tiempo y psicoanalisis

Upload: octavio-patino-garcia

Post on 15-Oct-2015

3 views

Category:

Documents


1 download

TRANSCRIPT

  • ExtensinDigitalNmero1Ao2009|ISSN18529237

    PonenciaefectuadaenlasJornadasUniversitariasdeOtoo"Porqueelpsicoanlisis?,An"delaFacultaddePsicologaU.N.R.Mayo2007.

    Tiempo y PsicoanlisisEstela Stilman de Gurman

    Quizs por lo que guarda de reminiscencia escolar la presentacin de un trabajo originado en una invitacin, confieso que mi primera impresin fue de desconcierto.

    Si, no habra concertacin entre las partes del ttulo. Pero, se trataba de tener que dar cuenta o razn de algo en relacin al porque?. Y en ese caso dar razn de que?

    Por otra parte, coexistencia de una interrogacin que en un cierto sentido no concilia con la afirmacin del an. Aun que un tanto enigmticamente Lacan rene con el "no querer saber nada de ello". No querer saber que quedar ligado a la posicin analizante, pero que tambin podra hacerse extensivo a los numerosos anuncios de la muerte del psicoanlisis, uno de los cuales aparece enunciado en la propuesta para estas Jornadas.

    Por qu el psicoanlisis? por que mantener viva la pregunta? Acaso no es esa una razn del psicoanlisis?

    La marca de lo temporal se hace presente en el an. Tiempo y psicoanlisis es el titulo que eleg para mi trabajo, quizs podra haber sido el psicoanlisis en el tiempo, no estoy muy segura de ello. Si, tiempo para que se siga sosteniendo abierta una pregunta, que no coagule el psicoanlisis como un todo saber o un saber todo. En todo caso, aperturas a saberes a advenir que tambin caern. Cada de saber/es bajo la represin y el olvido que darn lugar para que algo de una verdad retorne. Nuevas preguntas y as seguir la cosa. Seguir as?. Tal vez sta es una buena cuestin para debatir.

    El psicoanlisis hoy, sigue los caminos abiertos por sus fundadores?

    Quiero citar aqu un fragmento de un trabajo publicado por Lus Gusman en Conjetural N 45:

    "Entonces se situ el hombre en el campo en el que se situ, la pregunta freudiana interpela la posicin hipcrita que, amparada en la censura, impide toda critica y discusin respecto de la verdad que nos concierne, apelando a una poltica del silencio que implica la posibilidad firme de considerar a la hipocresa como un sntoma que no tiene poca".

    Quizs podramos enlazar esta cuestin y el an ligado al "no quiero saber nada de eso", con esta suerte de funcin develadora que hace del psicoanlisis un instrumento necesario en cuanto a lo que el autor citado denomina hipocresa y sntoma que no tiene poca. Cuando me refiero a esta funcin develadora, estoy lejos de suponerle al psicoanlisis una posicin que lo ubique por encima de cualquier otra disciplina o saber de los que conforman nuestra cultura, ni tampoco le atribuy el lugar de una cosmovisin, simplemente recuerdo su capacidad de interpelar. Interpelacin que debera abrirse al menos en dos direcciones, una: hacia el propio psicoanlisis en su prctica terico clnica; y otra en direccin a su modo de insertarse en el contexto histrico cultural en que se encuentra.

    Ahora bien, si de lo que se trata es de sostener una pregunta, y esta se reconoce como freudiana, nos encontramos una vez ms en el terreno o en el ncleo mismo de la sexualidad, sexualidad infantil en tanto no hay otra.

    A pesar de tantos saberes y respuestas que produce la cultura, respuestas que van desde los psicofrmacos a los vigorizantes, a las tcnicas que predica la sexologa, a las terapias de diversa ndole, mtodos educativos, etc., el psicoanlisis, a no ser que devenga hipcrita, sigue sosteniendo los interrogantes. Sabemos (es un decir) del riesgo de olvidar las verdades que se dicen en las teoras sexuales infantiles para suplantarlas con verdades cientficas.

