resumen de richard hays - the moral vision of the new testament

7
Hays, Richard B. The Moral Vision of the New Testament: Community, Cross, New Creation: A Contemporary Introduction to New Testament Ethics. New York, NY: HarperOne, 1996. Introducción: El deber de las éticas del Nuevo Testamento La afirmación de que la fe y práctica de la iglesia se fundamenta en las Escrituras es sospechosa por, al menos, dos razones: la Biblia contiene diversos puntos de vista y diferentes métodos interpretativos pueden dar a un único texto múltiples mensajes (1). Todos los creyentes, incluidos esos que no creen en una doctrina de la inspiración bíblica, reclaman la Biblia para sí como guía para su enseñanza ética y práctica. Una razón para que la iglesia se haya dividido tan profundo en asuntos morales es que las comunidades de fe han aceptado acríticamente las categorías populares del discurso sobre esos temas y no han escudriñado estos asuntos a la luz de una lectura cuidadosa de la Biblia (2). La Biblia hay que interpretarla. La exégesis crítica exacerba el problema haciéndonos conscientes de la diversidad ideológica que hay en las Escrituras y de la distancia espacial y temporal que nos separa de las comunidades destinatarias de estos textos en el siglo I. Por esta razón, hay que describir de manera coherente el método que se debe utilizar para moverse entre el texto y un juicio ético normativo. El libro de Hays intenta responder a la pregunta: ¿cómo la iglesia puede leer las Escrituras de una manera fiel y disciplinada de manera que sea capaz de formar la vida de la iglesia? (3) Para que el NT sea relevante a nuestros dilemas contemporáneos es necesario realizar cuatro operaciones esenciales. 1) La primera es la labor descriptiva. Aquí se realiza una labor exegética que explica el mensaje individual de los diferentes textos en el canon (3-4). 2) La segunda es la labor sintética. Aquí se plantea la pregunta de la posible coherencia entre los diversos testimonios bíblicos. Se debe establecer qué métodos pueden utilizarse para esta

Upload: edgardo-jose-soto-brito

Post on 23-Dec-2015

19 views

Category:

Documents


3 download

DESCRIPTION

Resumen de Introducción y Capítulo 1 del texto referido.

TRANSCRIPT

Page 1: Resumen de Richard Hays - The Moral Vision of the New Testament

Hays, Richard B. The Moral Vision of the New Testament: Community, Cross, New Creation: A Contemporary Introduction to New Testament Ethics. New York, NY: HarperOne, 1996.

Introducción: El deber de las éticas del Nuevo Testamento

La afirmación de que la fe y práctica de la iglesia se fundamenta en las Escrituras es sospechosa por, al menos, dos razones: la Biblia contiene diversos puntos de vista y diferentes métodos interpretativos pueden dar a un único texto múltiples mensajes (1). Todos los creyentes, incluidos esos que no creen en una doctrina de la inspiración bíblica, reclaman la Biblia para sí como guía para su enseñanza ética y práctica. Una razón para que la iglesia se haya dividido tan profundo en asuntos morales es que las comunidades de fe han aceptado acríticamente las categorías populares del discurso sobre esos temas y no han escudriñado estos asuntos a la luz de una lectura cuidadosa de la Biblia (2).

La Biblia hay que interpretarla. La exégesis crítica exacerba el problema haciéndonos conscientes de la diversidad ideológica que hay en las Escrituras y de la distancia espacial y temporal que nos separa de las comunidades destinatarias de estos textos en el siglo I. Por esta razón, hay que describir de manera coherente el método que se debe utilizar para moverse entre el texto y un juicio ético normativo. El libro de Hays intenta responder a la pregunta: ¿cómo la iglesia puede leer las Escrituras de una manera fiel y disciplinada de manera que sea capaz de formar la vida de la iglesia? (3)

Para que el NT sea relevante a nuestros dilemas contemporáneos es necesario realizar cuatro operaciones esenciales. 1) La primera es la labor descriptiva. Aquí se realiza una labor exegética que explica el mensaje individual de los diferentes textos en el canon (3-4). 2) La segunda es la labor sintética. Aquí se plantea la pregunta de la posible coherencia entre los diversos testimonios bíblicos. Se debe establecer qué métodos pueden utilizarse para esta operación. Hays cree que las tensiones en el canon puede manejarse creando una caracterización amplia de las preocupaciones y temas morales en el NT. Él propone un grupo de imágenes que pueden unificar la ética neotestamentaria y ayudar a interpretar e iluminar los diferentes textos: comunidad, cruz y nueva creación (4-5). 3) Se continua con la labor hermenéutica. ¿Cómo nos apropiamos el mensaje de NT como una palabra dirigida a nosotros? Para esto es necesario un “acto integrador de la imaginación”. Al apelar a la autoridad del NT estamos necesariamente envueltos en la creación de metáforas, ubicando la vida de nuestras comunidades en el mundo articulado por los textos (5-6). 4) La última labor es la pragmática. Se trata de que la comunidad de fe ponga en práctica los imperativos de las Escrituras. El valor de nuestra exégesis y hermenéutica será probado por su capacidad de producir personas y comunidades cuyo carácter se asemeje al de Jesucristo y sea, por tanto, agradable a Dios (6-7).

