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FACULTAD DE FARMACIA
UNIVERSIDAD COMPLUTENSE
TRABAJO FIN DE GRADO
HARINAS EXTRUIDAS EN LA INDUSTRIA
ALIMENTARIA
Autor: Isabel Barallat García
Tutor: Prof. Dra. Patricia Morales Gómez.
Convocatoria: Junio 2017
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INDICE
Resumen
1. Introducción………………………………………………………………………………3
2. Objetivos………………………………………………………………………………..…5
3. Metodología………………………………………………………………………….……5
4. Resultados y discusión……………………………………………………………………6
4.1. Propiedades organolépticas y morfológicas de los alimentos extruidos………………7
4.2. Efectos de la extrusión en la composición nutricional de las harinas……...……….…9
4.3. Efectos de la extrusión sobre los compuestos bioactivos de las harinas…………….13
4.4. Efecto de la extrusión sobre los compuestos indeseados…………………………….14
4. Conclusiones……………………………………………………………………………..17
5. Bibliografía………………………………………………………………………………18
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RESUMEN
Los alimentos extruidos han experimentado un auge estos últimos años
consumiéndose como snacks. El estilo de vida actual ha favorecido la comercialización y
consumo de este tipo de alimentos, especialmente en la población infantil, etapa crucial en el
crecimiento y desarrollo del individuo. La extrusión es un proceso tecnológico que modifica
la composición nutricional del alimento y sus características organolépticas. Tradicionalmente
se ha aplicado este proceso a las harinas de cereales para la elaboración de cereales de
desayuno, barritas de cereales, snacks, etc. Sin embargo, en los últimos años se ha comenzado
a enriquecer dichas formulaciones con otros ingredientes como son las legumbres y verduras,
contrarrestando las posibles pérdidas de nutrientes debidas al proceso de extrusión,
incrementando se este modo el valor nutricional del producto final. Mediante la extrusión se
obtienen nuevos sabores y texturas, en definitiva nuevas características organolépticas que se
adaptan en gran medida a los gustos del consumidor. Además, esta tecnología permite
disminuir el riesgo de exposición de algunos compuestos tóxicos e indeseables como son las
micotoxinas y antinutrientes.
PALABRAS CLAVE: Extrusión; cereales; legumbres; nutrientes; compuestos
bioactivos; micotoxinas.
1. INTRODUCCIÓN
Desde hace años se ha ido estudiando cómo afecta el procesado de los alimentos a los
distintos nutrientes y su implicación en la salud; en términos generales, el procesado de los
alimentos tiende a modificar la composición y la disponibilidad de los nutrientes en los
alimentos (van der Poel., 1990; Della Valle, Quillien y Gueguen, 1994). Dentro de los
métodos de procesado cabe destacar el proceso de extrusión, en el cual se emplean altas
presiones y temperaturas, durante cortos periodos de tiempo, de forma que se obtienen
alimentos, como snacks, cereales del desayuno, etc., con texturas y/o sabores distintos al que
tenían inicialmente (Morales et al., 2015a).
El primer alimento tipo snack fue fabricado a partir de granos de maíz mediante una
extrusora de tornillo sencillo, elaborados por la empresa “The Adams Company” en la década
de 1940. Se continuaron fabricando este tipo de alimentos durante muchos años, a pesar de
que todavía no se conocía a fondo la ciencia del proceso de extrusión (Guy, 2001).
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Desde el punto de vista tecnológico, podemos definir extrusión como “el proceso que
consiste en dar forma a un producto, forzándolo a través de una abertura con diseño
específico”. Se trata de un proceso continuo que involucra el trabajo y la compresión para
formar una masa semisólida, que abarca una serie de operaciones unitarias que se combinan
entre sí: mezclado, amasado, cizallamiento, calentamiento, enfriamiento, conformación,
texturización y deshidratación de alimentos (Guy, 2003). En la figura 1 se muestra el formato
de un extrusor y diagrama de desarrollo del proceso de extrusión.
Figura 1: Extrusores de tornillo simple y de doble tornillo (Patil, Tiwari y Repka,
2016) y diagrama del desarrollo de las materias primas en el interior del mismo (Guy, 2003).
