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    SANTOS ANGELES

    2. ORACIONES A LOS ARCNGELES

    Pginas: 1. ngeles Custodios | 2. Arcngeles | 3. Letanas de los Santos ngeles4. Corona de San Miguel arcngel | 5. Letana a San Miguel arcngel6.Novena a San Miguel arcngel | 7.Novena al ngel de la Guarda

    8. ngel custodio de Espaa

    Arcngel San MiguelEntonces se entabl una batalla en

    el cielo: Miguel y sus Angeles

    combatieron con el Dragn.

    Tambin el Dragn y sus Angeles

    combatieron, pero no prevalecieron

    y no hubo ya en el cielo lugar para

    ellos.

    Apocalipsis 12, 7-8

    A SAN MIGUEL ARCNGELPARA PEDIR LA PROTECCIN DEL

    CIELO

    Oh gloriossimo San Miguel Arcngel, prncipey caudillo de los ejrcitos celestiales,custodio y defensor de las almas, guarda dela Iglesia, vencedor, terror y espanto de losrebeldes espritus infernales. Humildemente

    te rogamos, te digne librar de todo mal a losque a ti recurrimos con confianza; que tufavor nos ampare, tu fortaleza nos defienda yque, mediante tu incomparable proteccinadelantemos cada vez ms en el servicio delSeor; que tu virtud nos esfuerce todos losdas de nuestra vida, especialmente en eltrance de la muerte, para que, defendidospor tu poder del infernal dragn y de todassus asechanzas, cuando salgamos de estemundo seamos presentados por t, libres detoda culpa, ante la Divina Majestad.

    Amn.

    Arcngel San GabrielAl sexto mes fue enviado por Dios elngel Gabriel a una ciudad de

    Galilea, llamada Nazaret, a una

    virgen desposada con un hombre

    llamado Jos, de la casa de David;

    el nombre de la virgen era Mara. Y

    entrando, le dijo: Algrate, llena de

    gracia, el Seor est contigo.

    ORACIN A SAN GABRIEL

    Dios Seor nuestro, imploramos tu clemenciapara que habiendo conocido tu Encarnacinpor el anuncio del arcngel San Gabriel, conel auxilio suyo consigamos tambin susbeneficios. Por Jesucristo nuestro Seor.

    Amn.

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    Lucas 1, 26-28

    Arcngel San RafaelYo soy Rafael, uno de los siete

    ngeles que estn siempre presentes

    y tienen entrada a la Gloria del

    Seor.

    Tobas 12, 15

    ORACIN A SAN RAFAEL

    Arcngel San Rafael, que dijiste: Bendecid aDios todos los das y proclamad susbeneficios. Practicad el bien y no tropezarisen el mal. Buena es la oracin con ayuno, yhacer limosna mejor que atesorar oro, tesuplico me acompaes en todos mis caminosy me alcances gracias para seguir tu

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    enaventurada Virgen Mara

    La Bienaventurada Virgen Mara es la madre de Jesucristo,la madre de Dios.

    En general, la teologa y la historia de Mara la Madre deDios siguen el orden cronolgico de sus fuentesrespectivas, esto es, el Antiguo Testamento, el NuevoTestamento, los primeros cristianos y los testigos judos.

    I. Mara profetizada en el Antiguo Testamento

    y Gnesisy Isaasy Miqueasy Jeremas

    II. Tipos y Figuras de Mara en el Antiguo Testamento

    III. Mara en los Evangelios

    y Ascendencia Davdica de Maray Sus padresy La ciudad de los padres de Maray Su Inmaculada Concepciny El nacimiento de Maray La Presentacin de Maray Sus esponsales con Josy La Anunciacin

    y La Visitaciny El embarazo de Mara llega a conocimiento de Josy El viaje a Belny Mara da a luz a Nuestro Seory La Circuncisin de Nuestro Seory La Presentaciny La visita de los Magosy La huida a Egiptoy La Sagrada Familia en Nazarety Nuestro Seor es hallado en el Temploy El resto de la juventud de Nuestro Seory La virginidad perpetua de Maray La maternidad divina de Maray La santidad perfecta de Maray El milagro de Cany Mara durante la vida apostlica de Nuestro Seory Mara durante la Pasin de Nuestro Seory La maternidad espiritual de Maray Mara y la Resurreccin de Nuestro Seor

    IV. Mara en otros libros del Nuevo Testamento

    y Hechos

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    y Apocalipsis

    V. Mara en los Documentos de los Primeros Cristianos

    VI. Vida Post-Petencostal de Mara

    y

    Localizacin de su vida, muerte y enterramientoy Su asuncin a los cielos

    VII. La Actitud de los Primerios Cristianos hacia la Madre de Dios

    y Su imagen y su nombrey Primeros documentos

    MARA PROFETIZADA EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

    El Antiguo Testamento se refiere a Nuestra Seora tanto en sus profecas como en sus tipos ofiguras.

    Gnesis 3:15

    La primera profeca referente a Mara se encuentra en los captulos iniciales del Libro delGnesis (3:15): "Pondr enemistad entre ti y la mujer, y entre tu linaje y el suyo; ella teaplastar la cabeza y t estars al acecho de su taln". Esta versin parece diferir en dosaspectos del texto original hebreo:

    1. En primer lugar, el texto hebreo emplea el mismo verbo para las dos versionestraducidas "ella te aplastar" y "t estars al acecho"; la Septuaginta traduce el verboen ambos casos porterein, estar al acecho; Aquila, Smaco y los traductores sirios ysamaritanos traducen el verbo hebreo por expresiones que significan aplastar,magullar; el Itala traduce el terein utilizado en la Septuaginta con el trmino latino de"servare" , vigilar; S. Jernimo (1)sostiene que el verbo hebreo tiene el significado de"aplastar" o "magullar" ms que el de "estar al acecho", "vigilar". Sin embargo en supropio trabajo, que se convirti en la Vulgata latina, el santo emplea el trmino"aplastar" (conterere) en primer lugar, y "estar al acecho" ( insidiari) en segundo. Portanto el castigo infligido a la serpiente y la venganza de sta estn expresadas con elmismo verbo: pero la herida sufrida por la serpiente es mortal, ya que afecta a lacabeza, mientras que la herida causada por ella no es mortal, ya que es infligida en eltaln.

    2. El segundo punto de diferencia entre el texto hebreo y nuestra versin se refiere alagente que va a infligir la herida mortal a la serpiente: nuestra versin coincide con el

    texto actual de la Vulgata en traducir "ella"(ipsa) que se refiere a la mujer, mientras queel texto hebreo traduce hu (autos, ipse) que se refiere a la descendencia de la mujer.Segn nuestra versin y la traduccin de la Vulgata, ser la mujer quien obtenga lavictoria; segn el texto hebreo, ella vencer a travs de su descendencia. Es en estesentido en el que la Bula "Ineffabilis" atribuye la victoria a Nuestra Seora. La versin"ella" (ipsa) no es ni una corrupcin intencionada del texto original ni un erroraccidental, sino que es una versin explicativa que expresa explcitamente el hecho dela participacin de Nuestra Seora en la victoria sobre la serpiente, que est contenidode manera implcita en el original hebreo. La fuerza de la tradicin cristiana referente ala participacin de Mara en esta victoria puede deducirse del hecho de que S.

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    Jernimo mantuviera "ella" en su versin a pesar de su familiaridad con el texto originaly con la traduccin "l" (ipse)en la antigua versin latina.

    Dado que es comnmente admitido que el juicio divino se dirige no tanto contra la serpientecomo contra el causante del pecado, la descendencia de la serpiente hace referencia a losseguidores de la serpiente, la "progenie de vboras", la "generacin de vboras", aquellos cuyopadre es el Diablo, los hijos del mal, imitando, non nascendo (Agustn) (2). Puede darse la

    tentacin de comprender la descendencia de la mujer en un sentido colectivo anlogo,abarcando a todos los nacidos de Dios. Pero descendencia puede no slo referirse a unapersona en particular, sino que generalmente tiene dicho significado, si el contexto lo permite.S. Pablo (Glatas 3:16) da esta explicacin de la palabra "descendencia" tal como aparece enlas promesas de los patriarcas: "A Abraham y a su descendencia fueron hechas las promesas.No dice a sus descendencias, como de muchas, sino de una sola: "Y a tu descendencia", quees Cristo". Finalmente la expresin "la mujer" en la frase "Pondr enemistad entre ti y la mujer"es una traduccin literal del texto hebreo. La Gramtica Hebrea de Gesenius-Kautzsch (3)establece la norma: es un rasgo peculiar del hebreo el uso del artculo para indicar una personao cosa todava desconocida o que todava est por describir con claridad, ya se encuentrepresente o tenga que considerarse bajo las condiciones del contexto. Dado que nuestro artculoindefinido cumple este propsito, se podra traducir: "Pondr enemistad entre ti y una mujer".Por tanto la profeca promete una mujer, Nuestra Seora, que ser la enemiga de la serpienteen un grado sobresaliente; adems, la misma mujer saldr vencedora sobre el Demonio, al

    menos a travs de su hijo. La rotundidad de la victoria es subrayada por la frase contextual"comers tierra", que es segn Winckler (4) una antigua y comn expresin oriental que denotala mxima humillacin (5).

    Isaas 7:1-17

    La segunda profeca referente a Mara se encuentra en Isaas 7:1-17. Los crticos se hanempeado en representar este pasaje como una combinacin de sucesos y palabras delprofeta escritos por un autor desconocido (6). La credibilidad del contenido no resultanecesariamente afectada por esta teora, ya que las tradiciones profticas pueden quedarregistradas por cualquier escritor sin perder por ello su credibilidad. Pero incluso Duhmconsidera la teora como un intento aparente por parte de los crticos de averiguar hasta dndeestn dispuestos a aguantar pacientemente los lectores; opina que es una verdadera desgraciapara la crtica en cuanto tal el que haya encontrado un mero compendio en un pasaje que

    describe tan grficamente la hora del nacimiento de la fe.Segn II Reyes 16:1-4, y II Paralipmenos 27:1-8, Ajaz, que comenz su reinado en el 736 a.de J.C., profesaba abiertamente la idolatra, de forma que Dios lo dej a merced de los reyesde Siria e Israel. Al parecer se haba establecido una alianza entre Pecaj, rey de Israel, yRasn, rey de Damasco, con el propsito de ofrecer resistencia a las agresiones asirias. Ajaz,partidario de los asirios, no se uni a la coalicin; los aliados invadieron su territorio, con laintencin de sustituir a Ajaz por un gobernante ms complaciente, un cierto hijo de Tabeel.Mientras Rasn estaba ocupado en reconquistar la ciudad costera de Elat, Pecaj procedi ensolitario contra Jud, "pero no pudieron prevalecer". Una vez Elat hubo cado, Rasn uni susfuerzas a las de Pecaj; "Siria y Efram se haban confederado" y "tembl su corazn (de Ajaz) yel corazn del pueblo, como tiemblan los rboles del monte a impulsos del viento". Haba quehacer preparativos inmediatos para un asedio prolongado, y Ajaz se encontraba intensamenteocupado en las proximidades de la piscina superior, de la cual reciba la ciudad la mayor partede su suministro de agua. De ah que Dios le diga a Isaas: "Sal luego al encuentro de Ajaz ...

    al cabo del acueducto de la piscina superior". El encargo del profeta es de naturalezaextremadamente consoladora: "Mira bien no te inquietes, no temas nada y ten firme coraznante esos dos cabos de tizones humeantes". El plan de los enemigos no tendr xito: "noaguantar y esto no suceder". Cul ser el destino concreto de los enemigos?

    Siria no ganar nada, permanecer como haba estado en el pasado: " la cabeza de Siria esDamasco, y la cabeza de Damasco es Rasn."

