trabajo de formacion_finaaaaaaaaaaaaaal[1]

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Alumnas: Belén Candia Camila Geerdts Susana Palma Daniela Saavedra Sabrina Vergara Fecha: 19-05-2010

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Page 1: Trabajo de formacion_finaaaaaaaaaaaaaal[1]

Alumnas: Belén Candia

Camila Geerdts

Susana Palma

Daniela Saavedra

Sabrina Vergara

Fecha: 19-05-2010

Page 2: Trabajo de formacion_finaaaaaaaaaaaaaal[1]

Introducción

En el siguiente informe nos introduciremos en un tema, el cual muchas veces

es motivo de conflictos o unión familiar. Nos referimos a la relación entre

hermanos.

Es tan complejo poder referirnos a este tema, ya que hoy en día la sociedad

esta compuesta por diversos núcleos familiares, en donde podemos encontrar

las relaciones tan comunes como: el hermano mayor, el hermano del medio, el

hermano menor o tan compleja relación entre hermanos adoptados.

Estas relaciones entre hermanos son tan íntimas, duraderas y constantes, ya

que se prolongan más allá que la mayoría de las amistades y en el peor de los

casos en la muerte de algunos de los padres. Según los psicólogos estas

relaciones frecuentemente se encuentran entre las más profundas y

gratificantes de la vida, aunque pasen por momentos difíciles.

Ahondaremos en los siguientes conflictos que surgen entre hermanos,

haciendo referencia a algunos de los casos, tales como: rivalidad entre

hermanos, celos, diferencia de edad, relación entre gemelos, adoptivos,

hermanastros, entre otros. A partir de éstas, surgen ciertas dudas con respecto

al actuar de los padres en las diversas situaciones que se den en la vida

cotidiana entre sus hijos. Por ejemplo: ¿Cómo actuar frente a los celos?,

¿Cómo puedo crear un vínculo de confianza entre mis hijos?, ¿Cómo evitar la

rivalidad entre ellos?

Para finalizar no podemos dejar de lado que sí existe una buena relación, esta

se da generalmente cuando ya los hermanos son más grandes y tienen un rol

mas consolidado en la familia. Ya que cuando tienen cierto grado de madurez,

consideran que los hermanos son un regalo especial, en los cuales debe existir

una relación de confianza, cariño y amor.

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La relación entre hermanos

La relación entre hermanos es una de las más fuertes que se teje en el

desarrollo y crecimiento de los seres humanos.

Hablar de las relaciones entre hermanos es tan complejo como pensar en por

qué cuando pequeños logramos sentir verdadero rencor contra nuestro

hermano o hermana cuando nos delató ante nuestros padres por una maldad;

o por qué sentimos tanta confianza y complicidad con alguno de ellos.

Según los expertos esta "es una de las relaciones íntimas más duraderas y

constantes formadas por seres humanos, pues duran más que la mayoría de

las amistades y van más allá de la muerte de los padres y de la formación de

parejas, ampliando durante la edad adulta una historia compartida,

profundamente arraigada en la niñez".

Las relaciones entre hermanos, en palabras de los psicólogos, "frecuentemente

se encuentran entre las más profundas y gratificantes de la vida, aunque pasen

por momentos difíciles". Las peleas de pequeños con los hermanos, tan

frecuentes y comunes, si no son asimiladas como tal, suelen desembocar en

grandes heridas que perduran por el resto de la vida.

Es así como vemos familias fragmentadas en la que los hermanos o hermanas

no pueden estar en una misma reunión familiar y en casos extremos, no

soportan escuchar hablar el uno del otro.

Esta rivalidad se expresa por varios factores, entre ellos la incompatibilidad de

caracteres, los problemas familiares donde cada uno asume una posición y los

celos por la preferencia de los padres con uno de sus hijos, etc.

Por otro lado, cuando la vinculación entre los hermanos se construye sobre

cimientos fuertes desde el embarazo y durante los primeros años de vida, el

amor se vuelve incondicional e indestructible.

Este amor entre hermanos es seguro de sí mismo, es decir, que no siente

culpa al controvertir, contradecir o criticar porque está convencido de que esto

hace parte de la dimensión humana del afecto.

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Tampoco le asusta el distanciamiento físico o los descuidos transitorios porque

entiende que el amor, como dice el poeta, es un acto de voluntad, de entrega y

de abandono.