Inicialmente, la extrusión de los alimentos llevada a cabo por extrusores estaba
limitada a la obtención de macarrones o pellets de cereales. Sin embargo hoy en día es
considerada un biorreactor que, empleando altas temperaturas y presiones en cortos periodos
de tiempo, transforma las materias primas en productos alimenticios intermedios o en nuevos
productos alimenticios (Alam et al., 2015).
Por lo general, estos extrusores son utilizados en la industria alimentaria para el
procesado de alimentos. También pueden utilizarse en otras industrias, como la farmacéutica,
química, metalúrgica, etc.
Las condiciones del proceso de extrusión se establecen en función del tipo de extrusor,
de la matriz alimentaria a extruir y del producto final que se quiera obtener. Existen diferentes
tipos de extrusores de los que destacan el extrusor de tornillo simple y de doble tornillo. Éste
último se emplea cuando necesitamos transformar varias materias primas en un producto
final, ya que actúa de forma más rápida y tiene un diseño flexible para distintos tipos de
materiales, empleandose en aquellos productos que tienen un contenido lipídico de entre 18 −
22%. Mientras que en los extrusores de tornillo simple, la fracción grasa no puede superar el
12 − 17%, debido a que las grasas disminuyen el cizallamiento del extrusor impidiendo que la
energía se transforme en calor para el procesado del alimento (Castells et al., 2005).
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2. OBJETIVOS
Debido al avance de la tecnología y a la aparición de nuevas tendencias en la
alimentación, el consumo de alimentos extruidos han adquirido mayor relevancia como una
forma alternativa al consumo de alimentos tradicionales, como cereales y legumbres. En el
persente trabajo se plantea el siguiente objetivo general:
“Conocer el efecto de la extrusión sobre las propiedades organolépticas y
composición química de los alimentos, concretamente en las harinas de cereales y legumbres,
y su aplicación en la industria alimentaria”.
Para dar cumplimento a este objetivo se establecieron los siguientes objetivos específicos:
Conocer las aplicaciones de las harinas extruidas en la industria alimentaria
Conocer la influencia del proceso de extrusión en las propiedades organolépticas del
alimento
Conocer las modificaciones químicas (nutricionales, compuestos bioactivos)
producidas una vez llevada a cabo la extrusión
Conocer la influencia del proceso de extrusión en algunos compuestos indeseables
(micotoxinas y antinutrientes)
3. METODOLOGÍA
Para la realización del presente trabajo se han realizado búsquedas bibliográficas,
consultándose libros y tesis doctorales de la Biblioteca de la Facultad de Farmacia y
Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, así como las bases de datos de fuentes
científicas. Las bases de datos utilizadas han sido principalmente PubMed – NCBI
(http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed), Bucea (Biblioteca Complutense;
http://biblioteca.ucm.es), Research Gate (https://www.researchgate.net), Taylor & Francis
Online (http://www.tandfonline.com) y Science Direct (http://www.sciencedirect.com). Para
centrar la búsqueda en el tema del trabajo en cuestión, se emplearon "palabras clave"
relacionadas con el tema de estudio, como son: “extrusion process”, “food extrusion”,“flour
extrusion”, “mycotoxins”, entre otros. Una vez consultada toda la bibliografía relacionada con
el tema, se procedió a la organización del mismo en función de su contenido, con la finalidad
de satisfaccer los objetivos establecidos y planteados en este estudio.
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4. RESULTADOS Y DISCUSIÓN
La tecnología de extrusión de alimentos tiene un importante papel en la producción de
snacks, aperitivos, cereales de desayuno, alimentos destinados para la nutrición infantil (como
la papilla de arroz), piensos de animales e incluso en dulces elaborador a partir de harinas
extruídas de cereales.
Los alimentos tipo snacks han adquirido una gran importancia dentro del colectivo
infantil. Tienen como base los granos de cereal (trigo, maíz, cebada, etc.), sin embargo, son
alimentos de bajo valor biológico por su escaso contenido proteico, y por ello para aumentar
el valor nutricional de los mismos es frecuente la incorporación verduras, frutas e incluso
legumbres en la formulación del alimento (Ozer et al., 2006). Otro problema de este tipo de
alimentos es la posible contaminación de los cereales por mohos durante su cultivo y/o
almacenamiento, de forma que pueden dar lugar a aparición de micotoxinas en el alimento.
