mosca gaetano_la clase politica

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    } t

    iez textos basicos de iencia politica

    Textos de

    Seymour Martin Lipset

    Gaetano MoscaMancur OlsonWilliam H Riker

    Stein Rokkan

    y Sidney Verba

    Gabriel A Almond

    Robert A DahlAnthony DownsMaurice Duverger

    David Easton

    Edicion a cargo deAlbert Batlle

    eso ibliotec

    ri l Ciencia politica

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    ~ 2 u\ J r < JJ I ,

    B BLIOTECAFLACSO. EC

    ISBN 978-84-344-5669-3

    Dep6sito legal: B. 40.260 - 2007

    de la recopi laci6n . 1992: Alber tBat l le

    SUMARIO

    Introducci6n

    I. La c1asepolitica, por GAETANO MOSCA

    2. Influencia de los sis temas electorales en la vida polit ica, poT MAURICE DUVERGER

    3. La p ol ia rq ui a, por ROBERT A. DAHL

    4. Teoria econ6mica de la accion polit ica en una democracia, por ANTIIONY DoWNS

    5. Algunos requisitos sociales de la democracia: desarrollo economlco y legitimidad poli-tica, por SEYMOUR MARTIN LIpSET

    6. Te oria de juegos y de las coaliciones politicas, por Wn..LtAM H. RIKER

    7. La c ul tu ra politi ca, por GABRIEL A. ALMOND Y SIDNEY VERBA

    8. La l6g icad e la acc io n colec tiva , p or MANCUR OLSON

    9. C at eg or ia s para el analisis sistemico de la politica, por DAVID EASTON

    10. Estructuras de divis ion, s is temas de part idos y alineamientos electorales, por SEYMOURMARTIN LIpSET Y STEIN ROKKAN

    Fecha: iO- i l ICIF: r n o ; e - :;L0 O ~ ~

    C J r n E ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~

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    Impreso en Espanapor Book Print Digital

    Botanica, 176-1780890 I L Hospitalet de Llobregat

    Barcelona)

    Derechosexclusives de edici6nreservados para todo el mundo:

    1992 Y2007: Edi to rial Ariel . S ,A.Avda, Diagonal 662-664 - 08034Barcelona

    I. edicion: noviernbre de 19923 impresi6n: octubrede 2007

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    1c : J 4 ~ ;B I ~ I O T E C A. FLACSO ;

    Quedarigurosamente prohibida, sinla autorizaci6nescrita de lostitulares del copyright bajo lassanciones establecidas en lasleyes. la reproducci6ntotal 0 parcial de esta obra parcualquier medio 0 procedimiento.cornprendidos la reprograffa y el trata

    miento inforrnatico, y ladistribuci6n de ejemplares de ella mediante alquiler 0 prestamo publicos,

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    1. LA CLASE POUTIC

    por GAETANO MOSC

    I. Predominio de una clase dirigente en todas lassociedades. 2. Importancia polftica de estehecho. 3. Predominio de las minorfas organizadas sobre las mayorias. 4. Fuerzas polfticas.EI valor militar. S La riqueza. 6. Las creencias religiosas y la cultura cientifica. 7. Influencia de la herencia en la clase polftica. 8. Perfodos de estabilidad y de renovaci6n de la clase polftica.

    1. Entre las tendencias y los hechos constantes que se encuentran en todos los organismos politicos aparece uno cuya evidencia se impone facilmente a cualquier observador:en todas las sociedades desde las medianamente desarrolladas que apenas han llegado a los preambulos de la civilizacion hasta las mas cultas y fuertes existen dos cla

    ses de personas: la de los gobemantes y la de los gobemados. La primera que siemprees la menos numerosa desempefia todas las funciones politicas monopoliza el poder ydisfruta de las ventajas que van unidas a 6 La segunda mas numerosa es dirigida y regulada por la primera de una manera mas 0 menos legal 0 b ien de un modo mas 0 menos arbitrario y violento y recibe de ella al menos aparentemente los medios materialesde subsistencia y los indispensables para la vitalidad del organismo politico.

    En la practica todos reconocemos la existencia de esta clase dirigente 0 clase polftica como la hemos definido otras veces. Sabemos en efecto que en nuestro pais y enlas naciones vecinas hay una rninorfa de personas influyentes que dirigen la cosa publica. De buen 0 mal grado la mayoria Ieentrega la direcci6n; de hecho no podemos irnaginar en la realidad un mundo organizado de otra manera en el que todos estuviesen sometidos a uno solo aunque en pie de igualdad y sin ninguna jerarqufa entre ellos 0 quetodos dirigiesen por igual los asuntos politicos. Si en teorfa razonamos de otra manera sedebe en parte al efecto de habitos inveterados de nuestro pensamiento ye n parte a la excesiva importancia que les damos a los hechos politicos cuya apariencia se sima muy porencima de la realidad.

    EI primero de esos hechos consiste en la facil cornprobacion de que en todo organismo polit ico hay siempre alguien que esta en la cumbre de la jerarqufa de la c lase po-

    Ed. original: G. Mosca Elememi di Scienza Politico cap. 2. La lena Roma 1896.1. Mosca Gaetano Teorica dei governi e governo parlamentare Loescher Turin 1884 cap. I.

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    Uticay que dir ige el llamado timon del Estado. Esta persona no siempre es la que le-galmente tendrfa que disponer del poder supremo: muchas veces ocurre que junto al reyo al emperador hereditario hay un primer ministro 0 un mayordomo de palacio que tie-ne un poder efectivo Superior al del propio soberano; 0 que en lugar del presidente ele-gido gobierna el politico influyente que ha hecho elegir. Algunas veces por circuns-tancias especiales en lugar de una sola persona son dos 0 t re s las que toman a su cargola direccion suprema.

    EI segundo hecho es igualmente facil de percibir porque cualquiera que sea el tipode organizacion social se puede comprobar que la presi6n proveniente del descontento

    de la masa de gobernados y las pasiones que la agitan pueden ejercer cierta inf luenciasobre la direccion de la clase politica.

    Pero el hombre que es jefe de Estado no podn goberna r s in el apoyo de una c la -se dir igente que hiciera cumplir y respetar sus 6rdenes; y si bien puede hacer sentir e lpeso de supoder sobre uno 0 varios individuos particulares que pertenecen a esta cla-se no puede oponerse a ella en su totalidad 0 destruirla. Y ello porque si tal cosa fue-se posible se constituiria rapidamente otra clase sin que su acci6n quedara anulada porcompleto. Por otra parte aun admitiendo que el descontenro de las masas lIegara a de-rrocar a la c1asedirigente en el seno de lamasa aparecerfa necesariamente como masadelante demostr remos otra minon organizada que pasaria a desempefiar la fun-c i6n de dicha c1ase. De otro modo se des trui ria toda organ izac i6n y toda est ructurasocial.

    2. La que constituye la verdaderasuperioridad de la c1asepolitica como base parala investigacion cientifica es la preponderancia que tiene su diversa constituci6n en la de-terminacion del tipo politico y tarnbien del grado de civilizaci6n de los diferentes pue-blos. En efecto ateniendonos a la manera de c1asificar las formas de gobierno que estatodavfa en boga Turquia y Rusia eran monarquias absolutas hasta hace pocas decadas;Inglaterra e ltalia monarquias constitucionales; mientras que Francia y los Estados Uni-dos se incluyenen la categoria derepublicas Esta clasificaci6n se basa en que en los dosprimeros pafses lajefaturadel estado era hereditaria y nominalmente omnipotente; en lossegundos aun siendo hereditaria tenia facultades y atribuciones limitadas; y en los iilti-mos era electiva. Pero esta clasificaci6n resulta evidentemente superficial.

    En efecto se ve claramente que los regimenes politicos de Rusia y Turquia tenianmuy poco en cormin dada la gran diferencia entre el grado de civilizaci6n de estos pai-ses y el ordenamiento de sus clases politicas. Siguiendo el mismo criterio vemos que elregimen rnonarquico de Belgica es mas parecido al de la Franc ia republicana que a l deInglaterra tambien rnonarquica y que existen diferencias importantisirnas entre el orde-namiento polftico de los Estados Unidos y el de Francia a pesar de que ambos pafses sonrepublic s

    Como hemos sefialado antes son antiguos habitos del pensar los que se opusierony se oponen en este punto al progreso cientifico. La clasificacion que sefialamos que di-vide a los gobiemos en monarquias absolutas moderadas y republicas es obra de Mon-tesquieu y sustituy6 a la clasica propuesta por Arist6teles que los dividia en monarquia

    2. Se salle que 10que Aristo te les lIam6dernocracia no era sino una aristocracia mas extendida y el mismoArist6teles habrfa podido observar que en todos los estados griegos por aristocraticos 0 democraticos que fuesen habiasiernpreuna 0 poquisimas personas que tertianinfluencia preponderanre.

    3. Entre los autoresque adrnitenesta coexistencia basta citar a Spencer.

    aristocracia Ydemocracia. Desde Polibio a Montesquieu muchos autores perfeccionaronla clasificaci6n aristotelica desarrollandola en la teona de los gobiernos rnixtos. Des-pues. la corriente democratica moderna que cornenzo con Rousseau se fund6 en el con-cep to de que la mayor ia de los c iudadanos de un Estado podia 0 mas bien debia parti-c ipar en la vida poiftica; y la doctr ina de la soberania popular se impone todavfa en mu-chisi mas mentes pese a que la ci enci a modern a hace cada vez mas evi dent e lacoexistencia de los principios democratico rnonarquico y aristocratico en todo organis-mo politico. No la refutaremos directamente aqui porque es muy dif ic il destruir en po-

    cas paginas todo un sistema de ideas arraigado en una mente humana; yaque como bienescribi6 Las Casas en su vida de Cristobal Colon des costumbr rse es en muchos casosmas dificil que costumbr rse

    3 . En este punto creemos i it il r esponder a una objec ion que parecer ia muy faci lhacer a nuestro enfoque. Si es claramente admisible que un solo individuo no puede co-mandar a una masa sin que exista una minoria que sostenga es mas dificil postular encambio como un hecho constante y natural que las minorfas mandan a las mayor ia s yno es ta s a aquel la s Pe ro este e s uno de los ca sos como tan tos que se dan en las demasciencias en que la apariencia de las cosas se opone a su verdadera realidad. Es forzosoel predominio de una minoria organizada que obedece a un unico impulso sobre la rna-yorfa desorganizada. La fuerza de cualquier minoriaes irresistible frente a cada individuode la mayorfa, que se encuentra solo ante la totalidad de la minoria organizada. Al mis-mo tiempo se puede decir que esta se halla organizada precisamente porque es minoria

    Cien que acnien siempre concertadamente y con inteligencia triunfaran sobre mil torna-dos uno a uno y que no esten de acu erd o; y al m is mo t iempo si so n ci en y n o mi l lessera mucho mas facil a los primeros entenderse y actuar concertadamente .

