada vez se hace más importante y más vigorosa.

Debemos extraer nuestra poesía del futuro, pero sin olvidar que, como

dice García Márquez, y como pensaba Gaitán, uno no es de donde le

105

llegan las modas, sino de donde tiene sembradas las tumbas. Esas

generaciones colombianas que hicieron de éste un suelo mestizo y

mulato, un suelo criollo, donde debemos buscar nuestra manera de ser,

la cara de Colombia que el mundo aprenderá a respetar y a querer.

Pero ese país nuevo no es un mero sueño proyectado al inasible futuro

sino una realidad que se ha ido construyendo por años y años. Esa

Nueva República está viva en miles y miles de esfuerzos que

interpretan de otro modo el país, que abren canales de expresión para

la inmensa franja de colombianos excluidos por la miseria moral de las

clases dirigentes. Ninguno de los grandes sueños patrióticos, ninguno

de los componentes del presentido Proyecto Nacional podrá ser

olvidado por el país nuevo que nace sobre las ruinas del bipartidismo

faccioso y de su Estado delincuente.

Ahí están, vivas, 60 naciones indígenas con sus mitologías, sus

lenguas, sus filosofías trascendentales de respeto por la naturaleza y de

armonía con el universo natural, con sus músicas, sus danzas, sus

indumentarias, sus ornamentos, sus rituales, sus sabidurías

ancestrales, su medicina y su magia, sus artes y sus artesanías. Ahí

está la epopeya admirable de don Juan de Castellanos, quien nos narró

minuciosamente el proceso de la conquista de la Nueva Granada, una

obra llena de información sobre nuestros mayores de distintas razas y

culturas; una de las poquísimas obras poéticas de nuestra tradición que

nombra el territorio con admiración y con reverencia, una de las pocas

en que existen los pueblos nativos, con su complejidad, su violencia y

su heroísmo. Ahí está el ejemplo desafiante de la Expedición Botánica,

la memoria de sus naturalistas y sus pintores, lo mismo que un tramo

memorable de la Expedición de Aimé Bonpland y de Alexander Von

106

Humboldt. Ahí está el ejemplo de próceres como José María Carbonell,

que realmente creyeron en la posibilidad de una autonomía política y en

una independencia espiritual del poder opresivo de las metrópolis. Ahí

están los ejemplos de José Hilario López, de Tomás Cipriano de

Mosquera, y de todos aquellos, muchos pertenecientes a las clases

dirigentes tradicionales, que creyeron en el país y procuraron su

grandeza con verdadero amor por el territorio y verdadero respeto por

su gente. Ahí está el ejemplo de la Comisión Corográfica; el doble viaje

físico y literario de Jorge Isaacs descubriendo la riqueza y la belleza de

los trópicos americanos; el pensamiento de Rafael Uribe Uribe y los

viajes exploratorios de Rafael Reyes. Ahí está la sorprendente aventura

lingüística de Rufino José Cuervo y la notable labor crítica de

Baldomero Sanín Cano. Ahí están la saga fundadora de los

antioqueños, la saga de los ferrocarriles, el sueño de una economía

nacional que desde los años veinte nos propuso un destino distinto; la

aventura legendaria de la navegación por el Magdalena; la aventura

mental y verbal de José Eustasio Rivera explorando el Casanare y la

selva, y denunciando el infierno de las caucherías. Ahí está la obra de

Porfirio Barba Jacob, su vida de rebelde, de aventurero, de soñador, y

de hombre continental; el respetable proyecto liberal de Alfonso López

Pumarejo y su Revolución en Marcha; el ejemplo ciudadano, la

misteriosa elocuencia y el lúcido ideario político del más grande

dirigente del siglo, Jorge Eliécer Gaitán. Ahí están la combatividad y la

integridad de María Cano y de Ignacio Torres Giraldo; la lucha de los

mártires de las bananeras; la Biblioteca Aldeana de Daniel Samper

Ortega, y su generoso proyecto intelectual. Ahí está la obra lúcida,

original, audaz, y profundamente comprometida con el país, del maestro

Fernando González. Ahí está el ejemplo de los grandes líderes

populares del MRL, el ejemplo de Alfonso Barberena luchando en las

107

barriadas por las muchedumbres que llegaban huyendo de la Violencia.

Ahí está la obra de Gabriel García Márquez, que hizo que Colombia

ingresara en las letras universales; y ahí está la poesía edénica de

Aurelio Arturo. Ahí están los grandes movimientos obreros de los años

sesenta, el movimiento estético impulsado por Marta Traba, y el gran

esfuerzo intelectual impulsado por Jorge Gaitán Durán y la revista

<I>Mito<D>. Ahí está el ejemplo generoso de Camilo Torres Restrepo,

capaz de dar todo por sus convicciones. Ahí está el Nadaísmo,

expresión de la rebeldía juvenil en una década inolvidable, renovador

del lenguaje literario y conciencia crítica de su tiempo. Ahí esté el largo

y enriquecedor esfuerzo cultural de la revista <I>Eco<D> por mantener

vivos los vínculos entre nuestra cultura y la gran tradición occidental.

Ahí está el esfuerzo de Luis Carlos Galán por dignificar la política. Ahí

está la música popular de Carlos Vieco y de Tartarín Moreira, de

Guillermo Buitrago y de Lucho Bermúdez, de José A. Morales y de

Jorge Villamil, del inspirado maestro José Barros y de Carlos

Washington Andrade, de Crescencio Salcedo y de los juglares

vallenatos. Ahí está la intensa y paciente labor filosófica de Danilo Cruz

Vélez; y el genio reflexivo y la pedagogía estética de Estanislao Zuleta,

que abrió nuestro pensamiento a los horizontes de la modernidad.

Es grande el trabajo que se ha hecho y grande el que resta por hacer,

pero es posible que Colombia, sin saberlo muy bien, sin decírselo

siquiera a sí misma, haya emprendido hace ya tiempo la tarea de

propiciar una transformación que no pueda ser frustrada por las balas

de la codicia. Sus mayorías renunciaron hace mucho a la fe en los

líderes y en los partidos, pero importantes sectores de la población,

apartándose del mundillo prepotente y antinacional que nos gobernó, se

han dedicado a la labor fecunda y duradera de reconocerse en el país y

108

de construir un proyecto que no pueda ser socavado por la difamación

ni por el crimen. Ha venido creciendo una conciencia distinta que no

puede situarse ni acallarse, porque está en todas partes. Está en la

labor admirable y generosa de Gerardo Reichel-Dolmatoff, quien nos

reveló los mundos asombrosos de misterio y de sabiduría de los

pueblos indígenas a los que nuestra cultura oficial había considerado

siempre salvajes y primitivos. Está en la labor persistente de

antropólogos y sociólogos, de biólogos e ingenieros, de médicos e

investigadores que, como los miembros de la vieja Expedición Botánica,

no ignoran las implicaciones políticas de su labor, no ignoran que su

esfuerzo es parte de la búsqueda de un destino mejor para Colombia.

Está en la creciente labor de escritores y artistas, de filósofos y

psicólogos, de historiadores y arquitectos, de científicos y técnicos cuya

silenciosa rebelión está en la voluntad de construir un saber que se

deba a nosotros y que resuelva problemas de nuestra realidad. Al lado

del país de los privilegios, del Estado corrupto y de sus políticos, al lado

de las violencias guerrilleras y estatales, de la mafia y del hampa, al

lado de las torturas y las ejecuciones sumarias, de las masacres

políticas y de los cinismos electorales, ha ido creciendo ese otro país al

que ya no engañan los poderes económicos egoístas y sus voceros en

los medios de comunicación. De ese país indignado pero responsable y

creador, de ese país que no es noticia, debe salir el futuro que

Colombia merece.

Pero ese país en formación aún no está integrado en un Proyecto

Nacional. Sus esfuerzos crecieron aislados, y por eso la nación donde

se gesta la rebelión civilizadora, llamada a cambiar por fin los

protagonistas de la historia colombiana, todavía produce la sensación

de ser sólo un dilatado desastre en cine mudo. Todavía ese

109

pensamiento plural no se ha cohesionado en un lenguaje que nos

permita entrar en diálogo creador unos con otros. Aún impera el

lenguaje receloso, faccioso y excluyente que nos enseñaron, pero en

incontables ciudadanos existe ya la semilla de esa Nueva República,

unida en su complejidad étnica y cultural, y a la vez respetuosa de sus

diferencias. En la admirable literatura testimonial más reciente, después

de 50 años de silencio, gentes del pueblo que fueron protagonistas de

una historia tremenda han empezado a reconstruir su destino mediante

un lenguaje vivo y lleno de revelaciones. En lugar de pensar en

dominarlo y en administrarlo, muchos colombianos están interrogando y

pensando el país. Después de las valiosas Jornadas Regionales de

Cultura, el alegre esfuerzo de las comunidades permitió salvar otra

convocatoria cultural dignificadora y fecunda, el programa Crea, una

expedición por la cultura colombiana, sostenido a ciegas por varias

administraciones sin comprender muy bien su valor, y que vino a

sorprendernos con la riqueza, la diversidad y la vitalidad de nuestra

cultura presente. El nuevo país crece en la labor de industrias y

cooperativas regionales; de empresas solidarias; de movimientos

ecológicos; de medios alternativos; de eventos literarios, artísticos y

musicales de trascendencia mundial logrados gracias a la iniciativa

particular en varias ciudades; en la dignidad de una nueva generación

de periodistas responsables y valerosos; en creadores de música y

danza que se han inclinado sobre las fuentes de su propia cultura para

encontrar un lenguaje con el cual hablarle originalmente al mundo; en el

trabajo de grupos y personas comprometidos con el país, que no tienen

el menor afán por lanzarse a la conquista del poder, o que, habiendo

conocido las redes paralizantes de su enorme laberinto kafkiano, ya

saben cuán imposible es cambiar algo en la bruma pesadillesca de los

incisos y de los occisos.

110

Sólo tomando posesión de ese lenguaje, múltiple y cohesionador, que

le dé un nuevo sentido a la nación y a su historia, podremos llegar a

constituir un movimiento capaz, no de reclamar ni de pedir sino de

provocar los grandes cambios sociales que requiere el país y proponer

una vida viable en el ámbito de las posibilidades contemporáneas. Para

realizar una revolución que no pueda ser detenida y frustrada por las

balas, se requiere la unión de la inteligencia, la creatividad y la

solidaridad de millones de seres humanos, de los que ya saben que el

poder existente sólo busca un futuro para esa exigua minoría que se

avergüenza de sus compatriotas y que sistemáticamente los desprecia

y los excluye.

Un país formidable en recursos y capaz de grandes empresas está en

condiciones de nacer. Basta que los colombianos nos permitamos ser

conscientes de nuestra fuerza, ser los voceros orgullosos de nuestro

territorio, los defensores de nuestra naturaleza y los hijos perspicaces

de una historia que yace en el olvido. Hoy ya no se trata de alcanzar el

cielo sino de salir del infierno, de un infierno de intolerancia y de

desamparo circunscrito por la historia a la línea de nuestras fronteras.

Pero bastará dar ese paso inicial que nos arrebate al horror para que ya

sea posible soñar el país que Colombia, aleccionada por su historia,

puede llegar a ser. Tarde o temprano tendremos que pensar, no en una

economía aislada e independiente, cosa imposible, pero sí en una

economía cuya primera prioridad sea la gente colombiana.

Yo sueño un país que esté unido física y espiritualmente con los demás

países de la América del Sur. Que un grupo de jóvenes venezolanos o

colombianos pueda tomar el tren en Caracas o en Bogotá y viajar, si así

111

lo quieren, hasta los confines de Buenos Aires. En un mundo donde se

hacen autopistas de isla en isla, no ha de ser imposible tender ese

camino de unidad entre naciones hermanas. Yo sueño un país que

cuando hable de desarrollo hable de desarrollo para todos, y no a

expensas del planeta sino pensando también en el mundo que

habitarán las generaciones futuras; que cuando hable de industria

nacional sepa recordar, como Gaitán, que industria son por igual los

empresarios, los trabajadores y los consumidores. Yo sueño un país

consciente de sus tierras, de sus árboles, de sus mares y de sus

criaturas, donde hablar de economía sea hablar de cómo vive el último

de los hijos de la república. Yo sueño un país donde sea imposible que

haya gentes durmiendo bajo los puentes o comiendo basuras en las

calles. Yo sueño un país cuya moneda pueda mostrarse y negociarse

en cualquier lugar del planeta. Yo sueño un país que gane medallas en

los Juegos Olímpicos. Yo sueño un país de pueblos y ciudades

hermosos y dignos, donde los que tengan más sientan el orgullo y la

tranquilidad de saber que los otros viven dignamente. Yo sueño un país

inteligente, es decir, un país donde cada quien sepa que todos

necesitamos de todos, que la noche nos puede sorprender en cualquier

parte, que el carro se nos puede varar en las altas carreteras solitarias,

y que por ello es bueno que nos esforcemos por sembrar amistad y no

resentimiento. Yo sueño un país donde un indio pueda no sólo ser indio

con orgullo, sino que superando esta época en que se lo quiere educar

en los errores de la civilización europea aprendamos con respeto su

saber profundo de armonía con el cosmos y de conservación de la

naturaleza. Yo sueño un país donde tantos talentosos artistas, músicos

y danzantes, actores y poetas, pintores y contadores de historias, dejen

de ser figuras pintorescas y marginales, y se conviertan en voceros

orgullosos de una nación, en los creadores de sus tradiciones. Todo

112

eso sólo requiere la apasionada y festiva construcción de vínculos

sinceros y valerosos. Y hay una pregunta que nos está haciendo la

historia: ahora que el rojo y el azul han dejado de ser un camino,

¿dónde está la franja amarilla? (Ospina, 2003)

CAPITULO 3: SOCIOLOGÍA COLOMBIANA Y NUEVOS TEMAS DE DISCUSIÓN

Lección 11. La Sociología en Colombia

Se realizará un recuento de lo que ha sido el desarrollo de la Sociología como

carrera profesional en nuestro país. Se toman como documentos de base el

trabajo elaborado por Gabriel Restrepo en su texto “Sociología en el umbral de sus

años cincuenta” (Restrepo G. , 2009), publicado por el Departamento de

Sociología de la Facultad de Ciencias Humanas y el trabajo realizado por Gonzalo

Cataño en su texto denominado “La Sociología en Colombia: Balance Crítico”.

(Cataño, 1986).

La historia de la Sociología en Colombia siempre ha estado enmarcada en sus

relaciones con el Estado, debido a la marcada influencia que ha tenido el aparato

gubernamental en las decisiones de la Universidad Pública.

El desarrollo sociológico en Colombia se introduce debido a la reforma política

Planteada por el señor presidente Rafael Núñez (1823 - 1894), pues recomendó la

utilidad de su estudio en el país. En 1882 el día 10 de Diciembre, se realiza la

inauguración de la cátedra de sociología en la Facultad de Derecho de la Universidad

Nacional de Colombia, dictada por Salvador Camacho Roldan (1827 -1900).

La importancia histórica cobra sentido puesto que a partir de allí se empieza a

realizar el análisis sobre los problemas del Estado nacional. El siglo XIX en

Colombia se presentaba la disputa bipartidista entre los liberales y conservadores,

esa situación afirmó el desarrollo de la sociología para plantear nuevos aires

intelectuales en la época hasta la fundación de la Facultad de Sociología en la

Universidad Nacional de Colombia en 1959.

113

De acuerdo con el autor Gabriel Restrepo se pueden considerar cuatro etapas del

desarrollo de la Sociología.

La primera etapa está definida entre 1959 y 1966 y se caracterizó por albergar en

el departamento de Sociología de la Universidad Nacional profesores de distintas

creencias: Orlando Fals Borda, Camilo Torres, Darío Mesa, entre otros. En esta

etapa la Sociología se ocupó del estudio de algunos temas como las zonas de

violencia, la acción comunal, la reforma agraria, la pobreza urbana, la educación y

el trabajo. Todos estos temas se enmarcaron en lo que debería ser la

preocupación y respuesta del Estado. Algunos profesores, debido a la obstrucción

de verdaderos cambios sociales, optaron por caminos como la vía armada (Camilo

Torres) o la resistencia civil pacífica (Fals Borda y la Investigación Acción

Participativa). También se crearon las facultades de Sociología en la Universidad

Javeriana (Bogotá) y en la Pontificia Bolivariana (Medellín). En 1962, por iniciativa

de profesores de la Universidad Nacional, surge la Asociación Colombiana de

Sociología. Al mismo tiempo, la Facultad saca el primer posgrado de Sociología en

Colombia denominado Programa Latinoamericano de Sociología del Desarrollo

(Pledes).

La segunda etapa que va de 1966 a 1970 se enmarca en la elección de la

Sociología por el discurso del desarrollo, la dependencia y la planificación, a través

de sociólogos latinoamericanos como Jorge Graciarena y otros y la Maestría de

Estudios Graduados. La perspectiva fue más macro-sociológica centrándose en

las relaciones entre el mundo, el Estado y la Nación, muy influenciada por las tesis

de la Cepal. Sin embargo el desarrollo de este trabajo presentó muchos

obstáculos debido a la resistencia estudiantil, muy politizada en aquella época

especialmente por los sectores de la izquierda.

114

Entre 1971 y 1997 se configura la tercera etapa que puede dividirse en dos

momentos: el primero entre 1971 y 1984 y el segundo entre 1984 y 1997. El

primer momento se sitúa en la radicalización del país y la defensa de la

universidad pública especialmente por parte de profesores de Sociología y de

Ciencias Sociales. Durante este lapso la lucha estuvo dirigida a combatir el neo-

colonialismo cultural y por ello surgieron los estudios poscoloniales. Además, el

profesor de la UN, Darío Mesa propuso una tesis orientadora de la formación en

esta disciplina abogando por una Sociología científica, nacional y política basada

en los fundamentos teóricos y filosóficos, y desarrollada a través de una serie de

seminarios para la discusión de autores clásicos. Por otra parte, los temas

centrales del interés sociológico de este periodo fueron el estudio de la violencia,

la industria y el trabajo, la Sociología urbana, rural, política, de la ciencia y de la

cultura, influyendo en la creación posterior de la maestría y en la propuesta de

políticas públicas.

Entre 1984 y 1997 se suceden varios hechos históricos importantes y

determinantes para la Sociología en el contexto nacional: la apertura democrática

del gobierno de Belisario Betancourt; la Elección Popular de Alcaldes en 1986; la

Constitución de 1991; la Ley General de Educación en 1994; los planes decenales

de educación y cultura; y el movimiento por el desarrollo de la ciencia.

Por último, la cuarta etapa estaría ubicada desde 1998 hasta el presente y se

caracterizaría por la insatisfacción, por un lado, de las acciones provenientes del

Estado para generar cambios reales y soluciones a las problemáticas del país a

través de políticas económicas y sociales, y por otro, de la administración a través

de poderes neo-autoritarios o neo-regeneracionistas. En consecuencia, se insiste

en el debate académico y social en torno a nuevas políticas públicas para la

consolidación de opciones alternativas.

115

Es importante reconocer que esta profesión en Colombia ha tenido muchas

dificultades como lo dice Cataño en su escrito:

―Como grupo social especialmente sensible al estudio de los problemas

sociales, los sociólogos se apropian de las posiciones críticas y en no

pocas ocasiones entran en conflicto con los intereses de los sectores

privilegiados o con las políticas del Estado que los amparan. Surgen

entonces las frecuentes tensiones entre una disciplina que busca

afianzarse como ciencia y las demandas de las crisis sociales que

tratan de transformarla en un mero instrumento de los conflictos

políticos. Esta tensión, que acaso sea insoluble, ha acompañado los

frutos de la sociología nacional durante los últimos veinte años y ha

impuesto su marca en la imagen de la profesión sostenida por diversos

sectores de la opinión del país.‖ (Cataño, 1986).

Actualmente existen en el país 15 programas de Sociología, seis de ellos en la

Ciudad de Bogotá en las Universidades Nacional de Colombia, Santo Tomás,

Javeriana, Rosario, Externado y Cooperativa y los demás en las universidades:

Valle, ICESI (Cali), Pacífico (Buenaventura), Antioquia (Medellín), Atlántico

(Barranquilla), Popular del Cesar (Valledupar), Caldas (Manizales), Nariño (Pasto)

y Tolima (Ibagué).

En estos momentos la Universidad Nacional Abierta y a Distancia está culminando

los procesos requeridos para empezar a ofertar el programa de Sociología,

considerando la importancia de la profesión para el cumplimento de su misión

institucional ya que por todos es conocida su vocación comunitaria y social.

Lección 12. Camilo Torres y Orlando Fals Borda

116

―La fundación del Departamento de Sociología de la Universidad

Nacional obedeció al liderazgo de Orlando Fals Borda. Nacido en 1925,

Fals borda había hecho su maestría en la Universidad de Minnesota,

donde Pitirim A. Sorokin, el sociólogo ruso emigrado a Estados Unidos,

había fundado, años atrás, la especialidad de sociología rural. Obtuvo

luego el doctorado en la Universidad de Florida, con una tesis dirigida

por el sociólogo rural norteamericano Lynn Smith. Este, que había sido a

su vez discípulo de Sorokin, había publicado en 1944 una de las

primeras investigaciones sobre el campesinado colombiano. La tesis de

Fals Borda proporcionaba por primera vez una visión sociológica integral

del habitante rural de los Andes, con buen manejo de archivos

históricos, una descripción geo-botánica de la región y una exposición

completa de las instituciones y conductas sociales, lograda con uso

inteligente de encuestas y entrevistas.

Fals borda llamó a colaborar en el Departamento de Sociología a

Camilo Torres Restrepo (1929 - 1966), sacerdote católico, sociólogo

graduado en la Universidad de Lovaina con una tesis sobre trabajadores

urbanos. Camilo torres había hecho luego una breve especialización en

sociología urbana en la Universidad de Minnesota.

Los dos fundadores reunían los mejores requisitos para liderar la nueva

institución. Profesionales con especialidades complementarias

(sociología rural y urbana), con orientaciones religiosas diferentes

(protestante y católico), formados en distintos ámbitos culturales

(Estados Unidos y Europa), aspiraban a demostrar que la sociología

podía acelerar el cambio social con el uso de la investigación, la

consejería, la extensión universitaria y un nuevo modelo de convivencia

de creencias diferentes‖. (Restrepo Forero Gabriel, 1997, pág. 8).

117

Camilo Torres nació en Bogotá en 1929. Su padre era médico y pertenecía a una

familia acaudalada de la burguesía liberal. En ese tiempo era común que las

familias enviaran a sus hijos a estudiar en Europa por lo cual fue llevado por sus

padres a estudiar fuera y regresó en 1934. Inició su bachillerato en el Colegio

Mayor de Nuestra Señora del Rosario, del que fue expulsado por las severas

críticas que hacía a sus profesores por lo cual debió terminar su educación media

en el Liceo Cervantes en 1946. Posteriormente estudió un año de Derecho y luego

entró al Seminario Conciliar de Bogotá donde fue ordenado Sacerdote en 1954.

Siempre se mostró muy interesado por las problemáticas sociales. En 1958 recibió

el título de Sociólogo en la Universidad de Lovaina en Bélgica donde presentó

como tesis doctoral un trabajo sobre la realidad socio económica de Bogotá,

documento que después fue publicado con el nombre de “La proletarización en

Bogotá”.

En 1959 regresó a Colombia con su interés de apoyar activamente las causas de

los pobres. Siendo el capellán de la Universidad Nacional, junto con Fals Borda y

otros profesores interesados por los temas sociales, fundó la primera escuela de

Sociología en Colombia.

Con la llegada del Frente Nacional del cual se habla en el documento de William

Ospina en la lección anterior de este módulo, fundó el Frente Unido del Pueblo,8

organización de oposición a los partidos tradicionales. Consideraba que para los

pobres no quedaba otra salida que la lucha armada. Apoyaba completamente la

Teología de la Liberación que era una visión Marxista de los católicos de América

8 El Frente Unido fue un movimiento contestatario, abstencionista, con una propuesta transversal de unidad entre diferentes

sectores sociales (campesinos, estudiantiles, obreros), mayoritariamente “no alineados” con la dirección de los partidos de izquierda y derecha constituidos, que provocó una movilización inusitada en Colombia en su corto tiempo de duración a mediados de la década del sesenta. En palabras del colectivo Proletarización, trabajo que diversos historiadores de las disidencias reconocen como “la fuente más importante y más sistemática sobre el conjunto de la izquierda durante esos años, de todas las plataformas y programas políticos de la década pasada, el que más impacto causó y a un mayor número de gente llegó fue, sin lugar a dudas, la plataforma de este Frente... hasta hoy, el mayor intento de aglutinar y movilizar masas”. (Múnera, 1998)

118

Latina quienes se planteaban como hacer que la fe no fuera alienante sino por el

contrario liberadora.

Luego de renunciar a su trabajo como Profesor de la Universidad y disolver su

movimiento, se unió al Ejército de Liberación Nacional donde daba asistencia

espiritual e ideológica desde una visión de Cristianismo Marxista.

Murió en 1966 en su primera experiencia de combate contra las tropas del Ejército

Nacional de la Quinta Brigada de Bucaramanga.

El legado de Camilo básicamente consistió en su preocupación por mejorar las

condiciones de los pobres, paralela a su labor científica e investigativa pero

lamentablemente debido a su incapacidad de lograr los cambios que se proponía,

utilizó como única salida la lucha armada revolucionaria como el medio para lograr

un estado más justo y una nueva sociedad de tipo socialista.

Orlando Fals Borda (1925-2008), como ya se expuso con anterioridad, fue el

fundador y decano de la Facultad de Sociología de la Universidad Nacional de

Colombia entre los años 1959 y 1967. Su objetivo principal era la de organizar una

facultad sembrada en las verdaderas realidades del país, mediante la observación

y la clasificación metódica de los hechos. Uno de sus principales temas de

discusión fue la violencia de la década de los años 60. Su interés por articular el

conocimiento de la sociedad con la práctica política lo llevó a desarrollar el método

de la Investigación Acción. Este método fue aplicado por primera vez en la

preparación de su libro “La cuestión Agraria en Colombia (1975). Dicho método

consistía en discutir la información recolectada con los campesinos de las

regiones involucradas en el estudio y con intelectuales de diversos lugares del

país. Con ello preparó el terreno para la creación del método denominado

Investigación Acción Participación (IAP) con el que se pretendía que las

119

problemáticas fueran estudiadas de una manera comprometida, de tal forma que

no solamente se pudiera interpretar la realidad sino también transformarla.

