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El mismo “Estado de Derecho”que legitimó la continuidad del franquismo y su golpe militar contra la República se usa para bloquear cualquier proyecto democratizador y aplastar en la “es- piral del silencio” cualquier cuestionamiento de la constitución, de la bandera o de la unidad territorial Robots: ¿El fin de la clase obrera? Cada vez hay más trabajadores en el mundo Hacia dónde va China: ¿Socialismo de Mercado? o pensamiento Xi Jinping La Francocracia española y la “cuestión catalana” 15 22 Revista de información • www.elotropais.com Año XII • Nº 84 • Febrero 2018 • 2 euros Más de 70.000 milllones de la hucha de las Pensiones gastados en salvar a los bancos.- Cerca de diez millones de pensionistas españoles, que en una gran parte han mantenido a sus familias durante la crisis, han visto como la hucha de las Pensiones que en 2008 superaba los 70.000 millones de euros los han malgastado los Gobiernos de Zapatero y de Mariano Rajoy tanto para evitar la caída de los bancos como para comprar deuda espa- ñola pagando a los grandes inversores financiero internacionales. Y han dicho ¡Basta ya!

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El mismo “Estado de Derecho”que legitimó la continuidad del franquismo y su golpe militar contra la República se usa para

bloquear cualquier proyecto democratizador y aplastar en la “es-piral del silencio” cualquier cuestionamiento de la constitución,

de la bandera o de la unidad territorial

Robots: ¿El fin de la clase obrera? Cada vez hay más trabajadores en el mundo

Hacia dónde va China: ¿Socialismo de Mercado?o pensamiento Xi Jinping

La Francocracia española y la “cuestión catalana”

15 22

Revista de información • www.elotropais.com Año XII • Nº 84 • Febrero 2018 • 2 euros

Más de 70.000 milllones de la hucha de las Pensiones gastados en salvar a los bancos.- Cerca de diez millones de pensionistas españoles, que en una gran parte han mantenido a sus familias durante la crisis, han visto como la hucha de las Pensiones que en 2008 superaba los 70.000 millones de euros los han malgastado los Gobiernos de Zapatero y de Mariano Rajoy tanto para evitar la caída de los bancos como para comprar deuda espa-ñola pagando a los grandes inversores financiero internacionales. Y han dicho ¡Basta ya!

2 Febrero l 2018

E l otro día escuché a un economista ultraliberal reconocer que la economía española se había recuperado -un poco- gracias al tirón de lo Público, es decir de la inversión pública que se hace a través de nuestros impuestos

y del consumo que hacemos de las infraestructuras públicas -carreteras, ferroca-rriles, aeropuertos-, sanidad, enseñanza, etc, mientras que la inversión privada sigue bajo mínimos. Si a eso unimos que el único empleo estable que se ha creado proviene también de lo Público ¿por qué ese empeño en destruir lo único que funciona? Los capitalistas ya no invierten su dinero prefieren invertirlo en especulaciones financieras y su único objetivo es apoderarse de lo público. De ahí la importancia que han tenido en España las mareas de defensa de lo público, las únicas capaces de frenar a los fondos buitres.

Febrero de 2018

en este número...Primera Plana: 4 La Francocracia española y la “cuestión catalana”

Opinión7 Cómo nos dominan: ¿Democracia, Timocracia,

Plutocracia?

Cataluña:8 La legislación actual sobre la autodeterminación

10 ¿Ha vuelto el fascismo a Cataluña o sigue aquí desde 1939?

Política12 El testamento de Franco fuente del ordenamiento

constitucional

Opinión14 El testamento de Franco fuente del ordenamiento

constitucional

Debate sobre China15 ¿Socialismo de Mercado?

17 Xi toma el control total del futuro de China

Opinión:20 ¿Cultura de Paz?

22 Robots: ¿El fin de la clase obrera?

Memoria Histórica23 Las cuatro muertes de Miquel Grau y la

impunidad de los franquistas

26 La trágica historia de un campesino andaluz

28 Conocí a Sofía Blasco, la “Santa laica”, en el frente de Somosierra…

Cine31 Dziga Vertov, gran testigo de la Revolución de

Octubre

eop 85 KALVELLIDO

ORGANIZACIONESA.V.I.C.E.S. C/ Carretas, 14, 2º HFundación Domingo Malagón C/ Martín de Vargas, 46 Plataforma Sindical EMT C/Travesía De Tellez, 7CGT C/Alenza, 13Asoc Bartolome De Las Casas C/Castillo De Simancas, 29CAUM C/ Atocha, 20CAES C/Atocha, 91 2ºAC Estrella Roja C/ Matilde HernándezADEIA Abogados C/Conde De Xiquena, 9 - 2ºAsoc. de Vecinos Las Musas C/Carlos II, 12CCOO (Javier Bar) C/Sebastián Herrera, 12Ateneo Republicano Vallecas C/Arroyo Del Olivar, 79ACDS C/San Blas, 1- Bajo (Alcorcón)PCE Paracuellos C/Chorrillo Alto, 35 (Paracuellos)PCE Getafe C/Pizarro, 23 (Getafe)Agrupación POM, PCE Parla C/ Jerusalén, 15 (Parla)

KIOSCOSMADRID Plaza de Tirso de Molina C/Bravo Murillo, 105 C/San Bernardo; esquina Calle del Pez C/Sierra Bermeja; esquina a Martínez de la Riva C/Conde de Peñalver; esquina a Padilla C/ Santa Engracia, 96 Puerta del Sol Plaza de CibelesARROyOMOLInOS Avenida de Francia , s/n

LIBRERIASMADRIDLa Muga C/Pablo Neruda, 89 Traficantes de sueños c/ Duque de Alba,17Francisco Duque C/ Geranio, 21 (Arroyomolinos)

País ValenciáVALEnCIALibrería Primado Avenida Primado Reig, 102

ALACAnTCentro Médico Calpe Plaza de la Constitución, 3 (Calpe)Orihuela c/ Hospital, 21San Juan Dolors Aguado

CataluñaSanta Coloma de Gramanet C/Valldovina, 18

AndalucíaCÁDIZ Algeciras “/ Apunta” Avenida Virgen de la Paloma, 50”El Puerto de Santa María El Boletín (C/ Ruleta,32)

SEVILLAMarinaleda/ Ayuntamiento Avda de la Libertad, 19

GRAnADAAtarce C/Alonso Cano, 1

Castilla-La ManchaCUEnCACuenca Kiosko Alcampo Carretera Vieja Madrid Km 178,5Almodóvar del Pinar c/ Larga,51

AsturiasGIJOnAsociacion La Osa C/San José, 58

GaliciaPOnTEVEDRAVigo / Sardoma Tienda Kiosko A’Praza Plaza Miraflores,4 O’ Porriño Kiosko / Rua Manuel Rodríguez, 67Redondela Talleres Cesantes, Sl C/San Pedro, 38

Islas CanariasSAnTA CRUZ DE TEnERIFEDistribuidora García y Correa c/ Juan Ravina Méndez, 3

Castilla y LeónSEGOVIAIU Segovia Plaza de Santa Eulalia, 10, 3º

AVILACandeleda c/ Leopoldo Bernbardo

País VascoBIZKAIA -BARACALDO c/ Velásquez,4

PUNTOS DE DISTRIBUCIÓN “EL OTRO PAÍS

Lo Público salva la economíaRafael Gómez Parra

3EditorialFebrero l 2018

E rase una vez un país de-mocrático donde los diri-gentes respetaban los de-rechos de su ciudadanos, donde la policía no lleva-

ba armas y los ejércitos habían pasado a la historia. “Erase una vez un lobito bueno, al que maltrataban todos los corderos. Y había también un prínci-pe malo una bruja hermosa y un pirata honrado”, cantaba Paco Ibáñez sobre un poema de José Agustín Goytisolo, parodiando la gran mentira que nos cuentan sobre nuestros gobernantes. Qué bonito hubiera sido que el Go-bierno del PP hubiera permitido a los catalanes votar sobre su destino y mu-cho más bello el que les hubieran de-jado construir su propio país de haber ganado en la votación. Pero no ha sido así y mucho nos tememos que Ghandi Puigdemont acabe en la cárcel hasta que Rajoy, Pedro Sánchez y demás tengan a bien soltarlo como hicieron en Euskadi con el líder de HB, Arnal-do Otegi al que tras unos juicios plaga-dos de irregularidades el Tribunal Su-premo le condenó a seis años y medio de cárcel –a pesar de haber renunciado a ETA- que tuvo que cumplir íntegra-mente, lo mismo que les va a ocurrir a los independentistas catalanes su la resistencia popular no lo impide.

Pablo Iglesias, líder del movimiento de protesta que se fraguó en torno al 15M, habló en pleno éxtasis de haber conseguido sacar cinco diputados en las elecciones europeas de 2014 de “asaltar los cielos” y cuatro años des-pués comprueba que el dueño de los cielos, dios lleva pistola y tiene un ejército para impedirlo.Es evidente que todas las luchas –desde las sindi-cales hasta las de derechos humanos, las anti desahucios o a favor de la mu-jer- son imprescindibles para evitar que el capitalismo nos arrolle y que la explotación del hombre sobre el hom-bre sea aún más dura e insoportable. Pero no nos engañemos a eso no se le

puede llamar ni revolución ni asalto a los cielos. Hay que participar en todos estos movimientos y alegrarse de sus triunfos que no son pocos, pero tam-bién hay que procurar que no caigan en manos de los partidos del Sistema y se conviertan en transmisores de la mentira como “esta es la democracia que queremos” o “gracias a la transi-ción acabamos con el franquismo”, lo que finalmente lleva a la muerte de esos movimientos y al desánimo po-pular.

Es muy típico que personas que se ponen al frente de estos movimientos populares y sueñan con arrasar el Sis-tema simplemente porque los buenos –el pueblo- somos más y los malos –el gobierno- son menos, acaben pegán-dose de bruces contra la realidad y en vez de echar la culpa a los explotado-res acaben echándosela a los explota-dos. Ya decía Lenin que la revolución no es cosa de aficionados ni de teóri-cos y que los pueblos se apuntan a las grandes transformaciones de la socie-dad cuando ven seriedad, fuerza y po-sibilidad real de hacer la revolución. Mientras tanto lo más seguro es que estén a lo suyo. Los gobiernos capi-talistas saben que no tienen el apoyo popular y por eso tiemblan cada vez

que estalla una protesta. Sus verdade-ros apoyos los tienen en las Fuerzas Armadas y en la Policía, junto a unas leyes y unos jueces que las interpretan siempre a favor suyo.

Para saber cómo funciona el sis-tema capitalista basta con escuchar las declaraciones que hizo el sátrapa Rodrigo Rato, que fue vicepresidente económico en el Gobierno de Aznar, ante la comisión del Congreso que “investiga” la estafa de Bankia. Allí explicó cómo el ministro de Econo-mía, Luis de Guindos, se reunió con los grandes banqueros para que le di-jeran como querían que liquidara las Cajas de Ahorro para que los bancos se quedaran con sus depósitos. Inme-diatamente toda la acorazada brunete de los medios de comunicación –que en su día dijeron que Rato era el autor del milagro español- se lanzó en trom-ba para llamarle caradura y tirarle por los suelos, justamente cuando estaba contando la verdad. Y los diputados “antisistema” a oír y callar, qué otra cosa pueden hacer…

Lo mismo le ocurrió a Mario Conde, ante el que se postraban los periodis-tas más famosos del país –a muchos de los cuales tenía en nómina- y que cuando intentó “rebelarse” le metieron

en la cárcel con las mismas armas que él había usado cuando tení poder. Ya en la cárcel escribió un libro “El Sis-tema. Mi experiencia del Poder” en el que, como ha hecho ahora Rato, narra el verdadero funcionamiento mafioso de gobierno, partidos y empresarios. Basta ver las críticas que le hicieron esos mismos periodistas sumisos di-ciendo que lo que contaba era irreal y que quería presentarse como una víctima y no como un ladrón. Pero si alguien sabe de verdad como funciona el Sistema capitalista nadie mejor que ellos que son los que han estado en su sala de máquinas.

En política, salvo el poder todo es ilusión y eso es lo primero que perci-be el que, por hace o por b, se mete dentro del sistema y comprueba que a pesar de que el Gobierno está en mino-ría en el Parlamento y a pesar de que se aprueban leyes presentadas por la oposición, el ejecutivo sigue hacien-do de su capa un sayo sin tener que dar cuentas a nadie salvo esos debates en los que Rajoy pone cara de póker a las enfados de los diputados que a lo más pueden exhibir una pancarta, un cartel o una impresora al estilo Rufián (ERC). Y cuando tienes el poder ique-ño, pero poder al fin y al cabo, en un ayuntamiento tienes que enfrentarte a la justicia franquista para intentar qui-tarle el nombre de una calle a Millán Astray, el fundador de la Legión y de Radio Nacional de España en 1937. Al senador valenciano Carles Mulet, empeñado en conseguir que los ayun-tamientos cumplan la ley y borren de sus callejeros a los caudillos franquis-tas, le contestan muchos alcaldes de malas maneras con la prepotencia que da el saber que nadie les va a procesar por prevaricación y hasta un alcalde socialista le dice irónicamente que la de calle Primo de Rivera no tiene nada que ver con el fundador de la Falange y que si quiere le ponen una calle con su nombre.

PRESIDENTE: Manuel Vázquez NaveiraDIRECTOR GENERAL: José Luis Sancho JimenoCONSEJO RECTOR: Teresa Galeote Dalama, María García Oset. Pedro López López, Victoria Ruiz García, José Luis Sancho JimenoManuel Vázquez NaveiraCONSEJO EDITORIAL: Dolors Aguado i Martorell, Alfredo Disfeito y José Manuel Gallego.DIRECTOR: Alfredo DisfeitoDIRECTOR DE FINANZAS: José Luis Sancho.REDACTOR JEFE DE EDICIÓN Y ADJUNTO A LA DIRECCIÓN: Rafael Gómez Parra.DISTRIBUCIÓN Y COOPERATIVISTAS: Francisco Román Oter.REDACTORES Y COLABORADORES: Blas López-Angulo, Manuel Revuelta, Kalvellido, Alfredo Grimaldos, Eduardo Albaladejo, Jon Odriozola, Miguel G. Jara, Eugenio Sanz, Julio Diamante, Luis Alonso Novo, María Toledano, Pedro López López, Mercedes García, Ernesto Cienfuegos, Marcelino Esteban, Carlos Tena, Federico Pérez Galdós, Javier Silván, Evaristo Villar, María García Oset, Javier Tabarés, Juan José Téllez, Carmen Morente, Antonio Cruz, Juan Manuel Olarieta, José Manuel Martín Medem, Francis-co García Cediel, Ángeles Maestro, Enrique González Duro, Carlo Frabetti, Beatriz Valenciano y Manuel Ballestero.FOTOGRAFÍA: Germán Gallego, José Lamarca, Rafael Verdú. PAÍS VALENCIÀ: Dolors Aguado i Martorell. Teléfono: 965943028.ANDALUCÍA OCCIDENTAL: Eduardo Albaladejo. Teléfono: 956872041.

REDACCIÓN Y ADMINISTRACIÓN: C/ Cristóbal Bordiú, 35. 28 003 Madrid / Teléfono: 915547545 / email:[email protected]: 1577-1979IMPRESIÓN: ALAURCO S.L.DEPÓSITO LEGAL: M-20937-2013EL OTRO PAÍS no se hace responsable de las opiniones expresadas por sus colaboradores

edita:EL OTRO PAÍS de este mundoSociedad Cooperativa

Y dios llevaba pistola…

La asamblea de socios se cele-brará el día 20 de febrero martes a las 19,00 horas en primera convocatoria y a las 19,30 en segunda convocatoria

Lugar. Club de Amigos de la Unesco de Madrid (CAUM) / / Atocha, 20, 1º izda. Madrid

Orden del día:1. Balance de gestión2. Aprobación de las cuentas3. Ruegos y preguntas

Asamblea de socios

EL OTRO PAÍS de este mundo

Sociedad Cooperativa

4 Primera Plana Febrero l 2018

Hace apenas unos días, trabajando con mis alumnos sobre el origen histórico de los Estados Nacionales, un alumno

de ciencias políticas me planteaba con candidez – ¿nos está diciendo usted que los Estados Nacionales, y en concreto el Estado Español, es el resultado de la guerra, del monopolio de la violencia y de una nacionalización fracasada? ¿Está diciendo que este Estado es un Estado franquista?

Teniendo como telón de fondo la “cuestión catalana” no me quedó más remedio que proponer a toda la clase una reflexión teórica que permitiera to-mar distancia de los esquematismos, los lugares comunes y la propaganda mediática, así como de su propia subje-tividad –en la clase sólo hay un alumno catalán-.

Una cuestión que nos compromete po-lítica y afectivamente tiene que ser tra-tada en sus partes y la relación de éstas con su conjunto, desde la historia y con una distancia sociológica que nos per-mita, después del análisis, posicionarnos políticamente y en relación a nuestros principios. Pero sin amputar la realidad

acorde con nuestros deseos, ni tratar la historia como una demostración empí-rica de nuestro propio sesgo afectivo o nuestra historia vital.

Lo primero siempre es hacer explíci-tos nuestros prejuicios y los lugares co-munes ya que éstos serán los principales obstáculos a batir o a ratificar.

Decía Bourdieu que “El hecho se con-quista contra la ilusión del saber inme-diato” y que el sociólogo no ha saldado todavía las cuentas con la “sociología espontánea” que le llevan a realizar sis-tematizaciones ficticias sobre hechos que se nos presentan como evidencias.

No hay nada más difícil, sin duda, que separar la percepción y la ciencia, o dicho de otro modo, las prenociones (ideas preconcebidas) que nos llevan a considerar como cierta una determinada interpretación de la realidad, que la ma-yor parte de las veces es la construcción social que en un momento histórico con-creto es hegemónico, y que suele estar precocinada por los medios masivos[1].

Así, la primera prenoción que habría que poner en cuarentena es que “El Esta-do Español es un Estado de Derecho” en los mismos términos en que lo es la Re-pública Francesa o el Estado Británico.

La segunda prenoción, que deriva sin duda de la propaganda de los medios masivos y de los discursos políticos de todos los signos del espectro español, es que un Estado de Derecho es aquel que se rige por leyes que emanan del parla-mento que a su vez es el legítimo repre-sentante de la soberanía, y que detrás de las leyes no hay otra cosa que la volun-tad popular expresada a través del voto.

Una tercera preconcepción sería que no hay dos Españas sino una sola que se ve tensionada y fracturada por algunos políticos sin escrúpulos.

Y finalmente una cuarta sería que el nacionalismo es incompatible con el in-ternacionalismo.

El Derecho, el poder y el soberano.Históricamente los Estados nacionales europeos, tal y como los conocemos hoy en día, fueron estructuras políticas, jurídicas y administrativas que se fueron consolidando durante siglos (de finales del siglo XV al XIX) y a partir de la guerra. Proceso que pareció cerrado (en Europa) a principios del siglo XX pero que volvió a abrirse con la caída de los países del Este dando lugar a nuevos Es-

tados nacionales europeos. La hipótesis más plausible, y la que de facto se dio históricamente, es la weberiana que sos-tiene que estas estructuras burocratiza-das, con un territorio más amplio que la de las Ciudades Estado medievales pero menor que la de los Imperios, fueron las que triunfaron y se universalizaron por-que eran más eficaces para la expansión del capitalismo.

Más allá de las causas lo cierto es que históricamente primero se formaron es-tas estructuras jurídico-administrativas y sólo después se inició el proceso de na-cionalización, es decir, de construcción de una identidad común a los habitantes de un territorio que los hacía identificar-se con las estructuras estatales y aceptar a un único poder soberano.

La nacionalización fue un proceso complejo que se apoyó en algunos casos en la lengua, en otros en la re-ligión, en otros en las tradiciones y legado común en la mitología o en una religión civil (caso de Estados Unidos). Fueron las revoluciones bur-guesas en Europa las que, a partir del siglo XVIII, emprendieron el camino de la nacionalización para resolver las dos cuestiones clave del orden jurídi-

La Francocracia española y la “cuestión catalana”

Los Pactos de la Moncloa fueron unos acuerdos preconstitucionales que unidos a los Principios del Movimiento Nacional -jurados

por el Rey sellaban la continuidad franquistaÁngeles Diez,/ Dra. CC. Políticas y Sociología, profesora de la UCM

El rey jura las Leyes Fundamentales el 22 de noviembre de 1975. En segunda fila se ve a Alfonso Armada, el organizador del intento de golpe del 23-F.

5Febrero l 2018 Primera Planaco-político moderno: la soberanía y la unidad de poder.

Controlar y someter a las poblaciones de un territorio así como mantener las fronteras –o ampliarlas si fuera necesa-rio- sólo pudo hacerse combinando la coacción y el consenso; en dosis varia-bles según las necesidades de cada co-yuntura histórica. Así, la violencia y el pacto fueron las dos caras de un mismo proceso de construcción de los Estados nacionales europeos.

Cuando pregunto en clase qué hay de-trás de la ley, mis alumnos suelen enco-gerse de hombros o soltar toda una reta-híla de lugares comunes tales como “un contrato entre el parlamento y los ciu-dadanos”, “consenso” “legitimidad”…. Pero casi ninguno recurre a los datos históricos para reconocer que, en reali-dad, detrás de la ley no hay otra cosa que violencia; que los Estados de Derecho –una realidad histórica y no universal- resultaron de la correlación de fuerzas en un momento histórico concreto en el que una clase, una élite o el grupo he-gemónico consiguió imponerse y pos-teriormente legitimarse. Como ya dijera K. Marx el Estado de Derecho no es otra cosa que el Estado burgués. Después, lo podemos vestir de lagarteranapara que parezca una democracia o filosofar so-bre el espíritu y el cuerpo de las leyes haciendo de la crítica pura metafísica.

El Estado franquista se dotó de leyes no sólo para imponer el orden social de los vencedores sino que trató por todos los medios de ganar la legitimidad (acepta-ción, consenso) que le negaba su génesis golpista. Sin embargo, sólo la Transición con su ropaje modernizador, el apoyo eu-ropeo y la retórica progre parecieron ser eficaces en el intento.Además del monar-ca Juan Carlos, tres personajes reflejan a la perfección la continuidad franquista: Adolfo Suárez – Secretario general del Movimiento y primer presidente de la Transición-, Manuel Fraga Iribarne -mi-nistro franquista y diputado en la “de-mocracia”, y Rodolfo Martín Villa –mi-nistro de Gobernación e Interior durante el franquismo, posteriormente diputado y presidente de empresas como Endesa, Sogecable, etc. condecorado en junio del 2017 por ser uno de los redactores de la Constitución-.

La caracterización del Estado Español actual no puede sustraerse de su acon-tecimiento fundador: la llamada Guerra civil. El Golpe de estado que impuso una dictadura y que abortó tanto la con-solidación de un Estado burgués de de-recho como la posibilidad de un Estado socialista promovido por una parte de las fuerzas republicanas.

La dictadura, consentida y apoyada primero por los fascismos en auge y des-pués por las democracias burguesas con-formó un Estado nacional católico que perdura hasta nuestros días y que, en las fiestas navideñas ha tenido imágenes tan vívidas como la bandera española, que floreció a raíz del referéndum catalán, y la banderola del niño Jesús colgando de multitud de balcones.

La nacionalización del territorio con-quistado -necesaria para crear una legiti-midad inexistente y la unidad de poder-, se apoyó en la represión generalizada (somos el segundo país del mundo en número de desaparecidos sin recupe-

rar ni identificar después de Camboya)[2] y en la ideología católica. Las leyes franquistas y las posteriores, incluida la constitución del 78, no han sido capaces de borrar las huellas de su origen como sí lo han hecho otros Estados europeos.

El Estado franquista trató por todos los medios de prolongarse en el tiempo

pero ninguno de esos dos pilares aguan-tó la presión de la crisis económica in-ternacional. Objetivamente el régimen no podría sobrevivir si no se construía un nuevo relato político homologable al europeo y éste se hizo a partir del tér-mino modernización. Que en clave de continuidad política significaría: Monar-

quía, cuerpos de seguridad del Estado, ejército y tribunales convenientemente maquillados.

El capitalismo familiar español se in-sertaba mal en la lógica globalizadora de la economía mundial. Unidas estas dificultades al desgaste de las institucio-nes, la presión del movimiento obrero y de las clases medias en formación, fue el tardofranquismo -como señala Em-manuel Rodríguez López- quien pre-paró una Transición que permitiera la continuidad de los privilegios y de los poderes fácticos. Por supuesto, contando con el acuerdo de los “agentes sociales” (sindicatos y partidos) para controlar al movimiento obrero y su extensión en los barrios e impedir que emergiera una op-ción política capaz de romper realmente con el Franquismo.

Los famosos Pactos de la Moncloa (27 de Octubre de 1977) firmados por el gobierno presidido por Adolfo Suá-rez, los partidos políticos con represen-tación parlamentaria, las asociaciones empresariales y los sindicatos (CCOO y posteriormente UGT)[3], fueron unos pactos preconstitucionales que unidos a los Principios del Movimiento Nacio-nal[4] -jurados por el Rey Juan Carlos – sellaban la continuidad franquista.“Juro por Dios y sobre los Santos Evangelios, cumplir y hacer cumplir las Leyes Fun-damentales del Reino y guardar lealtad a los principios que informan el Movi-miento Nacional”proclamó Juan Carlo-sel 22 de noviembre de 1975.

Las palabras de su sucesor, el Rey Fe-lipe VI en una locución de seis minutos tras el Referendum catalán del 1 de Oc-tubre de 2017 en su defensa de la Cons-titución traen ciertas reminiscencias de esos Principios del Movimiento a los que su padre juró lealtad:”Desde hace ya tiempo, determinadas autoridades de Cataluña, de una manera reiterada, cons-ciente y deliberada, han venido incum-pliendo la Constitución y su Estatuto de Autonomía, que es la Ley que reconoce, protege y ampara sus instituciones his-tóricas y su autogobierno”. Acusaba al Gobierno de la Generalitat de “desleal-tad inadmisible”como si la Constitución del 78 fuera una Carta otorgada por el

La foto de TVE del 2 de febrero de 2011 que recogía la imagen del presidente Zapatero, empresarios y sindicatos dándose las manos tenía como pie de foto “La reedición de los pactos de la Moncloa 3 décadas después” pacto, esta vez, con el título: Las fotos que necesita España.