    Es facil deducirde este hecho que cuanto mas vasta es una comunidad politica tan-to menor puede ser la proporci6n de la minoria gobernante con respecto a la rnayorfa go-bernada y tanto mas diffcil Ie resultara a esta organizarse para acruar contra aquella

    Pero adernas de la enorme ventaja que da la organizacion las minorias gobernan-tes estan constituidas por cormin de tal manera que los individuos que las componense distinguen de la masa de los gobernados por algunas cualidades que les otorgan cier-ta superioridad material e intelectual y hasta moral; 0 bien son los herederos de quienesternan estas cualidades. En otras palabras deben poseer algiin requisito verdadero 0 apa-rente que sea muy apreciado y se valore mucho en la sociedad en que viven.

    4. En las sociedades primitivas que estan todavia en el primer estadio de su cons-titucion el valor militar es la cualidad que permite mas facilmente el acceso a la clasepolitica 0 dirigente. La guerra que en la sociedad de civilizacion avanzada puede consi-derarse como un estado excepcional puede ser en cambio casi normal en las sociedades

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    DIEZ TEXTOS BAsICOS DE CIENCrA POLITICA4

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    26 DIEZ TEXTOSBAsICOS DE CIENCIA POLtnCCLASE POLtnC 27

    que estan al comienzo de su desarrollo; y entonces los individuos que despliegan mejores aptitudes guerreras logran facilmente la supremacia sobre los otros: los mas valientesseran losjefes. EI hecho es constante, pero las modalidades que puede asumir difieren segun los casos.

    Generalmente, se suele atribuir el dominio de una clase guerrera sobre una multitud pacifica al a supremacia de lasrazas, a la conquista de un pueblo relativamente debilpor otro belicoso. En efecto, algunas veces ocurre precisamente si y hemos tenido ejemplos de ello en la India despues de las invasiones de los arios, en el Imperio romano despues de las de los pueblos germanicos, y en Mexico despues de la conquista espanola.Pero, mas a menudo todavfa, vemos, en ciertas condiciones sociales, aparecer una c1aseguerrera y dominadora tarnbien donde no se encuentran indicios de conquista extranjera,Cuando una horda vive exclusivamente de la caza, todos sus individuos pueden convert rs facilmente en guerreros, y pronto apareceran losjefes que tendran, naturalmente, elpredominio sobre la tribu; pero no se forrnara una c1asebelicosa, que al mismo tiempoexplote y tutele a otra dedicada al trabajo paclfico, Sin embargo, a medida que el estadio venatorio queda arras, y se ingresa en el agricola y pastoril, puede nacer, junto conel enorme aurnento de la poblaci6n y con la mayor estabilidad de los medios de influencia social, la divisi6n mas 0 menosnitida en dos clases: una, consagrada exclusivamenteal trabajo agricola; otra, a la guerra. Si esto acontece, es inevitable que esta ultima adquiera poco a poco tal preponderancia sobre la prirnera, que la podrfa oprimir impunemente.

    Polonia ofrece un ejemplo caracterfstico de esta transformaci6n gradual de la c1aseguerrera en c1aseabsolutamente dominante. En sus orfgenes, los polacos tenian un ordenamiento en comunas rurales que sobresalfaentre todos los pueblos eslavos; y en elIas nohabfa ninguna distincion entre guerreros y agricultores, 0 sea nobles y campesinos. Pero,despues que se establecieron en lasgrandes lIanuras que recorren el Vfstula y el Niemen,comenzaron a desarrollar la agriculturay, al mismo tiempo, persisti6 la necesidad de guerrear contra vecinos belicosos;esto llevo a los jefes de las tribus, 0 woiewo i a rodearsede cierto mimero de individuos seleccionados que se especializaron en el uso de las armas. Estos se distribufan en las diversas comunidades rurales y quedaban exentos de lostrabajos agncolas, aunque recibian su porci6n de los productos de la tierra, a la que tenian derecho como los demas integrantes de la comunidad. En los primeros tiempos suposicion no era muy arnbicionada, y se vieron ejemplos de campesinos que rechazabanla exenci6n de las tareas agricolas con tal de no combatir. No obstante, como este ordende cosas se fue haciendo estable, y omo una c1ase se habitu6 al empleo de las armas y

    a las reglas mil itares mientras laotra se dedic6 unicamente al uso del arado y de la azada, los guerreros se convirtieron gradualmente en nobles y patrones y los ciudadanos, decompaiieros y hermanos que eran, se transformaron en villanos y siervos. Poco a poco,los belicosos senores de la guerra multiplicaron sus exigencias, al punto de que la parteque tomaban como miembros de lacomunidad creci6 hasta abarcar todo producido porella, menos absolutamente necesario para la subsistencia de los agricultores. Cuandoestos intentaron huir, fueron obligados por la fuerza a permanecer ligados a la tierra. De

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    esta manera, su condici6n adquiri6 las caracterfsticas de una verdadera servidumbre de la

    gleba Una evoluci6n analoga ocurri6 en Rusia. AIIf,los guerreros que constitufan la drou-jina 0 sea el sequito de los antiguos kniaz 0 prfncipes descendientes del RUrik, tambienobtuvieron, para vivir, una parte del producto de los mir 0 comunas rurales de los campesinos. Poco a poco esta parte creci6, y como la tierra abundaba y faltaban brazos y loscampesinos pretendfan emigrar, el zar Boris Godunov, a fines del siglo XVI, otorg6 a losnobles el derecho a retener por la fuerza a los campesinos en sus t ierras , dando origen a

    la servidumbre de la gleba. Pero en Rusia la fuerza annada nunca estuvo constituidaexc1usivamente por los nobles: los mujiks marchaban a l a guerra como agregados a losmiembros de la droujina y despues Ivan IV el Terrible const ituy6 con los strelitzi uncuerpo de tropas casi permanente, que dur6 hasta que Pedro el Grande sustituy6 porregimientos organizados segun el tipo europeo-occidental, cuyo cuerpo de oficiales seformaba con los ant iguos miembros de la droujina y militares extranjeros, y los mujiksconstitufan los contingentes de soldados.

    En general, pues, en todos los pueblos que han entrado recientemente en el estadioagricola y relativamente civilizado, encontramos el hecho constante de que la c1asemilitar por excelencia corresponde a la c1ase politica y dominante. En muchas partes, el usode las armas quedaba reservado exclusivamente a esta clase, como ocurri6 en la India yen Polonia; pero tambien fue habitual que los miembros de la c1ase gobemada fueraneventualmente enrolados, aunque siempre como agregados y en los cuerpos menos estimados. Asl, en Grecia, en la epoca de las guerras rnedicas, los ciudadanos pertenecientesa las c1asesacomodadas e influyentes constitufan los cuerpos seleccionados de los caballeros y los hoplitas, mientras que los pobres combatfan como lanceros u honderos, y losesclavos, 0 sea la masa de trabajadores, quedaba casi completamente excluida del manejo de las armas. Un ordenamiento analogo encontramos en la Roma republicana hasta laprimera guerra piinica y aun hasta Cayo Mario, as como entre los galos de la epoca deJulio Cesar en la Europa lat ina y germanica del Medievo, en la Rusia antes citada y enmuchos otros pueblos.

    5. Como en Rusia y en Polonia, como en la India y en la Europa medieval, lasc1asesguerreras y dominantes acapararon la propiedad casi exclusiva de las tierras, queen los pafses no muy civilizados son la fuente principal de producci6n de riqueza. Pero,

    4. EI rey Casimiroel Grande (1333) lrat6 en vano de frenar la prepotencia de los guerreros, y cuando los campesinos reclamaban contra los nobles, se I imitaba a preguntar les si no tenfan palos y piedras. MM tarde. en 1537, la nobleza impuso que los burgueses de laciudad fuesen obligados a vender sus t ierras,de manera que 1apropiedad nopudiese per tenecer mas que a los nobles; y almismo tiernpo hacla presi6n sobre elrey para que iniciase en Roma las gestionesnecesar ias para lograr que en Polonia s610los nobles fuesen admit idos en las 6rdenes sagradas, con 10que se queria excluir totalmente a los burgueses y campesinos de los cargos honor if icos y de toda imponanciasocial. Vease Mickiewicz,Slaves cap. IV. pp. 376-380; Histoire populairede Pologne Hetzel, Par is. 1875, caps. I y I l,

    5. Leroy-Beaulieu, Anatole. L Empire des tzars et les Russes Hachette, Paris. 1881-1882.1, pp. 338 Yss.6. Cesar hace notar reiteradamenleque loscaballerosreclutados entre la nobleza constitufan el nerviode losejer

    il S gatos. Los eduos, por ejemplo, no pudieron resisti r mas a Ariovisto cuando lamayor pane de sus caballeros muri6combatiendo.

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    7. Conel aumento de lapoblaci6n suelecrecer,al menosen ciertas epocas, larenta ricardiana, especialmente porquese crean losgrandes centros de consumo quefueron siempre lasmetropolis y lasgrandes ciudades antiguas y modernas. Sinduda unapoblaci6n estabiecida y lacreaci6nde grandes ciudades soncondiciones casi necesarias para unacivilizacion avanzada.

    8. Vease Jannet, Claudio, Le istituzioni pelitiche negliStati Unui d America Biblioteca PoJitica, UTET, Turin,segunda pane, caps. X ss, EI autor cita a muchisirnosautores y diaries nortearnericanos que hacen irrecusable su afirmaci6n.

    a medida que la civilizaci6n progresa, el rendimiento de estas tierras aumenta, y entonces. si otras circunstancias concuerdan, puede producirse una transformaci6n social muyirnportante: la cualidad mas caracterfsticade la c1ase dominante pasa a ser la riqueza antes que el valor militar; los gobernantes son los ricos, mas que los fuertes.

    La principal condici6n necesaria para que se opere esa transformaci6n es la siguiente: es preciso que la organizaci6n social se perfeccione de manera que el respaldode la fuerza publica resulte mas eficazque el de la fuerza privada, En otras palabras, senecesita que la propiedad privada sea tutelada suficientemente por la fuerza practica yreal de las leyes para que no sea necesaria la tutela del propietario. Esto se obtiene me

    diante una serie de cambios graduales en el ordenamiento social que transforman el tipode organizaci6n politica, que lIamaremosEstado feudal, en otro tipo, esencialmente diferente, que denominaremos Estado burocratico, Yapodemos afirmar que la evoluci6na la que nos hemos referido suele verse muy facilitadapor el progreso de las costumbrespacfficas y de ciertas practicas morales que lasociedad adquiere con el progreso de la civilizaci6n.

    Una vez consumada dicha transformaci6n ocurrira que, asf como el poder politicoprodujo la riqueza, ahora la riqueza producirael poder. En una sociedad ya bastante rnadura, cuyas fuerzas individuales estan limitadaspor la fuerza colectiva, si por un lado lospoderosos son por 10general los ricos, por otro basta ser rico para convertirse en poderoso. En realidad es inevitable que, cuandoesta prohibida la lucha a mana armada, y s61se permite la que se hace a fuerza de billetes, los mejores puestos sean conquistados porlos que estan mas provistos de dinero.