    Efram tambin permanecer en el futuro inmediato como haba estado hasta ese momento:

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    "la cabeza de Efram es Samaria, y la cabeza de Samaria el hijo de Romelia"; pero al cabo desesenta y cinco aos ser destruida, " dentro de sesenta y cinco aos Efram habr dejado deser pueblo".

    Ajaz haba abandonado al Seor por Moloc, y haba depositado su confianza en una alianzacon Asiria; de ah la profeca condicional referente a Jud "si no crees, no continuars". Laprueba de fe sigue inmediatamente a continuacin: " Pide al Seor, tu Dios, una seal, o de

    abajo en lo profundo o de arriba en lo alto". Ajaz responde con hipocresa: " no la pedir, notentar al Seor", rechazando as declarar su fe en Dios y prefiriendo la poltica asiria. El reyprefiere Asiria a Dios, y Asiria vendr sobre l: "Har venir el Seor sobre ti y sobre tu pueblo, ysobre la casa de tu padre, das cuales nunca vinieron desde que Efram se separ de Jud conel rey de los asirios". La casa de David haba ofendido no slo a los hombres, sino tambin aDios con su incredulidad; por ello, "no continuar", y, por una irona del castigo divino, serdestruida por aquellas mismas gentes a las que prefiri antes que a Dios.

    Sin embargo, las promesas mesinicas hechas a la casa de David no pueden frustrarse: "ElSeor mismo os dar una seal. He aqu que una virgen concebir, y dar a luz un hijo, y serllamado Emmanuel. Y se alimentar de mantequilla y miel, hasta que sepa desechar lo malo yelegir lo bueno. Pues antes que el nio sepa desechar lo malo y elegir lo bueno, la tierra por lacual temes de esos dos reyes ser devastada". Dejando de lado una serie de preguntasrelacionadas con la explicacin de la profeca, debemos limitarnos aqu a la prueba evidente de

    que la virgen mencionada por el profeta es Mara, la Madre de Cristo. La argumentacin sebasa en las premisas de que la virgen mencionada por el profeta es la madre de Emmanuel, yque Emmanuel es Cristo. La relacin de la virgen con Emmanuel est claramente expresadaen las palabras inspiradas; las mismas indican, asimismo, la identidad de Emmanuel conCristo.

    La relacin de Emmanuel con la seal divina extraordinaria que iba a ser concedida a Ajaz nospredispone a ver en la criatura alguien ms que un nio corriente. En 8:8, el profeta le atribuyela propiedad de la tierra de Jud: "Y tendiendo sus brazos cubrirn toda tu tierra, ohEmmanuel!". En 9:6, se dice que el gobierno de la casa de David descansa sobre sus hombros,y se le describe como poseedor de cualidades superiores a las humanas: "nos ha nacido unnio, nos ha sido dado un hijo, que tiene sobre su hombro la soberana, y que se llamarmaravilloso consejero, Dios fuerte, Padre sempiterno, Prncipe de la paz". Finalmente, elprofeta llama a Emmanuel "vara del tronco de Jes", agraciado con "el espritu del Seor,

    espritu de sabidura y de inteligencia, espritu de consejo y de fortaleza, espritu deentendimiento y de temor de Dios"; su venida ir seguida de los signos generales de la eramesinica, y los que queden del pueblo escogido sern de nuevo el pueblo de Dios (11:1-16).

    Cualquier oscuridad o ambigedad que pudiera haber en el texto proftico es eliminada por S.Mateo (1:18-25). Despus de narrar las dudas de San Jos y la reafirmacin del angel "loconcebido en ella es obra del Espritu Santo", el evangelista contina: "Todo esto sucedi paraque se cumpliese lo que el Seor haba anunciado por el profeta, que dice: He aqu que unavirgen concebir y parir un hijo, y le pondr por nombre Emmanuel". No es necesario querepitamos la explicacin del pasaje dada por comentaristas catlicos que responden a lasobjeciones que se han hecho contra el significado obvio del evangelista. De todo lo anterior sepuede deducir que Mara es mencionada en la profeca de Isaas como madre de Jesucristo; ala luz de la referencia a la profeca hecha por S. Mateo, se puede aadir que sta predijotambin la virginidad de Mara, intacta en la concepcin de Emmanuel (7).

    Miqueas 5:2-3

    Una tercera profeca referente a Nuestra Seora se encuentra en Miqueas 5:2-3: "Y t, Belnde Efrata, pequeo para ser contado entre las familias de Jud, de ti me saldr quienseorear en Israel, cuyos orgenes vienen del comienzo, de los das de la eternidad. Losentregar hasta el tiempo en que la que ha de parir parir, y el resto de sus hermanos volver alos hijos de Israel". Aunque el profeta (750-660 a. de C., aproximadamente) fue contemporneode Isaas, su actividad proftica comenz un poco ms tarde y finaliz un poco antes que la deIsaas. No cabe ninguna duda de que los judos consideraban que las predicciones anteriores

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    se referan al Mesas. Segn S. Mateo (2:6), cuando Herodes pregunt a los sumos sacerdotesy escribas dnde iba a nacer el Mesas, le respondieron con las palabras de la profeca, "Y tBeln, tierra de Jud, ...". Segn S. Juan (7:42), el populacho judo reunido en Jerusaln parala celebracin de la fiesta formul la pregunta retrica: "No dice la Escritura que del linaje deDavid y de la aldea de Beln, de donde era David, ha de venir el Mesas?". La parfrasiscaldea de Miqueas 5:2 confirma la misma opinin: "De ti me saldr el Mesas, que seorearen Israel". Las mismas palabras de la profeca no admiten prcticamente otra explicacin; pues

    "sus orgenes son del comienzo, desde los das de la eternidad".

    Mas, cmo se refiere la profeca a la Virgen Mara? Nuestra Seora es mencionada con lafrase "hasta el tiempo en que la que ha de parir parir". Es cierto que "la que ha de parir" se hareferido tambin a la Iglesia (S. Jernimo, Teodoreto), o al grupo de gentiles que se unieron aCristo (Ribera, Mariana), o tambin a Babilonia (Calmet); pero, por una parte, no hay apenasrelacin suficiente entre ninguno de estos sucesos y el redentor prometido; por otra parte, elpasaje debera decir " hasta el tiempo en que la que es estril parir" si el profeta se hubierareferido a cualquiera de dichos sucesos. Tampoco puede "la que ha de parir" referirse a Sin:Sin es mencionada sin sentido metafrico antes y despus de este pasaje, de modo que nose puede esperar que el profeta recurra de repente a un lenguaje figurado. Mas an, si seexplica as la profeca, no tendra un sentido cabal. Las frases contextuales "el seor de Israel","sus orgenes", que en hebreo implica nacimiento, y "sus hermanos" hacen referencia a unindividuo, no a una nacin; de ello se deduce que el parto debe referirse a esa misma persona.

    Se ha mostrado que la persona que gobernar es el Mesas; por ello, "la que ha de parir" debereferirse a la madre de Cristo, Nuestra Seora. As explicado, todo el pasaje aparece claro: elMesas ha de nacer en Beln, un pueblo insignificante de Jud; su familia debe estar reducidaa la pobreza y la oscuridad antes del momento de su nacimiento; como esto no puede sucedersi la teocracia permanece intacta, si la casa de David contina floreciendo, "por ello losentregar hasta el tiempo en que la que ha de parir parir" al Mesas. (8)

    Jeremas 31:22

    Una cuarta profeca referente a Mara se encuentra en Jeremas 21:22: " El Seor ha creadoalgo nuevo sobre la tierra: una mujer ronda al varn". El texto del profeta Jeremas ofrece nopocas dificultades para el intrprete cientfico; nosotros seguiremos la versin de la Vulgatalatina del original hebreo. Pero incluso esta traduccin ha sido explicada de muchas formasdiferentes: Rosenmuller y muchos intrpretes protestantes conservadores defienden la versin

    "una mujer proteger a un hombre", mas tal argumento difcilmente podra inducir a loshombres de Israel a retornar a Dios. La explicacin "una mujer buscar a un hombre" apenasest de acuerdo con el texto; adems, tal inversin del orden natural es presentada en Isaas4:1 como una seal de la ms absoluta catstrofe. La versin de Ewald "una mujer seconvertir en un hombre" es muy poco f iel al texto original. Otros comentaristas ven en la mujerun smil de la Sinagoga o de la Iglesia, en el hombre un smil de Dios, de modo que puedenexplicar la profeca "Dios morar de nuevo en medio de la Sinagoga (o del pueblo de Israel)" o"la Iglesia proteger la tierra con sus valientes hombres". Pero el texto hebreo difcilmenteevoca ese significado; adems, esa explicacin convertira ese pasaje en una tautologa: "Israelretornar a su Dios, ya que Israel amar a su Dios". Algunos autores recientes traducen eloriginal hebreo por: "Dios crea algo nuevo sobre la tierra: la mujer (esposa) retorna al hombre(su marido)". Segn la ley antigua (Deuteronomio 24:1-4; Jeremas 3:1), el marido no podavolver a aceptar a su mujer una vez que la haba repudiado; pero el Seor introducir unanovedad al permitir a la mujer infiel, o lo que es lo mismo, la nacin culpable, volver a la

    amistad con Dios. Esta explicacin se basa en una correccin aventurada del texto; adems,no implica necesariamente el significado mesinico que se espera del pasaje.

    Los Padres griegos siguen generalmente la versin de la Septuaginta, "El Seor ha creadosalvacin en una nueva plantacin, los hombres caminarn seguros"; mas S. Atanasio (9)combina la versin de Aquila dos veces "Dios ha creado algo nuevo en la mujer" con la de laSeptuaginta, diciendo que la nueva plantacin es Jesucristo, y que lo nuevo creado en la mujeres el cuerpo del Seor, concebido en la mujer virgen sin la participacin del hombre. TambinS. Jernimo (10) entiende el texto proftico de la virgen que concibe al Mesas. Estaexplicacin del pasaje concuerda con el texto y con el contexto. Como la Palabra Encarnadaposey desde el primer instante de su concepcin todas sus perfecciones, exceptuando

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    aquellas relacionadas con su desarrollo corporal, es correcto afirmar que su madre "conseguirun hombre". No es necesario sealar que tal condicin en una criatura recin concebida esdenominada, con razn, "algo nuevo sobre la tierra". El contexto de la profeca describe,despus de una breve introduccin general (30:1-3), la futura libertad de Israel y la restauracinen cuatro estancias: 30:4-11, 12-22; 30:23; 31:14, 15-26; las tres primeras estancias terminancon la esperanza del tiempo mesinico. La cuarta debera esperarse tambin que tuviera unfinal similar. Adems, la profeca de Jeremas, pronunciada alrededor del 589 a. de C. y

    entendida en el sentido que se acaba de referir, concuerda con las expectativas mesinicascontemporneas basadas en Isaas 7:14; 9:6; Miqueas 5:3. Segn Jeremas, la madre deCristo se diferencia de las otras madres en que su Hijo, incluso cuando an est en su vientre,tiene todas las propiedades que constituyen la verdadera naturaleza humana (11). El AntiguoTetamento se refiere indirectamente a Mara en aquellas profecas que predicen la encarnacindel Verbo de Dios.

