resident evil 0 - hora cero

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RESIDENT EVIL VOLUMEN CERO HORA CERO Para Myk y Cy, mis chicos El ansia de poder es la verdadera raíz del mal. JUDITH MORIAE

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Resident Evil: Hora Cero por JUDITH MORIAE.Primer volumen que narra el inicio de la catástrofe causada por el Virus-T con sus primeras victimas y la corporación Umbrella

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Resident Evil 0 - Hora Cero

S.D. PERRYRESIDENT EVIL 0HORA CERORESIDENT EVIL VOLUMEN CERO

HORA CERO

Para Myk y Cy, mis chicosEl ansia de poder es la verdadera raz del mal.JUDITH MORIAE

PrlogoEl tren se meca bamboleante mientras atravesaba los bosques de Raccoon. El estruendoso traqueteo de las ruedas se repeta como en un eco en los truenos que rasgaban el cielo del ocaso.Bill Nyberg hoje el expediente Hardy, que haba sacado del maletn que tena a sus pies. Haba sido un da muy largo, y el suave balanceo del tren lo adormilaba. Era tarde, ms de las ocho, pero el Expreso Eclptico estaba casi lleno, como sola pasar a la hora de la cena. Era un tren de la compaa y, desde la renovacin Umbrella haba gastado mucho dinero para dar un aire retro al vagn restaurante, desde los asientos de terciopelo hasta las lmparas de lgrimas, muchos de los empleados llevaban all a su familia o amigos para que disfrutaran del ambiente. Normalmente haba unas cuantas personas de fuera de la ciudad que hacan trasbordo en Latham, pero Nyberg habra apostado a que nueve de cada diez pasajeros trabajaban para Umbrella. Sin el apoyo del gigante farmacutico, Raccoon City ni siquiera sera una rea de descanso en la carretera.Uno de los camareros pas a su lado y lo salud con un leve movimiento de cabeza al ver la pequea insignia de Umbrella en la solapa de su chaqueta, lo que identificaba a Nyberg como un pasajero habitual. Nyberg le devolvi el saludo. En el exterior, el resplandor de un relmpago fue seguido rpidamente por el estruendo de otro trueno. Al parecer se avecinaba una tormenta de verano. Incluso en el agradable frescor del tren, el aire pareca cargado con la tensin de la lluvia inminente.Y mi gabardina est en el maletero? Fantstico.Tena el coche al final del parking de la estacin. Antes de llegar a la mitad del camino ya estara calado.Suspirando, volvi a centrar la atencin en el expediente mientras se arrellanaba en el asiento. Ya haba revisado el material varias veces, pero quera estar seguro de cada uno de los detalles. Una nia de diez aos llamada Teresa Hardy haba participado en la prueba clnica de un nuevo medicamento peditrico para el corazn: Valifin. Result que la droga haca exactamente lo que se esperaba de ella, pero tambin causaba fallos renales, y en el caso de Teresa Hardy el dao haba sido muy severo. Sobrevivira, pero probablemente tendra que someterse a dilisis el resto de su vida. El abogado de la familia peda una fuerte indemnizacin. El caso tena que resolverse con rapidez, porque la familia Hardy pretenda mantenerse a la espera hasta poder arrastrar a su doliente querubn de rosadas mejillas ante un tribunal en una sala atestada de periodistas. Y ah era donde Nyberg y su equipo entraban en accin. El truco consista en ofrecer lo justo para satisfacer a la familia, pero no lo suficiente como para que su abogado, uno de esos leguleyos del tres al cuarto de nosotros no cobramos a no ser que usted cobre, viera el cielo abierto. Nyberg saba cmo tratar a esos cuervos que se presentaban en la cama del paciente incluso antes que el mdico; lo tendra todo solucionado antes de que Teresa regresara de su primer tratamiento. Para eso le pagaba Umbrella.La lluvia salpic ruidosamente la ventana, como si alguien hubiera lanzado un cubo de agua contra el cristal. Sorprendido, Nyberg mir hacia el exterior. Justo entonces varios golpes secos resonaron sobre el techo del tren. Perfecto. Iban a tener hasta granizo.El destello de un rayo rasg la creciente oscuridad e ilumin la pequea colina empinada que se hallaba en la parte ms profunda del bosque. Nyberg alz la mirada y vio una alta figura recortada contra los rboles en la cima de la colina, alguien con un abrigo largo o una tnica oscura sacudida por el viento. La figura alz los brazos hacia el furioso cielo y el resplandor del rayo se desvaneci, sumergiendo de nuevo en sombras la extraa escena.Qu demonios? comenz a decir Nyberg, y ms agua golpe el cristal. Pero no era agua, porque el agua no se quedaba enganchada formando gruesas masas oscuras, porque el agua no babeaba ni se abra para mostrar docenas de brillantes dientes afilados como agujas. Nyberg parpade sin saber qu era lo que estaba viendo. Alguien comenz a gritar en la otra punta del vagn, un alarido largo y estridente, mientras ms de las oscuras criaturas parecidas a babosas del tamao del puo de un hombre se lanzaban contra las ventanas. El sonido del granizo al caer sobre el techo pas de repiqueteo a torrente, y su estruendo ahog los muchos nuevos gritos.No es granizo, eso no puede ser granizo!Un pnico ardiente recorri el cuerpo de Nyberg, y se alz de golpe. Lleg hasta el pasillo antes de que el vidrio a su espalda saltara hecho aicos, antes de que todos los vidrios del tren volaran en pedazos con un sonido agudo y seco que se mezcl con los gritos de terror, todo ello casi ahogado por el continuo estruendo del ataque. Las luces se apagaron, y Nyberg not que algo fro, hmedo y cargado de vida le caa sobre la nuca y empezaba a morder.

Captulo 1Las aspas del helicptero cortaban la oscuridad que cubra el bosque de Raccoon.Rebecca Chambers estaba sentada muy tiesa, esforzndose por parecer tan tranquila como los hombres que la rodeaban. El ambiente era serio, tan sombro y nublado como los cielos que cruzaban. Las bromas y los chistes se haban quedado atrs, en la reunin informativa. No se trataba de un ejercicio de entrenamiento. Tres personas ms, tres excursionistas, haban desaparecido, un hecho no tan extrao en un bosque tan grande como el que rodeaba Raccoon, pero con la ola de asesinatos salvajes que haban aterrorizado a la pequea poblacin durante las ltimas semanas, la palabra desaparecido haba adquirido un nuevo significado. Slo unos pocos das antes se haba encontrado a la novena vctima, tan destrozada y mutilada como si la hubieran pasado por una picadora de carne. Estaban matando a gente. Algo o alguien atacaba salvajemente en los alrededores de la ciudad, y la polica de Raccoon no estaba obteniendo ningn resultado. Finalmente haban llamado al comando local de los STARS para que colaborase en la investigacin.Rebecca alz ligeramente la barbilla, en un destello de orgullo que super su nerviosismo. Aunque estaba graduada en bioqumica, la haban asignado al equipo Bravo como mdico de campo. Haca menos de un mes que perteneca al grupo.Mi primera misin. Lo que quiere decir que ms vale que no la fastidie.Respir hondo y solt el aire lentamente, mientras intentaba mantener una expresin neutra.Edward le dedic una sonrisa alentadora, y Sully se inclin hacia adelante en la abarrotada cabina para darle una palmadita tranquilizadora en la pierna. Al parecer, su fingida calma no colaba. A pesar de todo lo lista que era y de lo preparada que estaba para iniciar su carrera, no poda hacer nada respecto a su edad, o respecto a parecer an ms joven. A sus dieciocho aos, era la persona ms joven que los STARS haban aceptado nunca, desde su creacin en 1967. Y como era la nica mujer en el equipo B de Raccoon, todos la trataban como si fuera su hermana pequea.Suspir, le devolvi la sonrisa a Edward y le hizo un gesto a Sully con la cabeza. No era tan terrible tener un puado de tipos duros como hermanos mayores, vigilndola. Siempre y cuando entendieran que poda cuidar de s misma cuando hiciera falta.Eso creo, aadi para s en silencio. Despus de todo, era su primera misin, y aunque estaba en perfecta forma fsica, su experiencia en combate se limitaba a las simulaciones de vdeo y a las misiones de entrenamiento de fin de semana. La Escuadra de Tcticas Especiales y Rescates la quera en sus laboratorios, pero era obligatorio cubrir un tiempo en servicio de campo, y Rebecca necesitaba experiencia. De todas formas, inspeccionaran los bosques en grupo. Si se encontraban con la gente o con los animales que haban estado atacando a los habitantes de Raccoon, tendra quien le cubriera las espaldas.Se vio el destello de un rayo hacia el norte, cerca. El ruido del trueno se perdi bajo el rugido del helicptero. Rebecca se inclin ligeramente hacia adelante e intent penetrar la oscuridad. Haba sido un da claro y despejado, pero justo antes de la puesta de sol haban comenzado a formarse nubes. No caba duda de que volveran a casa mojados. Al menos iba a ser una lluvia clida; supuso que podra ser muchoBoom!Haba estado tan concentrada pensando en la tormenta que se cerna sobre ellos, que durante un segundo, incluso mientras el helicptero se inclinaba peligrosamente y caa, crey que se trataba del ruido de un trueno. Desde la cabina se fue alzando un terrible gemido agudo y el suelo empez a vibrar bajo sus botas. Capt el olor caliente del metal quemado y del ozono.Un rayo?Qu ha sido eso? grit alguien. Era Enrico, desde el asiento del copiloto.El motor ha fallado! explic a gritos el piloto, Kevin Dooley. Aterrizaje de emergencia!Rebeca se sujet con fuerza a un hierro de la estructura y mir hacia sus compaeros para evitar la visin de los rboles, que suban rpidamente hacia ellos. Observ el gesto decidido y serio del mentn de Sully, los dientes apretados de Edward y la mirada de preocupacin que intercambiaron Richard y Forest mientras se agarraban a los salientes de la estructura y los asideros de la vibrante pared. Delante, Enrico estaba gritando alguna cosa, algo que Rebecca no pudo descifrar por encima del sonido agonizante del motor. Cerr los ojos durante un instante, pens en sus padres Pero el viaje era demasiado violento como para poder pensar. Los golpes y los azotes de las ramas de los rboles sacudan el helicptero con tal estruendo que lo nico que pudo hacer Rebecca fue no perder la esperanza. El helicptero gir fuera de control y se precipit describiendo una espiral escalofriante, entre sacudidas y bandazos.Un segundo despus todo haba acabado. El silencio fue tan repentino y completo que Rebecca pens que se haba quedado sorda. Todo movimiento se detuvo. Entonces oy el goteo sobre el metal, el jadeo ahogado del motor y los feroces latidos de su propio corazn. Se dio cuenta de que estaban en tierra. Kevin lo haba logrado, y sin un solo rebote.Estis todos bien? Enrico Marn, el capitn, estaba medio vuelto en el asiento.Rebecca uni su gesto inseguro al coro de afirmaciones.Bien pilotado, Kev! exclam Forest, y se alz un nuevo coro. Rebecca estaba totalmente de acuerdo.Funciona la radio? pregunt Enrico al piloto, que estaba dando golpecitos a los controles y moviendo los interruptores.Parece que se ha frito toda la parte elctrica contest Kev. Debe de haber sido un rayo. No nos ha dado de lleno, pero ha pasado lo suficientemente cerca. La baliza tampoco funciona.Se puede arreglar?Enrico formul la pregunta para todos, pero mir a Richard, que era el oficial de comunicaciones. A su vez, Richard mir a Edward, que se encogi de hombros. Edward era el mecnico del equipo Bravo.Voy a echarle una ojeada repuso Edward, pero si Kev dice que el transmisor est quemado, es que seguramente lo est.El capitn asinti con un lento movimiento de cabeza mientras se acariciaba el bigote con una mano y consideraba qu opciones tenan. Pasados unos segundos, suspir.Llam cuando el rayo nos alcanz, pero no s si el mensaje sali inform. Tienen nuestras ltimas coordenadas. Si no informamos pronto, vendrn a buscarnos.Los que vendran a buscarlos eran el equipo Alfa de los STARS. Rebecca asinti con los dems, sin estar segura de si deba estar decepcionada o