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San Juan de los Lagos, Jal. Diciembre de 2009 Nº 329

Revista Diocesana Mensual

Centro Diocesano de Pastoral

Morelos 34. A. P. 21Tel. (395) 785-0020 Fax. (395) 785-0171

Correo-E: [email protected]: [email protected]

47000 San Juan de los Lagos, Jal.

Responsable:Comisión Diocesana de Pastoral Profética

Diócesis de San Juan de los Lagos.

SUMARIOSUMARIOSUMARIOSUMARIOSUMARIO

Presentación................................................................................................................. 1

ADVIENTO - NAVIDADJesucristo el primer Misionero. Retiro para agentes ............................................... 3Celebraciones para la Corona de Adviento ............................................................. 8Esquema para orar al encender las velas de la Corona de Adviento................. 13Celebración para la noche de Navidad en familia .............................................. 16Jesucristo el Misionero de nuestro Padre Dios ¡Viene a nuestra casa! ............. 17

MONICIONES DE DOMINGOS DE ADVIENTO1º Domingo de adviento ......................................................................................... 232º Domingo de adviento ......................................................................................... 253º Domingo de adviento ......................................................................................... 264º Domingo de adviento ......................................................................................... 27Solemnidad de la Natividad del Señor .................................................................. 29Natividad del Señor: ................................................................................................ 30

MONICIONES EN LA OCTAVA DE NAVIDAD:San Esteban, Protomártir ......................................................................................... 32La Sagrada Familia ................................................................................................... 34Los Santos inocentes, mártires ................................................................................ 35Solemnidad de María Santísima Madre de Dios .................................................. 37Epifanía del Señor .................................................................................................... 39Bautismo del Señor .................................................................................................. 40Vigilia de fin de año ................................................................................................ 42

ARTICULOSMisión con migrantes .............................................................................................. 47Misión en los santuarios .......................................................................................... 53Presencia evangelizadora del sacerdote en nuestras comunidades ................... 59La conversión pastoral ............................................................................................. 63Programar desde la conversión pastoral ............................................................... 68La conversión en los agentes de pastoral .............................................................. 77Oración por la Misión Continental ........................................................................ 81

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ADVIENTO - NAVIDAD 2009

Presentación«Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto,

para iluminar a los que viven en tinieblas y guiar nuestros pasos por el camino de la Paz»

(Lc 1, 78-79)

Hermanos y hermanas:Desde el corazón misionero y sacerdotal de Jesucristo los saludo con el corazón inquieto y lleno de

gozo, porque el Señor se acerca y nos ofrece una nueva oportunidad de encuentro con Él, despertandoen cada uno de nosotros la vigilancia de la vida yel deseo de Dios a través del tiempo hermoso delAdviento y la Navidad.

El tiempo de Adviento, que el Señor nos ofrece,nos habla de un origen, la llegada en la carne delSalvador, y de una meta, la venida del Señor paraconcluir la historia de la salvación y comenzar esaépoca definitiva, más allá de nuestra medida deltiempo, en que Dios será «todo en todos». Entreestas dos venidas se desarrolla el tiempo de laIglesia y se incrusta nuestro momento históricoconcreto. Advenimiento de Jesucristo por mediode la acción de su Espíritu: llega el Señor a susfieles a través de su Palabra, se hace presente a suIglesia para actuar en sus sacramentos, toca nues-tras puertas como hermano necesitado que invocanuestra solidaridad.

El Señor está viniendo siempre. Por eso, laIglesia, para cultivar las dimensiones de vigilanciay acogida ante estas ocasiones de encuentro conJesucristo, despliega este tiempo litúrgico recla-mando nuestra atención a los signos que le acom-pañan, preparando caminos que la hagan posible ycelebrando sus presencias misteriosas y humildes.

Celebrando el «Año de la Misión» en nuestraDiócesis, es muy importante caer en la cuenta queel primer misionero es Jesucristo, «El Misionerodel Padre», él viene a nosotros y es elemental de

nuestra parte desear su venida. El sueño de tener acceso a Dios y su Reino, de unir a Dios y al hombre,el sueño de una humanidad de hijos y hermanos en un mundo dividido y fracturado, que consumista porexcelencia, espera en muchas cosas, ideologías, modos de vida y personas, pero no a Dios, tenemosnosotros, los que nos decimos y somos creyentes, hacer deseo y espera del que es presencia de la vidade Dios. Desde nuestra indigencia, alimentaremos el deseo y la colaboración con esa venida. El deseoy la esperanza se hace súplica: «Ven, Señor Jesús» «Venga a nosotros tu Reino»

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Después de haber terminado recientemente en nuestras comunidades esa tanempeñativa primera etapa de la Misión Continental en nuestra Diócesis por medio dela aplicación de la Encuesta Socio Pastoral, hemos sentido la presencia de Jesucristoque nos dice «Mira que estoy a la puerta y llamo» (Ap 3, 20), hemos sentido queDios insiste, Dios llama. Dios también está en tiempo de adviento, porque espera

que le abramos las puertas de nuestra persona, de nuestro hogar, de nuestrasociedad. Llama a las puertas de la Iglesia, como fue llamando a las puertas deBelén. Llama a las puertas de nuestro corazón. Quiere nacer de nuevo, en los

creyentes, en cada comunidad, en ti, en el corazón del mundo, necesitado desentido, de esperanza, de redención. Es verdad que puede llamar en cualquier

momento, pero en este tiempo, de manera especial reitera sus llamadas.Los invito en este tiempo a «Salir al encuentro del que era, que es y que viene».

Porque «era», celebramos agradecidos su memoria. Porque «es», celebramos supresencia liberadora. Porque «viene», nos preparamos a recibirle; celebramos el

Adviento. «Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre» (Hb 13, 8), Jesucristo nocambia, ni envejece, ni termina, Él no pasa nunca.

Para ayudarnos a hacer realidad lo anteriormente expresado, la Comisiónde Pastoral Profética, en su Vocalía de Elaboración de Materiales ofreceinstrumentos en el campo evangelizador, catequístico y litúrgico, para ayu-darnos a vivir más plenamente y con fruto este tiempo del Adviento-Navidad.

Los materiales que nos ofrecen son los siguientes:1. Retiro para agentes de pastoral en la «Misión a los cercanos»2. Celebraciones para la Corona de Adviento en Familia, en grupos, escuelas,

y breve celebración para la noche de Navidad en Familia.3. Esquemas de reflexión para la celebración de las posadas.4. Subsidios litúrgicos para los domingos de adviento y las fiestas de Navidad.5. Vigilia y celebración para el Fin de Año.6. Preguntas y respuestas de los laicos sobre el sacerdote en nuestra Diócesis.7. Extracto de dos temas acerca de la conversión pastoral.8. 3 artículos: a) Algunas propuestas para un proyecto de Misión con migrantes, b)

en los santuarios y c) la Conversión en los Agentes de Pastoral tomado del libro«Parrocchia nuova, comunita di amici» LDC (Torino 1981).

Ojalá y este sencillo material ayude a nuestras comunidades a esperar y a encontrara Jesucristo, que en este Adviento-Navidad está a nuestra puerta y llama, ¿Estaremosdispuestos a abrirle?

Imploro la bendición para todas sus familias, y les deseo unas felices fiestas deNavidad 2009 y de Año nuevo 2010.

San Juan de lo Lagos, Jal. 31 de Octubre de 2009

Obispo de San Juan de los Lagos

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Jesucristo el primer MisioneroRETIRO PARA AGENTES

ADVIENTO – NAVIDAD

Los Agentes comprometidos a continuar la misión

OBJETIVOBJETIVOBJETIVOBJETIVOBJETIVO:O:O:O:O:

Impulsar el encuentro con Cristo Misione-ro en esta Navidad para impregnarnos desu misión que nos anime a transformarnuestra situación personal y comunitariasegún el Plan de Dios.

INTRINTRINTRINTRINTROOOOODUCCIÓNDUCCIÓNDUCCIÓNDUCCIÓNDUCCIÓN:::::

Nos disponemos al encuentro con Cristo conmotivo del Adviento para que la Navidad sea enla vida de cada uno de nosotros los agentes, elacontecimiento transformador individual ycomunitariamente.

Que esta Navidad sea el gran regalo que dasentido a nuestro ser de creyentes y nuestra mi-sión como agentes colaborado-res con Cristo en la Iglesia.

En este retiro favorecemosla reflexión mediante la lectura,el silencio para dialogar conCristo y la comunicación porequipos para dialogar y enri-quecernos como comunidadcristiana.

Dispongámonos con actitudde escucha para vivir este retirocon apertura al Espíritu Santo.

Nuestra reflexión tendrá cua-tro momentos:

1) La realidad de Israel cuando el Padre envía a suHijo, la Palabra que viene a nuestra historiapara transformarla según el designio de Dios.

2) La presencia de Cristo y nuestra realidad.3) Jesucristo viene como el primer misionero que

anuncia la salvación como respuesta a lasnecesidades de la humanidad.

4) La presencia de Cristo misionero por medio delos agentes para dar respuesta a las expectati-vas del hombre hoy.

REFLEXIÓN PERSOREFLEXIÓN PERSOREFLEXIÓN PERSOREFLEXIÓN PERSOREFLEXIÓN PERSONAL:NAL:NAL:NAL:NAL:

¿Cuántas navidades he vivido?

¿Qué huella ha quedado para mi vida cristiana deesas vivencias tan importantes?

Jesucristo viene a transformar las situacioneshistóricas del mundo, en historia de salvación.

1) ¿CÓMO ESTABA LAREALIDAD DE ISRAELCUANDO NACE JESÚS?

Se puede decir que había unasituación de pecado que necesi-taba transformación. Todas lasestructuras estaban fuera del Plande Dios.

La política se vivía como do-minio de los demás y no comoservicio del pueblo, sobre todode los más desamparados (Mt20,25-26)

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En la estructura familiar no había igualdad, lasmujeres se consideraban inferiores. No se conta-ban las mujeres y los niños (Mt 14,21).

Los bienes no estaban distribuidos equitativa-mente, había unos que tenían mucho y otros queno tenían lo necesario para vivir. Lo expresa Jesúsen la parábola del rico Epulón y el pobre Lázaro

(Lc 16,19 ss).En cuanto a la realidad social, estaban dividi-

dos por diferentes circunstancias: religiosas, lossaduceos no creían en la resurrección y los fari-seos sí. Estos creían que la salvación estaba en elcumplimiento de la Ley, otros la esperaban pormedio del cambio de poderes dominandoel poder romano, como los zelotas.

Había división territorial: los judíos ylos samaritanos no se hablaban (cf. Jn4,9).

Los enfermos eran considerados comohombres pecadores.

Sólo había un resto fiel que esperabala salvación conforme el designio Divi-no: «Aquel día, el Brote de Yahveh será suorgullo y esplendor. A los que queden deSión, y al resto de Jerusalén, se les llamarásantos» (Am 4,2).

La realidad necesitaba transformaciónpor alguien libre que conociera el camino

para que guiara; una luz para que iluminara elcamino y condujera con la verdad, la forma devivir plenamente. Solo Jesús puede dar respuestacon su Persona y el anuncio de Salvación, porqueÉl es la Luz (Is. 9,1; Jn 8,12), es el Camino, laVerdad y la Vida (Jn 14,6).

El Verbo se hace presente en el mundo por suEncarnación y nacimiento, es el más grandeacontecimiento en el mundo. Dios se integra ennuestra historia para transformarla y así elhombre llegue a su plenitud.

Jesús, el misionero por excelencia, con suPersona como reflejo del Padre (Col 1,15), elHombre perfecto (DGC 116), con su enseñan-za llena de amor, misericordia y con su acciónliberadora de todo lo que no dignifica al serhumano como imagen de Dios en el mundo,invita a la conversión no solo de los efectos,sino de la causa que los produce. No basta conmodificar algunos hechos sino de cambiar des-de el fondo del corazón.

Viene a unir a los hijos dispersos (Jn 11,52),a comunicarnos el mandamiento por excelen-

cia: «el amor». «Ámense unos a otros… en estoconocerán que son mis discípulos» (Jn 13,34-35).

2) LA PRESENCIA DE CRISTO Y NUESTRAREALIDAD

Confrontemos nuestra realidad con la realidadde Israel (Reflexión personal).

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¿Cuáles son las necesidades másfuertes de salvación que tiene nuestracomunidad? ¿Quién puede dar res-puesta a lo que necesita el mundo hoypara vivir conforme a la voluntad deDios? ¿Qué aspectos de nuestra rea-lidad piden la presencia de Jesús parauna transformación radical de noso-tros y de nuestras comunidades?

Poco a poco la preparación a laNavidad se ha limitado a prepararregalos, a medir las posibilidades para respondersocialmente a quienes estamos comprometidos adar algo. El comercio se acelera ofreciendo dife-rentes artículos, los medios de comunicación solohablan de aquello que puede solucionar esa ex-pectativa de consumo. Las ciudades se adornancon luces fugaces que desaparecerán unos díasdespués de la Navidad.

El acontecimiento de la Navidad se ha empo-brecido: regalos envueltos y adornados con mo-ños, abrazos algunas veces forzados que no dicennada, cenas suculentas según los invitados. Algu-nas veces con exceso de bebida.

¿Dónde está el sentido de la verdadera Navi-dad? ¿Es eso lo que necesita el mundo de hoy,nuestra nación, nuestra comunidad y nosotrosmismos?

¿Qué es realmente lo que necesitamos pararesponder a las más profundas expectativas delhombre de hoy?

Encontramos suicidios, homicidios, abortos,vicios que van destruyendo al hombre mismo.

3) JESUCRISTO RESPONDEA LAS NECESIDADESDE LA HUMANIDAD.

Hablemos de algunos regalos que nonecesitan una posición económica hol-gada. Regalos que no necesitamos envol-ver, ni una actitud fingida para ofrecer-los.a) Pidamos en esta Navidad: fe madura

que dé sentido a la vida. Es la respuesta del serhumano a la llamada de Dios a vivir con ilusión

siguiendo el PlanSalvífico. Nodesde una fe re-ducida a concep-tos o actos super-ficiales, sino unafe que impregnea todo el hombrey a todos loshombres, quehaga ver la tras-

cendencia de su vida y acción en el mundo. Lavivencia del Adviento nos pide una respuestaque se va dando en forma progresiva y vatransformando la realidad personal y social enrealidad que salva. En este acto de fe, seproduce el encuentro con Dios en el que el serhumano experimenta un profundo cambio, quees la conversión.

b) Pidamos en esta Navidad: conversión. Estetiempo de Adviento y la celebración del acon-tecimiento Navideño, nos exige una conver-sión que no se quede a nivel de celebracioneshuecas que dejan al hombre vacío.

c) Pidamos en esta Navidad: justicia que en elplan de Dios no es conforme a nuestra justicia:el que la hace, la paga. Justicia es la gracia deDios, en estrecha unión con la justificación porla cual Dios hace justo al hombre, lo manifies-ta en la Sagrada Escritura: «Quiero que lajusticia fluya como el agua, y que la honradezcrezca como un torrente inagotable» (Am 5,24).En Jesucristo encontramos la revelación de la

verdadera justicia basadaen el amor manifestada enlas obras (I Jn 3,17-18). Elamor de Dios se hace his-toria en la práctica de lajusticia a favor del herma-no necesitado.

Todo grupo social debetener en cuenta las necesi-

dades y las legítimas aspiraciones de los demás(GS 26).

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¿Pensamos en esto cuando gastamos en cosasinútiles?

¿Cómo nos vamos a preparar a esta Navidad paradar respuesta al mundo sediento de una verda-dera justicia?

¿Qué hacer los agentes de pastoral para que por lamisión se vaya tomando el verdadero sentido dela justicia no reducida a actos sino a formaractitudes?

Jesucristo es nues-tra justicia, Él nos re-vela la justicia de Diosdiferente a la experien-cia que tenemos de lajusticia humana.

d) Pidamos en estaNavidad Fraterni-dad.

Al encarnarse el Ver-bo, se hace seme-jante a los hombres«Tengan entre us-tedes los mismossentimientos queCristo: El cual, siendo de condición divina, noretuvo ávidamente el ser igual a Dios. Sino quese despojó de sí mismo tomando condición desiervo haciéndose semejante a los hombres»(Fil 2,5-7).Nuestra misión consiste en colaborar con

Cristo desde nuestro testimonio y el anunciopara construir un mundo en donde se respetenlos derechos de los demás y cada uno sea respon-sable de «sus deberes para con Dios, con losdemás y con el mundo. Es necesario hacer elmáximo esfuerzo para que desaparezcan lasenormes diferencias económico-sociales. Pro-mover una vida económica ordenada podría per-mitir hoy la reducción de las desigualdadessociales» (cf GS 62 y 66).

La realidad nos exige un reconocimientocada vez mayor de la igualdad fundamentalentre todos los hombres. Porque todos, dotadosde alma racional y creados a imagen de Dios,tienen la misma naturaleza y el mismo origen(GS 29).

Dios, que cuida de todos con paterna solicitud,ha querido que los hombres constituyan una solafamilia y se traten entre sí con espíritu de herma-nos» (GS 24). El hombre vale más por lo que esque por lo que tiene (GS 35).

e) Pidamos en esta Navidad: Paz, no comosimple ausencia de guerra. Es el fruto del ordendivino realizado por los hombres. La paz nace delrespeto, del amor al prójimo (cf. GS 78).

Vivimos una situaciónde inseguridad: secues-tros, ejecuciones, robos.

¿Podemos decir que vi-vimos en paz? En la Navi-dad celebramos el naci-miento del Príncipe de lapaz.

4) CRISTO MISIONERO,EN LOS AGENTES,DA RESPUESTAA LAS EXPECTATIVASDEL HOMBRE HOY.

Jesucristo, nuestroMaestro, a través de la Iglesia, llama y envía a dartestimonio Él: «Ustedes serán mis testigos» (Hch,1,8).

Hoy, como en el tiempo del profeta Isaías,Dios sigue hablando: «¿A quién enviaré? ¿Yquién irá de parte nuestra? Los agentes, responde-mos como Isaías: «Aquí estoy, envíame a mí» (Is6,8).

Jesús Maestro llama al discípulo y éste respon-de a un sí que compromete radicalmente a entre-garse al servicio de la Iglesia. «Te seguiré a dondequieras que vayas» (Lc 9,57).

El Espíritu Santo que el Padre nos regala, nosidentifica con Jesús –Camino- abriéndonos a sumisterio de salvación.

Nos identifica con Jesús – Verdad- enseñán-donos a renunciar a nuestras propias ambicio-nes.

Nos identifica con Jesús – Vida- permitiéndo-nos abrazar su plan de amor y entregarnos paraque otros tengan vida (DA 137).

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Nuestra respuesta ha de ser fiela Cristo, a su enseñanza y a suobra.

CCCCCOOOOONNNNNCLCLCLCLCLUUUUUSSSSSIÓNIÓNIÓNIÓNIÓN

La Iglesia nos invita a prepa-rarnos a celebrar la Navidad conespíritu cristiano y la Diócesisnos propone en especial el espíri-tu misionero.

Se enciende una luz en el centro del grupo,una cadena en círculo rodeando la luz.

Letreros con las palabras: paz, justicia,fraternidad, conversión y fe

Los participantes toman la cadena (puede ser hecha de papel),la sostienen y en cada petición, levantan las manos con lacadena.

ORAORAORAORAORACIÓN:CIÓN:CIÓN:CIÓN:CIÓN:

Oremos hermanos, a Cristo el Señor, luz quealumbra a todo hombre, y digámosle congozo:

Ven Señor JesúsQue la luz de tu presencia disipe, Señor, nuestras

tinieblas y nos haga dignos de tus testigos ennuestra comunidad.

Señor: tú eres nuestra paz, hazte presente hoy ennuestra patria y danos la paz que necesitamos

Ven Señor JesúsHaz Señor que nuestras actitudes con los demás

reflejen tu justicia paraque descubramos tuamor que justifica.

Ven Señor Jesús

Tú que por nosotros quisiste serdébil en tu humanidad, fortalecenuestra fe para que llegue aproyectarse a los alejados

Ven Señor JesúsSeñor: tú que vienes a reunir a loshijos dispersos, ayúdanos a ser por-tadores de tu mensaje de amor

Ven Señor JesúsSeñor: Danos sabiduría para sergeneradores de tu justicia que cons-truya comunidad en nuestra parro-quia

Ven Señor JesúsOremos:

Jesús, Señor nuestro, ven pronto, no tardesmás, para que se reanimen con tu venida losque confían en tu amor. Tú que vives y reinaspor los siglos de los siglos, amén.

Todos cantando:CAMINAMOS HACIA EL SOL

Caminamos hacia el sol,esperando la verdad;

la mentira, la opresión,cuando vengas cesarán

LLEGARA CON LA LUZLA ESPERADA LIBERTAD. (2)

Construimos hoy la pazen la lucha y el dolor;

nuestro mundo surge yaen la espera del Señor.

Te esperamos, Tú vendrása librarnos del temor;la alegría, la amistad

son ya signos de tu amor.

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ORAORAORAORAORACIÓNCIÓNCIÓNCIÓNCIÓN

…»¡Que oscura la noche! Pero una estrellailumina el cielo. María y José están pasando,así que encenderemos una vela para darlesla bienvenida, mientras se encaminan haciaBelén!»

INTRINTRINTRINTRINTROOOOODUCCIÓNDUCCIÓNDUCCIÓNDUCCIÓNDUCCIÓN

Nuestra preparación no tiene que ser sólolitúrgica, sino también espiritual y moral. Lla-ma a la conversión del corazón y a la renova-ción de vida.

Como pueblo de Dios, tenemos que poner loque está de nuestra parte para la construcción deun mundo mejor y para preparar un camino alSeñor. Ambas tareas son inseparables.

El Adviento es un tiempo de alegría, espe-ranza y purificación, en el que esperamos elnacimiento del Niño Jesús.

La palabra ADVIENTO proviene del latín yquiere decir VENIDA. Es el tiempo en que loscristianos nos preparamos para la venida de Jesu-cristo. El tiempo de adviento abarca cuatro sema-nas antes de Navidad.

Significado del Adviento: Al celebrar la Igle-sia el Adviento, te invita a meditar en la venida delSeñor. Esta venida se nos presenta en tres dimen-siones:

Adviento Histórico. Es la espera en que vivie-ron los pueblos que ansiaban la venida delSalvador. Va desde Adán hasta la encarna-

ción, abarca todo el Antiguo Testamento. Es-cuchar en las lecturas a los Profetas, nos dejauna enseñanza importante para preparar loscorazones a la llegada del Señor. Acercarse aesta historia es identificarse con aquellos hom-bres que deseaban con vehemencia la llegadadel Mesías y la liberación que esperaban de él.

Adviento Místico. Es la preparación moral delhombre de hoy a la venida del Señor. Es unAdviento actual. Es tiempo propicio para laevangelización y la oración que dispone alhombre, como persona, y a la comunidad hu-mana, como sociedad, a aceptar la salvaciónque viene del Señor. Jesús es el Señor queviene constantemente al hombre. Es necesarioque el hombre se percate de esta realidad, paraestar con el corazón abierto, listo para queentre el Señor. El Adviento, entendido así, esde suma actualidad e importancia.

Celebracionespara la Corona de Adviento

EN FAMILIA, COMUNIDAD PARROQUIAL, ESCOLAR, O LABORAL

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Adviento Escatológico. Es la preparación a lallegada definitiva del Señor, al final de lostiempos, cuando vendrá para coronar definiti-vamente su obra redentora, dando a cada unosegún sus obras. La Iglesia invita al hombre ano esperar este tiempo con temor y angustia,sino con la esperanza de que, cuando estoocurra, será para la felicidad eterna del hombreque aceptó a Jesús como su salvador.

Esta celebración manifiesta cómo todo el tiem-po gira alrededor de Cristo, el mismo ayer, hoy ysiempre; Cristo el Señor del tiempo y de la Histo-ria.

Con su profundo simbolismo y belleza, laCorona de Adviento es una hermosa tradiciónnavideña. Para los cristianos es símbolo de su fey de su gran regocijo ante el Nacimiento del NiñoJesús.

La corona de advientoencierra varios simbo-lismos:

La forma circular: Elcírculo no tiene principioni fin. Es señal del amor deDios que es eterno, sinprincipio y sin fin, y tam-bién de nuestro amor aDios y al prójimo que nun-ca debe de terminar.

Las ramas verdes:Verde es el color de espe-ranza y vida. Dios quiereque esperemos su gracia,el perdón de los pecadosy la gloria eterna al final de nuestras vidas. Elanhelo más importante en nuestras vidas debeser llegar a una unión más estrecha con Dios,nuestro Padre.

Las cuatro velas: Nos hacen pensar en laobscuridad provocada por el pecado que ciega alhombre y lo aleja de Dios. Después de la primeracaída del hombre, Dios fue dando poco a poco unaesperanza de salvación que iluminó todo el uni-verso como las velas la corona. Así como lastinieblas se disipan con cada vela que encende-

mos, los siglos se fueron iluminando con la cadavez más cercana llegada de Cristo a nuestromundo. Son cuatro velas las que se ponen en lacorona y se prenden de una en una, durante loscuatro domingos de adviento al hacer la oraciónen familia.

Las manzanas rojas que adornan la corona:Representan los frutos del jardín del Edén conAdán y Eva que trajeron el pecado al mundopero recibieron también la promesa del Salva-dor Universal.

El listón rojo: Representa nuestro amor aDios y el amor de Dios que nos envuelve.

CELEBRACELEBRACELEBRACELEBRACELEBRACIÓNCIÓNCIÓNCIÓNCIÓN

El objetivo es prepararle un Belén a Jesús ennuestro corazón

Primer Domingo— Un pesebre para Jesús

Signo: Se sugiere poner unpesebre a la vista de todos.

Para que Jesús naciera en latierra, el Padre no buscó unpalacio sino que prefirió unlugar muy humilde, un pese-bre dentro de una gruta oscura,sucia, maloliente y que era mo-rada de animales.

Nuestro corazón es muy se-mejante a la gruta de Belén:estrecho, lleno de miserias ypobrezas. Pero a pesar de ello,Jesús quiere nacer ahí y lo úni-

co que nos pide es buena voluntad y que estemosdispuestos a purificar nuestro interior. Para ellonecesitamos ser humildes, el pesebre es signo dehumildad.

Pidámosle a la Virgen María y a San José quenos ayuden a limpiar la gruta de nuestro corazóny colocar ahí un pesebre, formado de amor, sacri-ficio y oración. En esta semana, hagamos elpropósito de acudir al Sacramento de la Reconci-liación.

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REFLEXIÓNEs importante que, como familia nos hagamos

un propósito que nos permita avanzar en el cami-no hacia la Navidad; ¿qué te parece si nos propo-nemos revisar nuestras relaciones familiares?Como resultado deberemos buscar el perdón dequienes hemos ofendido y darlo a quienes noshayan ofendido para comenzar el Adviento vi-viendo en un ambiente de armonía y amor fami-liar. Desde luego, esto deberá ser extensivo tam-bién a los demás grupos de personas con los quenos relacionamos diariamente, como la escuela,el trabajo, los vecinos, etc. Esta semana, en fami-lia al igual que en cada comunidad parroquial,encenderemos la primera vela de la Corona deAdviento, color morada, como signo de vigilan-cia y deseos de conversión.Al encender la vela

Queremos estar despiertos yvigilantes, porque tú traes la luzmás clara, la paz más profunday la alegría más verdadera.¡Ven, Señor Jesús! ¡Ven, SeñorJesús!

Unidos en una sola voz diga-mos: Padrenuestro, Ave Ma-ría, Gloria al Padre y Credo

Segundo Domingo — Lafidelidad de San José

Signo: Se sugiere colocar unaimagen de San José a la vista detodos

El Padre Celestial quiso po-ner en buenas manos a Jesús ypara ello le preparó a San José,hombre justo, prudente, puro de corazón, temero-so de Dios y con una obediencia perfecta.

Todas esas virtudes tuvo San José y todas ellasse resumen en una sola: fidelidad.

La fidelidad consiste en no apartarse ni unmilímetro de la voluntad de Dios. San José vivióesa fidelidad hasta el heroísmo, cumplió la volun-tad del Padre con perfección, en silencio, sinmurmurar, con humildad.

Para que Jesús nazca en nuestro corazón, ade-más de la humildad del pesebre, necesitamosofrecerle una fidelidad semejante a la de SanJosé. Sólo así, el Padre Celestial podrá confiarnosa Jesús, porque estará seguro de que vamos acuidarlo como el más grande tesoro.

Durante esta la semana, intentemos reconocerla voluntad de Dios en todos los acontecimientosde nuestra vida. Seamos fieles en medio de cual-quier vicisitud. En todo momento y ante cual-quier situación digamos, «Yo amo a Dios entodo.»

REFLEXIÓN«Preparen el camino, Jesús llega» y, ¿qué

mejor manera de prepararlo que buscando ahorala reconciliación conDios? En la semanaanterior nos reconci-liamos con las perso-nas que nos rodean;como siguiente paso,la Iglesia nos invita aacudir al Sacramen-to de la Reconcilia-ción (Confesión) quenos devuelve la amis-tad con Dios que ha-bíamos perdido porel pecado.

Durante esta se-mana puedes buscaren los diferentes tem-plos que tienes cer-ca, los horarios deconfesiones disponi-bles, para que cuan-

do llegue la Navidad, estés bien preparado inte-riormente, uniéndote a Jesús y a los hermanos enla Eucaristía.Al encender la vela:

Que cada uno de nosotros, Señor, te abra suvida para que brotes, para que florezcas, para quenazcas y mantengas en nuestro corazón encendi-da la esperanza. ¡Ven pronto, Señor! ¡Ven, Salva-dor!

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Encenderemos la segun-da vela morada de la Coronade Adviento, como signo delproceso de conversión queestamos viviendo

Unidos en una sola vozdigamos: Padrenuestro, AveMaría, Gloria al Padre y Cre-do

Tercer Domingo— Un corazón maternal

Signo: Se sugiere colocaruna imagen de la SantísimaVirgen María a la vista detodos.

Ya tenemos el pesebre, yatenemos a San José. Pero nosfalta un detalle indispensa-ble para que Jesús venga anacer en nuestro corazón: unregazo maternal. Bien sabíael Padre Eterno que el NiñoDios necesitaba de un cora-zón tierno, humilde, olvida-do de sí mismo, dispuesto a cualquier sacrificio.Por eso le preparó el Corazón de María.

Así pues, también nosotros debemos propor-cionarle a Jesús la ternura y el calor que encontróen María y que seguramente hicieron que noechara tanto de menos la ternura y el calor de SuPadre Celestial.

El amor maternal es un reflejo del amor deDios: amor sin medida, amor de entrega, amorque no pide ni espera nada de sus hijos. Si se lopedimos, Dios mismo puede ponerlo en nuestrocorazón. Durante toda la semana trabajemos ennuestro corazón para que María pueda prepararloen el amor. Estemos dispuestos a darle a Jesús unamor maternal, delicado, tierno y desinteresadocomo sólo puede ser el amor de una madre.

Comencemos por amar primero a cada uno delos miembros de nuestra familia y así podremosamar a todos los demás. Pidámosle a María quenos enseñe a crecer en el amor.

REFLEXIÓNLa liturgia de Adviento nos

invita a recordar la figura deMaría, que se prepara para serla Madre de Jesús y que ade-más está dispuesta a ayudar yservir a quien la necesita. Elevangelio nos relata la visitade la Virgen a su prima Isabely nos invita a repetir comoella: «¿Quién soy yo para quela Madre de mi Señor venga averme?

Sabemos que María estásiempre acompañando a sushijos en la Iglesia, por lo quenos disponemos a vivir estatercera semana de Adviento,meditando acerca del papelque la Virgen María desem-peñó. Te proponemos que fo-mentes la devoción a María,rezando el Rosario en fami-lia, uno de los elementos delas tradicionales posadas, queinician el próximo día 16.

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Al encender la vela

En las tinieblas se encendió una luz, en eldesierto clamó una voz. Se anuncia la buenanoticia: ¡El Señor va a llegar! Encendemos comosigno de espera gozosa, la tercera vela, colorrosa, de la Corona de Adviento.

Cuando encendemos estas tres velas cada unode nosotros queremos ser antorcha para que Diosbrille, llama para dar calor:

¡Ven, Señor, a salvarnos, envuélvenos en tuluz, caliéntanos en tu amor!

Unidos en una sola voz digamos: Padrenuestro,Ave María, Gloria al Padre y Credo.

Cuarto Domingo— Los Ángeles y los Pastores

Signo: Se sugiere colocar algunos ángeles ypastores a la vista de todos.

Ya tenemos dispuesto el Belén: la humildaddel pesebre, la fidelidad de San José y el corazónmaternal de María.

¡Estamos a la espera gozosa de que llegue elSalvador!

Hoy, demos gracias a Dios por enviarnos denuevo a su Hijo Jesús. Propongámonos transfor-mar nuestras vidas en una oblación de amor yacción de gracias a Dios por todas las cosasbuenas que Él nos da.

Es cierto que Jesús viene de una manera espe-cial en Navidad. Pero Él quiere hacer de todosnuestros días una Navidad. Pidámosle a Dios quenos conceda que cada obra, cada palabra, cadalatido de nuestro corazón se conviertan en un actode amor que dé testimonio pleno de la venida deJesús a la Tierra.