Fue fundador de la revista Alternativa en los años 70 y 80, la que refundó en los

años 90. En los últimos años impulsó la conformación del Centro Estratégico de

Pensamiento Alternativo y dirigió la revista CEPA.

A finales de los 80 fue detenido junto con su esposa María Cristina Salazar, por

supuestos nexos con la organización guerrillera M19, del cual no fue miembro

formal pero si simpatizante con su filosofía. Posteriormente cuando el grupo se

transformó en partido político, fue elegido en su representación para la

preparación de la constitución de 1991.

En su honor y como reconocimiento a sus grandes aportes al desarrollo de la

investigación social, la Universidad Nacional Abierta y a Distancia, en

concordancia con su misión y su esencia comunitaria tiene abierta en su página

institucional un espacio denominado: “Cátedra Latinoamericana Orlando Fals

Borda”.

Lección 13. Sociología del Deporte

En las lecciones anteriores se abordaron enfoques y autores que se han dedicado

a las temáticas relacionadas con las estructuras sociales, lo comunitario, la

economía, las clases sociales.

En esta lección se abordarán nuevos temas de discusión en la sociología.

Específicamente se trabajará el tema de la Sociología del Deporte, que es un

campo relativamente nuevo.

Para los autores dedicados a estos temas fue difícil convencer tanto a la

comunidad académica como a la sociedad, de que el deporte no era un tema tan

trivial sino que, junto con temas como la familia, la religión, los medios de

120

comunicación y la educación, es una institución social que justifica una mirada

científica.

Para Jay Coakley: “la sociología del deporte es una subdisciplina que

enfatiza en la relación entre el deporte y la sociedad, su ámbito

comprende la acción individual y del grupo en su relación social con el

deporte, se ocupa de cómo la sociedad cambia al deporte y cómo el

deporte puede provocar cambios en la sociedad”. (Coakley, 2002)

La primera obra relacionada con la Sociología del deporte fue publicada en 1921.

El autor Heinz Risse, a través de un procedimiento sociológico formal, identifica al

deporte especialmente competitivo, como una categoría sociológica. Sin embargo

es solo hasta finalizada la segunda guerra mundial cuando surge como disciplina

científica encargada de explicar los fenómenos sociológicos generados en el

escenario deportivo.

Específicamente, en la década del 60, con la vinculación de los medios de

comunicación al deporte olímpico (Roma) es cuando se identifica la relación entre

el deporte y la política desde el punto de vista de su utilidad no solo política sino

económica, por lo cual se empezó a evidenciar la necesidad de incluir el tema

como parte del programa de estudio en la educación superior. Logra entonces su

mayor desarrollo hacia 1980, año en el cual se institucionaliza al entrar en la

esfera académica.

El objeto de estudio de la Sociología del deporte debe ser el desarrollo de una

teoría que permita interpretar y explicar las acciones y comportamientos

observables en relación con la estructura de la institución deportiva así como los

factores sociales, políticos y culturales que se presentan como causas y también

como consecuencias del mismo.

121

Jay Coakley, señala que: “la Sociología del Deporte tiene como objeto de estudio

los fenómenos relacionados con la organización del deporte, sobre todo por el

hecho de que dicha organización casi siempre depende de intereses ajenos al

deporte ya sean políticos económicos o de otro tipo.” Los estudios sociológicos

dentro del deporte pueden llegar a generar explicaciones a problemas de la familia

y la economía, pueden sugerir una redefinición de roles entre hombres y mujeres

ya que el deporte supone toda una serie de comportamientos y procesos sociales

que no solo explican las estructuras del mismo sino a la estructura social por la

cual el deporte existe como actividad”. (Coakley, 2002).

Se entienden como factores asociados al deporte los siguientes:

1. Violencia deportiva en dimensiones tales como: drogadicción, fanatismo,

nacionalismo, conflictos como corrupción, sobornos, comportamientos de las

barras. En este sentido cabría profundizar en aspectos tales como la socialización,

la prevención y la rehabilitación, el control social, la comunicación, la difusión, los

espectáculos, la relación entre el deporte y otras instituciones sociales como la

familia, la escuela, la política y los medios de comunicación.

2. Factores relacionados con la estructura social tales como: movilidad social,

discriminación racial o étnica, discriminación salarial en el deporte profesional,

problemas de género, liderazgo y prestigio, conflictos de grupo y estilos de vida.

3. Problemas de tipo práctico dentro de los equipos deportivos como la

competencia, los celos deportivos, la agresividad, consumo de drogas, alienación

y los problemas de relaciones interpersonales entre los jugadores y sus

entrenadores.

122

4. Factores de tipo económico y político: en este punto se hace referencia al

deporte como instrumento económico y social, las formas de participación, su

organización, la intervención del Estado.

Con todo lo anterior, es fundamental que la sociología propenda por un marco

teórico propio de la disciplina que aún no se ha consolidado por lo cual en este

momento se debe apoyar en otras disciplinas como la psicología, la medicina

deportiva, la pedagogía y la antropología.

No se puede desconocer la importancia del deporte como agente socializador ya

que contribuye a la unidad nacional y es un fuerte cohesionador por lo cual podría

ser un elemento eficaz para educar políticamente no solo a quienes lo practican

sino a la sociedad en general.

El deporte es el medio que mayor capacidad de convocatoria a nivel del planeta,

por lo cual se constituye como uno de los principales mecanismos de control

social, por lo cual se hace más importante su estudio.

A continuación se transcriben textualmente los resultados de un trabajo de

investigación realizado por el sociólogo Gastón Parra Luzardo para el Centro

Experimental de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Zulia

(Venezuela) a propósito de la construcción de una propuesta de análisis socio

histórico del deporte:

“Síntesis del resultado de la investigación:

El deporte es uno de los fenómenos menos tratado científicamente. Los

estudios realizados se centran, principalmente, en la dimensión técnica,

estadística y física del problema, en análisis de resultados cuantitativos

del hecho deportivo. La estadística de lo actuado, el archivo de las

123

marcas o récords, el registro de los actores o competidores y, sobre

todo, las posibilidades para elevar las hazañas con nuevas marcas,

sintetizan o resumen -casi todo- el objeto de estudio a ser considerado

científicamente, reconocido legítimamente y valido socialmente.

Al mismo tiempo, es una de hechos del mundo industrial donde mejor

se expresa la llamada cultura de masas. Y la única actividad, muy por

encima de las económicas, políticas, religiosas, etc, que

simultáneamente logra captar la atención de todo el planeta durante

ciertos períodos, independientemente de las razas, de las creencias

religiosas, de las formas de organización económico sociales- políticas

imperantes en los distintos países. Generalmente percibida y aceptada

de manera positiva, valiosa socialmente.

¿Por qué desde la ciencia, se privilegia el estudio de las dimensiones

técnica, estadística y física, de un fenómeno de tanto arraigo y valor

social, como el deporte?

¿Por qué en una actividad con tantas implicaciones sociales, su

dimensión social es, precisamente, la menos estudiada? ¿Por qué el

carácter social del deporte tiende a subestimarse e ignorarse como

objeto de estudio?

La subestimación del estudio del deporte como fenómeno social, forma

parte de una concepción -dominante- del análisis deportivo que parte de

concebirlo como un hecho social positivo: el ser positivo es intrínseco a

la naturaleza misma del deporte. Por lo tanto, la práctica deportiva en sí

misma es positiva, anda bien como se presenta cotidianamente, debe

ser así y continuar siendo así, existiendo y abordando sólo problemas

operativos secundarios, que como tal deben ser resueltos y cuya

solución legitima y refuerza la concepción y conformación, teoría y

práctica, del hecho deportivo existente como dominante.

124

Es una concepción que considera al deporte como un espacio social

neutral, incuestionable, inofensivo, por encima de la historia y sin

ninguna vinculación con los intereses y conflictos sociales existentes en

la sociedad; ajeno a la intromisión del poder político y económico, que

se percibe como separado del deporte. Cuando es exageradamente

perceptible la injerencia del poder político y/o económico se concibe

como una distorsión por corregir y superar por la propia dinámica

deportiva.

Sin duda alguna, esta perspectiva de análisis ha conducido a un

proceso de mitificación del deporte, sucediéndole lo de todos los mitos;

se habla de él de manera purificada e inocente, su existencia actual

aparece como natural y eterna.

Su claridad evidente proviene de la constatación y no de la explicación:

no se pone en duda porque es verdad, cierto de toda certeza y no está

en discusión, podemos constatarlo mas no explicarlo y mucho menos

cuestionarlo.

Aceptando que el análisis de lo físico, estadístico y técnico es

importante, nos parece fundamental estudiar el deporte desde la

perspectiva social. El deporte es un fenómeno creado por la sociedad

en un momento determinado de su desarrollo, está en permanente

interacción con los demás fenómenos sociales, y ha evolucionado,

cambiando, en la misma medida que lo hace la sociedad a través del

tiempo, alimentando y alimentándose en ese proceso de cambio.

La lectura que hicimos del deporte parte de considerarlo como un

fenómeno social gestado, creado y conformado en un momento de

desarrollo de la sociedad, transformándose al mismo ritmo que lo hace

ésta a través de la Historia e incidiendo en ese proceso general de

transformación social.

125

En América Latina, el deporte es una de las actividades menos

analizada, también los estudios se orientan, mayoritariamente, a lo

técnico, estadístico y físico. Es notoria la ausencia de experiencias

donde se aborde su análisis desde una perspectiva socio-histórica. Ése

es, precisamente, el atractivo que ha tenido para nosotros como tema

de investigación, en el cual ya hemos realizado unas modestas

aproximaciones iniciales que quisiéramos ahora intentar profundizar.

En este trabajo aportaremos elementos que, por una parte, contribuyan

al establecimiento de las grandes líneas de comprensión y

conocimiento del surgimiento y desarrollo del deporte en la historia de

América Latina, y por la otra, son la base para presentar una

aproximación sobre la situación deportiva actual, en plena

transnacionalización o globalización. Además, nos atrevemos a

vislumbrar, presentar para el debate, algunas ideas de lo que puede ser

el futuro deportivo que debemos construir como continente.

Una reflexión sobre el movimiento es el punto de partida del trabajo.

El movimiento es intrínseco al ser humano. Existe una dimensión

fisiológica y biomecánica del movimiento y una dimensión propiamente

cultural que abarca los significados y sentidos involucrados en la vida

motriz cotidiana de una sociedad, en un momento determinado de su

historia. Lo fisiológico y lo biomecánico es una constante histórica, más

o menos semejante, su especificidad a través del tiempo y en las

distintas culturas está determinada por el significado, sentido y valor

social asignado a cada función fisiológica y biomecánica en un

momento histórico concreto. Lo cultural, entendido como esa gama de

significados, sentidos y valores que la sociedad le otorga al movimiento

en un periodo determinado, impregna, recorre y matiza a lo fisiológico y

126

biomecánico. La forma de moverse en la cotidianidad y el significado de

ese movimiento, fotografía fielmente, en buena medida, la esencia del

funcionamiento de una sociedad en una fase de su desarrollo histórico.

La conversión del planeta en un gran mercado mundial, es intrínseca a

la dinámica de la organización socio-económica capitalista que reclama

y requiere como condición de su desarrollo permanente, la existencia

de mercados consumidores de la producción resultante del aumento

constante de la productividad (producir muy diversificadamente más a

menor costo y menor tiempo) debido a las innovaciones tecnológicas

incesantes. Convertir el mundo en un mercado (la globalización),

adquiere formas particulares en las distintas etapas del desarrollo

histórico del capitalismo industrial.

En esas etapas se va perfilando progresivamente la naturaleza, sentido,

significados y valores del movimiento intrínseco a la sociedad

capitalista, que va a estar orientado, fundamentalmente, a la

comparación del rendimiento del cuerpo y medición de la productividad

corporal. Este proceso comprende desde su gestación y surgimiento,

hasta su estructuración orgánico-institucional y expansión e imposición

por el mundo entero, como forma dominante del movimiento, en la

misma medida en que se expande e impone el capitalismo industrial

como organización socio-económica.

Presentamos, sintéticamente la transformación de la dimensión lúdica

del movimiento y su sustitución por el deporte, entendido como la

comparación de rendimientos corporales para registrar récords,

designar campeones u obtener medallas y trofeos: Deporte-

Rendimiento-Récord-Campeón (en adelante D-R-RC).

127

Este proceso abarca desde su gestación con el crecimiento

desmesurado de las carreras como competencias para superar retos en

función de una apuesta y con la incitación a los juegos populares de

raíz folclórica con premios para los participantes, "patronised sport", en

Inglaterra, en el siglo XVIII, hasta la configuración orgánico-estructural-

institucional (la Organización Deportiva) con el surgimiento del Comité

Olímpico y las Federaciones Deportivas, cuando presentan la nueva

versión de los Juegos Olímpicos en 1896. La institución deportiva se

expande en el mundo entero (con el Comité Olímpico y Federaciones

Deportivas), en la misma medida que se impone el capitalismo industrial

como organización socio-económica dominante mundial.

Establecimos la relación existente entre la dinámica de surgimiento y

conformación del D-R-R-C y la realidad lúdicra latinoamericana.

Destacando, particularmente, la existencia de una rica y milenaria

experiencia lúdicra (juego aborigen y juego mestizo) en América Latina,

desplazada por la irrupción de la institución del D-R-R-C, que se ha

convertido en una opción fundamental para el uso del tiempo libre y

para el entretenimiento de la población.

Hoy en día, en la llamada globalización (es simplemente la

transnacionalización del capitalismo industrial), asistimos a un proceso

de transnacionalización deportiva que imprime nuevas características al

D-R-R-C y profundiza algunas otras ya existentes. Entre las principales

características de la transnacionalización deportiva se destaca:

1. La configuración de una vasta macro-organización mundial muy

poderosa (la Organización Deportiva), económicamente muy fuerte y

dotada de una legislación y funcionamiento jurídico independiente de

los Estados nacionales, pero muy influenciada por las principales

128

potencias deportivas mundiales que también lo son en lo económico,

político, militar, etc.

2. La conversión del deporte en una de las principales industrias del

espectáculo, del entretenimiento y de canalización del tiempo libre de la

población.

3. La intensiva y extensiva aplicación de la ciencia y la tecnología en

todas las dimensiones de funcionamiento y operatividad de la actividad

deportiva.

4. La progresiva desaparición del llamado deportista "aficionado" y su

sustitución por el deportista profesional.

5. La imbricación e indiferenciación entre la Organización Deportiva

Mundial y la empresa del espectáculo deportivo, resaltando como

fenómeno reciente el papel protagónico, cada vez mayor, de las

grandes corporaciones comunicacionales haciéndose propietarias de

clubes o equipos importantes en las disciplinas deportivas de mayor

demanda por el público.

6. La legitimación y aceptación social e institucional, indiscutible e

incuestionable, del deporte como una actividad en y para la paz, un

escenario de igualdad, de competencia leal y sana.

La fisonomía de la institución deportiva se corresponde y responde a las

exigencias de transformación reclamadas por la globalización,

convirtiéndola en un modelo referencial perfecto de globalización

porque ha logrado establecer, difundir e imponer en todo el mundo -

como necesaria, importante y legítima- la competencia basada en la

medida y el récord: D-R-R-C. Organizándola y gobernándola con una

creciente autonomía con respecto a los Estados nacionales, y

respondiendo a los intereses de las grandes potencias.

129

El fracaso estrepitoso de la reunión de la Organización Mundial de

Comercio (OMC), en diciembre de 1999, al concluir sin acuerdo alguno

y ser aplazada, fue apuntalado, en alguna medida, por la movilización

de distintos sectores sociales de Estados Unidos y de representantes o

delegaciones no gubernamentales de otros países; fueron

manifestaciones y protestas de tal magnitud que obligaron a las

autoridades de Seattle-EEUU a decretar el toque de queda y utilizar

fuerzas federales (Guardia Nacional) al ser rebasada la capacidad de

control de la policía local. La imposibilidad de acuerdo, las protestas,

expresan el aumento del rechazo ante algunas condiciones y

consecuencias de la globalización; particularmente, destacamos y

rechazamos la creciente desigualdad y abismal diferencia en la

apropiación de los beneficios -producidos por la globalización entre los

sectores sociales de cada país y entre los diferentes países o bloques

de países.

En contrapartida, llama poderosamente la atención que al modelo

deportivo globalizador se le hacen muy pocos cuestionamientos, críticas

parciales, aisladas y con poca resonancia social. Se le halaga, alaba,

aún cuando también son abismales las diferencias en la apropiación de

los beneficios que produce: en la repartición de medallas entre países y,

socialmente, en la distribución de las ganancias intrínsecas a la

condición de gran empresa multinacional del espectáculo y del

entretenimiento en que se ha convertido el D-R-R-C.

Nuestro continente forma parte de los segregados de los beneficios

deportivos.

El modelo de D-R-R-C, aplicado en América Latina desde finales del

siglo XIX hasta hoy, en plena transnacionalización deportiva, ha

fracasado porque se han obtenido resultados muy desfavorables en los

130

grandes eventos internacionales donde se participa y no se ha logrado

la incorporación de la mayor parte de la población a la práctica del

juego y el deporte, de manera regular y ordinaria; además, se tiene

poca injerencia en la gran empresa multinacional deportiva del

espectáculo y del entretenimiento. Con la excepción de Cuba, cuya

situación y condición deportiva deriva de una concepción socio-

económica-política y de una inserción diferente al resto de América

Latina en el sistema capitalista, con una ubicación distinta en el

concierto mundial de naciones.

El reto planteado es la construcción colectiva de una alternativa lúdico

deportiva latinoamericana, que vaya mucho más allá del D-R-R-C,

capaz de satisfacer las necesidades de toda la población y de producir

mejores resultados en las más importantes competencias

internacionales (más campeones y récords); además, debe permitirnos

tener un mayor protagonismo en la gran empresa multinacional del

entretenimiento y del espectáculo deportivo, que se traduce en la

apropiación de volúmenes mayores de las ganancias producidas. Se

alimenta y alimenta a un proceso de integración mucho más amplio,

económico, político, social, cultural, etc., dirigido a incorporarnos a la

globalización para aprovechar sus ventajas y beneficios y minimizar sus

efectos negativos sobre nuestro continente, lo que requiere como

condición establecer una relación de igualdad, de América Latina con

los demás países y bloques de poder mundial.

Podemos comenzar de inmediato, intercambiando experiencias,

investigaciones, recursos humanos y materiales, aprendiendo de

aciertos y errores de lo que se hace en cada país en materia lúdico-

deportiva. Puede ser un paso importante, por una parte, para ir

131

construyendo una opción lúdico-deportiva al servicio de toda la

población latinoamericana, y por la otra, ir integrándonos como un solo

pueblo que abre puertas y corazones a la solidaridad, amistad,

intercambio, rompiendo las ficticias barreras creadas para separarnos.

Avanzar en la construcción de una alternativa lúdico-deportiva

latinoamericana, refuerza la convicción de que sí es posible lograr una

auténtica integración latinoamericana.

Puede servir como una referencia, muestra y estímulo para que amplios

sectores sociales presionen a las clases y grupos dirigentes, a los

efectos de avanzar en un proceso integrador -mucho más completo que

el que hemos tenido hasta ahora al servicio de toda la población y

recuperador de la soberanía nacional.

En contrapartida a un esfuerzo integracionista circunscrito,

fundamentalmente, al aspecto económico, creemos que un auténtico,

estable y duradero proceso de integración, pasa por ir creando y

construyendo nuevos espacios y dimensiones integracionistas:

económico, político, deportivo, cultural, educativo, etc. Desde, en y con

el deporte, podemos ir avanzando en esa dirección‖. (Parra Luzardo,

2009).

Para terminar esta lección es pertinente mencionar a los autores más

sobresalientes en la actualidad que han trabajado el tema de la Sociología del

Deporte:

Carl Diem: (1882-1962): Administrador deportivo alemán quien estudió el deporte

desde la perspectiva de las características de sus habitantes: “El espíritu del

deporte Inglés basado en una corrección ética de un impulso interior”.

132

Richard D. Mandell: (1968). Nació en Carolina del Norte en Estados Unidos:

desarrolla su explicación sobre la génesis y desarrollo del deporte moderno a

partir de una perspectiva socio-económica.

Norbert Elías: Analiza el deporte desde un punto de vista socio-político, asociando

las causas de su aparición a las características del proceso civilizador de la

sociedad inglesa, y más concretamente, considerando la vinculación entre el

desarrollo de la estructura de poder en la Inglaterra del siglo XVIII y el modo en

que evolucionaban los pasatiempos tradicionales e iban incorporando las

características de lo que hoy conocemos como deporte.

Jean Marie Brohm: Sociólogo, Antropólogo y Filósofo francés quien estudia el

deporte desde la teoría crítica; en sus estudios analiza las estructuras y las

relaciones sociales, es decir la dialéctica del deporte; también los efectos del

deporte sobre el individuo y las implicaciones de la alienación deportiva.

Pierre Bourdieu: Parte de las necesidades educativas de las clases dominantes y

del significado con que las concibieron. Para él la transición de los pasatiempos

populares a los deportes tuvo lugar en el seno de las instituciones de la

aristocracia burguesa.

Lección 14. Sociología de Género

La Sociología de Género tiene como finalidad deconstruír y reconstruír los

patrones culturales de lo masculino y lo femenino. Se trata de abordar desde una

perspectiva científica un problema social que nos ha acompañado desde los

tiempos primitivos asociado a la división del trabajo social: la desventajosa,

asimétrica y discriminatoria forma de producirse las relaciones sociales entre

hombres y mujeres.

Los estudios de género forman parte en casi su totalidad de los estudios culturales

que inicialmente se llevaron a cabo en Inglaterra y Estados Unidos entre los años

1960 y 1970.

133

Los estudios de género en la actualidad no solamente se ocupan de la

discriminación de la mujer sino que también se han abierto a nuevos campos

relacionados con la identidad feminidad- masculinidad, y la diversidad sexual

(estudios sobre homosexuales, bisexuales, transexuales).

En esta lección se conocerá un fragmento de una discusión dentro de la sociología

la relación género y sociología, cual ha sido el papel de la mujeres teóricas de la

sociología, como ha sido su invisibilización y el trabajo que han realizado para

superar la presión patriarcal para poder dejar su huella en la teoría sociológica, se

cita un fragmento de un texto de la profesora Luz Gabriela Arango, Docente de la

Universidad Nacional de Colombia, este texto se presentó en la Conferencia

inaugural en la VIII promoción de la Maestría de Sociología de la Universidad del

Valle, marzo 18 de 2005.

“¿TIENE SEXO LA SOCIOLOGÍA? CONSIDERACIONES EN TORNO

A LA CATEGORÍA GÉNERO

Resumen

El artículo aborda tres posibles problemáticas que permiten articular

género, sexo y sociología. La primera se refiere a la división sexual del

trabajo sociológico y al carácter masculino o femenino de la disciplina,

tomando como asunto para la discusión la construcción histórica de un

canon masculino y el caso de Marianne Weber como socióloga

fundadora excluida del mismo. La segunda plantea la pregunta por el

estatuto de las categorías ―sexo‖ y ―género‖ en las teorías sociológicas.

Para abordarlo presenta algunos desarrollos teóricos adelantados por la

escuela feminista materialista francesa a partir de categorías centrales

de la sociología. Finalmente, se relaciona el sexo o la posición en el

sistema de género del ―sujeto objetivante‖ con las condiciones de

134

validez del conocimiento, tema que se aborda desde la óptica del

conocimiento situado y el pensamiento feminista negro.

Presentación

Mediante el título de esta conferencia buscaba, además de atraer o

provocar, adelantar una reflexión, necesariamente incompleta, en torno

a algunos de los problemas que relacionan la sociología y el sexo. He

construido el texto en torno a tres grandes conjuntos de preocupaciones

presentes en la ya no tan corta historia de crítica feminista a las

ciencias sociales y de formulaciones teóricas para analizar las

relaciones sociales entre los sexos. El primero de ellos se pregunta si la

sociología como disciplina hace distinciones de sexo entre quienes la

practican, si se organiza internamente según jerarquías que distinguen

a los sexos, si podemos caracterizarla como una ciencia masculina,

femenina o neutra. En esta ocasión, abordaré solamente una de las

dimensiones posibles en este conjunto de preguntas: la construcción

histórica de un canon masculino de la disciplina y presentaré a

Marianne Weber como ejemplo de socióloga fundadora excluida de

dicho canon.

Un segundo conjunto de preguntas se refiere al estatuto teórico que

tiene el ―sexo‖ en la sociología: ¿Es una variable, una categoría de

análisis, una noción de sentido común, un dato biológico? ¿Cómo se

relaciona con la categoría género y qué estatuto tiene en las teorías

sociológicas? Para abordar estas preguntas, me referiré a la escuela

feminista materialista francesa y en particular a dos de sus autoras más

destacadas, Christine Delphy y Colette Guillaumin para mostrar cómo

producen alternativas teóricas que se inspiran y cuestionan a la vez,

teorías sociológicas centrales. Ampliaré esta presentación identificando

135

algunas de las tensiones entre esta escuela francesa y autoras

anglosajonas.

Finalmente, podemos igualmente preguntarnos si las condiciones de

validez científica de la sociología consideran el sexo o la posición en el

orden de género como una característica de las y los sociólogos que

incide en su objetividad. En este punto, me referiré a la propuesta de

―objetividad fuerte‖ planteada por Sandra Harding, la cual se ubica

dentro de las corrientes epistemológicas que defienden el carácter

socialmente situado del conocimiento y definen a partir de allí nuevos

criterios de validez. Presentaré igualmente el caso del pensamiento

feminista negro como ejemplo de conocimiento situado capaz de

interpelar las categorías centrales de las ciencias sociales y de las

teorías feministas.

Con ello pretendo fundamentalmente proponer una manera de abordar

una problemática muy compleja y significativa para las ciencias sociales

y adelantar un trabajo personal de sistematización de inquietudes,

propósitos y deseos surgidos a lo largo de mi experiencia en el campo

de la sociología y en el desarrollo de los estudios de género en el país,

y en particular dentro de la Universidad Nacional de Colombia.

Agradezco a Fernando Urrea y a los colegas de la Maestría de

Sociología de la Universidad del Valle, la oportunidad de someter a la

discusión esta reflexión.