Page 2: Resumen de Richard Hays - The Moral Vision of the New Testament

PARTE UNOLa labor descriptiva: Visiones de la vida moral en el Nuevo Testamento

El primer paso en el proceso de discernir una ética del NT es describir el contenido de los escritos individuales del canon neotestamentario. Hays se limitará a describir las perspectivas morales de las cartas paulinas, los evangelios, Hechos y Apocalipsis. Las preguntas que se intentarán responder son: ¿Cuáles son los símbolos y preocupaciones más relevantes en el texto? ¿Cuáles son las suposiciones y convicciones de fondo sobre la forma de la vida cristiana? ¿Cómo cada autor razona para discernir la voluntad de Dios para la comunidad de fe? (13)

CAPÍTULO 1Pablo: La koinōnia de sus sufrimientos

1. ¿Está la ética de Pablo fundamentada teológicamente?

Todas las cartas de Pablo, excepto Romanos, fueron escritas a comunidades que el apóstol había fundado. Estás comunidades conocían su predicación y enseñanza. Tal situación crea el fenómeno de que en las cartas mucho se da por sentado y muchas cosas no se dicen (16). Pablo nunca hace una presentación sistemática de la ética cristiana. Sus cartas responden más bien a situaciones contingentes que surgían en sus iglesias. Se plantea entonces unas preguntas importantes: ¿Eran sus respuestas basadas en un grupo coherente de convicciones teológicas? ¿Nacían sus normas morales de fuentes tradicionales o se derivaban de la lógica interna de su evangelio? (17)

Si no existe una relación integral entre la ética de Pablo y su teología, el estado normativo de sus enseñanzas éticas es débil. Cuando el evangelio se mueve en tiempo y/o espacio a una cultura diferente, uno puede presumiblemente sustituir sin dificultad la ética de Pablo por un grupo diferente de normas culturales. Por otro lado, si la ética de Pablo tiene una relación intrínseca con su teología, entonces el estado normativo de su enseñanza moral está atado a la autoridad de su evangelio (18).

En lo que sigue, Hays pretende demonstrar que la ética paulina está fundamentada en su pensamiento teológico. Cuando se realiza una lectura cuidadosa de sus cartas es difícil establecer una distinción clara entre teología y ética. Debido a las circunstancias que se daban en sus iglesias Pablo se vio obligado a desarrollar su pensamiento teológico. La teología de Pablo no es un ejercicio en la especulación, es más bien una herramienta para la construcción de sus comunidades. Toda la vida con sus contingencias está bajo el escrutinio del único evangelio. En particular, Pablo hace que el mensaje del Cristo crucificado conteste a todos los problemas de conducta que enfrentaban sus pequeñas comunidades. ¿Cómo lo hace? Eso se contestará en el resto del capítulo (18).

2. El marco teológico de la ética paulina

(a) Nueva creación: escatología y ética. Para Pablo, la muerte y resurrección de Jesús fue un evento apocalíptico que señaló el fin de la época antigua y auguró el comienzo de la nueva (19). En el pensamiento apocalíptico judío era común hacer

Page 3: Resumen de Richard Hays - The Moral Vision of the New Testament

una distinción entre dos épocas: la presente, caracterizada por la prevalencia del mal y del sufrimiento, y la futura, donde Dios vencería sobre toda injusticia y establecería un Israel restaurado. En 2 Corintios 5, donde se describe a los creyentes como “una nueva creación” (v. 17; cf. Is 65.17-19), Pablo afirma que la iglesia ya se encuentra en la esfera de la era apocalíptica.1 Los creyentes somos esos “para quienes ha llegado el fin de los siglos” (1 Co 10.11 LBLA). La antigua era esta pasando (cf. 1 Co 7.31), la nueva era ha aparecido en Cristo y la iglesia se encuentra en la coyuntura entre ambas. La situación coyuntural de la iglesia significa que ella espera aún la consumación de su esperanza: la venida de Jesús, la resurrección y el juicio final. Este es un tiempo “anómalo” en el que el “ya” y “todavía” de la redención existen simultáneamente en tensión dialéctica. Las dos eras coexisten en el presente (20-21).

Para desarrollar cómo esta visión escatológica deja su huella en la ética de Pablo Hays hace unos comentarios sobre 1 Tesalonicenses, 2 Corintios 5 y Romanos 8.

1 Tesalonicenses. Una lectura rápida a esta carta, la que la mayoría de los eruditos cree la más antigua de Pablo, nos mostrará que hay una expectativa escatológica importante. Se descubre, sin embargo, que los tesalonicenses no debían solamente esperar la venida del Mesías, sino que era su rol servir a Dios mientras esperaban. Pablo concibe a la iglesia como un pueblo que está siendo preparado por Dios para la llegada del reino. La santidad que los prepara para el juicio final encuentra expresión en el amor que abunda dentro de la comunidad (1 Ts 3.12-13; 5.23-24) (21-23).