    TIPOS Y FIGURAS DE MARIA EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

    Para estar seguros del significado de un tipo, este significado debe ser revelado, es decir, debehabernos sido transmitido a travs de la Sagrada Escritura o de la tradicin. Algunos escritorespiadosos han desarrollado por su cuenta numerosas analogas entre ciertos datos del Antiguo

    Testamento y los datos correspondientes del Nuevo Testamento; sin embargo, por muyingeniosas que estas correlaciones puedan ser, no demuestran que Dios tuviera de hecho laintencin de transmitir en los textos inspirados del Antiguo Testamento las verdades de lacorrespondencia establecida. Por otra parte, debe tenerse presente que no todas las verdadescontenidas ya sea en las Escrituras o en la tradicin han sido explcitamente propuestas a loscreyentes como verdades de fe por definicin expresa de la Iglesia. De acuerdo con el principio"Lex orandi est lex credenti" debemos tratar al menos con reverencia las innumerablessugerencias contenidas en la liturgia y oraciones oficiales de la Iglesia. De esta forma es comodebemos considerar muchos de los tratamientos otorgados a Nuestra Seora en la letana y enel "Ave maris stella". Las Antfonas y Responsos que se encuentran en los Oficios recitados enlas varias festividades de Nuestra Seora sugieren un nmero de tipos referentes a NuestraSeora que difcilmente hubieran sido mostrados con tanta viveza de otra manera a losministros de la Iglesia. La tercera antfona de Laudes de la Festividad de la Circuncisincontempla en "el arbusto que arde sin consumirse" (Exodo 3:2) la figura de Mara en laconcepcin de su Hijo sin perder su virginidad. La segunda antfona de Laudes del mismoOficio contempla en el velln de lana de Geden, hmedo por el roco mientras que la tierra asu alrededor haba permanecido seca (Jueces 6:37-38), un tipo de Mara recibiendo en suvientre al Verbo Encarnado (12). El Oficio de la Bienaventurada Virgen aplica a Mara muchosde los pasajes referentes a la esposa del Cantar de los Cantares (13) y tambin los referentesa la sabidura del Libro de los Proverbios 8:22-31 (14). Un "jardn cerrado, una fuente sellada"mencionado en Cantares 4:12 aplicado a Mara es slo un ejemplo concreto de todo lo referidoanteriormente (15). Adems, Sara, Dbora, Judit y Ester son utilizadas como tipos de Mara; elarca de la Alianza, sobre la que se manifiesta la misma presencia de Dios, es utilizada como lafigura de Mara llevando al Verbo Encarnado en su vientre. Pero es especialmente Eva, lamadre de todos los vivientes (Gnesis 3:20), la que es considerada como un tipo de Mara, quees la madre de todos los vivientes en el orden de la gracia (16).

    MARIA EN LOS EVANGELIOS

    El lector de los Evangelios se queda al principio sorprendido al encontrar tan poco sobre Mara;pero esta oscuridad de Mara en los Evangelios ha sido estudiada exhaustivamente por elBeato Pedro Canisius (17), Augusto Nicols (18), el Cardenal Newman (19) y el muy reverendoJ. Spencer Northcote (20). En el comentario del "Magnificat" publicado en 1518, incluso Luteroexpresa su convencimiento de que los Evangelios alaban suficientemente a Mara al llamarla(ocho veces) la Madre de Jess. En los siguientes prrafos agruparemos brevemente lo que seconoce de la vida de Nuestra Seora antes del nacimiento de su divino Hijo, durante la vidaoculta de Nuestro Seor, durante su vida pblica y despus de su resurreccin.

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    Ascendencia Davdica de Mara

    S. Lucas (2:4) narra que San Jos se desplaz desde Nazaret a Beln para empadronarse,"por ser l de la casa y de la familia de David". Como si quisiera eliminar cualquier dudareferente a la ascendencia davdica de Mara, el evangelista (1:32,69) afirma que al nio nacidode Mara sin intervencin de varn le ser otorgado "el trono de David, su padre", y que el

    Seor Dios ha "levantado en favor nuestro un cuerno de salvacin en la casa de David, susiervo". (21) S. Pablo tambin da fe de que Jesucristo "nacido de la descendencia de Davidsegn la carne " (Romanos 1:3). Si Mara no hubiera sido descendiente de David, su Hijoconcebido por el Espritu Santo no hubiera podido considerarse "de la descendencia de David".Por ello los comentaristas nos dicen que en el texto "En el mes sexto fue enviado el ngelGabriel ... a una virgen desposada con un varn de nombre Jos, de la casa de David" (Lucas1:26-27); la ltima frase "de la casa de David" no se refiere a Jos, sino a la doncella virgenque es el personaje principal de la narracin; as tenemos un testimonio inspirado directo de laascendencia davdica de Mara. (22)

    Mientras que los comentaristas generalmente estn de acuerdo en que la genealoga que seencuentra al comienzo del primer Evangelio es la de S. Jos, Annius de Viterbo propone suopinin, a la que ya se refiri S. Agustn, de que la genealoga de S. Lucas describe laascendencia de Mara. El texto del tercer Evangelio (3:23) puede explicarse de forma que Heli

    sea el padre de Mara: "Jess ... era, segn se crea, hijo de Jos, hijo de Heli" (23). En estasexplicaciones el nombre de Mara no se menciona explcitamente, pero va implcito; ya queJess es el hijo de Heli a travs de Mara.

    Sus padres

    Aunque pocos comentaristas estn de acuerdo con esta opinin acerca de la genealoga de S.Lucas, el nombre del padre de Mara, Heli, coincide con el nombre del padre de NuestraSeora segn una tradicin basada en la narracin del Protoevangelio de Santiago, unEvangelio apcrifo que data de finales del siglo II. Segn este documento, los padres de Maraeran Joaqun y Ana. Ahora bien, el nombre de Joaqun es slo una variante de Helio Eliachim,sustituyendo un nombre divino (Yav) por otro (Eli, Elohim). La tradicin en lo que respecta alos padres de Mara, segn el Evangelio de Santiago, es reproducida por S. Juan Damasceno(24), S. Gregorio de Nyssa (25), S. Germn de Constantinopla (26), Pseudo-Epifanio (27),

    pseudo-Hilario (28) y S. Fulberto de Chartres (29). Algunos de estos escritores aaden que elnacimiento de Mara se consigui gracias a las fervientes oraciones de Joaqun y Ana cuandoya tenan una edad avanzada. As como Joaqun perteneca a la familia real de David, tambinse supone que Ana era descendiente de la familia sacerdotal de Aaron; por ello, Cristo, elEterno Rey y Sacerdote, descenda de una familia real y sacerdotal (30).

    La ciudad de los padres de Mara

    Segn S. Lucas 1:26, Mara viva en Nazaret, una ciudad de Galilea, en el momento de laAnunciacin. Una determinada tradicin sostiene que fue concebida y naci en la misma casaen la que el Verbo se hizo carne (31). Otra tradicin, basada en el Evangelio de Santiago,considera Seforis como la primera casa de Joaqun y Ana, aunque se dice que despusvivieron en Jerusaln, en una casa llamadaProbatica por S. Sofronio de Jerusaln (32).Probatica, un nombre que probablemente proceda de un estanque llamadoProbatica o

    Betzata en S. Juan 5:2, cercano al santuario. Aqu fue donde naci Mara. Alrededor de unsiglo despus, sobre el 750 d. de J.C., S. Juan Damasceno (33) afirma de nuevo que Maranaci en Probatica.

    Se dice que, ya en el siglo V, la emperatriz Eudoxia construy una iglesia en el lugar en quenaci Mara, y donde sus padres vivieron en su ancianidad. La actual iglesia de Sta. Ana seencuentra a una distancia de menos de 100 pies de la piscina Probtica. El 18 de marzo de1889 se descubri una cripta que encierra el sitio en que se supone que Sta. Ana fueenterrada. Probablemente ese lugar fue en su origen un jardn en el que Joaqun y Anarecibieron sepultura. En su poca todava estaba situado fuera de los muros de la ciudad, unos400 pies al norte del Templo. Otra cripta cercana a la tumba de Sta. Ana se cree que es el

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    lugar donde naci la Bienaventurada Virgen; por ello, en los primeros tiempos se le llam a esaiglesia Sta. Mara de la Natividad (34). En el valle Cedron, cerca de la carretera que lleva a laiglesia de la Asuncin, hay un pequeo santuario que contiene dos altares, que se cree queestn edificados sobre las tumbas de S. Joaqun y Sta. Ana; sin embargo, estos sepulcrospertenecen a la poca de las Cruzadas (35). Tambin en Seforis los cruzados reemplazaron unantiguo santuario situado sobre la legendaria casa de S. Joaqun y Sta. Ana por una graniglesia. Despus de 1788 parte de esta iglesia fue restaurada por los Padres Franciscanos.

    Su Inmaculada Concepcin

    La Inmaculada Concepcin de Nuestra Seora ha sido tratada en un artculo especial.

    El nacimiento de Mara

    En lo referente al lugar de nacimiento de Nuestra Seora, existen tres tradiciones diferentesque hay que considerar.

    Primero, se ha situado el acontecimiento en Beln. Esta opinin se basa en la autoridad de lossiguientes testigos: ha sido expresada en un documento titulado "De nativ. S. Mariae" (36)incluido a continuacin de las obras de S. Jernimo; es una suposicin ms o menos vaga delPeregrino de Piacenza, llamado errneamente Antonino Mrtir, que escribi alrededor del 580d. de J.C. (37); finalmente, los Papas Pablo II (1471), Julio II (1507), Len X (1519), Pablo III(1535), Po IV (1565), Sixto V (1586) e Inocencio XII (1698) en sus Bulas referentes a la SantaCasa del Loreto afirman que la Bienaventurada Virgen naci, fue educada y recibi la visita delngel en la Santa Casa. Sin embargo, estos pontfices no deseaban en realidad decidir sobreuna cuestin histrica; ellos simplemente expresan la opinin de sus pocas respectivas.Una segunda tradicin situaba el nacimiento de Nuestra Seora en Seforis, unas tres millas alnorte de Beln, la Diocaesarea romana, y la residencia de Herodes Antipas hasta bien entradala vida de Nuestro Seor. La antigedad de esta opinin puede deducirse por el hecho de quebajo el reinado de Constantino se erigi en Seforis una iglesia para conmemorar la residenciade Joaqun y Ana en dicho lugar (38). S. Epifanio habla de este santuario (39). Pero esto slodemuestra que Nuestra Seora debi vivir durante algn tiempo en Seforis con sus padres, sinque por ello tengamos que creer que naci all.

    La tercera tradicin, la de que Mara naci en Jerusaln, es la ms probable de las tres. Hemosvisto que se basa en el testimonio de S. Sofronio, de S. Juan Damasceno y sobre la evidenciade hallazgos recientes en la Probatica. La Festividad de la Natividad de Nuestra Seora no secelebr en Roma hasta finales del siglo VII; sin embargo, dos sermones encontrados entre losescritos de S. Andrs de Creta (m. 680) implican la existencia de esta fiesta y nos hacensuponer que fue introducida en una fecha ms temprana en otras iglesias (40). En 1799, eldcimo canon del Snodo de Salzburgo seala cuatro fiestas en honor de la Madre de Dios: laPurificacin, el 2 de febrero; la Anunciacin, el 25 de marzo; la Asuncin, el 15 de agosto y laNatividad, el 8 de septiembre.

    La Presentacin de Mara

    Segn Exodo 13:2 y 13:12, todo primognito hebreo deba ser presentado en el Templo. Dichaley llevara a los padres judos piadosos a observar el mismo rito religioso con otros hijos

    favoritos. Ello hace suponer que Joaqun y Ana presentaron a su hija, obtenida tras largas yfervientes oraciones, en el Templo.

    En cuanto a Mara, S. Lucas (1:34) nos dice que respondi al ngel que le anunciaba elnacimiento de Jesucristo: "cmo podr ser esto, pues yo no conozco varn". Estas palabrasdifcilmente pueden ser entendidas, a menos que supongamos que Mara haba hecho voto devirginidad, ya que cuando las pronunci estaba desposada con S. Jos (41). La ocasin msadecuada para tal voto fue su presentacin en el Templo. Del mismo modo que algunos Padresadmiten que las facultades de S. Juan Bautista fueron desarrolladas prematuramente por unaintervencin especial del poder divino, se puede admitir la existencia de una gracia similar para

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    con la hija de Joaqun y Ana (42).Sin embargo, todo lo referido anteriormente no supera la certeza de la probabilidad de unasconjeturas piadosas. La consideracin de que Nuestro Seor no poda rehusarle a su benditaMadre cualquier favor que dependiera exclusivamente de su magnificencia, no tiene un valormayor que el de un argumento a priori. La certeza sobre esta cuestin debe depender detestimonios externos y de las enseanzas de la Iglesia.

