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ideas y valores · vol. lxii · suplemento n. o 1 • 2013 • issn 0120-0062 (impreso) 2011-3668 (en línea) • bogotá, colombia • pp. 73 - 84 “Pensar por sí mismo” y “Publicidad”* Margit Ruffing** Johannes Gutenberg-Universität Mainz - Alemania Resumen “Pensar por sí mismo” y “publicidad” son ideas que caracterizan a la Ilustración, pues determinan la reivindicación del uso de la razón, refiriéndola al “progreso” tanto del individuo como de la sociedad. Según Kant, el desarrollo de la capacidad cognitivo- racional del hombre es solo un lado del “pensar por sí mismo”. Que la razón sea desarrollada como conciencia de la capacidad de la moralidad, implica la necesidad de un pensar “más allá de sí mismo”. “Pensar por sí mismo” abre enton- ces la posibilidad del juzgar comprehensivo como capacidad hacia la “comunidad”, tanto en el sentido de una categoría formal de juicio lógico como en el de la idea racional de una república ideal. Palabras clave: I. Kant, Ilustración, moralidad, pensar por sí mismo, publicidad. * Traducido del alemán por Lisímaco Parra, Universidad Nacional de Colombia. ** mruffi[email protected]

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  • ideas y valores vol. lxii suplemento n.o 1 2013 issn 0120-0062 (impreso) 2011-3668 (en lnea) bogot, colombia pp. 73 - 84

    Pensar por s mismo y Publicidad*

    Margit Ruffing**Johannes Gutenberg-Universitt Mainz - Alemania

    ResumenPensar por s mismo y publicidad son ideas que caracterizan a la Ilustracin, pues determinan la reivindicacin del uso de la razn, refirindola al progreso tanto del individuo como de la sociedad. Segn Kant, el desarrollo de la capacidad cognitivo- racional del hombre es solo un lado del pensar por s mismo. Que la razn sea desarrollada como conciencia de la capacidad de la moralidad, implica la necesidad de un pensar ms all de s mismo. Pensar por s mismo abre enton-ces la posibilidad del juzgar comprehensivo como capacidad hacia la comunidad, tanto en el sentido de una categora formal de juicio lgico como en el de la idea racional de una repblica ideal.

    Palabras clave: I. Kant, Ilustracin, moralidad, pensar por s mismo, publicidad.

    * Traducido del alemn por Lismaco Parra, Universidad Nacional de Colombia.** [email protected]

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    departamento de filosofa facultad de ciencias humanas universidad nacional de colombia

    Margit Ruffing

    Thinking for Oneself and Publicity

    AbstractThinking for oneself and publicity are characteristic traits of the Enlightenment since they vindicate the use of reason by relating it to the progress of both the individual and society. According to Kant, the development of mans cognitive-rational capacity is but one aspect of thinking for oneself. The fact that reason is developed as the awareness of the moral capacity entails the need of thinking beyond oneself. Thus, thinking for oneself opens up the possibility of comprehensive judgment as a capacity aimed at the community, both in the sense of a formal category of logical judgment and of the rational idea of an ideal republic.

    Keywords: I. Kant, Enlightenment, morality, thinking for oneself, publicity.

    Pensar por si mesmo e Publicidade

    ResumoPensar por si mesmo e publicidade so ideias que caracterizam a Ilustrao, pois determinam a reivindicao do uso da razo ao referi-la ao progresso tanto do indivduo quanto da sociedade. Segundo Kant, o desenvolvimento da capaci-dade cognitivo-racional do homem somente um lado do pensar em si mesmo. Que a razo seja desenvolvida como conscincia da capacidade da moralidade, im-plica a necessidade de um pensar mais alm de si mesmo. Pensar por si mesmo abre, ento, a possibilidade do julgamento compreensivo como capacidade co-munidade, tanto no sentido de uma categoria formal de juzo lgico quanto no da ideia racional de uma repblica ideal.

    Palavras-chave: I. Kant, Ilustrao, moralidade, pensar por si mesmo, publicidade.