La construcción histórica de un canon masculino. Política de género y

política de conocimiento

Por diversas razones, las sociólogas feministas norteamericanas han

tenido el interés y la posibilidad de adelantar un proyecto consistente de

136

crítica feminista de las ciencias sociales. Desde la década del setenta

emprendieron la tarea de rescatar el papel de las mujeres en la historia

de la disciplina, tanto en sus primeros desarrollos como en las

innovaciones teóricas y metodológicas posteriores, poniendo en

evidencia los dispositivos de poder masculino en las universidades y las

luchas de las académicas por sortearlos. Entre muchos otros9, resulta

revelador el trabajo de Patricia Madoo Lengermann y Jill Niebrugge-

Brantley (1998) quienes rescatan las biografías y contribuciones

científicas de 15 sociólogas fundadoras, activas entre 1830 y 1930 y

excluidas de la construcción masculina de la historia de la disciplina.

Entre las autoras rescatadas del olvido, incluyen pensadoras inglesas

como Harriet Martineau y Beatrice Potter Webb, la alemana Marianne

Weber, sociólogas de la Escuela de Chicago como Florence Kelley,

Edith Abbot y pensadoras afro-americanas como Anna Julia Cooper.

En su introducción, las autoras aclaran que estas mujeres no fueron

―invisibles‖ sino literalmente ―borradas‖ (written out) de la historia.

Mientras la invisibilidad sugiere que no fueron percibidas y que su

presencia no fue considerada significativa, el haber sido borradas de la

historia indica que alguna vez fueron percibidas como parte de una

comunidad académica pero posteriormente fueron eliminadas de sus

registros. Este es el caso de las 15 sociólogas seleccionadas. Todas

ellas fueron figuras públicas reconocidas en su época en ámbitos que

superaban los límites de la disciplina que contribuyeron a crear. Su

trabajo fue relevante para las ciencias sociales; produjeron teoría social

y practicaron la sociología en los mismos tiempos y espacios que los

9 Existen numerosos trabajos, especialmente en el campo de la crítica feminista a la sociología de la ciencias. En relación

con la experiencia académica de las sociólogas feministas en décadas recientes menciono dos lobros: el de Barbara Laslett y Barrie Thorne (editors), Feminist Sociology. Life histories of a movement, Rutgers University Press, USA, 1997; y el de Ann Goetting y Sarah Fenstermaker (editors), Individual Voices, Collective Visions: Fifty Years of Women in Sociology, Temple Univerity Press, Philadelphia, 1995 Dorothy Smith, The Everyday World as problematic: A Feminist Sociology of Knowledge. Boston: Nortyheastern University Pres, 1987.

137

varones fundadores. Todas actuaron como parte de una comunidad

sociológica en la medida en que llenaron al menos uno de los

siguientes requisitos: ser miembro de una asociación nacional de

sociología, publicar desde enfoques explícitamente relacionados con

principios sociológicos, auto-identificarse como sociólogas y ser

reconocidas como tales por sus contemporáneos. Estas mujeres sabían

que hacían parte de un movimiento más amplio que buscaba crear una

ciencia de la sociedad y tenían su propio sentido de lo que esa ciencia

debía ser. Para la mayoría de ellas, se trataba de un proyecto de crítica

social en el cual la investigación y la teoría debían concentrarse en la

descripción, el análisis y la superación de la injusticia social.

A pesar de su trabajo en la sociología y la teoría social y de su

visibilidad para sus contemporáneos, estas fundadoras desaparecieron

como presencia significativa de la historia de la sociología. Algunas

sobrevivieron en posiciones marginales: Harriett Martineau es

recordada como traductora de Comte, Marianne Weber como biógrafa

de su esposo y las sociólogas de la Escuela de Chicago como

trabajadoras sociales y reformadoras. Su exclusión de la historia de la

disciplina puede ser entendida como resultado de una serie de

procesos de poder que incluyen la atribución o negación de autoridad.

Lengermann y Niebrugge-Brantley argumentan que este proceso se

explica por una particular articulación entre la ―política de género‖ y la

―política de conocimiento‖ que se va imponiendo en la disciplina,

específicamente en la academia norteamericana dominante. En

relación con la política de género, las autoras afirman que la exclusión

de las fundadoras se explica básicamente por la débil autoridad de las

mujeres en una cultura masculina. Para ello, se apoyan en la teoría

fenomenológica de Alfred Schutz (1967, 1973), según la cual la

138

capacidad de conocer a otra persona se adquiere en una situación de

relación cara a cara en la cual una conciencia reconoce al otro como

humano. Las fundadoras fueron conscientes de cómo eran percibidas

en la relación cara a cara. Martineau, por ejemplo, escribía en su

introducción a Society in America: (1836/37) ―Se me ha mencionado

frecuentemente que ser una mujer era una desventaja para hacer

investigación social‖. Si bien tuvieron presencias individuales fuertes,

fueron percibidas por sus asociados varones a través del velo del

privilegio masculino, como mujeres con menos autoridad que ellos.

Siguiendo a Schutz, cuando ya no están presentes físicamente, los

individuos permanecen en la conciencia de los otros a través de

construcciones mentales o tipificaciones y se convierten en

―predecesores‖. Con el tiempo, el predecesor es recordado cada vez

más a través de artefactos –cosas que la persona hizo o escribió, cosas

que otros hicieron o escribieron sobre ella-. En una profesión

académica como la sociología, los artefactos decisivos para tipificar a

los predecesores son sus escritos, que se vuelven parte del canon. Los

de las mujeres no fueron incluidos por los hombres que dominaban la

disciplina.

―Una de las maneras en que una disciplina o profesión socializa a sus

nuevos miembros es contando su historia como balance de sus textos,

descubrimientos, pensadores e ideas autorizados – el ―canon‖ de la

disciplina. La historia que los sociólogos se cuentan a sí mismos

importa porque reafirma ante el narrador y la audiencia un sentido de

identidad: quienes son los sociólogos, qué hacen los sociólogos; qué

aspectos de la vida social examinan los sociólogos (Maurice

139

Halbwacks, 1992: On Collective Memory, citado por Lengermann y

Niebrugge-Brantley 1998:210)

En la eliminación de las mujeres de la historia de la disciplina no

solamente operó la ―política de género‖ sino también la ―política de

conocimiento‖ que se vuelve hegemónica en la academia

norteamericana. La marginación de las mujeres fundadoras producida

por la política de género es acelerada por el desenlace que tiene el

debate sobre los propósitos de la sociología y el papel social del

sociólogo. Este debate había enfrentado dos posiciones opuestas

descritas la una en términos de ―objetividad‖ y la otra de ―compromiso‖.

Durante el período comprendido entre 1890 y 1947, las elites

sociológicas académicas llegan al consenso de que el papel apropiado

para el sociólogo era el compromiso intelectual con el rigor científico, la

neutralidad valorativa y la abstracción formal. Este consenso

deslegitimaba el trabajo de las mujeres fundadoras y de muchos

hombres que practicaron una posición alternativa en defensa de una

sociología comprometida, crítica y activista. Las autoras documentan

este proceso revisando artículos publicados en el American Journal of

Sociology y en otras publicaciones similares aparecidas entre 1895 y

1947 en Estados Unidos. Muestran cómo, entre 1890 y 1940, ninguna

mujer obtuvo cargos directivos en los departamentos de sociología ni en

la American Sociological Society y los artículos escritos por mujeres

aceptados en las revistas más prestigiosas como el American Journal of

Sociology y la American Sociological Review representaron menos del

10% de todos los artículos publicados. La tendencia hacia el

cientificismo en las ciencias sociales académicas fue temporalmente

frenada en períodos reformistas de la sociedad mayor.

10

Todas las citas son traducciones libres de Luz Gabriela Arango.

140

Así, entre 1890 y 1915, las luchas sociales de trabajadores, grupos

inmigrantes, afro-americanos, segmentos educados de la clase media y

la primera ola del movimiento feminista, favorecieron la producción

sociológica de las mujeres. Algo semejante ocurrió en las décadas de

1960 y 1970 con el impacto de las luchas por los derechos civiles de los

negros, el movimiento contra la guerra de Vietnam y la segunda ola

feminista. Pero la tendencia dominante hacia el cientificismo en la

sociología académica fue estimulada por una orientación conservadora

general de la sociedad y la política norteamericanas. Hacia mediados

de los años treinta, la narrativa de la sociología sobre si misma sufrió

una reescritura que marginó a muchos pensadores varones y a las

mujeres fundadoras. Esta reelaboración de la memoria intelectual de la

disciplina legitimó la combinación de la teoría estructural-funcionalista y

la investigación en grandes encuestas desarrolladas por Parsons en

Harvard, Merton y Lazarsfeld en Columbia, combinación que ofrecía

una teoría y una metodología formales, universalizadas y

valorativamente neutras: ―la tríada capitolina‖ de la que habla Bourdieu

(2001).

Como bien lo subrayan las autoras, su propio trabajo de recuperación

de parte de la historia de las mujeres en la sociología, fue posible por la

acción feminista colectiva dentro de la disciplina a partir de la década

del setenta, con hitos como el surgimiento del grupo Sociologists for

Women in Society en 1971, la creación de la sección sobre sexo y

género en la Asociación Norteamericana de Sociología –ASA- en 1972,

la creación de la revista Gender & Society en 1986 o la organización de

la sección de ASA sobre Raza, Clase y Género en 1996, entre otros.

El ejemplo de Marianne Weber

141

A título de ejemplo y considerando la importante influencia de Max

Weber en la enseñanza de la sociología en Colombia, quiero presentar

una perspectiva general sobre el papel de Marianne Weber como

socióloga, basada en el trabajo de Lengermann y Niebrugge-Brantley

cuyo descubrimiento me resultó especialmente revelador. Hay que decir

que la obra sociológica de Marianne Weber se encuentra

fundamentalmente en alemán y que incluso la traducción al inglés

resulta muy restringida. La sociología de Marianne Weber, quien

escribe entre 1890 y 1920, es influida por tres ejes del pensamiento

social alemán: una ideología de género basada en una masculinidad

sensual y agresiva y una feminidad espiritual y domesticada; la primera

ola importante de organización y pensamiento feminista; y la

formulación de una sociología comprensiva por parte de varones

liberales como Max Weber y Georg Simmel.

Luego de publicar en 1907 su monumental obra Matrimonio, Maternidad

y Ley, Marianne Weber fue considerada una líder intelectual del

movimiento feminista liberal. Aunque rechazó las afirmaciones

tradicionales esencialistas sobre las diferencias fundamentales entre la

naturaleza masculina y femenina, Marianne Weber sostuvo que la

configuración de género del trabajo humano le daba a las mujeres como

grupo, la responsabilidad primaria de producir, reproducir y enriquecer

la vida humana al nivel de la cotidianidad. Marianne Weber también

participó en una vertiente feminista en la configuración crítica alemana,

conocida como ―el movimiento erótico‖, surgido de los círculos artísticos

e intelectuales alrededor de Munich, el cual cuestionaba la doble moral

sexual y reivindicaba una revolución en las costumbres sexuales de

mujeres y hombres. El feminismo erótico defendía la experimentación

sexual, el desmantelamiento de la monogamia, la liberación de mujeres

142

y hombres por el amor libre, la exploración homo-erótica y la crítica a la

heterosexualidad.

La sociología de Marianne Weber es una sociología centrada en la

mujer tanto por sus temas de estudio como por su perspectiva. Su

trabajo se plantea como una reacción a algunas ideas presentes en los

círculos masculinos de las ciencias sociales que conocía íntimamente;

en particular, el supuesto de que las afirmaciones que se hicieran sobre

el actor social eran válidas para hombres y mujeres o que las mujeres

no eran lo suficientemente significativas como para merecer un análisis

separado. Marianne Weber basa su sociología feminista en su

experiencia como mujer en un mundo dominado por hombres y como

respuesta al discurso sobre este mundo elaborado por una sociología

igualmente dominada por hombres. Enfoca su crítica en dos áreas

primarias e interrelacionadas de la experiencia femenina: el matrimonio

y el trabajo y en la manera como la armonía social se construye a

expensas de la autonomía de la mujer.

Marianne Weber muestra como las vidas de las mujeres están

estructuradas por instituciones dominadas por los hombres como el

derecho, la religión y la economía; por un contexto histórico forjado por

una serie de acontecimientos masculinos; y por análisis masculinos de

estas instituciones y acontecimientos. Su sociología se compromete

explícitamente con las teorías de Georg Simmel e implícitamente con

las de su esposo, Max. No escribe desde una posición de neutralidad

valorativa sino de defensa de cambios en pro de una mayor igualdad

entre hombres y mujeres.

143

Buena parte de su obra, incluyendo su trabajo mayor Matrimonio,

Maternidad y Ley (1907) está orientada a analizar histórica y

estructuralmente la institución matrimonial. El aspecto más agudo de su

análisis es la identificación de las dinámicas micro-sociales del

matrimonio como negociación compleja entre poder e intimidad, en la

cual el dinero, el trabajo de la mujer y la sexualidad son asuntos

decisivos. Resulta interesante resaltar el papel de la ética protestante

en su análisis histórico del matrimonio que contrasta y complementa el

célebre trabajo de su esposo. Para Marianne Weber, la ética

protestante estimula la demanda de autonomía de las mujeres al

afirmar que cada persona, hombre o mujer, es moralmente

independiente y sólo debe rendir cuentas ante Dios:

―En las comunidades religiosas del Nuevo Mundo animadas por el

espíritu puritano, la idea de la igualdad religiosa de la mujer empezó a

ser tomada en serio por primera vez... La libertad de conciencia, madre

de todos los derechos personales del individuo, estuvo también, del

otro lado del océano, en el origen de los derechos de las mujeres‖

(Weber, 1912ª/1919/1997:31, en Lengermann y Niebrugge-Brantley

1998:205)

Analiza las dinámicas micro-sociales de la relación marital y señala

cómo el patriarcado, al darle al marido la autoridad para tomar

decisiones, afecta la integridad de la relación matrimonial y destruye

las posibilidades de intimidad. En la mayoría de los matrimonios, la

esposa es económicamente dependiente del marido y esta relación de

subordinación erosiona el sentido de adultez moral de la mujer:

144

―la esposa se ve obligada a rogarle al marido y a halagarlo para

satisfacer sus necesidades personales... Como toda persona mantenida

en condición de dependencia ... adopta las armas de los débiles y trata

de conseguir sus propósitos con todo tipo de rodeos... Cuánta

desfiguración generan esos trucos de esclava que aún utiliza nuestro

sexo para obtener con disimulo de un ―amo y señor‖, muchas de las

cosas que necesitamos para nuestra vida‖ (Weber, 1912ª/1919/1997:

43-44, en Lengermann y Niebrugge-Brantley 1998:206)

La revisión histórica de Marianne Weber la lleva a concluir que la

adquisición más reciente de autonomía en el matrimonio resulta de las

nuevas condiciones industriales que remueven el control personal del

esposo, empujando a la mujer hacia la esfera pública como trabajadora.

Su teoría sobre el trabajo de la mujer se inscribe dentro de un diálogo

crítico con Georg Simmel. Este último responde al debate sobre el

papel de la mujer en la sociedad introduciendo una sociología de

género que permanecerá ignorada por los historiadores de la disciplina

hasta que el feminismo de finales del siglo XX devuelva a los

académicos varones hacia las fuentes masculinas clásicas en busca de

la faltante ―cuestión de la mujer‖. Simmel superpone su teoría del

género en su clásica y fundamental distinción entre ―cultura objetiva‖ y

―cultura personal‖: la primera designa los objetos y textos supra-

personales que trascienden y moldean la existencia social individual

como la tecnología, el arte, la ciencia, el lenguaje, la religión, el

derecho, el dinero, el sistema moral (Coser, 1977).

La segunda designa la realización psíquica individual de un sentido del

significado de la existencia. De acuerdo con Simmel, la cultura objetiva

sería un medio alienante que consume la energía masculina y separa a

145

los varones de la totalidad de la cultura personal mientras las mujeres

tendrían una altísima capacidad para realizar el ―alma bella‖ de la

cultura personal, el proyecto más importante de la humanidad. Las

mujeres serían superiores a los hombres en este sentido pero

mantendrían un lugar secundario y distante en la construcción de la

cultura objetiva.

Marianne Weber responde inicialmente a Simmel con el argumento de

que mujeres y hombres tienen capacidades iguales para trabajar. En

varios de sus ensayos, la socióloga muestra la participación de las

mujeres en la cultura objetiva y la diversidad de su contribución en la

agricultura, la industria, las profesiones, la educación y la política. Pero

afirma que el trabajo cultural de las mujeres cubre no solamente la

cultura personal y la cultura objetiva sino también una tercera esfera de

trabajo, - la producción de la vida cotidiana- que relaciona los dos polos

anteriores de manera esencial para la continuidad social y el desarrollo

individual. Las mujeres trabajan con objetivos prácticos concretos para

mediar y traducir los productos de la cultura objetiva a un entorno

utilizable por los individuos en la vida diaria. Este continente oculto del

trabajo de las mujeres sería el puente -y hasta cierto punto la solución a

la tensión que identifica Simmel- entre la cultura objetiva y la cultura

personal.

La contribución de Marianne Weber a la sociología reside en el modo

en que modifica nuestra comprensión de las teorías de Max Weber y

Georg Simmel. La socióloga trabajó dentro de un conjunto de conceptos

y temas que consideramos propios del pensamiento de Weber y

Simmel y que ella misma les atribuye. Adopta su metodología que

privilegia el análisis de los casos históricos específicos y la

146

aproximación a los sujetos humanos desde el sentido de su acción. Sin

embargo, introduce una fractura crítica y feminista en estos discursos al

traer a colación la pregunta por las mujeres.

En su crítica a la sociología de Simmel, revela claramente, por ejemplo,

cómo la desesperanza filosófica de Simmel en torno al dinero como

reificación cultural es un lujo de aquellos que tienen un acceso fácil y no

problemático a éste. Rechaza la tesis de que los hombres sean por

naturaleza menos hábiles que las mujeres para hacer el trabajo de

cultura personal y que sean las trágicas víctimas de su genio para la

cultura objetiva. Al explorar el vasto continente medio del trabajo

cultural de las mujeres para producir la vida cotidiana, nos muestra

cómo esa clase privilegiada de varones puede reflexionar sobre la

tragedia de la alienación de la cultura objetiva porque mantiene su

capacidad de pensar sobre el sentido de la vida gracias al trabajo

cultural cotidiano de las mujeres.

La relación de la sociología de Marianne Weber con la de su esposo es

más elusivamente crítica. Cuando ella hace la pregunta por las mujeres

a la sociología de Max, no encuentra respuesta: las mujeres no están,

ni positiva ni negativamente en su sociología. El asunto de la mujer es

más marginal en Weber que en los textos clásicos y más conservadores

de Durkheim o en el sentimentalismo liberal de Simmel. En su ensayo

―Autoridad y autonomía en el matrimonio‖ (1912) Marianne Weber

critica el análisis del poder y la dominación desde la perspectiva del

dominante y plantea el problema del punto de vista del subordinado que

experimenta el poder como control sobre su propia voluntad. En este y

otros ensayos, Marianne Weber describe al subordinado como no

necesariamente complaciente con la dominación. El o la subordinada

147

debe encontrar formas de sobrevivir como subjetividad con voluntad en

condiciones de dominación, utilizando los poderes del débil. Por otra

parte, su análisis sobre la historia de la religión en la sociedad

occidental revela que la sociología de Max, incluyendo su exploración

del protestantismo y las sectas puritanas, sólo se interesa por sus

consecuencias en aquellas instituciones determinantes en la vida de los

varones; y deja sin explorar sus profundas consecuencias sobre las

mujeres. Marianne Weber muestra como la preservación de la

dominación patriarcal entre los sexos en la más íntima y cotidiana de

las relaciones humanas –el matrimonio- es el hecho vergonzoso en las

celebraciones que la ciencia y la filosofía hacen de la expansión de los

derechos democráticos en las sociedades occidentales, considerados

como una evidencia en la sociología de Max.

La sociología de Marianne Weber también está construida sobre la

comprensión de las diferencias entre mujeres que resultan de la clase,

la educación, la edad y la ideología y reconoce de manera consistente

diferencias categóricas entre ellas. La autora es consciente del

privilegio particular de mujeres como ella y estima que éste implica

responsabilidades específicas. No pretende ser ―valorativamente

neutra‖ en sus análisis; toma partido por las mujeres. Su voz

personalizada revela que los escritos de Max Weber y Georg Simmel,

presentados como la voz abstracta de la teoría pura, fueron también los

postulados de personas con género, clase, y especificidad biográfica‖.

Para finalizar con el tema de la Sociología de Género, se relacionan algunos de

los autores que se han destacado por sus trabajos investigativos sobre el tema:

148

Simone de Beauvoir (Francia); Michel Foucault (Francia); Pierre Bourdieu

(Francia); Teresa Valdés (Chile); María Jesús Izquierdo (España); Mariane Weber

(Alemania).

Lección 15. Preguntas de revisión

A continuación se presentan una serie de ejercicios de revisión que les ayudará en

el proceso de adquisición de nuevos conceptos y revisión del aprendizaje logrado.

1. Con sus propias palabras construya el significado de la Sociología y de su

unidad de estudio.

2. ¿Qué diferencia existe entre la Sociología y la Historia como disciplinas

científicas?

3. ¿Qué diferencia existe entre la Filosofía y la Sociología como disciplinas

científicas?

4. Describa cuales son las principales características de la Ciencia y aplíquelo a la

Sociología.

5. ¿Describa cuales fueron los principales aportes de Augusto Comte a la

aparición de la Sociología como disciplina científica.

6. Crear cuadro donde se expongan las etapas de la sociología, evidenciando sus

autores y escuelas y las propuestas teóricas en cada una de las etapas además

del componente cronológico. Después de haber leído el capítulo uno y dos, se

organiza un cuadro donde se expongan las diversas etapas del desarrollo de la

Sociología desde el positivismo, hasta las propuestas actuales incluyendo las

corrientes subjetivistas, destacando el nombre de la corriente, los representantes

de cada una y las ventajas y desventajas de cada propuesta teórica.

Utilice para ello el siguiente encabezado:

ETAPAS Y CORRIENTES

AUTOR RESEÑA BIBLIOGRAFICA Y

PERIODO

PRINCIPAL APORTE

PRO O CONTRA DE SU PLANTEAMIENTO

149

7. Investigue en fuentes diferentes al módulo, de que se ocupan la Sociología

Rural, la Sociología Urbana, la Sociología Jurídica, la Sociología Educativa y un

autor de cada una de ellas.

8. Enumere 5 problemáticas de su entorno social (barrio, ciudad, país, trabajo,

universidad) que tomaría como objeto de estudio para interpretar y proponer

soluciones.

9. Enuncie 3 diferencias entre la Sociología Macro social que analiza las

estructuras y la Sociología Micro social en cuanto a la forma de analizar los datos

y el método utilizado.

10. Desde su perspectiva personal elabore un escrito de no menos de 10

renglones, en el que exprese: ¿Por qué es importante estudiar Sociología para la

carrera que estoy estudiando?

UNIDAD 2: SOCIOLOGÍA DE LA CULTURA

INTRODUCCIÓN

La sociología de la cultura toca todos los elementos sociales, todas las disciplinas

académicas tocan de alguna forma lo cultura, la forma como se interpreta la

realidad determina la forma como se entiende lo económico, lo administrativo, lo

político etc. En esta unidad se verá la relación entre lo cultural y lo social, como

existen unas violencias simbólicas que ponen en la discusión pública las

interpretaciones hegemónicas o de quienes tienen el poder.

Se hace un análisis crítico de los estudios Latinoamericanos realizados a partir de

los estudios Norte Americanos y Europeos, ya que estos no dan cuenta de las

realidades específicas de nuestros países; consideran que lo cultural de nuestros

150

países es lo folclórico, no las formas de interpretación o de construcción de la

realidad. Se toma como base el documento elaborado por Nelly Richard.

Se presenta también la relación entre lenguaje y cultura; cómo a través de las

palabras se reflejan las relaciones sociales, las relaciones económicas y las

relaciones de poder. También se incluyen los temas de globalización y cultura,

globalización y desarrollo.

Posteriormente se presentarán algunos elementos del documento de Miguel Ángel

Ramón sobre la Interacción Social, desde la perspectiva del análisis del PAP

solidario de la Universidad.

En las últimas lecciones se brindarán algunas herramientas de tipo metodológico

para que los estudiantes comprendan como se elabora una investigación de tipo

sociológico y lo pongan en práctica en la elaboración de su segundo trabajo

colaborativo en el que se enfatizará en la participación como una forma de

encontrar soluciones a los problemas sociales que aquejan a nuestras

comunidades.

OBJETIVOS DE LA UNIDAD

Describir los diferentes enfoques existentes sobre la Sociología de la Cultura.

Discutir la relación existente entre el proceso de globalización y las relaciones

culturales con el fin de identificar las diferentes maneras de abordar las

problemáticas sociales.

Identificar las diferentes maneras de abordar los problemas sociales desde las

perspectivas cualitativas y participativas.

151

Adquirir herramientas metodológicas que les permita abordar los problemas

sociológicos de su entorno.

Identificar las principales herramientas de recolección de información sociológica y

las maneras de aplicarlas según los contextos.

Integrar interdisciplinariamente los conceptos estudiados en el curso, para que

sean capaces de elaborar y ejecutar propuestas de desarrollo, tendientes a

mejorar la calidad de vida de las comunidades de su entorno.

Fomentar la sensibilidad social de los estudiantes frente a los problemas de su

entorno social y su compromiso solidario y participante en la solución de los

mismos.

COMPETENCIAS

Cognitiva: Los aprendientes comprenden la relación entre Cultura y Sociología,

sus diferentes formas de expresarse a través del lenguaje las relaciones de poder

académico entre los académicos de Europa, Estados Unidos y América Latina.

Comunicativa: Los aprendientes entienden y argumentan los planteamientos

básicos de la relación entre la sociología y la cultura, las culturas populares y la

cultura de masas.

152

Competencia contextual: en la relación Sociología – Cultura, Los aprendientes

deben desarrollar la habilidad de reconocer en su entorno cómo se viven las

distintas formas de interpretación de la realidad, como se mezcla lo que se piensa

en lo cotidiano y como se transforma con el estudio de las interpretaciones

académicas de la realidad.

CAPITULO 4: ¿QUÉ ES LA SOCIOLOGÍA DE LA CULTURA?

Lección 16. Definiciones de la Cultura

En investigaciones concretas relacionadas con la cultura, una de las grandes

limitaciones que se encuentran es la que se refiere a la diversidad de definiciones.

La cantidad de conceptos existentes, aunque enriquece el marco de referencia,

también es una dificultad en el momento en que los investigadores deciden

adoptar un marco teórico para una investigación socio-cultural.

