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SECUESTRO EXPRESS LUNES Rubén se levanto con una resaca tremenda esa mañana. Y como todos los lunes llegaba tarde a la oficina. Ya el paso del tiempo le cobraba caro las noches de juerga. Y otra vez iba a tener que aguantar las quejas de Pedro el jefe de personal que lo llamaría cinco minutos antes de la hora de salida para comunicarle la cantidad exacta de llegadas tarde de todo el año, estadística que realmente a Rubén le importaba un choto, pero que Pedro repetía, porque sabia que esta combinación de tiempo y precisión era la introducción para largar un discurso que tenia por objeto forrear lo mas que podía a Rubén sin emitir un solo exabrupto, pero eso era solo un fin secundario de toda esta rutina de escarmiento. Lo principal de esta actitud era hacerle perder a Rubén el doble del tiempo de retraso. Pero como esta vez el retraso fue de una hora, Rubén le había puesto todo un reto a Pedro. Estaba convencido que esta vez se rompería lo que parecía la regla de oro a aplicar en este caso. Por las dudas había tomado una decisión esta vez se pensaba ir media hora antes y regresaría a la hora debida a fichar. Ahora, tenia que realizar alguna tarea en la que pareciera estar ocupado y no se le notara la deplorable situación en la que estaba. Para las once de la mañana, luego de tres cafés, diez cigarrillos y un descanso de media hora en el baño, su cerebro parecía haberse adaptado, dando algunos destellos de claridad. Por lo tanto ya podría dejar su aislamiento, para empezar las 1

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Novela orignal. Genero, policial.

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SECUESTRO EXPRESS LUNESRubén se levanto con una resaca tremenda esa mañana. Y como todos los lunes llegaba tarde a la oficina. Ya el paso del tiempo le cobraba caro las noches de juerga. Y otra vez iba a tener que aguantar las quejas de Pedro el jefe de personal que lo llamaría cinco minutos antes de la hora de salida para comunicarle la cantidad exacta de llegadas tarde de todo el año, estadística que realmente a Rubén le importaba un choto, pero que Pedro repetía, porque sabia que esta combinación de tiempo y precisión era la introducción para largar un discurso que tenia por objeto forrear lo mas que podía a Rubén sin emitir un solo exabrupto, pero eso era solo un fin secundario de toda esta rutina de escarmiento. Lo principal de esta actitud era hacerle perder a Rubén el doble del tiempo de retraso. Pero como esta vez el retraso fue de una hora, Rubén le había puesto todo un reto a Pedro. Estaba convencido que esta vez se rompería lo que parecía la regla de oro a aplicar en este caso. Por las dudas había tomado una decisión esta vez se pensaba ir media hora antes y regresaría a la hora debida a fichar.

Ahora, tenia que realizar alguna tarea en la que pareciera estar ocupado y no se le notara la deplorable situación en la que estaba.

Para las once de la mañana, luego de tres cafés, diez cigarrillos y un descanso de media hora en el baño, su cerebro parecía haberse adaptado, dando algunos destellos de claridad. Por lo tanto ya podría dejar su aislamiento, para empezar las primeras conexiones con sus compañeros de trabajo. Para realizar las repetidas rutinas de piola de cuarta, haciendo abuso del estereotipo de un conquistador bastante desmejorado. El que consistía en dedicarle algunas chanzas con doble sentido a todas sus compañeras y en especial a Rosario, la secretaria del director. Las cuales eran recibidas con cierto desenfado. A lo cual redoblaba la promesa hecha a sus compinches varoniles de que esta pituca va a terminar comiendo de mi mano, o si la agarro vas a ver que modosita la dejo.

Rosario, a palabras de Rubén era un infierno, ya que al verla se siente un fuego eterno. Y ella conocía bien todas sus virtudes y las utilizaba todas en pro de sus planes. De manera consiente había elegido un bando y era el de la clase directiva. Así que ni una sola sonrisa, salvo alguna sarcástica dejaba cruzar la línea que los dividía de los empleados de planta. Lo que pensaba que le daba un círculo de confianza con el director general. Pero Rubén tenía un as en la manga. Era poseedor de un secreto que la podía desarticularla por completo. Pero por algún código de nobleza que nadie comprendería en un tipo que parecía literalmente cagarse hasta en lo

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más sagrado. No había utilizado con ella ninguna ventaja desleal. Quizás por que realmente le importaba la chica.

Esta vez cuando Rosario le contesto su chanza habitual. Realmente eligió las palabras justas, y en un discurso inteligente le sacó la foto más fiel, de su presente y futuro. Algo que turbo a Rubén, dejándolo menoscabado frente a su compañeros. Luego de esto, comprendió que definitivamente, no estaba dispuesto por ningún motivo, esperar los reproches de Pedro. Acto seguido ganó la calle.

Esa tarde, era un hermoso día de sol de principios de verano. Sol que revivió la resaca de Rubén y sus ojos parecían no acostumbrarse nunca a tanta claridad. Pero no había remedio ya que en el apuro se había dejado los lentes en el escritorio, y ciertamente no consideraba en nada un motivo para volver a la oficina.

Mientras se alejaba caminando, determinó mandar a la mierda su plan original de regresar a fichar, con el consuelo de que antes de mañana se le ocurriría alguna excusa, que aunque todos sabían que era falsa, nadie se molestaba en probar, y solo le sumaba una mancha a su piel de leopardo.

Estaba todavía aturdido cuando desde el interior de un corza lo llama un tipo con cara de perdido. Al acercarse este le pregunta por la calle Elpidio González.Rubén.- Mirá es una diagonal que esta detrás de Juan B Justo. Pasa la avenida y pregunta por ahí.

CONDUCTOR- Y la encontraré fácil. Porque vamos a un bautismo en la Capilla San Antonio y vamos retrasados.

Rubén- Yo vivo a la vuelta, si me llevas te guío.

CONDUCTOR- Si haces eso, me salvas. Che Bruno, pasate para atrás.

