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II
UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Y A DISTANCIA UNAD
ESCUELA DE CIENCIAS SOCIALES ARTES Y HUMANIDADES
AREA SOCIO HUMANISTICA
CURSO ACADÉMICO SOCIOLOGIA
CODIGO 100006
ELABORADO POR:
YENNY LEGIZAMON ORJUELA
ACTUALIZADO POR:
MARIA ADMERIS QUINTERO FERRO
Dosquebradas, octubre de 2010
III
TABLA DE CONTENIDO
INTRODUCCIÓN GENERAL .................................................................................. 1
UNIDAD 1: ¿QUÉ ES LA SOCIOLOGÍA? ............................................................... 2
INTRODUCCIÓN .................................................................................................... 2
OBJETIVOS DE LA UNIDAD .................................................................................. 3
COMPETENCIAS .................................................................................................... 3
CAPITULO 1: ¿QUE SIGNIFICA LA SOCIOLOGIA? .......................................................... 4
LECCIÓN 1. APROXIMACIONES A LA SOCIOLOGÍA ................................................................... 4
LECCIÓN 2. ETAPAS DE LA SOCIOLOGÍA ............................................................................... 7
LECCIÓN 3. PROPUESTAS CON ÉNFASIS EN LA ESTRUCTURA SOCIAL ................................... 14
LECCIÓN 4. CORRIENTES SUBJETIVISTAS ........................................................................... 25
LECCIÓN 5. ACTUALES PROPUESTAS DE SÍNTESIS: JURGEN HABERMAS (1929); ANTHONY
GIDDENS (1938); ALAINE TOURAINE (1925); PIERRE BOURDIEU (1930-2002). .................... 28
CAPITULO 2: MIRADAS DE LA SOCIOLOGÍA ................................................................ 33
LECCIÓN 6. MIRADAS DE LA SOCIOLOGÍA: CARLOS MARX Y EL MATERIALISMO HISTÓRICO
(1818-1883). .................................................................................................................... 34
LECCIÓN 7. MIRADAS DE LA SOCIOLOGÍA: NORBERT ELIAS (1897 A 1990) ......................... 41
LECCIÓN 8. MIRADAS DE LA SOCIOLOGÍA: PIERRE BOURDIEU ............................................... 46
LECCIÓN 9. MIRADAS DE LA SOCIOLOGÍA: ZYGMUNT BAUMMANT .......................................... 55
LECCIÓN 10. MIRADAS DE LA SOCIOLOGÍA: ¿DONDE ESTÁ LA FRANJA AMARILLA? ................. 64
CAPITULO 3: SOCIOLOGÍA COLOMBIANA Y NUEVOS TEMAS DE DISCUSIÓN ........ 112
LECCIÓN 11. LA SOCIOLOGÍA EN COLOMBIA ...................................................................... 112
LECCIÓN 12. CAMILO TORRES Y ORLANDO FALS BORDA ................................................... 115
LECCIÓN 13. SOCIOLOGÍA DEL DEPORTE .......................................................................... 119
LECCIÓN 14. SOCIOLOGÍA DE GÉNERO ............................................................................. 132
LECCIÓN 15. PREGUNTAS DE REVISIÓN ............................................................................ 148
UNIDAD 2: SOCIOLOGÍA DE LA CULTURA ...................................................... 149
INTRODUCCIÓN ................................................................................................ 149
OBJETIVOS DE LA UNIDAD .............................................................................. 150
COMPETENCIAS ................................................................................................ 151
IV
CAPITULO 4: ¿QUÉ ES LA SOCIOLOGÍA DE LA CULTURA? ...................................... 152
LECCIÓN 16. DEFINICIONES DE LA CULTURA ...................................................................... 152
LECCIÓN 17. DESARROLLO DE LOS ESTUDIOS DE LA SOCIOLOGÍA DE LA CULTURA ............... 155
LECCIÓN 18. ESTUDIO DE LA CULTURA DESDE AMÉRICA LATINA ....................................... 157
LECCIÓN 19. OTROS CONCEPTOS Y MANERAS DE ABORDAR EL TEMA DE CULTURA .............. 160
LECCIÓN 20. GLOBALIZACIÓN ACADÉMICA, ESTUDIOS CULTURALES Y CRÍTICA
LATINOAMERICANA .......................................................................................................... 162
CAPITULO 5: LAS CULTURAS POPULARES Y LA GLOBALIZACION ............................ 168
LECCIÓN 21. ¿QUÉ SE ENTIENDE POR CULTURA POPULAR? .............................................. 168
LECCIÓN 22. CULTURA DE MASAS ................................................................................... 173
LECCIÓN 23. CULTURA Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN ........................................................ 174
LECCIÓN 24. GLOBALIZACIÓN Y CONSUMO ........................................................................ 178
LECCIÓN 25. PARADOJAS DE LA GLOBALIZACIÓN .............................................................. 182
CAPITULO 6: GLOBALIZACIÓN, PARTICIPACIÓN Y DESARROLLO .......................... 186
LECCIÓN 26. GLOBALIZACIÓN Y DESARROLLO .................................................................. 186
LECCIÓN 27. GLOBALIZACIÓN, DESARROLLO Y MODERNIDAD (CONTINUACIÓN ARTÍCULO
ANTERIOR)………………………………………………………………………………………204
LECCIÓN 28. LA PARTICIPACIÓN COMO HERRAMIENTA PARA EL DESARROLLO ...................... 212
LECCIÓN 29: TÉCNICAS DE RECOLECCIÓN DE INFORMACIÓN SOCIOLÓGICA .......................... 223
LECCIÓN 30. PREGUNTAS DE REVISIÓN ............................................................................ 232
BIBLIOGRAFIA ................................................................................................... 233
1
INTRODUCCIÓN GENERAL
El Curso Académico de Sociología está dirigido a los estudiantes de la
Universidad Nacional Abierta y a Distancia, es un curso básico común, teórico, de
dos créditos, ofrecido por la Unidad Académica Socio humanística.
El módulo consta de dos unidades. En la primera se exponen los diferentes
enfoques de autores y escuelas de la Sociología desde sus inicios con el
Positivismo de Augusto Comte, hasta llegar a las actuales escuelas y autores.
Posteriormente en el capítulo tres se abordará la Sociología en Colombia y la
Sociología de Género.
En la segunda unidad se aborda el tema de la Sociología de la Cultura, sus
principales representantes y paradigmas. Se exponen las principales críticas que
se hacen a los llamados Estudios Culturales Latinoamericanos que no han tenido
en cuenta las especificidades de cada una de nuestras comunidades.
Posteriormente se expone la diferencia entre las culturas populares y la cultura de
masas para luego llegar al análisis de lo que son los diferentes paradigmas sobre
el desarrollo. Para finalizar toma el tema de participación y solidaridad como
elementos fundamentales del Proyecto Académico Pedagógico Solidario de la
Universidad, desde la perspectiva de sensibilizar a los estudiantes respecto al
compromiso que se tiene no solo como estudiante de la Universidad sino como
ciudadano, de ser actores activos de la solución de los problemas sociales que
aquejan a nuestras comunidades y se dan unas herramientas básicas para la
recolección de información en los estudios sociológicos de tipo cualitativo y critico
social.
En las últimas lecciones de cada una de las unidades los estudiantes encontraran
unos ejercicios de revisión que les permitirá dar cuenta de su proceso y también
2
como herramienta de complemento para la elaboración de sus trabajos de
transferencia.
UNIDAD 1: ¿QUÉ ES LA SOCIOLOGÍA?
INTRODUCCIÓN
¿Qué respondería usted como estudiante de la Universidad si su tutor le
preguntara que entiende por Sociología? Posiblemente después de pensar un
rato respondería: bueno, debe ser algo relacionado con el estudio de la sociedad,
las relaciones entre los individuos, los grupos y las instituciones. Sin embargo
usted no está seguro de haber dado la definición más adecuada. Su tutor le dice:
Efectivamente la Sociología es el estudio científico de los problemas sociales tales
como las etnias, el crimen, el divorcio, las clases sociales. Con dicha aclaración
posiblemente se ha acercado al concepto pero la Sociología va mucho más allá
del estudio de los problemas sociales. Como estudiante de Sociología usted
necesitará una definición exacta.
De ello nos ocuparemos en esta primera unidad del módulo. En primer lugar se
darán algunas aclaraciones en torno al concepto de la Sociología como Ciencia;
los conceptos más relevantes que son objeto de estudio de la Sociología y el
papel del Sociólogo en nuestra sociedad. Posteriormente se realizará un recorrido
histórico - cronológico de los diferentes autores y escuelas sociológicas desde su
inicio como disciplina científica hasta las actuales propuestas, con el fin de que el
estudiante se familiarice con los términos y conceptos propios de la misma.
Se profundizará en la forma como los autores analizan los problemas sociales
desde las propuestas positivistas, pasando luego por las propuestas del
Estructural Funcionalismo, los aportes de la Teoría Crítica y las corrientes
3
subjetivistas. Luego se expondrá el desarrollo de la Sociología en Colombia, sus
desarrollos y principales autores.
Posteriormente se enuncian los principales elementos de la sociología de género y
la sociología del deporte. Para finalizar encontrarán un ejercicio didáctico que les
permitirá revisar su aprendizaje.
OBJETIVOS DE LA UNIDAD
Comprender el objeto de estudio de la sociología, su evolución y los diferentes
conceptos surgidos en el proceso histórico de desarrollo de la disciplina.
Reconocer los principales conceptos, autores y escuelas sociológicas y su forma
de interpretar el mundo que los rodea.
Utilizar los principales conceptos que maneja la sociología para la interpretación
de los fenómenos sociales de su entorno.
Lograr la comprensión de los elementos teóricos de la Sociología que permitan
interpretar las organizaciones sociales como sistemas complejos, sus relaciones
con la sociedad global, sus estructuras y procesos básicos.
Interpretar con espíritu crítico las problemáticas de los diferentes entornos:
familiar, laboral, universitario, político, local, global.
COMPETENCIAS
Cognitiva: Los estudiantes comprenden la propuesta de Sociología, su
importancia en la explicación del contexto social, las formas como interpretamos la
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realidad y cómo influyen las distintas luchas en la forma como entendemos el
mundo.
Comunicativa: Los estudiantes desarrollan la capacidad de argumentar sobre los
problemas objeto de estudio de la sociología.
Competencia contextual: Los estudiantes se sensibilizan respecto a las
problemáticas sociales de su entorno y la importancia de saber como interpretar
las realidades sociales, las relaciones de poder y la forma como estas influyen en
las comunidades.
CAPITULO 1: ¿QUE SIGNIFICA LA SOCIOLOGIA?
Lección 1. Aproximaciones a la sociología
El ser humano en la búsqueda de la verdad se ha apoyado en múltiples formas de
interpretar la realidad. Entre esas muchas se pueden encontrar: la intuición que se
podría definir como una especie de corazonada inexplicable pero que en
ocasiones responde positivamente a nuestras preguntas. También está lo que
dicen las autoridades, es decir, todo aquello que dicen las personas que se
consideran conocedoras del tema por su experiencia o por el cargo que ocupan.
Un ejemplo de ello podría ser cuando se cree en lo que dice un abogado sobre
una ley determinada considerando que sus estudios le permiten ser una persona
con autoridad para conceptuar. Otra forma de encontrar la verdad es lo que
comúnmente se llama tradición: se dice que aquí se acumula la sabiduría de
quienes han experimentado por muchos años, pero, también la tradición llamada
experiencia práctica puede solo ser repetición de los errores de los antepasados.
Por último se encuentra el sentido común, que en muchos casos es la
acumulación de los presentimientos y experiencias nacidas de los errores de un
grupo y que se siguen transmitiendo como códigos de verdad.
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Ninguna de las cuatro anteriores formas descritas es conocimiento científico. Por
el contrario, son múltiples los ejemplos que podrían enunciarse al respecto que
demuestran que ni el sentido común, ni la intuición, ni lo que dicen las autoridades
podría catalogarse como saber científico.
La tradición y el sentido común dicen que el hombre es intelectualmente superior a
la mujer porque tiene más grande el cerebro. La ciencia en cambio ha demostrado
que tanto el hombre como la mujer tienen igual capacidad intelectual. La tradición
dice que la gripa y el catarro se producen por tener los pies fríos; la ciencia explica
que la causa de la gripa y el catarro son ciertos virus. Las madres aconsejan a sus
hijas tomar mucha leche y Pony Malta para que aumente la producción de leche
materna pero, la verdad es que lo que necesita una madre lactante para su
producción de leche es simplemente tomar mucho líquido y nutrirse muy bien con
frutas y verduras ya que el organismo en su sabiduría logrará producir lo que la
madre requiere para alimentar a su hijo.
La ciencia se puede definir como un conjunto de conocimientos debidamente
organizados y verificados que se adquieren a través de la investigación científica.
Para que un conocimiento sea científico se requiere que cumpla con unas
características que se describen a continuación:
Objetividad: Surge de explicar los hechos independientemente de las personas
que lo analizan, tratando de evitar que los valores y la cultura influyan en el
análisis.
Racionalidad: La razón y el discernimiento son los elementos que permiten que el
hombre pueda desarrollar un pensamiento científico.
Sistematicidad: El conocimiento científico es ordenado, la información que nos
proporciona es lógicamente construida e interconectada, congruente.
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Metodicidad: Para llegar al conocimiento se requiere utilizar un camino
metódicamente diseñado y estructurado.
Temporalidad y espacialidad: Los resultados de una investigación deben estar
enmarcados en un tiempo y en un espacio concreto pues las verdades no son
absolutas y el conocimiento está en constante movimiento de tal suerte que lo que
hoy se puede afirmar como cierto, en otro tiempo y en otro espacio puede no
serlo.
Si se revisan las anteriores características se podría afirmar que la Sociología es
una ciencia que estudia los fenómenos sociales; su objeto de estudio son las
relaciones de los individuos; utiliza el método científico; enmarca sus estudios en
un espacio y un tiempo concreto.
Cabría entonces preguntarse: ¿Qué fenómenos sociales son los que estudian los
sociólogos?
Los sociólogos como investigadores estudian el comportamiento de los grupos.
Les interesa investigar sobre el desarrollo de los seres humanos; las normas y la
organización social; las instituciones como la familia; las comunidades; las
minorías étnicas; las clases sociales; el rol y el status; las relaciones de poder; los
cambios sociales y económicos; los movimientos sociales; lo rural y lo urbano.
La Sociología es diferente a la Filosofía porque esta se ocupa de organizar un
sistema de ideas respecto a cómo la gente debería comportarse y la primera se
ocupa de cómo se comporta la gente y las consecuencias de ese comportamiento.
Tampoco es Socialismo porque éste es un sistema político.
La Sociología es diferente de la Historia aunque están relacionadas:
"El historiador muestra lo variable, el sociólogo señala lo constante y
recurrente. La historia describe la multitud de las combinaciones
concretas en que se han encontrado los hombres interdependientes; la
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sociología descompone las diferentes combinaciones en sus
relativamente pocos elementos básicos y formulan las leyes que las
gobiernan. El descubrimiento de esas leyes, o el enunciado de las
relaciones necesarias e invariables entre un limitado número de
elementos en que puede descomponerse la realidad social, es el
verdadero objetivo de la sociología, equivalente a los objetivos de la
física, la química, la biología y la psicología en sus campos respectivos"
(Timasheff N. , 2002)
La Sociología es diferente de la Antropología porque aunque su objeto de estudio
es el hombre, esta se ocupa de la evolución de la cultura a través de la historia.
Ahora bien: la Sociología como otras ciencias que se ocupan del individuo, tiene
también subdivisiones en campos especializados. Entre ellas se pueden enunciar:
Sociología de la Cultura; Sociología Jurídica o del Derecho; Sociología
Organizacional; Sociología de la Educación; Sociología Rural; Sociología Urbana;
Sociología del Deporte; Sociología de Género entre otras. De estas dimensiones
se hablará más adelante. Ahora nos ocuparemos del desarrollo histórico, sus
diferentes autores y corrientes.
Lección 2. Etapas de la Sociología
Como ya se dijo con anterioridad, las ciencias han surgido como producto de la
necesidad del hombre de responder a lo que se pregunta sobre la naturaleza, la
sociedad, el universo y el hombre mismo. La Sociología surgió entonces para
ocuparse de lo que encontramos en la siguiente definición:
―La sociología es la ciencia que se ocupa de los grupos sociales; sus
formas internas o modos de organización, los procesos que tienden que
mantener o a cambiar éstas formas de organización, y las relaciones
entre grupos. Un tema tan complejo como los grupos sociales requiere,
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para su tratamiento científico, conceptos precisos y exactos; términos
técnicos cuidadosamente definidos‖. (Johnson, 2003).
La Sociología es considerada como la más joven de las Ciencias Sociales.
Aparece en unos momentos históricos trascendentales para la humanidad: La
revolución industrial estaba en Europa en su apogeo; los anteriores señores
feudales y aristócratas dueños de la tierra y de los medios de producción desde la
edad media y quienes detentaban el poder, estaban siendo reemplazados por la
burguesía naciente. La Iglesia Católica había perdido su hegemonía debido a las
reformas y a las ideas de la ilustración. Ello significaría que los hechos sociales
tendrían una realidad independiente de las tesis providencialistas que habían
marcado el pasado.
Hasta el siglo XIX el hecho social permaneció dominado por especulaciones
filosóficas y de tipo religioso. La revolución francesa también influyó en la
necesidad de establecer una disciplina que se ocupara de los fenómenos sociales.
Sumado a ello los viajes geográficos, los grandes descubrimientos, colonizaciones
y conquistas de los pueblos americanos, dieron a conocer diferentes formas de
vida por lo que se evidenció la relatividad de las instituciones y organizaciones
sociales.
Henri Rouvroy, conocido como Conde Saint Simon, a inicios del siglo XIX expuso
la necesidad de crear “una ciencia del hombre”, que con el mismo carácter
metodológico de las ciencias naturales, por ejemplo, buscara leyes que
explicasen los hechos sociales. Sin embargo su idea no pasó de ser una simple
proposición. Años después aparece el pensador Augusto Comte (Francia 1798-
1857) quien estuvo directamente vinculado al estudio de las matemáticas. Como
secretario y discípulo del conde Saint Simon, tomó conciencia de la necesidad de
desarrollar una ciencia que se dedicara a estudiar los fenómenos sociales de
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manera sistemática basada en la clasificación y no en la especulación y la
autoridad. Inicialmente la llamó “Física Social” debido a que no se tenía un
método propio de análisis pero después consideró que debía construirse un
propio sistema teórico que permitiera la objetividad del análisis de los fenómenos
que ocurrían, por lo cual nace el concepto de Sociología como ciencia.
Para esta época esta era una idea nueva. Herbert Spencer (1820-1903) publicó
hacia 1876 su obra denominada “Principios de Sociología” en la que aplicó el
método de la evolución orgánica al estudio de la sociedad. Las instituciones
sociales como los organismos se caracterizan por el paso de la homogeneidad a
la heterogeneidad y que ese paso sería una ley universal de progreso tanto en lo
inorgánico como en lo orgánico y lo supe orgánico (la sociedad).
En 1859 publicó Charles Darwin su "Origen de las especies". Spencer asimiló
rápidamente los nuevos conceptos darvinianos. Tenían algún parentesco con sus
propias ideas y observó, muy característicamente, que había sido el primero en
descubrirlos refiriéndose a dos de sus artículos publicados en 1852 en la
Westminster Review.
Paralelo a dichos pensamientos aparecen los razonamientos de los
cooperativistas como Robert Owen (1771-1858) que, motivados por los
pensamientos humanitarios de rechazo a la explotación de la clase obrera que
sufría las consecuencias del desarrollo del capitalismo, sin seguridad social y con
extenuantes jornadas laborales, con el trabajo pesado de mujeres y niños,
intentaban mejorar el orden social sin lograrlo.
Estos pensadores fueron llamados posteriormente por Carlos Marx (1818-1883) y
Federico Engels (1820-1895) como los socialistas utópicos. De sus teorías
partieron para crear el Socialismo Científico cuyo fundamento era el de acabar con
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el capitalismo a través de la revolución armada y crear un nuevo orden donde no
existiera la propiedad privada ni la diferencia de clases sociales ni la explotación
de los trabajadores llamados clase proletaria, por parte de la clase burguesa que
detentaba el poder. De sus fundamentos teóricos se hará una profundización mas
adelante.
Para continuar con la obra de Augusto Comte, aparece en escena Emilio
Durkheim (1858-1917) quien es considerado uno de los principales y reconocidos
científicos no solo en Francia sino dentro de todo el conjunto de pensadores de
Europa. Una de sus principales obras fue “Las reglas del método sociológico”
publicada en 1895, en la cual presenta un esbozo claro de su método. Su principal
argumento era el de que los hechos sociales se debían estudiar como cosas
independientes del sujeto que los estudia, con el fin de garantizar la objetividad del
análisis. Es importante anotar que toda su obra partió de los argumentos de
Comte. Para Durkheim, “los hechos sociológicos son formas de obrar, pensar y
sentir, exteriores al individuo y están dotados del poder de coacción en virtud del
cual se le imponen”. (Durkheim, 1982).
Posterior al trabajo de las Reglas del Método Sociológico, Emilio Durkheim
escribió “El Suicidio”, una de las obras más significativas y que todavía cobra
vigencia, en relación con el tema, en la que se logró demostrar como un
fenómeno tenido por puramente individual puede explicarse como hecho social
profundamente dependiente del grado de integración de las instituciones sociales
de religión, economía, familia.
Adolphe Quételet (1796 - 1874), estadístico belga, después de diversos estudios y
aplicaciones a fenómenos sociales llegó a la conclusión de que, en los fenómenos
sociales, por lo general prevalece una curva de distribución. El fue el primero en
revelar la posibilidad de usar estadística como instrumento para conocer los
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fenómenos sociales. Hasta finales del siglo XIX no empezó la sociología a emplear
el método estadístico, y hasta el siglo XX no apareció el neopositivismo orientado
cuantitativamente.
Max Weber (1864-1920), también es considerado como uno de los iniciadores de
la Sociología en el mundo. Entre sus aportes más significativos a la teoría
sociológica está la obra “La Ética Protestante y el Espíritu del Capitalismo”, en la
que logra demostrar como la religión influye en el desarrollo económico de toda
Europa. Desarrolla conceptos tales como la clase, el status y las estructuras de
autoridad.
Las fundaciones norteamericanas tuvieron una gran importancia en la
institucionalización de la sociología en Europa y América Latina, a través del
patrocinio de estudiantes para que realizaran trabajos por fuera de las
Universidades, exportando las formas de hacer investigación y de interpretar los
procesos sociales, La emigración de intelectuales europeos a Estados Unidos en
las épocas de guerra y su posterior regreso en algunos casos después de
concluido el conflicto, “favoreció la importación de las técnicas de investigación y
teóricas, y la difusión de autores” (Angel, 2004, pág. 29).
Dentro de este mismo periodo de la Guerra Fría, en el bloque de la URSS se inició
desde 1946 un proceso de difusión de manuales de materialismo dialéctico e
histórico, para difundir las premisas del marxismo, proceso que estuvo
acompañado de la consolidación del socialismo en cuanto a la ideología y política.
―Es en este contexto histórico social en el cual el estructural
funcionalismo y el marxismo se erigieron en paradigmas hegemónicos
de las Ciencias Sociales. Después de terminada la Guerra Fría, estos
dos paradigmas que se presentaban como contradictorios eran muy
parecidos en su metodología de hacer ciencia. El mundo social
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aparecía visto como una dicotomía donde se contraponían: lo objetivo
vs. lo subjetivo, la estructura vs. el individuo, lo macro vs. lo micro, lo
material vs. lo ideal, la explicación casual vs. la interpretación, tomando
partido por lo objetivo, la estructura, lo marco, lo material y la
explicación basadas en las causas‖ (Angel, 2004, pág. 30).
Lo que se contrapone a lo que ha venido sucediendo desde las últimas dos
décadas donde los temas primordiales que se quedaron por fuera en el estructural
funcionalismo y el marxismo, como lo subjetivo, lo micro, lo individual, se toman
como aspectos fundamentales para entender lo que está pasando en las actuales
relaciones sociales. Se tiene en cuenta la importancia de lo que sucede en el
interior del sujeto estudiado y lo subjetivo cobra especial valor.
Esta es realmente la discusión en todas las ciencias: la separación entre el objeto
de estudio y el sujeto que investiga, desde las miradas tradicionales los científicos
deben estar alejados del objeto que estudian, pero en la actualidad este tema ha
sido muy cuestionado porque en las investigaciones sociales, no es fácil separar al
investigador de su objeto de estudio que, para el caso concreto de la sociología,
no es un objeto sino un sujeto que tiene sentimientos, deseos, valores, creencias
y, es precisamente la labor del investigador interpretar ese sentir desde la misma
subjetividad que no por ello deja de ser real. Esto se verá cuando se analice la
propuesta de Pierre Bordeau, quien dice que los sociólogos y sociólogas deben
cuestionar el punto de vista desde donde están analizando lo social, su postura
política, religiosa, cultural, de género, de sexo, todo lo que los rodea y en especial
como se va a presentar el resultado de un trabajo académico que se supone
objetivo.
En la actualidad, el paradigma que cobra vigencia es el denominado
Postmodernidad, que ha permitido el flujo interdisciplinario y ha propiciado el
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rompimiento de las fronteras existentes entre los diferentes enfoques, diferentes
metodologías y diferentes formas de ver el mundo, lo que permite llegar a una
mejor interpretación de los hechos utilizando las mezclas en los abordajes de las
problemáticas.
Es por ello que no es extraño encontrar estudios sociológicos que se apropian de
herramientas e instrumentos que eran de utilización específica de uno u otro
paradigma, teniendo otros enfoques. Por ejemplo, las encuestas se consideraban
instrumentos específicos de las investigaciones de tipo cuantitativo perteneciente
a la escuela positivista y ahora es posible utilizarlas tanto en los enfoques
cualitativos como también dentro de las perspectivas crítico sociales.
En la siguiente tabla se exponen los principales enfoques que la sociología ha
utilizado para analizar las problemáticas sociales con sus principales autores:
1. Enfoques de la sociologia
ENFOQUES OBJETIVISTAS Y ESTRUCTURALISTAS
Escuela Positivista y Funcionalista Augusto Comte (1798-1842)
Emilio Durkheim (1854-1917)
Talcott Parsons (1902-1979)
Estructuralismo y Tradición Etnolingüística Ferdinand Saussure (1857-1913)
Marcel Mauss (1872-1950)
Claude Levi Strauss (1908-1990)
Michel Foucault (1926-1984)
Marxismo Clásico y Neo Marxistas Carlos Marx (1818-1883)
Antonio Gramsci (1891-1917)
Louis Althusser: Marxismo Estructuralista
(1918-1991)
Jurgüen Habermas: Marxismo y Teoría Crítica
(1929)
SOCIOLOGIA INTERPRETATIVA Y TRADICION FENOMENOLOGICA
Tradición Europea Edmund Hurseel (1850-1938)
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Max Weber (1864-1920)
Martín Heidegger (1889-1976)
Alfred Schutz (1899-1953)
Etnometodología Harold Garfinkel (1917)
Interaccionismo Simbólico George Herbert Mead (1863-1931)
Herbert Blumer (1900-1987)
Ervin Goffman (1928-1982)
Otras Propuestas subjetivistas vigentes Pierre Bordieu (1930-2002)
Fuente: elaboración propia
En conclusión se puede afirmar que existen entonces 3 grandes grupos de
enfoques y autores respecto a la forma de analizar la sociedad: En el primer grupo
se encuentran todas las propuestas que le dan mayor énfasis a las estructuras
sociales o totalidades; en segundo lugar aquellos que privilegian el análisis desde
los sujetos o agentes sociales y en tercer lugar los autores que tratan de hacer un
propuesta que consolide aspectos de ambos enfoques para superar aquella
contradicción.
A continuación se expondrán los principales argumentos de cada uno de esos
grupos.
Lección 3. Propuestas con énfasis en la Estructura Social
En esta lección se presentan los principales autores y escuelas que dentro de los
3 grupos enunciados anteriormente, privilegian las estructuras sociales o
totalidades.
Hacen parte de esta línea epistemológica, el positivismo de Augusto Comte hasta
Emilio Durkheim; el estructural-funcionalismo de Talcott Parsons y Robert
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Merton; el positivismo lógico del Círculo de Viena; la teoría crítica" de la primera
época y el estructuralismo francés.
El positivismo de Comte a Durkeim. Para Comte el Positivismo es una forma de
analizar la realidad: se pretende analizar los hechos tal como se presentan sin
dejarse influir por sentimientos, creencias u otros aspectos personales del
investigador. Este autor considera que para investigar adecuadamente se deben
utilizar la observación como punto de partida, la experimentación y la comparación
dividida en tres subtipos:
Comparar las sociedades humanas con los animales inferiores
Comparar sociedades en diferentes partes del mundo.
Comparar diferentes estados de sociedades en el transcurso de la historia.
El término positivismo se utilizó en contraposición al negativismo que imperaba en
ese momento en la sociedad. Lo negativo era el desorden y el caos moral que se
vivía en Francia en épocas de la Revolución Francesa. Lo positivo era lo medible,
lo concreto, lo empírico, lo real y objetivo.
Comte desarrolló una clasificación de las ciencias positivas: las matemáticas, la
astronomía, la física, la biología, la química y en la cúspide la sociología. Esta
última con el objetivo de descubrir las leyes que rigen las problemáticas sociales.
Considera que existe una ley denominada la ley de los tres estadios: Todas las
sociedades atraviesan por 3 etapas para llegar al progreso:
―Estado Teológico o ficticio. Todo humano debe pasar por los tres
estados. Éste es el primitivo. Se basa en la especulación. Ante las
preguntas esenciales del hombre da una respuesta mítica. Pretende
explicar las leyes naturales atribuyéndoles espíritu propio y fuerzas
especiales. La imaginación es un recurso importante. Ella otorga
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designa a los seres sobrenaturales, los cuales condicionan la vida
humana. En este estado se dan tres momentos: fetichismo, politeísmo y
monoteísmo. Un ejemplo es el Génesis. Éste libro relata una creación
mágica.
Estado Metafísico o Abstracto. Es continuación del anterior con algunas
variaciones. En realidad es un momento que prepara el siguiente paso.
Es transitorio. Se pregunta por las primeras causas y los últimos
principios de las cosas. A diferencia del anterior momento éste
responde aplicando la lógica. Las abstracciones más elaboradas le
permiten formar conceptos más claros. El razonamiento toma mayor
consistencia. Un ejemplo son los filósofos griegos. Aristóteles es un
representante de la metafísica.
Estado Positivo o Real. Es último y definitivo. La racionalidad se
perfecciona. No es como los anteriores. Los supera. La imaginación se
hace ―esclava‖ de la observación. Tiene varias leyes. Por ejemplo:
―Toda proposición que no puede reducirse estrictamente al mero hecho,
particular o general, no puede ofrecer ningún sentido real e inteligible‖.
Otra trata de la Naturaleza relativa. Es decir, habla del progreso del
conocimiento hacia la exactitud. Otra es la Previsión racional. O sea,
estudia la realidad para preverla. Y por último, cree que las leyes de
naturales no presentan variabilidades‖. (Marin Maglio, 1998).
Durkheim estará fuertemente influido por Comte: i) la sociología deberá erigirse en
ciencia natural de la sociedad tratando a los hechos sociales como cosas, ii) la
secularización de los conceptos religiosos y metafísicos es contrapartida del
desarrollo científico, iii) el cambio social es progresivo y depende del orden, iv) la
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revolución política no asegura la transformación social sino que testimonia la
impotencia de la sociedad para el cambio progresivo.
―Para Durkheim, los objetos sociales observados poseen características
naturales que determinan lo que hace el observador al describir y
clasificar; por tanto, el sociólogo construye teoría observando
sistemáticamente las características externas visibles en las conductas
humanas. Para ello, debe desterrar toda prenoción por una parte, y
desentenderse por otra de las ideas que los propios individuos
observados se hacen de sí mismos. La sociedad debe verse como una
totalidad orgánica, y las divergencias de los individuos respecto de la
conciencia colectiva deben atribuirse sea a impulsos egocéntricos
opuestos a las demandas morales de la sociedad, o a un desencuentro
anómico de sus propósitos respecto de la sociedad‖. (Vicente, 2010).
Entre las obras más representativas de Emilio Durkheim se encuentran: “La
división del trabajo social” (1893); “Las reglas del método sociológico” (1895) y “El
Suicidio” (1895).
En esta lección no se puede dejar de mencionar a Max Weber quien desarrolló su
teoría orientada a comprender las acciones sociales:
“Por acción debe entenderse la conducta humana siempre que el sujeto
o los sujetos de la acción enlacen a ella un sentido subjetivo. La acción
social por lo tanto es aquella en la cual, el sentido colocado por el sujeto
está referido a la conducta de otros, orientándose por esta en su
desarrollo”. (weber, Economía y Sociedad., 1973).
18
Weber hace grandes aportes a la administración con su teoría de la Burocracia.
Insiste en que todo está permeado por la cultura, ya que son las creencias las que
legitiman el ejercicio del poder y tales creencias existen tanto en la mente del
dominador como en la del dominado y determinan la relativa estabilidad de la
dominación. Así, Weber establece una tipología de autoridad basándose no en los
tipos de poder usados, sino en las fuentes y tipos de legitimidad aplicados.
Entonces, los tipos de autoridad para Weber son:
A) La autoridad tradicional: Cuando los subordinados aceptan las órdenes de sus
superiores porque siempre ha sido así. El poder tradicional no se basa en la
norma sino en las costumbres y en la transmisión del poder por herencia.
B) La autoridad carismática: Es aquella que se desprende del liderazgo y la
personalidad del superior. No existe una base racional.
C) La autoridad racional, legal o burocrática: Es aquella en la que se aceptan las
órdenes porque están de acuerdo con las normas y preceptos que se consideran
legítimos.
Los tres tipos de autoridad se dan en todas las sociedades sean estas estados u
organizaciones pero se considera que la autoridad racional es aquella a la que se
debe llegar en todas las organizaciones sociales.
Entre las obras más representativas están: “La Etica Protestante y el Espiritu del
Capitalismo” (1905), en la que logra demostrar que no es solo la base económica
la que influye en el desarrollo de las sociedades sino que también la religión y las
creencias cumplen un papel fundamental.
―Los católicos participan también en menor proporción en las capas
ilustradas del elemento trabajador de la moderna gran industria. Es un
hecho conocido que la fábrica nutre las filas de sus trabajadores más
preparados como elementos procedentes del pequeño taller, en el cual
19
se forman profesionalmente, y del que se apartan una vez formados;
pero esto se da en mucha mayor medida en el elemento protestante
que en el católico, porque los católicos demuestran una inclinación
mucho más fuerte a seguir en el oficio en el que suelen alcanzar el
grado de maestros mientras que los protestantes se lanzan en un
número mucho mayor a la fábrica, en la que escalan los puestos
superiores del proletariado ilustrado y de la burocracia industrial‖.
(weber, 1995)
2. El Estructural-funcionalismo de Talcott Parsons y Robert Merton: Talcott
Parsons fue un influyente sociólogo norteamericano, reconocido en la sociología
contemporánea, quien desarrolló parte de su teoría en Alemania por lo cual fue
muy influenciado por el pensamiento de Weber.
El problema básico de la sociedad para Talcott Parsons era el orden social.
Sostuvo que “los valores proporcionan a las personas un conjunto de criterios
comunes para efectuar habituales decisiones, criterios que se incorporan a sus
personalidades y toman parte de sus puntos de vista subjetivos. El orden es
posible sin una norma autocrática siempre que la gente se sienta comprometida
con un conjunto de valores”. (Benton, 1978, pág. 39).
Para el autor todo sistema social posee cuatro características fundamentales que
permiten el desarrollo de la Acción Social, obviamente desde la perspectiva de
que un sistema debe tener unos insumos (Input) que vienen del entorno, para a
través de los subsistemas transformarlos en resultados (output). Los diferentes
sistemas de la organización social están estructurados y por ello pueden generar
una función a través de la cual interactúan con los demás elementos del sistema.
1: El Sistema de Acción Social
SUBSISTEMAS DEL FUNCIONES DE LOS ORIENTACION
20
SISTEMA SOCIAL SUBSISTEMAS
Subsistema Económico Función de Adaptación Orientada a redistribuir recursos
Subsistema Político Función Instrumental Orientada al logro de fines
Subsistema de
Integración
Función de Integración Solidaridad social mediante control
social.
Subsistema de Cultura Función de Mantenimiento Orientada a valores relevantes del
modelo
Fuente: Elaboración propia
Robert Merton es un discípulo destacado y continuador de las orientaciones de
Parsons; entre 1945 y 1957 publica una serie de artículos donde formaliza el
método funcionalista y los cánones del procedimiento inductivo-deductivo en
sociología.
En su teoría el estableció como las estructuras sociales tienen dos clases de
funciones: unas son latentes y otras son manifiestas. Las funciones manifiestas
son aquellas que son exclusivas y pertenecientes a una determinada estructura.
Por ejemplo la familia tiene una función manifiesta que es la crianza de los hijos.
Funciones latentes son aquellas que contribuyen a la adaptación social pero que
no son las funciones específicas de dicha estructura. En el caso de la familia una
función latente es que los padres enseñen a sus hijos a trabajar.
3. El Círculo de Viena y K.Popper: Este grupo de científicos defienden que la
observación se realiza a través de los sentidos para captar hechos y realidades.
Estas observaciones se pueden registrar en vídeos, o cualquier otro soporte.
“El objetivo del círculo de Viena es unificar el conocimiento que se
consigue a partir de la reducción de todas las disciplinas del
conocimiento científico a fórmulas lógico-matemáticas y por ello
debemos crear un metalenguaje mediante el cual se puedan entender
entre ellas. Los enunciados pueden ser de dos tipos observacionales
21
(se obtienen a través de la observación neutral e inmediata de la
realidad) y universales. Los enunciados observacionales se convertirán
en los segundos gracias a la inducción (forma de razonamiento)”.
(Santos Delgado, 2005).
La principal característica de los postulados del Círculo de Viena (Positivismo
lógico) fue el rechazo a la metafísica; consideraban que el progreso científico era
acumulativo; el único medio para conseguir la verdad es la ciencia a través del
método inductivo.
Karl Popper (1902-1994) fue un gran crítico de los planteamientos del Círculo de
Viena a pesar de haberse formado intelectualmente en dicha escuela.
Popper rechazó del positivismo que dominó muchos campos de investigación a
comienzos del siglo XX, pues dicha doctrina suponía que el conocimiento se
limitaba a aquello que podía ser empíricamente verificado, por inducción. El
positivismo declaraba que sólo tenían sentido los conceptos verificables y pro el
contrario, el sostenía que lo que convertía a las teorías en científicas era la
falsabilidad, es decir, la posibilidad de ser refutadas. Su teoría fue denominada
falsacionismo o racionalismo crítico con el lema: “"Puedo estar equivocado y tú
puedes estar en lo cierto, y haciendo un esfuerzo, podemos acercarnos a la
verdad". (Popper, 1995).
Su método de análisis se basa en el aprendizaje a través del ensayo y error en un
esquema que se desarrolla en tres fases:
1. El problema: Surge cuando aparece en escena una perturbación.
2. Los intentos de solución: Es decir, los ensayos para tratar de solucionar el
problema.
3. La eliminación: Se suprimen los intentos de solución que no han tenido éxito.
Cuando se eliminan los intentos fallidos entonces el problema queda sin solución
22
por lo cual será necesario buscar nuevos intentos. Si el problema queda resuelto
entonces se da el aprendizaje.
4. La Teoría Crítica: En 1924, se crea como parte de la Universidad de Frankfurt,
el Instituto para la Investigación Social. Uno de sus fundadores fue Max
Horkheimer y su director desde 1930. Serán parte de este grupo también
pensadores de la talla de Adorno, Marcuse y Erich Fromm (que luego se
distanciará de la escuela). Surge con una clara orientación Marxista, aunque se
aleja de algunos de los postulados básicos del Materialismo Histórico (que se verá
más adelante), como el de concebir que la lucha de clases era el motor de la
historia.
La Escuela de Frankfurt se caracteriza por tener una visión interdisciplinar donde
se suman enfoques sociológicos, psicoanalíticos, económicos, psicológicos.
Otra de las características esenciales es la reflexividad y el pensamiento crítico:
Fuente: Especial de Boules. http://www.boulesis.com/especial/escueladefrankfurt/pensamiento/
GRAFICA N° 1: Interdisciplinariedad del Proyecto de la Escuela Crítica
23
“La sociedad misma señala los temas y las líneas de investigación en
aquello que reprime, en aquello que silencia, y una sociología a la altura
de su tiempo debe atender precisamente a estos mecanismos de
dominación de la sociedad, para rescatar la verdad de lo que oculta.
Por eso, el pensamiento debe ser crítico y reflexivo. Crítico no como
negación directa de la realidad, sino como renuncia a una aceptación
irreflexiva de la realidad (social) tal y como se nos presenta. La crítica
parte siempre de una sencilla proposición: ―otra sociedad es posible‖.
Sólo en la medida en que es crítico puede el pensamiento también ser
reflexivo. Sólo naciendo de la injusticia misma puede llegar a
modificarla, a transformarla, superando así la dicotomía teoría-práctica.
Un pensamiento materialista y práctico no es una pura especulación
teórica, sino una actividad de tipo práctico que contribuye también al
progreso de la sociedad. El ―télos‖ (fin) emancipatorio heredado del
marxismo continúa en el pensamiento de los frankfurtianos plenamente
vigente. (Boulesis.com).
Para ampliar la información sobre cada uno de los enfoques de la Escuela de
Frankfurt, su historia, autores, pensamiento y bibliografía especializada se puede
consultar la siguiente página:
http://www.boulesis.com/especial/escueladefrankfurt/citas/horkheimer-teoria-
critica/
5. El estructuralismo francés: La Escuela Francesa denominada
Estructuralismo, tiene sus bases en las teorías de Emilio Durkheim pero se dice
que su fundador es Ferdinand de Saussure con sus estudios de lingüística. Este
es un enfoque que no solo pertenece a la esfera sociológica sino que también
tiene sus grandes influencias en la psicología y la antropología.
24
Saussure distingue entre el habla (de carácter contextual y con empleo de signos
arbitrarios) y la lengua (totalidad de signos y fonemas de significado relacional);
para el lingüista suizo, los elementos constitutivos del lenguaje adquieren toda su
significación en su carácter relacional, en su diferenciación en el conjunto del
sistema de signos. Los estructuralistas son principalmente Roland Barthes, Lévy-
Strauss, Lacan, Althusser y Poulantzas, Foucault y Derrida. No hay un cuerpo
coherente que unifique a estos autores, aunque comparten el énfasis en la
centralidad de la lingüística en ciencias sociales.
En la actualidad la figura mas relevante del Estructuralismo Francés es Claude
Levi Strauss, nacido en Bélgica en 1908, quien realizó unos estudios muy
importantes relacionados con el parentesco y el matrimonio y demostró que éstos
son fenómenos sociales de comunicación, y por lo tanto, lingüísticos.
―Sin reducir la sociedad o la cultura a la lengua, cabe iniciar esta
―revolución‖ […] que consiste en interpretar la sociedad en su conjunto
en función de una teoría de la comunicación. Ya hoy, esta tentativa es
posible en tres niveles: porque las reglas del parentesco y del
matrimonio sirven para asegurar la comunicación de mujeres entre los
grupos, así como las reglas económicas sirven para asegurar la
comunicación de los bienes y los servicios, y las reglas lingüísticas, la
comunicación de mensajes.
Estas tres formas de comunicación son, al mismo tiempo, formas de
intercambio, entre las cuales, manifiestamente, existen relaciones
(puesto que las relaciones matrimoniales se acompañan de
prestaciones económicas, y el lenguaje interviene en todos los niveles).
Es entonces legítimo ver si entre ellos existen homologías, y cuáles son
las características formales de cada tipo tomado aisladamente y de las
25
transformaciones que permiten pasar de uno a otro‖. (Strauss, 1968,
pág. 76).
Con sus estudios, Levi Strauss quería demostrar que los sistemas de parentesco,
como los sistemas fonológicos, son elaborados según el estructuralismo, por el
espíritu humano en el plano inconsciente.
Lección 4. Corrientes Subjetivistas
Dentro de dichas corrientes se encuentran diversas orientaciones. En este módulo
se revisarán los enfoques fenomenológicos, los interaccionistas simbólicos, la
etnometodología y el individualismo metodológico.
La principal característica de estas corrientes y contrarias a las que tienen origen
positivista en las que el investigador debe analizar los hechos con objetividad
rechazando todo valor, creencia y cultura, estas corrientes defienden que la
realidad es creada por el individuo y que por lo tanto es importante el análisis
subjetivo. También se considera que debido a que la verdad está ligada a lo
subjetivo, existen factores externos que influyen en los hechos por lo cual es
relativa.
1. Fenomenología: De acuerdo con dicho enfoque se debe estudiar la relación
entre los hechos (fenómenos) y el ámbito en que se hace presente dicha realidad.
El método fenomenológico toma por real todo aquello que es pensado de manera
clara y distinta y puesto en perspectiva temporal. El iniciador de esta teoría fue
Edmund Gustav Albrecht Husserl (1859- 1938).
Alfred Schutz (1899- 1959), sociólogo y filósofo fuertemente inspirado en Husserl,
quien introdujo la fenomenología a las ciencias sociales considera que:
26
“Se considera, entonces, un mundo de la vida cotidiana que los sujetos
viven en una actitud natural, desde el sentido común. Esta actitud frente
a la realidad permite a los sujetos suponer un mundo social externo
regido por leyes, en el que cada sujeto vive experiencias significativas y
asume que otros también las viven, pues es posible ponerse en el lugar
de otros; desde esta actitud natural el sujeto asume que la realidad es
comprensible desde los conceptos del sentido común que maneja, y
que esa comprensión es correcta”. (Shutz, 1993, pág. 46).
―La investigación del significado de las acciones de los otros implica
suponer que quieren significar, dar sentido, a algo, y que podemos
interpretar las acciones de los otros. Esta interpretación no sólo se hace
a través de la observación de las acciones de otros, sino también
mediante la percepción de indicaciones, que son efectos que las
acciones dejan en el ambiente, como son ruidos, movimiento de
objetos, etc.‖. (Shutz, 1993, pág. 88).
2. El interaccionismo simbólico: Tiene sus antecedentes en la Escuela de
Chicago, fundada en la Universidad de Chicago a finales del siglo XX. Esa escuela
trató problemáticas muy sentidas debido a que por efectos de la migración, las
estructuras de la ciudad no eran suficientes para alojar a todos los migrantes por
lo cual surge una gran conflictividad social. Los estudios estaban orientados a las
familias de los migrantes, monografías sobre barrios y análisis de la delincuencia y
la marginalidad. Se inspiraron en la ecología para caracterizar las relaciones entre
grupos sociales y el espacio urbano.
Posteriormente Herbert Blumer (1900-1987) la define como una corriente de
pensamiento micro sociológica, relacionada con la antropología y la psicología
social que basa la comprensión de la sociedad en la comunicación.
27
Las tres principales ideas en las que reposa su teoría son:
- Las conductas de los individuos están sujetas al significado que le otorguen
a los objetos de su mundo de vida.
- lo que signifiquen las cosas para el sujeto depende de su interacción social
con otros actores de su entorno.
- Los significados dependen de la experiencia social del sujeto.
Se concibe entonces el interaccionismo como un método de estudio participante
capaz de dar cuenta del sujeto; lo social se considera como el marco de la
interacción simbólica y la comunicación como el proceso social a través del cual
se conforman los grupos y los individuos.
Esta corriente en los momentos actuales aporta excelentes herramientas
metodológicas para los estudios de corte cualitativo en los que prima el
comprender e interpretar las acciones de los sujetos.
3. La etnometodología: Es una corriente sociológica Norte Americana que surgió
con Harold Garfinkel (Studies in Ethnomethodology, 1967), quien exploró los
métodos y mecanismos empleados por las personas para dar significado a sus
prácticas sociales. Los investigadores sociales deben responder la manera como
las personas ven, describen, explican y sienten el mundo en que viven y como
crean sus reglas y formas de vida; es decir: se preocupan por analizar cómo las
personas construyen y mantienen el sentido de la realidad externa a través de sus
percepciones y acciones. El orden social es construido por los actores sociales y
los eventos sociales son producto de la interacción. Estos comparten con los
interaccionistas simbólicos el supuesto de que la experiencia humana está medida
por la interpretación.
Los etnometodólogos, se basan en diversos métodos para estudiar las acciones
de los sujetos en la vida cotidiana; en su trabajo de campo (que es extenso) hacen
28
uso de la observación directa, la observación participante, hasta el análisis
documental, entrevista, entre otros.
4. El individualismo metodológico: Comprende autores diversos, reunidos por el
presupuesto común de que los fenómenos sociales sólo pueden explicarse en
términos del análisis de la conducta de individuos, es decir: por las propiedades de
los individuos como metas, creencias y acciones. Se trata de demostrar que la
evolución de una sociedad es el agregado de las decisiones particulares. Se aplica
el principio de reduccionismo al pretender explicar las grandes instituciones a
través de la acción social individual.