no. Su primera misin haba acabado incluso antes de empezar.Enrico volvi a tocarse el bigote, atusndoselo en las comisuras de la boca con los dedos ndice y pulgar.Todo el mundo afuera orden. Veamos dnde estamos.Salieron uno a uno de la cabina. Rebecca se fue dando cuenta de la situacin en la que se hallaban mientras se iban reuniendo en la oscuridad. Tenan muchsima suerte de estar vivos.Nos ha cado un rayo. Y mientras buscamos asesinos locos, ni ms ni menos, pens, sorprendindose. Incluso si la misin haba concluido, sin duda haba sido lo ms excitante que le haba pasado nunca.El aire se notaba clido y cargado de la inminente lluvia. Las sombras eran profundas. Pequeos animales correteaban por el sotobosque. Se encendieron un par de linternas y los haces de luz cortaron la oscuridad mientras Enrico y Edward rodeaban el helicptero examinando los daos. Rebecca sac su linterna de la mochila, aliviada de no habrsela olvidado.Cmo lo llevas?Rebecca se volvi y vio a Ken Sully Sullivan sonrindole. Haba sacado su arma, y el can de la nueve milmetros apuntaba hacia el nuboso cielo, recordndole tristemente cul era la razn de su presencia all.Realmente sabis cmo hacer una entrada sonada, no? brome, devolvindole la sonrisa.El hombre alto ri, y los blancos dientes resaltaron contra la oscuridad de la piel.La verdad es que siempre hago esto para los nuevos reclutas. Es un gasto en helicpteros, pero tenemos que mantener nuestra reputacin.Rebecca estaba a punto de preguntar qu opinara el jefe de polica de ese gasto era nueva en la zona, pero ya haba odo decir que el jefe Irons era famoso por su tacaera cuando Enrico se uni a ellos, sacando su arma y alzando la voz para que todos pudieran orlo.De acuerdo, chicos. Abrmonos en abanico e inspeccionemos los alrededores. Kev, qudate en el helicptero. El resto, no os separis demasiado, slo quiero que aseguris la zona. El equipo Alfa podra estar aqu en menos de una hora.No complet la frase, no dijo que tambin podra pasar mucho ms tiempo, pero era innecesario. Al menos por el momento, estaban solos.Rebecca sac la nueve milmetros de la funda y comprob cuidadosamente los cargadores y la recmara como le haban enseado, con el arma en posicin vertical para evitar apuntar a alguien sin darse cuenta. Los otros se movan a ambos lados, comprobando sus armas y encendiendo las linternas.Rebecca respir hondo y comenz a andar en lnea recta, enfocando el rayo de luz de la linterna hacia adelante. Enrico estaba slo a unos cuantos metros y avanzaba en paralelo a ella. Se haba alzado una fina neblina baja, que se enrollaba entre los matojos como una marea fantasmal. A unos doce metros, los rboles se abran y formaban un sendero lo suficientemente ancho para considerarse una carretera pequea, aunque la niebla le impeda estar segura. Todo estaba en silencio excepto por los truenos, que sonaban ms cerca de lo que se haba esperado; tenan la tormenta casi encima. El haz de luz ilumin rboles, luego oscuridad y luego otra vez rboles, con un destello de lo que parecaMire, capitn!Enrico se puso a su lado y, en segundos, cinco luces ms se dirigieron hacia el brillo metlico que Rebecca haba visto y lo iluminaron: una estrecha carretera de tierra y un jeep volcado. Mientras el equipo se acercaba, Rebecca pudo ver las letras PM grabadas en un lado. Polica Militar. Vio una pila de ropa que sala por el parabrisas roto y frunci el entrecejo. Se acerc para ver mejor y, mientras rebuscaba el kit mdico, corri a arrodillarse junto al jeep volcado. Ya antes de agacharse supo que no podra hacer nada. Haba tanta sangreDos hombres. Uno haba salido disparado limpiamente y yaca a unos cuantos metros. El otro, el hombre rubio que tena ante s, an tena medio cuerpo dentro del jeep. Ambos llevaban ropa militar de trabajo. El rostro y la parte superior del cuerpo de ambos haban sido horriblemente mutilados. Tenan grandes desgarros en la piel y en los msculos, y unas heridas profundas en el cuello. Era imposible que fueran resultado del accidente.Pensativa, Rebecca le busc el pulso y se fij en que la piel estaba muy fra. Se incorpor y fue hacia el otro cadver; de nuevo busc alguna seal de vida, pero estaba tan fro como el primero.Crees que son de Ragithon? pregunt Richard. Rebecca vio un maletn junto a la plida mano extendida del segundo cadver y fue a buscarlo medio agachada. La respuesta de Enrico le lleg mientras levantaba la tapa del maletn.Es la base ms cercana, pero mira la insignia. Son marines. Podran ser de Donnell dijo.Sobre un puado de carpetas de informes haba un sujetapapeles con un documento de aspecto oficial. En la esquina superior izquierda se vea la foto de carnet de un hombre apuesto y de ojos oscuros vestido de civil. Ninguno de los cadveres se le pareca. Rebeca alz las hojas y ley en silencio y se le qued la boca seca.Capitn! consigui decir, mientras se levantaba.Enrico levant la vista desde donde se hallaba agachado junto al jeep.S? Qu ocurre?Rebecca ley en voz alta la parte relevante.Una orden judicial para transportar a alguien Prisionero William Coen, ex teniente, de veintisis aos de edad. Sometido a un consejo de guerra y sentenciado a muerte el 22 de julio. El prisionero ser transportado a la base de Ragithon para ser ejecutado.El teniente haba sido acusado de asesinato en primer grado.Edward le cogi el documento de las manos. Dijo en voz alta y cargada de furia lo que ya se estaba formando en la mente de Rebecca.Estos pobres soldados. Slo estaban haciendo su trabajo, y ese canalla los ha asesinado y se ha escapado.Enrico, a su vez, le tom los documentos de las manos a l y les ech una rpida ojeada.Muy bien, muchachos. Cambio de planes. Tenemos un asesino suelto. Separmonos y reconozcamos la zona ms prxima, a ver si podemos localizar al teniente Billy. Manteneos alerta e informad cada quince minutos, pase lo que pase.Todos hicieron gestos de asentimiento. Rebecca respir hondo mientras los otros comenzaban a moverse y comprob su reloj, decidida a ser tan profesional como cualquier otro componente del equipo. Quince minutos sola, ningn problema. Qu poda pasar en quince minutos? Sola, en medio de esos bosques tan oscuros.Tienes tu radio?Rebecca peg un bote y se volvi al or la voz de Edward. El mecnico estaba justo a su espalda y le dio una palmadita en el hombro, sonriendo.Tranquila, nena.Rebecca le devolvi la sonrisa, aunque odiaba que la llamaran nena. Por el amor de Dios, Edward slo tena veintisis aos! Rebecca dio unos golpecitos a la unidad de radio que colgaba de su cinturn.Comprobado.Edward hizo un gesto afirmativo con la cabeza y se alej. Su mensaje era claro y tranquilizador. Rebecca no estara realmente sola, no mientras tuviera la radio. Mir alrededor y vio que algunos de los otros ya estaban fuera de su vista. Kevin segua en el asiento del piloto y estaba examinando el portafolios que ella haba encontrado. La vio y le dedic un saludo militar. Rebecca alz el pulgar y cuadr los hombros mientras volva a desenfundar su arma y se adentraba en la noche. En lo alto, retumb un trueno.Albert Wesker se hallaba sentado en la planta de tratamiento Con B1. La nica luz en la sala provena del parpadeo de seis monitores de observacin, que cambiaban de imagen en rotaciones de cinco segundos. Se vean todos los niveles del centro de formacin, los pisos superior e inferior de la planta de tratamiento del agua y el tnel que conectaba a los dos. Contempl las silenciosas pantallas en blanco y negro sin verlas realmente; la mayor parte de su atencin estaba centrada en la transmisin que estaba recibiendo de los del comando de limpieza. Un grupo de tres hombres bueno, dos y el piloto estaba de camino en helicptero, en silencio la mayor parte del tiempo; eran profesionales y no perdan el tiempo con bromas de machos o chistes de jovencitos, lo que significaba que Wesker estaba oyendo un montn de esttica. Ningn problema; el ruido blanco combinaba bien con los rostros inexpresivos de mirada fija que vea en los monitores, los cuerpos destrozados tirados por los rincones, los hombres que haban sido infectados vagando sin rumbo por los corredores vacos. Como en la mansin y los laboratorios Arklay, a unos cuantos kilmetros de all, los campos privados de entrenamiento de White Umbrella y los centros conectados a ellos haban sido atacados por el virus.Tiempo de llegada estimado, treinta minutos, cambio dijo el piloto, y su voz reson en la sala tenuemente iluminada.Recibido contest Wesker, inclinndose sobre el micro.De nuevo silencio. No haca falta hablar sobre lo que ocurrira cuando llegaran al tren y, aunque era un canal seguro, era mejor no decir ms de lo estrictamente necesario. Umbrella se haba cimentado en el secreto, una caracterstica del gigante farmacutico que, en los niveles superiores de gestin, todos seguan respetando. Incluso de los negocios legtimos de la compaa, cuanto menos se hablase, mejor.Todo se est viniendo abajo, pens Wesker sin preocuparse, mientras observaba las pantallas. La mansin Spencer y los laboratorios que la rodeaban haban cado a mediados de mayo. White Umbrella lo tom como un accidente, y se sellaron los laboratorios hasta que los investigadores y el personal infectado pasaran a ser inefectivos. Despus de todo, siempre ocurren errores. Pero la pesadilla del centro de formacin, que an se estaba representando ante l, haba sucedido a continuacin, menos de un mes despus, y haca slo unas cuantas horas, el maquinista del tren privado de Umbrella, el Expreso Eclptico, haba apretado el botn de alarma de peligro biolgico.As que no sirvi de nada encerrarlo, el virus se filtr y se esparci. Es as de simple, no?En el comedor del centro de formacin haba un puado de reclutas infectados. Uno de ellos caminaba en crculos irregulares alrededor de lo que haba sido una bonita mesa. Le goteaba algn fluido viscoso de una fea herida en la cabeza mientras avanzaba a trompicones, sin conciencia de dnde estaba, ni del dolor, ni de nada. Wesker apret varias teclas del panel de control que se hallaba bajo el monitor para impedir que la imagen cambiara. Se recost en la silla y se dedic a observar al caminante condenado dar vueltas alrededor de la mesa.Podra haber sido sabotaje dijo en voz baja. No poda estar seguro. De ser as, estaba preparado para parecer natural; un vertido en el laboratorio de Arklay, un aislamiento incompleto. Unas cuantas semanas despus, un par de excursionistas desaparecidos, posiblemente obra de uno o dos sujetos experimentales escapados; y unas semanas ms tarde, infeccin en el segundo centro de White Umbrella. Era muy improbable que uno de los portadores del virus hubiera ido a parar por casualidad a uno de los otros laboratorios de Raccoon, pero era posible. Excepto que en ese momento tena que pensar tambin en el tren. Y eso no pareca un accidente. Daba la sensacin de estar planeado.Mierda, podra haberlo hecho yo mismo, si se me hubiera ocurrido.Desde haca algn tiempo haba estado buscando la forma de salir de todo esto, cansado de trabajar para una gente que eran claramente inferiores a l, y plenamente consciente de que pasar demasiado tiempo en la nmina de White Umbrella no era muy aconsejable para la salud. Y ahora pretendan que condujera a los STARS a la mansin y a los laboratorios de Arklay para descubrir qu tal lo hacan las mascotas guerreras de Umbrella contra soldados armados. Y les preocupaba que l pudiera morir en la misin? En absoluto, siempre y cuando registrara los datos primero, de eso estaba seguro.Investigadores, mdicos, tcnicos, cualquiera que trabajara para White Umbrella durante ms de una dcada o dos tena la costumbre de acabar desapareciendo o muriendo. George Trevor y su familia, el doctor Marcus, Dees, el doctor Darius, Alexander Ashford Y sos eran slo los nombres de los ms importantes. Slo Dios saba cunta gente menos importante haba acabado enterrada en alguna parte o se haba transformado en el sujeto experimental