rowe c. Éticagriega

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Ética griega según Rowe

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  • Rowe Christopher, Introduccin a la tica griega, Breviario # 283, Mxico 1979, FCE El punto de partida de la filosofa moral griega, desde los sofistas del siglo V hasta los del perodo helenstico, es la cuestin de cmo debe vivir un hombre su vida; de cul es el bien ltimo humano. Qu es la felicidad, eudemona? As, Platn nos pide elegir entre una vida de justicia y una vida de injusticia. Trata de mostrar que el bien es fundamental para la felicidad al igual que Scrates. P. 9 Si el obrar rectamente es parte de la felicidad, entonces, en el anlisis de la felicidad tiene que figurar una cuenta y razn de los criterios que regirn las decisiones morales de las cuales depende. Debemos vivir una vida virtuosa. P.p.10-11 A pesar de la generalidad de sus conclusiones, la tica griega tiene un tono predominantemente moralista. Su finalidad primordial no es la de aclarar nuestro entendimiento, sino la de inculcarnos un conjunto de valores. P. 12 Tanto Platn como Aristteles haban considerado a la tica como parte de la ciencia de la poltica, cuya funcin era la de proporcionar las condiciones en las que los individuos miembros de una comunidad podan alcanzar la felicidad. P.p. 15-16 La filosofa moral se destaca: el problema de la justificacin de las creencias morales y el problema del conocimiento moral. P. 17

  • Es fcil caer en el vicio de hablar acerca de modelos de teoras histricas, basndonos en nuestros propios supuestos e ideas, y no en las teoras mismas, los filsofos griegos son dignos de que se les considere por sus propios mritos. P. 19 Lo que me propongo es ofrecer una interpretacin directa y continua del material antiguo, la experiencia me ha convencido de que ste es el mejor mtodo para una introduccin; proporciona al menos algn fundamento slido. P. 20 Pero s puede decirse de los sofistas que su irreverente actitud respecto de las suposiciones tradicionales fue el estmulo principal que impuls el desarrollo de la filosofa tica sistemtica. P. 39 Problema socrtico: o sea, el problema de cmo desenredar al Scrates real, histrico, del Scrates que aparece, comnmente en el papel principal, en la mayora de los dilogos platnicos. Se acepta universalmente ahora (por lo que s) que el Scrates de Platn, al menos en una determinada etapa, se convierte en el vocero de ideas que el Scrates histrico o bien no sostuvo o bien no poda haber sostenido. El fundamento de esto es esencialmente el testimonio de Aristteles, quien afirma categricamente que Scrates no suscribi la llamada teora de las formas que Platn pone en sus labios en el Fedn. La Repblica y otros dilogos. P. 41 Un rasgo caracterstico de los primeros dilogos es que terminan con una declaracin de Scrates, en el sentido de

  • que l y sus acompaantes en la discusin no se encuentran en mejor situacin que cuando comenzaron; todava no saben cul es la naturaleza de la templanza, o de la piedad, o del valor, o lo que quiera que sea que haya constituido el tema de la discusin. P. 42 La declaracin de ignorancia es algo que el Scrates de Platn hace frecuentemente; y Aristteles haba odo hablar de ello tambin, porque nos dice que Scrates sola hacer preguntas sin ofrecer respuestas; pues confesaba que no conoca las respuestas (Sophistici Elenchi 183b 7-8) p. 42-43 () parece ser plausible considerar el tono de los primeros dilogos como si fuesen autnticamente socrticos. Es tambin significativo que el abandono de este tono aportico sea ms o menos contemporneo de la introduccin de la teora de las formas en los dilogos. P. 43 En otro punto estn nuevamente de acuerdo Platn, Aristteles y Jenofonte: en que el inters principal de Scrates era la tica. Platn nos lo representa diciendo que se haba interesado un tiempo en la filosofa natural, la cual abandon al descubrir que no le poda proporcionar las respuestas que deseaba; Aristteles dice simplemente que se ocup de cuestiones ticas y para nada de la naturaleza en general (Metafsica 987b 1-2). Jenofonte dice lo mismo que Aristteles. El que discrepa en est ocasin es Aristfanes, en cuyas Nubes se caricaturiza a Scrates como hombre de ciencia y como maestro de retrica. Es patente, sin embargo, que el blanco de Aristfanes no es

