runciman, steven, la caida de constantinopla

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La caída de Constantinopla por los otomanos.

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  • Ttulo original: The Fall of Constantinople 1453Steven Runciman, 1965Traduccin: Victorio Peral DomnguezRetoque de cubierta: RLull

    Editor digital: RLullePub base r1.2

  • A mi hermano

  • PREFACIO

    En otras pocas, en que los historiadores tenanuna visin simplista de la Historia, se pudosostener que la cada de Constantinopla en 1453,significase el final de la Edad Media, pero hoysabemos perfectamente que el torrente de laHistoria fluye de modo inexorable y no hay diqueque lo detenga. Tampoco existen motivos paraafirmar que el mundo medieval se transformase enel mundo moderno. Mucho antes de 1453 ya estabaen marcha, en Italia y en el mundo mediterrneo, elmovimiento llamado Renacimiento. Muchodespus de 1453 persistieron las ideas medievalesen el Norte. Ya anteriormente a 1453, sedescubrieron las primeras rutas ocenicas quetrastornaron toda la economa mundial, aunquetranscurriesen varias dcadas, despus de 1453,antes de explorar dichas rutas martimas y de quesus efectos se dejaran sentir en Europa. El ocaso y

  • cada de Bizancio y el triunfo de los turcosotomanos ejercieron su influencia en estastransformaciones; empero, el resultado no fue obrade un ao. Sin duda, la sabidura bizantinadesempe un papel en el Renacimiento, perodurante casi medio siglo, antes de 1453, losestudiantes bizantinos cambiaron la pobreza einseguridad de su pas natal por las pingesctedras de Italia y, los griegos, que los siguierondespus de 1453, llegaron, en su mayora, no comorefugiados de un dominio infiel, sino comoestudiantes de islas cuyo control mantena todavaVenecia. Durante bastantes aos el auge del Poderotomano caus algunas dificultades a las ciudadescomerciales de Italia, si bien no yugul sucomercio excepto cuando bloque el acceso al marNegro. La conquista otomana de Egipto fue menosdesastrosa para Venecia que la conquista deConstantinopla, y si Gnova sufri un duro golpepor el dominio de los Estrechos por parte delsultn, lo que provoc su ruina no fue la prdida

  • del comercio exterior, sino su precaria situacinen Italia.

    Incluso en el terreno ms amplio de la poltica,la cada de Constantinopla supuso muy pocoscambios. Los turcos acababan de llegar a lasorillas del Danubio y amenazaban la EuropaCentral, y cualquiera pudo percatarse de queConstantinopla estaba perdida, de que un imperioconsistente poco ms que en una ciudad decadenteno poda resistir a un imperio cuyo territorio seextenda por la mayor parte de la pennsulabalcnica y Asia Menor; un imperio con ungobierno fuerte y que dispona del mejordispositivo militar de la poca. Es cierto que laCristiandad sufri una profunda conmocin ante lacada de Constantinopla. Al no serles posible como a nosotros lanzar una penetrante miradaretrospectiva, las potencias occidentales vieronnecesariamente en la conquista turca algoinevitable. Con todo, la tragedia no cambi enabsoluto su poltica o, mejor dicho, su falta de

  • poltica frente al problema oriental. nicamente elPapado se sinti verdaderamente convulsionado yplane un autntico enfrentamiento, aunque eranms urgentes los problemas domsticos.

    Por lo cual tal vez parezca que la historia de1453 apenas si merece otro libro. Mas de hecho,los acontecimientos de ese ao tuvieron unaimportancia vital para ambos pueblos. A losturcos, la conquista de la antigua ciudad imperial,no slo les proporcion una nueva capitalimperial, sino que les asegur la persistencia de suimperio en Europa. Hasta que la ciudad, situadacomo estaba en el centro de sus dominios, en elpaso entre Asia y Europa, no estuviese en susmanos, no se sentiran seguros. No slo tenanmotivos para temer a los griegos, sino que unagran alianza cristiana, que operase sobre esta base,tal vez los derrocara. Constantinopla en su poder,estaban seguros. Hoy, tras todas las vicisitudes desu historia, los turcos siguen en posesin de Traciay todava se mantienen firmes en Europa.

  • Para los griegos, la cada de la ciudad fue,incluso, ms transcendental, pues para stos setrataba, en realidad, de la conclusin de uncaptulo. La esplndida civilizacin bizantina yahaba representado su papel civilizando al mundoy ahora agonizaba con la ciudad agonizante. Peroan no haba muerto. El decadente pueblo deConstantinopla, a punto de sucumbir, inclua lasms penetrantes inteligencias de la poca, hombresimbuidos de la ms alta tradicin cultural, que seremontaba a Grecia y Roma. Y mientras unemperador, virrey de Dios, viviese en el Bsforo,todo griego, aunque pudiese estar esclavizado,poda tambin sentirse orgulloso de que seguaperteneciendo a la verdadera y ortodoxacomunidad cristiana. El emperador no poda hacercasi nada por ayudarle en este mundo, pero seguasiendo centro y smbolo del Poder divino. Una vezcados el emperador y su ciudad, comenzaba elreino del Anticristo. Grecia caminaba hacia elabismo y luchaba como poda por la

  • supervivencia. A la inextinguible vitalidad ycoraje del espritu griego debemos el que nopereciera por completo el helenismo.

    En esta historia el pueblo griego es el hroetrgico, y he procurado hablar de l teniendo muypresente lo dicho. Ya se ha reiterado confrecuencia antes. Esto casi impresion a Gibbon,aunque no del todo, pero s lo suficiente parahacerle olvidar su desdn por Bizancio. Sir EdwinPears, ltimamente, habl de ello con profusin enuna obra inglesa publicada hace sesenta aos, yque todava merece leerse. Su exposicin de lasautnticas operaciones del asedio, basada en unestudio a fondo de las fuentes y en su conocimientopersonal del terreno, sigue siendo plenamentevlida, si bien en otras partes los progresos en lainvestigacin moderna han dejado la obra un tantoanticuada. Tengo una gran deuda con esta obra, lamejor exposicin de los acontecimientos de 1453en todas las lenguas. Desde su publicacin,muchos estudiosos incrementaron su acervo

  • cultural. Especialmente, en el ao 1953 fui testigode la publicacin de mltiples artculos y ensayospara celebrar su quinto centenario. Con todo, siexceptuamos la obra de Gustavo Schlumberger,publicada en 1914 y basada casi toda en la dePears, no se ha publicado ningn relato exhaustivodel asedio, en los ltimos cincuenta aos, enninguna lengua de Occidente.

    Con el fin de colmar esta laguna, me heservido y expreso mi reconocimiento devarias obras de eruditos modernos, que todavaviven o murieron. Expreso mi gratitud en las notas.Entre los eruditos griegos, que viven todava, mecomplazco en mencionar al profesor Zakythinos yal profesor Zoras. Todos tratndose de lahistoria otomana debemos estar reconocidos alprofesor Babinger, aun cuando su gran obra sobreel Sultn Conquistador nos prive del apoyo de lasreferencias a sus fuentes. Para comprender laprimitiva historia de los turcos, nunca estimaremosen su justo valor las obras del profesor Wittek; y,

  • entre los jvenes eruditos turcos, hemos deconsignar al profesor Inalcik. La transcendentalobra del padre Gil sobre el concilio de Florenciay sus secuelas me fue de valiosa ayuda.

    Hago una sntesis crtica de las principalesfuentes de la presente historia en un apndice. Noha sido empresa fcil conseguirlas todas. Elextinto profesor Dethier ha recogido en sendosvolmenes XXI y XXII, 1. y 2. parte lasfuentes cristianas de los Monumenta HungariaeHistorica, ya hace unos ocho aos, pero si bien yaestaban impresos los volmenes, no haban sidopublicados an, aparentemente a causa de laserratas que contenan. En cuanto a las fuentesmusulmanas, algunas no me fueron asequiblesinmediatamente, en especial para el que comoyo no puede leer a los autores otomanos msque con lentitud y dificultad. Sin embargo, confoen que haya podido extractar de ellos lo esencial.

    Tampoco hubiera podido escribir este libro sinla cooperacin de la Biblioteca Londinense, y me

  • es grato expresar mi agradecimiento al personal dela Sala de Lectura del Museo Britnico por supaciente ayuda. Quiero asimismo agradecer alseor S. J. Papastavrou su colaboracin en revisarlas pruebas, y a los sndicos y personal de laCambridge University Press por su inagotablepaciencia y gentileza.

    En cuanto a la transcripcin de los nombresdel griego o del turco, no pretendo que seanexactos. Con relacin a los griegos, he empleadola forma que me ha parecido ms familiar ynatural. Respecto a los turcos me he servido,sencillamente, de la ortografa fontica, exceptocuando he utilizado palabras del turco moderno,que he transcrito con la ortografa del turcomoderno. He designado al Sultn Conquistadorcon el nombre turco de Mehmed y no de Mahometo Mohamed. Espero que mis amigos turcos meperdonarn por haber denominado a la ciudad, deque trata mi obra, Constantinopla y no Estambul.Hubiera sido pedante obrar de otra manera.

  • 1. Ocaso de un Imperio

    Un da de Navidad del ao 1400, el rey Enrique IVde Inglaterra dio un banquete en su palacio deEltham. Su propsito no era nicamente celebrarla fiesta religiosa. Deseaba tambin honrar a undistinguido husped: Manuel II Palelogo,emperador de los griegos, como lo denominaban lamayora de los occidentales, aunque algunosrecordaban que era el verdadero emperador de losromanos. Atraves toda Italia y se detuvo en Pars,donde el rey Carlos VI de Francia mand decorarun ala del Louvre para alojarle, y donde losprofesores de la Sorbona estaban encantados deentrevistarse con un monarca que poda disputarcon ellos con tanta sabidura y sutileza comoexigan. Todos en Inglaterra estaban impresionadospor la dignidad de su porte y de las inmaculadasvestiduras blancas que el emperador y su cortellevaban. Pero precisamente a causa de sus altos

  • ttulos, sus anfitriones se sentan inclinados acompadecerle, pues el emperador haba venidocomo mendigo a buscar desesperadamente ayudacontra los infieles que haban sitiado su imperio.Para el jurista Adn de Usk, quien trabajaba en lacorte del rey Enrique, era una tragedia ver alemperador all. Consider escriba Adn lodoloroso que era, que este gran prncipe cristianose viese obligado por los sarracenos a buscarayuda contra ellos de un extremo de Oriente a lasislas ms occidentales Dios mo! aadi,qu va a ser ahora de ti, antigua gloria deRoma?[1].

    En realidad, el antiguo Imperio Romano habaquedado muy reducido. Manuel era el legtimoheredero de Augusto y de Constantino, peropasaron muchos siglos antes de que losemperadores, que residan en Constantinopla,pudiesen exigir obediencia al mundo romano. Parael Occidente eran, sin ms, seores de los griegoso de Bizancio, indignos rivales de los

  • emperadores surgidos en aqul. Hasta el siglo XI,Bizancio haba sido una potencia brillante ydominadora, paladn de la Cristiandad contra laembestida del Islam. Los bizantinos cumplieroncon su deber con energa y xito hasta que en plenosiglo XI vino una nueva provocacin del Orientecon la invasin de los turcos, en tanto que Europaoccidental se haba desarrollado lo suficientecomo para intentar por s misma el ataque en lapersona de los normandos. Bizancio se habacomprometido en una guerra en dos frentes en elmomento en que atravesaba dificultadesconstitucionales y dinsticas. Los normandosfueron rechazados, pero perdieron la Italiabizantina; en cambio, los bizantinos tuvieron queabandonar para siempre a los turcos las tierras queles proporcionaron la mayor parte de los soldadosy los mayores contingentes de vveres: las llanurasinteriores de Anatolia. En lo sucesivo, el Imperioquedaba entre dos fuegos, y esta posicinintermedia se vio complicada por el movimiento

  • que llamamos las Cruzadas. Los bizantinos, encuanto cristianos, simpatizaron con los cruzados.Empero, su dilatada experiencia poltica lesense a mostrarse un tanto tolerantes con losinfieles y a aceptar su existencia. La Guerra Santa,tal y como la hacan los occidentales, les parecapeligrosa y quimrica.