Sin embargo, numerosos estudios han relacionado el descenso de los niveles de micotoxinas
con el proceso de extrusión; siendo esta una ventaja más del proceso de extrusión frente a
otros métodos tradicionales de procesado de alimentos.
Durante la extrusión, los procesos térmicos y el cizallamiento afectan a las materias
primas alimentarias provocando modificaciones de todo tipo: estructurales, químicas,
transformaciones nutricionales (como la gelatinización del almidón, la desnaturalización
proteica, oxidación lipídica, degradación de vitaminas y antinutrientes), así como el
incremento de la biodisponibilidad de minerales y de la fibra dietética soluble. La extrusión
puede también inducir cambios organolépticos en el alimento, teniendo especial importancia
en la aparición de nuevas texturas y sabores en el alimento (Alam et al., 2015).
4.1. PROPIEDADES ORGANOLÉPTICAS Y MORFOLÓGICAS DE LOS ALIMENTOS
EXTRUIDOS
Características organolépticas
La humedad tiene un importante papel en la textura de los snacks, ya que afecta
directamente a su comportamiento reológico provocando que estos snacks sean más o menos
crujientes, lo cual resulta un factor determinante en la aceptabilidad del consumidor.
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En un estudios publicado en el año 2007 realizado por Mazumder, Roopa y
Bhattacharya, se determió cómo variaba la textura de los snacks en función de su contenido
acuoso. Gracias a este estudio, se pudo comprobar que los snakcs resultaban menos crujientes
cuando la actividad de agua (Aw) en el alimento era superior a 0,5. Por tanto, en la
producción de un alimento extruido es necesario tener en cuenta la actividad de agua (Aw)
para que ésta no supere los niveles máximos que comprometen a la aceptabilidad del
producto.
Por otro lado, la humedad también afecta a la estabilidad de los nutrientes durante el
proceso de extrusion, como a la lisina. Según Cheftel (1986), se debería trabajar bajo
condiciones de la extrusión determinadas (temperaturas de 180 ºC con un contenido de
humedad no superior al 15%) para evitar la pérdida de nutrientes debido principalmente a la
reacción de Maillard (Singh, Gamlath y Wakeling, 2007).
Otros factores que influyen en la textura del producto extruido son el contenido
proteico y de fibra de la matriz alimentaria, de modo que por ejemplo la suplementación de
las harina de cereal con legumbres, como la soja o el garbanzo, incrementan el contenido
proteico y de fibra, los cuales ejercen un papel importante en las propiedades relacionadas con
la textura como la dureza, cohesividad, masticabilidad, elasticidad y resistencia (Shah et al.,
2016).
En un estudio reciente se determinó el efecto de la adición de legumbres sobre las
características organolépticas, mediante la evaluación sensorial del color, sabor, textura, el
crujiente y en general, la aceptabilidad que tenía en la muestra de población objeto de estudio.
Se añadieron diferentes porcentajes de granos de soja (Glycine max) y de garbanzo (Cicer
arietinum) a la harina de maíz base (Zea mays) (Shah et al., 2016).
Figura 2: Imagen de los snacks con base de maíz extruidos (Shah et al., 2016)
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En cuanto al color, la puntuación más alta la obtuvo la formulación con menor
contenido de soja (20%, muestra C), de garbanzo (20%, muestra F) y soja-garbanzo (10-10%,
muestra I). Mientras que las muestras con mejores resultados de textura (crujiente) fueron la
mezcla con menor proporción de soja y garbanzo, por lo que cuanto mayor es la
suplementación en leguminosas, menor es el crujiente del alimento extruido.
Morfología
En un estudio realizado por Becker et al. (2014), se pudo observar cómo la morfología
varía tras la extrusion de la harina de arroz (figuras 3 y 4). En la figura 3 (harina sin extruir),
la estructura de las partículas muestra su agrupación en algunas zonas, mientras que en otras
áreas presentan superficie lisa. La figura 4 (harina extruida) muestra una superficie irregular y
compacta, con algunos orificios debido a que durante el proceso de extrusión, las burbujas de
aire quedan retenidas al producirse la expansión de los materiales con almidón durante la
descompresión del producto extruido (Becker et al., 2014).
