Algunos apuntes sobre la renovación hotelera como estrategia de reestructuración de destinos turísticos consolidados

Agustín Dorta RodríguezDepartamento de Geografía. Grupo de Investigación ReinvenTUR: turismo e innovación. Universi-

dad de La Laguna. Facultad de Geografía e Historia. Campus de Guajara s/n. 38071La Laguna. Email: adorta@ull.es

Recibido: 06-06-2012, reenviado: 23-6-2012, aceptado: 15-09-2012

Resumen: En la actualidad, la renovación de la planta hotelera se erige como uno de los ejes transversales dentro de las múltiples estrategias de reestructuración de los destinos tu-rísticos consolidados en situación de declive, obsolescencia o pérdida de competitividad tu-rística en función de la terminología utilizada. Desde esta premisa, este texto pretende sinte-tizar algunas de las líneas estratégicas llevadas a cabo en determinadas áreas turísticas del panorama internacional, nacional y regional con el fin de plasmar los diferentes procesos de renovación edificatoria para la cualificación y reestructuración de estos destinos costeros.Palabras clave: Renovación hotelera, Destino turístico consolidado, Oferta de alojamiento, Reestructuración de destinos, Calidad turística

Abstract: Currently, hotel industry renovation stands as one of the transverse axes within the multiple restructuring strategies of consolidated tourist destinations in decline, obso-lescence or loss of tourism competitiveness, depending on the terminology used. From this premise, this paper attempts to summarize some of the strategies implemented in certain tourist areas on the international, national and regional levels in order to illustrate the di-fferent building renewal processes for the qualification and restructuration of these coastal destinations.Keywords: Hotel renovation, Consolidated tourist destination, Accommodation offer, Des-tinations restructuration, Tourism quality

Introducción. Algunas consideraciones previas acerca de la renovación

Para hacer referencia a la renovación edificatoria cabe hacer mención con anterioridad al profuso debate con-ceptual existente que se mantiene hoy en día sobre los “procesos R”, es decir, de rejuvenecimiento, reconversión, reposicionamiento, reinvención, rehabilitación, reinge-niería, etc. que de forma indistinta y en ocasiones como

sinónimos, se utilizan para explicar las últimas fases del modelo de ciclo de vida de las áreas turísticas (Butler, 1980) en función de las distintas formas de comprensión por parte de los estudiosos e investigadores en materia turística (Vera et al, 2011). En cualquier caso y con ca-rácter general, podemos determinar que la renovación se asocia dentro de la literatura turística al uso, como uno de los conceptos más acordes en materia urbanística, por lo que su implicación sobre los procesos de intervención

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dentro de la oferta de alojamiento, se constituye como uno de los términos más frecuentes desde el punto del análisis teórico-práctico del sector hotelero.

Desde esta premisa y teniendo en cuenta la actual coyuntura económica internacional, muchas de las áreas turísticas “tradicionales” que se encuentran en una fase previa al declive, llevan demandando durante los últi-mos años, respuestas para poder superar la situación de pérdida de competitividad, obsolescencia, deterioro o agotamiento del modelo turístico con el fin de buscar las acciones o líneas de intervención más eficaces en fun-ción de las características propias de cada destino (Ivars, 2003). En este sentido, la renovación de la planta hotele-ra, la modernización (Santos y Fernández, 2010) o la re-habilitación de la oferta de alojamiento (Vera et al, 2011) —en función de la terminología utilizada—, se plantea como una de las estrategias de reestructuración de mayor importancia de los destinos turísticos consolidados, por cuanto suponen un eje transversal esencial para la me-jora de la competitividad del espacio turístico. En cierto sentido, este texto trata de insistir en los beneficios que conlleva este tipo de estrategias para la propia viabilidad, competitividad y rentabilidad del sector turístico a me-dio y largo plazo.

