tapatio 9 de julio

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Sábado 9 de julio de 2011 PÁGINA 9-B Supervisora: Aimeé Muñiz • [email protected] Fundadores Jesús Álvarez del Castillo V. • Jorge Álvarez del Castillo Z. • Editor-Director Carlos Álvarez del Castillo G. Hace tres años Erwin Scherzer Garza abrió una caja de gises y desató a los demo- nios del arte. Estaban adentro de sí mismo, bajo una gruesa capa de dígitos, fracciones numéricas, teorías matemáticas. Una serie de gises bastó para que des- pertara del sueño, llevándolo a sumergirse en una realidad soñada, la que hoy vive a diario en un viaje itinerante por las calles de ésta y otras ciudades, cargando una ma- leta con imágenes, un enorme estuche de tizas de colores, un par de bancos plegables y unos pequeños conos para señalar el marco de su obra de arte. Erwin es un Madonnaro –como se lla- man en Italia–; es decir, un artista callejero, o urbano, que sabe que su máxima obra de arte es la del día y que se esfumará cuando caiga la noche. El título se desprende la pa- labra Madonnari, surgida en el siglo XVI para referirse a pintores que trazaban en el suelo imágenes de vírgenes o mujeres de la nobleza, y aunque en la actualidad pocos son los que se circunscriben solamente a estos elementos, todavía conservan el nombre que se les dio en la antigüedad. El arte que Erwin traza en las calles, suele ser una réplica de la obra de un ar- tista conocido, alguno de los grandes maestros cuyo trazo ha trascendido a través de los tiempos; pero también se da la oportunidad de mostrar a los otros su propia creación. Durante tres días, Erwin (un trotamun- dos que se ha hecho especialista en entre- vistas) se tiende en el piso de alguna calle; se coloca en una de sus manos un guante de látex, como si fuera a hacer una cirugía, y empieza a dejar que sus brazos se muevan de un lado a otro delineando una figura que algunas horas después tomará la forma de una impresionante y atractiva obra. El origen “Tengo tres años dedicándome al Ma- donnari”, dice Erwin mientras contempla en el suelo la silueta de El columpio, de Lau- trec, la obra a pintar en su segundo día en el Andador Colón, entre López Cotilla y Juárez. “Un día me fui de vacaciones de aquí de Guadalajara a Veracruz; cuando pasé por la Ciudad de México visité a uno de mis hermanos y me regaló una caja de gises, me dijo ‘tú que sabes pintar, aprove- chas y pintas por allá’. Llegué a Veracruz y me puse a pintar, el primer día que estaba pintando me llegó un programa de Unica- ble que se llamaba Un gringo en México, y me filmó haciendo esto y créeme que desde entonces me ha ido de maravilla. Ahorita mi vida es el Madonnari, de esto vivo, la cooperación que deja la gente es lo que a mí me hace viajar a distintos lados, lo que me hace salir adelante, seguir con todos mis gastos, comprar mis materiales”. Tras este encuentro, Erwin hizo a un lado los trabajos que lo ocupaban: im- partir cursos de aceleración para el aprendizaje en una escuela de matemá- ticas (situada en Avenida Alcalde, pa- sando el Palacio Federal) y como impre- sor en un negocio que surtía a notarios públicos en todo el país. Los números, las teorías y los papeles fueron guardados en el baúl de los recuer- dos, para tomar nuevas herramientas y di- bujar un horizonte de colores, de figuras inertes que a veces parece que toman vida e incluso guiñen el ojo a sus espectadores. Como Erwin Scherzer Garza, hay otros artistas en México que se dedican a dotar de color el suelo de un rincón en una ciudad; que trabajan de cinco a siete horas hasta concluir una imagen y des- pués, se sientan agotados a disfrutar de su más grande obra, con una sonrisa en el rostro que se dibuja con la mirada complacida de los transeúntes. “Esto que hago no es muy común en México, habemos aproximadamente unas 20 personas, pero de los 20 soy el único que anda viajando por toda la Re- pública y por el extranjero; y que vive re- almente de esto, debemos de haber tres o cuatro personas en el país”. Dado que el lienzo es el piso, los maestros Madonnaros deben tramitar permiso antes las autoridades para po- der hacer uso del suelo; como los vende- dores ambulantes, tienen prohibido pro- mocionar su mercancía por decisión propia. Por eso Erwin se toma su tiempo para hacer los trámites pertinentes ante las autoridades. “Normalmente, en cada lugar en donde estoy llego al Gobierno, les muestro el catálogo de fotografías que tengo y el trabajo que he hecho en otras ciudades, y les pido me den un permiso para presentarme. Me apoyo mucho con casa de la cultura y presi- dencia, y quedo a sus órdenes para cualquier exhibición que necesiten”. Por lo pronto Erwin cuenta ya con un documento que le permite presen- tarse la próxima semana en el mismo andador, los días 14, 15 y 16 de julio (jueves, viernes y sábado) de 10:00 a 21:00 horas. Además, Fiestas de Octubre lo ha in- vitado a que exhiba su trabajo –desde la creación, por supuesto– en la Plaza Libe- ración, durante los días en que se lleve a cabo el certamen de cantera. Después se irá a Aguascalientes para participar en dos eventos la última semana de octubre y la primera de noviembre. De paseo Con su estuche de gises bajo el brazo, Erwin ha viajado a Francia, Italia, Brasil, Honduras y Argentina, entre otros países, para participar en exhibiciones y concursos de arte callejero. También se mueve de un lado a otro de México (Guanajuato, Duran- go, Veracruz y Monterrey) con el mismo fin. “Los concursos son como exhibi- ciones, nos dan un espacio de dos por dos metros donde plasmamos lo que tenemos planeado o de acuerdo a la te- mática del certamen; por ejemplo, el de Guanajuato fue muralismo y revo- lución, en algunos otros casos toman el renacimiento como base y sobre és- te se eligen pinturas famosas, y así en distintos lados, depende del lugar y fe- cha en que se realiza el evento”. Por supuesto que esto permite que el artista saque