Así, con un corazón abierto y humilde, lavoluntad de ser fieles hasta el último día denuestras vidas, el deseo de amar a Jesús con uncorazón maternal, lo único que nos falta ahora sonlos ángeles. Dios mismo se encargará de enviar-los esa noche bendita y ellos nos ayudarán acantar: «Gloria a Dios en las alturas y paz en laTierra a los hombres que ama el Señor.»

REFLEXIÓNLas lecturas bíblicas y la predicación, dirigen

su mirada a la disposición de la Virgen María,ante el anuncio del nacimiento de su Hijo y nosinvitan a «Aprender de María y aceptar a Cristoque es la Luz del Mundo». Como ya está tanpróxima la Navidad, nos hemos reconciliado conDios y con nuestros hermanos; ahora nos quedasolamente esperar la gran fiesta. Como familiadebemos vivir la armonía, la fraternidad, la ale-gría y la solidaridad con los hermanos más nece-sitados, que esta celebración representa. Todoslos preparativos para la fiesta deben vivirse eneste ambiente, con el firme propósito de aceptara Jesús en los corazones, las familias y las comu-nidades.

Al encender la vela:Al encender la vela:Al encender la vela:Al encender la vela:Al encender la vela:

«Estén siempre alegres en el Señor,; les repito,estén siempre alegres. Que todo el mundo losconozca por su bondad. El Señor está cerca» (Flp4,4-5)

Y de repente se reunieron con el ángel muchosotros ángeles del cielo, que alababan a Diosdiciendo: «!Gloria a Dios en las alturas y en latierra paz a los hombres que gozan de su amor!»(Lc 2,13-14)

Encendemos la cuarta vela, morada, de la Corona de Adviento.

Es tiempo de ir a servir a los que más nosnecesitan, en especial los pobres, los enfer-mos, los ancianos y así como los ángeles,anunciar y llevar con humildad el gozo de laBuena Nueva.

Unidos en una sola voz digamos: Padre Nues-tro, Ave María, Gloria al Padre y Credo

ORAORAORAORAORACIÓN FINAL:CIÓN FINAL:CIÓN FINAL:CIÓN FINAL:CIÓN FINAL:

Estás viendo, Señor, cómo tu pueblo esperacon fe la fiesta del nacimiento de tu Hijo; concé-denos llegar a la Navidad, fiesta de gozo y salva-ción, y poder celebrarla con alegría desbordante. Por Jesucristo nuestro Señor.

(Cf. Meditaciones para Navidad, de Monseñor Luis M. Martínez)

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PRIMER DOMINGO

LLAMADAA LA VIGILANCIA

Se entona algún villancico.

Guía: En el nombre del Padre y del Hijoy del Espíritu Santo.

Guía: Reconozcamos ante Dios que so-mos pecadores.

Todos: Yo confieso ante Dios todopoderoso...

LITURGIA DE LA PALABRA.LITURGIA DE LA PALABRA.LITURGIA DE LA PALABRA.LITURGIA DE LA PALABRA.LITURGIA DE LA PALABRA.

Del evangelio según san Marcos 13,33.«Estén preparados y vigilando, ya que no saben cuál

será el momento».Palabra del Señor.

Breve pausa para meditar

REFLEXIÓN.REFLEXIÓN.REFLEXIÓN.REFLEXIÓN.REFLEXIÓN.

Guía: Vigilar significa estar atentos, salir al encuentro delSeñor, que quiere entrar, este año más que el pasado, en nuestraexistencia, para darle sentido total y salvarnos.

ORACIÓN AL ENCENDER LA VELA.ORACIÓN AL ENCENDER LA VELA.ORACIÓN AL ENCENDER LA VELA.ORACIÓN AL ENCENDER LA VELA.ORACIÓN AL ENCENDER LA VELA.

Guía: Encendemos, Señor, esta luz, como aquel que enciendesu lámpara para salir, en la noche, al encuentro del amigo que yaviene. En esta primer semana de Adviento queremos levantarnospara esperarte preparados, para recibirte con alegría. Muchassombras nos envuelven. Muchos halagos nos adormecen.

Queremos estar despiertos y vigilantes, porque tú traes la luzmás clara, la paz más profunda y la alegría más verdadera. ¡Ven,Señor Jesús! ¡Ven, Señor Jesús!

Guía: Unidos en una sola voz digamos: Padre Nuestro...

CONCLUSIONCONCLUSIONCONCLUSIONCONCLUSIONCONCLUSION

Guía: Ven, Señor, haz resplandecer tu rostro sobre nosotros.Todos: Y seremos salvados. Amén.

ESQUEMA SENCILLESQUEMA SENCILLESQUEMA SENCILLESQUEMA SENCILLESQUEMA SENCILLO PO PO PO PO PARA ORAR AL ENCENDERARA ORAR AL ENCENDERARA ORAR AL ENCENDERARA ORAR AL ENCENDERARA ORAR AL ENCENDERLLLLLAS VELAS VELAS VELAS VELAS VELAS DE LAS DE LAS DE LAS DE LAS DE LA CA CA CA CA COROROROROROOOOONNNNNA DE ADA DE ADA DE ADA DE ADA DE ADVIENTVIENTVIENTVIENTVIENTOOOOO

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SEGUNDO DOMINGO


Guía: En el nombre delPadre, y del Hijo, y delEspíritu Santo.

Guía: Reconozcamosante Dios que somos peca-dores.

Todos: Yo confieso...


Lectura de la segunda carta del apóstol SanPedro 3,13-14:

«Nosotros esperamos según la prome-sa de Dios cielos nuevos y tierra nueva,un mundo en que reinará la justicia. Poreso, queridos hermanos, durante esta es-pera, esfuércense para que Dios los hallesin mancha ni culpa, viviendo en paz».

Palabra de Dios.

Breve pausa para meditar

REFLEXIÓNREFLEXIÓNREFLEXIÓNREFLEXIÓNREFLEXIÓN

Guía: ¿Qué va a cambiar en mí, en nosotros,en este Adviento? ¿Se notará que creemos deverdad en Cristo?


Guía: Los profetas mantenían encendida laesperanza de Israel. Nosotros, como un símbolo,encendemos estas dos velas. El viejo tronco estárebrotando, se estremece porque Dios se hasembrado en nuestra carne...

Que cada uno de nosotros, Señor, te abra suvida para que brotes, para que florezcas, paraque nazcas y mantengas en nuestro corazónencendida la esperanza: ¡Ven pronto, Señor!¡Ven, Salvador nuestro!

Guía: Unidos en una sola voz digamos: PadreNuestro...

CONCLUSION.CONCLUSION.CONCLUSION.CONCLUSION.CONCLUSION.

Guía: Ven, Señor, haz resplandecer tu rostrosobre nosotros.

Todos: Y todos seremos salvados. Amén.

TERCER DOMINGO


Guía: En el nombre delPadre, y del Hijo, y del Espí-ritu Santo.

Guía: Reconozcamos anteDios que somos pecadores.

Todos: Yo confieso...


Lectura de la Primera carta del apóstol SanPablo a los Tesalonicenses 5, 23

«Que el Dios de la paz les ayude a vivircomo corresponde a auténticos creyentes;que todo su ser –espíritu, alma y cuerpo- seconserve sin falta alguna para la venida denuestro Señor Jesucristo. Palabra de Dios.

MEDITACIONMEDITACIONMEDITACIONMEDITACIONMEDITACION

San Pablo nos recuerda que la salvación, estácerca, esta certeza quiere que sea una motivaciónpara vivir como auténticos cristianosREFLEXIÓN.REFLEXIÓN.REFLEXIÓN.REFLEXIÓN.REFLEXIÓN.

Guía: Los hombres de hoy no verán en personaa Cristo en esta Navidad. Pero sí verán a la Iglesia,nos verán a nosotros. ¿Habrá más luz, más amor,más esperanza reflejada en nuestra vida para quepuedan creer en Él?ORACIÓN AL ENCENDER LA VELA.ORACIÓN AL ENCENDER LA VELA.ORACIÓN AL ENCENDER LA VELA.ORACIÓN AL ENCENDER LA VELA.ORACIÓN AL ENCENDER LA VELA.

Guía: En las tinieblas se encendió una luz, en eldesierto clamó una voz. Se anuncia la buena noti-cia: ¡El Señor va a llegar! ¡Preparen sus caminos,porque ya se acerca! Adornen su alma como unanovia se engalana el día de su boda. ¡Ya llega elmensajero! Juan Bautista no es la luz, sino el quenos anuncia la luz.

Cuando encendemos estas tres velas cada uno denosotros quiere ser antorcha tuya para que brilles,llama para que calientes. ¡Ven, Señor, a salvarnos,envuélvenos en tu luz, caliéntanos en tu amor!

Guía: Unidos en una sola voz digamos: PadreNuestro...CONCLUSION.CONCLUSION.CONCLUSION.CONCLUSION.CONCLUSION.

Guía: ¡Ven, Señor, haz resplandecer tu rostrosobre nosotros!

Todos: Y seremos salvados. Amén

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CUARTO DOMINGO


Guía: Reconozcamosante Dios que somos peca-dores.

Todos: Yo confieso...Guía: «Nuestro auxilio

es el nombre del Señor»Todos: «Que hizo el cie-

lo y la tierra»

LITURGIA DE LA PALABRA:LITURGIA DE LA PALABRA:LITURGIA DE LA PALABRA:LITURGIA DE LA PALABRA:LITURGIA DE LA PALABRA:

De la carta del apóstol San Pablo a los Roma-nos 13,13-14.

«Portémonos con dignidad, como quienvive en pleno día. Nada de comilonas yborracheras; nada de lujuria y libertinaje;nada de envidias y rivalidades. Por elcontrario revístanse de Jesucristo, el Se-ñor, y no fomenten sus desordenados ape-titos»

Palabra de DiosTodos: Te alabamos Señor

(Breve pausa para meditar)

REFLEXIÓNREFLEXIÓNREFLEXIÓNREFLEXIÓNREFLEXIÓN

San Pablo al recordarnos con certeza, que lasalvación, está cer-ca, quiere que éstasea una motivaciónpara vivir como

auténticos cristianos. ¿Seremos capaces prepa-rarnos debidamente a la venida del Señor?

Guía: «Ven, Señor, y no tardes.Todos: «Perdona los pecados de tu pueblo».

ORACIÓN AL ENCENDER LAS CUATRO VELASORACIÓN AL ENCENDER LAS CUATRO VELASORACIÓN AL ENCENDER LAS CUATRO VELASORACIÓN AL ENCENDER LAS CUATRO VELASORACIÓN AL ENCENDER LAS CUATRO VELAS

Guía: «Bendigamos al Señor»Todos hacen la señal de la cruz mientras dicen:

«Demos gracias a Dios».La Virgen y San José, con su fe, esperanza y

caridad salen victoriosos en la prueba. No hayrechazo, ni frío, ni oscuridad ni incomodidad queles pueda separar del amor de Cristo que nace.Ellos son los benditos de Dios que le reciben.Dios no encuentra lugar mejor que aquel pesebre,porque allí estaba el amor inmaculado que lorecibe.

Nos unimos a La Virgen y San José con unsincero deseo de renunciar a todo lo que impideque Jesús nazca en nuestro corazón.

Tiempo de silencio / Tiempo de intercesiónPadre Nuestro / Ave María.

ORACIÓN FINALORACIÓN FINALORACIÓN FINALORACIÓN FINALORACIÓN FINAL

Derrama Señor, tu gracia sobre nosotros, que,por el anuncio del ángel, hemos conocido laencarnación de tu Hijo, para que lleguemos por supasión y su cruz a la gloria de la resurrección. Por

nuestro SeñorJesucristo.

Todos:«Amén»

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1.- Prende las cuatro velas de la Corona deAdviento.

2.- Canta, junto a toda la familia, algúnvillancico.

3.- Lee el Evangelio de San Lucas, capítu-lo 2, 1-14.

4.- Que el más pequeño de la casa tome laimagen del Niño Jesús y la coloque enel pesebre.

5.- Pide en familia, es decir, que cadamiembro de la familia haga sus peti-ciones al Niño Dios y a cada una res-pondemos: ¡Señor Jesús que seas elcentro de nuestra vida!

CONCLUSIÓN

«Con la esperanza de que Jesús que es elcentro de este nacimiento, siga siendo to-dos los días el centro de nuestra familia yde nuestra vida», tomados de las manosterminamos con la oración que Él mismonos enseñó: Padre nuestro…

Concluimos con el villancico:«DUERME Y NO LLORES»

y nos ofrecemos un abrazo de FelizNavidad.

CELEBRACELEBRACELEBRACELEBRACELEBRACIÓNCIÓNCIÓNCIÓNCIÓNPPPPPARA LARA LARA LARA LARA LA NOCHE DE NA NOCHE DE NA NOCHE DE NA NOCHE DE NA NOCHE DE NAAAAAVIDVIDVIDVIDVIDADADADADAD

EN FEN FEN FEN FEN FAMILIAAMILIAAMILIAAMILIAAMILIA

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Las Posadas son una hermosa tradición religiosa de nuestros pueblos, ellas llenan de alegría aún másel ambiente navideño que de por sí es festivo. Las celebramos con profundo gozo porque va a renovarseel misterio de la Venida de nuestro Salvador. Este gozo lo manifestamos en una formallena de sencillez, porque el Dios-con-nosotros prometido en el Antiguo Testamentoquiso venir como niño, como un nuevo hermanito para todos los hombres.

Durante las posadas 2009 que vamos a celebrar con alegría todos los niños y niñas, ytambién los adultos, -que para estas fechas tan bonitas de la Navidad también se hacencomo niños-, vamos a ir conociendo los lugares y los hechos que ocurrieron antes, en ydespués del nacimiento del Niño Jesús. Imaginemos que vamos a Belén, recorriendoel mismo camino que recorrieron José y María. En aquel tiempo la gente no sabía quésucedería, nosotros en cambio si sabemos de qué se trata –bueno eso creemos-, y porello, al recordar y celebrar el camino de José y María, queremos tomar conciencia dela venida de Jesús nuestro Salvador. Sabemos que nosotros tenemos que caminartambién para encontrarnos con Jesús, quien viene a nosotros como amigo.

Lo que en este año ofrecemos, son breves reflexiones, estilo cuento, que ponen demanifiesto lo que las Sagradas Escrituras y las tradiciones, nos han dado a conocer hastanuestros días. Estas reflexiones nos ayudarán a ubicar las personas, los hechos y loslugares en donde ocurrió el inicio de la salvación de Jesucristo entre nosotros. Sonreflexiones que se pueden escenificar y desde luego llevar a un compromiso diario paralos participantes.

Sugerimos el siguiente esquema:

· Siempre visible el lema bíblico generador de nuestra reflexión«Tanto amó Dios al mundo que le dio a su Hijo único» Jn 3, 16Lema que nos dice mucho por el proceso de pastoral diocesano que estamos viviendo:

«Año de la Misión y del Sacerdocio». Jesucristo es el misionero del Padre que viene anosotros y es el Sumo Sacerdote, es decir el puente que une a Dios y a los hombres.· Rezo del Santo Rosario de la manera tradicional como se tenga acostumbrado en cada

comunidad. Recordamos la jaculatoria para estos días: «Humildes peregrinos Jesús,María y José, mi alma doy por ellos y mi corazón también»

· En este año, antes de rezar los misterios del Rosario, hacer las pequeñas reflexionespropuestas para cada día, lectura de la cita bíblica, lectura (y escenificación, si es posible) de la reflexióny toma de compromiso.

Jesucristo el Misionerode nuestro Padre Dios¡Viene a nuestra casa!

ESQUEMAS DE REFLEXIÓN DE POSADAS PARA CHICOS Y GRANDES

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16 DE DICIEMBRE

LA TIERRA SANTA

«El pueblo que andaba en tinieblas havisto una gran luz; a los que habitaban entierra de sombras una luz les ha brillado»

(Is 9,1)

Hace unos 2010 años en un país situado al estedel mar Mediterráneo y que se llama actualmenteIsrael, sucedió un hecho tan importante que iba acambiar toda la historia de la humanidad.

Ese país se llamaba Palestina y habitaban en élunos hombres que esperaban el nacimiento de unMesías que les salvara. Tenían un templo muygrande y hermoso en Jerusalén a donde solíanacudir todos los años en peregrinación. Los habi-tantes vivían en pueblecitos no muy grandescomo Nazaret, Belén o Jericó.

Los sábados celebraban su día de fiesta, ese díaalaban a Dios, rezaban y leían sus escritos sagra-dos en unos lugares llamados sinagogas.

Lo que sucedió en ese país fue tan importante,que aquella tierra se iba a llamar en adelanteTierra Santa.

Compromiso:

En aquel país había mucha gente que prepara-ba la venida del Mesías rezando. Yo también metengo que preparar para la venida del Mesías conla oración.

17 DE DICIEMBRE

JOSÉ Y MARÍA

«Al sexto mes, envió Dios al ángelGabriel a una ciudad de Galilea llamadaNazaret, a una joven desposada con unhombre llamado José, de la descendenciade David; el nombre de la joven era Ma-ría»

(Lc 1, 26-27)

En un pueblecito de Palestina llamado Nazaretvivía una joven muy buena de nombre María.Desde niña había aprendido a rezar, pues suspadres Joaquín y Ana se lo enseñaron. Con ellossolía acudir al templo. Dicen que allí con corazóngeneroso se ofreció a Dios.

Estaba prometida en matrimonio a un jovencarpintero que se llamaba José. Como también élera bueno y justo, amaba a María por la bondad desu corazón y vivía ilusionado a la espera de vivirjuntos en una humilde casita en donde pondría sutaller de carpintero.

Los dos se preparaban para ese día y solíanrezar mucho para que viniera el Mesías Sal-vador.

Compromiso:

Hoy voy a REZAR A MARÍA mi oraciónpreferida. Y le voy a pedir que me ayude a ser tanbuena persona como Ella y José.

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18 DE DICIEMBRE

LA NOTICIA DEL ÁNGEL

«Pues bien, el Señor mismo les dará poreso una señal: He aquí que la virgen con-cebirá y dará a luz un hijo y le pondrán elnombre de Emmanuel, que quiere decirDios-con-nosotros»

(Is 7, 14).

Un día, mientras María se encontraba rezandose le apareció un ángel llamado Gabriel. Veníacon una noticia de parte de Dios. Era la grannoticia esperada durante siglos, por la que tantohabía rezado. Le dijo el ángel:

- María, tú eres la mujer más hermosa y agraciadade todas las mujeres, y Dios te ha elegido paraser la Madre del Mesías.

María se llevó tal susto, que el ángel le tuvoque animar con sus palabras.- No te preocupes, María. Todo va a ser obra del

Señor. Y al niño que va a nacer de ti, le pondráspor nombre Jesús, que significa Salvador.Y, como María nunca había negado nada a

Dios, le dijo al ángel que «SÍ», que aceptaba lamisión que se le encomendaba.

Compromiso:

Me voy a esforzar en decir «SÍ» a todos los queme pidan ayuda. Y aunque no me pidan ayuda voyayudar en casa y en la escuela.

19 DE DICIEMBRE

EL SUEÑO DE JOSÉ

«Una voz clama:- Preparen el camino del Señor en el

desierto, construyan un páramo una cal-zada para nuestro Dios. Que todo valle seeleve, que todo monte y colina se rebajen;que lo torcido se enderece y lo escabrosose allane. Entonces se revelará la gloriadel Señor y todos los hombres la verán»

Is 40, 3-4

A los pocos días del anuncio del ángel a Maríase apareció otro ángel a José. Sucedió que, estan-do dormido, escuchó una voz que le decía:- José. Has de saber que María va a tener un hijo.

Como es natural, José también se asustó mu-cho, pero el ángel le tranquilizó.- No temas. El niño que lleva en su vientre, es sólo

obra de Dios. Él se ha fijado en María por labondad de su corazón y la ha elegido para ser lamadre de su Hijo.También te ha elegido a ti para que les cuides

a los dos y les protejas como padre con tu trabajoy cariño.

Compromiso:

Voy a intentar ser como José: procuraré cuidarde mi madre ayudándole en sus trabajos. Y sitengo un hermano pequeño, le protegeré para queno le suceda nada malo.

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20 DE DICIEMBRE

LA ORDEN DEL EMPERADOR

«En aquel día brotará un renuevo deltronco de Jesé, un vástago florecerá de suraíz. Sobre él se posará el espíritu del Señor,espíritu de sabiduría e inteligencia, espíritude consejo y fortaleza, espíritu de piedad ytemor de Dios»

(Is, 11, 1-2).

Un día se escuchó en Nazaret el sonido de unatrompeta. Todos acudieron a la plaza mayor para verque sucedía. Era un soldado romano que iba anun-ciando de pueblo en pueblo un mensaje firmado porel emperador:- «De parte de Cesar Augusto, emperador de Roma,

todos los judíos deberán trasladarse hasta el lugardonde nacieron. Allí darán sus nombres, puesquiere tener el censo de todos los que habitan enestas tierras. Todos, sin excepción cumplirán estaorden, y pagarán puntualmente los impuestos queles correspondan».Como es natural, esta orden cayó muy mal entre

el pueblo.Eran muchos los que tendrían que pensar en hacer

un pesado y humillante viaje. En el caso de José, éstedescendía de la familia del rey David y era natural deBelén. ¡Pobre José! Le esperaban unos días muyduros pues la distancia era muy grande y Maríaestaba embarazada. Esto le tenía muy preocupado.

José y María regresaron cabizbajos a su hogar,para preparar tan largo camino.

Compromiso:

Hay órdenes que cuesta mucho obedecer, porqueresultan incómodas y molestas. Me voy a esforzarhoy en obedecer a la primera.

21 DE DICIEMBRE

LOS TRES REYES MAGOS

«Aquel día, la raíz de Jesé se alzarácomo bandera de los pueblos, la busca-rán todas las naciones y será gloriosasu morada»

(Is 11, 10).

Hay unos sabios que llamamos Reyes Ma-gos, que decidieron ponerse en camino, cadauno por su cuenta. Uno cogió oro para presen-tar al Niño recién nacido, pues se trataba de unniño que era Rey. El otro le quiso llevar incien-so, como el que se quema para Dios en eltemplo, pues aquel Rey Niño era también elHijo de Dios. El tercero eligió mirra paraofrecerle, pues sabía que con la mirraembalsamaban a los muertos. Y aquel Niño, apesar de ser Hijo de Dios y Rey de todos loshombres, iba a morir para salvarnos a todos.Los tres reyes, pues, salieron tras la estrellallevando sus regalos. Y después de viajardurante largos días atravesando muchos paí-ses no se sabe cómo llegaron a encontrarse enel desierto. A partir de entonces decidieroncaminar juntos hasta donde les guiara la estre-lla. Y así un día y otro día, con los ojos puestosen lo alto, se dejaron llevar de nuevo poraquella luz celestial.

Compromiso:

A veces nos dejamos llevar por cosas queno están bien: tele, caprichos, comodidad…intentaré luchar contra ello.

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22 DE DICIEMBRE

LA POSADA

«Habitará el lobo con el cordero, lapantera se echará con el cabrito, el novilloy el león pacerán juntos y un muchachitolos apacentará. La vaca pastará con la osay sus crías vivirán juntas. El león comerápaja con el buey»

(Is 11, 6-7).

A San José ya no le quedaban parientes enBelén. Por eso tuvo que acudir a la posada parapedir alojamiento. Y era tanta la gente que habíaacudido a Belén para empadronarse, que ya nodisponían de sitio. José ató el borriquillo junto ala puerta de la posada y dijo a María:- Siéntate aquí y descansa. Mientras, iré yo a

buscar un lugar donde poder pasar la noche. YJosé fue preguntando por el vecindario de puer-ta en puerta. Todo estaba ocupado. La nochecaía y comenzaba a refrescar.

- Por favor, mi mujer va a tener pronto un hijo –decía José- Por fin, a las afueras, encontró lo quebuscaba: un caliente establo donde, al abrigo delos animales, podrían descansar tranquilos. Elborriquillo se alegró de encontrar compañía. Enel cielo lucía ya un hermoso cielo estrellado.

Compromiso:

Cuando las cosas no salen como yo quiero, notengo que desesperar. Tendré que seguir inten-tándolo. Hoy pediré constancia y paciencia en mitrabajo.

23 DE DICIEMBRE

EN EL ESTABLO

«¡Te doy gracias, Padre, Señor del cieloy de la tierra, porque has escondido estascosas a los sabios y a los entendidos, y lashas revelado a la gente sencilla! ¡Gracias,Padre, porque así te ha parecido bien! Todome lo ha entregado mi Padre y nadie conocequién es el Hijo, sino el Padre; ni quién esel Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijose lo quiera revelar»

(Lc 10, 21-22).

Cuando María entró en el establo, le dijo a Joséque le parecía un buen lugar, tranquilo, abrigadoy caliente. Luego quitó el polvo al viejo estante demadera que colgaba de la pared, para colocar lasropas y los alimentos.- No te molestes María. Aquí estoy yo para

convertir todo esto en un palacio.Y tomando una escoba, comenzó José a barrer

con energía todo el establo. María sonreía vién-dole tan afanado, mientras vaciaba las alforjas delborriquillo.- Este pesebre será una cuna estupenda. ¡Verás tú

cuando lo arregle! –añadió José mirando sucarcomida pata quebrada.María le ofreció unos higos secos y un trozo de

pan. Era noche avanzada cuando desplegó sumanta sobre un montón de seca paja y se recostó.

Compromiso:

¿Estás preparando un lugar apropiado paraque nazca Dios? Piensa que cosas sobran y faltanen tu casa y en tu interior.

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24 DE DICIEMBRE

LOS PASTORES

«El Señor es mi pastor, nada me falta;en verdes praderas me hace reposary hacia fuentes tranquilas me conducepara reparar mis fuerzas.

Por ser un Dios fiel a sus promesas,me guía por el sendero recto;así, aunque camine por cañadas oscuras,nada temo, porque tú estás conmigo.Tu vara y tu cayado me dan seguridad»

(Sal 22)En las cercanas colinas de Belén unos pasto-

res se disponían a pasar la noche acampo raso velando sus rebaños. Ca-lentaban su sencilla comida, al tiem-po que observaban aquella extrañaestrella que de día en día iba crecien-do. De pronto, quedaron envueltospor un fulgor deslumbrante y, sobre-cogidos de espanto, cayeron al sue-lo.

Un ángel se presentó ante ellos ycon voz amistosa les dijo: No tenganmiedo. Dios me envía a ustedes paradarles una gran noticia. Ha nacido elMesías, el Salvador. Vayan a Belény lo hallarán envuelto en pañales enun humilde pesebre.

Los pastores se sintieron llenosde una alegría como nunca la habíansentido y salieron aclamando a Dios.Y a sus voces de alabanza se unieronlas de un coro de ángeles que cantaba:

- Gloria a Dios en el cieloy paz a los hombres.

Pobres y en el campo, apenas tenían lospastores nada para ofrecer, pero ¡bien que iba aagradecer San José sus pequeños obsequios derequesón y miel silvestre!

Compromiso:

¿Has pensado qué puede agradar a Jesúscomo regalo tuyo en esta Navidad?

25 DE DICIEMBRE

EL NIÑO JESÚS

«Alabemos al Señor, nuestro Dios,porque es hermoso y justo alabarlo.El Señor ha reconstruido a Jerusalény a los dispersos de Israel los ha reunido.

El Señor sana los corazones quebrantadosy venda las heridas,tiende su mano a los humildesy humilla hasta el polvo a los malvados.

El puede contar el número de estrellasy llama a cada una por su nombre,Grande es nuestro Dios, todo lo puede;

su sabiduría no tiene límites.(Sal 146)

Cuando la gente escuchaba a los pas-tores, se llenaba de alegría. Ellos, notardaron en hallar el establo y, tal comoles dijera el ángel, encontraron al NiñoDios sobre un pesebre. José lo recibióamablemente. Más adentro esperabaMaría, que no perdía de vista a su Hijo.Todos los ojos se clavaron en aquelpequeño Niño que movía las piernitascomo todos los bebés saben hacerlo. Ysus tiernos balbuceos se mezclaron conel balar de las ovejas y el mugir de unanciano buey. José les acercó un viejobanquito. Cuando se presentaron los re-yes magos, ya no sabía José que otroasiento ofrecer. Ellos, con las ofrendasen sus manos, se postraron ante el Niño.

También el asno y el buey quisieronimitarles agachando respetuosamente sus cabezas.

Aquel inolvidable día compartieron requesón yfrutos secos, mientras Dios dormía calladamenteen el humilde establo, que nada tenía que envidiara los más ricos aposentos de cualquier palacio quepodamos imaginar.

Compromiso:

Hoy llega la GRAN NOTICIA para los pobres,que los ricos son incapaces de comprender. No teolvides de rezar en familia al niño que nace.

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1º DOMINGO DE ADVIENTO

MONICIÓN DE ENTRADA:MONICIÓN DE ENTRADA:MONICIÓN DE ENTRADA:MONICIÓN DE ENTRADA:MONICIÓN DE ENTRADA:

Hermanos: Comenzamos el tiempo de Ad-viento. Es el tiempo de esperanzaque nos llama a prepararnos al en-cuentro con el Señor Jesús. Él sehace uno de nosotros naciendo deMaría en Belén, así revivimos y re-afirmamos la esperanza de su venidadefinitiva.


Guía: Encendemos, Señor, estaluz, como aquel que enciende sulámpara para salir, en la noche, alencuentro del amigo que ya viene.En esta primer semana de Advientoqueremos levantarnos para esperar-te preparados, para recibirte con ale-gría. Muchas sombras nos envuel-ven. Muchos halagos nos adorme-cen.

Queremos estar despiertos y vigilantes, por-que tú traes la luz más clara, la paz más profunday la alegría más verdadera. ¡Ven, Señor Jesús!¡Ven, Señor Jesús!

Subrayamos hoy el Acto Penitencial:

Comenzamos el Adviento, Padre, venidos dela desesperanza y del escepticismo, y sin embar-go. Tu Palabra es una llamada de esperanza quenos invita a la respuesta. Acógenos Padre, y

envíanos tu Espíritu, porque reconocemos nues-tra debilidad:

Porque tu Palabra nos invita a dar un giro anuestra conducta y actividad desesperanzada y

nos cuesta sentirnos llama-dos e interpelados: Señorten piedad.

Porque nos cuesta cam-biar nuestra vida, incons-cientes de lo necesario queesto es para corregir la his-toria de nuestro mundo:Cristo, ten piedad.

Porque no sabemos leerlos signos que aparecen ennuestro mundo y que des-velan históricamente laPalabra que quieres decir-nos para el nuevo mundoque tiene que surgir: Se-ñor ten piedad.

A ti Padre, lleno de mi-sericordia, que nos miras y nos animas, te pedi-mos que nos ayudes a superar nuestras debilida-des, para colaborar contigo en la construcción delReino que, oculto todavía, tiene que aparecer entoda su verdad. Por Cristo nuestro Señor.

MONICIÓN A LA LITURGIA DE LA PALABRA:MONICIÓN A LA LITURGIA DE LA PALABRA:MONICIÓN A LA LITURGIA DE LA PALABRA:MONICIÓN A LA LITURGIA DE LA PALABRA:MONICIÓN A LA LITURGIA DE LA PALABRA:

La Palabra de Dios nos hace renacer en laesperanza, confiando en que el Señor cumplirásus promesas de justicia y liberación.

ADVIENTO-NAVIDADPREPARANDO Y CELEBRANDO EL NACIMIENTO DE JESUCRISTOPRIMER MISIONERO DEL PADRE, SUMO Y ETERNO SACERDOTE

MONICIONES DE DOMINGOS DE ADVIENTO

Ciclo C

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1a Lectura Jer 33,14-16

Sal 24, 4-5ª. 8-10. 14

2ª Lectura I Tes 3,12-4,2

Evangelio Lc 21, 25-28. 34-36

EN TORNO A LA HOMILÍAEN TORNO A LA HOMILÍAEN TORNO A LA HOMILÍAEN TORNO A LA HOMILÍAEN TORNO A LA HOMILÍA

Somos conscientes de que en nuestra Dióce-sis, tal como nos lo dice el IV Plan Diocesanode Pastoral, aumentan las situaciones críticas:drogadicción, prostitución a edades más tem-pranas, asociándose con otras formas de pobre-za moral, afectiva, humana y espiritual, au-mentando así, la delincuencia y la violencia (cf.PDP 299-300).

En nuestra diócesis como en nuestro país yen al mundo, dichas realidades nos ofertan ladesesperanza, incluso aquellas que pasan ennuestra vida familiar y personal en nuestrocontexto.

Siete siglos antes de Cristo, Jeremías fue unprofeta del tiempo de crisis, aparentemente tritu-rado por ella. La Palabra de Dios, sin embargo,sedujo su corazón para que expresara la granesperanza: «Llegan días en que cumpliré la pro-mesa que hice a David, brotará un renuevo deltronco de Jesé… hará justicia y derecho en latierra…» (1ª Lectura). El Espíritu que inspiró estapromesa es el mismo Espíritu que nos inspira anosotros para interpretarla y hacerla efectiva hoy.Somos el pueblo de Aquél que brotó de Dios parahacer justicia y derecho en la tierra.

El Apóstol Pablo en la 2ª lectura pide para lacomunidad cristiana «que el Señor los colme y loshaga rebosar de amor mutuo y de amor a todos».El Adviento es el tiempo oportuno para revisar siese amor está maduro; para recuperarlo y acre-centarlo, si nos falta o es escaso.