    Ahora bien, el Protoevangelio de Santiago (7-8) y el documento titulado "De nativit. Mariae" (7-8), (43) afirman que Joaqun y Ana, cumpliendo un voto que haban hecho, presentaron a lapequea Mara en el Templo cuando tena tres aos de edad; que la criatura subi sola losescalones del Templo, y que hizo su voto de virginidad en dicha ocasin. S. Gregorio de Nyssa(44) y S. Germn de Constantinopla (45) aceptaron este testimonio, que tambin fue seguidopor pseudo-Gregorio de Naz. en su "Christus patiens" (46). Adems, la Iglesia celebra laFestividad de la Presentacin, aunque no especifica a qu edad fue presentada la pequeaMara en el Templo, cundo hizo su voto de virginidad y cules fueron los dones especialesnaturales y sobrenaturales que Dios le concedi. La festividad es mencionada por primera vezen un documento de Manuel Commenus, en 1166; desde Constantinopla, la festividad debiser introducida en la Iglesia occidental, donde la podemos hallar en la corte papal de Avin en1371; alrededor de un siglo ms tarde, el Papa Sixto IV introdujo el Oficio de la Presentacin, yen 1585 el Papa Sixto V extendi la Festividad de la Presentacin a toda la Iglesia.

    Sus esponsales con Jos

    Las escrituras apcrifas a las que nos hemos referido en el prrafo anterior afirman que Marapermaneci en el Templo despus de su presentacin para ser educada con otros nios judos.All ella disfrut de visiones extticas y visitas diarias de los santos ngeles.Cuando ella contaba catorce aos, el sumo sacerdote quiso enviarla a casa para quecontrajera matrimonio. Mara le record su voto de virginidad, y confundido, el sumo sacerdoteconsult al Seor. Entonces llam a todos los hombres jvenes de la estirpe de David yprometi a Mara en matrimonio a aquel cuya vara retoara y se convirtiera en el lugar dedescanso del Espritu Santo en forma de paloma. Jos fue el agraciado en este procesoextraordinario.

    Hemos visto ya que S. Gregorio de Nyssa, S. Germn de Constantinopla y pseudo-GregorioNacianceno parecen admitir estas leyendas. Adems, el emperador Justiniano permiti que se

    construyera una baslica en la plataforma del antiguo Templo, en memoria de la estancia deNuestra Seora en el santuario; la iglesia fue llamada la Nueva Santa Mara, para distingirla dela iglesia de la Natividad. Se cree que es la moderna mezquita de Al-Aqsa (47).

    Por otra parte, la Iglesia no se pronuncia en lo que respecta a la estancia de Mara en elTemplo. S. Ambrosio (48), cuando describe la vida de Mara antes de la Anunciacin, suponeexpresamente que viva en la casa de sus padres. Todas las descripciones del Templo judoque pueden poseer algn valor cientfico nos dejan a oscuras en cuanto a la existencia delugares en los que pudieran haber recibido su educacin las muchachas jvenes. La estanciade Joas en el Templo hasta la edad de siete aos no apoya el supuesto de que las chicasjvenes fueran educadas dentro del recinto sagrado, ya que Joas era el rey, y fue obligado porlas circunstancias a permanecer en el Templo (cf. IV Reyes 11:3). La alusin de II Macabeos3:19, cuando dice "las doncellas, recogidas" no demuestra que ninguna de ellas fuera retenidaen los edificios del Templo. Si se dice de la profetisa Ana (Lucas 2:37) que "no se apartaba del

    templo, sirviendo con ayunos y oraciones noche y da", nosotros no suponemos que ella vivierade hecho en una de las habitaciones del templo. (49) Como la casa de Joaqun y Ana no seencontraba muy alejada del Templo, podemos suponer que a la santa nia Mara se le permitaa menudo visitar los sagrados edificios para que pudiera satisfacer su devocin.

    Se consideraba que las doncellas judas haban alcanzado la edad del matrimonio cuandocumplan doce aos y seis meses, aunque la edad de la novia variaba segn lascircunstancias. El matrimonio era precedido por los esponsales, despus de los cuales la noviaperteneca legalmente al novio, aunque no viva con l hasta un ao despus, que era cuandoel matrimonio sola celebrarse. Todo esto coincide con el lenguaje de los evangelistas. S.Lucas (1:27) llama a Mara " una virgen desposada con un varn de nombre Jos"; S. Mateo

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    (1:18) dice "Estando desposada Mara, su madre, con Jos, antes de que conviviesen, se hallhaber concebido Mara del Espritu Santo". Como no tenemos noticia de ningn hermano deMara, debemos suponer que era una heredera, y estaba obligada por la ley de Nmeros 36:3a casarse con un miembro de su tribu. La ley misma prohiba el matrimonio entre determinadosgrados de parentesco, de modo que incluso el matrimonio de una heredera se dejaba ms omenos a su eleccin.

    Segn la costumbre juda, la unin de Jos y Mara tena que ser concertada por los padres deJos. Uno se puede preguntar por qu Mara accedi a sus esponsales, cuando estaba ligadapor su voto de virginidad. De la misma manera que ella haba obedecido la inspiracin divina alhacer su voto, tambin la obedeci al convertirse en la novia prometida de Jos. Adems,hubiera sido un caso singular entre los judos el rehusar los esponsales o el matrimonio, ya quetodas las doncellas judas aspiraban al matrimonio como la realizacin de un deber natural.Mara confi implcitamente en la gua de Dios, y por ello estaba segura de que su voto serarespetado incluso en su estado de casada.

    La Anunciacin

    La Anunciacin ha sido tratada en un artculo especial.

    La Visitacin

    Segn Lucas 1:36, el ngel Gabriel le dijo a Mara en el momento de la Anunciacin, "Isabel, tuparienta, tambin ha concebido un hijo en su vejez, y ste es ya el mes sexto de la que eraestril". Sin poner en duda la verdad de las palabras del ngel, Mara decidi enseguidacontribuir a la alegra de su piadosa pariente. (50) Por ello, contina el evangelista (1:39):" Enaquellos das se puso Mara en camino y con presteza fue a la montaa, a una ciudad de Jud,y entr en casa de Zacaras y salud a Isabel". Aunque Mara debe haberle comunicado a Jossu propsito de realizar esa visita, es difcil determinar si l la acompa; si dio la casualidadde que el momento de la visita coincida con alguna de las temporadas de fiestas en que losisraelitas tenan que acudir al Templo, habra pocas dificultades acerca de la compaa.

    La casa de Isabel ha sido localizada en varios emplazamientos segn los diferentes escritores:ha sido situada en Machaerus, unas diez millas al este del Mar Muerto, o en Hebrn, o denuevo en la antigua ciudad sacerdotal de Jutta, unas siete millas al sur de Hebrn, o finalmente

    en Ain-Karim, la tradicional S. Juan-en-la-Montaa, unas cuatro millas al oeste de Jerusaln.(51) Sin embargo, los tres primeros sitios no poseen ningn monumento conmemorativo delnacimiento o de la vida de S. Juan; adems, Machaerus no estaba situada en las montaas deJud; Hebrn y Jutta pertenecan a Idumea, despus de la cautividad babilnica, en tanto queAin-Karim est situada en las "montaas" mencionadas en el texto inspirado de S. Lucas.

    Despus de un viaje de unas treinta horas, Mara "entr en casa de Zacaras y salud a Isabel"(Lucas 1:40). Segn la tradicin, en la poca de la visitacin Isabel no viva en su casa de laciudad sino en su villa, a unos diez minutos de la ciudad; antiguamente este lugar estabasealado por una iglesia superior y otra inferior. En 1861 se erigi sobre los antiguos cimientosla pequea iglesia actual de la Visitacin.

    "As que oy Isabel el saludo de Mara, exult el nio en su seno". Fue en este momentocuando Dios cumpli la promesa hecha por el ngel a Zacaras (Lucas 1:15), "desde el seno de

    su madre ser lleno del Espritu Santo"; en otras palabras, el nio que Isabel llevaba en suseno fue purificado de la mancha del pecado original. Se desbord la plenitud del EsprituSanto en el alma de su madre, "e Isabel se llen del Espritu Santo" (Lucas 1:41). As, tanto lamadre como el hijo fueron santificados por la presencia de Mara y del Verbo Encarnado (53);llena como estaba del Espritu Santo, Isabel "clam con fuerte voz: Bendita t entre lasmujeres y bendito el fruto de tu vientre! De dnde a m que la madre de mi Seor venga a m?Porque as que son la voz de tu salutacin en mis odos, exult de gozo el nio en mi seno.Dichosa la que ha credo que se cumplir lo que se le ha dicho de parte del Seor" (Lucas1:42-45). Dejemos a los comentaristas la explicacin completa del pasaje precedente, ycentremos nuestra atencin slo en dos puntos:

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    y Isabel comienza su saludo con las mismas palabras con las que el ngel habaterminado su salutacin, mostrando de esta manera que ambos hablaban porinspiracin del Espritu Santo.

    y Isabel es la primera en llamar a Mara por su ttulo ms honorable "Madre de Dios".

    La respuesta de Mara es el cntico de alabanza denominado comunmente Magnificat, por laprimera palabra de su texto en latn; el "Magnificat" ha sido tratado en un artculo separado.

    El evangelista termina su relato de la Visitacin con las palabras: "Mara permaneci con ellacomo unos tres meses y se volvi a su casa" (Lucas 1:56). Muchos ven en esta breve frase deltercer evangelio una sugerencia implcita de que Mara permaneci en casa de Zacaras hastael nacimiento de Juan el Bautista, mientras que otros niegan tal implicacin. Dado que laFestividad de la Visitacin fue emplazada el 2 de julio por el cuadragsimo tercer canon delConcilio de Basilea (1441 d. de J.C.), el da siguiente a la octava de la Festividad de S. JuanBautista, se ha deducido que posiblemente Mara permaneciera con Isabel hasta despus de lacircuncisin del nio; pero no hay ms pruebas que corroboren esta suposicin. Aunque laVisitacin es descrita con tanta precisin en el tercer evangelio, su festividad no parecehaberse celebrado hasta el siglo XIII, cuando fue introducida a travs de la influencia de losfranciscanos; fue instituida oficialmente en 1389 por Urbano VI.

    El embarazo de Mara llega a conocimiento de Jos

    Despus del regreso de casa de Isabel, "se hall haber concebido Mara del Espritu Santo"(Mateo 1:18). Dado que entre los judos los esponsales constituan un verdadero matrimonio, eluso del matrimonio despus del tiempo de los esponsales no era nada extrao entre ellos. Porello, el embarazo de Mara no poda sorprender a nadie mas que al mismo S. Jos. Lasituacin debi haber sido extremadamente dolorosa tanto para l como para Mara, ya que lno conoca el misterio de la Encarnacin. El evangelista dice: "Jos, su esposo, siendo justo,no quiso denunciarla y resolvi repudiarla en secreto" (S. Mateo 1:19). Mara dej la solucin aesta dificultad en manos de Dios, y Dios inform en su momento al asombrado esposo de laverdadera condicin de Mara. Mientras Jos "reflexionaba sobre esto, he aqu que se leapareci en sueos un ngel del Seor y le dijo: Jos, hijo de David, no temas recibir en casa aMara, tu esposa, pues lo concebido en ella es obra del Espritu Santo. Dar a luz un hijo, aquien pondrs por nombre Jess, porque salvar a su pueblo de sus pecados" (Mateo 1:20-

    21).