de su ronco pecho su sentir, así que no siempre se enfoca en réplicas, como las que pintó la semana en el Andador Colón (Mona Lisa, de Da Vinci un día; y otro, El co- lumpio, de Lautrec). De hecho, en su tercer día de trabajo suele echar a volar la imagi- nación y presentar una obra propia. “Normalmente lo que me sale mejor es lo que estoy pintando al día, la pintura que estoy pintando en el día es a la que le echo todos los kilos, todas las ganas, es la que tiene que ser la mejor de todas las que he pintado, porque si no lo haces así, si tú dices por ejemplo ‘lo mío es la tercera di- mensión’, cuando pintas cualquier otra co- sa no le echas tantas ganas, porque men- talmente sabes que tu fuerte es otro. No. Mi fuerte es lo que estoy pintando”. Además de utilizar el suelo como lien- zo, Erwin (o algo así como Arvin, como se pronuncia en alemán, la lengua de su pa- dre) encuentra en los muros un buen espa- cio para pintar, no necesariamente con gis. “Trabajo con todos los materiales: gis, tanto en el piso como en hojas; óleo, hago murales, tengo un mural en la Catedral de Veracruz, cuatro frescos en la Presidencia de Jiquilpan, en el Estado de Hidalgo, he decorado algunas habitaciones en distin- tas ciudades donde he estado, albercas, sa- lones de fiesta en distintos lados”. Arte efímero Encuentro con un “Madonnaro” en la ciudad Erwin Scherzer Garza hace del suelo un lienzo para trazar réplicas de grandes pintores Fatiga crónica La cena ambulante (o una botanita para llegar a cenar a casa) por: David Izazaga A las siete de la noche el centro de la ciudad comienza a sufrir diversos cambios, preparándose para vestirse con su manto nocturno: varios nego- cios bajan la cortina, las dependientas caminan rápido hacia la parada del ca- mión, el tráfico se hace más intenso y también aparece a lo largo ancho y lar- go de las calles una cantidad increíble de puestos de vendimia para la cena. No es que en la mañana no exis- tan: hay y seguramente tantos o más que en la noche, pero los que comien- zan a aparecer apenas oscurece lla- man la atención por diversas razones. Hay uno que pocos desconocen, no ha- ce falta más que escuchar el chiflido (¡fuiiiiiiiiiii!) para que sepamos que ahí, muy cerca, va una chimenea am- bulante, a la que el conductor, aparte de irle metiendo pedazos de madera, atenderá a fin de estar atento de que los camotes no se le tatemen demasia- do. Camotes y plátanos al horno, ya sea con miel o leche condensada. Cada vez hay menos de estos carritos, cada vez son menos –también– quienes consu- men este tipo de postre; el chiflido que emiten debería ser considerado patri- monio inmaterial de la humanidad. Luego, sobre López Cotilla a la al- tura de Galeana, un par de tipos van em- pujando un carrito de esos que hay adentro de los supermercados (y siem- pre, invariablemente, piensa uno si no se lo habrán robado o si mejor les pre- guntamos dónde lo consiguieron, por- que se antoja tener uno) (en el baratillo venden, por si alguien gusta). ¿Qué lle- van arriba del carrito? Es una maravilla móvil: primero, una olla en la que hay elotes enteros cocidos y otra, más pe- queña al lado, en la que ya descansan los granos de maíz, arrancados del mo- lote. De manera que quien quiera el elo- te entero, ahí está y quien desee un va- sito con los granos ya cortados, pues que los pida como más le gusten, con sal, limón y chile o bien con mayonesa o crema, queso y chile. Pero hay más sobre el carrito, mucho más: unos ra- mos de brócoli cocido con un verdor que podría pensarse “ocupó” de anilina para tener esa intensidad (según eso, a la hora de la cocción les ponen un po- quito de carbonato, no para que repi- tan, sino para que amarre el verdor). Luego hay chayotes, de esa variedad que son de cáscara espinuda y verde y que se cultivaban mucho a las orillas de la carretera que va de Chapala a Joco- tepec, en lo que era campo y hoy son ca- sas y negocios y sabrá qué cosa más, pe- ro menos chayoteras. Y hay también en el carrito betabeles cocidos, con ese ro- sado intenso que más bien es guinda y no rojo como muchos creen. Al betabel hay que tenerle respeto, pues si cuando uno lo come se resbala y va a manchar la camisa blanca, olvídense, que la mancha seguro ya no sale. Y también hay papas cocidas. Pero lo que más lla- ma la atención es que ahí, junto a la ver- dura, haya una cartera de huevos, que están ya cocidos, duros pues, sólo para quitarles la cáscara. Habrá quien se quiera cenar unos ta- cos al vapor en aquel negocio donde el trompo gira y gira, haciendo escurrir el ju- go de la piña que lo corona; habrá quien quiera un hot dog de los carritos que abun- dan por todos lados cual tiendas de conve- niencia, pero también hay quien se acerca para pedir un platito de brócoli, papas y elo- tes con crema y chile o bien betabel solo o los hay quienes piden el plato especial: to- das las verduras, coronadas por un par de huevos cocidos, rebanados y puestos enci- ma, sobre la crema o la mayonesa. Y parados, porque sabrá Dios por qué, pero así la comida callejera sabe mejor. • Y si antes de la cena se apetece un tentempié, las frituras aparecen por doquier. EL INFORMADOR • M. FREYRÍA EL INFORMADOR • E. FLORES Un don es un regalo de Dios, pero no es un regalo que te haya dado a ti, es un regalo que te lo puso para que se lo des a la gente, para que lo pueda admirar, es algo que se debe desarrollar Erwin Scherzer Garza, artista callejero. NO LO PIERDAS DE VISTA Echa un ojo a la obra de este artista la próxima semana, de jue- ves a sábado, en el Andador Colón, entre López Cotilla y Juá- rez. Si necesitas alguien que te ayude a dar color a tu casa con mural, puedes contactar a Erwin Scherzer Garza en el número 333 474 1366, o a través de Facebook (Erwin Scherzer) y el correo electrónico [email protected]. • Erwin Scherzer Garza traza en el suelo, de alguna calle en una ciudad, obras de arte para llamar la atención de los transeúntes.

