politika 71

16
POLITIKA POLITIKA 1 Año V - Edición Digital Nº 71 (15.04.2014) No escuchéis lo que dicen. Mirad lo que hacen Con varios ademanes horrorosos Los montes de parir dieron señales; Consintieron los hombres temerosos Ver nacer los abortos más fatales. Después que con bramidos espantosos Infundieron pavor a los mortales, Estos montes, que al mundo estremecieron, Un ratoncillo fue lo que parieron. Hay autores que en voces misteriosas Estilo fanfarrón y campanudo Nos anuncian ideas portentosas; Pero suele el parto de su pensamiento, Después de tanto ruido, ser sólo viento. “El parto de los Montes” - Esopo Reforma Tributaria

Upload: politika

Post on 08-Mar-2016

243 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

Reforma Tributaria: la montaña parió un ratoncillo

TRANSCRIPT

Page 1: Politika 71

POLITIKAPOLITIKA 1Año V - Edición Digital Nº 71 (15.04.2014)

No escuchéis lo que dicen. Mirad lo que hacen

Con varios ademanes horrorososLos montes de parir dieron señales; Consintieron los hombres temerosos Ver nacer los abortos más fatales.

Después que con bramidos espantosos Infundieron pavor a los mortales,

Estos montes, que al mundo estremecieron, Un ratoncillo fue lo que parieron.

Hay autores que en voces misteriosas Estilo fanfarrón y campanudo

Nos anuncian ideas portentosas;Pero suele el parto de su pensamiento, Después de tanto ruido, ser sólo viento.

“El parto de los Montes” - Esopo

Reforma Tributaria

Page 2: Politika 71

POLITIKAPOLITIKA2 Año V - Edición Digital Nº 71 (15.04.2014)

En lenguaje vernáculo este Editorial debiese llevar por título “Ni la puntita”. Es la reacción de quienes se llevan la parte del león en la reparti-ción de la riqueza generada con el esfuerzo de todos.

La micro reforma tributaria propuesta por el gobierno es el arquetipo del método Aylwin, ese que se resume en la frase “En la medida de lo posible”. ¿Justicia fiscal? En la medida de lo posible, que es lo mismo que nada de justicia.

Aún así, el riquerío y su prensa obediente gritan como si les estuvieran desollando. Su agresiva actitud –cuyo lema pudiese muy bien ser eso de “Ni la puntita”– revela la verdadera natura-leza del capitalismo que adoran y practican con apego al dogma y la catequesis.

El análisis de la mentada reforma tributaria va dejando en evidencia que –una vez más– se tra-ta de cambiar algo para que todo siga igual. La gran minería privada es intocable y sigue into-cada. Lo mismo ocurre con las actividades de la docena de familias que poseen Chile, de la gran distribución (retail) a la pesca industrial, pasan-do por la agricultura exportadora, la construc-ción, la banca, la energía, el agua, la educación, la salud, la previsión y las comunicaciones.

Es dudoso que la recaudación esperada –en au-mento gradual como corresponde al carácter emoliente de quienes la suscriben– llegue al-gún día a las cifras anunciadas. Ni siquiera “en régimen” –o sea dentro de cuatro o cinco años– como se complace en temporizar el ministro de Hacienda.

Tal como se presenta el proyecto, buena parte del incremento de recaudación fiscal provendrá de hogares ya sobre-endeudados y de los sec-tores más vulnerables de la población. Las cla-ses medias (si uno puede llamar de ese modo a quienes disponen de ingresos que van de dos millones y medio a diez millones de pesos men-suales) ven disminuir su aporte al erario fiscal.

¿Qué motiva pues al riquerío en su ruidoso gri-terío? Su actitud de “Ni un paso atrás” es propio de quienes temen ceder una pizca que pudiese inspirar medidas algo más radicales. “¡No! ¡No aportaremos ni un centavo más a los Presupues-tos que deben financiar la Educación, la Salud pública y otros servicios esenciales!”

Los argumentos son caricaturales como la monserga de la pérdida de atractividad para la inversión. “Si me cobras un peso más de im-puestos me voy con mis capitales a otra parte”.

Lo cual es una mentira grande como los Andes. Todos los países de la OCDE practican una pre-sión fiscal significativamente más alta. El pro-medio es del orden del 35%, y hay países que superan el 50%. Curiosamente, más del 80% de la inversión directa extranjera (IDE) se va a paí-ses en los que la presión fiscal es más del doble de la nuestra.

Los países de la OCDE concentran la IDE pla-netaria, y lo esencial se invierte en países como los EEUU, Alemania, el Reino Unido, los Paí-ses Bajos, Suiza, Francia y la Unión Económica Belgo-Luxemburguesa. Lo que determina esos flujos de inversión no está relacionado princi-palmente con la presión fiscal sino con la renta-bilidad de la inversión (ROI).

Hay países que pretendiendo atraer IDE pusie-ron en práctica una suerte de dumping tributa-rio. De ese modo desviaron hacia ellos inver-sión que podía ir a otros países. Paralelamente le generaron garantías asimilables a una paten-te de corso. “Venga, haga lo que le de la gana, y llévese lo que gane, que aquí no cobramos im-puestos”. A la primera crisis se hundieron y aho-ra sus pueblos están endeudados por décadas, pagando las habas que se comió el burro.

Transformar un país en una especie de muladar nunca lo llevó ni al desarrollo ni al bienestar de su población. La prosperidad de los prostíbulos de campamento minero no debe hacer olvidar que cuando se acaba el mineral se acaba tam-bién el prostíbulo.

Otro argumento tiene que ver con que la renta-bilidad de tal o cual sector se vería afectada por el término de injustificables exenciones tribu-tarias. Terminar con prácticas propias de paraí-sos fiscales como el FUT es malo para algunos negociados, como las AFP.

Aquello lo traducen al cínico lenguaje que es el suyo pretendiendo que son los pensionistas los que se verán afectados. En realidad es la exis-tencia misma de las AFP la que lesiona grave-mente los intereses de los futuros jubilados.

De este modo quienes mangonean hacen apa-recer una micro reforma tributaria que no cam-bia nada, ni satisfará ninguna necesidad, como la llegada de los bolcheviques al poder.

Bolcheviques ya no quedan, sobre todo en Chi-le, si alguna vez los hubo.

Pasa que el riquerío no quiere ceder ni un ápice.

No quiere aceptar “Ni la puntita”.

