suplemento cultural 21-05-2011

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SÁBATO: NUNCA MÁS Una idea original de Rosauro Carmín Q. Suplemento Cultural Efraín Recinos, tercera parte Página 7 Páginas 2 y 3 Guatemala, 21 de mayo de 2011 Los Tigres del Norte presentan nuevo disco Página 6 Recomendaciones literarias Página 8

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Suplemento Cultural 21-05-2011

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Page 1: Suplemento Cultural 21-05-2011

SÁBATO: NUNCA MÁS

Una idea original de Rosauro Carmín Q.

Suplemento Cultural

Efraín Recinos,

tercera partePágina 7

Páginas 2 y 3

Guatemala, 21 de mayo de 2011

Los Tigres del Norte

presentan nuevo discoPágina 6

Recomendaciones

literariasPágina 8

Page 2: Suplemento Cultural 21-05-2011

D urante la década del 70 la Argen-tina fue convul-sionada por un terror que prove-nía tanto desde la

extrema derecha como de la extrema izquierda, fenómeno que ha ocurrido en muchos otros países. Así aconteció en Italia, que durante largos años de-bió sufrir la despiadada acción de las formaciones fascistas, de las Briga-das Rojas y de grupos similares. Pero esa nación no abandonó en ningún momento los principios del derecho para combatirlo, y lo hizo con abso-luta efi cacia, mediante los tribunales ordinarios, ofreciendo a los acusados todas las garantías de la defensa en juicio; y en ocasión del secuestro de Aldo Moro, cuando un miembro de los servicios de seguridad le propuso al General Della Chiesa torturar a un detenido que parecía saber mucho, le respondió con palabras memorables: «Italia puede permitirse perder a Aldo Moro. No, en cambio, implantar la tortura».

No fue de esta manera en nuestro país: a los delitos de los terroristas, las Fuerzas Armadas respondieron con un terrorismo infi nitamente peor que el combatido, porque desde el 24 de marzo de 1976 contaron con el po-derío y la impunidad del Estado abso-

luto, secuestrando, torturando y asesi-nando a miles de seres humanos.

Nuestra Comisión no fue instituí-da para juzgar, pues para eso están los jueces constitucionales, sino para indagar la suerte de los desaparecidos en el curso de estos años aciagos de la vida nacional. Pero, después de haber recibido varios miles de declaracio-nes y testimonios, de haber verifi cado o determinado la existencia de cientos de lugares clandestinos de detención y de acumular más de cincuenta mil páginas documentales, tenemos la certidumbre de que la dictadura mili-tar produjo la más grande tragedia de nuestra historia, y la más salvaje. Y, si bien debemos esperar de la justicia la palabra defi nitiva, no podemos callar ante lo que hemos oído, leído y regis-trado; todo lo cual va mucho más allá de lo que pueda considerarse como delictivo para alcanzar la tenebrosa categoría de los crímenes de lesa hu-manidad. Con la técnica de la desapa-rición y sus consecuencias, todos los principios éticos que las grandes re-ligiones y las más elevadas fi losofías erigieron a lo largo de milenios de su-frimientos y calamidades fueron piso-teados y bárbaramente desconocidos.

Son muchísimos los pronuncia-mientos sobre los sagrados derechos de la persona a través de la historia y, en nuestro tiempo, desde los que

consagró la Revolución Francesa has-ta los estipulados en las Cartas Uni-versales de Derechos Humanos y en las grandes encíclicas de este siglo. Todas las naciones civilizadas, inclu-yendo la nuestra propia, estatuyeron en sus constituciones garantías que jamás pueden suspenderse, ni aun en los más catastrófi cos estados de emer-gencia: el derecho a la vida, el dere-cho a la integridad personal, el dere-cho a proceso; el derecho a no sufrir condiciones inhumanas de detención, negación de la justicia o ejecución sumaria.

De la enorme documentación re-cogida por nosotros se infiere que los derechos humanos fueron viola-dos en forma orgánica y estatal por la represión de las Fuerzas Armadas. Y no violados de manera esporádica sino sistemática, de manera siempre la misma, con similares secuestros e idénticos tormentos en toda la ex-tensión del territorio. ¿Cómo no atri-buirlo a una metodología del terror planificada por los altos mandos? ¿Cómo podrían haber sido cometidos por perversos que actuaban por su sola cuenta bajo un régimen riguro-samente militar, con todos los pode-res y medios de información que esto supone? ¿Cómo puede hablarse de «excesos individuales»? De nuestra información surge que esta tecnolo-

gía del infi erno fue llevada a cabo por sádicos pero regimentados ejecutores. Si nuestras inferencias no bastaran, ahí están las palabras de despedida pronunciadas en la Junta Interame-ricana de Defensa por el jefe de la delegación argentina, General Santia-go Omar Riveros, el 24 de enero de 1980: «Hicimos la guerra con la doc-trina en la mano, con las órdenes es-critas de los Comandos Superiores». Así, cuando ante el clamor universal por los horrores perpetrados, miem-bros de la Junta Militar deploraban los «excesos de la represión, inevita-bles en una guerra sucia», revelaban una hipócrita tentativa de descargar sobre subalternos independientes los espantos planifi cados.

