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FACOLTÁ DI ECONOMIA CORSO DI LAUREA SPECIALISTICA IN ECONOMIA LO SVILUPPO DELLA COMUNITÁ AUTONOMA DI ANDALUSIA: UN APPROCCIO ENDOGENO. Relatore: Chiar. mo Prof. Gioacchino Garofoli Correlatore: Chiar. mo Prof. Francisco David Adame Garcia Tesi di Laurea Specialistica di Álvaro Díaz del Real López ANNO ACCADEMICO 2008/2009

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FACOLTÁ DI ECONOMIA

CORSO DI LAUREA SPECIALISTICA IN ECONOMIA

LO SVILUPPO DELLA COMUNITÁ AUTONOMA DI ANDALUSIA: UN

APPROCCIO ENDOGENO.

Relatore: Chiar. mo Prof. Gioacchino Garofoli Correlatore: Chiar. mo Prof. Francisco David Adame Garcia

Tesi di Laurea Specialistica di Álvaro Díaz del Real López

ANNO ACCADEMICO 2008/2009

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Mi piacerebbe ringraziare a tutti quanti mi hanno appoggiato durante il periodo di lavoro per scrivere questa Tesi de Laurea: A la mia famiglia per il suo incondizionale sostegno morale ed economico. A miei cari amici: Rafa, Paco M, Maria, Curro, Ale, Miguel, Carlos, Dani, Edu Pablo e Antonio per sopportare gli interminabili e pesanti conversazioni sul tema. A miei amici pavesi: Alessandro M, Alessandro G , Agathe, Marina, Irene , Mariachiara, Mery, Cesare, Gianluca e Nico per fare la mita vita in Italia piú facile e felice. Alla famiglia Sabatino per farmmi sentire come in casa. Al mio compagno doppio laureato Sebástien Carraro. A Elena per il suo appoggio, sappienza e consigli nell’arte di fare una tesi. A Gioacchino Garofoli e Manuel Delgado Cabeza per le sue orientazioni e tempo. Grazie a tutti.

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INDICE INTRODUCCIÓN ......................................................................................................... 7 CAPÍTULO 1. ANÁLISIS DE COYUNTURA ECONÓMICA. PASADO Y PRESENTE.... 9 1.1. Rasgos básicos de la economía andaluza....................................................................................9

1.1.1. Territorio y demografía........................................................................................................9 1.1.2. Estructura productiva ........................................................................................................10 1.1.3. Mercado de trabajo............................................................................................................15 1.1.4. Comercio exterior..............................................................................................................17

1.2. El contexto histórico andaluz....................................................................................................20

1.2.1. Andalucía en el Antiguo Régimen.....................................................................................21 1.2.2. Siglo XIX. ¿La oportunidad perdida? ...............................................................................22 1.2.3. El siglo XX andaluz; Guerras, aislamiento, marginación y desarrollo relativo. ...............23

CAPÍTULO 2. CAMBIO INSTITUCIONAL Y POLÍTICA REGIONA L AUTÓNOMA ... 27 2.1. Cambio institucional y organizativo. ........................................................................................27 2.2. El Estado de las Autonomías y la descentralización de las competencias. ...............................28 2.3. La Planificación y el diseño de una Política Regional para Andalucía.....................................31

2.3.1. Primeras iniciativas de desarrollo regional .......................................................................31 2.3.2. Políticas autónomas de desarrollo regional .......................................................................32 2.3.3. La planificación como instrumento de política regional. .................................................33 2.3.4. Los Planes y Programas Económicos para Andalucía ......................................................35 2.3.5. Otros instrumentos de planificación..................................................................................42

2.4. Política Regional Comunitaria en la Comunidad Autónoma de Andalucía. .............................46

2.4.1. Los Planes de Desarrollo Regional y los Marcos Comunitarios de Apoyo. ....................49 2.4.2. Evolución de las ayudas comunitarias ..............................................................................50 2.4.3. Efectos de los PDR y las ayudas comunitarias sobre la economía andaluza. 1989-1999.58

CAPÍTULO 3. OBJETIVO: CONVERGENCIA. DE LOS DATOS OFICIALES A LA REALIDAD. ................................................................................................................ 61 3.1. La Convergencia con Europa. 1986-2007.................................................................................61 3.2. Principales problemas persistentes............................................................................................67

3.2.1. El mercado de trabajo........................................................................................................68 3.2.2. Estructura productiva y empresarial.................................................................................69 3.2.3. Otras deficiencias de relevancia. .......................................................................................71

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CAPÍTULO 4. OTROS MODELOS DE ORGANIZACIÓN PRODUCTIV A: EL DESARROLLO ENDÓGENO EN ANDALUCÍA. .......................................................... 73 4.1. Sistemas productivos locales, distritos industriales y medios innovadores. .............................73 4.2. El nivel mesoeconómico en Andalucía. ....................................................................................76

4.2.1. Consideraciones finales.....................................................................................................78 4.3. Tres casos de estudio. Evolución entre 1991 y 2001. ...............................................................79

4.3.1. El Distrito Industrial de Ubrique.......................................................................................79 4.3.2. El distrito industrial de Lucena .........................................................................................82 4.3.3. Sistema productivo de agricultura intensiva de El Ejido. .................................................89 4.3.4. ¿Un verdadero medio innovador? .....................................................................................95

CONCLUSIÓN: ¿HAY OPORTUNIDADES PARA EL DESARROLLO E NDÓGENO?.. 97 BIBLIOGRAFÍA, DOCUMENTOS OFICIALES Y FUENTES. .................................................101

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INTRODUCCIÓN Este trabajo pretende fundamentalmente realizar un análisis económico de la Comunidad Autónoma de Andalucía, con el objetivo de evaluar las potenciales posibilidades que para el desarrollo tendría la aplicación de criterios económicos de carácter endógeno. Estos criterios defienden la consideración del territorio, además de como lugar donde se producen los procesos de acumulación, como agente participativo en las relaciones empresariales y actividades económicas, convirtiéndose de este modo en uno de los principales protagonistas del desarrollo. El ámbito ideal de aplicación de acciones de tipo endógeno debe ser la escala local-regional, en donde el empleo de políticas bottom-up o “desde abajo” permiten a cada territorio delinear su propia senda de progreso en función de sus capacidades, factores, condicionantes y disposición al cambio (representado por la introducción de innovaciones y mejoras tecnológicas en los sistemas productivos). Pero ¿Es posible un desarrollo de este tipo en Andalucía? Para dar respuesta a dicha pregunta, es imprescindible conocer los rasgos generales de la economía andaluza, sus características físicas y macroeconómicas básicas. Con ello es posible entender su coyuntura económica actual, sus debilidades, fortalezas y el rol que desempeña-como área periférica- la región en una economía mundial cada vez más globalizada. Una vez que se toma consciencia de la realidad económica andaluza nos preguntamos: ¿como es posible que un territorio con las enormes posibilidades -geográficas, políticas, de recursos y de procesos de acumulación de capital- que ha presentado y presenta Andalucía se mantenga en el subdesarrollo económico? Una serie de hechos, vicisitudes y decisiones políticas, sociales y económicas a lo largo de la historia aparecen como respuesta para explicar este atraso, que determinados autores clasifican de forma singular como: “el subdesarrollo andaluz”. Es pues de vital importancia la inclusión de un análisis retrospectivo que desengrane la historia económica andaluza de forma que se pueda entender de forma más clara el conjunto de circunstancias que han avocado a esta tierra secularmente al ostracismo económico. En el último cuarto del siglo XX, nuevos aires de libertad y prosperidad soplaron con fuerza por la caída del régimen fascista, la llegada de la democracia, la Constitución y el reconocimiento de la realidad histórica e identitaria del hecho andaluz mediante la instauración del autogobierno y la aprobación del primer Estatuto de Autonomía en 1981. En este nuevo escenario, Andalucía por primera vez en su historia contemporánea tenía la posibilidad (dentro de unos límites) de organizar y dirigir su política económica de forma autónoma, factor clave en cualquier proceso endógeno que se quiera llevar a cabo. La embrionaria política regional andaluza se fundamentó en la planificación y la programación instrumentadas a través de una serie de documentos - los Planes Económicos para el Desarrollo de Andalucía- de marcado carácter endógeno. Dicho carácter fue paulatinamente perdiéndose con el paso del tiempo debido sobre todo al ingreso de España en la Comunidad Económica Europea y a la creciente internacionalización de la economía mundial, que forzó a introducir criterios y principios más basados en la competencia y competitividad que en la revalorización de los recursos y capacidades autóctonas y la promoción de iniciativas cooperativas, lo que ayudó a consolidar la especialización productiva andaluza dentro del mapa de las actividades productivas del sistema económico mundial y reforzó la naturaleza periférica y dependiente de su economía . La experiencia planificadora se amplió, en gran medida, gracias a la entrada en la CEE y el establecimiento de la necesidad de elaborar y entregar unos documentos- los Planes de Desarrollo Regional- a la Comisión como requisito imprescindible para el acceso a los fondos europeos al desarrollo de las regiones menos desarrolladas, entre las que Andalucía obviamente se encontraba

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como Región Objetivo número 1. La llegada de los fondos europeos y su aplicación en la ejecución de actuaciones a nivel regional han supuesto ciertamente un punto de inflexión para la economía andaluza. Con ellos se han realizado nuevas -y mejorado otras- importantísimas infraestructuras y la comunidad ha crecido en este tiempo, de media, por encima de sus economías de referencia: Europa y España, dando lugar a lo que se ha denominado en el argot económico a un proceso de catching up o convergencia respecto a tales economías. Sin embargo, los ingentes flujos de inversión recibidos no han supuesto una verdadera transformación de la estructura productiva andaluza hacia una más diversificada y competitiva, con mayor peso de aquellas etapas de la cadena de producción que aportan mayor valor añadido y con continuas inyecciones innovadoras procedentes de un Sistema Ciencia- Tecnología-Empresa eficiente. En cambio, la economía andaluza parece estar más especializada que antes en actividades extractivas y primarias centradas en las fases iniciales del proceso productivo, con escaso aporte de valor y con demostradas incapacidades para satisfacer una demanda de trabajo que ha sido absorbida en su mayoría por los sectores turístico y constructor, que han experimentado una evolución espectacular como refugio de capitales ante la imposibilidad de obtener rendimientos en otras actividades o sectores. A pesar de la dinámica económica general, se da la paradoja de la existencia de ciertos enclaves en la geografía andaluza (cercanos al concepto marshalliano de distrito industrial) en los que el desenvolvimiento de una actividad tradicional o artesanal específica ha generado un acervo laboral y un saber hacer que han desembocado en el desarrollo de una actividad industrial y en la conformación de entornos favorables a la creación de empresas y surgimiento de ideas, abiertos a la incorporación de innovaciones y nuevas tecnologías y a la cooperación intra-empresarial. Además, la concurrencia de instituciones (locales, autonómicas y estatales) comprometidas y conscientes del valor intrínseco de esta cultura industrial, ha configurado una red de agentes y organismos (públicos y privados) centrada en la construcción de infraestructuras (transporte y comunicación), prestación de servicios a empresas, fomento de la innovación y elaboración y ejecución de políticas eficaces, que hace a estos municipios poseedores de un rico nivel mesoeconómico capaz de impulsarlos hacia su transformación en medios innovadores. Son tres los casos de sistemas productivos locales (Ubrique, Lucena y el Ejido) sujetos a estudio. Sus rasgos y particularidades alejados de las tendencias económicas andaluzas medias, los convierten en dinámicos, representando un oasis de esperanza en la esfera local en la búsqueda de un desarrollo socio-económico articulado, integrado y de naturaleza endógena a nivel autonómico. Por último, se quiere resaltar el espíritu crítico con el que se ha pretendido impregnar a todo este trabajo. Este criticismo está enraizado en el ejercicio de conciencia colectiva que debe suponer el reconocimiento de la persistencia de profundos desequilibrios sociales y económicos que impiden el progreso y avance de una tierra, la mía, en la que las posibilidades de alcanzar una vida prospera, activa, digna y completa se ven sesgadas de forma sistemática generación tras generación forzando- como ya pasara en los años cincuenta- a la búsqueda de una mejor vida y suerte fuera de ella. No obstante, es también tiempo de cambio y esperanza, es tiempo para creer que la amalgama de generaciones, la acumulación de sus experiencias, vivencias y conocimientos, pueden dar respuesta a los retos de la sociedad, superar miedos, barreras, clichés y limitaciones del pasado y configurar de esta forma un mejor futuro.

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CAPÍTULO 1. ANÁLISIS DE COYUNTURA ECONÓMICA. PASADO Y PRESENTE. 1.1. Rasgos básicos de la economía andaluza. Con una situación geográfica privilegiada, en un enclave estratégico donde confluyen el Mar Mediterráneo y el Océano Atlántico, Andalucía ha sido y continúa siendo nexo natural de unión entre dos continentes; el europeo y el africano. Esta singular localización, ha propiciado que numerosas civilizaciones; fenicios, griegos, romanos, árabes o castellanos, hayan dejado su impronta en territorio andaluz propiciando la formación de un acervo único y diferenciado; una identidad abierta y multicultural, reflejo de siglos de convivencia entre diferentes pueblos, etnias y religiones a lo largo de su historia. Este excepcional emplazamiento ofreció inmejorables posibilidades para la obtención de riquezas y rentas a través del comercio, primero con el Mediterráneo, más tarde con América. Estas ventajas locacionales fueron desapareciendo a medida que los centros de poder y control económico se desplazaron hacia el norte, pasando a convertirse Andalucía en una región periférica, tanto por su ubicación geográfica como por las características de su estructura productiva, económica y de comunicaciones1. 1.1.1. Territorio y demografía. Con una superficie total de 87598 km2-, el territorio andaluz representa el 17,3% de la superficie total del Estado Español, solo superada por la Comunidad Autónoma de Castilla y León. A nivel europeo, representa el 2% del territorio de la Unión Europea de los veintisiete, siendo su extensión superior a la de muchos estados miembros como Bélgica, Dinamarca u Holanda. Posee una particular formación geomorfológica, lo que la hace estar aislada al norte de la meseta ibérica por el sistema montañoso de Sierra Morena; de Portugal, por el río Guadiana; al oeste, por el Atlántico y al este y sur por el Mediterráneo. Esto, permite determinar a Andalucía como un espacio o región natural de Europa, en donde la riqueza paisajística puede variar de un seco desierto al punto más pluvioso de la península ibérica, de zonas alpinas a marismas o de áreas tropicales a fértiles valles. En general se distinguen tres zonas geográficas: El litoral . Cuenta con 900 Km. de longitud, en él se concentran buena parte de las actividades económicas más dinámicas como el turismo, parte importante de la industria, así como la agricultura intensiva y los servicios avanzados.

Los valles y depresiones del macizo bético. En ellos se encuentran la mayor parte de las grandes explotaciones agrícolas extensivas. La escasa capitalización y las arcaicas estructuras sociales y de la propiedad existentes han evitado la modernización de estas zonas. Las áreas de montaña. Son las más deprimidas, presentan un gran peso del sector primario (ganadería y agricultura de subsistencia) en su estructura productiva y vienen sufriendo un continuo proceso despoblador. La población andaluza, superó en 2007 por primera vez la barrera de los ocho millones de habitantes, contando en 2008 con 8.202.220 personas, el 17,8% de España, el 1,6% de la UE-27 y el 2.6% de la Zona Euro. Estas cifras colocan a Andalucía como la tercera región europea más poblada solo por detrás de Île de France y Lombardía, la primera en el conjunto del Estado por delante de Cataluña y Madrid. 1 Andalucía en la Unión Europea. “Las Comunidades Autónomas en la Unión Europea. 3ª Edición. Representación de España en la Comisión Europea.1999.

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En el estudio de la evolución de la población andaluza se debe atender a: su conformación natural, el desarrollo de su red de asentamientos urbanos y la unidad territorial en consideración. De esta manera, se observa como en las áreas urbanas y el litoral se ha producido un fenómeno de concentración de la población, de forma que actualmente la mayor parte de los andaluces vive en alguna de estas dos áreas, sobre todo en aquellas de la mitad occidental. Las primeras, que incluyen las ocho capitales de provincia más Jerez, ya en la década de los noventa acogían al 50% de la población, lo que ha reforzado el sistema de ciudades principales existente. Las segundas, han experimentado el mayor dinamismo demográfico de la Comunidad en las últimas décadas al auspicio del desarrollo del sector turístico. Las áreas agrícolas interiores han experimentado durante el siglo XX, en cifras totales, una tendencia positiva aunque no homogénea. Aquellas ciudades medias, cercanas a zonas costeras o a grandes aglomeraciones urbanas, presentan las mayores tasas de incremento poblacional mientras que aquellas que pierden efectivos o muestran cierta tendencia al estancamiento demográfico son las situadas en campiñas altas, altiplanicies o áreas de montaña. En estos últimos territorios, se esta asistiendo (de forma puntual, no general) a una recuperación demográfica al estar teniendo lugar un proceso endógeno de revalorización de recursos naturales y patrimoniales basado en la recuperación de actividades tradicionales y la aparición de nuevas fuentes de ingresos, ejemplo: el turismo rural. La población andaluza, como en general en Europa, sufre desde hace unas décadas un proceso de envejecimiento; sin embargo, esto no impide que los andaluces sigan siendo relativamente más jóvenes que los españoles o europeos. La proporción de población inferior a 15 años es mayor, 16,2%, frente al 14,4% de España y el 15.7% de la Zona Euro. El contingente de población de edad avanzada (superior a 65 años) representa el 14,6% del total, inferior también a la media estatal (16,5%) y a la de Euro Zona (17%). Estos datos permiten que Andalucía presente un índice de dependencia del 44,5%, menor que el de sus economías de referencia. Desde el año 2000, la población extranjera ha venido incrementándose de forma ininterrumpida hasta el punto de ser la principal causa del crecimiento y sustento demográfico producido en los últimos años en Andalucía y España. De este modo, en 2008, este segmento poblacional representaba los 7,6% de la población residente en la región, en su mayoría procedentes de Marruecos, Reino Unido y Latinoamérica.

1.1.2. Estructura productiva A pesar de la concurrencia de una hiperespecialización productiva en ciertas ramas agrícolas y agroindustriales, la presencia en la región de recursos minerales (metálicos y no metálicos), ciertas infraestructuras, recursos humanos y la posibilidad de aprovechar las potencialidades del campo andaluz y de un clima que puede considerarse como recurso natural, ofrece; sin embargo posibilidades diversificadoras a la estructura productiva andaluza. En el sector agroalimentario, el protagonismo absoluto lo tienen el subsector hortofrutícola y las grasas y aceites animales y vegetales. En la rama de bienes intermedios se fabrican desde productos marroquineros hasta muebles, pasando por calzado o joyería. En el sector industrial destacan; la alimentación, bebidas y tabaco; la química, los productos farmacéuticos y la primera transformación de materiales, por encima de otros sectores como la minería no metálica o los productos metálicos.

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Gráfico 1.1. Porcentaje del VAB de cada sector sobre el total en euros corrientes. Año 2008.

Andalucía España

Europa

Fuente: IEA, INE, Eurostat en Informe Económico de Andalucía 2008.

El sector primario (agrícola, ganadero y pesquero) andaluz, según datos recogidos en el Informe Económico de Andalucía 2008 y tal y como se puede apreciar en el Gráfico 1.1, representa el 5% de la aportación total del conjunto de sectores productivos y supone en torno a la cuarta parte del valor añadido generado por el sector en España. Algo comprensible cuando Andalucía, con 6.004.528 hectáreas de cultivo, es la primera Comunidad Autónoma en superficie cultivable- 18% del total - y en número de explotaciones, ya que el 24,5% de las mismas se encuentran en territorio andaluz. Un dato importante a destacar es que el sector primario andaluz incorpora un porcentaje de valor añadido por unidad de producción superior a la media del conjunto de sectores productivos, en 2005, último año del que se disponen datos, el VAB a precios básicos del conjunto de las ramas primarias ascendía al 61,4% mientras que la media del conjunto de los sectores productivos era del 46,4%. Gráfico 1.2. Participación de las producciones agrícolas andaluzas en el total. Porcentajes. España=100

NOTA: producción valorada en volumen. Fuente: Informe Económico de Andalucía. Elaboración: Secretaría General de Economía. Junta de Andalucía.

Por cultivos, en el Gráfico 1.2- que refleja la participación de los cultivos andaluces en el conjunto de las regiones españolas- se observa como el olivar es el cultivo por excelencia de la agricultura andaluza con un 83,5% del volumen de producción estatal, dato para nada sorprendente siendo la Comunidad el mayor productor mundial de aceite de oliva del mundo. A continuación, le siguen las hortalizas (44,6%), seguidas de cultivos industriales herbáceos, cítricos y tubérculos,

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prácticamente todos ellos en torno al 20% de participación en la producción total española. La pesca es de vital importancia para la economía-sociedad andaluza, más que por su participación en el VAB regional, por su valor como actividad tradicional. El sector pesquero andaluz es el segundo en importancia tras el gallego, tanto por número de buques como por descargas en puerto. Desde hace unas décadas el sector se encuentra en una grave crisis debido a la sobreexplotación de caladeros, la contaminación y la prohibición de pesca en caladeros tradicionales como el marroquí, lo que ha llevado al sector a varias reconversiones de su flota pesquera En 2008, el sector industrial andaluz cifró su participación en el VAB regional en un 11,7%, un 9,3% del total español. En términos de ventas, el 52,3% de las mismas, provinieron de la alimentación, bebidas, tabaco, coquerías, refino de petróleo e industrias químicas, lo que deja al descubierto uno de los rasgos más importante del sector: su elevada concentración productiva. Concentración que se repite a nivel espacial (en consonancia con otras regiones y países del entorno) y que en caso andaluz se produce en la mitad occidental de la región, siendo mayor su peso – como ya se ha comentado- en las aglomeraciones urbanas y en el litoral. De este modo encontramos que: En la ciudad de Sevilla se concentra en torno al 25%, es una industria diversificada donde predominan las empresas de material de transporte (automóviles, barcos y aviones), metálicas y alimentarias, ocupando esta última un lugar destacado por ser una industria de relación directa con el sector agrario que produce efectos multiplicadores en la economía regional. Málaga cuenta con una tradición industrial bastante importante, en la actualidad las actividades se centran en los subsectores: alimentario, textil y de nuevas tecnologías, estas últimas relacionadas con el Parque Tecnológico de Andalucía. La bahía de Cádiz y Jerez aglutinan aproximadamente el 15% de la industria andaluza. La producción está especializada en dos sectores: el material de transporte (barcos) y la alimentación, cuya rama más conocida es la vitivinícola. Ambas han creado a su alrededor industrias auxiliares de cierta importancia. Huelva y la bahía de Algeciras son áreas industriales de características similares especializadas en la química básica (si bien la primera produce más variedades de productos) ligada a las refinerías de petróleo que representan al menos el 20% de la potencia instalada y de consumo eléctrico de la Comunidad. Jaén aglomera el 5% de la industria andaluza, está orientada a la cerámica, vidrio, cemento, materiales de transporte y productos farmacéuticos; sin embargo, la actividad principal gira entorno a la fabricación de aceite, relacionada directamente con el monocultivo del olivar que convierte a la provincia de Jaén en la primera productora de ese producto en Andalucía. En general, en todas estas áreas industriales prevalecen las pequeñas y medianas empresas de escasa capitalización, bajo nivel tecnológico y demanda media-débil que encuentran numerosos obstáculos para resultar competitivas. Las industrias de Huelva y la bahía de Algeciras rompen en cierto modo esta dinámica ya que presentan un mayor tamaño, capitalización y una demanda media-alta que; sin embargo, no han sabido traducir en una superior capacidad de generar empleo creando de forma anexa serios problemas ambientales y para la salud en las localidades vecinas. Por otra parte, en Málaga y Sevilla se instalaron sendos Parques Tecnológicos para reducir el déficit tecnológico de la Comunidad que fuerza a la importación e impide la creación de una capacidad innovadora endógena. Sus resultados están aun por evaluar dada la precocidad de las

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iniciativas2. Adicionalmente, existen una serie de municipios alejados de estas grandes áreas urbanas, en el medio rural, en los que ciertas actividades tradicionales y artesanales han evolucionado en industriales creando un arraigo en la estructura productiva y saber hacer de la comunidad que ha llegado hasta nuestros días. La construcción ha sido uno de los motores económicos de la región en la última etapa de crecimiento de la economía andaluza presentando tasas de crecimiento y generación de empleo superiores al resto de sectores. Para reflejar la importancia de este sector, se pueden aportar algunos datos como su participación en el VAB regional, que alcanza el 13,4%, el porcentaje que representa en el total estatal (16%) o el número de empresas del sector en España radicadas en la Comunidad (13%). Sin embargo, en 2008 la tendencia comenzó a cambiar, la demanda se contrajo, y se endurecieron las condiciones crediticias en los mercados financieros que restringieron la concesión de préstamos hipotecarios para compra de vivienda, la actividad se desaceleró, reduciéndose el número de empresas del sector e incidiendo de forma dramática sobre la ocupación y el empleo tras doce años de ininterrumpido aumento. Gráfico 1.3. Indicador de actividad residencial. Variación interanual. Porcentajes.

Andalucía España

Fuente: Informe Económico de Andalucía 2008. Elaboración: Secretaria General de Economía. Junta de Andalucía.

En el Gráfico 1.3 se puede observar esta tendencia decreciente del sector que ofreció los primeros indicios de desaceleración en 2007, año en el hay un importante descenso en la iniciación de viviendas que se ha trasladado de igual forma a los precios por vivienda y metro cuadrado. Un dato importante es el publicado por el Ministerio de Vivienda en Junio de 2009, recogido en el Informe Económico de Andalucía 2008, que se hacía eco del importante stock viviendas de renta libre existentes en España: 613.512, de las cuales, 104.861 estaban en Andalucía (17,1%), porcentaje que ascendía al 18,27% si se incluían en el estudio aquellas viviendas en construcción no vendidas. De este modo, la Comunidad andaluza, tiene 12,7 casas vacías por cada 100 habitantes, situándose a la cabeza de las Comunidades Autónomas de viviendas libres sin vender y

2 CARAVACA, I; GONZÁLEZ, G; MÉNDEZ, R y SILVA, R. (2002): “Innovación y Territorio. Un análisis comparado de sistemas productivos locales de Andalucía”. Consejería de Economía y Hacienda. Junta de Andalucía.

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en un contexto social en que la juventud andaluza encuentra graves problemas de emancipación y acceso a una vivienda. El sector servicios es el más dinámico de la economía andaluza desde antes incluso de la llegada de la democracia, asistiéndose a lo que se ha denominado un proceso de terciarización de la economía cuyas consecuencias más visibles son la aportación del sector al VAB regional (70%), la importancia del mismo a nivel estatal, supone el 14,2% y una tasa de ocupación que representa el 69,3% del total en la Comunidad y el 15,9% del total de ocupados en España en el sector3. La estructura productiva, que sigue un patrón casi idéntico a la española, está principalmente representada por dos subsectores que constituyen entre ambos el 40% al VAB del sector a precios corrientes: las inmobiliarias y servicios sociales (24%) y el comercio y reparación (16%). Tras estos dos subsectores líderes, vienen cuatro sectores que fluctúan entorno a la misma aportación al VAB; hostelería y Administración pública, ambos con el 11%; actividades sanitarias y veterinarias y transporte y comunicaciones (10%)4. Es digno de mención el incesante crecimiento que viene experimentando el subsector intermediación financiera que junto con la hostelería parecen ganar terreno progresivamente al resto de subsectores5. Gráfico 1.4. VAB actividades terciarias sobre el total a precios básicos en Euros corrientes. Año 2005. Fuente: Contabilidad Regional anual de Andalucía base 2000( IEA); Contabilidad Nacional de España base 200 (INE) en Informe Económico de Andalucía 2008. Elaboración: Secretaría General de Economía. Junta de Andalucía.

Dentro del sector servicios, uno de los subsectores de mayor relevancia para la economía andaluza es el turismo. Andalucía, en 2008, con 25,1 millones de visitantes y una oferta turística comprendida de 5297 establecimientos y 447.205 plazas de alojamientos turísticos, se confirma como una potencia turística dentro del sector turístico español. A nivel estatal, se confirmó como primer destino del turismo doméstico recibiendo el 52,8% de los viajeros residentes en España que realizaron algún desplazamiento. Málaga, Cádiz y Huelva se posicionan como las provincias más atractivas y con mayor capacidad de recibir visitantes. En su mayoría, los visitantes proceden de: otras Comunidades del Estado, (29,6%), de la Unión Europea (29,1%) y del resto del mundo (9,5%), aunque es el turismo autóctono andaluz el más

3 Datos 2008. 4 Últimos datos disponibles de 2005. 5 Informe Económico de Andalucía 2008. Capítulo 5. Estructura Productiva. Consejería de Economía y Hacienda.

Junta de Andalucía.2009.

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importante en términos cuantitativos con el 31,5% de los turistas que visitaron Andalucía en 2008. Desglosando estos datos de manera más detenida, se desprende que los británicos fueron los que más se desplazaron a la región en 2008 (22,6%), a gran distancia de: alemanes (15,1%), franceses (9,8%) e italianos (7%). De entre los no europeos, destacan los turistas americanos que representaron el 5.6% del total y los japoneses que supusieron el 3%. La oferta turística andaluza es amplia y variada contando con: hoteles, hostales, pensiones, apartamentos, campings y casas rurales. Su peso relativo dentro de la oferta turística andaluza se puede observar en el Gráfico 1.5 Gráfico 1.5. Alojamientos turísticos. Plazas disponibles en porcentajes.

Fuente: Consejería de Turismo, Comercio y Deporte. Junta de Andalucía. Elaboración: propia a partir de datos de Informe Económico de Andalucía 2008.

Como se desprende de los datos, el mayor número de plazas se encuentran en hoteles (53%) seguidos de campings (21%) y apartamentos (16%) protagonizando el resto de alojamientos un papel más residual. Es de especial mención el peso que dentro de los hoteles, tienen aquellos catalogados como de cuatro estrellas: el 56,65% y que junto con los cinco estrellas concentran casi las dos terceras partes (62,5%) de la oferta hotelera andaluza, lo cual afianza a Andalucía como un destino de calidad con capacidad competitiva a nivel internacional.

1.1.3. Mercado de trabajo Andalucía contó en 2008, según el Informe Económico de ese mismo año, con una población potencialmente activa, es decir, mayores de dieciséis años que están facultados para trabajar, de 6.659.500 personas. De otro lado, el número de personas incapacitadas (física, psíquica o debido a su edad) para el ejercicio laboral o no que no deseasen trabajar (inactivos), ascendió a 2.286.150. La población ocupada alcanzo los 3.149.700 de una población activa total de 3.833.330 (el 46,73% del total poblacional), lo que dejó un contingente de población desocupado de 683.600 personas. Estos datos, traducidos a porcentajes nos dejan una tasa de ocupación aproximada del 82,2%, una tasa de paro del 17,8% y una tasa de actividad que alcanza un récord histórico situándose en el 57,6%, similar a media europea. Por sectores productivos, se observa como el sector servicios ha experimentado desde 1977 (representaban entorno al 45% de los ocupados entonces) un incesante proceso de avance en lo que respecta al empleo, en detrimento del resto de actividades económicas, que han ido perdiendo peso de forma continuada. En este sentido y como refleja el Gráfico 1.6, en 2008, los servicios absorben el 69,5% de la población ocupada, hecho que los coloca como el sector preponderante de la economía andaluza en términos de empleo. Otra de las características más sobresalientes de

53%

2%

16%

21%

6%3%

HotelesCasa rurales

Apartamentos

Campings

Pensiones

Hostales

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la estructura productiva andaluza presente es la reducción del peso de los sectores primarios en la ocupación. Si comparamos el dato de 1977- que rondaba el 28%- con el actual (7%), se observa la tremenda reducción de la carga de este sector en cuanto se refiere al empleo que; sin embargo, no impide que un cuarto de los agricultores españoles se concentren en la Comunidad andaluza, originando un fenómeno solo compartido en Europa por la vecina Comunidad Autónoma de Extremadura: el campesino asalariado o jornalero6. Gráfico 1.6. Población ocupada por sectores productivos. Porcentajes. 2008.

Fuente: EPA (INE), IAE Elaboración: propia a partir de datos de Informe Económico de Andalucía 2008.

La construcción es el segundo sector más importante en este apartado acumulando el 13% de la población empleada en Andalucía. Esta tesitura tuvo su inicio a mediados de la década de los noventa- en torno a 1996- cuando el boom y la posterior burbuja inmobiliaria surgida a raíz de la especulación, llevaron a una descontrolada presión urbanística sobre el territorio, que fue de mayor intensidad en las áreas litorales.

El sector industrial, aparece como uno de los grandes puntos negros del mercado de trabajo andaluz. Los sucesivos intentos de industrialización ejecutados han resultado fallidos y han configurado un tejido industrial andaluz que muestra una incapacidad congénita para la creación de empleo, lo cual se refleja en su baja aportación al mercado laboral que solo representa el 10% de los ocupados en la región. Un hecho curioso en la ocupación del mercado laboral andaluz es que a pesar de poseer una estructura de ocupación más joven que la media española (el colectivo hasta los 40 años representa el 55,7% de los ocupados), el segmento “menores de 25” presenta tasas de ocupación inferiores, lo cual se traduce en un desempleo juvenil elevado, por encima de las medias europeas y estatales. Como apartados positivos en materia de ocupación son destacables los esfuerzos en educación e integración realizados desde las instancias gubernamentales para: I) el aumento de la cualificación y educación de la población que se refleja en el salto dado desde los años ochenta, cuando el nivel de empleados con estudios secundarios o universitarios era del 37,5%, hasta la actualidad, en que este colectivo asciende al 82,9% de los ocupados (62,5% secundaria, 20,4% universitarios) II) la progresiva integración de la mujer en el mercado laboral alcanzando en 2008 la tasa de ocupación femenina el 39,5%, siendo este dato un máximo histórico. En cuanto a la actividad, decir que el segmento de población con mayores tasas es el comprendido 6 Andalucía en la Unión Europea en: “Las Comunidades Autónomas en la Unión Europea. 3ª edición.

Representación de España en la Comisión Europea.1999.

Ocupados %

0

10

20

30

40

50

60

70

80

Sector primario

Sector secundario

Construcción

Sector terciario

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entre los 25 y 44 años, siendo el menor el de menores de 25 años, hecho que va en consonancia con la situación de este colectivo en el apartado ocupación. La inactividad es una situación que en Andalucía, afecta entorno al 42,4% de las personas mayores de 16 años y que incide de modo más intenso en el colectivo femenino. En su mayoría, son personas que: a) trabajan en el hogar (33,4%), cuyo número decrece anualmente por la incorporación de la mujer al mercado laboral. b) son jubilados (28,5%), en un contexto de continuo envejecimiento de la población en Europa. c) estudian (15,9%), por la extensión del periodo de formación obligatorio así como por la mayor propensión a cursar estudios universitarios en la sociedad actual. El desempleo es uno de los talones de Aquiles de la economía andaluza y es considerado un problema de carácter estructural. El desempleo estructural tiene su origen en los años ochenta con la vuelta a su país de cientos de miles de andaluces que se vieron forzados a emigrar y que con su retorno aumentaron de forma considerable la población activa, esto cayó como una losa al ya por aquel entonces endeble sistema productivo, creándose una bolsa de desempleados que perdura hasta nuestros días. Desde 1986, año en que la tasa de paro alcanzó el 30% - el 36,7% del cual era considerado estructural- se han realizado progresos. En 2006 se alcanzó un mínimo histórico de la tasa de paro (12,7%) y en 2008, el paro estructural se redujo al 11,7%; sin embargo, la llegada de la crisis ha mostrado la debilidad del mercado laboral andaluz y la persistencia del problema del paro estructural. En 2008 la tasa de desempleo se situó en el 17,8%, llegando en 2009 a cifras cercanas al 30%, convirtiéndose Andalucía de largo en la Comunidad Autónoma con la mayor proporción de ciudadanos sin empleo, afectando este de manera más intensa a mujeres y jóvenes. Por último es destacable resaltar el papel que juega en Andalucía la economía sumergida y el empleo irregular. Algunos estudios7 han estimado el peso de este tipo de actividades “ocultas” afirmando que durante toda la década de los noventa supuso de media un 22% del PIB andaluz y que en el año 2000 ascendía al 18,37% frente al 16,31% de media del resto de Comunidades Autónomas. Esto significa que aunque el desempleo se haya convertido en un problema social y económico de alcance, muchas familias obtienen rentas de forma irregular que les permiten tener vidas dignas pero que al mismo tiempo les mantiene ajenos al sistema, tanto para lo bueno (derechos laborales, pensiones) como para lo malo (obligaciones contributivas a la seguridad social).