    Es verdad que existen Estados con una civilizaci6n avanzadisima, organizados enbase a s6lidos principios morales, que parecen excluir esta preponderancia de la riqueza.Pero este es uno de los tantos casos en que los principios te6ricos no tienen mas que unaaplicaci6n limitada en la realidad de las cosas. En los Estados Unidos, por ejemplo, todos los poderes emanan directa 0 indirectamente de las elecciones populares, y el sufragio es universal en todos los Estados;y hay mas: la democracia no se ve s610en las instituciones, sino tambien en las costumbres, y los ricos sienten cierta aversi6n a dedicarsea la vida publica, ast como hay cierta resistencia por parte de los pobres a elegir a los ricos para los cargos electivos.

    8Esto no impideque un rico seasiempre mucho mas influ

    yente que un pobre, porque puede pagar a los politicastros venales que disponen de lasadministraciones publicas; y tampoco impideque las elecciones se hagan a fuerza de dolares; que parlamentos locales enteros y numerosas fracciones del Congreso sean sensibles a la intluencia de las poderosas compafifas ferroviarias y de los grandes senores delas finanzas. Hay quien asegura que, en variosde los Estados de la Uni6n, el que tenga

    9 . Janne t, op. cit. y capitulos citados

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    16. V ~ a s eGumplowicz Der Rassenlwmpf cit. Este concepto se extrae del esplriru mismo de su obra pero aparece afirmado mas claramente en el libra Il cap. xxx

    17. A menudo los hijos de personas de mentalidad muy elevada poseen un intelecto mediocre; pero si el genicno es casi nunca bereditario se puede comprobar un grado m:lselevado del prornedio intelectual en los descendientes delas clases mas cultas. En conclusion las aristocracias hereditarias no se fundan casi nunca en la superioridad intelecrualsino en la del car.icter y lar iqueza.

    En cuanto al caracter es difleil afirmar si infiuye masen su fonnaci6n la herencia 0 la educaci6n. En otras palabras. sisu predominio sedebe a la sangre 0 aI ambieme inrelectuat y moral en elcual se haformado.

    poder de hecho apoyandose en un principio moral de orden general. Recientemente larnisma pretension recibi6 el apoyo de un grupo de cientfficos: algunos autores desarrollando y ampliando las teorfas de Darwin creen que las c1asessuperiores representan ungrado mas elevado de la evoluci6n social y que por 10 tanto elIas son mejores que lasinferiores por constituci6n organica. De Gobineau Gumplowicz y otros van mas lejos ysostienen resueltamente el concepto de que en los pafses con civilizaciones modernas ladivision de los pueblos en c ases profesionales se funda en la heterogeneidad etnica. .

    No obstante en la historia son muy conocidas las cualidades y tambien los defectos especiales unas y otros muy acentuados que han mostrado las aristocracias que per

    manecieron hermeticamente cerradas 0 que hicieron muy dif ic il el acceso a su c aseHasrahace mas de medio siglo lasnoblezas inglesa y alemana nos proporcionaron muyclaramente la idea del tipo de fenorneno que seiialamos. Solo que frente a este hecho ya las teorfas que tienden a exagerar su alcance se puede oponer siempre la misma objecion: que los individuos pertenecientes a estas aristocracias debfan sus cualidades especiales no tanto a la sangre que coma por sus venas como a la esmerada educaci6n quehabfanrecibido y que habfadesarrolIado en elIos ciertas tendencias intelectuales y morales con preferencia a otras.

    Se dice que esto puede ser suficiente para explicar las aptitudes puramente intelectuales perono lasdiferencias de caracter moral como serfan la fuerza de voluntad el coraje eI orgullo la energia. La verdad es que la posicion social las tradiciones de familiay los habitos de la c ase en que vivimos contribuyen mas de 10 que pudiera creerse al mayor 0 menor desarrollo de las cualidades seiialadas.En efecto si observamos atentamentea los individuos que cambian de posicion social ya sea para mejorar 0 para empeorary que entran como consecuencia de ello en un ambiente diferente al que estaban acostumbrados podemos comprobar facilmente que sus actitudes inrelectuales se modificanmucho menos sensiblemente que las morales. Haciendo abstraccion de la mayor amplitud de miras que el estudio y los conocimientos dan a cualquiera que no este absolutamente privado de dotes todo individuo aunque no pase de simple secretario 0 Begue arninisrro solo alcance el grado de sargento 0 ascienda hasta general sea millonario 0mendigo se rnantendra en el rnismonivel intelectual que la naturaleza Ieha dado. Por elcontrario con el cambio de posicion social y de riqueza podemos apreciar como eI orgulloso se vuelve hurnilde y como el servilismo se trueca en arrogancia; c6mo un caracter franco y noble obligado por la necesidad tiende a mentir 0 cuando menos a disirnular; y c6mo quien se ha visto obligado a disimular y a rnentir durante mucho tiempoadoptara tal vez una aparente franqueza e inflexibilidad de caracter Es tarnbien verdad

    18. Escr ibi6Mirabeauque. paracualquier hombre. un ascenso importanteen la escala social produce una crisisque cura los males que ya t iene y genera otros nuevos que antes no tenia. Correspondance emre le comte Mirabeau et Iecomte de Marek Librairie Le Nonnant Paris. 1851. 11.p. 228.

    19. Tendr ia que probarse con numerososejemplosla afmnaci6n de Gumplowicz de que la diferenciaci6n de lasclases socialesdepende sobre 1000.de lasvariedades ~ t n i c sde 10contrario se Iepueden oponer fkilmente muchos hechos entre ellos el muy evideme deque con gran frecuencia distintas ramas de una misma familia pertenecen a clases sociales muy diferemes.

    que quien desciende adquiere con frecuencia fuerza de resignacion de sacrificio y de iniciativa; asf como tambien quien asciende suele darle mayor importancia al sentimiento dejusticia Yde equidad. En suma ya sea que cambie para bien 0 para mal ha de estar excepcionalrnente templado el individuo que conserva inalterado su caracter al mudar deposicion social. 18

    EIcoraje guerrero Iaenergfa en el ataque y el estoicismo en la resistencia son cualidades que por rnucho tiempo se han crefdo monopolio de las c ases superiorcs. Ciertamente con respecto a estas cualidades la diferencia innata entre un individuo y otro puede ser grande; pero para que se presente en mayor 0 menor medida en una categoria numerosa de hombres influyen sobre todo las tradiciones y las costumbres del ambiente.Vemos generalmente que quienes se familiarizan con el peligro y mejor todavfa con unpeligro determinado hablan de el con indiferencia y permanecen tranquilos e irnperturbabies en su presencia. Por ejemplo los montaiieses aunque muchos pueden ser timidospor naturaleza afrontan impavidos los abismos; y los marinos los peligros del mar; y deigual modo las poblaciones y c1aseshabituadas a la guerra mantienen en alto grado lasvirtudes militares.

    Y esto es tan verdad que tambien poblaciones y c1ases sociales corrientemente ajenas al uso de las armas adquieren rapidamente dichas virtudes cuando sus individuos seincorporan a ciertos micleos donde el valor y el arrojo son tradicionales; y ello porqueson va lga la metafora-e- fundidos en crisoles humanos fuertemente embebidos en aquelIos sentimientos que se les quiere transmitir. Mahomet II reclutaba sus terribles jenizaros entre niiios robados principalmente a los apocados griegos de Bizancio. EI tan des

    preciado fellah egipcio desacostumbrado desde hacia siglos a las armas y habituado a recibir humilde y sumisamente los azotes de todos los opresores cuando se unio a losturcos y albaneses de Mohamed-Alf se convirti6 en buen soldado. La nobleza francesagozo siempre de gran fama pot su brillante valor pero hasta fines del siglo XVIII esta cualidad no se le atribufa de igual modo a laburguesia del mismo pafs. Sin embargo las guerras de la Republica y del Imperio dernostraron ampliamente que la naturaleza habia sidoigualmente prodiga en otorgarles valor a todos los habitantes de Francia y que la plebey la burguesfa podian aportar no solo buenos soldados sino tambien excelentes oficiales10 que se crefa privilegio exclusivo de los nobles.

    8. En fin si seguimos a quienes sostienen la fuerza exclusiva del principio hereditario en la clase politica lIegaremos a una conclusion: la historia polltica de la humanidad deberia ser mucho mas sencilla de 10 que ha sido. Si verdaderamente la c1asepolftica perteneciese a una raza diferente 0 si sus cualidades dominantes se transmitiesen

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    LA CL SE POLITICA

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    principalmente por medio de la herencia organica no se comprenderia po r que una vezconsti tuidaesta clase tendria que declinar y perderel poder. Se admite comunmente quelas cualidades propias de una raza son muy t en ac es y. s i nos a te ne mo s a la t eo ri a de laevoluci6n las aptitudes adquiridas por los padres son innatas en los hijos y con la sucesi6n de las generaciones se afman cada vez mas. De este modo los descendientes de losdominadores deberfan s er cada vez mas aptos p ar a la dominacion y las o tras c lases d eberfan ver cada vez mas lejana la posibil idadde medirse con ellos y susti tu irlos . Sin embargo. la mas vulgarexperiencia basta para asegurarnos que las cosas no ocurren precisamente as.. 2

    Lo que vemos es que no bien cambian las fuerzas poli ticas se hace sentirla neces id ad d e q ue o tras act itud es d iferen tes d e las ant ig uas se afi rmen en la d irecci6n de l Estado; y si las antiguas no conservan su irnportancia 0 se producen cambios en su distribucion cambia tambien la composici6n de la clase poli tica Si en una sociedad apareceuna nueva fuente de riqueza s i aumenta la irnportancia practica del saber si la antiguareligi6n declina 0 nace una nueva s i se difunde una nueva corriente de ideas al rnismotiempo tienen lugar importantes cambios en la clase dirigente. Se puede decir que toda lah is to ri a d e la h uman id ad c iv il izad a se resume en la lucha ent re l a t en denc ia qu e t ienenlos elementos dominantes a monopolizar en forma estable las fuerzas poli ticas y a transmit ir la s a sus h ijos p or med io d e la h eren cia y la t en denc ia n o men os fu er te h ac ia e l relevo y cambio de estas fuerzas y la afirmaci6n de otras nuevas 10 que produce un continuo trabajode end6smosis y ex6smosis entre la clase alta y algunas fracciones de las bajas . Las clases polft icas declinan inexorablemente cuando ya no pu ed en e je rc er las

    cualidades que las l levaron al poder 0 cuand o n o p ueden p res ta r mas el servicio soc ia lque prestaban 0 cuando esas cualidades y servicios pierden importancia en el ambientesocial en que viven. La aristocracia romana declina cuando ya no suminis tra en exclusividad los altos oficiales del ejerci to los adminis tradores de la republica y los gobernadores de las provincias . Del mismo modo la aris tocracia veneciana decae cuando sus patric io s de jan de man dar las g aleras y y a n o p asan gran parte de su vida navegando comerciandoy combatiendo.