Y la portada del diario ABC – baluarte sostenedor de la dictadura fran-quista que continúa publicándose hoy- sacaba en su portada del 27 de di-ciembre de 2017 la foto del gobierno, la patronal y los sindicatos CCOO y UGT firmando un nuevo

6 Primera Plana Febrero l 2018

mismo Dios o por el espíritu franquista.Tras la muerte del dictador, los medios

de comunicación y los sociólogos, los profesionales del engaño, se dieron a la tarea de construir un nuevo discurso po-lítico y de limpiar los rastros malolientes del Derecho franquista.

Modernidad, estabilidad, paz social y Estado de Derecho han sido las palabras máscara o los eufemismos de ese relato. Modernidad para ocultar la sobreexplo-tación de la mano de obra, la desindus-trialización, la flexibilidad y precariza-ción, la especulación inmobiliaria…. Estabilidad para justificar el control sa-larial, la desigualdad, los rescates de los bancos…. Paz social para reprimir la di-sidencia, modificar el código penal, ne-gar la existencia de presos políticos….. y finalmente Estado de Derecho para legitimar la continuidad del Estado neo-franquista, bloquear cualquier proyecto democratizador y aplastar en la “espiral del silencio” cualquier cuestionamiento de la constitución, de la bandera o de la unidad territorial.

Dichas palabras se han introducido en la carne y en la sangre de las ma-sas -en los cerebros de mis alumnos-, de modo que han sido incapacitados a pensar fuera de ellas. De forma natural e inconsciente nos hemos entregado esas palabras y parece que somos incapaces de pensar fuera de ellas lo que ocurre en Cataluña y en el resto del territorio.

Pero “¿Y si la lengua culta se ha for-mado a partir de elementos tóxicos o se ha convertido en portadora de sustan-cias tóxicas?” decía Victor Klemperer hablando de la lengua del Tercer Reich. Pues puede que eso que llamamos des-de la academia Democracia y Estado de Derecho, puede que en el caso de Espa-ña no sea exactamente lo mismo que es nombrado en otros países.

La sustancia franquista del Estado español y el brazo incorrupto de Santa Teresa.El dictador Francisco Franco veía en Teresa de Ávila la “santa de la raza” y durante cuarenta años mantuvo en su

dormitorio la reliquia de la Santa, cono-cida como el “brazo incorrupto de santa Teresa”. Para el dictador era un talismán de buena suerte y fue llevado a sus pies moribundos en el hospital de la Paz para conjurar su muerte y proporcionarle la vida eterna.

El resultado de las componendas de la Transición fue un régimen muy particu-lar, ni dictadura franquista ni democra-cia, sino una Francocracia. Un régimen ni muy distinto al franquismo ni muy distinto a los Estados europeos pero sí muy radicalmente distinto al proyecto de Estado de Derecho al que apuntaba la Segunda república.

Dentro del conjunto de virtudes que podemos encontrar en el “proceso cata-lán” la más importante, desde mi punto de vista, es la de haber hecho visible la sustancia franquista del Estado nacional español, sus límites (sin duda más nu-merosos) y sus potencialidad para ser otra cosa (más bien ninguna). También ha hecho emerger el talante y el signo conservador, incluso reaccionario, de importantes masas de población en todo el territorio del Estado, incluidas las consideradas como progresistas.

Que la izquierda (no sólo política sino cultural) era marginal era algo sabido

pero que el conservadurismo estaba tan generalizado era más desconocido. Los sociólogos han sostenido durante años que el ciudadano medio español era más bien apático o indiferente ante cuestio-nes políticas. Por usar un término más académico “desafecto”. Pero la realidad es que estamos ante una sociedad pro-funda y mayoritariamente conservadora capaz de apoyar medidas, leyes y co-rrupciones dignas de cualquier estado autoritario.

El despliegue de banderas naciona-les (con o sin escudo), el aplauso del encarcelamiento de líderes políticos y sociales, la promoción y celebración de la fuga de empresas de Cataluña, la ce-lebración constante de la Guardia Civil, los Informativos nacionales donde los éxitos del turismo y el futbol ocupan tres cuartas partes del tiempo informativo, son sólo síntomas del fascismo realmen-te existente en el Estado Español. El su-premacismo españolista y la utilización del Derecho para reprimir muestran los límites de la francocracia y también la potencialidad de los acontecimientos en Cataluña.

Para el Partido Popular, heredero por vía sanguínea del franquismo, la rebelión catalana ha devuelto como un boomeran

su pretensión modernizadora. Ciudada-nos (Cs), con el apoyo de la pequeña bur-guesía catalana –y seguramente capital ultraconservador internacional- dan una imagen moderna al franquismo español homologándolo al neofascismo que se extiende por toda Europa. El rechazo de Ciudadanos a presentar candidatura des-pués de unas elecciones catalanas bajo Estado de excepción no tiene otra expli-cación que el cálculo racional a futuro: no quemar sus oportunidades de gobernar en un futuro próximo de hipotética liquida-ción del Partido Popular y desgaste del independentismo.

Clases populares, lumpen, pequeña burguesía arruinada o apunto de estarlo por la concentración global de capital, clases medias temerosas, intelectuales timoratos… para unos chivo expiatorio para otros víctima propiciatoria, la cues-tión catalana puede llegar a ser la clave de bóveda de la francocracia.

“España es un Estado de Derecho” ha sido la consigna repetida hasta el aburrimiento por los paraperiodistas, el gobierno español y todo el espectro po-lítico. Ha sido el mantra con el que in-tentar resolver, por arte de birlibirloque, la “cuestión catalana”. Pero dicha “cues-tión” no podrá resolverse nunca desde un Estado franquista ni desde unos parti-dos cuyas máximas siguen siendo las de un Estado apuntalado por los tribunales y los cuerpos de seguridad.

Tras la represión en Cataluña han sido constantes y reiterados los homenajes a la Guardia Civil y a los cuerpos de seguridad tratando de lavar una y otra vez su imagen vinculada a la dictadu-ra franquista. La exaltación de Manuel Sánchez Corbí, coronel jefe de la UCO (Unidad Central Operativa), por la de-tención del presunto asesino de la joven Diana Quer, está en esa misma línea. Y no deja de ser escalofriante ver a este coronel de la guardia civil con el pecho condecorado sabiendo que fue condena-do a 4 años de cárcel y 6 de inhabilita-ción por torturas a Kepa Urra en 1992. Sin duda otra imagen ilustrativa de la francocracia española.

Felipe VI entrega a Rodolfo Martín Villa, exministro franquista, la medalla conmemorativa de las Cortes Constituyentes. 28 de Junio de 2017.

Manuel Sánchez Corbí, coronel jefe de la UCO (Unidad Central Operativa).

7Febrero l 2018 Opinión

Para Aristóteles, el ideal de representación política era la “timocracia”, o lo que es lo mismo, el poder en manos de los que poseen bienes y

reputación. Para el filósofo griego, la de-mocracia era una forma caduca porque implicaba la posibilidad de que la clase empobrecida, que era mayoría, pusiese en peligro el patrimonio de los ricos.

Para Aristóteles la democracia era una forma caduca porque implicaba la posi-bilidad de que la clase empobrecida, que era mayoría, pusiese en peligro el patri-monio de los ricos.

Muchos siglos después, la Carta Mag-na norteamericana garantizaba la pro-tección de la minoría opulenta. Según James Madison, uno de los fundadores de la Constitución norteamericana, debía establecerse “la democracia representati-va” entre los gobernantes y el pueblo, ya que esa fórmula garantizaba los intereses de la clase pudiente. Y con el manto pro-tector de las democracias representativas la oligarquía mundial ha seguido mante-niendo el poder en casi todo el mundo, en clara pugna con el socialismo que se lle-vó a cabo en algunos países, cuyos casos más significativos han sido Cuba y Rusia. De hecho, las democracias occidentales tienen ese carácter oligárquico y lo reco-nocen las mismas élites dominantes.

En EEUU, un informe de 1975 titula-do The Crisis of Democracy concluye afirmando que existe un “exceso de de-mocracia” en los EE.UU de América. Y con ese mismo hilo conductor, Samuel P. Huntington dijo que cuando al Presiden-te Truman se le permitía gobernar al país mediante un puñado de banqueros de Wall Street, la democracia resultaba sencilla de manejar. Desde entonces, ese “exceso de democracia” se ha venido corrigiendo sibilinamente, en unos casos, de forma descarada en otros muchos, incluida la fuerza bruta. El Consenso de Washing-ton, de 1989, en 10 normas fundamentales contempló los pasos a seguir para lograr el mayor control de los recursos económi-cos; entre otros, entregar los servicios pú-blicos a empresas privadas. Objetivo casi cumplido. Con esas directrices, Margaret Thatcher y Donalt Reagan dirigieron las políticas que se han implantado en occi-dente y en gran parte del mundo. Políti-cas que han conducido a la pobreza a gran parte de la población, cuando no a la ex-clusión o muertes prematuras.

La economía globalizada que padece-mos ha permitido la deslocalización de las industrias hacia países del tercer mun-do, donde los costos de la producción son mucho más bajos y la protección laboral y ambiental son casi inexistente. Deslo-

calización, paro, pobreza, desprotección social, son las premisas necesarias para que la oligarquía siga engordando sus be-neficios.

Milton Friedman (1912-2006), uno de los fundadores del neoliberalismo, ya en 1990 manifestó lo siguiente, en Newslet-ter of the Mont Pelérin Society: “una so-ciedad democrática, una vez establecida, destruye la libre economía”,por lo cual, y desde la óptica de las élites, ha de evi-tarse siempre. Pero las declaraciones de Milton Friedman no se quedaron en pa-labras, ya que dicha proclama está siendo practicada con gran agresividad. Dicho de otro modo; la democracia sólo se ad-mite cuanto sus decisiones democráticas no afectan al ámbito económico de la cla-se pudiente.

Para las grandes multinacionales, la población debe admitir determinadas restricciones en salarios y en prestacio-nes sociales para que ellas puedan lograr sus enormes beneficios y, por lo tanto, las medidas “de adaptación estructural” de-ben imponerse, de una forma u otra, para que las élites económicas sigan mante-niendo su status. Con estos razonamien-tos, es evidente que la Democracia es in-compatible con las ideas de la oligarquía mundial, pero aún así cabe mantener la ilusión democrática para garantizar la es-tabilidad de las élites económicas. Timo-cracia, como aconsejaba Aristóteles, de-mocracia representativa, como afirmaba James Madison, o Plutocracia (gobierno

de los ricos para los ricos) son tres pala-bras diferentes que apenas se diferencian en sus contenidos.

No es casualidad que el informe antes mencionado, The Crisis of Democra-cy, redactado en 1975, fuese encargado por La Comisión trilateral, ni tampo-co es casualidad que los miembros de esa comisión consultora procediesen de los tres grandes bloques económicos de Norteamérica, Europa y Japón. Tampo-co es casualidad que La Comisión trila-teral mantenga estrechas relaciones con otras élites, como el Club Bilderberg y el Puente Atlántico.

El politólogo norteamericano Harold Lasswell (1902-1978), en consonancia con las élites, afirmaba que puede admi-tirse la democracia, siempre y cuando se logre la aprobación ciudadana del sistema político que quiere mantenerse y defien-da las decisiones de la élite económica. Y eso es posible a través de las técnicas de propaganda. Para él, la propaganda es consustancial, y, por tanto, elemen-to obligatorio de toda democracia que quiera ser operativa. Y agrega, que las técnicas para manipular las opiniones, a diferencia de las prácticas de control dic-tatorial, tienen la ventaja de resultar más económicas que la violencia. Manejada y dirigida por una gran máquina de crear opinión, la democracia es la forma ópti-ma de gobernar. Y en esa creación de opi-nión, los medios de comunicación juegan un papel muy importante: “Es cuestión

de hundir a los ciudadanos en una ava-lancha de informaciones, de modo que tengan la ilusión de estar informados”, nos aclara Paul Lazarsfeld, eminente in-vestigador de la comunicación y funda-dor de la investigación social empírica moderna. A los ciudadanos se les propor-ciona la ilusión de estar informados, pero los objetivos son otros.

Y si a una parte de la población se la maneja con la ilusión de estar informada, al resto se la controla con el miedo. Las intervenciones en países díscolos van precedidas de una campaña de miedo; no olvidemos el cúmulo de mentiras y la puesta en escena para crear una opinión favorable a la invasión de Irak, la cual ya estaba proyectada desde hacía tiempo por el Pentágono. Esta manipulación fue y sigue siendo muy efectiva, nada impor-ta que se produzcan millones de víctimas civiles y la devastación y contaminación de los países invadidos. Todas las técni-cas de propaganda y tergiversación son puestas en marcha para lograr los objeti-vos de la élite económica. Después Irak fue Libia y hora es Siria el objetivo.

A través de la maquinaría de propa-ganda de los medios que la élite controla, pretenden conseguir una población des-politizada, dormida para el análisis de la realidad; una sociedad líquida, como afirmaba el sociólogo, recientemente fa-llecido, Zygmunt Bauman, una sociedad entretenida con el consumismo y el es-pectáculo permanente.

Cómo nos dominan: ¿Democracia, Timocracia, Plutocracia?

La Democracia es incompatible con la oligarquía mundial, pero hay que mantener la ilusión para garantizar la estabilidad de las élites económicas

Teresa Galeote / Escritora

Emilio Botín (Santander), Ignacio Sánchez Galán (Iberdrola) y Florentino Pérez (ACS) con Mariano Rajoy.

8 Cataluña Febrero l 2018

E l derecho internacional es dinámico. Se desarrolla a través de los contratos y la práctica. La constan-te evolución del derecho

internacional ha construido así, paso a paso, el ideal de autodeterminación de los pueblos, la de los tiempos de Woo-drow Wilson, los conceptos de autono-mía en sus célebres 14 puntos –con la Carta de la ONU sobre la descoloniza-ción y finalmente también con el reco-nocimiento del derecho a la separación de los países de la antigua Unión Sovié-tica y de la antigua Yugoslavia que ob-tuvieron su independencia. Siguiendo los precedentes de Eslovenia, Croacia y Kosovo, etc., lo que se establece no es más que el derecho humano a la par-tición –como solución última– cuando la autodeterminación interna no puede seguir concretándose.

De conformidad con la Opinión Consultativa de 2010 que la Corte In-ternacional de Justicia emitió sobre el caso de Kosovo, una declaración uni-lateral de independencia no infringe el derecho internacional. La separa-ción de Kosovo de Serbia estableció un precedente importante en materia de derecho internacional, precedente que ahora invocan numerosos pueblos que aspiran a la independencia, entre ellos los kurdos y los catalanes. Aun-que el reconocimiento es declaratorio y no confiere el estatus de Estado, el interés de la comunidad internacional es acoger a los Estados de facto en el seno de las Naciones Unidas y así per-mitirles integrarse a las convenciones de la ONU, sobre todo al sistema de

convenciones vinculado a los dere-chos humanos.

Los elementos fundamentales del Estado son objetivos: un territorio de-finido, una población, un gobierno y la capacidad de establecer relaciones con otros Estados. Un nuevo Estado debe ser económicamente viable y respetar los derechos humanos y el derecho in-ternacional.

La autodeterminación como derecho internacional perentorioEl derecho internacional moderno so-bre la autodeterminación confirma que esta, como derecho internacional pe-rentorio (jus cogens [1], es un derecho de los pueblos y que no es una prerro-gativa de los Estados el concederla o negarla. La autodeterminación es una expresión de la democracia, de la mis-ma manera que la democracia es tam-bién una forma de autodeterminación.

Sin embargo, ese derecho –como to-dos los derechos– no es directamente aplicable. Exige el ejercicio de un con-trol eficaz, que a veces sólo puede ob-tenerse librando una guerra coronada por el éxito, como en Bangladesh, en 1971, o que puede fracasar, como en Sry Lanka, en el caso de los tamiles.

El derecho a la autodeterminación ha sido y sigue siendo negado impu-nemente, al igual que el jus cogens so-bre la prohibición del uso de la fuerza incluida en el Artículo 2(4) de la Carta de la ONU, [prohibición] que con de-masiada frecuencia también se infrin-ge impunemente. Así sucedió en 2003, con la invasión ilegal y el bombardeo contra Irak, que el secretario general

de la ONU Kofi Annan denunció muy justamente como una «guerra ilegal». La violación del derecho de autodeter-minación o de la prohibición del uso de la fuerza no disminuye el valor le-gal de la norma del derecho interna-cional. Sólo demuestra una vez más la falta de mecanismos de aplicación en el sistema de Naciones Unidas y el hecho que los crímenes de guerra y los crímenes contra la humanidad quedan a menudo impunes.

La integridad territorial es un prin-cipio central del derecho internacional y de las relaciones internacionales, particularmente importante cuando fortalece la paz y la estabilidad de la comunidad internacional. Ese princi-pio está vinculado a la prohibición del uso de la fuerza en el Artículo 2(4) de la Carta de la ONU, reafirmado en la Resolución 2625 de la Asamblea Ge-neral sobre las Relaciones Amistosas y en la Resolución 3314, que incluye la definición de la agresión.

El principio de integridad territorial significa que ningún Estado puede menoscabar la integridad territorial de otro Estado. Pero ese principio no pue-de ser invocado contra un pueblo que busca la autodeterminación. Se apli-ca contra amenazas externas, no en el marco interno ya que eso sería in-compatible con el Artículo 1 del Pacto Internacional Relativo a los Derechos Civiles y Políticos (HCDH) y del Pacto Internacional Relativo a los Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC). No puede justificar la su-misión continua de minorías o pueblos bajo ocupación. Cuando un pueblo lu-

cha por su autodeterminación interna o externa, la comunidad mundial de-bería facilitar su realización e impedir así que un conflicto local se convierta en una amenaza para la paz regional o internacional. En caso de conflicto en-tre el principio de integridad territorial y la autodeterminación es esta última la que prevalece.

Una medida esencial para la preven-ción de conflictos sería establecer un enfoque oportuno sobre la aspiración de los pueblos a la autodeterminación, lo cual ha quedado demostrado duran-te las innumerables guerras que han tenido lugar desde 1945 y que tuvie-ron como origen la negativa de aceptar la autodeterminación. La mejor mane-ra de saber si una población quiere la autonomía o la independencia es la realización de un referéndum. Las Naciones Unidas han llevado a cabo ese tipo de referéndums en Etiopía/Eritrea, en Timor Leste y en Sudán del Sur, pero sólo después de que decenas de miles de personas perecieran en la guerra. Habría sido preferible haber servido de intermediario en el momen-to adecuado y haber organizado refe-réndums con las garantías y controles que ello exige.

Desarrollo a lo largo de un sigloAlgunos viejos profesores de dere-cho internacional pretenden detener el desarrollo progresivo del derecho internacional afirmando que la auto-determinación se aplica únicamente a la descolonización. Todo conocedor del desarrollo de la norma a lo largo del pasado siglo se muestra escéptico

La legislación actual sobre la autodeterminación

Si un pueblo lucha por su autodeterminación se debería facilitar su realización e impedir que un conflicto local se convierta en una amenaza para la paz

Alfred de Zayas / Zeit Fragen (Suiza)

La primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, y la jefa del Gobierno británico, Theresa May.

9Febrero l 2018 Cataluñaal respecto porque la ley es algo vivo. Ya no vivimos en la época de la De-claración de Independencia de la Esto-nia de 1918, ni de las piadosas decla-raciones de intención de la Sociedad de las Naciones sobre el sistema de protección de las minorías. El Artículo 3 del Pacto Atlántico de 1941, poste-riormente inscrito en la Declaración de las Naciones Unidas de 1942, fue, sin embargo, una evolución promete-dora, al igual que el Artículo 1(2) de la Carta de las Naciones Unidas y el Capítulo XI de la misma Carta sobre los pueblos no autónomos.

Lo que vino después fue un continuo desarrollo hacia la libertad de los pue-blos para decidir su porvenir mediante plebiscito o referéndum. Recordamos la Resolución 47 del Consejo de Se-guridad de la ONU sobre la realiza-ción de un plebiscito en Cachemira, la Resolución 194 (III) de la Asamblea General sobre el derecho de los pales-tinos al retorno, la Resolución 1514 de la Asamblea General sobre la Desco-lonización (en 1960), la guerra perdida de los igbos por la autodeterminación y la independencia de Biafra (en 1967-1970), la declaración de independen-cia de Bangladesh (en 1971) y la gue-rra indo-pakistaní, la entrada en vigor del Pacto Internacional Relativo a los Derechos Civiles y Políticos (HDHC) y del Pacto Internacional Relativo a los Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC), en 1976, cuyo Artículo 1 común proclama la autode-terminación de los pueblos.

Hemos visto el establecimiento de la Misión de Naciones Unidas para la Organización de un Referéndum en Sa-hara Occidental (MINURSO) mediante la Resolución 690 del Consejo de Se-guridad de la ONU (en 1991); el refe-réndum de independencia y la secesión de Nagorno Karabakh (Alto Karabagh) (en 1988); las subsiguientes guerras contra Azerbaiyán (en 1991-1992); y las declaraciones unilaterales de inde-pendencia de Abjasia y de Osetia del Sur; las declaraciones unilaterales de independencia de las regiones separa-tistas de Yugoslavia, de Eslovenia, de Croacia, de Bosnia-Herzegovina, de Macedonia, que se concretaron como resultado de conflictos armados.

Hemos vivido también la separación amistosa entre la República Checa y Eslovaquia (en 1993); el referéndum eritreo de 1993; el referéndum de au-todeterminación de Quebec (en 1995); el bombardeo contra Serbia por parte de la OTAN (en 1999) y el desmem-bramiento de su integridad territorial; el referéndum de independencia en Timor Leste (en 1999); el referéndum de Montenegro (en 2006); la guerra de independencia abortada de los tamiles en Sry Lanka (entre 1983 y 2009); la declaración unilateral de independen-cia de Kosovo (en 2008) y la Opinión Consultativa de la Corte Internacional de Justicia (en 2010); el referéndum en Sudán del Sur (en 2011); el referén-dum de Crimea (en 2014) y su reinte-gración a Rusia; la separación de facto de Donetsk y Lugansk de Ucrania en 2014; el referéndum escocés de 2014; el referéndum de Kurdistán [en Irak] (en 2017); el referéndum catalán en

2017, etc. La lista de pueblos que as-piran a la autodeterminación es larga y es interés de todos no meter la cabeza en la arena sino, por el contrario, pre-ver sus necesidades y proponer solu-ciones adecuadas.

A partir de ahora, las Naciones Uni-das, la Unión Europea, la Organiza-ción de Estados Americanos, la Unión

Africana, la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Eu-ropa) y las demás organizaciones in-ternacionales deberían desarrollar me-canismos de “alerta temprana” y hacer proposiciones de mediación y de bue-nos oficios para resolver los conflictos de autodeterminación antes de que de-generen en confrontación violenta.

La autodeterminación puede ejercer-se como autodeterminación interna, en forma de un federalismo que incluya un alto grado de autonomía, o en forma de autodeterminación externa, mediante la partición. Una opción democrática a través de referéndum es un medio civi-lizado de instrumentar ese derecho tan esencial para la paz duradera.

El rey Felipe VI y su padre Juan Carlos I con sus uniformes militares como jefes del Ejército.

Pérez Royo y Cierra España

La última pregunta que se le hace en una entrevista (“Noticias de Gipuzkoa: 28-11-17) al catedrático de Derecho Constitu-

cional, Javier Pérez Royo, versa so-bre el por qué de actuaciones como la juez Lamela de la Audiencia Nacional (desautorizada posteriormente por el Tribunal Supremo, concretamente el magistrado Llarena, que también pos-teriormente se desautoriza a sí mismo retirando euroórdenes contra Puigde-mont en un show espectacular a fuer de ridículo), y se responde que “por-que España es así”.Y no asá.¿Y por qué es así y no asá? No se dice, no lo sabemos.Es un Absconditum. No dijo “España y yo somos así, señora”,del mediocre dramaturgo facha Eduardo Marquina, de puto milagro.

Pérez Royo (hoy en las filas de la marca “podemita” en Catalunya, de-chado de funambulismo político, En Comú Podem) goza de una vitola de “progre” que cundió mucho en una Euskadi necesitada de luces españo-las que no comulgaran con el discurso

dominante mostrenco y paniaguado celtibérico sobre el “problema vasco” (hoy resuelto gracias a los desvelos oteguianos). Es la versión “civilizada” del constitucionalismo español que ahora, estos días pasados, opina ex cathedra sobre el procès catalán.

Y es que nuestro héroe es,antes de desayunar el oráculo de la cadena SER, un constitucionalista lo que, ipso facto, te convierte en demócrata de toda la vida. Yo, quien firma, también soy constitucionalista, pero no de esta Constitución,y no por española, sino por monarco-fascista, carácter que me llevó a votar NO en su día, carrocilla que es uno ya.

En un artículo publicado en el dia-rio EL PAIS el 5 de abril de 1994, martes por más señas, Pérez Royo,si no defendía, sí justificaba el artículo 8º - y el 2º- (entonces ni diós sabía de la existencia del hoy célebre art.155) sobre el papel de las Fuerzas Armadas como garantes de la integridad terri-torial de España, etc.Se pregunta si “¿es que hay algún país democrático en el mundo en el que el Ejército no

haga lo que la Constitución española dice que debe hacer?”, afirmando que “el Ejército no es más que la garantía última (...) frente al exterior o frente a un levantamiento o sublevación in-terna que amenaza destruir al Estado” (la cursiva es suya). Recordemos que Puigdemont y los exconsellers de-puestos estaban acusados de rebelión y sedición, entre otros “delitos”. Por si no querías taza, toma dos tazas.

No parece haber cambiado mu-cho su pensamiento este excarrillis-ta desde entonces. Entiende la DUI (Declaración Unilateral de Indepen-dencia) como un “desafío”, un “reto” (intolerable,por supuesto), que ha sido desbaratado “de una manera relativa-mente fácil” (ahora la cursiva es mía) -dice este campeón- “con el 155”.Lo que ha supuesto -continúa inasequi-ble al desaliento- para el Estado, aquí mostrando la patita progre,”un coste”. Lo dice como si le doliera quien asu-me el monopolio de la violencia del Estado, que acuñara Max Weber, sin añadirle aquello de...”burgués”, de Es-tado burgués.