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    Los dos conceptos mencionados en el ttulo son ideas que carac-terizan a la Ilustracin, pues determinan de manera ms puntual la reivindicacin del uso de la razn, refirindola al progreso tanto del individuo como de la sociedad. Pero, segn Kant, el desarrollo de la capacidad cognitivo racional del hombre es solo un lado del pensar por s mismo. Resulta decisivo que la razn sea desarrollada como conciencia de la capacidad de la moralidad. Esto implica a su tur-no la capacidad y la necesidad de un pensar ms all de s mismo, que Kant ha caracterizado, en distintos contextos reflexivos, como concordancia de o adhesin a juicios. Pensar por s mismo abre en-tonces la posibilidad del juzgar comprehensivo, como capacidad hacia la comunidad tanto en el sentido de una categora formal de juicio lgico, como en el de la idea racional de una repblica ideal. Pensar por s mismo es, a la vez, el fundamento del actuar moral que exi-ge poder pensar en el lugar del otro, que Kant ha formulado en la Antropologa como una mxima para la sabidura. Pero una comuni-dad poltica bien lograda, es decir, el desarrollo de la repblica civil, requiere de la publicidad, un concepto que supone mucho ms que la libertad de opinin o de expresin. Como criterio para la legitimidad de las mximas, la exigencia kantiana de la publicidad significa nada menos que la de la condicin de posibilidad de reconocer y convenir una voluntad comn.

    Como es sabido en el contexto de la filosofa de Kant, pensar por s mismo y publicidad son objeto de mximas que conciernen a la praxis de la razn, es decir, al cumplimiento de la actividad racional en todo su alcance,1 y en lo que sigue sern presentadas en tal sentido. Pero tambin puede tomarse como punto de partida que el pensar por s mismo involucra determinaciones tericas o presupuestos de la razn prctica que contribuyen a un esclarecimiento terico-episte-molgico de la publicidad, que es el criterio del pensamiento ilustrado.

    Y con este ltimo aspecto quiero comenzar mi exposicin: 1) la relacin terica entre pensar por s mismo y publicidad se ve lo ms claramente posible en el sensus communis, del que Kant trat en la Crtica del Juicio con relacin al juicio de gusto, pero que me parece que tambin es la condicin de posibilidad de la publicidad. En rela-cin con la praxis o actividad de la razn, pensar por s mismo es, en palabras de Kant, la mxima de la auto conservacin de la razn. Con lo anterior se dice que no se trata tan solo de una expresin de la

    1 Con esto se quiere decir que no solo se trata del pensamiento mismo y de la co-municacin de pensamientos, sino tambin de la capacidad humana para la moral fundada en la razn. Sobre la significacin del concepto de publicidad en Kant existe un extenso anlisis en la monografa de Klaus Blesenkemper.

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    conciencia ilustrada, sino tambin del presupuesto para el proceso de ilustracin real y experimentable, es decir, para el progreso moral de la humanidad en la historia. 2) Este puede verse o comprobarse una vez ms con la ayuda de las mximas del derecho que Kant, en el escrito sobre la paz, amarra a la publicidad. Este es el segundo punto que abordar.

    Como es conocido, segn Kant, el pensar pertenece al enten-dimiento como su actividad especfica. Esta actividad, es decir, el pensar del entendimiento, consiste en partir de categoras a priori para concebir y enjuiciar la experiencia dada y percibible en la in-tuicin. Pero el pensar por s mismo ha de ser entendido en un sentido ms abarcador y fundamental. A saber, el pensar por s mismo en-sancha el concepto del pensar, en la medida en que tambin implica la auto-reflexin filosfica de las facultades del conocimiento, lo que para Kant significa, ante todo, la crtica de la razn como suprema facultad de conocimiento. Pero esto es tarea de la filosofa: la filosofa, a la que ciertamente todo le concierne (cf. L, Ak. IX 23), est obligada al uso libre y propio de su razn, al que el filsofo, como pensador por s mismo, ha de recurrir (cf. L, Ak. IX 26). La idea de libertad unifica, como ningn otro concepto de la razn, las filosofas terica y prctica, y solo el pensar por s mismo como actividad de la razn puede producir dicha idea. Precisamente a ello se refiere Kant cuan-do, en la Crtica de la razn pura, escribe: La razn se crea la idea de una espontaneidad que pudiera comenzar por s misma a obrar (KrV, B561). Pero, al mismo tiempo, precisamente esta razn filosficamente reflexionante y reflejada (en cuanto que disuelve la tercera antinomia), y que tambin piensa por s misma en sentido prctico, constata que en el hombre reside una facultad de determinarse a s mismo inde-pendientemente de la coaccin mediante impulsos sensibles (KrV, B562). La crtica de la razn especulativa, tal como se muestra por ejemplo aqu en la disolucin de la antinomia, puede fungir como efecto y expresin en la filosofa del pensar por s mismo, metdica-mente enseado y, por as decirlo, profesional. Pero precisamente ello tambin depende entonces, en ltimas, de lo que la razn pura, que se critica a s misma, d a conocer, a saber, los ms altos fines que nos proponemos cuando queremos hacer uso de nuestro entendimiento: Qu uso podemos hacer de nuestro entendimiento, incluso con mi-ras a la experiencia, si no nos proponemos fines? Pero los fines ms altos son los de la moralidad, y solo una razn pura puede drnoslos a conocer (KrV, B844/A816).