  • tanto Scrates como el movimiento de los sofistas en general, con el cual, en la opinin popular, Scrates habra estado naturalmente asociado. P. 43 () las tempranas obras de Platn parecen constituir la mejor fuente en lo tocante a las actividades filosficas de Scrates (y especialmente la Apologa, en la que se le hace dar cuenta y razn de su vida). p. 44 () las primeras obras platnicas son las mejores fuentes con que contamos, su testimonio no es de fcil interpretacin. Ni si quiera aqu encontramos una exposicin completa y explcita de las ideas de Scrates ( y mal podramos encontrarla, al menos en los dilogos, puesto que aparentemente tienen como propsito pintarnos al Scrates real, el maestro de la ignorancia. Al principio la Apologa parece ser ms prometedora, pero tambin en ella hay lagunas importantes). Antes bien, nos vemos devuelta ante las dos notorias y problemticas paradojas que dicen que virtud es conocimiento y ninguno obra mal a sabiendas. P. 45 El meollo de la filosofa socrtica est constituido por el mtodo ejemplificado en los primeros dilogos platnicos: el del elenchos, o sujecin a prueba de las opiniones de una persona a travs de una serie de preguntas. (Caractersticamente, en estos dilogos, un personaje propone una definicin de lo que est considerando, la cual pasa en seguida a inspeccionar Scrates). En principio, este

  • probar es neutral; pero en la prctica se convierte casi siempre en una refutacin. Por tal razn, el mtodo de Scrates con frecuencia parece ser esencialmente negativo. Pero al mismo tiempo, afirma que persigue un fin moral en sus interrogatorios (en ninguna otra parte queda esto ms claro que en la Apologa): y ese fin es hacer que los hombres sean mejores. Al mostrar a la gente que no sabe lo que es el valor, o lo que es la templanza aunque creen saberlo- se piensa evidentemente que se est contribuyendo en alguna forma a su mejoramiento moral. P. 46 En este momento, es natural pensar en la primera de las dos paradojas, la de virtud es conocimiento. La virtud, parece decir Scrates, es saber lo que es la virtud, qu es lo virtuoso; o en otras palabras, el conocimiento es una condicin necesaria y suficiente del ser virtuoso. Dada tal opinin por ms extraa que nos parezca- resulta fcil comprender cmo podra concebirse que el mostrar a la gente su ignorancia era una manera de ayudar a mejorarla: slo cuando las personas reconociesen que no reunan el requisito del conocimiento de la virtud sera factible que comenzasen a tratar de poseerlo. Casi sin duda, sta es la manera como Scrates pens. Sus metas ltimas son totalmente positivas; slo que rara vez parecemos ir ms all de la parte primera y negativa del proceso. El propio Scrates tiene perfecta conciencia de esta crtica: de tal modo, en la Apologa nos presenta el trabajo de su vida como una desafortunada bsqueda del conocimiento. P.p. 46-47

  • Nadie posee el conocimiento que ha andado buscando. Si es ms sabio que todos (como pareca haber dicho el orculo de Delfos) es porque sabe que no sabe nada. Si prescindimos de los adornos mticos o literarios de este relato, se convierte simplemente en un reconocimiento de fracaso; o al menos, de un fracaso parcial. P. 47 Sentimos una gran tentacin de suponer que lo que Scrates consider verdaderamente importante no fue tanto el encontrar respuesta a la pregunta por la naturaleza de la verdad, como el estar preparado para formularla: La vida que no ha sido examinada dice- no es visible para el hombre (Apologa 38a). El ideal mismo tal vez sea inalcanzable en la prctica; lo que importa es que nos esforcemos por alcanzarlo. Entonces, hay muy poca distancia de esto a decir que la visin de Scrates es la del hombre entendido como ser maduro, responsable, que reclama al mximo su libertad para llevar a cabo su propia eleccin entre el bien y el mal, no slo en la accin sino en el juicio (Gregory Vlastos, The Philosophy of Socrates: A Collection of Critical Essays, p. 21). P.47 Pero es en extremo dudoso que Scrates quiera concedernos tal libertad de eleccin. De la mayora de los argumentos de los dilogos socrticos se desprende con evidencia que tiene algo ms que una vislumbre de la clase de normas que desea mantener, o en otras palabras, que hay ciertas virtudes y que stas tienen una sola definicin. P.p. 47-48.