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Tapatio 9 de Julio

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Page 1: Tapatio 9 de Julio

Sábado 9 de julio de 2011 PÁGINA 9-B

Supervisora: Aimeé Muñiz • [email protected]

Fundadores • Jesús Álvarez del Castillo V. • Jorge Álvarez del Castillo Z. • Editor-Director • Carlos Álvarez del Castillo G.

Hace tres años Erwin Scherzer Garzaabrió una caja de gises y desató a los demo-nios del arte. Estaban adentro de sí mismo,bajo una gruesa capa de dígitos, fraccionesnuméricas, teorías matemáticas.

Una serie de gises bastó para que des-pertara del sueño, llevándolo a sumergirseen una realidad soñada, la que hoy vive adiario en un viaje itinerante por las callesde ésta y otras ciudades, cargando una ma-leta con imágenes, un enorme estuche detizas de colores, un par de bancos plegablesy unos pequeños conos para señalar elmarco de su obra de arte.

Erwin es un Madonnaro–como se lla-man en Italia–; es decir, un artista callejero,o urbano, que sabe que su máxima obra dearte es la del día y que se esfumará cuandocaiga la noche. El título se desprende la pa-labra Madonnari, surgida en el siglo XVIpara referirse a pintores que trazaban en elsuelo imágenes de vírgenes o mujeres dela nobleza, y aunque en la actualidad pocosson los que se circunscriben solamente aestos elementos, todavía conservan elnombre que se les dio en la antigüedad.

El arte que Erwin traza en las calles,suele ser una réplica de la obra de un ar-tista conocido, alguno de los grandesmaestros cuyo trazo ha trascendido através de los tiempos; pero también se dala oportunidad de mostrar a los otros supropia creación.

Durante tres días, Erwin (un trotamun-dos que se ha hecho especialista en entre-vistas) se tiende en el piso de alguna calle;se coloca en una de sus manos un guante delátex, como si fuera a hacer una cirugía, yempieza a dejar que sus brazos se muevande un lado a otro delineando una figura quealgunas horas después tomará la forma deuna impresionante y atractiva obra.