    As pues, en su empleo filosfico, tanto terico como prctico, pensar por s mismo es un elemento central y fundamental del pen-samiento kantiano, expresin y fundamento de la (auto) crtica de la

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    razn, y con ello de la idea crticamente producida es decir, creada de la razn de la libertad trascendental y del conocimiento de los ms altos fines de la moralidad.

    Pero el pensar por s mismo, segn Kant, tambin juega un papel central en el campo del entendimiento comn, o en el de la auto comprensin (no filosfica) del hombre como un ser libre y moral. Es el ncleo de una antropologa filosfica, y representa con ello mu-cho ms, y ms esencial, que una declaracin sobre la capacidad de reflexin de las facultades humanas de conocimiento. En pro de esta tesis se podran aducir diversas citas.2

    La significacin fundamental del pensar por s mismo como constante antropolgica se muestra con claridad indirecta, pero no por ello menos notable, en el hecho de que Kant, en el contexto de la definicin y explicacin del sensus communis, recurra a las mximas del comn entendimiento humano.3 En la Crtica del juicio se dice:

    Por cierto que las siguientes mximas del comn entendimiento humano no pertenecen, como partes, a la crtica del gusto; pero pueden servir a la dilucidacin de sus principios. Son las siguientes: a) pensar por s mismo; b) pensar en el lugar de cada uno de los otros; c) pensar siempre en concordancia consigo mismo. La primera es la mxima del modo de pensar libre de prejuicios, la segunda del pensar amplio, la tercera del pensar consecuente. La primera es la mxima de una razn que nunca es pasiva. (KU, Ak. V 294)

    Una razn pasiva, prosigue Kant, no es otra cosa que la incli-nacin a la heteronoma, es decir, la renuncia a la libertad, o la necesidad de ser conducido por otro lo contrario del pensar por s mismo. Las mximas mencionadas, de las cuales la primera es el pensar por s mismo, esclarecen la operacin de la reflexin, que ha de poder consumar el sentido comn, que consiste, segn Kant,

    2 Prescindiendo de pasajes de la propia Antropologa en sentido pragmtico (vase: ApH, Ak. VII 139, 200), tambin son iluminadoras las declaraciones de Kant con res-pecto a su nueva doctrina del mtodo, el mtodo zettico, segn el cual tendra que proceder la filosofa, y que es presentada en la Nachricht von der Einrichtung seiner Vorlesung in dem Winterhalbenjahre 1765/66 (Ak. II 307). Sobre eso vase tambin mi artculo Selbsdenken und Wahrhaftigkeit- berlegungen zu Kants zetetischer Methode. Vase tambin la contribucin de Otfried Hffe Selbstdenken: Immanuel Kants Beantwortung der Frage: Was ist Aufklrung?.

    3 En su estudio Immanuel Kants Entwurf Zum ewigen Frieden, y ms concretamen-te en el captulo titulado Die Logik der ffentlichkeit, Volker Gerhardt destaca la connotacin poltica de las mximas del entendimiento humano comn, y alude a la tarea poltica particular de la manera de pensar ampliada, que, en la leccin de antropologa, tambin es llamada manera de pensar liberal (cf. ApH, Ak. VII 228).