  • Indudablemente, cada hombre debe reconocer la verdad por s mismo; el conocimiento que tiene presente Scrates no consiste probablemente en la habilidad para repetir como loro las reglas morales, sino ms bien en una cuestin de llegar a ver que hay algunas cosas que son, por ejemplo, justas o valerosas, o, si se prefiere, de relacionar las reglas morales con uno mismo, pero existe nicamente una verdad, cualquiera que pueda ser la forma que cobre. P. 48. As pues, el objetivo del mtodo socrtico es el de llegar a descubrir la naturaleza de la verdad. Pero qu encierra esto? Dicho de otro modo, qu anda buscando Scrates cuando pide una definicin? Su manera de proceder en diversas partes nos sugiere respuestas diferentes () Sin embargo, en ltima instancia, no caben mayores dudas de que lo que Scrates anda buscando es alguna manera de decidir si una accin es virtuosa o no. Su pregunta fundamental es la de cmo deberan comportarse los hombres? Luego esto se interpreta, como es natural, en funcin de las categoras de la conducta admisible entronizadas en la lengua griega y se convierte en qu es la justicia?, qu es el valor?, qu es la templanza? P.p.48-49 Virtud es conocimiento. Quiz se trata de un lema, el cual anuncia como he sugerido- que a menos de que un hombre tenga conocimiento no podr ser virtuoso; y tambin que si tiene el conocimiento, no puede dejar de ser virtuoso. Scrates pudo querer decir simplemente que el conocimiento es importante, no que es el nico factor. El conocimiento en cuestin ser en parte conocimiento de

  • esto. Pero es tambin un conocimiento del bien es decir, conocimiento de lo que es bueno para uno; y eso significa saber que el obrar valerosamente, con templanza o piadosamente es bueno en ese sentido, y que es malo obrar cobardemente sin templanza o despiadadamente. A veces se hace mayor hincapi en una que en otra: en la primera, cuando la discusin gira en torno a una virtud en particular; en la segunda, cuando el tema es la importancia de la virtud misma. La segunda clase de conocimiento marca la distincin entre el conocimiento moral, el saber que uno debe hacer algo, y el conocimiento de hecho, el saber que algo es as y no de otro modo; estriba la diferencia en que saber que uno debe hacer algo implica una ndole de compromiso de actuar. De lo que no cabe la menor duda es de que Scrates no crey que la simple posesin de un conjunto de definiciones lo convertira a uno en virtuoso. P.p. 51-52. La segunda paradoja ningn hombre obra mal voluntariamente est muy estrechamente relacionada con la primera. Si quienes obran mal lo hacen contra su voluntad, lo tienen que hacer o por ignorancia o sujetos a coaccin (): el vicio no es voluntario porque es resultado de la ignorancia. Y esto est directamente implicado en la primera de las paradojas. Si el hombre que tiene conocimiento no puede obrar mal (ya que su conocimiento incluye el conocimiento de que la virtud es lo mejor para l, y no puede actuar en contra de sus propios intereses), entonces el hombre que obra mal lo puede hacer nicamente porque carece de conocimiento. Nadie quiere hacerse dao a s mismo; as pues alega Scrates, nadie