    Con todo, esperaban obtener ventajas de ella,pues los intermediarios slo estn seguros si sonfuertes. Bizancio sigui representando el papel deuna gran potencia, cuando de hecho su fuerza yaestaba minada. La prdida de Anatolia, queabasteca los territorios en un perodo de continuasguerras, oblig al emperador a depender de losaliados y mercenarios extranjeros, y ambos exiganla paga en numerario y privilegios comerciales.Las exigencias llegaban en un momento en que laeconoma interna del Imperio estaba exhausta conla prdida de los maizales de Anatolia. Durantetodo el siglo XII, Constantinopla dio la impresinde ser una ciudad tan rica y esplndida, la corte

  • imperial tan suntuosa y los puestos y bazares tanrepletos de artculos, que se segua considerandoal emperador como un gran potentado. Ni losmahometanos le agradecan el haber tratado dereprimir el ardor de los cruzados, mientras que loscruzados se sentan ofendidos por su indiferenteactitud frente a la Guerra Santa. Entretanto, lasdiferencias religiosas entre la Cristiandad orientaly occidental, originariamente de fondo yexacerbadas por la poltica en el transcurso delsiglo XI, se agravaron profundamente hasta que afines del siglo XII las Iglesias de Roma yConstantinopla quedaron a todas luces divididaspor el cisma.

    Surgi la crisis cuando un ejrcito decruzados, seducido por la ambicin de sus jefes, larecelosa codicia de sus aliados venecianos y elresentimiento de todos los occidentales contra laIglesia bizantina, se volvi contra Constantinopla,se apoder de ella y la saque, estableciendo unImperio Latino sobre sus ruinas. La Cuarta

  • Cruzada, en 1204, acab con el antiguo ImperioRomano Oriental como Estado supranacional. Trasmedio siglo de destierro en Nicea, en el noroestede Asia Menor, las autoridades imperialesregresaron a Constantinopla y el Imperio Latino sederrumb. Pareca iniciarse una nueva era degrandeza. Mas el imperio restablecido por MiguelPalelogo ya no era la potencia dominadora delOriente cristiano. Slo conserv algo de su antiguoprestigio mstico. Constantinopla segua siendo laNueva Roma, la sacra capital histrica de laCristiandad ortodoxa. El emperador segua siendo,por lo menos a los ojos de los orientales, elemperador romano. Pero, en realidad, slo era unprncipe de tantos, tan poderoso o ms. Habaotros prncipes griegos. Al Oriente estaba elImperio de Trebisonda, imperio del granComneno, con sus ricas minas de plata y elcomercio que discurra por el vetusto caminodesde Tabriz y el Asia Ulterior. En el Epiro estabael seoro de los prncipes de la Casa de Angelo,

  • en otro tiempo rivales de los nicenos en su luchapor reconquistar la capital, pero ahora ya reducidoa la impotencia. En los Balcanes estaban Bulgariay Serbia, dominadoras sucesivamente de lapennsula. Asimismo, los seoros francos y lascolonias italianas Por toda la Grecia continental einsular. Para desalojar a los venecianos deConstantinopla, los bizantinos llamaron a losgenoveses, a quienes hubo que recompensar; yahora la colonia genovesa de Pera o Glata,precisamente a travs del Cuerno de Oro, habaarrebatado la mayor parte del comercio de lacapital[2]. Existan peligros por doquier. En Italiahaba potentados vidos de vengar la cada delImperio Latino. Prncipes eslavos en los Balcanesambicionaban el ttulo imperial. En Asia, losturcos permanecieron quietos durante algntiempo: en realidad, sin esta tranquilidaddifcilmente hubiera sobrevivido Bizancio. Maspronto haban de revivir, ahora bajo el mando deuna dinasta de brillantes adalides: Osman y sus

  • sucesores otomanos. El restaurado ImperioBizantino, con sus complejos compromisos enEuropa y constantemente amenazado por elOccidente, necesitaba ms dinero y hombres de losque dispona. Emple mucha cicatera en lafrontera oriental hasta que fue demasiado tarde ylos turcos otomanos forzaron las defensas[3].

    Otra vez cundi el desencanto. El siglo XIV fuepara Bizancio un perodo de desastre poltico.Durante varias dcadas pareci probable que elgran reino serbio absorbera a todo el Imperio. Lasprovincias fueron devastadas por la rebelin deuna banda de mercenarios: la compaa catalana(los almogvares). Sigui una larga serie deguerras civiles, provocadas por contiendaspersonales y dinsticas en la corte, exacerbadaspor las intrigas de las facciones sociales ypolticas. El emperador Juan V Palelogo, querein durante cincuenta aos, de 1341 a 1391, fuedestronado no menos de tres veces: la primera porsu suegro, la segunda por su hijo y la tercera por

  • su nieto, si bien, al final, muri en el trono[4].Luego la peste haca estragos con frecuencia. Lamuerte negra, en 1347, con su devastacin en elmomento crtico de la guerra civil, diezm por lomenos un tercio de la poblacin del Imperio. Losturcos se aprovecharon de los disturbios deBizancio y de los Balcanes para infiltrarse enEuropa y penetrar ms profundamente, hasta elpunto de que, a finales del siglo, los ejrcitos delsultn haban alcanzado el Danubio y Bizancioquedaba cercada totalmente por sus territorios.Del Imperio slo quedaba Constantinopla y unascuantas ciudades diseminadas por la costa deTracia en el Mrmara y el mar Negro hasta el nortede Mesembria, Tesalnica y sus inmediaciones,unas pocas islas y el Peloponeso, donde losdspotas de Morea, los ms jvenes de la CasaImperial, cosecharon algn pequeo triunfo,recuperando territorios de los francos. Algunosseoros y colonias latinos sobrevivieronangustiosamente en Grecia y en las islas griegas.

  • Los duques de Florencia dominaron en Atenas ylos prncipes de Verona, en el archipilago delEgeo. Por lo dems, todo el resto lo habanarrebatado los turcos[5]. Por un capricho de laHistoria, este perodo de decadencia polticaestuvo acompaado de la vida cultural ms activay fecunda que nunca conoci la historia bizantinaen ninguna poca. Desde el punto de vista artsticoe intelectual, la era de los Palelogos fuerelevante. Los mosaicos y frescos de la primeramitad del siglo XIV en la iglesia de Chora, enConstantinopla, revelan tal fuerza, frescura ybelleza, que las obras italianas de la misma poca,a su lado parecen primitivas y burdas. Igualmentese produjeron obras similares en otras partes de lacapital y de Tesalnica[6]. Pero costaba muchoejecutar obras artsticas tan esplndidas. Elnumerario era escaso. En 1347 se cay en lacuenta de que las joyas de las diademas usadas enla coronacin de Juan VI y de la emperatriz seconfeccionaron con vidrio[7]. Al terminar la

  • centuria, si bien seguan producindose obrasartsticas menores, slo se edificaron nuevasiglesias en las provincias, en Mistra y elPeloponeso o en el monte Athos, y fuerondecoradas sobriamente. Con todo, la vidaintelectual, que dependa menos de la ayudaeconmica, prosigui con brillantez. LaUniversidad de Constantinopla fue reedificada afines del siglo XIII por un gran ministro: TeodoroMetoquites, hombre de gusto refinado y erudito,bajo cuyo patrocinio se llev a cabo la decoracinde Chora[8]. l anim la notable generacin desabios que vinieron despus. Las principalesfiguras intelectuales del siglo XIV, como NicforoGregoras, historiador; Gregorio Palams, telogo;Nicols Cabasilas, mstico; o filsofos comoDemetrio Cydones y Aquindino, todos en sumomento estudiaron en la Universidad y sintieronla influencia de Metoquites. Todos, igualmente,fueron favorecidos y estimulados por su sucesorcomo primer ministro, Juan Cantacuzeno, aunque

  • algunos tuvieron que romper con l tras suusurpacin de la Corona imperial. Cada uno deestos sabios tena ideas peculiares: suscontroversias eran tan animadas como su amistad.Disputaban como lo hicieron los griegos durantecasi dos mil aos sobre los opuestos mritos dePlatn y de Aristteles. Discutan de semntica ylgica, y sus controversias invadaninevitablemente el campo de la teologa. Latradicin ortodoxa estaba imbuida de filosofa.Los buenos eclesisticos crean en una educacinfilosfica. Se sirvieron de la terminologaplatnica y de la metodologa aristotlica. Pero suteologa era apoftica. Sostenan que la filosofaera incapaz de resolver los problemas teolgicos,puesto que Dios transcenda esencialmente todoconocimiento humano. En pleno siglo XIVsurgieron disturbios cuando ciertos filsofosinfluidos por la escolstica occidental atacaron latradicional teora mstica de la Iglesia, si bien susdefensores hubieron de formular su doctrina y

  • confesar su fe en las Energas increadas de Dios.Ello dio origen a una acerba controversia quedividi a amigos y facciones. La doctrina de lasEnergas hall su principal apoyo entre losmonjes, cuya tendencia era antiintelectual. Suprincipal expositor, Palams, cuyo nombre sueledarse a la doctrina, fue un sabio de inteligenciapoderosa, pero no simpatizaba con el humanismo.Sin embargo, entre sus aliados se contabanintelectuales humanistas, tales como JuanCantacuzeno y Nicols Cabasilas. Su victoria nofue como se ha pretendido con frecuencia untriunfo del oscurantismo[9].

    Haba un problema primordial que concernano slo a los telogos y filsofos, sino tambin alos polticos. Se trataba de la unin con la Iglesiade Roma. Ahora se haba consumado el cisma y eltriunfo del palamismo haba abierto un abismo msprofundo. Mas para muchos estadistas bizantinosera evidente que no poda sobrevivir el Imperiosin el apoyo occidental. Si esta ayuda slo poda

  • conseguirse a costa de la sumisin a la IglesiaRomana, los griegos habran de someterse. MiguelPalelogo trat de favorecer los planesoccidentales de restablecer el Imperio Latino,comprometiendo a su pueblo en la unin con Romaen el concilio de Lyn. Este gesto fue una graveofensa para muchos bizantinos y, cuando pas elpeligro, su hijo, Andrnico II, rechaz la unin.Ahora, en el momento de cercar los turcos elImperio, la situacin era mucho ms alarmante,cuando era necesaria la unin, no para librarse pordinero de un enemigo cristiano, sino para atraersea amigos contra un enemigo peor e infiel. En elOriente ortodoxo no existan potencias capaces deprestar ayuda. Los prncipes de los territoriosdanubianos y del Cucaso eran demasiado dbiles,y ellos mismos estaban en grave peligro, y losrusos estaban demasiado lejos ocupados en suspropios problemas. Mas cmo sera posible queun soberano catlico acudiese en auxilio de unpueblo considerado como cismtico? Acaso no se

  • considerara el avance turco justo castigo delcisma? Teniendo esto en cuenta, el emperadorJuan V se someti al Papa personalmente en Italia,en 1369. Pero prudentemente no quisocomprometer a sus sbditos, si bien esperaba envano persuadirlos para que le siguiesen[10].