    No mucho despus de esta revelacin, Jos concluy el ritual del contrato de matrimonio conMara. El Evangelio dice sencillamente: "Al despertar Jos de su sueo hizo como el ngel delSeor le haba mandado, recibiendo en casa a su esposa" (Mateo 1:24). Si bien es cierto quedeben haber pasado al menos tres meses entre los esponsales y el matrimonio, durante loscuales Mara permaneci con Isabel, es imposible determinar con exactitud el lapso de tiempotranscurrido entre las dos ceremonias. No sabemos cunto tiempo despus de los esponsalesle anunci el ngel a Mara el misterio de la Encarnacin, y tampoco sabemos cunto dur laduda de S. Jos antes de que fuera iluminado por la visita del ngel. Teniendo en cuenta laedad a la que las doncellas judas se convertan en casaderas, es posible que Mara diera a luza su Hijo cuando contaba alrededor de trece o catorce aos de edad. Ningn documentohistrico nos dice qu edad tena en realidad en el momento de la Natividad.

    El viaje a Beln

    1. Lucas (2:1-5) explica cmo Jos y Mara viajaron desde Nazaret hasta Belnobedeciendo un decreto de Csar Augusto que ordenaba un empadronamientogeneral. Las cuestiones relacionadas con este decreto han sido tratadas en el artculoCRONOLOGA BBLICA. Se dan varias razones por las que Mara debe haberacompaado a Jos en este viaje: es posible que ella no deseara perder la proteccinde Jos durante este periodo crtico de su embarazo, o puede que haya seguido unainspiracin divina especial que la impulsaba a marchar para que se cumplieran lasprofecas referentes a su divino Hijo, o tambin puede que fuera obligada a ir debido a

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    la ley civil, ya fuera como heredera o para satisfacer el impuesto personal que habaque pagar por las mujeres mayores de doce aos. (54)

    Dado que el empadronamiento haba atrado a multitud de extranjeros a Beln, Mara y Jos noencontraron sitio en la posada de la caravana y tuvieron que alojarse en una gruta que servade refugio para los animales. (55)

    Mara da a luz a Nuestro Seor

    "Estando all, se cumplieron los das de su parto" (Lucas 2:6); este lenguaje no deja claro si elnacimiento de Nuestro Seor ocurri inmediatamente despus de que Jos y Mara sehubieran alojado en la gruta, o varios das despus. Lo que se narra acerca de los pastores"estaban velando las vigilias de la noche sobre su rebao" (Lucas 2:8) muestra que Cristo nacidurante la noche.

    Despus de dar a luz a su Hijo, Mara "le envolvi en paales y le acost en un pesebre"(Lucas 2:7), seal de que no sufri dolores ni debilidades en el parto. Esta deduccin coincidecon las enseanzas de algunos de los principales Padres y telogos: S. Ambrosio (56), S.Gregorio de Nyssa (57), S. Juan Damasceno (58), el autor deChristus patiens (59), Sto. Toms(60), etc. No era adecuado que la madre de Dios estuviera sujeta al castigo pronunciado enGnesis 3:16 contra Eva y sus hijas pecadoras.

    Poco despus del nacimiento del nio los pastores, obedientes a la invitacin del ngel,llegaron a la gruta "y encontraron a Mara, a Jos y al Nio acostado en un pesebre" (Lucas2:16). Podemos suponer que los pastores divulgaron las felices nuevas que haban recibidodurante la noche entre sus amigos en Beln, y que la Sagrada Familia fue recibida por algunode sus habitantes piadosos en un alojamiento ms adecuado.

    La Circuncisin de Nuestro Seor

    "Cuando se hubieron cumplido los ocho das para circuncidar al Nio, le dieron el nombre deJess" (Lucas 2:21). El rito de la circuncisin se llevaba a cabo bien en la sinagoga bien en elhogar del nio; es imposible determinar dnde tuvo lugar la circuncisin de Nuestro Seor. Detodos modos, su Bienaventurada Madre debe haber estado presente durante la ceremonia.

    La Presentacin

    Segn la ley del Levtico 12:-8, toda madre juda de un varn hebreo tena que presentarsecuarenta das despus de su nacimiento para su purificacin legal; segn Exodo 13:2 yNmeros 18:15, el primognito tena que ser presentado en esa misma ocasin. Cualesquieraque fueran las razones que Mara y el Nio hubieran podido tener para reclamar unaexcepcin, el hecho es que acataron la ley. Sin embargo, en vez de ofrecer un cordero,presentaron el sacrificio de los pobres, que consista en un par de trtolas o de pichones. En IICorintios 8:9, S. Pablo dice a los corintios que Jesucristo "siendo rico, se hizo pobre por amornuestro, para que vosotros fueseis ricos por su pobreza". An ms agradable a Dios que lapobreza de Mara fue la prontitud con que ofreci a su divino Hijo para la complacencia de suPadre Celestial.

    Despus de que se hubieron l levado a cabo los ritos ceremoniales, el santo Simen tom al

    Nio en sus brazos y dio gracias a Dios por el cumplimiento de sus promesas; hizo unallamada de atencin sobre la universalidad de la salvacin que iba a venir a travs de laredencin mesinica "la que has preparado ante la faz de todos los pueblos; luz parailuminacin de las gentes y gloria de tu pueblo, Israel" (Lucas 2:31 sq.). Mara y Joscomenzaron ahora a conocer ms plenamente a su divino Hijo; ellos "estaban maravillados delas cosas que se decan de El" (Lucas 2:33). Como si quisiera preparar a su BienaventuradaMadre para el misterio de la cruz, el santo Simen le dijo: "Puesto est para cada ylevantamiento de muchos en Israel y para blanco de contradiccin; y una espada atravesar tualma para que se descubran los pensamientos de muchos corazones" (Lucas 2:34-35). Marahaba padecido su primer gran dolor cuando Jos haba dudado al tomarla por esposa; su

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    segundo gran dolor lo experiment cuando oy las palabras del santo Simen.Aunque el incidente de la profetisa Ana haba tenido una relacin ms general, ya que ella"hablaba de El a cuantos esperaban la redencin de Jerusaln" (Lucas 2:38), debe haberaumentado en gran medida el asombro de Jos y Mara. El comentario final del evangelista"Cumplidas todas las cosas segn la Ley del Seor, se volvieron a Galilea, a la ciudad deNazaret" (Lucas 2:39), ha sido interpretado de varias maneras por los comentaristas; en lo

    referente al orden de los sucesos, consulte el artculo CRONOLOGA DE LA VIDA DEJESUCRISTO.

    La visita de los Magos

    Tras la Presentacin, la Sagrada Familia bien volvi directamente a Beln, o bien fue primero aNazaret y de all a la ciudad de David. De todos modos, despus de que "los magos deOriente" hubieron sido guiados hasta Beln por Dios, "entrados en la casa, vieron al Nio conMara, su madre, y de hinojos le adoraron, y abriendo sus alforjas, le ofrecieron dones, oro,incienso y mirra" (Mateo 2:11). El evangelista no menciona a Jos; no porque no estuvierapresente, sino porque Mara ocupa el lugar principal junto al Nio. Los evangelistas no hancontado cmo dispusieron Mara y Jos de los regalos ofrecidos por sus ricos visitantes.

    La huida a Egipto

    Poco despus de la partida de los magos, Jos recibi el mensaje del ngel del Seor para quehuyera a Egipto con el Nio y su madre, debido a los malvados propsitos de Herodes; lapronta obediencia del santo varn es descrita brevemente por el evangelista con las palabras:"Levantndose de noche, tom al nio y a la madre y parti para Egipto" (Mateo 2:14). Losjudos perseguidos siempre haban buscado refugio en Egipto (cf. III Reyes 11:40; IV Reyes25:26); en tiempos de Cristo, los colonos judos eran especialmente numerosos en la tierra delNilo (61); segn Filn (62) eran al menos un milln. En Leontopolis, en el distrito de Helipolis,los judos tenan un templo (160 a. de C.-73 d. de J.C.) que rivalizaba en esplendor con eltemplo de Jerusaln. (63) Por todo ello, la Sagrada Familia poda esperar hallar en Egipto unacierta ayuda y proteccin.

    Por otra parte, era necesario un viaje de al menos diez das desde Beln para alcanzar losdistritos habitados ms cercanos de Egipto. No sabemos qu camino tom la Sagrada Familia

    en su huida; pudieron haber tomado la carretera ordinaria a travs de Hebrn; o pudieronmarchar va Eleutheropolis y Gaza o tambin pudieron haberse dirigido al oeste de Jerusalnhacia la gran carretera militar de Joppe.Apenas existe algn documento histrico que nos pueda servir de ayuda para determinardnde vivi la Sagrada Familia en Egipto, y tampoco sabemos cunto dur este exilio forzado.(64)

    Cuando Jos recibi por el ngel la noticia de la muerte de Herodes y la orden de volver a latierra de Israel, l, "levantndose, tom al nio y a la madre y parti para la tierra de Israel"(Mateo 2:21). La noticia de que Arquelao reinaba en Judea impidi a Jos establecerse enBeln, como haba sido su intencin; "advertido en sueos, se retir a la regin de Galilea,yendo a habitar en una ciudad llamada Nazaret" (Mateo 2:22-23). En todos estos detalles,Mara sencillamente se dej guiar por Jos, que a su vez, recibi las manifestaciones divinascomo cabeza de la Sagrada Familia. No es necesario sealar el intenso dolor de Mara ante la

    temprana persecucin del Nio.La Sagrada Familia en Nazaret

    La vida de la Sagrada Familia en Nazaret fue la propia de un comerciante pobre normal. SegnS. Mateo 13:55, la gente del pueblo preguntaba "No es ste el hijo del carpintero?"; lapregunta, tal y como viene expresada en el segundo evangelio (Marcos 6:3) muestra una ligeravariacin, "No es acaso el carpintero?". Mientras Jos ganaba el sustento para la SagradaFamilia con su trabajo diario, Mara atenda las labores del hogar. S. Lucas (2:40) dicebrevemente de Jess: "El Nio creca y se fortaleca lleno de sabidura, y la gracia de Diosestaba en El". El Sabath semanal y las grandes fiestas anuales interrumpan la rutina diaria de

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    la vida en Nazaret.

    Nuestro Seor es hallado en el Templo

    Segn la ley de Exodo 23:17, slo los hombres estaban obligados a visitar el templo en las tresfestividades solemnes del ao; pero las mujeres se unan a menudo a los hombres parasatisfacer su devocin. S. Lucas (2:41) nos informa de que "Sus padres (del Nio) iban cada

    ao a Jerusaln en la fiesta de la Pascua". Probablemente dejaban al nio Jess en casa deamigos o parientes durante los das que duraba la ausencia de Mara. Segn la opinin dealgunos escritores, el Nio no dio ninguna seal de su divinidad durante los aos de suinfancia, con el propsito de aumentar los mritos de la fe de Jos y Mara, basada en lo quehaban visto y odo en el momento de la Encarnacin y el nacimiento de Jess. Los Doctoresjudos de la Ley sostenan que un chico se converta en hijo de la ley a la edad de doce aos yun da; despus de sto, estaba obligado por los preceptos legales.