    El psicoanlisis no deja de preguntarse por el sexo y su inevitable conjuncin con la muerte (lase castracin), dicho de otro modo por aquello que no deja de ser fuente de malestar. Malestar para, el que no

    ExtensinDigitalRevistadelaSecretaradeExtensinUniversitaria|FacultaddePsicologa(U.N.R.) 1

  • ExtensinDigitalNmero1Ao2009|ISSN18529237

    existe tiempo cronolgico, ya que en el orden del deseo de lo que se trata de su indestructibilidad, de lo imperecedero de lo mismo.

    Esta suerte de pequeo recorrido viene a cuenta de algunos deslizamientos que suelen aparecer no slo como cuestionamientos a la insercin del psicoanlisis respecto a otras prcticas en el contexto de la actualidad, sino, a cierto efecto de infeccin que se produce dentro del psicoanlisis mismo.

    Quisiera tomar a modo de ilustracin en relacin a lo anteriormente seleccionado, la remisin a las ideas de "subjetividad de nuestro tiempo", a la insistencia en la "actualidad" o las referencias frecuentes a "nuevas patologas o nuevas subjetividades".

    Partiendo de esta ltima idea, intentar llevar los cuestionamientos un poco ms all. Podra decirse que en esa suerte de apologa de lo nuevo, se encierra una paradoja ya que remite a una concepcin descriptiva y fenomnica que precede temporalmente al pensamiento psicoanaltico y que remite al modo de operatoria mdico-psiquitrica con las nosologas a cuestas, que no incluyen otra innovacin, salvo la de algn frmaco de nueva generacin o intentos de transformar lo que en algn tiempo se concibi como producto de alguna herencia, una cuestin gentica. Determinismos cerrados, que bajo la mscara de cientificidad operan a contrapelo de lo que propone el psicoanlisis.

    Pero vuelvo a reiterar que en torno a esto, los psicoanalistas no estamos exentos de alguna complicidad, sobre todo all donde nos vemos convocados a estar a la altura de nuestro tiempo, o subyugados por la invitacin de Lacan, (malinterpretada algunas veces), a unir a nuestra prctica el horizonte de la subjetividad de la poca.

    Digo, punto este, que se torna altamente conflictivo si intentamos algo ms que repetirlo o repetir algunas de formulas de los discursos, sin contextuar de lo que se est hablando.

    Pero voy a poner por el momento esta cuestin entre parntesis, para ubicar primero algo del orden de lo que llamo eje temporal.

    Primero de todo, intentar definir que entiendo o desde donde pienso la cuestin de lo actual, ya que no se trata a m entender de fusionarlo con la idea de presente ni con la de contemporaneidad. Dicho de otro modo si hablamos desde el psicoanlisis lo actual tiene su especificidad. Tambin es cierto, que en cualquier diccionario de la lengua castellana, actual y presente aparecen como sinnimos, pero tambin podemos decir que no necesariamente lo son. Lo actual puede no inscribirse como presente aparecen sinnimos, pero tambin podemos decir que no necesariamente lo son. Lo actual puede no inscribirse como presente, as como pasado es aquello a restituirse a partir de un trabajo propio del anlisis y no se de suyo, lo actual para el psicoanlisis, podr o no advenir presente, si algo de ello se puede procesar para que advenga como tal.

    Recordemos que al menos para Freud lo actual no tiene inscripcin, es lo no horizontalizable. Dicho de otro modo no forma serie, no puede ser sustituido por otro elemento en un encadenamiento simblico, insiste en un mismo lugar. Se tratar entonces de pensar que alguna operatoria analtica puede incluir "eso" en una lgica temporal que lo integre en el eje del pasado-presente-futuro, es decir que lo destituya de su atemporalidad.