A esta libertad para amar y servir en todacircunstancia y, por tanto, en este tiempo, esteaño, nos urge la profecía de Jesús sobre losúltimos tiempos (Evangelio). Con el lenguajede su época y de su cultura, Jesús nos anticipael crepúsculo del mundo, de la historia. Cuandolo provisional desaparece y sólo queda lo defi-nitivo.

OOOOORACIÓN DE LOS FIELESRACIÓN DE LOS FIELESRACIÓN DE LOS FIELESRACIÓN DE LOS FIELESRACIÓN DE LOS FIELES

En este comienzo de Adviento nos congrega-mos ante Ti para que rehagas nuestra con-dición de pueblo tuyo. Respondemos a cadapetición

¡Ven Señor que te esperamos!

1.- Por la Iglesia, para que sea siempre en elmundo «signo universal de salvación». Ro-guemos al Señor.

2.- Por los gobernantes, para que procurando elbien común defiendan los derechos de todosy en especial de los más débiles. Roguemosal Señor.

3.- Por nosotros llamados a preparar cada día lavenida de nuestro Salvador Jesucristo. Ro-guemos al Señor.

4.- Que nuestro amor hacia dentro y hacia afuerade la Iglesia extienda el fuego que Tú trajistea la tierra. Roguemos al Señor.

5.- Que nos sintamos pueblo tuyo, profético,mediador, regio en el servicio, capaz de au-mentar el derecho y la justicia en la tierra.Roguemos al Señor.

6.- Que sepamos reconocer ahora los signos deeste tiempo en los que Tú anticipas la exigen-cia de tu segunda venida. Roguemos al Se-ñor.

7.- Que nos libres de todas las ilusiones idolátricaspara que vivamos de tu libertad y en tu con-fianza. Roguemos al Señor.

Acoge, Padre misericordioso, las súplicas detu pueblo, que espera anhelante la venida detu Hijo, que contigo vive y reina por los siglosde los siglos. Amén.

PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDASPRESENTACIÓN DE LAS OFRENDASPRESENTACIÓN DE LAS OFRENDASPRESENTACIÓN DE LAS OFRENDASPRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS

Hermanos: Que este pan y este vino que pre-sentamos para la Misa, junto con nuestro renova-do esfuerzo de hacer un espacio al Señor ennuestra vida, sean las primicias de este año litúr-gico que estamos comenzando.

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MONICIÓN DE ENTRADAMONICIÓN DE ENTRADAMONICIÓN DE ENTRADAMONICIÓN DE ENTRADAMONICIÓN DE ENTRADA

A medida que vamos entrando más de lleno enel tiempo de ADVIENTO, la Palabra de Dios nosllama a una reflexión más profunda. Por eso, conla sencilla humildad de quien se reconoce peca-dor, preparemos en nuestroscorazones un camino por don-de pueda llegar Jesús.

ORACIÓN AL ENCENDER LAORACIÓN AL ENCENDER LAORACIÓN AL ENCENDER LAORACIÓN AL ENCENDER LAORACIÓN AL ENCENDER LAVELA.VELA.VELA.VELA.VELA.

Guía: Los profetas man-tenían encendida la esperan-za de Israel. Nosotros, comoun símbolo, encendemos es-tas dos velas. El viejo troncoestá rebrotando se estremeceporque Dios se ha sembradoen nuestra carne...

Que cada uno de nosotros,Señor, te abra su vida paraque brotes, para que florezcas,para que nazcas y mantengasen nuestro corazón encendi-da la esperanza. ¡Ven pronto,Señor! ¡Ven, Salvador Nuestro!

MONICIÓN A LA LITURGIA DE LA PALABRAMONICIÓN A LA LITURGIA DE LA PALABRAMONICIÓN A LA LITURGIA DE LA PALABRAMONICIÓN A LA LITURGIA DE LA PALABRAMONICIÓN A LA LITURGIA DE LA PALABRA

La Palabra de Dios nos prepara el día de CristoJesús, cuando la justicia y el amor se manifiestanen plenitud.

Lecturas: Bar 5, 1-9

Salmo 125

Flp 1, 4 - 6, 8-11

Lc 3, 1-6


La Navidad no es tapiz de luces y colores quenos permite aislarnos de una historia llena depesadumbres, saturada de masas con los ojosdilatados por el hambre. Esa Navidad no es la delnacimiento de Cristo para la que el Advientoprepara. Sin duda, como el trigo y la cizaña,

ambas se entremezclan en nuestras calles, ennuestros templos, en los grandes almacenes… ytambién en cada uno de nuestros corazones. Y noes nada fácil separarlas (Mt 13,24-30).

Baruc, profeta del destierro, dirige su mensajede esperanza a la ciudad desencantada y abatida,dominada por los que la oprimen y han conducido

a su pueblo a una tierra extraña(1ª lectura). El profeta urge aese pueblo de Dios a desecharsu resignación y ponerse enpie.

El fragmento de Filipenses(2ª lectura) alimenta con dosimportantes advertencias estainvitación a la esperanza y a laconversión. Frágil e inconstan-te es el corazón humano. PeroPablo está alegre porque Diosmismo está empeñado en lle-var a cabo la salvación que haemprendido al dar a su puebloel don del bautismo.

El Evangelio de Lucas queresume la predicación de JuanBautista, plantea el precio deesta alegría: la conversión per-

manente. La renovación continua de los valores yactitudes de la existencia cristiana no es sóloproceso interior. Dando réplica al oráculo deBaruc que presenta la destrucción del inhumanoabismo de injusticia y desigualdad, como obra deDios Salvador, el Bautista pone en primer planonuestra colaboración a esa obra de Dios: prepararel camino del Señor, allanar sus sendas.

ORACIÓN DE LOS FIELESORACIÓN DE LOS FIELESORACIÓN DE LOS FIELESORACIÓN DE LOS FIELESORACIÓN DE LOS FIELES

Tu Adviento, Cristo, sacude nuestra resigna-ción y quiere revestirnos de la alegría y esperanzade la Buena Nueva. Respondemos a cada peti-ción:

¡Ven Señor y sálvanos!1.- Por la Iglesia, para que siempre sea el signo

luminoso del advenimiento de Cristo al mun-do. Oremos…

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2. Por nuestra patria, para que en esteAdviento, los cristianos que vivimosen ella, seamos signo de esperanza.Oremos...

3.- Para que abramos nuestra esperanzaa la persuasión de que Tú eres lagarantía por la que Dios sigue empe-ñado en la salvación de todos lospueblos. Oremos…

4.- Para que la Navidad sea para tupueblo invitación a participar y co-municar la alegría de tupromesa. Oremos…

5.- Para que sepamos per-cibir hoy tu Espíritu, po-dando las cumbres or-gullosas y rellenando lasdepresiones de lamarginación. Ore-mos…

6.- Para que sepamos dis-cernir y corregir lo es-cabroso y torcido delpropio corazón. Ore-mos…

7. Para que nos hagas cre-cer en ese conocimien-to y esa percepción quesabe distinguir diferen-cias y escoger lo mejor.Oremos…

Dios todopoderoso y eter-no, que nos mandas preparar elcamino a Cristo el Señor, escuchanuestras oraciones y haz que reci-bamos dignamente a tu Hijo, quecontigo vive y reina por los siglosde los siglos. Amén.

Subrayamos hoy el Padre Nuestro

El acento litúrgico lo ponemos en elPADRE NUESTRO, tiempos de vigi-lancia y oración, como nos enseñó Je-sús, diciendo: «Venga a nosotros tuReino»



Hermanos: La liturgia de hoy es un canto a Dios queviene a salvarnos y una invitación a la alegría. Alegría quenace de la Fe que cultivamos en el Adviento y de la decisiónde cambiar la vida como fruto de estas celebraciones.


Guía: En las tinieblas se encendió una luz, en el desiertoclamó una voz. Se anuncia la buena noticia: ¡El Señor va a

llegar! ¡Preparen sus caminos,porque ya se acerca! Adornensu alma como una novia seengalana el día de su boda. ¡Yallega el mensajero! Juan Bau-tista no es la luz, sino el que nosanuncia la luz.

Cuando encendemos estastres velas cada uno de nosotrosquiere ser antorcha tuya paraque brilles, llama para que ca-lientes. ¡Ven, Señor, a salvar-nos, envuélvenos en tu luz, ca-liéntanos en tu amor!

MONICIÓN A LA LITURGIA DEMONICIÓN A LA LITURGIA DEMONICIÓN A LA LITURGIA DEMONICIÓN A LA LITURGIA DEMONICIÓN A LA LITURGIA DELA PALABRALA PALABRALA PALABRALA PALABRALA PALABRA

Hoy la Palabra de Dios nosinvita a prepararnos a una fies-ta de desbordante de alegría.

1ª Lectura Sof 3, 14-18

Salmo Is 12, 2-6

2ª Lectura Flp 4, 4-7

Evangelio Lc 3, 10-18


Jesucristo estamos esperando tu Navidad, ser rehechosen tu esperanza, en tu alegría. A cada petición responde-mos:

¡Te esperamos Señor Jesús!1.- Por la Iglesia Católica y por los seguidores de todas las

religiones, para que juntos contribuyamos a aliviar lossufrimientos de los hombres de nuestro tiempo. Ore-mos...

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2.- Por el Santo Padre Benedicto XVI,por nuestro Obispo Felipe Salazar ytodos los sacerdotes, para que eneste Adviento vivan la alegría de suministerio, sembrando en el servi-cio y cosechando en la esperanza. Oremos...

3.- Por los laicos comprometidos y re-ligiosos, para que puedan desempe-ñar con generosidad y entrega elservicio de amor al que han sidollamados. Oremos...

4.- Por todos los que estamos en laespera de la venida del Señor, paraque encontremos en la Palabra deDios y su seguimiento, la verdaderafuente de nuestra alegría. Oremos...

5.- Para que nuestra vida, desde tucompañía, sepa vivir y mostrar esasabiduría que pone las cosas en susitio y no tolera que se conviertan enídolos. Oremos…

Dios y Salvador nuestro, que animasnuestra esperanza con la prome-sa de tu venida escucha las oracio-nes de tu pueblo y haz que sepa-mos acoger con un corazón dócil,los dones de tu bondad. Tu quevives y reinas por los siglos de lossiglos. Amén.

PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDASPRESENTACIÓN DE LAS OFRENDASPRESENTACIÓN DE LAS OFRENDASPRESENTACIÓN DE LAS OFRENDASPRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS

Hermanos: Junto con el pan y elvino que presentamos para celebrar laCena del Señor, ofrezcamos a Dios lomucho que tenemos que hacer para queel Reino se haga presente en nosotros.

Ponemos énfasis en el momento de la COMUNIÓN

Dice el Santo Padre Benedicto XVI«El encuentro con las manifestacionesvisibles del amor de Dios -al comulgara Jesucristo Pan de Vida- puede susci-tar en nosotros el sentimiento de ale-gría que nace de la experiencia de seramados».


MONICIÓN DE ENTRADA: MONICIÓN DE ENTRADA: MONICIÓN DE ENTRADA: MONICIÓN DE ENTRADA: MONICIÓN DE ENTRADA:

Queridos hermanos: Cuando el tiempo estuvo maduro -nos dice San Pablo- Dios nos envió a su Hijo, nacido de unamujer. Hoy, domingo cuarto y último de adviento, nosotrosvamos a fijar nuestra mirada en la Virgen María, que esllamada Esperanza, porque fue como un resumen de toda laesperanza que hubo en el mundo aguardando la venida delSalvador. Y así, llenos de alegría, con los ojos puestos en laMadre de Jesús, vamos a vivir hoy la celebración de laEucaristía.

ORACIÓN AL ENCENDER LA VELAORACIÓN AL ENCENDER LA VELAORACIÓN AL ENCENDER LA VELAORACIÓN AL ENCENDER LA VELAORACIÓN AL ENCENDER LA VELA

Nos unimos a La Virgen y San José con un sincero deseode renunciar a todo lo que impide que Jesús nazca en nuestrocorazón. La Virgen y San José, con su fe, esperanza ycaridad salen victoriosos en la prueba. No hay rechazo, nifrío, ni oscuridad ni incomodidad que les pueda separar delamor de Cristo que nace. Ellos son los benditos de Dios quele reciben. Dios no encuentra lugar mejor que aquel pesebre,porque allí estaba el amor inmaculado que lo recibe.

ACTO PENITENCIAL:ACTO PENITENCIAL:ACTO PENITENCIAL:ACTO PENITENCIAL:ACTO PENITENCIAL:

1. Porque no hemos hecho del Domingo el día del Señor. Porlas faltas de respeto y caridad mutua entre los miembrosde la familia; por nuestras desobediencias, murmuracio-nes y rebeldías: SEÑOR TEN PIEDAD.

2. Por el daño que hemos hecho a nuestros semejantes en suspersonas o en sus cosas, por negar nuestra ayuda alnecesitado de ella; por nuestra cólera, nuestros odios,nuestro orgullo y distinción de personas. CRISTO, TENPIEDAD.

3. Por nuestra ansia de comodidad, por aprovecharnos de losdemás. Por nuestras murmuraciones y calumnias. Pornuestros juicios temerarios. Por nuestro apego al dinero.SEÑOR TEN PIEDAD.

1ª Lectura Miq 5, 2-5ª

Salmo 79

2ª Lectura Hb 10, 5-10

Lc 1, 39-45

MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA:MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA:MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA:MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA:MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA:

Durante estos domingos de Adviento hemos escuchado,en la primera lectura, anuncios proféticos que nos prepara-ban para la venida del Señor. Ya cercanos a la Navidad,

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escuchamos un anuncio solemne dirigido a laaldea de Belén, donde nació David y nacerá elMesías.

MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA: MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA: MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA: MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA: MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA:

La segunda lectura nos muestra lo que Jesúsviene a hacer entre nosotros. El viene para vivir lavoluntad de Dios, que es el amor fiel y entregado,dispuesto a darlo todo, hasta la muerte.

MONICIÓN AL EVANGELIO:MONICIÓN AL EVANGELIO:MONICIÓN AL EVANGELIO:MONICIÓN AL EVANGELIO:MONICIÓN AL EVANGELIO:

Preparémonos para escuchar ahora el anunciogozoso del Evangelio. María espera el nacimien-to de su Hijo, y este Hijo es laalegría y la salvación para to-dos.

ORACIÓN DE LOS FIELES ORACIÓN DE LOS FIELES ORACIÓN DE LOS FIELES ORACIÓN DE LOS FIELES ORACIÓN DE LOS FIELES

Nuestro Salvador está porllegar. Nosotros con fe yesperanza nos alegramospor su venida y nos dirigi-mos al Padre, diciendo:

¡Ven ya Señor Jesús!1.- Por el Papa, para que anun-

cie el amor y la solidaridad atodos los pueblos. ROGUE-MOS AL SEÑOR.

2.- Por el señor obispo FelipeSalazar, sacerdotes ydiáconos de nuestra dióce-sis, para que sean una señal del amor de Cristo atodos. ROGUEMOS AL SEÑOR

3.- Por los que gobiernan las naciones; para quetrabajen por la paz, fruto de la justicia. ROGUE-MOS AL SEÑOR.

4.- Por los que odian, matan, engañan y menospre-cian los derechos de los demás, para que el Señorcambie sus corazones. ROGUEMOS AL SE-ÑOR.

5.- Por los pobres, los enfermos, los que tienenhambre, los perseguidos, para que puedan expe-rimentar la recompensa de Dios. ROGUEMOSAL SEÑOR.

6.- Por nosotros, para que amemos a Dios con todonuestro corazón y al prójimo como a nosotrosmismos. ROGUEMOS AL SEÑOR.

7.- Por los que estamos aquí, para que el Señor nosconceda aquello que más necesitamos. ROGUE-MOS AL SEÑOR.

8. Por nosotros, que nos disponemos a celebrar laNavidad del Señor; para que vivamos estas fies-tas con sentido cristiano, en convivencia frater-nal. ROGUEMOS AL SEÑOR.

Concédenos, Señor, los bienes que te hemospedido y haz que nos dispongamos a celebrardebidamente las fiestas de Navidad, Por Jesu-cristo, nuestro Señor. Amén.

MONICIÓN A LAS OFRENDAS:MONICIÓN A LAS OFRENDAS:MONICIÓN A LAS OFRENDAS:MONICIÓN A LAS OFRENDAS:MONICIÓN A LAS OFRENDAS:

(Presentamos una vela grande encendida, unrecipiente con sal, el pan y el vino).

VELA ENCENDIDA: Señor quere-mos que tu Espíritu nos ayude a serluz en medio de los demás. Tú nosllamas a ser «luz del mundo». Ayúda-nos para que seamos siempre luz.RECIPIENTE CON SAL: Señorqueremos que tu Espíritu nos de lacapacidad de dar sabor a la vida. Túnos llamas a ser «sal de la tierra».Ayúdanos a ser discípulos misionerostuyos.PAN y VINO: Señor, queremos quetu Espíritu nos ayude a ser ofrendaagradable a Ti con nuestra vida desdeel servicio, el testimonio y la miseri-cordia.

Hoy ponemos énfasis en el signo de la PAZ:

Cuando partamos el pan con el hambriento ypractiquemos el amor y la justicia, la paz se quedaráen la tierra y no se marchará jamás. Dios estará contodos nosotros. Y nosotros haremos la paz unos conotros.

COMUNIÓN:COMUNIÓN:COMUNIÓN:COMUNIÓN:COMUNIÓN:

Jesús al partir el pan y repartirlo, se nos da porcompleto. Por eso los cristianos hemos de ser capa-ces de darnos y compartir nuestro pan con losdemás. Nosotros los cristianos formamos una grancadena que viene de los apóstoles. La Eucaristía esla fuerza que nos mantiene juntos y unidos. Por eso,a lo largo de la historia, los creyentes en Jesucristohan sido sal de la tierra y luz del mundo.

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SOLEMNIDADDE LA NATIVIDAD DEL SEÑOR

MISA DE MEDIANOCHEMISA DE MEDIANOCHEMISA DE MEDIANOCHEMISA DE MEDIANOCHEMISA DE MEDIANOCHE

· Lectura del libro del profeta Isaías 9, 1-3 5-6

· Salmo responsorial 95

· Lectura de la carta del apóstol san Pablo a Tito

· Lectura del Santo Evangelio San Lucas 2,1-14


En esta noche con gran gozonos hemos reunido porque «unniño nos ha nacido, un hijo se nosha dado» este niño nos colma dealegría porque viene a traernos lasalvación, viene a comunicarnosy hacer presente la Buena Noticiadel Padre y con entrega y dona-ción de su vida hará posible lasalvación para todo hombre.

MONICIÓN PARA LAS LECTURASMONICIÓN PARA LAS LECTURASMONICIÓN PARA LAS LECTURASMONICIÓN PARA LAS LECTURASMONICIÓN PARA LAS LECTURAS

En la primera lectura el profetapresenta las características de unniño enviado por Dios que será la luz para lasnaciones, la carta del apóstol san Pablo a Tito nosdice cómo debemos prepararnos para la venidadel gran Dios y Salvador, Cristo Jesús y nosmenciona que toda su presencia terrena que tienesu principio en su nacimiento, culmina en suentrega por nosotros hasta la muerte en donderealiza nuestra salvación.

MONICIÓN AL EVANGELIOMONICIÓN AL EVANGELIOMONICIÓN AL EVANGELIOMONICIÓN AL EVANGELIOMONICIÓN AL EVANGELIO

En el evangelio el mensajero de Dios proclamaa los pastores un mensaje divino, anuncia que hanacido el salvador, Cristo Jesús y los destinatariosde este anuncio son todos los hombres porque atodos los ama Dios. Emanuel «Dios con nosotros»se hace hijo de María, para que los hombresparticipen de su gloria. El Hijo de Dios se haencarnado y por lo tanto ha asumido nuestra con-dición humana y finita. Escuchemos con atención.


Hoy nos hemos reunido en medio de la noche.

La noche nos asusta y para algunos hasta pániconos da, hablar de la noche hoy significa noches delos NO. No hay trabajo. No hay sitio para ti. Nohay oportunidades. No tienes, No puedes, Novales. ¡Qué dolor en el corazón el no del rechazo!La noche del ABUSO. Se abusa de los niños, delos viejos, de los enfermos, de los pobres… de losdébiles. La noche de la VIOLENCIA. La nochedel DINERO: El dinero que falta, el dinero quesobra. El dinero que no puede comprar la salud, ni

la felicidad, ni la paz. El dinero quefalta a tantos para vivir con digni-dad. La noche de los ALIMEN-TOS. ¡Cuánta hambre y cuanta har-tura destructiva! La noche de lasDIVERSIONES, DROGAS, DIS-TRACCIONES, en un carrera in-útil en busca de sentido…

Hemos hecho una breve gramá-tica de la «noche» con las letras dela NAVIDAD. ¿Para qué seguir?Ciertamente estamos en la noche.Y sin embargo nos atrevemos a«celebrar». Toda esta noche no nosaplasta. Estimula nuestra esperan-

za. Y no seremos defraudados. Al contrario, des-bordamos de gozo porque somos visitados. Loacabamos de afirmar en la oración: «¡Oh Dios!Que has iluminado esta noche santa con el naci-miento de Cristo, la luz verdadera».

¡Eso celebramos esta noche! El nacimiento deCristo, la unión total de Dios con el hombre y delhombre con Dios. El cumplimiento pleno delproyecto de Dios sobre el ser humano: la divini-zación de la humanidad. En Cristo, el hombreentra en pleno contacto con Dios. El hombre hallegado a Dios porque primero Dios había llegadoal hombre.

Jesús con su nacimiento se vuelve BUENANOTICIA que viene a comunicar en nombre delPADRE, viene a hacer posible el sueño de Dios;su proyecto de liberación para todos. Él es quienviene a nosotros, sólo nos pide que le abramos elcamino de acceso, la salvación se nos da de fuerade nosotros; LES TRAIGO UNA BUENA NO-TICIA, NO TENGAN MIEDO. Solo la fe nos

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permite acoger este aparente escándalo de un Dios quese manifiesta en la debilidad y que nos elige en lospastores, gentes despreciadas en aquella época.

Hermanos celebremos esta noche con gran alegría,esperanza y abramos nuestro corazón a acoger la BUE-NA NOTICIA del Padre: ¡Jesucristo!, que desde sunacimiento y toda su vida comunicó e hizo presente elproyecto de su Padre hasta ser capaz de donar y entregarsu propia vida por nuestra salvación.


Oremos a Cristo Salvador nacido en la debilidadhumana. Pidámosle que ilumine nuestro corazóny nuestra mente para que sepamos descubrir supresencia entre nuestros hermanos.

¡QUE TU SALVACIÓNILUMINE NUESTRA VIDA!

1. Al descender a nuestro mundo nos has abierto unnuevo camino de encuentro con Dios Padre y connuestros hermanos. Oremos

2. Al contemplar tu encarnación, tu vida terrenal yentrega total en la cruz que es donación y por amor anosotros nos das la posibilidad de aprender a amar ydonarnos a los demás como tú lo has hecho. Oremos

3. Al ser enviado por Dios y ser Buena Noticia paranosotros, nos invitas a ser también ser Buena Noticiapara los demás. Oremos

4. Al hacerte uno de los nuestros nos llamas a la herman-dad. Oremos

5. Al asumir en tu propia vida unas circunstanciasadversas nos llamas al compromiso y a la esperanza.Oremos

6. Al nacer entre los pobres, como los emigrantes, nosllamas a la solidaridad y a la acogida de los que estánlejanos a nosotros. Oremos

7. Al manifestarte a los pastores nos muestras tus prefe-rencias por los marginados y olvidados. Oremos.

Cada año, Señor, renuevas en nosotros la alegría y laesperanza que nos trae la salvación de tu HijoJesucristo. Fortalece nuestra debilidad para que,el gozo que experimentamos esta noche, nosimpulse a la solidaridad y a la misericordia contodos aquellos que más necesitan recibir tu libera-ción. Te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor.

NATIVIDAD DEL SEÑOR:

MISA DEL DÍAMISA DEL DÍAMISA DEL DÍAMISA DEL DÍAMISA DEL DÍA

· Lectura del libro del profeta Isaías 52, 7-10

· Salmo responsorial 97

· Lectura de la carta a los Hebreos 1,1-6

· Evangelio Jn 1,1-18


¡Feliz Navidad! Este saludo lo hemosescuchado y repetido centenares de veces.La misma publicidad nos martillea coneste saludo incitándonos al consumo y alderroche. Pero hoy los invitamos a cele-brar la Navidad con profundidad cristiana.Con la venida de Cristo, toda la historiahumana ha encontrado su dignidad, Diosha salido al encuentro en Cristo, para quepodamos tener acceso a Él. Celebremoscon gran alegría y gozo este acontecimien-to de salvación.

MONICIÓN A LAS LECTURASMONICIÓN A LAS LECTURASMONICIÓN A LAS LECTURASMONICIÓN A LAS LECTURASMONICIÓN A LAS LECTURAS

El profeta Isaías nos presenta al mensa-jero que trae Buenas Noticias y que prego-na la salvación para el pueblo, nos dice queha llegado el momento de llenarnos degozo porque la acción salvífica de Diosesta aquí. Esta Buena Nueva es nada me-nos que el Hijo de Dios «Jesucristo», queen la carta de los hebreos hace una presen-tación de la figura de Cristo y destaca loexcelso de su condición.


En el Evangelio de San Juan escuchare-mos que la Palabra; Jesucristo el enviadodel Padre, no solo se hizo uno más de lafamilia humana; no solo compartió nues-tra carne, sino que compartió también nues-tra casa, habitó, acampó entre nosotros.Dios también elige y envía a un mensajero,Juan el Bautista que vino a ser testigo, a dartestimonio de la luz verdadera, que esJesucristo. Escuchemos con atención.

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Anoche contemplábamos asombrados el naci-miento de Jesús. En Jesús se realizó lo que eraimposible para el hombre; restablecer la relacióncon Dios que había sido rota por el pecado.Anoche nos quedamos en adoración junto alpesebre porque queríamos quenos introdujera en el corazóndel misterio. Estamos conven-cidos de que nuestros trabajos ycompromisos sólo construiránel Reino de verdad, si nos deja-mos llevar por el mismo Espíri-tu que empujó a Jesús a hacerlopresente con la vida.

Hoy nos acercamos al reciénnacido y continuamos «escu-chando, desde nuestro silen-cio», la revelación que nos hacecomo Palabra que procede delmisterio insondable de Dios.Cuando decimos PALABRA(el VERBO) estamos hablando de una realidad,no de un sonido de nuestras palabras humanas,palabras que prometen, que ofrecen, que acumu-lan, con frecuencia, para no decir nada. No setrata de eso es mucho mas. A Dios nadie lo havisto jamás: El Hijo único, que está en el seno delPadre, es enviado para revelarnos a Dios Padre,El es quien nos lo da a conocer, Jesús ha venidoa revelar la realidad de Dios.

¿Y qué nos dice la Palabra eterna acerca delmundo, del hombre y de Dios? ¿Qué manantialesde vida nos descubre el misterio de Navidad?

Navidad nos dice que Dios es cercanía y Jesúsviene a restablecer la relación de Dios con elhombre, y viene a estrechar lazos de hermanos ya comunicar una gran noticia «Anunciaré tu nom-bre a mis hermanos…», «Aquí estoy con los míoslos que Dios me ha dado» (Heb, 2,12-13). Hacer-se carne equivale hacerse debilidad, ternura, com-pasión, soledad, tentación, muerte. Salvo en elpecado, Jesús la Palabra que expresa a Diosadecuadamente y de forma plena, nos ha precedi-do en todo. Con todas las consecuencias, es unode los nuestros. En Jesús Dios nos dice «te amo»

de todas las formas posibles. Y este amor no dejaindiferente al mundo, sino que todo en él adquiereun sentido nuevo. No hay nada que sea totalmenteabsurdo, porque Dios te dice «te amo». En laPalabra hecha Carne «hemos contemplado sugloria… lleno de misericordia y fidelidad.

De esta manera, sin salir denuestra tierra, sin maldecir nues-tros límites, sin avergonzarnosde nuestras miserias, podemosexperimentar, en Jesús, que laplenitud infinita que rebosa delcorazón de Dios, se ha volcadosobre nosotros y, como a Jesús,nos invita a comunicarla a todosy cada uno de los hombres.

El Dios que nos da a conocerJesús es un Dios cercano, com-prometido con el hombre y elmundo, misericordioso, pacien-te a pesar de nuestros rechazos.Un Dios que asume la peque-

ñez, tierno y compasivo. ¿Es así el Dios queinvocamos? ¿Es Él, nuestro Dios, que en pobrezallama a nuestra puerta y espera que le abramos?¿Es Dios que nos ofrece una y otra y otra oportu-nidad?


Ha aparecido la gracia de Dios, que trae lasalvación para todos los hombres. Oremosconfiadamente.

¡Que nazca en nosotros el Salvador!1. Por la Iglesia universal, extendida sobre la faz

de la tierra: para que sepa llevar a todas lasgentes la Buena Noticia de la salvación. Ore-mos

2. Por todos los pueblos, razas y naciones: paraque encuentren la paz don de Dios y fruto delamor y la justicia, y cesen las guerras, lasegregación racial y toda clase de opresión yde violencia. Oremos

3. Por todos los que llevan en su carne la señal deCristo pobre y paciente: los enfermos, los quepasan hambre, los emigrantes, los presos, los

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exiliados, los refugiados, los margina-dos sociales, los mal vistos, los quesufren los horrores de la guerra, los quelloran la pérdida de sus seres queridos,los que no tienen trabajo, los que vivensin hogar, los ancianos que viven solos,los niños huérfanos: para que puedansentirse amados de Dios y sus corazo-nes se llenen de gozo. Oremos

4. Por nuestros familiares y amigos difun-tos, que celebraron otros años con noso-tros la navidad del Señor: para que,renacidos a la vida eterna, la gloria delSeñor los envuelva con su caridad. Ore-mos

5. Por nuestra comunidad, por los ausen-tes, por nuestras familias, por nosotrosaquí reunidos: para que, acogiéndonoscon amor y paciencia, vivamos la granalegría de la Navidad. Oremos

Te lo pedimos por Jesucristo, tu Hijo,manifestado hoy al mundo en la hu-mildad de nuestra carne, que vive yreina por los siglos de los siglos.Amén.

FESTIVIDADESEN LA OCTAVA DE NAVIDAD

San Esteban, ProtomártirSan Esteban, ProtomártirSan Esteban, ProtomártirSan Esteban, ProtomártirSan Esteban, Protomártir(26 de Diciembre)(26 de Diciembre)(26 de Diciembre)(26 de Diciembre)(26 de Diciembre)

· Del libro de los hechos de los Apóstoles 6, 8-10; 7, 54-59

· Salmo 30

· Evangelio según san Mateo 10, 17-22


La liturgia del día de hoy celebra a un gran mártir, SanEsteban, fue el primero en seguir los pasos de Cristo conel martirio; murió, como el Maestro, perdonando yorando por sus verdugos.


Escuchemos la narración del martirio de Esteban. Eljoven diácono de la primera comunidad llevó su testimo-nio de fe y anuncio de Jesucristo hasta las últimasconsecuencias. Llegó a imitar plenamente a su Maestro,dando la vida por su fe y perdonando a los enemigos.


En el Evangelio Jesús anuncia a sus discípulos el tipode vida que les espera, serán perseguidos por causa delSeñor. Pero igualmente les anuncia que esta persecuciónes el camino de salvación para los que, como Esteban,mantengan la fortaleza de la fe.


La alegría íntima de la solemnidad navideña apenascelebrada, envuelve con su atmósfera mística también eldía de hoy que le sigue inmediatamente. Nuestras almasrespiran todavía en ese ambiente de maravilla ante elgran acontecimiento que se ha realizado. Es el aconteci-miento o, mejor dicho, el misterio del Hijo de Dios quenace en Belén como Hijo del hombre, para hacersenuestro hermano y salvador.

Este misterio es tan insondable, que nunca lo medita-remos bastante. Por eso, la Iglesia nos lo propone cadaaño, para una conmemoración prolongada durante va-rios días en el ciclo litúrgico de Navidad. .

Según nos cuenta San Gregorio de Niza, en losprimeros siglos de la Iglesia se quiso solemnizar en torno

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a Navidad a los grandes Santos que fueron losprimeros testigos de Cristo. San Esteban es unode ellos.

Hoy la liturgia conmemora el nacimiento a lavida eterna del primer mártir San Esteban, jovendiácono lapidado en el inicio de la historia de laIglesia.

Otro santo de la Iglesia antigua, San Fulgencionos comenta la relación entre Navidad y SanEsteban diciendo: «Ayer celebramos el naci-miento de nuestro Rey eterno; hoy celebramos eltriunfal martirio de su solda-do. Ayer nuestro Rey, revesti-do con el manto de la carnesaliendo del seno virginal, seha dignado visitar el mundo,hoy el soldado, saliendo deltabernáculo de su cuerpo, haemigrado al cielo».

Entre la fiesta de Navidady la del Protomártir existe unaprofunda conexión en el or-den de la santidad y la gracia.Cristo, Rey de la historia yRedentor del hombre, se sitúaen el centro de ese caminohacia la perfección, a la quellama a todo hombre.

San Esteban ha sido el pri-mero en seguirle al Señor por ese camino desantidad. Fue su testigo a través de su palabravaliente, su servicio desinteresado a los pobres,como diácono, su constancia durante el procesoy, sobre todo, por su muerte heroica. Su figura seagranda y se ilumina a la luz de su Señor yMaestro. Sólo el Señor Jesús da la ayuda y elconsuelo necesario a las almas para ser fieleshasta la muerte.