Los operativos de secuestro ma-nifestaban la precisa organización, a veces en los lugares de trabajo de los señalados, otras en plena calle y a la luz del día, mediante procedimientos ostensibles de las fuerzas de seguri-dad que ordenaban «zona libre» a las comisarías correspondientes. Cuando la víctima era buscada de noche en su propia casa, comandos armados ro-deaban la manzanas y entraban por la fuerza, aterrorizaban a padres y niños, a menudo amordazándolos y obli-gándolos a presenciar los hechos, se apoderaban de la persona buscada, la golpeaban brutalmente, la encapucha-

Ernesto Sábato, escritor argentino falleci-do recientemente a los 99 años de edad,

fue conocido como uno de los novelistas más importantes del siglo XX. Sin embargo, su producción más extensa

fue en la rama del ensayo, faceta de la cual no se le exalta mucho. Además, Sá-bato fue un importante activista de dere-

chos humanos en Argentina, acercán-dose a los movimientos populares. Tanto así, que participó en el informe “Nunca más”, sobre el esclarecimiento histórico

de la guerra sucia en Argentina, y que inspiró a informes similares en Latinoa-mérica, como fue el caso de Guatemala.

Transcribimos a continuación el prólogo de Sábato para este informe.

POR ERNESTO SÁBATO

Desde la portada

SÁBATO: NUNCA MÁS

2 Suplemento Cultural Nueva Guatemala de la Asunción, 21 de mayo de 2011

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Nueva Guatemala de la Asunción, 21 de mayo de 2011 Suplemento Cultural 3

ban y fi nalmente la arrastraban a los autos o camiones, mientras el resto de comando casi siempre destruía o ro-baba lo que era transportable. De ahí se partía hacia el antro en cuya puerta podía haber inscriptas las mismas pa-labras que Dante leyó en los portales del infi erno: «Abandonad toda espe-ranza, los que entráis».

De este modo, en nombre de la se-guridad nacional, miles y miles de se-res humanos, generalmente jóvenes y hasta adolescentes, pasaron a integrar una categoría tétrica y fantasmal: la de los Desaparecidos. Palabra - ¡triste privilegio argentino! - que hoy se es-cribe en castellano en toda la prensa del mundo.

Arrebatados por la fuerza, deja-ron de tener presencia civil. ¿Quiénes exactamente los habían secuestrado? ¿Por qué? ¿Dónde estaban? No se tenía respuesta precisa a estos interrogantes: las autoridades no habían oído hablar de ellos, las cárceles no los tenían en sus celdas, la justicia los desconocía y los habeas corpus sólo tenían por con-testación el silencio. En torno de ellos crecía un ominoso silencio. Nunca un secuestrador arrestado, jamás un lugar de detención clandestino individuali-zado, nunca la noticia de una sanción a los culpables de los delitos. Así transcu-rrían días, semanas, meses, años de in-certidumbres y dolor de padres, madres e hijos, todos pendientes de rumores, debatiéndose entre desesperadas ex-pectativas, de gestiones innumerables e inútiles, de ruegos a infl uyentes, a ofi ciales de alguna fuerza armada que alguien les recomendaba, a obispos y capellanes, a comisarios. La respuesta era siempre negativa.

En cuanto a la sociedad, iba arrai-gándose la idea de la desprotección, el oscuro temor de que cualquiera, por inocente que fuese, pudiese caer en aquella infinita caza de brujas, apoderándose de unos el miedo so-brecogedor y de otros una tendencia consciente o inconsciente a justifi car el horror: «Por algo será», se murmu-raba en voz baja, como queriendo así propiciar a los terribles e inescruta-bles dioses, mirando como apestados a los hijos o padres del desaparecido. Sentimientos sin embargo vacilantes, porque se sabía de tantos que habían sido tragados por aquel abismo sin fondo sin ser culpable de nada; por-que la lucha contra los «subversivos», con la tendencia que tiene toda caza de brujas o de endemoniados, se había convertido en una represión demen-cialmente generalizada, porque el epí-teto de subversivo tenía un alcance tan

vasto como imprevisible. En el delirio semántico, encabezado por califi ca-ciones como «marxismo-leninismo», «apátridas» , «materialistas y ateos» , «enemigos de los valores occiden-tales y cristianos» , todo era posible: desde gente que propiciaba una revo-lución social hasta adolescentes sen-sibles que iban a villas-miseria para ayudar a sus moradores. Todos caían en la redada: dirigentes sindicales que luchaban por una simple mejora de salarios, muchachos que habían sido miembros de un centro estudiantil, periodistas que no eran adictos a la dictadura, psicólogos y sociólogos por pertenecer a profesiones sospe-chosas, jóvenes pacifi stas, monjas y sacerdotes que habían llevado las en-señanzas de Cristo a barriadas misera-bles. Y amigos de cualquiera de ellos, y amigos de esos amigos, gente que había sido denunciada por venganza personal y por secuestrados bajo tor-tura. Todos, en su mayoría inocentes de terrorismo o siquiera de pertene-cer a los cuadros combatientes de la guerrilla, porque éstos presentaban batalla y morían en el enfrentamiento o se suicidaban antes de entregarse, y pocos llegaban vivos a manos de los represores.

Desde el momento del secuestro, la víctima perdía todos los derechos; privada de toda comunicación con el mundo exterior, confi nada en lugares desconocidos, sometida a suplicios in-fernales, ignorante de su destino me-diato o inmediato, susceptible de ser arrojada al río o al mar, con bloques de cemento en sus pies, o reducida a ce-nizas; seres que sin embargo no eran cosas, sino que conservaban atributos de la criatura humana: la sensibilidad para el tormento, la memoria de su madre o de su hijo o de su mujer, la infi nita vergüenza por la violación en público; seres no sólo poseídos por esa infi nita angustia y ese supremo pavor, sino, y quizás por eso mismo, guardando en algún rincón de su alma alguna descabellada esperanza.