A, B o C.La sombra de una sonrisa se le form en la comisura de la boca. Pensndolo bien, l s que tena una buena idea de cuntos. Trabajaba para White Umbrella desde finales de los aos setenta, y la mayor parte de ese tiempo haba estado destinado al rea de Raccoon. Y haba visto a los matasanos utilizar a un buen nmero de sujetos experimentales, muchos de los cuales l mismo haba ayudado a conseguir. Tendra que haber dejado Umbrella haca ya tiempo, y si lograba conseguir los datos que queran los peces gordos, quiz hasta podra lanzarse a una pequea escaramuza de buen regateo, un regalo de despedida para financiar su jubilacin. White Umbrella no era el nico grupo interesado en la investigacin de armas biolgicas.Pero primero, una buena limpieza al tren.Y a este lugar, pens, contemplando cmo el soldado con la herida en la cabeza tropezaba con una silla e iba a parar al suelo. El centro de formacin estaba conectado con la planta privada de tratamiento del agua por un tnel subterrneo; se tendra que despejar todo.Pasaron unos segundos, y el soldado que se vea en la pantalla consigui ponerse en pie y sigui su paseo a ninguna parte. Pareca tener un tenedor clavado en el hombro derecho, un recuerdo de la cada. El soldado, naturalmente, no lo not. Se trataba de una enfermedad encantadora. Sin duda se habran dado el mismo tipo de escenas en los laboratorios Arklay, de eso Wesker estaba convencido; las ltimas llamadas desesperadas desde el laboratorio en cuarentena haban mostrado un retrato muy vvido de la gran efectividad del virus-T. Eso tambin se tendra que limpiar, pero no hasta que hubiera llevado all a los STARS para un pequeo ejercicio de entrenamiento.Iba a ser un encuentro interesante. Los STARS eran buenos, l personalmente haba elegido a la mitad de ellos, pero nunca se haban enfrentado a nada parecido al virus-T. El soldado agonizante de la pantalla era un ejemplo perfecto: cargado del virus recombinante, segua recorriendo el comedor, incansable, lenta y estpidamente. No senta ningn dolor, y atacara sin dudarlo a cualquiera o cualquier cosa que se cruzara en su camino, con el virus buscando constantemente nuevos portadores a los que infectar. Aunque el vertido original supuestamente haba contaminado el aire, pasado ese tiempo, el virus slo se contagiaba a travs de los fluidos corporales. Por la sangre, o por un mordisco. Y el soldado tan slo era un hombre, a fin de cuentas; el virus-T atacaba a todo tipo de tejido vivo, y haba otros animales para ver en accin, incluyendo desde creaciones de laboratorio a la fauna local.Enrico debera de tener ya a los Bravo en accin, buscando a los excursionistas desaparecidos, pero no era muy probable que encontraran nada all donde haba planeado buscar. Muy pronto, Wesker se encargara de organizar una excursin de los dos equipos a la desierta mansin Spencer. Entonces borrara todas las pruebas, iniciara su nueva y rica vida, y mandara al infierno a White Umbrella, al infierno su vida de agente doble, jugando con las vidas de hombres y mujeres que no le importaban en absoluto.El hombre agonizante de la pantalla volvi a caerse, consigui levantarse con esfuerzo y continu dando vueltas.A por el oro, muchacho dijo Wesker, y solt una risita que reson en el oscuro vaco.Algo se movi entre los matorrales. Algo mayor que una ardilla.Rebecca se volvi hacia el sonido mientras diriga el haz de la linterna y su nueve milmetros hacia el matojo. La luz capt el final del movimiento, las hojas an se movan y la luz de la linterna temblaba al mismo ritmo. Se acerc un paso, tragando saliva y contando hacia atrs desde diez. Fuera lo que fuera, se haba ido.Un mapache, seguro. O quiz el perro de alguien que se ha escapado.Mir el reloj convencida de que deba de ser la hora de regresar, pero vio que nicamente haba estado sola durante poco mas de cinco minutos. No haba visto u odo nada desde que se alej del helicptero; era como si todos los dems hubieran desaparecido de la faz de la tierra.O he desaparecido yo, pens sombra. Baj ligeramente el can de la pistola y mir hacia atrs para comprobar su posicin. Haba estado dirigindose ms o menos hacia el suroeste del lugar donde haban aterrizado; seguira adelante durante unos minutos y luegoRebecca parpade sorprendida al ver una pared de metal bajo la luz de la linterna, a menos de diez metros. Recorri la superficie con el haz y vio ventanas, una puertaUn tren murmur, frunciendo el entrecejo. Le pareca recordar algo sobre una va en aquella zona Umbrella, la corporacin farmacutica, tena una lnea privada que iba de Latham a Raccoon City, no? No estaba muy segura de la historia porque no era de la regin, pero jurara que la compaa se haba fundado en Raccoon. La sede principal de Umbrella se haba trasladado a Europa haca algn tiempo, pero an seguan siendo los dueos de casi toda la ciudad.Y qu hace esto aqu, en medio del bosque, a estas horas de la noche?Recorri el tren de arriba abajo con el haz de luz y descubri que haba cinco vagones altos, de dos pisos cada uno. Justo bajo el techo del vagn que tena delante vio escrito EXPRESO ECLPTICO. Haba unas cuantas bombillas encendidas, pero eran muy tenues, con una luz casi incapaz de atravesar las ventanas, y de stas, varias estaban rotas. Le pareci ver la silueta de una persona junto a una de las que permanecan intactas, pero no se mova. Quiz estuviera durmiendo.O herida, o muerta. Tal vez esta cosa se detuvo porque Billy Coen encontr la manera de llegar a la va.Menuda idea! En ese mismo momento poda encontrarse dentro, con rehenes. Haba llegado la hora de pedir refuerzos. Movi la mano hacia la radio, pero se detuvo.O quiz el tren se averi hace un par de semanas y todava sigue aqu, y todo lo que encontrars dentro ser una colonia de marmotas.Se burlaran los del equipo de eso? No, se mostraran muy amables, pero ella tendra que aguantar que le tomaran el pelo durante semanas o incluso meses por pedir refuerzos para entrar en un tren vaco.Volvi a mirar el reloj y vio que haban pasado dos minutos desde la ltima vez. De repente, sinti que una gota de un lquido fro le caa en la nariz y despus otra en el brazo. Luego oy el repique suave y musical de cientos de gotas que caan sobre las hojas y la tierra, y finalmente de miles, cuando la tormenta por fin se desencaden.La lluvia decidi por ella; echara un vistazo rpido al interior del tren antes de regresar, slo para asegurarse de que todo estaba como debera estar. Si Billy no rondaba por ah, al menos podra informar de que el tren pareca estar despejado. Y si l estaba allTendrs que vrtelas conmigo murmur, y sus palabras se perdieron en el estruendo de la tormenta, que fue arreciando mientras ella avanzaba hacia el tren.

Captulo 2Billy estaba sentado en el suelo entre dos filas de asientos e intentaba abrir las esposas con un clip que haba encontrado tirado. Una de las esposas, la derecha, estaba suelta. Se haba roto cuando el jeep haba volcado, pero a no ser que quisiera pasearse con un brazalete ruidoso e incriminatorio, tena que librarse de la otra.Librarme de ella y salir de aqu a toda prisa, pens, hurgando el cierre con la delgada pieza de metal. No alzaba la vista; no necesitaba recordar dnde se hallaba, no haca ninguna falta. El aire estaba cargado de olor a sangre, que se encontraba por todas partes, y aunque en el vagn de tren en el que haba entrado no haba cuerpos, no tena ninguna duda de que los otros vagones estaban llenos.Los perros, han tenido que ser esos perros, aunque, quin los habr azuzado?El mismo tipo que haban visto en el bosque. Tena que ser l. El tipo que se haba plantado delante del jeep y hecho que se estrellaran despus de perder el control. Billy haba salido bien parado, y excepto por unos cuantos morados, estaba ileso. Pero los policas militares que lo escoltaban, Dickson y Eider, haban quedado atrapados bajo el vehculo volcado, aunque seguan vivos. Al hombre que los haba hecho parar, fuera quien fuera, no se lo vea por ninguna parte.Haban sido un par de minutos temibles, de pie en la creciente oscuridad, mientras el olor clido y aceitoso de la gasolina le daba en la cara e intentaba tomar una decisin: salir corriendo o pedir ayuda por la radio? No quera morir, no mereca morir, a no ser que ser confiado y estpido fuera una ofensa que mereciera la muerte. Pero tampoco poda dejar a esos hombres atrapados bajo una tonelada de metal retorcido, heridos y semiinconscientes. La eleccin que haban hecho, tomar un camino de tierra que atravesaba los bosques hasta la base, significaba que poda pasar mucho tiempo antes de que alguien los encontrara. S, era cierto que lo llevaban ante el pelotn de ejecucin, pero slo estaban cumpliendo rdenes, no era nada personal, y ellos merecan morir tan poco como l.Haba decidido optar por una solucin intermedia: pedira ayuda por la radio y luego saldra corriendo a toda pastilla Pero entonces llegaron los perros. Tres cosas grandes, hmedas y horrorosas, y no haba tenido ms opcin que correr para salvarse, porque not algo muy, muy raro en esos bichos; lo not incluso antes de que atacaran a Dickson, antes de que le destrozaran el cuello con los dientes mientras lo arrastraban hasta sacarlo de debajo del jeep.Billy pens que haba odo un clic e intent abrir la esposa, pero dej escapar un bufido entre dientes al ver que el cierre de metal se negaba a abrirse. Maldito trasto. Haba encontrado el clip por casualidad, aunque haba cosas tiradas por todos lados, papeles, bolsas, abrigos, objetos personales, y casi todas estaban manchadas de sangre. Quiz encontrara algo ms til que el clip si buscaba con ms calma, pero eso significara quedarse en el tren, lo cual no tena ninguna pinta de ser una buena idea. Por lo que saba, incluso poda ser ah donde vivan esos perros, quiz se escondieran all con el estpido chalado que se lanzaba ante coches en movimiento. Slo haba subido al tren para esquivar a los perros, para tranquilizarse y pensar cul sera su prximo movimiento.Y resulta que este tren es el Expreso del Matadero pens mientras meneaba la cabeza. Esto s que es salir del fuego para caer en las brasas.Cualquiera que fuera la mierda que pasaba en esos bosques, l no quera formar parte. Se sacara las esposas, buscara algn tipo de arma, quiz cogiera una cartera o dos entre todo ese equipaje manchado de sangre estaba seguro que a los dueos ya no les importara y regresara a la civilizacin. Y luego a Canad, o quiz a Mxico. Nunca antes haba robado, tampoco nunca haba pensado en abandonar el pas, pero llegado a ese punto tena que pensar como un criminal, sobre todo si tena intencin de sobrevivir.Oy truenos, luego el suave golpeteo de la lluvia sobre algunas de las ventanas rotas. Los golpecitos se convirtieron en un repiqueteo estruendoso. El aire con olor a sangre se hizo menos espeso cuando una rfaga de viento entr por uno de los vidrios destrozados. Magnfico. Al parecer tendra que hacer una excursin en medio de una tormenta.Lo que sea murmur, y tir el intil clip contra el asiento que estaba ante l. La situacin ya se haba fastidiado todo lo posible, as que dudaba que pudiera empeorar.Billy se qued inmvil, conteniendo la respiracin. La puerta exterior del vagn se estaba abriendo. Pudo or el roce del metal; la lluvia son ms fuerte durante un instante, y luego igual que antes. Alguien haba subido.Mierda!Y si era el loco con los perros?Y si alguien ha encontrado el jeep?Sinti un pesado nudo en el estmago. Podra ser. Tal vez alguien de la base haba decidido coger la carretera secundaria esa noche; quiz ya hubieran avisado, al ver el accidente y enterarse de que deba haber un tercer ocupante, un hombre camino de su ejecucin.Incluso podra ser que ya lo estuvieran buscando.No se movi; se qued escuchando atentamente los movimientos de quien fuera que haba entrado desde la lluvia. Durante unos segundos no oy nada, luego un paso silencioso, luego otro y otro ms. Se alejaban de