De esto podemos sacar una preciosa lecciónpara todos nosotros: al mirar a San Esteban en laperspectiva de la Navidad, debemos recoger suejemplo y su enseñanza, que claramente nosconducen hacia Cristo. Porque el Niño nacido enla gruta de Belén, se encamina ya hacia el monteCalvario donde entregará la vida como su discí-pulo Esteban.

Hermanos, juntos al Hijo de Dios nacido enNavidad, hemos sido convertidos en hijos deDios y llamados a vivir como hijos de Dios. Y sisomos fieles a este camino, también, todos noso-tros seremos coronados algún día allá arriba,como fue coronado el primero de los mártires,San Esteban. Que la Virgen María nos acompañesiempre en nuestro camino.


Oremos por las necesidades de la Iglesia y delmundo, confiando en que San Esteban, que

en su martirio vio el cieloabierto, lleve nuestras sú-plicas hasta la presenciade Dios.

¡Te glorificamos,Señor!

1. Por la Iglesia. Que, guia-da por la luz de la mirada deCristo y con la fuerza de lacaridad, avive la llama de lafe en toda la tierra. Rogue-mos al Señor.

2. Por quienes han sidopuestos al frente del pueblode Dios como servidores.Que el Espíritu Santo pon-ga en toda ocasión en sus

labios las palabras adecuadas para anunciar aCristo Redentor. Roguemos al Señor.

3. Por nuestro pueblo y los pueblos de toda latierra. Que en todos haya paz, y en todos sepueda predicar con libertad el mensaje delEvangelio. Roguemos al Señor.

4. Por nosotros. Que nuestra vida responda deverdad a nuestro nombre de cristianos, y quenuestras obras alaben a Aquél que nos hacedignos de llevarlo. Roguemos al Señor.

Oh Dios, escucha la oración de tu Iglesia queen el mártir San Esteban te hizo ofrenda delas primicias de la fe. Y, por su interce-sión, concede a tu pueblo tu constanteprotección. Por Jesucristo, nuestro Se-ñor. Amén.

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LA SAGRADA FAMILIA

· Lectura del libro del Eclesiástico 3, 3-7 14-17

· Del salmo 127

· De la carta del apóstol San Pablo a loscolosenses 3, 12-21

· Evangelio Según san Lucas 2, 41-52

MONICIÓN DE ENTRADA:MONICIÓN DE ENTRADA:MONICIÓN DE ENTRADA:MONICIÓN DE ENTRADA:MONICIÓN DE ENTRADA:

Durante este tiempo precioso de Navidad, laIglesia nos invita a fijarnos en la familia, primeraescuela del amor y unidad.

El día de hoy celebramos lafiesta de la Sagrada Familia: Je-sús, María y José, en ellos tene-mos un vivo modelo de respeto,amor, ternura, fe en Dios, uni-dad, compresión mutua y trabajosencillo.

Recordemos también a losmigrantes de nuestras familias, ytratemos de aceptar a las perso-nas que vienen de otros lugarescomo parte de nuestra gran fami-lia social.


La honra y el respeto hacia lospadres son fuente de bendicio-nes: el perdón de los pecados, acumulación detesoros, descendencia numerosa, ser escuchadospor el Señor y tener larga vida.

En la segunda lectura el pensamiento de SanPablo sobre la familia está marcado por la ense-ñanza de Jesús sobre el grupo de los discípulosque le siguen y comparten la misma fe, la «nuevafamilia», escuchemos con atención.


El evangelio de Lucas nos presenta una situa-ción de conflicto en la familia de Nazaret, Jesús sincomentar nada, ni a José ni a María, toma ladecisión de quedarse en el Templo de Jerusalén. Lajustificación que da Jesús es la misión o la voca-ción: ¿No sabían que yo debo ocuparme de losasuntos de mi Padre? Escuchemos con atención.


Vivir en familia es una necesidad básica parala persona humana. Las primeras experiencias dela vida marcan nuestra personalidad. Vivir en unclima de confianza y con una seguridad afectiva,despertar las relaciones interpersonales y apren-der a vivir con los demás las experiencias quepermiten desarrollarse con armonía.

La familia y la comunidad cristiana tienen laposibilidad de crear un clima de alegría en el que

es posible el diálogo y el perdón,la confianza mutua y la compren-sión, la tolerancia ante las dife-rencias y el servicio a los másdébiles de la familia.

Hoy la familia está amenazadaa la vez que se reconoce su nece-sidad fundamental. Es como laraíz desde la cual la persona po-drá permanecer en pie y desarro-llar sus ramas, es decir, abrirse aotras relaciones o dar frutos.

La sociedad actual nos ofrecemodelos a través de los medios decomunicación social; el sistemaeconómico nos invita al «sálvesequien pueda» que genera un indi-vidualismo y una manera falsa derealización personal. ¿Somos con-

sientes en nuestra familia de estas tormentas quenos rodean? ¿Tomamos el tiempo necesario paraanalizarlas y ver cómo nos afectan? ¿Buscamosjuntos los medios para superarlas?

Pero es posible hacer familia. En María y Josétenemos un ejemplo. Las situaciones que tuvie-ron que superar no fueron fáciles: el hijo fuera dela casa, un viaje obligado por las circunstanciaspolíticas, tuvieron que emigrar a otro país ybuscar allí un alojamiento, trabajo, amistadesnuevas.

Necesitamos todos tener la posibilidad de unafamilia integrada. El mismo Jesús tuvo necesidadde ella para desarrollarse como persona.

La familia cristiana es un proyecto de amor;puede ser un grupo de personas que comparten su

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vida, sus bienes, sus esperanzas ante la vida. Estállamada a ser la primera comunidad en la queaprendamos las actitudes esenciales de la caridady del servicio.

¿Qué puedo hacer para que el amor crezca enmi familia? ¿Cómo estamos educando a nuestroshijos en la bondad, el perdón y la solidaridad?


Que el Espíritu de Dios, Padre de todos loshombres, nos de su gracia, en este día de laFamilia, para que aprendamos a hacernosen la relación amorosa con los demás:

¡Que vivamos en familia Señor!1. Por la Iglesia, para que ayude a la humanidad

a crecer en el amor de Dios y entre ellosmismos. Roguemos al Señor.

2. Por nuestras familias: para que asuman gozosay testimonialmente los deberes y derechos deesa vocación y carisma dentro del «santuariodoméstico de la Iglesia» que es la familiacristiana. Roguemos al Señor.

3. Por los que viven en familias separadas oenfrentan situaciones de conflicto: para queexperimenten sanación y reconciliación. Ro-guemos al Señor.

4. Por todas y cada una de las familias de nuestraparroquia para que vivan en paz y progresen enel amor y den a los demás testimonio decaridad cristiana. Roguemos al Señor.

5. Por los jóvenes de nuestras comunidades parasurjan las vocaciones que necesitan la Iglesiay el mundo de hoy. Roguemos al Señor.

6. Por los difuntos, especialmente los de nuestrasfamilias: para que pronto gocen en la presenciadel Padre. Roguemos al Señor.

7. Por nosotros, para que, como Jesús, sepamosvalorar y agradecer todo aquello que nuestrospadres, hermanos y familiares han aportado ennuestras vidas. Roguemos al Señor.

Padre de misericordia: gracias por Jesús, porMaría y por José. Por ese hogar sagrado,bendice a nuestros hogares. Te lo pedimospor Jesucristo Nuestro Señor.

LOS SANTOS INOCENTES, MÁRTIRES

(28 de Diciembre)(28 de Diciembre)(28 de Diciembre)(28 de Diciembre)(28 de Diciembre)

De la primera carta del apóstol san Juan1,5 – 2,2

Del salmo 123

Evangelio según san Mateo 2, 13-18


Nos reunimos en torno al altar para celebrar enfamilia la fiesta de los Santos inocentes. En laliturgia de hoy aparece el tercer testimonio afavor de Cristo, el Dios humanado. Es el de losinocentes niños de Belén, sacrificados por ordende Herodes el Grande, que pasaron del regazo desus madres al abrazo de Dios y forman parte delcordero sin mancha que describe el Apocalipsis.


La primera lectura de hoy nos habla de lasalvación gratuita que hemos recibido por lamuerte de Jesucristo. Nosotros queremos vivirsegún el camino de Dios, queremos vivir en la luz,porque Dios es luz. Pero también sabemos que elpecado está en nosotros. Por ello, en la raíz denuestra fe está el convencimiento de Jesucristo,muerto y resucitado por nosotros y por todo elmundo, nos ha salvado sin ningún mérito nuestro.


Escuchemos ahora la narración del martirio delos inocentes, mártires sin saberlo, víctima de laviolencia de los hombres. Y por ello, los másamados del aquel otro mártir inocente de la vio-lencia, Jesucristo. Su sangre se unió a la sangresalvadora de la cruz.


Hoy celebramos la fiesta de los Santos inocen-tes, mártires. Metidos en las celebraciones deNavidad, no podemos ignorar el mensaje que laliturgia nos quiere transmitir para definir, todavíamás, la Buena Nueva del nacimiento de Jesús,con dos acentos bien claros. En primer lugar, lapredisposición de san José en el designio salvadorde Dios, aceptando su voluntad. Y, a la vez, el

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mal, la injusticia quefrecuentemente en-contramos en nuestravida, concretado eneste caso en la muer-te martirial de los ni-ños inocentes. Todoello nos pide una ac-titud y una respuesta personal y social.

San José nos ofrece un testimonio claro derespuesta decidida ante la llamada de Dios. En élnos sentimos identificados cuando hemos de to-mar decisiones en los momentos difíciles denuestra vida y desde nuestra fe: «Se levantó, tomóde noche al Niño y a su madre, y se retiró aEgipto» (Mt 2,14).

Nuestra fe en Dios implica nuestra vida. Haceque nos levantemos, es decir, nos hace estaratentos a las cosas que pasan a nuestro alrededor,porque frecuentemente es el lugar donde Dioshabla. Nos hace tomar al Niño con su madre, esdecir, Dios se nos hace cercano, compañero decamino, reforzando nuestra fe, esperanza y cari-dad. Y nos hace salir de noche hacia Egipto, esdecir, nos invita a no tener miedo ante nuestrapropia vida, que con frecuencia se llena de nochesdifíciles de iluminar.

Estos niños mártires, hoy, también tienen nom-bres concretos en niños, jóvenes, parejas, perso-nas mayores, emigrantes, enfermos... que pidenla respuesta de nuestra caridad. Así nos los diceJuan Pablo II: «En efecto, son muchas en nuestrotiempo las necesidades que interpelan a la sensi-bilidad cristiana. Es la hora de una nueva imagi-nación de la caridad, que se despliegue no sólo enla eficacia de las ayudas prestadas, sino tambiénen la capacidad de hacernos cercanos y solidarioscon el que sufre» .

Que la luz nueva,clara y fuerte de Dioshecho Niño llene nues-tras vidas y consolidenuestra fe, nuestra es-peranza y nuestra cari-dad.


Invoquemos la ayuda del Señor, que en su HijoJesucristo nos ha iluminado con la luz de sumirada.

¡Te glorificamos por siempre Señor!1. Para que la Iglesia, en medio de las dificultades

de su peregrinar en este mundo, experimentela constante protección de Dios. Roguemos alSeñor.

2. Para que quienes gobiernan los pueblos reali-cen la tarea que tienen encomendada, de ma-nera que el mundo avance por los caminos dela voluntad de Dios. Roguemos al Señor.

3. Para que todos los niños que, en cualquier lugardel mundo, sufren por las guerras, el hambre olas injusticias, sean liberados de su dolor.Roguemos al Señor.

4. Para que todos nosotros caminemos siempre ala luz de la fe que profesamos. Roguemos alSeñor.

Escucha, Señor, la oración de tu Iglesia, quese alegra del triunfo, en el martirio, de lossantos niños de Belén; a nosotros, queinvocamos tu nombre, haznos experimen-tar el don de tu misericordia, para que, apesar de nuestra fragilidad humana, nosmantengamos firmes y confiados en lamisericordia divina. Por Jesucristo, nues-tro Señor.

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SOLEMNIDAD DE MARÍA SANTÍSIMAMADRE DE DIOS

· Del libro de los números 6, 22-27

· Del salmo 66

· Del la carta del apóstol san Pablo a losGálatas 4, 4-7

· Evangelio Según san Lucas 2, 16-21


María nos ha dado, en eltiempo, la posibilidad de con-templar el rostro de Dios, nues-tro salvador y nuestra paz. Ellamisma con su actitudcontemplativa, es el modelode una Iglesia que, en cadatiempo (principio del año) pro-clama al mundo la presenciade Cristo, única verdadera pazpara todos los hombres.


En el libro de los númerosescucharemos la formula debendición que pronunciaba elsacerdote sobre el pueblo re-unido y que imploraba de Diospara el pueblo una actitud be-nevolente y bienhechora,iluminadora y plenificadora.En la segunda lectura Pablo nos dice que Diosquiso desde siempre su plan salvador para loshombres, pero lo realizará históricamente en unmomento determinado «enviando a su Hijo, Cris-to nacido de una mujer, nacido bajo la ley


En el Evangelio nos narra la presencia de lospastores que encarnan a los que se fían de losmensajeros de Dios. Acuden corriendo. Ven alniño y cuentan a María y José lo que les habíandicho acerca de él. Su actitud es obediente, sucorazón receptivo, sus oídos han sabido escuchary por eso sus ojos han podido ver. Tomemos lasmismas actitudes de los pastores ante la escuchade la Palabra.


¡Feliz año Nuevo!Hoy es uno de los días en que saludamos a todo

el mundo deseándole lo mejor. Solemos añadir:«que sea mejor que el pasado» son palabras quesuscitan en nosotros buenos deseos y esperanzas.También nos surgen preguntas: ¿Qué es lo que lavida me va a traer durante 365 días? Hoy tambiénes momento de dejar lo viejo e iniciar una nuevaetapa, tiempo de renovarse, de volver a empezar

e intentar aquello que no sa-lió bien en otras ocasiones.¿Qué nos deseamos al decir«feliz año nuevo»? ¿Por quénos cuesta tanto renovarnosy cambiar? ¿Qué vamos ha-cer durante este año para vi-vir y comunicar a otros laexperiencia del amor Dios?¿Qué vamos hacer para for-talecer el encuentro con Je-sús que es vida plena paranosotros?

Esta noche seguramentehabremos tenido ocasión paradesearnos buenos deseos ybendecirnos para el año y através de todos los signos ex-presamos el anhelo de la feli-cidad. La primera lectura de

hoy nos invita a pedir también a Dios la bendiciónpara nuestro mundo, para nuestras familias, paranuestra comunidad cristiana que se encuentra enel año de la misión-testimonio. Necesitamos co-menzar un período confiando totalmente en labenevolencia de Dios: <Y yo los bendeciré>.

La formula israelita de bendición se concentraen la Paz, Shalom, con todo lo que encierra. Eneste año recién transcurrido hemos lanzado infi-nitos clamores en pro de la paz (¡No a la guerra,sí a la paz!) pero también muchas decepciones ymuchas incoherencias propias y ajenas. Hemossentido que la paz es un bien demasiado delicadopara dejarlo sólo en manos de los gobernantes.Hemos caído en la cuenta de que nos implica atodos, a nuestro modo de vivir y de relacionarnos,

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a nuestra capacidad de acoger y dialogar, a nues-tro modo para sostener las tensiones reales. Novale solo el grito del no a la guerra. La paz no essimplemente un marco mínimo para la vida y eldesarrollo sino, además, un término de llegada,un modo, aún inédito para la humanidad, de viviren plenitud desde la relación con los demás.

La Iglesia ha vinculado a esta fecha del primerdía del año la Jornada Mundial de Oración por laPaz. Porque la paz es un don recibido. Es buenaocasión para poner ante el Señor nuestro clamorcolectivo y para dejar que la paz revierta a noso-tros, ilumine los fondos oscuros de nuestras vio-lencias cotidianas y estructurales y revitalice nues-tro compromiso en pro de la paz como obra de lajusticia.

La bendición de Dios se hace don y realidadsuprema en un niño, apenas de vida incipiente, serhumano débil y pobre, sometido a tantocondicionamiento social y religioso. Las espe-ranzas de Israel, los sueños del mundo entero, laspromesas divinas, pasan por la fragilidad de lacondición humana y por la marginación del pese-bre.

El Evangelio nos subraya hoy de nuevo laextrañeza que causa esta Buena Noticia en losprimeros que la reciben y acogen (también genteinsignificante): el asombro de los pastores, laadmiración de sus oyentes, las vueltas que dabaMaría en su corazón.

Pero a los ocho días de nacer, como corrobo-rando la precisión con que Dios va llevando acabo su proyecto, aquel niño recibe puntualmenteel Nombre que le acredita como <salvación deDios>. Se ha cumplido el tiempo de la benevolen-cia divina y Dios ha enviado a su Hijo, nacido deuna mujer, para que todos pudiéramos volvernoshijos e hijas. En ese niño pequeño y callado, nosha dicho su Palabra afirmativa para siempre.

Considerando las grandes expectativas y losgraves problemas que afronta nuestro mundo eneste nuevo año no puede entrar el desaliento.Solemnizar en este día inicial a Santa María,madre de Dios, nos lleva a reconocer la salvaciónque Dios sigue engendrando para nuestro mundo

a través de tantas personas insignificantes para elmundo, como Ella, nos hace resolver en nuestrocorazón sus extraños caminos de bendición, nosimpulsa a poner hoy también, un año más nues-tras pobres y sin embargo decisivas posibilidadesal servicio de la paz.


Cada uno sabe qué esperanzas y temoresabriga su corazón. Juntos presentamos alSeñor a través de María nuestras necesida-des comunes, pidiendo:

¡En María, tu Madre,bendícenos Señor!

1. Nuestra Iglesia está llamada hoy a engendrarde nuevo la salvación de Cristo para nuestraépoca. Oremos para que nuestra Madre laVirgen María, nos enseñe a hacerlo desde lapequeñez, el asombro y la fidelidad. Oremos.

2. Por una auténtica paz en el mundo, en nuestropaís, en nuestras comunidades y familias. Ore-mos.

3. Para que los gobiernos busquen siempre seria-mente sistemas adecuados para resolver sinviolencia los conflictos. Oremos

4. Dios sigue haciendo caminos sorprendentes desalvación a través de muchas personas anóni-mas en su sencillez; para que se sientan siem-pre sostenidas por su fuerza. Oremos

5. Por aquellos que no pueden celebrar el añonuevo con alegría por la soledad, la enferme-dad o pobreza severa, para que encuentren elconsuelo y la fortaleza. Oremos

6. Por la nuestra comunidad parroquial aquí con-gregada para que sea testigo de la paz en lafamilia, el trabajo, el barrio y la ciudad. Ore-mos.

Dios Padre que nos invitas a vivir comohijos tuyos y nos das a María comomodelo de fidelidad, concédenos vivirbendiciendo tú Nombre y el de nuestroshermanos. Te lo pedimos con Jesucristo,tu Hijo, que vive contigo por los siglos delos siglos. Amén.

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EPIFANÍA DEL SEÑOR

· Del libro del profeta Isaías 60, 1-6

· Salmo 71

· De la carta del apóstol san Pablo a losefesios 3, 2-3. 5-6

· Evangelio según san Mateo 2, 1-12


Hoy celebramos la gran fiesta de los sabios deoriente. En ella se conmemora la manifestaciónde Jesús a los gentiles. Es la fiesta de la luz quenos ilumina y es día deregalos porque hemos re-cibido el don más precio-so: Jesucristo mismo.

MONICIÓNMONICIÓNMONICIÓNMONICIÓNMONICIÓNA LAS LECTURASA LAS LECTURASA LAS LECTURASA LAS LECTURASA LAS LECTURAS

En la primera lectura,el profeta Isaías proclamacon gran exaltación laBuena Nueva a las gentesque andaban en la oscuri-dad. Una luz brilla; la glo-ria de Dios aparece. Cris-to es esa estrella radiantede la mañana que nos guíaen la vida y que vino almundo para que llegue-mos a Él.

Y San Pablo, en su carta a los efesios, nos hablade la gracia que Dios nos ha dado. Por nuestrobautismo somos coherederos y copartícipes de lapromesa de Dios. Nosotros sentimos alegría yaque en Cristo somos un pueblo de Reyes, pueblosacerdotal, una asamblea santa. Escuchemos laslecturas con atención.


Este relato de los sabios de Oriente es muyconocido por todos nosotros. Ellos buscaban conplena sinceridad a Cristo para ofrecerle sus rique-zas, su fe, amor, y ofrecerse ellos mismos. Esta-mos invitados a encontrar a Cristo especialmenteen el Evangelio y en la Eucaristía. Escuchemos,con mucha atención.


Epifanía es revelación de Dios, los ojosextasiados ante la sorpresa de la manifestación deDios en forma tan sencilla. ¿Tenemos nosotrosojos capaces de admiración, ojos de fe para miraral mundo y descubrir a Dios en Él?

Hay un contraste entre el evangelio y la prime-ra lectura: la desproporción entre la luz que ilumi-na a unos pastores de un pequeño pueblo y la luzresplandeciente capaz de iluminar a toda la hu-manidad. Pablo nos da la clave de ese contraste,

entre aquella pequeña luz y estagran luz se sitúa el tiempo inter-medio de la misión de la Iglesiaque ha de anunciar y comunicarla fe en Jesús, el Salvador delmundo.

Los sabios de oriente, sonsímbolo de quien vive abierto,busca, y cuando encuentra sedeja iluminar por la revelaciónde Dios.

Los magos dejan que la luzde Jesús ilumine sus vidas.Cuando esto ocurre, la expe-riencia es tan fuerte que se pro-duce el reconocimiento y la en-trega de uno mismo. En estaentrega fascinada consiste laadoración, simbolizada en los

dones que ofrecen los sabios de oriente.El gran regalo de Dios es la gratuidad con la

que se revela a todos los hombres y a todo hom-bre. Acogiendo el don de su manifestación apren-damos a ser nosotros mismos don. Recibimosgratuitamente la luz para transmitirla con la mis-ma gratuidad. ¿Es así de luminoso y gratuitonuestro testimonio de cristianos en el mundo?

La luz que se da en la manifestación de Cristoilumina al mundo entero. Dios quiere la salvaciónde todos los hombres.

La Epifanía del nuevo siglo pide la circulaciónuniversal de los bienes, que los bienes de lacreación y del progreso humano lleguen a todoslos hombres. Que hagamos el don a los demás de

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colaborar con la circulación de los bienes enun marco universal, llegando hasta el últimorincón de la pobreza.

Colaborar con ello no requiere más quevivir la actitud de compartir, de compartir loque se tiene y lo que cada uno es. No es donaquél que no lleva en sí algo de nosotrosmismos.


Venerando con alegría a Jesucristo, nues-tro Salvador, que en este día manifestó laplenitud del designio amoroso de Diossobre los hombres, supliquémosle di-ciendo:

¡Salva, Señor, la vida delos pobres!

1. Señor, que riges a los pue-blos con justicia, conce-de a todos los hombrespaz abundante y encien-de en nosotros el deseode tu Reino de justicia.Oremos

2. Señor, luz de las nacio-nes, concédenos a todosel espíritu de adoración yde servicio. Oremos

3. Cristo que te manifestas-te a todos los hombres,ilumínanos con la luz detu Espíritu y renueva la fede cuantos creemos en ti.Oremos

4. Señor, que como humanote das, enséñanos a darnos, a compartir loque somos y tenemos y a colaborar paraque los bienes de la tierra y del progresohumano lleguen todos los hombres. Ore-mos

Escucha, Señor la plegaria de tus hijos ydanos tu Espíritu de gratuidad para quesepamos compartir lo que somos y tene-mos con los más necesitados. OremosOremosOremosOremosOremos

BAUTISMO DEL SEÑOR

· Del libro del profeta Isaías 42, 1-4. 6-7

· Del salmo 28

· Del libro de los Hechos de los Apóstoles 10,34-38

· Evangelio según san Lucas 3,15-16. 21-22


Hermanos con la fiesta del bautismo del SeñorJesús se culmina el ciclo de Navidad recordemos quela Natividad Cristo se manifiesta en el ámbito humil-de de Belén. En la Epifanía es la manifestación a losgentiles. El Bautismo de Jesús que hoy recordamoses la manifestación de la unción de Cristo, la mani-festación absoluta de la divinidad de Cristo en la

Trinidad.


Jesús es clara referencia alos textos del libro de la con-solación de Isaías, es procla-mado como el Elegido, comoel Siervo amado, como elHijo. El libro de los hechosnos presenta a Pedro procla-mando claramente que Diosno hace distinción de perso-nas y que la Buena Noticia espara todos aquellos que laescuchan y la siguen.


El bautismo de Jesús es unhecho absoluto y divino, quetiene justificación por sí mis-mo y que instaura la presen-

cia divina de Jesús en medio de los hombres. Hoycontemplamos el Bautismo como la gran Teofanía(manifestación) de la Trinidad.


Jesús inicia su misión de forma humilde, a pesarde la grandiosidad de la escena. La predicación deJuan el Bautista caló en su corazón, hambriento dejusticia y renovación. Las sendas que Juan queríaenderezar y las colinas que quería igualar eran deseo

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que Jesús llevaba dentro. Por tanto el movimientoemprendido por Juan lo empujó, como a otrostantos, a ponerse en camino buscando a Dios,desde la austeridad y el servicio. Porque losencargados hasta entonces de servir al pueblo sehabían servido de él, trastocando el proyecto deDios y convirtiendo a Israel en un pueblo oprimi-do. Jesús se sintió invitado a estar del lado de losmarginados, de los pobres, de los pecadores, sinformar parte de las castas sacerdotales y religio-sas.

Jesús eligió al pueblo, el mundo cotidiano desu gente como lugar de encuentro con Dios, poreso lo contemplamos a lo largo del Evangeliorodeado de gente, enviando a sus discípulos aproclamar la buena noticia a ciudades y pueblos.La figura del siervo con la que se identifica Jesússubraya esta presencia pública (luz de las nacio-nes, señal visible para todos). También la misióny el modo de siervo le dieron a Jesús la pauta deactuación pública distintas a la de Juan. Pues enJesús el clamor por la justicia siempre fue unidoal ejercicio de la misericordia.

Jesús también fue critico con las autoridades,quedo seducido, por un Dios al que invocó comoPadre. Y fue en el Bautismo donde recibió esapaternidad y el encargo de entregársela a la huma-nidad.

Los discípulos de Jesús están invitados a unamisión semejante, en cualquier tiempo y circuns-tancia, entrando en la ciudad, pueblos y poniendoen juego la propia debilidad, como el siervo. Hoyestamos invitados a renovar y revisar los compro-

misos bautismales sobre todo si de él no brotanlos deseos de comunicar a la humanidad enteraque Dios es Padre.


En la festividad del Bautismo de Jesús pidamosa Dios que nos haga libres con la libertad desu Espíritu liberador, y digámosle:

Danos tu Espíritu Señor1. Para que con Jesucristo, tu Enviado, todos nos

sintamos enviados y mensajeros de salvación.Oremos.

2. Para que igual que Jesús, nos abramos alproyecto de Dios Padre y a su deseo de quetodos tengan vida en abundancia. Oremos.

3. Por los gobernantes y políticos, para que en-tiendan que su misión pública es el servicio atodos, con una atención especial a los pobres.Oremos.

4. Para que en el Espíritu Santo, alma de la Iglesia,todos nos sepamos y nos sintamos Iglesia,hijos del gran pueblo de Dios, con una llamadacomún a la perfección en la caridad. Oremos.

5. Para que pasemos por la tierra haciendo el bien,como Jesús, nuestra cabeza y nuestro herma-no. Oremos.

Danos tu gracia, Señor, para en esta fiesta delEspíritu, aprendamos a revalorizar nuestroBautismo y lo veamos como nuestro verda-dero nacimiento. Te lo pedimos por Jesu-cristo nuestro Señor.

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Donde la Adoración Nocturna no hace suVigilia abierta para todo el pueblo, convieneconvocar esta vigilia a las 9 o las 10 de la nochedel día 31, de modo que termine con Misa deGallo, y después puedan ir a celebrar la fiestapopular de fin de año (o incluso, si hay ambiente,organizar esta fiesta popular en la parroquia).

La vigilia la que puede presidir un sacerdote odiácono, o también celebrarse con la guía de unreligioso, seminaristau otro laico.

No indicamosaquí cuando hay queestar de pie o senta-dos; en cada lugar severá lo más conve-niente, y se indicaráen su momento (du-rante los silencios ylas lecturas, será me-jor estar sentados).

1. MONICIÓN1. MONICIÓN1. MONICIÓN1. MONICIÓN1. MONICIÓNDEL COMIENZODEL COMIENZODEL COMIENZODEL COMIENZODEL COMIENZO

Hermanos, noshemos reunido en esta noche, dentro de las Fies-tas de Navidad, para despedir un año que se acabay recibir al nuevo que llega. Vamos a agradecerlea Dios todo lo bueno que de Él hemos recibido,para pedirle perdón por todos nuestros fallos ypara afianzarnos en nuestra fe y esperanza en Él.

Dispongámonos, con el corazón lleno de espe-ranza, a acoger el nuevo año, que llega lleno deposibilidades, de planes de cambiar y mejorar, debuenos deseos que, ojalá, podamos ver hechosrealidad.

2. CANTO DE ENTRADA:2. CANTO DE ENTRADA:2. CANTO DE ENTRADA:2. CANTO DE ENTRADA:2. CANTO DE ENTRADA:

Juntos cantando la alegría; o bien: Cantando laalegría de vivir, vamos a la casa del Señor…

3. SALUDO DEL GUÍA.3. SALUDO DEL GUÍA.3. SALUDO DEL GUÍA.3. SALUDO DEL GUÍA.3. SALUDO DEL GUÍA.

En el nombre del Padre y del Hijo y del EspírituSanto.

Hermanos. Bienvenidos a esta Vigilia de finde año. A lo largo del año que está terminandohemos vivido muchos y significativos aconteci-mientos, tanto a nivel social, nacional y mundial,como en nuestras propias vidas. Unos nos hanllenado de gozo, nos han hecho sonreír y reír;

otros, en cambio,nos han hecho su-frir y llorar. Todosellos son ya partede nuestra vida, for-mando para siem-pre el acopio denuestros recuerdos,de nuestra historia,de nosotros mis-mos. Hoy venimosa ofrecerlo al Se-ñor.

4. ORACIÓN:4. ORACIÓN:4. ORACIÓN:4. ORACIÓN:4. ORACIÓN:

Padre, en estanoche del último día del año estamos aquí, anteTi. Queremos compartir un rato de paz, un en-cuentro de familia contigo. Somos tus hijos, y nosda felicidad tenerte a ti como Padre. Te queremosagradecer este año que hoy termina, con todo loque hemos vivido, lo alegre y lo triste, porque entodo podemos experimentar la llamada de tuamor. Y te queremos agradecer también todo loque tenemos ante nosotros, nuestro futuro en estemundo y nuestro futuro en el Reino que tú nosprometes. Padre, al terminar este año de 2009 ydisponiéndonos a empezar un nuevo año, te pedi-mos que estés siempre con nosotros y con todosnuestros familiares y amigos. Muy especialmen-te, que muestres tu rostro lleno de ternura a todos

Vigiliade Fin de Año

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los que sufren por la guerra o por el hambre, porla falta de justicia o de libertad; y a todos aquellosque viven hundidos en el dolor o en el mal.Libéralos, Padre, y haznos a nosotros colabora-dores de esta liberación. Te lo pedimos por Jesu-cristo, nuestro hermano, tu Hijo, que vive y reinacontigo por los siglos. Amén.

5. BALANCE DEL AÑO QUE TERMINA:5. BALANCE DEL AÑO QUE TERMINA:5. BALANCE DEL AÑO QUE TERMINA:5. BALANCE DEL AÑO QUE TERMINA:5. BALANCE DEL AÑO QUE TERMINA:

Estamos terminando este año 2009 .Un añoque ha marcado, como todos los años, tanto lavida social como la vida de cada uno de nosotros.Un año en el que hemos podido descubrir luces yoscuridades, alegrías y tristezas. Cada uno denosotros hemos caminado por el camino de nues-tra vida, hemos trabajado y hemos descansado,hemos sido felices y hemos sufrido, nos hemosesforzado en el seguimiento de Jesucristo y he-mos caído también en la desidia y en la infideli-dad. Y a nuestro alrededor, también, hemos vistocaminar a nuestros hermanos, a todos los hom-bres y mujeres: desde los más cercanos, los denuestra familia, nuestros amigos, hasta los máslejanos. Todos ellos, forman parte de nuestravida. Y hoy, al terminar el año, es bueno recordar-los. Los simbolizamos en estas doce velas apaga-das y gastadas que traen en procesión a colocarfrente al altar.

Entra la procesión cantando:TODO LO QUE TENGO

TE LO VENGO YO A ENTREGAR;

o bien:EN TUS MANOS DIVINAS DE PADRE

De todos los acontecimientos hemos podidoaprender, todos han sido para nosotros, de unmodo u otro, estímulos para nuestra vida. Recor-demos, de todos ellos, las pequeñas y grandesfelicidades vividas, y también las tristezas y do-lores. Y de un modo especial, porque de ningunamanera podríamos olvidarlos, recordemos losrostros de dolor de nuestros hermanos que sufrenpor la guerra, por el hambre, por todas las cruel-dades que los hombres sembramos o permitimosen este mundo.