El individualismo metodológico considera que la colectividad no es un organismo
autónomo y exige que las ciencias sociales fundamenten sus estudios en la
acción social individual.
Jon Elster, uno de los principales representantes de este enfoque en su libro
reciente Tuercas y Tornillos (Barcelona 1995, copyright Cambridge 1989) expresa
que:
―La unidad elemental de la vida social es la acción humana individual, y
explicar las instituciones y el cambio social es mostrar de qué manera
surgen como resultado de la acción y la interacción de los individuos",
"la elección racional se ocupa de hallar el mejor medio para fines
dados", "actuar racionalmente es hacer lo mejor posible por uno
mismo". (Elster, 1995, pág. 36).
Lección 5. Actuales propuestas de síntesis: Jurgen Habermas (1929); Anthony
Giddens (1938); Alaine Touraine (1925); Pierre Bourdieu (1930-2002).
29
En este apartado se hablará de las corrientes que sintetizan tanto las miradas
basadas en la estructura social como las que enfatizan el análisis subjetivo de los
autores y que actualmente son las más utilizadas para el análisis del hecho social.
Se privilegian los análisis cualitativos sin desconocer la importancia de lo
cualitativo buscando una relación dialéctica entre ambas miradas.
Jürgen Habermas hace parte de los pensadores actuales de la escuela de
Frankfurt. Habermas imprime a la teoría crítica un desarrollo sustancialmente
novedoso basado en una reflexión que incorpora elementos de la comprensión
hermenéutica, la fenomenología de Schutz, el pragmatismo de Chicago y el
análisis del lenguaje de Wittgenstein, todas ellas corrientes y autores a las que
Horkheimer y Adorno no disimulaban su hostilidad.
Sólo la comunicación lingüística garantiza a los individuos la reciprocidad en la
orientación y concepción de sus acciones, reciprocidad que hace posible la
reproducción social. Con sus argumentos se distancia de la teoría crítica en sus
inicios en cuanto a las implicaciones funcionalistas de un lado y en cuanto a la
teoría Marxista en relación con la explicación de la reproducción social con base
en la superestructura económica ya que le da vital importancia a la interacción
mediada por el lenguaje. Entiende que el cambio social debe darse más bien en
un ámbito simbólico, en el ámbito de la comunicación y el entendimiento entre los
sujetos. Defiende la democracia deliberativa y los principios del Estado de
Derecho.
Anthony Giddens, sociólogo británico, considera que las Ciencias Sociales en
tanto proyecto positivista deben considerarse un fracaso, debido a que lo que
diferencia la naturaleza de la sociedad, es precisamente la producción humana.
El funcionalismo de Durkheim y Parsons reduce la intervención humana a una
interiorización de valores, se niega a considerar la vida social como activamente
constituida, no concibe el carácter negociado de las normas sociales y por tanto
30
no hay lugar para interpretaciones diversas siguiendo intereses sociales
divergentes. El estructuralismo conduce igualmente a borrar todo sujeto activo del
escenario social.
También hace una crítica al interaccionismo simbólico y la etnometodología de
Garfinkel y el "mundo de la vida" de Schutz, porque estas corrientes interpretativas
no consiguen conciliar la producción diestra de la sociedad por sus miembros, con
el hecho de que las condiciones en que esta producción tiene lugar, no son
elegidas por los agentes sociales.
En su teoría de la estructuración social, Giddens concibe la estructura como dual,
puesto que es constituida por la actividad humana y es al tiempo el medio mismo
de esta constitución, lo cual significa que lo social es producto de los actores y los
actores también son un producto de lo social. La “Praxis” es la base fundamental
de la vida social y es entendida como el conjunto de prácticas producidas y
reproducidas por los actores sociales.
Alain Touraine por su parte se hizo famoso y reconocido por la utilización del
término de sociedad post industrial. Su trabajo está basado en la Sociología de la
acción. Cree que la sociedad organiza su futuro a través de mecanismos
estructurales y de sus propias luchas sociales. Muestra como al mundo
instrumental globalizado y manipulador se opone un mundo simbólico de
diversidad cultural. Esta contradicción entre economía y cultura debe enfrentarse
desde una afirmación del sujeto.
En el desarrollo de su carrera ha estado interesado en el estudio de los
movimientos sociales desde una visión en la que los actores sociales participan
activamente. Son los jóvenes, los inmigrantes, los ambientalistas, las minorías las
31
que con sus acciones se hacen más defensivos que negociadores, mas éticos que
políticos.
Una de sus principales obras fue “Solidaridad”, en la que analiza el movimiento
social sindical de Polonia. También ha realizado estudios importantes de la
situación latinoamericana. En diciembre de 2006 recibió por parte de la
Universidad Nacional de Colombia el grado de Doctor Honoris Causa, por sus
aportes a la investigación social.
A continuación se transcribe un texto publicado en el periódico el País de España
el pasado 26 de septiembre de 2010, escrito por Alain Touraine y traducido por
José Luís Sánchez Silva, en relación con la crisis económica actual:
―La única gran tendencia de la derecha es la xenofobia; la única gran
tendencia de la izquierda es la búsqueda de una vida de consumo sin
contratiempos.
No nos dejemos arrastrar a una renuncia general a la acción. Existen
fuerzas capaces de enderezar la situación. En el plano económico, la
ecología política denuncia nuestra tendencia al suicidio colectivo y nos
propone el retorno a los grandes equilibrios entre la naturaleza y la
cultura. En el plano social y cultural, el mundo feminista se opone a las
contradicciones mortales de un mundo que sigue dominado por los
hombres. En el terreno político, la idea novedosa es, más allá del
gobierno de la mayoría, la del respeto de las minorías.
Ni nos faltan ideas ni somos incapaces de aplicarlas. Pero estamos
atrapados en la trampa de las crisis. ¿Cómo hablar de futuro cuando el
suelo se abre a nuestros pies?
Pero nuestra impotencia económica, política y cultural no es
consecuencia de la crisis, es su causa general. Y si no tomamos
32
conciencia de esta realidad y si no encontramos las palabras que
rompan el silencio, la crisis se profundizará aún más y Occidente
perderá sus ventajas. Entonces será demasiado tarde para intentar
atenuar una crisis que ya se habrá convertido en destino. (Touraine,
2010)
Pierre Bourdieu fue un sociólogo que se dedicó a la política, el arte, la religión, el
trabajo, el deporte, el lenguaje y el Estado. El enfoque de Bourdieu se presenta
en la objetividad de primer orden determinada por la distribución y apropiación de
los bienes materiales y en la objetividad de segundo orden constituida por los
esquemas mentales que sustentan las conductas, pensamientos, sentimientos y
juicios de los agentes sociales.
Según el autor, la perspectiva "objetivista" (Durkheim, el funcionalismo) ha
concebido al mundo como una estructura susceptible de observación y medición
independientemente de las representaciones de quienes la habitan, y tiene como
principal peligro la reificación de las estructuras construidas por el observador,
como entidades autónomas que operan con sujetos que se muestran como
soportes pasivos. Por su parte, la perspectiva "subjetivista" o constructivista
(Sartre, la etnometodología, la "rational choice") propone una realidad social
siempre contingente construida por actores sociales competentes con actos de
conocimiento y decisiones conscientes en un mundo inmediatamente familiar y
significativo; esta perspectiva se revela incapaz de explicar la persistencia de las
estructuras sociales.
Considera Bourdieu que se deben transformar ambos paradigmas contradictorios
en espacios diferenciables del mismo análisis social. Propone entonces una
tercera vía de análisis denominada Constructivismo Estructuralista en el que se
reconoce la existencia de estructuras y relaciones objetivas que condicionan las
33
prácticas y representaciones sociales, aunque, al mismo tiempo se detecten los
efectos propios de lo vivido y de la acción individual sobre las estructuras.
Al superar la oposición entre individuo y estructura, libertad y determinismo,
interacciones y luchas sociales, Bourdieu logra sobrepasar las alternativas
objetivas del positivismo y la sociología subjetiva que solo percibía situaciones de
significación; en una relación dialéctica entre las dos miradas.
Involucra en su teoría nuevos conceptos: “Habitus”: las formas de obrar, pensar y
sentir que están originadas por la posición que una persona ocupa en la estructura
social. En cuanto al “campo”, es el espacio social que se crea en torno a la
valoración de hechos sociales tales como el arte, la ciencia, la religión, la política...
Esos espacios están ocupados por agentes con distintos habitus, y con capitales
distintos, que compiten tanto por los recursos materiales como simbólicos del
campo. Estos capitales, aparte del capital económico, están formados por el
capital cultural, el capital social, y por cualquier tipo de capital que sea percibido
como "natural", forma ésta del capital que denomina capital simbólico.
Otra preocupación constante y original de Bourdieu es la de la "vigilancia
epistemológica" que debe practicar el sociólogo, destinada a controlar su
parcialidad derivada de su propia condición social, de su posición en el campo
académico, y de su tendencia intelectualista a percibir el mundo como
espectáculo, como cúmulo de significados que lo esperan para ser descifrados y
no como problemas concretos que demandan propuestas de solución. Esta
vigilancia o reflexividad epistémica debe operar examinando críticamente las
categorías que delimitan el propio pensamiento, practicando la crítica mutua y el
debate público.
CAPITULO 2: MIRADAS DE LA SOCIOLOGÍA
34
Lección 6. Miradas de la Sociología: Carlos Marx y el Materialismo Histórico
(1818-1883).
―Ideólogo alemán nacido en Tréveris, en el seno de una familia
acomodada. Estudió derecho, historia y filosofía en la Universidades de
Bonn y Berlín, donde fue discípulo de Hegel y Feuerbach. Se doctoró
en 1841.
Muy influenciado por el pensamiento hegeliano, se aproximó al círculo
radical de Bruno Bauer, donde comenzó el tránsito desde las
concepciones idealistas al materialismo. En 1842 fue nombrado
redactor jefe del Reinische Zeitung, con una estancia breve en el cargo,
como consecuencia de las tensiones políticas que marcarían una vida
de exilios y extrañamientos. En 1844 conoce en París a Engels, que se
convertirá en su mejor compañero de ideas, producción de pensamiento
y activismo político. Con Engels redacta el Manifiesto Comunista de
1864, presentado en Londres en la constitución de la Primera
Internacional. Entre sus obras más destacadas, Contribuciones a la
crítica de la economía política (1859) y El capital (1867), Falleció en
1883.
Su pensamiento ha alcanzado una presencia significativa tanto en el
plano de las ideas políticas como en el metodológico. Las corrientes,
derivaciones e influencias marxistas aparecen en el pensamiento de la
comunicación a través de formulaciones y propuestas vinculadas a
desarrollos políticos concretos o mediante el empleo de las
herramientas de análisis del materialismo dialéctico. Buena parte del
pensamiento del siglo XX se basa, se mira o se contrasta en la
concepción marxista de la sociedad y de la historia.
En general, las corrientes marxistas y materialistas asignan un papel
35
instrumental a los medios, como altavoces del discurso dominante y
enmascaradores del control social a través de la difusión del
pensamiento y la inducción de pautas de comportamiento que se
atienen a los intereses que configuran la superestructura del sistema.
Del mismo modo, para el pensamiento marxista el desarrollo
tecnológico, en el que se conforman las nuevas extensiones de la
comunicación, tiene esa misma huella determinista, vinculada a los
intereses dominantes, que son matriz y pauta de la propia industria
tecnológica. Medios, tecnologías, industrias culturales, estructuras
sociales aparecen en las diferentes líneas tributarias del marxismo a lo
largo del siglo XX, desde las corrientes de pensamiento crítico europeas
y americanas, a vertientes estructuralistas y de estudios culturales,
economía política de la comunicación, etc‖1
El pensamiento de Carlos Marx y la Sociología: Se presentan algunos de los
conceptos de Marx que permitan hacer una relación con el estudio del desarrollo
social, no desde lo económico sino desde lo cultural, desde la super estructura
que él planteaba y que hoy en el desarrollo sociológico es muy importante para
entender los procesos de interpretación cultural, especialmente en la construcción
de la conciencia que es lo que determina la forma como vemos el mundo y a partir
de allí aceptamos o no las argumentaciones donde se sostiene el poder, la cultura,
la política etc.
El ser humano dentro del mundo capitalista necesariamente es un sujeto productor
y reproductor, pero este proceso no necesariamente es objetivo o productor de
objetos tangibles materiales, este sujeto también es productor y reproductor dentro
de su practica social, de objetos – subjetivados; que en ultimas son aquellos
objetos intangibles que están condicionados por su conciencia y determinados por
1 Tomada de : http://www.infoamerica.org/teoria/marx1.htm
36
su capacidad de asimilación del mundo y producto del análisis de ese mundo; en
otras palabras son ideas, pensamientos, conceptos, que en ultimas condicionan su
actuar o comportamiento dentro de la sociedad.
El análisis que aquí se presenta se basa en los textos de Marx: la Ideología
alemana y las tesis sobre Feuerbach, y se presentan los siguientes conceptos: La
construcción del materialismo histórico en Marx, lo objetivo y subjetivo, el concepto
de conciencia, la producción y la reproducción, fuerzas productivas y relaciones de
producción y El concepto de praxis en Marx.
El Marxismo o Materialismo Histórico no constituye una doctrina o un sistema
filosófico al estilo de Hegel. El Materialismo Histórico en el que se fundamenta el
Materialismo Dialéctico es una crítica aguda y metódica a las relaciones
económico productivas y socio políticas del siglo XIX, lapso en el cual el
Capitalismo se encuentra en su máximo apogeo y por sus obvias contradicciones
en la más grande crisis hasta la que se vive en la actualidad.
Para el Materialismo Histórico, la materia es la base fundamental sobre la cual se
erige el sistema social, la conciencia y lo espiritual. En tal sentido es el ser social
el que determina la conciencia social y no al contrario como lo planteaba el
idealismo alemán.
GRAFICA N° 2: Estructura Social Marxista
37
Fuente: producción propia
De acuerdo con el planteamiento del Materialismo Histórico, lo que económico es
la base de la estructura social. La infraestructura que es la base económica
determina la superestructura que son las formas de pensamiento, la política, la
cultura y la educación entre otros.
La dialéctica es el movimiento contradictorio de la materia que consta de tres leyes
básicas:
1. Ley de lucha de contrarios.
2. Ley del paso de lo cuantitativo a lo cualitativo.
3. Ley de negación de la negación.
Se explican las leyes de la dialéctica así: Toda realidad posee en si misma el
germen de su propia contradicción. No existe nada en la naturaleza que no tenga
su contrario. No hay negro sin blanco, no hay grande sin pequeño, no hay luz sin
oscuridad, no hay amor sin odio, no hay pobres sin ricos, no hay proletariado sin
burguesía.
La sal o cloruro de Sodio es un compuesto. Por separado el cloro y el sodio son
venenos que utilizados por separado pueden cobrar la vida. Sin embargo cuando
38
se unen forman la sal que es un elemento fundamental para la alimentación del
ser humano. La sal no puede ser separada en sus elementos constitutivos
después de creada por lo cual se da el paso de lo cuantitativo a lo cualitativo. La
sal niega al Sodio y al Cloro pero los asume y los supera. Se da entonces la
dialéctica de la tesis, la antítesis y la síntesis.
El ejemplo se puede trasladar al ser humano: cuando un hombre y una mujer se
unen, forman un hijo que niega a cada uno de sus padres por separado porque,
no es ni el papá ni la mamá sino alguien diferente que además los asume y los
supera y también se da el paso de lo cuantitativo a lo cualitativo porque ese nuevo
ser no se puede separar en sus partes constitutivas sino que es un ser diferente
con cualidades específicas distintas a las de sus antecesores.
En el campo social el Marxismo hace de su método (Materialismo Dialéctico) el
instrumento fundamental para analizar los fenómenos sociales.
Utiliza como variable independiente las relaciones sociales de producción
(economía). Se considera entonces que a la productividad humana (trabajo)
subyace el factor clave del proceso de humanización, culturización y aparición de
la conciencia o espíritu.
La conciencia para Marx es la manifestación del espíritu, la conciencia es la
concepción que tengo a partir de lo que me rodea, es lenguaje de símbolos,
trabajo e interacción con la sociedad. En la medida que el ser humano evoluciona
en su productividad, también lo hace su conciencia y también lo hacen sus
necesidades y el crecimiento de la población. De este proceso de crecimiento de
la sociedad nace la división social del trabajo, primero como acto sexual, (relación
reproductiva hombre – mujer) luego la división por las condiciones naturales entre
el hombre (cazador – recolector – cultivador) y la mujer (el hogar – la familia.) y
por ultimo la división del trabajo entre lo intelectual y lo manual. (En sociedades
39
sedentarias con un grado de desarrollo que permite la contemplación de la
naturaleza.).
―El hombre produce y esa producción tiene en si, la evolución del
trabajo y por lo tanto de la producción, pero esta no solo es material, si
no también es pensamientos, valores, religión, arte, literatura, etc. El ser
humano como ser social en su proceso de producción traduce el
pensamiento en lo practico necesariamente, por tanto el trabajo
intelectual necesariamente se debe realizar en la praxis o sea ser
llevado a la experiencia tangible‖.2
Desde la concepción del Materialismo Histórico, el trabajo es la razón de la
emancipación del hombre sobre lo puramente natural. Lo que hace humana a la
especie es el trabajo que le ha permitido transformar la naturaleza.
Trasladando su concepción a su metodología, el ser social es la tesis, el individuo
la antítesis y la persona libre y digna la síntesis.
Para el Marxismo la eterna lucha del hombre por la enajenación y la barbarie a la
que ha sido sometido en el proceso histórico. Dicha enajenación ha sido causada
por la propiedad de los medios de producción en manos de unos pocos que
controlan la vida de quienes lo único que tienen para ofrecer es su trabajo, que se
convierte en el factor de enriquecimiento para los dueños de los medios a través
de la explotación para generar lo que denominan Plusvalía que es el valor
excedente que le queda de ganancia al patrón.
2 Este concepto es desarrollado por Pierre Bourdieu, en lo que el llama concepto de “habitus”, que son las
formas de obrar, pensar, sentir, originadas por la posición que una persona ocupa en una estructura social.
40
Marx consideró que el Capitalismo generaría con sus contradicciones la causa de
su destrucción que era la alienación del trabajo. Dotando a la clase proletaria
(obreros) de una visión y acción sistemática (científica) se lograrían intervenir esas
leyes dialécticas para que se diera la revolución que llevaría a la clase obrera a
ejercer el poder de manera indelegable. Se debería ejercer entonces una
dictadura encaminada a borrar los restos del Capitalismo y de la democracia
liberal de la época. Esta dictadura sería temporal y transitoria mientras se daban
las bases para el desarrollo de una sociedad comunitaria. En la primera etapa
después de la revolución, el Estado controlaría la propiedad privada de todos los
bienes para ejercer una adecuada distribución. Posteriormente, cuando se dieran
las condiciones se pasaría al Comunismo como fase superior y definitiva donde
desaparecería la propiedad privada, se daría una sociedad completamente
humanizante, creativa, autónoma y libre y sin antagonismos de clase.
La Utopía Marxista se planteaba como una sociedad sin clases, sin estados, sin
consumismo, sin guerras, sin violencia, sin explotados ni explotadores. La idea era
la de regresar al Comunismo Primitivo pero con las herramientas y los desarrollos
actuales; infinitamente mejorado por el progreso de la ciencia y la tecnología al
servicio del hombre y no en su contra.
Lamentablemente la historia no le dio la razón a Marx y hemos visto como los
sistemas Socialistas también han tenido crisis similares a las experimentadas por
el bloque capitalista donde la corrupción y el afán de enriquecimiento resquebrajó
los más humanos principios.
A pesar de lo anterior, no se pueden desconocer los fundamentales aportes que el
Materialismo Histórico hizo a las ciencias sociales y especialmente de su método
el Materialismo Dialéctico que fueron posteriormente retomados por la Escuela
Crítica y por los grandes pensadores del momento.
41
Lección 7. Miradas de la sociología: Norbert Elias (1897 a 1990)
―Fue un sociólogo judío-alemán cuyo trabajo se concentró en la relación
entre poder, comportamiento, emoción y conocimiento del tiempo. Ha
dado forma a la llamada sociología figuracional. Fue poco conocido en
el campo académico hasta los años 70, cuando fue "redescubierto". Su
trabajo de una sociología histórica, puede explicar estructuras sociales
complejas sin menoscabo de agencias individuales.
Su obra más conocida es ―El proceso de la civilización‖, trabajo en el
cual hace un análisis de la evolución de las sociedades europeas desde
la época medieval y guerrera hasta el proyecto moderno e ilustrado.
Reflexiona sobre el carácter de lo público y lo privado, la represión, los
tabúes y la cultura desde un modelo que trabaja una triada entre Carlos
Marx, Sigmund Freud y Max Weber. Muchos de sus trabajos sobre el
deseo y la represión, de manera historiográfica, lo acercan en parte al
análisis de Michel Foucault.
Se puede ver un tributo en parte de su perfil disciplinario a cierta facción
del pensamiento judío cercano al sionismo clásico (Leo Löwhental,
Gershom Scholem) aunque con matices. Trabajo como asistente de
Karl Mannheim en Frankfurt, en el mismo edificio en que trabajaban
Adorno y Horkheimer. Debido a lo anterior, existe alguna confusión en
relación a la influencia que pudo ejercer la Escuela de Frankfurt en el
pensamiento de Elías.
Impartió clases en diversas universidades (vivió varios años en África),
y entre sus alumnos se cuenta al sociólogo inglés Anthony Giddens,
pero su principal heredero ha sido Erick Dunning. Escribió también
obras poéticas y narrativas entre las que se cuenta La balada del Jacob
pobre, inspirada en una experiencia real de persecución y desprecio, la
42
suya. De alguna manera, la "deconstrucción" que su pensamiento
supone para con las lógicas modernas -naturalizadas socialmente- tiene
que ver con la experiencia; al igual que como Hannah Arendt se
preguntó por las bases de la humanidad‖. 3
A continuación se revisarán algunos de los principales conceptos de Norbert Elías:
―Alguna vez leí la historia de un grupo de hombres que ascendían cada
vez más por una desconocida y ya de por si alta torre. Las primeras
generaciones lograron subir a la quinta planta, las segundas a la
séptima, las terceras hasta la décima. Con el tiempo, los descendientes
llegaron al centésimo piso. Y entonces se vino abajo la escalera. Los
hombres se instalaron en la centésima planta y con el tiempo se
olvidaron que sus antepasados habían vivido siempre en un piso inferior
y no recordaban más como habían llegado a esa altura. Se veían a sí
mismos y al mundo desde la perspectiva de esa planta, sin saber cómo
se había llegado hasta allí. Más aún, consideraban como simplemente
humanas las representaciones que se hacían desde la perspectiva de
su planta‖. (Elias, El proceso de Civilización. Investigaciones socio
genéticas y psico genéticas, 1989).
Elías fue un sociólogo que trabajó desde el concepto de larga duración,
señalando que el presente y lo que somos hoy viene de las culturas tradicionales,
de la mezcla de estas con otras y con las luchas internas en cada uno de los
momentos históricos; no se llega a ser lo que somos sin las construcciones
sociales históricas que se traducen en nuestras formas de comportamiento, que se
van solidificando como las hegemónicas, por ello los cambios culturales son tan
lentos porque deben romper con siglos de acumulación simbólica.
3 Consultado y tomado de: http://es.wikipedia.org/wiki/Norbert_Elias
43
Los conceptos más importantes que maneja este autor son: “larga duración”,
“socio génesis” y “psico génesis”. La larga duración hace referencia a que los
procesos sociales actuales tienen su origen en generaciones muy antiguas, por
ejemplo el uso de los cubiertos responde a una forma como los grupos
dominantes los crearon para diferenciarse de los grupos marginados o no
dominantes, esto se basa en el principio de diferenciación social que va
consolidándose a lo largo de la historia social.
―El individuo y la sociedad se manifiestan como "procesos" y no como
entidades abstractas, separadas, universales e invariables. De allí que
no sea posible entender la psico génesis de los hábitos de los adultos
en la sociedad civilizada, si se considera independientemente de la
socio génesis de nuestra civilización. Según una especie de 'ley
fundamental de la socio génesis, durante su vida, el individuo vuelve a
recorrer los procesos que ha recorrido su sociedad a lo largo de la suya.
Y esto último no significa que la historia del individuo civilizado
reprodujera cada una de las etapas de la historia social. Sino, que "...en
la sociedad civilizada, ningún ser humano viene civilizado al mundo y
que el proceso civilizatorio individual que se le impone es una función
del proceso civilizatorio social general". (Elias, El proceso de
Civilización. Investigaciones socio genéticas y psico genéticas, 1989,
pág. 45).
Para ilustrar mejor los conceptos de psico génesis, socio génesis y larga duración,
en su texto sobre el proceso de civilización, analiza varios comportamientos que a
lo largo de la historia han marcado formas de actuar que se han transmitido de
generación en generación pero que se han modificado por el significado
reprobatorio de hoy: tomar la comida con las manos, limpiarse los dientes con el
44
cuchillo, chuparse los dedos antes que limpiarlos con la servilleta, rascarse las
orejas o la nariz mientras se come, escupir, peerse o eructar delante de otros. Es
el desplazamiento de los umbrales de vergüenza y sensibilidad hacia los otros lo
que dispara el afán de los reformadores en prohibirlas, señalándolas como
inapropiadas e inaceptables, es decir como "incivilizadas". Con el tiempo, las
prohibiciones se fijarían sobre nuevos objetivos, habiéndose impuesto y extendido
socialmente las anteriores o cuando estas perdieran vigencia.
Cabe destacar que estos cambios no siempre se daban de manera racional, pues
obedecían más a reacciones emotivas.
En la obra sobre la génesis social del Estado, Elías habla de la competencia
(presión competitiva) entre unos y otros para explicar cómo funcionaba en la
época medieval, donde la tierra era algo importante para la sociedad:
―También hemos mostrado cómo esa presión para conseguir más
tierras opera entre los caballeros más pobres simplemente como el
deseo de conseguir una forma de mantenimiento acorde con su
condición y, entre los caballeros superiores más ricos, como una
invitación a exigir todavía más tierra; puesto que quien en una sociedad
sometida a esta presión competitiva, no consigue nada más, se hace
menos automáticamente, si es que consigue mantener lo que posee.
Podemos ver aquí de nuevo, el efecto de la presión que opera en toda
esta sociedad de arriba abajo. Es una presión que obliga a los señores
territoriales a enfrentarse y que de esta manera pone en marcha el
mecanismo del monopolio.‖ (Elias, El proceso de Civilización.
Investigaciones socio genéticas y psico genéticas, 1989) .
En la anterior cita se muestra cómo dentro de las formaciones sociales se van
fortaleciendo modos de actuar que van legitimando las acciones y que se
45
interiorizan en las y los individuos convirtiéndose en hábito, a través de la
repetición. También se está ilustrando la forma cómo funciona la presión
competitiva en la formación de los monopolios monárquicos que más adelante se
fueron conformando como Estados Nación. Afirma Elías que al estar la sociedad
sometida a esta presión por la competencia se tiende al engrandecimiento de unos
pocos y por fin a la construcción de monopolio, es una regla que se podría mirar
como fundamental en el proceso hacia la construcción del Estado industrializado.
En la construcción del Estado, dice Elías, ha actuado de forma análoga esta
presión por la competencia, se conformaron pequeños señoríos y luego se
convirtieron en más grandes, así se construyó el Estado, en unión de varios
grupos sociales bajo una misma identidad nacional y un Estado administrativo que
les permitía competir con unos y aliarse con otros.
Elías retoma esto cuando habla del proceso de desarrollo de las clases medias
industriales, cómo van avanzando eliminado a unos y aliándose con otros.
Es claro esto cuando habla del papel que fue teniendo la aristocracia, cómo fue
cediendo el paso a las clase medias y como se unieron para permanecer en el
poder o pasar a conformar las clases altas.
Este factor explicativo del proceso de evolución en la concentración del poder, en
el monopolio ha seguido históricamente y se fue transformando en una
construcción monopólica del poder a través de la construcción del Estado Nación,
un espacio donde confluye una organización social que como dice Elías, para
regular las disputas sociales, fundamentalmente las disputas por el poder, se
generaron mecanismos como la ciudadanía, donde se establecieron legalmente
las diferencias entre los estratos sociales, lo que fue conformando las clases
sociales “… una estratificación bajo la forma de clases sociales, cuyos miembros
eran iguales ante la legislación estatal y desiguales sólo social y económicamente”
(Elias, 1993, pág. 110).
46
Elías también analiza la diferencia entre Francia y Alemania en su proceso de
civilización debido al accionar de unas fuerzas por el denominadas centrífugas y
centrípetas y porqué Alemania tuvo un proceso tardío en relación con los demás
países de Europa, debido a que el imperio era una unidad de magnitud muy
distinta a la de los otros países, sus diferencias geográficas y sociales daba gran
ímpetu a las fuerzas localistas y centrífugas.
Podría decirse que un rasgo característico de superación para la construcción de
Estados Nacionales es que las fuerzas centrífugas desaparezcan y se concentre
el poder, pero, cómo bien lo señala Elías, en estos estados Nacionales donde hay
unas clases sociales, que luchan entre si por el monopolio del poder, gracias a la
“presión competitiva” el concepto de democracia y su sustento el de la
participación y el de la representación de los sectores sociales a través de los
partidos ha sido uno de los aspectos más importantes en la consolidación de estos
estados Nacionales.
Llama la atención trayendo este análisis a las discusiones actuales sobre la
terminación del Estado con el nuevo desarrollo del capitalismo, donde se dice que
el mercado ya no necesita estas fronteras pero en la práctica para generar fuerzas
centrífugas que anarquicen el globo, el papel centralizador del estado ha cobrado
más fuerza y por ello se les ha dejado el uso del monopolio de la fuerza y de la
justicia para contrarrestar brotes de tensiones y unificaciones sociales que
pudieran entrar a erosionar el poder central económico global, pero que necesita
al igual que en la conformación de los monopolios monárquicos, un control
territorial localizado que responda a las necesidades de la “familia” financiera que
se encuentra en este momento en el poder.
Lección 8. Miradas de la Sociología: Pierre Bourdieu
47
Aunque en la anterior lección se hizo referencia a este autor, se considera
pertinente volver a él teniendo en cuenta sus grandes aportes a la Sociología de
hoy.
―PERFIL BIOGRÁFICO PIERRE BOURDIEU: (1930 – 2002) ―Nacido en
1930 en Denguin (Pirineos Atlánticos), Francia. A los 25 años ejerce
como profesor en el Instituto de Moulins (Allier) y, más tarde, en Argelia,
París y Lille. Profesor en la École Normale Superiure (1964-1984). Entre
1964 y 1980 es director de la L’École Pratique de Hauts Études y
catedrático de Sociología en el College de France desde 1981. Director
del Centro de Sociología Europea, en sustitución de Raymond Aron,
con quien trabajó previamente, y de la Escuela Superior de Ciencias
Sociales (1985-2002). Director de la revista Actes de la Recherche en
Sciences Sociales (1975-2002). Doctor 'honoris causa' de las
universidades Libre de Berlín (1989), Johann-Wolfgang-Goethe de
Francfort (1996) y Atenas (1996).
A los 28 años aparece su libro Sociologie de l’Algérie (1958). Dos de
sus primeros textos, que publica junto a Jean-Claude Passeron en
1964, hacen referencia a la sociología de la educación, uno de los
ámbitos recurrentes de sus análisis: Les étudiants et leurs études y Les
héritiers. Les étudiants et la culture, publicadas el mismo año en el que
aparece Les fonctions sociales de la photographie. Un año después, en
1965, publica Un art moyen. Essais sur les usages sociaux de la
photographie y Rapport pédagogique et communication.
Su producción es muy extensa. Así, en 1973 aparece Fondements
d’une théorie de la violence symbolique. Reproduction culturelle et
reproduction sociale, escrita con Jean-Claude Passeron; tres años
después, en 1976, Le système des grandes écoles et la reproduction de
48
la classe dominante. Además, entre otras muchas obras, publica La
distinction. Critique sociale du jugement (1979), Ce que parler veut dire.
L'économie des échanges linguistiques (1982), Homo academicus
(1984), La Noblesse d'état. Grandes écoles et esprit de corps (1986),
Les règles de l'art. Genèse et structure du champ littéraire (1992), pero
alcanza su mayor éxito con La misére du monde (1993), donde
denuncia el sufrimiento social, que bebe en las fuentes marxistas y en
el pensamiento de Michel Foucault, y traza, en una combinación de
sociología y antropología social, la radiografía de la exclusión social, de
los desheredados de la modernización, del progreso tecnológico y de la
globalización.
El discurso de Bourdieu, que ya se había manifestado con matices
críticos antes de mayo del 68, se acentúa en los últimos años de su
vida con nuevas argumentaciones contra el neo-liberalismo y en favor
de la sociedad civil y del naciente foro social mundial, participando
cerca de los sindicatos, de las organizaciones no gubernamentales, de
los emigrantes y de las asociaciones cívicas contra las posiciones
neoliberales que nutrían el discurso de la sociedad llamada
postmoderna. Bourdieu fue uno de los fundadores de la editorial Liber-
Raisons d'agir, impulsora del movimiento Attac. Falleció, como
consecuencia de un cáncer, en 2002. Según el diario parisino Le
Monde, era el intelectual francés más citado en la prensa mundial‖.4
La Sociología como análisis: En el libro, Respuestas por una Antropología
Reflexiva, en la que se presenta una entrevista realizada al autor, se habla sobre
los dos conceptos fundamentales de su teoría “Campo” y Habitus” y como se
4 Tomada de: www.infoamerica.org/teoria/bourdieu1.htm
49
articulan en la sociología reflexiva, “una sociología encaminada a difundir medios
de defensa contra la dominación simbólica‖. (Bourdieu P. y., 1995, pág. 18)
Como ya se había expresado anteriormente, la propuesta de Bourdieu, articula
dos miradas: La estructuralista y la constructivista: en un primer movimiento las
estructuras objetivas las considera como espacio de posiciones, la distribución de
los recursos socialmente eficientes que definen las coerciones externas limitativas
de las interacciones y representaciones. Y en un segundo movimiento reintroduce
la experiencia inmediata de los agentes para explicar las categorías de percepción
y apreciación (disposiciones) que estructuran desde adentro sus acciones y
representaciones (tomas de posición). El mayor énfasis en la teoría de Bourdieu
esta no en la mirada objetivista sino en la mirada subjetiva “esto porque el enfoque
de los agentes también varía de manera sistemática en función del sitio que
ocupan en el espacio social objetivo‖. (Bourdieu P. y., 1995)
De esto se desprende que hay una ―correspondencia entre la estructura social y
las estructuras mentales, entre las divisiones objetivas del mundo social, sobre
todo dominantes y dominados en los diferentes campos y los principios de visión y
división que les aplican los agentes‖. (Bourdieu P. y., 1995, pág. 21)
Bourdieu toma de Durkheim y Mauss la propuesta que hacen en el estudio
“Algunas formas primitivas de clasificación según la cual “los sistemas cognitivos
vigentes en las sociedades primitivas se derivan de sus sistemas sociales: las
categorías del entendimiento que subyacen a las representaciones colectivas se
organizan con arreglo a la estructura social de grupo‖. (Bourdieu P. y., 1995, pág.
21)
Bourdieu toma este planteamiento y lo proyecta en cuatro direcciones:
La primera: la correspondencia entre estructuras cognoscitivas y estructuras
sociales que se observa en las sociedades pre capitalistas existe también en las
50
sociedades avanzadas donde su homología es producto en su mayor parte del
funcionamiento del sistema escolar.
La segunda: propone que las divisiones sociales y los esquemas mentales son
estructuralmente homólogos (análogos, equivalentes, no iguales) por estar
genéticamente ligados y que los esquemas mentales resultan de la incorporación
de las divisiones sociales.
La tercera: la correspondencia entre estructuras sociales y estructuras mentales
no se limita a definir nuestra percepción política del mundo social; también cumple
funciones eminentemente políticas. Los sistemas simbólicos no son meros
instrumentos de conocimiento; también son instrumentos de dominación (ideología
para Marx). En su calidad de operadores de integración cognoscitiva, promueven
por su propia lógica, la integración social de un orden arbitrario. Los sistemas
simbólicos son productos sociales que producen el mundo, que no solo reflejan las
condiciones sociales sino que también contribuyen a construirlas. Por lo anterior
entonces se podría afirmar que es posible, dentro de ciertos límites, transformar al
mundo transformando su representación.
La cuarta: los sistemas de clasificación constituyen la postura de las luchas que
oponen a los individuos y los grupos en las interacciones rutinarias de la vida
cotidiana, lo mismo que en las contiendas individuales y colectivas que se verifican
en los campos de la política y la producción cultural.
“Las estructuras sociales y cognoscitivas están ligadas recursiva y
estructuralmente, y la correspondencia que existe entre ellas ofrece una
de las garantías más sólidas de la dominación social‖. (Imponer la
interpretación del mundo más acorde a sus intereses particulares). ―La
sociología del conocimiento o de las formas culturales es una sociología
51
política, es decir una sociología del poder simbólico. La obra de
Bourdieu puede interpretarse en su conjunto, como una antropología
materialista de la contribución específica que la violencia simbólica
aporta, en sus diversas formas a la reproducción y transformación de
las estructuras de dominación‖. (Bourdieu P. y., 1995, pág. 21)
La metodología de Pierre Bourdieu está centrada en la articulación entre la
práctica y la teoría, tomando lo cotidiano como algo problemático, develando las
estructuras de dominación que allí se alojan y uno de los centros de la dominación
es la forma como analizamos el entorno. En el texto sobre la Dominación,
Bourdieu plantea que la incidencia del sistema educativo es tan profunda que no
nos deja ver en la realidad sino lo que es relevante para las formas hegemónicas
de educación, solo podemos identificar los problemas de la sociedad que se
acercan a las variables de investigación que nos son inculcadas desde el sistema
hegemónico de la educación. Este punto de vista es el que problematiza Bourdieu
cuando plantea el socio análisis, es decir, cuestionar el porqué investigamos
como investigamos, las categorías que utilizamos y las doxas (conjunto de
opiniones comunes, creencias establecidas, ideas recibidas que se aceptan sin
discusión. Se dice también del sentido común) que damos por sentadas de la
realidad son los principales objetos de estudio en la propuesta de Bourdieu.
En todos sus escritos Bourdieu considera que es tarea de la Sociología revelar las
estructuras ocultas de los diversos mundos sociales, así como también los
mecanismos que permiten su reproducción y transformación. Ese universo social
está conformado por unas estructuras que llevan doble vida: la primera es la
objetivación relacionada con la distribución de los recursos materiales, modos de
apropiación de bienes y valores escasos o no renovables, y, la segunda bajo la
52
forma de clasificación de los esquemas mentales y corporales que se traducen en
conductas, pensamientos y juicios de los actores sociales (agentes sociales). 5
Una de las bases de su cuestionamiento es el papel histórico de una institución
(la universidad) cuya misión socialmente reconocida es la de reivindicar la
objetividad y la universalidad de sus propias objetivaciones. El propósito de esta
investigación (Bourdieu), existía la intención de invertir la relación “natural” del
observador con el universo que él estudia, de volver exótico lo familiar y familiar lo
exótico, es decir reflexionar sobre lo que se considera natural lo evidente. y
demostrar en la práctica la posibilidad de una objetivación sociológica completa
tanto del objeto como de la relación del sujeto con el objeto (objetivación
participante). Objetivizar significa que en el proceso de investigación para
delimitar un tema se debe aislar para poder estudiarlo, pero, existe aquí una crítica
sobre la mirada de la ciencia que busca la objetividad, intentando separar al
investigador del objeto. Bourdieu explica que desde que se selecciona el objeto
para estudiar, está implícita la mirada del mundo de ese investigador, su
subjetividad, su formación, su posición de clase, su lugar de origen etc.
Uno de los errores de las ciencias sociales reside en la relación incontrolada con
el objeto, esta relación no analizada es proyectada en el objeto de análisis.
Muchos sociólogos que se dedican a objetivar el mundo social tienen que empezar
por aprender a objetivarse a si mismos porque con frecuencia ignoran que su
discurso que aparentemente es científico, trata menos del objeto estudiado que de
su relación con él.
5 Los agentes son activos y eficaces en la medida en que no se reducen a lo que se entiende ordinariamente
por noción de individuo y que, como organismos socializados, están dotados de un conjunto de disposiciones
que implican al mismo tiempo la propensión y la capacidad necesarias para entrar en el juego y participar.
53
¿Qué tipo de objetivación es la que pide Bourdieu?: La autentica objetivación
exige algo más que llamar la atención sobre los orígenes sociales, étnicos o
sexuales del productor cultural. Se trata de objetivar su posición en el universo de
la producción cultural; en este caso en el campo universitario o científico. Este
campo es un mundo social dentro del cual los agentes persiguen metas de una
clase muy particular y obedecen a intereses que pueden ser totalmente
desinteresados en otros sentidos.
Dentro del análisis social existe una “parcialidad” es decir que para estudiar,
hablar, tomar una parte del mundo social, es necesario abstraerlo de una forma
más o menos completa. Esta parcialidad consiste en que en el discurso científico
se olvida reconocer que las teorías son productos de enfoques.
Frente a la pregunta sobre la relación teoría práctica: Bourdieu dice que un modelo
exacto de la realidad debe tener en cuenta la distancia que separa al modelo de la
experiencia práctica de los agentes (quienes ignoran el modelo) y que hace que
los mecanismos descritos funcionen con la “complicidad” inconsciente de estos
agentes, como por ejemplo ocurre en la Universidad donde el modelo teoricista no
es cuestionado sino que se asume como una verdad.
El autor también incluye un interesante concepto que denomina la violencia
simbólica: se refiere a esas cosas que son cotidianas; que no se cuestionan, pero
que, cuando se hacen visibles incrementan la violencia contra las y los que llaman
la atención sobre lo no natural de lo cotidiano. Es importante reconocer que lo
simbólico es lo menos cuestionado, el lenguaje es lo mas naturalizado, los
símbolos sociales se han institucionalizado gracias a los refuerzos de la Familia, la
Iglesia, la Escuela y los medios de comunicación; estos últimos son hoy en día el
eje articulador de los símbolos dominantes a nivel global, y regional, son los
máximos reforzadores de lo simbólico, de los gestos, las palabras, las puestas en
escena que ratifican los mensajes, las ediciones de la realidad.
54
Para Bourdieu, se debe llamar la atención sobre los actos cotidianos donde se
aloja la dominación:
―La violencia simbólica, violencia amortiguada, insensible e invisible
para sus propias víctimas, que se ejerce esencialmente a través de de
los caminos puramente simbólicos de la comunicación y del
conocimiento, o más exactamente del desconocimiento. Esta relación
social extraordinariamente común ofrece por tanto una ocasión
privilegiada de entender al lógica de la dominación ejercida en un
principio simbólico conocido y admitido tanto por el dominador como por
el dominado‖. (Bourdieu P. , 1998, pág. 12).
La capacidad de entender los mensajes de los medios de comunicación, están
determinadas por la capacidad que tiene cada individuo para entender lo que se
comunica en el espacio donde se desenvuelve, esto requiere que aceptemos las
formas legitimadas de interpretación, el ejemplo clásico es el cine, si no
conocemos los símbolos que utiliza el cine para narrar no entendemos la historia.
Para Pierre Bourdieu, esta “violencia simbólica responde a la desigual distribución
del capital lingüístico y cultural estableciendo un sistema de censuras que
reproduce la dominación en el campo simbólico, traduciendo la lucha de clases en
un sistema de intercambios comunicativos. El lenguaje como institución renueva la
estructura dominante de distribución desigual del capital cultural, legitima la
desigualdad, naturaliza la exclusión y participa en la reproducción del orden social,
imponiendo la violencia simbólica, induciendo códigos, pero otorgando, a la vez la
fantasía de la libertad, la creación y el mérito individual”6
6 Comentario que hace Luis Enrique Alonso sobre Pierre Bourdieu en relación con el texto: El Lenguaje y la
Comunicación en :www.unavarra.es/puresoc/es/c_textos.htm
55
Hablar de este habitus de interpretación es reconocer que hay una forma
hegemónica de interpretación de la realidad social, política, cultural de género etc,
que les es muy favorable para seguir tanto en el poder local, regional como ahora
global. Una vez reconocido se debe tratar de cuestionar esa naturalización de la
interpretación, buscando esas otras formas de interpretación simbólica que existen
y tratar de posicionarlas, como ha ocurrido con una subversión del lenguaje al
darle al lenguaje un espacio a las formas de denominación femenina que al
principio tuvo una gran resistencia pero poco a poco se ha ido imponiendo
ampliando los marcos de interpretación.
Dentro de la producción simbólica que atraviesan los procesos comunicativos,
mediados por distintos canales de transmisión, se conforman estructuras
simbólicas en la sociedad que permiten que los procesos hegemónicos de
dominación política, cultural, religiosa, de género etc, cuenten con la aceptación
del conglomerado social y que resulte difícil transformarlos con solo cambios de
poder, cuando las estructuras siguen inermes dentro del sujeto, pero sobre todo
encontrar las formas propias que la sociedad tiene para transformar y reinterpretar
las simbologías hegemónicas, y construir sus propias interpretaciones, pero esto
no es posible sin reconocer primero que se está inmerso en interpretaciones
dadas desde afuera desde unos intereses sociales, culturales, políticos,
económicos.
Lección 9. Miradas de la Sociología: Zygmunt Baummant
―Nacido en Poznan (Polonia), de familia judía, huyó a la Unión Soviética
tras la ocupación nazi. Estudió y se doctoró en la Universidad de
Varsovia, de la que fue profesor durante más de quince años. En 1968,
emigró a Israel, donde impartió docencia en la Universidad de Tel Aviv
y, más tarde, se trasladó al Reino Unido, como profesor de la
Universidad de Leeds (1971-90). Es profesor emérito de la Universidad
56
de Varsovia, premio europeo Amalfi de Sociología y Ciencias Sociales
(1992) y premio Theodor W. Adorno (1998).
El pensamiento crítico de Bauman parte del marxismo ortodoxo de su
primera etapa biográfica, posteriormente abierto por la especial
influencia de Antonio Gramsci. Sus análisis giran en torno a la vida
cotidiana y a la aceleración de los cambios sociales bajo las marcas de
la globalización y la posmodernidad. Transformaciones que acentúan la
disolución de las instituciones sociales, la inducción del individualismo
como debilitamiento de lo colectivo y la prevalencia del relativismo ético
de los intereses comerciales.
Modernidad líquida advierte que lo persistente, lo duradero, lo sólido
son valores del pasado. El tiempo de la modernidad líquida es fluido,
cambiante, diluyente... está desregulado, propende a la privatización del
espacio público, a la desaparición del público en estado sólido, que es
su dimensión social organizada, y a la fluidez del individuo. Conceptos
que Bauman traslada al plano de las relaciones personales, a la dilución
de los vínculos afectivos estables, víctimas de la esterilización afectiva
a la que conduce la comercialización de la vida, en Amor líquido.
Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos.
La lectura crítica de Bauman nos lleva a una sociedad sitiada por los
medios de comunicación y la construcción de un imaginario atomizado,
donde el individuo carece de fuerza. En el tiempo de la posmodernidad,
la ética tiene una naturaleza relativista, acomodaticia, que varía en
función de los valores dominantes de la economía, en la que
desaparecen conceptos como las obligaciones sociales, el compromiso
solidario, la noción de humanidad, en una especie de crepúsculo del
57
sentido del deber. Los medios de comunicación y, en especial, la
televisión, dependientes e integrados en las esferas del poder
económico, crean la nueva atmósfera, la hegemonía dictada por la
inducción del individualismo. Por ello, la crítica no es sobre la televisión
o los medios en sí, sino sobre la sociedad que produce ese sistema de
medios‖7.
A continuación y con el fin de que los y las estudiantes, se transcribe la entrevista
realizada por Juana Libedinsky y publicada en el periódico “La Nación” de
Argentina el 26 de diciembre de 2004:
―LONDRES.- Para muchas personas la jubilación es particularmente
traumática porque la ven como símbolo del fin de su vida útil
profesional. Esa gente haría bien en recordar a Zygmunt Bauman. Si
bien el eminente sociólogo polaco desarrolló una intensa carrera en
Europa durante varias décadas, fue a partir de 1990, después de su
alejamiento de las aulas de la Universidad de Leeds, cuando además
de hacerse cargo de toda la cocina en el hogar desplegó su más
prolífica producción intelectual.
Florecimiento tardío, lo llamaron algunos. Otros directamente se
refieren al "fenómeno Bauman". La realidad es que, al borde de los 80 y
sacando casi un libro por año, se ha convertido en el nuevo
protagonista del debate sociológico contemporáneo con conceptos
como "modernidad líquida", también título de uno de sus libros más
importantes, en el que desarrolla la idea de que cuando lo público ya no
existe como sólido, el peso de la construcción de pautas y la
7 Tomado textualmente de: www.infoamerica.org/teoria/bauman1.htm
58
responsabilidad del fracaso caen total y fatalmente sobre los hombros
del individuo.