1.1.4. Comercio exterior Desde las dos últimas décadas, aunque de forma más aguda en los noventa, la economía andaluza viene siguiendo una trayectoria de creciente internacionalización y apertura que ha resultado en un cuantioso incremento del volumen de comercio con el exterior. Si en 1990 las exportaciones e importaciones sumaban 7.309 millones de Euros, en 2008, la cantidad ascendía a 43.964 millones. Este repunte de la actividad comercial con el exterior ha sido tan intenso que se ha mostrado más dinámico incluso que el propio PIB, hasta el punto que el total de intercambios respecto a este representa en 2008 el 28,9%, o lo que es lo mismo: el grado de apertura de la economía andaluza rozó el 30%, un dato histórico. El alza del comercio internacional en la región ha evolucionado de forma simultánea a la mejora

7 La economía sumergida en Andalucía. Consejo Económico y Social de Andalucía. Junta de Andalucía. 2002.

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en la competitividad de los productos andaluces en los circuitos globales de intercambios; no obstante la dependencia que Andalucía tiene de determinados productos (sobre todo energéticos) hace que en el total, el diferencial entre lo vendido y lo comprado se decante hacia este último, presentando pues la balanza comercial andaluza un déficit, que en 2008, se calcula está entorno al 6,8%, menor que el registro español (8,6%). La tasa de cobertura es también menor, en particular, los ingresos por exportaciones que recibe España sirven para cubrir el 66,7% de los pagos por importaciones mientras que en Andalucía solo cubren el 61,9% de los mismos. Analizando con detenimiento las importaciones, se advierte como el 40,7% provienen de países pertenecientes a la OPEP, en concreto de: Argelia (11,9%), Nigeria (10,2%) y Arabia Saudita (8,3%). Obviamente la razón de esta estructura de compras en el exterior responde a la necesidad que tiene Andalucía de productos minerales energéticos, que representan el 59,55% de todas las importaciones, siendo el aceite de crudo de petróleo (29,6%) y el gas de petróleo (14,9%) los que mayor demanda presentan en esta categoría. Tras los países de la OPEP, la Comunidad Andaluza a nivel de agrupaciones económicas, compra preferentemente a países pertenecientes a la OCDE (33,4%), seguida de la UE-27 (26,8%), representando aquellas adquisiciones a miembros de la Eurozona el 83,6% de éstas últimas. Por países, Italia (25,6%), Alemania (16,8%), Países Bajos (16,2%), Portugal (14,9%) y Francia (13,4%) son las procedencias principales de las importaciones andaluzas en Europa. Gráfico 1.7. Origen de las importaciones andaluzas. Porcentajes sobre el total. 2008.

Fuente: IEA en Informe Económico de Andalucía 2008. Elaboración: Secretaría General de Economía. Junta de Andalucía.

Andalucía exporta prácticamente a todos los países del mundo, lo hace además de forma más diversificada que hace unos años cuando 14 estados copaban el 80% de las ventas al exterior. La OCDE (74,7%) y la UE-15 (82,7%) son los bloques económicos más relevantes en este apartado. Por países, son algunos de los pertenecientes a la Zona Euro: Francia, Italia, Alemania y Portugal, los principales destinos de los productos andaluces, acaparando entre ellos el 45,7% del total de ventas al exterior. Es destacable la proporción de lo exportado en 2008 con destino Estados Unidos, un 4,7%, pero más aun que el Reino Unido acapare el 60,8% de las exportaciones de entre los socios comerciales de Andalucía ajenos a la Eurozona. Es también importante mencionar que los principales destinatarios de las compras andaluzas en el exterior; los países miembros de la OPEP, solo suponen el 3,6% del total de exportaciones. Este hecho da lugar al surgimiento de un saldo de la balanza comercial negativo que resulta el principal

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causante del déficit comercial andaluz pues la región presenta superávit de su balanza comercial con 18 de los 27 miembros de la Unión Europea, el conjunto de naciones perteneciente a la OCDE así como con los Nuevos Países Industrializados. Es curioso que pese a que el déficit comercial venga provocado por la importación de petróleo, el producto andaluz más demandado en el mundo sea precisamente el refino de petróleo que representa el 10,8% de las exportaciones, tras el, viene el producto estrella de la región: el aceite de oliva que supone el 7,8% del total de ventas al exterior. Por último, se debe comentar la inversión de las empresas andaluzas en el extranjero y viceversa. Andalucía es netamente receptora de inversión, es decir, recibe más capital del que invierte fuera. Esta tendencia; sin embargo difiere con la seguida por la economía española, más proclive en la última década a expandir sus intereses por el mundo. Gráfico 1.8. Destinatarios de las exportaciones andaluza. Porcentajes sobre el total. 2008.

Fuente: IEA en Informe Económico de Andalucía 2008.

Elaboración: Secretaría General de Economía. Junta de Andalucía. En términos cuantitativos, Andalucía se confirma tras Madrid, Cataluña y Valencia como la cuarta Comunidad Autónoma en recepción de inversión con un 1.5% del total, cifra muy alejada del volumen real debido al “efecto sede social”, que beneficia claramente a Madrid, donde la mayoría de empresas extranjera ubican su sede y donde son registradas las inversiones aunque se realicen efectivamente en otro lugar. En lo que respecta a las inversiones extranjeras en empresas andaluzas, en 2008, procedieron fundamentalmente de los Países Bajos, con un 73,1% del capital invertido. El 63,1% del total tuvieron como destino el sector primario, en particular las ramas de plantas, flores, semillas, fertilizantes… etc. El sector servicios acaparó el 30,5% de la inversión, fundamentalmente distribuida en actividades de tipo inmobiliario, de alquiler y de servicios empresariales. En los últimos años, dentro de estas actividades, la investigación y desarrollo esta absorbiendo un elevado porcentaje del capital extranjero invertido en dicho sector. Por otra parte, el peso de la inversión extranjera en la construcción y en la industria es mínimo y cercano al 3% en cada caso. Las inversiones de empresas andaluzas en el extranjero tienen como destino en el 68,3% de los casos a Argentina, seguida de Estados Unidos (15,8%) y el conjunto de la UE-27, con el 14% de la inversión. Por sectores, son las actividades industriales las preferidas por los inversores andaluces para la promoción exterior y en el 79,8% de los casos, el capital se destina a este tipo de actividades. Los servicios son a su vez otro sector preferente para la empresa andaluza con intereses en el extranjero acumulando el 19,2% del total de inversiones. Los sectores primario y de la construcción, en cambio tienen una participación mínima en este apartado

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1.2. El contexto histórico andaluz El predominio de una serie de características de forma secular en la historia de la economía andaluza ha configurado un perfil económico tan particular y marcado que ha llevado a una serie de economistas como Román, Delgado Cabeza o Alburquerque a tipificar la situación de atraso estructural de su economía como el subdesarrollo andaluz. Este subdesarrollo andaluz estaría representado por una economía en el que el peso del sector agrícola es aun importante y en el que la continua incorporación de maquinaria y tecnología han provocado un efecto expulsión del campo que intensifica uno de los rasgos más significativos de la economía andaluza; el desempleo, ya que el único factor productivo abundante es el trabajo. La estructura latifundista, es decir, la concentración de grandes extensiones de propiedad en pocas manos hace que se concentren también por ende tanto las rentas como la capacidad de decisión sobre la producción que se orienta básicamente a otros mercados dejando patente otro de los rasgos del tejido productivo andaluz; su desarticulación, los productos andaluces tienen canales de comercialización que los conectan con el exterior pero no con su propio mercado. Todo ello estructura una economía sin ligaduras intersectoriales en la que cada rama de actividad parece desarrollarse independientemente de las demás de forma que estén incluso sesgadas de forma geográfica. El atraso casi endémico que presenta Andalucía ha sido una fuente de discusión constante en el mundo académico y éste no ha conseguido catalogarlo de forma taxativa. Incluso la ciencia económica ortodoxa no ha representado una respuesta satisfactoria pues sus factores condicionantes para el desarrollo: acumulación de capital, tasas de ahorro elevadas y existencia de espíritu empresarial no cuadran con la tipología de subdesarrollo que se dan en la región. Otras enfoque presenta el atraso andaluz dentro de la teoría de la dependencia y la lógica centro-periferia, ésta afirma que el subdesarrollo es algo inherente al desarrollo de forma que la historia de Andalucía no se entendería sin atender a la evolución de otras regiones y países que siguieron satisfactoriamente la senda del desarrollo y que de alguna forma condicionaron el suyo. Por último también se ha pretendido comparar Andalucía con el marco teórico del “mezzogiorno italiano” en donde el ahorro andaluz habría ido a financiar otras regiones8. En el presente trabajo se realiza un estudio de la realidad económica andaluza con la convicción de que para una profunda comprensión de la situación económica actual es básico retroceder en el tiempo y dar una visión retrospectiva de la misma así como de su evolución histórica como clave para afrontar los problemas y vicisitudes a los que la sociedad andaluza debe hacer frente en el presente y lo que es aún más importante, para que el conocimiento de los mismos permita dar respuestas y soluciones a los desafíos futuros de la región. En este sentido, a continuación se presenta la evolución de la economía y la sociedad andaluza dividida en cuatro periodos desde el antiguo régimen, pasando por el paso al nuevo y las transformaciones del siglo XIX, el cuestionable “desarrollo” conseguido en los últimos años del régimen franquista y el “salto cualitativo” de finales del siglo XX con la llegada de la democracia, la integración en Europa y la llegada de fondos europeos al desarrollo.

8 MARTINEZ ROMERO, M. F. (1997): “Origen y causas del subdesarrollo andaluz”. Universidad de Cádiz. I

Congreso de Ciencia Regional de Andalucía: Andalucía en el umbral del siglo XXI.

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1.2.1. Andalucía en el Antiguo Régimen. Si el desarrollo de una región lo marcan los condicionantes ortodoxos antes mencionados, Andalucía en el siglo XVIII, se encontraba en una situación inmejorable en este siglo para conseguirlo. Con un 80% de sus tierras cultivables y con rendimientos superiores a la media de los campos de cultivo españoles, el excedente agrícola era una realidad (acumulación de capital), y situaba a sus propietarios con la capacidad de ahorro necesaria para poner en marcha proyectos de inversión9. Entonces ¿porque no se produjo el “despertar” de la economía? La razón; la estructura de propiedad de la tierra en grandes propiedades o latifundios repartidos entre la Corona, la nobleza, la Iglesia y pequeños arrendatarios. Estas instituciones actuaban racionalmente (desde un punto de vista económico) e invertían el ahorro procedente de la agricultura, en aquello que les reportaba mayores beneficios sin ningún riesgo, a entender; la adquisición de tierras. Y en efecto ese era el negocio más rentable dadas las condiciones del pueblo andaluz, compuesto mayoritariamente de jornaleros con escasa capacidad económica y que sobrevivían con el escaso salario del trabajo en el campo y de rentas provenientes de actividades artesanales pre-manufactureras. En este contexto, una inversión para la producción de productos donde no existía un potencial mercado era obviamente desalentadora. Pero existe otra vertiente que explica esa aversión de los propietarios del capital a la inversión por el miedo a perder el status que poseían; ya que era esa estructura social de dominio y explotación del campesinado la que permitía el mantenimiento de tan privilegiada situación. Es digno de mención a su vez como no toda la acumulación de capital se generaba en la agricultura ya que en esa época el comercio jugaba un papel también importante en la economía de ciertas ciudades andaluzas provenientes de dos ramas diversas: el monopolio del comercio americano y el comercio con extranjeros. Los traspasos de Sevilla a Cádiz de la Casa de la Contratación y el resto de oficinas reales para el control del monopolio comercial con América dotaron la ciudad durante un tiempo de una actividad comercial inédita y permitió a numerosos comerciantes acumular el capital necesario para poner en marcha iniciativas empresariales alejadas de la agricultura. Sin embargo, la falta tradición en la fabricación de manufacturas que permitieran competir en los mercados nacionales e internacionales y de una cultura empresarial emprendedora hizo que se los capitales se desviaran hacia actividades no industriales como la compra de fincas urbanas o rurales. La condición portuaria de Málaga y una estructura de propiedad de la tierra más minifundista permitió a un cierto campesinado iniciar una producción vinícola y de uvas y la llegada de comerciantes extranjeros a la ciudad. Estos extranjeros, tenían el control de la comercialización de los productos actuando como intermediarios lo que les convertía en los verdaderos receptores del negocio generado. En esta posición eran capaces de controlar las condiciones de compra-venta y por ende el precio pagado a los agricultores. El excedente creado en estas producciones se escapaba una vez más de aquellos que lo generaban incapacitando su inversión en actividades industriales pues a los comerciantes extranjeros para nada interesaba revertir una situación que les beneficiaba casi exclusivamente a ellos y con el riesgo adicional de comenzar una actividad manufacturera para un mercado casi inexistente como el andaluz.

9 DELGADO CABEZA, M (1981): “Dependencia y marginación de la economía andaluza”. Publicaciones del Monte de Piedad, Caja de Ahorros

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1.2.2. Siglo XIX. ¿La oportunidad perdida? Las desamortizaciones eclesiásticas y civiles comenzadas a finales del siglo anterior y continuadas durante el XIX, ofrecieron una oportunidad de cambio al campo andaluz. Lamentablemente este no llega nunca a ocurrir por que el trasvase de grandes extensiones de tierras acaba de forma mayoritaria en manos de los grandes terratenientes y de un grupo de arrendatarios, sobre todo comerciantes, que crean una nueva clase social denominada burguesía agraria andaluza propietaria de grandes cantidades de capital. Esta burguesía agraria jugará un papel central en la nueva fase de desarrollo andaluz caracterizada por la llegada de capital extranjero procedente de las fases de acumulación y creación de excedentes de los procesos industrializadores finalizados en diversos países (sobre todo del Reino Unido) y que tenían la necesidad de desplazarse hacia otras áreas geográficas para la expansión y control de otros mercados. El capital extranjero se asoció con esta burguesía agraria para la realización de proyectos, sobre todo en la minería y la construcción del ferrocarril. Estas inversiones lejos de provocar un desarrollo en la región supusieron más bien un expolio de los recursos naturales y la introducción de los mismos en los circuitos internacionales de mercancías. De esta forma el capital extranjero no se dedicó a articular el tejido productivo andaluz conectando los centros extractivos y productivos con las principales ciudades para su transformación y puesta a disposición del mercado andaluz, se limitó a conectar los estos centros con puertos para su transporte hacia los núcleos transformadores en las principales ciudades industrializadas de Europa. De esta manera, lejos de impulsar el desarrollo económico de Andalucía, se asistió a una explotación en un régimen quasi-colonial que intensificó los problemas existentes integrando a la región en las redes internacionales de comercio de una forma subordinada y dependiente y creando una dualidad: la realidad de que Andalucía seguía siendo una tierra atrasada en la que se aplicaban las últimas técnicas y métodos de producción industrial en determinados sectores aislados sin conexión con el resto de un sistema productivo pre-capitalista, eliminando de este modo los posibles efectos reproductores que podrían haber tenido estas actividades sobre el conjunto del sistema. Se produce en aquel momento lo que afirma Delgado Cabeza (1981) como <<el paso de una sociedad atrasada a una moderna sociedad subdesarrollada >>. Sin embargo y para ser fieles a la historia, se deben nombrar un par de iniciativas industriales que pudieron haber supuesto la verdadera semilla de un desarrollo industrial autóctono y autocentrado en Andalucía. Surgieron a mediados de siglo ambas en Málaga, donde, auspiciadas por el ya comentado comercio internacional que atraía su puerto y que otorgaba a la ciudad y sus ciudadanos otros aires bien diversos de aquellos que se respiraban en el interior, una serie de comerciantes malagueños con el suficiente excedente y disposición a la diversificación inversionista, decidieron poner en marcha dos proyectos; uno textil y otro siderúrgico que aparecieron como las grandes esperanzas andaluzas contra el predominio catalán y vasco en ambos sectores y a decir verdad, durante un periodo de tiempo, sobre todo en el caso de la siderurgia, representaron una seria alternativa a éstos. La siderurgia ya desde su nacimiento se encontró con dos grandes limitaciones: (I) la falta de un sistema de infraestructuras ferroviarias para transportar la materia prima (hierro y carbón vegetal) desde otros puntos de la región -como Córdoba- hacia los centros de producción (II) la evolución de las técnicas, que dejó obsoletas las utilizadas en la siderurgia malagueña. Esto, unido a la inexistencia de una cultura ferretera, un mercado interior donde colocar los productos, el progresivo incremento de los costes por la escasa calidad de las materias primas y su dificultad de transporte, acabo por minar la siderurgia malagueña que finalizó su actividad en 1890, si bien es

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cierto que durante treinta años ostento el liderazgo del sector en España10. El sector textil no corrió la misma suerte que el anterior y mientras se mantuvo activo siempre mostró una debilidad congénita. Nacido para suplir las demandas de productos básicos (vestidos) de los campesinos y con una demanda local fuerte, se fue diluyendo a la par que la competencia exterior (también la catalana) iba in crecento. Los sectores malagueños industriales compartían con las propuestas inversoras extranjeras mineras y ferroviarias principalmente un defecto; su incapacidad o falta de voluntad de integrar a la población local y regional en sus circuitos comerciales. La difusión de los beneficios industriales a otras capas de la sociedad podría haber creado un mercado demandante de sus productos que a su vez hubiera insertado estas dos actividades en el tejido socio-económico de la ciudad no como actividades aisladas sino como parte de un sistema endógeno que habría sido la base de una industrialización integrada. En conclusión: el siglo XIX andaluz supuso más que una oportunidad perdida, la confirmación de un desarrollo industrial imposible sin la concurrencia primero de una serie de transformaciones y cambios de las estructuras económicas y sobre todo sociales como premisa básica para una economía autocentrada con capacidad para impulsar una industrialización decidida, articulada e integrada capaz de crear efectos difusores en otros sectores y de reproducción de la acumulación del capital en el territorio.

1.2.3. El siglo XX andaluz; Guerras, aislamiento, marginación y desarrollo relativo. Hemos visto como los cambios necesarios para la transformación social y económica de Andalucía no tuvieron lugar en el siglo anterior, desgraciadamente no ocurrieron tampoco durante la primera mitad de este siglo. La burguesía agraria andaluza, propietaria del capital y su excedente era clara beneficiadora del sistema establecido y lógicamente no tenía ninguna intención de propiciar cambio alguno. Mientras, en otras regiones, un conjunto de transformaciones las convirtieron en los centros industriales debido en gran parte a las ventajas obtenidas por el comercio desigual con otras regiones como Andalucía consistente en el aprovechamiento de los recursos naturales y que repercutió de forma directa sobre los diferenciales salariales, de productividad y de competitividad industrial, creándose una divergencia que consolidó la división internacional del trabajo entre la periferia y el centro (materias primas y alimentos por productos manufacturados). De esta forma la región entra el siglo XX, y la situación lejos de mejorar empeora con el comienzo de la Guerra Civil Española (1936-1939) y la autarquía (1939-1950) que siguió el final de la Guerra y que sumió al país en un aislamiento político basado en la errónea convicción de la posibilidad de un desarrollo industrial con recursos de producción propios sin necesidad de intercambios comerciales externos y una fuerte política de intervención gubernamental. En 1959 el régimen fascista inicia una política de apertura al exterior plasmada en el Plan de Estabilización que tenía por objetivo incorporar la economía española a los mercados internacionales equilibrando y saneando primero la economía para después poner en marcha políticas económicas liberalizadoras con una progresiva eliminación de los obstáculos al comercio y a la entrada de capitales extranjeros. El ajuste requerido forzó a la emigración de muchos andaluces pues las medidas de congelación salarial e inversión frenaron el consumo y arrastraron a muchísimos ciudadanos al desempleo. De hecho, este fue el factor clave para el relativo éxito del Plan, como apunta Tamames; Sin la espita de la emigración el paro se habría elevado a cifras 10 DELGADO CABEZA, M (1981): “Dependencia y marginación de la economía andaluza”. Publicaciones del Monte de Piedad, Caja de Ahorros

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muy importantes, las remesas de emigrantes no habrían alcanzado tan altos valores y tal vez se habría producido un retroceso en las medidas estabilizadoras". De esta forma el campo andaluz sufrió una sangría de recursos humanos durante el periodo 1950-1975 y que viene a representar la característica más relevante de la economía andaluza en esos 25 años. Esta emigración sirvió para que los centros de producción de las regiones centrales- aplicando el modelo del mezzogiorno italiano- obtuvieran una mano de obra barata que les permitió por la vía de los salarios reducir costes y crear de esta forma excedentes de capital que no se invertían en las regiones abastecedoras de capital humano para crear flujos bidireccionales, sinergias y efectos difusores del desarrollo en otras regiones, sino que más bien se creaba un circuito cerrado con el factor exógeno de la mano de obra proveniente de la periferia que tenía por objetivo estimular y asegurar la continuidad del modelo norte-sur en la lógica centro-periferia. A pesar del éxodo rural hacia otras partes del estado y la disminución de población activa en las zonas agrícolas, durante la década de los cincuenta, todavía en torno al 56.7% de la población ocupada andaluza se encontraba en la agricultura, el resto se distribuía a partes iguales en la industria y el sector servicios11. . Fue en la década de los sesenta cuando la tónica comenzó a cambiar con la puesta en marcha de los planes de colonización industrial. Era una apuesta por la industrialización de determinadas áreas (construcción de los polos químicos de Huelva y Algeciras) pero que respondía más a una necesidad de deslocalizar ciertas actividades hacia zonas periféricas para complementar a aquellas del centro que a una decidida intención de crear empresas fuertes y dinámicas que estructurasen un sector industrial andaluz potente y competitivo ya que las etapas finales, las más rentables y las que más valor añaden al proceso se realizaban fuera de Andalucía De esta forma las actividades iban de la química y metálica básica o celulosa al cemento o aceite y grasas. Eran sectores fuertemente relacionados con el exterior, con una escasa incidencia en el empleo por su grado de intensidad tecnológica (muy elevada) y que requieren una inversión inicial importante. Se crearon pues industrias con grandes barreras a la entrada controladas por grandes grupos empresariales ajenos al territorios (españoles y extranjeros) con alto grado de concentración sectorial (alimentación y química), espacial ( Cádiz, Huelva y Sevilla) y de la propiedad (grandes empresas en posición de monopolio), dejando para el empresariado andaluz aquellos sectores con menores barreras a la entrada, más alejados de los circuitos internacionales y con una intensidad tecnológica inferior. Se crea de este modo un modelo dual en donde coexisten sectores dinámicos y modernizados, intensivos en capital , altamente concentrados e integrados en los mercados internacionales con otros sectores con gran cantidad de productores, más tradicionales, intensivos en trabajo y fuera de los circuitos comerciales internacionales. Consecuencia de este modelo dual, encontramos que a principios de los setenta, la industria todavía jugaba un papel residual en la economía andaluza. Su rol débil terminó por resquebrajarse por las crisis mundiales de esta década que forzaron la vuelta de muchos emigrantes que derrumbaron un sistema basado en su salida (reducción de población activa) como medida para mantener los incrementos de productividad en el sector pero que cuando tuvo que reajustarse por el retorno de cientos de miles de trabajadores lo hizo por medio de tasas de ocupación bajas y millones de parados. En este contexto, se produjo un hecho curioso representado por movimientos migratorios internos. Los inmigrantes retornados ya no regresaban a sus zonas de origen, es decir, el campo andaluz, la mayoría buscaron fortuna en otras zonas de la región, principalmente en las áreas más dinámicas; las grandes a aglomeraciones urbanas (sobre todo Sevilla) y el litoral donde existía una mayor 11 Datos de Dependencia y Marginación de la Economía Andaluza a partir de Renta Nacional de España. Banco de

Bilbao.

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probabilidad de encontrar empleo por la incipiente pujanza del sector servicios, pero no solo debido al desarrollo de la industria turística, sino también por la creciente demanda de trabajadores que creaban las organización y fundación de nuevas administraciones tras la caída del régimen dictatorial. Se produce en este momento uno de los fenómenos más relevantes de la historia económica andaluza moderna y es el paso de una sociedad regida por el dominio de las actividades primarias a una en la que el peso de la economía recae sobre el sector terciario sin haber pasado siquiera por la fase de industrialización y auge de las actividades del sector secundario. A este proceso se le denomina terciarización por subdesarrollo12. Éste, esta caracterizado por un desarrollo del sector terciario no con el objetivo de ofrecer una serie de servicios auxiliares asociados a una actividad industrial sino orientado a cubrir el hueco que la industria era incapaz de ocupar. Sin embargo, el hecho de que este sector estuviera conformado por pequeñas empresas de carácter familiar, en pequeños establecimientos enfocados fundamentalmente al autoservicio y con incrementos basados en la utilización de inputs primarios de forma intensiva que daba como resultado una productividad menor, hizo que a pesar del trasvase de trabajadores a los servicios y su incidencia en la ocupación total, el desempleo continuara creciendo de forma galopante convirtiéndose ya en uno de los rasgos distintivos de la economía andaluza. 12 MARTINEZ ROMERO, M. F. (1997): “Origen y causas del subdesarrollo andaluz”. Universidad de Cádiz. I

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CAPÍTULO 2. CAMBIO INSTITUCIONAL Y POLÍTICA REGIONA L AUTÓNOMA

2.1. Cambio institucional y organizativo. El 20 de noviembre de 1975, el dictador muere, se suceden entonces continuas reformas políticas en el contexto de lo que se denomina: la Transición Española a la democracia y que culmina el 15 de junio de 1977 con la celebración de las primeras elecciones libres y la redacción de una nueva Constitución aprobada en referéndum en 1978. Ya tras las elecciones del 15 de junio se había decido reinstaurar las autonomías al País Vasco, Cataluña y Galicia por el hecho de haberlas perdido de forma ilegítima con el levantamiento franquista. Pese a haber iniciado su proceso autonómico con la proyectación de sus propio Estatuto de Autonomía en 1933(parado el proceso por golpe militar de 1936), Andalucía ve relegada su lucha histórica en pos del autogobierno y se inicia otro periodo de reivindicación y reconocimiento que finaliza el 20 de Octubre de 1981 cuando se vota en referéndum el primer Estatuto de Autonomía de Andalucía. El proceso de la creación de las autonomías en España responde a la necesidad de comprender la diversidad presente en el propio estado y de alguna forma reconocer la existencia de nacionalidades y regiones y su derecho al autogobierno. La diferencia entre unas y otras iba a marcar el sendero de cada comunidad hacia la autonomía ya que la constitución ofrecía diversas fórmulas para su consecución: Limitado: (art.143): para aquellas comunidades que no habían plebiscitado sus estatutos durante la Segunda República con lo se les reconoce como “comunidades no históricas”. Competencia plena (art. 151): permite acceder a la autonomía con el techo competencial máximo. Pueden acceder a ella de forma directa las denominadas “nacionalidades históricas” que eran Cataluña, País Vasco y Galicia sin necesidad de pasar por ningún referéndum, sino mediante la elección de sus representantes y la formación de de sus instituciones.

• Excepcional: para los territorios forales (Álava, Guipúzcoa, Navarra y Vizcaya) como

reconocimiento de sus derechos forales históricos así como para Ceuta y Melilla en virtud de la Disposición número 5 de la Constitución13.

La vía andaluza: aún teniendo una identidad cultural y colectiva diferenciada y con un importante bagaje pro-autonomista, Andalucía no vio inicialmente reconocidas sus aspiraciones y se le instó a obtener la autonomía plena (art. 151) mediante el cumplimiento de una serie de condiciones entre las que se encontraban; su solicitud por todas las diputaciones provinciales y al menos tres cuartas partes de los Ayuntamientos de cada una de las provincias, cuya población-además- debe sumar más de la mitad del censo electoral de la comunidad. Estas exigencias fueron aumentadas con la exigencia especificada en la Ley de Referéndum que requería mayoría del censo electoral, de manera que, en el supuesto de que solo una provincia no se obtuviera esa mayoría, aunque el cómputo general fuera favorable, la Autonomía no estaría conseguida.

Pese a todos los inconvenientes y tras varias jornadas históricas: las manifestaciones autonomistas

13 Pueden constituir Comunidades Autónomas si así lo deciden los Ayuntamiento de Ceuta y Melilla, mediante

acuerdo del a mayoría absoluta de los miembros del ayuntamiento y los autoriza las Corte Generales por Ley Orgánica

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del 4 de diciembre de 1977, los referéndum del 28 de febrero de 1980 y del 20 de octubre de 1981 y la definitiva aprobación del estatuto a finales de ese mismo año, Andalucía se convirtió en la única comunidad española, que ha ganado, mediante referéndum, su autonomía mediante el artículo 151. De este modo se cumplía el deseo de Blas Infante-padre de la patria andaluza- cincuenta años antes: “-No queremos más, pero no aceptaremos menos que nadie.”14

2.2. El Estado de las Autonomías y la descentralización de las competencias. Si la aprobación del régimen pre-autonómico, la creación del Ente Autonómico andaluz y la ratificación de la exigencia por parte de las fuerzas políticas del techo competencial máximo permitido por la Constitución para Andalucía con la firma de los Pactos de Antequera en diciembre de 1978 suponen el punto de partida de la autonomía andaluza, la promulgación-tres años más tarde- del Estatuto de Autonomía para Andalucía (EEA) , en diciembre de 1981, en el que Andalucía “como expresión de su identidad histórica y en el ejercicio del derecho al autogobierno que la constitución reconoce a toda nacionalidad” se constituye en Comunidad Autónoma, representa el pistoletazo de salida para el ejercicio del autogobierno que se realizaría a través de la paulatina transferencia de competencias desde el Estado hacia la Comunidad. El proceso de transferencia competencial en el conjunto del Estado estuvo caracterizado por su falta de uniformidad- la constitución difiere entre nacionalidades y regiones y su forma de acceso a la autonomía- complejidad e indeterminación, ya que el mismo estatuto andaluz recoge su voluntad de continua expansión del autogobierno en el Título VI, artículo 74 donde se contempla su posibilidad de reforma15. El estado se conforma alrededor de tres principios contenidos en el artículo 2 de la Constitución Española (CE) que son el de unidad, autonomía y solidaridad. El primero se materializa con la atribución al Estado del conjunto competencial de mayor trascendencia, este principio de unidad termina de definirse con el segundo principio; el reconocimiento del derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones, que sin oponérsele encuentra en el su propio fundamento ya que aunque en ningún caso el principio de autonomía puede oponerse al de unidad, ofrece la posibilidad del otorgamiento de un conjunto de competencias a las Comunidades Autónomas (CCAA) que conllevan la atribución de poderes superiores (potestad legislativa, expropiatoria, sancionadora, etc..)16. Por último, el principio de solidaridad, es otro pilar fundamental del estado al funcionar como balanza entre aquellas autonomías de primer nivel y de segundo, sus responsabilidades, obligaciones y derechos así como el establecimiento de un equilibrio económico adecuado y justo entre los diversos territorios del estado español.

14 SANMARTIN, R. (2005): “Historia de Andalucía para jóvenes”. Almuzara. 15 El Estatuto de Autonomía de Andalucía fue reformado con la publicación de la Ley Orgánica 2/2007, de 19 de

marzo, de reforma del Estatuto de Autonomía para Andalucía. Este nuevo texto amplía considerablemente el número de materas bajo control del gobierno andaluz ya que su articulado pasa de una disposición general, 3 disposiciones adicionales, 5 transitorias a un preámbulo, 11 títulos, 250 artículos, cinco disposiciones adicionales, dos disposiciones transitorias, una disposición derogatoria y tres disposiciones finales.

16 HINOJOSA MARTINEZ, E. (1999): “Evolución y estado competencial de la Comunidad Autónoma de Andalucía”. Boletín Económico de Andalucía Nº 25. Veinte años de Autonomía y Economía andaluza. Consejería de Economía y Hacienda. Junta de Andalucía.