Figura 3: Imagen de la harina de arroz sin extruir obtenida por microscopía
electrónica a 2000X aumentos(Becker et al., 2014)
Figura 4: Imagen de la harina de arroz extruida obtenida por microscopía electrónica
a 2000X aumentos (Becker et al., 2014)
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4.2. INFLUENCIA DE LA EXTRUSION EN LA COMPOSICIÓN NUTRICIONAL DE
LAS HARINAS
Efecto sobre los hidratos de carbono
El control de los hidratos de carbono durante la extrusión es un factor crítico para la
calidad nutricional y sensorial del producto final, como la textura y sensación de boca. Esta
fracción en los cereales y la mayoría de las legumbres consiste en más del 50%, formada por
almidón y otros polisacáridos, monosacáridos y oligosacáridos. Durante la extrusión los
azúcares solubles experimentan una reducciones significantiva de su contenido, Berrios et al.
(2010) publicaron una disminución del 17% en el contenido total de carbohidratos (TAC) en
harinas de extruidas de garbanzo. Este efecto puede deberse a que el almidón y otros
polisacáridos se descomponen en componentes de menor peso molecular, como es el caso de
la sacarosa que se escinde en glucosa y fructosa, azúcares reductores que son más susceptibles
a la reacción de Maillard.
Por otro lado, la extrusión podría aumentar el contenido de azúcar soluble,
probablemente debido a una modificación de la estructura mecánica, aumentando la superficie
específica y mejorando así la disponibilidad de estos compuestos. Morales et al. (2015b)
publicaron un ligero aumento de sacarosa, maltosa y algunos oligosacáridos (considerados
compuestos bioactivos), como son la estaquiosa y rafinosa, en harinas de lenteja extruidas. En
general, el proceso de extrusión da lugar a una disminución de los oligosacáridos en el
producto final (40 a un 60%) debido a la excisión molecular durante el proceso (Borejszo &
Khan, 1992; Morales et al., 2015b).
El arroz, el trigo y el maíz son las principales fuentes de almidón en alimentos
extruidos comercializados. Temperaturas y porcentajes de humedad bajos durante el proceso
de extrusión (110 − 140ºC y 19%, respectivamente) van a favorecer el proceso de
gelatinización (Singh et al., 2007) y mejorar la digestibilidad del almidón, ya que su
estructura se rompe, aumentando el contenido de azúcares solubles (Wang y Klopfenstein,
1993). Por ejemplo, Politz, Timpa y Wasserman publicaron una reducción significativa del
peso molecular del almidón en harina de trigo tras el proceso de extrusión a 160ºC, de forma
similar a los resultados que obtuvieron Alonso, Aguirre y Marzo (2000) en guisantes
extruidos en comparación con guisantes crudos.
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En términos generales, el proceso de extrusión no afecta a la fibra dietética total
(TDF) en cereales y legumbres (Singh et al., 2007). Sin embargo, se ha establecido que este
efecto está altamente condicionado a la matriz alimentaria. Por ejemplo, estudios realizados
por Alonso et al. (2001) indicaron cambios insignificantes en el contenido de fibra dietética
total (TDF) en harina de trigo extruida (161 − 180 °C) y harina de judías (150 − 155ºC), pero
Frías et al. (2011) publicaron una disminución de 7 a 16% en la harina de guisante
(Pisumsativum) extruidas a 129 – 142 ºC. En el caso de la fibra soluble, se han observado
ligeros aumentos de esta fracción tras el proceso de extrusión, probablemente debido a la
degradación parcial de la fracción insoluble (Berrios et al., 2010; Morales et al., 2015a; Ralet,
Della Valle y Thibault, 1993).
Efecto sobre las proteínas
El efecto de extrusión en la fracción proteica ha sido ampliamente estudiada durante
las últimas décadas, sobre todo existen estudios que se centran en la evaluación de la
digestibilidad in vitro y del contenido de lisina después del procesado.
En términos generales, la digestibilidad de proteínas aumenta tras el proceso de
extrusión debido a que él se favorece la desnaturalización de las proteínas haciéndolas más
accesibles a la acción de las proteasas (Della Valle et al., 1994; Alam et al., 2016). El valor
nutricional de las proteínas depende de la disponibilidad, cantidad y disponibilidad de los
aminoácidos esenciales. La calidad proteica depende sobre todo de la digestibilidad según la
FAO (2011). Los valores de digestibilidad proteica de los productos extruídos son superiores
a los que presentan los productos sin extruir. La posible causa se le atribuye a la
desnaturalización proteica y la inactivación de factores antinutricionales que afectan a la
digestión, como son los inhibidores de tripsina y quimiotripsina (Morales et al., 2015a).