El origen

“Tengo tres años dedicándome al Ma-donnari”, dice Erwin mientras contemplaen el suelo la silueta de El columpio, de Lau-trec, la obra a pintar en su segundo día enel Andador Colón, entre López Cotilla yJuárez. “Un día me fui de vacaciones deaquí de Guadalajara a Veracruz; cuandopasé por la Ciudad de México visité a unode mis hermanos y me regaló una caja degises, me dijo ‘tú que sabes pintar, aprove-chas y pintas por allá’. Llegué a Veracruz yme puse a pintar, el primer día que estabapintando me llegó un programa de Unica-ble que se llamaba Un gringo en México, yme filmó haciendo esto y créeme que desdeentonces me ha ido de maravilla. Ahoritami vida es el Madonnari, de esto vivo, lacooperación que deja la gente es lo que amí me hace viajar a distintos lados, lo queme hace salir adelante, seguir con todosmis gastos, comprar mis materiales”.

Tras este encuentro, Erwin hizo a unlado los trabajos que lo ocupaban: im-partir cursos de aceleración para elaprendizaje en una escuela de matemá-ticas (situada en Avenida Alcalde, pa-sando el Palacio Federal) y como impre-sor en un negocio que surtía a notariospúblicos en todo el país.

Los números, las teorías y los papelesfueron guardados en el baúl de los recuer-

dos, para tomar nuevas herramientas y di-bujar un horizonte de colores, de figurasinertes que a veces parece que toman vidae incluso guiñen el ojo a sus espectadores.

Como Erwin Scherzer Garza, hayotros artistas en México que se dedicana dotar de color el suelo de un rincón enuna ciudad; que trabajan de cinco a sietehoras hasta concluir una imagen y des-pués, se sientan agotados a disfrutar desu más grande obra, con una sonrisa enel rostro que se dibuja con la miradacomplacida de los transeúntes.

“Esto que hago no es muy común enMéxico, habemos aproximadamenteunas 20 personas, pero de los 20 soy elúnico que anda viajando por toda la Re-pública y por el extranjero; y que vive re-almente de esto, debemos de haber treso cuatro personas en el país”.

Dado que el lienzo es el piso, losmaestros Madonnaros deben tramitarpermiso antes las autoridades para po-der hacer uso del suelo; como los vende-dores ambulantes, tienen prohibido pro-mocionar su mercancía por decisión

propia. Por eso Erwin se toma su tiempopara hacer los trámites pertinentes antelas autoridades.

“Normalmente, en cada lugar endonde estoy llego al Gobierno, lesmuestro el catálogo de fotografías quetengo y el trabajo que he hecho enotras ciudades, y les pido me den unpermiso para presentarme. Me apoyomucho con casa de la cultura y presi-dencia, y quedo a sus órdenes paracualquier exhibición que necesiten”.

Por lo pronto Erwin cuenta ya conun documento que le permite presen-tarse la próxima semana en el mismoandador, los días 14, 15 y 16 de julio(jueves, viernes y sábado) de 10:00 a21:00 horas.

Además, Fiestas de Octubre lo ha in-vitado a que exhiba su trabajo –desde lacreación, por supuesto– en la Plaza Libe-ración, durante los días en que se lleve acabo el certamen de cantera. Después seirá a Aguascalientes para participar endos eventos la última semana de octubrey la primera de noviembre.

De paseo

Con su estuche de gises bajo el brazo,Erwin ha viajado a Francia, Italia, Brasil,Honduras y Argentina, entre otros países,para participar en exhibiciones y concursosde arte callejero. También se mueve de unlado a otro de México (Guanajuato, Duran-go, Veracruz y Monterrey) con el mismo fin.

“Los concursos son como exhibi-ciones, nos dan un espacio de dos pordos metros donde plasmamos lo quetenemos planeado o de acuerdo a la te-mática del certamen; por ejemplo, elde Guanajuato fue muralismo y revo-lución, en algunos otros casos tomanel renacimiento como base y sobre és-te se eligen pinturas famosas, y así endistintos lados, depende del lugar y fe-cha en que se realiza el evento”.

Por supuesto que esto permite que elartista saque de su ronco pecho su sentir, asíque no siempre se enfoca en réplicas, comolas que pintó la semana en el Andador Colón(Mona Lisa, de Da Vinci un día; y otro, El co-lumpio, de Lautrec). De hecho, en su tercer

día de trabajo suele echar a volar la imagi-nación y presentar una obra propia.

“Normalmente lo que me sale mejores lo que estoy pintando al día, la pinturaque estoy pintando en el día es a la que leecho todos los kilos, todas las ganas, es laque tiene que ser la mejor de todas las quehe pintado, porque si no lo haces así, si túdices por ejemplo ‘lo mío es la tercera di-mensión’, cuando pintas cualquier otra co-sa no le echas tantas ganas, porque men-talmente sabes que tu fuerte es otro. No. Mifuerte es lo que estoy pintando”.