    El evangelista nos proporciona aqu la informacin de que "cuando era ya de doce aos, alsubir sus padres, segn el rito festivo, y volverse ellos, acabados los das, el nio Jess sequed en Jerusaln, sin que sus padres lo echasen de ver". (Lucas 2:42-43). Esto ocurriprobablemente despus del segundo da de fiesta, cuando Jos y Mara regresaban con otrosperegrinos galileos; la ley no exiga una estancia ms larga en la Ciudad Sagrada. Durante elprimer da, la caravana haca generalmente un viaje de cuatro horas, y pasaba la noche en

    Beroth, en la frontera norte del antiguo reino de Jud. Los cruzados construyeron en este lugaruna preciosa iglesia gtica para conmemorar el dolor de Nuestra Seora cuando "buscronleentre parientes y conocidos, y al no hallarle, se volvieron a Jerusaln en busca suya" (Lucas2:44-45). El Nio no fue encontrado entre los peregrinos que haban venido a Beroth en elprimer da de viaje; tampoco le encontraron el segundo da, cuando Jos y Mara regresaron aJerusaln; no fue hasta el tercer da cuando "le hallaron en el templo, sentado en medio de losdoctores, oyndolos y preguntndoles...Cuando sus padres le vieron, se maravillaron, y le dijosu madre: Hijo, por qu nos has hecho as? Mira que tu padre y yo, apenados, andbamosbuscndote" (Lucas 2:40-48). La fe de Mara no le permita temer que un mnimo accidente leocurriera a su divino Hijo; pero percibi que su conducta habitual de docilidad y sumisin habacambiado por completo. Este sentimiento era la causa de la pregunta, por qu Jess habatratado a sus padres de aquella manera. Jess respondi simplemente: "Por qu mebuscabais? No sabais que es preciso que me ocupe en las cosas de mi Padre?" (Lucas2:49). Ni Jos ni Mara tomaron estas palabras como una reprimenda; "Ellos no entendieron lo

    que les deca" (Lucas 2:50). Un escritor reciente ha sugerido que el significado de la ltimafrase debe ser entendido "ellos (es decir, los que estaban presentes) no entendieron lo que les(es decir, a Jos y a Mara) deca".

    El resto de la juventud de Nuestro Seor

    Despus de esto, Jess "baj con ellos, y vino a Nazaret" donde comenz una vida de trabajo ypobreza, de la cual dieciocho aos son resumidos por el evangelista en estas pocas palabras,"y les estaba sujeto,... creca en sabidura y edad y gracia ante Dios y ante los hombres" (Lucas2:51-52). La vida interior de Mara es sealada brevemente por la expresin inspirada delescritor "y su madre conservaba todo esto en su corazn" (Lucas 2:51). Una expresin anlogahaba sido usada en 2:19, "Mara guardaba todo esto y lo meditaba en su corazn". As, Maraobservaba la vida diaria de su divino Hijo, y creca en su conocimiento y amor a travs de lameditacin sobre lo que vea y oa. Ciertos escritores han sealado que el evangelista indica

    aqu la ltima fuente de la que obtuvo el material contenido en sus dos primeros captulos.La virginidad perpetua de Mara

    Relacionados con el estudio de Mara durante la vida oculta de Nuestro Seor, nosencontramos los aspectos referentes a su virginidad perpetua, su maternidad divina y susantidad personal. Su virginidad sin mcula ha sido suficientemente considerada en el artculosobre el Nacimiento de la Virgen. Las autoridades citadas entonces mantienen que Marapermaneci virgen cuando concibi y dio a luz a su divino Hijo, y tambin despus delnacimiento de Jess. La pregunta de Mara (Lucas 1:34), la respuesta del ngel (Lucas1:35,37), la manera de comportarse de Jos durante su duda (Mateo 1:19-25), las palabras de

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    Cristo dirigidas a los judos (Juan 8:19), muestran que Mara conserv su virginidad durante laconcepcin de su divino Hijo.

    En cuanto a la virginidad de Mara despus del parto, no es negada ni por las expresiones deS. Mateo "antes de que conviviesen" (1:18), "su primognito" (1:25), ni por el hecho de que loslibros del Nuevo Testamento se refieran repetidamente a los hermanos de Jess. (66) Laspalabras "antes de que conviviesen" significan probablemente "antes de que viviesen en la

    misma casa", refirindose al tiempo en que slo estaban desposados; mas incluso si estaspalabras fueran entendidas como vida marital, slo afirman que la Encarnacin tuvo lugar antesde que tal relacin fuera establecida, y sin implicar por ello que sta tuviera lugar despus de laEncarnacin del Hijo de Dios.

    Lo mismo debe decirse de la expresin "No la conoci hasta que dio a luz a su primognito"(Mateo 1:25); el evangelista nos dice lo que no ocurri antes del nacimiento de Jess, sinsugerir que ello ocurriera despus de su nacimiento. (68) El nombre "primognito" se aplica aJess tanto si su madre continu siendo virgen como si dio a luz a otros hijos despus deJess; entre los judos era un nombre legal (69), de modo que su aparicin en el Evangelio nopuede extraarnos.

    Finalmente, "los hermanos de Jess" no son ni los hijos de Mara ni los hermanos de NuestroSeor, en un sentido estricto del trmino, sino sus primos o los parientes ms o menos

    cercanos. (70) La Iglesia insiste en que con su nacimiento el Hijo de Dios no disminuy sinoque consagr la integridad virginal de su madre (oracin secreta en la Misa de Purificacin).Los Padres se expresan tambin en un lenguaje similar en lo que se refiere a este privilegio deMara. (71)

    La maternidad divina de Mara

    La maternidad divina de Mara est basada en las enseanzas de los Evangelios, en losescritos de los Padres y en la definicin expresa de la Iglesia. S. Mateo (1:25) testifica queMara "dio a luz a su primognito" y que El fue llamado Jess. Segn S. Juan (1:15) Jess es laPalabra hecha carne, la Palabra que asumi la naturaleza humana en el vientre de Mara.Como Mara era verdaderamente la madre de Jess, y Jess era verdadero Dios desde elprimer momento de su concepcin, Mara es en verdad la madre de Dios. Incluso los Padresms antiguos no dudaron en extraer esta conclusin, como puede verse en los escritos de S.

    Ignacio (72), S. Ireneo (73), y Tertuliano (74). El conflicto de Nestorio que negaba a Mara elttulo de "Madre de Dios" (75) fue seguido por las enseanzas del Concilio de Efeso, queproclam que Mara era Theotokos en el verdadero sentido de la palabra. (76)

    La santidad perfecta de Mara

    Unos pocos escritores patrsticos expresaron sus dudas acerca de la presencia de defectosmorales menores en Nuestra Seora. (77) S. Basilio, por ejemplo, sugiere que Mara sucumbia la duda al or las palabras del santo Simen y al presenciar la crucifixin. (78) S. JuanCrisstomo es de la opinin que Mara habra sentido miedo y preocupacin si el ngel no lehubiera explicado el misterio de la Encarnacin, y que demostr un poco de vanagloria en lasfiestas de las bodas de Can y al visitar a su Hijo durante su vida pblica acompaada de loshermanos del Seor. (79) S. Cirilo de Alejandra (80) habla de la duda de Mara y sudesesperanza al pie de la cruz. Mas no se puede afirmar que estos escritores griegos expresen

    una tradicin apostlica, cuando lo que expresan son sus opiniones singulares y privadas. LasEscrituras y la tradicin estn de acuerdo en atribuir a Mara la ms grande santidad personal;es concebida sin la mancha del pecado original; muestra la mayor humildad y paciencia en suvida diaria (Lucas 1:38, 48); demuestra una paciencia herica en las circunstancias msdifciles (Lucas 2:7,35,48; Juan 19:25-27). Cuando se contempla la cuestin del pecado, Maraconstituye siempre una excepcin. (81) La total exclusin de Mara del pecado es confirmadapor el Concilio de Trento (Sesin VI, Canon 23): "Si alguien dice que el hombre una vezjustificado puede durante su vida entera evitar todo pecado, incluso venial, como la Iglesiamantiene que hizo la Virgen Mara por un privilegio especial de Dios, sea reo de anatema". Lostelogos afirman que Mara fue inmaculada, no por la perfeccin esencial de su naturaleza,sino por un privilegio divino especial. Mas an, los Padres, al menos desde el siglo V,

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    mantienen casi unnimemente que la Bienaventurada Virgen nunca experiment los impulsosde la concupiscencia.

    El milagro de Can

    Los evangelistas relacionan el nombre de Mara con tres sucesos diferentes en la vida pblicade Nuestro Seor: con el milagro de Can, con su predicacin y con su pasin. El primero de

    estos incidentes es narrado en Juan 2:1-10.

    ...hubo una boda en Can de Galilea, y estaba all la madre de Jess. Fue invitado tambinJess con sus discpulos a la boda. No tenan vino, porque el vino de la boda se habaacabado. En esto dijo la madre de Jess a ste: No tienen vino. Djole Jess: Mujer, qu nosva a mi y a ti? No es an llegada mi hora.

    Se supone naturalmente que uno de los contrayentes estaba emparentado con Mara, y queJess haba sido invitado a causa del parentesco de su madre. La pareja debe haber sidobastante pobre, ya que el vino estaba de hecho agotndose. Mara desea salvar a sus amigosde la vergenza de no poder agasajar adecuadamente a sus invitados, y recurre a su divinoHijo. Ella simplemente expone su necesidad, sin aadir ninguna peticin. Al dirigirse a lasmujeres, Jess emplea de modo uniforme la palabra "mujer" (Mateo 15:28; Lucas 13:12; Juan4:21; 8:10; 19:26; 20:15), una expresin uti lizada por los escritores clsicos como un

    tratamiento respetuoso y honorable. (82)

    Los pasajes citados arriba muestran que en el lenguaje de Jess el tratamiento "mujer" tiene unsignificado sumamente respetuoso. La frase "qu nos va a mi y a ti" se traduce al griego ti emoikai soi, que a su vez corresponde a la frase hebrea mah li walakh. Esto ltimo sucede enJueces 11:12; II Reyes 16:10; 19:23, III Reyes 17:18; IV Reyes 3:13; 9:18; II Paralipmenos35:21. El Nuevo testamento muestra expresiones equivalentes en Mateo 8:29; Marcos 1:24;Lucas 4:34; 8:28; Mateo 27:19. El significado de la frase vara segn el carcter del que habla,abarcando desde una muy pronunciada oposicin a una conformidad corts. Un significado tanvariable le hace difcil al traductor encontrar un equivalente igualmente variable. "Qu tengoque ver contigo", "esto no es asunto mo ni tuyo", "por qu me causas tantos problemas","djame asistir a esto", son algunas de las traducciones sugeridas. En general, las palabrasparecen referirse a una mayor o menor oportunidad que intentan eliminar. La ltima parte de larespuesta de Nuestro Seor presenta menos dificultades para el intrprete: "No es an llegada

    mi hora" no puede referirse al preciso momento en que la necesidad de vino requerir laintervencin milagrosa del Seor, ya que en el lenguaje de S. Juan "mi hora" o "la hora" serefiere al tiempo predestinado para algn suceso importante (Juan 4:21,23; 5:25,28; 7:30; 8:29;12:23; 13:1; 16:21; 17:1). Por ello, el significado de la respuesta de Nuestro Seor es: "Porqu me importunas pidindome tal intervencin? El momento sealado por Dios para talintervencin no ha llegado todava"; o "por qu te preocupas? no ha llegado el momento demanifestar mi poder?" El primero de estos significados implica que gracias a la intercesin deMara, Jess adelant el momento dispuesto para la manifestacin de su poder milagroso (83);el segundo significado se obtiene al tomar la segunda parte de las palabras de Nuestro Seorcomo una pregunta, como hizo S. Gregorio de Nyssa (84), y tambin como la versin rabe del"Diatessaron" de Tatiano (Roma, 1888). (85) Mara comprendi las palabras de su divino Hijoen su sentido correcto; ella avis sencillamente a los camareros, "Haced lo que El os diga"(Juan 2:5). No hay posibilidad de explicar la respuesta de Jess como una denegacin de lapeticin.