En definitiva, un amor fraternal es aquel que se vivencia y se conduce como el

más humano de los afectos.

Conflictos que surgen entre hermanos

Cuando en una casa hay más de un niño, es normal que surjan algunos

problemas. Suele suceder que los hermanos tomen cosas prestadas, y no

siempre las devuelven en las mejores condiciones. Por un lado, los hermanos

pequeños a veces tienen la impresión de que sus hermanos mayores pueden

hacer todo lo que quieren y por otro lado, los hermanos mayores tienen la

sensación de que el bebé de la casa es el centro de atención de la vida

familiar. Éstos son problemas típicos que afectan a hermanos de todas las

edades y lugares del mundo.

Cuando los hermanos no se llevan bien; se denomina rivalidad entre hermanos

lo cual significa que existe una competencia entre ellos. La competencia es

algo normal, pero un exceso de competencia puede hacer difícil la vida familiar.

¿Qué es la rivalidad entre hermanos?

Un poco de competencia no es malo. A veces puede contribuir a que te

esfuerces más -como cuando tu y tu hermano pasan por ejemplo un rato

jugando basquetbol para ver quien hace más canastas. Si él tiene buena

puntería, tal vez tú también quieras mejorar. Pero algunas formas de rivalidad

entre hermanos fomentan las discusiones, como cuando crees que tu hermano

está reteniendo la pelota. Las personas que se quieren es normal que discutan

de vez en cuando, pero demasiadas peleas son desagradables para todo el

mundo.

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Es decir, es normal que rivalicen, discutan y se peleen. Se están preparando

para la vida adulta, por eso es importante también la labor educativa de los

padres, que debe establecer unos límites aceptables a esas discrepancias.

La mejor actitud que deben tener los padres frente a las peleas entre sus hijos:

Para prevenir las peleas es mejor mantener ocupados a los niños y también

desviar su atención cuando sea previsible que pueda iniciarse una riña.

Los niños deben conocer las reglas de interacción entre los hermanos, para lo

que pueden escribirse en un cartel: pedir permiso para coger las cosas del otro

hermano, o no insultar o pegar, etc.

Establecer con claridad también las tareas de las que se responsabiliza cada

uno, e ir rotando cada semana para que todos aporten su colaboración en la

misma medida, evitará discusiones por quién hace más o menos en casa.

No entrar en disputas cuando un niño se queja de los privilegios del hermano.

Los niños pueden tener sus privilegios en función de la edad, no hay que

tratarlos por igual (por ejemplo, un niño mayor puede quedarse más tiempo

levantado, y un niño pequeño conseguir un premio por dejarse de hacer pis en

la cama) y no hay que entrar en discusión por esas diferencias de trato.

Enseñar a resolver los conflictos y las peleas. Puede resultar hacer un pequeño

teatro (role-playing). Los padres pueden hacer de niño al que otro les quita un

juguete o les molesta, y responder de manera adecuada (por ejemplo, no hacer

caso, marcharse, acordar compartir el juguete, etc.). Luego cambiar los

papeles, haciendo los padres de agresor y el niño debe enfrentar ese conflicto.

Ignorar, no hacer caso a todas las riñas que sea posible. Para ello, cuando los

hermanos empiecen a discutir lo mejor es dedicar nuestra atención hacia

cualquier otra cosa.

Prestarles atención y recordarles que están colaborando cuando estén

tranquilos jugando.

No intervenir, es mejor que se entiendan entre ellos. Hacerles responsables de

que encuentren ellos la solución al conflicto.

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Dado que el objetivo de muchas riñas es acaparar la atención de los padres, a

veces funciona el enviarles a resolver sus problemas a otra habitación distinta,

así se quedan sin público.

No intentar aclarar quién ha comenzado la pelea, ya que no va a ser posible.

Es mejor tratar a los niños por igual. Sólo se debe intervenir si comprobamos

que uno de ellos es siempre la víctima injusta.

Si no hay más remedio que intervenir es mejor no tomar partido por ninguno de

los dos bandos, ni intentar descubrir cuál ha sido el culpable. Simplemente ser

firmes y poner fin a la disputa.

Si continuara, lo mejor es mandarles a habitaciones distintas por un rato.

