rené char

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René Char René Char René Char (L'Isle-sur-Sorgue , Vaucluse , 14 de junio de 1907 , París - 19 de febrero de 1988 ); poeta francés . Biografía[editar ] Al terminar el bachillerato en el liceo de Avignon , su familia lo envió a Marsella para estudiar ciencias empresariales, estudios que realizó sin gran convicción. La publicación de la Capital del dolor (1926) de Paul Éluard supuso un aldabonazo en su vocación poética. En 1928 publicó Cloches sur le coeur, una colección de poemas que destruyó poco después. En 1929 , visitó París y conoció al gruposurrealista de André Breton , René Crevel y Louis Aragon y en 1930 firmó elSegundo manifiesto surrealista, así como panfletos que criticaban el colonialismo francés y defendían el movimiento revolucionario español. Posteriormente publicóMarcha lenta, en colaboración con Breton y Éluard. En 1934 publicó Le marteau sans maître, El martillo sin dueño, de estilo surrealista y rico en imágenes exuberantes, poemas a los que puso música Pierre Boulez en una pieza que fue interpretada por vez primera en 1955. Se alejó del Surrealismo con Afuera la noche es gobernada (1938). En 1939 , tras la invasión de Polonia por los alemanes, fue destinado a un regimiento de artillería en Alsacia . Tras quedar libre del servicio en 1940 se unió a la resistencia bajo el nombre de capitán Alexandre, experiencia que reflejó en el poemario Solos permanecen (1945) y Feuillets d'Hypnos, Las hojas de Hipnos (1946), un diario poético de los años de guerra. Condenó el comunismo en 1949 . Furor y Misteriocomprende su poesía

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Ren Char

Ren CharRen Char(L'Isle-sur-Sorgue,Vaucluse,14 de juniode1907,Pars-19 de febrerode1988);poetafrancs.Biografa[editar]Al terminar el bachillerato en el liceo deAvignon, su familia lo envi aMarsellapara estudiar ciencias empresariales, estudios que realiz sin gran conviccin. La publicacin de laCapital del dolor(1926) dePaul luardsupuso un aldabonazo en su vocacin potica. En1928publicCloches sur le coeur, una coleccin de poemas que destruy poco despus. En1929, visitParsy conoci al gruposurrealistadeAndr Breton,Ren CrevelyLouis Aragony en1930firm elSegundo manifiesto surrealista, as como panfletos que criticaban el colonialismo francs y defendan el movimiento revolucionario espaol. Posteriormente publicMarcha lenta, en colaboracin con Breton y luard. En1934publicLe marteau sans matre,El martillo sin dueo, de estilo surrealista y rico en imgenes exuberantes, poemas a los que puso msicaPierre Boulezen una pieza que fue interpretada por vez primera en 1955.Se alej delSurrealismoconAfuera la noche es gobernada(1938). En1939, tras la invasin dePoloniapor los alemanes, fue destinado a un regimiento de artillera enAlsacia. Tras quedar libre del servicio en1940se uni a laresistenciabajo el nombre decapitn Alexandre, experiencia que reflej en el poemarioSolos permanecen(1945) yFeuillets d'Hypnos,Las hojas de Hipnos(1946), un diario potico de los aos de guerra. Conden elcomunismoen1949.Furor y Misteriocomprende su poesa completa entre 1938 y 1947. Despus publicLos Matinales1950). Protest contra la base de armas atmicas de laAlta Provenzaen 1966. En 1955 conoci aMartin Heidegger, con quien estableci una hermosa y fructfera amistad. Heidegger se refiere a Char en varias ocasiones. Por ejemplo, en la entrevista de la revistaSpiegelque se public bajo el nombreYa slo un Dios puede salvarnos(Nur noch ein Gott kann uns retten).Comprometido con la dignidad humana y la libertad, el mundo potico de Char es una epifana lrica del mundo natural, la tierra, los rboles, el agua y los animales, de la vitalidad existente entre la creacin y la muerte. Su estilo, de rica imaginera, busca sin embargo la concisin. Alecciona de forma moralista sobre los objetivos ms trascendentales del ser humano. Otras obras importantes suyas sonEl sol de las aguas(1951),Bsqueda de la base y de la cima(1955), sin duda su libro ensaystico ms importante, traducido por Jorge Riechmann en el ao 2000 y constituido por una urdimbre de poemas, fragmentos, aforismos, semblanzas y textos para los que no cabra otro calificativo ms adecuado que el de indagatorios, ofreciendo un poderoso dilogo entre el arte, el pensamiento y la accin. Obras posteriores son:Comn Presencia(1964),Vuelta atrs(1966) yLa noche talismnica(1972) yAromas cazadores(1975). En 1983 se publicaron susObras completasen la Bibliothque de la Pliade. Fue nombrado Caballero de la Legin de Honor y Oficial de las Artes y las Letras. Recibi la Medalla de la Resistencia y la Cruz de Guerra. Gran parte de su obra ha sido vertida al espaol porJorge Riechmann. Xon Abeleira public una versin deArtine-poema en prosa de su poca superrealista- en la revista Cuadernos Hispanoamericanos n 492.Obra[editar] Cloches sur le coeur, (1928). ConAndr BretonyPaul luard,Ralentir: travaux(1930). Le marteau sans matre(1934). Afuera la noche es gobernada(1938). Solos permanecen(1945). Feuillets d'Hypnos(1946). Furor y Misteriocomprende su poesa completa entre 1938 y 1947. Los Matinales1950). Art bref(1950). El sol de las aguas(1951) Bsqueda de la base y de la cima(1955), Lettera amorosa(1953). Retour amont(1966). Sans grand'peine(1973). Chants de la Balandrane(1977). Comn Presencia(1964) Vuelta atrs(1966) La noche talismnica(1972) Aromas cazadores(1975). Obras completas(1983).Enlaces externos[editar] Antologa potica en espaol de Ren Char Ren Char: Deber de toda luzResea de "Furor y misterio". Por Antonio Ortega.