Jon Odriozola

10 Cataluña Febrero l 2018

La represión policial y ju-dicial llevada a cabo en Cataluña en torno al re-feréndum de autodeter-minación del 1-0 y la De-

claración Unilateral de Independencia, que ha causado más de 900 heridos, el encarcelamiento de ocho representan-tes institucionales y de los presidente de las organizaciones ANC y Omnium Cultural, así como la imposición del artículo 155 de la Constitución para intervenir la Generalitat desde Madrid, suponen la implantación de un férreo estado de sitio al pueblo catalán. Sin embargo, bien se puede decir que sólo estamos ante el primer paso de una ma-niobra político-represiva de mucho más alcance con la que el régimen pretende profundizar en el conjunto del Estado el regreso a sus orígenes y tiempos más duros. Una vía que ya iniciaron en la etapa de Aznar, al quemarse el PSOE como baza de izquierdas y agotárseles el carrete de la Reforma.

Con esta nueva maniobra pretenden imponer una férrea centralización del Estado que acabe con las autonomías y desarrollar los recortes sociales y la represión política contra los trabajado-res, para tratar de atajar la grave crisis económica y política que padecen.

Por otra parte, es sorprendente y ver-

gonzante que los llamados partidos de izquierdas, como Esquerra Republica-na, Podemos etc… vengan diciendo que lo ocurrido en Cataluña “es el fin de la democracia”, o que “por primera vez desde 1.977 vuelve a haber presos políticos en nuestro país”. ¿Es que ha-bía libertades políticas hace unos meses o años? ¿En qué España ha vivido esta gente?. Es evidente que en otra muy distinta a la de los que hemos venido padeciendo y combatiendo al fascis-mo. Pretenden ocultar que aceptaron el cambalache de la Reforma a cambio de sustanciales prebendas económicas y políticas. Si a los nacionalistas catala-nes les ha llegado la represión se debe a que han denunciado algunas carencias democráticas y han decidido luchar por el legítimo derecho a la autodeter-minación de Cataluña. En este sentido siempre nos tendrán a su lado; pero la experiencia histórica ha demostrado que no nos podemos fiar mucho de los partidos institucionales y de la burgue-sía, así que el pueblo catalán tendrá que mantenerse vigilante al respecto.

El planteamiento de los oportunistas de Podemos, diferenciando el fascismo de lo que ellos llaman “régimen del 78”, y señalando que vuelve a haber presos políticos en Cataluña, es evi-dente que tiene como objetivo camu-

flar al régimen fascista y ofrecerse a la oligarquía financiera como alternativa para encabezar otra reforma, con meros cambios cosméticos.

La Reforma política fue un mero encalado de la fachada del franquis-mo para que las cosas no se les fueran de las manos ante el empuje del mo-vimiento obrero, que con sus luchas venía arrancando bastantes derechos laborales y sociales, y cierto espacio político en las calles reivindicando la ruptura. De ahí que conservasen su le-galidad fundamental y que ni siquiera hiciesen una mínima depuración de los cuerpos represivos ni judiciales. El lla-mado Tribunal de Orden Público (TOP) pasó de un día para otro a denominarse Audiencia Nacional (AN), conservan-do todos sus efectivos.

La propia Constitución es una mera declaración de intenciones que no ga-rantiza ningún derecho democrático o social. Buena parte de sus artículos están condicionados por artículos de excepción como el 155 impuesto en Cataluña o por las propias leyes es-peciales represivas, como la “Ley an-titerrorista”, la “Ley de partidos” o la más reciente “Ley mordaza”. El propio “Fuero de los españoles” de 1.945 tam-bién proclamaba que “todos los espa-ñoles podrán expresar libremente sus

ideas políticas mientras no atenten a los principios fundamentales del Estado”.

No obstante, si el régimen fascista ha podido seguir hasta estos momentos, también se debe a la transformación socioeconómica que se dio en la etapa franquista con el desarrollo del capita-lismo, mediante un pacto entre los gran-des terratenientes y la oligarquía finan-ciera. Una evolución que con la ayuda estatal impulsó una rápida industriali-zación y concentración de la propiedad en grandes monopolios empresariales y bancarios, que impuso la hegemonía de la oligarquía financiera. Como ya indi-có el propio Lenin, en esta etapa mo-nopolista e imperialista - a diferencia de la anterior de libre competencia -, la concentración del poder económico en esa reducida oligarquía financiera le va permitiendo establecer todo tipo de lazos y relaciones con las instituciones estatales hasta imponer un gran control sobre ellas, y asimismo una progresi-va fascistización de los estados, como bien se puede apreciar en el conjunto de los países imperialistas. Y eso fue lo que facilitó en nuestro país a la oligar-quía financiera mantener el fascismo bajo un disfraz parlamentario. El pro-pio Rey al suplantar al perro dos días después de su muerte, declaraba solem-nemente: “Juro por Dios y los Santos

¿Ha vuelto el fascismo a Cataluña o sigue aquí desde 1939?

Es bastante significativo que el preso político que más tiempo estuvo en prisión con Franco saliese tras 23 años, y que hoy haya entre 160 y 180 presos políticos con condenas de 40 años sin rebajas, de facto cadena perpetua

Lucio García Blanco / Preso político del PCEr en la Cárcel de Topas

Carles Puigdemont, exiliado en Bruselas.

11Febrero l 2018 EuskadiEvangelios cumplir y hacer cumplir las leyes fundamentales del Reino y guar-dar lealtad a los principios que infor-man el Movimiento Nacional”.

La llamada amnistía de 1.977 fue una mera pantomima ya que, además de dejar en la cárcel a 14 militantes del PCE® y de los GRAPO, una semana después de haber salido el último preso político vasco volvieron a ser apresa-dos varios abertzales. Sin embargo, el régimen aprovechó la ocasión para im-poner una ley de punto final que exo-neró a los responsables de crímenes de lesa humanidad de más de 200.000 per-sonas que aún siguen esparcidas por las cunetas. Y en 1.978 ya había 86 presos políticos del PCE® y de los GRAPO, así como varios cientos del movimien-to abertzale y de otros colectivos anti-fascistas.

Mientras abrieron las puertas a los partidos políticos que renunciaron a la ruptura democrática, siguieron persi-guiendo y criminalizando a los partidos y colectivos que como el PCE® con-tinuamos luchando por las libertades políticas y los intereses inmediatos y estratégicos de la clase obrera y las ma-sas populares; lo que supuso tener que seguir realizando nuestra actividad polí-tica desde la clandestinidad. Unos años después ilegalizaron al Partido formal-mente. A los militantes se nos estuvo condenando judicialmente por “propa-ganda ilegal” o “asociación ilícita” hasta la aprobación de la Ley de Partidos de Aznar. A partir de entonces se nos juz-garía por “pertenencia a banda armada”, lo que supone de 8 a 12 años de prisión. Con dicha ley, además de criminalizar como terrorismo el ejercicio de los de-rechos de expresión, asociación y ma-nifestación por “no condenar el terro-rismo”, la propia policía se encargó de realizar la labor que venían haciendo los GAL, le-GAL-mente. El mantra oficial de que “sin violencia se pueden defen-der todas las reivindicaciones políticas” es una burda falsedad, como bien se puede ahora constatar en Cataluña.

Tampoco es cierto que la llamada “Transición” fuese pacífica como di-vulga el Estado y su aparato mediático. Según datos del Comité Antirrepresivo de Madrid el número de muertes cau-sado por la Policía Nacional y la Guar-dia Civil, desde 1976 hasta 1981 fue de 341 personas. Y los asesinatos políticos llevados a cabo por el BVE, ATE, GAL etc.., llegaron a 95.

Por otro lado, respecto a las garantías jurídicas, mientras desde la UE se exi-ge que todos los acusados tengan dere-cho a un letrado en el momento de ser interrogados por la policía, en el Reino de España a los detenidos por motivos políticos se nos ha venido aplicando el aislamiento en comisarías de policía o cuarteles de la Guardia Civil, durante 13 días hasta finales de los años 80 del siglo veinte, y posteriormente durante 5 días prorrogables a otros 5. Y, ese tiempo fue utilizado por la policía para tratar de arrancar a los acusados, a tra-vés de la tortura, una declaración incul-patoria que ha bastado para justificar una condena en la Audiencia Nacional.

Es bastante significativo que el preso político que más tiempo estuvo en pri-sión con Franco saliese tras 23 años, y

que en estos momentos haya entre 160 y 180 presos políticos que tienen con-denas de 40 años sin rebajas, de facto cadena perpetua.

La represión también está siendo cada vez más indiscriminada, alcanzando a todo tipo de colectivos; y vienen impo-niendo varios años de prisión a cientos de sindicalistas, cantantes contestata-rios, tuiteros de internet, titiriteros, etc…

Ya en el ámbito de la resistencia ac-tual, el desafío democrático del pueblo catalán ha contribuido a desenmascarar mundialmente la naturaleza fascista del régimen y al agravamiento en bue-na medida de su crisis política. El re-troceso del Estado hacia sus orígenes y tiempos más duros, no se debe a su fortaleza sino a su debilidad política, hasta el punto de encontrarse en su momento más crítico desde que inicio la “Reforma”; con el conjunto de sus instituciones, partidos políticos y sin-dicatos realmente desprestigiados y rechazados por la cales obrera y el mo-vimiento popular.

En este sentido, ha sido importante el rápido descrédito en el que ha caído Podemos, perdiendo más de un millón de votos en la última farsa electoral; a lo que habría que añadir la ruptura del sector de Podem que lideraba Fachi, los problemas políticos con Izquier-da Anticapitalista…lo que les viene mermando y desprestigiando consi-derablemente. Y no hay que olvidar que los podemitas eran la única baza que tenía el Régimen para conseguir alguna credibilidad entre los sectores populares.

El apoyo incondicional de Pedro Sánchez a la imposición del artículo 155 de la Constitución en Cataluña y a la gobernabilidad del PP en el conjunto del estado, también les está provocan-do un considerable rechazo de su mili-tancia, como es el caso de la dimisión del alcalde de Terrassa- tercera ciudad de Cataluña- y de la alcaldesa de San-ta Coloma, y han quedado fuera de decenas de ayuntamientos en los que gobernaban en coalición. Claro que las

cosas ya vienen muy revueltas desde el golpe de estado a su ejecutiva, y van a quedar muy debilitados.

En esta tesitura se aprecia una agu-dización de las contradicciones y los enfrentamientos en el seno de las ins-tituciones, así como entre la propia oli-garquía financiera, que viene sacando a la luz todo tipo de trapos sucios de unos y otros e irá agravando la crisis política del estado.

Restamos, por lo tanto, ante una si-tuación favorable para poder impul-sar la lucha por una verdadera ruptura democrática, que suponga, entre otras cosas, la conquista de la amnistía y de las libertades políticas fundamentales, así como la recuperación de todos los derechos sociales y laborales perdidos por los trabajadores desde el inicio de la Reforma. Lo que nos exige a todos los colectivos y partidos políticos antifas-cistas un esfuerzo especial por alcanzar la unidad y poder impulsar un amplio y fuerte Movimiento de Resistencia Po-pular en el conjunto del estado.

Bilbo ¡Fin a la dispersión!A pesar de que ETA dejó de

actuar hace más de siete años, decenas de presos vascos sigue en la cárcel

cumpliendo 20, 25 y más de 30 años sin que el Gobierno haya consenti-do siquiera que salgan los reclusos emfermos –cada vez que a un juez se le ocurre hacerlo le criminalizan- ni que puedan cumplir lo que les resta de condena en cárceles del propio País Vasco con el consiguiente cas-tigo para sus familias que tiene que recorrer miles de kilómetros para verles un rato.

Todo los años, una gran manifes-tación en Bilbo recuerda a la socie-dad vasca que los presos políticos se están pudriendo literalmente en las cárceles y que el peligro de que muchos m ueran en ellas es real, como le ocurrió a Kepa del Hoyo este verano en la cárcel de Badajiz, de un infarto al corazón. O como le psó a Isabel Aparicio, de los Grapo

en 2014 en la prisión zaragozana de Zuera que padecía múltiples proble-mas de salud, como sinusitis y artri-tis degenerativa, sin que la dejaran tratarse fuera como necesitaba.

Más de 95.000 personas, se unie-ron en las calles de Bilbo en la con-vocatoria popular de principios de la Red Sare en contra de la vulneración de derechos humanos de los presos vascos, consiguiendo que la ciudad de Bilbo se encendiera un mensaje ciudadano alto y claro: ‘Elkarrekin aurrera egiteko prest gaude. Esta-mos dispuestos a avanzar juntos; derechos humanos, resolución, paz’.

La manifestación estaba encabe-zada por las hileras de familiares de presos de ETA, detrás de los que figuraba una pancarta con el lema “Prest gaude” (“Estamos prepara-dos”). No faltaron las furgonetas “Mirentxin”, desde las que sus con-ductores siempre solidarios, llevan a los familiares de l@s pres@s hasta

las cárceles en los diferentes puntos del Estado, cada “Mirentxin” porta-ba su cartel con las distancia kilo-métrica que tiene que realizar para que la familia acceda a una vista de cuarenta minutos detrás de un cris-tal, Granada 995Km., Almería 1040 Km…

Banderolas por la repatriación, globos amarillos para visibilizar a los presos gravemente enfermos, reclamando la urgencia de su pues-ta en libertad, banderas de interna-cionalismo, los niños de la mochila, dulzainas y txistus, políticos, sindi-calistas, y pueblo: ciudadanía orga-nizada que no se rinde y pelea, lucha por la paz.

En medio de este ambiente rei-vindicativo y jubiloso también se comentaba la noticia positiva, hoy mismo, de que el Gobierno francés empezará a trasladar en las próximas semanas a los presos vascos a prisio-nes cercanas a Euskal Herria.

Manifestación en favor de la Amnistía para los presos políticos en el País Vasco.

12 Política Febrero l 2018

E n el pasado número de nuestro periódico un ar-tículo titulado “Igualdad, Fraternidad y Libertad”, deslizaba, en mi opinión,

conceptos poco fundados histórica-mente y que políticamente suponen el reforzamiento de un régimen político nacido del miedo y el silencio, y que legalizó la impunidad del franquismo. Naturalmente me refiero a lo que lla-mamos el régimen de 1.978.

En primer lugar se aprecia una re-ferencia acrítica sobre la “Revolución de la Modernidad” que abolió los pri-vilegios de la nobleza. Cierto es, que la burguesía en su fase revolucionaria derrocó en Francia el Antiguo Régimen y decapitó la cabeza borbónica que lo representaba. Pero no para instaurar los tres principios mencionados de liber-tad, igualdad y fraternidad. Implantó la dictadura de la burguesía contra los tra-bajadores, a los que utilizó como carne de cañón en su lucha contra la nobleza bajo las banderas retóricas de la igual-dad, fraternidad y libertad.

Una aguda crítica a la deformación de estos principios en la práctica fue realizada en la época por François Noël Graco Babeuf, desde el perió-dico el “Tribuno del Pueblo” (1.794-96). Babeuf decía que sólo sería una

realidad la soberanía nacional con la abolición de las clases sociales y la propiedad privada y que la revolución social debía completar la revolución política. Babeuf articuló una oposición incipientemente comunista frente a Robespierre, la reacción de Termidor y contra el Directorio, señalando la con-tradicción de una revolución que sólo había beneficiado a una nueva clase de privilegiados y que involucionaba ha-cia posiciones conservadoras.

Su movimiento denominado la “Con-jura de los Iguales”, planteó el derro-camiento del Directorio y la puesta en vigor efectiva de la Constitución de 1.793. Detenido por una delación, la conjura fue abortada antes de nacer, juzgado y condenado a muerte fue eje-cutado en 1.797, junto a su compañero Derthé, por los representantes políticos de la igualdad, la fraternidad y la liber-tad de la burguesía.

En el plano exterior la revolución burguesa mantuvo las cadenas del co-lonialismo y no se le ocurrió siquiera pensar que los sagrados principios de la igualdad fuesen extensivos a los territo-rios colonizados por el imperio francés. Resulta ilustrativo leer la extraordina-ria novela de Alejo Carpentier “El siglo de las luces” para conocer los efectos de la revolución francesa en el Caribe.

Su personaje central Victor Hugues en-viado al Caribe por los revolucionarios jacobinos se transforma en un déspota en nada diferenciado de los antiguos y denostados virreyes. Y es que la bur-guesía en su ascenso histórico necesitó del esclavismo (abolido en 1794 y res-tablecido por Napoleón en .802) y de la explotación colonial para llevar a cabo la acumulación de capital base de la consolidación de su poder económico, social y político. Recordemos la cita célebre de Marx en el Capital cuando analizando la progresión de los barcos esclavistas en el puerto de Liverpool refiere que “el capital viene al mundo chorreando sangre y de lodo por todos los poros, desde los pies a la cabeza”.

La afirmación del artículo sobre el carácter intrínsecamente arcaico de los nacionalismos y su relación con el Ro-manticismo, obvia por ejemplo que la unidad italiana en el siglo XIX es fru-to de la lucha contra el Imperio Austro Hungaro, los Estados Pontificios y el Reino Borbón de Nápoles y Dos Sici-lias, desde posiciones nacionalistas en torno al movimiento conocido como “Il Risorgimento”.

También se nos dice en el artículo en una generalización inadmisible que todos los nacionalismos son, por na-turaleza, insolidarios. Si que los hay

insolidarios desde luego, pero no por naturaleza. ¿Acaso la revolución pa-triótica, independentista y antiescla-vista de José Martí fue insolidaria con el resto de pueblos antillanos o con los criollos de origen hispano que acepta-ron el hecho nacional cubano?.

A mitad del artículo ya descubrimos el objetivo del introito “antinacionalis-ta” y encontramos la crítica a la “inmer-sión lingüística” y a “las competencias exclusivas” de Catalunya. El derecho de los catalanes a la normalización del uso de su lengua o el ejercicio de la competencia exclusiva en algunas ma-terias, como por ejemplo la educación (por cierto igual que todas las demás comunidades autónomas), sólo puede ser objetado desde la posición de un nacionalismo español de matriz caste-llana. Sólo le ha faltado clamar como hace la caverna mediática por, el falso a todas luces, peligro de extinción del castellano. Ya puestos a transitar por esta senda al autor le sorprende que los partidos políticos “más avanzados” defiendan que “España es una nación de naciones”. Sorprenderse que se ca-racterice el Estado español como pluri-nacional no es compatible con la bue-na fe. La realidad nacional de Galiza, Euskadi o Catalunya expresada en una lengua y cultura propia y diferenciada

El testamento de Franco fuente del ordenamiento constitucional

Se robó a la soberanía popular la decisión sobre la forma de Estado y fue dirigido todo el proceso de transición por los franquistas, desde la maquinaría

estatal y bajo el sonido amenazante del “ruido de los sables” del ejércitoAndreu García Ribera

El Desfile de las Fuerzas Armadas se presenta como una fiesta pero es una demostración de fuerza.

13Febrero l 2018 Políticano constituye la reivindicación de nin-gún privilegio sino la constatación de un proceso específico de conformación histórica y el derecho democrático a su preservación.

La guinda del artículo la pone cuan-do so pretexto de coger el toro por los cuernos propone como solución a la cuestión nacional la conversión del Senado en una cámara de encuentro de las diferencias territoriales. Propone, ni más ni menos, que un desarrollo de la Constitución de 1978 como talismán para la resolución de los conflictos na-cionales. Una constitución nacida de la legalidad franquista y que garantizó la continuidad en el poder de los grupos sociales que alentaron la sublevación de 1.936 y el sostenimiento de la dic-tadura: Iglesia, Ejército, oligarquía fi-nanciera, judicatura, políticos del Mo-vimiento reciclados en demócratas.

Si analizamos el testamento de Franco observamos que tras una decla-ración de fidelidad a la Iglesia Católica en cuyo seno tuvo a bien morir y unas difusas menciones a la justicia social y a la cultura, son dos las instruccio-nes claras que dirige a sus sucesores y, especialmente al Ejército; una, apoyo incondicional a la Monarquía restaura-da por su omnímoda voluntad “quiero que rodeéis al futuro Rey de España, don Juan Carlos de Borbón, del mis-mo afecto y lealtad que a mí me habéis brindado y le prestéis, en todo momen-to, el mismo apoyo y colaboración que de vosotros he tenido” y la otra, defen-sa a ultranza de la intangible unidad de España “Mantened la unidad de la tie-rras de España, exaltando la rica mul-tiplicidad de sus regiones como fuente de la fortaleza de la unidad de la pa-tria”.

Ambos legados testamentarios tu-vieron acogida de honor en la Consti-tución del 78, donde se define al Rey como símbolo de la unidad y perma-nencia del Estado y en la que se dice que la Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación es-pañola, patria común e indivisible de todos los españoles, además encarga al Ejército la tutela de la integridad te-rritorial y diseña un sistema de refor-ma constitucional no ya rígido sino de imposible realización. De esta amane-ra el testamento político de Franco se convirtió en fundamento del naciente orden constitucional, de cuya discusión se robó a la soberanía popular la deci-sión sobre la forma de Estado y fue di-rigido todo el proceso de transición por los franquistas, desde la maquinaría estatal y bajo el sonido amenazante del “ruido de los sables” del ejército del 18 de julio.

En la cuestión catalana este papel del ejército como límite a la voluntad democrática volvió a reactualizarse ya entrado el siglo XXI, recordemos al respecto, un hecho que ya fue denun-ciado en su día en las páginas de El Otro País.

En la Pascua Militar del año 2006, el Capitán General de Sevilla José Mena Aguado pronunció un discurso anun-ciando una intervención militar si el Estatuto de Autonomía aprobado por la inmensa mayoría el Parlament Ca-talà, salía adelante. Mena dijo que las

ambiciones del texto, impulsado por el Presidente de la Generalitat Pasqual Maragall, del Partit Socialista de Ca-talunya, eran desmesuradas y recordó que si un Estatuto de Autonomía sobre-pasaba los límites de la Constitución, el Ejército en su calidad de garante de la Carta Magna tendría que intervenir. Al milite le parecía un exceso que en Cata-lunya fuese exigible para el desempeño de funciones públicas el conocimiento del catalán, porque ello obligaría a que las Fuerzas Armadas tuvieran que re-gular los destinos igual que se regulan los destinos en el extranjero. Rechazo al requisito lingüístico compartido con el firmante del artículo Igualdad, Fra-ternidad y Libertad.

No hizo falta intervención militar, el Tribunal Constitucional vetó el Esta-tuto aprobado por el Parlament català, ratificado en referéndum por el pueblo catalán e incluso aprobado tras una importante poda del articulado por el Parlamento español. Entre otras cues-tiones al Constitucional le rechinaba la definición de Catalunya como una na-ción. El todo atado y bien atado del ré-gimen del 78 funcionó a la perfección. Igualmente, el monarca Felipe VI, tras la brutal violencia policial del Uno de Octubre desde televisión y con laco-nismo castrense recordó los límites de la soberanía popular establecidos en el texto sagrado de 1.978, justos los mis-mos que los del testamento de su abue-lo político.

Entre el derecho a decidir de los pue-blos y la intervención de las institucio-nes por aplicación del artículo 155 con la ayuda inestimable de una violenta ocupación militar, no caben posiciona-mientos tibios por parte de un demó-crata.

Naturalmente caben críticas al desa-rrollo del “Procés”, a sus incoherencias y contradicciones, a la composición de

clase del bloque independentista, pero de ninguna manera ello justifica el alinea-miento con la Monarquía, la brutalidad represiva del Estado español, la legiti-mación de un marco político atufado de franquismo apenas remozado, la nega-ción de derechos nacionales. Frente a la República Catalana no hay un espacio in-termedio, se alza inconmovible el macizo de la raza de la Monarquía borbónica.

Que no se pretexte demagógicamente sobre la división que causan en la clase trabajadora las banderas, “sean estre-lladas o aún sin estrellar” y traigamos a colación la esclarecedora frase de Ar-gala, cuando dijo que el obrero vasco ha de ser solidario con el obrero fran-cés o el español, no porque pertenezcan a una misma nación sino porque perte-necen a la misma clase.

La ministra de Defensa, Dolores de Cospedal, y el secretario de Defensa USA, James Mattis.

14 Opinión Febrero l 2018

S in tomar en consideración la propaganda interesa-da del capitalismo que ha descrito siempre la Revo-lución Rusa de 1917 con

los trazos más oscuros y siniestros, resulta inevitable destacar su importan-cia, seguramente como el suceso más trascendental del siglo pasado y, sobre todo, como un acontecimiento que en la actual crisis mundial no deja de man-tener pertinencia como referente.

Por supuesto, ayudan poco los sim-ples ejercicios de nostalgia aunque re-sulta inevitable conmoverse profunda-mente al recordar los sucesos de 1905, el asalto exitoso al Palacio de Invierno en 1917, las masas obreras escuchando atentamente los discursos de Lenin en la Plaza Roja, las heroicas batallas de las poblaciones de Moscú, Leningrado y sobre todo de Stalingrado derrotando al ejército nazi, a soldados soviéticos colocando la bandera roja con la hoz y el martillo en la cúpula del Reichstag en Berlín o a Yuri Gagarin y a Valenti-na Tereschkova conquistando por pri-mera vez el espacio.

Tampoco contribuye al análisis so-pesado ignorar los errores que se co-metieron y llevaron al colapso aquella primera experiencia victoriosa de las masas humilladas y ofendidas sobre el oprobioso régimen del Zar; errores que nacieron de desviaciones ideológicas del ideario original, fruto del peso de la tradición y de la poca experiencia, otras nacidas del mismo atraso material de Rusia y no pocas debidas a la forma como se desenvolvía la vida cotidiana de aquellos pueblos, tan ajena al huma-nismo de Occidente, tan extraña a los valores de la Revolución Francesa; una tradición y una cultura que por lo visto no se superan por simple decreto.

La Unión Soviética que nace al ca-lor de aquella revolución pasará a la historia como un evento trascendental por ser la segunda batalla importan-te por el socialismo (la primera fue la gesta libertaria de la Comuna de Pa-ris de 1871) que inauguró un siglo de desiguales resultados en la lucha entre el capital y el trabajo, transformando completamente el escenario político y social en todo el mundo. De un atrasa-do país, casi feudal y ajeno a cualquier forma de democracia, la URSS devino en potencia mundial, en el protagonista central de la victoria contra el nazismo (la forma más perversa del sistema ca-pitalista, algo que la propaganda sue-le ocultar como si aquel sistema nada tuviera que ver con la burguesía) y en asegurar logros materiales innegables a las mayorías sociales del país. Los excesos cometidos en el tratamiento de los conflictos internos fueron en parte inevitables por el cerco mundial a la

URSS; los soviéticos nunca pudieron proceder como si el riesgo de ser exter-minados no existiese, algo que explica en buena medida las formas autorita-rias y las limitaciones considerables de ciertas libertades. En muchas ocasiones se juzga estos excesos sin considerar que entonces en Occidente también se presentaban situaciones similares. En realidad la democracia liberal, tal como hoy se conoce, apenas se practica en el mundo capitalista sobre todo des-pués de la Segunda Guerra Mundial, y en buena medida como estrategia para evitar que las fuerzas populares siguie-ran el mismo camino marcado por la Revolución de Octubre. No faltan mo-tivos para pensar que el desmantela-miento del Estado del Bienestar y los actuales avances del autoritarismo en los países capitalistas avanzados (para algunos, un renacer del nazismo) tie-ne mucho que ver precisamente con la desaparición del Campo Socialista, de la “amenaza comunista”.