l, dirigindose hacia la parte delantera del vagn.Billy se inclin hacia adelante mientras se guardaba cuidadosamente bajo el jersey las chapas de identificacin para que no tintinearan, y se movi con sigilo hasta asomar la cabeza por el canto del asiento junto al pasillo. Alguien estaba atravesando la puerta que conectaba un vagn con otro; alguien delgado, bajo, una chica, o quiz un chico muy joven, cubierto con un chaleco antibalas de Kevlar y ropa militar de color verde. Billy consigui distinguir unas letras en la espalda del chaleco, un S, una T, una A, y entonces l o ella desapareci de su vista.STARS. Habran enviado un equipo en su bsqueda? No poda ser, no tan deprisa. El jeep haba volcado haca cosa de una hora, como mucho, y los STARS no tenan relacin directa con el ejrcito, eran una rama del Departamento de Polica, nadie los habra hecho intervenir. Probablemente su presencia estara relacionada con los perros que haba visto antes, evidentemente alguna manada salvaje mutante. Normalmente, los STARS se ocupaban de la mierda local que los polis no podan o no queran tocar. O quiz hubieran acudido a investigar qu le haba pasado al tren.No importa el porqu, o s? Tendrn armas, y si averiguan quin eres, este rato de libertad ser el ltimo. Lrgate de aqu, ahora mismo.Con perros mutantes corriendo por los bosques? No saldra sin una arma, de ninguna manera. Tena que haber alguien de seguridad en el tren, un tipo de uniforme con una pistola, lo nico que tena que hacer era buscarlo. Iba a ser arriesgado, con los STARS ah dentro, pero, bien mirado, slo haba uno. Si tuviera queBilly neg con la cabeza. Ya haba visto muerte ms que suficiente en las Fuerzas Especiales. Si no poda evitarlo, all y en ese momento, luchara o escapara, pero no volvera a matar nunca ms. Al menos no a uno de los buenos.Billy se puso en pie, inclinado hacia adelante, con las esposas colgndole de la mueca. Primero mirara qu haba en ese vagn, luego se ira alejando del STARS intruso, y vera qu poda encontrar. No tena sentido enfrentarse con l si poda evitarlo. SimplementeBam! Bam! Bam!Tres disparos, procedentes del vagn de delante. Una pausa, luego tres, cuatro ms, y despus silencio.Al parecer no todos los vagones estaban vacos. Sinti que el nudo en el estmago se le estrechaba an ms, pero no permiti que eso lo detuviera. Cogi el primer portafolios que encontr y empez a revolver su contenido.En el primer vagn no haba vida, pero algo muy malo haba ocurrido all, de eso no caba duda.Un choque? No, la estructura no est daada y hay mucha sangre!Rebecca cerr la puerta a su espalda, aislndose de la espesa cortina de agua, y contempl el caos que la rodeaba. El vagn haba sido elegante, con paneles de madera oscura y moqueta cara, lmparas antiguas y papel pintado con relieves aterciopelados. En ese momento haba peridicos, portafolios, abrigos y bolsos, abiertos y tirados por todas partes. El panorama pareca el de un choque, y las gotas y las manchas de sangre que cubran en grandes cantidades las paredes y los asientos parecan confirmar esa teora.Avanz por el interior del vagn, apuntando con la pistola a un lado y otro del pasillo. Haba unas cuantas lucecitas encendidas, lo suficiente para ver algo, pero las sombras eran espesas. Nada se mova.El respaldo de la silla que tena a la izquierda estaba manchado de sangre. Alarg la mano y toc una de las manchas. Rpidamente se la limpi en los pantalones con una mueca de asco. Era fresca.Luces encendidas, sangre fresca. Sea lo que sea lo que ha pasado, ha ocurrido hace poco.El teniente Billy quiz? Estaba acusado de asesinato Pero a no ser que tuviera toda una banda con l, no pareca probable; la destruccin era demasiado amplia, demasiado exagerada, ms parecida a un desastre natural que a una situacin con rehenes.O como los asesinatos del bosque.Asinti mentalmente, respirando hondo. Los asesinos deban de haber actuado de nuevo. Los cuerpos que se haban recuperado estaban desgarrados y mutilados, y las escenas del crimen seguramente tenan el mismo aspecto que ese vagn de tren, con sangre por todas partes. Deba salir, hablar por radio con el capitn y llamar al resto del equipo. Comenz a volverse hacia la puerta, y dud.Primero podra comprobar que el tren es seguro.Ridculo. Permanecer ah sola sera una locura estpida y peligrosa. Nadie esperara que revisara la escena de un crimen ella sola, eso suponiendo que alguien hubiera sido asesinado. Por lo que saba, tambin podra haber habido un tiroteo o algo as y el tren podra haber sido evacuado.No, eso s que es estpido. Habra polis por todas partes, equipos mdicos de urgencias, helicpteros, periodistas Pasara lo que pasara, soy la primera persona que ha entrado aqu y asegurar la escena es la mxima prioridad.No pudo evitar preguntarse qu diran los muchachos cuando vieran que se las haba arreglado sola. Tendran que dejar de llamarla nena. Como mnimo superara su categora de novata mucho ms de prisa. Poda echar un vistazo rpido, por encima, y si algo pareca aunque fuera mnimamente peligroso, llamara al equipo inmediatamente.Asinti mentalmente. De acuerdo. No tendra problemas por echar un vistazo. Respir hondo y comenz por la parte delantera del vagn, pisando con cuidado entre el desparramado equipaje. Cuando alcanz la puerta de conexin, se arm de valor, la atraves rpidamente y abri la segunda puerta sin darse tiempo para repensrselo.Oh, no!El primer vagn ya haba sido duro, pero all haba gente. Cinco personas, que pudiera ver desde donde se hallaba, y todos claramente muertos, con los rostros destrozados por las garras de algo desconocido y los cuerpos empapados de una oscura humedad. Unos cuantos estaban desplomados sobre los asientos, como si los hubieran asesinado brutalmente en el sitio que ocupaban. El olor a muerte se poda tocar, como el del cobre y las heces, como la fruta podrida en un da caluroso.La puerta se cerr automticamente a su espalda y Rebecca peg un brinco, con el corazn latindole con fuerza y vagamente consciente de que todo eso era demasiado para ella. Tena que pedir ayuda, pero entonces oy los susurros y se dio cuenta de que no estaba sola.Apunt con la pistola hacia el pasillo vaco, sin estar segura de dnde proceda el sonido y con el corazn funcionndole al doble de velocidad.Identifquese! dijo, con una voz ms firme y autoritaria de lo que se esperaba. El susurro continu, estrangulado y distante, extraamente apagado en medio del silencioso vagn. Supuso que as sonara un asesino loco, murmurando para s mismo despus de disfrutar de una masacre.Estaba a punto de repetir la orden cuando, sobre el suelo, hacia la mitad del pasillo, vio el origen del susurro. Era una radio minscula, al parecer sintonizada en una emisora AM de noticias. Fue hacia ella, aturdida por el alivio. Despus de todo, s que estaba sola.Se detuvo ante la radio y baj su semiautomtica. Haba un cadver en el asiento de la ventana, a su izquierda, y despus de una rpida ojeada inicial evit volver a mirarlo. Le haban desgarrado el cuello y tena los ojos en blanco. Su rostro grisceo y las destrozadas ropas brillaban empapadas de fluidos de aspecto viscoso, lo que lo haca parecer un zombi de una pelcula de terror de serie B.Rebecca se inclin y recogi la radio, sonriendo para s a pesar del miedo que an la recorra. Su asesino loco era una mujer leyendo las noticias. La recepcin era muy mala, y se oa el chirrido de la esttica cada dos o tres frases.De acuerdo, era una idiota. En cualquier caso, ya era hora de llamar a Enrico. Rebecca se volvi, pensando que tendra mejor recepcin si sala fuera del tren, y el movimiento que not en el asiento de la ventana fue tan lento y sutil que por un momento crey que lo que haba visto era la lluvia. Pero entonces el origen del movimiento gimi, con un leve sonido de angustia, y Rebecca comprendi que no era la lluvia en absoluto.El cadver se haba levantado del asiento y se acercaba a ella. La deformada cabeza estaba echada hacia atrs y hacia un lado, y dejaba a la vista la desgarrada piel del cuello. El gemido se hizo ms profundo, ms anhelante, mientras el hombre alargaba los brazos ante s y del machacado rostro chorreaba sangre y algo viscoso.Rebecca dej caer la radio y dio un tambaleante paso hacia atrs, horrorizada. Se haba equivocado; ese hombre no estaba muerto, pero resultaba evidente que estaba loco de dolor. Tena que ayudarlo.No hay mucha cosa en el botiqun, pero tengo morfina. Debera ayudarlo a tumbarse. Oh, Dios, qu demonios ha pasado aqu?El hombre se aproxim arrastrando los pies, intentando alcanzarla, con los ojos en blanco y babas negras cayndole de la boca destrozada. Y a pesar de saber que su deber era ayudarlo, aliviar su sufrimiento, Rebecca, inconscientemente, dio otro paso atrs. Una cosa era el deber, pero su instinto le deca que echara a correr, que saliera de all, que ese hombre pretenda hacerle dao.Se volvi, sin estar segura de qu hacer, y vio a dos personas ms de pie en el pasillo a su espalda, ambos con un rostro tan inexpresivo y destrozado como el hombre de los ojos en blanco y ambos avanzando hacia ella con los movimientos rgidos y tambaleantes de los monstruos de las pelculas de terror. El hombre que tena delante llevaba uniforme, era algn tipo de empleado del tren, con el rostro demacrado, huesudo y gris. Tras l haba un hombre con la cara medio arrancada; se le vean demasiados dientes en el lado derecho.Rebecca sacudi la cabeza mientras alzaba el arma. Algn tipo de enfermedad, un vertido qumico o algo as. Estaban enfermos, tenan que estar enfermos. Pero mientras los tres hombres se le acercaban, con los huesudos dedos en alto y gimiendo con avidez, supo que eso no era cierto. Adems, quiz estuvieran enfermos, pero tambin estaban a punto de atacarla. Estaba tan segura de eso como de su propio nombre.Dispara! No dudes ms!Detnganse! grit, mientras se volva hacia el hombre de los ojos en blanco, que era el que estaba ms cerca, demasiado cerca. Si ste era consciente de que lo estaba apuntando con una arma, no lo demostr. Voy a disparar!Aaaahh! carraspe gravemente el monstruo, e intent agarrarla, descubriendo unos dientes negros. Rebecca dispar.Tres disparos. Las balas penetraron en la carne descolorida. Dos en el pecho. La tercera le hizo un agujero encima del ojo derecho. La criatura lanz un chillido hueco, un sonido de frustracin ms que de dolor, y cay al suelo.Rebecca se volvi y rog que con los disparos los otros dos hombres se hubieran detenido, pero vio que los tena casi encima, con los ojos vidriosos y gimiendo impacientes. El primer disparo dio en el cuello al hombre uniformado, y mientras ste se tambaleaba hacia atrs, Rebecca apunt al segundo hombre a la pierna.Quiz pueda simplemente herirlo, hacer que caigaEl hombre del uniforme comenz a avanzar de nuevo mientras del cuello le manaba la sangre a borbotones.Dios! exclam Rebecca, con una voz que casi no le sala del cuerpo. Pero los hombres seguan avanzando, no tena tiempo de hacerse preguntas ni de pensar. Alz el arma y dispar tres veces ms, todos los tiros directos a la cabeza. Sangre y trozos de carne saltaron por los aires. Los dos hombres cayeron al suelo.De repente, silencio, quietud. Rebecca recorri el vagn con los ojos muy abiertos por la impresin y el cuerpo vibrante por la adrenalina. Haba dos o tres cadveres ms, pero ninguno se movi.Qu acaba de pasar? Cre que estaban muertos.Y estaban muertos. Eran zombis.No, los zombis no existan. Mientras intentaba entender algo, Rebecca comprob su arma automticamente para ver si tena una bala en la recmara. No eran zombis, no como los de las pelculas. Si de verdad hubieran estado muertos los disparos no los habran hecho sangrar de esa manera; si el corazn no late no puede bombear la sangre.Pero slo han cado despus de que les disparara a la cabeza.Cierto, pero eso poda significar que era algn tipo de enfermedad, quiz algo que bloqueara los receptores del dolor.Los asesinatos del