Artina

Al Silencio de aquella que permite soar

En la cama que me prepararon haba: un animal sanguinolento y maltrechodel tamao de un bollo, un cao de plomo, una rfaga de viento, un moluscohelado, un cartucho sin plvora dos dedos de un guante, una mancha de aceite;no haba una puerta de prisin, pero s el sabor de la amargura, un diamantede vidriero, un pelo, un da, una silla rota, un gusano de seda, el objeto robado,una presilla de sobretodo, una mosca verde domesticada, una rama de coral,un clavo de zapatero, una rueda de mnibus.

Ofrecer un vaso de agua al paso de un caballero que se lanza a rienda suelta en unhipdromo invadido por la multitud supone, de una y otra parte, una falta absolutade habilidad; Artina traa a los espritus que visitaba esa aridez monumental.

El impaciente se daba perfecta cuenta de la clase de sueos que en adelantefrecuentaran su cerebro, sobre todo en el dominio del amor cuya actividadvoraz se manifestaba de ordinario fuera de la poca sexual. La asimilacinalcanzaba su desarrollo en la noche profunda de los invernaderos hermticamentecerrados.

Artina cruz sin dificultad el nombre de una ciudad. Es el silencio que hace surgirel sueo.

Los objetos designados y reunidos con el nombre de naturaleza-concreta formanparte del escenario en el cual se desarrollan los actos de erotismo de las series fatales,epopeya cotidiana y nocturna. Los ardientes mundos imaginarios que circulan sin interrupcin por la campiaen la poca de las cosechas tornan el ojo agresivo y la soledad intolerable para aquel que dispone del poder de destruccin.En los cataclismos extraordinarios, resulta directamente preferible apelar sin reservas a ellos.

El estado de letargo que preceda a Artina suministraba los elementos indispensablespara la proyeccin de impresiones sorprendentes sobre la pantalla de ruinas flotantes: edredones llameantesprecipitados en el insondable abismo de tinieblas en perpetuo movimiento.

Artina conservaba a despecho de los animales y de los ciclones una inagotable frescura.Al andar adquira una transparencia absoluta.

Por ms que surja en medio de la ms activa depresin el aparejo de la belleza de Artina,los espritus curiosos no dejan de ser espritus furiosos, los espritus indiferentes, espritusextremadamente curiosos.