    Si la concepcin del tiempo en psicoanlisis es solidaria de la retroaccin, Cmo pensar eso que se dice actual?. Necesariamente habr que incluir alguna mediacin para que lo inmediato no clausure lo que precisamente hace a al singularidad del psicoanlisis.

    En nuestra clnica no dejan de darse presentaciones que guardan las caractersticas anteriormente sealadas, pero creo que otorgarles el status de lo nuevo, homologando nuevo con actual y ste con presente o contemporneo, nos lleva a un camino errneo, tanto como repetir en eco lo que la difusin meditica ha tomado como leimotiv.

    Si bien categoras como lo actual en Freud pueden ser repensadas, desecharlas como algo del pasado para sustituirla por trminos ms nuevos, no creo que aporten demasiado. Una propuesta posible es intentar leer eso "actual" desde los tiempos lgicos, y poner en juego por ejemplo que una detencin sin vacilacin sostiene esas presentaciones que parecen estar por fuera de cualquier historicidad, salvo la que se ofrece como pura actualidad (un sin tiempo, pura continuidad, etc.)

    La otra cuestin, no ajena a lo anteriormente planteado, tiene que ver con la pregunta acerca de que queremos decir cuando hablamos de subjetividad de la poca. Lo formulo como pregunta y dudo que

    ExtensinDigitalRevistadelaSecretaradeExtensinUniversitaria|FacultaddePsicologa(U.N.R.) 2

  • ExtensinDigitalNmero1Ao2009|ISSN18529237

    puede siquiera aproximarme a una respuesta, pero si creo que no es un tema abordable son incluir la cuestin del malestar en la cultura.

    Malestar en la cultura intrnseco a la concepcin misma del humano como parltre y a lo indisociable de esa conjuncin. No obstante, no siempre decimos lo mismo cuando hablamos de dicho malestar, suele producirse un deslizamiento al suponerle a la cultura ser fuente de dicho malestar o causa de la misma, sin tener presente que lo que es lo no procesado por la cultura, lo no subsumible a la misma lo que lo causa. Y que esto no subsumible opera desde instancias superyoicas herederas de lo pulsional mortfero que no logran ser atemperadas. Hay aqu, una distancia significativa con la idea de superyo normativizante. Pensar en estas diferencias no es sin consecuencias.

    Ahora bien, retornando a la pregunta de a que llamamos subjetividad de la poca, podemos plantear dos cuestiones: una de ellas es si nos referimos a las formas o expresiones que la cultura despliega en relacin a su concepcin de sujeto, y otra, es si nos referimos a los diversos modos en que los sujetos pueden procesar el malestar.

    Respecto a las formas en que la cultura y sus saberes coinciden con la idea de sujeto, tendramos que referirnos a distintas cosmovisiones que van desde el pensamiento filosfico de una determinada poca, al pensamiento cientfico, a las religiones, a las concepciones polticas, etc.

    Entonces qu queremos decir los psicoanalistas cuando decimos subjetividad de al poca?

    Nunca he dejado de asombrarme con el hecho de que ms all de acontecimientos que implican rupturas de continuidades, el menos, en la poca en la que uno es partcipe activo no deja de guardar o contener simultneamente diversas pocas o tiempos. Me resulta atractiva la metfora freudiana de las capas de lava, donde no dejan de coexistir diferentes tiempos. Me resulta atractiva la metfora freudiana de las capas de lava, donde no dejan de coexistir tiempos, es una metfora que rompe con otras que tambin estn en Freud, de corte ms evolucionista. Dicha metfora es vlida siempre y cuando no se le suponga ningn tipo de jerarquizacin. La idea de coexistencia o simultaneidad excluye a mi entender o limita el intento de recortar lo nuevo como un absoluto, sobre todo nos permite cuidarnos de establecer rpidas generalizaciones al estilo de: "en esta poca los jvenes", o ahora que la palabra est devaluada, etc. Como observables pueden algunas de estas afirmaciones ser vlidas, pero con eso, podemos decir algo a cerca de una supuesta subjetividad de la poca?