Silencio prolongado

Canto:

Vengo ante Ti, mi Señor…

6. RITO DEL FUEGO6. RITO DEL FUEGO6. RITO DEL FUEGO6. RITO DEL FUEGO6. RITO DEL FUEGO

Se apagan las luces, se pone una música suave y se enciende elfuego

El fuego está en el origen del despertar de laconciencia humana. Hoy vamos a encender estefuego con la llama de la paz de Belén. Esta llamaque perdura junto al lugar donde nació Cristo,nos recuerda los mejores sentimientos del serhumano. Aquellos que pueden iluminar todosnuestros días del año. ¡Que la luz de Cristoencarnado, muerto y resucitado disipe las tinie-blas y temores personales, comunitarios y denuestro mundo!

Invocaciones

Jesús es nuestro Salvador, agradécelo.

Jesús es buena noticia, escúchala y predícala.

Jesús es luz, enciéndela e irrádiala.

Jesús es cruz, compártela.

Jesús es Pascua, celébrala.

Jesús es libertad, defiéndela.

Jesús es pobre, despójate.

Jesús es amigo, ámalo.

Jesús es pan, cómelo y compártelo y hazte pan.

Jesús es Emmanuel, ábrele tu corazón.

7. PETICIÓN DE PERDÓN7. PETICIÓN DE PERDÓN7. PETICIÓN DE PERDÓN7. PETICIÓN DE PERDÓN7. PETICIÓN DE PERDÓN

Ahora, en silencio, oremos y pidamos perdónpor todo lo que nosotros hemos contribuido, a lolargo de este año, por acción o por omisión, ahacer más dolorosa la vida de los demás. Al calorde este fuego pedimos perdón y quemamos todasaquellas actitudes, opciones y estilos de vida quehan provocado nuestra separación de Dios y delos hermanos. Despidamos el año viejo y reciba-mos el nuevo reconciliados y en paz con Dios ycon los hermanos. Oremos juntos, reconociendonuestro pecado y pidiendo perdón.

Se dice el «Yo confieso» o se canta un canto de perdón

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8. VIGILIA8. VIGILIA8. VIGILIA8. VIGILIA8. VIGILIA

Antífona:

El Señor te bendiga y te guarde, el Señor temuestre su rostro y tenga piedad de ti, vuelva a tisu rostro y te conceda la paz. El Señor te bendiga.Aleluya.Salmo 66

Ten piedad, Señor, y bendícenos,no dejes de mirarnos con cariño,que veamos tu rostro resplandecer por el brillodel amor.

Bendícenos. Si Tú bendices,nuestros días estarán llenos.

Si Tú riegas nuestra tierra con el agua del cielo,con el agua de tu Espíritu y de tu pecho,nuestra vida florecerá en primavera perenne.

Ten piedad, Padre,no te fijes en nuestras miserias,olvida nuestros vacíos e ingratitudes,no te canses de nuestras mediocridades;

ten paciencia, un año más, con nuestrasinfecundidades,higueras sin fruto, un año y otro…

Pero todo puede cambiar, Padre,con el riego y el abono del Espíritu.

Nos regalas un año nuevo,abierto a posibilidades sorprendentes.

Pones en nuestras manos un talento, cada día,y esperas, esperas, y confías… Gracias, Padre.

Y ahora yo te digo: quédate, así conmigo,porque el día tendrá más horas,y la semana más días.

Quédate, así, conmigo,para que no venga la noche fría.Quédate siempre conmigo,mi sol, mi pan, mi perfume, mi dulce amigo.

Gloria al Padre…

Salmo 84

Se recita a dos coros, habiendo repartido previamente el texto atodos: el salmo se encuentra en los laudes del martes de latercera semana

Salmo 89

Se hace responsorial

R. Señor, Tú has sido nuestro refugiode generación en generación.

Al final, algunos resaltan algunas frases del salmo, que sirvanpara meditarlo:

- Antes que naciesen los montes…- Desde siempre y por siempre Tú eres Dios…- Mil años en tu presencia son un ayer quepasó…- Enséñanos a calcular nuestros años, para queadquiramos un corazón sensato.- Danos alegría por los días en que nos afligis-te…- Baje a nosotros la bondad del Señor y hagaprósperas las obras de nuestras manos.

9. TIEMPO DE SILENCIO9. TIEMPO DE SILENCIO9. TIEMPO DE SILENCIO9. TIEMPO DE SILENCIO9. TIEMPO DE SILENCIO

Vamos a hacer ahora un tiempo de silencio.Será un tiempo de oración personal en el quepodemos repasar dentro de nosotros este año queestamos acabando, y poner ante Dios el caminoque hemos recorrido, las personas con las quehemos compartido la vida, los acontecimientosque nos han marcado, y dar gracias por todo ello.Y, al mismo tiempo, pedir su bondad y su amorpara el nuevo año, para nosotros, y para toda lagente que conocemos, y para todos los que sufren.Pueden estar en la postura que mejor les ayude,incluso levantarse, ir a algún lugar del templo, ocaminar sin molestar.

Silencio, a ser posible con música de fondo.

10. ORACIÓN10. ORACIÓN10. ORACIÓN10. ORACIÓN10. ORACIÓN

Señor, que nos has dado vivir un año más ennuestra vida y ahora nos concedes ver nacer unaño nuevo, haz que, cuantos confesamos que eltiempo, la historia y la vida son dones tuyos,sepamos aprovechar este nuevo año que pones ennuestras manos para trabajar por la paz, la justiciay la fraternidad, y que sepamos llenarlo de obras

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de amor a nuestros hermanos, para que así todosdescubran que Tú eres nuestro Padre bueno, nues-tra Madre buena y vivan felices confiando en Ti.Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

La gente se sienta

11. LITURGIA DE LA PALABRA11. LITURGIA DE LA PALABRA11. LITURGIA DE LA PALABRA11. LITURGIA DE LA PALABRA11. LITURGIA DE LA PALABRA

Primera Lectura:

Isaías 9,1-6.

El texto es la primera lectura de la misa de la noche de Navidad

Escuchemos ahora la palabra de los profetas.Es el anuncio de un niño que abrirá un caminonuevo en la vida de los hombres. Es el anuncio deJesús, el Mesías.Canto:

DANOS UN CORAZÓN NUEVO.

Segunda Lectura:Segunda Lectura:Segunda Lectura:Segunda Lectura:Segunda Lectura:

1 Juan 1,1 – 2,3.Escuchemos ahora el testimonio de Juan, el

apóstol que Jesús más quería: ahí, en nuestra vidade hombres y mujeres débiles, se hahecho presente alguien que nos hatransformado. Alguien que no es unsueño ni una idea, sino una personacomo nosotros. Alguien que nosllama a reconocer nuestra situaciónmarcada por el mal y el pecado,pero que al mismo tiempo nos em-puja a seguir en el camino de lafidelidad a su Evangelio.

O bien:

Rom 8, 18-27

Lectura del Magisterio:

Sugerencias:

- Gaudium et Spes, n. 39 (Oficio deLectura del domingo 21 per annum).

- Gaudium et Spes, nn. 82-83 (Oficio de Lecturadel lunes 31 per annum).

- Gaudium et Spes, nn. 88-89 (Oficio de Lecturadel martes 31 per annum).

- Encíclica Pacem in terris, nn. 157-166.

- Encíclica Rico en misericordia, n. 3.- Encíclica Centesimus annus, nn. 57-58.

12. PRECES.12. PRECES.12. PRECES.12. PRECES.12. PRECES.

En esta noche renovada por tu presencia,míranos Señor con tu amor y danos ver lahistoria con tus ojos, por eso respondemoscantando:

R. Ayúdanos, Señor, a vivir con amor.-. Por nuestros compañeros y amigos, por todos

aquellos con quienes compartimos nuestra vida,para que ayudemos a mejorar las condicionesde la sociedad, oremos al Señor.

-. Por los pobres, los que sufren, los abandonadosque hay entre nosotros o lejos de nosotros, paraque entre todos sepamos prestarles ayuda, ore-mos al Señor.

-. Por la renovación de nuestra parroquia y denuestra Iglesia diocesana y por toda la Iglesia,para que sea fiel al Evangelio, oremos alSeñor.

-. Por los que en cualquier lugar del mundo sufrenla guerra, la violencia y el hambre, para que lapaz y la justicia transformen nuestro mundo,oremos al Señor.

-. Te pedimos por todos los que se han bautizadoeste año en nuestra Parroquia, por aquellos quese acercaron por primera vez a la Eucaristía,

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los que aquí celebraron su boda, y por aquellosque hemos encomendado a la mano amorosade Dios pasando de esta vida a la Vida Eterna,oremos al Señor.

-. Te pedimos por nosotros: que seamos buenanoticia para los demás, que sepamos acoger alos hermanos con amor, que tengamos fuerzapara defender a los oprimidos, que llevemospaz a quienes no la tienen, que irradiemosalegría y esperanza, que hagamos el mundomás hermoso, que no pase ningún día del añosin hacer algún bien, que no dejemos de creery de esperar, oremos al Señor.

Pueden añadir otras intenciones:

– Por cada uno de nosotros, por nuestras familias,por nuestros amigos.

– Por nuestro crecimiento en la fe y en la fidelidadal Evangelio.

– Por nuestros compañeros de trabajo y de estu-dio, por todos aquellos con quienes comparti-mos nuestra vida.

– Por nuestra comunidad y por todos los que aquívivimos.

– Por los pobres, los tristes, los abandonados quehay entre nosotros.

– Por nuestra parroquia, por nuestra diócesis, porla Iglesia entera.

– Por todos los hombres y mujeres, por todos losancianos, los niños, los jóvenes; por todos lospueblos de la tierra.

– Por todos los que, en cualquier lugar del mundo,sufren la guerra o la violencia.

– Por todos los que, en cualquier lugar del mundo,sufren la tragedia del hambre.

– Para que la paz y el amor de Dios transformennuestro mundo.

13. OFRECIMIENTO DEL AÑO NUEVO13. OFRECIMIENTO DEL AÑO NUEVO13. OFRECIMIENTO DEL AÑO NUEVO13. OFRECIMIENTO DEL AÑO NUEVO13. OFRECIMIENTO DEL AÑO NUEVO

Encendemos doce velas en representación delos doce meses del año que va a iniciar, y lastraemos al altar, para ofrecerle al Señor el año2010, con todos sus acontecimientos, y las deci-siones que deberemos tomar para continuar connuestra Misión continental.

Bendiciones de Paz

Mientras se encienden las velas:

Que Dios te bendiga todos los días del año.

Que seas feliz todos los días del año, aunquesea de noche,

Que seas feliz todos los días del año, aunquehaga frío,

Que seas feliz todos los días del año, aunquellores,

Que seas feliz todos los días del año, aunque tesientas solo,

Que seas feliz todos los días del año, aunque tesientas pobre.

Y que seas feliz, olvidándote de ti.

Que seas feliz, sirviendo al hermano.

Padre nuestro

Como hijos de Dios, como hermanos de todoslos hombres, oremos como Jesucristo nos ense-ñó: Padre nuestro...

Signo de paz

Con los mejores deseos para el año que co-mienza, hermanos, démonos fraternalmente lapaz.

14. CÁNTICO DE MARÍA14. CÁNTICO DE MARÍA14. CÁNTICO DE MARÍA14. CÁNTICO DE MARÍA14. CÁNTICO DE MARÍA

Se canta alguna de las versiones conocidas, o se recita todos ala vez.

15. DESPEDIDA15. DESPEDIDA15. DESPEDIDA15. DESPEDIDA15. DESPEDIDA

Les deseamos a todos un feliz año nuevo, conun mayor entusiasmo por ser llamados a la vidacristiana, de discípulos y misioneros de Jesús.

Si preside un sacerdote o diácono da la bendición solemne deAño Nuevo, que se encuentra en la pág. 558 del Misal.

Canto final:HOY SEÑOR TE DAMOS GRACIAS

HOY, SEÑOR, TE DAMOS GRACIASPOR LA VIDA, LA TIERRA Y EL SOL.HOY, SEÑOR, QUEREMOS CANTAR

LAS GRANDEZAS DE TU AMOR.

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Con ocasión de las fiestas de Navidad y Añonuevo, muchos migrantes pueden volver a supueblo y reunirse con su familia. Y el últimodomingo de diciembre, que generalmente coinci-de con la Fiesta de la Sagrada Familia, nuestradiócesis celebra el Día del Migrante.

No es fácil organizar una Misión con migrantes.El ideal es visitarlos en su lugar, aunque debido asus horarios de trabajo y condiciones de vida,debe adaptarse el esquema de visitas domicilia-rias y encuentros de reflexión. Pero también sepuede aprovechar su visita a su tierra natal paraalgunas acciones con ellos.

Resumimos algunas ideas de Manuel GómezGranados, en su libro «Mirada a las migracionesen México. Un punto de vista desde la doctrinasocial cristiana» IMDOSOC (México 2003).

Organizar una Misión con migrantestiene tres objetivos:a) Sensibilizar: hacer vibrar a las per-

sonas ante los problemas del próji-mo; hacer tomar conciencia a todoel pueblo del fenómeno migratorioy lo que nos afecta.

b) Comprometer: acción compartidaentre migrantes, agentes de pastoraly familiares, para poner en manosde la humanidad, de los gobiernos, yde otras instituciones, la causa delos migrantes.

c) Mover a la solidaridad: un ejercicioético por el cual todos somos res-ponsables de todos.

Y estos tres objetivos se mueven en torno a trescontenidos:a) Abordar las causas básicas de la migración.b) Fomentar la cooperación y diálogo entre las

Iglesias que reciben migrantes y las Iglesiasque los envían, para maximizar los beneficiosde la migración.

c) Facilitar la reintegración de los migrantes en sulugar de origen y la integración en su comuni-dad donde viven sin perder su identidad ni susvalores.

EN EL CONTEXTO DE LA GLOBALIZACIÓNEN EL CONTEXTO DE LA GLOBALIZACIÓNEN EL CONTEXTO DE LA GLOBALIZACIÓNEN EL CONTEXTO DE LA GLOBALIZACIÓNEN EL CONTEXTO DE LA GLOBALIZACIÓN

Desde los tiempos más antiguos ha existidouna constante movilidad de personas, pacífica oviolenta. Todo pueblo y país es fruto de lasmigraciones históricas. Con cada grupo nuevo

Misión con Migrantes

«Es la hora de una nueva imaginación de la caridad,que no tanto promueva sólo la eficacia de las ayudas prestadas,sino la capacidad de hacerse cercanos y solidarios con quien sufre,para que el gesto de ayuda sea sentidono como limosna humillante sino como un compartir fraterno»

(NMI 50).

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que llega, la civilización existente se fecunda, serenueva y se consolida.

Pero nunca se había presentado el fenómenode las migraciones con la intensidad y compleji-dad de ahora, que se vuelve problemática, con-flictiva y sin control. Confluyen factores econó-micos, políticos, sociales, culturales y coyuntura-les. Tiene muchas causas, y una acción producemuchas veces efectos no esperados o no desea-dos.

Una de las causas es la globalización: predo-minio mundial del capitalismo, la información yla comunicación. Pero también la pobreza, laviolencia, la falta de empleo. Buscan nuevasoportunidades, los transportes y comunicacionesfacilitan, y muchos lo ven como la única opciónde progreso ante el subdesarrollo.

La migración trae muchos beneficios, sobretodo económicos. Pero pone de manifiesto que lahumanidad ha sido incapaz de crear un nuevoorden que supere la marginación y exclusión degrandes sectores de la población.

El desplazamiento frecuente y masivo quehace vivir fuera del lugar de origen no es unfenómeno unitario, sino diverso y múltiple. Hayagentes comerciales, técnicos, aeronavegantes,estudiantes, trabajadores, funcionarios de gobier-no, agentes de pastoral, inversionistas, emplea-dos de compañías internacionales, voluntarios.Lo hacen por libre elección, por razones deltrabajo, por situaciones difíciles en lo económico,político, social, cultural, ideológico o religioso.Legal o ilegalmente; como turistas, jubilados,expulsados, etc.

La globalización hace referencia a la aperturatotal de fronteras, mercados, finanzas, informa-ción, con lógica neoliberal, individualista, dondetodo es mercancía, con afán de lucro, competen-cia desenfrenada, a través de la comunicación ypublicidad. Facilita el intercambio de personas,ideas, creencias, mercancías y recursos financie-ros.

Nuestra tarea es globalizar la solidaridad y eldestino universal de los bienes, dando centralidada la persona humana y sus derechos, para un

nuevo orden internacional. A esto algunos lellaman «mundialización».

Porque cada pueblo tiene derecho a defendersu identidad, religión, localidad, regionalismo,derecho a trabajo y producción, sin ser absorbi-dos o ignorados por los grandes consorcios inter-nacionales, que tienen más poder que los estados.

Las migraciones, junto con el terrorismo, elnarcotráfico, la destrucción ecológica, las epide-mias y la contaminación, son problemas globalesque preocupan. Al crecimiento de la población, elagotamiento de energéticos, el deterioro urbano,la crisis económica mundial, se suman el enveje-cimiento de la población y la necesidad de manode obra para sacar adelante los trabajos.

El norte poderoso siente la invasión de suterritorio como una agresión que produce miedo:teme perder su nivel de vida, su seguridad, suenorme consumo, sus grandes servicios, sus pres-taciones sociales, sus costumbres, la pureza de suraza. Le han llamado «Síndrome deJohannesburgo». Y por eso se protegen y amura-llan ante la creciente amenaza.

MÉXICO Y ESTADOS UNIDOSMÉXICO Y ESTADOS UNIDOSMÉXICO Y ESTADOS UNIDOSMÉXICO Y ESTADOS UNIDOSMÉXICO Y ESTADOS UNIDOS

La frontera entre México y Estados unidos esuna realidad única. Es una clara división entre elPrimer y el Tercer Mundo. Son casi 3,200 kms.Por ella pasan diariamente unas 800 mil perso-nas: indocumentados, trabajadores, empleados,turistas, inversionistas, comerciantes, investiga-dores, compradores.

A ambos lados se ha ido construyendo unintercambio cultural e integración económica,entre encuentros y desencuentros, aceptación yrechazo, formando en esa región una nueva co-munidad que llaman «Mexamérica».

Somos dos países vecinos, pero muy distantesy distintos por muchas razones. Veamos algunas.

Estados Unidos fue fundado por migrantes queexcluyeron a los indígenas. México es fruto de undoloroso mestizaje.

Estados Unidos tiene origen en la Inglaterraliberal y protestante. México, en la España cató-lica y conservadora.

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En Estados Unidos existe una tradición derelaciones humanas más horizontales. En Méxi-co venimos de una historia de relaciones vertica-les, de tutelaje, de grados en las clases sociales,bajo el control de un caudillo o líder, sin partici-pación ciudadana.

En Estados unidos todo se organiza, planea yprograma, de acuer-do a una mentalidadtécnica y científica.En México se impro-visa, confiando másen la intuición y lacreatividad.

Existe en EstadosUnidos una larga tra-dición de libertad, delegalidad, de compe-tencia y de la calidad.En México la libertadaún provoca miedo,la legalidad no se con-solida, no hay tradi-ción de competenciay calidad.

En México son fundamentales la familia ex-tensa, la religiosidad popular, la alegría y lafiesta. En Estados Unidos estas realidades noexisten o son muy distintas.

En México ha habido desde la Colonia unaenorme y costosa burocracia. En Estados Unidosha sido más reducida y eficaz.

Estados Unidos, desde su conformación, fueindependiente, con tolerancia y pluralidad reli-giosa. En México, la fusión entre el Estado y laIglesia católica trajo cierta obediencia acrítica ysumisión infantil.

Los estadounidenses son más formales, direc-tos, racionales, fríos, huraños, y se asocian porintereses. Los mexicanos somos afectuosos, es-pontáneos, retóricos, emotivos, y nos agrupamospor simpatías.

La religión del estadounidense es más racionaly comporta compromisos. La del mexicano esmás providencialista y pasiva.

El estadounidense posee una cultura de luchaconstante, de competencia, de esfuerzo continua-do, de ahorro. El mexicano es más inconstante,derrochador, vive la vida, y acude a la familia y alos amigos para resolver las contingencias.

El Norte deriva de movimientos como laReforma inglesa, el liberalismo europeo, la cien-

cia moderna, elempirismo in-glés, la revolu-ción industrial.América latinaprocede del Re-nacimiento espa-ñol y laContrarreformaanti protestante.

El angloameri-cano posee unsentido épico dela existencia, quelucha sin descan-so para conquis-tar los obstáculos

internos. El hispanoamericano posee un sentidotrágico de la existencia, y se dedica a conquistarsea sí mismo.

El sur estadounidense era novohispano, y porvarios fenómenos pasó a ser parte de la UniónAmericana, con varias contradicciones dentro dela misma civilización.

MIGRANTES MEXICANOS EN ESTADOS UNIDOSMIGRANTES MEXICANOS EN ESTADOS UNIDOSMIGRANTES MEXICANOS EN ESTADOS UNIDOSMIGRANTES MEXICANOS EN ESTADOS UNIDOSMIGRANTES MEXICANOS EN ESTADOS UNIDOS

No existen datos completos de los migrantesmexicanos. Oficialmente Estados Unidos recibecada año entre 150 y 200 mil inmigrantes mexi-canos como residentes permanente. Al menos 3mil mexicanos graduados trabajan allá.

Anualmente se deportan más de 100 milindocumentados, y los detenidos superan los 100mil. Cada mes se detiene a 22 mil inmigrantes.

Pero es imposible calcular con precisión a losilegales, pues es una realidad cambiante, comple-ja, dinámica y clandestina.

No es un grupo homogéneo y estable, sino con

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características muy distintas en escolaridad, ha-bilidades, edades, origen, motivaciones.

No emigran los más pobres, pues se requierecubrir el costo del traslado, el pago del pollero, ygastos por mordidas, sobornos y propinas.

No sólo emigran los trabajadores de la cons-trucción, del campo o de servicios, sino tambiénprofesionales e inversionistas. Estados Unidostiene necesidad permanente de trabajadores ymano de obra.

Algunos van por una temporada y regresanperiódicamente. Unos, al irse de nuevo, se llevanconocidos y amigos, o a su familia. Otros ya novuelven al Norte. Otros se quedan allá.

Muchos ya son ciudadanos americanos. En losque emigran legalmente, el nivel cultural es máselevado.

Los ilegales o indocumentados suelen contarcon un nivel sociocultural muy bajo, ligado a lacultura de la pobreza, la desorganización, la faltade horizontes y de sentido de la vida. Cada vezemigran más mujeres y niños.

Las comunidades de tránsito y de llegada sonresponsables del respeto a sus derechos, hospita-lidad, solidaridad.

Pero las migraciones son consecuencias desituaciones, decisiones, estructuras, que favore-cen, conservan y reproducen inequidad, injusti-cia, desigualdad y empobrecimiento.

No hemos generado condiciones de justiciasocial y desarrollo integral. Al marginar y excluira grupos, prácticamente los estamos expulsando.

Ninguno de los dos países tiene actualmente lacapacidad institucional para llevar a cabo unareforma migratoria.

Las normas han ido cambiando de acuerdo aintereses políticos, criterios distintos y hasta con-tradictorios, presiones.

Después de los ataques terroristas del 11 deseptiembre de 2001, las migraciones ilegales yano son una mera falta administrativa, sino undelito. Así que las personas y organizaciones queayudan a los indocumentados son consideradoscómplices.

Existen demasiadas presiones en Estados Uni-dos para que controle mejor la frontera, pues losmexicanos supuestamente ocupan los puestos detrabajo que corresponden a los norteamericanos ysaturan los servicios sociales.

Por eso la Operación Guardián y el murodivisorio, con grandes costos, mucho personal deseguridad con patrullas, agentes, vehículos, equi-po tecnológico.

Eso eleva el precio que cobran los polleros,obliga a pasar por zonas más peligrosas como eldesierto o la montaña, impide ir y venir conmayor frecuencia, entre asaltos, robos,narcotráfico, tráfico de mujeres y niños, y prosti-tución.

Las campañas que tienen la intención de disua-dir la migración no han tenido éxito significativo.

ALGUNAS PROPUESTASALGUNAS PROPUESTASALGUNAS PROPUESTASALGUNAS PROPUESTASALGUNAS PROPUESTASPARA LA ACCIÓN DE LA IGLESIAPARA LA ACCIÓN DE LA IGLESIAPARA LA ACCIÓN DE LA IGLESIAPARA LA ACCIÓN DE LA IGLESIAPARA LA ACCIÓN DE LA IGLESIA

1. Crear, fortalecer y ampliar los espaciosinstitucionales que se dediquen de manera inte-gral y especializada a atender a los migrantes:escucharlos, orientarlos, brindarles acogida, aten-der a sus necesidades (alimento, vestido, hospe-daje, asesoría jurídica, gestoría, atención pasto-ral, catequesis, derechos humanos, alfabetiza-ción, capacitación laboral…). Dedicar más per-sonas y recursos a esta tarea, y convocar a nuevaspersonas, grupos e instituciones. Con mística deservicio y espíritu de caridad, como discípulos deCristo.

2. No basta atender las causas estructurales dela pobreza, sino también combatir sus causas: conmucha creatividad y desplegando una gran cam-paña de solidaridad, ampliar, promover y conse-guir apoyos para que los lugares de origen de losmigrantes no se conviertan en lugares de expul-sión permanente, promoviendo su desarrollo in-tegral. No sólo recursos económicos, sino trans-ferencia de profesionales voluntarios y de tecno-logías populares; inversión local y extranjerapara crear fuentes de trabajo en los lugares deexpulsión migratoria; construcción de escuelas,clínicas e infraestructura básica como agua pota-ble, energía eléctrica y caminos; impulso decidi-

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do a la creación de pequeñas empresas, coopera-tivas, créditos oportunos y accesibles, comerciojusto, promoción cultural y estructural del cam-po. Hermanar parroquias, intercambiar personalreligioso, crear asociaciones con locales ymigrantes para el desarrollo de una comunidad;becar agentes para un período de servicio, invitarclubes a intervenir en un programa concreto,promover ayudas en especie. Puede contribuirrecibir donativos deducibles de impuestos.

3. Difundir amplia y sistemáticamente, me-diante las nuevas tecnologías, la situación de losmigrantes en sus lugares de origen y el beneficiosocioeconómico ycultural que aportanen los lugares a don-de emigran. No sonuna plaga ni lo peor,sino la mayoría sonpersonas de muchainiciativa e ingenio,trabajadores hones-tos, auténticos due-ños y protagonistasde su historia quebuscan salir adelan-te.

4. Estableceracuerdos y progra-mas de cooperaciónentre parroquias deorigen y de recepción de migrantes, para partici-par ambas en la atención pastoral, asistenciasocial y promoción humana (albergues, servi-cios, defensa de sus derechos, acogida, integra-ción), involucrando a los municipios y condadose instancias del gobierno. Buscar acuerdos decolaboración con oficinas de migración de ambospaíses sobre tráfico de personas, impunidad, en-vío de remesas, garantía de los derechos huma-nos.

5. Constituir una red informática profesional anivel de todas las diócesis involucradas, paramantener información actualizada, iniciativas yretos, y contrarrestar la indiferencia social y eldesconocimiento mutuo como vecinos distantes.

6. Replantear en las comunidades parroquialesy congregaciones religiosas la pastoral social, demodo que sea un servicio permanente, humano yhumanizante. Capacitar agentes para atender ocanalizar a los migrantes según su situación ynecesidades (disuasión, asesoría legal, hospitali-dad, acogida, integración, atención a la familiaque queda en México, protección frente a desin-tegración y enfermedades de transmisión sexual).

7. Despertar vocaciones y formar agentesprofesionalmente, tanto en comunidades de ori-gen como de recepción. Exhortar a los movimien-tos y grupos de apostolado a integrar entre sus

o p c i o n e spastorales laatención decidi-da y eficaz a losmigrantes: ora-ción, asistenciasocial, asesoríajurídica, organi-zación, capacita-ción, formaciónintegral, pastoralfamiliar, prepara-ción de sacra-m e n t o s ,evangelizarlos eintegrarlos en susnuevas comuni-dades, respetan-

do las distintas culturas.8. Un programa de formación de la conciencia

social para nativos e inmigrantes. Así, sabiéndo-se distintos, reconocen su común dignidad, surespectivo aporte al bien común, la integración yuna convivencia armónica, evitando actitudes deracismo, xenofobia, exclusión, insolidaridad…

9. La atención a los migrantes privados delibertad requiere una acción más eficaz y oportu-na. Los grupos ya existentes podrían reforzarsecon voluntarios nuevos (abogados, psicólogos,trabajadores sociales), apoyarse campañas de al-fabetización y regularización escolar.

10. Crear entre los migrantes una amplia con-ciencia social solidaria, entre ellos, con sus fami-

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lias, sus lugares de origen la comunidad que losacoge. A muchos les falta conciencia de susderechos y deberes humanos, y en ellos existe unenorme potencial para resolver muchos de susproblemas.

¿QUÉ PODEMOS HACER A NIVEL PERSONAL?¿QUÉ PODEMOS HACER A NIVEL PERSONAL?¿QUÉ PODEMOS HACER A NIVEL PERSONAL?¿QUÉ PODEMOS HACER A NIVEL PERSONAL?¿QUÉ PODEMOS HACER A NIVEL PERSONAL?

1. Anunciar con más fuerza, empeño y dedica-ción, que la fe en Cristo implica la opciónpreferencial por el pobre, con el pobre y desdeel pobre.

2. Denunciar, por fidelidad a Cristo y al Evange-lio, todo lo que se opone a la plena realizaciónde la persona humana: violación a los derechoshumanos, injusticias, corrupción, estructuraso leyes inhumanas y obsoletas…

3. Recuperar se sensibilidad frente a los proble-mas sociales y revisarnos continuamente parano caer en actitudes instaladas, indiferentes,insolidarias o de fuga.

4. Meditar en el hecho que para el cristiano «noexiste forastero para quien debe hacerse próji-mo del necesitado» (EV 41), y que Cristomismo señala: «Vengan, benditos de mi Pa-dre, reciban la herencia del Reino… porqueera forastero y me recibieron» (Mt 25,34.55).

5. Combatir toda la visión fatalista, conformista yacrítica de la realidad, sobre todo las quepretenden ser realistas al decir «nada se puedehacer», «esas cosas son inevitables», «de nadasirve lo poco que podemos hacer», a fin deasumir una actitud esperanzada y congruentecon la fe, e ir a las causas de los problemas, yno solo a las consecuencias. La realidad puedecambiar y debe cambiar.

6. Favorecer todo esfuerzo por la organizacióncomunitaria, la vertebración social, la ayudamutua, la toma de conciencia y la participa-ción organizada. Al mismo tiempo, impulsarlas finanzas populares, las cooperativas y lasmutualidades para crear fuentes de empleo yexperiencias concretas de economía solidaria,como principal disuasor de la migración for-zosa por falta de trabajo y oportunidades dedesarrollo.

7. Reconocer el valor de cada persona para nocaer en el juego del mercado y sólo preocu-parnos de los grandes problemas mientrasolvidamos al ser humano concreto. Cada per-sona es valiosa. La ayuda a cada persona valela pena.

8. Dar testimonio de palabra y obra de solidari-dad, sencillez, austeridad y confianza en Dios.«El hombre contemporáneo escucha más agusto a los testigos que a los maestros, porquedan testimonio» (EN 41).

9. Discernir continuamente nuestras actitudespara evitar el complacimiento en nosotros mis-mos, la búsqueda de prestigio, el deseo dereconocimiento social, la instrumentalizaciónde los pobres, o nuestras propias proyecciones.

10. Buscar la capacitación para la eficacia denuestro trabajo por encima y más allá de labuena voluntad, y aprovechar todos los recur-sos públicos y privados existentes.

CONCLUSIÓNCONCLUSIÓNCONCLUSIÓNCONCLUSIÓNCONCLUSIÓN

La enormidad del reto podría paralizarnos ydejarnos perplejos. Pero los cristianos sabemosque no estamos solos, y que no todo depende denosotros. Jesucristo es el Señor de la historia. Élmismo, al encarnarse, se hizo migrante, paraconseguir la unidad del género humano. «Aunqueimperfecto y provisional, nada de lo que se puedey debe realizar mediante el esfuerzo solidario detodos y la gracia divina en un momento dado dela historia, para hacer más humana la vida de loshombres, se habrá perdido ni habrá sido en vano»(SRS 48).

Por eso podemos decir llenos de esperanza:«Cuando Dios trabaja el hombre suda». En esaactitud de esperanza terminamos con unas pa-labras de Card. Etchegaray: «El cristiano tam-bién participa en el mito de Sísifo, pero es unSísifo feliz. Siempre que haya logrado trans-portar una piedra sobre la montaña, aun si éstavuelve a rodar, sabe que ésta se ha transforma-do en una piedra preciosa que se integrará enlos cimientos de la Jerusalén nueva, la ciudadde los vivientes».

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Importancia

El valor pastoral de lossantuarios radica en su ca-pacidad para convocar agrandes multitudes de pe-regrinos.

Son centros de promo-ción y educación en la fe,son lugares de encuentrocon Dios y de convoca-ción eclesial.

En torno a estos luga-res de culto se reúnen di-ferentes comunidades: fa-miliares, de base,parroquiales, diocesanas,regionales.

