¿quiénes están siendo relativamente más afectados por el · ago 2011 feb - abr 2012 oct - dic...
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Informe Laboralwww.clapesuc.cl
Juan Bravo
¿Quiénes están siendo relativamente más afectados por el desplome laboral por COVID-19?
1
Informe Laboral
¿Quiénes están siendo relativamente más afectados por el
desplome laboral por COVID-19?
Juan Bravo1
Resumen
• La magnitud de la destrucción de empleo en la actualidad es muy superior a la observada
en las recesiones de 1999 y 2009 y se acerca a lo observado en la crisis de 1982, lo que
refleja la gravedad de la recesión que vivimos.
• En lo que va de esta crisis se ha destruido todo el empleo generado en los últimos 5 años.
• Las cifras revelan que la mayoría de quienes están perdiendo el empleo no están pasando a
un status de desocupado, sino que de inactivo.
• La población económicamente inactiva aumentó a un ritmo anual de 876.676, donde 559.218
declararon no haber buscado empleo o no tener disponibilidad para trabajar por razones
asociadas a la pandemia COVID-19, lo que equivale al 63,8% del aumento anual de
inactivos.
• Por esto, la tasa de desempleo, si bien se incrementa a ritmos mayores a lo observado en
meses previos, no refleja adecuadamente la gravedad del impacto de esta crisis sobre el
mercado laboral. En consecuencia, es mucho más adecuado analizar la variación del empleo
para comprender el impacto en materia laboral de esta crisis sanitaria.
• Los grupos más afectados en términos relativos por la destrucción de empleos son las
mujeres, los jóvenes, los adultos mayores, quienes no tienen educación superior completa, los
trabajadores de microempresas y los trabajadores independientes.
• Por el contrario, los segmentos que cuentan con mayor protección relativa son los
trabajadores del sector público y aquellos que cuentan con educación superior completa. En
este último caso, parte de la explicación es que estos trabajadores son los que, por la
naturaleza de sus empleos, pueden realizar teletrabajo, permitiéndoles conservar sus puestos
de trabajo y continuar realizando sus actividades desde su hogar.
1 Investigador Clapes UC.
2
I. Dramática destrucción de puestos de trabajo se traslada mayoritariamente a
inactividad
El impacto en términos laborales en Chile de la crisis por COVID-19 ha sido, por
lejos, mucho más fuerte que los de las recesiones de 1999 y 2009 y se acerca peligrosamente
a lo ocurrido en la crisis de 1982. En efecto, como se aprecia en la Figura 1, la caída anual
del empleo al trimestre febrero-abril 2020 fue de 7,6%, la más profunda desde el periodo
octubre-noviembre 1982, cuando el empleo registró una disminución interanual de 10%.
Figura 1
Este dramático desplome del empleo ha llevado a que el número de ocupados se
ubique en niveles comparables a los observados en el trimestre febrero-abril 2015. De esta
manera, en lo que va de esta crisis se ha destruido todo el empleo generado en los últimos
5 años.
La caída anual de 7,6% del empleo, equivale a una destrucción anual de 680.086
puestos de trabajo, donde destaca una fuerte agudización de la destrucción de empleos
-10,0-7,6
-15
-10
-5
0
5
10
15
Oct
-D
ic 1
977
Oct
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ic 1
985
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2020
Variación % anual de empleo
A partir del trimestre enero-marzo 2010 las variaciones se basan en la Nueva Encuesta Nacional de Empleo.
Para 1982 la encuesta correspondió al periodo octubre-noviembre.
Fuente: Elaborado en base a INE
3
formales, cuyo desplome fue de 408 mil, muy superior a la caída de 97 mil puestos de este
tipo observado en el reporte previo. Por su parte, el empleo informal cambia radicalmente
su tendencia, pasando desde un incremento anual de 160 mil en el reporte de enero-marzo
2020 a una destrucción de 272 mil en el informe de febrero-abril 2020 (Figura 2). Así, el
empleo informal dejó de ser un amortiguador frente a la caída del empleo formal como
ocurrió durante el periodo de crisis social en Chile.