    Ni Miguel VIII, como tampoco Juan V, erantelogos. Para ambos las ventajas polticas de launin pesaron ms que otra cosa. Para los telogosel problema era ms complicado. Desde los msremotos tiempos la Cristiandad oriental yoccidental haban seguido diferentes rumbos enteologa, en los usos litrgicos y en la teora yprctica eclesisticas. Ahora estaban divididaspor una cuestin capital: la procesin del EsprituSanto y la adicin por parte de la Iglesia Latina alCredo de la palabra Filioque. Asimismo existanotros problemas menores. El Occidente no podaaceptar la recin autorizada doctrina sobre lasEnergas. El dogma occidental del Purgatoriopareci al Oriente una arrogante pretensin. La

  • principal querella litrgica era si la materia delSacramento haba de ser pan con levadura o sinella. Para los orientales la prctica occidental delpan sin levadura les pareca costumbre juda eirrespetuosa con el Espritu Santo, simbolizado enla levadura. Vean otra irreverencia en la negativaoccidental a admitir la Epclesis, o sea, lainvocacin del Espritu Santo, sin la cual, a losojos orientales, el pan y el vino no quedabanplenamente consagrados. Igualmente existandiscrepancias en la manera de distribuir lacomunin bajo las dos especies a los seglares, ysobre el casamiento del clero secular. Empero, eldesacuerdo fundamental se centraba en la esferaeclesistica: Gozaba el obispo de Roma de unprimado de honor o de una primaca absolutasobre toda la Iglesia?

    La tradicin bizantina se aferraba a la antiguacreencia de la igualdad carismtica de losobispos. Ninguno de ellos, ni siquiera San Pedro,tena derecho a imponer su doctrina, por muy

  • grande que fuese el respeto debido a sus ideas. Ladefinicin dogmtica era competencia nica delConcilio Ecumnico cuando en Pentecostsestaban representados todos los obispos de laIglesia y vino el Espritu Santo a inspirarlos. Laadicin romana al Credo ofendi a los orientales,no slo por razones teolgicas, sino por sermodificacin unilateral de una frmula consagradapor un Concilio Ecumnico. Tampoco podaaceptarse por la tradicin oriental la autoridaddisciplinar y administrativa de Roma, pues creaque tales poderes estaban vinculados a laPentarqua de los Patriarcas, entre la que Romaera la ms antigua, pero no la suprema. Losbizantinos sentan profundamente sus tradiciones yliturgia, pero su doctrina de la Economa querecomendaba se haban de pasar por alto lasdiferencias menores para facilitar la buena marchade la Casa de Dios, les dio cierta flexibilidad. Contodo, la Iglesia Romana no poda fcilmente hacerconcesiones, dada su naturaleza especfica[11]. Los

  • sabios bizantinos estaban divididos. Muchos deellos eran leales a su Iglesia, para pensar en launin con Roma. Pero otros, especialmente entrelos filsofos, estaban dispuestos a aceptar lasupremaca romana tanto como les permitiese sucredo y se respetasen por completo suscostumbres. Para ellos la unidad de la Cristiandady de la civilizacin cristiana era, actualmente, loms importante. Algunos de ellos estuvieron enItalia y contemplaron el vigor de su vidaintelectual. Vieron, asimismo, cun apreciadoseran en la actualidad los sabios griegos si venanen son de amigos. Alrededor de 1340, DemetrioCydones tradujo las obras de Toms de Aquino algriego. El escolaticismo del Aquinate cautiv amuchos pensadores helenos y les demostr que nodeban menospreciar el saber de Italia. Desearonestrechar los lazos intelectuales con sta, y sudeseo fue correspondido. Cada vez fueron ms aquienes se ofrecieron en Occidente lucrativasctedras. La idea de una integracin de la cultura

  • bizantina e italiana se haca cada vez ms atractivay, en tanto se salvaguardaran las tradicionesgriegas, importaba que se incluyera la sumisin aRoma, teniendo en cuenta el honor rendido a Romaen el pasado y el esplendor de la vida italianacomo ahora se pona de manifiesto?[12].

    nicamente entre los polticos e intelectualesse encontraban los defensores de la unin. Losmonjes y el bajo clero eran los ms acrrimosadversarios. Algunos actuaban por motivosculturales. Estaban orgullosos de su fe ytradiciones. Rememoraban los sufrimientos de susantepasados en poder de los jerarcas latinos bajolos emperadores. Hubo quienes influyeron en lasmentes del pueblo, aseverando que la unin era lopeor moralmente y que consentir en ella los ponaen peligro de condenacin eterna. Sera un destinomucho peor que un desastre lo que pudiesesobrevenirles en este mundo efmero. Contra suoposicin habra sido difcil para todo emperadorcumplir cualquier promesa de unin y estaban

  • apoyados por los sabios y telogos, cuya lealtad ala tradicin era intelectual tanto como emotiva, ypor los polticos que se asombraban de que, dehecho, el Occidente pudiese salvar a Bizancio.

    Estos apasionados debates se llevaron a caboen una atmsfera de decadencia. Pese a labrillantez de sus sabios, Constantinopla, alterminar el siglo XIV no era ms que una ciudadmelanclica y decadente. La poblacin que,incluidos los suburbios, contaba con un milln dehabitantes, aproximadamente, en el siglo XII, ahorase vea reducida a no ms de cien mil, y aunmenos[13]. Los suburbios allende el Bsforoestaban en poder de los turcos. Pera, al otro ladodel Cuerno de Oro, era una colonia genovesa. Delos suburbios a lo largo de las costas de Tracia enel Bsforo y el mar de Mrmara, otrora esmaltadasde esplndidas villas y monasterios, sloquedaban unos villorrios que agrupaba en susinmediaciones alguna vieja iglesia. La mismaciudad, dentro de sus catorce millas de murallas,

  • en sus mejores tiempos estuvo llena de parques yjardines, dividida por stos en varios barrios.Pero al presente muchos de estos barrios habandesaparecido y los campos y huertos separaban alos restantes. El viajero Ibn Botuta, en pleno sigloXIV cont trece distritos dentro de las murallas.Gonzlez de Clavijo, en los primeros aos delsiglo XV se qued atnito de que una ciudad taninmensa estuviese tan arruinada, y Bertrandon dela Broquire, aos despus, se qued espantado deque estuviese tan desolada. Pero Tafur, en 1437,repar en su poblacin escasa y pobre a ojosvistas. En muchos distritos se hubiera credo queuno se hallaba en descampado con rosalessilvestres que florecan en los setos vivos enprimavera, y los ruiseores que cantaban en losmatorrales.

    En el extremo suroccidental de la ciudad, losedificios del viejo palacio imperial ya no eranhabitables. El ltimo emperador latino, obligadopor la necesidad, tras haber vendido la mayor

  • parte de las santas reliquias a San Lus y antes dedar en prenda su hijo y heredero a los venecianos,desmantel todos los tejados de plomo y dispusode ellos para convertirlos en dinero. Ni MiguelPalelogo, ni ninguno de sus sucesores tuvieronsuficiente dinero para poder restaurarlos. Slo seconservaron algunas iglesias dentro de susterrenos, por ejemplo, la Nea Baslica de Basilio Iy la iglesia de la Madre de Dios en Faros. Muycerca, el Hipdromo estaba en ruinas; los jvenesde la nobleza usaban la arena como campo depolo. Al otro lado de la plaza, el palacioPatriarcal daba cabida todava a las oficinas delpatriarca, pero ste ya no se atreva a residir en l.nicamente la gran catedral de la DivinaSabidura, Santa Sofa, segua en todo suesplendor; su sostenimiento constitua un gravamenespecial para el Erario pblico.

    La calle mayor que corra a lo largo de laespina dorsal de la ciudad, desde la PuertaCarisia, Puerta Andrinpolis de hoy, hasta el viejo

  • palacio, estaba sembrada caprichosamente detiendas y casas y dominada por la catedral de losSantos Apstoles. Pero este inmenso edificio sehallaba en estado ruinoso. A lo largo del Cuernode Oro los pueblos se apiaban y estaban mspoblados, en particular en uno y otro extremo, enBlachernas, cerca de las murallas terrestres, dondeel emperador tena ahora su palacio, hacia elextremo de la ciudad, junto a la colina del arsenal.Los venecianos posean un barrio prspero cercadel puerto, y las calles asignadas a otroscomerciantes occidentales: de Ancona y deFlorencia, de Ragusa y de Catalua, y las de losjudos eran vecinas. Haba almacenes y muelles enlas mrgenes y bazares en la zona donde se levantatodava el Gran Bazar Turco. Pero cada distritoestaba separado y muchos de ellos cercados poruna muralla o empalizada. En la vertiente sur de laciudad que mira hacia el Mrmara, los pueblosestaban cada vez ms diseminados y separadosunos de otros. En Studion, donde las murallas

  • interiores descienden hacia el Mrmara, losedificios de la Universidad y los de la AcademiaPatriarcal se agrupaban en torno a la antiguaiglesia de San Juan y su histrico monasterio consu selecta biblioteca. Por el lado este habaalgunos muelles en Psamata. Tambin existan analgunas elegantes mansiones y monasterios, ascomo conventos de monjas desparramados por laciudad. An podan verse caballeros y seoras conlujosos atuendos a caballo o conducidos en literaspor la ciudad, si bien De la Broquire senta penade ver el reducido squito que acompaaba a laadorable princesa Mara desde la iglesia de laDivina Sabidura hasta palacio. Asimismo habaartculos en los bazares y en los muelles, ymercaderes venecianos, eslavos o musulmanes,que preferan hacer negocios en la ciudad vieja yno con los genoveses allende el Cuerno de Oro.Igualmente se daba una afluencia de peregrinosprocedentes principalmente de Rusia para admirarlas iglesias y reliquias que encerraban. Incluso el

  • Estado sostena hosteleras para alojarlos almismo tiempo que hospitales y orfanatos comopuede permitirse ahora[14].

    La nica ciudad importante que le qued alImperio era Tesalnica. Conservaba un aspecto demayor prosperidad. Segua siendo el puerto msimportante de los Balcanes. Su feria anualcontinuaba siendo el punto de reunin de loscomerciantes de todos los pases. Dentro de supermetro, tan reducido, haba menos vaciedad ydecadencia. Pero nunca pudo superar lasagitaciones en pleno siglo XIV, fomentadas durantevarios aos por revolucionarios popularesconocidos por los Celadores o fanticos, loscuales destruyeron muchos palacios, tiendas ymonasterios antes de ser suprimidos. Antes determinar la centuria fue ocupada por los turcos, sibien luego fue reconquistada durante algn tiempo.Mistra, en el Peloponeso, capital del dspota deMorea, aunque blasonaba de un palacio y uncastillo y de varias iglesias, monasterios y

  • escuelas, era poco menos que un pueblo[15].Esta trgica reliquia de un Imperio fue la

    herencia que pas a manos del emperadorManuel II en 1391. l mismo constitua una figuratrgica. Su juventud transcurri entre querellasfamiliares y guerras, en las cuales fue el nico leala su padre, Juan V, al cual, en cierta ocasin, tuvoque librar de prisin de los acreedores en Venecia.Pas algunos aos como rehn en la corte turca yfue obligado a rendir vasallaje al sultn e, incluso,a dirigir un regimiento bizantino para ayudar a susoberano a someter la ciudad libre bizantina deFiladelfia. Hall consuelo en la sabidura,escribiendo, entre otras obras, un pequeo librodestinado a sus amigos turcos, en el quecomparaba la Cristiandad con el Islam; modelo ensu gnero. Fue un emperador digno.Generosamente eligi por votacin como colegasuyo a su sobrino Juan VII, hijo de su hermanomayor y fue recompensado con la lealtad que esejoven inconstante le demostr el resto de su corta