La renovación hotelera como estrategia de rees-tructuración. Una breve revisión de la literatura

La literatura turística sobre el campo de la renovación de la oferta de alojamiento (física/funcional) viene con-solidándose desde la década de los 90, donde se asume generalmente por parte de investigadores en este cam-po de conocimiento de los beneficios que conlleva este tipo de actuaciones como una de las estrategias claves para la reestructuración de destinos turísticos costeros de los años 60 y 70 del siglo XX. La implementación de algunas de estas estrategias se han venido desarrollando con relativo éxito en numerosos espacios turísticos lito-rales de toda la geografía mundial tanto del panorama internacional (Miami, Hawai, Acapulco, Barbados, etc.) como del norte de Europa (Scheveningen, Torbay, kno-kke-Heist, Ostend etc.), del litoral Mediterráneo español (Benidorm, Benicássim, Calviá, Cullera, LLoret de Mar, Platja de Palma, Gandia, Torremolinos, etc.) o de las Islas Canarias (Playa del Inglés, Corralejo, Puerto de la Cruz, etc.), por lo que cada vez, las propuestas desarrolladas en planes y programas de intervención en destinos turísti-cos de esta naturaleza, hacen referencia de forma especí-fica a la renovación de la infraestructura turística como uno de los principales objetivos para la revalorización

turística de los mismos. Unas políticas de recualificación que han venido desarrollándose especialmente dentro del sector hotelero, que tal y como se viene observando en los últimos años, están adquiriendo una especial im-portancia en forma de estímulo económico para los pro-pios destinos turísticos así como para la adaptación de los establecimientos turísticos a los versátiles cambios de moda y nuevas exigencias de la demanda turística según lo plantean Dorta, Simancas y García (2011).

De esta forma, algunos autores al respecto, han in-tentado —de acuerdo con la formulación de la teoría del ciclo de vida de los destinos turísticos (Butler, 1980) así como sus adaptaciones o revisiones más importantes (Priestley y Mundet 1998; Johnston 2001; Agarwal, 2002 y 2006) — profundizar sobre los procesos de reestructu-ración de los espacios turísticos de forma generalizada, utilizando dicho término, para referirse fundamental-mente a reorientaciones en mercados, singularización de destinos o mejora de equipamientos de acuerdo con Vera et al. (2011) en publicaciones como (Anton, 1997 y 2011; Clegg y Essex, 2000; Vera y Baños, 2010; Santos y Fernández, 2010; Hérnandez y Santana, 2010; López Oli-vares, 2011; Simancas, 2011; etc.) entre otros. Y referente a publicaciones recientes sobre la renovación de la oferta de alojamiento en autores como (Potter y Phillips, 2004; González et al. 2006; Chinchilla, 2009; Vera, Rodríguez y Capdepón, 2010; Santos y Fernández, 2010; Simancas, 2010 y 2011; Obiol y Ferrandis, 2011; Dorta, Simancas y García, 2011; etc.) que han corroborado la idea de que esta estrategia contribuye a la mejora de la renovación de las propias áreas turísticas. En este sentido, desde muy variados enfoques, tanto desde el punto de vista físico, a través de reformas orientadas a la ampliación de los esta-blecimientos turísticos, como en verdaderas reformas in-tegrales en algunos casos, la construcción de anexos edi-ficatorios para una mayor capacidad de alojamiento o la reducción de la misma para una reordenación del espa-cio existente con el fin de crear nuevos atractivos turísti-cos para los hoteles. También desde la modernización de las mismas, con el tratamiento exterior/interior de los es-tablecimientos con nuevos diseños y estilos vanguardis-tas o desde el punto de vista del producto turístico, con el fin de adaptarse y diversificarse a los nuevos segmentos de mercado a través de la incorporación del turismo de salud con centros de Spa o de bienestar y belleza, turis-mo de negocio, en forma de celebración de congresos u convenciones, turismo deportivo, a través de su relación fundamentalmente con el golf o la náutica, gastronómi-co-cultural o también medioambiental, como forma de diferenciación y especialización hotelera a través de las