Las apariciones de Artina superaban el marco de esas comarcas de sueo donde elproy elproestn animados de igual y asesina violencia. Ellas evolucionaban en los pliegues de unaseda quemante poblada de rboles con hojas de ceniza.

El carruaje de caballos lavado y renovado superaba casi siempre al departamento tapizadocon salitre cuando se trataba de acoger en una velada interminable a la multitud de losenemigos mortales de Artina. El semblante de lea muerta era particularmente odioso. La carrera jadeantede dos enamorados al azar de los grandes caminos se volva de golpe una distraccin suficiente para permitirque el drama se desarrollara, de nuevo, a cielo abierto.

A veces una maniobra imprudente haca caer sobre la garganta de Artina una cabeza que no era la ma. El enormebloque de azufre se consuma entonces lentamente, sin humo, presencia de por s e inmovilidad vibrante.

El libro abierto sobre las rodillas de Artina slo era legible en los das lbregos. A intervalos regulares los hroes acudana informarse de las desgracias que de nuevo se abatiran sobre ellos, de las sendas mltiples y terrorficas por las cualessus irreprochables destinos se empearan nuevamente. Slo preocupados por la Facultad casi todos tenan un aspectoagradable. Se desplazaban lentamente, se mostraban poco locuaces. Expresaban sus deseos mediante amplios e imprevistos movimientos de cabeza. Pareca adems que se ignoraban totalmente unos y otros.

El poeta ha asesinado a su modelo. ArtineVersin de Aldo Pellegrini

Bailemos en Baronnies

Vestida con falda de olivo la Enamoradahaba dicho: Cree en mi muy infantil fidelidad. Y desde entonces,un valle abierto una cuesta que brillaun sendero de alianza han invadido la ciudaddonde el libre dolor se halla bajo las aguas vivasVersin de Jorge Riechmann

Bebedora

Por qu seguir entregando las palabras del propio porvenirahora que toda palabra hacia lo alto es boca ladradora decohete, ahora que el corazn de cuanto respira es cadahedionda? Para que puedas exclamar en un soplo: "De dndevienes, bebedora, hermana con las uas quemadas? Ya quinsatisfaces? Nunca hallaste albergue entre tus espigas. Mi guadaalo jura. No te denunciar, yo te precedo."

Versin de Jorge Riechmann

Bienvenida

Ojal vuelvas a tu desorden, y el mundo al suyo. La asimetraes juventud. No se mantiene el orden ms que el tiempo que se tarda en odiar su carcter de mal. Entonces se avivaren ti el deseo del porvenir, y cada peldao de tu escalera desocupada y todos los rasgos inhibidos de tu vuelo te llevarn,te elevarn con un mismo sentimiento gozoso. Hijo de la oda ferviente, abjurars del gigantesco enmohecimiento.Los solsticios cuajan el dolor difuso en una dura joya adamantina. El infierno a su medida que se haban esculpidolos limadores de metales volver a bajar vencido a su abismo. Delante del olvido nuevo, la nica nube en el cieloser el sol.Mintamos esperanzados a quienes nos mienten: que la inmortalidad inscrita sea a la vez la piedra y la leccin.

Versin de Jorge Riechmann

Consuelo Por las calles de la ciudad va mi amor. Poco importaa dnde vaya en este roto tiempo. Ya no es mi amor: elque quiera puede hablarle. Ya no se acuerda: quin enverdad le am?

Mi amor busca su semejanza en la promesa de lasmiradas. El espacio que recorre es mi fidelidad. Dibujala esperanza y en seguida la desprecia. Prevalece sintomar parte en ello.

Vivo en el fondo de l como un resto de felicidad.Sin saberlo l, mi soledad es su tesoro. Es el gran meridianodonde se inscribe su vuelo, mi libertad lo vaca.

Por las calles de la ciudad va mi amor. Poco importaa dnde vaya en este roto tiempo. Ya no es miamor: el que quiera puede hablarle. Ya no se acuerda:quin en verdad le am y le ilumina de lejos para queno caiga?

Cuatro edades

IEl otoo para la hojaEl agua hirviendo para el cangrejoY el favorito el zorroEbrio sobre los hombros luminosos de la Actriz

Adherido al balcn naranjaUn ventisquero de rizosAcampa en la ansiedad de mi corazn.