Figura 2
La gravedad de la situación laboral no es del todo capturada por el indicador de
tasa de desempleo. Si bien la tasa de desocupación se sigue elevando en forma importante,
llegando a 9% en el trimestre febrero-abril 2020 y superando el 7,1% del mismo periodo del
año pasado, esta cifra es aún menor al peak observado en la recesión de 2009 (11,6% de
acuerdo a la serie referencial de la Nueva Encuesta Nacional de Empleo). El incremento
anual de desocupados fue de casi 134 mil. Un factor que ha contribuido en parte a evitar
alzas mayores en la tasa de desempleo es la aplicación de la Ley de Protección del Empleo,
que ha permitido mantener vigentes los vínculos laborales de los trabajadores acogidos a
-408.366
-271.721
-500.000
-400.000
-300.000
-200.000
-100.000
0
100.000
200.000
300.000
Jul -Sep
2018
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-D
ic 2
018
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-Ene
Dic
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ay
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-D
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-Ene
Dic
-Feb
Ene -
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2020
Feb -
Abr
Variación anual de empleo formal e informal
Formal InformalFuente: Elaborado en base a INE
4
los pactos de suspensión. Sin embargo, las cifras son bastante elocuentes en mostrar que la
mayoría de quienes están perdiendo el empleo no están pasando a un status de desocupado,
sino que de inactivo. En efecto, al trimestre febrero-abril 2020 la fuerza de trabajo
disminuyó en 5,7% anual, lo que significa que 546.398 personas salieron de ella. La
contrapartida es un incremento masivo de la población económicamente inactiva, que
aumentó a un ritmo anual de 876.676, donde 559.218 declararon no haber buscado empleo
o no tener disponibilidad para trabajar por razones asociadas a la pandemia COVID-19, lo
que equivale al 63,8% del aumento anual de inactivos.
También es importante destacar que no son los inactivos de carácter habitual los
que aumentan, sino que el segmento denominado “potencialmente activo” (Tabla 1). Esto
corresponde a personas que no buscaron empleo en las últimas 4 semanas, pero que
estarían disponibles para trabajar de inmediato si hubieran encontrado un trabajo, o que sí
buscaron empleo pero no están disponibles para trabajar de inmediato. En ambos casos se
demuestra cierta intención de participar, por lo que se les considera como marginalmente
vinculados a la fuerza laboral. Sin embargo, para ser clasificado como desocupado se deben
cumplir ambos criterios simultáneamente, por lo que no son contabilizados como
desempleados.
Tabla 1
Variación anual de inactivos (trimestre febrero-abril 2020)
Total +876.676
Iniciadores -11.457
Potencialmente activos +997.520
Habituales -109.386 Fuente: Elaborado en base a INE
En definitiva, las cifras son bastante claras en mostrar que muchas personas que
están perdiendo el empleo no están pasando al status de desempleo sino que a la
inactividad. Ello, porque en un contexto de pandemia como el actual donde hay
restricciones a la movilidad y las contrataciones están virtualmente paralizadas en la
mayoría de los sectores, muchos saben que la búsqueda de empleo será infructuosa y por
ende, no buscan empleo. Al mismo tiempo el estar en una pandemia lleva a que muchos no
estén disponibles para trabajar de inmediato. Este es otro de los muchos defectos que tiene
la tasa de desempleo como termómetro de la salud del mercado laboral, a diferencia de los
5
indicadores de cambio en el empleo, que muestran directamente los puestos de trabajo
destruidos producto de la crisis.
Por tanto, para evaluar quiénes se han visto más afectados por esta crisis es
mucho más adecuado analizar el cambio en el empleo que las variaciones en la tasa de
desempleo.
II. ¿Qué segmentos se han visto relativamente más afectados en términos
laborales por la crisis sanitaria?
Como se comentó previamente, el empleo cayó 7,6% anual al trimestre febrero-abril
2020, pero este promedio esconde grandes diferencias entre distintos segmentos de la
población.
Al analizar la situación por sexo, la contracción del empleo ha sido más profunda
entre las mujeres que entre los hombres. El empleo femenino se contrajo 9,4%, mientras
que el empleo masculino lo hizo al 6,4%.
Figura 3
-9,4
-6,4
-10
-9
-8
-7
-6
-5
-4
-3
-2
-1
0
Mujer Hombre
Variación % anual del empleo por sexo (febrero-abril 2020)
Fuente: Elaborado en base a INE
6
Cuando se analiza la situación por tramo etario, se aprecia que la destrucción de
empleo es más pronunciada en los segmentos de jóvenes de 15 a 24 años y de adultos
mayores que entre la fuerza laboral primaria -25 a 54 años-, como se aprecia en la Figura
4.