    En la naturaleza inorganicaencontramos el ejemplo del aire cuya tendencia a la inmovilidad. producida por la fuerza de la inercia es cornbatida continuamente por la tendencia al cambio consecuencia de las desigualdades en la distribuci6n del calor. Las dostendencias prevaleciendo reciprocamenteen diversas partes de nuestro planeta producena veces la calma a veces el viento y la tempestad. Sin pretender buscarninguna analogiasustancial entre este ejemplo y los fen6menos sociales y citandolo unicamente porque resultac6modo como paralelo puramente formal observamos que en las sociedades humanas predomina a veces la tendencia a la clausura la inrnovil idad la cris tal izaci6n de lac lase p ol it ica y o tras veces la qu e t iene p or con secu en cia su ren ov ac i6 n mas 0 menosrapida.

    Las sociedades de Oriente que consideramos inmoviles no 10 han sido siempre enrealidad porque de otro modo como ya seiialamos no habnan podido hacer los progre50S d e los que han quedado abundantes testimonios. Es mucho mas exacto d ec ir qu e lasconocimos cuando estaban en un periodo de cris tal izacion de sus fuerzas y clases polit icas . Lo mismo o cu rre en las soc iedades qu e corminmente llamamos envejecidas en lasque sus creencias religiosas su cultura cientffica y sus modes de producir y distribuir lariqueza no han sufrido en largos siglos ningiin cambio radical y que no han sido perturbadas en su marcha por los influ jos materiales 0 intelectuales de los elementos extranjeros En estas sociedades al ser siempre las mismas las fuerzas politicas la clase que po-

    see e l poder 10mantiene de un modo indiscurido por 10 que el poder se perpenia en ciertas farnilias y la inclinacion hacia IIIinmovil idad se generaliza igualmente en todos los

    estratos sociales.Asf en la India vemos estabil izarse mas rigurosamente el regimen de castas des-

    p ues d e ser sofocad o e l b ud ismo . Tarnbien vemos q ue en e l ant ig uo Egipto los g ri eg osencontraron castas hereditarias pero sabemos que en los periodos de esplendor y renov ac i6 n de la c iv il izac i6 n egipc ia n o exi st ia l a h eren cia de los o fi cios n i d e las con diciones s oc ia le s. El e je mp lo mas no ta bl e y tal vez el mas i mp or ta nt e de una s oc ie da d quetiende a cristalizarse 10 tenemos en la historia rornana en el periodo del Bajo Imperioen el que despues de algunos siglos de inmovil idad social casi completa se vuelve cadavez mas nitida la diferencia entre dos clases: una de grandes propietarios y funcionariosimportantes; otra de siervos colonos y plebe; y cosa atin mas notable la herencia de losoficios y de las condiciones sociales establecida mas por la costumbre que por la ley se

    fue generalizando rapidamente.21

    Por el contrario puede suceder o cu rre a v eces en la h is to ri a d e las nacionesque el comercio con extranjeros la necesidad de ernigrar los descubrimientos Ylas guerras creen nuevas pobrezas y riquezas difundan conocimientos hasta entonces ignoradosy promuevan el influjo de nuevas corrientes morales intelectuales Yreligiosas. Entoncespuede suceder que por lenta elaboraci6n intema 0 por efecto de estos influ jos 0 por ambas causas surja una ciencia nueva 0 se vuelvan a valorizar los resultados de la antiguaq ue h ab ia s id o o lv id ad a y q ue las n uevas ideas y creen cias remuevan los h ab itos intelectuales sobre los que se fun daba la o bedien cia d e las masas . La c lase p ol ft ica p uedetambien ser vencida y destruida en todo 0 en parte por invasiones extranjeras. y cuandose producen las circunstancias mencionadas puede tarnbien ser derribada de su sitial porlos nuevos estratos sociales expresados en nuevas fuerzas polit icas . Es natural que sobrevenga un periodo de renovaci6n 0 si se prefiere definirlo asi de revoluci6n duranteel cual las energias individuales tienen importante participaci6n y algunos de entre los individuos mas apasionados mas activos mas audaces e intrepidos. pueden abrirse caminodesde los grados inferiores de la escala social hasta los mas elevados.

    Este movirniento una vez iniciado no se puede mterrumpir de golpe. El ejemplod e con temp on meos a q uien es se v e sal ir de la nada y llegar a posiciones erninentes esti-

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    20. Enverdad segun De Gobineau y otros a l o ~ slaclase dominanteperderla susaptitudes para elmandoa causa de los cruzamientos y mezclas que se producirian entre sus miembros y los de las clases dominadas. Pero en este casola decadencia de la clase dominantedeberfa ser mas Ienta y menos acentuada; y alll donde e1sistema de castas cenadasimpide la mezcla entre lasdistintas razas sucede mas bien contrario como ha ocurr ido en la India.

    21. Mommsen YMaIquardt . Manuel des antiquites romaines trad. Humbert. Thorin Paris. 1887;Fustel de Cou

    langes NouvellesreehereMs sur quelques problemes d histoire Hacherte Paris 1891.

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    8. LA LOOICADE LA ACCI6N COLECTIVA

    por M N UR OLSON

    El argumento aquf defendido comienza con una paradoja que se manif iesta enlaconductade los grupos. A menudo se da por supuesto que si todos los miembros de ungrupo de individuos 0 de empresas tienen determinado interes en comun el grupo manifestara una tendencia a satisfacerlo. Asi muchos estudiosos de las ciencias polfticas enlos Estados Unidos han supuesto durante mucho tiempo que los ciudadanos que tienen uninteres politico cormin se organizaran y lucharan a favor del mismo. Cada individuo dela poblaci6n estarfa en uno 0 en varios grupos y el vector de las presiones de estos gru-pos en competencia explicana los resultados del proceso politico. De igual modo a menudo se ha supuesto que si los trabajadores los productores agncolas 0 los consurnido

    res tuviesen que enfrentarse con monopolios perjudiciales para sus intereses acabarfanpor obtener un poder compensador a traves de organizaciones como los sindicatos laborales 0 las organizaciones agricolas que han conseguido detenninado poder dentro delmercado y una acci6n protectora por parte del gobierno. A mayor escala las clases soc ia le s dan pie a pensa r con f recuencia que van a actuar en interes de sus miembros . Laforma mas tfpica de esta creencia esta encarnada por supuesto en la afirmacion marxista segun la cual en las sociedades capita listas la clase burguesa hace que el gobierno sirva a sus propios intereses. Una vez que la explotacion del proletariado ha llegado a detenninado nivel y ha desaparecido la falsa conciencia la clase obrera se rebelara en supropio beneficio y establecera una dictadura del proletariado. De modo general si los individuos de detenninada categona 0 clase social tuviesen un grado sufic iente de interespropio y si todos ellos coincidiesen en un interes compartido el grupo actuaria tambienen favor de sus propios intereses.

    Si examinamos con cuidado la logica de la frecuente suposici6n que se recoge enel parrafo anterior cabe apreciar que es basica e indiscutiblemente err6nea. Pensemos enlos consumidores que reconocen que pagan un precio mas elevado por un producto debido a un monopolio 0 un arancel discutible 0 en los trabajadores que reconocen que sucalificaci6n merece un salar io mas alto. Preguntemonos cual ser ia la acci6n mas id6neapara un consumidor individual que desease combatirun monopolio apelando a un boicot

    Tor na do d e M . O ls on uge y decadencia de lasnaciones Ariel Barcelona 1985 pp. 32-55.

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    o que un grupo de presi6n se opusiera al arancel. Irnaginemos que tendria que hacer untrabajador que pensase que una amenaza de huelga 0 una ley de salario minima elevanasujomal. Si el consumidor 0 el trabajador dedica unos cuantos dlas y un poco de dineroa organizar un boicot 0 un sindicato, 0 a ejercer presiones para lograr una legislaci6n queproteja sus intereses, habra sacrificado tiempo y dinero. i,Que obtendra con este sacrificio? En el mejor de los casos, el individuo lograra que la causa avance algo (a veces, imperceptiblemente). Sea como fuere, habra conseguido una rnirniscula participaci6n en laganancia que obtenga de la acci6n. EI hecho mismo de que el objetivo 0 el interes seaalgo cormin al grupo Ycompartido por este, lieva a que las ganancias conseguidas me

    diante el sacrificio que realice un individuo para servir a esta meta cormin sean compartidas por todos los miembros del grupo. Si el boicot, la huelga 0 las presiones tienen exito, rnejoraran los precios 0 los salarios para todos los miembros de la categoria correspondiente, de manera que al individuo que forma parte de un gran grupo con un interescormin s6 Ietocara unaparticipaci6n diminuta en los beneficios logrados a traves de lossacrificios que lleve a cabo el individuo, con objeto de lograr este interes cormin. Dadoque cualquier ganancia se aplica a todos los miembros del grupo, los que no contribuyenpara nada al esfuerzo conseguiran tanto como los que hicieron su aporte personal. Valelapena dejar que haga otro, pero el otro tampoco tiene demasiados incentivos s esque tiene alguno para actuar en favor del grupo. Por 10tanto, en ausencia de factoresque ignoren por completo las concepciones mencionadas en el primer parrafo de este articulo, habra una acci6n de grupo muy debil, en el hipotetico caso de que la haya. En taleventualidad, la paradoja consiste en que s no se dan combinaciones 0 circunstancias

    especiales, sobre las que volveremos mas adelan te Ios grandes grupos, por 10menos siestan compuestos por individuos racionales, no actuaran en favor de sus intereses degrupo.

    Esta paradoja se elabora y se expone de una forma que permite allector comprobarcada paso del razonamiento, en mi libro The Logic Collective Action. Este libro tambien muestra que los datos empiricos correspondientes a los Estados Unidos u n ico paisen el que se estudiaron todos los poderosos grupos de intereses confrrrnan de manerasistematica este razonamiento, y que los datos dispersos de otros pafses que tenia en mipoder tambien eran coherentes con ello. Dado que este trabajo es un resultado de The Lo-gic Collective Action y,en gran parte, una aplicaci6n del argumento que alii se expone, los crfticos 0 estudiosos mas serios de este trabajo deberian leer tarnbien aquel. Paralos numerosos leetores que, como es natural, no quieran invertir el tiempo necesario parahacerlo sin saber que ganarfan con ello, y para quienes tengan un interes mas informal,en la primera parte de este trabajo se explicaran unos cuantos rasgos del razonamientoque aparece en The Logic.

    1. Harvard University Press,Cambridge, 1971. La version de 1971s610difiere dela de 1965 en el ailadido de unapendice. Algunos lectores quiza puedan manejar la primera edici6n en nlstica publicada por Schocken Books, NuevaYork, 1968, que es identicaa 1aversion de Harvard de 1965. Es posible que los lectores cuya primera lengua noseael ingles prefieran Die Logik des Kollektiven Handelns 1. C. B. Mohr (Paul Siebeck), Tubinga, 1968; 0 Logique de l ActionCollective Presses Universitaires de France, Paris, 1978; y. en italiano, la edici6n de Fellrinelli.