Ni bien el auto arranco, a Rubén la situación no le pareció tan inocente como hace un rato. De solo verlo se dio cuenta que este Bruno aunque no había hablado, estaba re-puesto. Igual aunque un poco tenso, no perdía la calma. En sus noches de tajo y talón había conocido a todo tipo de personajes y hasta él sabia ser uno de ellos. Lo que le preocupaba de esto, era el hecho que estaban fuera de hora. Un tipo puesto a las cuatro de la

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tarde y en el asiento de atrás no parecía en nada a lo que esperaba cuando subió al auto por un aventón gratis.

Todo fue en silencio hasta pasar Juan B Justo. Cuando el conductor le ofreció a Rubén cigarrillos. Rubén aceptó, y tomo esto como un gesto de confianza. Pero cuando bajo la vista para prender el Faso, sintió un frío caño en la nuca que no dejo dudas a sus malas intenciones.

BRUNO- Bueno flaco quedate mosca, porque sino te descargo la nueve en el marote

Aunque Rubén no podía ver a Bruno, por como arrastraba las palabras y por la manera en que le templaba el caño en el cuello. Sabía que en el primer bachesito se le podía escapar un corchazo. Por el conductor, no estaba tan preocupado, por que se le notaba conocedor del oficio. Y por suerte era el que estaba al mando. Pero Rubén viendo a Bruno por el espejo retrovisor, no lo veía como un muchacho obediente.

CONDUCTOR- Podes bajar un poco el arma que la van a otear de afuera, y desmontala que se te va a escapar un tiro.

Las palabras del conductor, lo tranquilizaron bastante, dado que ellos eran sus principales miedos. Pero cuando ya empezaba a tranquilizarse por eso, se dio cuenta que nadie lo estaba revisando, ni le pedían billetera, celu y reloj.

Rubén- Che, no se confundan por el traje, por que soy un tirado. Debo tener veinte pesos como mucho. ¡ No te olvides que es fin de mes, y encima ayer me fui de putas y me gaste todo en escavio!. En esta ultima frase busco cierta complicidad en los muchachos, pero no hubo caso.

CONDUCTOR- Vos RUSO, se la mandaste cambiada al Lechuga, y ahora vas a tener que arreglar con el.

Rubén- Macho, de que estas hablando, yo no tengo nada que ver. En mi puta vida, me dijeron El Ruso, y no conozco a ningún Lechuga.

CONDUCTOR- Igual te la vas a arreglar con él. Aunque Rubén hacia memoria, no recordaba haber conocido a ningún Lechuga. Y aunque la noche tiene sus cosas, nunca tuvo quilombos con gente tan pesada. Salvo que sea por algún quilombo de polleras o por

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peleas de borrachos. Esto tenía que ser definitivamente un error, que espero que no sea fatal.Los pensamientos diversos que le asaltaron a Rubén, le hicieron abstraerse por un momento del viaje. Cuando tomo noción del lugar, el Corza bajo de la ruta 88 a un desvío de tierra conocido como “La Polola”. A partir de ahí me hicieron agachar en el piso y apoyar la frente en el asiento.Minutos después atravesaron la tranquera de un campo y el auto se metió derecho a un galpón.Cuando llegaron lo recibieron El Lechuga. Y la Pelu.Ni bien Rubén los vio caminar de un lado al otro se dio cuenta que esta parejita estaba peor que Bruno.

El Lechuga- (a los grito). Baja ruso cagón. (y lo saco del auto, cazándolo del cuello y apuntándole en pleno rostro).

Rubén- Mira loco yo no te vi en la puta vida. Estás errado mán.

Lechuga.- Pero boludos a quien me trajeron, este no es. El ruso es más alto.

Bruno.- Pero loco este es el que me marcaste en Caribean.

Lechuga- Yo que se. Pero este no es el tipo. Fijate la billetera.

Bruno.- Se llama Rubén Maya.

Lechuga.- No es ni a palos. El ruso se llamaba Rene.

Bruno.- Che boludo tiene tarjeta de débito. ¡Soltame el codigo posta, porque sino cuando vuelvo te meto un tiro en el medula.

Ruben.- Macho, el código es 0514, no te miento. Pero son los últimos 200 pesos que tengo hasta que cobre. Esto es un error, dejen me ir, y acá no pasó nada.

Bruno.- Mira, Flaco un laburo es un laburo, y este salió medio mal y tenemos que salvar los gastos. Así que cuídenlo un ratito que saco eso y de paso traigo unas pizzas y unas birras.

Cuando el conductor y Bruno se fueron. Rubén se quedo con el Lechuga y la Pelu, que sin el filtro del conductor que era el único entero, suponía que la cosa se iba a tornar más inestable todavía.

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Rubén, quería decir algo, como para hacer onda, pero la verdad que viendo lo alterado del dúo, se quedó callado, por que sabía que cualquier palabra que soltara podía ser interpretado como una provocación, así que prefirió quedarse a un costado, esperando a que ellos den el primer paso.

La Pelu.- Está lindo el trajeado este.El Lechuga.- Y si te gusta, metele que son pasteles. Che gilún ¿que te parece la Pelu, vos le entras?

Rubén.- Que se yo flaco, yo lo único que quiero es irme a la mierda de acá.

Lechuga.- Viste, Pelu este como tiene traje piensa que sos media feita.

Rubén.- Para, nada Pelu, sos muy bonita. Pero yo quiero terminar con esta mierda.

Pelu.- Para vos pelotudo Sra. Pelusa. Y a ver si dejo esto así. (Y le manotea la entrepierna, presionando bastante fuerte).

Lechuga.-Y que haces Pelu. Te agarras al fifi este.

La Pelu.- Quiero que me entre, pero que me trate como una reina.

El lechuga.- Ya escuchaste a la dama. Así que chamullale cosas bonitas y dale para delante no más. Que mina que te haga el pete como la Pelu no vas a encontrar en tu puta vida.

Rubén.- Paremos todo acá, muchachos, ya saben que no tengo nada que ver con el Ruso, dejen que me vaya y listo.

La Pelu- Yo no escuche ningún piropo, que le pasa ha este, es puto.El Lechuga.- Ha si es puto, agárrame un cacho el arma que le doy yo. De vez en cuando un poco de chancho es rico. Este es medio magro pero es lo que hay.