  • vida. Se esforz por reformar los monasterios yelevar su nivel de vida, y entreg a la Universidadcuanto dinero pudo ahorrar. Vio la necesidadpoltica de pedir ayuda a Occidente. La Cruzadade 1396, que se puso en marcha bendecida por dosPapas rivales y pereci a causa de la insensatez desus jefes en Nicpolis, junto al Danubio, fue justo es decirlo una respuesta a las splicas delrey de Hungra ms que a las suyas, aunque elmariscal francs Boucicault acudi a sullamamiento con un pequeo contingente de tropas,en favor de Constantinopla en 1399, si bien fuepoco lo que consigui. Se opuso a la unin de lasIglesias, en parte por sus genuinas conviccionesreligiosas, suficientemente expuestas como paraescribir un tratado destinado a los profesores de laSorbona y, en parte, porque conoca demasiadobien a sus sbditos como para creer que nunca laaceptaran. Las instrucciones que dio a su hijo ysucesor, Juan VIII, fueron que prosiguiese lasnegociaciones por la unin sobre una base de

  • amistad, pero que eludiese los compromisos quetal vez no pudieran cumplirse. Cuando viaj porOccidente en busca de ayuda, escogi el momentoen que el Papado estaba desacreditado por causadel Gran Cisma e hizo el llamamiento a lossoberanos seglares con la esperanza de que as severa libre de la presin eclesistica. Con todo,pese a la agradable impresin que produjo, susgiras no le proporcionaron ventajas tangibles,excepto exiguas sumas de numerario obtenidas porsus anfitriones de sus sbditos, poco entusiastas, ytuvo que volver precipitadamente a su pas en1402 ante las noticias de que el sultn se dirigahacia Constantinopla. La capital fue preservadaantes de su regreso cuando Timur, el trtaro, ataclos dominios turcos por el este. Mas el beneficioque report a Bizancio la derrota del sultnBayaceto en Ankara no detuvo la decadencia delImperio. Slo se haba frenado el poder delotomano por algn tiempo. Las luchas dinsticasdetuvieron su agresin durante dos dcadas y,

  • cuando en 1423, el sultn Murad II march sobreConstantinopla, tuvo que levantar el sitio a causade las intrigas familiares y de los rumores derebelin casi al mismo tiempo[16].

    La intervencin de Timur retras en mediosiglo la cada de Constantinopla, aunque Manuelfue el nico en aprovecharse poco de ello.Reconquist algunas ciudades de Tracia y apoy laaccesin al sultanato de un prncipe amigo. Sitodas las potencias europeas hubieran sidocapaces de formar una coalicin al mismo tiempocontra los turcos otomanos, se habra eliminado laamenaza. Pero no eran posibles las coaliciones sintiempo ni buena voluntad, y ambos faltaban. Losgenoveses, que teman por su comercio, seapresuraron a enviar una embajada a Timur y aproporcionar navos que transportasen a losderrotados soldados turcos de Asia a Europa. Losvenecianos, temerosos de ser desbancados por losgenoveses, advirtieron a sus autoridadescoloniales para que guardaran una estricta

  • neutralidad. El Papado, en medio de los apuros delGran Cisma, no poda dar una salida. Laspotencias laicas del Occidente recordaban eldesastre de Nicpolis, y cada una tena otrasdistracciones ms inmediatas en que ocuparse. Elrey de Hungra, creyendo que los turcos ya noconstituiran una actual amenaza para l, intrigabacon todas sus fuerzas en Alemania, y de estasintrigas saldra como emperador occidental.Constantinopla no corra peligro inmediato, porqu habra de preocuparse ahora?[17].

    En la misma Constantinopla no exista taloptimismo. Pero pese a la conciencia del peligro,la brillante vida intelectual prosegua. Ya habadesaparecido la ms vieja generacin de sabios.Ahora, aparte del mismo emperador, la figuradescollante era Jos Briennio, rector de laAcademia Patriarcal y profesor de la Universidad.Fue el maestro que educ a la ltima notablegeneracin de eruditos bizantinos. Estaba versadoen la literatura occidental tan bien como en la

  • helena, y apoy al emperador para queincorporase los estudios occidentales a los planesde la Universidad. Acogi calurosamente a losestudiantes occidentales. Por cierto, Eneas SilvioPiccolomini, el futuro Po II, haba de escribirposteriormente que en su juventud todo italianocon pretensiones de saber siempre pidi estudiaren Constantinopla. Pero Briennio, como Manuel,se opusieron a la unin de las Iglesias. No podaaceptar la teologa romana ni abandonar lastradiciones bizantinas[18].

    Un sabio incluso ms notable, Jorge GemistoPlethon, ligeramente ms joven que Briennio, setraslad, durante estos aos, de su Constantinoplanativa para fijar su residencia en Mistra bajo elpatrocinio del ms erudito de los hijos delemperador: el dspota Teodoro II de Morea. Aqufund una Academia Platnica y escribi varioslibros defendiendo la reorganizacin de un Estadobasado en las ideas platnicas. Slo esto pensaba l devolvera la vida al mundo

  • helnico. Tambin dio sugerencias en los asuntossociales, econmicos y militares; muchas de lascuales eran realmente factibles. En religin abogpor una cosmologa platnica con sus pinceladasde epicureismo y zoroastrismo, por aadidura.Aunque slo fuese ortodoxo de nombre, no sesirvi mucho del cristianismo y prefera escribirsobre Dios como Zeus. Sus ideas religiosas nuncafueron publicadas. El manuscrito en que lasexpuso, cay tras su muerte y la cada deConstantinopla, en manos de su viejo amigo ycontendiente, el patriarca Gennadio, que lo leycon creciente fascinacin y horror y, al final, demala gana, mand que lo quemaran. Slo hanquedado algunos fragmentos[19].

    Plethon defendi vehementemente unaterminologa que demostraba los profundoscambios experimentados por el mundo bizantino.Hasta entonces los bizantinos haban usado lapalabra Hellene salvo cuando la aplicaban a lalengua para designar la Grecia pagana en

  • oposicin a la cristiana. Ahora, reducido elImperio a algo ms que un grupo de ciudades-Estados, y lleno el mundo occidental deadmiracin por la Grecia clsica, los humanistascomenzaron a llamarse helenos.

    El Imperio segua siendo, oficialmente, elImperio Romano, pero el vocablo Romaioi conque se designaron a s mismos los bizantinos en elpasado, fue repudiado en los crculos cultos hastaque por ltimo Romaic vino a designar la lenguadel pueblo en contraposicin a la literaria. Lamoda se inici en Tesalnica, donde losintelectuales eran muy conscientes de su herenciahelena. Nicols Cabasilas, tambin ltesalonicense, escribi sobre nuestra comunidadde la Hlade. Muchos de sus contemporneossiguieron su ejemplo. Al final del siglo Manuel sedirigi a menudo como emperador de los helenos.Algunos siglos antes cualquier embajadaoccidental que llegaba a Constantinopla con cartasdirigidas al emperador de los griegos no era

  • recibido en la corte. Ahora, si bien a algunostradicionalistas les disgustaba la nueva expresiny nadie lo interpretaba como una abdicacin de lasexigencias ecumnicas del Imperio, prosper,reavivando ante los ojos de los bizantinos suherencia helenstica. En sus ltimas dcadasConstantinopla era conscientemente una ciudadgriega[20].

    Manuel II se retir de la vida activa en 1423 yfalleci dos aos despus. Su amigo el sultnMohamed I haba ya muerto, y bajo el nuevosultn, Murad II, el Poder otomano se hizo msfuerte que nunca. Muchos griegos admiraban aMurad, el cual pese a ser devoto musulmn, eraamable, honrado y justo, aunque su temperamentose revel con ocasin de su marcha haciaConstantinopla en 1422. Aunque su intentona desitiar a la ciudad se desvaneci, su opresin enotras partes del Imperio fue tal, que el gobernadorde Tesalnica, Andrnico, tercer hijo de Manuel,hombre enfermo de los nervios, desesper de

  • poder conservar su ciudad y la vendi a losvenecianos. Pero stos tampoco pudieronretenerla. Tras un breve asedio, cay en poder delos turcos en 1430. Durante los aos siguientesMurad no dio muchas muestras de quererprecipitar la agresin. Empero, cunto tiempodurara la tregua?[21].

    El hijo mayor de Manuel, Juan VIII, estaba tanseguro de que nicamente la ayuda occidentalsalvara al Imperio que, desoyendo los consejosde su padre, decidi presionar en favor de la unincon Roma. nicamente la Iglesia occidental eracapaz de poner de acuerdo a Occidente para laliberacin del Oriente. El Papado se haba rehechodel cisma, aunque se haba recuperado mediante elmovimiento conciliar. Juan supo que la nicaprobabilidad de inducir a su pueblo a que aceptasela unin, era que lo decidiese un concilio tanecumnico como las circunstancias lo permitiesen.El Papado, en estos momentos, no rechazara elproyecto de un concilio. Tras largas

  • negociaciones, el papa Eugenio IV invit alemperador a que enviase una delegacin a unconcilio que se celebrara en Italia. Juan habrapreferido que se hubiera reunido enConstantinopla, pero acept la invitacin. Elconcilio se inaugur en Ferrara, en 1438 y, luego,al ao siguiente, se traslad a Florencia, donde sellevaron a cabo los ms transcendentales debates.

    Sera tedioso para el lector pormenorizar elConcilio. Hubo discusiones de precedencia.Tena que presidir el emperador, como lohicieron en los primeros concilios? Cmo habrade recibir el Papa al emperador deConstantinopla? Se decidi que los debates sebasaran en la recta interpretacin de los cnonesde los concilios ecumnicos y en los textospatrsticos. Los Santos Padres, tanto latinos comogriegos, seran considerados como poseedores dela inspiracin divina y se seguiran sus normas.Desgraciadamente, la inspiracin, a lo que parece,no se revel nada slida. Los Padres no estaban

  • con frecuencia de acuerdo entre s, y algunas vecesen abierta contradiccin. Surgieron interminablesdificultades de lenguaje. Rara vez era posibleencontrar en latn un equivalente exacto de laterminologa teolgica griega y, a menudo, erandivergentes las versiones latina y griega de loscnones de los Concilios. Hay que admitir que enlos debates los latinos llevaban la mejor parte. Sudelegacin se compona de los ms avezadospolemistas que trabajaban en equipo con el Papaentre bastidores para aconsejarles. La delegacingriega era ms difusa. Sus obispos formaban unpobre grupo, pues muchos de los ms prestigiososse negaron a asistir. Para mejorar su nivel, elemperador haba elevado a tres monjes instruidosa las sedes metropolitanas. Estos eran Besarin deTrebisonda, metropolita de Nicea; Isidoro,metropolita de Kiev y de todas las Rusias; y,Marcos Eugnicos, metropolita de feso. A stosse aadan cuatro filsofos seglares: JorgeScolarios, Jorge Amiroutzes, Jorge de Trebisonda

  • y el anciano Plethon. Se pidi a los patriarcasorientales que nombrasen delegados entre losobispos asistentes, pero accedieron de mala gana,no otorgando a sus representantes plenos poderes.Conforme a la tradicin ortodoxa, todo obispo,incluidos los patriarcas, posee la mismainspiracin doctrinal, mientras que los laicostienen derecho a opinar en teologa. De este modo,cualquier controversista griego segua su propiorumbo. El patriarca, un afable anciano llamadoJos, hijo bastardo de prncipe blgaro y madregriega, no era demasiado inteligente ni tena buenasalud y no poda con la carga. El mismoemperador intervendra para evitar se discutiesenpuntos delicados, como la doctrina de lasEnergas. No haba coherencia ni una polticadeterminada entre los griegos, a la vez queandaban escasos de dinero y estaban impacientespor volver a su tierra.