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Para una correcta articulación y desenvolvimiento del sistema de las autonomías, la Carta Magna incorpora ciertos criterios como son el de interés general, cuya consecución queda confiada a los órganos generales del Estado en el ámbito estatal y supraestatal y a las CCAA en sus respectivas jurisdicciones y que resulta determinante para la atribución de competencias. Una de sus aplicaciones más importantes es la supraterritorialidad, por la que ninguna Comunidad Autónoma podrá actuar ni generar actos que puedan incidir más allá de su territorio, de esta forma ,las acciones de las CCAA deben estar también sujetas al concepto de neutralidad, sobre todo en el aspecto de la financiación y fiscalidad autonómica y como reza el artículo 157.2 C.E: “ Las Comunidades Autónomas no podrán, en ningún caso adoptar medidas tributarias sobre bienes situados fuera de su territorio o que supongan obstáculo para la libre circulación de mercancías o servicios”. De este modo se evita la competencia fiscal entre comunidades y el perjuicio a aquellas de menor capacidad económica. Finalmente, como derivación del principio de unidad encontramos el de igualdad, éste consagra la uniformidad de derechos y obligaciones de todos los ciudadanos españoles independientemente del territorio nacional en que se encuentren. En el proceso de descentralización competencial, imperaba la necesidad de crear unas instituciones para la correcta ordenación y administración del territorio y de las competencias que debían ser transferidas por el Estado. La ordenación territorial se realizaría siguiendo el modelo francés de departamentos que dividía Andalucía en ocho provincias: Almería, Cádiz, Córdoba, Granada, Huelva, Jaén, Málaga y Sevilla, cuyo gobierno y administración correspondían a las Diputaciones sin perjuicio de que los municipios, considerados la entidad territorial básica de la Comunidad, pudieran ejercer sus funciones dentro de sus ámbitos de competencia a través de sus órganos de representación, gobierno y administración; los Ayuntamientos. El Título II del EEA en su artículo 24.1, indica la organización institucional de la Comunidad, ésta se organiza políticamente mediante la Junta de Andalucía que esta integrada por el Parlamento, el Consejo de Gobierno y el Presidente de la Junta. En su segundo apartado establece que el órgano jurisdiccional es el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, respetando siempre la jurisdicción que corresponde al Tribunal Supremo. El artículo 149 CE especifica el conjunto de materias en las que el Estado se reserva competencia exclusiva y que limita al artículo 151, donde se determina el modelo de acceso de autonomía. El EEA recoge a lo largo de sus artículos 13 al 23 las competencias asignadas. En el articulado se pueden encontrar tres tipos de competencias, desde las exclusivas, recogidas en el artículo 13, hasta las de ejecución o desarrollo de lo básico. El artículo 18 establece las competencias de la Comunidad en materia económica de acuerdo con las bases y la ordenación de la actuación económica general y la política monetaria del Estado y en los términos dispuestos en los artículos 38, 131 y 149.1, 11 y 13 de la Constitución. Entre estas competencias se incluía la capacidad exclusiva de fomento y planificación de la actividad económica en Andalucía, la cual se realizaría con el asesoramiento y colaboración de las corporaciones locales y de las organizaciones sindicales, empresariales y profesionales de Andalucía mediante la creación de un órgano consultivo, autónomo e independiente: el Consejo Económico y Social, creado en 1997. Continuando con el apartado económico del Estatuto, muchas voces se alzaron a favor del enfoque financiero del desarrollo regional- que apuesta por la necesidad de retener o captar los recursos financieros para la programación económica de la región- planteándose la necesidad de conformar

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un sistema financiero regional como alternativa al estatal- que asegurara la disponibilidad de recursos para el desarrollo regional. En este sentido y sin menoscabo de lo establecido en el artículo 149.11 que indica la competencia estatal exclusiva sobre el sistema monetario: divisas cambio y convertibilidad; base de la ordenación de crédito, banca y seguros, el punto 3 se indicaba que las materias no atribuidas de forma exclusiva al estado se podrían asignar a las Comunidades Autónomas, cosa que hizo Andalucía incorporando en su Estatuto la competencia exclusiva, de acuerdo con las bases y la ordenación de la actuación económica general y la política monetaria del Estado, sobre instituciones de crédito corporativo, público y territorial, Cajas de Ahorro y Cajas Rurales así como el desarrollo legislativo y la ejecución de la ordenación del crédito, la banca y los seguros. La política de la Junta en este respecto se orientó- sin mucho éxito- hacia la fusión entre Cajas para conseguir una sola entidad andaluza de relativa importancia. Del lado de la banca privada, el ejecutivo regional renunció a tal competencia, que si bien era limitada contenía cierto grado de repercusión. Finalmente se optó por la firma de convenios para la implicación de la banca en proyectos de desarrollo de la región. El Título IV versa sobre Economía y Hacienda, su artículo 54 afirma que la Comunidad contará para el desempeño de sus competencias con patrimonio y hacienda propios en el contexto del artículo 156 CE que expresa <<la autonomía financiera de las autonomías para el desarrollo y ejercicio de sus competencias>>. De esta forma la región recibirá rendimientos tanto de aquellos impuestos establecidos en la Comunidad o de aquellos cedidos por el estado así como de porcentajes de participación en los ingresos impositivos del Estado que dependerán de una serie de factores entre los que destaca el coeficiente poblacional por ser la Andalucía la Comunidad con mayor población en el estado. El conjunto normativo que supuso el Estatuto una vez redactado necesitaba de un procedimiento para su puesta en práctica y aplicación que conllevase la efectiva transferencia de todas las materias acordadas, procedimiento contenido en él mismo y que preveía que una vez que la Junta pre-autonómica convocara elecciones y se formaran el Parlamento y Gobierno de Andalucía se formaría una Comisión Mixta paritaria Gobierno-Junta que regulase el proceso, tiempo y las condiciones de traspaso de las competencias propias de la comunidad conforme al Estatuto así como el traspaso de los medios personales materiales necesarios para el ejercicio de tales competencias. Una vez entrado en vigor el Estatuto (el día de su publicación en el Boletín Oficial del Estado), aquellas competencias y recursos ya traspasados se entenderían transferidos de forma definitiva. Los funcionarios adscritos a servicios de titularidad estatal o a otras instituciones públicas que resultasen afectadas por los traspasos a la Comunidad Autónoma pasarían a depender de ésta. El coste de este proceso hasta su completa finalización sería sufragado por el Estado con un coste mínimo equivalente al coste efectivo del servicio en Andalucía en el momento de la transferencia. Los bienes inmuebles de titularidad estatal pasarían a la Junta mediante certificación por una Comisión Mixta de los acuerdos gubernamentales debidamente aplicados17. El traspaso descrito en las disposiciones transitorias del Estatuto no supuso tarea fácil y en determinados apartados como los medios funcionariales necesarios para el ejercicio competencial, o en cuanto medio de sucesión en la propiedad de los bienes con los que el estado contaba para el

17 Disposición Transitoria Sexta.1. Estatuto de Autonomía de Andalucía.

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ejercicio de la competencia transferida, el Estatuto en muchos casos fue obviado. Esto se explica por las reticencias al traspaso de determinados cuerpos funcionariales como la Inspección de Trabajo18. Por último y en consideración con la realidad de la Comunidad en 1981, el Estatuto ya estableció, de acuerdo con el Gobierno Central, en su Disposición Adicional Segunda, que <<dadas las circunstancias socioeconómicas de Andalucía, que impiden la prestación de un nivel mínimo en alguno o algunos de los servicios efectivamente transferidos, los Presupuestos Generales del Estado consignarán, con especificación de su destino y como fuentes excepcionales de financiación, unas asignaciones complementarias para garantizar la consecución de dicho nivel mínimo>>19.

2.3. La Planificación y el diseño de una Política Regional para Andalucía. 2.3.1. Primeras iniciativas de desarrollo regional. Con la llegada de la democracia y la instauración del Estado de las Autonomías, el desarrollo regional y la planificación económica cobraron relevancia colocándose como pilares para un desarrollo endógeno y autocentrado en la región. Esta orientación se reforzó tras la entrada de España en la Comunidad Económica Europea en 1986 cuando las políticas de planificación regional, en donde la región y su desarrollo aparecían como instrumentos clave para la corrección de desequilibrios territoriales dentro del espacio europeo, se intensificaron. En contraste con lo apenas comentado, durante el periodo franquista, un centralismo acérrimo impregnó hasta 1950 todas las actuaciones de política económica. Pero es en esta década cuando surgen las primeras acciones a nivel regional con la intención de reducir las divergencias e instaurar la planificación como mecanismo de asignación de factores que el mercado no garantizaba20. Estas primeras actuaciones tuvieron continuidad durante los sesenta y primera mitad de los setenta, aunque siempre con una visión “desde arriba”, la que ofrecía el carácter centralista de la política regional. De este modo, se instalaron polos de desarrollo en diversas localidades, carentes de toda lógica integradora o articuladora del territorio, concentrados espacialmente, que convirtió a estos centros de actividad en “islas de desarrollo”; centros aislados, con orientación externa, sin ninguna ligazón con el resto del tejido productivo, que limitaba la capacidad de arrastre de estas actividades. Este modelo de islas, ponía de relieve la inexistencia de un modelo concreto para la región mediante la puesta en valor de sus potencialidades endógenas. Es en la etapa preautonómica, cuando comienza la actuación autónoma en política regional con la elaboración de los Planes de Urgencia para Andalucía (1983) que sin instrumentos efectivos para su ejecución, pues las competencias no habían sido aun traspasadas, no pasaron de meros ejercicios de prueba que sirvieron para la recolección de importante material estadístico

18 HINOJOSA MARTINEZ, E. (1999): “Evolución y estado competencial de la Comunidad Autónoma de

Andalucía”. Boletín Económico de Andalucía Nº 25. Veinte años de Autonomía y Economía andaluza. Consejería de Economía y Hacienda. Junta de Andalucía.

19 Estas cantidades para la correcta y efectiva prestación de servicios a la ciudadanía andaluza se han convertido en

una reivindicación histórica del pueblo andaluz pasando a denominarse en el argot popular como “deuda histórica”. En 2008, gobierno central y autonómico llegaron a un acuerdo cifrándola en 1200 millones de euros a los que deberían ser restados dos anticipos realizados en 1996 por el ejecutivo de Aznar (aunque acordado por el gobierno socialista de Felipe González) y por el actual de Zapatero de 120 y 300 millones respectivamente.

20 Programa de Desarrollo Económico de Andalucía 1991-1994. Consejería de Economía y Hacienda. Junta de Andalucía.

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inexistente hasta ese momento. No obstante, más importante que los resultados fue la demostración de voluntad por parte del ejecutivo de lanzar un proyecto de programación económica bottom-up, impulsado desde la propia región, dejando a un lado la discrecionalidad y tomando la planificación como instrumento para canalizar la estrategia de acción contra los principales problemas que acuciaban la sociedad andaluza.

2.3.2. Políticas autónomas de desarrollo regional La planificación económica se sustenta en varios pilares que se encuentran en la Constitución y en el Estatuto de Autonomía. La CE establece en sus artículos 38,131, 148.1.13a y 149.1.13ª, la posibilidad de planificar la actividad económica en el marco general de la economía de mercado. Indicando a su vez en el artículo 148.1, la capacidad de las Comunidades Autónomas de asumir competencias en el “fomento del desarrollo económico dentro de los objetivos marcados por la política nacional”. El EEA recoge en su artículo 18.1 la competencia exclusiva de la Comunidad Autónoma en el fomento y planificación de la actividad económica en Andalucía. El artículo 30.5 establece que la competencia para la aprobación de los planes corresponde al Parlamento de Andalucía. Por último, el artículo 71 recoge una de las características más representativas del modelo planificador andaluz: la concertación social: “La planificación económica de la Comunidad Autónoma de Andalucía a que se refiere el artículo 18 del presente Estatuto se realizará con el asesoramiento y la colaboración de las Corporaciones Locales y de las organizaciones sindicales, empresariales y profesionales de Andalucía”. De este modo encontramos como la parte de la demanda de las políticas económicas, aquellas referentes a la utilización de políticas de rentas, monetarias y fiscales vienen restringidas, mientras que aquellas de oferta son las susceptibles de utilización autonómica. Entre ellas están; la regularización e incentivación de sectores productivos, dotación de infraestructuras económicas, provisión de servicios, preservación y valorización de recursos y ordenación del territorio. Con el control de estas materias queda claro que la ejecución de una política de desarrollo regional eficiente que permita indicar las potencialidades endógenas y convertirlas en factores de competitividad para superar las barreras y bloqueos existentes en la economía andaluza es más que posible. Inicialmente la política regional vendría financiada a través de recursos transferidos por el Estado (más tarde también por los fondos europeos) y en menor medida por ingresos propios y endeudamiento a través de emisión de deuda pública. En principio uno de los puntos más delicados era la superposición de derechos y competencias entre el Estado y la Comunidad pero que a la hora de su aplicación, no ha supuesto mayores problemas imperando la cordura y la coherencia. De esta manera y gracias a un esfuerzo importante de entendimiento por parte de todas las administraciones, se ha consolidado una política de desarrollo regional basada en mecanismos de coordinación sustentados en la comunicación a través de canales de información estables y permanentes. El esfuerzo mencionado para el entendimiento entre todas las administraciones se complica y requiere un “plus” de voluntad cuando en enero de 1986 España entra en la Comunidad Económica Europea (CEE), haciendo que la coordinación se deba producir en cuatro vertientes diferentes:

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Interna: Dentro del propio gobierno andaluz y sus departamentos. Regional-Nacional: que debe tender más al consenso que a la confrontación que pudiera existir en la aplicación de los artículos 131.2 y 131.1 CE. Diputaciones-Ayuntamientos: El artículo 71 EEA establece que la planificación económica se realizaría con el asesoramiento y colaboración de las corporaciones locales pues pueden aportar su conocimiento de la realidad territorial y aportar un enfoque más realista y eficaz a la misma. Comunitaria: El requerimiento de fondos se debe realizar en consenso con las autoridades estatales (en las que se incluyen las regionales y locales) y comunitarias21. Es este escenario de coordinación multidireccional el que mejor representa la voluntad política de convertir la planificación económica y la política regional en los instrumentos para superar el subdesarrollo y atraso, los problemas estructurales de la economía andaluza y en definitiva conseguir una sociedad más justa y solidaria22.

2.3.3. La planificación como instrumento de política regional. En la década de los ochenta se realizan los primeros programas planificadores de la actividad económica en Andalucía, desde entonces, la planificación viene siendo un patrón común de los sucesivos ejecutivos andaluces en materia de política económica. En este tiempo, la planificación ha adolecido de una de sus características más promocionadas por parte de los poderes públicos andaluces; la continuidad. De esta manera y aunque podemos contabilizar un total de seis planes desde 1984 si incluimos el último publicado en 2007, al menos en cinco años, tres de ellos de forma consecutiva, Andalucía, por diversas razones que van desde periodos de incertidumbre económica hasta falta de coordinación entre instituciones, ha estado huérfana de planificación económica regional autocentrada y autónoma. Gráfico 2.1. El Marco de actuación de la Planificación en Andalucía.

Fuente: Plan Andalucía Horizonte 2000. Consejería de Economía y Hacienda

Pasamos a detallar las características específicas del proceso planificador y que a grandes rasgos viene representado en el Gráfico 2.1.

21 Este punto será tratado con mayor profundidad en el punto 2.4: “La Política Regional Comunitaria en

Andalucía”. 22 Programa Andaluz de Desarrollo Económico 1991-1994. Consejería de Economía y Hacienda. Junta de Andalucía.

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A. Coherencia y Coordinación Los planes deben seguir las líneas básicas de la estrategia nacional sobre política regional y mantenerse en el contexto del Plan Económico Nacional (PEN), lo cual requiere la existencia de una coherencia general entre ambos planes. Para ello se aprobaron la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas (LOFTA) y el Fondo de Compensación Interterritorial (FCI)23 con el objetivo de establecer un modelo de concertación social en el que las CCAA pudieran participar en el diseño de los planes nacionales y las inversiones en cada Comunidad. El Plan Regional, si bien difiere en bastantes aspectos con el Plan Nacional, en términos cuantitativos, en cambio, debe ser coherente y converger. En particular en lo referente a inversiones públicas a llevar a cabo en la Comunidad Autónoma que se traduzcan en transferencias de capital como:

• Actuaciones financiadas con fondos propios (Presupuestos) o sobre los que se tiene cierta discrecionalidad (FCI).Incluidas aquellas inversiones públicas no pertenecientes al FCI, pero vinculadas a servicios transferidos, es decir, las inversiones de reposición24.

• Actuaciones- no incluidas en el FCI- sobre las que no se tiene discrecionalidad, es decir

que corresponde al Estado el contenido de sus actuaciones. • Actuaciones inversoras en Andalucía por parte de empresas públicas nacionales y la

financiación de proyectos a través del Crédito Oficial25. No se cuentan las inversiones a servicios transferidos a la Comunidad.

El plan, también tiene en consideración las actuaciones hacia los cuerpos administrativos inmediatamente inferiores, esto es, Diputaciones y Ayuntamientos. Según el Estatuto de Autonomía corresponde a la propia Junta; la coordinación de los planes Provinciales de Obras y Servicios, competencia de las Diputaciones, y la tutela financiera en el caso de los proyectos en el ámbito de los Ayuntamientos, siempre que cumplan los requisitos de coherencia con el Plan Económico. Por lo tanto, el Plan no solo debe ser coherente hacia arriba (Plan Nacional) sino que tenía que presentar la misma coherencia hacia abajo. Para una dirección u otra, lo que es evidente es que los mecanismos de concertación deben funcionar correctamente26. En cuanto respecta a la coherencia interna de los planes hay que mencionar que si bien, históricamente, en lo que se refiere a sus objetivos generales, han mantenido una senda más o menos similar, centrándose principalmente en el empleo y en menor medida en la redistribución de la renta, esta coherencia general se diluye en cuanto se analizan con profundidad los objetivos intermedios. Este hecho ha repercutido negativamente en la planificación, pues ésta, como instrumento de acción en el medio-largo plazo, necesita de una constancia y estabilidad en las decisiones de política económica para su eficiencia y eficacia. En este sentido, sin perjuicio de la

23 Se crea en 1978 por la Ley Orgánica de financiación de las CCAA. Pieza clave en el principio de solidaridad

interregional-en el cual estaba basado el sistema de autonomías- para una equitativa redistribución espacial de la renta. En consecuencia, los fondos se distribuían de forma inversa a la renta por habitante y directa a la tasa de paro y a la superficie. En estas condiciones no es extraño que Andalucía haya sido la región que más fondos ha recibido en la historia de este instrumento.

24 Gasto producido por la renovación de los bienes de producción depreciados por su uso en el proceso productivo. 25 El Instituto de Crédito Oficial es una entidad pública empresarial, adscrita al Ministerio de Economía y Hacienda a través de la Secretaría de Estado de Economía, que tiene naturaleza jurídica de entidad de crédito, y consideración de Agencia Financiera del Estado, con personalidad jurídica, patrimonio y tesorería propia, así como autonomía de gestión para el cumplimiento de sus fines. www.ico.es 26 Plan Económico para Andalucía.1984-1986. Consejería de Economía y Hacienda. Junta de Andalucía.

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incorporación de pequeños cambios, la introducción de grandes cambios en los objetivos intermedios resta coherencia e impacto sobre la realidad económica y tienden a desprestigiar las acciones planificadoras que pueden dar sensación de falta de estabilidad estratégica. B. Elaboración y redacción. Los planes para Andalucía han sufrido escasos cambios en cuanto a su elaboración desde sus orígenes en 1984, de este modo, su realización corre a cargo de la Dirección General de Planificación perteneciente a la Consejería de Economía y Hacienda, que ejerce funciones de coordinación de otros trabajos y estudios presentados para el Plan por otras Consejerías. Adicionalmente una multiplicidad de entes y organismos participan de alguna forma en la elaboración del Plan, entre ellos encontramos: Una Comisión Técnica, presidida por el Secretario General de Economía y Hacienda y compuesta de representantes del resto de consejerías, que participa en el proceso de redacción del documento. Un Comité de Expertos para regular la participación del mundo científico y universitario. La Comisión para la Planificación Económica de Andalucía, en la que se articula la participación de las corporaciones locales y los agentes económicos y sociales. El Comité de Inversiones Públicas de Andalucía, encargado de realizar la programación económica del Plan. Con la consideración e inclusión de las objeciones y recomendaciones presentadas por los anteriores organismos, el documento es aprobado en acuerdo por el Consejo de Gobierno antes de proceder al último paso; la presentación para su ratificación en el Parlamento de Andalucía. C. Ejecución, Seguimiento y Evaluación. La ejecución, en cuanto a normativa es bastante escueta y pasa por la transformación de la Comisión Técnica de Redacción en una Comisión de Seguimiento. Corresponde a las diversas consejerías y sus organismos así como a aquellos entes autónomos involucrados en la ejecución, entregar anualmente informes a dicha Comisión de Seguimiento, si bien la evaluación periódica de los resultados corresponderá al Consejo de Gobierno. La evaluación final de los resultados a medio plazo corresponde a la Dirección General de Planificación cuyo informe final será evaluado en deliberación por el Consejo de Gobierno y Parlamento27

2.3.4. Los Planes y Programas Económicos para Andalucía Pasamos a continuación a desglosar la planificación económica andaluza de forma cronológica desde sus inicios en 1984 con el Plan Económico para Andalucía, de carácter bienal, hasta el último publicado en 2007, de seis años de duración: La Estrategia para la Competitividad de Andalucía 2007-2013. El análisis de este último será más reducido por dos razones; la incertidumbre sobre sus impactos y efectos en la economía andaluza por encontrarnos aun en su periodo de vigencia y por la distorsión añadida que supone la irrupción de la crisis internacional- 27 La Planificación Económica en Andalucía. Adolfo Romero Franganillo, Universidad de Córdoba. Revista de

Estudios Regionales, Nº 75. Enero-abril 2006.

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de especial repercusión en nuestra región- sobre las medidas y resultados esperados del Plan. 1- El Plan Económico para Andalucía 1984-1986 (PEA) Pese a que el documento corresponde a una norma de la Comunidad Autónoma, el PEA fue financiado además de por recursos propios por fondos europeos y del Estado. Fundamentalmente centrado en la industria de transformación agraria y en sectores de alto crecimiento, sus objetivos finales eran la reducción del paro, de los desequilibrios regionales y una distribución más justa de la renta. La idea era cumplir estos objetivos fomentando el desarrollo en tres vertientes:

Endógena: Potenciando la utilización y movilización de recursos propios con la finalidad de crear un clima que favoreciera la incorporación de las corporaciones locales, organizaciones y empresas andaluzas al Plan.

Integrada: Buscando la coherencia entre aspectos económicos y sociales

Equilibrada: Representada por un mayor equilibrio sectorial y territorial. Por último, el plan incluía una serie de objetivos intermedios para definir la estrategia de los futuros planes entre los que se encontraban: Un mayor crecimiento respecto a la economía española Integración sectorial Integración espacial Aumentar la dotación de equipamientos colectivos Aunque el Plan tuvo sus efectos positivos como la clarificación, orientación e información sobre el tipo de políticas económicas que los principales agentes económicos podían esperar de la Junta ( en esta primera legislatura autonómica la dirección de sus acciones y actuaciones estuvieron fundamentalmente dirigidas a la mejora de los servicios públicos e infraestructuras y la recuperación económica de la región), factores como la inexperiencia del primer gobierno autonómico y el encontrarse en una fase recesiva del ciclo económico mientras el proceso de transferencia de competencias y creación de instituciones estaba incompleto, limitó en exceso los potenciales efectos favorables que podrían haber causado las medidas del plan. 2- Programa Económico para el Desarrollo de Andalucía 1987-1990 (PADE I) Este nuevo documento estuvo marcado por la entrada de España en la CCE y la consecuente llegada de los primeros fondos europeos estructurales a tierras andaluzas. Estos fondos requerían para su asignación el desarrollo de un instrumento planificador; los Programas de Desarrollo regional (PDR)28, cuya obligación de elaboración como condición para obtener fondos reforzaba la voluntad y cultura planificadora de la Comunidad. Sin embargo, el PADE no era un PDR, su grado de seguimiento y control era superior, sus objetivos fijados, sus actuaciones concretas, era más explícito, incluía previsiones de posibles escenarios financieros en función de las estimaciones de gasto corriente e inversión y contenía una carga política con referencias al sector 28 Su funcionamiento será objeto de un mayor estudio en el punto 2.4.1.: “ Los Planes de Desarrollo Regional y el

Marco Comunitario de Apoyo”.

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privado, público, prioridades territoriales y sectoriales que prácticamente lo convertían en un documento para el desarrollo endógeno. El PADE I incorporaba la idea del equilibrio intraregional entre sus objetivos. Si desde Europa y España se estaba realizando una política regional “volcada” hacia dentro, es decir, una política vertebradora dirigida a la reducción de los desequilibrios territoriales existentes dentro de sus fronteras, no es extraño que en Andalucía, donde la concentración espacial de las actividades productivas era tan aguda, y por lo tanto sus diferenciales provinciales tan marcados, se diera un paso en firme hacia esa corrección interna de los desequilibrios e integrase en su Programa de Desarrollo una mención en este sentido. De esta forma, y en concordancia con los objetivos finales presentados en el documento; creación de empleo, aumento de la renta e integración del sistema productivo y aumento de la calidad de vida, una de las acciones más destacables incluye la creación de un eje andaluz central apartado de la costa, principal fuente de riqueza de este pueblo a lo largo de los siglos, para el fomento y desarrollo de zonas interiores, desde sierras a desiertos, áreas en general deprimidas necesitadas de intervenciones más allá de la consideración de los principios de eficacia y rentabilidad, que sin ser obviados, necesitarían ser complementados con otros como los de solidaridad y equidad para conseguir políticas y actuaciones eficientes y consecuentes para un favorable devenir económico y social del territorio y ahuyentado el principal fantasma de este tipo de áreas: el despoblamiento. 29 Auspiciado por los buenos resultados del PEA y con la convicción de estar dando pasos hacia un modelo estructurado basado en la concertación con los agentes sociales, coordinación administrativa, flexibilidad, subordinación a la política económica del gobierno andaluz y respeto al modelo económico defendido en la Constitución, el PADE fue un éxito. Cierto que este éxito estuvo influido por el acaecimiento de una serie de factores exógenos al mismo como el final del ciclo recesivo, unos presupuestos estatales expansivos, la llegada de los fondos europeos o el final de los traspasos competenciales a la Comunidad. Sea como fuere, Andalucía en el periodo de aplicación del PADE I, experimentó un crecimiento superior a la media nacional. La renovación del aparato productivo, el aumento de la inversión extranjera y la revaloración del capital humano condujeron a sustanciales mejoras en sus principales valores macroeconómicos y socioeconómicos reduciéndose el diferencial con el resto de regiones del Estado. 3- Programa Económico para el Desarrollo de Andalucía 1991-1994 (PADE II) La planificación económica surge como respuesta a la demanda de una sociedad más justa y solidaria. Los procesos participativos y democráticos entre los agentes sociales e institucionales son los instrumentos para su ejecución. El planteamiento de los programas era a medio-largo plazo, en consonancia con los profundos problemas de la sociedad andaluza, muchos de ellos estructurales, que necesitaban de acciones tan contundentes como fiables, tan constantes (que se prolongaran en el tiempo) como complejas. El PADE II hace mención a estos principios en su contenido, entendiendo que de esta forma se refuerza el compromiso para con la planificación y el desarrollo regional e insistiendo en la continuidad en el ejercicio planificador como único medio para resolver los problemas y aportar coherencia. 29 MARTÍN LOPEZ, M. (1987): “La Planificación y la Política Regional en Andalucía”. Revista de Estudios

Regionales. Nº19, pp 107-114.

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La continuidad y compromiso con el Plan vendrían garantizados por el refrendo anual presupuestario del Plan que incluiría la Junta en sus presupuestos anuales y que debían ser aprobados por el Parlamento. La coherencia se entiende en el sentido de la existencia de una estrategia global, decidida de forma consensuada en un órgano de concertación regional en el que participen todos los niveles de la administración y los agentes más representativos de la sociedad andaluza: la Comisión de Planificación de Andalucía. En un contexto marcado por una situación económica menos favorable que en los anteriores planes y con el Tratado de la Unión Europea (Maastricht, 1991) en el horizonte, los objetivos propuestos para este periodo fueron exigentes y pasaban por la consecución de un desarrollo sostenible y equilibrado y la mejora de la calidad de vida y de la distribución de la riqueza. Se planteó como necesaria la vinculación entre crecimiento y generación de empleo30, esto se haría mediante el aumento de la actividad como motor de desarrollo y la aplicación de transformaciones en el sistema productivo capaces de integrarlo en un modelo definido en el que el equilibrio medioambiental y el principio de responsabilidad31 jugasen un papel fundamental. Las políticas a ejecutar debían respetar los principios para una administración racional de los recursos naturales con evaluaciones ex-ante sobre los posibles impactos ambientales de las mismas. En consonancia con los objetivos de ordenación territorial de los anteriores programas económicos, pretendía la integración territorial con la incorporación de los criterios de zonificación y vertebración física. Ello ayudaría a la formación de un modelo regional con mayor capacidad articuladora, tanto interna como externa, con mayor integración espacial de las políticas sectoriales y que permitiera el uso ordenado de las potencialidades de cada territorio. Por último, el PADE II pretendía situar a Andalucía en la futura división internacional del trabajo como un espacio económico capaz de producir bienes manufacturados competitivos, optando por una economía industrial. Se pretendía conseguir una diversificación basada en la atracción de empresas y la preservación de las ventajas competitivas de los sectores en los que el grado de especialización de Andalucía fuese mayor. Esta estrategia de desarrollo exógeno difiere sustancialmente con los objetivos propuestos por los planes anteriores, de carácter endógeno, dejando entrever uno de los principales problemas de los Planes: la abundancia de incoherencias y contradicciones32. 4- El Plan Económico Andalucía Horizonte 2000 (1998-2000) Tras tres años de paréntesis planificador, debido fundamentalmente a la incertidumbre generada por la ausencia de un modelo de financiación para las Comunidades Autónomas que dificultó cualquier perspectiva futura de ingresos para la planificación económica a medio plazo, aparece el Plan Económico Andalucía Horizonte 2000 que recogía las líneas estratégicas de política económica e inversión para el trienio 1998-2000 una vez se habían despejado algunas de las incógnitas que planeaban sobre la financiación Autonómica. En este nuevo esfuerzo planificador, ciertos eventos de carácter internacional tienen lugar y deben ser considerados en un plan con extensión de 3 años. Estas circunstancias son; un cambio positivo en la tendencia del ciclo, la intensificación del proceso de liberalización comercial auspiciado por la Ronda Uruguay y las exigencias de consolidación presupuestaria por la entrada en la tercera

30 Plan Andalucía Siglo XXI. Dirección General de Planificación. Consejería de Economía y Hacienda. 2000. 31 Se refiere a la gestión y utilización responsable de los recursos, por su carácter limitado, con el objetivo de no

hipotecar la herencia de las generaciones futuras de andaluces. 32 DELGADO CABEZA, M (2002): “Andalucía en la otra cara de la globalización”. Mergablum.

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fase de la Unión Económica y Monetaria. En esta coyuntura la apuesta del gobierno andaluz fue la de elaborar un plan de carácter social y territorial con la finalidad de marcar una dirección sólida estableciendo al Plan como el referente común actualizado para el proceso de desarrollo regional. Este documento vuelve a tener un toque endógeno al enunciar en su contenido: “la urgente necesidad de generar ventajas competitivas mediante el esfuerzo tecnológico y la revalorización de los factores productivos, incluyendo el propio territorio”. El objetivo principal se centró en la generación de empleo y competitividad del tejido productivo regional. Para ello, se establecieron dos ejes:

− Valorización de Factores Productivos: Tejido Empresarial, recursos humanos, tecnología e infraestructuras.

− Políticas de sectores productivos: ampliación y modernización. Especial atención a los sectores agroalimentario, industrial, minero, turismo y comercio.

Con la realización de este Plan se pretendía consolidar un modelo de desarrollo regional en tres vertientes que se suponen los objetivos intermedios del mismo y se que instrumentalizan mediante determinadas acciones: Desarrollo solidario: expansión de los logros sociales mediante la activación del principio de solidaridad y que se plasma en políticas educativas, sanitarias, culturales, deportivas, de viviendas, etc...

Desarrollo Equilibrado: expandir los beneficios del desarrollo a toda la población a través de actuaciones en la ordenación del territorio, urbanismo u desarrollo rural.

Desarrollo Sostenible: armonizar el crecimiento económico con el respeto al medio natural y la conservación del patrimonio histórico con medidas específicas medioambientales. En consonancia con los objetivos y ejes, se añaden cuatro principios no jerarquizados que inciden -sobre todo- en el carácter flexible aunque sólido de las actuaciones y en la importancia de la concertación. De este modo el plan se rige por el principio de adaptación pues pretende ser una herramienta de acción dinámica y ajuste que pueda variar en función de cambios inesperados en la realidad, para lo que es importante la introducción de instrumentos de seguimiento y control. La operatividad representa el carácter único con proyección futura de las actuaciones que se extienden horizontalmente hacia otros programas sectoriales en busca de la articulación del desarrollo regional. Por último, el Plan Horizonte 2000 hace mención en repetidas ocasiones a la relevancia de la participación institucional en la planificación y el modelo de concertación andaluz que se plasma en la implicación de todos los agentes sociales y económicos cuyo compromiso se recoge en el Pacto por el Empleo y Desarrollo Económico de Andalucía3334. El balance de este trienio planificador es ciertamente positivo, ya que al crecimiento económico se le unieron la creación de empleo y estabilidad de los precios. La concurrencia favorable de estas variables macroeconómicas marcó de forma diferencial el desarrollo y resultados de este plan en el confronto de los anteriores, donde las altas tasas de crecimiento y empleo alcanzados no fueron

33 Suscrito por la Junta de Andalucía, la Confederación de Empresarios de Andalucía y los sindicatos Comisiones Obreras y Unión General de Trabajadores de Andalucía , ofrece a la sociedad andaluza unas propuestas consensúales de políticas públicas y compromisos en materia de negociación colectiva, que tienen como principal objetivo el aumento de la capacidad de generación de empleo estable, sobre la base del desarrollo económico de nuestra Comunidad (www.juntadeandalucia.es/economiayhacienda) 34 Plan Económico Andalucía Horizonte 2000. Consejería de Economía y Hacienda. Junta de Andalucía.

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acompañados de tasas de inflación moderadas imposibilitando la estabilidad del crecimiento económico producido. 5- Plan Económico Andalucía Siglo XXI (2002-2005) El quinto Plan Económico realizado por el gobierno andaluz en el uso de su capacidad para la promoción del desarrollo regional fue publicado el 24 de octubre del 2000. Las perspectivas económicas que se atisbaban en 1998, se convertirían en realidad durante la vigencia del nuevo programa y Andalucía debería enfrentarse a los desafíos que la culminación de la tercera fase de la Unión Económica y Monetaria (que implicaba la definitiva implantación de la moneda única), la ampliación de la Unión Europea y los nuevos procesos de integración financiera traerían a la región. Sin duda el escenario que se avecinaba suponía nuevas vicisitudes pues aunque el euro trajera estabilidad y una reducción de tipos de interés, hecho que fomentaría el consumo y la inversión, el aumento de la competencia forzaría a una regeneración de la economía andaluza en pos de un mayor crecimiento y creación de empleo que continuasen sesgando el diferencial económico con las áreas de referencia. Para ello, adquiría un rol capital el aumento de la competitividad de las empresas andaluzas mediante la modernización, reestructuración, desarrollo industrial y mejora de los canales comerciales de determinados sectores como: el agroalimentario, pesquero, minero o turístico, todas ellas, actuaciones recogidas en el nuevo documento planificador. Como se indica en el propio Plan, éste “se concibe con un enfoque estratégico, global e integrado que aglutina y coordina todos los instrumentos de planificación a corto y medio plazo que inciden de forma directa en el desarrollo de la región andaluza, de modo que se consiga una combinación de políticas, tanto de carácter horizontal como de naturaleza sectorial, estructuradas en torno a unos objetivos comunes”. La estrategia central se centraba en la competitividad sostenible que estaba supeditada a la consecución de dos puntos: Carácter sostenible de la competitividad, lo que se concreta en la preservación y mejora del medio ambiente, capacidad para hacer frente a la competencia exterior y la cohesión social y la igualdad de oportunidades. Convergencia real con la media comunitaria condicionada a la capacidad para lograr un crecimiento diferencial sostenido. Por encima de estrategias y puntos, sobresalía un objetivo final que abarcaba cualquier actividad vinculada al plan e incluso a otras, diferentes, de carácter territorial, horizontal o sectorial aprobadas por el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía a fin de procurar la integración de los mismos dentro de la Planificación Económica General, este objetivo era: “avanzar en una sociedad próspera y sin exclusiones, manteniendo la trayectoria de convergencia real con el entorno europeo, con el empleo como principal referente”. Conforme a las pautas seguidas en el Plan Horizonte 2000, se continua en el sendero de la concertación social, con carácter tripartito dentro del marco del V Acuerdo de Concertación Social, en el que participan las Organizaciones Empresariales y Sindicales y la Junta de Andalucía y que a través de un Grupo técnico, los firmantes llegan a acuerdos consensuados sobre la redacción del Plan. Asimismo se intensificaron las labores de seguimiento y evaluación con la finalidad de mejorar la conexión en 3 esferas: planificación, programación económica y actividad presupuestaria.

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Debido a las numerosas iniciativas cofinanciadas con fondos europeos estructurales y otros instrumentos financieros de la Unión Europea, se hizo necesario, y así lo refleja el documento, un estrechamiento en las relaciones existentes entre las acciones planificadoras autonómicas y las europeas para seguir muchos de los ejes y medidas impuestos por Europa y conseguir así una mayor armonización entre el Plan Económico Andalucía Siglo XXI y los diversos documentos de programación de los fondos europeos. Como conclusión a este Plan y a modo de evaluación del mismo, se debe decir que en sus tres años de vigencia, Andalucía experimentó un crecimiento del 20.4%, lo que suponía 3 puntos más que España y 13 más que la zona Euro. En cuanto al mercado de trabajo, se crearon 700.000 puestos de trabajo, que suponían 1 de cada 5 puestos de trabajo creados en España y el 8.4% del creado en la Eurozona. Al final del plan, Andalucía había superado el 75% de la renta per cápita de la UE y se habían superado los 3.000.000 de ocupados haciendo que al comienzo de las nuevas perspectivas y como reza en el siguiente documento planificador: la Estrategia para la Competitividad de Andalucía 2007-2013 << la Comunidad fuera técnicamente una región de competitividad>>3536. Afirmación cuestionable por deberse esas cifras positivas a un efecto estadístico como consecuencia de la entrada de los nuevos miembros del este en la Unión Europea, con niveles de desarrollo obviamente inferiores. El hecho que demuestra las dudas sobre dicha afirmación es que Andalucía siguió percibiendo fondos estructurales, cosa que no debería ocurrir si ciertamente fuera una región competitividad. 6- Estrategia para la Competitividad de Andalucía 2007-2013. El nuevo programa económico se realizó para el quinquenio 2007-2013. Su vigencia, coincidía con las perspectivas financieras europeas que exigían nuevos procesos de planificación regional de desarrollo y programación de los fondos europeos. Además, debía ajustarse a los requisitos y exigencias que planteaban la Estrategia Lisboa, las nuevas directrices estratégicas comunitarias, el Programa Nacional de Reformas en España y el VI Acuerdo de Concertación con los agentes sociales de Andalucía. El documento, se divide en ocho ejes de acción, tres directrices de carácter transversal que recogen dichos ejes y tres prioridades de actuación, con un objetivo general como elemento común y final de toda actividad planificadora: el aumento del bienestar de todos los andaluces. Esto se haría mediante: La creación de riqueza. Para lo que es necesario el aumento del empleo y la productividad implantado un nuevo modelo en el que el conocimiento, la sostenibilidad y la responsabilidad social sean los pilares para el aumento de la competitividad. La mejora en la redistribución de la riqueza. Cuya consecución se instrumenta en la cohesión social, representada en la igualdad de oportunidades y en el desarrollo armónico y equilibrado. Las tres prioridades de actuación se concentran en el aumento del capital regional en 3 sentidos:

35 En el marco de planificación 2007-2013 de la Unión Europea, son aquellas regiones con un PIB per cápita superior

al 75% de la media de la Unión que pasan a tener una menor financiación y unos objetivos de desarrollo basados en la mejora de la competitividad y el empleo mediante: la innovación, la Sociedad del Conocimiento, el espíritu empresarial, el medio ambiente y el incremento de la cualificación de sus recursos humanos.