De estos desamparados, muchos de ellos apenas adolescentes, de es-tos abandonados por el mundo hemos podido constatar cerca de nueve mil. Pero tenemos todas las razones para suponer una cifra más alta, porque mu-chas familias vacilaron en denunciar los secuestros por temor a represalias. Y aun vacilan, por temor a un resurgi-miento de estas fuerzas del mal.

Con tristeza, con dolor hemos cumplido la misión que nos enco-mendó en su momento el Presidente Constitucional de la República. Esa

labor fue muy ardua, porque debimos recomponer un tenebrosos rompeca-bezas, después de muchos años de producidos los hechos, cuando se han borrado liberadamente todos los ras-tros, se ha quemado toda documenta-ción y hasta se han demolido edifi cios. Hemos tenido que basarnos, pues, en las denuncias de los familiares, en las declaraciones de aquellos que pudie-ron salir del infi erno y aun en los testi-monios de represores que por oscuras motivaciones se acercaron a nosotros para decir lo que sabían.

En el curso de nuestras indagacio-nes fuimos insultados y amenazados por los que cometieron los crímenes, quienes lejos de arrepentirse, vuelven a repetir las consabidas razones de «la guerra sucia» , de la salvación de la patria y de sus valores occidentales y cristianos, valores que precisamente fueron arrastrados por ellos entre los muros sangrientos de los antros de re-presión. Y nos acusan de no propiciar la reconciliación nacional, de activar los odios y resentimientos, de impedir el olvido. Pero no es así: no estamos movidos por el resentimiento ni por el espíritu de venganza; sólo pedimos la verdad y la justicia, tal como por otra parte las han pedido las iglesias de distintas confesiones, entendien-do que no podrá haber reconciliación sino después del arrepentimiento de los culpables y de una justicia que se fundamente en la verdad. Porque, si no, debería echarse por tierra la tras-cendente misión que el poder judicial tiene en toda comunidad civilizada. Verdad y justicia, por otra parte, que permitirán vivir con honor a los hom-bres de las fuerzas armadas que son

inocentes y que, de no proceder-se así, correrían el riesgo de ser ensuciados por una incriminación global e injusta. Verdad y justicia que permitirán a esas fuerzas con-siderarse como auténticas here-deras de aquellos ejércitos que, con tanta heroicidad como pobreza, llevaron la liber-tad a medio con-tinente.

Se nos ha acu-sado, en fin, de denunciar sólo una parte de los

hechos sangrien-tos que sufrió nuestra nación en los últimos tiempos, silenciando los que cometió el terrorismo que precedió a marzo de 1976, y hasta, de alguna manera, hacer de ellos una tortuosa exaltación. Por el contrario, nuestra Comisión ha repudiado siempre aquel terror, y lo repetimos una vez más en estas mismas páginas. Nuestra misión no era la de investigar sus crímenes sino estrictamente la suerte corrida por los desaparecidos, cualesquiera que fueran, proviniesen de uno o de otro lado de la violencia. Los familiares de las víctimas del terrorismo anterior no lo hicieron, seguramente, porque ese terror produjo muertes, no desapareci-dos. Por lo demás el pueblo argentino ha podido escuchar y ver cantidad de programas televisivos, y leer infi nidad de artículos en diarios y revistas, ade-más de un libro entero publicado por el gobierno militar, que enumeraron, describieron y condenaron minuciosa-mente los hechos de aquel terrorismo.

Las grandes calamidades son siempre aleccionadoras, y sin duda el más terrible drama que en toda su historia sufrió la Nación durante el periodo que duró la dictadura mili-tar iniciada en marzo de 1976 servirá para hacernos comprender que úni-camente la democracia es capaz de preservar a un pueblo de semejante horror, que sólo ella puede mantener y salvar los sagrados y esenciales de-rechos de la criatura humana. Única-mente así podremos estar seguros de que NUNCA MÁS en nuestra patria se repetirán hechos que nos han hecho trágicamente famosos en el mundo ci-vilizado.

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4 Suplemento Cultural Nueva Guatemala de la Asunción, 21 de mayo de 2011 Suplemento Cultural 5Nueva Guatemala de la Asunción, 21 de mayo de 2011

SIENTO, LUEGO EXISTOLos sentimientos, bien utilizados, no dificultan la toma de decisiones, ni son impedimentos para nuestra felicidad, sino que al contrario constituyen la forma más idónea de progresar y crecer

psicológicamente. Un estudio reciente de la Universidad de Harvard señala que, para tener éxito en la vida, es necesario un 85% de actitud y sólo un 15% de habilidad.

POR ALEJANDRO ROCAMORA*

La psicología clási-ca consideraba a la persona como un ser constituido por par-tes: memoria, enten-dimiento y voluntad,

insertado o encerrado (el alma se encuentra en la cárcel del cuerpo) en lo corpóreo. La salud estaría constituida por la armonía del cuer-po como cuerpo y la mente como mente. Si el equilibrio se rompe surgiría la enfermedad: del alma o del cuerpo. La gran aportación freudiana fue el descubrimiento del

Tómelo con filosofía

inconsciente, y sobre todo, el mun-do pulsional o afectivo.