Una de las razones de ello radica en los condicionamientos externos, es decir, si

se realiza una investigación en Alemania no se puede trabajar con los mismos

criterios de análisis que se utilizarían por ejemplo en un estudio cultural en Haití o

en el Salvador, o en Colombia.

Igualmente dentro de las mismas sociedades existen diferencias significativas en

los grupos que la componen. Por ejemplo si se realiza un taller comunitario con

líderes barriales, grupos afro colombianos y grupos de indígenas al tiempo,

tendríamos una diversidad y una cantidad de particularidades especiales de cada

grupo social por lo cual tendríamos que tomarlas todas si quisiéramos elaborar

una caracterización de la Cultura Colombiana.

153

Se presentará una breve evolución del concepto: En la sociedad Greco Romana,

la palabra cultura significaba cultivar y hacía referencia a una tarea en la cual los

hombres ponían a disposición sus vínculos y saberes cotidianos.

En el siglo XVIII con la Ilustración, el concepto de cultura se transformó de manera

tal que se consideraba culto quien tuviera ciertos conocimientos por lo cual esa

designación era del predominio de los grandes filósofos, sabios o científicos de la

época. Solo podía ser culto quien tuviera la posibilidad de acceder a la educación,

a los viajes y a las relaciones sociales.

Este concepto continúo en el siglo XIX razón por la cual los antropólogos ingleses

y franceses de la época calificaban las costumbres de los pueblos colonizados

como irracionales y poco aceptadas por las sociedades europeas, porque solo se

consideraba adecuado lo que ellos pensaban lo cual se constituyó en el llamado

Eurocentrismo (Todos los diferentes a ellos se consideraban inferiores por tener

costumbres míticas y mágicas alejadas de las propias).

Posteriormente el concepto fue evolucionando en la medida en que los científicos

sociales franceses, ingleses y norteamericanos entraron a analizar la vida

cotidiana de los pueblos sometidos.

―La amplitud asignada desde entonces al concepto de cultura -lo que no

es naturaleza, todo lo producido por todos los hombres, sin importar el

grado de complejidad y desarrollo alcanzado- fue un intento de

reconocer la dignidad de los excluidos. Se consideraron parte de la

cultura todas las actividades humanas, materiales e ideales, incluso

aquellas practicas o creencias antes juzgadas manifestaciones de

ignorancia (las supersticiones, los sacrificios humanos), las normas

sociales y las técnicas simples de quienes viven desnudos en una

154

selva, sujetos a los ritmos y los riesgos de la naturaleza." (García

Canclini, De lo primitivo a lo popular. Teorias sobre la desigualdad de

las culturas, 1987)

Se pueden ver entonces diversas miradas dependiendo del desarrollo y la

evolución de las teorías científicas. Por ejemplo el Marxismo postula que existe

una infraestructura (base económica) que condiciona la superestructura (lo

ideológico) y que la primera determina a la segunda. El estructuralismo se interesa

en cambio por las múltiples relaciones entre las estructuras y su unidad.

Con el surgimiento de nuevas miradas también aparecen nuevos conceptos, así si

se habla desde el Marxismo es importante entonces tener en cuenta la burguesía

y el proletariado y la lucha de clases pero si se mira desde el Estructuralismo

entonces será necesario abordar términos como lenguaje, símbolos, significante,

significado, semiótica, hermenéutica.

García Canclini en el texto citado anteriormente afirma que:

“Todas las culturas, por elementales que sean, se hayan estructuradas,

poseen coherencia y sentido dentro de sí. Aún aquellas prácticas que

nos desconciertan o rechazamos (la antropofagia- costumbre de comer

carne humana; la poligamia- costumbre que permite al varón tener

varias esposas), resultan lógicas dentro de la sociedad que las acepta,

son funcionales para su existencia”. (García Canclini, De lo primitivo a

lo popular. Teorias sobre la desigualdad de las culturas, 1987, pág. 99).

De acuerdo con lo anterior y a manera de conclusión, se puede afirmar entonces

que la diversidad de conceptos respecto a la cultura, dependen en todo caso de la

manera de analizar la realidad y de la concepción teórica que la sustenta pero que

básicamente es un conjunto de formas, valores, patrones, creencias y

155

entendimientos propios de una sociedad específicamente limitada en espacio y

tiempo, a través de los cuales se regula, se expresa, se comunica y comparte.

Lección 17. Desarrollo de los Estudios de la Sociología de la Cultura

La sociología de la cultura o los estudios culturales, son un campo de estudio que

dan cuenta, de manera transdisciplinaria (mezcla de varias disciplinas), de los

fenómenos culturales, reconoce múltiples actores e instituciones generadoras de

significaciones sociales, develando las intencionalidades políticas y de

dominación que existen dentro de estos procesos que son impulsados desde

centros hegemónicos de poder como la iglesia, la escuela, el estado, la familia,

etc. y la forma como las sociedades mediáticas se han servido de los medios

masivos de comunicación, para llegar a un mayor número de sociedades

convirtiéndolos en los mayores trasmisores simbólicos. Los estudios culturales o

la sociología de la cultura, permiten también, contraponer los procesos culturales

de lo local, lo regional y lo global.

El reconocimiento de los estudios culturales, como un campo de investigación se

da a partir de la creación del Centro de Estudios Culturales Contemporáneos de

Birmingham (Inglaterra), en 1962, aunque estos se venían desarrollando desde

mucho tiempo atrás.

En este centro se reconocen varias líneas de investigación dentro del campo de la

Sociología de la Cultura, una es la que representan E.P.Thompson y Raymond

Williams, desde una aproximación marxista y crítica, donde su principal punto de

discusión es frente a la posición marxista ortodoxa de la Estructura /

Superestructura ya que lo económico era lo que determinaba tanto el desarrollo

económico como la ideología del individuo. El concepto principal que manejan

156

estos autores es el de materialismo cultural 11en el cual se pone de presente que

los sistemas de significación producen a los sujetos y cambian la historia y que no

son solamente es el reflejo de las condiciones sociales de producción como lo

planteaba el marxismo desde su determinismo económico.

Las investigaciones del Centro de Birmingham se centraron en la discusión del

concepto de Cultura. Hasta entonces el concepto fue trabajado por la sociología y

la literatura como la cultura de élites o la alta cultura, estos estudios lograron

ampliar el concepto desde una mirada antropológica y semiótica. Componen este

debate sobre el concepto tres líneas de profundización: el estudio de las culturas

subalternas y populares, desplazamiento desde los códigos estéticos hacia las

prácticas de significación y el consumo y recepción de nuevas tecnologías y de

los mensajes de los medios.

A estos estudios pioneros se suman los estudios del jamaiquino Stuart Hall, quien

introdujo los problemas por la raza y el colonialismo, como categorías centrales en

el análisis cultural y Catherin Hall, feminista que propuso la discusión sobre las

relaciones de género y la clase social.

Un autor muy importante a partir de la década de los 80, como ya se ha visto en

las anteriores lecciones, fue Pierre Bourdieu, quien abordó los fenómenos

culturales desde una teoría de la dominación que enfatiza la dominación

simbólica, poniendo en evidencia como funcionan de manera inconsciente las

estructuras de dominación que se ven expresados en esquemas de pensamiento y

acción en los individuos. Se puede evidenciar esta situación a través del análisis

del consumo simbólico a través de los medios masivos de comunicación, el arte,

11

El materialismo cultural es un enfoque de investigación en antropología y sociología, que postula que las condiciones

materiales suelen ser el principal factor promotor de los cambios sociológicos y culturales observados así como un fuerte determinante de los patrones culturales y organización de una determinada cultura o sociedad.

157

los procesos educativos y la religión y llegar a comprender cuales son las

intencionalidades políticas.

Como se puede observar, el desarrollo de la sociología de la cultura ha tenido 3

enfoques básicos: Los enfoques desarrollados por los pensadores europeos; los

estudios desarrollados en Inglaterra y los estudios desarrollados en Norteamérica.

Sin embargo y como lo podrán encontrar más adelante, las discusiones actuales

cuestionan el hecho de que los análisis de la cultura latinoamericana

tradicionalmente se realiza desde miradas externas especialmente desde las

escuelas europeas, inglesas y norteamericanas y no de desde una perspectiva

local, obedeciendo a nuestras propias condiciones de desarrollo.

Lección 18. Estudio de La Cultura desde América Latina

Los Estudios Culturales en América Latina son relativamente nuevos y se

considera que aparecen ligados a los conceptos de modernidad y

postmodernidad.

En los países Latino Americanos la llamada Modernidad12 se inicia con el proceso

histórico de la conquista española. Sin embargo no se puede desconocer que hay

diferencias significativas en los procesos regionales, dada la diversidad de actores

que intervinieron en la conquista (aventureros, prisioneros, misioneros, militares e

intelectuales) y a la posterior influencia de migrantes de muchos lugares de

Europa.

Mientras que en los países andinos y centro americanos, la población es producto

del mestizaje entre españoles, indígenas y negros, en países como Chile,

Argentina, Uruguay y Brasil, el mestizaje incluyó a los emigrantes alemanes e

italianos, lo cual genera diferencias significativas.

12

Algunos autores distinguen los conceptos de Modernidad y Modernización. Modernidad se entiende como el proceso de

secularización y la ruptura y desencantamiento con la organización religiosa en el mundo. La Modernización tiene que ver con el crecimiento de las fuerzas productivas, una mayor división social del trabajo y un alto grado de desarrollo productivo. En este caso se tratarán como dos conceptos ligados.

158

Las guerras de independencia también son hechos que dan significación a la

llegada a la modernidad especialmente con la traducción de los Derechos del

Hombre por parte de Antonio Nariño, con lo cual se proclamaba entre otras la

liberad de culto, política y económica, lo que permitió que se presentaran acciones

revolucionarias.

Un tercer elemento que constituye la llegada a la modernidad es el proceso de

industrialización (modernización) que concretamente en Colombia se ubica

aproximadamente a comienzos del siglo XX con la expansión cafetera,

tabacalera, petrolera y bananera.

La postmodernidad se concibe a partir del desarrollo de los medios de

comunicación; la sociedad postmoderna caracterizada por la complejidad, el caos.

Es una respuesta reaccionaria debido al malestar y la inconformidad a lo que la

modernidad impuso a la sociedad, manifestada en la forma de vivir, sentir,

comportarse, relacionarse socialmente. Se presentan en la postmodernidad

multiplicidad de facetas y ambigüedades. El hombre posmoderno no cree en

discursos absolutos. Se privilegia la experiencia antes que el discurso racional; la

fuente de los conocimientos por encima de las teorías y los conceptos es lo que

llega a través de los sentidos, por lo cual se debe sentir, imaginar, intuir.

En América Latina ya desde los siglos XIX y XX se puede decir que existían unas

preocupaciones intelectuales por los procesos culturales propios de la región,

frente al mestizaje cultural, producto de los procesos de colonización e

inmigración. Esto se veía reflejado en temas como la cultura en los nacientes

Estados Nación, al preguntarse cuáles eran las costumbres, las creencias, las

actitudes propias y cuales las propias de los colonizadores.

Martin Barbero considera que:

159

“El proceso más vasto y denso de la modernización en América Latina va a tener

lugar a partir de los años 1950-1960 y se hallará vinculado decisivamente al

desarrollo de las industrias culturales. Son los años de la diversificación y

afianzamiento del crecimiento económico, la consolidación de la expansión

urbana, la ampliación sin precedentes de la matricula escolar y la reducción del

analfabetismo. Y, junto con ello, acompañando y modelando este desarrollo, se

producirá la expansión de los medios masivos de comunicación y la conformación

del mercado cultural‖. (Barbero)

A partir de los años ochenta se consolida en América Latina una tradición de

investigación cultural que es denominada por algunos investigadores como

“Estudios de Comunicación y Cultura. El problema central de investigación en esta

línea es el análisis de las contradicciones, e influencias recíprocas entre las

culturas de elite, étnicas, culturas populares, relacionándolas con los textos e

imágenes de los medios de comunicación de masas, dentro del contexto de la

globalización.

Alicia Ríos (Rios, 2002) define los Estudios culturales latinoamericanos como: “un

campo de estudio configurado dentro de la tradición crítica latinoamericana, la

teoría de la dependencia y la teología de la liberación que mantiene un diálogo

constante con las escuelas de pensamiento europeas y norteamericanas. Su

objeto de estudio es la producción simbólica de la realidad latinoamericana. Estos

estudios generalmente son interdisciplinares porque son realizados por autores de

muchas disciplinas como la antropología, la sociología, la filosofía, la

comunicación social entre otros.

Entre los autores más representativos en América Latina, se encuentran: Jesús

Martín Barbero y Guillermo Sunkel, quienes tienen una fuerte influencia de la

160

escuela británica, José Joaquín Brunner y Néstor García Canclini con influencia de

los estudios de Pierre Bourdieu.

José Joaquín Brunner ha trabajado los problemas de significación política y la

reflexión posmoderna en la región. También es importante resaltar la obra de Nelly

Richard en cuanto a sus aportes para la interpretación de la cultura política de los

pueblos.

Lección 19. Otros conceptos y maneras de abordar el tema de Cultura

Peter Berger nació en Viena en 1929. Complementó sus estudios secundarios en

Londres y en 1949 migró a Estados Unidos. Entre 1963 y 1970 desarrolló

ampliamente su concepto sobre la cultura y la realidad social.

Influenciado por Tomas Luckman y Alfred Shutz, el autor aplica la fenomenología

a las ciencias sociales.

La Sociología Fenomenológica se centra en los significados que las personas

comparten intersubjetivamente y que también están objetivados por una serie de

creaciones culturales. Berger ve en la cultura constantes biológicas y ambientales

propias de la condición humana. Hace una comparación entre los animales y el

hombre: los animales nacen con instintos altamente especializados: su mundo

está predeterminado por sus instintos por lo cual nacen como seres

completamente acabados. Los seres humanos por el contrario, nacen con una

estructura no especializada, su mundo es abierto en el cual debe actuar para

construirlo; el ser humano es entonces inacabado por lo cual debe interactuar con

su entorno (ambiente) y con otros hombres.

El autor explica que los individuos construyen la realidad en su proceso de

socialización en tres momentos:

161

1. Externalización: Es el proceso por el cual el hombre se vuelca al mundo: ―Las

personas construyen aquello que no encuentran en su constitución biológica:

construyen su mundo con sus formaciones socio culturales y psicológicas‖.

(Berger, 1986, pág. 35).

Lo anterior significa que los seres humanos dan sus propios significados a la

realidad que los rodea.

2. Objetivación: En este momento los seres humanos consideran que su entorno

es algo que está allí independiente de si mismos. Cuando la persona empieza a

crecer, quienes apoyan su proceso de socialización le dicen que es lo que debe

hacer o no hacer con base en lo que sus antepasados también les dijeron a ellos.

3. La Internalización: proceso por medio del cual el individuo no solamente

reconoce y comprende el mundo socio cultural objetivo sino que también se hace

parte de él.

Para concluir los tres procesos se podría decir que: en la Externalización la

sociedad es un producto humano; cuando se objetiva se comprende que el

entorno es un mundo independiente de nosotros y con la internalización el hombre

se comprende como un producto de la sociedad.

Otro autor importante que ha trabajado el tema de la Cultura es Cliffort Geertz

(1926–2006), quien desarrolló un concepto basado en la fenomenología, con lo

cual considera que la investigación cultural debe dedicarse a la interpretación de

los significados subjetivos que los grupos sociales dan a sus experiencias. Con

ello se quiere significar que si se va a realizar un estudio cultural es necesario

analizar los esquemas culturales que cumplen funciones de ordenar, codificar y

dirigir la vida de los individuos. Por ello es fundamental conocer los modelos

culturales locales para poder interpretar su cultura: los símbolos, los signos, los

gestos, creencias, mitos, ritos, porque todos han contribuido de alguna manera a

la construcción de la identidad.

162

Cliffort Geertz basado en la teoría de los Sistemas, considera que el sistema

general (La Sociedad) está compuesto por otros subsistemas que a su vez se

pueden descomponer en otros de orden inferior y que para comprender la

sociedad en general se deben analizar los subsistemas.

Por ejemplo si vamos a estudiar el estado de salud de la población Afro residente

en el Valle es necesario en primer lugar definir específicamente que área de la

salud estudiar: desnutrición en los niños o cáncer de mama en las mujeres etc.

Para hacer el estudio entonces sería necesario consultar varios subsistemas a

saber: Medio Ambiente, Religión, Economía, Políticas del Estado, Infraestructura

Física entre otras.

Lección 20. Globalización Académica, Estudios Culturales y Crítica

Latinoamericana

En esta lección se presenta un extracto de un documento elaborado por Nelly

Richard en el cual hace una fuerte crítica a los estudios latinoamericanos que se

han realizado desde una perspectiva que no tiene en cuenta las condiciones

específicas de las formaciones sociales latinoamericanas, sino obedeciendo a

esquemas extranjeros.

Nelly Richard, licenciada en Literatura Moderna (Universidad París IV-La

Sorbonne), directora de la Revista de Crítica Cultural (Santiago de Chile) y del

Diplomado en Crítica Cultural (Universidad Arcis). Directora del programa

“Postdictadura y transición democrática en Chile” de la Fundación Rockefeller

(1997-2000). Directora de la serie “Crítica y ensayos” de la Editorial Cuarto Propio

en Santiago de Chile. Ganadora de la beca Guggenheim en 1996.

Es importante anotar que sus trabajos representan grandes aportes a la

comprensión de las culturas latinas entendiéndose que no somos una sola cultura

163

sino las culturas teniendo en cuenta las condiciones específicas de cada región en

particular.13

“…LA RECEPCIÓN LATINOAMERICANA DE LOS ESTUDIOS

CULTURALES

La globalización económica y comunicativa ha provocado múltiples

redefiniciones sobre cómo América Latina se vive y se mira a sí misma,

al fragmentar y diseminar los trazados identitarios de lo nacional y de lo

continental que le servían de fronteras de integridad al discurso

sustancialista de un ―nosotros‖ puro y originario.

Pero no sólo las pertenencias de identidad tradicionales y sus

representaciones socioculturales se han visto, en Latinoamérica,

modificadas por los flujos disolventes del régimen de circulación

capitalista que cotidianamente transnacionaliza mercancías e

informaciones. Más allá de aquellos procesos de desterritorialización

del capital económico y de interplanetarización comunicativa, el

dispositivo de la globalización atañe también a la producción de saberes

y teorías, ya que entre sus agentes figura una red transnacional de

universidades y de instituciones del conocimiento que administra

recursos para la circulación de las ideas a la vez que programa las

agendas de debate intelectual. Los territorios de lo universitario y de lo

académico son uno de los sitios marcados por las divisiones entre lo

global (las dinámicas expansivas del neocapitalismo que afectan

también a las instituciones del saber) y lo local: la especificidad de los

campos de formación intelectual y las articulaciones contextuales de

sus dinámicas de pensamiento.

13

Las citas que aparecen en el texto son de la autora Nelly Richard.

164

Estas divisiones entre lo global y lo local, que rediseñan el paisaje

económico y comunicativo de la sociedad y de la cultura

latinoamericana, animan también la discusión en torno a los nuevos

modelos de reorganización del conocimiento susceptibles de analizar

los cambios de lo social y lo cultural en América Latina. Y dentro de

estos modelos, figuran los estudios culturales.

Los estudios culturales (cultural studies) son hoy la novedad exportada

por la red metropolitana centrada en Estados Unidos, y existen muchas

discusiones en América Latina sobre los riesgos de transferencia y

reproducción periféricas de su modelo. Los estudios culturales no sólo

remiten en su designación al antecedente de un proyecto cuya

circunstancia internacional es ajena a la tradición latinoamericana, sino

que además revisten la imagen de un paquete hegemónico debido al

exitoso grado de institucionalización académica que hoy exhiben desde

Estados Unidos.

Son muchas las sospechas y reticencias que rodean la mención a los

estudios culturales en América Latina, donde se los tiende a percibir

como demasiado cautivos del horizonte de referencias metropolitanas

que globaliza el uso y la vigencia de los términos puestos en circulación

por un mercado lingüístico de seminarios y de congresos

internacionales. Para muchos, basta con que los estudios culturales

hayan sido institucionalizados por la fábrica de novedades de la

academia norteamericana para hacerlos cargar automáticamente con el

estigma colonizador de la dominación metropolitana y para declararlos

culpables de sólo favorecer las tecnologías de la reproducción que

expanden el mercado académico internacional.

165

La moda de los estudios culturales habría ido borrando la densidad

histórica de lo local y de sus ―regionalismos críticos‖. Una posición

bastante común es, por ejemplo, la que argumenta que el referente

hegemónico de los estudios culturales está silenciando la tradición del

ensayismo latinoamericano que, sin embargo, anticipó varios de los

actuales desplazamientos de fronteras disciplinarias que tanto se

celebran internacionalmente (Achugar, 1998)

La obliteración de esa tradición y la negación de sus memorias en

español se verían reforzadas por cómo el corpus de los textos

culturales de la ―descolonización‖ ha sido desplazado por la supremacía

teórico-metropolitana del nuevo tema del ―poscolonialismo‖ (Mignolo,

1998): ―Un extraño artefacto totalmente hecho en inglés –

precisamente– en el idioma de la hegemonía que habla para sí de lo

marginal, subalterno, poscolonial‖ (Cornejo Polar, 1997: 344).

Cultura y transformaciones sociales en tiempos de globalización

A esto deberíamos agregar el reclamo que le dirigen varios críticos

latinoamericanos a la ―Internacional académica‖ por cómo se apropia

indiscriminadamente de citas de autores que, en América Latina, dieron

lugar –tempranamente– a construcciones heterodoxas que sirven para

pensar de manera compleja ciertos conflictos ideológico-culturales y

que hoy nos son devueltas completamente banalizadas por el reciclaje

de saberes disciplinarios que promueve, en forma serial, la industria de

los estudios culturales (Sarlo, 1995; Casullo, 1998).

166

Existen razones de más para respaldar las sospechas de los críticos

latinoamericanos que se muestran reticentes frente al tema de los

estudios culturales. Pese la multiplicidad diversa de pliegues que la

recorren internamente, la red académico metropolitana ejerce el poder

representacional de su dominante norteamericana.

La ―función-centro‖ de esta dominante académica norteamericana

controla los nombres y las categorías de discurso que entran en

circulación internacional, y dota de legitimidad institucional a los

términos de debate que ella misma clasifica y organiza

prepotentemente de acuerdo a sus propias jerarquías conceptuales y

político- institucionales. El latino americanismo ofrece el modelo

globalizante de un discurso ―sobre‖ América Latina que generalmente

omite la singularidad constitutiva de los procesos de enunciación

formulados ―desde‖ América Latina. Es cierto que las asimetrías de

poder desencadenadas por el efecto globalizador de la máquina

académica norteamericana de conocimientos tienden a subordinar lo

local (las especificidades, singularidades y diferencialidades de las

prácticas latinoamericanas) al poder multicoordinado de lo global, que

busca suprimir las irregularidades de contextos susceptibles de

accidentar la lisura operacional de sus tecnologías de la reproducción.

Efectivamente, la heterogeneidad de lo local latinoamericano tiende a

ser homogeneizada por el aparato de traducción académica del latino

americanismo y de los estudios latinoamericanos, que no toman en

cuenta ni la densidad significante ni la materialidad operativa de sus

respectivos contextos de enunciación (Moreiras, 1998)6. Todo esto es

cierto, pero no creo que el debate sobre los estudios culturales deba

quedar entrampado en este binarismo Norte/Sur.

167

Desde ya, la resistencia crítica a la tendencia globalizante y abstractiva

de la academia norteamericana y a sus saberes de exportación se

encuentra presente en el interior mismo de los estudios culturales, al

menos en las postulaciones de Stuart Hall, que siempre ha insistido en

defender su carácter de ―práctica coyuntural‖. El manejo

necesariamente localizado de las operaciones que demanda el

conocimiento- en-situación de los estudios culturales, tal como Hall los

concibe, supondría la micro diferenciación de las especificidades de

contextos de lo latinoamericano a través del detalle práctico de cómo se

trama la relación –material y contingente– entre discursos, sujetos,

prácticas e instituciones, en cada sitio de intervención.

La relación entre localidades geoculturales (Estados Unidos, América

Latina), localizaciones institucionales (la academia norteamericana, el

campo intelectual de la semi-periferia) y situaciones de discursos

(hablar ―desde‖, ―sobre‖, ―como‖, etc.) no es una relación dada, natural y

fija, sino una relación construida y mediada, es decir, permanentemente

deconstruible y rearticulable. Hay una movilidad de intersecciones entre

los estudios culturales norteamericanos y la crítica latinoamericana que

des homogeneíza la relación poder/conocimiento de cada bloque

territorial y que puede ser recorrida multidireccionalmente, siempre y

cuando no se pierda de vista la necesidad de una flexión metacrítica

que someta a vigilancia cada una de estas intersecciones de discurso.

Además, tal como ocurre con cualquier otro soporte institucional, la

diversidad de prácticas de los estudios culturales no calza

uniformemente con el bloque académico que retrata su dominante de

exportación. Existen líneas de ambigüedad y de contradicción en el

interior del programa académico de los estudios culturales que, incluso

en Estados Unidos, abren puntos de fuga dentro de su formato

168

aparentemente tan seriado. En contra de los propios límites de

burocratización académico-universitaria de los estudios culturales, es

siempre posible prestar atención a las formas alternativas mediante las

cuales –para retomar una fórmula de Jameson: ―el deseo llamado

estudios culturales‖ batalla contra su propia ortodoxia institucional

(1993: 93). La libertad que ganemos para desplazarnos en medio de las

codificaciones institucionales del saber academizado, nos permitirá

recombinar estratégicamente determinadas articulaciones de debate

según las prioridades de cada uno de nuestros contextos y los juegos

de fuerza que los atraviesan.

Me parece, en todo caso, que la discusión en torno a los estudios

culturales ha renovado los términos de la reflexión latinoamericana

sobre teoría y crítica de la cultura, y quisiera resumir aquí algunos

puntos de discusión que tienen para mí el mérito de abrirse a preguntas

más amplias sobre las relaciones entre saberes académicos, tramas

ciudadanas, mercado cultural, razón crítica y práctica intelectual en

tiempos de saturación capitalista y de globalización massmediática‖

(Richard, 2005).14

Capitulo 5: LAS CULTURAS POPULARES Y LA GLOBALIZACION

Lección 21. ¿Qué se entiende por cultura popular?