Aquella revolución significó un avance material incomparable en la historia universal hasta entonces. La industrialización de la URSS se logró en dos décadas cuando en el Occidente avanzado había necesitado más de un

siglo; supuso igualmente los primeros ensayos de ejercicio del poder verda-deramente democrático más allá de las formas tradicionales de representación liberal (los soviets), pero que en buena medida se frustraron. Y probablemente aquí resida la mayor limitación de este proyecto: centrados en el desarrollo material los comunistas soviéticos fue-ron incapaces de generar una cultura nueva –en el sentido más profundo del término-, ese “ser humano nuevo” que proceda con valores esencialmente dis-tintos de los valores propios del capita-lismo. Cuando se produce el golpe de estado de la nueva burguesía (surgida del mismo seno del sistema socialista) ningún obrero se levantó a combatir a los nuevos millonarios que asaltaban el poder; cuando se desintegra la URSS y se impone un modelo de capitalismo en su versión más cruel y deshumanizada, renacen por todas partes las formas re-ligiosas más reaccionarias, el racismo, la xenofobia y el nacionalismo patoló-gico del paneslavismo, no menos que las expresiones más repugnantes del consumismo occidentalizado de las nuevas élites. ¿Qué fue entonces de más de medio siglo de educación socia-lista? Esta es probablemente la mayor

falla de quienes emprendieron con la Revolución de Octubre el primer asalto victorioso a los cielos.

Para quienes aspiran hoy a superar el actual orden capitalista y en su lu-gar construir un mundo nuevo la Re-volución Bolchevique será siempre un referente valioso, tanto por sus logros como por sus limitaciones y errores. El retorno del capitalismo en la URSS no debe desanimar; también le sucedió al naciente capitalismo que con Napo-león experimentó el regreso al orden monárquico y sólo tras varias revolu-ciones la república burguesa se esta-bleció definitivamente. Ni siquiera los valores iniciales de Libertad, Igualdad y Fraternidad de la Revolución Fran-cesa encuentran pleno desarrollo en el orden capitalista, hasta hoy; y resulta bastante dudoso que en las actuales condiciones del mundo esos principios resulten compatibles con el orden bur-gués vigente. De hecho, esa consigna está inspirada más en los valores de “Pan, Paz y Tierra” de quienes asalta-ron el palacio del Zar que en los prin-cipios del cálculo frío y la competencia desenfrenada, de la ley del más fuerte y del darwinismo social que caracterizan al actual capitalismo.

La Revolución de OctubrePara quienes aspiran a superar el orden capitalista y en su lugar construir un mundo nuevo la Revolución Bolchevique será siempre un referente

Juan Diego García

Vladímir Ilich Uliánov, Lenin, en un mitin.

15Febrero l 2018 Debate sobre China

“Usted habla de «chinificación del socialismo». No existe de esa natura-leza. No existe el socialismo inglés,

francés, alemán, italiano, ruso, como no existe el socialismo chino. Otra cosa es, que en la construcción del socialismo, es necesario tener en

cuenta las características específicas de un determinado país. El socialismo es una ciencia, y necesariamente tiene como toda ciencia, ciertas leyes gene-rales, y uno solo necesita ignorar tales

leyes para que la construcción del socialismo esté destinada al fracaso”.

Iósif Vissariónovich Dzhugashvili, Stalin

C uando se enuncia “socia-lismo con peculiaridades chinas”, se hace difícil mostrarse en contra, del mismo modo que si se

produjera un proceso revolucionario en todo o parte del actual Estado español, una expresión descriptiva de lo que se construyera como socialismo con pe-culiaridades mediterráneas sonaría a música celestial para quienes critica-mos el capitalismo como un sistema social cruel e inhumano. Tampoco de-seo que por criticar la actual realidad china se me tilde de doctrinario, toda vez que seria no solo euro céntrico, sino también profundamente erróneo y ajeno al marxismo pretender que los procesos emancipadores de los pueblos deban seguir un guión y condiciones de laboratorio, sin contacto con la realidad social en la que se dan, pero también

hemos observado sobre todo en los últimos tiempos se ha producido una suerte de ortodoxia de la heterodoxia, de tal modo que toda persona que ana-liza la reciente historia reivindicando la vigencia de ciertos principios es tacha-do de modo inmisericorde de desfasa-da.

Esa nueva dogmatica de lo postmo-derno tiene bastante también de euro-centrismo, de tal modo que se intentan obtener categorías universales de lo que acontece en nuestro entorno inme-diato; llamamos bienestar (o calidad de vida) al consumismo y filosofamos sobre el fin de la clase obrera porque ésta vive ahora muy alejada de nuestros barrios, del mismo modo que, sintién-donos huérfanos de referencias ante el triunfo de la contrarrevolución en una serie de países a fines del pasado siglo, nos abrazamos como a un clavo ardien-do a cualquier propuesta que enarbole la bandera del socialismo.

Esta actitud de “hacernos trampas al solitario”, confundiendo deseos con realidad al analizar la realidad actual de China, puede ser gratificante un tiem-po (sobre todo porque no vivimos en ese país asiático), pero a la larga con-duce a generar más frustración cuando los acontecimientos nos estallen en la cara.

La configuración de la realidad china A partir del año 1978 y tras el falleci-miento de Mao, el partido comunista chino comienza una nueva etapa de reformas orientadas a la apertura del

mercado y modernización del país. Estas reformas apuntan a la transfor-mación desde una economía central planificada hacia lo que se denomina una economía socialista de mercado. Estos cambios tuvieron un fuerte im-pacto en diferentes áreas de la sociedad como la movilidad social, migracio-nes campo-ciudad, etc. En este nue-vo período emerge la figura de Deng Xiaoping como el gran impulsor de la política de reforma y puertas abiertas. Xiaoping que durante la época de Mao había sido señalado como un “roedor capitalista”, logra el control del partido impulsándole a centrarse en cuestiones económicas y de modernización del país como único fin.

Las primeras reformas apuntaron a abrir el mercado, reduciendo el control directo del gobierno. Se fomenta el uso de incentivos materiales y una mayor presencia del mercado en la produc-ción industrial. También se reajusta la fuerza laboral, deslocalizando la agri-cultura e impulsando la movilidad de personas hacia polos industriales en nuevas áreas urbanas. En las décadas posteriores, se profundiza la liberación del mercado y comercio internacional. Estos cambios transformaron la eco-nomía centralmente planificada por el llamado socialismo de mercado con ca-racterísticas chinas.

Antecedentes del Socialismo de MercadoLos primeros antecedentes teóricos surgen poco antes de la primera gue-

rra mundial en el seno del los partidos socialdemócratas de Alemania y Aus-tria, donde dirigentes o teóricos como Kaustki y Hilferding señalan en papel decisivo desempeñado por los apara-tos centralizados del capitalismo mo-nopolista de Estado, en el que ven la prefiguración del aparato de estado que utilizará el proletariado para edificar el socialismo.

Se retoma así las concepciones bur-guesas de socialismo, contra las que Marx y Engels habían luchado cons-tantemente, sobre todo en la Crítica al Programa de Gotha, cuya publicación fue bloqueada durante largos años lor los dirigentes oportunistas de la social-democracia alemana.

En el intento de conjugar socialismo y mercado, aparecen las figuras de John Mill, Eduard Bernstein y John Keynes como los impulsores de las concep-ciones del socialismo de mercado. El primer autor, Mill (1859), sostiene que la producción y la distribución son dos procesos independientes y separados, pero que en la práctica no se dividen, lo que termina afectando a los procesos distributivos. Esto abre el debate para que se considere favorable sólo utilizar los mecanismos del mercado para la producción, pero que la distribución de la riqueza sea mediante la intervención del Estado. Posteriormente, Berstein (1899) a través de su tesis revisionis-ta del marxismo, propone introducir ciertos elementos liberales para “enri-quecer” al socialismo, el autor sostie-ne la idea de que el liberalismo es una

¿Socialismo de Mercado?La concepción economicista y desarrollista de China lleva aparejada la existencia de lucha de clases que ha de llevar a un proletariado que

debería enfrentarse a la involución capitalista en ChinaFrancisco García Cediel

El 21 de diciembre de 1949, durante una visita a la Unión Soviética, Mao Zedong asistió a la celebración del cumpleaños de Joseph Stalin en Moscú.

16 Debate sobre China Febrero l 2018

etapa previa al socialismo. Por último Keynes (1936) refuta la teoría de la economía clásica argumentando que la economía no se regula por sí sola y pro-pone una economía mixta que combine la asignación de responsabilidad de los gobiernos y los mercados.

En realidad todo ello son intentos de salvar al capitalismo de la impugnación efectuada por el marxismo, consideran-do innecesario extenderme demasiado en que la actuación del Estado como regulador de la economía no signifi-ca que se estén dando pasos hacia el socialismo, ya que en el último siglo estados como el Alemán, el Francés y incluso el Franquismo con el Instituto Nacional de Industria y sus planes de desarrollo han practicado la interven-ción estatal en la economía.

Y frente a estas concepciones, que ven interesadamente al Estado como algo neutro o al menos en disputa, y no como un instrumento de dominación de clase, Lenin escribe El Estado y la Revolución, en cuyo texto ya se apunta a la necesidad de romper la división del trabajo propia del capitalismo.

Los problemas económicos del socialismoHemos de detenernos ahora, si bien muy brevemente, en la historia de la revolución rusa, y en concreto en los primeros años de la misma: en varios textos, Lenin define la realidad de la URSS de esos años como “capitalismo de estado bajo dictadura del proletaria-do”.

Lo cierto en que en esos años (pri-mera etapa revolucionaria, comunismo de guerra y NEP), unas veces alude al atraso del que partía el proceso revo-lucionario en esas tierras, otras a una política concreta a practicar en un pe-riodo de tiempo y, sobre todo en el periodo de la NEP, el reconocimiento de un retroceso destinado a salvar la revolución, estableciendo una alianza económica y política con el campesi-nado con la finalidad de construir el socialismo (Lenin, Más vale poco pero bueno). Pero es también cierto que du-rante ese azaroso periodo existe en no pocos dirigentes bolcheviques una con-cepción economicista de la revolución, considerando que era precisa una etapa de desarrollo de las fuerzas productivas para sentar las bases materiales sobre las que edificar el socialismo (Bujarin por ejemplo).

Más tarde Stalin, en “problemas eco-nómicos del socialismo en la URSS” desarrolla que la pervivencia de mer-cancías en la sociedad soviética, de-bido a la existencia del Koljos, es un freno al desarrollo del socialismo, abo-gando por “elevar la propiedad koljo-siana al nivel de propiedad de todo el pueblo” y “sustituir la circulación mer-cantil por un sistema de intercambio de productos, para que el poder central o cualquier otro centro económico social pueda disponer de todo el producto de la producción social en interés de la so-ciedad”.

En resumen, el debate que subyace es donde se pone el énfasis, en el de-sarrollo de las fuerzas productivas o en la creación de unas nuevas relaciones de producción. En esta cuestión se en-

marca la necesidad o no de mercancía (y por ende del mercado), por cuanto, al decir de Engels, “… toda sociedad basada en la producción de mercancías tiene la peculiaridad de que los produc-tores pierden el dominio de sus rela-ciones sociales… Se imponen pues, las leyes sin el concurso de los producto-res, contra los productores, como leyes ciegas naturales de su propia forma de producción. El producto domina a los productores” (Anti-Dühring).

Más tarde, en concreto en el XXII Congreso del PCUS, se consagra el pa-pel del mercado en la sociedad socia-lista, tesis que coinciden bastante con las aprobadas en el XIV Congreso del Partido Comunista Chino en 1992.

Alguien insistirá tal vez en que la introducción del mercado no tiene nada que ver con el proceso que vi-vió la URSS en 1991, y que las tesis de Marx y Engels sobre la mercancía y el mercado no operan en las socieda-des post-revolucionarias, y que el mer-cado “socialista” no genera relaciones de producción capitalistas ni plusvalía. Tal vez entonces la URSS cayo solo porque había muchos traidores ¿Por qué la clase trabajadora no defendió su proyecto?

¿A dónde va China?La historia reciente de las sociedades post-revolucionarias nos obliga a ana-lizar los errores sin apriorismos pero también sin idealismo. Podemos sacar unas conclusiones iniciales que nos permitan orientarnos a quienes consi-deramos que no estamos ante el fin de la historia y que la lucha por el socia-lismo está viva y debe ser mantenida.

A este respecto, considero que en la construcción del socialismo la lucha de clase sigue siendo el motor de la historia, no solo en cuanto a las ideas burguesas como reminiscencia del ca-

pitalismo, sino en cuanto a las viejas y nuevas contradicciones que han aflora-do y afloran en los avatares de los pro-cesos transformadores. En este sentido, nos hacemos un flaco favor si confun-dimos la forma jurídica con la situación en el proceso productivo, el hecho de que no haya formalmente capitalistas en el sentido jurídico del término (pro-pietarios), con que haya o no apropia-ción de parte del plusvalor generado por el trabajo humano en beneficio pro-pio (director de fábrica, dirigente, etc.).

Es en suma una concepción econo-micista y desarrollista la que está tras el socialismo de mercado de China, con lo que lleva aparejada la existencia de lucha de clases que, en estos momentos y según mi opinión, ha de llevar a un proletariado que conceptualmente de-bería ostentar el poder, a enfrentarse a la involución capitalista en China.

El socialismo, al menos en mi opi-nión, es un proyecto de emancipación colectiva, por lo que concebir el desa-rrollo de las fuerzas productivas como un fin en el que se sacrifiquen durante generaciones la mayoría o al menos una parte importante de la sociedad, con base en un plan director no impul-sado y asumido conscientemente por las masas trabajadoras, es un falso so-cialismo.

Porque sería un error confundir toma del poder con revolución, siendo ésta un término más amplio que se desa-rrolla rompiendo la relaciones de pro-ducción del capitalismo, y en el que ha de entenderse el socialismo como un proceso previo para alcanzar el comu-nismo, lo que supone la extinción del Estado (cito aquí otra vez la Crítica al Programa de Gotha, de Marx). En ese periodo transicional sigue habiendo lucha de clases, y las viejas y nuevas contradicciones que se producen en su seno, entre dirigentes y dirigidos, en-

tre el trabajo manual e intelectual, etc., son contradicciones que también son expresión de la lucha de clases.

Solo reforzando el papel de la clase trabajadora como dirección y vanguar-dia de la construcción del socialismo llegará éste a buen fin, su extinción y la del Estado en el Comunismo. La realidad refuerza la teoría de que el socialismo no es irreversible y la res-tauración capitalista es algo que ocurre con harta frecuencia cuando se desvía el rumbo. En ese sentido se enmarcó la llamada Revolución Cultural que, con independencia de sus resultados, intenta abordar la lucha contra unas ideas burguesas que la experiencia post-revolucionaria ha demostrado que no son solo reminiscencias del capita-lismo, sino que tiene bases materiales.

Al abordar el análisis de los procesos revolucionarios hemos de proponer un socialismo que sea también referente para nuestra clase obrera, la que vive en nuestra tierra. En ese sentido, no cabe defender conceptos como competitivi-dad, bienestar entendido como consu-mismo, estímulos materiales, etc., que son elementos propios del Darwinismo social propio del capitalismo, y coarta-da para la explotación.

Mao señaló con sencillez y claridad “Debemos prestar atención a los pro-blemas relativos a la vida de las masas, desde los problemas de la tierra y el tra-bajo hasta los del combustible, el arroz, el aceite y la sal… Todos éstos debe fi-gurar en nuestro orden del día. Es pre-ciso discutirlos y adoptar decisiones sobre ellos, ponerlos en práctica y ve-rificar sus resultados. Debemos ayudar a las masas a comprender que nosotros representamos sus intereses y vivimos como ellos.” Quien lea estas líneas ha-brá de valorar si la realidad actual de China se adecúa a dichos principios.

Una fábrica china fotografiada por Edward Burtynsky.de la serie “Paisajes Transformados” realizada en 2007.

17Febrero l 2018 Debate sobre China

Xi Jinping ha sido con-sagrado como líder más poderoso de Chi-na desde Mao Zedong después de que un

nuevo legado de pensamiento político con su nombre fuese incluido en los estatutos del Partido Comunista. La simbólica medida se produjo el último día del XIX Congreso, que duró una semana en Beijing, en el que Xi se ha comprometido a dirigir la segunda mayor economía del mundo hacia una “nueva era” de poder e influencia in-ternacionales.

En la ceremonia de clausura en el Gran Salón del Pueblo de la época de Mao, se anunció que el pensamiento de Xi sobre el “socialismo con carac-terísticas chinas para una Nueva Era” quedaba inscrito en los estatutos del partido. “El Congreso acuerda por unanimidad que el pensamiento Xi Jinping ... constituye [una de] las guías de acción del partido en su constitu-ción”, afirma una resolución.

Al mismo tiempo, se anunció el nue-vo Comité Permanente del Politburó de siete miembros. Todos estos líderes supremos tienen más de 62 años y por lo tanto no serán elegibles para con-vertirse en secretario general del parti-do dentro de cinco años. Lo que signi-fica con toda seguridad que Xi tendrá un tercer mandato, algo sin preceden-tes, como líder del partido hasta 2029 y así seguirá a la cabeza de la máquina de estado chino toda una generación.

Lo que esto me dice es que, bajo Xi,

China nunca iniciará el desmantela-miento del partido y la máquina del es-tados para desarrollar una ‘democracia burguesa’ basado en una economía de mercado plena y capitalista. China se-guirá siendo una economía fundamen-talmente dirigida y controlada por el estado, con los ‘sectores claves’ de la economía de propiedad pública y con-trolada por la elite del partido.

Las empresas extranjeras no encuen-tran esta perspectiva atractiva, como

era de esperar. En una encuesta de enero entre 462 empresas de Estados Unidos de la Cámara Americana de Comercio en China, el 81 por ciento dijo que se sentían menos bienvenidos en China, mientras que más del 60 por ciento tienen poca o ninguna confian-za de que el país abrirá aún más sus mercados en los próximos tres años.

De hecho, China sigue ocupando el puesto 59 entre los 62 países evalua-dos por la Organización para la Coo-

peración y el Desarrollo Económico en términos de apertura a la inversión extranjera directa. Al mismo tiempo, la IED es cada vez menos importante para la economía: en 2016 representó poco más del 1 por ciento del PIB de China, por debajo del 2,3 por ciento en 2006 y un 4,8 por ciento en 1996.

Una causa de preocupación aún ma-yor para las multinacionales son los planes de Beijing para replicar tec-nologías extranjeras y apoyar a sus ‘campeones nacionales’ que puedan exportarlas globalmente. Un progra-ma puesto en marcha en 2015, llama-do Hecho en China 2025, tiene como objetivo hacer que el país sea competi-tivo dentro de una década en 10 indus-trias, incluyendo aviones, vehículos de nueva energía, y la biotecnología. China, bajo Xi, tiene como objetivo no sólo ser el centro manufacturero de la economía mundial, sino también ocu-par un lugar destacado en innovación y tecnología para competir con los EEUU y otras economías capitalistas avanzadas dentro de una generación.

Beijing tiene como objetivo impul-sar la cuota de robots de fabricación nacional a más del 50 por ciento de las ventas totales en 2020, que fue ya del 31 por ciento el año pasado. Las compañías chinas como E-Deodara Robot Equipments, Siasun Robot & Automation y Anhui Efort Intelligent Equipments aspiran a convertirse en multinacionales, desafiando a compa-ñías similares como ABB Robotics de Suiza y la japonesa Fanuc por el lide-

Xi toma el control total del futuro de China

China ha sido capaz de mantener su independencia del imperialismo estadounidense y del capitalismo global como ningún otro Estado

Michael Roberts *

Comentario de la web “Manos Fuera de China”, que lidera Alexandre García.

E ste excelente artículo del economista marxista britá-nico Michael Roberts, escri-

to a principios del mes de noviem-bre pasado (poco después del XIX Congreso del PCCh) zanja de una vez por todas el debate acerca de si China es o no un país capitalista.

Hemos de señalar no obstante que existe un cierto sesgo ideológico (notablemente de carácter trotskis-ta) en el autor del artículo, que no compartimos, y por ello quisiéramos aclarar que no estamos de acuerdo con algunas de sus valoraciones, como por ejemplo la afirmación de que el socialismo con características chinas “no es ‘socialismo’ de acuer-do con ninguna definición marxista o de control obrero democrático” (como siempre, los trotskistas bus-

cando su socialismo idílico, mesiá-nico, que nunca ha existido porque las experiencias habidas hasta ahora no han sido suficientemente “obre-ras” para ellos).

También tenemos dudas acerca de la pertinencia del título del ar-tículo, que hace énfasis de manera exagerada en el supuesto excesivo poder acumulado por Xi Jinping en el PCCh (cosa que exigiría ma-tización y más investigación), y que además, creemos, no refleja lo que realmente es el contenido del artículo. Dicho esto, ¡bendito trotskista! El artículo revela datos interesantísimos sobre la estructura económica de China, que sorpren-derá a más de un partidario de la tesis sobre la “China ultra-capita-lista”.

El presidente chino Xi Jinping con el norteamericano Donald Trump y sus respectivas esposas.

18 Debate sobre China Febrero l 2018

razgo en unmercado de 11 mil millo-nes de dólares.

Bajo XI, China también ha redobla-do esfuerzos para construir su propia industria de semiconductores. El país compra alrededor del 59 por ciento de los chips que se venden en todo el mundo, pero los fabricados en el país representan sólo el 16,2 por ciento de los ingresos de las ventas globales de la industria, de acuerdo con la consul-tora PwC. Para cambiar esto, Made in China 2025 destina 150 mil millones de dólares de inversión en 10 años. Un informe de enero de 2017 del Consejo Presidencial de Asesores en Ciencia y Tecnología de EE UU detalla los am-plios subsidios de China a sus fabri-cantes de chips, la obligación de las empresas nacionales de comprar sólo a proveedores locales, y el requisito de que las empresas estadounidenses transfieran tecnología a China a cam-bio de acceso a su mercado .

Y el imperialismo estadounidense tiene miedo. El secretario de Comer-cio de Estados Unidos Wilbur Ross ha descrito el plan como un “ataque” al “genio americano.” En un excelente nuevo libro, The US vs China: Asia’s new cold war?, Jude Woodward, un asiduo visitante y conferenciante en China, señala las medidas desespe-radas que los EEUU está adoptando para tratar de aislar a China, bloquear su progreso económico y cercarla militarmente. Pero también afirma que esta política está fallando. China no está aceptando el control que la quieren imponer las multinacionales extranjeras; está desarrollando conti-nuamente vínculos comerciales y de inversión con el resto de Asia; y, con la excepción del Japón de Abe, está teniendo éxito en mantener a los esta-dos capitalistas asiáticos ambivalentes entre la ‘mantequilla’ de China y las ‘armas’ de Estados Unidos. Como re-sultado, China ha sido capaz de man-tener su independencia del imperialis-mo estadounidense y del capitalismo global como ningún otro Estado.

Esto nos lleva a la cuestión de si China es un estado capitalista o no. Creo que la mayoría de los economis-tas políticos marxistas están de acuer-do con la teoría económica dominante que asume o acepta que China es ca-pitalista. Sin embargo, no es mi caso. China no es capitalista. La producción de mercancías con fines de lucro, ba-sada en relaciones espontáneas del mercado, es lo que caracteriza al ca-pitalismo. La tasa de ganancia deter-mina sus ciclos de inversión y genera crisis económicas periódicas. Esto no se aplica en China. En China, la pro-piedad pública de los medios de pro-ducción y la planificación del estado siguen siendo dominantes y la base de poder del Partido Comunista se basa en la propiedad pública. El ascenso económico de China se ha conseguido sin que el modo de producción capita-lista sea dominante.

El “Socialismo con características chinas” es una bestia extraña. Por su-puesto, no es ‘socialismo’ de acuerdo con ninguna definición marxista o de control obrero democrático. Y ha ha-bido una expansión significativa de

las empresas privadas, tanto naciona-les como extranjeras en los últimos 30 años, con el establecimiento de un mercado de valores y otras institucio-nes financieras.

Pero la gran mayoría del empleo y la inversión tiene lugar a través de em-presas públicas o por instituciones que están bajo la dirección y el control del Partido Comunista. La mayor parte de las industrias competitivas globales de China no son multinacionales de pro-piedad extranjera, sino empresas esta-tales chinas.

Y puedo proporcionar algunas prue-bas que, en la medida que yo sepa, no han sido planteadas por otros comen-taristas. Recientemente el FMI publicó una serie de datos completa del tama-ño del sector público y de su inversión y su crecimiento, que se remonta 50 años para todos los países del mundo. Estos datos ofrece algunos resultados sorprendentes.

Demuestran que China tiene un stock de activos del sector público por valor de 150% del PIB anual; Sólo Japón tiene algo similar con el 130%. Todas las otras economías capitalistas importantes tiene menos del 50% del PIB en activos públicos. Cada año, la inversión pública de China en rela-ción al PIB es de alrededor del 16% en comparación con el 3-4% en los EEUU y el Reino Unido. Y aquí está la cifra decisiva. El volumen del stock de activos productivos públicos en re-lación con los activos del sector capi-talista privado en China es tres veces mayor. En los EEUU y el Reino Uni-do, los bienes públicos son menos del 50% de los activos privados. Incluso en las ‘economías mixtas’ de India o

Japón, la proporción de activos públi-cos en relación con los privados solo es del 75%. Esto demuestra que en China la propiedad pública de los me-dios de producción es dominante - a diferencia de cualquier otra economía importante.