Los sentimientos no son algo yuxtapuesto al sujeto sino que cons-tituyen su misma esencia. A través de ellos es como vamos constitu-yendo nuestra propia personalidad, al mismo tiempo que nos permiten relacionarnos con los demás. Spi-noza decía que mientras la razón uniforma a unos y otros, los sen-timientos distinguen a unos de los otros. Nos podemos distinguir por nuestros conocimientos y saberes, pero lo que de verdad nos distingue

a unos de los otros es la actitud que tomamos ante las cosas y lo que nos proporciona nuestro sello de identi-dad propio e irrepetible.

Vivimos como si los sentimien-tos solamente fueran un lastre para desarrollarnos en la vida. Por esto se nos educa en el convencimiento de que, cuanto más fríos y calcula-dores seamos, más posibilidades de éxito tendremos. Pero en la historia de la humanidad, las grandes atro-cidades se han cometido cuando se han mutilado los sentimientos y se ha hipertrofi ado la razón.

El ser humano no es igual al su-matorio de facultades (pensamien-to, voluntad, y emoción) sino que es “algo más”: una realidad que se organiza a partir de esos elementos, pero que constituye una nueva es-tructura: la mente humana. La inte-ligencia emocional es el ‘cemento’ que hace encajar todas las piezas del gran rompecabezas que es la mente humana. La inteligencia emocional entendida como “la capacidad de la persona para entender y percibir los sentimientos de forma apropiada y precisa para asimilarlos y compren-derlos de manera adecuada y para regular y modifi car el estado de áni-mo propio y de los demás”.

Esta habilidad de la mente huma-na nos permite identifi car nuestros sentimientos y los de los demás, utilizar las emociones de forma co-rrecta, comprenderlas y conducirlas para conseguir el bienestar propio y ajeno. Podemos, pues, afi rmar que los sentimientos, bien utilizados, no difi cultan la toma de decisiones, ni son impedimentos para nuestra feli-cidad, sino que constituyen la forma más idónea de progresar y crecer psicológicamente.

Si mutilamos los sentimientos, mutilamos la posibilidad de ser fe-lices. Y nos referimos tanto a los sentimientos positivos como a los negativos, pues ambos contribuyen al desarrollo completo de la perso-na. La emoción y la razón son las dos mitades de un todo. Así, pues, en cada persona su cociente inte-lectual y su cociente emocional (su gradiente de inteligencia emocional) se suman para constituir una mente más creativa, más madura y en defi -nitiva más efi caz.

La inteligencia emocional es una capacidad que todo ser huma-no posee, pero que puede estar más o menos desarrollada. Esta facultad de la mente humana permite que no nos dejemos llevar por los impulsos, ni tampoco por las primeras impre-siones, sino que seamos capaces de “razonar con sentimientos” sobre las decisiones a tomar.

La razón y los sentimientos no son dos polos opuestos de nuestra actuación sino que se encuentran fusionados a través de la inteligen-cia emocional. Las emociones nos pueden ayudar a razonar de forma inteligente y tomar las decisiones correctas. Es decir, podemos corre-gir a Descartes y pasar del “pienso, luego existo”, al “pienso sintiendo, luego existo”.

* Psiquiatra y miembro fundador del Teléfono de la Esperanza

www.telefonodelaesperanza.org

FOTO LA HORA: INTERNET

Retrato del Doctor Gachet de Vincent van Gogh.

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UNA APROXIMACIÓN DESDE LA PERSPECTIVA HUMANADesarrollar ciertos planteamientos sobre La Política y los Valores constituye desde su inicio un reto y un desafío, porque

se puede plantear desde la vivencia, de la praxis y desde la teoría, es decir, desde el ser o deber ser y desde esa perspectiva se encamina la refl exión a uno de esos dos ámbitos. Sin duda hay mucho escrito sobre este tema, desde cada uno de los dos

y desde ambos. Se tratará de conjugar las limitaciones y las posibilidades en la teoría y en la práctica. POR RAÚL HERNÁNDEZ CHACÓN

La primera aproxi-mación sería el es-tablecer algunos criterios y conside-raciones respecto al qué y al cómo de

los valores. Es decir, qué signifi ca-do puede tener, eventualmente para el ser humano en común, y que signifi cado puede tener para los especialistas, los que “piensan”, los educadores, los políticos, los fi lósofos, que son los menos y que de alguna manera pueden despertar la conciencia en la colec-tividad, y hacer de los va-lores, criterios de vida. Pero resulta cuesta arriba, si se toman en cuenta los contextos sociales y culturales, en plural, en los cua-les se transita y se posibilita una realidad existencial concreta. Es decir, donde el hombre y la mujer viven su cotidianidad y están “ex-puestos” a debilidades permanen-tes que imposibilitan la práctica de los valores, que es, en última instancia el objetivo, la meta, las competencias, en términos de cu-rrículo nacional base, CNB, el ob-jetivo que se desea alcanzar.