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    en hacer abstraccin del atractivo y la emocin, cuando se busca un juicio que deba servir de regla universal. As pues, en el concepto del sensus communis yace la idea de un sentido comunitario, que es caracterizado como capacidad de enjuiciamiento que en su reflexin toma en consideracin, en pensamiento (a priori), el modo de repre-sentacin de cada uno de los otros para, por as decirlo, atener su juicio a la totalidad de la razn humana [] (KU, Ak. V 294). El presupuesto para esta as llamada operacin de la reflexin (descrita detallada-mente en el contexto original)4 es el pensar por s mismo, es decir, la facultad fundamental de la razn como actividad; solo mediante este (subjetivo) ser activo resulta posible que, en el hallazgo (objetivo) de un juicio, tambin se piense en el lugar de cada uno de los otros o pensar en concordancia consigo mismo. De ah que la mxima del pensar por s mismo, como manera de pensar libre de prejuicios, se diferencie de las dems nombradas, as como de la manera de pensar clasificatoria del pensar reflexionante del entendimiento; tambin se podra hablar de una actitud espiritual, que es especfica para cada hombre, y que puede y debe ser realizada por cuanto la razn nunca es pasiva y, entonces, siempre es activa.

    Los mismos principios son mencionados en la Antropologa como mximas de la sabidura. Y aqu se cierra un crculo, pues la cien-cia necesita de la sabidura; la ciencia adquiere su valor interno y verdadero solo en cuanto que rgano de la sabidura (cf. L, Ak. IX 26). En otras palabras, esto significa que todo conocimiento cientfi-co que aspira a la objetividad debe poder ser referido a las mximas mencionadas, pues tambin los conocimientos cientficos han de ser compatibles con los ms altos fines que razonablemente podamos

    4 El texto original en el contexto: Pero bajo el sentido comn se debe entender la idea de un sentido comunitario, esto es, de una facultad de enjuiciamiento que en su re-flexin toma en consideracin, en pensamiento (a priori), el modo de representacin de cada uno de los otros para, por as decirlo, atener su juicio a la totalidad de la razn humana y as eludir la ilusin de que, partiendo de condiciones privadas que fcil-mente pueden ser tenidas por objetivas, tendran un influjo perjudicial sobre el juicio [] lo que solo sucede cuando uno atiene su juicio no tanto a otros juicios reales, sino ms bien meramente posibles, y se pone en el lugar de cada uno de los otros, en la medida en que simplemente se hace abstraccin de las limitaciones que casualmente se adhieren a nuestro propio enjuiciamiento; lo cual, a su vez, es realizado mediante el dejar de lado tanto como sea posible lo que es materia en el estado de la representa-cin, esto es, sensacin, y atendiendo exclusivamente a las peculiaridades formales de su representacin o de su estado representacional. Ahora bien, tal vez esta operacin de la reflexin parece demasiado artificial como para atribursela a la facultad que lla-mamos sentido comn; pero ella solo as lo parece cuando se la expresa en frmulas abstractas; en s, nada es ms natural que hacer abstraccin de encanto y emocin, cuando se busca un juicio que debe servir de regla universal (KU, Ak. V 294).

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    reconocer. Aqu, en el pensar por s mismo, reside la facultad espe-cficamente humana de pensar de una manera tal que los resultados cientficos, filosficos y morales producidos o vistos por uno mismo o por otros puedan llegar a ser convertidos en convicciones propias. Para ello, ciertamente, estos han de ser comunicables y aptos de apro-bacin, lo que no equivale a que sean aptos para la mayora: no se trata de la cantidad, sino de la cualidad de la conformidad o aproba-cin, es decir, como dice el pasaje de la Crtica del juicio recientemente citado, de atener al mismo tiempo su juicio a la totalidad de la razn humana (KU, Ak. V 294).

    Como actividad originaria, el pensar por s mismo antecede al ponerse en el lugar de cada uno de los otros, y de esta manera es, al mismo tiempo, el presupuesto incondicionado de la comunicabi-lidad de un juicio, que es verdadero en el sentido de la concordancia con el objeto: obviamente que sin comunicabilidad tampoco hay pblico, ni esfera pblica ni publicidad. Hacia el comienzo del tercer apartado del Canon de la razn pura Del opinar, creer y saber (KrV, B848/A820 y ss.), la explicacin sobre la necesaria co-municabilidad del juicio objetivo comienza con una definicin: El tener por verdad es un acontecimiento en nuestro entendimiento que puede descansar en fundamentos objetivos, pero que tambin exige causas subjetivas en la mente de quien juzga. As pues, existe un tener por verdad suficiente objetivamente, cuando es vlido para cualquiera, solo con tal que posea razn (KrV, B848/A820). La comu-nicabilidad es as la piedra de toque de ese tener por verdad, que no solo debe expresar que un juicio sea vlido privadamente, sino tambin una conviccin objetiva suficiente acerca de la verdad del juicio. Es decir, que en estos casos debe ser posible comunicarlo, y encontrar que el tener por verdad es vlido para la razn de todo ser humano. Las formulaciones de Kant son muy cuidadosas, cuando califica a esta piedra de toque es decir a la posibilidad de comu-nicabilidad como externa, y cuando dice que