Anuonye, Jigam y Ndaako (2012) estudiaron la influencia del proceso de extrusión en
el contenido de aminoácidos esenciales en garbanzos crudos y extruidos, obteniendo los
siguientes resultados.
Tabla 1: Perfil aminoacídico del garbanzo crudo y harina de garbanzo extruida
(g/100g) y el porcentaje de reducción de cada aminoácido
Aminoácidos Harina de garbanzo
cruda (g/100g)
Harina de garbanzo extuida
(g/100g) Reducción (%)
Lisina 7,80 3,25 58,33
Histidina 3,67 1,66 54,77
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Entre las variables del proceso de extrusión que afectan más a la digestibilidad
proteica, se encuentra la relación de alimentación (feed ratio), seguido de la temperatura. Una
de las ventajas de la extrusión es, por tanto, la destrucción de los factores antinutricionales,
termolábiles como los inhibidores de tripsina, hemaglutininas, taninos, etc. y por lo general
todos aquellos que inhiben la digestibilidad proteica (Singh et al., 2007; Morales et al.,
2015b).
La pérdida de lisina en el alimento tras el proceso de extrusión está relacionada con la
reacción de Maillard, proceso por el cual los aminoácidos interaccionan con los grupos
carbonilo de los azúcares reductores a través de los grupos amino libres. La lisina es el
aminoácido más reactivo, ya que tiene disponible dos grupos amino libres en su estructura. Al
ser la lisina un aminoácido muy limitado en los cereales, las harinas de cereales extruidas
pueden presentar muy bajos valores de este aminoácido. Las condiciones del proceso de
extrusión son las responsables de la mayor o menor pérdida de éste aminoácido. Tomando la
lisina como indicador de la pérdida de aminoácidos, se concluye que temperaturas superiores
a 180ºC y humedad superior al 15% favorecen la reacción de Maillard. Para mantener la lisina
en rangos normales en el producto extruido, sería conveniente trabajar a temperatura por
debajo de la indicada anteriormente, controlando la temperatura, disminuyendo la cantidad de
azúcares reductores, e incorporando alimentos ricos en lisina, como las legumbres, a la
formulación (Singh et al., 2007).
Otra desventaja asociada a la reacción de Maillard es la formación de acrilamida
(Figura 5) en productos de cereales, patatas y arroz. La acrilamida se encuentra clasificada
como agente carcinogénico del grupo 2A. Se puede originar también durante el proceso de
extrusión de los cereales (Studer, Blank y Stadler, 2004) y su formación es dependiente del
tipo de aminoácidos existente en la mezcla cruda. La presencia de asparragina fomenta su
Ácido aspártico 11,58 6,02 48,01
Treonina 3,12 2,11 32,37
Cisteína 1,19 0,66 41,18
Valina 5,85 3,02 48,38
Metionina 1,19 0,70 41,18
Isoleucina 3,47 2,29 34,01
Leucina 6,47 5,11 21,02
Fenilalanina 6,15 5,16 16,10
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formación, por lo que es importante tener en cuenta que a menor presencia de este aminoácido
en la mezcla inicial, menor formación de acrilamida habrá en el producto extruído (Studer et
al., 2004). El uso de extrusores de doble tornillo también favorecen la aparición de acrilamida
por la alta energía térmica y mecánica que emplean (Singh et al., 2007).
Figura 5: Estructuras de la acrilamida, glicidamida y su reacción con el ADN (Beland
et al., 2015)
Efecto sobre las grasas
Los cereales y las legumbres (no oleaginosas) tienen un bajo contenido en grasa (2%),
por lo que en la extrusión de harinas de cereales y legumbre no tiene una especial relevancia
el efecto sobre los lípidos. Sin embargo, en los productos extruidos a veces se añaden lípidos
a la mezcla inicial. Los productos con elevado contenido graso (por encima del 5 − 6%)
disminuyen la fuerza de torsión durante el proceso. Un alto contenido en ácidos grasos libres
(AGL) pueden dejar sabores indeseables en los alimentos. Estos ácidos grasos libres vienen
de la hidrólisis de los triglicéridos (TG) por acción de las lipasas y/o altas temperaturas, de
modo que las temperaturas empleadas durante el proceso de extrusión son suficientes para
producir una desnaturalización de las enzimas hidrolíticas (por ejemplo las lipasas), lo que
impediría que actúen sobre los TG escindiéndolos en AGL y dando lugar a dichos olores
(Singh et al., 2007).