Utilizar la sobrecorrección: Por ejemplo si se han insultado, que se digan cosas

agradables y se pidan disculpas, si han roto un juguete queriendo, que le

compre con sus ahorros dos a su hermano.

Los celos entre hermanos

Los celos son la señal de aviso de su miedo y sus sentimientos, justificados o

no, a ser desplazado o minusvalorado. Gestionar esta delicada etapa con

acierto es fundamental para que no deje rastro en su posterior relación con él.

¿Se pueden prevenir?

Tu hijo puede sentir que todas sus expectativas se desvanecen y, para colmo,

su situación de privilegio con papá y mamá se ve en peligro por culpa del

nuevo miembro. Es el caldo de cultivo de los celos. Para prevenirlo y evitarlo:

• Explícale que los bebés necesitan mucha ayuda porque no saben hacer nada

solos. Enséñale fotos y vídeos de cuando él era bebé para que vea que su

situación era la misma.

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• Cuéntale tu propia experiencia con tus hermanos. Le ayudará comprobar que,

aunque al principio el bebé es un poco “rollo”, con el tiempo un hermano

termina siendo un buen amigo con el que jugar.

• Enséñale cómo tratar al bebé. Pídele su colaboración en tareas sencillas

como hacerle reír, cantarle una nana o darle un biberón. Así no se sentirá

desplazado, sino que estará orgulloso de ser útil y de que confiéis en él.

• Los mimos, cariños y halagos deben dedicarse por igual a los dos hermanos.

Conviene pedir la colaboración de vuestros amigos y familiares para que

cuando vayan de visita a casa no se centre toda la atención en el bebé.

• Mostrarle vuestra comprensión es lo que más le ayuda en estos momentos. Al

mismo tiempo, puedes aprovechar para lanzarle mensajes sobre lo bueno que

es ser mayor y lo orgullosos que os sentís de él. Por ejemplo, si un día se

enfada porque tenéis que interrumpir un juego para cambiar un pañal, en lugar

de enfadaros diciéndole que es muy mayor para tener celos de un bebé, es

mejor decir –“qué fastidio, otra vez a cambiarle, que bien que tú ya sepas ir al

baño sólo”.

¿Cómo se pueden evitar?

Se pueden evitar o combatir si los padres adoptan una actitud sin ambigüedad,

que deje claro que su cariño se reparte por igual entre ellos, a pesar de las

diferencias.

• No hagas comparaciones.

• Deja claro que la diferencia de trato o de privilegios se debe a la edad y a la

responsabilidad de cada uno.

• Enséñales a compartir pero, al mismo tiempo, a respetar la intimidad y las

propiedades del otro.

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• Comparte con ellos intereses y aficiones, aunque las de uno te motiven más

que las del otro.

• Valora siempre el esfuerzo realizado más que los resultados; así el hijo más

brillante no destacará siempre por encima de su hermano.

Hermanos mayores vs hermanos menores

Hermanos mayores

Al ser el primer hijo es frecuente que los padres les eduquen con más miedo,

ya que no tiene la experiencia en su cuidado y temen que algo malo les pueda

sucederle.

Un momento complicado en la vida de los primogénitos sucede cuando el

mayor se ve destronado por la llegada de más hermanos, sobre todo si tiene

más de 3 años. Es normal que sienta celoso, quien no lo estaría si pasar de ser

el centro de atención a un segundo plano. Si esta rivalidad no se trabaja desde

el principio, podemos encontrarnos a dos que pasan sus vidas levándose la

contraria y discutiendo por cualquier cosa. Para poder pulir este problema

desde un principio es importante que hagamos partícipe al hijo de la llegada de

su hermano. No es un rival, sino un compañero si hacemos que el niño vea

aspectos positivos de tener un hermano se asara de convertir esa experiencia

en algo deseado por él.

Existe la creencia de que los hermanos mayores son también personas

responsables, ya que con frecuencia los padres les exigen que sean un modelo

para sus hermanos y también se encargan de cuidar de ellos en muchas

ocasiones. Asumir responsabilidades dotará a los chicos de mayor

independencia, pero tampoco se trata de exigirles responsabilidades que no

sean propias de su edad.

Los del medio

Pueden sufrir el ser "destronados" con la llegada de sus hermanos más

pequeños, y habrá que seguir los mismos pasos dejando al margen la rivalidad.

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El mediano puede sentirse desconcertado ya que tampoco van a gozar del

protagonismo y la importancia que se le va a dar al primogénito.