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certificaciones de calidad turística (eficiencia energética, sostenibilidad, etc.) concedidas por organismos de reco-nocido prestigio como la Green Key, Instituto de Turismo Responsable (ITR), o la Organización Internacional de Normalización con las normas ISO entre otras. O final-mente desde la óptica de una verdadera reorientación del modelo de negocio u organizacional, trascendiendo más allá de una gestión empresarial “estática” para pasar a una flexibilización del mismo, con capacidad para adaptarse a los constantes cambios de la demanda turística dentro de lo que se viene denominando como modelo postfordista o neofordista de acuerdo con Santos y Fernández (2010) o Vera et al., (2011).

Líneas estratégicas en los procesos de renovación hotelera

Las principales estrategias en materia de renovación hotelera en respuesta a los nuevos procesos de evolución de los espacios litorales han venido desarrollándose desde muy diversos lugares de la geografía mundial atendiendo a sus particularidades concretas de desarrollo turístico. Cabe indicar al respecto, que gran parte de estos procesos de renovación se deben tanto a las iniciativas empresa-riales privadas —como principales agentes motor de este tipo de operaciones— como por el impulso e incentivo en muchos casos de la administración pública como ver-daderos gestores del desarrollo y devenir turístico futuro de este tipo de áreas turísticas. Así pues, las intervencio-nes de mayor éxito dentro de este campo de acción, han resultado de una mejora considerable en la planificación estratégica así como en la capacidad de cooperación entre los distintos stakeholders públicos/privados intervinien-tes en la gestión del espacio turístico, conditio sine qua non para la puesta en marcha de diversos planes de actua-ción urbana que se han traducido en mejoras de notable incidencia para la regeneración turística de muchos de estos destinos. Séase el caso de destinos internacionales como Morecambe (Noroeste de Inglaterra), con la mejo-ra extensiva de las instalaciones hoteleras existentes y la renovación edificatoria como una de las estrategias cla-ves para el rejuvenecimiento del destino, especialmente el Hotel Midland, objeto de una importante reforma in-tegral con una inversión de más de 7 millones de libras según el English Heritage (2007), o en el caso de Barbados (Caribe), cuya estrategia de rejuvenecimiento se ha orien-tado especialmente hacia la diversificación del mercado turístico con la mejora de las instalaciones hoteleras exis-tentes en búsqueda de un segmento de lujo con mayor poder adquisitivo, el aumento de la capacidad turística

global del destino o el desarrollo de nichos de mercado como el turismo de golf de acuerdo con Potter y Phillips (2004). Asimismo, Hawaii, cuyo modelo turístico den-tro del Plan Estratégico 2005-2015 (todavía en fase de desarrollo) ha supuesto mejoras muy significativas para la diversificación y adaptación a las nuevas exigencias del mercado turístico también relacionado con el sec-tor hotelero tal y como lo señalan Corral y Hernández (2010) o Miami (EE.UU), destino que ha sido objeto de un importante rejuvenecimiento turístico a través de varios planes de desarrollo, que desde los años 80 han posibilitado —entre otras líneas de intervención—, la rehabilitación arquitectónica del conjunto de edificacio-nes y hoteles construidos en los años 30, basada en el Art Deco, (re)posicionando el destino como un centro cultural y de ocio de referencia nacional e internacional.