    En ltima instancia la unin fue forzada. Deentre los filsofos, Jorge Scolarios, Jorge

  • Amiroutzes y Jorge de Trebisonda todosadmiradores del Aquinate la aceptaron. Plethonse las arregl claramente para retirar su firma.Consideraba que la Iglesia latina era an msintransigente con la libertad de pensamiento que lagriega. Pero su estancia en Florencia fueextraordinaria: Fue celebrado como el principalsabio platnico y Cosme de Medicis fund unaAcademia Platnica en honor suyo. Por tanto, seech tierra sobre su oposicin. El patriarca Jos,tras aceptar con los latinos que su frmula elEspritu Santo procede del Hijo significaba lomismo que la griega el Espritu Santo procedepor el Hijo, cay enfermo y falleci. Unmalicioso sabio not que, despus de confundir laspreposiciones, qu otra cosa buena poda hacer?Besarin e Isidoro fueron ganados para la causalatina. Quedaron impresionados por el saber delos italianos y anhelaron la integracin de lasculturas griega e italiana. Todos los otros obisposgriegos, con una excepcin, firmaron el acta de la

  • unin; algunos protestando, pues se quejaban de lapresin y amenazas por parte del emperador. Laexcepcin fue Marcos de feso, quien no querasuscribirla, incluso ante la amenaza de queperdera su sede. La misma acta, si bien permitaciertos usos griegos, era poco ms que unaafirmacin de la doctrina latina, aun cuando laclusula sobre las relaciones del Papa con losconcilios haba quedado ligeramente confusa[22].

    Era ms fcil firmar que llevar a cabo la unin.Cuando la delegacin regres a Constantinoplahall una abierta hostilidad. InmediatamenteBesarin, por ser tan considerado, juzg prudenteretirarse a Italia, donde se reuni con l Isidoro, aquien los rusos rechazaron furiosamente. Lospatriarcas orientales se negaron a comprometersecon la firma de sus delegados.

    El emperador tena dificultades en hallar aalguien que asumiese el cargo de patriarca deConstantinopla. Su primer nombrado muri casi almismo tiempo. El segundo, Gregorio Mammas,

  • designado en 1445, se mantuvo en el cargo demodo insociable durante seis aos, boicoteado porcasi todo su clero, que luego se retir al ambientems favorable de Roma. Marcos de feso fuedegradado nicamente porque el pueblo loconsider como la verdadera cabeza de lajerarqua. Entre los filsofos, Jorge de Trebisondase traslad a Italia. Jorge Scolarios empez a tenerdudas ms por razones polticas que religiosas.Sigui admirando el escolasticismo, pero decidique la unin no beneficiaba a los griegos. Se retira un monasterio con el nombre monstico deGennadio. Al morir Marcos de feso, se hizo eljefe admitido del partido antiunionista. JorgeAmiroutzes haba de ir ms lejos y compulsara lasposibilidades de un entendimiento con el Islam. Elmismo emperador se preguntaba si su proceder erarecto. No deseaba rechazar la unin, pero influidopor su madre, la emperatriz Elena, dej depresionar. Todo cuanto hizo fue sembrar ladivisin y el encono en la decadente ciudad[23].

  • Aunque una expedicin contra los turcosalcanz un inmediato xito, se acept de malagana. El papa Eugenio IV predic la Cruzada en1440 y, finalmente, organiz un ejrcito compuestoen su mayora por hngaros, quienes atravesaron elDanubio en 1444. Mas el legado pontificio,cardenal Cesarin, tras obligar al jefe militar, JuanHunyade, vaivoda de Transilvania, a anular untratado solemne con el sultn con el pretexto deque los juramentos hechos a los infieles eraninvlidos, discuti con l sobre la estrategia. Elsultn Murad no tuvo muchas dificultades enaplastar a las fuerzas de los cruzados en Varna, aorillas del mar Negro[24].

    Muchos historiadores occidentales fueron delparecer que los bizantinos, al rechazar la unin,cometieron un suicidio imperdonable yobstinadamente. La gente sencilla dirigida por losmonjes fue inducida a mostrarse apasionadamenteleal a su credo, liturgia y tradiciones que creanhaban sido dispuestos por mandato divino; habra

  • sido un pecado abandonarlos. Era una pocareligiosa. Los bizantinos saban que esta vidaterrena slo era la antesala de la vida eternafutura. Ni siquiera mereca considerarse elcomprar aqu abajo una salvacin material alprecio de la eterna. En ellos se daba, asimismo,cierto cariz de fatalismo. Si les sobrevena undesastre, sera castigo de Dios por sus pecados.Eran pesimistas. En la atmsfera nebulosa ymelanclica del Bsforo se apagaba la alegranatural de los griegos. Incluso en la gran poca delImperio hubo quienes susurraron profecas de queno durara para siempre. Era bien sabido queestaba escrita en las piedras por toda la ciudad yen los libros escritos por los sabios antiguos lalista de los emperadores, y que se encaminaba a sufin. No poda tardar el reino del Anticristo. Inclusolos que confiaban en que la Madre de Dios nopermitira nunca que una ciudad consagrada a ellacayese en manos de los infieles, eran muy pocos ennmero. La unin con el Occidente hereje no poda

  • traer la salvacin ni cambiar el destino[25].Puede ser que esta visin piadosa fuese

    ignorante y estrecha, aunque tambin habaestadistas previsores que dudaban de losbeneficios de la unin. Muchos de ellosespeculaban, con razn, que el Occidente nuncapodra o querra enviar ayuda bastante eficaz paraatajar la fuerza militar magnficamente organizadade los turcos. Otros, especialmente entre loseclesisticos, temieron que la unin llevara apromover ms el cisma. Cmo no iban a sentirsetraicionados los griegos que haban luchado tantotiempo por conservar su integridad contra lapersecucin de los jefes francos? Los griegosfueron cayendo cada vez ms bajo el dominioturco. Y slo mantuvieron su dependencia deConstantinopla a travs de la Iglesia. Si elpatriarcado se comprometa con Occidente,seguiran su ejemplo estas masas? Sus soberanos,desde luego no lo aprobaran.

    Estaran dispuestos los ortodoxos caucsicos,

  • danubianos y rusos a unirse? Los patriarcadoshermanos del Oriente hicieron patente sudesaprobacin. Haba que esperar que losortodoxos dependientes del Patriarcado Bizantino,pero independientes del Imperio aceptasen lasoberana religiosa occidental simplemente parasalvar al Imperio? En particular, se saba que losrusos miraban a la Iglesia latina odiosamente comola Iglesia de sus enemigos polacos y escandinavos.Una memoria que data de 1437 nos informa de queentre las sesenta y siete sedes metropolitanasdependientes del patriarcado de Constantinopla,nicamente ocho permanecieron en los dominiosdel emperador y otras siete en el despotado deMorea[26]. Esto quiere decir que la unin conRoma le costara al patriarcado la prdida de msde las tres cuartas partes de sus obispadosdependientes de l. Esto era un formidableargumento que se aadira a la natural aversin delos bizantinos a sacrificar su libertad religiosa.Algunos estadistas vieron ms lejos. Bizancio

  • como cualquier observador imparcial podacomprobar estaba condenado a muerte. La nicaprobabilidad de reconciliar a la Iglesia griega y alpueblo griego con ella estribaba en aceptar elcautiverio turco al que estaba sometida casi lamayora de los griegos. Slo as poda ser posiblereconstruir la nacin ortodoxa griega y renovarla,de suerte que con el tiempo recuperase energasuficiente para sacudirse el yugo del infiel yreconstruir Bizancio. Con pocas excepciones,ningn griego estaba tan falto de orgullo comopara no considerar voluntariamente que lasumisin de su cuerpo a los infieles era mspreferible que si sometiese voluntariamente sualma a los romanos. Pero acaso el primer caminono era el ms prudente si se exclua el segundo?Tal vez podra preservarse mejor la integridadgriega con un pueblo unido bajo el dominiomahometano que con un fragmento pegado al bordedel mundo occidental. La observacin atribuidapor sus enemigos al ltimo gran ministro de

  • Bizancio, Lucas Notaras: Es preferible elturbante del sultn al capelo del cardenal, no eratan injuriosa como parece a primera vista[27].

    Para Besarin y sus colegas humanistas que seafanaban y dedicaban en Italia a conseguir ayudapara sus compatriotas, la atmsfera deConstantinopla pareca extraa, insensata ymezquina. Estaban convencidos de que la unincon Occidente traera tal energa cultural y polticaque Bizancio podra levantarse otra vez. Quinpuede afirmar que estaban equivocados? Elemperador Juan VIII vivi durante nueve infelicesaos tras su regreso de Italia. Haba vuelto justo atiempo de ver muerta por la peste a su adoradaemperatriz, Mara de Trebisonda. No tuvodescendencia. Sus hermanos perdan el tiempo enluchas intestinas, en el Peloponeso, o en intrigascontra l en Tracia. De toda su familia slo podaconfiar en su anciana madre, la emperatriz Elena, ya sta le disgustaba su poltica. Procur por todoslos medios mantener la paz en su dividida capital

  • con paciencia y tacto. Invirti con prudencia todoel dinero que el Estado pudo ahorrar en restaurarlas grandes murallas interiores de la ciudad, queestaran dispuestas para el ataque inevitable de losturcos. La muerte, el 31 de octubre de 1448, fue unalivio para l[28].

  • 2. Auge del Sultanato

    En su mejor poca la prosperidad de Bizancioestuvo ligada a la posesin de Anatolia. La vastapennsula conocida por los antiguos como AsiaMenor, haba sido en la poca romana una de laszonas ms pobladas del mundo. El ocaso delImperio Romano, junto con la peste y lapropagacin de la malaria, seguida de la invasinpersa y rabe en los siglos VII y VIII, diezmaron lapoblacin. Volvi la seguridad en el siglo IX. Unnuevo sistema bien concebido de defensa aminorel riesgo de incursiones enemigas. La agriculturapudo rehacerse y encontrar un mercado para susproductos en Constantinopla y en las prsperasciudades costeras. Los ricos valles del occidenteestaban repletos de olivares, rboles frutales ycereales. Rebaos de ovejas y cabezas de ganadovagaban por las tierras altas y, all donde eranposibles los riegos, se cultivaban grandes

  • maizales. La poltica de los emperadores haba dedesalentar a muchas clases sociales que preferanque la tierra la poseyesen los municipios rurales,muchos de los que compensaban esta prosperidadproporcionando soldados para el ejrcito imperialy milicias locales. El Gobierno central ejerca elcontrol mediante una constante inspeccin yfuncionarios provinciales sostenidos por el Erarioimperial.