Rubén.- Pelu, desde que te vi, tus ojos de cielo, me dieron la tranquilidad de que eran la ventana aun paraíso, donde el tiempo ya no cuenta y solo estamos los dos en esta gran aventura.

Sabiendo que estas cursis palabras llenas de lugares comunes habían hecho eco en la Pelu, ya que las palabras mas dulces que había recibido no se

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alejaban muchos de un piropo medio chancho o que buenas tetas para una turquita negra. Tomo la decisión de arremeter, pero con cautela.

La Pelu, era una piba joven, no llegaría a los veinte, pero la vida se ve que no la trato muy bien, en algún momento debe haber sido linda, pero el paco y otras yerbas, a parte de haberse comido más de una paliza, y la ultima bastante reciente, la apartaban bastante del target al que estaba acostumbrado Rubén. Pero al ser esta una situación en que la hombría se ponía en juego en forma tan caprichosa. Se imaginó a Rosario y le empezó a dar sin siquiera respirar. Para que el olor de la Pelu no le provocara una fea reacción cuando vuelva a ver a Rosario. Por esta última reflexión creyó equivocada la elección del farolito. Pero sabía que solo Rosario podía hacer la proeza de que el amigo se levante para adentrarse en la Pelu. Así que sin más titubeos el rostro de Rosario lo acompañaba en cada momento.

En el momento culminante, mientras la Pelu gozaba a full, El Lechuga que había renovado sus dosis de intoxicación, mas loco que nunca se quiere sumar a la fiesta. Momento que aprovecho Rubén para manotear un arma que habían dejado en una mesa contigua.

La situación de control le duró poco a Rubén, ya que en el instante que manoteaba la pistola, La Pelu, sintió la ausencia de Rubén y como adivinando la intención le aplico un certero golpe en la oreja con una lampara metálica. Lo que le provoca un pequeño desmayo.

Cuando despertó del aturdimiento ya la Pelu y el Lechuga lo estaban custodiando vestidos a la espera de los otros cómplices.

Diez minutos después llego el conductor con Bruno.Bruno.- Había doscientos pesos como dijo este gil. Che traje una muzza, una de palmito y cuatro birras.El Conductor.- (que mirando a Rubén dijo:) Subí al auto pelotudo, que ya quiero terminar con todo esto.

Cuando lo soltaron en Juan B Justo y Jara, le hicieron la clásica advertencia.

El Conductor.- Mira, flaquito doscientos mangos no es nada, así que quedate piola, no hagas la denuncia, porque sino una noche de estas te encuentro y te bajo. No te olvides que confundido o no te encontramos hoy.

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Cuando Rubén bajo del auto mientras caminaba en busca de un taxi que lo aleje de esta situación. No dejo de pensar en las ultimas palabras del conductor. Rubén.- ¿Como mierda? ¡Taxi!

Ya a salvo en el taxi a Rubén se le pasó por la mente hacer la denuncia, pero cambio de idea ya que todos los recuerdos que tenía de la fuerza no eran los mejores y a parte tenía que ir si o sí a su departamento, ya que no contaba con la moneda para el viaje encima. Tachero.- ¿Estas Bien pibe?Rubén.- Si todo bien gracias. Voy a Del Riego y Ayolas.Cuando entro al dto. se dirigió al dormitorio para recoger el dinero del viaje. Pero antes de salir se revisó el golpe de la cabeza, que aunque no era grave, tenía un corte lindo en el cuero cabelludo y una oreja toda hematomada.

Pagó el taxi, dejando el vuelto de dos pesos por la demora. Y tomó un par de calmante con el objeto de conciliar un sueño que diera por clausura este mal día.

MARTES.A las seis y media de la mañana sonó el despertador para ir al trabajo, pero ni bien se despabiló Rubén, desde la cama, llamó al interno de Pedro (jefe de personal) Para comunicarle que ayer había sufrido una descompensación por culpa de unos antibióticos que estaba tomando y que por eso tubo que retirarse antes de tiempo y hoy iba a tratar de ir si se recuperaba un poco mas tarde. Todo esto dicho en un tono como si estuviera por soltar el último respiro.

Después acomodo el reloj para las once de la matina, porque la verdad que después de lo sucedido, y de los comprimidos ingeridos. No estaba para empezar el día tan temprano.

A las doce luego de un baño, cambió un poco el peinado para ocultar la oreja machucada y partió para la oficina, no sin antes pasar por lo de un medico amigo, que lo declararía finado si le lleva buena torta.

Ya en el trabajo, fue directo a ver a Pedro, en actitud provocativa, y como diciendo acá tenés el puto certificado, no me rompas las bolas por que todo

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lo que me digas me importa un huevo. Pero en lugar de eso, al llegar a la puerta solo dijo: disculpe, (le dejo el certificado en el escritorio, y se pego la vuelta, sin esperar contestación alguna). Estaba seguro que iba a ser detenido por el grito de espere Maya. Pero no se si fue su velocidad o que Pedro estaba muy abstraído en su trabajo, la cuestión es que llego a su escritorio sin obstrucción alguna. Donde encontró un clima lúgubre, al que le opuso su mejor sonrisa y con voz de jarana dijo:- Che, me ausento un rato y se termina la alegría en esta oficina. Para la platea femenina, les digo que ya basta de sensiblería porque hay Rubén para rato.

Juanjo.- Pelotudo, a donde estabas metido, ¿no te enteraste?

Y le tira el diario con la más morbosa foto de crónica con la escena del crimen de Rosario.

Rubén sin mediar palabra, tomo el ejemplar y se retiro afectado, a su lugar sin perder en cada instante la foto del crimen. Observó el pálido rostro de Rosario como queriendo mantener cada mínimo detalle. Recorrió su cuerpo semidesnudo, preguntándose porque alguien había hecho semejante cosa.