Figura 4
Si desglosamos en base al nivel educacional, se aprecia que, si bien todos los
segmentos se han visto afectados, los trabajadores con educación superior completa han
sido relativamente menos perjudicados (Figura 5).
-15,2
-5,5
-10,0
-16,1
-18
-16
-14
-12
-10
-8
-6
-4
-2
0
15 a 24 25 a 54 55 a 64 65 y más
Variación % anual del empleo por tramo etario (febrero-abril 2020)
Fuente: Elaborado en base a INE
7
Figura 5
Dado lo anterior, no resulta sorprendente que esta crisis esté destruyendo
relativamente menos empleos de alta calificación, en comparación con empleos de mediana
o baja calificación (Figura 6).
Figura 6
-2,4
-20,1
-7,4
-12,2
-25
-20
-15
-10
-5
0
Superior completa Superior incompleta Secundaria completa
Menor a secundaria
completa
Variación % anual del empleo por nivel educacional
(febrero-abril 2020)
Fuente: Elaborado en base a INE
-2,1
-9,6
-10,4
-12
-10
-8
-6
-4
-2
0
Alta Mediana Baja
Variación % anual del empleo por nivel de calificación
(febrero-abril 2020)
Fuente: Elaborado en base a INE
8
Si miramos lo que ha ocurrido con el empleo según tamaño de la empresa (medido
por el número de trabajadores de la institución), se aprecia que ha habido una mayor
destrucción relativa de empleo en las microempresas (10 trabajadores o menos) que en el
resto (Figura 7).
Figura 7
Por su parte, el examen por categoría ocupacional que se presenta en la Figura 8
revela que son los trabajadores independientes (empleador, cuenta propia y familiar no
remunerado) y el personal de servicio doméstico quienes han visto las mayores
destrucciones de empleo en términos relativos. Aquí es importante recordar que el
emprendimiento formal ya se estaba destruyendo en forma importante como consecuencia
del estallido social, lo que dejó a este segmento de trabajadores en una posición
extremadamente vulnerable para enfrentar la crisis por COVID-19. Por su parte, en el caso
del servicio doméstico, el segmento más afectado es el que ejerce puertas adentro, lo cual se
explica por la naturaleza este tipo de empleos, que se hacen extremadamente difíciles de
ejercer en un contexto de pandemia. Por el contrario, el empleo asalariado público es el
único tipo de empleo que se está creando. De esta manera, las cifras muestran que los
trabajadores del sector público están relativamente más protegidos de los efectos negativos
de esta pandemia en materia laboral que el resto de los trabajadores.
-16,9
-11,3
-7,6
-9,7
-18
-16
-14
-12
-10
-8
-6
-4
-2
0
10 o menos 11 a 49 50 a 199 200 y más
Variación % anual del empleo según tamaño de la empresa medido
por número de trabajadores (febrero-abril 2020)
Se excluye del gráfico a los trabajadores que no puedieron ser identificados, los cuales tuvieron incremento anual de 128,9%
Fuente: Elaborado en base a INE
9
Figura 8
III. ¿Quiénes han tenido acceso al teletrabajo?
El teletrabajo, entendido como la posibilidad de los trabajadores asalariados de
realizar sus actividades laborales desde su hogar, era virtualmente inexistente previo a la
crisis sanitaria por COVID-19. En efecto, al trimestre diciembre 2019-febrero 2020 solo el
0,6% de los asalariados trabajaba desde su hogar. El estallido de la crisis sanitaria obligó a
muchos empleadores a tener que recurrir a esta modalidad para poder mantener activos
ciertos procesos productivos en aquellos casos en que la naturaleza del trabajo así lo
permitiera. Asimismo, la coyuntura facilitó la aprobación de la Ley 21.220 que regula el
trabajo a distancia, permitiendo dar certeza jurídica a las relaciones contractuales bajo este
formato. Estos eventos han llevado a que al trimestre febrero-abril 2020 el 5,8% de los
asalariados esté trabajando desde su propio hogar, como se aprecia en la Figura 9.