Además de utilizar el suelo como lien-zo, Erwin (o algo así como Arvin, como sepronuncia en alemán, la lengua de su pa-dre) encuentra en los muros un buen espa-cio para pintar, no necesariamente con gis.

“Trabajo con todos los materiales: gis,tanto en el piso como en hojas; óleo, hagomurales, tengo un mural en la Catedral deVeracruz, cuatro frescos en la Presidenciade Jiquilpan, en el Estado de Hidalgo, hedecorado algunas habitaciones en distin-tas ciudades donde he estado, albercas, sa-lones de fiesta en distintos lados”.

Arte efímero

Encuentro con un“Madonnaro” en la ciudadErwin Scherzer Garza hace del suelo un lienzo para trazar réplicas de grandes pintores

Fatiga crónica

La cena ambulante (o una botanitapara llegar a cenar a casa)

por: David Izazaga

A las siete de la noche el centro dela ciudad comienza a sufrir diversoscambios, preparándose para vestirsecon su manto nocturno: varios nego-cios bajan la cortina, las dependientascaminan rápido hacia la parada del ca-mión, el tráfico se hace más intenso ytambién aparece a lo largo ancho y lar-go de las calles una cantidad increíblede puestos de vendimia para la cena.

No es que en la mañana no exis-tan: hay y seguramente tantos o másque en la noche, pero los que comien-zan a aparecer apenas oscurece lla-man la atención por diversas razones.Hay uno que pocos desconocen, no ha-ce falta más que escuchar el chiflido(¡fuiiiiiiiiiii!) para que sepamos queahí, muy cerca, va una chimenea am-bulante, a la que el conductor, apartede irle metiendo pedazos de madera,atenderá a fin de estar atento de quelos camotes no se le tatemen demasia-

do. Camotes y plátanos al horno, ya seacon miel o leche condensada. Cada vezhay menos de estos carritos, cada vezson menos –también– quienes consu-men este tipo de postre; el chiflido queemiten debería ser considerado patri-monio inmaterial de la humanidad.

Luego, sobre López Cotilla a la al-tura de Galeana, un par de tipos van em-pujando un carrito de esos que hayadentro de los supermercados (y siem-pre, invariablemente, piensa uno si nose lo habrán robado o si mejor les pre-guntamos dónde lo consiguieron, por-que se antoja tener uno) (en el baratillovenden, por si alguien gusta). ¿Qué lle-van arriba del carrito? Es una maravillamóvil: primero, una olla en la que hayelotes enteros cocidos y otra, más pe-queña al lado, en la que ya descansanlos granos de maíz, arrancados del mo-lote. De manera que quien quiera el elo-te entero, ahí está y quien desee un va-sito con los granos ya cortados, puesque los pida como más le gusten, con

sal, limón y chile o bien con mayonesao crema, queso y chile. Pero hay mássobre el carrito, mucho más: unos ra-mos de brócoli cocido con un verdorque podría pensarse “ocupó” de anilinapara tener esa intensidad (según eso, ala hora de la cocción les ponen un po-quito de carbonato, no para que repi-tan, sino para que amarre el verdor).Luego hay chayotes, de esa variedadque son de cáscara espinuda y verde yque se cultivaban mucho a las orillas dela carretera que va de Chapala a Joco-tepec, en lo que era campo y hoy son ca-sas y negocios y sabrá qué cosa más, pe-ro menos chayoteras. Y hay también enel carrito betabeles cocidos, con ese ro-sado intenso que más bien es guinda yno rojo como muchos creen. Al betabelhay que tenerle respeto, pues si cuandouno lo come se resbala y va a mancharla camisa blanca, olvídense, que lamancha seguro ya no sale. Y tambiénhay papas cocidas. Pero lo que más lla-ma la atención es que ahí, junto a la ver-

dura, haya una cartera de huevos, queestán ya cocidos, duros pues, sólo paraquitarles la cáscara.

Habrá quien se quiera cenar unos ta-cos al vapor en aquel negocio donde eltrompo gira y gira, haciendo escurrir el ju-go de la piña que lo corona; habrá quienquiera un hot dog de los carritos que abun-dan por todos lados cual tiendas de conve-

niencia, pero también hay quien se acercapara pedir un platito de brócoli, papas y elo-tes con crema y chile o bien betabel solo olos hay quienes piden el plato especial: to-das las verduras, coronadas por un par dehuevos cocidos, rebanados y puestos enci-ma, sobre la crema o la mayonesa.

Y parados, porque sabrá Dios por qué,pero así la comida callejera sabe mejor.

• Y si antes de la cena se apetece un tentempié, las frituras aparecen por doquier.

EL INFO

RMADOR • M

. FR

EYRÍA

EL INFO

RMADOR • E. FL

ORES

Un don es un regalo deDios, pero no es un

regalo que te haya dado a ti,es un regalo que te lo pusopara que se lo des a la gente,para que lo pueda admirar, esalgo que se debe desarrollar

Erwin Scherzer Garza, artista callejero.