"Nos gustan los nudos que atan fuerte, pero que se pueden deshacer
con facilidad en cualquier momento, lo cual suele ser fuente de
sufrimiento, auto recriminación y una conciencia muchas veces
intranquila -dice en diálogo con LA NACIÓN. El tema es parte de las
reflexiones de Liquid Love (Amor líquido), libro que acaba de salir en
inglés y en el que analiza cómo afecta a los vínculos amorosos la
sociedad líquida en la que vivimos. "Lo que nos gustaría, en realidad -
dice-, es poder poner en cada relación un cartel de que se trata de un
compromiso hasta nuevo aviso´".
No es una visión particularmente alegre, pero varios de sus colegas
aseguran que se trata de un pesimismo vinculado con su origen.
Bauman es un polaco judío que sobrevivió a la Segunda Guerra
refugiándose en la Unión Soviética; más tarde, en 1968, durante una
nueva oleada de antisemitismo en la Universidad de Varsovia, debió
abandonar nuevamente su país y, esa vez, recaló en Israel para irse
luego, en 1972 y, ya definitivamente, a Inglaterra.
El pesimismo de Bauman puede rastrearse en muchas de sus obras -
entre otras, Modernidad y Holocausto, La globalización: consecuencias
humanas, Comunidad, Etica posmoderna y La sociedad sitiada- en las
que se ocupa de temas como el Holocausto, los desafíos de la
globalización, las encrucijadas de la ética y la pérdida del sentimiento
comunitario.
Sin embargo, el de Bauman es también un mensaje de esperanza:
"¿Por qué escribo libros? ¿Por qué pienso? ¿Por qué soy apasionado?
59
Porque las cosas pueden ser distintas, pueden mejorar. Mi papel es el
de alertar a la gente sobre los peligros que acechan para que hagan
algo", dice este confeso fanático de Borges: "Aprendí de él, más que de
ningún sociólogo, sobre la condición humana, sobre la lealtad a la
vocación de conocimiento y sobre los límites de nuestra capacidad de
comprensión. Cuentos como "Tlön, Uqbar, Orbis Tertius", "Pierre
Menard", "La biblioteca de Babel", "El inmortal", entre tantísimos otros,
son para mí los ejemplos supremos de lo que la sociología podría llegar
a descubrir si pudiera (¿o se le permitiese, quizás?) admitir la
ambivalencia incurable del "ser humano en su mundo" y el exceso de
preguntas que nacen de este ser muy por encima de las respuestas que
él mismo puede dar."
Lo han llamado "el profeta de la posmodernidad" pero no es un título
que lo convenza demasiado. "Posmodernidad era un término
puramente negativo y, por lo mismo, un concepto interino, temporario.
Señalaba que nuestro mundo no era moderno en el sentido tradicional
del término y que era lo suficientemente distinto como para requerir una
nueva denominación, pero no nos decía de qué manera el mundo
nuevo era diferente de su predecesor. Modernidad líquida es un término
positivo: señala la diferencia que es la volatilidad. La característica
definitoria de los líquidos es la imposibilidad de mantener su forma y, a
la vez, su vulnerabilidad. Eso es precisamente lo que diferencia a la
sociedad actual de aquella de la modernidad en su fase sólida, que
buscaba ser duradera y resistente al cambio", explica.
¿Por qué sostiene en su libro que esta nueva sociedad está
sitiada?
60
Porque aquello que seguimos llamando sociedad, esa cualidad
imaginaria en la que política y poder confluyen, está siendo atacado por
dos frentes. Por un lado el poder se está evaporando hacia arriba, al
espacio planetario, que es el dominio de los negocios extraterritoriales.
Por el otro, la política se escapa hacia el espacio de las fuerzas del
mercado y de lo que llamo la "política de la vida": el espacio de los
individuos con alianzas tenues que tratan con esmero -pero con
resultados prácticamente nulos- de encontrar soluciones privadas a los
problemas públicos. Las instituciones políticas heredadas de los
tiempos en que el poder y la política estaban al nivel del Estado-nación
moderno se mantienen atadas a una localidad exactamente como
antes, sin la posibilidad de resistir -y ni qué hablar de controlar- las
presiones de los poderes globales. De esta manera están
imposibilitadas de desempeñar sus papeles tradicionales y los ceden a
las fuerzas del mercado o las dejan abiertas a la iniciativa y a la
responsabilidad individual. El resultado final es el sentimiento
generalizado de que cada uno de nosotros está por las suyas, de que
nada se gana uniendo las fuerzas y preocuparse por una buena
sociedad es una pérdida de tiempo: es el debilitamiento de la
solidaridad social con la consecuente fragilidad de los lazos humanos.
¿Cómo influye esto en nuestra búsqueda de la felicidad?
La nuestra es una sociedad crecientemente individualizada, en la cual
el ser competitivo, más que solidario y responsable, es considerado
clave para el éxito. Y dado que la felicidad de larga duración, la felicidad
que crece en el tiempo gracias a su cultivo cuidadoso y paciente, es
concebible sólo en un entorno predecible y en el que se respeten las
normas, la búsqueda de momentos felices o de éxtasis episódicos está
tendiendo a reemplazarla. La felicidad es vista como momentos, como
61
encuentros breves, más que como un derivado de la consistencia, la
cohesión, la lealtad y el esfuerzo a largo plazo que sostenían la mayor
parte de los filósofos modernos.
¿Y cómo afecta a las relaciones humanas, sobre todo al amor?
Hace que las relaciones entre las personas se vuelvan de una extrema
ambivalencia y ansiedad. Por un lado, en un ambiente líquido
necesitamos amigos más que en ningún otro momento del pasado. Por
otro lado, sin embargo, la amistad es un tango para dos y requiere de
un compromiso firme y permanente, que nos puede atar las manos en
caso de que la situación cambie y aparezcan nuevas oportunidades
más atractivas. El problema es que esas condiciones no son las ideales
para que florezcan la verdadera amistad, ni el amor.
¿Por qué considera que el eslogan "pensar globalmente, actuar
localmente" es hoy errado y peligroso?
Los problemas generados globalmente pueden ser resueltos solamente
por una acción global. Hay dos posibles repuestas a la dependencia
global. Una es la estrategia de atrincherarse: cerrar todas las puertas
con llave con la esperanza de poder crear para nosotros un pequeño
nicho de seguridad frente al territorio salvaje que hay afuera. Es la
estrategia equivocada, porque en el planeta globalizado la democracia,
la seguridad o el bienestar de un solo país es imposible. Nadie puede
sentirse seguro a menos que habite un planeta seguro. La segunda
alternativa, y para mí la única lógica, es la responsabilidad global, que
significa aceptar la responsabilidad que ya de hecho cargamos, a
sabiendas o no, del bienestar y la supervivencia de los demás, y actuar
de acuerdo con esa responsabilidad.
62
¿Pero es posible la convivencia pacífica en un contexto en el cual
un grupo (como el fundamentalismo islámico hoy) tiene capacidad
de actuar en cualquier lugar, y los países y ciudadanos están
temerosos de sus propias minorías?
Es que prácticamente no hay alternativa a intentar vivir juntos en paz y
respeto mutuo (es decir, la otra alternativa, la única, es morir juntos).
Para tomar un concepto de Claude Lévi-Strauss, podemos decir que en
la era de la modernidad clásica, "sólida", los problemas que menciona
eran atacados por una combinación de estrategias antropofágicas (es
decir que se "devoraba" a las minorías étnicas, culturales, religiosas o
lingüísticas a través de la asimilación forzosa) y antropoémicas (se las
forzaba a emigrar o directamente se las aniquilaba físicamente).
Ninguna de estas dos estrategias puede llevarse a cabo hoy sin una
condena global y, con un poco de suerte, con acción acorde, como
ocurrió en Bosnia y Kosovo pero no, para nuestra vergüenza, en
Ruanda y muchos otros lugares. La única ruta que está abierta es la de
aprender a respetar al otro y negociar un modus vivendi a través de un
diálogo que se mantenga en el tiempo. No digo que sea fácil, pero sí
insisto en que en nuestros tiempos, como nunca antes, las demandas
éticas y los intereses propios de la supervivencia apuntan en la misma
dirección y sugieren idénticas estrategias.
¿Cómo se evita afectar a la gente inocente de una cultura o
religión considerada una amenaza, al tiempo que se refuerzan las
medidas de seguridad?
Estereotipar a los otros, ponerlos en una categoría "culpable" y por lo
tanto convertirlos en sospechosos a priori es la peor y más ineficiente
manera que uno puede imaginar de reforzar la seguridad. Ningún
terrorista puede hacer tanto daño a nuestra seguridad como nosotros
63
mismos al responder a sus amenazas coartando los derechos humanos
de tal manera. La presencia de otros en nuestro ambiente implica, por
supuesto, un riesgo, pero significa también una gran oportunidad de
aprender el arte de la convivencia mutuamente beneficiosa. Es decir,
tratar al otro como nos tratamos a nosotros mismos: no como una
categoría predefinida sino como un conjunto de individuos, buenos o
malos, razonables o no, pero todos pertenecientes a la misma especie
humana, con lo mismos sueños y con las mismas cosas sin las cuales
no podemos vivir. Las lágrimas de las madres que perdieron a su hijo, o
las de los niños que quedaron huérfanos parten el corazón y son
igualmente amargas en cualquier cultura o religión.
Ya no nos sirve "posmodernidad". ¿Tampoco sirve un término
como "multiculturalismo"?
Repito: en un planeta globalizado no hay "afuera", no hay "tierra de
nadie" a la cual "los otros" puedan ser deportados. Las diferencias
culturales y todas las otras están aquí para quedarse. Pero
"multiculturalismo" puede entenderse de dos maneras muy distintas. La
manera incorrecta: toda idiosincrasia cultural es igualmente buena e
intocable sólo por ser idiosincrásica. Y está la manera correcta: aquí
estamos todos, tan diferentes como la historia nos ha hecho y, porque
somos diferentes pero todos humanos, cada uno de nosotros debe
enriquecer el contenido de nuestra común humanidad a través de la
convivencia. Esa convivencia debe incluir, claro, como es habitual entre
amigos, un debate continuo y serio sobre los valores y los méritos de
cada contribución. Porque inevitablemente algunas soluciones
culturales a problemas humanos compartidos son mejores que otras, y
son las mejores las que más van a contribuir a la causa de la felicidad
humana‖. (Libedinsky, 2004)
64
Lección 10. Miradas de la Sociología: ¿Donde está la Franja Amarilla?
Hasta ahora se ha realizado un recorrido por los enfoques y miradas de la
Sociología de una manera general pero es interesante que se conozca una visión
de lo que ha sido la historia política de nuestro País, desde la perspectiva de un
colombiano que sin ser sociólogo, ha incursionado en el análisis crítico y juicioso
de las principales problemáticas que nos aquejan.
En el siguiente ensayo hace un recuento de lo que ha sido la historia política
desde la colonia hasta la fecha y que permiten una explicación desde la visión de
la pisco génesis y la socio génesis que plantea Norbert Elías. Los invito a disfrutar
de este documento.
William Ospina (Padua, Tolima, 1954), poeta, ensayista y traductor. Premio
Nacional de Poesía Colcultura, 1992. Ha publicado entre otros libros "Esos
extraños prófugos de Occidente" (Norma, 1994), "Un álgebra embrujada" (Norma,
1995) y "¿Con quién habla Virginia caminando hacia el agua? (Norma, 1995).
―Hace poco tiempo una querida amiga norteamericana me confesó su
asombro por la situación de Colombia. "No entiendo -me decía-, con el
país que ustedes tienen, con el talento de sus gentes, por qué se ve
Colombia tan acorralada por la crisis social; por qué vive una situación
de violencia creciente tan dramática, por qué hay allí tanta injusticia,
tanta inequidad, tanta impunidad. ¿Cuál es la causa de todo eso?". Por
un momento me dispuse a intentar una respuesta, pero fueron tantas
las cosas que se agolparon en mí que ni siquiera supe cómo empezar.
Sentí que aunque hablara sin interrupción la noche entera, no lograría
transmitirle del todo las explicaciones que continuamente me doy a mí
mismo, tratando de entender el complejo país al que pertenezco. Por
otra parte, entendí que muchas de mis explicaciones no le habrían
65
gustado a mi amiga, o la habrían puesto en conflicto con su propia
versión de la realidad.
Es frecuente para nosotros oír de labios generosos la deploración de
esas desdichas y el asombro ante nuestra incapacidad para resolverlas.
El primer asunto es, pues, preguntarse si de verdad la sociedad
colombiana vive una situación excepcionalmente trágica, si es tan
distinta esta realidad de la del resto de los países, o al menos de los
países del llamado tercer mundo. Mi respuesta es que sí. Colombia es
hoy el país con mayor índice de criminalidad en el planeta, y la
inseguridad va convirtiendo sus calles en tierra de nadie. Tiene a la
mitad de su población en condiciones de extrema pobreza, y presenta
al mismo tiempo en su clase dirigente unos niveles de opulencia
difíciles de exagerar. Muestra uno de los cuadros de ineficiencia estatal
más inquietantes del continente, al lado de buenos índices de
crecimiento económico. Muestra fuertes niveles impositivos y altísimos
niveles de corrupción en la administración. Muestra unas condiciones
asombrosas de impunidad y de parálisis de la justicia y al mismo tiempo
una elevada inversión en seguridad, así como altísimos costos para la
ciudadanía en el mantenimiento del aparato militar. Muestra las más
deplorables condiciones de desamparo para casi todos los ciudadanos,
y sin embargo es un país donde no se escuchan quejas, donde
prácticamente no existen la protesta y la movilización ciudadana: una
suerte de dilatado desastre en cine mudo.
Esto último es pasmoso. La visible pasividad de la sociedad colombiana
alarma a los visitantes. En las recientes huelgas que conmocionaron a
Francia pudo verse cómo una sociedad que vive relativamente bien en
términos económicos y protegida por un Estado responsable, sabe
reaccionar en bloque ante todo lo que la lesione, no se deja pisotear en
sus derechos y se resiste a que se menoscaben los privilegios que ha
66
conquistado. Ver a los franceses marchando por las calles, armando
barricadas ante un gobierno cuya legitimidad no desconocen, y
haciendo temblar a las instituciones, nos confirma que Francia es el
país de la Revolución, que ese país es respetable porque tiene orgullo y
porque tiene dignidad, porque sabe de lo que es capaz cuando sus
gobernantes olvidan que son pagados por el pueblo y que son apenas
los representantes de su voluntad. Ante ese ejemplo se hace más
incomprensible que una sociedad como la colombiana (donde ni
siquiera los sectores fabulosamente ricos pueden sentirse satisfechos,
pues el Estado que sostienen ya ni siquiera les garantiza la vida, donde
nadie está protegido, donde el Estado no cumple sus más elementales
deberes y donde todos los días ocurren cosas indignantes) sea tan
incapaz de expresarse, de exigir, de imponer cambios, de colaborar
siquiera con su presión o con su cólera a las transformaciones que
todos necesitamos. ¿Qué es lo que hace que Colombia sea un país
capaz de soportar toda infamia, incapaz de reaccionar y de hacer sentir
su presencia, su grandeza?
Muchos aventuran la hipótesis de que esa aparente pobreza de espíritu
y esa debilidad de carácter se deben a las características biológicas y
genéticas de la población: sería, pues, la expresión de una fatalidad
ineluctable. Otros sostienen lo mismo con respecto a los índices de
criminalidad: revelarían una incurable enfermedad, y harían de nosotros
un pobre pueblo sin salvación y sin remedio. Pero la verdad es que
nuestros índices de violencia y nuestra actual ineptitud política son
hechos históricos susceptibles de explicación. Más aún, se diría que las
explicaciones son tan evidentes e incluso tan sencillas que se requiere
estupidez o malevolencia para aventurar dictámenes fatalistas. Ninguna
persona sensata sostendría que por el hecho de haber precipitado en
67
cinco años la muerte de 50 millones de seres en condiciones de
crueldad y de sevicia escandalosas, la sociedad europea revele una
patología siniestra e incurable. Ninguna persona sensata sostendría
que por el hecho de que la sociedad estadounidense haya sacrificado
medio millón de personas en tres años de guerra para impedir su propia
Secesión y haya alentado después la Secesión de Panamá para
hacerse al canal interoceánico más importante del mundo, de que haya
participado en las guerras de Nicaragua, haya arrojado bombas
atómicas sobre ciudades japonesas, haya invadido Vietnam, haya
apoyado a los peores dictadores del Caribe y de Centroamérica, y haya
bombardeado a Bagdad, eso signifique que los norteamericanos
padecen de alguna monomanía agresiva irremediable. Los historiadores
vendrán en nuestro auxilio para explicarnos las precisas condiciones
históricas que llevaron a aquellas sociedades y a sus gobiernos a
participar en esas realidades escabrosas.
Colombia vive momentos dramáticos, pero quien menos le ayuda es
quien declara, por impaciencia, por desesperación o por mala fe, que
esas circunstancias son definitivas, o que obedecen a causas
ingobernables. Más bien yo diría que lo que vivimos es el
desencadenamiento de numerosos problemas represados que nuestra
sociedad nunca afrontó con valentía y con sensatez; y la historia no
permite que las injusticias desaparezcan por el hecho de que no las
resolvamos. Cuando una sociedad no es capaz de realizar a tiempo las
reformas que el orden social le exige para su continuidad, la historia las
resuelve a su manera, a veces con altísimos costos para todos. Y lo
cierto es que Colombia ha pospuesto demasiado tiempo la reflexión
sobre su destino, la definición de su proyecto nacional, la decisión sobre
el lugar que quiere ocupar en el ámbito mundial; ha pospuesto
68
demasiado tiempo las reformas que reclamaron, uno tras otro, desde
los tiempos de la Independencia, los más destacados hijos de la nación.
Casi todos ellos fueron sacrificados por la mezquindad y por la codicia,
y hoy es larga y melancólica la lista de lúcidos y clarividentes
colombianos que soñaron un país grande y justo, un país afirmado en
su territorio, respetuoso de su diversidad, comprometido con un
proyecto verdaderamente democrático, capaz de ser digno de su
riqueza y de su singularidad, y que pagaron con su vida, con su soledad
o con su exilio el haber sido fieles a esos sueños.
Si hay algo que nadie ignora es que el país está en muy malas manos.
Quienes se dicen representantes de la voluntad nacional son para las
grandes mayorías de la población personas indignas de confianza,
meros negociantes, vividores que no se identifican con el país y que no
buscan su grandeza. Pero ello no es nuevo. Si algo caracterizó a
nuestra sociedad desde los tiempos de la Independencia, es que
sistemáticamente se frustró aquí la posibilidad de romper con los viejos
esquemas coloniales. Colombia siguió postrada en la veneración de
modelos culturales ilustres, siguió sintiéndose una provincia marginal de
la historia, siguió discriminando a sus indios y a sus negros,
avergonzándose de su complejidad racial, de su geografía, de su
naturaleza. Esto no fue una mera distracción, fue fruto del bloqueo de
quienes nunca estuvieron interesados en que esa labor se realizara.
Desde el comienzo hubo quien supo cuáles eran nuestros deberes si
queríamos construir una patria medianamente justa e impedir que a la
larga Colombia se convirtiera en el increíble nido de injusticias,
atrocidades y cinismos que ha llegado a ser. No podríamos decir que
fue por falta de perspectiva histórica que no advertimos cuan importante
es para una sociedad reconocerse en su territorio, explorar su
69
naturaleza, tomar conciencia de su composición social y cultural, y
desarrollar un proyecto que, sin confundirlos, agrupe a sus nacionales
en unas tareas comunes, en una empresa histórica solidaria.
Siempre pienso en eso que no hicimos a tiempo cuando recuerdo
aquellos hermosos versos que leyó Robert Frost en la posesión de John
Kennedy, donde declara la clave del destino de los Estados Unidos;
cómo ese país que es históricamente nuestro contemporáneo cumplió
una tarea que aún nosotros no hemos cumplido:
Esta tierra fue nuestra
antes de ser nosotros de esta tierra.
Fue nuestra más de un siglo
antes de convertirnos en su gente.
Fue nuestra en Massachusetts, en Virginia,
pero éramos colonos de Inglaterra,
poseyendo una cosas que aún no nos poseían,
poseídos de aquello que ya no poseíamos.
Algo que nos negábamos a dar gastaba nuestra fuerza,
hasta entender que ese algo fuimos nosotros mismos,
que no nos entregábamos al suelo en que vivíamos,
y desde aquel instante fue nuestra salvación el entregarnos.
La historia de Colombia es la historia de una prolongada postergación
de la única aventura digna de ser vivida, aquella por la cual los
colombianos tomemos verdaderamente posesión de nuestro territorio,
tomemos conciencia de nuestra naturaleza -una de las más hermosas y
privilegiadas del mundo-, tomemos conciencia de la magnífica
complejidad de nuestra composición étnica y cultural, creemos lazos
firmes que unan a la población en un orgullo común y en un proyecto
70
común, y nos comprometamos a ser un país, y no un nido de
exclusiones y discordias donde unos cuantos privilegiados,
profundamente avergonzados del país del que derivan su riqueza,
predican día y noche un discurso mezquino de desprecio o de
indiferencia por el pueblo al que nunca supieron honrar ni engrandecer,
que siempre les pareció "un país de cafres", una especie subalterna de
barbarie y de fealdad.
La primera traición a ese sueño nacional la obraron los viejos
comerciantes que, preocupados sólo por sus intereses privados, se
impusieron en el gobierno de la joven república para bloquear toda
posibilidad de una economía independiente, y permitieron que el país
siguiera siendo un mero productor de materias primas para la gran
industria mundial y un irrestricto consumidor de manufacturas
extranjeras. Así como nuestras sociedades coloniales habían provisto a
las metrópolis de la riqueza con la cual construyeron sus ciudades
fabulosas y desarrollaron su revolución industrial, así nuestro acceso a
la república no impidió que siguiéramos siendo los comparsas serviles
de esas economías hegemónicas, y siempre hubo entre nosotros
sectores poderosos interesados en que no dejáramos de serlo. Ello les
rendía beneficios: siempre hubo una aristocracia parroquial arrogante y
simuladora que procuraba vivir como en las metrópolis, disfrutando el
orgullo de ser mejores que el resto, de no parecerse a los demás, de no
identificarse con el necesario pero deplorado país en que vivían. Nunca
he dejado de preguntarme por qué los que más se lucran del país son
los que más se avergüenzan de él, y recuerdo con profunda perplejidad
el día en que uno de los hijos de un ex presidente de la república me
confesó que la primera canción en español la había oído a los 20 años.
Allí comprendí en manos de qué clase de gente ha estado por décadas
71
este país. Aquellos príncipes de aldea con vocación de virreyes sólo
salían a recorrerlo cuando era necesario recurrir a la infecta
muchedumbre para obtener o comprar los votos.
También desde el comienzo, a pesar de que han sido poquísimos los
casos de guerras entre naciones en este continente, se generó una
tradición de privilegios para el estamento militar, porque los gobiernos,
que casi siempre descuidaban la suerte de las muchedumbres
humildes, necesitaban brazo fuerte y pulso firme a la hora de conjurar
rebeliones. Y ello resulta a su modo razonable, porque cuando se
construye un régimen irresponsable y anti popular se hace
absolutamente necesaria la fuerza para mantener a cualquier precio un
orden o desorden social que el pueblo difícilmente defendería como
suyo. ¿Quién ignora aquí que las grandes mayorías de Colombia no
tienen nada que agradecerle al Estado tal como está constituido, y que
por ello no están tan dispuestas como en otros países a entregarle sus
jóvenes? Es triste recordar que durante mucho tiempo las clases
privilegiadas, las más defendidas por el Estado, pagaron para librar a
sus hijos del servicio militar que los pobres tenían que cumplir
irremediablemente. Y es verdad que los jóvenes deploran tener que ir a
un ejército cuya principal función es enfrentarse con su propio pueblo.
Todo Estado tiene que demostrar su legitimidad, su desvelo por la
gente, para merecer la adhesión y la lealtad de su pueblo, y es un
axioma que si el pueblo no es patriótico es porque el Estado no le da
buen ejemplo.
Grandes esfuerzos históricos intentaron cumplir la tarea imperiosa de
afirmarse en una tradición y construir una patria. De los primeros y más
valiosos fue la Expedición Botánica, que empezó a revelar al mundo la
72
exuberancia de nuestra flora tropical y que despertó en una generación
el sorpresivo orgullo de pertenecer a los inexplorados trópicos de
América. Una de las consecuencias de esa Expedición fue el
movimiento de Independencia, pero la Reconquista frustró la paciente
labor de tantos sabios y artistas, y dos siglos después la Expedición
Botánica sigue siendo una obra inconclusa. Colombia posee, según es
fama, la mayor diversidad de pájaros del mundo, pero es tan
inconsciente de sus riquezas que el libro más completo sobre las
variedades de aves colombianas, Birds of Colombiano está traducido al
español. En la segunda mitad del siglo XIX emprendió sus tareas la
Comisión Corográfica, y sin embargo aún hoy Colombia sigue siendo un
país sin un proyecto territorial, sin un plan de desarrollo sensato y
propio, sin un censo aprovechado de sus recursos. El Estado,
omnipotente a la hora de imponer tributos y de reprimir descontentos,
es la impotencia misma a la hora de impedir saqueos, de moderar
depredaciones y de proteger el patrimonio. Y ello porque en realidad no
es un Estado que represente una voluntad nacional, y que pueda
apoyarse en ella para esas grandes decisiones que exigen en nombre
de todos poner freno a la codicia de unos cuantos, sino que representa
sólo intereses mezquinos y está hecho para defenderlos, a veces,
incluso, con ferocidad.
Verdad es que grandes poderes externos estuvieron interesados desde
siempre en mantener nuestra economía en condiciones desventajosas,
que les permitieran realizar aquí sus negocios en los mejores términos.
Para la gran industria mundial fue una prioridad garantizar su provisión
de materias primas, y mantener aquí una clase privilegiada en
condiciones de consumir productos de importación. Una de las
verdades que no sabría explicar con claridad a mi amiga es por qué y
de qué manera el gobierno norteamericano apoyó siempre a los
73
partidarios colombianos del libre cambio, que abrían nuestras fronteras
a sus productos, e incluso patrocinó siempre a alguno de los bandos en
las guerras civiles que desgarraron a Colombia durante el siglo XIX. Ella
sentirá la extrañeza de que los colombianos seamos desventurados,
pero difícilmente entenderá que no hemos estado solos en la
construcción de nuestra penuria, que muchas veces su propio Estado
participó en la preparación y el diseño de nuestro caos actual. Cuando
se pensaba que el urgente canal interoceánico centroamericano pasaría
por Nicaragua, los Estados Unidos patrocinaron la aventura de William
Walker y se apresuraron a reconocer su increíble gobierno de
mercenarios. Sólo el clamor indignado del continente impidió que
Nicaragua se convirtiera, por la vía del zarpazo, en un estado más de la
Unión Norteamericana, y obligó a los Estados Unidos a desdecirse de
su apresurado reconocimiento diplomático. Pronto se decidió que el
canal sería panameño, y Estados Unidos, nuestro solícito hermano
mayor continental, que acababa de vivir una guerra gigantesca y terrible
para impedir una segregación en su sagrado territorio, financió la
segregación de Panamá y obtuvo a cambio la construcción y
administración del canal interoceánico por un siglo.
Con todo, ¿cómo reprochar a los otros países que defiendan sus
intereses y que piensen en primer lugar en sus conveniencias? A eso
es a lo que se llama pomposamente el mercado mundial, a un juego de
astucias y de rapiñas disfrazadas por un lenguaje almibarado, a veces
técnico y pragmático, a veces grandilocuente y cínico. Lo que es digno
de reproche es que haya gobiernos nacionales que en ese contexto
trabajen para favorecer los intereses de los otros y no los de su propio
país. Y desde los primeros tiempos de la república hubo aquí de esos
gobiernos, "muy respetados y queridos en el exterior", que le
74
entregaron nuestra economía a los intereses de las grandes potencias y
que no permitieron el surgimiento de una industria local, de un mercado
interno, y niveles de vida decentes para la población. Siempre el
discurso almibarado cifró nuestra felicidad en la capacidad de competir
libremente, lo que significaba entregar nuestra economía sin protección
y sin escrúpulos a los rigores y las rapacidades del mercado mundial. A
ese invento genial se lo ha llamado "apertura económica" desde los
tiempos del general Francisco de Paula Santander, miembro y
favorecedor de las grandes familias de comerciantes importadores de la
sabana.
Las guerras civiles del siglo XIX derrotaron el pensamiento liberal, el
radicalismo y la tradición ilustrada de los sectores democráticos, e
impusieron finalmente un régimen aristocrático clerical centralizado
cuya constitución, promulgada en 1886, gobernó al país durante más de
cien años. Este régimen convirtió a Colombia en uno de los países más
conservadores del continente. A pesar de los esfuerzos liberales de
Manuel Murillo Toro, de Tomás Cipriano de Mosquera, de José Hilario
López, quien había decretado la libertad de los esclavos en 1854, antes
que los Estados Unidos; a pesar de grandes luchas democráticas, la
sociedad colombiana se cerró bajo el poder de los terratenientes y del
clero; la Iglesia y el Estado se confundieron en una amalgama
indiferenciada y nefasta, el índice católico prohibió la lectura libre
durante buena parte del siglo, la educación estuvo manejada por la
Iglesia, y conquistas elementales de la sociedad liberal como el
matrimonio civil y el divorcio, conquistas que poseen todos los países
vecinos desde hace más de 60 años, son logros que la sociedad
colombiana vino a obtener a fines del siglo XX, mostrándose como uno
de los esquemas sociales más cerrados y oscuros de Occidente. Esto
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dio origen a tremendos cuadros de violencia familiar y de intolerancia
social, a un enorme irrespeto por las creencias ajenas, y a la tendencia
persistente a considerar toda disidencia y toda rebeldía como un
fenómeno religioso. La guerra civil de mediados de siglo, conocida
como la Violencia, se configuró como una inmensa guerra religiosa,
hecha de fanatismo y de ceguera brutal, y llegó a extremos aberrantes,
con la reconocida presencia de la Iglesia como uno de sus principales
instigadores.
Hacia 1930, al cabo de 50 años, la hegemonía conservadora se vio
debilitada por la inconformidad popular, arreciaron las luchas sindicales,
hubo conatos de rebelión, y finalmente la escandalosa masacre de las
bananeras precipitó el descrédito del régimen conservador. Un sector
del liberalismo acaudillado por Alfonso López Pumarejo intentó una
reforma democrática que favoreciera la industrialización, que modificara
el régimen de propiedad sobre la tierra, que modificara las relaciones
entre el Estado y la Iglesia, y que abriera el camino para la adecuación
de la sociedad colombiana a algunas de las tendencias mundiales del
siglo. No era, por supuesto, la reforma estructural que el país
necesitaba, ni la vasta toma de conciencia de la necesidad de un orden
distinto, ni el gran esfuerzo por dignificar a una sociedad malformada
por la exclusión y la estratificación social; era una reforma moderada,
pero naturalmente desató una inmediata contrarreforma, que trajo
violencia antiliberal a los campos y empezó a sembrar el germen de
algunos males futuros. El intolerante país feudal se resistía al cambio y
su reacción despertó nuevas insatisfacciones.
Como respuesta a la violencia antiliberal, el sector popular del
liberalismo emprendió una defensa de los campesinos perseguidos, que
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rápidamente fue configurándose como una enorme rebelión popular
bajo la orientación del caudillo Jorge Eliécer Gaitán comprendió muy
pronto que Colombia necesitaba con urgencia grandes reformas
sociales, y el proyecto nacional siempre postergado se convirtió en su
bandera. Pertenecía al partido liberal, pero entendió que el principal
enemigo de la sociedad colombiana era ese bipartidismo aristocrático
cuyos jefes formaban en realidad un solo partido de dos caras, hecho
para saquear el país y beneficiarse de él a espaldas de las mayorías; y
en sus discursos avanzó hacia una reformulación de la crisis política
como el conflicto entre las mayorías humildes y auténticas, y el
mezquino país de los privilegios. Hablando del "país político" y del "país
nacional", destacando el modo como los dirigentes gobernaban para
una minoría, conquistó un caudal electoral inesperado, y súbitamente la
vieja clase dirigente se vio ante un fenómeno de entusiasmo popular
desconocido en Colombia.
La campaña de calumnias y difamaciones desatada por la gran prensa
no logró debilitar al movimiento gaitanista, y la vieja casta comprendió
que, como el arco del legendario rey nórdico, "Noruega se iba a romper
entre sus manos". La clase dirigente, encabezada por los jefes políticos
y por los grandes diarios sostenedores del poder, confiaba ya sólo en la
ignorancia y la indisciplina de las huestes gaitanistas, el "país de cafres"
al que siempre habían despreciado. Fue entonces cuando Gaitán
convocó a la Marcha del Silencio, para protestar por la violencia en los
campos, y una impresionante multitud gaitanista sobrecogió a Bogotá al
marchar y concentrarse de un modo disciplinado y silencioso. Aquel
pueblo demostraba que no era una hidra vociferante, que podía ser una
fuerza poderosa y tranquila, y esto exasperó a los dueños del país. A
partir de ese momento Gaitán era el jefe de la mayor fuerza popular de
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nuestra historia y, de acuerdo con el orden democrático, era el seguro
presidente de la república. Llegaría al poder no sólo con un gran
respaldo popular sino con una enorme claridad sobre las reformas que
requeríamos y sobre el país que Colombia debía llegar a ser para
impedir la perdición de millones de seres humanos.
Gaitán debió presentir que un modelo de desarrollo deshumanizado
sería capaz de sacrificar a los campesinos de Colombia, que eran la
mayoría de la población, para favorecer sin atenuantes los designios
ciegos de un capitalismo salvaje. Como alcalde de Bogotá había fijado
en los sitios públicos el valor oficial de la hora de trabajo, para dar a los
trabajadores una idea de su dignidad y de sus derechos. Como ministro
de Educación intentó abrirle paso infructuosamente a una reforma
educativa radical que respondiera a las necesidades del país que
crecía. Aún es posible oír en sus discursos su interés por impedir que
una economía de privilegios precipitara a Colombia en la pauperización
y el aplastamiento de las gentes más pobres. Sus enemigos
comprendieron entonces que la democracia llevaría a Gaitán al poder y
procedieron a ofrecerle su apoyo a cambio de que él aceptara su
asesoría, es decir, compartiera con ellos su triunfo y les permitiera
escoltarlo. Gaitán se negó, y arreciaron en su campaña difamatoria. La
última ráfaga de aquella oposición rabiosa debió armar la mano fanática
o mercenaria que le dio muerte. Y así comenzó la gigantesca
contrarrevolución (o anti revolución, ya que conjuraba algo que aún no
se había cumplido) que marcó de un modo trágico el destino de
Colombia en los 50 años siguientes.
Esta contrarrevolución tuvo tres etapas, cada una de ellas peor que la
anterior. La primera fue el asesinato del caudillo, que provocó el
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incendio de la capital. La segunda fue la Violencia de los años
cincuenta, que despobló los campos de Colombia e hizo crecer
dramáticamente las ciudades con millones de desplazados arrojados a
la miseria. La tercera fue el pacto aristocrático del Frente Nacional,
mediante el cual los instigadores de la violencia se beneficiaron de ella
y se repartieron el poder durante 20 años, proscribiendo toda oposición,
cerrando el camino de acceso a la riqueza para las clases medias
emprendedoras, y manteniendo a los pobres en condiciones de extremo
desamparo mientras acrecentaban hasta lo obsceno sus propios
capitales.
El 9 de abril de 1948 fue la fecha más aciaga del siglo para Colombia.
No porque en ella, como lo pretenden los viejos poderes, se haya roto
la continuidad de nuestro orden social, sino porque ese día se confirmó
de un modo dramático. La estructura del movimiento gaitanista, con su
sujeción a la figura y el pensamiento del caudillo, permitió la
desmembración y la disolución de aquella aventura en la que se cifraba
el porvenir del país. Gaitán tenía clara la necesidad de un proyecto
nacional donde cupiera el país entero; una nación de blancos y de
mestizos, de negros y de inmigrantes que pudiera reconciliarse con el
espíritu de los pueblos nativos del territorio, y extraer de esa
complejidad una manera singular de estar en el mundo. Pero esa
claridad lo llevó a enfrentarse ingenuamente, es decir, de un modo
valeroso, sincero y desarmado, a esa clase dirigente que se lucraba de
la miseria nacional y que despreciaba profundamente todo lo que no
cupiera en su mezquina órbita de privilegios. Una casta de mestizos con
fortuna que nunca había intentado ser colombiana, ni identificarse con
nuestra geografía, con nuestra naturaleza, con nuestra población; que
continuamente se avergonzaba, como sigue haciéndolo hoy, de este
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mundo tan poco parecido al idolatrado mundo europeo. Una élite
deplorable que viajaba a Europa y a Norteamérica, no a llevar con
orgullo el mensaje de un pueblo dignificado por el respeto y afirmado en
su territorio, sino a simular ser europea, y a procurar por los métodos
más serviles ser aceptada por un mundo que no ignoraba su condición
de rastacueros y su falta de carácter.
El discurso de Gaitán merece muchas reflexiones. Es singular que en
un país envanecido por la retórica de sus gramáticos y de sus
académicos haya sido un hombre de origen humilde quien ennobleció el
lenguaje de la política; quien, exhibiendo un gran refinamiento sintáctico
y una notable claridad de pensamiento, haya tenido eco en un pueblo
pretendidamente ignorante y salvaje. No podemos olvidar que también
la gran empresa de renovar la lengua castellana y de convertirla en una
lengua americana había sido liderada por un indio nicaragüense, Rubén
Darío; y que la gran poesía colombiana de entonces estaba siendo
escrita por un hijo de campesinos de Santa Rosa de Osos que
prácticamente nunca había estado en la escuela. Ello parece
asombroso pero es natural: la lengua, como el sentimiento religioso, es
hija de los pueblos; son ellos sus creadores y sus transformadores, y
las academias, como los eclesiásticos, no son más que los avaros
administradores de un tesoro que no siempre comprenden.
Lo que parecía insinuarse en el horizonte del gaitanismo era una suerte
de revolución nacional, de transformación de la ideología que reinaba
por el poder de los partidos en el alma del pueblo; y la conformación de
una gran franja de opinión capaz de llevar no sólo a Gaitán a la
presidencia sino al país a un nuevo comienzo. Lo que parcialmente
habían conquistado países como México, cuya identificación consigo
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mismos, cuyo respeto por las raíces nativas, cuya afirmación en su
propio pueblo, en su música, en su gastronomía, en su indumentaria, en
sus tradiciones, eran un ejemplo para el desconcertado continente
mestizo, y cuya revolución, sin duda llena de errores y de hechos
dolorosos y trágicos, había conferido sin embargo un profundo
sentimiento de orgullo y de dignidad a sus gentes.
Como suele ocurrir con los magnicidios, el asesinato de Gaitán nos ha
sido presentado como el crimen solitario de un enajenado o de un
fanático. Lo que no podemos ignorar es el clima social y político en que
se cumplió el hecho, los sectores visiblemente interesados en la
desaparición del líder, y los que se benefician con ella. Si la mano que
lo mató fue fanática o fue mercenaria, es algo indiferente: la causa
evidente del crimen fue la campaña de difamación realizada contra él
por la gran prensa, que lo mostraba como un peligro para la sociedad,
como alguien que venía a destruir el país, y que lo caricaturizaba como
un salvaje a la cabeza de una banda de caníbales. El crimen produjo en
todo el país un espontáneo levantamiento hecho de frustración y de
desesperanza, pero incapaz de grandes propósitos y aun de trazarse
nobles tareas inmediatas. Entre incendios y rapiña y estragos, el pueblo
comprendió que una vez más sus esperanzas habían muerto, y tal vez
comprendió también que el poder imperante jamás permitiría una
transformación de la sociedad por las vías democráticas y pacíficas que
Gaitán había escogido. Pero allí comenzó también la segunda fase de
esa poderosa contrarrevolución, porque advertidos del peligro de un
movimiento popular, los partidos políticos tradicionales se lanzaron a la
reconquista de sus huestes y se esforzaron por contrarrestar los efectos
del discurso de Gaitán. Para ello radicalizaron su lenguaje partidista,
magnificaron una maraña de diferencias retóricas entre los dos partidos,
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y utilizando todos los recursos y todos los medios de influencia,
fanatizaron a la ingenua población campesina.
Tal vez no se proponían desatar una oleada de violencia, pero el modo
criminal e irresponsable como atizaron las hogueras del odio para ganar
la fidelidad de sus prosélitos condena para siempre a los jefes de
ambos partidos que precipitaron a Colombia en la más siniestra época
de su historia. Gentes humildes que se habían conocido toda la vida,
que se habían criado juntas, se vieron de pronto conminadas a
responder a viejos odios insepultos, y sin saber cómo, sin saber por
qué, sin el menor beneficio, se dejaron arrastrar por el increíble poder
de la retórica facciosa que los bombardeaba desde las tribunas, desde
los púlpitos y desde los grandes medios de comunicación, y la
carnicería comenzó. Entre 1945 y 1965 Colombia vivió una verdadera
orgía de sangre que marcó desalentadoramente su futuro. Más
asombroso aún es que quienes precipitaron al país en ese horror sean
los mismos que siguen dirigiéndolo, aquellos cuyo discurso es el único
que impera en la sociedad, aquellos que se resisten a entender que si
bien se han enriquecido hasta lo indecible, han fracasado ante la
historia; que tuvieron el país en sus manos durante más de un siglo y
que el resultado de su manera de pensar y de obrar es esto que
tenemos ante nosotros: violencia, caos, corrupción, inseguridad,
cobardía, miseria y la desdicha de millones de seres humanos.
Afortunadamente ya no es necesario agotarse en argumentos para
demostrar el fracaso de los dos partidos y de sus élites: basta mostrar
el país que tenemos.
Alguna vez, con triste ironía, el historiador inglés Eric Hobsbawm
escribió que la presencia de hombres armados forma parte natural del
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paisaje colombiano, como las colinas y los ríos. Es difícil, ciertamente,
encontrar épocas de la historia en que nuestros campos no hayan sido
escenario de hombres en armas, y el mismo Hobsbawm ha dicho que la
Violencia colombiana de los años cincuenta representó una de las
mayores movilizaciones de civiles armados del hemisferio occidental en
el siglo XX. Las huestes de los revolucionarios mexicanos recorrieron
su país luchando por la Tierra y la Libertad que les predicaba Emiliano
Zapata. Es triste comprobar que los hombres en armas de mediados de
siglo en Colombia no luchaban por ninguna reivindicación popular, sino
instigados por poderes que siempre los habían despreciado, y cuando
empezaron a luchar por algo propio, fue por espíritu de venganza, para
cobrarse las injurias que esa misma guerra les había hecho. El gobierno
conservador había politizado la policía, había soltado la siniestra
"chulavita" a hostilizar liberales. Éstos a su vez reaccionaron
armándose, y empezaron a ver en todo conservador un enemigo. La
causa de aquello estaba en el poder y en los predicadores del odio,
pero muy pronto cada quien tuvo argumentos propios para proseguir la
retaliación. Para las cadenas del rencor basta con comenzar, todo lo
demás se dará por su propio impulso. Diez años después de aquellas
primeras hostilidades y agresiones, la Violencia ya se había fabricado
sus propios monstruos, y un clima generalizado de terror y de
impunidad daba los frutos más demenciales. Los nombres de Chispas,
de Desquite, de Tarzán, del Capitán Veneno, de Sangré negra, todavía
nos congelan la sangre, y sólo muy recientemente las sierras eléctricas
de Trujillo han venido a igualar las cumbres de horror y de depravación
humana que se vivieron entonces en Colombia.
Siempre nos dijeron que la Violencia de los años cincuenta fue una
violencia entre liberales y conservadores. Eso no es cierto. Fue una
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violencia entre liberales pobres y conservadores pobres, mientras los
ricos y los poderosos de ambos partidos los azuzaban y financiaban su
rencor, dando muestras de una irresponsabilidad social infinita. La
Violencia no podía ser una iniciativa popular, pues no iba dirigida contra
quienes se lucraron siempre del pueblo. Era más bien la antigua historia
de los pobres matándose unos a otros con el discurso del patrón en los
labios. Una persistente y venenosa fuente de odio fluía de alguna parte
y alimentaba la miseria moral del país. Los dirigentes, esos que todavía
le dictan por la noche a la opinión pública lo que ésta responderá
mañana en las encuestas, simulaban no advertir cuál era la causa de
ese desangre generalizado, y sin dejar de predicar el odio al godo y al
rojo se quejaban del salvajismo del pueblo. La verdad es que bastó que
Alberto Lleras y Laureano Gómez se abrazaran y pactaran la alianza
para que la vasta Violencia colombiana dejara de ser un caos
generalizado y se redujera a la persecución final de unas bandas de
asesinos envilecidos. Ahora bien: si la Violencia había sido una guerra,
¿quién la ganó? Aparentemente nadie. Pero si juzgamos por la
siguiente fase del drama, el resultado es indudable: sobre 300 mil
campesinos muertos, el bipartidismo había triunfado.
Como ocurre al final de todas las guerras, sobre los campos todavía
humeantes de la Violencia se firmó un pacto, y ese pacto fue el llamado
Frente Nacional, por el cual los dos partidos irreconciliables se
convertían en uno solo con dos colores y la misma ideología, y se
repartían el poder durante 20 años. En nombre del bipartidismo el
pueblo se había hecho la guerra a sí mismo: ahora se sucederían en el
poder precisamente los representantes de la vieja clase dirigente que
había sido la principal promotora de la violencia. Así se consumó la
tercera fase de aquella implacable contrarrevolución. El liberalismo y el
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conservatismo no tendrían problemas para compartir el poder, y las
reformas que Gaitán había prometido podían posponerse hasta el fin
del mundo. Después de una guerra y de 300 mil muertos, Colombia
debía seguir siendo el país inauténtico, mezquino, anti popular y
excluyente que era 20 años atrás, y la clase dirigente amenazada por el
gaitanismo se había salvado.
El país que surgía de aquella catástrofe no era sin embargo el mismo.
Millones de campesinos expulsados por la Violencia llegaban a las
ciudades buscando escapar al terror y a la ruina. Lo que Gaitán había
procurado impedir se cumplía ante la indiferencia de los poderosos y la
frialdad de los eruditos. Había cambiado el cuadro de la propiedad
sobre la tierra, los terratenientes habían pescado en río revuelto, se
habían invertido los índices de población urbana y de población
campesina, las ciudades crecían inconteniblemente, Colombia tenía
muchos menos propietarios que antes, y un oscuro porvenir de miseria
y de desempleo se cernía sobre las nuevas muchedumbres urbanas.
En ese panorama el Frente Nacional mostró al país sus innovaciones.
Como si el peligro para Colombia no fueran los partidos tradicionales
que la habían desangrado, y blandiendo abiertamente la amenaza de
un posible retorno de la Violencia que sólo ellos podían provocar,
repartió el poder entre liberales y conservadores y prohibió en el marco
legal toda oposición política. Confirmó al Estado, previsiblemente, como
un instrumento para garantizar privilegios; sólo permitió la iniciativa
económica en el ámbito de las clases, familias y empresas
tradicionalmente emparentadas con el poder, y cerró las posibilidades
de acceso a la riqueza a las clases medias emprendedoras,
persistiendo en la política de negar el crédito y la capitalización a las
clases humildes. Finalmente, fue incapaz de garantizar fuentes de
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trabajo para las multitudes que seguían llegando a los grandes centros
urbanos, les cerró a los pobres la posibilidad de acceso a niveles
mínimos de vida y condiciones mínimas de dignidad, permitió el
crecimiento y la proliferación de cinturones de miseria alrededor de las
ciudades, y persistió en la vieja actitud señorial de no considerar que el
Estado tuviera deberes frente a los pobres, de modo que le bastó con
estimular campañas privadas de caridad. Nadie podía advertir entonces
que en el auge de campañas como El Minuto de Dios, las granjas de
beneficencia y las "teletones", con enorme despliegue y difusión, lo que
se ocultaba era la incapacidad o la indiferencia del Estado para cumplir
prioritarios deberes sociales, y su creciente hábito de dejar en manos
de los particulares no la solución, sino el esfuerzo por mitigar los
dramas de la pobreza y del desorden social.
Todo lo que somos socialmente desde entonces es fruto del Frente
Nacional. Los sectores sensibles lo deploraron en su hora como una
gran derrota. Un sector del liberalismo, el MRL, lo combatió
vigorosamente, lo mismo que el movimiento literario de los Nadaístas.