Leyendo atentamente lo sucedido, volvió rápidamente a la foto de la escena, y vio que junto a su mano derecha había una lámpara, del mismo tipo de la que utilizó la Pelu para desmayarlo. Y la coincidencia lo sobresalto en forma evidente, pero al mirar a su alrededor nadie estaba observando su reacción, lo que tranquilizo en parte a Rubén.

Cuando Rubén dejo el diario, sus pensamientos estaban muy confundidos, Empezó a pensar en los futuros acontecimientos y lo que le vino a la mente lo dejo al borde de una convulsión. Imaginó que pronto vendrían a interrogar a todos los compañeros de Rosario, y que no sabría que contestar si le preguntaba que había hecho el día de ayer. Rubén:- (para si se dijo), como puedo haber sido tan boludo de no haber hecho la denuncia. Que mierda hago. Pensá Rubén, pensá.Aun a este tipo entrenado en poner una excusa cada cinco minutos, no encontró ningún camino aceptable.

Sabia que todo era una puta coincidencia, pero el como explicarlo era un problema que no podía resolver. Cualquier relato de lo que le había sucedido aquella tarde lo dejaría como el principal sospechoso. Y aunque podía confiar en Juanjo que lo conocía desde siempre, alguna de las boludas presentes le mencionaría la escena de ayer con Rosario.

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El resto del día lo paso en completa tensión tratando de no hacer notar lo afectado que estaba por lo sucedido.

Nadie trabajo, ese día, así que le resultaba más complicado pasar el tiempo sin que nadie le hiciera ningún comentario.

Sentía la necesidad de leer bien la nota de Rosario y es más necesitaba buscar mas información en los otros diarios ya que había cortado la lectura cuando lo alarmó la coincidencia de la lámpara, dado que suponía que no podría mantener la calma, y esa afectación particular podría resultar muy sospechosa.

Ya de vuelta en el departamento, entró a internet, por que estaba tan perseguido que le parecía que resultara extraño presentarse a comprar todos los diarios en el kiosco.

Todos los titulares básicamente lo mismo. “Conmoción en el barrio Bosque Alegre. Donde fue encontrada una señorita de 30 años asesinada en su domicilio. Aparentemente la occisa abría sorprendido a un intruso, que luego de intentar violarla, la chica se resistió agrediendo al sujeto con una lámpara, por lo que supone que esto hizo que el atacante le efectuara dos disparos a la altura del pecho y huyo sin llevarse nada de la propiedad. El Comisario Raúl Díaz, le comunico a nuestra redacción que aunque no descartan la posibilidad de un robo, el hecho tiene matices de un crimen pasional, dado que no estaban las entradas violentadas. Luego de analizar la nota, Rubén seguía sintiéndose cada vez mas complicado en el caso. Sumado a lo de la lámpara, estaba el hecho de que la casa de Rosario estaba a muy pocas cuadras de donde tomó el taxi.

-Rubén: Esto no se lo puedo contar a nadie. (Sabia que todos lo consideraban un fracasado, y que alguno en la oficina hasta se alegraría de verme tan mal acomodado). Ya escuchaba a Pedro diciendo, miralo vos a Rubensito los amiguitos que va hacer en la cárcel. Con prontuario de violador, sexo no le va a faltar. Y la imagen recurrente de los baños en las películas de la cárcel lo amenazaba como un fantasma.Rubén.- Antes me mato.

Rubén se sentía paralizado, sabía que aunque se le ocurriera algo que decir si lo interrogaban, estaba tan crispado, que a la primera de cambio se incriminaría.

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No sabía como soportar tanta tensión.

MIERCOLES

Al despertar del miércoles, esta vez no fue necesario cambiar de hora la alarma, ya que cuando este sonó hacia varias horas que estaba despierto en posición fetal en un rincón de la cama. Pero sin fuerzas para levantarse.

Había pasado toda la noche con la cabeza girando a full, revolcándose entre las sabanas sin ninguna idea clara, solo flashes de la foto de Rosario y de lo sucedido el lunes. Solo una duda recurrente. Si se levantaría para ir a la oficina. Claramente sabía que no podía faltar, pero hubiera dado lo que no tenia, por evitar tal situación.

Creo, que se le pasaron más de diez móviles del crimen de Rosario, pero todos le parecían un disparate. Por desgracia, conocía poco de la vida actual de Rosario. Es mas, salvo de Juanjo que podía adivinar sin temor a equivocarse hasta que pilcha usaría para cada ocasión determinada. Por el resto de los compañeros no tenía ni la más puta idea de la vida de ninguno fuera de la oficina, ya que nunca los escuchaba.

En algún momento se le vino como aparición el hecho de que todo no podía ser una coincidencia, y que el secuestro estaba orquestado para incriminarlo. Pero ¿quién? y ¿por qué? El pavor fue mayor cuando pensó que las evidencias pudieran tener sus huellas.

Agarró el teléfono y marco el numero de Juanjo.

Juanjo: HOLA, Quien habla? Que pasa van a hablar o corto,(y cortó nomás).

Rubén al contestar Juanjo comprendió que no podía largarle esa bomba por teléfono quince minutos antes de encontrarse en el trabajo. Así que decidió que lo abordaría a la hora de salida.

Le costo mucho atravesar la puerta de la oficina, saludo secamente y fue directo al box.

El clima era muy espeso, lo que facilito el hecho de reducir al mínimo los contactos visuales y abstraerse corporalmente en su trabajo. Corporalmente porque su mente, ni el sabe que pensaba, por momento trataba de observar

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todo buscando respuesta, agudizaba el oído a fin de captar cualquier cosa que le diera un indicio, procurando ser lo mas disimulado posible. Así llegó a la hora de salida. A esa hora se sentía algo reconfortado por haber llegado a ese punto sin quebrase.

Espero el momento en que se fueron todos para acercarse a Juanjo, y cuando estaba decidido a hablarle este se le adelanto y tomándolo del brazo y chillando los dientes dijo. Juanjo.- Donde te metiste el lunes, después que Rosario te pisoteo delante de todos fuí a buscarte por que te vi muy mal, y te habías esfumado, salí a la calle no estabas. Después te llame cinco veces a tu casa y nada. Y ahora te veo como desorbitado, oteando a todos lados sin hacer ni un comentario.