Se parte de la premisa, que los Valores son abstracciones, son utopías, horizontes, muchas veces inalcanzables, sobre todo en ambientes poco o nada fa-vorables para su práctica. Ello entonces supone un desarrollo, un proceso, una madurez y un expertís muy cuidadoso, profun-do, sistemático y sobretodo de convencimiento personal, para librar batallas, muchas veces di-fíciles y complejas que lleven a esa práctica convincente y mu-chas veces hasta el límite de la razón humana para, ofrecer, me-diante el ejemplo, el testimonio, la verdad y la renuncia a situa-ciones humanas e inhumanas, para acercarse a la experiencia vital de vivir los valores, como el conjunto de principios que nor-man la conducta humana, en fi el observancia de la dignidad de la persona en todas su dimensiones y posibilidades.

Ello requiere de un sólido y profundo conocimiento del bien y del mal, de la conciencia de lo que es bueno y lo que es malo, de la práctica de la verdad hasta el límite de la propia vida. Jesucris-to, Martin Luther Quin, Monse-ñor Romero, Monseñor Gerardi, Juan Pablo II. y de una actitud inclaudicable, frente a los anti-valores que son los más fáciles,

Colaboraciones: La Política y los valores

los más cómodos y los más atractivos de las condiciones humanas. Refl exionar sobre es-tos escabrosos y delicados temas y establecer algunas constantes, desde la experiencia histórica de la humanidad, hasta el hoy y el aquí, así como proponer algunas directrices que orienten el alcance valorativo desde y en la práctica política, constituye el objetivo de este conjunto de aproximaciones, que deberán generar debate, dis-cusión, oposición y contradiccio-nes en los ámbitos de la refl exión consciente y responsable y en la práctica cotidiana de la condición humana de su existencia relacio-nal, generacional y efímera, por tanto, de paso, de camino.

EL SER HUMANO, SU EXIS-TENCIA Y SU ENTORNO: SER RELACIONAL

Que es el hombre? ¿Qué es la mujer? Es la pregunta más co-mún y más difícil de responder, de responderse así mismo, de res-ponder a los otros. Es la pregunta de su ser y de su propia existen-cia. Es la pregunta que sólo el ser humano, por su condición natural se plantea como la interrogante más profunda, y cuya respuesta requiere un análisis y una inter-pretación serena, y objetiva, des-de la subjetividad misma de su propia naturaleza tridimensional: biológica, psicológica y espiritual o trascendente.

El ser humano es un ser bioló-gico, su naturaleza lo constituye un conjunto de órganos y siste-

mas que, dotados de una maravillosa y armoniosa

facultad para organizarse con per-fección absoluta, desarrolla una actividad que se llama: vida.

La vida es entonces el objeto y la razón de ser de ese individuo que llamamos mujer y hombre. Ciertas facultades inherentes a su condición humana, hacen de este ser una unidad biológica impresio-nante, que para los especialistas en biología constituye un verdadero milagro. Células, torrentes sanguí-neos, hormonas, fi bras nerviosas, una estructura ósea fenomenal, con increíble adaptación al medio cir-cundante, hacen que este ser bioló-gico se constituya en la perfección absoluta, en el universo. La natu-raleza toda, se resume en el hom-bre y en mujer y el universo es así mismo, una expresión de micro y macro cosmos extraordinario. Hay un enorme camino recorrido hoy en el siglo XXI, que permite el co-nocimiento del funcionamiento de esta organización y estructura vi-viente, cambiante y extraordinaria, pero a la vez, hay un camino muy largo aún que recorrer, para cono-cer los enormes misterios del ser y del actuar de lo que llamamos Ser Humano. La biología, la embriolo-gía, dermatología, fi siología, y tan-tas otras ramas del conocimiento humano, aún no logran encontrar respuestas a condiciones humanas que se desconocen y que son retos para investigación científi ca. Pero también es un ser relacional, con espíritu, con alma, que se perfec-ciona en la medida que crece, que

cree y que aporta a su entorno. Es un ser humano que trabaja, que ejecuta acciones deliberadas, que constituye una familia, una co-munidad, una nación, mediante acuerdos sociales formales y rea-

les: acuerdos colectivos, constitu-ciones políticas, que establecen

normas de convivencia social y que desarrolla cultura. El Contrato Social de Juan Jaco-

bo Rousseau.Enese sentido, el ser hu-mano establece un código de valores, en muchas ocasiones derivado de una creencia religiosa,

quizá mágica en principio, pero luego razonada y sus-

tentada en una connotación que muchos le llaman fe.

Tres ideas sobresalen: cier-tos antecedentes del devenir

histórico, demasiado simplista, un conjunto de características que se llamó modernidad, parti-cularmente en el “desarrollo” in-dustrial-tecnológico, en crisis y un nuevo pensamiento “postmo-derno” de carácter fragmentario. Esto último llevó a la especiali-zación a tal grado que se perdió la idea del ser humano interdis-ciplinario.

Además es necesario pun-tualizar, en el devenir histórico reciente, para el caso guatemal-teco, la reforma liberal de 1871, el período democrático 1944-54, el confl icto armado interno, un incipiente proceso democrático de 20 años, los acuerdos de paz y la actual coyuntura caracterizada por la presencia del narcotráfi co, el crimen organizado, la crisis económica mundial y el fenó-meno migratorio. Frente a esta “situación” política, que incluye un desprestigio y deterioro de institucional: Congreso Legisla-tivo Nacional, Corte Suprema de Justicia, poder ejecutivo, Corte de Constitucionalidad, Tribunal Su-premo Electoral y una sociedad seriamente afectada en sus dos instancias más signifi cativas: la familia y la escuela,

“En nuestra sociedad, es muy probable que aquel que opine con tino y justeza, tenga muy pocas oportunidades de ser entendido” (Chacón Douglas: formación Po-lítica Guatemala, 2006)

Conclusión: La práctica de los valores, en una sociedad frag-mentada, como la que hoy se vive en Guatemala, desde la política, es un desafío y un reto de los más difíciles y complejos.