Un informe de la Comisión de Re-visión Económica y de Seguridad Es-tados Unidos-China encontró que “La parte de propiedad y control estatal de la economía china es grande. Ba-sándose en suposiciones razonables, parece que el sector público visible- las empresas estatales y las entidades controladas directamente por las em-presas estatales, representan más del 40% del PIB no agrícola de China. Si se consideran las contribuciones de las entidades controladas indirectamente, colectivos urbanos y empresas muni-cipales públicas, la proporción del PIB de propiedad y control del Estado es de aproximadamente el 50%”. Los gran-des bancos son propiedad del Estado y sus políticas de crédito y de depósito están dirigidas por el gobierno (para disgusto del Banco Central de China y otros elementos pro-capitalistas). No hay flujo libre de capitales extranjeros dentro y fuera de China. Los controles de capital son impuestos y aplicados y el valor de la moneda se manipula según los objetivos económicos (para gran disgusto del Congreso de Estados Unidos y los fondos de cobertura oc-cidentales).

Al mismo tiempo, el aparato del Par-tido Comunista / estado se infiltra en todos los niveles de la industria y la actividad en China. De acuerdo con un informe de Joseph Fang y otros (http://www.nber.org/papers/w17687), hay

organizaciones del partido en cada corporación que emplea a más de tres miembros del partido comunista. Cada organización del partido elige a un se-cretario del partido. El secretario del partido es el eje central del sistema de gestión alternativa de cada empre-sa. Esto amplía el control del partido más allá de las empresas estatales a las empresas privatizadas y las empresas propiedad de los gobiernos locales en el sector privado o “nuevas” organiza-ciones económicas” como se las lla-ma. En 1999, sólo el 3% de ellas tenía células del partido. Ahora la cifra es de casi el 13%. Como señala el informe: “El Partido Comunista Chino (PCC), controla la promoción profesional de todo el personal de alto nivel en to-das las agencias reguladoras, todas las empresas de propiedad estatal (EPE), y prácticamente todas las principales instituciones financieras de propiedad estatal (EPE) y las posiciones determi-nantes del partido en todas, menos las empresas más pequeñas, no públicas, que siguen sometidas a una dirección leninista”.

La realidad es que casi todas las em-presas chinas que emplean a más de 100 personas tienen un sistema de con-trol basado en células del partido. Esta no es una reliquia de la era maoísta. Es la estructura actual establecida especí-ficamente para mantener el control del partido en la economía. Como el infor-me de Fang dice: “El Departamento de Organización del PCCh gestiona todas las promociones de alto nivel de todos los bancos, reguladores, minis-terios y organismos gubernamentales, empresas estatales, e incluso muchas empresas no públicas, designadas ofi-cialmente. El partido promueve a gen-te en los bancos, agencias reguladoras, las empresas, los gobiernos y los ór-ganos del Partido, gestionando gran parte de la economía nacional en un gran cuadro de gestión de recursos hu-manos. Un cuadro joven y ambicioso puede comenzar en un ministerio es-tatal, unirse a los mandos intermedios de un banco público, aceptar un alto cargo del partido en una empresa coti-zada, ser promovido a un puesto de re-gulación superior, aceptar el nombra-miento como alcalde o gobernador de provincia, convertirse en un CEO de un banco público diferente, y quizás por último, ascender a los escalones superiores del gobierno central o el PCCh - todo gracias al Departamento de Organización del PCCh”.

El Partido Comunista de China es mencionado en los estatutos de mu-chas de las mayores empresas del país, que describen al partido como un elemento director que juega un papel central de “una manera organizada, institucionalizada y concreta” y “pro-vee dirección [y] gestiona la situación general”.

Hay 102 empresas estatales clave con activos de 50 billones de yuanes, que incluyen empresas públicas de petróleo, operadores de telecomuni-caciones, generadores de energía y fabricantes de armas. Xiao Yaqing, di-rector de la Comisión de Supervisión y Administración de Activos Estatales del Consejo de Estado (SASAC), es-

Una actriz china en una actuación musical.

19Febrero l 2018 Debate sobre China

cribió en la publicación de la Escuela Central del Partido Tiempo de Estu-dio que cuando una empresa estatal tiene un consejo de administración, el jefe del partido también tiende a ser el presidente del consejo. Los miembros del Partido Comunista en las empresas estatales forman el “el fundamento de clase más sólido y fiable” que permite al Partido Comunista gobernar. Xiao califica la idea de la “privatización de los bienes del Estado” como un pen-samiento mal orientado.

Estos 102 grandes conglomerados contribuyeron el 60 por ciento de las inversiones exteriores de China a fi-nales de 2016. Las empresas estatales, incluyendo China General Nuclear Power Corp y China National Nu-clear Corp han asimilado tecnologías, a veces occidentales con cooperación o sin ella, y ahora tienen proyectos en Argentina, Kenia, Pakistán y el Rei-no Unido. Y la gran ‘Nueva Ruta de la Seda’ para el centro de Asia no está dirigido a obtener beneficios. Se trata de expandir la influencia económica de China a nivel mundial y extraer re-cursos tecnológicos y naturales para la economía nacional.

Esto también contradice la idea co-mún entre algunos economistas mar-xistas de que la exportación de capital de China para invertir en proyectos en el extranjero es producto de la necesi-dad de absorber el ‘excedente de capi-tal’ doméstico, similar a la exportación de capital de las economías capitalis-tas antes de 1914, que Lenin consideró una característica clave del imperialis-mo. China no está invirtiendo en el extranjero a través de sus empresas es-tatales debido a un ‘exceso de capital’ o incluso porque la tasa de ganancia de las empresas estatales y capitalistas esta cayendo.

Del mismo modo, la gran expansión de la inversión en infraestructura a partir de 2008 para contrarrestar el impacto del colapso del comercio mundial desde la crisis financiera global y la Gran Rece-sión que golpea las economías capitalis-tas no ha sido un gasto público a través del endeudamiento de tipo keynesiano, como la mayoría de los economistas y (algunos) marxistas argumentan. Fue un programa de inversiones de las corpora-ciones estatales planificada y financiada por los bancos de propiedad estatal diri-gidos por el Estado. Fue lo que Keynes llamó una ‘inversión socializada’, pero que nunca fue puesta en práctica en las economías capitalistas durante la Gran Depresión, porque hacerlo sería sustituir el capitalismo.

La ley del valor del modo de produc-ción capitalista opera en China, princi-palmente a través del comercio exte-rior y la entrada de capitales, así como a través de los mercados internos de bienes, servicios y fondos. Por lo que la economía china se ve afectada por la ley del valor. Eso no es realmente sorprendente. No se puede ‘construir el socialismo en un solo país’ (y si un país está bajo una autocracia y sin de-mocracia obrera, es así por definición). La globalización y la ley del valor de los mercados mundiales se filtran a la economía china. Pero el impacto es ‘distorsionado’, ‘frenado’ y bloquea-do por la ‘interferencia’ burocrática del estado y la estructura del partido hasta el punto de que todavía no puede dominar y dirigir la trayectoria de la economía china.

Es cierto que la desigualdad de la ri-queza y el ingreso en China bajo el ‘so-cialismo con características chinas’ es muy alta. Hay un creciente número de multimillonarios (muchos de los cua-les están relacionados con los líderes

comunistas). El coeficiente de Gini de China, un índice de desigualdad de los ingresos, ha pasado del 0,30 en 1978, cuando el Partido Comunista comenzó a abrir la economía a las fuerzas del mercado, a un máximo del 0,49 justo antes de la Recesión Global. De hecho, el coeficiente Gini de China ha subido más que en cualquier otra economía asiática en las últimas dos décadas. Este aumento fue en parte el resultado de la urbanización de la economía en la medida en que los campesinos rurales han emigrado a las ciudades. Los sala-rios urbanos en los talleres y las fábri-cas están dejando atrás cada vez más los ingresos de los campesinos (no es que los salarios urbanos sean nada del otro mundo, porque a los trabajadores de montaje de i-pads de Apple se les paga menos de 2 dólares la hora).

Pero también es en parte el resultado de la élite que controla las palancas del poder y se está enriqueciendo, permi-tiendo al mismo tiempo que algunos multimillonarios chinos ‘florezcan’. La urbanización se ha ralentizado des-de la Gran Recesión y también lo ha hecho el crecimiento económico y el índice de desigualdad de Gini se ha re-ducido un poco.

La economía china se protege par-cialmente de la ley del valor y la economía capitalista mundial. Pero la amenaza de la ‘vía capitalista’ per-manece. De hecho, los datos del FMI muestran que, mientras que los acti-vos del sector público en China siguen siendo casi dos veces mayores que los activos del sector capitalista, la brecha se está cerrando.

Bajo Xi, parece que la mayoría de la élite del partido continuará con un modelo económico que está dominado por las corporaciones estatales dirigi-das a todos los niveles por cuadros co-

munistas. Esto es debido a que incluso la elite se dan cuenta de que si adopta la vía capitalista y la ley del valor se convierte en dominante, se expondrá al pueblo chino a una inestabilidad económica crónica (booms y crisis), a la inseguridad de empleo e ingresos y a mayores desigualdades.

Por otra parte, Xi y la élite del par-tido están unidos en su oposición a la democracia socialista como cualquier marxista la entendería. Desean preser-var su régimen autocrático y los privi-legios que se derivan de él. La gente todavía tienen un papel que jugar. Han luchado batallas locales por el medio ambiente, sus pueblos y sus puestos de trabajo y salarios. Pero no han luchado por más democracia o poder económi-co.

De hecho, la mayoría apoya al régi-men. Los chinos apoyan al gobierno, pero están preocupados por la corrup-ción y la desigualdad - las dos cuestio-nes que Xi afirma que está combatien-do (pero en las que fracasará).

Una reciente encuesta realizada por el Centro de Investigación Pew en-contró que el 77% de los encuestados creen que su forma de vida en China necesita ser protegida de la “influencia externa”. El politólogo Bruce Dick-son colaboró con expertos chinos para estudiar la percepción pública del Par-tido Comunista de China gobernante. Los investigadores llevaron a cabo entrevistas directas con unas 4.000 personas en 50 ciudades de todo el país. Dickson concluyó: “No importa cómo se mida, no importa qué pregun-tas se pregunten, los resultados indi-can siempre que la gran mayoría de la gente está realmente satisfecha con el status quo”.

Parece que Xi y su banda durarán bastante tiempo.

Clausura del XIX Congreso del Partido Comunista Chino.

* Michael Roberts es un reconocido economista marxista británico, que ha trabajado 30 años en la City londinense como analista económico y publica elblog The Next Recession.

20 Opinión Febrero l 2018

E l derecho a la paz está implícitamente señalado en la Declaración Uni-versal de Derechos Hu-manos cuando el artículo

28 establece que “Toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social e internacional en el que los derechos y libertades proclamados en esta Declaración se hagan plenamente efectivos”.

El único orden internacional y social que puede hacer efectivos los dere-chos humanos es un orden que asegu-re la paz. Recíprocamente, solo con la protección efectiva de los derechos humanos puede conseguirse la paz. El 10 de diciembre de 1997, celebrando el Día Internacional de los Derechos Humanos, el secretario general de Naciones Unidas de aquel momento, Kofi Annan, declaraba: “Los derechos humanos, bien entendidos e interpre-tados de manera justa, no son extra-ños a ninguna cultura; son inherentes a todas las naciones. (...) Los princi-pios consagrados en la Declaración Universal de Derechos Humanos tie-nen profundas raíces en la historia de la humanidad. Pueden encontrarse en las enseñanzas de todas las grandes tradiciones culturales y religiosas del mundo”. Efectivamente, encontramos numerosos documentos históricos en los que aparecen ideas seminales sobre los derechos humanos. Pero no solo eso, numerosos pasajes nos muestran la necesidad de proteger los

derechos si se quiere conseguir la paz. Una muestra:

”…considerando que el desconoci-miento y el menosprecio de los dere-chos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad…” Preámbulo de la Declaración Universal de Derechos Humanos, 1948.

“...considerando que la ignorancia, la negligencia o el desprecio de los derechos del hombre son las únicas causas de las calamidades públicas y de la corrupción de los gobiernos”. Preámbulo de la Declaración de De-rechos del Hombre y del Ciudadano, Francia, 1789.

“…si la sociedad no reconoce los derechos del individuo, se producen conflictos”… “para mitigar la angus-tia y eliminar los conflictos, lo mejor es instituir una sociedad que reconoz-ca claramente los derechos del indivi-duo”. Siun Tseu (seguidor de Confu-cio), siglo III a.C.

Estas citas nos muestran no solo que la idea de que sin paz no hay derechos humanos y sin derechos humanos no hay paz ha estado presente a lo largo de la historia, sino que el sentido común nos dice lo mismo: si los derechos no están protegidos –no solo proclama-dos- no podremos evitar conflictos que desestabilizan las sociedades.

Pero consideremos también breve-mente las relaciones entre paz y de-mocracia. A la hora de enfrentarnos a intentar una definición de democra-

cia que vaya más allá de las retóricas habituales y de la noción extremada-mente pobre de democracia represen-tativa que se va imponiendo, que va dificultando cada vez más el derecho a la disidencia, podemos proceder indi-cando los requisitos que requiere una democracia. Aparte del control de los gobernantes a través de la rendición de cuentas, la democracia requiere una serie de derechos y libertades sin las cuales se convierte en una cáscara sin ningún fruto dentro. En relación con esto, en 1941 el presidente Roo-sevelt, cuya viuda encabezó unos años después la comisión redactora de la Declaración Universal de Derechos Humanos, pronunció ante el Congreso de los Estados Unidos el que se cono-ce como discurso de las cuatro liber-tades, un discurso que influyó en la redacción de la Carta de las Naciones Unidas y también en la redacción de la Declaración Universal de Derechos Humanos. La cuarta de las libertades que mencionó es la libertad de vivir sin miedo, o el derecho a vivir en paz, como tituló una de sus canciones Víc-tor Jara.

Esta libertad de vivir sin miedo es imprescindible para que podamos hablar de un concepto de democracia que vaya más allá de la indigencia del concepto a la que quieren acostum-brarnos las élites y los poderes econó-micos. El miedo ha sido históricamen-te un instrumento al que han recurrido los gobernantes y las élites. En la eta-

pa actual del capitalismo, el miedo se prodiga en múltiples direcciones. El neoliberalismo ha domesticado a un ciudadano que en los países más de-sarrollados (no me detengo ahora en la discusión en torno al concepto de desarrollo) tiene miedo a la pérdida del trabajo (precariedad laboral que, encima, se vende como algo positivo, porque te permite ser “emprendedor”), a un futuro sin pensiones o con pen-siones insuficientes, al terrorismo y a las guerras.

Un ciudadano asustado acata dócil-mente las leyes que limitan sus dere-chos y libertades, como estamos com-probando en los últimos tiempos. Y para esto es absolutamente funcional el escenario que se ha ido creando bajo el lema de la “lucha contra el terroris-mo”, que pretende justificar un estado de excepción permanente y unas gue-rras de ocupación bajo las falsas ban-deras de la lucha contra el terrorismo y de la protección de la democracia y los derechos humanos. Esta última falsa bandera la denuncia con gran lucidez Jean Bricmont en su libro Imperialis-mo humanitario: el uso de los dere-chos humanos para vender la guerra.

Como dos requisitos imprescindi-bles para hablar de democracia son disfrutar de una sociedad en paz y que la ciudadanía esté libre de miedos, y estos requisitos distan hoy día de re-flejar la realidad, tenemos una demo-cracia con serias carencias.

Pero, además, no podemos ignorar

¿Cultura de Paz?La guerra y la acumulación por desposesión son los dos mecanismos

primordiales del capitalismo tanto histórico como actual Pedro López López

Donald Trump inaugura el portaviones Gerald Ford con 4.500 tripulantes y 70 aviones que ha costado casi 13.000 millones de dólares.

21Febrero l 2018 Opiniónotro aspecto que gravita permanen-temente sobre el tema de la paz. En El nuevo imperialismo (2004), David Harvey, uno de los más lúcidos ana-listas del capitalismo neoliberal que sufrimos, señala que la guerra y la acumulación por desposesión son los dos mecanismos primordiales del ca-pitalismo tanto histórico como actual. El capitalismo necesita constantemen-te nuevos espacios, nuevos mercados y nuevos recursos que expoliar, y el expolio solo puede ser violento, una violencia que puede ser más visible o que puede ser invisible porque es es-tructural.

El neoliberalismo ha encontrado en el recurso al miedo un mecanismo eficaz de control. Todos estamos asus-tados porque el trabajo no es seguro, porque no va a haber fondos para las pensiones, porque no sabemos si se-remos bien atendidos si tenemos un problema de salud, porque nos amena-zan los terroristas, por las migraciones crecientes, etc. Frente a ese discurso del emprendimiento que ridiculiza la búsqueda de seguridad, la seguridad es una necesidad humana que está justo por encima de las necesidades fisiológicas, como muestra la célebre pirámide de las necesidades humanas del psicólogo Maslow.

Pero esta seguridad humana poco tiene que ver con la seguridad que plantean determinados sectores, es-pecialmente el militar. También es de Maslow ese pensamiento que dice “Si tu única herramienta es un martillo, tiendes a tratar cada problema como si fuera un clavo”. El concepto de segu-ridad manejado desde estos sectores, y más concretamente la Doctrina de la Seguridad Nacional, condujo du-rante décadas a una forma aberrante de tratar los problemas de los países y de tratar a sus ciudadanos disidentes como si fueran enemigos de guerra. Todavía recordamos cuando en febre-ro de 2012 el comisario Antonio Mo-reno Piquer en Valencia declaraba: “no es prudente revelar al enemigo cuáles son mis fuerzas”. El enemigo eran los estudiantes que protestaban en esta ciudad por los recortes educativos. El comisario en cuestión era el responsa-ble de las fuerzas policiales que en vez de proteger el derecho de manifesta-ción de los ciudadanos se dedicaba a ejercicios de guerra, llevando a gala ser implacable con los manifestantes.

Desde una perspectiva de derechos humanos, que es la que tenemos que adoptar si queremos un mundo en paz, el concepto de seguridad que debe in-teresarnos es el de seguridad humana. Un concepto que debe llevarnos a to-mar conciencia de que el mayor pro-blema que tiene el planeta no es el te-rrorismo, como quieren hacernos ver, sino la indignante desigualdad que hace que cientos de millones de seres humanos sobrevivan en condiciones infrahumanas, sin que esto se deba a falta de recursos.

En el mundo existen actualmente entre 30 y 45 conflictos bélicos, que, aparte de los muertos, mutilados y heridos, provocan las lógicas migra-ciones ante las que Europa, especial-mente, se está comportando misera-

blemente. Este escenario no parece que vaya a cambiar en el futuro in-mediato. El mundo está dominado en gran parte por una potencia militar con un poderosísimo complejo industrial militar que no está dispuesto a seguir la máxima clásica “Si quieres la paz, prepara la guerra”; estos sujetos quie-ren la guerra y preparan la guerra. En una reciente entrevista, la politóloga experta en geopolítica del Oriente Me-dio Nazanín Armanian declaraba: “El salto de la administración Trump es convertir la guerra en sí en un obje-tivo, destruir los países y convertirlos en estados fallidos para saquearlos con compañías de todo tipo, no sólo ener-géticas, y hacer negocio con la recons-trucción”.

Pero no nos equivoquemos, la ad-ministración Trump no está hacien-do algo tan novedoso. En la recien-te entrega de premios del gremio de escritores de 2017, el cineasta Oliver Stone recordaba: “en las trece gue-rras que hemos comenzado durante los últimos treinta años y los catorce billones de dólares que hemos gasta-do y los cientos de miles de vidas que han perecido en esta tierra, recuerden que no ha sido un líder, sino un siste-ma, ambos republicano y demócrata. Llámalo como quieras: el complejo de la industria militar, seguridad, dinero, medios, […] todos sabemos que he-mos intervenido en más de 100 países con invasiones, cambios de régimen y caos económico. O guerra escondida, golpes blandos, como quieran llamar-lo, es guerra de algún tipo”.

En 2005 surgió desde la Asociación Española para el Derecho Internacio-nal de los Derechos Humanos (AE-DIDH) la iniciativa para promover precisamente el derecho a la paz como derecho humano emergente reconoci-do por las Naciones Unidas. El primer

paso fue la Declaración de Luarca so-bre el Derecho Humano a la Paz, de 30 de octubre de 2006, redactada por quince especialistas españoles y la-tinoamericanos. En 2011 un total de 1795 organizaciones de la sociedad civil lideradas por la AEDIDH respal-daron la iniciativa y presentaron ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas el proyecto de co-dificación de este derecho. En 2012, el Consejo de Derechos Humanos, con 47 miembros, votó la propuesta y hubo un único voto en contra, el de Estados Unidos. Y este es el país más poderoso de la tierra y que marca en gran parte la agenda y los aconteci-mientos mundiales. La iniciativa ha seguido adelante, pero al parecer en marzo de 2016 se votó una resolución que descafeinaba bastante la propues-ta original y que aun así fue votada nuevamente en contra por Estados Unidos, en este caso con la lamenta-ble compañía de España. Incluso bajo el mandato del reconocido “pacifista” Barack Obama, Premio Nobel de la Paz, Estados Unidos no ha querido re-conocer no ya el derecho a la paz, sino la propia existencia de un debate en Naciones Unidas sobre la propuesta.

No podemos esperar de un país con más de 800 bases militares desplega-das por todo el mundo y cuyo gasto militar supone el 40% de todo el gasto mundial, que encabece un movimien-to hacia una cultura de paz. Y hay que insistir en estos datos porque Estados Unidos es hoy el emblema supremo del capitalismo, el país que sirve de espejo a los dirigentes de la inmensa mayoría de los países capitalistas del planeta, incluida una Unión Europea que sigue servilmente el camino mar-cado por este imperio y su instrumento favorito, la OTAN.

Necesitamos una cultura de paz por-

que la paz es una necesidad humana, mientras que la guerra es una necesi-dad de una industria y de unos sectores vinculados a ella que trabajan contra la humanidad. Necesitamos revertir esta ola de militarismo, inculcar a través de la educación y la cultura los valo-res de paz, derechos humanos, defen-sa del medio ambiente, ciudadanía… todo aquello que ayude a conducir a la humanidad por una senda de coexis-tencia pacífica, de solución diplomá-tica de los conflictos internacionales, como señala la Carta de las Naciones Unidas.

Por eso es tan importante recuperar la Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos, una educación laica para formar ciudadanos cons-cientes de sus derechos y respetuosos con los derechos de los demás; ciuda-danos que se opongan a la industria de la muerte y no acepten el chantaje de los puestos de trabajo que podrían per-derse cerrando bases militares y fábri-cas de armamentos.

Cuando veo imágenes de policías o militares enseñando armas a niños en colegios, ferias del libro y entornos pa-recidos, llevando a esos entornos una visión militarista del mundo recuerdo la frase de Maslow: el martillo solo ve clavos. ¿Cómo se combate la delin-cuencia, el terrorismo, los problemas sociales?, ¿con más armas y militari-zando el mundo hasta el infinito?, ¿no vemos que esto conduce a una espiral sin término? Decía Víctor Hugo: “abre una escuela y cerrarás una cárcel”. Posiblemente sea una frase ingenua, pero esta es la manera de abordar los problemas sociales. Las soluciones no pasan por recortar derechos, sino por ampliarlos. Si queremos la paz, eduquemos para la paz y protejamos y ampliemos los derechos humanos, este es el único camino para la paz.

Soldados norteamericanos desplegados en el desierto iraquí.

22 Opinión Febrero l 2018

Hemos asistido en los úl-timos meses al enésimo certificado de defunción de la clase obrera. En esta ocasión los agoreros

echan mano de la expansión de la robó-tica para anunciarnos a bombo y platillo que dentro de unos años se acabaran los trabajadores productores de mercancías, siendo sustituidos por robots.

¡Que felicidad! Se acabó pagar sa-larios, se acabaron las negociaciones colectivas y las huelgas… ¡Se acabó la maldita lucha de clases!

No es la primera vez ni será la última que nos hacen esta profecía de hecho, desde mediados del siglo xx se nos vie-ne repitiendo machaconamente que los obreros, por lo menos en Occidente, han desaparecido engullidos por el Estado del Bienestar y la “clase media” Incluso desde una determinada izquierda radical europea y norteamericana, allá por los 60-70, se puso de moda esa desapari-ción por la vía de su hipotético “abur-guesamiento”; para ellos solo quedaban obreros “puros” en los países subdesa-rrollados y, en consecuencia, hacia ellos debía desplazarse el eje de la revolución mundial.

Volviendo a los robots, ya hace déca-das que su uso está ampliamente exten-dido, sobre todo en determinadas ramas productivas, y, sin embargo, no por ello han desaparecido los obreros; ni los que trabajan en esas fábricas altamente robo-tizadas, para los que se crean nuevas di-visiones del trabajo y nuevas tareas, ni, por supuesto, quienes trabajan en otras áreas menos tecnificadas. Es verdad que en los países desarrollados de Occidente ha descendido relativamente el número de obreros, pero este es un fenómeno que está originado por una variedad de causas, como las dislocaciones de fábri-cas a países en desarrollo, la alta mer-cantilización de los servicios, el debili-tamiento de las industrias extractivas o la alta tecnificación de la agricultura, de las que la robotización es una causa más.

Ciñéndonos al caso de España, en 2013, de un total de 22 millones y medio de población activa, existían ocupados 16 millones y medio; de ellos:

- en la industria manufacturera: 2.045.500

- en la construcción (compren-diendo autónomos): 978.400

- en agua, saneamiento y resi-duos: 118.100

- en industrias extractivas: 31.800- en energía: 78.700- en agricultura, ganadería y

pesca (incluyendo pequeños propietarios): 790.900

- en transporte y almacenamiento (comprendiendo autónomos): 819.600.

En total, 4.863.000 trabajadores, casi un 30% de la población ocupada, es-taba dedicada a la producción y trans-porte de mercancías, en unos momen-tos en que la crisis económica estaba atacando de pleno. Si aplicamos igual proporción a los casi 6 millones de pa-rados que había, que no por estar pa-rados pierden su condición de obreros, hay casi 2 millones más. Redondeando, se puede afirmar que, desde los años 80 del pasado año, tras la desindustrializa-ción que supusieron las reconversiones del PSOE, se mantiene la existencia de un tercio de la población activa que en España pueden ser considerados obre-ros en sentido estricto. El ejemplo sirve para otras economias occidentales.

¿A qué se debe que se mantenga más o menos estable la población obrera?.Mas aun, ¿Por qué no se aplica con mayor rapidez y extensión la rebotíca cuando las capacidades técnicas dan para ello? Estas son cuestiones ligadas a la creación de los valores de las mer-cancías y al mantenimiento de la cota de ganancia de los capitalistas.