    Mara durante la vida apostlica de Nuestro Seor

    Durante la vida apostlica de Nuestro Seor, Mara logr pasar casi completamenteinadvertida. Al no ser llamada para ayudar directamente a su Hijo en su ministerio, no quisointerferir en su trabajo con una presencia inoportuna. En Nazaret era considerada como unamadre juda corriente; S. Mateo (3:55-56; cf. Marcos 6:3) presenta a la gente del pueblodiciendo: "No es ste el hijo del carpintero? Su madre no se llama Mara, y sus hermanosSantiago y Jos, Simn y Judas? Sus hermanas, no estn todas entre nosotros?" Dado que lagente deseaba, por su lenguaje, rebajar la consideracin de Nuestro Seor, debemos deducirque Mara perteneca al orden social inferior de la gente del pueblo. El pasaje paralelo de S.

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    Marcos dice, "No es ste el carpintero?", en lugar de "No es ste el hijo del carpintero?"Puesto que ambos evangelistas omiten el nombre de S. Jos, debemos suponer que ya habamuerto antes de que este episodio sucediera.

    A primera vista, pudiera parecer que Jess despreciaba la dignidad de su BienaventuradaMadre. Cuando le dijeron: "Tu madre y tus hermanos estn fuera y desean hablarte. Elrespondiendo, dijo al que le hablaba: Quin es mi madre y quines son mis hermanos? Y

    extendiendo su mano sobre sus discpulos, dijo: He aqu mi madre y mis hermanos. Porquequienquiera que hiciere la voluntad de mi Padre, que est en los cielos, se es mi hermano, ymi hermana, y mi madre". (Mateo 12:47-50; cf. Marcos 3:31-35; Lucas 8:19-21). En otraocasin "levant la voz una mujer de entre la muchedumbre y dijo: Dichoso el seno que te llevy los pechos que mamaste. Pero El dijo: Ms bien, dichosos los que oyen la palabra de Dios yla guardan" (Lucas 11:27-28).

    En realidad, en ambos pasajes Jess sita el lazo que une el alma con Dios por encima dellazo natural de parentesco que une a la Madre de Dios con su divino Hijo. Esta ltima dignidadno es menospreciada; es utilizada por Nuestro Seor como un medio para hacer ver el valorreal de la santidad, dado que obviamente los hombres lo aprecian con ms facilidad. Por tanto,en realidad Jess ensalza a su Madre del modo ms enftico, dado que ella super al resto delos hombres en santidad no menos que en dignidad. (86) Muy probablemente Mara seencontraba tambin entre las santas mujeres que atendan a Jess y a sus apstoles durante

    su ministerio en Galilea (cf. Lucas 8:2-3); el evangelista no menciona ninguna otra aparicinpblica de Mara durante los viajes de Jess a travs de Galilea o de Judea. Sin embargo,debemos recordar que, cuando el sol aparece, aun las ms brillantes estrellas se tornaninvisibles.

    Mara durante la Pasin de Nuestro Seor

    Dado que la Pasin de Jesucristo tuvo lugar durante la semana pascual, se esperanaturalmente encontrar a Mara en Jerusaln. La profeca de Simen se cumpli en su plenitudprincipalmente durante los momentos de sufrimiento de Nuestro Seor. Segn una tradicin, suBienaventurada Madre se encontr con Jess cuando cargaba con la cruz camino del Glgota.El Itinerarium del Peregrino de Burdeos describe los lugares memorables que el escritor visiten el 333 d. de J.C., pero no menciona ninguna localidad consagrada a este encuentro entreMara y su divino Hijo. (87) El mismo silencio domina en el llamado Peregrinatio Silviae que

    sola localizarse en el 385 d. de J.C., pero que ltimamente ha sido emplazado en 533-540 d.de J.C. (88) Mas un plano de Jerusaln que data del ao 1308 muestra la iglesia de S. JuanBautista con la inscripcin "Pasm. Vgis", Spasmus Virginis, el desmayo de la Virgen. Durante elcurso del siglo XIV, los cristianos comenzaron a localizar los emplazamientos consagrados a laPasin de Cristo, y entre ellos se encontraba el lugar en el que se dice que Mara se desmayal ver a su Hijo sufriendo. (89) Desde el siglo XV se encuentra siempre "Sancta Maria deSpasmo" entre las estaciones del Camino de la Cruz, erigidas en varias partes de Europa aimitacin de la Va Dolorosa de Jerusaln. (90) El hecho de que Nuestra Seora deberahaberse desmayado a la vista de los sufrimientos de su Hijo no est muy de acuerdo con sucomportamiento heroico al pie de la cruz; a pesar de ello, debemos considerar su calidad demujer y madre en su encuentro con su Hijo camino del Glgota, mientras que es la Madre deDios al pie de la cruz.

    La maternidad espiritual de Mara

    Mientras Jess colgaba en la cruz, "estaban junto a la cruz de Jess su Madre y la hermana desu madre, Mara la de Cleofs y Mara Magdalena. Jess, viendo a su Madre y al discpulo aquien amaba, que estaba all, dijo a la Madre: Mujer, he ah a tu hijo. Luego dijo al discpulo: Heah a tu madre. Y desde aquella hora el discpulo la recibi en su casa". (Juan 19:25-27). Eloscurecimiento del sol y los otros fenmenos naturales extraordinarios deben haber asustado alos enemigos del Seor lo suficiente como para que no interfirieran con su madre y con lospocos amigos que permanecan al pie de la cruz. Entre tanto, Jess haba orado por susenemigos y haba prometido el perdn al buen ladrn; al llegar ese momento, El tuvocompasin de su desolada madre, y asegur su porvenir. Si S. Jos hubiera estado vivo, o siMara hubiera sido la madre de aquellos que son llamados hermanos o hermanas de Nuestro

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    Seor en los Evangelios, tal medida no hubiera sido necesaria. Jess utiliza el mismo ttulorespetuoso con el que se haba dirigido a su madre en las fiestas de las bodas de Can. AhoraEl confa a Mara a Juan como su madre, y desea que Mara considere a Juan como su hijo.Entre los escritores ms tempranos, Orgenes es el nico que considera la maternidad deMara sobre todos los creyentes en este sentido. Segn l, Cristo vive en todos los que lesiguen con perfeccin, y as como Mara es la Madre de Cristo, tambin es la madre de aquel

    en el que Cristo vive. Por ello, segn Origenes, el hombre tiene un derecho indirecto a reclamara Mara como su madre, en la medida en que se identifique con Jess por la vida de la gracia.(91) En el siglo IX, Jorge de Nicomedia (92) explica las palabras de Nuestro Seor en la cruzde forma que Juan es confiado a Mara, y con Juan todos los discpulos, convirtindola enmadre y seora de todos los compaeros de Juan. En el siglo XII Ruperto de Deutz explica laspalabras de Nuestro Seor estableciendo la maternidad espiritual de Mara sobre los hombres,aunque S. Bernardo, el ilustre contemporaneo de Ruperto, no cita este privilegio entre losnumerosos ttulos de Nuestra Seora. (93) Posteriormente, la explicacin de Ruperto de laspalabras de Nuestro Seor en la cruz se volvi ms y ms comn, tanto es as que en nuestrosdas se la puede hallar prcticamente en todos los libros de piedad. (94)

    La doctrina de la maternidad espiritual de Mara est contenida en el hecho de que ella es laanttesis de Eva: Eva es nuestra madre natural ya que es el origen de nuestra vida natural; portanto, Mara es nuestra madre espiritual ya que es el origen de nuestra vida espiritual. Una vez

    ms, la maternidad espiritual de Mara se basa en el hecho de que Jess es nuestro hermano,ya que es "el primognito entre muchos hermanos" (Romanos 8:29). Ella se convirti ennuestra madre desde el momento en que accedi a la Encarnacin del Verbo, la Cabeza delcuerpo mstico cuyos miembros somos nosotros; y ella sell su maternidad al consentir alsacrificio sangriento en la cruz que es la fuente de nuestra vida sobrenatural. Mara y las santasmujeres (Mateo 17:56; Marcos 15:40; Lucas 23:49; Juan 19:25) presenciaron la muerte deJess en la cruz; probablemente, ella permaneci durante el descendimiento de su Cuerposagrado y durante su funeral.

    El Sabath siguiente fue para ella tiempo de dolor y esperanza. El decimoprimer canon de unconcilio que tuvo lugar en Colonia, en 1423, instituy contra los husitas la festividad de losDolores de Nuestra Seora, emplazndola en el viernes siguiente al tercer domingo despusde Pascua. En 1725 Benedicto XIV extendi la festividad a toda la Iglesia, y la emplaz elviernes de la Semana de Pasin. "Y desde aquella hora el discpulo la recibi en su casa"

    (Juan 19:27). Si vivieron en Jerusaln o en otro lugar no puede ser determinado a partir de losEvangelios.

    Mara y la Resurreccin de Nuestro Seor

    La narracin inspirada de los incidentes relacionados con la Resurreccin de Cristo nomenciona a Mara; mas tampoco pretenden ofrecer una narracin completa de todo lo queJess hizo o dijo. Los Padres tambin guardan silencio en cuanto a la participacin de Mara enlas alegras del triunfo de su Hijo sobre la muerte. Sin embargo, S. Ambrosio (95) afirmaexpresamente: "Mara por tanto vio la Resurreccin del Seor; ella fue la primera que la vio ycrey. Mara Magdalena tambin la vio, aunque todava dud". Jorge de Nicomedia (96)deduce de la participacin de Mara en los sufrimientos de Nuestro Seor que, antes que todoslos dems y ms que todos ellos, ella debe haber participado en el triunfo de su Hijo. En elsiglo XII, una aparicin del Salvador resucitado a su Bienaventurada Madre es admitida por

    Ruperto de Deutz (97), y tambin por Eadmer (98), S. Bernardino de Siena (99), S. Ignacio deLoyola (100), Surez (101), Maldon. (102) etc. (103). El hecho de que Cristo resucitado se hayaaparecido primero a su Bienaventurada Madre coincide al menos con nuestras piadosasexpectativas.

    Aunque los Evangelios no nos lo dicen expresamente, podemos suponer que Mara estabapresente cuando Jess se apareci a varios de sus discpulos en Galilea y en el momento desu Ascensin (cf. Mateo 28:7, 10, 16; Marcos 16:7). Ms an, no es improbable que Jessvisitara repetidamente a su Bienaventurada Madre durante los cuarenta das despus de suResurreccin.

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    MARA EN OTROS LIBROS DEL NUEVO TESTAMENTO

    Hechos 1:14-2:4

    Segn el Libro de los Hechos (1:14), despus de la Ascensin de Cristo a los cielos losapstoles "subieron al piso alto" y "todos stos perseveraban unnimes en la oracin conalgunas mujeres, con Mara, la Madre de Jess, y con los hermanos de ste". A pesar de suensalzada dignidad, no era Mara, sino Pedro quien actuaba como cabeza de la asamblea(1:15). Mara se comport en la habitacin del piso alto de Jerusaln como se habacomportado en la gruta de Beln; en Beln haba dado a luz al Nio Jess, en Jerusaln criabaa la Iglesia naciente. Los amigos de Jess permanecieron en la habitacin superior hasta "elda de Pentecosts", cuando "se produjo de repente un ruido como el de un vientoimpetuoso...Aparecieron, como divididas, lenguas de fuego, que se posaron sobre cada uno deellos, quedando todos llenos del Espritu Santo" (Hechos 2:1-4). Aunque el Espritu Santo habadescendido sobre Mara de una forma especial en el momento de la Encarnacin, ahora lecomunic un nuevo grado de gracia. Quizs, esta gracia pentecostal le dio a Mara la fuerzapara cumplir adecuadamente sus deberes para con la Iglesia naciente y sus hijos espirituales.Apocalipsis 12:1-6

    En el Apocalipsis (12:1-6) se desarrolla un pasaje singularmente aplicable a NuestraBienaventurada Madre:

    Apareci en el cielo una seal grande, una mujer envuelta en el sol, con la luna debajode sus pies, y sobre la cabeza una corona de doce estrellas, y estando encinta, gritabacon los dolores de parto y las ansias de parir. Apareci en el cielo otra seal, y vi ungran dragn de color de fuego, que tena siete cabezas y diez cuernos, y sobre lascabezas siete coronas. Con su cola arrastr la tercera parte de los astros del cielo y losarroj a la tierra. Se par el dragn delante de la mujer que estaba a punto de parir,para tragarse a su hijo en cuanto le pariese. Pari un varn, que ha de apacentar atodas las naciones con vara de hierro, pero el Hijo fue arrebatado a Dios y a su trono.La mujer huy al desierto, en donde tena un lugar preparado por Dios, para que all laalimentasen durante mil doscientos sesenta das.