Los santuarios tienenla alta misión de crear unaconciencia comunitaria más amplia y de hacervivir experimentalmente la realidad de la comu-nidad de todos los creyentes.

Se convierten así en signos de la catolicidad yla universalidad de la Iglesia.

El santuario es lugar privilegiado de encuen-tro con Dios. Es un signo de la visible presenciadel «Dios con nosotros» (Mt 1,23), por esofacilita un encuentro profundo y cercano con El,directamente, o a través de la Virgen María o losSantos. Es, pues, fundamental crear y preservarun ambiente sagrado, para posibilitar ese en-cuentro.

El santuario es lugar privilegiado de peregri-nación y encuentro entre hermanos. Se encuen-tran personas de distintas situaciones y proceden-cias; la multitud se reúne para compartir losmismos sentimientos religiosos y celebrar la fe.

Este sentimiento contri-buye para que la comu-nidad sea evangelizaday evangelizadora.

El santuario debe fa-vorecer un espíritu deresponsabilidad fra-terna. Dicha responsa-bilidad ha de concretar-se en la ayuda de lasnecesidades de los her-manos empobrecidos.La solidaridad de losperegrinos entre sí ya esun signo, pero puedehacerse extensible aotros hermanos necesi-tados.

Anuncio de la Pala-bra

La predicación debe ser en un lenguaje senci-llo, rica ejemplos, sin dejar de ser profética, llenade mansedumbre, abriendo las puertas a la espe-ranza, a la misericordia y al perdón. Debe partirde la vida y experiencia del peregrino, conside-rando los hechos y acontecimientos queinfluencian la vida de las personas.

La Palabra de Dios celebrada en los actoslitúrgicos, puede ser también ilustrada, utilizandolos M.C.S., tales como películas, videos, cancio-nes, impresos, etc. Debe de haber una atenciónpermanente para revisar el lenguaje de las oracio-nes y cantos haciendo los correspondientes cam-bios o renovando según los tiempos.

«Los agentes de la evangelización, con la luzdel Espíritu Santo y llenos de `caridad pastoral’,sabrán desarrollar la ̀ pedagogía de la evangeliza-

Misiónen los Santuarios

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ción’ (EN 48). «Esto exige, antes que todo, amory cercanía al pueblo, ser prudentes y firmes,constantes y audaces para educar esa preciosa fe,algunas veces tan debilitada» (DP 458).

El fiel que participa en un santuario, tanto elque tiene una fe profunda con claro compromisoeclesial, como el que «acompaña» y «visita» confe más débil, lo hace como peregrino. Vienelibremente, a veces desde muy lejos, realizandograndes esfuerzos y guiados por una motivaciónreligiosa muy profunda.

Recuérdese a los peregrinos, que ellos no sonsólo portadores de sus angustias, alegrías, y espe-ranzas personales, sino también de las de suprójimo. Que allí encuentren los peregrinos saludy salvación, perdón y reconciliación, gracia ybendición.

Celebraciones litúrgicas

La asamblea litúrgica que se constituye en unsantuario tiene un carácter muy peculiar: esheterogénea, esporádica y multitudinaria.

Las personas que conforman este tipo de asam-bleas traen consigo sus propios ritos y tradicio-nes.

No siempre están capacitadas ni motivadaspara celebrar aquello que se les ofrece en esemomento en el santuario. Sin embargo, poten-cialmente es una asamblea capaz de actitudes dela mayor hondura litúrgica y posee una enormecapacidad de generosidad.

El equipo de Pastoral debe estar formado porpersonas consagradas y laicas, elegidas y presidi-das por el Rector.

Crea, organiza y ejecuta las tareas propias deservicio a los peregrinos, promueve la reflexión,toma iniciativas, se preocupa permanentementede su formación según las distintas responsabili-dades, procura el crecimiento personal en el ca-mino de la fe para que haya coherencia de vida,trabaja en estrecho vínculo con el Rector (cf. CIC556- 563, 764, 767, 903).

El equipo de acogida en los santuarios cumpleun rol indispensable. Equivale a los «ostiarios»,anfitriones que acogen a los peregrinos y mantie-

nen el orden en la asamblea. Donde hay granafluencia de peregrinos conviene que usen undistintivo.

Encargados de la colecta: en todas las celebra-ciones de la Eucaristía se hace colecta. Se procura-rán equipos de personas idóneas para este serviciode la asamblea. Corresponde al Rector del santua-rio darles la formación adecuada para su tarea.

La Eucaristía

La celebración de la Misa está amenazada poruna «esclerosis ritual», «una mentalidadneorritualista» (DP 916). Cada presbítero se haelaborado su propia imagen de cómo se ha decelebrar la Misa y la realiza repetidamente; desdeese ángulo juzga cualquier otro modo de celebrar.

¿Existen otras posibilidades diferenciadas depensar y celebrar la Misa, según las asambleas ylas circunstancias?

Además, el disgusto de muchos fieles, el can-sancio de muchas asambleas, el descontento demuchos presbíteros indican que hay algo que nofunciona bien en la celebración de la Eucaristía.

Nuestras asambleas sienten la pesadez de lascelebraciones ritualmente rígidas, en las cualesla repetividad de los gestos y de las palabras noson signos de una tradición viva, sino más bien,una manifestación de una costumbre que searrastra.

Hemos olvidado que celebrar no es simple-mente ejecutar una norma o una rúbrica, sinointerpretar el rito. También la ejecución ritualistaes una interpretación, se sostiene que el rito valepor sí mismo, independientemente que lo de latradición le ha confiado transmitir, y de las con-diciones que en una determinada asamblea per-miten una verdadera comunicación.

Esa realización meramente ritual es una inter-pretación «pagana», sacralizar el rito o el objeto,por mero automatismo, para su validez. Concedesu significado y transmite su energía en cuanto estomada seriamente como «sacramental».

El «sacramento» llega a ser elocuente y ope-rante sólo en una asamblea que la centre en la fey la celebra en la vida: interpreta el rito.

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Es claro que hay que guardar respeto a lasnormas. Pero lo interpreta según la Iglesia y nosólo a nivel intelectual-nocional, sino a nivelexpresivo-comunicativo.

La Reconciliación

Hay una serie de prácticas que suponen senti-mientos de culpa y expiación, para una reconci-liación. Se hacen con cierto fanatismo, creyendoque alcanzan por esas prácticas el perdón de todossus pecados. Se guían muchas veces por lo exter-no, no siempre por la conversión.

Hay manifestaciones de hondo sentido peni-tencial: ir en peregrinación, a pié, con estreche-ces; entrar de rodillas. Incluso a veces con coro-nas de espinas, cruces o cuestas, azotes, cilicios opencas de nopal sobre espaldas desnudas.

Las mandas muchas veces tienen significadode ayuno, privación temporal de droga, alcohol,tabaco o fiestas. Las «limpias» con ramas, velaso estampas tienen en el fondo un sentido depurificación y liberación de males.

Esto coincide con frases como: «No sé si tengaperdón», «Yo nunca podre ser bueno», «así yaestoy bien, el próximo año vengo a ponerme otravez en paz», «aquí me arrepiento, allá tengoocasión de seguir pecando», «Soy pecador perono pienso confesarme», «solo quiero quitarme losalado».

El santuario de por sí puede provocar concien-cia de la ruptura y deseo de la reintegración. Esfrecuente escuchar: «Viendo a la imagen me dicuenta que soy un desgraciado, y me nació confe-sarme». O también «Prometí confesarme en elsantuario».

Se necesita una atención personalizada, porlas situaciones que pueden llevar los penitentes.A veces sólo quieren comulgar, pero no cambiarde vida. O desahogarse psicológicamente, sinmirar la dimensión ética y religiosa.

En otras ocasiones hay un impedimento paracelebrar el sacramento, como amancebamiento,protestantismo, o situaciones muy complicadasque han seguido a su vicio.

Generalmente las confesiones son muy gene-rales y generalizadas, dejando ver la falta depreparación. En ocasiones sólo se pretende cum-plir para contentar a un familiar, o es el mediopara hacer la Primera Comunión, que no se hizoen el camino que marca su parroquia.

La Penitencia es un momento fuerte en elcamino de la conversión. El sentido de un pueblosanto en el camino de conversión. La conversiónpersonal en el marco de la conversión eclesial y laconversión del mundo.

Como toda acción litúrgica, requiere celebrar-se en un lugar adecuado y con las vestiduraslitúrgicas adecuadas (alba y estola morada). So-bre todo la cuaresma es tiempo adecuado parahacerlo. La segunda forma de celebración ayudaa ver la dimensión comunitaria de la reconcilia-ción, y a redimensionar la conversión y el sentidodel pecado. La fórmula de absolución es paraproclamarse solemnemente.

Las celebraciones penitenciales son reunionesdel pueblo de Dios para oír la Palabra, por la quese invita a la conversión, renovación de la vida, yse anuncia la liberación integral en la Pascua deCristo. No se celebra el sacramento; pero seprepara o profundiza.

Se hacen para fomentar el espíritu de peniten-cia en la comunidad, para ayudar a preparar laconfesión, para educar a los niños en la formaciónde la conciencia, para ayudar a los catecúmenosen la conversión, para motivar el amor a Dios querequiere la contrición perfecta.

En la catequesis y celebración del Sacramentode la Reconciliación se ha de poner más el acentoen los elementos fundamentales que en los secun-darios. La penitencia tiene su centro en la conver-sión y en el perdón que Dios da por su misericor-dia a través de la comunidad de la Iglesia. Esto esmás importante que saber de memoria el acto decontrición o un examen pormenorizado del sextomandamiento.

Desde el santuario se siente la urgencia de unaeducación penitencial del pueblo de Dios. Todoslos agentes de pastoral han de proclamar la con-versión con palabras y signos, que den sentido a

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las prácticas penitenciales populares, de suerteque la celebración del Sacramento represente laculminación de un camino. Exige un equipo decatequesis y uno de liturgia que prepare conesmero las celebraciones Comunitarias de la Pe-nitencia, y aun las individuales, con Palabra deDios y oración.

El pecado no es el centro de la penitencia, perola conciencia del pecado es la condición parasentir la necesidad de celebrarla.

En nuestro mundo se ha perdido la concienciadel pecado, en medio de la superficialidad ypermisivismo difundido por los medios de comu-nicación social.

Es necesario tomar postura frente a Dios y a suproyecto sobre nosotros, para revisar nuestra res-puesta de amor.

Habrá qué educar el pueblo de Dios para querenueve el sentido y la conciencia de pecado, queva más allá de un elenco de faltas y justificacio-nes.

La penitencia implica una dimensión personaly una dimensión comunitaria. Esto exige la bús-queda de un equilibrio entre la responsabilizaciónpersonal y la expresión o celebración comunita-ria.

Desde el lugar mismo de la Celebración debedejar ver estas dimensiones: una separación yreinserción en la comunidad, un camino comuni-tario de conversión. Un lugar que permita lareunión de la asamblea para escuchar la Palabra,agradecer el Sacramento, y celebrar la renova-ción del Bautismo y la preparación a la participa-ción de la Eucaristía, y al mismo tiempo, un lugarque permita el encuentro personal, abierto, libre,cómodo y a la vez recogido y devoto.

La mayoría de las veces, los fieles que acudenal santuario no están a la altura de ser una asam-blea eucarística todavía. Para ello bastaría otrotipo de celebración, donde se acentúe más laprofecía o la diakonía. Es una tentación quererresolverlo todo con Misas (a veces sólo porquehan mandado celebrar muchas).

La celebración comunitaria de la Penitenciales permitiría entrar en una dimensión importantede la vida, manifestando mejor la solidaridad delos miembros de la Iglesia, también la responsa-bilidad del pecado y de sus consecuencias en lavida, y permitiendo que asuman juntos las exi-gencias de la conversión cristiana.

Pero a veces el mismo penitente podría esco-ger algunas posibilidades. La satisfacción ha deorientarse preferentemente en la línea de la cari-dad y la justicia: reparar daños, ser justo donde sehan cometido injusticias, solidarizarse con unacausa, algún gesto o acción hacia los desprecia-dos por la sociedad.

Es necesario tener un calendario penitencial,donde se propongan los momentos, lugares yformas de celebración de la penitencia que seofrecen en el santuario, a lo largo del Año Litúr-gico, sobre todo los tiempos fuertes. Y un horariopara cada día, variando las varias formas decelebración.

Los momentos fuertes son ocasión de pedirrefuerzo a otros sacerdotes, para posibilitar laatención a todos los que la requieren. Sin descui-dar los elementos celebrativos: luz, vestiduraslitúrgicas, canto, asamblea, signos y gestos. So-bre todo en la acción de gracias; encender su luzdel cirio, signarse con agua bendita, colocar elmantel en el altar, etc.

La oración

El santuario debe ser una escuela abierta yeficaz de oración cristiana. Para ello ayuda laorganización de celebraciones y momentos deoración variados, abiertos a todas las posibilida-des: horas santas, bendiciones, momentos de ora-ción espontánea, celebraciones de la Palabra,Horas del Oficio Divino, se evita así que todo seaMisa. Si se tiene subsidios impresos para la par-ticipación en dichos oficios, aún los puede llevarde recuerdo de su visita. Se requiere formaciónbíblica y litúrgica, que puede ir impresa en algunaestampa con la cual hacer oración.

El lugar del Santísimo sacramento debe atraerpor su sencillez noble, y por ser un espacio queinvita al recogimiento y a la contemplación.

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Si en dicho lugar hay Biblia y otros subsidiospara orar, aseguramos la presencia de más perso-nas. O si hay una persona responsable de undeterminado turno, que ayude a quienes ahí acu-den para orar por ella y ofrecerle orientación.

La Liturgia de las Horas puede llenar la vidadel santuario. Algunos santuarios tienen cabildo,cuya función es precisamente solemnizar la litur-gia y celebrar el Oficio. No podrían buscar excu-sas para no realizar las Horas en su hora corres-pondientes del día, para santificar la jornada ensus distintos momentos.

Organizar sobre todoLaudes y Vísperas, quicio detodo el oficio, con participa-ción del pueblo (moniciones,canto, silencio, subsidios queayuden a la participación, in-censario, vestidura).

Es la ocasión para que elgrupo de sacerdotes celebreen común las Horas, o hayauna comunidad religiosa queahí lo haga asociado al pueblofiel. O pueden invitarse gru-pos apostólicos que lo hacen,o comunidades religiosas,para que, por turnos de días,oren en el santuario y ayudena la gente a sentirseinvolucrados en la oración ofi-cial de la Iglesia.

Piedad popular

La gente requiere espacios de libertad para susmanifestaciones espontáneas, donde no se sientavigilado o impedido para hacer lo que le nace delcorazón, aunque deba hallarse un medio parailuminar sus acciones y que no se conviertan enfanatismo, fatalismo o superstición superficiali-dad.

Lugar conveniente para quemar sus veladorasy cirios, para dejar sus flores y milagritos cerca dela imagen, para escribir sus intenciones, etc. Es encelebraciones de las bendiciones que pide cuandose puede hacer un acto de discernimiento acerca

de las manifestaciones religiosas ambiguas.En todo poner Palabra de Dios y hacer alusión

al Misterio de Cristo y de la Iglesia, en una ayudasincera por crecer en ambiente de oración. Esmejor arar juntos que regañar; mejor enseñar aorar que reclamarles una formación que nadieofrece. Cursos de oración o talleres en los santua-rios para los que gusten, podrían tener resultado.Ocasión de hallar una Biblia barata y sencilla, yuna guía para conocerla.

El canto

San Agustín afirma:«cantar es propio del ena-morado». Y como dondehay amor no hay servidum-bre, podemos formular estapregunta: ¿de qué servidum-bres debemos liberar a nues-tra música religiosa? Prin-cipalmente de cuatro servi-dumbres:a) La servidumbre de lo co-mercial. En nuestra sociedadde consumo, también la mú-sica religiosa corre el peligrode ser un producto de consu-mo. Podemos entrar en el jue-go de las casas comerciales alas que no les interesa porprincipio contribuir a la re-novación de la músicalitúrgica; les interesa vender

porque esa es su finalidad: hacer negocio lomismo con esta que con otra música. Pense-mos en las grabaciones que conocemos, losfolletos de cantos que se nos ofrece, etc. lainvasión indiscriminada de grabaciones quevienen especialmente de España; no es quetodas sean malas o deficientes, pero se necesi-ta un criterio para no caer en esa trampa de locomercial. Con frecuencia los adictos com-pradores suelen ser seminaristas, comunida-des religiosas, parroquias, etc. Como dice elviejo refrán castellano: «el buen paño en elarca se vende» Hay que saber encontrarla…

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Cantoral Nacional, Regional, Cantoral de San-tuarios…

b) La servidumbre de la incompetencia. Haceaños, se cuenta, los comunistas chinos, inven-taron la «revolución cultural» fundamental-mente consistía en poner en manos de losjóvenes el juicio de lo que debía conservarse odestruirse de la milenaria cultura china. Ajuicio de los jóvenes muchos y beneméritosprofesores fueron retirados de la enseñanza. Ymuchas y valiosas colecciones de libros pasa-ron de las bibliotecas al fuego. Aquella revolu-ción origino el mayor empobrecimiento cultu-ral del pueblo chino. Los profesionales de lamúsica se han retirado ante la avalancha degrupos juveniles, los cuales fácilmente impo-nen sus criterios y sus gustos a toda la asam-blea cristiana. ¿Se da a estos grupos orienta-ción y formación litúrgica, teológica, religio-sa? Careciendo de formación y no conociendomás música que la que ellos oyen a sus cantan-tes preferidos, o en películas, o en las discote-cas… De esta servidumbre resultan los textoscon ambigüedades teológicas y músicamonocromáticas, es decir, del mismo colorque las que han oído a sus modelos en losfestivales o en la TV. Esto trae como resultadoel empobrecimiento de la música y del canto.

c) Liberación de la profanación. Profano no quieredecir precisamente malo, sino algo «no sagra-do», algo que se queda fuera del templo sinpoder entrar en él. Se dice que los mahometanoscuando van a entrar a una mezquita: a la puertade ella dejan zapatos, porque los zapatos son elsímbolo de lo cotidiano, de la vida de negocios,del ajetreo de los viajes, etc. A las mujeresoccidentales que van vestidas de calle echanencima un ropón negro, porque no se puedeentrar al lugar de la oración con el mismo trajecon que se anda por la calle. La iglesia siempreha querido reservar el culto en vestiduras, enlocales, en objetos y en música algo distinto delo que los hombres emplean para sus usosordinarios. De hace años ha entrado esa menta-lidad nueva de no querer distinguir lo profanode lo sagrado, o más de que no debe existirseparación entre lo profano o lo sagrado.

c) Liberación de la miseria. La fe cristiana y lasorientaciones de la Iglesia piden que todo lorelacionado con Dios no sea vulgar. Tampocose pide que sea lujoso, pero lo que se debeevitar que sea mísero. Así lo debemos enten-der de la música. Para ella la Iglesia no pidemagnificencia, sino sencillez y hasta austeri-dad; pero sí reclama dignidad y que nuncacaiga en la trivialidad. ¿Qué más humilde queel adobe y el barro cocido de las capillas de lashermanitas de la Madre Teresa de Calcuta,pobres pero llenas de espíritu. Así el canto. Labelleza de la sencillez es la que requiere elcanto litúrgico y religioso.

Atención al peregrino

Los santuarios son lugares de acogida perma-nente para los peregrinos. Existe diversidad derequerimientos a los cuales deben responder losencargados de los santuarios.

Por otra parte, según la intensidad y cantidadde peregrinos deberán prestar servicios específi-cos. Entre otros, es muy recomendable procurarlos siguientes:

- Oficina de información práctica y pastoral.- Oficina administrativa.- Bazar, colecturía y librería.- Hospedería.- Sala o departamento de primeros auxilios.- Servicios de baños (letrinas).- Salones de acogida a los peregrinos (comedores,

cafetería, lugar de bendición, sala deaudiovisuales, salas cunas).

- Vigilantes y estacionamientos.

Tanto el comercio en los alrededores como losservicios que requieran mayor especialización ydesborden la capacidad del santuario (salud, trán-sito vial), serán coordinados con las institucionespúblicas adecuadas (policía, autoridades de sa-lud, municipio, vialidad), procurando mantenercon todas ellas espíritu de colaboración y relacio-nes de fraternidad cristiana.

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Presencia Evangelizadoradel Sacerdote en nuestras

ComunidadesJustificación.

En este año sacerdotal, cuando se nos ha motivado mucho a valorar la figura del sacerdote,teniendo como telón de fondo la figura del santo Cura de Ars y a Jesucristo, Sumo y EternoSacerdote, hemos querido preguntar a algunos agentes de pastoral y fieles laicos sobre estemismo tema. Y ellos han dado su aprecio y valoración.

Para este motivo se les hicieron tres sencillas preguntas, que al verlas y reflexionar en ellascomentaron que no estaban del todo fácil. Estas son las preguntas:

tivo que tiene la figura del sacerdote en la vida dela Iglesia, y seamos capaces de seguirla defen-diendo con nuestra vida, nuestras palabras y nues-

tro testimonio laical y sa-cerdotal.

En este Año Sacerdotal...

1. Tú como miembro delPueblo de Dios ¿qué espe-ras de tus sacerdotes?

Espero que tengan máscontacto con las personasde la comunidad. Que seanabiertos y traten de vivir loque están predicando. Sa-bemos que es difícil peroque tengan un espíritu delucha y no se dejen vencerpor el desánimo. Tambiénme gustaría que fueran másfraternos con sus compañe-ros sacerdotes, que no sesientan en competencia ni

sean celosos entre ellos; ya que eso desanima alos laicos y demuestran una gran inmadurez.

1. Tú como miembro del Pueblo de Dios ¿quéesperas de tus sacerdotes? De los que trabajanen tu parroquia, los que conoces y llevas unaamistad más cercana, de losque vendrán cuando se va-yan los que hoy están.

2. Ahora, al esperar algo deellos, ¿qué ofreces tú, paraque vivan como esperas?¿Qué ofreces para que su-ceda esa renovación?

3. Y, ya después de está rela-ción, laico-sacerdote y sa-cerdote-laico, ¿qué haríaspara valorar más a los sa-cerdotes? Para que los de-más laicos, fieles cristia-nos que frecuentan o no lacelebración dominical cono sin frecuencia valorentambién a los sacerdotes yel sacerdocio.Estas son las respuestas que, esperamos con la

gracia de Dios nos ayuden a pensar, a laicos ysacerdotes, sobre el valor tan especial y significa-

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Espero que den ejemplo de su vida.

La orientación para los niños que van crecien-do, los noviazgos que se van formando y a losmatrimonios que se están viendo destruidos porlas tentaciones que el demonio pone para que searruine la unión que Dios hizo a través de sussacerdotes.

La compañía en la cual pueda confiar y pre-guntar sin ser visto mal, consejos para educar amis hijos que actualmente se ven perturbados porlas malas influencias del mundo globalizado.

Pues… Espero que me digan como llevar unavida tranquila.

Espero de ellos una congruencia de vida que loque predican y como actúan ya que muchossacerdotes solo hablan para regañar o otros tantosque hablan muy bonito pero cuando uno lo buscanpara platicar más de cerca parecen otras personashasta le cambia la voz y te dicen que no tienentiempo de atenderte y te mandan con otro padreporque se les hace tarde para sus asuntos.

Que no cambien, porque la mayoría de sa-cerdotes que conozco, son muy activos en es-pecial los más viejitos, tienen una energía in-agotable que a muchos nos hace falta parahacer las cosas.

Que de vez en cuando impartieran ellos temassobre la misa o temas afines, porque a los gruposque he ido, el que expone no sabe explicar correc-tamente lo que significa cada paso que se hace enmisa, como en el caso de las misas de ordenacióno de eventos importantes, como en la VigiliaPascual del fuego nuevo o en una ordenación deobispo o cardenal.

2. ¿Qué ofreces tú, para que vivancomo esperas? ¿Para su renovación?

Ofrezco en primer lugar oración sincera yconstante; además tener una actitud de diálogopara comprenderlos y apoyarlos en el trabajopastoral; y así, no se sientan solos en el largocamino al que todos los bautizados estamos lla-mados; principalmente en este año de la misión,ser parte activa en este arduo trabajo evangeliza-dor.

Hacerme amigo del sacerdote.Participar en misa para que el sacerdote sienta

el apoyo de su comunidad, ya que pienso que esuna razón por la cual hay tanto «brincadero» depadres en la diócesis.

No tengo mucho pero lo poco que tengo es deél para cuando quiera un «raid» o se le haga tardeyo estoy para llevarlo.

Invitarlo que conviva con mi familia y ha-cerlo parte de la mía.

Los sacerdotes también tienen sus problemasy yo le ofrecería que si tiene ganas de platicar delo que sea, yo estoy para escucharlo.

Una comida para que agarre fuerzas ya que elsacerdote que conozco todo el tiempo esta bienocupado y no tiene tiempo ni de sentarse paracomer.

Invitarlo a los grupos una vez a la quincenapara que nos motivara y nos quitara las dudas quetenemos sobre los cuestionamientos que usan lasotras religiones o protestantes.

Darle seguimiento a las actividades que lossacerdotes tienen que hacer, como organizar laida al Cubilete, las pastorelas, entre otras cosas,para que pueda rendir más ya que a veces unomismo se carga de obligaciones para fomentar loque le gusta.

3. ¿Que harías para valorar mása los sacerdotes?

Concientizar a las personas con las que trato adiario, de la importancia que tiene un sacerdoteen una comunidad y motivarlas para que haganoración por ellos a pesar de que muchos se sientenresentidos. También hacer oración por losseminaristas, para que se preparen mejor (peroque no cuiden tanto lo intelectual, sino el trato conla gente, la vivencia de la humildad y sencillez).No queremos intelectuales, queremos sacerdotesque se sientan parte del pueblo donde están y notengan nostalgia de Sión… Que no añoren lascebollas de Egipto… Sino que se involucren en larealidad que les está tocando vivir, que se alegrencon los que ríen y se entristezcan con los quesufren.

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El saber que siguen estudiando para dar-nos una mejor atención.

Que son humanos como uno y que la mal-dad los persigue más a ellos porque intentandarnos a conocer una mejor vida a través de lasanta Escritura de Dios

Saber que los sacerdotes ponen el corazónen los eventos que realizan, como los Semfas(seminaristas en familia) yo llevo a mi hijo aese grupo. Que los futuros sacerdotes sepanque confiamos en ellos y a la vez el sacerdoteque los orienta da misa para que los niñossepan que es la parte importante de la reunión.

Defenderlos de las ofensas.

Promoverlos para que la gente los conozcaen su forma de ser y no solo se guíen por loschismes que se rumoran. Acompañarlos a tra-vés de la oración que hace cuando exponen elSantísimo y pedir por ellos.

Estar al pendiente de su formación espiri-tual como hermano, ya que el sacerdote se ventan acorralados por otras personas.

Prestar mi experiencia en dar temas y ofre-cerme como apoyo cuando el sacerdote nopueda asistir porque ellos tienen que asistir aenfermos o a veces se quedan confesando y seven muy presionados.

Seguir los consejos de la vida que nos incul-can para transmitirla a mis hijos y ayudar atransmitir la Palabra de Dios porque la Palabrade Dios es una palabra viva siempre y máscuando la transmitamos.

«Señor, danos Sacerdotes santos, según tucorazón»

Pero también estoy consciente que cadapueblo tiene lo que se merece, debemos noso-tros ser buenos para tener buenos sacerdotes.

Reflexión desde Aparecida.

Podemos ver, que, estas respuestas, corres-ponden mucho o poco, a lo que nuestros obis-pos manifestaron en Aparecida. Por eso vea-mos y reflexionemos lo que nos dice el Docu-mento Aparecida.

Dentro de una comunidad de discípulos y misio-neros (203, 316, 324) Aparecida busca lo específico(200- 285) de la espiritualidad sacerdotal en orden ala vida en Jesucristo para nuestros pueblos [...]. ElDocumento de Aparecida nos dice:

«El pueblo de Dios siente la necesidad de presbí-teros-discípulos: que tengan una profunda experien-cia de Dios, configurados con el corazón del BuenPastor, dóciles a las mociones del Espíritu, que senutran de la Palabra de Dios, de la Eucaristía y de laoración; de presbíteros misioneros: movidos por lacaridad pastoral, que los lleve a cuidar del rebaño aellos confiados y a buscar a los más alejados predi-cando la Palabra de Dios… de presbíteros-servido-res de la vida: que estén atentos a las necesidades delos más pobres, comprometidos en la defensa de losderechos de los más débiles y promotores de lacultura de la solidaridad. También de presbíterosllenos de misericordia, disponibles para administrarel sacramento de la reconciliación…» (DA 138).

Solamente el sacerdote que conoce a Dios y tratacon Él, como un amigo con su amigo, puede llegara ser Animador Vocacional en donde el Señor lotenga sembrado. (Ex. 33 11)

Subraya la imagen del Buen Pastor. Refiriéndoseal párroco y a los sacerdotes que están al servicio delas parroquias les pide «actitudes nuevas» (201).«La primera exigencia es que el párroco sea unauténtico discípulo de Jesucristo, porque solo unsacerdote enamorado del Señor puede renovar unaparroquia. Pero, al mismo tiempo, debe ser un ardo-roso misionero que vive el constante anhelo debuscar a los alejados y no se contenta con la simpleadministración» (201) [...].

«Ardorosos misioneros» (199), con «entrega apa-sionada a su misión pastoral» (195), «sacerdoteenamorado del Señor» (201), que le lleva a «cuidar»del rebaño a ellos confiado» (199) —de maneraespecial— se subraya para con los más débiles ynecesitados, [...] pide que sean «presbíteros-servi-dores de la vida: que estén atentos a las necesidadesde los más pobres, comprometidos en la esfera de losderechos de los más débiles y promotores de lacultura de la solidaridad. También de presbíterosllenos de misericordia, disponibles para celebrar elsacramento de la reconciliación» [...].

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Sacerdotes enamorados del Señor. En la basede la experiencia de discípulo misionero aparece,como indispensable, el encuentro con Jesucristo[...]. Ser cristiano no es el fruto de una idea sinodel encuentro con una persona viva. Ya en eldiscurso inaugural del Papa aparece fuertementey señala una real prioridad sobre la misión: «Serdiscípulos y misioneros de Jesucristo y buscar lavida «en Él» supone estar profundamenteenraizados en Él» [...].

Desafíos al presbítero y reclamos del pueblode Dios. Aparecida se refiere a situaciones queafectan y desafían la vida y el ministerio denuestros presbíteros (192). Entre otras, mencionala identidad teológica del ministerio presbiteral,su inserción en la cultura actual y situaciones queinciden en su existencia [...]. Reclamos del pue-blo de Dios a sus presbíteros tal como los enume-ra el n. 199 [...].

«El Pueblo de Dios siente la necesidadde presbíteros-discípulos: que tengan unaprofunda experiencia de Dios, configura-dos con el corazón del Buen Pastor, dócilesa las mociones del Espíritu, que se nutrande la Palabra de Dios, de la Eucaristía y dela oración; de presbíteros-misioneros: mo-vidos por la caridad pastoral, que los llevea cuidar del rebaño a ellos confiados y abuscar a los más alejados predicando laPalabra de Dios, siempre en profunda co-munión con su Obispo, los presbíteros,diáconos, religiosos, religiosas y laicos; depresbíteros-servidores de la vida: que es-tén atentos a las necesidades de los máspobres, comprometidos en la defensa delos derechos de los más débiles y promoto-res de la cultura de la solidaridad. Tam-bién de presbíteros llenos de misericordia,disponibles para administrar el sacramen-to de la reconciliación».Detrás de estos reclamos explícitos está el

ansia implícita que tiene nuestro pueblo fiel: nosquiere pastores de pueblo y no clérigos de Estado,funcionarios. Hombres [...] que se defiendan de laherrumbre de la «mundanidad espiritual» queconstituye «el mayor peligro, la tentación más

pérfida, la que siempre renace —insidiosamente—cuando todas las demás han sido vencidas y cobranuevo vigor con estas mismas victorias».

«La unidad entre los hermanos es más fácilcuando existe la calidez de los amigos; allí dondelas doctrinas distancian y condenan, el factorhumano acerca y redime». (Harold Segura, pas-tor evangélico, Costa Rica, 2007). «Un hermanopuede no ser un amigo, pero un amigo será siem-pre un hermano». Demetrio de Falera (siglo IIIAC).

PLEGARIA PARA PEDIRPOR LOS SACERDOTES

Señor Jesús, Buen Pastor,

presente en el Santísimo Sacramento,

que quisiste perpetuarte entre nosotros

por medio de tus Sacerdotes,

haz que sus palabras sean sólo las tuyas,

que sus gestos sean los tuyos,

que su vida sea fiel reflejo de la tuya.

Que ellos sean los hombres que

hablen a Dios de los hombres

y hablen a los hombres de Dios.

Que no tengan miedo al servicio,

sirviendo a la Iglesia como Ella quiere serservida.

Que sean hombres de Dios,

testigos del Eterno en nuestro tiempo,

caminando por las sendas

de la historia con tu mismo paso

y haciendo el bien a todos.

Que sean fieles a sus compromisos,

celosos de su vocación y de su entrega,

claros espejos de la propia identidad

y que vivan con la alegría del don recibido.

Te lo pido por tu Madre Santa María:

Ella que estuvo presente en tu vida

estará siempre presente

en la vida de tus sacerdotes.