4.3. EFECTOS DE LA EXTRUSIÓN SOBRE LOS COMPUESTOS BIOACTIVOS EN LAS
HARINAS
Los granos de cereal son una de las principales fuentes de vitaminas del grupo B, por
lo que resulta importante determinar la influencia del proceso de extrusión sobre el contenido
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de estas vitaminas (Tabla 2; Athar et al., 2006). Diversos estudios han correlacionado como
disminuían las vitaminas del grupo B conforme se sometían a fuerzas mecánicas
comprendidas entre 0,09 y 0,13 kWh/kg con tiempos de retención de entre 30 segundos a 1
minuto a una temperatura de 178 ºC durante el proceso de extrusión (Cheftel, 1986).
Tabla 2: Porcentaje de retención de vitaminas del grupo B después de la extrusión
(Athar et al., 2006).
Vitaminas (mg/100g) Avena Maiz Maiz + guisante
Tiamina 23 44 61
Riboflavina 100 86 70
Niacina 100 75 60
Piridoxina 35 100 18
La disminución de vitaminas en el producto extruído no estaba influído por la
temperatura; la mayor estabilidad se asociaba a la riboflavina y niacina, mientras que la
tiamina es la que presentaba las mayores reducciones en los productos extruídos (Athar et al.,
2006).
En el caso de la vitamina C, diferente estudio indican que la pérdida de esta vitamina
(9 al 80%) en alimentos extruidos se debe principalmente al aumento de la temperatura (160 –
180ºC) que tiene lugar durante el proceso de extrusión, de modo que altas temperaturas y bajo
porcentaje de humedad favorecen la degradación del ácido ascórbico (Killeit, 1994).
En general, los tocoferoles son vitaminas liposolubles y su disminución está
estrechamente asociadas con la degradación de los lípidos (Hakannson y Jagerstad, 1990;
Morales et al., 2015a). Zielinski, Kozlowska y Lewczuk (2001) indicaron un descenso del 40
al 93% en tocoferoles totales de diferentes cereales extruidos (avena, cebada, trigo, centeno)
después de un tratamiento térmico corto (extrusión a 120ºC), observándose las menores
pérdidas en la harina de avena. Así mismo, la sensibilidad de las distintas isoformas de esta
vitamina depende de las variables del proceso de extrusión. Por ejemplo, en harinas de
Lathyrus sativus L. se ha publicado que un aumento de las temperaturas de extrusión induce
la disminución de α-tocoferol, mientras que la disminución de γ-tocoferol está más
correlacionada con el contenido acuoso durante la extrusión (Grela, Jensen, y Jakobsen,
1999).
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Los compuestos fenólicos y la actividad antioxidante han sido el punto de mira de
muchos de los estudios realizados recientemente. Además, muchos snacks extruídos llevan
incorporados vegetales (como el brócoli) y/o frutas con el afán de incrementar los compuestos
bioactivos en el producto final y por lo tanto su capacidad antioxidante.
La disminución de los niveles de compuestos fenólicos, al igual que ocurría con las
vitaminas, estaban relacionados con el incremento de temperatura durante el proceso de
extrusión. Sin embargo, en un estudio publicado sobre snacks extruidos elaborados a partir de
harina de maíz enriquecidos con brócoli, se ha visto cómo el aumento de la temperatura
durante el proceso de extrusión incrementaba los valores de compuestos fenólicos, lo que
supone el efecto contrario a lo observado en otros estudios. Este hecho se explica debido a
que durante el proceso de extrusión se produce la liberación de los compuestos fenólicos
contenidos en las células y/o unidos a la fracción de fibra. Por otro lado, los compuestos
fenólicos pueden sufrir descarboxilaciones durante el proceso de extrusión, hecho que se
suma a que el contenido de humedad puede promover la polimerización de los compuestos
fenólicos, afectando a la extractibilidad de los compuestos fenólicos y provocando una
reducción de la actividad antioxidante (Bisharat et al., 2014).