bosque. Rebecca sinti que los ojos se le abran ms an mientras completaba el rompecabezas. Si hubiera habido algn vertido qumico o enfermedad, podra haber afectado a un gran nmero de personas en el bosque, impulsndolos a atacar a otros. Recientemente se haban recibido informes sobre perros salvajes. Era posible que afectara a especies diferentes? Algunas de las vctimas haban sido parcialmente devoradas, y al menos dos de los cuerpos presentaban mordiscos de fauces tanto humanas como animales.Oy un ligero movimiento y se qued sin respiracin. Junto a la puerta por la que haba entrado, un cadver sentado pareca haberse escurrido un poco del asiento. Lo observ durante lo que le pareci una eternidad, pero el cuerpo no volvi a moverse y lo nico que se oa era el ruido de la lluvia en el exterior. Un cadver o una vctima de alguna circunstancia trgica? Rebecca no tena ningunas ganas de descubrirlo.Retrocedi, esquivando al hombre de los ojos en blanco, que finalmente estaba muerto del todo, y decidi ir hacia la puerta de la parte delantera del vagn. Tena que salir del tren y explicarles a los otros lo que haba encontrado. La cabeza le daba vueltas mientras intentaba decidir qu habra que hacer despus: se tendra que alertar a la comunidad y declarar una cuarentena inmediatamente. El gobierno federal tambin tendra que meterse en el asunto, as como el Centro de Control de Enfermedades, o el Instituto Mdico de Enfermedades Infecciosas del ejrcito, o quiz la Agencia de Proteccin Medioambiental, que tena el suficiente poder para cerrarlo todo e investigar qu haba sucedido. Sera una enorme labor, pero ella podra contribuir, marcar laEl cadver del fondo del vagn se movi de nuevo. Baj la cabeza hasta apoyarla sobre el pecho, y cualquier idea de salvar Raccoon vol de la asustada mente de Rebecca. Se volvi y corri hasta la puerta intermedia, enferma de terror. Lo nico que quera era salir de all.No tard mucho en encontrar una arma, y, por suerte, Billy conoca perfectamente la pistola de reglamento de la polica militar. La haba hallado en un petate metido bajo un asiento. Tambin haba un cargador de recambio, media caja de balas de 9x19 mm parabellum y un mechero con tapa, otro aparato muy conveniente para tener a mano; nunca se saba cundo sera necesario encender un fuego.Carg el arma, se meti el otro cargador en el cinturn y las balas en los bolsillos delanteros, mientras pensaba que ojal fuera vestido con su uniforme de campaa en vez de con ropas civiles. Los tejanos no eran lo mejor para cargar con toda esa mierda. Comenz a buscar una chaqueta, pero cambi de idea; incluso con la lluvia, haca una noche clida, y arrastrarse por ah con unos tejanos empapados ya iba a ser suficientemente malo. Tendra que conformarse con los bolsillos que tena.Se qued ante la puerta que lo llevara de vuelta a los bosques con el arma en la mano, mientras se repeta que tena que marcharse pero sin decidirse a hacerlo. No haba odo nada ms del STARS desde los siete disparos. Slo haban pasado unos minutos. Si el chico tena algn problema todava no era demasiado tarde para ir hacia all yEsts loco? le grit su cerebro. Lrgate! Corre, idiota!Claro, naturalmente. Tena que marcharse. Pero no poda sacarse de la cabeza el eco de esos disparos, y haba pasado demasiado tiempo siendo uno de los buenos como para darle la espalda a otro si necesitaba ayuda. Adems, si el chico estaba muerto, eso le aportara una arma extra.S, eso es murmur, completamente consciente de que estaba buscando una razn de peso para justificar su decisin. No poda evitarlo, tena que ir a echar un vistazo.Gruendo mentalmente, Billy se apart de la puerta, de la libertad, y avanz hacia la parte delantera del vagn. Atraves la primera puerta y se detuvo un instante en la plataforma intermedia antes de agarrar el picaporte de la segunda para entrar en el siguiente vagn. El nico sonido era el de la lluvia, que se estaba convirtiendo en una verdadera tormenta. Tan sigilosamente como pudo, abri la segunda puerta y la atraves.El inconfundible olor fue lo primero que not. Apret los dientes mientras recorra el vagn con la mirada y contaba las cabezas. Tres en el pasillo. Dos ms adelante a la derecha y uno a su izquierda, tirado sobre el asiento. Todos muertos.El hombre de la carreteraBilly frunci el entrecejo al darse cuenta de que cualquiera de los cadveres que haba a su alrededor podra haber pasado por el estpido que haba causado el accidente al cruzarse con el jeep. Slo haba podido echarle una mirada, pero recordaba haber pensado que le haba parecido enfermo. Quiz fuera uno de sos, pero no, stos llevaban das muertos.Entonces, contra qu disparaba el chico?Billy se acerc al cadver ms prximo, se agach junto a l y contempl las heridas con ojo experto mientras respiraba agitadamente por la boca. El tipo llevaba muerto un buen rato; le faltaba parte de la mejilla izquierda, por lo que pareca como si le estuviera dedicando una amplia sonrisa, y los negros bordes del tejido muerto mostraban ya la descomposicin. Pero tena dos agujeros de bala en la frente, y un charco de sangre fresca le rodeaba la cabeza y la parte superior del cuerpo como una sombra roja. Billy toc el charco, y su ceo se acentu. Estaba caliente. El cuerpo ms cercano a ste, el empleado del tren, mostraba un aspecto bastante similar, slo que una de las heridas la tena en el cuello.Billy no era ningn Einstein, pero no careca totalmente de lgica. La sangre fresca nicamente poda significar que esta gente slo parecan muertos. Y que estuvieran llenos de agujeros recientes sugera que haban intentado atacar al solitario miembro de los STARS.Lo que significa que ms vale que lleve todo el cuidado del mundo, pens mientras se pona en pie. Volvi a mirar el cuerpo que se hallaba en el asiento, ahora a su espalda, y entorn los ojos. Se haba movido o era slo un efecto de la luz? Fuera lo que fuera, ms le vala marcharse a toda prisa.Se apresur por el pasillo, esquivando los cadveres mientras intentaba vigilarlos a la vez y maldeca la necesidad que lo haba impulsado a buscar al chico de los STARS. Si no tuviera una maldita conciencia, ya hara rato que se habra largado.Atraves las dos puertas y entr en el siguiente vagn con el arma preparada. No era un vagn de pasajeros y no estaba decorado. Desde la entrada slo poda ver un corto pasillo que torca ms adelante, dos puertas cerradas a la derecha y unas cuantas ventanas en el lado opuesto. Pens en comprobar las cabinas, seguro de que sera lo ms inteligente, ya que darle la espalda a una zona que no era segura representaba un riesgo, pero estaba empezando a ocurrrsele que su conciencia se poda ir a la porra. No quera asegurar todo el tren, lo nico que quera era ver que el chico estaba bien y luego salir de all.Y si el chico no aparece en un par de minutos, salto del tren de todas maneras. Esto es una mierda.Mierda no era la palabra adecuada, ni siquiera empezaba a describir el terror que le retorca el estmago, pero haba visto incluso a los ms fuertes paralizados por el miedo y no quera pensar demasiado en monstruos y oscuridad. Mejor tomrselo a la ligera, como si fuera una pesadilla de la que se reira maana, y seguir adelante.Avanz lentamente por el pasillo, en silencio, apoyando la espalda contra la pared. El corredor torca a la derecha y continuaba, pasando ante otra puerta bloqueada por unas cajas cadas. Un almacn, probablemente. Al menos no haba cuerpos, pero el olor a podrido flotaba en el aire. Las pocas ventanas ante las que pas que no estaban rotas reflejaron una plida sombra de s mismo sobre un fondo exterior de oscuridad y lluvia. Se fij inquieto en que gran parte de los vidrios de las ventanas rotas estaban en el interior del vagn, esparcidos sobre el suelo de madera oscura. Lo que significaba que alguien haba intentado entrar, no salir. Espeluznante.Pareca que ms adelante el pasillo volva a torcer, esta vez hacia la izquierda, justo despus de otra puerta cerrada que tena una placa en la que pona DESPACHO DEL REVISOR. Tena que estar cerca de la parte delantera.De repente, vio otra plida sombra reflejada en una ventana, justo despus de la esquina. Se detuvo, permaneci inmvil contemplando a la figura que se agachaba dando la espalda al pasillo sin pensar en las amenazas que poda haber detrs. Si era un STARS, ella o l necesitaba ms entrenamiento.Billy avanz un par de pasos, alz su arma y se coloc detrs de la figura agachada. Saba que deba evitar un enfrentamiento obviamente el chaval estaba en perfectas condiciones y l tena otros lugares adonde ir, pero tambin quera saber qu estaba pasando, y sa poda ser su nica oportunidad de conseguir informacin.El miembro de los STARS se volvi, vio a Billy y se alz muy lentamente, sin dejar de mirarle a la cara.No se haba equivocado mucho con lo de chaval, pens Billy, mientras contemplaba los grandes e inocentes ojos de una chica muy joven. Estaran contratando a gente del instituto ltimamente? Era baja, puede que quince centmetros menos que l, y bonita; cabello castao rojizo, delgada, musculosa, con rasgos delicados y regulares. Si pesaba ms de cuarenta kilos, sera una sorpresa.La chica haba estado inclinada sobre un hombre muerto, cuyo cadver mutilado yaca medio tumbado contra la esquina, junto a la puerta de salida del vagn, y si se haba sorprendido al ver a Billy, lo disimul muy bien.Billy dijo la chica con voz clara y meldica. Sus palabras le hicieron apretar los dientes. Teniente Coen.Mierda. Al parecer alguien haba encontrado el jeep.Billy mantuvo el arma en alto, apuntando directamente al ojo derecho de la chica, hacindose el duro.As que me conoces. Has estado teniendo fantasas conmigo, es eso?Eres el prisionero que trasladaban para ejecutar respondi ella, y su voz adquiri un tono duro. Estabas con los soldados de ah fuera.Cree que lo he hecho yo, que yo los he matado, pens Billy.Estaba escrito en su cara de duendecillo. Billy se dio cuenta de que si no haba relacionado los muertos andantes con lo que le haba pasado al jeep, probablemente ella tampoco tena ni la ms remota idea de lo que estaba sucediendo. Y no vea ninguna razn para sacarla de su error. Estaba intentando hacerse la dura, pero Billy not que la intimidaba. Podra usar eso para salir de all.Uuh, ya veo dijo. Ests con los STARS. Bueno, sin nimo de ofender, pero los tuyos no parecen quererme mucho. As que nuestra pequea charla se tiene que acabar.Baj el arma, se volvi y se alej, andando tranquilamente y sin prisas, como si no estuviera interesado en absoluto por la presencia de la chica. Contaba con que su clara falta de experiencia y el temor que l le inspiraba le impidieran actuar. Era un riesgo calculado, pero pens que valdra la pena.Se meti el arma bajo el cinturn, y ya estaba a mitad del pasillo cuando oy cmo corra para alcanzarlo.Mierda, mierda.Espera! Ests arrestado! dijo ella con voz firme.Billy se volvi y vio que la chica ni siquiera haba desenfundado su arma. Se esforzaba por parecer feroz, pero no lo acababa de conseguir. Si la situacin hubiera sido menos peligrosa, menos extraa, Billy habra sonredo.No, gracias, mueca. Ya he llevado las esposas repuso, alzando la mano izquierda y haciendo tintinear las esposas. Se volvi y sigui avanzando.Podra dispararte, lo sabes! grit ella a su espalda, pero ahora haba desesperacin en su voz. Billy continu avanzando. Ella no le sigui, y al cabo de unos segundos Billy estaba atravesando la primera puerta de conexin.Con una leve sonrisa, aliviado, abri la puerta del vagn donde se hallaban los pasajeros muertos. Era mejor as, que cada uno se las arreglara por su cuenta y todo esoY se encontr con que el hombre muerto que haba estado medio tirado sobre el asiento del fondo se hallaba de pie, tambaleante, con el ojo que le quedaba clavado en Billy. Con un gemido hambriento, la criatura trastabill hacia adelante y extendi sus destrozados dedos como si tuviera que tantear su camino hasta Billy.