Rubén, que estaba a punto de desembuchar todo, nunca pensó verse delante de tanto interrogatorio. Paralizando su respiración al comprender que no había disimulado lo suficientemente bien su turbación. Ese razonamiento llevó demasiado tiempo para Juanjo, que apuró una respuesta con un suave golpe en la cabeza de Rubén.Rubén arisqueó el roce de su oreja, evidenciando el hematoma y el corte.

Juanjo.- ¿Que pasó macho? ¿Qué hiciste?

Rubén.- Baja la vos. Tenés que ayudarme, vos sos el único en que puedo confiar, Te juro que no hice nada malo. Me conoces.Y Juanjo lo conocía, hasta admiraba su lado atorrante, y gracias a la personalidad histriónica de Rubén y también a muchas aventuras contadas y exageradas por este ultimo. Lo sabia capaz de que con cinco copetes podía dejar tirado a alguien de un botellazo y marcharse a su casa a dormir sin saber nada del fulano. Pero lo contaba como un hermano, y aunque todo le latía mal, pensaba seguirlo hasta donde llegue.

Rubén.- ¿Vamos para casa?

Juanjo.- En que estás metido loco?. En el velorio de Rosarios todos preguntaron que te habría pasado que no asomaste ni el hocico.

Rubén.- ¡No me digás! La verdad es que no me sentía nada bien.

Juanjo.- ¿Por que? ¿Que me vas a decir? Si venís con mentiras es mejor que no me cuentes nada.

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Rubén.- Para, que te voy a contar todo tal cual fue, pero no me interrogues más, en casa hablamos, porque la verdad es que ni yo entiendo en que estoy metido. Tengo una mente menos filosa que un trapo, pero se que acá se me está escapando algo, por eso te necesito a vos. A ver, si deducís algo de esto.

Juanjo.- Ya me veo engayolado con vos.

Rubén.- Che donde dejaste el auto?Juanjo.- Acá a la vuelta Ya en la casa.

Rubén.- No te preocupes que no pienso meterte en ningún quilombo. Si pensás que la cosa es muy heavy te cortas y listo. Sin resentimiento, amigos como siempre, yo te voy a entender, vos tenés ya demasiados rollos.

Juanjo.- Para putón viejo. Hacerme la sicológica a mí, que siempre te banqué a muerte. Lo que pasa que esto me asusta un poco.

Juanjo quería escuchar que Rubén se había pasado el día jugando al Billar y tomando Fernandos en el club San Isidro y que a causa de la borrachera se había agarrado a palos con alguno. Cosa fácil de verificar, si pudiera hablar con el Turco Emir, que era el bolichero del lugar. Pero sabía que esta vez, el quilombo no era de ese estilo.Rubén.- Mira, lo que te voy a contar es difícil de creer, pero te juro que no voy a omitir nada. Y así empezó a contar todo tal cual había sucedido.

Juanjo, intento poner toda su inocencia en escuchar. Aunque desde el principio todo generaba demasiadas dudas, busco apartarlas para después y seguir atento al relato hasta el final.

Rubén terminando el relato contó la advertencia del conductor cuando lo dejaba en la zona de bosque alegre. “El Conductor.- Mira, flaquito doscientos mangos no es nada, así que quedate piola, no hagas la denuncia, porque sino una noche de estas te encuentro y te bajo. No te olvides que confundido o no te encontramos hoy” y otra vez volvió a pensar lo mismo que esa noche. ¿Como Mierda?.- No es mucha coincidencia? Acá hay una mano negra?

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En este momento, Juanjo luchaba por creer la historia, pero la idea que Rubén era el asesino de Rosario le ganaba por 3 a 1 en tiempo de descuento. Pero estaba ahí con el, su mejor amigo, batiéndose en su lucha interna, cuando decidió ponerse el equipo al hombro, por lo que dure el partido y atacar con todo a favor de la historia.

Juanjo.- Si la verdad. ¿como te encontraron? Por lo que vos decís, o no tiene conexión nada con nada y te conocen de Caribean o realmente tiene que ser una trampa por alguien del laburo, por que te levantaron de la puerta de la oficina, pero quien. Lo que me hace pensar que es una trampa es el hecho que salvo el conductor, todos eran una colección de drogadictos, que no serían capaces de organizar nada. A parte el conductor que perecía estar a cargo, ¿Por que se metería en llevarte delante del Lechuga. ¿Qué gana con eso? Nada.

Rubén.- Si tenés razón, ¿Pero que puedo hacer? Yo no soy Sherlos Jhom.

Juanjo.- Habría que buscar a los adictos estos, para ver si sueltan prenda, ya que estos deben haber cobrados dos mangos y deben estar ajeno a todo. No creo que estén muy guardados.

Rubén: Si tenes razón, pero no se como empezar. Si fuera hace diez años, Podría ir a la villa de Vertiz a ver si encontraba a algún amigo de...

Juanjo.- ¿De quien?

Rubén: Nada.

Juanjo.- Yo te creo, pero no se como ayudarte, si se me ocurre algo te llamo. Nos vemos mañana. Cualquier cosa sabes que podes contar con migo.

Rubén: Gracias macho. Si salgo de esta te juro que me dejo de hacer boludeces, vas a ver a un nuevo Rubén. Me voy a tomar la vida en serio.

Juanjo.- Pará de decir boludeces, y nos vemos mañana.

Rubén.- En serio te digo.

Rubén en la tranquilidad de su casa tirado en su cama, se dejo embriagar por la imagen mistificada de Rosario, La vio tal cual la conoció hace quince años cuando vivía en la villa de Vertiz, y su dulzura y belleza

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ganaban por un cuerpo a una ambición emergente. Ya en su condición de humildad era puros bríos y soberbia. Cosa que Rubén veía como un brillante sin pulir. El con sus malcrió de hijo único de clase media, se sentía presentador de un mundo distinto para Rosario.

Rosario siempre quiso ser alguien. Era su promesa personal. Los abusos sufridos se lo pedían primero al oído y después se lo gritaban hasta aturdirla. Fue razón suficiente para cambiar de monta en medio de la carrera y traicionar a Rubén y a ella misma en pro de su ambición.