Amén.Dios les bendiga.

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La Conversión Pastoral

Aparecida nos pide una conversión pastoral para impulsar la Misión continental. Y nos hemospreguntado: ¿En qué consiste la conversión pastoral? ¿a quién se le pide? ¿cómo emprenderla?

Nuestro Obispo nos ofrece dos trabajos, de los cuales extractamos lo central de su contenido,para ofrecer algunas orientaciones. Así pues, los siguientes temas están tomados de:

Dante Jiménez Muñoz Ledo, Conversión pastoral, un presupuesto para la Misión permanente.Retama (Celaya 2009) pág. 17-32.

Mario de Gasperín Gasperín, Programar desde el signo de la Conversión pastoral(Querétaro 2009) nn. 12-35 y Apéndice.

TEOLOGIA DE LA CONVERSIÓN PASTORAL

Dante Jiménez

INTRODUCCIÓN

Como no hemos encontrado, de momento,alguna definición estable y consensuada de «Con-versión Pastoral», noso-tros queremos intentaruna, a partir de la re-flexión pastoral de Apa-recida y de la experienciade Jesús en la Sinagogade Nazaret.

La Conversión pasto-ral es:- «un cambio radical de

inteligencia, de actitudy de acción

- en el bautizado o consa-grado,

- frente a sus responsabi-lidades con Dios y conlos demás,

- nacido de la unción y del amor de caridad;- que los lleva a entregar su vida toda,- en la fidelidad al Espíritu y en la libertad,- para realizar el Plan de Dios»

¿Qué significa todo esto?Significa salir de mi autoafirmación y de mi

auto-justificación de «creyente», para retomar mivida en Dios, desde laUnción bautismal y mi-nisterial.

Significa alcanzar laconciencia de mi misiónen «la misión» de Dios yde la Iglesia, como unimperativo que trastocami persona toda, paraperformarla con la per-sona de Cristo.

Las motivacionesmás profundas para unaConversión Pastoral sontan consistentes, que per-duran en medio de la pre-cariedad de vida y en laadversidad de la misión.

Y son tan consistentes estas motivaciones,porque nacen de Dios:- la Unción con Espíritu Santo que nos capacita

para la misión, y nos sugiere el rumbo de lamisión;

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- el amor de caridad, que nos provoca a transfor-mar la realidad sufriente en realidad vital yplena en Dios.

PRECISIONES:

LA CONVERSIÓN PASTORAL EN APARECIDA

Esta doctrina sobre «la Conversión Pastoral»en la V Conferencia del Episcopado Latinoame-ricano y del Caribe, se encuentra en la terceraparte del documento: «La Vida de Jesucristo paraNuestros Pueblos», en la unidad: La Misión de losDiscípulos al Servicio de la Vida Plena.

Nuestro tema entonces, se presenta en el con-texto de la misión,como una urgenciade renovar todas lascomunidades, im-pregnando las es-tructuras eclesiales,los planes pastoralesde Diócesis, Parro-quias, Comunidadesreligiosas v Movi-mientos, de -una per-manente renovaciónmisionera, se trata deuna renovación tanoperante, que nos lle-ve a abandonar las estructuras caducas que ya nofavorezcan la transmisión de la fe.

De esta sola propuesta, ¿Cuánto camino nece-sitamos hacer? ¿Cuántos miedos hay que vencerpara transparentar la deseada renovación y parapercibir los cambios en las nuevas estructuras?

En los siguientes textos encontramos una sufi-ciente clarificación de «La Conversión Pasto-ral»:

«La conversión personal despierta lacapacidad de someterlo todo al servicio dela instauración del Reino de vida. Obispos,presbíteros, diáconos permanentes, consa-grados y consagradas, laicos y laicas, esta-mos llamados a asumir una actitud de per-manente conversión pastoral, que implicaescuchar con atención y discernir «lo que el

Espíritu está diciendo a las Iglesias» (Ap2,29) a través de los signos de los tiempos enlos que Dios se manifiesta «(A 366).Confirmamos que:

- La conversión pastoral, supone una mantenidaconversión personal, y nos capacita para so-meterlo todo al servicio del Reino.

- La conversión pastoral, se vive como una actitudpermanente: una vez que se inicia se ha deconstruir día a día, especialmente en el ejerci-cio de la escucha y el discernimiento.

- A la conversión pastoral estamos llamadostodos: Obispos, presbí-teros, diáconos perma-nentes, consagrados yconsagradas, laicos y lai-cas.

«La pastoral de laIglesia lo puede pres-cindir del contextohistórico donde vivensus miembros. Su vidaacontece en contextossocioculturales bienconcretos. Estastransformaciones so-ciales culturales re-

presentan naturalmente nuevos desafíospara la Iglesia en su misión de construir elReino de Dios. De allí nace la necesidad, enfidelidad al Espíritu Santo que la conduce,de una renovación eclesial, que implicareformas espirituales, pastorales y tambiéninstitucionales.» (A 367)Confirmamos que:

- La conversión pastoral, que lleva al ejercicio dela construcción del Reino, se desarrolla siem-pre en un contexto histórico que desafía lamisión.

- Por tanto, las acciones pastorales, han de res-ponder a los desafíos de cada contexto.

- Las reformas espirituales, pastorales einstitucionales tan esperadas para renovar laIglesia, nacen de la fidelidad al Espíritu Santo.

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«La conversión de los Pastores nos llevatambién a vivir y promover una espirituali-dad de comunión y participación, ‘propo-niéndola como principio educativo en todoslos lugares donde se forma el hombre y elcristiano, donde se educan los ministros delaltar, las personas consagradas y los agen-tes pastorales, donde se construyen las fa-milias y las comunidades’. La conversiónpastoral requiere que las comunidadeseclesiales sean comunidades de discípulosmisioneros- en torno a Jesu-cristo, Maestro y Pastor. Deallí, nace la actitud de apertu-ra, de diálogo y disponibilidadpara promover lacorresponsabilidad y partici-pación efectiva de todos los fie-les en la vida de las comunida-des cristianas. Hoy, más quenunca el testimonio de comu-nión eclesial y la santidad sonuna urgencia pastoral. La pro-gramación pastoral ha de ins-pirarse en el mandamiento nue-vo del amor (cf. Jn 13,35)» (A368).Confirmamos que:

- La espiritualidad de Comunión yParticipación es un fruto de laauténtica conversión de los pas-tores.

- Esta espiritualidad han de pro-moverla en todos los ámbitosde la formación cristiana, comoprincipio educativo.

- La conversión pastoral requiere comunidadeseclesiales formadas por discípulos misione-ros, es decir, por seguidores de Jesús comoMaestro y Pastor.

- La corresponsabilidad y la participación efecti-va de todos los fieles en la vida de las Comu-nidades, es una realidad a buscar.

- Las urgencias pastorales propias de la conver-sión pastoral, pueden ser: el testimonio de

comunión eclesial, la santidad y una progra-mación que se inspire en el mandamiento delamar.

«Encontramos el modelo. Programáticode esta renovación comunitaria en las pri-mitivas comunidades cristianas (cf. Hch2,42-47), que supieron ir buscando nuevasformas para evangelizar de acuerdo conlas. Culturas y las circunstancias. Asimis-mo, nos motiva la eclesiología de comunióndel Concilio Vaticano II, el camino sinodal

en el postconcilio y las an-teriores Conferencias Ge-nerales del Episcopado La-tinoamericano y de El Ca-ribe. No olvidamos que,como nos asegura Jesús,«donde están dos o tresreunidos en mi nombre, allíestoy yo en medio de ellos»(Mt 18-20)» (A 369)

Confirmamos que:- Las primitivas comunidadescristianas de Hch 2,42 son unainspiración para nuestra re-novación comunitaria.- Con un modelo programáticoen el que tenemos que ir en-contrando las nuevas formasde evangelización.- La eclesiología de comu-nión es garantía de una pre-sencia siempre viva de Cris-to.

«La conversión pastoral de nuestras co-munidades exige que se pase de una pasto-ral de mera conservación a una pastoraldecididamente misionera. Así será posibleque «el único programa del Evangelio sigaintroduciéndose en la historia de cada co-munidad eclesial» con nuevo ardor misio-nero, haciendo que la Iglesia se manifiestecomo una madre que sale al encuentro, unacasa acogedora, una escuela permanentede comunión misionera» (A 370).

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Confirmamos que:- Una exigencia de la conversión pastoral es que

nuestras comunidades pasen de una pastoralde conservación a una pastoral misionera.

- El nuevo ardor misionero hará de la Iglesia seavista como una madre que sale al encuentro,como una casa acogedora, como una escuelade comunión.

EN LA PRÁCTICA

1.- Mayoría de edad en la fe1.- Mayoría de edad en la fe1.- Mayoría de edad en la fe1.- Mayoría de edad en la fe1.- Mayoría de edad en la fe

La Conversión Pastoral se inicia como caminoQue marca la mayoría de edad en la fe. Es el pasode una fe pasiva, estática y Quizá vacía a una feviva que urge de ser comunicada.

Quien se ha decidido por la urgencia del anun-cio, lo hace en razón de haber encontrado la restaa la pregunta fundamental de todo hombre:- ¿qué sentido tiene la vida?

- ¿Cuál es el camino a la felicidad verdadera?

Como Jesús y en Je-sús, al inicio de su vidapública en la sinagogade Nazaret, los Conver-tidos pastoralmente,queremos mostrar estarespuesta, mediante elcamino la verdad y lavida que es Cristo; por-que él es el único quepuede damos a conocerlas claves personales ycomunitarias para laVida y la felicidad.

Entonces llegan a lamayoría de edad no solonuestras convicciones, sino nuestras actitudes ynuestras acciones evangelizadoras, de frente alprimado del amor de Dios y de la misión en elmundo.

2.- Carisma y Comunión2.- Carisma y Comunión2.- Carisma y Comunión2.- Carisma y Comunión2.- Carisma y Comunión

La Conversión Pastoral, se ve ceñida de estamutua relación. El carisma de cada persona querealiza la conversión, es el resultado de su unción

en Cristo y su responsabilidad profética. El caris-ma, que además es un don, está dado para elservicio de la comunión. No hay profetismosválidos, Que no construyan comunión.

La persona profética la comunidad eclesialbeben de la misma fuente, el amor de Dios y seorientan hacia el mismo fin, comunicación devida y de amor.

3.- Identidad pastoral3.- Identidad pastoral3.- Identidad pastoral3.- Identidad pastoral3.- Identidad pastoral

La Conversión Pastoral, nos lleva siempre a uncambio de identidad, cambio de personalidadpastoral Quien inicia el camino de la ConversiónPastoral, acepta un radical replanteamiento de suser en Dios y en la Iglesia. Cada miembro de laIglesia está llamado a realizar esta metanóiapastoral que lo lleva a tener una nueva inteligen-cia de sí, de Dios y de la misión.

Cuando hablamos de identidad, la palabra Con-versión, se esclarece cuando entendemos a lapersona en su auto-trascendencia, haciendo la

conversión en distin-tos niveles: Conver-sión afectiva, intelec-tual, moral y religio-sa que permanecen ala base de la Conver-sión pastoral, confor-mando una personanueva, con una per-sonalidad pastoralpropia.

4.- Caridad Pastoral4.- Caridad Pastoral4.- Caridad Pastoral4.- Caridad Pastoral4.- Caridad Pastoral

En el ejercicio de laConversión Pastoral,la Caridad pastoral, esun fuego inextinguible

que se alimenta de la comunicación del amor. Aquí,el ejercicio profético se integra en el sacerdocio paratransmitir en la Palabra, en la Eucaristía y en el amorde obra. La vida íntima de Dios.

El contenido esencial de la Caridad Pastoral,no es lo que se da. Si no quien se da el que ejercecualquier pastoral, desde la imitación de Cristo enla entrega amorosa de sí.

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5.- El proceso de la Conversión Pastoral5.- El proceso de la Conversión Pastoral5.- El proceso de la Conversión Pastoral5.- El proceso de la Conversión Pastoral5.- El proceso de la Conversión Pastoral

Aunque se pueden descubrir distintas etapasen el ejercicio de la Conversión Pastoral, que sonvariadas en razón de la persona pastoral, la comu-nidad de fe o del contexto socio-cultural en el quese vive; nosotros distinguimos tres grandes eta-pas:1.- Salir al encuentro.2.- El acompañamiento.3.- La vida de Comunión.

Creemos que en estas tres gran-des etapas se autentifica la afir-mación personal y comunitariade la Conversión Pastoral.

6.- Efectos de la Conversión6.- Efectos de la Conversión6.- Efectos de la Conversión6.- Efectos de la Conversión6.- Efectos de la ConversiónPastoral en el proceso evan-Pastoral en el proceso evan-Pastoral en el proceso evan-Pastoral en el proceso evan-Pastoral en el proceso evan-gelizador:gelizador:gelizador:gelizador:gelizador:

- Kerigma permanente. Quien ha iniciado suConversión Pastoral, tiene siempre necesidadde transmitir ese hallazgo gozoso de vida y deamor en Dios. Entregar el Kerigma a tiempo ya destiempo, se convierte en una demanda inte-rior del profeta y suave como concienciaprofética de Dios en medio del pueblo.

- Experiencia continua del amor de caridad: éstaes la fuente original del proceso evangelizador,la certeza absoluta de actuar a cada momento, elamor querido por Dios en Cristo. Es una expe-riencia que se transmite por el testimonio devida y la autenticidad.

- Estructuras liberadoras: tanto quienes ejercenel pastoreo como quienes lo reciben, se veninvolucrados en una serie de decisiones que losllevan a abandonar todos los miedos. Como conapetito insaciable de libertad, se atreven a aban-donar las estructuras caducas que ya no favore-cen la transmisión de la fe, a imaginar y poneren práctica una caridad eficaz que dignifica a lapersona, a pasar de una experiencia de fe pasivay de conservación de tradiciones, una liturgiaprofunda, atractiva y provocadora.

- Eclesiología de Comunión: que eleva la vidaordinaria a vida en Dios, en la comunicación delamor, de la mutua pertenencia, y de la misión.

- Santidad de vida: que nace de la fidelidad a Jesúsy de la adhesión a su proyecto.

CONCLUSIONESCONCLUSIONESCONCLUSIONESCONCLUSIONESCONCLUSIONES

Queremos madurar nuestro trabajo misionero,desde una continua conversión pastoral. Para

asumir nuestras res-ponsabilidades devida y del llamadoparticular que hemosrecibido, en orden ala Misión y al estilode trabajo de unaIglesia de comuniónauténtica.

Queremos seguirclarificando que laconversión pastorales creer en Cristo, ensu anuncio de que el

Reino de Dios ya está entre nosotros, y creer queCristo nos asocia como testigos para manifestarel amor de Dios.

Entendemos que la conversión pastoral surgedel imperativo del amor, un amor de caridad quenos lleva a la entrega total.

Ejercer la conversión pastoral en la cotidianidadde nuestra vida es un tesoro que no disminuye,sino se acrecienta.

Gracias a su dinámica interna, descubrimos lacerteza de acciones queridas por Dios, la confir-mación de que la nueva actitud de frente a la viday a los demás tiene un sentido más pleno de estaenergía de la comunicación del amor y de lasnoticias de liberación.

Es una provocación continua a replantearse lafe, la manera de vivir la religión, la manera deconsiderar a Dios y de relacionarse con los de-más, aquí, en la contingencia de nuestras vidas, enla precariedad de nuestras personas, y en la breve-dad de nuestro tiempo.

La conversión pastoral es una experiencia úni-ca, inaplazable y liberadora, que incide de mane-ra bellísima en la parroquia, en el proceso del Plande Pastoral.

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La conversión moral.

Es evidente que lo dicho no minimiza ni mu-cho menos excluye la conversión moral, o sea, elcambio personal de vida y costumbres. Pero éstaes la consecuencia, casi «natural» diríamos, den-tro de lo sobrenatural de la conversión» eclesial ypastoral. En este campo el papa Benedicto XVInos enseña que «hoy se necesita redescubrir queJesucristo no es unasimple convicciónprivada o una doctri-na abstracta, sino unapersona real cuya en-trada en la historia escapaz de renovar lavida de todos... envida ‘según el Espí-ritu’ (cf. Rm 8, 4s;Gl 5, 16.25)»; Y se-ñala cómo san Pa-blo, «en el pasaje dela Carta a los Roma-nos en que invita a vivir el nuevo culto espiritual,menciona al mismo tiempo la necesidad de cam-biar el propio modo de vivir y de pensar: ‘Y no osajustéis a este mundo, sino transformaos por larenovación de la mente, para que sepáis discernirlo que es la voluntad de Dios, lo bueno, lo que leagrada, lo perfecto’ (12,2)»; Y concluye el Pon-tífice: «La renovación de la mentalidad es parteintegrante de la forma eucarística de la vidacristiana, ‘para que ya no seamos niños sacudi-dos por las olas y llevados al retortero por todoviento de doctrina’ (Ef 4, 14)» (Sacr. Caro 77). Laconversión moral es fruto y consecuencia necesa-ria de una sincera conversión eclesial y pastoral.

La vida eucarística es la que da la auténticamadurez cristiana y, aunque se reciba de peque-ños, se deben evitar todos los elementos infantilese individualistas de que se ha rodeado.

La diócesis, lugar privilegiadode la conversión pastoral.

La conversión pastoral se apoya y se alimentade la espiritualidad decomunión o comu-nión eclesial y de lac o m u n i ó neucarística. Son sufuente y sustento.Ahora hace falta indi-car quién es el sujetoy los aspectos más re-levantes de esta con-versión pastoral, se-gún el Magisterio dela Iglesia y, en espe-cial, en las enseñan-

zas de Aparecida, que la mira de acuerdo a lasnecesidades de nuestros pueblos de América La-tina y el Caribe. Vamos a situar la conversiónpastoral en la diócesis, a quien Aparecida llama«lugar privilegiado de la comunión» (No 164) y,por tanto, de la conversión pastoral, pues, «reuni-da y alimentada por la Palabra y la Eucaristía, laIglesia católica existe y se manifiesta en la Iglesiaparticular, en comunión con el Obispo de Roma»(A 165), pues la diócesis «es totalmente Iglesia,pero no es toda la Iglesia. Es la realización con-creta de la Iglesia Universal, en un determinadolugar y tiempo» (A 166). En efecto, «la madura-ción en el seguimiento de Jesús y la pasión por

Programardesde la Conversión Pastoral

Excmo. Sr. D. Mario de GasperínLA CONVERSIÓN PASTORAL EN LA DIÓCESIS

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anunciarlo requieren que la Iglesia particular serenueve en su vida y ardor misionero... es elprimer ámbito de la comunión y misión. Ella debeimpulsar y conducir una acción pastoral orgánicarenovada y vigorosa, de manera que la variedadde carismas, ministerios, servicios y organizacio-nes se orienten en un mismo proyecto misioneropara comunicar vida en su propio territorio. Esteproyecto, que surge de un camino de variadaparticipación, hace posible la pastoral orgánica,capaz de dar respuesta a los nuevos desafíos.Porque- un proyecto solo es eficiente si cadacomunidad cristiana, cada parroquia, cada comu-nidad educativa, cada comunidad de vida consa-grada, cada asociación o movimiento y cadacomunidad se ‘insertan activamente en la pasto-ral orgánica de la diócesis» (A 169). Queda enclaro que la Iglesia particular es el primer yprincipal sujeto de la conversión pastoral en cuan-do en ella y sólo en ella se puede vivir en plenitudla espiritualidad de comunión. Por eso concluyeAparecida: «Cada uno está llamado a evangelizarde un modo armónico e integrado en el proyectopastoral de la diócesis».

Renovado esfuerzo en las parroquias.

De entre las diversas comunidades que formanla Iglesia diocesana, la parroquia es la más impor-tante, puesto que ella es como la Iglesia en lapuerta de los fieles. «La parroquia es célula vivade la Iglesia, lugar privilegiado en el que lamayoría de los fieles tienen una experiencia vivade Cristo y de la comunidad eclesial» (A 170). Enella los fieles encuentran todo lo necesario para suvida cristiana y para su salvación. A esta natura-leza corresponde su importancia en el proceso deconversión pastoral. Lo señala Aparecida conparticular vehemencia cuando reclama «una va-liente acción renovadora de las parroquias a fin deque sean de verdad ‘espacios de la iniciacióncristiana, de la educación y celebración de la fe,abiertas a la diversidad de carismas, servicios yministerios, organizadas de modo comunitario yresponsable, integradora de movimientos de apos-tolado ya existentes, abiertas a los proyectospastorales y supraparroquiales y a las realidadescircundantes’ (EAm, 41)» (A 170). A estas exi-

gencias inspiradas en Ecclesia in América, Apa-recida pide su «renovación misionera, tanto en lasgrandes ciudades como en el mundo rural» ycrear para ello «nuevas estructuras pastorales»(A 173) de modo que «los mejores esfuerzos delas parroquias, en este inicio del tercer milenio,deben estar en la convocatoria y formación delaicos misioneros» (A 174). En cierto sentido ladiócesis vive para la parroquia, pues es en elladonde los fieles acuden a beber de la fuente de lasalvación: los sacramentos, la palabra de Dios, lasolidaridad cristiana y experimentan la fraterni-dad. Por eso el Documento llega a proponeracciones concretas y a pedir la adaptación hastade los horarios de servicios a las nuevas necesida-des (Cf. A 518a).

Conversión pastoral y renovación misionera.

Santo Domingo habló explícitamente de laconversión pastoral cuando describió la NuevaEvangelización según la ya clásica propuesta delpapa Juan Pablo Segundo: nueva en su ardor (SD28), nueva en sus métodos (SD 29) y nueva en suexpresión (SD 30), y concluye así:» «La NuevaEvangelización exige la conversión pastoral de laIglesia. Tal conversión debe ser coherente con elConcilio. Lo toca todo y a todos: en la concienciay en la praxis personal y comunitaria, en lasrelaciones de igualdad y de autoridad; con estruc-turas y dinamismos que hagan presente cada vezcon más claridad a la Iglesia, en cuanto signoeficaz, sacramento de salvación universal» (SD30). Según este contexto, la conversión pastoralimplicaría necesariamente la renovación de losmétodos y expresiones pastorales así como elardor apostólico de santidad, temática que Apare-cida explicita y aplica a la realidad eclesial lati-noamericana, subrayando la dimensión misione-ra. El Documento toca explícitamente el tema dela conversión pastoral en los números 365 a 372bajo el título «Conversión pastoral y renovaciónmisionera de las comunidades», aunque, a decirverdad, todo el Documento es una invitación yuna propuesta a la conversión pastora] de lasdiócesis, de las diversas comunidades, de laspersonas y de las estructuras eclesiales bajo elrubro de «discípulos y misioneros de Jesucristo

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para que nuestros pueblos en Él tengan vida». Enúltimo término, convertirse pastoralmente es ha-cer que nuestros pueblos tengan vida en Cristo, elBuen Pastor, que vino a dar la vida para que’ susovejas la disfruten en abundancia.

Recomenzar desde Cristo.

El telón de fondo que está reclamando estaconversión pastoral se encuentra sintética y vigo-rosamente expresado en inicio del .Documento eincorpora los señalamientos de dos RomanosPontífices. Dice: «No resistiría a los embates deltiempo una fe católica reducida a bagaje, a elencode algunas normas y prohibiciones, a prácticas dedevoción fragmentadas, a adhesiones selectivasy parciales de las verdades de la fe, a algunaparticipación ocasional de algunos sacramentos,a la repetición de principios doctrinales, amoralismos blandos o crispados que no convier-ten la vida de los bautizados. Nuestra mayoramenaza ‘es el gris pragmatismo de la vida coti-diana de la Iglesia en la cual todo aparentementeprocede con normalidad, pero en realidad la fe seva desgastando y degenerando en mezquindad’»(A 12). Ante este sombrío panorama a todos nostoca «recomenzar desde Cristo» para propiciarun verdadero «renacimiento pastoral» (Cf. NMI28s). Al encontramos con Él, se nos abrirá unnuevo horizonte, «la gran esperanza» (SpS 27).De este modo, la conversión pastoral arranca deuna experiencia personal con quien viene a nues-tro encuentro, Jesucristo. Sólo con esta luz sepuede superar el «gris pragmatismo» que envuel-ve la vida de nuestra Iglesia.

Conversión en todo y de todos.

Si la conversión pastoral «toca todo y a todos»no es asunto exclusivo, aunque siempre lo seráprioritario, de los pastores. El esquema que puedeayudamos a ordenar este panorama englobantees, simplificando un poco, el señalado de unrenovado ardor o de las personas, el de las nuevasexpresiones o estructuras eclesiales y el de losactualizados métodos o los cómo. Vamos, pues, areferimos a los tres, comenzando por la conver-sión de las personas.

A) LA CONVERSIÓN DE LAS PERSONASO EL ARDOR MISIONERO

Cambio de personalidad pastoral

Sin lugar a duda, el tema es complejo y profun-do a la vez, pues toca la interioridad de lospastores, de los agentes de pastoral y de la comu-nidad creyente. Sólo el Espíritu de Dios sabe loque hay en el espíritu del hombre. El cambioexigido en la mentalidad, los criterios de juicio,las actitudes, los hábitos, los valores, las relacio-nes y las opciones o preferencias que subyacensiempre en todo agente de pastoral bien puedellamarse «cambio de personalidad pastoral». Aquíel concepto bíblico de «conversión» nos iluminaprovidencialmente; no es un simple «sentimientoreligioso», sino un volverse dentro de uno mismo,escuchar su propio corazón y, al mismo tiempo,descubrir allí la voz del Padre que llama y esperala vuelta, el regreso del hijo pródigo. Se trata,pues, de un viraje profundo de la nous humana,que se siente atraída y llamada a acortar distancia,a dejarlo todo y volver a la casa paterna y experi-mentar a la Iglesia «como una madre que sale alencuentro, una casa acogedora, una escuela per-manente de comunión misionera» (A 370), dondeparticularmente los pobres se sientan «como ensu casa» (NMI 50; Cf. A 188). Este aspecto cálidoy festivo de acogida paterno-materna tiene queser generado por la conversión de los pastores,agentes de pastoral y comunidad eclesial. ElDocumento lo expresa con términos evangélicoscomo experimentar «la belleza y alegría de sercristiano» o «la gratitud y alegría desbordante»por el don de la fe. Esta experiencia gozosa de lafe el pueblo creyente la manifiesta en la celebra-ción de la fiesta cristiana, pero muchas de susexpresiones necesitan profundización y purifica-ción mediante la mutua fecundación de la liturgiacon la piedad popular.

Bajo el signo de la santidad.

Con lo dicho queda claro que la conversiónpastoral de las personas desemboca necesaria-mente en la santidad, como ya lo había señaladoSanto Domingo: «El ardor apostólico de la NuevaEvangelización brota de una radical conforma-

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ción con Jesucristo, el primer evangelizador; así,el mejor evangelizador es el santo, el hombre delas bienaventuranzas» (SD 28), lo que subrayacon fuerza el papa Juan Pablo Segundo, señalan-do que «la santidad es más que nunca una urgen-cia pastoral», y que «poner la programación pas-toral bajo el signo de la santidad es una opciónllena de consecuencias». Sin duda que aquí serefiere el Papa a la conversión pastoral. Paralograrlo se debe instaurar una «pedagogía de lasantidad verdadera y propia» para que se abra alos fieles el acceso a ella (Cf. NMI 30-31). Apa-recida retoma el tema con vigor, señalando que«hoy, más que nunca, el testimonio de la comu-nión eclesial y la santidad, son una urgenciapastoral» (A 368), cuyo camino de acceso es lamisión (Cf. A 148) Y cuyo testimonio, a Diosgracias, no ha faltado entre nosotros (Cf. A 374d),incluso hasta «la persecución y la muerte» (Cf. A98). La Iglesia en América goza ya, por gracia deDios, del testimonio supremo del martirio, que laconvierte en madre fecunda y feliz de sus hijos.

LA CONVERSIÓN EN LAS ESTRUCTURASPASTORALES

Al servicio del Espíritu.

21. Las estructuras son las formas concretas yprácticas que necesariamente asume la acciónpastoral organizada para ser eficaz. En toda ins-titución las estructuras están al servicio de losfines que ésta persigue, de lo contrario se vuelvencontra la misma; serían no sólo inoperantes, sinoadversas. Son siempre relativas, aunque algunaslleguen, por el uso y la tradición, casi a identifi-carse con la institución. En la Iglesia solemosdistinguir lo que es «de institución divina», inmu-table, y lo que el tiempo va aconsejando como lomás apto para el cumplimiento de su misión. Sonde las mutables de las que hablamos. Es claro, porotra parte, que en la Iglesia el protagonismopertenece al Espíritu y que las estructuraseclesiales deberán facilitar el camino a su accióny crear espacios de libertad, cual conviene a sunaturaleza y a la dignidad de hijos de Dios. Lasabiduría divina, acompañada de la virtud de laprudencia y de la audacia (parresía), deben con-

ducimos para armonizar disciplina y libertad,carisma e institución, organización y creatividad.

Al servicio de la misión.

22. El Documento de Aparecida pone decidi-damente la renovación de las estructuras eclesialesbajo el signo de la misión y, por tanto, ésta «debeimpregnar todas las estructuras eclesiales y todoslos planes pastorales de diócesis, parroquias, co-munidades religiosas, movimientos y de cual-quier institución de la Iglesia»; éstas deben hacer-lo «con todas sus fuerzas» y estar dispuestas a«abandonar las estructuras caducas» menos favo-rables al espíritu misionero (A365). Este es, se-gún Aparecida, el principio rector de la conver-sión en las estructuras pastorales. Lo que dificulteo impida la misión, debe abandonarse o transfor-marse, como sería el caso del paso «de unapastoral de mera conservación a una pastoraldecididamente misionera» (A 370), o el cambio«de un pasivo esperar a un activo buscar» (A 517i). La presencia del Señor resucitado prometida asus apóstoles viene después del mandato: «Vayanpor todo el mundo» (Cf Mt 28, 19), es decir, Jesúsresucitado está presente con sus discípulos cuan-do éstos se ponen en camino, con su Iglesiamisionera.

La pastoral orgánica.

Como las estructuras eclesiales están presen-tes en toda la acción pastoral de la Iglesia, la tareaes amplísima y, para que no se disparen lasacciones, debe iniciarse con una visión integralde la acción pastoral, que responda a la eclesiologíao espiritualidad de comunión y que se llama la«pastoral orgánica». La pastoral orgánica es unproceso educativo para lograr la espiritualidad decomunión. El proyecto pastoral de la diócesis,camino de pastoral orgánica, debe ser una res-puesta consciente y eficaz para atender las exi-gencias de la realidad siempre cambiante y a lossignos de los tiempos. Este proyecto diocesano depastoral orgánica debe ser dirigido con solicitudvigilante por parte del obispo en sintonía con supresbiterio y acompañado y apoyado por losfieles laicos, quienes «deben participar del dis-cernimiento, la toma de decisiones, la planifica-

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ción y la ejecución» del plan de pastoral. Losfieles laicos deben ser incorporados a la renova-ción de las estructuras parroquiales y diocesanasy, sobre todo, formados y acompañados parainsertarse en la vida «secular», que es su ámbitopropio y principal (Cf. A 100c). Este oficio loslaicos lo ejercen, no como concesión graciosa desus pastores, sino en fuerza de su incorporación aCristo mediante el bautismo y la confirmación.Así como se llama a los fieles laicos a desempe-ñar ciertos ministerios intra-eclesiales, y ellostienen el deber moral de acudir a la voz de suspastores, así los pastores deben considerar partede su oficio el apoyar y acompañar a los laicos ensus tareas apostólicas, respetando en ellas suíndole laical (Cf. A 100c). Tan reprobable es lalaicización del ministerio ordenado como laclericalización del estado laical, ahora de grandeactualidad; como también el abandono o desinte-rés de los pastores por los proyectos que empren-den los fieles laicos en cumplimiento de susdeberes cristianos.

Los consejos de pastoral.

Este diálogo y cooperación eclesial facilitaráal pastor estar atento a las necesidades de su greyy podrá responder mejor a los reclamos del mun-do globalizado y en continua mutación. A esterespecto, los Consejos de pastoral, tanto losdiocesanos como los parroquiales, son de vitalimportancia en cuanto representativos de gruposo sectores que, apoyados en su conocimiento dela realidad e iluminados por el Espíritu santo,mediante el «Don de Consejo» y no de simplespareceres, auxilian al pastor en la toma de deci-siones para común utilidad. Este auxilio laicalpresta un valioso servicio al pastor quien debeiluminar a sus fieles en todo lo referente al diálo-go Iglesia-mundo: política, economía, justicia,trabajo, educación, cultura y el mundo fascinantey movedizo de las comunicaciones, para que entodos ellos resuene la voz viviente y vivificantedel Evangelio. A este respecto, Aparecida se haceeco en sus páginas del llamado del papa BenedictoXVI a crear estructuras justas como «una condi-ción sin la cual no es posible un orden justo en lasociedad» (DI 4). Este es el campo específico de

los fieles laicos en los diversos ámbitos de suvida; para ello deben recibir una formación sólidaa fin de que puedan ejercer su liderazgo y recrearla cultura católica, ahora en evidente declive en elcontinente. Este es un elemento decisivo en laconversión pastoral de la Iglesia.

LA CONVERSIÓNEN LOS MÉTODOS PASTORALES

Los nuevos caminos del Evangelio.