4.4. EFECTO DE LA EXTRUSIÓN SOBRE COMPUESTOS INDESEADOS
Micotoxinas
Las micotoxinas son metabolitos secundarios procedentes de los mohos que producen
micotoxicosis, enfermedades que afectan al ser humano y a los animales. La gravedad de
dichas enfermedades depende no sólo del tipo de micotoxina, sino también de la edad, estado
nutricional del individuo y grado de exposición (Peraica et al., 2000). De modo que a
presencia de micotoxinas en los alimentos compromete el perfil de seguridad del alimento y,
por ende, la salud del ser humano. Sin embargo, numerosos estudios han relacionado el
descenso de los niveles de micotoxinas con el proceso de extrusión, siendo una ventaja más
de este proceso tecnológico frente a los métodos tradicionales de tratamiento de alimentos.
Los principales microorganismos que producen micotoxinas son Fusarium;
Aspergillus y Penicillium, entre otros. La contaminación de los cereales por mohos como los
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del género Fusarium suele producirse durante el cultivo, sin embargo gracias a la extrusión se
va a producir un descenso en los niveles de micotoxinas.
A pesar de que la prevención de la contaminación por micotoxinas es fundamental
para las industria agraria y alimentaria, en la mayoría de los casos este hecho es inevitable
para el productor. La reducción del contenido de micotoxinas durante la extrusión varía
dependiendo de varios factores, como el tipo de extrusor, el tipo de tornillo, la temperatura, la
velocidad del tornillo, el grado de humedad en la harina y el uso de aditivos (Castells et al.,
2005).
Las aflatoxinas, en condiciones de humedad y temperatura elevada, aparecen en
alimentos como los frutos secos, cereales y arroz. Son producidas por Aspergillus y conllevan
en la salud graves problemas, actuando como inmunosupresores, mutagénicos, teratogénicos
y carcinogénicos (Peraica et al., 2000). En presencia de metabisulfito de sodio se consiguió
reducir la aflatoxina AFB1 hasta un 25%, mientras que sin el aditivo sólo se redujo hasta un
10 − 25% (Cazzaniga et al., 2001). Un estudio llevado a cabo por Hameed en 1993 demostró
que el proceso de extrusión a 105ºC reducía el contenido total de aflatoxinas en un 50 − 80%.
En este estudio, los aditivos de metabisulfito de sodio, bisulfito de sodio, hidróxido de calcio,
peróxido de hidrógeno no tenían efecto en la reducción de los niveles. Conclusiones similares
obtuvo Cheftel en 1986, donde el contenido de AFB1 descendía un 87% en presencia de un 2
− 2,5% de hidróxido de amonio. En ausencia de este aditivo, AFB1 se reducía hasta un 23 −
66% de sus valores. Por tanto, el proceso de extrusión ayuda a la disminución del contenido
de aflatoxinas, siendo éste potenciado por la adición de dichos aditivos (Castells et al., 2005).
Las fumomisinas son micotoxinas producidas por Fusarium moniliforme. Se pueden
encontrar en harinas de maiz o sorgo. Las de mayor importancia toxicológica son las
fumomisinas B1 (FB1) y B2 (FB2), las cuales pueden causar intoxicaciones que se asocian
con dolor abdominal, y han sido clasificadas como posibles carcinógenos para el ser humano
(Peraica et al., 2000). Las fumomisinas son muy estables a elevadas temperaturas. Sin
embargo, se ha demostrado que a mayor temperatura del extrusor, se produce una mayor
inactivación de las mismas. De modo que temperaturas superiores a 160ºC reducen el
contenido de FB1 hasta un 92% de su valor inicial (Castells et al., 2005). Entre un rango de
temperatura de 70 − 105ºC el contenido en micotoxinas se puede redudir en un 30%, mientras
que a temperaturas de 170 − 220ºC el contenido en micotoxinas quedaba reducido en un 70%.
La humedad también afecta al contenido en fumomisinas. En el caso de fumomisinas B2
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(FB2) se observó la misma tendencia: se consigue una mayor reducción del contenido de FB2
conforme aumenta la temperatura, una elevada velocidad y con bajo contenido acuoso
(Castells et al., 2005).