Como se pudo ver en las lecciones anteriores, para poder caracterizar una

sociedad desde su cultura existen diferentes enfoques, diferentes metodologías,

pero, en lo que todas estas posiciones convergen es en la necesidad de estudiar

la cultura desde sus propios contextos, desde sus localidades y buscando

interpretar aquello que en su mundo subjetivo se quiere significar y teniendo en

14

Las citas en el documento son propias del autor.

169

cuenta el entorno tal como el medio ambiente, la ubicación geográfica, el clima, la

economía la política, las costumbres y valores.

Por ello no es igual si se analiza la cultura costeña del Norte con la cultura costeña

del Pacifico. Tampoco es igual la cultura de los afro colombianos residentes en el

Chocó y la de los afro colombianos residentes en el Valle a pesar de tener

similitud en sus ancestros.

La Cultura no es estática, es dinámica y se transforma continuamente. Hoy más

que nunca con el acelerado proceso que se lleva en donde la noticia de ayer es

historia para hoy.

Se denomina entonces como Cultura Popular, la forma como desde diferentes

grupos sociales (indígenas, campesinos, afro colombianos, barrios, etc.) se

interpreta el mundo que los rodea y expresan su relación con las instituciones, los

procesos de producción y sentido de sus prácticas. En otras palabras es la forma

como los sectores populares construyen y dinamizan sus universos simbólicos;

como interiorizan los nuevos códigos neoliberales impuestos desde los centros de

poder y como elaboran estrategias de supervivencia en estos contextos.

La Cultura Popular es entonces una cultura incluida en una cultura mayor.

En las siguientes lecciones se expondrán diferentes miradas respecto a las

culturas populares.

En la actualidad el autor que mejor ha trabajado el concepto de Cultura Popular es

Néstor García Canclini:

―Conforma un conjunto de prácticas sociales y colectivas donde lo rural y lo urbano

conviven muchas veces en las entrañas de las grandes ciudades o en los

aglomerados de la periferia, asumiendo una heterogeneidad que permite

caracterizarlas como culturas híbridas‖ (García Canclini, Cultura Transnacional y

Cultura Popular, 1988).

170

Con la anterior definición se reconoce entonces que existe una heterogeneidad en

las culturas populares por lo cual es indispensable la comprensión de cada grupo

social en particular con sus especificidades. Por ejemplo si vamos a estudiar las

comunidades indígenas, estas son múltiples a que son diferentes las de la Sierra

Nevada, las del Cauca, las del Amazonas.

Por ello entonces no se puede hablar de la cultura popular sino de las culturas

populares y la tarea de los investigadores es entonces descubrir, sistematizar y

analizar los diferentes sistemas de conocimientos y significaciones de una

comunidad, sus valores, símbolos, ritos y mitos.

A continuación se transcribe el ensayo escrito por el autor en el que hace una

clara exposición sobre lo popular.

Néstor García Canclini, Nacido en Argentina en 1939. Estudió letras y se doctoró

en 1975 en la Universidad Nacional de La Plata y, tres años después, con una

beca otorgada por el Conicet, se doctora en la Universidad de París. Ejerció la

docencia en la Universidad de La Plata (1966-1975) y en la Universidad de

Buenos Aires (1974-1975). Desde 1990, profesor e investigador de la Universidad

Nacional Autónoma de México, Unidad Iztapalapa, donde dirige el Programa de

Estudios sobre Cultura.

―Hay éxitos tristes. Por ejemplo el de palabras como popular, que casi

no se usaba, luego fue adquiriendo la mayúscula y acaba escribiéndose

entre comillas. Cuando sólo era utilizada por los folcloristas parecía fácil

entender a qué se referían: las costumbres eran populares por su

tradicionalidad, la literatura porque era oral, las artesanías porque se

hacían manualmente. Tradicional, oral y manual: lo popular era el otro

nombre de lo primitivo, el que se empleaba en las sociedades

171

modernas.

Con el desarrollo de la modernidad, con las migraciones, la

urbanización y la industrialización (incluso de la cultura), todo se volvió

más complejo. Una zamba bailada en televisión ¿es popular? ¿Y las

artesanías convertidas en objetos decorativos de departamentos? ¿Y

una telenovela vista por quince millones de espectadores? Hay una

vasta bibliografía que habla de cultura popular en espacios muy

diversos: el indígena y el obrero, el campesino y el urbano, las

artesanías y la comunicación masiva. ¿Puede la misma fórmula ser

usada en tantos territorios?

Hasta ahora estas preguntas han recibido, más que soluciones

científicas, respuestas editoriales e institucionales. Se reúne un grupo

de artículos heterogéneos o se organiza un simposio multimático y se

les coloca como título -la cultura popular-. Estos agrupamientos no

siempre son arbitrarios. A veces, los provoca el interés de responder a

una disponibilidad del mercado editorial o académico. En otros casos,

se quiere enfrentar una necesidad cultural o política: cuando se crea un

museo para difundir las diversas culturas de un país, o cuando se

organiza un movimiento popular urbano que agrupa a sectores

subalternos con objetivos –comunes más allá de sus diferencias étnicas

o laborales. El éxito público de la denominación radica justamente en su

capacidad de reunir a grupos tan diversos, cuya común situación de

subalternidad no se deja nombrar suficientemente por lo étnico (indio),

ni por el lugar en las relaciones de producción (obrero), ni por el ámbito

geográfico (cultura campesina o urbana). Lo popular permite abarcar

sintéticamente todas estas situaciones de subordinación y dar una

identidad compartida a los grupos que coinciden en ese proyecto

solidario. Por eso, el término popular se ha extendido como nombre de

partidos políticos, revoluciones y movimientos sociales. En esta

172

polisemia reside también su debilidad. Lo popular no corresponde con

precisión a un referente empírico, a sujetos o situaciones sociales

nítidamente identificables en la realidad. Es una construcción

ideológica, cuya consistencia teórica está aún por alcanzarse. Es más

un campo de trabajo que un objeto de estudio científicamente

delimitado. No obstante, debiéramos poder plantear el problema

científico con cierta independencia de las presiones y los intereses

históricos que condicionan excesivamente las maneras en que las

ciencias sociales se interrogan por lo popular. No estamos pretendiendo

una imposible asepsia del discurso científico respecto del entorno en

que es producido, circula y se usa. Si bien ninguna práctica social

puede desentenderse enteramente de su contexto, pensamos que una

propiedad de trabajo científico es volver visible y discutible, y por tanto

un poco más neutralizable, la relación entre su discurso y las

condiciones en que se engendra.

Para encarar la crisis actual de la teoría sobre la cultura popular, uno de

los problemas claves es la divergencia entre dos tendencias científicas

opuestas: la antropología y los estudios sobre comunicación. Hay que

preguntarse por qué se desarrollaron separadas, con estilos de trabajo

tan distintos. Señalaremos brevemente los rasgos propios de cada

paradigma y sus modos de ocuparse de lo popular. Analizaremos luego

qué ha significado para cada uno su parcialidad y que cambios les

provocaría tomar en cuenta la mirada opuesta. A partir de este debate

intentaremos, ver si un enfoque transdisciplinario nos ayudaría a definir

mejor qué entendemos por cultura popular -y también por cultura

masiva-, si aún pueden sostenerse esos nombres, y cómo estudiarlas

en una época que reformula las relaciones entre tradición, y

173

modernidad, entre las formas locales de sociabilidad y las que

promueven las nuevas tecnologías‖. 15

Lección 22. Cultura de Masas

En la anterior lección se pudo describir claramente el significado de la cultura

popular. Ahora entraremos a otro tema de discusión: la cultura de masas.

Con cultura de masas se hace referencia a aquellas prácticas basadas en la

producción y el consumo estandarizados. Responde entonces en pautas fijadas

internacionalmente y se apoya en relaciones impersonales. Por ello es una seudo

cultura (falsa cultura) que se deja imponer pautas de consumo. Es la cultura que

se produce a través de los medios de comunicación y que es absorbida por las

comunidades de una manera inconsciente. Son todos aquellos estilos de vida que

se imponen en los países hegemónicos para establecer pautas de consumo

masivo.

Lo masivo es aquello que circula como un producto de la sociedad de consumo y

que posee unas características esenciales ya que logran fabricar en la gente

sueños, ideas, ilusiones, estilos de vida que no son propios y que son asimilados

por todas las clases sociales. Es un instrumento de consolidación y mantenimiento

de las estructuras de poder.

Lo masivo no solamente se circula por los medios electrónicos: está también en

los cuerpos de quienes usan la moda, en la televisión, en las empresas que los

distribuyen, en las marcas, en la publicidad.

Con la cultura de masas se pretende homogenizar a toda la población en el

entendido que “todos podemos ser iguales” porque todos podemos acceder a los

bienes que se nos ofrecen.

15

Articulo consultado en: http://www.infoamerica.org/documentos_pdf/garcia_canclini1.pdf

174

La realidad es que con todos estos estilos de consumo impuestos a través de los

medios de comunicación se están enmascarando los verdaderos problemas de la

sociedad, no contribuye al auténtico desarrollo humano por cuanto las personas

creen que su propio desarrollo está determinado por la posibilidad de “tener” antes

que ser.

El elemento que en este caso determina un cambio sustancial es la educación

pues, en la medida en que los sectores populares toman conciencia de sus

realidades, encontrarán nuevas vías para relacionarse con la sociedad actual,

dejando la pasividad y la aceptación de su condición.

Lección 23. Cultura y Medios de Comunicación

Para iniciar esta reflexión sobre los medios de comunicación, primero hay que

empezar a entender cuál es su papel y a partir de allí como podemos ver el

proceso de la dominación simbólica, como actúa y cómo se trasmite entre los

ciudadanos sin volver a la teoría de la aguja hipodérmica, en la que todo lo que los

medios transmiten les llega directamente a los receptores sin una reflexión crítica

o por lo menos sin pasar por los sistemas de interpretación propios dados por el

contexto cultural, político, social, de género etc.

Para esto en el texto de Jorge Iván Bonilla “Apuntes sobre medios de

Comunicación, Esfera Pública y Democracia”, se encuentra una discusión actual

que es: cuál es el papel de los medios de comunicación en la construcción de lo

público, espacio donde se discuten desde las distintas posturas sociales, políticas,

culturales y de género que país quieren los y las ciudadanas.

Para Jorge Iván el papel de los medios de comunicación está en la visibilización

de los diferentes temas sociales, que han ido rompiendo la agenda pública, “esto

es, por el derecho a la palabra pública, por hacerse oír y por dejarse ver.” (Bonilla,

2005). Lo anterior ha impuesto una pregunta fundamental, y que se articula con

175

los planteamientos de Bourdieu desde el lenguaje y es, ¿sobre qué está permitido

hablar? Y reforzándolo con Bourdieu cómo está permitido hablar sobre los hechos

sociales? “los medios de comunicación (desde la imprenta, la radio, la televisión y

ahora Internet) se han convertido en arenas, ámbitos y actores fundamentales en

la transformación de la vida pública de sociedades modernas. (Bonilla, 2005, pág.

59)”

Estas transformaciones las relaciona Bonilla con las interpretaciones simbólicas

sobre la realidad, que no nacen en el ayer sino que son procesos de larga

duración, por ejemplo en el cambio de la monarquía al Estado, el papel de la

prensa fue fundamental, porque cambiaron los referentes simbólicos de poder, se

pasó de centrarlo todo en Dios y el monarca, a los poderes centrados en los

hombres, “con aquel ideario liberal que identificó el papel político e la prensa

escrita no solo con el declive de los centros de poder simbólico, provenientes del

―trono‖ de la iglesia, sino con el compromiso del interés común, y del debate

público, y con la creación de símbolos y sentimientos de identidad nacional,

vinculados a las nuevas ―comunidades imaginadas‖, asociadas a los emergentes

Estados – Nación europeos del siglo XVII y XVIII”. (Bonilla, 2005, pág. 51).

En el caso de este curso se revisa el papel de los medios de comunicación como

un espacio fundamental del proceso de socialización cultural, entendiendo los

medios como entes no aislados sino como parte de la articulación de varias

instituciones sociales que construyen un “sentido común social” para la

interpretación de la realidad.

Aquí se debe analizar cuál es esa articulación entre medios y la interpretación

hegemónica de la realidad, que si bien no es entender a los receptores como

pasivos, si es ver cómo se refuerzan las interpretaciones sociales entre la familia,

la iglesia, la escuela, el estado y ahora los medios de comunicación.

176

En cuanto a los medios de comunicación hay que superar la mirada común de

entenderlos como solo espacios de información y de recreación para entrar a

problematizar su papel en la construcción de sistemas de interpretación de la

realidad, cuáles son sus relaciones con el poder político, económico, social y

cultural, no solo en lo que tiene que ver con su sostenimiento como medio de

comunicación sino como su función mediadora responde también a una

articulación con esos poderes.

Pierre Bourdieu, en su libro Sobre la Televisión, habla del campo del periodismo y

el político, que si bien son campos autónomos, la incidencia del campo del

periodismo sobre el político hace que los agentes de este último tengan algunas

ventajas en su lucha de dominación del campo al aparecer o no en los medios,

diría yo que la forma como aparecen en los medios es lo que facilita un

movimiento dentro del campo político, ―aunque los agentes comprometidos en el

campo periodístico y el político estén en una relación de competencia y de lucha

permanentes y el campo periodístico esté en cierta medida, englobado dentro del

campo político en cuyo seno ejerce unos efectos muy poderosos, estos campos

comparten el hecho de estar muy directamente y estrechamente colocados bajo el

efecto de la sanción del mercado y del plebiscito‖ (Bourdieu P. , Sobre la

Televisión, 2002) , para el caso colombiano vemos a los agentes políticos dentro

de una dicotomía amigo enemigo, la cual se podría evidenciar en los medios de

comunicación por la forma como aparecen los agentes del campo político, el

lenguaje que se utiliza, la frecuencia con que se citan para opinar sobre los

hechos políticos y particularmente frente al conflicto político colombiano, hay

fuentes “oficiales” que tienen hoy una posición de legitimidad frente a la opinión y

unas fuentes que han tendido a desaparecer o sus apariciones son esporádicas y

no dan un fuerte contraste a las fuetes oficiales, esto da la sensación de

legitimidad de un discurso sobre otras posturas que también existen en el campo

político.

177

Para Pierre Bourdieu, esto es la “violencia simbólica responde a la desigual

distribución del capital lingüístico y cultural estableciendo un sistema de censuras

que reproduce la dominación en el campo simbólico, traduciendo la lucha de

clases en un sistema de intercambios comunicativos. El lenguaje como institución

renueva la estructura dominante de distribución desigual del capital cultural,

legitima la desigualdad, naturaliza la exclusión y participa en la reproducción del

orden social, imponiendo la violencia simbólica, induciendo códigos, pero

otorgando, a la vez la fantasía de la libertad, la creación y el mérito individual”16

Hablar de este habitus de interpretación es reconocer que hay una forma

hegemónica de interpretación de la realidad social, política, cultural de género etc.,

que les es muy favorable para seguir tanto en el poder local, regional y ahora

global. Una vez reconocido se debe tratar de cuestionar esa naturalización de la

interpretación, buscando esas otras formas de interpretación simbólica que existen

y tratar de posicionarlas, como ha ocurrido con una subversión del lenguaje al

darle al lenguaje un espacio a las formas de denominación femenina que al

principio tuvo una gran resistencia pero poco a poco se ha ido imponiendo

ampliando los marcos de interpretación.

Otro autor que llama la atención sobre el papel del lenguaje (que no solo es el

escrito, sino también el verbal y el no verbal), en la construcción de la realidad es

M.A.K. Halliday, quien manifiesta que: ―El lenguaje surge en la vida del individuo

mediante un intercambio continuo de significados con otros significantes. Un niño

crea, primero su lengua infantil. Luego su lengua materna, en interacción con ese

pequeño corrillo de gente que constituye su grupo significativo. En ese sentido, el

lenguaje es un producto del proceso social.

16 Alonso Luis Enrique cita a Pierre Bourdieu, el Lenguaje y la Comunicación: de los Mercados Lingüísticos a la

degradación mediática. www.unavarra.es/puresoc/es/c_textos.htm

178

Un niño que aprende el lenguaje aprende al mismo tiempo otras cosas mediante el

lenguaje, formándose una imagen de la realidad que está a su alrededor y en su

interior; durante ese proceso, que también es un proceso social, la construcción de

la realidad es inseparable de la construcción del sistema semántico en que se

halla codificada la realidad”. (Halliday, 2001).

Dentro del estudio de la comunicación es importante reconocer el papel de la

construcción de sentido de los productos que comunicamos, cómo los recibe el

receptor y que hace con ellos, cuál es la intencionalidad con la que se construyen

los mensajes a través de la palabra, del la escritura, del sonido o de la imagen.

Para realizar este análisis simbólico y de producción de sentido es importante

conocer el contexto social y cultural en el cual subyacen estas interpretaciones y

como a partir de ellas se construye la realidad social.

Dentro de la producción simbólica que atraviesan los procesos comunicativos,

mediados por distintos canales de transmisión, se conforman estructuras

simbólicas en la sociedad que permiten que los procesos hegemónicos de

dominación política, cultural, religiosa, de género etc., cuenten con la aceptación

del conglomerado social y que resulte difícil transformarlos con solo cambios de

poder cuando las estructuras siguen inermes dentro del sujeto, pero sobretodo

encontrar las formas propias que la sociedad encuentra para transformar y

reinterpretar las simbologías hegemónicas, y construir sus propias

interpretaciones, pero esto no es posible sin reconocer primero que se está

inmerso en interpretaciones dadas desde afuera desde unos intereses sociales,

culturales, políticos, económicos etc., particulares.

Lección 24. Globalización y consumo

179

Néstor García Canclini presenta en su obra Consumidores y Ciudadanos un

análisis desde lo cultural diciendo que el valor simbólico de consumir “lo nuestro”

estaba sostenido por una racionalidad económica, “consumir bienes y marcas

extranjeras era un recurso de prestigio, en el modelo de la globalización la

distinción entre lo propio y lo ajeno, dice Canclini, ya no guarda mucho sentido

cuando se compara un Ford montado en España,… (García Canclini, 1995, pág.

16)”

Aquí introduce Canclini, dos conceptos la internacionalización y la globalización,

la “primera tiene que ver con la internacionalización de las culturas nacionales, la

mayoría de los mensajes y bienes que se consumían se generaban en la propia

sociedad”, (García Canclini, Consumidores y Ciudadanos, 1995)” la segunda

supone una “interacción funcional de actividades económicas y culturales

dispersas, bienes y servicios generados por un sistema con muchos centros, en el

que importan más la velocidad para recorrer el mundo que las posiciones

geográficas desde las cuales se actúa”, (García Canclini, 1995, pág. 16) es a

través de los medios de comunicación, de la industria cultural que se ve la

velocidad de interpretación del mundo donde en un mismo espacio pueden

converger formas de interpretación tradicionales , modernas y posmodernas sobre

los fenómenos sociales. El consumo para García Canclini es un espacio de

disputas por aquello que la sociedad produce y por las maneras de usarlo. El

consumo es visto como distinción social, la sociedad comprende el significado de

lo que se consume o no.

Canclini dice que “el consumo es el conjunto de procesos socioculturales en que

se realizan la apropiación y los usos de los productos… los actos a través de los

cuales consumimos como algo más que ejercicios de gustos, antojos y compras

irreflexivas, según lo suponen los juicios moralistas” (García Canclini, 1995, pág.

16) el consumo para Canclini no es algo que se puede reducir al entendimiento

180

económico como parte de la cadena productiva , aunque dice Canclini que no se

puede negar la influencia de lo macrosocial en el consumo también existe un

selección individual de lo que se va a consumir.

En el consumo dice Canclini intervienen también las reglas de a distinción entre

los grupos, el nivel de educación, las innovaciones tecnológicas y la moda. ““El

consumo”, dice Manuel Castells, “es un sitio donde los conflictos entre clases,

originados por la desigual participación en la estructura productiva, se continúan a

propósito de la distribución y apropiación de los bienes””17

En este sentido se puede afirmar que el consumo no ha sido solamente en lo

material sino que el consumo ha sido guiado por un afán del capitalismo por

legitimar culturalmente su esencia, es decir dar elementos para crear necesidades

que solo el mercado pone como importantes, es aquí donde consumir debe ser

visto de otra manera, desde donde se nos están creando las necesidades, cómo

resistir a esta cultura consumista, cómo hacer de esta realidad una posibilidad de

re-significar esta práctica para que podamos construir una ciudadanía.

Aquí se puede retomar la discusión de las lecciones anteriores sobre las

interpretaciones simbólicas en la toma de posición frente a la realidad, ya que es

a través del consumo donde legitimamos unas formas de interpretación, unas

formas de ser. No es que hoy ser ciudadanos esté solo en los medios de

comunicación, no es que si consumimos nos volvemos ciudadanos sino que como

lo diría Pierre Bourdieu, los sistemas simbólicos tiene una participación activa en

la construcción de la realidad, “… pero si aceptamos que los sistemas simbólicos

son productos sociales que producen el mundo, que no se contentan con reflejar

las relaciones sociales sino que también contribuyen a construirlas, entonces

debemos admitir forzosamente que es posible, dentro de ciertos límites

17

Esta es una cita que hace García Canclíni de el Autor Manuel Castels en su libro Consumidores y Ciudadanos.

181

transformar el mundo transformando su representación (Bourdieu 1980, 1981,

1982)”18.

La exposición acumulativa de las condiciones sociales definidas imprime en los

individuos un conjunto de disposiciones duraderas y transponibles que

“interiorizan” la necesidad de su entorno social, inscribiendo dentro del organismo

la inercia y las coerciones estructuradas de la realidad externa. (habitus), los

medios de comunicación son hoy un elemento fundamental de transmisión de

estructuras simbólicas que permiten construir la realidad, política, cultural, social.

Los sistemas simbólicos no son meros instrumentos de conocimiento también son

instrumentos de dominación (ideología para Marx). En su calidad de operadores

de integración cognoscitiva, promueven por su propia lógica, la integración social

de un orden arbitrario.

La relación entre consumo y ciudadanía la expone Canclini desde autores como

Pierre Bourdieu, entre otros, en las cuales se muestran que en las sociedades

contemporáneas “la racionalidad de las relaciones sociales se construyen más que

en las luchas por los medios de producción y la satisfacción de necesidades

materiales, en la que se efectúan para apropiarse de los medios de distinción

simbólica”. (García Canclini, 1995)

Aquí entra la propuesta más fuerte de Canclini desde la perspectiva del consumo

como un espacio cultural más que económico, y plantea que hay un acuerdo

social en el sentido en la comunidad sabe racionalmente que significa tener o no

un objeto de consumo, aquí ve el potencia del consumo Canclini, “comprar

objetos, colgárselos, en el cuerpo o distribuirlos pro la casa, asignarles un lugar en

u orden, atribuirles funciones en la comunicación con los otros, son los recursos

para pensar el propio cuerpo, el inestable orden social y las interacciones inciertas

18 El autor Wacquant Loic cita a Pierre Bourdieu en Respuestas, por una Antropología Reflexiva. Página 22

182

con los demás. Consumir es hacer más inteligible un mundo donde lo sólido se

evapora”. (García Canclini, 1995, pág. 48).

Dice Canclini que el consumo es un proceso en el que los deseos se convierten en

demandas y en actos socialmente regulados. “los gustos de los sectores

hegemónicos tienen esta función de ―embudo‖, desde los cuales se van

seleccionado las ofertas externas y suministrando modelos político-culturales para

administrar las tensiones entre lo ajeno y lo propio… En los estudios de consumo

cultural en México, encontramos que la falta de interés de sectores populares en

exposiciones de arte, teatro o cine experimentales, no se debe solo al débil capital

simbólico con que cuentan para apreciar estos mensajes sino también a la

fidelidad a los grupos que pertenecen”. (García Canclini, 1995, pág. 49)

Para que se convierta el consumo en un espacio político dice Canclini se debe

pasar de pensar el consumo como un mero ejercicio de intercambio económico,

de intercambio de mercancías sino como parte de interacciones socioculturales

más complejas.

Retomando la discusión sobre le capital simbólico, el campo académico es un

espacio rico para este estudio, y que es a partir de allí que se define que es válido

para estudiar y que no, y que marca el consumo académico, “la autoridad que

ejerce el Centro como facultad simbólica procede de las investiduras de autoridad

que lo habilitan para operar como ―función-centro‖, es decir como punto o red que

opera ―un número infinito de sustituciones de signos… la autoridad teórica de la

función-centro, reside en ese monopolio del poder- de –representación según la

cual ―representar‖ es controlar los medios discursivos que subordinan el objeto de

saber a una economía declarada superior”. (García Canclini, 1995, pág. 5).

Lección 25. Paradojas de la Globalización

183

A continuación se transcribe un texto escrito por Eduardo Galeano (1940), escritor

y periodista uruguayo autor del conocido libro “Las venas abiertas de América

Latina”, que toca específicamente las implicaciones de lo globalizado.

PARADOJAS DE LA GLOBALIZACIÓN:

―La mitad de los brasileños es pobre o muy pobre, pero el país de Lula

es el segundo mercado mundial de las lapiceros Montblanc y el noveno

comprador de autos Ferrari, y las tiendas Armani de Sao Paulo venden

más que las de Nueva York.

El Banco Mundial elogia la privatización de la salud pública en Zambia:

"Es un modelo para el África. Ya no hay colas en los hospitales". El

diario The Zambian Post completa la idea: "Ya no hay colas en los

hospitales, porque la gente se muere en la casa".

Hace cuatro años, el periodista Richard Swift llegó a los campos del

oeste de Ghana, donde se produce cacao barato para Suiza. En la

mochila, el periodista llevaba unas barras de chocolate. Los

cultivadores de cacao nunca habían probado el chocolate. Les encantó.

Los países ricos, que subsidian su agricultura a un ritmo de mil millones

de dólares por día, prohíben los subsidios a la agricultura en los países

pobres. Cosecha récord a orillas del río Mississippi: el algodón

estadounidense inunda el mercado mundial y derrumba el precio.

Cosecha récord a orillas del río Níger: el algodón africano paga tan

poco que ni vale la pena recogerlo.

Las vacas del norte ganan el doble que los campesinos del sur. Los

subsidios que recibe cada vaca en Europa y en Estados Unidos

duplican la cantidad de dinero que en promedio gana, por un año entero

de trabajo, cada granjero de los países pobres.