IIHe estrangulado a mi hermanoPorque no gustaba de dormirCon la ventana abiertaHermana maDijo antes de morirPas noches enterasMirndote dormirInclinado sobre tu brillo en el cristal.IIIApretados los puosRotos los dientesCon lgrimas en los ojosLa vidaApostrofndome empujndome y riendo a mediasYo espiga anticipada de las siegas de agostoDistingo en la corola del SolUna yeguaMe abrevo en su orina.

IVMi amor es tristePorque es fielNo interpela el olvido de los demsNo cae de la boca como un diario del bolsilloNo es flexible en la angustia que en comn se arremolinaNo se asla en las rompientes de la pennsula simulandopesimismoMi amor es tristePues est en la naturaleza turbada del amor ser tristeComo la luz es tristeLa dicha tristeNo has pasado libertad tus correas de arena.Versin de Jorge Onfray

Curso de las arcillas

Mira, portero agudo, de la maana a la maana,Largas, adujando su chorro, a las zarzas frenticas,Cmo la tierra nos acucia con su mirada ausente,Cmo el dolor se embota, grillo de canto parejo,Y cmo un dios no brota sino para aumentar la sedDe aquellos cuya palabra se dirige a las aguas vivas.

Por tanto algrate, querida, del destino siguiente:No clausura esta muerte la memoria amorosa.Versin de Jorge Riechmann

Desherencia

Antigua era la nocheCuando la entreabri el fuego.Igualmente mi casa.

No se mata a la rosaEn las guerras del cielo.Destierran a una lira.

Mi pena persistenteDe una nube de nieveGana un lago de sangre.La crueldad ama vivir.

Oh fuente que mentisteA nuestros destinos gemelos,Del lobo trazarEste nico retrato pensativo.Versin de Jorge Riechmann

Dyne

Dejando atrs al hombre extensible y al hombre traspasadollegu ante la puerta de todos los jbilos, la del Verbo deselladode sus restos mortales, formando lo nuevo, creando fuegoa partir de la verdad, y fortalecido por mi verde fe llam. As llegars t al pas lavado y desierto de tu desafo. Hastaentonces, sin fechas fijas, lo irs edificando. Severa vanidad!Pero quin hubiera apostado y optado por ti, desde los parajesinmemoriales hasta la lira fugitiva del padre?

Versin de Jorge Riechmann

El besoMaciza lentitud, lentitud martillada;Humana lentitud, lentitud forcejeada;Desierta lentitud, desanda tus ardores;Sublime lentitud, sube desde el amor;Que la lechuza ha vuelto.Versin de Jorge Riechmann

El desnudo perdidoLlevarn ramos aquellos cuyo aguante pueda desgastar lanoche nudosa que precede y sigue al relmpago. Su palabrarecibe existencia del fruto intermitente que la propagadilacerndose. Son los hijos incestuosos de la cortadura y del signo,que alzaron hasta los brocales el crculo florido de la tinajade la adhesin. La furia de los vientos los mantiene an desvestidos.Contra ellos vuela una pelusa de noche negra.

Versin de Jorge Riechmann

El juicio de octubre

Mejilla contra mejilla dos pordioseras en su desamparo rgido;La helada y el viento no las han instruido, las han ignorado;Nias de intrahistoriaCadas de las estaciones que dejan atrs, y all apretadas de pie.No hay labios que las traspongan, la hora pasa.No habr ni rapto ni rencor.Y el caminante pasa sin mirada ante ellas, ante nosotros.Dos rosas perforadas por un anillo profundoPonen en su extraeza algo de desafo.Se pierde la vida de otro modo que por las espinas?Claro que s: por la flor, los largos das lo supieron.Y el sol ha dejado de ser inicial.Una noche, el da bajo, todo el riesgo, dos rosas,Como la llama a cubierto, mejilla contra mejilla con quienla mato.Versin de Jorge Riechmann

El molinoUn ruido largo sale por el techogolondrinas siempre blancasagua que salta, agua que brillael grano salta, el agua mueley el recinto donde el amor se arriesgacentellea y marca el paso.Versin de Jorge Teiller

El refugio maltratado

Siempre me ha gustado la proximidad, sobre un camino de tierra,de un hilillo de agua cada del cielo que viene y va persiguindosea s mismo, y la tierna torpeza de la hierba mediana a la que una cargade piedras detiene -igual que un revs oscuro pone fin al pensamiento.Versin de Jorge Riechmann

En las alturas

Espera an a que yo vengaA romper el fro que nos retiene.