Esto puede provocar que busquen diversas estrategias para llamar la atención,

pero se deben tratar con cuidado, dotándoles de confianza convirtiéndose en

personas muy equilibradas, ya que los padres les educan con mayor

experiencia y cuentan con el apoyo del hermano mayor.

Los más pequeños

Los más pequeños de las familias, también traviesan por experiencias

singulares, al nacer ellos, los pares ya están cansados de imponer normas y

reglas, es fácil que sean más tolerantes, convirtiendo al hermano menor en el

mimado de la familia. En efecto, muchas veces el menor es el consentido, el

preferid, el que suele protagonizar las rabietas y el que consigue lo que desea.

si se le sobreprotege en exceso estaremos limitando su capacidad de reacción

antes conflictos futuros. Así que se trata de combinar cariño con la exigencia en

la educación.

Relación entre gemelos

La competición entre los gemelos es un problema frecuente que ocurre desde

el nacimiento, por la alimentación, la atención, etc. Es o puede ser positiva para

una estimulación individual de ambos, pero en algunos casos puede llevar a

rivalidad extrema.

El tipo de relación que se establece entre los gemelos es muy importante para

su desarrollo y la interacción escolar. Se han descrito 3 patrones:

dependencia mutua.

dependencia unilateral.

independencia.

Aunque lo ideal es que ambos sean independientes, lo más frecuente es que

uno de ellos tienda a depender más del otro y por tanto sufra más con las

separaciones, comparaciones, etc., por lo que hay que prestar especial

atención desde etapas precoces para ver qué tipo de relación se establece y

estimular la individualización.

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Los gemelos atraen mucha atención, por lo que el resto de los hermanos

pueden pasar a un lugar secundario. Además si entre ellos forman una relación

muy estrecha, pueden excluir al resto de la familia. Hay que prestar atención a

la posible aparición de estos problemas y no dudar en elogiar a los otros

hermanos e involucrarles en el cuidado de los gemelos desde el principio,

favoreciendo la relación de cada gemelo por separado con el resto de la

familia.

Relación entre hermanos adoptivos

Cuando la pareja o persona sola decide adoptar deberemos conocer su

posición ante la adopción de uno o más hermanos.

La crianza de hijos adoptados junto a hijos propios dentro de una misma familia

genera temores y sentimientos ambivalentes. Existe preocupación por no crear

diferencias entre uno y otro hijo para evitar que el adoptivo se sienta ajeno.

Cuando ya se tiene un hijo gestado, la decisión de adoptar resulta movilizante.

La llegada del nuevo miembro genera el cuestionamiento de la propia estirpe.

La manera en que se lleve a cabo el ingreso del hijo adoptado permitirá su

integración, que dependerá de la edad de los hermanos.

Entre estos hermanos, el nuevo integrante puede aparecer como alguien ajeno

por provenir de otros genitores; no obstante, el no tener la misma sangre no

modifica el proceso de hermandad.

Si el mayor de los hijos es también un niño adoptado, la ausencia de embarazo

y la búsqueda de otro hijo inscribe en su historia un capítulo fundamental;

generalmente, participa desde la idea del nuevo hermano hasta su inserción en

el grupo ya constituido.

El niño, como todo hermano, aguarda la llegada de alguien que imagina

semejante a él, con quien podrá jugar, hacer travesuras y tramar

complicidades. Pero ese ser pequeñito, molesta, llora, estorba, le quita el lugar

de privilegio y genera reacciones ambivalentes.

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A medida que crecen juntos, la calidad de la relación se modifica. Existen

altibajos y el vínculo de hermanos se convierte en un vínculo entre hermanos.

Los padres que adoptan dos o más hermanos se encuentran con un sistema

familiar ya constituido y no con dos o más niños que se adoptan. Estos padres

tendrán que duelar, además, por recibir a niños que no fueron gestados por

ellos, renuncian a la función de crianza temprana y recibir a otros de diferente

grupo social.

Entre otros tipos de hermanos podemos encontrar también:

Hermanastros

Un hermanastro (o hermanastra) es un hermano que no tiene ningún tipo de

relación sanguínea o adoptiva con relación al otro, y está relacionado por el

matrimonio o la relación de uno de los padres de estos.