Ni un ápice

E d

i t

o r

i a

l

Page 3: Politika 71

POLITIKAPOLITIKA 3Año V - Edición Digital Nº 71 (15.04.2014)

« ¡Horror! ¡Mi pobre dinero, mi pobre dinero, mi querido amigo! ¡Me privaron de ti; y ya que me eres raptado, perdí mi apoyo, mi consuelo, mi alegría; todo ter-minó para mí, y no tengo nada más que hacer en este mundo! Sin ti, me es impo-sible vivir. Ya está, no puedo más; me muero, estoy muerto, enterrado. ¿No hay nadie que quiera resuscitarme, devolviéndome ni querido dinero?

El Avaro - Harpagon, acto IV, escena 7)

E d

i t

o r

i a

l

Page 4: Politika 71

POLITIKAPOLITIKA4 Año V - Edición Digital Nº 71 (15.04.2014)

El gobierno dio a conocer su proyec-to de ley de reforma tributaria, con la que espera recaudar cada año cerca de 3,0% del PIB o US$ 8.200 millo-nes adicionales, a partir de 2018. En esa ley descansa la concreción de los anhelos de justicia de gran parte de los chilenos. La reforma tiene cinco objetivos declarados: aumentar la recaudación fiscal para financiar po-líticas de protección social; mejorar la distribución del ingreso; fomen-tar la inversión y el ahorro; reducir la evasión y la elusión de impuestos; equilibrar el Presupuesto del Estado.

Diversos estudios muestran los gra-ves problemas que tiene nuestro sistema tributario. El principal tie-ne que ver con su baja recaudación comparada con la de los países de la OECD (incluso cuando tenían un PIB per cápita equivalente al chileno actual), o en términos absolutos por-que no recauda suficientes recursos para satisfacer las demandas en ma-teria social de la población.

Es un sistema inequitativo, donde las empresas no pagan impuestos: el gravamen a las utilidades se contabi-liza como un crédito del impuesto a pagar por sus dueños.

Descansa en impuestos indirectos y regresivos como el IVA, para recau-dar cerca del 60% de los recursos captados.

El impuesto a la renta goza de nume-rosas exenciones (recauda apenas un 4,1% del PIB en 2013) y presenta tasas de evasión cercanas al 50%.

Excluido el impuesto específico a la gran minería del cobre (bajo para los estándares internacionales), no exis-ten gravámenes a la explotación de recursos naturales no renovables.

Así se permite la apropiación privada de jugosas rentas provenientes de la explotación de recursos naturales pertenecientes a todos los chilenos.

Queda pues en evidencia que nues-tro sistema tributario fue diseñado con el claro propósito de acumular capital en pocas manos.

Con el agravante de privilegiar la in-versión en capital físico en desmedro del trabajo y la formación profesio-nal, condenando Chile a la explota-ción y la exportación de productos de bajo valor agregado.

La reforma apunta –eso dice el go-bierno– a corregir algunos vicios del sistema. Sin embargo es preciso eva-luar si puede alcanzar los objetivos planteados o será un “déjà vu” de las viejas prácticas de la Concertación: pretender que todo cambia, para que todo siga igual.

El elemento más importante de la anunciada reforma es el cambio de la base del impuesto a las utilidades. Medida que va en la buena dirección porque elimina el FUT, nicho en que el riquerío tiene acumulados US$ 266 mil millones sin pagar impuestos.

Más del 50% está a nombre de socie-dades de inversión sin empleados, lo que muestra que no se trata de in-versiones productivas.

El aumento del impuesto a los bene-ficios empresariales de 20% a 25% es positivo, pero se queda corto. Si bien nos pone en el promedio de los paí-ses de la OCDE, sigue siendo dedu-cible de los impuestos de los dueños de las empresas.

Como resultado, las empresas, en la práctica, no pagan impuestos.

Por otra parte, las empresas debe-rán retener un 10% adicional, como adelanto del pago de sus dueños en el tramo más alto del global comple-mentario, lo que limita el uso de los Fondos de Inversión Privada (donde hasta el año pasado había US$ 14 mil millones).

También se eliminan otros regíme-

nes especiales de tributación y se restringe el uso de la renta presunta: son medidas tendientes a terminar con los vehículos favoritos de la elu-sión tributaria.

Otras medidas en la correcta direc-ción: la eliminación del DL 600 que congela las tasas tributarias para la inversión extranjera y discrimina contra las empresas chilenas; la in-clusión de los bienes raíces en el im-puesto a las ganancias de capital; el cobro del IVA a la compra-venta de viviendas nuevas de más de 2.000 UF (podrían ser 3.000 UF, para foca-lizar el efecto en el 10% más rico de Chile); el cambio del sujeto de pago del IVA hacia las grandes empresas; la introducción de un impuesto a las fuentes fijas de contaminación con una potencia térmica superior a los 50MWt (falta una mirada integral a los gravámenes aplicados a las ex-ternalidades negativas); el aumento de los impuestos a las bebidas alco-hólicas y analcohólicas azucaradas (que incumplirá obligaciones deriva-das de tratados internacionales); el aumento del impuesto a timbres y estampillas (que grava los créditos, pero que podrá ser descontado del IVA a pagar por las Pymes); y la am-pliación de las facultades del SII para combatir la evasión fiscal.

La propuesta de reforma también incluye medidas específicas para fomentar el ahorro y la inversión. El resultado de la introducción de la de-preciación instantánea para activos usados y nuevos, dependerá de que tan intensivas en capital sean las Mi-pes, pero desde ya suenan alertas se-ñalando que no se verán muy benefi-ciadas, pues la mayoría es intensiva en trabajo.

No se entiende, sin embargo, que se otorgue este beneficio a las grandes empresas que tienen acceso a finan-ciamiento barato, aunque sea sólo por un año.

Reforma Tributaria:Autocomplaciente e insuficiente

Escribe Andrés Bravo

Page 5: Politika 71

POLITIKAPOLITIKA 5Año V - Edición Digital Nº 71 (15.04.2014)

Adicionalmente, se ampliaría el lími-te superior de ventas para acogerse al régimen del 14 ter, que permite a las pequeñas empresas evitar los costos de una contabilidad comple-ta y les permitirá retener tasas me-nores para sus PPM (pagos provisio-nales mensuales), así como obtener mayores créditos para el impuesto a la renta por sus inversiones en acti-vos fijos.

Por otra parte, la propuesta de reforma contiene una rebaja de la tasa máxima del impuesto a la renta de 40% a 35%, pretextando que así se tratarán equi-tativamente las rentas provenientes del capital y del trabajo. Lo cierto es que eso beneficia a cerca de 56.000 contribuyentes con ingresos mayores a $6.100.000 mensuales (aunque sólo la mitad lo declara, el resto evade).

Esta medida estaba considerada en la reformita de Piñera, pero los parla-mentarios de la Concertación –correc-tamente– la rechazaron… Para ob-tener más equidad tenían que haber aumentado el tramo exento.