-38,3
-21,8 -21,0-18,2
-3,6
2,7
-45
-40
-35
-30
-25
-20
-15
-10
-5
0
5
Familiar no
remunerado
Servicio
doméstico
Empleador Cuenta propia Asalariado
privado
Asalariado
público
Variación % anual del empleo según categoría ocupacional
(febrero-abril 2020)
Fuente: Elaborado en base a INE
10
Figura 9
La posibilidad de realizar las actividades laborales vía teletrabajo es un mecanismo
de protección para aquellos ocupados que pueden ejercer esta opción, ya que contribuye a
evitar la destrucción de puestos de trabajo. Sin embargo, el acceso a este formato es
bastante heterogéneo entre los distintos segmentos de la población. En efecto, como se
aprecia en la Figura 10 son esencialmente los trabajadores con educación superior completa
quienes tienen acceso a esta alternativa.
Figura 10
5,8
0
1
2
3
4
5
6
7
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2010
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Sep
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ov 1
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2020
Porcentaje de asalariados trabajando desde su propio hogar
Fuente: Elaborado en base a INE
Superior
completa
76,0%
Superior
incompleta
8,1%
Secundaria
completa
13,0%
Menor a
secundaria
completa
2,9%
Distribución de los asalariados trabajando desde su
hogar por nivel educacional (febrero-abril 2020)
Fuente: Elaborado en base a INE
11
IV. Conclusiones
La gravedad de la crisis por COVID-19 se refleja en una profunda destrucción de
empleos, sin parangón desde la crisis de 1982. Esta situación es sumamente compleja, en
especial, considerando que el efecto sobre el empleo está recién comenzando y el deterioro
continuará, ya que las cifras reflejan solo lo ocurrido hasta abril, y las cuarentenas en
diversas localidades, particularmente en el Gran Santiago se expandieron en mayo y han
continuado en junio.
Lo anterior llevará muy pronto a una tasa de desempleo de dos dígitos. Sin
embargo, este informe muestra que este indicador no logra capturar adecuadamente la
gravedad de la crisis, puesto que estadísticamente para ser clasificado como desocupado se
exige simultáneamente haber realizado esfuerzos activos de búsqueda de empleo en las
últimas 4 semanas y al mismo tiempo, estar disponible para trabajar de inmediato. Sin
embargo, las cifras revelan que la mayor parte del aumento de inactivos corresponde a
personas que declaran no haber buscado o no haber estado disponibles precisamente por la
pandemia. Asimismo, los inactivos aumentan debido al componente potencialmente activo
y no a los de carácter habitual, lo cual refleja que las personas se están retirando de la
fuerza laboral no por no tener interés en trabajar, sino que no buscan empleo porque saben
que en las condiciones actuales no lo encontrarán. Así, la variación del empleo se impone
como una variable mucho más adecuada para evaluar apropiadamente el impacto laboral
de la pandemia.
Al analizar la evolución de la ocupación por segmentos, se aprecia que los grupos
más afectados en términos relativos por la destrucción de empleo son las mujeres, los
jóvenes, los adultos mayores, quienes no tienen educación superior completa, los
trabajadores de microempresas y los trabajadores independientes. Por el contrario, los
segmentos que cuentan con mayor protección relativa son los trabajadores del sector
público y aquellos que cuentan con educación superior completa. En este último caso, uno
de los elementos que explica lo anterior es que estos trabajadores son los que, por la
naturaleza de sus empleos, pueden realizar su trabajo en forma remota, permitiéndoles
conservar sus puestos de trabajo y continuar realizando sus actividades.
El tener claridad respecto a qué segmentos son relativamente más afectados es
relevante para el diseño de políticas públicas. El hecho de que la destrucción de puestos de
trabajo afecte más profundamente a las microempresas y empleos independientes justifica
darle mayor prioridad en las medidas a estos segmentos. Por otra parte, dado que los
adultos mayores son el principal grupo de riesgo por COVID-19, su reinserción laboral será
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aún más difícil que para otros segmentos, puesto que habrá más renuencia a contratarlos
así como menor disposición a trabajar para evitar enfermarse, por lo que la recuperación
del empleo en este segmento etario será probablemente mucho más lenta que en el resto de
la población. Asimismo, dado que el regreso a la normalidad será paulatino, es probable
que muchas mujeres posterguen su reinserción al mercado laboral debido a las labores de
cuidado, toda vez que en nuestro país prácticamente la totalidad de las personas fuera de
la fuerza laboral por razones familiares son mujeres.