Esa misma noche, en un hecho que Rubén trato de olvidar y nunca pudo. Paso a ser “el Ruben”. Simpático personaje de juergas de la noche Marplantense, sin ambición, ni núcleo interno que lo movilice, realizando un enroque a patético por causa de los años. El Ruben intercambió con Rosario sus futuros, y nunca le reclamo nada por la muerte de Rubén.

Esa noche, revivió muchos de sus recuerdos de juventud, y pudo dormir tranquilamente, escapando en sueños de esta terrible realidad.

JUEVESPero al despertar la angustia le cayó encima como un piano desde el séptimo piso, destrozando sus revitalizados nervios.Aunque se repetía que debía estar tranquilo, que el no había hecho nada malo. Que no hay nada que temer, esto debe de ser una simple coincidencia. Seguramente debe haber otras evidencia de las que estaban en los diarios y ya estarán por agarrar al asesino.

Rubén.- Ma sí, yo me armo el bolso, y me voy a la mierda, ¿que me voy a quedar haciendo acá? Pero a quien quiero engañar, si estos guachos me afanaron los últimos doscientos pesos. No puedo llegar ni a batan, bueno a batan por ahí me llevan, pero confinado. Entre esos divagues se le ocurrió un plan descabellado por completo.

Agarro el teléfono y llamo a Juanjo.

Rubén.- Juanjo, Juanjo.- Si decime.Rubén.- Loco se que te estoy pidiendo algo muy difícil pero, mán estoy desesperado por completo, se que no puedo mantenerme más así, necesito que hagas algo por mi.

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Juanjo.- Si decime. (Juanjo siempre estaba al pie del cañón para lo que gusten mandar).

Rubén.- Necesito que si la policía te pregunta que hiciste el lunes, les digas que estuviste con migo.

Juanjo.- ¡Estás mamado!- Y haciendo que estuvimos toda la tarde y parte de la noche.

Rubén.- Bueno en eso todavía no había pensado. Pero loco ayúdame y pensá en algo.

Juanjo.- Si pienso, que si te doy pelota a vos, estoy yo tan hasta las manos como vos.

Juanjo sabía que no serviría como prueba de nada, pero igual lo hizo, porque al fin y al cabo no se deja nunca a un amigo tirado. No se ponía a pensar si Rubén haría lo mismo por el, pero sabía que estaba haciendo algo grande por su ídolo.

Juanjo.-A la tarde paso por tu casa y hablamos.

.ya en la casa

Juanjo.- Trae un grabador y grabamos todo lo que me estas pidiendo, incluyendo la historia del secuestro, del hecho que yo no tengo nada que ver con todo esto y que te ayudo, solo por que te creo 100% en esta historia.

Todo esto, lo sorprendió un poco a Rubén, pero estaba excitado con no estar tan solo en este trance.

Rubén: Nunca voy a terminar de pagarte por esto.

Juanjo:- yo solo quiero que si nos llevan en cana, nos pongan junto, así te puedo moler a golpe por convencerme de esta locura.

Juanjo:- Si te doy bola, es por que pienso que si bien, te pudieron tender una trampa, vos solo debes ser un chivo expiatorio, y no creo que nadie gane nada en sacarte del medio, mientras que no se vean acorralados. ¿O vos te enteraste de algún chanchullo pesado?

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Rubén.- ¿Que vos crees que en la financiera pasa algo raro?

Juanjo.- ¡Yo que se! Yo no creo nada.

Juanjo.- Bueno la cosa queda así para todo el mundo. El lunes me vine para acá por que te vi muy afectado y nos hicimos unas pizzas y nos clavamos un par de cerveza. Y hablamos un par de minutos de lo sucedido en la mañana cuando te trato mal Rosario, vos me contestaste sin dar mucha importancia, diciendo que se puede esperar de esa boluda, y después nos quedamos hablando de fútbol hasta que estuvieron las pizzas, luego nos quedamos jugando con la Play al PESS hasta las tres de la mañana.Rubén.- Sos un genio, es la cuartada perfecta, los resultado de la ultima fecha los se de memoria, hasta podemos agregar como nota de color la discusión que tuvimos con el penal de Boca- Independiente.

Juanjo.- Escuchame, me conformo con que recuerdes tres cosas. Primero lo de Rosario, palabras textuales “ que se puede esperar de esa boluda” no le cambies nada, después charla de fútbol y luego la play. Y no le abras en nada, por que estamos en el horno.

Rubén:-No te preocupes, tengo todo grabado a fuego.

Juanjo.- Mejor así.

Al marcharse Juanjo, Rubén se fue a la villa de Vertis a ver si podía encontrar a la madre de Rosario, para ver si le decía donde encontrar a Antonio, el hermano de la finada.

Antonio, era un tipo espeso. Un bicho con mucha calle, hábil en los trabajos de zurda, siempre muy bien conectado. Y si en un bar se armaba una pelea era mejor que no estés en el bando contrario, por que el muy guacho tenía un don para las piñas. Rubén lo había visto un día en acción cuando a mano pelada le hizo comer los mocos a dos patovicas que se las daban de pesados, en la puerta de una bailanta.

Rubén hizo buenas migas con Antonio y siguió la relación hasta tiempo después de su separación con Rosario. Antonio que era cuatro años mayor, y lo había tomado como si fuera un prototipo de transformación. Disfrutaba haciendo perder al cheto entre las malas juntas. Pero como le tenía gran cariño siempre lo resguardo de no salpicarlo con sus bardos. Así Rubén encontró el estigma de “El Ruben”.

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Rubén con la información en la mano lo fue a esperar en un barsucho conocido como “lo del sucio” nombre que bien describía tanto el lugar como el aspecto del bolichero.Cuando Antonio lo vio, luego de sacarle ficha, le dijo. Ya me pasó el dato la Tana, que El Ruben me estaba buscando.

¿No te parece que estas muy lejos de tu barrio?