Todo indica que la recaudación espe-rada no será suficiente para financiar una efectiva protección social para los chilenos e incluso hay justificadas du-das respecto de si logrará recaudar lo que el propio gobierno espera.

La educación gratuita no costará menos de US$ 5.000 millones extra anuales, mientras que sólo para cubrir el gasto en salud de los hogares (sin considerar las cotizaciones obligato-rias) se requerirían US$4.500 millones suplementarios. Mejor ni hablar de mejorar los hospitales, ni de contra-tar especialistas. Olvidemos las pen-siones o la vivienda... Tampoco se ha considerado la caída en el precio del cobre, que sin duda tiene un efecto en los recursos que recauda el Estado al reducir las utilidades de Codelco.

Con la propuesta del gobierno se fi-nanciaría la reforma educacional (a partir de 2018), pero no mucho más.

El problema es que la carga tributaria chilena seguirá siendo baja: llegará a

cerca del 23% del PIB anual, mientras que en los países de la OECD alcanza en promedio a alrededor de 34%. Para estar en el promedio faltarían unos US$ 40 mil millones. Por otra parte, lo más importante es lo que no se dice o, para ser más precisos, lo que no se pretende hacer. En la propuesta de la coalición “Nueva Mayoría” se renun-cia a un diseño tributario equitativo, al no plantear el cambio hacia una es-tructura tributaria basada en los im-puestos directos, lo que haría posible rebajar el IVA y así aliviar los bolsillos de la mayoría.

No se elimina la integración imposi-tiva entre las empresas y sus dueños. No se eliminan las exenciones del IVA al transporte aéreo, ni a la salud y edu-cación privadas. No se incluyen medi-das para que las empresas internali-cen el costo de los recursos naturales no renovables que explotan, como royalties a la minería o a las capturas pesqueras: los chilenos seguiremos subsidiando a los grandes empresa-rios. Tampoco se amplía el cobro del impuesto específico a los combusti-bles a las empresas, que son los ma-yores consumidores y los mayores contaminantes, manteniendo la dis-criminación en contra de las personas.

Nada se dice respecto de la ley de do-naciones, que permite rebajar impues-tos, por ejemplo entregando recursos a políticos en campaña o escondiendo pagos a universidades.

Queda en duda si el fortalecimiento de las facultades del SII logrará impe-dir distintas formas de elusión, como por ejemplo, la compra de empresas quebradas para –asumiendo sus pér-didas– esconder las utilidades reales, o el abuso de las compras personales con facturas que desgravan el IVA.

La derecha tradicional (esa que de-fiende alzas de precios en zonas de catástrofe) ya comenzó su campaña para impedir cambios que, aunque insuficientes, tienden a beneficiar a la mayoría.

Afirman que disminuirán las inversio-nes y, por consiguiente, el crecimiento

y el empleo, sin embargo no muestran evidencia empírica que respalde sus afirmaciones puramente ideológicas. Lo que muestra la realidad es que el impacto de los impuestos sobre la in-versión es muy limitado –entre 0,2% y 1% para un aumento de la carga tri-butaria de 10%, y sólo para las Pymes, según el ex ministro Larraín– lo que fue confirmado cuando se aumentó el impuesto a las utilidades a 20% sin afectar el crecimiento.

Tampoco entienden que inversiones en educación, salud y otros derechos sociales redundarán en un aumento de la tasa de crecimiento potencial en el largo plazo.

Lo que la derecha defiende es un mo-delo de país en el que la minoría pueda seguir manteniendo sus privilegios.

Ese modelo de país depende en buena parte de su estructura tributaria por-que ésta refleja el concepto de justicia social de quienes detentan el poder.

La anunciada reforma no llevará la estructura tributaria a los estándares de equidad y recaudación que requie-ren las demandas de protección social apoyadas por la gran mayoría de los chilenos.

Seguirán siendo los pobres y la clase media los que financian el gasto so-cial, y si bien se avanzará en la direc-ción correcta, no se tocará el corazón del modelo. ¿Paciencia?

Por otra parte, no faltan razones para dudar de las intenciones de la “Nueva Mayoría”.

Su historia la condena, al tiempo que la actitud autocomplaciente de sus parlamentarios –algunos de los cuales ya preparan concesiones a la derecha– y la histeria observada ante la “retroe-xcavadora de Quintana” lo confirman.

El verdadero rostro de cada cual aflo-rará en la discusión parlamentaria.

En tanto, la gran mayoría de los chi-lenos seguirá esperando una nueva y verdadera reforma.

La indispensable.

http:// issuu.com/politika

Page 6: Politika 71

POLITIKAPOLITIKA6 Año V - Edición Digital Nº 71 (15.04.2014)

Una verdadera reforma tributaria de-biese comenzar derogando las leyes de Impuesto a la Renta (DL 824), la Ley del IVA (DL 825) y el Código Tributario (DL 830), que datan de la dictadura cívico-militar. Si no se derogan esas leyes y en particular la Ley de la Renta, la reforma tributaria no pasa de ser un golpe de espada en el agua.

Toda la publicidad del proyecto de re-forma está basada en que se aumen-ta el impuesto a las empresas, de 20 a 25% en los próximos 4 años, lo que es anunciado como un gran paso en la lu-cha contra la desigualdad y la equidad. En los hechos se trata de un tongo, de un engaño, como lo fue la aprobación del royalty (2005) en el gobierno de Ricardo Lagos: en vez de aumentar la tributación de las grandes mineras, la disminuyó considerablemente.

Ahora ocurre lo mismo: se aumenta el impuesto a las empresas, pero se re-baja la tasa máxima del impuesto a la renta de 40% a 35%, gracias a lo cual los más ricos pagarán menos. Con esta reforma la desigualdad aumenta a ojos vista. Veamos.

Lo que es singular en la estructura tri-butaria chilena, es que sólo las perso-nas están sometidas al Impuesto a la Renta, y no las empresas. Chile es el único país en el mundo en el que no existe el Impuesto a la Renta de las em-presas, porque la Ley 18.293 de 1984 lo suprimió.

Fue sustituido por un muy sui-géneris Impuesto de Primera Categoría –ac-tualmente del 20%– que luego es de-vuelto a los empresarios en su decla-ración de renta personal. Se trata pues de un impuesto virtual.

Esta argucia de la dictadura, que la Concertación ha mantenido, tiene la virtud de hacerle creer a la ciudadanía que las empresas pagan impuestos.

El truco funciona como sigue: el Im-puesto de Primera Categoría de 20% afecta a todas las empresas situadas en el territorio nacional y se paga obli-gatoriamente todos los años, sobre la base de las utilidades que declaran las empresas (es el impuesto a los benefi-cios que existe en todos los países del orbe).