Los productores del sur acuden desunidos al mercado mundial. Los

compradores del norte imponen precios de monopolio. Desde que en

184

1989 murió la Organización Internacional del Café y se acabó el

sistema de cuotas de producción, el precio del café anda por los suelos.

En estos últimos tiempos, peor que nunca: en América Central, quien

siembra café cosecha hambre. Pero no se ha rebajado ni un poquito,

que yo sepa, lo que uno paga por beberlo.

Carlomagno, creador de la primera gran biblioteca de Europa, era

analfabeto. Joshua Slocum, el primer hombre que dio la vuelta al

mundo navegando en solitario, no sabía nadar.

Hay en el mundo tantos hambrientos como gordos. Los hambrientos

comen basura en los basurales; los gordos comen basura en

McDonald´s.

El progreso infla. Rarotonga es la más próspera de las islas Cook, en el

Pacífico sur, con asombrosos índices de crecimiento económico. Pero

más asombroso es el crecimiento de la obesidad entre sus hombres

jóvenes. Hace 40 años eran gordos 11 de cada 100. Ahora, son gordos

todos.

Desde que China se abrió a esta cosa que llaman "economía de

mercado", el menú tradicional de arroz con verduras ha sido velozmente

desplazado por las hamburguesas. El gobierno chino no ha tenido más

remedio que declarar la guerra contra la obesidad, convertida en

epidemia nacional. La campaña de propaganda difunde el ejemplo del

joven Liang Shun, que adelgazó 115 kilos el año pasado.

La frase más famosa atribuida a Don Quijote ("Ladran, Sancho, señal

que cabalgamos") no aparece en la novela de Cervantes; y Humphrey

Bogart no dice la frase más famosa atribuida a la película Casablanca

(Play it again, Sam).

185

Contra lo que se cree, Alí Babá no era el jefe de los 40 ladrones, sino

su enemigo; y Frankenstein no era el monstruo, sino su involuntario

inventor.

A primera vista, parece incomprensible, y a segunda vista, también:

donde más progresa el progreso, más horas trabaja la gente. La

enfermedad por exceso de trabajo conduce a la muerte. En japonés se

llama karoshi. Ahora los japoneses están incorporando otra palabra al

diccionario de la civilización tecnológica: karojsatsu es el nombre de los

suicidios por hiperactividad, cada vez más frecuentes.

En mayo de 1998, Francia redujo la semana laboral de 39 a 35 horas.

Esa ley no sólo resultó eficaz contra la desocupación, sino que además

dio un ejemplo de rara cordura en este mundo que ha perdido un

tornillo, o varios, o todos: ¿para qué sirven las máquinas, si no reducen

el tiempo humano de trabajo? Pero los socialistas perdieron las

elecciones y Francia retornó a la anormal normalidad de nuestro

tiempo. Ya se está evaporando la ley que había sido dictada por el

sentido común.

La tecnología produce sandías cuadradas, pollos sin plumas y mano de

obra sin carne ni hueso. En unos cuantos hospitales de Estados Unidos

los robots cumplen tareas de enfermería. Según el diario The

Washington Post, los robots trabajan 24 horas por día, pero no pueden

tomar decisiones, porque carecen de sentido común: un involuntario

retrato del obrero ejemplar en el mundo que viene.

Según los evangelios, Cristo nació cuando Herodes era rey. Como

Herodes murió cuatro años antes de la era cristiana, Cristo nació por lo

menos cuatro años antes de Cristo.

Con truenos de guerra se celebra, en muchos países, la Nochebuena.

Noche de paz, noche de amor: la cohetería enloquece a los perros y

deja sordos a las mujeres y los hombres de buena voluntad.

186

La cruz esvástica, que los nazis identificaron con la guerra y la muerte,

había sido un símbolo de la vida en la Mesopotamia, la India y América.

Cuando George W. Bush propuso talar los bosques para acabar con los

incendios forestales, no fue comprendido. El presidente parecía un poco

más incoherente que de costumbre. Pero él estaba siendo consecuente

con sus ideas. Son sus santos remedios: para acabar con el dolor de

cabeza, hay que decapitar al sufriente; para salvar al pueblo de Irak,

vamos a bombardearlo hasta hacerlo puré.

El mundo es una gran paradoja que gira en el universo. A este paso, de

aquí a poco los propietarios del planeta prohibirán el hambre y la sed,

para que no falten el pan ni el agua‖. (Galeano., 2004)

CAPITULO 6: GLOBALIZACIÓN, PARTICIPACIÓN Y DESARROLLO

Lección 26. Globalización y Desarrollo

En esta lección se presenta el artículo escrito por Arturo Escobar Uribe,

Antropólogo colombiano dedicado al estudio de los efectos de la globalización en

el mundo postmoderno en el desarrollo de nuestras comunidades.

GLOBALIZACION DESARROLLO Y MODERNIDAD (Escobar, 2002)

Publicado en: Corporación Región, ed. Planeación, Participación y Desarrollo

(Medellín: Corporación Región, 2002), pp. 9-32.

―Para referirme a la globalización, el desarrollo y la modernidad

desarrollaré tres preguntas claves. La primera: ¿cuál es el estado del

desarrollo y de la modernidad en tiempos de globalización? El

argumento básico es que es necesario construir una nueva forma de

pensar sobre el desarrollo y la modernidad y, por tanto, la planificación,

desde la perspectiva de un nuevo paradigma de la globalización. El

187

resultado esperado es la posibilidad de la construcción de mundos

socio-naturales diferentes que mantengan una conciencia de la

globalidad sin ser desarrollistas ni modernizantes.

La segunda: ¿en qué medida transforman los movimientos sociales --

particularmente aquellos contra la globalización-- las relaciones entre

globalización, desarrollo y modernidad? Muchos de los movimientos

sociales de hoy en día poseen una dimensión antiglobalizadora; éstos

se conectan formando redes auto organizativas las cuales pueden

llegar a crear globalidades diferentes, otra forma de pensar lo global, lo

que podemos llamar glocalidades —concepto que introduzco y

explicaré poco a poco—, que podrían promover la construcción de

mundos socio naturales alternativos. La idea de mundo socio natural

local o regional, es una idea que me parece muy apta para introducir el

componente ecológico que en el desarrollo siempre fue dejado de lado.

El resultado esperado de esta segunda pregunta es una perspectiva de

los movimientos sociales como espacios de producción de

conocimiento y de lucha por la defensa y transformación de lugar. ¿Por

qué enfatizo en los movimientos sociales como espacios de producción

de conocimiento? Porque una lectura de los movimientos sociales de

hoy en día es, precisamente, que los movimientos sociales se han visto

abocados a crear su propio conocimiento (posiblemente siempre lo han

hecho) en una forma mucho más consciente. ¿Y cómo lo están

creando? Es un pregunta etnográfica muy interesante, de investigación

de campo y seguirle la pista a los activistas --eso hoy en día quiere

decir de Timbiquí a Washington o Génova-- y que sugiere que tenemos

que romper esa barrera que antes, supuestamente, existía, por un lado,

entre los académicos y los intelectuales como productores de

conocimiento, y por el otro, los activistas como usuarios de

conocimiento. Los activistas producen su propio conocimiento, recrean

188

el nuestro —si queremos vernos por fuera de los movimientos

sociales—. El conocimiento de los movimientos sociales se convierte

para los académicos y los intelectuales en materia de estudio y de

construcción de conocimiento solidarios como movimientos sociales.

La tercera es más bien metodológica, sobre todo para los antropólogos:

¿cómo realizar la etnografía del lugar y de las redes de los movimientos

sociales contra la globalización? Esto porque una etnografía de la

producción de lugar-en-redes es necesaria para contrarrestar la idea de

que la globalización convierte al lugar en un espacio marginal para la

producción de la realidad socio natural. Lo que se quiere es reconocer

el lugar como espacio transformador de lo global, al unirse en lo global

con otros movimientos de defensa del lugar.

Quisiera enfatizar que los conceptos aquí expuestos salen de un

proceso de interacción entre el pensamiento teórico y el pensamiento

de los movimientos sociales. Pero antes de abordar las tres preguntas

es importante hacer unas anotaciones teóricas sobre la modernidad y el

desarrollo.

Uno: la modernidad

¿Qué es la modernidad? La modernidad es un período histórico que

aparece, especialmente, en el norte de Europa, al final del siglo XVII y

se cristaliza al final del siglo XVIII. Conlleva todas las connotaciones de

la era de la ilustración, que está caracterizada por instituciones como el

Estado-nación, y los aparatos administrativos modernos. Tiene, por lo

menos, dos rasgos fundamentales que todos los teóricos enfatizan. El

primero es la auto reflexividad, Giddens y Habermas quieren decir con

esto que la modernidad es ese primer momento en la historia donde el

conocimiento teórico, el conocimiento experto se retroalimenta sobre la

189

sociedad para transformar, tanto a la sociedad como al conocimiento.

Eso con la era de la información ha llegado a un nivel súper sofisticado.

Las sociedades modernas, distinguiéndolas de las tradicionales, son

aquellas sociedades que están constituidas y construidas,

esencialmente, a partir de conocimiento teórico o conocimiento experto.

Para dar un ejemplo, la diferencia estereotipada entre sociedad

tradicional y sociedad moderna. En la sociedad tradicional, —un grupo

étnico en el Amazonas hace 30 o 40 años—, las normas que rigen la

vida diaria son generadas endógenamente a través de relaciones cara a

cara, en el día a día, históricamente. En las sociedades modernas las

normas que rigen la vida cotidiana, que determinan cómo significamos,

cómo interpretamos, cómo vivimos nuestra vida, no están producidas a

ese nivel de la relación cara a cara, sino que están producidas por

mecanismos expertos, impersonales, que parten del conocimiento

experto en relación con el Estado.

La segunda característica de la modernidad que Giddens enfatiza es la

descontextualización, que es el despegar, arrancar la vida local de su

contexto, y que la vida local cada vez es más producida por lo

translocal. Por eso muchos movimientos sociales hablan de resituar la

vida local en el lugar. Estas teorías de Giddens están muy por detrás de

la forma en que se ve la globalización. Muchos de los teóricos parten de

la teoría de este sociólogo inglés, en sus libros de finales de los 80 y

comienzos de los 90. Giddens dice que la globalización no es una etapa

nueva, distinta a la modernidad; no hay posmodernidad, eso son

invenciones de algunos filósofos, que estamos todavía dentro de la

modernidad, que la globalización simplemente es una radicalización y

universalización de la modernidad, cuando la modernidad ya no es

solamente un asunto de los países modernos occidentales europeos,

190

sino que, precisamente, la globalización ocurre cuando la modernidad

logra universalizarse, globalizarse. Lo que quiere decir que, en gran

medida, el control de occidente sobre la modernidad se debilita, pero

que al mismo tiempo, precisamente, porque ya occidente ha alcanzado

a abarcar todo el resto del planeta.

Desde esta perspectiva de la supuesta globalización de la modernidad

se pueden distinguir las siguientes opciones:

La globalización conlleva la radicalización de la modernidad. De ahora

en adelante nos enfrentamos a un cierto tipo de modernidad para

siempre, y en todas partes, tal como lo plantea la posición liberal

progresista o la tercera vía, con teóricos como Giddens, Touraine,

Castells, Habermas (con diferentes implicaciones sobre como

―completar‖ el proyecto moderno para cada uno de estos pensadores,

sin embargo).

No hay un ―afuera‖ con respecto a la modernidad. La modernidad debe

ser transformada o completamente reconstruida desde adentro. Esta es

la posición marxista contemporánea con teóricos como Hardt , Negri.

El mundo actual se compone de variaciones múltiples de la

modernidad, resultantes de la infinidad de encuentros entre la

modernidad y las tradiciones. De ahora en adelante (y desde antes),

nos vemos abocados a la existencia de modernidades ―híbridas‖,

―locales‖, ―mutantes‖, ―alternativas‖, o ―múltiples‖. Esta es la posición

posestructuralista, en gran medida derivada de la antropología.

Dos: el desarrollo

191

Ha habido cuatro grandes momentos teóricos en la historia del

desarrollo, desde 1950 hasta el momento. El primer gran momento es la

teoría de la modernización convencional, con etapas de desarrollo y

diversos para alcanzarlo, donde se asume que el tercer mundo tiene

que convertirse como el primer mundo, pues ahí estaban los modelos.

La cosa era muy fácil, es un momento de certeza, entre los años 50, 60

y 70.

El segundo, es el que marca la etapa de la teoría de la dependencia

como crítica de la modernización, no del desarrollo, según la cual el

subdesarrollo está causado precisamente por las relaciones de

vinculación de los países del tercer mundo con la economía mundial, y

lo que hay que cambiar son esas relaciones de vinculación y las

relaciones internas de explotación. La teoría de la dependencia

cuestionó el desarrollo capitalista pero no el desarrollo, y postuló un

desarrollo socialista, o desarrollo con equidad.

El tercer momento es la crítica posestructuralista y el cuarto momento

es una reacción al análisis posestructuralista. En el momento

posestructuralista el desarrollo viene, como el nombre lo indica, de otra

teoría social. La crítica al desarrollo como discurso proviene de otra

teoría social –el posestructuralismo—diferente a la teoría liberal y al

marxismo. Como se observa claramente en la siguiente tabla la

aplicación de estos tres paradigmas al caso del desarrollo conlleva

diferentes preguntas, actores y respuestas o prescripciones.

192

Fuente: Arturo Escobar en: Globalización Desarrollo y Modernidad

“Para pensar estas diferencias es importante partir por aceptar que la

teoría es una descripción de la realidad en los términos de un discurso

abstracto, no es más valida que la descripción de la realidad de la gente

en su cotidianidad o que la discusión de la realidad de los escritores,

por ejemplo, García Márquez o William Ospina; la teoría es

simplemente diferente porque le hemos dado mucho más poder, por ser

supuestamente producida por expertos.

Podemos clasificar los paradigmas del desarrollo, rigurosa y

sistemáticamente, en relación a los tres grandes paradigmas de las

ciencias sociales contemporáneas: el paradigma liberal, el paradigma

marxista y el paradigma posestructuralista. El concepto clave del

PARADIGMA

VARIABLES

Teoría

liberal

Teoría marxista Teoría post-

estructuralista

Epistemología Positivista Realista/dialéctica Interpretativa/constructivista

Conceptos claves Mercado

Individuo

Producción (ejemplo: modo de producción)

Trabajo

Lenguaje

Significado (significación)

Objeto de estudio Sociedad

Mercado

Derechos

Estructuras sociales

Ideologías

Representación/Discurso

Conocimiento-poder

Actores relevantes Individuos

Instituciones

Estado

Clases sociales (Clases trabajadoras)

(Campesinos)

Movimientos sociales (Trabajadores,

campesinos)

Estado democrático

“comunidades locales”

Nuevos movimientos sociales, ONG´s

Todos los productores de conocimiento

(incluidos individuos, estado,

movimientos sociales)

Pregunta del desarrollo Cómo puede una sociedad

Desarrollarse o ser

desarrollada a través de la

combinación de capital y

tecnología y acciones

estatales e individuales

Cómo funciona el desarrollo como una

ideología dominante

Cómo Asia, Africa y América Latina

llegaron a ser representados como

subdesarrollados

Criterios de cambio “Progreso”, Crecimiento

Crecimiento más

distribución (Años setentas)

Adopción de mercados

Transformación de las relaciones sociales

Desarrollo de las fuerzas productivas

Desarrollo de conciencia de clase

Transformación de la economía política

de la verdad

Nuevos discursos y representaciones

(pluralidad de discursos)

Mecanismo de cambio Mejores datos y teorías

Intervenciones más

enfocadas

Luchas de clases Cambio de prácticas de saber y hacer

Etnografía Cómo el desarrollo es

mediado por la cultura

Adaptar los proyectos a las

culturas locales

Cómo los actores locales resisten las

intervenciones del desarrollo

Cómo los productores de conocimiento

resisten, adaptan, subvierten el

conocimiento dominante y crean su

propio conocimiento

Actitud respecto al desarrollo y

la modernidad

Promover un desarrollo más

igualitario (profundizar y

completar el proyecto de la

modernidad.

Reorientar el desarrollo hacia la justicia social y

la sostenibilidad (Modernismo Crítico:

desvincular capitalismo y modernidad)

Articular una ética del conocimiento

experto como práctica de la libertad

(modernidades alternativas y

alternativas a la modernidad)

GRAFICA N° 3: Teorías del desarrollo según paradigmas

193

paradigma liberal, que viene desde Adam Smith, John Locke, Hobbes

hasta Milton Friedman o Jeffrey Sachs y los filósofos morales liberales

de hoy, es una teoría que se centra en el papel del individuo en la

sociedad y en el mercado. El materialismo histórico, por otro lado, se

centra en el trabajo y la producción y por lo tanto su cuerpo teórico es

completamente distinto al del pensamiento liberal.

La teoría posestructuralista, finalmente, se centra en el análisis del

lenguaje, las significaciones y las representaciones. Si los liberales

dicen que el principio de las sociedades es el individuo, para reconocer

la realidad realmente tenemos que entender cómo se comporta el

individuo y su mercados y la teoría Marxista dice que para entender la

sociedad y la realidad tenemos que partir de un análisis de las

condiciones materiales y cómo la gente se organiza para la producción,

la teoría posestructuralista parte de enfatizar que si queremos entender

la producción de lo real, la producción de la sociedad, tenemos que

entender cómo la sociedad se crea en el lenguaje, el significado y la

representación. Es una posición cercana a la antropología, y tiene en

Historiador francés Michel Foucault uno de sus grandes exponentes.

¿Cuáles son las consecuencias de mirar el desarrollo desde estos

diversos puntos de vista? Por un lado, en la teoría liberal, tenemos que

los actores relevantes son los individuos, las instituciones y el Estado.

Para la teoría marxista los actores relevantes son las clases sociales,

los movimientos sociales y un Estado democrático. El Estado sigue

siendo importante dentro del marxismo. Según la teoría

posestructuralista lo relevante son las comunidades locales, los nuevos

movimientos sociales, las ONGs y todos los productores de

conocimiento. La teoría posestructuralista se centra en quién y cómo se

194

produce conocimiento, porque en gran medida, en la producción de

conocimiento se produce la realidad misma.

La pregunta del desarrollo que hace la teoría liberal es ¿cómo puede

una sociedad desarrollarse o ser desarrollada a través de la

combinación de capital y tecnología y acciones estatales individuales?

Esta es la pregunta que el Estado y las grandes instituciones del

desarrollo como el Banco Mundial todavía se hace, el Estado neoliberal

en particular: el desarrollo a partir del individuo, del capital, de la

tecnología, del mercado.

La teoría marxista hace una pregunta diferente. ¿Cómo funciona el

desarrollo como una ideología dominante? y, por tanto, ¿cómo puede

desarrollarse una sociedad a través de un cambio de ideologías y de

relaciones de producción?

La pregunta que se hace la teoría pos estructuralista es muy distinta,

tan distinta que obviamente lleva a resultados muy distintos. ¿Cómo

llegaron Asia, África y América Latina a ser representados como

subdesarrollados? y ¿cuáles han sido la consecuencias de ese acto en

el lenguaje? ¿Cómo a partir de 1950 y no antes se inventaron Asia,

África y América Latina como subdesarrollados y cómo se montó todo

este aparataje del desarrollo que antes realmente no existía, incluyendo

la planificación, las Naciones Unidas, el Banco Mundial, el Fondo

Monetario Internacional, la organización Mundial del Comercio?

Podría decirse, desde esta perspectiva y haciendo una analogía, que de

la misma forma en que las tropas aliadas desembarcaron en Normandía

en 1944 para liberar a Europa, de esa misma forma los expertos

empezaron a desembarcar en el tercer mundo a partir del 45, 50, 60

para liberar al tercer mundo de su pobreza, de su ignorancia. Esto ha

195

funcionado como un mecanismo de conocimiento y poder muy efectivo.

Si uno piensa en un programa como el DRI – Desarrollo Rural

Integrado-, es una máquina, lo que los posestructuralistas llaman un

dispositivo de producción de realidad, que vincula el conocimiento

experto de los planificadores del desarrollo rural, de los agrónomos,

ingenieros agrícolas, nutricionistas, con estrategias de poder, con

paquetes tecnológicos, con inversiones de extensión, de electrificación,

de poner a los campesinos a sembrar esto y aquello, de pesticidas, de

fertilizantes, de cambiar la mentalidad, la racionalidad del campesino.

Esto es lo que es desarrollo: es una práctica de vincular conocimiento y

poder desde una racionalidad completamente distinta a la racionalidad

que ha existido en cada lugar.

Finalmente, criterios para el cambio. La teoría liberal adopta como

criterios para el cambio simplemente la adopción de mercados. La

teoría marxista adopta la transformación de relaciones sociales, el

desarrollo de las fuerzas productivas, el desarrollo de conciencia de

clase. Para los posestructuralistas el mecanismo de cambio es la

transformación de la economía política de la verdad, la transformación

de quién conoce, de quienes son los conocimientos que se consideran

importantes, cómo circula el conocimiento, cómo circula el discurso,

cómo el discurso crea poder. ¿Por qué ahora hablamos de empoderar?

Cuando se habla de empoderar los actores locales en su conocimiento,

cuando se habla de los saberes populares, de los saberes indígenas,

cuando se habla de las minorías étnicas, de los saberes de las mujeres,

en todo ese sentido, digamos, hay una revolución posestructuralista en

cierto nivel que tal vez no habría pasado con los otros paradigmas.

¿Quiénes están construyendo nuevos discursos y nuevas

representaciones?, ¿cómo podemos construir nuevas

representaciones?

196

Y, finalmente, la actitud de los tres paradigmas frente al desarrollo y la

modernidad. El paradigma liberal promueve obviamente un desarrollo

más igualitario, porque los liberales de todas formas están por un poco

más de igualdad, un poquitico menos de desigualdad y en general

profundizar y completar el proyecto de la modernidad, o sea que la

ciencia, la tecnología, el individuo, el mercado nos van a sacar

adelante. Ya sabemos que hay muchas dudas sobre esto.

La teoría marxista enfatizaría en reorientar el desarrollo hacia la justicia

social y la sostenibilidad, lo que algunos teóricos Marxistas llaman un

modernismo crítico: desvincular capitalismo y modernidad. Para estos

marxistas el problema no es la modernidad, no es la ciencia, no es el

desarrollo, no es la tecnología, es el capitalismo, la utilización que el

capitalismo hace de ellos.

El posestructuralismo dice: no, la modernidad también es parte del

problema, la racionalidad científica, tecnológica, de mercados,

económica son parte del problema. Lo que tenemos que hacer es

aprender a articular lo que Foucault llamara una ética del conocimiento

experto como práctica de la libertad, y propender por modernidades

alternativas y alternativas a la modernidad. Somos en gran medida los

que creamos la realidad a través de nuestros conocimientos y

discursos. Una pregunta crítica de la modernidad es ¿cómo nos

comportamos críticamente como productores de conocimiento experto?;

¿cómo vamos a hacer ese diálogo? Depende de cómo veamos el

mundo. Miremos, entonces, cómo los grandes teóricos están

entendiendo el mundo y cuáles son las consecuencias. Giddens,

Touraine y Castells hace poco estuvieron en España disertando sobre

el futuro del mundo y sosteniendo básicamente la tesis es que la

globalización conlleva a la radicalización de la modernidad. La

197

globalización es precisamente la universalización, la extensión de la

modernidad a todo rincón, a todo intersticio de la tierra, tarde o

temprano, no necesariamente ahora. Ahora hay muchos espacios

donde todavía la modernidad aún no se consolidan, pero que tarde o

temprano se van a consolidar con la globalización.

De ahora en adelante nos enfrentamos a un cierto tipo de modernidad

para siempre y en todas parte. Esta es la inevitabilidad de un universo

eurocéntrico, ya no podemos salirnos de este universo eurocéntrico.

Esa es la posición que yo llamo liberal progresista, porque de todas

formas es gente progresista que se preocupa por el estado social de las

clases subalternas, de los oprimidos, hasta cierto punto del medio

ambiente, porque ninguno de ellos tiene una gran conciencia ecológica.

Es la famosa tercera vía.

La segunda tesis elaborada por un par de marxistas, Michael Hard y

Antony Negri en su libro El Imperio, es un intento por reconstruir el

marxismo desde la perspectiva del posestructuralismo. También ellos

aceptan que no hay un afuera a la modernidad, estamos todos metidos

en el cuento, no hay forma de salirse, nadie se puede bajar del barco.

La modernidad debe ser transformada o completamente reconstruida

desde adentro. La visión de cómo debe hacerse esto es muy compleja,

y se centra en el entendimiento del imperio, no del imperialismo de hace

décadas, pues ellos dicen que las cosas ya no funcionan así ¿ por qué?

Porque no funcionan a nivel del Estado– Nación y porque no hay un

solo nodo principal del imperio; ya no son los Estado Unidos —aunque

siguen siendo un nodo privilegiado del imperio— de la nueva formación

social que ellos llaman imperio y porque los procesos de regulación se

centran en la producción de la vida, y obviamente de la mercancía.

198

La tercera está desarrollada más que todo por antropólogos. Y ¿por qué

por antropólogos? Porque están metidos haciendo etnografías de la

gente, de cómo la gente se relaciona con los objetos de la modernidad

tales como un computador, un Mc Donalds, Coca-Cola, el cine, la

educación, o un programa de desarrollo. Plantean que el mundo actual

se compone de variaciones múltiples de modernidad, resultantes de la

infinidad de encuentros entre la modernidad y las tradiciones — la tesis

de García Canclini, por ejemplo—. Del encuentro entre tradiciones y

modernidades que crea culturas híbridas, de ahora en adelante y desde

antes tal vez, nos vemos abocados a pensar en la existencia de

modernidades híbridas, locales, múltiples, mutantes, alternativas.

¿Cuáles son las consecuencias para el desarrollo a partir de estas

tesis? En el primer escenario, si aceptamos la tesis de que la

globalización es una radicalización de la modernidad, la consecuencia

es que la globalización subsume al desarrollo, este finalmente se

universaliza y se naturaliza. Es decir, ya no hay necesidad de hablar de

desarrollo porque allí está para siempre, ya todo el mundo lo quiere, no

hay ningún problema. Aunque la teología de la modernización quede

inoperante ya no habrá un modelo único, ni se pensará en etapas,

nadie hablará de que si se hacen a, b ó c cosas, ni llegaremos al reino

de la abundancia, ni mucho si menos vamos a llegar a ser como

Estados Unidos o como Alemania, Italia o España. No hay modelo

único, ni hay etapas, no hay teología, no hay un gran momento de

llegada. Sin embargo, todas las gentes desean acceder a lo mismo, al

mercados, al progreso, a las mercancías. Como consecuencia tenemos

que lo que el tercer mundo necesita es profundizar el desarrollo

neoliberal capitalista. Esto, obviamente, es la versión de la elite

convencional de todos los países del mundo, de las transnacionales, del

G8, la Organización Mundial del Comercio, las políticas estatales

199

neoliberales. Todo basado en una lectura de la modernidad que se

globaliza.