    Esta prosperidad dependa de la estrechavigilancia de las fronteras. Aqu, en las marcas,prevaleca otro modo de vivir. Se haba confiadola defensa a los barones fronterizos, los akritai,hombres cuyas vidas se gastaban en lasincursiones por tierras enemigas o replicando a lasdel adversario. Eran hombres sin ley,independientes, que se ofendan por cualquierintento del Gobierno para dominarlos; que senegaban a pagar impuestos y, en cambio,esperaban que les recompensasen por susservicios. Sacaban sus adeptos de gente aventurera

  • de toda procedencia, pues no haba una vidaestable ni cohesin racial en aquellas tierrassalvajes, salvo donde estaban establecidos losarmenios y conservaban sus tradiciones. Habacontinuas guerras, tanto si estaban oficialmente enpaz el Gobierno bizantino o el rabe como si no,mas los barones fronterizos no estaban malavenidos con sus rivales de la frontera, a los quese asemejaban en su modo de vida. Los seoresmahometanos fronterizos, tal vez fuesen un tantoms fanticos de su fe, pero su fanatismo no era tangrande como para impedir la mutua comunicacine, incluso, los matrimonios. En ambos lados de lafrontera la religin oficial no era muy popular.Muchos de los akritai pertenecan a la IglesiaArmenia Separada y, casi todos, protegan de buengrado a los herejes, en tanto que los herejesmusulmanes siempre podan hallar refugio entrelos seores fronterizos mahometanos[29]. Elsistema se derrumb por algn tiempo debido alocaso del califato y al nuevo espritu agresivo de

  • Bizancio. Desde la mitad del siglo X en adelantelos ejrcitos imperiales reconquistaron extensaszonas de tierra fronteriza, especialmente en Siria.La nueva frontera ya no se extenda a travs deagrestes montaas, sino por tierras cultivadas ybien pobladas. Su defensa poda organizarse conoficiales de Constantinopla apostados enAntioquia o en algunas de las ciudadesreconquistadas. Los primeros barones fronterizosno eran indigentes. Se compensaban invirtiendo laspinges ganancias obtenidas en las recientescampaas, en tierras por toda Anatolia. Peroseguan siendo orgullosos e insubordinados,rodendose de ejrcitos de partidarios sacados delos primeros pueblos libres sobre los quecompraron el dominio, de ordinarioilegtimamente. Echaron las bases de unaaristocracia terrateniente cuyo poder conmovi alGobierno imperial en pleno siglo XI. Mientrastanto, la Administracin Central trat de hacersecon el dominio de las tierras fronterizas armenias,

  • ms hacia el norte, y se anexion formalmentevastas provincias incorporndolas al aborreciblembito de los exactores bizantinos y de lasautoridades eclesisticas bizantinas. Elresentimiento causado por ello debilit lasdefensas[30].

    stas haban de disputrselas ahora gente quehasta entonces haban tenido con los bizantinosrelaciones ordinariamente amistosas. Durantesiglos fueron desecadas las grandes llanuras delTurquestn y las tribus turcas se trasladaron haciael Oeste en busca de nuevas tierras. Bizancio semantuvo en contacto con los turcos de Asia centralen el siglo VI, y haba tenido un estrecho contactocon las tribus turcas emigradas a las estepas rusas,los sofisticados judaizantes kzaros, dos de cuyasprincesas se casaron con emperadores bizantinos ylos peknegs y cumanos, que hacan incursionesespordicas por el territorio imperial, pero que,ms prcticos, enviaban voluntariamentedestacamentos para prestar servicio en los

  • ejrcitos imperiales. A muchos de estosmercenarios se les otorgaba vivienda fija dentrodel Imperio, especialmente en Anatolia, y seconvirtieron al cristianismo. Empero, la msactiva de las naciones turcas, Oghuz, encauz laemigracin a travs de Persia hacia los territoriosdel califato rabe. Haba regimientos turcos en losejrcitos del califa lo mismo que en los delemperador, y stos se hicieron mahometanos.Conforme decaa el Poder de los califas creca elde sus vasallos turcos. El primer gran turcomahometano, Mahmud el Ghazvnida, levant unimperio al este, que se extenda desde Isfahanhasta Bokhara y Lahore. Mas despus de su muertela hegemona entre los turcos pas a los prncipesde una tribu de Oghuz, la familia de Selyuq. Losdescendientes (selyuques) de este cuasi-mticoprncipe, adquirieron ascendiente sobre los turcosestablecidos dentro del califato, y los emigrantesdel Turquestn pronto aceptaron su hegemona.Hacia 1055 Tughril Beg, jefe de la Casa, no slo

  • estableci un reino personal que inclua Persia yKhorasn con sus hermanos y primos en territoriosdependientes de sus fronteras nrdicas, sino quetambin fueron invitados por el califa abas deBagdad para asumir el gobierno temporal de susdominios.

    La invitacin califal se debi al miedo delcalifato rival de los fatimitas de Egipto, quedominaban casi la mayor parte de Siria. Losfatimitas estaban en buenas relaciones con elImperio bizantino y los prncipes selyuquesimpacientes por impedir cualquier accin porparte de los bizantinos en la frontera abas delnorte en apoyo de un ataque fatimita. Muchosnobles turcos se haban establecido ya con suspartidarios en las fronteras bizantinas yrepresentaban el papel de los barones fronterizos,haciendo incursiones cuando se les deparaba unaoportunidad. El sucesor de Tughril, su sobrino AlpArslan, se decidi a alejar cualquier peligro deagresin de los bizantinos. Saque y se anexion

  • la antigua capital armenia de Ani y anim a susbarones fronterizos a que redoblaran susincursiones. Bizancio replic apoderndose delltimo principado armenio independiente. Contodo, las guarniciones imperiales no eran losuficientemente fuertes para contener los ataques yno haba akritai para tratar con ellos. En 1071 elemperador romano Digenes decidi que eranecesaria una expedicin militar para defender lafrontera. Las recientes economas redujeron elejrcito imperial, y el emperador dependa,principalmente, de mercenarios, algunos de laEuropa occidental y otros muchos de los turcoscumanos. Alp Arslan se hallaba en Siria encampaa contra los fatimitas, cuando se enter dela expedicin. Supuso se trataba de un paso en laalianza fatimita-bizantina y acudi al norte paraoponerse a ella. Es curioso que en esta campaaque haba de ser vital para la Historia de lahumanidad, cada bando creyese que tomaba ladefensiva[31].

  • La batalla decisiva tuvo lugar el viernes 19 deagosto de 1071, cerca de la ciudad de Manzikert.Romano era intrpido, pero mal estratega, y nopoda fiarse de sus tropas mercenarias. Su ejrcitofue derrotado y aniquilado y l mismo cayprisionero[32].

    Alp Arslan, satisfecho de que Bizancio ya noamenazara este flanco, puso en libertad a suprisionero imperial en buenos trminos y volvi asus asuntos ms importantes de Siria. Sus baronesfronterizos, sin embargo, tenan otras ideas. Lasdefensas fronterizas bizantinas arruinadas y lascrisis polticas de Constantinopla dieron al trastecon todos los intentos de restaurarlas. Los pocosakritai que permanecieron, la mayora armenios,se quedaron sin ningn medio de comunicacincon la capital. Se vieron obligados a atrincherarsecon sus seguidores en fortalezas aisladas. Losnobles turcos intensificaron sus ataques; entonces,al encontrar poca resistencia, se establecieron enlos distritos en que haban penetrado,

  • colonizndolos con sus partidarios y otros turcosmiembros de la tribu que haban odo hablar deesas ricas tierras que permanecan abiertas a laocupacin[33].

    Durante algn tiempo a los baronesmahometanos fronterizos se les otorg el ttulo deghazi, luchadores por la fe. El ghazi eran un toscoequivalente al caballero cristiano. Estabarevestido en apariencia de cierta clase de insigniasy prest cierto juramento a un soberano,idealmente al califa, y acat los futuwwa, cdigomstico de conducta moral que se desarroll en lossiglos X y XI y fue adoptado por los gremios ycorporaciones del mundo islmico. Los ghazisturcos eran fundamentalmente luchadores yconquistadores. No se interesaban por organizar elGobierno. A medida que avanzaban y se ibanapoderando de los territorios, los gobernabancomo sus dominios fronterizos, no molestando alas poblaciones locales, que buscaban en ellosproteccin contra otros atacantes y sosteniendo su

  • Gobierno con el botn que obtenan de susincursiones. En las tierras fronterizas, habituadasdurante siglos a este gnero de vida, su llegadaprovoc cierto resentimiento. Sus seguidorespudieron desalojar a algunos cristianos, quehuyeron hacia refugios ms seguros. Pero lapoblacin ya estaba mezclada y era fluida. Lainfluencia turca no se apart mucho de la normaestablecida. Pero a medida que se adentraban porel interior de Asia Menor, cambi la norma. Enalgunos territorios los cristianos huyeron anteellos, dando tiempo a que los miembros de lastribus turcas los ocupasen. En otros, las ciudades ypueblos cristianos trataron de defenderse, peropronto quedaron aislados y sometidos por la fuerzaal dominio de los invasores. Las incursionesterminaron por que se deteriorasen rpidamentelos caminos, puentes, pozos y canales de riego. Laantigua economa no pudo sobrevivir[34].

    Al no encontrar oposicin organizada, losghazis invasores pudieron invadir la pennsula

  • entera, dejando solamente en manos de losbizantinos algunos territorios costeros. Slocuando el emperador Alejo Comneno reorganiz elImperio, reform el ejrcito imperial y, empleandola diplomacia para enfrentar a cada jefe ghazicontra su vecino, se recuper el terreno. Mientras,la dinasta seljuc, alarmada por el caos deAnatolia, envi a uno de sus miembros msjvenes a que organizase las conquistas dentro deun reino islmico establecido. La tarea delprncipe seljuc Solimn y de su hijo Kilij Arslanfue perturbada por las guerras e intrigas y por elapoyo prestado a Bizancio por los soldados de laprimera Cruzada. En los primeros aos del sigloXII la frontera entre los territorios bizantinos yturcos se haba trazado a lo largo de la abruptalnea que separaba los frtiles valles de Anatoliaoccidental y los territorios costeros al norte y alsur de las altas tierras centrales. Los jefesselyuques, sin embargo, se interesaban menos ensus relaciones con los bizantinos que en sus

  • intentos por imponerse a los prncipes ghazis,especialmente al gran clan Danishmend.Igualmente vigilaron con mucho cuidado lascomarcas del este donde resida el centro delPoder de su familia.

    La decadencia de Bizancio hacia el final delsiglo XII y el desastre de la cuarta Cruzadapermitieron al reino seljuc aumentar su territorio.En la primera mitad del siglo XIII los sultanesselyuques de Rum como sola denominrselostras de sus posesiones en el corazn de las tierrasantiguas romanas y bizantinas eran respetados ypoderosos personajes en el mundo musulmn.Establecieron su autoridad sobre los prncipesghazis. Solan estar en buenas relaciones con susvecinos bizantinos, los emperadores de Nicea.Haban desistido de sus ambiciones orientales yestaban contentos de administrar su ordenado ytolerante Estado desde su capital de Konya.Reactivaron la vida urbana y restablecieron lascomunicaciones; fomentaron las artes y las

  • ciencias. A su prudencia y capacidad de gobiernose debe que la transicin de Anatolia, de pasprincipalmente cristiano a otro fundamentalmentemusulmn, se llevase a cabo tan pacficamente quenadie se molest en recordar los pormenores[35].

    El fructfero Gobierno de los selyuquestermin con las invasiones monglicas.Primeramente, muchas tribus turcas, huyendo delos ejrcitos mongoles, penetraron en Asia Menor.Se asentaron en la frontera occidental donde sereunieron con los ghazis, que tascaban el frenobajo la dominacin seljuc. En 1243 los mongolesmismos hicieron su aparicin. El sultn seljucsufri una aplastante derrota de la que jams serecuper su reino. Desde entonces l y sussucesores fueron tributarios y vasallos del mongolIlkn de Persia, y decay su Poder y autoridad. Enmenos de un siglo se extingui su dinasta[36].