NO LO PIERDAS DE VISTAEcha un ojo a la obra de este artista la próxima semana, de jue-ves a sábado, en el Andador Colón, entre López Cotilla y Juá-rez. Si necesitas alguien que te ayude a dar color a tu casa conmural, puedes contactar a Erwin Scherzer Garza en el número333 474 1366, o a través de Facebook (Erwin Scherzer) y elcorreo electrónico [email protected].

• Erwin Scherzer Garza trazaen el suelo, de alguna calle en unaciudad, obras de arte para llamarla atención de los transeúntes.

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PÁGINA 10-B Sábado 9 de julio de 2011EL INFORMADOR

Diariode un espectador

por: Aimeé Muñiz

Hace una semana, mientras escribíasobre la obra La fe de los cerdos, pensabaen lo bien que había visto en el escenarioa Humberto Armas interpretando a Fa-bián. Queda aún en mi memoria la imagende ese hombre aturdido por una realidadhostil; cierro los ojos y lo veo tratando deescalar los muros, como si fuese un ratónintentando escapar de un laberinto.

Al día siguiente de escribir el texto,me enteré que Humberto Armas habíamuerto. La noticia me impactó y todavíame siento un poco triste cuando lo re-cuerdo. Luego pienso lo que suelo pen-sar cuando alguien muere: “Cumplió sumisión aquí y se fue… ¡qué afortunadoes por tener la posibilidad de surcar nue-vos horizontes!”. Me gusta pensar así;duele menos y queda un mejor sabor deboca.

Lamenté mucho más el hecho deque esta situación demostrara que esta-mos en el hoyo en cuestión de seguridad,y no me refiero (en este momento) a lascalles, sino a la ausencia de un soporteque permita que las personas que pade-cen la pérdida de un ser querido, tenganque estar preocupándose por cubrir losgastos funerarios, dejando de lado laslágrimas con que suele despedirse a losque se van.

Los artistas, como muchos otros indi-viduos en esta sociedad, están desampara-dos en este tema. Que tengan un trabajotan sólo les asegura un cierto ingreso parael momento; no hay posibilidad de pensaren el futuro y mucho menos en el retiro, y

si hay un percance, ni siquiera tienen ac-ceso a atención médica.

No es posible que se siga pensandoque quienes se dedican a alguna manifes-tación artística (ya sea en la creación, eje-cución o promoción) no tienen derechoa… a nada pues, simplemente no tienenderechos. El arte y la cultura no son hob-bies, sino una forma de vida, un oficio, untrabajo, una profesión. Es urgente tomarmedidas para otorgar a estos trabajadoreslo mínimo en seguridad social.

Espero que después de tanto tratar eltema –durante varios años, por cierto–, fi-nalmente logre concretarse la propuestapara la creación del Fondo de Apoyo Socialy Económico (FASE) para los Agentes delSector Cultural de Jalisco, que se hizo enel Foro “La Cultura en Jalisco, responsabi-lidad de todos”, realizado en días pasadosen el Congreso del Estado.

Agradezco a Marisol Méndez porcompartirme el documento, en el que seestablece que FASE “plantea la forma-ción de un fideicomiso público por el cualse convoca a los agentes culturales a realizar un esfuerzo conjunto que les per-mita acceder a las prestaciones previstasen la ley como servicio médico, apoyo pa-ra el retiro y apoyo ante contingencias.Este fondo también podrá sufragar gas-tos de la instauración de una casa de asis-tencia de los agentes del sector culturadel Estado”.

Por otra parte –y para rematar con lasmalas noticias–, el mismo sábado que meenteré de la muerte de Humberto, me con-taron que Sara Isabel Quintero fue –comoya lo han sido muchos en este país– víctimade la violencia e inseguridad; para ella y

para su hija, no me queda más que enviar-les un abrazo muy fuerte, pues no tengopalabras para decir más (lo siento).

En fin… como dicen por ahí: “La fun-ción debe continuar” y el teatro nos segui-rá uniendo.

[email protected]

Inseguridad por todas partes

• Humberto Armas se despidió hacepoco más de una semana.

por: Eduardo Escoto

Musicat es un importante proyectode investigación de carácter interdisci-plinario puesto en marcha mediante unared de seminarios regionales que con-forman el Seminario Nacional de Músi-ca en la Nueva España y el México Inde-pendiente, que tiene su sede en elInstituto de Investigaciones Estéticas dela Universidad Nacional Autónoma deMéxico (UNAM). Los datos que Musicatrecaba y analiza se organizan en un sis-tema de información cuyos acervos, di-rectorios y bases pueden ser consulta-dos de forma electrónica.