    Si como analistas nos ocupamos de aquello singular que se juega en la clnica bajo transferencia (lo que no hace obstculo para poder llevar nuestro pensamiento y nuestra teora, un poco ms all) podemos entrar en universales que denieguen dichas singularidades y diferencias y que hacen a eso que denomino dimensin temporal?

    En "Un nuevo sofisma" Lacan establece claramente la diferencia entre colectividad y generalidad. A la primera la define como grupo formado por las relaciones recprocas de un nmero definido de individuos, y a la segunda reserva la concepcin de una clase que comprende de manera abstracta a un nmero indefinido de individuos. Es decir, ubica all a la masa freudiana.

    Podramos pensar entonces un psicoanlisis que trabaje sobre la idea de lo colectivo como categora lgica, pero que deja de ser tal cuando se ubica en lo que se denomina generalidad y/o universalizacin. Es sobre esta lnea que la idea de subjetividad de la poca corre el riesgo de deslizarse.

    Si nos tomamos el trabajo de re leer "La moral sexual cultural y la nerviosidad moderna" (Freud 1908), y recortamos algunos prrafos atribuido a un autor de la poca. W. erb, quien trata de ubicar lo que llama 2algunos hechos generales, logros de los tiempos modernos" para explicar las causas de la nerviosidad de la poca, no dejaramos de asombrarnos por las similitudes que muchas de sus descripciones guardan con ms de un texto referido a la llamada hoy posmodernidad. Si reemplazamos algunos detalles como los que hacen a los hallazgos tcnicos de ese tiempo como fuente de alteraciones en las relaciones entre las personas, y los sustituimos por otros como los que nos acompaan hoy (por ejemplo reemplazar telfono por Internet), si no nos quedamos en lo meramente descriptivo, las referencias a las causas de las perturbaciones nerviosas, se inscriben dentro de lo que podra designarse como: alteraciones de los lazos sociales, masificacin, alienacin. Yendo un poco ms all podramos leer all, que de lo que se trata es de instancias vinculadas al desvanecimiento o borramiento del lugar de sujeto.

    ExtensinDigitalRevistadelaSecretaradeExtensinUniversitaria|FacultaddePsicologa(U.N.R.) 3

  • ExtensinDigitalNmero1Ao2009|ISSN18529237

    Pero an haciendo estas consideraciones, cmo no titubear ante la posibilidad de caer de una u otra manera en un planteo de orden general. An all podemos soslayar a pesar de las buenas intenciones, lo que de singular ha de capturar nuestro foco y que hace a la especificidad de al funcin del anlisis.

    Quisiera aclarar que no me estoy refiriendo, ni mucho menos, a al formula equivocada de homologar lo singular con lo individual, o psicoanlisis con psicoanlisis individual como si esta ltima formulacin tuviera algn sentido.

    Dicho esto, sigo pensando que no se trata de dejar escapar el lugar que el psicoanlisis puede ocupar (o debera) en relacin a los problemas de la cultura y de las expresiones sintomticas que surgen en ella.

    Quizs la idea es precisamente rescatar el valor de sntoma que puede orientar nuestro aporte y especialmente de los sntomas que se producen a nivel de los lazos sociales, de los cuales no estamos exentos los psicoanalistas y las formaciones o agrupaciones que constituimos. Valor de sntoma que implica alguna verdad que se sostiene all.

    Estamos acostumbrados a plantear cuestiones como la forclusin del sujeto de las Ciencias, esta referencia lacaniana es ya un clsico, pero puede pensarse que dicho efecto, u otras instancias donde algo del sujeto queda excluido se produce tambin en relacin a otros saberes, y que el ampo mismo del psicoanlisis no est exento de tal riesgo? Algunas formas de su institucionalizacin bordean el borramiento de las singularidades ya sea bajo la forma de una transmisin tipo religin o la instauracin de un nombre propio a modo de lugar de un Ideal que convoca a la sumisin al maestro o a los ideales que el mismo porta.