    [] la suposicin de que el fundamento de la concordancia de todos los juicios, a pesar de la diferencia de los sujetos entre s, des-cansar en el fundamento comn, a saber, en el objeto, con el que, por ello, todos concordarn, y mediante lo cual demostrarn la verdad del juicio. (KrV, B848/A821)5

    5 Es un hecho que los hombres pueden concordar en juicios, y, estrictamente hablando, Kant argumenta empricamente cuando se refiere a la comunicabilidad de los juicios. Las definiciones de opinar, creer, saber, conviccin y certeza que siguen a continuacin son derivadas de la definicin del tener por verdad, y Kant declara lapi-dariamente que no me detendr en la explicacin de conceptos tan comprensibles (KrV, B850/A822), antes de que los comente filosfico-trascendentalmente.

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    Para las explicaciones aqu citadas del Canon de la razn, es decir, para la totalidad de las determinaciones y reglas que valen para la razn, no se elabora ninguna argumentacin apriorstica general. Antes bien, Kant recurre una vez ms a un concepto de razn que alu-de al pensar por s mismo como actividad y facultad especficas, y que al mismo tiempo resulta tan comprensible como pensar por s mismo que cualquier ser dotado de razn puede estar de acuerdo con l.

    Esta concepcin es, a su vez, absolutamente fundamental para el segundo concepto del que quisiramos ocuparnos aqu: el de publici-dad. En el escrito Hacia la paz perpetua, Kant califica a la publicidad como principio trascendental (cf. EF, Ak. VIII 382), que habra de ser considerado como tico (perteneciente a la doctrina de la virtud), pero as mismo tambin como jurdico (concerniente al derecho humano) (EF, Ak. VIII 382). As pues, en este concepto se renen lo pblico y lo moral. Y en su empleo durante el siglo XVIII, pblico contiene los distintos momentos significativos de sabido de todos, ante la vista de todos, ostensible, publicus y comn, comunitario.6

    Una bella y sucinta exposicin de Kant se encuentra en los trabajos preparatorios para la Metafsica de las costumbres, ms exactamente en los que se refieren al derecho privado. All dice: Las mximas morales requieren de la publicidad cuando su fin moral solo es posible si todos los otros simpatizan asimismo moralmente, lo que no puede lograrse si uno no ha comunicado universalmente sus principios, eso es hacindolos pblicos (Ak. XXIII 320). Lo hasta aqu expuesto ha mostrado la conexin entre pensar por s mismo y comunicabilidad como operacin de la reflexin que explica juicios de experiencias objetivos, e incluso juicios de gusto, en trminos del tener por verdad y de adhesin. Tal como el pensar por s mismo hace las veces de piedra de toque del tener por verdad, as la publicidad es el criterio para el examen de la legitimidad de mximas, un modo de la conciencia comunitaria de los seres racionales, y como tal, con-dicin necesaria para la constatacin de la voluntad comn o del pueblo (en trminos polticos). Con ello entro en la segunda parte, y final de mis reflexiones, a saber: la relacin que existe entre pensar por s mismo y publicidad, por una parte, y la concepcin kantiana de ilustracin, por la otra.