Hay páginas memorables de Gonzalo Arango en las que cuenta que el
Nadaísmo existió porque había muerto Gaitán, que un movimiento
rebelde y excéntrico como el Nadaísmo había sido necesario porque se
había destruido la esperanza de un pueblo, y que si Gaitán hubiera
triunfado los Nadaístas habrían sido jóvenes normales dedicados a
construir a su lado un gran país. Pero en su momento los colombianos
no advirtieron el terrible mal que representaba para Colombia el pacto
aristocrático, por el cual se sepultaba de un modo oficial el derecho
popular a expresarse políticamente. Ahora nos resulta increíble que se
pudiera hablar de democracia mientras se prohibía expresamente la
existencia de partidos políticos distintos de los oficiales. Mientras se
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condenaba al país a un bipartidismo que además era puramente
aparente, pues desde hacía mucho tiempo las palabras liberal y
conservador habían perdido en Colombia todo contenido programático,
toda huella de un pensamiento o de una idea, y se habían envilecido
hasta ser tan sólo dos maneras hereditarias de odiar a los semejantes.
Después de la revolución cubana, la política hemisférica exigió que los
ejércitos de América Latina cambiaran sus prioridades de defensa de
las fronteras por lo que llamaron "seguridad interna". Así se
institucionalizó uno de los fenómenos más aberrantes del siglo. Cuando
nuestros países requerían acceder a la democracia real y madurar
políticamente, una teoría perversa según la cual los latinoamericanos
no estábamos maduros para la democracia, culpablemente apoyada
por los gobiernos norteamericanos, permitió que la América Latina
viviera una de sus épocas más sombrías. Una progresión de dictaduras
militares anti populares se abrió camino para garantizar en el continente
la aplicación de las políticas económicas y acallar los reclamos de
justicia social y el libre ejercicio de la oposición, sin la cual la
democracia es inconcebible. Curiosamente, Colombia había vivido el
fenómeno de una dictadura militar casi accidental que, impuesta a
mediados de los años cincuenta por una coalición de los partidos
tradicionales como una suerte de ensayo de lo que sería el Frente
Nacional, se fue desviando de su propósito inicial cuando el dictador,
general Gustavo Rojas Pinilla, comprendió que el Estado, hecho para
defender determinados privilegios desde siempre, podía servir a otros
fines. Allí se dio una curiosa amalgama de obras benéficas para el
pueblo y aprovechamiento del poder para beneficio propio que, por
supuesto, provocó una rápida reacción de la clase política que había
sido la inspiradora del experimento. No sobra recordar que las
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principales obras de modernización que emprendió Colombia a
mediados de siglo fueron fruto de esa pauta casi involuntaria en la
mezquina dominación de las élites, y que en una atmósfera tan
enrarecida por el egoísmo de los poderosos ni siquiera el ejército
resultó un aliado seguro. A tal punto el general se les salió de las
manos, que diez años después fue el protagonista de una aventura
electoral que puso en peligro la dominación bipartidista, y obligó al
democrático gobierno del Frente Nacional a modificar a última hora los
resultados electorales, con cifras llegadas de remotas provincias.
También en tiempos de Gaitán se había dado el fenómeno de que la
policía, compuesta por gentes del pueblo, terminara volviéndose
gaitanista, para desconsuelo de los dueños del poder. Estas
experiencias despertaron una gran desconfianza de los poderosos en la
iniciativa de sus fuerzas armadas, y con gran inteligencia se procuró
que los jefes militares amasaran grandes fortunas, manejaran inmensos
presupuestos, tuvieran el control de la ciudadanía y aun de la justicia, y
gozaran de excesivos privilegios, pero no se les soltó el timón del
Estado ni siquiera en los tiempos en que Colombia era una de las
poquísimas barcas con apariencia democrática en un océano de sables.
Esos 20 años de Frente Nacional trajeron algunos de los males
mayores de la sociedad colombiana actual, males que se sumaron a los
muchos que ya arrastrábamos desde los viejos tiempos, para conformar
el cuadro de impotencia y de desesperación que ahora tenemos ante
los ojos. Como se prohibió toda oposición legal, cosa que sólo puede
ocurrir en las dictaduras más cerriles, surgió y se fortaleció la oposición
ilegal, la oposición armada, que ha crecido hasta ser dueña de la mitad
del país. Durante mucho tiempo los ideólogos del poder explicaron la
existencia de las guerrillas como un producto de la infiltración de
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ideologías foráneas, en particular del movimiento comunista
internacional. Lo explicaban así a pesar de saber que en Colombia,
como lo ha dicho Hobsbawm, siempre hubo en los campos hombres en
armas y es una tradición la práctica de la rebelión focalizada en
pequeña escala y el bandidaje rural. Pero muchas de las guerrillas
colombianas no fueron en rigor comunistas, o sólo se revistieron de ese
ropaje mientras duró el auge mundial de aquella ideología, y en cambio
todos hemos podido comprobar que el acallamiento del discurso
castrista y la caída abrumadora de la Unión Soviética y la gradual
incorporación de la China a la economía de mercado no sólo no
precipitaron el fin de la guerrilla colombiana sino que fueron simultáneos
con su auge inusitado en nuestro territorio. A pesar de su bandidaje y
de su falta de comunicación con la sociedad, la guerrilla no es un caso
de policía, no es un problema militar sino un problema político y por ello
salta a la vista que cuanto más se la combate y cuanto más se invierte
dinero en recursos militares contra ella, más fuerte se hace. ¿Quién
ignora que el campo colombiano está arruinado? ¿Que el país no les
ofrece ninguna alternativa, ningún futuro, a los habitantes del campo?
¿Con qué cara nos viene a decir este Estado que los campesinos no
tienen motivos para rebelarse, cuando hasta los profesionales en
Colombia tienen que meterse a taxistas, y todo reclamo, por justo que
sea, está prohibido en la práctica? Prohibamos en Francia los reclamos
de la ciudadanía, el derecho a la indignación, y el derecho soberano de
los trabajadores franceses a hacer temblar a sus instituciones, y no sólo
harán guerrillas sino otra Revolución Corta cabezas, porque en Francia
sí saben que ser ciudadano es fundamentalmente no dejarse pisotear
de nadie, y menos si es uno el que les paga el sueldo. Yo sostengo que
es el Estado colombiano imperante, con su ineficiencia y su irrespeto
por los reclamos de la ciudadanía, el que fuerza a los campesinos a
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adherir a esos movimientos armados que no tienen ningún futuro, pero
que por lo menos tienen presente.
Frente Nacional cerró además el acceso a la riqueza para las clases
medias emprendedoras, y éstas se vieron empujadas por ello hacia
actividades ilícitas como el contrabando y el narcotráfico, ya que si una
sociedad niega las posibilidades legales en el marco de la democracia
económica, quienes aspiran a la riqueza sólo tienen el camino de la
ilegalidad. Cierto rey babilónico, en un relato de Voltaire, consulta
desesperado al oráculo porque su hija la princesa se ha fugado con un
vagabundo, y el oráculo le responde con estas palabras: "Cuando uno
no casa a las muchachas, majestad, las muchachas se casan solas".
Fue esto lo que ocurrió en Colombia desde comienzos de los años
setenta. La vieja ideología señorial había impuesto aquí la absurda
lógica de que cualquier concesión a los pobres es un escándalo. Para
ser rico, la única condición era haber tenido la precaución de serlo
desde la cuna, y todo lo demás era pretensión descabellada y ridícula.
Ello es aún más extraño si pensamos que nuestra clase dirigente, por
una voltereta tramposa, abandonó la vieja teoría medieval de la nobleza
de sangre y fingió adoptar los principios de la democracia liberal
debidos a la Revolución francesa. Todo ello era muy bien visto en la
letra, pero que la servidumbre no buscara propasarse, ni intentar
escenas bochornosas. Es muy difícil sostener una sociedad señorial,
racista, excluyente y mezquina, en la que sobreviven términos como
"gente bien", "gente de buena familia", y al mismo tiempo barnizarla con
un discurso liberal aureolado por la pretensión de que todos son iguales
ante la ley y viven bajo el imperio de la Declaración de los Derechos del
Hombre y del Ciudadano. La gente terminará creyendo que de verdad
tiene derechos y hasta puede intentar hacerlos valer. Y ello se agrava si
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el modelo económico expone a las gentes al discurso de las metrópolis,
pues lentamente empezarán a percibir que el modelo que se les predica
se parece muy poco al que se les ofrece.
Allá al norte estaban los Estados Unidos, con su respeto por el
ciudadano, su igualdad de derechos, sus salarios decentes, sus
oportunidades de empleo y consumo; y aquí vivíamos en una
disparatada sociedad de consumo en la cual hasta las clases medias
tenían que pensarlo muchas veces para comprar lo que veían en las
vitrinas. Se puede jugar así con la gente, pero no con toda. Tarde o
temprano alguien sentirá que le están haciendo trampa en el juego y
descubrirá que él también puede hacer trampa. Ya se sabe que la única
pedagogía es la pedagogía del ejemplo, y un Estado no puede exigir
que se respete la ley si él mismo no la respeta. Gobernar en función de
unos cuantos privilegiados, saquear el tesoro público, abusar de la
autoridad, es violar la ley de manera grave, y puede generar en la
conciencia de algunos la sensación de que si los encargados de
aplicarla violan la ley, no puede ser tan grave que la violen los
particulares. Pero se da además el caso de que el discurso público de
la sociedad industrial, es decir, la publicidad, pregona en todos los
tonos posibles que la única condición digna de admiración y de respeto
es la riqueza. Los mensajes de autos y perfumes y cigarrillos y tarjetas
de crédito exhiben esa refinada vulgaridad como la condición necesaria
de todo éxito y de toda felicidad. Y el pobre espectador descubre que le
están vendiendo el suplicio de Tántalo; que, ávido por ser rico para
obedecer las órdenes melodiosas de los medios y para merecer el
respeto de su condición humana, la sociedad no se lo permite porque
está organizada para impedir toda promoción, para perpetuar a los ricos
en su riqueza y dejar que los pobres se mueran a las puertas de los
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hospitales. Y descubre además que los únicos en el vasto mundo que
parecen tener la obligación de mostrarse ejemplares y virtuosos son los
que están condenados a vivir en las sentinas, a padecer como buenos
pobres los laberintos de la burocracia y los tacones de la ley en la nuca.
Realmente no se me hace extraño que en una situación como esa,
algún hombre sea víctima de malos pensamientos y empiece a
fantasear con fortunas menos virtuosas pero más posibles.
Si el Estado no le brinda garantías al ciudadano, ¿cómo puede
reprocharle que recurra a métodos irregulares para garantizar la
subsistencia? El Frente Nacional excluyó a las gentes humildes, y
hemos visto crecer de un modo colosal la miseria material y moral del
país. Cuando el Estado se esfuerza por hacer cosas en beneficio de los
pobres, todo lo hace de un modo limosnero y exterior, porque los
pobres no están representados en el Estado, y éste procura malamente
mitigar las condiciones de pobreza, pero no es una instancia
comprometida con soluciones reales para esa población. Y no se trata
de una minoría importante: se trata, según dicen las cifras, de la mitad
de la población nacional. Uno se pregunta: ¿En función de quién
gobierna el Estado si su primera prioridad no es el problema de la
pobreza, a través de la cual la sociedad entera se ha precipitado en el
caos? De esa gigantesca masa de seres humanos desterrados,
excluidos, de esa infrahumanidad, muchos se han visto forzados a la
delincuencia. Hoy la principal fuente de delitos en la sociedad
colombiana es la delincuencia común; no la delincuencia guerrillera ni la
delincuencia del narcotráfico sino la delincuencia común, hija de la
ignorancia, del resentimiento, de la pobreza, de las condiciones
infrahumanas de vida y, por supuesto, fortalecida y perpetuada por la
impunidad.
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Aún sin realizar los cambios que Colombia requiere con urgencia para
llegar a ser el país digno que queremos, aún sin esa gran revolución de
la dignidad, contra la miseria y contra la exclusión, sería un avance que
el Estado curara las tres gravísimas heridas que le infligió a la sociedad
con el esquema del Frente Nacional: la prohibición de una oposición
legal, la falta de democracia económica, la falta de un verdadero
compromiso con las clases más pobres. Sólo una oposición legal
verdaderamente actuante y eficaz puede hacer inútil e injustificada la
dañina oposición armada, con su capacidad de extorsión y de
terrorismo. Sólo el acceso a la iniciativa económica y a la promoción
social puede permitir que se supere la terrible situación de las clases
medias, día a día forzadas a persistir en la nada fácil acumulación de
riquezas ilegales. Sólo una política encaminada a la capitalización de
los pobres, a garantizarles condiciones de dignidad y niveles decorosos
de vida, sólo su acceso a una relación viva con el lenguaje y la cultura,
puede disminuir considerablemente los niveles de criminalidad y de
delincuencia común en Colombia. La guerrilla, el narcotráfico y la
delincuencia común no pueden ser conjurados con meras soluciones
policivas, su desaparición no depende de una costosísima política de
guerra. La guerra puede servir para justificar presupuestos gigantescos,
pero no para alcanzar la reconciliación ni la superación efectiva de esos
conflictos. El caso de la sociedad colombiana en los últimos 50 años es
el caso de un Estado criminal que criminalizó al país.
Porque la consecuencia principal del Frente Nacional es que, abolida
toda oposición, toda vigilancia ciudadana, el Estado se convirtió en un
nido de corrupciones, en una madriguera de apetitos sin control entre
dos partidos cómplices que no admitieron fiscalización alguna. Por un
93
camino muy distinto, curiosamente, México llegó a una situación
semejante. Así como allá la existencia de un solo partido, sin oposición
posible, fue corrompiendo al Estado hasta convertirlo en un nido de
burócratas sin entrañas y de ambiciosos sin escrúpulos, así también
nuestra dictadura de un solo partido (con dos cabezas y con dos
colores) convirtió al Estado en una eficiente mole de corrupción,
continuamente enfrentada consigo misma, a la que ningún presupuesto
le alcanza, donde cada pequeño funcionario manipula la ley a su antojo
con toda impunidad, y donde una vasta red de compadres y amigos
parásita del caos y exprime a todo el que cae en sus manos. Desde las
más altas hasta las más bajas esferas el tráfico de influencias es la
norma.
Ahora bien, ¿puede esta larga enumeración de causas explicar por qué
nuestra sociedad es incapaz de reaccionar y de modificar una situación
que se ha vuelto intolerable? "Ser maltratado no es un mérito", dijo
Bernard Shaw a un visitante que le enumeraba sus males. He referido
los precedentes de nuestra situación, pero el propósito de estas
páginas es pensar en el porvenir y atrever reflexiones sobre la Nueva
República, como la llamaba Gaitán, que estamos en el deber de
construir. Una república capaz de superar una larga historia de
negligencias y de crímenes, capaz de ofrecer al mundo algo mejor que
un recurrente memorial de agravios. El Proyecto Nacional tantas veces
postergado tiene que volver a alzarse, hasta que la cordura y la nobleza
de corazón se impongan en el mismo escenario donde hoy persisten los
negadores del país y los destructores de su esperanza. "Todo recuerdo
es triste y todo presentimiento es alegre", dijo Novalis. El más inmediato
deber de Colombia es presentir ese futuro y adueñarse de él con pasión
y con convicción. Las viejas castas dominantes se han destituido a sí
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mismas, se han hecho indignas de respeto y no creo que merezcan un
lugar en la historia. Es hora de que nos preguntemos cuál es nuestro
lugar, cuál es nuestro papel y nuestro destino.
En todo este tiempo se han visto crecer la pasividad ciudadana, la
indiferencia y el miedo. Pero en los últimos 50 años también se vieron
grandes procesos de iniciativa social, de lucha por los derechos de la
comunidad, expresiones orgullosas y dignas. ¿Qué fue del movimiento
sindical colombiano? ¿Qué fue de los valerosos reclamos de los
campesinos? ¿Qué fue de las movilizaciones de los estudiantes?
Estremece pensar que mientras en todo país democrático el derecho al
reclamo, la indignación, y la resistencia a la opresión son pilares de la
vida social, aquí toda indignación popular es causa de feroces
persecuciones. Impedido en la práctica el acceso legal a la riqueza,
todo enriquecimiento es ilícito, así como toda resistencia y todo reclamo
son automáticamente ilegales. Estamos hablando de tiempos innobles.
Una cosa es lanzarse a las calles, como en Francia, sabiendo que el
Estado respeta a la población y responde por su legitimidad, sabiendo
que si la fuerza oficial fuera utilizada ilegalmente contra el pueblo sería
severamente sancionada, y otra salir a las calles a reclamar sabiendo
que después de las marchas pacíficas, cuando los manifestantes
dispersos vuelven solos a sus hogares, hay desapariciones silenciosas
y ejecuciones anónimas.
Un pueblo incapaz de darle la cara a los males se merece su postración
y su angustia. Pero cuando uno se pregunta dónde están los que
protestaron, los que se rebelaron, los que exigieron, los que se creyeron
con derecho a reclamar un país más justo, más respetuoso, el
pensamiento se ensombrece. Los héroes están en los cementerios, nos
95
dice una voz al oído. Y entonces recordamos aquella pieza teatral en la
que un personaje exclama: "¡Desgraciado el país que no tiene héroes!",
y otro le responde: "¡No, desgraciado el país que los necesita!".
Colombia ha tenido ya muchos héroes, pero lo triste es que los
necesita, porque siendo evidente la injusticia, siendo evidente el
monstruoso contraste entre los que tienen mucho y los que no tienen
nada, siendo evidentes la corrupción y el delito, el increíble exterminio
de todo un partido político de oposición, las calles populosas de
indigentes que bandas de muchachos ricos salen a asesinar en la
noche, siendo evidente el abandono de los campos, la quiebra de las
empresas nacionales en nombre de la modernización, siendo evidente
que la mitad del país no parece merecer respeto ni futuro, decirlo es
ilegal y combatirlo puede ser mortal. Los dueños del poder en Colombia
parecen dispuestos a sacrificar lo que sea con tal de conservar sus
privilegios. No les tembló la mano para hacer que el viejo país
campesino se desgarrara a sí mismo en un conflicto que ellos habrían
podido impedir con un poco de conciencia patriótica, de generosidad y
de previsión. El surgimiento de las guerrillas comunistas a comienzos
de los años sesenta los hizo pensar que cualquier concesión significaría
sacrificar sus riquezas, y la guerra a muerte contra la izquierda
revolucionaria fue desde entonces la única consigna de los gobiernos y
de los orientadores de la opinión pública. La ideología comunista puso a
toda una generación de jóvenes a pensar que se trataba de derribar
violentamente a las élites para transformar a la sociedad en una
dictadura a la manera soviética o cubana, y subordinó los esfuerzos de
transformación de la sociedad a la repetición de esas fórmulas con las
cuales la sociedad rusa pasó de la autocracia zarista a la dictadura
estatista de José Stalin. Ello impidió que nuestro país pudiera seguir el
96
camino que le había trazado sabiamente Gaitán, la búsqueda de un
destino propio que consultara su naturaleza, su singularidad, su riqueza
de matices y de culturas. Las sectas comunistas se alimentaron aquí de
la vieja tradición escolástica, parasitaria, dependiente, y también
cuando buscaba soluciones a su drama Colombia persistió en el culto
dogmático de modelos ilustres y de fórmulas prestadas.
Es innegable nuestra pertenencia al orden mental europeo. Un país
cuya lengua es hija del latín y del griego; que ha profesado por siglos
una religión de origen hebreo, griego y romano; que se ha propuesto el
modelo democrático debido a la Revolución francesa y que se reclama
defensor de la Declaración de los Derechos del Hombre; una sociedad
que se ha formado instituciones siguiendo el modelo liberal europeo, no
puede pretender encontrar soluciones ignorando esa tradición. La
democracia sigue siendo para nosotros una promesa y aún
necesitamos en Colombia una crítica lúcida, vigorosa, implacable, de
las iniquidades del poder imperante, como la que emprendió Voltaire en
su día, y una propuesta seria de sensatez, de lógica, de generosidad y
de valor civil. Lo que requerimos es comprender que una cosa es ser
hijos de Europa y otra confundirnos con ella, cuando pertenecemos a
un territorio tan distinto, cuando les debemos respeto profundo a los
viejos padres que poblaron este territorio por siglos y de los cuales
también descendemos, cuando sabemos que la diversidad de nuestra
composición natural, étnica y cultural es un privilegio, y no permite la
arbitraria imposición de un solo modelo, de una sola verdad, de una
sola estética. Ningún país podrá construir jamás un orden social justo y
equilibrado si no es capaz de reconocerse a sí mismo y de diseñar su
proyecto económico, político y cultural a partir de esa conciencia de sus
posibilidades y sus limitaciones.
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Un chiste común dice que en Colombia los ricos quieren ser ingleses,
los intelectuales quieren ser franceses, la clase media quiere ser
norteamericana y los pobres quieren ser mexicanos. Después de siglos
de un esfuerzo vergonzoso y esnob por fingir ser lo que no somos, es
urgente descubrir qué es Colombia; que surja entre nosotros un
pensamiento, una interpretación de nosotros mismos, una alternativa de
orden social, de desarrollo, un sueño que se parezca a lo que somos. El
principal enemigo de ese sueño es el paradójico clamor de los
defensores del caos existente que pretenden negar el charco de sangre
en que vivimos y el absoluto fracaso de este modelo en su deber de
brindar, ya que no felicidad, siquiera mínima dignidad a la población.
Esos incomprensibles que editorial tras editorial nos muestran cuatro
cifras abstractas de prosperidad para demostrarnos que vivimos en el
paraíso. ¿Quién negará que muchos viven en condiciones de opulencia
difíciles de imaginar? ¿Quién negará que los que se esfuerzan por
acallar la insatisfacción y la indignación de los colombianos
conscientes, tienen razones sobradas para defender lo que existe? Si
algo no podemos proponernos es convencer a tres millones de
personas que viven espléndidamente de que el país está mal. Muros
fortificados y puertas con claves electrónicas y ejércitos privados de
guardianes y de mastines casi los autorizan a decir que este es un país
seguro. Y tampoco podemos hacer que los cinco millones que se
desvelan luchando por acceder a ese círculo exquisito acepten que el
modelo social excluyente ha fracasado, aunque cada día sientan más
cerca las lenguas del caos. Altos ingresos y cartas de crédito y clubes y
lujosos centros comerciales donde se puede vivir por un rato como en
Nueva York, y a donde no llega todavía la violencia de los miserables y
la brutalidad de las mafias les garantizan la conveniencia del modelo.
98
No se preguntan por qué las gentes acomodadas de otros países no
tienen que conformarse con pequeños guetos residenciales y
comerciales sino que pueden andar por sus ciudades y por sus campos
disfrutando plenamente del mundo. Se han resignado a vivir tras los
muros y no ignoran que algo está podrido en el mundo que tan
celosamente defienden.
Pero gradualmente el país se ha hecho inhóspito y difícil aun para los
que siempre se lucraron de él; la postergación de las reformas y la
renuncia al Proyecto Nacional han vulnerado tanto a la población, que
ya hasta los dueños del poder se quejan del país que hicieron. Existen
hoy en el territorio más de 400 personas secuestradas, y los
presentadores de noticias nos despiertan en las mañanas a la pesadilla
de recordar que vivimos en un país sitiado por guerrilleros,
narcotraficantes, paramilitares, autodefensas, milicias populares y
delincuentes comunes. Los dueños del país tienen que sentir alarma
ante esto que no han sabido evitar con su poder. Esos millones y
millones de pesos que nunca fueron capaces de invertir en evitar los
males de la pobreza, los tienen que gastar en armas para reprimir a los
hijos del resentimiento y de la miseria. Como es su costumbre, olvidan
que ellos tuvieron siempre el derecho y el poder de hacer y deshacer a
su antojo, y acusan al pueblo de ser el causante del caos. Leemos en
los grandes diarios, cuyo esfuerzo persistente por disimular el horror y
cuya renuncia culpable a ser la conciencia crítica de la sociedad han
sido por décadas el sedante de la opinión pública, que el país ha
perdido sus valores, que se han deteriorado la moral y las buenas
costumbres. Pero, como decía Bernard Shaw, hay momentos en que el
pueblo no necesita más moral sino más dinero. Tener con qué comer
no garantiza que alguien se porte bien, pero no tenerlo francamente
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exige que uno se porte mal. Los responsables del drama empiezan a
exigir que sean las víctimas quienes arreglen lo que la codicia ha
dañado, exactamente a la manera como ahora los fabricantes de
basuras no biodegradables proponen que en vez de ellos detener la
producción, los pueblos realicen periódicas cruzadas de limpieza por
campos, playas y ríos del planeta. La vieja estrategia consiste en
privatizar bien las ganancias, y socializar vastamente las pérdidas.
A veces admiten que las cosas están mal, pero inmediatamente les
indigna que se pretenda buscar responsables. ¿Por qué buscar un
culpable?, se preguntan. ¿Por qué no asumir que la historia nos ha
traído a esto y que ahora lo tenemos que resolver entre todos? La
verdad es que la corrección de los males exige descubrir dónde están
las causas, ya que todo proyecto histórico que pretenda erradicar los
males sin conocer su fuente está condenado al fracaso. Nuestro
insensato modelo mental es en eso de una siniestra comicidad. El mejor
crítico de ese modelo, Estanislao Zuleta, solía decir que no hay que
confundir las causas de las cosas con las condiciones que las hacen
posibles. "Por ejemplo -decía-, si a uno le cuentan que alguien se
suicidó arrojándose de un octavo piso, y le preguntan cuál fue la causa
de esa muerte, uno no responde que la ley de la gravedad". Pues bien,
en Colombia continuamente confundimos las causas de las cosas con
las condiciones que las hacen posibles. Si un par de sicarios asesina a
alguien desde una moto, al día siguiente prohibimos las motos. De la
misma manera, confundimos las causas con los efectos, creemos que
alterando los efectos corregimos las causas. La delincuencia común
generalizada es hija de la miseria y de la exclusión, pero siempre hay
alguien interesado en acabar con la delincuencia sin alterar para nada
esas condiciones de injusticia. El narcotráfico es fruto de una situación
100
en la cual el trabajo honrado no permite siquiera sobrevivir, mientras el
trabajo ilegal es pagado copiosamente por un imperio opulento.
Siempre hay alguien que quiere disipar el efecto sin modificar para nada
la causa. La proliferación de vendedores ambulantes es fruto de la falta
de alternativas formales de supervivencia. Siempre hay alguien que
cree que la solución es echarles la policía o encerrarlos en sótanos
donde no puedan competir. Y es tan grave la miseria mental de
algunos, que se llega a pensar seriamente que la causa de la pobreza
es que haya pobres, y que por lo tanto la solución es acabar con ellos,
eso sí, a medianoche y en la oscuridad.
Curiosamente, ahí sí hay culpables. Quienes se empeñan todo el día en
negar que la responsabilidad de los males sociales le pueda ser
imputada a los privilegiados (los únicos que tuvieron en sus manos la
posibilidad de humanizar un poco el modelo), siempre están dispuestos
a vociferar que la culpa de la pobreza está en los pobres, la culpa de la
delincuencia en los delincuentes y la culpa de los sicarios en las motos
que los llevan a cumplir sus crímenes. Y no aceptarán nunca que si una
sociedad tiene 35 millones de habitantes y toda su riqueza está en
manos de cinco, los otros 30 han sido expropiados. Está bien, así es la
vida. Pero si esos cinco que son dueños de todo no se esfuerzan por
garantizar que su sociedad sea mínimamente viable para los otros, y se
encierran en un egoísmo enfermizo y fascista, ¿con qué derecho
podrán protestar cuando les llegue el turno de ser expropiados, en la
hora inmisericorde de los resentidos y de sus machetes? Mi humilde
opinión, pero hay quienes aseguran que no es así, es que esa hora
espantosa está más cerca de lo que muchos imaginan, y que, como
diría Shakespeare, el egoísmo está afilando un cuchillo destinado a su
propio cuello. El mal está andando, nadie hace nada por detenerlo,
101
Colombia tiene cada año más crímenes que el anterior, más
secuestros, más extorsiones, más corrupción, más desigualdad, y las
voces oficiales parecen estar de acuerdo en que, si alguien está
insatisfecho, pues que se encargue de arreglar las cosas.
Tal vez tienen razón. Tal vez ha llegado el momento en que sean las
comunidades, y no los causantes del mal, quienes se apliquen a la
tarea de resolverlo. Incluso, tal vez ha llegado el momento en que, a
pesar de estos largos y necesarios análisis de las causas de nuestra
crisis, la sociedad deba asumirse como responsable de lo que ocurre y
emprender la tarea de cambiarlo. Hasta ahora, la aceptación de que
había una clase dirigente, conocedora de los rumbos de la nación,
capaz de diseñar las políticas económicas, los modelos de desarrollo,
los planes culturales, ha permitido que la sociedad se adormeciera en la
indiferencia o asumiera el papel igualmente lastimoso de reclamar
soluciones o recibir limosnas. Pero demostrado el catastrófico fracaso
de esas élites, de sus partidos y de sus discursos, ¿no debe la sociedad
asumir que su deber es dar soluciones en lugar de estar reclamándolas
o implorándolas? Cada ciudadano debe ser capaz de decirse a sí
mismo: "Lo que yo no resuelva, no tengo derecho a esperar que otro lo
resuelva por mí". Y asumir en consecuencia que el mero reclamo y la
mera petición son maneras tan sumisas de estar en el mundo como la
indiferencia o el silencio cobarde. ¿No estará llegando la hora de no
pedir ni esperar nada, de construir un modelo distinto? ¿No estará
empezando a tener su sentido y su función la propuesta de
desobediencia civil que Thoreau razonó hace un siglo y medio?
¿Supone esto abandonar al Estado en manos de los políticos corruptos,
la economía en manos del mercado mundial, las calles en manos del
hampa?
102
Ante esto hay varias alternativas. O uno acepta al Estado, cree en su
legitimidad, y en esa medida confía en él, respeta sus reglas, participa
en elecciones, sostiene en ese marco sus puntos de vista y lucha por
imponerlos; o uno no acepta la legitimidad del Estado, se organiza por
fuera de él o contra él, y lucha por la instauración de un Estado en el
que pueda creer y confiar; o uno no cree en la validez de ningún
Estado, y se organiza para sobrevivir en la selva del mundo sin dar por
supuesto un contrato social y unas normas de convivencia. Yo
sinceramente no creo que la sociedad colombiana pueda sobrevivir en
su diversidad y su complejidad, con expectativas de una vida digna, en
el ámbito del Estado actual, con sus supuestos mezquinos, su mole
burocrática, su legalismo irresponsable y su corrupción; y a la vez no
creo que podamos renunciar a la existencia de un Estado que
mínimamente reglamente la convivencia social y garantice condiciones
para la iniciativa privada, la regulación económica, la aplicación de la
ley, la primacía del interés común sobre los intereses privados, la
protección del ámbito inviolable de la libertad individual.
¿Qué hace que nuestra sociedad no reaccione? Tal vez lo mismo que
hizo que dos hombres del pueblo alzaran sus hachas contra Rafael
Uribe Uribe, que un hombre del pueblo asesinara a Jorge Eliécer
Gaitán, que durante la Violencia los pobres del partido azul fueran
enemigos de los pobres del partido rojo y se degollaran por el color del
pañuelo. Lo que nos paraliza es que en nuestra sociedad siempre
imperó un solo lenguaje, el que Gaitán intentó erradicar del alma del
pueblo, ese discurso excluyente y señorial que repite que unos cuantos
son legítimamente dueños y voceros del país, y que todos los demás
son la turba insignificante, la chusma. Es el discurso disociador que
103
excluye a todo lo que no forme parte del círculo de privilegios. El
discurso económico que pretende que la situación del país se mide por
las cifras de la inflación, del crecimiento económico, del producto
interno bruto o de la tasa de cambio, y no por las verdaderas
condiciones de vida de los individuos concretos. El discurso que sigue
sosteniendo, como durante los dos siglos previos, que los únicos
modelos válidos son los que nos dictan las metrópolis, y que no
tenemos derecho a proponer alternativas, porque nuestro deber es ser
dóciles réplicas de lo que inventan otros. Ese discurso ha remplazado la
realidad de hambre y de sangre por un espectro de cifras, sondeos y
promedios. Ese discurso se autoproclama feliz porque este fin de año
hubo 297 crímenes "y no 302 como el año pasado". Ese discurso nos
repite sin fin que vivimos en el mejor de los mundos, que Colombia es
una de las democracias más perfectas que existen. Ciertos periódicos
están concebidos para hacernos sentir que todo está bien, que la
economía es pujante, que el crecimiento económico fue considerable,
que las autoridades reportan normalidad, que Colombia es un país de
seres abnegados pero felices, que le hacen frente a la inexplicable
adversidad con optimismo y con fe en el futuro, y que en realidad
nuestros males consisten en que hay unos cuantos bandidos de los que
ya se encargará la policía. Se considera alarmismo decir que en Bogotá
la gente tiene miedo de subirse en los buses ante la posibilidad de un
atraco, que nadie quiere salir de noche a las calles porque la
ciudadanía perdió el derecho a los espacios públicos, que tener auto es
tan peligroso como andar a pie por los callejones, que todos los días
oímos historias de familias que han sido saqueadas y amordazadas por
el hampa en condiciones extremas de impunidad, que hay personas
trabajando turnos de 24 horas por el salario mínimo, que hay capitales
de departamento sin agua potable, que nadie se siente convocado por
104
un proyecto de sociedad, que los jóvenes se aturden por gozar el
presente sin preguntas y sin pensamientos porque nadie cree en el
futuro, salvo cuatro caballeros de industria y sus voceros en los medios
de comunicación. Éstos tienen que esforzarse por combinar la
información objetiva, a menudo escabrosa, con espectáculos
entretenidos que atenúen el efecto desolador del verdadero país que
nos cerca y para el que nadie parece tener soluciones; y hemos llegado
al extremo de que ver cosas alarmantes es pesimismo; el optimismo
consiste en decir por obligación que todo va bien e irá mejor, y
mencionar los males se ha vuelto más censurable que los males
mismos.
Es urgente decirle adiós en Colombia al doble partido liberal
conservador, cuyas dos cabezas siempre están en desacuerdo en las
minucias mezquinas del reparto y siempre de acuerdo en la lógica
general de la ambición y del saqueo. Después de haber arruinado al
país, siguen barajando los nombres de las mediocridades que nos
gobernarán en el próximo siglo. No construyeron una nación, una
industria, una cultura, un arte, una ciencia, una filosofía: hasta los bellos
ejemplos de su arquitectura los demolieron ellos mismos por codicia,
para vender los lotes al mejor postor; gastaron su momento histórico en
simulacros estériles y despreciaron todo lo grande que Colombia tenía
para ofrecerle al mundo. Nos convirtieron en un pobre país subalterno
de ganapanes y de imitadores, pero algo profundo y sagrado impidió
que ese proceso fuera completo: tal vez este territorio cuya riqueza
natural sigue pasmando a los visitantes, esta riqueza cultural criolla y
auténtica que cada vez se hace más importante y más vigorosa.
Debemos extraer nuestra poesía del futuro, pero sin olvidar que, como
dice García Márquez, y como pensaba Gaitán, uno no es de donde le
105
llegan las modas, sino de donde tiene sembradas las tumbas. Esas
generaciones colombianas que hicieron de éste un suelo mestizo y
mulato, un suelo criollo, donde debemos buscar nuestra manera de ser,
la cara de Colombia que el mundo aprenderá a respetar y a querer.
Pero ese país nuevo no es un mero sueño proyectado al inasible futuro
sino una realidad que se ha ido construyendo por años y años. Esa
Nueva República está viva en miles y miles de esfuerzos que
interpretan de otro modo el país, que abren canales de expresión para
la inmensa franja de colombianos excluidos por la miseria moral de las
clases dirigentes. Ninguno de los grandes sueños patrióticos, ninguno
de los componentes del presentido Proyecto Nacional podrá ser
olvidado por el país nuevo que nace sobre las ruinas del bipartidismo
faccioso y de su Estado delincuente.
Ahí están, vivas, 60 naciones indígenas con sus mitologías, sus
lenguas, sus filosofías trascendentales de respeto por la naturaleza y de
armonía con el universo natural, con sus músicas, sus danzas, sus
indumentarias, sus ornamentos, sus rituales, sus sabidurías
ancestrales, su medicina y su magia, sus artes y sus artesanías. Ahí
está la epopeya admirable de don Juan de Castellanos, quien nos narró
minuciosamente el proceso de la conquista de la Nueva Granada, una
obra llena de información sobre nuestros mayores de distintas razas y
culturas; una de las poquísimas obras poéticas de nuestra tradición que
nombra el territorio con admiración y con reverencia, una de las pocas
en que existen los pueblos nativos, con su complejidad, su violencia y
su heroísmo. Ahí está el ejemplo desafiante de la Expedición Botánica,
la memoria de sus naturalistas y sus pintores, lo mismo que un tramo
memorable de la Expedición de Aimé Bonpland y de Alexander Von
106
Humboldt. Ahí está el ejemplo de próceres como José María Carbonell,
que realmente creyeron en la posibilidad de una autonomía política y en
una independencia espiritual del poder opresivo de las metrópolis. Ahí
están los ejemplos de José Hilario López, de Tomás Cipriano de
Mosquera, y de todos aquellos, muchos pertenecientes a las clases
dirigentes tradicionales, que creyeron en el país y procuraron su
grandeza con verdadero amor por el territorio y verdadero respeto por
su gente. Ahí está el ejemplo de la Comisión Corográfica; el doble viaje
físico y literario de Jorge Isaacs descubriendo la riqueza y la belleza de
los trópicos americanos; el pensamiento de Rafael Uribe Uribe y los
viajes exploratorios de Rafael Reyes. Ahí está la sorprendente aventura
lingüística de Rufino José Cuervo y la notable labor crítica de
Baldomero Sanín Cano. Ahí están la saga fundadora de los
antioqueños, la saga de los ferrocarriles, el sueño de una economía
nacional que desde los años veinte nos propuso un destino distinto; la
aventura legendaria de la navegación por el Magdalena; la aventura
mental y verbal de José Eustasio Rivera explorando el Casanare y la
selva, y denunciando el infierno de las caucherías. Ahí está la obra de
Porfirio Barba Jacob, su vida de rebelde, de aventurero, de soñador, y
de hombre continental; el respetable proyecto liberal de Alfonso López
Pumarejo y su Revolución en Marcha; el ejemplo ciudadano, la
misteriosa elocuencia y el lúcido ideario político del más grande
dirigente del siglo, Jorge Eliécer Gaitán. Ahí están la combatividad y la
integridad de María Cano y de Ignacio Torres Giraldo; la lucha de los
mártires de las bananeras; la Biblioteca Aldeana de Daniel Samper
Ortega, y su generoso proyecto intelectual. Ahí está la obra lúcida,
original, audaz, y profundamente comprometida con el país, del maestro
Fernando González. Ahí está el ejemplo de los grandes líderes
populares del MRL, el ejemplo de Alfonso Barberena luchando en las
107
barriadas por las muchedumbres que llegaban huyendo de la Violencia.
Ahí está la obra de Gabriel García Márquez, que hizo que Colombia
ingresara en las letras universales; y ahí está la poesía edénica de
Aurelio Arturo. Ahí están los grandes movimientos obreros de los años
sesenta, el movimiento estético impulsado por Marta Traba, y el gran
esfuerzo intelectual impulsado por Jorge Gaitán Durán y la revista
<I>Mito<D>. Ahí está el ejemplo generoso de Camilo Torres Restrepo,
capaz de dar todo por sus convicciones. Ahí está el Nadaísmo,
expresión de la rebeldía juvenil en una década inolvidable, renovador
del lenguaje literario y conciencia crítica de su tiempo. Ahí esté el largo
y enriquecedor esfuerzo cultural de la revista <I>Eco<D> por mantener
vivos los vínculos entre nuestra cultura y la gran tradición occidental.
Ahí está el esfuerzo de Luis Carlos Galán por dignificar la política. Ahí
está la música popular de Carlos Vieco y de Tartarín Moreira, de
Guillermo Buitrago y de Lucho Bermúdez, de José A. Morales y de
Jorge Villamil, del inspirado maestro José Barros y de Carlos
Washington Andrade, de Crescencio Salcedo y de los juglares
vallenatos. Ahí está la intensa y paciente labor filosófica de Danilo Cruz
Vélez; y el genio reflexivo y la pedagogía estética de Estanislao Zuleta,
que abrió nuestro pensamiento a los horizontes de la modernidad.
Es grande el trabajo que se ha hecho y grande el que resta por hacer,
pero es posible que Colombia, sin saberlo muy bien, sin decírselo
siquiera a sí misma, haya emprendido hace ya tiempo la tarea de
propiciar una transformación que no pueda ser frustrada por las balas
de la codicia. Sus mayorías renunciaron hace mucho a la fe en los
líderes y en los partidos, pero importantes sectores de la población,
apartándose del mundillo prepotente y antinacional que nos gobernó, se
han dedicado a la labor fecunda y duradera de reconocerse en el país y
108
de construir un proyecto que no pueda ser socavado por la difamación
ni por el crimen. Ha venido creciendo una conciencia distinta que no
puede situarse ni acallarse, porque está en todas partes. Está en la
labor admirable y generosa de Gerardo Reichel-Dolmatoff, quien nos
reveló los mundos asombrosos de misterio y de sabiduría de los
pueblos indígenas a los que nuestra cultura oficial había considerado
siempre salvajes y primitivos. Está en la labor persistente de
antropólogos y sociólogos, de biólogos e ingenieros, de médicos e
investigadores que, como los miembros de la vieja Expedición Botánica,
no ignoran las implicaciones políticas de su labor, no ignoran que su
esfuerzo es parte de la búsqueda de un destino mejor para Colombia.
Está en la creciente labor de escritores y artistas, de filósofos y
psicólogos, de historiadores y arquitectos, de científicos y técnicos cuya
silenciosa rebelión está en la voluntad de construir un saber que se
deba a nosotros y que resuelva problemas de nuestra realidad. Al lado
del país de los privilegios, del Estado corrupto y de sus políticos, al lado
de las violencias guerrilleras y estatales, de la mafia y del hampa, al
lado de las torturas y las ejecuciones sumarias, de las masacres
políticas y de los cinismos electorales, ha ido creciendo ese otro país al
que ya no engañan los poderes económicos egoístas y sus voceros en
los medios de comunicación. De ese país indignado pero responsable y
creador, de ese país que no es noticia, debe salir el futuro que
Colombia merece.
Pero ese país en formación aún no está integrado en un Proyecto
Nacional. Sus esfuerzos crecieron aislados, y por eso la nación donde
se gesta la rebelión civilizadora, llamada a cambiar por fin los
protagonistas de la historia colombiana, todavía produce la sensación
de ser sólo un dilatado desastre en cine mudo. Todavía ese
109
pensamiento plural no se ha cohesionado en un lenguaje que nos
permita entrar en diálogo creador unos con otros. Aún impera el
lenguaje receloso, faccioso y excluyente que nos enseñaron, pero en
incontables ciudadanos existe ya la semilla de esa Nueva República,
unida en su complejidad étnica y cultural, y a la vez respetuosa de sus
diferencias. En la admirable literatura testimonial más reciente, después
de 50 años de silencio, gentes del pueblo que fueron protagonistas de
una historia tremenda han empezado a reconstruir su destino mediante
un lenguaje vivo y lleno de revelaciones. En lugar de pensar en
dominarlo y en administrarlo, muchos colombianos están interrogando y
pensando el país. Después de las valiosas Jornadas Regionales de
Cultura, el alegre esfuerzo de las comunidades permitió salvar otra
convocatoria cultural dignificadora y fecunda, el programa Crea, una
expedición por la cultura colombiana, sostenido a ciegas por varias
administraciones sin comprender muy bien su valor, y que vino a
sorprendernos con la riqueza, la diversidad y la vitalidad de nuestra
cultura presente. El nuevo país crece en la labor de industrias y
cooperativas regionales; de empresas solidarias; de movimientos
ecológicos; de medios alternativos; de eventos literarios, artísticos y
musicales de trascendencia mundial logrados gracias a la iniciativa
particular en varias ciudades; en la dignidad de una nueva generación
de periodistas responsables y valerosos; en creadores de música y
danza que se han inclinado sobre las fuentes de su propia cultura para
encontrar un lenguaje con el cual hablarle originalmente al mundo; en el
trabajo de grupos y personas comprometidos con el país, que no tienen
el menor afán por lanzarse a la conquista del poder, o que, habiendo
conocido las redes paralizantes de su enorme laberinto kafkiano, ya
saben cuán imposible es cambiar algo en la bruma pesadillesca de los
incisos y de los occisos.
110
Sólo tomando posesión de ese lenguaje, múltiple y cohesionador, que
le dé un nuevo sentido a la nación y a su historia, podremos llegar a
constituir un movimiento capaz, no de reclamar ni de pedir sino de
provocar los grandes cambios sociales que requiere el país y proponer
una vida viable en el ámbito de las posibilidades contemporáneas. Para
realizar una revolución que no pueda ser detenida y frustrada por las
balas, se requiere la unión de la inteligencia, la creatividad y la
solidaridad de millones de seres humanos, de los que ya saben que el
poder existente sólo busca un futuro para esa exigua minoría que se
avergüenza de sus compatriotas y que sistemáticamente los desprecia
y los excluye.
Un país formidable en recursos y capaz de grandes empresas está en
condiciones de nacer. Basta que los colombianos nos permitamos ser
conscientes de nuestra fuerza, ser los voceros orgullosos de nuestro
territorio, los defensores de nuestra naturaleza y los hijos perspicaces
de una historia que yace en el olvido. Hoy ya no se trata de alcanzar el
cielo sino de salir del infierno, de un infierno de intolerancia y de
desamparo circunscrito por la historia a la línea de nuestras fronteras.
Pero bastará dar ese paso inicial que nos arrebate al horror para que ya
sea posible soñar el país que Colombia, aleccionada por su historia,
puede llegar a ser. Tarde o temprano tendremos que pensar, no en una
economía aislada e independiente, cosa imposible, pero sí en una
economía cuya primera prioridad sea la gente colombiana.
Yo sueño un país que esté unido física y espiritualmente con los demás
países de la América del Sur. Que un grupo de jóvenes venezolanos o
colombianos pueda tomar el tren en Caracas o en Bogotá y viajar, si así
111
lo quieren, hasta los confines de Buenos Aires. En un mundo donde se
hacen autopistas de isla en isla, no ha de ser imposible tender ese
camino de unidad entre naciones hermanas. Yo sueño un país que
cuando hable de desarrollo hable de desarrollo para todos, y no a
expensas del planeta sino pensando también en el mundo que
habitarán las generaciones futuras; que cuando hable de industria
nacional sepa recordar, como Gaitán, que industria son por igual los
empresarios, los trabajadores y los consumidores. Yo sueño un país
consciente de sus tierras, de sus árboles, de sus mares y de sus
criaturas, donde hablar de economía sea hablar de cómo vive el último
de los hijos de la república. Yo sueño un país donde sea imposible que
haya gentes durmiendo bajo los puentes o comiendo basuras en las
calles. Yo sueño un país cuya moneda pueda mostrarse y negociarse
en cualquier lugar del planeta. Yo sueño un país que gane medallas en
los Juegos Olímpicos. Yo sueño un país de pueblos y ciudades
hermosos y dignos, donde los que tengan más sientan el orgullo y la
tranquilidad de saber que los otros viven dignamente. Yo sueño un país
inteligente, es decir, un país donde cada quien sepa que todos
necesitamos de todos, que la noche nos puede sorprender en cualquier
parte, que el carro se nos puede varar en las altas carreteras solitarias,
y que por ello es bueno que nos esforcemos por sembrar amistad y no
resentimiento. Yo sueño un país donde un indio pueda no sólo ser indio
con orgullo, sino que superando esta época en que se lo quiere educar
en los errores de la civilización europea aprendamos con respeto su
saber profundo de armonía con el cosmos y de conservación de la
naturaleza. Yo sueño un país donde tantos talentosos artistas, músicos
y danzantes, actores y poetas, pintores y contadores de historias, dejen
de ser figuras pintorescas y marginales, y se conviertan en voceros
orgullosos de una nación, en los creadores de sus tradiciones. Todo
112
eso sólo requiere la apasionada y festiva construcción de vínculos
sinceros y valerosos. Y hay una pregunta que nos está haciendo la
historia: ahora que el rojo y el azul han dejado de ser un camino,
¿dónde está la franja amarilla? (Ospina, 2003)
CAPITULO 3: SOCIOLOGÍA COLOMBIANA Y NUEVOS TEMAS DE DISCUSIÓN
Lección 11. La Sociología en Colombia
Se realizará un recuento de lo que ha sido el desarrollo de la Sociología como
carrera profesional en nuestro país. Se toman como documentos de base el
trabajo elaborado por Gabriel Restrepo en su texto “Sociología en el umbral de sus
años cincuenta” (Restrepo G. , 2009), publicado por el Departamento de
Sociología de la Facultad de Ciencias Humanas y el trabajo realizado por Gonzalo
Cataño en su texto denominado “La Sociología en Colombia: Balance Crítico”.
(Cataño, 1986).
La historia de la Sociología en Colombia siempre ha estado enmarcada en sus
relaciones con el Estado, debido a la marcada influencia que ha tenido el aparato
gubernamental en las decisiones de la Universidad Pública.