Junto con la declaración de la empre-sa, se presenta la declaración de renta personal –o Global Complementario o Adicional– de los socios accionistas o de los dueños de la empresa. Ambas declaraciones deben ser efectuadas antes del 30 de abril de cada año.

Es precisamente en esta fase que se les devuelve a los dueños, socios o ac-cionistas –en función de sus retiros de utilidades de la empresa– la totalidad del Impuesto de Primera Categoría que pagó la empresa.

No por arte de magia, sino de privilegio impositivo, el impuesto a los beneficios desaparece.

¿Para qué se realiza este ritual? ¿Por qué no se suprime pura y simplemen-te el Impuesto de Primera Categoría, si finalmente el fisco se lo devuelve a los empresarios?

Para que la inmensa mayoría de los chi-lenos crea que las empresas tributan, y que los empresarios puedan vanaglo-riarse de ser los mayores pagadores de impuestos en Chile.

El Impuesto de Primera Categoría cumple un papel político fundamental para la aceptación pasiva por parte de la opinión pública del modelo econó-mico vigente.

El Impuesto de Primera Categoría de-biera ser simplemente derogado, por-que es un engaño. O bien ser instaura-do como un impuesto real como ocurre en los países serios.

La actual reforma prevé aumentar gra-dualmente el impuesto a las empresas de 20% a 25%, lo que significa que au-menta la devolución a los dueños de las empresas de 20% a 25%.

Veamos el ejemplo de dos empresas que cuentan con solo dos socios. Una es una Pyme y la otra una gran empre-sa.

La Pyme tiene una utilidad anual de $12 millones, y debe pagar el impues-to de primera categoría de 20%, o sea $2,4 millones. De la mencionada uti-lidad cada socio retira $6 millones, y queda exento del impuesto personal, porque sólo ingresos entre $6.605.064 y $14.677.920 pagan un 5% de Impues-

to Global Complementario.

En consecuencia, el Fisco le devuelve a cada uno de los socios la totalidad del Impuesto de Primera Categoría paga-do por la empresa, porque éstos que-daron exentos del impuesto personal.

En suma, la empresa adelantó un im-puesto que luego le es devuelto en su totalidad a sus dueños.

Ahora veamos el caso de una gran em-presa que tiene utilidades por $ 1200 millones, y paga $ 240 millones de im-puesto de primera categoría.

Al retirar la totalidad de las utilidades de la empresa, cada socio recibe $ 600 millones, quedando afecto a la tasa marginal máxima de 40% del Impues-to Global Complementario y tiene que pagar $ 224.994.273 de impuesto per-sonal.

De ese monto se descuentan $120 mi-llones de crédito per cápita, que vienen del impuesto pagado por la empresa.

En resumen, cada empresario paga sólo $ 104.994.273 de impuestos.

Los $ 240 millones pagados por la em-presa son integralmente restituidos por el Estado a los dueños de la empre-sa.

Conclusión, el bullado aumento del im-puesto a las empresas de 20 a 25% es un abuso de la credulidad del pueblo chileno.

Pero lo más grave de esta reforma es que disminuye la tasa máxima margi-nal del impuesto global complementa-rio de 40 a 35%.

¿Es así como el gobierno combate la desigualdad, favoreciendo a los más ricos de Chile?

Los poderosos actualmente afectos a la tasa de 40% de global complemen-tario no alcanzan a ser 30 mil.

A esos privilegiados se les bajan los im-puestos de 40% a un 35%.

¿Camila, Boric, Jackson apoyarán la re-baja del global complementario?

Buena pregunta...

Reforma tributaria: un nuevo tongoEscribe Julián Alcayaga

No

s la

s es

tán

vie

nd

o

Page 7: Politika 71

POLITIKAPOLITIKA 7Año V - Edición Digital Nº 71 (15.04.2014)

Esto va en serio, no estoy de humor para cachondearme de nadie y aún menos de Escalona que en la materia es presa demasiado fácil, lo que los yanquis llaman “a sitting duck”. Sería como dispararle a una ambulancia.

He aquí que 25 años después del retor-no de lo que osan llamar ‘democracia’ hay quién advierte que Escalona es un ‘conservador’(sic), descubrimiento cuya envergadura no veíamos desde que Fernao de Magalhaes encontrase el Estrecho que lleva su nombre.

Hubo que esperar exactamente 494 años desde que el navegante portu-gués -atravesando la Patagonia- lle-gase al oceano que llamó Pacífico, para que los agudos observadores lo-cales, amén de los aguerridos “com-pañeros” socialistas, pudiesen gritar ¡Eureka! reclamando para sí mismos un hallazgo del cual todo Chile estaba al corriente desde hace un cuarto de siglo.

No siempre fue así desde luego, Es-calona fue revoltoso en su juventud, y luego, en la Unión Soviética, un fer-viente partidario de la Perestroika, la revolucionaria movida del camarada Gorbachev para darle ‘transparencia’ (tiens, tiens...) al frasco de tinta china en que se había convertido la revolu-ción bolchevique.

Por ahí guardo una nota suya (sí, sí, Escalona escribe...) cuyo título lo dice todo: “La Perestroika, el leninismo del siglo XXI”. En aquella época no se po-día ser más osado en la URSS.

¡Aplaudir en Moscú al Secretario Ge-neral del Comité Central del Partido Comunista de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, y para más INRI declararse leninista!, confiesa que hay que tener coraje.

Luego, si uno le cree a las malas len-guas, Escalona encontró a Gutenberg (el chileno, no el inventor de la im-prenta). Entre Vladimir Ilich Ulianov y Gutenberg ¿cuál es la distancia?

Lo que nadie dice es que cargándose a Escalona, acusándole de conserva-durismo, los demás pasan piola y pue-den ser confundidos facilmente con émulos aventajados de Bakunin o de Robespierre...

Escalona, en cuya familia hay quién conoce de cerca las bondades de la educación privatizada, se pronunció contra lo que él llama “estatización” de la enseñanza.

Bastó eso para colgarle el cartelito de conservador. Para la Concertación, haber protegido y consolidado duran-te 25 años la Constitución de la dicta-dura ¿es prueba de radicalismo revo-lucionario?

En eso, y en todo lo demás, Escalona no estaba solo. Ni siquiera arriba. La-gos lo protegió en los subterráneos de La Moneda en una época en la que ni siquiera había bombardeos...

Pero es sabido que las cabezas de tur-co, los chivos expiatorios, las víctimas propiciatorias, los que pagan los pla-tos rotos, son extremadamente úti-les.