  • quiere realmente obrar mal () el vicio es perjudicial y la virtud beneficiosa. En esto se apoya la concepcin de que el conocimiento es condicin suficiente de la virtud; y tambin la idea de que quienes hacen el mal no realizan lo que verdaderamente quieren hacer. P.p. 54-55 Ahora bien, es posible que Scrates quiera decir que el vicio es perjudicial en el sentido de que sea causa de una prdida material, o de respeto. Apologa 30a-b p. 55 La clave del verdadero sentido de la afirmacin socrtica de que el vicio es malo para nosotros est contenida en la analoga que establece entre el vicio y la enfermedad. El hombre posee una cosa llamada alma, la cual como el cuerpo, puede encontrase en buen o mal estado. Su buen estado, que corresponde a la salud corporal, es la virtud; su mal estado es el vicio. As pues, se supone que el vicio es malo para el alma de manera semejante a como la enfermedad le hace dao al cuerpo. (De ah la continua exhortacin de Scrates para que tengamos cuidado de nuestras almas) p. 56 Para comprender esto, necesitamos saber algo ms acerca del uso socrtico de la palabra alma (o ms bien psych, () puesto que la palabra es utilizada en los primeros dilogos sin anlisis o explicacin ( no as por su puestos, en los dilogos posteriores, como el Fedn o La Repblica), nos parece plausible suponer que Scrates la emple de manera considerablemente comn y corriente; es decir que su uso coincida bastante bien con el uso cotidiano de sus contemporneos () el alma que supuestamente

  • sobrevive a la muerte no es, sin duda, tan distinta del hombre interior o, si se prefiere, de la mente o de los pensamientos y las emociones de un hombre. P. 57 Probablemente Scrates crey en la posibilidad de otra vida despus de la muerte. Pero de ser as, careci de la certidumbre que Platn siente al respecto. En la Apologa se nos muestra patentemente agnstico: o bien los muertos no son nada y no tienen conciencia de nada, o bien se trata, como dice la gente, de un cambio de lugar para el alma, desde aqu hasta otro sitio (pero en cualquiera de los casos, probablemente ha de ser una cosa buena) Apologa 40c p. 55-Anteriormente en la misma obra, se queja de quienes pretenden saber lo que les reportar la muerte Apologa 29a-b. Si hubiese hecho depender su argumento del supuesto de la existencia de una retribucin divina despus de la muerte, sin duda se habra hecho culpable del mismo error que censura en otros. P. 56 Pero lo que piensa Scrates es que el vicio moral es como la enfermedad, no que es una enfermedad. Tener vicio en el alma significa encontrarse en mal estado moralmente; tener una enfermedad significa encontrarse en mal estado fsico. En lo que hace hincapi es en la importancia de poseer la virtud, de encontrase en estado virtuoso, y no tanto en la importancia de hacer cosas virtuosas. (Probablemente esto se deba a sus propsitos moralistas: su meta primordial es la recuperacin del paciente). Mi propia opinin es la de que, para los fines de su argumentacin, se apoy en la aseveracin de carcter general de que el vicio y la enfermedad son ambos

  • indeseables, son cosas que debemos evitar, y que no cal ms hondo. P. 58 Scrates sostiene no simplemente que el vicio es perjudicial, sino que es lo que ms dao hace de todo. Y a la inversa, que la virtud es supremamente beneficiosa: con tal que poseamos la virtud, la ms grande de las desgracias no podr afectarnos. Podramos llamar a esto la tercer paradoja socrtica: de la invulnerabilidad de la virtud. No hay mal que pueda ocurrirle al hombre Apologa 41d. Antes, haba indicado una opinin menos extremosa: Lo que me incumbe es persuadiros. De no cuidar ms vuestros cuerpos y todos los dems bienes (Apologa 30a-b). Esto implica que la virtud es valiosa como medio para los bienes externos (aunque, por supuesto, podra ser valiosa de otras maneras, al mismo tiempo; y en verdad, tiene que serlo () en tal caso, hay desgracias que pueden ocurrirle a un hombre bueno, aun cuando no puedan compararse con la desgracia de no ser virtuoso. P. 59 Scrates se halla atado a la opinin de que el aspecto esencial del hombre, en su calidad de agente moral (puesto que la felicidad estriba en el cuidado de la propia alma y el cuidar de la propia alma implica pura y simplemente el llevar una vida virtuosa). (Por consiguiente, el uso que hace de la palabra alma muestra una diferencia respecto de la acepcin comn y corriente; a saber, que lo que se entiende por hombre interior es lo mismo que se quiere decir al hablar del estado moral de un hombre). Lo que quiere decir es que la persona que es viciosa moralmente es mucho menos envidiable que el hombre cuyo cuerpo est enfermo,