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6 Suplemento Cultural Nueva Guatemala de la Asunción, 21 de mayo de 2011

TIGRES DEL NORTE PRESENTAN DISCO ACÚSTICO

“Desafortunadamente el gobierno mexi-cano ha separado a la gente, el pueblo necesita saber que está cerca de éste.

Los ciudadanos necesitamos más que palabras bonitas, queremos que nos tomen en cuenta. Ellos (las autoridades) nos empujan a no tener relación, así que mientras existan gobernantes con quienes no podamos comunicarnos, los problemas seguirán ahí”, dijo Hernández.

En el transcurso de 40 años de carrera mu-sical, Los Tigres del Norte han padecido la censura en algunas de sus canciones y esta se ha relacionado frecuentemente con sus llama-dos “narcocorridos”.

“Yo canto mis canciones y la gente escu-cha. Los actores actúan y ahí está la escena. Según las autoridades, la censura está califi ca-da, pero algunas veces ésta es errónea, así que creo debería haber un balance. Esas autorida-des que prohíben las canciones, telenovelas o películas que, ellos consideran, exaltan a nar-cotrafi cantes, deberían hacer también una ley que justifi que con razones válidas por qué no deben ser difundidas. Yo creo, que la realidad

que se vive en México no se puede ocultar”, dijo Hernández.

“Sí hay autoridades para que sancionen una canción o una telenovela, también debería ha-ber autoridades para hacer un balance entre los seres humanos. Insisto, estamos muy separa-dos del gobierno, es mentira que nos tomen en cuenta, no lo hemos vivido de hoy, lo hemos vivido de siempre”, agregó.

Su tema “La reina del sur”, del 2002, fue retomado por el escritor español Arturo Pérez-Reverte para el título de su novela homónima, aunque en realidad fue el popular corrido de Los Tigres “Contrabando y traición” el que inspiró al autor.

Recientemente la obra fue adaptada para una telenovela en la cual la versión original de la canción, grabada por la banda de Rosa Morada en el estado de Sinaloa, no fue inclui-da. La producción de Telemundo utilizó una versión interpretada por la banda Los Cuates de Sinaloa. La telenovela, protagonizada por la actriz mexicana Kate del Castillo, se quedó sin usar algún tema de Los Tigres.

Esta semana, la agrupación ganadora del Grammy y que cuenta con más de 30 álbumes grabados, viajará a la Ciudad de México para

Caja musical

Jorge Hernández, vocalista de Los Tigres del Norte, dijo esta semana que si las autoridades censuran canciones, telenovelas o películas que abordan el tema de la violencia del narco en el país, también deberían crear de un diálogo con la sociedad civil para resolver los problemas en México.

POR NATALIA CANO

presentar su nueva producción discográfi ca “Los Tigres del Norte and Friends: MTV Unplugged”, resultado del concierto acústico que grabaron en febrero pasado para la cadena MTV.

El “unplugged” Los Tigres del Norte se estrenará mañana, 22 de mayo, a través de los canales de paga Tr3s: MTV, MTV España, Música y Más, MTV y VH1 Latinoamérica.

La grabación se realizó en el Hollywood Palladium, en Los Ángeles, y en ella participaron la mexicana Paulina Rubio, el colombiano Juanes, los puertorriqueños de Calle 13, los ar-gentinos Diego Torres y Andrés Calamaro, así como Zack de la Rocha del grupo Rage Against The Machine. De la Rocha reavivó sus raíces mexicanas para realizar una sentida versión de “Somos más americanos”.

Hernández dijo que la relación con de la Rocha surgió a partir de la iniciativa que el rockero lanzó a través de su orga-nización The Sound Strike, por la que diferentes fi guras de la música, incluidos Los Tigres del Norte, se comprometieron a no presentarse en el Estado de Arizona como señal de protesta ante la ley migratoria SB1070.

“Es una persona que ha luchado por todos los migrantes y por las injusticias que le suceden a nuestra gente en Esta-dos Unidos, nosotros (Los Tigres del Norte) estamos en la misma lucha. Un amigo en común nos juntó precisamente con este antecedente, porque ambos estamos en esta lucha contra las injusticias, cada quien en su estilo pero por la misma causa”, dijo.

El vocalista comentó que hay propuestas por parte de va-rios promotores en México y América Latina para una gira de “Los Tigres del Norte and Friends: MTV Unplugged”, y que se planea tener cada noche a uno o dos músicos invitados para el disco acompañándolos en sus recitales.