La nota publicada arteramente por un diario digital, “El conservadurismo de Escalona...”, libera de toda culpa a la Concertación. El malo de la película es Escalona, quién, además, aspira a retormar las riendas del PS.

El PS izquierdista (basta mirar a Os-valdo Andrade para darse cuenta), sería algo así como el Club de los Ja-cobinos, o el ala bolchevique de la re-volución proletaria. Con Escalona se transformaría en un sucedáneo del Tea Party. ¿No será mucho?

Tachando a Escalona de conserva-durismo, la tímida reforma tribu-taria que sólo los inquisidores de la UDI y un cuarterón de patrones de fundo se atreven a calificar de osa-da, deviene una suerte de conver-sión al comunismo y el ministerio de Hacienda la copia feliz del Gosplan.

Cuando la nota acusadora dice algo así como “Escalona se atraviesa en el camino del programa de Bachelet” habría que entender que un obstáculo conservador se alza frente a las vale-rosas reformas del “programa”.

No. Escalona no es ni más ni menos conservador que ninguno de los que redactó el famoso “programa”, que lo único que asegura es que todo quede igual.

No lo digo por mala leche, sino porque este gobierno no se da los medios de sus pinches ambiciones que presenta como si se tratase del Gran Salto Ade-lante de Mao Tsé Tung, o de la zafra de los 10 millones de toneladas de Fidel.

La reforma tributaria no cambia nada en la estructura de los Presupuestos del Estado. Siguen pagando los po-bres. Tampoco cambia nada sustan-cial en el volumen de recaudación como proporción del PIB.

El subsecretario de Hacienda Alejan-dro Micco tiene el tupé de asegurar que con esta reforma tributaria se tra-ta de captar recursos para una política “solidaria”.

Olvidó precisar “en la medida de lo posible”.

El incremento de la presión fiscal, que ni siquiera afectará a quienes más ga-nan, se traduce en un aumento equi-valente al 2,7% del PIB en cinco años.

Si admitimos que la previsión de cre-cimiento anual del 3,5% se verificará en la realidad, la reforma tributaria equivale a apenas a un sexto de ese crecimiento, dejando incólume la te-rriblemente desigual repartición de la riqueza que prevalece en Chile.

¿Conservador Escalona? Ni más ni menos que quienes le acusan.

Éstos últimos ofrecen su cabeza al escarnio público para posar de pro-gresistas, cuando en realidad están reforzando el sistema con hormigón armado.

En defensa de EscalonaEscribe Luis Casado

No

s la

s es

tán

vie

nd

o

Page 8: Politika 71

POLITIKAPOLITIKA8 Año V - Edición Digital Nº 71 (15.04.2014)

¿En qué se gastará la plata de la (micro) Reforma Tributaria?

Eso preguntan, falsamente ingenuos, los parlamentarios de la (extrema) derecha. ¿En qué se gastará la plata? Aquí les explicamos con manzanas...

La OCDE acaba de entregar los

resultados de la encuesta PISA

que mide el nivel de los alumnos en

Ciencias, Lectura y Matemáticas.

Una vez más Chile, el “puma” latinoamericano,

llega arreando el lote, en la

penúltima posición

Est

o e

s u

rgen

te

Page 9: Politika 71

POLITIKAPOLITIKA 9Año V - Edición Digital Nº 71 (15.04.2014)

¿En qué hay que gastar plata?

¡En reparar este desastre!

He aquí la “excelencia” de la Educación privatizada,

rebajada a simple “bien de consumo”(Piñera dixit)

Los alumnos chilenos, que son tan inteligentes como cualquiera,

no logran resolver problemas simples...

Est

o e

s u

rgen

te

Page 10: Politika 71

POLITIKAPOLITIKA10 Año V - Edición Digital Nº 71 (15.04.2014)

El último maratonistaEscribe Daniel Pizarro

ITuve la mala ocurrencia de llevar a mis hijos al cine el mismo día de la Maratón de Santiago. No a cualquier sala sino a la cineteca del Centro Cul-tural La Moneda, que los fines de semana, a mediodía, pasa películas para los niños, y gratis. Películas que están fuera de los circuitos comer-ciales.Nunca hay más de cinco personas en la sala. Alguna vez estuvimos más de la mitad de la película solos, con la inquietante sensación de asistir a una función privada en un espacio público. Hasta que un vagabundo entró a capear el frío.La soledad de la sala se amplifica en los espacios vacíos del centro cultu-ral, donde penan las ánimas y los tu-ristas desconcertados por cierto aire de mausoleo. Quizás sea el estilo duty free de las tiendas lo que aparta a los visitan-tes locales. O tal vez cierto rebusca-miento en la elección de las expo-siciones. O más probablemente el simple hecho de que no es un lugar para el consumo o la evasión, y esos lugares cada vez más escasos a los chilenos les dan angustia.Arriba del centro cultural estaba la maratón. Y yo intentaba acercarme en el auto hacia el cine. Cerca del centro empecé a enterarme de que algo anormal estaba ocurriendo. Co-nos de tránsito, más uniformes ver-des que de costumbre, la Alameda acordonada. Tuve que olvidarme del estacionamiento subterráneo junto al centro cultural.De la mano de los dos niños fue ne-cesario dar un rodeo muy largo para llegar hasta el cine. El rodeo inclu-yó el sitio de llegada de la maratón, donde habían puesto una tarima y una multitud de corredores −o lo que fuese− practicaba “baile entreteni-do” al ritmo de una música estriden-te, entre carteles y pendones y todo

el arsenal de marketing de las em-presas que auspiciaban la corrida.Y así, con los niños bien firmes de las manos para no perderlos entre tanta gente sana que se decidió por el de-porte, iba pensando hacia el cine en cómo las empresas han conquista-do espacios donde antes era posible que surgiera espontáneamente algo de comunidad, no sólo inundándo-los con sus marcas sino articulando las actividades (y bautizándolas, en consonancia, “eventos”) y acostum-brando a los chilenos a congregarse bajo el llamado de las grandes firmas en una condición que no es de ciuda-danos, mucho menos de rebeldes, tampoco de feligreses.Pero, quizás, estas reuniones ten-gan algo de lo último, una comunión degradada con el Señor Consumo, el cual ya no nos pide abrir la boca para ponernos el cuerpo de Cristo en la lengua sino más bien la billetera para sacarnos dinero, el objeto má-gico por el cual pertenecemos a esta nueva comunidad.Entre tanto corredor entusiasta y extenuado uno podía oír retazos de diálogos: minutos más y minutos menos, mejores tiempos y peores tiempos. Tiempo se llamaba el dios de los ma-ratonistas y contra él luchaban ob-sesionados por el rendimiento, por un resultado para guardar en la me-moria o registrarlo en alguna plani-lla, con unos extraños parches en las piernas, con bebidas hidratantes en las manos, con camisetas que tenían estampadas las marcas de los auspi-ciadores, con cara de no ser amigos de nadie. Y yo luchaba contra ellos, contra las vallas papales, contra los controles que impedían progresar hacia el cine.Esta vez la sala también estaba va-cía; habían suspendido la matiné. Cómo no, si arriba se corría una ma-ratón.