Quien crea el valor no son los capita-listas que se emplean en comprar mate-rias primas, medios de producción (en-tre ellos robots) y mano de obra, y cuya inversión reaparece en el precio final de las mercancías. Tampoco lo crean las máquinas (un robots, al fin y al cabo, es una máquina), cuya función es facilitar el proceso de producción produciendo más mercancías con menos trabajo, y cuyo valor de coste es transferido al precio final. Solo el trabajo crea nuevos valores y sólo el valor de este trabajo empleado en producirlas determina el valor de las mercancías (que no es lo mismo que su precio).

De ahí que exista una proporción en-tre el valor de la mercancía y el valor de la mano de obra empleada en pro-ducirla; de ahí que el valor de las mer-cancías producidas con un elevado uso de maquinaria (por ejemplo robots) y bajo número de obreros sea, al final, más bajo – y, por tanto, más baja la ga-

nancia- que el que emplea mucha mano de obra y poca maquinización. En pala-bras de Marx en su “Miseria de la filo-sofía”, “un nuevo invento, al lograr que se produzca con la misma cantidad de trabajo una cantidad mayor de mercan-cías, hace bajar el valor del producto”. Esto origina que, para mantener a la larga la cuota de ganancia, se produz-ca una transferencia de capitales hacía áreas de producción con baja mecani-zación o el que la robótica no se aplique con todo su potencial.

El resultado es que los obreros no van desapareciendo; al contrario, el número de obreros, sobre todo industriales, a escala mundial no sólo no ha descendi-do sino que ha aumentado, dando lugar, de hecho, a que podamos hablar de un “proletariado internacional” como su-jeto económico y, cada vez más, como sujeto político. Por lo demás, la propia construcción de robots ha dado lugar a la aparición de nuevas ramas producti-vas, desde la extracción de minerales “raros” hasta la fabricación de compo-nentes, actividades que se producen en su mayoría en países subdesarrollados y en procesos con poca mecanización.

Hasta ahora hemos hablado de la cla-se obrera en un sentido estrictamente socio-económico, como aquellos asala-riados que no tienen más propiedad que su fuerza de trabajo, fuerza que es com-prada por los capitalistas para producir mercancías. Pero este concepto puede ampliarse aún más.

Por un lado están sectores profesio-nales ligados a la producción, como técnicos y científicos (780.000 en Espa-ña) que, antes ocupando posiciones de privilegio, hoy sufren un acelerado pro-ceso de proletarización, en parte debido a la creciente privatización de su acti-vidad en beneficio de las grandes em-presas (farmacéuticas, químicas, infor-máticas...) pero, también, precisamente ¡por la robótica! que los convierte a ellos con todo un título universitario a cuestas, en un mero servidor de las nue-vas máquinas. A todos ellos y por sus

precarias condiciones de vida y trabajo, se une un gran número de los trabaja-dores del llamado “sector servicios” (hostelería, venta, sanidad, reparacio-nes, comunicaciones y un cada vez más largo etcétera…) que malvenden di-chos servicios personales a la empresa privada; algo parecido ocurre con mu-chos pequeños propietarios agobiados por los bancos y las grandes empresas. Añadamos sus familias y los jubilados del mundo del trabajo y ¿quién puede sostener que el proletariado constituye una minoría de la población o está en trance de desaparición?

Pero para evaluar el peso real de la clase obrera en la sociedad actual es necesario también tener en cuenta su dimensión socio-política. La clase obrera, de la mano de la extensión mundial del sistema capitalista, de su larga e intensa tradición de lucha eco-nómica y política y de su sentido de la disciplina y la organización, ha “im-pregnado” con sus características de clase a todos los demás sectores opri-midos y explotados, ha dejado su “se-llo de clase” en cualquier lucha social, reivindicativa o política de estudian-tes, pequeños campesinos, asalariado de servicios, movimientos vecinales o ciudadanos, etc.

Este peso político de la clase obrera, independientemente de su peso social, lo vimos ya claramente durante la Re-volución Soviética, cuyo centenario celebramos, que protagonizó una clase obrera minoritaria en un mar de cam-pesinos; este “sello” también se puede ver en otras revoluciones democráti-co-populares como la de China.

El punto de vista de la clase obrera es ya un referente imprescindible para todos los oprimidos del mundo; un re-ferente tanto para analizar la sociedad y los acontecimientos por medio de su ideología marxista-leninista, como para trazar objetivos verdaderamente revolucionarios y la estrategia y tácti-ca acordes con ellos.

Y para los amantes de “Terminator”, tranquilos; según las universidades de Oxford y Yale, hasta 2140 no llegará la hipotética invasión de los robots. O sea, que no nos vamos a librar, por más que muchos lo desearían, ni de la lucha de clases ni de que ésta desem-boque, inevitablemente, en una revo-lución socialista con la clase obrera como principal sujeto revolucionario. Entonces, sentadas las bases para la desaparición de la clase de los capita-listas, se abrirá el camino para la des-aparición de su antagonista, la clase obrera. Y también entonces los robots podrán aplicarse en toda su amplitud a la tarea de facilitar la vida y el trabajo de quienes no serán, ni más ni menos, que trabajadores libres e iguales.

Robots: ¿El fin de la clase obrera?El número de obreros, sobre todo industriales, a escala mundial no sólo

no ha descendido sino que ha aumentado,

Un robot ejerciendo de camarero.

Juan García Martín / Preso Político

Memoria histórica 23Febrero l 2018

E n la noche del 6 de octubre de 1.977, el joven de 20 años militante del Movi-ment Comunista del País Valencià estaba colocan-

do carteles convocando a la celebración del Nou d’Octubre fecha de la Diada del País Valencià con el lema de “Llibertat, Amnistia i Estatut d’Autonomia”. A la altura del número 11 de la plaza Dels Cavalls de Alacant un joven fascista de Fuerza Nueva llamado Miguel Ángel Panadero Sandoval le arrojó desde un octavo piso un ladrillo de hormigón que le hirió mortalmente. Permaneció en coma hasta el 16 de octubre, fecha en la que los médicos certificaron que estaba clínicamente muerto.

Miguel Ángel Panadero Sandoval era hijo de una importante familia de la burguesía alicantina muy bien relacio-nada con el régimen franquista y pro-pietaria de las estaciones de gasolina Sandoval en las provincias de Alicante y Murcia.

Cuando los amigos de Miquel acu-dieron a la comisaría para denunciar la mortal agresión fueron tratados de for-ma humillante por la policía que trató a los compañeros de la víctima como si fueran autores de algún delito. El co-misario jefe provincial, Rafael Arjona, desde el comienzo trató de desvincular la agresión de cualquier connotación política. Los denunciantes fueron obli-gados en comisaría a permanecer en si-lencio sin realizar llamadas telefónicas, mientras que por la comisaría se agi-taban los hermanos Ayela inspectores de la Brigada Social hasta la disolución de ésta.

El entierro fue una manifestación multitudinaria. Miles de personas se concentraron para despedir a Miquel. La policía cargó sobre los manifes-tantes que como cantó AL TALL, “no pudieron decirle adiós, porque el ataúd nos robaron”.

Miguel Ángel Panadero Sandoval entró en la prisión de Alicante el 11 de octubre, juzgado y condenado como autor de la muerte de Miquel a una pena de doce años y un día de prisión, en mayo de 1.979 obtuvo un indulto parcial quedando reducida la condena a seis años y un día, siendo Presidente del Gobierno español, Adolfo Suárez y Ministro de Justicia, Iñigo Cavero. No llegó a cumplir 5 años de condena y salió en libertad el año 1.982. Este in-dulto injustificado fue metafóricamente la segunda muerte de Miquel y prueba patente de la larga impunidad del fas-cismo en la crónica negra de la historia del Reino de España.

Miguel Ángel Panadero Sandoval ejerce hoy de procurador de los tri-bunales en Valencia con el nombre de Miguel Ángel-Díaz Panadero San-doval, no se conoce que haya pedido perdón públicamente a la familia del asesinado. Una prima suya se casó con José Fernández Cerra, uno de los ase-sinos de los abogados de Atocha, hoy empresario en la provincia de Alacant, que se ha convertido en seguro refu-gio de ultraderechistas como ayer lo fue de “pieds noirs” y antes de ayer de nazis.

Hace 11 años un artículo publicado en El Otro País reprobaba que 30 años después no existiera ninguna placa en Alacant recordando a Miquel Grau, pese a que durante años gobernó la ciu-dad una mayoría municipal formada por el PSOE y el PCE. “Unos robaron el ataúd otros se han encargado de ro-bar la memoria”, decía dicho artículo.

Este agravio fue enmendado por el actual gobierno municipal que colocó el año 2.015 un monolito y una placa en el mismo lugar en el que fue ase-sinado. En enero de 2017 el tripartito municipal acordó sustituir el nombre de la calle García Morato y dedicarla a Miquel Grau, el último muerto de la Transición, según la Ley de Memoria Histórica. Poco duró este reconoci-miento, en marzo de ese mismo año la jueza del contencioso-administrativo número cuatro ordenó como medida cautelar la retirada de la placa con el nombre de Miquel y la reposición de la placa con el nombre del aviador fas-cista García Morato. La verdad es que Miquel nunca encontró amparo en la justicia ni en 1.977 ni el 2017 y esta infame retirada supuso una tercera muerte simbólica.

El cuatro de enero de este año los fas-cistas han ejecutado el séptimo ataque

al monolito, esta vez con la impunidad que les caracteriza no se han limitado a ensuciar la placa, han arrancado de raíz el monumento. Al momento de escribir estas líneas no hay detenidos, se habla de gamberrada y se hurta su verdadero significado. Es un delito de enalteci-miento del terrorismo que supone una humillación de la víctima y una ofensa a sus amigos y familiares. Miquel fue asesinado en 1.977 en un delito de odio por un fascista y 41 años después, otros fascistas vuelven a matar su memoria con el insulto y el menosprecio.

Tantos años después desgraciada-mente sigue cobrando vigor la canción que le dedicó el grupo AL TALL.

Per guanyar la llibertat,ai! quans germans tenen de caure!Miquel Grau ja no està açí,Soledad de l’ai, ai, ai,Quan avui tots l’esperavem.

Las cuatro muertes de Miquel Grau y la impunidad de los franquistas

Los fascistas han ejecutado el séptimo ataque al monolito que le recuerda en Alacant y han arrancado de raíz el monumento

dolors aguado i martorell

Monolito en memoria de Miquel Grau en Alicante.

24 Memoria histórica Febrero l 2018

Hace cerca de 40 años que fue puesta en mar-cha la prisión de He-rrera de la Mancha. Fue considerada como

prototipo de cárcel de exterminio y “laboratorio penitenciario contrain-surgente”. Es el tipo de cárcel mñas representativa de la falsa democracia imperante en el Estado monárquico español.

Siguiendo los pasos de las cárceles de exterminio alemanas

Herrera de la Mancha fue construida en los años 70 siguiendo el modelo de la cárcel de Stanheim de la República Federal de Alemania. Aquella cárcel alemana, a la que siguieron bastan-tes más en ese país se estrenó con el asesinato de varios dirigentes de la organización revolucionaria alemana “Fracción del Ejército Rojo”.

Tanto la prisión de Stanheim como la de Herrera de la Mancha inaugura-ron en Europa occidental el prototipo de cárceles de máxima seguridad. El aislamiento de los presos y su control total tanto de día como de noche se combinaba con las torturas y los malos tratos de diverso tipo.

Esta clase de cárcel, como la de He-rrera de la Mancha, inauguró también en el España el estado de excepción permanente en el ámbito penitenciario con el que los funcionarios de prisio-nes, los diversos estamentos judiciales y los cuerpos policiales actuaban de manera combinada con total impuni-dad.

Una arquitectura para el exterminioPartiendo de la política de exterminio con relación a los presosse excluyó en en este tipo de prisiones el sistema de construcción en galerias y, en su lugar, se crearon los módulos cuya estan-queidad multiplicaba el aislamiento de cada preso y acrecentaba su control.

Junto al sistema de módulos como instrumentos represores están tam-bién las propias celdas de dimensiones bastante reducidas, con doble puerta donde a una primera se añadía otra de gruesos barrotes conocida popu-larmente como “el cangrejo”. En la ventana a las habituales rejas se suma una tela metálica que merma la visión del exterior. Junto a una mesa pequeña metálica sólo existe un banco del mis-mo material sin respaldo que agrava las malas condiciones con que se tra-baja sobre ella. Estamos, en definitiva, en presencia de verdaderas celdas de castigo.

Esta arquitectura para el exterminio no contenía, a su vez, ni una sola zona

con vegetación convirtiendo el ámbito de vida del preso en un mundo de hie-rro y de cemento armado, nunca mejor dicho.

También hay que indicar que este sistema modular y las numerosas me-didas de control y aislamiento sirven también para impedir, o por los menos obstaculizar en gran medida, las lu-chas reividicativas de los presos y la colaboración entre ellos.

La primera batalla contra el exterminio en esta prisiónEn enero de 1980 inauguraron esta prisión decenas de presos políticos del PCE ® y de los Grapo que habían sido trasladados desde las cárceles de Soria y Zamora en represalia por la histórica fuga de cinco dirigentes de ambas or-ganizaciones de esta última.

Desde el primer día de su llegada a Herrera de la Mancha, este colectivo fue sometido a todo tipo de torturas y abusos diversos en medio de un ais-lamiento total. Frente a esta política represiva, estos presos políticos se declararon en huelga de hambre in-definida a causa de la cual falleció el militante comunista Juan José Crespo Galende.

La movilización popular que se le-vantó ante este crimen de Estado, la firme determinación de estos presos para proseguir la lucha y la extensión de la solidaridad activa en la calle con-siguieron finalmente que el Gobierno aceptara sus reivindicaciones exigi-das.

La política de exterminio centrada en este caso dentro de Herrera de la

Mancha, había sido derrotada por pri-mera vez. La lucha combinada de los presos políticos con sus familiares y amigos en la calle indicaban el camino a seguir no solo en relación a Herrera de la Mancha sino en el resto de las prisiones españolas.

La larga historia de exterminio penitenciarioLa política represiva penitenciaria en Herrera de la Mancha, a pesar de esta importante derrota, continuaría en los años posteriores con mayor o menor intensidad manteniéndose como uno de los centros penitenciarios de exter-minio más representativos., afectando tanto a los presos políticos como a los miles de reclusos sociales que han pa-sado por esta prisión.

Las denuncias sobre torturas, malos tratos y abusos de diversos tipo, unido a la falta de unas condiciones básicas de vida, empezando por las sanitarias, han ido engrosando sin cesar la historia represiva de esta prisión. La inmen-sa mayoría, por no decir la totalidad, de estas denuncias jamás prosperaron ante los organismos judiciales.

Por otra parte, sobra extenderse a estas alturas en la clamorosa realidad mediante la cual los medios de comu-nicación al servicio del Estado han guardado un hermético silencio sobre lo sucedido en Herrera de la Mancha. Otro tanto hay que decir sobre los par-tidos parlamentarios y los sindicatos oficialistas que han ido consintieno y encubriendo la política represiva apli-cada en la prisión de Herrera así como la aplicada en todas las cárceles. No en vano estos partidos y sindicatos han venido aprobando, década tras década, unos códigos penales, decretos, etc, cada vez más represivos en diversos campos.

La única alternativaUna larga experiencia nos ha demos-trado que la lucha organizada y com-binada entre el conjunto de los presos políticos y sociales, junto a la lucha en la calle, es la única forma capaz de fre-nar la represión en las cárceles y lograr que se respeten la dignidad y los dere-chos de todos los presos.

Y como perspectiva de las luchas a generar en relación a la prisión de Herrera de la Mancha, todos tenemos un objetivo pendiente; su completa de-molición.

Herrera de la Mancha: Una historia de exterminio penitenciario

Inaugurada en 1980 siguiendo la línea iniciada por Alemania para acabar con los presos de la Fracción del Ejército Rojo y en España con los presos políticos y sociales más combativos

Una de las muchas pancartas que se colocaron en toda España en favor de la lucha de Kepa Crespo Galende.

Manuel Argentino

Memoria histórica 25Febrero l 2018

Julio Álvarez del Vayo y Olloqui nació en Villaviciosa de Odón (Madrid), el 9 de febrero de 1891. Licenciado en Derecho en Ma-drid y en Valladolid, prosiguió sus

estudios en Gran Bretaña en 1911 (se afilia entonces al PSOE) y en Alemania (1913), donde conoce a Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht. En Berna, 1916, conoce a Le-nin.

Hasta la llegada de la República lleva una vida de corresponsal internacional de prensa, gran viajero, poliglota y militante.

En 1921 abandona el PSOE, al cual se reintegra años más tarde, cuando sus diri-gentes (Francisco Largo Caballero, Indale-cio Prieto) se comprometen con el derroca-miento de la dictadura de Primo de Rivera y la monarquía. En verano de 1930 se firmó el Pacto de San Sebastián que condujo a la insurrección fallida de diciembre (Subleva-miento de Jaca, ejecución de Fermín Galán Rodríguez y de Ángel García Hernández). Álvarez del Vayo está implicado en el Co-mité Revolucionario, pero no es arrestado.

Tras la proclamación de la República el 14 de abril de 1931, se le confió una misión diplomática en Alemania, y poco después fue nombrado embajador en México. En diciembre de 1933 resultó elegido diputa-do a Cortes (por Madrid) y fue reelegido en febrero de 1936.

Fue ministro de Asuntos Exteriores, desde el 4 de septiembre de 1936 hasta el 17 de mayo de 1937, en los gobiernos di-rigidos por Francisco Largo Caballero. Y, desde el 5 de abril de 1938 hasta el fin de la guerra civil, en los gobiernos de Juan Ne-grín López.

Desde este ministerio, con gran coraje, se enfrentó a la política de No Intervención, especialmente ante la Sociedad de Nacio-nes, e intentó modificar las posiciones de Francia e Inglaterra. Defiende sin desfa-llecimiento la unidad de los republicanos alrededor de la línea de resistencia preconi-zada por Negrín: “Resistir es vencer”.

En febrero de 1939, una vez que los fascistas habían ocupado Cataluña, pasó a Francia con Azaña y Negrín. Poco después, este último y él mismo retornan en avión a Alicante, con el objetivo de evitar la caída de la República antes de que estallase la guerra –que ellos consideran ineluctable– entre Alemania y Francia. Pero no pudie-ron prever la traición del coronel Casado (5 de marzo, centrada en Madrid), que costó la vida a varios miles de republicanos fieles y provocó la entrada de las tropas fascistas en la capital el 1º de abril.

A pesar de las medidas policiacas toma-das por el gobierno francés para su locali-zación, en enero de 1940 Julio Álvarez del Vayo consigue refugiarse en América del Norte (México, Estados Unidos). Desarro-lla allí una gran actividad en defensa de la

causa republicana, como hace Juan Negrín en Londres desde junio de 1940. Publica La guerra empezó en España (Editorial Sé-neca, México, 1940, 380 p.).

En 1944-1945 manifestó su apoyo a la UNE y sus guerrilleros, que emprendieron la Ofensiva de los Pirineos. En 1945, el PSOE y la UGT se parten en dos. En abril de 1946, en unas condiciones hoy condena-das, la fracción del PSOE encabezada por Indalecio Prieto, alentada por diversos apo-yos occidentales que quieren avenirse con la España franquista, expulsa brutalmente a 36 dirigentes históricos del partido. Estos defienden el mantenimiento de la lucha por el restablecimiento de la República, sin ne-gociar con la monarquía y sin renunciar a la colaboración con los comunistas.

Entre los excluidos están Juan Negrín y Julio Álvarez del Vayo, pero también Ramón Lamoneda Fernández (secretario general del PSOE desde 1936, ex diputa-do por Granada), Ramón González Peña (ex dirigente de la Revolución de Asturias –condenado a muerte por ello–, secretario de la UGT en 1936, ex ministro de Justicia, presidente del PSOE desde 1936) y otras figuras republicanas como Julia Álvarez (ex diputada por Madrid), Amaro del Rosal (secretario adjunto de la UGT en 1937) o el escritor Max Aub.

En 1948, la Internacional Socialista, bajo el influjo de la naciente guerra fría, refren-dó las expulsiones.

En 1951 nace la Unión Socialista Espa-ñola (USE), con Ramón Lamoneda como secretario general y Julio Álvarez del Vayo como presidente.

En 1964, la USE participa en la creación del Frente Español de Liberación Nacional (FELN). Ese año coincide con el apogeo

de los frentes de liberación nacional en dis-tintas regiones del mundo. Desde el 1971, el FELN, el Partido Comunista de España (marxista-leninista), Vanguardia Socialista y otros grupos decididamente republicanos constituyen el Frente Revolucionario Anti-fascista y Patriota (FRAP).

A comienzos de marzo de 1975, Julio Ál-varez del Vayo, como presidente del FRAP, propugna el desarrollo de la lucha armada contra el régimen franquista. Recordemos que Vietnam estaba entonces a punto de ganar la guerra contra los EE.UU., y que el año precedente, 1974, una insurrección militar había provocado la caída de la dic-tadura portuguesa de Salazar).

Julio Álvarez del Vayo muere dos meses después, el 3 de mayo de 1975, en Gine-bra. No llegó a conocer las últimas ejecu-ciones ordenadas por Franco (3 militantes del FRAP y 2 de ETA fusilados el 27 de septiembre de 1975), ni la muerte del dic-tador (20 de noviembre de 1975) ni la co-ronación del rey Juan Carlos en lugar de la República esperada.

Su entierro en Ginebra fue precedido por una ceremonia a la que asistieron José Mal-donado González, presidente de la Repú-blica española en el exilio, y Fernando Va-lera Aparicio, jefe del gobierno en el exilio.

Treinta y tres años después de su muerte, un congreso del PSOE, con-vocado en Madrid, en 2008, retomó el tema de las exclusiones de 1946, y decidió que Juan Negrín (primer cita-do en la lista), Julio Álvarez del Vayo (segundo citado) y sus treinta y cuatro compañeros debían ser “objeto” de re-conocimiento y homenaje públicos” del partido. Declaró que: “Recuperar la me-moria histórica de Juan Negrín López

y de sus 35 compañeros expulsados es, hoy, un acto de justicia y de dignidad socialista”.

La tumba de Julio Álvarez del Vayo y la de su esposa Louise, muerta un año antes que él, estaban amenazadas de desapari-ción. La AAGEF-FFI ha decidido tomar medidas de salvaguarda para protegerla durante algunos años, consiguiendo así un tiempo necesario para reunir apoyos de asociaciones, instituciones y personas dis-puestas a contribuir para su conservación a perpetuidad. Y también para que se rinda el merecido homenaje a una gran persona-lidad de España, animado toda su vida por los ideales de libertad, no sólo de sus com-patriotas, sino de toda la humanidad.

Salvaguardar la tumba de Julio Álvarez del VayoLa España actual es ingrata con sus gran-des hombres, los auténticos. Entre ellos, los exiliados. Por ejemplo, las modestas tumbas de Manuel Azaña y Juan Negrín en París todavía no han recibido la visita de un jefe de gobierno español en ejerci-cio. Ningún dirigente del Estado español se ha acercado hasta las pobres tumbas de los héroes de la Resistencia española en Fran-cia, como las del general Luis Fernández en Chars o la de José Barón en Pantin. Por el contario, el presidente del senado francés visitó solemnemente Pantin el 25 de agosto de 2014.

La concesión registrada de la sepultura de Julio Álvarez del Vayo en Ginebra (Sui-za) estaba a punto de caducar. La oficina de la AAGEF-FFI decidió hacer algo para evitar la consumación de un hecho irrepa-rable. Vista la urgencia, decidimos pagar la renovación de dos concesiones por 5 años, a título de conservadores, tanto de su tum-ba como la de su esposa Louise, en la que está también la urna de su hijo Diego. Para ello, hemos desembolsado la suma de 590 francos suizos (1.484 euros). Es preciso ahora actuar para mantener estas sepultu-ras a perpetuidad y para rehabilitarlas dig-namente. Actualmente no tienen ninguna inscripción, ni siquiera los nombres de los allí enterrados.

Con este fin, hacemos un primer llama-miento a las personas, asociaciones, ins-tituciones: unamos nuestras voluntades y capacidades (contacto [email protected]). To-maremos otras iniciativas en relación con el CIIMER.

Por el momento, gracias a quienes quie-ran ayudarnos a hacer frente a los primeros gastos. (En los cheques: AAGEF, y en el dorso: tumba Álvarez del Vayo; dirigirlos a Jacques Galvan, 58 Chemin Pigeron, 31660 Buzet-sur-Tarn)

* Publicado en el Boletín de los Amigos de los Antiguos Guerrilleros / LQSomos

Julio Álvarez del Vayo: una vida de luchador por la República

El Ministro de Asuntos Exteriores de la República fue expulsado del PSOE por su apoyo a la guerrilla antifranquista y murió en 1975 siendo el presidente del FRAP

Alvarez del Vayo y Largo Caballero en una visita al frente.

Henry Farreny / Presidente nacional de Amicale des Anciens Guérilleros Espagnols en France

26 Memoria histórica Febrero l 2018

José Lizana Martín, era vecino del pueblo de Trasmulas, anejo al de Pinos Puente (uno de los municipios más extensos de la provincia de Granada). Tenía,

al estallar la sublevación fascista contra el legítimo gobierno del Frente Popular, 39 años.

Trasmulas está situado en pleno corazón de la Vega granadina, pasando el río Genil por la localidad. Un terreno por tanto muy fértil, y que podría considerarse un paraíso, de no haber tenido la desgracia histórica de pertenecer en su totalidad (incluidas casas, molinos, enseres, animales, etcc), y has-ta los seres humanos que allí habitaban), a la familia Agrela, grandes potentados y amigos personales del Alfonso XIII, quien los nombró “Condes de Agrela”; el Rey visitó en alguna ocasión el pueblo invitado por sus dueños a cazar. Con tal motivo los Agrela arreglaron el “palacete”, jardines, parterres, arboleda, etc. Instalaciones que con el tiempo dejaron deteriorarse hasta su desaparición. En los años 30 del pasado siglo la población era próxima a los 1000 habitantes.

Como se sabe, las reivindicaciones de los jornaleros no dejaron de expresarse durante el período republicano, y aunque se legislaron mejoras para la vida de este amplio sector de trabajadores y trabaja-doras, aumentando los salarios de 3 a 5 pesetas por jornada, o haciendo obligato-rio contratar mano de obra en épocas de mayor crisis, según la calificación de los terrenos (secano o regadío), en palabras del Pierre Vilar, “… la reforma agraria no había calado el alma de los campesinos”. Los propietarios por su parte pusieron todo tipo de trabas y sabotearon desde el principio, desde las Cortes hasta el último rincón del país, la implementación de las mejoras establecidas por el Gobierno.