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Suplemento Cultural 7Nueva Guatemala de la Asunción, 21 de mayo de 2011

EL ESTILO DE EFRAÍN RECINOS (III)Galería de artistas

POR JUAN B. JUÁREZ

Pese a que la obra de Efraín Recinos, s o b r e todo la

arquitectónica y la muralística, tiene una acusada presencia en el entorno urbano de la c iudad de Guatemala y de que en general su pintura y escultura donde sea que se encuentren d e s p i e r t a n n o t o r i a m e n t e e l i n t e r é s y l a admiración del gran público, no existen a la fecha estudios ser ios sobre sus valores estéticos ni sobre la influencia que ejerce en el desarrollo del arte y la cultura guatemalteca; abundan , por e l contrario, elogiosas notas escritas que s e d e t i e n e n e n lo super f i c i a l y anecdótico, pero que registran -eso sí- la positiva actitud con que el público la recibe. Por otro lado, no deja de ser curioso que pese a ese interés y a esa admiración, el “estilo” de Recinos no haya creado “escuela” y no tenga seguidores como los tiene -o los tuvo-, por ejemplo, Elmar Rojas; a pesar, repito, de que aborda con frontal lucidez el tema central que de una u otra manera preocupa tradicionalmente a los artistas locales que quieren ser consecuentes con su entorno histórico, social y cultural.

La razón tanto del interés y la admiración del público como de la indiferencia de los artistas y estudiosos del arte y la cultura ante la obra de Recinos, quizás habría que buscarla en lo que en estas notas he llamado el carácter mítico de su obra y la estructura alegórica de su lenguaje artístico. En el caso del lenguaje, se trata, por un lado, de formas y elementos formales que a todos nos resultan familiares aunque en un primer momento no podamos precisar el sentido que adquieren dentro del contexto -el discurso- artístico, sea éste pictórico, escultórico o arquitectónico; es decir, se trata de formas a las que no basta reconocer sino que exigen además ser interpretadas de acuerdo a un

código que tiene que ser descubierto (a través de un estudio serio y metódico) y que está, como en parte lo ha demostrado José Toledo, en la estructura psicobiológica -el estilo- del artista. Por otro lado, no es que esas formas y elementos formales sean inimitables en sí mismas o se agoten en su obra al extremo de que no puedan ser tomados por otros creadores como raíces para nuevas derivaciones signifi cativas, sino que su “combinatoria” no obedece a una lógica racional como la que rige en la ciencia, sino a una “mítica” personal, esa sí, inimitable.

Hemos dicho que la obra de Recinos no aborda el tema de la Cultura Guatemalteca sino que propiamente se levanta sobre él. Es decir, tal tema no representa para él un campo de indagaciones antropológicas en el que eventualmente sus investigaciones lo llevarían a determinar los rasgos esenciales de esa construcción histórica y social que llamamos nuestra cultura sino que da por sentada su existencia real y su presencia plena y tangible aunque quede señalado el confl icto (temporal y solucionable, por otro lado) de la identidad de los guatemaltecos con su cultura. Digamos que el artista no se pregunta sobre el ser de la Cultura Guatemalteca sino que responde, incluso antes de plantearse la pregunta, que esa cultura existe y esté presente y que por tanto puede incluso re-presentarse como la re-unión de todos sus signos y todos sus símbolos, trabajo que cumple su obra con admirable coherencia.

Es un hecho conocido que el pensamiento mítico se expresa por medio de leyendas que, tomadas cada una por separado, pueden parecernos carentes de sentido pero que en su conjunto forman una estructura en torno a la cual cada cultura ordena el mundo social, natural y divino en que vive y que, a nivel inconsciente, rige como destino en la vida de los individuos y de la comunidad. Pues bien, cada obra de Recinos se presenta como una leyenda, como un fragmento de esa estructura originaria que ordena el Universo de la Cultura Guatemalteca considerada, en ese caso, como una entidad mítica que

existe tanto al exterior como en el inconsciente de los individuos guatemaltecos en un momento dado de la historia y que rige, tanto colectiva como individualmente como destino nacional. Así, la familiaridad formal que encontramos, por ejemplo, en sus personajes, que por otro lado encontramos al mismo tiempo tan extraños como extraterrestres, se debe a que pertenecen al universo mítico, a nuestro universo mítico, dentro del cual signifi can otra cosa, más esencial por cuanto están más cercanas a la esencia de la Cultura Guatemalteca míticamente construida.

En el nivel mítico en que se desarrolla la obra de Efraín Recinos lo que predomina es la atmósfera y dentro de ella, la leyenda. Su obra, en efecto, es una narración de los hechos que protagoniza la Cultura Guatemalteca en escenarios que aluden a circunstancias reales, por ejemplo, el Teatro Nacional frente al Centro Cívico, o bien al ambiente urbano en sus versiones modernas, nocturnas, pobres o deterioradas que distorsiona a la Cultura y con ella a la imagen y a la conducta de los individuos. De allí, el aspecto visible y la actitud vital que adquieren los elementos signifi cativos durante esos avatares por los que atraviesa esa mítica entidad que es la Cultura Guatemalteca dentro de la obra de Recinos: bélica, defensiva, cínica, imponente, deforme, orgullosa, desafi ante, protectora, etc., y que marca la “estilización formal” que de acuerdo a su función narrativa nunca pierde su carácter gráfi co y directo.