El desarrollo sociológico en Colombia se introduce debido a la reforma política
Planteada por el señor presidente Rafael Núñez (1823 - 1894), pues recomendó la
utilidad de su estudio en el país. En 1882 el día 10 de Diciembre, se realiza la
inauguración de la cátedra de sociología en la Facultad de Derecho de la Universidad
Nacional de Colombia, dictada por Salvador Camacho Roldan (1827 -1900).
La importancia histórica cobra sentido puesto que a partir de allí se empieza a
realizar el análisis sobre los problemas del Estado nacional. El siglo XIX en
Colombia se presentaba la disputa bipartidista entre los liberales y conservadores,
esa situación afirmó el desarrollo de la sociología para plantear nuevos aires
intelectuales en la época hasta la fundación de la Facultad de Sociología en la
Universidad Nacional de Colombia en 1959.
113
De acuerdo con el autor Gabriel Restrepo se pueden considerar cuatro etapas del
desarrollo de la Sociología.
La primera etapa está definida entre 1959 y 1966 y se caracterizó por albergar en
el departamento de Sociología de la Universidad Nacional profesores de distintas
creencias: Orlando Fals Borda, Camilo Torres, Darío Mesa, entre otros. En esta
etapa la Sociología se ocupó del estudio de algunos temas como las zonas de
violencia, la acción comunal, la reforma agraria, la pobreza urbana, la educación y
el trabajo. Todos estos temas se enmarcaron en lo que debería ser la
preocupación y respuesta del Estado. Algunos profesores, debido a la obstrucción
de verdaderos cambios sociales, optaron por caminos como la vía armada (Camilo
Torres) o la resistencia civil pacífica (Fals Borda y la Investigación Acción
Participativa). También se crearon las facultades de Sociología en la Universidad
Javeriana (Bogotá) y en la Pontificia Bolivariana (Medellín). En 1962, por iniciativa
de profesores de la Universidad Nacional, surge la Asociación Colombiana de
Sociología. Al mismo tiempo, la Facultad saca el primer posgrado de Sociología en
Colombia denominado Programa Latinoamericano de Sociología del Desarrollo
(Pledes).
La segunda etapa que va de 1966 a 1970 se enmarca en la elección de la
Sociología por el discurso del desarrollo, la dependencia y la planificación, a través
de sociólogos latinoamericanos como Jorge Graciarena y otros y la Maestría de
Estudios Graduados. La perspectiva fue más macro-sociológica centrándose en
las relaciones entre el mundo, el Estado y la Nación, muy influenciada por las tesis
de la Cepal. Sin embargo el desarrollo de este trabajo presentó muchos
obstáculos debido a la resistencia estudiantil, muy politizada en aquella época
especialmente por los sectores de la izquierda.
114
Entre 1971 y 1997 se configura la tercera etapa que puede dividirse en dos
momentos: el primero entre 1971 y 1984 y el segundo entre 1984 y 1997. El
primer momento se sitúa en la radicalización del país y la defensa de la
universidad pública especialmente por parte de profesores de Sociología y de
Ciencias Sociales. Durante este lapso la lucha estuvo dirigida a combatir el neo-
colonialismo cultural y por ello surgieron los estudios poscoloniales. Además, el
profesor de la UN, Darío Mesa propuso una tesis orientadora de la formación en
esta disciplina abogando por una Sociología científica, nacional y política basada
en los fundamentos teóricos y filosóficos, y desarrollada a través de una serie de
seminarios para la discusión de autores clásicos. Por otra parte, los temas
centrales del interés sociológico de este periodo fueron el estudio de la violencia,
la industria y el trabajo, la Sociología urbana, rural, política, de la ciencia y de la
cultura, influyendo en la creación posterior de la maestría y en la propuesta de
políticas públicas.
Entre 1984 y 1997 se suceden varios hechos históricos importantes y
determinantes para la Sociología en el contexto nacional: la apertura democrática
del gobierno de Belisario Betancourt; la Elección Popular de Alcaldes en 1986; la
Constitución de 1991; la Ley General de Educación en 1994; los planes decenales
de educación y cultura; y el movimiento por el desarrollo de la ciencia.
Por último, la cuarta etapa estaría ubicada desde 1998 hasta el presente y se
caracterizaría por la insatisfacción, por un lado, de las acciones provenientes del
Estado para generar cambios reales y soluciones a las problemáticas del país a
través de políticas económicas y sociales, y por otro, de la administración a través
de poderes neo-autoritarios o neo-regeneracionistas. En consecuencia, se insiste
en el debate académico y social en torno a nuevas políticas públicas para la
consolidación de opciones alternativas.
115
Es importante reconocer que esta profesión en Colombia ha tenido muchas
dificultades como lo dice Cataño en su escrito:
―Como grupo social especialmente sensible al estudio de los problemas
sociales, los sociólogos se apropian de las posiciones críticas y en no
pocas ocasiones entran en conflicto con los intereses de los sectores
privilegiados o con las políticas del Estado que los amparan. Surgen
entonces las frecuentes tensiones entre una disciplina que busca
afianzarse como ciencia y las demandas de las crisis sociales que
tratan de transformarla en un mero instrumento de los conflictos
políticos. Esta tensión, que acaso sea insoluble, ha acompañado los
frutos de la sociología nacional durante los últimos veinte años y ha
impuesto su marca en la imagen de la profesión sostenida por diversos
sectores de la opinión del país.‖ (Cataño, 1986).
Actualmente existen en el país 15 programas de Sociología, seis de ellos en la
Ciudad de Bogotá en las Universidades Nacional de Colombia, Santo Tomás,
Javeriana, Rosario, Externado y Cooperativa y los demás en las universidades:
Valle, ICESI (Cali), Pacífico (Buenaventura), Antioquia (Medellín), Atlántico
(Barranquilla), Popular del Cesar (Valledupar), Caldas (Manizales), Nariño (Pasto)
y Tolima (Ibagué).
En estos momentos la Universidad Nacional Abierta y a Distancia está culminando
los procesos requeridos para empezar a ofertar el programa de Sociología,
considerando la importancia de la profesión para el cumplimento de su misión
institucional ya que por todos es conocida su vocación comunitaria y social.
Lección 12. Camilo Torres y Orlando Fals Borda
116
―La fundación del Departamento de Sociología de la Universidad
Nacional obedeció al liderazgo de Orlando Fals Borda. Nacido en 1925,
Fals borda había hecho su maestría en la Universidad de Minnesota,
donde Pitirim A. Sorokin, el sociólogo ruso emigrado a Estados Unidos,
había fundado, años atrás, la especialidad de sociología rural. Obtuvo
luego el doctorado en la Universidad de Florida, con una tesis dirigida
por el sociólogo rural norteamericano Lynn Smith. Este, que había sido a
su vez discípulo de Sorokin, había publicado en 1944 una de las
primeras investigaciones sobre el campesinado colombiano. La tesis de
Fals Borda proporcionaba por primera vez una visión sociológica integral
del habitante rural de los Andes, con buen manejo de archivos
históricos, una descripción geo-botánica de la región y una exposición
completa de las instituciones y conductas sociales, lograda con uso
inteligente de encuestas y entrevistas.
Fals borda llamó a colaborar en el Departamento de Sociología a
Camilo Torres Restrepo (1929 - 1966), sacerdote católico, sociólogo
graduado en la Universidad de Lovaina con una tesis sobre trabajadores
urbanos. Camilo torres había hecho luego una breve especialización en
sociología urbana en la Universidad de Minnesota.
Los dos fundadores reunían los mejores requisitos para liderar la nueva
institución. Profesionales con especialidades complementarias
(sociología rural y urbana), con orientaciones religiosas diferentes
(protestante y católico), formados en distintos ámbitos culturales
(Estados Unidos y Europa), aspiraban a demostrar que la sociología
podía acelerar el cambio social con el uso de la investigación, la
consejería, la extensión universitaria y un nuevo modelo de convivencia
de creencias diferentes‖. (Restrepo Forero Gabriel, 1997, pág. 8).
117
Camilo Torres nació en Bogotá en 1929. Su padre era médico y pertenecía a una
familia acaudalada de la burguesía liberal. En ese tiempo era común que las
familias enviaran a sus hijos a estudiar en Europa por lo cual fue llevado por sus
padres a estudiar fuera y regresó en 1934. Inició su bachillerato en el Colegio
Mayor de Nuestra Señora del Rosario, del que fue expulsado por las severas
críticas que hacía a sus profesores por lo cual debió terminar su educación media
en el Liceo Cervantes en 1946. Posteriormente estudió un año de Derecho y luego
entró al Seminario Conciliar de Bogotá donde fue ordenado Sacerdote en 1954.
Siempre se mostró muy interesado por las problemáticas sociales. En 1958 recibió
el título de Sociólogo en la Universidad de Lovaina en Bélgica donde presentó
como tesis doctoral un trabajo sobre la realidad socio económica de Bogotá,
documento que después fue publicado con el nombre de “La proletarización en
Bogotá”.
En 1959 regresó a Colombia con su interés de apoyar activamente las causas de
los pobres. Siendo el capellán de la Universidad Nacional, junto con Fals Borda y
otros profesores interesados por los temas sociales, fundó la primera escuela de
Sociología en Colombia.
Con la llegada del Frente Nacional del cual se habla en el documento de William
Ospina en la lección anterior de este módulo, fundó el Frente Unido del Pueblo,8
organización de oposición a los partidos tradicionales. Consideraba que para los
pobres no quedaba otra salida que la lucha armada. Apoyaba completamente la
Teología de la Liberación que era una visión Marxista de los católicos de América
8 El Frente Unido fue un movimiento contestatario, abstencionista, con una propuesta transversal de unidad entre diferentes
sectores sociales (campesinos, estudiantiles, obreros), mayoritariamente “no alineados” con la dirección de los partidos de izquierda y derecha constituidos, que provocó una movilización inusitada en Colombia en su corto tiempo de duración a mediados de la década del sesenta. En palabras del colectivo Proletarización, trabajo que diversos historiadores de las disidencias reconocen como “la fuente más importante y más sistemática sobre el conjunto de la izquierda durante esos años, de todas las plataformas y programas políticos de la década pasada, el que más impacto causó y a un mayor número de gente llegó fue, sin lugar a dudas, la plataforma de este Frente... hasta hoy, el mayor intento de aglutinar y movilizar masas”. (Múnera, 1998)
118
Latina quienes se planteaban como hacer que la fe no fuera alienante sino por el
contrario liberadora.
Luego de renunciar a su trabajo como Profesor de la Universidad y disolver su
movimiento, se unió al Ejército de Liberación Nacional donde daba asistencia
espiritual e ideológica desde una visión de Cristianismo Marxista.
Murió en 1966 en su primera experiencia de combate contra las tropas del Ejército
Nacional de la Quinta Brigada de Bucaramanga.
El legado de Camilo básicamente consistió en su preocupación por mejorar las
condiciones de los pobres, paralela a su labor científica e investigativa pero
lamentablemente debido a su incapacidad de lograr los cambios que se proponía,
utilizó como única salida la lucha armada revolucionaria como el medio para lograr
un estado más justo y una nueva sociedad de tipo socialista.
Orlando Fals Borda (1925-2008), como ya se expuso con anterioridad, fue el
fundador y decano de la Facultad de Sociología de la Universidad Nacional de
Colombia entre los años 1959 y 1967. Su objetivo principal era la de organizar una
facultad sembrada en las verdaderas realidades del país, mediante la observación
y la clasificación metódica de los hechos. Uno de sus principales temas de
discusión fue la violencia de la década de los años 60. Su interés por articular el
conocimiento de la sociedad con la práctica política lo llevó a desarrollar el método
de la Investigación Acción. Este método fue aplicado por primera vez en la
preparación de su libro “La cuestión Agraria en Colombia (1975). Dicho método
consistía en discutir la información recolectada con los campesinos de las
regiones involucradas en el estudio y con intelectuales de diversos lugares del
país. Con ello preparó el terreno para la creación del método denominado
Investigación Acción Participación (IAP) con el que se pretendía que las
119
problemáticas fueran estudiadas de una manera comprometida, de tal forma que
no solamente se pudiera interpretar la realidad sino también transformarla.
Fue fundador de la revista Alternativa en los años 70 y 80, la que refundó en los
años 90. En los últimos años impulsó la conformación del Centro Estratégico de
Pensamiento Alternativo y dirigió la revista CEPA.
A finales de los 80 fue detenido junto con su esposa María Cristina Salazar, por
supuestos nexos con la organización guerrillera M19, del cual no fue miembro
formal pero si simpatizante con su filosofía. Posteriormente cuando el grupo se
transformó en partido político, fue elegido en su representación para la
preparación de la constitución de 1991.
En su honor y como reconocimiento a sus grandes aportes al desarrollo de la
investigación social, la Universidad Nacional Abierta y a Distancia, en
concordancia con su misión y su esencia comunitaria tiene abierta en su página
institucional un espacio denominado: “Cátedra Latinoamericana Orlando Fals
Borda”.
Lección 13. Sociología del Deporte
En las lecciones anteriores se abordaron enfoques y autores que se han dedicado
a las temáticas relacionadas con las estructuras sociales, lo comunitario, la
economía, las clases sociales.
En esta lección se abordarán nuevos temas de discusión en la sociología.
Específicamente se trabajará el tema de la Sociología del Deporte, que es un
campo relativamente nuevo.
Para los autores dedicados a estos temas fue difícil convencer tanto a la
comunidad académica como a la sociedad, de que el deporte no era un tema tan
trivial sino que, junto con temas como la familia, la religión, los medios de
120
comunicación y la educación, es una institución social que justifica una mirada
científica.
Para Jay Coakley: “la sociología del deporte es una subdisciplina que
enfatiza en la relación entre el deporte y la sociedad, su ámbito
comprende la acción individual y del grupo en su relación social con el
deporte, se ocupa de cómo la sociedad cambia al deporte y cómo el
deporte puede provocar cambios en la sociedad”. (Coakley, 2002)
La primera obra relacionada con la Sociología del deporte fue publicada en 1921.
El autor Heinz Risse, a través de un procedimiento sociológico formal, identifica al
deporte especialmente competitivo, como una categoría sociológica. Sin embargo
es solo hasta finalizada la segunda guerra mundial cuando surge como disciplina
científica encargada de explicar los fenómenos sociológicos generados en el
escenario deportivo.
Específicamente, en la década del 60, con la vinculación de los medios de
comunicación al deporte olímpico (Roma) es cuando se identifica la relación entre
el deporte y la política desde el punto de vista de su utilidad no solo política sino
económica, por lo cual se empezó a evidenciar la necesidad de incluir el tema
como parte del programa de estudio en la educación superior. Logra entonces su
mayor desarrollo hacia 1980, año en el cual se institucionaliza al entrar en la
esfera académica.
El objeto de estudio de la Sociología del deporte debe ser el desarrollo de una
teoría que permita interpretar y explicar las acciones y comportamientos
observables en relación con la estructura de la institución deportiva así como los
factores sociales, políticos y culturales que se presentan como causas y también
como consecuencias del mismo.
121
Jay Coakley, señala que: “la Sociología del Deporte tiene como objeto de estudio
los fenómenos relacionados con la organización del deporte, sobre todo por el
hecho de que dicha organización casi siempre depende de intereses ajenos al
deporte ya sean políticos económicos o de otro tipo.” Los estudios sociológicos
dentro del deporte pueden llegar a generar explicaciones a problemas de la familia
y la economía, pueden sugerir una redefinición de roles entre hombres y mujeres
ya que el deporte supone toda una serie de comportamientos y procesos sociales
que no solo explican las estructuras del mismo sino a la estructura social por la
cual el deporte existe como actividad”. (Coakley, 2002).
Se entienden como factores asociados al deporte los siguientes:
1. Violencia deportiva en dimensiones tales como: drogadicción, fanatismo,
nacionalismo, conflictos como corrupción, sobornos, comportamientos de las
barras. En este sentido cabría profundizar en aspectos tales como la socialización,
la prevención y la rehabilitación, el control social, la comunicación, la difusión, los
espectáculos, la relación entre el deporte y otras instituciones sociales como la
familia, la escuela, la política y los medios de comunicación.
2. Factores relacionados con la estructura social tales como: movilidad social,
discriminación racial o étnica, discriminación salarial en el deporte profesional,
problemas de género, liderazgo y prestigio, conflictos de grupo y estilos de vida.
3. Problemas de tipo práctico dentro de los equipos deportivos como la
competencia, los celos deportivos, la agresividad, consumo de drogas, alienación
y los problemas de relaciones interpersonales entre los jugadores y sus
entrenadores.
122
4. Factores de tipo económico y político: en este punto se hace referencia al
deporte como instrumento económico y social, las formas de participación, su
organización, la intervención del Estado.
Con todo lo anterior, es fundamental que la sociología propenda por un marco
teórico propio de la disciplina que aún no se ha consolidado por lo cual en este
momento se debe apoyar en otras disciplinas como la psicología, la medicina
deportiva, la pedagogía y la antropología.
No se puede desconocer la importancia del deporte como agente socializador ya
que contribuye a la unidad nacional y es un fuerte cohesionador por lo cual podría
ser un elemento eficaz para educar políticamente no solo a quienes lo practican
sino a la sociedad en general.
El deporte es el medio que mayor capacidad de convocatoria a nivel del planeta,
por lo cual se constituye como uno de los principales mecanismos de control
social, por lo cual se hace más importante su estudio.
A continuación se transcriben textualmente los resultados de un trabajo de
investigación realizado por el sociólogo Gastón Parra Luzardo para el Centro
Experimental de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Zulia
(Venezuela) a propósito de la construcción de una propuesta de análisis socio
histórico del deporte:
“Síntesis del resultado de la investigación:
El deporte es uno de los fenómenos menos tratado científicamente. Los
estudios realizados se centran, principalmente, en la dimensión técnica,
estadística y física del problema, en análisis de resultados cuantitativos
del hecho deportivo. La estadística de lo actuado, el archivo de las
123
marcas o récords, el registro de los actores o competidores y, sobre
todo, las posibilidades para elevar las hazañas con nuevas marcas,
sintetizan o resumen -casi todo- el objeto de estudio a ser considerado
científicamente, reconocido legítimamente y valido socialmente.
Al mismo tiempo, es una de hechos del mundo industrial donde mejor
se expresa la llamada cultura de masas. Y la única actividad, muy por
encima de las económicas, políticas, religiosas, etc, que
simultáneamente logra captar la atención de todo el planeta durante
ciertos períodos, independientemente de las razas, de las creencias
religiosas, de las formas de organización económico sociales- políticas
imperantes en los distintos países. Generalmente percibida y aceptada
de manera positiva, valiosa socialmente.
¿Por qué desde la ciencia, se privilegia el estudio de las dimensiones
técnica, estadística y física, de un fenómeno de tanto arraigo y valor
social, como el deporte?
¿Por qué en una actividad con tantas implicaciones sociales, su
dimensión social es, precisamente, la menos estudiada? ¿Por qué el
carácter social del deporte tiende a subestimarse e ignorarse como
objeto de estudio?
La subestimación del estudio del deporte como fenómeno social, forma
parte de una concepción -dominante- del análisis deportivo que parte de
concebirlo como un hecho social positivo: el ser positivo es intrínseco a
la naturaleza misma del deporte. Por lo tanto, la práctica deportiva en sí
misma es positiva, anda bien como se presenta cotidianamente, debe
ser así y continuar siendo así, existiendo y abordando sólo problemas
operativos secundarios, que como tal deben ser resueltos y cuya
solución legitima y refuerza la concepción y conformación, teoría y
práctica, del hecho deportivo existente como dominante.
124
Es una concepción que considera al deporte como un espacio social
neutral, incuestionable, inofensivo, por encima de la historia y sin
ninguna vinculación con los intereses y conflictos sociales existentes en
la sociedad; ajeno a la intromisión del poder político y económico, que
se percibe como separado del deporte. Cuando es exageradamente
perceptible la injerencia del poder político y/o económico se concibe
como una distorsión por corregir y superar por la propia dinámica
deportiva.
Sin duda alguna, esta perspectiva de análisis ha conducido a un
proceso de mitificación del deporte, sucediéndole lo de todos los mitos;
se habla de él de manera purificada e inocente, su existencia actual
aparece como natural y eterna.
Su claridad evidente proviene de la constatación y no de la explicación:
no se pone en duda porque es verdad, cierto de toda certeza y no está
en discusión, podemos constatarlo mas no explicarlo y mucho menos
cuestionarlo.
Aceptando que el análisis de lo físico, estadístico y técnico es
importante, nos parece fundamental estudiar el deporte desde la
perspectiva social. El deporte es un fenómeno creado por la sociedad
en un momento determinado de su desarrollo, está en permanente
interacción con los demás fenómenos sociales, y ha evolucionado,
cambiando, en la misma medida que lo hace la sociedad a través del
tiempo, alimentando y alimentándose en ese proceso de cambio.
La lectura que hicimos del deporte parte de considerarlo como un
fenómeno social gestado, creado y conformado en un momento de
desarrollo de la sociedad, transformándose al mismo ritmo que lo hace
ésta a través de la Historia e incidiendo en ese proceso general de
transformación social.
125
En América Latina, el deporte es una de las actividades menos
analizada, también los estudios se orientan, mayoritariamente, a lo
técnico, estadístico y físico. Es notoria la ausencia de experiencias
donde se aborde su análisis desde una perspectiva socio-histórica. Ése
es, precisamente, el atractivo que ha tenido para nosotros como tema
de investigación, en el cual ya hemos realizado unas modestas
aproximaciones iniciales que quisiéramos ahora intentar profundizar.
En este trabajo aportaremos elementos que, por una parte, contribuyan
al establecimiento de las grandes líneas de comprensión y
conocimiento del surgimiento y desarrollo del deporte en la historia de
América Latina, y por la otra, son la base para presentar una
aproximación sobre la situación deportiva actual, en plena
transnacionalización o globalización. Además, nos atrevemos a
vislumbrar, presentar para el debate, algunas ideas de lo que puede ser
el futuro deportivo que debemos construir como continente.
Una reflexión sobre el movimiento es el punto de partida del trabajo.
El movimiento es intrínseco al ser humano. Existe una dimensión
fisiológica y biomecánica del movimiento y una dimensión propiamente
cultural que abarca los significados y sentidos involucrados en la vida
motriz cotidiana de una sociedad, en un momento determinado de su
historia. Lo fisiológico y lo biomecánico es una constante histórica, más
o menos semejante, su especificidad a través del tiempo y en las
distintas culturas está determinada por el significado, sentido y valor
social asignado a cada función fisiológica y biomecánica en un
momento histórico concreto. Lo cultural, entendido como esa gama de
significados, sentidos y valores que la sociedad le otorga al movimiento
en un periodo determinado, impregna, recorre y matiza a lo fisiológico y
126
biomecánico. La forma de moverse en la cotidianidad y el significado de
ese movimiento, fotografía fielmente, en buena medida, la esencia del
funcionamiento de una sociedad en una fase de su desarrollo histórico.
La conversión del planeta en un gran mercado mundial, es intrínseca a
la dinámica de la organización socio-económica capitalista que reclama
y requiere como condición de su desarrollo permanente, la existencia
de mercados consumidores de la producción resultante del aumento
constante de la productividad (producir muy diversificadamente más a
menor costo y menor tiempo) debido a las innovaciones tecnológicas
incesantes. Convertir el mundo en un mercado (la globalización),
adquiere formas particulares en las distintas etapas del desarrollo
histórico del capitalismo industrial.
En esas etapas se va perfilando progresivamente la naturaleza, sentido,
significados y valores del movimiento intrínseco a la sociedad
capitalista, que va a estar orientado, fundamentalmente, a la
comparación del rendimiento del cuerpo y medición de la productividad
corporal. Este proceso comprende desde su gestación y surgimiento,
hasta su estructuración orgánico-institucional y expansión e imposición
por el mundo entero, como forma dominante del movimiento, en la
misma medida en que se expande e impone el capitalismo industrial
como organización socio-económica.
Presentamos, sintéticamente la transformación de la dimensión lúdica
del movimiento y su sustitución por el deporte, entendido como la
comparación de rendimientos corporales para registrar récords,
designar campeones u obtener medallas y trofeos: Deporte-
Rendimiento-Récord-Campeón (en adelante D-R-RC).
127
Este proceso abarca desde su gestación con el crecimiento
desmesurado de las carreras como competencias para superar retos en
función de una apuesta y con la incitación a los juegos populares de
raíz folclórica con premios para los participantes, "patronised sport", en
Inglaterra, en el siglo XVIII, hasta la configuración orgánico-estructural-
institucional (la Organización Deportiva) con el surgimiento del Comité
Olímpico y las Federaciones Deportivas, cuando presentan la nueva
versión de los Juegos Olímpicos en 1896. La institución deportiva se
expande en el mundo entero (con el Comité Olímpico y Federaciones
Deportivas), en la misma medida que se impone el capitalismo industrial
como organización socio-económica dominante mundial.
Establecimos la relación existente entre la dinámica de surgimiento y
conformación del D-R-R-C y la realidad lúdicra latinoamericana.
Destacando, particularmente, la existencia de una rica y milenaria
experiencia lúdicra (juego aborigen y juego mestizo) en América Latina,
desplazada por la irrupción de la institución del D-R-R-C, que se ha
convertido en una opción fundamental para el uso del tiempo libre y
para el entretenimiento de la población.
Hoy en día, en la llamada globalización (es simplemente la
transnacionalización del capitalismo industrial), asistimos a un proceso
de transnacionalización deportiva que imprime nuevas características al
D-R-R-C y profundiza algunas otras ya existentes. Entre las principales
características de la transnacionalización deportiva se destaca:
1. La configuración de una vasta macro-organización mundial muy
poderosa (la Organización Deportiva), económicamente muy fuerte y
dotada de una legislación y funcionamiento jurídico independiente de
los Estados nacionales, pero muy influenciada por las principales
128
potencias deportivas mundiales que también lo son en lo económico,
político, militar, etc.
2. La conversión del deporte en una de las principales industrias del
espectáculo, del entretenimiento y de canalización del tiempo libre de la
población.
3. La intensiva y extensiva aplicación de la ciencia y la tecnología en
todas las dimensiones de funcionamiento y operatividad de la actividad
deportiva.
4. La progresiva desaparición del llamado deportista "aficionado" y su
sustitución por el deportista profesional.
5. La imbricación e indiferenciación entre la Organización Deportiva
Mundial y la empresa del espectáculo deportivo, resaltando como
fenómeno reciente el papel protagónico, cada vez mayor, de las
grandes corporaciones comunicacionales haciéndose propietarias de
clubes o equipos importantes en las disciplinas deportivas de mayor
demanda por el público.
6. La legitimación y aceptación social e institucional, indiscutible e
incuestionable, del deporte como una actividad en y para la paz, un
escenario de igualdad, de competencia leal y sana.
La fisonomía de la institución deportiva se corresponde y responde a las
exigencias de transformación reclamadas por la globalización,
convirtiéndola en un modelo referencial perfecto de globalización
porque ha logrado establecer, difundir e imponer en todo el mundo -
como necesaria, importante y legítima- la competencia basada en la
medida y el récord: D-R-R-C. Organizándola y gobernándola con una
creciente autonomía con respecto a los Estados nacionales, y
respondiendo a los intereses de las grandes potencias.
129
El fracaso estrepitoso de la reunión de la Organización Mundial de
Comercio (OMC), en diciembre de 1999, al concluir sin acuerdo alguno
y ser aplazada, fue apuntalado, en alguna medida, por la movilización
de distintos sectores sociales de Estados Unidos y de representantes o
delegaciones no gubernamentales de otros países; fueron
manifestaciones y protestas de tal magnitud que obligaron a las
autoridades de Seattle-EEUU a decretar el toque de queda y utilizar
fuerzas federales (Guardia Nacional) al ser rebasada la capacidad de
control de la policía local. La imposibilidad de acuerdo, las protestas,
expresan el aumento del rechazo ante algunas condiciones y
consecuencias de la globalización; particularmente, destacamos y
rechazamos la creciente desigualdad y abismal diferencia en la
apropiación de los beneficios -producidos por la globalización entre los
sectores sociales de cada país y entre los diferentes países o bloques
de países.
En contrapartida, llama poderosamente la atención que al modelo
deportivo globalizador se le hacen muy pocos cuestionamientos, críticas
parciales, aisladas y con poca resonancia social. Se le halaga, alaba,
aún cuando también son abismales las diferencias en la apropiación de
los beneficios que produce: en la repartición de medallas entre países y,
socialmente, en la distribución de las ganancias intrínsecas a la
condición de gran empresa multinacional del espectáculo y del
entretenimiento en que se ha convertido el D-R-R-C.
Nuestro continente forma parte de los segregados de los beneficios
deportivos.
El modelo de D-R-R-C, aplicado en América Latina desde finales del
siglo XIX hasta hoy, en plena transnacionalización deportiva, ha
fracasado porque se han obtenido resultados muy desfavorables en los
130
grandes eventos internacionales donde se participa y no se ha logrado
la incorporación de la mayor parte de la población a la práctica del
juego y el deporte, de manera regular y ordinaria; además, se tiene
poca injerencia en la gran empresa multinacional deportiva del
espectáculo y del entretenimiento. Con la excepción de Cuba, cuya
situación y condición deportiva deriva de una concepción socio-
económica-política y de una inserción diferente al resto de América
Latina en el sistema capitalista, con una ubicación distinta en el
concierto mundial de naciones.
El reto planteado es la construcción colectiva de una alternativa lúdico
deportiva latinoamericana, que vaya mucho más allá del D-R-R-C,
capaz de satisfacer las necesidades de toda la población y de producir
mejores resultados en las más importantes competencias
internacionales (más campeones y récords); además, debe permitirnos
tener un mayor protagonismo en la gran empresa multinacional del
entretenimiento y del espectáculo deportivo, que se traduce en la
apropiación de volúmenes mayores de las ganancias producidas. Se
alimenta y alimenta a un proceso de integración mucho más amplio,
económico, político, social, cultural, etc., dirigido a incorporarnos a la
globalización para aprovechar sus ventajas y beneficios y minimizar sus
efectos negativos sobre nuestro continente, lo que requiere como
condición establecer una relación de igualdad, de América Latina con
los demás países y bloques de poder mundial.
Podemos comenzar de inmediato, intercambiando experiencias,
investigaciones, recursos humanos y materiales, aprendiendo de
aciertos y errores de lo que se hace en cada país en materia lúdico-
deportiva. Puede ser un paso importante, por una parte, para ir
131
construyendo una opción lúdico-deportiva al servicio de toda la
población latinoamericana, y por la otra, ir integrándonos como un solo
pueblo que abre puertas y corazones a la solidaridad, amistad,
intercambio, rompiendo las ficticias barreras creadas para separarnos.
Avanzar en la construcción de una alternativa lúdico-deportiva
latinoamericana, refuerza la convicción de que sí es posible lograr una
auténtica integración latinoamericana.
Puede servir como una referencia, muestra y estímulo para que amplios
sectores sociales presionen a las clases y grupos dirigentes, a los
efectos de avanzar en un proceso integrador -mucho más completo que
el que hemos tenido hasta ahora al servicio de toda la población y
recuperador de la soberanía nacional.
En contrapartida a un esfuerzo integracionista circunscrito,
fundamentalmente, al aspecto económico, creemos que un auténtico,
estable y duradero proceso de integración, pasa por ir creando y
construyendo nuevos espacios y dimensiones integracionistas:
económico, político, deportivo, cultural, educativo, etc. Desde, en y con
el deporte, podemos ir avanzando en esa dirección‖. (Parra Luzardo,
2009).
Para terminar esta lección es pertinente mencionar a los autores más
sobresalientes en la actualidad que han trabajado el tema de la Sociología del
Deporte:
Carl Diem: (1882-1962): Administrador deportivo alemán quien estudió el deporte
desde la perspectiva de las características de sus habitantes: “El espíritu del
deporte Inglés basado en una corrección ética de un impulso interior”.
132
Richard D. Mandell: (1968). Nació en Carolina del Norte en Estados Unidos:
desarrolla su explicación sobre la génesis y desarrollo del deporte moderno a
partir de una perspectiva socio-económica.
Norbert Elías: Analiza el deporte desde un punto de vista socio-político, asociando
las causas de su aparición a las características del proceso civilizador de la
sociedad inglesa, y más concretamente, considerando la vinculación entre el
desarrollo de la estructura de poder en la Inglaterra del siglo XVIII y el modo en
que evolucionaban los pasatiempos tradicionales e iban incorporando las
características de lo que hoy conocemos como deporte.
Jean Marie Brohm: Sociólogo, Antropólogo y Filósofo francés quien estudia el
deporte desde la teoría crítica; en sus estudios analiza las estructuras y las
relaciones sociales, es decir la dialéctica del deporte; también los efectos del
deporte sobre el individuo y las implicaciones de la alienación deportiva.
Pierre Bourdieu: Parte de las necesidades educativas de las clases dominantes y
del significado con que las concibieron. Para él la transición de los pasatiempos
populares a los deportes tuvo lugar en el seno de las instituciones de la
aristocracia burguesa.
Lección 14. Sociología de Género
La Sociología de Género tiene como finalidad deconstruír y reconstruír los
patrones culturales de lo masculino y lo femenino. Se trata de abordar desde una
perspectiva científica un problema social que nos ha acompañado desde los
tiempos primitivos asociado a la división del trabajo social: la desventajosa,
asimétrica y discriminatoria forma de producirse las relaciones sociales entre
hombres y mujeres.
Los estudios de género forman parte en casi su totalidad de los estudios culturales
que inicialmente se llevaron a cabo en Inglaterra y Estados Unidos entre los años
1960 y 1970.
133
Los estudios de género en la actualidad no solamente se ocupan de la
discriminación de la mujer sino que también se han abierto a nuevos campos
relacionados con la identidad feminidad- masculinidad, y la diversidad sexual
(estudios sobre homosexuales, bisexuales, transexuales).
En esta lección se conocerá un fragmento de una discusión dentro de la sociología
la relación género y sociología, cual ha sido el papel de la mujeres teóricas de la
sociología, como ha sido su invisibilización y el trabajo que han realizado para
superar la presión patriarcal para poder dejar su huella en la teoría sociológica, se
cita un fragmento de un texto de la profesora Luz Gabriela Arango, Docente de la
Universidad Nacional de Colombia, este texto se presentó en la Conferencia
inaugural en la VIII promoción de la Maestría de Sociología de la Universidad del
Valle, marzo 18 de 2005.
“¿TIENE SEXO LA SOCIOLOGÍA? CONSIDERACIONES EN TORNO
A LA CATEGORÍA GÉNERO
Resumen
El artículo aborda tres posibles problemáticas que permiten articular
género, sexo y sociología. La primera se refiere a la división sexual del
trabajo sociológico y al carácter masculino o femenino de la disciplina,
tomando como asunto para la discusión la construcción histórica de un
canon masculino y el caso de Marianne Weber como socióloga
fundadora excluida del mismo. La segunda plantea la pregunta por el
estatuto de las categorías ―sexo‖ y ―género‖ en las teorías sociológicas.
Para abordarlo presenta algunos desarrollos teóricos adelantados por la
escuela feminista materialista francesa a partir de categorías centrales
de la sociología. Finalmente, se relaciona el sexo o la posición en el
sistema de género del ―sujeto objetivante‖ con las condiciones de
134
validez del conocimiento, tema que se aborda desde la óptica del
conocimiento situado y el pensamiento feminista negro.
Presentación
Mediante el título de esta conferencia buscaba, además de atraer o
provocar, adelantar una reflexión, necesariamente incompleta, en torno
a algunos de los problemas que relacionan la sociología y el sexo. He
construido el texto en torno a tres grandes conjuntos de preocupaciones
presentes en la ya no tan corta historia de crítica feminista a las
ciencias sociales y de formulaciones teóricas para analizar las
relaciones sociales entre los sexos. El primero de ellos se pregunta si la
sociología como disciplina hace distinciones de sexo entre quienes la
practican, si se organiza internamente según jerarquías que distinguen
a los sexos, si podemos caracterizarla como una ciencia masculina,
femenina o neutra. En esta ocasión, abordaré solamente una de las
dimensiones posibles en este conjunto de preguntas: la construcción
histórica de un canon masculino de la disciplina y presentaré a
Marianne Weber como ejemplo de socióloga fundadora excluida de
dicho canon.
Un segundo conjunto de preguntas se refiere al estatuto teórico que
tiene el ―sexo‖ en la sociología: ¿Es una variable, una categoría de
análisis, una noción de sentido común, un dato biológico? ¿Cómo se
relaciona con la categoría género y qué estatuto tiene en las teorías
sociológicas? Para abordar estas preguntas, me referiré a la escuela
feminista materialista francesa y en particular a dos de sus autoras más
destacadas, Christine Delphy y Colette Guillaumin para mostrar cómo
producen alternativas teóricas que se inspiran y cuestionan a la vez,
teorías sociológicas centrales. Ampliaré esta presentación identificando
135
algunas de las tensiones entre esta escuela francesa y autoras
anglosajonas.
Finalmente, podemos igualmente preguntarnos si las condiciones de
validez científica de la sociología consideran el sexo o la posición en el
orden de género como una característica de las y los sociólogos que
incide en su objetividad. En este punto, me referiré a la propuesta de
―objetividad fuerte‖ planteada por Sandra Harding, la cual se ubica
dentro de las corrientes epistemológicas que defienden el carácter
socialmente situado del conocimiento y definen a partir de allí nuevos
criterios de validez. Presentaré igualmente el caso del pensamiento
feminista negro como ejemplo de conocimiento situado capaz de
interpelar las categorías centrales de las ciencias sociales y de las
teorías feministas.
Con ello pretendo fundamentalmente proponer una manera de abordar
una problemática muy compleja y significativa para las ciencias sociales
y adelantar un trabajo personal de sistematización de inquietudes,
propósitos y deseos surgidos a lo largo de mi experiencia en el campo
de la sociología y en el desarrollo de los estudios de género en el país,
y en particular dentro de la Universidad Nacional de Colombia.
Agradezco a Fernando Urrea y a los colegas de la Maestría de
Sociología de la Universidad del Valle, la oportunidad de someter a la
discusión esta reflexión.
La construcción histórica de un canon masculino. Política de género y
política de conocimiento
Por diversas razones, las sociólogas feministas norteamericanas han
tenido el interés y la posibilidad de adelantar un proyecto consistente de
136
crítica feminista de las ciencias sociales. Desde la década del setenta
emprendieron la tarea de rescatar el papel de las mujeres en la historia
de la disciplina, tanto en sus primeros desarrollos como en las
innovaciones teóricas y metodológicas posteriores, poniendo en
evidencia los dispositivos de poder masculino en las universidades y las
luchas de las académicas por sortearlos. Entre muchos otros9, resulta
revelador el trabajo de Patricia Madoo Lengermann y Jill Niebrugge-
Brantley (1998) quienes rescatan las biografías y contribuciones
científicas de 15 sociólogas fundadoras, activas entre 1830 y 1930 y
excluidas de la construcción masculina de la historia de la disciplina.
Entre las autoras rescatadas del olvido, incluyen pensadoras inglesas
como Harriet Martineau y Beatrice Potter Webb, la alemana Marianne
Weber, sociólogas de la Escuela de Chicago como Florence Kelley,
Edith Abbot y pensadoras afro-americanas como Anna Julia Cooper.
En su introducción, las autoras aclaran que estas mujeres no fueron
―invisibles‖ sino literalmente ―borradas‖ (written out) de la historia.
Mientras la invisibilidad sugiere que no fueron percibidas y que su
presencia no fue considerada significativa, el haber sido borradas de la
historia indica que alguna vez fueron percibidas como parte de una
comunidad académica pero posteriormente fueron eliminadas de sus
registros. Este es el caso de las 15 sociólogas seleccionadas. Todas
ellas fueron figuras públicas reconocidas en su época en ámbitos que
superaban los límites de la disciplina que contribuyeron a crear. Su
trabajo fue relevante para las ciencias sociales; produjeron teoría social
y practicaron la sociología en los mismos tiempos y espacios que los
9 Existen numerosos trabajos, especialmente en el campo de la crítica feminista a la sociología de la ciencias. En relación
con la experiencia académica de las sociólogas feministas en décadas recientes menciono dos lobros: el de Barbara Laslett y Barrie Thorne (editors), Feminist Sociology. Life histories of a movement, Rutgers University Press, USA, 1997; y el de Ann Goetting y Sarah Fenstermaker (editors), Individual Voices, Collective Visions: Fifty Years of Women in Sociology, Temple Univerity Press, Philadelphia, 1995 Dorothy Smith, The Everyday World as problematic: A Feminist Sociology of Knowledge. Boston: Nortyheastern University Pres, 1987.
137
varones fundadores. Todas actuaron como parte de una comunidad
sociológica en la medida en que llenaron al menos uno de los
siguientes requisitos: ser miembro de una asociación nacional de
sociología, publicar desde enfoques explícitamente relacionados con
principios sociológicos, auto-identificarse como sociólogas y ser
reconocidas como tales por sus contemporáneos. Estas mujeres sabían
que hacían parte de un movimiento más amplio que buscaba crear una
ciencia de la sociedad y tenían su propio sentido de lo que esa ciencia
debía ser. Para la mayoría de ellas, se trataba de un proyecto de crítica
social en el cual la investigación y la teoría debían concentrarse en la
descripción, el análisis y la superación de la injusticia social.
A pesar de su trabajo en la sociología y la teoría social y de su
visibilidad para sus contemporáneos, estas fundadoras desaparecieron
como presencia significativa de la historia de la sociología. Algunas
sobrevivieron en posiciones marginales: Harriett Martineau es
recordada como traductora de Comte, Marianne Weber como biógrafa
de su esposo y las sociólogas de la Escuela de Chicago como
trabajadoras sociales y reformadoras. Su exclusión de la historia de la
disciplina puede ser entendida como resultado de una serie de
procesos de poder que incluyen la atribución o negación de autoridad.
Lengermann y Niebrugge-Brantley argumentan que este proceso se
explica por una particular articulación entre la ―política de género‖ y la
―política de conocimiento‖ que se va imponiendo en la disciplina,
específicamente en la academia norteamericana dominante. En
relación con la política de género, las autoras afirman que la exclusión
de las fundadoras se explica básicamente por la débil autoridad de las
mujeres en una cultura masculina. Para ello, se apoyan en la teoría
fenomenológica de Alfred Schutz (1967, 1973), según la cual la
138
capacidad de conocer a otra persona se adquiere en una situación de
relación cara a cara en la cual una conciencia reconoce al otro como
humano. Las fundadoras fueron conscientes de cómo eran percibidas
en la relación cara a cara. Martineau, por ejemplo, escribía en su
introducción a Society in America: (1836/37) ―Se me ha mencionado
frecuentemente que ser una mujer era una desventaja para hacer
investigación social‖. Si bien tuvieron presencias individuales fuertes,
fueron percibidas por sus asociados varones a través del velo del
privilegio masculino, como mujeres con menos autoridad que ellos.
Siguiendo a Schutz, cuando ya no están presentes físicamente, los
individuos permanecen en la conciencia de los otros a través de
construcciones mentales o tipificaciones y se convierten en
―predecesores‖. Con el tiempo, el predecesor es recordado cada vez
más a través de artefactos –cosas que la persona hizo o escribió, cosas
que otros hicieron o escribieron sobre ella-. En una profesión
académica como la sociología, los artefactos decisivos para tipificar a
los predecesores son sus escritos, que se vuelven parte del canon. Los
de las mujeres no fueron incluidos por los hombres que dominaban la
disciplina.
―Una de las maneras en que una disciplina o profesión socializa a sus
nuevos miembros es contando su historia como balance de sus textos,
descubrimientos, pensadores e ideas autorizados – el ―canon‖ de la
disciplina. La historia que los sociólogos se cuentan a sí mismos
importa porque reafirma ante el narrador y la audiencia un sentido de
identidad: quienes son los sociólogos, qué hacen los sociólogos; qué
aspectos de la vida social examinan los sociólogos (Maurice
139
Halbwacks, 1992: On Collective Memory, citado por Lengermann y
Niebrugge-Brantley 1998:210)
En la eliminación de las mujeres de la historia de la disciplina no
solamente operó la ―política de género‖ sino también la ―política de
conocimiento‖ que se vuelve hegemónica en la academia
norteamericana. La marginación de las mujeres fundadoras producida
por la política de género es acelerada por el desenlace que tiene el
debate sobre los propósitos de la sociología y el papel social del
sociólogo. Este debate había enfrentado dos posiciones opuestas
descritas la una en términos de ―objetividad‖ y la otra de ―compromiso‖.
Durante el período comprendido entre 1890 y 1947, las elites
sociológicas académicas llegan al consenso de que el papel apropiado
para el sociólogo era el compromiso intelectual con el rigor científico, la
neutralidad valorativa y la abstracción formal. Este consenso
deslegitimaba el trabajo de las mujeres fundadoras y de muchos
hombres que practicaron una posición alternativa en defensa de una
sociología comprometida, crítica y activista. Las autoras documentan
este proceso revisando artículos publicados en el American Journal of
Sociology y en otras publicaciones similares aparecidas entre 1895 y
1947 en Estados Unidos. Muestran cómo, entre 1890 y 1940, ninguna
mujer obtuvo cargos directivos en los departamentos de sociología ni en
la American Sociological Society y los artículos escritos por mujeres
aceptados en las revistas más prestigiosas como el American Journal of
Sociology y la American Sociological Review representaron menos del
10% de todos los artículos publicados. La tendencia hacia el
cientificismo en las ciencias sociales académicas fue temporalmente
frenada en períodos reformistas de la sociedad mayor.
10
Todas las citas son traducciones libres de Luz Gabriela Arango.
140
Así, entre 1890 y 1915, las luchas sociales de trabajadores, grupos
inmigrantes, afro-americanos, segmentos educados de la clase media y
la primera ola del movimiento feminista, favorecieron la producción
sociológica de las mujeres. Algo semejante ocurrió en las décadas de
1960 y 1970 con el impacto de las luchas por los derechos civiles de los
negros, el movimiento contra la guerra de Vietnam y la segunda ola
feminista. Pero la tendencia dominante hacia el cientificismo en la
sociología académica fue estimulada por una orientación conservadora
general de la sociedad y la política norteamericanas. Hacia mediados
de los años treinta, la narrativa de la sociología sobre si misma sufrió
una reescritura que marginó a muchos pensadores varones y a las
mujeres fundadoras. Esta reelaboración de la memoria intelectual de la
disciplina legitimó la combinación de la teoría estructural-funcionalista y
la investigación en grandes encuestas desarrolladas por Parsons en
Harvard, Merton y Lazarsfeld en Columbia, combinación que ofrecía
una teoría y una metodología formales, universalizadas y
valorativamente neutras: ―la tríada capitolina‖ de la que habla Bourdieu
(2001).
Como bien lo subrayan las autoras, su propio trabajo de recuperación
de parte de la historia de las mujeres en la sociología, fue posible por la
acción feminista colectiva dentro de la disciplina a partir de la década
del setenta, con hitos como el surgimiento del grupo Sociologists for
Women in Society en 1971, la creación de la sección sobre sexo y
género en la Asociación Norteamericana de Sociología –ASA- en 1972,
la creación de la revista Gender & Society en 1986 o la organización de
la sección de ASA sobre Raza, Clase y Género en 1996, entre otros.
El ejemplo de Marianne Weber
141
A título de ejemplo y considerando la importante influencia de Max
Weber en la enseñanza de la sociología en Colombia, quiero presentar
una perspectiva general sobre el papel de Marianne Weber como
socióloga, basada en el trabajo de Lengermann y Niebrugge-Brantley
cuyo descubrimiento me resultó especialmente revelador. Hay que decir
que la obra sociológica de Marianne Weber se encuentra
fundamentalmente en alemán y que incluso la traducción al inglés
resulta muy restringida. La sociología de Marianne Weber, quien
escribe entre 1890 y 1920, es influida por tres ejes del pensamiento
social alemán: una ideología de género basada en una masculinidad
sensual y agresiva y una feminidad espiritual y domesticada; la primera
ola importante de organización y pensamiento feminista; y la
formulación de una sociología comprensiva por parte de varones
liberales como Max Weber y Georg Simmel.
Luego de publicar en 1907 su monumental obra Matrimonio, Maternidad
y Ley, Marianne Weber fue considerada una líder intelectual del
movimiento feminista liberal. Aunque rechazó las afirmaciones
tradicionales esencialistas sobre las diferencias fundamentales entre la
naturaleza masculina y femenina, Marianne Weber sostuvo que la
configuración de género del trabajo humano le daba a las mujeres como
grupo, la responsabilidad primaria de producir, reproducir y enriquecer
la vida humana al nivel de la cotidianidad. Marianne Weber también
participó en una vertiente feminista en la configuración crítica alemana,
conocida como ―el movimiento erótico‖, surgido de los círculos artísticos
e intelectuales alrededor de Munich, el cual cuestionaba la doble moral
sexual y reivindicaba una revolución en las costumbres sexuales de
mujeres y hombres. El feminismo erótico defendía la experimentación
sexual, el desmantelamiento de la monogamia, la liberación de mujeres
142
y hombres por el amor libre, la exploración homo-erótica y la crítica a la
heterosexualidad.