Nuestro personaje, campesino de pro-fesión, poseía una yunta de bueyes, lo cual le permitía ganarse la vida con un mínimo de dignidad. Hijo de Ricardo y Antonia, estaba casado con Justa Megías y era padre de 5 hijas y un hijo: Trinidad, Concepción, Práxedes, Antonia, Josefa y José.

Según un informe policial “tenía ins-trucción, era de color moreno, cabello rubio, nariz regular, barba poblada y no poseía ninguna cicatriz”. No se le cono-cía adscripción a ninguna organización política aunque era republicano; pertene-cía al destacamento de Láchar.

Trasmulas quedó en “zona nacional”, pero muy próximo a las líneas del fren-te de batalla que se situaban en un lugar llamado popularmente “El Cruce de la Moralea”. Era por tanto normal que se produjeran enfrentamientos militares,

escaramuzas, cuyos ecos llegaban con inmediatez a Trasmulas, alertando a los vecinos y las vecinas sobre posibles fa-miliares muertos o heridos, que podían haber quedado en los campos o en las cunetas.

Uno de esos enfrentamientos ocurridos en el “Cruce”, el 26 de julio de 1936, fue el inicio de las penalidades y posterior asesinato de nuestro protagonista, José Lizana Martín. Él, junto a otras personas se acercó al lugar al día siguiente para hacer averiguaciones. Sería acusado de “rebelión militar” y de ser el responsa-ble de haber ocultado armas y municio-nes para entregarlas con posterioridad “a los marxistas”. Al día siguiente de este acontecimiento sería detenido en Tras-mulas, Manuel Jiménez Sánchez, quien se encontraba entre este grupo de perso-nas. Desde su primera declaración afirmó no haber tomado parte en los aconteci-mientos, acusando a José Lizana Martín de todos los hechos de los que se les acu-saban. También acusó a “Curulo el loco” y al “Camarero”, que habían conseguido “huir con los marxistas”.

Juicio SumarísimoSería detenido en su domicilio en Trasmu-las, el día 6 de julio de 1936 (la fecha es por supuesto errónea pero es la que apa-rece en el documento). En sus declaracio-nes insistirá en que el día de los hechos se encontraba por la mañana en casa y por la tarde había ido a un cortijo cercano para buscar pan para dar de comer a sus hijos. Sometido a juicio sumarísimo; condenado a petición del fiscal a “perpetua condena de muerte”, sería ejecutado en las tapias del Cementerio Municipal de Granada

el 26 de septiembre de 1936, a las 05:30 horas, y muerto a consecuencia de “heri-das de arma de fuego”; ejercieron como testigos Don Ignacio Joca Ávila y Don Carlos Raya Fantony. Su nombre, junto al de otros miles de hombres y mujeres, apa-rece en el “Memorial” construido frente a dichas tapias, a iniciativa de la Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica.

Se abre el expediente el día 7 de sep-tiembre de 1936, y la incoacción dos días después, ejerciendo de principio a fin como Juez Militar de la Plaza (Granada), Don Manuel Navarro Reina, teniente del cuerpo de ingenieros, siendo el secretario el sargento del Regimiento de Infantería, Don Antonio Varo León. José Lizana Martín nombró como abogado a Don Juan Ruiz Horques, alférez de complemento, quien basó su defensa durante todo el pro-ceso en que su defendido no se encontraba ese día en el lugar de los hechos.

La causa está repleta de informes que van de un lugar para otro. Desde Granada la Comisaría de Investigación y Vigilan-cia, “afirma en el informe que emite sobre la conducta privada y pública de ambos detenidos, “… que carecen de anteceden-tes anteriores a su detención…”.

Merece la pena transcribir el informe de la Guardia Civil de Láchar, pues materiali-za la impunidad con la que se actuaba: “… dichos individuos venían haciendo una vida indeseable y aún cuando no se haya podido comprobar su participación directa en los hechos se hallan (sic) miscuidos en ellos… “

Privado de libertad y encarcelado en la Prisión Provincial de Granada, negaría en las ocasiones en que fue interrogado

su relación con los delitos de los que se le acusaba; sólo reconoció haber estado en el lugar de los hechos el día siguiente para comprobar si habían quedado muertos de Trasmulas. El sargento de la Guardia Civil de Láchar, Pedro García Jiménez, declara-ba que “… el protagonista tomó parte en el combate luchando contra las fuerzas del Ejército Nacional… “.

El día 19 de septiembre, el otro acusado y delator, Manuel Jiménez Sánchez, salía de la cárcel y sería puesto en libertad.

El 22 de septiembre, el Juez D. Manuel Navarro Reina cierra la causa y el Juicio Sumarísimo se inicia el 24 de septiembre. El Fiscal (cuya firma nos ha resultado ile-gible en los documentos pero puede ser Luis de Angulo), plantea en sus conclu-siones, entre otras, que, “… del expresado delito es responsable en grado de autor el procesado José Lizana Martín… renuncia el fiscal a la práctica de ulteriores prue-bas… y procede imponer al procesado la pena de reclusión perpetua a muerte…”. La “sesión” se convierte en secreta a la hora de dictar sentencia.

El Gobernador Militar de Granada (fir-ma ilegible), ordena “se proceda a su eje-cución, la del reo, será el día de mañana, a las 5:30 en las inmediaciones del cemen-terio…”.

Esa misma madrugada José Lizana Martín escribe una carta a una de sus her-manas, incapaz de hacerle llegar la noticia de modo directo a su esposa. Repite todos los tópicos de este tipo de carta, “no guar-déis rencor a nadie ni penséis en venganzas pues lo que me ocurre será lo mejor cuan-do Dios lo ha permitido”. Escalofriante. A todas luces lo único que está escrito de su puño y letra es la firma, aunque José fuera un hombre instruido, la carta está escrita con una caligrafía y sintaxis perfectas, im-propias de un yuntero.

El 2 de octubre el Ayuntamiento de Gra-nada informa al Juez Navarro, “… que en el día de hoy ha sido sepultado en el Cementerio Municipal el cadáver de José Lizana Martín, en la fosa corriente número 188 de la 2ª parcela, del patio de San José”.

María Elena: la lucha por la memoria dos generaciones despuésReconstruir la historia de José Lizana Mar-tín y devolverle la dignidad que por tantas décadas le fue usurpada, ha sido posible gracias al empeño y dureza de diamante que su nieta María Elena Lizana…., ha de-sarrollado durante muchos años, tomando el asunto como prioritario en su vida. Via-jó a Asturias para recuperar la última carta que su abuelo escribiera desde la cárcel, rebuscó en archivos, siéndole de gran ayu-da para encontrar el expediente completo, la que le brindó la Asociación Granadina

La trágica historia de un campesino andaluz

José Lizana Martín, de Trasmulas (Granada), fue fusilado con total impunidad acusado sin pruebas de haber “colaborado con los marxistas”

María Elena Lizana Guevara / C. Morente Muñoz

Foto de José Lizana Martín.

27Febrero l 2018 Memoria históricapara la Recuperación de la Memoria His-tórica. Fue una promesa que ella le hizo a su padre antes de morir, que averiguaría el lugar de la muerte del abuelo y dónde es-taba enterrado.

Con el asesinato de José Lizana Mar-tín no acabarían las penalidades de su familia. Algunas de sus hermanas fueron hostigadas, perseguidas y vejadas desde el primer momento; huyendo del pueblo las que pudieron hacerlo. Un trasmuleño, afincado en Asturias, Enrique González Muñoz, empleado como ingeniero en una gran empresa, se encargó de recibir a todos sus paisanos y a todas sus paisanas que hasta allí llegaron huyendo del terror y del hambre. Luego llegarían los tiempos de los Planes de Colonización de Franco; otras muchas familias trasmuleñas fueron como nuevo pobladores a Fuensanta y a Peñuelas; luego llegaría la emigración for-zada a Madrid, Barcelona, etc. En 2013, el pueblo contaba, según el Instituto Na-cional de Estadística, con 210 habitantes y n/p hab./kilómetro cuadrado.

En la comarca circulaban patrullas de fascistas, falangistas, matones, o como queramos denominarlos, dedicados a sembrar el terror entre las mujeres. Exper-tos en los “paseillos” de mujeres rapadas, que eran violadas, y devueltas a las pue-blos cagándose piernas abajo producto de la ingesta obligada de aceite de ricino. Otras eran llevadas a diario al cuartel de la Guardia Civil de Láchar para realizar “ta-reas domésticas”, sobran las explicaciones sobre a qué tipo de tareas se referían.

Resulta espeluznante conocer el número de mujeres asesinadas que eran de Tras-mulas o de pueblos cercanos. Todas ellas pasaron sus días de prisión en el “Castillo de Láchar”, propiedad del Duque de Gala-tino (fallecido en julio de 1936, pocos días antes del levantamiento militar fascista de Franco). En el libro Historias desenterra-das, de Manuel Izquierdo Rodríguez apa-recen los nombres de dos hermanas del vecino pueblo de Cijuela, Carmen y Josefa Guerrero Nieto. Josefa, de 24 años, esta-ba embarazada de 8 meses. En el trayecto desde el “Castillo” al lugar donde pensa-ban fusilarlas se puso de parto, seguro de-bido al miedo y a la inquietud, sería bajada del camión, y arrojada al suelo, dispararon sobre su cuerpo “dos tiros en la barriga y dos en la cabeza”.

Rescatamos de Trasmulas los nombres de Josefa Muñoz Zaragoza, cuya hija Elena, nos relató aún con lágrimas en los ojos, que no conserva ninguna imagen de su madre; ella era muy pequeña cuando la asesinaron y en su casa no había ninguna fotografía porque eran pobres. Más dra-mático si cabe es el caso de la trasmuleña María Teresa del Arco Morata, fusilada en estado avanzadísimo de gestación.

Se produjeron dos fusilamiento más de dos vecinos de Trasmulas, cuyos nombres no podemos aportar por requerimiento de sus familiares.

¡Nuestro reconocimiento y amor a todos y a todas ellas! Recordar a las víctimas del fascismo es volverlas a la vida, participar de sus sonrisas, de sus pesares, hacerles una fotografía para que sus rostros estén siempre presentes y nadie vuelva a llorar por no recordar la cara de su madre. Nues-tro agradecimiento a todas las personas de Trasmulas que nos ayudaron a reconstruir este pequeño y dramático fragmento de su historia.

Antonio Tejero y los guardias civiles que tomaron el Congreso en 1981.

Torturadores en altos cargos

C uatro oficiales de la Guardia Civil imputa-dos por las gravísimas torturas que sufrió Kepa Urra en 1992 ocupan

muy altos cargos y es más que pro-bable que sean pronto ascendidos al generalato. Sobre todo, dos de ellos, que son de la misma promoción de la Academia General Militar de Zarago-za y han dado mucho de qué hablar estos últimos meses: Diego Pérez de los Cobos, elegido por el Gobierno es-pañol para dirigir la represión policial en Catalunya, y Manuel Sánchez Cor-bí que ha escrito un libro y concedido numerosas entrevistas.

Ambos fueron juzgados por las gra-vísimas torturas que sufrió Kepa Urra y que provocaron su ingreso en el hospital de Basurto donde el médico forense constató su deplorable estado: tenía diversos hematomas en ambos ojos, equimosis en el cuello y ero-siones en las muñecas, así como una arritmia cardiaca. Además, la víctima estaba inconsciente y tenía diversas manchas de sangre, aún recientes, en sus fosas nasales, boca y faringe.

La Audiencia de Bizkaia dictaminó en 1997 que uno de quienes torturaron con semejante saña a Kepa Urra fue Manuel Sánchez Corbí y lo condenó a cuatro años de prisión. El Supremo re-bajó la pena a un único año, pero man-tuvo la pena de inhabilitación especial, que conllevaba su expulsión del Cuer-po. De inmediato, fue indultado por el Gobierno y nombrado comandante tras lo cual siguió ascendiendo en el esca-lafón, hasta ser nombrado, el año pasa-do, Coronel Jefe de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, UCO.

El sindicato policial SUP afirma que Sánchez Corbí «es el sucesor del ge-neral Rodríguez Galindo en la defensa del espíritu militar de la Guardia Civil, de su consideración como un Cuerpo esencia de la Patria por encima de todas las instituciones». Y ha recibido, como Galindo, numerosas condecoraciones, entre las que destacan cinco cruces al

Mérito de la Guardia Civil con distin-tivo rojo, remuneradas de forma vita-licia, y la Legión de Honor francesa, máxima distinción de dicho país.

A raíz de esa última condecoración, en 2015, empezó a conceder numero-sas entrevistas y tras la reciente publi-cación de un libro del que es coautor, “Sangre, sudor y paz”, ha vuelto a explayarse a gusto ante no pocos pe-riodistas. Por ejemplo, afirmando que la guerra sucia «no tuvo tanta impor-tancia», o mostrándose muy orgulloso de haber utilizado a la familia, esposa e hijos pequeños, en operativos contra ETA en el estado francés.

En concreto, fue en una entrevista radiofónica que le hicieron en Onda Cero cuando se enorgulleció de ha-ber utilizado él mismo a su familia y afirmó que otro tanto solían hacer los guardias civiles de Intxaurrondo. Y fue también en esa entrevista cuando min-tieron por primera vez sobre el cuartel de la Guardia Civil en el que transcu-rrió la infancia de Sánchez Corbí. Pre-tenden que fue en Irun. Mentira. Fue en el cuartel de Deba, donde estaba destinado su padre, y desconozco el motivo por el que mienten al respecto.

Otro de los imputados y juzgados por torturar a Urra, Arturo Prieto Bo-zec, es también hijo de guardia civil. Y no de cualquiera. Su padre, miembro del servicio secreto franquista, estuvo involucrado en la matanza de los cin-co abogados laboralistas de Atocha, en enero de 1977, y al ser llamado a declarar en el juicio, no se presentó.

Arturo Prieto, que es en la actuali-dad Coronel Jefe de la Comandancia de Almería, no fue condenado en el caso Urra, pero sí en otros dos en los que los torturados fueron varios dete-nidos junto con Kepa Urra. En ambos casos, el tribunal declaró probado que dichas personas fueron torturadas por guardias civiles que no fue posible identificar y que Arturo Prieto tuvo conocimiento de ello, en tanto que instructor del caso, y no hizo nada por impedirlo. Ahora bien, como tantas

otras veces, el Supremo anuló ambas sentencias.

Los otros dos imputados en el caso Urra cuya trayectoria posterior ha sido harto significativa fueron Alejandro Hernández Mosquera y el antes men-cionado Diego Pérez de los Cobos que “visitaron” al torturado en el hospital donde estaba ingresado. Una enferme-ra oyó sus gritos de socorro, y encon-tró al detenido sangrando por la boca, pero los jueces consideraron que, pese a ser “·sorprendente” la razón que adujeron para realizar aquella “visita”, prevalecía la presunción de inocencia.

En la actualidad, ambos ocupan puestos estratégicos. Hernández Mos-quera fue nombrado en 2012 director del Departamento de Seguridad de la Presidencia del Gobierno y Pérez de los Cobos lleva aún más años como Director del Gabinete de Coordina-ción y Estudios de la Secretaría de Es-tado de Seguridad.

Es bien significativo que el gobier-no español haya escogido a este últi-mo para dirigir la represión policial contra los independentistas catalanes, y hacerles acatar la Constitución, ya que en su juventud se distinguió precisamente por oponerse a dicha constitución desde su posición ultra-derechista. El día que se produjo el golpe de estado de Tejero, el 23F, lle-gó incluso a presentarse, vestido con la camisa azul falangista, a un cuartel de la Guardia Civil donde se ofreció a secundar el golpe.

Por lo tanto, cuatro oficiales de la Guardia Civil implicados en las gra-vísimas torturas que sufrió Kepa Urra no sólo han ocupado y ocupan muy al-tos cargos, sino que todo indica que en un futuro próximo les será impuesto, como a Galindo, el fajín símbolo del generalato.

Ésa es la cruda realidad de la tortura en el Estado español: los torturadores, en lugar de condenas adecuadas, reci-ben indultos, medallas y ascensos. Y por si fuera poco, hasta son nombra-dos generales.

Xabier Makazaga / autor de Manual del torturador español

28 Memoria histórica Febrero l 2018

E l 12 de noviembre de 1936 el periódico malagueño Julio publicó un amplio re-portaje sobre el frente de So-mosierra (Madrid). Llevaba

por título “Nuevas siluetas” y en realidad se trataba de uno de los artículos que el es-critor y periodista Eduardo Zamacois aca-baba de recopilar en el libro “De la batalla, crónicas guerreras”, editado ese mismo mes por la Federación Gráfica Española en Madrid. En dicha entrega, después de narrar sus vivencias con distintos mandos y oficiales de las milicias populares, se de-tuvo especialmente en una mujer singular. La noticia no me dejó indiferente y espero que la figura de Sofía permanezca tam-bién por siempre en vuestros corazones…

«…Va muy vencida la tarde cuando nos trasladamos a La Cabrera, en la sierra norte de Madrid, con el deseo de abrazar a Sofía Blasco, digna hija de aquel maestro de la crónica -tan admirable por su flexible talento como por su señorial figura- que se llamó Eugenio Blasco.

A Sofia -que oculta su personalidad de escritora bajo el seudónimo de “Libertad Castilla”- la encontramos metida en una especie de poncho marroquí de color par-do, desnuda de pie y pierna y con visillo de tul blanco prendido en los cabellos a modo de turbante. Alta, robusta, ojinegra…

Sofía Blasco, activa, inteligente y poseí-da de una inextinguible piedad hacia los que sufren, dispone de un camión -del que ha hecho “la razón” de su vida- con el cual sale todas las mañanas a avituallar a los bi-zarros fusileros de las “avanzadillas”.

Cuando se trata de hacer el bien, esta

mujer sin par no conoce el cansancio ni el miedo. Sofía ha matado su egoísmo, ha matado su “yo” para mejor arder en las vivas llamas de la caridad. Es una santa laica, y si le recordamos su desinterés, sus abnegaciones, sus sacrificios constantes en pro de los demás, responde encogién-dose de hombros:

– Estoy purificándome…Los soldados la llaman “la Madrecita”,

y siempre que necesitan algo, a ella recu-rren. A diario, no bien asoman los prime-ros destellos de la aurora, Sofía Blasco se planta en la línea de fuego. La gente inme-diatamente corre a recibirla y ella para to-dos tiene un donaire o una frase amistosa. Como si fuese omnipotente, les pregunta:

-¿Queréis algo?Uno responde:– “Madrecita”, mira, no tengo alparga-

tas.– No llores. Yo te buscaré unas que te

estén bien. ¿Qué más necesitas?– Nada más.Otro dice:– “Madrecita”, desde ayer no fumo.– Te traeré tabaco, calla. Veremos de

dónde lo saco.Y a la mañana siguiente reaparece en su

camión, trayendo cuanto ofreció, medici-nas, alpargatas, tabaco, mantas, libros…».

Hasta ahora Sofía Blasco había sido una gran desconocida y creo que no se ha puesto mucho empeño en investigar y escribir una biografía completa y ajustada a su elevada talla humana y artística. Este es el modesto objetivo del presente trabajo para el cual he recopilado alguna infor-mación más sobre su vida -y no solo en

el frente de combate-, con el fin de hacer más visible y reluciente a esta mujer para quien todos los hombres y mujeres de las milicias populares antifascistas eran «sus hijos».

¿Quién fue Sofía Blasco? Sofía Blasco Paniagua nació en Biarritz (Francia) el 2 de abril de 1877, siendo la hija menor del conocido periodista, poeta y dramaturgo Eusebio Blasco Soler y de Mariana Paniagua.

Sofía, influenciada por su padre, desde joven se dedicó a la labor periodística y sobre todo al teatro. A los 22 años se casó con Jaime Muñoz de Baena Mc Crohon con quien tuvo un único hijo, Jaime. Sien-do ya madre estrenó su primera obra dra-mática en San Sebastián en el año 1925: Rayo de Luz, comedia en tres actos que cosechó un clamoroso triunfo entre el pú-blico asistente. Al año siguiente, en 1926, en el mismo Teatro Victoria Eugenia, es-trenó otra comedia, La Marquesa de Ar-noldy, también con gran éxito de público. Pero ninguna de las dos se publicaron, y un año más tarde estrenó en Santander la comedia La Posada del reloj, que era una adaptación de una obra anterior de su pa-dre Eusebio.

Esta prolífica labor dramática la compa-ginaba con su actividad periodística, y así, en 1929, era directora de la Revista Azul (Semanario ilustrado). Ese mismo año su-frió una dolorosa pérdida, pues su marido Jaime falleció en Segovia teniendo su hijo tan solo 8 años de edad.

Sofía también colaboró en el diario La Nación y en la revista “Mujer” y durante

varios años, y hasta la evacuación de Ma-drid en noviembre de 1936, fue redactora del periódico El Liberal (Madrid) y publi-có también colaboraciones en La Libertad (Madrid), firmando siempre en ambos casos con el seudónimo de “Libertad Cas-tilla”.

Pero el 18 de julio de 1936, con la su-blevación de los generales fascistas, todo cambiará radicalmente…

Sofía escribió en su libro “Pueblo de España. Diario de guerra de la Madreci-ta” (Nouvelle Revue Critique Ed. Paris, 1938) que conoció el frente de guerra por primera vez el 23 de julio de 1936, cuan-do visitó el pueblo de Buitrago (Madrid) con los camaradas del Socorro Rojo In-ternacional (SRI). Fruto de la sorpresa del golpe fascista, en estas primeras horas de la guerra era comprensible un cierto grado de desorganización en las milicias antifascistas, y especialmente en el avi-tuallamiento. Y por eso, Sofía se metió en la cocina de campaña y con ayuda de sus camaradas preparó una contundente sopa para dos mil milicianos que la acabaron con una avidez propia de quienes llevaban varios días comiendo sardinas. Este viaje fue crucial y revelador.

Al regresar a Madrid, junto a su hijo Jaime de 15 años de edad, concibió un plan para regresar al frente y ser útil a la causa de la libertad: decidieron instalar una cantina ambulante en el frente de So-mosierra (Madrid). Solicitó una entrevis-ta con Luis Castelló, Ministro de Guerra y le expuso el proyecto. Éste, a pesar de no verlo conveniente al principio, por el grave riesgo que ello suponía, terminó ac-

Conocí a Sofía Blasco, la santa laica, en el frente de Somosierra…

Los milicianos le pusieron el nombre de “la Madrecita” y ella firmaba sus artículos perioídticos de la guerra como Libertad Castilla

Manuel Almisas Albéndiz

Un grupo de miliacianos madrileños se dirige al frente de Somosierra.

29Febrero l 2018 Memoria históricacediendo viendo la firme determinación de Sofía. Y pocos días después ya estaban establecidos, madre e hijo, en La Cabrera (Madrid), a pocos kilómetros de la línea de combate. Sofía decía que siempre que le preguntaban por qué fue a la zona de guerra contestaba de la misma manera: lo consideraba un deber, deseaba aportar algo a los combatientes republicanos y lo único que podía darles con cerca de 60 años de edad era su sensibilidad femenina y su solicitud maternal. E hizo su trabajo tan bien que, en los frentes donde estuvo, los milicianos y milicianas le conocían por el nombre de «La Madrecita».

En ese infatigable ir y venir por las distintas compañías milicianas ofrecién-dose como cantinera es cuando se hizo conocida y apreciada Sofía Blasco, «La Madrecita», que consideró siempre a las milicianas y milicianos del frente, como «sus hijos», a quienes surtía también, des-de rollos de papel higiénico hasta pastillas de jabón, medicamentos o libros. «Libros, muchos libros, e incluso cuadernillos para aprender a leer y escribir», siendo su hijo Jaime el que impartía las clases con gran éxito. También ambos se dedicaban a leer las cartas que recibían los milicianos anal-fabetos y posteriormente redactaban las respuestas a sus familias.

Los medicamentos los recogía Sofía pidiéndolos en las farmacias de Madrid, asegurando que fueron más de 10.000 botes de pastillas las que donaron gene-rosamente los farmacéuticos madrileños en aquellas primeras semanas de guerra. También hacía Sofía de enfermera y so-bre todo de reconfortante asistenta a los milicianos moribundos, escuchando sus últimas voluntades y escribiendo sus últi-mos deseos o palabras de alivio a la fami-lia (mujer, hijos o madres) en momentos de triste agonía. La Madrecita doliente y comprensiva fue lo último que vieron los ojos de decenas de luchadores por la liber-tad en los frentes de Somosierra…

En Ahora (Diario Gráfico) del 22 de agosto de 1936, Magda Donato (seudóni-mo de Carmen Nelken, hermana de Mar-garita) escribió un reportaje sobre cómo se vivía en las avanzadillas de Somosierra, y en él hablaba de Sofía: “distinguida es-critora y simpatiquísima mujer que viene desde La Cabrera en busca de unos vales de panecillos para la “Cantina ambulante” que ha creado, ingeniosa iniciativa que ha sido acogida por el Gobierno con entu-siasmo, y con más entusiasmo todavía por los combatientes, a quienes “la Madreci-ta”, como la llaman, les reparte café con leche por la mañana, y pan y chorizo por las tardes…».

Sofía contaba que en septiembre publicó un artículo en El Liberal de Madrid solici-tando a los lectores que donaran todo tipo de ropa de abrigo pues en el frente se pasa-ba mucho frío. El Ministerio de Comuni-caciones, con Bernardo Ginés de los Ríos de Unión Republicana a la cabeza, puso a su disposición un apartado postal para que la gente enviara las prendas de abrigo. El éxito fue rotundo, pues los lectores cedie-ron 5.842 prendas para los combatientes, material que Sofía y su hijo se encargaron durante más de un mes de enviar al frente de Somosierra en su camioneta.

¿Sofía Blasco feminista?Sofía se confesó en su libro “Pueblo de España. Diario de guerra de la Madreci-

ta” (Nouvelle Revue Critique Ed. Paris, 1938) como mujer republicana, antifascis-ta y cristiana. Pero lo que es indudable es que para Sofía Blasco el tema de la mujer era recurrente, y siempre que podía la visi-bilizaba y la colocaba en un lugar digno e igualitario, reivindicando su singularidad. Con su seudónimo habitual de Libertad Castilla el 28 de julio de 1936 escribió en El Liberal el primero de una serie de artí-culos titulados “Impresiones de una mu-jer”. En él narraba su primera experiencia en el frente y ya se maravillaba de que “muchas mujeres arriesgan una tranquili-dad relativa para irse a combatir contra los rebeldes”.