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Suplemento Cultural 8Nueva Guatemala de la Asunción, 21 de mayo de 2011

I r a pie a Epidauro es como caminar hacia la creación. No se busca nada más, no se pide nada más. Las pa-labras, si se pudieran pro-nunciar, se convertirían en

melodía…Tuve que ir a Epidauro para conocer el verdadero sentido de la paz… La paz del corazón es positiva e invencible, no exige condiciones, no requiere sal-vaguardias… Lo que el hombre quiere es paz para poder vivir… Lo que rige al mundo es el corazón, no el cerebro. Hemos vuelto la espalda al único reino donde se encierra la libertad. Sé cual es la salvación: abandonar, renunciar, ren-dirse, para que nuestro corazón pueda latir al unísono con el gran corazón del mundo…Ser libre es reconocer la vanidad de toda conquista, incluso la del yo, que es el último acto de egoísmo… La paz está en el centro y cuando se la toca, la voz brota en alabanzas y bendiciones. Y la voz va lejos, muy lejos, hasta los confi nes del universo. Y la voz, enton-ces, cura, porque lleva consigo la luz y el calor de la compasión.Epidauro no es más que un símbolo en el espacio; el lugar verdadero está en el

Epidauro era un centro de curación natural en el Peloponeso. El autor de Trópico de Cáncer escribe: “No hay para mí ningún misterio en la naturaleza de las curas que antiguamente se operaban en este gran centro terapéutico. Aquí el cu-rado encuentra él mismo la curación… El paciente se curaba antes de empezar la cura”.

Por J. C. Gª Fajardo*

Amazon:

VENTA DE LIBROS ELECTRÓNICOS SUPERA

LA DE IMPRESOS

Amazon.com informó esta semana que la ven-ta de libros electrónicos ha superado la de los li-bros impresos, a cuatro años de haber iniciado

la venta de aquéllos.Desde el 1 de abril, ha vendido 105 electrónicos por cada 100 libros impre-sos, incluyendo los impresos para los cuales no existe versión electrónica, dijo Amazon. La comparación excluye los libros electrónicos gratuitos.Los impresos incluyen tanto los de tapa dura como los encuadernados en rústica.Por otra parte, Amazon dijo que la versión más reciente y económica de Kindle, su aparato para la lectura de libros electrónicos, es la de mejor ven-ta de la línea, cinco semanas después de su lanzamiento. Cuesta 114 dólares y muestra publicidad cuando está en stand-by.

Por RAPHAEL G. SATTER

Revista de libros

EL COLOSO DE MARUSI, DE HENRY MILLER

corazón del hombre, si quiere detenerse y buscarlo…Si se pudiera reunir en Epidauro a todos los médicos, cirujanos, psicoanalistas para debatir, en la paz y el silencio, las necesidades urgentes e inmediatas de la humanidad, la respuesta unánime no se haría esperar: revolución mundial, de arriba abajo, en todos los países, en to-dos los campos de la conciencia. El ene-migo del hombre no son los microbios: es el hombre mismo, el orgullo, los pre-juicios, la estupidez, la arrogancia.Es necesario que todos, individualmen-te, nos rebelemos contra una forma de vivir que no es la nuestra…La vida exige que se le dedique algo más: espíritu, alma, inteligencia, buena voluntad…Nada más que nuestro deseo de cam-biarlo puede producir un mundo me-jor y más justo. El hombre mata por miedo, y el miedo es una hidra de cien cabezas… ¿Quién ha puesto a los de-monios en nuestro corazón para ator-mentarnos?El único medio de encontrar respuesta es ir a Epidauro; por eso os encarezco que dejéis todo y vayáis allí enseguida.

* Centro de Colaboraciones SolidariasMiller, Henry. “El Coloso de Marusi”. España: Seix Barral. Disponible bajo pedido en Sophos. Precio aproximado: Q50.

Ciencia ficción,

EN SITIOS INESPERADOS

Es ciencia-fi cción, pero no de la forma usual.Un género normal-mente asociado con extraterrestres sinies-tros y robots destruc-

tores está siendo mostrado a una nue-va luz por la Biblioteca Británica, que emplea manuscritos del siglo XVII, li-teratura feminista e incluso un anuncio de bistec líquido para ilustrar las for-mas inesperadas en las que la ciencia-fi cción ha infl uido nuestro mundo.Los organizadores de la exposición dijeron el jueves que uno de sus ob-jetivos era mostrar que la ciencia-fi c-ción no era solamente “La guerra de los mundos” o “20.000 leguas de viaje submarino”.“Es mucho, mucho más amplio”, dijo la co-curadora Katya Rogatchevskaia. “H.G. Wells y Jules Verne, son in-fl uencias fantásticas, pero se trata de un género muy diverso”.Es en reconocimiento a esa diversi-dad que se muestran prominentemente obras de escritores soviéticos, chinos y bengalíes, así como mujeres novelis-tas como Mary Shelley, la creadora de “Frankenstein”, y Jane Loudon, cuyo libro de 1827 “La momia” tiene lu-

gar en una Gran Bretaña futurista, con controles climáticos y casas alimenta-das por energía de vapor.Existe una buena cantidad de literatu-ra barata — novelas y cuentos carga-dos de acción y mujeres voluptuosas perseguidas por criaturas horribles — pero también hay material desco-nocido, tales como postales de 1914 que muestran un Moscú futurista do-minado por trenes elevados, o una pie-za satírica británica de 1820 en la que un enorme tubo al vacío transporta a personas y mercancía “directamente a Bengala”.Uno de los ejemplos más sorprenden-tes es un cuento del siglo II del italiano Lucian of Samosata, cuya narración tiene a un grupo de aventureros lan-zados al aire por un remolino que los deposita en la Luna.La historia fue pensaba como una alu-sión a los cuentos exagerados de los viajeros, pero la Biblioteca Británica dice que es considerada por muchos como una de los primeros trabajos de ciencia-fi cción en el mundo.___

En la internet:http://www.bl.uk/sciencefi ction