    II. Uno de los descubrimientos de The Logic es que los servicios que prestan colectivos como los sindicatos, las asociaciones profesionales, las organizaciones agrarias,los carteles, los grupos de presion, e incluso los grupos de colusi6n carentes de organizaci6n formal, se parecen a los servicios basicos del Estado desde un punto de vista claramente decisivo. Los servicios de dichas asociaciones, al igual que los servicios basicoso bienes publicos brindados por los gobiemos, si son proporcionados a alguien, llegana todos los miembros de un determinado grupo 0 categona. Del mismo modo que la leyy el orden, la defensa 0 la lucha contra la contaminaci6n, tal como los ponga en practicael gobiemo, favorecen a todos los habitantes de un pafs0 de un area geografica, la tari-

    fa obtenida gracias al esfuerzo reivindicador de una organizaci6n agraria sirve para quesuban los precios en beneficio de todos los productores del articulo en cuesti6n. Igualmente, como sostenfamos anteriormente, el aumento salarial conseguido por un sindicato seaplica a todos los trabajadores de la categona correspondiente. Con caracter mas general , cada grupo de presi6n que obtiene un cambio global de la legislaci6n 0 de las reglamentaciones, consigue con ella un bien publico 0 colectivo para todos los que se yenbeneficiados por ese cambio. Cualquier combinaci6n es decir, cualquier carteb>-- queuti lice la acci6n en el mercado 0 en la industria para lograr un precio 0 un salario maselevado, cuando restringe la cantidad suministrada eleva el precio para cada vendedor,creando asf un bien colectivo para todos los vendedores.

    Si los gobiemos p o r un lado y los acuerdos que aprovechan su poder politicoo su poder comercial p o r el otro producen bienes publicos 0 colectivos que benefician inevitablemente a todos los miembros de determinado grupo 0 categona, ambos fac

    tores estaran sometidos a la parad6jica 16gicaexpuesta antes. Los individuos y las empresas que se yen beneficiados por su accion, en un sentido general, carecen de incentivos para colaborar voluntariamente en esa acci6n. Por consiguiente, si s610se diese unaconducta individual voluntaria y racional, en la mayona de los casos, no existirian go-

    2. Esta af irmacion tiene una posible excepci6n desde el punto de vista 16gico, aunque no tiene gran imponanciapract ica, que seexplica en lanota 68 del capitulo de The Logic pp. 48-49.

    3 . Rac io na l no sigrufica neeesariarnente tn interes propio Este principio sigue siendo v:Uidoincluso en los casos de conducta altruista, aunque no se dan cuando determinados tipos de conducta altruista sean 10bastante vigorosos.Pensernos primero en lasactinides altruistas a proposito de resultados observables.Supongarnosque un individuo este dispuesto a sacr if icarpane de su tiempo libre, 0 deotm consumo personal, para obtener cierta cantidad deun bien colect ivo,debido a una preocupaci6n altruista por que otros obtengan.ese bien colectivo. En otras palabras, el orden de preferenciadel individuo toma en cuentael bien colectivodel que disfrutan losdernas, asl como su propioconsume personal. Esta hipotesis altruista no implica irracionalidad ni tendencia alguna a opciones incoherentes con la maxima satisfacci6n de losval or es 0 p re fe renc ias d el i nd iv iduo . E l a lt ru ismo t ar npoco pone en cuest i6n l as tasas rnarginales de sustituci6n normalmente decrecientes-- entre un par cualquiera de bienes u objet ivos. A medidaque se logra mayor porcentaje de

    determinado bien u objet ivo (egoista 0 31IMsta), en igualdad decircunstancias, disminuira e1grado en que se renuncie aotros bienes u objetivos (egofstas 0 altruistas) para lograr mascantidadde esc bien u objetivo,

    Un individuo altruista y racional como el que hemos descrito no han ninguna contribuci6n voluntaria importantepara lograr unbiencolect ivo en benef icio de ungrupo nurneroso, El motive es que, dentro de un grupo 10bastante numerose, la aportacion del individuo solo representa una pequeila y casi imperceptible diferencia en la swna del bien colectivo que el grupo obtiene, AI mismo tiempo, ademas, cada aponaci6n reduce d61ara d61areJ volumen de consumo personaly de beneficencia privada, y las tasas marginales de suslituci6n que vandisminuyendo convienen es lOS sacrificios en algocada vez mas oneroso. Como mecanismo de compensaci6n, en los grupos numerosos el altruista racional aporta volumariamente poco 0 nada a laobtencion de un biencolect ivo.

    Porcontrario que sea a la noci6n de racionalidad caracterfstica delsentido cormin, formularernos ahora el supues-

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    biernos, grupos de presion 0 carteles. a no ser que los individuos los apoyen por algunaraz6n distinta de los beneficios colectivos que proporcionan. Por supuesto, los gobiernosexisten en casi todas partes, y con frecuencia tambien hay grupos de presion 0 carteles,Si el razonarniento es correcto hasta ahora, de ello se sigue que la existencia de los gobiernos y de las otras organizaciones se justifica por algo distinto a los bienes colectivos ue proporcionan,

    En el caso de los gobiernos, la respuesta fue explicada antes de que se escribieseThe Logic of Collective Action: los gobiernos estan obviamente respaldados por la obligatoriedadde los impuestos. A veces la oposicion a dicha obligatoriedad es escasa, aca

    so porque mucha gente comprende de manera intuitiva que los bienes piiblicos no po-drfan venderse en el mercado, ni fmanciarse por un mecanismo voluntario. Como ya hemos dicho, cada individuo obtiene s61 una minima participacion en los servicios gubernamentales que ha pagado, y,en cualquier caso, conseguira el nivel de servicio que hayasido proporcionado por los dernas,

    En el caso de las organizaciones que brindan bienes colectivos a sus grupos a traves de una acci6n polit ica 0 comercial , la respuesta no ha sido obvia, pero no es menostajante. Las organizaciones de este tipo p r 10menos cuando representan grandes gru-pos-- tampoco reciben apoyo debido a los bienes colectivos que proveen, sino porquehan tenido la suerte de encontrar 10que he llamado incentivos selectivos Un incentivoselectivo es el que se aplica selectivamente a los individuos segiincontribuyan 0 noa procurar el bien colectivo.

    Los incentivos selectivos pueden ser negativos 0 posit ivos. Puede tratarse, por

    ejemplo, de una perdida 0 de un castigo impuesto tinicamente a quienes no ayudan a proporcionar el bien colectivo. Como es natural, el pago de los impuestos se consigue conla ayuda de incentivos selectivos negativos, dado que quienes no pagan sus impuestos deben someterse al mismo tiempo a la exacci6n fiscal y a una penalizaci6n. El tipo de gru-po organizado de intereses mejor conocido en las sociedades democraticas modernas--el sindicato-- tambien suele ser respaldado en parte a traves de incentivos selectivosnegativos. La rnayorfade las cuotas que perciben los sindicatos mas fuertes se obtienena traves de convenios de sindicaci6n obligatoria, que convierten el pago de cuotas en algomas0 menos coactivo y automatico, A menudo existen tambien acuerdos informales queproducen el mismo efecto. David Mclzonald, ex presidente del sindicato metahirgico

    to concreto seglin el cual el a1t1Uista no obtiene sat isfacci6n en que los dernas consigan mejores resultados observables,sino de los sacrificios que realice en beneficio de los orros.Basandonos en este supuesto, podemos garantizar un swninistro voluntario de bienescolectivos, incluso en los grupos mas numerosos, En tal caso, cada d61arde consumo personal

    que se sacrifica puede conllevar unasignificativa contrapartida en satisfacci6n moral, y pierde toda relevanciael hecho deque lossacrificios persortales considerables provoquen un cambio escaso 0 incluso imperceptible en el nivel del bien pblico conseguido. Aunque este ultimo altlUismo, participativo 0 k n t i n o ~no suele ser la forma acosrumbrada de altruismo, creo que se da en la realidad, y ayuda explicar gun s observaciones de aportaei6n voluntaria a grupos nwnerosos. Otra posibilidad adicional es que el altlUista estt orientado hacia los resultados, pero descuide los niveles observebles de bien pdblico, lirnitandose a suponer que los sacrificios en su conswno personal aumentan la utilidad que obtienenlos dernAsde un modo que justificasu sacrificio persortal.) La lectura de Howard Margolis, Selfishness Altruism n Ra-tionality Cambridge: At the University Press, 1982. ha servido para aclarar 10que piensoa este respecto.

    4. Esta resis no se puede aplicar a los pequeilos grupos, sobre los cuales hablaremos mAs tarde, en este mismotrabajo.

    United Steel Workers of America, explica uno de estos acuerdos. Se trataba, afirmaMcDonald, de una tecnica que llamabamos... educaci6n visual, un tituloaltisonante parauna practica que se podrfadesignar con mucha mayor precisioncomo piquetes de cuotas.Funcionaba con gran sencillez, Un grupo de miembros que pagaban la cuota, seleccionados por e1 director del distrito (generalmente, mas por su corpulencia que por su tacto),se colocaban a la puerta de la fabrica, con una palanca de hierro 0 un bate de beisbol enlas manos, y se encaraban con cada trabajador que se incorporaba a su tumo.

    Como nos muestra el ejemplo de los piquetes de cuotas de McDonald. la acci6nde piquetes durante las huelgas es otro incentivo selectivo negativo que a veces necesi

    tan los sindicatos. Si bien en las industrias que tienen sindicatos consolidados y establesla acci6n de los piquetes suele ser pacffica, es evidente para todos que ella se debe a lacapacidad del sindicato para cerrar una empresa contra la cual ha convocado una hue1gaLa fase inicial de la sindicalizacion supone, a rnenudo, el empleo de la violencia por parte de los sindicatos y de los patronos y trabajadores que se oponen a la sindicafizacion.

    Algunos opositores de los sindicatos aducen que, como muchos de sus miembross61 se agremian por los rnetodos que describe McDonald, 0 por los acuerdos de sindicacion obligatoria desde el punto de vista legal, la mayona de los trabajadores no quieren ingresar en un sindicato. La ley Taft-Hartley dispuso que debfan ce1ebrarse elecciones imparciales y supervisadas por el gobierno para determinar si los trabajadores deseaban, de hecho, pertenecer a un sindicato. Como indicala 16gicadel bien colectivo quehemos expuesto antes, los mismos trabajadores, que debian ser coaccionados paraque pagasen las cuotas sindicales, votaron a favor de los sindicatos con cuotas obligato

    rias (y generalmente constituian una mayorfa abrumadora), de manera que esta disposicion de la ley Taft-Hartley pronto fue abandonada por ineficaz. Los trabajadores que--en tanto que individuos-- trataban de evitar el pago de las cuotas sindicales al mismotiempo que votaban a favor de obligarse a sf mismos a pagarlas, no se diferencian de los

    S David 1. McDonald. Union Man Dutton, Nueva York, 1969. p. 121, citado por William A Gamson, The Stra-tegy of SocialProtest Dorsey Press, Homewood. III., 1975 p. 68.