Nube, en tu vida tan amenazada como la ma.

(Haba un precipicio en nuestra casa.Por eso hemos partido y nos hemos establecido aqu).

GozoCon cunta ternura re la tierra cuando la nieve se despierta encima de ella! Da tras da, yacente besada, llora y re.El fuego que la evitaba se casa con ella apenas desaparece la nieve.Versin de Jorge Riechmann

Hambre roja

Estabas loca.

Qu lejos queda!

Moriste, con un dedo delante de los labios,En noble movimiento,Para atajar la efusin;En el sol fro de un reparto verde.

Estabas tan hermosa que nadie se dio cuenta de tu muerte.Ms tarde, era de noche, te pusiste en camino conmigo.

Desnudez sin desconfianza.Pechos podridos por tu corazn.A sus anchas en este mundo circunstancial,Un hombre, que te hab+ia estrechado entre sus brazos,Se sent a la mesa.Estate bien, no existes.Versin de Jorge Riechmann

Juego mudo

Con los dientesApres a la vidaSobre el cuchillo de mi juventud.Con los labios hoy,Con mis labios solamente...

Corta advenediza,La flor de los taludes,El dardo de OrinHa vuelto a aparecer.

La compaera del cestero

Yo te amaba.Amaba tu rostro de manantial abarrancado por la tormenta y la cifra de tu dominio que cercaba mi beso.Hay quien se confa a una imaginacin redonda. A m me basta ir.He trado de la desesperacin un cestillo tan pequeo, amor mo,que ha sido posible trenzarlo con mimbre.

La eternidad en Lourmarin

A Jean-Paul Samson

No subsiste lnea recta ni carretera iluminada hacia un ser que nos ha dejado.Dnde se aturde nuestro afecto? Un anillo de rbol tras otro, si se acerca es para hundirse al punto. Su rostro a veces viene a apretarse contra el nuestro, sin producir otra cosa que un relmpago helado. El da que alargaba la dicha entre l y nosotrosno se halla en ningn sitio. Todas las partes -casi excesivas- de una presencia se han dislocado de golpe. Rutina de nuestra vigilancia... Sin embargoese ser suprimido persiste en algo rgido, desierto, esencial que en nosotros hay, donde nuestros milenios juntos alcanzan exactamente el espesor de un prpado cerrado.

Hemos cesado de hablar con el que amamos, y sin embargo no reina el silencio. Qu es de l, entonces? Sabemos, o creemos saber. Pero solamente cuando el pasado que significa se abre para darle paso. Aqu le tenemos a nuestra altura, ms lejos,por delante.En el momento, de nuevo contenido, en que interrogamos a todo el peso del enigma, sbitamente comienza el dolor,el de compaero a compaero, que esta vez el arquero no traspasa.Versin de Jorge Riechmann

La libertad

Vino por esta lnea blanca que puede significar la salida del albao la palmatoria del crepsculo.

Pas los arenales maquinales; pas las cimas destripadas.

Fin de la renunciacin de rostro cobarde, la santidad de la mentira,el alcohol del verdugo.

Su verbo no fue un ciego ariete sino la tela donde se inscribi mi aliento.

Detrs de la ausencia, con pasos que no la extraviaron, cisne sobre laherida, vino por esta lnea blanca.