La sociología de Marianne Weber es una sociología centrada en la
mujer tanto por sus temas de estudio como por su perspectiva. Su
trabajo se plantea como una reacción a algunas ideas presentes en los
círculos masculinos de las ciencias sociales que conocía íntimamente;
en particular, el supuesto de que las afirmaciones que se hicieran sobre
el actor social eran válidas para hombres y mujeres o que las mujeres
no eran lo suficientemente significativas como para merecer un análisis
separado. Marianne Weber basa su sociología feminista en su
experiencia como mujer en un mundo dominado por hombres y como
respuesta al discurso sobre este mundo elaborado por una sociología
igualmente dominada por hombres. Enfoca su crítica en dos áreas
primarias e interrelacionadas de la experiencia femenina: el matrimonio
y el trabajo y en la manera como la armonía social se construye a
expensas de la autonomía de la mujer.
Marianne Weber muestra como las vidas de las mujeres están
estructuradas por instituciones dominadas por los hombres como el
derecho, la religión y la economía; por un contexto histórico forjado por
una serie de acontecimientos masculinos; y por análisis masculinos de
estas instituciones y acontecimientos. Su sociología se compromete
explícitamente con las teorías de Georg Simmel e implícitamente con
las de su esposo, Max. No escribe desde una posición de neutralidad
valorativa sino de defensa de cambios en pro de una mayor igualdad
entre hombres y mujeres.
143
Buena parte de su obra, incluyendo su trabajo mayor Matrimonio,
Maternidad y Ley (1907) está orientada a analizar histórica y
estructuralmente la institución matrimonial. El aspecto más agudo de su
análisis es la identificación de las dinámicas micro-sociales del
matrimonio como negociación compleja entre poder e intimidad, en la
cual el dinero, el trabajo de la mujer y la sexualidad son asuntos
decisivos. Resulta interesante resaltar el papel de la ética protestante
en su análisis histórico del matrimonio que contrasta y complementa el
célebre trabajo de su esposo. Para Marianne Weber, la ética
protestante estimula la demanda de autonomía de las mujeres al
afirmar que cada persona, hombre o mujer, es moralmente
independiente y sólo debe rendir cuentas ante Dios:
―En las comunidades religiosas del Nuevo Mundo animadas por el
espíritu puritano, la idea de la igualdad religiosa de la mujer empezó a
ser tomada en serio por primera vez... La libertad de conciencia, madre
de todos los derechos personales del individuo, estuvo también, del
otro lado del océano, en el origen de los derechos de las mujeres‖
(Weber, 1912ª/1919/1997:31, en Lengermann y Niebrugge-Brantley
1998:205)
Analiza las dinámicas micro-sociales de la relación marital y señala
cómo el patriarcado, al darle al marido la autoridad para tomar
decisiones, afecta la integridad de la relación matrimonial y destruye
las posibilidades de intimidad. En la mayoría de los matrimonios, la
esposa es económicamente dependiente del marido y esta relación de
subordinación erosiona el sentido de adultez moral de la mujer:
144
―la esposa se ve obligada a rogarle al marido y a halagarlo para
satisfacer sus necesidades personales... Como toda persona mantenida
en condición de dependencia ... adopta las armas de los débiles y trata
de conseguir sus propósitos con todo tipo de rodeos... Cuánta
desfiguración generan esos trucos de esclava que aún utiliza nuestro
sexo para obtener con disimulo de un ―amo y señor‖, muchas de las
cosas que necesitamos para nuestra vida‖ (Weber, 1912ª/1919/1997:
43-44, en Lengermann y Niebrugge-Brantley 1998:206)
La revisión histórica de Marianne Weber la lleva a concluir que la
adquisición más reciente de autonomía en el matrimonio resulta de las
nuevas condiciones industriales que remueven el control personal del
esposo, empujando a la mujer hacia la esfera pública como trabajadora.
Su teoría sobre el trabajo de la mujer se inscribe dentro de un diálogo
crítico con Georg Simmel. Este último responde al debate sobre el
papel de la mujer en la sociedad introduciendo una sociología de
género que permanecerá ignorada por los historiadores de la disciplina
hasta que el feminismo de finales del siglo XX devuelva a los
académicos varones hacia las fuentes masculinas clásicas en busca de
la faltante ―cuestión de la mujer‖. Simmel superpone su teoría del
género en su clásica y fundamental distinción entre ―cultura objetiva‖ y
―cultura personal‖: la primera designa los objetos y textos supra-
personales que trascienden y moldean la existencia social individual
como la tecnología, el arte, la ciencia, el lenguaje, la religión, el
derecho, el dinero, el sistema moral (Coser, 1977).
La segunda designa la realización psíquica individual de un sentido del
significado de la existencia. De acuerdo con Simmel, la cultura objetiva
sería un medio alienante que consume la energía masculina y separa a
145
los varones de la totalidad de la cultura personal mientras las mujeres
tendrían una altísima capacidad para realizar el ―alma bella‖ de la
cultura personal, el proyecto más importante de la humanidad. Las
mujeres serían superiores a los hombres en este sentido pero
mantendrían un lugar secundario y distante en la construcción de la
cultura objetiva.
Marianne Weber responde inicialmente a Simmel con el argumento de
que mujeres y hombres tienen capacidades iguales para trabajar. En
varios de sus ensayos, la socióloga muestra la participación de las
mujeres en la cultura objetiva y la diversidad de su contribución en la
agricultura, la industria, las profesiones, la educación y la política. Pero
afirma que el trabajo cultural de las mujeres cubre no solamente la
cultura personal y la cultura objetiva sino también una tercera esfera de
trabajo, - la producción de la vida cotidiana- que relaciona los dos polos
anteriores de manera esencial para la continuidad social y el desarrollo
individual. Las mujeres trabajan con objetivos prácticos concretos para
mediar y traducir los productos de la cultura objetiva a un entorno
utilizable por los individuos en la vida diaria. Este continente oculto del
trabajo de las mujeres sería el puente -y hasta cierto punto la solución a
la tensión que identifica Simmel- entre la cultura objetiva y la cultura
personal.
La contribución de Marianne Weber a la sociología reside en el modo
en que modifica nuestra comprensión de las teorías de Max Weber y
Georg Simmel. La socióloga trabajó dentro de un conjunto de conceptos
y temas que consideramos propios del pensamiento de Weber y
Simmel y que ella misma les atribuye. Adopta su metodología que
privilegia el análisis de los casos históricos específicos y la
146
aproximación a los sujetos humanos desde el sentido de su acción. Sin
embargo, introduce una fractura crítica y feminista en estos discursos al
traer a colación la pregunta por las mujeres.
En su crítica a la sociología de Simmel, revela claramente, por ejemplo,
cómo la desesperanza filosófica de Simmel en torno al dinero como
reificación cultural es un lujo de aquellos que tienen un acceso fácil y no
problemático a éste. Rechaza la tesis de que los hombres sean por
naturaleza menos hábiles que las mujeres para hacer el trabajo de
cultura personal y que sean las trágicas víctimas de su genio para la
cultura objetiva. Al explorar el vasto continente medio del trabajo
cultural de las mujeres para producir la vida cotidiana, nos muestra
cómo esa clase privilegiada de varones puede reflexionar sobre la
tragedia de la alienación de la cultura objetiva porque mantiene su
capacidad de pensar sobre el sentido de la vida gracias al trabajo
cultural cotidiano de las mujeres.
La relación de la sociología de Marianne Weber con la de su esposo es
más elusivamente crítica. Cuando ella hace la pregunta por las mujeres
a la sociología de Max, no encuentra respuesta: las mujeres no están,
ni positiva ni negativamente en su sociología. El asunto de la mujer es
más marginal en Weber que en los textos clásicos y más conservadores
de Durkheim o en el sentimentalismo liberal de Simmel. En su ensayo
―Autoridad y autonomía en el matrimonio‖ (1912) Marianne Weber
critica el análisis del poder y la dominación desde la perspectiva del
dominante y plantea el problema del punto de vista del subordinado que
experimenta el poder como control sobre su propia voluntad. En este y
otros ensayos, Marianne Weber describe al subordinado como no
necesariamente complaciente con la dominación. El o la subordinada
147
debe encontrar formas de sobrevivir como subjetividad con voluntad en
condiciones de dominación, utilizando los poderes del débil. Por otra
parte, su análisis sobre la historia de la religión en la sociedad
occidental revela que la sociología de Max, incluyendo su exploración
del protestantismo y las sectas puritanas, sólo se interesa por sus
consecuencias en aquellas instituciones determinantes en la vida de los
varones; y deja sin explorar sus profundas consecuencias sobre las
mujeres. Marianne Weber muestra como la preservación de la
dominación patriarcal entre los sexos en la más íntima y cotidiana de
las relaciones humanas –el matrimonio- es el hecho vergonzoso en las
celebraciones que la ciencia y la filosofía hacen de la expansión de los
derechos democráticos en las sociedades occidentales, considerados
como una evidencia en la sociología de Max.
La sociología de Marianne Weber también está construida sobre la
comprensión de las diferencias entre mujeres que resultan de la clase,
la educación, la edad y la ideología y reconoce de manera consistente
diferencias categóricas entre ellas. La autora es consciente del
privilegio particular de mujeres como ella y estima que éste implica
responsabilidades específicas. No pretende ser ―valorativamente
neutra‖ en sus análisis; toma partido por las mujeres. Su voz
personalizada revela que los escritos de Max Weber y Georg Simmel,
presentados como la voz abstracta de la teoría pura, fueron también los
postulados de personas con género, clase, y especificidad biográfica‖.
Para finalizar con el tema de la Sociología de Género, se relacionan algunos de
los autores que se han destacado por sus trabajos investigativos sobre el tema:
148
Simone de Beauvoir (Francia); Michel Foucault (Francia); Pierre Bourdieu
(Francia); Teresa Valdés (Chile); María Jesús Izquierdo (España); Mariane Weber
(Alemania).
Lección 15. Preguntas de revisión
A continuación se presentan una serie de ejercicios de revisión que les ayudará en
el proceso de adquisición de nuevos conceptos y revisión del aprendizaje logrado.
1. Con sus propias palabras construya el significado de la Sociología y de su
unidad de estudio.
2. ¿Qué diferencia existe entre la Sociología y la Historia como disciplinas
científicas?
3. ¿Qué diferencia existe entre la Filosofía y la Sociología como disciplinas
científicas?
4. Describa cuales son las principales características de la Ciencia y aplíquelo a la
Sociología.
5. ¿Describa cuales fueron los principales aportes de Augusto Comte a la
aparición de la Sociología como disciplina científica.
6. Crear cuadro donde se expongan las etapas de la sociología, evidenciando sus
autores y escuelas y las propuestas teóricas en cada una de las etapas además
del componente cronológico. Después de haber leído el capítulo uno y dos, se
organiza un cuadro donde se expongan las diversas etapas del desarrollo de la
Sociología desde el positivismo, hasta las propuestas actuales incluyendo las
corrientes subjetivistas, destacando el nombre de la corriente, los representantes
de cada una y las ventajas y desventajas de cada propuesta teórica.
Utilice para ello el siguiente encabezado:
ETAPAS Y CORRIENTES
AUTOR RESEÑA BIBLIOGRAFICA Y
PERIODO
PRINCIPAL APORTE
PRO O CONTRA DE SU PLANTEAMIENTO
149
7. Investigue en fuentes diferentes al módulo, de que se ocupan la Sociología
Rural, la Sociología Urbana, la Sociología Jurídica, la Sociología Educativa y un
autor de cada una de ellas.
8. Enumere 5 problemáticas de su entorno social (barrio, ciudad, país, trabajo,
universidad) que tomaría como objeto de estudio para interpretar y proponer
soluciones.
9. Enuncie 3 diferencias entre la Sociología Macro social que analiza las
estructuras y la Sociología Micro social en cuanto a la forma de analizar los datos
y el método utilizado.
10. Desde su perspectiva personal elabore un escrito de no menos de 10
renglones, en el que exprese: ¿Por qué es importante estudiar Sociología para la
carrera que estoy estudiando?
UNIDAD 2: SOCIOLOGÍA DE LA CULTURA
INTRODUCCIÓN
La sociología de la cultura toca todos los elementos sociales, todas las disciplinas
académicas tocan de alguna forma lo cultura, la forma como se interpreta la
realidad determina la forma como se entiende lo económico, lo administrativo, lo
político etc. En esta unidad se verá la relación entre lo cultural y lo social, como
existen unas violencias simbólicas que ponen en la discusión pública las
interpretaciones hegemónicas o de quienes tienen el poder.
Se hace un análisis crítico de los estudios Latinoamericanos realizados a partir de
los estudios Norte Americanos y Europeos, ya que estos no dan cuenta de las
realidades específicas de nuestros países; consideran que lo cultural de nuestros
150
países es lo folclórico, no las formas de interpretación o de construcción de la
realidad. Se toma como base el documento elaborado por Nelly Richard.
Se presenta también la relación entre lenguaje y cultura; cómo a través de las
palabras se reflejan las relaciones sociales, las relaciones económicas y las
relaciones de poder. También se incluyen los temas de globalización y cultura,
globalización y desarrollo.
Posteriormente se presentarán algunos elementos del documento de Miguel Ángel
Ramón sobre la Interacción Social, desde la perspectiva del análisis del PAP
solidario de la Universidad.
En las últimas lecciones se brindarán algunas herramientas de tipo metodológico
para que los estudiantes comprendan como se elabora una investigación de tipo
sociológico y lo pongan en práctica en la elaboración de su segundo trabajo
colaborativo en el que se enfatizará en la participación como una forma de
encontrar soluciones a los problemas sociales que aquejan a nuestras
comunidades.
OBJETIVOS DE LA UNIDAD
Describir los diferentes enfoques existentes sobre la Sociología de la Cultura.
Discutir la relación existente entre el proceso de globalización y las relaciones
culturales con el fin de identificar las diferentes maneras de abordar las
problemáticas sociales.
Identificar las diferentes maneras de abordar los problemas sociales desde las
perspectivas cualitativas y participativas.
151
Adquirir herramientas metodológicas que les permita abordar los problemas
sociológicos de su entorno.
Identificar las principales herramientas de recolección de información sociológica y
las maneras de aplicarlas según los contextos.
Integrar interdisciplinariamente los conceptos estudiados en el curso, para que
sean capaces de elaborar y ejecutar propuestas de desarrollo, tendientes a
mejorar la calidad de vida de las comunidades de su entorno.
Fomentar la sensibilidad social de los estudiantes frente a los problemas de su
entorno social y su compromiso solidario y participante en la solución de los
mismos.
COMPETENCIAS
Cognitiva: Los aprendientes comprenden la relación entre Cultura y Sociología,
sus diferentes formas de expresarse a través del lenguaje las relaciones de poder
académico entre los académicos de Europa, Estados Unidos y América Latina.
Comunicativa: Los aprendientes entienden y argumentan los planteamientos
básicos de la relación entre la sociología y la cultura, las culturas populares y la
cultura de masas.
152
Competencia contextual: en la relación Sociología – Cultura, Los aprendientes
deben desarrollar la habilidad de reconocer en su entorno cómo se viven las
distintas formas de interpretación de la realidad, como se mezcla lo que se piensa
en lo cotidiano y como se transforma con el estudio de las interpretaciones
académicas de la realidad.
CAPITULO 4: ¿QUÉ ES LA SOCIOLOGÍA DE LA CULTURA?
Lección 16. Definiciones de la Cultura
En investigaciones concretas relacionadas con la cultura, una de las grandes
limitaciones que se encuentran es la que se refiere a la diversidad de definiciones.
La cantidad de conceptos existentes, aunque enriquece el marco de referencia,
también es una dificultad en el momento en que los investigadores deciden
adoptar un marco teórico para una investigación socio-cultural.
Una de las razones de ello radica en los condicionamientos externos, es decir, si
se realiza una investigación en Alemania no se puede trabajar con los mismos
criterios de análisis que se utilizarían por ejemplo en un estudio cultural en Haití o
en el Salvador, o en Colombia.
Igualmente dentro de las mismas sociedades existen diferencias significativas en
los grupos que la componen. Por ejemplo si se realiza un taller comunitario con
líderes barriales, grupos afro colombianos y grupos de indígenas al tiempo,
tendríamos una diversidad y una cantidad de particularidades especiales de cada
grupo social por lo cual tendríamos que tomarlas todas si quisiéramos elaborar
una caracterización de la Cultura Colombiana.
153
Se presentará una breve evolución del concepto: En la sociedad Greco Romana,
la palabra cultura significaba cultivar y hacía referencia a una tarea en la cual los
hombres ponían a disposición sus vínculos y saberes cotidianos.
En el siglo XVIII con la Ilustración, el concepto de cultura se transformó de manera
tal que se consideraba culto quien tuviera ciertos conocimientos por lo cual esa
designación era del predominio de los grandes filósofos, sabios o científicos de la
época. Solo podía ser culto quien tuviera la posibilidad de acceder a la educación,
a los viajes y a las relaciones sociales.
Este concepto continúo en el siglo XIX razón por la cual los antropólogos ingleses
y franceses de la época calificaban las costumbres de los pueblos colonizados
como irracionales y poco aceptadas por las sociedades europeas, porque solo se
consideraba adecuado lo que ellos pensaban lo cual se constituyó en el llamado
Eurocentrismo (Todos los diferentes a ellos se consideraban inferiores por tener
costumbres míticas y mágicas alejadas de las propias).
Posteriormente el concepto fue evolucionando en la medida en que los científicos
sociales franceses, ingleses y norteamericanos entraron a analizar la vida
cotidiana de los pueblos sometidos.
―La amplitud asignada desde entonces al concepto de cultura -lo que no
es naturaleza, todo lo producido por todos los hombres, sin importar el
grado de complejidad y desarrollo alcanzado- fue un intento de
reconocer la dignidad de los excluidos. Se consideraron parte de la
cultura todas las actividades humanas, materiales e ideales, incluso
aquellas practicas o creencias antes juzgadas manifestaciones de
ignorancia (las supersticiones, los sacrificios humanos), las normas
sociales y las técnicas simples de quienes viven desnudos en una
154
selva, sujetos a los ritmos y los riesgos de la naturaleza." (García
Canclini, De lo primitivo a lo popular. Teorias sobre la desigualdad de
las culturas, 1987)
Se pueden ver entonces diversas miradas dependiendo del desarrollo y la
evolución de las teorías científicas. Por ejemplo el Marxismo postula que existe
una infraestructura (base económica) que condiciona la superestructura (lo
ideológico) y que la primera determina a la segunda. El estructuralismo se interesa
en cambio por las múltiples relaciones entre las estructuras y su unidad.
Con el surgimiento de nuevas miradas también aparecen nuevos conceptos, así si
se habla desde el Marxismo es importante entonces tener en cuenta la burguesía
y el proletariado y la lucha de clases pero si se mira desde el Estructuralismo
entonces será necesario abordar términos como lenguaje, símbolos, significante,
significado, semiótica, hermenéutica.
García Canclini en el texto citado anteriormente afirma que:
“Todas las culturas, por elementales que sean, se hayan estructuradas,
poseen coherencia y sentido dentro de sí. Aún aquellas prácticas que
nos desconciertan o rechazamos (la antropofagia- costumbre de comer
carne humana; la poligamia- costumbre que permite al varón tener
varias esposas), resultan lógicas dentro de la sociedad que las acepta,
son funcionales para su existencia”. (García Canclini, De lo primitivo a
lo popular. Teorias sobre la desigualdad de las culturas, 1987, pág. 99).
De acuerdo con lo anterior y a manera de conclusión, se puede afirmar entonces
que la diversidad de conceptos respecto a la cultura, dependen en todo caso de la
manera de analizar la realidad y de la concepción teórica que la sustenta pero que
básicamente es un conjunto de formas, valores, patrones, creencias y
155
entendimientos propios de una sociedad específicamente limitada en espacio y
tiempo, a través de los cuales se regula, se expresa, se comunica y comparte.
Lección 17. Desarrollo de los Estudios de la Sociología de la Cultura
La sociología de la cultura o los estudios culturales, son un campo de estudio que
dan cuenta, de manera transdisciplinaria (mezcla de varias disciplinas), de los
fenómenos culturales, reconoce múltiples actores e instituciones generadoras de
significaciones sociales, develando las intencionalidades políticas y de
dominación que existen dentro de estos procesos que son impulsados desde
centros hegemónicos de poder como la iglesia, la escuela, el estado, la familia,
etc. y la forma como las sociedades mediáticas se han servido de los medios
masivos de comunicación, para llegar a un mayor número de sociedades
convirtiéndolos en los mayores trasmisores simbólicos. Los estudios culturales o
la sociología de la cultura, permiten también, contraponer los procesos culturales
de lo local, lo regional y lo global.
El reconocimiento de los estudios culturales, como un campo de investigación se
da a partir de la creación del Centro de Estudios Culturales Contemporáneos de
Birmingham (Inglaterra), en 1962, aunque estos se venían desarrollando desde
mucho tiempo atrás.
En este centro se reconocen varias líneas de investigación dentro del campo de la
Sociología de la Cultura, una es la que representan E.P.Thompson y Raymond
Williams, desde una aproximación marxista y crítica, donde su principal punto de
discusión es frente a la posición marxista ortodoxa de la Estructura /
Superestructura ya que lo económico era lo que determinaba tanto el desarrollo
económico como la ideología del individuo. El concepto principal que manejan
156
estos autores es el de materialismo cultural 11en el cual se pone de presente que
los sistemas de significación producen a los sujetos y cambian la historia y que no
son solamente es el reflejo de las condiciones sociales de producción como lo
planteaba el marxismo desde su determinismo económico.
Las investigaciones del Centro de Birmingham se centraron en la discusión del
concepto de Cultura. Hasta entonces el concepto fue trabajado por la sociología y
la literatura como la cultura de élites o la alta cultura, estos estudios lograron
ampliar el concepto desde una mirada antropológica y semiótica. Componen este
debate sobre el concepto tres líneas de profundización: el estudio de las culturas
subalternas y populares, desplazamiento desde los códigos estéticos hacia las
prácticas de significación y el consumo y recepción de nuevas tecnologías y de
los mensajes de los medios.
A estos estudios pioneros se suman los estudios del jamaiquino Stuart Hall, quien
introdujo los problemas por la raza y el colonialismo, como categorías centrales en
el análisis cultural y Catherin Hall, feminista que propuso la discusión sobre las
relaciones de género y la clase social.
Un autor muy importante a partir de la década de los 80, como ya se ha visto en
las anteriores lecciones, fue Pierre Bourdieu, quien abordó los fenómenos
culturales desde una teoría de la dominación que enfatiza la dominación
simbólica, poniendo en evidencia como funcionan de manera inconsciente las
estructuras de dominación que se ven expresados en esquemas de pensamiento y
acción en los individuos. Se puede evidenciar esta situación a través del análisis
del consumo simbólico a través de los medios masivos de comunicación, el arte,
11
El materialismo cultural es un enfoque de investigación en antropología y sociología, que postula que las condiciones
materiales suelen ser el principal factor promotor de los cambios sociológicos y culturales observados así como un fuerte determinante de los patrones culturales y organización de una determinada cultura o sociedad.
157
los procesos educativos y la religión y llegar a comprender cuales son las
intencionalidades políticas.
Como se puede observar, el desarrollo de la sociología de la cultura ha tenido 3
enfoques básicos: Los enfoques desarrollados por los pensadores europeos; los
estudios desarrollados en Inglaterra y los estudios desarrollados en Norteamérica.
Sin embargo y como lo podrán encontrar más adelante, las discusiones actuales
cuestionan el hecho de que los análisis de la cultura latinoamericana
tradicionalmente se realiza desde miradas externas especialmente desde las
escuelas europeas, inglesas y norteamericanas y no de desde una perspectiva
local, obedeciendo a nuestras propias condiciones de desarrollo.
Lección 18. Estudio de La Cultura desde América Latina
Los Estudios Culturales en América Latina son relativamente nuevos y se
considera que aparecen ligados a los conceptos de modernidad y
postmodernidad.
En los países Latino Americanos la llamada Modernidad12 se inicia con el proceso
histórico de la conquista española. Sin embargo no se puede desconocer que hay
diferencias significativas en los procesos regionales, dada la diversidad de actores
que intervinieron en la conquista (aventureros, prisioneros, misioneros, militares e
intelectuales) y a la posterior influencia de migrantes de muchos lugares de
Europa.
Mientras que en los países andinos y centro americanos, la población es producto
del mestizaje entre españoles, indígenas y negros, en países como Chile,
Argentina, Uruguay y Brasil, el mestizaje incluyó a los emigrantes alemanes e
italianos, lo cual genera diferencias significativas.
12
Algunos autores distinguen los conceptos de Modernidad y Modernización. Modernidad se entiende como el proceso de
secularización y la ruptura y desencantamiento con la organización religiosa en el mundo. La Modernización tiene que ver con el crecimiento de las fuerzas productivas, una mayor división social del trabajo y un alto grado de desarrollo productivo. En este caso se tratarán como dos conceptos ligados.
158
Las guerras de independencia también son hechos que dan significación a la
llegada a la modernidad especialmente con la traducción de los Derechos del
Hombre por parte de Antonio Nariño, con lo cual se proclamaba entre otras la
liberad de culto, política y económica, lo que permitió que se presentaran acciones
revolucionarias.
Un tercer elemento que constituye la llegada a la modernidad es el proceso de
industrialización (modernización) que concretamente en Colombia se ubica
aproximadamente a comienzos del siglo XX con la expansión cafetera,
tabacalera, petrolera y bananera.
La postmodernidad se concibe a partir del desarrollo de los medios de
comunicación; la sociedad postmoderna caracterizada por la complejidad, el caos.
Es una respuesta reaccionaria debido al malestar y la inconformidad a lo que la
modernidad impuso a la sociedad, manifestada en la forma de vivir, sentir,
comportarse, relacionarse socialmente. Se presentan en la postmodernidad
multiplicidad de facetas y ambigüedades. El hombre posmoderno no cree en
discursos absolutos. Se privilegia la experiencia antes que el discurso racional; la
fuente de los conocimientos por encima de las teorías y los conceptos es lo que
llega a través de los sentidos, por lo cual se debe sentir, imaginar, intuir.
En América Latina ya desde los siglos XIX y XX se puede decir que existían unas
preocupaciones intelectuales por los procesos culturales propios de la región,
frente al mestizaje cultural, producto de los procesos de colonización e
inmigración. Esto se veía reflejado en temas como la cultura en los nacientes
Estados Nación, al preguntarse cuáles eran las costumbres, las creencias, las
actitudes propias y cuales las propias de los colonizadores.
Martin Barbero considera que:
159
“El proceso más vasto y denso de la modernización en América Latina va a tener
lugar a partir de los años 1950-1960 y se hallará vinculado decisivamente al
desarrollo de las industrias culturales. Son los años de la diversificación y
afianzamiento del crecimiento económico, la consolidación de la expansión
urbana, la ampliación sin precedentes de la matricula escolar y la reducción del
analfabetismo. Y, junto con ello, acompañando y modelando este desarrollo, se
producirá la expansión de los medios masivos de comunicación y la conformación
del mercado cultural‖. (Barbero)
A partir de los años ochenta se consolida en América Latina una tradición de
investigación cultural que es denominada por algunos investigadores como
“Estudios de Comunicación y Cultura. El problema central de investigación en esta
línea es el análisis de las contradicciones, e influencias recíprocas entre las
culturas de elite, étnicas, culturas populares, relacionándolas con los textos e
imágenes de los medios de comunicación de masas, dentro del contexto de la
globalización.
Alicia Ríos (Rios, 2002) define los Estudios culturales latinoamericanos como: “un
campo de estudio configurado dentro de la tradición crítica latinoamericana, la
teoría de la dependencia y la teología de la liberación que mantiene un diálogo
constante con las escuelas de pensamiento europeas y norteamericanas. Su
objeto de estudio es la producción simbólica de la realidad latinoamericana. Estos
estudios generalmente son interdisciplinares porque son realizados por autores de
muchas disciplinas como la antropología, la sociología, la filosofía, la
comunicación social entre otros.
Entre los autores más representativos en América Latina, se encuentran: Jesús
Martín Barbero y Guillermo Sunkel, quienes tienen una fuerte influencia de la
160
escuela británica, José Joaquín Brunner y Néstor García Canclini con influencia de
los estudios de Pierre Bourdieu.
José Joaquín Brunner ha trabajado los problemas de significación política y la
reflexión posmoderna en la región. También es importante resaltar la obra de Nelly
Richard en cuanto a sus aportes para la interpretación de la cultura política de los
pueblos.
Lección 19. Otros conceptos y maneras de abordar el tema de Cultura
Peter Berger nació en Viena en 1929. Complementó sus estudios secundarios en
Londres y en 1949 migró a Estados Unidos. Entre 1963 y 1970 desarrolló
ampliamente su concepto sobre la cultura y la realidad social.
Influenciado por Tomas Luckman y Alfred Shutz, el autor aplica la fenomenología
a las ciencias sociales.
La Sociología Fenomenológica se centra en los significados que las personas
comparten intersubjetivamente y que también están objetivados por una serie de
creaciones culturales. Berger ve en la cultura constantes biológicas y ambientales
propias de la condición humana. Hace una comparación entre los animales y el
hombre: los animales nacen con instintos altamente especializados: su mundo
está predeterminado por sus instintos por lo cual nacen como seres
completamente acabados. Los seres humanos por el contrario, nacen con una
estructura no especializada, su mundo es abierto en el cual debe actuar para
construirlo; el ser humano es entonces inacabado por lo cual debe interactuar con
su entorno (ambiente) y con otros hombres.
El autor explica que los individuos construyen la realidad en su proceso de
socialización en tres momentos:
161
1. Externalización: Es el proceso por el cual el hombre se vuelca al mundo: ―Las
personas construyen aquello que no encuentran en su constitución biológica:
construyen su mundo con sus formaciones socio culturales y psicológicas‖.
(Berger, 1986, pág. 35).
Lo anterior significa que los seres humanos dan sus propios significados a la
realidad que los rodea.
2. Objetivación: En este momento los seres humanos consideran que su entorno
es algo que está allí independiente de si mismos. Cuando la persona empieza a
crecer, quienes apoyan su proceso de socialización le dicen que es lo que debe
hacer o no hacer con base en lo que sus antepasados también les dijeron a ellos.
3. La Internalización: proceso por medio del cual el individuo no solamente
reconoce y comprende el mundo socio cultural objetivo sino que también se hace
parte de él.
Para concluir los tres procesos se podría decir que: en la Externalización la
sociedad es un producto humano; cuando se objetiva se comprende que el
entorno es un mundo independiente de nosotros y con la internalización el hombre
se comprende como un producto de la sociedad.
Otro autor importante que ha trabajado el tema de la Cultura es Cliffort Geertz
(1926–2006), quien desarrolló un concepto basado en la fenomenología, con lo
cual considera que la investigación cultural debe dedicarse a la interpretación de
los significados subjetivos que los grupos sociales dan a sus experiencias. Con
ello se quiere significar que si se va a realizar un estudio cultural es necesario
analizar los esquemas culturales que cumplen funciones de ordenar, codificar y
dirigir la vida de los individuos. Por ello es fundamental conocer los modelos
culturales locales para poder interpretar su cultura: los símbolos, los signos, los
gestos, creencias, mitos, ritos, porque todos han contribuido de alguna manera a
la construcción de la identidad.
162
Cliffort Geertz basado en la teoría de los Sistemas, considera que el sistema
general (La Sociedad) está compuesto por otros subsistemas que a su vez se
pueden descomponer en otros de orden inferior y que para comprender la
sociedad en general se deben analizar los subsistemas.
Por ejemplo si vamos a estudiar el estado de salud de la población Afro residente
en el Valle es necesario en primer lugar definir específicamente que área de la
salud estudiar: desnutrición en los niños o cáncer de mama en las mujeres etc.
Para hacer el estudio entonces sería necesario consultar varios subsistemas a
saber: Medio Ambiente, Religión, Economía, Políticas del Estado, Infraestructura
Física entre otras.
Lección 20. Globalización Académica, Estudios Culturales y Crítica
Latinoamericana
En esta lección se presenta un extracto de un documento elaborado por Nelly
Richard en el cual hace una fuerte crítica a los estudios latinoamericanos que se
han realizado desde una perspectiva que no tiene en cuenta las condiciones
específicas de las formaciones sociales latinoamericanas, sino obedeciendo a
esquemas extranjeros.
Nelly Richard, licenciada en Literatura Moderna (Universidad París IV-La
Sorbonne), directora de la Revista de Crítica Cultural (Santiago de Chile) y del
Diplomado en Crítica Cultural (Universidad Arcis). Directora del programa
“Postdictadura y transición democrática en Chile” de la Fundación Rockefeller
(1997-2000). Directora de la serie “Crítica y ensayos” de la Editorial Cuarto Propio
en Santiago de Chile. Ganadora de la beca Guggenheim en 1996.
Es importante anotar que sus trabajos representan grandes aportes a la
comprensión de las culturas latinas entendiéndose que no somos una sola cultura
163
sino las culturas teniendo en cuenta las condiciones específicas de cada región en
particular.13
“…LA RECEPCIÓN LATINOAMERICANA DE LOS ESTUDIOS
CULTURALES
La globalización económica y comunicativa ha provocado múltiples
redefiniciones sobre cómo América Latina se vive y se mira a sí misma,
al fragmentar y diseminar los trazados identitarios de lo nacional y de lo
continental que le servían de fronteras de integridad al discurso
sustancialista de un ―nosotros‖ puro y originario.
Pero no sólo las pertenencias de identidad tradicionales y sus
representaciones socioculturales se han visto, en Latinoamérica,
modificadas por los flujos disolventes del régimen de circulación
capitalista que cotidianamente transnacionaliza mercancías e
informaciones. Más allá de aquellos procesos de desterritorialización
del capital económico y de interplanetarización comunicativa, el
dispositivo de la globalización atañe también a la producción de saberes
y teorías, ya que entre sus agentes figura una red transnacional de
universidades y de instituciones del conocimiento que administra
recursos para la circulación de las ideas a la vez que programa las
agendas de debate intelectual. Los territorios de lo universitario y de lo
académico son uno de los sitios marcados por las divisiones entre lo
global (las dinámicas expansivas del neocapitalismo que afectan
también a las instituciones del saber) y lo local: la especificidad de los
campos de formación intelectual y las articulaciones contextuales de
sus dinámicas de pensamiento.
13
Las citas que aparecen en el texto son de la autora Nelly Richard.
164
Estas divisiones entre lo global y lo local, que rediseñan el paisaje
económico y comunicativo de la sociedad y de la cultura
latinoamericana, animan también la discusión en torno a los nuevos
modelos de reorganización del conocimiento susceptibles de analizar
los cambios de lo social y lo cultural en América Latina. Y dentro de
estos modelos, figuran los estudios culturales.
Los estudios culturales (cultural studies) son hoy la novedad exportada
por la red metropolitana centrada en Estados Unidos, y existen muchas
discusiones en América Latina sobre los riesgos de transferencia y
reproducción periféricas de su modelo. Los estudios culturales no sólo
remiten en su designación al antecedente de un proyecto cuya
circunstancia internacional es ajena a la tradición latinoamericana, sino
que además revisten la imagen de un paquete hegemónico debido al
exitoso grado de institucionalización académica que hoy exhiben desde
Estados Unidos.
Son muchas las sospechas y reticencias que rodean la mención a los
estudios culturales en América Latina, donde se los tiende a percibir
como demasiado cautivos del horizonte de referencias metropolitanas
que globaliza el uso y la vigencia de los términos puestos en circulación
por un mercado lingüístico de seminarios y de congresos
internacionales. Para muchos, basta con que los estudios culturales
hayan sido institucionalizados por la fábrica de novedades de la
academia norteamericana para hacerlos cargar automáticamente con el
estigma colonizador de la dominación metropolitana y para declararlos
culpables de sólo favorecer las tecnologías de la reproducción que
expanden el mercado académico internacional.
165
La moda de los estudios culturales habría ido borrando la densidad
histórica de lo local y de sus ―regionalismos críticos‖. Una posición
bastante común es, por ejemplo, la que argumenta que el referente
hegemónico de los estudios culturales está silenciando la tradición del
ensayismo latinoamericano que, sin embargo, anticipó varios de los
actuales desplazamientos de fronteras disciplinarias que tanto se
celebran internacionalmente (Achugar, 1998)
La obliteración de esa tradición y la negación de sus memorias en
español se verían reforzadas por cómo el corpus de los textos
culturales de la ―descolonización‖ ha sido desplazado por la supremacía
teórico-metropolitana del nuevo tema del ―poscolonialismo‖ (Mignolo,
1998): ―Un extraño artefacto totalmente hecho en inglés –
precisamente– en el idioma de la hegemonía que habla para sí de lo
marginal, subalterno, poscolonial‖ (Cornejo Polar, 1997: 344).
Cultura y transformaciones sociales en tiempos de globalización
A esto deberíamos agregar el reclamo que le dirigen varios críticos
latinoamericanos a la ―Internacional académica‖ por cómo se apropia
indiscriminadamente de citas de autores que, en América Latina, dieron
lugar –tempranamente– a construcciones heterodoxas que sirven para
pensar de manera compleja ciertos conflictos ideológico-culturales y
que hoy nos son devueltas completamente banalizadas por el reciclaje
de saberes disciplinarios que promueve, en forma serial, la industria de
los estudios culturales (Sarlo, 1995; Casullo, 1998).
166
Existen razones de más para respaldar las sospechas de los críticos
latinoamericanos que se muestran reticentes frente al tema de los
estudios culturales. Pese la multiplicidad diversa de pliegues que la
recorren internamente, la red académico metropolitana ejerce el poder
representacional de su dominante norteamericana.
La ―función-centro‖ de esta dominante académica norteamericana
controla los nombres y las categorías de discurso que entran en
circulación internacional, y dota de legitimidad institucional a los
términos de debate que ella misma clasifica y organiza
prepotentemente de acuerdo a sus propias jerarquías conceptuales y
político- institucionales. El latino americanismo ofrece el modelo
globalizante de un discurso ―sobre‖ América Latina que generalmente
omite la singularidad constitutiva de los procesos de enunciación
formulados ―desde‖ América Latina. Es cierto que las asimetrías de
poder desencadenadas por el efecto globalizador de la máquina
académica norteamericana de conocimientos tienden a subordinar lo
local (las especificidades, singularidades y diferencialidades de las
prácticas latinoamericanas) al poder multicoordinado de lo global, que
busca suprimir las irregularidades de contextos susceptibles de
accidentar la lisura operacional de sus tecnologías de la reproducción.
Efectivamente, la heterogeneidad de lo local latinoamericano tiende a
ser homogeneizada por el aparato de traducción académica del latino
americanismo y de los estudios latinoamericanos, que no toman en
cuenta ni la densidad significante ni la materialidad operativa de sus
respectivos contextos de enunciación (Moreiras, 1998)6. Todo esto es
cierto, pero no creo que el debate sobre los estudios culturales deba
quedar entrampado en este binarismo Norte/Sur.
167
Desde ya, la resistencia crítica a la tendencia globalizante y abstractiva
de la academia norteamericana y a sus saberes de exportación se
encuentra presente en el interior mismo de los estudios culturales, al
menos en las postulaciones de Stuart Hall, que siempre ha insistido en
defender su carácter de ―práctica coyuntural‖. El manejo
necesariamente localizado de las operaciones que demanda el
conocimiento- en-situación de los estudios culturales, tal como Hall los
concibe, supondría la micro diferenciación de las especificidades de
contextos de lo latinoamericano a través del detalle práctico de cómo se
trama la relación –material y contingente– entre discursos, sujetos,
prácticas e instituciones, en cada sitio de intervención.
La relación entre localidades geoculturales (Estados Unidos, América
Latina), localizaciones institucionales (la academia norteamericana, el
campo intelectual de la semi-periferia) y situaciones de discursos
(hablar ―desde‖, ―sobre‖, ―como‖, etc.) no es una relación dada, natural y
fija, sino una relación construida y mediada, es decir, permanentemente
deconstruible y rearticulable. Hay una movilidad de intersecciones entre
los estudios culturales norteamericanos y la crítica latinoamericana que
des homogeneíza la relación poder/conocimiento de cada bloque
territorial y que puede ser recorrida multidireccionalmente, siempre y
cuando no se pierda de vista la necesidad de una flexión metacrítica
que someta a vigilancia cada una de estas intersecciones de discurso.
Además, tal como ocurre con cualquier otro soporte institucional, la
diversidad de prácticas de los estudios culturales no calza
uniformemente con el bloque académico que retrata su dominante de
exportación. Existen líneas de ambigüedad y de contradicción en el
interior del programa académico de los estudios culturales que, incluso
en Estados Unidos, abren puntos de fuga dentro de su formato
168
aparentemente tan seriado. En contra de los propios límites de
burocratización académico-universitaria de los estudios culturales, es
siempre posible prestar atención a las formas alternativas mediante las
cuales –para retomar una fórmula de Jameson: ―el deseo llamado
estudios culturales‖ batalla contra su propia ortodoxia institucional
(1993: 93). La libertad que ganemos para desplazarnos en medio de las
codificaciones institucionales del saber academizado, nos permitirá
recombinar estratégicamente determinadas articulaciones de debate
según las prioridades de cada uno de nuestros contextos y los juegos
de fuerza que los atraviesan.
Me parece, en todo caso, que la discusión en torno a los estudios
culturales ha renovado los términos de la reflexión latinoamericana
sobre teoría y crítica de la cultura, y quisiera resumir aquí algunos
puntos de discusión que tienen para mí el mérito de abrirse a preguntas
más amplias sobre las relaciones entre saberes académicos, tramas
ciudadanas, mercado cultural, razón crítica y práctica intelectual en
tiempos de saturación capitalista y de globalización massmediática‖
(Richard, 2005).14
Capitulo 5: LAS CULTURAS POPULARES Y LA GLOBALIZACION
Lección 21. ¿Qué se entiende por cultura popular?
Como se pudo ver en las lecciones anteriores, para poder caracterizar una
sociedad desde su cultura existen diferentes enfoques, diferentes metodologías,
pero, en lo que todas estas posiciones convergen es en la necesidad de estudiar
la cultura desde sus propios contextos, desde sus localidades y buscando
interpretar aquello que en su mundo subjetivo se quiere significar y teniendo en
14
Las citas en el documento son propias del autor.
169
cuenta el entorno tal como el medio ambiente, la ubicación geográfica, el clima, la
economía la política, las costumbres y valores.
Por ello no es igual si se analiza la cultura costeña del Norte con la cultura costeña
del Pacifico. Tampoco es igual la cultura de los afro colombianos residentes en el
Chocó y la de los afro colombianos residentes en el Valle a pesar de tener
similitud en sus ancestros.
La Cultura no es estática, es dinámica y se transforma continuamente. Hoy más
que nunca con el acelerado proceso que se lleva en donde la noticia de ayer es
historia para hoy.
Se denomina entonces como Cultura Popular, la forma como desde diferentes
grupos sociales (indígenas, campesinos, afro colombianos, barrios, etc.) se
interpreta el mundo que los rodea y expresan su relación con las instituciones, los
procesos de producción y sentido de sus prácticas. En otras palabras es la forma
como los sectores populares construyen y dinamizan sus universos simbólicos;
como interiorizan los nuevos códigos neoliberales impuestos desde los centros de
poder y como elaboran estrategias de supervivencia en estos contextos.
La Cultura Popular es entonces una cultura incluida en una cultura mayor.
En las siguientes lecciones se expondrán diferentes miradas respecto a las
culturas populares.
En la actualidad el autor que mejor ha trabajado el concepto de Cultura Popular es
Néstor García Canclini:
―Conforma un conjunto de prácticas sociales y colectivas donde lo rural y lo urbano
conviven muchas veces en las entrañas de las grandes ciudades o en los
aglomerados de la periferia, asumiendo una heterogeneidad que permite
caracterizarlas como culturas híbridas‖ (García Canclini, Cultura Transnacional y
Cultura Popular, 1988).
170
Con la anterior definición se reconoce entonces que existe una heterogeneidad en
las culturas populares por lo cual es indispensable la comprensión de cada grupo
social en particular con sus especificidades. Por ejemplo si vamos a estudiar las
comunidades indígenas, estas son múltiples a que son diferentes las de la Sierra
Nevada, las del Cauca, las del Amazonas.
Por ello entonces no se puede hablar de la cultura popular sino de las culturas
populares y la tarea de los investigadores es entonces descubrir, sistematizar y
analizar los diferentes sistemas de conocimientos y significaciones de una
comunidad, sus valores, símbolos, ritos y mitos.
A continuación se transcribe el ensayo escrito por el autor en el que hace una
clara exposición sobre lo popular.
Néstor García Canclini, Nacido en Argentina en 1939. Estudió letras y se doctoró
en 1975 en la Universidad Nacional de La Plata y, tres años después, con una
beca otorgada por el Conicet, se doctora en la Universidad de París. Ejerció la
docencia en la Universidad de La Plata (1966-1975) y en la Universidad de
Buenos Aires (1974-1975). Desde 1990, profesor e investigador de la Universidad
Nacional Autónoma de México, Unidad Iztapalapa, donde dirige el Programa de
Estudios sobre Cultura.
―Hay éxitos tristes. Por ejemplo el de palabras como popular, que casi
no se usaba, luego fue adquiriendo la mayúscula y acaba escribiéndose
entre comillas. Cuando sólo era utilizada por los folcloristas parecía fácil
entender a qué se referían: las costumbres eran populares por su
tradicionalidad, la literatura porque era oral, las artesanías porque se
hacían manualmente. Tradicional, oral y manual: lo popular era el otro
nombre de lo primitivo, el que se empleaba en las sociedades
171
modernas.
Con el desarrollo de la modernidad, con las migraciones, la
urbanización y la industrialización (incluso de la cultura), todo se volvió
más complejo. Una zamba bailada en televisión ¿es popular? ¿Y las
artesanías convertidas en objetos decorativos de departamentos? ¿Y
una telenovela vista por quince millones de espectadores? Hay una
vasta bibliografía que habla de cultura popular en espacios muy
diversos: el indígena y el obrero, el campesino y el urbano, las
artesanías y la comunicación masiva. ¿Puede la misma fórmula ser
usada en tantos territorios?
Hasta ahora estas preguntas han recibido, más que soluciones
científicas, respuestas editoriales e institucionales. Se reúne un grupo
de artículos heterogéneos o se organiza un simposio multimático y se
les coloca como título -la cultura popular-. Estos agrupamientos no
siempre son arbitrarios. A veces, los provoca el interés de responder a
una disponibilidad del mercado editorial o académico. En otros casos,
se quiere enfrentar una necesidad cultural o política: cuando se crea un
museo para difundir las diversas culturas de un país, o cuando se
organiza un movimiento popular urbano que agrupa a sectores
subalternos con objetivos –comunes más allá de sus diferencias étnicas
o laborales. El éxito público de la denominación radica justamente en su
capacidad de reunir a grupos tan diversos, cuya común situación de
subalternidad no se deja nombrar suficientemente por lo étnico (indio),
ni por el lugar en las relaciones de producción (obrero), ni por el ámbito
geográfico (cultura campesina o urbana). Lo popular permite abarcar
sintéticamente todas estas situaciones de subordinación y dar una
identidad compartida a los grupos que coinciden en ese proyecto
solidario. Por eso, el término popular se ha extendido como nombre de
partidos políticos, revoluciones y movimientos sociales. En esta
172
polisemia reside también su debilidad. Lo popular no corresponde con
precisión a un referente empírico, a sujetos o situaciones sociales
nítidamente identificables en la realidad. Es una construcción
ideológica, cuya consistencia teórica está aún por alcanzarse. Es más
un campo de trabajo que un objeto de estudio científicamente
delimitado. No obstante, debiéramos poder plantear el problema
científico con cierta independencia de las presiones y los intereses
históricos que condicionan excesivamente las maneras en que las
ciencias sociales se interrogan por lo popular. No estamos pretendiendo
una imposible asepsia del discurso científico respecto del entorno en
que es producido, circula y se usa. Si bien ninguna práctica social
puede desentenderse enteramente de su contexto, pensamos que una
propiedad de trabajo científico es volver visible y discutible, y por tanto
un poco más neutralizable, la relación entre su discurso y las
condiciones en que se engendra.
Para encarar la crisis actual de la teoría sobre la cultura popular, uno de
los problemas claves es la divergencia entre dos tendencias científicas
opuestas: la antropología y los estudios sobre comunicación. Hay que
preguntarse por qué se desarrollaron separadas, con estilos de trabajo
tan distintos. Señalaremos brevemente los rasgos propios de cada
paradigma y sus modos de ocuparse de lo popular. Analizaremos luego
qué ha significado para cada uno su parcialidad y que cambios les
provocaría tomar en cuenta la mirada opuesta. A partir de este debate
intentaremos, ver si un enfoque transdisciplinario nos ayudaría a definir
mejor qué entendemos por cultura popular -y también por cultura
masiva-, si aún pueden sostenerse esos nombres, y cómo estudiarlas
en una época que reformula las relaciones entre tradición, y
173
modernidad, entre las formas locales de sociabilidad y las que
promueven las nuevas tecnologías‖. 15
Lección 22. Cultura de Masas
En la anterior lección se pudo describir claramente el significado de la cultura
popular. Ahora entraremos a otro tema de discusión: la cultura de masas.