    La decadencia del sultanato seljuc fuelibrando gradualmente a los prncipes ghazisfronterizos de las trabas. Cada vez se unan a ellos

  • ms fugitivos de la dominacin monglica,funcionarios de las ciudades selyuques,campesinos de las zonas devastadas y llenas deexacciones, santones, jeques y derviches, muchosde los cuales eran considerados herejes en loscrculos mahometanos ms severos, pero cuyofanatismo se adaptaba perfectamente al espritufronterizo. Semejante mpetu y fe les incit aatacar a los cristianos. No fue fcil en unprincipio. Los emperadores de Nicea guardaronmuy bien la frontera, restaurando los akritai, perotenindolos bajo su dominio[37]. Mas lareconquista de Constantinopla en 1261, por muygloriosa que fuese, tuvo sus desventajas. Desdeese momento el Imperio qued circunscrito porcompleto dentro de Europa frente a las amenazas,no slo de las potencias balcnicas, sino tambinde los occidentales, vidos de vengar la cada delImperio latino. Fueron retiradas las tropas de lasguarniciones asiticas. Las economas en la marinadebilitaron las defensas costeras. Aumentaron los

  • impuestos por todo el Imperio para financiar losnuevos compromisos. Los mismos akritai seconsideraban mal asistidos y pagados. Durante lasltimas tres dcadas del siglo XIII, muchos ghazisatravesaron la frontera. Al concentrarse en el ladode la frontera habitado por los akritai, ansiosos debotn y espoleados por sus dirigentes religiosos,los ghazis y sus seguidores se desparramaron porlos territorios restantes del Asia bizantina. Losintentos espordicos del ejrcito imperial pararechazarlos fueron infructuosos. Los ms osadosentre ellos, como los prncipes de Menteshe yAydin, atacaron por mar a la par que por tierra y laarmada bizantina era demasiado dbil para evitarque ocupasen varias islas, as como las costasoccidentales de Anatolia. Hacia 1300 todo lo quequedaba a Bizancio de Asia, exceptuadas una odos ciudades aisladas, eran las planicies entre elOlimpo de Bitinia y el mar de Mrmara, lapennsula que avanza hacia el Bsforo, y luegotierra adentro, hasta la lnea costera del ro

  • Sangario y el mar Negro en cien millas al este.En estos desplazamientos, el emirato de

    Menteshe, al suroeste de Asia Menor, fue elprimero en adelantarse. Mas su poder quedfrenado cuando los caballeros hospitalariosconquistaron Rodas y se establecieron en ella. Lahegemona pas a los emires de Aydin, losprimeros entre los turcos asiticos en atacar lascostas europeas del Egeo. Esto exigi el podercombinado de Venecia, Chipre y de loshospitalarios para contenerlos. Ms al norteestaban los prncipes de Sarakn, cuyo cuartelgeneral se hallaba en Manisa o Magnesia, hacapoco segunda capital de los emperadores deNicea, y junto a ellos los prncipes Karasi,establecidos en la llanura de Troya. En las costasdel mar Negro estaba situado el emirato GhaziChelebi, en Sinope, famoso por sus hazaas depiratera. Igualmente haba otros emiratos mspequeos en el interior y los dos grandes emiratosde Karamn y Germiyn que se consideraban como

  • los herederos de los selyuques y estabandecididos a establecer un Estado organizado conlos elementos ghazis bajo su dominio. Losprncipes Karamn que ocuparon Konya en 1327,estaban bastante lejos de la frontera como parapoder eliminar a los ghazis locales. Los prncipesGermiyn, cuya capital era Kutahya se negaron allevar el ttulo de ghazis, pero trataron de imponeralguna autoridad sobre los seores ghazis vecinos,muchos de los cuales fueron en su origen jefesmilitares Germiyn. Tuvieron xito en lo principal.Con una excepcin: los emiratos de toda la costadel Egeo y de la frontera bizantina los trataron condeferencia y respeto, si bien nunca admitieron susoberana de hecho[38].

    Esta excepcin fue un pequeo Estadoestablecido durante la segunda mitad del siglo XIIIen los territorios fronterizos que se extienden haciael Este, desde el Olimpo de Bitinia. Su fundadorera un tal Ertughrul, muerto en 1281, cuyo sucesorfue su hijo, Osmn. Los orgenes de la familia

  • osmanl u otomanos como se llam a losdescendientes de Osmn se vieron envueltos yadornados con leyendas creadas tras elencumbramiento de dicha familia. Podanpresentar una lista de veintin antepasados que seremontaban a Noah, si bien se aadieron otrostreinta y uno ms tarde, para hacer la cronologams convincente. La lnea alcanzaba al hroeepnimo, Oghuz Kan, fundador de los turcos oghuzy a travs de su hijo Gok Alp y su nietoChamundur, que se identifica con Chavuldur; segnlas otras leyendas uno de los veinticuatro nietos deOghuz, de los que descendan las veinticuatrotribus principales de Oghuz. Pero si bien haba unatribu chaudar que fue absorbida en la comunidadotomana ya mediado el siglo XIII, se trataba de unatribu distinta, hostil en un principio a la hegemonade Osmn. Otra leyenda engrandeca a la familiaatribuyendo al ms viejo de los nietos de Oghuz,Qayi, hijo de Gun Kan, como sucesor, haciendo delos otomanos una rama de la tribu ms antigua de

  • Oghuz. Mas esta tradicin slo apareci en elsiglo XV, tras de haber sido generalmente admitidala otra alternativa de la descendencia de Gok Alp.Los aduladores cortesanos en el siglo XVcomplicaron la sucesin con los antepasadosrabes de la dinasta, aunque sta nuncareivindicase su origen del mismo Profeta; lagenealoga de sus descendientes era demasiadobien conocida[39]. El sultn Conquistador,Mahomet II, intent impresionar a sus sbditostanto turcos como griegos defendiendo la teora deque su familia descenda de un prncipe de la CasaImperial de Comneno emigrado a Konya, y aqu seconvirti al Islam y se cas con una princesaseljuc[40].

    No existen pruebas para poder defendercualquiera de estas teoras. El historiador prudenteconcluir que Ertughrul no fue un jefe de tribu,sino un caudillo capaz ghazi, de origendesconocido, quien de algn modo se abricamino hacia la frontera y, aqu, con sus proezas,

  • agrup en torno suyo un nmero suficiente deseguidores como para permitirle fundar unemirato. Su principal capital fue la posicingeogrfica de las tierras ocupadas por l. Unacomunidad ghazi, para justificar su existencia,tena que atacar y avanzar por el territorio infiel.Hacia fines del siglo XIII casi todos los emiresghazis haban llegado hasta los lmites del AsiaMenor. Los bizantinos se haban ido y el mardetuvo su avance. Si bien osados piratas, como losemires de Aydin y Sinope, pudieron atacar porsorpresa y con provecho las costas enemigas,ninguno de ellos posea un poder martimo comopara planear el transporte de suficiente contingentede su gente y establecer colonias allende el mar. Siprescindimos de los emiratos que limitaban con elImperio de Trebisonda, hacia el lejano Este,nicamente el territorio heredado por Osmncontinuaba frente a una frontera infiel. Por elinterior de las tierras de Osmn fue por donde sedesparramaban ahora los ms activos elementos

  • entre los turcos; los jefes ghazis se afanaban porhallar ricos territorios que pudieran atacar porsorpresa; derviches y sabios ansiosos por huirlejos de los odiosos mongoles; y una compactamasa de campesinos miembros de tribu queseguan buscando territorios en los queaposentarse con sus rebaos. As Osmn seencontr con recursos humanos desproporcionadosa su pequeo emirato.

    Si Osmn no hubiese sido un jefe genial, lohubieran hundido los emigrantes. Poco sabemos decmo tuvo que habrselas con ellos. Pero essignificativo que en la ms antigua inscripcin queha quedado, en la que un jefe otomano se da a smismo el ttulo de sultn inscripcin colocada porOrhn, hijo de Osmn, en una mezquita de Brusa,la frmula rece as: Sultn hijo del sultn de losGhazis, Ghazi, hijo de Ghazis, margrave de loshorizontes, hroe del mundo. Fue como jefesupremo ghazi como Osmn estableci suautoridad, mientras otros emires ghazis, incapaces

  • de extenderse ms all de los lmites conocidos, seentregaron a luchas intestinas, Osmn ofreci unavida ghazi a todo el que aceptase su mando.

    El Imperio bizantino no poda ignorar eldesafo Tal vez el camino ms prudente hubierasido la inmediata evacuacin de sus ejrcitos fuerade Anatolia y haber dejado el pas en manos deOsmn concentrando su potencia en las fuerzasnavales, lo bastante poderosas para impedircualquier travesa de los estrechos hacia Europa.As, pues, cuando Osmn vio que el mar pona undique a su expansin, su emirato tambin pudohaber decado y sus seguidores dispersarse enbusca de otros territorios. Pero no haban deesperarle tales previsiones ni autolimitaciones. Enun principio no se percataron en Constantinopla dela importancia de Osmn. Los ejrcitos imperialeseran enviados contra los turcos de Aydin y Manisa,sin xito, durante las ltimas dcadas del sigloXIII. Slo cuando Osmn derrot a una fuerzabizantina, en Bafeo, entre Nicea y Nicomedia, en

  • 1301, y comenz a establecer a su gente al nortedel monte Olimpo, le prestaron seriamenteatencin. Los bizantinos no podan tranquilamentepermitir a los mahometanos que ocupasen susltimas posesiones asiticas, tierras tan prximasa la misma capital. Empero, su oposicin estabamal organizada y era ineficaz. En 1305 lacompaa catalana almogvares a la que elemperador Andrnico II haba contratado comomercenarios, derrot a Osmn cerca de Leuke.Mas pronto los catalanes se rebelaron contra elemperador y comprometieron al Imperio en diezaos de guerra civil. Durante esos aos no slo setrasladaron de un lado a otro de los Dardaneloscontingentes de tropas turcas contratadas, ya por elemperador, ya por los catalanes, sino que Osmnpudo consolidar sus posesiones en tierra firme,hasta el mar de Mrmara. Asimismo llev laventaja en las expediciones que no eranestrictamente de su incumbencia. En 1308 fueronsus tropas las que tomaron parte principal en la

  • conquista de feso, la ltima ciudad bizantina quequedaba en la costa del Egeo, si bien fue entregadaal emir de Aydin. Durante los pocos aos quesiguieron tom posesin de las ciudades bizantinasde toda la costa del mar Negro, desde Inebolu alSangario.

    La marcha de los catalanes fue seguida deguerras civiles dinsticas en Bizancio. Otra vez seopuso a Osmn muy poca resistencia. Sus ejrcitosconsistan, principalmente, en la caballera, sindisponer de mquinas de asedio. Para conquistarciudades fortificadas arrasaba los camposcircundantes, expulsando o reduciendo aesclavitud a los campesinos locales yestableciendo en el lugar a sus propios seguidores.De este modo la ciudad quedaba desconectada desus fuentes de abastecimiento y, a menos que unejrcito se interpusiese para acudir en su auxilio,tena que capitular. Ahora se concentraba en laciudad de Brusa, se asentaba en las laderasnorteas del radio de accin del Olimpo, en

  • fuertes defensas naturales y bien situadas para serun centro de operaciones a lo largo de la costa delmar de Mrmara. Sus fortificaciones y la riquezadel territorio que se extenda al pie de las murallasle permitieron desafiarle durante diez aos. Peroel emperador no poda enviar socorros. En elotoo de 1326 se vio obligado a capitular. Alllegar las noticias a Osmn, aqul estabaagonizando y muri das despus, en noviembre.Aprovechando magnficamente sus oportunidades,convirti un pequeo emirato fronterizo en laprincipal potencia entre los turcos y la avanzadillaghazi dentro de la Cristiandad[41].

    Osmn result afortunado con sus hijos. Elmayor, Orchn, le sucedi en el trono. Se decaque, segn exiga, una tradicin turca, ofrecicompartir la soberana con su hermano Ala ed-Din, pero ste insisti generosamente en que lamonarqua no poda dividirse y sigui siendo unleal sbdito. Asimismo Orchn hered un ministrocapaz, cuyo nombre era, igualmente Ala ed-Din.