Rubén, no comprendía por que lo recibían con una actitud tan hostil. Sabía que esa frase se la decía para hacerle notar que ese era su territorio. Y que ahí Antonio era un hombre de poder. El hecho que lo descolocaba era que si bien la vida los llevo a apartarse y perder contacto, nunca hubo un rencor entre ellos.

Antonio.- Sentate ahí que yo también te estaba buscando.

Y se sentó en una mesa que estaba al final del salón, quedando Rubén de espalda a todo.

Rubén caló que buscaba con esta actitud hacerlo sentir aún mas inseguro. Pero no sabía a que se debía la intención. Hasta que recordó lo que le había dicho Juanjo de que todos comentaron su ausencia en el velorio, y supuso que Antonio no solo le sorprendió ese hecho, si no que debe de haber escuchado algún comentario.

Ante ese descubrimiento, le vino un sudor frió en la espalda. Estaba pensando que la cuchilla que pendía de el, tenía demasiados filos para su gusto. Sabía que se estaba llevando un juicio en ese mismo momento, y que de salir culpable, la pena era terriblemente más dura y expeditiva. Así que ante esa situación decidió esperar al primer movimiento.

Antonio.- Como te dije te estaba buscando. Pero como me intriga tanto verte por acá, quiero saber que es lo que me tenés que decir.

Rubén: No sabes como siento lo de tu hermana, aunque lo nuestro terminó todo mal, ella fue siempre el amor de mi vida.

Antonio. No iba a andar con vueltas y preguntó directamente.

Antonio.- Escuche por ahí que este lunes Rosario te hizo quedar como un pelotudo, y que ni siquiera fuiste a despedirla al velorio, así que es ese

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cuento de que era el amor de tu vida, si todos dicen que Rosario no te pasaba ni la hora. Así que desembucha, y canta a que viniste, que últimamente pierdo muy rápido la paciencia, y en esas ocasiones me saco mal. No querrás saber como.

Rubén, Viendo como venia la mano de espesa, pensó dar marcha atrás a su plan de pedirle ayuda y hacer valer la cuartada que tenia con Juanjo. Pero una cosa era hacerle creer eso a la cana y otra era intentar hacer lo mismo con Antonio, que se encontraba dolido y por demás de susceptible. Sabía que no podía andar con muchas vueltas así que se jugo, y sin importar como parecía, soltó todo el rollo del secuestro.

Rubén: Necesito, tu ayuda, ese lunes ni bien me escape de la oficina me levanto un par de tipos y con el verso de que iban a un bautismo me ofrecí de guía. Ni bien estuve adentro del auto me di cuenta que la cosa estaba fulera, ya que si bien el conductor estaba en sus cabales el acompañante estaba con toda la mandanga encima, se trababa al hablar, transpiraba mucho y no había que ser un genio para darse cuenta que no estaban para un bautismo. Pasando Juan B. Justo. Mientras el conductor, al que nunca le conocí el nombre me ofrece un cigarro, Bruno que era el otro, me pone el fierro en el balero y me mandan una historia en la que me confundían con un tal Ruso y que lo había cagado a un tal Lechuga y que me las tenía que ver con el. Para esto me llevan a un campo atrás de la ruta 88 donde estaba este Lechua y una piba a la que llamaban La Pelu. El Lechuga se da cuenta del error pero antes de soltarme me quieren sacar la plata que me quedaba en el cajero, Bruno me amenaza con meterme un tiro en la medula y yo le suelto el código en el acto. Se va el conductor con Bruno y me dejan con los otro dos que estaban como el Bruno. En un descuido manoteo el arma que el Lechuga deja sobre una mesa, pero en el mimo momento se aviva La Pelu y me pega con una lámpara, después me dejaron en Juan B. Justo y Jara.

Por la mitad del relato Antonio tenía un arma lista para disparar apuntando a Rubén por debajo de la mesa. Para suerte de este ultimo contuvo su primer impulso a la espera de terminar el relato. El detalle que le salvo la vida, fue repetir la amenaza que uso bruno para sacarle el código. Este bruno era amigo de un colombiano que le contó que allá cuando se quieren cargar a alguien no lo matan, le pegan un tiro en la medula y bruno se quedó tan impresionado con el relato que siempre usaba esa frase para asustar a los giles que caían en sus manos. Pronto logro conectar a este con La Pelu y el Lechuga. Ya que a los tres se los cargaron en un ajuste de

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cuentas, y aunque no salió en ningún medio, por lo limpio del trabajo, se veía que la habían jodido con alguien grande.Antonio, (volviendo el gatillo a su lugar),.- Te creo.

Rubén, volvió a respirar al escuchar el veredicto de inocencia, ya que aunque Antonio había intentado taparlo, escuchó el minúsculo ruido del movimiento del percutor.

Sábado anterior: (KERRYKEEL)

Rosario estaba de vestido rojo sentada en una mesa oscura. Esperando a alguien. Su estado era totalmente alterado. Algo andaba muy mal. Siempre tuvo el control de todo. En su vida estaba acostumbrada a marcar el ritmo, y que todos bailen su música. Por eso que, el hecho de estar sentada sola de plantón no estaban para nada en sus planes. Ya la sita era un impulso impensado. Nunca se pensó dando este paso. Pero Rubén tocó una combinación de teclas exactas y cambio la melodía. Convirtió un adagio en blues, con expectativa de un gran Rock & Roll. Pero después de dos tequilas todo sonaba desafinado. Por su parte Rubén nunca se vio en la foto. En otras palabras se comió los mocos. Sabía lo que arriesgaba, sabia a lo máximo que podía llegar. Pero lo más importante, sabía como iba a terminar. Por lo que le pareció muy largo el viaje para tan corto verano. Rubén: Se que me voy a arrepentir pero, con este whisky se siempre se que esperar de el, y hasta el sabe que esperar de mi. El espera que me quede dormido en mi cama, como una cuba.