  • puesto que el estado moral importa mucho ms que su estado fsico. Qu razn nos ofrece para pensar siquiera que la virtud (es decir, la conducta a la que l llama virtuosa) es algo apetecible; por no hablar de que pueda considerrsela como lo ms apetecible de todo? Podemos aceptar o rechazar la analoga que se establece entre el vicio y la virtud morales; pues an cuando existan algunas cosas que el vicio moral y la enfermedad tienen en comn, Scrates no nos puede mostrar que las dos cosas son semejantes. P.p. 59-60 El vicio moral les resulta doloroso a algunas personas; pero qu podremos hacer con aquel que no le resulta penoso?; que es precisamente la persona a la que dirige sus pensamientos Scrates; aparte del hecho de que evidentemente encontr la manera de llevar una vida congruente con su principal afirmacin; esto es, una vida que fue a la vez virtuosa y feliz. P. 60 (El retrato platnico ms completo de Scrates se encuentra en el Simposio 215a ss. Por su puesto, es un retrato idealizado, pero probablemente no demasiado alejado de la verdad. P. 60 El que fuese realizable su ambicin suprema o sea, la de encontrar razones universalmente vlidas para lo que crea- es una cuestin muy amplia () puede decirse que, aun en el caso de que el ideal de certeza resultase ilusorio, an seguira siendo importante la fundamentacin racional de las creencias morales. El simple hecho de su insistencia en la necesidad de la razn y de la argumentacin racional hara digno de rememoracin a Scrates. P. 60

  • Estos cuatro, el Gorgias, La Repblica, el Poltico y Las Leyes, son los ms importantes para comprender la filosofa moral de Scrates, y la forma en la que se desarroll. P. 62 El conjunto de la obra de Platn es autnticamente dialctica: en otras palabras, nos muestra a Platn discutiendo consigomismo y con otros, y en el transcurso de los debates, modificando continuamente su pensamiento, tanto dentro de cada uno de los dilogos como entre los mismos. Por supuesto, hay algunas creencias que Platn sostuvo a lo largo de su vida. Pero al igual que Scrates, no se contenta fcilmente. P. 62 Los dilogos (o por lo menos la mayora de los mismos) deben leerse como conversaciones, no como tratados cuidadosamente arreglados. Se quiere en ellos que cada punto de vista representado sea ponderado por nosotros, tal y como lo ponderan los que participan en la discusin; y tambin se quiere que las conclusiones a que finalmente se llega sean consideradas no como el producto de una sola mente, sino ms bien como los resultados aceptados de una discusin mltiple, en la que el lector mismo ha participado () lo que debe interesarnos no es meramente lo que l piensa, sino el argumento mismo. P.p. 63-64 La adopcin de Scrates a modo de personaje principal simboliza la relacin de la filosofa de Platn con la de Scrates. Probablemente Platn habra sido inconcebible sin Scrates. Pero lo que toma de l es reforzado, ampliado y, en algunos casos, dotado de una forma enteramente

  • nueva. (Se refiera a los dilogos de los perodos medio y posterior. P. 65 En el campo de la tica, el propsito primordial de Platn es proporcionar a las ideas capitales de Scrates la clase de respaldo de que carecen en su contexto original () esto lo conduce a adentrarse profundamente en dos campos que al parecer Scrates no toc: los de la metafsica y la poltica. En Platn estn entretejidas tres vetas inextricablemente: las de la tica, la poltica y la metafsica (vale para el caso de La Repblica). P.p. 65-66 Evidentemente, esto se halla muy estrechamente relacionado con las ideas del Scrates histrico. Tambin l insisti en la necesidad de tener un conocimiento pleno; y para l tambin, el conocimiento pleno signific no un simple saber acerca de lo recto y lo torcido, sino un conocimiento de lo mejor para uno. Pero jams so en la compleja estructura metafsica con la que estas ideas estn conectadas ahora (el caso de La Repblica por ejemplo). P.117