    La inclinacin a la heteronoma, es decir, a la razn pasiva, de la que se habl en el contexto de la explicacin del sensus communis en la Crtica del juicio, es definida por Kant como prejuicio (cf. KU, Ak. V 294). El ms grande prejuicio, as contina, consiste en representarse a la naturaleza como no sometida a leyes naturales. Y es precisamente en

    6 Vase Blesenkemper (16 y ss.), en particular p. 26.

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    este contexto de la Crtica del juicio donde aparece la definicin kantia-na de supersticin, y la liberacin de la supersticin es ilustracin (ibd.). Ahora bien, con ello solo se ha mencionado el aspecto negati-vo: el de la superacin de prejuicios, de la liberacin de supersticiones irracionales. Pero para Kant se trata preferencialmente de la libertad para, y ante todo de la libertad para hacer uso pblico de su razn en todos los terrenos (WA, Ak. VIII 36),7 sirvindose de la mxima de su auto conservacin, la que segn Kant es, al mismo tiempo, mxi-ma de la ilustracin: pensar siempre por s mismo. Lo anterior ha sido claramente descrito en el bien conocido pie de pgina acerca de la ilustracin en Qu significa orientarse en el pensamiento?8 Pero buscar la piedra de toque de la verdad en s mismo es apenas el primer paso hacia la ilustracin. Kant tiene un concepto que excede con mucho este lmite cuando observa que solo el uso pblico de la razn puede llevar a cabo la ilustracin, sobre todo porque es ms factible que un pblico se ilustre a s mismo (WA, Ak. VIII 37) a que cada individuo logre de-sarrollar su disposicin natural con adecuacin a la razn, y llegue as a ser pensador (filosfico) por s mismo. Pblico la esfera pblica, o el espacio pblico es la pareja emprica de la idea de la publicidad, que Kant concibe como la condicin de posibilidad de la ilustracin, y particularmente de la ilustracin del pueblo. La publicidad es el nico camino para expresar la voluntad del pueblo, y de manera particular cuando hay que exigir del Estado derechos naturales, o cuando un pueblo entero quiere exponer sus quejas, tal como Kant lo ha formu-lado en el Conflicto de las facultades. Una prohibicin de la publicidad no retrasara simplemente el desarrollo poltico de un pueblo, sino que impedira su progreso hacia lo mejor (SF, Ak. VII 89).

    Pero es ante todo en el escrito Hacia la paz perpetua donde re-sulta completamente claro que Kant entiende la publicidad como un instrumento de la razn enormemente significativo, hasta el punto de que solo la publicidad constituye una res publica, una cosa pblica o

    7 Se puede prescindir de citas y aclaraciones correspondientes. Vase en particular Respuesta a la pregunta: qu es ilustracin? (WA, Ak. VIII 36 y ss.)

    8 Pensar por s mismo significa buscar en s mismo (es decir, en la propia razn) la piedra de toque superior de la verdad; y la mxima de pensar siempre por s mismo es la ilustracin. [] Servirse de la propia razn no quiere decir ms que preguntarse a s mismo, a propsito de todo lo que se debe admitir, si se encuentra factible convertir el motivo por el cual se admite algo, o tambin la regla que se sigue de aquello que se admite, en un principio general de su uso de la razn. Esta prueba puede ensayarla cualquiera consigo mismo. Y mediante esa prueba ver que muy pronto desaparecen la supersticin y la exaltacin, incluso aunque diste mucho de tener los conocimien-tos para refutarlas con fundamentos objetivos. Porque l se sirve simplemente de la mxima de la auto conservacin de la razn (WDO, Ak. VIII 147 y ss.).

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    una repblica. En otras palabras: la publicidad hace posible establecer en una constitucin la manera republicana de gobierno (independien-temente de las formas monrquicas, aristocrticas o democrticas de dominacin), por cuanto consigna la voluntad general y la reconfi-gura en una constitucin estatal y en una legislacin universalmente vlida. As pues, la publicidad, en el sentido concreto de consuma-cin pblica de la razn dentro de una comunidad de ciudadanos, llega a ser el concepto central en los principios trascendentales del derecho pblico propuestos por Kant.9 El pensar por s mismo pbli-co, aplicado a los principios y leyes posibles para acciones referidas a otros hombres, es garante de su legitimidad, porque enjuicia si ta-les principios pueden ser pensados como vlidos universalmente y si son susceptibles de aceptacin por parte de cualquier ser racional. La publicidad muestra al mismo tiempo que el derecho (la teora) y la poltica (la praxis) son conciliables, y cmo lo son. Kant es aqu muy pretencioso; supone que en los ejemplares individuales del gnero humano la razn prctica domina de hecho. En otras palabras: para Kant, gracias a su capacidad racional el individuo puede, por libre decisin, subordinar su voluntad individual a la voluntad general, es decir, entenderse a s mismo como un ser que se sabe obligado por la ley moral. Esta perspectiva del progreso mediante la ilustracin, en el sentido mencionado, es para Kant tan mnimamente una idea vaca como lo es la idea de la paz perpetua; al respecto seala que existe un deber y al mismo tiempo una esperanza fundada de hacer realidad el estado del derecho pblico, si bien se trata de un infinito y progresi-vo acercamiento a lo que debe ser (cf. EF, Ak. VIII 386)