    6. Las referencias a la frecuentemente violenta interacci6n que se produjo entre patronos y empleadosen las fases iniciales del sindicalismo no deben ocultar la smdicalizacion consensuale informal que, a veces, sucede par iniciat iva de los patronos, Esta clase de organizaci6n del factor trabajo. 0 de acuerdo entre las partes, surge porque algunos tipos de producci6n exigen que los rrabajadores colaboren de una manera efectiva, En tal caso, quiz.t el patrono considereprovechoso estimular el espiriru de equipo y la interaccion social de losernpleados. Los seminarios p r el personal y lasreuniones de grupos de trabajo, las publicaciones informativas dirigidas a losempleados, losequipos deportivos formadospor el personal y apoyados por la empresa, las fiestas entre compaiieros de oficina pagadas por laempresa y otros factores similares seexplican en par te gracias a esto. En lasempresas que mantengan una misma plantilla durante cierto tiernpo, las redes de interacci6nentre losempleados, que el patrono haya creado p r estimular unacooperaci6n efectiva en elrrabajo, pueden nansformarse en acuerdos informales --{) incluso sindicatos-- entre lostrabajadores, y obligar de maneratacita 0 abierta 0 queel patrono trate 0 susempleados como si estes formasen un grupo cartelizado, No es probable quese produzca tal evoluci6n cuando los empleados son, por ejemplo, jomalerosque rrabajan pordias 0 bien colaboradoresexternos. pero, cuando es importante que haya pautasestables de cooperaci6nactiva para 10 producci6n, el patrono g r -cias a la producci6n adicional que provoca esta cooperaci6n-- puede ganar mAs de10que pierde debido a 10cartelizaci6ninformal 0 formal que haya contribuido a crear, La evoluci6n de este tipo de sindicalizaci6n informal implica que existeunaorganizaci6n de la fuerza laboral con mayores dimensiones de 10que indican lasestadisticas, y que lasdiferencias enue algunas empresas ostensiblementedesprovistas de organizaci6ny lasempresas sinilicalizadas no son tan notablescomopodrIa creerse superflcialmente.

    7 The Logic p. 85

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    contribuyentes que votan por un alto nivel de imposici6n fiscal, pero tratan de eludir susimpuestos personales. De acuerdo con la misma 16gica, numerosas asociaciones profesionales tambien consiguen miembros apelando a una coacci6n encubierta 0 explici ta por ejemplo, los abogados en los estados nortearnericanos que exigen colegiaci6n obligatoria . Muy diversos t ipos de grupos de presi6n y de carteles acniande igual forma. Porejemplo, algunas de las aportaciones que efecnian los direct ivos de una empresa a los po-l it icos i it il es p ara d icha corpo raci6n , t ambien so n con secu en cia d e un a forma sut il de oaccion.

    Los incentivos selectivos posit ivos, aunque se olvidan con facil idad, tarnbien son

    frecuentes, como 10demuestran diversos ejemplos que aparecen en The Logic: Las organizaciones agrarias nortearnericanas brindan un ejemplo arquetfpico. Muchos rniembros de las organizaciones agrarias mas poderosas forman parte de elias porque sus cuotas se deducen automaticamente de los dividendos de patronato de las cooperativas rurales, 0 est n incluidas en las primas que pagan a las c om pa ii ia s de s eg ur os m ut uo svinculadas a sus organizaciones. Existen muchas asociaciones con c1ientes urbanos quebrindan incentivos selectivos del mismo tipo, en forma de poIft icas de seguros, publicaciones, tarifas aereas para viajes en grupo y otros bienes privados que s610 estan a di sposici6n de sus miembros. Las reivindicaciones sindicales suelen ofrecer tambien incentivos selectivos, dado que las peticiones planteadas por los miembros activos son las quea menu do a traen e l max imo d e a tenc i6n . La s imbios is ent re e l p od er p ol it ico d e un a o rganizaci6n que ejerce su infIujo sobre las instituciones y las organizaciones empresariales vinculadas a ella logra con frecuencia beneficios fiscales 0 de otras c1asespara la entidad empresarial . Por otro lado, la publicidad y el resto de la informaci6n que fIuye delsector polit ico de un movirniento a menudo dan origen a pautas de preferencia 0 de confianza que hacen mas remuneradoras las actividades empresariales del movimiento. Losexcedentes que se consiguen de este modo brindan a su vez incentivos select ivos posit ivos, que ayudan a reclutar participantes en los esfuerzos del grupo de presi6n.

    m Los p eq uefios g rup os, y en a lg un a o casi6n los g rand es g ru po s federa les-

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    pero, no se aplica a grupos 10bastante amplios comopara que un iinico individuo no pueda aspirar a influir sobre el resultado del conjunto.

    La coincidencia de criterios es especialmente diffcil cuando estan en juego bienescolectivos debido a las peculiares caracterfsticas de tales bienes. Estes, si existen, benefician a todos los miembros de un grupo 0 de una categorfa. Adernas, todos los que integren el grupo en cuestion lograran juntos mas 0 menos el mismo porcentaje del bien colectivo, y todos tendran que aceptar el nivel y el t ipo de bien publico que se ofrezca. Unpais solo puede tener una politica exterior y una polftica de defensa, por diversas que seanlas preferencias y las rentas de sus ciudadanos, y (salvoen el caso tan diffcil de lograrunequilibrio Lindahl) dentro de un pais no habra acuerdo sobre cuanto se debe gastarpara l levar a cabo la polft ica exterior y de defensa. Esto nos recuerda los argumentos afavor de la equivalencia fiscal. y los rigurosos modelos de la segregacion optimay el federalismo fiscal. Una clientela heterogenea, que manifieste diferentes demandas de bienes colectivos, puede plantear un problema aun mayor a las asociaciones privadas, que no solo deben hacer frente a los desacuerdos, sino tarnbien encontrar incentivos selectivos tan fuertes como para retener a los clientes insatisfechos.

    En pocas palabras: los animadores pol it icos que tratan de organizar la accion colectiva tendran mas posibilidades de exito si se esfuerzan por reunir grupos relativamente hornogeneos. Los dirigentes politicos cuya tarea consista en conservar la accion organizada 0 concertada tambien habran de apelar al adoctrinamiento y a reclutar con criterioselectivo para aumentar la homogeneidad de sus grupos clientes. Esto es asf, en parte.porque los incentivos selectivos sociales suelen estar mas disponibles en los grupos que

    disfrutan de una mayor homogeneidad, y en parte, porque la homogeneidad ayudara a 10grar la coincidencia de opiniones.

    IV. Considerados en sf mismos, la informacion y los calculos acerca de un biencolectivo a menudo representan un bien colectivo. Pensemos en un miembro tfpico deuna gran organizacion, que esta tratando de decidir cuantotiempo va a dedicar a estudiarla politica 0 el liderazgo caracterfsticos de la organizacion. Cuanto mas tiempo dediqueal asunto, mas probable sera que respalde y defienda una politica y un liderazgo eficaces

    10. Erik Lindahl.JustTaxation-A Positive Solution, en Richard Musgrave y Alan T. Peacock,eds.. Classics inthe Theory Public Finance Macmillan, Londres, 1958. pp. 168-177 y 214-233. En un equilibrio, segun Lindahl, a duna de las par tes en cuest i6n se Iecarga un valor imposi t ivo, en las unidades marginates del bien publico, igual al valorque cada una atribuye a unaunidad marginal de dicho bien. AIaplicarse esto, incluso aqueUas panes que efecllien unava l lCi6n muy diferente del bien colectivoquerranla misma cantidad. Nos llevarta muy lejos exarninar ahora la voluminosa bibliograflaque se ha dedicadoa esta cuesti6n, pero quiza resulte de utilidad para losno especialistas seilalar que, en la

    mayona de las si tuacionesen que las par tes en cuest i6n preven un gravamen como el de Lindahl ,se venin estimuladas aocultar su autenticavaloraci6n del bien colect ivo, ya que obtendriancualquier volumen de este siempre que su valor f iscal fuese reducido. Hay unainteresante bibliografIa que se refiere a metodos relativamente sutiles que podrian estimularalos individuos para que revelasen su verdadera valoracion de los bienes pllblicos, con 10que se Iograrfan equilibrios Lindahl. Sin embargo, la mayoria de estos rnerodos eSrM muy lejos de ser aplicables en la practica,

    II. ~ s emi articulo The Principle of Fiscal Equivalence American Economic Review Papers and Pro-ceedings 59. mayo 1969, pp.479-487.

    12. un ejemplo importante en Martin C. McGuire. Group Segregation and Optimal Jurisdictions Jour-nal Political Economy 82. 1974.pp. 112-132.

    13. Vease sobre todo Wallace Oates, Fiscal Federalism Harcourt Brace Jovanovich. Inc. Nueva York. 1972.

    para la organizacion, Sin embargo, el miembro tfpico solo conseguira una pequefia participacion en los beneficios resultantes de esas politicas y ese liderazgo mas efectivos. Enconjunto, los demas miembros conseguiran casi todas las ventajas, de manera que elmiembro individual carece de incentivo para dedicar demasiado tiempo a investigar loshechos y a pensar sobre la organizacion, actividades que redundarfan en interes del gru-po. A todos los miembros del grupo les convendrfa ser obl igados a inverti r mas t iempoen averiguar a favor de que habrfa que votar para que la organizacion defendiese mejorsus intereses . Esto se hace especialmente evidente en el caso del votante t ipico en laselecciones nacionales de un gran pais. EI beneficio que representara para ese votante estudiar los programas y los candidatos hasta que tenga claro cual es el voto que verdaderamente Ie favorecera, esta dado por la diferencia de valor que represente para el individuo un resultado electoral correcto, comparado con un resultado equivocado, multi-plicado por la probabilidad de que un cambio en el voto de dicho individuo modifique elresultado de la eleccion Dado que la probabilidad de que el votante tfpico cambie el resultado de la eleccion es enormemente pequefia, ese ciudadano suele mostrarse racionalmente ignorante sobre los asuntos publicos. Con frecuencia, empero, la informacionacerca de los asuntos publicos resulta tan interesante 0 entretenida que vale la pena recibirla unicamente por eso. Esto parece ser la fuente mas importante de excepciones a lageneralizacion segun la cual los ciudadanos tipicos son racionalmente ignorantes de losasuntos publicos,

    Los individuos que ejercen ciertas actividades especfficas pueden recibir una recompensa muy considerable en bienes privados, si adquieren un conocimiento excepcional de

    los bienes publicos. Los politicos, los integrantes de los grupos de presion, los periodistasy los cientfficos sociales, por ejemplo, pueden ganar mas dinero, poder 0 prestigio graciasa su conocimiento de tal 0 cual asunto publico. En alguna ocasion, un conocirniento excepcional de la polftica de la administracion publica genera cuantiosos beneficios a travesde las bolsas de valores 0 de otros mercados. AImismo tiempo, el ciudadano npico se encontrara con que su renta y sus posibilidades vitales no mejoraran debido a un meticulosoestudio de las cuestiones piiblicas 0 de algun bien colectivo en particular.