36 Presentación Estrategia para la Competitividad 2007-2013. Sevilla 6 de Noviembre 2007. Consejería de Economía y Hacienda. Junta de Andalucía.

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− El tecnológico: Apostando por la Investigación, Desarrollo e Innovación Tecnológica (I+D+i).

− Humano: Aumento el gasto en educación y formación. − Físico: Inversión en infraestructuras y sostenibilidad.

Influidos por las directrices de carácter transversal que debían estar presentes en cualquier iniciativa, es decir: igualdad de oportunidades, sostenibilidad ambiental y gobernanza37, los ejes presentados en los que se desarrollaba la Estrategia son: 1- Desarrollo de la Sociedad del Conocimiento. 2- Desarrollo e innovación empresarial. 3- Medio ambiente, entorno natural, recursos hídricos y prevención de riesgos. 4- Accesibilidad, equilibrio territorial y energía. 5- Desarrollo sostenible local y urbano. 6- Cohesión social. 7- Aumento y mejora del capital humano. 8- Complejo agroalimentario, pesquero y desarrollo rural. Lógicamente, este programa estratégico fue redactado en base a unas condiciones socioeconómicas que no esperaban un cambio de escenario como el sucedido un año más tarde al de su publicación. De hecho, el documento aporta una serie de previsiones macroeconómicas de crecimiento del PIB para el periodo 2009-2013 a partir de datos publicados por el FMI, la Comisión Europea, el Ministerio de Economía y Hacienda y la Secretaría General del Estado. Estas previsiones estimaban un crecimiento en el periodo señalado del 4.8% para la economía mundial, 2% para la Zona Euro, 2 .8% para España y 3.1% para Andalucía. El hecho de que nadie esperase el cambio de ciclo económico tras la crisis financiera iniciada en 2008 en el momento de su planificación, ha supuesto un duro revés para la Estrategia 2007-2013, y es que dos años después del desencadenamiento de las perturbaciones, la economía andaluza se encuentra con crecimientos negativos del PIB de forma consecutiva , un aumento espectacular de la cifra de parados- en el tercer trimestre de 2009 ya alcanzaba el 25.65%38 de la población activa andaluza- y una dotación presupuestaria estatal y autonómica a la baja. En esta coyuntura, parece evidente señalar que los objetivos globales marcados en el Plan de alcanzar el 85% de la renta de la UE y reducir la tasa de paro hasta el 8.7% resulten ridículos. De esta forma, el hecho de encontrarnos aun en el periodo de vigencia del Plan y sobre todo la desestabilización producida por la crisis mundial, que ha comprometido el futuro de muchísimas de las actuaciones, hacen que las evaluaciones intermedias de seguimiento y control de las iniciativas puestas en marchas estén distorsionadas y sean todavía difíciles de valorar.

2.3.5. Otros instrumentos de planificación. Aparte de los Planes económicos, la planificación de la actividad económica en Andalucía esta caracterizada por; Acuerdos de Concertación Social, en los que Gobierno Autonómico y agentes sociales y económicos marcan las pautas y estrategias principales por las que se debe desenvolver el entramado socioeconómico andaluz; Programas Sectoriales, redactados por la consejería pertinente para prácticamente cada sector sujeto a competencia autonómica o para un elemento 37 Dentro del propio Plan se explica la gobernanza en el sentido de una mayor eficacia administrativa ,mayor

participación ciudadana y transparencia en las actuaciones e intervenciones institucionales. 38 Fuente: Instituto Andaluz de Estadística.

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común en todos ellos; Planes horizontales, que pueden tener vinculación para todos o un grupo de sectores o incluso pueden tratar cuestiones de otro carácter. A) Los Acuerdos de Concertación Social. Son unos documentos elaborados por el Gobierno andaluz con carácter de convenio colectivo aplicable a toda la Comunidad Autónoma, pues cuenta con la participación de los dos principales sindicatos; la Unión General de Trabajadores (UGT) y Comisiones Obreras (CCOO) y la patronal- Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA). Suponen la elección de un modelo en el que el Ejecutivo flexibiliza la política económica y social escuchando a los principales actores de las mismas; trabajadores y empresarios. Se suele decir que tiene dos vertientes: I) indicativa, representada por tal participación de los agentes sociales; II) estrategia de desarrollo integrado, por incluir tanto objetivos económicos como sociales. Los objetivos principales de los Acuerdos de Concertación son el desarrollo económico y la creación de empleo. Además, se incluyen una serie de objetivos intermedios relacionados con el segundo objetivo, sobre todo, orientados a la integración de colectivos discriminados como las mujeres o los discapacitados en el mercado laboral, aunque también suelen incluirse otros objetivos relacionados con la calidad del trabajo, estabilidad y seguridad. Una vez discutido su contenido y elaboración, se procede a su firma por todas las partes implicadas. Para el efectivo cumplimiento de lo firmado, se instauran instrumentos de control y seguimiento con representación de las tres partes, aunque es la Junta la que adquiere mayores obligaciones al deber darle carácter legal en el parlamento a los Acuerdos y apoyo financiero. Hasta el momento se han publicado siete Acuerdos, incluyendo el último aprobado el 24 de Noviembre de 2009.

• I. Acuerdo para el Desarrollo Económico y Social de Andalucía 93-94: En este primer acuerdo se crea el Consejo Económico y Social39. Las actuaciones se centran en : medidas de reactivación económica y de apoyo a las empresas, industria, promoción comercial exterior, turismo, desarrollo rural y formación profesional.

• II. Pacto Andaluz por el empleo y la Actividad Productiva 95-96. Prioriza actuaciones en los sectores de la construcción y transporte sin olvidar otros ya incluidos en el Acuerdo anterior como el turismo. Las principales medidas se centran en: formación, inserción profesional y sistema educativo, apoyo a la creación de empleo y de promoción socio-laboral, apoyo a PYMES, mejora de la competitividad empresarial, políticas sectoriales, modernización y mejora de la competitividad de la agricultura y pesca, comercio interior de Andalucía, mantenimiento del empleo, relaciones laborales y economía sumergida. • III. Pacto Andaluz por el empleo y la Actividad Productiva 97-98. Añade como áreas prioritarias la vivienda y los sectores agrícola y pesquero. El plan sigue incidiendo en políticas activas ya sea por el lado del trabajador o por el de la empresa. Realiza la primera mención explícita de un acuerdo de concertación a la planificación económica y territorial como método para el desarrollo regional. Hace hincapié en la

39 Órgano colegiado y con carácter consultivo para el Gobierno de la Comunidad Autónoma andaluza, tanto en

materia económica, como en materia social, actuando siempre con total autonomía e independencia en el ejercicio de sus funciones, www.juntadeandalucia.es

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negociación colectiva como instrumento de consenso y para la mejora de las condiciones de trabajo, para finalizar- en la línea del II Pacto- aludiendo a la economía sumergida o irregular. • IV. Acuerdo de Concertación en Andalucía-Pacto por el empleo y la actividad productiva. 1999-2000.

Este Acuerdo, extiende la aplicación del concepto de territorio considerado como un agente más, no como espacio físico donde ocurren relaciones económicas y sociales. Aporta novedad al nombrar específicamente dos actuaciones de planificación- el PDR 2000-2006 y el Plan Andaluz de Vivienda y Suelo 1999-2002- en el primero de sus objetivos: la planificación estratégica. El segundo de sus objetivos: los pactos territoriales por el empleo, son acuerdos de concertación para la creación de estrategias de fomento del empleo en áreas geográficas concretas (sobre todo las más deprimidas). De acuerdo con los objetivos, se observa como los sectores preferenciales en este Pacto son el de la vivienda y el desarrollo rural. • V. Acuerdo de Concertación Social de Andalucía 2001-2004. Sin olvidar la planificación económica, la concertación vuelve a centrarse en el empleo -particularmente en el autoempleo y la formación profesional- y en el sector empresarial andaluz, para el que busca el aumento de su competitividad y grado de internacionalización. Se hace la primera reseña en uno de estos acuerdos a la Sociedad del Conocimiento, caracterizada por la integración de las nuevas tecnologías de la información y comunicación (TIC) al sistema productivo y la apuesta por la innovación y desarrollo como fórmula para aumentar el grado de dinamismo de la economía y sociedad. De especial interés es la mención específica que se realiza a la participación institucional, es decir, la necesidad de compromiso por parte de la administración para el efectivo cumplimiento de los acuerdos conseguidos. Por último, se insiste en los convenios colectivos como herramienta eficaz en el plano de las relaciones laborales. • VI. Acuerdo de Concertación Social de Andalucía 2005-2008. Se insiste en el objetivo de convertir a Andalucía en una sociedad moderna e integrada en el contexto mundial con la progresiva incorporación de las TIC. Este primer objetivo esta relacionado con el segundo, referente a la mejora de la productividad e innovación, pues la introducción de las TIC y los últimos avances tecnológicos es crucial para incrementar la eficiencia productiva. Otro de los aspectos importantes de este acuerdo es la voluntad de formación de una cultura emprendedora que debe respetar premisas como la responsabilidad social corporativa tanto en el respeto al medio ambiente como en la creación de empleo seguro y saludable. Se establecen también acciones particulares sobre sectores productivos estratégicos para la economía andaluza así como políticas de cohesión que van desde el desarrollo rural hasta el medio ambiente a través de la planificación y ordenación del territorio. Por último, se reincide en la importancia que la performance institucional tiene en el cumplimiento de los objetivos y como garante del sistema de concertación. • VII. Acuerdo de Concertación Social de Andalucía 2009-2013. Está llamado a guiar las políticas destinadas a reactivar la economía, crear empleo, garantizar la atención social y reorientar el modelo productivo para salir de la crisis. Se trata de 350 medidas a corto, medio y largo plazo con la mayor dotación financiera de la historia de este instrumento de planificación, 19.000 millones de euros.

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En los Pactos y Acuerdos, como se ha hecho referencia anteriormente, ocupa un lugar importante el papel de las instituciones públicas ya que algunas de las actuaciones propuestas desde los Acuerdos (no todas) pasan a tener carácter de gasto público, por lo que corresponde a la Junta de Andalucía su financiación. Los recursos se han ido progresivamente aumentando siendo las partidas relativas a las políticas de empleo de cultura del empleo las más importantes en la previsión de gastos. Las actividades relacionadas con las empresas son también receptoras preferentes de financiación. En el debe de los Acuerdos de Concertación se puede apuntar un detalle importante relacionado con los Planes Andaluces de Desarrollo Económico. Éste, hace referencia a la coincidencia en el tiempo de los Acuerdos con los PADE en dos sentidos; la fecha de aprobación-publicación y su duración. Tanto en un caso como en el otro, los Acuerdos y Los Planes Económicos difieren, nunca han comenzado a aplicarse el mismo año y su vigencia se ha sobrepuesto continuamente, esto ha hecho realmente difícil la cooperación entre ambos documentos planificadores y sobre todo la consecución de los objetivos fijados. Sin embargo, la valoración de la Concertación remitiéndonos a las cifras es positiva. Tomando como año base 1993 hasta el año 2005, el empleo en Andalucía ha crecido en un 73.3%. Más recientemente, si sumamos el número de puestos de trabajo creados desde el IV Acuerdo, el resultados es 626.198 nuevos empleos40. Si bien es cierto que toda la responsabilidad del empleo creado no puede ser achacada a los acuerdos pues entran en consideración otros factores incluso exógenos a la economía andaluza que han podido incidir en la tendencia positiva. Lo que esta claro es que sin entre sus objetivos principales estaba marcada la creación de empleo y este se ha conseguido a efectos prácticos en la Comunidad, los acuerdos entonces, han sido satisfactorios. Prueba de ello es la confianza mostrada por los sucesivos gobiernos en esta fórmula, pues aunque con retraso en su aprobación y divergencias en sus periodos de vigencia-que les ha restado eficacia- su elaboración ha sido y es una constante en la política económica andaluza contemporánea. B) Planes o Programas Sectoriales y Horizontales. Más allá de los Planes Económicos y Acuerdos de Concertación, que tienen un alcance general dentro de la economía y la sociedad, existen otros Planes y Programas con un ámbito de aplicación más reducido, afectando a sectores concretos o aspectos particulares de los mismos. A pesar de tener comprometidos recursos financieros con una duración superior a los presupuestos, ya que su periodo de vigencia suele ser plurianual, esto no impide que en muchas ocasiones, el carácter de estos documentos sea orientativo, es decir, los planes y programas no son vinculantes per se. Por último, su ejecución suele estar ligada a la aprobación de algún tipo de acuerdo o convenio de la Junta con instituciones terceras. Todas las Consejerías de la Junta de Andalucía sin excepción han realizado Programas o Planes sectoriales o horizontales. Planes sectoriales: aquellos sectores productivos en los que la Comunidad Autónoma de Andalucía haya recibido la competencia de programación y planificación, han sido objeto de Programas Sectoriales elaborados por las Consejerías pertinentes en cada caso. Entre los Planes sectoriales de mayor relevancia se encuentran los de industria y energía. Esto se explica por: I) la escasa relevancia que tiene el sector secundario en la economía andaluza y la necesidad de estimular su desarrollo; II) la obligación de importar recursos energéticos para paliar el déficit que presenta Andalucía en esta materia. Planes horizontales: No se aplican a un sector específico, pueden abarcar a varios o a todos los 40 Cifras obtenidas de: La Planificación Económica en Andalucía. Adolfo Rodero Franganillo. Revista de Estudios

Regionales. Nº 75. 2006

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sectores de la economía aunque también pueden referirse a otras cuestiones. C) Apuntes finales Es difícil emitir una posible valoración de los Planes y Programas Sectoriales y Horizontales ya que la repercusión directa de sus actuaciones sobre la economía y sociedad non son fácilmente mensurables. Si que son destacables en cambio algunos programas en los sectores de la energía e industria, quizás, más que por resultados concretos, por la necesidad de intervención que estos sectores requerían. Como conclusión se puede aseverar que la multiplicidad de planes existentes, no solo en su conjunto sino a nivel sectorial, su falta de coordinación e incluso de coherencia han disminuido la potencial eficacia de muchos de ellos y que como afirma el profesor Adolfo Rodero Franganillo de la Universidad de Córdoba: “ la coordinación de las distintas consejerías en el terreno de la planificación es bastante escasa.....cada una va por su cuenta”, lo que parece refrendar la idea de que la prolifera cantidad de documentos publicados responden más una recopilación de proyectos que a una verdadera política coherente de planificación.

2.4. Política Regional Comunitaria en la Comunidad Autónoma de Andalucía. La visión de la Comunidad Europea considerando su integración de forma expansiva y no finita, ha propiciado que desde el tratado de Roma, nuevos países se hayan adherido al proyecto. El ingreso de Grecia en 1981, España y Portugal en 1986, llevó la esperanza del desarrollo económico a los nuevos miembros, pero al mismo tiempo, implicó nuevos y complejos desafíos, dado que sus economías, caracterizadas por: una dependencia del sector agrícola mayor, tasas de paro superiores, densidades de población bajas, grado de industrialización inferior , productividad laboral reducida, una renta per cápita menor a la media comunitaria y una acusada heterogeneidad interna, divergían de la de los estados ya miembros- más homogéneos entre si- poniendo de relieve el problema de las disparidades regionales y sus posibles consecuencias distorsionantes sobre el futuro mercado único. Las nuevas adhesiones; sin embargo, no eran los únicos retos a los que se enfrentaba el proceso integrador, ya que, ciertos países, y mas concretamente regiones de los mismos venían atravesando una serie de problemas. Italia sufría una extrema dualidad entre el norte más desarrollado y el sur más atrasado41, Gran Bretaña, Francia, La República Federal Alemana y Bélgica debían enfrentar el problema de la reconversión en algunas de sus zonas industriales debido a la crisis industrial de los setenta, mientras que Irlanda tenía una economía, a semejanza de las mediterráneas, más dependiente de la agricultura, con profundos problemas en la productividad y el empleo. Con semejante coyuntura, la CEE decide en 197542 comenzar el desarrollo de una política con una orientación más regional instrumentada con un conjunto de recursos financieros para la corrección de los desequilibrios territoriales, los cuales se reducirían mediante el desarrollo y ajuste estructural de las áreas deprimidas, así como con la reconversión de las regiones industriales. De este modo nace la Política Regional Comunitaria, que debía apoyar las Políticas Regionales

41 Este problema es denominado: “el problema del Mezzogiorno”. 42 El tratado constitutivo de la Comunidad Europea, 1957, ya establecía en sus artículos 2 y 3 el objetivo de

promover un desarrollo armonioso, equilibrado y sostenible de las actividades económicas en el conjunto de la Comunidad, un alto nivel de vida y protección social (...), la elevación del nivel de vida, la cohesión económica y social y la solidaridad entre los Estados miembros. Además, en el Título XVII, en sus artículos 158 a 162, se impone la comunidad la obligación de la reducción de las diferencias regionales, sobre todo de aquellas menos desarrolladas, las de carácter periférico y las áreas deprimidas o rurales.

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Nacionales bajo el principio de subsidiariedad, debiendo mantener un elevado grado de coordinación y coherencia no solo entre ellas sino también entre sus instrumentos de financiación. Tabla 2.1: NUTS-2 clasificadas de menor a mayor PIB pc 1980 (SPA) EUR 12=100

Regiones PIB (UPA)

1980 Regiones PIB (UPA) 1980

Vorelo Algalo (GR) 43 Krill (GR) 52

Iperios (GR) 45 Alentejo (P) 52

Extremadura (E) 45 Diliki Ellada (GR) 54

Centro (P) 47 Notio Aigalo (GR) 54

Ionia Nisia (GR) 49 Algarve (P) 55

Anatoliki Makedonia (GR)

49 Andalucía 56

Norte (P) 50 Thessalia (GR) 57

Ceuta y Melilla (E) 50 Diliki Makedonia (GR)

57

Fuente: Eurostat (1996) en:”Las disparidades regionales en la Unión Europea”. Melania Mur Sangrá.

Inicialmente era de especial importancia la categorización de las regiones y su diferenciación en función de su grado de desarrollo, estructura sectorial, población y situación física, pues, según estas características y el principio de solidaridad se asignarían los fondos. La inexistencia de datos estadísticos para las subdivisiones regionales forzó la creación de un marco propio: las Nomenclatura de Unidades Territoriales Estadísticas (NUTS). Divididas en 3 grupos, toman como referencia las regiones administrativas o institucionales de los estados miembros en base a factores políticos y estadísticos. En el caso español, la división de las NUTS es la siguiente: NUTS 1: Agrupaciones de Comunidades Autónomas. Como la Agrupación Sur, compuesta de Andalucía, Murcia, Ceuta y Melilla. NUTS 2: Comunidades Autónomas. Andalucía es un Unidad Territorial de este tipo. NUTS 3: Provincias. Las ocho provincias andaluzas pertenecen a este grupo. Dentro de esta clasificación, se subcategorizan las regiones en función de su necesidad de financiación y asistencia para el desarrollo de su política regional. En este marco podemos encontrar regiones: Objetivo 1: Son NUTS-2 necesitadas de política regional específica, su designación va acompañada de Fondos Estructurales. Para su inclusión en este grupo deben cumplir al menos una de las siguientes características: - PIB per cápita inferior al 75% de la media de los países de la Comunidad. - Densidad de población muy pequeña. Objetivo 2: Se designan en este apartado zonas con una menor necesidad de asistencia pero que deben afrontar problemas graves. Entre ellas encontramos: - Áreas industriales en declive con un desempleo superior a la media comunitaria en el sector. - Áreas rurales con una densidad de población baja, tasas de desempleo agrícola que

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doblan la media comunitaria en el sector o que sean mayores que la media comunitaria pero que tengan el añadido de enfrentarse a situaciones de despoblamiento. Estos términos son también aplicables a regiones pesqueras. - Áreas urbanas con un desempleo superior a la media europea y con problemas de marginación, pobreza, crimen educación, etc..

Objetivo 3: Orientadas a la modernización, educación, políticas y sistemas de formación y desempleo. Observando la Tabla 2.1, que contiene una clasificación con las dieciséis NUTS-2 con menor PIB per cápita ordenadas de menor a mayor, es destacable el hecho que en entre ellas solo aparezcan Unidades Territoriales de Grecia, España y Portugal, lo que indica el acuciado atraso que precede al ingreso de estos países en la CEE y la razón por la que han sido los principales miembros receptores de Fondos Estructurales en la década de los ochenta y noventa. Andalucía, de acuerdo con las condiciones indicadas anteriormente, ha sido, desde su ingreso en la Comunidad, tipificada como una Región Objetivo Número 1. Gráfico 2.2.Fondos Recibidos de la UE desde 1986

Fuente: European Comission (www.ec.europa.eu)

Las razones de tal consideración son apreciables en la Tabla 2.1, donde se observa como en 1980 la región se encuentra entre las NUTS-2 menos desarrolladas y su PIB per cápita suponía el 56% de la media de los doce países que pertenecían a la CEE en tal año. De acuerdo con tales datos, no es extraño que en el periodo 1986-2006, Andalucía haya sido una de las principales regiones españolas receptoras de Fondos Estructurales y de Cohesión Europeos. El gráfico 2.2 muestra que en términos cuantitativos los primeros han sido de mayor relevancia que los segundos. De entre los Fondos Estructurales: Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), Fondo Social Europeo (FSE) , Fondo de Orientación y Garantía Agrícola (FEOGA), los FEDER, han sido los de mayor dotación, alcanzando ya en su primer año de aplicación, 1986, 35.000 millones de pesetas de presupuesto para el conjunto del Estado Español, de los cuales el 39% de los mismos fueron destinados a Andalucía.

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2.4.1. Los Planes de Desarrollo Regional y los Marcos Comunitarios de Apoyo. Una de las condiciones para la obtención de Fondos Europeos es la elaboración y presentación a la Comisión de unos documentos denominados Planes de Desarrollo Regional (PDR). Estos Planes, se configuran en el seno de las negociaciones de los Marcos Comunitarios de Apoyo entre Estados miembros y sirven como referencia para los proyectos de inversión que pretenden acceder a dichos fondos. En definitiva, suponen un instrumento de coordinación de la política nacional de desarrollo regional con aquellas de la CEE y las CCAA. Los Marcos Comunitarios de Apoyo (MCA) En 1989 se llevó a cabo una reforma de los Fondos Estructurales que pasaron a instrumentarse a través de los Marcos Comunitarios de Apoyo (MCA) y de las Iniciativas Comunitarias. Los Marcos recogen las financiaciones de los fondos estructurales y su asignación a los proyectos y objetivos de actuación marcados en el PDR, por lo que su vigencia es la misma. Pretenden ser un instrumento para la coordinación eficaz de los esfuerzos administrativos tanto a nivel comunitario y nacional como a nivel regional. Los MCA pueden dividirse en dos submarcos dependiendo de cual sea la autoridad gestora; el Estado o las Comunidades Autónomas. El primero es denominado el submarco plurirregional pues se trata de actuaciones generales del Estado con repercusión en la región. El segundo es llamado el submarco regional por ser actuaciones que forman parte de las competencias exclusivas de la Comunidad Autónoma. Las acciones recogidas en ellos se instrumentan a través de programas operativos43. Las Iniciativas pretenden impulsar sectores o actividades considerados estratégicos y cuya implementación está fuera de la negociación Estado miembro-Comisión como ocurre con los MCA. Los Planes de Desarrollo Regional (PDR) La Política Regional Comunitaria se sustenta en la existencia de fondos para su desarrollo y en la redacción de planes y programas coherentes, gestionados de forma racional para la eficiente aplicación de dichas inversiones. Estos documentos de planificación regional comparten una estructura común, siendo ésta similar en todos los estados miembros. Su principal característica es la capacidad de coordinación en dos sentidos; horizontal (de cada Comunidad Autónoma con el resto) y vertical, ya sea de forma ascendente (de las CCAA hacia las administraciones Central y europea) o descendente (hacia las Corporaciones Municipales). Cada Comunidad Autónoma elabora su propio PDR en consonancia con el modelo descentralizador de competencias reflejado en la Constitución, en el que el Estado mantiene la competencia exclusiva de coordinación y aprobación de la metodología a utilizar en la redacción de cada PDR. Este modelo “bottom-up” contrasta con la planificación “top-down” anterior, en la que los Planes Nacionales se desagregaban en Planes Regionales. En Andalucía, los planes se elaboran de forma concertada entre la Junta de Andalucía y los agentes sociales y económicos (Confederación de empresarios de Andalucía y sindicatos). Una vez aprobado, se entrega al gobierno que lo incorpora al PDR Nacional. Para su seguimiento y control

43 Instrumentos en los que se articulan acciones agrupadas en función de los ejes de desarrollo prioritario definidos

en el MAC.

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se crea un grupo de trabajo que el sigue el funcionamiento de las ayudas de la Comunidad Europea. Los Planes de Desarrollo Regionales se estructuran en cinco capítulos: 1- En el primero se intentan detectar los problemas del territorio a través de un análisis socio-económico de la región. 2- El segundo contiene los objetivos a perseguir. Éstos deben ser coherentes con los objetivos macroeconómicos generales y sectoriales a nivel estatal y comunitario. 3- El tercero delimita las acciones a aplicar diferenciando dos tipos: - Actuaciones directas y específicas sobre el territorio. - Actuaciones nacionales, generales o sectoriales con alcance en la región. 4- El cuarto capítulo define los recursos financieros a utilizar pertenecientes a cada nivel de gobierno: locales, regionales, estatales, supranacionales. 5- En el quinto capítulo están descritos los planes de ejecución y seguimiento así como los organismos responsables de la ejecución de cada programa44. Como documento regional realizado “desde abajo”, debe tener en consideración otros planes económicos realizados en la Comunidad, en particular los Planes Andaluces de Desarrollo Económico (PADEs); sin embargo, durante este tiempo se han venido solapando ya que no se han realizado de forma paralela, produciéndose a veces graves disonancias entre unos y otros. Esto se ha reflejado en una falta de coherencia y cohesión que ha restado eficacia y eficiencia, mermando de esta manera la credibilidad de ambos documentos y de los objetivos contenidos en ellos. A día de hoy la Junta de Andalucía ha elaborado tres Planes de Desarrollo Regional con diversa extensión: PDR 1989-1993 PDR 1994-1999 PDR 2000-2006

2.4.2. Evolución de las ayudas comunitarias A continuación pasamos a realizar un análisis de la evolución de las ayudas comunitarias dividido en tres periodos que coinciden- en su mayoría- con el curso de aplicación de los tres PDR realizados en Andalucía hasta la fecha45. El primero se desarrolla en ocho años (1986-1993), si bien se diferencian en él dos subperiodos que reflejan el punto de inflexión que supuso la reestructuración de los Fondos Estructurales en la Política Regional Comunitaria. El segundo, de seis años, se extiende desde 1994 hasta 1999 ya con un ajuste completo entre el MCA y el PDR. El tercero y último presentado comprende desde el año 2000 hasta 2006.

44 AZCÁRATE LUXÁN, M.V; MUZURUAGA CAÑAS, C y SANTOS PRECIADO, J. M. (1988): “El nuevo marco de la política regional española tras la integración en la CEE”. Revista de la Facultad de Geografía e Historia. Nº 3, PP 269-294. 45 Esta división en tres periodos y las cifras y datos presentados en este apartado están tomados de: Andalucía en la

Unión Europea en “Las Comunidades Autónomas en la Unión Europea. 3ª Edición. Representación de España en la Comisión Europea.1999.

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A. 1986-1993.

Para el estudio de este periodo, su transcurso se dividirá en dos subperiodos, el primero, trienal, desde su inicio hasta 1988. El segundo es quinquenal y abarca desde 1989 a 1993. Esta división se explica por la entrada en vigor de los MCA en 1989 y su vinculación con los objetivos fijados en el PDR, por lo que se establece una diferenciación con respecto a la asignación de los fondos en los años anteriores. A.1. 1986-1988 Con un montante total de 144.368,2 millones de pesetas, en este bienio, la partida FEDER fue la de mayor proporción entre las ayudas europeas. Las acciones estuvieron fundamentalmente dirigidas a eliminar las rigideces y estrangulamientos de la economía andaluza que restringían el aprovechamiento de recursos y potencialidades limitando el desarrollo. Concretando, estas actuaciones se concentraron sobre todo en la mejora de la dotación de infraestructuras y la articulación interna del mercado andaluz. De este modo el 64.3% del FEDER en el periodo se invirtieron en la construcción de carreteras, infraestructuras de ferrocarril e instalaciones aeroportuarias así como en la ejecución de importantes obras hidráulicas. La partida Fondo Social Europeo se centro en el déficit en cuanto al nivel de cualificación del capital humano en la región emprendiendo iniciativas para la formación de los recursos humanos e integración de colectivos socialmente marginados. Estos programas supusieron un cuarto del total de los fondos destinados a la Comunidad en el periodo. En concepto Fondo de Orientación y Garantía Agraria (FEOGA), las actuaciones se centraron en tres campos: la mejora de los canales de comercialización de los productos agrícolas, impulsar el desarrollo en zonas desfavorecidas y de montaña y la reestructuración de viñedos. Estas iniciativas supusieron un 7.5% del total de fondos recibidos en el periodo. A.2. 1989-1993. Es en este año cuando se reforman los Fondos Estructurales y se crea la figura de los Marcos Comunitarios de Apoyo. El ordenamiento de la política regional andaluza en cuanto al acceso, recepción, asignación y gestión de fondos comunitarios cambia en consecuencia. Se establece la secuencia por la cual Andalucía debe entregar el Plan de Desarrollo Regional al Gobierno Central para su presentación a la Comisión. El Plan marca las directrices, ejes centrales de actuación y objetivos generales que deben ser seguidos. El Marco Comunitario de Apoyo, es el que determina el volumen final de financiación que cada una de estas directrices recibirá así como la asignación a cada proyecto específico. Las líneas generales de actuación del MCA 89-93 son aquellas del PDR 89-93: Infraestructuras: Con una inversión igual al 48.3% del total de recursos asignados. Se busca la articulación interna y externa de la región mediante la mejora de la red viaria principal de carretearas y de ferrocarril. Mejora y valorización de recursos humanos: Financiados con FSE, los proyectos han estado dirigidos a la creación de empleo, la superación del desempleo de larga duración y la inserción de jóvenes en el mercado laboral. Infraestructuras de apoyo a la actividad económica: Instrumentadas mediante la realización de Programas Operativos sectoriales y territoriales. Estos planes han buscado fundamentalmente, en

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el contexto del programa Valorem, la revalorización de activos endógenos para la mejora de las condiciones de vida en zonas rurales. Esto se ha realizado mediante el aumento de la provisión de equipamientos básicos anteriormente inexistentes o con escasa importancia en el tejido productivo del territorio. También se han promovido actividades de investigación. Aprovechamiento del potencial agrícola y pesquero: Financiadas con FEOGA, las acciones van dirigidas al aprovechamiento de las potencialidades existentes en los sectores agrícola y pesquero, en particular mediante la reestructuración de cultivos, mejora de las infraestructuras de regadío y la mejora de las redes de comercialización. Apoyo a las PYMES y creación de servicios empresariales: Tienen en este ámbito especial relevancia las inversiones para la creación del Parque Tecnológico de Andalucía en Málaga y aquellas canalizadas a través de la Subvención Global de Andalucía46 para el apoyo de la industria y artesanía. En cifras totales, el Marco Comunitario de Apoyo 89-93 alcanzó la cifra de 136.860 millones de pesetas, suponiendo más del doble de la inversión pública estatal en Andalucía y cinco veces más que la regional en el periodo. En cuanto a la participación de cada Fondo Estructural, la mayor partida fue sin duda la FEDER que supuso el 72.7% de las inversiones totales, el Fondo Social Europeo represento 15% y el FEOGA el 8.4% de las mismas. B. 1994-1999. El PDR 94-99 señala los problemas estructurales que viene padeciendo la economía andaluza y sus posibilidades de superación. El documento destaca la necesidad de reflejar sobre la sociedad y población andaluza los efectos positivos que el crecimiento tiene, de modo que éstos, se transformen en un aumento de la calidad y estándares de vida de los andaluces. El PDR señala la existencia ciertos desequilibrios en la economía andaluza que no permiten una efectiva traslación de los efectos favorables del crecimiento económico hacia mejoras “tangibles” por la sociedad andaluza, entre las que encontramos: Un elevado peso del sector primario y de la construcción en contraste con la escasa relevancia del sector industrial. Un elevado desempleo. Reducida cualificación de los recursos humanos. Una insuficiente dotación de infraestructuras y equipamientos básicos que fomenta la concentración de la población en determinadas áreas y fuerza al despoblamiento interior y de las áreas rurales. La corrección de estos desequilibrios y la superación de las barreras que imponen, es en donde se concentran las actuaciones de los fondos y que pretenden la transformación en oportunidades de las potencialidades existentes. Unas potencialidades que el mismo PDR se encarga de localizar: 46 Modalidad de intervención creada en 1988 para la implementación de la nueva política de desarrollo local por la

que se instrumentan los Fondos Estructurales para su intervención en regiones objetivo número 1. Desde un enfoque endógeno propone la creación de una Organismo Intermedio que actúe de interlocutor de la Comisión y los destinatarios finales de las subvenciones y que sea responsable de la gestión y control de la Subvención Global. Con este método se gana en flexibilidad y cercanía a las realidades de los territorios subvencionados. En: DURBÁN OLIVA, S. (1997): “Los fondos europeos. La subvención Global en Andalucía 1994-1999 y otras modalidades de actuación”. Ponencia en el I Congreso de Ciencia Regional de Andalucía: Andalucía en el siglo XXI.