Lo importancia en la relación de hermanastros radica en que todos sean

tratados con igualdad, que el lugar otorgado sea el mismo con igualdad de

condiciones de vidas y que lógicamente el papel de padres sustitutos aprendan

a respetar la forma en que los biológicos organizan su relación con sus hijos y

hermanastros.

Hermanos del mismo o distinto sexo

Por lo general, los hermanos o hermanas más cercanos en edad y del mismo

sexo se involucran emocionalmente, mientras que los de diferentes edades o

del sexo opuesto se distancian.

Hermanos con alguna discapacidad

La mayoría de hermanos e hijos de gente que tiene enfermedades mentales se

dan cuenta que con el tiempo ellos adquieren conocimientos y habilidades que

les ayudan a sobrellevar eficazmente estas enfermedades mentales. Ellos

descubren fortalezas que no sabían que tenían y pueden enfrentar situaciones

que nunca se habrían imaginado.

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Buena relación entre hermanos

La fraternidad y la amistad tienen más en común de lo que se cree. Los

hermanos son un regalo especial que generalmente no se aprecia mucho

durante la infancia. Aunque pueden ser excelentes compañeros de juego,

confidentes y cómplices en las travesuras, es muy normal que los niños se

peleen y vuelvan locos a los padres. Pero esa etapa se supera. Cuando son

adultos, los tiempos y la rutina hacen que la relación sea menos cotidiana, pero

no por eso menos cercana

¿Cómo impulsar una sana amistad entre nuestros hijos? Enseñarles a

relacionarse positivamente. Es bueno que les muestres cómo ser solidarios,

cómo cooperar y aprender a manejar el enojo en el día a día. Recordarles que

se necesitan dos para pelear, y que pueden disculparse con el otro cuando se

equivocaron. También es bueno que aprendan maneras de llegar a un acuerdo

y a aceptar que el otro puede no pensar igual. Si tienes que intervenir, trata de

no gritarles ni darles un sermón.

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Conclusión

Podemos concluir que en primer lugar existen diversas relaciones entre

hermanos y que en la actualidad la composición de la familia ha cambiado, por

lo que se han generado nuevas estructuras dentro de ésta, como por ejemplo:

la situación entre hermanastros, hermanos adoptados, hermanos con

discapacidad, ya sea mental o física etc.

Al abordar este tema nos dimos cuenta de las problemáticas que surgen en

estas “relaciones”, por lo que suelen ser frecuentes entre las familias y

totalmente normal. Al darse estas situaciones los padres son los principales

mediadores para generar un vínculo de amistad y confianza entre sus hijos.

Las diferencias de caracteres, edad, sexo, preferencias o intereses siempre

serán diversas, siendo estos factores los cuales generan diferencias entre los

hermanos.

Como ya hemos dicho anteriormente los padres siempre deben cumplir el rol

de mediador, propiciando una buena relación, no marcar diferencias entre un

hijo y otro es decir evitar comparaciones, tratarlos por igual, prestando la

atención necesaria, elogiar las actitudes positivas, incentivar la conversación,

fomentar en el hogar la idea de compartir y el ceder ante las cosas, en vez de

rivalizar y tener una actitud posesiva con el resto de los hermanos.

Aunque en la infancia las disputas sean continuas, no significa que no se

quieran. La prueba esta en que cuando llegan a la edad adulta, la mayoría de

las relaciones son intimas y estrechas; pasan mucho tiempo juntos se ponen en

contacto cuando alguno tiene un problema, se piden consejos etc.

Por lo tanto como futuras educadoras debemos propiciar la buena convivencia,

no solo con sus amigos del Jardín sino que también en el hogar con sus

hermanos y el resto de su familia e incentivar la comunicación. Además de

reforzar siempre los valores como respeto, amor, solidaridad, compañerismo

etc.

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Bibliografía

Titulo: Psicología de las relaciones fraternas

Autor: Enrique Arranz Freijo

Editorial: Editorial Herder

Páginas: 50-100

Webgrafía

http://www.enplenitud.com/nota.asp?articuloID=9665

http://www.educacioninfantil.com/displayarticle224.html

http://bebesyembarazos.com/la-relacion-entre-hermanos-gemelos-o-mellizos/

http://paratufamilia.com/index.php?option=com_content&view=article&id=118:una-buena-relacion-entre-hermanos&catid=64:comunicacion&Itemid=72