Con cultura de masas se hace referencia a aquellas prácticas basadas en la
producción y el consumo estandarizados. Responde entonces en pautas fijadas
internacionalmente y se apoya en relaciones impersonales. Por ello es una seudo
cultura (falsa cultura) que se deja imponer pautas de consumo. Es la cultura que
se produce a través de los medios de comunicación y que es absorbida por las
comunidades de una manera inconsciente. Son todos aquellos estilos de vida que
se imponen en los países hegemónicos para establecer pautas de consumo
masivo.
Lo masivo es aquello que circula como un producto de la sociedad de consumo y
que posee unas características esenciales ya que logran fabricar en la gente
sueños, ideas, ilusiones, estilos de vida que no son propios y que son asimilados
por todas las clases sociales. Es un instrumento de consolidación y mantenimiento
de las estructuras de poder.
Lo masivo no solamente se circula por los medios electrónicos: está también en
los cuerpos de quienes usan la moda, en la televisión, en las empresas que los
distribuyen, en las marcas, en la publicidad.
Con la cultura de masas se pretende homogenizar a toda la población en el
entendido que “todos podemos ser iguales” porque todos podemos acceder a los
bienes que se nos ofrecen.
15
Articulo consultado en: http://www.infoamerica.org/documentos_pdf/garcia_canclini1.pdf
174
La realidad es que con todos estos estilos de consumo impuestos a través de los
medios de comunicación se están enmascarando los verdaderos problemas de la
sociedad, no contribuye al auténtico desarrollo humano por cuanto las personas
creen que su propio desarrollo está determinado por la posibilidad de “tener” antes
que ser.
El elemento que en este caso determina un cambio sustancial es la educación
pues, en la medida en que los sectores populares toman conciencia de sus
realidades, encontrarán nuevas vías para relacionarse con la sociedad actual,
dejando la pasividad y la aceptación de su condición.
Lección 23. Cultura y Medios de Comunicación
Para iniciar esta reflexión sobre los medios de comunicación, primero hay que
empezar a entender cuál es su papel y a partir de allí como podemos ver el
proceso de la dominación simbólica, como actúa y cómo se trasmite entre los
ciudadanos sin volver a la teoría de la aguja hipodérmica, en la que todo lo que los
medios transmiten les llega directamente a los receptores sin una reflexión crítica
o por lo menos sin pasar por los sistemas de interpretación propios dados por el
contexto cultural, político, social, de género etc.
Para esto en el texto de Jorge Iván Bonilla “Apuntes sobre medios de
Comunicación, Esfera Pública y Democracia”, se encuentra una discusión actual
que es: cuál es el papel de los medios de comunicación en la construcción de lo
público, espacio donde se discuten desde las distintas posturas sociales, políticas,
culturales y de género que país quieren los y las ciudadanas.
Para Jorge Iván el papel de los medios de comunicación está en la visibilización
de los diferentes temas sociales, que han ido rompiendo la agenda pública, “esto
es, por el derecho a la palabra pública, por hacerse oír y por dejarse ver.” (Bonilla,
2005). Lo anterior ha impuesto una pregunta fundamental, y que se articula con
175
los planteamientos de Bourdieu desde el lenguaje y es, ¿sobre qué está permitido
hablar? Y reforzándolo con Bourdieu cómo está permitido hablar sobre los hechos
sociales? “los medios de comunicación (desde la imprenta, la radio, la televisión y
ahora Internet) se han convertido en arenas, ámbitos y actores fundamentales en
la transformación de la vida pública de sociedades modernas. (Bonilla, 2005, pág.
59)”
Estas transformaciones las relaciona Bonilla con las interpretaciones simbólicas
sobre la realidad, que no nacen en el ayer sino que son procesos de larga
duración, por ejemplo en el cambio de la monarquía al Estado, el papel de la
prensa fue fundamental, porque cambiaron los referentes simbólicos de poder, se
pasó de centrarlo todo en Dios y el monarca, a los poderes centrados en los
hombres, “con aquel ideario liberal que identificó el papel político e la prensa
escrita no solo con el declive de los centros de poder simbólico, provenientes del
―trono‖ de la iglesia, sino con el compromiso del interés común, y del debate
público, y con la creación de símbolos y sentimientos de identidad nacional,
vinculados a las nuevas ―comunidades imaginadas‖, asociadas a los emergentes
Estados – Nación europeos del siglo XVII y XVIII”. (Bonilla, 2005, pág. 51).
En el caso de este curso se revisa el papel de los medios de comunicación como
un espacio fundamental del proceso de socialización cultural, entendiendo los
medios como entes no aislados sino como parte de la articulación de varias
instituciones sociales que construyen un “sentido común social” para la
interpretación de la realidad.
Aquí se debe analizar cuál es esa articulación entre medios y la interpretación
hegemónica de la realidad, que si bien no es entender a los receptores como
pasivos, si es ver cómo se refuerzan las interpretaciones sociales entre la familia,
la iglesia, la escuela, el estado y ahora los medios de comunicación.
176
En cuanto a los medios de comunicación hay que superar la mirada común de
entenderlos como solo espacios de información y de recreación para entrar a
problematizar su papel en la construcción de sistemas de interpretación de la
realidad, cuáles son sus relaciones con el poder político, económico, social y
cultural, no solo en lo que tiene que ver con su sostenimiento como medio de
comunicación sino como su función mediadora responde también a una
articulación con esos poderes.
Pierre Bourdieu, en su libro Sobre la Televisión, habla del campo del periodismo y
el político, que si bien son campos autónomos, la incidencia del campo del
periodismo sobre el político hace que los agentes de este último tengan algunas
ventajas en su lucha de dominación del campo al aparecer o no en los medios,
diría yo que la forma como aparecen en los medios es lo que facilita un
movimiento dentro del campo político, ―aunque los agentes comprometidos en el
campo periodístico y el político estén en una relación de competencia y de lucha
permanentes y el campo periodístico esté en cierta medida, englobado dentro del
campo político en cuyo seno ejerce unos efectos muy poderosos, estos campos
comparten el hecho de estar muy directamente y estrechamente colocados bajo el
efecto de la sanción del mercado y del plebiscito‖ (Bourdieu P. , Sobre la
Televisión, 2002) , para el caso colombiano vemos a los agentes políticos dentro
de una dicotomía amigo enemigo, la cual se podría evidenciar en los medios de
comunicación por la forma como aparecen los agentes del campo político, el
lenguaje que se utiliza, la frecuencia con que se citan para opinar sobre los
hechos políticos y particularmente frente al conflicto político colombiano, hay
fuentes “oficiales” que tienen hoy una posición de legitimidad frente a la opinión y
unas fuentes que han tendido a desaparecer o sus apariciones son esporádicas y
no dan un fuerte contraste a las fuetes oficiales, esto da la sensación de
legitimidad de un discurso sobre otras posturas que también existen en el campo
político.
177
Para Pierre Bourdieu, esto es la “violencia simbólica responde a la desigual
distribución del capital lingüístico y cultural estableciendo un sistema de censuras
que reproduce la dominación en el campo simbólico, traduciendo la lucha de
clases en un sistema de intercambios comunicativos. El lenguaje como institución
renueva la estructura dominante de distribución desigual del capital cultural,
legitima la desigualdad, naturaliza la exclusión y participa en la reproducción del
orden social, imponiendo la violencia simbólica, induciendo códigos, pero
otorgando, a la vez la fantasía de la libertad, la creación y el mérito individual”16
Hablar de este habitus de interpretación es reconocer que hay una forma
hegemónica de interpretación de la realidad social, política, cultural de género etc.,
que les es muy favorable para seguir tanto en el poder local, regional y ahora
global. Una vez reconocido se debe tratar de cuestionar esa naturalización de la
interpretación, buscando esas otras formas de interpretación simbólica que existen
y tratar de posicionarlas, como ha ocurrido con una subversión del lenguaje al
darle al lenguaje un espacio a las formas de denominación femenina que al
principio tuvo una gran resistencia pero poco a poco se ha ido imponiendo
ampliando los marcos de interpretación.
Otro autor que llama la atención sobre el papel del lenguaje (que no solo es el
escrito, sino también el verbal y el no verbal), en la construcción de la realidad es
M.A.K. Halliday, quien manifiesta que: ―El lenguaje surge en la vida del individuo
mediante un intercambio continuo de significados con otros significantes. Un niño
crea, primero su lengua infantil. Luego su lengua materna, en interacción con ese
pequeño corrillo de gente que constituye su grupo significativo. En ese sentido, el
lenguaje es un producto del proceso social.
16 Alonso Luis Enrique cita a Pierre Bourdieu, el Lenguaje y la Comunicación: de los Mercados Lingüísticos a la
degradación mediática. www.unavarra.es/puresoc/es/c_textos.htm
178
Un niño que aprende el lenguaje aprende al mismo tiempo otras cosas mediante el
lenguaje, formándose una imagen de la realidad que está a su alrededor y en su
interior; durante ese proceso, que también es un proceso social, la construcción de
la realidad es inseparable de la construcción del sistema semántico en que se
halla codificada la realidad”. (Halliday, 2001).
Dentro del estudio de la comunicación es importante reconocer el papel de la
construcción de sentido de los productos que comunicamos, cómo los recibe el
receptor y que hace con ellos, cuál es la intencionalidad con la que se construyen
los mensajes a través de la palabra, del la escritura, del sonido o de la imagen.
Para realizar este análisis simbólico y de producción de sentido es importante
conocer el contexto social y cultural en el cual subyacen estas interpretaciones y
como a partir de ellas se construye la realidad social.
Dentro de la producción simbólica que atraviesan los procesos comunicativos,
mediados por distintos canales de transmisión, se conforman estructuras
simbólicas en la sociedad que permiten que los procesos hegemónicos de
dominación política, cultural, religiosa, de género etc., cuenten con la aceptación
del conglomerado social y que resulte difícil transformarlos con solo cambios de
poder cuando las estructuras siguen inermes dentro del sujeto, pero sobretodo
encontrar las formas propias que la sociedad encuentra para transformar y
reinterpretar las simbologías hegemónicas, y construir sus propias
interpretaciones, pero esto no es posible sin reconocer primero que se está
inmerso en interpretaciones dadas desde afuera desde unos intereses sociales,
culturales, políticos, económicos etc., particulares.
Lección 24. Globalización y consumo
179
Néstor García Canclini presenta en su obra Consumidores y Ciudadanos un
análisis desde lo cultural diciendo que el valor simbólico de consumir “lo nuestro”
estaba sostenido por una racionalidad económica, “consumir bienes y marcas
extranjeras era un recurso de prestigio, en el modelo de la globalización la
distinción entre lo propio y lo ajeno, dice Canclini, ya no guarda mucho sentido
cuando se compara un Ford montado en España,… (García Canclini, 1995, pág.
16)”
Aquí introduce Canclini, dos conceptos la internacionalización y la globalización,
la “primera tiene que ver con la internacionalización de las culturas nacionales, la
mayoría de los mensajes y bienes que se consumían se generaban en la propia
sociedad”, (García Canclini, Consumidores y Ciudadanos, 1995)” la segunda
supone una “interacción funcional de actividades económicas y culturales
dispersas, bienes y servicios generados por un sistema con muchos centros, en el
que importan más la velocidad para recorrer el mundo que las posiciones
geográficas desde las cuales se actúa”, (García Canclini, 1995, pág. 16) es a
través de los medios de comunicación, de la industria cultural que se ve la
velocidad de interpretación del mundo donde en un mismo espacio pueden
converger formas de interpretación tradicionales , modernas y posmodernas sobre
los fenómenos sociales. El consumo para García Canclini es un espacio de
disputas por aquello que la sociedad produce y por las maneras de usarlo. El
consumo es visto como distinción social, la sociedad comprende el significado de
lo que se consume o no.
Canclini dice que “el consumo es el conjunto de procesos socioculturales en que
se realizan la apropiación y los usos de los productos… los actos a través de los
cuales consumimos como algo más que ejercicios de gustos, antojos y compras
irreflexivas, según lo suponen los juicios moralistas” (García Canclini, 1995, pág.
16) el consumo para Canclini no es algo que se puede reducir al entendimiento
180
económico como parte de la cadena productiva , aunque dice Canclini que no se
puede negar la influencia de lo macrosocial en el consumo también existe un
selección individual de lo que se va a consumir.
En el consumo dice Canclini intervienen también las reglas de a distinción entre
los grupos, el nivel de educación, las innovaciones tecnológicas y la moda. ““El
consumo”, dice Manuel Castells, “es un sitio donde los conflictos entre clases,
originados por la desigual participación en la estructura productiva, se continúan a
propósito de la distribución y apropiación de los bienes””17
En este sentido se puede afirmar que el consumo no ha sido solamente en lo
material sino que el consumo ha sido guiado por un afán del capitalismo por
legitimar culturalmente su esencia, es decir dar elementos para crear necesidades
que solo el mercado pone como importantes, es aquí donde consumir debe ser
visto de otra manera, desde donde se nos están creando las necesidades, cómo
resistir a esta cultura consumista, cómo hacer de esta realidad una posibilidad de
re-significar esta práctica para que podamos construir una ciudadanía.
Aquí se puede retomar la discusión de las lecciones anteriores sobre las
interpretaciones simbólicas en la toma de posición frente a la realidad, ya que es
a través del consumo donde legitimamos unas formas de interpretación, unas
formas de ser. No es que hoy ser ciudadanos esté solo en los medios de
comunicación, no es que si consumimos nos volvemos ciudadanos sino que como
lo diría Pierre Bourdieu, los sistemas simbólicos tiene una participación activa en
la construcción de la realidad, “… pero si aceptamos que los sistemas simbólicos
son productos sociales que producen el mundo, que no se contentan con reflejar
las relaciones sociales sino que también contribuyen a construirlas, entonces
debemos admitir forzosamente que es posible, dentro de ciertos límites
17
Esta es una cita que hace García Canclíni de el Autor Manuel Castels en su libro Consumidores y Ciudadanos.
181
transformar el mundo transformando su representación (Bourdieu 1980, 1981,
1982)”18.
La exposición acumulativa de las condiciones sociales definidas imprime en los
individuos un conjunto de disposiciones duraderas y transponibles que
“interiorizan” la necesidad de su entorno social, inscribiendo dentro del organismo
la inercia y las coerciones estructuradas de la realidad externa. (habitus), los
medios de comunicación son hoy un elemento fundamental de transmisión de
estructuras simbólicas que permiten construir la realidad, política, cultural, social.
Los sistemas simbólicos no son meros instrumentos de conocimiento también son
instrumentos de dominación (ideología para Marx). En su calidad de operadores
de integración cognoscitiva, promueven por su propia lógica, la integración social
de un orden arbitrario.
La relación entre consumo y ciudadanía la expone Canclini desde autores como
Pierre Bourdieu, entre otros, en las cuales se muestran que en las sociedades
contemporáneas “la racionalidad de las relaciones sociales se construyen más que
en las luchas por los medios de producción y la satisfacción de necesidades
materiales, en la que se efectúan para apropiarse de los medios de distinción
simbólica”. (García Canclini, 1995)
Aquí entra la propuesta más fuerte de Canclini desde la perspectiva del consumo
como un espacio cultural más que económico, y plantea que hay un acuerdo
social en el sentido en la comunidad sabe racionalmente que significa tener o no
un objeto de consumo, aquí ve el potencia del consumo Canclini, “comprar
objetos, colgárselos, en el cuerpo o distribuirlos pro la casa, asignarles un lugar en
u orden, atribuirles funciones en la comunicación con los otros, son los recursos
para pensar el propio cuerpo, el inestable orden social y las interacciones inciertas
18 El autor Wacquant Loic cita a Pierre Bourdieu en Respuestas, por una Antropología Reflexiva. Página 22
182
con los demás. Consumir es hacer más inteligible un mundo donde lo sólido se
evapora”. (García Canclini, 1995, pág. 48).
Dice Canclini que el consumo es un proceso en el que los deseos se convierten en
demandas y en actos socialmente regulados. “los gustos de los sectores
hegemónicos tienen esta función de ―embudo‖, desde los cuales se van
seleccionado las ofertas externas y suministrando modelos político-culturales para
administrar las tensiones entre lo ajeno y lo propio… En los estudios de consumo
cultural en México, encontramos que la falta de interés de sectores populares en
exposiciones de arte, teatro o cine experimentales, no se debe solo al débil capital
simbólico con que cuentan para apreciar estos mensajes sino también a la
fidelidad a los grupos que pertenecen”. (García Canclini, 1995, pág. 49)
Para que se convierta el consumo en un espacio político dice Canclini se debe
pasar de pensar el consumo como un mero ejercicio de intercambio económico,
de intercambio de mercancías sino como parte de interacciones socioculturales
más complejas.
Retomando la discusión sobre le capital simbólico, el campo académico es un
espacio rico para este estudio, y que es a partir de allí que se define que es válido
para estudiar y que no, y que marca el consumo académico, “la autoridad que
ejerce el Centro como facultad simbólica procede de las investiduras de autoridad
que lo habilitan para operar como ―función-centro‖, es decir como punto o red que
opera ―un número infinito de sustituciones de signos… la autoridad teórica de la
función-centro, reside en ese monopolio del poder- de –representación según la
cual ―representar‖ es controlar los medios discursivos que subordinan el objeto de
saber a una economía declarada superior”. (García Canclini, 1995, pág. 5).
Lección 25. Paradojas de la Globalización
183
A continuación se transcribe un texto escrito por Eduardo Galeano (1940), escritor
y periodista uruguayo autor del conocido libro “Las venas abiertas de América
Latina”, que toca específicamente las implicaciones de lo globalizado.
PARADOJAS DE LA GLOBALIZACIÓN:
―La mitad de los brasileños es pobre o muy pobre, pero el país de Lula
es el segundo mercado mundial de las lapiceros Montblanc y el noveno
comprador de autos Ferrari, y las tiendas Armani de Sao Paulo venden
más que las de Nueva York.
El Banco Mundial elogia la privatización de la salud pública en Zambia:
"Es un modelo para el África. Ya no hay colas en los hospitales". El
diario The Zambian Post completa la idea: "Ya no hay colas en los
hospitales, porque la gente se muere en la casa".
Hace cuatro años, el periodista Richard Swift llegó a los campos del
oeste de Ghana, donde se produce cacao barato para Suiza. En la
mochila, el periodista llevaba unas barras de chocolate. Los
cultivadores de cacao nunca habían probado el chocolate. Les encantó.
Los países ricos, que subsidian su agricultura a un ritmo de mil millones
de dólares por día, prohíben los subsidios a la agricultura en los países
pobres. Cosecha récord a orillas del río Mississippi: el algodón
estadounidense inunda el mercado mundial y derrumba el precio.
Cosecha récord a orillas del río Níger: el algodón africano paga tan
poco que ni vale la pena recogerlo.
Las vacas del norte ganan el doble que los campesinos del sur. Los
subsidios que recibe cada vaca en Europa y en Estados Unidos
duplican la cantidad de dinero que en promedio gana, por un año entero
de trabajo, cada granjero de los países pobres.
Los productores del sur acuden desunidos al mercado mundial. Los
compradores del norte imponen precios de monopolio. Desde que en
184
1989 murió la Organización Internacional del Café y se acabó el
sistema de cuotas de producción, el precio del café anda por los suelos.
En estos últimos tiempos, peor que nunca: en América Central, quien
siembra café cosecha hambre. Pero no se ha rebajado ni un poquito,
que yo sepa, lo que uno paga por beberlo.
Carlomagno, creador de la primera gran biblioteca de Europa, era
analfabeto. Joshua Slocum, el primer hombre que dio la vuelta al
mundo navegando en solitario, no sabía nadar.
Hay en el mundo tantos hambrientos como gordos. Los hambrientos
comen basura en los basurales; los gordos comen basura en
McDonald´s.
El progreso infla. Rarotonga es la más próspera de las islas Cook, en el
Pacífico sur, con asombrosos índices de crecimiento económico. Pero
más asombroso es el crecimiento de la obesidad entre sus hombres
jóvenes. Hace 40 años eran gordos 11 de cada 100. Ahora, son gordos
todos.
Desde que China se abrió a esta cosa que llaman "economía de
mercado", el menú tradicional de arroz con verduras ha sido velozmente
desplazado por las hamburguesas. El gobierno chino no ha tenido más
remedio que declarar la guerra contra la obesidad, convertida en
epidemia nacional. La campaña de propaganda difunde el ejemplo del
joven Liang Shun, que adelgazó 115 kilos el año pasado.
La frase más famosa atribuida a Don Quijote ("Ladran, Sancho, señal
que cabalgamos") no aparece en la novela de Cervantes; y Humphrey
Bogart no dice la frase más famosa atribuida a la película Casablanca
(Play it again, Sam).
185
Contra lo que se cree, Alí Babá no era el jefe de los 40 ladrones, sino
su enemigo; y Frankenstein no era el monstruo, sino su involuntario
inventor.
A primera vista, parece incomprensible, y a segunda vista, también:
donde más progresa el progreso, más horas trabaja la gente. La
enfermedad por exceso de trabajo conduce a la muerte. En japonés se
llama karoshi. Ahora los japoneses están incorporando otra palabra al
diccionario de la civilización tecnológica: karojsatsu es el nombre de los
suicidios por hiperactividad, cada vez más frecuentes.
En mayo de 1998, Francia redujo la semana laboral de 39 a 35 horas.
Esa ley no sólo resultó eficaz contra la desocupación, sino que además
dio un ejemplo de rara cordura en este mundo que ha perdido un
tornillo, o varios, o todos: ¿para qué sirven las máquinas, si no reducen
el tiempo humano de trabajo? Pero los socialistas perdieron las
elecciones y Francia retornó a la anormal normalidad de nuestro
tiempo. Ya se está evaporando la ley que había sido dictada por el
sentido común.
La tecnología produce sandías cuadradas, pollos sin plumas y mano de
obra sin carne ni hueso. En unos cuantos hospitales de Estados Unidos
los robots cumplen tareas de enfermería. Según el diario The
Washington Post, los robots trabajan 24 horas por día, pero no pueden
tomar decisiones, porque carecen de sentido común: un involuntario
retrato del obrero ejemplar en el mundo que viene.
Según los evangelios, Cristo nació cuando Herodes era rey. Como
Herodes murió cuatro años antes de la era cristiana, Cristo nació por lo
menos cuatro años antes de Cristo.
Con truenos de guerra se celebra, en muchos países, la Nochebuena.
Noche de paz, noche de amor: la cohetería enloquece a los perros y
deja sordos a las mujeres y los hombres de buena voluntad.
186
La cruz esvástica, que los nazis identificaron con la guerra y la muerte,
había sido un símbolo de la vida en la Mesopotamia, la India y América.
Cuando George W. Bush propuso talar los bosques para acabar con los
incendios forestales, no fue comprendido. El presidente parecía un poco
más incoherente que de costumbre. Pero él estaba siendo consecuente
con sus ideas. Son sus santos remedios: para acabar con el dolor de
cabeza, hay que decapitar al sufriente; para salvar al pueblo de Irak,
vamos a bombardearlo hasta hacerlo puré.
El mundo es una gran paradoja que gira en el universo. A este paso, de
aquí a poco los propietarios del planeta prohibirán el hambre y la sed,
para que no falten el pan ni el agua‖. (Galeano., 2004)
CAPITULO 6: GLOBALIZACIÓN, PARTICIPACIÓN Y DESARROLLO
Lección 26. Globalización y Desarrollo
En esta lección se presenta el artículo escrito por Arturo Escobar Uribe,
Antropólogo colombiano dedicado al estudio de los efectos de la globalización en
el mundo postmoderno en el desarrollo de nuestras comunidades.
GLOBALIZACION DESARROLLO Y MODERNIDAD (Escobar, 2002)
Publicado en: Corporación Región, ed. Planeación, Participación y Desarrollo
(Medellín: Corporación Región, 2002), pp. 9-32.
―Para referirme a la globalización, el desarrollo y la modernidad
desarrollaré tres preguntas claves. La primera: ¿cuál es el estado del
desarrollo y de la modernidad en tiempos de globalización? El
argumento básico es que es necesario construir una nueva forma de
pensar sobre el desarrollo y la modernidad y, por tanto, la planificación,
desde la perspectiva de un nuevo paradigma de la globalización. El
187
resultado esperado es la posibilidad de la construcción de mundos
socio-naturales diferentes que mantengan una conciencia de la
globalidad sin ser desarrollistas ni modernizantes.
La segunda: ¿en qué medida transforman los movimientos sociales --
particularmente aquellos contra la globalización-- las relaciones entre
globalización, desarrollo y modernidad? Muchos de los movimientos
sociales de hoy en día poseen una dimensión antiglobalizadora; éstos
se conectan formando redes auto organizativas las cuales pueden
llegar a crear globalidades diferentes, otra forma de pensar lo global, lo
que podemos llamar glocalidades —concepto que introduzco y
explicaré poco a poco—, que podrían promover la construcción de
mundos socio naturales alternativos. La idea de mundo socio natural
local o regional, es una idea que me parece muy apta para introducir el
componente ecológico que en el desarrollo siempre fue dejado de lado.
El resultado esperado de esta segunda pregunta es una perspectiva de
los movimientos sociales como espacios de producción de
conocimiento y de lucha por la defensa y transformación de lugar. ¿Por
qué enfatizo en los movimientos sociales como espacios de producción
de conocimiento? Porque una lectura de los movimientos sociales de
hoy en día es, precisamente, que los movimientos sociales se han visto
abocados a crear su propio conocimiento (posiblemente siempre lo han
hecho) en una forma mucho más consciente. ¿Y cómo lo están
creando? Es un pregunta etnográfica muy interesante, de investigación
de campo y seguirle la pista a los activistas --eso hoy en día quiere
decir de Timbiquí a Washington o Génova-- y que sugiere que tenemos
que romper esa barrera que antes, supuestamente, existía, por un lado,
entre los académicos y los intelectuales como productores de
conocimiento, y por el otro, los activistas como usuarios de
conocimiento. Los activistas producen su propio conocimiento, recrean
188
el nuestro —si queremos vernos por fuera de los movimientos
sociales—. El conocimiento de los movimientos sociales se convierte
para los académicos y los intelectuales en materia de estudio y de
construcción de conocimiento solidarios como movimientos sociales.
La tercera es más bien metodológica, sobre todo para los antropólogos:
¿cómo realizar la etnografía del lugar y de las redes de los movimientos
sociales contra la globalización? Esto porque una etnografía de la
producción de lugar-en-redes es necesaria para contrarrestar la idea de
que la globalización convierte al lugar en un espacio marginal para la
producción de la realidad socio natural. Lo que se quiere es reconocer
el lugar como espacio transformador de lo global, al unirse en lo global
con otros movimientos de defensa del lugar.
Quisiera enfatizar que los conceptos aquí expuestos salen de un
proceso de interacción entre el pensamiento teórico y el pensamiento
de los movimientos sociales. Pero antes de abordar las tres preguntas
es importante hacer unas anotaciones teóricas sobre la modernidad y el
desarrollo.
Uno: la modernidad
¿Qué es la modernidad? La modernidad es un período histórico que
aparece, especialmente, en el norte de Europa, al final del siglo XVII y
se cristaliza al final del siglo XVIII. Conlleva todas las connotaciones de
la era de la ilustración, que está caracterizada por instituciones como el
Estado-nación, y los aparatos administrativos modernos. Tiene, por lo
menos, dos rasgos fundamentales que todos los teóricos enfatizan. El
primero es la auto reflexividad, Giddens y Habermas quieren decir con
esto que la modernidad es ese primer momento en la historia donde el
conocimiento teórico, el conocimiento experto se retroalimenta sobre la
189
sociedad para transformar, tanto a la sociedad como al conocimiento.
Eso con la era de la información ha llegado a un nivel súper sofisticado.
Las sociedades modernas, distinguiéndolas de las tradicionales, son
aquellas sociedades que están constituidas y construidas,
esencialmente, a partir de conocimiento teórico o conocimiento experto.
Para dar un ejemplo, la diferencia estereotipada entre sociedad
tradicional y sociedad moderna. En la sociedad tradicional, —un grupo
étnico en el Amazonas hace 30 o 40 años—, las normas que rigen la
vida diaria son generadas endógenamente a través de relaciones cara a
cara, en el día a día, históricamente. En las sociedades modernas las
normas que rigen la vida cotidiana, que determinan cómo significamos,
cómo interpretamos, cómo vivimos nuestra vida, no están producidas a
ese nivel de la relación cara a cara, sino que están producidas por
mecanismos expertos, impersonales, que parten del conocimiento
experto en relación con el Estado.
La segunda característica de la modernidad que Giddens enfatiza es la
descontextualización, que es el despegar, arrancar la vida local de su
contexto, y que la vida local cada vez es más producida por lo
translocal. Por eso muchos movimientos sociales hablan de resituar la
vida local en el lugar. Estas teorías de Giddens están muy por detrás de
la forma en que se ve la globalización. Muchos de los teóricos parten de
la teoría de este sociólogo inglés, en sus libros de finales de los 80 y
comienzos de los 90. Giddens dice que la globalización no es una etapa
nueva, distinta a la modernidad; no hay posmodernidad, eso son
invenciones de algunos filósofos, que estamos todavía dentro de la
modernidad, que la globalización simplemente es una radicalización y
universalización de la modernidad, cuando la modernidad ya no es
solamente un asunto de los países modernos occidentales europeos,
190
sino que, precisamente, la globalización ocurre cuando la modernidad
logra universalizarse, globalizarse. Lo que quiere decir que, en gran
medida, el control de occidente sobre la modernidad se debilita, pero
que al mismo tiempo, precisamente, porque ya occidente ha alcanzado
a abarcar todo el resto del planeta.
Desde esta perspectiva de la supuesta globalización de la modernidad
se pueden distinguir las siguientes opciones:
La globalización conlleva la radicalización de la modernidad. De ahora
en adelante nos enfrentamos a un cierto tipo de modernidad para
siempre, y en todas partes, tal como lo plantea la posición liberal
progresista o la tercera vía, con teóricos como Giddens, Touraine,
Castells, Habermas (con diferentes implicaciones sobre como
―completar‖ el proyecto moderno para cada uno de estos pensadores,
sin embargo).
No hay un ―afuera‖ con respecto a la modernidad. La modernidad debe
ser transformada o completamente reconstruida desde adentro. Esta es
la posición marxista contemporánea con teóricos como Hardt , Negri.
El mundo actual se compone de variaciones múltiples de la
modernidad, resultantes de la infinidad de encuentros entre la
modernidad y las tradiciones. De ahora en adelante (y desde antes),
nos vemos abocados a la existencia de modernidades ―híbridas‖,
―locales‖, ―mutantes‖, ―alternativas‖, o ―múltiples‖. Esta es la posición
posestructuralista, en gran medida derivada de la antropología.
Dos: el desarrollo
191
Ha habido cuatro grandes momentos teóricos en la historia del
desarrollo, desde 1950 hasta el momento. El primer gran momento es la
teoría de la modernización convencional, con etapas de desarrollo y
diversos para alcanzarlo, donde se asume que el tercer mundo tiene
que convertirse como el primer mundo, pues ahí estaban los modelos.
La cosa era muy fácil, es un momento de certeza, entre los años 50, 60
y 70.
El segundo, es el que marca la etapa de la teoría de la dependencia
como crítica de la modernización, no del desarrollo, según la cual el
subdesarrollo está causado precisamente por las relaciones de
vinculación de los países del tercer mundo con la economía mundial, y
lo que hay que cambiar son esas relaciones de vinculación y las
relaciones internas de explotación. La teoría de la dependencia
cuestionó el desarrollo capitalista pero no el desarrollo, y postuló un
desarrollo socialista, o desarrollo con equidad.
El tercer momento es la crítica posestructuralista y el cuarto momento
es una reacción al análisis posestructuralista. En el momento
posestructuralista el desarrollo viene, como el nombre lo indica, de otra
teoría social. La crítica al desarrollo como discurso proviene de otra
teoría social –el posestructuralismo—diferente a la teoría liberal y al
marxismo. Como se observa claramente en la siguiente tabla la
aplicación de estos tres paradigmas al caso del desarrollo conlleva
diferentes preguntas, actores y respuestas o prescripciones.
192
Fuente: Arturo Escobar en: Globalización Desarrollo y Modernidad
“Para pensar estas diferencias es importante partir por aceptar que la
teoría es una descripción de la realidad en los términos de un discurso
abstracto, no es más valida que la descripción de la realidad de la gente
en su cotidianidad o que la discusión de la realidad de los escritores,
por ejemplo, García Márquez o William Ospina; la teoría es
simplemente diferente porque le hemos dado mucho más poder, por ser
supuestamente producida por expertos.
Podemos clasificar los paradigmas del desarrollo, rigurosa y
sistemáticamente, en relación a los tres grandes paradigmas de las
ciencias sociales contemporáneas: el paradigma liberal, el paradigma
marxista y el paradigma posestructuralista. El concepto clave del
PARADIGMA
VARIABLES
Teoría
liberal
Teoría marxista Teoría post-
estructuralista
Epistemología Positivista Realista/dialéctica Interpretativa/constructivista
Conceptos claves Mercado
Individuo
Producción (ejemplo: modo de producción)
Trabajo
Lenguaje
Significado (significación)
Objeto de estudio Sociedad
Mercado
Derechos
Estructuras sociales
Ideologías
Representación/Discurso
Conocimiento-poder
Actores relevantes Individuos
Instituciones
Estado
Clases sociales (Clases trabajadoras)
(Campesinos)
Movimientos sociales (Trabajadores,
campesinos)
Estado democrático
“comunidades locales”
Nuevos movimientos sociales, ONG´s
Todos los productores de conocimiento
(incluidos individuos, estado,
movimientos sociales)
Pregunta del desarrollo Cómo puede una sociedad
Desarrollarse o ser
desarrollada a través de la
combinación de capital y
tecnología y acciones
estatales e individuales
Cómo funciona el desarrollo como una
ideología dominante
Cómo Asia, Africa y América Latina
llegaron a ser representados como
subdesarrollados
Criterios de cambio “Progreso”, Crecimiento
Crecimiento más
distribución (Años setentas)
Adopción de mercados
Transformación de las relaciones sociales
Desarrollo de las fuerzas productivas
Desarrollo de conciencia de clase
Transformación de la economía política
de la verdad
Nuevos discursos y representaciones
(pluralidad de discursos)
Mecanismo de cambio Mejores datos y teorías
Intervenciones más
enfocadas
Luchas de clases Cambio de prácticas de saber y hacer
Etnografía Cómo el desarrollo es
mediado por la cultura
Adaptar los proyectos a las
culturas locales
Cómo los actores locales resisten las
intervenciones del desarrollo
Cómo los productores de conocimiento
resisten, adaptan, subvierten el
conocimiento dominante y crean su
propio conocimiento
Actitud respecto al desarrollo y
la modernidad
Promover un desarrollo más
igualitario (profundizar y
completar el proyecto de la
modernidad.
Reorientar el desarrollo hacia la justicia social y
la sostenibilidad (Modernismo Crítico:
desvincular capitalismo y modernidad)
Articular una ética del conocimiento
experto como práctica de la libertad
(modernidades alternativas y
alternativas a la modernidad)
GRAFICA N° 3: Teorías del desarrollo según paradigmas
193
paradigma liberal, que viene desde Adam Smith, John Locke, Hobbes
hasta Milton Friedman o Jeffrey Sachs y los filósofos morales liberales
de hoy, es una teoría que se centra en el papel del individuo en la
sociedad y en el mercado. El materialismo histórico, por otro lado, se
centra en el trabajo y la producción y por lo tanto su cuerpo teórico es
completamente distinto al del pensamiento liberal.
La teoría posestructuralista, finalmente, se centra en el análisis del
lenguaje, las significaciones y las representaciones. Si los liberales
dicen que el principio de las sociedades es el individuo, para reconocer
la realidad realmente tenemos que entender cómo se comporta el
individuo y su mercados y la teoría Marxista dice que para entender la
sociedad y la realidad tenemos que partir de un análisis de las
condiciones materiales y cómo la gente se organiza para la producción,
la teoría posestructuralista parte de enfatizar que si queremos entender
la producción de lo real, la producción de la sociedad, tenemos que
entender cómo la sociedad se crea en el lenguaje, el significado y la
representación. Es una posición cercana a la antropología, y tiene en
Historiador francés Michel Foucault uno de sus grandes exponentes.
¿Cuáles son las consecuencias de mirar el desarrollo desde estos
diversos puntos de vista? Por un lado, en la teoría liberal, tenemos que
los actores relevantes son los individuos, las instituciones y el Estado.
Para la teoría marxista los actores relevantes son las clases sociales,
los movimientos sociales y un Estado democrático. El Estado sigue
siendo importante dentro del marxismo. Según la teoría
posestructuralista lo relevante son las comunidades locales, los nuevos
movimientos sociales, las ONGs y todos los productores de
conocimiento. La teoría posestructuralista se centra en quién y cómo se
194
produce conocimiento, porque en gran medida, en la producción de
conocimiento se produce la realidad misma.
La pregunta del desarrollo que hace la teoría liberal es ¿cómo puede
una sociedad desarrollarse o ser desarrollada a través de la
combinación de capital y tecnología y acciones estatales individuales?
Esta es la pregunta que el Estado y las grandes instituciones del
desarrollo como el Banco Mundial todavía se hace, el Estado neoliberal
en particular: el desarrollo a partir del individuo, del capital, de la
tecnología, del mercado.
La teoría marxista hace una pregunta diferente. ¿Cómo funciona el
desarrollo como una ideología dominante? y, por tanto, ¿cómo puede
desarrollarse una sociedad a través de un cambio de ideologías y de
relaciones de producción?
La pregunta que se hace la teoría pos estructuralista es muy distinta,
tan distinta que obviamente lleva a resultados muy distintos. ¿Cómo
llegaron Asia, África y América Latina a ser representados como
subdesarrollados? y ¿cuáles han sido la consecuencias de ese acto en
el lenguaje? ¿Cómo a partir de 1950 y no antes se inventaron Asia,
África y América Latina como subdesarrollados y cómo se montó todo
este aparataje del desarrollo que antes realmente no existía, incluyendo
la planificación, las Naciones Unidas, el Banco Mundial, el Fondo
Monetario Internacional, la organización Mundial del Comercio?
Podría decirse, desde esta perspectiva y haciendo una analogía, que de
la misma forma en que las tropas aliadas desembarcaron en Normandía
en 1944 para liberar a Europa, de esa misma forma los expertos
empezaron a desembarcar en el tercer mundo a partir del 45, 50, 60
para liberar al tercer mundo de su pobreza, de su ignorancia. Esto ha
195
funcionado como un mecanismo de conocimiento y poder muy efectivo.
Si uno piensa en un programa como el DRI – Desarrollo Rural
Integrado-, es una máquina, lo que los posestructuralistas llaman un
dispositivo de producción de realidad, que vincula el conocimiento
experto de los planificadores del desarrollo rural, de los agrónomos,
ingenieros agrícolas, nutricionistas, con estrategias de poder, con
paquetes tecnológicos, con inversiones de extensión, de electrificación,
de poner a los campesinos a sembrar esto y aquello, de pesticidas, de
fertilizantes, de cambiar la mentalidad, la racionalidad del campesino.
Esto es lo que es desarrollo: es una práctica de vincular conocimiento y
poder desde una racionalidad completamente distinta a la racionalidad
que ha existido en cada lugar.
Finalmente, criterios para el cambio. La teoría liberal adopta como
criterios para el cambio simplemente la adopción de mercados. La
teoría marxista adopta la transformación de relaciones sociales, el
desarrollo de las fuerzas productivas, el desarrollo de conciencia de
clase. Para los posestructuralistas el mecanismo de cambio es la
transformación de la economía política de la verdad, la transformación
de quién conoce, de quienes son los conocimientos que se consideran
importantes, cómo circula el conocimiento, cómo circula el discurso,
cómo el discurso crea poder. ¿Por qué ahora hablamos de empoderar?
Cuando se habla de empoderar los actores locales en su conocimiento,
cuando se habla de los saberes populares, de los saberes indígenas,
cuando se habla de las minorías étnicas, de los saberes de las mujeres,
en todo ese sentido, digamos, hay una revolución posestructuralista en
cierto nivel que tal vez no habría pasado con los otros paradigmas.
¿Quiénes están construyendo nuevos discursos y nuevas
representaciones?, ¿cómo podemos construir nuevas
representaciones?
196
Y, finalmente, la actitud de los tres paradigmas frente al desarrollo y la
modernidad. El paradigma liberal promueve obviamente un desarrollo
más igualitario, porque los liberales de todas formas están por un poco
más de igualdad, un poquitico menos de desigualdad y en general
profundizar y completar el proyecto de la modernidad, o sea que la
ciencia, la tecnología, el individuo, el mercado nos van a sacar
adelante. Ya sabemos que hay muchas dudas sobre esto.
La teoría marxista enfatizaría en reorientar el desarrollo hacia la justicia
social y la sostenibilidad, lo que algunos teóricos Marxistas llaman un
modernismo crítico: desvincular capitalismo y modernidad. Para estos
marxistas el problema no es la modernidad, no es la ciencia, no es el
desarrollo, no es la tecnología, es el capitalismo, la utilización que el
capitalismo hace de ellos.
El posestructuralismo dice: no, la modernidad también es parte del
problema, la racionalidad científica, tecnológica, de mercados,
económica son parte del problema. Lo que tenemos que hacer es
aprender a articular lo que Foucault llamara una ética del conocimiento
experto como práctica de la libertad, y propender por modernidades
alternativas y alternativas a la modernidad. Somos en gran medida los
que creamos la realidad a través de nuestros conocimientos y
discursos. Una pregunta crítica de la modernidad es ¿cómo nos
comportamos críticamente como productores de conocimiento experto?;
¿cómo vamos a hacer ese diálogo? Depende de cómo veamos el
mundo. Miremos, entonces, cómo los grandes teóricos están
entendiendo el mundo y cuáles son las consecuencias. Giddens,
Touraine y Castells hace poco estuvieron en España disertando sobre
el futuro del mundo y sosteniendo básicamente la tesis es que la
globalización conlleva a la radicalización de la modernidad. La
197
globalización es precisamente la universalización, la extensión de la
modernidad a todo rincón, a todo intersticio de la tierra, tarde o
temprano, no necesariamente ahora. Ahora hay muchos espacios
donde todavía la modernidad aún no se consolidan, pero que tarde o
temprano se van a consolidar con la globalización.
De ahora en adelante nos enfrentamos a un cierto tipo de modernidad
para siempre y en todas parte. Esta es la inevitabilidad de un universo
eurocéntrico, ya no podemos salirnos de este universo eurocéntrico.
Esa es la posición que yo llamo liberal progresista, porque de todas
formas es gente progresista que se preocupa por el estado social de las
clases subalternas, de los oprimidos, hasta cierto punto del medio
ambiente, porque ninguno de ellos tiene una gran conciencia ecológica.
Es la famosa tercera vía.
La segunda tesis elaborada por un par de marxistas, Michael Hard y
Antony Negri en su libro El Imperio, es un intento por reconstruir el
marxismo desde la perspectiva del posestructuralismo. También ellos
aceptan que no hay un afuera a la modernidad, estamos todos metidos
en el cuento, no hay forma de salirse, nadie se puede bajar del barco.
La modernidad debe ser transformada o completamente reconstruida
desde adentro. La visión de cómo debe hacerse esto es muy compleja,
y se centra en el entendimiento del imperio, no del imperialismo de hace
décadas, pues ellos dicen que las cosas ya no funcionan así ¿ por qué?
Porque no funcionan a nivel del Estado– Nación y porque no hay un
solo nodo principal del imperio; ya no son los Estado Unidos —aunque
siguen siendo un nodo privilegiado del imperio— de la nueva formación
social que ellos llaman imperio y porque los procesos de regulación se
centran en la producción de la vida, y obviamente de la mercancía.
198
La tercera está desarrollada más que todo por antropólogos. Y ¿por qué
por antropólogos? Porque están metidos haciendo etnografías de la
gente, de cómo la gente se relaciona con los objetos de la modernidad
tales como un computador, un Mc Donalds, Coca-Cola, el cine, la
educación, o un programa de desarrollo. Plantean que el mundo actual
se compone de variaciones múltiples de modernidad, resultantes de la
infinidad de encuentros entre la modernidad y las tradiciones — la tesis
de García Canclini, por ejemplo—. Del encuentro entre tradiciones y
modernidades que crea culturas híbridas, de ahora en adelante y desde
antes tal vez, nos vemos abocados a pensar en la existencia de
modernidades híbridas, locales, múltiples, mutantes, alternativas.
¿Cuáles son las consecuencias para el desarrollo a partir de estas
tesis? En el primer escenario, si aceptamos la tesis de que la
globalización es una radicalización de la modernidad, la consecuencia
es que la globalización subsume al desarrollo, este finalmente se
universaliza y se naturaliza. Es decir, ya no hay necesidad de hablar de
desarrollo porque allí está para siempre, ya todo el mundo lo quiere, no
hay ningún problema. Aunque la teología de la modernización quede
inoperante ya no habrá un modelo único, ni se pensará en etapas,
nadie hablará de que si se hacen a, b ó c cosas, ni llegaremos al reino
de la abundancia, ni mucho si menos vamos a llegar a ser como
Estados Unidos o como Alemania, Italia o España. No hay modelo
único, ni hay etapas, no hay teología, no hay un gran momento de
llegada. Sin embargo, todas las gentes desean acceder a lo mismo, al
mercados, al progreso, a las mercancías. Como consecuencia tenemos
que lo que el tercer mundo necesita es profundizar el desarrollo
neoliberal capitalista. Esto, obviamente, es la versión de la elite
convencional de todos los países del mundo, de las transnacionales, del
G8, la Organización Mundial del Comercio, las políticas estatales
199
neoliberales. Todo basado en una lectura de la modernidad que se
globaliza.
El segundo escenario –el de las modernidades múltiples-- se basa en
una lectura antropológica. El desarrollo continua siendo resistido o
negociado en las localidades. Más aún, es posible recuperar el
desarrollo como un espacio importante para reelaborar y trabajar la
modernidad, para convertirla en algo distinto. Un ejemplo de esto que
me daba una mexicana, que trabaja en una comunidad indígena en
Oaxaca: en 1999 a la comunidad indígena le regalaron una leche en
polvo, pero esa comunidad indígena nunca usa leche en polvo porque
no les gusta, siempre han bebido líquido. Un día encontraron un uso
para la leche en polvo, la usaron para pintar los límites de la cancha de
fútbol. Es un ejemplo muy crudo de cómo la gente resiste al desarrollo,
subvierte, reelabora, pero yo creo que todos, en sus encuentros diarios
en proyectos de desarrollo, saben que la gente no simplemente llega y
acepta la palabra del experto e implementa su programita, sino que lo
subvierte de toda forma posible, desde dedicar los fondos a otras
cosas, hasta decirle al experto que va a hacer esto, pero lo hace muy
distinto. Y aquí está siempre el principio fenomenológico: toda
intervención tiene que ser re trabajada por el beneficiario, por el usuario
—-el usuario no en el sentido utilitario, sino en el sentido de los usuarios
de prácticas—-, y que en este sentido siempre tenemos que
personalizar e incorporar las prácticas a nuestro universo para que
tengan significado dentro de ese universo.
Cada acción de desarrollo es potencialmente un acto de contra
desarrollo. En ese sentido la gente se lo apropia y lo reorienta hacia
otra racionalidad. Cada acto de contra desarrollo es potencialmente la
semilla de una modernidad alternativa. En la medida en que se
200
resignifica, por ejemplo, la naturaleza en las comunidades rurales, o en
los bosques tropicales de manera muy distinta --como un proceso de
construcción continua entre humanos y medio ambiente—la
conservación también podría pensarse de forma alternativa. Eso crea
una modernidad alternativa al enfoque moderno de conservación a
partir de los científicos. Otro ejemplo de modernidad tradicional nos lo
brindan las plantaciones de palma africana en el Pacífico Sur,
compuesta de filas contables y cuantificables de palma,
homogeneizada, en contraste con el bosque biodiverso. Una
modernidad alternativa podría decirse que es el universo diverso que
quiere mantener las comunidades, que sugiere de hecho un
entendimiento muy distinto de la naturaleza, que los antropólogos han
estudiado en términos de los modelos locales de la naturaleza que las
comunidades tienen.
En consecuencia, es necesario construir sobre o a partir de las
acciones de contra desarrollo y de modernidad alternativa de la gente,
lo cual supone aprender a leer de nuevo, a quitarnos los lentes de
desarrollo convencional y a leer la práctica cotidiana de la gente de una
forma distinta como contra desarrollo o potencialmente como contra
desarrollo hacia un modernidades alternativas.
Las comunidades de ríos del Pacífico mantienen una significación
cultural muy distinta sobre lo que es la naturaleza, pero no sólo la
naturaleza sino de economía, la vida, el alimento y de las relaciones
sociales y de pareja. Esto no quiere decir que sean mejores o peores.