Dentro de las actividades del Semi-nario Regional de Guadalajara del Musi-cat, organizadas dentro del proyecto titu-lado “El ritual sonoro catedralicio. Unaaproximación multidisciplinaria a la mú-sica de las catedrales novohispanas”, lapróxima semana se presentarán dos con-ferencias preparadas en colaboracióncon El Colegio de Jalisco, el Archivo His-tórico de la Arquidiócesis de Guadalajaray la Universidad de Guadalajara (UdeG).

La primera ponencia será “La músi-ca mexicana en el siglo XIX a partir dela vida de un Gómez”, impartida porJohn G. Lazos, doctor en musicologíapor la Facultad de Música de la Univer-

sidad de Montreal. Esta disertación tie-ne como eje la figura del maestro Anto-nio Gómez y Olguín (1805-1876), com-positor, organista, pianista, cantante ydirector de orquesta originario de laCiudad de México.

Gómez y Olguín fue un niño prodigioque perteneció al Colegio de Infantes de laentonces Colegiata de Guadalupe. Ade-más de su extraordinario talento como ins-trumentista y cantor tuvo una gran voca-ción por la docencia; fue autor de variosmétodos y libros de teoría; fundó en 1839la Gran Sociedad Filarmónica, instituciónque se transformaría en el ConservatorioNacional, y fue maestro de grandes músi-cos de su época como Aniceto Ortega y Me-lesio Morales. Se conservan hoy en día va-rias de sus composiciones, destacando eldescubrimiento que en 2005 se realizó enel Archivo Histórico Diocesano San Cris-tóbal de Las Casas, Chiapas, del Ynvitato-rio, Himno y 8 responsorios, obra para coroy orquesta de la que no existía otra copia.

La figura y labor de Gómez y Olguínhan sido ampliamente estudiadas porLazos, quien en diferentes trabajos haabordado aspectos biográficos y com-pletos análisis de sus obras, dando siem-pre importancia al peculiar contextohistórico-político en que vivió aquel mú-sico que desafortunadamente al día de

hoy –como muchos otros– no cuenta conel lugar que merecería en la historia mu-sical de este país.

Por otro lado, la maestra Karen Ben-ner presentará “La partitura como una me-todología en dos salmos puestos en músicapor Santiago Herrera”, una conferenciaque se acercará al trabajo del compositornovohispano que naciera cerca de1790 enla antigua Valladolid. Este organista ycompositor trabajó en la catedral de su ciu-dad natal, donde escribió obras como elResponsorio para la Natividad de NuestroSeñor Jesucristo, para solistas, coro y or-questa. En 1830 se traslada a Guadalajaratras ganar las oposiciones a Maestro deCapilla de la catedral referida, puesto queconservó hasta poco antes de su muerte,acaecida en 1850. El archivo musical de es-ta sede episcopal conserva numerosascomposiciones que Herrera realizó para eluso de la capilla musical.

Estas dos conferencias representanun valioso acercamiento a interesantes ypoco tratados temas de la historia musical,tanto de México como de Guadalajara, so-bre todo teniendo en cuenta el nivel en queserán tratados. La cita es el próximo miér-coles y jueves (13 y 14 de julio), a las 19:00horas, en el auditorio de El Colegio de Ja-lisco (5 de Mayo 321, Centro, Zapopan, Ja-lisco). La entrada es libre.

Clásica

Musicología de alto nivel

El Musicat propone un acercamiento a las figuras de Antonio Gómez y Olguín y Santiago Herrera

• El Seminario Regional de Guadalajara del Musicat, convoca al encuentro “El ritual sonoro catedralicio. Una aproximación mul-tidisciplinaria a la música de las catedrales novohispanas”.

EL INFO

RMADOR

por: Juan Palomar

Atmosféricas. Pasan los días enla media sombra de los nublados in-sistentes. Ruedan los truenos comodados sobre la mesa del cielo. La tor-menta comienza a llegar, a últimahora vira y pasa de largo. Las plan-tas redoblan su crecimiento y laperspectiva de la pérgola acusa elavance de las enredaderas. Añosque giran, y la vieja casa del Sur, queespera, prende todas sus luces.

**Músicas para navegar los días

de tormenta: John Tavener: TotalEclipse; The Clash: London Calling;Cowboy Junkies: The caution hor-ses. Los huapangos veracruzanos.Dice Tavener: “Si hay una cosa queyo quisiera hacer, sería reinstalar losagrado en la música”.

**De los dichos de Borges, según

Bioy Casares: “Goethe declaró queesas palabras como tal vez, quizá, se-gún parece, si no me equivoco, debenestar sobreentendidas en todos losescritos; que el lector puede distri-buirlas donde lo juzgue convenientey que él escribía cómodamente sinellas”. Borges mismo, en cambio, de-jaba con frecuencia entrever sus du-das. Hay en sus líneas una intrigantealternancia entre el énfasis y la incer-tidumbre que, curiosamente, hacemás recordables sus afirmaciones.Puede ser que esas reservas revelenuna contenida cortesía, un respetoimplícito por la inteligencia o el me-jor juicio del lector. Sin embargo, pa-ra alguien con el talante de Borges,en ocasiones el énfasis, y aún el en-tusiasmo, son otra manera aún másdiscreta de la deferencia.