También en destinos españoles del litoral medite-rráneo como lo certifican Vera, Rodríguez y Capdepón (2010) o Navalón, Padilla y Such (2011) para el caso de Benidorm (Alicante), demostrando que la renovación de la planta hotelera —vía cualificación— ha supuesto una medida de vital importancia para la mejora de la com-petitividad del espacio turístico, advirtiendo, el esfuerzo de colaboración conjunta entre el empresariado local y los distintos organismos públicos, para acometer dichas intervenciones. En esta línea encontramos el caso de Benicássim (Castellón) donde López y Ferreres (2011) inciden en la importancia de apostar por la renovación hotelera para la reestructuración del destino turístico así como en la Costa Dorada de Tarragona de acuerdo con la postura de Antón (1997) o también algunos enclaves turísticos de la Costa del Sol como Benalmádena, Este-pona, Manilva, etc. donde a través del Plan Qualifica, algunos empresarios han invertido importantes inyec-ciones de capital para la modernización de las instalacio-nes turísticas, incidiendo en verdaderas operaciones de renovación integral, con aumento en muchos casos de la categoría mejorando la imagen del destino de acuerdo con Marín y Navarro (2011). Operaciones de renovación hotelera que en algunos casos ha sido vía demolición de las edificaciones existentes con el objetivo de realizar una política de esponjamiento y crear ad hoc, nuevas zonas verdes y de esparcimiento como ocurriera en el munici-pio mallorquín de Calviá, siendo pionero en este tipo de estrategias para la reestructuración del destino turístico.

Asimismo en el caso de Canarias, donde en los úl-timos años se ha dejado entrever el interés por parte de algunos destinos turísticos consolidados en la renova-ción hotelera como principal activo para la reestructu-ración de los mismos. Así por ejemplo, podemos señalar

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los Planes de Modernización, Mejora e Incremento de la Competitividad turística de Corralejo-La Oliva (Fuerte-ventura) con algunas intervenciones de renovación ho-telera y extrahotelera previstas en esta materia, o la del destino Puerto de la Cruz (Tenerife), donde se ha podido constatar varias operaciones de modernización hotele-ra como en los casos del Hotel Luabay Tenerife, Bahía Príncipe San Felipe, Tigaiga, Be Live Orotava, Botánico & The Oriental Spa Garden o el Hotel Beatriz Atlantis & Spa, que con una inversión de aproximadamente 40 mi-llones de euros se ha convertido en un verdadero ejem-plo de renovación integral para el sector turístico como apuntan Dorta, Simancas y García (2011). Sin embargo y a pesar de los esfuerzos realizados, se tiene previsto más de una decena de proyectos de renovación hotelera para los próximos años canalizados a través del Consorcio de Rehabilitación Turística de Puerto de la Cruz así como convenios con otras instituciones empresariales como ASHOTEL, con el Proyecto “No solo camas”, con el fin de (re)orientar el actual modelo turístico de la ciudad por cuanto se le reconoce a pesar de todo como un “destino obsoleto”, en declive (Ledesma, 2012) e incluso, en deca-dencia (Dorta, Simancas y García, 2011).

Conclusiones. Retos y desafíos para el siglo XXI

La renovación hotelera como una de las estrategias de reestructuración se reconocen en la actualidad, como una de las más importantes orientaciones para superar la pérdida de competitividad de destinos turísticos del lito-ral, necesitando para llevarlo a la práctica, nuevas formas de gestión y planificación turística, así como de la im-plementación de nuevos elementos de atracción que esti-mulen y den respuestas a las múltiples y variadas formas de entender el turismo del siglo XXI. Para ello, la calidad turística, la innovación, la especialización, la diferencia-ción junto a las nuevas tecnologías de información (TIC) se convierten en elementos claves de esta nueva estrate-gia de recualificación hotelera en aras de reconvertir las áreas turísticas en destinos competitivos y de calidad en su adaptación a los requerimientos constantes de la de-manda.

Agradecimientos

Este trabajo se enmarca en el proyecto de I+D+i de-nominado “Evaluación del impacto de las políticas públi-cas de renovación de destinos turísticos maduros. El caso de las Directrices de Ordenación del Turismo de Cana-rias” (SolSubC200801000279), financiado por la Agencia Canaria de Investigación, Innovación y Sociedad de la

Información del Gobierno de Canarias y el Fondo Eu-ropeo de Desarrollo Regional (FEDER).Agradecer a los dos evaluadores anónimos la revisisón del trabajo.

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