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-Una situación estratégica entre dos continentes que le puede permitir actuar como interlocutor entre dos culturas y sociedades, la europea y la del Magreb. -Un sector primario sin excedentes con un potencial transformador insuficientemente aprovechado. -Un sector industrial con capacidad de crecimiento por su escaso nivel de desarrollo y factores territoriales aprovechables como el clima, disponibilidad de capital humano y un entorno tecnológico cada vez más competitivo. -Un sector turístico al alza. -Una población joven con una formación educativa cercana a los niveles europeos. Una vez determinadas las rigideces y potencialidades existentes en la economía, se plantean las estrategias y ejes de actuación para resolver las primeras y poner en valor las segundas. El PDR-MCA 94-99 define su estrategia en el desarrollo de siete ejes que fundamentalmente se centran en la modernización, diversificación e integración del aparato productivo así como en la mejora de la cualificación de los recursos productivos (humanos y naturales). A diferencia del anterior, en este Plan se dejan un poco de lado las inversiones en infraestructuras, hasta ese momento destino preferencial de las acciones financiadas con fondos europeos. Los ejes de actuación son los siguientes: 1- Infraestructuras: Aunque siguen representando una de las partidas FEDER más importantes, recibiendo el 28.3% del total de dichos fondos, la disminución con respecto al Plan anterior (en veinte puntos) es destacable. Las acciones en este eje van dirigidas a la corrección del modelo de vertebración interna de carácter radial, en el que se prioriza la conexión exterior a la interior. Para ello las inversiones se centran en seguir mejorando las redes de comunicación por carretera y ferroviarias así como continuar con las actuaciones de mejora de infraestructuras aeropuertos y puertos marítimos. La novedad de este periodo inversor se presenta en el sector de las telecomunicaciones con intervenciones centradas en la mejora de la cobertura de los servicios básicos. 2- Industria, servicios y artesanía: Las actuaciones se centran en la mejora de la gestión empresarial (comercialización, formación de capital humano e innovación y transferencia tecnológica), facilitar la externalización de las funciones terciarias en la industria, creación de infraestructuras para la industria (suelo industrial) y a la recuperación de actividades tradicionales con capacidad de diversificar el tejido productivo. Un punto importante de este eje es su inclusión en la Subvención Global de Andalucía principalmente dirigidas a financiar a PYMES a través de FEDER. 3- Turismo: La dinámica al alza de este sector que en ya en 1994 suponía el 11% del PIB andaluz, requería de acciones concretas para el aprovechamiento de oportunidades y el impulso a su desarrollo. Los Fondos se distribuyen en una multitud de propuestas pero que en general se han concentrado en la comercialización, promoción, apoyo a la inversión, creación y mejora de las infraestructuras y la mejora de la calidad del producto turístico para su reforzamiento en los mercados internacionales. 4- Agricultura y desarrollo rural: La heterogeneidad en productos, rendimientos y competitividad hacen difícil la aplicación de una estrategia única para todo el sector agrícola andaluz. A pesar de ello la política rural general gira entorno a la mejora en la comercialización y transformación de los productos agrarios, ordenación de cultivos, creación de infraestructuras y equipamientos

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básicos y el fomento del empleo e inversión en general. Se destaca en el PDR 94-99 el rol que está adquiriendo en determinadas áreas de montaña el turismo rural como factor diversificador de rentas económicas y reactivador de actividades tradicionales. Este eje vendrá financiado por FEDER, siendo de especial importancia para su desarrollo los programas LEADER, PRODER y LEADER II. 5-El sector pesquero: Es un sector fundamental en el organigrama socio-económico andaluz. La Comunidad Europea así lo reconoce y pone en marcha intervenciones que van dirigidas a la modernización de las lonjas, la red de frío y comercialización. 6- Infraestructuras de apoyo a las actividades comerciales: Andalucía adolece de carencias en ciertos ámbitos que debe superar para tender hacia un desarrollo sostenible y ordenado. Las ayudas en este sentido han estado orientadas a acciones relacionadas con; la utilización de los recursos naturales, en particular del agua; la conformación de un entorno empresarial favorable, fomentado la investigación, la innovación y el desarrollo tecnológico; la mejora la mejora de la eficiencia energética, con particular atención a las redes transeuropeas y a las energías renovables. 7- Valorización de los Recursos Humanos: A pesar de las inversiones en capital humano, este PDR pone en evidencia la existencia de un desajuste importante entre demanda de trabajo y la formación y cualificación de los trabajadores andaluces. La importancia que la Comunidad Europea otorga a este eje se refrenda con la puesta en marcha de actuaciones para la mejora de: la dotación de infraestructuras educativas, la calidad de la educación, de los sistemas de formación e integración en el mercado laboral, etc. Las iniciativas en este campo vendrían financiadas por dos Fondos Estructurales diferentes; FEDER, gestionados por el Programa Operativo y el FSE, instrumentado por el Programa Operativo de Valorización de Recursos Humanos. Los fondos totales asignados a Andalucía para la ejecución de su Plan de Desarrollo Regional 1994-1999 supusieron el 23.4% de los Fondos Estructurales destinados al Estado Español. De estos recursos financieros, la suma asignada dentro del submarco de actuación regional, fue superior a aquella destinada al marco plurirregional. Esto quiere decir que los fondos gestionados directamente por la Junta de Andalucía y sus Consejerías (2914.8 mecus47) fue mayor que la cantidad gestionada por la Administración Central (1874,3 mecus), con lo que se puede concluir que en el MAC 1994-1999, las intervenciones programadas de forma endógena, desde la región, han sido más importante en términos cuantitativos que aquellas actuaciones de tipo regional realizadas a nivel estatal. C. 2000-2006. El siguiente Marco Comunitario de apoyo, se instrumenta con el PDR que se realizó para el septenio 2000-2006. El Plan comienza en su primer capítulo con un estudio de convergencia Andalucía-Europa para continuar con un análisis sobre los principales resultados de las intervenciones realizadas con Fondos Estructurales en el Marco Comunitario de Apoyo anterior. Entre los capítulos 2 y 8 se analiza la situación y principales problemáticas en las siguientes categorías: sectores productivos, recursos y capacidades de la empresa andaluza, estado de la sociedad del conocimiento, situación de los recursos humanos y el mercado de trabajo, territorio y actividad económica, medio ambiente y dotación de infraestructuras y equipamientos. El capítulo 9 define las estrategias de desarrollo y objetivos y orientaciones de las actuaciones. Las estrategias que vienen señaladas son: la competitividad, la generación de valor, el desarrollo

47 Millones de Ecus. Datos obtenidos del Plan de Desarrollo Regional de Andalucía 2000-2006.

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sostenible, la cohesión económica y social y la convergencia real con la Unión Europea. Los objetivos generales son dos: la convergencia real con Europa y el aumento del valor del sistema socioeconómico como forma de asegurar el desarrollo sostenible. La consecución de estos objetivos generales viene condicionada por el alcance de unos objetivos intermedios: - Elevar el nivel del capital organizativo. - Incrementar el capital humano y tecnológico. - Aumentar la capacidad de generar valor. Como se puede apreciar, existe cierta similitud entre las estrategias y objetivos, lo cual crea cierto desconcierto. Es interesante observar como este PDR guarda fuertes coincidencias en la estrategia con el Plan Económico Andalucía Siglo XXI, si bien se utilizan lenguajes distintos y el énfasis es diferente según el aspecto estratégico48. Como los otros planes regionales, éste, se articula a lo largo de ejes de intervención, en esta ocasión son diez; vienen desarrollados en el capítulo 10: 1-Mejora de la competitividad y desarrollo del tejido productivo: Pretende mejorar la competitividad y el desarrollo del tejido productivo mediante el impulso a la creación y difusión de capital organizativo entre las empresas y territorios. El desarrollo del tejido empresarial, con especial atención a la promoción de recursos intangibles y el fortalecimiento del sector industrial y de sectores estrechamente vinculados, servicios a empresas y comercio, el apoyo a la transformación y la comercialización de productos agrarios y pesqueros, son áreas de intervención prioritarias. El ámbito de actuación de este eje se completa con el apoyo concreto a empresas de un sector clave de la economía andaluza como es el turismo. 2-Sociedad del conocimiento y telecomunicaciones: Este eje pretende contribuir a que Andalucía se integre plenamente en la sociedad del conocimiento, caracterizada por la importancia que adquiere la investigación, la innovación y la información. Un desarrollo suficiente del sistema de investigación e innovación, la disponibilidad de infraestructuras de telecomunicaciones que garanticen el acceso universal a las tecnologías de la información y comunicación, y la potenciación del uso por parte de los ciudadanos y empresas de los nuevos servicios relacionados con estas tecnologías, contribuyen a garantizar no sólo la cohesión económica sino también social. 3-Medio ambiente, entorno natural y recursos hídricos: La presión a que esta sometida el territorio andaluz dificulta la consecución del objetivo de alcanzar un grado de desarrollo sostenible compatible con el medio ambiente. Esta presión se concreta en una serie de desequilibrios: Hídricos: déficit en el abastecimiento de agua, disfuncionalidades en el uso productivo del agua sobre todo en la agricultura, riesgos del régimen hídrico como inundaciones o sequías. Recursos naturales: la actividad humana productiva deteriora y agota los recursos naturales, esto da lugar a la aparición de fenómenos como la erosión, desertificación o deforestación que ponen en peligro nuestro patrimonio natural. Para resolver el desequilibrio hídrico se orientan las actuaciones a eliminar déficits en el 48 FRANGANILLO, A. (2006): “La Planificación Económica en Andalucía”. Universidad de Córdoba. Revista de Estudios Regionales.

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saneamiento del agua con la incorporación de criterios de racionalidad y eficiencia en la gestión y uso del agua como método para suavizar situaciones de riesgo en el régimen hídrico. En cuanto a los recursos naturales, las intervenciones se centran en: a) acciones reparadoras para evitar la desertificación, erosión y deforestación; b) preventivas, de modo que se reduzcan los posibles impactos ambientales de los procesos socioeconómicos. 4-Desarrollo de los recursos humanos, empleabilidad e igualdad de oportunidades: Se plantea como objetivo central el incremento de capital humano mediante la generación de empleo y la mejora cualitativa de los recursos humanos que posee la región, atendiendo de forma especial a la promoción de la igualdad de oportunidades. El logro de estos objetivos se traducirá en una mejora de las condiciones de la economía andaluza en su capacidad para generar valor y en unos mayores niveles de cohesión social. 5-Desarrollo local y urbano: Se orienta a potenciar el desarrollo de los sistemas locales y urbanos, solventando las deficiencias que el sistema de ciudades genera en el modelo económico territorial de Andalucía y en su capacidad para asegurar un desarrollo sostenible. Los últimos estudios en la materia han puesto de manifiesto el valor que representa para una región lograr sistemas urbanos con relevancia en la jerarquía internacional y estar estructurada en torno a modelos de asentamientos equilibrados y policéntricos. 6-Redes de transporte y energía: Da respuesta a la consecución de los objetivos prioritarios referentes a la estructuración del territorio, la mejora del sistema de comunicaciones y la racionalización del sistema energético, contribuyendo a la articulación del sistema productivo. Una dotación suficiente de infraestructuras constituye, en este sentido, una pieza clave para la vertebración interna del territorio regional y de su articulación física e integración económica con el resto del Estado y Europa. 7- Agricultura y desarrollo rural: Busca facilitar los procesos de desarrollo de las áreas rurales de Andalucía, a través de la aceleración de la transformación y modernización del sector agrario y del impulso a la diversificación de la base económica de estas áreas. Este eje se complementa con actuaciones específicas sobre; el sistema hídrico, destinadas a fomentar el uso racional y eficiente del agua; la industria agroalimentaria y la mejora del capital humano y tecnológico. 8-Estructuras pesqueras y acuicultura: La limitación de acceso a los recursos pesqueros ha provocado un desajuste en el sector pesquero andaluz y en sus estructuras, caracterizadas por: un déficit en equipamientos e infraestructuras portuarias, la utilización de técnicas poco selectivas, pobres canales de comercialización y una participación residual de la acuicultura. Ante este panorama, este eje pretende potenciar el sector mediante una reestructuración en la que se diversifiquen sus recursos, se protejan los recursos existentes y se lleve a cabo una progresiva modernización del sector pesquero en la que la acuicultura juegue un papel más importante como alternativa y complemento de los recursos tradicionales. 9-Turismos y patrimonio natural: persigue la superación de las debilidades del sector turístico andaluz representadas por un déficit de activos en la oferta turística y notables carencias en la comercialización del producto turístico andaluz. De una parte, se apuesta en este eje por incrementar las infraestructuras turísticas, de ocio y culturales así como potenciar el patrimonio histórico, artístico y cultural como formas de superar la primera de las debilidades. De otra, en lo referente a la segunda de las debilidades, se estimula a la realización de un esfuerzo para el mejor conocimiento de los mercados turísticos con el objetivo de ajustarse a las tendencias actuales de éstos.

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10-Construcción de equipamientos colectivos y de bienestar social: La construcción de equipamientos colectivos y de bienestar social constituye un eje básico de la estrategia de generación de valor ya que contribuye a asegurar la sostenibilidad del proceso. La existencia de equipamientos sociales y sanitarios y de ocio constituye una referencia básica para apoyar la cohesión social. Las carencias existentes tanto en el sistema sanitario como en el integrado de los servicios sociales así como en lo referente a equipamientos colectivos, deportivos y de ocio, fuerzan a intervenciones para mitigar esas insuficiencias. Estos ejes guardan estrecha similitud con las políticas contempladas en el Plan Económico Andalucía Siglo XXI, lo cual es totalmente lógico dado que ambos planes parten de un diagnóstico de la sociedad y economía andaluza idéntico4950. En el último capítulo del PDR 2000-2006, el 11, se estudian las relaciones de cooperación con los agentes económicos y sociales. Se incluyen dos evaluaciones de las intervenciones pertenecientes al PDR anterior en materia de igualdad de género e impacto ambiental. Para finalizar, también se añaden las estrategias a seguir en estos dos campos durante la vigencia del Plan, su integración en la estrategia de desarrollo general, así como la coherencia que deben guardar con respecto a los ejes fijados. D. El nuevo marco planificador. El siguiente marco planificador europeo es para el periodo 2007-2013. En base a los nuevos Reglamentos para los Fondos Estructurales y de Cohesión y las nuevas Directrices comunitarias en materia de cohesión para el periodo 2007-2013, se cambió el modelo de planificación. Los PDR ya no son elaborados, en su lugar, se desarrolla un Plan Nacional de Reformas sobre el que se elabora un Marco de Referencia Estratégico Nacional (MREN) y Programas Operativos en coherencia con las directrices estratégicas. Dentro del MREN, se elabora el Marco Estratégico Regional de Andalucía (MER-AN) 2007-2013, inspirado en el documento “Bases para el Desarrollo Regional de Andalucía 2007-2013” y coordinado con el Plan Económico “Estrategia para la competitividad de Andalucía 2007-2013” así como con el resto de programas y proyectos puestos en marcha por la Junta de Andalucía. Los documentos mencionados son ahora los principales en la nueva etapa planificadora, en ellos se define la nueva estrategia de desarrollo regional que debe conducir al cumplimiento de las prioridades de la política de cohesión comunitaria y los objetivos de la Estrategia de Lisboa. Este nuevo periodo viene marcado fundamentalmente por la incorporación de los países del este a la Unión Europea, ahora UE-27-que partiendo de niveles de desarrollo inferiores a la región andaluza sustituían los objetivos 1, 2 y 3 por regiones: convergencia, competitividad regional y empleo y cooperación territorial europea. El ingreso de los nuevos miembros, hizo que a efectos estadísticos, el PNB per cápita europeo descendiera, superando en 2006 el dato andaluz el límite del 75% para ser considerada región objetivo número 1. Este hecho, con el escenario de crecimiento previsto inicialmente, hizo planear la sombra de la pérdida de Fondos Estructurales, tan vitales para la economía andaluza. Este efecto, fue contemplado por la Comisión instaurando la figura de las regiones “Phasing-out” que son aquellas regiones que debido al efecto estadístico de la incorporación de los nuevos miembros de la UE, tenían un PNB inferior al 75% de la media de la UE15 (sin considerar los nuevos

49 FRANGANILLO, A. (2006): “La Planificación Económica en Andalucía”. Universidad de Córdoba. Revista de Estudios Regionales. 50 Información sobre ejes y desarrollo de los mismos obtenida del propio Plan de Desarrollo Regional de Andalucía

2000-2006. Consejería de Economía y Hacienda. Junta de Andalucía.

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Estados Miembros) pero superior al 75% de la media de la UE-27. Andalucía, con el 74,79% de la renta europea51, fue considerada región convergencia52 y recibiría fondos con la incertidumbre planeando sobre su financiación para el próximo periodo planificador, en el horizonte 2013. Como sucediera en el análisis de los Planes Económicos Regionales en el capítulo 2, la inestabilidad y distorsión creada por la crisis financiera internacional y los graves efectos sobre la economía han provocado un severo distanciamiento en términos de convergencia con Europa, haciendo que todas las previsiones y objetivos en función de los planes, ejes y estrategias implementadas sean de una imprevisibilidad absoluta, los Fondos Europeos y las intervenciones a su costa no son una excepción.

2.4.3. Efectos de los PDR y las ayudas comunitarias sobre la economía andaluza. 1989-1999. La experiencia planificadora de los Planes de Desarrollo Regional ha resultado ser positiva porque ha supuesto el comienzo de una etapa en la que la programación económica es considerada como una pieza clave en el desarrollo regional. Adicionalmente, el esfuerzo que supone la realización de los planes en cuanto a los análisis, estudios, diagnósticos y evaluaciones, ha permitido un mayor conocimiento de los problemas específicos y desequilibrios territoriales con presencia en la Comunidad y por lo tanto se han podido crear instrumentos para su corrección y erradicación más eficaces. De esta manera, desde la apuesta por la planificación como herramienta económica regional, se ha logrado una política regional auténtica, dentro de una global, que ha permitido lograr objetivos propios sin interferir en los objetivos generales macroeconómicos53. A continuación vamos a realizar una evaluación de los resultados e impactos sobre la sociedad y actividad económica de los dos primeros MAC-PDR; para el marco 2000-2006 todavía no existe publicación que haya emitido valoración alguna sobre los resultados de sus actuaciones y su repercusión directa sobre la economía andaluza.

• MAC-PDR 1989-1993 La política de cohesión económica y social en este lapso ha favorecido la mejora del tejido productivo andaluz de forma que ha fomentado el desarrollo y crecimiento económico disminuyendo las diferencias regionales existentes y dando pasos hacia la convergencia. Este MAC, Andalucía ha recibido el 29.1% del gasto público y el 29.5% de los Fondos Comunitarios recibidos para regiones objetivo número uno en España. En cifras, esto supone que cada andaluz ha recibido de media 112.737 pesetas, el doble de la inversión regional y cinco veces la inversión pública total. No solo son importante los datos totales de inversión sino que hay tener en cuenta los efectos multiplicadores que tienen las intervenciones ejecutadas en el periodo sobre la economía. La realización de proyectos financiados con fondos europeos funciona como una suerte de “shock de demanda” que estimula el consumo y la inversión e irradia sus efectos positivos a otros sectores estimulando la economía del área donde se lleva a cabo la actuación.

51 Informe Económico 2004. Consejería de Economía y Hacienda. Junta de Andalucía. 52 Regiones elegibles en virtud del objetivo de convergencia son aquellas cuyo PNB es inferior al 75% de la media

del PNB de la UE 25. 53 AZCÁRATE LUXÁN, M.V; MUZURUAGA CAÑAS, C y SANTOS PRECIADO, J.M. (1988): “El nuevo marco de la política regional española tras la integración en la CEE”. Revista de la Facultad de Geografía e Historia. Nº 3, PP 269-294.

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La tabla 2.2 muestra los sectores en donde los efectos de la financiación europea sobre el VAB y el empleo fueron más perceptibles, la incidencia se cuantifica en unidades monetarias y en número de puestos creados respectivamente. Se puede observar como el sector más beneficiado ha sido el de la Construcción y Obra Civil, que en el periodo ha representado el 36% del Valor Añadido Bruto creado y el 26.6% del empleo. El segundo sector más destacado ha sido el de Enseñanza y Sanidad, que ha supuesto el 25.14% del VAB y el 18.87% del empleo.

Es destacable a su vez, la evolución experimentada por el abanico de servicios, que en su conjunto suponen el 51.8% del VAB y el 45.21% del empleo creado en relación a las ayudas europeos entre 1989 y 1993.

En total, el empleo en el periodo se ha incrementado en 44.821unidades de trabajo, esto es, puestos de trabajo que se han creado de forma directa o indirecta gracias a proyectos financiados con fondos europeos, lo cual según el Informe sobre las Comunidades Autónomas en la Unión Europea , sección Andalucía: “se estima que ha supuesto un shock de demanda estimado en un 2% ,un impacto sobre el valor añadido regional del 2.3% y una inversión que representa el 10% de la FBC”.

Como conclusión se podría añadir que el MCA 89-93 ha contribuido a rasgos generales en la generación de empleo y a la mejora de la capacidad productiva y competitiva, gracias fundamentalmente al énfasis puesto en la: a) construcción de infraestructuras tanto de transportes y comunicaciones, que han mejorado accesibilidad de los productos andaluces a otros mercados internacionales, como hidráulicas y de medio ambiente; b) aumento de la cualificación de los recursos humanos, clave en el aumento de competitividad de los trabajadores andaluces.

Tabla 2.2: Efectos sectoriales anuales más importantes derivados del MCA 89-93.

(Millones de pesetas de 1990 y unidades de empleo)

SECTOR VAB EMPLEO

Agricultura, Acuicultura y Pesca 6958 3941

Edificación y Obras Públicas 38308 16154

Restauración, comercio y hostelería 12590 4894

Transportes y Comunicaciones 10442 1807

Instituciones de Crédito y Seguro 10738 855

Enseñanza y Sanidad 25515 11271

Otros servicios 10030 1441

Resto sectores 20590 4458

Total* 135171 44821

* En el apartado Resto de sectores, se incluyen trece sectores adicionales en los que los efectos de las ayudas fueron menos relevantes que en los sectores presentados. En concepto VAB, estos sectores, representan aproximadamente el 15% de los efectos totales mientras que en el empleo representan el 10%.

Fuente: Andalucía en la Unión Europea en: Las Comunidades Autónomas en la Unión Europea.

• MCA 1994-1999

Las estimaciones relativas a los efectos agregados de los Fondos Europeos sobre la economía andaluza son difíciles debido al retraso con el que Andalucía se incorporó a la elaboración de estudios estadísticos.

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En el PDR 2000-2006, viene realizada una aproximación para la cuantificación de la contribución de los fondos procedentes del MAC 94-99 a las dotaciones de recursos productivos de la economía andaluza. Esta aproximación se realiza a través de un estudio de una función de producción agregada Cobb-Douglas del tipo:

Y it = ait+ Okkit+OIIit+Ohhit+ OPPit.

Donde (Y) es el producto agregado regional y viene explicado por logaritmos del nivel de empleo (I), del stock de capital físico (k), humano (h) y de infraestructuras (p). En el producto agregado incluye servicios no destinados a la venta; servicios públicos, que se reparten del siguiente modo:

- (k): educación, sanidad y servicios de administración.

- (p): infraestructuras de transporte e hidráulicas.

Como último apunte mencionar que el stock de capital físico (k) no se mide en unidades monetarias sino en físicas.

Con estos datos, a partir del peso de las dotaciones agregadas en cada factor productivo y las elasticidades precio de las mismas se puede estimar el impacto de las contribuciones de los fondos sobre el producto regional como observamos en la tabla 2.3.

Tabla 2.3: Contribución del MCA 1994-199 al crecimiento de la economía andaluza (Puntos porcentuales de crecimiento del V.A.B. regional)

Escenario 1 Escenario 2 Capital 0.54 0.44 Infraestructuras 0.44 0.48 Capital humano 0.04 0.04 Total 1,02 0.96

Fuente: Plan de Desarrollo Regional Andalucía 200-2006.

Con base 1994, primer año del que se disponen datos referentes a los stock totales, el PDR 2000-2006 presenta un cuadro en el que puede observar el impacto en puntos porcentuales del crecimiento del VAB, teniendo en cuenta dos escenarios: (1) con inversión privada; (2) sin inversión privada.

Atendiendo a estos datos se aprecia como el impacto total de los fondos europeos en el periodo estudiado sobre el VAB en el primer escenario es de un punto porcentual, siendo el elemento de mayor peso el capital (0.54).

En el segundo escenario, la repercusión de las contribuciones al no contarse con la inversión privada, es menor. En este caso, la partida que más aporta al crecimiento del VAB en el periodo son las infraestructuras (0.48).

El cuadro deja claro el importante alcance que en Andalucía tienen las inversiones relacionadas con los proyectos financiados por fondos comunitarios que independientemente de la contribución o no de la inversión privada oscila (por exceso o por defecto) en el 1% del crecimiento del Valor Añadido Bruto de la región.

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CAPÍTULO 3. OBJETIVO: CONVERGENCIA. DE LOS DATOS OFICIALES A LA REALIDAD. 3.1. La Convergencia con Europa. 1986-2007. Desde la configuración de Andalucía como Comunidad Autónoma en 1981, la región ha experimentado una evolución económica positiva marcada fundamentalmente por el cambio en la ordenación política y económica del Estado y por la entrada en la Comunidad Económica Europea tras la firma del Acta de Adhesión de España en 1986. A partir de ese momento, la convergencia con los niveles medios europeos, ha sido uno de los principales objetivos de la política económica andaluza. El periodo 1986-2007 ha supuesto un ciclo completo de crecimiento, los resultados obtenidos han sido los más favorables que jamás se hayan conseguido de forma continuada en la historia económica andaluza, definiéndose comúnmente en su conjunto un ciclo de convergencia real y nominal con los niveles medios de riqueza de las principales economías de referencia en su entorno: el resto de regiones españolas y los Estados miembros de las Comunidades Europeas. Los crecimientos registrados por Andalucía en población, producción por habitante y empleo han sido considerablemente superiores a las obtenidas por las mismas, condiciones todas, necesarias para la consecución de un proceso de acercamiento intereconomías. Pero ¿en qué consiste la convergencia?, ¿como se mide? La teoría clásica del crecimiento señala que las regiones con menor PIB per cápita tenderán a crecer con unos ritmos más intensos que las relativamente más ricas, de modo que, a largo plazo, las diferencias disminuirán y las regiones convergerán económicamente. El estudio y conocimiento de la aproximación se deben realizar estableciendo en un marco temporal específico para analizar la evolución de la variable a lo largo del mismo y respecto a un entorno de referencia con el cual se pueda comparar y que en el caso andaluz estaría constituido por España y la Unión Europea. Puede realizarse de manera intuitiva, utilizando la convergencia α, que compara la renta per cápita realizando un estudio de la dispersión entorno a un valor medio, de modo que cuanto menor sea ésta, mayor será el grado de convergencia. Los modelos clásicos, en cambio, utilizan la convergencia β, en la que el mantenimiento de diferencias en los niveles de renta per cápita entre las economías comparadas son compatibles con la convergencia dado que existen diferentes estados estacionarios.

El Gobierno andaluz, la Comisión Europea así como otras instituciones emiten de forma periódica informes en los que se analiza la situación del proceso de convergencia: Los Informes Económicos de Andalucía. Son unos documentos publicados de forma anual por la Consejería de Economía y Hacienda en los que se realiza un profundo estudio de la evolución de la economía andaluza en el año anterior prestándose especial importancia al proceso de acercamiento real y nominal a los parámetros económicos medios de la Unión Europea, al cual se le dedica sistemáticamente uno de los capítulos. Para la medición de la convergencia, estos informes suelen recurrir al indicador macro;54 PIB per cápita pps55 respecto a la Unión Europea (UE), ofreciendo a su vez el dato de la velocidad de convergencia (catching up) o ritmo medio de aproximación, medido por el

54 Debido a la falta de series estadísticas oficiales , comparables y actualizadas para las variables que miden el

proceso de convergencia en sentido amplio, esto es la evolución del capital humano, físico, tecnológico, social o natural, en los Informes Económicos de Andalucía, el análisis de la convergencia se realiza de forma simplificada, cuantificando los resultados básicamente en términos de crecimiento de la producción per cápita y empleo y comparándose sus éstos con los obtenidos por término medio en el ámbito de referencia.

55 Purchase Power Standard (pps)= Paridad del Poder adquisitivo: Permite una comparación homogénea de la capacidad adquisitiva de las distintas áreas geográficas al eliminar las distorsiones que suponen los diferentes niveles de precio.

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diferencial de crecimiento del PIB nominal pps per cápita. Este estudio utilizará dichos documentos para analizar la convergencia de Andalucía con Europa y España. Dado que el PIB per cápita se puede representar mediante la siguiente ecuación:

será oportuno entonces, medir otros indicadores económicos como: factores demográficos (población activa), el empleo (tasa de ocupación, de paro...), productividad del trabajo, así como la evolución del nivel general de precios (que puede intensificar decisivamente diferencias de competitividad entre economías en economías que experimentan procesos de integración) para conocer realmente el grado de convergencia y devenir de una economía. De esta forma y atendiendo a datos ofrecidos en el Informe Económico de Andalucía 2007, si en 1985 la renta per cápita andaluza suponía el 56% de la UE-15, en el año 2007 había ascendido al 74.9%, siendo la velocidad de convergencia de 1.2 puntos anuales en el periodo. El crecimiento real del PIB desde 1986 hasta 2007 ha sido del 125.2% frente al 107.9% de España y 67.6% de la UE-15 mientras que el PIB per cápita nominal ha crecido un 231.8% por un 233.6% de España y un 158.2% de Europa. Gráfico 3.1. Crecimiento real del PIB. 1981-2007.

NOTA: Tasas de variación interanual. Fuente: INE, IEA, EUROSTAT en Informe Económico de Andalucía 2007. Elaboración: Secretaria General de Economía. Junta de Andalucía.

La población ha aumentado un 19.3% (por un 9.3% de la UE-15 y un 16.4% de España). El empleo creado en el periodo ha sufrido un incremento del 112% mientras que en España (85%) y la UE (25.1%) ha seguido una tendencia menos favorable. Este hecho pone de manifiesto la estrategia de intensidad en el empleo seguida por Andalucía en su proceso de acercamiento a las economías de referencia, que ha conseguido que en el periodo estudiado, por cada punto de crecimiento, aumentara en 0.9 puntos el empleo, lo que significa que el 90% del crecimiento experimentado se ha trasladado a la creación de nuevos puestos de trabajo. En cuanto al nivel general de precios, mesurado en términos de paridad de poder de compra56, en 1985 se situaba en el 60% de la Comunidad Europea, en 2007 se situaba en el 83.9%. Si

56 Se usa la paridad de poder de compra de España como dato andaluz.

PIB PIB EmpleoPIBpc

Población Empleo Población= = ×

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utilizamos en cambio el deflactor del PIB57, observamos como el nivel general de precios ha aumentado en mayor medida en Andalucía (172%) que en Europa (76.6%), lo cual es normal para una economía que pretende alcanzar a otra de desarrollo superior, siempre y cuando los niveles de crecimiento sean superiores a la tasa a la que crecen los precios ya que de otro modo la repercusión en la competitividad actuaría como freno al proceso de convergencia. Atendiendo a la información reportada en dichos informes, se puede afirmar que en los últimos veinte años, se ha producido un estrechamiento del diferencial entre Andalucía y Europa propiciado por una aceleración en el proceso de catching up debido a un mayor crecimiento económico basado-como hemos visto- en un mayor dinamismo de ciertas variables como el empleo, la productividad y la población. Sin embargo, durante estos más de veinte años, ni la actividad económica ni la velocidad de convergencia han presentado una tendencia homogénea, existiendo periodos donde se ha avanzado más, periodos constantes e incluso otros en los que se ha retrocedido en el proceso. De este modo se pueden diferenciar dos periodos de fuerte crecimiento económico: 1985- 1991, 1994-2007, separados por el desastroso bienio 1992-1993. En los dos primeros trimestres de 2008 se registraron los primeros indicios de contracción económica en catorce años en la economía andaluza, a finales de ese año, los dígitos eran ya negativos, es por eso que el ciclo económico alcista se considera cerrado en 2007.

1. 1985-1991 / 1992-1993. Un año antes del ingreso de España en la Comunidad Económica Europea, Andalucía comienza un periodo de crecimiento finalizado en 1992 con la irrupción de la crisis internacional que se dilató hasta 1993. El desarrollo del Estado de las Autonomías, la descentralización administrativa, la estabilidad general del país, la coyuntura económica, la llegada de los primeros fondos europeos y un clima en general favorable a la actividad económica permitieron un crecimiento de la producción constante así como la creación de nuevos puestos de trabajo. Según los datos recogidos en el Informe Económico de Andalucía 2007, entre 1985 y 1991, Andalucía registró un crecimiento real acumulado del PIB del 36.7%, con un ritmo medio anual del 4.6%, por encima de la velocidad mostrada por España (3.9%) y la Zona Euro (3.1%). En cuanto al empleo, por cada punto de crecimiento creció 0,77 puntos, por lo que el crecimiento se trasladó en un 77% a la ocupación frente a un 59% y 46% en España y la Zona Euro respectivamente. En datos acumulados, la población creció un 27.1%, a un 3.5% medio anual, por encima del ritmo español (2.3%) y europeo (1.4%). Sin embargo, como se puede observar en el Gráfico 3.2, la velocidad de convergencia no parece ser la adecuada. Si nos fijamos en el dato “Andalucía respecto a Europa”, si bien es cierto que en el periodo se ha producido una aproximación a los niveles medios europeos, pues se pasa de un 56% en 1985 a un 60,9% en 1991, ésta, no representan ni cinco puntos en un lapso de siete años. Es más, si atendemos el dato referente a Andalucía respecto a España, el dato es ilustrador, en el periodo, la convergencia de la región con respecto a la media de las regiones españolas, ¡se ha incrementado en solo dos décimas! Dado que en 1985, la renta per cápita andaluza representaba el 76.6% de la española mientras que siete años más tarde suponía el 76.8%.

57 Refleja la evolución de los precios de todos los componentes de la oferta y la demanda.

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Gráfico 3.2. PIB pér cápita en Euros pps. Andalucía, España, UE-15. 1985-1997. Porcentajes.

NOTAS:

(1) Serie de datos del INE con base 1986.

(2) Hasta 1990 se cuentan los 15 países miembros sin la República Democrática Alemana. A partir de 1991 se incluye la Alemania unificada.

Fuente: INE, IEA, EUROSTAT, Secretaria General de Economía.

Elaboración: Propia a partir de datos en Informe Económico de Andalucía 2002. De esta manera, aunque la economía andaluza se ha mostrado más dinámica que la española y europea en cuanto al PIB real y el empleo, la intensidad y el ritmo del proceso en esta primera etapa de crecimiento, no parecen haber sido suficientes para dar el salto cualitativo necesario en las aspiraciones de convergencia de la región. Entre 1992 y 1993 como consecuencia de la intensificación de las hostilidades en oriente medio y la definitiva explosión de la Guerra del Golfo, se desató a colación una crisis financiera internacional debida al shock de oferta que supuso el aumento del precio del barril de crudo hasta los 38 dólares. En España, tuvo especial incidencia en el desempleo, destruyéndose 800.000 puestos de trabajo. En Andalucía las consecuencias más sobresalientes fueron: el retroceso del PIB en el año 1993 y el dato de paro en 1994, que alcanzó un máximo histórico (34,6%). En el Gráfico 3.2, se aprecia como en 1991 se alcanza el mayor nivel de convergencia para Andalucía (60,9%) y España (79,6%) con respecto a Europa-no así entre la Comunidad y el resto del Estado-, a partir de ahí, el PIB per cápita comienza a descender para ir recuperándose paulatinamente a mediados de 1994, cuando comienza el segundo periodo de crecimiento del ciclo.

2. 1994-2007

Desde 1994, la economía andaluza ha experimentado un ciclo de crecimiento económico -coincidente en el tiempo con el proceso de creación de la Unión Económica y Monetaria y la implementación del euro- superior al precedente, en el que ha mostrado un mayor dinamismo diferencial respecto a las economías de referencia que le ha permitido avanzar en su objetivo de convergencia real con las mismas. Este superior dinamismo se refleja así mismo en el mercado laboral, donde el ritmo en las tasas de ocupación ha sido más veloz que en España y la Unión Europea.

Los datos oficiales contenidos en el Informe Económico 2007, publicados por la Junta de Andalucía y fundamentados a partir de indicadores proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el Eurostat58 o el Instituto Andaluz de Estadística (IEA), confirman que se ha 58 Statistical Office of the European Community. Oficina estadística de la Comisión Europea para emitir información

estadística sobre la Unión Europea y la armonización de los métodos estadísticos de los países miembros.