**Otro de Borges: “El Poe de esta

época, o el Dostoievski de esta épo-ca, if any, no son escritores que imi-tan o se parecen a Poe o Dostoievski.Tendrán que ser escritores origina-les y extraordinarios, no facsímilesde nadie”. Largo rato resuena la afir-mación, tan aplicable a otros cam-pos. Su largo desdén por la Acade-mia sueca aflora, virulento, desdeun comentario de 1956: “Son mejo-res para inventar la dinamita, quepara dar premios…”. En ese año elPremio Nobel de Literatura había si-do entregado a Juan Ramón Jimé-nez. Un día, según el reporte deBioy, Borges hablaba mal de la obradel poeta español; al día siguiente,seguramente bajo otro humor, de-claraba que sus mejores poemas“son bastante buenos”.

**Tres del vuelo. Uno es de bronce

y con el tiempo ha tomado ese tonodel verde que conviene a lo que estáhecho para soportar el roce de losaños. Con esa pátina de intempora-lidad emerge como de un libro de es-tampas en el que podría ilustrar losprimeros intentos de las especiesprehistóricas por emprender unvuelo que les diera, junto con el do-minio del aire, la posibilidad de per-durar. El pájaro parece estar hechocomo de un extraño y liviano lodocuyas curvas se aguzaran y afina-ran, una materia que fluye desde lo

rastrero hasta la inmaterialidad dela transparencia. Se trata de una ar-quitectura hipotética, provisional,seguramente venidera. El segundoes en sí mismo, textualmente, un pá-jaro: sin embargo, su misma pesan-tez de metal gravitando en la manohabla de la rigurosa abstracción queimplica su gesto raudo. Alas exten-didas, plumas en tensión, cuerpoevitando la fricción del viento. Palo-ma de otros diluvioso llama de la ilu-minación pudo ser. Ahora descansasobre la madera oscura que parecie-ra temblar levemente en la inminen-cia del viaje. El último es de plásticofino y todo plateado. No hace muchovolaba en el manubrio de una inicialbicicleta por la sombra del corredor.La intensidad del rojo de su héliceambiciosa alcanza la amplitud desus alas afiladas. Pudo haber voladosobre la bahía de los Ángeles en1944, con todo el Mediterráneo aba-jo; pudo haber sido visto, apenasayer, en los desfiles aéreos que sur-caron el aire de la niñez lejana; esaquí el recordatorio de lo que se alzay brilla y dura.

**De las postales: Dos embarca-

ciones esperan a que se levante elviento. Su estampa pudiera ser la delos veleros mismos que surcaron lasaguas en el delta del Nilo hace mile-nios. Descansan a la orilla y un granpez, varado no muy lejos, testimo-nia sus esfuerzos del día. No los ven-ció el mar ni la impericia de sus tri-pulantes. Quedan ahora sólo aquí,sobre el papel, derrotados poco des-pués por los motores y el veleidosoavance de los tiempos. Una fotogra-fía de Armando Salas Portugal: Cos-ta de Yucatán 1946.

**El comprador de lo viejo va pei-

nando las calles con el ritmo carras-poso de una grabación que gira y gi-ra. Todo parece indicar que a fuerzade repetir su pregón logra extraerdel fondo de las casas la materia ilu-soria de la que obtiene sustento ypropósito. Su presencia misma, lareiteración de sus ofrecimientos,hace confirmar la realidad de sutrueque. De la derrota de las cosas,del oscuro montón de los desechosque algunas gentes guardan, del re-ducto mismo de lo inútil y lo caducova impulsándose la vieja camionetacon su altavoz implacable. Y obtieneel comprador de lo viejo, un alqui-mista práctico y sonriente, el cam-bio de toda esa desdicha por un ma-ñana en que sin duda aquí estará.

**En la célebre primera antología

de Gerardo Diego, Poesía española,Antología 1915-1931 (1932), se pro-ponían a los participantes tres cues-tiones que ayudaran a entender lapoética de cada autor. Estas son lasrespuestas de Juan Ramón Jiménez:Poesía: Creo en la realidad de la Poe-sía. Y la entiendo como la eterna y fa-tal Belleza Contraria que tienta con suseguro secreto a tal hombre de espírituardiente. Poeta: Creador oculto de unastro no aplaudido. Relación: Yo ten-go escondida en mi casa, por su gustoy el mío, a la Poesía. Y nuestra relaciónes la de los apasionados.

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Entre las piernas

TAPATÍO

EL INFO

RMADOR • S. NÚÑEZ