Captulo 3Rebecca contempl a Billy salir del vagn y se sinti impotente y muy joven. l ni siquiera mir hacia atrs, como si no valiera la pena preocuparse por ella.Y al parecer, as es, pens Rebecca, dejando caer los hombros. No se haba esperado que fuera tan, bueno, tan atemorizador. Grande, musculoso, con unos ojos de acero oscuro y un intrincado tatuaje tribal que le cubra todo el brazo derecho. Pudo verlo porque la fina camiseta de algodn que llevaba le dejaba ambos brazos al descubierto. Tena un aspecto duro, y despus de su terrible encuentro con los casi muertos andantes, Rebecca no se haba sentido capaz de detenerlo.Sin mencionar que te pill desprevenida.Haba encontrado un cadver solitario en la parte delantera del vagn, uno de los operarios del tren, y vio lo que pareca una llave en la fra mano del muerto. Como la nica otra puerta por la que salir del tren estaba cerrada, haba intentado conseguir la llave; era eso o regresar a travs del vagn de pasajeros. Estaba tan concentrada intentando coger la llave sin romper los rgidos dedos que no haba odo acercarse al convicto, no hasta que fue demasiado tarde. Despus de su encuentro, mientras regresaba a la parte delantera del vagn, se fij en que, de todas formas, la puerta cerrada se abra con tarjeta. Fantstico. Hasta el momento lo estaba haciendo de maravilla.Se volvi y agarr la radio, dispuesta a admitir la derrota. Si pudiera conseguir que los del equipo vinieran rpidamente, ellos se encargaran de Billy. Y lo ms importante, deseaba no ser la nica en saber que alguna especie de plaga se haba abatido sobre Raccoon. Resultaba curioso. De repente, atrapar a un asesino convicto haba descendido bruscamente en su lista de prioridades.Bam! Bam!Incluso antes de que pudiera tocar el botn del transmisor, oy los dos disparos en el vagn contiguo, en la direccin en la que Billy se haba marchado. Dud un momento, sin saber qu hacer, y en ese instante, una ventana estall a su espalda.Se volvi, y en medio de los aicos de cristal vio una figura humana cayendo al suelo.Edward!El mecnico no respondi. Rebecca corri al lado de su compaero de equipo, evaluando rpidamente su estado. Aparte de una enorme herida abierta en el hombro derecho, tena la cara griscea por el espanto y la mirada empaada y desenfocada. Todas las partes expuestas de su cuerpo estaban cubierta de contusiones y abrasiones.Ests bien? pregunt Rebecca, mientras abra su botiqun de campaa y sacaba un grueso parche de gasa. Rompi el envoltorio y se lo aplic sobre el hombro a su compaero mientras pensaba con una sensacin de abatimiento que no le servira de mucho. A juzgar por la cantidad de sangre que le empapaba la camisa, seguramente tena la vena subclavia seccionada. Se sorprendi de que siguiera con vida, y ms an de que hubiera tenido fuerzas para saltar por la ventana.Qu ha pasado?Edward giro la cabeza hacia ella, parpadeando lentamente. Su voz estaba crispada por el dolor.Peor que No podemosRebecca aguant la venda con firmeza, pero ya estaba casi empapada. Edward necesitaba un hospital inmediatamente, o no lo resistira.La voz de Edward son an ms dbil.Ten cuidado, Rebecca dijo trabajosamente, el bosque est lleno de zombis y monstruosRebecca comenz a decirle que no hablara ms, que no malgastara sus fuerzas, cuando otra ventana estall a su izquierda, cubrindolos a ambos de fragmentos de vidrio. Dos figuras gigantescas entraron saltando a travs del marco vaco. Una desapareci por la esquina del pasillo y la otra se volvi hacia ellos.Zombis y monstruos.Un perro, era un perro enorme. Pero no era como ninguno de los perros que haba visto en su vida. Podra haber sido un doberman en algn momento, pero al ver las fauces abiertas goteantes de saliva y los pedazos de carne y msculo que le colgaban de las ancas, Rebecca se dio cuenta de que tambin eso estaba infectado por la enfermedad que haba acabado con los pasajeros del tren. No slo tena aspecto de muerto, sino que pareca destruido, con una pelcula roja sobre los ojos y el cuerpo apedazado como un mosaico enloquecedor de piel mojada y tejidos sanguinolentos.Edward no sera capaz de protegerse. Rebecca se alz lentamente y dio un paso atrs, alejndose del agonizante mecnico. Tena la pistola en la mano, aunque no recordaba haberla desenfundado. Oy al segundo perro jadeando por el corredor, fuera de su vista.Apunt al ojo izquierdo del animal y por primera vez comprendi el verdadero horror de esa enfermedad, fuera sta cual fuera. Su enfrentamiento con los pasajeros casi muertos haba sido terrible, pero tan aturdidor que casi no haba tenido tiempo de considerar lo que significaba. Pero al ver a la monstruosa bestia de patas tiesas que tena delante, cuyo gruido se iba alzando hasta convertirse en un penetrante aullido de hambre, se acord del perro de su infancia, un peludo labrador de color negro llamado Donner, se acord de cunto lo haba querido, y se dio cuenta de que eso probablemente haba sido alguna vez la mascota de alguien. Igual que esa gente a la que haba disparado, que alguna vez haban sido humanos y se haban redo o llorado, y tenan familias que los echaran de menos, familias que quedaran destrozadas por su prdida. Ya fuera una enfermedad, un escape qumico o un ataque, lo que haba causado todo eso era una abominacin.La idea cruz su mente por un instante y desapareci. El perro tens sus descarnados costados, preparndose para atacar, y Rebecca apret el gatillo. La nueve milmetros le dio una fuerte sacudida en la mano y el estruendo result ensordecedor en un espacio tan pequeo. El perro se desplom.Rebecca se volvi y apunt hacia el pasillo, esperando a que apareciera el segundo perro. No tuvo que esperar mucho.Rugiendo, el animal salt desde la esquina con las fauces abiertas. Rebecca dispar. El tiro entr por el pecho del perro y lo lanz hacia atrs con un agudo gemido de dolor, pero sigui en pie. Se sacudi como si acabara de salir del agua y gru, dispuesto a ir a por ella, aunque una sangre oscura y pustulenta le manaba de la herida.Debera haberlo matado, esa bala debera haberlo dejado seco!Igual que la gente en el vagn de pasajeros, pareca que slo una herida en la cabeza acabara con l. Rebecca alz la pistola y dispar de nuevo. Esta vez le dio en el centro de la estrecha cabeza. El perro cay, se sacudi en un espasmo y qued inmvil.Poda haber ms. Rebecca baj ligeramente el arma, se volvi hacia las ventanas rotas e intent ver a travs de la oscuridad y la lluvia a la vez que se esforzaba por or algo que no fuera la tormenta. Al cabo de unos segundos desisti. Se volvi hacia Edward mientras buscaba una nueva venda en la mochila, y se detuvo con la mirada clavada en su compaero de equipo. De la herida del hombro ya no sala sangre.Rpidamente le busc el pulso bajo la oreja izquierda, pero no encontr nada. Edward miraba hacia el suelo con los ojos medio abiertos, muerto.Lo siento murmur Rebecca, quedndose en cuclillas. Resultaba inconcebible que Edward hubiera muerto en el corto espacio de tiempo en que ella haba estado disparando contra aquellas cosas perrunas, y sinti que la culpabilidad la invada. Si hubiera sido ms rpida, si le hubiera vendado mejor la heridaPero no lo hiciste, y cuanto ms rato ests aqu sentada sintindote culpable, ms probabilidades tienes de acabar como l. Muvete!Rebecca se sinti an ms culpable ante ese fro pensamiento, pero una mirada hacia las ventanas abiertas la hizo ponerse en pie. Tendra que evaluar su culpa ms tarde, cuando no fuera peligroso hacerlo.El radiotransmisor emiti un pitido. La agarr mientras se alejaba de las ventanas y del pobre Edward.La recepcin era mala, pero supo que era Enrico. Se llev el altavoz a la oreja y sinti un gran alivio al or la voz del capitn entre la esttica. me recibes? ms informacin sobre CoenDe mala gana, Rebecca se acerc a las ventanas confiando en que mejorara la recepcin, pero la esttica sigui casi igual. internado mat al menos a veintitrs personas cuidadoQu?Rebecca apret el botn de transmisin.Enrico, aqu Rebecca! Me recibes? Cambio.Esttica.Capitn! STARS Bravo, me recibes?Largos segundos de esttica. Haba perdido la seal. Volvi a colgarse el radiotransmisor del cinturn. Tena que regresar al helicptero, explicar a los otros lo de Edward, lo de Billy y lo del tren, y el terrible peligro al que se enfrentaban. Cambi el cargador de la nueve milmetros y se tom unos momentos para recargar el que tena medio lleno. Lanz una triste mirada final a su compaero cado, salt sobre el cuerpo del perro, intentando no resbalar en el charco de sangre que lo rodeaba, y se dirigi al vagn de pasajeros.Aunque saba que debera estar impaciente por correr detrs del preso escapado para arrestarlo, esperaba no volver a ver a Billy. La muerte de Edward, los perros Se senta aturdida e incapaz de imponer su autoridad. Veintitrs personas? La recorri un escalofro, y se sorprendi de que no la hubiera matado cuando tuvo la oportunidad.En el vagn de pasajeros vio el resultado de los dos tiros que haba odo antes. La vctima enfermiza que antes crey ver moverse, aunque no estaba segura, al parecer segua viva, a fin de cuentas. Deba de haber intentado atacar a Billy igual que los otros fueran a por ella. Se detuvo en la puerta del fondo del vagn por la que haba entrado inicialmente y contempl los cuerpos descompuestos de la gente a la que haba matado. Si Edward estaba en lo cierto, tendra que moverse con rapidez.Y quiz no fuese Billy quien haba matado a los marines.Rebecca parpade. No se le haba ocurrido antes, pero puede que hubieran atacado el jeep y eso haba permitido a Billy escapar, lo haba obligado a salir corriendo. Pareca probable. Los dos cadveres tenan seales de haber sido atacados violentamente, no les haban disparado; los perros podran haberlo hecho.Neg con la cabeza. No importaba. De todas maneras era un asesino, y si no se senta capaz de apresarlo, ms le valdra buscar a alguien que pudiera hacerlo. Por muy seria que fuera la desconocida enfermedad, no podan dejar que Coen escapara.Dej a su espalda el vagn de pasajeros y se apresur a cruzar el vagn vaco hasta la puerta, esperando que los dems estuvieran de regreso en el helicptero. No saba muy bien cmo dar la noticia de la muerte de Edward; eso iba a ser duro.Rebecca frunci el entrecejo y empuj con fuerza la puerta corredera, que se negaba a abrirse. Presion el picaporte una y otra vez, luego le peg una patada a la puerta, maldiciendo en silencio. Estaba atascada, o