El segundo escenario –el de las modernidades múltiples-- se basa en

una lectura antropológica. El desarrollo continua siendo resistido o

negociado en las localidades. Más aún, es posible recuperar el

desarrollo como un espacio importante para reelaborar y trabajar la

modernidad, para convertirla en algo distinto. Un ejemplo de esto que

me daba una mexicana, que trabaja en una comunidad indígena en

Oaxaca: en 1999 a la comunidad indígena le regalaron una leche en

polvo, pero esa comunidad indígena nunca usa leche en polvo porque

no les gusta, siempre han bebido líquido. Un día encontraron un uso

para la leche en polvo, la usaron para pintar los límites de la cancha de

fútbol. Es un ejemplo muy crudo de cómo la gente resiste al desarrollo,

subvierte, reelabora, pero yo creo que todos, en sus encuentros diarios

en proyectos de desarrollo, saben que la gente no simplemente llega y

acepta la palabra del experto e implementa su programita, sino que lo

subvierte de toda forma posible, desde dedicar los fondos a otras

cosas, hasta decirle al experto que va a hacer esto, pero lo hace muy

distinto. Y aquí está siempre el principio fenomenológico: toda

intervención tiene que ser re trabajada por el beneficiario, por el usuario

—-el usuario no en el sentido utilitario, sino en el sentido de los usuarios

de prácticas—-, y que en este sentido siempre tenemos que

personalizar e incorporar las prácticas a nuestro universo para que

tengan significado dentro de ese universo.

Cada acción de desarrollo es potencialmente un acto de contra

desarrollo. En ese sentido la gente se lo apropia y lo reorienta hacia

otra racionalidad. Cada acto de contra desarrollo es potencialmente la

semilla de una modernidad alternativa. En la medida en que se

200

resignifica, por ejemplo, la naturaleza en las comunidades rurales, o en

los bosques tropicales de manera muy distinta --como un proceso de

construcción continua entre humanos y medio ambiente—la

conservación también podría pensarse de forma alternativa. Eso crea

una modernidad alternativa al enfoque moderno de conservación a

partir de los científicos. Otro ejemplo de modernidad tradicional nos lo

brindan las plantaciones de palma africana en el Pacífico Sur,

compuesta de filas contables y cuantificables de palma,

homogeneizada, en contraste con el bosque biodiverso. Una

modernidad alternativa podría decirse que es el universo diverso que

quiere mantener las comunidades, que sugiere de hecho un

entendimiento muy distinto de la naturaleza, que los antropólogos han

estudiado en términos de los modelos locales de la naturaleza que las

comunidades tienen.

En consecuencia, es necesario construir sobre o a partir de las

acciones de contra desarrollo y de modernidad alternativa de la gente,

lo cual supone aprender a leer de nuevo, a quitarnos los lentes de

desarrollo convencional y a leer la práctica cotidiana de la gente de una

forma distinta como contra desarrollo o potencialmente como contra

desarrollo hacia un modernidades alternativas.

Las comunidades de ríos del Pacífico mantienen una significación

cultural muy distinta sobre lo que es la naturaleza, pero no sólo la

naturaleza sino de economía, la vida, el alimento y de las relaciones

sociales y de pareja. Esto no quiere decir que sean mejores o peores.

Más bien constata el hecho etnográfico de que hay prácticas

ecológicas, económicas y culturales diferentes y que, precisamente, en

esta visión posestructuralista y antropológica son esas prácticas las que

pueden ser tomadas como punto de partida para reconstruir lo local, la

201

región, el lugar, para repensar el desarrollo, para propender por

alternativas de desarrollo y por alternativas a la modernidad. Esto en

contra posición de los expertos en desarrollo que operan como agentes

del estado neoliberal frente a las comunidades. Si seguimos operando

como expertos neoliberales de desarrollo, estamos siendo agentes del

estado y del imperio neoliberal.

Dos anotaciones breves sobre la globalización. ¿Cuál es la visión de

globalización que empieza a surgir de esta concepción más

antropológica? Por un lado, empezamos a entender que la globalización

no es este monstruo que todo lo homogeniza, que avasalla, unifica,

controla, margina todas las realidades en todos los rincones del mundo.

Sin duda, algo de eso está pasando y no se puede minimizar el impacto

fatal de la globalización neoliberal. Pero también la globalización

encierra muchos órdenes sociales y tradiciones culturales que

conforman modernidades múltiples. Si lo comenzamos a ver de esa

forma ¿qué consecuencias puede tener para la política y la práctica

social? La globalización capitaliza y reconoce esa multiplicidad. Las

grandes transnaciones están más a la vanguardia de reconocer esa

multiplicidad, incorporarla dentro de sus prácticas aún cuando trate de

permearla y contenerla. El mismo capitalismo es descentrado y

fragmentado, no hay un capitalismo con C mayúscula, si no que es un

capitalismo ya múltiple, descentrado, fragmentado, con unas

contradicciones muy impresionantes, siempre las contradicciones han

estado allí, aumentándolas cada vez más.

La segunda, la globalización propicia al mismo tiempo unificación y

fragmentación, es por esto que las naciones teológicas de

modernización y desarrollo no logran capturar la naturaleza de estas

transformaciones, en otras palabras ya no es el proceso lineal de A a B,

202

las famosas 5 etapas de que hablaba William Rostow, esa teología ya

no existe, no hay un solo modelo.

La globalización debe ser vista en términos de la producción diferencias

que no necesariamente se inscriben en esquemas jerárquicos y

órdenes evolutivos. La modernidad clásica reinscribía la diferencia en

un orden evolutivo. En ese sentido las famosas ferias mundiales, la de

1851 en Londres, las de mediados de siglo XX en EE.UU., en Europa,

en otras partes del mundo eran eventos donde se clasificaban todas las

culturas en orden de desarrollo, de civilización, donde los ingleses eran

los que más habían alcanzado en términos tecnológicos, culturales y los

europeos estaban en la cima de los logros occidentales, y muy por

encima de los más atrasados, los aborígenes y los primitivos de

Australia o del Amazonas.

La diferencia se reinscribe en una jerarquía y ésta se introduce en un

mecanismo de dominación cultural. Hoy esas diferencias no se

reinscriben de forma tan sencilla. Hay otra forma de ver estos procesos,

tal vez un poco aventurada, pero en tiempos de crisis hay que atreverse

a pensar de forma muy diferente, y que hay no solamente otras

alternativas dentro de la modernidad misma, sino que hay alternativas a

la modernidad. ¿Cómo hacemos eso? Encuentro tres actores que

vislumbran esta posibilidad. Por un lado, unos pocos autores piensan

que la modernidad siempre fue plural desde el comienzo. Es posible

cuestionar las fronteras plurales y espaciales de la modernidad y esto

no es solamente un ejercicio académico, es un ejercicio político. Si

volvemos al cuento de que las representaciones influencian mucho la

forma en que se construye la realidad, si volvemos al hecho de que el

representar a Asia, América Latina, África como subdesarrollados fue

una estrategia de dominación, es importante pensar que cuestionar las

203

fronteras para concluir que la modernidad fue siempre múltiple e híbrida

puede igualmente ser una tarea importante.

Esta tesis supone la desoccidentalización y deseuropeización de la

historia de la modernidad. La modernidad siempre fue el resultado del

encuentro entre culturas desde el comienzo. Una de las discusiones

más conocida sobre esto es el libro La Atenas Negra del historiador

Martín Bernal, donde decía cómo a Grecia siempre se la postula como

la cuna de la civilización occidental, el momento más hermoso de la

raza humana, de la humanidad, y, sin embargo, Grecia no pudo haber

sido posible sin Egipto, sin África, porque Grecia fue un continuo

diálogo con Egipto y África. En ese sentido siempre fue también una

Atenas negra, pues los griegos prestaron y retomaron muchas cosas,

especialmente, de Egipto. El filósofo Enrique Dussel ha explicado esta

tesis de una forma muy radical, cuestionando la ecuación fácil que

asume que Modernidad/Occidente=Grecia + Roma + Cristianismo.

En este sentido la modernidad no solo siempre fue múltiple –el

resultado del diálogo de Europa con muchos otros, desde China y la

India hasta otros lugares del mundo, así como con las muchas Europas

que hay dentro de Europa, con los subdesarrollados dentro de Europa

mismo—sino que su privilegio histórico es un efecto etnocéntrico de

hegemonía‖.

―Es necesario cuestionar los límites espaciales y temporales que se da

a la modernidad. Hay modernidades eurocéntricas y no eurocéntricas.

Así como hay eurocentrismo en todo el mundo, hay eurocentrismo en

América Latina a nivel de las élites y a muchos otros niveles, pero no

todos. Es posible re-imaginar las formas posibles de heterogeneidad y

pensar en una pluralidad más radical de modernidades coexistentes e

204

interactuantes. La globalización puede ser vista como el encuentro de

modernidades bajo condiciones desiguales de poder, porque las

modernidades siempre han sido desiguales. Pero qué tal si empezamos

a pensar que hay muchas modernidades, que se trata también de

abrirle espacios a esas modernidades, no solamente a las grandes, sino

a la islámica, la china, la india, pequeñas modernidades de las

comunidades étnicas e indígenas, y que nos abramos realmente a un

mundo plural. Y si lo vemos así, vemos que realmente hay una

importancia fundamental en la defensa de esos lugares, en la defensa

de esas culturas y de esas prácticas de la diferencia‖. (Escobar, 2002)

Lección 27.Globalización, Desarrollo y Modernidad (continuación artículo anterior).

―Veamos las consecuencias para el desarrollo. El contra desarrollo

funciona para producir tanto modernidades alternativas como

alternativas a la modernidad dominante eurocéntrica y capitalista.

Desarrollo alternativo, modernidad alternativa y alternativas a la

modernidad surgen como proyectos complementarios en los ámbitos

intelectuales, políticos y sociales. De hecho los movimientos sociales y

los diseñadores de política social se ven abocados a mantener esos

tres fines en tensión continua. Pensar que hay que hacer desarrollo, sin

duda alguna, pues hay que mejorar la calidad de vida de todas las

comunidades, hay que reconstruir y fortalecer las economías, pero a

través de un desarrollo alternativo. Nadie quiere un desarrollo

convencional, del estilo clásico, tipo revolución verde, plantaciones, etc.

Queremos un desarrollo alternativo, ecológico, equitativo.

Pero también podemos pensar que al mismo tiempo que se impulsan

desarrollos alternativos, se impulsa una modernidad alternativa, un

entendimiento distinto de la naturaleza, de las relaciones humanas, del

205

goce, de la economía, de la ecología. Y que al mismo tiempo también

se propende por alternativas a la modernidad, en la medida en que

continúan prácticas de diferencia —que llamo prácticas ecológicas,

económicas y culturales de diferencia—. Desde ese punto de vista

sigue habiendo posibilidades de alternativas a la modernidad hacia un

régimen más plural de modernidades diversas.

Como ecólogos no es imposible imaginarnos que el mundo pueda ser

radicalmente diferente. Se puede pensar cómo sería Medellín

reconstruida desde una perspectiva de diseño ecológico y sería una

ciudad completamente diferente; cómo podría llegar a ser el Pacífico,

construirlo de un modo diferente, como los movimientos sociales lo

piensan. Como ecólogos podemos imaginarnos un realmente hermoso,

donde las relaciones humanas y con el medio ambiente sean muy

distintas. ¿No nos sugiere esto alternativas a la modernidad?; ¿por qué

alternativas a la modernidad? Porque el mundo no solamente se rige

por los principios de la modernidad, especialmente, la neoliberal; sin

duda hay un papel y muy importante para la ciencia, la tecnología, las

economías del mercado, el capitalismo si se quiere, pero eso no va a

ser solamente lo que va a regir la política social, o la re/construcción de

la realidad.

Un breve corolario para los planificadores. Desde esta perspectiva la

tarea de diseñadores y planificadores es promover un espectro de

mundos socio naturales que contribuyan al desarrollo alternativo,

modernidades alternativas y alternativas a la modernidad, o sea,

construir sobre prácticas de diferencia. ¿Esto qué significa? En términos

prácticos voy a referirme a los movimientos sociales. ¿Qué quiere decir

este momento de transición para estos movimientos sociales? Veamos

el caso del movimiento social de comunidades negras del Pacífico Sur

206

en particular. En 1993 el Proceso de Comunidades Negras (PCN)

acordó varios principios organizativos: el derecho a una identidad

negra; el derecho al territorio, al control del territorio como espacio para

el ejercicio de la identidad; el derecho a cierta autonomía (en ese

sentido los zapatistas son los grandes teóricos de los movimientos

sociales); y el derecho a su propia visión del desarrollo de la política

social o la acción social.

Enfatizo dos aspectos de este movimiento del Pacífico colombiano. Por

un lado, el movimiento como productor de conocimiento y de un marco

teórico muy sofisticado de ecología política. Y por el otro, el papel del

movimiento como red al interior del Pacífico y trasnacionalizadas. Como

productor de conocimiento, queremos saber cómo este movimiento

ilustra esa tensión de que hablábamos antes, la que mantienen los

activistas y que podemos mantener los diseñadores y planificadores

entre las tres dimensiones de la acción social: desarrollo alternativo,

modernidades alternativas y alternativas a la modernidad. Como

productores de conocimiento el movimiento social ha avanzado,

especialmente desde el 90, con una crítica a las estrategias de

conservación que inicialmente quiso introducir en el Pacífico con el

Proyecto Biopacífico, para luego abrirse a un proceso de diálogo y

concertación con los movimientos sociales.

En este contexto destaco varios aspectos de los movimientos como

productor de conocimiento: uno, el desarrollo de una teoría insiste en

que la biodiversidad es igual a cultura más territorio. La conservación de

la biodiversidad solamente se asegura si se enfoca desde las culturas

locales y del control del territorio por las comunidades locales. Esto iba

en contra de las concepciones científicas y de los expertos de la

conservación de la biodiversidad, como un proyecto científico de

207

taxonomía, de inventarios, de áreas protegidas, de algunos proyectos

productivos, restringidos.

Dos, los activistas de los movimientos desarrollan de una narrativa de la

naturaleza a partir de un modelo local de naturaleza, donde hay una

relación de continuidad entre el mundo humano, el mundo biofísico y el

mundo natural. La naturaleza se concibe en la modernidad a partir de

una separación entre lo biofísico, lo humano y lo espiritual. En las

comunidades étnicas en gran medida se percibe una continuidad entre

estos tres mundos. Entonces ¿cómo pensamos a partir de esta

continuidad una estrategia de desarrollo? Claro que tiene que ser muy

distinta.

Tres, una concepción del territorio como el espacio de apropiación

efectiva del ecosistema por las comunidades. Si estudiamos cómo las

comunidades se apropian del ecosistema eso es el territorio; el

territorio, por tanto, incorpora el proyecto de vida de las comunidades.

Cuatro, una concepción de lo que los activistas llaman el Pacífico como

territorio-región de grupos étnicos, como un lugar integrado ecológica,

cultural, política y económicamente que se construye día a día a través

de la tarea laboriosa de las comunidades. Ellas mismas lo construyen

en su quehacer diario. En términos muy generales, se puede ver al

Pacífico como un lugar producido por una serie de grandes procesos

históricos, desde los geológicos y biológicos hasta los culturales. Los

procesos políticos de las comunidades negras e indígenas empiezan a

ser un factor importante de producción del Pacífico como lugar en los

90. Luego vendrían los procesos de la tecnociencia, de cómo se

incorpora el Pacífico en la política global de biodiversidad; todo esto

sugiere que al Pacífico hay que verlo en términos globales, que al

208

Pacífico se ha repensado y recreado en los 90 a partir de la irrupción de

lo biológico y lo cultural en el teatro global del desarrollo y que no se

puede ver de otra forma. Al Pacífico como lugar, en resumidas cuentas,

lo producen una serie de procesos locales y globales a todo nivel.

¿Cómo han desarrollado los movimientos sociales este cuerpo teórico

del que antes hablaba muy brevemente, y que proporcionan la base

para una alternativa del desarrollo y una modernidad alternativa y a

largo plazo, una alternativa de la modernidad? No se ha desarrollado

desde las cabezas versadas en meditación profunda, ni mucho menos,

sino en el encuentro diario y continuo con todo tipo de actores desde lo

local hasta lo transnacional en las comunidades, desde los famosos

monteos que se hicieron para lograr la titulación colectiva de tierras,

hasta la elaboración de los mapas comunitarios. Allí se generó el

conocimiento de quién había estado históricamente, cómo se piensa el

territorio, cómo se piensa la identidad. Estos conocimientos teóricos

también se desarrollaron a través de encuentros con el Estado, con el

Proyecto Biopacífico, Plan Pacífico, con sectores académicos, con la

tecnociencia y la red global de biodiversidad, con las ONGs, que han

jugado un papel importante en promover este desarrollo en el Pacífico,

etc.

Podría decirse que la ecología política articulada por movimientos como

el PCN obedece a una perspectiva de diseño autónomo. ¿Qué es el

diseño autónomo? Para distinguirlo de la planificación hay dos o tres

principios del diseño autónomo. El diseño autónomo es aquel que

comienza por asumir o aceptar que siempre toda comunidad practica el

diseño de sí misma. Las comunidades de los ríos del Pacífico, toda

comunidad humana ha tenido un diseño de sí misma. A veces es un

diseño caótico que no pasa por la reflexión teórica, pero que de todas

209

formas hay un diseño allí. Una de las tareas del activista o del

intelectual es hacer a la comunidad más consciente de ese diseño que

ha practicado y empezar a ver cuáles son las posibilidades de ahí para

adelante.

Un principio muy importante del diseño autónomo es que toda actividad

de diseño debe comenzar con la forma de cómo la gente misma define

su realidad; esto quiere decir, en términos filosóficos, que siempre

debemos ver a la gente como agentes de su propio entendimiento,

como practicantes de su propio saber. Ese es un principio básico,

político, epistemológico, que es violentado por la planificación

convencional, en el que (imagínense la arrogancia) se pensaba que la

gente no tenía conocimiento y que el conocimiento del experto tenía

que ser trasplantado a la mente de la gente, olvidándose del hecho de

que un principio filosófico muy sencillo pero fundamental y complejo es

que todos somos practicantes de nuestro propio saber y que siempre

hay que respetar ese propio saber. Ese es el comienzo de la

planificación participativa.

El objetivo fundamental del diseño autónomo es la producción de

conocimientos sobre la realidad. Lo que el diseño autónomo pretende

establecer o crear, realmente, es un sistema de investigación de la

realidad, un sistema de aprendizaje de ella, no es tanto un esquema de

cómo actuar en la realidad, sino cómo pensar la realidad, cómo

investigarla. Esa es la tarea más hermosa del diseño, la planificación

puede ser eso: construir con la gente sistemas de investigación sobre la

realidad.

Qué podemos enfatizar de este estudio de caso cuando lo ponemos

junto a la parte más teórica: primero, que muchos movimientos sociales

210

de hoy en día son movimientos por la defensa del lugar, de apego al

lugar, al paisaje, al ecosistema, entendido como un todo complejo,

multidimensional. Este movimiento social crea una red local, nacional,

luego internacional, que parte de las comunidades, del ecosistema

mismo, del bosque tropical húmedo —el bosque es un actor

importantísimo dentro de la red. En las teorías de redes más recientes,

se enfatiza que las redes están compuestas por actores humanos y no

humanos, entonces, construyen la red a partir del bosque y de las

comunidades hacia la región, al país y al mundo. Por ejemplo, entre las

actividades más transnacionales del movimiento (PCN) que ha

comenzado a partir de 1995 está la participación de activistas del

proceso de comunidades negras en una serie de redes a nivel mundial,

y esto es relativamente típico de muchos movimientos sociales de hoy:

no hay un movimiento estrictamente local.

Con esto no quiero decir que los movimientos estén mandando sus

gentes a viajar por el mundo, muchos nunca lo hacen, ni tienen la

oportunidad de hacerlo, pero todo movimiento tiene que tener una

teoría de lo global, ya no hay grupos subalternos estrictamente locales,

todo grupo subalterno es local y es global. Estos grupos han estado

participando en redes de mujeres afro latinoamericanas, en redes de la

biodiversidad a nivel global, incluyendo la participación en las reuniones

de la Convención de la Biodiversidad en distintas partes del mundo, en

redes mundiales ecológicas, en reuniones sobre certificación de

productos del bosque, en redes de movimientos contra la globalización

y participando en algunas de las manifestaciones más importantes en

este sentido. Una vez que se crea la red se empieza a

transnacionalizar. Estos movimientos están a la vanguardia de un

nuevo encuentro inusitado con el mundo cuando participan en

reuniones en la India, en Europa, en América Latina.

211

¿A dónde lleva toda esta acción? A lo que podríamos llamar localidades

y globalidades alternativas –―glocalidades‖, para hablar con un nuevo

lenguaje. ¿Qué crean estas redes en contra de la globalización? Una

configuración alternativa de economía, cultura y poder que no es la

configuración dominante de la modernidad neoliberal, sino que si se

quiere, son pliegues distintos que le aparecen a la modernidad, y ojala

tuviéramos formas tri y cuatri dimensionales para visualizarlos.

Entramos en espacios topológicos donde estos movimientos empiezan

a crear pliegues. Se pude ver a la modernidad y a la globalización como

tres grandes esferas que se interceptan: la esfera de la economía

global, que los movimientos quieren contener o contrarrestar; la esfera

del gobierno o gobernabilidad local y global, que los movimientos

quieren democratizar, apropiarse de esos espacios de gobierno global

como la Convención de la Biodiversidad, todas las convenciones

habidas y por haber; y la esfera de la producción cultural global, que los

movimientos sociales quieren pluralizar.

Si se mira como una intersección estas redes son como pliegues en la

estructura de la globalización, y son realidades que tenemos que

empezar a construir, fortalecer y promover. Son lo que en teorías de

redes se puede llamar redes auto organizativas, descentralizadas, no

jerárquicas, que se empiezan a formar en términos de funciones

complementarias de los nodos de las redes que no uniformizan las

redes ni a sus componentes ni a sus sitios, donde hay una inversión de

la globalización que lo que más le importa a esas redes es lo local, no lo

global, van a lo global para fortalecer lo local, y van a lo global porque

aprenden que lo global determina las en gran medida condiciones para

que lo local y el lugar sobreviva. Son redes auto organizativas y es una

forma nueva de ver a los movimientos sociales como redes.

212

Estas redes, el diseño autónomo y la planificación participativa podrían

propender por un pos desarrollo, que se puede definir como ese

momento, ese otro imaginario societal donde ya la acción social no se

defina solamente en términos de desarrollo, sino donde estas

modernidades alternativas puedan tener un chance para sobrevivir,

para ser escuchadas, y donde los movimientos de defensa del lugar

logren crear posibilidades de globalidad sin tener que sobrellevar las

cargas culturales y ecológicas de la modernización y el desarrollo. No

sabemos cómo será esto todavía, pero por allí debe encaminarse la

creación de mundos locales y regionales ecológica y culturalmente

sustentables‖. (Escobar, 2002)

Lección 28. La participación como herramienta para el desarrollo

En la anterior lección se pudo ver que el nuevo paradigma para el desarrollo de las

comunidades, definitivamente es la acción social participativa y la autogestión para

el logro de mundos locales y regionales ecológica y culturalmente sustentables,

como los define el autor.

Es por ello que en la presente lección se presentan apartes del documento

elaborado por el doctor Miguel Ángel Ramón Martínez, quien fue el creador de

todo el fundamento teórico del PAP Solidario de la Universidad.

Se preguntarán: ¿Por qué este tema en un curso de Sociología? La respuesta

está dada en la medida en que estamos formando estudiantes comprometidos con

las problemáticas de su región y es precisamente este curso el que les brinda las

herramientas conceptuales y metodológicas para empezar a involucrarse en la

investigación de sus comunidades ya sean locales, barriales o cualquier otro

aspecto de su entorno.

―Proyecto Pedagógico Solidario Para la Formación de Líderes

Comunitarios

213

Significado y sentido del Proyecto Pedagógico Solidario para la

formación de un liderazgo comunitario

¿Qué relación existe entre el liderazgo y el ejercicio del poder?

El liderazgo se refiere a una situación social creada a partir de la

interacción entre la cultura de los grupos, la personalidad de los líderes

y el desarrollo de la sociedad, a partir de la cual se genera el poder.

En tal situación, se ejercen ciertas relaciones de poder con base en las

competencias, habilidades y calidades humanas que presentan

determinadas personas o grupos para orientar, apoyar y acompañar a

los demás en el despliegue de sus potencialidades y en la satisfacción

de sus necesidades fundamentales, tanto axiológicas como

existenciales.

El poder se debe entender como una energía básica para servir a los

demás y no para explotarlos. Se debe comprender como la autoridad

moral fundada en la capacidad para promover la acción comunicativa

en las comunidades y convertir las intenciones en realizaciones

concretas de mejoramiento humano.

La utilización prudente de la energía básica contenida en el poder,

facilita ―la transformación de los seguidores en líderes y la conversión

de éstos en auténticos agentes de cambio‖, capaces de anticipar

nuevas situaciones, de prever soluciones creativas a nuevos problemas

y de comprender que ―la visión de futuro sin acción es un sueño y que

la acción sin futuro carece de sentido‖.

Una condición fundamental del liderazgo transformativo e innovador, es

la capacidad para comprender la misión de la organización y formular

los principios de trabajo, motivar la acción y promover la creatividad de

214

las personas, mediante la producción de sentido y la organización del

significado de la acción.

Tal significado se refiere a aquello que se debe hacer y cómo hacerlo

bien, lo mismo que a comprender por qué y para qué se debe realizar la

acción transformadora, reflexiva, coherente e integradora, a partir del

mejoramiento de la calidad de la percepción, del concepto y de la

estima de sí mismo y de los demás.

Desde tal perspectiva, juega un papel fundamental el desarrollo

personal que proporciona credibilidad en las relaciones interpersonales

para cultivar la confianza e impulsar la eficacia en la gestión y

productividad de las organizaciones socio culturales y comunitarias.