Ojotas runner’s

Chorrillana Diet

Boldo’s water

Pata pelá’s outdoor

Buy anything... buy, buy!

Page 11: Politika 71

POLITIKAPOLITIKA 11Año V - Edición Digital Nº 71 (15.04.2014)

P

IISiempre me ha gustado el centro de Santiago, más por recuerdos perso-nales (el lugar donde trabajaba mi padre, los cines y cafés desapareci-dos) que por un supuesto aire parisi-no. Pero ¿qué hacer con dos niños en el centro un domingo frío, a las doce del día? En una gelatería –con precios parisi-nos− se me ocurrió llevarlos a cono-cer el cerro Santa Lucía.Fuimos por Huérfanos hasta topar con el cerro, y como el ascensor no funcionaba empezamos a subir por los senderos, por las terrazas y es-caleras de piedra. Aquí no había ma-ratonistas ni deportistas de ninguna especie. No había marketing ni pu-blicidad, las empresas no metían el hocico entre los árboles ni los muros de ladrillos. Los visitantes eran una mezcla heterogénea de turistas del primer mundo y jóvenes chilenos que se movían en grupos.Los primeros no miraban a nadie, dejaban caer la vista en los letreros informativos, con una avidez mecá-nica –me pareció− por catastrar el lugar, aburridos de antemano con el mundo.Los segundos, los jóvenes chilenos del Santa Lucía, eran obesos. La gran mayoría. Jóvenes chilenos que des-pués del paseo bajarían a comerse una hamburguesa en el Mc Donald’s o el Burger King, lo más barato que pudieran encontrar. Eran los que buscan rincones, re-covecos donde poder habitar. Las parejas de chiquillos, homo y hete-rosexuales, que se besuquean en un banquito recóndito. Los jóvenes chilenos que vibran con el Manga japonés o algún otro refe-

rente cultural que yo ni siquiera vis-lumbro. Los que se quedaron abajo del tren, de la maratón, del marketing. Los de negro. Los resentidos pasivos (ten-drían que ser dementes para no estar resentidos). Los que tienen escrito en la frente su destino: mano de obra regalada en el sector servicios. Con los días conta-dos, hasta que los padres no puedan o no quieran mantenerlos, hasta que los sorprenda un embarazo. A no ser que esto cambie de verdad.Eso no era todo lo que podía verse desde las alturas del Santa Lucía. Mientras los niños seguían alucinan-do con castillos, fuertes y cañones, abajo, en la Alameda, corría hacia la meta el último de los maratonistas, escoltado por cuatro motos de Ca-rabineros y un furgón policial con las luces intermitentes encendidas. Toda la calzada norte para él, el úl-timo, un hombre entrado en años al que el verbo correr le quedaba de-masiado grande. Iba encorvado, a punto de desmoronarse en medio de la Alameda, entre la pena y el pate-tismo. Entre aplausos y algunas ta-llas. Pero seguía, desfalleciente. Lo im-portante era llegar a la meta, no im-portaba cómo. Superarse a sí mismo. Una demostración de tenacidad. La voluntad lo es todo. Querer es poder. El mundo es para los que se atreven. La vida es hoy. Jumbo te da más. Ojalá aprendieran de él los guatones de mierda que pululaban arriba del cerro. Y si no aprenden, habría que apuntar los cañones del fuerte hacia ellos, y adiós problema.

Drink tilo on the rocks...

Mote & huesillos light

Ojotas runner’s

Chorrillana Diet

Boldo’s water

Pata pelá’s outdoor

Buy anything... buy, buy!

Page 12: Politika 71

POLITIKAPOLITIKA12 Año V - Edición Digital Nº 71 (15.04.2014)

Francia: Valls a contratiempoEscribe Jacques Sapir

En Francia (también) hay un mandatario incapaz de tomar decisiones sustanciales, que busca darle gusto al gran capital como único camino para resolver los acuciantes problemas de la población.

Al día siguiente de lo que conviene llamar una de las peores derrotas sufridas por “la izquierda de gobierno” en las elecciones locales, una derrota que vio ciudades ga-nadas por los socialistas hace más de 100 años pasar a la derecha (como Limoges), el presidente se decidió a despedir al Primer ministro Jean-Marc Ayrault y a nombrar en su lugar a Manuel Valls.

El discurso con el que fue anunciada esta importante decisión fue penoso de escu-char y aún más de observar. Un hombre fa-tigado, con un rostro inexpresivo, recitaba esas banalidades que saben encontrar los políticos en tales momentos, como un tío de provincias venido al funeral de un primo lejano recita sus condolencias sin creerse a sí mismo.

Nos endilgó cosas como “gobierno de com-bate” y “equipo compacto”, palabras que no tienen estrictamente ningún sentido y que están usadas de tanto servir. La voz estaba mal posada y el presidente tropezó dos veces en sus palabras, como si la deci-sión le fuese dura. Es verdad que para un hombre de hábitos, del que se dice que no le gusta zanjar, anunciar tal nominación era cortar por lo sano. No obstante, esta de-cisión podría revelarse un temible error, y obligarlo dentro de poco a tomar decisio-nes aún más dramáticas.

Un error de casting

Antes que nada es un error porque Manuel Valls no responde a las expectativas de los franceses, ya sea con relación al desempleo o al poder adquisitivo. No es que el hombre carezca de cualidades. Simplemente ellas no son la respuesta a la cuestión planteada por el cuerpo electoral, el que votó o el que se abstuvo. Simplemente no está en ade-cuación con la situación del país.

Incluso en la demanda de “seguridad”, que es real, se mezcla la seguridad de los bie-nes y de las personas, la seguridad social y sobre todo la seguridad del empleo. Ahora bien, Valls no tiene respuestas para esas cuestiones. Y no es la hoja de ruta laborio-samente balbuceada por el presidente la que podrá dárselas.

No es posible conservar el rumbo definido desde hace meses y luchar contra el des-empleo. Las cifras de estos últimos 22 me-ses lo muestran en modo incuestionable.

Pues bien, el desempleo es la primera preo-cupación de los franceses. El presidente no evocó su desafortunada promesa de inver-sión de la curva, y con razón.