    A su vez, el l imitado conocimiento de los asuntos publicos es un factor necesariopara explicar la eficacia de los grupos de presion. Si todos los ciudadanos hubiesen obtenido y asirnilado la informacion pertinente, no los influiria la publicidad u otros mediosde persuasion. Con ciudadanos perfectamente informados, los cargos gubemamentaleselectivos no estarfan sometidos a los halagos de los integrantes de los grupos de presion,ya que los votantes sabrfan cuando se traicionan sus intereses y, en la eleccion siguiente,el representante infiel resultarfa derrotado. Asf como los grupos de presion proporcionanbienes colectivos a los grupos de intereses especiales, el conocimiento imperfecto que po-seen los ciudadanos explica su eficacia. Y este ultimo fenomeno se justifica, basicamente, porque la informacion y el debate sobre los bienes colectivos es tarnbien un bien colectivo.

    14 . Ac er ca d e la l imilada informaci6n que cabe esperar que posean los votantes, vease laobra clasica de An-thony Downs. An Economic Theory of Democracy Harper. Nueva York. 1957.

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    212 DIFZ TEXTOS BASICOS DE CIENCIA POLtnCA LA LOO ICA D E LA ACCI6N COLECDVA 213

    Este hecho qu e los bienes de la instrucci6n individual acerca de los bienes publicos suelen estar dispersos por todo un grupo 0 una nacion, y no concentrados en el individuo que asume los costos de instruirse explica tambien muchos otros fenomenos.Por ejemplo, e l criterio hombre muerde a perro- acerca de 10que se convierte en notic ia . Si se vieran los informativos de la television 0 se leyesen los peri6dicos iinicarnentepara obtener la informacion mas importante sobre las cuestiones publicas, se ignorarianacontecimientos aberrantes de escasa trascendencia, y se destacarian las pautas tipicas deimportancia cuantitativa. En cambio, cuando para la mayorfa de las personas las noticiasson fundamentalmente una altemativa a otras formas de diversion 0 entretenimiento, hay

    una demanda de rarezas sorprendentes y de temas de interes humano. Igualmente, los medios de comunicacion cubren de manera completa los acontecimientos que se desarrollande una forma impredecible 0 los escandalos amatorios de los personajes piiblicos, perolas complejidades de la politica economica 0 los analisis cuantitativos de los problemaspiiblicos reciben una atencion minima. Los funcionarios piiblicos, que a menudo se muestran capaces de medrar sin dar a los ciudadanos la justa contrapartida por sus impuestos,pueden cometer un error excepcional si levan a cabo una huelga 10sufic ientemente secundada como para convertirse en noticia. Las declaraciones extravagantes, las protestaspintorescas y las manifestaciones salvajes que of enden a la mayor par te de la opinion publica sobre la cual pretenden infIuir tarnbien se explican de este modo: constituyennotic ias divertidas, y asf llaman la atenci6n sobre intereses y asuntos que, de otro modo,serfan ignorados. Incluso ciertos actos aislados de terrorismo, calificados de carentes desentido, podrfan explicarse desde esta perspectiva como un medio eficaz para lograr que

    se fije en ellos la atenci6n de un publico que, de otro modo, permanecerfa racionalrnente ignorante al respecto.

    Este argumento nos ayuda tambien a comprender algunas incoherencias aparentesen la conducta de las modemas democracias. En las grandes democracias desarrolladas,los diversos tipos de impuesto sobre la renta son progresivos, mientras que es muy frecuente que las deducciones rnaximas se ap liquen a la minor fa de contr ibuyente s masacaudalados. Puesto que ambos fenomenos son consecucncia de las mismas institucionesdernocraticas, i ,por que no poseen identica incidencia? Opino que la progresion del impuesto sobre la renta es un asunto muy relevante y provoca tal controversia politica quebuena parte del electorado 10conoce, y por 10tanto, consideraciones de caracter populista y mayoritar io dictan un grado apreciable de progresividad. En cambio, los detalles delas leyes f iscales son conocidos por bastante menos gente , y ref lejan a menudo los intereses de un pequeiio mimero de contr ibuyentes, organizados y p r 10 general masprosperos, Diversas democracias desarrolladas han adoptado de manera semejante programas del tipo Medicare y Medicaid, obviarnente inspirados en la preocupaci6n por elcosta de la asistencia medica para quienes reciben rentas bajas 0 medias. No obstante, estos programas se han l Ievado a la pract ic a 0 se han admin is tr ado de una forma que haprovocado grandes incrementos en los ingresos de los medicos mas conocidos y de otrosprofesionales de la sanidad. Una vez mas, estas consecuencias contradictorias parecen explicarse porque las opciones mas notables y controvertidas de las politicas globales llegan a ser conocidas por las mayorfas que consumen atencion sanitar ia , mientras que las

    numerosas elecciones mas pequeiias necesarias para lIevar a la practica estos programas asistenciales estan bajo el inf lujo basico de una minorfa de proveedores organizados de cuidados sanitarios.

    El hecho de que el individuo tipico no tenga un incentivo para invertir demasiadotiempo en estudiar muchas de las elecciones relacionadas con los bienes colectivos explica asimismo otras aportaciones individuales ( inexplicables, si no se tiene en cuentaesto) dir igidas a la consecucion de bienes colectivos. La logica de la accion colectiva quese ha descrito en este trabajo no es algo que resulte inmediatamente evidente a quienesnunca la hayan estudiado. Si fuese algo evidente a primera vista , e l argumento con quese inici6 es te t raba jo no resul ta ria en absoluto paradoj ico, y los e stud iosos a los que seexplica dicho argumento no reaccionarfan al principio con esceptic ismo. Sin ningunaduda, las consecuencias practicasque tiene esta logica para las opciones que realice el individuo a menudo fueron detectadas antes de que tal 16gicaquedase plasmada por escrito, pero ello no significa que siempre hayan sido comprendidas, ni siquiera a nivel intuitivo y practice . En especial, cuando los costos de las aportaciones individuales a la accion colectiva son muy reducidos, el individuo tiene escasos incentivos para investigar sivale lapena 0 no efectuar dicha aportacion, 0 incluso ejercer la intuici6n. Si el individuosabe que el cos ta de su aportac ion a la acci6n colec tiva en interes de un grupo del cualel forma parte es practicamente inapreciable, desde un punto de vista racional cabe queno se tome la moles tia de conside ra r s i 10que gana es aun mas inaprec iable. Es to sucede, especialmente, cuando la cuantfa de las ganancias y las politicas que las maximizarfan son cuestiones acerca de las cuales no se justificarfa una investigacion.

    Este examen de los cos tos y las ven ta jas de e fectua r un calcu lo ace rca de los b ienes publicos lIeva a la comprobable predicci6n de que las aportaciones voluntarias a laobtenci6n de bienes colectivos para grupos numerosos sin incentivos selectivos se producira a menudo cuando los costos de las contribuciones individuales resultan de escasaimportancia, pero por 10general no se produciran cuando esos costos sean elevados. Enotras palabras, cuando los costos de la acci6n individual para obtener un bien colectivodeseado son muy reducidos, la consecuencia es indefinida: unas veces se produce un resultado, y otras el contrario. Sin embargo, cuando los costos crecen, desaparece dicha indefinicion. Por 10tanto, debemos establecer que hay bastantes personas dispuestas a ded icar un momenta de su t iempo a f irmar pet ic iones en favor de determinadas causas , aexpresar sus opiniones a 10largo de una discusion 0 a votar por el candidato 0 el partidoque prefieran. De igual modo, si la tesis que aqui defendemos es correcta, no'encontrarfamos demasiados casos en los que los individuos aporten voluntar iamente grandes re

    cursos, a iio tras aiio, para obtener un bien colectivo que benefic ie al grupo numeroso delcual forman parte . Antes de invertir una gran cantidad de dinero 0 de tiempo y, en especial, antes de hacerlo repetidamente , e l individuo racional ref lexionara acerca de que vaa lograr mediante ese considerable sacrificio. Si se tra ta de un tfpico individuo miembro

    15. e debo a Russell Hardin el haberme lIamado la atenci6n sobre este punto . ease un magnifico y rigurosoanalisisde todo el lemade laacci6n colectiva en laobra de Hardin. Collective ction Johns Hopkins University Press forResourcesof the Future. Baltimore. 1982.

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    de un grupo numeroso que se beneficiara de un bien colectivo, su contribuci6n no representara unadiferencia perceptible en la cantidad de recursos aportados. La teona que aquisostenemos es que dichas contribuciones se vuelven menos probables a medida que esmas elevada la contribuci6n global en cuesti6n. 6

    V. Incluso enel caso de que las aportaciones sean 10bastante costosas como paraprovocar un calculo racional, sigue habiendo un conjunto de circunstancias en el cual laacci6n colectiva puede producirse sin que existan incentivos selectivos. Este conjunto decircunstancias resulta evidente cuando pensamos en situaciones en las que s61 unoscuantos individuos 0 empresas se benefician de una acci6n colectiva. Supongamos quedos empresas del mismo tamafio cubren un sector industrial determinado sin que puedasumarseles otra. Un precio mas elevado del producto que fabrican beneficiara a ambasempresas y, asimismo, la legislaci6n favorable al sector industrial en cuesti6n ayudara alas dos empresas. Un precio mayor y una legislaci6n favorable, en consecuencia, son bienes colectivos para este sector en situaci6n de oligopolio, aunque en el grupo s61 hayados miembros que se beneficien de esos bienes. Como es obvio, cada una de las empresas oligopolicas s i restringe la producci6n para elevar el precio de sus artfculos, 0 sipresiona para conseguir una legislaci6n favorable al sector lograra aproxirnadamente lamitad del beneficio. Y la proporci6n costo-beneficio de la acci6n en interes corrnin resultara a menudo tan favorable que, aunque una de las empresas asuma el costo total dela acci6n y logre s61 la mitad de sus beneficios, seguira siendole provechoso actuar eninteres corrnin.Si el grupo que aprovechara la acci6n colectiva es 10suficientemente pequefio y la proporci6n costo-beneficio de esa acci6n es 10bastante favorable, puede darse una acci6n calculada en interes colectivo, aunque no existan incentivos selectivos.