La eficacia del liderazgo se expresa en una cultura de la confianza, de

la responsabilidad y de la eticidad, que incita a participar solidariamente

en la práctica de la libertad, en el ejercicio de la justicia y en la

construcción de la verdad, con implicación afectiva y compromiso

social.

Sólo así, es posible que el liderazgo genere condiciones que hagan

viable la transformación de los seguidores en líderes y la conversión de

éstos en auténticos agentes de cambio, dinamizadores de la acción y

transformadores de la realidad.

La formación de un nuevo liderazgo para la sociedad solidaria exige

comprender la dinámica cultural de los pueblos, lo mismo que

desarrollar la capacidad para orientar nuevas formas de diseñar y

ejercer el poder político y de concebir y realizar la práctica económica, a

partir de un proyecto pedagógico que desarrolle la conciencia solidaria.

¿Por qué el proyecto se denomina pedagógico?

215

El proyecto se denomina pedagógico porque está diseñado como una

mediación para promover y acompañar el aprendizaje de las personas;

es decir, para apoyar la tarea de cada participante en el proceso de

autoconstruirse como sujeto social y lograr la apropiación crítica del

mundo y de sí mismo.

La construcción de sí mismo se realiza mediante la producción del

conocimiento, el arte, la tecnología, la interacción social, la participación

política, el lenguaje simbólico, el trabajo socialmente organizado y el

encuentro con los demás seres de la naturaleza y de la sociedad.

La apropiación del mundo significa hacerlo parte de uno mismo e

incorporarlo a la propia experiencia y relacionarse con él, para moverse

en distintas direcciones con capacidad de enfrentar y resolver

problemas, explicar las causas y prever las consecuencias de las

acciones propias y ajenas.

La apropiación de sí mismo significa reconocer el potencial de

aprendizaje que uno tiene y desarrollar las capacidades necesarias

para la acción y la relación con el mundo, tales como las habilidades

comunicativas para leer, escribir, dialogar y expresarnos; las

competencias cognitivas para manejar situaciones y las habilidades

físicas, técnicas, artísticas e intelectuales para expresar la sensibilidad y

comunicar el pensamiento.

¿Cuándo aprenden las personas y a través de qué?

Las personas aprenden cuando se apropian críticamente de su realidad

y se auto realizan a partir de la construcción del conocimiento y cuando

adquieren competencias para apropiarse de sus posibilidades y

216

aprovechar las oportunidades que ofrecen la cultura y el mundo en

general.

Las oportunidades están determinadas por los recursos que nos

proporciona el entorno o el ambiente social en donde las personas se

relacionan con las instituciones, los objetos socio-culturales y los

imaginarios e ideas generales que median entre el mundo y el hombre.

La experiencia histórica nos enseña que ―el hombre es mediado por las

cosas en la medida misma en que las cosas son mediadas por el

hombre‖.

Lo anterior significa que todo está mediado en el ser humano,

especialmente el aprendizaje; pero a la vez, que el ser humano es el

mediador por excelencia, a partir de su capacidad para convertir los

medios en mediaciones; esto es, en la medida en que descubra y utilice

el potencial expresivo, comunicativo y educativo de los medios, para

dinamizar su propia capacidad creadora y su propio potencial de

aprendizaje.

¿Qué exige y qué implica una mediación pedagógica?

Una mediación pedagógica exige un tratamiento adecuado de los

contenidos de aprendizaje y de las formas de enseñanza, con el fin de

facilitar la relación entre las áreas del conocimiento que se estudian y

las prácticas sociales que realizan los participantes, quienes están en

situación de aprender algo, teniendo en cuenta la articulación que existe

entre teoría y práctica, pensamiento y acción, estudio metódico y

trabajo productivo.

La mediación pedagógica implica organizar y procesar la información,

de tal modo que responda a las características socio-culturales y a las

condiciones de aprendizaje de los interlocutores, para que participen y

relacionen los mensajes que se intercambian con sus experiencias

217

vitales e intelectuales previas, y así, las incorporen a su propio proceso

de producción y aplicación de nuevos conocimientos y a los procesos

culturales de cooperación humana, consciente y solidaria.

¿Cuándo surge la conciencia solidaria?

La conciencia solidaria surge cuando se comparte la carga y el dolor de

los demás; cuando se expresa la sensibilidad social frente al sufrimiento

ajeno y se asume como propio; cuando se actúa para superar las

barreras sociales que disminuyen a las personas, coartan la libertad y

niegan la creatividad, la equidad y la participación social.

En el proyecto pedagógico solidario se reconoce la capacidad de los

participantes, no sólo para producir bienes y prestar servicios, sino para

asumir con responsabilidad y compromiso social la autogestión

económica, la autodirección política y la autodeterminación cultural e

ideológica, que contribuya a la autoconstrucción individual y colectiva

de un nuevo hombre, en una nueva sociedad justa, equitativa y

participante.

Tales procesos deben estar al servicio de la calidad de la existencia

humana, a partir del reordenamiento económico, la transformación

productiva y cultural, con calidad, eficiencia, equidad e igualdad social,

lo mismo que la formación de una nueva ciudadanía, capaz de

fortalecer la sociedad civil y de defender los derechos fundamentales de

la persona y la comunidad.

Dentro de tales procesos, ¿Cuál es la razón de ser de la acción

solidaria?

La acción solidaria centra su razón de ser en el proceso de

autoconstrucción del hombre como individuo y como especie, teniendo

218

en cuenta una concepción integral de la persona humana como ser

viviente, ser social, histórico y cultural.

Además, como ser trascendente, capaz de desarrollar su potencial

espiritual, mediante la acción transformadora y creativa, la organización

solidaria y la participación ciudadana en la construcción de la

democracia real, de la justicia social y del bienestar de la colectividad.

Identidad del proceso de formación de líderes:

La identidad del proceso de formación proviene de la elección

fundamentada y consecuente que se haga de los principios

orientadores, así como de las características sociales y culturales del

contexto en el cual se encuentran los líderes activos o potenciales de

las distintas organizaciones, comunidades o entidades territoriales.

De igual manera, las características de los dirigentes y asociados se

expresan de modo diferente, de acuerdo con las formas de interacción

social, el tipo de actividad económico-laboral y la relación pedagógica

que se establezca en el proceso de formación continuada.

Lo anterior, significa que en cada organización (cooperativa,

mutualidad, comunidad o municipio), se debe construir el proyecto

pedagógico solidario pertinente, adecuado a las realidades, a las

características específicas y rasgos particulares de las personas y los

grupos según sus necesidades, intereses, problemas, aspiraciones y

posibilidades reales de emancipación individual y colectiva.

Para que un proceso de formación de líderes mantenga su identidad y

sea pertinente, los proyectos pedagógicos solidarios que se construyan,

deben tener algunas características, tales como las siguientes:

Deben expresar la identidad del proceso formativo de las personas.

Deben ser asumidos como un compromiso de toda la organización

social o comunitaria.

219

Deben tener claridad en su estructura, funcionamiento y acción

formativa.

Deben ser viables y posibles de ejecutar, para alcanzar sus objetivos.

Deben ser flexibles para que permitan su reelaboración continua, a

partir de la evaluación permanente.

Las características anteriores nos permiten reconocer que un proyecto

pedagógico solidario de una empresa asociativa, de una comunidad o

de un municipio, nunca es un proyecto acabado e inamovible, porque

siempre estará sujeto a revisión constante, a partir de los cambios del

entorno, de su ámbito de aplicación, del progreso de la ciencia y la

tecnología y de los cambios económicos, políticos, sociales y culturales.

Igualmente, un proyecto pedagógico solidario está muy vinculado con

las personas que lo realizan, para incidir en su comunidad local y

regional, así como para imprimirle carácter y personalidad a la

organización, de acuerdo con las finalidades y objetivos que se

persiguen, de los recursos disponibles que se utilicen y de los estilos

de gestión que se practiquen.

¿Qué proceso se debe tener en cuenta para construir un proyecto

pedagógico solidario?

Teniendo en cuenta las características que definen un proyecto

pedagógico solidario, es necesario considerar algunos pasos del

proceso para construirlo; tales como los siguientes:

Análisis de contexto geopolítico, socio-económico y cultural

220

Consiste en identificar las características del territorio y de la población

que lo habita, teniendo en cuenta su vocación productiva y cultural, así

como sus posibilidades de desarrollo humano e integral.

Descripción y estructura administrativa de la organización

Se relaciona con la organización social que tienen los grupos,

localidades o comunidades para facilitar la participación ciudadana,

distribuir y ejercer el poder de decisión.

Características de los participantes

Se refiere especialmente a la distribución de la población por edades,

ocupaciones, niveles educativos y salud integral, para conocer sus

condiciones de aprendizaje y superación personal y social.

Principios que orientan las organizaciones

Constituye el conjunto de valores relacionados con la persona humana,

con el trabajo, con la comunicación, con la relación ética, con la

participación ciudadana, con la cooperación solidaria, que le imprimen

sentido humano a la formación de líderes.

Finalidad educativa y pedagógica de las organizaciones

Se relaciona con el carácter formativo de las personas, que tienen las

distintas organizaciones, a partir de los fines y objetivos que persiguen,

de los recursos y capacidades que utilizan y de los procesos y

actividades que realizan para ejecutar las decisiones orientadas a la

satisfacción de sus necesidades y logros.

Sistema de evaluación, tanto interna como externa

221

Constituye un proceso permanente de análisis y explicación de las

diferentes situaciones que viven las organizaciones frente a realidades

deseadas y posibles, así como frente a procesos realizados, objetivos

previstos y logrados, para alcanzar el mejoramiento continuo de su

calidad de vida.

Principios orientadores para la construcción de un Proyecto Pedagógico

Solidario

Los principios generales que sirven de marco de referencia y que le

imprimen sentido a los proyectos pedagógicos solidarios, están

íntimamente relacionados con los principios fundamentales que

caracterizan y orientan la acción solidaria en diferentes procesos de la

práctica social, tales como los siguientes:

1. Respeto a la dignidad de la persona humana: En la medida en que se

reconoce la libertad y la capacidad del hombre para tomar decisiones,

moldear su mundo, transformar la realidad y construir su propia historia,

mediante diferentes formas de representación mental, de normas de

comportamiento y organización social y de formas de expresión de la

sensibilidad y de la afectividad para trascender la realidad.

2. Autorrealización de los Actores Sociales: En el sentido de reconocer

en la persona a un ser sujeto –protagonista de su propio proyecto de

vida, capaz de asumir en forma consciente y responsable los procesos

de autogestión formativa, empresarial y productiva, y de desempeñarse

en diferentes ámbitos de actuación como empresario, productor,

ciudadano, consumidor y dueño de los medios de producción y del

producto de su trabajo, para autoconstruirse como sujeto moral y social.

222

3. Participación Organizada y Solidaria: En términos de hacer realidad

el ejercicio de la libertad, la autonomía comunitaria y la

autodeterminación de las personas para tomar decisiones y organizar

sus propias instituciones, de tal manera que se construya un auténtico

proceso democrático que facilite la redistribución y ejercicio del poder

político de los asociados y la creación de espacios vitales, para

preservar la identidad cultural y el sentido de pertenencia social.

4. Cooperación en el trabajo asociado: Como fundamento de la acción

conjunta y articulada, coherente y concertada, para lograr los fines

comunes de los procesos socioeconómicos y culturales, mediante la

integración de esfuerzos y recursos, el despliegue de valores ético-

sociales y el reconocimiento recíproco entre personas, grupos,

comunidades y culturas, de modo que se evidencie la apertura a la

diversidad cultural, a los cambios tecnológicos y al respeto a las

diferencias para lograr la complementariedad y la realización

intersubjetiva (relaciones interpersonales entre los sujetos).

5. Propiedad social y comunitaria de los factores productivos: Con base

en el principio de que el trabajo es la fuente originaria de la propiedad y

que ésta constituye un factor fundamental para la realización del

trabajador, de su familia y de la comunidad. Dentro de los factores

productivos se deben destacar el conocimiento tecno-científico, el

gerencial y el ético-moral, como dinamizadores básicos de los demás

factores productivos.

6. Dirección participativa, cooperada y descentralizada: En la medida en

que los asociados tomen conciencia del valor pedagógico del trabajo

socialmente organizado, de la interacción social, de la acción

223

comunicativa y de la responsabilidad solidaria. Estos aspectos son

fundamentales para el desarrollo del sentido de pertenencia social e

identidad cultural para la participación democrática.

7. Preservación del medio ambiente natural y social: En la medida en

que se desarrolle una conciencia ecológica y una ética ambiental, que

reconozca la necesidad de cambiar el comportamiento humano frente a

la forma de interactuar con la naturaleza y de utilizar tecnologías

productivas apropiadas, para no deteriorar los recursos naturales ni

contaminar el ambiente, y promover un desarrollo humano e integral,

sustentable y auto sostenido.

8. Distribución equitativa de los bienes y beneficios obtenidos en los

procesos socioeconómicos y culturales: Teniendo en cuenta que la

finalidad social de la producción de la riqueza social y cultural, es la

distribución equitativa, y que en ésta se sintetiza un conjunto de valores

éticos, morales, culturales y políticos, relacionados con la libertad

individual, la justicia social, el bien común, la dignificación del hombre y

la humanización de la sociedad‖. (Ramón, 2005)

Lección 29: Técnicas de recolección de información sociológica

En esta lección se pretende brindar algunas estrategias que se utilizan para la

recolección de información para una investigación desde la perspectiva cualitativa

y participativa.

En el desarrollo de todo el módulo se ha podido evidenciar que la investigación

sociológica se desarrolla desde diferentes miradas y que dependiendo del objeto

de estudio y del paradigma escogido, se utilizan unas u otras herramientas de tipo

metodológico.

224

En términos generales se han explicitado 3 perspectivas que se describen a

continuación tomando como base el texto de Alfonso Torres Carrillo (Torres

Carrillo, 2002)

Paradigma Cuantitativo: Parten de una concepción positivista y tienen las

siguientes características:

1. Asumen que la realidad social está dada por leyes.

2. Se busca encontrar las causas y consecuencias de los hechos.

3. Particulariza y objetivisa los sujetos en estudio como si fueran cosas.

4. Se hacen mediciones controladas con variables e indicadores.

5. La información se recoge a través de técnicas de tipo cuantitativo, análisis

estadísticos.

6. Se busca obtener resultados que se pueden generalizar.

Los estudios de tipo cuantitativo se pueden evidenciar en los censos, las

encuestas de hogar, los estudios de comportamiento del producto interno bruto,

los estudios de relaciones entre variables, los estudios de tipo demográfico entre

otros.

Paradigma Cualitativo: Se basan en la fenomenología, en la sociología

comprensiva, los trabajos de tipo interpretativo que privilegia el sentir subjetivo.

Entre sus principales características están:

1. La realidad se mira como una construcción de tipo histórico.

2. Se basa en el análisis cultural y de los símbolos y signos.

3. Se basa en interpretaciones de la realidad desde adentro, desde el sentir de

cada uno de los individuos como sujeto social.

4. Emplea técnicas de tipo descriptivo e interpretativo.

5. Da validez a la interpretación que hace el investigador desde su subjetividad.

6. Se orienta a procesos.

6. No utiliza variables de medición sino categorías de análisis.

225

7. No generaliza pues cada grupo social se estudia como una unidad única e

irrepetible.

Entre los enfoques cualitativos se encuentran los fenomenológicos, histórico

hermenéuticos, etnográficos y la recuperación de historias.

Paradigma Participativo: Son estudios de tipo cualitativo pero que tienen como

valor agregado en la práctica. Entre sus características se pueden enumerar:

1. Se pretende la transformación de los sujetos a través de la acción social.

2. Implican la participación de los sujetos involucrados.

3. Los investigadores se convierten también en sujetos y objetos de estudio.

4. Se fomenta la creación y el fortalecimiento de los grupos; se asumen como un

aprendizaje continuo, dado que la investigación misma exige y proporciona

espacios educativos tanto formales (talleres) como informales (conversaciones

cotidianas, consejos, asesorías)

5. Se fomenta la creación de organizaciones críticas y autónomas con capacidad

de realizar acciones emancipatorias.

6. Su metodología es abierta y flexible, igualmente las técnicas y herramientas que

se utilizan.

7. Se reconoce que la investigación social es crítica y tiene un componente político

por lo cual se busca liberar todo el potencial de cambio de las comunidades.

8. Se busca democratizar la producción, circulación y apropiación de los

conocimientos, por lo cual es necesaria la permanente socialización de los

avances.

9. La investigación se comporta como una espiral en constante movimiento en la

que se involucran la participación, la planificación y la acción, la observación y la

reflexión.

10. Se privilegian los procesos subjetivos, se promueve el diálogo de saberes

entre el conocimiento académico y los saberes populares.

226

11. Se lleva una lógica que va desde adentro y desde abajo, con la participación

de los sujetos que sufren los problemas objeto de estudio.

12. Se ubican los problemas en el contexto histórico, en un espacio y un tiempo

determinados, lo que permite la comprensión.

Como se puede observar, este último paradigma se refiere a las metodologías que

en nuestro país fueron propiciadas por Orlando Fals Borda: la Investigación Acción

Participativa (IAP), la investigación Acción (IA), la Investigación Participante (IP) y

los modelos de Autoevaluación y las investigaciones Militantes cuando se realizan

con un grupo político específico y se busca la emancipación.

A continuación se hace una breve descripción de las técnicas de recolección de

información más utilizadas por los paradigmas de tipo cualitativo y participativo:

1. Las historias de vida: Es un instrumento pero también se puede convertir en una

investigación en sí misma. La persona hace un relato de sus experiencias desde

su propia visión de mundo y en sus propios términos, acompañada por un experto.

La historia se puede realizar de manera escrita como una autobiografía o con la

utilización de otros medios como la grabadora, las fotografías, los videos, la visita

a ciertos lugares de significación para el autor de la historia. A través de estos

relatos el investigador puede interpretar el significado subjetivo que el sujeto le da

a su entorno.

2. La Entrevista: Con esta técnica el investigador obtiene información sobre el

punto de vista y la experiencia de las personas/grupos.

Las preguntas en la entrevista pueden dar cuenta de hechos, de opiniones, de

análisis, de acciones, abiertas o cerradas.

La entrevista puede ser abierta, si no existe un guión previo, semi estructurada si

se adapta a una forma de obtener información específica de determinadas

dimensiones mejor o estructurada si se adapta a un guión predefinido.

227

También es una técnica que se puede utilizar individual o en grupo; cuando se

hace una entrevista en grupo este no debe ser muy grande, los participantes

deben tener similares características (nivel social o económico, edades).

Con esta técnica no interesa tanto la cantidad de información como la calidad de la

misma. El entrevistado va construyendo su discurso (deseos, necesidades,

problemáticas entre otros).

3. Grupos de Discusión: También se les denomina grupos focales. Es una

entrevista en grupo que permite recolectar en poco tiempo y a profundidad, una

cantidad de información cualitativa, a través de la discusión. Los grupos deben

estar compuestos máximo por 10 o 12 personas. Para que sean efectivos en

cuanto al logro de los objetivos que se propongan deben tener una planificación

previa que incluye la convocatoria, la guía de temas de discusión, la focalización

en su desarrollo y el registro cuidadoso de los datos obtenidos.

La Observación: Es una de las principales técnicas en la investigación social. Por

considerarla tan importante para los procesos investigativos se darán unas

herramientas fundamentales para su utilización.

―Principios básicos para realizar una observación:

1. Debe tener un propósito específico.

2. Debe ser planeada cuidadosa y sistemáticamente.

3. Debe llevarse, por escrito, un control cuidadoso de la misma.

4. Debe especificarse su duración y frecuencia.

5. Debe seguir los principios básicos de confiabilidad y validez.

Entre las ventajas de la observación, tenemos que determinada

conducta se describe en el momento exacto en que está ocurriendo.

228

Además, las observaciones se pueden realizar independientemente de

que las personas estén dispuestas a cooperar o no, a diferencia de

otros métodos en los que sí necesitamos de la cooperación de las

personas para obtener la información deseada.

En contraposición, también existen algunas desventajas, tales como la

dificultad para observar un comportamiento específico en el momento

de efectuar la observación. Además, las conductas que se encuentran

sujetas a observación, generalmente son limitadas. es difícil poder

observar la interacción familiar, por ejemplo, al acostarse o levantarse.

La observación, debido a su utilidad, es un método que se puede

utilizar, junto con otros, para recabar información. Por ejemplo, se

puede emplear la observación en un estudio exploratorio, y para el

estudio final se pueden usar otros métodos tales como cuestionarios,

entrevistas, etc.

Observación participante:

Este tipo de observación está determinado por el hecho de que el

observador participa de manera activa dentro del grupo que se está

estudiando; se identifica con él de tal manera que el grupo lo considera

uno más de sus miembros. es decir, el observador tiene una

participación tanto externa, en cuanto a actividades, como interna, en

cuanto a sentimientos e inquietudes.

Con este tipo de observación, los investigadores pueden influir en la

vida del grupo.

Un problema del registro de la observación es que el observador puede

perder su objetividad. Para resolver este problema es conveniente que

229

más de una persona observe el mismo fenómeno, con el fin de

comparar las observaciones realizadas.

Observación no participante:

En este tipo de observación el investigador no participa de manera

activa dentro del grupo que observa. Se limita a mirar y a tomar notas

sin relacionarse con los miembros del grupo.

Dependiendo de los objetivos que persiga la investigación, se empleará

uno u otro tipo de observación.

La observación participante nos puede dar una idea más clara acerca

de lo que sucede dentro de un grupo, puesto que si los sujetos ven al

observador como un miembro más del grupo se comportarán

normalmente. En cambio, aplicando la observación no participante,

probablemente no se comportarán normalmente. Por otro lado, es

probable que el investigador, al no participar en la vida del grupo

observado, pueda mantener más fácilmente su objetividad.

Observación libre o no estructurada:

Generalmente se lleva a cabo en un estudio piloto, cuando no se

conoce muy bien la muestra que se va a estudiar.

Puntos a considerar:

La población que vamos a estudiar: quiénes son, cómo se relacionan

entre sí, edad, sexo, nivel socioeconómico, etc.

Las variables o categorías que son relevantes para nuestro estudio, así

como la frecuencia y duración de las mismas.

230

La mejor manera de registrar esta información es haciéndolo en el

momento y situación en que se está manifestando la conducta, puesto

que así tendremos menos prejuicios, seremos menos selectivos y, en

general, más objetivos al registrar la información tal y como se

presenta en la realidad. Sin embargo, esto no siempre se puede

realizar, puesto que al estar tomando notas se puede distorsionar la

conducta; además, las personas pueden comportarse de manera poco

diferente cuando saben que las están observando, y sobre todo si

alguien está tomando notas en relación con su comportamiento. Por

otro lado, es difícil tomar notas y observar al mismo tiempo.

Si se trata de guardar todo en la memoria, probablemente la

observación no pueda ser muy exacta. Lo que se puede hacer es

escribir solamente palabras claves mientras se realiza la observación.

Cuando se redacten los resultados finales, se debe utilizar una forma

organizada y sistemática, como, por ejemplo, una tabla de frecuencias.

Observación estructurada:

Es aquella que se lleva a cabo cuando se pretende probar una

hipótesis, o cuando se quiere hacer una descripción sistemática de

algún fenómeno; es decir, cuando estamos realizando un estudio o

investigación en el que sabemos exactamente lo que vamos a

investigar y tenemos un diseño de investigación. Se diferencia de la

observación no estructurada en el sentido de que en esta última sólo

poseemos una idea vaga acerca de lo que vamos a observar, mientras

que en la estructurada ya tenemos más claramente definidos los

objetivos que nos ayudarán a clasificar y concretar el fenómeno en

cuestión. En este tipo de observación nos basamos en tablas de

frecuencias.

231

La observación estructurada presenta menos problemas prácticos en

cuanto a la forma de registro y utilizamos formas estandarizadas.

Existen menos probabilidades de que los observadores sean

subjetivos‖. (Pardinas, 1971)

A continuación se presentan unas preguntas que deben ser resueltas al

realizar una observación:

Actor: ¿Quién?

Acto: ¿Qué hace?

Personas significativas: ¿Con quién?

Relaciones: ¿En qué tipo de relación? (visual, táctil, verbal etc)

Contexto: ¿En qué situación?

Medio físico: ¿Dónde?

Objetos: ¿Qué tecnología o artefactos se usan?

Tiempo: ¿Cuánto tiempo dura y cuál es la secuencia de la acción?

Objetivos: ¿Qué están tratando de lograr?

Sentimientos: ¿Qué emociones y sentimientos están expresando?

Recomendación: Registre las palabras tal y como son expresadas sin traducirlas

al vocabulario del investigador.

Utilice un lenguaje concreto al describir lo observado.

Las notas de campo deben ser expresadas e ilustradas con detalles específicos.

Con el fin de dejar el registro de lo observado se puede construir un instrumento

que tenga dos columnas: en una se registra lo observado y en otra los

comentarios del investigador.

Para finalizar se mencionan otras técnicas que pueden ser utilizadas en la

investigación cualitativa o participante: la encuesta, los talleres, los grupos

vivenciales, las representaciones gráficas, los mapas sociales o la cartografía

social.

232

Lección 30. Preguntas de Revisión

A continuación se presentan una serie de ejercicios de revisión que les ayudará en

el proceso de adquisición de nuevos conceptos y revisión del aprendizaje logrado.

1. Con sus propias palabras elabore un escrito de no menos de 20 renglones en el

que exprese las críticas que se hacen a los “Estudios Culturales”.

2. Sustente que significa para García Canclini el concepto de Cultura Popular.

3. Elabore un cuadro comparativo entre las características de lo que se denomina

cultura popular y cultura masiva.

5. Explique como propone Arturo Escobar que se trabajen las problemáticas

sociales desde un esquema participativo.

6. Escoja una problemática social de su entorno dentro de las siguientes temáticas

generales:

Problemática campesina.

Mujer, derechos y modernidad.

Moda, música y educación.

Las Tics y la educación.

Deportes.

Sociedades en Red.

Globalización y Desarrollo.

Una vez escogido el tema, realice una observación con base en las

recomendaciones que aparecen en el módulo al explicar dicha técnica.

El documento final de informe de la observación debe contener como mínimo:

Introducción

Objetivo General

Objetivos específicos

Marco de Referencia (enfoque sociológico)

Observación

233

Análisis

Conclusión

Evidencias gráficas.

Se recomienda que dicho trabajo se desarrolle dentro del contexto de la

participación y la solidaridad tomando como base el documento del PAP Solidario.

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