Rosario estaba por marcharse, cuando se sorprendió observada, Y ese descubriendo la sonrojó, ya que sabia que en su histeria estaba actuando como una loca. Reojeando el teléfono y reloj en forma sistemática y murmurando entre dientes.Paulo: Me descubriste.Rosario: Perdón (dijo con aire de superada).Paulo: Correcto. Perdón es la palabra adecuada. Pero esta en los labios equivocados. ¡Perdón! Ahora si suena mejor. Dado que me siento un poco culpable de disfrutar la escena desde mí mesa. Ambos pasamos por idéntica situación, pero pensaba que yo me tomaba un poco mejor el hecho de encontrarme aquí solo. Rosario: No pareces de aquí.

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Paulo: Por que no lo soy. Si me dejas puedo asegurarte que te puedo cambiar la noche. Rosario: Si estuviera en una buena noche, seguramente no te hubiera aceptado ni que me des fuego, dado que me molesta mucho los hombres tan prolijamente producidos. Vivo entre esa clase. Pero hoy el río esta muy revuelto, tanto que tan solo no quiero pensar.Paulo: Deja todo en mis manos. Soy justo lo que estas buscando. Solo estaré aquí por tres días. Y nunca paso dos noches en la misma cama. Y aunque eres la más linda de este bar. Nada puede hacerme cambiar al respecto.Rosario: (sonrisa de por medio) Mira que sos bastante raro para intentar un levante. Pero patinaste con eso de, “sos la más linda de este bar”. De que manual berreta lo sacaste. Seguro que se lo decís a todas.Paulo: Creo que si, pero que sos la mas linda, (y haciendo una pausa a la vez que hacia un ademán con su mano como abarcando a todas las presentes), de eso no me cabe ninguna duda.

La charla continuó en forma relajada, en la que Rosario no le importo mostrarse en exceso vulnerable, contándole pormenores de su frívola vida, hasta llegar al punto de partida de esta noche, detallando los eventos que la hicieron llegar a esa mesa sola hoy.

Luego de un impasse, Paulo comento. Creo que es tiempo de cambiar de aires, por que no esperas cinco minutos mientras voy a buscar mi auto y nos encontramos en la puerta.

Lunes trágico:

Rosario recibe un mensaje de texto que decía: sushi o salmón rosado. Desconocía el número, pero sabía perfectamente quien lo enviaba. Respondió salmón, y se quedo pensando como sería el encuentro. Lo que le levanto un poco el ánimo. Pero al ver a Rubén toda esa magia se desvaneció de inmediato, y se transformo en una mezcla de rabia, decepción, vergüenza, y hasta un poquito de ira. Ya que consideraba la falta a la cita, como un desprecio. Pensaba que si alguien se enteraba iba a perder todo el respeto que se le tenía, ya que no solo había aceptado una cita con alguien abiertamente inferior a ella, sino que este ultimo, se le había reído en la cara al dejarla plantada.

Rubén: Al verla sintió, el sentimiento de amor mas profundo. También se sintió culpable por no haber ido, por lo que intento esgrimir unas disculpas. Pero como la invitación a Kerrykeel se había formulado en forma muy

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abierta. Supuso que ella tampoco había ido. A parte estaba el hecho que no estaba solo en la oficina, y cualquier referencia hubiera dejado mal parada a Rosario. Así que atento a esto, pensó en disimular y mantener la actitud normal. Pero en ves de eso, esta vez se expuso un poco mas en sus chanzas, librando un piropo que abarcaba en esencia toda la sensualidad de Rosario, mostrando un sentimiento inocultable. Se le notaba la emoción en su rostro y en su hablar. Por lo que al enfrentarse con la reacción de Rosario. Quedó literalmente liquidado.Rosario solo le basto para terminar, girar y perderse detrás de una puerta.

Rosario estaba excitada y ansiosa en su casa esperando alguna noticia de Paulo, que luego de aquel mensaje no mostró señales de vida.A las 19hs. El timbre sonó y era Paulo. Rosario estaba exultante. Había cuidado cada detalle en su aspecto y en el de su casa. Todo estaba ambientado para la ocasión. Paulo: ¡Que recibimiento! Y la beso cariñosamente en los labios. Traía Una caja con la fuente del salmón y una botella de Charles de Cazanove. Paulo: Espero que esté a tu gusto. La receta es mía.Rosario: Soy muy exigente en mis gustos. Así que no te des por vencedor. Espera la critica

Paulo: Mis gustos no solo son exigentes, sino exclusivos.Todo prosiguió entre miradas, sonrisas furtivas, sabores y aromas. Rosario: Todo un deleite.Paulo: Estoy aprobado entonces.Rosario: Y con nota de diploma de honor. Rosario: Pensé que no repetías. Por lo que este encuentro es por de mas de sorpresivo.Paulo: Hasta ahora creo no haber roto ninguna regla (sonríe).Rosario: Me pones nerviosa con tus aires enigmáticos. Por que no te relajas y me cuantas algo tuyo, mas personal. Paulo: Ok, si tu quieres solo debes pedírmelo y sabrás quien soy.Rosario: Quien eres realmente, Paulo.Paulo: Abra cadabra, se ha dicho. Bueno soy un viajante para una importante firma de medicamento. Pero eso solo es mi oficio. Creo que soy mi pasión. Lo mío unir vidas en una historia única. Hay personas que deben estar conectadas de por vida. Yo conecto las cosas dando mi sello personal. A Rosario, ya la situación no le parecía tan excitante. El miedo la estaba invadiendo, pero luchaba por no entrar en pánico.

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Rosario: Estas hablando como un loco, esto no me esta gustando. Así que esta noche, no es necesario que rompas tu regla, y creo que ya es muy tarde. Paulo: Si ya es tarde. Pero no puedo irme sin que termines de saber quien soy. Esta tarde, la persona más importante en tu vida. Rubén fue levantado ahí mismo, en la puerta de la financiera. No temas por el por que está a salvo, pero no bien. Dado que para el, todo recién comienza. En cinco días será formalmente acusado de asesinato. ¡Si! el tuyo. Rosario solo alcanzo a dar dos pasos antes de recibir los disparos. Paulo preparo la escena que idealizó en su cabeza.

Viernes

Fernando Ramos, un oficial de la bonaerense llega a la casa de Rubén para citarlo a declarar.

Fin.

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