Versin de Jorge Riechmann

La lujuria

El guila ve como se borran gradualmente las huellas de la memoria heladaLa extensin de la soledad hace apenas visible la presa que huyeA travs de cada una de las regionesDonde uno mata donde a uno lo matan librementePresa insensibleProyectada indistintamenteMs ac del deseo y ms all de la muerte

El soador embalsamado en su camisa de fuerzaRodeado de utensilios efmerosFiguras que se desvanecen apenas formadasSu revolucin celebra la apoteosis de la vida que declinaLa desaparicin progresiva de las partes lamidasLa cada de los torrentes en la opacidad de las tumbasLos sudores y malestares que anuncian el fuego centralY finalmente el universo con todo su pecho atlticoNecrpolis fluvialDespus del diluvio de los rabdomantes

Ese fantico de las nubesTiene el poder sobrenaturalDe desplazar a considerables distanciasLos paisajes habitualesDe romper la armona acumuladaDe tomar irreconocibles los lugares fnebresAl da siguiente de los homicidios provechososSin que la conciencia originariaSe cubra con el deslizamiento purificador del suelo.

De "Le Marteau Sans Matre"Versin de Aldo Pellegrini

La rosa de roble

Cada una de las letras que componen tu nombre,oh Belleza, en el cuadro de honor de los suplicios,desposa la llana simplicidad del sol, se inscribeen la frase gigante que cierra el cielo, y se asociaal hombre encarnizado en engaar a su destinocon su contrario indomable: la esperanza.

Las murallas y el ro

No querra marcharme precedindote, semejante a una hierbasegada, a llamarte contra Thouzon desierto y su coraznno destruido.Versin de Jorge Riechmann

Lied de la higueraHel tanto que las ramas lechosasImportunaron a la sierra, se rompieron en las manos.la primavera no vio verdecer a las graciosas.La higuera pidi al amo del yacenteEl arbusto de una fe nueva.Pero la oropndula, su profeta-Su retorno calentaba al alba-,Al posarse sobre aquel desastreEn vez de morir de hambre lo hizo de amor.Versin de Jorge Riechmann

Los parajes de Alsacia

Te he enseado La Petite Pierre, la dote de su bosque, el cielo que nace en las ramas,La amplitud de sus pjaros cazadores de otros pjaros,El polen dos veces vivo bajo la llamarada de las flores,Una torre que se iza a lo lejos como la vela del corsario,El lago que ha vuelto a ser la cuna del molino, el sueo de un nio.

All donde me oprimi mi cinturn de nieve,Bajo el saledizo de una roca moteada de cuervos,He dejado la necesidad de invierno.Nos amamos hoy sin ms all y sin prole,Ardientes o difuminados, diferentes pero juntos,Apartndonos de las estrellas cuya naturaleza estriba en volar sin llegar a destino.

El navo se encamina hacia la alta mar vegetal.Con todas las luces apagadas nos acoge a bordo.Estbamos levantados desde antes del alba en su memoria.Alberg nuestras infancias, lastr nuestra edad de oro,El llamado, el hospedero itinerante, mientras sigamoscreyendo en su verdad.Versin de Jorge Riechmann

Los soles canoros

La desapariciones inexplicablesLos accidentes imprevisiblesLos infortunios quiz excesivosLas catstrofes de todo ordenLos cataclismos que ahogan y carbonizanEl suicidio considerado crimenLos degenerados intratablesLos que se enrollan en la cabeza un delantal de herreroLos ingenuos de primera magnitudLos que colocan el fretro de su madre en el fondo de un pozoLos cerebros incultosLos sesos de cueroLos que ivernan en el hospital y conservan la embriaguez de las ropas desgarradasLa malva de las prisionesLa ortiga de las prisionesLa higuera nodriza de ruinasLos silenciosos incurablesLos que canalizan la espuma del mundo subterrneoLos enamorados en xtasisLos poetas excavadoresLos que asesinan a los hurfanos tocando el clarnLos magos de la espigaImperan temperatura benigna alrededor de los sudorosos embalsamados del trabajo.De "LAction de la justice est teinte"Versin de Aldo Pellegrini

Ni eterno ni temporalEl trigo verde en una tierra que todava no ha sudado, que no hahecho ms que tiritar! A distancia feliz de los soles precipitadosde los fines de la vida. Rasante bajo la larga noche. Saciado de aguaencima de su luminoso color. Como guardia y vitico dos pualesde cabecera: la alondra, el pjaro que se posa, el cuervo, el esprituque se graba.

Versin de Jorge Riechmann

Permanente invisible de cazas codiciadas...