2 Corintios. Esta carta, a diferente de 1 Tesalonicenses, enfatiza el “ya” de la nueva creación. Aquí Pablo está enfrentando a unos “súper-apóstoles” (11.5) que cuestionaban la legitimidad de su ministerio. Para Pablo estos misioneros están funcionando bajo los rudimentos de la vieja era. El ministerio que él ejerce es impulsado por el Espíritu de la nueva era.

La iglesia en el presente se convierte en la “justicia de Dios” (5.21), en nueva creación, cuando encarna en su vida juntos el amor reconciliador de Jesús. Pero esta visión positiva del presente se atempera con una dosis del “todavía”. La iglesia manifiesta la justicia de Dios al igual que Jesús: a través del sufrimiento y la muerte por el bien de otros. La vocación de la iglesia conlleva sufrimiento. Tal tensión es una consecuencia de vivir en la coyuntura de los tiempos (23-25).

Romanos 8. Los creyentes en Jesús somos liberados del poder de la carne y, por medio de la presencia del Espíritu Santo, participamos con Cristo de la herencia prometida. Sin embargo, estos tiempos son también unos en los que participamos de los sufrimientos de Cristo. En medio de nuestra espera gemimos junto a la creación por la redención definitiva. La redención final se entiende en términos corporales. El cuerpo es bueno y espera su redención (25-26).

1 1. Para Pablo la era futura no es solamente un tiempo futuro que se espera, es también un espacio inaugurado por Dios en la muerte y resurrección de Jesús. Los que tienen fe en Jesucristo están ahora bajo el dominio (reino) de Dios en un mundo bajo el dominio de Satán. Ambos dominios se enfrentan en la coyuntura de los tiempos hasta que Dios estableza su reinado de manera definitiva en la parusía de Jesús. Para una excelente discusión sobre esto leer a Martinus C. de Boer, Galatians: A Commentary, The New Testament Library (Louisville, KY: Westminster John Knox Press, 2011), 31-35.

Page 4: Resumen de Richard Hays - The Moral Vision of the New Testament

(b) La cruz: paradigma de fidelidad. La cruz de Jesús es un símbolo fundamental del pensamiento de Pablo. La abundancia de referencias a la cruz contrasta con la ausencia de alusiones a la vida ministerial de Jesús. Dada su importancia, ¿qué significaba para Pablo la crucifixión de Jesús? La respuesta es compleja. En la cruz se dio el clímax de los tiempos, un cambio de era. En la cruz Jesús tomó sobre sí la maldición de la ley (Ga 3.13) para que los gentiles también participaran de la herencia de Abrahán. La cruz es además la demonstración de la justicia (Rm 3.24-26) y del amor (Rm 5.8) de Dios, el evento en que Dios actuó para la redención del mundo. Es un misterio que confunde a la sabiduría humana y desprecia el poder mundano (1 Co 1.21-31). Para la ética del NT es importante otra dimensión de la cruz: fue un acto de obediencia amoroso y sacrificado que es paradigmático para todos aquellos que están en Cristo (27).

En varios lugares Pablo describe a Jesús dando su propia vida. Por tanto, la muerte de Jesús no fue un accidente ni una injusticia. En Ga 1.4 Pablo nos dice que Jesús fue ese que “se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos de este presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre” (LBLA). Luego, en Ga 2.20 Pablo dirá que Jesús “me amó y se entregó a sí mismo por mí” (LBLA).

Sin debilitar la unicidad del evento del Calvario, Pablo interpreta el acto desprendido de Jesús dar su vida como una metáfora de acción para sus comunidades. Los creyentes deben servirse unos a otros en amor. Con esto de fondo podemos comprender un texto como Ga 6.2, que dice: “Llevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo” (LBLA) (27-28).

De la misma manera que la muerte de Cristo es una metáfora para la obediencia de los creyentes, la resurrección de Jesús es para Pablo un signo de esperanza de que esos que sufren por la fe serán finalmente vindicados por Dios. Pablo espera “conocerle a El, el poder de su resurrección y la participación en sus padecimientos, llegando a ser como El en su muerte, a fin de llegar a la resurrección de entre los muertos” (Flp 3.10-11 LBLA). Para Pablo, sufrir por la fe y servir a los hermanos creyentes es participar en los sufrimientos de Cristo (la cruz) (30-31).

La muerte de Jesucristo es un acto de fidelidad que simultáneamente reconcilia a la humanidad con Dios y establece una nueva realidad en la cual somos libres del poder del Pecado, siendo capaces de imitar el patrón de su vida (32). Por eso Pablo afirma con fuerza:

Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por [la] fe [del] Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. (Ga 2.20 LBLA modificada).

Para otros ejemplos de cómo Pablo utiliza la cruz como metáfora para la vida comunitaria de sus iglesias ver Rm 15.1-3, 7; Flp 2.1-13.