Esta última no cesa de subir. Pero, además, esta política no logra ni siquiera reducir los déficits. Las cifras publicadas por el INSEE (instituto nacional de estadísticas. NdT) dan fe. A pesar de los aumentos de impues-tos, el déficit para 2013 alcanza un 4,3%.

Porque a cada nueva punción fiscal el PIB se reduce, lo que reduce a su vez y mecánica-mente la recaudación fiscal.

Notemos que sin ese déficit, importante, la economía francesa se hubiese hundido en una profunda recesión. Pero es pagar caro la resiliencia del crecimiento que fue de un 0,3% en el 2013. Si Francia hubiese reduci-do efectivamente su déficit a 3,7%, como se anunció en Bruselas a principios del año 2013, se puede apostar a que estaríamos bajo un 0%.

El pacto de solidaridad que fue anuncia-do como un “equivalente” del pacto de responsabilidad (baja de impuestos a las empresas. NdT) mal empaquetado, im-provisado y rechazado por empresarios y sindicatos, promete dar lugar a una nueva improvisación.

Un error de política

Y hay error detrás del error. En realidad, François Hollande busca perder lastre (un poco…) pero sigue persuadido que su polí-tica es la buena. En lo que se equivoca gran-demente. Francia sufre de un problema de competitividad no sólo a la exportación sino también en su mercado interior.

El “pacto de responsabilidad” jugará sólo en los márgenes. No solo la diferencia de competitividad acumulada desde el 2000 en razón del diferencial de inflación estruc-tural con Alemania es demasiado grande, sino que el alza constante del euro (jus-tamente denunciada por Arnaud Monte-bourg) profundiza ese diferencial en nues-tro comercio con los países de “fuera de la zona euro”.

Los expertos del Ministerio de Finanzas cal-cularon que una depreciación de 10% con relación al dólar tendría un efecto en el cre-cimiento global de un 1,5%.

Si se extrapola con una dépréciation tanto con los países “fuera de zona euro” como con los países de la zona euro se llega a un potencial de 5% de crecimiento. Pero para eso habría que abandonar la zona euro.

Nuestro presidente rehúsa, sabiendo perti-nentemente que esa solución es a la vez la más simple y la más eficaz para que la in-dustria francesa recupere su competitividad.

No puede concebir que la moneda única sea un fracaso aun cuando todo su intelec-to no cesa de repetírselo. Hay algo trágico en la obstinación de una voluntad contra la inteligencia.

Y esta tensión también fue perceptible en la corta alocución televisada del presiden-te. Evocó incluso la posibilidad de una “re-negociación” con Europa de las condicio-nes económicas acordadas a Francia.

Pero aquí ya no estamos en el ámbito del error sino en el de la mentira. Porque las condiciones que Hollande pretende “rene-gociar”, él mismo las hizo votar por el Par-lamento. No se ve, en esas condiciones, lo que nuestros socios podrían aceptar “rene-gociar”.

La verdad, y se puede pensar que Hollan-de ya está consciente, es que el euro es una trampa que condena el crecimiento y nos obliga a una austeridad suicidaria.

Pero esta conciencia es inmediatamente ahogada por la ilusión que el euro es polí-ticamente indispensable para la Unión Eu-ropea, al mismo tiempo que la destruye de manera implacable. Por consiguiente, al re-husar decidir el lógico abandono del euro, no le queda a François Hollande sino una política hecha de conveniencias.

La última es la nominación de Manuel Valls en Matignon (sede del Primer ministro. NdT). Los efectos positivos se harán sentir solo durante unas pocas semanas, y el pre-sidente se volverá a encontrar, después de las elecciones europeas, en una situación aún peor que la que afronta ahora.

Quizás está en su carácter no poder deci-dirse a tomar las medidas que se imponen. Pero en ese caso no hubiese debido ambi-cionar la función que ocupa.

Presidir, en la Vª República, es gobernar. Y gobernar es decidir.

Page 13: Politika 71

POLITIKAPOLITIKA 13Año V - Edición Digital Nº 71 (15.04.2014)

Fuera Keller y las mineras privadas de la dirección de CODELCO

La llegada de Thomas Keller a la presidencia ejecutiva de CODELCO produjo los peores resultados de su historia

para la empresa estatal del cobre.

Comparemos los indicadores de dos años: 2006 y 2013.

Ejercicio 2006 Las ventas de CODELCO alcanzaron los US$ 17.077 millones

y los excedentes fueron de US$ 9.215 millones.

Ejercicio 2013Los precios del oro, de la plata y del ácido sulfúrico

superaron en más de un 10% los precios del año 2006.

En ese contexto las ventas de CODELCO fueron de apenas $US 14.956 millones.

Esta curiosa baja provocó una brutal baja de los exceden-tes, que fueron de sólo US $3.889 millones, es decir US$

5.326 millones menos que en el ejercicio 2006.

Si los precios del 2013 fueron significativamente superiores a los del año 2006 y la producción creció en un 7%...

¿Cómo explicar una tan espectacular caída de las ventas y de los excedentes?

Sólo el fraude puede explicar este descalabro. Él sirve los objetivos de los sectores que desde 1973 en adelante han

intentado privatizar CODELCO, completando así la desnacionalización iniciada en 1990, un atentado contra

los intereses de toda la nación.

Thomas Keller es un agente de los intereses de la gran minería privada, nacional y extranjera. No debe seguir destruyendo CODELCO ni un día más.

Comité de Defensa del Cobre

Page 14: Politika 71

POLITIKAPOLITIKA14 Año V - Edición Digital Nº 71 (15.04.2014)