Billy la haba cerrado para evitar que lo siguiera.Maldita sea! Se mordisque el labio inferior y record la llave en la mano del operario muerto. No haba conseguido sacrsela y se haba olvidado de ella despus de su encuentro con Billy, por no hablar de Edward y los perros. Pero quin necesitaba una llave? Le sera ms fcil salir por una de las ventanas rotas; no representara ningn problema.Oy el sonido de una puerta que se cerraba y mir a la izquierda, hacia el final del tren. Alguien se mova en el siguiente vagn. Otro pasajero enfermo, probablemente. O quiz Billy segua all. De cualquier manera, ella estaba lista para salir y tena ventanas donde elegir.A no ser que sea otra persona la que est all, alguien que necesita ayuda.Incluso poda ser otro de los STARS. Una vez se le ocurri esa idea, se sinti en el deber de echar un vistazo, aunque eso no fuera muy inteligente. Camin rpidamente hasta el fondo del vagn mientras se preparaba para cualquier cosa. No pareca posible que esa noche pudiera ocurrir algo ms extrao an, pero tambin era cierto que la mayora de lo que haba pasado no pareca posible. Quera estar preparada para todo.Abri la puerta del siguiente vagn y ech una ojeada mientras barra el espacio con la nueve milmetros. Se sinti muy aliviada al encontrarlo vaco y sin sangre. A la izquierda haba una escalera que suba, y al frente, una puerta. sa deba de ser la puerta que haba odo cerrarseY entonces se abri y por ella entr Billy Coen.Billy se detuvo, mir a la chica y a la pistola que llevaba en la mano y se alegr de que estuviera viva, de que tuviera una arma y de que, al parecer, supiera utilizarla. Despus de lo que haba descubierto, tener un compaero poda ser su nica oportunidad de sobrevivir.La cosa est mal dijo, y pudo ver que ella saba que no se refera al arma que lo apuntaba. Rebecca no respondi, slo lo mir fijamente y sigui apuntndolo con la nueve milmetros. Billy supo que se haban acabado los juegos y alz las manos. La esposa que le colgaba le golpe la mueca.Esa gente, los que has matado, estaban enfermos prosigui Billy. Uno intent morderme. Le pegu un tiro y encontr una libreta en su bolsillo. Puedo?Comenz a bajar la mano para llevrsela al bolsillo trasero.No! Mantn las manos en alto! orden la chica, moviendo el arma. An pareca asustada, pero aparentemente estaba dispuesta a arrestarlo.De acuerdo contest. Cgela t. Est en mi bolsillo trasero.Ests de broma, no? No voy a acercarme a ti.Billy suspir.Es importante, es una especie de diario. No lo entiendo demasiado, pero es algo sobre una investigacin en un laboratorio que ha sido abandonado o destruido, y tambin habla sobre un puado de asesinatos que han estado ocurriendo por aqu y de la posibilidad de que se haya escapado un virus. Algo llamado el virus-T.Billy capt una chispa de inters en los ojos de Rebecca, pero sta quera jugar sobre seguro.Lo leer cuando te vuelvas a poner las esposas dijo.Billy neg con la cabeza.No s lo que est pasando, pero es peligroso. Alguien ha cerrado todas las salidas, te has dado cuenta? Por qu no cooperamos hasta que podamos salir de aqu?Cooperar? Alz las cejas. Contigo?Billy se acerc y baj las manos sin hacer caso del arma que le apuntaba a la cara.Escucha, pequea, por si no lo has notado, hay una mierda bien extraa en este tren. Yo, por mi parte, quiero salir de aqu, y solos no tendremos ninguna oportunidad de lograrlo.Rebecca no baj el arma.Esperas que confe en ti? No necesito tu ayuda, puedo arreglrmelas sola. Y no me llames pequea.Billy estaba empezando a hartarse de ella, pero se contuvo.Muy bien, seorita Hazlotumisma dijo. Cmo debo llamarte?Me llamo Rebecca Chambers respondi. Y para ti, agente Chambers.Bueno, Rebecca, por qu no me explicas tu plan de accin? pregunt Billy. Vas a arrestarme? Perfecto, hazlo. Llama a todo el ejrcito y diles que traigan la artillera pesada. Podemos esperarlos aqu.Por primera vez, ella pareci dudar.La radio no funciona repuso.Mierda.Cmo vas a salir de aqu? pregunt l. Por tierra o por aire? Est muy lejos tu transporte?Hemos venido en helicptero, pero se ha averiado respondi Rebecca. Aunque eso no es asunto tuyo. Ponte las esposas. Mi equipo est esperando fuera.Billy baj las manos.Estn lejos? Ests segura de que siguen por aqu?La chica frunci el entrecejo.Esto no es un concurso de preguntas, teniente. Te voy a sacar de aqu. Date la vuelta y ponte de cara a la pared.No. Billy cruz los brazos. Dispara si tienes que hacerlo, pero de ninguna manera voy a entregar mi arma o a dejar que me pongas las esposas.Las mejillas de Rebecca enrojecieron.T hars lo que lo te diga o si noCraaak!Ventanas rotas en el compartimento superior. Billy y Rebecca miraron hacia arriba y luego el uno al otro. Unos segundos despus oyeron encima de sus cabezas lo que sonaba como pesadas pisadas, lentas y regulares Luego nada.El comedor dijo Billy. Y estaba vaco hace unos minutos.Rebecca lo observ durante un instante y luego baj ligeramente el arma. Fue hasta el pie de las escaleras y mir hacia arriba con una expresin decidida en su joven rostro.Espera aqu le orden. Ir a ver qu es.Billy casi sonri. l haba estado en las Fuerzas Especiales durante siete aos y haba aprendido a disparar seguramente antes de acabar la escuela secundaria, iba ella a protegerle a l?Crea que no confiabas en m. Qu impedir que salte por una de las ventanas y me escape?La chica sonri, aunque con una sonrisa fra y leve.Es peligroso, recuerdas? Solo no tienes ninguna oportunidad.Antes de que se le ocurriera algo adecuadamente cortante, ella haba comenzado a subir las escaleras, dispuesta al parecer a probarle que tena la suficiente autoridad. Chica tonta, con todo lo que estaba pasando, intentar probar algo no tendra que ser su prioridad. Billy saba que deba seguirla, impedir que se dejara matar, pero necesitaba un minuto para pensar. La contempl llegar a lo alto de la escalera y desaparecer al doblar la esquina sin mirar atrs.Como dice la cancin, debo quedarme o debo irme?Rebecca quera arrestarlo, pero eso tambin significaba que tendra que mantenerlo vivo. Y ella necesitaba su ayuda, sin duda; era demasiado inexperta para estar all sola.Y quin ha muerto y te ha nombrado su salvador personal? Cundo te vas a enterar? Ya no eres uno de los buenos, te acuerdas?Salir corriendo segua siendo una opcin, pero ya no se senta tan seguro de sus opciones. Por si necesitara ms pruebas de que los bosques eran peligrosos, la libreta que haba encontrado, el diario del hombre que lo haba atacado, era ms que suficiente para convencerlo. Lo sac y pas las pginas hasta llegar a las ltimas anotaciones, las que le haban llamado la atencin.14 de julioHoy hemos tenido noticias del laboratorio de Arklay y nos enviarn la semana que viene para comprobar su estado. Algunos de los otros estn preocupados por las condiciones, por lo que puede quedar, pero como dice el jefe, alguien tiene que echar el primer vistazo. Bien podemos ser nosotrosEl que escriba continuaba hablando de su novia, que se enfadara al saber que deba salir de la ciudad. Billy sigui adelante, buscando en las notas lo que haba ledo antes.16 de julio Hay tanto que an no sabemos sobre las respuestas al virus-T Dependiendo de la especie y del entorno, slo una dosis mnima del T causa sorprendentes cambios de tamao, un comportamiento agresivo y el desarrollo del cerebro al menos en animales. Nada es inmune. Pero hasta que se puedan controlar mejor los efectos, la compaa est jugando con fuego.Billy pas la pgina.19 de julioFinalmente se acerca el da Estoy ms ansioso de lo que esperaba. Los peridicos y las emisoras de televisin de Raccoon City han estado informando sobre extraos asesinatos en las afuera de la ciudad. No puede ser el virus. O s? Si lo es No. No puedo pensar en eso ahora. Tengo que concentrarme en la investigacin, asegurarme de que avance sin trabas.Cambios de tamao, comportamiento agresivo, desarrollo del cerebro. En un perro, por ejemplo? Y esa frase sobre al menos en animales. Qu hara ese virus-T a los humanos? Billy estaba seguro de que ya haba visto los resultados.Los convierte en zombis murmur. O en algo que era como los zombis. El que haba matado de un tiro estaba sin duda buscando alguna cosa para almorzar. Cmo llaman los canbales a los humanos? Cerdos largos, eso era. Ese destrozo andante buscaba algn cerdo largo, sin duda.Bosques llenos de canbales y monstruos. Probara suerte con la chica. Hasta ese momento ella se las haba arreglado bien, haba matado por lo menos a tres pasajeros y conseguido no volverse loca. Si se quedaba con ella hasta que pudieran salir de all, luego ya inventara un modo de escapar antes de que el resto del equipo llegara, suponiendo que quedara algo de ese equipo.Una chica, la chica, grit desde lo alto; un sonido de puro terror. Billy agarr el arma y se lanz escaleras arriba; subi de dos en dos los escalones y esper no haber tardado demasiado en tomar una decisin.En lo alto de la escalera haba una pequea curva y luego una puerta. Rebecca la abri, lenta y cuidadosamente, empujando con el can de la pistola, y entr.Fue recibida por un humo fino y acre y por el tenue parpadeo de un fuego que haca bailar las sombras en las paredes. Era el vagn comedor, como haba dicho Billy, y haba sido bonito, con las mesas cubiertas de manteles de lino y las ventanas con cortinas de color crema. Pero estaba destrozado. Por todas partes haba platos y vasos rotos, mesas volcadas, manteles empapados de sangre y vino derramado. Y cerca del fondo, una figura solitaria se hallaba encorvada sobre una mesa. El extremo del mantel estaba ardiendo y las llamas ascendan lentamente. Rebecca vio una lmpara de aceite hecha pedazos junto a la mesa; se deba de ser el origen del fuego, y aunque ste an era pequeo, no lo sera por mucho rato.El hombre apoyado sobre la mesa estaba absolutamente inmvil, y cuando Rebecca se acerc, vio que no era como los pasajeros de abajo. No pareca estar infectado por lo que, segn Billy, era el virus-T. Se trataba de un hombre mayor, de aspecto distinguido, vestido con un traje marrn y con el cabello blanco engominado peinado hacia atrs. Tena la cabeza apoyada sobre el pecho, como si se hubiese quedado dormido durante la cena.Un ataque al corazn? O se habra desmayado? No pareca probable que hubiera roto la ventana del piso superior y hubiera entrado por ah, pero por lo que Rebecca vea, no haba nadie ms en el saln. Nadie ms poda haber dado los pesados pasos