Permanente invisible de cazas codiciadas,Cercano, cercano invisible tan cercano a mis dedos,Oh presa ma distante la noche en que me inclinoPara un novel cuerpo a cuerpo.Beber friolentamente, ser brutal restablece.Sobre este jardn doble se redondea tu tapa.Tienes la densidad de la rosa que se har.Versin de Jorge Riechmann

Redoble

Sobre la mediana de la tarde, el bamboleo intermitente, elmalecn iluminado de una drsena, y su rechazo del sueo. El rostro de la muerte y las palabras del amor: el tlamode una playa interminable con olas que lanzan a ella guijarros-interminablemente. Y la lluvia atemorizada haciendo puente,para no apaciguar.

Versin de Jorge Riechmann

Remanencia

Qu te hace sufrir? Como si se despertara en la casa sin ruidoel ascendiente de un rostro al que pareca haber fijado un agri0 espejo. Como si, bajadas la alta lmpara y su resplandorencima de un plato ciego, levantaras hacia tu garganta oprimida la mesa antigua con sus frutos. Como si revivieras tus fugasentre la bruma matinal al encuentro de la rebelin tan querida, que supo socorrerte y alzarte mejor que cualquier ternura.Como si condenases, mientras tu amor est dormido, el prtico soberano y el camino que lleva a l.Qu te hace sufrir?Lo irreal intacto en lo real devastado. Sus rodeos aventurados cercados de llamadas y de sangre.Lo que fue elegido y no fue tocado, la orilla del salto hasta la ribera alcanzada, el presente irreflexivo que desaparece.Una estrella que se ha acercado, la muy loca, y va a morir antes que yo.

Versin de Jorge Riechmann

Septentrin

He paseado a orillas de la Folie.A las preguntas de mi corazn,Si no las planteaba,Mi compaera ceda-As de imaginativa es la ausencia.Y sus ojos decrecientes como el Nilo violetaParecan contar interminablemente sus ganancias que se extendanBajo las piedras frescas.

La Folie se tocaba con largas caas cortantes.En alguna parte aquel riachuelo viva su doble vida.El oro cruel de su nombre, sbitamente invasor,Acuda a presentar batalla a la fortuna adversa.Versin de Jorge Riechmann

Textos en colaboracin con Andr Breton y Paul luardPgina blancaEl mrmol de los palacios es hoy ms duro que el solPrimera proposicin

La segunda es algo menos estpidaEl ayuno de los vampiros tendr como consecuencia la sed que alienta la sangre de ser bebidaLa sed que tiene la sangre de desposar la forma de los arroyosLa sed que tiene la sangre de brotar en los lugares desiertosLa sed que tiene la sangre del agua fresca del cuchillo

El cuerpo y el alma se renen en un abrazo

Tercera proposicin sta de carcter deshonestoPorque el cuerpo y el alma se comprometen juntosPorque se sirven de excusa el uno al otroRalentur traveaux

* * * * *

Bajo palabraHayllamasMs vistosas que las manos que hacen rodar las pesadillasSobre la memoria

Se llega al sol por encantamientoEl amor tiene un acentuado sabor a vidrioEs el coral que surge del marEs el perfume desaparecido que vuelve al bosqueEs la transparencia que paga su deudaEs siempre esa cabezaDe labios deliciosamente entreabiertosDe este lado del muroY del otro lado quizs en la punta de una picaRalentir traveauxVersin de Aldo Pellegrini

ltimo escaln

Almohada roja, almohada negra,Sueo, con un seno de costado,Entre la estrella y el cuadradoCuntas banderas en ruinas!

Cortar, acabar de una vez con vosotros,Como el mosto se halla en la cubaEsperando labios dorados.

Cubo del aire fundamentalQue endurece el agua de las marismas blancas,Sin sufrir, sin sufrimiento al fin,Admitido en el verbo friolentoDir: "sube" al crculo clido.Versin de Jorge Riechmann

Yvonne

La sed hospitalaria

Quin la oy nunca quejarse?

Nadie ms que ella hubiera podido beber las cuarenta fatigas sin morir,Esperar, muy adelantada, a quienes venan despus;Desde el alba hasta el crepsculo era su esfuerzo viril.

Quien ha excavado el pozo y sube el agua yacentearriesga el corazn en la separacin de sus manos.Versin de Jorge Riechmann