1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997

55

60

65

70

75

80

85

Andalucia respecto a España=100

Andalucía respecto UE-15=100España respecto UE-15=100

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producido un crecimiento ininterrumpido durante catorce años tanto del PIB como del empleo que han registrado incrementos medios anuales del 4.1% y el 4.5% respectivamente. Al estudiar los datos de crecimiento medio anual para el PIB y el empleo en España (3.5% y 3.3%) y la Zona Euro (2.2% y 1.3%), se confirma el mayor dinamismo de la economía andaluza frente a estas unidades administrativas de referencia en el intervalo temporal bajo análisis. Lo que es más, el crecimiento del empleo, como se expone en el Informe: “ha sido más que proporcional al incremento del PIB (…) por cada punto real de crecimiento del PIB en la región el empleo crece un 1.1. %”. Esto resulta en que más del 100% del crecimiento que se produce en Andalucía se ha trasladado a la creación de empleo, lo que pone de manifiesto de nuevo la estrategia andaluza de desarrollo basada en la intensidad en el empleo.

Gráfico 3.3: Evolución de la tasa de paro en Andalucía. 1994-2007.

Fuente: IAE, EPA (INE)

Elaboración: Propia a partir de datos del IEA y Revista Coyuntura Nº; 58, 62, 66,70.

En el Gráfico 3.3 se presenta la evolución de la tasa de desempleo en Andalucía en el periodo estudiado. Analizando estos datos, se puede observar el fuerte descenso del número de desempleados registrados en el Instituto Nacional de Empleo (INEM)59. En diez años, la tasa de paro decrece más de diecisiete puntos, del 34,6% de 1994-año de inicio del periodo de crecimiento- hasta una tasa del 17% en 2004. El mínimo se registra dos años más tarde cuando el desempleo se reduce hasta el 12.22% en 2006.

De este modo se puede corroborar como la economía andaluza, ciertamente, ha sido capaz de transferir su desarrollo y crecimiento al mercado laboral mediante incrementos continuos en la ocupación y la creación de empleo

El gráfico 3.4, muestra la evolución de la convergencia de Andalucía con los niveles medios europeos y españoles entre 1994 y 2007. Se advierte, que el proceso de reducción del gap económico adquiere especial vigor en el sexenio 2000-2005, cuando se llega al 73% de la renta media europea, para luego sufrir un leve retroceso en 2006 (71.5%) y alcanzar el dato histórico en el año 2007 (74,9%), que posicionó a Andalucía por primera vez en el umbral del nivel de las antiguas regiones objetivo número 2 (superior al 75% de la renta per cápita europea), ahora denominadas regiones competitividad y empleo.

59 En 2004 pasa a denominarse Servicio Andaluz de Empleo debido a un traspaso competencial en materia de empleo.

1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007

0

5

10

15

20

25

30

35

Tasa de paro

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Gráfico 3.4. PIB per cápita en euros pps. Andalucía, España, UE-15. 1994-2007. Porcentajes.

NOTAS: Series del INE con base 1986 hasta 1995 y enlazada con serie IEA base 1995 desde ese mismo año y dividida por la población de la Contabilidad Regional de España.

Fuente: Datos de INE, IEA, Secretaria General de Economía.

Elaboración: Propia a partir de datos en Informes Económicos de; 2002, 2004, 2005, 2006,2007.

3.1.2. Comentarios finales sobre convergencia

Una de las características más particulares de la economía andaluza es la escasa potencia del proceso de catching up respecto a la media de las Comunidades españolas. En este sentido, si en 1985 la renta per cápita andaluza suponía el 76,4% de la española, en el año 2007, veintidós años más tarde, representaba el 78,2% de ésta, alcanzándose el pico de esta variable en el año 2005 en pleno clímax expansivo de la economía andaluza y española. Este hecho no deja ser extraño en un contexto de aproximación al resto de regiones europeas y puede venir explicado por tres factores:

1- Mayor sensibilidad a las oscilaciones de la economía internacional en general y estatal en particular. En las fases alcistas, la economía andaluza suele mostrarse más dinámica que la economía española mientras que en las recesivas evoluciona de forma menos favorable que éstas. Este hecho, se puede apreciar perfectamente en los Gráficos 4.2 y 4.4 en los que la sendas de convergencia con Europa son prácticamente idénticas para ambos territorios pero el diferencial de convergencia entre ellos se incrementa en los periodos contractivos y se reduce en los expansivos. De este modo lo que se gana en unas fases del ciclo se pierde en otras.

2- Aunque la mayoría de trabajos sobre convergencia coinciden en afirmar la reducción de las distancias entre las regiones españolas, ésta no ha sido homogénea en todo el periodo, detectándose cierta tendencia decreciente en la misma, lo cual, se aprecia con mayor intensidad en la primera etapa de crecimiento con extensión hasta 199560.

3- La existencia de clubes de convergencia definidos según el nivel de renta. Se produce convergencia entre unidades de renta similar pero no entre las diversas. Un dato que apoya esta aserción se extrae del Informe Económico de Andalucía 2001 que expone que durante el periodo 1988-1999 Andalucía incrementó su PIB pps en un 140%, lo que supone 27.5 puntos más que la

60 DE LA FUENTE, 2001 en: RODERO CASANO, J; MARTINEZ LÓPEZ, D y PÉREZ SÁNCHEZ, R. (2002):

“Convergencia entre Andalucía y España: una aproximación a sus causas (1965-1995) ¿Afecta la inversión pública al crecimiento?

1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007

55

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90

95

100

Andalucía respecto a UE-15=100

Andalucia respecto a España=100

España respecto a UE-15=100

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media de las regiones europeas (NUTS-2) de mayor PIB per cápita, incremento, que no obstante, fue inferior al registrado por Madrid y Cataluña, Comunidades comparativamente más desarrolladas.

La convergencia es algo más que el simple hecho de equiparar dos indicadores macroeconómicos, debe implicar el acercamiento real de dos territorios, de sus estructuras productivas y del rol y lugar que desempeñan y ocupan cada uno en la división internacional del trabajo y las actividades productivas. Sin menoscabo de los avances y mejoras realizados en infraestructuras, sistemas de transporte, nivel de renta o bienestar material llevados a cabo a través del espectacular crecimiento del consumo que conlleva la transformación en una economía de libre mercado abierta al exterior, podríamos preguntarnos a su vez: ¿ha cambiado la posición de Andalucía dentro del sistema económico mundial? ¿Ha conseguido salir de la denominada periferia para ingresar en el selecto grupo de regiones centrales? Atendiendo al papel que desempeña actualmente en la economía mundial la respuesta a ambas preguntas es lamentablemente negativa. Andalucía sigue siendo principalmente una suministradora de productos primarios y terciarios (turismo), actividades cercanas a los recursos naturales, situadas en las primeras fases del proceso de producción, de escasa o nula transformación y donde las incorporaciones de valor añadido son menores. Por lo tanto, tras veinte años de crecimiento y desarrollo Andalucía sigue desempeñando la misma función en el sistema de producción mundial resultando todavía más lógica la equiparación de su estructura productiva a aquellas de los países periféricos que a la de aquellos centrales.

3.2. Principales problemas persistentes Andalucía llegó a la democracia con la esperanza de dejar atrás las limitaciones y deficiencias que presentaba su estructura socioeconómica consecuencia de hechos históricos que databan de los primeros intentos de industrialización y que se consolidaron cuando el capitalismo español, curiosamente, comenzó a desarrollarse allá por el siglo XIX (Roldán, Muñoz, Serrano; 1980). Una estructura de la propiedad latifundista permitida y beneficiada desde el gobierno central que daba prioridad y protegía intereses industriales en otras regiones y nacionalidades del Estado mientras se defenestraban las andaluzas, el expolio de los recursos naturales y la forzosa especialización productiva que convirtió el territorio andaluz en uno de los principales abastecedores de materias primas y minerales de Europa, impulsaron la industrialización y conversión de otras áreas en centro a la par que Andalucía lo hacía en periferia. Debido a las circunstancias descritas, una serie de características se han estigmatizado en el complejo socioeconómico andaluz dando lugar a una serie de problemas estructurales representados por: a) una elevada dependencia productiva ( bienes manufacturados, de capital e incluso agrícolas), energética, financiera (ya que gran parte de los ahorros de la región han acabado sufragando inversiones en los centros industriales) y comercial ( por ser la balanza comercial andaluza deficitaria, es decir, el valor de las importaciones excede en gran medida a las exportaciones); b) escaso peso de las actividades industriales tanto en la producción como el empleo; c) bajos niveles de producción, empleo, inversión, renta y calidad de vida; d) elevada concentración, tanto de la población como de las actividades, que da lugar a una intensa desarticulación social, productiva y empresarial del territorio; e) especialización productiva entorno a la agricultura y sectores de bajo valor añadido. Ya en 1983 con la recién adquirida capacidad de autogobierno, el propio estatuto se hizo eco de estos problemas y se fijaron las líneas básicas de actuación en el ámbito económico para la superación de los mencionados problemas estructurales. Entre los objetivos marcados figuraban:

- La consecución del pleno empleo en todos los sectores de la producción, con particular interés

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en el empleo juvenil. - Reforma agraria - Desarrollo industrial - Corrección de desequilibrios territoriales mediante mecanismos de solidaridad tanto a nivel andaluz como estatal. Veintiséis años después de esta declaración de intenciones y fijación de objetivos es notorio que las metas fijadas desde instancias gubernamentales no se han conseguido y en muchos casos los obstáculos existentes dos décadas atrás perduran o incluso se han intensificado dejando a la luz que la realidad descrita “oficialmente” se sitúa en las antípodas de aquella vivida diariamente por los ciudadanos andaluces.

3.2.1. El mercado de trabajo. Dos factores han sido indicados como los determinantes de la condición de estructural de la incapacidad de la economía andaluza para generar empleo (Delgado, 2002). El primero esta asociado a una débil capacidad de arrastre de las actividades económicas en Andalucía debido a la desarticulación reinante entre ellas. El segundo es el doble filo que supone la creación de empleo en la Comunidad, pues mientras se genera en una actividad se destruye en otra parte del tejido productivo, lo que viene explicado por la fragilidad competitiva que presenta Andalucía con respecto a otras economías o de unas actividades respecto a otras dentro del mismo territorio andaluz. El origen de la bolsa de desempleados que aun existe hoy se remonta a los años ochenta cuando una serie eventos concatenados tuvieron lugar: -Aprobación del Estatuto de los Trabajadores y su posterior reforma que lejos de flexibilizar el mercado laboral aumentan su rigidez puesto que se añadieron a las leyes y ordenamientos anteriores en vez de reemplazarlos.

-Aumento de la presión sobre el mercado laboral como consecuencia del incremento de población activa a causa del retorno de cientos de miles de emigrantes y la incorporación de nuevos segmentos de población (mujeres y jóvenes) al mercado de trabajo.

-Bajos niveles de formación que dificultaron el acceso a puestos de trabajos acordes con el cambio tecnológico. Si al conjunto de factores y circunstancias coyunturales le sumamos la reforma del mercado laboral de 1994 -fundamentalmente orientada a la flexibilización para la salida y entrada en el mismo- se dibuja un panorama en el que al elevado desempleo (una gran parte del mismo estructural) y la poca participación en la ocupación total española se añaden unas condiciones de trabajo precarias, en las que la falta de seguridad y estabilidad son una constante, y en donde las tasas de eventualidad y temporalidad son las más elevadas del Estado agravando si cabe aun más la ya delicada situación del mercado de trabajo andaluz.

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3.2.2. Estructura productiva y empresarial. La distribución del trabajo y tareas a escala mundial intensificadas a raíz de la extensión del fenómeno de la globalización ha determinado una hiperespecilización a escala planetaria entre aquellos no excluidos del comercio mundial. Andalucía no ha sido una excepción, por lo que tiene un rol asignado en los mercados internacionales, un rol que viene marcado por una creciente especialización en actividades generadoras de daños sociales y ambientales (Delgado, 2002). Desde 1979, y sobre todo a partir de la inclusión en la Unión Europea, se ha profundizado en la especialización agraria de la economía andaluza (hortofrutícolas y olivar especialmente). Este hecho se ilustra por el crecimiento que ha experimentado la participación agraria andaluza en el total estatal61 que llega hasta el 25% en la actualidad. Teniendo en cuenta que la población andaluza supone más del 17% de la española, se observa como el peso del sector primario andaluz excede y en mucho la proporción poblacional dentro del Estado con lo que se confirma la tendencia especializadora como suministradora de recursos primarios de la economía andaluza dentro de la española. Adicionalmente se da la particularidad de estar la agricultura andaluza crecientemente orientada hacia los mercados internacionales lo que refuerza el patrón dependiente de la agricultura andaluza con el exterior y dándose la paradoja de la creciente importación de productos agrícolas para consumo interno cuando Andalucía acumula excedentes en esta materia. El tipo de agricultura “elegida”62 es altamente nociva para la sociedad y el territorio pues su estructura de generación de ventajas competitivas esta basada en la no inclusión de los costes medioambientales y sociales que suponen: la fuerte demanda de agua y su contaminación, la mineralización y erosión del suelo y los bajos costes salariales derivados de la utilización de mano de obra inmigrante en condiciones de trabajo y vida precarias. Todo ello, permite la creación de un modelo con continuos incrementos de productividad y de valor añadido pero de escasa incidencia en el empleo, factor éste, importante al explicar la decadencia del medio rural andaluz ante la falta de oportunidades que tradicionalmente venían concedidas desde este sector. Otra de las cuestiones más importantes en cuanto al sector agrícola, es el injusto reparto de la propiedad de la tierra y la consecuente distribución de beneficios procedentes tanto de las rentas generadas como de subvenciones de la Política Agraria Común (PAC). El dato es devastador, en 1998 las explotaciones agrarias andaluzas mayores de 500 hectáreas, el 0.5% del total, estaban en manos de 69 propietarios que recibían el 40% de las ayudas comunitarias. La tenencia de estas tierras, en muchos casos provenientes de las estructuras del antiguo régimen señorial, sitúa por ejemplo a la Duquesa de Alba entre las primeras receptoras de este tipo de financiación con el 10% de dichas subvenciones63 en tal año. Sobran las palabras. Otra consecuencia de la hiperespecialización productiva en Andalucía es la gradual pérdida de importancia de otras actividades, sobre todo industriales, en el conjunto de la economía. Desde la década los setenta, la participación industrial andaluza tanto en términos de producción como de empleo ha sido decreciente, y todo pese a numerosas iniciativas y propuestas de la Junta de Andalucía para favorecer el florecimiento de este tipo de actividades, romper con la concentración espacial (polos, áreas urbanas y costeras) y productiva (sector agroalimentario) y combatir la desarticulación imperante en el tejido productivo. Lamentablemente, este objetivo no se ha conseguido, de modo que la mayor parte del territorio andaluz vive ajeno a los procesos de

61 En los 80 la agricultura andaluza representaba el 21,9% de la española en términos de valor añadido, a finales de

los 90, esa proporción era casi del 30%. En: DELGADO CABEZA, M (2002): “Andalucía en la otra cara de la globalización”. Mergablum.

62 Se escribe entre comillas por no ser una decisión tomada a conciencia. Esta elección viene explicada por la lógica del capital y la distribución del trabajo a nivel mundial que impulsa el proceso globalizador.

63 DELGADO CABEZA, M (2003): “Veinticinco años de economía andaluza. Economía y Estatuto”.

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acumulación y crecimiento lo que incide directamente en la persistencia de grandes desequilibrios internos. Del lado de los servicios, a pesar del proceso de terciarización que viene sufriendo la economía andaluza, no se puede decir en cambio que tenga una especialización productiva ligada a este sector. Si bien es cierto que se ha producido un trasvase de ocupados desde otros sectores al terciario, éste no ha sido suficiente para equilibrar el desempleo, la productividad ha evolucionado de manera decreciente y la orientación hacia actividades tradicionales (hostelería, pequeños comercios, etc..) a la par que la modernización han configurado un sector dual que sirve de refugio a capitales y mano de obra desocupada pero que no se asimila a las pautas características de las actividades de servicios de las áreas centrales64. La no especialización andaluza en los servicios se demuestra observando la participación del sector andaluz en el total español, aproximadamente el 15% de este. Teniendo en cuenta el porcentaje que representa la población andaluza en el total español, la participación del terciario andaluz no alcanza ni el peso que ésta supone en el conjunto del Estado con lo que hablar de especialización en este caso no sería acertado. La construcción ha sufrido desde los ochenta una fuerte expansión, junto con el turismo, ha representado el binomio por excelencia de la economía andaluza en las dos últimas décadas acaparando las mayores cuotas de inversión, empleo y actividad. Esta tendencia no ha seguido obviamente los axiomas de un modelo dirigido sino que más bien ha respondido a una lógica de inserción en una economía globalizada. La inexistencia de otro tipo de actividades de acumulación y revalorización del capital anteriores, ha reforzado el peso de las mismas en el total de la economía, lo que; sin embargo, difiere, con lo sucedido en otras regiones del Estado donde comparativamente el turismo o la construcción tienen más relevancia que en Andalucía pero la presencia de otras actividades acaparadoras de capital hace que no sobresalga tanto. Esto deja en evidencia que en el caso andaluz el problema fundamental de su aparato productivo reside en la especialización productiva. Otro de los grandes problemas de la economía andaluza hace referencia a sus empresas, su emprendedurismo y dinamismo. En general, se pueden enumerar cinco debilidades de la empresa andaluza65: Bajo nivel de densidad empresarial. Andalucía con cerca del 18% de la población española solo representa el 15% del total de empresas a nivel estatal. Pequeño tamaño de las empresas, resultado de una excesiva atomización del tejido empresarial y de la escasa presencia de grandes corporaciones. Especialización desfavorable en ramas con demandas débiles o medias y de escaso nivel tecnológico Deficiente articulación empresarial, provocada por la concentración espacial de aquellas actividades de mayor aportación tecnológica y valor añadido y su incomunicación con el resto del aparato productivo andaluz formándose economías de archipiélago que no permiten la difusión del conocimiento ni la formación de redes de información que inciden de forma última en la productividad regional. Insuficiente dinamismo innovador en un entorno internacional en el que las ventajas competitivas se crean mediante la apuesta por la innovación, desarrollo e investigación.

64 DELGADO CABEZA, M (2001): “Estructuras condicionantes de la identidad andaluza. La Identidad del Pueblo

Andaluz”. Defensor del Pueblo Andaluz 65 ROMERO LUNA, I: “La empresa andaluza en el siglo XXI. Desarrollo endógeno en una economía global”.

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Estos cinco puntos describen una realidad que supone uno de los mayores frenos al desarrollo y creación de empleo en Andalucía ya que la falta de un tejido empresarial compacto, sólido, dinámico, innovador y emprendedor supone una grave limitación-en la coyuntura económica mundial actual- al papel de las empresas como principales suministradores de puestos de trabajo y creadores de riqueza. No obstante no se puede hipotecar el futuro de esta tierra mediante iniciativas como las elegidas por el gobierno autonómico consistentes en la atracción e incluso la subvención a grandes corporaciones multinacionales (Gillette, Delphi, Boliden), a las que se dejó en bandeja de plata para su adquisición las más saneadas empresas andaluzas bajo la promesa de grandes inversiones y creación de empleo, pero que acabaron resultando ser fiascos monumentales cuando la presión del capital y las ventajas de la deslocalización hicieron presencia y comenzaron a sucederse las reestructuraciones de plantilla, cierres, etc. Quedando todo en una treta para maquillar estadísticas de desempleo y número de empresas.

3.2.3. Otras deficiencias de relevancia. Andalucía presenta otras características que impiden y limitan su potencial y se colocan como verdaderos obstáculos a su desarrollo. Son factores limitantes que en una sociedad supuestamente moderna como Andalucía66, con valores, deseos, situación y problemas homogéneos a los del resto de Europa67 no deberían existir, en cambio lo hacen de forma acuciante y diferenciada al resto de nuestro entorno, lo que nos hace cuestionar la presunta homogeneidad. Infraestructuras . Aunque se han mejorado de forma considerable en este apartado gracias a los FEDER, en su planificación se ha perdido de vista el problema de la desarticulación interna del territorio. En este sentido se ha invertido fundamentalmente en conectar las principales ciudades entre si y éstas con Madrid, no a vertebrar el interior andaluz. Un ejemplo de ellos es la más firme apuestas en materia ferroviaria, el tren de Alta velocidad, el cual no cumple la función vertebradora que cumpliría una red de cercanías eficiente forzando a muchas comarcas al ostracismo económico y social. Por otro lado, el retraso en la construcción de muchas infraestructuras de carreteras-como la A-45 entre Córdoba y Antequera- 17 años en construcción- es uno de los ejemplos más relevantes para delinear la política de infraestructuras autonómica y que explica de alguna forma la persistencia de importantes insuficiencias( Ejemplo: la deficiente red carreteras comarcales). . Baja productividad. Los periodos de incrementos de productividad que se han logrado parecen haberse logrado mediante la incorporación masiva de mano de obra, lo cual se deduce si se atiende a la evolución del PIB regional y el número de ocupados y que vendría explicado por la estrategia de intensidad en el empleo seguida por la economía andaluza. Es significativo que apenas se hayan experimentado periodos donde la productividad y el trabajo hayan avanzado de forma simultánea turnándose la intensidad dependiendo del periodo estudiado. De esta forma ha sido en los periodos de crisis económica cuando Andalucía ha realizado avances en productividad aunque debidos en su mayoría a la reducción en el empleo y no a una verdadera mejora en las condiciones de trabajo, tecnológicas u organizativas. Educación. Las universidades andaluzas son las que presentan menor inversión por alumno de todo el Estado, el fracaso escolar se sitúa a niveles muy superiores a los europeos y españoles, el número de analfabetos funcionales (no leen ni escriben regularmente) es altamente preocupante y el gasto medio en investigación por persona es inferior a la media española, además continúa el

66 Así la define el 2º Plan de Modernización de Andalucía. Junta de Andalucía. Consejería de la Presidencia. 2003. 67 MORENO NAVARRO, I. (2004). “¿Del subdesarrollo a la postmodernidad? La sociedad andaluza y la llamada

“segunda modernización”. En HURTADO SÁNCHEZ, J. (Coord.). Sociología de 25 años de autonomía. Junta Andalucía. Consejería de Relaciones Institucionales.

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proceso de “brain draining” de trabajadores andaluces altamente cualificados.

Pobreza. Según el informe sobre Inclusión Social de la Caixa 2008. El 30,5% de la población andaluza sufre de algún tipo de pobreza. El 18,2% vive con menos de 6.347 euros al año y el 4.5% con menos de 3.307 euros (pobreza severa) cuando la media estatal se sitúa en el 3.9%.

Desarticulación territorial. Los desequilibrios económicos, sociales y culturales se han agudizado a la vez que prosigue la concentración de la población en el litoral y grandes ciudades mientras el medio rural se despuebla. Por otro lado, aunque es cierto que las distancias entre provincias se han reducido, lo han hecho por abajo. Así, Sevilla y otras capitales han descendido en el ranking de renta per cápita estatal de provincias mientras que Almería, única que ha avanzado, está pagando el precio de la insostenibilidad ecológica, social y económica (que vendrá cuando las explotaciones sean trasladadas hacia países todavía más permisivos a los abusos sobre el territorio). .

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CAPÍTULO 4. OTROS MODELOS DE ORGANIZACIÓN PRODUCTIV A: EL DESARROLLO ENDÓGENO EN ANDALUCÍA.

4.1. Sistemas productivos locales, distritos industriales y medios innovadores. El proceso de revaloración de recursos y bienes patrimoniales, monetarios, humanos, físico-ambientales y culturales que ha tenido y tiene lugar en el ámbito local, es consecuencia de la revisión del concepto de territorio que se aleja de la simple consideración de espacio o escenario donde se suceden eventos y se acerca a la consideración del mismo como un agente que interactúa con empresas, orienta la evolución y da lugar a procesos acumulativos resultando por tanto en un protagonista más del desarrollo. Este enfoque traduce al lenguaje económico la voluntad de muchas comunidades locales de actuar frente a problemas como el desempleo o el nivel de vida de la población ante la inoperancia de los numerosos fallos provocados por las recetas económicas liberales y anti-intervencionistas como las políticas recogidas en el consenso de Washington. De esta forma, las acciones genéricas del estado han dado paso a acciones locales y regionales, a una política “desde abajo” que considera las acciones más eficaces cuando son tomadas por actores locales y que proporcionan una respuesta más específica a la globalización permitiendo avanzar hacia un desarrollo no concentrado, difuso en el territorio, como sugirió Beccatini (1979): endógeno. Los modelos de crecimiento endógeno sostienen que no existe una única senda de desarrollo sino que cada territorio, cada economía puede seguir una propia dependiendo de sus factores materiales, e inmateriales y la productividad que se consiga gracias a la introducción de innovaciones de carácter endógeno en el proceso productivo. De esta forma, y alejándose de la doctrina neoclásica, no predice una convergencia económica. Pero en la evolución de un territorio no solo cuenta la dotación de factores sino que otros factores en este caso denominados por Vázquez Barquero “mecanismos dinámicos” que fuerzan el cambio a la visión local e impulsan el desarrollo endógeno:

• La difusión de las innovaciones y del conocimiento. Incentivan el aumento de la productividad y desarrollo económico, incrementan el stock tecnológico del sistema productivo creando externalidades positivas.

• La organización flexible de la producción. Aumenta la eficiencia y competitividad del

sistema gracias a la aplicación de organigramas productivos más acordes con la realidad social y económica del territorio que permiten optimizar las potencialidades del mismo.

• El desarrollo Urbano del territorio. La ciudad es el lugar donde se produce el

desarrollo endógeno por su capacidad para generar economías externas y por ser centro difusor de conocimiento a través de relaciones en red que estimulan el aprendizaje y la innovación.

• El cambio institucional. Es vital la existencia de una estructura institucional flexible y

decidida en el apoyo a las nuevas formas de producción y organización que haga participe a todos los agentes económicos en el proceso de desarrollo endógeno,

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El desarrollo endógeno está incentivando la aparición de una nueva dinámica socio-económica en la que se esta produciendo una reconfiguración en el mapa de los territorios hegemónicos, donde nuevos territorios adquieren el protagonismo en lugar de las tradicionales áreas económicas preponderantes. Este cambio viene representado por cuatro factores que refuerzan el surgimiento de sinergias a nivel local. Estos factores son: - El aprovechamiento del capital territorial, tanto humano como material e inmaterial.

- El esfuerzo innovador. Que comprende la incorporación del conocimiento al trabajo.

- La organización productiva en redes. Que refuerza la cohesión de las economías locales tanto a nivel interno como en sus relaciones con el exterior.

- La existencia de un entorno empresarial pro-cooperativo para aprovechar de forma más eficiente la organización reticular y crear condiciones ventajosas que complementen las relaciones de competencia. Es importante también destacar el papel que juegan los condicionantes geográficos en el desarrollo de los territorios emergentes, en el entorno local y en sus características tanto materiales e inmateriales en la promoción y difusión de la innovación. El elemento geográfico es pues clave en el proceso por el cual un territorio llega a ser un medio innovador como suministrador de una cultura, un sistema de producción, agentes, recursos y lógicas (tanto de interacción como de aprendizaje) y lugar donde se producen el conjunto de relaciones internas que forman el medio. Estos mecanismos, factores y condicionantes que impulsan el crecimiento y el desarrollo endógeno de los territorios son la base para la formación de sistemas productivos locales, consistente en una particular organización de la producción basada en la especialización productiva en una amplia división del trabajo entre empresas del sistema (Beccattini 1979; 1987; 1989; 1998; Brusco 1982; 1989; Garofoli 1981; 1983; 1989; 1991). Este sistema productivo se caracteriza por la confluencia de un gran número de empresas que se relacionan bajo la premisa de la solidaridad y cooperación antes que por la competición. La gran cantidad de empresas, así como de instituciones y el alto grado de relación entre ellos hace que la elevada acumulación de profesiones, saberes, y conocimientos se transmitan y compartan estimulando la producción de productos de calidad e innovadores que tienen como consecuencia última el funcionamiento en el grado de eficiencia colectiva ( Garofoli 1983; Schmitz 1995), en ella cada empresa actúa en función de la eficiencia y valor socio-económico del ambiente en que se encuentra representados por las redes de las relaciones inter-empresas y las inversiones sociales, de este modo la mejora de la productividad empresarial supone la mejora de la productividad del sistema en una especie de circulo virtuoso. Existen diferentes tipos de sistemas productivos locales:

• Sistemas productivos locales en los que sus empresas están integradas en la cadena de producción local. Las innovaciones y el conocimiento técnico se difunden con fácilmente por la fuerte interacción entre las empresas.

• Sistemas productivos locales en los que sus empresas realizan actividades que se integran

en la cadena de producción de otra localidad ya que determinadas actividades se han deslocalizado hacia otros territorios.

• Sistemas productivos locales formados por grandes empresas que controlan casi todo el

proceso productivo, producen en la localidad y el grado de control es tan grande que

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controla los procesos de difusión de la innovación y generalmente se orienta a la producción exterior.

• Sistemas productivos locales compuestos por grandes empresas que utilizan el territorio

para producir pero sin vinculación con la cadena de producción local y sus empresas ya que son parte de procesos productivos externos. Controlan totalmente los procesos de difusión de las innovaciones y el conocimiento.

Sin embargo, es otro tipo de sistema productivo local organizado entorno a pequeñas y medianas empresas el que ha adquirido renovada relevancia, es el denominado distrito industrial que Marshall describió en su definición clásica como: << un sistema productivo caracterizado por una concentración de pequeñas empresas de naturaleza similar en un territorio de asentamiento común y definido (la ciudad industrial), que interactúan entre si formando un sistema de relaciones, lo que propicia la generación de economías y la reducción de costes>>. Beccattini, por su parte lo definía como: << una entidad socio-territorial caracterizada por la presencia activa de una comunidad de personas y una población de empresas en un espacio geográfico e histórico dado>>. Garofoli añade en su visión de distrito industrial la particular organización de la producción basada en la especialización productiva y en una amplia división del trabajo entre empresas del sistema, cuyas principales fortalezas son la difusión tecnológica, la existencia de un sistema formativo eficiente y de competencias profesionales específicas y de elevada cualidad de la mano de obra. El crecimiento económico se produce como consecuencia de la acumulación de capital, la cual siempre incorpora cambio tecnológico, por lo que se puede afirmar que el crecimiento económico es en definitiva acumulación de tecnología, es decir el conocimiento humano aplicado a la producción, fruto de la experiencia o del conocimiento científico (Vázquez Barquero;2005). La forma de iniciar los procesos de cambio tecnológico en la producción se realiza a través de la innovación, de esta forma, ésta, se coloca a la cabeza del proceso de crecimiento económico por ser la principal fuente de creación de ventajas comparativas. Más importante que las innovaciones son los procesos de innovación que se dan en los sistemas productivos locales entendidos como la interacción entre los diversos agentes económicos presentes en un sistema. El entramado de agentes y relaciones que se establecen entre ellos se denomina entorno local y en él, existe una cultura propia capaz de crear una dinámica de aprendizaje colectivo (Crevoisier et al, 1990; Perrin, 1990) en el que se intercambian y transfieren conocimientos que existen en la red de empresas, se difunden y se añaden al background tecnológico e innovador local. De esta se observación se desprende que son las empresas las verdaderas impulsoras de la innovación y por ende, del cambio tecnológico. En Andalucía, una serie de localidades han desarrollado una dinámica económica diversa de aquella seguida por el contexto regional. Alejadas de los grandes focos de concentración industrial, han demostrado una capacidad emprendedora e innovadora y un dinamismo en disposición de crear procesos de acumulación de conocimiento y difusión territorial. La estructura productiva existente en estos municipios se ha desarrollado de tal forma que pueden ser considerados áreas de especialización productiva, sistemas productivos locales, distritos industriales e incluso medios innovadores. Tres de estas localidades serán estudiadas con mayor profundidad en el apartado 4.3.

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4.2. El nivel mesoeconómico en Andalucía. El nivel mesoeconómico es donde el Estado y los actores sociales crean ventajas locacionales en los niveles nacional, regional y local. De particular significancia son: la configuración de una infraestructura material competitiva (sistemas de transporte, comunicaciones y energía) y de políticas sectoriales, sobretodo de políticas de educación entrenamiento, de investigación y desarrollo -I&D- y tecnológica; una política comercial específica y unos sistemas regulatorios (por ejemplo, estándares ambientales y de seguridad técnica) que contribuyan a la generación de ventajas competitivas (además de políticas a nivel regional y local), las administraciones locales, las instituciones de I&D y los grupos empresariales locales pueden interactuar para el mejoramiento de la calidad de la localización industrial (Garay; 2004). En Andalucía, desde los años ochenta, con el desarrollo de los poderes competenciales autonómicos, se ha intentado aplicar una política regional endógena y autocentrada consistente en la búsqueda del desarrollo económico mediante la revalorización y movilización de los recursos propios. Esta política se ha plasmado en actuaciones como los Planes de Actuación (1984-1986), con aplicación directa sobre los sistemas productivos locales, o el Programa Red, ya en los noventa, que pretendía impulsar la localización de factores de competitividad y reforzar la red andaluza de sistemas locales para un desarrollo endógeno y equilibrado. Pese a que a partir del segundo PADE la orientación endógena se dejó de lado, estas iniciativas son claro ejemplo de una de las principales características históricas del entramado mesoeconómico andaluz: el compromiso adquirido por las instituciones y organizaciones públicas en la cooperación con el sector empresarial para impulsar procesos de desarrollo. Las actuaciones públicas en este sentido han estado centradas fundamentalmente en la conformación de un entorno dotado de infraestructuras de apoyo para las actividades de investigación e innovación a través de la formación de condiciones favorables para tales labores así como mediante la formación de redes que permitan la difusión, reproducción y transferencia de los resultados de dichos procesos con el fin último de establecer un denominado Sistema ciencia-tecnología-empresa. Este sistema se apoya sobre tres pilares: La generación de un sistema público de investigación. Transferencia de la investigación al sistema productivo. Ayudas a la adquisición de innovaciones por medio de incentivos. El Sistema estimularía la escasa capacidad productiva y ocupadora del sector industrial andaluz incorporando innovaciones a los procesos productivos dadas sus capacidades dinamizadoras y difusoras del desarrollo a la vez que posibilitaría la potenciación de la red de pequeñas y medianas ciudades andaluzas y su función como nodos articuladores de flujos y creadores de estructuras de innovación en el territorio. El escaso peso que el sector privado tiene en los procesos de investigación e innovación ha forzado al sector público a cubrir tal vacío configurando una red de centros públicos, tanto estatales como autonómicos, que es donde fundamentalmente se realiza la investigación en Andalucía. De este modo encontramos dos tipos de centros: las Universidades y los OPIs (Organismos públicos de investigación). Se contabilizan nueve universidades donde se desarrolla investigación y cinco OPIs en territorio andaluz. Se caracterizan por su fuerte polarización en las capitales de provincia, concentrándose el 65% de los mismos entre Sevilla (35%), Granada (16%) y Córdoba (14%) y por estar, por lo general, sus líneas de investigación centradas en el campo de la agricultura. Esta polarización, es consecuencia de un proceso asociado a economías de urbanización y aglomeración, al desarrollo de distritos industriales y a la conformación de sistemas productivos locales en torno a la agroindustria y el turismo.

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Paradójicamente se ha producido una pérdida de importancia en la innovación en enclaves tradicionalmente industriales mientras que van emergiendo y consolidándose pequeñas y medianas ciudades, con un desarrollo industrial basado en sectores maduros, así como espacios costeros dinámicos basados en economías de exportación cuyo soporte es la agricultura intensiva y el sector turístico68. No obstante, la generación de innovaciones y la inversión en investigación es en balde sino existe un mecanismo para transferir y hacer absorber las mismas al tejido productivo. En este sentido, el sistema andaluz de transferencia de la innovación se articula a través de: Centros Europeos de Empresas y de Innovación: ofrecen servicios empresariales con la finalidad de crear, captar y desarrollar proyectos empresariales, especialmente de aquellos que destaquen por su carácter innovador.