Más bien constata el hecho etnográfico de que hay prácticas
ecológicas, económicas y culturales diferentes y que, precisamente, en
esta visión posestructuralista y antropológica son esas prácticas las que
pueden ser tomadas como punto de partida para reconstruir lo local, la
201
región, el lugar, para repensar el desarrollo, para propender por
alternativas de desarrollo y por alternativas a la modernidad. Esto en
contra posición de los expertos en desarrollo que operan como agentes
del estado neoliberal frente a las comunidades. Si seguimos operando
como expertos neoliberales de desarrollo, estamos siendo agentes del
estado y del imperio neoliberal.
Dos anotaciones breves sobre la globalización. ¿Cuál es la visión de
globalización que empieza a surgir de esta concepción más
antropológica? Por un lado, empezamos a entender que la globalización
no es este monstruo que todo lo homogeniza, que avasalla, unifica,
controla, margina todas las realidades en todos los rincones del mundo.
Sin duda, algo de eso está pasando y no se puede minimizar el impacto
fatal de la globalización neoliberal. Pero también la globalización
encierra muchos órdenes sociales y tradiciones culturales que
conforman modernidades múltiples. Si lo comenzamos a ver de esa
forma ¿qué consecuencias puede tener para la política y la práctica
social? La globalización capitaliza y reconoce esa multiplicidad. Las
grandes transnaciones están más a la vanguardia de reconocer esa
multiplicidad, incorporarla dentro de sus prácticas aún cuando trate de
permearla y contenerla. El mismo capitalismo es descentrado y
fragmentado, no hay un capitalismo con C mayúscula, si no que es un
capitalismo ya múltiple, descentrado, fragmentado, con unas
contradicciones muy impresionantes, siempre las contradicciones han
estado allí, aumentándolas cada vez más.
La segunda, la globalización propicia al mismo tiempo unificación y
fragmentación, es por esto que las naciones teológicas de
modernización y desarrollo no logran capturar la naturaleza de estas
transformaciones, en otras palabras ya no es el proceso lineal de A a B,
202
las famosas 5 etapas de que hablaba William Rostow, esa teología ya
no existe, no hay un solo modelo.
La globalización debe ser vista en términos de la producción diferencias
que no necesariamente se inscriben en esquemas jerárquicos y
órdenes evolutivos. La modernidad clásica reinscribía la diferencia en
un orden evolutivo. En ese sentido las famosas ferias mundiales, la de
1851 en Londres, las de mediados de siglo XX en EE.UU., en Europa,
en otras partes del mundo eran eventos donde se clasificaban todas las
culturas en orden de desarrollo, de civilización, donde los ingleses eran
los que más habían alcanzado en términos tecnológicos, culturales y los
europeos estaban en la cima de los logros occidentales, y muy por
encima de los más atrasados, los aborígenes y los primitivos de
Australia o del Amazonas.
La diferencia se reinscribe en una jerarquía y ésta se introduce en un
mecanismo de dominación cultural. Hoy esas diferencias no se
reinscriben de forma tan sencilla. Hay otra forma de ver estos procesos,
tal vez un poco aventurada, pero en tiempos de crisis hay que atreverse
a pensar de forma muy diferente, y que hay no solamente otras
alternativas dentro de la modernidad misma, sino que hay alternativas a
la modernidad. ¿Cómo hacemos eso? Encuentro tres actores que
vislumbran esta posibilidad. Por un lado, unos pocos autores piensan
que la modernidad siempre fue plural desde el comienzo. Es posible
cuestionar las fronteras plurales y espaciales de la modernidad y esto
no es solamente un ejercicio académico, es un ejercicio político. Si
volvemos al cuento de que las representaciones influencian mucho la
forma en que se construye la realidad, si volvemos al hecho de que el
representar a Asia, América Latina, África como subdesarrollados fue
una estrategia de dominación, es importante pensar que cuestionar las
203
fronteras para concluir que la modernidad fue siempre múltiple e híbrida
puede igualmente ser una tarea importante.
Esta tesis supone la desoccidentalización y deseuropeización de la
historia de la modernidad. La modernidad siempre fue el resultado del
encuentro entre culturas desde el comienzo. Una de las discusiones
más conocida sobre esto es el libro La Atenas Negra del historiador
Martín Bernal, donde decía cómo a Grecia siempre se la postula como
la cuna de la civilización occidental, el momento más hermoso de la
raza humana, de la humanidad, y, sin embargo, Grecia no pudo haber
sido posible sin Egipto, sin África, porque Grecia fue un continuo
diálogo con Egipto y África. En ese sentido siempre fue también una
Atenas negra, pues los griegos prestaron y retomaron muchas cosas,
especialmente, de Egipto. El filósofo Enrique Dussel ha explicado esta
tesis de una forma muy radical, cuestionando la ecuación fácil que
asume que Modernidad/Occidente=Grecia + Roma + Cristianismo.
En este sentido la modernidad no solo siempre fue múltiple –el
resultado del diálogo de Europa con muchos otros, desde China y la
India hasta otros lugares del mundo, así como con las muchas Europas
que hay dentro de Europa, con los subdesarrollados dentro de Europa
mismo—sino que su privilegio histórico es un efecto etnocéntrico de
hegemonía‖.
―Es necesario cuestionar los límites espaciales y temporales que se da
a la modernidad. Hay modernidades eurocéntricas y no eurocéntricas.
Así como hay eurocentrismo en todo el mundo, hay eurocentrismo en
América Latina a nivel de las élites y a muchos otros niveles, pero no
todos. Es posible re-imaginar las formas posibles de heterogeneidad y
pensar en una pluralidad más radical de modernidades coexistentes e
204
interactuantes. La globalización puede ser vista como el encuentro de
modernidades bajo condiciones desiguales de poder, porque las
modernidades siempre han sido desiguales. Pero qué tal si empezamos
a pensar que hay muchas modernidades, que se trata también de
abrirle espacios a esas modernidades, no solamente a las grandes, sino
a la islámica, la china, la india, pequeñas modernidades de las
comunidades étnicas e indígenas, y que nos abramos realmente a un
mundo plural. Y si lo vemos así, vemos que realmente hay una
importancia fundamental en la defensa de esos lugares, en la defensa
de esas culturas y de esas prácticas de la diferencia‖. (Escobar, 2002)
Lección 27.Globalización, Desarrollo y Modernidad (continuación artículo anterior).
―Veamos las consecuencias para el desarrollo. El contra desarrollo
funciona para producir tanto modernidades alternativas como
alternativas a la modernidad dominante eurocéntrica y capitalista.
Desarrollo alternativo, modernidad alternativa y alternativas a la
modernidad surgen como proyectos complementarios en los ámbitos
intelectuales, políticos y sociales. De hecho los movimientos sociales y
los diseñadores de política social se ven abocados a mantener esos
tres fines en tensión continua. Pensar que hay que hacer desarrollo, sin
duda alguna, pues hay que mejorar la calidad de vida de todas las
comunidades, hay que reconstruir y fortalecer las economías, pero a
través de un desarrollo alternativo. Nadie quiere un desarrollo
convencional, del estilo clásico, tipo revolución verde, plantaciones, etc.
Queremos un desarrollo alternativo, ecológico, equitativo.
Pero también podemos pensar que al mismo tiempo que se impulsan
desarrollos alternativos, se impulsa una modernidad alternativa, un
entendimiento distinto de la naturaleza, de las relaciones humanas, del
205
goce, de la economía, de la ecología. Y que al mismo tiempo también
se propende por alternativas a la modernidad, en la medida en que
continúan prácticas de diferencia —que llamo prácticas ecológicas,
económicas y culturales de diferencia—. Desde ese punto de vista
sigue habiendo posibilidades de alternativas a la modernidad hacia un
régimen más plural de modernidades diversas.
Como ecólogos no es imposible imaginarnos que el mundo pueda ser
radicalmente diferente. Se puede pensar cómo sería Medellín
reconstruida desde una perspectiva de diseño ecológico y sería una
ciudad completamente diferente; cómo podría llegar a ser el Pacífico,
construirlo de un modo diferente, como los movimientos sociales lo
piensan. Como ecólogos podemos imaginarnos un realmente hermoso,
donde las relaciones humanas y con el medio ambiente sean muy
distintas. ¿No nos sugiere esto alternativas a la modernidad?; ¿por qué
alternativas a la modernidad? Porque el mundo no solamente se rige
por los principios de la modernidad, especialmente, la neoliberal; sin
duda hay un papel y muy importante para la ciencia, la tecnología, las
economías del mercado, el capitalismo si se quiere, pero eso no va a
ser solamente lo que va a regir la política social, o la re/construcción de
la realidad.
Un breve corolario para los planificadores. Desde esta perspectiva la
tarea de diseñadores y planificadores es promover un espectro de
mundos socio naturales que contribuyan al desarrollo alternativo,
modernidades alternativas y alternativas a la modernidad, o sea,
construir sobre prácticas de diferencia. ¿Esto qué significa? En términos
prácticos voy a referirme a los movimientos sociales. ¿Qué quiere decir
este momento de transición para estos movimientos sociales? Veamos
el caso del movimiento social de comunidades negras del Pacífico Sur
206
en particular. En 1993 el Proceso de Comunidades Negras (PCN)
acordó varios principios organizativos: el derecho a una identidad
negra; el derecho al territorio, al control del territorio como espacio para
el ejercicio de la identidad; el derecho a cierta autonomía (en ese
sentido los zapatistas son los grandes teóricos de los movimientos
sociales); y el derecho a su propia visión del desarrollo de la política
social o la acción social.
Enfatizo dos aspectos de este movimiento del Pacífico colombiano. Por
un lado, el movimiento como productor de conocimiento y de un marco
teórico muy sofisticado de ecología política. Y por el otro, el papel del
movimiento como red al interior del Pacífico y trasnacionalizadas. Como
productor de conocimiento, queremos saber cómo este movimiento
ilustra esa tensión de que hablábamos antes, la que mantienen los
activistas y que podemos mantener los diseñadores y planificadores
entre las tres dimensiones de la acción social: desarrollo alternativo,
modernidades alternativas y alternativas a la modernidad. Como
productores de conocimiento el movimiento social ha avanzado,
especialmente desde el 90, con una crítica a las estrategias de
conservación que inicialmente quiso introducir en el Pacífico con el
Proyecto Biopacífico, para luego abrirse a un proceso de diálogo y
concertación con los movimientos sociales.
En este contexto destaco varios aspectos de los movimientos como
productor de conocimiento: uno, el desarrollo de una teoría insiste en
que la biodiversidad es igual a cultura más territorio. La conservación de
la biodiversidad solamente se asegura si se enfoca desde las culturas
locales y del control del territorio por las comunidades locales. Esto iba
en contra de las concepciones científicas y de los expertos de la
conservación de la biodiversidad, como un proyecto científico de
207
taxonomía, de inventarios, de áreas protegidas, de algunos proyectos
productivos, restringidos.
Dos, los activistas de los movimientos desarrollan de una narrativa de la
naturaleza a partir de un modelo local de naturaleza, donde hay una
relación de continuidad entre el mundo humano, el mundo biofísico y el
mundo natural. La naturaleza se concibe en la modernidad a partir de
una separación entre lo biofísico, lo humano y lo espiritual. En las
comunidades étnicas en gran medida se percibe una continuidad entre
estos tres mundos. Entonces ¿cómo pensamos a partir de esta
continuidad una estrategia de desarrollo? Claro que tiene que ser muy
distinta.
Tres, una concepción del territorio como el espacio de apropiación
efectiva del ecosistema por las comunidades. Si estudiamos cómo las
comunidades se apropian del ecosistema eso es el territorio; el
territorio, por tanto, incorpora el proyecto de vida de las comunidades.
Cuatro, una concepción de lo que los activistas llaman el Pacífico como
territorio-región de grupos étnicos, como un lugar integrado ecológica,
cultural, política y económicamente que se construye día a día a través
de la tarea laboriosa de las comunidades. Ellas mismas lo construyen
en su quehacer diario. En términos muy generales, se puede ver al
Pacífico como un lugar producido por una serie de grandes procesos
históricos, desde los geológicos y biológicos hasta los culturales. Los
procesos políticos de las comunidades negras e indígenas empiezan a
ser un factor importante de producción del Pacífico como lugar en los
90. Luego vendrían los procesos de la tecnociencia, de cómo se
incorpora el Pacífico en la política global de biodiversidad; todo esto
sugiere que al Pacífico hay que verlo en términos globales, que al
208
Pacífico se ha repensado y recreado en los 90 a partir de la irrupción de
lo biológico y lo cultural en el teatro global del desarrollo y que no se
puede ver de otra forma. Al Pacífico como lugar, en resumidas cuentas,
lo producen una serie de procesos locales y globales a todo nivel.
¿Cómo han desarrollado los movimientos sociales este cuerpo teórico
del que antes hablaba muy brevemente, y que proporcionan la base
para una alternativa del desarrollo y una modernidad alternativa y a
largo plazo, una alternativa de la modernidad? No se ha desarrollado
desde las cabezas versadas en meditación profunda, ni mucho menos,
sino en el encuentro diario y continuo con todo tipo de actores desde lo
local hasta lo transnacional en las comunidades, desde los famosos
monteos que se hicieron para lograr la titulación colectiva de tierras,
hasta la elaboración de los mapas comunitarios. Allí se generó el
conocimiento de quién había estado históricamente, cómo se piensa el
territorio, cómo se piensa la identidad. Estos conocimientos teóricos
también se desarrollaron a través de encuentros con el Estado, con el
Proyecto Biopacífico, Plan Pacífico, con sectores académicos, con la
tecnociencia y la red global de biodiversidad, con las ONGs, que han
jugado un papel importante en promover este desarrollo en el Pacífico,
etc.
Podría decirse que la ecología política articulada por movimientos como
el PCN obedece a una perspectiva de diseño autónomo. ¿Qué es el
diseño autónomo? Para distinguirlo de la planificación hay dos o tres
principios del diseño autónomo. El diseño autónomo es aquel que
comienza por asumir o aceptar que siempre toda comunidad practica el
diseño de sí misma. Las comunidades de los ríos del Pacífico, toda
comunidad humana ha tenido un diseño de sí misma. A veces es un
diseño caótico que no pasa por la reflexión teórica, pero que de todas
209
formas hay un diseño allí. Una de las tareas del activista o del
intelectual es hacer a la comunidad más consciente de ese diseño que
ha practicado y empezar a ver cuáles son las posibilidades de ahí para
adelante.
Un principio muy importante del diseño autónomo es que toda actividad
de diseño debe comenzar con la forma de cómo la gente misma define
su realidad; esto quiere decir, en términos filosóficos, que siempre
debemos ver a la gente como agentes de su propio entendimiento,
como practicantes de su propio saber. Ese es un principio básico,
político, epistemológico, que es violentado por la planificación
convencional, en el que (imagínense la arrogancia) se pensaba que la
gente no tenía conocimiento y que el conocimiento del experto tenía
que ser trasplantado a la mente de la gente, olvidándose del hecho de
que un principio filosófico muy sencillo pero fundamental y complejo es
que todos somos practicantes de nuestro propio saber y que siempre
hay que respetar ese propio saber. Ese es el comienzo de la
planificación participativa.
El objetivo fundamental del diseño autónomo es la producción de
conocimientos sobre la realidad. Lo que el diseño autónomo pretende
establecer o crear, realmente, es un sistema de investigación de la
realidad, un sistema de aprendizaje de ella, no es tanto un esquema de
cómo actuar en la realidad, sino cómo pensar la realidad, cómo
investigarla. Esa es la tarea más hermosa del diseño, la planificación
puede ser eso: construir con la gente sistemas de investigación sobre la
realidad.
Qué podemos enfatizar de este estudio de caso cuando lo ponemos
junto a la parte más teórica: primero, que muchos movimientos sociales
210
de hoy en día son movimientos por la defensa del lugar, de apego al
lugar, al paisaje, al ecosistema, entendido como un todo complejo,
multidimensional. Este movimiento social crea una red local, nacional,
luego internacional, que parte de las comunidades, del ecosistema
mismo, del bosque tropical húmedo —el bosque es un actor
importantísimo dentro de la red. En las teorías de redes más recientes,
se enfatiza que las redes están compuestas por actores humanos y no
humanos, entonces, construyen la red a partir del bosque y de las
comunidades hacia la región, al país y al mundo. Por ejemplo, entre las
actividades más transnacionales del movimiento (PCN) que ha
comenzado a partir de 1995 está la participación de activistas del
proceso de comunidades negras en una serie de redes a nivel mundial,
y esto es relativamente típico de muchos movimientos sociales de hoy:
no hay un movimiento estrictamente local.
Con esto no quiero decir que los movimientos estén mandando sus
gentes a viajar por el mundo, muchos nunca lo hacen, ni tienen la
oportunidad de hacerlo, pero todo movimiento tiene que tener una
teoría de lo global, ya no hay grupos subalternos estrictamente locales,
todo grupo subalterno es local y es global. Estos grupos han estado
participando en redes de mujeres afro latinoamericanas, en redes de la
biodiversidad a nivel global, incluyendo la participación en las reuniones
de la Convención de la Biodiversidad en distintas partes del mundo, en
redes mundiales ecológicas, en reuniones sobre certificación de
productos del bosque, en redes de movimientos contra la globalización
y participando en algunas de las manifestaciones más importantes en
este sentido. Una vez que se crea la red se empieza a
transnacionalizar. Estos movimientos están a la vanguardia de un
nuevo encuentro inusitado con el mundo cuando participan en
reuniones en la India, en Europa, en América Latina.
211
¿A dónde lleva toda esta acción? A lo que podríamos llamar localidades
y globalidades alternativas –―glocalidades‖, para hablar con un nuevo
lenguaje. ¿Qué crean estas redes en contra de la globalización? Una
configuración alternativa de economía, cultura y poder que no es la
configuración dominante de la modernidad neoliberal, sino que si se
quiere, son pliegues distintos que le aparecen a la modernidad, y ojala
tuviéramos formas tri y cuatri dimensionales para visualizarlos.
Entramos en espacios topológicos donde estos movimientos empiezan
a crear pliegues. Se pude ver a la modernidad y a la globalización como
tres grandes esferas que se interceptan: la esfera de la economía
global, que los movimientos quieren contener o contrarrestar; la esfera
del gobierno o gobernabilidad local y global, que los movimientos
quieren democratizar, apropiarse de esos espacios de gobierno global
como la Convención de la Biodiversidad, todas las convenciones
habidas y por haber; y la esfera de la producción cultural global, que los
movimientos sociales quieren pluralizar.
Si se mira como una intersección estas redes son como pliegues en la
estructura de la globalización, y son realidades que tenemos que
empezar a construir, fortalecer y promover. Son lo que en teorías de
redes se puede llamar redes auto organizativas, descentralizadas, no
jerárquicas, que se empiezan a formar en términos de funciones
complementarias de los nodos de las redes que no uniformizan las
redes ni a sus componentes ni a sus sitios, donde hay una inversión de
la globalización que lo que más le importa a esas redes es lo local, no lo
global, van a lo global para fortalecer lo local, y van a lo global porque
aprenden que lo global determina las en gran medida condiciones para
que lo local y el lugar sobreviva. Son redes auto organizativas y es una
forma nueva de ver a los movimientos sociales como redes.
212
Estas redes, el diseño autónomo y la planificación participativa podrían
propender por un pos desarrollo, que se puede definir como ese
momento, ese otro imaginario societal donde ya la acción social no se
defina solamente en términos de desarrollo, sino donde estas
modernidades alternativas puedan tener un chance para sobrevivir,
para ser escuchadas, y donde los movimientos de defensa del lugar
logren crear posibilidades de globalidad sin tener que sobrellevar las
cargas culturales y ecológicas de la modernización y el desarrollo. No
sabemos cómo será esto todavía, pero por allí debe encaminarse la
creación de mundos locales y regionales ecológica y culturalmente
sustentables‖. (Escobar, 2002)
Lección 28. La participación como herramienta para el desarrollo
En la anterior lección se pudo ver que el nuevo paradigma para el desarrollo de las
comunidades, definitivamente es la acción social participativa y la autogestión para
el logro de mundos locales y regionales ecológica y culturalmente sustentables,
como los define el autor.
Es por ello que en la presente lección se presentan apartes del documento
elaborado por el doctor Miguel Ángel Ramón Martínez, quien fue el creador de
todo el fundamento teórico del PAP Solidario de la Universidad.
Se preguntarán: ¿Por qué este tema en un curso de Sociología? La respuesta
está dada en la medida en que estamos formando estudiantes comprometidos con
las problemáticas de su región y es precisamente este curso el que les brinda las
herramientas conceptuales y metodológicas para empezar a involucrarse en la
investigación de sus comunidades ya sean locales, barriales o cualquier otro
aspecto de su entorno.
―Proyecto Pedagógico Solidario Para la Formación de Líderes
Comunitarios
213
Significado y sentido del Proyecto Pedagógico Solidario para la
formación de un liderazgo comunitario
¿Qué relación existe entre el liderazgo y el ejercicio del poder?
El liderazgo se refiere a una situación social creada a partir de la
interacción entre la cultura de los grupos, la personalidad de los líderes
y el desarrollo de la sociedad, a partir de la cual se genera el poder.
En tal situación, se ejercen ciertas relaciones de poder con base en las
competencias, habilidades y calidades humanas que presentan
determinadas personas o grupos para orientar, apoyar y acompañar a
los demás en el despliegue de sus potencialidades y en la satisfacción
de sus necesidades fundamentales, tanto axiológicas como
existenciales.
El poder se debe entender como una energía básica para servir a los
demás y no para explotarlos. Se debe comprender como la autoridad
moral fundada en la capacidad para promover la acción comunicativa
en las comunidades y convertir las intenciones en realizaciones
concretas de mejoramiento humano.
La utilización prudente de la energía básica contenida en el poder,
facilita ―la transformación de los seguidores en líderes y la conversión
de éstos en auténticos agentes de cambio‖, capaces de anticipar
nuevas situaciones, de prever soluciones creativas a nuevos problemas
y de comprender que ―la visión de futuro sin acción es un sueño y que
la acción sin futuro carece de sentido‖.
Una condición fundamental del liderazgo transformativo e innovador, es
la capacidad para comprender la misión de la organización y formular
los principios de trabajo, motivar la acción y promover la creatividad de
214
las personas, mediante la producción de sentido y la organización del
significado de la acción.
Tal significado se refiere a aquello que se debe hacer y cómo hacerlo
bien, lo mismo que a comprender por qué y para qué se debe realizar la
acción transformadora, reflexiva, coherente e integradora, a partir del
mejoramiento de la calidad de la percepción, del concepto y de la
estima de sí mismo y de los demás.
Desde tal perspectiva, juega un papel fundamental el desarrollo
personal que proporciona credibilidad en las relaciones interpersonales
para cultivar la confianza e impulsar la eficacia en la gestión y
productividad de las organizaciones socio culturales y comunitarias.
La eficacia del liderazgo se expresa en una cultura de la confianza, de
la responsabilidad y de la eticidad, que incita a participar solidariamente
en la práctica de la libertad, en el ejercicio de la justicia y en la
construcción de la verdad, con implicación afectiva y compromiso
social.
Sólo así, es posible que el liderazgo genere condiciones que hagan
viable la transformación de los seguidores en líderes y la conversión de
éstos en auténticos agentes de cambio, dinamizadores de la acción y
transformadores de la realidad.
La formación de un nuevo liderazgo para la sociedad solidaria exige
comprender la dinámica cultural de los pueblos, lo mismo que
desarrollar la capacidad para orientar nuevas formas de diseñar y
ejercer el poder político y de concebir y realizar la práctica económica, a
partir de un proyecto pedagógico que desarrolle la conciencia solidaria.
¿Por qué el proyecto se denomina pedagógico?
215
El proyecto se denomina pedagógico porque está diseñado como una
mediación para promover y acompañar el aprendizaje de las personas;
es decir, para apoyar la tarea de cada participante en el proceso de
autoconstruirse como sujeto social y lograr la apropiación crítica del
mundo y de sí mismo.
La construcción de sí mismo se realiza mediante la producción del
conocimiento, el arte, la tecnología, la interacción social, la participación
política, el lenguaje simbólico, el trabajo socialmente organizado y el
encuentro con los demás seres de la naturaleza y de la sociedad.
La apropiación del mundo significa hacerlo parte de uno mismo e
incorporarlo a la propia experiencia y relacionarse con él, para moverse
en distintas direcciones con capacidad de enfrentar y resolver
problemas, explicar las causas y prever las consecuencias de las
acciones propias y ajenas.
La apropiación de sí mismo significa reconocer el potencial de
aprendizaje que uno tiene y desarrollar las capacidades necesarias
para la acción y la relación con el mundo, tales como las habilidades
comunicativas para leer, escribir, dialogar y expresarnos; las
competencias cognitivas para manejar situaciones y las habilidades
físicas, técnicas, artísticas e intelectuales para expresar la sensibilidad y
comunicar el pensamiento.
¿Cuándo aprenden las personas y a través de qué?
Las personas aprenden cuando se apropian críticamente de su realidad
y se auto realizan a partir de la construcción del conocimiento y cuando
adquieren competencias para apropiarse de sus posibilidades y
216
aprovechar las oportunidades que ofrecen la cultura y el mundo en
general.
Las oportunidades están determinadas por los recursos que nos
proporciona el entorno o el ambiente social en donde las personas se
relacionan con las instituciones, los objetos socio-culturales y los
imaginarios e ideas generales que median entre el mundo y el hombre.
La experiencia histórica nos enseña que ―el hombre es mediado por las
cosas en la medida misma en que las cosas son mediadas por el
hombre‖.
Lo anterior significa que todo está mediado en el ser humano,
especialmente el aprendizaje; pero a la vez, que el ser humano es el
mediador por excelencia, a partir de su capacidad para convertir los
medios en mediaciones; esto es, en la medida en que descubra y utilice
el potencial expresivo, comunicativo y educativo de los medios, para
dinamizar su propia capacidad creadora y su propio potencial de
aprendizaje.
¿Qué exige y qué implica una mediación pedagógica?
Una mediación pedagógica exige un tratamiento adecuado de los
contenidos de aprendizaje y de las formas de enseñanza, con el fin de
facilitar la relación entre las áreas del conocimiento que se estudian y
las prácticas sociales que realizan los participantes, quienes están en
situación de aprender algo, teniendo en cuenta la articulación que existe
entre teoría y práctica, pensamiento y acción, estudio metódico y
trabajo productivo.
La mediación pedagógica implica organizar y procesar la información,
de tal modo que responda a las características socio-culturales y a las
condiciones de aprendizaje de los interlocutores, para que participen y
relacionen los mensajes que se intercambian con sus experiencias
217
vitales e intelectuales previas, y así, las incorporen a su propio proceso
de producción y aplicación de nuevos conocimientos y a los procesos
culturales de cooperación humana, consciente y solidaria.
¿Cuándo surge la conciencia solidaria?
La conciencia solidaria surge cuando se comparte la carga y el dolor de
los demás; cuando se expresa la sensibilidad social frente al sufrimiento
ajeno y se asume como propio; cuando se actúa para superar las
barreras sociales que disminuyen a las personas, coartan la libertad y
niegan la creatividad, la equidad y la participación social.
En el proyecto pedagógico solidario se reconoce la capacidad de los
participantes, no sólo para producir bienes y prestar servicios, sino para
asumir con responsabilidad y compromiso social la autogestión
económica, la autodirección política y la autodeterminación cultural e
ideológica, que contribuya a la autoconstrucción individual y colectiva
de un nuevo hombre, en una nueva sociedad justa, equitativa y
participante.
Tales procesos deben estar al servicio de la calidad de la existencia
humana, a partir del reordenamiento económico, la transformación
productiva y cultural, con calidad, eficiencia, equidad e igualdad social,
lo mismo que la formación de una nueva ciudadanía, capaz de
fortalecer la sociedad civil y de defender los derechos fundamentales de
la persona y la comunidad.
Dentro de tales procesos, ¿Cuál es la razón de ser de la acción
solidaria?
La acción solidaria centra su razón de ser en el proceso de
autoconstrucción del hombre como individuo y como especie, teniendo
218
en cuenta una concepción integral de la persona humana como ser
viviente, ser social, histórico y cultural.
Además, como ser trascendente, capaz de desarrollar su potencial
espiritual, mediante la acción transformadora y creativa, la organización
solidaria y la participación ciudadana en la construcción de la
democracia real, de la justicia social y del bienestar de la colectividad.
Identidad del proceso de formación de líderes:
La identidad del proceso de formación proviene de la elección
fundamentada y consecuente que se haga de los principios
orientadores, así como de las características sociales y culturales del
contexto en el cual se encuentran los líderes activos o potenciales de
las distintas organizaciones, comunidades o entidades territoriales.
De igual manera, las características de los dirigentes y asociados se
expresan de modo diferente, de acuerdo con las formas de interacción
social, el tipo de actividad económico-laboral y la relación pedagógica
que se establezca en el proceso de formación continuada.
Lo anterior, significa que en cada organización (cooperativa,
mutualidad, comunidad o municipio), se debe construir el proyecto
pedagógico solidario pertinente, adecuado a las realidades, a las
características específicas y rasgos particulares de las personas y los
grupos según sus necesidades, intereses, problemas, aspiraciones y
posibilidades reales de emancipación individual y colectiva.
Para que un proceso de formación de líderes mantenga su identidad y
sea pertinente, los proyectos pedagógicos solidarios que se construyan,
deben tener algunas características, tales como las siguientes:
Deben expresar la identidad del proceso formativo de las personas.
Deben ser asumidos como un compromiso de toda la organización
social o comunitaria.
219
Deben tener claridad en su estructura, funcionamiento y acción
formativa.
Deben ser viables y posibles de ejecutar, para alcanzar sus objetivos.
Deben ser flexibles para que permitan su reelaboración continua, a
partir de la evaluación permanente.
Las características anteriores nos permiten reconocer que un proyecto
pedagógico solidario de una empresa asociativa, de una comunidad o
de un municipio, nunca es un proyecto acabado e inamovible, porque
siempre estará sujeto a revisión constante, a partir de los cambios del
entorno, de su ámbito de aplicación, del progreso de la ciencia y la
tecnología y de los cambios económicos, políticos, sociales y culturales.
Igualmente, un proyecto pedagógico solidario está muy vinculado con
las personas que lo realizan, para incidir en su comunidad local y
regional, así como para imprimirle carácter y personalidad a la
organización, de acuerdo con las finalidades y objetivos que se
persiguen, de los recursos disponibles que se utilicen y de los estilos
de gestión que se practiquen.
¿Qué proceso se debe tener en cuenta para construir un proyecto
pedagógico solidario?
Teniendo en cuenta las características que definen un proyecto
pedagógico solidario, es necesario considerar algunos pasos del
proceso para construirlo; tales como los siguientes:
Análisis de contexto geopolítico, socio-económico y cultural
220
Consiste en identificar las características del territorio y de la población
que lo habita, teniendo en cuenta su vocación productiva y cultural, así
como sus posibilidades de desarrollo humano e integral.
Descripción y estructura administrativa de la organización
Se relaciona con la organización social que tienen los grupos,
localidades o comunidades para facilitar la participación ciudadana,
distribuir y ejercer el poder de decisión.
Características de los participantes
Se refiere especialmente a la distribución de la población por edades,
ocupaciones, niveles educativos y salud integral, para conocer sus
condiciones de aprendizaje y superación personal y social.
Principios que orientan las organizaciones
Constituye el conjunto de valores relacionados con la persona humana,
con el trabajo, con la comunicación, con la relación ética, con la
participación ciudadana, con la cooperación solidaria, que le imprimen
sentido humano a la formación de líderes.
Finalidad educativa y pedagógica de las organizaciones
Se relaciona con el carácter formativo de las personas, que tienen las
distintas organizaciones, a partir de los fines y objetivos que persiguen,
de los recursos y capacidades que utilizan y de los procesos y
actividades que realizan para ejecutar las decisiones orientadas a la
satisfacción de sus necesidades y logros.
Sistema de evaluación, tanto interna como externa
221
Constituye un proceso permanente de análisis y explicación de las
diferentes situaciones que viven las organizaciones frente a realidades
deseadas y posibles, así como frente a procesos realizados, objetivos
previstos y logrados, para alcanzar el mejoramiento continuo de su
calidad de vida.
Principios orientadores para la construcción de un Proyecto Pedagógico
Solidario
Los principios generales que sirven de marco de referencia y que le
imprimen sentido a los proyectos pedagógicos solidarios, están
íntimamente relacionados con los principios fundamentales que
caracterizan y orientan la acción solidaria en diferentes procesos de la
práctica social, tales como los siguientes:
1. Respeto a la dignidad de la persona humana: En la medida en que se
reconoce la libertad y la capacidad del hombre para tomar decisiones,
moldear su mundo, transformar la realidad y construir su propia historia,
mediante diferentes formas de representación mental, de normas de
comportamiento y organización social y de formas de expresión de la
sensibilidad y de la afectividad para trascender la realidad.
2. Autorrealización de los Actores Sociales: En el sentido de reconocer
en la persona a un ser sujeto –protagonista de su propio proyecto de
vida, capaz de asumir en forma consciente y responsable los procesos
de autogestión formativa, empresarial y productiva, y de desempeñarse
en diferentes ámbitos de actuación como empresario, productor,
ciudadano, consumidor y dueño de los medios de producción y del
producto de su trabajo, para autoconstruirse como sujeto moral y social.
222
3. Participación Organizada y Solidaria: En términos de hacer realidad
el ejercicio de la libertad, la autonomía comunitaria y la
autodeterminación de las personas para tomar decisiones y organizar
sus propias instituciones, de tal manera que se construya un auténtico
proceso democrático que facilite la redistribución y ejercicio del poder
político de los asociados y la creación de espacios vitales, para
preservar la identidad cultural y el sentido de pertenencia social.
4. Cooperación en el trabajo asociado: Como fundamento de la acción
conjunta y articulada, coherente y concertada, para lograr los fines
comunes de los procesos socioeconómicos y culturales, mediante la
integración de esfuerzos y recursos, el despliegue de valores ético-
sociales y el reconocimiento recíproco entre personas, grupos,
comunidades y culturas, de modo que se evidencie la apertura a la
diversidad cultural, a los cambios tecnológicos y al respeto a las
diferencias para lograr la complementariedad y la realización
intersubjetiva (relaciones interpersonales entre los sujetos).
5. Propiedad social y comunitaria de los factores productivos: Con base
en el principio de que el trabajo es la fuente originaria de la propiedad y
que ésta constituye un factor fundamental para la realización del
trabajador, de su familia y de la comunidad. Dentro de los factores
productivos se deben destacar el conocimiento tecno-científico, el
gerencial y el ético-moral, como dinamizadores básicos de los demás
factores productivos.
6. Dirección participativa, cooperada y descentralizada: En la medida en
que los asociados tomen conciencia del valor pedagógico del trabajo
socialmente organizado, de la interacción social, de la acción
223
comunicativa y de la responsabilidad solidaria. Estos aspectos son
fundamentales para el desarrollo del sentido de pertenencia social e
identidad cultural para la participación democrática.
7. Preservación del medio ambiente natural y social: En la medida en
que se desarrolle una conciencia ecológica y una ética ambiental, que
reconozca la necesidad de cambiar el comportamiento humano frente a
la forma de interactuar con la naturaleza y de utilizar tecnologías
productivas apropiadas, para no deteriorar los recursos naturales ni
contaminar el ambiente, y promover un desarrollo humano e integral,
sustentable y auto sostenido.
8. Distribución equitativa de los bienes y beneficios obtenidos en los
procesos socioeconómicos y culturales: Teniendo en cuenta que la
finalidad social de la producción de la riqueza social y cultural, es la
distribución equitativa, y que en ésta se sintetiza un conjunto de valores
éticos, morales, culturales y políticos, relacionados con la libertad
individual, la justicia social, el bien común, la dignificación del hombre y
la humanización de la sociedad‖. (Ramón, 2005)
Lección 29: Técnicas de recolección de información sociológica
En esta lección se pretende brindar algunas estrategias que se utilizan para la
recolección de información para una investigación desde la perspectiva cualitativa
y participativa.
En el desarrollo de todo el módulo se ha podido evidenciar que la investigación
sociológica se desarrolla desde diferentes miradas y que dependiendo del objeto
de estudio y del paradigma escogido, se utilizan unas u otras herramientas de tipo
metodológico.
224
En términos generales se han explicitado 3 perspectivas que se describen a
continuación tomando como base el texto de Alfonso Torres Carrillo (Torres
Carrillo, 2002)
Paradigma Cuantitativo: Parten de una concepción positivista y tienen las
siguientes características:
1. Asumen que la realidad social está dada por leyes.
2. Se busca encontrar las causas y consecuencias de los hechos.
3. Particulariza y objetivisa los sujetos en estudio como si fueran cosas.
4. Se hacen mediciones controladas con variables e indicadores.
5. La información se recoge a través de técnicas de tipo cuantitativo, análisis
estadísticos.
6. Se busca obtener resultados que se pueden generalizar.
Los estudios de tipo cuantitativo se pueden evidenciar en los censos, las
encuestas de hogar, los estudios de comportamiento del producto interno bruto,
los estudios de relaciones entre variables, los estudios de tipo demográfico entre
otros.
Paradigma Cualitativo: Se basan en la fenomenología, en la sociología
comprensiva, los trabajos de tipo interpretativo que privilegia el sentir subjetivo.
Entre sus principales características están:
1. La realidad se mira como una construcción de tipo histórico.
2. Se basa en el análisis cultural y de los símbolos y signos.
3. Se basa en interpretaciones de la realidad desde adentro, desde el sentir de
cada uno de los individuos como sujeto social.
4. Emplea técnicas de tipo descriptivo e interpretativo.
5. Da validez a la interpretación que hace el investigador desde su subjetividad.
6. Se orienta a procesos.
6. No utiliza variables de medición sino categorías de análisis.
225
7. No generaliza pues cada grupo social se estudia como una unidad única e
irrepetible.
Entre los enfoques cualitativos se encuentran los fenomenológicos, histórico
hermenéuticos, etnográficos y la recuperación de historias.
Paradigma Participativo: Son estudios de tipo cualitativo pero que tienen como
valor agregado en la práctica. Entre sus características se pueden enumerar:
1. Se pretende la transformación de los sujetos a través de la acción social.
2. Implican la participación de los sujetos involucrados.
3. Los investigadores se convierten también en sujetos y objetos de estudio.
4. Se fomenta la creación y el fortalecimiento de los grupos; se asumen como un
aprendizaje continuo, dado que la investigación misma exige y proporciona
espacios educativos tanto formales (talleres) como informales (conversaciones
cotidianas, consejos, asesorías)
5. Se fomenta la creación de organizaciones críticas y autónomas con capacidad
de realizar acciones emancipatorias.
6. Su metodología es abierta y flexible, igualmente las técnicas y herramientas que
se utilizan.
7. Se reconoce que la investigación social es crítica y tiene un componente político
por lo cual se busca liberar todo el potencial de cambio de las comunidades.
8. Se busca democratizar la producción, circulación y apropiación de los
conocimientos, por lo cual es necesaria la permanente socialización de los
avances.
9. La investigación se comporta como una espiral en constante movimiento en la
que se involucran la participación, la planificación y la acción, la observación y la
reflexión.
10. Se privilegian los procesos subjetivos, se promueve el diálogo de saberes
entre el conocimiento académico y los saberes populares.
226
11. Se lleva una lógica que va desde adentro y desde abajo, con la participación
de los sujetos que sufren los problemas objeto de estudio.
12. Se ubican los problemas en el contexto histórico, en un espacio y un tiempo
determinados, lo que permite la comprensión.
Como se puede observar, este último paradigma se refiere a las metodologías que
en nuestro país fueron propiciadas por Orlando Fals Borda: la Investigación Acción
Participativa (IAP), la investigación Acción (IA), la Investigación Participante (IP) y
los modelos de Autoevaluación y las investigaciones Militantes cuando se realizan
con un grupo político específico y se busca la emancipación.
A continuación se hace una breve descripción de las técnicas de recolección de
información más utilizadas por los paradigmas de tipo cualitativo y participativo:
1. Las historias de vida: Es un instrumento pero también se puede convertir en una
investigación en sí misma. La persona hace un relato de sus experiencias desde
su propia visión de mundo y en sus propios términos, acompañada por un experto.
La historia se puede realizar de manera escrita como una autobiografía o con la
utilización de otros medios como la grabadora, las fotografías, los videos, la visita
a ciertos lugares de significación para el autor de la historia. A través de estos
relatos el investigador puede interpretar el significado subjetivo que el sujeto le da
a su entorno.
2. La Entrevista: Con esta técnica el investigador obtiene información sobre el
punto de vista y la experiencia de las personas/grupos.
Las preguntas en la entrevista pueden dar cuenta de hechos, de opiniones, de
análisis, de acciones, abiertas o cerradas.
La entrevista puede ser abierta, si no existe un guión previo, semi estructurada si
se adapta a una forma de obtener información específica de determinadas
dimensiones mejor o estructurada si se adapta a un guión predefinido.
227
También es una técnica que se puede utilizar individual o en grupo; cuando se
hace una entrevista en grupo este no debe ser muy grande, los participantes
deben tener similares características (nivel social o económico, edades).
Con esta técnica no interesa tanto la cantidad de información como la calidad de la
misma. El entrevistado va construyendo su discurso (deseos, necesidades,
problemáticas entre otros).
3. Grupos de Discusión: También se les denomina grupos focales. Es una
entrevista en grupo que permite recolectar en poco tiempo y a profundidad, una
cantidad de información cualitativa, a través de la discusión. Los grupos deben
estar compuestos máximo por 10 o 12 personas. Para que sean efectivos en
cuanto al logro de los objetivos que se propongan deben tener una planificación
previa que incluye la convocatoria, la guía de temas de discusión, la focalización
en su desarrollo y el registro cuidadoso de los datos obtenidos.
La Observación: Es una de las principales técnicas en la investigación social. Por
considerarla tan importante para los procesos investigativos se darán unas
herramientas fundamentales para su utilización.
―Principios básicos para realizar una observación:
1. Debe tener un propósito específico.
2. Debe ser planeada cuidadosa y sistemáticamente.
3. Debe llevarse, por escrito, un control cuidadoso de la misma.
4. Debe especificarse su duración y frecuencia.
5. Debe seguir los principios básicos de confiabilidad y validez.
Entre las ventajas de la observación, tenemos que determinada
conducta se describe en el momento exacto en que está ocurriendo.
228
Además, las observaciones se pueden realizar independientemente de
que las personas estén dispuestas a cooperar o no, a diferencia de
otros métodos en los que sí necesitamos de la cooperación de las
personas para obtener la información deseada.
En contraposición, también existen algunas desventajas, tales como la
dificultad para observar un comportamiento específico en el momento
de efectuar la observación. Además, las conductas que se encuentran
sujetas a observación, generalmente son limitadas. es difícil poder
observar la interacción familiar, por ejemplo, al acostarse o levantarse.
La observación, debido a su utilidad, es un método que se puede
utilizar, junto con otros, para recabar información. Por ejemplo, se
puede emplear la observación en un estudio exploratorio, y para el
estudio final se pueden usar otros métodos tales como cuestionarios,
entrevistas, etc.
Observación participante:
Este tipo de observación está determinado por el hecho de que el
observador participa de manera activa dentro del grupo que se está
estudiando; se identifica con él de tal manera que el grupo lo considera
uno más de sus miembros. es decir, el observador tiene una
participación tanto externa, en cuanto a actividades, como interna, en
cuanto a sentimientos e inquietudes.
Con este tipo de observación, los investigadores pueden influir en la
vida del grupo.
Un problema del registro de la observación es que el observador puede
perder su objetividad. Para resolver este problema es conveniente que
229
más de una persona observe el mismo fenómeno, con el fin de
comparar las observaciones realizadas.
Observación no participante:
En este tipo de observación el investigador no participa de manera
activa dentro del grupo que observa. Se limita a mirar y a tomar notas
sin relacionarse con los miembros del grupo.
Dependiendo de los objetivos que persiga la investigación, se empleará
uno u otro tipo de observación.
La observación participante nos puede dar una idea más clara acerca
de lo que sucede dentro de un grupo, puesto que si los sujetos ven al
observador como un miembro más del grupo se comportarán
normalmente. En cambio, aplicando la observación no participante,
probablemente no se comportarán normalmente. Por otro lado, es
probable que el investigador, al no participar en la vida del grupo
observado, pueda mantener más fácilmente su objetividad.
Observación libre o no estructurada:
Generalmente se lleva a cabo en un estudio piloto, cuando no se
conoce muy bien la muestra que se va a estudiar.
Puntos a considerar:
La población que vamos a estudiar: quiénes son, cómo se relacionan
entre sí, edad, sexo, nivel socioeconómico, etc.
Las variables o categorías que son relevantes para nuestro estudio, así
como la frecuencia y duración de las mismas.
230
La mejor manera de registrar esta información es haciéndolo en el
momento y situación en que se está manifestando la conducta, puesto
que así tendremos menos prejuicios, seremos menos selectivos y, en
general, más objetivos al registrar la información tal y como se
presenta en la realidad. Sin embargo, esto no siempre se puede
realizar, puesto que al estar tomando notas se puede distorsionar la
conducta; además, las personas pueden comportarse de manera poco
diferente cuando saben que las están observando, y sobre todo si
alguien está tomando notas en relación con su comportamiento. Por
otro lado, es difícil tomar notas y observar al mismo tiempo.
Si se trata de guardar todo en la memoria, probablemente la
observación no pueda ser muy exacta. Lo que se puede hacer es
escribir solamente palabras claves mientras se realiza la observación.
Cuando se redacten los resultados finales, se debe utilizar una forma
organizada y sistemática, como, por ejemplo, una tabla de frecuencias.
Observación estructurada:
Es aquella que se lleva a cabo cuando se pretende probar una
hipótesis, o cuando se quiere hacer una descripción sistemática de
algún fenómeno; es decir, cuando estamos realizando un estudio o
investigación en el que sabemos exactamente lo que vamos a
investigar y tenemos un diseño de investigación. Se diferencia de la
observación no estructurada en el sentido de que en esta última sólo
poseemos una idea vaga acerca de lo que vamos a observar, mientras
que en la estructurada ya tenemos más claramente definidos los
objetivos que nos ayudarán a clasificar y concretar el fenómeno en
cuestión. En este tipo de observación nos basamos en tablas de
frecuencias.
231
La observación estructurada presenta menos problemas prácticos en
cuanto a la forma de registro y utilizamos formas estandarizadas.
Existen menos probabilidades de que los observadores sean
subjetivos‖. (Pardinas, 1971)
A continuación se presentan unas preguntas que deben ser resueltas al
realizar una observación:
Actor: ¿Quién?
Acto: ¿Qué hace?
Personas significativas: ¿Con quién?
Relaciones: ¿En qué tipo de relación? (visual, táctil, verbal etc)
Contexto: ¿En qué situación?
Medio físico: ¿Dónde?
Objetos: ¿Qué tecnología o artefactos se usan?
Tiempo: ¿Cuánto tiempo dura y cuál es la secuencia de la acción?
Objetivos: ¿Qué están tratando de lograr?
Sentimientos: ¿Qué emociones y sentimientos están expresando?
Recomendación: Registre las palabras tal y como son expresadas sin traducirlas
al vocabulario del investigador.
Utilice un lenguaje concreto al describir lo observado.
Las notas de campo deben ser expresadas e ilustradas con detalles específicos.
Con el fin de dejar el registro de lo observado se puede construir un instrumento
que tenga dos columnas: en una se registra lo observado y en otra los
comentarios del investigador.
Para finalizar se mencionan otras técnicas que pueden ser utilizadas en la
investigación cualitativa o participante: la encuesta, los talleres, los grupos
vivenciales, las representaciones gráficas, los mapas sociales o la cartografía
social.
232
Lección 30. Preguntas de Revisión
A continuación se presentan una serie de ejercicios de revisión que les ayudará en
el proceso de adquisición de nuevos conceptos y revisión del aprendizaje logrado.
1. Con sus propias palabras elabore un escrito de no menos de 20 renglones en el
que exprese las críticas que se hacen a los “Estudios Culturales”.
2. Sustente que significa para García Canclini el concepto de Cultura Popular.
3. Elabore un cuadro comparativo entre las características de lo que se denomina
cultura popular y cultura masiva.
5. Explique como propone Arturo Escobar que se trabajen las problemáticas
sociales desde un esquema participativo.
6. Escoja una problemática social de su entorno dentro de las siguientes temáticas
generales:
Problemática campesina.
Mujer, derechos y modernidad.
Moda, música y educación.
Las Tics y la educación.
Deportes.
Sociedades en Red.
Globalización y Desarrollo.
Una vez escogido el tema, realice una observación con base en las
recomendaciones que aparecen en el módulo al explicar dicha técnica.
El documento final de informe de la observación debe contener como mínimo:
Introducción
Objetivo General
Objetivos específicos
Marco de Referencia (enfoque sociológico)
Observación
233
Análisis
Conclusión
Evidencias gráficas.
Se recomienda que dicho trabajo se desarrolle dentro del contexto de la
participación y la solidaridad tomando como base el documento del PAP Solidario.
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