Antinutrientes
Los antinutrientes se pueden encontrar en las semillas de las leguminosas, tienen
efectos negativos sobre la composición nutricional de los alimentos por disminuir la
disponibilidad de algunos nutrientes. Destacando el ácido fítico, inhibidores de tripsina,
oxalato y lectinas (Kaur et al., 2015).
El ácido fítico (figura 6) y sus sales (fitatos) son compuestos clasificados como
antinutrientes por la disminución de la biodisponibilidad de ciertos minerales, como el hierro
y calcio. Se encuentra en ciertos alimentos como el arroz y las nueces,y su presencia da lugar
a complejos estables con cationes divalentes y trivalentes (hierro, cobre, zinc, calcio) (Lee et
al., 2015).
Figura 6: Estructura del ácido fítico (Higuchi, 2014)
El proceso de extrusion reduce significativamente el contenido de ácido fítico (a
temperaturas de 120 – 140 ºC y 20% de humedad). Este hecho se debe, en mayor parte, a la
labilidad de este compuesto en presencia de altas temperaturas (Kaur et al., 2015).
Los inhibidores de tripsina, también conocidos como inhibidores de Bowman-
Birk, son sustancias de carácter proteico que se encuentran en la soja y en otras semillas de
legumbres. Estos compuestos en presencia de una proteasa y un sustrato producen una notaria
disminución en la velocidad de la reacción catalizada por la enzima. Se caracterizan por ser
termolábiles, de modo que a las temperaturas de extrusión (120 − 140 ºC) se produce su
desnaturalización proteica, disminuyendo la actividad enzimática de los mismos (Kaur et al.,
2015).
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El ácido oxálico y sus sales (oxalatos) se encuentra en multitud de alimentos de origen
vegetal, entre ellos los cereales y leguminosas. Se considera un compuesto quelante de
minerales, principalmente calcio, dando lugar a la formación de calculos renales y a la
desmineralización osea. En comparación con el resto de antinutrientes, es el compuesto que
menos se ve influenciado por la temperatura y por lo tanto del proceso de extrusion (Kaur et
al., 2015).
Las lectinas, también denominas hemaglutininas, son proteínas sensibles a las
temperaturas que actúan en el organismo como eritroaglutininas y leucoaglutininas. Durante
el proceso de extrusión se produce la desnaturalización proteica, reduciéndose o eliminándose
totalmente su contenido en el alimento (Morales et al., 2015b). Comparando este método
frente a otros más tradicionales, es el que más reduce el contenido de este antinutriente
(Alonso et al., 2000).
5. CONCLUSIONES
La extrusión es un proceso complejo multivariable que requiere un minucioso control
en los parámetros que influyen en el proceso, gracias al cual la industria alimentaria puede
garantizar una mayor aceptabilidad de los alimentos en la población diana.
La aplicación del proceso de extrusión a las harinas de cereales y legumbres induce los
siguientes cambios y/o modificaciones:
El proceso de extrusión modifica la textura del alimento. Se debe controlar la
humedad (<15%) y el contenido graso (<5%) para conseguir una textura agradable y
una mayor estabilidad por parte del consumidor.
Con la extrusión se mejora la digestibilidad del almidón (hidrólisis y gelatinización) y
de las proteínas (desnaturalización). La lisina es el aminoácido que sufre mayores
reducciones, por ser el más reactivo en la reacción de Maillard y es sensible a la
humedad. La suplementación de las harinas con alimentos como legumbres y frutos
secos, incrementa la disponibilidad de este aminoácido.
La extrusión induce cierta pérdida de vitaminas, especialmente de la tiamina. Sin
embargo, se podría contrarrestar incorporando en la formulación alimentos ricos en
tiamina (pistachos, avellanas, judías blancas, etc.).
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El empleo de altas temperaturas disminuye el contenido en algunos compuestos
indeseables y/o tóxicos (antinutrientes y micotoxinas). El uso de ciertos aditivos como
el metabisulfito de sodio potencia el efecto de la extrusión sobre las micotoxinas,
especialmente las fumomisinas y aflatoxinas.
Todo ello hace que del proceso de extrusión sea una técnica fundamental y beneficiosa
para la industria alimentaria en todos los aspectos, tanto nutricionalmente como
sensorialmente.
6. BIBLIOGRAFÍA
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