Centros Europeos de Enlace para la Innovación: con la creación del Centro de enlace del Sur de Europa-Andalucía (CESEAND) se articularon en Andalucía las funciones de este tipo de Centros que consisten en la presentación de propuestas específicas de I+D, la promoción de la transferencia de los resultados de la investigación y la tecnología, el desarrollo de flujos de información y la prestación de servicios en materia de investigación y desarrollo tecnológico, el análisis del potencial innovador de empresas y centros tecnológicos, así como la realización de un inventario de recursos tecnológicos de Andalucía. Oficinas de Transferencia de los Resultados de Investigación (OTRIs): realizan tareas de intermediación entre los agentes del Sistema Ciencia-Tecnología-Empresa, con el fin de dinamizar y fomentar las relaciones entre ellos. Centros de Innovación y Tecnología (CIT): son entidades de propiedad mixta, pública y privada, con personalidad jurídica propia, de interés público y sin fines lucrativos, que tienen por objeto mejorar la competitividad de las empresas mediante el perfeccionamiento tecnológico y la innovación. Funcionan como enlace entre los Centros de Investigación y las empresas69. Las dificultades en la financiación debido al riesgo e incertidumbre derivados de la desconfianza de las entidades privadas de crédito y la escasa capitalización y cultura gerencial de la empresa andaluza, obligan a la formación de un sistema de incentivos para el acceso a las innovaciones, acceso que de otro modo sería inviable como consecuencia del coste de tales adquisiciones. Este sistema se ordena en 3 niveles: supraestatal, estatal y regional. En el primero, son los fondos europeos los que sufragan los gastos mediante subvenciones enmarcadas en programas como el Eureka.

A nivel estatal, las ayudas comprenden: subvenciones, deducciones de la cuota líquida del impuesto de sociedades, créditos a bajos intereses o sin ellos, fondos de coinversión, participaciones en capital, ayuda económica reembolsable para la preparación propuestas y ayudas a la creación de empresas de base tecnológica. Son los Ministerios de Economía y Hacienda y el de Ciencia y Tecnología los encargados de instrumentar estas ayudas a través de diversos Programas y Planes Nacionales.

68 GONZÁLEZ ROMERO, G. (2006): “Innovación, redes y territorio en Andalucía”. Universidad de Sevilla. Consejería de Obras Públicas y Transporte 69 CARAVACA, I; GONZÁLEZ, G; MÉNDEZ, R y SILVA, R. (2002): “Innovación y Territorio. Un análisis

comparado de sistemas productivos locales de Andalucía”. Consejería de Economía y Hacienda. Junta de Andalucía.

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A nivel regional, son el Instituto de Fomento de Andalucía, la Dirección General de Industria Energía y Minas y la Dirección General de Desarrollo Tecnológico e Incentivos dependientes de la Consejería de Empleo y Desarrollo Tecnológico las que gestionan las ayudas que consisten en subvenciones (incluyendo algunas para activos fijos y gastos corrientes), créditos, subsidiaciones y ayudas reembolsables.

4.2.1. Consideraciones finales. A pesar de los esfuerzos institucionales, Andalucía carece de una estructura mesoeconómica fuerte y dinámica que permita generar ventajas competitivas en los sistemas productivos locales; sin embargo, existen a su vez factores para la esperanza, pues existen recursos potencialmente interesantes que merecen ser tenidos en cuenta.

Del lado de las debilidades encontramos que: I) los recursos humanos (incluidos los empresarios) presentan importantes deficiencias en la capacitación y una elevada concentración de los más cualificados en las aglomeraciones urbanas, en donde los datos se aproximan a aquellos europeos y españoles; II) dificultades en la financiación derivadas de la escasa capitalización, riesgo, etc.. ;III) deficiencias en la prestación de servicios empresariales que van desde un número insuficiente de establecimientos o el tipo de servicios prestados, al número de empresas del sector servicios avanzados, por debajo de las necesidades de la región; IV) insuficiente esfuerzo innovador por parte de las administraciones públicas (poco gasto en I+D per cápita) pero sobre todo en la parte privada, que no alcanza ni el 50% del gasto total en I+D; V) una desigual distribución territorial de las actividades y oportunidades innovadoras; VI) insuficiencias relativas a la infraestructura de apoyo a la innovación como la falta de centros tecnológicos tanto horizontales como sectoriales así como laboratorios de calibración, pruebas y ensayos; VII) bajo nivel de cooperación interempresarial. Como consecuencia de estas deficiencias el mencionado Sistema Ciencia- Tecnología-Empresa se resiente y presenta también una serie de carencias que son más apreciables en los últimos eslabones del proceso de innovación: la transferencia tecnológica. La falta de conexión entre investigación y empresa provoca que los procesos comenzados no obtengan rentabilidad socioeconómica suficiente para el desarrollo territorial. Además la multiplicidad de organismos públicos y privados dificulta en exceso la situación, pues la mayoría de empresas desconocen su existencia suponiendo a la postre un derroche de recursos debido a la infrautilización de los mismos70. Entre los aspectos positivos del nivel mesoeconómico en Andalucía, aparte del ya mencionado empuje institucional, que da a entender una toma de conciencia del gobierno andaluz sobre el problema y que se plasma, por ejemplo, en la creación de nuevos Parques Tecnológicos, se puede añadir, el creciente interés por la innovación y la transferencia tecnológica, procedente de un cambio en la mentalidad empresarial. Las potencialidades existentes vendrían de un mayor aprovechamiento de los sistemas productivos endógenos para convertirlos en distritos industriales e incluso medios innovadores, prestando especial atención al papel que jueguen las Pequeñas y Medianas Empresas (PYMES) en la revalorización del territorio. Las actuaciones en este sentido deben ir dirigidas a; favorecer el desarrollo territorial, que revitalizarían las economías de pequeñas y medianas ciudades con los efectos integradores que ello conllevaría; mejorar la cooperación entre los agentes económicos y

70 CARAVACA, I; GONZÁLEZ, G; MÉNDEZ, R y SILVA, R. (2002): “Innovación y Territorio. Un análisis

comparado de sistemas productivos locales de Andalucía”. Consejería de Economía y Hacienda. Junta de Andalucía.

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sociales, pues los sistemas productivos andaluces adolecen de estrategias de cooperación competitiva; atender a las nuevas lógicas socioeconómicas, que están revalorizando el papel de las administraciones locales pues éstas tienen la dimensión ideal para atender los problemas de la sociedad y sus agentes.

4.3. Tres casos de estudio. Evolución entre 1991 y 2001.

4.3.1. El Distrito Industrial de Ubrique Situada en la provincia de Cádiz, con 17.000 habitantes, la localidad de Ubrique está monoespecializada en la producción de artículos de piel. Esta actividad se realiza desde tiempos árabes y romanos diferenciándose claramente 3 fases: 1600-1900. Fabricación artesanal de petacas y pureras. Demanda de piel cubierta por producción local. Creación de primeros talleres familiares en el siglo XIX. A partir del siglo XX. Aumento de actividad y división del trabajo en secciones (cosido, corte y planchado). Se produce el paso a la actividad industrial pese a que el número de locales familiares era todavía elevado. 1960- 1980: Consolidación de la estructura industrial. Aumenta el número de talleres y el tamaño de los mismos. Conviven técnicas del sistema fordista con sistemas de producción familiar. En este periodo la demanda de piel debe ser cubierta importando desde otras regiones del estado como Cataluña71. Con lo que respecta a parámetros económicos y su comparación con las unidades territoriales superiores, es decir, el conjunto de la provincia de Cádiz y Andalucía, Ubrique presenta una serie de rasgos que hacen que sus tendencias y dinámicas económicas sean diversas de aquellas de su entorno. De esta forma, la población activa evoluciona de una forma más favorable, el número de empresarios por población ocupada es superior y el número de cooperativistas cuadriplica y triplica los datos de la provincia y comunidad autónoma respectivamente. Otro dato importante que le hace distanciarse de las pautas generales de la economía andaluza es la distribución sectorial de la población ocupada. Mientras que en la provincia la ocupación en el sector industrial asciende al 41.1% (como se ha comentado esta provincia acumula un gran porcentaje de la producción industrial andaluza) y en Andalucía a un paupérrimo 12.27%, en Ubrique dicho porcentaje alcanza el 53.29%, presentando además una característica diferenciadora de las principales características económicas andaluzas; la mayor ocupación en actividades del sector terciario72. A finales de los años 70 e inicios de los 80 se produjo un deterioro de la actividad que forzó a una reestructuración del sector que supuso el cierre de empresas y reducciones de plantilla. Una estructura productiva atomizada en donde no existían empresas verdaderamente fuertes para hacer frente a las vicisitudes de la crisis, malos canales de distribución, nulo control de los mercados, 71 CARAVACA, I; GONZÁLEZ, G; MÉNDEZ, R y SILVA, R. (2002): “Innovación y Territorio. Un análisis comparado de sistemas productivos locales de Andalucía”. Consejería de Economía y Hacienda. Junta de Andalucía. 72 Datos referentes al año 2001 obtenidos del Instituto Andaluz de Estadística.

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reducido número de marcas propias, mala organización interna y una deficiente gestión profesional explican la debilidad mostrada por el sector industrial ubriqueño. La crisis, y el proceso de reajuste empujaron a numerosos trabajadores a trabajar en la clandestinidad, apareciendo así la figura del “bolichero”73. El veloz aumento de este tipo de trabajadores y una preocupante reducción en la actividad impulso a la Junta de Andalucía a lanzar un plan de ayuda en 1983 llamado: Plan de Urgencia para el sector marroquinero de Ubrique. Tenía el objetivo de fomentar la cooperación empresarial y la búsqueda de nuevos mercados. Los empresarios no tuvieron la paciencia suficiente para ver los resultados de las acciones colectivas y tomaron acciones unilaterales, así, las mayores empresas siguieron realizando su actividad con normalidad, las medianas buscaron refugio trabajando para firmas internacionales- perdiendo de esta forma el control en los canales comerciales- mientras que aquellas más familiares y tradicionales recurrieron a la clandestinidad y la subcontratación tanto ilegal como legal. Hoy día la producción se divide básicamente entre los que realizan marroquinería (más del 90%) y los que intentan salir de la estacionalidad ligada a esta actividad y han comenzado a fabricar otros productos como: guarda-documentos, artículos de viaje, bolsos, vestidos o cinturones. Existe una diferencia entre la producción marroquinera y la del resto de productos. Mientras que en la primera, se necesita un menor tamaño empresarial por: el carácter manual del trabajo y la pequeña inversión necesaria tanto en maquinaria (solo para el coser, el corte y rebaje se subcontratan) como en diseño (pues este se mantiene con el tiempo y no esta sujeto a modas), en los otros productos se necesita una inversión fija mayor tanto en maquinaria (pues no es manual) como en diseño (diferentes colores, estilos...) y por tanto el tamaño de la empresa debe ser mayor. Los insumos usados en los procesos de producción son fundamentalmente tres y se obtienen a través de importación directa o en distribuidores de las marcas en el propio pueblo. Estos son: Piel curtida: Procede en su mayoría de Valencia y Cataluña aunque también desde Italia y Francia, pero en mucha menor proporción. Fornituras : Preferentemente de otras parte del estado, pero en una proporción amplia también desde Italia y Francia. Textil: Proviene de otras Comunidades Autónomas y de forma residual del extranjero. Existen dos formas de comercializar los productos en Ubrique, la primera es a través de una marca propia, con una red de agentes comerciales que se encargan de dar a conocer y colocar el producto. Este proceso se ha intensificado en los últimos años con la progresiva deslocalización productiva hacia países de Asia y América Latina de las grandes firmas (Dior o Louis Vuitton entre otras) que estaban previamente asentadas en el municipio. Esto ha provocado dos efectos opuestos: La creación de nuevas marcas propias La simulación de logos y marcas conocidas como respuesta al incremento de precio de un producto desconocido puesto que si bien cuando se trabajaba para aquellas firmas se producía en Ubrique ningún distintivo identificaba el origen.

73 Trabajador autónomo clandestino que trabaja individual o colectivamente en caseríos, aunque también se consideraba a aquellos que trabajaban en la fábrica después de la jornada laboral pero sin consideradas horas extras.

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La segunda forma de comercialización es a través de las grandes marcas internacionales ya mencionadas con sede en la localidad usando sus propios canales de comercialización, limitando de esta forma el desarrollo de una lógica y métodos autóctonos, creándose además una situación de dependencia pues son estas marcas las que tienen el conocimiento, medios y estructuras para colocar los productos en el mercado. El destino de la producción es fundamentalmente el mercado español (sobre todo en la marroquinería), si bien se exporta a países de la Unión Europea, Japón, Arabia Saudita, Hong Kong o Canadá aunque de forma mínima en comparación con el número de ventas dentro del Estado. En cuanto a la realización de procesos innovadores se debe decir que es un área de un esfuerzo innovador medio-bajo. En este contexto, en un nivel medio de esfuerzo innovador, las empresas realizan tareas de búsqueda de nuevos mercados, ampliación de red de ventas o cambios en la organización del trabajo que afectan a aspectos relacionados con la actividad productiva. Al nivel más bajo se realizan actividades que más que un verdadero esfuerzo innovador representan una estrategia de supervivencia de defensa ante la creciente competitividad como adquisiciones de equipo informático, asistencia a ferias especializadas, cambios en las características del producto, ampliación de la gama de productos ofrecidos, inversión en publicidad y realización de estudios de mercado. Las acciones relacionadas con esfuerzos innovadores de categoría alta, es decir; controles de calidad, renovación de modelos, aplicación de sistemas “just in time”, aumento del nivel de cualificación de los trabajadores, creación de gabinetes especializados en I+D o desarrollo de nuevas materias primas tiene mucha menor trascendencia que las otras dos categorías. Sin embargo, es cierto que se han detectado ciertas iniciativas empresariales para disminuir la imitación de los productos: realización de diseños propios, controles de calidad sobre el producto o los materiales -aunque solo en las empresas relacionadas con grandes marcas que deben alcanzar unos estándares- y medidas para mejorar la cualificación de los trabajadores, que es escasa y se ha adquirido no mediante estudios medios o superiores si no a través de la directa inserción en el mercado laboral. Actuaciones a nivel mesoeconómico. Es también importante saber el grado de intervención, participación y relación entre los diversos organismos e instituciones que actúan en el municipio. En principio se podrían mencionar ocho agentes: Administradora de la Marca, Comercializadora de Productos Marroquineros, Instituto de Fomento de Andalucía , Ayuntamiento, Centro de Servicios Avanzados, Sindicatos, Asociación de empresarios y Cámara de Comercio). Entre ellos destacaremos los dos primeros. Ambos fueron creados por el Plan de Urgencia de 1983. El primero nació con el objetivo de dar a conocer los productos y la marca colectiva Legítimo Ubrique, el segundo pretendía la conquista de mercados y aplicar planes de rentabilidad económica y responsabilidad social (eliminación de la economía sumergida). Pese a nacer prácticamente como dos agente interdependientes, han seguido dos trayectorias diversas y actualmente no existe relación alguna entre ellas. La Comercializadora actúa como un productor más y ni siquiera usa la marca colectiva, en cambio la Administradora tras pasar periodos complicados reapareció con proyectos como el Centro de servicios Avanzados y un Plan de marketing para dar a conocer y vender productos de Ubrique en diversos mercados internacionales y junto al ayuntamiento y la asociación de empresarios a puesto en marcha el Centro de Servicios avanzados en donde las empresas pueden utilizar maquinaria para el corte, con asistencias de personal técnico para la medición de pieles, digitalización del diseño y cortes de patrones en piel.

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Ofreciendo estos servicios a los empresarios, se da a conocer el producto a los minoristas y se conoce la opinión de estos antes de producir. Finalmente junto con la asociación de empresarios y bajo la supervisión del Instituto tecnológico del Calzado y Conexas se creó Ubrique XXI, el objetivo, reforzar la marca colectiva legítimo Ubrique, fijando unos parámetros y normas de calidad como primeros pasos para conseguir la denominación de origen que tiene como función primaria en el plano jurídico, la de certificar la presencia de determinadas características comunes y de cierto nivel de calidad en los productos o servicios que la llevan o a los que acompaña”74. De esta manera, La marca de garantía Ubrique, garantiza lo bien hecho y la calidad frente a todo otro articulo que sólo utilice el “made in ubrique” para ganar clientela. Ubrique, es la marca de calidad que reconoce el compromiso con la excelencia de las mejores empresas del sector que apuesten por la innovación y la mejora constante. Para obtener el certificado de denominación de origen, las empresas deben pasar un proceso de evaluación externa llevada a cabo por una empresa certificadora de calidad con la que se tiene un acuerdo. Una vez otorgada la calificación, se inicia un sistema de control con evaluaciones periódicas anuales para el mantenimiento de la misma. De esta forma se potencia la calidad como pilar clave de la competitividad de las empresas ubicadas en la ciudad.75 Por último, si bien el distrito industrial de Ubrique adolece de una serie de características que le hacen débil ante la creciente competencia internacional en un mundo globalizado, algunas ya comentadas anteriormente: atomización empresarial, escaso asociacionismo empresarial, elevada proporción de trabajo clandestino, poca capitalización de sus empresas o el bajo nivel de instrucción tanto del empresariado como de la mano de obra, existen elementos para ser positivos como la tradición, la calidad del producto, el compromiso de las instituciones implicada, el saber hacer de la mano de obra, el trabajo para marcas, el posicionamiento del producto en mercado internacionales o la alta formación técnica de su empresariado. Pero sobre todo existen bases para pensar que se están haciendo las cosas debidamente con iniciativas interesantes como la puesta en marcha de la marca colectiva con denominación de origen, la creación de diseños propios, la integración en redes externas o la diversificación de materias primas y productos. Además, aunque el distrito no puede ser considerado un medio innovador debido a que no existen relaciones sólidas interempresas o interinstitucionales y que las actividades innovadores no van mas allá (en su mayoría) de aquellas de supervivencia, hay que reconocer el rol jugado por esta localidad influyendo sobre ciertas localidades vecinas que se han aprovechado de los efectos difusores y dinamizadores de su desarrollo poniendo de manifiesto las consecuencias positivas que los sistemas productivos locales producen al generar una cultura empresarial exportable76.

4.3.2. El distrito industrial de Lucena Está situada en el centro geográfico de Andalucía, en un importante nudo de carreteras por donde pasan dos vías (una carretera nacional y una autovía) trascendentales para la red de infraestructuras de Andalucía por ser las únicas que la recorren de norte a sur, de Córdoba a Málaga. Este factor geográfico unido a su tradicional mayor dinamismo económico le ha colocado en una situación favorable para recibir continuos flujos migratorios de población a lo largo de la historia, primero desde otros lugares de la comarca, actualmente de otros países menos

74 LARGO GIL, R. (2006): “Las marcas de garantía”. Madrid Cívitas. 75 Sitio web de la marca de garantía Ubrique ( www.ubrique.org.es) 76 CARAVACA, I; GONZÁLEZ, G; MÉNDEZ, R y SILVA, R. (2002): “Innovación y Territorio. Un análisis comparado de sistemas productivos locales de Andalucía”. Consejería de Economía y Hacienda. Junta de Andalucía.

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desarrollados. De acuerdo con esta información, en 1900 ya presentaba la segunda mayor población de la provincia con 21.492 habitantes, sólo por detrás de la capital, Córdoba, que tenía 56.097. En 1970, la población ascendía a 27.978, produciéndose entonces el reforzamiento de la tendencia poblacional alcista. Entre 1970 y 2008, la población lucentina no ha dejado de crecer, lo que es más, se ha duplicado y alcanza en la actualidad los 41.698 habitantes77. Pero ¿de donde viene el mayor dinamismo económico presentado secularmente por Lucena? Se sabe que la actividad manufacturera en el municipio ya existía en la edad media, cuando la comunidad judía existente trabajaba de forma artesanal el bronce. Estos trabajos se siguieron realizando en el pueblo incluso después de la expulsión judía de España en 1492. Los conocimientos, métodos, prácticas y cultura artesanales permanecieron en el tiempo y pasaron a formar parte del saber hacer y carácter de las gentes del pueblo además de crear un entorno social claramente favorable a la iniciativa empresarial. No es pues una casualidad la tradición en la realización de actividades industriales (como el bronce en los años sesenta y la más reciente extensión de la industria lucentina hacia otros sectores como el mueble y el frió industrial). En este contexto no es de extrañar que la localidad haya registrado sistemáticamente valores de actividad económica superiores y claramente diferenciados de aquellos marcados por la provincia de Córdoba y Andalucía. Profundizando en las particularidades de la economía lucentina y esa divergencia mostrada respecto a los tópicos económicos y sociales andaluces observamos primero la evolución del mercado de trabajo. Para ello se aportan las tablas 6 y 7, donde se muestran los datos relativos a la población activa, ocupada y parada en el periodo 1991-2001 y las tasas de actividad, ocupación y paro para el año 2001. Como podemos observar en la tabla 4.1, la senda seguida por la economía de Lucena en el período estudiado, es bastante dispar de las sendas provincial y autonómica. Se aprecia como la población activa debido sobre todo a flujos migratorios ha crecido de forma espectacular, un 32% , el doble que la evolución experimentada por Andalucía y cuatro veces superior a la escala provincial. Este aumento de la población activa es consecuencia de un proceso migratorio positivo y un crecimiento vegetativo elevado desde los años setenta.

Tabla 4.1: Evolución de población activa, ocupada y parada. Período 1991-2001. Porcentajes.

Lucena Córdoba Andalucía Población Activa 32 7,14 16,2 Población Ocupada 35,33 12,6 27,11 Población Parada 17,36 -8,42 -15,28 Fuente: Elaboración propia a partir de datos de IAE.

El factor migratorio tiene relevancia desde el punto de vista cuantitativo pero más desde el cualitativo ya que las personas que llegan a Lucena son personas que están en edad de trabajar (mayores de dieciséis años) y se incorporan a la parte media de la pirámide de población engrosando por ende las listas de población activa y desempleada. Una parte de esos parados son recogidos por la fuerte capacidad generadora de empleos que posee el sistema productivo de Lucena. De esta forma en el período evaluado, la población ocupada ha crecido un 35.33 % ,muy por encima de los datos cordobeses (12.6%) y andaluces (27.11%). No obstante, de otro lado,

77 Según el padrón de 2008.

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mientras que a nivel regional y provincial, la población parada ha seguido una tendencia descendente, un -8.42% y -15.28% respectivamente, a nivel local en cambio, la población parada ha crecido considerablemente. Este hecho viene explicado por la importancia de los flujos migratorios recibidos causados por un efecto llamada debido a la prosperidad y la alta posibilidad de encontrar un empleo existentes en la ciudad y que han hecho que pese a tener un tasa de creación de empleo elevada, no se vea reflejado en los datos de parados por la cantidad de nuevos ciudadanos que llegan al municipio en busca de un trabajo y futuro.

La tabla 4.2. muestra las tasas de ocupación, actividad y paro en tres niveles diferentes (local, provincial y regional) para el año 2001. Si nos fijamos, la tasa de actividad para tal año en Lucena es del 55.57%, superior respecto a sus unidades de referencia. Lo cual indica que de aquellas personas que están en edad de trabajar, la cantidad que lo hace o pretende hacerlo en el municipio es mayor que en la provincia y Andalucía.

En cuanto a la tasa de ocupación, es mayor también que a nivel provincial y regional, un 84% de población activa ocupada respecto a un 79.2% y un 81.9% en Córdoba y Andalucía.

Tabla 4.2. Tasa de actividad, ocupación y paro. Año 2001

Lucena Córdoba Andalucía Tasa de actividad 55,57 47,86 50,41 Tasa de ocupación 84 79,2 81,9 Tasa de paro 16 20,8 18,8

Fuente: elaboración propia a partir de datos de IAE.

Por último, es destacable el hecho de que pese a que la población desempleada creciera en mayor medida que en la provincia y la comunidad en el año 2001, la tasa de paro (relación entre desempleados y población activa) continuara siendo inferior a dichas unidades administrativas, 16%, por un 20.8% y 18.8% respectivamente.

Otros datos de importancia para definir el sistema productivo de Lucena y sus particularidades respecto a las pautas generales de la economía andaluza son aquellos relativos a la distribución de la población ocupada en sectores económicos. 78

A diferencia de los otros sistemas productivos dinámicos andaluces que hemos estudiado en los que la situación geográfica y la tradición agrícola determinan un elevado porcentaje, o al menos superior a las medias regionales y provinciales, de trabajadores en el sector primario, Lucena presenta una proporción de población dedicada en este sector del 10.24% frente al 11.27% en Andalucía y el 12.89% de la provincia.

Cuando se estudian los datos referentes a la ocupación en el sector secundario, éstos, son totalmente reveladores pues ponen de manifiesto que un 41.30% de la población ocupada lucentina esta empleada en el sector secundario, una proporción altamente disonante con la tendencia provincial (17.59%) y regional (12.27%), que pone el acento sobre las diferencias entre unos sistemas productivos y otros, en particular la especialización de la economía de Lucena en actividades industriales.

En el análisis del sector terciario, la divergencia se mantiene y pese a que el dato de población ocupada en este sector no es ni mucho menos desdeñable ya que más de la mitad de aquellos que trabajan en la localidad lo hacen en una actividad de servicios, concretamente el 56%, es; sin embargo, inferior a la media andaluza (65%) y cordobesa (58%). De esta forma y aunque se puede decir que la economía del municipio ha sufrido como aquellas de su contexto un proceso de terciarización, éste, ni ha sido tan intenso ni ha desembocado en una total dependencia del conjunto de la economía del sector servicios.

Atendiendo a la estructura del mercado laboral, es obvio que el sector industrial juega un rol

78 Datos referentes a 2001.

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diferenciador y supone la característica distintiva de este sistema productivo local respecto a aquellos de su entorno. Como se comentó con anterioridad, las actividades industriales provienen de una tradición medieval en la fabricación de objetos en cobre y que llega hasta nuestros días en el sector de la transformación de metales pero fue en los años sesenta cuando verdaderamente comenzó el desarrollo industrial tal y como lo conocemos hoy. Si en sus inicios la transformación de metales era la actividad más relevante, actualmente, esta actividad no es la de mayor relevancia ni en número de empleos ni volumen de ventas pues este puesto lo ostenta el subsector de la madera y el mueble que es el que más favorablemente ha evolucionado. Prueba de ello se obtiene si se observa la evolución del número de establecimientos dedicados a esta actividad en los últimos años, si en 1985 existían 332, dieciséis años más tarde, en 2001, esa cifra se había multiplicado por dos alcanzando los 677 establecimientos.

Aparte de la industria del mueble y la madera y la transformación del metal, otro que sector ha adquirido una importancia considerable tanto en volumen de ventas como en empleo ha sido el de fabricación de maquinaria de frío industrial. Esta actividad nació en 1964 con la creación de la cooperativa Tecnicontrol que fue una de las primeras empresas del sector y que actualmente es una de las empresas más importantes del sector a nivel nacional e internacional

El subsector del mueble y la madera.

La industria de la madera nació- como en otros sistemas productivos locales andaluces como Valverde del Camino- a raíz sobre todo del desarrollo turístico y constructor de la Costa del Sol en los años sesenta.

En Lucena se producen tres tipos de muebles: los terminados, los de cocina y en crudo o por piezas. En sus inicios y al auspicio del boom constructivo y turístico, la demanda se concentró en los primeros, en particular en un estilo: el castellano. Más tarde cuando el tirón de estos sectores cedió y los gustos cambiaron, se comenzó a producir otro tipo de productos y estilos, comenzando la producción del provenzal, chino e incluso se llegaron a fabricar ataúdes.

La producción del mueble de cocina tiene una serie de peculiaridades entre las que destaca principalmente la calidad de los materiales con los que debe ser construido ya que deben ser expuestos a temperaturas, productos y condiciones más comprometidas que los muebles normales. Como cada cocina tiene características diversas, fuerza a las empresas a trabajar por pedidos. Otra peculiaridad es que todas las empresas dedicadas a su fabricación tienen un lugar para la exposición y venta directa e incluyen servicios de entrega completa que incluyen comercialización de electrodomésticos de otras empresas.

El mueble en crudo o por piezas tuvo su auge con la aparición de las grandes superficies del bricolaje que demandaban muebles sin lijado ni pintura (en crudo). La dimensión de estas empresas suele ser reducida.

Hoy en día, el sector produce todo tipo de muebles, su producción está diversificada y se puede establecer una marcada diferencia entre las empresas grandes y medianas y las pequeñas. Las primeras venden con marca propia incorporando tecnología de última generación al proceso productivo organizándose de forma interna en diversos departamentos como los de gestión y administración y descentralizando gran parte de las tareas productivas que requieren más tiempo hacia empresas menores. Las menores no incorporan obviamente tanta tecnología y su actividad sigue siendo de tipo tradicional por lo que se les subcontrata para la realización de actividades como el torneado de las patas de mesas y sillas.

En torno a las empresas del sector se ha formado una red de relaciones que comprenden la contratación de servicios especializados, las subcontrataciones y la obtención de inputs, red ésta última que se ilustra a continuación en la figura 4.1.

La madera, materia prima principal de la fabricación del mueble se obtiene en su mayoría de pino

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y procede básicamente de tres mercados, el español, el ruso y el sueco. Las maderas provenientes del mercado español proceden de las Comunidades Autónomas de Cantabria, Galicia y País Vasco. Aquellas que no se compran directamente en origen en aserraderos o almacenistas, se transforman en piezas o tablones en aserraderos de Soria o Burgos para más tarde ser adquirida por almacenistas y empresas de Lucena. En Rusia existen dos modos de adquirir madera, una es a través de empresas de importación andaluzas, catalanas o gallegas con contactos en el país, la otra, mediante la intermediación de empresas alemanas, con una fuerte presencia y extensa red comercial en España, para su posterior distribución.

Figura 4.1: El sistema de obtención del input madera en Lucena.

Fuente: elaboración propia a partir de datos de Innovación y Territorio

Si se quiere comprar madera sueca, las propias empresas almacenistas deben desplazarse hasta allí para después venderlas a las empresas locales e introducirlas en el sistema productivo del mueble de Lucena como se aprecia en la figura 4.1. En cuanto al resto de materias primas utilizadas en el proceso productivo como barnices, pinturas, cristales, vidrio o herrajes, se obtienen todos en una alta proporción en la misma localidad el resto de otras regiones del estado. Este esquema de obtención de insumos es curioso, porque si bien existe una dependencia exterior en la provisión de la materia prima principal, no la existe en cuanto a la venta del producto final pues son pocas las empresas que exportan, excepto para aquellas que fabrican el mueble chino, en ese caso venden al extranjero toda su producción, preferentemente a Extremo Oriente, Rusia y Alemania. En cuanto al papel jugado por la innovación en el subsector del mueble en el sistema productivo lucentino, decir, que depende mucho del tipo de empresa al cual nos refiramos. De esta forma aquellas de mayor tamaño serán más propensas a realizar innovaciones de tipo alto como la utilización de máquinas de control numérico. En general y a pesar de que un número creciente de empresas esta incorporando crecientes innovaciones de alto rango, como controles de calidad interno, aplicación del método “just in time” y diseños por ordenador, la realidad muestra que el subsector local del mueble es todavía un

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sistema innovador de tipo medio-bajo. Alguna de esas actividades innovadoras han sido ya comentadas como el cambio y ampliación de la gama de productos y otras como la utilización de equipo informático son recurrentes. La asistencia a ferias tanto de observadores como de expositores es también denominador común entre las empresas de este sector. Por último se deben mencionar una serie de circunstancias que hacen débil al sector y en el futuro podrían poner en peligro el dinamismo del mismo. De este modo, el tipo de productos elegidos: fácilmente elaborables, sin incorporar grandes innovaciones o técnicas tecnológicas avanzadas, a lo que se suma su comercialización sin marca, los convierten en productos fácilmente reproducibles en otras partes del mundo y exponen en exceso el sistema local a la competencia externa forzando a competir vía costes cuando la ventaja en este sentido está del lado de los competidores. Por otro lado existe una preocupación creciente por la cualificación de los trabajadores. Pese a contar con un centro de formación profesional in situ en la localidad parece que la preparación de los trabajadores que se integran en el sector del mueble es insuficiente y puede suponer un lastre para la progresión de las empresas donde trabajan pues la aplicación de nuevas técnicas y tecnologías que deberán ser incorporadas si se quiere ser competitivo serán aplicadas por técnicos externos en vez de por trabajadores internos con el coste en términos monetarios, de eficiencia y sobre todo sociales que suponen. Para ello se están realizando cursos de formación en las propias empresas así como cursos organizados por diferentes agentes con presencia en Lucena. El subsector de la maquinaría de frío industrial El sector del frío industrial, que cubre el 70% del mercado nacional de maquinaria de este tipo, ha pasado por varias fases, la primera en los años sesenta con la aparición de la primera empresa cooperativa Tecnicontrol, la posterior, con la creación de nuevas empresas de considerable dimensión puestas en marcha por ex socios de Tecnicontrol, la última es una fase de expansión y creación de empresas de menor tamaño pero con la novedad de la llegada de capital extranjero. En general, las empresas de media son mayores que en el sector del mueble y algunas llegan hasta los 200 trabajadores, algo inusual en el contexto rural donde se ubican. Las principales máquinas que se fabrican son aparatos de refrigeración, calefacción de hogar y maquinaria de hostelería. Para su elaboración son necesarios una cantidad enorme de componentes y elementos como acero o aluminio. Todas las empresas exportan, sobre todo a Francia, Marruecos y Portugal aunque también a otros lugares más exóticos como Hong Kong , Uruguay o Chile habiendo instalado en algunos casos delegaciones para la venta y atención al cliente en dichos países. Sin embargo, la mayoría de la producción aún se coloca en el mercado español, sobre todo a mayoristas localizados en el pueblo. Un punto a destacar en este sector que le diferencia del sector del mueble- en el que las relaciones de subcontratación están fuertemente arraigadas en los procesos marcando las relaciones interempresas- en el sector del frío industrial en cambio, esas relaciones son de tipo horizontal, esto implica la ausencia de una jerarquía, un grado de confianza superior, intercambios y difusión de información más intensos con una formación de conocimiento controlado “desde abajo”.En definitiva la existencia de este tipo relaciones indican una mayor evolución del sector con respecto al del mueble. 79 79 CARAVACA, I; GONZÁLEZ, G; MÉNDEZ, R y SILVA, R. (2002): “Innovación y Territorio. Un análisis comparado de sistemas productivos locales de Andalucía”. Consejería de Economía y Hacienda. Junta de Andalucía.

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Otra diferencia que distancia a este sector de el del mueble es su capacidad innovadora y el modo de afrontar esas actividades que traen como consecuencia un aumento de la eficiencia a raíz de cambios tanto en los procesos, productos, comercialización, gestión u organización. La apuesta del sector por un mayor esfuerzo innovador para adquirir ventajas competitivas es considerable y de este modo las empresas esta creando de forma creciente departamentos de I+D. La gestión de sus actividades esta totalmente informatizada y demuestran una elevada preocupación por la cualificación de sus empleados y la renovación de sus conocimientos acordes con las técnicas e innovaciones aplicadas. Además, se están aplicando otras estrategias para ganar en competitividad como los controles de calidad y la realización de diseños por ordenador así como iniciativas innovadoras de tipo medio como cambios en la organización del trabajo y ampliación de la red de ventas. Obviamente también se desarrollan estrategias alejadas de los verdaderos esfuerzos innovadores pero aún necesarias como son la renovación de maquinaría o la variación de la gama de productos. Este sector con su decidida apuesta por la innovación, la calidad y la tecnología, con un colectivo empresarial consciente y decidido en su importancia en el entramado para el desarrollo de redes de conocimiento e innovación como ejes vertebradores en la consecución de ventajas comparativas, está haciendo posible perseguir con éxito el objetivo de continuar con el desarrollo industrial y configurar el frío industrial de Lucena en un sector líder. Una fuerte estructura mesoeconómica. Uno de los puntos fuertes del distrito industrial de Lucena es la cantidad de agentes, organismos e instituciones implicadas en el mismo, si bien es criticable que la mayoría de acciones e iniciativas están centradas en el desarrollo y consolidación del sector del mueble. Se pueden contar hasta un total de seis instituciones. El ayuntamiento es uno de los más activos y una de sus tareas más importantes es mejorar la oferta y la calidad del suelo industrial que se ha convertido en uno de los principales problemas del sistema productivo local hasta el punto que muchas empresas han decido deslocalizarse e instalarse en localidades cercanas. La relevancia de agentes como la Unión de empresarios de la madera de Córdoba, la Asociación Colectivo Empresarial de Lucena (UNEMAC) y la Comercializadora de Productos Andaluces es incuestionable jugando un intenso papel en el desarrollo y consolidación de las industrias existentes y reforzando las condiciones existentes para el ejercicio de su actividad y viabilidad económica a través de acciones como: representación legal, asesoramiento, promoción, formación de trabajadores o negociación de convenios colectivos y condiciones preferentes crediticias. Sin embargo, los agentes que quizás más aportan a transformar Lucena en un medio innovador y cuyas propuestas van dirigidas en ese sentido son el Consorcio Escuela de la Madera CEMER80 y la Corporación Industrial Córdoba Sur (CINCOSUR). El primero es un centro de formación de calidad especializado en la madera para el desarrollo del sector a través la innovación y difusión del conocimiento fomentado el intercambio de información con otros centros de naturaleza similar. El segundo agente, el CINCOSUR, en la que participan diversas instituciones, fomenta el desarrollo local con la utilización de recursos endógenos apoyando proyectos concretos y haciéndolos atractivos para la iniciativa privada. Otros objetivos son: aliviar el esfuerzo económico de los ayuntamientos en la promoción económica, racionalizar la inversión municipal

80 Consorcio Escuela de la Madera. Con sedes en Encinas Reales y Villa del Río (Córdoba), es un centro de formación de excelencia, investigación e innovación en nuevas tecnologías del sector de la madera de Andalucía, su objetivo principal es prestar servicios de gestión, comercio exterior, calidad, producción y diseño a las empresas andaluzas del sector de la madera.