que haban odo.Rebecca se aclar la garganta mientras se acercaba a l.Perdone dijo, detenindose junto a la mesa. Not que el hombre tena el rostro y las manos mojadas y que brillaban ligeramente bajo la luz del fuego. Seor?No obtuvo respuesta. Pero el hombre respiraba. Rebecca poda ver cmo se le mova el pecho. Se inclin sobre l y le puso la mano en el hombro.Seor?El hombre comenz a alzar la cabeza y a volver el rostro hacia ella. Se oy un sonido enfermizo y hmedo, como de labios chupando algo viscoso, y la cabeza del hombre resbal por el torso y cay al suelo.El sonido hmedo se hizo ms fuerte. El cuerpo decapitado comenz a temblar, a bullir, como si estuviera lleno de algo vivo. Rebecca retrocedi tambaleante, y grit con todas sus fuerzas cuando el cuerpo del hombre se desmoron como bloques mal apilados y cay al suelo en grandes pedazos. Cuando los trozos golpearon el suelo se desintegraron y la tela del traje cambi de color: se volvi negra y se convirti en muchas cosas, cada una del tamao de un puo.Babosas, son como babosasBabosas con filas de minsculos dientes. No babosas sino sanguijuelas, gordas, redondas y de algn modo capaces de imitar la figura de un hombre, incluso la ropa de un hombre.No es posible, esto no puede estar pasando!Rebecca retrocedi ms, enferma de terror, mientras las criaturas se juntaban de nuevo y se mezclaban unas con otras en una masa anormal e hinchada hasta formar una brillante torre de oscuridad. Se remodelaron, adquirieron forma y color, y de nuevo fueron el hombre mayor que Rebecca haba visto sentado ante la mesa. Las mir horrorizada, sin poder creer lo que vea. Incluso sabiendo que estaba formado de cientos, tal vez miles, de desagradables criaturas, no poda ver los espacios entre ellas, no hubiera podido saber que no era un hombre excepto por lo que ya haba visto con sus propios ojos. El tono del traje, la forma y el color del cuerpo La nica pista de que no era un hombre era el extrao brillo de su piel y de su traje.El falso hombre extendi el brazo hacia atrs, como si estuviera a punto de lanzar una pelota, y luego lo llev de golpe hacia adelante. El brazo se alarg de forma imposible. Rebecca se hallaba al menos a cinco metros, pero la brillante mano hmeda dio un manotazo al aire a slo unos centmetros de su rostro. Rebecca tropez con sus propios pies en su prisa por salir de all y cay al suelo, mientras el brazo se recompona de nuevo, volva a ir hacia atrs y se preparaba para un nuevo ataque.La pistola, estpida! Dispara!Alz el arma y dispar. Los dos primeros tiros fallaron el blanco, pero el tercero y el cuarto desaparecieron entre el tambaleante cuerpo de la cosa. Pudo ver la falsa piel formar ondas cuando las balas la alcanzaron. El traje y el cuerpo que haba debajo se movieron ligeramente, como si ella los viera a travs de las ondas que produce el calor sobre el asfalto en un da de verano. La criatura ni se detuvo antes de lanzar de nuevo el brazo contra ella. Rebecca lo esquiv, pero la mano la alcanz y le golpe ligeramente la mejilla izquierda. La joven grit de nuevo, ms por la sensacin de la mano que por la fuerza del golpe. Era una sensacin fra, spera y viscosa, como piel de tiburn mojada en una cinaga fangosa. Y, antes de retirarse, esa mano la golpe de nuevo y le hizo soltar la pistola. El arma resbal por el suelo y se detuvo bajo una de las mesas. El hombre dio otro paso tambaleante. Ya estaba lo suficientemente cerca como para que su siguiente golpe no fuera fcil de esquivar, y Rebecca slo tuvo tiempo de pensar que era mujer muerta.Bam! Bam! bam!La criatura retroceda torpemente. Alguien disparaba una y otra vez. El inesperado sonido la hizo encogerse mientras se pona en pie con dificultad. Los primeros disparos desaparecieron dentro de la forma, como antes, pero los tiros siguieron. Encontraron el rostro maduro y brillante del monstruo y sus relucientes ojos. Un lquido oscuro brot de repentinas aberturas en el grupo mientras las sanguijuelas saltaban en pedazos. En el sexto o sptimo tiro, el hombre cosa comenz a deshacerse en sus componentes, y los pequeos animales negros se arrastraron hacia las ventanas rotas en cuanto tocaron el suelo.Rebecca mir hacia la puerta y vio a Billy Coen de pie, en la clsica posicin de tirador, el arma agarrada con ambas manos y la mirada fija en la monstruosidad que tena ante s mientras sta completaba su silencioso desmoronamiento y volva a ser muchas criaturas. Las sanguijuelas seguan dirigindose hacia las ventanas, dejando marcas de mucosidad sobre el suelo cubierto de restos y sobre las paredes manchadas. Se deslizaron sin esfuerzo sobre los bordes puntiagudos de los vidrios y desaparecieron en la tormenta nocturna. Al parecer, haban finalizado su ataque.Un canto agudo y extrao atraves el sonido de la lluvia. An bajo los efectos de la impresin, Rebecca se acerc a la ventana, evitando con cuidado las sanguijuelas que an salan del vagn, y recuper su arma antes de mirar hacia fuera en busca del origen del canto. Billy se uni a ella sin intentar esquivar las extraas criaturas, y varias reventaron bajo el tacn de sus botas.Lo vieron gracias a la luz de un relmpago. De pie en una colina de poca altura hacia el oeste del tren. Una figura solitaria un hombre a juzgar por su altura y por la anchura de los hombros alz los brazos en un gesto de bienvenida mientras cantaba con una voz de soprano sorprendentemente dulce, una voz joven, sonora y potente. Cantaba en latn, como si fuera algo de iglesia. Y por si no fuera suficientemente estrambtico, pareca estar en medio de un lago poco profundo, porque el suelo pareca formar ondas a su alrededor. Estaba demasiado oscuro para verlo bien. Slo una negra sombra y una silueta marcaban la presencia del solitario cantante.Oh, Dios exclam Billy. Mira eso.Rebecca sinti que se le erizaban los pelos de la nuca y su boca se curvaba en una mueca de asco. No haba ningn lago. El suelo estaba cubierto de sanguijuelas, miles de sanguijuelas que avanzaban hacia el joven cantante. La chica pudo ver como el borde de su abrigo largo o de su tnica ondeaba cuando las criaturas se metan y desaparecan bajo l.Quin es ese tipo? pregunto Billy, y Rebecca movi la cabeza, negando. Quiz fuera como el hombre de antes, hecho de pequeas criaturas.El tren se sacudi inesperadamente. Un sonido ascendente y mecnico invadi el vagn, y el suelo vibr bajo sus pies. De repente, el tren comenz a moverse, primero lentamente, pero ganando velocidad rpidamente.Rebecca mir a Billy y vio en su rostro la misma confusin que en el de ella. Por primera vez sinti algo aparte de un furioso desprecio por el criminal. Estaba atrapado en esa pesadilla igual que lo estaba ella.Y acaba de salvarme la vidaAn te las arreglas sola? pregunt l con una sonrisa irnica, y Rebecca sinti que se deshaca el ligero vnculo que los una. Pero antes de que pudiera contestar, Billy pareci darse cuenta de que su intento de sarcasmo no era lo que la situacin requera. Creo que a ambos nos ira bien un poco de ayuda prosigui. Qu te parece? Slo hasta que salgamos de sta, de acuerdo?Rebecca pens en las vctimas del virus que haba visto y en las que haba matado, y sobre lo que Edward le haba dicho: que el bosque estaba lleno de zombis y monstruos. Pens en el hombre hecho de sanguijuelas y en su extrao amo cantante que haban visto bajo la lluvia. Y finalmente pens en que alguien, o algo, haba puesto en marcha el tren. Incluso si Enrico y el resto del equipo seguan an vivos, se estaba alejando de ellos por minutos.Vale, de acuerdo respondi, y aunque la pose arrogante y huraa de Billy no cambi, Rebecca se dio cuenta de que el hombre se senta aliviado. Y supo que ella tambin.

Captulo 4La solitaria figura sobre la colina contemplaba el tren mientras ste ganaba velocidad y desapareca entre la tormenta. Tena el corazn rebosante de la cancin que se haba derramado de sus labios y vibraba con tanta dulzura en el salvaje aire de la noche llamando de vuelta a sus ayudantes. Haban cumplido su cometido. El tren estaba preparado para la inevitable cuadrilla de limpieza, que llegara en cuanto el sol se pusiera. Tambin haban hecho que la mayora de infectados se perdieran por los bosques, haban cerrado las puertas y puesto en marcha el motor. Quera que fueran las sanguijuelas las que se alimentaran, no los portadores del virus, y una vez que el equipo de Umbrella subiera al tren, no habra forma de escapar. La lluvia caa sobre las sanguijuelas mientras stas reptaban colina arriba contestando a su llamada, a sus deseos. Las recibi con una sonrisa al acabar su cancin. Las cosas iban tan bien como pudiera desear. Despus de una espera tan larga, ya no quedaba mucho. Su sueo se cumplira. Se convertira en la pesadilla de Umbrella y luego en la del mundo entero.Lo primero que tenemos que hacer es detener el tren propuso Rebecca.Billy asinti con un gesto.Alguna idea?Separmonos contest ella, tranquila, sorprendentemente tranquila considerando por lo que acababa de pasar. El vagn de cabeza est cerrado. Tenemos que conseguir abrir esa puerta para llegar hasta la mquina.Disparemos a la cerradura dijo Billy.Es un lector magntico repuso Rebecca, negando con la cabeza. Tenemos que encontrar la tarjeta que hace de llave.He visto la oficina de un revisorCerrada inform Rebecca. Tendremos que encontrar una por nuestra cuenta.Eso nos puede llevar un buen rato indic Billy. Deberamos permanecer juntos.Entonces tardaramos el doble. Preferira salir de este trasto antes de que llegue a donde sea que vaya.Aunque no le gustaba nada andar solo por el tren y quera an menos que ella fuera sola, Billy no poda discutir la lgica de Rebecca.Comenzar desde atrs e ir hacia adelante dijo sta. T encrgate del segundo piso. Nos encontraremos en el vagn de cabeza.Ests hecha toda una mandona, no crees, pequea?, pens Billy, pero prefiri no decirlo. En algn momento de un futuro no muy distante, ella podra ser lo nico que le impidiera convertirse en el almuerzo de alguien.Y te pegar un tiro si intentas cualquier cosa rara aadi Rebecca. Billy estaba a punto de replicarle, pero entonces vio el brillo en los ojos de la chica. No estaba hablando en serio. No del todo.La joven hizo un gesto con la cabeza indicando el arma de Billy.Necesitas municin para ese trasto?Estoy servido. Y t?Con otro gesto de cabeza, Rebecca fue hacia la puerta. Al llegar all, se volvi.Gracias dijo mientras gesticulaba vagamente hacia el fondo de