En un extenso capítulo de su libro “Pue-blo de España” titulado “Mujeres en la guerra civil”, donde puede leerse: “Al principio, muchas mujeres pusieron el pie en el suelo atormentado de la zona de gue-rra. Muchas de ellas sucumbieron diezma-das por la fatiga, los sufrimientos y la me-tralla. (…) Una vez que se ha abogado por una defensa organizada, apenas quedan ya mujeres en el frente. Pero podemos estar seguros de que aquellas que están, per-manezcan en las líneas de combate o en la retaguardia, valen por dos hombres en energía y en valor. Debemos rendirlas un homenaje porque nos proporcionan una prueba de tenacidad y de coraje dignos de toda admiración».

Después de mencionar a las mujeres an-tifascistas más conocidas, como La Pasio-naria, Victoria Kent, Federica Montseny, Margarita Nelken, o Lina Odena, entre otras, escribía: “¡Y las desconocidas! Son innombrables las mujeres que trabajan silenciosamente en la retaguardia. Modes-tas, inadvertidas, son tan útiles en su ano-nimato como las mujeres más célebres.

Las mujeres españolas, mujeres de co-razón… jóvenes muchachas que llenan los hospitales, los talleres, las oficinas, las guarderías…obreras, artesanas, escriben en el gran libro de la Revolución y de la

Guerra. Guerreras u obreras, todas son mujeres nobles de esta Revolución, la lu-minosa afirmación del coraje de la mujer española en la lucha por la libertad».

Y en otro de los capítulos refería una anécdota de cinco milicianas, que eran ya las únicas de una Compañía que operaba en el frente de Somosierra (Madrid), y quizás las únicas que quedaban en dicho frente después de la orden gubernamental de trasladar las milicianas a la retaguardia. Sofía nos narra la historia de María, Rosa-rio, Anita, Julia y Margarita:

«Ninguna tenía más de 23 años. Siem-pre que las veíamos estaban trabajando. Lavando o cosiendo, además de sus ocu-paciones propias del frente de combate (…) Estas jóvenes milicianas eran admi-rables, porque no solo asumieron la mis-ma tarea que los hombres en el combate, sino que, además, lo complementaron con las propias, destinadas desde siempre a las mujeres…».

Otras historias de mujeres que nos refie-re Sofía Blasco en su libro o en sus repor-tajes son las de “la niña Paloma”, la mili-ciana “María la de Villarejo”, la guerrillera Agustina Sáez, de 16 años, o de la milicia-na Natacha (Carmen la llama en su libro), como muestra evidente y perdurable de la sororidad que mostraba hacia las mujeres -madres, jóvenes y niñas-, sufridoras y lu-chadoras de la Libertad.

El 18 de octubre de 1936 publicó su último reportaje en El Liberal. “Ha pasa-do Natacha” de Libertad Castilla. En él narraba la profunda huella que dejó en lo más hondo de su ser la visita de una miliciana, Natacha. Para Sofía Blasco “Natacha es la mujer fuerte, la Eva re-volucionaria de corazón noble, llena de optimismo, que no solo supo enfilar sus balas certeras hacia el campo enemigo, sino que llevó toda la ternura de su sensi-bilidad femenina entre sus compañeros, que la quieren, la admiran y por encima de todo la respetan…Natacha es bella,

pero más que su belleza es su valor y su bondad lo que resplandece…”.

Propagandista de la República y exilioEl 10 de enero de 1937, ante la persis-

tente presión de los fascistas en algunos barrios del extrarradio madrileño, el go-bierno decretó la evacuación de la pobla-ción civil de la capital. En ese momento Sofía había dejado de ser cantinera y viajó desde Vallecas, tras 25 horas de marcha en una caravana interminable, a la villa de Alicante.

A las pocas horas de estar en Alicante, Marthe Huysmans (hija del presidente so-cialista del parlamento belga) le telefoneó para decirle que el ministro de Estado Ál-varez del Vayo quería que ella marchara a París para representar al gobierno repu-blicano en la Conferencia organizada por el Comité Mundial de Mujeres contra la Guerra y el Fascismo para ayudar al pueblo español. “Era el mes de enero de 1937. Me separé por primera vez de mi hijo y volé a París desde Toulouse”. Estuvo en París tres días y Sofía regresó a España llena de esperanza de que su mensaje repetitivo en la Cumbre Mundial de Mujeres, “¡Mujeres de todos los países, proteged a los pequeños españoles!”, se haría realidad.

El filósofo francés Alain Guy escribía: “...Recuerdo las conferencias conmove-doras de Sofía Blasco (“La Madrecita”), una valiente líder republicana, católica de izquierda, explicando el heroísmo del pue-blo, de los trabajadores españoles…”4.

Una vez acabada la guerra civil con el triunfo de los militares sublevados, y con los vientos guerreros de los nazis en Ale-mania que amenazaba una nueva guerra mundial en la vieja Europa, Sofía y su hijo Jaime decidieron marchar al exilio ame-ricano. El 13 de julio de 1939 embarca-ron en el puerto de Burdeos en el vapor «Mexique» junto a 2.200 mujeres y hom-bres republicanos, llegando a Veracruz (México) el 27 de julio.

Sofía Blasco y su hijo Jaime.

30 Ajedrez Febrero l 2018

Nació en Breslau (Alemania), en lo que hoy es Wroclaw, Polonia. Este ajedrecista no destacó por-que en su infancia jugara bien al ajedrez. En la Universidad es-

tudió matemáticas y filosofía. Se graduó en 1847, y fué profesor de Matemáticas en un co-legio de secundaria de Breslau. Fué un jugador tardío, y hasta 1848 que empató un encuentro con Harrwitz, no se puede decir que destaca-ra. Fué a la edad de 33 años, en 1851, cuando ganó el I Torneo Internacional que se jugó en Londres, organizado entre otros por Staunton, como vimos en el capítulo anterior, y sorpren-diendo, porque era este último quién se espe-raba que ganase el Torneo. Después Staunton, dolido y creemos que bastante humillado, qui-só jugar un match de revancha con Anderssen, pero las circunstancias (ver capítulo anterior), lo impidieron.

Su principal característica en el juego fué su gran sentido de la combinación táctica, por en-cima del sentido posicional.

Aquí tendríamos que hacer referencia a las circunstancias externas, en este caso la Revo-lución Francesa, que fué condicionante de los cambios de la sociedad y por supuesto no so-lamente en la parte social, eliminando la Mo-narquía y la superioridad de la Iglesia, sino además en otros aspectos como las artes y las letras. Y si consideramos al ajedrez como uno de los dominios de la mente humana, también influyó en la manera de realizarse.

Así pasamos de la estructura de peones de Philidor, a los inicios del Ajedrez romántico, dónde se buscaba sobre todo las jugadas de ataque, sin pararse a cuidar mucho los peo-nes o el sentido posicional de las defensas. Lo importante era llegar el primero a elimi-nar el rey enemigo, aunque fuera a costa de sacrificar piezas y peones. Esta época del Romanticismo dió una serie de partidas, don-de primaba la combinación, sobre el sentido posicional (Anderssen contra Staunton, por ejemplo). Claro que tuvo que llegar posterior-mente quién ganara a Anderssen (Paul Mor-phy, quizá el jugador más genial de todos los tiempos, que veremos en próxima entrega) y demostrara que el ajedrez no sólo es combi-nación, sino también estructura de la posición que genera una estrategia superior a los sacri-ficios románticos.

Fué precisamente en el Torneo de Londres citado, dónde Anderssen quedaría elevado a la Historia del Ajedrez con mayúscula. Una de sus partidas amistosas contra Kieseritzky, co-nocida con todo merecimiento como “La In-mortal”, demuestra el alto grado combinativo de Anderssen. Por esta razón la acompañamos aquí, para goce de todos los que se acerquen a nuestro juego.

Después del Torneo de 1851, dónde inter-vinieron los principales maestros del mundo, con excepción del americano Morphy, jugó en Berlín, en 1852, una partida amistosa con Dufresne, con una serie de sacrificios preciosos, que quedó para la Historia bau-tizada , por Steinitz, como la Siempreviva. Así enseguida fué considerado como el ma-

yor jugador del mundo, quitándole el cetro a Staunton, aunque sin reconocimiento oficial, solamente por los resultados obtenidos. Has-ta que en 1858, en París cayó derrotado por Paul Morphy, con el resultado de 7 perdidas, 2 ganadas y 2 tablas. Pero no decayó aquí la estrella de Anderssen. En 1862 volvió a jugar el segundo Torneo en Londres, ganan-do 12 de 13 partidas y solamente perdiendo contra Owen.

Después se enfrentó en dos matches contra Wilhem Steinitz, perdiendo ambos. El prime-ro en 1866, ganando 6 partidas y perdiendo 8. Este match introdujo nuevos conceptos en la estrategia del ajedrez, y se empezó a conside-rar a Steinitz como el nuevo campeón del mun-do. Casi al final de su vida, en 1870, participó en el torneo de Baden-Baden, ganándolo, por encima de su rival Steinitz que quedó segundo. Este fué uno de los torneos más fuertes de la época, participando también Neumann y Blac-kburne. En 1877 jugó otro Torneo en Leipzig consiguiendo la segunda plaza y podríamos decir que fué su gran despedida. Murió dos años después.

Amistosa Londres 21.06.1851

1.e4 e5 2.f4 Apertura Gambito de reyexf4 3.Ac4 Dh4+ 4.Rf1 b5 5.Axb5Cf6 6.Cf3 Dh6[ 6...Dh5 7.Cc3 Cxe4 8.De2con ventaja de las blancas. ]7.d3 Ch5 8.Ch4 necesaria para pararla amenaza de las negras 8...Cg3+Dg5 9.Cf5 c6[ Parece que la mejor jugada era:9...g6 10.h4 Df6 11.Cc3 c6 ]10.g4! Cf6 11.Tg1! cxb5 12.h4! Dg613.h5 Dg5 14.Df3! Cg8 15.Axf4 Df616.Cc3 Ac5[ Si jugase 16...Ab7 17.Dg3con tres amenazas: AxC, Ae5 y g4con gran ventaja blanca. ]

17.Cd5![ 17.d4 seguida de 18 Cd5 erasuficiente para ganar, peroAnderssen buscaba siempre lacombinación y si podía ser a basede sacrificios, buscando más el puntode vista artístico que científico. ]17...Dxb2 18.Ad6!! Esta jugada y lasiguiente señalan el punto culminantede una de las combinaciones másbonitas de la historia del ajedrez. Ellasson las que califican esta partida comoLA INMORTAL a pesar de que no seajusta a los gustos del ajedrez de hoy,y sí al de la època Romántica. Axg1[ Si las negras jugasen: 18...Axd619.Cxd6+ Rd8 20.Cxf7+ Re821.Cd6+ Rd8 22.Df8# ]19.e5! Dxa1+ 20.Re2 Ca6[ Steitnitz en sus análisis posteriorespretendía que las negras podríanconseguir el empate con: 20...Aa621.Cc7+ Rd8 22.Dxa8?(pero Chigorin demostró que lasblancas siguen ganando jugando:22.Cxa6 Ab6 23.Dxa8 Dc3!24.Dxb8+ Dc8 25.Dxc8+ Rxc826.Af8 etc. )]21.Cxg7+ Rd822.Df6+!! Cxf6 23.Ae7#Un mate prodigioso de las piezasmenores y con sacrificio de la Dama ylas dos torres. Quedará siempre entrelas partidas más bellas del Ajedrez.1−0

Historia del Ajedrez (18)Antonio Cruz González. Monitor de Ajedrez

Adolf Anderssen (1818-1879)

31Febrero l 2018 Cine

Aunque en las paginas de El Otro Pais ya he escrito dos trabajos precedentes sobre el genial y asombroso

nacimiento del cine soviético bajo el influjo de la Revolución de Octubre (número 81 y 82) me parece intere-sante y absolutamente justificado este nuevo trabajo por la muy especial im-portancia testimonial que tiene la obra de Dziga Vertov (1890-1956) en torno a los primeros años de la revolución. Esa excepcional importancia se debe a dos razones: la primera, porque en-tre los grandes cineastas soviéticos de esos momentos Vertov es el único que trabajaba en el cine documental mientras que los demás (Eisenstein, Pudovkin, Dovzenko) lo hacían en el cine de ficción; y segundo, porque su temprana incorporación a la Revolu-ción le permitió ser testigo de aquellos acontecimientos.

A estas dos razones podría añadirse una tercera, la genialidad como docu-mentalista de Dziga Vertov. No parece injusto pensar que Vertov es uno de los tres mayores maestros de la historia del cine documental mundial, siendo los otros dos Joris Ivens y Robert Fla-herty. E incluso pienso que entre los tres el es el más destacado.

La genialidad de Dziga Vertov pro-viene de la fuerza con la que supo identificarse con el aire de la gran re-volución y con la importancia vital del arte popular, que el sabia diferenciar y distinguir del populismo. También por la estrecha relación que mantuvo con la vanguardia de la cultura soviética. Esta vanguardia estaba bastante mar-cada por el Futurismo ruso, un mo-vimiento que reconocía el precedente italiano de Marinetti, pero que no se identificaba totalmente con él, enfren-tándose incluso en ocasiones.

Futurismo y Constructivismo pre-dominaban en el LEF, grupo funda-do por el gran poeta futurista Ma-yakovski, y en el que se encontraban cineastas como Dziga Vertov, Ei-senstein, Kulechov y Kozyntsev, los pintores Rodzenko, y Popova, los escritores Isaac Babel y Pasternak, el filólogo Sklovsky y directores de teatro como Meyerhold y Tairov. Defendían la vitalidad, la moderni-dad, la originalidad. Desde sus ini-cios Dziga Vertov había afirmado el carácter casi milagroso de la cámara, su capacidad para atrapar la vida. Así lo expresaba en su Manifiesto Kino-glas, el Cine-ojo. Con ese Ma-nifiesto por bandera, Dziga Vertov

y sus “kinoks”, sus hombres de la cámara, se lanzaron a las calles para sin guión ni plan establecido atrapar “la vida de improviso”.

El paso siguiente de Vertov fue el Manifiesto Kino-pravda, Cine-verdad, que se acompañaba de una serie de do-cumentales que llevaban ese nombre, recogiendo con tanta espontaneidad como el kino-glas la naciente vida so-viética, ahora de manera más perfecta dada la mayor experiencia y la mayor sabiduría en el montaje, otro elemen-to fundamental capaz de otro milagro, la recreación del hombre nuevo, del tiempo y del espacio.

De ahí Vertov paso a la realización de largometrajes, con títulos como “Adelante Soviet” (1926), “La Sexta parte del mundo” (1926-27), “El Un-décimo”, “El hombre y la cámara” y “Sinfonía del Donbass”. Este grupo de largometrajes puede ser entendido como una gran obra, como una unidad de valor excepcional.

En “Adelante Soviet”, el tema es la victoria en la guerra y sobre la gue-rra, así como la expresión, a través de Moscú, del esfuerzo para que se cum-pla la frase de Lenin, “el comunismo es el soviet mas la electrificación” (y la industrialización). En el film, que tiene un ritmo espléndido, casi musi-cal, se muestran fabricas, oficinas, se

edifican casas, se abren escuelas…. el combate en el frente económico, de lo nuevo frente a lo viejo. Es la demos-tración del esfuerzo heroico de la clase obrera, donde un eco de la poesía de Mayacoski parece flotar sobre todo. A ello contribuye la belleza dura y febril de las imágenes. Pero también cola-boran los letreros que Vertov cuida al máximo para que posean fuerza y cali-dad poética. Hay un mensaje político, pero lleno de fe y poesía. Poesía que Dziga Vertov no niega sino que por el contrario defiende : “mi cine es poéti-co”, dice. Pero aquí la poesía es nueva y diferente, revolucionaria. La pelícu-la tuvo mucho éxito.

La “Sexta parte del mundo” es como la continuación de “Adelante Soviet”, pero en vez de centrarse en Moscú, aproxima al espectador al inmenso conjunto de la URSS. Los hombres, sus oficios, los paisajes, toda la diver-sidad se presenta aquí con gran fuerza poética en las imágenes y los letreros. La realización supuso un esfuerzo gi-gantesco. El éxito fue enorme, supe-rando incluso al obtenido por “Ade-lante Soviet”.

En “El Undécimo (1928) el titulo se debe a que presenta la situación cuan-do se cumplen once años del triunfo de la revolución. Se muestra a través de una central hidroeléctrica, el esfuerzo

por la edificación del socialismo. El tono del comentario es, al igual que en la “Sexta parte del mundo”, oratorio, como una gran Oda en la que señala su estrecha relación con Mayakoski y su poesía.

“El hombre y la cámara” (1929) es una disertación sin palabras sobre el lenguaje del cine, tal como él lo en-tiende, totalmente alejado del teatro y la literatura. Sin tema, es como un extraordinario kaleidoscopio, hete-rogéneo, con un prodigioso juego de imágenes. El hilo conductor es el personaje del operador que aparece filmando en todos los lugares y situa-ciones imaginables y que está encar-nado por Mijail Kaufmann, hermano de Dziga Vertov. En Rusia este film tuvo menos éxito que otros de Vertov, pero en el extranjero tuvo un recono-cimiento internacional rotundo.

La “Sinfonía del Donbass” (1930) también conocida como “Entusiasmo” película trata sobre el Donbass indus-trial. Los sonidos se funden en una sinfonía en la que se juega una vez más con el tema de lo viejo y lo nue-vo. Así, por ejemplo, las campanadas de una iglesia dan paso a la marcha del Konsomol desfilando. Cruces y coronas saltan por los aires. Por pri-mera vez el sonido que se convierte en elemento fundamental.

Con este conjunto de documentales que, como he dicho, puede ser consi-derado como una colosal obra unita-ria, Dziga Vertov pudo ser considera-do el mayor maestro del documental. Sin embargo todavía tenia que realizar la que es quizá su obra maestra “Tres Cantos a Lenin” (1933-1935), una obra poética para la cual se recogieron canciones, leyendas, cuentos, sobre Lenin.

La película exhibe tres aspectos de un mismo tema: el liderazgo de Lenin en la Revolución de Octubre; la muer-te de Lenin y el dolor del pueblo, su-brayando la línea marcada por Lenin para el desarrollo futuro de la URSS. El amor de Dziga Vertov al pueblo y al arte popular y la pasión por la poesía de Mayakoski se funden en una obra maestra.

Para cerrar este trabajo me parece interesante recordar como en fechas bastante recientes han sido presen-tadas varias películas de Dziga Ver-tov en la Filmoteca Nacional y en el Centro Cultural Ruso en Madrid. En dichas proyecciones los espectadores han podido comprobar hasta que pun-to la obra de Dziga Vertov continua viva.

Dziga Vertov, gran testigo de la Revolucion de Octubre

El genial inventor del cine documental encontró en los primeros pasos de la Unión Soviética la materia prima para sus grandes obras

Dziga Vertov en el laboratorio.

Julio Diamante /Director de cine

1. Vallas, muros y represión contra los derechos de asilo, refugio y libre tránsito La playa del Tarajal, en Ceuta, está situa-da en el límite fronterizo de dicha colonia española en Marruecos; un cruce de cami-nos entre África y Europa, que lleva años bloqueado por grandes vallas vigiladas por un importante aparato policial, preten-diendo dividir artificialmente ambos con-tinentes; impidiéndose por la fuerza, desde hace años, el derecho de asilo y refugio, el libre tránsito de las fronteras de la UE. Los inmigrantes africanos se empeñan, empujados por la miseria y la hambruna, en tratar de cruzar las vallas y los controles para así conquistar su derecho al trabajo y a la misma vida; pero en Europa se vuel-ven a encontrar con formas de racismo y esclavitud.

Como consecuencia de esta situación, son decenas de jóvenes los que han resulta-do muertos por violencia policial en el paso del Tarajal, quince de ellos hace ya cuatro años, en febrero de 2014. En todo el Medi-terráneo se han extendido los impedimentos de paso, convirtiendo las rutas marítimas en fosas comunes de miles de víctimas; otros muchos emigrantes son devueltos sin pro-cedimiento alguno de salvaguarda. A esta situación se la ha denominado como la “crisis de los refugiados”. Crisis que afec-ta a muchos millones de personas, que se extiende desde Grecia a Portugal, agravada por el acuerdo UE-Turquía, que impide la entrada a Europa de los que, huyendo de las guerras de Siria, Afganistán, Irak, Libia…, buscan tierra de paz y refugio.

Dos millones de emigrantes y/o refu-giados africanos han sido expulsados ile-galmente de Europa entre 2008 y 2016. Además se multiplican los detenidos en centros de internamiento para emigrantes que no han cometido delito alguno. Gra-ve situación que ha sido objeto de diver-sas manifestaciones públicas de protesta, acompañadas de demandas ante los diver-sos gobiernos, ante la Unión Europa y a la misma Unión Africana, en particular, por el derecho de refugio y para promover una Comisión Internacional de Investigación sobre los Crímenes del Tarajal y del Me-diterráneo.

Es el modelo antihumanitario de las vallas, de las detenciones y de las expul-siones en masa el que se impone en todas partes contra el derecho internacional vi-gente. Millones de emigrantes sin papeles son víctimas de negreros modernos que los emplean en trabajos clandestinos sin derechos de ningún tipo, haciendo a la es-clavitud la forma más rentable de explota-

ción, como es el caso de los trabajadores de los invernaderos del Sur de España.

2. La crisis y la guerra extienden todas las formas de esclavitudMillones de inmigrantes llegados a Euro-pa, como también es el caso de los llega-dos a EEUU desde la travesía por México, los “dreamers”, que sufren las peores con-diciones de vida y trabajo, están amenaza-dos de expulsión por el programa DACA, mientras que se proyecta la construcción de otro muro fronterizo. La crisis inter-nacional ha venido a agravar su situación personal y familiar, y son muchos millones de personas los amenazados de expulsión. La economía global ha hecho muy lucra-tiva en todas partes la trata clandestina de seres humanos.

Recientemente en Ginebra, el portavoz de la Organización Internacional de Migra-ciones denunciaba que en la Libia devasta-da por la guerra los migrantes se vuelven a vender en mercados públicos como escla-vos. Las potencias colonizadoras de Amé-rica secuestraron una cantidad de personas en África para esclavizarlas, que se estima entre 12 y 20 millones, convirtiendo la es-clavitud en uno de los negocios más lucrati-vos del mundo. La esclavitud multiplicó la producción capitalista y el comercio, que se convirtió por primera vez en mundial. En 1776 Thomas Jefferson responsabilizó, en-tre otros, al Rey de Inglaterra de llevar ade-lante una “guerra contra la humanidad”. La discriminación, la desigualdad, el racismo y la esclavitud acompañan, como el cuerpo

acompaña la sombra, las políticas de auste-ridad, de ajuste y Deuda Pública impuestas por los organismos internacionales:

En países como Mauritania, Senegal, en Brasil, en la India y Pakistán…, perviven expresiones de esclavitud clásica, de com-pra venta de millones de seres humanos. Tanto las NNUU como la OIT han solicita-do a los gobiernos señalados que se adopten estrategias amplias contra estas prácticas esclavistas. Mientras tanto, los luchadores por la abolición de la esclavitud son per-seguidos y encarcelados. Tanto en Palesti-na, como en Mauritania y en el Sahara, se persigue a los defensores de los derechos políticos y sociales tratándolos como delin-cuentes...

No hablamos solo de graves problemas localizados en tal o cual país, de uno u otro continente; hablamos de cómo se ha exten-dido en formas diversas y combinadas las peores lacras de la humanidad: la sobreex-plotación, la precariedad, la miseria social y la esclavitud en todas sus formas. Estamos alarmados porque la trata de personas se generaliza. Figuras como las de los “niños de la guerra”, de los “desplazados por la guerra” y sometidos a los campos, la trata de personas para su explotación sexual, los “sin papeles”, “los manteros” … son, entre otras figuras, las nuevas formas de esclavi-tud en pleno siglo XXI que reclaman dere-chos políticos, económicos y sociales.

3. La recolonización económica y políticaOperativos policiales europeos intervienen directamente en el Sahel (Mauritania, Se-

negal, Mali, Níger, Burkina Faso y Chad), financiando a los gobiernos africanos que colaboran en la represión del derecho de emigración de la población, aplicando el modelo del acuerdo con Turquía. Una cumbre de “terrorismo e inmigración ile-gal” se va a celebrar los próximos meses en Madrid, anunciada por el Gobierno es-pañol. La recolonización económica y po-lítica se impone a los pueblos del mundo que luchan por preservar sus riquezas y su misma independencia nacional.

El año 2004 fue declarado año contra la esclavitud. Diez años después la ONU reconocía la existencia de al menos 18 mi-llones de esclavos, cifra que se ha multi-plicado en los últimos años considerando la extensión de todas las formas de escla-vitud que se han impuesto con la crisis y la recesión.

4. Defender los derechos, organizar la movilización internacionalLa Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 establece que “Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidum-bre y la trata de esclavos está prohibida en todas sus formas”. Desde 1926 el Derecho Internacional recoge expresamente dicha prohibición por mor de la Convención relativa a la esclavitud y la complemen-taria de 1956, así como el Pacto Interna-cional relativo a los Derechos Civiles y Políticos de 1966. El Estatuto de la Cor-te Penal Internacional de 1988 considera que “la esclavitud es un crimen contra la humanidad”. Se entiende por tal cualquie-ra de los “actos de asesinato, exterminio, esclavitud, deportación o traslado forzoso de población”. Los tratados internaciona-les contra la esclavitud no se aplican y los Estados, por el contrario, lo que persiguen es la movilización social de los luchadores que exigen la abolición de la lacra de la esclavitud. Dos siglos después de la aboli-ción de la esclavitud vuelven, al calor de la crisis y sobreexplotación, todas las peores formas de esa lacra.

El estandarte de la abolición internacio-nal de la esclavitud debe reagrupar a la inmensa mayoría, a los defensores de los derechos humanos, a los políticos y sin-dicalistas fieles a la defensa de las reivin-dicaciones y aspiraciones populares, a los profesionales y jóvenes. Por todo ello, lla-mamos, en defensa de los presos políticos, en la lucha por las aspiraciones de los pue-blos, a preparar, apoyados en la moviliza-ción, la Conferencia Internacional contra todas las formas de Esclavitud en Madrid, el próximo mes de abril 2018.

Conferencia Internacional contra todas las formas de esclavitud

Dos millones de africanos han sido expulsados de Europa en los últimos ocho años y los que logran pasar son víctimas de los negreros modernos

La valla de Ceuta, una trampa mortal para los inmigrantes.