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incorporando criterios de rentabilidad, crear infraestructuras industriales adecuadas, producción de oferta de suelo industrial de calidad y la gestión eficiente de fondos europeos al desarrollo. 81 En su conjunto el distrito industrial de Lucena presenta características opuestas que si de un lado hacen entrever un futuro prometedor, del otro exigen una serie de correcciones para definitivamente convertirse en un medio innovador. Dos de las deficiencias más sobresalientes son la rigidez mostrada por ciertos empresarios en la introducción de innovaciones y la falta de aptitudes asociativas, sobre todo en el sector del mueble. La primera deficiencia puede ser la expresión de una formación insuficiente relacionada con el hecho de la baja cualificación de los trabajadores y empresarios. Ante ello cabe la esperanza del saber hacer popular existente en la localidad que la ha mantenido a lo largo de los años como sistema dinámico dentro de un ambiente nada favorable para el desarrollo de tales actividades. Por otra parte, la confianza e implicación que muestran los diversos organismos e instituciones con incidencia en el distrito lucentino deben crear una base para formar una cultura asociativa entre los empresarios y habitantes de la localidad , de manera que en el futuro, en un entorno social en el que concurren factores de competitividad, se estimule la aparición de colaboraciones interempresas solidarias, no dependientes. De esta forma el sistema local funcionaría en condiciones de eficiencia colectiva en las que de una parte las economías externas representarían un patrimonio de conocimientos colectivos y de la otra la eficiencia de cada empresa se basaría en un conglomerado de variables económicas y sociales sedimentadas en el territorio82que finalmente llevarían a la conformación de un medio innovador.

4.3.3. Sistema productivo de agricultura intensiva de El Ejido. Desde que en el siglo XIX una serie de obras de infraestructura y la introducción de dos innovaciones: el regadío y el enarenado83, permitieron un aprovechamiento pecuario y agrario del territorio hasta su denominación como “huerta de Europa”, la economía del municipio ha crecido en paralelo al desarrollo del sector agroalimentario, éste, ha estimulado la transformación de la misma pasando de ser de las más desfavorecidas de Andalucía a una de las más dinámicas. Sin embargo, paralelamente han surgido una serie conflictos sociales y ambientales provocados por el desarrollo de la actividad y más particularmente por el tipo, que pueden poner en peligro el futuro del sistema productivo. El Ejido está situado en la zona del Poniente Almeriense o Campo de Dalias, un área árida, con salida al mar Mediterráneo, compuesta por una llanura a cuarenta y cinco metros sobre el nivel de mar, con suaves ondulaciones y una escasez de agua solamente soliviantada por la existencia de acuíferos que tienen su origen en la cercana sierra de Gádor. Estas condiciones geográficas y geológicas junto con un clima suave, temperaturas medias diurnas de 27 grados en verano y 18 en invierno , una media de 3060 horas de sol al año y una población con carácter empresarial y receptiva a las innovaciones, han permitido el desarrollo de la agricultura intensiva bajo invernaderos alrededor de la cual gira toda la economía local. En comparación con el resto de sistemas productivos presentados en este trabajo, la actividad no esta ligada a una tradición o un saber hacer integrado en el bagaje cultural del municipio, responde

81 CARAVACA, I; GONZÁLEZ, G; MÉNDEZ, R y SILVA, R. (2002): “Innovación y Territorio. Un análisis comparado de sistemas productivos locales de Andalucía”. Consejería de Economía y Hacienda. Junta de Andalucía. 82 GAROFOLI, G. (2003): “Distretti industriali e processo di globalizzazione: Transformazioni e nuove traiettorie en Impresa e territorio”. PP 539-571. Il Mulino, Bologna. 83 Sistema por el cual se crea un nuevo suelo aplicando diversas capas de tierras arcillosas y de arena encima del

existente.

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más bien a la necesidad de un régimen autárquico, el franquista, en ruina después de una guerra que destruyó prácticamente el tejido productivo del país y que forzó a sus dirigentes a buscar nuevas iniciativas de activación económica en lugares antes considerados inhóspitos o baldíos como éste del Poniente Almeriense o las Marismas del Guadalquivir a través de planes de colonización y puesta en marcha de explotaciones agrarias para resolver otro de los graves problemas del régimen: la escasez de alimentos. En 1941, se creó el plan de colonización y se realizó un estudió hidrogeológico que desembocó en la catalogación del área como bien de interés nacional en 1953 produciéndose una transformación profunda del territorio y su paisaje con la extensión de los enarenados, la construcción de los primeros invernaderos con cerramiento de plástico y la llegada de miles personas de comarcas cercanas, de Andalucía y otras partes del Estado. En 1950, El Ejido contaba con 3000 efectivos y pertenecía al municipio de Dalías, el cual era cabeza municipal, la presión demográfica a raíz de la evolución de la agricultura intensiva en invernaderos forzó a la escisión de El Ejido en 1982 creándose dos municipios separados. La evolución de la población ha sido espectacular, si en 1986 (primer año el cual se tienen datos referentes a El Ejido como ente separado de Dalías) la localidad contaba con 36.335 habitantes, en 1991 contaba con 41.374 y en 2001 con 57.877, en 2008 la población total (censo) ascendía a 80.987. Si bien inicialmente la población aumentó debido a la comentada “inmigración interior”, la que verdaderamente ha supuesto un punto de inflexión ha sido la inmigración procedente del norte de África ocurrida durante la década de los noventa y principios del siglo XXI y que como consecuencia directa tiene que actualmente el 33.42 % de la población ejidendese sea de procedencia extranjera, siendo los marroquíes el grupo mayoritario. En cuanto a las características específicas de la economía de la localidad, atendiendo al mercado laboral, encontramos una serie de datos como los de actividad y la tasa de desempleo que ya nos dan un fiel reflejo de las disparidades existentes entre la economía de El Ejido, la provincia de Almería y la comunidad andaluza. De este modo, la tasa de actividad para el año 2001 se encuentra cercana al 73% mientras que a nivel provincial y regional son del 56.76% y 50.41% respectivamente. La tasa de desempleo para el mismo año es del 5.9%, dato extraordinario para una ciudad situada en un contexto, el andaluz ,que ha mostrado síntomas de padecer un problema estructural en cuanto se refiere a la creación de empleo, situándose en términos incluso más positivos que los marcados por el conjunto de la economía española (10.5%) y que se entienden mejor al observar como su entorno más próximo, la provincia de Almería registró un paro del 10.9%, lo que pone de relieve una superior capacidad de la economía almeriense para crear empleo en el conjunto de la economía andaluza. Como es de esperar, atendiendo a la estructura del mercado de trabajo por sectores, este sistema local no presenta las características más representativas de la economía andaluza: un excesivo peso del sector servicios en la economía, una participación de la agricultura tendente a la reducción y escaso peso del sector industrial, En este sentido, atendiendo a la población ocupada, la economía ejidense presentaba un 37.67% de sus efectivos ocupados en este sector, como se podía prever, mucho menor que los datos provinciales (61.2%) y más próximos a los regionales (65%) y estatales (62%) Evidentemente la tendencia a la acumulación de trabajadores en el sector primario es mucho mayor que las medias provinciales y regionales. De esta manera, en 2001, el porcentaje de población ocupada en la agricultura, ganadería y pesca ascendía al 52.78%, siendo el provincial el 18.78%, un dato elevado respecto al contexto regional (11.27%) que refleja la importancia de la agricultura intensiva en la provincia pues no es un fenómeno que se de exclusivamente en El Ejido sino que se reproduce en extensas áreas del territorio almeriense.

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Por último y a diferencia de los otros dos sistemas locales estudiados en este trabajo, cuyas estructuras del mercado de trabajo tenían como rasgo más importante un mayor peso específico del sector industrial que la media andaluza, en el Ejido la industria solo acoge al 3.4% de la población ocupada, un dato paupérrimo incluso si se compara con el nivel regional (12.27%) o provincial 6.12%, siendo estos de los datos más bajos que se encuentran a nivel estatal para comunidades autónomas y provincias. Sin embargo, en los últimos años al auspicio de la agricultura intensiva y la creciente comercialización hortofrutícola se esta produciendo un relanzamiento de actividades industriales fundamentalmente en la rama de la manipulación de hortalizas, provisión de inputs a explotaciones agrarias y firmas comercializadoras, tratamiento de residuos (plásticos y desechos vegetales) y nuevas tecnologías84. Esta tendencia se puede apreciar atendiendo a datos referentes a la evolución del número de establecimientos industriales. Si en 1985 solo existían treinta y uno y en 1996 ciento dos, en 2001 ya eran ciento setenta y siete, si bien es cierto que su incidencia, como reflejan los datos de población ocupada en el sector, es todavía mínima. Características del proceso productivo. Desde que se introdujeron los sistemas de riego y la técnica del enarenado, una cantidad enorme de tierras que aparentemente eran improductivas pasaron a ser catalogadas como productivas, con la incorporación del cierre de plástico, que genera una temperatura más elevada que en el exterior, se obtuvo la posibilidad de cultivar: I) incluso cuando el clima y el tiempo no lo permitían de forma natural; II) variedades de hortalizas y frutas no originarias del área. A partir del momento en que se descubrieron las ventajas de este tipo de cultivo interior, la superficie del territorio almeriense se cubrió de un manto de plástico que ha pasado a denominarse coloquialmente “mar de plástico”. El proceso de transformación del paisaje y el comienzo de la comercialización de los productos almerienses comienza en la década de los sesenta y principios de los setenta. Inicialmente la comercialización se basaba en subastas en alhóndigas85. En estas décadas es cuando comienzan las primeras experiencias asociacionistas de la mano de las Sociedades agrarias de Transformación (SAT). Es en los años ochenta cuando comienzan las actividades relacionadas con la manipulación de las hortalizas y frutas con el objetivo de ajustar los productos a la demanda para mercados de exportación, se realizan los grandes esfuerzos innovadores que requiere una producción del género y se inicia a vertebrar la rama de la tecnología de cultivo. Una red de empresas auxiliares que realizan desde actividades de provisión de insumos a servicios externos, la tecnología de cultivo y una red de centros de investigación públicos y privados terminan de configurar el sistema productivo local de El Ejido. Las semillas en las que las empresas de tecnología de cultivo trabajan, son plantadas en los invernaderos, una vez alcanzado el punto de madurez, los productos salen de las plantaciones agrícolas y se integran en el sistema manipulador-comercializador que se pasa a representar en la figura 3.2. Las empresas manipuladoras adquieren las hortalizas y frutas o se adquieren por el mecanismo de subasta en alhóndigas o son compradas directamente a SATs, cooperativas o productores particulares. Sucede que cada vez más estas empresas se están extendiendo verticalmente y están

84 CARAVACA, I; GONZÁLEZ, G; MÉNDEZ, R y SILVA, R. (2002): “Innovación y Territorio. Un análisis comparado de sistemas productivos locales de Andalucía”. Consejería de Economía y Hacienda. Junta de Andalucía. 85 Local público para venta, compra y depósito de mercancías similar a la lonja.

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adquiriendo viveros para obtener su propia cosecha. Para su correcto funcionamiento, las explotaciones necesitan de los siguientes inputs : Arenas y arcillas para los enarenados. Plásticos para la construcción de invernaderos. Maquinaria y elementos de construcción como alambres, palos o sistemas de riego. Productos bioquímicos: fitosanitarios, fertilizantes, abonos, substratos, pesticidas para la conservación y protección de las plantas. Productos y técnicas biotecnológicas como la polinización natural de las plantas con insectos. Una vez adquiridas las materias primas, éstas entran el proceso de manipulación y comercialización, el cual se puede realizar en diversos centros o en uno multiplanta. Los productos pueden estar clasificados o no, en caso negativo, pasan a una parte del proceso que es la recepción y selección del producto para después entrar en la fase de manipulación, donde se clasifican según color, tamaño y peso para después ser empaquetados en envoltorios y cajas de plásticos, madera o cartón. En el caso de haber sido directamente clasificados, pasan directamente a la fase de manipulación. Después de esta etapa pasan a almacenarse en cámaras frigoríficas por días para después pasar a su comercialización a través de alhóndigas, SATs, cooperativas, comercializadores particulares y sociedades anónimas o limitadas que venden por este orden de preferencia a mayoristas, hipermercados y grandes superficies y minoristas. Figura 3.2. Circuito del proceso manipulación-comercialización

Fuente: elaboración propia a partir de Innovación y territorio.

El último paso consiste en distribuir los productos mediante la contratación de camiones (aunque algunas empresas disponen de flota propia) si el transporte es por carretera o aviones en caso de

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exportación. Se debe recalcar que todas las empresas sin excepción venden al extranjero y que en algunos casos la producción destinada a la exportación llega al 100% . El proceso innovador en el sistema productivo de El Ejido El eje fundamental en el que se basa y se caracteriza la actividad productiva en El Ejido es el continuo esfuerzo por incorporar innovaciones en todas las fases del proceso. En las explotaciones agrarias, donde se aplicaron las primeras innovaciones; el riego por goteo y el enarenado, se continuó con otras como los cerramientos de plástico para crear los invernaderos y la introducción de semillas híbridas. En la actualidad, se requieren continuas mejoras en su funcionamiento y eficiencia que empujan a un esfuerzo innovador casi permanente; producción completamente informatizada, introducción de mejoras en el diseño de los invernaderos, fertiriego, tratamientos fitosanitarios, aplicación de sustratos alternativos de tierra, programación del riego..... Del lado de la fase de manipulación-expedición, el hecho fundamental es la fuerte dependencia de los mercados exteriores, sus exigencias y preferencias. De este modo, continuos cambios de preferencias y gustos han forzado a diversificar la variedad de productos. Estos cambios obligan a veces a la incorporación o desarrollo de nueva maquinaria, con lo que la creación de gabinetes I+D, restructuración de tareas, introducción de nuevas formas de organización y departamentos cada vez más informatizados, incorporación a la producción de máquinas de control numérico, controles de calidad y mejoras en la cualificación de los trabajadores para adaptarlos a las exigencias y nivel tecnológico de la maquinaria a operar son de obligada exigencia. Como apreciamos en el conjunto del sistema productivo local, el tipo de esfuerzos innovadores son de tipo alto, sin embargo la introducción y puesta en marcha de innovaciones de categoría inferior son práctica habitual ya que la asistencia a ferias, la ampliación de la red de ventas y cambios en la organización del trabajo son asimismo recurrentes. Un complejo y denso entramado mesoeconómico. El sistema productivo de el Ejido se compone de una extensa y concurrida red de agentes, organismos e instituciones públicas y privadas con repercusión directa en el tejido industrial: asociaciones de empresarios, agricultores y productores, entidades financieras y organismos de los niveles local, regional y estatal. Existen dos asociaciones destacadas en el sistema: la Asociación de Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas de Almería (COEXPHAL) y la Asociación de Empresarios Comercializadores Hortofrutícolas – ECOHAL- Alhóndigas de Almería. La primera es la más importante, dispone de representación mayoritaria del sector agrario productor tanto en superficie como en producción (65% del total). La componen setenta empresas y representa el 70% de la exportación de frutas y hortalizas, da trabajo a 9450 trabajadores de forma directa y 35.000 indirectamente entre agricultores y socios a los que se les comercializa su producción86. Aparte de la comercialización realizan actividades ligadas a la mejora en los canales de las misma, la búsqueda de nuevos mercados o la implantación de controles biológicos. ECOHAL- Alhóndigas de Almería, esta compuesta por siete alhóndigas, cada una de ellas compuesta de productores individuales. Comercializa los productos de sus afiliados a través del método de subasta manteniendo el sistema tradicional de venta de frutas y hortalizas en origen en las alhóndigas. Desde su nacimiento, ha liderado la unificación de operadores que permite mayor

86 Información obtenida del sitio web de la entidad; www. Coexphal.es

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solidez y operatividad ante las presiones del mercado internacional. Ha incrementado sus red de socios gracias a la expansión hacia otras provincias andaluzas (Granada y Málaga) y españolas (Murcia). Entre sus proyectos más destacados esta la creación de una marca propia aunque a día de hoy no se ha materializado. Más allá de las asociaciones empresariales y de productores, encontramos una serie de instituciones y centros dedicados a la investigación y experimentación. El Centro de Investigación y Formación Hortícola de la Mojonera pertenece a la Consejería de Agricultura y Pesca y es gestionado por un ente perteneciente a esta; el Instituto de Investigación y Formación Agraria, Alimentaria y de la Producción Ecológica (IFAPA) que pretende dar respuesta a las demandas de los sectores agrario, pesquero, acuícola y alimentario andaluz. La mojonera se creo en los setenta para responder a la demanda de conocimientos tecnológicos adecuados al desarrollo de los cultivos bajo plástico. Tiene una triple vertiente: investigación, formación y transferencia tecnológica y entre sus objetivos se encuentran: El aumento de la competitividad y calidad de los productos agrarios. Fomentar el desarrollo de nuevas tecnologías y la modernización del sector de la horticultura intensiva almeriense. Desarrollar una labor divulgativa de los resultados obtenidos en el sector. La estación experimental la Palmerilla, dependiente de la Fundación Cajamar se dedica a la agricultura protegida y la fruticultura subtropical mediterránea además de estudios en el campo de la biotecnología. Las líneas de trabajo de la estación tratan de compatibilizar economía y medio ambiente, desarrollando programas de trabajo cuyos resultados ayuden a mejorar el sistema productivo de forma compatible con el entorno medioambiental87. Adicionalmente organiza cursos para la formación de investigadores y seminarios para la difusión y transferencia del conocimiento. El Centro Analítico Municipal, es un laboratorio independiente del sector agroalimentario. Fue creado en 1993 por el ayuntamiento de El Ejido y la Universidad de Almería y tiene carácter público. Sus investigaciones van dirigidas al control de calidad y seguridad de los productos que son exportados. Ostenta numerosos reconocimientos por su labor como la acreditación obtenida por la Entidad nacional de Acreditación (ENAC)88. Por otra parte, la Fundación para la Investigación Agraria en la Provincia de Almería (FIAPA) es una entidad de interés público constituida en 1988 a instancias de la Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía. Está sostenida por un Patronato constituido por entidades públicas (Diputación de Almería, Instituto de Fomento de Andalucía, Centro Superior de Investigaciones Científicas y los Ayuntamientos de El Ejido, Roquetas de Mar y Vícar) y privadas (Unicaja Almería, Cajamar, COEXPHAL, Junta Central de usuarios del Acuífero del Poniente Almeriense, Cartón Almería S.A., S&G Semillas, Universidad de Almería). Su finalidad es promover la innovación y el desarrollo tecnológico en el sector agro-alimentario mediante el patrocinio y la realización de proyectos de investigación, actuaciones de formación y actividades de difusión y transferencia. Sus investigaciones están principalmente centradas en el aumento de la productividad, diversificación y mejora de la calidad, control del impacto ambiental, gestión

87 www.fundacioncajamar.es 88 La Entidad Nacional de Acreditación es el organismo designado por la Administración para establecer y mantener

el sistema de acreditación a nivel nacional, de acuerdo a normas internacionales, siguiendo en todo momento las políticas y recomendaciones establecidas por la Unión Europea.

Su misión es evaluar la competencia técnica de los organismos de evaluación de la conformidad- Laboratorios, Entidades de Inspección, de Certificación, Verificadores- para generar así confianza en sus actividades a la Administración, al mercado y a la sociedad en general. De esta forma consigue que sus servicios estén reconocidos y aceptados nacional e Internacionalmente, contribuyendo así a una mayor protección de las personas y del medioambiente y al aumento de la competitividad de los productos y servicios españoles.//www.enac.es/

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racional de los recursos hídricos y comercialización del producto a través de nuevas fórmulas de venta y distribución. Cuenta con un Observatorio Estratégico cuyos objetivos son identificar tendencias, prever la situación futura y detectar posibles carencias en la horticultura almeriense. Está calificada como Centro de Innovación y Tecnología (CIT)89. Otra labor importante la aportan la Cámara de Comercio Industria y Navegación de Almería en colaboración con la Consejería de Agricultura y Pesca y con el apoyo del Instituto de Comercio Exterior (ICEX) en la organización de la Feria Expo-Agro de Aguadulce, la más importante feria internacional hortofrutícola. Supone la mayor herramienta promocional del sector y se persigue reproducir el cluster agrícola almeriense mediante la presencia del producto, el agricultor, la comercialización, la industria auxiliar, la innovación y la investigación. En 2009 tuvo lugar su XXV edición con un éxito rotundo pues participaron un total doscientos nueve expositores entre agentes públicos y privados y que refuerza el objetivo marcado para un futuro próximo; consolidarla como la feria agrícola líder en el Mediterráneo y convertirla en el evento del año y de referencia para el sector a nivel internacional. 90 Por último es especialmente destacable la activa participación del Ayuntamiento de El Ejido en el desarrollo y evolución del sector hortofrutícola local como se ha mencionado en los párrafos previos. Más allá de lo ya comentado, la corporación local ha mostrado especial sensibilidad por las actuaciones referentes al medio ambiente desarrollando el Plan de higiene para el medio rural, el cual ha obtenido instrumentación jurídica a través de la Ordenanza Reguladora de Residuos Sólidos en el Entorno Agrario aprobada en 2001 y que persigue fomentar la reducción, revitalización, reciclado y otras formas de valorización implementado un marco de actuación valido para la agricultura, ganadería, empresas auxiliares y complementarias y el Ayuntamiento con la intención de evitar los efectos perjudiciales sobre el medio ambiente, vecinos y otros agentes con sus acciones91.

4.3.4. ¿Un verdadero medio innovador? De entre los sistemas productivos locales andaluces estudiados en este trabajo, el de El Ejido y el Poniente almeriense es sin duda el más cercano a la conformación de un medio innovador. Esta afirmación se argumenta atendiendo a : 1- La existencia de una especialización en un tipo de actividad; la hortofrutícola -desde su cultivo y producción en invernaderos, pasando por la manipulación hasta su final comercialización- que ejerce de motor de la economía local. 2- La concurrencia de ramificaciones y relaciones con otro tipo de industrias (sector de la maquinaria industrial, plásticos, productos bioquímicos) y servicios auxiliares (empresas de control de calidad externas y de consulta en la aplicación de innovaciones). 3- La continúa conformación de densas redes en donde participan instituciones públicas y privadas y en las que la difusión del conocimiento y la investigación con fines tecnológicos funcionan como “tejedorores” de dichas redes estimulándolas y estrechando sus hilos. 4- Una orientación claramente exterior. Recordar que el sector hortofrutícola almeriense tiene una

89 Sitio web de la Red de Espacios Públicos de Andalucía (www.reta.es) 90 Sitio web de la Expo-Agro Agudulce (www.expoagroalmeria.com) 91 Ordenanza Reguladora de Residuos Sólidos en el Entorno Agrario. Ayuntamiento de El Ejido5/2/01

(http://www.elejido.es)

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vocación fundamentalmente exportadora y así lo demuestran sus volúmenes de venta a otros países. 5- El hecho clave en todo el proceso productivo local es el continuo esfuerzo innovador que demuestran todos los agentes implicados en la dinámica local que permite la constante incorporación de ideas, técnicas y métodos novedosos que permiten incrementos de la productividad. Como vemos, el sector productivo de El Ejido ha conformado una estructura basada en sólidos pilares: apuesta por la innovación como eje de crecimiento, decidido compromiso institucional con la consolidación del entorno creado, a lo que se suma un carácter empresarial receptivo abierto a la formación, innovación y apertura a nuevos mercados. Sin embargo de forma paralela al crecimiento económico se han desarrollado una serie de ineficiencias y complejidades que determinan su no catalogación como medio innovador (al menos por ahora) y que ponen en serio riesgo la estabilidad del sistema. Entre esos puntos negativos surgidos sobresalen dos de manera clara: la inmigración descontrolada y el daño ambiental. Con la explosión de la actividad agrícola intensiva, se produjo, sobre todo durante el final de la década de los noventa, un efecto llamada que atrajo fuertemente flujos migratorios por la gran cantidad de oferta de empleo existente en la población. El desdén mostrado por las autoridades unido a malas prácticas de los empresarios que explotaban a los trabajadores extranjeros casi en calidad de esclavos que hacía pensar a los lugareños que estaban viviendo una suerte de “dumping social” que les colocaba en una situación no competitiva respecto a los inmigrantes forzó la situación a un punto insostenible en Febrero de 2000 cuando debido a una nefasta o más bien nula política de integración hacia los temporeros inmigrantes se sucedieron revueltas, motines y actos violentos contra la población extranjera que dieron la vuelta al mundo y es causa aún de bochorno no solo en el municipio sino en toda Andalucía. Por otra parte, el grado de degradación ambiental debido al tipo de producción que se da en la zona ha sido intenso y veloz gracias a que políticas y acciones de minimización del impacto ambiental han brillado por su ausencia durante décadas de explotación. El problema de los residuos sólidos (plásticos y desechos vegetales) ha sido una de las grandes asignaturas pendientes que se han tratado de paliar con la creación de empresas mayoritariamente públicas para su tratamiento como; EGMASA (Empresa de Gestión ambiental, S.A.) o Técnicas Medioambientales Agrícolas. A este de los residuos se le suma quizás el más profundo y visible de los daños ambientales; el desorden territorial provocado por la manipulación de tierras y destrucción del paisaje por su casi total transformación en invernaderos. Finalmente no se debe recordar que la causa del inicio de la actividad agrícola estuvo relacionada con la utilización de acuíferos. La progresión geométrica seguida por la incorporación de nuevas tierras de cultivo ha hecho crecer a la misma velocidad la necesidad de recursos hídricos así como su contaminación en una tierra como la almeriense con un serio problema de abastecimiento de agua creando un serio debate moral y ético sobre la conveniencia de este tipo de actividad en un área con semejantes limitaciones.

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CONCLUSIÓN: ¿HAY OPORTUNIDADES PARA EL DESARROLLO E NDÓGENO? La positiva evolución que ha seguido Andalucía en los últimos 20 años ha permitido importantes cambios sociales y económicos que han llevado a notables mejoras en materia de bienestar social y modernización. Sin embargo, y a pesar de los progresos realizados, a nadie se le escapan los profundos y agudos problemas que acucian todavía a la realidad andaluza y que la hacen mantenerse en el furgón de cola no solo en el contexto estatal sino también en el europeo. Primero se intentó contrarrestarlos- en las etapas iniciales de la autonomía y en virtud de la capacidad de autogobierno- mediante una planificación y programación económica de carácter endógena. Más tarde, el cambio protagonizado por la Junta de Andalucía en materia de planificación - a partir del tercer documento de programación económica PADE II-dejando a un lado las políticas orientadas al interior para introducir criterios basados en la competencia, competitividad y una marcada orientación exterior, transformaron la dinámica seguida hasta ese momento. Esa modificación en la dirección de la política económica andaluza respondió a la necesidad de adaptación a las lógicas asociadas a los procesos de globalización e internacionalización de la economía mundial que se intensificaron de forma extraordinaria durante los años noventa y que suponen el reparto de las tareas productivas a escala mundial, la asignación de actividades específicas a cada territorio en función de sus dotaciones de recursos, nivel tecnológico o sus tradiciones productivas (con la consecuente hiperespecialización de sus aparatos productivos) y la exportación final del producto para su introducción en los mercados internacionales en un sistema económico mundial crecientemente integrado. El proceso de globalización tiene el defecto de beneficiar dentro de su particular organización a determinados territorios que acumulan recursos, sedes decisionales y fiscales de organismos, empresas estratégicas vinculadas a los ámbitos básicos de la sociedad y servicios generadores de alto valor añadido (Zallo, 2002:28692). Estos espacios denominados “centrales” presentan unas ventajas (de aglomeración, de infraestructuras, de competitividad, de articulación económica) que hacen muy difícil romper la dinámica existente que las mantiene en tan privilegiada posición. De otro lado existen territorios como Andalucía, ajenos a la acumulación de tales ventajas, que se mantienen en una posición secundaria, con economías dependientes de las del centro, forzadas a colocar capitales a modo de refugio en sectores de bajo valor añadido y que en el caso andaluz han ido a recalar en el trinomio agricultura-turismo-construcción. Curiosamente, sucede que esta pauta seguida a nivel mundial se reproduce a escala regional, encontrándonos con que las ciudades y grandes aglomeraciones urbanas aparecen como “el centro de cada territorio” adquiriendo una posición cada vez más importante en detrimento de los tradicionales centros de acumulación de capitales y creación de excedentes: las áreas agrícolas. Ante este panorama ¿Que capacidad de acción tiene la intervención pública ante la lógica del mercado y el capital para salir de la dinámica periférica? ¿Cual sería el papel de los sistemas productivos locales en tal desarrollo? Y por último ¿Existen oportunidades para el desarrollo endógeno? Como parte del engranaje mundial, desde luego, una economía parece estar a merced de las fuerzas globalizadoras y del capital, y de hecho lo está. Es difícil “escapar” de la dinámica periférica cuando el control de los medios de producción no está bajo tutela pública sino que está 92 MORENO GÁLVEZ, F. J (2007): “Andalucía: Segunda Modernización. Un modelo de Sociedad del Conocimiento en el Sur de Europa. Mesa de Trabajo de Políticas de Comunicación y Cultura. Universidad Autónoma de México.

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sometido a los designios del capital, que se aloja “a su voluntad” en aquellos territorios-sectores donde encuentra unas condiciones de rentabilidad económica más favorables (áreas centrales a escala global, ciudades y litoral en el caso andaluz). Ante semejante escenario parece imposible que mediante la intervención pública se pueda romper la dinámica y solo la ruptura del modelo económico mundial actual aparecería como posible solución, escenario difícil cuando los que más se benefician del sistema son los mismos que lo controlan. No obstante, la opción de dejar la economía en manos de las fuerzas de la competencia y de la liberalización comercial hasta que el sistema simplemente falle y mute no parece la mejor de las opciones. En cambio, Andalucía necesita de políticas activas para el desarrollo de sus capacidades endógenas (culturales, cognitivas, comunicacionales) y su conexión con un sistema Ciencia- Tecnología-Empresa ligado a un proceso de cambio tecnológico no tan volcado a la existencia de recursos sino a la adaptación de éstos a las necesidades de la región93. Es aquí donde entrarían los sistemas productivos locales como protagonistas de los procesos de creación de bienestar y desarrollo regional mediante la valorización y dinamización de los recursos autóctonos y la asunción de los procesos de innovación y su difusión como motores de la iniciativa empresarial. El desarrollo de esos sistemas locales en los que las relaciones producción-consumo se producen en términos locales ayudaría a combatir la tendencia a la desarticulación del territorio andaluz y de sus actividades productivas así como a la despoblación de las áreas rurales. La agricultura debería volver a adquirir su relevancia como suministradora de alimentos a los principales centros urbanos en consonancia con el principio de soberanía alimentaria94 para lo que sería absolutamente imprescindible la ejecución de una reforma agraria consistente en la erradicación de la actual estructura de la propiedad de la tierra en beneficio de la población rural que vive de las actividades primarias. Pero hay detalles que en la conformación y consolidación de dichos sistemas productivos tienen que ser resueltos. El primero sería un cambio de actitud en el gobierno andaluz hacia una más decidida apuesta por este tipo de entornos productivos para convertirlos en distritos industriales y medios innovadores. Las actuaciones en este sentido deben ir más allá del simple soporte financiero a PYMES y focalizarse en la integración entre el tejido empresarial, las organizaciones e instituciones locales y la sociedad en su conjunto95. El segundo cambio debe darse en la actual orientación externa que presentan muchos de los sistemas locales andaluces-fundamentalmente dedicados a la exportación- debido a la creciente competencia de países en vías de desarrollo en el mercado interior y la necesidad de operar en mercados cada vez más abiertos. Si bien esta estrategia exportadora presenta una serie de ventajas como la inducción a la introducción de innovaciones, la apuesta por estándares de calidad o el aumento de inversiones y ventas, también motiva la consolidación de una incesante dependencia exterior representada por la imposición de materias primas y componentes a utilizar en el proceso productivo o la sumisión a las estrategias cambiantes de las grandes distribuidoras. Por último, se deben superar ciertas dificultades en la introducción de innovaciones y la

93 MORENO GÁLVEZ, F. J (2007): “Andalucía: Segunda Modernización. Un modelo de Sociedad del Conocimiento en el Sur de Europa. Mesa de Trabajo de Políticas de Comunicación y Cultura. Universidad Autónoma de México. 94 Se entiende como la facultad de cada Estado para definir sus propias políticas agrarias y alimentarias de acuerdo a

objetivos de desarrollo sostenible y seguridad alimentaria.. Ello implica la protección del mercado doméstico contra los productos excedentarios que se venden más baratos en el mercado internacional, y contra la práctica del dumping (venta por debajo de los costos de producción). Incide también en la importancia del modo de producción de los alimentos y su origen. Y resalta la relación que tiene la importación de alimentos baratos en el debilitamiento de producción y población agraria locales. Fuente: Wikipedia.

95 CARAVACA, I; GONZÁLEZ, G; MÉNDEZ, R y SILVA, R. (2002): “Innovación y Territorio. Un análisis comparado de sistemas productivos locales de Andalucía”. Consejería de Economía y Hacienda. Junta de Andalucía.

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construcción de redes en tres vertientes: demanda, oferta y del entorno territorial. Se debería : I)comenzar a crear factores competitivos diferentes a los tradicionales andaluces basados en condiciones de trabajo precarias para el aumento de la competitividad vía costes; II) mejorar la formación de los recursos humanos y los canales de acceso a la financiación de este tipo de actividades; III) fomentar el desarrollo de redes sociales y de cooperación empresarial que favorezcan la aparición de efectos spill-over en los sistemas y la implicación de las instituciones públicas para garantizar el abastecimiento de servicios e infraestructuras básicas a las empresas. Como conclusión se puede afirmar que un desarrollo de tipo endógeno en Andalucía es posible. Las iniciativas autóctonas de revalorización de las capacidades regionales-locales son útiles incluso en un contexto económico mundial que transcurre de espaldas a tales conceptos. Para ello es necesario un giro de timón en la visión de las políticas regionales aplicadas hasta la fecha. Este cambio pasaría por desvincular la fuerte conexión entre las actividades y la existencia de recursos naturales, orientar la producción hacia el mercado interior (en contraste con la estrategia de exportación actual), adaptar las circunstancias que se dan en otros lugares introduciendo los eslabones de la cadena productiva que no se realizan aquí y que son los que más valor añadido generan -los procesos de transformación- con el objetivo de romper con la hiperespecialización y tender hacia una economía articulada e integrada.

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