    En este sentido recuperara la cita hecha al comienzo acerca de la hipocresa como sntoma, en tanto bajo una apariencia que es, la de lo que se da a ver, queda oculta la verdad que cae bajo efectos de censura y que es de lo que no se habla. Ocultamiento consciente algunas veces en aras de "las buenas relaciones", o intereses institucionales, negacin o desmentidas otras, en fin lo que pasa en cualquier parte pero sin apoyatura en argumentaciones psicoanalticas.

    Si seguimos sosteniendo la funcin subversiva del psicoanlisis, esta funcin no debera entrar en contradiccin con la existencia de un mayor reconocimiento del mismo en el mbito de la cultura. Es cierto tambin que esa misma aceptacin puede estar al servicio de su banalizacin o por que no de su desmentida.

    Si retomamos al Freud de 1910 en "Las perspectivas futuras de la terapia psicoanaltica" podramos coincidir an hoy con aquello que dice acerca de que "la sociedad no puede responder con solicitud simptica al intransigente desnudamiento de sus prejuicios e insuficiencias, puesto que destruimos ilusiones" y a pesar de cierto optimismo que no deja de manifestar ms adelante en el mismo texto, cuando confa en que las ms grandes verdades terminarn por ser escuchadas, digo que a pesar de dicha expresin de deseo, las resistencias al psicoanlisis subsisten y avalan precisamente ese lugar subversivo que se le adjudica. No es por lo tanto una cuestin contingente, como tampoco lo es que tales resistencias operen desde y en el campo mismo del psicoanlisis. Como tales pueden leerse entre otros, modelos de transmisin bajo lemas universalizantes o modos de extensin que sostienen en realidad polticas hegemnicas.

    Dije al comienzo de esta presentacin que los avances de una disciplina y los tiempos en que se constituyen, pueden darse a travs de discontinuidades y rupturas pero eso no excluye cierta necesaria filiacin que hace al reconocimiento de aquello que oper como causa y que se halla en sus fundamentos.

    Borrar o suprimir de la historia del psicoanlisis los diversos aportes, an aquellos que pudieran implicar desvos y errancias, es precisamente rechazar esa filiacin. Pensar la historia como movimientos en el tiempo, que pueden ser ledos retroactivamente como momentos de resistencia o de impasse, es intentar pensar psicoanalticamente al psicoanlisis. Quizs es a partir de esos lugares de impasse y/o de obstculo desde donde podr generarse alguna otra vuelta de tuerca que haga a su avance.

    ExtensinDigitalRevistadelaSecretaradeExtensinUniversitaria|FacultaddePsicologa(U.N.R.) 4

  • ExtensinDigitalNmero1Ao2009|ISSN18529237

    EstaobraestbajounalicenciaReconocimientoNoComercialCompartirIgualdeCreativeCommons.Paraverunacopiadeestalicencia,visitehttp://creativecommons.org/licenses/byncsa/2.1/es/oenvieunacartaaCreativeCommons,559NathanAbbottWay,Stanford,California94305,USA.

    'Extensin Digital' - Revista de la Secretara de Extensin Universitaria | Facultad de Psicologa.Director: Prof. Jaime Lpez - Coordinador Editorial: Prof. Jorge Rodrguez Solano.

    ISSN 1851-9237extensiondigital.fpsico.unr.edu.ar

    [email protected] 280. Rosario CP. 2000 - Sanfa Fe

    Universidad Nacional de Rosario Argentina

    ExtensinDigitalRevistadelaSecretaradeExtensinUniversitaria|FacultaddePsicologa(U.N.R.) 5

  • ExtensinDigitalNmero1Ao2009|ISSN18529237

    ExtensinDigitalRevistadelaSecretaradeExtensinUniversitaria|FacultaddePsicologa(U.N.R.) 6