    En este progreso compete un papel especial a los filsofos hoy se hablara, de un modo ms general, de los intelectuales, en cuanto que expertos en el pensar por s mismo. A ello se refiere Kant en un pequeo apartado, el segundo agregado, que contiene un artculo secreto con visos irnicos. Reza as: Las mximas de los filsofos sobre las condiciones de posibilidad de la paz pblica deben ser to-madas en cuenta por los Estados que se preparan para la guerra (EF, Ak. VIII 368). Se dice con ello que a quienes piensan por s mismos el Estado debe dejarlos hablar libre y pblicamente sobre las mxi-mas generales de la conduccin de la guerra y del establecimiento de la paz (id. 369), cosa que de todas maneras harn, si no se les prohbe u obstaculiza. As, los filsofos hacen las veces de consejeros

    9 En una formulacin negativa, reza as: Todas las acciones relacionadas con el de-recho de otros hombres cuya mxima no se avenga con la publicidad son injustas (EF, Ak. VIII 381). Formulado positivamente, dice as: Todas las mximas que tienen necesidad de la publicidad (para no malograr su fin) concuerdan con el derecho y la poltica unidos (EF, Ak. VIII 386).

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    del gobernante, si bien indirectamente a travs del discurso pbli-co. Pero tambin tienen la tarea de la ilustracin del pueblo, que, en el Conflicto de las Facultades, Kant define como instruccin p-blica del pueblo acerca de los deberes y derechos que tiene frente al Estado (ibd.) Y contina:

    Dado que aqu se trata tan solo de derechos naturales que tienen su origen en el entendimiento humano comn, quienes los anuncien y expliquen al pueblo no han de ser empleados estatales encargados para ello, sino profesores libres de derecho, esto es, filsofos []. (Ak. VII 89)

    Se trata pues de ilustrados en el sentido propio: pregoneros y expositores de los derechos naturales de los ciudadanos, pero tambin de sus deberes.

    En la autodeterminacin poltica se juntan de nuevo las doctrinas del derecho y de la virtud. En palabras de Volker Gerhardt, esta

    [] involucra la voluntad de transformacin de todo aquello que todava no satisfaga la auto-exigencia del hombre. [] En la po-ltica, moral y derecho estn ntimamente unidos, lo que significa por encima de la auto-comprensin del hombre polticamente activo. (Gerhardt 185)

    Casi resulta superfluo mencionar que el concepto de publicidad que se deriva de los principios del pensar por s mismo, en su acep-cin kantiana, es algo muy distinto que la llamada opinin pblica influida masivamente en nuestras democracias por los polticos y la poltica, y, por lo mismo, permanentemente expuesta a una ma-nipulacin ms o menos profesional. Podra afirmarse con certeza que tal desarrollo, fuertemente vinculado con los medios de comu-nicacin, no era ni previsible ni deseable para Kant. Con todo, es preciso reconocer que desde el siglo XVIII, en lo que se refiere a la realizacin de los juicios pblicos de la razn, hubo un enorme pro-greso en el sentido kantiano, en el que estuvieron comprometidos los filsofos, y en el que ciertamente tendran que seguir traba-jando, pensando por s mismos, ilustrando y yendo crticamente al fondo de las propias evidencias. Esa fue y sigue siendo la praxis del terico, del idealismo. La apreciacin de Kant, en el sentido de que lenta pero permanentemente la humanidad progresa hacia lo me-jor, solo tiene hoy, como lo tena en aquel entonces, el carcter de una esperanza o de una conviccin subjetiva. Pero, tanto entonces como hoy, esta resulta convincente como actitud frente a la prctica y es capaz de suscitar adhesin, ya sea como facultad del pensar por s mismo concerniente a cada hombre individual o como discurso racional pblico en la comunidad.

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    Margit Ruffing

    Bibliografa Blesenkemper, K. Publice age, Studien zum ffentlichkeitsbegriff bei Kant. Frankfurt:

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