No lo conocí personalmente y Sergio Bus-chmann no supo que existía un tal Arturo Alejandro Muñoz dando vueltas por los medios electrónicos. Sin embargo nos cru-zamos más de alguna vez, cada cual en su vorágine individual, con vuelo o navega-ción propia y objetivos similares: darle un rostro democrático a este país. De Sergio Buschmann se recuerda la ac-ción de Carrizal Bajo, fallida internación de armas con las que el Frente Patriótico Ma-nuel Rodríguez esperaba hacerle collera las embestidas sanguinarias del milicaje en el poder. ¿Sabía Ud., amable lector, que el barqui-chuelo que transportó las armas a Carrizal Bajo se llamaba “Chompalhue” y antes de esa arrojada acción le pertenecía al INA-CAP? Me refiero al INACAP creado durante el go-bierno de Eduardo Frei Montalva, época en la que aún no habían inventado el lucro en la educación y la formación profesional. INACAP, filial de CORFO, institución naci-da en democracia gracias a los radicales, y ocupada entonces por militares como el coronel Oscar Coddou Vivanco, actor de la hilarante anécdota que paso a contar aho-ra. En aquellos años el Instituto Nacional de Capacitación Profesional dedicaba sus la-bores a la formación de trabajadores al-tamente calificados. Entre ellos, patrones de embarcaciones pesqueras, timoneles y similares. Con enorme esfuerzo económi-co el Instituto había adquirido dos “barcos-escuelas”, el Chompalhue y el Huapilacuy, amononados y equipados en la bahía de Puerto Montt. Para utilizarlos como talle-res en los cursos de formación ya señala-dos era necesario trasladarlos a las zonas central y norte.Quién fue piloto de navegación hasta Tal-cahuano fungía en esos años como Direc-tor de la sede de INACAP en Renca. Un ex oficial de la marina de apellido Echegoyen, que llevaba años lejos de cualquier puente, nave y oceano, toda vez que se dedicaba de lleno a la administración de una de las principales sedes de INACAP, ni más ni me-nos que Renca, el espejo del Instituto. Coddou Vivanco, coronel que según se dijo líneas atrás era Director Ejecutivo de INA-CAP por designación directa de su compa-dre Augusto Pinochet (Coddou era padrino de Marco Antonio Pinochet Hiriart), regre-saba de una criticable experiencia como Agregado Militar en España, donde según las malas lenguas se había involucrado en

líos diplomáticos al encamarse con la espo-sa de cierto attaché europeo. Con el recato que caracteriza a los ‘culos-benditos’ españoles y pelotillehuenses, Franco le recomendó a Augusto retirar de la embajada al coronel y llevarlo de regre-so a tierras sudacas. Así se hizo, pero Pino-chet no abandonó a su compadre: con la anuencia de doña Lucía lo designó Director Ejecutivo de INACAP el año 1979. Si París bien vale una misa, parece que el INACAP vale un polvo. El asunto es que Coddou Vivanco, adepto a la faramalla espectacular de las bandas de guerra y de las formaciones militares, todo debidamente televisado para impresionar a su compadre, viajó a Talcahuano acom-pañado de selecta comitiva, ordenándole al milicaje y a los ‘managuás’ de la zona esperar con bombos y platillos el arribo del Chompalhue y del Huapilacuy que navega-ban raudos, desde Puerto Montt. Hubo formación militar y marinera. Ban-das de guerra, pendones, banderas y pe-riodistas. Amén de gran expectación entre la ‘gallada’ que transitaba o laboraba en las cercanías de la zona prohibida a los ‘paisas’.

Coddou, henchido de orgullo, le demostra-ría a su compadre quién la tenía más larga a la hora de administrar con mano militar una institución de fuste. La llegada de los dos buques-escuela es-taba programada para las 11:00 horas. El día presentaba cielo nublado, sin viento ni lluvia, y mar calmo. Ochenta militares y se-senta marinos esperaban, en correcta for-mación, la llegada de los navíos. Mucha ofi-cialidad se ocupaba de mantener galones y zapatos con el debido lustre: la TV estaba presente y se daba por hecho que Augusto vería en Santiago el brillante despliegue de

know-how castrense. La banda de la Armada estaba lista para atacar alguna aguerrida marcha no bien aparecieran las embarcaciones frente al puerto.A mediodía, una hora después del arribo programado, un inquieto coronel Coddou ordenó hacer contacto radial con Echego-yen visto que las embarcaciones aún no aparecían.“Atento Chompalhue… atento Chompal-hue… indique posición… Cambio”“Aquí Chompalhue… bordeando costa Arauco, pronto a ingresar a puerto”, res-pondió con voz segura Echegoyen.Treinta minutos más tarde, del Chompal-hue… ni luces. Sudando frío, Coddou soli-citó nuevo contacto radial. La voz de Echegoyen sonaba fuerte y clara, indicando que el Chompalhue se encontra-ba muy cerca del puerto. Pero, pasaban los minutos y ninguna embarcación mostraba su arboladura frente a las formaciones de milicos y marinos, ante las cuales el com-padre de Pinochet se paseaba con el ceño fruncido.“Chompalhue, señale QTH… señale QTH, Chompalhue… Cambio”“Atención Talcahuano, ya estamos al arri-bo”“Chompalhue, ¿divisa el morro?... Cambio”“Negativo, Talcahuano, negativo…”Minutos después, Echegoyen radió su po-sición señalando que habían bordeado la costa, teniendo siempre tierra firme a ba-bor. Pero el director de la sede de Renca –ignorante de la geografía de Chile y de las cartas de navegación– olvidó que al sur de Talcahuano se encuentra la desembocadu-ra del río Bio-Bio… Por allí entró, subiendo río arriba en día nu-blado. Cuando se percató del error, Talca-huano estaba atrás, lejos… y la vergüenza se hallaba cerca, frente a sus narices. Un helicóptero de la Armada guió a Eche-goyen y sus embarcaciones hacia Talca-huano. Coddou retornó a Santiago con la mierda hirviendo en sus intestinos. El Chompalhue y el Huapilacuy fueron en-viados al norte, a Iquique y Antofagasta, a cumplir labores de capacitación. Algunos años después, luego de haber satisfecho las necesidades de formación pesquera, el noble Chompalhue cumpliría funciones muy distintas al mando de un chileno de mayor envergadura y estatura moral: Sergio Buschmann.

Antes del vuelo de Malasia Airlines... había zarpado el Chompalhue

Escribe Arturo Alejandro Muñoz

A mediodía, una hora después del arribo programado, un inquieto

coronel Coddou ordenó hacer con-tacto radial con Echegoyen visto que las embarcaciones aún no

aparecían.“Atento Chompalhue… atento

Chompalhue… indique posición… Cambio”

“Aquí Chompalhue… bordeando costa Arauco, pronto a ingresar a puerto”, respondió con voz segu-

ra Echegoyen.

Ese

mar

que

tra

nqui

lo...

Page 15: Politika 71

POLITIKAPOLITIKA 15Año V - Edición Digital Nº 71 (15.04.2014)

Ese

mar

que

tra

nqui

lo...

Page 16: Politika 71

POLITIKAPOLITIKA16 Año V - Edición Digital Nº 71 (15.04.2014)

POLITIKA Cuando la verdad sea demasiado débil para defenderse, tendrá que pasar al ataque (Bertolt Brecht)

POLITIKAPOLITIKA 16Año IIII - Edición Digital Nº 47 (15.03.2013)

Editor general: Luis CasadoColaboradores: Esopo - Andrés Bravo - Julián Alcayaga - Un “espontáneo” - Daniel Pizarro Arturo Alejandro Muñoz - Jacques Sapir - Comité de Defensa del Cobre - Palomo.Diseño gráfico: POLITIKA Traducción: POLITIKA

La Copia Feliz Palomo