El método es el camino a seguir para lograr elobjetivo; son opciones operativas para lograr elcambio y llegar a la meta. Son los cómo delproceso de conversión pastoral. En referenciacon lo específico de la acción pastoral de laIglesia, los métodos no son sólo instrumentos otécnicas operativas a manera de herramientas detrabajo; son, más bien, enfoques y opciones quereflejan y manifiestan el estilo propio de la pasto-ral, que no es otro que el de Jesús. Los métodosvienen siendo verdaderas opciones pastoral es.«Nuevas situaciones exigen nuevos caminos parala Evangelización», afirmó Santo Domingo (SD29) y señaló el testimonio, el encuentro personalcon Jesucristo, la docilidad al Espíritu Santo asícomo la confianza en la acción salvadora presen-te en el kerigma y la solidaridad del cristiano contodo lo humano.

Alegrar la esperanza.

Aparecida señala algunas «sombras» que en-tristecen el panorama que quiere alegrar nuestraesperanza. Lo hace en el impactante retablo decarencias en el número 100 del Documento, queen la letra c) explícitamente señala «una evange-lización con poco ardor y sin nuevos métodos yexpresiones», con un énfasis en el ritualismo sinel conveniente itinerario formativo de los fieles.Habría también, en ocasiones, una «inversiónpastoral» recurriendo a una eclesiologíapreconciliar (b), y «nos ha faltado valentía, per-sistencia y docilidad a la gracia» (h), pues «senotan -por ejemplo- actitudes de miedo a la pas-toral urbana; tendencias a encerrarse en los méto-dos antiguos y de tomar una actitud de defensaante la nueva cultura, de sentimientos de impo-

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tencia ante las grandes dificultades de las ciuda-des» (A 513). Como el primer paso hacia laconversión es la aceptación de las culpas, nues-tros pastores humildemente confiesan que «nosreconocemos como comunidad de pobres peca-dores, mendicantes de la misericordia de Dios,congregada, reconciliada, unida y enviada por lafuerza de la Resurrección de su Hijo y gracia yconversión del Espíritu Santo» (Ibid.).

Primero, la gracia.

Sin duda que esta humilde confesión nos dis-pone, como al publicano, para la misericordiadivina o «primacía de la gracia», que nos invita asuperar «la tentación que insidia siempre todocamino espiritual y la acción pastoral misma:pensar que los resultados dependen de nuestracapacidad de hacer y programar» (NMI 38). Cuan-do no se respeta este principio, «los proyectospastoral es llevan al fracaso y dejan en el alma unhumillante sentimiento de frustración» (Ibid).Previniendo esta tentación, Aparecida nos invitaa proseguir el itinerario iniciado por la primeracomunidad apostólica y a dar la primacía alEspíritu de modo que podamos decir siempre converdad: «Pareció bien al Espíritu Santo y a noso-tros» (Hch 15, 28). Cuando actúa el Espíritu,entonces Jesucristo se hace presente y se formaen tomo a Él la comunidad de salvación, laIglesia, una y múltiple, unida y plural, engalanadacon dones y carismas diversos; el protagonismohumano, en cambio, no edifica, sino que dispersao paraliza y genera o la división o la uniformidad.El protagonista de la misión es Jesús, no el discí-pulo; éste, después de haber experimentado lafascinación del encuentro con el Maestro, comonos lo trasmite san Juan en el relato paradigmá-tico de los dos primeros discípulos (Cf. Jn 1,38s), es invitado a «permanecer con él». Enefecto, el discípulo de Cristo, a diferencia delalumno de los escribas, queda unido a su Perso-na y forma parte de su familia, como el sarmien-to a la vid para producir mucho fruto (Cf. Jn 15,4-5). Por eso, .este relato vocacional «permane-cerá en la historia como síntesis única del méto-do cristiano» (A 244) Y los primeros discípuloscomo ejemplos a imitar.

TRES URGENCIAS SUBRAYADAS:

Tres urgencias para la conversión pastoral.

28. La conversión pastoral abarca toda la vidacristiana: las personas, los métodos, las institu-ciones y, dijimos, está presente de manera trans-versal en el Documento de Aparecida. Sin embar-go, quisiera hacer’ tres subrayados que me pare-cen de vital importancia para la conversión pas-toral de la Iglesia: La escucha atenta de la Palabrade Dios y la Iniciación cristiana y la Pastoral deconjunto.

A) LA ESCUCHA DE LA PALABRA DE DIOS

La misión exige obediencia a la Palabra de Dios.

En la serie de preguntas que se hace y respondeel papa Benedicto XVI en su discurso inaugural,toca este punto con singular maestría: «¿Cómoconocer realmente a Cristo para poder seguirlo yvivir con él, para encontrar la vida en él y paracomunicar esta vida a los demás, a la sociedad yal mundo?», y responde el Papa: «Ante todo,Cristo se nos da a conocer en su persona, en suvida y en su doctrina por medio de la palabra deDios». Y prosigue: «Al iniciar la nueva etapa quela Iglesia misionera de América Latina y el Cari-be se dispone a emprender... es condición indis-pensable el conocimiento profundo de la palabrade Dios» (DI, 3). Un «conocimiento profundo» yuna obediencia incondicional a ella: «En éstepondré mis ojos: en el humilde y en el abatido quese estremece ante mis palabras» (Is 66, 2).

Conversión a la Palabra de Dios.

A partir del Concilio Vaticano Segundo, laIglesia que peregrina en este continente, ha expe-rimentado un acercamiento a la palabra de Diosescrita mediante versiones en lengua vulgar de laBiblia. Numerosas comunidades han hecho de lalectura meditada de la Escritura su alimento ysustento espiritual. Gracias a Dios las traduccio-nes son variadas, sin duda de diversa calidad,pero indicadores valiosos de salud bíblica. Noobstante este despertar bíblico, la riqueza de laconstitución dogmática sobre la Divina Revela-

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ción del concilio Vaticano Segundo, no ha rendi-do todavía los frutos abundantes que auspicia ensu final: «Que... por la lectura y estudio de losLibros sagrados, se difunda y brille la palabra deDios (2 Ts 3,1); que el tesoro de la revelaciónencomendado a la Iglesia vaya llenando el cora-zón de los hombres. Y como la vida de la Iglesiase desarrolla por la participación asidua del mis-terio eucarístico, así es de esperar que recibiránuevo impulso de vida espiritual con la redobladadevoción a la palabra de Dios, que dura parasiempre (Is 40,8; 1 Pe 1, 23-25)» (DV 26). Esta-mos lejos de satisfacer este deseo del VaticanoSegundo; por eso el Papa nos lo subraya conparticular vehemencia en su discurso, cuandoañade: «Para esto, hay que educar al pueblo en lalectura y meditación de la palabra de Dios: queella se convierta en alimento para que, por propiaexperiencia, vean que las palabras de Jesús sonespíritu y vida (Cf. Jn 6, 63). De lo contrario,¿cómo van a anunciar un mensaje cuyo contenidoy espíritu no conocen a fondo? Hemos de funda-mentar nuestro compromiso misionero y todanuestra vida en la roca de la palabra de Dios. Paraello animo a los pastores a esforzarse por dada aconocer» (Ibid). Está del todo claro el llamado delPapa a la conversión bíblica de los pastores y, enconsecuencia, de los fieles.

Animación bíblica de la pastoral.

A este llamado responde Aparecida con solici-tud en el número 247, citando el texto del Papa,que luego comenta: «Se hace, pues, necesarioexponer la palabra de Dios como don del Padrepara el encuentro con Jesucristo vivo, camino de‘auténtica conversión y de renovada comunión ysolidaridad’ (EAm 12). Esta propuesta será me-diación de encuentro con el Señor si se presentala Palabra revelada, contenida en la Escritura,como fuente de evangelización» (A 248), demodo que se responda al hambre de la palabra deDios que existe en nuestro pueblo. Se deberá, portanto, como signo de conversión pastoral,implementar una ‘pastoral bíblica’, «entendidacomo animación bíblica de la pastoral, que seaescuela de interpretación o conocimiento de laPalabra, de comunión con Jesús u oración con la

Palabra, de evangelización inculturada o de en-cuentro con la Palabra» (A 248). Esta ‘animaciónbíblica’ quiere significar la presencia omnímodade la palabra de Dios en todas las ‘pastoral es’. Lallamada pastoral bíblica no debe entenderse comouna ‘súper pastoral’, sino que su función es la delVerbo encarnado: Ser vida y luz para todas laspastorales. Deberá también evitarse el peligro delllamado ‘biblismo’, que desliga el Libro santo dela Tradición viva de donde nació y del servicio delMagisterio y que degenera .en interpretacionesde corte fundamentalista. La Escritura nació en laIglesia y debe leerse, interpretarse y vivirse den-tro de la comunión eclesial, cuya máxima expre-sión es la celebración eucarística, donde conflu-yen en una misma mesa el Pan de la Palabra y elPan Eucarístico. Por eso concluye nuestro texto:«Esto exige, por parte de los obispos, presbíteros,diáconos y ministros laicos de la Palabra, unacercamiento a la Sagrada Escritura que no seasolo intelectual e instrumental, sino con un cora-zón ‘hambriento de oír la Palabra del Señor’(Am 8, 11)» (Ibid.), en especial «la lectio divinao ejercicio de lectura orante de la Sagrada Escri-tura» (A 249), cuyo lugar propio es la parroquia«donde se recibe y acoge la Palabra, se celebra yse expresa en la adoración del Cuerpo de Cristo y,así, es la fuente dinámica del discipulado misio-nero» (A 172). Sin duda que el próximo Sínodo delos Obispos nos ayudará a esclarecer esta doctri-na y a ponerla en práctica mediante la conversiónpastoral de pastores y fieles.

B) LA INICIACIÓN CRISTIANA

Identidad católica vulnerable.

La constatación, tardía quizá pero saludable denuestros pastores, de que «son muchos los

creyentes que no participan en la Eucaristíadominical, ni reciben con regularidad los sacra-mentos, ni se insertan activamente en la comuni-dad eclesial», constituyen «un alto porcentaje decatólicos sin conciencia de su misión de ser sal yfermento en el mundo, con una identidad cristia-na débil y vulnerable», que contribuyen a incre-mentar los grupos religiosos extraños a la Iglesiao afines a la inherencia, son «un fenómeno que

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nos interpela profundamente a imaginar y organi-zar nuevas formas de acercamiento a ellos paraayudarles a valorar el sentido de su vidasacramental, de la participación comunitaria y desu compromiso .ciudadano» (A 286). Ante este«gran desafió» que cuestiona a fondo la maneracómo estamos educando en la fe, «se impone latarea irrenunciable de ofrecer una modalidadoperativa de iniciación cristiana» que señale elqué, el quién, el cómo y el dónde debe realizarsepues, «o educamos en la fe, poniendo realmenteen contacto con Jesucristo e invitando a su segui-miento, o no cumpliremos nuestra misiónevangelizadora» (A 287). «Nova et vetera»: Lainiciación cristiana.

La propuesta viene en el número 294, que dice:«Proponemos que el proceso catequístico forma-tivo adoptado por la Iglesia para la iniciacióncristiana sea asumido en todo el Continente comola manera ordinaria e indispensable de introducira la vida cristiana, y como la catequesis básica yfundamental», y explica como «la iniciación cris-tiana, que incluye el kerigma, es la manera prác-tica de poner en contacto con Jesucristo e iniciaren el discipulado» fortaleciendo «la unidad de lostres sacramentos de la iniciación cristiana y pro-fundizar en su rico sentido» (A 288). Vienendespués las modalidades de esta iniciación cris-tiana, o como catequesis prebautismal para los nobautizados o como postbautismal para los bauti-zados no suficientemente evangelizados «conuna experiencia que introduce en una profunda yfeliz celebración de los sacramentos, con toda lariqueza de sus signos» o «catequesis mistagógica»(A 290). Estas citas basten para indicar la serie-dad de los cambios que se necesitan de urgenciaen los .procesos catequéticos y evangelizadoresde nuestras diócesis, parroquias y comunidades,pues «una comunidad que asume la iniciacióncristiana renueva su vida comunitaria y despiertasu carácter misionero. Esto requiere nuevas acti-tudes pastorales de parte de los obispos, presbíte-ros, diáconos, personas consagradas y agentes depastoral» (A 291)». Este es un punto fundamentalde la conversión pastoral en su dimensióncatequética, que toca todo y a todos. Habrá quedesempolvar las riquísimas catequesis de un San

Cirilo de Jerusalén, de un San Ambrosio de Milán,de un San Juan Crisóstomo, de un San Agustínjunto con los métodos renovados de los grandesevangelizadores de nuestro continente: de unSanto Toribio de Mogrovejo o de un San RafaelGuízar Valencia, pues serán siempre los santoslos mejores evangelizadores y maestros de nues-tra conversión y acción pastoral.

C) LA PASTORAL DE CONJUNTO

Rica experiencia postconciliar

Desde los tiempos del postconcilio, numero-sas diócesis del Continente vienen luchando porlograr una pastoral de conjunto o pastoral orgáni-ca. En muchas de ellas ya es el modo ordinario detrabajar. Fue el Documento de Puebla el quepropuso la pastoral planificada como «la respues-ta específica, consciente e intencional a las nece-sidades de la evangelización» (DP 1306) en estastierras. Los esfuerzos han sido numerosos y tam-bién los frutos, pues nada genera mayor desalien-to en la acción pastoral que la improvisación, lasacciones paralelas y hasta contrapuestas, quetodavía no suelen faltar.

La pastoral de conjunto, signo de conversiónpastoral

La pastoral de conjunto es el objetivo de todaplaneación pastoral. Aparecida reconoce los avan-ces «en la estructuración de la pastoral orgánica»(A 99g) y se alegra por ello, pues hace posible quela diócesis cumpla su cometido respecto a lacomunión y a la misión (Cf. A 169). En efecto, elplan de pastoral es un signo operativo de laeclesiología de comunión y de conversión pasto-ral. Toda auténtica pastoral está llamada a serorgánica o de conjunto, pues de otra manera noexpresa suficientemente el misterio de la Iglesiay puede desviarse hacia la uniformidad o hacia ladispersión. La planeación pastoral, si se hace encomunión y participación bajo la guía del EspírituSanto, debe lograr que cada miembro de la Iglesiapueda «evangelizar de un modo armónico e inte-grado en el proyectó pastoral de la Diócesis» (A169) y así pueda ser verdadero discípulo y misio-nero de Jesucristo.

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PROGRAMAR DESDE LA CONVERSIÓN PASTORAL

Para pasar del «gris pragmatismo que envuel-ve la vida cotidiana de la Iglesia» (A 12) a la«belleza y alegría de ser cristianos» (A 14), nece-sitamos «recomenzar desde Cristo» mediante unaEspiritualidad de comunión concretizada en unplan orgánico de pastoral,

Para eso debemos precisar el qué, mediante unanálisis de la realidad a la- Luz de la Palabra deDios con su marco doctrinal, diagnóstico ilumi-nado y objetivos concretos y coherentes; el cómo,en donde debe brillar la Creatividad y la sabiduríapastoral; el cuándo y el dónde requieren capaci-dad de discernimiento para descubrir la voluntadde Dios en el momento oportuno, y los quiénesdependerán del grado que conversión y compro-miso cristiano y misionero de los agentes de lapastoral.

El Documento de Aparecida nos propone al-gunos «pasos» concretos, que pueden servimosde guía para detectar algunos de los requerimien-tos de la conversión pastoral:l. Ante la vida sin sentido, Jesús nos revela el

amor de Dios y la comunión con la Trinidad (A109).

2. Ante la desesperanza del mundo sin Dios, Jesúsofrece la esperanza de la vida en la Resurrec-ción y la vida eterna (A 109).

3. Ante la idolatría de los bienes terrenales, Jesúspresenta la vida de Dios como supremo valor(A 109).

4. Ante el subjetivismo hedonista, Jesús proponeentregar la vida para ganarla (A 110).

5. Ante el individualismo, Jesús convoca a vivirjuntos (A 110).

6. Ante la despersonalización, Jesús ayuda aconstruir personalidades integradas (A 110).

7. Ante la exclusión, Jesús defiende los derechosde los débiles y la vida digna de todo serhumano (A 112).

8. Ante las estructuras de muerte, Jesús presentala vida plena (A 112).

9. Ante la naturaleza amenazada, Jesús nos con-voca a cuidar la tierra (A 113).

10. Ante una vinculación de siervos, Jesús nosquiere como amigos y hermanos (A 132).

11. Ante las estructuras parroquiales caducas, senecesitan estructuras misioneras y planes or-gánicos en diócesis, parroquias, comunidadesreligiosas, movimientos etc. (Cf A 365).

12. Ante un alto porcentaje de católicos sinconciencia eclesial, «se impone la tareairrenunciable de ofrecer una nueva modali-dad operativa de la Iniciación Cristiana» (A287).

13. Ante: una catequesis ocasional, se necesi-ta un itinerario catequético permanente quese extienda durante todo el arco de la vida(A 298).

14. Ante una pastoral del «pasivo esperar», hayque pasar a una pastoral del «activo buscar»,con nuevas estrategias (A 517i).

15. Ante el aferrase a métodos antiguos y unaactitud de defensa ante la nueva cultura (A513), hay que pasar a una nueva pastoral urba-na revisando y cambiando lenguaje, estructu-ras y hasta horarios (A 518a).

16. Ante fieles desconocedores del misterio deCristo, ofrecerles «un conocimiento profundode la Palabra de Dios de manera que, «por supropia experiencia, vean que las palabras deJesús son espíritu y vida» (SS. Benedicto XVI,Disc. Inaug. 3).

17. Ante una mariología meramente individual odevocional, descubrir a María «Madre de laIglesia, modelo y paradigma de la humanidad,artífice de comunión», y ver cómo «esta visiónmariana de la Iglesia es el mejor remedio parauna Iglesia meramente funcional y burocráti-ca» (A 268).

18. Ante la multitud de voces y de «maestros» quepretenden enseñar, «como hijos obedientes ala voz del Padre, queremos escuchar a Jesús(cf. Lc 9, 35) porque El es el único Maestro.Como discípulos suyos, sabemos que sus pala-bras son Espíritu y Vida» (Jn 6, 63).

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La Conversiónen los Agentes de Pastoral

Nicola de Martini

Introducción

Para que la parroquia llegue a ser, de acuerdoa las indicaciones del Concilio Vaticano II:- una encarnación de la Iglesia;- una realización concreta de la Iglesia; y- una manifestación visible de la Iglesia,

es necesario que se produzca una profundaconversión en los agentes de pastoral.

Convertirse a Dios

Dios no es un monopolizador centralista.El estilo adoptado por Él para que sus iniciati-

vas de salvación se vayan realizando en el tiempoha sido pedir la colaboración del hombre.

Los santos han sido precisamente aquelloshombres que hansino los más ade-cuados para co-laborar en la obrasalvífica, porquehan estado másdisponibles:- La historia de la

salvación ini-ció con aquelgigante de la feque se llamaAbraham.

- La liberación del pueblo hebreo de Egipto fueobra de aquel hombre aferrado a Dios llamadoMoisés.

- Los profetas, que más incisivamente hicieronmadurar espiritualmente al pueblo en la fe au-téntica, fueron santos.

- Los apóstoles, que llevaron el Evangelio deJesús hasta los confines del mundo conocido,

fueron hombres invadidos totalmente por elEspíritu Santo.

- A través de los siglos, los grandes cambiosespirituales obrados en la Iglesia y las grandesconversiones de los pueblos se dieron gracias ala acción de santos.Los agentes de pastoral no deben eludirse de

cambiar el rostro de su parroquia, y sólo puedenhacerlo convirtiéndose a Dios para entregarse aconstruir su Reino apasionadamente, es decir,siendo santos.

Dejarse guiar por el EspírituSan Pablo dice que el cristiano debe:

- «Caminar en el Espíritu» (Ga 5,16).- «Dejarse guiar por el Espíritu» (Ga 5,18).

- «Viviren el Espíritu»(Ga 5,25).

Esa exhorta-ción de san Pa-blo vale para to-dos los cristia-nos, sobre todopara los evan-gelizadores yagentes de pas-toral.

Todos aque-llos que están más comprometidos de un modoespecífico en la misión de la Iglesia, deben dejar-se guiar por el Espíritu de Dios.

¡Ay de aquellos agentes de pastoral que quie-ren llevar adelante su propia obra, en lugar de laobra de Dios!

El operario de la acción pastoral debe poner enlas manos de Dios, tanto su trabajo apostólico,

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como a los destinatarios o interlocutores del mis-mo, y debe dejarse conducir dócilmente por Dios.

Ser testigos

El testimonio es una proclamación del Evan-gelio hecha con la vida.

La Palabra de Dios tiene fuerza y poder por símisma.

Pero resulta irresistible sólo cuando encuentraautentificación en la vida de quien la anuncia, yde la comunidad cristiana.El testigo cristiano presenta cuatro características:- Es alguien que ha tenido una fortísima experien-

cia de Cristo.- Es alguien cuya vida ha sido transformada

radicalmente a partir de ese encuentro con Cris-to.

- Es alguien que convierte, inquieta, cuestiona,arrastra, transforma, a los demás.Si estudiamos la Biblia nos damos cuenta que

estas cuatro características marcan la existenciade todos los testigos: desde Moisés, pasando porlos profetas, a los apóstoles, a san Pablo, y hastalos santos de todos los tiempos.

El agente de pastoral debe demostrar con suvida que lo que anuncia es verdadero, a través desu amor a Dios, mediante su amor al prójimo, sucompromiso fiel, su gozo, su paciencia, su paz.

Ser testigos contemplativos

a) El contemplativo, en cuanto hombre de fe,parte de una verdad elemental pero decisiva:Dios está presente en la historia.«He visto la aflicción de mi pueblo en Egipto,

he escuchado los lamentos que le arrancan susopresores… Y he descendido para liberarlo, parahacerlo salir de aquella tierra, y llevarlo a unatierra buena y espaciosa» (Ex 3,7-8).

«El Verbo se hizo carne, y plantó su tiendapara acampar en medio de nosotros» (Jn 1.14).

Esta revelación lleva al agente de pastoral aescrutar los signos de la presencia de Dios en lahistoria y seguirlos, a descubrir sus apelaciones yresponderlas.

Su acción pastoral no caerá como lluvia delcielo, sino que será una humilde adhesión a lavoluntad de Dios presente y actuante en medio desu pueblo.

Quien lee el Éxodo se queda con la impresiónde que Moisés y Dios se comportan como laesposa con el esposo: Moisés no toma ningunadecisión sin consultar con el Dios de la liberación,con el Dios de la Alianza, con el Dios que caminadelante de su pueblo.

Del mismo modo debe obrar el evangelizadory agente de pastoral.b) El contemplativo descubre además una rea-

lidad aún más profunda: Dios está presenteen el corazón del ser humano.La promesa que Dios había hecho en el Anti-

guo testamento, que regalaría al hombre su Espí-ritu, se mantuvo en las grandes crisis, y halló supleno cumplimiento en el acontecimiento de Pen-tecostés.

Esta realizad es lo que nos hace decir que Diosse hizo hombre para que el hombre se hicieraDios. Que Dios es simpático para el hombre y elhombre le cae bien a Dios; que el cristianismo sehizo para el hombre, y el hombre está hecho pararealizarse en el cristianismo.

Basta que ayudemos a las personas a ser since-ras y escuchar… y escucharán la voz del Espírituque habla dentro de ellas.

Basta quitar las incrustaciones de egoísmo ymundanidad que el pecado ha ido pegando ytejiendo en su corazón, y de su corazón brotará elcristianismo auténtico.

Lo que hizo Jesús fue explicar con claridad lasexigencias más hondas que desde la creaciónestaban escondidas en el corazón del hombre.

Por tanto, elaborar un plan de pastoral no es otracosa que dar cuerpo, visibilidad histórica,concretización, a aquello que ya estaba presentedentro de las personas y las situaciones. Se trata derevelar y poner en palabras y gestos lo que el Señordice y que la humanidad vive como vocación.

Ser servidores

Jesús revoluciona el concepto de autoridad:

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- Toma la condición de siervo.- Lava los pies de los apóstoles.- Da la vida por sus amigos.

Quien tiene autoridad debe hacerse siervo deDios y servidor de todos.

El concepto que Jesús tiene de autoridad seconfirma en la realidad del cuerpo humano, con elcual san Pablo compara a la Iglesia.

En el cuerpo humano, cada órgano, si sirve alos demás órganos del cuerpo:- Tiene valor.- Es útil.- Ejerce poder.

Si el ojo no ve, ya no sirve al cuerpo y ya novale.

Así también, cada discípulo de Cristo, sobretodo aquel que tiene autoridad:- No debe estar por encima de los demás.- No debe contentarse con ser igual a los demás.- No debe estar por debajo del nivel de los demás.

Aunque tratándose del nivel de dignidad per-sonal, todos los hombres son iguales, en el dina-mismo del Cuerpo místico de Cristo, la autoridades un servicio mediante el cual se coloca volunta-riamente por debajo de los demás, en el sentido deque debe descubrir el proyecto de Dios sobre supueblo y a través de su pueblo, y debe ponersetotalmente al servicio de este proyecto amoroso yliberador.

En el plano pastoral, se trata de dar, no lo quetenemos, ni lo que creemos que es útil para losdemás, sino lo que Dios pide a su pueblo.

Por eso necesitamos despojarnos de nuestrasideologías y seguridades.

La parroquia no puede funcionar verdadera-mente si nosotros nos colocamos como centro deella. Al centro debe estar el pueblo, o mejor dicho:Dios que está presente en su pueblo.

Así, los agentes de pastoral serán:- No dueños o patrones.- No maestros y guías.- No actores egocéntricos.

- Sino humildes servidores de Dios presente en elcorazón del pueblo.

Tener sentido de lo provisorio

El pastor no inventa un proyecto propio, sinohace suyo el proyecto del Señor. Por tanto, estádispuesto a cambiar cuando es necesario.

Objetivos, metas, métodos, instrumentos, or-ganizaciones… todo es provisorio.

Esto comporta dos cosas:- Estar siempre dispuestos a cuestionar todo y

volverlo a sistematizar.- Y al mismo tiempo hacer todo con el empeño

que exige una decisión definitiva.Así evitamos dos formas muy cómodas de

vivir:- No querer definir nunca nada en nombre de una

disponibilidad mal entendida.- Tener todo definido y estabilizarse sin cambios.

La provisoriedad es:- Camino hacia la plenitud.- Peregrinación hacia la patria.- Prontitud para responder.- Fidelidad al paso de Dios en la historia de su

variado pueblo.Esto, en términos piadosos, significa la revi-

sión periódica y sistemática del proyecto pasto-ral, y en términos técnicos se llama evaluaciónpara un discernimiento.

Tener caridad pastoralJesús dice que el buen Pastor da la vida por sus

ovejas.El agente de pastoral debe amar a su pueblo

hasta dar por él toda su vida.Amarlo significa, pues, muchas cosas:

- Salir de sus propios esquemas mentales.- Comprender al pueblo.- Meterse en su pellejo.- Ponerse de su parte.- Aceptarlo como es.- Entregarse totalmente, no a cuentagotas.

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- Rogar por él, como Moisés intercedía en lamontaña.

- Sacrificarse por él, como Jesús lo hizo en laCruz.

- Estar a su lado en las dificultades.- Caminar junto con él.- Participar en sus gozos, sus tristezas, sus angus-

tias.- Tener iniciativa y creatividad pastoral, pues el

amor es fecundo.- Inventar palabras y gestos que revelen este amor

y sean capaces de suscitar una respuesta.

La recuperación de la ascesis

En las épocas anteriores al Concilio, la disci-plina, la ascesis, el sacrificio, la mortificaciónvoluntaria, se consideraban exageradamente comovalores en sí mismas, no tanto en función de lapersona.

Después, como una reacción, se llegó al extre-mo opuesto: menospreciarlas, rechazarlas, igno-rarlas, no valorarlas, cuestionarlas.

Pero el proyecto de renovación de una parro-quia requiere sacrificio y ascesis.

Porque es una disciplina que implica renun-cias cada uno de sus pasos y actitudes:- Análisis pastoral de la realidad.- Diagnóstico de la parroquia.- Programación periódica en comunión y partici-

pación.- Fidelidad al Plan diocesano y a la programación.- Apertura y flexibilidad mental.- Capacidad de cambiar lo que deba ser cambia-

do.- Paciencia en la progresividad.- Humildad para elaborar juntos, decidir juntos y

actuar juntos…

Otras disposiciones

a) Una actitud de sincera autocrítica:

Muchas veces es preciso reconocer que noshemos equivocado.

b) Liberación del culto a los propios esquemaspastorales:

Cada agente ha vivido experiencias que le handejado huella y le han marcado un estilo detrabajo, con sus convicciones y habilidades.

Es fácil que se encierre en sus esquemas, comoen una cápsula. Es fácil que crea que ya se las sabede todas todas. Y entonces pierde el ansia porbuscar y explorar. Y mira con desconfianza, o concompasión, o con aires de autosuficiencia, laspropuestas pastorales que se le ofrecen.c) Un cambio de mentalidad y de corazón:

Sería inútil cambiar métodos, si no cambiantambién las actitudes interiores.d) Un modo nuevo de tratar al pueblo:

No se le considera un destinatario pasivo yuniforme de una acción que viene de lo alto.

El pueblo es un compañero de viaje y revela-dor del proyecto de Dios.e) Mayor confianza en los laicos:

- Tienen muchas riquezas escondidas.- Son indispensables para llegar a ciertos ambien-

tes y realizar ciertas intervenciones pastorales.- Están dispuestos a ayudar en cuanto se les

interpele de modo adecuado.- Son parte de la Iglesia y participan de su misión

por derecho propio desde su Bautismo.f) Mayor esperanza:

Esta esperanza implica:- Confianza en Dios.- Confianza en el pueblo.- Confianza en sí mismo.- Valor para jugarse el todo por el todo.- No estar atado a nada ni a nadie.- Valor para recibir las continuas sorpresas de

Dios.g) Apertura:

Aceptar en principio los aportes que se nosofrecen, sin juzgarlos de antemano desde nues-tros prejuicios, o destruirlos con crítica mordazque paraliza.

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ORACIÓNPOR LA MISIÓN CONTINENTAL

(Para rezarse antes de la Bendición de la Misa)

Dios Padre todopoderoso,que fortaleces y acompañas con tu Espíritua la Iglesia que peregrina en la tierra,concédenos la gracia de comprometernosen la Misión continental,iluminados por nuestro IV Plan de Pastoral,para ser en verdad discípulos misioneros,alimentados por la Palabra y la Eucaristía,fuente y cumbre de la vida y misión de la Iglesia.

Que la intercesiónde la santísima Virgen de San Juan,nuestra madre y patrona,y el testimoniode nuestros santos y beatos mártires,nos ayuden a llevar el Evangelioa todos, cercanos y lejanos,especialmente a las familias de nuestra diócesis.

Por Jesucristo nuestro Señor.

EL SEÑOR LLEGEL SEÑOR LLEGEL SEÑOR LLEGEL SEÑOR LLEGEL SEÑOR LLEGAAAAA— El Señor vino; el anunciado por los profetas. El ansiado por nuestros hermanos

del Antiguo Testamento, vino, sin demasiado ruido. Vino, y muchos no se ente-raron, ni hoy otros, son sensibles a su llegada.

— El Señor vino; sigue viniendo y vendrá al final de los tiempos. Lo tenemos y no lovemos. Pero, al final, se presentará de una manera definitiva y para siempre. Enesa dirección, también nos movemos.

— El Señor viene; eterna presencia y, a la vez, sensación de ausencia. Lo palpamosy se nos escurre entre las manos. Lo poseemos pero, nos invita a seguir espe-rándolo. Es la tensión del que sabe que, Jesús, ha venido pero todavía está porvenir.

— El Señor vino; se revistió de nuestra humanidad para que el hombre alcanzara laDivinidad. Lo esperaban entre oropeles y vino en la humildad de un pesebre.Lo añoraban en palacios y se dejó adorar en la sobriedad de una cueva.

— El Señor vendrá; al final de los tiempos. Y, cuando venga, ¿encontrará fe en latierra? ¿Vigilantes de su llegada? ¿Heraldos de su amor? ¿Mensajeros de su rei-no?

— El Señor vendrá; cuando menos lo esperemos. Cuando parezca que todo se haperdido. Cuando, incluso, muchos crean que Dios quedó para siempre dormi-do. El Señor, aunque nos parezca mentira, vendrá.

— El Señor viene; en cada oportunidad que le damos para vivir en medio de lascosas de cada día. En la mente despierta y expectante. En las almas que, lejosde desesperar, viven alegres, dinámicas, optimistas y eternamente jóvenes,porque esperan.

— El Señor vino; porque encontró personas bien dispuestas. Una madre como cobi-jo. Un padre con humilde vara de mando. Un ángel mensajero anunciando sullegada por todo el valle.

— ¡Abran! ¡Abran de par en par las ventanas de su existencia! Para que, cuandoDios llegue en la humildad de Jesús, no las encuentre cerradas.

— ¡Abran! ¡Abran y no cierren las puertas de su esperanza! Para que, cuando Diosse presente con rostro humano en la tierra, encuentre hombres y mujeres quele esperan.

— Si el Señor vino…….en cualquier momento, puede llegar. ¿No lo oyen? ¡Estáviniendo!

Por Javier Leoz













Por Javier Leoz













Por Javier Leoz

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