    La posibilidad de que este prrafo pueda aplicarse a Mara se basa en las siguientesconsideraciones:

    y Al menos parte de los versos se refieren a la madre cuyo hijo va a gobernar lasnaciones con vara de hierro; segn el Salmo 2:9, ste es el Hijo de Dios, Jesucristo,cuya madre es Mara.

    y Fue el hijo de Mara quien "fue llevado ante Dios, y a su trono" en el momento de suAscensin a los cielos.

    y El dragn, o el demonio del paraso terrenal (cf. Apocalipsis 12:9; 20:2), se esfuerzapor devorar al Hijo de Mara desde el primer momento de su nacimiento, despertandola envidia de Herodes y, ms tarde, la enemistad de los judos.

    y Debido a sus indecibles privilegios, Mara puede ser descrita perfectamente como"envuelta en el sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre la cabeza una corona dedoce estrellas".

    y Es cierto que los comentaristas entienden generalmente que el pasaje completo seaplica literalmente a la Iglesia, y que parte de los versos concuerdan mejor con laIglesia que con Mara. Pero debe tenerse en cuenta que Mara es a la vez una figurade la Iglesia y su miembro ms conspicuo. Lo que se dice de la Iglesia, en cierto modose puede decir tambin de Mara. Por ello el pasaje del Apocalipsis (12:5-6) no serefiere a Mara como una mera adaptacin (108), sino que se aplica a ella en unsentido verdaderamente literal que parece estar parcialmente limitado a ella yparcialmente extendido a toda la Iglesia. La relacin de Mara con la Iglesia esta bienresumida en la expresin "collum corporis mystici" aplicada a Nuestra Seora por S.Bernardino de Siena. (109)

    El Cardenal Newman (110) considera las dos dificultades contrarias a la interpretacin anteriorde la visin de la mujer y el nio: primero, se dice que est escasamente apoyada por losPadres; segundo, es un anacronismo atribuir a la era apostlica tal cuadro de la Madonna. En

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    cuanto a la primera objecin, el eminente escritor dice:Los cristianos nunca fueron a las Escrituras en busca de pruebas de sus doctrinas,hasta que se produjo esa necesidad real, debido a la presin de las controversias; si enaquellos tiempos la dignidad de la Bienaventurada Virgen era indudable por parte detodos, como un asunto de doctrina, las Escrituras continuaran siendo un libro cerradopara ellos en lo que respecta a la argumentacin del asunto.

    Despus de desarrollar en profundidad esta respuesta, el cardenal contina:

    En cuanto a la segunda objecin que he considerado, lejos de admitirla, me parece queest elaborada sobre un simple hecho imaginario, y que la verdad del asunto seencuentra justo en el lado opuesto. La Virgen y el Nio no es una simple idea moderna;al contrario, ha sido representada una y otra vez, como sabe cualquiera que hayavisitado Roma, en las pinturas de las catacumbas. Mara est ah dibujada con el Niodivino en su regazo, ella con las manos extendidas en oracin, l con sus manos enactitud de bendecir.

    MARA EN LOS DOCUMENTOS DE LOS PRIMEROS CRISTIANOS

    Hasta ahora hemos recurrido a los escritos y a la tradicin de la iglesia dejada por los primeros

    cristianos para poder complementar y explicar las enseanzas del Antiguo o del NuevoTestamento referentes a la Bienaventurada Virgen. En los siguientes prrafos tendremos quellamar la atencin sobre el hecho de que estas mismas fuentes, hasta un cierto punto,complementan la doctrina de las Escrituras. A este respecto, constituyen la base de latradicin; si la evidencia que aportan es suficiente, en un caso dado, para garantizar sucontenido como parte genuina de la Divina revelacin, es un hecho que debe ser determinadode acuerdo con los criterios cientficos ordinarios seguidos por los telogos. Sin entrar en estascuestiones puramente teolgicas, presentaremos este material tradicional, en primer lugar, quearroja luz sobre la vida de Mara despus del da de Pentecosts; en segundo lugar, en cuantoque nos proporciona pruebas de la actitud de los primeros cristianos hacia la Madre de Dios.

    VIDA POST-PENTECOSTAL DE MARA

    El da de Pentecosts, el Espritu Santo haba descendido sobre Mara cuando vino sobre los

    Apstoles y discpulos reunidos en la habitacin del piso alto de Jerusaln. Sin duda, laspalabras de S. Juan (19:27) "y desde aquella hora el discpulo la recibi en su casa", serefieren no slo al tiempo entre Pascua y Pentecosts, sino que se extienden a toda la vidaposterior de Mara. Sin embargo, el cuidado de Mara no interfiri con el ministerio apostlicode Juan. Incluso los documentos inspirados (Hechos 8:14-17; Glatas 1:18-19; Hechos 21:18)muestran que el apstol estuvo ausente de Jerusaln en numerosas ocasiones, aunque debehaber participado en el Concilio de Jerusaln, en el 51 52 d. de J.C. Debemos tambinsuponer que en Mara se cumplan las palabras de Hechos 2:42: "perseveraban en or laenseanza de los apstoles y en la unin, en la fraccin del pan y en la oracin". De estemodo, Mara fue un ejemplo y una fuente de nimo para la comunidad de los primeroscristianos. Al mismo tiempo, debemos confesar que no poseemos ningn documento autnticoque hable directamente de la vida post-pentecostal de Mara.

    Localizacin de su vida, muerte y enterramiento

    En cuanto a la tradicin, existe cierto testimonio sobre la residencia temporal de Mara en ocerca de Efeso, pero es mucho ms fuerte la evidencia de su hogar permanente en Jerusaln.

    Argumentos a favor de Efeso

    La residencia de Mara en Efeso se basa en las siguientes pruebas:

    1. En un pasaje de la carta sinodal del Concilio de Efeso (111) se puede leer: "Por esta

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    razn tambin Nestorio, el instigador de la hereja impa, cuando hubo llegado a laciudad de los efesios, donde Juan el Telogo y la Virgen Madre de Dios Sta. Mara,alejndose por su propia voluntad de la reunin de los santos Padres y Obispos..."Dado que S. Juan haba vivido en Efeso y haba sido enterrado all (112), se hadeducido que la elipsis de la carta sinodal significa bien "donde Juan ...y laVirgen...Mara vivieron" o bien "donde Juan...y la Virgen...Mara vivieron y estnenterrados".

    2. Bar-Hebraeus o Abulpharagius, un obispo jacobita del siglo XIII, relata que S. Juan sellev consigo a la Bienaventurada Virgen a Patmos, despus fund la Iglesia de Efesoy enterr a Mara en un lugar desconocido.(113).

    3. Benedicto XIV (114) afirma que Mara sigui a S. Juan hasta Efeso y all muri. Tuvotambin la intencin de eliminar del breviario aquellas lecciones donde se mencionabala muerte de Mara en Jerusaln, pero muri antes de llevarlo a cabo.

    4. La residencia temporal y la muerte de Mara en Efeso estn apoyadas por escritorestales como Tillemont (116), Calmet (117), etc.

    5. En Panaguia Kapoli, en una colina a unas nueve o diez millas de Efeso, se descubriuna casa, o ms bien sus restos, en la que se supone que vivi Mara. La casa fue

    buscada y hallada siguiendo las indicaciones proporcionadas por Catharine Emmerichen su vida de la Bienaventurada Virgen.

    Argumentos en contra de Efeso

    Estos argumentos a favor de la residencia o enterramiento de Mara en Efeso no sonirrebatibles, si se los examina ms detenidamente.

    1. La elipsis de la carta sinodal del Concilio de Efeso puede ser completada de forma queno implique dar por sentado que Nuestra Seora vivi o muri en Efeso. Dado que enla ciudad haba una doble iglesia dedicada a la Virgen Mara y a S. Juan, la fraseincompleta de la carta sinodal puede terminarse de forma que diga, "donde Juan elTelogo y la Virgen... Mara tienen un santuario". Esta explicacin de dicha fraseambigua es una de las dos sugeridas al margen delCollect. Concil. de Labbe (1.c)(118).

    2. La palabras de Bar-Hebraeus contiene dos afirmaciones inexactas: S. Juan no fund laIglesia de Efeso, ni tampoco llev consigo a Mara a Patmos. S. Pablo fund la Iglesiade Efeso, y Mara haba muerto antes del exilio de Juan en Patmos. No serasorprendente, por tanto, que el escritor se equivocara en lo que dice sobre elenterramiento de Mara. Adems, Bar-Hebraeus vivi en el siglo XIII; los escritores msantiguos hubieran estado ms preocupados acerca de los lugares sagrados de Efeso;mencionan la tumba de S. Juan y la de una hija de Felipe (119), pero no dicen nadasobre el lugar donde est enterrada Mara.

    3. En cuanto a Benedicto XIV, este gran pontfice no pone tanto nfasis sobre la muerte ysepultura de Mara en Efeso cuando habla de su Asuncin a los cielos.

    4. Ni Benedicto XIV ni otras autoridades que apoyan los argumentos a favor de Efesoproponen ninguna razn que haya sido considerada concluyente por otros estudiantescientficos de este asunto.

    5. La casa encontrada en Panaguia-Kapouli tiene algn valor en cuanto que estrelacionada con las visiones de Catharine Emmerich. La distancia hasta la ciudad deEfeso da lugar a una suposicin contraria a que fuera la casa del apostol S. Juan. Elvalor histrico de las visiones de Catharine no es admitido universalmente. MonseorTimoni, Arzobispo de Esmirna, escribe, refirindose a Panaguia-Kapouli: "Cada uno escompletamente libre de tener su propia opinin". Finalmente, la concordancia entre las

  • 8/6/2019 Santos Angeles

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    condiciones de la casa en ruinas de Panaguia-Kapouli y la descripcin de Catharine noprueban necesariamente la verdad de su afirmacin en cuanto a la historia del edificio.(120)

    Argumentos contra Jerusaln

    Se esgrimen dos consideraciones contrarias a la residencia permanente de Nuestra Seora enJerusaln: primero, se ha sealado ya que S. Juan no se qued permanentemente en laCiudad Sagrada; segundo, se dice que los judos cristianos dejaron Jerusaln durante losperiodos de persecucin juda (cf. Hechos 8:1; 12:1). Mas como no podemos suponer que S.Juan haya llevado consigo a Nuestra Seora en sus expediciones apostlicas, debemos creerque la dej al cuidado de sus amigos o parientes durante los periodos de su ausencia. Yexisten pocas dudas de que muchos cristianos regresaron a Jerusaln cuando cesaron lospeligros de las persecuciones.

    Argumentos a favor de Jerusaln

    Independientemente de estas consideraciones, se puede apelar a las siguientes razones queapoyan la muerte y enterramiento de Mara en Jerusaln:

    1. En el ao 451, Juvenal, Obispo de Jerusaln, testific sobre la presencia de la tumbade Mara en Jerusaln. Es extrao que ni S. Jernimo, ni el Peregrino de Burdeos nitampoco pseudo-Silvia proporcionen ninguna evidencia sobre un lugar tan sagrado. Sinembargo, cuando e