    Cuando solo unos cuantos miembros componen el grupo, tarnbien es posible quenegocien entre sf y acuerden una determinada acci6n colectiva. En tal caso, la acci6n decada uno de ellos ejerce unefecto perceptible sobre los intereses y el curso de acci6n quesigan los demas, de manera que todos tienen un incentivo para actuar estrategicamente,es decir, de que tomen en cuenta el efecto de las opciones individuales sobre las opcionesde los dernas, Esta interdependencia entre lasdistintas empresas 0 personas que constituyen el grupo puede darles un incentivo para negociar mutuamente en beneficio reefproco. En realidad, si los costos de la negociacion son escasos, para continuar negociando entre sf sera necesar io maxirnizar las ganancias del grupo hasta lograr 10 quellamaremos un resultado optima de grupo (0 10que los economistas denominan a vecesun optimo de Pareto). Una manera en que las dos empresas antes mencionadas puedenobtener ese resultado es acordando que cada una de ellas se encargue de la mitad de los

    costos de la acci6n colectiva. En consecuencia, cada empresa soportara la mitad del cos-16. Existe otra perspect iva que avanza en la misma direcci6n. Pienseseen los individuos que obtienenplacer al

    participar en esfuerzos para la oblenci6n de un bien colectivo como s i se tratase de un consumo ordinario, cosa que sucede en el caso de losaltruistas participativos (descritosen la nota 3 de este articulo). Si loscostos de laacci6n colectiva sonde escasaimportancia para el individuo, no es posible que los costos de consumir el placer de la participaci6n 0 de satisfacer el impulso moral de ser un part icipante impidan laacci6n colect iva. Sin embargo, debido a las tasas marginales desustiruci6n decrecientes, el grado de acci6n colectiva causado por estas motivaciones inI disminuyendo a medida que um nt precio.

    to de dicha accion en interes cormin y recibira la mitad de los beneficios, Por 10tanto,habra un incentivo para continuar la accion en interes colectivo hasta que se maximicenlas ganancias globales de la acci6n colectiva. En toda negociacion, sinembargo, cada unade las partes tiene el incentivo de buscar para sf misma el maximo porcentaje de las ganancias del grupo, y tambien suele darse un incentivo para amenazar con el bloqueo 0 sabotaje la acci6n colectiva s decir, endurecerses-s- si no se consigue el porcentaje deseado de esas ganancias. Por 10tanto, es muy posible que la negociacion no logre un resultado optimo de grupo, y quiza tampoco permita alcanzar un minimo acuerdo sobre unaacci6n colectiva determinada. Como explico en otro sitio, la consecuencia de todo esto

    es que a menudo los pequenos grupos se dedican a una acci6n colectiva sin que existan incentivos selectivos. En determinados grupos pequefios

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    que compitiese en el sector una tercera empresa del mismo tarnafio: la economia externade grupo seelevana ados tercios, y la empresa individual solo obtendria un tercio del beneficio provocado por la accion independiente que llevase a cabo en interes del grupo,Por supuesto, si hubiese un centenar de empresas en tales condiciones, la economia extema del grupo ser ia del 99 %, y laempresa ind iv idua l no conseguir fa mas que el 1 % delas ganancias correspondientes a su accion en favor del grupo. Obviamente, cuando llegamos a grandes grupos que se cuentan por miles 0 millones de miembros, el incentivopara una conducta orien tada hacia eJ benef ic io del grupo co n ausencia de incentivos selectivos se vuelve muy insignificante.

    Por atipico que pueda parecer este ejemplo de empresas de igual tarnafio, permiteque se manif ieste de modo intuitivo un principio general: en igualdad de circunstancias,cuanto mayor sea la cantidad de individuos 0 empresas que se beneficien de un bien co-lectivo menor sera el porcentaje de ganancias obtenidas a troves de la accion a favordel grupo que le va a corresponder al individuo 0 empresa que leva a cabo la accionAsi. en casode no existir incentivos selectivos el incentivo de la accion de grupo dismi-nuye a medida que aumenta el tamano del grupo de modo que los grandes grupos estdnmenos capacitados que los pequeiios para actuar enfavor del interes comun. Si entra enescena otro individuo 0 empresa que concede valor al bien colectivo en cuestion, habrade d isminuir el porcentaje de ganancias que pueda rec ib ir cada uno de los que ya estanen el grupo. Esto es asf independientemente de los tamafios relativos del bien colectivopara el grupo, 0 del aprecio que este manif ieste por ese bien.

    En The Logic of Collective Action se demuestra con claridad este principio. El ar-

    En elcaso de consumidoresque companan un bien colecrivo losresultados son igualmente notables. EIconsumidor que otorga al bien publico el maximo valor absoluto sopor tanl el costo total . 0 bien aeabaran por tener los dos iguaJrenta. Cuando ambos consumidoresobtienen la misma cantidad de un bien colectivo, ambos pueden continuar adquiriendolo, i i l ~ n o s ea un comportamiento Coumot s610 en e1caso de que losdos tengan la misma tasa marginal de sustituci6nentre el bien publico y el privado, y, por 10 tanto (con funciones de rendimlento y precios identicos), rentas idenncas, Amenos que desde un principia los dos consumidores tengan rentas identicas, se da una inevitable explotaei6n del grandepor el pequeno, Una posibil idad es que el consumidor milsr ico se hag cargo del costo complete del bien colectivo. Laotra posibilidad con ajuste independiente es queel bien publico sea tan valioso que lasadquisiciones iniciaJes del consumidor mas r ico tengan un efecto tan grande sobre la renta como el inicialmente mils acaudalado. de manera que amboscompren equilibradamente determinada cantidad del bien colectivo. Con respecto a este punto he aprovechado un intercambio de puntosde vista con mi colegaManln C. McGuire. Vease un razonamientoque sigue lineas afmes, y que resulta estimulante y valioso, aunque parcialmente incorreclo. en Ronald Jeremias y Asghar Zardkoohi, Disaibutional Implications of Independent Adjustment in an Economy with Public Goods, Economic inquiry 14.junio 1976. pp. 305-308.

    19. E I cos te C d e unb i en col ec ti vo esun af unc i6 n de l n i ve l l cual se suministra, es decir, C =fl.D.EI valordel bien para el grupo. V. no depende s610 de T sino tambien del tamano-, S. del grupo, e l cual depende su vez deI .cantidad de miembros del grupo y del valor que aaibuyen aI bien en cuesti6n; V. = TS. El valor del bien para el individuo i es V y la fraccion, F,. delvalor del grupo que posee dicho individuo es WV que debe ser igual asimismo a F oS.T.

    La ventaja neta, A,. que el individuo i consigue aI adquirir determinado volumen del bien colectivoesta representada parelvalor deestemenos sucosto, esdecir, A, = V - C que cambiajunto con el nivel de T que obtiene su inversi6n, demanera que dMdT =dV./dT - dC/dT.

    Como maximo, dA.fdT = O. Puesto que V, = FoS.T YF, y S. son constantes,d FoS.D/dT - dC/dT = 0

    FoS. - dC/dT =0Esto nos da lacantidad de bien colectivo que comprani un maximizadorunilateral . A este factor se Iepuede n-

    ceder un significado desde el punto de vista del sentido comun. Puesto que la cantidad 6ptima se encuentra cuandodA.fdT = dV.fdT - dC/dT =O.

    gumento en su version completa pondra de manifiesto que la suposicion de los parrafosprecedentes sobre empresas de igual tamafio es innecesaria para la conclusion (aunqueayude, segun creo, para obtener una rapida vision intuitiva del problema). Las diferenciasde tarnafio 0, con mas precision, de cantidad que los diferentes individuos 0 empresas esten dispuestos a pagar para conseguir porcentajes marginales del bien colectivo son degran importancia y explican fenornenos parad6jicos como la explotacion de los grandespor los pequerios pero resultan esenciales para la tesis de este trabajo.

    La cantidad de personas que deben negociar para obtener una cantidad optima degrupo de un bien colec tivo y por 10 tan to , los costos de la negoc iacion-i - t iene que

    aumentarjunto con el tarnafio del grupo. Esta consideracion refuerza el principio que acabamos de formular. En realidad, tanto la observacion cotidiana como la 16gicade la cuestion indican que grupos realmente numerosos es imposible llevar a cabo una negociacicnentre todos los miembros para lograr un acuerdo sobre la obtencion de un biencolectivo. Un factor que hemos mencionado antes en este trabajo ---que los incentivosselectivos de caracter social solo estan a disposicion de los pequeiios grupos y (de formamuy relativa) de los grupos numerosos constituidos por la federacion de pequefios grup o s tambien indica que los pequeiios son mas faciles de organizar que los numerosos.

    La importancia de la argumentacion logica que acabamos de formular puede comprobarse a la perfecci6n si comparamos grupos que obtendran el mismo beneficio netogracias a una eventua l acc ion colec tiva , en caso de que la l leven a cabo, pe ro que son dedistinto tarnafio, Supongamos que un millen de individuos ganaran mil d6lares cada uno,o mil millones de dolares en conjunto, si se organizan de manera eficaz y emprenden unaaccion colectiva que tiene un costo total de cien millones. Si el razonamiento expuestocon anter ioridad es correcto, no podran organizarse ni emprender una accion colectiva

    Ydado quedVo/dT = F{dV /an

    F, dV.;an - dC/dT = 0,F, dV,;an =dC/dT.

    AsC lacant idad optima que obtiene un individuo con respecto al bien colectivose da cuando la tasa de beneficiopara el grupo dV.;an es mayor que la rasade incremento de cosro dC/an en el mismo porcentaje que el benef icio degrupo supera el benef iciodel individuo ( / /F, = V./V . En otras palabras: cuanto menor sea F menos Ietocara al individuo, y (en igualdad de condiciones) F t iene que disminuir a medida que el grupo se vahaciendomilsnumeroso.

    2 0. The Log ic . pp. 29-31; YMancur Olson y Richard Zeckhauser, An Economic Theory of Alliances, Reviewof Economics and Statistics 47, agosto 1966. pp. 266-279; Ymi introducci6n a Todd Sandler, ed. , Theory and Structureof international Political Economy Westview Press, Boulder, Colo., 1980. pp. 3-16.

    21. Entre empresas perfectamente cornperirivas 0 entre compradores de autom6viles, porejemplo, no se observaninguna interacci6n estrategica. En dichas situaciones nadie encuentra que sus propios intereses u opciones dependan delas opciones que hagan los dernas miembros del grupo 0 del sector industr ial, de manera que no existen incentivos paranegociar recfprocamente, Un subconjunto 10 bastante amplio si pudiese obtener el bien colectivo de una organizaci6nnegociadora para ese subcon jun to tendria un incentive para negociarcon los dernas integrantes del grupo. Sinembargo,cuando se trata de grupos realmente grandes, el tarnafiodel subconjunto 10 bastante grande para tener un incentive paranegociar es por, sf mismo. tan grande que el bien colectivo de laorganizaci6n negociadora para el subconjunto no podr:\conseguirsesin incentivos selectivos. Otra manera de formular lacuesti6n es decir que loscostos de negociaci6n para conseguir la organizaci6n negociadora en favor del subconjunto son prohibitivos en sf mismos, de modo que cualquier costode negociaci6nposter ior es ir relevante cuando el tamaiio del grupo creee aun mas, hasta el punto que se necesita un subconjunto mayor. ESIO nos indica que losenfoques referentes a grupos autenticamente grandes 0 latentes, que se centranenel tema de los costos de negociaci6n y de la interacci6n estrategica no legan a laesencia del asunto,

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