  • No es fcil saber si el notable desarrollo delEstado otomano se deba al prncipe o a suministro. Como su hermano Orchn, era un jefeghazi, empeado en conquistar a los infieles.En 1329 la histrica ciudad de Nicea que, comoBrusa, estuvo incomunicada durante varios aos,se le rindi. El emperador Andrnico III y suministro Juan Cantacuzeno intentaron auxiliarla.Pero tras una decisiva batalla, el descontento entresus tropas y las malas noticias de Europa lesobligaron a retirarse. El prximo objetivo deOrchn era el gran puerto martimo de Nicomedia.sta le hizo frente durante nueve aos, recibiendovveres y refuerzos por mar. Mas cuando sepreparaba a obstruir el estrecho golfo junto al queestaba situada, tuvo que capitular en 1337. ConNicomedia en su poder, el sultn como se hizollamar ahora poda ocupar casi todo elterritorio, Bsforo arriba[42].

    En este momento Bizancio se vea acosado porel gran Imperio serbio de Esteban Dushan, en tanto

  • que en 1341 estallaba la guerra civil entre JuanCantacuzeno y los regentes que gobernaban ennombre del nio emperador Juan V. Durante algntiempo antes, los generales bizantinos habancontratado los servicios de tropas turcas de variastribus, pese a la incorregible costumbre turca depillar las tierras por donde pasaban. Los hombresde Orchn fueron los ms eficaces y msdisciplinados. A s, pues, cuando los defensores deJuan V contrataron mercenarios de Manisa yAydin, Juan Cantacuzeno se gan el apoyo deOrchn, en 1344, dndole en matrimonio a su hijaTeodora. En recompensa, el sultn envi 6000hombres a luchar en Tracia. Una vez queCantacuzeno conquist el trono, volvi a acudir alas tropas otomanas para que le ayudasen en susguerras contra los serbios. Al concluir lascampaas muchos de esos turcos, segn parece, seestablecieron en Tracia[43].

    La cada de Juan Cantacuzeno en 1355 facilita Orchn el pretexto, que deseaba, para invadir

  • Europa por propia iniciativa. En 1356 un ejrcitoal mando de su hijo Solimn cruz los Dardanelos.Al cabo de un ao sus tropas conquistaron Chorluy Dimtico, y avanz por el interior hasta ocuparAndrinpolis. Lo mismo que en sus conquistasasiticas, el sultn anim a sus miembros de tributurcos a que siguiesen a los jefes ghazis y seestableciesen inmediatamente en la regin queconquistasen. Al morir Orchn, probablemente en1362, los turcos eran dueos de la Traciaoccidental. Asimismo, el sultn aument suterritorio en Asia, no tanto con guerras como porel afn de otros turcos por formar parte de unestado ghazi tan victorioso. Segn parece,absorbi los emiratos de Sarakn y Karasi, alnoroeste. Decaa el Poder Germiyn, y as pudoasentar su dominio en Eskirhehir y Ankara. Suprincipal enemigo en Asia fue el emirato de Aydin,que le cerr el paso por el suroeste[44].

    No slo fue un gran prncipe Orchn por susconquistas. Con ayuda de su visir organiz

  • vigorosamente su Estado, sin destruir la cualidadghazi que estimul sus mpetus. Foment eldesarrollo de las ciudades, sirvindose de losakhis, gremios de artesanos y comerciantes quesiguieron a los futuwwa. Se opuso un tanto a lademoledora influencia de los derviches invitandoa cooperar a los ulemas, custodios oficiales de lafe y tradiciones islmicas. Su enseanzagarantizaba buen trato a sus sbditos cristianos, ennmero creciente. Si una ciudad o distrito leopusiesen resistencia y fuesen tomados por lafuerza de las armas, los cristianos perderan susderechos. Una quinta parte de la poblacin erareducida a esclavitud, los hombres enviados atrabajar en las tierras del conquistador y losmuchachos adiestrados en las armas. Sicapitulaban, se les permita conservar sus iglesiasy costumbres. Muchos cristianos prefirieron estergimen al del emperador, porque los impuestoseran menos exorbitantes. Aunque algunosabrazaron el Islam por un deseo natural de

  • incorporarse a las clases gobernantes, no se lesobligaba a convertirse. Adems, los ulemasedificaban medreses, o sea, mezquitas-escuelas entodas las ciudades donde llegaban, y as podanproporcionar al sultn una lite preparada para laadministracin[45]. Al mismo tiempo sereorganizaba el ejrcito. Hasta entonces habaconsistido casi enteramente en caballera ligerasacada de tribus que haban seguido siendofundamentalmente nmadas. Ahora se proyect denuevo en dos secciones principales: haba unamilicia regular compuesta de hombres a quienes elsultn reparta tierras y pagaban una mdica rentay la obligacin de cumplir el servicio militar alldonde se les requiriese. Semejante feudo,hereditario, se denominaba timar. Otros msextensos y de ms valor, conocidos por ziamet,implicaban una mayor renta, y los arrendatariosocupaban un alto cargo en el ejrcito con mayoresobligaciones de proveer a su equipo. Los msricos de esos zaims llegaron a ser bajas o

  • sanjakbeys, e incluso, beylerbeys con cargosadministrativos y ms altos poderes militares yobligaciones. Codo a codo con esta milicia localfundamental haba un ejrcito cuyos servicios eranpagados. Los jenzaros, que servan de por vida yeran los ltimos en formar la guardia del sultn,fueron hasta entonces un regimiento de infanteracompuesta por esclavos cristianos o excristianos.La fuerza principal en la poca orchana eraconocida corrientemente como los sipahis. stosproporcionaban los escopeteros, armeros, herrerosy marinos. A muchos de ellos se les repartierontierras y estaban obligados al servicio militar entodo tiempo, pero se les pagaba y, ordinariamente,se les contrataba solamente para una campaadeterminada. Con los sipahis estaban los piyades:la infantera. Ms tarde el nombre se reserv paralos que posean tierras, pues los otros eranllamados azabs, que vendrn a asociarse a losbashibazuks, tropas irregulares que servan por elpillaje y botn que pudieran obtener, como hicieron

  • los akibi, avanzadilla de la caballera ligera.Orchn insisti en que llevase uniforme distintivocada seccin de su ejrcito. Tambin establecilos medios eficaces para la movilizacin, desuerte que poda, en cualquier momento, reunir unagrande y bien adiestrada fuerza en el plazo msbreve[46].

    Su sucesor, Murad o Amurates I, obtuvo plenorendimiento de esta fuerza tan aguerrida. La madrede Murad era griega, conocida por los turcos comoNilfer, o sea, lirio acutico, hija de un caudilloakrtico. Su hermano de padre y madre, Solimn,haba muerto unos meses antes que Orchn. Habaotro medio hermano mayor, Ibrahim, a quienMurad pronto mat, y otro ms joven, Halil oChalil, hijo de Teodora Cantacuzeno, que falleci,quiz de muerte natural, poco despus. Durante losprimeros aos de su reinado, Murad se ocupaba desu frontera asitica, en la que los emires rivales seagitaban y haba que reducirlos. Algunas de lasciudades conquistadas en Tracia fueron

  • recuperadas por los bizantinos, si bien los turcosno pudieron ser arrojados del campo. CuandoMurad volvi a Europa, en 1365, no tuyodificultad en reconquistarlas y en establecer sucapital europea en Andrinpolis. Constantinopla ysus inmediaciones quedaban ahora aisladas,excepto por mar. Sus arrabales asiticos estabanya en manos de los turcos[47].

    Ahora era cuando Europa se percataba de laamenaza que significaban los turcos. Venecia yGnova, inquietas por sus colonias y comercio a lavez, comenzaron a sondear las posibilidades deuna alianza general contra el infiel, pero susintentos resultaron estriles. El emperador Juan Vviaj a Italia para exponer los peligros queamenazaban e intentar contratar a mercenarios alos que no poda pagar. A su regreso se vioforzado, en 1373, a reconocer al sultn comosoberano, prometindole un tributo anual y ayudamilitar cuando la exigiese, y su hijo Manuelmarch como rehn a la corte de Murad. Juan era

  • un vasallo leal. Qued recompensado cuando en1374 su hijo mayor Andrnico, se conjur con elhijo de Murad, Sauji, contra ambos padres. Murad,con sus tropas, fue el que sofoc la rebelin. Alrebelarse de nuevo Andrnico, apoderndose deConstantinopla de 1376 a 1379, Manuel pudoconseguir del sultn apoyo suficiente que lepermitiese restablecer a su padre. Pero el precioque pag entonces fue obligarse a incorporarse alejrcito turco en la conquista de la leal, intrpida yaislada ciudad de Filadelfia, ltima posesinbizantina en Asia sin contar el Imperio deTrebisonda[48].

    Aunque Occidente estaba ahora seriamentepreocupado, proyectando prematuramentecruzadas, el nico Gobierno que no cejaba en suscontinuos ataques contra los turcos era la Orden delos hospitalarios de Rodas. Pero su principalenemigo era el emir de Aydin, y cualquierrestriccin de su poder redundara en provecho desu rival, el sultn otomano. Murad quedaba as con

  • las manos libres para avanzar hacia los Balcanes.En este momento se desparramaban por Traciahordas de turcos de todas las partes de Anatolia,con sus familias y, a menudo, con sus rebaos.Continuaba la necesidad de expansin. Serbiasegua siendo la principal potencia de lapennsula, si bien haba sido dividida en dos trasla muerte de Dushan en 1355. Bulgaria no se habarehecho de su derrota serbia en Velbuzhd en 1330,pese a que la poltica serbia de humillar aBulgaria suprimi simplemente lo que pudo habersido un til Estado tapn. Los blgaros hicieronpoco para oponerse al avance turco, a no ser elenvo de un contingente al gran ejrcito queVukashin, rey de Serbia meridional, mand haciaTracia en 1371. Vukashin esperaba detener a losturcos, pero era un mal general: permiti que se lesorprendiera y sufriera un descalabro por parte deun reducido ejrcito turco en Chirmen, a orillasdel Maritsa. La victoria de Maritsa puso en manosde Murad la mayor parte de Bulgaria, as como la

  • Macedonia serbia. El rey de Bulgaria, JuanShishman, tuvo que aceptar a Murad comosoberano y enviar a su hermana Tamar al harn delsultn. Lzaro Hrebeljanovich, prncipe del nortede Serbia que acababa de tomar posesin del reinoentero se dio cuenta igualmente de que tena queaceptar el estado legal de vasallo[49].

    Murad emple los ltimos aos de su reinadoen consolidar sus conquistas. Organiz laemigracin de los turcos hacia Europa. Laocupacin de sus nuevas provincias europeas nopoda ser tan slida como en Anatolia o, incluso,en Tracia, pero pronto los feudos militares turcosse extendieron entre los pueblos griegos, eslavos yvalacos y los beyes y bajs turcos dominaron elterritorio. Hacia 1386 el Imperio de Murad seextendi ms al Oeste, hasta Monastir, junto a lasfronteras de Albania, y al norte hasta Nish. Al aosiguiente Tesalnica, que haba estado cercadadurante cuatro aos, se le rindi. Su prosperidadse basaba en el comercio del interior del pas; no

  • poda existir aislada. Murad la trat conbenevolencia, estableciendo un gobernador turco,pero no se interfiri en su vida interna[50].

    En 1381 el sultn, quien por el momento redujoel emirato Germiyn a un vasallaje, considernecesario enviar una expedicin contra el emirKaramn y orden a sus vasallos de los Balcanes